EB55/WP 7 2 13 de diciembre de 1974 CONSEJO EJECUTIVO 55 a reunión Punto 2,9 del orden del día provisional EJECUCION DEL PROGRAMA ANTIPALUDICO Informe del Director General INTRODUCCION 1 a En su resolución WHA27.51, relativa a la ejecución del programa antipaludico, la 27 Asam- blea Mundial de la Salud pidió al Consejo Ejecutivo que examinara a fondo los problemas con que tropieza el programa, así como las prioridades nacionales e internacionales, y que presentase un informe sobre el particular a la 28 a Asamblea Mundial de la Salud. En conformidad con dicha resolución, el Director General ha examinado la situación y las perspectivas del programa en las distintas Regiones de la OMS, teniendo en cuenta la situación epidemiológica, el grado de aplicación de las medidas propuestas con arreglo a la estrategia revisada que adopto la 22 a Asam- blea Mundial de la Salud, los factores que intervienen en la marcha del programa y algunos pro- blemas generales de importancia para su ejecución. Tal vez desee el Consejo Ejecutivo tener presentes las observaciones formuladas en el informe. En los anexos que lo acompañan figuran datos sobre la situación del paludismo en las diferentes Regiones de la OMS, detalles sobre determinados programas nacionales que se presentan a modo de ejemplo, y otros datos acerca de la ejecución del programa, y en particular sobre la disponibilidad de insecticidas. Los espectaculares resultados conseguidos a fines del decenio de 1950 y en los primeros años del de 1960 por la mayoría de los países que habían emprendido campafias de erradicación del paludismo fueron seguidos a partir de 1965 de una disminución de los progresos y de algunos fracasos en países de Asia, América del Sur y Centroamérica. En un principio, la revisión de la estrategia de la erradicación del paludismo emprendida por los países obedecía no sólo a los fracasos experimentados, sino a la circunstancia de que el programa, que había sido conce- bido como un proyecto de duración limitada y claramente definido, perdería su prestigio y su empuje si su ejecución se retrasara por demasiado tiempo una vez expirado el plazo inicialmente previsto. Del examen de la estrategia que se venía aplicando resultó evidente que, en la ma- yoría de los casos, había que atribuir el estancamiento o los retrocesos a una combinación de insuficiencias técnicas, operativas y administrativas. En consecuencia, se propuso una estra- tegia revisada que aprobó la 22 a Asamblea Mundial de la Salud.^ Los elementos esenciales de esta estrategia revisada consistían en someter a examen la situación entonces existente, en determinar la posibilidad de conseguir la erradicación del paludismo en el territorio de cada país o en zonas de extensión limitada y, por consiguiente, en volver a planear el programa, to- mando como base los recursos financieros y de personal disponibles en los países que habían iniciado campañas de erradicación. La experiencia obtenida en los cinco años dltimos indica que, pese a haberse revisado la mayor parte de los programas y a haberse formulado recomenda- ciones para su nuevo planteamiento, se han seguido registrando retrocesos en algunos países, mientras que en otros parece inminente el deterioro de la situación. Importa señalar, no obs- tante, que este deterioro no es general, pues hay países en que los progresos realizados han sido satisfactorios, lo que muestra que la erradicación no es un objetivo inalcanzable. 1 Act, Of, Org. Mund, Salud, 1974, № 217, pág. 25. 2 ^ Manual de Resoluciones y Decisiones, Vol. I., 1948-1972, resolución WHA22.39, págs. 80-81.
64
Embed
CONSEJO EJECUTIVO - who.int · que, pese a haberse revisad loa mayor part de e los programa ys a haberse formulad recomendao - ciones para s u nuevo planteamiento se ha, n seguid
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
E B 5 5 / W P 72
13 de diciembre de 1974
CONSEJO EJECUTIVO
55a
reunión
Punto 2,9 del orden del día provisional
EJECUCION DEL PROGRAMA ANTIPALUDICO
Informe del Director General
INTRODUCCION
1 a En su resolución WHA27.51, relativa a la ejecución del programa antipaludico, la 27 Asam-
blea Mundial de la Salud pidió al Consejo Ejecutivo que examinara a fondo los problemas con que
tropieza el programa, así como las prioridades nacionales e internacionales, y que presentase
un informe sobre el particular a la 2 8a
Asamblea Mundial de la Salud. En conformidad con dicha
resolución, el Director General ha examinado la situación y las perspectivas del programa en
las distintas Regiones de la OMS, teniendo en cuenta la situación epidemiológica, el grado de
aplicación de las medidas propuestas con arreglo a la estrategia revisada que adopto la 22a
Asam-
blea Mundial de la Salud, los factores que intervienen en la marcha del programa y algunos pro-
blemas generales de importancia para su ejecución. Tal vez desee el Consejo Ejecutivo tener
presentes las observaciones formuladas en el informe. En los anexos que lo acompañan figuran
datos sobre la situación del paludismo en las diferentes Regiones de la OMS, detalles sobre
determinados programas nacionales que se presentan a modo de ejemplo, y otros datos acerca de
la ejecución del programa, y en particular sobre la disponibilidad de insecticidas.
Los espectaculares resultados conseguidos a fines del decenio de 1950 y en los primeros
años del de 1960 por la mayoría de los países que habían emprendido campafias de erradicación
del paludismo fueron seguidos a partir de 1965 de una disminución de los progresos y de algunos
fracasos en países de Asia, América del Sur y Centroamérica. En un principio, la revisión de
la estrategia de la erradicación del paludismo emprendida por los países obedecía no sólo a
los fracasos experimentados, sino a la circunstancia de que el programa, que había sido conce-
bido como un proyecto de duración limitada y claramente definido, perdería su prestigio y su
empuje si su ejecución se retrasara por demasiado tiempo una vez expirado el plazo inicialmente
previsto. Del examen de la estrategia que se venía aplicando resultó evidente que, en la ma-
yoría de los casos, había que atribuir el estancamiento o los retrocesos a una combinación de
insuficiencias técnicas, operativas y administrativas. En consecuencia, se propuso una estra-
tegia revisada que aprobó la 22a
Asamblea Mundial de la Salud.^ Los elementos esenciales de
esta estrategia revisada consistían en someter a examen la situación entonces existente, en
determinar la posibilidad de conseguir la erradicación del paludismo en el territorio de cada
país o en zonas de extensión limitada y, por consiguiente, en volver a planear el programa, to-
mando como base los recursos financieros y de personal disponibles en los países que habían
iniciado campañas de erradicación. La experiencia obtenida en los cinco años dltimos indica
que, pese a haberse revisado la mayor parte de los programas y a haberse formulado recomenda-
ciones para su nuevo planteamiento, se han seguido registrando retrocesos en algunos países,
mientras que en otros parece inminente el deterioro de la situación. Importa señalar, no obs-
tante, que este deterioro no es general, pues hay países en que los progresos realizados han
sido satisfactorios, lo que muestra que la erradicación no es un objetivo inalcanzable.
1
Act, Of, Org. Mund, Salud, 1974, № 217, pág. 25.
2 ^ Manual de Resoluciones y Decisiones, Vol. I., 1948-1972, resolución WHA22.39, págs. 80-81.
EB55-/WP/2 Página 2
En los países de Africa situados al sur del Sahara no se han organizado todavía activida-
des antipalúdicas de alcance nacional. Algunos gobiernos están procurando suministrar medica-
m e n t o s antipaliSdicos a la población, pero todos los esfuerzos realizados, sea ese suministro
de medicamentos o incluso el tratamiento quimioprofiláctico de ciertos grupos, no han alterado
de modo apreciable el grado de endemicidad palúdica en dichos países. La importancia concedi-
da al fortalecimiento de los servicios sanitarios básicos ofrecerá sin duda una perspectiva
muy alentadora à largo plazo, pero puede no tener repercusiones inmediatas en la situación.
No se ignora que, habida cuenta de las numerosas y complejas dificultades que han de afrontar
los gobiernos y de las particulares condiciones ecológicas que favorecen la transmisión del
paludismo, sería prematuro acometer programas antipaludicos costosos. Sin embargo, si se pre-
tende modificar poco o mucho el grado de endemicidad palúdica y las tasas de morbilidad y de
mortalidad causadas por la infección, hace falta emplear un método más sistemático en el sumi-
nistro de medicamentos y proteger a los escolares durante los periodos del año en que la trans-
misión es más intensa.
En las páginas que siguen se dan detalles sobre la actual situación del programa antipalú-
dico , s o b r e la posibilidad de llevar a cabo la erradicación del paludismo en determinadas zonas
geográficas y sobre la acción que habrán de emprender en años venideros los gobiernos y la OMS.
Problemas de conjunto que afectan a la marcha del programa
3 Ya en 1960 el Comité de Expertos en Paludismo, en su octavo informe, analizo las posibles
causas de los fracasos habidos en los programas de erradicación del paludismo y expuso detalla-
damente los problemas técnicos, operativos y administrativos con que se había tropezado. El
citado Comité de Expertos dio una definición de las zonas difíciles en su décima reunión4
y de
nuevo en 1967, en su 1 3a
reunión,^ hizo una detenida evaluación del estado de los programas de
erradicación del paludismo, junto con un análisis de los principales factores que influían en
la marcha de los programas. Parece difícil añadir otras posibles causas a aquellas a que se
achacaron los retrocesos y la disminución de los progresos hechos en la ejecución del progra-
m a . Por lo general, un examen del programa actual indica que las causas observadas hace algu-
nos años siguen siendo los principales motivos a que obedece la situación actual, aunque es
cierto que algunos de esos motivos han adquirido dimensiones nuevas y mayores.
En vista de lo que antecede, cabe formular las siguientes preguntas :
¿Es en definitiva practicable la erradicación del paludismo tal y como actualmente se
concibe?
De haberse previsto a tiempo las posibles causas de los fracasos y de haberse confirmado
que, en efecto, ésas eran las causas verdaderas en una etapa relativamente temprana de
la ejecución del programa ¿hubieran podido hacer algo los gobiernos y la OMS para evitar
contratiempos y garantizar la marcha del programa?
