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A partir de este volumen el autor introduce variaciones en los esquemas seguidos en los anteriores. Expone separadamente la filosofía alemana del siglo XIX, a la que dedica el presente tomo, y la británica y francesa, que forman el contenido de los dos siguientes: el VIII y IX. La visión que presenta el autor en este volumen VII del idealismo poskantiano es, a la vez, fiel y clara, a pesar de las dificultades que ofrece la explicación del pensamiento de sus tres grandes figuras —Fichte, Schelling y Hegel—, exponentes de uno de los más extraordinarios florecimientos de la especulación metafísica de la filosofía occidental. Su tratamiento del materialismo histórico es objetivo y crítico. Los capítulos que dedica a Kierkegaard, Schopenhauer y Nietzsche constituyen una introducción sugerente a unas concepciones del mundo que aún influyen en algunas corrientes del pensamiento actual. Las demás direcciones filosóficas de carácter marginal se tratan esquemáticamente. El último capítulo, aparte de consideraciones reflexivas y críticas, contiene anticipaciones de la filosofía de la primera mitad del siglo XX. Como en los demás volúmenes de su Historia de la filosofía, se pone de manifiesto en el presente la capacidad excepcional de F. Copleston para plantear la problemática de cada uno de los sistemas filosóficos y explicar coherentemente su punto de partida y su estructura.
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Copleston Frederick - Historia de La Filosofia 07

Nov 22, 2015

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vladimirgerardo
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Historia de la Filosof?a

A partir de este volumen el autor introduce variaciones en los esquemas seguidos en los anteriores. Expone separadamente la filosofa alemana del siglo XIX, a la que dedica el presente tomo, y la britnica y francesa, que forman el contenido de los dos siguientes: el VIII y IX. La visin que presenta el autor en este volumen VII del idealismo poskantiano es, a la vez, fiel y clara, a pesar de las dificultades que ofrece la explicacin del pensamiento de sus tres grandes figuras Fichte, Schelling y Hegel, exponentes de uno de los ms extraordinarios florecimientos de la especulacin metafsica de la filosofa occidental. Su tratamiento del materialismo histrico es objetivo y crtico. Los captulos que dedica a Kierkegaard, Schopenhauer y Nietzsche constituyen una introduccin sugerente a unas concepciones del mundo que an influyen en algunas corrientes del pensamiento actual. Las dems direcciones filosficas de carcter marginal se tratan esquemticamente. El ltimo captulo, aparte de consideraciones reflexivas y crticas, contiene anticipaciones de la filosofa de la primera mitad del siglo XX. Como en los dems volmenes de su Historia de la filosofa, se pone de manifiesto en el presente la capacidad excepcional de F. Copleston para plantear la problemtica de cada uno de los sistemas filosficos y explicar coherentemente su punto de partida y su estructura.

Edicin castellana dirigida por Manuel SacristnEsta obra va dirigida a los que inician sus estudios de Filosofa y a aquellos que, procedentes de otros campos, aspiran a conocer la evolucin del pensamiento filosfico. La claridad de su estilo y el esfuerzo realizado para facilitar la comprensin de los sistemas y de su conexin no conducen al autor a una simplificacin deformadora, defecto del que adolecen a menudo las obras introductorias. Escrita con gran rigor y objetividad, la Historia de la filosofa, de Frederick Copleston, se atiene a los resultados de la moderna crtica especializada. Tiene en cuenta la necesidad de considerar todo sistema filosfico en sus circunstancias y condicionamientos histricos, porque slo a base del conocimiento de este punto de partida histrico es posible comprender la razn de ser del pensamiento de un filsofo determinado; pero se precisa tambin una cierta simpata con el pensador estudiado. Para Copleston, debemos ponernos en la situacin de cada filsofo y repensar con l sus pensamientos. De este modo podremos introducirnos en el sistema, verlo por dentro y percibir todos sus matices y caractersticas.

Con la capacidad analtica y crtica propias de la tradicin britnica, Copleston nos ofrece una Historia de la filosofa que contrasta con las de autores continentales, tanto por su mtodo, como por la atencin especial que presta a las corrientes del pensamiento anglosajn, las cuales han ejercido una influencia decisiva en la problemtica de la filosofa actual.

Frederick Copleston

Historia de la Filosofa

De Fitche a Nietzsche

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Ttulo original: A HISTORY OF PHILOSOPHY VOL. VII: De Fitche to NietzscheFrederick Copleston, 1978(en castellano)

Traduccin: Ana Domnech

PREFACIO

Puesto que el volumen VI de esta Historia de la Filosofa termin con Kant, lo ms lgico hubiera sido empezar este volumen con un estudio del idealismo alemn postkantiano. Hubiramos vuelto luego a la filosofa de la primera parte del siglo XIX en Francia y Gran Bretaa. Pero, despus de reflexionar, me pareci que la filosofa alemana del siglo XIX poda estudiarse sola y que esto dara a este volumen una mayor unidad, lo que no hubiera sido posible de otro modo. Y as el nico filsofo de habla no alemana mencionado en este libro es Kierkegaard, que escribi en dans.

El volumen ha sido titulado De Fichte a Nietzsche, ya que Nietzsche es el ltimo filsofo mundialmente famoso que ha sido estudiado extensamente. Se hubiera podido tambin llamar De Fichte a Heidegger, puesto que no slo se habla de muchos filsofos que son cronolgicamente posteriores a Nietzsche, sino que tambin, en el ltimo captulo, se menciona la filosofa alemana de la primera mitad del siglo XX. Pero pens que titular este volumen De Fichte a Heidegger desorientara a muchos lectores, ya que dara a entender que filsofos del siglo XX tales como Husserl, N. Hartmann, Jaspers y Heidegger haban sido estudiados del mismo modo que Fichte, Schelling y Hegel, cuando, en realidad, se ha hablado de ellos muy brevemente para ilustrar distintas ideas sobre la naturaleza y objeto de la filosofa.

En el presente volumen hemos establecido una o dos variaciones sobre el esquema seguido generalmente en los libros anteriores. El captulo de introduccin trata slo del movimiento idealista y ha sido, por lo tanto, colocado dentro de la primera parte y no antes. Y, aunque en el ltimo captulo se encuentren algunas reflexiones retrospectivas, se hallar tambin, como hemos indicado ya, una anticipacin del pensamiento de la primera mitad del siglo XX. Por esto he titulado este captulo Mirada retrospectiva y panorama actual en vez de Conclusin final. Aparte de los motivos expuestos en el texto para referirme al pensamiento del siglo XX, existe la razn de que no me he propuesto incluir en esta Historia ningn estudio extenso sobre la filosofa del siglo actual. Al mismo tiempo, no quera terminar este volumen bruscamente sin una referencia al pensamiento posterior. Me dirn seguramente que hubiera sido mejor prescindir de toda referencia a este perodo que hacer algunas observaciones esquemticas e inadecuadas. Sin embargo, decid exponerme a estas crticas.

Para ahorrar espacio, he reducido la bibliografa del final del libro a obras generales y a tratados sobre las figuras ms importantes. Sobre los filsofos menos destacados, se mencionan sus escritos en los lugares adecuados del texto. Teniendo en cuenta el nmero de filsofos del siglo XIX y de sus publicaciones, y teniendo tambin en cuenta la extensa literatura existente sobre algunas de las figuras ms importantes, una bibliografa completa est fuera de nuestro alcance. Sobre los pensadores del siglo XX, mencionados en el ltimo captulo, se han citado algunos libros en el texto o al pie de pgina, pero no se ha dado una bibliografa explcita. Aparte del problema del espacio, me pareci que sera inadecuado, por ejemplo, dar una bibliografa sobre Heidegger cuando este filsofo ha sido slo mencionado brevemente.

El autor piensa dedicar un volumen posterior, el octavo de esta Historia, al pensamiento britnico del siglo XIX, desde Bentham a Russell, y el noveno a la filosofa francesa, desde Maine de Biran a Sartre. Si las circunstancias lo permiten, el ltimo volumen estara dedicado a las corrientes del siglo XX.

Quiero hacer una ltima observacin. Un crtico amigo observ que esta obra debera ser llamada ms adecuadamente Historia de la filosofa occidental o Historia de la filosofa europea, en vez de Historia de la filosofa a secas, ya que no se menciona, por ejemplo, la filosofa india. El crtico, naturalmente, tena razn. Pero me gustara hacer notar que la omisin de la filosofa oriental no es debida a ningn prejuicio del autor. Escribir una historia de la filosofa oriental es un trabajo de especialistas y requiere un conocimiento de los lenguajes pertinentes que no posee este autor. Brehier incluy un captulo sobre la filosofa oriental en su Historia de la Filosofa, pero no fue escrito por l.

Finalmente, quiero expresar mi agradecimiento a la Oxford University Press por haberme permitido citar El punto de vista y Temor y temblor de Kierkegaard segn las traducciones inglesas publicadas por ellos, y a la Princeton University Press por haberme tambin permitido citar Enfermedad mortal, Postescritos no cientficos y El concepto de la angustia de Kierkegaard. Las citas de los dems filsofos las he traducido yo mismo. Pero he dado frecuentemente pginas de referencia a traducciones inglesas existentes para ayudar a los lectores que deseen consultar la traduccin en vez del original. Sin embargo, cuando se trata de figuras menores, he omitido generalmente las referencias a las traducciones.

PARTE I LOS SISTEMAS IDEALISTAS POSTKANTIANOS

Captulo I INTRODUCCIN

1. Observaciones preliminares.

En el mundo filosfico alemn de la primera mitad del siglo XIX surge uno de los ms extraordinarios florecimientos de la especulacin metafsica que se han producido en la larga historia de la filosofa occidental. Nos encontramos con una sucesin de sistemas, de interpretaciones originales de la realidad y de la vida e historia del hombre, que poseen una grandeza que difcilmente puede discutirse y que son an capaces de ejercer, sobre algunas mentes por lo menos, un extraordinario poder de seduccin, ya que cada uno de los filsofos ms destacados de este perodo se propone resolver el enigma del mundo, revelar el secreto del universo y el significado de la existencia humana. Antes de la muerte de Schelling en 1854, Auguste Comte, en Francia, haba ya publicado su Curso de filosofa positiva en el que la metafsica era concebida como un estadio pasajero de la historia del pensamiento humano. Alemania iba tambin a tener sus propios movimientos materialistas y positivistas, los cuales, a pesar de no acabar con la metafsica, iban a obligar a los metafsicos a expresar y definir con ms precisin la relacin entre la filosofa y las ciencias particulares. Pero, en las primeras dcadas del siglo XIX, la sombra del positivismo no se haba an proyectado sobre la escena, y la filosofa especulativa disfrutaba de un perodo de desarrollo exuberante. En los grandes idealistas alemanes encontramos una enorme confianza en el poder de la razn humana y en el alcance de la filosofa. Al considerar la realidad como la automanifestacin de la razn infinita, pensaron que la vida de autoexpresin de esta razn poda ser trazada de nuevo en la reflexin filosfica. No eran hombres inquietos, preocupados por saber si los crticos decan de ellos que estaban produciendo slo efusiones poticas bajo el fino disfraz de la filosofa terica, o que su profundidad y lenguaje oscuro eran una mscara para la falta de claridad del pensamiento. Al contrario, estaban convencidos de que el espritu humano haba, por lo menos, llegado hasta ellos y de que la naturaleza de la realidad haba sido por fin revelada claramente a la conciencia humana. Y cada uno de ellos expuso su visin del universo con una extraordinaria confianza en su verdad objetiva.

