Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Filosofa
Seminario: Fedro, Platn-Sobre la retrica
Profesor: Franco Alirio Vergara
Estudiante: Nicols Cuevas
Sobre la retrica en el Fedro
El presente texto tiene como objetivo pensar detenidamente el
momento del dilogo que se presenta entre 257b -263b, el cual gira
en torno al problema de la retrica. Para desglosar cada uno de los
elementos que contiene esta seccin es pertinente dividir el texto
en tres partes: 1. La respuesta de Fedro a la palinodia de Scrates,
2. El mito de las cigarras y 3. Investigacin acerca de la retrica.
Todo esto bajo la tesis propuesta en el seminario, a saber, que el
Fedro es una prctica psicaggica.
Antes de iniciar conviene preguntarse cul es el lugar de esta
seccin en el dilogo, puesto que en este punto parece perderse la
unidad del mismo. Adems, el lenguaje deja de ser ornado y potico
para pasar a ser de tipo ms analtico. Bajo la tesis de que el Fedro
es una experiencia psicaggica, es posible afirmar que la unidad del
dilogo no se rompe, porque el tema del eros ha sido completamente
expuesto y dejado en el nivel ms alto que puede adquirir, a saber,
el nivel divino; despus de haber recorrido la experiencia del amor
en sentido mundano como en los dos primeros discursos y la
purificacin de los mismos en la palinodia. Ahora concierne hablar
de la retrica, puesto que al parecer los discursos declamados son
bellos, pero en realidad no se ha hablado sobre qu hace que un
discurso sea bello. As pues, es necesario examinar ese tema que es
de gran inters para los personajes, mostrando cul es el poder de la
retrica en el alma y cmo esta es la que le gua.
En el comentario de Griswold en Self-knowledge in Plato's
Phaedrus se anota que a pesar del cambio de lenguaje, la unidad del
dialogo se encuentra en el tema general, es decir, el
autoconocimiento. Puesto que este se hace por medio de discursos,
es necesario hablar sobre la retrica, e incluso el tema estaba
implcito desde el encuentro de los personajes cuando Scrates se
afirma como un amante de los discursos y Fedro se presenta como un
amante de los discursos bellos tambin.
1. La respuesta de Fedro a la palinodia de Scrates
A travs del dilogo cuando uno de los personajes termina un
discurso, se presenta una reaccin del oyente y el discurso se
convierte en tema de discusin. Sin embargo, es curioso que Fedro no
quiere discutir acerca del contenido de la palinodia., Ssu nica
reaccin hacia el discurso fue decir que estaba maravillado con la
belleza del mismo y que tema que si Lisias quisiese componer otro
discurso acerca del tema, no podra igualar la belleza de la
palinodia. Este comentario hace referencia a la forma del discurso
y abre un nuevo horizonte a discutir; el tema del eros pasa a
segundo plano y el tema de la retrica se vuelve el tema central.
Por el giro descrito anteriormente, parece que el dilogo perdiera
su unidad temtica, afirmacin que se debe pensar con cuidado porque
el eros y la retrica estn ligados.
El comentario de Griswold explica la conexin entre eros y
retrica., Eeste anota que en la palinodia ya estaba presente de
manera implcita la relacin entre los dos temas cuando Scrates
explica que el deseo del amante es seducir a su amado, ya que este
proceso de seduccin requiere de retrica, ya sea con propsitos
meramente banales o para que al alma del amado le nazcan alas.
Adems, el retrico tambin acta como un enamorado, puesto que quiere
guiar a travs del discurso a su audiencia a un objetivo deseado.,
Eeste punto se har ms claro en el transcurso del texto.
