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TÍTULO DE LA COMUNICACIÓN: Construcción de capacidades dinámicas en
redes con agentes frontera.
AUTOR 1: Pablo Cabanelas LorenzoEmail: [email protected]
AUTOR 2: José Cabanelas OmilEmail: [email protected]
AUTOR 3: Xosé Henrique Vázquez VicenteEmail: [email protected]
DEPARTAMENTO: Departamento de Organización de Empresas y Marketing
UNIVERSIDAD: Universidad de Vigo
ÁREA TEMÁTICA: Distritos industriales, clústeres territoriales y política industrial
RESUMEN: Las redes constituyen una nueva realidad para impulsar la innovación colectiva. El presente artículo presenta una metodología para la formación y dinámica de redes que favorezca el desarrollo de capacidades dinámicas mediante procesos de creación, integración, transferencia y absorción de conocimiento. En esta metodología resulta básico incorporar la figura de los agentes frontera, intermediarios entre industria y mercado y, por tanto, clave en la innovación e intersección de conocimientos. A su vez, esta metodología se ha testado cualitativamente en un caso real. Los resultados de la experiencia han sido positivos en términos de rendimiento innovador, de imagen y de presencia en el mercado. Estos resultados tienen asociadas relevantes implicaciones en las estrategias corporativas e incluso en las políticas públicas en el complejo contexto económico actual.
PALABRAS CLAVE: Redes industriales, capacidades dinámicas, gobernanza,
innovación, procesos CIT+a.
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1. Introducción
La creciente complejidad económica y tecnológica hace del dinamismo de los flujos de
conocimiento un factor competitivo clave para empresas y regiones. Las redes
industriales juegan así un papel crucial al posibilitar la interacción de múltiples agentes
que, bajo una estrategia común, cooperan en la creación, integración, transferencia y
absorción de conocimiento de interés común (procesos CIT+a). No es de extrañar, por
tanto, que la literatura les haya concedido una atención especial en los últimos años
(Audretsch and Lehmann, 2006; Kratke y Brandt, 2009; Mandják et al., 2011).
Cooke y Morgan (1998) caracterizan las redes como asociaciones de agentes
heterogéneos (empresas, instituciones públicas, universidades, agencias de desarrollo,
institutos tecnológicos, profesionales y otros agentes) que facilitan el acceso al
conocimiento, favorecen el aprendizaje, potencian los procesos asociados a la
innovación y mejoran la competitividad empresarial. De hecho, son varios los estudios
que verifican una asociación positiva entre la eficacia de las redes y el desarrollo de las
regiones (Pekkarinen y Harmaakorpi, 2006; Rondé y Hussler, 2005; Porter, 2003). En
particular, la evidencia empírica parece sugerir un vínculo estrecho entre la densidad de
las redes en una región y su capacidad de aprendizaje (Lin et al., 2009; Muthusamy y
White, 2005; Maskell y Malmberg, 1999), su rendimiento innovador (Boschma y Wal,
2007; Capello y Faggian, 2005; Gay y Dousset, 2005), y en general otros aspectos
vinculados a los procesos CIT+a (Steiner, 2006; Steiner y Hartmann, 2006; Morosini,
2004).
Todos estos trabajos han mejorado nuestra comprensión de los factores críticos que
condicionan el funcionamiento eficiente de las redes, así como de su impacto en
aspectos clave del desarrollo industrial y regional. No obstante, ninguno de estos
trabajos ha generado propuestas metodológicas que nos permitan pasar del plano
positivo en el análisis de redes al plano normativo; es decir, conocemos una multitud de
factores que pueden influir en el desarrollo eficiente de redes y en su impacto, pero no
disponemos de una propuesta metodológica que permita articular secuencialmente el
desarrollo de estas redes que la literatura identifica como cruciales. Es en este aspecto
donde este trabajo pretende realizar su contribución, con el soporte teórico principal de
las capacidades dinámicas en redes, el capital social y el institucionalismo.
A lo largo de este documento se propone una metodología aplicable a la formación y
gobernanza de redes especializadas en procesos CIT+a. Con ello se persigue desarrollar
distintas capacidades dinámicas asociadas a los agentes participantes en la red. Entre
estos agentes jugarán un papel crucial los agentes frontera; agentes caracterizados por la
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posesión de un elevado grado de conocimiento especializado y por ocupar una posición
clave en la red, tanto a la hora de generar valor (debido a su capacidad para dinamizar
las redes), como por su influencia en la toma de decisiones (actúan como enlace ciencia-
institución-industria-mercado-sociedad).
De esta forma, a partir de la experiencia de una red concreta, mostramos cómo pueden
establecerse puentes desde la industria hacia los agentes frontera (Granovetter, 1973,
1983) y generar relaciones previamente inexistentes o testimoniales entre los distintos
agentes del Sistema Regional de Innovación (Burt, 1992). Como mostrará el estudio de
caso, estos puentes y nuevas relaciones han sido capaces de generar sinergias entre
agentes heterogéneos que no sólo han conferido a la red credibilidad, rigor e imagen,
sino que también han favorecido la adquisición, asimilación, transformación y absorción
de conocimientos para generar capacidades dinámicas y fomentar el aprendizaje (Zahra
y George, 2002; Cohen y Levinthal, 1989; 1990; 1994).