Difcilmente se puede negar que el idealismo alemn d hoy a casi todos la impresin de pertenecer a otro mundo, a otro modo de pensar. Y podemos decir que la muerte de Hegel en 1831 marc el final de una poca, seguida por el colapso del idealismo absoluto[1] y la aparicin de otros tipos de pensamiento. Incluso la metafsica tom un ritmo distinto, y la extraordinaria confianza en el poder y alcance de la filosofa especulativa, que fue caracterstica de Hegel, nunca fue recuperada.

Pero, aunque el idealismo alemn cruz el cielo como un meteorito y despus de un tiempo relativamente corto se desintegr y cay a tierra, su vuelo dej mucha huella. A pesar de mis fallos, representa uno de los intentos ms serios que la historia del pensamiento ha conocido para conseguir un dominio intelectual unificado de la realidad y de la experiencia como un todo. E incluso si se rechazan los presupuestos del idealismo, los sistemas idealistas pueden an conservar el poder de estimular el impulso natural del espritu reflexivo a esforzarse en llegar a una sntesis conceptual unificada.

Muchos estn convencidos realmente de que la elaboracin de una visin totalitaria de la realidad no es la tarea apropiada de la filosofa cientfica. E incluso los que no comparten esta conviccin quiz piensen que la consecucin de una sntesis final sistemtica est ms all de la capacidad de cualquier hombre y es ms un objetivo ideal que una posibilidad prctica. Pero tendramos que estar preparados para reconocer la superioridad intelectual cuando nos encontramos ante ella: Hegel, en particular, se destaca con una grandeza impresionante sobre la enorme mayora de todos aquellos que han querido empequeecerle. Y podemos siempre aprender de un filsofo eminente, aunque slo sea exponiendo nuestras razones de estar en desacuerdo con l. El colapso histrico del idealismo metafsico no lleva necesariamente a la conclusin de que los grandes idealistas no tienen nada valioso que ofrecer. El idealismo alemn tiene sus aspectos fantsticos, pero los escritos de los principales idealistas estn muy lejos de ser slo fantasa.

2. La filosofa de Kant y el idealismo metafsico.

Lo que tenemos que considerar aqu no es el colapso del idealismo alemn, sino su nacimiento. Y esto verdaderamente exige alguna explicacin. Por una parte, la base filosfica inmediata del movimiento idealista le fue proporcionada por la filosofa crtica de Immanuel Kant, que se haba enfrentado con las pretensiones de los metafsicos de proporcionar un conocimiento terico sobre la realidad. Por otra parte, los idealistas alemanes se consideraban a s mismos como los sucesores espirituales de Kant y no simplemente como los que luchaban contra sus ideas. Lo que tenemos que explicar, por lo tanto, es cmo el idealismo metafsico pudo surgir del sistema de un pensador cuyo nombre ha quedado asociado para siempre con el escepticismo respecto a las pretensiones metafsicas de proporcionarnos un conocimiento terico sobre la realidad como un todo, o sobre cualquier realidad que no sea la estructura a priori del conocimiento y la experiencia humanos.[2]El punto de partida ms conveniente para una explicacin del desarrollo del idealismo metafsico a partir de la filosofa crtica es la nocin kantiana de la cosa-en-s.[3] Segn Fichte, Kant se haba colocado en una postura imposible al negarse categricamente a abandonar esta nocin. Por una parte, si Kant hubiera afirmado la existencia de la cosa-en-s como causa del elemento dado o material en la sensacin, hubiera cado en una patente contradiccin, ya que, segn su propia filosofa, el concepto de causa no puede ser empleado para extender nuestro conocimiento ms all de la esfera de los fenmenos. Por otra parte, si Kant conserv la idea de la cosa-en-s simplemente como una nocin problemtica y limitante, esto equivala a mantener una reliquia espiritual de aquel mismo dogmatismo que la filosofa crtica tena la misin de combatir. La revolucin copernicana de Kant fue un gran paso adelante y no se trataba para Fichte de volver atrs a una postura prekantiana. Si se tena una comprensin mnima del desarrollo de la filosofa y de las exigencias del pensamiento moderno, slo caba seguir adelante y completar la obra de Kant. Y esto significaba eliminar la cosa-en-s, ya que, teniendo en cuenta las premisas de Kant, no quedaba sitio para una entidad oculta incognoscible que se supona independiente del espritu. En otras palabras, la filosofa crtica deba convertirse en un idealismo consistente; y esto significaba que las cosas tenan que ser consideradas en su totalidad como productos del pensamiento.

Ahora bien, parece evidente que lo que concebimos como el mundo extramental no puede interpretarse como el producto de una actividad consciente creadora del espritu humano. En lo que se refiere a la consciencia ordinaria, me encuentro en un mundo de objetos que me afectan de diversos modos y de los que yo espontneamente pienso que existen independientemente de mi pensamiento y voluntad. Por lo tanto, el filsofo idealista debe ir ms all de la conciencia, y exponer el proceso de la actividad inconsciente que la fundamenta.

Pero tenemos que ir todava ms lejos y admitir que la produccin del mundo no puede ser atribuida de ningn modo al yo individual, ni siquiera a su actividad inconsciente. Porque, si fuera atribuida al yo individual finito en cuanto tal, sera muy difcil, si no imposible, evitar el solipsismo, postura que difcilmente puede ser mantenida en serio. El idealismo se ve pues obligado a ir ms all del sujeto finito hasta una inteligencia supraindividual, un sujeto absoluto.

Sin embargo, la palabra sujeto no es muy apropiada, excepto si se quiere indicar que el principio productor ltimo se encuentra, para hablar as, del lado del pensamiento y no del lado de la cosa sensible. Porque las palabras objeto y sujeto son correlativas. Y el principio ltimo, considerado en s mismo, no tiene objeto. Fundamenta la relacin sujeto-objeto y, en s mismo, trasciende esta relacin. Es sujeto y objeto en identidad, la actividad infinita de la que proceden ambos.

El idealismo postkantiano fue pues necesariamente una metafsica. Fichte, partiendo de la postura de Kant y llevndola al idealismo, empez llamando a su primer principio el yo, y convirti el yo trascendental de Kant en un principio metafsico u ontolgico. Explic que entenda con esto el yo absoluto, no el yo finito individual. Pero los otros idealistas (y el mismo Fichte en su ltima filosofa) no emplean la palabra yo en este sentido. Con Hegel el principio ltimo es la razn infinita, el espritu infinito. Y podemos decir que, para el idealismo metafsico en general, la realidad es el proceso de la autoexpresin o automanifestacin del pensamiento o razn infinita.

Evidentemente, esto no quiere decir que se reduzca el mundo a un proceso de pensamiento en el sentido habitual. El pensamiento o razn absoluta es considerada como una actividad, como una razn productora que se coloca o se expresa a s misma en el mundo. Y el mundo conserva toda la realidad que vemos que posee. El idealismo metafsico no implica la tesis de que la realidad emprica est constituida por ideas subjetivas, pero supone la visin del mundo y de la historia humana como la expresin objetiva de la razn creadora. Esta visin era fundamental en el pensamiento del idealista alemn: no pudo evitarla, porque acept la necesidad de transformar la filosofa crtica en idealismo. Y esta transformacin signific que el mundo en su totalidad tendra que ser considerado como el producto del pensamiento o razn creadora. Si, por lo tanto, consideramos como una premisa la necesidad de transformar la filosofa de Kant en idealismo, podemos decir que esta premisa determin la visin bsica de los idealistas postkantianos. Pero, si se trata de explicar lo que significa decir que la realidad es un proceso del pensamiento creador, caben entonces distintas interpretaciones segn las diversas visiones particulares de los diferentes filsofos idealistas.

La influencia directa del pensamiento de Kant fue naturalmente ms fuerte en Fichte que en Schelling o Hegel, ya que la filosofa de Schelling presupona los primeros pasos del pensamiento de Fichte, y el idealismo absoluto de Hegel presupona los primeros pasos de las filosofas de Fichte y Schelling. Pero esto no altera el hecho de que el movimiento del idealismo alemn como un todo presupuso la filosofa crtica. Y, en su resumen de la historia de la filosofa moderna, Hegel describi al sistema kantiano como representando un progreso sobre los estadios anteriores de pensamiento y como exigiendo ser l mismo desarrollado y superado en estadios posteriores.

En este trabajo nos hemos referido slo al proceso de eliminar la cosa-en-s y de llevar la filosofa de Kant al idealismo metafsico. Pero no era ciertamente mi intencin sugerir que los idealistas postkantianos estuvieran slo influidos por la idea de que la cosa-en-s tena que ser eliminada. Estuvieron tambin influidos por otros aspectos de la filosofa crtica. Por ejemplo, la doctrina de Kant del primado de la razn prctica ejerci una poderosa atraccin sobre el pensamiento tico de Fichte. Y le vemos interpretando el yo absoluto como una razn prctica o voluntad moral infinita que concibe a la naturaleza como campo e instrumento para la actividad moral. En su filosofa los conceptos de accin, deber y vocacin moral son muy importantes. Y quiz se pueda decir incluso que Fichte convirti en metafsica la segunda Crtica de Kant, empleando su desarrollo de la primera Crtica como un medio para hacerlo. Sin embargo, a Schelling, el nfasis sobre la filosofa del arte, el papel del genio y la significacin metafsica de la intuicin esttica y la creacin artstica le vincula ms con la tercera Crtica que con la primera o segunda.

Pero, en vez de extendernos sobre las formas particulares en las que las distintas partes o aspectos de la filosofa de Kant se reflejaron en uno u otro idealista, ser ms adecuado, en nuestro captulo de introduccin, esbozar una visin ms amplia y general de la relacin entre la filosofa crtica y el idealismo metafsico.

