Tarento. Esto prueba que existe un contexto histórico gradual, aliado del camino en el desa- rrollo de la citada categoría trascendental. Luego, mostramos los aportes científicos de Arquitas que pueden ser comprendidos. desde el proporcionalismo, los que, de todos modos, son la mayoría. Estos, independientemente del valor en sí mismos, interesan sólo como el resultado de la aplicación de la analogía pro- porcional en la ciencia del siglo IV. Es conoci- do que en diversas épocas posteriores se ha realizado tal utilización de la categoría, llegán- dose incluso a desarrollos importantes en la ciencia. Al entrar en el campo de la ética y de la polí- tica se marca un importante paso en nuestra interpretación, puesto que no partimos de doc- trinas plenamente establecidas, sino de algunas referencias y hechos importantes en la vida y obra de nuestro pitagórico. Así, entramos en una fase conjetural y problemática, de la que es imposible escabullirse, si tomamos en cuenta que Arquitas es más conocido por estos aspec- tos que por cualquier otra cosa. Allí llegamos a encontrar en el proporciona- lismo una salida interpretativa de la ética y polí- tica pitagórica. Pero, al lado de ésto, se empieza a reflexionar en tomo a las influencias que pudo ejercer en los dos más grandes pensadores de la antigüedad. A un filósofo como el tarentino, subordinado por la historia del pensamiento y sin muchos textos que respalden su acción pública y privada, deben medírsele sus posibili- dades desde la perspectiva de los grandes. Por Conclusiones La investigación histórico-filosófica conlle- va actividades de poca variedad. Fuera del aná- lisis de textos y reflexión a partir de ellos, no es mucho lo que se debe llevar a cabo. A pesar de eso, un estudioso de la historia de la filosofía debe tomar en cuenta muchas ramas del queha- cer humano, y nunca logra completar en forma satisfactoria el análisis de los pensadores. Específicamente en el caso del estudio de los griegos, se debe conocer una serie de activida- des científicas, religiosas y políticas que los influyeron en la elaboración de sus doctrinas y que, a la vez, ellos mismos desarrollaron. Por eso, en este trabajo ha sido necesario lidiar con diversas disciplinas, como aritmética, música y política, que no son necesariamente de corte filosófico, pero que en cierta forma tienden al mismo. Hemos desarrollado una línea determinada de interpretación, sin pretender analizar la tota- lidad del quehacer de este pitagórico, aunque sí lo que parece más importante y trascendente, y que, a su vez, muestra una coherencia apropia- da a esta figura histórica. Precisamente, esa linealidad la hemos hallado en la analogía de proporción, desde la cual se deben comprender nuestros objetivos. Comenzamos presentando un estudio inter- pretativo del pitagorismo que, en sí mismo, trata de patentizar la posición del filósofo taren- tino en el movimiento, habiendo mostrado, ade- más, cómo este movimiento va en ascenso, especialmente en sus dos primeros siglos, y llega a una cierta plenitud con el grupo de
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Tarento. Esto prueba que existe un contextohistórico gradual, aliado del camino en el desa-rrollo de la citada categoría trascendental.
Luego, mostramos los aportes científicos deArquitas que pueden ser comprendidos. desde elproporcionalismo, los que, de todos modos, sonla mayoría. Estos, independientemente delvalor en sí mismos, interesan sólo como elresultado de la aplicación de la analogía pro-porcional en la ciencia del siglo IV. Es conoci-do que en diversas épocas posteriores se harealizado tal utilización de la categoría, llegán-dose incluso a desarrollos importantes en laciencia.
Al entrar en el campo de la ética y de la polí-tica se marca un importante paso en nuestrainterpretación, puesto que no partimos de doc-trinas plenamente establecidas, sino de algunasreferencias y hechos importantes en la vida yobra de nuestro pitagórico. Así, entramos enuna fase conjetural y problemática, de la que esimposible escabullirse, si tomamos en cuentaque Arquitas es más conocido por estos aspec-tos que por cualquier otra cosa.
Allí llegamos a encontrar en el proporciona-lismo una salida interpretativa de la ética y polí-tica pitagórica. Pero, al lado de ésto, se empiezaa reflexionar en tomo a las influencias que pudoejercer en los dos más grandes pensadores de laantigüedad. A un filósofo como el tarentino,subordinado por la historia del pensamiento ysin muchos textos que respalden su acciónpública y privada, deben medírsele sus posibili-dades desde la perspectiva de los grandes. Por
Conclusiones
La investigación histórico-filosófica conlle-va actividades de poca variedad. Fuera del aná-lisis de textos y reflexión a partir de ellos, no esmucho lo que se debe llevar a cabo. A pesar deeso, un estudioso de la historia de la filosofíadebe tomar en cuenta muchas ramas del queha-cer humano, y nunca logra completar en formasatisfactoria el análisis de los pensadores.Específicamente en el caso del estudio de losgriegos, se debe conocer una serie de activida-des científicas, religiosas y políticas que losinfluyeron en la elaboración de sus doctrinas yque, a la vez, ellos mismos desarrollaron.