¿Es suficiente el grado de desarrollo técnico en relación con los medios de lucha antipa-
ludica para hacer frente a todas las situaciones ecológicas?
3 O r g . Mund. Salud Ser. Inf. Técn., 1961, № 205.
4 Org. Murid. Salud Ser. Inf. Técn., 1964, № 272.
5 O r g . Mund. Salud Ser. Inf. Técn., 1967, № 357.
EB55-/WP/2 Página 3
¿Está suficientemente organizada la infraestructura en todos los países que han emprendi-
do programas de erradicación?
¿Se dispone de suficientes conocimientos, tanto a nivel nacional como internacional para
abordar la presente situación?
¿Tienen ciertos problemas técnicos, como la resistencia de los vectores a los insectici-
das y de los plasmodios a los medicamentos, importancia bastante para justificar la renun-
cia a la erradicación?
A estas preguntas podrían, por supuesto, añadirse otras relativas a los costos, a los be-
neficios previstos y a la capacidad de financiación de los gobiernos.
En primer lugar, ha de afirmarse que no hay nada erróneo en la noción de erradicación del
paludismo. Su practicabilidad ha quedado demostrada en un número considerable de casos. La
OMS ha inscrito en un registro a más de veinte países en los que se ha certificado la erradi-
cación. En cuanto a las otras preguntas, convendría tener en cuenta la influencia recíproca
de numerosos factores, algunos de los cuales se señalan a continuación.
Un programa de erradicación del paludismo en un periodo previamente fijado es, de hecho,
un programa de urgencia, lo que no impide, sin embargo, que requiera estabilidad en lo que res-
pecta a la planificación, la regularidad con que se apliquen las medidas adoptadas y la perma-
nencia del personal durante el periodo señalado. Por su propia naturaleza, estos requisitos
imponen a menudo cierta rigidez en la aplicación de los criterios o en la ejecución de los pla-
nes de operaciones. Por ejemplo, en la delimitación de las etapas del programa, se observaron
más estrictamente los plazos previstos en el plan de operaciones que los criterios relativos
a la situación epidemiológica. La terminología usada en los programas de erradicación del pa-
ludismo se convirtió en algo sacrosanto y el paso de una zona a la fase de consolidación o de
mantenimiento se convirtió en una cuestión de prestigio más bien que en un criterio operativo
basado en una evaluación epidemiológica. De este modo se llegaron a crear incluso nuevas ex-
presiones como "fase preliminar de la consolidación ’ ’, "fase avanzada de la consolidación" y
"fase preliminar del mantenimiento", con el fin de indicar que se iban haciendo progresos y de
mantener así una especie de statu quo mientras los organismos internacionales y bilaterales
seguían prestando ayuda. Sin embargo, en los dos últimos años los gobiernos han tenido que
afrontar no pocas dificultades como consecuencia del cese de la ayuda internacional o bilate-
ral y, con la grave crisis económica provocada en todo el mundo por la inflación monetaria,
los fracasos han sido inevitables. Ha de recordarse, por otra parte, que los gobiernos han
tropezado también con dificultades de otra índole. La prioridad otorgada inicialmente al pa-
ludismo se ha extendido después a otras actividades, como la erradicación de la viruela, la
planificación de la familia en cuanto elemento integrante de la asistencia maternoinfantil y,
ante todo, la organización de servicios generales de salud. Por su parte, la OMS ha seguido
prestando asesoramiento técnico a los gobiernos que habían iniciado programas de erradicación,
pero se ha limitado a señalar los problemas planteados y a dar una orientación técnica de con-
junto. Al mismo tiempo, se facilitaron servicios consultivos sobre asuntos técnicos del modo
habitual, sin dar la voz de alarma ante una situación que se iba deteriorando y que había de
tener consecuencias epidemiológicas graves.
No existe una fórmula general que permita remediar la situación en todos los países. Sin embargo,
una lista de problemas concebida en función de las cuestiones antes mencionadas podría ser de
utilidad para el estudio de los programas en los distintos países. Esos problemas concretos
podrían clasificarse como sigue:
a) Inflación mundial y falta de recursos financieros para sostener los programas de
erradicación del paludismo;
EB55/WP/2 Pagina 4
b ) escasez de insecticidas;
c ) resistencia de los vectores a los insecticidas;
d) resistencia de los plasmodios a los medicamentos;
e) falta de personal capacitado;
f) estado rudimentario de los servicios de salud publica y del conjunto de la infraes-
tructura de los países;
g) falta de nuevos medios de lucha antipalúdica.
En la fase inicial de ejecución de los programas de erradicación del paludismo, el costo
per capita, con inclusión de insecticidas, medios de transporte, operaciones de vigilancia y
administración del programa, oscilaba entre $〇,12 y $0,30. El precio de los insecticidas no
ha variado hasta hace relativamente poco tiempo, pero el aumento de los sueldos y del precio
de los transportes ha hecho aumentar el costo por habitante de los programas. La reciente
subida del precio de los insecticidas, a raíz de la cual el DDT cuesta el doble de lo que cos-
taba , u n i d a a la subida general de gastos en concepto de sueldos, transportes, combustible y
administración de los programas, ha hecho que la situación resulte muy difícil para muchos
países. Debe recordarse que en un número considerable de éstos no ha habido ninguna subida
apreciable de las asignaciones presupuestarias correspondientes al programa y que, por consi-
guiente , l o s fondos disponibles sólo permiten proteger al 50% de la población.
Aunque el principio fundamental de la erradicación del paludismo, es decir la cobertura
en el espacio y en el tiempo con insecticidas y operaciones de vigilancia, no se haya aplicado
nunca al 100%, la cobertura conseguida, que va del 85 al 95% según la situación epidemiológica,
ha dado resultados excelentes, hasta llegar en muchos casos a la interrupción de la transmi-
sión . En algunos países, sin embargo, no se logró un porcentaje tan alto ni siquiera cuando
se recibía una ayuda financiera adecuada y por eso hubo que prorrogar bastante más de lo ini-
cialmente previsto las llamadas и
operaciones de la fase de ataque", es decir, la cobertura con
insecticidas. En vista de la situación financiera actual, se comprende que los gobiernos no
puedan proponerse objetivos tan perfectos.
En los últimos años ha planteado un problema la escasez de insecticidas provocada por la
decisión tomada en muchos países desarrollados de dejar de producir DDT o de prohibir su uso
para evitar la contaminación del medio. A pesar de que había razones (entre ellas una decla-
ración de la OMS) que indicaban claramente la necesidad de utilizar insecticidas para los ro-
ciamientos de acción residual de las viviendas en ejecución de programas de salud publica, vi-
no a complicar todavía más el problema el hecho de que las fábricas redujeron, y en muchos ca-
sos interrumpieron, la producción de DDT técnico y la formulación de polvos humectables para
programas de erradicación del paludismo. Estas son las razones objetivas de la falta de D D T .
Hay, sin embargo, un elemento subjetivo, que es el retraso en el pedido de grandes cantidades
de insecticida, a consecuencia del cual ha sido imposible obtenerlos a tiempo, especialmente
si se tienen en cuenta las nuevas condiciones. La India es un buen ejemplo de esa situación
a la que al mismo tiempo cabe achacar en gran parte el aumento de la transmisión en los últi-
mos años.
La resistencia de los vectores del paludismo a los insecticidas es un problema cada día
más grave. Muchas especies han adquirido una resistencia fisiológica al DDT o a otros hidro-
carburos clorados, e incluso a algunos compuestos organofosforados. Es posible que el grado
d e resistencia de algunos vectores de ciertas zonas no impida todavía el empleo de los mismos
6
A c t . O f . Org. M u n d . Salud, № 176, pág. 19 (resolución WHA22.40).
EB55-/WP/2 Página 5
insecticidas en las operaciones; sin embargo, en otros muchos casos, hace falta emplear insec-
ticidas distintos, lo que de paso supone un aumento de los gastos acarreados por el rociamien-
to de las viviendas con productos de acción residual.
No se considera que la resistencia de algunas especies de plasmodios a determinados me-
dicamentos antipalúdicos sea un importante obstáculo para la buena marcha de los programas.
No obstante, es preciso tener en cuenta la resistencia de P . falciparum a la cloroquina en
una zona del sudeste de Asia que incluye países tanto de la Región de Asia Sudoriental como
de la Región del Pacífico Occidental, fenómeno que según algunos indicios se está extendiendo
hacia el oeste y también por América del Sur. Si bien la cloroquina puede seguir siendo efi-
caz como remedio clínico, en los casos de infecciones por cepas resistentes de P. falciparum
tal vez haga falta un tratamiento con otros medicamentos antipalúdicos para impedir las recaí-
das , l o que implica un aumento de los gastos de adquisición de medicamentos y de remuneración
del personal necesario para administrarlos.
Por muy increible que parezca, no es menos cierto que en la actualidad sigue faltando
personal con la debida formación y experiencia. En el momento de emprenderse el programa de
erradicación del paludismo, se crearon muchos centros nacionales e internacionales de forma-
ción en los que durante cerca de 20 años se instruyó a varios miles de médicos y de entomólo-
gos y a decenas de miles de auxiliares. A pesar de ello, son muchas las dificultades con que
hoy tropiezan los gobiernos para contratar personal capacitado en número suficiente para eje-
cutar los programas de erradicación del paludismo. En realidad, los cursos sobre erradica-
ción del paludismo para personal profesional se basaban en las necesidades de ejecución de un
programa de erradicación del paludismo y, por consiguiente, no se daba en ellos a los médicos
la formación más amplia correspondiente a toda una especialidad que hubiera asegurado su ca-
rrera en los servicios sanitarios nacionales gracias al reconocimiento de sus títulos. Este
fue probablemente uno de los principales motivos de la continua rotación de personal profesio-
nal registrada en los servicios nacionales de erradicación del paludismo.
Se admite desde hace mucho tiempo que una campaña en masa tiene que estar firmemente
respaldada, si sus consecuencias han de ser duraderas, por los servicios sanitarios generales.