El deseo de llegar a una interpretacin coherente y uniforme de la realidad es natural para la mente que piensa. Pero la tarea real que hay que efectuar se presenta de distintos modos en distintos momentos. Por ejemplo, el desarrollo de la ciencia fsica en el mundo postmedieval significaba que el filsofo que quera construir una interpretacin total tena que enfrentarse con el problema de conciliar la visin cientfica del mundo como un sistema mecnico con las exigencias de la conciencia moral y religiosa. Descartes se encontr con este problema. Y lo mismo le ocurri a Kant.[4] Pero, aunque Kant rechazara las formas de tratar este problema que eran caractersticas de sus antecesores y diera su propia solucin original, se puede admitir que, a la larga, nos dej una realidad bifurcada.[5] Por una parte, tenemos el mundo fenomnico, el mundo de la ciencia newtoniana, regido por leyes causales necesarias.[6] Por otra, el mundo suprasensible del agente moral libre y de Dios. No hay ninguna razn vlida para suponer que el mundo fenomnico es la nica realidad.[7] Pero, al mismo tiempo, no existe ninguna prueba terica de la existencia de una realidad suprasensible. Es una cuestin de fe prctica que se apoya en la conciencia moral. Es cierto que en la tercera Crtica Kant intent salvar la distancia entre los dos mundos hasta el lmite en que lo crea posible para el espritu humano.[8] Pero se puede comprender que otros filsofos no se contentaran con este logro. Los idealistas alemanes supieron ir ms lejos desarrollando y transformando la filosofa de Kant. Si la realidad es el proceso unificado por el que el pensamiento absoluto o razn se manifiesta a s mismo, es inteligible. Y es inteligible para el espritu humano, suponiendo que este espritu pueda ser considerado como el vehculo del pensamiento absoluto reflejndose sobre s mismo.

Esta condicin tiene una importancia obvia si tiene que haber una continuidad entre la idea kantiana de la nica metafsica cientfica posible y la concepcin de la metafsica en los idealistas. Para Kant la metafsica del futuro es una crtica trascendental de la experiencia y del conocimiento humanos. Podemos decir de hecho que es el conocimiento reflexivo que tiene la mente humana de su propia actividad espontnea formativa. Sin embargo, en el idealismo metafsico, la actividad en cuestin es productiva en el sentido ms pleno (habiendo sido eliminada la cosa-en-s); y esta actividad no es atribuida al espritu humano finito en cuanto tal, sino al pensamiento absoluto o razn. As pues, la filosofa, que es una reflexin del espritu humano, no puede ser considerada como el conocimiento reflexivo que tiene de s misma la mente humana, a menos que este espritu sea capaz de elevarse hasta el punto de vista absoluto y convertirse en el vehculo del pensamiento absoluto o conocimiento reflexivo por la razn de su propia actividad. Si se cumple esta condicin, existe una cierta continuidad entre la idea kantiana del nico tipo cientfico posible de metafsica y el concepto idealista de la metafsica. Hay tambin, por as decirlo, una inflacin obvia. Esto quiere decir que la teora kantiana del conocimiento se convierte en una metafsica de la realidad. Pero este proceso de inflacin conserva en cierto modo su continuidad. A pesar de ir ms all de lo que pudo imaginar el propio Kant, no es una simple vuelta a un concepto prekantiano de la metafsica.

La transformacin de la teora kantiana del conocimiento en una metafsica de la realidad lleva consigo, naturalmente, importantes cambios. Por ejemplo, si con la eliminacin de la cosa-en-s, el mundo se convierte en la automanifestacin del pensamiento o razn, la distincin entre lo a priori y lo a posteriori pierde su carcter absoluto. Y las categoras, en vez de ser formas subjetivas o moldes conceptuales de la comprensin humana, se convierten en categoras de la realidad, y recuperan un status objetivo.

El juicio teleolgico ya no es subjetivo como en Kant, puesto que, en el idealismo metafsico, la idea de finalidad en la naturaleza no puede ser simplemente un principio eurstico o regulador del espritu humano, un principio que cumple una funcin til, pero cuya objetividad no puede ser probada tericamente. Si la naturaleza es la expresin y manifestacin del pensamiento o razn en su movimiento hacia un fin, el proceso de la naturaleza tiene que tener un carcter teleolgico.

No puede negarse que existe una diferencia muy grande entre la idea modesta de Kant sobre el alcance y poder de la metafsica y la nocin de los idealistas sobre lo que la filosofa metafsica era capaz de conseguir. El mismo Kant rechaz la propuesta de Fichte de transformar la filosofa crtica en un idealismo puro, eliminando la cosa-en-s.

Y es fcil comprender la actitud de los neokantianos quienes, ms a finales de siglo, anunciaron que estaban hastiados de las fantsticas especulaciones metafsicas de los idealistas y que ya era hora de volver al espritu del mismo Kant. Al mismo tiempo, la transformacin del sistema de Kant en el idealismo metafsico es tambin comprensible y las observaciones que hemos hecho pueden haber ayudado a explicar cmo los idealistas fueron capaces de considerarse como los sucesores espirituales legtimos de Kant.

3. El significado del idealismo, su insistencia en el sistema y su confianza en el poder y alcance de la filosofa.

Se puede deducir claramente de lo que se ha dicho sobre el desarrollo del idealismo metafsico que los idealistas postkantianos no fueron idealistas subjetivos en el sentido de sostener que el espritu humano conoce slo sus propias ideas como distintas de las cosas existentes extramentalmente. Tampoco fueron idealistas subjetivos porque defendieran que todos los objetivos de conocimiento son los productos del sujeto humano finito. En realidad, el empleo que hizo Fichte de la palabra yo en sus primeros escritos dejaba entender que esto era precisamente lo que sostena. Pero no era as, ya que Fichte insista en que el sujeto productivo no era el yo finito como tal, sino el yo absoluto, un principio trascendental y supraindividual. Y tanto para Schelling como para Hegel, cualquier reduccin de las cosas a productos del espritu individual finito era enteramente extraa a su pensamiento.

Pero, aunque es fcilmente comprensible que el idealismo postkantiano no implica el idealismo subjetivo en ninguno de los sentidos aludidos en el ltimo prrafo, no es tan fcil dar una descripcin general del movimiento que pueda aplicarse a todos los principales sistemas idealistas. stos difieren en aspectos importantes. Adems, el pensamiento de Schelling, por ejemplo, pas por diversas fases. Al mismo tiempo encontramos, naturalmente, un parentesco entre los diferentes sistemas. Y este hecho justifica que nos arriesguemos a hacer algunas generalizaciones.

En cuanto que considera la realidad como la autoexpresin del pensamiento absoluto o razn, hay una gran tendencia en el idealismo alemn a asimilar la relacin causal a la relacin lgica de implicacin. Por ejemplo, el mundo emprico es concebido por Fichte y por Schelling (por lo menos en las primeras fases de su pensamiento) como dependiendo del principio productivo ltimo en la relacin de consiguiente a antecedente.

Y esto significa, naturalmente, que el mundo proviene necesariamente del primer principio productivo, cuya prioridad es lgica y no temporal. Evidentemente, no hay ni puede haber una cuestin de compulsin externa. Pero lo Absoluto se manifiesta espontnea e inevitablemente en el mundo. Y no queda ningn lugar para la idea de creacin en el tiempo, en el sentido de existir un primer momento del tiempo idealmente asignable.[9]Esta nocin de la realidad, como el autodespliegue de la razn absoluta, ayuda a explicar la insistencia de los idealistas en el sistema, ya que, si la filosofa es la reconstruccin reflexiva de la estructura de un proceso racional dinmico, debera ser sistemtica, en el sentido de que debera empezar con el primer principio y presentar la estructura racional esencial de la realidad como viniendo de l. Y realmente, la idea de que una deduccin puramente terica no ocupa en la prctica un lugar tan importante en el idealismo metafsico como la primera visin del proceso dialctico de Fichte y sobre todo de Hegel, parece sugerir ya que la filosofa idealista no es un anlisis estricto del significado e implicaciones de una o ms proposiciones bsicas iniciales, sino ms bien la reconstruccin conceptual de una actividad dinmica una vida infinita que se despliega a s misma. Pero la visin general del mundo est contenida en embrin en la idea inicial del mundo como el proceso de la automanifestacin de la razn absoluta. Y la tarea del filsofo consiste en una vinculacin sistemtica a esta idea, haciendo vivir de nuevo el proceso, por decirlo as, en el plano del conocimiento reflexivo. Por lo tanto, aunque sera posible partir de las manifestaciones empricas de la razn absoluta y retroceder, el idealismo metafsico sigue una forma deductiva de exposicin, en el sentido de que vuelve a trazar sistemticamente un movimiento teleolgico.

Ahora bien, si admitimos que la realidad es un proceso racional y que su estructura dinmica esencial puede ser captada por el filsofo, esta presuncin debe acompaarse de una confianza en el poder y alcance de la metafsica que contrasta con la modesta valoracin de Kant sobre lo que sta puede conseguir. Y este contraste es muy evidente si se compara la filosofa crtica con el sistema hegeliano del idealismo absoluto. Es lcito afirmar que la confianza de Hegel en el poder y alcance de la filosofa no fue igualada por ningn otro filsofo anterior. Al mismo tiempo, hemos visto que exista una cierta continuidad entre la filosofa de Kant y el idealismo metafsico. Y podemos incluso decir, aunque sea una afirmacin paradjica, que cuanto ms cerca se mantena el idealismo de la idea kantiana de la nica forma posible de metafsica cientfica, mayor era su confianza en el poder y alcance de la filosofa. Porque, si suponemos que la filosofa es el conocimiento reflexivo del pensamiento de su propia actividad espontnea, y si substituimos el contexto de la teora kantiana del conocimiento y la experiencia humana por el contexto de la metafsica idealista, tenemos entonces la idea del proceso racional, que es la realidad, tomando conciencia de s misma en y mediante la reflexin filosfica del hombre. En este caso, la historia de la filosofa es la historia de la autorreflexin de la razn absoluta. En otras palabras, el universo se conoce a s mismo en y a travs del espritu del hombre. Y la filosofa puede ser concebida como el autoconocimiento de lo Absoluto.

En realidad, esta concepcin de la filosofa es ms caracterstica de Hegel que de los otros idealistas destacados. Fichte acab por insistir en un Absoluto divino que en s mismo trasciende lo que puede alcanzar el pensamiento humano, y Schelling, en su ltima filosofa de la religin, insisti en la idea de un Dios personal que se revela al hombre. Con Hegel cobra importancia la idea del dominio conceptual del filsofo sobre toda la realidad y la interpretacin de este dominio como la autorreflexin de lo Absoluto. Pero decir esto es simplemente afirmar que es en el hegelianismo, la mxima consecucin del idealismo metafsico, donde la fe en el poder y alcance de la filosofa especulativa que inspir el movimiento idealista conoci su expresin ms pura y ms grandiosa.

4. Los idealistas y la teologa.

Acabamos de mencionar la ltima doctrina de lo Absoluto de Fichte y la filosofa de la religin de Schelling. Podramos decir algo ahora sobre las relaciones entre el idealismo alemn y la teologa, ya que es importante comprender que el movimiento idealista no fue simplemente el resultado de una transformacin de la filosofa crtica en metafsica. Los tres grandes idealistas debutaron como estudiantes de teologa: Fichte en Jena, Schelling y Hegel en Tubinga. Y, aunque es cierto que muy pronto se dedicaron a la filosofa, los temas teolgicos desempearon un papel importante en el desarrollo del idealismo alemn. La afirmacin de Nietzsche de que estos filsofos eran telogos ocultos era exagerada en algunos aspectos, pero no careca de fundamento.

