-
1
COLOMBIA:
MARCA NO REGISTRADA
OMAR RINCN
Este ensayo sobre la colombianidad busca aquellos mitos, no
comprobables, pero odos masivamente
sobre lo que somos. Est escrito de puro sentimiento y sin
fundamento cientfico; en este sentido es
"bien a la colombiana", ya que est basado en suposiciones,
fbulas, microrrelatos que dan cuenta de
una gran ficcin llamada la nacin colombiana. La apuesta es que
Colombia es una marca no
registrada, en el sentido que no tenemos un gran relato que nos
constituya como nacin. Una marca
en publicidad es una personalidad, un lenguaje, un smbolo, un
estilo, una actitud que se comunica
para diferenciarse y no ser masa. La marca Colombia est
constituida de personalidades
contradictorias y no se encuentra registrada porque no sabemos
qu es, slo la intuimos en relatos
frgiles que nos han contado. Este ensayo da cuenta de muchas de
las personalidades que Colombia
asume como propias, las cuales comunica pero que no alcanzan a
constituir un gran relato de la
identidad. Colombia marca no registrada podra ser traducido como
Colombia no identidad, un viaje
por las dbiles personalidades que nos constituyen.
Los colombianos nos parecemos en que no nos parecemos. Ponga un
colombiano junto a otro.
Obsrvelos. Ahora haga lo mismo con un par de peruanos, o
canadienses. Hay entre stos un vnculo
cultural que los identifica y los hace ser peruanos o
canadienses. Los colombianos no tenemos ese
vnculo. Nos definimos mejor por aquello que no somos. Somos esa
cantidad de gente que no se
parece ni a los venezolanos, ni a los ecuatorianos, menos a los
brasileos y distamos muchsimo de
los mexicanos'... Pero entonces qu s somos? Cmo somos nosotros?
(...) No hemos construido
una sociedad porque no nos conviene. Si as fuera todos seramos
responsables de todo lo que pasa y
no hay nada ms colombiano que echarle la culpa a los otros.
Queremos pensar que esa Colombia
violenta e intolerante est conformada por los otros, no por m.
Creemos que los corruptos, esos que
se roban miles de millones de pesos, son los otros, no nosotros.
Y que adems fueron elegidos por
esos otros, no por m. V lo ms preocupante no dejamos de rogar
porque alguien (otro) haga algo
para que esto cambie. (Mauricio Miranda, Revista Caceta, 47)
Qu somos, de dnde venimos, para dnde vamos... los colombianos?
Ser que existimos como
nacin?
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
2
La hiptesis que recorrer este texto asume que ni somos
colombianos ni existimos como nacin, slo
somos el flujo incesante de fragmentos de retricas y flujos de
violencias, sobre todo simblicas;
somos una suma mal hecha de muchos fragmentos-relatos del ser
nacional. La marca Colombia est
hecha de mestizaje, hibrides, mezcla, masacote, miscelnea,
panadera... relatos leves que producen
una colombianidad frgil, dbil pero cotidiana y vital, una nacin
con buen humor, llena de rituales
simples ci arraigo y con inventiva irrestricta.
Referirse a la identidad significa muchas cosas; es un concepto
complejo que se llena de ambigedad
porque:
Siempre es cambiable, tiene un pie en lo real, otro en lo
imaginativo, es relativa al tiempo y el
espacio, se construye como lugar esencial que junta en tamo
diferencia.
Buscar identidades no es fcil en estos tiempos del flujo, de
velocidad, de fragmento, de caos, de
terror... y es que si lo vemos bien, es bastante complicado y
complejo aferrarse a algn fragmento de
colombianidad que ancle a sentidos de existencia. Los que saben
suelen citar que hay que invocar a la
memoria. Y de memoria no se puede hablar mucho en este pas del
olvido, que borra los testimonios
del pasado como el Palacio de Justicia, del cual no quedaron ni
las cenizas; lo dice el lcido Antonio
Caballero "a los colombianos no les gusta mirar la realidad de
frente ni siquiera en el pasado". Si la
colombianidad no se reinventa desde el pasado, el asunto ser de
futuro; pero, cul?, hay todava la
esperanza en tiempos del terror? La respuesta no aparece porque
no sabemos para donde vamos
como nacin. Si no producimos las identidades nacionales ni desde
el pasado ni hacia el futuro,
entonces, reflexionar sobre el ser nacional debe ser un asunto
de presente; un presente hecho de
experiencias de sentido compartido, de experimentar lo uno y lo
otro, lo propio y lo extrao, lo
cercano y lo lejano, lo lento y lo veloz, lo irnico, lo
humorstico.
Marc Auge, un antroplogo francs siempre sugerente en sus miradas
sobre nuestros tiempos, en su
libro El sentido de los otros afirma que para comprender nuestro
paisaje simblico hay que aplicar la
etnologa de urgencia... y con ello expresa "la necesidad de
medir los formidables mecanismos de
produccin artificial de identidad, tanto individual como
colectiva, que nuestras sociedades ponen en
marcha". Este ensayo quiere ser una etnologa de urgencia sobre
esos formidables mecanismos de
produccin artificial de identidad que tenemos los colombianos:
retricas que dicen todo al no decir
nada, verdades comprobadas en ninguna parte, mitos y leyendas
sin misterio, relatos frgiles que nos
imaginan como colectivo. La colombianidad se produce sobre todo
en esas maneras sentimentales y
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
3
simples y contundentes que nos dicen que somos de aqu: los ritos
cotidianos de la comida, el paisaje
y la rumba; el humor como mecanismo de resistencia; la inventiva
creativa como estrategia para
diversificar el relato nacional. Desde estas fragilidades del
reconocimiento no es posible conformar un
relato denso de la identidad, no podemos hacer discursos largos
sobre la nacin, slo podemos
reconstruir pequeas retricas que consuelan el alma de nostalgias
y relatos inestables que dan
cuenta de la nacin colombiana desde una diversidad
fragmentada.
Sin tener de qu agarrarnos para producir sentido no podemos
vivir, somos frgiles \ queremos
estabilidades. En nuestros tiempos es poco probable que
produzcamos reconocimiento desde las ideas
fijas de la identidad (territorio, lengua, raza, religin,
nacin). Hoy nos reconocemos y hacemos
visibles desde mltiples y diversas formas, estilos, ritmos,
tonos y prcticas de identidad. Si tenemos
que buscar las identidades, las encontramos es en las culturas
emocionales, esas experiencias que a.
pesar de ser efmeras e inestables nos producen sentimiento,
ganas de vivir, risas, lloros, ilusin,
saber compartido, opinin abierta, deseo colectivo... algo as
como los relatos de colombianidad que
nacen en lo cotidiano, el humor y la inventiva nacional.
LA COLOMBIANIDAD, MITOS FUNDADORES
Nuestro origen parece ser un error creacional, un olvido de
dios. Pero sobretodo somos una nacin
abandonada por el Estado que condena al individuo a su suerte,
lo cual nos lleva a no generar lazos
afectivos que nos junten, ni pactos de confianza en los
gobernantes. Este pas que habitamos, bajo
estas condiciones, es difcil o ms bien imposible de sentirlo
como propio; es complicado desarrollar
un sentido de pertenencia hacia di. La nica va para pertenecer a
esta nacin y recomponer nuestra
identidad pareciese ser a partir de nuestros problemas, nuestras
miserias, nuestras deformidades,
nuestras exclusiones. Estas son nuestras nicas estrategias para
dar forma a un discurso que hable
del nosotros. Tenemos un relato de nacin que nos define desde lo
perverso, Adentrndonos un poco
en los relatos dbiles que conforman la nacin colombiana ms all
de sus miserias, encontramos
otras miradas, unas que voy a llamar, con exceso, mitos
fundadores. Nosotros no tenemos un gran
relato fundacional por esa razn encontramos pequeos y frgiles
mitos que nos permiten imaginar
una narracin de la nacin. Los mitos fundadores de nacin
colombiana son todos una doble prctica:
un discurso del amor, la ley y la "civilidad", y una accin
cotidiana de exclusin, barbarie, eliminacin.
Divinos por ley, violentos por naturaleza.
Mito poltico: Colombia es hija de Santander, el hombre de las
leyes, quien dijera o escribiera "Si la
armas os han dado la independencia, las leyes os darn la
libertad". La Historia que nos contaban en
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
4
la escuela primaria nos presentaba a un Santander que nos llen
de leyes y que con ellas 'anul a
Bolvar y su idea federalista y su anarqua. Sin embargo, cuando
las leyes no pudieron controlar a
Bolvar, Santander conspir e intent matarlo. Este puede ser
nuestro acto fundador como repblica y
que nos constituy en nacin. Eso somos: una nacin que se hace
bellsima en las leyes y que sabe
que ellas no se aplican, que Lis leyes no rigen la vida
institucional, sino que son una mscara desde la
cual aparentamos ser civilizados. Los polticos y legisladores
saben que las leyes son slo otro acto
retrico porque lo verdadero es aquello que hacemos; la nacin
real se hace en la conspiracin, la
exclusin del que piensa diferente, la eliminacin de las otras
ideas. Somos leyes que esconden que
somos una nacin que se hace en los bajos fondos, porque una vez
creada la ley se inventa la forma
de actuar sin leyes. Somos retrica legalista para aparentar
civilidad pero la verdad es que desde
nuestros inicios, imitando a Santander, vivimos eliminado la
diversidad, las otras ideas, matando lo
que no nos gusta. Desde la colonia nos viene el gran eslogan
nacional: "se obedece, pero no se
cumple". Doble moral: una ley para todos mientras por debajo de
la mesa construimos una nacin del
no dilogo y sin leyes.
Mito simblico: toda sociedad recurre a sus smbolos para contarse
y preguntarse por el sentido de
colectividad, para examinar las races de su desazn, para
encontrar explicaciones a su contradiccin.
