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La delincuencia juvenil y las conductas antisociales enmenores
son problemas complejos que atraen laatencin de la sociedad por sus
manifestaciones cadavez ms frecuentes y violentas. En Mxico fueron
arrestados58,720 menores en el ao de 1997 y 56,448 en 1998
(InstitutoNacional de Estadstica, Geografa e Informtica, INEGI,
1998).Estos indicadores representan nicamente los de los meno-res
que fueron internados en los centros de atencin poralgn delito
grave, pero el nmero de menores denunciadospor alguna infraccin es
mucho mayor que el de los interna-dos (nicamente entre el 10% al
15% son internados). Porejemplo en la ciudad de Hermosillo, en el
estado norteo deSonora, de 300 denuncias que se recibieron en la
polica en elmes de enero del 2000, nicamente 50 fueron turnadas
alConsejo Tutelar para Menores. De stos nicamente 31 fueron
detenidos; el resto de los menores fue amonestado o
fueronentregados en custodia familiar. Esto demuestra que los
datosdel INEGI no constituyen una aproximacin real a la magnituddel
problema, ya que la institucin procesa nicamente lainformacin
proveniente de los menores que fueronarrestados o detenidos en algn
Consejo o tribunal.
De acuerdo con las estadsticas del gobierno, en el esta-do de
Sonora en 1996 se arrestaron 14, 355 jvenes entre los11 y los 18
aos, quienes fueron consignados en los tribunalespara menores.
Estos representan el 6% de la poblacin totalde jvenes en esa
entidad (Gobierno del Estado de Sonora,1998). En el ao de 1997 se
atendieron 13,833 menores en lasdelegaciones y/o representaciones
del Consejo Tutelar paraMenores (Gobierno del Estado de Sonora,
1998). En cuanto ala atencin externa, se dio servicio a 22,491
menores en 1997
Predictores de la conducta antisocial juvenil: un modelo
ecolgico1
Martha Fras-Armenta, Amelia Erndida Lpez-Escobar, Sylvia
Guadalupe Daz-MndezUniversidad de Sonora, Mxico
ResumenEste estudio pone a prueba un modelo ecolgico como marco
terico explicativo de la antisocialidad juvenil.204 jvenes
mexicanos que cursaban la educacin secundaria o preparatoria
contestaron un cuestionario conpreguntas acerca de la violencia
intrafamiliar, su conducta antisocial, la ingesta de alcohol de sus
madres, losproblemas de conducta escolar, algunas caractersticas
del ambiente familiar, escolar y del barrio y las actitudesacerca
de la violencia. Los datos fueron analizados a travs de un modelo
estructural en el cual las variablesinvestigadas constituyeron
factores e ndices que representaban a los niveles de la teora
ecolgica. Losresultados mostraron que el microsistema tuvo un
efecto directo en la conducta antisocial de los menores,
elexosistema mostr un efecto tambin directo en el microsistema y
por lo tanto uno indirecto en la conductaantisocial de los menores,
y el macrosistema tuvo un efecto directo en el exosistema y uno
indirecto en laantisocialidad de los jvenes. Lo anterior parece
respaldar el modelo ecolgico, como explicacin coherente dela
conducta antisocial en los menores.
Palabras clave: conducta antisocial, jvenes, modelo ecolgico,
ecuaciones estructurales.
AbstractThe aim of this research was to test an ecological model
as explanation of juvenile delinquency. 204 Mexicanstudents of
junior and high school answered a questionnaire containing
questions about family violence,antisocial behavior, child abuse,
mother and father alcohol consumption, as well as some family,
school, andneighborhood environmental characteristics. Observed
variables constituted factors and indexes that representedthe
ecological theory. Structural equation modeling was used to analyze
data. Results showed that themicrosystem had a direct effect on
antisocial behavior of youths, the exosystem had also a direct
effect on themicrosystem and an indirect effect on antisocial
behavior, while the macrosystem had a direct effect on theexosystem
and an indirect effect on antisocial behavior. These results seem
to support the ecological modelas an appropriate explanation of
juvenile antisocial behavior.
Key words: antisocial behavior, juveniles, ecological model,
structural equations.
Estudos de Psicologia 2003, 8(1), 15-24
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(Gobierno del Estado de Sonora, 1998). En total fueron
aten-didos 36,321 menores, los que conforman el 15% de lapoblacin
total de stos. Los datos no consideran a los me-nores que fueron
denunciados y entregados a sus padresdespus de recibir una
amonestacin, quienes constituyen lamayor parte de los jvenes
infractores. Lo anterior mostraraque un gran porcentaje de la
poblacin juvenil (quiz entre el15% y el 30%) en Mxico se involucra
en actividadescriminales y esto constituye una preocupacin que
requierela comprensin de los determinantes de la antisocialidad
ju-venil.