La importancia del papel desempeado por los temas teolgicos en el idealismo alemn puede ser ilustrada por el siguiente contraste. Aunque no fuera un cientfico profesional, Kant estuvo siempre interesado por la ciencia. Sus primeros escritos mostraron una gran preocupacin por los temas cientficos,[10] y una de sus primeras discusiones fue sobre las condiciones que hacen posible el conocimiento cientfico. Sin embargo, Hegel lleg a la filosofa a partir de la teologa. Sus primeros escritos tuvieron un carcter teolgico. Iba ms tarde a afirmar que el objeto de la filosofa es Dios y nada ms que Dios. Si la palabra Dios, tal como es empleada aqu, debe ser entendida o no de un modo testa, es algo que no debe preocuparnos ahora. Lo que nos interesa es que el punto de partida de Hegel era el tema de la relacin entre lo infinito y lo finito, entre Dios y las criaturas. No poda contentarse con una distincin categrica entre el ser infinito por una parte y los seres finitos por otra, e intent juntarlos viendo lo infinito en lo finito y lo finito en lo infinito. En la fase teolgica de su desarrollo, estuvo inclinado a pensar que la elevacin de lo finito a lo infinito podra tener lugar slo en la vida de amor y entonces lleg a la conclusin de que, a la larga, la filosofa cedera su lugar a la religin. Como filsofo intent mostrar la relacin entre lo infinito y lo finito conceptualmente en el pensamiento, y se inclin a considerar la reflexin filosfica como un modo de comprensin ms elevado que la forma de pensar que es caracterstica de la conciencia religiosa. Pero el tema general de la relacin entre lo infinito y lo finito que impregna todo su sistema filosfico procede, por decirlo as, de sus primeras reflexiones teolgicas.

Sin embargo, esto no es slo una cuestin de Hegel. En la primera filosofa de Fichte, no aparece an el tema de la relacin entre lo infinito y lo finito, porque estaba sobre todo preocupado por el problema kantiano de la deduccin de la conciencia. Pero ms tarde aparece en su pensamiento la idea de una vida divina infinita y se desarrollan los aspectos religiosos de su filosofa. Como Schelling, no dud en decir que la relacin entre lo infinito divino y lo finito es el principal problema de la filosofa. Y su ltimo pensamiento tuvo un carcter profundamente religioso, desempeando un papel muy importante las ideas de la alienacin del hombre lejos de Dios y de su vuelta a Dios.

En cuanto filsofos, los idealistas intentaron, naturalmente, comprender la relacin entre lo infinito y lo finito. Y se inclinaron a concebirla segn la analoga de la implicacin lgica. Adems, si hacemos la excepcin necesaria de la ltima filosofa religiosa de Schelling, podemos decir que la idea de un Dios personal infinito y totalmente trascendente pareci a los idealistas ilgica e indebidamente antropomrfica. As encontramos una tendencia a transformar la idea de Dios en la idea de lo Absoluto, en el sentido de una totalidad que lo abarca todo. Al mismo tiempo, los idealistas no tuvieron intencin de negar la realidad de lo finito. Por consiguiente, el problema con el que se enfrentaron fue el de incluir lo finito dentro de la vida de lo infinito sin despojar al primero de su realidad. Y la dificultad de resolver este problema es responsable de gran parte de la ambigedad del idealismo metafsico cuando se trata de definir su relacin con el tesmo, por una parte, y el pantesmo, por otra. Pero, en cualquier caso, est claro que un tema teolgico central, la relacin entre Dios y el mundo, ocupa un lugar importante en las especulaciones de los idealistas alemanes.

Se ha dicho anteriormente que la descripcin que hace Nietzsche de los idealistas alemanes como telogos ocultos es exagerada, ya que sugiere que los idealistas estaban preocupados por reintroducir el cristianismo por la puerta trasera, cuando en realidad encontramos una clara tendencia a substituir la fe por la metafsica y a racionalizar los misterios revelados del cristianismo, considerndolos a la luz de la razn especulativa. Para usar un trmino moderno, encontramos una tendencia a desmitificar los dogmas cristianos, convirtindolos en un proceso dentro de una filosofa especulativa. Por esto no podemos menos de sonrer ante la imagen de Hegel que nos presenta J. H. Stirling como gran campen filosfico del cristianismo. Nos parecera ms fcil admitir el punto de vista de McTaggart, y tambin de Kierkegaard, segn los cuales la filosofa hegeliana min el cristianismo desde dentro, dejando al descubierto el contenido racional de las doctrinas cristianas en su forma tradicional. Y podemos pensar que era en cierto modo sutil la relacin que Fichte intent establecer entre su ltima filosofa de lo Absoluto y el primer captulo del Evangelio de San Juan.

Al mismo tiempo, no hay ninguna razn convincente para suponer, por ejemplo, que Hegel fuera insincero cuando se refiri a san Anselmo y al proceso de la fe buscando comprensin. Sus primeros ensayos mostraban una clara hostilidad hacia el cristianismo positivo; pero cambi de actitud y admiti la fe cristiana. Sera absurdo pretender que Hegel era un cristiano ortodoxo. Pero fue sin duda sincero cuando represent la relacin entre el cristianismo y el hegelianismo, como la de la religin absoluta con la filosofa absoluta, dos formas diferentes de aprehender y expresar el mismo contenido de verdad. Desde una posicin teolgica ortodoxa se puede considerar que Hegel sustituy la fe por la razn, la revelacin por la filosofa, y defendi el cristianismo racionalizndolo y convirtindolo, para emplear una frase de McTaggart, en hegelianismo esotrico. Pero esto no altera el que Hegel pensara que haba demostrado la verdad de la religin cristiana. La afirmacin de Nietzsche, por lo tanto, no era del todo errnea, sobre todo si se tiene en cuenta el desarrollo de los aspectos religiosos del pensamiento de Fichte y las ltimas fases de la filosofa de Schelling. Y en cualquier caso, los idealistas alemanes atribuyeron ciertamente un significado y un valor a la conciencia religiosa y encontraron un lugar para ella en sus sistemas. Pudieron haber abandonado la teologa por la filosofa, pero estuvieron muy lejos de ser hombres irreligiosos y racionalistas en el sentido moderno.

5. El movimiento romntico y el idealismo alemn.

Pero hay otro aspecto del idealismo metafsico que merece ser mencionado, su relacin con el movimiento romntico en Alemania. La descripcin del idealismo alemn como la filosofa del romanticismo se presta evidentemente a serias objeciones. En primer lugar, sugiere la idea de que existe una relacin en un solo sentido. Es decir, supone que los grandes sistemas idealistas fueron simplemente la expresin ideolgica del espritu romntico, cuando en realidad fueron las filosofas de Fichte y Schelling las que ejercieron una considerable influencia sobre algunos de los romnticos. En segundo lugar, los principales filsofos idealistas no estuvieron siempre de acuerdo con los romnticos. Podemos admitir que Schelling reflej el espritu del movimiento romntico, pero Fichte critic duramente a los romnticos a pesar de que stos se inspiraran en algunas de sus ideas. Y Hegel no tuvo mucha simpata por algunos aspectos del romanticismo. En tercer lugar, es posible que el trmino filosofa del romanticismo pudiera aplicarse mejor a las ideas especulativas desarrolladas por romnticos como Friedrich Schlegel (1772-1829) y Novalis (1772-1801) que a los grandes sistemas idealistas. Al mismo tiempo, hubo indudablemente alguna afinidad espiritual entre los movimientos idealista y romntico. El espritu romntico en cuanto tal era verdaderamente una actitud frente a la vida y al universo ms que una filosofa sistemtica. Se puede quizs emplear los trminos de Rudolf Carnap y hablar de l como de un Lebensgefhl o Lebenseinstellung.[11]Y es perfectamente comprensible que Hegel viera una considerable diferencia entre la reflexin filosfica sistemtica y las digresiones de los romnticos. Pero cuando volvemos la vista hacia la escena alemana de la primera parte del siglo XIX, estamos tan sorprendidos por las afinidades como por las diferencias. Despus de todo, el idealismo metafsico y el romanticismo fueron fenmenos culturales alemanes ms o menos contemporneos, y lo nico que puede esperarse encontrar es una afinidad espiritual fundamental.

Es muy difcil definir el espritu romntico, pero se puede evidentemente mencionar algunos de sus rasgos caractersticos. Por ejemplo, frente a la gran preocupacin de la Ilustracin por la comprensin crtica, analtica y cientfica, los romnticos exaltaron el poder de la imaginacin creadora y el papel del sentimiento y la intuicin.[12] El genio artstico ocup el lugar de le philosophe. Pero la insistencia en la imaginacin creadora y en el genio artstico formaba parte de una insistencia general en el desarrollo libre y pleno de la personalidad humana, en los poderes creadores del hombre y en el goce de la riqueza de toda posible experiencia humana. En otras palabras, se destacaba ms la originalidad de cada persona humana que lo que es comn a todos los hombres. Y esta insistencia en la personalidad creadora estuvo a veces asociada con una inclinacin hacia el subjetivismo tico. Esto signific que hubo una tendencia a despreciar las leyes o normas morales universales fijas en beneficio del libre desarrollo del yo de acuerdo con valores que corresponden a la personalidad individual y arraigados en ella. No quiero decir con esto que los romnticos no se preocuparan por la moralidad o los valores morales. Pero hubo una tendencia, en F. Schlegel, por ejemplo, a insistir en la libre persecucin por el individuo de su propio ideal moral (la realizacin de su propia Idea), en vez de la obediencia a leyes universales dictadas por la razn prctica impersonal.

Al desarrollar sus ideas de la personalidad creadora, algunos de los romnticos buscaron su inspiracin y estmulo en las primeras ideas de Fichte. Esto es verdad tanto para Schlegel como para Novalis. Pero no equivale a decir que el empleo que hicieron de las ideas de Fichte correspondiera siempre a las intenciones del filsofo. Un ejemplo aclarar esto. Como hemos visto en su transformacin de la filosofa kantiana en idealismo puro, Fichte tom por ltimo principio creador el yo trascendental, considerado como actividad ilimitada. Y en su deduccin sistemtica o reconstruccin de la conciencia utiliz mucho la idea de imaginacin productiva. Novalis hizo suyas estas ideas y consider que Fichte le haba permitido ver las maravillas del yo creador, pero hizo un cambio importante. Fichte intent explicar con principios idealistas la situacin en la que el sujeto finito se descubre a s mismo en un mundo de objetos que le son dados y que le afectan de diversas formas, como en la sensacin. Represent, por lo tanto, la actividad de la llamada imaginacin productiva cuando pone el objeto como afectando al yo finito, como teniendo lugar por debajo del nivel de la conciencia. Por la reflexin trascendental el filsofo puede conocer que esta actividad tiene lugar, pero ni l ni ninguna otra persona puede conocerla como teniendo lugar, ya que la posicin del objeto es lgicamente anterior a todo conocimiento o conciencia. Y esta actividad de la imaginacin productiva no depende ciertamente de la voluntad del yo finito. Sin embargo, Novalis admiti que esta actividad de la imaginacin productiva poda ser modificada por la voluntad. Del mismo modo que el artista crea obras de arte, as el hombre es tambin un poder creador no slo en la esfera moral, sino tambin, en principio por lo menos, en la esfera natural. De este modo, el idealismo trascendental de Fichte se haba convertido en el idealismo mgico de Novalis. La exaltacin romntica del yo creador de Novalis tiene por base algunas doctrinas de Fichte. La importancia dada por los romnticos al genio creador les aproxima ms a Schelling que a Fichte. Como veremos, fue Schelling quien insisti en la significacin metafsica del arte y en la importancia del genio artstico en el proceso de creacin. Cuando Friedrich Schlegel afirma que el mundo del arte es superior a cualquier otro y que el artista muestra la Idea modelndola en sus obras en forma finita, y cuando Novalis dice que el poeta es el verdadero mago, la encamacin de las fuerzas creadoras de la humanidad, estos autores estn ms cerca del pensamiento de Schelling que de la consideracin fundamentalmente tica de Fichte.