Ahora bien, para iniciar con el examen del tema que surge se
plantean dos preguntas en el dilogo, la primera: pPor qu no debe
dar pena dejar los discursos por escrito? Y la segunda es: cCul es
la manera de escribir bien? La primera pregunta se hace porque
Fedro dice que se le ha acusado a Lisias de escribe discursos
(loggrafo) y que ste, a causa de esa acusacin, podra dejar de
hacerlo por vergenza, puesto que la doxa dice que los hombres ms
sabios prefieren no dejar nada por escrito para que no se les acuse
de ser sofistas. Sin embargo, Scrates amplia el sentido de la
palabra loggrafo al plantear el ejemplo de los polticos, quienes en
bsqueda de reconocimiento y honor, lo primero que hacen al escribir
es darle crdito a los panengeristaspanegiristas, diciendo como
fueron elogiados por sus magnas palabras, es decir, no solo los
discursos escritos como el de Lisias son discursos retricos, porque
la retrica est presente en todas las acciones polticas. De esta
manera a nadie debera darle pena el dejar discursos por escrito,
porque quien hace un excelente discurso se vuelve inmortal, casi
como un Dios; por ejemplo Daro, el rey de Persia., Llo que genera
vergenza es escribir discursos de manera incorrecta.,
Pparafraseando a Scrates: cuando estos, los polticos, dicen magnas
palabras son aclamados y les es dado honor por todos;, por otra
parte, cuando lo hacen de manera errnea debern de dejar su oficio
de escritores de discursos e irse a llorar con sus familiares (258
b). Griswold expone que Fedro est conectando la retrica con la
poltica, los sofistas, la escritura, el honor y el reconocimiento
del pueblo; elementos que, como se expondr ms adelante, hacen parte
de la retrica vergonzosa o retrica sin arte.
Se dijo entonces que hacer discursos escritos no es ninguna
vergenza, pero s es penoso hacerlo de manera incorrecta, por lo que
se hace necesario examinar cul la manera correcta de escribir un
discurso. Cuando Scrates pregunta a Fedro si es necesario examinar
cmo sera la manera correcta de escribir, este le contesta con una
interesante afirmacin: dice que se vive por ese tipo de placeres y
no por los placeres corporales. De lo anterior se puede deducir que
el placer de la investigacin, del dialogo o de hacer bellos
discursos, es mayor que los placeres corporales, puesto que estos
ltimos traen dolor previo (Fedro cree que la filosofa no trae dolor
previo), tema ya discutido en la palinodia. Para el alma es ms
placentera la investigacin, puesto que esta hace que le nazcan
alas, no como los placeres corporales que, en exceso, evitan la
elevacin del alma. En esta seccin se muestra la pasin por los
discursos bellos de Fedro y Scrates, como se mostr desde el inici
de la obra en el preludio. Por lo tanto se hace necesario dialogar
acerca de la techne a la que le corresponde hacer bellos
discursos.
2. El mito de las cigarras
Desde el comienzo del dilogo se ha descrito detalladamente el
lugar en donde se encuentran los personajes: se dijo que se
encontraban una maana acostados bajo un pltano junto al ro Iliso, y
que las cigarras los escuchaban conversar. Adems se mencion que por
aquel lugar rondaban las musas. Ahora bien, en esta parte del texto
se hace una vez ms alusin a las cigarras, las cuales dice Scrates
parecen estar conversando entre s mientras cantan, y parece los
estuviesen observando.
Es menester leer detenidamente el mito y prestar atencin a sus
elementos para comprender la funcin que ste cumple en esta seccin
del dilogo. El primer elemento es la hora del da., Pparece que es
medio da, la hora donde hace ms calor provocando que la gente caiga
en la pereza dejando de lado sus tareas. El segundo elemento es el
canto de las cigarras, el cual es comparado por Scrates con el de
las sirenas, es decir, que aturde a quien lo escucha, lo encanta.
En el caso de las sirenas es una trampa donde quien queda encantado
es asesinado, mientras que en el caso de las cigarras quien lo
escucha entra en somnolencia, causando gracia a las cigarras. De
alguna manera se est exponiendo lo torpe que es una mente sedada,
no obstante, quienes filosofan a esa hora del da son escuchados por
las cigarras, las cuales son las mensajeras de las musas. Las
cigarras al morir le cuentan a las musas quien honr su msica.
Ahora bien, parece existir una cierta jerarqua en cuanto a los
temas que pertenecen a cada musa: las musas mayores, Calope y
Urania, son las de los asuntos ms importantes, a saber, el cielo,
los discursos humanos y los divinos; por ello es a ellas a quienes
las cigarras les informan quienes las han honrado llevando una vida
filosfica; una vida de autoexamen en bsqueda del autoconocimiento,
como anota Griswold. De esta manera, si Scrates y Fedro dedican
aquellas horas del da a la investigacin filosfica de la retrica,
las cigarras le contarn a las musas cmo estos laes honraron, motivo
que hace an ms pertinente filosofar a esa hora del da. Por tanto,
Scrates cuenta el mito de las cigarras para entusiasmar an ms a
Fedro y llevarlo hacia la filosofa. Desde la palinodia se haba
dicho que lo primero antes de hacer un discurso es la disposicin
hacia el mismo, en este caso ocurre lo mismo; Scrates debe hacer
que Fedro est en disposicin para la investigacin, por ello narra
una imagen para entusiasmarlo.
