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ELEMENTOS DE LINGISTICA Y SEMIOTICA PROGRAMA
Carlos Reynoso
Segundo cuatrimestre de 2010
1. Introduccin a la teora lingstica contempornea
a) Antecedentes de la lingstica cientfica: la lingstica
histrica, la filologa y la investigacin fol-klrica. Lingstica
diacrnica aplicada a la etnohistoria: lexicoestadstica y
glotocronologa.
b) Ferdinand de Saussure: el anlisis sincrnico y los fundamentos
de la lingstica y la semiologa modernas.
2. Fonologa y lingstica funcional
Nociones de fontica. Fontica acstica y articulatoria. La escuela
de Praga y la fonologa. Las bases lingsticas del anlisis
estructural. Aplicaciones y reformulaciones del anlisis estructural
en antropologa. Extensiones transdisciplinarias: modelo lingstico y
cdigo gentico; adquisicin del lenguaje y afasia. Estudios
fonolgicos del simbolismo sonoro y la glosolalia. Fases posteriores
de la lingstica funcional: la enunciacin.
3. La lingstica norteamericana hasta 1950
a) El idealismo lingstico. Boas y el lenguaje. Antropologa y
lingstica en la obra de Edward Sapir. Benjamin Lee Whorf y el
relativismo lingstico. Kenneth Pike, la metodologa del Instituto
Lingstico de Verano y el ideal emic de la investigacin. El
relativismo lingustico en la actualidad. Everett y el caso
Pirah.
b) Positivismo y conductismo. La concepcin del lenguaje de
Leonard Bloomfield. La lingstica sin semntica. La descripcin
conductista de las lenguas aborgenes norteamericanas.
Distribucio-nalismo. El aprendizaje lingstico segn Skinner.
4. Gramtica Generativa Transformacional. Introduccin a los
modelos generativos.
La crtica de Chomsky al estructuralismo lingstico y al
conductismo. El desarrollo del modelo generativo transformacional:
teora standard, standard extendida y standard extendida y ampliada.
Tendencias actuales: modelo del rgimen y ligazn, gramtica lxico
funcional y gramtica relacional. Relevancia antropolgica de las
hiptesis del innatismo y de la gramtica universal. La polmica
Chomsky-Piaget. Modelos generativos en antropologa.
5. Sociedad, lenguaje y comunicacin. Teoras integrativas
a) Etologa cognitiva (Comunicacin animal, zoosemitica).
Rudimentos de lenguaje en animales, de Hans el Listo a Nim
Chimpsky. Especificidad del lenguaje humano. Lenguaje, cerebro y
cuerpo en neurociencia.
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b) El lenguaje y el "contexto de situacin": orgenes y desarrollo
de la sociolingstica inglesa (Malinowski, Firth, Halliday).
c) Cdigos restringidos y elaborados (Bernstein). Teoras y
polmicas en la sociolingstica y la sociologa del lenguaje
norteamericana (Labov, Fishman).
d) Pragmtica y lingstica del habla. Austin y los actos de habla.
Dell Hymes: etnografa del habla y etnografa de la comunicacin.
Tendencias actuales de la pragmtica.
e) Teora y prctica del anlisis del discurso y del anlisis de
contenido. Modelos de redes y sus herramientas.
7. Semiologa y Semitica
a) Peirce, Morris y la teora general de los signos.
Derivaciones: Milton Singer y la antropologa semitica. Dan Sperber
y la reaccin antropolgica contra la semiologa.
b) La Escuela de Tartu: Lotman y la tipologa de las culturas. La
antropologa semitica en la Unin Sovitica. Bajtn y la problemtica
del signo ideolgico. Vigencia de Bajtn en la semitica y la
antropologa cultural.
c) La semiologa en Francia, de Barthes a Kristeva.
Intertextualidad e ideologema. d) Semitica italiana. Rossi-Landi y
la alternativa marxista en semitica. Umberto Eco y la produccin
social de los signos. Parte especial: Niveles y unidades de
anlisis
1. Los niveles del anlisis lingstico. Consideraciones generales
desde las distintas corrientes de la lingstica contempornea.
2. Fontica y fonologa. Nociones bsicas
2.1 Fontica articulatoria: puntos y modos de articulacin. El
alfabeto fontico internacional (IPA).
2.2 El fonema. Inventario de sonidos. Contraste y pares mnimos.
Rasgos distintivos. Los alfonos: principio de similaridad fontica y
distribucin complementaria. Ejemplificacin y ejercitacin con
distintas lenguas del mundo.
Morfologa y sintaxis: Nociones bsicas
3.1 El morfema: segmentacin y alomorfos. Morfema libre y morfema
ligado. Afijos, races y clticos. Morfologa flexional y
derivacional. Significado social de algunos afijos: honorficos,
personas inclusivas y exclusivas, evidenciales. Ejemplos en
distintas lenguas del mundo.
3.2 Otras unidades gramaticales: Palabra, frase, clusula, oracin
Criterios para su delimitacin.
3.3 Tipologas morfolgicas tradicionales: lenguas aislantes,
lenguas aglutinantes, lenguas fusionales y lenguas
polisintticas.
3.4. Sintaxis y universales lingsticos: Orden de los
constituyentes. Relaciones sintcticas: lenguas acusativas y lenguas
ergativas. La gramtica de casos (Fillmore). Carlos Reynoso
Profesor Titular Regular Mayo de 2010
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ELEMENTOS DE LINGSTICA Y SEMIOTICA Bibliografa
Segundo Cuatrimestre de 2010 1. Introduccin a la teora lingstica
contempornea
Ardener, Edwin. Antropologa social y lenguaje, Bs.As., Paids,
1976, "Introduccin", pp. 1-77 (R).
Henson, Hilary. "Los primeros antroplogos ingleses y el
lenguaje", en E. Ardener, Op. cit., pp. 79-102 (T).
Penchoen, Thomas. "La glotocronologa", en Andr Martinet
(director), Tratado del lenguaje. La evolucin de las lenguas, Bs.
As., Nueva Visin, 1977, pp. 91-109 (T).
Saussure, Ferdinand de. Curso de Lingstica General, Madrid,
Alianza, 1984. Introduccin (cap. 3 y 4), Primera parte (cap. 1) y
Segunda parte (cap. 4 y 5) - (P).
2. Fonologa y lingstica funcional.
Benveniste, Emile. "El aparato formal de la enunciacin". En
Problemas de Lingstica General, Mxico, Siglo XXI, 1977.
Casetti, Francesco y Federico Di Chio. "Cmo analizar un film",
en El Anlisis de la Comunicacin, Bs.Aires, Paids, 1991.
Jakobson, Roman. "El lenguaje en relacin con otros sistemas de
comunicacin", en Essais de Linguistique Gnrale, 1968 (P).
Lvi-Strauss, Claude. Antropologa Estructural, Bs. As., Eudeba,
vs. eds., Cap.II ("El anlisis estructural en lingstica y en
antropologa") - (R).
Reynoso, Carlos. 1998. Corrientes en antropologa contempornea.
Buenos Aires, Biblos, pp. 187-208 (R).
3. La lingstica norteamericana hasta 1950
Bloomfield, Leonard. Lenguaje, Lima, Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, 1964, pp. 23-47 y 161-185 (R).
Comrie, Bernard, Matthew Dryer, David Gil y Martn Haspelmath.
2005. World Atlas of Language Structures (WALS). Londres, Oxford
University Press (Libro, CD y programa analtico).
Everett, Daniel. 2005. Cultural constraints on grammar and
cognition in Pirah. Current Anthropology, 46(4): 621-646, traduccin
de la ctedra (T, P).
Gleason, Henry. Introduccin a la lingstica descriptiva, Madrid,
Gredos, 1975, pp. 182-210 (Constituyentes inmediatos) - (R).
Pike, Kenneth. "Puntos de vista ticos y micos para la descripcin
de la conducta", en A.G. Smith (ed.), Comunicacin y cultura, Bs.
As., Nueva Visin, 1976, vol. I, pp. 233-248 (T).
Reynoso, Carlos. 2008. Relatividad lingstica, en Ciencia
cognitiva y antropologa del conocimiento. Buenos Aires, Editorial
SB (en curso de edicin).
Rossi-Landi, Ferrucio. Ideologas de la relatividad lingstica,
Bs. As., Nueva Visin, 1974 (P).
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Whorf, Benjamin Lee. "Ciencia y Lingstica", en Lenguaje,
pensamiento y realidad, Barcelona, Barral, 1970, pp. 235-247
(P).
4. Gramtica generativa transformacional.
Chomsky, Noam. Reglas y representaciones, Mxico, FCE, 1982, II,
pp. 56-97 (T).
Chomsky, Noam. Crtica de "Verbal Behavior" de B.F. Skinner, en
R. Bays, Chomsky o Skinner?, Barcelona, Fontanela, 1980 (R).
Gardner, Howard. La nueva ciencia de la mente, Bs. As., Paids,
1987, pp. 204-246 (R).
Nique, Christian. Introduccin metdica a la gramtica generativa,
Madrid, Ctedra, 1985 (Seleccin de la ctedra) - (R).
5. Sociedad, lenguaje y comunicacin
Bernstein, Basil. "Cdigos elaborados y restringidos. Sus orgenes
sociales y consecuencias", en A.G. Smith, (ed.), Op. Cit., vol. 3,
pp. 45-65 (R).
Halliday, M.A.K. El lenguaje como semitica social, Mxico,
F.C.E., 1986, pp. 143-266 (R).
Hymes, Dell. "La Sociolingstica y la etnografa del habla", en E.
Ardener, Op. cit., pp. 115-152 (T).
Pratt, Mary Louise. 1991. Utopas Lingsticas.
Ricoeur, Paul. 1988. "La accin considerada como texto", en
Hermenutica y Accin, Argentina, Docencia, pp.47-93 (P).
Robins, Robert. "Malinowski, Firth y el 'contexto de situacin'",
en Ardener, Op. cit., pp. 103-113 (T).
Sherzer, Joel. Sobre la Lingstica y otras Disciplinas: Una
Perspectiva desde la Antropologa. Apunte.
Sherzer, Joel. 1992. Formas del habla kuna. Quito, Abya-Yala,
cap. I (P).
Searle, John. 1980. Actos de Habla, Madrid, Ctedra, cap.II y III
(pp.31-79) (P).
Williams, Raymond. Marxismo y Literatura, Madrid, Pennsula
(P).
6. Semiologa y Semitica.
Barthes, Roland. Elementos de semiologa, Madrid, Alberto Corazn,
1972 (T).
Eco, Umberto. Tratado de semitica general, Barcelona, Lumen,
1977, caps. 2.14 y 3.9 (pgs. 232-248 y 457-472) - (R).
Ekman, Paul y Wallace Friesen. "Origen, uso y codificacin: Bases
para cinco categoras de conducta no verbal", Bs. Aires, Nueva
Visin, 1967 (P).
Lotman, Yuri. "Un modelo dinmico del sistema semitico", en
Semitica de la Cultura, Madrid, Ctedra, 1979, pp. 93-110 (P).
Lozano, Joge. "Introduccin a Lotman y la Escuela de Tartu",
Idem, pp. 9-37 (T).
Lozano, J. Pea Marin y G. Abril. Analisis del discurso. Madrid,
Ctedra, 1994 - Seleccin (P).
Peirce, Charles Sanders. Carta a Lady Welby del 12/10/1904.
Varias ediciones (P).