Colombia, para exorcizar sus miedos, exige contar hasta el
cansancio esa manera trgica y primaria
de ser violenta. Violencia que aparece dignificada en nuestros
smbolos patrios, el escudo y el himno
proveen imaginarios histricos del ser colombiano. El escudo
patrio, emblema indispensable para
cualquier pas, objeto de aprendizaje en la clase bsica de
democracia en los colegios, es relato vacuo
e inverosmil: el Canal de Panam que hace rato perdimos (para
recordarnos nuestra antisoberana),
el gorro frijio francs (por aquello de la revolucin que Colombia
ni oli), cuernos de la abundancia
(que tanta falta hace -la abundancia, no los cuernos-) y para
completar, un ave carroera,
desagradable y en extincin como el cndor. Todo eso coronado por
el emblema de libertad y orden,
dos prcticas virales poco practicadas en esta nacin. El himno es
el otro relato legitimado de la
nacin colombiana: "Oh gloria inmarcesible, oh jbilo inmortal, en
surcos de dolores el bien germina
ya". Y, segn cuenta Tatiana Duplat, en el Caribe colombiano los
nios ya han traducido esta oda a la
nadera en cosas ms concretas y cercanas a nuestro ser nacional:
Los nios cantan "Oh, Gloria, luna
y Cecilia', lo cual es un homenaje a la mujer que construye
desde la cotidianidad esa otra nacin, esa
que no vive de cosas inmarcesibles sino a travs de simples y
vitales prcticas de futuro de todos los
das; despus, "oh jbilo inmoral o sin moral", as manifiestan otro
llamado a tierra, ya que para qu
felicidades inmortales si lo que campea en la nacin es la
inmoralidad como marca de identidad, y se
termina en los "surcos de dolores", que nada que producen el tan
mentado bien (ahora, el bien de
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
5
quin?), ni nos permiten (los surcos de dolores) vislumbrar
esperanza. Nos hemos quedado en el
dolor como estrategia para ser colombianos, no hemos alcanzado
el bien prometido. Y el himno
contina el relato de nuestra nacin en trminos como "La virgen
sus cabellos, arranca en agona y
.le su amor viuda los cuelga del ciprs. Lamenta su esperanza que
cubra loza fra, pero glorioso
orgullo circunda su albadez". De razn somos como somos, esa
seora llamada Colombia necesita
urgentemente desde hace tiempo un psiquiatra para que la analice
y explique porque anda en
semejantes actos de locura como ese de arrancar sus cabellos, ms
grave en lenta agona de la cual
no hemos salido, es una viuda o sea que no ha tenido quien la
proteja o cuide sino que se le ha
abandonado a su propia supervivencia, y para rematar esa nacin
lamenta tener esperanza. Qu
buen himno nacional!, nos cuenta tal como somos en cuanto signo,
llenos de retrica sin sentido,
palabras de abundancia estilstica y absolutamente precarias a la
hora de proveer un sentido a
nuestro ser. Necesitamos urgentemente un psiquiatra que nos
traduzca nuestra identidad de himno y
escudo en un relato de ms potencial de colectivo y futuro. Por
ahora Colombia se arranca los
cabellos, vive en agona, est viuda y no tiene esperanza.
Mito religioso: Colombia se fund como nacin en la imposicin de
la te catlica, luego fue
consagrada como patria al trgico Sagrado Corazn y, terminamos,
en la prctica, adorando a la
Virgen y al Divino Nio. Nuestra nacin religiosa nace de un acto
violento, de una imposicin de una
forma de fe. Pero ms siniestro es que consagremos el pas al
Sagrado Corazn, a ese seor que
expone su dolor en pblico, a esa imagen violenta de espadas
atravesando el centro de la vida, a esa
versin de destino trgico que consagra esta postal de fe. Y, an
ms extrao, es que hemos
adoptado una fe de matriarcado donde la Virgen le da golpe de
gracia a Jess y a Dios, la madre
manda en el cielo y en la tierra, y todo porque es mujer,
bondadosa y tierna y permite que los hijos
hagan lo que quieran. Alonso Salazar en No Nacimos pa'semilla,
el ms famoso y potente estudio :
sobre la; violencia joven en Colombia, escriba que un sacerdote
de la comuna nororiental le cont que
el Dios de los jvenes sicarios "es un dios femenino, tolerante y
permisivo", de donde ha surgido la
moral de la violencia nacional: dios perdona, entonces uno puede
hacer cualquier cosa. Para terminar
siendo ms verstiles, aunque contrahechos en nuestra re nacional,
erigimos el Divino Nio como
hroe religioso; su imagen es monstruosa ya que es un nio con
rostro y actitud de grande, una
infancia negada en nombre de la solemnidad adulta. Somos una
sociedad catlica porque se nos
permite, en simultneo, matar y sur perdonados, ser cuidados por
la virgen que es una madre
bondadosa y permisiva, venerar :\ un nio con rostro de adulto
que nos convierte en una nacin de
nios, de sentimientos irreflexivos y fe ingenuas, ciegas y
desordenadas. Esta es la nacin que
fundamos desde nuestra fe.
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
6
Mito territorial: Somos una nacin de diversidad cultural, una
diferencia que se ha juntado en actos de
fuerza amorosa y nos ha convertido en una tierra de piel
mezclada donde abunda lo mestizo y lo
mambo, donde nos hemos contaminado del otro. A pesar de esta
vitalidad de mezcla persisten formas
de exclusin basadas en criterios territoriales. El estudioso
Carlos Uribe (La mentalidad colombiana.
Bogot: Nueva Amrica, 1992) explica que viniendo de una
diversidad regional y una geografa difcil
Colombia se ha convertido en "un pas de confluencias: de un
lado, la cultura andina, surea que nos
permite respirar el mismo clima sentimental de los peruanos, los
bolivianos y ecuatorianos. Por otra
parte est el Caribe: a su vera el colombiano respira el mismo
aire del cubano, del puertorriqueo o el
dominicano. Y est en fn, la selva. El colombiano vive
Imposibilidad de la gran diversidad de habitat
al alcance de su mano. All hay una fuente de su recursividad, lo
cual se liga al impulso de buscar
salidas no legtimas o no legales a un sistema muy rgido e
intolerante". No somos nada en concreto
sino fragmentos; de estilos de imaginacin y supervivencia. Esta
diversidad, est pertenencia a
diferentes maneras de habitar la vida que debera ser nuestro
potencial se ha convertido en otro
sistema de exclusin, ya que entre lo caribe, andino y selvtico
no existe comunicacin, ni referencias
comunes, ni ideales de patria parecidos. Los espritus diversos
que nos conforman se han convertido
en estrategias para el desencuentro. Desconocemos el pas, su
territorio es una ficcin, las
diversidades son slo otro eslogan. La nica forma de aprender de
nuestra nacin y sus gentes es a
travs de las masacres, que como dice el columnista ms crtico de
la colombianidad don Antonio
Caballero, han sido la forma ms electiva para aprender de
geografa en Colombia. La diversidad
como mito fundacional colombiano puede ser potente en la media
en que se generen formas de
encuentro, por ahora, son una estrategia para la exclusin y la
desigualdad.
Mito social: somos violentamente colombianos. La violencia ha
acabado siendo el gran determinante
de la estructura de carcter del colombiano. El vnculo o la
influencia no es siempre directa, puede ser
inconsciente. Est viva en la marginalidad de nuestras ciudades,
en la mitologa popular reciente de
formas rpidas e instantneas para el xito. La violencia gana, el
esfuerzo no paga. Muchas teoras
existen sobre la violencia: Una, la del gen violento, que luce
inconsistente porque ningn estudio ha
hallado algo que diferencie la composicin gentica de los humanos
colombianos de las de otros
pases. Otra es la teora ligh que explica que la violencia surge
do la represin sexual, lo cual no es
cierto porque el 88 por ciento de colombianos dicen estar
satisfechos con su vida sexual. Una
explicacin ms, la de calle, interpreta que la violencia es una
forma de expresin en un pas que ha
cerrado todas las posibilidades de contar en pblico, por eso un
hombre que golpea a su mujer, en los
sectores populares significa que todava ella le importa; es ms,
la ama. Una ms, la del dato
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
7
contundente que dice en el tono apocalptico de R. H. Moreno-Durn
(La Revista de El Espectador, 64,
Octubre 7, 2001) que: "Ante el mundo Colombia parece tener una
vocacin dramtica. Durante el
siglo que acaba de morir fuimos por primera vez noticia
internacional, el 9 de abril, a causa de una
masacre, somos noticia internacional por el absurdo envo de
tropas a Corea a luchar por la libertad
de una pas remoto cuando en nuestro propio pas no haba libertad,
somos noticia en el plano
eclesistico cuando Camilo Torres, un cura burgus, se va a la
guerrilla, somos noticia por el conflicto
civil ms largo de la historia, por el guerrillero ms viejo, por
todo este tipo de cosas". Si esta es
nuestra historia, entonces, las violencias sern nuestra forma ms
coherente y sistemtica de ser que
tememos para presentarnos ante el mundo. Las violencias como
carcter propio de nuestro destino y
estrategia para comprendernos, es confirmada por el poeta y
ensayista William Ospina (La Revista de
El Espectador, 64, Octubre 7, 2001i) cuando afirma que "es rumor
pblico que todo aquel que se
proponga transformar a la sociedad corre el riesgo de
desaparecer, no slo perseguido por el Estado
sino acallado por una vieja tradicin de manos negras que ven
como un peligro toda disidencia, toda
diferencia, toda originalidad". Quin se atreve a disentir contra
estos datos, argumentos,
comprensiones? Aunque uno busque explicaciones imaginativas ante
una evidencia tan total, hay que
aceptar que las violencias son nuestra marca. En Colombia no
vemos nada de bueno en las ideas de
los otros, y por precaucin hay que matar las otras deas (Gaitn,
Pardo, Jaramillo y los de la up,
Pizarra, Garzn), no vaya y peguen en la sociedad y se dae esa
vida privilegiada construida durante
siglos con base en la exclusin y la injusticia. Sin el recurso
del libre examen y arrinconados por la
violencia, el instinto de conservacin del colombiano le ha
producido una sospecha esencial sobre la
intencin del otro y una cierta habilidad para el engao, que no
es ms que una forma de la
supervivencia. No somos capaces de disentir simblicamente,
eliminamos la idea, desaparecemos el
sujeto. Colombia tiene como mito fundador, y evidente marca
comunicable, la violencia.
Miio cultural: toda nacin se tunda en sus relatos culturales, en
esas maneras en que sus creadores le
han dado forma y han organizado imaginativamente el caos. El
gran escritor y profundo ensayista R.
H. Moreno-Durn (La Revista de El Espectador, 64, Octubre 7,
1001) afirma que "en Colombia hay
una cultura de la muerte. Yo creo que slo las almas candidas
intentan desmentir esto. Basta
remitirse, por ejemplo, la poca de la Colonia, cuando un libro
fundacional como El carnero nos
ofrece un caso en el que alrededor de un solo funcionario se dan
cita la corrupcin administrativa, el
crimen poltico, el crimen pasional, un frustrado magnicidio y un
ejemplo soez de racismo. El hombre
que consigue semejante hazaa no es un criminal cualquiera, es el
oidor Andrs Corts de Mesa. Si
todo suceda en nuestra infancia civil, por qu extraarnos lo que
ocurre?". La violencia se constituye
en relato de la cultura colombiana, Moreno-Durn argumenta su
afirmacin con las dos novelas ms
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
8
importantes del siglo xx: La vorgine y Cien aos de soledad, las
cuales comienzan con referencias a
la violencia. La Vorgine se abre con una frase terrible y
absolutamente vlida: "Antes que me
hubiera apasionado por mujer alguna, jugu mi corazn al azar y me
lo gan la violencia". Y Cien
aos de soledad empieza: "Muchos aos despus frente al pelotn de
fusilamiento..." Y para rematar,
el cuadro ms importante que tenemos se titula precisamente:
Violencia, de Obregn. Concluye el
maestro Moreno-Durn: "Sin la muerte, nuestro pas no dara seales
de vida". Uno queda como sin
habla cuando ve tanta coincidencia y coherencia si se analiza la
produccin cultural desde las
violencias. Y tiene que ser as porque el artista no puede hacer
ms que reflexionar sobre sus tiempos
desde sus signos ms visibles y la nacin colombiana slo se ha
hecho pblica desde sus violencias.