A pesar de todo, el nfasis puesto en el genio creador es slo uno de los muchos aspectos del romanticismo; la concepcin romntica de la naturaleza es otro no menos importante. Los romnticos, en vez de considerarla como un sistema mecnico, lo que les obligara a destacar los contrastes y diferencias entre el hombre y la naturaleza como en el caso del pensamiento cartesiano, tienden a considerarla como un todo orgnico y viviente que vibra al unsono con el espritu, revestida del mismo misterio y belleza que ste. Algunos romnticos mostraban gran simpata por Spinoza, es decir, procedieron a una transformacin romntica del filsofo.

Esta visin de la naturaleza como totalidad orgnica correlacionada con el espritu es una de las caractersticas ms propias de los romnticos y tambin de Schelling. La idea de los filsofos sobre la naturaleza y del hombre como espritu adormecido y del espritu humano como rgano de la conciencia de la naturaleza se incluye en este mismo orden de cosas. Es significativo que el poeta Hlderlin (1770-1843) fuera amigo ntimo de Schelling cuando estudiaban en Tubinga. Hlderlin vea la naturaleza como una totalidad viviente y esto pudo haber influido en las ideas de Schelling. La filosofa de la naturaleza de Schelling ejerci una poderosa influencia sobre algunos escritores romnticos. La simpata que mostraron por Spinoza fue compartida por el filsofo y telogo Schleiermacher, pero no por Fichte a quien repugnaba cualquier forma de divinizacin de la naturaleza, a la que l consider solamente como el campo e instrumento de la actividad moral libre. En este aspecto, la concepcin de Fichte era antirromntica.

El apego que los romnticos tenan a la idea de la naturaleza como totalidad orgnica y viviente no significaba que concedieran a sta mayor importancia que al hombre. Ya hemos visto cmo insistieron en la libertad de la personalidad creadora. La naturaleza llega al punto ms elevado de su desarrollo en el espritu humano. Por esta razn, el concepto romntico de la naturaleza inclua una clara apreciacin del desarrollo histrico y cultural y del significado de perodos culturales anteriores como momentos necesarios para el despliegue de las posibilidades del espritu humano. Hlderlin, por ejemplo, senta un entusiasmo romntico por el genio de la antigua Grecia,[13] entusiasmo que fue compartido por Hegel en sus tiempos de estudiante. Conviene, sin embargo, no olvidar el inters que volvi a suscitar la Edad Media. El hombre de la Ilustracin tenda a considerar los tiempos medievales como una noche oscura que preceda al Renacimiento y al florecimiento de les philosophes. Para Novalis, la Edad Media representaba, aunque imperfectamente, el ideal de unidad orgnica de la fe y la cultura. Por lo dems, los romnticos mostraron su predileccin por lo popular (Volksgeist) y sus manifestaciones culturales, como la lengua, fueron por primera vez apreciadas. En este aspecto Novalis fue un discpulo de Herder.[14]Los filsofos idealistas compartan naturalmente esta creencia en la continuidad del desarrollo histrico. Para ellos, la historia era la realizacin en el tiempo de una idea espiritual, un telos o una finalidad. Cada uno de los grandes idealistas tuvo una filosofa de la historia propia; la de Hegel es especialmente interesante. Fichte consideraba la naturaleza ante todo como un instrumento para la actividad moral y, por ello, daba ms importancia a la esfera del espritu humano y a la historia en cuanto que era un movimiento encaminado a la realizacin del orden del mundo moral e ideal. En la filosofa de la religin de Schelling la historia aparece como la narracin del retorno a Dios de la humanidad, narracin de los movimientos del hombre separado del verdadero centro de su ser. En Hegel juega un papel prominente la idea de la dialctica de los espritus nacionales, acompaada de la nocin de los llamados mundos histricos individuales. El movimiento de la historia como un todo ha sido reducido al movimiento para la realizacin de la libertad espiritual. Puede decirse que, por lo general, los grandes idealistas crean que, en su poca, el espritu humano haba llegado a ser consciente de la significacin de su propia actividad dentro de la historia y del sentido o direccin del proceso histrico global.

Pero, fundamentalmente, el romanticismo se caracteriza por el sentimiento y la nostalgia de lo infinito. Las ideas sobre la naturaleza y sobre la historia de la humanidad se fundan al ser consideradas como dos manifestaciones de la vida infinita, como aspectos de una especie de poema divino. La idea de la vida infinita era el factor unificador de la visin romntica del mundo. A primera vista, la apreciacin romntica del Volksgeist puede parecer slo una variacin de la importancia concedida al libre desarrollo de la personalidad de los individuos. No son radicalmente incompatibles, dado que la totalidad infinita se conceba como vida infinita que se manifiesta a s misma en los seres finitos y gracias a ellos, aunque nunca negndolos o reducindolos a simples instrumentos mecnicos. El espritu de los pueblos se conceba como una manifestacin de esta misma vida infinita, como totalidades que necesitaban para alcanzar su pleno desarrollo la libre expresin de las personalidades de los individuos, quienes venan a ser portadoras de este espritu. Del mismo modo se puede hablar del Estado considerado como encarnacin poltica del espritu del pueblo.

El romanticismo conceba la totalidad infinita de una manera fundamentalmente esttica, como un todo orgnico en el que el hombre poda sentirse como individuo, esto es, poda alcanzar esta unidad ms bien por la intuicin y la sensacin. El pensamiento conceptual tiende a fijar y perpetuar lmites y fronteras definidas, mientras que el pensamiento romntico tiende a borrarlos y disolverlos en el flujo infinito de la vida. Dicho de otra forma, el sentimiento romntico de lo infinito con frecuencia era un sentimiento de lo indefinido. Esta caracterstica puede observarse en la tendencia a oscurecer la separacin entre lo finito y lo infinito, en la frecuente fusin de filosofa y poesa y, en el campo del arte, en la mezcla de las diversas artes.

En parte se trataba de reconocer afinidades y de sintetizar los diversos tipos de experiencias del hombre. F. Schlegel consideraba que la filosofa era una forma de religin, ya que ambas se relacionaban con lo infinito y que todas las relaciones del hombre con lo infinito pertenecen al mbito religioso. En este sentido, el arte tambin es religioso; el artista creador ve lo infinito en lo finito al captar y expresar la belleza. Sin embargo, la repugnancia de los romnticos por las formas definidas fue una de las razones por las que Goethe lanz su famosa afirmacin de que lo clsico es lo sano y lo romntico lo enfermo. No obstante, algunos romnticos sintieron la necesidad de dar forma definida a sus visiones vagas e intuitivas de la vida y de la realidad, de manera que la nostalgia de lo infinito y la libre expansin de la personalidad humana pudieran ser ms fcilmente reconocidas. Schlegel, por ejemplo, crey que el catolicismo poda satisfacer esta necesidad.

Evidentemente, el sentimiento del infinito es un rasgo comn del romanticismo y del idealismo. La idea del Absoluto infinito, concebido como vida infinita, es bsica en los ltimos escritos de Fichte; el Absoluto tambin es el tema central en el pensamiento de Schelling, de Schleiermacher y de Hegel. Por lo dems, puede decirse que los idealistas alemanes tienden a concebir el infinito no como algo opuesto a lo finito, sino como vida o actividad infinita que se expresa a s misma precisamente en lo finito. Concretamente, Hegel hizo un intento deliberado de relacionar lo finito y lo infinito, de establecer entre ambas ideas una conexin que no las identifique, ni reste valor a lo finito hacindolo aparecer como irreal o ilusorio. La totalidad vive en sus manifestaciones particulares y por medio de ellas, tanto si es una totalidad infinita el Absoluto como una totalidad relativa el Estado,

La afinidad espiritual entre el movimiento romntico y el idealismo es indudable y los ejemplos de ella son mltiples. Cuando Hegel considera el arte, la religin y la filosofa en relacin con el Absoluto, se advierten claras semejanzas con las ideas de Schlegel a las que ya he aludido. Sin embargo, no debe olvidarse los contrastes entre los grandes filsofos idealistas y los romnticos. Schlegel identifica filosofa y poesa y suea con el da en que ambas sean realmente una sola cosa. Cree que el filosofar es ante todo una actividad intuitiva y no un razonar deductivo. Cualquier demostracin lo es de algo antes intuido; la intuicin precede a los argumentos deductivos y, por ello, el razonamiento conceptual es siempre secundario.[15] Como dijo Schlegel, Leibniz afirma y Wolff demuestra. Evidentemente, esta afirmacin no era un elogio de Wolff. Pero la filosofa est en relacin con el universo, con la totalidad; no podemos demostrar la existencia de la totalidad ya que sta slo puede ser captada intuitivamente. Tampoco puede ser descrita del mismo modo como puede describirse una cosa concreta y sus relaciones con las otras cosas concretas. En cierto modo, la totalidad puede mostrarse como, por ejemplo, en la poesa, pero decir concretamente lo que es est fuera del alcance humano. Por ello, el filsofo se enfrenta con la ardua tarea de tratar de decir lo que no se puede decir. La filosofa y el propio filsofo son para el filsofo un asunto irnico.

Sin embargo, cuando pasamos de Schlegel, el romntico, a Hegel, buen representante del idealismo, apreciamos la clara insistencia de este ltimo en la necesidad del pensamiento conceptual y sistemtico, y la negativa a recurrir a cualquier tipo de misticismo del sentimiento. Hegel, desde luego, se preocup de la totalidad, del Absoluto, pero deba pensarlo para expresar la vida de lo infinito y sus relaciones con lo finito en un pensamiento conceptual. Es cierto que interpret el arte, incluida la poesa, como algo centrado en el mismo tema esencial de la filosofa, el espritu absoluto, pero no perdi de vista nunca la diferencia formal entre arte y filosofa. Son cosas distintas que no conviene confundir.

