CONSTRUCCIÓN DE SUBJETIVIDADES DESDE LA EXPERIENCIA MUSICAL EN ESTUDIANTES DE LA ORQUESTA DE ARCOS DE DUITAMA Preparado por: EDNA FERNANDA ACOSTA ÁLVAREZ UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS CENTRO DE ESTUDIOS ENRIQUE LACORDAIRE MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA TUNJA, COLOMBIA 2016
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CONSTRUCCIÓN DE SUBJETIVIDADES DESDE LA EXPERIENCIA MUSICAL
EN ESTUDIANTES DE LA ORQUESTA DE ARCOS DE DUITAMA
Preparado por:
EDNA FERNANDA ACOSTA ÁLVAREZ
UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS
CENTRO DE ESTUDIOS ENRIQUE LACORDAIRE
MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA
TUNJA, COLOMBIA
2016
CONSTRUCCIÓN DE SUBJETIVIDADES DESDE LA EXPERIENCIA MUSICAL
EN ESTUDIANTES DE LA ORQUESTA DE ARCOS DE DUITAMA
EDNA FERNANDA ACOSTA ÁLVAREZ
Trabajo de grado para optar al título de Magíster en Pedagogía
Dirigido por:
Mg. HERNÁN JAVIER PINZÓN MANRIQUE
UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS
CENTRO DE ESTUDIOS ENRIQUE LACORDAIRE
MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA
TUNJA, COLOMBIA
2016
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Nota de aceptación
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Jurado
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Jurado
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Tunja, 2016
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DEDICATORIA
Gracias Dios por permitir que cada momento en mi vida esté rodeado de personas como
mi madre, mis hijos, mi esposo y mis maestros, quienes permiten que los sueños lleguen a
un estado superior y se conviertan en metas alcanzadas desde el permanente esfuerzo.
v
AGRADECIMIENTOS
Mi eterno respeto y admiración para quienes fueron fuente y motivación de mis retos
académicos; Dr. Oscar Saldarriaga Vélez, Dr. José Darío Herrera, Dr. Marco Raúl Mejía,
Dr. Juan Carlos Amador, Dr. José Guillermo Ortíz, Dr. Andrés Argüello Parra, Dr. Tomas
Sánchez Amaya, Dr. Robinson Cárdenas, Mg. Hernán Pinzón, docentes de la Maestría en
Pedagogía, Universidad Santo Tomás, Tunja.
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RAE
Autora: Edna Fernanda Acosta Álvarez
Título Del Documento: Construcción de Subjetividades desde la Experiencia Musical
en estudiantes de la Orquesta de Arcos de Duitama
Datos De Edición: Tunja, 29 de diciembre de 2016. Primera edición.
Unidad Patrocinante: Universidad Santo Tomás, seccional Tunja
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10.4000/polis.943
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ANEXOS
Anexo A: Autobiografías
AUTOBIOGRAFÍA 1
DANIELA CAÑAS
Mi nombre es Daniela María Cañas Santos. Nací el 11 de septiembre de 1999, en
Duitama, hace poco más de 15 años. Mis papás, Jorge Cañas y Rocío Santos, son
personas que me han llenado de felicidades y buenos recuerdos desde que nací.
Tengo una hermana mayor llamada Clara, quien ha sido mi apoyo y mi confidente; y
dos hermanos menores, Juan David y Miguel, quienes se han encargado de hacerme
reír hasta en los peores momentos. Tengo una familia muy grande, y soy muy
cercana a esta. La familia es fundamental para mí.
Cuando era pequeña, jugaba mucho con mis hermanos. Podíamos inventarnos
cualquier cantidad de juegos: acampábamos dentro de la casa, hacíamos nuestra
propia ropa, jugábamos a ser actores y actrices, cantábamos canciones en inglés
aunque no nos supiéramos la letra. Siempre buscábamos la manera y el momento para
jugar, nos encantaba y nos hacía más unidos. Siempre he sido muy cercana a mis
hermanos. Tengo toda clase de recuerdos agradables, y en la mayoría están ellos.
A mis papás siempre les ha gustado el campo, y la tranquilidad que ofrece. Desde
que éramos muy pequeños, mis papás nos llevaban al campo durante vacaciones.
Normalmente, nos gustaba pasar allí la novena de Navidad. Es muy interesante ver
cómo celebran esta festividad en otros lugares. Allí la mayoría de las personas no
poseen muchas cosas materiales, lo que hace que valoren más las cosas realmente
importantes, como la familia y los buenos momentos.
A los 5 años entré a estudiar en el Colegio Boyacá de Duitama, y actualmente
estoy en grado 10°. El estudio es algo que siempre se me ha dado de manera natural.
No tengo que esforzarme mucho por comprender, y saco buenas notas sin siquiera
intentarlo. Considero que soy una buena estudiante. Una de las materias que más me
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gusta es el inglés, y siempre ha sido fácil para mí esa materia. También se me facilita
mucho el español, y las ciencias.
Sin embargo, se me dificultan un poco las Ciencias Sociales y, sobre todo
Educación física. No soy una persona deportista, ni me gusta mucho hacer ejercicio.
Afortunada o desafortunadamente, soy muy propensa a tener accidentes, por lo que
muchas veces tengo excusas médicas que me salvan de hacer esta clase.
El ser una buena estudiante no siempre ha sido algo bueno. Mis profesores siempre
quieren que participe en todo, que sea líder. A la edad de 15 años, no tengo problema
con ello; sin embargo, entre los años 2005 y 2011, aproximadamente, yo era una
persona muy insegura, por lo que ser líder para mí era imposible. Poco a poco eso fue
cambiando, en gran parte gracias a mis amigos del colegio, y a los amigos que
conseguí cuando comencé a estudiar violín.
Desde que puedo recordar, la música siempre ha estado en mi vida y en mi familia.
Mi papá toca la guitarra y la organeta, y cuando yo era pequeña, él cantaba misas y le
gustaba que yo le ayudara a cantar. Sin embargo, muchas veces no lo hacía, porque
era demasiado tímida, y me daba miedo equivocarme.
Cuando tenía 8 años, les dije a mis papás que quería aprender a tocar un
instrumento. Ellos dijeron que tocara la guitarra o la organeta, como mi papá, pero yo
quería algo distinto. Por esa época, a mi primo Rafael lo iban a inscribir a un curso de
violín en Culturama, y yo dije que también quería tocar violín. A mis papás les
pareció bien, porque como somos de la misma edad, siempre habíamos hecho cosas
juntos. Así fue como comencé.
En Culturama, cuando uno entraba a tocar un instrumento, también tenía que ir a
tomar otras clases, entre las que estaba Expresión Corporal. Una de las primeras
clases, nos hicieron un juego en el que teníamos que perseguirnos unos a otros, y por
alguna razón terminé hablando con una niña mientras jugábamos. Su nombre es
Zayury. Nos hicimos amigas en ese momento, y unos días después descubrí que ella
también tocaba violín, aunque estaba un poco más avanzada. Ella me presentó a otras
amigas que también tocaban violín, entre ellas Juliana, Laura, Anyela y Magali. Nos
hicimos muy cercanas.
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Poco a poco fui aprendiendo a tocar violín. No era muy fácil al principio, pues yo
creía que no podía tocar un instrumento tan delicado sin que sonara tosco. Sin
embargo, mi profesor Carlos Daniel Fonseca, me tuvo mucha paciencia y creyó en
mí. El me ayudó a descubrir mi talento y a trabajar en él.
Al principio, tocábamos en grandes grupos. Podíamos tener una clase de dos
horas, para más de 20 niños. Eso dificultaba que avanzáramos más, pero era
entendible: nuestro profesor hacía lo mejor que podía, con el espacio que le daban.
Poco a poco, los estudiantes se fueron reduciendo, ya que éramos niños, y como todo
niño, es muy fácil para nosotros cambiar de opinión. Algo que nos gustaba al
principio, podía no gustarnos en un mes. Pero ese no fue mi caso.
Yo seguí yendo a clases; ahora ya no eran sólo clases en las que todos tocábamos
lo mismo. Nos dividieron en grupos, según nuestro nivel, y nos incluyeron dentro de
la orquesta. En esa selección, yo fui violín 4. Cuando comencé a ir a los ensayos de
orquesta, reconocí a muchas de mis amigas. Ellas llevaban más tiempo en Culturama,
por lo que la mayoría era violín 1. Eso hizo que yo quisiera estudiar más, para que me
pusieran en otro grupo. Al poco tiempo me pasaron a violín 3, y en algunas obras
incluso violín 2.
A partir de ahí, aunque seguía en la orquesta, comencé con mi estudio personal. En
mi casa, trataba de estudiar los temas de orquesta, y además el método Suzuki, en el
que había temas para solista, y no para orquesta. A veces no era muy constante
estudiando por mi cuenta (todavía me cuesta bastante estudiar en mi casa, aunque
trato de hacerlo lo más seguido posible, pues sé que es por mi bien). Aun así, fui
avanzando mucho.
Al finalizar el primer año, tuvimos una clausura en Culturama, para mostrarles a
nuestros papás lo que habíamos aprendido. Un año después, tuvimos un par de
presentaciones en el Centro de Convenciones de Paipa. Esos dos conciertos, aunque
fueron sencillos, fueron muy importantes para mí. En ellos, me di cuenta que a la
gente le gustaba lo que hacíamos, lo que yo hacía. Eso marcó el comienzo de una
nueva parte de mi vida, ya que me ayudó a creer más en mí misma. Como ya había
dicho antes, siempre había sido una persona muy tímida e insegura, y en ese
momento de mi vida, me di cuenta de lo que realmente era capaz de hacer.
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Gracias a esos conciertos, me volví muy cercana a mis amigas, tanto que muchas
veces ellas eran la razón de que yo quisiera ir a clase. Hoy en día, mis razones son
distintas, obviamente. Ahora voy porque quiero aprender más, porque quiero ser
mejor violinista, porque es una parte importante de mi vida. A pesar de eso, mis
amigas siguen siendo muy importantes para mí, incluso cuando nos hayamos
separado, y ya no nos veamos tan seguido.
A partir de ese momento, la orquesta se fue reduciendo considerablemente.
Muchos se cansaron, otros simplemente no pudieron seguir. La orquesta se redujo a
unas 20 o 30 personas. Ahora no eran sólo violines: también había violas y cellos,
entre los que estaba mi primo. A lo largo de un año teníamos varias presentaciones.
Sin embargo, había tiempos “fuertes”, como Semana Santa, Semana Bolivariana y
Navidad. Para estos conciertos ensayábamos mucho, y para mí era emocionante saber
que pronto nos íbamos a presentar. Estos conciertos, especialmente el Concierto de
Navidad cada año, eran muy importantes para mí.
A la par con mi formación musical, continuaba mi estudio en el colegio. Allí me
destacaba bastante. En el año 2009, fui al parque Mundo Aventura. ¡Fue un día muy
divertido! La alcaldía estaba premiando, con este viaje, a los dos primeros puestos de
cada grado, y yo tenía el 2do. Ese viaje me dio más confianza en mí misma, ya que
hice amigos fácilmente, cosa que normalmente no podía hacer.
Continué estudiando violín, y cada vez iba avanzando más. Todos los demás niños
comenzaron a tener un violín propio, y yo les dije a mis papás que también quería
uno; ellos querían comprármelo pero en ese momento no tenían recursos para
hacerlo. Entonces, les propuse que ellos consiguieran la mitad de lo que valía el
violín, y que yo conseguía la otra mitad, y ellos aceptaron. Unos meses después, fue
mi cumpleaños. Todos mis tíos habían escuchado que yo quería un violín, así que no
me dieron regalos, sino que me dieron plata para ayudarme a conseguirlo. Reuní un
poco más de $100.000.
La semana siguiente, mi papá viajó a Bogotá a traerme mi primer violín. Cuando
volvió, esa noche, yo estaba ansiosa y al momento que llegó, le pedí que me lo
mostrara. ¡Me encantaba! Por fin lograba tener mi propio violín. Puede que no fuera
el mejor violín del mundo, pero era MÍO, y eso lo hacía muy especial.
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Sin embargo, el tener un violín propio también trajo sus problemas. A mi edad,
entre 9 y 10 años, los niños utilizaban un violín de tamaño ¼; el mío era ¾. Mi papá
tuvo que comprarlo de esta medida, ya que sabía que no iba a poder comprarme otro
hasta dentro de muchos años. Así, que me compró uno que me quedara grande, para
que así, cuando me quedara pequeño ya habría pasado mucho tiempo, y ellos podrían
comprarme otro.
Aprender a tocar con un violín más grande de lo que éste debería ser no fue fácil.
En realidad, pasaron varios meses hasta que me acostumbré. Pero no importaba. El
violín era mío. Mis papás y el resto de mi familia se habían esforzado para que yo lo
pudiera tener, y no podía estar más agradecida. Tenía lo que necesitaba, podía
practicar en mi casa, y eso era una gran ventaja.
Poco a poco fui aprendiendo más, mejorando, y cada vez teníamos más
presentaciones. Yo era feliz con esto, no importa donde fuera la presentación. Podía
ser en el Consejo Municipal, podía ser en un andén, en cualquier lugar se presentaba
la oportunidad de mostrarle a la gente lo que podíamos hacer. Eran oportunidades
para que la gente se diera cuenta que en Duitama hay cultura, que en Duitama hay
talento, y que estos debían ser valorados.
En el año 2010, llegó a Culturama otro profesor de violín, Jorge Llanos. Él se
encargaba de darnos clases personalizadas, y Carlos Daniel dirigía la orquesta. Ese
año, yo estudiaba en la jornada de la tarde, por lo que muchas veces me perdía
algunos ensayos, o llegaba tarde. Al principio esto comenzó a bajar mi nivel, pero el
profesor Jorge sacó una ventaja de ello. Él aprovechaba que yo tenía las mañanas
libres, y me daba clases más seguido que a los demás. Eso me ayudó a progresar
muchísimo. Ya no era sólo una de las niñas que tocaba violín en la orquesta. Ahí
comencé a ser una de las más adelantadas, y eso me ayudó mucho, ya que me exigía.
Duró aproximadamente un año.
Jorge tuvo algunas diferencias con Carlos Daniel y con algunos alumnos, por lo
que Jorge dejó de darnos clases. A muchos les alegró, a otros les fue indiferente. Yo
no sabía qué pensar, pues, aunque a causa de él hubo problemas en la orquesta, fue
gracias a él que yo mejoré bastante.
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Tocar violín, o cualquier instrumento, abre muchas puertas. En mi caso, me ha
permitido conocer a mucha gente, y también darme a conocer. Por ejemplo, hace
unos 5 años vino la Señorita Colombia a Duitama, para un Banquete de Solidaridad
que organizaba la alcaldía. Nosotros nos presentamos ese día, y tuvimos la
oportunidad de conocerla y estar cerca de ella. También hemos podido estar cerca de
otras personas, como los distintos alcaldes y concejales que ha tenido Duitama.
Aproximadamente entre 2011 y 2012, el estudio, las clases de violín, las
presentaciones, todo comenzó a volverse más serio. Los temas que tocábamos eran
más exigentes, los horarios más extensos. Cada vez había menos tiempo libre, y yo
no estaba acostumbrada a esto. Fue entonces cuando tuve que empezar a poner
prioridades en mi vida. Empecé a plantearme, ¿Qué era más importante? ¿La música?
¿El estudio? ¿Mi familia? ¿Mis amigos? ¿Mi tiempo libre? Fue un dilema que duré
mucho tiempo en resolver, y no estoy segura de haberlo hecho del todo. Sin embargo,
tomé una decisión y desde entonces, me mantengo firme en ello.
Esta decisión, significó que ya no podía estar con mis amigos tanto tiempo. Ya no
podía quedarme hablando con ellos después del colegio; yo tenía que ir a estudiar
violín. Muchas veces, llegaba tarde a compromisos familiares, por estar en clase. A
veces, tenía que faltar al colegio para ir a presentaciones. Ya no podía acostarme tan
temprano, o ver televisión hasta que me quedara dormida. Tenía que hacer tareas, y
utilizar todo el tiempo que pudiera para estudiar. Recuerdo que muchas veces mis
amigos les molestaba que no nos pudiéramos reunir, ya que yo normalmente estaba
ocupada, ya sea en clase, en una presentación, o estudiando.