Muy poco tiempo después del comienzo del programa mundial de erradicación del paludismo, la
OMS señaló y preconizó enérgicamente la necesidad de reforzar los servicios sanitarios genera-
les y de contar con su apoyo para los programas de erradicación del paludismo. La experiencia
ha mostrado, sin embargo, que la organización de los servicios sanitarios es un proceso rela-
tivamente lento, que no puede correr parejas con la ejecución de los programas de erradicación
del paludismo. La integración de los servicios de erradicación del paludismo en los servicios
generales de salud propugnada ya a mediados del decenio de I960 estaba de hecho condenada al
fracaso, porque en muchos casos o esos servicios no existían o eran tan rudimentarios que no
había prácticamente nada que integrar. Aparte de las dificultades objetivamente suscitadas
por la integración de estas dos clases de servicios, los directores de algunos programas na-
cionales de erradicación del paludismo insistieron en la necesidad de mantener la independen-
cia y la autonomía financiera de sus servicios y consiguieron su propósito. En algunos países
del sudeste de Europa, los programas de erradicación del paludismo han estado a cargo de ser-
vicios antipalúdicos integrados en los servicios de salud, pero las especiales circunstancias
de dichos países facilitaron la integración, método que tuvo bastante éxito. La compleja
cuestión de la organización de los servicios de salud se presenta por separado y corresponde
a otro punto del orden del día de la presente reunión del Consejo Ejecutivo; tal es la razón
de que no se examine aquí en detalle. No obstante, importa advertir que no hay una solución
generalmente aplicable y que la utilización de la actual plantilla de personal sanitario exi-
ge flexibilidad, si se tiene en cuenta que es el servicio el que ha de hacerse llegar a la
población.
EB55-/WP/2 Página 6
Es enorme el volumen en las investigaciones practicadas en los últimos quince años en re-
lación con el paludismo. Como se indica en las práginas que siguen, se han adquirido nuevos
conocimientos sobre el parásito, sobre su metabolismo y supervivencia y sobre otras cuestiones,
en particular la respuesta inmunol6gica, lo que permite concebir esperanzas en cuanto a una po-
sible inmunización contra el paludismo. También se han hecho descubrimientos en lo que respec-
ta a los vectores, sobre todo en el sector de las técnicas genéticas, lo que facilita la iden-
tificación de especies de la misma familia. Han continuado los estudios encaminados a descu-
brir insecticidas y medicamentos nuevos y gracias a ellos se dispone ahora de algunos compues-
tos a base de carbamatos y de compuestos orgánicos del fosforo. En cambio, los considerables
esfuerzos desplegados con objeto de encontrar nuevos medicamentos antipaludicos han tenido me-
nos éxito y los pocos productos descubiertos no están todavía disponibles• Para resumir los
resultados de los estudios podría decirse que, excepción hecha de dos o tres insecticidas ya
conocidos, no cabe esperar que se disponga en fecha próxima de nuevos medios para combatir el
paludismo. En consecuencia, al planear sus actividades de lucha antipaludica, los gobiernos
de los países interesados habrán de contar sólo con los medios ya existentes.
Reanudación de la transmisión en zonas inicialmente exentas de paludismo
En los últimos años se viene notificando un numero considerable de casos importados de pa-
ludismo en países de Europa, América del Norte y algunos de Asia occidental donde no había ha-
bido transmisión local durante varios afios. No se han comunicado en Europa episodios epidémi-
cos con transmisión local secundaria, pero en los diez o doce últimos años los Estados Unidos
han notificado tres episodios de esa índole. Una evaluación de la importancia epidemiológica
del paludismo importado indica que los casos de este género se observaron en ciudades y otras
zonas de países exentos de paludismo donde la transmisión no sobrevendría en ningún caso; sin
embargo, no cabe excluir en adelante la transmisión secundaria. El factor más inquietante es
que la tasa de mortalidad entre los casos importados de paludismo viene siendo bastante alta.
Los servicios de salud de los países que han conseguido erradicar el paludismo en los úl-
timos diez o doce años habrán de proseguir sus actividades de vigilancia y en particular las
observaciones entomológicas, para poder determinar las posibilidades de que la transmisión se
reanude en esas zonas. Al mismo tiempo, y dado que la joven generación de médicos probable-
mente no ha visto nunca casos palúdicos, será preciso que las escuelas de medicina, los cen-
tros de estudios superiores y las asociaciones médicas expongan a la profesión el peligro que
representan los casos palúdicos importados, en primer lugar para el enfermo, pero también para
la colectividad.
El auge de los viajes internacionales y del turismo representa una fuente importantísima
de ingresos para muchos países en desarrollo. Reducir el comercio turístico puede agravar las
dificultades económicas de los países interesados. Como el paludismo es relativamente fácil
de prevenir por la quimioprofilaxis, conviene insistir en este aspecto más que en los riesgos
a que un visitante o un turista se expone al visitar zonas todavía palúdicas. La OMS ha pu-
blicado en el boletín epidemiológico semanal detalles sobre la notificación de casos palúdicos
importados, zonas exentas de paludismo y zonas donde la transmisión palúdica existe, así como
instrucciones sobre la quimioprofilaxis.7
La propagación del paludismo en el interior de un país a comarcas recientemente liberadas
de esa enfermedad es de importancia epidemiológica mucho mayor y, al mismo tiempo, bastante
más difícil de combatir. En efecto, la reaparición del paludismo en muchos países de Asia,
1
Relevé épidém, hebd,; Wkly Epidem, R e c ” № 3, 1973, págs. 25-45.
EB55-/WP/2 Página 7
América del Sur y Centroamérica ha sobrevenido como consecuencia de la importación de un reser
vorio de parásitos en comarcas ya libres del paludismo. Esto significa que las zonas recién
liberadas de la enfermedad necesitan una vigilancia mucha más estricta para mantener la situa-
ción; con tal fin, el Comité de Expertos de la OMS en Paludismo ha establecido los oportunos
métodos y criterios en varios de sus informes, especialmente en los informes 1 5o
® y 16°.^
Viabilidad de la erradicación del paludismo en las actuales circunstancias*
Los principios y métodos para evaluar la viabilidad de la erradicación se han enunciado
en los informes 15° y 16° del Comité de Expertos en Paludismo. A este respecto, el punto más
importante que han de considerar los gobiernos es el de distinguir entre la viabilidad técni-
ca, es decir, la posibilidad de interrumpir la transmisión del paludismo por los medios hoy
disponibles, y la viabilidad general, que ha de tener en cuenta la infraestructura existente,
los recursos financieros y de personal de un país, y la posibilidad de seguir facilitando apo-
yo en la medida necesaria mientras dure el programa. La experiencia hasta ahora adquirida en-
seña que, salvo los países de Africa situados al sur del Sahara, en todas las demás partes del
mundo la transmisión palúdica podría reducirse a niveles insignificantes. Sin embargo, pasar
desde ese bajo nivel de endemicidad a la erradicación total es camino largo y penoso, lo cual
ha de recordarse al evaluar la viabilidad de la erradicación. La experiencia demuestra que
hay zonas geográficas donde la erradicación es asequible en un futuro próximo, y que en otras
zonas no hay por ahora otra posibilidad que la lucha continua contra el paludismo. Por ejem-
plo, en países del norte de Africa y del litoral oriental del Mediterráneo, la erradicación
del paludismo es asequible en un futuro próximo, así como en algunos países de Asia occiden-
tal , p o r ejemplo el Irán, Irak y Jordania. No obstante, aunque en la Iridia, Paquistán y
Bangladesh la erradicación del paludismo es técnicamente factible, los recursos financieros
de esos países no permitirían implantar programas completos de erradicación del paludismo a
plazo fijo. Por otra parte, la población vulnerable en esos tres países es tan grande que,
de no hacerse todos los esfuerzos posibles para mantener a bajo nivel la transmisión palúdica,
sobrevendrán graves epidemias que afectarán a decenas de millones de personas. En Birmania,
Filipinas, Indonesia, Laos, República Khmer, Tailandia y Viet-Nam, habrá que mantener también
las actividades antipalúdicas durante varios años, por razones técnicas, operativas y adminis-
trativas . E n Malasia, la erradicación del paludismo parece asequible, pero habrá que redoblar
el esfuerzo porque, con el nivel actual de ejecución de las operaciones de lucha y los cre-
cientes problemas técnicos, podría peligrar la erradicación. En algunas islas del Pacífico
cabría conseguir la erradicación por aplicación prolongada de medidas sistemáticas de lucha.
En América del Sur y Centroamérica, los gobiernos han expresado su vivo deseo de prose-
guir el esfuerzo de erradicación del paludismo, pero las condiciones ecológicas en varios paí-
ses, y las dificultades ecológicas, operativas y administrativas en otros, exigen una inten-
sificación de dichos esfuerzos.
o Org. Mund. Salud Ser. Inf. Técn., 1971, 467.
9 Org. Mund. Salud Ser. Inf. Técn., 1974, 549.
* En el presente estudio, la viabilidad de erradicar se considera como una meta de las
actividades antipaludicas emprendidas y no como un procedimiento de programa de aplicación
sujeta a un plazo estricto.
EB55-/WP/2 Página 8
Tiene particular importancia en esa parte del mundo la distinción entre viabilidad téc-
nica y viabilidad general. No obstante, en ciertas comarcas de Venezuela y de Brasil, así co-
mo en Argentina, Paraguay, Bolivia, Peru y Ecuador, la posibilidad de conseguir la erradica-
ción del paludismo es mayor que en algunos países de Centroamérica donde las dificultades téc-
nicas , o p e r a t i v a s y administrativas no permitirán lograr en fecha previsible la erradicación.
Los ejemplos recién citados son sólo unos pocos, pero en cada caso los gobiernos, junto
con la OMS y otros organismos internacionales o bilaterales, tendrán que efectuar un estudio
minucioso al considerar la viabilidad de erradicación del paludismo.