Ahora, el creador cultural no celebra las violencias, las expone
en relato y smbolo para que muchos
puedan construir potenciales de esperanza y posibilidad.
LA COLOMBIANIDAD, FRAGMENTOS DE IDENTIDAD
Si miramos los relatos de colombianidad expuestos arriba
encontramos que lo que los une es su
contradiccin: discursos de la ley humana, divina, territorial en
contrava de las violencias prcticas.
Las violencias como marca (idea de comunicacin de la nacin
colombiana) no son nuestra nica y
estable identidad; detrs de esa gran imagen y esa terrible
noticia cotidiana aparecen otras maneras,
ms annimas pero contundentes, de buscar la dignidad y construir
otros imaginarios de nuestro(s)
ser(es) nacional(es). A continuacin algunos de los fragmentos de
la colombianidad; fragmentos
socializados y asumidos masivamente aunque sean inestables,
frgiles, crticos y contradictorios.
UNA COLECTIVIDAD INNOBLE
En 1841, el diplomtico francs Barn Gros escribi sobre el
habitante de la Nueva Granada (hoy
Colombia) lo siguiente:
Es de una educacin exquisita y obsequiosa; se cultivan con l
relaciones fciles y amenas, hasta el
momento en que uno comete la debilidad de prestarle dinero o
algn servicio, porque entonces se
declara enemigo para no sentirse con la obligacin de pagar. Nada
denota en sus ideas o en sus
sentimientos una noble y adecuada organizacin; no tiene ningn
respeto por si mismo. Acostumbra
inventar o desnaturalizar los hechos con una facilidad y un
desenfado que no es difcil concebir;
humilde y sumiso en la adversidad como indolente en la
prosperidad, carece de honradez en sus
relaciones comerciales y procura engaarse constante y
recprocamente manteniendo las apariencias
de la mis cordial amistad.
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
9
Todo aqu es individual; nadie piensa en la comunidad; no existe
el menor espritu pblico ni el deseo
de ver la patria prspera, si rilo implica el sacrificio ms
insignificante.
Se ha producido lo que hoy contemplamos y lo que no desaparecer
sino por la lenta accin del
tiempo, cuando las guerras civiles y las revoluciones permitan
algn reposo a estas comarcas, cuando
vengan otros hombres imbuidos de ideas distintas, cuando
numerosas inmigraciones hagan nacer
otras necesidades, otros anhelos y sobre todo otros
ejemplos.
Esta carta podra haber sido escrita hoy, nada ha cambiado, las
leyes nada que pueden con nuestro
ser nacional. Seguimos siendo gente de "una educacin exquisita y
obsequiosa", nos caracterizamos
por ser gente educada y casi regalados ante el extranjero,
tenemos "relaciones fciles y amenas", los
que nos conocen reconocen nuestra querencia, amabilidad y
frescura para interactuar. Somos as de
lindos. Que seamos caticos y desorganizados, no es un mal signo
ya que esta caracterstica nos
produce muy vitales en toda nuestra vida como nacin. Adems todos
nos ven como "inventivos", lo
cual ha creado el gran mito de que un colombiano no se vara en
ninguna parte del mundo.
Pero el alma se nos ha daado histricamente por el xito fcil, por
el vil billete, pero sobre todo por
no cumplir con lo prometido, por ser muy fciles para evadir
nuestras responsabilidades ya que
preferimos "declararnos enemigos" antes que "sentirnos con la
obligacin de pagar" y "carecemos de
honradez en las relaciones comerciales". De all nos sale nuestro
signo inmaculado de identidad: la
deshonestidad. Lo pattico es que desde siempre se ha visto que
nosotros, los llamados colombianos,
no tenemos "ningn respeto por nosotros, .mismos", lo que hemos
demostrado en toda nuestra
historia. Y lo peor, nuestro relato colectivo ha sido una eterna
estrategia de "engaarnos" que ha
tomado como figura pblica que somos lo que "aparentamos". Y para
completar el cuadro, nos cae
muy duro pero es certera la afirmacin que dice que somos
"humildes y sumisos en la adversidad
como indolentes en la prosperidad". Nuestra alma o estilo es ser
muy arrodillados frente al poderoso y
absolutamente arrogantes cuando estamos arriba. Este breve y
subjetivo y europeo diagnstico
encuentra su mxima verdad sobre la colombianidad cuando afirma
que "todo aqu es individual;
nadie piensa en la comunidad; no existe el menor espritu pblico
ni el deseo ce ver la patria
prspera, si ello implica el sacrificio ms insignificante". Lo
privado para saqueo de lo pblico ha sido
nuestra construccin consciente: privilegiar lo individual,
denigrar lo colectivo y aspirar a que otros se
sacrifiquen por construir el pas que queremos, ya que no
pensamos perder ninguno de nuestros
privilegios.
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
10
Amables, inventivos y caticos; pero deshonestos, aparentadores,
sumisos o arrogantes, e
individualistas. Y lo ms terrible, que desde siempre se ha visto
de los colombianos, es que viviremos
en guerras civiles y que solo otras visiones nos podrn crear
otros anhelos. Y aqu otro signo:
matarnos y ser absolutamente cerrados, muy pocas migraciones
hemos recibido, nos hemos creado
nuestro destino a pulso de exclusin, no hay que echarle la culpa
a nadie. La periodista espaola
Salud Hernndez-Mora (Revista Nmero, 29, zooi) afirma que a los
colombianos nos gusta sentirnos
el ombliqo del mundo, somos patrioteros, creemos que "ser buen
colombiano es decir cosas lindas del
paisaje, no perderse los partidos de la seleccin y reafirmar la
voluntad de permanecer en el territo-
rio", y carecemos del ms mnimo sentido de autocrtica. Somos una
cultura que se cree cosmopolita
cuando slo nos vemos a nosotros mismos en el espejo. El
extranjero, aunque lo queremos imitar o
nos sentimos parte de sus culturas, ha tenido muy poca
oportunidad de incluirse en nuestra sociedad.
Mucho menos la verdad indgena o afrocolombiana ha sido
escuchada.
LA DEMOCRACIA MAS ESTABLE DE AMRICA
Decimos con orgullo: "Tenemos la democracia ms antigua de
Latinoamrica". La ms establo s, pero
resulta que nuestra democracia est completamente deslegitimada y
un mal viejo no tiene ninguna
gracia. He aqu la prueba: en Colombia el 52 por ciento de la
poblacin desconfa de los jueces, el 71
de la polica, el 61 del Congreso y el 62 del Gobierno. Y resulta
que esas son las instituciones de la
democracia. El consuelo es que la guerrilla no es mejor
valorada: el 83 por ciento de la poblacin no
confa en ella. Colombia es democracia de apariencias: aqu slo se
elige, no se participa, no se confa
en las instituciones, no se siente que la democracia sea un bien
legitimado en todos, es ms no
sabemos bien qu es eso que llamamos democracia. En Colombia
democrtico es slo otro adjetivo
ms que se usa en la misma lnea de facho, anarco, mamerto.
Democracia es una palabra sin
contenido, un valor no asumido por las gentes del pas. Lo peor,
democracia es sinnimo de
corrupcin, desinstitucionalizacin, injusticia. Entonces, de qu
democracia estamos hablando?
Mirando hacia atrs, de mano de la lucidez de William Ospina (La
Revista de El Espectador, 64,
Octubre 7, 2001), nuestra democracia est "fundada sobre la
ignorancia de las muchedumbres";
nuestra independencia en el siglo XIX se invent el espejismo que
"ramos libres, ramos naciones
nuevas, inspiradas en los ideales de la Ilustracin y de la
Revolucin Francesa. Pero toda la
jerarquizada y excluyente estructura de la Colonia haba pasado a
la Repblica sin romperse ni
mancharse. (...) En los primeros soles del siglo XXI, hay
sectores en nuestras sociedades que se
sienten elegidos por Dios y por el destino para ser dueos de
todo". Esta burguesa nuestra, en
general una burguesa ms bien pobre en recursos y en proyectos,
ha hecho gala, sin embargo, de
habilidad para controlar y dominar. La clase gobernante siempre
ha sabido argumentar, apoyarse en
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
11
los juicios de autoridad, ser modosa y digna en medio del
descalabro o del castigo. Los dueos del
poder poltico saben usar los adjetivos y el tono solemne para
disuadir al pueblo, a los militares y a los
revoltosos. V lo peor usan el cinismo como estrategia moral para
argumentar la debacle: Ernesto
Samper afirm que "este es el pas de las oportunidades", tanto
que segn su genialidad, "este es el
pas donde cualquiera deseara educar a sus hijos". Entonces, de
que democracia hablamos o mejor
actuamos, la del cinismo de gobernantes que creen que las gentes
son borregas, la de los nombres
convertidos en instituciones, la de los apellidos convertidos en
herederos de la nacin, la de los
elegidos por dios cuando la democracia es una forma de gobierno
que nace de la gente y para la
gente, la democracia es una accin de las gentes para evadir el
poder divino de los reyes, dioses y
dictadores. Entonces, que Colombia es una democracia es un
relato muy frgil e incoherente de
nuestra nacin.
DISENTIR ES DE MALA EDUCACIN
La religiosidad institucional y colectiva, propia del
catolicismo, y su dogmatismo reforzado por la
opresin del conquistador espaol, fueron rpidamente asimiladas en
Colombia. Fuimos mestizos,
pero nos creemos blancos, somos un afuera del que nunca hemos
venido y al cual nunca llegaremos.
La hispanidad, con su gobierno colonial autoritario, favoreci la
arbitrariedad y la triquiuela, el
legalismo y el fraude y una incapacidad de ver en el otro, el
indio, a un igual. La Iglesia en Colombia,
en su alianza con este sistema de gobierno, legitim y favoreci
la persistencia de esta situacin.