Teoras explicativasDiversas teoras se han cuestionado el origen
de la
violencia en los humanos. Los filsofos y los
investigadoresdebaten acerca de la naturaleza noble o salvaje de
laspersonas (Freud, 1930; Lorenz, 1966). Freud y
otrospsicoanalistas aseguran que la agresin es el producto de
unprimitivo y poderoso deseo por la muerte al cual ellos
llamanTnatos. Lorenz (1966) argumenta que la violencia es
instin-tiva. Sin embargo, los estudios cientficos actuales
reportanque las causas de la violencia son mltiples y stas
incluyenfactores biolgicos, fisiolgicos, conductuales,
sociales,econmicos y polticos (American PsychologicalAssociations
Comission on Youth Violence, 1993; NationalResearch Council, 1993;
Ollendick, 1996).
Lerner y Galambos (1998) plantean que, de manera con-sistente
con las condiciones individuales y las contextuales,existen
factores centrales bsicos en la gnesis y en eldesarrollo de las
conductas de riesgo de la criminalidad, so-bre las cuales se puede
trabajar en prevencin. Estoscomprenden tres factores individuales y
tres contextuales: 1)la edad (la iniciacin temprana en una conducta
de riesgo enla adolescencia); 2) las expectativas respecto de la
escuela yde las calificaciones escolares; 3) conducta(s)
general(es),tales como acciones inapropiadas; 4) observar
influenciasantisociales, ya que muchas veces ms all de los
factoresindividuales los factores contextuales son los que
conducena la generacin de conductas de riesgo; 5) las influencias
delos padres, particularmente sus estilos autoritarios opermisivos;
y 6) las influencias del vecindario.
El modelo ecolgicoBronfenbrenner (1987) propone una perspectiva
ecol-
gica del desarrollo de la conducta humana. Esta
perspectivaconcibe al ambiente ecolgico como un conjunto
deestructuras seriadas y estructuradas en diferentes niveles,en
donde cada uno de esos niveles contiene al otro.Bronfenbrenner
denomina a esos niveles el microsistema, elmesosistema, el
exosistema y el macrosistema. El microsistemaconstituye el nivel ms
inmediato en el que se desarrolla elindividuo (usualmente la
familia); el mesosistema comprendelas interrelaciones de dos o ms
entornos en los que la personaen desarrollo participa activamente;
al exosistema lo integrancontextos ms amplios que no incluyen a la
persona comosujeto activo; finalmente, al macrosistema lo
configuran lacultura y la subcultura en la que se desenvuelve la
persona y
todos los individuos de su sociedad. Bronfenbrenner
(1987)argumenta que la capacidad de formacin de un sistema de-pende
de la existencia de las interconexiones sociales entreese sistema y
otros. Todos los niveles del modelo ecolgicopropuesto dependen unos
de otros y, por lo tanto, se requierede una participacin conjunta
de los diferentes contextos yde una comunicacin entre ellos.
Bronfenbrenner y Ceci (1994) han modificado su teoraoriginal y
plantean una nueva concepcin del desarrollo hu-mano en su teora
bio-ecolgica. Dentro de esta teora, eldesarrollo es concebido como
un fenmeno de continuidad ycambio de las caractersticas
bio-psicolgicas de los sereshumanos, tanto de los grupos como de
los individuos. Elelemento crtico de este modelo es la experiencia
que incluyeno slo las propiedades objetivas sino tambin las que
sonsubjetivamente experimentadas por las personas que vivenen ese
ambiente. Bronfenbrenner y Ceci (1994) argumentanque, en el
transcurso de la vida, el desarrollo toma lugar atravs de procesos
cada vez ms complejos en un activoorganismo bio-psicolgico. Por lo
tanto el desarrollo es unproceso que deriva de las caractersticas
de las personas(incluyendo las genticas) y del ambiente, tanto el
inmediatocomo el remoto y dentro de una continuidad de cambios
queocurren en ste a travs del tiempo. El modelo terico esreferido
como un modelo Proceso-Persona-Contexto-Tiempo(PPCT).
Belsky (1980) retom el modelo original deBronfenbrenner y lo
aplic al abuso infantil. En la aplicacinde Belsky, la familia
representaba al microsistema; y el autorargumentaba que en este
nivel ms interno del modelo selocaliza el entorno ms inmediato y
reducido al que tieneacceso el individuo. El microsistema refiere
las relaciones msprximas de la persona y la familia, es el
escenario que con-forma este contexto inmediato. ste puede
funcionar comoun contexto efectivo y positivo de desarrollo humano
o puededesempear un papel destructivo o disruptor de estedesarrollo
(Bronfenbrenner, 1987). El mundo de trabajo, elvecindario, las
relaciones sociales informales y los serviciosconstituran al
exosistema, y los valores culturales y los sis-temas de creencias
se incorporaran en el macrosistema. Comolo mencionbamos, para
Belsky (1980) el exosistema es elsegundo nivel y est compuesto por
la comunidad ms prxi-ma despus del grupo familiar. sta incluye las
institucionesmediadoras entre los niveles de la cultura y el
individual: laescuela, la iglesia, los medios de comunicacin,
lasinstituciones recreativas y los organismos de seguridad.
