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Critica de Proyectos y Proyectos Críticos de Desarrollo. Jorge Gasche (Editor)

Oct 04, 2015

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Critica de Proyectos y Proyectos Críticos de Desarrollo. Jorge Gasche (Editor).
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  • UNA REFLEXIN LATINOAMERICANA CONNFASIS EN LA AMAZONA

    Jorge Gasch, Editor

    CRTICA DE PROYECTOS Y PROYECTOSCRTICA DE PROYECTOS Y PROYECTOSCRTICA DE PROYECTOS Y PROYECTOSCRTICA DE PROYECTOS Y PROYECTOSCRTICA DE PROYECTOS Y PROYECTOSCRTICOS DE DESARROLLCRTICOS DE DESARROLLCRTICOS DE DESARROLLCRTICOS DE DESARROLLCRTICOS DE DESARROLLOOOOO

  • Presidente del IIAPDennis del Castillo Torres

    Gerente GeneralRoger Beuzeville Zumaeta

    Primera edicin, Mayo de 2004

    Comit EditorialVctor Miyakawa SolsJos lvarez AlonsoFilomeno EncarnacinJorge GaschVctor Montreuil FrasErasmo Otarola Acevedo

    EditorJorge Gasch

    ComposicinComunicarte, Desarrollo Integral de la ComunicacinGrfica y Audiovisual s.r.l.

    Correccin de estilosAtilio Vsquez

    PortadaAngel Pinedo

    2004, Instituto de Investigaciones de la Amazona Peruana IIAPAv. Abelardo Quiones km 2.5Apto. 784 Telfono: (065) 265515 265516 Fax: (065) 265527Iquitos PerCorreo electrnico: [email protected]://www.iiap.org.pe

    ISBN N 9972-667-05-7Hecho el depsito legal N 1501052004-4922Los textos pueden ser utilizados total o parcialmente citando la fuente.Hecho en el Per

  • 3Presentacin. Jorge Gasch 5

    Representaciones y programas de cambio en la Amazona durante elsiglo XIX: anlisis del pensamiento civilizador colombiano. lvaro AndrsSantoyo 13

    Ideologas, representaciones y realidad: el inicio de errores en proyectosde desarrollo. El caso de Marbial (Hait) 1947-1949. Claude Auroi 29

    Las percepciones diferenciales de un proyecto de investigacin parael desarrollo en Salud. Pierre Lefevre, Charles-douard de Suremain 43

    Reflexiones crticas acerca de un programa de promocin del camu camu(Myrciaria dubia McVaugh H.B.K., Myrtaceae) en zonas ribereas de laAmazona peruana. Mario Pinedo Panduro 61

    Algunas reflexiones sobre un proyecto de desarrollo sostenible en curso.La regin de la reserva natural Mbarayac en el Oriente paraguayo.Francois-Ren Picon 77

    Una concepcin alternativa y crtica para proyectos de desarrollo ruralen la Amazona. Jorge Gasch 105

    NDICENDICENDICENDICENDICE

  • 5Los seis artculos que componen el presente libro son el resultado de un simposio organiza-do por el que escribe y auspiciado por el Instituto de Investigaciones de la Amazona Peruana y laquipe de Recherche en Ethnologie Amrindienne del Centro Nacional de Investigacin Cientfica francs(CNRS). El simposio tuvo lugar en el marco del X Congreso de la Federacin Internacional deEstudios sobre Amrica Latina y el Caribe (FIELAC) en Mosc del 26 al 29 de junio de 2001 y tuvoel ttulo que damos ahora a nuestro libro: Crtica de proyectos y proyectos crticos dedesarrollo. Una reflexin latinoamericana con nfasis en la Amazona.

    La propuesta del simposio apuntaba a evaluar crticamente ciertos proyectos de desarrollocon referencia de preferencia a experiencias personales vividas, es decir, observadasde cerca en su funcionamiento diario, pues la calidad de la convivencia entre promotores,por un lado, entre promotores y promovidos, por el otro, nos pareca un indicador pertinen-te del xito o no xito de un proyecto. Con el trmino de calidad no nos referimos a laausencia de conflictos, ms bien a la capacidad de superarlos en el proceso ejecutivo mis-mo del proyecto.

    Tres artculos obedecen a este objetivo: los de P. Lefvre y Ch.-E. de Suremain, M. Pinedo yF.R. Picon; dos, en cambio, los de A. Santoyo y de C. Auroi tienen un enfoque histri-co. El primero de estos dos ltimos contempla para as decirlo la prehistoria deldesarrollo, pues analiza una serie de textos escritos por viajeros del siglo XIX sobre laAmazona colombiana y sus recomendaciones para un desarrollo regional amaznico que,para ellos, significaba la integracin a la vez econmica, sociolgica y cultural en el marco

    PPPPPRESENTRESENTRESENTRESENTRESENTAAAAACINCINCINCINCINpor Jorge Gasch, investigador de la quipe de

    Recherche en Ethnologie Amrindienne, CNRS,Villejuif, Francia y asesor del Instituto de Investigacio-

    nes de la Amazona Peruana, Iquitos, [email protected] ; [email protected]

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    de una nacin, cuyos ejemplos eran entonces Francia, Inglaterra o los Estados Unidos. Elsegundo se remonta a los aos 50 del siglo pasado, cuando surgieron, en el marco deorganismos multilaterales como la ONU, los primeros proyectos de desarrollo, y describelas dificultades inextricables, institucionales y personales, que desde su inicio desviaron unproyecto de desarrollo de sus objetivos. El caso del proyecto Marbial en Hait ilustra losmecanismos de bloqueo que este tipo de proyectos puede sufrir y que siguen afectando amenudo los proyectos actuales (los casos analizados por Lefvre y de Suremain y por Piconcontienen elementos de la misma ndole, aunque con menos exceso).

    Un segundo propsito del simposio consista en plantear alternativas en la concepcin deproyectos a consecuencia de los mltiples fracasos que se han observado en los ltimosaos. Hablamos de fracaso cuando los resultados alcanzados no coinciden con los obje-tivos inicialmente previstos y cuando, al final de un proyecto, surge la pregunta: Qu efec-tos positivos ha tenido el proyecto a pesar de no haber alcanzado sus objetivos iniciales? Elfracaso tambin existe cuando con el trmino del proyecto cesan las actividades promo-vidas, cuando el proyecto revela ser insostenible para las fuerzas sociales locales. A estademanda de un pensamiento alternativo responde el artculo de J. Gasch, que ofrece suge-rencias para estructurar los proyectos con una lgica distinta de la racionalidad urbanahabitual empleada por los conceptores de proyectos.

    Tal vez no estara de ms interrogarnos en esta presentacin sobre la enseanza que estepanorama histrico y actual de visiones y tentativas de desarrollo nos procura.

    La variedad de los enfoques crticos no facilita formular una respuesta. Tres artculos cen-tran su mirada sobre los promotores: A. Santoyo, sobre los intelectuales de la sociedadburguesa colombiana que suean con nuevas riquezas puestas en valor por poblacionesandinas migrantes o indgenas aculturados, todos integrados en el ltimo eslabn de lajerarqua social de una nacin por construir; A. Auroi, sobre los actores autoridades delpas o del organismo internacional que orientan y manejan el proyecto con sus contra-dicciones internas y aspiraciones personales; y Lefvre y de Suremain, sobre el equipo deprofesionales en dos pases, Bolivia y el Per, donde el proyecto se realiza con el apoyo decientficos europeos (de Blgica y Francia). Este ltimo trabajo es la sntesis de una evalua-cin interna retrospectiva realizada por el proyecto mismo en el momento de su conclusiny segn una metodologa claramente explicada que utilizaba un cuestionario dirigido a losmiembros del equipo. Santoyo pone de relieve precisamente la visin denigrante que losviajeros del siglo XIX dan de los indgenas amaznicos. Que los trabajos histricos que sebasan sobre documentos escritos, personales o administrativos, privilegien los promotoresen sus anlisis, es comprensible; que la evaluacin de un proyecto de salud contemporneose limite a diagnosticar las satisfacciones y frustraciones de los miembros de un equipoejecutivo de proyecto, sin contemplar la acogida y el impacto en la poblacin meta, es mssorprendente, pero se explica quizs por exigencias internas del proyecto.

    La preocupacin por la articulacin del proyecto con la poblacin meta aparece claramenteen los artculos de M. Pinedo y F.R. Picon, quienes observan las fallas de su proyecto encuanto a la recepcin restringida de la propuesta en la poblacin meta, en el primer caso, yen cuanto a la falta de comprensin sociocultural de la poblacin meta por parte de lospromotores, en el segundo caso. El artculo de J. Gasch, precisamente, se concentra sobrelos medios que, a ttulo de hiptesis, permitiran una mejor articulacin entre proyecto ypoblacin meta, ms concretamente, entre promotores y promovidos.

  • 7La crtica a la etnosuficiencia1 de los conceptos que fundamentan los proyectos y orientan suejecucin est claramente expresada en los trabajos de A. Santoyo, M. Pinedo, F. Picon y J.Gasch. El primero denuncia la aceptacin y promocin de la desigualdad en el proceso dela integracin amaznica propuesta por los viajeros y la proyeccin sobre el espacioamaznico de categoras de interpretacin arraigadas en la sociedad burguesa privilegiadade Colombia; el segundo observa la preponderancia de criterios burocrticos en la concep-cin y planificacin de un proyecto de promocin del cultivo de camu camu, un frutal silves-tre de la tierras inundables de la Amazona, donde los cultivadores deben actuar segn losintereses de los planificadores; el tercero critica el enfoque conservacionista de la institu-cin ejecutora que ms se preocupa por el medio natural y los recursos que por el hombre su sociedad y cultura que vive en l y de ellos, y que, desde luego, no logra concebirlas acciones adecuadas a la lgica sociocultural de las poblaciones metas (indgenas y cam-pesinas); el cuarto parte de los fracasos de proyectos debidos a la etnosuficiencia de suconceptualizacin con el fin de sugerir vas alternativas basadas en la comprensin de laalteridad del bosquesino. Con esta opcin, J. Gasch se acerca a la de F.R. Picon, quieninsiste sobre el estudio socioantropolgico previo y necesario para el desarrollo de activi-dades compatibles con los patrones socioculturales que rigen la vida cotidiana indgena ycampesina.