Mis notas del colegio bajaran un poco, y mis papás incluso creyeron que me
debían sacar de violín. Yo no se los permití. Comencé a esforzarme más en el estudio,
aunque eso significara menos tiempo libre. Eran cosas que tenía que hacer. Eran los
pequeños “sacrificios” que debía hacer, pero valían la pena. Poco a poco fui capaz de
equilibrar todas las partes de mi vida, y eso me enseñó a ser más organizada con mi
tiempo, y a valorar cada momento que pasaba con mi familia y amigos.
De vez en cuando, me planteaba a mi misma la posibilidad de no seguir. Esto
pasaba, sobre todo, cuando veía que estaba teniendo problemas con alguna partitura.
A veces veía que algunos de mis compañeros podían tocar bien sin esforzarse tanto, y
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no lo entendía. Para mí era muy difícil. Alguna vez pensé que si me iba, la orquesta
iba a sonar mejor, y yo iba a tener más tiempo para mí, más tiempo para descansar.
Afortunadamente, siempre había alguien allí que me demostraba lo contrario. Podía
ser mi profesor, mis amigas, mis papás y familiares, no importaba. Siempre había
alguien allí, para recordarme que debía seguir.
Siempre había alguien que me mostraba que yo podía hacerlo. Que no debía
desistir en algo que quería hacer, así las cosas se pusieran difíciles. A esas personas,
les debo muchísimo. De no haber sido por ellas, probablemente yo no seguiría
tocando violín, y no me imagino cómo sería mi vida sin la música.
La música ha significado mucho en mi vida. Siempre ha sido una forma de
expresar lo que siento, cuando las palabras no son suficientes. La música me ha
ayudado a superar momentos difíciles. Normalmente, cuando tengo un mal día, o un
mal momento, llego a mi casa, o a un ensayo, y de cierta forma me “descargo”
tocando. Los sentimientos, buenos o malos, me ayudan al momento de interpretar el
violín. Es una forma de canalizar mis emociones.
Muchas personas dicen que cuando se sienten tristes, escuchan música triste, y
cuando se sienten alegres, escuchan música divertida. A mí me pasa algo parecido.
Mis emociones se transmiten en lo que toco, y creo que soy una persona afortunada,
ya que soy capaz no sólo de escuchar una canción e identificarme con ella, sino
también de interpretar una canción de acuerdo a lo que yo siento. Creo que los
sentimientos nos deben guiar a los músicos. Aunque dos personas toquen la misma
partitura, nunca va a sonar igual, pues su interpretación está guiada por los
sentimientos que cada uno tiene en ese momento, lo que va a generar un cambio
significativo, muchas veces para bien.
Con mis compañeros de la orquesta he vivido muchos momentos, buenos y malos.
Esos recuerdos tienen un lugar especial en mi corazón. Muchos de ellos están llenos
de personas que ya no están. Personas que han pasado por mi vida, algunos por años,
otros por muy poco tiempo. Todos y cada uno de ellos, sobre todo aquellos que
todavía están, han dejado una huella imborrable en mi vida, en mi forma de ser y en
mi corazón. Cada persona me ha enseñado cosas, me ha mostrado otra forma de ver
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las cosas, y ha influido, casi siempre de manera positiva, hasta llegar a la persona que
hoy soy.
Desde que comencé a tocar violín he recibido muchas críticas y hasta burlas. La
gente muchas veces critica lo que no entiende, y la música solo la puede entender el
que está dispuesto a escucharla. Frecuentemente me preguntan: ¿No te cansas? ¿No te
aburres? ¿Enserio te gusta eso? Para muchas personas es difícil entenderme en ese
aspecto. Obviamente, muchas veces el cansancio físico es bastante. Pero no me
aburro. No me canso de tocar. No creo que sea posible. En mi opinión, una persona
no puede aburrirse de hacer algo, si es que realmente le gusta, si es lo que realmente
desea hacer. Y me alegra poder decir que ese es mi caso. No me canso de tocar, no
me canso de la música. No podría. Es una parte demasiado importante; la música es
esencial en mi vida.
En el año 2012 en Culturama decidieron hacer un ensamble entre Orquesta de
Arcos y Banda Sinfónica. Ensayábamos muy seguido, y nos preparábamos para una
gran presentación que íbamos a hacer como Orquesta Filarmónica en la Semana
Bolivariana. Todos estos ensayos dieron origen a un muy buen ensamble.
Faltando aproximadamente mes y medio para la Semana Bolivariana, yo tuve un
pequeño accidente. Estando en el colegio, un compañero se tropezó y cayó encima de
mí. Cuando me levanté, me dolía mucho la mano. En ese momento estaba en clase de
Educación Física, y el profesor me dijo que me fuera a mi casa, y que me pusiera
hielo. Nadie creía que fuera nada grave, ni yo. Todos pensamos que era solo dolor por
el golpe. Cuando llegué a mi casa era mediodía. Mis papás estaban allí, pero un rato
después se tuvieron que ir. Yo seguí poniéndome hielo en la mano, porque se estaba
inflamando bastante. A las 5:30 de la tarde, más o menos, llegaron mis papás. Cuando
vieron que mi mano se estaba inflamando mucho, decidieron llevarme de urgencias a
la clínica. Yo no quería, pues no pensaba que fuera nada grave, pero aun así fui.
Estando en la clínica, tuvimos que esperar un par de horas hasta que me
atendieran, y yo sentía cómo aumentaban el dolor y la inflamación. En ese momento
me sentí culpable por no haberle dado mucha importancia antes. Cuando por fin me
atendieron, el médico dijo que tenían que sacarme radiografías, porque era posible
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que me hubiera fracturado. Me sacaron las radiografías, y efectivamente tenía una
fractura en el hueso de la muñeca.
Afortunadamente no me tuvieron que operar, pues el hueso no se salió de su sitio.
Pero sí tuvieron que enyesarme el brazo, y me dijeron que debía permanecer con el
yeso por más de un mes. Lo primero que se me vino a la mente fue que no iba a poder
tocar en la Semana Bolivariana. ¡Qué decepción sentí en ese momento! Había
ensayado tanto, y por un pequeño accidente no iba a poder estar en ese concierto.
Decidí no ir a Culturama hasta que no pudiera tocar, aunque mi profesor insistía
que fuera. Aunque no iba a los ensayos, sí fui al concierto, que era en el Molino
Tundama. Me sentí muy mal al ver a mis compañeros en el escenario, y no poder
estar allí con ellos.
Un par de semanas después pude volver a tocar, aunque al principio fue difícil
porque mi mano se sentía muy débil, y eso hizo que yo desmejorara. A pesar de eso,
mi profesor y mis compañeros de la orquesta me ayudaron a seguir.
Estar en una agrupación musical ha sido muy importante para mí. En ella he
encontrado muchas personas que me entienden en cosas que los demás no. Estando
alrededor de mis compañeros me siento cómoda, me siento yo misma. Me divierto
mucho con ellos y son muy buenos amigos.
Tocar un instrumento, y más desde tan pequeña, ha hecho una gran diferencia
entre lo que soy y lo que pude haber sido. Tocar un instrumento hace que una persona
se vuelva disciplinada, responsable y dedicada. El seguir una disciplina, ya sea tocar
un instrumento, practicar un deporte, u otras cosas, hacen que una persona piense más
en el futuro. Si yo no hubiera comenzado a tocar violín, probablemente en este
momento no sabría qué hacer con mi vida. No tendría ni idea de qué estudiar, no
sabría cuáles son mis fortalezas, mis talentos, o mis debilidades.
El estudio de la música me ha permitido conocerme mejor a mí misma, saber qué
me gusta y qué no, saber hacia dónde orientar mi vida, lo cual es muy bueno, ya que
la mayoría de los jóvenes a mi edad no tienen la misma suerte, ni saben qué van a
hacer cuando acaben de estudiar. De esto soy testigo todos los días con mis
compañeros del colegio; ellos dicen que soy afortunada porque ya sé qué quiero hacer
con mi vida.
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Muchos de mis amigos, cuando hablamos de lo que vamos a hacer luego del
colegio, ni siquiera piensan en ir a la universidad. Ellos creen que lo mejor es salir del
colegio a trabajar, ya que no saben qué estudiar, y creen que no tienen ningún talento.
Yo trato de convencerlos que no están en lo cierto, que todos tienen habilidades para
algo, sin embargo es muy difícil cambiar la mentalidad de una persona; después de
todo, son sólo mis opiniones.
Durante un tiempo, hubo en Duitama un programa de la alcaldía llamado
“Violines para luchar”. A nosotros, los integrantes de la orquesta, nos pidieron que
ayudáramos a reforzar este programa durante las presentaciones. Al principio no
tuvimos problema, pero poco a poco nos fue molestando. Cuando nos presentábamos
con ellos, se le daba reconocimiento a Violines para luchar, y no a la orquesta. A
veces incluso confundían la orquesta con ese programa. Eso nos molestó bastante y
nos quejamos por eso. No nos llevábamos muy bien con los integrantes de ese
programa.
Un par de años después, Violines para luchar desapareció, pero algunas de las
personas que comenzaron allí siguieron estudiando violín. Un par de estas personas
están actualmente en la orquesta, y nos llevamos muy bien con ellos.
En la orquesta, cuando comenzábamos a ver una nueva obra, nuestro profesor
hacía sorteos entre los violines, para que así no hubiera problemas, ni nadie pensara
que había favoritismo. Así fue durante unos años, pero nos dimos cuenta que, en las
presentaciones, se veía muy mal que cambiáramos de puesto todo el tiempo. Poco a
poco se fue estableciendo en qué grupo quedaba cada uno, y desde eso han habido
muy pocos cambios.
Yo soy Violín 2, y junto conmigo hay dos compañeras que son de mi edad.
Además hay varias niñas y niños más jóvenes, que poco a poco han ido entrando a la
orquesta, y es posible que en un par de años, cuando los más grandes nos vayamos a
la universidad, ellos sigan allí, ocupando el lugar que ocupamos nosotros ahora.
Me alegra haber empezado a tocar violín desde temprana edad. Esto hizo que yo
me formara como una persona con valores. Es muy importante empezar a tocar un
instrumento (o comenzar cualquier otra disciplina) desde temprana edad. Los niños
pequeños pueden aprender a tocar un instrumento con mayor facilidad, en parte
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porque son más flexibles, aunque también porque un niño es curioso por naturaleza, y
la curiosidad nos impulsa a aprender.
El año pasado cumplí 15 años, y mis papás me hicieron una fiesta. Fue un día muy
especial. Al cumplir años la mayoría de personas me dieron muchos regalos, pero
principalmente dinero prefirieron esto en lugar de un regalo, porque ya sabían que
gran parte de lo que me dieran iba a tener un destino: comprarme un violín. Como ya
he dicho antes, mis papás me compraron un violín que a esa edad me quedaba grande,
pero yo ya había crecido, y necesitaba un violín más grande y mejor. Un par de
semanas luego de la fiesta, un amigo de mi papá nos llevó a Bogotá, para que yo
pudiera comprar mi violín. Fue un gran cambio, pues llevaba varios años
acostumbrada a tocar en mi antiguo violín. Sin embargo fue un buen y muy necesario
cambio.
Mis gustos musicales son bastante variados. Al ser una violinista, he desarrollado
gusto por la música clásica, y es uno de mis géneros favoritos. Sin embargo, a
diferencia de lo que muchas personas creen, el hecho de que me guste la música
clásica no significa que no pueda disfrutar otros tipos de música. También me gusta
el rock, el blues, las baladas, y en los últimos años me ha comenzado a gustar un poco
la música bailable y la electrónica.
Sin embargo, existen otros géneros musicales que no me gustan mucho, sobre todo
algunos géneros modernos. El reggaetón, por ejemplo, la champeta y otros géneros
así no me gustan mucho. Esto es, especialmente, porque considero que sus letras son
vulgares e incoherentes. Sin embargo, he aprendido a tolerar todos estos tipos de
música, ya que en mi colegio son muy populares. Después de todo, aunque a mí no
me guste este tipo de música, a otras personas sí, y eso es totalmente respetable.
Muchas veces me sorprendo a mí misma comparando la orquesta y el colegio.
Cada vez que eso pasa, me doy cuenta que son totalmente diferentes. En el colegio,
por ejemplo, los profesores son respetados por unos, irrespetados por otros, e incluso,
temidos. Es muy difícil desarrollar cierto grado de confianza con ellos, y aunque a
veces se logra, es una situación totalmente distinta a la que ocurre en la orquesta.
Aunque solemos ser muy respetuosos con nuestro profesor (por lo menos la mayor
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parte del tiempo), también se ha generado cierta confianza con él. Esto es, en parte,
porque nos conocemos desde hace muchos años.
También hay una gran diferencia entre la forma de pensar de mis compañeros de
orquesta y de colegio. En el colegio, cuando hay algún desacuerdo, generalmente la
gente piensa que se deben solucionar con discusiones e incluso peleas. En la orquesta
es muy diferente. Aunque suene raro, no discutimos muy seguido.
Obviamente, hay uno que otro desacuerdo, pero estos los resolvemos muy
fácilmente y no pasan a mayores. Además, en la orquesta pasa algo muy curioso (y
bueno): a ninguno de nosotros se nos pasa por la cabeza la idea de faltarle al respeto a
alguien. No recuerdo haber visto que en ninguna discusión que haya habido allí se
haya presentado una falta de respeto intencional. En el colegio las cosas son muy
distintas. La gran mayoría de personas se faltan al respeto constantemente, como si
fuera algo normal.
Por último, existe una pequeña diferencia, que hace que todo cambie. Al colegio
vamos, en cierta forma, porque es nuestro deber. La ley dice que debemos educarnos,
y eso hace que se sienta como una obligación, aunque no queramos ir. A la orquesta
de Arcos, nosotros vamos porque es algo que queremos hacer. Es algo que hacemos
libremente, porque queremos hacerlo. Por eso, si queremos estar allí, no rogamos
para que la clase se acabe rápido, o para que el profesor no pueda ir. Nosotros
valoramos el tiempo que estamos en clase, lo que hace una diferencia abismal con el
colegio, y también ha marcado una diferencia muy importante en mi vida.
A pesar de todo esto, el colegio también me ha dado muchas oportunidades, las
cuales agradezco. Una de estas fue el año pasado. A nivel nacional, existen unas
pruebas llamadas Supérate, en las cuales se miden los conocimientos de los
estudiantes de grados 5°, 9° y 11° en varias materias. Yo tuve la oportunidad de
participar en estas pruebas en la categoría de Literatura 9°, y de llegar hasta la fase
semifinal. Fue una experiencia que sin duda no olvidaré. Fue muy divertido porque
allí pude conocer a gente de todo el país; también fue una muy buena oportunidad
para descansar y dar a conocer mis habilidades.
Sin embargo, aunque haya sido una buena experiencia, también me hizo
plantearme muchas dudas sobre mi futuro. Siempre he sabido que mis mayores
186
fortalezas son la Música y la Literatura, y el haber participado en esas pruebas me lo
confirmó, y me hizo dudar un poco acerca de la carrera que quiero estudiar.
Es obvio que estudiar Música es una posibilidad que he tenido en cuenta desde
hace mucho tiempo. Es una carrera que me gusta, y para la que tengo aptitudes. Pero
también tengo fortalezas en el área de Literatura, y también es algo que me gusta.
Desde esa experiencia en Bogotá he estado pensando, tratando de decidir hacia dónde
orientar mi vida, por cuál de esos dos caminos debo ir. Tengo que admitir que todavía
no lo sé. No tengo ni idea de cuál de las dos cosas elegir, ya que esto va a ser un
factor determinante en mi vida y no me quiero equivocar.
Pienso mucho en ello, pues sé que aunque no quiera, en algún momento voy a
tener que decidir. De cualquier forma, sea cual sea la elección que haga, trataré de
mantener las dos cosas en mi vida, porque ambas son parte de mí. Por ahora, me
conformo con seguir fortaleciendo mis habilidades en ambas áreas, pero me alegra
saber que todavía tengo tiempo para pensarlo, que no voy a tener que tomar esa
decisión hasta dentro de un tiempo (no sé exactamente cuánto); mientras tanto, voy a
disfrutar de estas actividades, que hacen parte de mi día a día. Estas dos cosas, en
especial la música, forman parte de mi vida, y me hacen ser quien soy.