Laescuela constituye un lugar preponderante en el ambiente delos
jvenes; ellos permanecen una gran parte de su tiempo eneste lugar,
el que contribuye a su desarrollo intelectual, emo-cional y social.
El macrosistema comprende el ambiente eco-lgico que abarca mucho ms
all de la situacin inmediataque afecta a la persona. Es el contexto
ms amplio y remite alas formas de organizacin social, los sistemas
de creencias ylos estilos de vida que prevalecen en una cultura o
subcultura(Belsky, 1980; Bronfenbrenner, 1987). En este nivel se
consi-dera que la persona se ve afectada profundamente por hechosen
los que la persona ni siquiera est presente. La integracin
M.Frias-Armenta et al.
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17
en la sociedad es parte de la aculturacin de los individuos alas
instituciones convencionales, las normas y las costumbres(Angenent
& Man, 1996).
Emery y Laumann-Billings (1998) utilizaron el modeloecolgico
para analizar las causas y las consecuencias de lasrelaciones
familiares abusivas y establecieron a la familia comoel contexto ms
inmediato. El contexto ecolgico ms ampliolo constituyeron las
cualidades de la comunidad en las queest inmersa la familia, tales
como la pobreza, la ausencia deservicios, la violencia, la
desorganizacin social, la carenciade identidad dentro de sus
miembros, y la falta de cohesinen ella. Por su parte, el contexto
sociocultural estuvo forma-do por los valores y las creencias
culturales.
En el presente estudio retomamos el modelo ecolgicoaplicado por
Belsky (1980) al abuso infantil. En este modelo,Belsky propone los
mismos sistemas que Bronfenbrenner,pero los define de manera
diferente. Segun Belsky (1980) lasrelaciones dentro de la familia
constituyen el vnculo msprximo y el sistema ms inmediato en el que
se desenvuelvenlos nios, al que denomina microsistema. El barrio y
la escuelason contextos importantes para los menores, pero
constituyenotro nivel de interaccin, al cual llama el exosistema y
porltimo, Belsky considera que la cultura constituye
elmacrosistema.
Determinantes de la antisocialidad y de ladelincuencia
juvenil
En Criminologa, la inestabilidad, la desintegracin y ladisrupcin
familiar constituyen una parte central en laexplicacin del
desarrollo de la delincuencia (Wells & Rankin,1991). Los
conflictos familiares, la prdida de los padres y lafalta de
habilidades de crianza son los factores que pudieranintervenir en
el desarrollo de la antisocialidad y de ladelincuencia (Morrison
& Cherlin, 1995; Widom & Ames,1994). McCord (2001) plantea
que los padres o cuidadoresforjan criminales a travs de las
prcticas de crianza en tresformas: 1) por la trasmisin de valores a
travs de sus propiasacciones y las acciones que ellos aprueban, 2)
en el desarrollo,por la falta de ligas con y entre los miembros de
la familia, y 3)estableciendo la legitimidad de las acciones
antisociales, atravs de los mtodos que ellos utilizan para lograr
sus deseosen sus hijos/as. Los nios/as aprenden lo que es
valoradodentro del ambiente familiar, sea esto bueno o malo para
elresto de la sociedad (McCord, 1996).
Juby y Farrington (2001), en un estudio para identificar
larelacin entre la desintegracin familiar y la
delincuencia,encontraron que la delincuencia de los jvenes
secorrelacionaba con la desintegracin y el conflicto
familiar,concluyendo que es el conflicto que antecede a los
divorciosy no la separacin de los padres lo que pudiera llevar a
losjvenes a delinquir. La violencia en el hogar, tanto el
maltratodirigido hacia los nios como el maltrato hacia las madres
destos, resulta en un empobrecimiento del ambiente familiar.Dicho
empobrecimiento causa que los nios presenten pro-blemas en su
desarrollo, manifestndose en la escuela cuandostos ingresan a ella.
Por otro lado, la violencia puede tenerconsecuencias devastadoras
en los menores, las que pueden
manifestarse como conducta antisocial o autodestructiva enlos
nios (Straus, 1991). Los nios que son castigadosfsicamente estn en
ms riesgo de mostrar conducta antisocial(Straus, Sugarman &
Giles-Sims, 1997). As mismo, se ha en-contrado en la familia
disfuncional una de las bases para eldesarrollo de la delincuencia
(Wells & Rankin, 1991; Juby &Farrington, 2001).