En cuanto a los países de Africa al sur del Sahara, la información sobre viabilidad de
la lucha antipaludica se da en el anexo al presente documento. Sería sin duda desastroso pro-
nunciarse con un criterio dogmático por la erradicación o por la espera inactiva hasta que los
servicios de salud estén desarrollados. Por ello, los intentos de reducir la transmisión, te-
niendo en cuenta las condiciones ecológicas de las distintas zonas, habrán de efectuarse con
los medios disponibles, y para esto se dan orientaciones en el informe de la Conferencia In-
terregional de la OMS sobre la lucha antipaludica en los países donde la erradicación a plazo
fijo es todavía i m p o s i b l e .1 0
Formación
El tan elogiado programa de formación para profesionales y auxiliares, establecido du-
rante las primeras fases del programa general de erradicación del paludismo, ha contribuido
mucho a la ejecución de los proyectos nacionales de erradicación. Hay que admitir que todo
el programa de formación se concibió como una capacitación a corto plazo que proporcionaría
las técnicas necesarias con el fin de dotar a los programas del personal exigido para ejecutar
las actividades de erradicación. Esa formación tiene inconvenientes, sobre todo en lo que ata-
ñe al personal de categoría profesional. Los objetivos muy concretos de esa formación, y el
hecho de que ésta no aportaba amplios conocimientos científicos ni diplomas que acreditasen
la condición profesional del alumno, fueron las razones principales del tremendo trasiego de
personal. En la fase actual, y teniendo presente la experiencia pasada, se necesitarían tres
tipos de formación para las categorías profesionales:
a) formación básica en epidemiología del paludismo y de otras parasitosis, con los ele-
mentos de salud pública indispensables, entre ellos el trabajo en laboratorio y sobre el
terreno, con posibilidad de obtener un título de especialización;
b) cursos relativamente cortos que proporcionen conocimientos técnicos en consonancia
con determinados objetivos para la ejecución de los programas antipaludicos;
c) cursillos o formación del tipo de aprendizaje, para completar la formación del perso-
nal profesional ya contratado.
La OMS adopta medidas para asegurar el establecimiento del tipo de curso que se indica
en el apartado a); muy probablemente, y gracias al apoyo del Gobierno del Irán, el primero de
esos cursos comenzará en Teherán en septiembre de 1975. Se estudia la posibilidad de organi-
zar el mismo curso en lengua francesa.
1 0
O r g , Mund, Salud Ser, Inf, Técn,, 1974, № 537.
EB55-/WP/2 Página 9
Como ciertos países necesitan ejecutar programas de lucha o de erradicación, habrán de
seguir funcionando los centros nacionales de formación; tal es el caso, por ejemplo, de los
centros de Filipinas, la India, Malasia; Sri Lanka y Papua Nueva Guinea. La OMS facilita ya
asistencia a algunos de esos centros y seguirá proporcionándola en forma de asesoramiento
técnico. Para el tercer tipo de formación que se menciona en el apartado c) la OMS seguirá
facilitando información a los Estados Miembros sobre las diversas posibilidades de diferen-
tes instituciones y, en la medida en que lo permitan los recursos financieros disponibles,
concederá becas para asistir a esos cursos. A este respecto, obsérvese que la prioridad de
la formación habrá de evaluarse en función de la prioridad concedida por los gobiernos a los
programas antipalúdicos.
Investigaciones
Desde que en 1958 la OMS inició el programa de investigaciones antipalúdicas, se han con-
certado muchos acuerdos de investigación con diversas instituciones de todo el mundo. Infor-
mes detallados de esas investigaciones se presentaron al Comité Consultivo de Investigaciones
Médicas en 1963, 1968 y 1973, y el Director General ha informado sobre ese tema al Consejo Eje-
cutivo y a la Asamblea Mundial de la Salud.
No cabe duda de que muchos aspectos importantes de las investigaciones sobre paludismo
han quedado aclarados total o parcialmente, por ejemplo la respuesta inmunológica del huésped
a los plasmodios, el ciclo vital del parásito, la bionomía de los vectores, la resistencia fi-
siológica y de comportamiento del vector, el modo de acción de algunos medicamentos antipalú-
dicos y la resistencia de los plasmodios a algunos de ellos, la preparación de nuevos compues-
tos antipalúdicos y el ensayo de nuevos insecticidas y de otros posibles métodos de lucha, bio-
lógicos o genéticos, así como las posibilidades de inmunización activa contra el paludismo.
Además de fomentar y coordinar las investigaciones sobre paludismo, la OMS ha publicado
en los 16 últimos aflos más de 800 notas mimeografiadas sobre resultados de trabajos de inves-
tigación o de observaciones prácticas, notas que se han distribuido profusamente a los mala-
riólogos y a los investigadores del mundo entero. Algunas de esas notas se publicaron además
en el Bulletin de la OMS. En 1971 y 1973 se organizaron dos simposios sobre investigaciones
relativas al paludismo. El primero, organizado conjuntamente por el Servicio de Salud Públi-
ca de los Estados Unidos y por la OPS, se celebró en El Salvador en 1971, y el segundo en
Marruecos en 1974. Esos simposios contribuyeron sin duda a sistematizar las investigaciones
y a concentrar el esfuerzo en ciertas prioridades que probablemente proporcionarán nuevos ins-
trumentos prácticos para combatir el paludismo.
Cabe preguntarse cuál es la situación actual de las investigaciones antipalúdicas en lo
referente a nuevos medios para combatir la enfermedad.
Entre los nuevos compuestos insecticidas, el malatión y el propoxur han sido ya introdu-
cidos en los programas antipalúdicos como insecticidas de sustitución, y la OMS está ya termi-
nando la Fase VII del ensayo del OMS—43 (fenitrotión), del que se dispondrá después para usos
operativos.
En cuanto a la quimioterapia del paludismo es enorme la labor realizada; por desgracia,
todavía no cabe fundar en ella muchas esperanzas. Sin embargo, el programa de investigaciones
sobre clasificación y ensayo de nuevos compuestos antipalúdicos efectuado en los Estados
Unidos, que se extendió a 214 000 compuestos químicos, ha permitido seleccionar cuatro grupos
de compuestos que necesitan solamente el ensayo definitivo, tanto clínico como práctico. En
vista de su importancia, la quimioterapia seguirá recibiendo atención preferente de la OMS,
sobre todo en lo que se refiere a los ensayos prácticos definitivos. Otro tema de considera-
ble interés es la posibilidad de obtener un agente inmunizante contra el paludismo. Los alentadores
EB55-/WP/2 Página 10
resultados obtenidos hasta ahora revelan que los esporozoitos irradiados protegen del paludis-
mo de los roedores. Unos cuantos estudios realizados con esporozoitos de P. falciparum en el
hombre indican que la inmunidad desarrollada cuando se inocula gran número de esporozoi tos
irradiados permite recibir la amenaza de los esporozoitos normales. A causa de las diferencias
individuales y del pequeño número de casos estudiados, no cabe formular una conclusión defini-
tiva, pero se trata ciertamente de una orientación prometedora. En trabajos más recientes, en
los que se utilizaron merozoitos como material biológico del agente inmunizante, se obtuvieron
también resultados alentadores; por supuesto, se seguirá trabajando en esa dirección. Se re-
quieren muchas investigaciones colaterales para obtener suficiente material biológico con que
preparar un agente inmunizante para el cultivo in vitro del parásito en ciertas fases de su
desarrollo. También se- han estudiado otros posibles métodos de combatir el paludismo, como los
de tipo biológico y los de lucha genética contra los vectores. Se observa ya claramente que
estos procedimientos, aunque podrían ser eficaces en ciertos casos, tendrán probablemente apli-
cación modesta en lo inmediato.
En resumen, las intensas investigaciones realizadas acerca del paludismo nos han propor-
cionado muchos conocimientos nuevos. Sin embargo, para uso inmediato se dispone sólo de algu-
nos nuevos insecticidas y de equipo perfeccionado para su aplicación. Hay esperanzas fundadas
respecto de la quimioterapia y los agentes inmunizantes, pero pasará algún tiempo hasta que
esos medios lleguen a tener aplicación práctica.
Ayuda de la OMS a los Estados Miembros
Desde que comenzó el programa general de erradicación del paludismo, la asistencia de la
OMS a los Estados Miembros ha consistido en la prestación de asesoramiento técnico a los países,
y el envío de algunos suministros o equipo y , excepcionalmente, en la financiación de los gas-
tos locales. En el momento en que esa asistencia tuvo mayor volumen había unos 500 puestos pa-
ra personal profesional, auxiliar y administrativo con destino en los países, en las Oficinas
Regionales y en la Sede. Desde 1967, como consecuencia del desarrollo de los conocimientos
técnicos nacionales y del progreso de determinados programas, empezó a registrarse una gradual
disminución del número de puestos. A finales de 1974 hay solamente unos 190 en toda la Organi-
zación.
En todos los casos, la asistencia de la OMS en forma de servicios consultivos se ha pres-
tado a petición de los gobiernos y en virtud de acuerdos mutuos. En la etapa inicial, esa asis-
tencia era indispensable por la falta de personal nacional adiestrado y experimentado, y hubo
casos en que el personal de la OMS ejecutaba realmente el programa antipalúdico. La constante
prestación de servicios consultivos ha influido sin duda favorablemente en los programas de
erradicación del paludismo de varios países, pero en los actuales momentos conviene reexaminar
el tipo de asesor amiento técnico que proporciona la Organización.
Ante todo, la flexibilidad de criterio recomendada en la estrategia revisada se extiende
a los servicios consultivos. Por consiguiente, la composición tradicional de los grupos de
acción antipalúdica (malariólogos, entomólogos, técnicos de saneamiento y técnicos de labora-
torio) no sigue siendo forzosamente válida. Hay países que necesitan sólo servicios muy espe-
cializados , c o n fines de evaluación y planificación; otros, para la gestión del programa, y al-
gunos para la formación de personal nacional. Sin embargo también se requiere a veces la pre-
sencia de personal internacional auxiliar. Puede ocurrir que varios países compartan el aseso-
ramiento técnico del personal de la OMS, que en tales casos contribuirá aún más a coordinar los
esfuerzos en una misma zona geográfica. Teniendo en cuenta los modestos recursos disponibles,
conviene que el asesoramiento técnico de la OMS se utilice únicamente cuando los consul tores
nacionales no basten para dar el impulso necesario a un programa en curso o cuando haya de ini-
ciarse un programa con fines de evaluación. A tales fines deberá orientarse sobre todo la uti-
lización del asesoramiento técnico de la OMS por parte de los Estados Miembros; sin embargo,
EB55/WP Página
como ya se ha dicho, puede haber casos que requieran justificadamente los servicios de consulto-
res de la Organización. Otro aspecto muy importante referente a la asistencia de la OMS y al
asesoramiento técnico es la prioridad que el gobierno conceda al programa antipalúdico.