    En los artculos de C. Auroi y de P. Lefvre y Ch.-E. de Suremain, la problemtica social delos proyectos est analizada en el universo de los equipos de ejecucin del proyecto. En elcaso de Hait, las opciones religiosas y polticas de los responsables se enfrentan hastaparalizar el proyecto; el cientfico social, el conocido antroplogo Alfred Mtraux, quienrehsa un papel directivo para quedarse cerca a la poblacin, no logra mediar entre laspartes en conflicto. En el caso de los dos equipos, boliviano y peruano, que colaboran enun proyecto de promocin de la salud del nio en el mbito rural, son ms bien los interesesy motivaciones personales ligadas a la profesin y a al compromiso social, los que introdu-cen una heterogeneidad en la ejecucin del proyecto en ambos pases; las dificultadesresiden tambin en el dialogo interdisciplinario entre cientficos sociales y profesionales desalud y en el peso diferenciado que dan a la accin en el terreno y a la produccin cientfica;muchos sobrentendidos y consensos iniciales revelan ser ficticios y se constata a posteriori lafalta de profundizacin y precisin en la formulacin de las intenciones iniciales. De ah ladivergencia en el desarrollo de las dos ramas nacionales del proyecto y las frustraciones queresultan de la incomunicacin entre miembros del mismo equipo y de la falta de reconoci-miento profesional en el seno global del equipo.

    En los cuatro estudios de casos de proyectos de desarrollo (C. Auroi, P. Lefvre y Ch.E. deSuremain, M. Pinedo y F.R. Picon) podemos diagnosticar un defecto comn que incide en sumarcha, en sus desviaciones de los objetivos iniciales o en su adaptacin insuficiente a lapoblacin meta: la falta de un marco terico interpretativo de la realidad sociocultural queel proyecto debe tomar a cargo (relaciones interpersonales en el equipo ejecutivo) y sobrela cual el proyecto debe incidir (poblacin meta). En todos estos proyectos rigen los crite-rios econmicos, sociales o ecolgicos propios de la sociedad dominante de la cual losconceptores son miembros. Estos criterios son manejados y aplicados con la seguridad que

    1 Preferimos esta nocin paralela a la de autosuficiencia a la de etnocentrismo, pues pone de relieve que los conceptoresde proyectos de desarrollo se satisfacen con la proyeccin de su racionalidad urbana, arraigada en la sociedad industrialcapitalista, sobre el universo socio-cultural bosquesino y marginal en relacin al sistema capitalista, sin cuestionar la compa-tibilidad de esta racionalidad con las motivaciones, finalidades y prioridades del bosquesino.

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    confiere el sentido comn a las afirmaciones y previsiones. Los conceptores adoptan unaposicin emprica, positivista, por no decir ingenua, que encuentra su justificacin en lavalidez que tienen sus conceptos y su racionalidad en el funcionamiento de la sociedaddominante (pensamiento tcnico-burocrtico). Estos conceptos y esta racionalidad sonaceptados como universales y valederos para cualquier actor social y en cualquier tipo desociedad. Ninguno de estos proyectos se interroga a priori sobre las propiedadessocioculturales especficas de la poblacin meta, ni en el caso del proyecto boliviano-pe-ruano, sobre las relaciones interprofesionales (la divisin social de trabajo y sus consecuen-cias personales) en el seno del equipo ejecutivo. F.R. Picon, como antroplogo y evaluador,insiste sobre las dificultades de incluir en el proyecto de manejo de la reserva Mbarayac enel Paraguay, aunque tardamente, estudios socioantropolgicos que haran comprender laspropiedades socioculturales de las poblaciones meta, que permitiran reorientar las accio-nes con mayor adecuacin hacia estas poblaciones. M. Pinedo, a su vez, muestra la partici-pacin marginal de la poblacin meta en la concepcin del proyecto, que se tropieza luegocon un inters y motivaciones limitadas en el medio social donde promueve el cultivo delcamu camu. Es interesante notar que una mayor acogida se logr recin cuando los promo-tores aprendieron de la lgica productiva del bosquesino y propusieron combinar el culti-vo del camu camu con el cultivo de panllevar (cultivo mixto). Es lo que J. Gasch llama elinteraprendizaje entre promotores y promovidos, que hace posible una mayor articula-cin entre las propuestas econmicas, sociales y ecolgicas forneas y la lgica de pro-duccin del bosquesino, indgena o campesino. Este interaprendizaje, en la medida en quehace descubrir motivaciones, finalidades y prioridades distintas de las que son propias delorden social dominante, lleva forzosamente a una modificacin de los objetivos inicialesformulados en las oficinas por tcnicos, expertos y profesionales urbanos encerrados en sulgica social, econmica y poltica etnosuficiente. De ah que, en la perspectiva delinteraprendizaje y de la adecuacin progresiva del proyecto a las motivaciones, finalidadesy prioridades de la poblacin meta (campesina, indgena, bosquesina), los objetivos inicia-les de un proyecto slo pueden plantearse como hiptesis por verificar, corregir y ajustar.

    Tal posicin, que defiende el texto de J. Gasch, se apoya sobre el reconocimiento de laheterogeneidad de la sociedad global, en la cual coexisten e interactan, a nivel local yregional, sociedades de diferente tipo. Slo la comprensin de estas diferencias porejemplo, entre sociedad urbana y sociedades bosquesinas permite desarrollar activida-des con y en la sociedad meta que correspondan a sus motivaciones, finalidades y priorida-des propias y, desde luego, sean tomadas a cargo por la poblacin meta convirtindolas ensostenibles.

    El marco terico conceptual que fundamenta los objetivos, estrategias y acciones de unproyecto en y con una sociedad distinta de la occidental, industrial, urbana, es el resultadodel esfuerzo por explicitar las posiciones, motivaciones, finalidades y prioridades en el senode la sociedad global de todos los actores en el marco de un proyecto. El marco terico seesfuerza por explicitar los aprioris que subyacen en las iniciativas de desarrollo y que, entodos los casos de proyectos aqu examinados, han quedado implcitos en el diseo de losproyectos. Con estos factores implcitos, luego los proyectos se han tropezado y slo unaevaluacin retrospectiva, a postriori, ha permitido diagnosticar factores de fallas en el fun-cionamiento de los proyectos. Lo que ensean entonces estas experiencias es que las fallaseran previsibles y hubiera sido posible evitarlas, si se hubiese tenido el planteamiento inicialadecuado respecto a la problemtica religiosa, poltica, interdisciplinar e internacional enlos equipos haitiano y el boliviano-peruano (cuyas evaluaciones enfocan los equipos

  • 9ejecutores) y respecto a la alteridad sociocultural en los proyectos amaznico y paraguayo(cuyas evaluaciones enfocan la relacin del proyecto con la poblacin meta).

    Lo que, entonces, se puede criticar en todos los proyectos es su falta de enfoque crtico apriori sobre los aspectos socioculturales implcitos tanto en la cooperacin entre miembrosde un equipo profesional (el equipo ejecutor), como en las relaciones entre el equipo ejecu-tor y la poblacin meta. De esta enseanza derivamos la necesidad de anteponer un trabajoespecfico antes del diseo de un proyecto de desarrollo: el trabajo de anlisis socioculturalque define las posiciones y relaciones, los universos socioculturales respectivos, de todoslos actores implicados en un proyecto con el fin de que sean tomados a cargo consciente-mente y de manera explcita en el proceso ejecutivo del proyecto y evitar que acten in-conscientemente y de manera implcita que escapa al control de los actores en el procesode ejecucin. Es este anlisis previo al diseo que exige la adopcin de un marco tericoexplicativo con el cual el equipo ejecutor debe estar de acuerdo. El consenso de los miem-bros de un equipo con el marco terico explicativo que hace que cada miembro se recono-ce en el lenguaje interpretativo adoptado, echa la base a un proceso crtico de ejecucin quelogra interpretar los eventos personales y sociales que surgen en la ejecucin con un len-guaje consensuado que sirve de referencia comn a todos los actores, a condicin, precisa-mente, de que la alteridad sociocultural de la poblacin meta sea comprendida en y por estemarco terico.

    El equipo boliviano-peruano, analizado por P. Lefvre y Ch.E. de Suremain, hubiera podidoexaminar y definir la problemtica social y personal vinculada a la interdisciplinariedad einternacionalidad de su equipo antes de iniciar su proyecto, pues no se trata de la primeraexperiencia a este nivel y se sabe que las diferentes disciplinas pueden tener diversas moti-vaciones y finalidades profesionales y que los cientficos del Norte tienen otra actitud frentea los productos de su trabajo y al compromiso social en los pases latinoamericanos encomparacin con los profesionales oriundos de estos pases. En el proyecto haitiano, laespontaneidad o ingenuidad con que se lo puso en obra son tal vez ms excusables portratarse de un proyecto que, en los aos 50, era pionero. Lo que sorprende es que unaevaluacin objetiva hecha por una persona no implicada recin aparece 50 aos ms tarde,cuando este trabajo debera hacerse lo ms inmediatamente posible para que se aprendade las debilidades constatadas y no se vuelva a cometer los mismos errores.

    El proyecto camu camu hubiera podido estudiar y definir las relaciones entre promotores ypromovidos y disear una metodologa ms participtiva tomando en cuenta las caracters-ticas socioculturales de sus interlocutores bosquesinos, pues existen estudios antropolgicosque ilustran la alteridad de las sociedades bosquesinas en comparacin con la sociedadurbana, pero en este caso ha prevalecido una visin tcnico-burocrtica del medio naturaly social amaznico que privilegia la inversin de los medios en las acciones, antes de inte-rrogarse sobre sus justificaciones en el medio al cual se destinan, por asumir como consen-sual y universal el criterio del rendimiento econmico, cuando el bosquesino fundamentasus actividades en un abanico mltiple de criterios y en la desconfianza del mercado (la quese revel a mediano plazo realista, pues el mercado del camu camu colaps en los aosconsecutivos a su promocin y los que haban invertido en esta actividad han perdido susproductos).

    El proyecto paraguayo de conservacin de una amplia zona boscosa tambin hubiera podi-do interesarse antes de su inicio en las caractersticas de las poblaciones indgenas y cam-

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    pesinas asentadas en su mbito de influencia, pues existan algunos estudios antropolgicossobre este tema, si su institucin ejecutora y sus responsables no hubiesen sido especialis-tas en la conservacin de recursos naturales que ven al hombre ms como un depredadorde la Naturaleza que como un conviviente posible, cuyas aspiraciones, motivaciones y fina-lidades in situ deben conocerse si se pretende fomentar un desarrollo convivencial con laNaturaleza y sostenible a largo plazo, es decir, impulsado por el potencial sociocultural delas poblaciones metas.