La escuela es el lugar en donde los jvenes
adquierenconocimientos, pero tambin es el escenario en donde
seentrenan para las relaciones sociales y en donde se exponena las
variadas normas sociales, reglas y costumbres de sucomunidad
(Angenent & Man, 1996). La forma en la que laescuela ejerce
influencia en los estudiantes es a travs de suspolticas, las cuales
se ven reflejadas en el establecimiento dereglas y las maneras con
las que se hacen cumplir las mismas.Existe una relacin entre los
ambientes escolares y ladelincuencia; un ambiente escolar positivo
permite relacio-nes prosociales entre estudiantes y profesores, y
entre losestudiantes (Angenent & Man, 1996; Vazsonyi &
Flannery,1997). Es probable que en la escuela ocurra tambin un
patrnde aprendizaje de acciones antisociales y delictivos y
quealgunos estmulos del contexto escolar promuevan ms queotros la
aparicin y el mantenimiento de esas acciones nega-tivas. El
ambiente escolar es uno de los contextos ms impor-tantes de
convivencia de los adolescentes con suscompaeros y es tambin el
escenario en el que reciben msinfluencia de ellos. Un ambiente
escolar negativo puedeconducir a los escolares a comportarse
antisocialmente, comolo muestran Lotz y Lee (1999). De la misma
manera, Gaustad(1992) seala evidencias de que hay ms confrontacin
entrelos alumnos en las escuelas en las que existen reglas que
noson claras, o reglas arbitrarias e injustas. Lo mismo
ocurrecuando las conductas desviadas de los menores son ignora-das
y cuando las escuelas carecen de recursos suficientespara la
enseanza.
Los vecindarios son parte de la vida diaria de los meno-res
(Bursik, 2001). Abrahamson (1996) encontr que losvecindarios
jugaban un rol importante en la asimilacin delos grupos a las
instituciones sociales. Ese mismo autor re-porta que los menores
que viven en barrios violentosmanifiestan ms conducta antisocial o
agresiva. Ladelincuencia juvenil se agrupa en algunos sectores de
lasciudades o regiones. En las reas en donde hay delincuenciatambin
existen otras formas de conducta desviada oantisocial y otros
problemas sociales (Taylor, 1997), y en lasciudades la delincuencia
se concentra en ciertas reas(Peterson & Krivo, 1993; Sampson,
1997).
Por otro lado, la delincuencia juvenil se encuentra enlugares en
donde existe oportunidad para cometer delitos: enreas comerciales,
lugares de entretenimiento y en vecindariossocialmente
problemticos. Estos vecindarios problemticospor lo general
presentan condiciones de mucha pobreza enlos hogares, poco
mantenimiento de las casas, y poca genteque vive en stas es
propietaria de las mismas (Sampson,Raudenbush & Earls, 1997).
Existen espacios abiertos, casasy edificios abandonados y pocos
lugares de recreo y reasde servicio (Angenent & Man, 1996;
Sampson et al., 1997).
Conducta antisocial juvenil
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18
Peterson, Krivo y Harris (2000), en un estudio llevado a caboen
comunidades en desventaja, encontraron que losvecindarios podan
reducir la delincuencia con el desarrollode ciertos tipos de
instituciones locales (centros de recreo,escuelas, etctera). Es
probable que las condiciones de po-breza no sean directamente las
que ocasionen la delincuencia,sino la carencia de servicios o de
instituciones para eldesarrollo de los menores.
Algunos autores proponen que los jvenes, por sunaturaleza, no
estn muy dispuestos a la integracin social, yms bien buscan
independencia y su propia identidad. Losjvenes son crticos de la
sociedad y sealan sus problemas;sin embargo, por lo general ellos
siguen las reglas impuestas.La integracin de los jvenes en la
sociedad depende de lasnormas a las que ellos personalmente se
adhieren (Brook &Newcomb, 1995; Hagan, Hefler, Classen, Boehnke
& Merkens,1998).
Las actitudes sociales favorables a la agresinconstituyen uno de
los factores sealados como anteceden-tes de la delincuencia
juvenil. Loeber y Hay (1997), en unarevisin de la literatura,
examinaron la relacin entre actitudesfavorables a la violencia,
agresiones menores y crmenes vio-lentos en adolescentes y
preadolescentes, encontrando quelas actitudes favorables a la
violencia predecan la conductadelictiva de los menores (Loeber,
Keenan & Zhang, 1997).
El modelo ecolgico del desarrollo representa un marcoterico para
el estudio de la antisocialidad, debido a quecomprende todos los
entornos en los que se desenvuelve elmenor. Estos escenarios, tal
como los plantean Bronfenbrenner(1987) y Belsky (1980) pudieran
contribuir al desarrollo de laconducta prosocial del individuo, si
stos son positivos. Sinembargo, un ambiente familiar adverso, un
vecindarioconflictivo, con venta de drogas, una escuela
concondiscpulos antisociales, con un ambiente fsico descuida-do y
una cultura de no respeto a las leyes, y la impunidad,pudieran
generar conducta antisocial y delictiva en los me-nores.