Rossi-Landi, Ferruccio. Programacin social y comunicacin, Ed.
Redondo, s/f (P).
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Volosinov, Valentin (Mijail Bajtn). El signo ideolgico y la
filosofa del lenguaje, Bs. As., Nueva Visin, 1976 (seleccin),
(R).
Niveles y Unidades de Anlisis - Lecturas:
FONTICA Y FONOLOGA (Gua de ctedra) (obligatoria) MALBERG, B.,
1986 La fontica , EUDEBA (recomendada)
JAKOBSON, R., G. FANT y M.HALLE, 1969. Preliminaries to Speech
Analysis., MIT Press * (recomendada)
BLOMFIELD, L. 1926. A set of postulates for the science of
language. Language, 2: 153-164 (recomendada)
HOCKETT, CH. 1942. A system of descriptive phonology, Language,
8: 3-21 (obligatoria)*
SCHANE, S.A. 1979. Introduccin a la fonologa generativa,
Barcelona, Ed. Labor, Caps. 1,2,3 (obligatoria).
HALLE, M. y G.N.CLEMENTS, 1991. Problemas de fonologa, Madrid,
Ed. Minerva. Introduccin (obligatoria) Morfologa y Sintaxis
Lecturas: MORFOSINTAXIS (Gua de Ctedra) (obligatoria)
HOCKETT, CH. 1947. Problems of morphemics analysis, Language,
23: 321-343 (R) *
HOCKETT, CH. 1954. Two models of grammatical description, Word,
10: 210-231 * (R)
LYONS, J. 1969. Introduction to Theoretical Linguistics,
Cambridge, Cambridge University Press. Cap. 5 Unidades gramaticales
(R)
PAYNE, T., 1997. Describing Morphosyntax. A guide for field
linguistics. Cambridge: Cambridge U.P. Cap. 2: Tipologa morfolgica
(P) *
DURANTI, A.2000. Antropologa Lingstica, Madrid, Cambridge
University Press. Cap. 6 El significado de las formas lingsticas
(P) Referencias:
(T) : Bibliografa alternativa a las clases tericas. Obligatoria
para alumnos libres. (P) : Lecturas obligatorias para trabajos
prcticos. (R) : Textos optativos, de lectura recomendada. La
literatura en ingls se trabajar en base a traducciones de la
ctedra.
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ELEMENTOS DE LINGSTICA Y SEMIOTICA
Segundo cuatrimestre de 2010 Objetivos
El objetivo principal del programa propuesto no es el de
impartir conocimientos de lingstica
y semitica por s mismas, como parte de un acervo de cultura
general que el estudiante debe asimilar, sino el de destacar por un
lado la problemtica del lenguaje y de los signos en relacin con la
antro-pologa, y de demostrar por el otro la necesidad de
interpretar esos fenmenos desde un conjunto representativo de
marcos tericos, susceptibles de clarificar (por su correspondencia
formal) los entramados referenciales y los diseos de investigacin
de nuestra propia disciplina, cualquiera sea el objeto.
De esta manera, la materia asume un inters que se debe tanto a
sus contenidos como a las formas tericas que en ella se abordan,
facilitando a los estudiantes tanto informacin sustantiva sobre el
lenguaje y la semiosis como experiencia en el uso de diversos
modelos (estructuralistas, genera-tivos, conductistas,
hermenuticos, etc.) cuya comprensin resulta esencial en el contexto
de la antropologa contempornea. Esta perspectiva implica que la
enseanza de una teora no slo se aborda como exploracin de una serie
de postulados ms o menos contingentes sobre el lenguaje, sino adems
como recurso para alcanzar familiaridad con concepciones tericas
cuyas estructuras discursivas vuelven a encontrarse casi
sistemticamente en otros campos de la prctica disciplinar.
Esta doble inflexin, que coordina una indagacin de los problemas
bsicos con una reflexin crtica sobre el modo en que se los aborda,
impone una actitud selectiva frente a la enorme abun-dancia tanto
de fenmenos como de teoras y prcticas. De aqullos se han escogido
los que parecen ser ms cruciales desde el punto de vista de una
teora de la sociedad o de la cultura; de stos, se han seleccionado
los que parecen ser ms productivos para la antropologa,
prescindiendo en algunas oca-siones del valor que se les otorga en
su mbito de origen.
Por ello no se propone aqu el estudio de teoras de mrito
indudable (como la glosemtica, la tagmmica o la lingstica
estratificacional) que son difciles de extrapolar adecuadamente a
la antropologa y cuya relacin con la problemtica de la cultura es
ms bien indirecta. No obstante, y respondiendo literalmente al
carcter introductorio de la materia, se procura transferir al
alumno la capacidad necesaria como para comprender y tipificar
razonablemente cualquier texto lingstico, y profundizar en l por
cuenta propia. Organizacin del material de clases tericas
Las clases tericas, preparadas con editores de texto y tcnicas
de desktop-publishing, se edi-tarn conforme a las sucesivas
unidades temticas (ms que en correspondencia con las clases en s) y
estarn disponibles apenas terminadas de dictar, tanto en papel como
en el campus virtual. Las tcni-cas utilizadas permiten estructurar
sus contenidos de acuerdo con los objetivos fijados, introduciendo
las modificaciones, aclaraciones y complementos que sean necesarias
a juzgar por el ciclo de evaluacin y los informes de trabajos
prcticos. Las clases de modifican y restructuran todos los aos, en
concomitancia con los nuevos aportes tericos, metodolgicos e
instrumentales. Algunas unidades, a partir de este ao, sern de
modalidad terico-prctica, ensendose en ellas el manejo de programas
de anlisis y formulacin de hiptesis, como WALS (Comrie y otros
2005).
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Organizacin del trabajo y evaluacin
La organizacin de la materia comprende siete unidades temticas,
cada una de las cuales (a
excepcin, naturalmente, de la primera) presupone el conocimiento
de las anteriores y se liga comple-mentaria u opositivamente con
las restantes. El lineamiento principal est dado por el material de
las clases tericas, que oficia de nexo organizador, y con
referencia al cual se ofrece como alternativa pa-ra alumnos libres
(o como refuerzo para alumnos regulares) bibliografa de teora
lingstica selec-cionada conforme a los criterios de utilidad
antropolgica ya sealados. La materia ser de promocin normal, con
tres evaluaciones parciales y obligacin de asistencia al porcentaje
usual requerido de clases prcticas. A partir de los conocimientos
que se imparten en el ncleo terico de la materia se plantean dos
modalidades de actividad prctica.
La primera comprende la discusin pormenorizada de los problemas
bsicos planteados en cada unidad temtica y la comparacin sistemtica
de los marcos tericos en conflicto. El trabajo e-mergente habr de
ser una elaboracin de orden crtico, en favor o en contra de alguna
de las tenden-cias analizadas y con la correspondiente
fundamentacin. Como alternativa a este trabajo (que podra obligar a
una toma de partido carente de motivacin real) el estudiante podr
desarrollar una compa-racin entre dos o ms posturas tericas, un
trabajo de sntesis en torno al seguimiento de un proble-ma o una
elaboracin original equivalente, que compute como segunda
evaluacin.
La segunda modalidad de trabajo consiste en una prctica de
anlisis semiolingstico segn marcos tericos a definir, que habrn de
ejecutarse sobre un texto o conjunto de textos de inters
antropolgico en el curso de todo el cuatrimestre, de acuerdo con
los principios que se vayan presen-tando y poniendo a prueba en las
clases prcticas. Esta actividad ser objeto de la tercera evaluacin
parcial. El primer tipo de actividad familiariza a los estudiantes
con la discusin terica, mientras que el segundo impone la
adquisicin y el uso de un mtodo de anlisis experimentado
relativamente en profundidad y focalizado sobre material concreto.
La primera evaluacin parcial, no discutida hasta aqu, se plantea
como examen parcial convencional, para garantizar un seguimiento
aceptable de las clases tericas y para reforzar, de ser necesario,
los puntos ms dudosos.
Carlos Reynoso
Profesor Titular Regular
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ELEMENTOS DE LINGUISTICA Y SEMIOTICA Prof. Carlos Reynoso 2010
[email protected]
I
a) La lingstica histrica. El evolucionismo lingstico. La
filologa y la investigacin folklrica. Lingstica diacrnica:
lexicoestadstica y glotocronologia.
Introduccin
Esta materia se propone distintos objetivos, que ahora pasamos a
enumerar. Uno de ellos es el de mostrar que no es posible
investigar rigurosamente un fenmeno cultural como el lenguaje sin
adoptar un marco terico que defina cules aspectos son pertinentes y
cules no.
Adoptar un marco terico impone sesgos en la perspectiva,
recortes en el objeto y arbitrarie-dades en la seleccin de los
hechos a tener en cuenta. Probablemente ustedes encontrarn que
algunas teoras, sobre todo algunas de las que van a revisarse en la
primera mitad del programa, resultan un tanto extravagantes. Por
cierto, algunas teoras plantean una simplificacin de los fenmenos
obser-vables, una idealizacin de los hechos, que en principio puede
parecer arbitraria. El sentido comn aconsejara tomar en
consideracin la totalidad de los datos que pueden obtenerse o la
mayor cantidad posible de hechos observables, otorgando igual
importancia a todos ellos. Para el sentido comn, todo el mundo sabe
qu es el lenguaje (acaso todos no somos hablantes de alguno?) y no
parece haber inconveniente en convenir que la funcin del lenguaje
es comunicar significados. Pero en lingstica, como en cualquier
otra ciencia, el sentido comn por s solo no lleva muy lejos; ya
tendremos oportunidad de demostrarlo.
Espero que hacia el final del cursado de esta materia puedan
comprender por qu determina-dos marcos tericos practican algn
ejercicio de arbitrariedad, por qu establecen simplificaciones que
a primera vista pueden parecer excesivas, o por qu idealizan los
fenmenos que refieren. Tratar de demostrar adems que no es ni
posible ni deseable afrontar los hechos sin una teora previa, y que
cuando se afirma que no se posee teora alguna, lo que se tiene en
realidad es una teora sobre la cual se ha reflexionado poco y que
por lo tanto acta sin que se la pueda controlar.
Lo que nosotros desarrollaremos en este curso es una lingstica
no prescriptiva que versa so-bre teoras y prcticas que tampoco lo
son. Vamos a ver que ya desde principios de siglo la lingstica no
se ocupa del "buen hablar", sino de las formas que se dan
concretamente en el lenguaje, inde-pendientemente de que algunos
acadmicos puedan pensar que estn bien o estn mal. An las es-cuelas
de lingstica ms proclives al anlisis abstracto toman como punto de
partida el lenguaje hablado real. Concentrarse en torno del
lenguaje hablado pone tambin en un segundo plano al len-guaje
escrito, que slo ha de ser en lingstica un objeto circunstancial.
Una de las cosas que debern aprenderse en este curso es renunciar a
pensar en los sonidos del lenguaje como "letras".
Otra de las cuestiones que quisiera subrayar a lo largo de esta
materia es la correspondencia que existe, en general, entre los
marcos tericos de la lingstica y la semitica por un lado y los
programas tericos de la antropologa por el otro. En ambos casos
vamos a encontrarnos con empi-ristas, idealistas, estructuralistas,
fenomenlogos, posmodernos, universalistas, relativistas y toda una
serie de tendencias tericas, de supuestos, de mtodos, que
prcticamente ocurren paralelamente en una disciplina y en la otra,
a veces remontndose a los mismos precursores y a similares
crculos
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acadmicos. Algunas polmicas fundamentales (como la dicotoma
entre las ciencias emic y las etic) atraviesan simultneamente a
todos estos campos disciplinares.