Se puede alegar que el contraste entre la idea de los romnticos sobre la filosofa y la de los grandes idealistas es menor que el que existe entre las posiciones de Schlegel y Hegel. Fichte postulaba una intuicin intelectual bsica del yo puro o absoluto, y su concepcin influy considerablemente en algunos romnticos. Schelling insista en que, al menos en una etapa del filosofar, es posible la aprehensin del Absoluto en s y que esto slo es posible mediante la intuicin mstica. Tambin le daba mucha importancia a la intuicin esttica por la que se capta la naturaleza del Absoluto en su forma simblica. Adems, incluso dentro de la lgica dialctica de Hegel, que es una lgica en movimiento destinada a mostrar la vida interior del Espritu y a superar las anttesis conceptuales que la lgica ordinaria considera fijas y permanentes, pueden advertirse rasgos romnticos. La manera como Hegel concibe el espritu humano, hacindolo pasar sucesivamente por una serie de fases, y como un movimiento incesante de una posicin a otra, puede ser considerada como una expresin de la actitud romntica. La lgica de Hegel se aparta del espritu romntico y es la base de su pensamiento, sin embargo, podemos advertir una profunda afinidad espiritual con el romanticismo.

No se trata de negar la existencia de una afinidad espiritual entre el idealismo metafsico y el romanticismo, sino de indicar que, en lneas generales, los filsofos idealistas se ocupan del pensamiento sistemtico mientras que los romnticos subrayan el papel de la intuicin y el sentimiento, y confunden filosofa y poesa. Schelling y Schleiermacher estaban ms cerca del espritu romntico que Fichte y Hegel. Fichte postulaba la intuicin intelectual bsica del yo puro o absoluto, pero no crea que esto supusiera una visin mstica privilegiada. Era la intuicin de una actividad que se manifiesta a s misma en la conciencia reflexiva. No se requiere una capacidad mstica o potica sino la reflexin transcendental. En su ataque a los romnticos, Fichte insiste en que la filosofa, a pesar de exigir una intuicin intelectual bsica del yo como actividad, es sobre todo pensamiento lgico que produce ciencia, es decir, un cierto conocimiento. Filosofa es conocimiento del conocimiento, la ciencia fundamental; no un intento de decir lo que no se puede decir. En cuanto a Hegel, es indudable que incluso en su dialctica pueden encontrarse rasgos romnticos. Pero esto no altera el hecho de que para l la filosofa no sea una coleccin de elucubraciones apocalpticas, de rapsodias romnticas o de intuiciones msticas, sino un pensamiento lgico y sistemtico que piensa sus objetos conceptualmente. La labor del filsofo consiste en entender la realidad y en hacer que los dems la entiendan y no en construir o sugerir significados por medio de imgenes poticas.

6. La dificultad de cumplir el programa idealista.

Como hemos visto, la transformacin inicial de la filosofa kantiana en idealismo puro supone que la realidad debe ser considerada como un proceso de pensamiento o de razn productiva. Dicho de otra forma, el ser tiene que ser identificado con el pensamiento. El programa natural del idealismo consistir, pues, en mostrar la verdad de esta identificacin para poder as reconstruir deductivamente la estructura dinmica esencial de la vida y del pensamiento o razn absoluta. Por otra parte, para conservar la concepcin kantiana de la filosofa como pensamiento reflexivo, consciente de su propia actividad espontnea, la reflexin filosfica debe presentarse como autoconciencia de la razn absoluta en la mente humana. Por ello, mostrar la verdad de esta interpretacin de la reflexin filosfica es otra de las misiones del programa natural del idealismo.

Si pasamos a la historia concreta del movimiento idealista, observaremos las dificultades con que tropez al desarrollar este programa. Prueba de ello son las acusadas divergencias que se produjeron al transformar la filosofa crtica en idealismo transcendental. Fichte, por ejemplo, comienza por afirmar que no ir ms all de la conciencia, en el sentido de postular como primer principio un ser que la transcienda. De ah que su primer principio, el yo puro tal como se manifiesta en la conciencia, no pueda ser una cosa sino una actividad. Las exigencias del idealismo transcendental le obligan a desplazar la realidad ltima ms all de la conciencia, de manera que, en la exposicin posterior de su filosofa, Fichte postula un ser infinito y absoluto que transciende el pensamiento.

Con Schelling asistimos a un proceso inverso. Mientras que en una etapa de su peregrinacin filosfica afirma la existencia de un Absoluto que transciende el pensamiento humano y la conceptualizacin, en su filosofa de la religin intenta reconstruir reflexivamente la esencia interna de la divinidad personal. Pero, al mismo tiempo, abandona la idea de deducir a priori la existencia y estructura de la realidad emprica y, por el contrario, insiste en la libre revelacin que Dios hizo de s mismo. Persiste, sin embargo, la tendencia del idealismo a considerar lo finito como si fuera una consecuencia lgica de lo infinito; pero, despus de haber introducido la idea de un Dios personal y libre, se vio obligado a ampliar sus especulaciones a distancias cada vez mayores del modelo original del idealismo metafsico.

Es intil decir que el hecho de que tanto Fichte como Schelling desarrollaran y modificaran sus posiciones iniciales no constituye ninguna prueba de que las modificaciones y desarrollos fueran injustificados. Creo que precisamente estas variaciones son una prueba de la dificultad de realizar lo que he llamado antes programa natural del idealismo. Se puede afirmar que, ni con Schelling ni con Fichte, el ser qued reducido al pensamiento.

Hegel efectu los intentos ms eficaces para cumplir este programa. No dud en afirmar que lo racional es lo real y lo real lo racional. Crea que era completamente errneo pensar que la mente humana fuera algo finito y, partiendo de aqu, no se puede poner en duda la capacidad de entender la vida del Absoluto infinito. La mente tiene aspectos finitos, pero es infinita en el sentido de que es capaz, de elevarse a un nivel de pensamiento absoluto, nivel en el que el conocimiento que tiene el Absoluto de s mismo se identifica con el conocimiento humano del Absoluto. Hegel intenta demostrar de manera sistemtica y detallada de qu modo la realidad es la vida de la razn absoluta en su movimiento hacia el conocimiento de s misma hasta llegar a ser, en su existencia real, lo que siempre fue en esencia, concretamente pensamiento que se piensa a s mismo.

Evidentemente, Hegel identifica el conocimiento que el Absoluto tiene de s mismo con el conocimiento que el hombre tiene del Absoluto y, cuanto ms lejos se lleva este proceso, tanto ms perfectamente se cumple el programa natural del idealismo que exige que la filosofa sea una autorreflexin del pensamiento o razn absoluta. Si el Absoluto fuera un Dios personal que gozara de autoconciencia eterna, independiente del espritu humano, el conocimiento que el hombre tuviera de Dios sera una visin externa. Sin embargo, si el Absoluto fuera totalmente realidad el universo, interpretado como desarrollo del pensamiento absoluto que alcanza una autorreflexin en el espritu humano, el conocimiento que el hombre tendra del Absoluto vendra a ser el conocimiento que el Absoluto tiene de s mismo. La filosofa es un pensamiento productivo que se piensa a s mismo.

Qu se entiende por pensamiento productivo? Puede decirse que es el universo considerado teleolgicamente, como un proceso universal en marcha hacia el autoconocimiento, y que este autoconocimiento no es ms que el conocimiento por parte del hombre de la naturaleza, de s mismo y de su historia. En este caso, no hay nada ms all del universo, ningn pensamiento ni razn que se exprese a s misma en la naturaleza y que a la vez exprese la historia humana como si la causa eficiente se expresara a s misma en sus efectos. Teleolgicamente considerado, el pensamiento es primario, en el sentido de que es a la vez el fin del mismo proceso, y lo que le da significacin. Pero lo que es real e histricamente primario es el ser, en forma de naturaleza objetiva. En este caso, el modelo del idealismo sugerido por la transformacin inicial procedente de la filosofa kantiana ha sufrido una notable alteracin, puesto que esta transformacin supone una imagen de la actividad del pensamiento infinito en cuanto que produce o crea el mundo objetivo, mientras que la idea que acabamos de exponer supone nicamente el mundo real de la experiencia, interpretado como proceso teleolgico. El telos del proceso se considera que es la autorreflexin del mundo en la mente humana y gracias a ella. Pero esta finalidad es un ideal que en ningn momento puede cumplirse. Por ello, la identificacin del ser y del pensamiento nunca se consigue de verdad.

7. El elemento antropomrfico en el idealismo alemn.

Otro de los aspectos de las divergencias del modelo natural del idealismo postkantiano es el siguiente; F. H. Bradley, representante del idealismo absoluto en Inglaterra, insiste en el concepto de Dios como concepto que inevitablemente se transfiere al de Absoluto, es decir, que si la mente trata de pensar lo infinito de una manera rigurosa, acaba por tener que reconocer que el infinito no puede ser mas que el universo del ser, la realidad como un todo, la totalidad. La religin desaparece en esta transformacin de Dios en el Absoluto. Dios no puede quedarse junto al Absoluto y, habiendo llegado a ello, se perdi, y con l la religin.[16] Algo parecido afirm R. G. Collingwood: Dios y el Absoluto no son idnticos sino distintos. Pero son idnticos en este sentido: Dios es la forma imaginativa o intuitiva en la que el Absoluto se revela a s mismo a la conciencia religiosa.[17] Si conservamos la metafsica especulativa, tenemos que admitir que el tesmo est a medio camino entre el antropomorfismo politesta y la idea del Absoluto omnicomprensivo.

Es evidente que, a falta de una nocin clara sobre la analoga del ente, no es posible el concepto del ser finito como ontolgicamente distinto del ser infinito. Pero, pasando esto por alto, lo importante es que el idealismo postkantiano es fundamentalmente antropomrfico. El modelo de la conciencia humana es transferido a la totalidad de la realidad. Supongamos que el yo humano slo alcanza indirectamente la autoconciencia, es decir, que se va antes al no-yo. Entonces ste debe ser puesto junto al yo, no en el sentido de que el no-yo sea ontolgicamente creado por el yo, sino en el de que ha de ser reconocido como objeto para que haya conciencia. El yo puede volver a s mismo y llega as a ser reflexivamente consciente de s mismo. En el idealismo postkantiano este proceso de la conciencia humana es la idea clave que sirve para interpretar toda la realidad. El yo absoluto, o razn absoluta, o como quiera llamrsele, se considera (en un sentido ontolgico) que ha de poner el mundo objetivo de la naturaleza como condicin necesaria para la vuelta a s mismo en el espritu humano y merced a su actividad.

Este esquema general es una consecuencia de la transformacin de la filosofa kantiana en idealismo metafsico. Pero este hiperdesarrollo de la teora kantiana del conocimiento hasta transformarse en una metafsica csmica implica una interpretacin del proceso de la realidad como un todo, de acuerdo con el modelo de la conciencia humana. En este sentido, el idealismo postkantiano contiene marcados elementos antropomrficos; ste es un hecho que hay que hacer notar, si se tiene en cuenta que frecuentemente se ha juzgado que era mucho menos antropomrfica la concepcin idealista que la testa. Es evidente que Dios slo puede ser concebido analgicamente; tampoco podemos concebir la conciencia divina ms que de manera analgica respecto a la conciencia humana. Pero se puede intentar la eliminacin de aquellos aspectos de la conciencia relacionados con la finitud. Aunque se puede argir que para atribuir al infinito un proceso de reflexin autoconsciente es necesario este elemento antropomrfico.

