179 CÓMO VER CON OTROS OJOS Y DISEÑAR DE OTRA FORMA HOW TO SEE WITH OTHER EYES AND DESIGN IN OTHER WAYS Cristóbal Edwards Licenciado en Información Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile _ Máster en Ciencias del Periodismo de la Northwestern University (EE.UU.). Profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile_ Director de Relaciones Internacionales de la Sociedad de Diseño de Noticias (SND)_ Fotógrafo y reportero freelance. Bachelor in Social Information, Pontificia Universidad Católica de Chile _ MSJ in Journalism, Northwestern University (Evanston, Illinois)_ Professor at School of Communications, Pontificia Universidad Católica de Chile _ Society for News Design’s Director of International Relations_ Freelance photographer and reporter. Admiración y también extrañeza suelen producirnos a los occidentales los jardines japoneses tradicionales. Con los mismos elementos intervenidos por el hombre de nuestros jardines —las especies vegetales, los áridos, el sustrato y el agua—, los principios de la estética zen que se aplican al arte nipón de imitación idealizada y conceptual de la naturaleza logran generar un resultado literalmente de otro mundo. Recorrí el centro de Japón en noviembre de 2012, cuando los 紅葉 (koyo: colores de otoño) del gingko, el alerce, los diversos tipos de arce y otros árboles de hoja caduca brillan de color rojo, naranja y amarillo. Los paseos, rincones y pabellones de té de los jardines, parques y bosques de Hiroshima, Kioto, Nara y Tokio ofrecen excelentes oportunidades fotográficas para observar algunos de los principios estéticos que se relacionan más íntimamente con el diseño. Aquí presento apenas siete, un núme- ro auspicioso en la cultura japonesa. No solo son valiosos para intentar acercarse y apreciar el alma de la cultura de esa nación del extremo nororiental de Asia, sino que pueden enseñarnos a ver nuestro propio diseño con nuevos ojos. Wabi-sabi: La sensación de serena melancolía y anhelo espiritual que un objeto provoca en el observador y que implica la aceptación de tres simples e innegables realidades: nada es para siempre, nada está terminado y nada es perfecto. Características de esta estética ―la más visible y esencial de la belleza tradicional japonesa― son la asimetría, la sencillez y la intimidad, entre otras. Dos maikos, aprendices de geisha, en el bosque de bambú Sagano, en Arashiyama, Kioto. DESTACADOS 侘寂