Ms de una vez encontraremos que esta o aquella teora
antropolgica se origina expresamen-te en una teora lingstica; este
es el caso del estructuralismo. Encontraremos tambin el caso
inver-so, como en la llamada antropologa cognitiva, en que toda una
concepcin acerca del significado, toda una corriente semntica
contempornea, se origina en una problemtica y en una investigacin
de orden antropolgico. Sera interesante aprovechar esta materia
para tender un puente entre las teoras antropolgicas y las
lingsticas, y para contemplar determinados tipos tericos que quiz
puedan apreciarse mejor cuando tratan de fenmenos del lenguaje que
cuando tratan de aspectos de la cultura.
Esto habremos de enfatizarlo sobre todo cuando abordemos el
estructuralismo. Las tendencias estructuralistas cubren la mayor
parte de las teoras lingsticas que vamos a investigar aqu.
Compro-baremos que la reaccin contra el estructuralismo es
relativamente reciente, y que en lingstica al menos todava no es
mayoritaria. Lo que quisiera, en definitiva, es aprovechar esta
incursin por el estructuralismo lingstico para sacar conclusiones
acerca del estructuralismo en antropologa y de toda una serie de
corrientes tericas que se derivan de l.
Podra decirse que este programa discurre a dos niveles: uno es
el que concierne al lenguaje en sentido estricto, al lenguaje
hablado, a la lengua, o (de acuerdo con determinadas corrientes
lingsti-cas) a la lengua y al habla; la otra parte del programa
concierne a los sistemas de signos aparte del lenguaje, o tal vez a
los sistemas de signos, lenguaje incluido, pero poniendo nfasis en
una teora general de los signos ms que en un modelo construido a
partir del anlisis del lenguaje. En general, podemos considerar que
histricamente la mayor parte de las teoras semiticas o
semiolgicas1, so-bre todo en Europa, se origina en la teora y en la
prctica lingstica. Como quiera que sea, los estu-dios lingsticos
como modelo de mtodo y el lenguaje como modelo de sistema de signos
siempre habrn de ser referentes especiales en el estudio de la
comunicacin, aunque a veces su importancia no sea recalcada de
manera explcita. Una de las formas en que yo pretendo acercar la
problemtica del lenguaje a las problemticas antropolgicas, es a
travs de la mediacin de las teoras de los signos y de los sistemas
de comunicacin en general.
Lamentablemente, para manejar estas teoras es necesario dar un
rodeo y ocuparse de modelos lingsticos que en un primer anlisis
pueden parecer demasiado apartados de nuestras preocupacio-nes
antropolgicas primordiales. Pero despus veremos que, incluso las
teoras lingsticas ms abs-tractas, ms alejadas de las problemticas
concretas de la antropologa, sirven como heursticas o como modelos
para abordar una serie de problemas bastante concretos. Esto lo
habremos de corrobo-rar a propsito de lo que tal vez sea el modelo
ms abstracto que se examinar en el curso de esta materia, que es el
modelo fonolgico de la escuela de Praga.
Les deca que la mayor parte de las teoras lingsticas de este
siglo estn englobadas dentro de la corriente de pensamiento que se
conoce como estructuralismo. Como es sabido, esta es una corriente
que alcanza su apogeo en la dcada del 60, que ltimamente est
bastante diversificada, o en ciencias sociales (como dice Giddens)
quiz muerta. Actualmente, en efecto, se habla de tendencias
post-estructuralistas, las cuales se confunden con la corriente
principal de los aos 80 y 90, que, probablemente, a nivel de las
ciencias sociales, tal vez sea el posmodernismo. Sea como fuere, el
estructuralismo surge, por lo menos en lingstica, en la primera
dcada de este siglo, de modo que es
1 No hay ninguna diferencia entre semitica y semiologa, aunque
existe cierta tendencia a denominar "semiolgicas" a las
investigaciones de la comunicacin o los sistemas de signos que se
desarrollan en Europa a partir de las ideas de Saussure, en tanto
se acostumbra llamar "semitica" a estudios que se ocupan del mismo
objeto, pero conforme a una tradicin que se inicia en Estados
Unidos con Charles Sanders Peirce.
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anterior al llamado estructuralismo en matemticas (la lnea de
Bourbaki, por ejemplo). Despus vamos a ver cul es el punto de
origen de las tendencias estructuralistas en antropologa.
De lo que nos ocuparemos en esta primera unidad temtica es de
las corrientes histricas de la lingstica, o sea lo que se ha dado
en llamar lingstica diacrnica. Y lo vamos a hacer como modo de
establecer un contraste que presente ms marcadamente las
caractersticas tericas del estructura-lismo que ha de surgir a
principios de este siglo. Porque el estructuralismo, tanto en
lingstica como en antropologa, enfatiza el orden sincrnico ms que
el devenir, las estructuras estables ms que los procesos de
cambio.
Lo que haremos a rengln seguido ser tratar de caracterizar el
estado de la lingstica hacia finales del siglo pasado. Por
supuesto, deberemos incurrir en ms de una simplificacin, porque la
lin-gstica histrica, o los estudios histricos del lenguaje,
continan en la actualidad. De ninguna mane-ra hay que suponer que
en el siglo pasado los fenmenos del lenguaje se estudiaban
histricamente y en este siglo, a partir del auge del
estructuralismo, comenzaron a estudiarse sincrnicamente, es decir
con prescindencia del cambio. Pero en lneas generales podemos decir
que as es. Las tendencias his-toricistas o diacronistas en la
lingstica contempornea son, hoy en da, absolutamente minoritarias.
En el siglo pasado, en cambio, no se conceba estudiar la lengua si
no era histricamente. Preocuparse por el transcurso del tiempo y
concebir las cosas como cambiantes es muy plausible. El problema
con aquellos estudios histricos del lenguaje es ms bien de orden
metodolgico.
El lenguaje ha sido una preocupacin constante; podemos
remontarnos fcilmente a las espe-culaciones griegas acerca del
lenguaje, o incluso a las refinadas elaboraciones tericas de los
lin-gistas hindes del siglo V a.C., como Pnini. Este ltimo haba
planteado un esquema de anlisis del lenguaje sumamente parecido a
las modalidades estructuralistas, posteriores en 2500 aos,
incluyendo una especie de notacin algebraica que compendiaba en
forma de reglas las estructuras fundamentales del snskrito. Si bien
existen escuelas sumamente rigurosas en el siglo XVII, (como la
Escuela "carte-siana" de Port-Royal), a mediados del siglo XIX una
parte importante de los razonamientos sobre el lenguaje era
metodolgicamente dbil, comparada con los estndares que rigen en la
actualidad. La lingstica antigua, si es que puede hablarse de ella,
era ms un saber humanista, una prctica erudita, que propiamente una
ciencia. Lingstica evolucionista
Nota: Esta seccin de la primera bolilla, junto con la siguiente
sobre glotocronologa, no es admisible como tema de eleccin libre
para el examen final oral, aunque sus contenidos deban ser
estudiados de todas maneras. Justifica esta excepcin el hecho de
que las teoras aqu tratadas no califican como propuestas cientficas
y descentran la posibilidad del tratamiento comparativo de los
marcos tericos mejor elaborados.
La mayor parte de los antiguos anlisis del lenguaje reposaba
sobre criterios y mtodos espe-culativos y aproximativos. Hasta bien
entrado este siglo, no exista, por ejemplo, una forma de no-tacin
fontica que permitiera representar con fidelidad todos los matices
sonoros de las distintas lenguas. Y a mediados del siglo pasado, la
lingstica, junto con otras ciencias sociales, apareca dominada por
el evolucionismo, y en este caso por una concepcin relativamente
ingenua del evolu-cionismo.
Casi todos los grandes tericos lingsticos de la segunda mitad
del siglo XIX estaban con-vencidos de que el lenguaje haba seguido
una evolucin similar a la que haban experimentado con toda
evidencia las formas vivientes y presuntamente las culturas.
Partiendo de un esquema e-volucionista, por ejemplo, se pensaba que
el lenguaje haba evolucionado de las formas ms sencillas a las
formas ms complejas. Y, siendo coherentes con el marco
evolucionista en general, se sostena tambin que las distintas
manifestaciones del lenguaje contemporneas (y en particular las
lenguas indgenas), representaban otras tantas formas cristalizadas
de la evolucin del lenguaje. Esto quiere
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decir que algunas de las lenguas habladas actualmente en el
mundo representaran estados anteriores en la evolucin del lenguaje,
cuyo desarrollo culminaba (segn distintas opiniones) ya sea en las
lenguas clsicas o en las lenguas europeas modernas. Una lengua
"arcaica" constitua un ejemplo de una etapa por las que las lenguas
progresivas ya haban pasado.
En particular se hablaba de tres etapas en la evolucin del
lenguaje. Y si les doy esta informa-cin es porque algunos lingistas
utilizan todava estos criterios evolucionistas para clasificar las
len-guas. Se deca que en un principio el lenguaje haba pasado por
una etapa que se poda caracterizar como aislante. Un lenguaje
aislante consiste en una serie de trminos que significan cosas,
pero que no son gramaticalmente analizables, no se pueden
descomponer en unidades gramaticales individua-les. En las lenguas
aislantes haba prcticamente una palabra para cada cosa o conjunto
de cosas.
Un ejemplo de una lengua aislante, decan los tericos del siglo
XIX, sera el chino. No slo por ser monoslabico, sino porque el
chino, segn crean estos lingistas, careca de gramtica. No es que no
hubiera prescripciones sobre cmo hablar el chino. Que una lengua
carezca de gramtica quiere decir que no est compuesta por elementos
complejos, sino por unidades indivisibles. La len-gua china,
arquetipo de las lenguas aislantes, es simplemente un conjunto de
palabras, y los cambios en el sentido solamente se pueden llegar a
dar a travs del distinto ordenamiento de las palabras en la frase.
Cheu pei significa "la parte de atrs de la mano"; pei cheu, "poner
la mano detrs de la espalda", y as el resto.
Los tericos evolucionistas suponan que despus de esta etapa de
lenguas aislantes haba ve-nido una etapa en que algunas lenguas
evolucionaron hacia una pauta aglutinante. Dicho de otro modo, las
lenguas aglutinantes sucedieron, evolutivamente, a las lenguas
aislantes.
Las lenguas aglutinantes, como por ejemplo el turco, o la mayor
parte de las lenguas aborge-nes americanas, incluyen ya, aparte de
las palabras originarias de los radicales, algunas seales
gramaticales que se agregan al principio, al final o en el interior
de estos radicales, y que constituyen una especie de gramtica
rudimentaria. A las races se les agregan afijos, que pueden ser
prefijos, si estn antes de las palabras, infijos si estn
incrustados, o sufijos, si son posteriores. Estas categoras
gramaticales todava se manejan para hacer referencia a algunas
caractersticas de este tipo de las lenguas actuales, de las lenguas
que, segn los tericos evolucionistas, seran las lenguas
flexivas.
Este tercer tipo de lenguas, las flexivas o flexionales, seran,
por supuesto, las ms avanza-das. El modelo de una lengua flexiva
sera el latn o el griego. Seran lenguas que se manejan en funcin no
ya del encuentro o de la coalicin ms o menos ocasional de races y
seales gramaticales, sino que son lenguas que se originan de
acuerdo con un sistema de flexin, de declinacin, de con-jugacin.