    Vemos que en estos dos ltimos proyectos la especializacin profesional de los diseadoresde proyectos funciona como un factor limitante frente al medio socio-cultural sobre el cualse proyectan las actividades de desarrollo. El desarrollo es visto sin sus verdaderos actores,como un problema tcnico o ecolgico; es la Naturaleza la que plantea el reto, pero es elprofesional tcnico y cientfico que los asume y concibe los medios para superar las limita-ciones del medio apostando sobre un valor agregado, un mayor rendimiento financiero.Esta visin olvida que no es ni el tcnico, ni el cientfico quien echa la mano a la tierra, sinoel campesino, el bosquesino o el indgena; son ellos los que tienen la experiencia no slodel medio y de su explotacin, sino tambin de los caprichos del mercado y de la volatilidadde los proyectos, y que han adoptado un ritmo de actividades cotidianas de acuerdo con lasucesin de las estaciones y los ritmos naturales y con una tecnologa que ha dado suspruebas en funcin de las necesidades satisfechas, sin desaprovechar los insumos y apor-tes financieros que los proyectos de desarrollo coyunturalmente y provisionalmente lesofrecen. Y estas actividades estn enmarcadas en modos sociales de cooperacin, ayudamutua y celebraciones festivas que contribuyen a garantizar un estndar de vida que, aun-que tildado de pobreza por los miembros de la sociedad urbana, procura una forma devida aceptada y satisfactoria para la poblacin rural. Cualquier mejora que se quiera intro-ducir y eso es lo que los proyectos de desarrollo proponen debe tomar en cuenta laracionalidad que sustenta las actividades productivas de la poblacin meta y el marco so-cial de sus satisfacciones. Pero no slo eso. Los proyectos tienen que ser autocrticos encuanto a su carcter coyuntural y generalmente cortoplacista. Los proyectos en los mediosrurales se han multiplicado en los ltimos aos y muchas comunidades rurales tienen expe-riencias de proyectos y saben de su corta duracin. En esta perspectiva, su aceptacinsiempre est asegurada, pero su participacin es desde el inicio prevista como coyuntural ylimitado en el tiempo.

    Estas caractersticas intrnsecas de los proyectos la prioridad dada a las acciones antesde su comprensin en otros contextos sociales y la corta duracin de estas acciones aparecern como componentes cuestionables y, desde luego, modificables, de los proyec-tos, si se acepta lo que arriba recomendamos, es decir, la explicacin de las motivaciones,finalidades, actividades y prioridades de los proyectos a travs de un marco tericointerpretativo que sita el proyecto en la dinmica de la sociedad global y sus relacionescon las diferentes sociedades locales, define los roles del conjunto de los actores en suinteraccin diaria y en sus responsabilidades y hace entender los diferentes sentidos devida y lgicas, que promueven las acciones de los diferentes actores y difcilmente en-cuentran su justificacin y dejan encerrarse en lapsos de 3 aos, como lo prevn la mayorade los proyectos.

    La elaboracin explcita de este marco terico interpretativo y su aceptacin consensualpor parte del equipo ejecutivo de un proyecto, echa la base a la evaluacin y el ajustecontinuos de las hiptesis que presiden las acciones. La crtica slo es posible y aceptable

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    cuando sus trminos de referencia estn definidos claramente y aceptados por todos losque cooperan en un proyecto.

    Los problemas diagnosticados en los proyectos examinados en este volumen nos enseanque son evitables, a condicin de invertir tiempo y medios en la construccin previa de unmarco terico que interprete el conjunto de las relaciones sociales implicadas en el proyec-to, formule hiptesis sobre la alteridad implcita en estas relaciones que guan el proceso deinteraprendizaje convivencial, y acepte los objetivos iniciales como hipotticos en vista delinteraprendizaje planeado, que debe influir en la modificacin de estos objetivos.

    Tenemos esperanza y formulamos, por nuestra parte, la hiptesis de que, al seguir nuestrarecomendacin, se encaminen procesos de aprendizaje que hacen posible corregir los erro-res reconocidos (en vez de archivar las evaluaciones; por eso la crtica debe ser un procesopermanente, vivido) y que remedian la tendencia hasta ahora predominante de cambiar deestrategias de manera oportunista, en funcin de los dictados de las organizaciones finan-cieras y de sus objetivos polticos, sin que las personas con experiencia de trabajo en po-blaciones rurales y con compromiso social sean convencidas de sus fundamentos y funcio-nes socioculturales y polticas, como frecuentemente ocurre hasta ahora.

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    RRRRREPRESENTEPRESENTEPRESENTEPRESENTEPRESENTAAAAACIONES Y PROGRCIONES Y PROGRCIONES Y PROGRCIONES Y PROGRCIONES Y PROGRAMAS DEAMAS DEAMAS DEAMAS DEAMAS DECAMBIO EN LA AMAZONA DURCAMBIO EN LA AMAZONA DURCAMBIO EN LA AMAZONA DURCAMBIO EN LA AMAZONA DURCAMBIO EN LA AMAZONA DURANTE ELANTE ELANTE ELANTE ELANTE ELSIGLSIGLSIGLSIGLSIGLO XIX: ANLISIS DEL PENSAMIENTOO XIX: ANLISIS DEL PENSAMIENTOO XIX: ANLISIS DEL PENSAMIENTOO XIX: ANLISIS DEL PENSAMIENTOO XIX: ANLISIS DEL PENSAMIENTOCIVILIZADOR COLCIVILIZADOR COLCIVILIZADOR COLCIVILIZADOR COLCIVILIZADOR COLOMBIANOOMBIANOOMBIANOOMBIANOOMBIANO11111

    Por lvaro Andrs Santoyo, antroplogo, Institut des Hautes tudesdAmrique Latine - Universit de la Nouvelle-Sorbonne, Pars.

    1.1.1.1.1. INTRODUCCININTRODUCCININTRODUCCININTRODUCCININTRODUCCIN

    Cmo represent la lite colombiana a la Amazona durante la segunda mitad del sigloXIX? De qu trminos y campos enunciativos se vali para crear esas representaciones,especficamente las relacionadas con sus habitantes y la naturaleza? Cmo pens vincu-larlos a la sociedad y a la cultura de un pas en proceso de modernizacin? Son las pregun-tas que guan esta presentacin y que esperamos responder mediante el anlisis de losinformes de expedicin y relatos de viaje escritos por los exploradores/letrados colombianos AgustnCodazzi, Rafael Reyes y Miguel Triana despus de sus viajes a la Amazona.2 Teniendo encuenta que nos estamos preguntando por la estructura y el proceso a travs de los cuales secre el pensamiento nacional en torno a la regin, vale la pena dejar en claro que los textosno se abordarn como fuentes histricas portadoras de datos, sino como productos cultu-rales y espacios de poder mediante los cuales se cre y molde la conciencia nacional entorno a la Amazona. Esta perspectiva cobra valor al recordar que en la historia latinoame-ricana la escritura, con su grupo asociado de letrados como los denomin ngel Rama(1984), ha servido a las lites para representar, clasificar y jerarquizar a las personas y a lanaturaleza existentes en las nuevas repblicas.

    1 La investigacin de la cual es parte este texto fue realizada en el marco del proyecto interdisciplinario de investigacin Uso ymanejo del espacio en el Alto Caquet, dirigido por Cristbal Gnecco y financiado por la Universidad del Cauca y Colciencias.

    2 Los textos analizados son: Descripcin del Territorio del Caquet (1857) y Antigedades indgenas. Ruinas de San Agustn descritas yexplicadas (1857) de Agustn Codazzi; Primeras Exploraciones en Busca de Quinas, 1869-1873 (1914), Exploraciones de los ros Putumayoy Amazonas, 1874-1875 (1914) y A travs de la Amrica del Sur. Exploraciones de los Hermanos Reyes (1902) de Rafael Reyes y Por el Surde Colombia. Expedicin pintoresca y cientfica al Putumayo (1907) de Miguel Triana.

  • LLLLLVVVVVARO ANDRS SANTOYOARO ANDRS SANTOYOARO ANDRS SANTOYOARO ANDRS SANTOYOARO ANDRS SANTOYO

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    Encarnada en cdigos morales, leyes y saberes filosfico-literarios, entre otros, la escriturafue la encargada de legalizar y normar la conducta de las personas. No se puede olvidar,como plantea Castro-Gmez (1997), que en los procesos de creacin de sociedades y cul-turas nacionales, los letrados, y Codazzi, Triana y Reyes lo eran, tuvieron como funcintrazar las fronteras que separaban lo normal de lo patolgico, lo legal de lo ilegal, la civilizacin de labarbarie. A travs de sus informes y relatos crearon una cartografa social, econmica ycultural de la nacin. Este aspecto es bastante claro en el caso de los exploradores colom-bianos escogidos para este escrito, ya que sus expediciones estuvieron directamenteenmarcadas en la preocupacin del gobierno colombiano por empezar a hacer una evalua-cin o inventario lo ms objetivo y completo posible, tanto de los recursos materiales exis-tentes, como de las costumbres de los pobladores de las diferentes regiones y de las condi-ciones (climticas, geogrficas, sociales, etc.) en que se encontraban. Eso con el fin de crearprogramas de apropiacin, explotacin y transformacin que ayudaran a solucionar la si-tuacin econmica interna del pas, propendieran a su modernizacin y, a la vez, le otorga-ran un rol importante en la estructura econmica mundial.

    Sin embargo, esa preocupacin por auscultar el interior de la repblica, por buscar en susfronteras los elementos con los cuales superar el atraso econmico y cultural de la na-cin, estuvo influenciada por una doble mentalidad: liberal en cuanto al manejo de la eco-noma y feudal-seorial en lo que a relaciones sociales se refera. Al leer los textos produci-dos sobre la Amazona, encontramos que los ideales de igualdad y democracia tantas vecesproclamados en las constituciones colombianas no correspondan en absoluto a la reali-dad, menos an con los programas y las polticas de transformacin social, modernizacineconmica e integracin de la regin a la nacin.

    De esta manera se puede afirmar que es en esa poca, y debido a una concepcin demasia-do organicista de la organizacin social, que regiones enteras3 empiezan a ser marginadasy subordinadas por la sociedad nacional. Independientemente del tipo de justificacionesmorales esgrimidas, ante todo se las vea como proveedoras de recursos materiales, demercancas, al tiempo que sobre sus pobladores se desplegaba un conjunto de enunciadosque llevaron a representarlos como seres inferiores que, en el mejor de los casos, haba queintentar civilizar, ya que generalmente eran concebidos como mano de obra barata, en fin,segregados y subordinados. En palabras actuales, encontramos que la preocupacin porsaber qu se tena estaba acompaada por un proceso de creacin de subalternidad (Klorde Alva 1995: 245) en los mrgenes internos de la nacin colombiana, que, si bien perduraan, se ha ido desvaneciendo a medida que dichos grupos han empezado a adquirir fuerzapoltica y a ejercer el derecho de autorrepresentacin; esto ltimo ms o menos desdemediados de la dcada de 1970.

    Ante este panorama y siguiendo a Homi Bhabha, definimos el pensamiento colombianosobre la Amazona como un discurso colonial. Es decir, como:

    un aparato que pone en marcha el reconocimiento y la negacin de las diferencias culturales/raciales/histricas. Su funcin estratgica predominante es la creacin de un espacio para una poblacin sujeto atravs de la produccin de conocimientos en trminos de los cuales se ejerce la vigilancia y se incita a una

    3 Las regiones ms claramente marginadas han sido, adems de la Amazona, el Choco, los Llanos Orientales o Urab. Sinembargo, tambin se podra utilizar el mismo trmino para diferentes regiones de la zona andina con fuerte presencia indge-na que, desde el punto de vista de los objetivos de integracin nacional, estaban ms o menos aisladas y donde la inversiny los trabajos para su integracin han sido pocos.