El propsito del presente trabajo es el de modelar, medi-ante el
auxilio de las ecuaciones estructurales, el esquema dela teora
ecolgica, como marco explicativo de la gnesis ymantenimiento de la
conducta antisocial en jvenes. Aunque
este estudio se desarroll con menores mexicanos, lassimilitudes
de las condiciones sociales y culturales de lamayora de las
comunidades latinoamericanas podra permitirgeneralizar sus
resultados a este mbito mayor.
MtodoParticipantes
Se entrevistaron 204 jvenes que cursaban la educacinsecundaria y
preparatoria en escuelas de una poblacin mexi-cana. Los sujetos
estudiados presentaron una media de edadde 15 aos. El promedio
escolar de los estudiantes fue de 64(en una escala del 0 al 100),
con una desviacin estndar de33. La misma proporcin de los sujetos
correspondi al sexomasculino y al femenino (50% y 50% cada uno). La
Tabla 1nos muestra las principales caractersticas demogrficas dela
muestra.
Las escuelas se seleccionaron tomando en cuenta losparmetros del
Instituto Nacional de Geografa e Informtica(INEGI, 1998). El INEGI
organiza el sistema estadstico nacio-nal en reas geogrficas a tres
niveles o reas: reaGeoestadstica Estatal (AGEE), rea Geoestadstica
Munici-pal (AGEM), y rea Geoestadstica Bsica (AGEB). Los
AGEBconstituyen la unidad fundamental del marco
geoestadsticonacional y conforman una seleccin de los
principalesconceptos de la temtica censal en la cual es plausible
calcu-lar indicadores especficos, y en general, realizar
operacionespara obtener estadsticas derivadas (INEGI, 1998).
Para el estudio, se seleccion un AGEB que fuera repre-sentativo
de los tres estratos socioeconmicos (alto, medio,y bajo) de la
ciudad y despus se seleccionaron las escuelasque representaran ese
AGEB. Una vez determinadas lasescuelas se entrevist a un grupo de
cada grado; en la escuelasecundaria se entrevist a un grupo de
primero, a uno desegundo, y a uno de tercero. En la escuela
preparatoria seentrevist a un grupo de primer semestre, a uno de
tercero ya uno de quinto.
InstrumentosSe aplic una batera de pruebas consistente en 17
esca-
las, 9 de las cuales fueron elaboradas en los Estados
Unidos,
Tabla 1Medias de variables demogrficas
M.Frias-Armenta et al.
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19
traducidas al espaol y piloteadas con anterioridad al pre-sente
estudio. Las otras 4 escalas fueron elaboradasexpresamente para
esta investigacin. Las escalas sedescriben a continuacin:
Conducta antisocial y delictiva. Est constituida por 17items que
miden el nmero de veces que el nio ha cometidoun acto o conducta
antisocial o delictiva especificada en elinstrumento, durante los
12 meses anteriores a la entrevista,en donde: 0= nunca, 1= una o
dos veces, 2= de tres a cincoveces, 3= de seis a diez veces, 4= de
once a veinte veces y 5=ms de veinte veces. Las acciones reflejan
el nmero de vecesque los menores reportaron haber golpeado a
alguien, robadocosas, o hecho daos en propiedad ajena en el ltimo
ao. Enun estudio anterior se report un alfa de Cronbach de .75
paraesta escala (Fras, Ramrez, Soto, Castell & Corral,
2000).
Maltrato y castigo del padre y de la madre. Esta escalacontiene
diez tems que fueron tomados de la Escala deTcticas de Conflicto de
Straus (1979; 1990) y fue administra-da a todos los nios de la
muestra. Estos reactivos miden lafrecuencia de la violencia fsica y
emocional del padre y de lamadre hacia sus hijos, en una escala de
cero a cinco, 0 =nunca, 1 = una vez, 2 = dos veces, 3 = de tres a
cinco veces, 4= seis a diez veces, 5 = once a veinte veces, 6 = ms
de veinteveces. Straus (1979) report un alfa de Cronbach de 0.72
paralos trece tems utilizados.
Violencia entre los padres. Se utilizaron 12 items de laescala
de Violencia Intramarital de Straus (1980). sta se con-testa
empleando valores que van de 0 a 6, en donde 0=nunca... 6=ms de
veinte veces. Al igual que en la escala de losnios, se obtuvo un
alfa de .91 para los items utilizados.
Uso de alcohol de la madre y del padre. El uso de alcoholy
drogas fue medido con preguntas obtenidas del Inventariode
Diagnstico de Alcohol para Padres (Reich & Herjanic,1989). Se
utilizaron tres items de ese inventario, los cualesmedan la
frecuencia y la cantidad de alcohol que ingera lamadre por semana.