Cabe mencionar otros tipos de asistencia de la OMS, como la organización de actividades de
formación, la coordinación general o la ejecución de investigaciones operativas que permitan
establecer métodos más económicos para interrumpir la transmisión del paludismo, y la organi-
zación de reuniones y conferencias, incluida la difusión de ciatos.
Además del asesoramiento suplementario que proporciona la OMS, ésta puede ayudar a los
gobiernos a planificar las necesidades tanto de insecticidas en uso como de productos de sus-
titución. La Organización podría ayudar a los gobiernos a examinar con los fabricantes la dis-
ponibilidad de insecticidas, indicar a aquéllos las posibles fuentes de aprovisionamiento y,
en ciertos casos, adquirir insecticidas cuyo importe reembolsarían luego los países. Convendría,
a ese proposito, efectuar una pronta planificación, para que la OMS preparase una lista provi-
sional de pedidos que se presentaría a los fabricantes de insecticidas. No cabe duda de que
esto aceleraría y aseguraría la obtención de insecticidas para las campañas antipalúdicas.
La OMS seguirá ejerciendo su función coordinadora. Con este fin, cabría utilizar los ser-
vicios del personal técnico de la Organización para la coordinación interpaíses o para el esta-
blecimiento de planes que se presentarían a los organismos internacionales y bilaterales. Así
se ha hecho con frecuencia hasta ahora, pero convendrá seguir haciéndolo para intensificar
esos tipos de actividad. También en este caso han de tenerse en cuenta las prioridades genera-
les del país dentro de su programa sanitario y la necesidad de un apoyo constante. Otro ejem-
plo es la necesidad de restablecer los comités nacionales encargados de los programas antipa-
lúdicos, que han de ser multidisciplinarios en su composición y cuyo funcionamiento podrá ser
estimulado y asistido por la OMS.
En modesta escala, la Organización podría facilitar suministros y equipo, pero sólo en
circunstancias muy especiales. En cuanto al equipo, los países ricos debieran aportar una
mayor contribución a la Cuenta Especial para la Erradicación del Paludismo que se proyecta de-
nominar Cuenta Especial para Actividades Antipalúdicas. Los donativos podrían destinarse en
especial a suministros y equipo, a investigaciones o formación, e incluso a determinadas zonas
geográficas.
Conclusiones
La situación de la campaña antipalúdica ha empeorado en muchas partes del mundo, y la situa-
ción seguirá deteriorándose si los gobiernos no adoptan enérgicas medidas para detener la re-
crudescencia de la enfermedad. Como se ha indicado en el presente trabajo, la situación actual
proviene de un complejo conjunto de factores, tanto operativos como administrativos, que han
dado lugar a la reducción de las operaciones antipalúdicas. Por tales motivos no se han apli-
cado , e n muchos casos, las recomendaciones de los grupos de inspección, ni la estrategia revi-
sada de la erradicación del paludismo.
No cabe duda de que los problemas técnicos, como la resistencia de los vectores a los
insecticidas o la resistencia de los plasmodios a los medicamentos, han influido en la mar-
cha de ciertos programas. Sin embargo, los motivos principales del retraso de los fracasos
han sido de índole operativa y administrativa. Insuficiencia de recursos, defectos de planea-
miento y gestión, demoras en la ejecución de los programas o ejecución incompleta de éstos
han contribuido mucho a la situación actual. A esos factores cabría añadir el efecto de la
integración prematura de las actividades antipalúdicas en los servicios generales de salud
sin una planificación adecuada, lo que ha sido perjudicial para la situación epidemiológica
en algunos países•
/2
EB55-/WP/2 Página 12
Sin embargo, hay varios países con buenas perspectivas de conseguir la erradicación del
paludismo en una fecha previsible. En el presente trabajo se han dado ejemplos de países y
de zonas geográficas donde las perspectivas son favorables. Hay una gran variedad de situa-
ciones en otros países en los que sería técnicamente factible erradicar el paludismo, pero
las actuales y complejas dificultades no permitirán lograr la erradicación a plazo fijo.
Esos países habrán de proseguir por algún tiempo sus actividades antipalúdicas.
En Africa, la situación epidemiológica ha permanecido al mismo nivel. Se cree, no obs-
tante, que algunos países podrían iniciar con éxito actividades de lucha antipalúdica, no só-
lo para disminuir los sufrimientos humanos sino para reducir también el índice de transmisión.
Ahora bien, para alcanzar este objetivo los gobiernos tendrán que fijar sus prioridades y
atacar el problema del paludismo con mayor energía•
Del análisis precedente se deduce que, pese a la complejidad de los problemas planteados,
los gobiernos habrán de revisar la prioridad que han concedido al programa antipalúdico te-
niendo en cuenta los recursos financieros y de personal y las posibilidades de seguir contan-
do durante muchos años todavía con el apoyo necesario. En la mayoría de los países se ha mo-
dificado una y hasta dos veces el programa en los cinco últimos años, y por ello lo que habría
que examinar son las recomendaciones formuladas por los grupos de inspección, teniendo debida-
mente en cuenta los recursos disponibles y las perspectivas de mantenimiento del apoyo requerido
En el ejercicio de su función coordinadora, la OMS seguirá prestando asistencia a los
Estados Miembros y les facilitará el asesoramiento técnico necesario. Sin embargo, conven-
dría revisar los servicios de asesoramiento técnico de la OMS en función de las necesidades
reales de los países y de la prioridad que los gobiernos conceden a sus programas antipalú-
dicos . Algunos ejemplos de reorganización de los servicios de asesoramiento técnico se han
citado al examinar la ayuda de la OMS a los Estados Miembros. En circunstancias especiales,
la OMS podría también aportar pequeñas cantidades de suministros y equipo, pero únicamente
para situaciones de urgencia y como "ayuda inmediata" en los casos en que se cuente con el
apoyo constante de los gobiernos o de otras fuentes.
Para prestar mayor asistencia a los programas antipalúdicos, sería preciso que los países
que disponen de recursos hiciesen las necesarias aportaciones al Fondo de Donativos para el
Fomento de la Salud: Cuenta Especial para la Erradicación del Paludismo, que se proyecta
denominar en adelante Cuenta Especial para Actividades Antipalúdicas. Como ya se ha indicado,
los donativos pueden asignarse a fines especiales, como la investigación, la formación o el
envío de suministros y equipo, o destinarse a países de determinadas zonas geográficas. Es
de esperar que, basándose en su estudio de la situación del paludismo, el Consejo Ejecutivo
tenga a bien presentar a la 2 8a
Asamblea Mundial de la Salud un informe que incluya las opor-
tunas recomendaciones a los Estados Miembros y alguna orientación sobre el alcance de las
actividades de la OMS en los programas antipalúdicos.
EB5Ô/WP/2 Página 13 ANEXO I
EXAMEN DE LA SITUACION DEL PALUDISMO Y DE LOS PROGRAMAS
ANTIPALUDICOS EN LAS REGIONES DE LA OMS
situación del paludismo en Africa sep-
aproximadamente la misma que en el pa-
1. REGION DE AFRICA
Antecedentes históricos
En 1952, el Profesor Paul F . Russell decía que "la
tentrional, central, oriental y occidental sigue siendo
sado; y la incidencia de la enfermedad oscila entre la hipoendemicidad y la holoendemicidad
en la mayor parte de las zonas en que no se ha emprendido todavía un ataque a f o n d o " . E s a s
palabras siguen siendo válidas en 1975, según puede deducirse del Cuadro AF.1 que debe consi-
derarse meramente indicativo, dada la insuficiencia de los datos obtenidos.
Sin embargo, la lucha antipaludica en Africa al sur del Sahara tiene una larga historia,
y ya a principios del siglo XX hubo en varios países actividades organizadas contra la en-
fermedad.
Cuando se dispuso de insecticidas de acción residual, después de la Segunda Guerra Mun-
dial , a l g u n o s países emprendieron vastos programas de lucha y se obtuvieron excelentes resul-
tados en Madagascar. Mauricio, la Reunion, Rhodesia del Sur, Sudáfrica y Swazilandia. La 1 o
Primera Conferencia sobre Paludismo en Africa Ecuatorial, celebrada en Kampala en 1950, re-
comendó que en la lucha contra el paludismo se emplearan cuanto antes métodos modernos, y co-
mo resultado de esa decisión se iniciaron varios proyectos basados en el empleo de insectici-
das de acción residual en Alto Volta, Camerún, Dahomey, Kenia, Liberia, Nigeria, Senegal,
Tanzania y Togo. En aquellos proyectos piloto no se consiguió la interrupción de la transmi-
sión, pero en todos ellos hubo una reducción de la prevalencia del paludismo, de las tasas de
mortalidad infantil y del número de enfermos asistidos en centros clínicos. Atendiendo las
recomendaciones formuladas por la Segunda Conferencia sobre Paludismo en Africa (Lagos, no-
viembre de 1955), en los proyectos piloto de Liberia y Camerún meridional, ambos en zonas
selváticas, se aplico la cobertura total con rociamientos, que dio por resultado la interrup-
ción de la transmisión palúdica, mientras en las mesetas de Uganda se obtenían análogos re-
sultados en zonas de hiperendemicidad•
Entre tanto, los ensayos de distribución de sal cloroquinada en los proyectos piloto de
Ghana, Tanzania y Uganda, aunque no interrumpieron la transmisión, redujeron drásticamente
los índices palúdicos.
o 1, N 1.
11 A m e r . Jour, trop. M e d . Hig., 1952, Vol
1 2
Org. Mund. Salud Ser. Inf. Teen., 1951, № 38.
EB55/WP/2 . Página 14 Anexo I
NUMERO DE CASOS DE PALUDISMO NOTIFICADOS POR ALGUNOS
Cifra aproximada, casos de P . falciparum generalmente confinados a la fase de ataque.