Nuestra lengua, por ejemplo, sera una lengua flexional. Una lengua
relativamente avanzada, segn los criterios evolucionistas, aunque
en este sentido no tanto como el griego o el latn; con el tiempo
las lenguas indoeuropeas, excepto las eslavas, han simplificado
enormemente sus sistemas de flexin.
Los evolucionistas siempre tuvieron una especie de ambivalencia
frente al hecho de que, de a-cuerdo con los cnones del
evolucionismo, las lenguas deban evolucionar de lo ms sencillo a lo
ms complejo. Este esquema de progreso es bsico en cualquier esquema
evolucionista. Pero la ambiva-lencia de que hablbamos se origina en
el hecho de que algunas lenguas muertas, como el griego cl-sico o
el latn, son ms complejas y tericamente ms avanzadas desde el punto
de vista evolucionista, que las lenguas que le sucedideron
histricamente, como el italiano o el griego contemporneo.
Cmo salieron de este atolladero los evolucionistas? Hay que
aclarar que este esquema de e-volucin no solamente se manejaba a
nivel de un esquema abstracto de evolucin de las lenguas, sino que
tena incluso connotaciones racistas. Cierto lingista de principios
de siglo deca que sera un crimen que un hombre flexivo se case con
una mujer aglutinante. Y se supona verdaderamente que las lenguas
primitivas eran incapaces de expresar sutilezas y matices de
pensamiento, o de originar filosofas como las que se haban gestado
en occidente, a caballo de lenguas avanzadas y sistemticas.
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Pero en determinado momento, a medida que se iban conociendo
mejor las lenguas de las culturas aborgenes, se comenz a comprobar
que muchas de ellas eran estructuralmente ms complicadas que las
lenguas reconocidamente modernas, como por ejemplo el ingls.
Cmo salir del paso cuando la evidencia se pone en contra?
Algunos evolucionistas salvaron la dignidad diciendo que en
realidad el criterio para valorizar la progresividad de una lengua
no pasa por la complejidad o por la simplicidad, sino por la
economa, por el sentido prctico. Esta era una manera de salvar al
ingls, por ejemplo, que es una lengua infinitamente ms sencilla2
que la mayor parte de las lenguas aborgenes conocidas.
Entonces el criterio para poner en tela de juicio una lengua
aborigen, deba ser modificado. Ya no se poda hablar de complejidad,
porque las lenguas aborgenes eran ms complejas, sino que se empez a
decir que las lenguas aborgenes testimoniaban una mentalidad poco
prctica y que a-bundaban en una serie de matices intiles. An en la
actualidad hay algunos reflejos de esta idea, como cuando George
Steiner escribe:
"Los idiomas ms refinados y elaborados coexisten con modos de
subsistencia extremadamente primi-tivos y fundados en una economa
rudimentaria. Muchas culturas despliegan en su vocabulario y en su
sintaxis refinamientos y energas adquisitivas de las que su vida
cotidiana carece por completo. Las riquezas lingsti-cas funcionan
como mecanismos compensatorios. Algunas hordas hambrientas del
Amazonas dilapidan en el comentario de su condicin ms tiempos
verbales de los que hubiera podido emplear Platn" (Despus de
Ba-bel, Mxico, FCE, 1980, p.75).
Determinado lingista de fines de siglo pasado, observaba que una
lengua aborigen norteame-ricana obligaba a especificar una serie de
factores que una lengua prctica y avanzada como el ingls pasara por
alto. Por ejemplo, para decir que "un hombre mat al conejo", en la
lengua ponca haba que especificar que el hombre, un hombre,
animado, de pie, en caso nominativo, mat intencional-mente
arrojando determinado objeto a un conejo macho, animado, que estaba
sentado, en caso ob-jetivo. Es decir, todas estas seales y todas
estas especificaciones de sentido tenan que formar parte de la
enunciacin para expresar simplemente que "un hombre mat a un
conejo".
Esto se estimaba como una especie de desperdicio, como un gasto
intil de energa mental; y entonces los evolucionistas de la escuela
de Powell comenzaron a admitir que las lenguas primitivas son
verdaderamente precisas pero muy poco prcticas, que conforman ms
bien un lastre para la mentalidad contempornea, y que han sido
incluso un impedimento para el desarrollo de las ciencias.
Estamos entonces en que los evolucionistas sostenan que los
lenguajes se haban desarrollado histricamente, se haban
perfeccionado de alguna manera, obedeciendo a un telos oculto; los
crite-rios para construir la progresin debieron cambiar: primero el
progreso iba de lo ms simple a lo ms complejo, luego de lo ms
superfluo a lo ms prctico; pero exista en todo caso una forma de
aco-modar jerrquicamente las lenguas.
Una de las cosas que tenemos que sacar en claro de aqu, es que
no existen verdaderamente lenguas primitivas. Y esto es algo que si
los lingistas lo saben, los antroplogos lo tienen que saber mejor.
No existen lenguas incapaces de expresar matices de significado que
se puedan expresar en otras. Quizs, en ciertas lenguas,
determinadas expresiones conceptuales requieran ms palabras o ms
parfrasis y circunloquios que en otras, pero bsicamente en todas
las lenguas se puede expresar lo mismo.
Despus vamos a ver que hay distintas formas y distintas
estructuras de lenguas, aunque no vamos a estudiar lenguas
aborgenes ni vamos a describir gramticas. El hecho es que hay
lenguas que
2 Estructuralmente, ya que no en su lxico.
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siguen distintas estrategias que otras para ir incorporando
nuevos conceptos y nuevas formas de expresin, aunque todas son
capaces de desarrollarse, si es que no de crecer.
Todas las lenguas evolucionan. No existen lenguas que estn
detenidas en el tiempo. Existen algunas lenguas, como por ejemplo
el islands, que por razones culturales no incorporan, como hacen
todas las lenguas en general, neologismos; es decir, no agregan al
inventario lxico trminos origina-dos en otras lenguas, como lo
hacemos nosotros, que decimos por ejemplo "jet" o "televisor",
prove-niente de un trmino ingls o del griego.
En determinadas lenguas se van gestando formas de decir,
parfrasis, explicaciones, descrip-ciones, que reemplazan a formas
anteriores. Las academias y los doctores de la lengua van
recomen-dando trminos que deben ser incorporados a la misma. Esto
ltimo pasara, tericamente, con el rabe. De todas maneras esta es
una concepcin absolutamente terica. De hecho, las lenguas
evolu-cionan mucho ms all de lo que les gustara a las academias del
lenguaje.
Pero la evolucin es un concepto muy amplio, en el que caben
innumerables modalidades, tan-to progresistas como conservadoras.
Para redondear este panorama esquemtico de las tendencias
lin-gsticas histricas del siglo pasado, tendramos que hacer
referencia a uno de los principales tericos, un terico arquetpico
de mediados del siglo pasado, un personaje que ha tenido una gran
influencia en la antropologa de principios de este siglo, y sobre
todo en los estudios folklricos. Me refiero a Max Mller. Algunos
que hayan hechos materias de folklore probablemente haya odo hablar
de l. En mis tiempos de estudiante las materias de folklore incluan
algunos textos de Mller, junto a los de otros autores todava ms
arcaicos, y no siempre se haca la salvedad del paso del tiempo para
situar sus esquemas tericos en el debido contexto. Esto es, se
tomaban las propuestas de Mller como pos-tulados cientficos en
pleno derecho, dndoles cabida junto a teoras posteriores harto ms
sensatas.
Max Mller era tambin evolucionista y haba elaborado un sistema
que se apartaba en algu-nos puntos importantes del evolucionismo
clsico de Darwin en biologa o de Tylor en antropologa. Max Mller
incluso polemiz con Tylor. Tylor fue probablemente el primer terico
importante de la antropologa en el siglo pasado, y como es natural
militaba en el evolucionismo.
Lo que afirmaba Tylor (y lo que negaba Max Mller) era que el
lenguaje se originaba en la ex-presin de las emociones, en una
serie de experiencias o sensaciones inmediatas. Para Tylor las
pri-meras palabras debieron haber sido muy semejantes a ruidos; en
un primer momento el lenguaje debi haber sido puramente
onomatopyico, y la prueba est, deca Tylor, en que todas las lenguas
poseen palabras que tienen un claro origen onomatopyico. "Asno" se
dice e en egipcio, "cuervo" es crow en ingls, "gato" es mau en
chino, "fusil" es gun en ingls y pung en botocudo, "pito" es pipit
en malayo. A Tylor le era relativamente fcil ejemplificar, porque
el ingls posee un gran nmero de trminos derivados de imitaciones,
de estilizaciones lingsticas de sonidos.
Hago referencia a esta teora de Tylor y a lo que va a ser la de
Max Mller simplemente para ilustrar el tipo de argumentacin terica
y la clase de problemas de las que se ocupaba la lingstica hasta
principios de este siglo. Todo ello tena que ver con una concepcin
del conocimiento de puro sentido comn: hacer ciencia consista en
desvelar los "orgenes" de algo, aunque no existiera para
fundamentar ese argumento ninguna prueba rotunda. Y una demostracin
consista en una acumula-cin de ejemplos, tanto mejor cuanto ms
abundantes, aunque existieran innumerables casos en con-trario.
Max Mller disenta de Tylor respecto al origen del lenguaje. Y en
su lugar propona otra teo-ra que no era menos conjetural. Mller
deca que el nico testimonio que hay acerca del lenguaje pri-mitivo
es el mito. Explicaba de esta manera tanto el lenguaje como la
mitologa. Afirmaba concreta-mente que el lenguaje es manifestacin
del pensamiento, y que los mitos testimonian un estado ante-rior
del lenguaje, y, por lo tanto, un estado anterior del pensamiento.
Aseveraba que los mitos se haban originado en el mismo perodo en
que se form el lenguaje, un perodo al que l llama mito-potico. En
ese perodo las palabras eran, por as decirlo, pesadas, difciles de
manejar, como que
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decan demasiadas cosas, o tenan una enorme carga de sentido. De
ah que a los contemporneos nos provoque extraeza el lenguaje
mitolgico. Mller deca que el mito es algo que requiere una
expli-cacin, y una explicacin que puede darse es sta que lo
relaciona con un estado anterior del lenguaje, en el que exista
otra relacin que la que hoy existe entre lenguaje y
significacin.
En los mitos, segn Mller, los fenmenos se nombran de acuerdo con
sus atributos. El sol, por ejemplo, es "el iluminador", los ros son
"los que corren", y as todo. Mller sacaba estas ideas de las
antiguas etimologas griegas, latinas y snskritas3. Para Mller el
snskrito representaba el estado originario del lenguaje. Las races
snskritas, en las que por ejemplo la que designa a los ros expresa
un atributo, seran supervivencias del estado inicial de la
humanidad.
Todas estas no son ideas demasiado memorables desde el punto de
vista terico o metodol-gico, y como les deca, simplemente las
exponemos para que despus pueda apreciarse el contraste que va a
significar el advenimiento de la lingstica estructuralista en la
primera dcada de este siglo. Segn Max Mller, con el tiempo se fue
olvidando el sentido originario de los mitos; el lenguaje fue
cambiando en su forma de significar, en sus modos de referirse a
las cosas del mundo: ya no lo haca mediante la enumeracin de los
atributos, sino que significaba de diversas formas. Y los mitos
quedaron como una especie de reliquia de un estado anterior. De un
estado en el cual el hombre todava no dominaba el lenguaje como
despus pudo hacerlo, sino que lo manejaba con torpeza. Por eso Max
Mller deca: los mitos son una enfermedad del lenguaje.