En lo que respecta a la organización del documento, la siguiente sección incluye una
revisión de la literatura sobre los principales factores que condicionan el éxito de las
redes industriales en los procesos CIT+a. De esta literatura se extrae un modelo de
formación, gobernanza y dinámica de redes cuya implantación se evalúa
cualitativamente en un caso real descrito en la sección 3. El artículo finaliza con las
conclusiones, donde exponemos los principales resultados, destacamos las
implicaciones directivas y de política pública, y citamos algunas limitaciones de nuestro
trabajo que deben abrir nuevos esfuerzos de investigación en el futuro.
2. Cooperación, innovación y procesos CIT+a en redes
Podríamos encontrar el origen de las redes industriales en la idea marshalliana (1922) de
“distritos industriales”, unas supra-organizaciones que mediante la división de tareas
entre empresas e instituciones facilitaban la generación de economías de aglomeración,
de formación y de acceso al conocimiento. Este concepto de distrito industrial tuvo un
gran desarrollo en Italia durante los 80 y 90 (Cossentino et al., 1996). La literatura que
analizaba esta experiencia destacaba el contexto local como un factor clave, tanto en el
plano social (mano de obra, emprendedores, infraestructuras materiales e inmateriales,
cultura social, estructura institucional), como en los procesos de innovación y
conversión de conocimiento (Becattini y Rullani, 1996). Paralelamente, otra versión del
concepto marshalliano de distritos industriales se extendió en Francia a través de los
denominados milieus (Camagni, 1991; Ache, 2004), donde el principal actor de la
innovación era el conjunto de agentes, no la empresa individual. Son estos milieus,
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mediante las relaciones personales que se daban en ellas, las que canalizarían la
distribución de conocimiento existente, tanto interno como externo (Lorentzen, 2008).
Por último, podría decirse que los distritos industriales marshallianos sirvieron también
de inspiración para la difusión de los clústeres (Porter, 1998); agrupaciones de empresas
próximas geográficamente que mantienen relaciones verticales y horizontales, y que
además poseen una estructura de apoyo y una visión compartida para el crecimiento
empresarial en un sector de actividad específico basado en la competencia y
cooperación (Cooke y Huggins, 2001). Este tipo de redes permitirían generar un espacio
social de intercambio de conocimiento clave para la generación de ventajas
competitivas ligadas a la innovación continua, la productividad y la competitividad
(Porter, 2003).
Como se puede apreciar, la literatura sobre distritos industriales, milieus y clústeres
justifica la importancia de las redes para estimular, entre otros efectos, la difusión del
conocimiento y la innovación; sin embargo, asumen que el impacto de las redes se
deriva fundamentalmente de las ventajas asociadas a la localización y aglomeración
(Morosini, 2004). En contraste, y sin menospreciar el efecto “localización”, las
aportaciones más recientes sobre redes enfatizan el papel de los procesos de creación,
integración, transferencia y absorción de conocimiento. Con ello se pretende destacar
como principal virtud sus potencialidades para articular relaciones de carácter
inmaterial, capaces de favorecer los procesos de aprendizaje, la difusión del
conocimiento tecnológico y las actividades de innovación (Cooke y Morgan, 1998;
Capello y Faggian, 2005; Steiner y Hartman, 2006).
Desde este punto de vista, e independientemente de la cercanía geográfica de los
agentes, las redes jugarían un papel clave en la economía porque estimularían la
capacidad de aprender a un nivel no alcanzable mediante otras fórmulas organizativas
(Maskell y Malmberg, 1999). La generación de capacidades dinámicas (Sakakibara,
2002) y el rendimiento innovador (Muthusamy y White, 2005; Young et al. 2008; Lin et
al., 2009; Gay y Dousset, 2005) dependerían así de la capacidad para trabajar en red,
combinando eficientemente diversas formas de conocimiento entre agentes y
organizaciones con estrategias y objetivos diversos (Rondé y Hussler, 2005).
La literatura sugiere, pues, que la innovación está extendiendo su campo de juego desde
el plano tecnológico hacia el social, y desde los emprendedores individuales hacia las
redes integradas por empresas, instituciones, investigadores y agentes frontera
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(Morosini, 2004). Estas redes se erigirían en entes coordinadores para la creación,
absorción y transferencia de conocimiento (Audretsch y Lehmann, 2006; Steiner, 2006).
La necesidad de metodologías para la formación y dinámica de redes
Es en este contexto en el que se ha enfatizado la necesidad de generar metodologías que
permitan implantar políticas y prácticas organizativas que favorezcan la formación de
redes de conocimiento entre agentes heterogéneos (Post et al., 2002; Ter Wal y Bochma,
2009). Con este objetivo y dado que, hasta donde sabemos, no existe un modelo
explícito al respecto, nuestra propuesta metodológica identificará ex ante los factores
cruciales que garantizan el éxito de una red industrial. Desarrollaremos nuestra
metodología, por tanto, sobre la base de la identificación de los factores de éxito en la
formación, gobernanza, dinámica y visualización de resultados de redes intensivas en
los procesos CIT+a (Gulati, 1998).