Ahora bien, si hay una realidad espiritual que en todo caso es lgicamente anterior a la naturaleza y llega a ser autoconsciente en el hombre y gracias a l, cmo puede ser concebida? Si la concebimos como actividad ilimitada, no consciente en s misma pero que fundamenta la conciencia, estamos prcticamente repitiendo la tesis del yo absoluto de Fichte.

El concepto de una realidad ltima que es a un tiempo espiritual e inconsciente es difcil de comprender. Tampoco tiene mucho parecido con el concepto cristiano de Dios. Si creemos, al igual que Schelling en sus ltimos escritos sobre la religin, que la realidad espiritual que se esconde tras la naturaleza es un ser personal, el modelo del esquema idealista queda muy deformado. En este caso ya es imposible sostener la idea de que la realidad espiritual ltima llega a ser consciente de s misma en el proceso del mundo. Puesto que Schelling vivi unos veinte aos ms que Hegel, puede decirse que (cronolgicamente considerado) el movimiento idealista que sigue inmediatamente a la filosofa crtica de Kant acababa en una segunda aproximacin al tesmo filosfico. Ya hemos visto cmo Bradley sostena que el concepto de Dios es una exigencia de la conciencia religiosa, pero que, desde un punto de vista filosfico, este concepto debe ser transformado en el de Absoluto. Schelling hubiera aceptado la primera parte de la afirmacin, pero hubiese rechazado la segunda, al menos tal y como Bradley la formul. La filosofa de los ltimos aos de Schelling era una filosofa de la conciencia religiosa. Crea que la conciencia religiosa exiga una transformacin de sus primeras ideas sobre el Absoluto en la idea de un Dios personal. En sus especulaciones teosficas, evidentemente, introdujo elementos antropomrficos. Pero su camino hacia el tesmo representaba un alejamiento de la lnea fundamental del idealismo.

An queda una tercera posibilidad. Podemos eliminar la idea de una realidad espiritual, consciente o inconsciente, que produzca la naturaleza y, al mismo tiempo, conservar la idea del Absoluto que deviene autoconsciente. En este caso, el Absoluto es el mundo, el universo. As obtenemos la imagen del conocimiento que el hombre tiene del mundo y de su propia historia como autoconocimiento del Absoluto. En esta imagen, que representa la lnea general de una de las interpretaciones ms importantes del idealismo,[18] el mundo de la experiencia no es ms que el resultado del proceso teleolgico del mundo, es decir, ningn ser transcendente es necesario desde este punto de vista; el universo se interpreta como un proceso que evoluciona hacia una meta ideal, concretamente hacia la autorreflexin en el espritu humano.

Esta interpretacin de Hegel difcilmente puede considerarse equivalente a la afirmacin emprica de que el hombre aparece en un momento dado de la historia del mundo y de que es capaz de conocerse a s mismo y de aumentar este conocimiento, adems de conocer su historia y su medio ambiente. Es de suponer que nadie, ya sea materialista, idealista, testa, pantesta o ateo, tenga el menor inconveniente en aceptar estas afirmaciones. La interpretacin hegeliana es teleolgica, y supone un movimiento del universo hacia el conocimiento humano, y este movimiento es el conocimiento que el universo tiene de s mismo. Pero, a no ser que estemos dispuestos a admitir que esto es slo una de las posibilidades de considerar el proceso del mundo y, de esta forma, permanezcamos expuestos a la objecin de que nuestra eleccin de este modelo particular est determinada por un prejuicio intelectual favorable al conocimiento (esto en cuanto a un juicio de valor particular), estamos obligados a reivindicar que el mundo se mueve por una necesidad inherente hacia su autoconocimiento en y por el hombre. Pero, con qu otro fundamento podemos hacerlo sino a partir de la creencia de que la naturaleza en s es una mente inconsciente lo que Schelling llamaba espritu adormecido que se esfuerza por alcanzar una conciencia, o que tras ella yace una razn o mente inconsciente que, espontneamente, pone la naturaleza como una condicin previa y necesaria para alcanzar la conciencia en y por el espritu humano? Cualquiera de estas dos proposiciones que admitamos nos obliga a transferir al universo como totalidad el modelo del desarrollo de la conciencia humana. Este procedimiento exige la transformacin de la filosofa crtica en idealismo metafsico; pero es indudable que no por ello tiene un carcter menos antropomrfico que el tesmo como filosofa explcita.

8. Filosofas idealistas del hombre.

En este captulo hemos considerado el idealismo alemn como una teora, o ms bien, un conjunto de teoras sobre la realidad como un todo, como la automanifestacin del Absoluto. La filosofa del hombre es una de las notas ms sobresalientes del movimiento idealista, como fcilmente puede deducirse al considerar las premisas metafsicas de sus ms conspicuos representantes. Segn Fichte, el yo absoluto es una actividad ilimitada que se puede representar como movimiento tendente a la consecucin de su propia libertad. Pero la conciencia existe slo como conciencia individual; por ello, el yo absoluto se expresa a s mismo en una serie de sujetos o seres finitos que tienden a elevarse hasta su verdadera libertad. Aqu irrumpe, como no puede ser por menos, la consideracin moral de la actuacin humana. La filosofa de Fichte es fundamentalmente un idealismo tico dinmico. Para Hegel el Absoluto es un espritu, o un pensamiento que se piensa a s mismo, y, por lo tanto, puede revelarse mejor en el espritu humano que en la naturaleza. Debe insistirse en la consideracin reflexiva de la vida espiritual la vida del hombre como ser racional ms que en la filosofa de la naturaleza. En cuanto a Schelling, cuando afirma la existencia de un Dios libre y personal, se enfrenta con el problema de la libertad humana y con el retorno del hombre a Dios.

Las tesis del idealismo sobre el hombre y la sociedad reafirman siempre la libertad, pero esta palabra no tiene en todos los casos el mismo significado. Fichte ve la libertad del individuo manifestndose en la accin, tal vez a consecuencia del propio carcter del filsofo, enrgico y decidido. En cierto modo, para Fichte el hombre es un sistema de tendencias, instintos e impulsos naturales; y, desde este punto de vista, no puede hablarse de libertad humana. Pero el hombre, en cuanto que es espritu, no est obligado a satisfacer automticamente un deseo tras otro y puede dirigir su actividad hacia una meta ideal segn su concepto del deber. Como para Kant, la libertad significa algo que surge a un nivel ms elevado que el de la vida de los impulsos sensoriales y corresponde a la accin de un ser moral y racional. Fichte se inclina ms bien a pensar que la actividad misma es tambin su propia meta, y el nfasis con que recalca la libre accin nunca transciende esta accin.

Pero, a pesar de que para Fichte lo principal sea la actividad del individuo por su capacidad de elevarse por encima de la esclavitud del impulso natural hasta una vida de accin concorde con su deber, cree que, en cierto modo, se debe dar algn contenido a la idea de la libre accin moral. Esto es posible gracias a la ampliacin del concepto de la misin moral del hombre. Esta misin moral y la serie de actos que el hombre debe realizar en el mundo se determinan en alto grado por la situacin social del individuo, as, por ejemplo, la posicin de padre de familia. Finalmente obtenemos una visin de la gran variedad de misiones morales en cuanto que stas convergen hacia una finalidad ideal comn, es decir, hacia el establecimiento de un orden moral del mundo.

Fichte en su juventud fue entusiasta partidario de la Revolucin Francesa que crea liberara a los hombres de las formas opresivas de la vida social y poltica que, segn l, eran el mayor obstculo para el desarrollo de la moralidad libre del hombre. Posteriormente surgi la pregunta, cul es la forma de organizacin social, econmica y poltica mejor para que el hombre desarrolle ms su moralidad? Fichte se vio obligado a potenciar el papel de la sociedad poltica como fuerza educativa y moral. En sus ltimos aos, se preocup mucho por los acontecimientos polticos de la poca, especialmente por la dominacin napolenica y la guerra de liberacin. Estas reflexiones le llevaron a una visin nacionalista de un Estado unificado alemn con una misin cultural en el que los alemanes encontraran, por fin, su propia libertad. Pero lo que caracteriza su pensamiento es la idea de que el Estado es el instrumento necesario para proteger los derechos del hombre hasta que ste no haya desarrollado por completo su misin moral. Cuando el hombre alcance su plenitud moral, el Estado debe desaparecer.

Si volvemos a Hegel, nos hallamos ante una posicin distinta. Tambin en su juventud vio con simpata la Revolucin Francesa a la que consideraba como una posibilidad de libertad y esta palabra juega un importante papel en su filosofa. Como ms tarde veremos, Hegel representa la historia humana como un movimiento hacia la plena realizacin de la libertad. Hace una clara distincin entre libertad negativa, que es la mera ausencia de limitaciones, y la libertad positiva. Como ya deca Kant, la libertad moral implica obediencia a la ley que uno se da a s mismo en cuanto ser racional; pero lo racional es lo universal. La libertad positiva supone la identificacin de uno mismo con una finalidad que transciende los propios deseos. Al identificar la voluntad personal del individuo con la voluntad general de Rousseau, que se expresa en el Estado, se alcanza la libertad positiva. La moralidad es esencialmente moralidad social. La ley moral formal encuentra su aplicacin en la vida social, especialmente en el Estado.

Fichte y Hegel trataron, por estas razones, de superar el formalismo de la tica kantiana dando a la moralidad una situacin social. Pero se aprecia una diferencia entre ambos. Fichte insiste en la libertad individual y en la actividad del hombre segn el deber que le impone la conciencia personal. Adems, conviene aadir que la vocacin moral del individuo es un elemento de un sistema de vocaciones morales y, de esta manera, se incluye en la sociedad. En la tica de Fichte, lo ms importante es la lucha que mantiene el individuo para superarse a s mismo, es decir, para ponerse a s mismo en concordancia con la voluntad libre que tiende hacia la libertad total. Hegel, por el contrario, subraya desde un principio la sociedad poltica en la que el individuo se encuentra incluido y, por ello, resalta el aspecto social de la tica. La libertad positiva se consigue gracias a la participacin en la totalidad social orgnica. Para contrarrestar esta visin un poco parcial que hemos dado, aadiremos que para Hegel el Estado slo llega a ser completamente racional si reconoce el valor de la libertad subjetiva o individual. Cuando Hegel daba lecciones en Berln sobre teora poltica describiendo el Estado en trminos muy retricos, pretenda que sus oyentes tomaran conciencia social y poltica, y su inters bsico estaba en la superacin de lo que l haba llamado preponderancia unilateral y nefasta de la moralidad interior. La propaganda del totalitarismo estaba muy lejos de su intencin. Por otra parte, segn Hegel, las instituciones polticas son el fundamento necesario de las actividades espirituales superiores del hombre, como el arte, la religin y la filosofa, en las que la libertad espiritual alcanza su expresin suprema.