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    forma compleja de placer/displacer. El objetivo del discurso colonial es interpretar al colonizado como unapoblacin compuesta por clases degeneradas sobre la base del origen racial, a fin de justificar la conquistay de establecer sistemas de administracin e instruccin... Me refiero a una forma de gobernabilidad que,marcando desde afuera una nacin sujeto, se apropia, dirige y domina sus diferentes esferas de actividad(Bhabha 1994: 70-71).

    Esta definicin es interesante, ya que plantea la necesidad de analizar y desglosar los dife-rentes elementos de ese discurso colonial colombiano sobre la Amazona. Propone tres grandesdesafos: 1. Dar cuenta de las caractersticas de esa poblacin sujeto creada por los ex-ploradores/letrados, 2. Identificar los conocimientos y campos enunciativos con los cualesla lite defini a la regin y a sus pobladores y 3. Analizar los mecanismos con los cualespretendi gobernarlos. Adicionalmente, esta definicin est directamente relacionada conlas preguntas que guan el escrito, ya que ellas nos interrogan sobre los mecanismos con loscuales se pretendi incorporar a la nacin la regin (gobernabilidad), por los enunciados ycampos de saber desde los cuales se escriba y por la forma en que se cre una representa-cin (poblacin sujeto).

    Podemos afirmar que lo que los exploradores consideraban el deber ser en cuanto a lascostumbres, relaciones sociales y trabajo fue lo que realmente determin sus percepcionesde la regin. As, a nivel econmico, los ideales que persegua la lite y que determinaron suforma de representar la regin estaban guiados por un deseo modernizador, que crea cie-gamente en la divisin internacional del trabajo y vea mesinicamente el impacto de laciencia y la tcnica en el desarrollo de la agricultura, pues sta deba ser el rengln econ-mico en el cual el pas tena que especializarse a nivel mundial, aunque, como demuestranalgunos historiadores como Safford (1989), Palacios (1983), Obregn (1992) y Mayor Mora(1997), tambin se dio alguna importancia a la explotacin industrial de otro tipo de recur-sos, tanto vegetales como minerales. En cuanto a la organizacin social, cabe decir que, apesar de algunos matices, se tom como ideal de civilizacin el modelo hispnico, mascu-lino, catlico e interesado en la tcnica ms que en la ciencia.

    Una vez explicitado el contexto en el cual se sitan nuestras fuentes, se puede empezar arealizar la crtica del pensamiento nacional mencionado. En primer lugar, analizaremos de-tenidamente tanto las imgenes, como la estructura subyacente a la representacin que secre de la Amazona. Despus abordaremos los programas o motivos de modernizacin ytransformacin social propuestos por los exploradores/letrados, destacando el papel quejugaron las primeras representaciones en la proposicin e instauracin de estas polticas.

    2.2.2.2.2. LA REPRESENTLA REPRESENTLA REPRESENTLA REPRESENTLA REPRESENTAAAAACIN DE LA AMAZONA: CAPTURCIN DE LA AMAZONA: CAPTURCIN DE LA AMAZONA: CAPTURCIN DE LA AMAZONA: CAPTURCIN DE LA AMAZONA: CAPTURA DE UNAA DE UNAA DE UNAA DE UNAA DE UNAPOBLAPOBLAPOBLAPOBLAPOBLACIN SUCIN SUCIN SUCIN SUCIN SUJETOJETOJETOJETOJETO

    En la conceptualizacin elaborada de la Amazona por los exploradores/letrados colombia-nos, frecuentemente se destacan la exuberancia y peligrosidad de la naturaleza y las cos-tumbres brbaras de los indgenas que la habitan. En un deseo por crear un conocimientolo ms completo posible de estos aspectos, los relatos se convierten en campos de lucha ycontrapunteo en los que constantemente se describen caractersticas positivas y negativasque van a determinar los programas de apropiacin de la regin por parte de la nacin.

    Tras el desconcierto que experimenta cada explorador en su primer acercamiento, surge laimagen de la Amazona como un nuevo mundo, depositario de fieras, miasmas, enfermedades

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    y brbaros, pero al mismo tiempo como un lugar de vida, futuro, riqueza y hasta paz yreencuentro con Dios, como lleg a escribir Miguel Triana. Sin embargo, es un mundo nuevoporque no se encuentra all el ms mnimo vestigio de las actividades humanas acostum-bradas como campos agrcolas, caminos o poblados nucleados. Todo es naturaleza, prsti-na vegetacin, que llev Reyes a compararla con el sptimo da de la creacin del mundosegn la religin judeocristiana. Esta percepcin inicial hizo que la Amazona colombianafuera definida como un lugar desierto, sin mayor ocupacin humana y que deba ser bene-ficiado por la mano del hombre occidental. Un ejemplo claro de esto lo ofrece Reyes alescribir:

    ...los rboles ya abundaban... Me suba a la copa de aquellos para explorar el horizonte, delante de m, aloriente, se extenda un interminable e inmenso ocano de verdura, en que no se levantaba ni una montaa,ni una colina, plano como el mar, en el que se va a morir a orillas del Atlntico, distante de donde yo estabams de ocho mil kilmetros. Aquellas selvas vrgenes y desconocidas, aquellos espacios inmensos me fasci-naban y atraan para explorarlos, atravesarlos, llegar al mar y abrir caminos para el progreso y bienestarde mi patria; eran absolutamente desconocidos de los habitantes que vivan en la cordillera y la idea depenetrar en ella me causaba espanto y la imaginacin popular los poblaba de fieras, de monstruos, ademsde las numerosas tribus de salvajes antropfagos que hay en ellas...(Reyes 1914a: 80-81).

    Una vez internados en la selva, los exploradores empiezan a resaltar la variedad de climasexistentes y su posible impacto para la salud del ser humano, especialmente para las perso-nas provenientes de la regin andina. Ahora el campo enunciativo desde el cual se define laregin est atravesado por lo que Codazzi denomin temperamento, trmino que resalta larelacin entre clima, altitud, enfermedad y salud, y que le sirvi para establecer dossubregiones en la Amazona, a saber: el piedemonte o las faldas de la cordillera, percibidocomo sano y la llanura y los cursos medio y bajo de los principales ros de la cuenca, vistoscomo malsanos.

    Las caractersticas del temperamento sano del piedemonte son: clima fro, poca humedad yuna altitud no menor de 900 m.s.n.m. que garantizaba el flujo de vientos fros provenientesde la montaa. De otra forma, el temperamento malsano est dado por el clima clido, altahumedad, alturas no mayores de 600 m.s.n.m., ros salidos de cauce y vientos portadoresde miasmas no muy favorables para la salud (Codazzi 1857a: 200-201). Como se mencion ante-riormente, esta diferenciacin entre sano y malsano se hace teniendo en cuenta un grupode personas muy especfico, aquellas que habitan en los Andes y quienes seran los encar-gados de llevar el progreso a la regin. De ah el afn de medir detenidamente el clima, laaltitud y los diferentes focos de enfermedades.

    Independientemente del temperamento de los lugares mencionados y a medida que los explo-radores piensan en la introduccin de la poblacin blanca y/o mestiza en la Amazona,surgi en su mirada el inters econmico y empezaron a destacar las diferentes riquezas ylas empresas que se podran instaurar en ella. La conjuncin de riqueza, poblacin y climala expone claramente Reyes al escribir:

    En la falda de la cordillera de los Andes... el clima es sano y propio para los habitantes dela zona templada. Los terrenos son extraordinariamente frtiles y producen con facilidad yabundancia trigo, cebada, papas, maz y todos los productos de la tierra fra. Desde los diezy ocho hasta los veintids grados centgrados, se produce caf de excelente calidad. Abun-dan las cadas de aguas para el desarrollo de la fuerza elctrica. La extensin de esta zona,

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    que limita la hoya amaznica, es de varios centenares de millas cuadradas (Reyes 1902: 25y 1914b: 145-146).

    No obstante, Reyes suele identificar riqueza con productos para explotar4 , hay que tener encuenta que exploradores como Codazzi y Triana, quienes en algunos momentos escribenverdaderas odas a la vegetacin, la suelen asociar ms que todo con una supuesta fertilidadinfinita del suelo y con el funcionamiento y desarrollo de un principio biolgico denomina-do fuerzas orgnicas vegetales. La potencia de stas hace que en ciertos momentos se olvide elcarcter malsano que antes haban identificado en la llanura, para llegar a cuestionarsesobre la poca y las estrategias para dominarlas y encauzarlas en beneficio de la nacin. Elmejor ejemplo de este momento del pensamiento nacional lo presenta Codazzi al escribir:

    No se halla en la tierra el ms pequeo espacio que no est cubierto como una alfombra de diversidad deplantas. En medio de una vegetacin tan portentosa en que el hombre no ha tenido la menor parte, casi seacostumbra a considerarse como un ser imperceptible en medio de aquel vasto suelo en donde todo esgigantesco, cerros, llanuras, ros y selvas. Al ver aquel inmenso desarrollo de las fuerzas orgnicas vegeta-les, aquella riqueza que agobia la tierra, comprende que se necesita una numerosa poblacin para poderdominar tan exuberante vegetacin. Tiempo, largo tiempo, se necesita para que el hombre pueda explotar lasinmensas riquezas que la tierra le ofrece con profusin incalculable (Codazzi 1857a: 197).

    De esta manera y a pesar del extraamiento inicial que hizo que Codazzi viera la selva comouna masa de vegetacin, Reyes, como una creacin divina importante para el futuro de la patriay Triana, como la posibilidad del reencuentro con la vida y Dios, poco a poco se impone elprimado de la mirada econmica en la representacin de la regin. sta se va a convertir enla razn principal por la cual creen que hay que transformar las condiciones ambientalesencontradas y tratar de establecer en ellas sistemas de produccin que impulsaran el pro-greso y la modernizacin del pas.

    En lo expuesto hasta ahora, tambin es de destacar que al referirse a algn tipo de pobla-cin nunca se tiene en cuenta a los pobladores locales. Adems, cuando escriben sobre larelacin entre generacin de riqueza y poblacin siempre piensan en personas forneas.Para Codazzi, los indgenas no han intervenido en la selva y, segn Reyes, son tribus salvajesde antropfagos. Sin embargo, esto slo son dos pequeos ejemplos de la forma en que losexploradores crearon una imagen de los habitantes de la Amazona, que perdurara durantemuchas dcadas en la conciencia del grueso de los colombianos.

    Al mismo tiempo que destacaron la riqueza de la floresta, nuestros letrados evaluaron ycrearon a los indgenas como una poblacin sujeto degenerada, estancada en el tiempo y conmuy poco inters por el futuro. Para esto se valieron de campos enunciativos que ibandesde el comportamiento en la guerra hasta la demografa, pasando por actividades coti-dianas como la caza, la pesca, el vestido, la vivienda, las relaciones familiares, la fisonomay la fisiologa. Todas ellas sirvieron a Codazzi, Triana y Reyes para definirlos como salvajes,feroces, vengativos, cobardes, perezosos, brutos y, en el mejor de los casos, como el de lossantiagueos, como altivos, inteligentes, ambiciosos de mando, trabajadores y amigos delcambio (Triana 1907: 333 y Reyes 1914b: 131).