Formación de redes
La formación de redes de conocimiento entre agentes heterogéneos implica vincular a
un conjunto de personas, recursos y relaciones que contribuyan a generar capacidades
dinámicas asociadas al aprendizaje y la innovación mediante la organización,
acumulación y uso de conocimientos (Seufert et al., 1999). Sin embargo, a pesar de que
el impulso del aprendizaje y el desarrollo de capacidades son en sí mismas motivadores
importantes que aúnan voluntades para formar alianzas (Mowery et al., 1996), existen
otros factores que es imprescindible considerar:
- Normas sociales y valores compartidos: las actitudes (Pennings, 1970) y las
condiciones culturales del entorno (Thogersen, 2008), y su traducción en valores
compartidos y normas sociales en la forma de capital social (Putnam, 1993)
condicionan la propensión a cooperar. Se ha sugerido de hecho la necesidad de
disponer de una estrategia primaria común para garantizar la eficacia de la red,
es decir, la necesidad de un imaginario simbólico que busca proteger la
estabilidad y la coherencia de los valores compartidos (Gagliardi, 1985). La
razón es que cuando los miembros de una red comparten valores similares se
limitan las asimetrías informativas, se penalizan conductas oportunistas y se
reducen la incertidumbre ante el futuro (Heide and John, 1998; Ring and Van de
Ven, 1992). En consecuencia se facilitan los acuerdos entre las partes,
potenciando así la cooperación ante dilemas sociales y la formación de redes.
- Relaciones cooperativas previas: las experiencias asociativas entre agentes
regionales agrupados en clústeres, distritos, asociaciones de empresarios y
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profesionales o instituciones de transferencia de tecnología, reflejan un capital
social en el entorno con capacidad para apostar por la cooperación (Nooteboom,
2000). Incluso cuando una parte de esa cooperación pasada no haya generado
resultados positivos, los distintos agentes estarán mejor predispuestos a seguir
cooperando en nuevos proyectos porque son más conscientes del coste de
oportunidad de la ausencia de cooperación. Así, las experiencias previas de
cooperación influyen directamente en la rapidez de entrada en nuevas alianzas
(Al-Laham, 2008) y en la creación de valor en nuevas actividades de
cooperación (Gulati, Lavie and Singh, 2009; Sluyts et al., 2011). La existencia
previa de capital social permite impulsar las capacidades dinámicas colectivas,
de modo que constituye un ingrediente clave para el desarrollo de las regiones
(Putnam, 1993).
- Confianza entre los socios: refleja las expectativas de los agentes sobre sus
socios potenciales en cuanto a su experiencia, liderazgo, habilidades,
conocimientos e intencionalidad (Anderson y Weiz, 1989; Dwyer y Oh, 1988).
Estas expectativas son el resultado, sin duda, de experiencias pasadas de
cooperación, pero también lo son de la reputación de los socios. Su importancia
para la formación eficaz de una red radica en que reduce los riesgos de la
relación (Michelet, 1992; Dollinguer, Golden y Saxton, 1997), además de
otorgar a la red una mayor flexibilidad y agilidad al reducir los costes de
transacción (Williamson, 1975).
- Complementariedad de recursos y capacidades: la participación en redes
constituye una importante vía de acceso a recursos y capacidades técnicas y/o
comerciales de las que carecen sus socios (Ahuja, 2000; Hamel, Doz y
Prahalad, 1989; Dierickx y Cool, 1989; Gulati y Garigulo, 1999). En la medida
que las capacidades y recursos sean complementarios, las sinergias obtenidas de
la pertenencia y participación en la red serán superiores, por lo que el incentivo
de los socios a comprometer recursos en la red también será mayor. Tal es el
caso, por ejemplo, de la cooperación técnica en el desarrollo de soluciones que
combinen diferentes capacidades tecnológicas de los agentes (Morosini, 2004).
- Heterogeneidad de los participantes: tanto la multi-disciplinariedad como la
diversidad cognitiva de los participantes (Gulati, 1999; Ter Wal y Boschma,
2009) son factores clave para la formación de redes intensivas en conocimiento
y para su potencial de crecimiento (Siu y Qiong Bao, 2008). No en vano, sólo
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esta heterogeneidad es capaz de aportar la diversidad de perspectivas necesaria
para enfrentarse a la complejidad y a la incertidumbre generadas por el entorno
económico y tecnológico actual (Nooteboom, 2007). En este sentido, el marco
institucionalista -estructura y dinámica institucional- en el que se forman las
redes, tienen un papel creciente sobre la construcción de la acción colectiva
(Hardgrave y Van de Ven, 2006) y la integración de múltiples perspectivas en
los procesos de innovación social.
Gobernanza
La gobernanza supone decidir sobre: (1) el rol de cada agente en la estructura de la red
y (2) los mecanismos de coordinación entre los socios en los procesos de toma de
decisiones (Gulati, 1998). Esta fase es crítica porque, en la medida en que aclara las
expectativas mutuas y explicita un procedimiento para enfrentarse a eventualidades
futuras imprevistas (Sarkar et al., 1998), facilita el compromiso de los socios con la red
(Bucklin y Sengupta, 1993; Huxham y Vangen, 2000), la resolución de conflictos (Yan
y Gray, 1994), la reducción de la incertidumbre y la eliminación de ambigüedades.