Esta teora de Mller, con todo lo conjetural que puede haber
sido, fue en su momento una de las teoras ms elaboradas y avanzadas
acerca del lenguaje tanto como acerca de la mitologa. Habra que
ponerse un poco en situacin. Cul era el contexto histrico y
cientfico que permita el desarrollo de este tipo de especulaciones
acerca del lenguaje? En aquella poca, estudiosos como Max Mller
(que era concretamente especialista en lenguas indoeuropeas,
estudioso del snskrito y de las religiones orientales) eran
estudiosos tpicos; y su modelo, que hoy parece un modelo tpico de
anticuario aficionado, era el modelo cientfico habitual. Ciertas
prcticas del folklore y la antropologa en Alemania y en Europa
oriental conservan, todava hoy, el mismo regusto por el dato
erudito y la misma tolerancia hacia la especulacin.
Ese tipo de teoras elaboradas sobre todo por orientalistas, ms
que por antroplogos o lin-gistas, constituy una actividad sumamente
frecuente entre mediados y fines del siglo pasado. Era una
actividad frecuente porque existi, como subproducto de la situacin
colonial, una importante inquietud por el estudio de las lenguas y
las culturas exticas. Esto se dio sobre todo a partir de fines del
siglo XVIII, principios del XIX, cuando los eruditos europeos
descubrieron que la lengua India antigua, el snskrito, estaba
emparentada con las lenguas de la Europa contempornea. Al mismo
tiempo se imaginaba que el snskrito vdico (uno de los testimonios
de textos ms antiguos que exis-te, aunque su trasmisin haya sido
oral) era algo as como un testimonio de los albores de la
humanidad.
El siglo XIX fue el perodo en el que se originan intentos por
sistematizar, por explicar, estas similitudes encontradas entre las
lenguas de culturas sumamente diversas. Se invent el rtulo de
in-doeuropeo para hacer referencia a esta super-familia lingstica,
que abarcaba tanto al snskrito como a la mayor parte de las lenguas
europeas, con escasas excepciones, como el fins, el vasco o el
hn-garo.
Y se lleg al extremo de imaginar cul haba sido la cultura
correspondiente a la lengua in-doeuropea madre, a la del idioma
indoeuropeo en sentido estricto. Uno de los eruditos que acos-
3 La etimologa (el estudio cientfico del origen de las palabras)
fue una de las actividades predilectas de la fase filolgica y
humanista de los estudios lingsticos. En los aos recientes se
importancia ha disminuido mucho, y ya no sostiene como antes lo
haca que el significado de las antiguas palabras est de algn modo
subyacente, soterrado, oculto, en los significados actuales.
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tumbraba a acomodar las lenguas en este esquema de las tres
etapas que vimos al principio de esta clase, lleg a componer poemas
en indoeuropeo, una lengua al fin y al cabo conjetural, que
consista en denominadores comunes de las diversas lenguas
indoeuropeas histricas.
Si bien el estado de la investigacin siempre estuvo aferrado a
la conjetura y al capricho, este es un periodo en el que se origina
verdaderamente una inquietud por la historia de las lenguas. El
in-doeuropeo posee una historia documentada de casi tres mil aos. Y
despus vamos a ver que muchas de las teoras contemporneas de la
lingstica histrica, se basan ms que nada en el estudio y en el
anlisis de las lenguas indoeuropeas.
En aquella poca se supona que la lengua y la raza eran fenmenos
afines. As como existan, para los evolucionistas, lenguas arcaicas
o lenguas primitivas, tambin existan razas menos desarro-lladas,
menos capaces, ms primitivas. Se lleg a pensar que la raza y la
lengua corran juntas. Que all donde se hablara una lengua primitiva
estbamos tambin en presencia de una raza cerebralmente poco
desarrollada (aunque sus potencialidades se reputaran idnticas), y
que el testimonio de este dficit se hallaba en el atraso cultural
de determinadas sociedades.
Con el tiempo se lleg a la conclusin de que raza y lengua no son
conceptos interdependien-tes. No se puede utilizar como se utiliz
en el siglo pasado, indiscriminadamente, evidencia lingstica para
determinar la distribucin y la diferenciacin racial. En el siglo
pasado se pensaba que los crite-rios eran paralelos y que la lengua
poda usarse como una especie de prueba sustituta para completar un
esquema de evolucin, distribucin o historia de las razas o de los
pueblos.
Y bajo esta idea se hicieron una serie de propuestas acerca del
origen por ejemplo, de las ra-zas americanas. Un lingista de
mediados del siglo pasado, John Kennedy se llamaba, pretendi probar
que los indgenas de Amrica provenan de otros continentes, en este
caso de Africa occi-dental, basndose en un puado de palabras
afines. El mtodo de los folklorlogos alemanes difu-sionistas
conocido como "palabras y cosas" (Wrter und Sachen) se inspira en
la idea de que ambas viajan juntas con quienes las transportan.
Algunos folkloristas algo ms recientes (como el argentino Carlos
Vega) han creido probar el origen ocenico de ciertos elementos
culturales precolombinos de Amrica guindose por criterios
parecidos, que a partir de ahora ustedes podrn juzgar mejor en lo
que valen. Pero, en definitiva, todo este tipo de conjeturas y de
teoras basadas en pruebas a todas luces insuficientes, fue dejando
paso a una perspectiva que ya se anuncia como un estudio cientfico
del lenguaje. Los neogramticos
Si todas las corrientes que revisamos hasta ahora acatan los
principios del evolucionismo, la primera corriente "cientfica" de
estudios lingsticos tena que ver ms bien con el ideal positivista
de la ciencia. Esta corriente de fines del siglo pasado y
principios de ste se conoce como neogramtica. En realidad esta es
una traduccin bastante poco afortunada del calificativo de "jvenes
gramticos", que mereci un grupo de estudiosos alemanes a fines del
siglo pasado.
Estos neogramticos abandonaron, por empezar, todo lo que tuviera
que ver con construccio-nes imaginativas del origen o de la
historia de las lenguas. El modelo neogramtico prohiba la
es-peculacin. Esta es una de las razones por las cuales se reconoce
en esta corriente algo que se parece a lo que vino despus.
Lo de "neogramtica" tiene que ver con el hecho de que la mayor
parte de las tendencias lin-gsticas del siglo XIX se encuadraba en
lo que se llam filologa o gramtica comparada, la cual era
fundamentalmente descriptiva. La gramtica de los neogramticos se
propona no solamente describir la historia de las lenguas y el
cambio lingstico, sino explicarlo. Y esto es algo que surge
claramente del ideal positivista de la ciencia.
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Esto fue, podramos decir, de mil ochocientos setenta y pico
hasta, yo dira, 1900, 1910. In-cluso despus vamos a ver que el
fundador de lo que se reconoce como la lingstica cientfica en el
sentido estricto, que es Ferdinand de Saussure, fue en su juventud
miembro de esta escuela neo-gramtica, e incluso escribi un tratado
que se reconoce como la obra culminante de la escuela neogramtica,
antes de fundar la lingstica cientfica bajo el signo del
estructuralismo.
Lo que proponan los neogramticos es desanimizar, podramos decir,
el concepto que se te-na sobre el lenguaje, quitarle todas las
metforas orgnicas o biolgicas que se desarrollaron en la lin-gstica
evolucionista. Deseaban eliminar los resabios animistas o
biologicistas, y toda una serie de metforas que cubran la concepcin
que se tena de los lenguajes. En esa poca se hablaba de lenguas que
sufran enfermedades, o que moran o que declinaban, como si fueran
organismos vivientes. Y esto es algo con lo que rompe la corriente
neogramtica, que se propona encontrar las causas verifi-cables del
cambio lingstico en la actividad concreta de los seres humanos, en
la actividad observable de los hablantes.
En el canon neogramtico no se estudiaba entonces tanto la
lengua, como una especie de fe-nmeno independiente, que tena un
perodo de crecimiento, de juventud, de madurez y de decre-pitud,
sino que se observaba sobre todo la actividad lingstica. Y algo que
caracteriz a los neo-gramticos era que se ocupaban no de grandes
periodos histricos, a lo largo de milenios, sino que examinaban de
cerca transiciones de fase entre dos estados de una misma lengua.
Los neogramticos, por primera vez, redujeron la escala de las
observaciones para definir un objeto mucho ms manejable.
No viene al caso retener los nombres de los neogramticos (Georg
Curtius, Hermann Paul, K. Brugmann); en la actualidad estas
referencias a la corriente neogramtica son poco ms que una
cu-riosidad. En primer lugar, porque la lingstica de nuestra poca
cambi los parmetros; no solamente porque profundiz en los criterios
de rigor cientfico, impuestos por los neogramticos, sino porque
puso en el anlisis de la lengua un nfasis totalmente ajeno a las
inquietudes historicistas propias del siglo XIX.
Lo que cabe rescatar de los neogramticos es que por primera vez
propusieron que el cambio lingstico, la evolucin de las lenguas, o
como se lo quiera llamar, era un fenmeno que deba tener cierta
sistematicidad, deba obedecer a una serie de reglas, deba atenerse
a un orden susceptible de investigacin sistemtica. Tambin decan los
neogramticos que, dado que la lengua es una actividad humana, las
explicaciones de la conducta lingstica y del cambio lingstico, se
tienen que buscar dentro de las reglas generales que rigen la
conducta humana.
Antes de abordar las corrientes lingsticas relativamente
modernas, vamos a sealar una serie de puntos que caracterizaron a
las corrientes lingsticas anteriores y que ya han dejado de ser
impor-tantes. Por ejemplo, ningn lingista en sus cabales propondra
hoy una teora acerca de los orgenes del lenguaje, incluso este es
un tema que no se estudia en la actualidad, no porque sea poco
importante determinar cul es el origen del lenguaje, sino porque no
hay modo de abordar el problema desde el punto de vista
lingstico.
Una de las razones que impiden que estos estudios puedan
afrontarse obedece a que no exis-ten testimonios de lenguas
arcaicas, precarias o primitivas. Como ya les dije, no solamente
todas las culturas tienen lenguas evolucionadas y relativamente
complejas, sino que incluso remontndonos a los testimonios
lingsticos ms antiguos, testimonios lingsticos que podemos remontar
a cuatro o cinco mil aos atrs, no encontramos la menor traza, el
menor signo de una lengua en estado de for-macin.
Se reconoce que el ser humano adquiri el lenguaje muchsimo antes
de que adquiriera la forma de fijarlo por escrito, de modo tal que
todo lo que pueda decirse sobre lenguas originarias carece
absolutamente de validez. Ustedes saben que se han propuesto
diversas lenguas como la lengua madre, pero esto es una actividad
que era propia del siglo pasado y no de ste. Max Mller
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deca, por ejemplo, que el snskrito era la lengua ms antigua y
que testimoniaba una humanidad que se encontraba en plena juventud.
Y hoy se reconoce que los testimonios conocidos de la lengua
snscrita corresponden a una cultura sumamente desarrollada, la
cultura vdica, que nada tiene que ver con una humanidad primitiva o
primigenia. Los restos ms antiguos del snskrito corresponden a una
cultura compleja y a una sociedad ya plenamente urbanizada.