La frecuencia se midi en una escala de 6puntos (0= nunca ... 5=
todos los das de la semana) y lacantidad en una escala de 5 puntos
(0=nada ... 4=ms de seisbebidas en cada ocasin).
Ambiente familiar. Esta escala fue elaborada especial-mente para
el presente estudio y mide la percepcin de lossujetos acerca del
ambiente fsico familiar. Los entrevistadosreportaron acerca de lo
fro, caliente, iluminada, insegura, rui-dosa y deteriorada que
perciban su casa, en una escala de 0al 10, en donde 0= nada y 10=
demasiado. Se obtuvo unaconsistencia interna de la escala de alfa=
.82.
Ambiente en la colonia. Se elaboraron nueve reactivospara medir
la percepcin que tenan los participantes acercade su colonia
(barrio). Los sujetos calificaron, en una escalaque iba de 0 a 10,
qu tan peligrosa, ruidosa, sucia, y oscurasentan su colonia. Adems,
los estudiantes reportaron lafrecuencia de la venta de drogas en su
barrio y la cantidad devagos y personas embriagadas que vean en el
mismo, ascomo la heterogeneidad de la composicin social del
barrio.El alfa que se obtuvo de la escala, para este estudio, fue
de .85.
Problemas escolares. Los problemas escolares fueronmedidos en
una escala elaborada por Fras, Corral, Moreno y
Rodrguez (2000). En la misma, los nios indicaron el nmerode
veces que manifestaron una conducta inapropiada(indisciplina) en la
escuela, considerando 6 puntos posiblesde respuesta, en donde 0=
nunca, 1= una o dos veces ... y 5=ms de 20 veces.
Ambiente escolar. Esta escala fue elaborada especial-mente para
el presente estudio y mide la percepcin que tienenlos estudiantes
de su ambiente escolar. Los sujetos reportaronla ocurrencia de
peleas en la escuela, la venta de drogas, lapresencia de vagos, la
suciedad y el descuido de la escuela,en una escala del 0 al 10, en
donde 0= nada y 10= demasiado.Se obtuvo un alfa de .80 para esta
escala.
Actitudes. Las actitudes acerca de la ley, la justicia,
elgobierno, la venganza por propia mano, y la impunidad
fueronmedidas en una escala tipo likert de 5 puntos (0= ests
encompleto desacuerdo, 1= ligeramente de acuerdo, 2= ni deacuerdo
ni en desacuerdo, 3= ligeramente de acuerdo, y 4=completamente de
acuerdo). Con sus respuestas, el jovenmanifestaba su grado de
acuerdo con lo adecuado decomportamientos como mentir, obrar mal,
no seguir reglas,actuar impunemente, y el tomar riesgos, entre
otros.
ProcedimientoLos alumnos contestaron el cuestionario en el aula
en
donde reciban clases. Dos psiclogas clnicas estuvieronaclarando
sus dudas y dando las instrucciones dentro delaula. A los alumnos
se les inform que su participacin eratotalmente voluntaria y que
podan dejar de contestar elcuestionario en cualquier momento. De la
misma manera seles asegur total confidencialidad de la informacin
que seobtuviera.
Anlisis de datosLos datos fueron analizados en el programa
estadstico
SAS, de donde se obtuvieron estadsticas univariadas comolas
frecuencias de las variables categricas, las medias y
lasdesviaciones estndar de las variables continuas y las alfasde
Cronbach de las escalas utilizadas. Los promedios de lasescalas
constituyeron ndices que representaron a lasvariables a relacionar.
Con estos ndices se elabor la matrizde correlaciones para probar el
modelo propuesto. Esta pruebadel modelo se logr utilizando
ecuaciones estructurales, me-diante el paquete EQS (Bentler, 1995).
El modelo de ecuacionesestructurales contempla dos pasos
importantes: el modelode medicin y el modelo estructural. El modelo
de medicines un anlisis factorial confirmatorio, mientras que el
anlisisestructural estima las relaciones entre los factores
obtenidosen el modelo de medicin. La ventaja de este sistema
analticoes que permite medir al mismo tiempo los efectos directos
eindirectos que tiene una variable latente u observada sobreotra(s)
variables (Corral-Verdugo, 2002).
El modelo de medicin de esta investigacin consistien la
correlacin (pesos factoriales) entre los factoresexosistema y
microsistema con sus correspondientes indica-dores. Se presumi que
el exosistema estara formado por elambiente de la colonia y el
contexto escolar adverso y por uncomportamiento escolar
problemtico. El microsistema lo
Conducta antisocial juvenil
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20
formaran el abuso infantil materno y paterno, la
violenciapaterna, el abuso de alcohol por parte de la madre y el
ambi-ente fsico desfavorable. El macrosistema estara conformadopor
un ndice, que fue la suma de variables acerca de creenciasy
actitudes hacia la ley. Esto significa que el macrosistemafue
tratado, en el modelo, como una variable manifiesta.