Dinámica de redes / Evolución
La dinámica de redes requiere (1) desplegar la estrategia y (2) desarrollar actividades de
generación de valor basada en procesos CIT+a que permitan el desarrollo de
capacidades dinámicas. A continuación se concretan las decisiones a tomar respecto a
cada uno de estos procesos:
(1) El surgimiento de una red obedece a la necesidad que poseen sus socios de
conseguir una serie de objetivos estratégicos mediante la colaboración (Dekkers,
2009). Por ello, conviene identificar dos tipos de estrategias: primarias e
instrumentales (Garigaldi, 1985). Como se ha comentado en la etapa de
formación, la primaria es consustancial a la constitución de la red puesto que
refleja su intencionalidad y razón de ser. Las instrumentales, por su parte, están
asociadas a la acción; es decir, determinan el posicionamiento a proyectar por la
red, los ámbitos en los que se va a realizar aportaciones en forma de
conocimiento y las actividades necesarias para la difusión clara y efectiva de
flujos de conocimiento (Steiner y Ploder, 2008). Además, la definición de la
estrategia ha de ser consensuada y asumida como propia por cada uno de los
participantes de la red, porque la congruencia de objetivos y de posicionamiento
entre los socios y los de la propia red aumenta la implicación y reduce la
incertidumbre (Frazier et al., 1988; Lewis, 1990).
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(2) Dado que las capacidades dinámicas son ’procesos que permiten integrar,
reconfigurar, ganar y liberar recursos que permitan lograr e incluso crear
cambios en el mercado’ (Eisenhardt y Martin, 2000: p.1107), deben jugar un
papel fundamental en el desarrollo de la red, especialmente aquellas ligadas al
aprendizaje y la capacidad de absorción (Lin et al., 2009), a la organización e
intercambio de conocimiento (Steiner y Ploder, 2008) y a la innovación (Porter y
Ketels, 2003; Boschma y Wal, 2007); por ejemplo, en el ámbito de la generación
y explotación de nuevos productos, servicios, procesos y formas de hacer
(Pittaway et al., 2004). El hecho es que el desarrollo de estas capacidades
dinámicas permite a los agentes vinculados a la red potenciar su habilidad para
absorber e intercambiar conocimiento, y así adaptarse al cambio a través de la
innovación (Teece et al. 1997; Hill y Rothaermel, 2003).
Ambas actividades serán críticas en la generación de valor que, en las redes intensivas
en conocimiento, pasa por los procesos CIT+a. En este sentido, es necesario potenciar
los mecanismos de creación, intercambio, socialización e internalización de
conocimiento a nivel de red (Sabherwal y Becerra-Fernández, 2005). Estos procesos
derivarán en servicios con una fuerte carga cognitiva que han de ser percibidos como
novedosos y valiosos por los agentes asociados a la red, de forma que movilicen y
potencien su interés por interactuar colectivamente (Gummesson, 1999). No es de
extrañar, por tanto, que en nuestro modelo, dinámica y gobernanza vayan de la mano y
sean fundamentales en el funcionamiento y desarrollo de las redes.
Visualización de resultados
Finalmente, para que los agentes involucrados en la red mantengan su compromiso en
ella, es básico reforzar la capacidad de control y seguimiento (Sink, 1991; Ring and Van
de Ven, 1994). En consecuencia, la última fase incluida en la metodología refleja la
visualización de los resultados obtenidos. En particular, la participación en redes deriva
en dos grandes tipologías de resultados: (a) intermedios o throughputs y (b) finales u
outputs. Entre los throughputs, y en la línea de propuestas previas, los procesos CIT+a
en redes permiten impulsar y desarrollar capacidades dinámicas asociadas al aprendizaje
e innovación en procesos que potencian la flexibilidad competitiva. Estos resultados
intermedios, a su vez, se traducen en outputs en forma de adaptación a las necesidades
de mercado mediante la innovación en productos y servicios (Teece et al. 1997; Hill y
Rothaermel, 2003), con la consiguiente mejora de la imagen colectiva y un mayor
impacto en el mercado. Estas mejoras en las capacidades de los agentes de la red
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permitirán generar flujos de retroalimentación que redunden en propuestas más cercanas
a las necesidades del mercado y de los agentes frontera.
Figura 1. Factores clave en la metodología para la creación de redes de conocimiento.
3. Caso de aplicación
El caso de estudio tiene lugar en el sistema productivo de la madera de Galicia
(España), región cuya elevada tasa de productividad forestal (tabla 1) la convierte en
una importante área de producción maderera (42,4% de la producción española). Esto,
unido a una cultura que potenciaba la cooperación y la interdependencia de las empresas
del sistema productivo, ha permitido el surgimiento de un sector de la madera sólido,
cuyo peso alcanza el 3,5% del PIB regional. Como consecuencia natural, surgió un
clúster formado por 60 empresas (algunas de ellas altamente internacionalizadas),
representativo del 70% de la facturación total del sistema productivo, y con actividad en
ámbitos muy diversos: forestal, aserraderos, chapa y tablero, pasta y papel, carpintería y
mobiliario, adhesivos y barnices, y servicios. Además, han proliferado otras actividades
ligadas a la madera, vinculadas a centros de investigación y servicios, así como de
formación profesional y universitaria. Entre las iniciativas del clúster, en este trabajo
destacamos una de las más interesantes, Lignum Facile, una red multidisciplinar que
surge para potenciar la generación de capacidades dinámicas en los procesos CIT+a.