Lo mismo cabe decir del hebreo, por ejemplo, que se ha promovido
como la lengua madre a partir de la exgesis bblica, y hoy se admite
sin gran cuestionamiento que el hebreo, los testimonios ms antiguos
del hebreo, son dos o tres mil aos ms recientes que los testimonios
de otras lenguas.
Lo que subsiste como inquietud cientfica es la investigacin del
origen de la capacidad lin-gstica, no del origen de tal o cual
lengua, de determinadas familias de lenguas o del origen de las
pa-labras, sino de lo que puede observarse por ejemplo a travs del
examen de restos seos de de-terminadas especies homnidas. En
paleoantropologa se estudia a partir de qu periodo el hombre es
capaz de producir sonidos lingsticos, examinando las improntas de
las caractersticas corticales, que segn hoy se sabe estn
relacionadas con esa capacidad. Tambin se emplean criterios
observacionales provientes de la etologa.
Uno de los temas ms candentes para los etlogos, tiene que ver
con la posibilidad de que de-terminadas especies animales posean
algo as como un lenguaje. El semilogo norteamericano con-temporneo
Thomas Sebeok, sostiene que la actividad comunicativa, el manejo de
signos, es algo que caracteriza a todas las especies vivientes, en
mayor o menor grado. Sebeok habla incluso no slo de semitica para
hacer referencia a esta motividad sgnica, sino de zoosemitica o de
biosemitica.
Numerosos lingistas, sin embargo, argumentan que el lenguaje es
una capacidad especfica-mente humana; ms an, sostienen que es una
capacidad que permite definir al ser humano como algo relativamente
separado y superior al resto de los animales. Esto por supuesto
implica negar el carcter de lenguaje a las actividades sgnicas de
los primates superiores aparte del hombre. Ultimamente se ha estado
investigando, por ejemplo, la capacidad de los chimpancs, e incluso
de los gorilas, para a-prender y desarrollar modos de comunicacin
que podran definirse como lenguajes. Son particular-mente
interesantes los estudios de la trasmisin lingstica en grupos de
primates.
Incidentalmente se ha descubierto que determinados chimpancs,
adecuadamente enseados, son capaces de aprender lenguajes de signos
como el AMESLAN o "American Sign Language", un lenguaje gestual
gestual de los sordomudos norteamericanos; se ha probado que los
chimpancs son capaces de combinar los signos del AMESLAN de manera
tal de producir nuevas frases, y hasta poseen la capacidad para
trasmitir esas habilidades a su descendencia.
Por supuesto que esto ha originado toda una disputa acerca de si
se puede asimilar el aprendi-zaje realizado por estos chimpancs con
el aprendizaje lingstico que desarrollan los seres humanos. Como
quiera que sea, estas nuevas investigaciones han desplazado el
antiguo inters del siglo XIX por las reconstrucciones conjeturales,
y han fijado una serie de problemticas que, si bien todava se
mantienen, son absolutamente perifricas respecto de la corriente
principal de la lingstica, que versa sobre cuestiones quiz no tan
apasionantes pero mejor delimitadas. Como vamos a ver en las clases
siguientes, la mayor parte de las corrientes contemporneas en
lingstica son sincrnicas, estudian es-tados del lenguaje y no
procesos de cambio lingstico.
Las preocupaciones histricas de la antigua lingistica son
comprensibles. No solamente haba que explicar el hecho del lenguaje
en s, sino que haba que explicar antes que nada la diversidad de
las lenguas. Ustedes sabrn que existen alrededor de 4000 o 5000
lenguas distintas. Todo depende de cul sea el criterio que se
utilice para considerar que dos lenguas emparentadas son o no la
misma. Este tipo de problemas en lingstica es sumamente complicado.
Se han discutido mucho (y esto lo vamos a ver ms adelante cuando
hablemos de sociolingstica) los criterios que sirven para demarcar
una lengua; tngase en cuenta que en el interior de lo que llamamos
un idioma las manifestaciones del
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habla concreta son absolutamente heterogneas, y estn
desparejamente articuladas segn las clases sociales, los sexos, las
profesiones, las edades.
Las fronteras entre una lengua y otra, entonces, son sumamente
nebulosas, pero de todas ma-neras, grosso modo, los lingistas
reconocen varios miles de lenguajes o dialectos distintos. En el
siglo pasado esta diversidad se explicaba de diferentes formas. Un
lingista, que no viene al caso mencionar aqu, postulaba que las
lenguas se deban haber originado por el hecho de que se aban-donaba
a los nios, los nios se criaban solos, no aprendan ninguna lengua,
entonces se ponan de acuerdo e inventaban una. Ustedes se darn
cuenta que existen pocas oportunidades de probar una teora
semejante.
Con el correr del tiempo, hacia 1870 decamos, surge la escuela
neogramtica que trata de acabar con toda esta floracin de
conjeturas, y sienta las bases de los primeros anlisis rigurosos
del lenguaje. Existen algunos intentos aislados por formular leyes,
que en un principio van a ser de carcter histrico. Existe una ley
famosa, la ley de Grimm, postulada por el conocido fillogo que
tambin particip en la recoleccin de las narrativas tradicionales
alemanas, que establece ciertas regularidades en la evolucin de los
lenguajes.
Los neogramticos queran ir ms lejos y sobre todo queran explicar
hechos del lenguaje que aparentemente quiebran su regularidad, es
decir, su carcter de objeto que obedece a leyes. Ustedes sabrn que,
por ejemplo, las lenguas indoeuropeas distinguen entre verbos
regulares y verbos irregu-lares. Para dar un ejemplo sencillo, en
ingls el pasado de un verbo regular se forma aadiendo el sufi-jo
"d" o "ed" a la raz del verbo; sin embargo, existe dentro del ingls
una gran cantidad de verbos, que ellos llaman irregulares, en los
que para formar el pasado se utilizan otros recursos fonolgicos,
recursos que no obedecen a una pauta regular (ej keep ->
kept).
Los neogramticos fueron los primeros en plantear que esta
aparente falta de leyes se tena que explicar encontrando el estado
de la lengua dentro del cual estas transformaciones ocurrieran
regularmente; es decir, la transformacin que hace que "keep" se
transforme en "kept", a pesar de ser menos numerosa que la
transformacin anterior, deba ocurrir en nmero tal y con referencia
a un estado global del lenguaje que confiriera a esa transformacin
caracter ms o menos sistemtico. An las aparentes excepciones deben
estar sujetas a leyes. Glotocronologa
Haremos referencia ahora a una de las pocas corrientes histricas
dentro de la lingstica con-tempornea. Es importante que quede claro
que la tendencia que vamos a caracterizar como gloto-cronologa, no
pertenece a las corrientes lingsticas del siglo pasado, no es una
corriente antigua. Se origina entre 1951 y 1953. El hecho de que la
mencionemos ahora se debe, como les deca antes, a que es una de las
pocas corrientes diacrnicas o histricas que vamos a tener
oportunidad de revisar.
La glotocronologa, adems, tiene cierto inters de cara a la
antropologa, por cuanto se im-plement como una herramienta auxiliar
no slo de los estudios lingsticos, sino de la etnohistoria y de la
arqueologa. Incluso se dira que la idea para formular el mtodo
glotocronolgico surgi por analoga del mtodo de datacin por el
carbono 14, que se utiliza para determinar la edad de una muestra.
Los que hayan cursado materias de arqueologa sabrn ms o menos en qu
consiste.
Lo que se pretenda hacer en glotocronologa era medir el tiempo
transcurrido desde que dos lenguas pertenecientes a una misma
familia se haban separado. La glotocronologa no trabajaba en-tonces
sobre una muestra lingstica sino sobre por lo menos dos. Y la
posibilidad de datacin estaba dada por la cantidad de trminos que
se haban conservado iguales o parecidos en una lengua y otra.
Ahora estoy simplificando un poco la cosa; despus introduciremos
algunos trminos tcnicos. Lo que ha de enfatizarse ahora es,
simplemente, que la glotocronologa todava aparece en los ma-
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nuales de etnohistoria, de lingstica o de arqueologa, como un
mtodo relativamente confiable para la datacin de este tipo de
fenmenos.
La glotocronologa surgi en los Estados Unidos en 1953 por
iniciativa de Morris Swadesh, y muy pronto varios lingistas
norteamericanos especialistas en lenguas aborgenes se unieron a esa
propuesta. Durante 10 aos, ms o menos, la glotocronologa fue un
mtodo respetado. En 1960, por ejemplo, comienza a aparecer una de
las principales revistas norteamericanas de antropologa, Cu-rrent
Anthropology; y el primer artculo del Current, que es una revista
que sigue saliendo y es donde se publica la mayor parte de los
trabajos de ndole terica de la antropologa norteamericana, es un
trabajo de glotocronologa, donde Dell Hymes practica una defensa
del mtodo.
Esto quiere decir que entre 1951/53, cuando surge la
glotocronologa, y 1960, no solamente haba gozado de cierta
distincin sino que ya era necesario defenderla. Ustedes se van a
dar cuenta que el mtodo propuesto por los glotocronlogos, o como se
los quiera llamar, es difcilmente defendible; en general se
considera que hacia 1962 el periodo de vigencia de la
glotocronologa, por lo menos en su formulacin inicial, caduc. En
1962, en esa misma revista que se haba inaugurado con una nota
sobre la glotocronologa, se publica una contraprueba, es decir, un
caso que refuta la validez de la glotocronologa, o por lo menos la
pone en tela de juicio.
La glotocronologa parte de cuatro supuestos. El primer supuesto
es que en toda lengua una parte del vocabulario cambia ms
lentamente que el resto. Es decir, dentro del inventario lxico de
una lengua existe una parte relativamente privilegiada, bsica, que
est poco sujeta a cambios. Esto es lo que los glotocronlogos llaman
vocabulario no cultural o ncleo lxico; esta expresin quiere decir
que hay una regin del vocabulario que no depende de la cultura ni
est sujeto a cambio de acuerdo con los cambios culturales, sino que
se tratara de una entidad lingsticamente estable.
Este lxico bsico se refiere no a los trminos que pueden variar
de una cultura, de una socie-dad a otra, sino a trminos que
necesariamente tienen que estar presentes en todas las lenguas.
Dicho de una manera ms tcnica, esa parte del vocabulario refleja
trminos que tienen que estar necesariamente lexicalizados en todas
las lenguas. Es decir, tiene que existir una palabra para
de-signarlos, en todos los idiomas. Esa parte del vocabulario
incluira por ejemplo las partes del cuerpo, los trminos que
designan las manos, los pies, o las actividades biolgicas
fundamentales, comer, dormir, morir, o fenmenos naturales presentes
en todas partes, fuego, agua, lluvia, sol, luna... Es decir, los
elementos ms inmediatamente presentes y universales de la
experiencia.
Este ncleo, entonces, estara lexicalizado en todas las lenguas.
Y estar lexicalizados quiere decir que existen trminos o existen
palabras que se refieren a esos conceptos. Este es el primer
supuesto, entonces, de la glotocronologa. Que existe dentro de todo
el vocabulario una parte que, por diversas razones, necesariamente
es universal, y que al ser universal, al no depender de los
caprichos de la cultura, al aprenderse ms tempranamente en el
proceso de enculturacin, es tambin ms resistente, el menos
variable.
