p.25 p.26 a ciudad contemporánea es hoy más que nunca el escenario de Ldinámicas complejas que configuran el medio urbano como un ecosistema específico. Para abordar la producción de ciudad contemporánea merece la pena aproximarse a la disciplina que centra su aportación en el estudio y proyectación de la ciudad: el urbanismo. ¿Hacia qué práctica urbanística? A través de una entrevista a dúo nos proponemos revisitar lugares comunes y esclarecer las claves para una “nueva práctica urbanística”. De la mano de Enrique Giménez y José María Ezquiaga comprobamos, una vez más, que la autocrítica en este momento nos puede proporcionar algunas claves para un nuevo porvenir en la disciplina urbanística. Dos visiones, un puente de ideas entre Madrid y Valencia, una conversación sobre el futuro de la ciudad. J.M.EZQUIAGA: Esta cuestión ha sido un hilo conductor en mi ejercicio profesional. Tengo el convencimiento de que el urbanismo es parte de la arquitectura y viceversa. Y lo voy reforzando con el tiempo, incorporando nuevos inputs. El urbanismo limitado por la visión de corte jurídico te va alejando de la verdadera voluntad de transformación que tiene la disciplina. La toma de tierra del urbanismo lo reconcilia sin ninguna duda con la arquitectura, es una relación de mutua inclusividad. Los temas prioritarios de la agenda son compartidos: temas de sensibilidad geográfica, de reenganche a la demanda social, de recuperación del vínculo social de la arquitectura. En los episodios vinculados a un cambio se ha hecho evidente siempre la necesidad de transversalidad entre urbanismo y arquitectura. Podemos hablar del urbanismo como el elemento de vínculo entre la arquitectura y la sociedad. No es que se necesiten mutuamente es que son facetas de la misma actividad. E.GIMÉNEZ: En la reivindicación del proyecto urbano la esencia del problema está en la naturaleza de la En muchos casos se intenta fomentar tanto desde los medios académicos, como desde el mundo profesional el cisma entre edificación y urbanismo. En vuestra opinión, ¿Qué relación existe entre edificación y urbanismo? ¿Existe algún cambio en dicha relación? ¿Podríais hacer un balance de la evolución y cambios esta relación en la disciplina actual? actividad que es la proyectación, es decir la actitud del proyectista frente al problema. Se trata de un código genético abierto, común a la arquitectura y el urbanismo. En ambos casos no se puede abandonar la metodología del proyecto. JME: Yo creo que lo que más se comparte es la vocación de dar el salto a transformar la realidad. Una sensibilidad polimórfica, haciendo un símil freudiano, hace que algunos elegidos sean capaces de ser sensibles antes lo geográfico, lo plástico y la pequeña escala. Como por ejemplo Le Corbusier cuando se plantea la transformación de la ciudad de Bogotá. EG: Pero existen más dimensiones. Le Corbusier tenía cierta autonomía en la actuación y se pudo plantear el lujo de actuar sobre ciudades valorando su composición, no tanto el proceso de gestión urbanística o de aspectos de construcción real y material, y por lo tanto su éxito es relativo. Cuando tuvo la oportunidad de hacer una ciudad ex novo como Chandigarh, pues bien, pero no sé si el Bogotá de hoy bebe mucho de sus ideas. JME: Eso nos lleva a preguntarnos qué capacidad tienen las ideas de transformar la realidad. Tendemos a pensar que sin norma no hay principio. Pero, y creo que tú piensas lo mismo, los principios pesan más que las normas. Las normas sin principios suelen ser cascarones vacíos. EG: Lo que estás diciendo nos ha colocado a los urbanistas en el desafío de asegurarnos una posición intelectual frente al problema de debate de las ideas. Quizás la arquitectura de edificación ha perdido un poco esa parte, más sujeta a unos códigos más formales, de moda, quizás menos ideológicos. JME: Yo percibo que la generación más joven vuelve a recuperar esa idea. Necesitan cargarse de razón. Están, más que nunca, interesados por la ciudad. El urbanismo está tan cargado de una estructura jurídico- administrativa tan pesada, que llega un momento en que se pierde de vista el por qué se puso en marcha todo esto. Los jóvenes al no ser parte del sistema todavía, son más reactivos, se enfrentan con menos prejuicios a las nuevas