3. Investigacin acerca de la retrica
El dilogo contina con una disposicin ideal para el examen que
Scrates y Fedro estn por emprender. La pregunta con la que se
empieza la investigacin es la siguiente: No es necesario que, para
que est bien y hermosamente dicho lo que se dice, el pensamiento
del que habla deber ser conocedor de la verdad de aquellos sobre lo
que se va a hablar? (Platn. Fedro. 259d). En contraposicin a este
postulado, Fedro trae a la conversacin la misma tesis expuesta en
el dilogo Gorgias, donde se dice que el orador no necesita de
conocer la verdad de lo que est hablando, sino solo debe decir lo
que la doxa quiere escuchar, y no debe conocer lo que es bueno ni
verdadero, sino simplemente debe decir lo que se le parece a ello,
todo con el fin de persuadir a quien lo escucha.
Scrates propone un ejemplo para mostrar que si la retrica solo
(cuando puedes remplazarlo por solamente lleva tilde, si dices
estoy solo es sin tilde) tratara de persuasin, sin que el orador
conozca la verdad de las cosas que habla, podra llegar a ser un
arte absurdo. El ejemplo consiste en imaginar que Scrates tratase
de convencer a Fedro que compre asnos para batallar en la guerra,
sin embargo, no los llama asnos sino caballos. Como ni el orador ni
su audiencia conocen la verdad acerca de lo que se est hablando,
podran convencerse de que los asnos son caballos, y que sirven para
la guerra.; Llos personajes coinciden en que la situacin sera
ridcula. Entonces, llevando un poco ms all el ejemplo, si un orador
no conoce la verdad sobre lo que est hablando, y persuade a su
audiencia de que lo bueno es malo y lo malo es bueno, este estara
este cultivando la ignorancia en aquellos quienes lo escuchan, ya
que estos podran actuar de manera incorrecta creyendo que estn
actuando de acuerdo con el bien y la verdad.
Griswold expone que, cuando se tiene en cuenta el Fedro como un
todo, Scrates est mostrando cmo tener lo malo por bueno puede
llevar a destruir la capacidad del alma de ser virtuosa y feliz,
porque el confundir lo malo con lo bueno lleva a la destruccin de
esas capacidades. Para respaldar esta idea es necesario conocer que
el retrico es el gua del alma, esta tesis que ser desarrollada ms
adelante, y sin embargo ya implcita en la palinodia. Un ejemplo
pertinente es la relacin entre amante y amado: puesto que el amante
quiere que a su amado le salgan alas y trascienda, ha de saber qu
es bueno, porque si llegase a confundir lo bueno con lo malo, podra
llevar a su amado a la desgracia en vez de la bondad.
Lo que sigue al ejemplo en 260b, es un comentario de Scrates que
en primer lugar dice que se ha censurado en algn sentido el arte de
la retrica al desligarla del conocimiento de la verdad., Ddespus se
personifica a la retrica, se le da voz, y sta aconseja que quien
quiera vrselas con ella primero adquiera la verdad. Sin embargo,
hace dos aclaraciones, la primera es que ella no obliga a nadie que
no conozca la verdad a aprender a dar bellos discursos, y la
segunda es que quien conozca la verdad no por ello ser diestro en
el arte de la persuasin. Parece entonces que la tesis expuesta por
Fedro acerca de la retrica no es lo suficientemente fuerte, puesto
que no existe un arte retrico que sea simplemente persuasin si
desconoce la verdad de las cosas sobre las que versa. De esta
manera lo que se haba dicho atrs, acerca de la retrica vergonzosa y
sus elementos, se muestra como una retrica que se ha censurado, y
en realidad eso que se haba dicho era retrica es una retrica sin
arte.