El segundo supuesto afirma que el ritmo de cambio del
vocabulario bsico es constante a travs del tiempo. Esto no quiere
decir que las lenguas cambien todas a la misma velocidad. Nos
estamos refiriendo no a las lenguas en su conjunto, sino al
vocabulario bsico. Segn ellos este voca-bulario cambia, en todas
las lenguas, aproximadamente segn el mismo ritmo de cambio. O lo
que es lo mismo, en todas las lenguas el ritmo de retencin del
vocabulario bsico sera el mismo.
Y por qu afirman esto? Lo importante es que no se trata de una
concepcin a priori, sino que se trata, aparentemente, de un
hallazgo que puede generalizarse. No se trata de una hiptesis
caracterstica, que despus va a ser confirmada o refutada a travs de
los hechos, sino que se trata de una generalizacin a partir de una
serie de hechos observados. En principio, cuando se hace esta
formulacin de la glotocronologa, existen una serie de pruebas que
parecen confirmar esta segunda suposicin.
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Los glotocronlogos presentan inventarios de lo que ellos llaman
el vocabulario bsico de una serie de lenguas. La mayora de estas
lenguas son indoeuropeas, pero tambin hay casos como el del japons
o el rabe. Y esos inventarios parecen demostrar que efectivamente
el ritmo de cambio del vocabulario bsico es constante. Los
glotocronlogos afirmaban que si tomamos cien palabras del n-cleo
bsico de una misma lengua, vamos a encontrar que al cabo de 1000
aos cambia un porcentaje de alrededor del 19%. En todas las lenguas
ese porcentaje de cambio es el mismo.
Esta teora se puede formular solamente en el caso de que exista
documentacin. Es decir, la formulacin inicial de esta teora
requiere que se conozcan dos estados de la lengua, en este caso a
1000 aos de distancia uno de otro. Que se pueda demostrar que las
lenguas que se estn compa-rando estn emparentadas y que las dos
lenguas evolucionaron segn el mismo ritmo de retencin.
Lo que sucede es que a partir de ah, podramos decir que el mtodo
se independiza de la prueba. Es decir, se postula ya como un hecho
confirmado que todas las lenguas en su vocabulario bsico cambian a
la misma velocidad. El nmero que les dije recin no es azaroso. Lo
que dicen los glotocronlogos es que el ritmo de cambio de una
lengua, al cabo de mil aos, es del 19% aproxima-damente, o en otras
palabras que el 80 u 81% del vocabulario bsico permanece constante
al cabo de 1000 aos.
El tercer supuesto dice, entonces, que ese ritmo de cambio es el
mismo en todas las lenguas. Es una generalizacin de un hallazgo
para una lengua, a una muestra de originariamente 11 pares de
lenguas: egipcio medio/copto; latn clsico/rumano moderno; alto
alemn/alemn moderno; chino cl-sico/chino moderno; latn de
Plauto/francs de Molire; caribe dominicano/caribe moderno; latn
cl-sico/portugus moderno; koin/griego chipriota; latn
clsico/italiano moderno; ingls antiguo/ingls moderno; latn de
Plauto/espaol del 1600.
El cuarto supuesto dice que si se conoce el porcentaje de
cognados (es decir, el porcentaje de trminos que permanecen
iguales) en dos muestras lingsticas de lenguas emparentadas, se
puede medir el tiempo que ha transcurrido desde que esas dos
lenguas se separaron.
En definitiva, la resultante operativa de la glotocronologa, era
una formulita que establece que el tiempo mnimo transcurrido desde
que se separaron dos lenguas, equivale a este algoritmo: el
logaritmo de c, que es el nmero de cognados, es decir de trminos
del vocabulario bsico, sobre el logaritmo de r, la famosa constante
de los glotocronlogos, y que vale ms o menos 0.81, es decir el 81%
que se supone que no cambia. Este porcentaje indicara la cantidad
de afinidades retenidas despus de un milenio de separacin. Hay
formas distintas de expresar esta frmula, pero conceptualmente son
variantes de lo mismo. Por lo comn se la escribe de esta forma:
t = log c / log r
Una frmula que se deriva de la anterior es esta: d = log c / 2
log r
Donde c denota al vocabulario comn entre dos lenguas y r la tasa
de resistencia propia de la
lista, expresada en porcentaje. Si encontramos, para hacer
nmeros redondos, que en dos lenguas emparentadas el lxico b-
sico difiere en un 19%, es casi seguro que ambas lenguas se
separaron hace mil aos. Como puede
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verse, el mtodo glotocronolgico supone la aceptacin de supuestos
considerablemente atrevidos, aunque algunas de sus ideas concuerden
con el ms burdo sentido comn4.
Ahora bien, tiene alguna incidencia el hecho de que una lengua
haya sido fijada por escrito? Se ha comprobado que la escritura es
un buen mtodo de fijacin de las prcticas del lenguaje. De todas
maneras, los glotocronlogos tendran una serie de defensas ante ese
tipo de argumentacin. Dado que ellos no se refieren a la totalidad
del lxico, que es enorme, sino a un ncleo bsico que, para hacer
nmeros redondos y facilitar cuentas, establecieron en 100 trminos,
es decir los 100 trminos ms bsicos y corrientes e inmediatos del
lenguaje, ellos dicen que poco importa que la lengua est fijada por
escrito o no, porque la frecuentacin de uso, la inmediatez de todos
esos trmi-nos hacen relativamente irrelevante que se los fije o no
por escrito.
Inclusive esos trminos se aprenden, y eso verdaderamente
cualquiera puede testimoniarlo: los nmeros del uno al diez, los
trminos que designan a los fenmenos inmediatos o a las partes del
cuerpo, se aprenden mucho antes de saber leer y escribir.
El cuarto principio de la glotocronologa es el que hace posible
que ella se conciba no como una hiptesis, sino como una herramienta
auxiliar de la arqueologa, la antropologa, la etnohistoria. Los
glotocronlogos estudian el vocabulario bsico, al que ya tienen
estandarizado en una hojita que es de distribucin gratuita en todos
los institutos de glotocronologa, y en la que constan los 100
trminos de ese vocabulario. Hay varias versiones, algunas de ellas
de 200 trminos o ms, que incluyen los pronombres personales,
palabras que designan cualidades como grande o chico, o nociones
como hombre, mujer, persona, pescado, perro, rbol (cmo se aplicara
la ltima palabra en Groenlandia o en el Sahara?).
Los glotocronlogos afirman que aunque la imagen sonora de
ciertos trminos haya variado, se puede establecer con facilidad si
permanecen constantes o no. Por ejemplo, comparando la ex-presin
castellana "dos" y el ingls "two", se puede demostrar mediante algn
artificio fonolgico que estn emparentados, y as sucesivamente.
Aqu es donde empiezan los problemas de la glotocronologa. Tal
como ella est formulada, lo peor que le podra pasar a la
glotocronologa es que se encuentren dos muestras correspondientes a
dos estados de la misma lengua que no hayan evolucionado en un
tiempo dado segn el ritmo en que la glotocronologa prescribe que
debera hacerlo. La glotocronologa es una hiptesis refutable. Y eso
es fatalmente lo que sucedi en 1962: se la refut. Por eso yo les
dije que la glotocronologa est re-lativamente desacreditada, y que
se la debera reformular para tornarla de nuevo una tcnica
instru-mental.
En 1962, y en la misma revista Current Anthropology, se public
un artculo relativo a len-guas escandinavas, de una antigua
documentacin escrita. Se compararon muestras de Islandia y
Escandinavia, y se lleg a la conclusin, a partir de 5 o 6 muestras,
de que el vocabulario bsico en mucho ms de 1000 aos no haba
cambiado absolutamente nada. En algunos casos haba cambiado en
porcentajes no previstos por la glotocronologa.
Esto es lo peor que le poda pasar a la glotocronologa, decamos.
Pero otra dificultad con la que se puede encontrar este mtodo, es
que para establecer que dos trminos son cognados, estn
emparentados, hace falta conocer algo ms que el vocabulario bsico.
Hace falta conocer algo del
4 Sapir (que no fue, como veremos, un glotocronlogo) deca, en
efecto, que "cuanto mayor es el grado de diferenciacin dentro de
una familia de lenguas, mayor es el perodo de tiempo que puede
presumirse para su desarrollo". La idea de que la cultura
evoluciona segn la regla de tres simple presupone, entre otras
cosas, que todos los dems factores permanecen constantes (ceteris
paribus); esta es otra idea desacreditada.
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sistema fonolgico al que pertenecen estas muestras, para saber
cules son los tipos fonolgicos ms habituales y poder asegurar que
estn o no emparentados.
Otro problema que se suele dar en glotocronologa es que existan
trminos que designan a es-tos elementos bsicos del lxico y que se
agregan histricamente a esta denominacin. Es decir, que existan
diversos trminos alternativos para un mismo concepto. Lo que dicen
los glotocronolgos es que hay que utilizar el trmino que ms
frecuencia tenga en una muestra lingstica. Por poner un ejemplo
burdo, ah hay que salirse entonces del mtodo glotocronolgico
especfico y empezar a medir con qu frecuencia se dice "cabeza", o
se dice "testa" o "marote" o "balero", o la palabra que fuere. Esta
medicin es problemtica, porque bien pudiera suceder que algunos
miembros de una sociedad utilicen ms un trmino que otros, segn
condiciones de clase, sexo, profesin, edad...
Cmo solucionan los glotocronlogos el problema de que exista
incertidumbre acerca de cul de los trminos posibles es el ms
frecuente? Ellos recomiendan lisa y llanamente que se revolee una
moneda ("to flip a coin"). Y aunque tcnicamente sea posible
encubrir la crisis del mtodo argumen-tando pomposamente que se
utiliza un mtodo estocstico para evitar arbitrariedades, la cosa no
parece muy seria.
Digamos que, a pesar de todas las complicaciones matemticas que
pueden haber surgido en algunos de los estudios hechos por la
glotocronologa, nos damos cuenta que el armazn lingstico, el
aparato tcnico de la glotocronologa en trminos lingsticos es ms
bien primitivo, podramos declir que es poco especializado, o que es
elemental, desde el punto de vista del modo de trabajo y de la
conceptualizacin que desarrolla.
Despus vamos a ver que en lingstica la concepcin que se maneja
del significado es bastan-te ms elaborada y bastante distinta que
la que manifiestan los glotocronlogos. En esta teora parecera
pensarse que cada objeto del universo tiene una palabra que lo
designa, o que existen objetos por un lado, y por el otro lado
nombres correspondientes a esas cosas.
Es decir, la concepcin del lenguaje que se manifiesta dentro de
la glotocronologa concibe el lenguaje como nomenclatura. Es decir,
simplemente como una denominacin de las cosas que ocurren o que
estn presentes alrededor. Esta es una concepcin que podemos decir
que caduc a principios de siglo. Y despus vamos a ver por qu, sobre
todo cuando abordemos el problema de la semntica.
Por otra parte, los glotocronlogos trabajan con una unidad
lingstica que muchas veces se ha puesto en tela de juicio, y esa
unidad es la palabra. Despus vamos a ver que en lingstica en
ge-neral no se habla mucho de palabras, aunque pueda sonar
paradjico. Es decir, las unidades analticas de la lingstica
cientfica o por lo menos de la lingstica acadmica no coinciden con
las de la lingstica intuitiva. Para nosotros, intuitivamente, bien
pudiera ser que el lenguaje sea una no-menclatura, y que las
unidades bsicas del lenguaje sean las palabras. Para los lingistas
no siempre es as.