problemáticas ambientales. No se puede pensar en abstracto sino en cómo realmente el urbanismo incide sobre la gente, sobre la sociedad. Estamos redescubriendo temas como la participación ciudadana, o el activismo de la ciudadanía en el medioambiente, la ciudad existente, los nuevos espacios periféricos que ya no corresponden a las leyes canónicas de lo que entendíamos como ciudad, en las nuevas tecnologías y en qué medida están transformando la arquitectura. Según vosotros, ¿Cuáles serían los temas de debate principales en la situación del urbanismo actual? EG: En realidad, en nuestra generación se han puesto de nuevo algunos temas principales encima de la mesa. Se ha aceptado el territorio amplio como escenario de ciudad por ejemplo. Ese tema ha abierto nuevas posibilidades de discusión. Los arquitectos jóvenes han tenido la posibilidad de replantearse nuevos paradigmas frente al pensamiento sobre la ciudad. Pero, por otra parte, la práctica urbanística se ha burocratizado absolutamente, ha rigidizado la posibilidad de plantear ideas nuevas. JME: Ese es un tema capital y al que estoy dedicando un gran esfuerzo ahora. El formato legal cada vez está más desfasado respecto a los temas emergentes. La sostenibilidad, la cohesión social, el problema del consumo del suelo son paradigmas ausentes de lo que es el protocolo de cualquier figura de planeamiento. En la ley del 76 se introdujeron inputs nuevos, como la vivienda social, el transporte…ahora también se deben introducir los nuevos inputs para innovar desde la práctica. La legislación no se da por enterada de que existe un cambio climático, hay un desfase intelectual dramático. EG: Siempre lo ha habido. JME: Hoy en día hacer bien un plan es hacerlo al margen, liberándose de ese corsé administrativo. No podemos olvidar que en urbanismo, la gestión, es lo instrumental es decir, lo accesorio, como la dirección de obra y el proyecto arquitectónico. EG: En ese sentido, se piensa que los principios de planificación de un arquitecto son prescindibles, y se valoran más los despachos de abogados o una gran ingeniería que tienen poderosos instrumentos de gestión y medios de grupo. Y esto le quita la capacidad de innovación al urbanismo. Recuerdo una conversación con Bernardo Secchi en la que explicaba que no existía una teoría única, cada vez que hacía un plan nuevo tenía que hacer una teoría nueva. Para poder interpretar correctamente una ciudad, y valorar sus características, tenemos que ir reformulando incluso el esquema metodológico a través del cual nos aproximamos a ella. Sólo una teoría aplicada sirve para poder realizar un plan. Y es más, eso responde a la necesidad de actualización de los requerimientos de la planificación. JME: Das en el clavo, ahora hay que reivindicar un urbanismo de autor en el sentido de responsable. Reactivar la dimensión ética del urbanismo. Decisiones hay siempre, o las toman los urbanistas o las toman otros. De ahí la importancia de los procesos de participación como forma de incidir del ciudadano en las decisiones sobre su entorno. EG: La actividad del urbanista es pública desde el primer momento, no se puede meter en una caja. Este es el debate esencial que se va a plantear en los próximos años más allá de la interdisciplinareidad, etc… Sobre la teoría me gustaría hacer un apunte adicional. Como el urbanismo intenta resolver problemas reales de las ciudades, históricamente ha pasado de los problemas de las grandes a las pequeñas, de los espacios más burocratizados a menos, ese tránsito nos ha llevado a algunos errores. Este ha sido el montaje del urbanismo desde el s XIX, y en estos momentos es completamente inadecuado. Hay q reflexionar sobre esa cuestión, sobre cada territorio, sobre sus particularidades. ¿Hacia qué práctica urbanística? “Los jóvenes, al no ser parte del sistema todavía, son más reactivos, se enfrentan con menos prejuicios a las nuevas problemáticas ambientales”. “Estamos redescubriendo temas como la participación ciudadana, o el activismo de la ciudadanía...los nuevos espacios periféricos que ya no corresponden a las leyes canónicas de lo que entendíamos como ciudad”. Conversatorio escenarios para (re)pensar la ciudad José Mª Ezquiaga Domínguez y Enrique Giménez Baldrés por Ester Giménez Beltrán p.25/28 05