Religin y deseo de ser espaol o europeo o blanco nos provoc una
conciencia ajena al libre examen,
sumisa a las decisiones jerrquicamente tomadas sin el contraste
de la reflexin individual y una
intolerancia la controversia y la discusin, caractersticas que
an nos describe. Controvertir,
argumentar, permitir la posibilidad de mltiples ideas es
imposible, de mala educacin. Por eso al otro
se le aniquila; al otro saber se le desaparece. Esa es la
historia poltica de Colombia. La verdad actual
es la misma: nadie considera que el otro grupo en combate tenga
verdad o razones, todos se
consideran con la nica posicin posible. La guerrilla no ve nada
de verdad en los paramilitares, los
paramilitares nada consienten de razn en la guerrilla, los
sindicatos no reconocen verdad en los
empresarios, los empresarios ven a los pobres como amenaza, los
bogotanos se creen de mejor
familia que los costeos, los caribeos no creen en la poltica
transparente, y as... nos quedamos con
que no hay referencia de pas comn, que cada actor social tiene
un pas en la cabeza, el suyo, el que
le beneficia. Habitamos tantas ideas de pas, que es imposible
negociar o construir una. Lo ms
pattico: no es visto con buenos ojos el controvertir en pblico,
el dilogo no existe, slo la
imposicin. Para construir un referente comn de nacin debemos
discutir, debatir, argumentar. La
buena educacin, las buenas maneras de civilidad dicen que a
mayor conocimiento y saber mayores
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
12
son las probabilidades de debatir, discutir, confrontar; la
buena educacin no dice que no hay que
debatir, todo lo contrario. Lstima que en Colombia desde la
familia, pasando por la escuela y la
universidad para llegar al lugar del trabajo nos enseen que
obedecer es buena educacin y que
disentir es un acto de mala formacin. Disentir debera ser un
fundamento de nuestra nacin.
PURA IMAGEN
Colombia es el pas que ms se preocupa por su imagen, pero es el
que tiene peor imagen. Nuestra
autoestima como nacin est determinada por como nos ven. Nos
emocionamos cuando descubrimos
que nos mencionan en un medio de comunicacin del extranjero no
importa que sea como
segundones, villanos o en algn servicio innoble: Si se dice la
palabra "co-lum-bia" nuestro orgullo
patrio se emociona. Soamos con el titular que diga "un
colombiano ha llegado a Hollywood." Para
esta malherida y deteriorada nacin cualquier triunfo meditico,
la mantiene viva. Lo importante es
existir, figurar dentro de ese maravilloso mundo de las
historias de nuestros tiempos.
Dentro de esta obsesin casi enfermiza acerca de la buena imagen,
nos importa de manera exagerada
la imagen que tienen los Estados Unidos de nosotros. Cuando
secuestran o somos guaches o no
podemos con nuestra democracia o tenemos un presidente corrupto
o nos matamos por nada... no
nos preocupa que estemos acabando con el pas, nos molesta la
imagen que estamos proyectando.
Nos imaginamos que el presidente de los Estados Unidos se
levanta cada maana pensando en
nosotros, que Colombia le quita el sueo. Nada ms pattico; no
existimos, y si lo hacemos es con u
como Columbia, y no en Sur Amrica, sino en Georgia. La revista
SEMANA (octubre 1997) pregunt
cmo nos ve el mundo? Y algunas respuestas fueron iluminadoras
como la del periodista David
Marcus del Boston Globe: "Nunca he visto un pas tan obsesionado
con su imagen... Cmo vemos los
norteamericanos a Colombia? Les digo: no ven, no piensan, ni les
importa un comino Colombia.
Colombia no existe en la mente de los norteamericanos excepto
por algunos importadores de caf,
ejecutivos petroleros, vendedores de flores y otros ejecutivos
empresariales como tambin algunos
agentes antidrogas. Para el resto de norteamericanos, Colombia
es tan importante como Rhodesia. Y
Rhodesia dej de existir hace 17 aos... "Los norteamericanos no
pueden, encontrar a Colombia en el
mapa". Brian Barger de la CNN nos vuelve a la realidad: "La
triste verdad es que algunas de las
personas que definen la poltica exterior de Estados Unidos
tendran serios problemas si se les pidiera
ubicar a Colombia en un mapa o hasta deletrear su nombre
correctamente". El periodista latino de
Univisin, Jorge Ramos, fue ms all en la paradoja de nuestra
buena imagen y explic que:
"Colombia, creo, es un pas obsesionado por su imagen; no conozco
ningn otro -y he estado en ms
de 45 que est tan preocupado por cmo lo ve el resto del mundo...
Colombia est constantemente
VICTOR CALDERONResaltado
-
13
preguntando a los otros cmo la ven, como si necesitara un espejo
para vivir, como si su propia
identidad dependiera -en parte- de la opinin de los que estn
afuera, como si buscara
incansablemente su lugar en el mundo." La periodista espaola
Salud Hernndez-Mora (Revista
Nmero, 19, 2.001) lo dice ms crudamente: "Para los editores de
la seccin internacional, las noticias
de Colombia son ms de lo mismo; se trata de un pas con mala
fama, desprestigiado, puesto
informativamente casi al nivel de otros africanos que ocupan
normalmente el ltimo lugar en el
escalafn espaol": Y ni siquiera somos noticia, hacemos parte de
la tierra del olvido; el Financial
Times (Septiembre 19, 2.001) trae una aseveracin impactante por
lo cierta "Colombia es un pas casi
libre de turistas (almost free oftourists). Y Hernndez-Mora
remata afirmando, como ya lo haba
citado anteriormente, que "ser buen colombiano es decir cosas
lindas del paisaje, no perderse los
partidos de la seleccin y reafirmar la voluntad de permanecer en
el territorio". En este panorama,
nuestra imagen es nada porque no est construida sobre las formas
de nuestra identidad y no
responden a un examen autocrtico sobre nuestro ser nacional,
creemos que tener buena imagen es
suficiente para tener buena realidad.
William Ospina (La Revista de El Espectador, 64, Octubre 7,
2001) nos manda a la historia de nuevo y
explica que "nuestra tradicin colonial nos habitu a mirar el
mundo a travs de lentes ajenas (...) El
centro de nuestra cultura fue sucesivamente la Corona Espaola,
el Vaticano, la Revolucin Francesa,
el mercantilismo ingls, la sociedad de consumo norteamericana
(...) La valoracin del mundo en que
vivamos la haban intentado algunos rebeldes en tiempos
coloniales, y algunos de los paladines de la
Independencia, pero la palabra independencia resulta excesiva
para el contenido real de aquella
gesta". Si alcanzamos la cultura-mundo, se nos reconocen como un
clich que el escritor R. H.
Moreno-Durn (La Revista de El Espectador, 64, Octubre 7, 2001i)
ha denominado de la "C": ciclismo,
caf, cocana, cumbia y Cien aos de solidad. Queremos ser ms y
creo que cada vez somos menos,
somos una imagen que ya no atrae ni desde la violencia. Nuestra
obsesin por la buena imagen nos
viene desde nios, cuando nos dicen que aunque estemos mal, hay
que simular que estamos muy
bien. Somos una sociedad programada para la apariencia. Colombia
es "una aldea perdida del mundo
dedicada a la lastimera costumbre de mentirse a s misma y de
vivir de ilusiones" afirma William
Ospina. Lo pattico es que estos deseos no respondan a una
necesidad urgente de construir una
mejor sociedad sino a una perversin inconsciente de que nos vean
bien en el afuera. Lleg la hora
de pensar y hacer desde aqu y para aqu, de encontrar un lugar en
este mundo. "La imagen es
nada", dice Sprite.
VICTOR CALDERONResaltado
-
14
LA RETRICA DE NUESTRO ORGULLO
La nacin no se hace sola. Una nacin se construye a partir de
creencias y smbolos en los que se
basan valores nacionales, patriotismos, identidades. Colombia es
particularmente propensa a hacerse
de ideales para formar esa identidad de nacin y cuando estos
fallan se recurre a la mera posicin de
nuestro pas en algn asunto mundial. Y como, por lo general,
todas nuestras esperanzas en smbolos
patrios parlantes y andantes se ven frustradas ya sea por mano
propia o ajena (el Tino, Kid Pambcl,
el tigre Castillo) tenemos que recurrir a inventarnos posiciones
privilegiadas en el panorama mundial
para figurar-como sea, pero aparecer-. Los colombianos no nos
dejamos derrotar por nuestras malas
costumbres, nos resistimos a pasar agachados en la historia.
Hemos inventado unas ideas de nacin
poco o nada comprobables, nada ciertas pero que dan dignidad y
orgullo al ser nacional. Veamos
nuestros rcords de la identidad:
La nacin que ms publica libros de Latinoamrica.
Scadta (hoy Avianca) fue la segunda aerolnea comercial del
mundo.
Un 86 por ciento de la poblacin dice ser feliz.
Tenemos la guerrilla ms anticua del mundo.
Tenemos la democracia ms vieja de Latinoamrica.
La vacuna Patarroyo contra la malaria.
Tenemos el segundo himno ms bello del mundo.
El territorio con mayor diversidad de pjaros del mundo.
Tenemos al mejor polica del mundo, Roso Jos.
Somos la tierra del mejor caf del mundo.
El nico pas con, dos mares en Suramrica -esquina privilegiada de
Suramrica -.
Las mujeres son bellsimas: hemos quedado de segundos muchas
veces en Miss Universo.
Frases que dotan de orgullo pero que como datos que se repiten
una y otra vez no tienen ninguna
realidad, ya que son eslogans para el orgullo nacional pero nada
comprobables porque no hay
campeonatos de himnos o democracias o vacunas o felicidades o
bellezas o pjaros o de policas o de
caf o de mares. El nico que existe es el Concurso de Miss
Universo, y ah quedamos siempre de
segundos, despus de Venezuela. Como no han existido estas
competencias, no se ha decidido si
Colombia es subcampeona o que perder es ganar. La identidad no
es un asunto de competencia
deportiva, es una manera de estar juntos y diferenciarnos, no es
un deporte. Pero los colombianos
creemos que tener identidad es un asunto de competencia, no de
construcciones sobre el tiempo, los
espacios y las prcticas de vida. Y si fuese de competencia
nuestro orgullo nacional es segundiar:
segundos en el honorabilsimo e importantsimo reinado universa!
de la belleza no olvidemos que
VICTOR CALDERONResaltado
-
15
somos el pas de los reinados), tenemos la segunda ciudad mas
vallenata del mundo, el segundo
himno ms lindo. Una identidad subcampeona.
Si seguimos creyendo que la nacin como marca de identidad es una
competencia de apariencias
abra que aporta otros datos que dicen que Colombia es campeona
mundial de la doble moral ya que
el 0% dicen rechazar el aborto pero cada ao se llevan a cabo
400.000 de ellos: decimos ser la nacin
ms democrtica del continente; pero mostramos como resultado las
grandes masacres, la "limpieza
social una impunidad del 95 por ciento, un 48 por cierto de
poblacin que malvive en la miseria, el 60
por ciento habita por debajo del nivel mnimo de pobreza; la
guerrilla controla la tercera parte de la
poblacin nacional; cada ao hay 30.000 asesinatos y 2.000
secuestros: el narcotrfico ha penetrado
muchas de las instituciones colombianas; la corrupcin es la
practica poltica ms extendida del pas.
Mendigamos nombre, nos emocionan los datos de orgullo nacional
porque obviamente el proceso de
identidad en algn lugar de la historia se trunc y slo nos quedan
pequeos fragmentos para
encontrarnos en una emocin efmera de nacin, los relatos largos y
diversos del ser colombiano
todava estn a la espera. Lo complejo es que de datos de orgullo
slo se construyen libros de
rcords; la nacin se llena de procesos cotidianos.