De todas maneras, parecera que para los glotocronlogos s lo
fuera. Ellos trabajan con una concepcin bastante guresa, podramos
decir, de cules son las unidades correspondientes a los con-ceptos,
dicen que son las palabras. Algn lingista podr decir que las
unidades de significacin son ms bien lexemas o morfemas. Despus
vamos a entender todas estas categoras, cuando nos aden-tremos en
el programa. Pero, ciertamente, la palabra no es una unidad que los
lingistas utilicen con demasiada frecuencia, pese a la relevancia
que parece tener cuando se la contempla desde el sentido comn.
El hecho es que cuando se propuso esta teora, o este mtodo, se
produjeron una serie de in-tentos por explotar su validez,
aplicarlo. Sobre todo en los Estados Unidos, hay estudios tambin
muy intensos de glotocronologa en Amrica Central. Pero en Estados
Unidos el tipo de estudio lingstico que se daba era muy peculiar.
Podemos decir que la mayor parte de la lingstica norteamericana
se
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origina en una problemtica que tiene mucho de antropolgica. Y en
esto difiere mucho de la lings-tica europea.
Dentro de un par de bolillas nosotros vamos a ver especficamente
qu tipo de lingstica surge de este estado de cosas. De qu manera la
situacin etnogrfica incide sobre la formulacin de teoras
lingsticas. Pero por el momento digamos que en esta situacin, en la
que se daba una necesidad de esclarecer la historia de una multitud
de lenguas indgenas en trance de desaparicin, la glotocronologa
apareca como un mtodo que poda llegar a prestar algn servicio.
Se produjo entonces una serie de discusiones que tenan que ver
ya sea con el contenido de las listas, o con el hecho de que no
estaba probado que esas listas o ese lxico bsico fuera
verdadera-mente universal. Se empezaron a aducir ejemplos de
lenguas en las que faltaban trminos para desig-nar alguna de las
palabras presuntamente universales, entre ellas, curiosamente, el
indoeuropeo.
El indoeuropeo es el supuesto antecesor de casi todas las
lenguas europeas y algunas asiticas. Y es la familia lingstica que
tiene mayor documentacin histricamente hablando. Habamos hecho
alguna referencia a ciertos eruditos europeos que componan poemas
conjeturales en indoeuropeo, y el indoeuropeo en s, desde el punto
de vista lxico, se puede reconocer todava en los manuales
lin-gsticos, porque los trminos del indoeuropeo, no estando
documentados, aparecen precedidos por un asterisco.
Es una lengua conjetural porque se fabrica a fuerza de proponer
comunes denominadores en-tre las lenguas indoeuropeas ms antiguas
que estn documentadas. Si nosotros vemos que, por ejemplo, en
griego se dice "penta" y en snskrito se dice "paca", por ejemplo,
vamos a encontrar un trmino indoeuropeo, de acuerdo con una serie
de leyes fonolgicas, que sea la palabra indoeuropea ms probable
para designar a ese trmino. Entonces, cuando encontramos esa
palabra, sea cual fuere, la precedemos con un asterisco para
denotar que no es una palabra que est documentada.
En el siglo pasado y a principios de este se tejan elaboradas
conjeturas acerca del tipo de so-ciedad que debi haber sido la
sociedad indoeuropea, en base a los trminos que aparecan en su
len-guaje. Por ejemplo, si exista una palabra indoeuropea para
designar las montaas (y esa palabra se obtena comparando las
lenguas indoeuropeas ms antiguas, por ejemplo el griego clsico, el
snskrito, el hitita o heteo...), se crea poder determinar que en el
paisaje originario de la cultura indoeuropea deban haber montaas.
Por supuesto que todo esto se viene abajo cuando nos damos cuenta
que raza, cultura, lengua, no son trminos que siempre van juntos, y
que es posible que las lenguas pasen de un pueblo a otro sin que
pase la cultura o sin que se mezclen las razas. Ese mtodo tambin
dependa de la riqueza de la documentacin. Existe una crtica clebre
respecto de estas reconstrucciones conjeturales, que dice que los
indoeuropeos debieron ser un pueblo muy curioso, que conoca la
nieve y las manos, pero desconoca la lluvia y los pies, porque los
trminos para designar a estos ltimos conceptos cambian de una
lengua indoeuropea a otra y no se pueden proyectar a un imaginario
indoeuropeo prototpico.
Sigamos con la glotocronologa, que no era -urge aclararlo- ni
remotamente tan ingenua res-pecto del indoeuropeo como lo haba sido
la filolologa del siglo anterior. Vamos a redondear los problemas
de la glotocronologa para que ustedes, y ms que nada los
antroplogos, puedan tomar alguna actitud respecto de las
referencias que existen de esta tcnica o de esta corriente como
algo que tiene un verdadero valor instrumental.
Hay dos grandes problemas con la glotocronologa. El primero es
que hay estudios que la des-mienten, basados en lenguas
documentadas de las que se sabe el parentesco y la fecha de su
separa-cin; uno de ellos es el estudio de las lenguas escandinavas,
que se exploraron glotocronolgicamente en 1962.
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El segundo gran problema es que muchas veces resulta difcil
establecer cundo dos trminos son cognados. En el caso de "dos" y
"two", nosotros sabemos que son trminos emparentados, conocemos la
historia de su separacin. Podemos enumerar los nmeros del uno al
diez o del uno al cinco en varias lenguas indoeuropeas y nos vamos
a dar cuenta que suenan aproximadamente igual: en italiano, en
francs, en espaol, en ingls, e incluso en snskrito, los nmeros del
uno al diez poseen prcticamente los mismos esquemas sonoros con
ligeras variantes. Pero a veces la situacin es ms confusa.
Un tercer problema surge cuando no se conocen profundamente las
dos lenguas, es decir, cuando nosotros tenemos dos lenguas y
debemos determinar a partir de una muestra de cada una y conociendo
a medias el sistema fonolgico, si dos trminos estn emparentados o
no. Y esto es problemtico porque muchas veces el sistema fonolgico
de una lengua experimenta fluctuaciones.
Ya vamos a aclarar ms adelante que es esto de sistema fonolgico.
Por el momento digamos que el sistema fonolgico es un concepto
lingstico que se invent aproximadamente en 1928 para hacer
referencia a un sistema que estaba un poco ms all (o por debajo) de
los sonidos inmediata-mente perceptibles. Es decir, el sistema o el
ordenamiento subyacente a todos los sonidos que prolife-ran en el
interior de una lengua. Pero digamos que en principio los sistemas
fonolgicos cambian y fluctan y muchas veces se puede se puede dar
el caso de que trminos que estn histricamente emparentados no se
parezcan en nada. De la misma manera, otros trminos que parecen
estar empa-rentados, y que se refieren a la misma cosa, como a
"day" en ingls y "dies" en latn, se originan en palabras que no
tienen fonolgicamente nada que ver, es decir, que no son
cognados.
Los problemas de la glotocronologa no se terminan solamente as a
nivel fontico o fonolgi-co, sino que se originan tambin en
determinados hechos histricos que se caracterizan por perturbar el
estado de cosas lingstico, como ser las invasiones, el contacto
estrecho de dos lenguas, la inercia que tienen dos lenguas
emparentadas por un montn de razones de carcter estructural a
seguir evo-lucionando separadamente en la misma direccin o en
direcciones parecidas, la sedimentacin lings-tica (es decir la
presencia de trminos atpicamente persistentes, como cristalizados),
las modas, los tabes lingsticos.
Ustedes sabrn que cuando se quiso aplicar el mtodo
glotocronolgico a los distintos dialec-tos o lenguas esquimales,
algunas partes del cuerpo, por ejemplo, parecan no tener una
palabra que la designaran porque eran tabes de la cultura esquimal.
Los tabes lingsticos, en ese caso y proba-blemente en otros
perturbaron estadsticamente la muestra, que se basa nada ms que en
cien trmi-nos. An la lista propuesta por los glotocronlogos ha sido
vctima de algn tab subliminal, pues en ella no aparecen conceptos
tan bsicos como los que designan a los genitales. Y esto llama la
atencin sobre un punto no esclarecido: cual es, en efecto, el
criterio de seleccin para constituir las listas del lxico no
cultural?
Otro de los problemas suscitados por la glotocronologa es el de
si existe o no existe un voca-bulario universal. Ellos partan de la
propuesta del ncleo lxico como un hecho dado, pero en realidad esto
no fue nunca estudiado como se debiera. Nunca se prob que existiera
un ncleo, aunque ms no fuera de 50 palabras, que estuviera
lexicalizado necesariamente en todas las lenguas.
El hecho es que la glotocronologa fue cuestionada desde
numerosos ngulos. Se ofrecieron contrapruebas, excepciones y
anomalas, como se las quiera designar, que prcticamente hicieron
que esta corriente perdiera popularidad a mediados de la dcada del
60. Veremos que la misma secuencia de sbito apogeo y prdida de la
popularidad se va a dar en otras corrientes histricas. Yo no les
qui-siera presentar la glotocronologa (o la antropologa cognitiva,
que es una tambin una teora lings-tica a revisar) como una teora
plenamente aplicable que no han sufrido ningn tipo de descrdito. Me
parece ms sensato ser realista a estos respectos, aunque lo mejor
sera que ustedes saquen sus pro-pias conclusiones antes de atenerse
a las mas: no todas las teoras y tcnicas propuestas a examinar
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en este curso son utilizables sin crtica; sin embargo, siempre
se pueda sacar de ellas, incluso de su fracaso, una leccin
metodolgica.
Hay que tener en cuenta que la glotocronologa plante algunos
problemas que revisten cierto inters. Problemas tales como los de
la necesidad de examinar la velocidad del cambio lingstico. Un
problema que se puede formular, por ejemplo, preguntndose si las
lenguas cambian a un ritmo cons-tante o si hay factores histricos,
culturales, sociales, o lo que fuere, que alteran el ritmo de
cambio de una lengua, en qu sentido lo alteran, con referencia a qu
tipo de estructuras lingsticas, si son morfolgicas, si son lxicas.
En la experiencia de la glotocronologa, aunque sea una experiencia
rela-tivamente fallida, podemos encontrar una serie de incentivos
para la investigacin en torno a proble-mas que evidentemente
revisten inters, y de los que podra quiz desarrollarse algo como lo
que la glotocronologa no fue, es decir una herramienta til. Uno de
los problemas planteados tambin por la glotocronologa, tiene que
ver con la necesidad de determinar si el cambio, en este caso el
cambio l-xico, ocurre al azar o si es previsible. Si hay partes del
vocabulario, por ejemplo, que son ms resis-tentes al cambio que
otras.
Para terminar con esta corriente quisiera subrayar dos ideas: la
primera es que la glotocrono-loga se inscribe dentro de un tipo de
estudio lingstico que se conoce como lexicoestadstica. Es decir,
estadstica aplicada al lxico. Esta lexicoestadstica, a su vez, se
inscribe dentro de los estudios lingsticos estadsticos en general.
Es decir, no slo referido al lxico sino a otros aspectos del
len-guaje. Esto involucra que hay toda una familia de estudios, una
especie, dentro de la lingstica, que es de orden cuantitativo. La
podemos identificar como lingstica estadstica, dentro de la cual
est la lexicoestadstica, que ha sido y sigue siendo muy comn, sobre
todo en Francia (cf. Muller 1973). Hay estudiosos franceses que se
pasan la vida comparando la frecuencia de palabras en las obras de
Racine y de Molire, por ejemplo, midiendo la extensin del
vocabulario o la riqueza lexical, la reparticin de los vocablos, la
frecuencia o probabi