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Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, H." Contempornea, t. 6, 1993,
pgs. 393-418
Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
WALTHER L. BERNECKER
El contrabando ha jugado un papel de singular importancia en la
eco-noma y la sociedad mexicana del siglo xix. Se puede registrar
este fe-nmeno recurriendo a las fuentes que a lo largo del centenio
iban do-cumentando el desarrollo de esta actividad ilegal; pero al
mismo tiempo es extremadamente difcil abordar el tema con rigor
cientfico debido a la falta de investigaciones en este rubro.
La mayor parte de las informaciones sobre la actividad
contrabandista proviene de instituciones y grupos que se vean
afectados directamente a causa del comercio ilegal; El Estado y los
industriales. El Estado perda los aranceles, tan necesarios para su
erario, y los industriales se vean expuestos a una competencia
ruinosa. Estos argumentos se repiten in-cansablemente en las
Memorias anuales de los ministros del ramo, ante todo de Hacienda y
de Exteriores, presentados al Congreso, y en las mltiples
peticiones y los dictmenes de industriales. Tambin los reportes
consulares y diplomticos de representantes extranjeros contienen
ma-terial informativo de gran valor.
1. LAS ACTIVIDADES DE CONTRABANDO
En el Mxico decimonnico as como en toda Amrica Latina el
contrabando formaba una parte importante en la vida cotidiana de
una gran mayora de personas; era un fenmeno endmico de la historia
co-mercial. Basndose en apreciaciones del Barn Alejandro von
Humboldt y del representante estadounidense Joel Robert Poinsett,
un manual para comerciantes alemanes estimaba el tamao del
contrabando antes y des-pus de la Independencia en los siguientes
trminos: El valor de los bienes importados secretamente se eleva,
segn una estimacin realizada algo antes de la revolucin, a 4,5
millones de dlares anuales; y cada ao se exportaban en secreto
barras de plata y oro por un valor de 2,5
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millones de dlares. Entre Veracruz y Jamaica se ha establecido
un con-trabando regular, y a pesar de los esfuerzos del gobierno y
de las penas extremadamente severas contra este delito, las tiendas
comerciales de Mxico estaban y estn muy bien surtidas con productos
ingleses y ale-manes \
Desde la proclamacin de la Independencia, las denuncias de los
or-ganismos oficiales sobre el contrabando en las fronteras
martimas y te-rrestres formaba parte de la retrica poltica, al
igual que los lamentos de los industriales mexicanos sobre
aranceles de importacin demasiado ba-jos y las quejas de casas
comerciales extranjeras sobre aranceles de-masiado elevados. Apenas
hay otro tema de la prctica comercial mexi-cana que se pueda
registrar tan regularmente a lo largo del siglo xix como el fenmeno
contrabandista; pero por falta de fuentes fidedignas resulta difcil
presentar un anlisis sugestivo. En la mayora de los casos, los
denunciantes del contrabando ministros, industriales,
terratenientes o viajeros se limitan a constatar el hecho, usando,
en la mayora de las veces, superlativos que sugieren un elevado
grado de contrabando, pero que al mismo tiempo pierden
credibilidad, al repetir continuamente ar-gumentos estereotipados.
Por ello, estas fuentes deben ser examinadas con gran cautela;
adems, deben ser contrastadas con otras de distinto tipo.
En el fondo, el fenmeno del contrabando en Amrica es tan viejo
como el monopolio comercial con las colonias de ultramar, reclamado
por Espaa. Eran ante todo los ingleses que practicaban desde su
base en Jamaica, un extenso comercio ilegal con la Amrica espaola^.
Las co-lonias europeas en el Caribe formaron una especie de bisagra
para un
' ScHMiDT, L. R., Theoretisch-praktisches Comptoir-Handbuch nach
MacCulloch und den neuesten zuverlBigsten Quellen in alphabetischer
Ordnung. Stuttgart/Tingen 1837, pg. 1468; cf. tambin VON HUMBOLDT,
Friedrich Alexander, Versuch ber den politischen Zustand des
Kni-greichs Neu-Spanien. Tbingen 1813, t. IV; POINSETT, J. R.,
Notes on Mxico, made in the Autumn o 1822, accompanied by and
historical sketch on ttie revolution, and translations ot official
reports on the present state of that country. Filadelfia 1824,
reimpresin: Nueva York 1969, pg. 33.
'' KAPP, B., Les relations conomiques extrieuresdu Mexique
(1821-1911) d'aprs les sour-cesfrangaises, en KAPP, Bernard y
HERRERO, Daniel, VilteetCommerce. Deux essaisd'histoire
liispano-amricaine. Pars 1974, pg. 18; vid. BROWN, L., The South
Sea Company and Con-traband Trade, en The American Historical
Review 1925-1926, t. XXX, pgs. 662-678; CHAUNU, H. y P., Sville et
l'Atlantique. Pars 1963, 13 tomos. Con respecto al contrabando
britnico desde Jamaica, vid. tambin CHRISTELOW, A., Contraband
Trade between Jamaica and the Spa-nish Main, and the Free Port Act
of 1766, en The American Historicai Reviev\/ 1942, t. XXII, pgs.
309-343; vid. tambin POHL, H., Zur Geschichte des SchmuggeIs im
Atlantikhandel, en dem: Studien zur Wirtscliaftsgesciiictite
Lateinameril
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
contrabando cada vez ms extenso; ste, durante las guerras
napole-nicas, lleg a alcanzar tales dimensiones que el comercio
formalmente controlado por el Estado devino en una variante de
comercio libre. Las largas costas y la pequea densidad poblacional
entorpecan y encarecan el control de las mismas, hacindolo poco
eficiente. Era ante todo la costa del Pacfico, donde ms se
practicaba el contrabando, ya que en aquellas regiones no haba ni
fuertes ni guardias costeras.
Para comienzos del siglo xix se ha tratado de estimar el monto
del contrabando: En aquellos aos, los obrajes de lana novohispanos
tenan una produccin que oscilaba entre 500.000 y un milln de pesos;
por otro lado, el sndico del Consulado de Veracruz haba constatado
en 1797, que las importaciones ilegales de manta ascendan a 2
millones de pesos. Esto significa, que el contrabando exceda entre
dos y cuatro veces la produccin total de todos los obrajes
mexicanos^. Fuentes consulares francesas incluso estiman que en la
poca de la Independencia mexicana el comercio ilegal sobrepasaba al
legal en nmeros absolutos ^
La primera comisin que tras la Independencia del pas, deba
elaborar en 1821 un nuevo reglamento arancelario y comercial, ya
hablaba del grandsimo contrabando que se haca con perjuicio de las
rentas de la hacienda pblica ^ El ministro de Hacienda Arrillaga se
quejaba en su Memoria de 1823 al Congreso de la extensin del
escandaloso contra-bando [...] siempre funesto y punible*^ y
recomendaba dictar severas leyes penales para los contrabandistas
que precipitaban la nacin al abis-mo. Su ataque contra los malvados
y traidores dejaba entrever que los primeros responsables deban ser
buscados entre los agentes adua-neros mexicanos; sin embargo no
mencion a los comerciantes extran-jeros.
El valor de los bienes importados legalmente a Mxico se redujo
drs-ticamente de 10 millones de pesos en el ao 1820 a slo 3,7
millones de pesos en el ao 1822. Esta reduccin no se habra debido
slo a los disturbios revolucionarios de aquellos aos ni al arancel
de importacin del 25 por. 100 o a la valoracin ms elevada de bienes
extranjeros en puertos mexicanos, sino tambin al aumento
considerable de actividades
^ SALVUCCI, R. J., Industria! Organization and Economic
Geography: The Textile Manutactory in New Spain, 1690-1810,
manuscrito no publicado (Bielefeld 1982), pgs. 13 y ss.
" Commerce de la Veracruz: Archives Nationales Paris (ANP) Bill
452. ^ Cit. apud SIERRA, Carlos J. y MARTNEZ VERA, Rogelio,
Historia y Legislacin Aduanera de
Mxico. Mxico 1973, pgs. 18 y ss. " Memoria provisional
presentada al Soberano Congreso por el Ministerio de Hacienda
en
2 de junio de 1823. Mxico 1823.