Tabla 1. Comparativa de la capacidad productiva y la posición de Galicia
Capacidad de
Feedback
ClavesThroughputs|Innovación en procesosAprendizaje
Outputs|ImagenAcceso al mercadoInnovación productos/servicios
Visualización de Resultados
Estrategia ComúnValores ColectivosHeterogeneidadGobernanza
Formación
CreaciónIntegraciónTransferenciaAbsorción
Claves
Normas y valores Relaciones cooperativas previasConfianza entre socios Complementariedad recursos y capacidadesHeterogeneidad de agentes
Gobernanza
RolesMecanismos de toma de
decisiones
Creación de valor
Claves
K |conocimiento|Estrategia instrumental
Desarrollo de capacidades dinámicas
Dinámica
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producciónm3/ Km2
China 29,83EEUU 36,86Canadá 10,74Reino Unido 35,04Alemania 158,60Francia 99,47Austria 199,44Finlandia 123,18Portugal 103,79España 28,66Italia 25,16Suiza 110,87Suecia 144,57Galicia 207,95
Fuente: http://faostat.fao.org/site/626/default.aspx#ancor (extraído el 22/01/2011).
Antecedentes de la red [claves en la formación de redes]
En el clúster de la madera de Galicia existen actividades de cooperación desde hace
años. Las empresas desarrollan conjuntamente actividades de formación, proyectos de
innovación de procesos y planes de optimización de la cadena de suministro global. En
esta corriente cooperativa participan otro tipo de instituciones, como son las
organizaciones financieras regionales, administraciones públicas regionales, centros de
investigación relacionados con la madera y la construcción, y entidades académicas
especializadas en la madera, en la construcción y en la gestión de empresas. Toda la
experiencia previa derivada de estas actividades conjuntas ha permitido desarrollar
normas y valores compartidos por los diferentes agentes y generar confianza entre los
socios y otros actores del ámbito institucional, académico y profesional. Las normas
compartidas vienen marcadas por unos estatutos comunes que los socios del clúster
deben cumplir, por un plan estratégico que determina las líneas cooperativas de acción y
los protocolos derivados de la participación en proyectos colaborativos. Mientras que
los valores compartidos están relacionados con su participación en actividades comunes,
con su apuesta por el asociacionismo para enfrentarse a los nuevos retos relacionados
con la atención a los mercados. Por último, la confianza deriva de la relación a largo
plazo que han asumido, especialmente por la participación en proyectos de largo
recorrido, y del conocimiento de los interlocutores, factor reductor del riesgo en las
relaciones.
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Además, la diversidad del sector y la coincidencia de grandes empresas con PYMES, ha
facilitado que los participantes tengan acceso a recursos y capacidades, ya sean técnicos,
comerciales, financieros o humanos, a las que difícilmente hubieran tenido acceso por si
solos.
Estrategia primaria de Lignum Facile.
Los hechos comentados hasta el momento sugieren que el sistema productivo poseía un
caldo de cultivo favorable para la formación de una red. Aunque su surgimiento estuvo
asociado a una necesidad de cambio y a una estrategia primaria que le dio cobertura.
Esta necesidad se comenzó a plantear en conversaciones informales previas entre el
presidente del Clúster de la Madera, y representantes de la Universidad de Vigo y de la
agencia de desarrollo asociada a la Zona Franca de Vigo, que poseían experiencias
similares en otros clústeres, como la piedra natural y la pesca, y un elevado grado de
experiencias previas que habían generado confianza y capital social entre los agentes.
Como consecuencia de estas conversaciones, un grupo de 12 empresas del Clúster, el
Centro de Investigación y Servicios de la Madera, el área de organización de empresas
de la Universidad de Vigo y la agencia de la Zona Franca identificaron la necesidad de
poner en valor los conocimientos asociados a los productos de la madera en la
construcción (arquitectura, ingeniería, decoración), y atender así a las exigencias de
servicios de valor añadido hacia los agentes frontera, un colectivo históricamente
desatendido por el sistema productivo, que estaba más centrado en procesos internos y
canales tradicionales.
La estrategia primaria pasó por generar tejidos sociales que vinculasen agentes
heterogéneos con elevadas capacidades y que compartiesen intereses (Nahapiet y
Ghoshal, 1998; Adler y Kwon, 2002), de manera que ejerciendo como co-creadores,
conformen comunidades de trabajo que buscan compartir su repertorio de
conocimientos y experiencias (Mezher et al., 2005). Esta estrategia derivó en la
necesidad de conformar una red que combinara intereses y capacidades entre múltiples
agentes de ciencia-instituciones-industria-mercado-sociedad (CIIMS) para crear e
integrar conocimientos, además de transferirlos y facilitar su absorción mediante
servicios de valor añadido dirigidos a agentes frontera e industria. La filosofía aplicada
permitió además que se incorporasen otros agentes ligados a la arquitectura, como la
Escuela de Arquitectura de A Coruña y gabinetes de arquitectos independientes,
ingenieros independientes, interioristas-proyectistas independientes, Administraciones
Públicas regionales, expertos en comunicación de la Universidad de Santiago de
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Compostela, Institutos Tecnológicos de la Construcción y de eficiencia energética, así
como colegios de profesionales de arquitectos, ingenieros e interioristas.
A lo largo de esta etapa se detectaron una serie de aspectos críticos en la estrategia
primaria:
- Vincular a la red a agentes heterogéneos que, desde diferentes visiones de la
realidad aporten múltiples perspectivas, que contribuyan a lograr la misión
definida previamente.
- Establecer una misión, visión y valores de la red, que incluya los retos sociales y
de mercado que pretende abordar.