    4 Vale la pena mencionar que cuando narra su paso por el ro Putumayo siempre hace un inventario de todo lo que puedeobservar a las orillas de ste. As, una descripcin ejemplo puede ser la siguiente: En todo este trayecto [ 600 millas] el ro esnavegable por vapores de cinco pies de calado, sin inconveniente alguno; sus mrgenes estn abiertas por espesas selvas endonde abunda el caucho o jeve, cacao, zarzaparrilla, marfil vegetal o tagua, hipercacuana, otras plantas medicinales y varie-dad de maderas finas... (Reyes, 1902:20).

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    Codazzi, haciendo uso del anlisis demogrfico propuesto por el economista ingls RobertMalthus en su Ensayo sobre la Poblacin (1798), plante que el crecimiento de la raza indgenaen los ltimos setenta aos era demasiado bajo y no corresponda en absoluto a un aumen-to cuya progresin fuese geomtrica y que, por lo tanto, tarde o temprano, este grupotendera a desaparecer y habra que traer habitantes de la zona andina, regin donde duran-te el mismo lapso la poblacin casi se haba triplicado (Codazzi 1857a: 197). En esta situa-cin, aunada a la forma en que describi sus actividades cotidianas, sus supuestos idealesde vida y, ms importante an, su relacin con esa exuberante naturaleza, Codazzi sustentla descalificacin absoluta de los indgenas y su ubicacin en una posicin subordinada enla organizacin social futura de la nacin. Una sntesis de estos elementos se encuentracuando Codazzi escribe:

    Dbiles ante ella [la naturaleza que los rodea], pocos en nmero y hallando a la mano abundantsimosfrutos espontneos, caza y pesca para satisfacer el hambre, miran con indolencia la vida y jams les afanala previsin del da de maana. Por tanto, su inteligencia industrial duerme, careciendo del aguijn de lasnecesidades para ejercitarla y tratar de mejorar de estado. Actividad y energa les sobra, segn lo manifies-tan siempre que algn grande inters, como la guerra, les mueve a sacudir la pereza. Son capaces decivilizacin, y la adoptaran si ella no exigiera trabajo y esfuerzos cuya utilidad no conciben, puesto que nohan menester de nada para vivir, embriagarse y guerrear, que es la suma de los goces que pueden imaginary apetecer. Es fcil inferir de lo dicho, que las costumbres de estos indios, esclavos y adoradores de la fuerzabruta, son rudas y an feroces (Codazzi 1857b: 442-443).

    Como vemos, la relacin entre la sociedad y la naturaleza es un elemento de primer ordenen el proceso de clasificacin y definicin de los indgenas. stos son dbiles y pocos nu-mricamente hablando para poder doblegarla. Sin embargo, ella tambin determina su con-ducta, ya que al ofrecer fcilmente gran cantidad de alimentos genera que se vuelvan pere-zosos y no piensen en el maana. El principio econmico del bien escaso no existe en laAmazona, por lo tanto, el ahorro y el trabajo esforzado, propio de las sociedades civilizadasy capitalistas, tampoco.

    Este tipo de argumentacin tambin juega un papel fundamental en el pensamiento deReyes y Triana, quienes lo abordan desde lo que denominan Ley universal de las compensacionesy anttesis irnica, respectivamente. Al igual que Codazzi, ven la abundancia y providencia dela naturaleza como la causa principal del atraso de los indgenas, hacindolos desordenados,derrochadores y despreocupados por el porvenir. Ahora, esa naturaleza rica y exuberante que habanvisto como un paraso de productos o mercancas, roba la energa intrnseca del ser huma-no y puede llevarlo al atraso, la degeneracin y la brutalidad; incluso el hombre de razaeuropea puede sucumbir ante ella si no tiene el conocimiento necesario de las artes de lacivilizacin5 y una fuerte conciencia por el futuro.

    En definitiva, para los exploradores/letrados es la relacin con la naturaleza, independien-temente del nombre que se le d, la que determina el tipo de costumbres de un pueblo.Aspecto que se hace ms claro al tener en cuenta el contenido de la mentada Ley Universalde las compensaciones que Reyes explica de la siguiente forma:

    ...la abundancia, la facilidad para procurarse la subsistencia, el clima que no exige abrigo porque el airelo reemplaza, hace que el hombre carezca de la energa, de la constancia, de la economa, del orden que

    5 Estas artes de la civilizacin eran asociadas principalmente con el conocimiento de metales como el hierro, el poblamientosedentario y el dominio de la cermica y la cestera.

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    generalmente tiene el habitante de las zonas donde se siente el rigor de las estaciones y en que el suelo espobre; en un mismo pas se observa que los habitantes de la regin de dulce clima y territorios ricos, no tienea igual grado estas ltimas virtudes que los menos favorecidos (Reyes 1914b: 145).6

    Pero la influencia de la naturaleza no para ah, ya que el poseer virtudes como el orden, laenerga, la economa y la constancia es el que determinar el tipo de dignidad humana de cadagrupo social, por lo tanto, su posicin en la sociedad. En la escala de dignidad propuesta porReyes, quien ms alto est, quien puede llegar a ser considerado como persona, es aquelque se ha cultivado y ganado individualmente; los que no lo han hecho son calificados comocaricaturas de hombre. Siguiendo la argumentacin del explorador, se puede concluir fcilmen-te que los indgenas son vistos como caricaturas, por ende, en el futuro sern dispuestos enlos mrgenes tanto de la sociedad, como del sistema econmico e intelectual. En ese pro-ceso no importar que algunos hayan sido vistos como dciles, amigables, preocupadospor el futuro o inteligentes porque las polticas de modernizacin vern a todos los gruposde la misma manera, como salvajes.

    Finalmente, en este proceso de representacin, el argumento de La ley de las compensacionestiene como objetivo convertir en sentido comn la forma en que los letrados conciben ladignidad humana. A travs de dicha Ley se pretende imponer al conjunto de la poblacin,indgenas incluidos, los principios del individualismo moderno como nica forma de evaluarel grado de civilidad de un sujeto o de una sociedad, negando al mismo tiempo cualquierproceso de subjetivacin en el que primen los lazos de identificacin comunitarios sobrelos del individuo en s mismo. De esta manera, en cuanto escala de valoracin, dicha LeyUniversal va a determinar y guiar el tipo de programas que el Estado-nacin aplicara a lospobladores locales y la posicin que stos van a ocupar en el proceso de incorporacin yapropiacin de la regin.

    3.3.3.3.3. PROGRPROGRPROGRPROGRPROGRAMAS DE INTEGRAMAS DE INTEGRAMAS DE INTEGRAMAS DE INTEGRAMAS DE INTEGRAAAAACIN ECONMICA YCIN ECONMICA YCIN ECONMICA YCIN ECONMICA YCIN ECONMICA YTRTRTRTRTRANSFORMAANSFORMAANSFORMAANSFORMAANSFORMACIN SOCIAL: LA CUESTIN DE LACIN SOCIAL: LA CUESTIN DE LACIN SOCIAL: LA CUESTIN DE LACIN SOCIAL: LA CUESTIN DE LACIN SOCIAL: LA CUESTIN DE LAGOBERNABILIDGOBERNABILIDGOBERNABILIDGOBERNABILIDGOBERNABILIDADADADADAD

    Como se vio en el apartado anterior, la Amazona fue representada como una zona que, apesar de tener un temperamento malsano en algunas subregiones, posea a lo largo y anchode su territorio abundantes riquezas. Este hecho, aunado a la descalificacin de los indge-nas, hizo que los exploradores/letrados expusieran como una necesidad promover la migracinde personas ajenas a la regin, ya fueran colombianas, europeas o asiticas, con el fin deempezar a transformar el ordenamiento espacial encontrado e integrar, absorber o educar alos pobladores locales. En ese afn por apropiarse de la regin e instaurar en ella la civiliza-cin, adicionalmente se plantearon otros mecanismos y programas de transformacin socialy econmica. As, encontramos proyectos para crear haciendas, colonias y estaciones agrcolas y/o ganaderas, la construccin de caminos y ferrovas nacionales e internacionales que promovieranla comunicacin interna entre todos los pases de Sudamrica y el comercio intercontinentaly mundial a travs de la navegacin. Finalmente, la construccin de grandes ciudades o metr-polis.

    6 Triana caracteriza su anttesis irnica de la siguiente forma: Si en la tierra fra la vida es ms lenta, los productos ms selectos y elpensamiento es ms profundo, aunque ms laborioso y tardo, tambin el proceso de la civilizacin es perezoso, pero firme...[porque]...no se edificael palacio de la industria sobre arenas de oro, sino sobre el pedernal que mella la pica de acero...Por esta anttesis irnica, no hay pueblos poderososque pisen sobre tesoros gratuitos... (Triana 1907: 58).

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    En la nueva conquista de la Amazona y con el fin de matizar la preponderancia del interseconmico, en el momento de expresar abiertamente su deseo por explotar los recursos dela regin, los letrados siempre recurrieron a enunciados de carcter tico: el progreso ybienestar de la patria, el ejercer la soberana nacional y, en el caso bastante ambiguo deRafael Reyes, el autor lleg incluso a invocar fines humanitarios de corte mundial como lashambrunas que ocurran en Asia por las malas cosechas; con este tipo de argumento, Reyessustent moralmente su proyecto de crear estaciones agrcolas en las cuales los indgenasseran utilizados como mano de obra barata, por no decir esclava. Reyes expone sus deseosde la siguiente manera:

    ...no puede con justicia y razn defenderse la tesis de que deben permanecer sin que la humanidad losbeneficie seis millones y medio de kilmetros cuadrados de un territorio que tiene todas las riquezas delglobo y que est despoblado completamente, mientras en otras partes del mismo, en la India y China, hastaen Japn, mueren seres humanos cuando hay una mala cosecha, por falta de alimentacin. El progreso dela humanidad y las facilidades cada da mayores de la comunicacin entre las ms remotas poblaciones delglobo, facilitaran que se haga la colonizacin de la hoya amaznica en convenientes condiciones... (Reyes1914b: 146-147).

    Este argumento tambin permite observar la posicin que Reyes otorga a la regin a nivelnacional y mundial, la cual consiste en verla como un sitio netamente extractivo, proveedorde recursos, pero en el cual realmente no se espera instaurar una sociedad que se denomi-ne nacional o global. En ella no se producira conocimiento, ni habra grandes ncleos depoblaciones; al contrario, ella dependera de los dictmenes de los gobernantes de lasciudades histricamente establecidas en la regin andina o de los provenientes de las capi-tales del mundo. En fin, va a ser un lugar de paso simplemente.