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WALTHER L. BERNECKER
contrabandistas'. Segn estimaciones de contemporneos, el valor
de las mercancas importadas ilegalmente entre 1825 y 1827 ascenda a
20 mi-llones de pesos, y el de las mercancas exportadas a 9
millones". Si bien es imposible tomar estas estimaciones como base
de un clculo exacto acerca del tamao absoluto o relativo del
contrabando con respecto al comercio en su totalidad, otras
apreciaciones de la poca confirman fun-damentalmente estos
nmeros:
El cnsul general francs Alexander Martin estim en 1827 el valor
del contrabando en un 25 por 100 del valor total del comercio
exterior me-xicano; el alemn Mhlenpfordt lleg a calcular que por lo
menos una tercera parte de todos los bienes extranjeros consumidos
en Mxico eran importados de manera ilegal; el representante
britnico Ward era de la opinin que en aquellos aos la cantidad de
los productos importados en forma de contrabando era infinitamente
mayor que la del comercio legal; y el intelectal liberal Jos Mara
Luis Mora incluso afirm que dos terceras partes de todos los bienes
de consumo no haba pagado aran-celes de importacin. El ministro de
Hacienda Garay dijo en 1834 que el Estado no perciba ni siquiera la
mitad de los aranceles de importacin que legalmente le
correspondan".
En aquellos aos, los aranceles martimos le proporcionaban al
Estado unos ingresos medios de 6,6 millones de pesos; varias
estimaciones su-ponen que al mismo tiempo el erario perda 4,5
millones de pesos a causa de importaciones ilegales. Segn Henry G.
Ward, en los aos veinte la mayor parte del contrabando no resultaba
tanto del monto de los aran-celes de importacin, sino ms bien de la
ridicula medida de la esti-macin segn la cual se pagaban los
aranceles. Ward se refera al sis-tema de aforo segn el cual el
arancel de importacin no se calculaba a base de las facturas sino
de una estimacin ms o menos subjetiva del aduanero. La consecuencia
de este sistema tena que ser el contrabando:
' Mackenzie a Canning, Xalapa, 24 de julio de 1824: Public
Record Office (PRO) Board of Trade (BT) 6/53.
" MACLURE, W., Opinions on Various Subjects, dedicated to the
Industrious Producers. India-na. New-Harmony, 1831-1838, t. I, pg.
330, 3 tomos.
' Rapport sur le Mexique. Premier Rapport sur l'tat commercial
du Mexique, 1827: ANP F12 2695; MHLENPFORDT, E., Versuch einer
getreuen Schilderung der Republik Mjico besonders in Beziehung auf
Geographie, Ethnographie und Statistik. Nach eigener Anschauung und
den bes-ten Quellen bearbeitet von Eduard Mhienpfordt, t. I:
berbiick ber das Land im Allgemenen, t. II: Beschreibung der
einzeinen Landestheile. Hannover 1844, reimpresin: MHLENPFORDT,
Eduard, Versuch einer getreuen Schilderung der Republik Mexiko,
introduccin de ANDERS, Fer-dinand. Graz 1969, pgs. 423 y ss,; Ward
a Canning, Mxico, 19 de enero de 1827: PRO Foreign Office (FO)
50/31A; MORA, J . M. L., Mxico y sus revoluciones. Paris 1836, 4
tomos, nueva edi-cin: Mxico y sus revoluciones. Mxico, ed. por
Agustn Yez, 1977, t. I, pg. 46, 3 tomos.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
Esta prctica ha llegado a tales extremos en Mxico que tejidos de
al-godn que segn los aranceles vigentes no podan ser vendidos por
me-nos de 5 reales la vara, se ofrecan, en 1825, pblicamente a 3
reales, y adems en cantidades tan grandes que casas establecidas se
vean obli-gadas a vender artculos de comisin con una prdida del 40
al 50 por 100, para poder enviar aunque sea algo a sus
corresponsales en Ingla-terra '".
En 1830 un alto funcionario mexicano, Ildefonso Maniau, llam la
aten-cin sobre el siguiente hecho: desde 1823 estaba prohibida
completa-mente la importacin de artculos espaoles; no obstante, en
los aos veinte se poda comprar en todas las regiones mexicanas
papel de Bar-celona, hierro de Vizcaya, vinos de Jerez y Mlaga,
brandy de Catalua, aceitunas y pasas de Andaluca. Aparentemente,
las mercancas entraban sin mayores problemas al pas y podan ser
vendidas".
El contrabando era mucho ms extenso en la larga costa del
Pacfico que en la del Atlntico. El puerto de Guaymas, por ejemplo,
se convirti rpidamente en un emporio de los contrabandistas de
metales preciosos. Debido a que en aquella regin no haba ninguna
casa de moneda; barras de oro y plata eran transportadas en secreto
al puerto del Pacfico, y de all eran llevadas en buques extranjeros
a Europa; de esta manera se burlaban los aranceles y las
prohibiciones de exportacin. El ministro de Hacienda Jos Ignacio
Esteva caracteriz la desorganizacin de las adua-nas en la costa del
Pacfico como terrible. A pesar de que los contra-bandistas eran
conocidos pblicamente, no se poda emplear accin legal contra ellos,
ya que eran protegidos por las autoridades locales. Esteva deca en
su Memoria de 1851: El contrabando es protegido por las
au-toridades y por el pueblo, porque todos saben que si no se hace
en su respectiva ciudad, se paraliza el trfico por la falta de
introducciones le-gales, y el contrabando se verifica por las
playas desiertas '^ La llegada de las barcazas que haban sido
cargadas a cierta distancia de la costa desde los buques mercantes
con la mercanca de contrabando, fue anun-ciada algunas veces con
caonazos.
Cuando un comerciante estadounidense quiso importar, en la
primera mitad de los aos veinte, mercancas por un valor de 15.000
pesos, so-
' WARD, H. G., Mxico in 1827. Londres 1828, t. I, pgs. 462-467,
2 tomos. " MANIAU, I., en Suplemento al Registro Oficial, nm. 42,
de 3 de febrero de 1830, s.p. '' Ministro de Hacienda Juan Ignacio
Esteva, en su Memoria de 1851, cit. apud QUINTANA,
M. A., Los primeros veinticinco aos de la historia econmica de
Mxico. Estevan de Antuano. Fundador de la industria textil en
Puebla. Mxico 1975, 1.1, pg. 61, 2 tomos.
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WALTHER L. BERNECKER
born, en la costa del Pacfico, al comandante del puerto con
1.000 pesos, al inspector jefe de la aduana con 500 pesos y a los
soldados encargados del control con otros 500 pesos. Los 2.000
pesos que pag en total por el soborno, era muchos menos de lo que
hubiera tenido que pagar como arancel de importacin.
No slo haba contrabando de importacin, sino tambin de
exporta-cin. Segn Carlos Mara de Bustamante, por la costa del
Pacfico slo en 1840 se exportaron clandestinamente metales
preciosos por un valor de ms de 7 millones de pesos '^. Y Waddy
Thompson el representante de Estados Unidos, que sin duda alguna
saba muy bien de qu estaba hablando deca: Gold is an article so
easily smuggled that enormous sums are sent off in almost every
vessel which sails for Europe '*'. Segn Matas Romero que ms tarde
sera Ministro de Hacienda, se exportaron por va de contrabando
entre el 30 y el 40 por 100 de los metales pre-ciosos ^^
A mediados de siglo, Mazatln en la costa del Pacfico obtuvo una
importancia cada vez mayor, ya que era el nico puerto en el que los
grandes buques mercantes que iban de Amrica del Sur a San Francisco
podan proveerse con alimentos. Casi era parte de la tradicin local
que poco antes de llegar un barco tena lugar un pronunciamiento que
des-pus de haberse efectuado el correspondiente contrabando
terminaba o bien con la huida de los sublevados o bien con su perdn
tan rpi-damente como haba comenzado. Los comerciantes extranjeros
sobor-naban a los soldados del cuartel y los instigaban a una
revuelta, y entre-tanto la tripulacin descargaba la mercanca,
evitando pagar en la con-fusin reinante los aranceles de
importacin. Entre 1844 y 1849 financiaron ocho de estas revueltas.
En 1841, el gobernador de Sonora escriba al Ministro del Interior:
En toda esta costa ha llegado todo este trfico [de contrabando] al
ltimo grado de acceso que se puede imaginar. En estos puertos se
descargan y espenden efectos de algodn prohividos con la mayor
publicidad, en grado de hallarse los almacenes llenos actualmente
de ellos '^
" BUSTAMANTE, C. M. de, El gabinete mexicano durante el segundo
periodo de la administra-cin del Excmo. seor Presidente don
Anastasio Bustamante, hasta la entrega del mando al Excmo. seor
Presidente interino don Antonio Lpez de Santa-Anna, y continuacin
del cuadro histrico de la revolucin mexicana. Mxico 1842,1.1, pg.
58, 2 tomos.
'" THOMPSON, W., Recollections of Mxico. Nueva York/Londres
1847, pg. 142. " ROMERO, M., Mxico and the United States. A study
of Subjects Affecting their Political,
Commercial, and Social Relations, made with a View to their
Promotion. Nueva York/Londres 1898, t. I, pg. 159.