- Motivar a los agentes frontera para que desde su posición contribuyan a
proponer nuevas soluciones-sistemas de les ofrezcan mejores respuestas y que, a
su vez, potencien la proyección de la industria tanto en el aspecto económico
(acceso al mercado) como social (imagen).
- Potenciar la presencia institucional, incorporando a las instituciones públicas –en
particular agencias de desarrollo y promoción públicas- como compañeros de
viaje. Con un doble objetivo: identificar qué propuestas institucionales
encajarían mejor con la propuesta de red que se pretendía y, por otra, valorizar
resultados de experiencias de redes en otros sistemas productivos en las que
hubiesen colaborado.
Decisiones sobre gobernanza.
La gobernanza se decidió en el momento de la formación de la red y consistió en el
diseño de las instancias, procesos y protocolos de decisión que se consideraron más
oportunos para garantizar la flexibilidad de la red. Sobre la base de esta estructura de
gobernanza cada socio fue asumiendo explícitamente uno o varios roles. Así, se acordó
la constitución de un comité estratégico, que aportó agilidad en la toma de decisiones
relacionadas con la estrategia y acciones a largo plazo relacionadas con su gestión.
También, se estableció un grupo encargado de la coordinación científica, con fuerte
presencia del ámbito académico que le otorgó soporte científico a la iniciativa de red.
Las universidades, los centros de investigación y las agencias de desarrollo poseían un
papel destacado. Por último, se definieron los grupos operativos, que constituían los
núcleos de trabajo diario para el desarrollo de la red; estaban centrados en la acción a
corto plazo, en las operaciones diarias y en la coordinación-ejecución de los procesos
CIT+a y los servicios de valor. Cada grupo operativo tenía un ámbito de especialización
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que favorecía su adaptación a las necesidades del mercado y de los agentes frontera.
Respecto a los procesos de toma de decisiones, se establecieron protocolos diferentes
ante decisiones estratégicas, a consultar con el comité estratégico y la coordinación
científica, y operativas autónomas del grupo operativo, bajo la supervisión de la
coordinación científica.
Dinámica de la red.
En esta etapa se identificaron las estrategias instrumentales que viabilizarían la
estrategia primaria. Para establecer las prioridades en las que centrar la red se
organizaron encuentros multi-disciplinares con agentes de múltiples ámbitos: industrial
(fabricantes, distribuidores e instaladores, científico (universidades, centros de
investigación), institucional (agencias de desarrollo, colegios de profesionales), agentes
frontera (arquitectos, decoradores, ingenieros, medios de comunicación). Como
resultado se definieron los espacios críticos sobre los que actuar relacionados con la
aplicación de la madera en la construcción: confiabilidad, diseño y estilo, sostenibilidad
y eficiencia energética, convergencia de materiales, aplicación fácil, confort y bienestar.
Estos espacios condicionaron la decisión sobre las competencias necesarias que debían
potenciar las actuaciones CIT+a de la red, derivando así en una serie de proyectos
ejecutados por grupos operativos autónomos donde los agentes frontera fueron co-
partícipes. Estos proyectos se agruparon en actividades de creación e integración de
conocimiento (C+I), por un lado, y de transferencia de conocimiento (T), por otro. Entre
los primeros (C+I), se desarrollaron:
(1) Creación e integración de información técnica avanzada sobre materias primas,
productos semi-elaborados y sistemas constructivos de madera
(2) Detalle y potencial de las aplicaciones y funcionalidades de los sistemas
constructivos en madera para una rehabilitación asequible y sostenible
(3) Factores críticos en el mantenimiento y tratamiento de sistemas de madera
(4) Protocolos, procesos y parámetros básicos en la instalación y conservación de
sistemas constructivos en madera
(5) La sostenibilidad y la eficiencia energética en los sistemas constructivos
(6) Observatorio de las tendencias clave y evolución del hábitat
(7) Obras singulares de referencia internacional en el campo arquitectónico
(8) Obras singulares de referencia global del ámbito de la ingeniería
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Este proceso permitió organizar conocimiento experto ligado a los productos de madera
que hasta ese momento bien no existía, estaba disperso o en formatos no adecuados para
transferirlo. Y aportó las bases de conocimiento en las que apoyar las actividades CIT+a
de la red.
En segundo lugar, las actuaciones de transferencia (T) se centraron en la identificación
de los colectivos claves sobre los que actuar y en las líneas de interacción hacia estos
colectivos. La identificación de colectivos derivó en la configuración de varias sub-
redes, bien asociados al tipo de aplicación de madera en la construcción (sub-redes:
rehabilitación y reforma, madera y exterior, madera e interior y el hábitat cocina), así
como a la profesión de los agentes frontera (sub-redes: arquitectura y madera, el
semillero urbano para jóvenes arquitectos). Por otro lado, se establecieron 6 líneas de
interacción en las que determinados agentes frontera actúan como dinamizadores:
(1) Comunicación de experiencias y sensibilidades de los agentes frontera respecto a
la utilización de la madera en la construcción
(2) Publicaciones físicas y virtuales temáticas
(3) Espacios de valor en internet (servicios altamente especializados dirigidos a
agentes frontera)
(4) Temáticas técnicas (integración de conocimiento sobre sistemas constructivos en
madera genéricos o específicos)
(5) Servicio de consulta y atención personalizada
(6) Actos y mesas de debate con agentes frontera
(7) Soluciones innovadoras
Estas líneas de actuación aportan servicios de valor adaptados a las distintas necesidades
de los múltiples agentes frontera presentes en torno a la industria de la madera. Así se
buscaba una mayor capacidad de absorción de conocimientos (a) de este colectivo sobre
las propuestas de la industria.