El modelo estructural consisti en la medicin de losefectos
(coeficientes estructurales) del factor microsistemaen la conducta
antisocial, del exosistema en el microsistema ydel macrosistema en
el exosistema. Se esperaban coeficientesaltos y significativos (p
< .05) en todas las relacionesespecificadas.
Para determinar si los datos respaldan el modelo tericobajo
prueba se establecen indicadores de bondad de ajuste.En el caso del
EQS, se establece un indicador de bondad deajuste estadstico que es
la chi cuadrada (P2), y los indicado-res prcticos que controlan el
efecto del nmero de sujetos(N) sobre la significatividad de la
prueba de P2. Estos indica-dores prcticos son el Indice
Bentler-Bonett de AjusteNormado (IBAN), el ndice Bentler-Bonett de
Ajuste NoNormado (IBANN) y el ndice de Ajuste Comparativo
(IAC).Dado que estamos probando si el modelo terico est respal-dado
por los datos, es decir, que el modelo propuesto no
essignificativamente diferente de las correlaciones entre todaslas
variables, entonces esperaramos que el valor de P2, queestima esa
relacin, sea bajo y no significativo, es decir, quesu probabilidad
asociada sea mayor a .05. Para los indicado-res prcticos se
requiere que su valor se acerque a 1.0 y quesea, al menos, superior
a .90, como evidencia de que el mode-lo alcanz bondad de ajuste
(Bentler, 1995). Tambin seconsider el indicador de la Raz Cuadrada
del CuadradoMedio del Error de Aproximacin (RMSEA, por sus siglas
eningls) cuyo valor deber ser menor a .05, como evidencia debondad
de ajuste (Browne & Cudeck, 1993).
ResultadosAnlisis univariados y confiabilidad de las escalas.
La
Tabla 2 muestra los anlisis de confiabilidad, medias
ydesviaciones estndar, as como los puntajes mnimos y m-ximos que
produjeron las variables que constituyeron lasescalas en el
estudio. Puede observarse que las alfa fueron almenos de .60 para
todas las escalas, lo cual es un indicadorde su confiabilidad
(Nunally & Bernstein, 1994).
La Figura 1 muestra los resultados del modelo
estructural.Primeramente se prob la validez de constructo de las
dosvariables latentes (exosistema y microsistema). Todos lospesos
factoriales del exosistema con sus correspondientesvariables
indexadas (ambiente de la colonia, conducta esco-lar y ambiente
escolar) fueron significativas (p < .05). El ndi-ce de ambiente
de la colonia obtuvo un peso factorial de.53, mientras que el de
ambiente de colonia tuvo uno de .48y el de ambiente escolar mostr
un peso factorial de .50. Dela misma manera, el microsistema parece
constituirse comoun factor coherente, ya que todos los ndices que
lo formanprodujeron valores altos y significativos para sus
cargasfactoriales. El abuso materno produjo un peso factorial de
.44
con su factor de microsistema, el peso factorial de abusopaterno
fue de .51, el de la violencia paterna fue de .43, el delalcohol
materno fue de .24 y el del ambiente de la casa fue de.22. Se
tomaron todos esos indicadores factoriales comoindicios de validez
de constructo de las dos variables latentes.
Al considerar el modelo estructural, se estim el efectodel
microsistema en la delincuencia, resultando un coeficien-te
estructural de .73. El efecto del exosistema en el microsistemase
mostr como un coeficiente estructural de .74, mientrasque la
influencia del macrosistema en el exosistema se reflej enun
coeficiente de .50. El modelo produjo una R2 (coeficiente
dedeterminacin mltiple) de .56 en la estimacin de la
variabledependiente, lo que significa que el mismo explica el 56
porciento de la variabilidad en la conducta antisocial de los
jvenes.
Los indicadores de bondad de ajuste fueron favorables.La chi
cuadrada de este modelo fue de 53.39 (30 g.l., de diezvariables
manifiestas y dos factores) a la que se le asoci unap= .005 y los
valores de IANN e IAC fueron mayores a .90.(IANN= .90, IAC= .93) y
el resultado de RMSEA = .04. Estosignifica que el modelo y sus
interrelaciones se ajustan biena los datos.
ConclusionesNuestros datos parecen demostrar que el modelo
ecol-
gico propuesto por Bronfenbrenner (1987) y adaptado porBelsky
(1980) constituye una representacin adecuada (evi-denciada en su
bondad de ajuste) de la generacin ymantenimiento de la conducta
antisocial en jvenes. En estemodelo, el microsistema explica
directamente un 56% de lavarianza en la conducta antisocial, la
cual es tambin afectadade manera indirecta por el exo y el
macrosistema. Como seanticipaba, los contextos ms amplios afectan a
los ms pr-ximos en trmino de desarrollo de la conducta antisocial.