NADIE DICE NADA
Otro signo fragmentario de nuestra identidad como colombianos es
la falta de memoria, la obsesin
que tenemos con el olvido, la manera cnica como enterramos las
vergenzas y los xitos colectivos.
Nos reinventamos de la nada cada da. Nos repelimos mucho. Una de
las formas del olvido de estos
tiempos es el correo electrnico, porque se expresa mucho, se
guarda poco. Ahora llegan email (hay
que aparentar, decir correos electrnicos es muy largo y
tedioso), muchos, demasiados: la gente
encontr un sitio para gritar duro su rabia, para dejar ver su
manera de comprender al pas. Este es
un email que circul entre colombianos de todo el mundo, un texto
que nos recuerda que tenemos
una historia marcada que nos debiera hacer reflexionar, pero de
la cual nunca nadie dijo nada... el
olvido gan.
En 1900 regalamos a Panam y nadie dijo nada.
En el 28 hubo una masacre en las bananeras y nadie dijo
nada.
En el 48 mataron a Gaitn y todo quedo as.
En el 54 mandaron a nuestros muchachos de aquella poca a pelear
a Corea por qu y por
quien? V nadie dijo nada.
En el 56 fue la masacre de la Plaza de Toros durante la
dictadura de Rojas y nadie dijo nada.
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
16
En el 63 se dio la primera amnista a los campesinos que defendan
los territorios que les robaron y
una vez entregaron las armas los mataron (Guadalupe Salcedo aos
Cincuenta) y nadie dijo nada.
En el 66 mataron a Camilo Torres, y nadie dijo nada.
En el 69 Lleras nos hizo acostar a las 8 p.m. (toque de queda) y
nadie dijo nada.
En el 70 se le robaron las elecciones a Rojas y nadie dijo
nada.
En e! 'i nos montaron el ui'AC y nadie dijo nada.
En el 8o se tomaron la Embajada de Repblica Dominicana los del
M-19. Se hicieron negociaciones
secretas con el gobierno de turno, todo pas, todo qued y nadie
dijo nada.
En el 82 los banqueros propiciaron crisis financiera y nadie
dijo nada.
En el 84 se firmaron amnistas y en menos de un ao aniquilaron a
la mayora de los amnistiados y
nadie dijo nada.
Entre el 84 y el 86, a punta de crisis cambiara y monetaria y
reservas internacionales, inyectaron a
muchos bancos y nadie dijo nada.
En el 85 el M-19 se tom a sangre y fuego el Palacio de Justicia;
con morteros, bala y fuego,
masacre y desaparecidos, el gobierno y el ejrcito recuperaron
las ruinas del palacio sin importar a
cuntos colombianos desaparecan y nadie dijo nada.
Entre el 85 y el 92 aniquilaron a casi todos los militantes de
la Unin Patritica y nadie dijo nada.
En el 89 mataron a Galn y nadie dijo nada.
Desde 1819 hasta la fecha los corruptos han hecho y deshecho y
nadie dijo nada...
S, s, aqullos que lo dijeron estn muertos y nadie dice
nada...
En este pas se secuestra a diario, se mata a diario, a diario se
deja sin empleo a miles de familias, a
diario matan periodistas, estudiantes, clase alta, clase
baja...
En el exterior es un estigma ser colombianos y se nos ultraja y
se nos maltrata por ser
colombianos,.. En COLOMBIA es un ESTIGMA ser COLOMBIANOS, todos
los das hay desplazados, todos los
das hay desaparecidos, todos los das hay dilogos, todos los i
das hay atracos y nadie dice nada...
Este pas debiera ser inscrito en el libro de Guiness
Records...
Es el pas ms aguantador del mundo y el nico pas del mundo que al
minuto de haber sucedido
algo lo borra de su memoria. EL NICO PAS DEL MUNDO SIN
MEMORIA.
En el 85 ante las cmaras del mundo entero y por las cadenas
radiales, el presidente de la Corte
Suprema de Justicia SUPLIC que no bombardearan el Palacio de
Justicia, todos lo vimos y nadie lo
recuerda.
Las cmaras de televisin del mundo han mostrado las masacres de
la guerrilla, de los
paramilitares, de los militares, de los terratenientes, de los
narcos y aqu no dijimos nada.
-
17
Todos vimos por televisin matar a Luis Carlos Galn, Jos Raquel
Mercado, Carlos Pizarro,
Bernardo Ossa, Jaime Pardo, Jos Antequera, a los nios y personas
que no son personajes pblicos,
a Jaime Garzn y nadie dijo nada,
Vimos secuestrar y explotar un avin de Avianca y nadie dijo
nada. Vimos secuestrar un avin de
Avianca y nadie dijo nada. Vimos secuestrar a mas de 100
personas en una iglesia y nadie dijo nada.
Vimos gobernar durante 4 aos a un elefante y nadie dijo nada. k
Hemos visto a los congresistas
durante decenios enriquecerse con los impuestos del pueblo y
nadie dice nada. ,
Cada mes la gasolina sube de 100 a zoo pesos y nadie dice
nada.
Imponen disear estrategias para que los que los evaden los
paguen, porque los que si pagamos
seguimos pagando los viejos y los nuevos y los que evaden siguen
evadiendo los viejos y los nuevos
impuestos.
Que pena por este silencio, pero por favor te pido que si te
ocurre reenviar este mail a otras
personas de tu confianza retires mi direccin y nombre, porque yo
soy COLOMBIANO y lo peor es que
tengo UNA MAMA COLOMBIANA, tengo HERMANOS COLOMBIANOS, tengo
HIJOS COLOMBIANOS y tengo
AMIGOS COLOMBIANOS y quizs el peor estigma que llevo conmigo es
que AMO A COLOMBIA y eso aqu
es EL PEOR DELITO, y los 38*000,ooo de COLOMBIANOS que piensan
como yo ESTAMOS CONDENADOS A
MUERTE. Por eso nadie dijo nada ni nadie recuerda nada... Hay
muchas otras cosas que no quedaron
aqu pero que ci todas formas nadie dir nada...
Hasta cuando???
LOS HUBIERAS
Las opciones de explicacin de la realidad de la nacin colombiana
son cinco: una retrica del vaco
desde el cinismo de los polticos; los datos del orgullo
patriotero para decir que vamos a salir adelante
(como ese que dice que si somos 38 millones de pacficos por qu
30 mil nos ganan... no ser que
no somos tan buenos y nobles los 38 millones?); el olvido para
no sufrir de sentimientos de culpa
(qu queda del Palacio de Justicia? Nada, ni una piedra, todo es
nuevo); el humor como manera de
exorcizar la depresin colectiva; y los "hubiera"; ese reclamo
que hacemos desde lo no hecho. Los
"hubiera" marcan la idiosincrasia nacional. Se trata, de la
forma como nos han relatado los hechos
histricos y la iconografa patria. Ante la historia desastrosa
que tenemos como colectividad, los
colombianos nos hemos inventado una serie de consuelos morales
para explicar el destino trgico: "Si
nos hubieran colonizado los ingleses". Nada mejor para reflejar
el espritu colombiano que esta frase
que pronuncian indistintamente desde un busetero hasta un
profesor de Los Andes y sus alumnos
aspirantes a presidentes. Refleja los cinco siglos de
frustraciones de un pas que, incapaz de hacerse
responsable de s mismo, le echa la culpa a otros de su destino.
Esos otros son los espaoles. Y ante
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
18
cada hecho nacional salimos con ese condicional si hubiramos
hecho... seramos distintos. Pareciese
que nunca lo hacemos, siempre nos quedamos cortos, nos falta
algo... eso nos ha llevado a ser los
campeones morales: Si Maturana hubiera hecho tal cosa estaramos
en el Mundial... Si Gaviria no
hubiese bombardeado La Uribe... Si Gaitn no hubiese sido
asesinado... Si Galn... Si Montoya... Si
PaolaTurbay, Paula Andrea Betancurt, Carolina Gmez... Si 'el
Pitufo' de vila hubiera metido ese gol
contra Estados Unidos... Si Pambel hubiera sido ms juicioso.
Otra forma del hubiera est en la
costumbre nacional de la disculpa. Preferimos inventar una buena
excusa antes que hacer lo debido.
"No debera estar haciendo esto pero como uno nunca hace lo que
debe hacer entonces aqu va... 15
minutos antes de sentarme a escribir el ensayo, esto hace ya
unas cuantas horas, me tome un
antibitico muy fuerte que me dej muy mareada y pues para que
sigo... mejor le cuento que si con
gripa escribo mal con mareo ni se diga. Sin embargo como yo s
que me lo he "debido" tomar
despus o mejor, he "debido" hacer el ensayo antes, solo le pido
que abra su e-mail unos minutos
antes de la clase que yo le prometo tenrselo. Gracias. Carolina,
pd: Mucha colombianidad esta
excusa ma o no? Debera eximirme del ensayo", Los "hubiera" y las
disculpas cu Colombia son
infinitos y denotan una enorme capacidad de evadir: otra
caracterstica muy colombiana. Es cierto... la
nacin colombiana es un condicional nunca realizado, somos una
posibilidad, un pasado no realizado.
OTRA C O L O M BIANIDAD. LOS PEQUEOS RITOS
Junto a los anteriores relatos frgiles de la colombianidad, hay
otra nacin que suea y trabaja sin
renunciar a su pasado y sin temer a la crtica. Es un pas
sincero. Esa Colombia deja de lado las cifras
y razones ms grandes, para encontrar que la nacin est en sus
estilos de ser, en esas formas
cotidianas de ser de por aqu, esas que no tienen ideologa pero
que son nacin en su inventiva y
creatividad excesiva, en su deseo de rer y su resistencia irnica
a la dura realidad. Por ah, por la
cotidianidad, el humor y la inventiva pasa nuestra identidad ms
vital. Colombia es el pas del
sancocho y de los pollos Kokoriko; es la tierra del pescador de
Bar y del salsero de Juanchito; del
humor cido de Gar/n y De Francisco; de la inventiva de Garca
Mrquez y Fernando Gaitn.
NACIN COTIDIANA
Desde las prcticas cotidianas de la colombianidad surge una
respuesta distinta, posible, inventiva y
contundente sobre la nacin. Esa que existe y se percibe en los
rituales, prcticas, smbolos, escenas
y espacios ms comunes de nuestro ser nacional. Mi amiga
Clemencia me envi un texto que le
"pareci bonito, sobre todo para los que estamos afuera, en esos
casos de nostalgia dura":
RAZONES PARA LUCHAR POR COLOMBIA
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
19
Porque Colombia se lleva en la sangre y en el alma. Porque aqu
le dicen a uno "papiro" o "mamita".
Por los lunes festivos. Por la variedad de acentos que hacen
delicioso hablar con otros colombianos.