' Gobierno del Departamento de Sonora (Manuel Mara Gndara) al
Ministerio del Interior, 2 de agosto de 1841: Archivo General de la
Nacin (AGN) S. Gob. leg. 106, exp. 66.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
En los anlisis del comercio exterior mexicano, los historiadores
han concentrado su inters en las fronteras martimas, sin prestar
mucha im-portancia a la frontera del norte con Estados Unidos. Pero
por esta frontera se realiz un comercio y un contrabando de grandes
proporciones. Mucho antes de que en los aos treinta cobrara
importancia el famoso Sania Fe Trail, tena lugar un dilatado
comercio de pieles en los Estados norteos Chihuahua, Sonora y Nuevo
Mxico; este comercio era organizado por expediciones de casas
estadounidenses y era mayoritariamente ilegal " y en los aos
treinta la ruta comercial que iba desde Missouri y Kentucky hasta
el norte de Mxico y que era conocido bajo el nombre Santa Fe Trail
lleg a ser uno de los caminos ms importantes para el contrabando,
en el que comerciantes estadounidenses organizaron mltiples
caravanas comerciales que les proporcionaban grandes ganancias en
plata y oro.
A pesar de muchas indicaciones existentes acerca del masivo
contra-bando en los aos veinte y a principios de los aos treinta,
la primera dcada de la Independencia mexicana parece haber resuelto
el problema de alguna manera. La tarifa arancelaria no era
prohibitiva; las autoridades intentaron controlar el comercio
ilegal por medio de toda una serie de medidas organizativas;
comerciantes extranjeros y funcionarios mexicanos an no tenan la
experiencia que iban adquiriendo por aquellas fechas, en daar el
erario pblico. Son dos pocas ms tardas en el siglo xix que
sobresalen en la historia comercial mexicana como hitos del
contra-bando: la primera fase comprende los aos despus de 1837,
cuando se decret la prohibicin absoluta de importar tejidos y otros
bienes de con-sumo; la segunda fase empieza por la guerra entre
Mxico y los Estados Unidos y dur hasta la era de la Reforma, es
decir hasta finales de los aos cincuenta.
Cuando se decretaron, en 1837, las leyes prohibitivas, esto
signific el comienzo de dilatados negocios de contrabando con hilo
y tejidos. Las pruebas se pueden aducir fcilmente. Pues aunque la
exportacin de te-jidos de algodn y de hilo desde Gran Bretaa a
Mxico aument con-siderablemente, en el mismo ao los ingresos
arancelarios mexicanos pro-venientes de productos de algodn
disminuyeron drsticamente. Los in-dustriales mexicanos seguan
lamentando que no podan vender sus productos con ganancias,
mientras que los grandes comerciantes extran-
" Acerca del contrabando en la frontera norte cf. los infornnes
clsicos de WEBB, J . J., Adventures in the Santa Fe Trade.
1844-1847. Glendale, C.A., 1931, ed. por R. P. Bieber; MA-GOFFiN,
S. S., Down the Sarita Fe Trail and Into Mxico. The Diary ol Susan
Shelby Magolfin, 1846-1847. New Haven 1926, ed. por S. M. Drumm.
PATTIE, J. O., Pattie's Personal Narrativo, 1824-1830. Cleveland,
Ohio, 1905.
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WALTHER L. BERNECKER
jeros expandan sus negocios ms y ms. Naturalmente, tampoco se
de-ben tomar demasiado en serio las quejas de los industriales
mexicanos ya que muchos de ellos vivan perfectamente de estampar en
sus fbricas, situadas cerca de las costas, la manta importada
ilegalmente con el sello exigido, con lo cual el tejido pasaba por
mexicano. De manera similar se proceda en el sur, en la pennsula de
Yucatn, donde la manta de algodn producida en Mancfiester era
introducida ilegalmente por la frontera de la selva desde Honduras
britnica a Mxico, donde se venda con una rebaja aproximada del 40
por 100 en comparacin con tejidos mexica-nos '^
El primer punto culminante en las actividades de contrabando no
es-taba relacionado solamente con las prohibiciones de importacin,
sino tambin con la promulgacin en 1837 de una forma de Estado
centralista. Porque al contrario de lo que se supone en la
literatura, no era un sistema federalista el que facilitaba a los
comerciantes en la periferia de Mxico realizar sus oscuros y
clandestinos negocios, sino el sistema centralista. Si bien durante
el rgimen centralista el poder de Mxico (capital) en teora era
mucho mayor, de hecho apenas llegaba hasta las costas del pas, y
seguro que no llegaba a la lejana costa del Pacfico en el noroeste,
donde los puertos de Guaymas y de Mazatln pudieron convertirse en
emporios del contrabando. Por la nueva estructura estatal, estos
puertos se haban librado de la pesada intromisin de los gobiernos
de Sonora y Sinaloa, y por otro lado no tenan que temer el control
de Ciudad de Mxico; esta constelacin era extremadamente ventajosa
para el poderoso grupo de los comerciantes extranjeros. En
consecuencia, los comerciantes extran-jeros y sus clientes se
inclinaban, polticamente, ms hacia las fuerzas polticas
centralistas'".
El segundo punto culminante en cuanto a contrabando, Mxico lo
vivi despus de la guerra con Estados Unidos. Por el tratado de paz
de Gua-dalupe Hidalgo, de 1848, el ro Grande se convirti en ro
fronterizo entre Mxico y los Estados Unidos. Los dos pases
disfrutaban de los mismos derechos comerciales. Ya en 1849, la
Direccin de Colonizacin e In-dustria en una llamada dramtica se
diriga al gobierno alegando que estaba a punto de producirse la
ruina de la industria mexicana. Debido a
'" CUNE, H. F., The "Aurora Yucateca" and the Spirit of
Enterprise in Yucatn, 1821-1847, en Hispanic American Historical
Review 1947, t. XXVIl, pg. 44. Sobre los aos cuarenta, vid. tambin
PLATT, D. C. IVI. (ed.), Latin America and British Trade,
1806-1914. Londres 1972, pgs. 59 y ss.
" Voss, S. F., On the Peript^ery of Nineteentti-Century Mxico.
Sonora and Sinaloa, 1810-1877. Tucson 1982, pg. 84.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
que la vida comercial estaba por paralizarse y si el comercio
exterior legal no producira ms ingresos por aranceles, el Estado
pronto carecera de los medios necesarios para mantener la
Administracin y el orden pbli-cos ^. Y en 1850, el ministro de
Hacienda Manuel Payno describa en su Memoria el contrabando con las
palabras: Pblico y notorio es que en la frontera, en la feria de
San Juan de los Lagos, y en la capital misma de la repblica, con
todo y su inmediacin a Puebla, se han vendido y se venden
considerables cantidades de efectos estranjeros prohibidos por el
arancel [...] Los jabones finos nunca se han fabricado en el pas, y
siempre se han introducido a pesar de las prohibiciones. No hay uno
de los seores diputados ni de las personas del gobierno, que no
sepa donde se venden. No se alcanza, pues, la razn por qu tantos
aos han estado prohibidos ^\
Unos meses antes, el ministro Francisco Elorriaga calific el
contra-bando de cncer moral que se expanda continuamente y que
conducira al derrumbamiento de la hacienda del Estado y finalmente
a la ruina de la nacin ^^ Por otro lado admita que comerciantes que
no ejercan el contrabando, estaban condenados a la ruina ya que la
mayora de los artculos de importacin deban pagar aranceles
prohibitivamente altos. Su sucesor Jos Ignacio Esteva se lamentaba
en 1851 que la nueva fron-tera contrabandista en el norte del pas
no haba reducido en nada el habitual contrabando en la costa del
Pacfico, sino que ste haba au-mentado an ms. La situacin en los
puertos era paradjica; si actuaban aduaneros honestos, el comercio
se paralizaba por completo, y la ha-cienda pblica no perciba nada;
pero si actuaban aduaneros corruptos, el comercio inmediatamente se
avivaba y el gobierno reciba, por lo me-nos, una parte de los
ingresos por aranceles ^^ . En los prximos aos y decenios, apenas
hubo cambios en la praxis del contrabando, y cuando el emperador de
los contrabandistas en la costa del Pacfico, el ingls
^ Direccin de Colonizacin e Industria, nm. 407, 23 de junio de
1849, en Memoria de la Direccin de Colonizacin e Industria. Ao de
1849. Mxico 1850, pgs. 32-38.
'^ PAYNO Y FLORES, M., Exposicin que el Ministro de Hacienda
dirige a las Cmaras sobre el estado de la hacienda pblica. Mxico
1850.
'' Memoria de la hacienda nacional de la Repblica mexicana
presentada por el Secretario del ramo [Francisco Elorriaga] en
febrero de 1850. Mxico 1850.