A pesar de todas las cosas que me han pasado, tanto buenas como malas, creo que
soy una persona feliz, y espero que las cosas que vengan de aquí en adelante sean
igual de buenas y fructíferas.
AUTOBIOGRAFÍA 2
CAMILO RINCÓN
Mis padres, con la ayuda de mi hermano, decidieron darme el nombre de Juan
Camilo Rincón Uyazán, yo nací el 6 de febrero de 1998 y actualmente vivo en la
ciudad de Duitama, mis padres han sido las personas más esenciales en mi vida
porque son los que me han dado apoyo y me han dado todo lo que he necesitado, para
esto, ellos han tenido que esforzarse mucho y trabajar en jornadas y épocas pesadas,
por esta razón, mi hermano Javier siempre estuvo ahí cuidándome y casi criándome
teniendo él tan solo 5 años, yo pienso que uno es la combinación de todas las
187
personas que lo rodean ya que tengo gran influencia de mi primo más cercano
Cristian con quien somos casi hermanos y con quien en mi infancia tuve la fortuna
de relacionarme tanto; de él tengo el gusto por la música y por la palabra, de ahí que
lo que más me llama la atención en una canción además de su música es su letra; él
así como muchos de mis familiares marcaran mi modo de vivir y mi modo de ver las
cosas, de mis papas he aprendido a luchar hasta el final y a respetar, de mi hermano
he aprendido el modo de comportarme, y de mis primos en especial Cristian el gusto
por el arte, incluyendo el futbol y otros deportes.
El arte y en especial la música es lo que más me gusta escuchar, entender, analizar,
interpretar y pienso que es lo más importante que tiene la humanidad, lo que nos
diferencia de los animales es esa capacidad de crear, por eso es que cuando tengo un
espacio libre estoy escuchando música o interpretando, y también me gusta jugar
futbol con mis amigos y familiares porque es una manera de pasar un muy buen
momento con esas personas que son importantes para mi vida.
La academia no es que me llame mucho la atención y realmente no es importante
para mí, pero si pienso que la educación como alguna vez dijo una cantante mexicana
es lo que te abre las puertas para tener un futuro y para tener metas y ambiciones y no
solo sobrevivir, es algo importantísimo en la vida de los niños por eso es que a mí no
me gusta ninguna materia que está en el pensum del colegio por esta razón no me ha
interesado tener logros en alguna de esas áreas. En colegio Seminario Diocesano de
Duitama es donde siempre he estudiado, allí existe un pequeño espacio para la
música, por esta razón yo me siento identificado con este colegio que le da la
oportunidad a los jóvenes y niños a acercarse a la música que es lo que tal vez cambie
la sociedad donde nos encontramos, no encuentro ninguna dificultad en el colegio
más que la realización de tareas y el cumplimiento estricto de un horario, pero tengo
que admitir que allí he aprendido a ver la vida de muchas maneras diferentes y me ha
regalado una visión más amplia de la realidad.
La música siempre está presente en la vida de un ser humano y en la mía no fue la
excepción, yo crecí viendo caricaturas y series animadas junto a mi hermano y mi
primo, un día viendo el chavo del 8 encontré que en uno de los capítulos, uno de los
personajes tocaba el violín, y realmente no sé qué fue lo que me llamo la atención de
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este instrumento, pero por la noche cuando mi mamá llegó inmediatamente le dije
que me había gustado mucho el violín. Esto fue en el año 2003 y ella fue a preguntar
que si podía acceder a un curso en Culturama y le dijeron que no porque yo estaba
muy pequeño, que se podía desde los 7 años. Dos años después, ella me volvió a
preguntar que si quería tocar algún instrumento y yo le respondí que “si”, que ya le
había dicho que el violín”, y junto a mi hermano nos inscribió a Culturama. A él lo
inscribió a piano y a mí a violín; años más tarde por la admiración tan grande que
todavía le tengo al profesor Carlos Daniel, le pedí que me dejara tocar cello, ya que el
instrumento principal de él es el cello y él me dijo que no; que los cellos eran muy
grandes y yo todavía estaba pequeño, yo tendría como 10 años; pero tras la
insistencia, tanto mía, como de mi mamá, el profesor accedió y a partir de ese año
comencé a tocar cello.
En el 2009 a ese instrumento entrarían 3 compañeros más, de los cuales formé una
gran amistad con dos de ellos; con Yoan y Rafael. Desde ese momento lo que más
me gusto de tocar un instrumento, era jugar con ellos y tocar junto a ellos, esa es mi
mayor motivación, no solo para tocar; sino para asistir disciplinadamente a los
ensayos y a las presentaciones que disfruto porque es el tiempo donde puedo pasar
más tiempo junto a ellos.
Desde que comencé a tocar cello me sentía muy a gusto con mis compañeros y con
la música que poco apoco íbamos tocando, que cada vez era de mayor dificultad,
desde la niña cumbia hasta las estaciones de Vivaldi, disfrutaba y disfruto de la
música que mis compañeros hacen, y cuando por fin todos las lográbamos tocar era el
momento de las presentaciones donde me sentía mejor por tocar junto a todos ellos.
Todos los compañeros que he tenido son demasiado talentosos. De cada uno de ellos
fui aprendiendo más de la música, cada uno de ellos ha enriquecido mi mundo
musical.
En este instrumento tan complejo como es el cello, puedes tocar desde música
clásica, hasta rock y metal; eso es lo que me ha llevado a sentirme mejor tocándolo.
Cuando el profesor Carlos nos paso por primera vez las partes de “fade to black” lo
comprendimos y a partir de ese momento empezamos a tocar rock junto con mi
compañeros. Así disfrutaba mucho más este maravilloso instrumento y nuestra
189
máxima inspiración a tocar temas de rock en un instrumento tan clásico del el grupo
llamado apocalyptica.
Yo no pienso que sea alguien prodigioso y siento que no he tenido mayor mérito
que compañeros del colegio que no tienen la habilidad de tocar un instrumento. Cada
una de los compañeros del colegio tiene un talento diferente y cada uno ha logrado
diferentes cosas en lo que les gusta hacer y que son igual de meritorias como toda la
cantidad de canciones que puedo tocar. La música como ya lo mencione, está
presente en la vida de cada ser humano. Una canción puede definir nuestro estado de
ánimo más que nosotros mismos, e incluso describir la manera de pensar de un
pueblo oprimido y todos tienen esa capacidad para usar la música. Lo que yo hago
diferente a todo el mundo es transmitir a través de ese leguaje lo que también se
puede a través de las palabras.
A mi realmente me gusta todo tipo de música excepto el reggaetón y la música que
solo hacen por vender. Para entender porque toda la música me gusta tenemos que
remontarnos a mi infancia, donde mi hermano fue el primero que me puso a escuchar
un tipo de música cercano al rock/pop como Gustavo Cerati y Julieta Venegas.
Aproximadamente en el año 2005, cuando empiezo a tocar música clásica, me llama
también la atención cuando mi primo llega con un tipo de música protesta como el
ska donde encontramos a los fabulosos Cadillacs quienes también tocan un poco de
rock. Al mismo tiempo mi hermano empieza a escuchar metal y punk como Iron
Maiden y The ramones. En el año 2009 consolido mi gusto con la música
colombiana que normalmente todo el mundo escucha como el Joe y el grupo niche
aproximadamente en el año 2012.
El reggaetón a mí en lo personal no me gusta, porque el contenido tanto musical
como poético es muy pobre, no requiere poner a trabajar tu cerebro para entender que
solo hablan de sexo y muchas de las canciones son una ofensa para la mujer, el rap no
me llama la atención por el ritmo, pero es una música que nace también como
protesta así que su contenido en cuanto a la letra es muy bueno.
Yo no he tenido ningún problema con algún integrante de la orquesta, ya que allí
se trabaja en un ambiente de la tolerancia y el respeto; pero si tuviera algún problema
creo que no le vería mayor dificultad que llegar a un acuerdo con esa persona.
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Como antes ya lo había escrito una cantante mexicana que es embajadora de buena
voluntad de la UNICEF dice que la educación es importante para los niños, y además
dice que tener un instituto donde se de música a los niños, les ayudara mucho para el
proyecto de vida y los alejara de situaciones que hoy en día podemos ver en los ellos.
Yo pienso lo mismo, además es mejor tener a un niño con una guitarra en la mano
que no con un fusil; además es más fácil que un niño se adapte a un instrumento y es
más fácil para ellos entender la música.
No sé si es por la música, pero pues en la orquesta si me han enseñado valores
como el respeto, la responsabilidad y la humildad, aunque algunos de mis
compañeros no entienden este último valor; pero es porque el profesor siempre nos
habla y nos enseña también, a no dejarnos que nos roben, a exigir por lo que cada uno
se merece.
La orquesta es un espacio donde uno desde el comienzo va porque le nace y no
porque lo obligan; por esta razón se convive en un espacio de más confianza porque
todos tenemos ese amor a lo que hacemos en común. El profesor o director hace
parte también de nosotros, es como nuestro compañero. En cambio en el colegio así
los profesores quieran acercarse a los estudiantes, va a ser muy difícil que se vea a un
profesor como un compañero o amigo más. Por esta razón es más agradable el
ambiente en la orquesta; además, en el colegio todo el mundo tiene intereses
diferentes e incluso a algunos ni les gusta estar allá; cosa que no sucede o es opuesta
en la orquesta.
Todo lo que he vivido en la orquesta es parte de mi vida como persona, todo lo que
he aprendido allí es importante para la larga definición y la larga búsqueda de quien
soy que quizás, nunca lo llegue a saber, porque como lo exprese antes uno es la
mezcla de todas las personas con las que uno convive, cada una de las personas con
las que uno trata le dejan algo de su esencia; por eso mi experiencia en la orquesta es
tan importante para mí, porque la mayor parte de mi vida he estado ahí. De cada
profesor me he llevado una enseñanza, de cada músico me he llevado una canción, de
cada compañero me he llevado experiencias y de cada amigo me he llevado parte de
su esencia.
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No he hecho ninguna composición memorable como Mozart, ni he sido un
instrumentista prodigioso; pero como cualquiera de la orquesta hay algo en mí que
me hace querer la música, mi capacidad para entender la teoría y poder hacer arreglos
de canciones de Cerati; eso es lo único que necesito para ser feliz tocando junto con
mis amigos. La música es lo que nos une y lo que nos comunica, nos acerca a seres
humanos tanto, que la globalización con lo poderosa que es, no puede separarnos de
nuevo.
Treinta minutos tocando cello junto a mis amigos es mucho más valioso que
cualquier cosa que nos ofrece la sociedad para nuestro bienestar. La música nos
convierte de nuevo en seres humanos, nos sensibiliza, nos hace tener una esperanza
que a veces vemos tan lejana como es la paz; lo que anhelaba tanto Jhon Lennon.
Anécdotas tanto chistosas como horribles me han ocurrido en todos los 10 años
que llevo en la orquesta. En el 2005 disfrutaba ir a Culturama a aprender y tener
cosas nuevas en mi cabeza. En esa etapa de iniciación yo solo quería saber tocar bien
y fue donde conocí a muchos de mis amigos; en esa época no sabía que la música iba
a ser tan importante en mi vida, hasta el año donde empecé a tocar cello es decir en el
2008. Yo disfrutaba los viajes que hacíamos incluso disfrutábamos cuando
viajábamos a Paipa porque era algo raro para mí; con mi familia casi nunca
viajábamos. La siguiente etapa de mi vida fue desde el 2008 hasta el 2010, donde mi
vida entera se centró en la orquesta; empecé a jugar todos los días con mis amigos y
siempre mejorando nuestra forma de tocar. En ese año 2010 fue el año en que el
maestro mancipe nos invitó a los cellos a hacer parte de la banda. Ese año todos los
días estábamos practicando y siempre que practicábamos nos íbamos a jugar. Este
año fue uno de los más trascendentales de mi vida y creo que de la vida de todos en la
orquesta.
En este año fue donde dimos un salto en el nivel de la orquesta; donde tuvimos
varias peleas con un nuevo profesor de violín. La experiencia en la banda y la
constante rebeldía nuestra, como el autoritarismo de parte del nuevo profesor. Ese
año en el colegio me fue muy mal, yo casi ni iba a clase, y perdí el año. Un año muy
importante porque a partir de este año no volví a dedicarme de lleno a la música. Le
192
di como se supone que debe ser; “prioridad al colegio” y me fui alejando de la
orquesta, aunque siempre presente en mi cabeza; no podía estar siempre allí.
En el año 2011 sucedió uno de los acontecimientos más resaltables de mi vida;
tocar en la emisora de radio la F.M dirigida por Vicky Dávila con toda la orquesta.
Algo que nos marcó realmente a todos. Por esas mismas fechas se dio la salida de mi
mejor amigo Yoan porque se iba a vivir a Bogotá, siempre fuimos 4 integrantes de
cellos, y a partir de ahí seriamos solo 3. Éramos en ese entonces Juan Pablo, Rafael y
yo. Al final de ese año encontramos reemplazo a Yoan y ese era David; alguien que
se volvía importante para nosotros y en especial para mí.
Desde que estaba Yoan nosotros jugábamos futbol con unas peloticas en
Culturama. En el 2012 Juan Pablo ya no tocaría más con nosotros, y nuevamente
éramos 3. En ese año nos empezaron a poner problema por jugar con la pelotica y
formamos una especie de amistad con el profesor Carlos Daniel y nuevamente nos
invitaron a la banda sinfónica. Ese año una niña se unió a nosotros a tocar cello, su
nombre es Angélica, una niña realmente loca, que no sabía ni qué hacer con su vida.
Su paso por el cello fue muy rápido.
Ese año sería la primera vez que fuéramos a una presentación y nos pagaran, fue
algo muy motivador para nosotros y el único año que hemos tocado hasta el 23 de
diciembre; es decir, tan tarde en cuanto a fechas. Este año también fue la primera vez
que tocamos en la orquesta filarmónica.
En el 2013 el panorama cambiaba un poco para mí, ya que empezamos a compartir
menos momentos con mis compañeros, pero también fue un año que nos dejó muchas
cosas como todos los años de mi vida, en este año me fui separando un poco de la
orquesta porque empecé a convivir más con mis amigos del colegio que era con los
que más compartía de mi diario vivir y también con esos amigos que se habían ido de
mi vida yo quería acercarme de nuevo, ese acercamiento tuvo su mayor relevancia en
el futbol cosa que a mi siempre me gusto y que me empezó a gustar mucho más
porque gracias a este no solo me acerque de nuevo a mis amigos sino que conocí
personas muy buenas, de una calidad humana, y de unos valores realmente
asombrosos. Años atrás, yo sentía como si ya hubiera hecho mucho en la música,
que ya era hora de cambiar un poco los aires, por esta razón, sin abandonar la
193
orquesta, me preocupe por pasar más tiempo con mis amigos, decisión sorprendente
porque ya unos años atrás también tuve que decidir algo similar, pero en esa ocasión
fue la música y mi pasión por ella la que me llevo a seguir tocando cello.
Las presentaciones este año ya no tenían mucha importancia, y los ensayos
tampoco, fui descuidando eso tan importante que había llegado a ser la música en mi
poco a poco, e incluso con mis compañeros empezaba a disfrutar más jugando futbol
que haciendo lo que realmente era lo mío, el profesor también empezó a acercarse
más por medio de este deporte. A mitad del año llegaría a culturama un amigo que
conocí gracias al futbol, y que como yo compartía la pasión tanto por el futbol como
por la música. Y la balanza deporte-música se empezó a equilibrar. Un año muy frio
en cuanto a cercanía con los demás para mí, me fui alejando de mis primos y tíos y la
llegada de Brayan a culturama me hacía llenar ese vacío, porque con el podía estar, y
de hecho estábamos tanto en futbol como en la música y compartía mucho con él,
tanto que él fue el que motivo a sacar más temas de metálica. Él es el ejemplo de
hacer que la música fluya sin importar como suene, la falta de importancia en la
estética de la música, dejar que suene sea como sea, y eso fue lo que aprendí de él,
que era importante ser cuidadosos con como sonaba una canción pero igualmente
disfrutarla sonara como sonara.