Ahora bien, habiendo desmontado la tesis de Fedro acerca de la
retrica, es necesario investigar sobre lo qu es la retrica, buscar
argumentos que atestigen que es un arte. Para encontrar esos
argumentos Scrates suplica a las bien nacidas creaturascriaturas
que hagan caer en cuenta a Fedro de que la filosofa es el camino
para poder hablar sobre las cosas. E, sta splica muestra una vez ms
el carcter de enamorado de Scrates, quien desea llevar a su amado
hacia la filosofa y hacer de lo suyo un amor filosfico, un amor de
bellos discursos. Para continuar con el examen, Scrates pregunta a
Fedro:
Sc: - No es cierto que, en su conjunto, la retrica sera un arte
de conducir las almas por medio de palabras, no slo en los
tribunales y en otras reuniones pblicas, sino tambin en las
privadas, igual se trate de asuntos grandes como pequeos, y que en
nada desmerecera su justo empleo por versar sobre cuestiones serias
o ftiles? (Platn, Fedro 261b)
En la pregunta de Scrates est la respuesta a la pregunta qu es
la retrica? La retrica es el arte de guiar las almas a travs de los
discursos y puesto que el verdadero arte retrico busca guiar las
almas, entonces el retrico debe conocer la verdad sobre las cosas
que versa, para poder distinguir lo verdadero de lo falso. Esta
respuesta va acorde con la tesis propuesta en el seminario, que el
Fedro es una experiencia psicaggica, donde Scrates es el conductor
del alma de Fedro, esto querra decir que el maestro de Platn es
sabio en el arte de la retrica, a pesar de que diga que no posee
ningn arte de la palabra.
Por otra parte, Griswold agrega un nuevo elemento partiendo de
la tesis de que el Fedro se trata del autoconocimiento, sabiendo
que el retrico, siendoque es el gua del alma, es quien la conduce
al bien, ya que este debe conocer la verdad de las cosas. Entonces
el filsofo es su propio gua, es decir, al filosofar el filsofo
conversa consigo mismo, l es quien se persuade de que algo es
verdad o no. Por lo tanto, Scrates, el cualquien haba dicho que su
propsito es conocerse, lo que busca en realidad es guiarse a s
mismo hacia la verdad. La imagen de guiarse a s mismo tiene dos
partes, la parte del alma que conoce la verdad de las cosas, y la
parte que an no las conoce; la primera quiere guiarla hacia el
bien, por lo tanto lo hace con bellos discursos, como un enamorado
que seduce a su amante, mientras que la otra parte est dispuesta a
investigar hasta concluir que lo que se le dice es verdad.
Ahora bien, se podra postular la siguiente tesis acerca de lo
que es el Fedro: entendiendo el filosofar como un dilogo consigo
mismo, el Fedro podra ser la representacin de la experiencia del
lector o de cualquier persona que busca conocerse a s misma, el
dilogo sera la exposicin de la investigacin de un alma que
filosofa, en este caso acerca de la verdad sobre el eros y la
retrica. En la escena, Scrates sera la representacin de la parte
del alma que conoce la verdad y quiere guiar a la parte del alma
que an la desconoce, representada en el dilogo por Fedro. Para
argumentar la tesis es necesario revisar cada uno de los momentos
psicaggicos del dilogo, para al final saber si Fedro ha sido
persuadido por Scrates y en qu temas.
Continuando con el anlisis del texto, Fedro le responde a
Scrates que no haba escuchado lo que el acababa de decir
especficamente en esas palabras (cules palabras?), dice que haba
escuchado que la retrica era lo que se practicaba en los tribunales
y no en otros lugares, tal como se dice en el dilogo Gorgias.
Entonces Scrates se dispone a examinar qu es lo que se hace en los
tribunales, en los cuales quienes discuten hablan acerca de lo
justo y lo injusto; de esta manera quien pueda hablar con retrica
acerca de estos asuntos puede hacer pasar unas veces por injusto lo
justo y otras por justo lo que en realidad es injusto.
Sin embargo, el maestro de Platn muestra que no solo en los
tribunales surgen este tipo de problemas; e, expone que el arte con
el que hablaba Palamedes era capaz de hacer discursos sobre las
cosas y que parecieran nicas y mltiples, iguales y distintas,
inmviles y mviles.; Eesta caracterstica sobre el arte con el que
hablaba Palamedes muestra que no solo en los tribunales se presenta
la retrica, ese arte se aplica a todo lo que se dice, y quien lo
practica es capaz de hacer semejante todas las cosas entre ellas, y
tambin es capaz de desenmascarar a quien practica el mismo arte que
l (261 d-e) (esta muy largo esto, intenta dividirlo con puntos y
seguidos y conjunciones como: Ademas, ). Acaso Scrates no
desenmascar a Lisias en su primer discurso? E, esta pregunta apunta
a que probablemente el maestro de Platn es un retrico, y puesto que
practica aqul arte fue capaz de desenmascarar a Lisias, quien
tambin es un retrico.