N o se ha revisado la estrategia. El programa de erradicación del paludismo sigue adheri-
do a la metodología basada en fases y plazos.
INCIDENCIA DEL PALUDISMO
EN
Pos. Nepal
ASIA SUDORIENTAL
Indonesia
U V .、 .6 4
69 — 73
P . falciparum
P.falciparum no se dispone de datos Estimación
EB55/w43/2
página зсл
Anexo I
Cuadro: AS0.3
EB55/WP/2
. Página 36
Anexo I
El Plan de Operaciones del Programa de Erradicación del Paludismo (1960-1974) se estable-
ció partiendo de los conocimientos epidemiológicos acumulados en la larga historia de la lucha
antipalúdica y aumentados con la experiencia obtenida en un proyecto piloto y los resultados
de la encuesta preliminar de la erradicación. Se definieron cuidadosamente los detalles rela-
tivos tanto a los métodos y las técnicas que se debían aplicar para conseguir la erradicación
como a la organización necesaria para ponerlos en práctica. Sin embargo, se observo que el
plan era demasiado optimista en lo que respecta a la tasa de desarrollo de la infraestructura
sanitaria rural y a los resultados de los programas de erradicación del paludismo de los países
vecinos. Además, el plan no era suficientemente concreto en lo que respecta a la cooperación
con los servicios generales de salud en el plano periférico y a las medidas que se debían adop-
tar para la integración del servicio antipalúdico en el servicio general de salud. El progra-
ma siguió muy estrechamente las líneas del plan, pero sufrió ciertos trastornos en 1966 y 1971,
a raíz de los conflictos entre la India y Paquistán, y tuvieron que ponerse en la fase de ata-
que todas las zonas fronterizas con la India.
A finales de 1974, el Gobierno y la OMS elaboraron conjuntamente un nuevo plan de opera-
ciones . De una población total de unos 73 millones, 28 millones habitan en zonas donde se ha
interrumpido ya la transmisión, 36 millones en zonas en la fase de consolidación y 9 millones
en zonas en la fase de ataque. Los casos de РФ falciparum solo se observan en general en las
zonas en la fase de ataque.
El Gobierno prosigue la integración de los programas antipalúdicos en los servicios gene-
rales de salud en todas las zonas, salvo las que están en la fase de ataque. Alrededor del
50 al 60% del país parece poco receptivo al paludismo, pero son muy vulnerables las zonas en
la fase de consolidación contiguas a las zonas en la fase de ataque. Se procurará convencer
al Gobierno de que debe dar alta prioridad al mejoramiento de los servicios de vigilancia del
paludismo en las zonas en la fase de mantenimiento y en las zonas más vulnerables.
Factores que han afectado al progreso
Existe un considerable movimiento de población no regulado a través de las fronteras in-
ternacionales de Bangladesh con algunas regiones de la India y Birmania donde el paludismo es
todavía endémico. En algunas regiones montañosas A , balabacensis constituye probablemente un
problema. Allí se enlucen varias veces al año las paredes en regiones donde abundan las vi-
viendas de barro.
En el distrito de Chittagong fronterizo de Estados de la India y Birmania, las comunica-
ciones son un problema a causa de la dificultad de los accesos, pero las dificultades operati-
vas se deben principalmente a deficiencias administrativas como los retrasos en la contrata-
ción de personal y en la petición y la recepción de suministros y equipo.
Como la infraestructura sanitaria rural no se ha desarrollado hasta el nivel suficiente
para asumir la responsabilidad de las actividades de vigilancia en las zonas de mantenimiento,
el programa de erradicación del paludismo se vio obligado a continuar la busqueda activa de
casos en este distrito. Prosigue el plan para la integración del programa antipalúdico en los
servicios generales de salud, pero se teme que, ante la diversidad de tareas, el sanitario no
p r e s t e a t e n c i ó n s u f i c i e n t e a l a s a c t i v i d a d e s d e v i g i l a n c i a . S e h a n a d o p t a d o m e d i d a s p a r a m a n -
t e n e r l a f u n c i ó n d e l S e r v i c i o d e E r r a d i c a c i ó n d e l P a l u d i s m o e n l a s z o n a s d e a t a q u e y e n l a s
regiones muy receptivas y vulnerables.
A partir de 1974 se ha introducido un programa para integrar los servicios de salud ru-
ral y planificación de la familia, con inclusion de las actividades antipalúdicas.
EB55/WP/2 . Página 37 Anexo I
Perspectivas
Son buenas las perspectivas de conseguir la interrupción de la transmisión en todo el
país, si el programa continúa recibiendo la misma prioridad que en el pasado. Sin embargo,
será muy difícil mantener el país libre de paludismo, por el empeoramiento de la situación
epidemiológica en la India y de la situación estática de Birmania. Como es posible que la
India tenga que volver de nuevo a un programa de lucha antipalúdica sin limitación de tiempo,
quizás se vea obligado Bangladesh a revisar los objetivos de su programa o a mantener indefi-
nidamente una barrera de rociamiento a lo largo de sus fronteras en las regiones más recepti-
vas y vulnerables.
Por otra parte, las operaciones de rociamiento en las zonas fronterizas y en las montañas
de Chittagong y las operaciones de búsqueda activa de casos no son satisfactorias en las re-
giones donde la infraestructura sanitaria rural no alcanza el nivel necesario. Para mantener
eficazmente los resultados obtenidos, será necesario también el desarrollo y la transformación
del tipo actual de servicios de salud rurales en un servicio preventivo eficaz.
El Programa Nacional de Erradicación del Paludismo de la India se inició en 1958-1959 y
se esperaba terminarlo en 1967-1968. Aunque no se consiguió el objetivo, se ha progresado
considerablemente y en 1970, año en que un grupo de evaluación independiente revisó el progra-
ma , 1 1 5 (28%) sectores estaban en la fase de ataque, 68 (16%) en la de consolidación y 220
(54%) en la de mantenimiento.
El grupo de evaluación declaró que en el 91% de la población que vivía en las zonas an-
teriormente palúdicas se había demostrado la posibilidad de la enfermedad y que no era necesa-
rio cambiar la estrategia existente. Se consideró necesario un cambio de estrategia para pro-
teger el 9% restante de la población, habitante en zonas donde se habían llevado a cabo ro-
ciamientos durante 11-17 años y operaciones de búsqueda de casos durante 7-8 años sin ningún
signo de mejoría. El grupo propuso que esos 40 sectores de transmisión persistente se coloca-^
ran en una fase especial de medidas de ataque intensificadas y continuas. Se esperaba termi-
nar este programa en 1981-1982. En 1973 sólo se habían ejecutado algunas de las recomendacio-
nes del grupo de evaluación.
Sin embargo, el número de brotes focales que comenzaron a producirse desde 1964-1965
en las zonas en fase de consolidación y de mantenimiento ha seguido aumentando y en 1971 se
registró en todo el país la alarmante cifra de 1 323 118 casos notificados de paludismo, que
es probablemente bastante inferior a la cifra real.
Se observa un amplio resurgimiento del paludismo en la India occidental y, más reciente-
mente, en los estados de Orissa y Assam situados en la parte oriental del p a í s . En esta últi-
ma zona es de temer la reaparición de A . minimus si se confirman los informes sobre 400 casos
de paludismo cerebral con letalidad elevada.
Factores que afectan a los programas
El vector rural más importante es A . culicifacies que ha adquirido resistencia al DDT en
muchas zonas de los estados de Gujarat, Maharasthra, Rajasthan, Bihar, Uttar-Pradesh y Orissa.
En los dos primeros estados se ha hecho resistente también al H C H .
El vector urbano del paludismo, A . stephensi, se ha hecho resistente al DDT y al HCH, y
el A . balabacensi constituye un problema en algunas zonas de los estados de Assam y Arunachal.
U n informe procedente de Shillong, estado de Assam, indica la aparición de cepas de P . falciparum
Aunque nunca se ha hecho un examen multidisciplinario del proyecto, los progresos del pro-
grama de erradicación del paludismo indican la posibilidad de alcanzar esta m e t a . En los dos
últimos aftos, sin embargo, las actividades de vigilancia, rociamiento y lucha contra las lar-
vas se han visto dificultadas, particularmente en la region meridional, por la escasez de los fondos asignados al programa, la utilización de los medios de transporte para otros fines y la
ausencia durante dos afíos de la cuarta parte del personal de vigilancia mientras recibía una
formación polivalente.
La ejecución del plan en 1973 tropezó con graves dificultades, principalmente de tipo fi-
nanciero y administrativo. Por falta de dirección y de interés, la participación de los servi-
cios generales de salud en la obtencion de extensiones de sangre fue irregular e insuficiente.
EB55/WP/2 Página 51
Anexo I
A pesar de todo, las perspectivas de erradicación son buenas, siempre que se mejore y se
extienda la cobertura mediante la detección activa y pasiva de casos y se establezca un siste-
m a adecuado de vigilancia.
Como el porvenir de este programa depende en gran parte de la evolución de la situación
epidemiológica en la vecina Argelia, es conveniente que haya una estrecha coordinación de es-
fuerzos entre los dos p a í s e s .
II• Irak
Evolución de la situación epidemiológica de 1970 a 1973
Después de casi un decenio de estancamiento, el programa de Irak ha venido realizando
constantes progresos desde 1971, como puede apreciarse en el siguiente c u a d r o . El programa se
aproxima a una fase en que sería posible la interrupción en gran escala de los rociamientos en
las regiones central y meridional, dado que el 80% aproximadamente de todos los casos se regis-
tra en la región septentrional.
1970 1971 1972 1973
Porcentaje de población protegida en las
zonas palúdicas 100 100 100 100
Extensiones de sangre obtenidas 506 277 618 069 620 ООО 769 034
Numero de extensiones positivas 14 237 6 477 6 336 3 783
Indice de extensiones positivas 2,8 1,0 1,0 0,5
Porcentaje de infecciones por Pe falciparum 3,0 … • • • …
El estudio de los resultados de la estrategia antipalúdica efectuado en 1969 y 1971 reveló
que la erradicación era posible y conveniente y que debía alcanzarse en un plazo determinado.