" Exposicin que dirige al Excmo. seor Presidente de la Repblica
su ministro de Hacien-da, ciudadano Jos Ignacio Esteva. Mxico 1851.
Sobre el contrabando en la costa del Pacifico en los aos cincuenta,
vid. tambin Banco Nacional de Comercio Exterior: Coleccin de
do-cumentos para la historia del comercio exterior de Mxico, 2.'
serie, t. Vil: Del centralismo pro-teccionista al rgimen liberal
(1837-1872), nota preliminar, seleccin documental y comentarios de
Luis Crdova. Mxico 1976, pg. 17.
401
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WALTHER L, BERNECKER
Eustace Barron, contempl retrospectivamente su vida de
comerciante, pudo expresar satisfecho: Life has been good ^ ^.
2. LOS PROTAGONISTAS
Resulta fcil contestar a la pregunta, quines estaban envueltos
en las prcticas del comercio ilegal; todos. Las fuentes de la poca
ponen cla-ramente de manifiesto que todas las personas que tenan
que ver de una forma u otra con el comercio, hacan uso de prcticas
ilegales. En primer lugar hay que mencionar a los comerciantes y
empresarios extranjeros. No exista casi ninguna casa comercial que
no tratara de sacar un pro-vecho econmico burlando las leyes
vigentes. En segundo lugar hay que resaltar, por el lado mexicano,
la intensa red de relaciones a nivel local, regional y nacional,
empezando por los guardas del puerto y los trans-portistas locales,
pasando por el comandante de la plaza, el recaudador de impuestos o
el juez hasta llegar al jefe poltico del distrito, al Gober-nador
de un Estado, al Ministro en Ciudad de Mxico o incluso hasta al
Presidente de la Repblica. El contrabando se haba convertido en un
gran negocio del que queran participar todos. El representante
britnico Percy W. Doyle escriba a la Foreign Office que saba de
fuentes fidedignas sobre casos de contrabando en los que el
Presidente Santa Anna estaba involucrado personalmente. Si el
Presidente, en un caso encubierto por l, ganaba miles de pesos, sus
ministros obtenan ciertas sumas consi-derables, y todas las dems
personas, jerrquicamente subalternas, re-lacionadas con el negocio
ilegal, llegaban a percibir sumas que por lo general sobrepasaban
su salario normal. Ya en 1834 escriba el General Vicente Filisola,
con motivo de la campaa de Tejas: Antes eran slo los empleados de
hacienda los que entraban en el fraude, despus se ha sistemado de
tal manera que tengan parte en l el comercio mismo, y an las
autoridades [...] En este dolo estn interesados poco menos que
cuantos individuos principales hay en estos Estados ^^
Resulta algo ms difcil saber qu nacionalidades estaban
represen-tadas mayoritariamente entre los contrabandistas
extranjeros. Si bien es cierto que comerciantes de todas las
nacionalidades estaban involucrados
^' Manuel J. Aguilar al Ministerio mexicano del Interior, agosto
de 1841: AGN S. Gob. leg. 106, exp. 45.
'^ FILISOLA, Vicente, Memoria Instructiva al Brigadier Lemus,
Saltillo, 4 de enero de 1834, cit. apud PEREYRA, C., De Barradas a
Baudin. Un libro de polmica historial. Mxico 1904, pgs. 135 y
ss.
402
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
en los negocios ilegales, por otro lado no se puede precisar sin
ms, en qu medida, y qu nacionalidad exceda a otra. La respuesta
depender de las fuentes a las que se recurra. Para los primeros aos
de la Inde-pendencia, se puede leer en un libro de viajes de la
poca: The English-men came as wholesalers, the Frenchmen as
retailers, and the Germans were noted as smugglers^*^. Los alemanes
parecen haber practicado el contrabando ante todo en Colima, los
mexicanos y los espaoles en Tam-pico y Veracruz. A juzgar por
fuentes francesas la mayor parte del con-trabando la ejercan los
ingleses, mientras que stos vean en los fran-ceses y los
norteamericanos a sus competidores ms fieros.
Tambin las autoridades mexicanas reprocharon a los franceses sus
dilatadas prcticas contrabandistas; y hasta el Encargado de
Negocios francs Cochelet tuvo que reconocer disgustado, en 1830,
que contra-bando, engaos, sobornos, usura, etc., son la base ms
importante para el negocio que es de grandsimo provecho para el que
recibe la mercanca pero que apenas acarrea provecho al que la
expide^'. Esta queja del Encargado francs Cochelet se podra
aplicar, de alguna forma u otra, a todas las dems nacionalidades.
Ya en los aos veinte, el Encargado estadounidense Joel R. Poinsett
haba escrito a Washington; I regret to State that the organized
system of smuggling, carried on by American vessels on this coast
justifies the officers of this government in regarding with
suspicion every vessel sailing under our flag ^ ''.
En la costa del Pacfico, entre las casas comerciales ms
involucradas en el contrabando estaba la casa hispano-mexicana
Sprin, la empresa Echeguren, la casa peruana Sarmiento, la casa
inglesa Barron & Forbes. Lo interesante de esta lista es el
hecho que Echeguren ejerca el con-sulado espaol, Barron el ingls,
Forbes el estadounidense y el chileno. Todos ellos se aprovecharon
de su status consular, reclamaron inmunidad diplomtica e hicieron
uso descarado de sus mltiples relaciones sociales. El mayor
comerciante y empresario en la costa del Pacfico era Eustace
Barron. l haca sus negocios no tanto como empresario o comerciante,
sino ms bien como agiotista, especulador con la deuda del Estado
y.
'''' CARRINGTON, J . W., Affairs (manuscrito), Bancroft Library
(Berkeley), cit. apud HAMMOND, W. J., The Hitory of Britisii
Commercial Activity in Mxico, 1820-1830. University of California
(tesis) 1929, pg. 156.
" Cocfielet al Ministre des Affaires Etrangres Paris (MAEP),
Mxico, 15 de enero de 1830, cit. apud BAHKER, N. N., Tfie French
Colony in l^exico, 1821-1861: Generator of Intervention, en French
Historial Studies IX, 1976, pgs. 596-618.
'" Poinsett a Clay, nm, 54, Mxico, 26 de diciembre de 1826:
National Archives Wasfiington (NAW) Record Group (RG) 59 Diplomatic
Despatches (DD) Fioll 3.
403
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WALTHER L. BERNECKER
ante todo, con el contrabando. Junto con su colega Forbes
mantena, por dcadas, estrechas relaciones con el extenso grupo de
contrabandistas ubicado en la costa occidental de Mxico; y hasta la
cada definitiva de Santa Anna ese grupo ejerca gran influencia
econmica y poltica en Jalisco. Cuando los reformadores liberales se
hicieron con el poder en Mxico, a mediados de los aos cincuenta, y
trataron de terminar con los oscuros negocios de Barren, este
intento origin una fuerte sacudida po-ltica en el pas. En una
peticin de la municipalidad de Tepic al gober-nador se
especificaba:
La criminal conducta de esta casa [Barren & Forbes]
estrangera, in-girindose en nuestros asuntos polticos por obtener
el monopolio del comercio, que antes ejerca y que perdi por la
honradez de los nuevos empleados, es intolerable e injustificable
[...] la audacia y cinismo de la casa de Barron Forbes y Cia. hacan
ya incompatible su existencia con la de todo gobierno independiente
y moral, sean cuales fueren los prin-cipio polticos que ste adopte,
pues la lucha entre esa casa y el pas no es poltica, sino la del
robo en las aduanas, el cohecho de los jueces y el servilismo de
los funcionarios pblicos, contra el orden, recta ad-ministracin de
justicia e independencia de todas las autoridades^^.
Barron y Forbes fueron desterrados lo que llev inmediatamente a
en-redos diplomticos; Gran Bretaa incluso interrumpi las relaciones
di-plomticas con Mxico, y esta medida hiri a los nuevos polticos
liberales de manera especialmente dura ya que estaban necesitando
del recono-cimiento internacional. Cuando apareci el primer buque
de guerra bri-tnico en el golfo de Mxico y los polticos liberales,
adems, se vean expuestos a muchas otras crisis polticas, el
gobierno mexicano, final-mente, transigi. Mxico, a duras penas pudo
mantener su prestigio. Ba-rron y Forbes ocuparon de nuevo sus
puestos y fueron indemnizados por el dao que aparentemente haban
sufrido. El Ministro mexicano de Asun-tos Exteriores explic al
Encargado de Negocios britnico la postura me-xicana de no
perseguir, en ltima instancia, los negocios ilegales de los dos
ingleses con las palabras: There were some charges which in this
country it was impossible to establish judicially, of which
smuggling was one'" .