    En contraposicin, los proyectos de Triana propenden al ejercicio real de la soberana nacio-nal. Para l, lo importante es hacer que quienes habiten en la Amazona sientan un verdade-ro compromiso con la repblica. Por lo tanto, los indgenas y colonos no deben ser vistosnicamente como mano de obra, obreros, jornaleros, campesinos, etc., sino que hay queencauzarlos en un proceso educativo en el cual se les d las herramientas bsicas paraentender, respetar y acatar las leyes colombianas, conocer las costumbres de los habitan-tes de las dems regiones del pas con el fin de homogeneizarlas y, finalmente, ensearles eltamao y los lmites del territorio nacional. As, mientras Reyes slo quiere trabajadores,Triana busca un cambio ontolgico en los indgenas para convertirlos en ciudadanos co-lombianos7 , creyendo asegurar, de esta manera, el xito de proyectos como la creacin dehaciendas ganaderas, colonias agrcolas y la construccin de caminos como medios de incorpora-cin social y espacial de la regin a la nacin. Adicionalmente, hay que resaltar que elmanejo de estas empresas recaera ante todo en las personas que trabajasen en ellas y noen el mandato de personas forneas al lugar o que fuesen escogidas de antemano paradirigirlos, ya que el tipo ideal de organizacin social, tanto en las colonias como en la cons-truccin y mantenimiento del camino, es el comunitario, no el jerrquico; aunque cada cualtendra propiedad individual sobre la tierra.

    En la misma lnea de pensamiento de Triana se encuentra Codazzi, quien est interesado enpromover una sociedad estable e igualitaria, esta vez no nacional sino cosmopolita, en el

    7. Para un anlisis ms detallado del pensamiento de Triana vase: Santoyo, A. 1999: Paisajes presentes y futuros de la AmazonaColombiana: la lectura de Miguel Triana en 1907, en: Revista de Antropologa y Arqueologa. Vol. 11. No. 1-2.

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    corazn de la regin. Para l, construir caminos, impulsar ncleos urbanos que devengan engrandes ciudades y, ante todo, explotar intensivamente el suelo son los mecanismos paralograr ese ideal.

    Sin embargo, para instaurar haciendas y estaciones o colonias agrcolas, los exploradoresconcuerdan en la necesidad de realizar trabajos previos de adecuacin tanto del terrenocomo del clima, es decir, de hacer habitable para las personas provenientes de la reginandina la llanura amaznica. Para Codazzi y Reyes no tiene sentido trabajar nicamente enel piedemonte, ya que lo que ms les importa, a pesar de sus diferencias en cuanto a orga-nizacin social y rol de la regin, es abrirla al comercio mundial. Debido a su preocupacinpor generar una conciencia nacional fuerte y un cierto temor ante la influencia de Brasil yPer, el nico que pens slo en el piedemonte fue Triana.

    Al contemplar los trabajos de adecuacin o transformacin del temperamento malsano de lallanura amaznica, el tema de la migracin surgi con mayor fuerza en el pensamientonacional. Aunque era inevitable ver morir por diferentes enfermedades a los trabajadores, elproblema de cmo adelantar las obras sin tener tantas vctimas llev a Codazzi y Reyesespecialmente, a discurrir sobre las virtudes y defectos fisiolgicos y adaptativos de gruposhumanos de todo el mundo.

    Con el fin de descuajar la selva, encauzar ros y desecar cinagas y pantanos, principales focos deinfeccin segn Codazzi, ste plantea dos soluciones cuyos resultados slo se veran en unplazo muy largo. As, traer poblacin mestiza de la zona andina, especialmente de las regio-nes de clima templado, y dejar tiempo a la naturaleza para que se estabilice son los nicosmecanismos que encuentra. Esta actitud, que se debate en una lnea entre esperanza ydecepcin, la expresa al escribir:

    ...pero todo esto se modificar [el temperamento malsano] cuando una poblacin numerosa haya tumbadolos viejos rboles de la selva, desecando las cinagas y pantanos y encajonando los ros que en la actualidadpreparan el terreno a las generaciones futuras con su cambio continuo rellenando los antiguos cauces yformando otros en lugares ms bajos para rellenarlos tambin con los despojos y acarreos de las tierras queconstantemente bajan de las alta serranas y que segn su paso y volumen se van depositando gradualmen-te en los terrenos bajos... (Codazzi 1857a: 201).

    Con un pensamiento ms pragmtico, Reyes propuso dos etapas bastante diferentes en elproceso de colonizacin de la Amazona, cada una de ellas con un tipo de poblacin espe-cfica. La primera, dedicada a transformar las condiciones climticas de la selva, se caracte-rizaba por promover la migracin de personas de raza asitica o de los climas tropicales deColombia, a quienes ve como los nicos aptos para adaptarse al medio ambiente de laAmazona y soportar las fiebres paldicas y la temperatura muy alta; de no traer a estas personas,los pases con territorios en la cuenca amaznica tendran que dejar al libre albedro decriminales y bestias a los pobladores locales. En abierta contradiccin con lo que habaexpuesto como fines morales, frente a la migracin asitica, Reyes expresa ciertos reparos,ya que la percibe como una medida que slo se tomara en caso extremo porque representaun peligro en cuanto al tipo de valores y costumbres que posee, pues plantea que se tratade pueblos guerreros que actan como hordas que devoran y arrasan con todo lo que encuentran. Porlo tanto, en el caso de llevar a cabo tal proyecto, ste debera darse en el marco de lacreacin de una legislacin especfica que no les permita deambular libremente y que lossujete a un trabajo dirigido por personas de raza blanca residentes en el piedemonte andino.

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    La segunda etapa de la colonizacin se dara una vez que se haya logrado cambiar el climade la regin. En ella participaran principalmente personas mestizas y blancas, quienes se-ran las encargadas de crear y dirigir las estaciones agrcolas en las cuales se produciran yexplotaran cultivos tanto endmicos como forneos de la Amazona. Igualmente, en estapoca se intensificara el comercio entre los pases sudamericanos y el mundo, ya que paraese entonces se habra construido un sistema de interconexin que incluira caminos, ferrovasy ros navegables. Ese momento ideal, el cual justificara los esfuerzos mencionados y su-puestamente la muerte de miles de personas porque se habra logrado la integracin inter-na y mundial del continente americano, lo describe Reyes de la siguiente manera:

    ...supongamos ya terminado el Ferrocarril Internacional, y que un viajero sale de Nueva York, atraviesalos Estados Unidos, Mxico, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Colombia, Ecua-dor, Per, Bolivia y llega a la Argentina. En Buenos Aires se embarca en el Ro de la Plata o Paran, y subeste despus de atravesar el Paraguay para buscar la comunicacin con el Tocantins...baja por este alAmazonas; busca el Trompetos, por l visita las Guayanas; busca los ros Madera y Per. Por el Tigre, elPastaza y el Napo visita Ecuador; por el Caquet y el Putumayo, a Colombia; y a Venezuela por el roNegro, y subiendo ste hasta encontrar el Casiquiare que lo comunica con el Orinoco, pasa a ste, busca suafluente el Meta, lo sube en vapor hasta Cabuyaro, a 60 millas de Bogot, capital de Colombia, y volviendoal Amazonas por la misma ruta, llega a la ciudad de Iquitos y toma all el vapor trasatlntico, que, sintransborde, lo llevar al puerto de Liverpool... (Reyes 1902: 33).

    As como el viajero del anterior relato, Reyes crea que fluiran por la Amazona el intercam-bio de mercancas, el dinero y la civilizacin hispana con mpetu comercial. En contraposi-cin a estos ideales, los proyectos de Triana eran mucho ms modestos y hasta ciertopunto realizables, como lo demuestran el camino y las colonias agrcolas que realmente secrearon algunos aos despus de su viaje a la regin.

    El camino, al ser una empresa que demandaba gran cantidad de mano de obra, se convirtien el motor de la colonizacin del piedemonte y en un sistema de transformacin social yeconmica importante, ya que para su construccin se emple tanto a campesinos y habi-tantes de las ciudades de la regin andina, como a los indgenas sibundoyes, santiagueosy los colonos preexistentes en el valle de Sibundoy. As, a medida que se adelantaba sutrazo, se iban adjudicando tierras a lado y lado de la va a los trabajadores, quienes, con elpaso del tiempo y una vez finalizada la obra, radicaban definitivamente en la regin, lo queimplicaba tambin la transformacin del paisaje. ste pas de ser un lugar supuestamentedespoblado a otro en el cual se empezaban a observar pequeos campos de cultivo.Adicionalmente, Mocoa, ciudad que haba tenido cierto crecimiento durante la poca de laexplotacin quinera, experimentaba el reflorecimiento econmico.

    En el pensamiento de Triana, las colonias agrcolas significaban la posibilidad de sembrar cul-tivos que en ese momento eran los mejor pagados en el mercado nacional e internacional.As, la siembra de caf, cacao, caa de azcar, yuca, maz y pastos artificiales era la oportu-nidad de hacer entrar a la regin una cantidad de dinero significativa que promoviera sucrecimiento econmico sostenido. De otra forma, teniendo en cuenta que quienes trabaja-ran en las colonias eran ms que todo los indgenas, stas implicaban el cambio de suscostumbres, pues, simple y llanamente indgenas y colonos agricultores quedaran vincula-dos al sistema productivo capitalista, el cual era diferente al que ellos posean; aunque sedebe reconocer que no les era totalmente ajeno porque ya lo haban experimentado osufrido ms bien durante la poca de la quina y el caucho.

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    Sin embargo, ms all de ser sistemas de integracin y produccin, las colonias, el camino y lapoltica educativa mencionada anteriormente, fueron mecanismos para controlar y discipli-nar a la poblacin indgena y a aquellas personas provenientes de otras partes del pas,porque, al igual que suceda con las precauciones de Reyes ante la migracin asitica, quie-nes eran beneficiados con estas empresas deban obedecer a un sistema de normas deter-minado y demostrar un comportamiento frente al trabajo, que iba ser medido en las utilida-des que dieran los cultivos o en el estado en que se mantuviera el camino. Por otro lado, hayque tener en cuenta que con estas empresas se pretenda promover el trato constanteentre campesinos, ciudadanos de los Andes, indgenas y colonos de la regin. Esto con elfin de ir creando lazos de unin comunitaria que garantizaran la solidaridad en la regin;aspecto que en ningn momento interes a Reyes.

    Con las colonias, los indgenas dejaran de vivir de forma dispersa a lo largo de los ros y elpiedemonte para ser congregados en territorios muy especficos como los terrenos ubica-dos entre los puertos de Guineo y el Limn. Esta zona se escogi porque Triana la considercomo la ms importante desde el punto de vista geoestrtegico, ya que a travs de ella sepoda salir fcilmente por los ros hacia el corazn de la Amazona, especialmente a lasciudades y mercados de Iquitos y Manaos que eran los ms grandes en ese entonces. Atravs de los ros Orteguaza, Caquet y el camino de Florencia, se comunicara con el Huila.Por lo tanto, era una ruta hacia el norte del pas. Finalmente, esta zona sera el punto al cualllegara el camino que saldra de Pasto, bordeara el valle de Sibundoy y pasara finalmentepor Mocoa. En conclusin, se pretenda formar un gran polo econmico basado en la agri-cultura en el cual tambin existiera un sentimiento de pertenencia y comunidad entre todossus pobladores.

