ARQUITECTURA Rehabilitación de los molinos del río Segura de Murcia para Centro Cultural y Museo Hidráulico E I Pu e nte Anti guo, los muros de encauzamiento del río en torno al puente y l os Molinos Viejos de Murcia forman un núcl eo urbano unita- rio que caracteriza el coraz ón de la ciu- dad y el punto más significativo de la inserción de és ta por el río Segura. Es evidente la gran repercusión que la reha- bil itación de los molinos t endría en la imagen completa de la ciudad. En virtud de esa unidad física cua lquier obra sobre los molinos afectaría a todo el área de ciudad que en ambas márgenes se asoma al río. El proyecto de rehabilitación cerraría y comp l etaría la imagen de tan- ta importancia urba na del margen iz- qui erdo, proponiendo un equ ilibrio vi- sua l bi en definido del lado de l barrio del Carmen. Los molinos fueron concebidos a la par que los muros de contención y el Pu e nte Viejo de piedra, según el trazado debido a Jaime Bon, y la construcción del co njunt o se ll evaría a cabo entre los años 1718 a 1 74 1. El esquema configura- ti vo inicial de esta zona del barrio del Carmen es fruto del mismo impulso en reformas y act uacion es urbanas que en el sig lo dieciocho propicia Floridabl an- ca. Así, la plaza vecina a los molinos, de Camachos, proyectada también inicial- mente por Bon, se reali za con el objeti- vo de artic ul ar la entrada desde el sur al Puente Viejo, a nudando l os caminos de Canagena, de Beniajan y la Alameda que se abriría desde la plaza a la iglesia del Carmen. Esta vinculación de origen de los molinos a otros factores urbanos cercanos, su íntima conexión con la de- finición de la cornisa urbana sobre el cauce del río, la condi ción de encrucija- da junto al Puente Viejo, el carácter pú- Arquitecto: Juan Navarro Baldeweg bli co del conju nto de l os molinos, así como la raíz unitaria de l as reformas urbanas de la zona han pesado gra ncie- m en te en la orie ntación de nuestra propuesta. En un tiempo los molinos fu eron una construcción prismática parale la al río con ca nal descubierto tras ella, quedan- do por tanto en línea con el muro de conte nción y su cubierta plana se enlaza- ba en la co ntinuid ad del nivel levantado de la ciudad sobre los muros del río. Esta pieza prismática f orma nd o parte, por consigui ente, de los muros de encau- za mi ento, alberga en una sola planta el conj unto en serie de l os mecanismos hi- dráulicos de los molinos. Su construc- ción sobria y fuerte se enn obl ecía en su parte super ior por un orden de pilastras que indi caban el niv el de los espacios de trabajo en su interior. Posteriormen te, en el si glo diecinueve, al dividirse la propiedad de los mo linos, es te estrato de pilastras y la cubierta plana unitaria co- mienzan a desfi gurarse por crecimientos e iniciativas espon t áneas de amp liación vertical, adq u iriendo finalmente el as- pecto fragmentado y heterogéneo que hoy día ofrecen. En nuestra opini ón, aque lla primitiva cond i ción unitaria de- be ser reconsiderada cuando los molinos pasan a ser nuevamente un bien de uso público en su destino como Centro de Cultura y Museo Hidráulico. Como una recomendación previa y teniend o presen- te esta correl ación ap untada entre pro- grama y forma, l as decisiones de proyec- to en la rehabilitación se han basado preferentemente en una vuelta al aspec- to más genui no de l os molinos. Con ello, se podría gara nti zar la ejemp l aridad de unas pierns muy sin gulares del patri- monio arq ueológico industri al y además parece apropiado pensar que esa forma inicial unitaria se aviene mejor con el uso público propuesto. La restau ración de los molinos en su rotu nd a forma prismát ica asegurará la cont inuid ad del nivel de la corni sa cerrando el circuito de ambas orillas y los Pu entes Viejo y de la Pasarela. Sobre la cubierta plana de los molinos se esta- blecería un paseo, un mirador sobre el río, que subrayaría el pedestal urbano y el plano de los transeúntes sobre los mu- ros de encauzam i ento próximos al Puen- te Viejo. Este paseo a lto serviría de acce- so a un desarrollo arquitectónico adicio- nal sobre la vertical del canal posterior, ocu ltándole en parte, en el que se al oja- rí an estancias del Centro de Cu lt ura, un a biblioteca púb lica y una cafetería-restau- rante que se beneficiaría del paseo y la terraza garantizando a la vez la vitalidad de su uso. Aun cua nd o el museo y el Ce ntro Cu l tural se desarrolla en varias plantas y tiene también acceso por la plaza de la Bajada a l os Molinos, esta e nt rada desde el paseo alto daría ind e- pendencia al funcionamiento de la bi- blioteca y a la cafetería-rest aurante, lo cual parece conveniente en términos fun- cionales y de horarios. El núcleo de esca- leras en su forma autocon tenida faci lita también el cierre entre ambas plantas refonando esa independencia func i onal de la actividad en cada una. Los planos del nuevo Centro de C ul- tura y Museo Hidráulico revelan el mo- do en que conviven el esquema con tinuo y lin eal de los antiguos molinos y la formación de unos espac i os que tiende n a emanciparse y organizarse, y a organi- zarse como lugares autónomos. La sala Restauración 49