En síntesis, las actividades de la dinámica, tanto en su versión de creación e integración
(C+I), como de transferencia (T) y absorción de conocimiento (a), son fundamentales
para la generación de valor y, a la postre, para el surgimiento de capacidades dinámicas
asociadas a la participación en la red. Las empresas serán más cercanas a las
necesidades del mercado (proyectadas a través de los agentes frontera) y los agentes
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frontera obtendrán servicios de valor adaptados a sus requerimientos profesionales, ya
sean técnicos, estéticos o medioambientales.
Visualización de los resultados obtenidos
El resultado de todas las actividades ejercidas por la red fue evaluado para realizar el
seguimiento de los puntos críticos y controlar el rendimiento en las actuaciones. En
concreto, tal y como se sugirió en el modelo consideramos pertinente identificar los
throughputs y outputs generados hacia los participantes de la red.
En relación a los throughputs, las empresas asociadas a la iniciativa se han visto
beneficiadas por un mayor acercamiento a las necesidades de los agentes frontera, lo
que ha redundado en un mejor conocimiento del mercado e identificación de los
productos y sistemas constructivos desarrollar y los servicios a ofrecer a estos agentes.
La red lignum facile tiene contacto e información sobre más de 24.000 agentes frontera,
catalogados por actividad principal e intereses (tabla 2).
Tabla 2. Tipologías de agentes
Agentes frontera catalogadosArquitectura Ingeniería Interiorismo Instalación
11.883 1.390 862 992 Agentes de sistemas de interés para la redInnovación Institucional Empresarial Promoción Distribución Comunicación
1.496 365 1.426 56 1.047 380 Agentes asociados a las redes sociales de lignum facile
Redes sociales4.890
Como consecuencia de esta mejor posición en la atención de las necesidades, las
empresas han aumentado su rendimiento en innovación en productos, en sistemas
constructivos y servicios finales. La red lignum facile ha ayudado a cada uno de los
participantes a desarrollar nuevas propuestas más próximas a las necesidades de los
agentes frontera Asimismo también se han visto beneficiados con una mejora en la
imagen derivada de una mayor cooperación ciencia-industria-mercado-sociedad y del
impacto generado por la red. La tabla 3 incluye métricas que permiten evaluar el
impacto de lignum facile y sus diferentes sub-redes.
Tabla 3. Resultados de la red lignum facile y las sub-redes que gestiona.
Entidades
participantesaImpactosb
Entidades
vinculadasc
Lignum facile 23.317 335.610 3.350Sub-redes asociadas a profesiones
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Arquitectura y Madera [surgimiento: enero 2010] 19.567 198.375 2.504El Semillero Urbano [surgimiento: marzo 2010] 6.080 24.827 139
Sub-redes por tipología constructivaRehabilitación y Reforma [surgimiento: febrero 2010] 4.137 10.438 350Madera y Exterior [surgimiento: febrero 2010] 13.600 17.291 55Cocina y hábitat [surgimiento: octubre 2010] 1.603 1.603 142a Son profesionales, en su mayoría agentes frontera, que han participado en la iniciativa.b Consultas y solicitudes de documentos técnicos especializados.c Especialistas que participan activamente en la red.
Por último, conviene destacar que, aunque no fue un objetivo identificado en su
surgimiento, los agentes frontera consideraron la red como un nuevo canal al que
enviar, además de consultas relacionadas con productos de madera, peticiones
comerciales y presupuestos para ejecutar en construcción. Esto le ha reportado
rendimientos económicos a las organizaciones participantes, porque han recibido más
de 30 propuestas para ejecutar, desde construcción privada hasta construcción pública.
Incluso lignum facile comienza a aparecer en las memorias de los proyectos como
referencia a las soluciones constructivas en madera. Este aspecto ha permitido
dinamizar la oferta comercial en un período de contingencias económicas desfavorables,
con su consiguiente impacto en el ámbito regional; puesto que no sólo moviliza el
sistema productivo, sino los agentes frontera e instituciones que participan en la
iniciativa.
Para mantener la motivación de los socios en la red, los resultados deben ser
transmitidos periódicamente para mostrar el potencial que caracteriza a una actuación
de esta naturaleza. En particular, los socios reciben un informe mensual de control y
seguimiento.
En síntesis, un grupo de agentes heterogéneos lleva más de dos años cooperando y
trabajando en la iniciativa lignum facile. Han entendido la idea de que el rendimiento de
las redes industriales que incorporen ciencia, mercado y sociedad son clave en el
desarrollo de las regiones porque facilita la conexión con fuentes, externas e internas,
críticas en el conocimiento técnico y de mercado, y de la capacidad de movilizar a sus
agentes clave (a partir de Sturgeon et al., 2008). Ahora el reto está en su habilidad para
interactuar en la red, factor clave en el futuro y en el desarrollo de la capacidad
innovadora de los agentes asociados a la red lignum facile.