Mi motivación para ir a los ensayos volvió con él porque otra de mi mayor
motivación es compartirle lo que con mi experiencia se a mis compañeros, y que
todos podamos estar a un mismo nivel, empujarlos hacia adelante, disfruto a veces
más que sacar una canción solo yo, ver como los demás pueden mejorar, esa
satisfacción de ver como ellos progresan y de ver una pequeña sonrisa en alguien que
siempre se esfuerza es algo de lo más gratificante en la vida. Este año me hizo mirar
de una manera diferente la vida, es decir que la música no es mi vida pero, yo no
podría vivir sin la música, y que aunque yo me aleje siempre estará esperándome.
También es este año se cumplió mi mayor sueño en toda mi vida, que era tener mi
propio cello, por esta razón se convertiría en el mejor año de toda mi vida. Y aunque
dadas las circunstancias me separe de mis compañeros, este evento me haría
reaccionar, y seguir adelante con mis sueños de poder seguir siendo un músico. Este
año también seria fructífero para mi forma de pensar, para poner dentro de mis
194
sueños ver un mundo en paz, y para creer que desde nosotros empieza, siendo críticos
de las cosas y como decía el “che” “poder endurecernos sin perder nunca la ternura”,
de aquí que otro ejemplo de vida para mí se volvería ese argentino revolucionario que
quería ver a todos los pueblos de américa libres.
En el 2014, año del mundial de futbol en nuestro continente y de la primera
experiencia personal de ver a Colombia en el mundial además haciendo un gran
papel, fue importante también dado que el futbol en este año para mí no podía faltar,
y seguí con mi necedad de pasar un tiempo considerable jugando futbol, mi primo
Cristian que como ya dije siempre le gusto la música y es un personaje muy curioso
se inscribió durante un semestre en culturama a un curso de guitarra, de esto que mi
cercanía con culturama se hacía muy importante ya que en algún momento en mi
imaginario estaba la imagen de tener un grupo musical con mi primo y hermano, otra
de mi motivaciones para querer tocar un instrumento, que él se pusiera a tocar
guitarra para mí era muy emocionante, porque así pasaría más tiempo con esa persona
tan especial en mi vida. El nivel de las obras que empezábamos a tocar empezó a ser
mucho mayor, y desde el primer concierto en semana santa nos dimos cuenta que si
teníamos la capacidad para tocar obras de tan alto nivel. Un año muy pesado en
cuanto a conflictos dado que el profesor se empezaba a estresar, a mí manera de ver
se descargaba contra nosotros en especial contra los cellos, de todo teníamos la culpa,
no podíamos practicar nuestras cosas porque de una vez se ponía bravo, y cualquier
cosa que hacíamos toda la orquesta la cogía contra nosotros, así durante el primer
semestre, el resto del año se pondría peor. Mi primo que quería estudiar en la
nacional psicología, me mando el repertorio de la audición de la nacional, y empecé a
preparar ese evento.
Empecé a dedicarme a partir de la segunda mitad del año a mi preparación
personal y en especial para la universidad, decide que eso era lo que quería hacer para
siempre y deje al futbol como un pasatiempo, todo el resto del año le di prioridad a
empezar a prepararme, y al finalizar el año tendríamos una pequeña pelea con el
profe, quien estaba extremadamente bravo, y prácticamente vetó a David de
culturama por un malentendido causado por Rafael.
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Un año más que de labor fue de reflexión para mí, pensar en todo lo que había
hecho y en lo que quiero hacer para mí vida, un año de conflicto personal, de gran
importancia para mi vida, de pensar como una persona madura, de empezar a extrañar
el pasado, de extrañar esos momentos donde no tenía que tomar decisiones tan
trascendentales, extrañar el tiempo donde no tenía obligaciones, e incluso extrañar el
presente, darse cuenta que el tiempo nunca se detiene, darse cuenta de que en verdad
ha pasado mucho tiempo, que hace tan poco se estrenaba Harry Potter, de que mi
hermano y yo ya crecimos, y extrañar esos momentos especiales e insignificantes de
mi vida. Un año realmente de transformación, año en que me di cuenta que no podre
pasar 15 minutos en blanco sin pensar en preocupaciones, donde ya estaba pasando a
la vida adulta.
En este año también se dio la muerte de un gran ídolo de muchos, Gustavo Cerati,
y de muchos más personajes como Gabo que marcaron a más de una generación, y
que pinta pocas expectativas de que se vuelva a repetir una mitad de siglo tan
importante para la cultura popular de américa latina.
Tal vez en este escrito no me centre en las cosas específicas de mi vida como en
las relaciones sociales, porque eso no es importante para mí, la cercanía que tengo
con la música es mucho más profunda que la relación con las personas, es más de mi
manera de pensar, ya que la música en mi vida no ha estado influenciada por muchas
personas, solo en las importantes y que he mencionado ya. La música es un lugar
donde uno de puede refugiar, donde uno se puede ir a diversas partes de uno mismo,
es una herramienta para reflexionar acerca de uno mismo por eso los demás no son
tan importantes, aunque si es importante reconocer a las personas en el desarrollo de
mi vida, porque como ya he mencionado antes todas son importantes en la vida pero
no todas han influenciado en mi desarrollo como músico, durante toda mi trayectoria
como músico he tenido un crecimiento que no tiene nada que ver con los demás, sin
dejar de lado el crecimiento que he tenido gracias a todas las personas cercanas a mí.
Desde el comienzo de mi vida musical mi cabeza y mis deseos de ir a interpretar
un instrumento eran netamente por mí, porque quería que yo tuviera ese aprendizaje,
y esto implicaba que fuera solo a tocar, y a mejorar yo, y no a conseguir amigos. A
medida que pasaba el tiempo esa mentalidad fue cambiando quizás porque la música
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está hecha para compartir, sin embargo la música también es algo personal, todos
tenemos una relación con la música diferente, en particular mi relación con la música
no es tan espiritual como las personas rastas, ha sido más bien una relación de
entender y buscar la música que me define, esta búsqueda es un proceso que gracias a
mi instrumento y al conocimiento adquirido en el colegio, ha sido más fácil
encontrar, y este proceso es personal, lo que quiere decir que nadie ha influido en
determinar cuál es la música que me define.
Esto más que poder interpretar un instrumento es lo que más se acerca a mi
personalidad y es lo que más me ha influenciado la música, yo soy como esa mezcla
entre rock, punk y hasta música de mi tierra, es decir la humildad de la música de mi
tierra, la lucidez del rock y la rebeldía del punk, eso más que cualquier persona me ha
marcado mucho, pero toda esa comprensión se la debo a mi recorrido como músico.
No solo las personas han sido importantes en mi vida, los animales han sido parte
fundamental de mi ser, yo le tengo un amor profundo a todos los animales, y son los
que me sensibilizan, sobre todo los perros, que son los animales más puros y más
fieles, porque son los mejores amigos del hombre y es verdad así ellos no se puedan
comunicar con nosotros, ellos siempre están al lado de uno. Muchos de ellos me han
sacado una sonrisa, así como muchos de ellos me han sacado lágrimas, por todo lo
que los hombres les quitamos, porque la maldad así como la bondad del ser humano
se ve reflejada en ellos, todos esos perros abandonados, golpeados, y muertos por
culpa del hombre pero a la vez todos esos perros que son recogidos y cuidados con
amor, que da esperanza por la humanidad, que le devuelve las ganas de luchar por
una utopía que aunque muchos la quieran alejar de nuestras mentes, no esta tan lejos,
y la fe por la humanidad también me motiva a hacer cosas, todo lo que hago lo hago
porque creo en la humanidad, porque creo en que si podemos hacer un mundo mejor.
En especial el perro que más me ha marcado es uno que incluso en ocasiones no
me dejaba dormir, un perrito que se acostaba al frente de mi casa, y no podía moverse
solo, y le dolía mucho todo, yo y mi hermano le ayudábamos a moverse, lo
arropábamos, me sentaba al pie de el en la calle a hablar con él, lo consentía, le
sobaba cuando le dolía, eso que siente uno cuando lucha por salvarle la vida a otro
por hacerle más digna la muerte, eso era lo que sentía, y fue la experiencia que me
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hizo más humano, hacer lo que pueda por proteger a otro, y más significado tiene por
ser un ser vivo sin protección, el día en que murió fue un día muy triste, y ayudar a
otros seres vivos desde ese momento se convirtió en otra motivación no solo para ir a
ensayar y ayudar a otros, sino que hasta el día de hoy es mi mayor motivación para
vivir, todo lo que hago dentro o fuera de la música es pensando en los demás, como
pensando en la calidad que se merecen las personas que me van a escuchar, pensando
en que todos tenemos la oportunidad de ser felices, de que cada vez que un niño logra
tocar algo nuevo y sonríe esa es la satisfacción de hacer las cosas por los demás, y de
pensar que tal vez he sido incluso la inspiración de algunos de mis compañeros, y el
ejemplo me hace ir siempre hacía adelante como decía Galán.
La música, y el arte en general es algo de lo más importante en la construcción de
la sociedad, y me entristece mucho saber que a un músico se le ve como alguien que
no puede sobrevivir, y alguien vago e indisciplinado. La música hace pensar a las
personas y hace que vean la realidad, tal vez por eso el gobierno no le interesa mucho
esa parte, porque saben que no les conviene, que lo que si les conviene es crear
operarios que solo apliquen formulas, y hagan lo que los demás quieren, y esa
mentalidad la gravan en cada estudiante en el colegio, pero esto tiene que empezar a
cambiar, por eso yo hago todo lo posible por demostrar lo contrario, que la música
necesita disciplina, esfuerzo y trabajo.
Yo veo a la música más que como un trabajo o un pasatiempo, como mi vida, así
como algunos compañeros, que siempre están curiosos de saber que podrían o
podríamos tocar, de estar viendo cómo pueden sacar una canción que les gusta,
personas que realmente viven por la música.
La sensación que tengo al tocar cualquier canción es de disfrutar, siempre cuando
estoy tocando es en el único momento que no pienso en otros.
Yo no he tenido más amor y pasión por algo que por la música, y por eso a pesar
de todo lo que ha pasado en mi vida, yo sigo siempre haciendo lo que más me gusta
hacer, es para lo único que me dan ganas de hacer realmente, y no me vería haciendo
otra cosa, aunque soy bueno para todo lo que tenga que ver con las matemáticas o
para el área de humanidades, no me gusta hacer nada de eso, no siento la misma
pasión que, no sé porque, siento por la música.
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Mi futuro lo veo solo en el área de la música, no creo que pueda vivir bien
haciendo otra cosa, y ya en este 2015 mi último año he tomado la decisión de que eso
es lo que quiero hacer con mi vida, solo quiero hacer lo que me gusta hacer, sin
hacerle daño a nadie y viviendo tranquilamente, quiero estudiar música y si no puedo
hacer mi propio grupo, unirme a un grupo de música, no planeo salir de Colombia
porque para cambiar el país tenemos que empezar desde aquí, no huyendo, y gracias a
la música lo vamos a lograr. También quisiera que para el futuro viviéramos
tranquilos y en paz, que se le dé más importancia a la educación, que se acabe la
corrupción, en fin, y quiero aportar algo para esa construcción de un mundo mejor.
AUTOBIOGRAFÍA 3
RAFAÉL NARANJO
Mi nombre es Rafael Andrés Naranjo Santos, nací el 21 de marzo de 1999 en la
ciudad de Duitama, Boyacá. Mi padre se llama Orlando Naranjo Llanos y mi Madre
se llama Miryan Santos Vivas. Tengo 2 hermanas: una se llama María Alejandra
Naranjo Santos y la otra se llama Natalia Naranjo Santos. Unos meses antes de mi
nacimiento un tío, (hermano de mi papá), murió en un accidente de automóvil en la
vía Tunja-Duitama, precisamente por el hecho de que se enteró de que mi madre se
encontraba en el hospital ya que mi nacimiento se aproximaba. En honor a mi tío se
me puso el nombre de Rafael ya que él se llamaba igual.
En mi nacimiento se presentaron ciertas complicaciones, y estuve alrededor de 3
meses en el hospital ya que antes de mi nacimiento, se creía que yo estaba muerto y
por ende estuve más tiempo dentro de mi madre y cuando nací tuve varios problemas
del corazón, pero al final todo salió bien. Pasados 2 años, mi madre dio a luz a una
pequeña niña a la cual yo quería mucho y le pusieron como nombre María. A la edad
de 4 años tuve otra hermanita, la cual se llama Natalia, y por su nacimiento me toco
ayudar a María, en su estudio, enseñándole a leer ya que mi mamá estaba muy
ocupada con mi otra hermana.
A mí me gusta ayudarles a las demás personas en aspectos de conocimiento, ya
que me ayuda a sentirme diferente a las demás personas. También me gusta mucho
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tocar mi instrumento pero, me gusta aún más tocar en compañía de mis amigos, ya
que me hacen sentir acompañado y de esta manera sé que no estoy solo en el mundo.
También me gusta jugar con mis amigos y familiares aunque la actividad no me
agrade mucho, ya que me gusta estar siempre en compañía y me gusta compartir arto
con ellos.
Yo estudio en el colegio Boyacá de Duitama, en donde llevo toda mi vida
estudiando y en donde pienso terminar mis estudios. Me gusta mucho la biología y la
física ya que, aparte de que son materias que se me facilitan, me parecen demasiado
interesantes como para dejarlas de lado. No es que me vaya mal en el inglés, pero
simplemente digamos que en las demás materias me va mejor.
Hasta el momento he recibido diferentes diplomas y obsequios por mi desempeño
tanto académico y disciplinariamente en esta institución y, me siento muy a gusto por
lo que he hecho hasta el momento.
En el año 2008, mientras cursaba el grado tercero, mi profesor de matemáticas, un
ser agradable y amigable que tendrá un espacio para siempre en mi corazón, me
recomendó aprovechar mi tiempo libre en la música inscribiéndome en Culturama, en
la ciudad de Duitama, por lo cual, mi madre me pregunto qué era lo que quería
estudiar, a lo que le respondí, violín, y ella me pregunto el porqué de este instrumento
y yo, simplemente le respondí, porque sí; sin saber ella que fue porque un día
caminando por el centro, vi un cartel que decía “la música es vida; vive tu vida” y en
este, se encontraba un dibujo de un violín.
Ese mismo año me inscribí en Culturama y, en el primer día, me sentía muy
entusiasmado ya que, veía que las personas tenían instrumentos llevándolos de un
lado a otro y, en el momento en el que recibí por primera vez mi instrumento, me
sentía muy feliz ya que al fin era diferente a las demás personas; dejé la cotidianidad
de mi vida para estar en una mucho más divertida e intrigante desde mi punto de
vista.
Desde que puedo interpretar un instrumento por mi cuenta, me he sentido muy
feliz, ya que puedo conocer a diferentes personas que han de quedar en un espacio en
mi corazón, ya que, aunque haya sido pequeño el momento que compartimos, en mí
siempre va a quedar esa persona ya que hizo parte de un gran sueño mío como lo es la
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música; eso y el tema de poder crear canciones con los demás, dejando escapar los
sentimientos reprimidos durante tanto tiempo, es lo que más me gusta de poder
interpretar un instrumento musical.
Apenas entre a un grupo toda mi vida cambio, ya que de ahora en adelante era
parte de algo que no todas las personas podrían estar; mi forma de actuar cambio ya
que antes yo era muy inseguro de mí mismo pero después de convivir con otras
personas esta inseguridad fue desapareciendo poco a poco y, aunque aún me siento un
tanto inseguro y con miedo, he podido realizar diferentes actividades que antes no
podía.
Mi motivación para estar en los ensayos es el de poder avanzar con mis
compañeros, ya que, de esta manera uno puede colaborarse entre el grupo, aparte de
esto, el poder estar en compañía, tocando los mismos temas y construyendo lo que
puede llegar a ser una segunda familia.