Enel modelo, el macrosistema tuvo un efecto positivo en
elexosistema y ste en el microsistema, y finalmente este ltimoafect
positivamente a la conducta antisocial. Lo anterior sig-nifica que
el contexto cultural afect la forma en la que losindividuos se
relacionaban entre s dentro del contexto esco-lar y en el del
barrio. El ambiente del barrio influy en lasrelaciones familiares y
stas en la conducta antisocial delmenor. De la misma manera, el
efecto del macrosistema en elexosistema, significara que la
existencia de un sistema decreencias y actitudes ejerce influencia
en la forma en la que lagente se comporta dentro de su contexto
social. Los estilosde vida, la cultura y la subcultura, y la
integracin en lasociedad son partes de la aculturacin de los
individuos a lasinstituciones convencionales, las normas y las
costumbres(Angenent & Man, 1996).
El efecto del exosistema en el microsistema expresa quelas
relaciones familiares estn permeadas por el ambiente, eneste caso,
de violencia o inestabilidad que se vive en el con-texto ms prximo
que es el vecindario. Las condiciones fsi-cas y sociales del barrio
propician la violencia en el mismo. Enlos barrios pobres se
presentan condiciones de carencia ma-terial en los hogares, las
casas no reciben mantenimiento,existen pocos lugares de recreacin y
de servicio (como las
M.Frias-Armenta et al.
-
21
Tabla 2Medias y confiabilidad de escalas
Conducta antisocial juvenil
-
22
escuelas, y las que existen se encuentran en malascondiciones),
se presenta venta de drogas y licor y estopudiera originar un
ambiente de descuido, propicio para laviolencia (Abrahamson, 1996;
Bursik, 2001).
Los resultados de nuestro estudio tambin mostraron elefecto
positivo de un ambiente familiar inadecuado en laconducta
antisocial de los menores. Tal como lo mencionaBronfenbrenner
(1987), la familia puede funcionar como uncontexto efectivo de
desarrollo del nio. Sin embargo, losconflictos familiares, la
prdida de los padres, y la falta dehabilidades de crianza son los
factores que pudieran intervenir
en el desarrollo de la delincuencia o de la conducta
antisocialen los menores (Juby & Farrington, 2001; Wells &
Rankin,1991). La delincuencia juvenil segn algunos autores, es
unade las consecuencias negativas predecibles de
condicionesfamiliares inadecuadas como ocurre en el caso de la
violenciafamiliar. Algunos estudios indican que, los nios/as que
sontestigos de la violencia o que reciben el maltrato
directamentepudieran desarrollar conducta antisocial o delictiva
(McCord,2001; Morrison & Cherlin, 1995; Widom & Ames,
1994).
Nuestros datos parecen mostrar una visin ms comple-ta del
desarrollo de la delincuencia juvenil, en comparacin
Tabla 2Continuacin
M.Frias-Armenta et al.
-
23
con los derivados de esquemas ms especficos (marcosexplicativos
no ecolgicos). Estos datos indicaran que ladelincuencia o la
conducta antisocial juvenil son fenmenosque reciben influencias no
slo multifactoriales sinomulticontextuales tambin. La teora
ecolgica presenta unaalternativa para modelar los efectos de estos
factores. De lamisma manera este modelo terico nos proporciona una
pau-ta para la propuesta de sistemas de intervencin. Siguiendoeste
esquema se propone que los programas de intervencinconsideren
mecanismos que impacten en todos los contex-tos, si se esperan
resultados efectivos para enfrentar los pro-blemas abordados. Las
intervenciones a nivel individual nosern efectivas si no se toman
en cuenta todos los escenariosen los que se desarrollan los jvenes
en nuestras sociedades.
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Recebido em 26.09.01Revisado em 20.06.02
Aceito em 04.11.02
1 Esta investigacin se desarroll gracias al apoyo del Consejo
Nacional de Ciencia Y Tecnologa (CONACYT)de Mxico (Proyecto
35166-H).
Martha Fras-Armenta, Doutora em Psicologia pela University of
Arizona (Tucson, EUA), ProfessoraInvestigadora no Departamento de
Direito da Universidad de Sonora, Hermosillo, Mxico.Amelia Erndida
Lpez-Escobar e Sylvia Guadalupe Daz-Mndez so Licenciadas en
Psicologa da Universidadde Sonora, Mxico.Endereo para
correspondncia: Martha Fras Armenta, Sevilla 6, Fracc. Casa Grande
- Seccin III, Hermosillo,Sonora, 83240, Mxico. E-mail:
[email protected].
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Nota
M.Frias-Armenta et al.