4. Conclusiones
Las redes CIIMS con agentes frontera –compuestas por socios de ciencia e innovación,
empresas, instituciones púbicas, universidades, agencias de desarrollo y profesionales-
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permiten incrementar el rendimiento de los procesos de creación, integración,
transferencia y absorción de conocimientos (CIT+a), clave en el desarrollo de
capacidades dinámicas asociadas a la innovación y al aprendizaje organizativo. La
literatura, en consecuencia, le ha prestado gran atención a las redes industriales e
identifica multitud de factores que pueden influir en su eficiencia e impacto, pero no
disponemos de propuestas metodológicas que permitan articular secuencialmente su
desarrollo. En esta línea, el documento presenta una metodología aplicable en la
formación y dinámica de redes que busca favorecer el desarrollo de capacidades
dinámicas colectivas asociadas a los procesos CIT+a.
Asimismo, el artículo presenta lignum facile, una experiencia de red con procesos
CIT+a articulada sobre los principios de un institucionalismo avanzado y ampliado
hacia agentes frontera. Este institucionalismo avanzado se soporta en corrientes de
pensamiento que enfatizan nuevas prioridades y la incorporación de múltiples
perspectivas. Los agentes frontera resultan cruciales puesto que refuerzan la innovación
en ambas direcciones –hacia industria y mercado- potenciando las intersecciones de
conocimiento debido a su proximidad e influencia en la demanda.
Los resultados obtenidos sugieren que la creación de redes industriales son beneficiosas
para las organizaciones que en ella participan, así como una importante fuente de
creación de valor (Bresnen et al., 2005). Pese a ello, los planteamientos expuestos en el
documento poseen una serie de limitaciones. En primer lugar existen riesgos asociados
a toda actividad cooperativa (Maskin y Tirole, 1999; Tirole, 1999). La aparición de
dificultades puede provocar la pérdida de consenso en sus objetivos (DeFillippi y
Arthur, 1998), especialmente relevante en una red que incorpore actividades y
sensibilidades diferentes (Bresnen et al., 2005). En segundo lugar, conviene reconocer
que algunas capacidades no son fácilmente transferibles, particularmente, dentro de una
actuación que incorpora productos-servicios heterogéneos y complejos.
Teniendo en cuenta las limitaciones comentadas, nuestro análisis sostiene que existe una
necesidad creciente de articular nuevas estrategias colectivas basadas en la creación,
integración, transferencia y absorción eficiente de conocimiento a través de la
generación de redes que incorporen agentes frontera. Realmente, las redes son la nueva
frontera en la innovación en los negocios y ello exige un cambio de enfoque en los
procesos de negocio tradicionales. Cambio que traslada la relevancia individual u
organizacional hacia un colectivo que comparte recursos y posee su propia estrategia,
ejecutada mediante la red. Con este enfoque los integrantes de la red tienen acceso a
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servicios de valor orientados a resolver sus necesidades, bien en forma de accesibilidad
a conocimiento organizado, de soluciones-servicios innovadores, de imagen o de acceso
al mercado.
Entre las implicaciones para las políticas públicas, sobre todo en un contexto de
reducción de los recursos públicos, destacamos la necesidad de potenciar las
capacidades colectivas regionales bajo un enfoque de innovación social y de aprendizaje
colectivo. Esta propuesta impulsa la capacidad de absorción potencial (Zahra and
George, 2002), especialmente en la detección, selección y asimilación de nuevo
conocimiento a través de redes. La propuesta metodológica está ligada a la corriente
institucional avanzada, en contraposición a la corriente institucional clásica, puesto que
posibilita construir nuevas realidades y actualizar procedimientos donde los
protagonistas regionales comparten estrategias y recursos a través de las redes. Por otra
parte, la propuesta tiene la virtualidad de que favorece el acceso a los agentes frontera y
al mercado, impulsa la capacidad de absorción y potencia la innovación derivada de las
intersecciones de diferentes disciplinas del conocimiento.
Respecto a las implicaciones sobre las estrategias corporativas cabe destacar, en primer
lugar, que deberían enfatizar más sus propuestas para potenciar el capital social, los
recursos y capacidades y el aprendizaje colectivo (en red y organizativo). También
considerar las contingencias en las relaciones que permitan reducir los costes de
transacción derivados de las alianzas y la participación efectiva en redes, especialmente
las acciones conjuntas y el oportunismo. Particularmente, la propuesta presentada
reduce las asimetrías informativas y la racionalidad limitada ya que favorece la
diseminación de conocimiento y favorece el cambio cultural. Desde el punto de vista de
la innovación supone un reto puesto que la pertenencia a la red impulsa la capacidad de
absorción, especialmente la potencial, mientras que la capacidad de absorción real
(Zahra and George, 2002) también se ve favorecida al presentarse experiencias similares
y, sobre todo, al contar con una red de agentes frontera a las que transferir propuestas de
productos y sistemas innovadores. Por último, el acceso al mercado es uno de los
intangibles más destacados puesto que la red se configura bajo una identidad común
basada en el conocimiento lo que genera prestigio e imagen para las empresas y agentes
relacionados.
En definitiva, la apuesta por la creación de una red industrial de agentes heterogéneos
dedicada a la integración y transferencia de conocimiento aporta múltiples
oportunidades para la innovación y el aprendizaje, y se erige como un factor crítico para
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el desarrollo de todo un sistema productivo y los agentes conectados a él, así como para
el desarrollo regional.
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