Por los vendedores de pan de bono de los peajes. Por el manjar
blanco en totuma. Por los fotgrafos
del parque Lourdes y Santander en Bogot. Por cantar Tutaina
Tuturumaina en Navidad. Porque la
avena helada es ms rica en Melgar o en Girardot. Por una arepa
de queso asada en cualquier
carretera de Colombia. Por el roscn con gaseosa. Por el olor a
tierra caliente cuando se viaja por
carretera. Por la Nariz del Diablo en el Boquern. Por el ajiaco
en casa de los papas. Por el paseo
dominguero con morcilla. Por el postre de natas. Por el equipo
de alma. Por las tas cariosas que
dicen "mijitico(a) lindo(a)"- Por los piropos callejeros. Por
las bandas de pueblo. Por la tienda de la
esquina. Por la mamadera de gallo. Por una deliciosa bandeja
paisa. Las mujeres de Cali tienen
sabrosura. Por las panelitas. Porque jugo de Pithaya solo se
consigue aqu. Porque los vendedores si
le explican que es cada cosa. Porque el "Caldo Parao" despus de
la rumba es el ms rico. Por la
lechona tolmense. Porque el fro de Suesca y el calor de Girardot
estn a dos horas de Bogot. Por la
pulpa del tamarindo. Por las ferias de pueblo. Por los miles de
reinados. Oh Gloria Inmarcesible, Oh
Jubilo inmortal. Por comer mamoncillos. Por la cantidad de
mujeres lindas. "Agita pa' mi gente" de
Jorge Barn. Por la mojarra frita a orillas del mar (De
cualquiera de los dos!). Porque todava
podemos conocer al vecino. Por los festivales vallenatos. Por
una siesta en hamaca. Por la verdura
fresca y barata todo el ao. Porque adems del jugo de piraya estn
el de mora, lulo, maracay,
feijoa, curuba, papaya, fresa, mango, pina, uchuva, naranja,
mandarina, uva, guanbana, meln,
guayaba, patilla, etc. Por los claveles, la guadua y las
esmeraldas. Porque aqu se toma el mejor tinto
ms barato. Porque Colombia es el tercer pas en biodiversidad.
Porque somos la cuarta potencia
hdrica del planeta. Por la Sierra Nevada de Santa Marta (nico
nevado junco al ocano). Por el museo
del oro: (el ms importante del planeta en su gnero). Por los
balcones con geranios. Por las
empanadas de iglesia. Por el plato colombo-francs (pan francs
con colombiana). Porque Bogot
est 1.600 metros mas cerca de las estrellas. Por las
ciclorrutas. Por el transmilenio. Por las mariposas
amarillas. Por la mazorca con mantequilla y sal. Por las paisas.
Por el sancocho. Por los dos mares.
Por los bollos de mazorca en Chocont. Por los paisajes. Por el
chunchullo y el chicharrn. Por la Feria
de Cali. Por el raspao de pueblo con lechera. Por el chontaduro.
Por el tiple y la bandola. Por el
festival del despecho en Pereira. Por las Chicas guila. Por
Cartagena. El boletn del consumidor y el
Minuto de Dios. Por pagar promesas en Monserrate. Por Sbados
felices. iPor El indio amaznico.
Por la "pola" despus de jugar un "picadito" de ftbol con los
amigos. Por las frunas. Por el salpicn
de verdad. Por el festival de la Trova. Por el verde de las
montaas cuando pasa la lluvia. Por las
milhojas. Por las artesanas de Tagua. Por los burros de San
Amero. Por los langostinos de Cispat.
Por la vista de los nevados en las maanas. Por los paseos de
olla. Por las serenatas. Por la cuajada
-
20
con melao. Porque se pueden hacer fiestas hasta la madrugada y
pocos molestan. Por jugar tejo o
rana. El pan de yuca y las almojbanas de la Magola. Por la
fritanga. Por poder decir se acab el
ao cuando vamos en Julio. Por oir BOTEELLAAA PAPEEEE!!! o SE
ARREGLA LA DEPRESIOONN!!! Por el
bocadillo con queso. Por el caf. Por el azul de una maana
sabanera. Por el merengn de
guanbana. Por las hormigas culonas. Por la aguadepanela para la
gripa y el fro. Por las das al
Nemesio (as sea a sufrir!!). Por la Feria de Manizales. Por la
cantidad de papas: sabanera, pastusa,
tocarrea, criolla. Por el festival de Coleo en Villavo. Por el
Carnaval de Barranquilla. Por los carritos
de balineras. Por el Divino Nio. Por la mazorca azada a la
salida de los conciertos. Por el guarapo y la
chicha. Por el mango biche con sal. Por las cordilleras. Por el
tamal. Por la subida a Patios en bici los
sbados. Por el Festival de Blancos y Negros. Por la Hora
Zanahoria. Por el Trompo. Por las cometas
de Villa de Leiva. Por el Boroj. Por el Palacio del colesterol.
Por los algodones rosados con azcar.
Porque se puede bailar salsa de la vieja y de la nueva, tango,
cumbia, merengue, rock, trans,
vallenato, son, reggae, cualquier da en cualquier parte. Por
embolar los zapatos por 1.500 pesos. Por
el ay hombe y el guepaje. Porque en la tienda de la esquina le
fan. Por la cortada del pelo en
"La Cordillera". Es La "Negra Soleda' la que Baila mi cumbia".
Por el festival de las cometas y de las
Luces en Villa de Leyva. Por el Manimoto y el Bom Bom Bum. Por
la 'papa sala, la 'carne asa y el aj
de aguacate. Rin Rin Renacuajo sali esta maana muy sieso y muy
majo. Por el viudo de pescao en
Flandes. Por los chitos. San Pedro en el Hulla "chese la
rodadita". El guaro (Antioqueo, Nctar,
Platino, Blanco, Crisul, etc.). LJ Kola Romn y la Kola Hipinto.
Los trisitos y el chocorramo. Los
chocmelos y las achiras. Por una taza de chocolate con queso.
Por el paseo en chiva. Por el cuchuco
de trigo con espinazo. Por los atardeceres de verano en
cualquier parte. Por el porro, el vallenato, la
cumbia, el currulao, la champeta, el bunde, el bambuco, el
torbellino, la msica llanera. Por el: "ala",
"chino", "Eh, Avemaria", "vos", "os", "ve!", "cuadro", "aja". El
pico y placa. La papa chorriada. La
mazamorra chiquita. La mazamorra con panela. Marbel en
concierto. Por los circos de pueblo. Por el
metro de Medelln. Por el ftbol. Por el ciclismo. Por Montoya.
Por las guascas, las obleas y el
arequipe. Por la ruana. Por el san juanero. Por el poncho y el
carriel. Por las rumbas. Porque ninguna
bandera ondea como la nuestra. Por las novenas de navidad con
"Dulce Jess mo". Por las novenas
bailables con los 14 caonazos. Por los osos de anteojos. Por las
termales de Paipa. Por las esculturas
de San Agustn. Por las mochilas, las ruanas y las hamacas hechas
a mano. Por el cocido boyacense
con sus cubios, ras, ibias y dems uas e as. Por los millares de
frutas. Por el Festival
Iberoamericano de Teatro. Por los besos de negra y las ranitas
dulces del Astor. Por la changua. Por
Tot la Momposina. Por el Festival de la gaita de San Jacinto.
Por la chocolatina Jet. Por las
cabalgatas. Por los campesinos. Por el verde del campo. Porque
la gente te mira a la cara cuando
caminas por la calle. Por el mondongo. Por las hojuelas y el
arroz de leche. Por los olores de las frutas
-
21
y de las flores. Por la gelatina de pata. Por la malicia indgena
bien utilizada. Porque cuando uno va
al campo la gente que pasa por ah dice: buenas!!! Porque no se
sabe que clima va a hacer en dos
semanas. Porque uno no para de sorprenderse. Porque la gente
aplaude cuando aterriza el avin.
Porque la gente hace chistes de todo. Porque siempre se ven
montaras. Por las buenas cucharas de
palo. Por los alumbraos de diciembre. Por los msicos de los
buses. Por las modelos made in
Colombia. Porque siempre I habr alguien que le ayude a encontrar
una direccin. Por ir a cine
con 3.000 pesos. Por jugar billar en el Patriarca, el California
o la 13 a 300 pesos la hora. Por la Feria
del Libro. Por el Edificio Coltejer. Por todas las ciudades. La
ciclova los domingos y festivos. Por viajar
por los pueblos. Por caminar por la Av. La Playa en Medelln.
Porque la arepa paisa no se reemplaza
con nada. Por la Feria de las Flores. Por la natilla y los
buuelos. Por los rusos y los chinos
colombianos. Por el arequipe con brevas. Por la parranda del 31.
Por Mara Isabel Urrutia. Por Botero.
Por los silleteros. Por el Ballet de Sonia Osorio. Por la gaita
macho y la gaita hembra. Por la donacin
de Botero a Medelln y Bogot. Por rock al Parque, salsa al
Parque, jazz al Parque, pera al Parque.
Por las molas. Por el sombrero vueltiao. Por los festivales de
Cine en Bogot y Cartagena. Por La
Costea, La guila, La Club Colombia y La Cristal Oro. Por el
"Flaco" Agudelo y el "Mocho" Snchez. : '
Por el cndor de los Andes. Por "la Arenosa". Por el quesillo.
Por "El man tiene un costo u valor de
300 pesos, para mayor economa 2 en 500 o 4 en 1.000". Por los
ao-viejos. Por los "escarabajos" en
sus "caballitos de acero", Por los bocadillos vlenos y los de 3
colores. Por el requinto. Por el Arpa el
Cuatro y los capachos. Por los yipaos. Por el escorpin de
Kiguita. Por las fresas con crema de
Sop. Porque aqu se habla el mejor espaol del mundo. Las ventas a
plazos en la oficina. El tinto
gratis en la oficina. Por el Diccionario de Uso y Rgimen del
Castellano del Instituto Caro y Cuervo.
Por Manuel Elkin Patarroyo. Por los jugos del Pasaje Camacho cu
Neiva. Por los colombianos y las
colombianas. Porque los colombianos NUNCA nos rendimos, por
ustedes, que llevan consigo todas
estas cosas y muchas ms, porque son el mejor producto de este
pas y le demuestran al mundo
todos los das que por cada criminal hay millones de Colombianos
que trabajan, estudian y se
esfuerzan por progresar y sacar a Colombia AHH Y COMO si FUERA
Poco POR QUE EXISTE PALMIRA
CARAJO...!
Lo que ms nutre la colombianidad no son ni la ciencia ni la
filosofa criollas -que prcticamente no
existen-, ni siquiera la raza o el mestizaje y las costumbres
del pas -que varan en cada centmetro de
la patria, sino las noticias cotidianas de nuestra tierra: los
colombianos se diferencian de los
ecuatorianos, por ejemplo, por haber echado maizena despus de
los triunfos de la seleccin
Colombia de ftbol, por haber rogado que a Lucho Herrera se le
pasara la gripe en el Tour de Francia,
por haber berreado con la Gaviota de Caf, por sacar pecho por el
premio Nobel de Garca Mrquez
-
22
(independientemente de que se hayan ledo sus libros o no), por
el horror que sintieron cuando esta-
llaron las bombas de los extraditables, por haber cacareado La
Gota Fra en versin Carlos Vives
durante un ao todos los das. Esa nacin hecha de tantos y tan
diversos rituales constituyen nuestro
orgullo ms sentido de ser de por aqu.