En la solucin de la crisis ya no se hablaba de las acusaciones
de contrabando y de agitacin poltica con el fin de obtener
ilegalmente ven-tajas econmicas. Aprovechndose de las dificultades
poltico-militares del
Municipalidad de Tepic, Tepic, 5 de enero de 1856. PRO FO
50/289, fots. 77-82. Lettsom a Clarendon, 5 de agosto de 1856: PRO
FO 50/293, fol. 301.
404
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
gobierno liberal de Comonfort, la representacin inglesa logr ms
bien echar toda la responsabilidad y culpa de lo ocurrido a los
mexicanos. Ni en este caso ni en ningn otro se lleg a castigar a
los contrabandistas; stos que eran empresarios y comerciantes,
frecuentemente diplom-ticos, y casi siempre extranjeros pudieron
hacer uso de su influencia econmica en la regin o pudieron
influenciar, a travs de canales diplo-mticos, al dbil Estado
mexicano para conseguir sus intereses econ-micos.
3. LOS MTODOS
Lo que ya se pudo apreciar en el caso Barren & Forbes se
puede generalizar con respecto a las prcticas ilegales. La regla ms
importante consista en soborno y cohecho. Tambin ha habido casos en
los que se ha descargado la mercanca ilegalmente en una de las
extensas costas, lejos del prximo puerto; pero este mtodo, por lo
general, era demasiado pesado y arriesgado como para practicarlo a
gran escala. Por lo general, los comerciantes se ponan en contacto
con sus cmplices en los puertos y descargaban la mercanca de manera
casi oficial. Fuentes tanto mexi-canas como extranjeras concuerdan
en que casi todas las personas ofi-ciales eran corruptibles y
venales; el cohecho se practicaba hasta las esferas ms altas de
gobierno, sin la mordida no se poda conseguir nada. En las pequeas
islas de la costa del Pacfico podan encontrarse almacenes repletos
de mercancas; y desde all los capitanes de navio entablaban
contacto con los puertos. En cuanto se llegaba a un arreglo con los
aduaneros, se empezaba con la descarga de la mercanca. Si las dos
partes no podan ponerse de acuerdo cosa que ocurra muy pocas veces,
el barco continuaba su ruta hasta el siguiente puerto.
En fuentes consulares alemanas se describen los mtodos aplicados
en Matamoros, despus de la guerra contra los Estados Unidos. Los
adua-neros mexicanos colaboraban con los contrabandistas para
asegurarse por lo menos el importe de lo que deba ser su sueldo;
ante todo queran conseguir que no todos los comerciantes se mudaran
a Brownsville (Tejas) desviando de esta manera el lucrativo
comercio exterior de la ciudad de Matamoros. Por una determinada
suma o por una relativa participacin en la ganancia del
contrabando, otorgaban todo tipo de certificaciones. Estas prcticas
condujeron a un sistema de contabilidad doble. En 1856, el
Encargado de Negocios britnico escriba; I know from the best
aut-hority that the commercial houses established in Mxico have, as
a rule, a book which is kept entirely for entering what are termed
"savings" upon the cargoes of the different vessels consigned to
them what means, the
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WALTHER L. BERNECKER
difference of duties paid by them, and those they would have had
to pay had the regular duties established by tariff been exacted ^\
Algunas veces las casas comerciales se ponan de acuerdo unas con
otras, pero por lo general trabajaban de manera independiente.
Un comerciante ingls describe as uno de los mtodos practicados
en Veracruz: si llegaba un barco de ultramar, en la primera noche
que se encontraba anclado en el puerto, se embalaban en diferentes
cajas las mercancas preciosas, que pagaban un elevado arancel, y
las mercancas simples, libres de arancel. Y cuando a la maana
siguiente, las autori-dades portuarias llegaban a bordo para
inspeccionar la mercanca del barco, las cajas con los productos de
valor ya haban desaparecido. A half dozen ounces to the tax
collector, and a rich present to the coman-dante of Vera Cruz, made
all right, and hushed any suspicions as to why a large ship should
be sent across the Atlantic with a few hundred dollars worth of
goods ^^
Ante todo en la costa oriental se aplicaba una serie de mtodos
que oscilaban entre legalidad e ilegalidad. Uno era el cambiar
objetos prohi-bidos por parecidos, pero que a causa de ligeras
modificaciones no apa-recan en las listas de prohibicin del arancel
aduanero. Un ejemplo: te-jidos de algodn cuya importacin estaba
prohibida, eran mezclados con otros materiales como lino, y
entonces podan ser importados legalmente como tejidos mixtos. Otro
mtodo semilegal consista en que los comer-ciantes extranjeros se
dejaban enviar los productos a Nueva Orleans, des-pus alquilaban un
barco mexicano e importaban los tejidos bajo bandera mexicana; de
esta manera pagaban un arancel inferior al comercio inter-nacional
de importacin. Debido a que rega la regla la bandera cubre la
mercanca, muchas veces se izaba en barcos ingleses poco antes de
llegar al puerto una bandera mexicana. Pagando la mordida
correspon-diente, ningn comandante portuario preguntaba, de dnde
venan tantos buques mexicanos cuando la flota mercantil mexicana de
ultramar era prcticamente inexistente y por qu los marineros
hablaban perfecta-mente ingls, pero ni una palabra de espaol.
En 1837 despus de promulgarse las prohibiciones de importacin,
fue introducida la obligacin del estampado para todos los tejidos
mexicanos, para poder distinguirlos inmediatamente de tejidos y
vestidos extranjeros. Si bien esto dificult el contrabando, no
obstante no lo hizo imposible.
' ' Doyle al Foreign Office, 23 de junio de 1856: PRO FO 50/286,
fol. 74. '^ RoBiNSON, F., Mxico and her Military Chieftains, from
the Revolution of Hidalgo to tiie
Present Time. Hartford, Conn., 1848, pgs. 271 y ss.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
Ms bien, los mexicanos y extranjeros que estaban al igual
interesados en el contrabando, siempre practicaban variaciones
nuevas en su negocio ilegal. Un ejemplo; fabricantes mexicanos y
extranjeros, cuyas fbricas estaban cerca de la frontera o de la
costa, nacionalizaban artculos im-portados imprimindoles su propio
sello; incluso se han encontrado sellos de fbricas que ni siquiera
existan. Ante todo en la costa del Pacfico, haba toda una serie de
empresas que slo viva de este negocio de la nacionalizacin o
mexicanizacin de tejidos extranjeros.
El representante prusiano en Mxico, el Barn Von Richthofen deca
en sus despachos a Berln que en Mxico slo se haban enriquecido unos
cuantos industriales que han construido sus fbricas en un lugar
adecuado de la frontera y cerca de los puertos, para hacer pasar
por sus productos aquellos que haban importado por contrabando, ya
con el es-tampado de sus respectivas fbricas. Se puede decir pues
que el contra-bando es la industria principal, y la fbrica slo el
ttulo para poder co-mercializar los objetos clandestinamente
importados como si hubieran sido fabricados en el pas mismo ^
.^
Resumiendo, se puede decir que casi todas las personas,
oficiales y particulares, y todas las nacionalidades estaban
involucradas de una for-ma u otra en el contrabando. Si el grupo de
personas ya era heterogneo, y los mtodos aplicados eran mltiples,
tambin se puede afirmar que los intentos de combatir el contrabando
eran extensos y variados.
4. LA LUCHA CONTRA EL CONTRABANDO
El gobierno mexicano hizo mltiples intentos por acabar con el
co-mercio ilegal. Ahora bien: la historia del contrabando por una
parte y la de la lucha para combatirlo por otra, podra describirse
como dos rectas paralelas, que slo se acercaban la una a la otra
muy tentativamente, y esto a lo sumo en la fantasa de unos
honorables ministros de Hacienda. En la realidad del contrabando
cotidiano, las prcticas ilegales apenas se vieron restringidas
alguna vez por los diferentes planes de lucha para detenerlo. Como
era de opinin general que el mecanismo principal que haca posible
el contrabando era el cohecho, las medidas gubernamen-tales
trataron de eliminar en primer lugar este fenmeno. Funcionarios
corruptos deban ser castigados y alejados de sus puestos, el
personal de vigilancia deba ser incrementado. Pero el xito de estas
medidas fue
^^ RICHTHOFEN, E. K. H. von, Die uBeren und inneren politischen
Zustnde der Republil< Mxico seit deren Unabhngigl
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WALTHER L. BERNECKER
poco convincente. En 1834, el ministro de Hacienda Antonio Garay
se quejaba en su Memoria de que todos los intentos de eliminar el
contra-bando haban sido un fracaso. Muy al contrario: como los
empleados gubernamentales estaban vivamente interesados en la
continuacin de estos negocios, el grupo de los funcionarios
involucrados en estas acti-vidades ilegales aument an ms. El
ejecutivo no posea ningn medio para impedir el abuso que se cometa
desde una posicin pblica.