El Ministerio de Salud aceptó la recomendación correspondiente, el programa recibió alta prio-
ridad y, a pesar de las grandes restricciones presupuestarias introducidas últimamente en muchos
departamentos gubernamentales, la asignación para la erradicación del paludismo ha seguido sien-
do suficiente. En vista de los progresos constantes del programa, el interés del Gobierno y la
importancia de las asignaciones han aumentado. De conformidad con las recomendaciones que for-
muló el equipo de revisión de la estrategia, las autoridades siguen adoptando medidas para con-
seguir la continua mejora del programa de erradicación del paludismo.
Los principales obstáculos con que sigue tropezando el programa son la resistencia del
A . stephensi al DDT y la dieldrina en la región meridional y la tolerancia cada vez mayor del
A . sacharovi para el DDT en el n o r t e . Otros factores son el nomadismo existente en todo el
país, particularmente en las zonas desérticas, y los sistemas de riego empleados para el culti-
vo de la palma datilera y el a r r o z .
La ejecución del programa se ha visto afectada en ciertos casos por las dificultades del
terreno, la escasez de comunicaciones, la dispersión de la población en la región montañosa del
norte y en las zonas desérticas del centro y el sur, y por la frecuente oposición a las opera-
ciones de rociamiento en la parte meridional del p a í s . Hay que sefialar, sin embargo, que en
los últimos años se ha conseguido vencer esas dificultades en la mayor parte de las regiones,
excepto en el n o r t e .
EB55/WP/2
. Página 52
Anexo I
La organización del programa tiene deficiencias estructurales porque a la oficina central
sólo se le han encomendado funciones técnicas de supervisión y dirección, sin facultades eje-
cutivas . En la actualidad se trata de rectificar esas deficiencias de organización.
Aspectos socioeconómicos y políticos
Irán está sometido a una tensión incesante a causa de la inestabilidad existente en el
norte del país, que ha entorpecido la lucha antipaludica en la Región y facilitado la impor-
tación de casos en otras partes del país.
A pesar de la escasa cuantía del presupuesto de salud en comparación con el presupuesto
general del Estado, las asignaciones por habitante para atenciones sanitarias y para lucha
antipaludica han sido bastante importantes, como puede apreciarse en el siguiente cuadro:
1970 1971 1972 1973
Ingreso por habitante » • • • • • .e e • * *
Porcentaje del presupuesto general correspondiente a
salud 2,6 3,2 2,6 • «參
Gasto por habitante en atenciones sanitarias (US $) 3,9 4,2 4,5 • • •
Porcentaje del presupuesto de salud correspondiente
a lucha antipalúdica • • • 6,0 7,1 ... Gasto por habitante en lucha antipaludica (US $) • • • 0,40 0,51 0,37
Métodos recomendados y perspectivas del programa
Las perspectivas del programa son buenas si disminuye la tensión dentro del país y en
la totalidad de la Región, si el Gobierno sigue prestando ayuda al programa hasta que los ser-
vicios generales de salud puedan encargarse de las operaciones de vigilancia, y si las acti-
vidades de erradicación siguen ajustándose a las recomendaciones que formularon los grupos
encargados de examinar los resultados de la nueva estrategia.
III. Paquistán
Evolución de la situación epidemiológica de 1970 a 1973
Este programa, que realizó progresos constantes hasta 1967, empezó entonces a decaer y
en 1972 el numero de casos confirmados (como puede apreciarse en el cuadro que sigue) exce-
día bastante de 600 000, cifra que seguramente no refleja ni con mucho la incidencia real
anual de parasitemia. Además, hubo un brusco aumento de la frecuencia del paludismo por
P , falciparum, especialmente en una epidemia en Sind, en 1973, donde el 50% de los casos re-
gistrados eran de ese tipo. La impresión general es que en 1974-1975 puede sufrir el país
° Datos correspondientes a un millón de habitantes.
No se dispone de d a t o s .
EB55/WP/2
. Página 61
Anexo I
Sarawak es un buen ejemplo de los países que han vuelto a las actividades de lucha anti-
palúdica . Esta ha resultado muy eficaz en casi todo el Estado, con excepción de una zona li-
mitada poblada por una tribu nómada, varias otras poco seguras y la región limítrofe con el
territorio indonesio de Borneo (Kalimantan). En gran parte del Estado se han suprimido los
rociamientos c o n DDT en el interior de las viviendas. El Gobierno apoya firmemente el pro-
yecto . En el siguiente cuadro se indica la progresión de las asignaciones presupuestarias
y el número de casos anuales.
Año • * Población * *
Casos Presupuesto
(US $)*
Suministros
recibidos del
UNICEF
(US $)*
Porcentaje del
presupuesto
sanitario
dedicado a las
actividades
antipalúdicas
1970 0,9 1 529 0,26 0,04
1971 1,0 1 643 0,27 0 * * *
6,4% 1972 1,0 2 432 0,55 0 6,4%
*** 7,5% 1973 1,1 2 118 0,63 0 7,5%
Millo ne s. * *
En 1970-1971 la cobertura fue menos completa que en 1972-1973. Se estima que la re-
ducción indicada para 1973 corresponde a la realidad.
Aumento debido en parte a la devaluación del dólar de los Estados Unidos.
Hay planes para el rápido desarrollo de los servicios sanitarios rurales, y la situación
en lo que se refiere a los recursos de personal es mucho más favorable que en otros países
v e c i n o s . Hasta ahora no ha habido más que casos importados de resistencia a la cloroquina,
pero se han recibido notificaciones de casos en Sabah y en Kalimantan. Si se siguen fortale-
ciendo los servicios sanitarios rurales y se resuelven los problemas del tránsito de personas
por la frontera c o n Kalimantan, habrá reales posibilidades de erradicar el paludismo en un
futuro no muy lejano.
E n el resto de la Región, la buena marcha de los programas antipalúdicos dependerá mu-
chísimo del restablecimiento de la paz en Indochina y del orden de prioridad que los gobier-
nos concedan a la lucha contra la enfermedad.
Se considera factible la erradicación del paludismo en los dos países que, en la actua-
lidad , e s t á n ejecutando programas a plazo fijo, y también en Nuevas Hébridas y en la República
de C o r e a .
En los países donde se ha vuelto a las actividades de lucha parece haber perspectivas
bastante buenas de conservar el terreno ganado, a condición de que los gobiernos mantengan su
apoyo financiero a las actividades y las extiendan progresivamente a otras zonas palúdicas.
E B 5 5 / W P / 2
P á g i n a 62
A N E X O II
DDT: D I S P O N I B I L I D A D E S Y C O S T O S
I n t r o d u c c i ó n
E n los ú l t i m o s años c i e r t o s p a í s e s han p r o h i b i d o el e m p l e o del D D T , e i n c l u s o su fabri-
c a c i ó n . A l g u n o s p r o d u c t o r e s h a n i n t e r r u m p i d o también v o l u n t a r i a m e n t e la fabricación de e s t e
i n s e c t i c i d a ; de ahí q u e , a c o m i e n z o s del d e c e n i o de 1970, c u n d i e r a el temor de que la e s c a s e z
de D D T r e d u n d a r a en p e r j u i c i o de c i e r t o s programas agrícolas y de salud p u b l i c a . Sin e m b a r g o ,
el 14 de junio de 1 9 7 2 , el G o b i e r n o de los E s t a d o s U n i d o s p r o h i b i ó el empleo general del D D T ,
pero p e r m i t í a su p r o d u c c i ó n y e x p o r t a c i ó n ; como e s t e país es el mayor productor m u n d i a l del
i n s e c t i c i d a , la d e c i s i ó n g a r a n t i z a b a un buen a p r o v i s i o n a m i e n t o del m e r c a d o m u n d i a l . La cri-
sis del p e t r ó l e o , que se p r o d u j o poco d e s p u é s y trajo c o n s i g o e s c a s e z y e n c a r e c i m i e n t o de los
d e r i v a d o s del p e t r ó l e o u t i l i z a d o s como elementos b á s i c o s en la p r o d u c c i ó n de p l a g u i c i d a s , fue
la c a u s a de q u e varios de e s t o s p r o d u c t o s , entre ellos el D D T , e s c a s e a r a n d u r a n t e u n a parte
d e 1 9 7 3 - 1 9 7 4 , con el c o n s i g u i e n t e a u m e n t o de los p r e c i o s . En la actualidad se está superando
p o c o a poco la e s c a s e z de p l a g u i c i d a s p e r o , como c o n s e c u e n c i a de la inflaccion mundi a l , p e r s i s -
te la t e n d e n c i a al alza de los p r e c i o s .
F u e n t e s actuales de p r o d u c c i ó n de D D T
M o n t r o s e C h e m i c a l C o r p o r a t i o n de C a l i f o r n i a es la ú n i c a de las p r i n c i p a l e s e m p r e s a s pro-
d u c t o r a s de D D T de los E s t a d o s U n i d o s de A m é r i c a que sigue f a b r i c a n d o el i n s e c t i c i d a . Se h a
i n d i c a d o que su p r o d u c c i ó n anual s u p e r a las 3 0 0 0 0 toneladas m é t r i c a s y que p o d r í a a l c a n z a r
las 4 0 0 0 0 t o n e l a d a s d e D D T t é c n i c o . Alrededor d e un tercio de esta p r o d u c c i ó n c o n s i s t e en
p o l v o p a r a d i s p e r s i o n e s a c u o s a s , y el resto en un p r o d u c t o de calidad t é c n i c a .
Las empresas de E u r o p a o c c i d e n t a l con m a y o r c a p a c i d a d de p r o d u c c i ó n están en F r a n c i a .
Se ha c o m u n i c a d o que P e c h i n e y Progil y Ugine K u h l m a n n e s t á n en c o n d i c i o n e s de p r e p a r a r unas
Í0 0 0 0 toneladas anuales d e D D T t é c n i c o . Ambas e m p r e s a s p r o d u c e n p o l v o para d i s p e r s i o n e s
a c u o s a s (75%) que se a j u s t a a las e s p e c i f i c a c i o n e s de la O M S . F u e r a de Francia (en Italia,
por e j e m p l o ) hay o t r o s f a b r i c a n t e s , p e r o su c a p a c i d a d de p r o d u c c i ó n es r e l a t i v a m e n t e l i m i t a d a .