Andrs Felipe Carvajal es un comunicador que gusta de las imgenes
y que cuando, por tarea, se
puso a pensar en qu era la colombianidad, termin escribiendo que
era una miscelnea.
No se me ocurre que existan en ningn otro pas del mundo las
miscelneas, aquellas tiendas
tpicamente colombianas donde uno consigue de todo, los calzones
al lado de los cuadernos, las
corbatas junto a toallas higinicas, y las empanadas sobre las
revistas. Y de este revoltijo nico se me
ocurren extravagantes conexiones con otros revoltijos
colombianos, como aquel que constituye la
piedra angular de nuestra cultura gastronmica: el masacote.
Nuestros platos tpicos no se
caracterizan por la pureza de los sabores sino por todo lo
contrario, parece que de lo que se trata no
es de estimular con diversidad al paladar sino de encubrir unos
sabores con otros hasta lograr un
sabor nico e indiferenciado. A qu sabe el ajiaco? no sabe a
pollo con guasca y papa, el ajiaco sabe
exquisito pero indiferenciado. Qu tipo de comida que es la
bandeja paisa? Un sabor sui-gneris
creado a partir de un revuelto de arroz, carne molida, frijoles,
pltano, garra, chicharrn, y quin sabe
que otra vscera. Un massacote indiferenciado. El sancocho, el
tamal y el mondongo son revueltos de
la misma especie pero de diferente familia en los que sobresale
la total taha de cuidado esttico en la
disposicin de sus mltiples ingredientes; la misma falta de
cuidado esttico se ve en las miscelneas,
donde suelen poner a Pioln sosteniendo una revista pornogrfica.
Al contrario de otras culturas donde
la presentacin de los platos y de los alimentos servidos en
ellos es de vital importancia -an ms si el
plato en cuestin se considera parte del folclor nacional-, en
Colombia el aspecto de los alimentos
deja mucho que desear, adems se sirven de cualquier forma: por
muy sabrosos, nadie puede decir
que los tamales sean bonitos, y esto se aplica a todos los dems
platos tpicos, incluyendo la 'comida
rpida' colombiana: el almuerzo ejecutivo o ACPM (arroz, carne,
papa y maduro), un verdadero
atentado contra el buen gusto. Y las bebidas tpicas parten del
mismo concepto: la chicha, el champs
y el refajo son revueltos que se sirven de cualquier manera y
que no son agradables a la vista. Y las
mamas que mezclan todas las frutas para hacer el jugo.
Creatividad de revoltijo, esttica de
masacote, eso somos. Podra relacionar las miscelneas con casi
cualquier cosa en Colombia, por
ejemplo los edificios residenciales que tienen locales
comerciales en los primeros pisos, gimnasio en
los segundos, oficinas en los terceros y despus vive gente
haciendo muchas cosas, entre otras el
amor. En Colombia todo se revuelve: los porteros venden
cigarrillos, los noticieros son tambin
-
23
revistas de farndula, los policas son ladrones, abundan los
bazares, las pualadas bailables, las
droguera/licoreras, los restaurante/bares, los cinc/ bares, las
librera/cafs y un da hasta tuve la
tentacin de hacerme cortar el pelo en un saln de belleza/bar.
Hay de todo, por eso la miscelnea es
la forma de ser colombiano. Colombia es una miscelnea, una
cultura donde se mezcla todo, hay
tanto de tantas incidencias que a la final como que tiene sabor
pero no gusto o tiene esttica pero no
sabor. Somos un masacote de culturas, estilos de vida, formas de
ser, violencias, ternuras, prdidas,
bondades, historias. Una mescolanza que tiene mal aspecto pero
sabe rico, un exceso que en su
revuelto sabe bueno pero se ve mal, un mestizaje hasta los
huesos de la identidad. La colombianidad
est hecha de masacote como lo demuestra el correo electrnico de
la nostalgia trascrito arriba, como
lo expresa la descripcin de nuestra comida y nuestras complejas
ventas llamadas miscelneas.
NACIN IRNICA
Colombia es un mal chiste pero tiene buen humor, acidez crnica,
mucha irona; cuando se pide al
colombiano referirse a su nacionalidad, l o ella esperan decir
un gran chiste, o una risuea ancdota,
Carolina escriba que "toda esta semana la colombianidad me ha
acompaado como una piedra en el
zapato. He tratado de buscar en mi propia colombianidad algo
divertido para contar pero fue tal mi
frustracin que estuve a punto de escribir una tragedia titulada
Memorias de una colombianidad
aburrida. Todo iba por el camino de la tragedia, que todava
considero podra ser un buen punto
porque en realidad la mayora de las colombianidades terminan
siendo trgicas, cuando encontr algo
que me cambi el nimo: las panaderas. Y es que ah, en sus
nombres, haba un derroche de
colombianidad: Pan Pa' ya, Pin Pon Pan o Pan Pan Vino Vino.
Popis pan, Superpan Moreno, Peter pan,
Al ba pan, Pan rico. Me Pan, Pan.com.co, Hot pan. Marylu pan,
Paola's pan, Marye Pan, Maryulipan,
Papi pan, La boutique del pan o Art pan". Este es solo un
ejemplo de cmo aunque; la mejor manera
para referirse a Colombia es la tragedia, nosotros creemos que
esta nacin debe ser contada en forma
chistosa. Y es que los de aqu nos consideramos de buen humor,
muy chistosos, absolutamente
hilarantes, sobre todo si nos referimos a la realidad y al ser
colombiano, sobre lo nuestro slo atina-
mos a rernos. Y esta estrategia es vital para la supervivencia
porque en la risa hay tres potenciales
liberadores: permite la burla sin ofensa, es un mecanismo de
resistencia ante la injusticia y la opresin
y es otra manera de criticar y comentar la vida.
El humor nacional, el cotidiano, pero tambin el de Garzn, Tola y
Maruja y Martn de Francisco es el
que mejor expresa el alma de la nacin colombiana. Hay mucha
nacin en las historias de la irona y
el exceso y la injusticia colombiana que se cuentan en forma de
humor. El humor es una estrategia
vital del ser colombiano porque hablar serio en este pas es
peligroso, y la risa es una forma vlida y
VICTOR CALDERONResaltado
-
24
aceptada para criticar a nuestras lites criollas que se han
identificado ms con lo extranjero que con
lo nacional y a las formas extraas que toman las diferencias de
clases marcadas por los gustos y los
dolos a imitar ms que por los valores propios a exaltar. La
colombianidad se refleja en los chistes,
por ejemplo uno que se atribuye al poeta Roca pero que ya es
patrimonio nacional que explica que en
Colombia los ricos quieren ser de Londres, los intelectuales
quieren ser de Pars, la clase media de
Miami y los pobres quieren ser mexicanos, y una espaola que
preguntaba: "pero si os hemos
descubierto, conquistado, colonizado; si os hemos dado nuestro
idioma, apellidos, religin y cultura...
por qu no quieren ser espaoles?"... y el colombiano responde:
"Cuando hay temporada de toros,
todos somos espaoles". Evidente: nadie quiere ser colombiano.
Fingimos ser lo que no somos. Nos
sentimos de otro lado. Nuestra pertenencia a esta cultura es
aborrecida, buscamos el sentido de
nuestro ser en otra parte. Necesitamos nuevos relatos para
reconocernos como colombianos.
Los colombianos no hemos podido quitarnos de encima el complejo
de inferioridad que tenemos
frente a lo extranjero. En estos tiempos frente a lo "gringo".
Por eso nos gusta comer en Me Donalds,
comprar ropa Gap y Nike, escuchar msica en ingls, vivir en
Miami, ver a Bruce Willis y Julia Roberts.
Pero donde ms se nota que la cultura norteameriacana est aqu y
para quedarse y que no
queremos resistirnos sino integrarnos es en el lenguaje, ya que
aprendimos muy bien eso de que el
ingls es el idioma universal; lo cual, a su vez, nos permite que
al usar palabras y expresiones en
ingls expresamos sin pena ni gloria nuestro deseo de vernos ms
"modernos", "in", "cool". La
colombianidad est llena de expresiones en ingls: OK, hi, CD,
bye, afterparty, happy hour, "japi verdi
tu yu". En televisin, las expresiones en ingls se ha convertido
en hablar cotidiano: "my darling,
"sweety", "my Godness', "honey". En ese gran espejo nacional que
fue la telenovela Ya soy Bftty, la
fea, el personaje del jefe de personal, Gutirrez, hablaba un
ingles para parecer de ms mundo.
Somos un provincianos y patticos, que siendo de los pueblos
menos integrados, ms autocomenidos,
creemos que hacemos parte de otras identidades. Tal vez, tanto
mestizaje nos ha dejado sin saber de
dnde venimos, quines somos y para dnde vamos.
El humor, tambin, nos sirve para comprender las formas en que
nuestra nacin es personalizada.
Cada dueo del poder es Colombia. No somos, sino que el
presidente es la nacin, los otros son los
colombianos. El siguiente chiste nos reconstruye de una manera
cnica e irnica la personalizacin de
la nacin colombiana en figura de sus poderosos. Somos una nacin
de personas, tierra de elegidos,
democracia del yo.
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
25
Un da Dios, muy molesto con la humanidad y sus pecados, decide
ponerle fin a todo y rene a todos
los lderes mundiales para notificarles personalmente su decisin
de terminar con la humanidad en 14
horas. "Los he reunido para notificarles que terminar con la
humanidad en 24 horas." "Pero,
Seor..,!" "Nada de peros, carajo..... ese es el tiempo
limite!!!" As es que vayan a sus respectivos
pases y notifiquen a sus pueblos y arreglen todo para que la
humanidad est informada y preparada
porque en 24 horas dejarn de existir! El primero en reunir a su
pueblo fue, Bush. En Washington
D.C. les dijo: "My fellow americans, I have good news and bad
news for you. The good one s that
God exists. He spoke to me. But of course we already knew that.
The bad news is that this Great
American Nation, our beautiful dream, will no longer exist in 24
hours. That is God's will! Fidel reuni
a los cubanos y les dijo: "Compatriotas, pueblo cubano, tengo
dos malas noticias que darles. La
primera es que Dios existe. S, yo lo vi. Estuve equivocado todo
este tiempo. La segunda es que en
solo 24 horas esta magnfica revolucin, por la que tanto luchamos
dejar de existir. Finalmente
Andrs Pastrana reuni al pueblo colombiano y le dijo: "Pueblo de
Colombia, hoy es un da muy
especial y tengo dos buenas noticias que darles: la primera es
que yo soy un enviado de Dios, un
mensajero. Nohra, los nios y yo hablamos ayer con l
personalmente y los lo ratific nuevamente.