En un informe de mediados de los aos cuarenta se puede leer una
descripcin que en cierta manera podra ser generalizada^": There is
probably no country in the worid, where there is such utter
destitution of good faith and common honesty, on the part of those
who contrive to secure the offices of trust. It is a remark of
almost universal application, though it w\\\ probably apply with
peculiar emphasis to the custom house department, where the largest
amount of spoils are necessarily to be found. The most glaring
cases of fraud are constantly occuring. Thousands of dollars are
weekly passed over to the officials, which never find their way
into the treasury and thousands that have gone " in" are missing,
having never honestly found their way out. But little attention is
paid to these instances of corruption. The criminis, though well
known, are allo-wed to retain the stations; or, if by chance
removed, through the com-plaints of those who are eager to step
into their places, they are only elevated to more important and
lucrative offices, where they have a wider field of operation, and
a better chance to serve themselves, and those who appointed
them.
Si no se poda cambiar a las personas, por lo menos las
instituciones y la infraestructura deban ser un impedimento.
Transitoria y temporal-mente se cerraron algunos puertos y
estaciones martimas para el co-mercio de ultramar. Lo mismo ocurri
con ciertas fronteras terrestres con Estados Unidos. Pero cuando,
en 1843, el gobierno cerr la estacin fron-teriza de Taos con el
argumento de que se trataba de impedir especu-laciones secretas de
aventureros criminales, fue obligado rpidamente a volver a abrir la
estacin, ya que los comerciantes no slo protestaron masivamente
sino que incluso amenazaron con desatar una revuelta. Po-cos aos ms
tarde, Nuevo Mxico se transformara de todas maneras en New
Mxico.
Para intensificar el control de la costa, deban usarse ms
cruceros de aduana, pero por motivos financieros y organizativos
finalmente se pres-
^^ NORMAN, B. M., Ramblas by Land and Water, or Notes of Travel
in Cuba and Mxico. Nueva York 1845, pgs. 100 y ss.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
cindi del plan. Para poder controlar mejor el contenido de un
barco se deba incluir una exacta declaracin, el llamado affidavit;
pero lo nico que se consigui fue que las sumas de cohecho subieran
ligeramente. Para impedir la nacionalizacin de tejidos extranjeros
fenmeno expli-cado ms arriba a partir de 1842 estaba prohibido
construir fbricas de tejidos en una zona de 125 l
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WALTHER L, BERNECKER
contrabando va a disminuir progresivamente los rendimientos de
las adua-nas, que forman principal y ms florida renta del erario,
si no se cambia prontamente de sistema. Mientras el inters
individual favorezca al con-trabando, todos los negociantes sern
contrabandistas^^.
Aranceles de importacin deban servir en primer lugar a las
necesi-dades fiscales del Estado y no a la proteccin de la
industria. Los liberales saban que algunas fbricas no podran
sobrevivir a la competencia ex-tranjera; pero las dems empresas
estaran obligadas a realizar medidas de modernizacin y
racionalizacin que en ltima instancia repercutiran a favor del
consumidor.
Ni el plan de fomento de la industria de los aos veinte, ni el
concepto liberal de los aos cincuenta pudieron eliminar el
contrabando; y tambin las medidas tcnicas quedaron sin un resultado
palpable. Las quejas so-bre el contrabando omnipresente, a finales
de siglo eran casi las mismas que a principios de la Independencia.
Por lo tanto, habr que plantearse la cuestin: por qu fracasaron las
medidas aplicadas en la lucha contra el contrabando?
5. LA PERSISTENCIA DEL CONTRABANDO: LA CORRUPCIN COMO FENMENO
HISTRICO
Las medidas propuestas para combatir el contrabando eran
mltiples; igualmente mltiples son las causas que explican por qu
estas medidas fracasaron finalmente. Las soluciones tcnicas multas,
despidos, con-troles no podan ser exitosas ya que nunca llegaban al
centro del pro-blema y no consideraban la situacin especfica de los
funcionarios so-bornados. En el informe del Ministerio de Hacienda
de 1840 se mencio-naba una de las causas principales de la
corrupcin y corruptibilidad de los funcionarios de aduanas: su
psimo salario. La inseguridad de los empleos, con la mala dotacin
de stos, con la impunidad y con la falta de responsabilidad de los
empleados, han dado impulso al contrabando, sistemndolo de manera
que no es peregrino ver repentinamente progre-sar y ver enlazados y
ostensibles la riqueza del empleado y la del que defraud los
derechos a la hacienda pblica^'.
' Exposicin que dirige al Excmo. seor Presidente de la Repblica
su Ministro de Hacien-da, ciudadano Jos Ignacio Esteva. Mxico
1851.
" Memoria de Hacienda durante el tiempo en que Francisco Mara
Lombardo fue Secretario de Estado y del despacho de la misma. Mxico
1840.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
El aduanero no slo sufra a causa de sus malos ingresos; su
situacin era empeorada adems por la forma irregular de pago.
Algunas veces, los empleados tenan que vivir durante meses sin
pago. Y el descenso en los ingresos del Estado por las
prohibiciones de importacin del ao 1837 redujo an ms las
posibilidades de los aduaneros de percibir un pago regular y
suficiente del Estado. Si queran sobrevivir, tenan que recurrir a
un ingreso extralegal. Las prohibiciones de importacin fomentaron
la corrupcin, y no la impedan, ya que los aduaneros, a causa de su
pre-caria situacin, transformaron las prohibiciones va corrupcin en
aran-celes particulares. El que estos aranceles no pararan en el
erario p-blico, sino en las carteras particulares de los empleados
portuarios y adua-neros, desde el punto de vista de los
comerciantes que tambin sacaban provecho de este sistema era lo
mismo. El xito de la tarifa arancelaria y de las prohibiciones
hubiera consistido en una realizacin sincera de las leyes; pero de
hecho, las tarifas arancelarias eran la base de la co-rrupcin, y
como su realizacin corrupta distorsionaba la estructura
aran-celaria, tambin comerciantes sinceros tenan que operar dentro
de este sistema, si no queran sucumbir econmicamente. Para los
aduaneros era tanto ms fcil dejarse corromper por la mordida en
cuanto la sociedad consenta este tipo de prcticas. Un observador de
la situacin mexicana escriba a mediados del siglo xix: Smuggling
goods or bribing officers in Mxico is not usually looked upon with
that degree of odium, which is common in other countries;
consequently it has been too much in practice here for the
wholesome administration of justice, and the rapid and per-manent
advancement of the country ^^.
Para muchos contemporneos, las prcticas ilegales no eran una
forma de contrabando; en las fuentes se habla continuamente de
arreglos entre comerciantes y funcionarios de la aduana, entre
estos funcionarios y el gobierno regional, y finalmente entre los
gobiernos regional y nacional. Todas las personas que estaban
ubicadas en esta escala jerrquica, re-ciban una parte del botn,
todos estaban interesados en el funcionamiento del sistema. Y para
los comerciantes, que generalmente eran agentes comisionistas, el
contrabando, el cohecho y ante todo el pago parcial de aranceles de
importacin (obteniendo un recibo sobre el importe total oficial)
tenan una ventaja ms: the consignee charges the whole import duties
to the home merchant, or shipper. This, in Mxico, is called keen
Yankee wiring ^^.
'" WHEAT, M., Travels on the Western Slope o ttie Mex/can
Cordillera. By Cincinnatus. San Francisco 1857, pg. 51.
" dem, pg. 42.
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WALTHER L. BERNECKER
En 1841, el gobernador de Sonora resalt varias causas por las
que la lucha contra el contrabando hasta entonces no haba tenido
xito. Por un lado, los empleados locales colaboraban estrechamente
con los fun-cionarios de aduanas de la Administracin central, se
cubran mutuamente e impedan el trmino de los abusos. Por otro lado,
ninguna medida poda surtir efecto si se realizaba aisladamente en
el mbito local o regional: Aun cuando Sonora establesca un orden
regular en el manejo de los intereses pblicos, siguiendo en el
desarreglo escandaloso que hoy se est observando ms que nunca, el
primero recibe un mal de alta con-dicin, por sobreprivarse de los
pocos derechos que percive, destruye y aniquila su comercio y los
dems ramos que reciben fomento de l. Quin duda que si tal
sucediera, los principales comerciantes se dirigiran al puerto o
puertos que mejor ventaja les proporcionara en el fraude?"".