    Si bien Triana no estaba interesado en promover la colonizacin de la llanura, se puedeobservar que sta desempeaba un papel importante en su pensamiento, ya que era laprincipal salida y punto de venta de la produccin de las colonias. Sin ella, no sera posible elcrecimiento y la estabilidad que espera impulsar en la regin. Triana comparta en estesentido con Codazzi la preocupacin por instaurar un comercio intrarregional fuerte, quepermitiera poco a poco convertir el corazn de la Amazona en un sitio de primer orden anivel mundial. Condicin que implicaba, segn Codazzi, la generacin no slo de productosagrcolas, sino de conocimiento y cultura.

    Para este ltimo explorador y quien fue el primero de los tres en recorrer la regin, stadeba crecer a partir de la instauracin de haciendas que luego dieran paso a la fundacinde villas y ciudades, cuyos pobladores seran todos los americanos que trasmontaran lacordillera y realizaran, en conjunto, los trabajos necesarios para transformar la selva. Supresencia absorbera a los indgenas, que, como se recordar, eran vistos como una pobla-cin dbil. En cierta medida, Codazzi cree en la importancia y vitalidad de una gran razaamericana mestiza (idea bastante comn en los letrados latinoamericanos del siglo XIX y lasprimeras dcadas del XX), capaz de generar un modo de vida propio y un pensamiento decarcter universal. Sin embargo, no se puede olvidar que para l la transformacin es untrabajo que no depende solamente del ser humano. La naturaleza, con sus ciclos, tambines importante. Un primer ejemplo de ese proceso de transformacin lo presenta al escribir:

    ...desde que la civilizacin haya penetrado en estas selvas, el cambio ser completo, hasta el clima... seconvertir en delicioso y saludable; entonces se ver prosperar al lado de las papas que cultivan los indios deSebundoy, grandes campos sembrados de trigo y haciendas de caf, mientras que en las partes donde nace

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    espontneo el cacao silvestre habr una extensin considerable de este rbol, cuyo fruto es tan apetecido enel mercado extranjero: a su lado se cultivar la canela, los clavos y las especias ms preciosas de la India yall mismo se vern las grandes siembras de algodn, maz y pltano que por s solas bastaran paramantener cmodamente 23 millones de habitantes donde hoy vegetan en la ms crasa ignorancia apenas50 mil almas condenadas al estado salvaje... El transcurso de los siglos prepara para las generacionesfuturas los terrenos ms feraces para toda clase de agricultura en un clima entonces benigno y siemprefavorecido de las evaporaciones del ocano que les invierta abundantes aguaceros tanto para refrescar lastierras heridas por los rayos solares... cuanto para facilitar la germinacin, desarrollo y completa madurezde las plantas que la mano del hombre confiar en el seno de una tierra que tiene ahora y tendr despusmuchos metros de un limo frtil y productor de todo lo que se siembra y prospera en la India, la Amrica yla Europa... (Codazzi 1857a: 204).

    Esto es parte del futuro que Codazzi desea para la Amazona. Solamente faltan en l losbuques y ferrocarriles que garanticen el encuentro entre los habitantes de los pases sud-americanos, al tiempo que las ciudades en las cuales florezcan a la par artes, economa yciencia. En fin, la representacin y los programas de transformacin propuestos por l es-tn atravesados por el ideal del hombre ilustrado y moderno, aquel que sabra cultivar yperfeccionar su destrezas materiales y espirituales de la mejor forma posible, es decir, ejer-cindolas con equilibrio, mesura y decoro.

    Para finalizar esta presentacin, vale la pena traer a colacin una ltima imagen utpica,quizs la que ms rond la cabeza de americanos y europeos al pensar en el futuro de laAmazona hasta finales de la dcada de 1960 y comienzos de la de 1970 aproximadamente,cuando el surgimiento del pensamiento ecologista y la conciencia ambiental empieza aimponerse a nivel mundial y a cambiar el pensamiento frente a ella y sus pobladores.

    Es en esta poca grandiosa de una navegacin interior tan extensa como variada por sus grandes ramifi-caciones que se encontrarn en la hoya del Amazonas en los buques de vapor y en los ferrocarriles los hijosdel Brasil con los del Paraguay, Montevideo, Buenos Aires, Chile, Bolivia, Per, Ecuador, Venezuela yNueva Granada que habrn concurrido al gran mercado interno que abarque a toda la Amrica Meridio-nal, y las orillas del primer ro del Universo, hoy silenciosas e incultas, estarn llenas de las obras delhombre que habr convertido las antiguas selvas en tierras labrantas, pueblos, villas, ciudades, agriculto-ras unas, artistas otras, y comerciales todas, en que la ilustracin y la riqueza habrn marchado a la parcon las artes, los descubrimientos y las ciencias (Codazzi 1857a: 199).

    4.4.4.4.4. COMENTCOMENTCOMENTCOMENTCOMENTARIOS FINALESARIOS FINALESARIOS FINALESARIOS FINALESARIOS FINALES

    Como se recordar, al inicio de este artculo, hemos formulado la hiptesis de que el pen-samiento de las lites colombianas en torno a la Amazona es un discurso colonial, entendien-do este concepto en el sentido que le da Homi Bhabha. Para comprobar esta hiptesis, porun lado, hemos desconstruido las representaciones encontradas en algunos textos quese escribieron sobre la regin en la segunda mitad del siglo XIX, y por el otro, puesto enevidencia los campos enunciativos que subyacen en las representaciones tanto de los ind-genas o pobladores de la regin, como en la condicin presente y futura de la regin en elcontexto de la formacin de la nacin colombiana.

    En trminos generales, se puede concluir que los principales campos enunciativos que fun-damentan la conceptualizacin que se hace de los indgenas y del rol de la regin son: eleconmico en la variante del capitalismo y el moral burgus con una clara y recurrente

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    tensin entre una concepcin medianamente liberal de la igualdad social y otra de tipoconservador en la que, a priori, se acepta y promueve un sistema social jerrquico o decastas. Un tercer campo enunciativo comn a Codazzi, Reyes y Triana es evolucionista,pues proyecta sobre la sociedad la idea del progreso social que se puede calificar de utpi-ca, ya que se plantean, en un tiempo bastante corto, transformaciones de tipo ontolgico ysocial para los indgenas.

    Como ejemplo de la forma en que se entrelazan estos tres campos de enunciacin en lacreacin del imaginario nacional sobre la Amazona, recordamos las conceptualizacionesque se hacen de la poblacin (tanto de indgenas como de colonos) y de la naturaleza, y, enun nivel ms abstracto, de las relaciones entre sociedad y naturaleza. Respecto a estasltimas, los autores piensan que las cualidades fsicas y temperamentales de la naturalezatienen un efecto determinante sobre las cualidades sociales y morales humanas. Este prin-cipio se evidencia en la constante alusin que hacen a la idea de que la naturaleza de laregin, calificada de desbordante, exuberante y de temperamento malsano, es la causa delestado salvaje o de barbarie en que se encuentran los indgenas, ya que sta, cotidianamente,los provee de todos los elementos necesarios para vivir, y eso impide que ellos sean cons-cientes de la importancia que tiene el trabajo para la formacin del individuo y la sociedad.

    Es importante tener en cuenta que la idea de determinacin causal del medio sobre lasociedad no es aplicada exclusivamente a la descripcin de las condiciones que los ex-ploradores encuentran en la Amazona. Por el contrario, tambin es utilizada en las justifica-ciones que se dan al proponer la migracin de campesinos de la regin andina hacia laAmazona. Sutilmente se llega a concebirla como un principio intrnseco del desarrollo de lahumanidad, tal como se puede deducir del intento de definicin de un principio de evolu-cin social que, en el caso de Reyes, corresponde a su Ley de las compensaciones y en el deTriana, a la anttesis irnica. Con estos principios, los autores privilegian las sociedades quehan forjado su capacidad de trabajo e invencin tecnolgica bajo la presin de condicionesambientales desfavorables. Si se plantea el proceso de complejidad social bajo estos auspi-cios, entonces se crea una jerarqua evolutiva de las sociedades en la cual las nacionesoccidentales y capitalistas son el modelo que deben seguir las dems sociedades.8

    Desde esta posicin, las lites promueven un discurso civilizador que distingue y valoradiferentes categoras de la poblacin en funcin de su cercana al ideal occidental, y queapunta a la transformacin de la sociedad colombiana en el sentido de una mayorhomogeneizacin biolgica y cultural en favor de este ideal. De ah resulta la importanciaque tiene para los autores el problema de la migracin. Desde luego, las siguientes pregun-tas subyacen en sus discursos: Qu personas llevar a la regin? Qu cualidades se requie-ren para transformar la naturaleza, construir vas de comunicacin, explotar las materiasprimas existentes y establecer ncleos de poblacin? Quines estn mejor preparadospara dirigir la siembra de grandes campos de cultivos, las colonias agrcolas y las haciendasque se piensan utilizar como mtodos de apropiacin de la regin? En qu medida el tratocotidiano entre colonos e indgenas ayudar a que stos se aproximen al estilo de vida delos primeros?

    8 En la segundad mitad del siglo XIX, los principales ejemplos de estas naciones son los Estados Unidos de Amrica, Francia,Inglaterra y Espaa. Cada una de ellas tiene sus adeptos segn el grado de importancia que se dio al liberalismo econmico,la religin catlica o al sistema poltico. Cabe decir que las hibridaciones o mezclas entre estos modelos estaban tambin a laorden del da.

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    En respuesta a estas preguntas, los autores confan a los migrantes por lo general cam-pesinos de la regin andina y de los valles interandinos convertidos ahora en colonos latarea de iniciar el proceso de asimilacin de los indgenas a travs del mestizaje biolgico ycultural y la de transformar la selva mediante el uso de tcnicas de cultivo y de apropiacinde la tierra propias de sus regiones de origen; son stas la ganadera, la siembra de pastos,la agricultura extensiva de monocultivos y la fundacin de pueblos con propiedad privadade la tierra. Estos cambios son concebidos como un proceso a largo plazo que exige laplanificacin de diferentes etapas y que implica la divisin social promovida por las lites.

    As, a grandes rasgos, la primera etapa se dedica a la extraccin de los productos de laselva, la construccin de vas terrestres y la tala del bosque con el fin de crear espaciosabiertos donde empezar a cultivar y a eliminar el aspecto malsano de la regin para hacerlahabitable a la raza blanca; este proceso comienza por el piedemonte y de ah desciendehacia la cuenca del ro Amazonas. En esta fase, se piensa ante todo traer trabajadores delos valles interandinos y de la costa pacfica, quienes, por habitar en zonas tropicales, secree que fisiolgicamente son los mejor adaptados para afrontar los rigores de la naturalezaamaznica.