E n c u a n t o a E u r o p a o r i e n t a l , se ha informado que en la U n i o n S o v i é t i c a se p r e p a r a DDT en
p o l v o p a r a d i s p e r s i o n e s a c u o s a s que se ajusta a las e s p e c i f i c a c i o n e s de la O M S . A u n q u e se
d e s c o n o c e la c a p a c i d a d de p r o d u c c i ó n d e este p a í s , se sabe q u e; hasta h a c e p o c o , h a b í a llega-
d o a exportar a Irán h a s t a 8 0 0 toneladas a n u a l e s , Se ha indicado que también C h i n a p r o d u c e
D D T p e r o , según a v e r i g u a c i o n e s r e c i e n t e s , no lo e x p o r t a .
T a m b i é n hay v a r i a s f á b r i c a s de D D T en los países en d e s a r r o l l o con una c a p a c i d a d total
de p r o d u c c i ó n de más de 20 0 0 0 toneladas anuales de D D T t é c n i c o , que se utiliza í n t e g r a m e n t e
en los p a í s e s p r o d u c t o r e s .
D i s p o n i b i l i d a d y d e m a n d a de D D T
C o m o se d e s p r e n d e de lo a n t e r i o r , los c e n t r o s c o n o c i d o s p o d r í a n producir más dn 70 0 0 0
t o n e l a d a s anuales de D D T t é c n i c o y , con un p o s i b l e aumento de la p r o d u c c i ó n en 1 os E s t a d o s
U n i d o s , se p o d r í a llegar a las 80 0 0 0 t o n e l a d a s . Como en m u c h o s p a í s e s d e s a r r o l l a d o s se ha
p r o h i b i d o o l i m i t a d o el u s o del D D T , c a b e suponer que la m a y o r parte de la p r o d u c c i ó n podrá
ser e x p o r t a d a .
E B 5 5 / w p / 2
Página 63
A n e x o 11
Por o t r a parte, una e n c u e s t a p r a c t i c a d a en 1972 ha r e v e l a d o que las n e c e s i d a d e s m u n d i a l e s
de D D T p a r a a c t i v i d a d e s a n t i p a l u d i c a s se e l e v a n a unas 50 0 0 0 t o n e l a d a s anuales de p o l v o p a r a
d i s p e r s i o n e s a c u o s a s al 7 5 % , o sea, unas 37 500 t o n e l a d a s de D D T t é c n i c o . C o m o esta c i f r a
c o r r e s p o n d e a m e n o s de la m i t a d de la p r o d u c c i ó n m u n d i a l c o n o c i d a , si en el sector a g r í c o l a
no se n e c e s i t a n c a n t i d a d e s superiores a las u t i l i z a d a s p a r a los p r o g r a m a s de salud p u b l i c a
p o d r á a t e n d e r s e sin p r o b l e m a s la d e m a n d a del i n s e c t i c i d a .
C o n v i e n e recordar también que es p o s i b l e ampliar la c a p a c i d a d m u n d i a l de p r o d u c c i ó n , y
que tal vez las n e c e s i d a d e s anuales se v a y a n r e d u c i e n d o a m e d i d a que a p a r e z c a en n u e v a s zonas
u n a r e s i s t e n c i a del vector al D D T y que los g o b i e r n o s t r o p i e c e n c o n c r e c i e n t e s d i f i c u l t a d e s
p a r a hacer frente al aumento de los p r e c i o s .
P r e c i o del D D T (polvo para d i s p e r s i o n e s acuosas al 7 5 % )
C o m o se ha d i c h o , la c r i s i s del p e t r ó l e o ha p r o v o c a d o no solo un d e s c e n s o de la p r o d u c -
c i ó n sino también u n a u m e n t o del precio del D D T , que c o n t i n ú a s u b i e n d o p e s e a q u e , s e g ú n los
p r o d u c t o r e s , h a b r í a debido e s t a b i l i z a r s e a m e d i a d o s de 1 9 7 4# S e g ú n los datos m á s r e c i e n t e s ,
el p r e c i o del D D T p r o c e d e n t e de una e m p r e s a de los E s t a d o s U n i d o s ha aumentado m á s del 9 0 %
en u n año a p r o x i m a d a m e n t e . A n t e s de j u n i o de 1 9 7 3 , el UNICEF c o m p r a b a en los E s t a d o s U n i d o s
D D T a unos 4 7 0 d ó l a r e s la tonelada; las ú l t i m a s remesas se han p a g a d o a más de 9 0 0 d o l a r e s la
t o n e l a d a .
En junio de 1 9 7 3 , el p r e c i o del p o l v o al 7 5 % de P e c h i n e y Progil (Francia) era d e 3,8
f r a n c o s f r a n c e s e s / k g q u e , al tipo de cambio a c t u a l , e q u i v a l e a poco más de 800 d o l a r e s la to-
n e l a d a . S e g u r a m e n t e , el p r e c i o ha v u e l t o a subir p e r o , teniendo en c u e n t a el a u m e n t o del
c o s t o del t r a n s p o r t e (un 30%), que p u e d e r e p r e s e n t a r h a s t a el 45% del costo del D D T , tal vez
en c i e r t o s casos resulte m á s e c o n ó m i c o comprar un p r o d u c t o más c a r o al e x p o r t a d o r m á s p r ó x i m o
(por e j e m p l o , a una empresa de e l a b o r a c i ó n de p r e p a r a c i o n e s en vez de al f a b r i c a n t e ) .
M e d i d a s para c o n s e g u i r un a p r o v i s i o n a m i e n t o adecuado a u n precio r a z o n a b l e
Los f a b r i c a n t e s de p l a g u i c i d a s h a n a f i r m a d o en varias o c a s i o n e s que la r e g u l a r i z a c i ó n del
p r o g r a m a de p r o d u c c i ó n y la c o n s i g u i e n t e r e d u c c i ó n de los costos d e p e n d e r á n sobre todo de la
a n t e l a c i ó n con que se r e c i b e n los p e d i d o s . P a r e c e , p u e s , c o n v e n i e n t e :
1. O r g a n i z a r la p l a n i f i c a c i ó n a n t i c i p a d a de los p r o g r a m a s a n t i p a l ú d i c o s y p r e v e r c o n
tiempo las n e c e s i d a d e s a n u a l e s . Los g r u p o s d e c o n s u l t o r e s de la OMS p o d r í a n c o l a b o r a r
en ello con los gobiernos; a p e t i c i ó n del C o n s e j o E c o n ó m i c o y S o c i a l , la F A O e s t á exami-
n a n d o la p o s i b i l i d a d de obtener la p a r t i c i p a c i ó n de los p r i n c i p a l e s fabricantes en un
s i s t e m a m a n c o m u n a d o , c o n objeto de d i s t r i b u i r e q u i t a t i v a m e n t e la p r o d u c c i ó n de D D T con
a r r e g l o a las n e c e s i d a d e s agrícolas y s a n i t a r i a s .
2 . Los g o b i e r n o s p o d r í a n hacer sus p e d i d o s a los f a b r i c a n t e s con u n m í n i m o de dos aftos
de a n t e l a c i ó n , o solicitar a la O M S , al U N I C E F , al U S A I D , e t c . , q u e h a g a n las c o m p r a s en
su n o m b r e .
3 . L o s o r g a n i s m o s i n t e r n a c i o n a l e s y b i l a t e r a l e s que a d q u i e r a n D D T (OMS, F A O , U N I C E F ,
U S A I D ) d e b e r í a n celebrar p e r i ó d i c a m e n t e r e u n i o n e s con los fabricantes p a r a c o m u n i c a r l e s
sus n e c e s i d a d e s y coordinar la p r o d u c c i ó n , el s u m i n i s t r o y la d i s t r i b u c i ó n de D D T . Po-
d r í a n p r a c t i c a r s e al m i s m o tiempo c i e r t a v i g i l a n c i a y cierto control de los p r e c i o s .
C a b r í a o r g a n i z a r esas reuniones por i n t e r m e d i o del p r o g r a m a de c o o p e r a c i ó n i n d u s t r i a l , o
en el m o m e n t o de sus reuniones o r d i n a r i a s .
EB55/WP/2
Página 64
Anexo II
Se favorecerá también la disponibilidad de suministros adecuados y, posiblemente,
la fijación de precios razonables, si se adoptan las siguientes medidas :
4 . Aumento de la capacidad de producción de las fábricas de DDT existentes (en particu-
lar de las dedicadas a obtener preparaciones de DDT) en los países en desarrollo, o ins-
talación de nuevas fábricas en otros p a í s e s . El alza considerable del costo del DDT de
los países desarrollados puede haber cambiado ya la situación, y es posible que la pro-
ducción local resulte ahora relativamente más económica. La OMS podría colaborar faci-
litando reuniones entre la ONUDI, la F A O , el Programa de cooperación industrial y los
gobiernos interesados, y asesorando respecto al emplazamiento y la capacidad de las fá-
bricas que convendría establecer.
5. Ha habido contactos con los países productores de petróleo para la creación, como
parte de su industria petroquímica, de fábricas de DDT para uso nacional o para su exr-
portacion a los países en desarrollo a precios razonables. La OMS, la FAO y la ONUDI
podrían prestar asistencia a este respecto, coordinando sus actividades en la relación
con los gobiernos, preparando planes y colaborando en la construcción y el funciona-
m i e n t o .
6 . La mayor parte de los países productores de petróleo han asignado ya grandes sumas
para la asistencia a los países en desarrollo, y sería posible negociar la utilización
de parte de los fondos para ampliar las fábricas de DDT existentes en los países en des-
arrollo o para crear otras n u e v a s .
Con todo, parece indispensable que, en un futuro próximo,
7 . los gobiernos que tropiezan con dificultades financieras para adquirir el DDT que
necesitan recaben ayuda financiera (donativos o préstamos) de los organismos internacio-