El gobernador Gndara propuso al gobierno central enviar a un
ins-pector con plenos poderes a la costa occidental, que deba hacer
regu-larmente inspecciones y en caso de ser necesario combatir a
los infractores de la ley tambin por fuerza de armas. Este
inspector no slo deba tener conocimientos prcticos; ms que nada, no
deba ser corrup-tible. Por eso se le deba pagar bien, lo que
costara algo al erario, pero lo que sin duda alguna merecera la
pena, ya que refluira por lo menos un importe cinco veces tan
elevado a hacienda en forma de ingresos aduanales. Unos meses
antes, en abril de 1841, el gobernador de Jalisco se haba dirigido
por va del Ministro de Hacienda al Presidente del Estado; inform de
un caso escandaloso que haba conducido en Guadalajara a la detencin
del denunciante de un extenso negocio de contrabando del
comerciante local Domingo Reyes y Ca.. Lo nico que no estaba claro
era si el juez y el fiscal eran ineptos o si colaboraban con los
impostores. En todo caso, estaba de manifiesto la consecuencia de
la falta de mo-ralidad e integridad de muchos empleados infieles en
la administracin de Hacienda. El ministro de Hacienda Manuel Mara
Canseco escriba al Ministro del Interior: La hacienda se mira con
dolor ecsausta, miserable y combatida por tantos enemigos, y an por
aquellos hombres que ali-menta y sostiene, y que por deber y
conciencia estn puestos para cui-darla como un depsito sagrado
destinado para los gastos pblicos de la nacin'".
'" Gobierno del Departamento de Sonora (Manuel Mara Gndara), 2
de agosto de 1841: AGN S. Gob. leg. 106, exp. 66.
"' Ministro de Hacienda Manuel Mara Canseco al Ministerio del
Interior, 11 de mayo de 1841: AGN S. Gob. leg. 106, exp. 58.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
La posicin que ocupaban tocios los funcionarios involucrados en
asun-tos de comercio (funcionarios de aduana, comandantes de
puerto, jueces, etc.) les permita aprovecharse de ciertas funciones
estatales; eran, en cierta manera, monopolistas de los que dependan
los comerciantes. Para estos monopolistas no resultaba demasiado
extrao aumentar sus ingresos por medio de corrupcin; es decir ellos
administraban su cargo pblico, que era un elemento del Estado, segn
principios del mercado. Este fenmeno estaba generalizado y era
contemplado como algo cuasi natural; y esta postura deja entrever
la relacin existente entre el mo-nopolista y el Estado y su cargo
pblico. Exista una larga tradicin en la Administracin colonial
espaola de administrar cargos pblicos segn principios de una
economa de mercado y usarlos como fuente de ingre-sos. El
funcionario clsico de la Administracin colonial en la era de los
Habsburgo (hasta las reformas borbnicas en la segunda mitad del
siglo xvni) haba comprado su puesto pblico, no perciba un salario
regular y usaba los aos en el cargo para recuperar su inversin y
para sacar el mximo de su cargo por todo tipo de negocios
particulares. En este sen-tido corrupcin era una parte del sistema
administrativo. En el Mxico decimonnico como un pas pre-industrial
eran ante todo cuatro factores los que caracterizaban la corrupcin;
estos factores, por lo dems, tam-bin eran caractersticos para los
estados europeos preindustriales del antiguo rgimen.
En primer lugar, el cargo pblico era interpretado como una
posesin de la que haba que sacar el mayor provecho posible. En
segundo lugar, se crea que seguridad personal, ante todo
aseguramiento del futuro, slo era posible si estaba fundamentada
por relaciones personales y esto significaba, por influencia. En
tercer lugar, muchas personas tenan que recurrir a la va burocrtica
para conseguir riqueza y prestigio, ya que el sector econmico
estaba slo dbilmente desarrollado. Y en cuarto lugar, no era vlida
la regla: riqueza lleva a poder, sino al revs: poder conlleva
riqueza.
El Barn Von Richthofen ha resaltado las consecuencias negativas
de la corrupcin no slo en el aspecto econmico, sino ante todo en el
poltico. Discutiendo las consecuencias de las prohibiciones de
1837, men-cion como consecuencias negativas: El aumento del
contrabando que llev a ser un negocio lucrativo y sistemtico, en el
cual el Estado no slo perda los ingresos por aranceles, sino que al
mismo tiempo fomentaba el espritu de i legalidad; la reduccin de
los ingresos, y como conse-
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WALTHER L. BERNECKER
cuencia la no-disponibilidad de los medios para combatir el
contrabando y pagar a los funcionarios"^.
Lo que Richthofen calificaba como espritu de ilegalidad, era un
pro-fundo cambio en el sistema de normas de la sociedad. Las
reacciones de muchos mexicanos de adaptarse a su situacin material
se puede caracterizar, bajo un punto de vista normativo, como
comportamiento irregular divergente de la legalidad, de
prescripciones, de deberes; por otro lado hay que plantearse la
pregunta hasta qu grado se puede hablar de normativa y de
irregularidad, cuando casi todas las personas involucradas se
comportaban (por motivos diferentes, casi siempre exis-tenciales)
de manera irregular, y los comportamientos irregulares tan
necesarios para sobrevivir eran tolerados social y en gran medida
tam-bin oficialmente. Probablemente, es ms adecuado hablar no de
irre-gularidades, sino de normas paralelas inoficiales. Parece
haber existido un dualismo normativo de hecho. El espritu de
ilegalidad era, para el funcionario, la conviccin de que con el
cargo pblico haba adquirido al mismo tiempo, el derecho de
administrarlo en su propio provecho"^.
El trasfondo de esta postura era la estructura especfica del
Estado y de lo pblico que no permite aplicar a la situacin mexicana
la categora moderna de corrupcin como abuso de un cargo pblico en
provecho particular. El concepto moderno de corrupcin parte de una
tica y una mentalidad de la Administracin pblica, como se desarroll
en Europa Central en la poca del Absolutismo Ilustrado y que fue
codificado en las monarquas constitucionales alemanas del siglo xix
en el derecho admi-nistrativo. Fue entonces cuando el Estado asumi
la obligacin para el sustento de sus funcionarios, garantizndoles
un empleo vitalicio pero exigiendo, por otro lado, la dedicacin
plena al trabajo. El subdito de-pendiente hasta entonces
personalmente del monarca, se converta ahora en un funcionario del
Estado que se deba a una tica general. En la filosofa de la
Ilustracin la tica del deber, fundamentada en la razn, se
transformaba en una tica administrativa en cuyo centro estaba el
bien del Estado.
Antes, la mentalidad con respecto al cargo pblico haba sido
diferente; esta postura, caracterstica del antiguo rgimen, segua
vigente en el M-xico decimonnico. En el Estado y la sociedad, el
pagar y el aceptar
" RICHTHOFEN (vid. nota 33), pgs. 312 y ss. " Sobre la corrupcin
de la burocracia en la Hispanoamrica colonial, especialmente en
el
Reino de Nueva Espaa, vid. PIETSCHMANN, Horst, Burocracia y
corrupcin en Hispanoamrica colonial. Una aproximacin tentativa, en
Nova Americana (Torino) 1982, t. V, pgs. 11-37.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
dinero se toleraba de cierta manera tanto, que regalos y
donaciones (la famosa mordida) eran contemplados como parte
integrante del sueldo. Para poder caracterizar este comportamiento
como corrupcin, faltaba la proscripcin jurdica y social. El cohecho
todava no era un delito".
Otro factor es de importancia: tener un cargo pblico del Estado
no significaba sentirse responsable para con ese Estado. Otras
lealtades (per-sonales, locales, regionales) jugaban un papel mucho
ms importante. El Estado no era una unidad poltico-nacional,
surgida de un dilatado pro-ceso interno de desarrollo, frente a la
que el individuo senta lealtad. Esta iba dirigida ms bien hacia
unidades primarias como la familia o el clan, y estas unidades no
existan slo por consanguineidad, sino que podan ser muy extendidas.
La persona que detentaba un cargo pblico no deba interpretar su
obligacin para con el Estado como algo ms importante que sus
obligaciones para con su grupo primario; en caso contrario corra
peligro de quedar socialmente marginado. Esta forma de poltica
patronal, basada en relaciones personales y en donde la corrupcin
estaba inte-grada cuasi automticamente, tena su origen
fundamentalmente en el hecho de que corresponda a la conciencia de
la poblacin y a las con-diciones materiales. Los amigos eran ms
importantes que un Estado abstracto.
Por lo tanto, slo se puede hablar de manera muy limitada de
corrup-cin en el sentido de un comportamiento irregular. Por otra
parte, esto no significa que las condenas, incansablemente
repetidas, de la corrup-cin fueran slo retrica sin contenido. Su
funcin consista en ser un arma en las disputas entre diferentes
intereses, por ejemplo, entre el cen-tro y la periferia. La
historia de los aranceles mexicanos y de sus innu-merables
violaciones tambin podra escribirse como lucha entre los in-tereses
del centro y de la periferia.