Lo que se echa de menos, tanto en Fichte como en Hegel, tal vez sea una teora clara sobre los valores morales absolutos. Si tenemos en cuenta que para Fichte la accin slo existe para s misma y la libertad tambin acaba en s misma, comprenderemos el carcter nico de la vocacin moral de cada uno de los seres humanos. Al mismo tiempo, corremos el riesgo de exagerar la importancia de la personalidad creadora y la originalidad de su vocacin moral a expensas de la universalidad de la ley moral. Sin embargo, si socializamos la moralidad como lo hizo Hegel, evitamos el formalismo de la tica kantiana, pero nos exponemos a relativizar las normas y valores morales segn los distintos perodos culturales y sociales en los que se produzcan. Evidentemente, muchos suscribiran esta afirmacin, pero, si no la aceptamos, sentimos la necesidad de una teora ms explcita sobre los valores morales que la de Hegel, en la que su carcter absoluto sea indudable.

El pensamiento de Schelling se apartaba mucho de los de Fichte y Hegel. En uno de los estadios de su desarrollo, recogi muchas de sus ideas anteriores y lleg a representar la actividad moral del hombre como algo que tiende a crear una segunda naturaleza, es decir, un orden moral del mundo, un mundo moral dentro del mundo fsico. Pero la diferencia entre su posicin y la de Fichte es mayor porque Schelling aade una filosofa del arte y de la intuicin esttica a las que atribuye una decisiva importancia para la metafsica.

Con Fichte, el centro de gravedad caa en la lucha moral y en la libre accin moral, mientras que en Schelling se sita en la intuicin esttica a la que consideraba como llave para penetrar en la naturaleza ltima de la realidad. El genio del artista brilla ms que el hroe moral en el pensamiento tico de Schelling. Sin embargo, cuando los problemas teolgicos absorben completamente su atencin, su filosofa del hombre adopta inmediatamente un subido matiz religioso. Schelling pensaba que la libertad es la capacidad de elegir entre lo bueno y lo malo, y que la personalidad moral es innata y resplandece en la oscuridad del mundo fsico por la sublimacin de la naturaleza inferior del hombre y la subordinacin a la voluntad racional. Pero estos temas aparecen en forma metafsica. Por ejemplo, las ideas sobre la libertad y la personalidad que hemos mencionado condujeron a Schelling a especulaciones teosficas sobre la naturaleza de Dios. Sus tesis sobre la naturaleza divina repercuten en su visin del hombre.

Volvamos a Hegel, el ms grande de los idealistas alemanes. Sus anlisis de la sociedad humana y su filosofa de la historia son impresionantes. Muchos de los que asistieron a sus clases sobre la historia deben haber sentido la importancia del pasado y el movimiento de la historia como algo presente. Hegel no se preocupaba slo de hacer comprender el pasado. Hemos visto cmo su inters principal consista en ayudar a sus alumnos a que tomaran conciencia social, poltica y tica. Crea que su anlisis del Estado racional aportara un esquema a la vida poltica de su tiempo, especialmente a la poltica alemana. Pero Hegel insiste siempre en la comprensin. No en vano dijo que el bho de Minerva slo extiende sus alas al oscurecer y que cuando la filosofa desprende un color grisceo es que algn carcter de la vida se ha enfriado. Hegel crey que la filosofa poltica serva para justificar formas sociales y polticas de una sociedad o cultura que estaban a punto de desaparecer. Una cultura o sociedad maduras, o incluso ms que maduras, llegan a ser conscientes de s mismas en la reflexin filosfica y precisamente gracias a ella. Esto slo puede producirse en un momento en que el desarrollo de la vida exige y ofrece nuevas sociedades y nuevas formas sociopolticas.

Con Marx aparece una actitud diferente. La tarea del filsofo radica en comprender el movimiento de la historia para as poder cambiar las instituciones y formas de organizacin social de acuerdo con el movimiento teleolgico de la historia. Marx no niega el valor y la necesidad de la comprensin, pero insiste en su funcin revolucionaria, y, en este sentido, s que puede decirse que Hegel mira hacia atrs y Marx hacia adelante. No hay necesidad de discutir aqu la validez de las ideas de Marx sobre la funcin del filsofo. Basta con sealar las diferentes posiciones de los grandes idealistas y de los revolucionarios sociales. Para encontrar en el campo idealista algo semejante al celo proselitista de Marx hemos de volver a Fichte y no a Hegel. Como veremos, Fichte crea que su propia filosofa deba ser salvada para bien de la sociedad humana. Hegel, por el contrario, senta todo el peso de la historia sobre sus hombros y, lanzando una mirada retrospectiva sobre la historia del mundo, su ambicin esencial era la de comprenderla. Adems, a pesar de que nunca pens que la historia se hubiera detenido al abrirse el siglo XIX, su sentimiento histrico era lo bastante agudo como para preservarle de cualquier utopa filosfica sobre la historia.

Captulo II FICHTE. I

1. Vida y escritos.

Johann Gottlieb Fichte naci en 1762 en Rammenau, en Sajonia. Su familia era pobre y, en circunstancias normales, no habra podido cursar estudios superiores, pero el muchacho atrajo la atencin de un noble de la regin, el barn von Miltitz, que se ocup de l, envindole a la famosa escuela de Pforta, donde ms tarde estudiara Nietzsche. En 1780 empez sus estudios de teologa en la universidad de Jena que prosigui en la de Wittenberg y, posteriormente, en Leipzig.

En sus tiempos de estudiante, Fichte se adscribi a la filosofa determinista. Un clrigo le recomend una edicin de la tica de Spinoza que inclua la refutacin de Wolff, para que el joven pudiera superar su posicin determinista. Pero Fichte encontr muy dbil esta refutacin y el libro produjo un efecto contrario al pretendido. Sin embargo, el determinismo se avena mal con el carcter activo y enrgico de Fichte as como con su preocupacin por los temas morales, y pronto fue reemplazado por la clara afirmacin de la libertad tica. Ms tarde, se revel como un inteligente contradictor de Spinoza, aunque este filsofo siempre fue tenido en cuenta por Fichte.

Por razones econmicas, Fichte tuvo que aceptar un empleo de tutor en una familia de Zurich, y all ley a Rousseau y a Montesquieu y recibi con simpata la noticia de la Revolucin Francesa con su mensaje de libertad. Su inters por Kant se despert al tener que explicar, a peticin de un estudiante, la filosofa crtica. En 1791, cuando volvi de Varsovia, donde haba sufrido humillaciones en su puesto de tutor en una familia aristcrata, y regres a Alemania, visit a Kant en Knigsberg. ste le recibi framente y Fichte trat de ser aceptado por Kant escribiendo un ensayo en el que desarrollaba la justificacin kantiana de la fe, en virtud de la razn prctica. La obra Versuch einer Kritik aller Offenbarung (Ensayo sobre la crtica de toda revelacin) fue apreciada por Kant y, tras algunas dificultades con la censura teolgica, se public en 1792. Como apareci annimamente, muchos creyeron que haba sido escrita por Kant. Cuando Kant deshizo este error, el nombre de Fichte comenz a ser conocido mundialmente.

En 1793, Fichte public Beitrge zur Berechtigung der Urteile des Publikums ber die franzsischen Revolution (Consideraciones destinadas a corregir el juicio del pblico sobre la Revolucin Francesa). Esta obra le dio una peligrosa fama de demcrata y jacobino; sin embargo, en 1794, lleg a ser profesor de filosofa en Jena, debido, en parte, a la calurosa recomendacin de Goethe. Adems de sus cursos acadmicos, dio una serie de conferencias sobre la dignidad del hombre y la misin del intelectual que se publicaron el mismo ao en que obtuvo la ctedra. Fichte siempre tuvo algo de misionero y predicador. Su obra principal se public en 1794 con el ttulo Grundlage dergesammten Wissenschaftslehre (Fundamento de la teora total de la ciencia) y en ella expuso el desarrollo idealista de la filosofa crtica de Kant. Su antecesor en la ctedra de filosofa de Jena, K. L. Reinhold (1758-1823), que haba aceptado una invitacin a Kiel, pretenda que la crtica kantiana se transformara en un sistema filosfico derivado de un principio fundamental. Fichte, con su teora de la ciencia, trat de llevar a cabo el intento de Reinhold hasta el final.[19] La teora de la ciencia se conceba como una exposicin del desarrollo sistemtico de un ltimo principio de las proposiciones fundamentales que son la base de las ciencias particulares, o de los caminos que conducen al conocimiento. Pero exponer esta evolucin es describir el desarrollo del pensamiento creador. Por ello, la teora de la ciencia no es slo epistemologa sino tambin metafsica.

Pero Fichte estaba muy lejos de concentrarse exclusivamente en la deduccin terica de la conciencia. Insista en la finalidad moral del desarrollo de la conciencia, concretamente en el propsito moral de la existencia humana. En 1796, public Grundlage des Naturrechts (Fundamento del derecho natural), y en 1798, Das System der Sittenlehre (El sistema de la tica), declarando que estos temas eran tratados segn los principios de la teora de la ciencia, cosa que es absolutamente cierta. Estas obras son mucho ms que meros apndices de la Teora de la ciencia, ya que en ellas se manifiesta el verdadero carcter de la filosofa de Fichte como sistema de idealismo tico.

Se ha criticado, y no sin razn, la oscuridad de los representantes del idealismo metafsico. Un rasgo destacado de la actividad literaria de Fichte es su incansable esfuerzo para exponer claramente las ideas y principios de la teora de la ciencia.[20] En 1797, public dos introducciones a la Teora de la ciencia y, en 1801, Sonnenklare Bericht ber die neue Philosophie (Noticia clara como el da sobre la nueva filosofa). Este ttulo quiz sea un tanto optimista, pero, en cualquier caso, es una prueba del esfuerzo del autor para exponer claramente sus ideas. En el perodo que va de 1801 a 1813, Fichte redact, con destino a sus cursos universitarios, una serie de versiones de la Teora de la ciencia. En 1810, public Die Wissenschaftslehre in ihrem allgemeinen Umrisse (La teora de la ciencia en sus lneas generales) y, en 1813, apareca la segunda edicin de Tatsachen des Bewusstseins (Los hechos de la conciencia).

En 1799, se interrumpi violentamente la carrera de Fichte en Jena. Sus proyectos de reforma de las sociedades estudiantiles, expresados en sus conferencias de los domingos, haban creado cierto malestar en la universidad. Sin embargo, el motivo de la ruptura fue la publicacin de un ensayo sobre ber den Grund unseres Glaubens an eme gttliche Weltregierung (La causa de nuestra creencia en un orden divino del mundo). La publicacin de este trabajo determin la acusacin de atesmo; en l pareca que Fichte identificaba a Dios con el orden moral del mundo creado y mantenido por la voluntad humana. El filsofo se defendi indignado, pero con tan poco xito que en 1799 tuvo que abandonar Jena y traslad