Despus, Fedro pide que se desarrolle la idea de la retrica como
arte de todo lo que se dice. , Ppor lo tanto, Scrates explica paso
a paso que la oportunidad de engaar a alguien a travs de la retrica
se presenta en las cosas que se parecen unas a otras, porque es
difcil establecer diferencias entre ellas. El que domina el arte de
la palabra, es capaz de distinguir entre las opiniones y la
verdadera naturaleza de la cosa sobre la que versa. Puede engaar a
quien lo escucha haciendo relaciones poco a poco entre las cosas a
partir de sus semejanzas; porque si el orador no conociese la
verdad de las cosas podra salir engaado por las semejanzas de las
mismas. As queda demostrado que no existe algo as como un retrico
que no conozca la verdad de las cosas que habla.
Adems de conocer la verdad acerca de las cosas de las que habla,
el orador debe saber a qu tipo de alma se est dirigiendo; es decir,
el retrico debe conocer el campo de accin donde su arte posee ms
poder. Como se haba expuesto anteriormente, tiende a haber ms
discusin en las cosas que se parecen unas a otras, como por ejemplo
lo justo y lo injusto, y no se presentan problemas en cosas que son
evidentemente diferentes unas de las otras. A partir de lo
anterior, se puede deducir que la retrica tiene ms poder en los
discursos acerca de las cosas que fcilmente se confunden; , siendo
as, el retrico debe ser capaz de dividir sistemticamente las cosas
donde no se presentan confusiones y las cosasas que en las que s.
Si el retrico conoce los temas en los cuales su audiencia tiene
mayor confusin, es decir, si el retrico conoce la naturaleza del
alma a la cual quiere dirigir, es de mayor facilidad para ste
persuadirla.
Siguiendo una vez ms la tesis de que el Fedro es una serie de
eventos psicaggicos, se hace evidente que el psicagogo debe
practicar la retrica, entendida como un verdadero arte de la
palabra, porque es esta la que trata acerca de los discursos, los
cuales afectan el alma. El psicagogo debe poseer las caractersticas
que se han mencionado para un retrico, si las posee puede guiar el
alma de quien le escucha. Vuelve a surgir la pregunta por si
Scrates ya conoca la naturaleza de las cosas que ha venido
dialogando con Fedro. S, si es as, podra afirmarse que en efecto
Scrates es el psicagogo del joven mancebo. Tambin podra pensarse
que Scrates, en busca de autoconocimiento, se encuentra l mismo en
una experiencia psicaggica, dejndose llevar por los discursos
inspirados en las musas, y por la investigacin de la retrica para
ver si ellos son realmente bellos.
Para concluir y recoger todos los elementos expuestos, es
pertinente decir que la retrica es el arte de hacer bellos
discursos, ya sean escritos u orales, y persuadir con ellos,; guiar
el alma de quien los escucha. Esto no quiere decir que sea
simplemente seguir una tcnica formal, donde primero se componga un
preludio, luego un argumento, etc. El arte de hacer bellos
discursos va ms all del formalismo de los mismos, no es suficiente
conocer la estructura formal de un discurso para que este sea
bello. Los discursos son como organismos vivos, estn compuestos de
partes internas y externas; estos deben tener consciencia de s
mismos y poderse defender. Adems, para poder practicar el arte de
la retrica se debe conocer la naturaleza del objeto que se va a
tratar, siendo capaz de distinguir si el objeto pertenece a las
cosas en las cuales la gente divaga o si es de los objetos que la
gente fcilmente distingue del resto. Tambin se debe conocer la
naturaleza del alma de quien va a escuchar el discurso, y generar
una disposicin para que este se deje guiar por las palabras del
orador.
BibliografaPlatn (1988). Fedon, Banquete, Fedro. (C. Garca Gual,
M. Martnez, E. Lledo igo, Trads.) Barcelona: Editorial
Gredos.Grisswold, C (2007). Self-knowledge in plato's Phaedrus.
Pennsylvania: Editorial Penn State University Press.
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