Todos los ensayos los veo de una manera en la cual, me siento cómodo con mis
compañeros, me siento en total armonía y tranquilidad, lo que no siento con las
demás personas. Sea en el ensayo o en una presentación, me siento siempre relajado y
tranquilo, como si estuviese en un lugar en el que no hay ruido, todo está en paz y en
un orden total. Me agrada estar con mis compañeros de la orquesta ya que me hacen
reír y sentirme en confianza como en ninguna otra parte.
Al principio empecé interpretando el violín pero, después de 2 años, mi profesor,
(Carlos Daniel), me pasó o me cambió para que empezara a tocar cello. Ese día él se
acercó y me comento que necesitaba más cellos ya que no habían los suficientes para
conformar la orquesta, a lo cual acepte. En ese día, me encontré con una persona que
me enseño lo básico para tocar cello y esa persona es mi actual compañero y amigo,
Juan Camilo Rincón.
Fueron pasando los años en donde fui conociendo a más personas agradables con
las cuales hice amistad fácilmente, aunque me sentía mal cuando uno que otro se iba,
ya que, este cumplía 18 años y les tocaba ir a la universidad.
Hasta el momento he tenido varios compañeros cellistas, aunque, por ciertas
circunstancias, se han tenido que marchar, entre los cuales se encuentra un primo
mío. También estuve con un profesor con el cual no me sentí muy cómodo, ya que,
201
este en vez de enseñarme cosas de cello, se puso a hacerme tocar violín haciéndome
quedar un poco estancado en mi avance.
Recuerdo que en una ocasión tocamos para la señorita Colombia en Duitama.
Recuerdo que fue en la noche la primera vez que la vi, y ella, se acercó a nosotros con
el fin de tomarse una foto en la cual, ella se ubicó en la mitad y la orquesta a su
alrededor.
Más adelante tuvimos la oportunidad en donde nos presentamos con Vicky Dávila
aunque no salió tan bien como lo esperábamos, pues, la primera vez que fuimos, fue
en la noche en donde se encontraban muchas personas y nos pusieron a tocar mientras
aquellas personas se ponían a hablar y comer por lo cual no nos escucharon. Lo
bueno fue que al día siguiente nos invitaron nuevamente a tocar y esta vez como era
bien temprano, pudimos tocar sin ninguna interrupción.
En esos momentos me encontraba, junto con unos compañeros, tocando en la
banda con el maestro Mancipe, (director de dicha banda). Nos presentamos con ella a
varios concursos y presentaciones en las que nos sentíamos muy cómodos.
Terminada una presentación el maestro nos informó que los que habíamos ido a
aquella presentación, nos llevaría a Roma para tocar allá, y, después de sentirme
emocionado, nos invitó a todos a ir a piscina ya que nos encontrábamos en Paipa,
pero en ese momento, el nuevo profesor nos llamó para que volviéramos a Duitama,
ya que teníamos que presentarnos con la orquesta, cosa que no queríamos hacer, pero
nos dijo que si no lo hacíamos no podríamos volver a ella, y por esta razón nos tocó
ir.
Todo ese alboroto solo para tocar el himno de la alegría en un colegio en el que ni
atención nos pusieron, ya que empezó a llover, por lo cual me empezó a caer mal ese
señor. Después de un problema con el profesor, nos tocó salir de la banda por lo que
no pudimos ir a Roma, lo cual me hizo sentir mal y muy aburrido. Más adelante el
profesor se fue y todo volvió a la normalidad, excepto, de que ya no podíamos estar
con la banda.
Con mi familia he ido a diferentes lugares, ya que a ellos les gusta viajar, por lo
cual, me resulta divertido salir con ellos. El año pasado fuimos a Santa Marta; un
viaje que yo nunca olvidaré. Recuerdo que nos fuimos a las 3 de la mañana, de
202
Duitama, y llegamos al día siguiente a las 2 de la tarde. Aún recuerdo lo agotador que
fue ese viaje para todos, ya que, como íbamos varias familias, nos tocó ir un poco
apretados y como yo iba en el carro de mi padrino, me tocaba alzar a mi primito de 2
años, lo cual fue muy incómodo ya que, en el camino el calor aumentaba rápidamente
y como tenía a mi primo, esto fue muy agotador.
En este viaje cumplí uno de los mis sueños que era el de poder ver el mar y nadar
en este, lo cual, fue uno de los momentos más alegres de toda mi vida, ya que me
parecía fantástico ver lo pequeño que soy yo frente a tal majestuosidad que viene a
ser este.
Este sueño cumplido me alegro tanto la vida, que por lo general siempre trato de
ver lo bueno de las cosas, no importa lo mal que estén, yo siempre trato de estar feliz;
aunque este no fue el único momento alegre que tuve ese año, ya que también pude
conseguir algo que anhelaba desde hace ya mucho tiempo: mi cello. Cuando logre
convencer a mis padres de lo importante que era este instrumento en mi vida, ellos al
fin me lo compraron con la ayuda de un compañero. El día en que al fin llegó mi
cello me sentí desesperado al saber que, después de tanto tiempo esperando, me
tocaba esperar un poco más, ya que me tocaba ir a Villa de Leiva pues al instrumento
le faltaba aún colocarle el alma y hacer uno que otro arreglo que necesitaba.
El día que fui a Villa de Leiva con mi padrino, me sentía entusiasmado ya que al
fin podría estudiar en casa sin ningún problema. Después de esperar una hora,
finalmente pude estrenar mi instrumento y en ese momento, me sentí la persona más
afortunada del mundo, ya que, al fin podía hacer música en cualquier lugar que
quisiera, podía avanzar sin ningún problema, me podía expresar sin restricciones, sin
ningún problema de que las demás personas me vieran raro; finalmente podía
liberarme de todo lo que me angustiaba en la comodidad de mi casa y sin ningún
problema a lo que pensaran los demás. Todos los días empecé a estudiar en mi casa,
con la alegría que sentía. Más adelante con la orquesta se fueron preparando
diferentes presentaciones en las cuales, tendría que utilizar mi instrumento ya que
eran conciertos importantes con los cuales la orquesta empezó a ganar fama en la
ciudad. Hasta el momento he estado tomando clases individuales con mi profesor
para ir mejorando cada vez más mi nivel.
203
Estando con la orquesta tocando mi instrumento, me siento muy feliz ya que me
siento acompañado por personas que son alegres, divertidas, que les gusta mucho la
música y el camino que han escogido.
Yo creo que he superado a mis compañeros del colegio en varios aspectos, como
lo vienen siendo la forma de ver el mundo con relación a la música, creo que me he
vuelto un poco más exigente en el tema de escuchar música.
A mí me gusta mucho el rock y el metal ya que me parece una música de libertad,
en la que uno se puede expresar de una manera, algunas personas que la escuchan
también se pueden desahogar con el simple hecho de escucharla.
La música como el reguetón me parece una falta de respeto hacia la mujer y de
hecho, no solo este género sino muchos otros degradan a la mujer cada vez más, pero
lo que no me gusta mucho es que a las mismas mujeres les gusten estos tipos de
temas, ya que, sabiendo que las están insultando, lo cantan y hasta lo bailan como si
fuese algo bueno.
En el poco lapso de tiempo que llevo de vida, he aprendido que para arreglar algún
problema con alguna persona, es hablando con ella, ya que para lo único que sirve el
ser violento es para agravar las cosas en vez de mejorarlas. Siempre que tengo un
problema con alguien trato de hablar con ella, para llegar a algún acuerdo y de esta
manera, todo se mejore entre esa persona y yo.
De la orquesta me he divertido bastante, no solo con mis compañeros sino también
con mi profesor ya que él siempre trata de ser divertido y alegre con sus estudiantes.
Hemos salido a jugar varias veces futbol en donde nos divertimos todos jugando y
riendo juntos.
Desde el año pasado soy integrante de un pequeño trio de violín cello y tiple en el
cual, interpretamos temas colombianos incluyendo temas creados por el hermano del
tiplista. Al igual que en la orquesta me siento muy feliz y cómodo en este grupo ya
que nos divertimos juntos tocando temas que nos agradan y nos llaman la atención.
Me parece que es importante aprender a interpretar un instrumento desde pequeño
ya que de esta manera uno tiene la posibilidad de poder llegar más lejos que una
persona que comenzó más tarde. Además ya que se tiene tanto tiempo uno puede
decidir este como su camino y de esta manera poder prepararse con más tiempo que
204
otras personas aparte de que si empieza desde pequeño puede que las cosas le queden
grabadas a uno más fácil que cuando ya tiene cierta edad.
Al estar interpretando un instrumento uno adquiere cierta responsabilidad como
cuidar su instrumento, tener que estudiar todos los días para poder avanzar cada vez
más y de esta manera no dejarse adelantar de los demás y así uno va adquiriendo
cierta madurez que le ayuda en la vida diaria.
Con el paso del tiempo he aprendido a valorar muchas cosas en la vida como lo
vienen siendo las amistades que he tenido con el correr de los años ya que sé que
esto, con el tiempo, son dos cosas que uno no puede recuperar o al menos no
fácilmente.
Me siento igual de respetado en el colegio como en la orquesta ya que mis amigos
y compañeros del colegio y de Culturama son muy amigables y colaboradores pero
siento que en la orquesta me respetan más ya que en el colegio tratan de montársela a
uno más que en Culturama.
En el colegio he pasado por muchos momentos alegres mientras comparto con mis
amigos de curso.
He estudiado en el colegio Boyacá de Duitama ya durante 11 años, contando
preescolar. La mayoría de mis compañeros los conozco desde preescolar y hemos
estado juntos hasta el momento. Me agrada compartir con ellos ya que me siento muy
identificado con ellos pues me siento demasiado cómodo, como si estuviese en mi
hogar, con personas agradables y en con las cuales me divierto mucho. Con ellos he
ido a varios lugares que con mi familia no he ido hasta el momento.
Me gusta mucho ayudar a mis amigos en el colegio ya que no me gustaría perderlo
ya que puede suceder que ellos pierdan algún año mientras que yo siga mi camino y
esto no me gustaría mucho pues me sentiría muy solo y triste. Me gusta mucho
escuchar música con ellos, en especial mientras caminamos a algún lugar en
específico o sin sentido, pues de esta manera puedo conocerlos mejor y saber cuáles
son sus formas de ser por el simple hecho de saber qué es lo que escuchan. Con ellos
camino mucho ya que nos la pasamos contando anécdotas que nos han sucedido en la
vida ya que nos parece divertido escuchar a las personas pues lo que cuentan por lo
general es algo muy divertido.
205
Me siento igualmente alegre con mis compañeros de la orquesta ya que con ellos
también me pongo a escuchar música mientras que conversamos y tomamos algo.
Siempre me causa mucho miedo y curiosidad saber con qué compañeros me toca
empezar cada año escolar ya que siempre quedo con la incógnita de saber con quienes
podré seguir adelante.
El juego con el que por lo general nos entretenemos en el colegio, es jugando
frisbee ya que unos compañeros han estado entrenando en este deporte y, al llegar al
colegio, nos lo han enseñado a jugar. Siempre terminamos exhaustos, ya que durante
el juego, siempre hace demasiado calor y a uno le toca estar corriendo en todo
momento. Hubo una vez en la que se armaron unos equipos y fuimos a jugar en las
canchas de juriscop. Con un amigo, nos fuimos caminando a un paso tranquilo pero
constante, y, cuando llegamos, nos dimos cuenta de que no nos demoramos
demasiado, y, aparte de esto, no nos sentíamos agotados. Cuando comenzó el partido,
todos nos sentíamos alegres pero después de un momento nos empezamos a poner en
mi equipo, un poco furiosos, ya que, nos iban ganando y aparte de esto, el sol nos
estaba atacando con toda su intensidad. Gracias a esto nos desconcentramos y nos
dejamos hacer muchos puntos y después de esto nos miramos entre nosotros y
empezamos a reír ya que por el simple hecho de discutir entre nosotros nos
empezaron a ganar por paliza. Después de esto nos calmamos y empezamos a jugar
bien aunque por los puntos que tenía el otro equipo nos ganó. Después de esto unos
compañeros y yo decidimos ir a la trinidad para refrescarnos un rato. Después de un
tiempo caminando empezamos a joder haciéndole señas a los carros que pasaban para
que nos llevaran y tuvimos la gran suerte ya que mientras yo hacía eso, una
camioneta que se acercaba me vio haciendo eso y nos hizo el favor de llevarnos hasta
la trinidad ahorrándonos 2 horas de caminata. No sabíamos que cara poner ya que no
creíamos que eso fuese verdad por lo cual lo único que hicimos fue reírnos todo el
camino hasta que al final llegamos al rio. Al parecer ese día la suerte nos sonreía ya
que al llegar al rio nos encontramos con un poso lo suficientemente hondo como para
poder saltar hacia este sin lastimarnos y por ende podíamos nadar sin ninguna
preocupación.
206
Ese día no lo olvidare, ya que fue un día en el que pude compartir con mis amigos
de una manera diferente a la habitual, pues, nunca antes había podido hacer esto con
ellos por falta de tiempo. A la hora de interpretar mi instrumento trato de pensar en
momentos como este, momentos alegres que pude compartir con mis compañeros sin
que hubiese ningún problema, y de esta manera empiezo a crear o a recrear en mi
mente todos esos momentos alegres de la vida, esos momentos que no se repiten dos
veces, momentos en que la oportunidad solo se da una vez, y al tocar mi instrumento
puedo liberar ese mar de sentimientos de alegría que me invaden, sentimientos que
solo yo entiendo y los doy a entender de una manera más fácil a todas aquellas
personas que me escuchan en esos momentos, mientras toco mi instrumento, mientras
recuerdo lo más alegre de mi vida; de esta manera, aunque sea muy difícil describir lo
que hago o lo que siento, trato de hacerlo, utilizando mi instrumento, y trato de hacer
que las demás personas sientan lo mismo que yo, pues, los sentimientos de una
persona siempre me parece interesante hacer que otra los sienta para que de esta
manera, aunque solo sea una farsa creada por la música que se escucha, esta persona
empiece a descubrir sentimientos nunca antes encontrados en su vida, y que
probablemente nunca encontrara por su propia cuenta.
Los sentimientos que adquiero mientras toco mi instrumento son muy difíciles de
describir ya que en este memento siento prácticamente de todo, pues estoy dando a
conocer que es lo que siento a las demás personas mientras interpreto mi instrumento.
En ese momento todos mis sentimientos salen a flote pues me dejo llevar por cada
nota que estoy interpretando, tratando de hacer que las personas que me escuchan
sientan exactamente la misma alegría, tristeza, rabia o cualquier otro sentimiento que
tenga en el momento de interpretar mi instrumento. Lo que siento por lo general al
interpretar mi instrumento es una gran alegría y tranquilidad dentro de mí pues al
poder dar a conocer lo que siento a las demás personas me siento como si me quitase
una gran carga de mis hombros, con el simple hecho de tocar mi instrumento.
Las veces que me han felicitado me he sentido muy feliz y tranquilo ya que sé, o
me doy cuenta, que realmente estoy avanzando, logrando tocar temas que antes no
podía, por el hecho de que me faltaba más práctica y más confianza en mí mismo, ya
que por lo general, toda mi vida he vivido con el temor a que las personas me
207
abucheen por hacer algo mal o equivocarme, pero con el paso del tiempo he
aprendido que el miedo, solo lo crea nuestra imaginación, ya que en el momento de
tocar, lo haga bien o lo haga mal, las personas van a valorar mi esfuerzo realizado en
aquel momento.
Cada vez que avanzo individualmente me siento alegre, ya que sé que el esfuerzo
que estoy haciendo al ensayar, está rindiendo frutos y me doy cuenta de que lo mejor
que puedo hacer en ese momento es seguir practicando, ya que esa alegría que siento
en ese momento me animó a continuar y no querer detenerme, para que de esta
manera pueda ir avanzando poco a poco, y de esta manera poder ser un gran músico.
Las ganas que siento de tocar mi instrumento en algunos casos llegan a ser tan
grandes, que no puedo dejar de pensar en ello, hasta que finalmente puedo tocarlo.