Por eso, en este trabajo ha sido necesariolidiar con diversas disciplinas, como aritmética,música y política, que no son necesariamentede corte filosófico, pero que en cierta formatienden al mismo.
Hemos desarrollado una línea determinadade interpretación, sin pretender analizar la tota-lidad del quehacer de este pitagórico, aunque sílo que parece más importante y trascendente, yque, a su vez, muestra una coherencia apropia-da a esta figura histórica. Precisamente, esalinealidad la hemos hallado en la analogía deproporción, desde la cual se deben comprendernuestros objetivos.
Comenzamos presentando un estudio inter-pretativo del pitagorismo que, en sí mismo,trata de patentizar la posición del filósofo taren-tino en el movimiento, habiendo mostrado, ade-más, cómo este movimiento va en ascenso,especialmente en sus dos primeros siglos, yllega a una cierta plenitud con el grupo de
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lo visto, son explícitas las conexiones entre él ylos otros pensadores, solamente que su valordepende de la tendencia que se siga al interpre-tar. En nuestro caso, consideramos que hay unainfluencia importante, especialmente sobrePlatón en su concepción del filósofo gobernan-te.
Con la presentación del concepto de la ana-logía y su desarrollo histórico, hemos logradoencontrar cómo se da un proceso conceptualbastante coherente entre los presocráticos ycómo el proporcionalismo se deja ver, especial-mente, en los pitagóricos. Partiendo de losaportes de nuestro pensador, comprobamos queél es, sin duda, un pensador proporcionalista,que no sólo se limita a"seguir la filosofía pita-górica, sino que también entrega una concep-tualización efectiva de la analogía, en la que sepresentan los esquemas elementales para eldesarrollo del pensamiento proporcionalista.Así queda claro cuál es el elemento vital en elpensamiento filosófico del tarentino.
Al resumir las influencias que pudo ejercernuestro pensador sobre los dos más importantesfilósofos de la antigüedad, se evidencia quegran cantidad de elementos en la filosofía dePlatón dependieron del pitagórico, en especialen el terreno cosmológico, habiendo sido laanalogía el más significativo de todos. Además,se puede ver cómo Aristóteles conoce el pensa-miento del pitagórico en forma más diluida,sobre todo, porque 'las influencias son relativi-zadas por Platón, y cómo, a pesar de eso, laanalogía proveniente del pitagorismo llega a seren él una categoría de valor universal. De aquía toda la historia de la filosofía occidental sólohay que dar un paso. Basta haber reconocidoinfluencias sobre éstos dos pensadores paraaceptar la trascendencia histórico-filosófica deltarentino.
Aceptados todos estos aspectos, se puedeaceptar la validez de nuestros postulados princi-pales. El pitagorismo efectivamente tiene undesarrollo, posterior a su primera fase, quesupera en gran medida incluso al mismo maes-tro. La escuela tarentina, con Arquitas al frente,muestra una gran valía en todos los asuntos quedesarrolló, fundamentalmente en ciencia y filo-sofía. Arquitas, el mejor ejemplo para Platón,
desarrolló junto a su ciudad un sistema políticoque iba acorde con sus principios morales; poreso, en él política y ética son congruentes entresí y, a la vez, armonizan con su pensamientocentral. Por último, no puede ser sino la analo-gía, entendida desde el pitagorismo, la principalcategoría del tarentino, y, por eso, la que resumela problemática total de este estudio.
Planteadas así las cosas, concordamos enque muchas veces la historia de la filosofía esinjusta. Una filosofía como la pitagórica, tanmenoscabada en la mayoría de las épocas, llegaa plantear con impresionante claridad uno delos fundamentos epistemológicos más funda-mentales de Occidente. La analogía no es unsimple juego del pensamiento ni un argumentoinstrumental, es un principio de conocimientodel que el hombre no se puede separar (¿Noempiezan acaso los niños a aprender por mediode analogía?). Por supuesto, ella no constituyeel fin y principio de la epistemología, pero sí esun elemento inalienable de ésta. Y aunque apartir de ella se pueden seguir muy diversosesquemas filosóficos, eso no delimita necesa-riamente sus posibilidades. De rechazar aAristóteles o a Platón no se sigue el desplaza-miento del principio pitagórico.
La historia de la filosofía, por eso, puede lle-vamos más allá de los simples datos y doctri-nas, puede colocamos ante las bases de nues-trea misma civilización. En la búsqueda de esosprincipios categóricos podremos hallar mássentido a este quehacer, porque detrás de todoestá la primordial filosofía, están los elementos"sine qua non" podría plantearse el pensamien-to. De ahí que al reencontramos con los gran-des pensadores, ya de la antigüedad o cualquierotra época, no basta percibirlos, debemos tratarde entenderlos.
Este trabajo se hizo con esas espectativas,que lo juzgue el lector en vistas de su cumpli-miento o no. Creemos que nuestro esquema inter-pretativo nos hace replantear la misma historia,porque tal vez hacemos filosofla con ella, porquea la larga hemos sido capaces de ver cómo el pen-samiento antiguo, a pesar del tiempo, sigue aúnviviendo, quizás con formas nuevas o con esque-mas más complicados, mas con la misma validezque tuvo para Arquitas de Tarento.
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