Las regiones perifricas siempre se sentan desatendidas por el
centro poltico y marginadas econmicamente. La prohibicin de poseer
fbricas de tejidos cerca de la costa era interpretada por la Junta
de Fomento de Culiacn como un intento del centro de fomentar las
industrias en el altiplano central y daar a las industrias en las
regiones costeras. Lo que desde una perspectiva nacional se
presentaba como una medida para combatir el contrabando, desde la
perspectiva regional era nocivo a los intereses econmicos de la
periferia"^. De la discusin de la poca sobre
" Sobre la relacin entre el bandidaje y la corrupcin de los
funcionarios estatales, vid. GERDES, C , Mexikanisci)es Banditentum
ais sozialgeschichtiiches Plinomen. Saarbrcken 1987, pgs.
46-50.
" Exposicin que la Junta de Fomento de Culiacn eleva al Supremo
Gobierno de la Nacin,
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WALTHER L. BERNECKER
contrabando se puede entrever muy claramente que tambin se
trataba de una colisin de intereses entre centro y periferia, En su
dictamen a favor de abolir las prohibiciones de importacin y de
introducir aranceles moderados, Antonio Gmez del Palacio (un
conservador) resalt, en 1851, la insatisfaccin de las regiones
fronterizas a causa de los precios rei-nantes all; las diferencias
econmicas explicaban, en su opinin, el con-trabando en la frontera
norte del pas. Al exigir principios ms liberales en la poltica
comercial, las regiones fronterizas no queran destruir las
industrias centrales; slo queran que los Estados del centro no
destru-yeran el comercio de las regiones fronterizas"'^.
Tambin el cierre, por parte de la ciudad de Mxico, de puertos de
ultramar que no estaban bajo el control poltico del centro, que
exigan sus propios aranceles y que no entregaban los ingresos al
gobierno cen-tral, sino que los usaban para sustentar sus propios
ejrcitos, era justi-ficado desde la perspectiva del centro poltico
como medida para combatir el contrabando; por otro lado, este tipo
de contrabando era indispensable para que los puertos pudieran
sobrevivir econmica y po-lticamente. Cuando estos puertos fueron
cerrados al trfico martimo, los negocios por lo general no
disminuyeron sino que, muy al contrario, parece que aumentaron. La
discusin acerca de la falta de resultados en la lucha frente a
estas actividades ilcitas deja ver, pues, que Mxico en el siglo xix
no era un Estado integrado.
Otro aspecto a tener en cuenta son los aranceles del comercio
exterior. Mientras que estos aranceles fueran elevados, se
convertan al mismo tiempo en un incentivo para el contrabando. Pero
los gobiernos no podan o no queran disminuirlos ya que formaban el
ingreso principal de la ha-cienda pblica. Ni siquiera los liberales
pudieron escapar de este crculo vicioso; si bien proclamaban
principios librecambistas y rebajaron, en los aos cincuenta, los
aranceles, pronto las cargas sobre el comercio exterior volvieron a
subir en la guerra de la Reforma y durante la intervencin francesa
en los aos sesenta; frecuentemente, haba que pagar aran-celes dos
veces a los dos bandos en pugna, y la abolicin de todas las
prohibiciones en los aos setenta no era otra cosa que la extensin
de aranceles a mercancas que hasta entonces haban estado
excluidas
suplicndole se sirva mandar derogar el Decreto de 28 de
septiembre ltimo, por perjudicial a los progresos de la industria
nacional, pero ms particularmente pernicioso para los
departa-mentos de Occidente, Culiacn, 10 de diciembre de 1842
[imprenta: Mxico 1843],
"^ Antonio Gmez del Palacio: Rpida ojeada sobre la cuestin de
reforma de aranceles y alza de protiibiciones, por el seor
licenciado don Antonio Gmez del Palacio, diputado al Congreso
nacional por el Estado de Durango. Mxico 1851.
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Contrabando. Ilegalidad y corrupcin en el Mxico decimonnico
de la importacin. De esta manera, ni gobiernos conservadores ni
liberales consiguieron modificar fundamentalmente la legislacin
arancelaria para evitar que sta continuara siendo un incentivo en
la importacin ilegal de productos extranjeros.
Por otro lado, los aranceles no eran slo el ingreso ms
importante del Estado, sino que servan tambin al pago de la deuda
externa. Si comerciantes extranjeros practicaban el contrabando, no
slo daaban al Estado y la industria mexicana, sino al mismo tiempo
a sus compatriotas que haban comprado bonos mexicanos y esperaban
su pago. El ministro de Asuntos Exteriores Jos Fernando Ramrez
resalt esta conexin en un despacho al gobierno ingls en 1852: All
the English merchants gain enormously from the immense contraband
trade which is carried on by them along he w/hole of our coast
[...] This contraband traffic contines on a large scale and to the
incalculable injury of the Government, and also of the English
creditors, on account of the fraudulent exportations of silver
which are constantly made in the harbours of the Pacific under the
protection of the British flag ''^
Aparte de los aspectos discutidos hasta ahora, para finalizar
hay que resaltar otro factor que puede contribuir a explicar la
persistencia del con-trabando en Mxico: el mercado. En ltima
instancia, el contrabando no era otra cosa especialmente en la era
de las prohibiciones que una reaccin a condiciones de mercado,
creadas artificialmente, y a necesi-dades del mercado, existentes
realmente. Las condiciones de mercado no hacan posible una
importacin legal, ya que el gobierno haba gravado las relaciones de
mercado con medidas prohibitivas, modificndolos por leyes de
importacin. Pero las exigencias del mercado hacan necesarias
justamente esas importaciones de las que la mayor parte de la
poblacin obtena provecho. Y como no podan realizarse legalmente, se
hacan ilegalmente. Durante todo el siglo xix exista, en la sociedad
mexicana, demanda de los productos importados ilegalmente; y
aparentemente esta demanda era tan grande que incluso el bloqueo
artificial del mercado fracas. Esta constatacin relativiza, en
cierta medida, la afirmacin que hallamos en la literatura
especializada de que el mercado mexicano fue ms bien limitado.
Pero, por otro lado, tampoco pueden hacerse clculos exactos acerca
del tamao del mismo.
" Ministro de Exteriores Ramrez al Encargado de Negocios
mexicano en Londres: PRO FO 50/256, fols 32 y ss.
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WALTHER L. BERNECKER
7. RESUMEN
El contrabando era en el Mxico del siglo xix un fenmeno masivo
con puntos culminantes a partir de los aos cuarenta y continuando
nueva-mente en los aos cincuenta, con una concentracin regional en
la fron-tera norte del pas y en la costa del Pacfico. En el
contrabando estaban involucrados, junto a los comerciantes
extranjeros de diversas nacionali-dades, muchos funcionarios
mexicanos en diferentes posiciones, encu-bridores y ayudantes. Los
mtodos empleados eran mltiples y abarcaban desde el cohecho hasta
la instigacin de revueltas. Tambin las medidas para combatir el
contrabando eran mltiples, pero ninguna de ellas tuvo xito ya que
slo iban encaminadas a modificar sntomas, y las personas
responsables no reconocan (o queran reconocer) que el contrabando
era una reaccin a condiciones de mercado fijadas polticamente. La
lucha para detener el contrabando no deba ser, pues, en primer
lugar un pro-blema de solucin tcnica, sino ms bien, la ejecucin de
una inter-vencin profunda en las relaciones de mercado y de
ingreso. Pero en el centro poltico de Mxico no exista la intencin
de cambiar sustancial-mente estas condiciones. Es por ello que todo
enfrentamiento al contra-bando estaba condenado a fracasar.
Las reflexiones acerca de la corrupcin como fenmeno histrico han
aportado un resultado ms: El contrabando no es slo una parte ms o
menos extravagante de la historia comercial de un pas. Ms bien,
permite investigar aspectos importantes del Estado y sociedad,
cuestiones rela-tivas a la tradicionaiidad y modernidad de un
Estado, del proceso de racionalizacin que caracteriza el camino del
Estado hacia la poca mo-derna. En Europa, la contencin de la
corrupcin estaba relacionada con una reordenacin del aparato
estatal, con la centralizacin de los poderes y con una
intensificacin de las competencias administrativas, es decir con
una expansin de los poderes estatales. Diferentes grados en la
in-tensidad de la corrupcin reflejan, pues, diferentes escalas en
el desarrollo del Estado, y deben ser examinados bajo esta
perspectiva (y no bajo una perspectiva moralizante). En el caso
mexicano, este tipo de investigacio-nes todava est por hacerse. El
terreno se nos presenta desafiante.
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