Me agrada bastante cuando en la orquesta se hace visible mi presencia o mi
ausencia ya que esto me motiva, no solo a seguir en esta sino también a continuar con
mi estudio individual, para poder seguir avanzando, y de esta manera, no dejarme
coger ventaja de mis compañeros, pues ellos no se detendrán por el simple hecho de
que yo he dejado de ensayar, pues, mis compañeros también quieren avanzar para
poder contribuir a la orquesta y poder ellos ser grandes músicos.
En el momento de tocar me pongo a pensar en las cosas que he hecho en mi vida y
en los grandes momentos que he pasado con mis compañeros en mi vida musical, ya
que, me alegra mucho estar con ellos y, ese sentimiento de alegría, es con el cual trato
siempre de interpretar mi instrumento, pues he creído desde pequeño que con alegría
y entusiasmo se hacen mejor las cosas que con tristeza y desesperación.
Me gusta mucho mi instrumento ya que con él me siento muy cómodo y me siento
en una sensación muy agradable, una sensación como si estuviese en casa y nada me
faltase para ser feliz mi vida. Me gusta pero no me gusta tocar solo.
Es algo bastante raro que siento en mi interior ya que: me gusta tocar solo ya que
las personas sabrán que yo soy la persona que está haciendo esto y no es otra; pero no
me gusta tocar solo por el hecho de que si me llegase a equivocar, toda la culpa seria
mía. Además me siento muy solo tocando sin la compañía de mis amigos lo cual no
es que me agrade mucho.
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Otra razón por la cual me agrada mucho tocar es que me sirve como un escape de
la realidad, ya que puedo irme a un mundo en el cual no me preocupo mucho de lo
que sucede a mí alrededor sino que más bien me voy a un lugar en el cual solo estoy
yo y mi instrumento, creando música que las demás personas puedan oír, música que
logre hacer que las personas empiecen a descubrir sentimientos que no habían
encontrado antes en su vida, sentimientos que logren cautivar y hacer pensar sobre la
vida de aquella persona y que de esta manera les dé o les comparta las ganas de vivir
por el simple hecho de haber escuchado una canción que les llego al alma, una
canción que los inspiró a seguir a delante, y todo porque un joven igual a ellos toco
una canción; eso es lo que yo siento mientras interpreto mi instrumento, creo que
puedo cambiar la forma de pensar y de ser de una persona simplemente interpretando
una canción que la sienta primero yo para luego poder hacer que las personas sientan
lo mismo que yo, ya sea alegría o tristeza, amor u odio, o lo que sienta en aquellos
momentos en los cuales estoy interpretando mi instrumento.
Los sentimientos al tocar mi instrumento no siempre son de alegría, ya que, hay
unos casos en donde la canción tiene o trata de hacer que las personas sientan esa
tristeza que el compositor tenia al escribir esa tonada. En estas ocasiones, se me
dificulta mucho tratar de infundir o traspasar ese sentimiento nostálgico a las
personas, ya que, yo no me siento con ese sentimiento pues, no tengo esa “madurez
musical” para poder hacer que las personas sientan esto.
Me agrada mucho el poder dejar que mis sentimientos me invadan mientras
interpreto una canción solo, ya que, empiezo a comprender poco a poco que fue lo
que el compositor quería que las personas sintieran con respecto a su obra y, el
momento en que la creó.
Cada vez que me dispongo a ensayar empiezo a preguntarme el porqué de hacer
esto, y me pregunto si sí vale la pena continuar, pero cuando empiezo a interpretar mi
instrumento, me llegan esas ganas de seguir adelante, de no detenerme sino más bien
empiezo a meterme cada vez más profundo en la música, en lo que estoy
interpretando, me pierdo con cada nota que interpreto y empiezo a crear ese mundo
perfecto en mi imaginación en el cual me gustaría vivir.
209
A veces me pregunto qué haría el mundo sin la música, ya que muchas personas
no tendrían la manera para poder expresarse libremente hacia las demás personas
pues este método no existe; me pregunto si buscarían otra manera como la poesía, la
escritura o la actuación pero luego me doy cuenta de que sin la música uno no puede
vivir feliz pues ese arranque de emociones creados por la música ya no existirían,
todo sería un mundo sin emociones un mundo muy aburrido en inmerso en la soledad
ya que las personas perderían el sentido de continuar con su vida, pues es muy
probable que como muchas personas no encuentran un escape o una manera para
expresar ante los demás lo que siente libremente, no encontrarían la razón de seguir
con su existencia. Puede que algunos encuentren algún escape como la poesía, pero la
mayoría de personas sentirían ese vacío que se encuentra en su vida y no sabrían
cómo llenarlo, pues no hay nada que llene ese vacío que deja la música, pues, es un
vacío tan grande como el mismo universo, un vacío que nadie podría explicar por lo
cual lo mejor es nunca sentirlo pues la respuesta a este vacío nunca se encontrara; se
puede tapar, pero siempre quedara algún agujero en la vida que irá creciendo hasta
hacerse más grande de lo que era antes.
En el momento en que me doy a conocer ante las demás personas mientras
interpreto mi instrumento, me siento temeroso, ya que no sé de qué forma van a
responder las demás personas, sea de una forma alegre, o, decepcionada, eso es lo
único que yo sé, por lo cual siempre me da miedo tocar solo, mientras que cuando
toco con mis compañeros me siento más confiado, ya que me siento muy cómodo con
ellos pues siento que la responsabilidad ha descendido un poco por lo cual me siento
más seguro y confiado de mí mismo y, esa sensación me agrada más que la del estar
solo.
Es por eso que me gusta estar en la orquesta, pues en este lugar, aparte de que
estoy con personas agradables que me quieren y me respetan, me siento más confiado
al tocar, pues la compañía que me dan mis amigos me hace olvidar lo estresante y
preocupante que puede llegar a ser el interpretar un instrumento.
Pocas veces he tenido la oportunidad de tocar con mis compañeros del colegio,
pero cuando lo he podido hacer, me he sentido muy feliz pues esa sensación de
compartir con mis compañeros en el ámbito musical, es tan agradable que me hace
210
sentir muy feliz y entusiasmado ya que una actividad que realizaba con unos de mis
amigos, los cuales son mis compañeros en la orquesta, ahora la puedo realizar con
mis compañeros del colegio, interactuando de una manera diferente a la habitual, de
una manera más divertida y alegre para mi gusto, pues, podemos hablar en un
lenguaje diferente a los demás, en un lenguaje que solo conocemos nosotros y lo más
probable es que los demás no nos entiendan, pues solo queremos que los demás nos
escuchen y nos entiendan sin necesidad de escribirlo y leerlo.
En el grupo que formamos para tocar música colombiana,(conformado por Eliana,
Alejandro, y yo), hemos participado en varias actividades del colegio, dando a
conocernos ante los estudiantes, pero también hemos participado en el festival
internacional de la cultura en Boyacá, en el cual, llegamos a representar a la provincia
del Tundama en Tunja, donde, lastimosamente fue lo más lejos que logramos llegar
de momento, pues, nos encontramos con más agrupaciones, las cuales, son muy
talentosas y, que en este caso, eran mejores que nosotros. No nos sentimos tristes ni
avergonzados por no por no poder seguir en este festival, pues, nos sentimos muy
orgullosos de haber concursado allí y nos fuimos contentos porque en cada
experiencia se aprende algo, ganes o pierdas siempre aprenderás algo allí, por lo cual
nos sentimos muy felices y agradecidos por poder pasar por distintas fases.
También hemos participado en diferentes actividades que nos han invitado
incluyendo una en el colegio Guillermo león valencia. Nos han hecho varias
invitaciones para tocar en diferentes sitios, entre los cuales, una invitación fue para
tocar en la tasca, lugar al que iremos en tiempos futuros.
Cada vez que voy a interpretar una nueva obra, ya sea en grupo o solo, me siento
muy entusiasmado, en especial si la obra es algo complicada, pues, esto me hace
sentirme demasiado emocionado, pues, me gustaría sacar la obra más rápido de lo
esperado y así poder demostrar ante las demás personas que yo soy un buen cellista y
que doy más de lo que parece.
Voy a continuar con mi estudio pues, yo deseo ser un gran músico, siendo
reconocido ante las demás personas como una gran persona, que da lo mejor de sí
para alcanzar sus metas, sin importar lo complicadas o imposibles que estas puedan
parecer, porque, ¨mientras se crea posible, es posible.¨
211
AUTOBIOGRAFIA 4
ZAYURY HERNANDEZ
Mi nombre es Zayury Vanessa Hernández Rincón tengo 15 años nací el 30 de
septiembre de 1999 vivo en Duitama (Boyacá) con mis padres, soy hija única mi
mamá se llama Elizabeth Rincón y mi papá Edgar Hernández las personas a las que
les debo la vida, mis tíos y mis primos los que me han brindado mucho apoyo
aunque no vivan conmigo.
Me gusta jugar parqués o juegos de mesa con mi familia en mis tiempos libres me
encanta dibujar, ir de compras con mis amigos y amigas y lo que más amo que es la
música. Dedico la mayoría de mi tiempo en esto.
En el colegio me va muy bien, toda mi primaria la hice en el colegio
Nacionalizado la Presentación, luego por motivos de que la casa donde nos pasamos a
vivir quedaba muy lejos del colegio, me pasaron al colegio Jesús Maestro donde
realice el grado sexto y séptimo, aunque me iba muy bien en este colegio mis padres
decidieron pasarme al colegio de Gestión Informática Giga, siento un gran interés por
la Química y la Biología, he tenido un poco de dificultad en las matemáticas y el
inglés pero estudiando todos los días he podido superar esta dificultad.
Mi mami, cuando estaba embarazada escuchaba mucha música clásica, al
momento de que yo nací mis padres se dieron cuenta que yo mostraba cierto interés
por la música, mis padres frecuentemente me sentaban en un sofá a mirar diferentes
tipos de orquestas sinfónicas y filarmónicas, yo no mostraba tanto interés por mirar
dibujos animados simplemente me gustaba escuchar y mirar a todas esas personas
que tocaban instrumentos mientras que mis padres se daban cuenta de que de verdad
me atraía la música, hasta que un día salimos de compras al centro con mis padres,
simplemente se me metió en la cabeza que quería que me compraran un violín yo
tenía aproximadamente cuatro años y aun no se me entendía bien lo que decía así que
empecé a decirles a mis padres que me compraran un piolín, mis papas pensaron que
era el pollito que sale en los dibujos animados, así que me llevaron a una juguetería y
me dieron uno de esos. Cuando me lo dieron les dije que no era uno de esos, qué era
212
un piolín, mis papás aún no entendían lo que les trataba de decir, ellos estaban
confundidos y me seguían diciendo que tomara el pollito, hasta que se me dio por
hacer los ademanes que veía que hacían los violinistas y al mismo tiempo les decía
que me compraran un piolín, en ese momento mis papas entendieron que lo que
quería era un violín y entonces empezaron la tarea de buscar un violín para
comprármelo.
Un día mi papa iba para la casa y vio un curioso letrero que decía SE VENDE
VIOLIN 1/8, así que mi papi anotó el teléfono y fue a contarnos, yo estaba que no me
cambiaba por nadie tenía muchísimo entusiasmo, mi mami de inmediato llamo y
efectivamente era de mi medida, me quedaba perfecto así que me lo compraron, ese
día fui la niña más feliz del planeta creo que en mi vida no había anhelado cosa
alguna como lo fue ese violín, en ese momento mis papás tomaron la decisión de
inscribirme a un curso vacacional que había en Culturama, estaba muy emocionada y
quería empezar de una vez por todas. A finales del año 2004 entré al Instituto a
comenzar con mis clases de violín con la tutoría del maestro Carlos Daniel Fonseca
quien me ha enseñado casi todo lo que se de música en este momento, las clases eran
geniales y pronto se noto el rendimiento que empecé a tener yo no hacía más que
ensayar, cuidar y limpiar todos los días mi violín, empecé con métodos y temas
musicales muy sencillos en ese corto curso vacacional mejore mucho.
Llego el día de mi primera clausura , me acuerdo que tenia muchísimos nervios
pues era la primera vez que me presentaba en público para tocar violín, ese día toque
la tercera variación del método Suzuki, desde ese día cambio por completo mi vida,
mis papis se dieron cuenta que tenía un don y que ese don era La Música. Desde ese
día supe lo que quería ser cuando fuera grande.
En el año 2005 comencé mis estudios de violín con juicio, empecé con conciertos
muy cortos, después el profe empezó a manejar la polifonía que es cuando cada
violinista hace voces diferentes pero todos tocan a la vez. Esto se me hizo un poco
difícil al principio, pero después ya lo dominaba perfectamente. Cuando llegaba a mi
casa todos los días después de hacer las tareas del colegio de inmediato me ponía a
ensayar cada escala y arpegio que veíamos durante la clase, cada parte que de pronto
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se me dificultaba la ensayaba, y cuando llegaba al ensayo ya dominaba todo esto
perfectamente no tarde mucho en sobresalir porque todos los días ensayaba.
En el año 2006 el maestro Carlos Fonseca decidió crear la Orquesta de Arcos de
Culturama, habían aproximadamente unos cuarenta estudiantes , en los cuales yo
estaba entonando el segundo violín mis padres estaban muy orgullosos de mi porque
ya había entrado a hacer parte de un proceso de formación en Culturama, yo también
estaba muy feliz pero en ese momento en lo que estaba enfocada era en que tenía que
llegar a los primeros violines y mi siguiente meta era ser la concertino de la orquesta
y sabía que no iba a descansar hasta que llegara a ese puesto. Nos pusimos a ensayar
fuertemente, íbamos cuatro veces a la semana, a ensayos de orquesta y a parciales,
cada día avanzaba un poco más y más, hasta que un día el profesor Daniel me paso
para los violines primeros a el puesto de ayudante de concertino, sabía que ahora solo
me quedaba pasar al fabuloso puesto de concertino.
Así que empecé a ensayar unas dos horas diarias, ya se notaba la agilidad que
estaba cogiendo en mis dedos, se me hacía muy fácil leer las partituras, ya dominaba
excelentemente todo lo básico del violín, todo esto es lo que me ha gustado de
interpretar este genial instrumento como lo es el violín, todos los retos y esas
dificultades que a veces me hacían preguntarme si de verdad podía continuar, pero
que ya están dominadas y ahora las puedo tocar hasta con los ojos cerrados.
Los ensayos con la orquesta se iban alargando cada día, me tocaba realizar todas
mis tareas en mi colegio pues casi no tenía tiempo para hacerlas en la casa, me
enfoque tanto en la música que ya ni tiempo me quedaba para salir con mis amigas o
para ir de paseo con mis padres, siempre tenía que ensayar o teníamos algún
concierto, pero en ningún momento me sentía presionada o estresada. Algunas veces
mi mama me decía que no fuera a los ensayos que mejor me quedara en la casa
haciendo las tareas, de inmediato me ponía a llorar, no soportaba la idea de faltar a ni
siquiera un ensayo, llegué a un punto donde mis padres me decían que llevara un
colchón y que me quedara a dormir en Culturama. Así pasaron meses y la orquesta
iba quedando cada día más pequeña, íbamos quedando los niños que mostraban más
interés por este arte, hasta que aproximadamente quedaron treinta. La mayoría de
todos los violinistas eran niñas, solamente habían como dos o tres niños en violín, y
214
el resto de los niños que tocaban cello. A principios del año 2009 llego un nuevo
profesor, su nombre era Andrés Llano, él era violinista y lo llevaron para que nos
dictara parciales de violín a todas nosotras.
Estábamos un poco incomodas con su presencia, pues estábamos acostumbradas a
la enseñanza de nuestro único profesor Carlos Daniel Fonseca, que lo consideramos
como nuestro padre musical. Pero no podíamos hacer nada en ese momento, solo
hacer buena cara y continuar estudiando. Empezaron los ensayos con este profesor y
rápidamente notamos que su actitud para enseñarnos era un poco desagradable, tenía
muchas preferencias y de un momento a otro llego a cambiarnos la voz que
hacíamos en la orquesta, ya se creía el dueño de nosotros, me acuerdo que ese día
hizo un sorteo y todas mis amigas estaban en violines primeros, esa era la formación
que habíamos estado llevando durante un buen tiempo y era la que había puesto
Carlos Daniel.