    La segunda etapa tiene como objetivo la instauracin de colonias y haciendas agrcolas conel uso de mano de obra proveniente de la regin andina y familiarizada con el trabajo agr-cola en tanto peones de haciendas. Esta poblacin inmigrante empezara el proyecto deasimilacin de los indgenas, ya que cotidianamente y en el trabajo estara en contacto conellos. Adicionalmente, los hijos de estos dos grupos asistiran juntos a la escuela, lo quepromovera el aprendizaje de nuevos preceptos de la vida cotidiana por los indgenas, dequienes se esperaba menor capacidad de comprensin. La sedentarizacin de las bandasde cazadores y horticultores en torno a las haciendas y poblados es un objetivo suplemen-tario en esta fase.

    Finalmente, la tercera etapa comenzara en el momento en que miembros de la raza blanca,como los denomina Reyes, instauran sus empresas y centros de negocios en la regin, esdecir, en el momento en que los detentores de la civilizacin y del espritu capitalista deproduccin se asientan en la misma y dejan de pensarla como simple lugar de extraccinpara comenzar a concebirla como opcin de vida y posible centro de reproduccin social yeconmica de la misma ndole que las nacientes ciudades andinas.

    Sin embargo, los planteamientos de esta tercera etapa son de naturaleza puramenteenunciativa y no implican su ejecucin prctica; a nuestro parecer tienen solamente unafuncin discursiva de ocultacin. A travs de estos enunciados, las lites se dan una fun-cin en el proceso de colonizacin diferente a la que estn efectivamente realizando. Ellasno solamente no sern las ltimas en instaurarse en la regin, quizs nunca lo harn; alcontrario, tratan de ocultar el hecho de que son ellas quienes estn construyendo y pla-neando toda la empresa de colonizacin. Su accin est en el comienzo y no en el fin delproceso de integracin.

    En sntesis y a modo de generalizacin, el pensamiento civilizador es parte de un procesode subordinacin que empieza por la descripcin del presente y contina con los planeshacia el futuro. A pesar de que este pensamiento incluye los ideales de una regin cosmo-polita lugar de creacin de sociedad, cultura y riqueza , el proyecto que prevalecer esel de la extraccin econmica e implantacin de relaciones sociales jerrquicas y de depen-dencia administrativa de los centros urbanos andinos. Esta subordinacin es el comienzo

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    del proceso histrico de marginacin de la regin en el contexto de la nueva repblicasupuestamente igualitaria.

    La marginacin comienza en el seno mismo de las discusiones y debates que se dan entorno a aspectos como el de la migracin o bsqueda de trabajadores aptos, desde elpunto de vista fisiolgico, para transformar las condiciones ambientales descritas por losexploradores. Por otra parte, se caracteriza por el deseo de llevar a cabo planes de naciona-lizacin que, si bien podran ser concebidos como soluciones originales para condicionesextremas, van en contra del inters de construir un lazo social de tipo nacional, en el cual lahomogeneidad e igualdad son los derroteros de toda sociedad que pretende portar el adje-tivo de nacional.

    BIBLIOGRBIBLIOGRBIBLIOGRBIBLIOGRBIBLIOGRAFAAFAAFAAFAAFA

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    Triana, Miguel 1907: Por el Sur de Colombia. Expedicin pintoresca y cientfica al Putumayo. Pars,Garnier Hermanos, Pars.

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    por Claude Auroi, Instituto Universitario de Estudios del Desarrollo(IUED), Ginebra, Suiza.

    1.1.1.1.1. INTRODUCCININTRODUCCININTRODUCCININTRODUCCININTRODUCCIN

    El caso Marbial trata de un proyecto de desarrollo educativo en el medio rural de Hait quetena en cuenta aspectos de cooperativismo agrcola, salud y alimentacin. Hubo muchosproyectos de este tipo en el mundo, pero en este caso lo relevante es que tuvo lugar entre1947 y 1949, al inicio de las acciones de desarrollo de la Naciones Unidas. Por lo tanto, se lopuede utilizar como un laboratorio histrico para estudiar las razones de su fracaso y de suclausura despus, slo dos aos de funcionamiento siempre catico, desordenado y, sobretodo, con conflictos internos de tipo religioso y personal. Muchos elementos seentrechocaron en el proyecto Marbial, y nadie, ni los actores institucionales ni los socialessupieron guiar el proyecto; el timn se qued a disposicin de cada uno por su cuenta. Laspoblaciones casi no aparecen en este psicodrama. El pueblo de Marbial es a veces evocadocomo pretexto y, a veces, como vctima, pero la mayora del tiempo parece simplementeolvidado. Desde esta poca se ha aprendido mucho del manejo de proyectos y en materiade participacin, pero bajo formas diferentes siempre reaparecen las peleas de gallos en elgallinero de los pueblos olvidados.

    2.2.2.2.2. PROYECTO MARBIAL: PRESENTPROYECTO MARBIAL: PRESENTPROYECTO MARBIAL: PRESENTPROYECTO MARBIAL: PRESENTPROYECTO MARBIAL: PRESENTAAAAACINCINCINCINCIN

    2.1.2.1.2.1.2.1.2.1. LAS INTENCIONESLAS INTENCIONESLAS INTENCIONESLAS INTENCIONESLAS INTENCIONES

    El Proyecto Piloto de la UNESCO en el Valle de Marbial, Hait, se cumpli entre 1947 y1949 bajo la responsabilidad de la UNESCO. (1) Era un proyecto de educacin fundamen-

    IIIIIDEOLDEOLDEOLDEOLDEOLOGAS, REPRESENTOGAS, REPRESENTOGAS, REPRESENTOGAS, REPRESENTOGAS, REPRESENTAAAAACIONES YCIONES YCIONES YCIONES YCIONES YREALIDREALIDREALIDREALIDREALIDAD: EL INICIO DE ERRORES ENAD: EL INICIO DE ERRORES ENAD: EL INICIO DE ERRORES ENAD: EL INICIO DE ERRORES ENAD: EL INICIO DE ERRORES ENPROYECTOS DE DESARROLLPROYECTOS DE DESARROLLPROYECTOS DE DESARROLLPROYECTOS DE DESARROLLPROYECTOS DE DESARROLLOOOOO. EL CASO DE. EL CASO DE. EL CASO DE. EL CASO DE. EL CASO DEMARBIAL (HAIT) 1947-1949MARBIAL (HAIT) 1947-1949MARBIAL (HAIT) 1947-1949MARBIAL (HAIT) 1947-1949MARBIAL (HAIT) 1947-1949

  • CLACLACLACLACLAUDE AUROIUDE AUROIUDE AUROIUDE AUROIUDE AUROI

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    tal, lo que inclua aspectos ms generales del desarrollo como salud, agricultura e infraes-tructura.

    El proyecto intent fomentar el desarrollo para las poblaciones campesinas pobres, y sesupona que deba tener sus rplicas en la China y en Nyasaland (Malawi). Se trataba real-mente de la primera tentativa de las Naciones Unidas de fomentar una estrategia de desa-rrollo desde la base, abarcando una visin globalizante de la vida de los grupos humanosimplicados.

    Los objetivos del proyecto fueron enunciados en los siguientes trminos:

    Contribuir para que mujeres y hombres tengan vidas ms plenas y felices en armona consu entorno, desarrollar los mejores elementos de su propia cultura, y realizar un progresosocial y econmico que les permitiera ocupar su lugar en el mundo moderno (Resolucinde la Segunda Conferencia general de la UNESCO en Mxico, nov. de 1947, y Haiti PilotProject UNESCO, 26/2/48 - 375.001.1(729.4/011.1; trad. nuestra). (2)

    Los resultados deban ser aplicables o replicables en otros lugares de Hait y del Trpico,deban tener valor de demostracin. Se trataba de demostrar cmo un grupo de expertosde terreno puede romper el crculo vicioso que afecta a tantas reas subdesarrolladas, enlas cuales el costo de la educacin fundamental no puede ser cubierto por una comunidadque lucha en un contexto de economa de subsistencia (Haiti Pilot Poject, op.cit. pp. 2-5.; trad. nuestra).(3)

    A travs del desarrollo de la educacin escolar en lengua materna (el criollo), se pensabatocar mltiples temas de la vida cotidiana e introducir cambios en la higiene y la alimenta-cin de los nios y de sus familias, as como elevar el nivel tcnico del conocimiento sobrela agricultura, e iniciar un proceso de organizacin para la produccin mediante cooperati-vas y el trabajo en comn.

    2.2.2.2.2.2.2.2.2.2. LUGAR ESCOGIDOLUGAR ESCOGIDOLUGAR ESCOGIDOLUGAR ESCOGIDOLUGAR ESCOGIDO

    El Valle de Marbial se sita en el Sur de Hait, cerca de la cuidad de Jacmel, a 90 Km dePuerto Prncipe, la capital. Este valle angosto es parte de la cuenca de la Gosseline, un roque ms bien se convierte en torrente en los meses de lluvias, arrastrando las tierras culti-vadas de las pendientes muy empinadas del pequeo valle de 26 km2. En 1947 la poblacinera de 25.000 habitantes en el valle, 10.000 en Jacmel. En el valle mismo, las viviendas erande tipo disperso. Al empezar el proyecto, el acceso al lugar era difcil por el estado delcamino y las frecuentes inundaciones del mismo entre abril y noviembre. Las enfermedadestropicales como la malaria, el pian y varias formas de gastroenteritis afectaban a la pobla-cin de manera endmica.

    Cules fueron entonces la razones de colocar un proyecto piloto en un valle perdido deeste tipo? Se desprende de los documentos de la UNESCO que fue escogido justamentepor las dificultades de las condiciones ambientales reconocidas, mas no insuperables.Pero la razn principal es ms prosaica. Esta zona ya haba conocido experimentos deeducacin bsica en criollo.

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    2.3.2.3.2.3.2.3.2.3. EDUCAEDUCAEDUCAEDUCAEDUCACIN EN CRIOLLCIN EN CRIOLLCIN EN CRIOLLCIN EN CRIOLLCIN EN CRIOLLOOOOO

    Se necesita aportar aqu una explicacin con referencia a la educacin en lengua nativa. Laidea surgi precisamente a inicios de los aos cuarenta, cuando los Metodistas empezarona hacer del criollo un idioma escrito, con la ayuda del Dr. Franck Laubach, que haba hechouna experiencia de alfabetizacin en el idioma nativo en las Filipinas. l se fue despus aHait, estableci un mapa fontico y desde 1943 el gobierno apoy la educacin de losadultos en criollo. Se cre una Oficina de educacin de adultos en el Ministerio de Educa-cin, en la cual los Metodistas y Bautistas fueron muy activos. Las primeras clases empeza-ron con voluntarios, algunos manuales, y el Evangelio de Lucas traducido al criollo. Segnlos responsables de esta experiencia, el distrito de Marbial respondi muy activamente a laexperimentacin. Se constituyeron centros de educacin de adultos, en casas, mercados opequeas escuelas. As se formaron de 60 hasta 80 centr