La segunda es que en 24 horas no habr en nuestro pas mas
criminalidad, ni desempleo, ni trfico de
drogas, ni problemas de agua, ni impuestos, ni pobreza. Tampoco
habr guerrilla, ni paras, ni nada....
El sueo de nuestro pas se har toda una realidad, tal como se los
promet en mi campaa y por fin
lograremos que en Colombia reine la Paz absoluta...!".
El cinismo del poder, la arrogancia de los dueos de la hacienda
Colombia, el potencial de las gentes
para desde el humor hacer resistencia a sus peores pesadillas.
Aqu el humor y la irona son
estrategias de resistencia, formas de la colombianidad de
verdad. En el humor, el lenguaje y la
telenovela reconocemos nuestro deseo de ser de otra parte,
sacamos a relucir nuestras mejores
ilusiones del desarraigo. Pero a su vez, en el lenguaje, el
humor y la tclenovcla tenemos vas de
expresin para reinventarnos desde la catstrofe. Nos remos mucho,
a pesar de que no hay nada de
qu rerse. La risa como distintivo de la marca Colombia.
NACIN INVENTIVA
Las desigualdades sociales y los vacos de colectividad han sido
sorteados por algo que podramos
denominar como dones naturales del colombiano: una creatividad y
una arrasadora determinacin de
ascenso personal. El mejor interprete de la colombianidad, don
Gabriel Garca Mrquez (Revista
Cambio, 162, Julio 22 de 1996) afirma que Ambos dones, ayudados
por una astucia casi sobrenatural,
y tan til para el bien como para el mal, fueron un recurso
providencial de los indgenas contra los
-
26
espaoles desde el da mismo del desembarco. Para quitrselos ce
encuna, mandaron a Coln de isla
en isla, siempre a la isla siguiente, en busca de un rey vestido
de oro que no haba existido nunca. A
los conquistadores convencidos por las novelas de caballera los
engatusaron con descripciones de
ciudades fantsticas construidas en oro puro. A todos los
descaminaron con la fbula de El Dorado
mtico que una vez al ao se sumerga en su laguna sagrada. Tres
obras maestras de una epopeya
nacional, utilizadas por los indgenas como un instrumento para
sobrevivir. De esos talentos
precolombinos nos viene tambin una plasticidad extraordinaria
para asimilarnos con rapidez a
cualquier medio y aprender sin dolor los oficios ms dismiles:
faquires en la India, camelleros en el
Sahara o maestros de Ingls en Nueva York.
En la superchera y la recursividad ha mostrado el colombiano
especial habilidad. Somos la nacin
'fundada en la malicia indgena, ese don de la resistencia, esa
posibilidad de imaginarnos distintos,
esa manera irreverente de crear de la nada y ce rer desde la
desgracia.
Como lo explica el ms empecinado estudioso de la colombianidad
William Ospina (La Revista de El
Espectador, 64, Octubre 7, 2001), esa malicia indgena fue una
estrategia de resistencia porque "si se
predica la igualdad pero en la prctica se consagran los
privilegios'y'la exclusin, la gente asume que
la trampa es legitima, y empieza a su ve/ a hacer la trampa,
porque sabe, y a eso llamamos aqu la
malicia indgena, ya que si quienes predican la ley no la
respetan, todo no es ms que un juego
diseado para que pierdan los dbiles". Malicia indgena para
crear, malicia indgena para delinquir;
recursividad para resistir al explotador, inventiva para evadir
la ley.
Garca Marquez, (Revista Cambio, 161, Julio 2z de 1996)
complementa el panorama de los
aprendizajes desde la inventiva al expresar que desde el lado
hispnico tal vez nos venga el ser
emigrantes congnitos con un espritu de aventura que no elude los
riesgos. De unos cinco millones
de colombianos que viven en el exterior, 1.1 inmensa mayora se
fue a buscar fortuna sin ms
recursos que la temeridad, y hoy estn en todas partes, por las
buenas o por las malas razones,
haciendo lo mejor o lo pon-, pero nunca inadvertidos. La
cualidad con que se les distingue en el
folclor del mundo entero es que ningn colombiano se deja morir
de hambre. Sin embargo, la virtud
que ms se les nota es que nunca fueron tan colombianos como al
sentirse lejos de Colombia.
Tres marcas: nada arraiga, nada llama hacia lo propio, un
desprendimiento a toda idea, amor,
territorio, patria... pero cuando se est lejos, urge lo
provinciano que somos: el olor a tierra caliente,
el chontaduro y pandebono, la arepita paisa, y un resto de
pequeos ritos y smbolos que nunca
-
27
cremos que nos identificara... y ms colombiano, an, es la
sobrcactuacin, el exceso: hacerse notar,
hablar duro, creerse ms, evitar pasar desapercibido.
Los colombianos anteponemos la apariencia a la esencia y el rito
a la creencia. Acostumbramos
bautizarnos, comprar escapularios e ir a misa, pero desconocemos
los conceptos de caridad y amor al
prjimo. Somos al tiempo agresivos y arrodillados. Ante la menor
ofensa pasamos del "porfavorcito" al
pual. Como lo expres Gabriel Garca Marquez., nuestro signo es la
desmesura, o sea la exageracin;
lo extremo. Nos fascina la perorata y miramos el ombligo, peroo
aborrecemos la crtica. Somos
adems arrojados y rebuscadores. Admiramos modelos buenos, como
el paisa que vende camellos en
el Sallara. Pero tambin a los malos, como el Roberto Soto que se
llev 13 millones de dlares o el
Justiniano Torres que contrabandeaba plutonio en Rusia o Pablo
Escobar que puso en jaque a los
gringos. El rebusque y el arrojo son actos de imaginacin que
nacen de la necesidad porque la
pobreza obliga.
La nacin colombiana se percibe desde dos ideales: el retrico que
dice que nuestra esperanza es
construir un pas inteligente y consciente de su territorio,
donde no haya gente durmiendo en las
calles y se ganen medallas en los Olmpicos. Y el real, el
individualista, al que la nacin ha llegado a
punta de cultivar valores como el del rebusque y la inmediatez y
tener por modelo a los narcos. El
sueo real es el de coronar. Coronar es alcanzar la cima como
sea, legal o ilegalmente, a las buenas o
las malas; salir de la pobreza rpido; ganarse un chance; hacerle
serrucho al Estado; agarrar todos los
papayazos sin dar papaya de ser atrapado. El objetivo es tener
plata en el bolsillo para mujeres o para
casas como las pirmides de Egipto: todo vale con tal de que sea
rpido. Entre las razones que
explican que en Colombia los valores individualistas y la
anarqua prevalezcan sobre los colectivos y el
orden, sobresale la de que no existe una ley comn. Dentro de la
poblacin no hay conciencia de que
deben respetarse las normas: cuando se necesita, la ley se puede
cambiar. Es ms, en Colombia lo
grave no es cometer un delito, sino ser atrapado: el que
infringe la ley sin que lo pillen es considerado
un vivo y goza de admiracin. "En Colombia pasan muchas cosas
pero ninguna seria", dijo un
funcionario ingls al llegar a su pas. Lo paradjico es que en
forma paralela a las preconcepciones,
los hechos reales y meritorios pasan inadvertidos. Hoy, Jos
Antonio Galn y Antonio Nario, los
caudillos colombianos mas desinteresados, yacen en el olvido. V
el estudio de las obras de
colombianos no vinculados con el poder, como las de Fernando
Gonzlez, Mara Cano, Andrs Caicedo
o Gonzalo Arango es un pasatiempo de marginales.
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
28
Por el lado positivo esa inventiva muy nuestra es recuperada por
\X'illiam Ospina (I, Revista de El
Espectador, 64, Octubre 7, 2001) en el paradigma de nacin
inscrito en Cien aos de soledad:
Un canto esplndido, un conjuro cuyo mensaje era simplemente que
alguien en Colombia haba
captado por fin el misterio de los orgenes, la pluralidad de las
fuentes, el modo festivo y mgico
como se fundieron en este territorio la elocuencia de la lengua
espaola, el desconcertante y
paradjico pensamiento mgico indgena, y la alegra, la
sensualidad, la vitalidad y el colorido de los
pueblos de frica. Aquel libro no era slo una pagana Biblia del
Caribe, no era slo el cdigo
hermtico de los pueblos de la Costa Atlntica, era la lectura
puntual, apenas si aligerada por la
diablura del lenguaje y por los nfasis del miro, del secreto que
permitira a Colombia rencontrarse
con su largamente diferido destino.
En medio de este panorama de catstrofe sobre la colombianidad,
surge como una va distinta para la
marca Colombia, nuestra inventiva, recursividad, creatividad y
determinacin por evadir al opresor y
explorar nuevas vas desde nuestras ms afincadas races de tierra:
la fuerza indgena, la vitalidad
caribe, el empuje paisa, la herencia espaola. He aqu un espejo
bueno, una va posible para
imaginarnos distintos. Potencial, creatividad, inventiva que nos
permite imaginarnos intensamente
brillantes y que nos permite imaginar que somos un colectivo,
una nacin.
LA PRODUCCIN DE LA COLOMBIANIDAD
El asunto de las identidades (en plural) tiene que ver con todo
aquello que despierta sentimientos
comunes, que slo uno y su gente puede compartir y disfrutar. Las
identidades se hacen en relatos,
solamente existen identidades cuando estas pueden ser narradas.
La colombianidad est hecha de
relatos frgiles que dan cuenta de nuestras prcticas,
sentimientos, smbolos que ponen nostlgica al
alma y reinventan maneras simples de ser felices como el olor a
tierra caliente cuando uno viene de
tierra fra, como ver el mar siendo cachaco, como el chontaduro
de la niche, o las canciones de Fruko.
En estos tiempos cuando vivimos ligeros de tiempo y razn,
asistimos al caos del sentido y el terror
como estrategia de reconocimiento... requerimos volver a
preguntarnos y a buscar el reconocimiento
en lo que somos y venimos siendo; exigimos tener un lugar propio
para el sueo y la nostalgia;
queremos smbolos que nos digan que somos de alguna parte; y
encontramos sentido en la cultura,
pero emocional, esa que se expresa y genera referentes
pasionales para la vida.
Este ensayo irnico quiso ser un alegato sobre nuestra
sentimentalidad como lugar para aprender
nuestra colomblanidad. A pesar de su fragilidad, los rituales
comunes descritos de la nacin
VICTOR CALDERONResaltado
VICTOR CALDERONResaltado
-
29
colombiana que aparecen en nuestro lenguaje, en nuestras
comidas, fiestas, humor, y en las
inventivas de la supervivencia que conforman nuestro disparejo
relato de identidad porque nos
propone:
Otras lgicas para nombrarnos a travs de la celebracin, la
fiesta, el juego, la trasgresin.
Universos de sentido que desde su impureza marcan nuestra
historia.
Prcticas caracterizadas por el afecto, la ir