Teníamos mucho miedo de que nos saliera el papelito que llevaba el número dos,
o aun peor, el que llevaba el número tres, estábamos acostumbradas a solo hacer la
melodía, ese día tuve mucha suerte, pues saque el papelito con el número uno,
algunas de mis compañeras no fueron tan afortunadas como yo, les salió el número
dos o el tres.
A una de mi compañera le salió el número dos y de inmediato se puso a llorar,
éramos pequeñas y creíamos que por hacer otra voz que no fuera la primera “se iba a
acabar el mundo”.
Cuando la vimos llorando todas nos fuimos a consolarla y terminamos llorando
todas con ella. Luego de esto nos tocó seguir con la reorganización de la orquesta, el
profe Carlos Daniel era el que realizaba los ensambles estábamos un poco indignadas
con Daniel por lo que no le decía nada al profesor Andrés, pero él tampoco podía
hacer nada contra esto.
Con el paso del tiempo se iba notando la mejoría tanto individual como grupal de
cada uno de los integrantes de la orquesta de arcos, había mucha motivación, pues
nos llevaban seguido a conciertos como en la Tasca al carbón para transmisiones de
radio con Vicky Dávila, en otra ocasión tuvimos la oportunidad de tocar para la
215
señorita Colombia, fuimos teloneros de la cantante Marta Sen y de los campeones
mundiales de tango, esto se realizó en el Molino Tundama
Mi gran motivación para asistir a los ensayos y a las presentaciones son mis
padres, ellos son el motor de mi vida, los que me han reprendido y han hecho que me
interese cada día más por la música, los que siempre me dan motivación y me dicen
que nunca me rinda, que siempre luche por lo que quiero realizar en mi vida, los que
siempre están curándome los nervios al hacer un solo en un concierto, mis padres son
todo para mí, sin ellos yo no sería lo que soy ahora, una niña juiciosa que le falta un
solo año para graduarse y que entra a una universidad a realizar su meta, ser una gran
músico reconocida a nivel mundial, eso sí, sin que se me suba el ego ni nada por el
estilo, tener siempre todos los valores que me inculcaron y me siguen inculcando mis
padres, recordar de dónde vengo y lo más importante siempre ser yo, no ser lo que
quieran las demás personas.
Siempre pienso cuando estoy en los ensayos, que va a ser de esta agrupación
cuando todos crezcan y se gradúen, ¿será que nos volveremos a ver? Me da un poco
de tristeza ver como mis compañeros se van yendo con el paso del tiempo, algunos a
estudiar física o biología, en fin eso fue lo que escogieron para sus vidas en mi
opinión me encantaría que todos mis compañeros de la orquesta estudiaran música y
que cuando seamos grandes toquemos juntos y vayamos a “Chisguear”, sería
maravilloso.
Todas las personas son especiales y tienen algún talento, pero todas las personas
no pueden tocar un instrumento, y esto me hace especial de los compañeros de mi
colegio, ellos tienen muchas habilidades pero ninguno hace lo que hago yo. Cuando
se realizan celebraciones importantes como el día del profesor o de la mujer, o el
cumpleaños de algún docente, llevo mi violín e interpretó temas sencillos pero con
mucho sentimiento, todos quedan encantados al oírme tocar, les he enseñado a
algunos compañeros que no solo existe el rap, el reggaetón, la música urbana, sino
que también hay otros géneros como la música clásica o la colombiana, los pasillos,
bambucos, torbellinos que son muy lindos y que a pesar de que algunos de ellos no
tengan letra, transmiten más mensaje que un rap que solo habla de sexo o de droga.
216
Ellos algunas veces me preguntan si solamente escucho esa música la respuesta de
esa pregunta es no, que interprete música clásica no significa que solo escuche eso.
Me encanta el pop, las baladas cubanas, la salsa, el merengue, el reggae, y hasta un
poco de reggaetón. Siempre es bueno escuchar de todo.
Tocar un instrumento musical desde muy pequeña fue mi mayor felicidad y es
muy bueno, pues esto ayuda mucho a la memoria y para que los niños se vayan
formando poco a poco, ya que cuando uno es más pequeño tiene más facilidad en
absorber mucha más información.
Mi formación con respecto a los valores, se ha ido mejorando con el paso del
tiempo, he aprendido que en la música hay que tener mucha paciencia y disciplina y
lo más importante que uno se sienta muy cómodo con lo que haga y que lo haga con
gusto.
Bueno en el año 2010 decidí empezar a tomar clases de bandola un instrumento
autóctono de la región andina quería investigar más sobre la música colombiana. Con
la bandola fui avanzando con mucha rapidez tanto individual como grupal porque
hice parte de la estudiantina Cacique Tundama en poco tiempo creada por el maestro
y compositor Mario Enrique Rincón Ortiz.
Empezamos a montar pasillos, bambucos, torbellinos, música muy tradicional y
representativa para el folklor colombiano. La bandola me encanto tanto que también
empecé a estudiar requinto, otro maravilloso instrumento autóctono, seguía
estudiando muy fuerte en la orquesta de arcos como en le estudiantina yendo todos
los días sin falta a ensayos, clases individuales y grupales.
En este mismo año me incline también hacia le danza todo lo que tuviera que ver
con el arte lo quería explorar así que ingrese al grupo Nubale de Colombia con la
dirección de Andrés Abella y Omar Abella dure aproximadamente dos años pero los
ensayos, el colegio, las tareas hicieron que me sobrara muy poco tiempo para mi
familia así que tome la decisión de solo quedarme en la música. Pero esto no fue tan
malo porque la danza me ayudo muchísimo a soltar mi cuerpo, a tener más expresión
corporal, y esto es muy necesario para cualquier interpretación musical.
A principios del año 2012 seguíamos trabajando, muy fuerte para conciertos y
demás. En el mes de junio invitaron a la Estudiantina Cacique Tundama para que
217
acompañara al Ballet ciudad Duitama al festival nacional de la reina del bambuco en
Ibagué Tolima. Nosotros entusiasmadísimos empezamos a hacer el ensamble de lo
que era la danza y la música de nuestra región. Fuimos al Festival y nos fue muy bien
fue una experiencia extraordinaria poder interactuar con diferentes músicos,
compositores y demás, ese viaje jamás lo olvidare.
Con la Orquesta de Arcos íbamos muy bien cada vez que teníamos un ensayo
grupal o individual se notaba la mejoría que íbamos teniendo con el paso del tiempo.
Todos íbamos creciendo juntos y con mucho entusiasmo por explorar cada día mas
esto tan bello como lo es la música. En este mismo año tome la iniciativa de
presentarme en un concurso de música andina colombiana. Tome la decisión de pasar
una propuesta para el concurso Zue de Oro que se realiza en Sogamoso.
Luego de un mes salieron los resultados, yo estaba muy nerviosa pues era me
primer experiencia, pero al ver mi nombre en los clasificados para el concurso me
entusiasme demasiado porque sabía que iba a estar con grandes músicos de todas las
regiones de Colombia. Así que empecé a prepararme mucho mas ensayando todos los
días con mucha disciplina.
Era el momento del concurso y sentía un escalofrío profundo sobre todo mi
cuerpo tenía mucha emoción pero a la vez mucho susto. Pero al momento de subirme
a esa tarima recordaba que todos esos años de mucha disciplina, alegrías, llantos, eran
lo que impulsaba a estar allí y a tocar con mucha verraquera desafortunadamente no
fui clasificada a la final pero lo tome como una experiencia más en mi vida. Igual
todas las veces no se gana pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados.
En el año 2013 decidí pasar de nuevo la propuesta para el mismo concurso y ese
año me fue muy bien porque la meta con la que iba era clasificara a la final y lo
cumplí, pase a la final, no gane pero me sentí muy satisfecha con lo que hice, conocí
muchos amigos músicos y grandes personajes de la música andina colombiana como
lo es Francisco Cristancho, Juan Eulogio Mesa el rey del requinto.
También me presente en el concurso cacique Tundama pasando a la final
igualmente pero todavía no era mi momento de ganar. Pero a pesar de esto seguía
ensayando, jamás pero jamás dejaba de ensayar.
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Hay que aclarar que nada de esto se hubiera podido hacer sin la ayuda de mis
padres quienes siempre están apoyándome en lo que yo deseaba ellos siempre han
sido todo para mi, mi motor, mi gran motivación, porque cuando me subo a una
tarima siempre los veo en primera fila muy orgulloso y a mí me encanta mucho que
se sientan orgullosos de su hija.
En Culturama también nos dictaban clases de canto teníamos un coro que estaba
dirigido por la Maestra Edna Fernanda Acosta, una maravillosa cantante que me
ayudo a desarrollar mucho mi oído interno, mi afinación y mi interpretación vocal e
instrumental. Cantar también me llama mucho la atención. Jamás voy a dejar de ser
inquieta con todo lo que se relacione con el arte.
También asistimos a un ensamble con la banda sinfónica de Duitama para crear la
orquesta filarmónica de Duitama y yo tenía el gran privilegio de poder ser la
concertino de la orquesta estaba dirigida por el gran maestro y trompetista Juan
Francisco Mancipe junto con el Maestro Carlos Daniel Fonseca.
En ese mismo año también invitaron a la estudiantina al festival nacional del
torbellino en soata en ese festival toque solo torbellinos en requinto con el
acompañamiento de la estudiantina en todos estos eventos e invitaciones iba mi
mamita quien también era parte de la estudiantina interpretando la bandola primera.
Me sentía muy cómoda porque me encantaba que estuviéramos las dos metidas en el
arte porque siempre me acompañaba a todos lados.
En el año 2014 también me presente en el concurso de música andina colombiana
Cacique Tundama con una maravillosa representación de Duitama en la parte
instrumental tocando pasillos lentos, bambucos, redovas etc.
Y lo más hermoso era que yo no me quería cambiar por nadie me sentía dichosa
haciendo lo que me gustaba, no hay cosa más placentera que tocar violín, bandola y
requinto, cantar, bailar, dibujar hasta en clases de teatro alcance a estar.
A principios del año 2015 seguíamos con nuestro proceso la orquesta de arcos y la
estudiantina Cacique Tundama asistiendo a reuniones culturales semanas de la cultura
teníamos conciertos y ensambles con otras orquestas de mucho nivel como lo es la
orquesta Filarmónica de Tunja y la orquesta de Villa de Leyva. También conciertos
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con la filarmónica de Duitama que está Conformada por la banda sinfónica y la
orquesta de arcos de Culturama.
Casi todos estamos por graduarnos y hay que empezar a tomar decisiones que
pueden ser un poco difíciles pero que con el paso del tiempo van a ser muy
beneficiosas. Algunos de los chicos se tuvieron que retirar del proceso para empezar
su vida profesional, algunos se fueron para la universidad, otros simplemente se
salieron porque vieron que la música en realidad no era en lo que se querían dedicar.
Pero yo, yo todavía sigo en el proceso y espero estar hasta que me gradúe del colegio
igual siempre me hace falta asistir a los ensayos, a interactuar con mis compañeros y
compañeras
Todas estas experiencias me han servido para que cada día sepa qué es lo que
quiero hacer y con seguridad mi meta es ser un gran músico.
AUTOBIOGRAFÍA 5
NICOLÁS GÓMEZ
Julio de 1998
Sandra entraba a su última clase del día, no dejaba de sentirse mal, ella era la única
que conocía lo que le sucedía en ese lugar. Los días últimamente habían sido difíciles,
largas jornadas, exámenes, trabajos, junto con sentimientos de culpa oprimidos dentro
de sí. Sabía que una vez entrara no había vuelta atrás, pero así lo decidió. Entra a la
clase.
Tiempo después los dolores se adueñan de ella, vuelve el mismo sentimiento de
culpa, y, finalmente cae.
Abre los ojos y descubre un lugar completamente diferente, blanco, con un aire
taciturno. Una mujer aparece de la nada y empieza a interrogarla.
- Sandra, dígame qué le pasa, usted sabe que puede confiar en mí. Me llamaron
unos compañeros de su universidad y me dijeron que estaba acá. ¿Se siente bien?
Es ahora o nunca, piensa ella, y revela toda la verdad.
- ¿Quién es el papá? ¿Hace cuánto lo tiene? ¿Por qué no me dijo antes?
220
Es Germán, sumercé lo conoce muy bien. Este ya es el octavo mes. Tenía miedo
de decírselo. Por favor, no me quite mi estudio, yo me hago responsable, se lo juro.
La nada se apodera nuevamente de ella y cae en un profundo sueño.
La mujer sale y va en busca de agua. En su mente aparecen infinidad de
pensamientos. ¿Cómo va a hacer esta niña para responder? ¿Plata de dónde? ¿Y
ahora? ¡Y preciso con el más vago!
El teléfono suena, es Germán. Buenas tardes doña Dorita, ¿cómo está? Cuelga el
teléfono y decide irse del lugar.
Al día siguiente Sandra abre los ojos, de nuevo ha sido transportada a otro lugar,
pero esta vez lo conoce perfectamente. Siente tensión en el ambiente. La mujer pasa
rápidamente frente a ella sin siquiera mirarla y empieza a hablar a media lengua con
Jorge.
Al parecer ya todos conocen de qué se trata la enfermedad de Sandra. Es un
parásito, se encuentra dentro de ella desde 8 meses atrás; habrá que esperar un mes
más para que salga de ese cuerpo e inicie a consumir todo lo que se encuentra a su
alrededor.
San, yo espero que me responda por los estudios, yo veré. Es lo mínimo que puede
hacer después de esto, pero no se preocupe que lo hecho, hecho está, dice Jorge.
Con la cara hacia abajo, Sandra se aleja de la habitación, por fin se siente
tranquila, ha logrado calmar ese fuego que habitaba dentro de ella desde meses atrás,
ese fuego que en algún momento le pareció inagotable.
Veinte días después, Sandra cumpliría 22 años. Era un momento que nunca había
vivido. Sí, había tenido otros 21 cumpleaños, pero nunca había sido como ese día.
Recibió una gran cantidad de presentes, pero ninguno para ella. Todos los temas de
conversación giraban en torno a ese misterioso ser que nadie conocía pero que era
ansiosamente esperado.
Ese ser aparecería 7 días después, y Sandra estaría esperando desde la mañana para
liberar a ese parásito que agotaba sus energías vitales.
En la mañana del día siguiente, Sandra vuelve a casa junto a un pequeño bípedo
con más apariencia de chimpancé que de humano, y, aunque parece procedente de un
zoológico, es bienvenido por todos y le dan completa confianza. Hipócritamente
221
mencionan lo lindo que es; están cegados con una magia inexplicable. Lo cargan y lo
llevan de lado a lado, como si esos gritos ensordecedores provenientes de lo más
profundo del engendro fueran la melodía más dulce jamás escuchada.
¿Cómo se llamará?, dice Germán. Sandra ya había pensado en algunos nombres,
pero no está segura.
2
Tiempo después, la familia ha olvidado todos los disgustos que causó aquella
enfermedad que en algún momento pareció no tener salida. En una ceremonia con
grandes arreglos el pequeño bípedo pasa a llamarse Nicolás, bendecido por el agua
divina de un ser apodado Dios.
3
Después de tanto, la compañía de un ser que sólo llora y come empieza a ser
tediosa. Habrá que llevarlo a un colegio, piensa Sandra, mientras intenta comprender
cómo mantener relación con el pequeño desde la universidad.
- ¿No te parece que es momento de enviar a Nico a estudiar? ¿A que comparta
con otros niños?
- Lo que tú pienses está bien para mí, dice Germán con condescendencia.
El día siguiente parten en búsqueda de un colegio para enviar al sujeto y descansar
por fin de tantos momentos pesados.
4
Una alarma suena a las 6 de la mañana. Aparece una mujer que comienza a mover
a Nico.
- ¡Despierta Nico! ¡Despiértate!
El niño intenta abrir los ojos y luego de varios intentos lo logra.
- Hoy vas a ir al colegio. Vamos a bañarte y salimos para allá.
El acto se realiza y salen directo hacia el nuevo lugar, donde el pequeño pasará
gran parte del día.
- ¿Qué es esto?
- Es tu nuevo colegio. Acá estarás hasta que tu abuela pase a recogerte. Vas a
hacer amigos.
- ¿Y por qué todos están vestidos así?
222
- Luego te compraremos el uniforme. Te tienes que acostumbrar.
La mujer intenta despedirse del niño pero no logra que se separe de ella. Una
muchacha de contextura gruesa sale de la nada, fija su mirada en la nueva familia e
inicia una conversación.
- Hola. Tú eres Nico, ¿cierto?
Él mira con ojos de inseguridad a su madre y no responde la pregunta.
- Mira Nico, yo soy tu nueva profe, vas a estar conmigo todos los días. Vamos a
conocer tu salón.
Se mueven hacia el interior de la institución con vacilación y temor en sus pasos.
- Nico, yo te dejo acá porque tengo que ir a estudiar. Tu abuela pasa a
recogerte. Cuídate.
Él rompe en llanto, el cual después de un tiempo es cambiado por sonrisas y
juegos con gente nueva.
Es en ese lugar donde Nicolás empieza a construir sus habilidades. Primero se
integra en el campo deportivo. Comienza a formar parte del equipo de baloncesto,
luego pasa por atletismo y finalmente en fútbol. Después inicia un gusto por la
música con la banda heráldica del colegio. Es una pequeña banda con niños que
inician en esta parte artística y eso hace que él se sienta en confianza. Nico asegura
que quiere hacer parte de la percusión hasta que el maestro lo convence de que se
incline por la lira. Es ahí en donde inicia un largo proceso de días y días interpretando
ese instrumento.
5
El tiempo pasa, y cuando Nicolás está a punto de cumplir 8 años aparece un objeto
sumamente extraño para él. Camila, su tía, por capricho pide que le compren un
pedazo de madera, algo envejecido y con raras formas en su interior, o, por lo menos
así lo ve Nicolás. Es un violín, un arma rarísima que llama la atención del joven que
ahora tiene como propósito conocer a fondo el funcionamiento de ese artefacto.
Camila empieza a parecer cansada. Esa madera oxidada ha cumplido su ciclo para
ella, y ya es momento de parar. Sin embargo, sigue siendo un objeto de total
curiosidad para el infante que descubrió algo mágico en lo desconocido.
- Tía, ¿me prestas el violín?
223
- No, tú no lo puedes tocar. Es muy delicado y caro, dice Camila con algo de
envidia.
- Pero tú ya no lo usas.
- No importa, es mío y yo decido lo que sucede con mis cosas.
Sandra se da cuenta de la situación. «Camila siempre ha sido así. Esa niña pone
problema por todo», piensa. Ya iba a iniciar el mes de agosto, por lo que decide
buscar una nueva arma y obsequiársela al curioso niño como presente de cumpleaños.
El día ha llegado; el 18 de agosto Nicolás recibe un regalo grande, recubierto por
papel regalo, plásticos, cartones y papeles.
- ¡Es un violín!, dice Camila con resentimiento.
Al destaparlo aparece un instrumento, con la misma forma del de su tía pero con
una esencia diferente. Es sólo para él; lo puede tocar y ver cuánto quiera sin problema
alguno.
- Estos alambres están sueltos, ¿por qué?, pregunta Nico inocentemente.
- Son las cuerdas; hay que afinarlas para que pueda sonar, pero nosotros no
podemos hacer eso todavía.
- ¿Y este palo? ¿Para qué son esos pelos? ¿Y en esta caja que viene?
Nicolás pregunta sobre el nuevo regalo y se siente entusiasmado por iniciar a
descubrir las funcionalidades de esa madera veteada con olor a nuevo.
Mientras tanto, él sigue en la banda del colegio con la lira. Ya ha transcurrido
suficiente tiempo para sentir que se puede desenvolver bien en el instrumento e
inician a hacer conciertos en la ciudad.
Sandra decide investigar sobre el posible futuro de su hijo con el violín. Lo
inscribe en clases vacacionales en Culturama, un instituto que un año atrás había
iniciado con programas como el de ese instrumento.
El colegio acaba y Nicolás va varias veces en la semana a clases con su nuevo
profesor, Carlos Daniel Fonseca. Todos son nuevos en ese lugar. Los otros niños
habían iniciado sólo unos días antes que Nico.
Él ingresa con su nuevo violín a la clase, esperando que le expliquen tantas
preguntas que se había hecho anteriormente. Al entrar al salón le dicen a Nico que se
siente junto a otros niños y que aliste su instrumento.
224
- Hola, dice Nicolás a un niño sentado a su derecha.
- Hola.
- ¿Sabes para qué es la tiza de esta caja?
- No es tiza, es pez, dice el niño de manera arrogante.
La primera clase no es gratificante para él. Sus compañeros tienen más
conocimientos y no son nada amables. El profesor al terminar la clase le dice a Nico
que tiene que hablar con su mamá.
- Señora Sandra, mucho gusto. Yo soy el profesor de violín.
- Profesor, cómo está. ¿Qué tal mi hijo?
- Pues yo lo veo bien. Lo que yo le quería decir es que aquí muy pocos vienen
con instrumentos por lo que Culturama los presta, y se me hizo raro que él llegara con
violín.
- Sí, es que desde hace rato está emocionado con eso y fue su regalo de
cumpleaños.
- Me parece muy bien. Vea, doña Sandra, hay un problema. El violín es muy
grande para su hijo, tiene que cambiarlo por uno más pequeño porque con este le va a
quedar muy difícil aprender.
Sandra entiende lo que sucede, pero es algo que Nico no asimila. Se siente mal
porque su violín no va a volver, sino que llegará uno diferente para reemplazar al que
ya conoce y quiere.
Mientras llega el nuevo violín, sigue asistiendo a las clases con instrumentos
prestados por la institución.
Nicolás siente que todos los otros niños son mejores que él; sin embargo, las
preguntas siguen surgiendo y no duda en hacerlas.
Cada día van avanzando un poco. Primero, aparece un libro de nombre muy raro;
al parecer contiene algo que llaman partituras. Es completamente extraño entender
cómo unos símbolos anotados en unas raras líneas hacen que la persona entienda un
ritmo y una entonación al mismo tiempo.
Con el paso de los días el infante va aprendiendo; ya ha logrado interpretar varias
obras de ese misterioso libro y está aprendiendo sus primeros villancicos para
navidad.
225
Semanas después llega el momento de que el maestro Carlos muestre lo que ha
logrado en unos pocos días con tantos niños. Son las clausuras de los programas y la
temporada de villancicos.
Son varias las presentaciones y los aprendices se sienten entusiasmados por toda la
gente que los ve y los aplausos que reciben.
Carlos Daniel da sus últimas palabras el día de la clausura y concluye la enseñanza
del instrumento. El programa ha acabado.
Al salir del recinto, Carlos se le acerca a Sandra, e inicia una conversación.
- Doña Sandra, buenas noches. Quería preguntarle unas cosas…
- Sí, claro profesor. Dígame.
- Usted entenderá que Nicolás inició acá en un programa vacacional. Estos
programas duran poco y uno sólo alcanza a enseñar lo básico. Yo creo que su hijo es
bueno, y me gustaría que siguiera con el proceso por más tiempo. Acá tengo un grupo
de chicos que entraron antes y están más avanzados, pero su hijo puede tocar con
ellos. No sé qué opine.
- Sí profesor, pues yo veo que le gusta y por mí está muy bien que siga.
6
Las clases son retomadas en el siguiente año y la intensidad sube. Nico ahora tiene
que lidiar con sus clases, con la lira y con el violín a la vez.
Después de un tiempo, él ya está al nivel de los otros violinistas, y se forma una
orquesta con todos los nuevos. En este momento, la lira ya no es prioridad. Nicolás
tiene más conocimientos en su otro instrumento y esto a la par le ayuda a
desenvolverse con la lira.
El profesor de la banda heráldica le pide ayuda a Nicolás de vez en cuando con los
nuevos. Él es de los alumnos que más saben sobre la música y confía en que pueda
enseñarles a los otros lo que ya sabe.
A partir de ese punto, la música empezó a ser una herramienta completamente
diferente a las que ya conocía. Nada de lo que le enseñaban en el colegio tenía tanta
utilidad o lo hacía sentir tan bien.
226
Tiempo después de llegado el nuevo violín, las clases se volvieron más y más
intensas. Nicolás sólo tenía una compañera en sus clases, Laura, y juntos practicaban
obras a diario para obtener una felicitación.
El libro de nombre raro, Suzuki, iba siendo desarrollado poco a poco por Laura y
Nicolás, pasando por melodías que no sonaban bien para los jóvenes pero que al fin
de cuentas iban a mejorar la técnica de los violinistas en proceso.
7
El tiempo transcurre y la navidad llega nuevamente. Pasan las clausuras en donde
Nico, junto con otros alumnos interpreta el instrumento como solista para una buena
cantidad de espectadores.
Después de muchas alegrías y triunfos en ese colegio, es hora de que Nicolás
cambie de colegio, pues ha alcanzado el curso máximo que ofrece la institución.
Sandra le muestra el Colegio Seminario y lo convence de que ese sería un buen
lugar para él. Es el único lugar en donde lo inscribe, confiando en que sus habilidades
le permitirían pasar las pruebas para acceder sin problema.
Las pruebas son presentadas y Sandra tenía razón. Nicolás entra al colegio para
poder continuar con sus estudios y seguir a la par con el violín. Ahora el tiempo para
practicar el instrumento es menor; las clases finalizan a las 4 de la tarde, y ya no hay
lira.
8
El ambiente del nuevo colegio es completamente diferente. Los salones pasan de
ser de nueve o diez personas a ser de cuarenta. Ahora hay un profesor por cada
materia, y las clases son más pesadas y necesitan más estudio.
- Buenos días muchachos, yo soy el padre Edilberto, el rector del colegio.
Vengo a ofrecerles los cursos que manejamos en el colegio.
- ¿Tienen fútbol? – pregunta alguien en la parte de atrás.
- Sí, tenemos varios deportes y también tenemos artes. La escuela de teatro es
una de las más conocidas a nivel departamental, y los deportistas del colegio también
llegan a ser muy reconocidos.
En este momento tenemos escuela de piano, canto, teatro, flauta, clarinete,
trompeta, eufonio, fútbol, baloncesto, voleibol, tenis, atletismo y ajedrez.
227
Si lo desean, también se pueden unir a la banda sinfónica, que ya lleva unos
buenos años funcionando y es un programa muy interesante.
- ¿En esa banda hay violines? – pregunta Nicolás, notando que no fueron
mencionados.
- No, por el momento no tenemos esos instrumentos pero tal vez en un futuro
los integremos.
El padre Edilberto sale del recinto y Nicolás se queda pensando en lo que le habían
ofrecido. El teatro tal vez era una buena opción; nunca había recibido información
sobre este arte, pero parecía interesante.
En el colegio todo estaba yendo muy bien. Ya la gente se había integrado, algunos
amigos seguían siendo los del antiguo colegio, pero ya habían nuevas personas con
quién compartir. Las evaluaciones no eran complicadas, y Nico ya había obtenido el
tercer puesto.
Pasaron días y días y cerraron las inscripciones de los cursos. «Tendré que dejarlo
para el próximo año» pensó.
La rutina siguió: colegio, violín, colegio, violín, colegio, violín… Nunca había
espacio para un descanso. Con el paso del tiempo las cosas se volvieron un poco
tediosas. Nicolás no quería seguir de esa manera. Sandra notaba que las cosas habían
cambiado, que ya no existía una conexión entre el instrumento y el niño, pero
tampoco podía permitir que todo lo que había logrado se perdiera.
Después de muchas palabras y casi súplicas, Sandra lo convence de que siga con
eso que hacía poco tiempo había empezado, pero que ya mostraba sus grandes frutos.
9
La siguiente clausura llega, y el maestro Carlos le confía a Nico una de las obras
más complejas del libro que ya llevaba buen tiempo siendo estudiado por los niños.
Al salir, el profesor le dice a Nico que siempre lo sorprende cuando va a tocar, que
sale mucho mejor que en los ensayos y que es un muy buen violinista. Estas palabras
le suben el ánimo y permiten que continúe interpretando el instrumento.
En vacaciones de ese mismo año aparecen unos cursos diferentes a los que ya
existían. Ahora era un programa nuevo, “violines para luchar”; se trataba de clases
simultáneas para más de cien niños.
228
Todo empezó bien. Nicolás y Laura eran los más avanzados en ese programa. Era
bueno porque todos eran nuevos y necesitaban ayuda de alguien que supiera,
entonces, ahí estaban ellos para colaborar y conocer gente.
Unas semanas después, ya con el programa un poco más avanzado, todo se vuelve
molesto para Nico. Las clases inician a las dos y terminan en la noche, casi a las 8,
puesto que a diario todos los violines tenían que ser afinados y esto requería más de
dos horas.
10
En el colegio nuevamente se abren los programas, con la sorpresa de que ahora se
ha incluido el violín con un profesor diferente, Carlos Llanos. Nico decide probar,
retirándose de Culturama para ingresar con clases individuales con el nuevo profesor.
Cuando se anunciaron los programas, un compañero le dice sobre ingresar al
grupo de teatro. Como le había llamado la atención, deciden ir juntos a experimentar
con ese nuevo arte. Ahora son clases de violín, teatro y tareas. Las cosas se dificultan
pero sigue.
Educación física se vuelve compleja, y hay varios compañeros que para evitarla
ingresan a clases de tenis. Nico decide hacer lo mismo para mejorar su nota en la
materia y descansar de esas tortuosas horas.
A tenis tiene que ir dos días en la tarde, igual que en teatro y violín. Los primeros
meses son sencillos, pero después Nico decide dejar el teatro para poder continuar
con las otras dos y poder repartir mejor su tiempo.
Las clases con el profesor Llanos también empiezan a aburrirle; la mayoría de
niños que están son nuevos, y los temas que tocan ya eran muy fáciles para Nico.
Ese año siguió así; Nicolás empieza a aburrirse incluso del colegio. Las clases no
son agradables, los profesores son groseros y empieza a preguntarse si realmente en
un futuro sirva todo el tiempo que perdió en esas cuatro paredes.
- San, no quiero volver a ese colegio, no me gusta.
- Pero tienes que seguir. A mí me pasaba lo mismo, pero mírame, hay que
terminar.
- Pero no es tan fácil. Y quiero volver a Culturama.
229
- Bueno, luego hablamos con Carlos Daniel, y por el colegio no te preocupes
que vas a ver que se mejora.
Días después Nicolás se reivindica con él mismo ya que tanta indecisión lo había
alejado de su más preciado tesoro, su violín.
11
Empieza una nueva etapa en la vida de Nicolás, sus estudios y relación con la
institución en la que estudia se torna soportable a pesar de la exigencia académica;
pero lo más importante fue haber regresado a la orquesta ya que sin darse cuenta
todas aquellas personas con quien compartía a diario se habían vuelto una nueva
familia.
Los retos en la Orquesta continuaban para Nicolás y mejor aún empieza a ver en
esta disciplina su realización personal ya que la motivación que encontraba de su
profesor era muy alta hasta el punto de querer estudiar música profesionalmente.
La música y en especial la interpretación del violín para Nicolás se convierten en
su prioridad, ya que lo eleva a estados de tranquilidad que había querido encontrar en
otras actividades y que sin darse cuenta la había tenido al frente de sus ojos y lo
abandonaba por momentos.
La relación de Nicolás con los compañeros de la Orquesta se fortalece ya que el
tiempo que comparte casi a diario con ellos hace que se conozcan mejor. Nicolás es
violín uno en la orquesta y esta actividad le da la alegría y la motivación necesaria
para continuar hasta donde sea necesario.
230
Anexo B: Invitación a los estudiantes
Queridos amigos: Gracias por brindarme su apoyo y querer compartir su vida conmigo. Para el primer encuentro con nuestras historias de vida es necesario que traigas:
Las fotos que encuentres de los conciertos que hayas hecho.
Las fotos de los viajes de los que tengas mejores recuerdos.
Lleva la ropa con la que te sientas más cómod@
Y muchas ganas de recordar todos los sucesos de tu vida.
Te espero en el Colegio Guillermo León Valencia el Domingo 15 de marzo a las 8:00 a.m.
Atentamente, Edna
231
Anexo C: Recomendaciones desarrollo de los talleres