Annotation
Cuandolaadolescentedequinceaños,ClaryFray,entraenelPandemoniumClub,enlaciudaddeNuevaYork,difícilmentepodíaimaginarsequeterminaríasiendotestigodeunasesinato,ymuchomenosdeunasesinatocometidopor tresadolescentesconextraños tatuajesyextrañasarmas.Clary sabequedebeavisaralapolicía,peroesdifícilexplicarunasesinatocuandoelcuerpodesapareceenelaire,sindejarnisiquieraunagotadesangre,ylosasesinossoninvisiblesparatodoelmundo,salvoparaella...
EsteessuprimerencuentroconlosShadowhunters(CazadoresdeSombras),guerrerosdedicadosaerradicaralosdemoniosdelatierra,estambiénsuprimerencuentroconJace,uncazadorquelucecomounángelperosecomportacomounidiota...EnveinticuatrohorasClaryseveenvueltaporelmundodeJaceconunavenganza,porquesumadrehadesaparecidoyfueatacadaporundemonio.Pero...¿porquélos demonios estarían interesados en personas comunes comoClary y sumadre? ¿Y cómo de repenteClaryconsiguelaVista?AlosCazadoreslesencantaríasaberlo.
PremioYalsaTeens 2008.Demonios, hombres lobo, vampiros, ángeles y hadas conviven en estatrilogíadefantasíaurbanadondenofaltaelromance.
PRIMERAPARTE123456789
SEGUNDAPARTE1011121314151617181920
TERCERAPARTE212223
EPÍLOGO
CASSANDRACLARECazadoresdesombras1
Ciudaddehueso
Títulooriginal:Themortalinstruments,CityofbonesTraducciónde:GemmaGallart©CassandraClareLLC,2007ISBN978-84-672-3500-5Revisiónfb2:solsticio2011Corrección:ana2011
Paramiabuelo
Agradecimientos
Quisieradar lasgracias amigrupode escritura, elMassachusettsAll-Stars:EllenKushner,DeliaSherman,KellyLink,GavinGrant,HollyBlackySarahSmith.TambiénaTomHoltyPegKerrporanimarmeinclusoantesdequeexistieraunlibro,yaJustineLarbalestieryEveSinaikoportransmitirmeloquepensabandeélunavezqueexistió.Amimadreymipadreporsudedicación,afectoe inquebrantableconfianzaenqueacabaríaporproduciralgopublicable.AJimHillyKateConnorpor sualientoyapoyo.AericporlasmotosdelosvampirosquefuncionanconenergíasdemoníacasyaElkaporestarmásguapadenegroque lasviudasde susenemigos.ATheoyaValporcrearhermosas imágenesquehicieran juegoconmiprosa.Amiglamourosoagente,BarryGoldblatt,yamibrillanteeditora,KarenWojtyla.AHollyporvivirlacreacióndeestelibroconmigoyaJoshporhacerquetodovalieralapena.
Nohepodidodormir¡Entrelaejecucióndeunactoterribleysuprimerimpulso,todoelintervaloes
comounavisiónocomounhorriblesueño!¡Elespírituylaspotenciascorporales
celebranentoncesconsejo,yelestadodelhombre,semejanteaunpequeñoreino,sufre
unaverdaderainsurrección!
WilliamShakespearte,JulioCésar
PRIMERAPARTE
Descensoalaoscuridad
CantédelCaosylaeternaNoche,amaestradoporlaMusaceleste
aaventurarmehaciaeldescensoopaco,ydenuevoaascender...
JOHNMILTON,ElParaísoperdido
1Pandemónium
—Sindudaestásdebroma—dijoelgoriladelapuerta,cruzandolosbrazossobreelenormepecho.Dirigió unamirada amedrentadora almuchacho de la chaqueta roja con cremallera y sacudió la
afeitadacabeza.—Nopuedesentrarconesoahí.Los aproximadamente cincuenta adolescentes que hacían cola ante el club Pandemónium se
inclinaronhaciaadelanteparapoderoír.Laesperaeralargaparaentrarenaquelclubabiertoatodaslasedades, en especial en domingo, y no acostumbraba a suceder gran cosa en la cola. Los gorilas eranferocesycaíanalinstantesobrecualquieraquedieralaimpresióndeestarapuntodecausarproblemas.Clary Fray, de quince años, de pie en la cola con sumejor amigo, Simon, se inclinó como todos losdemás,esperandoalgodeanimación.
—¡Ah,vamos!El chicoenarbolóelobjetopor encimade la cabeza.Parecíaunpalodemadera conunextremo
acabadoenpunta.—Espartedemidisfraz.Elporterodellocalenarcóunaceja.—¿Quées?Elmuchachosonrióampliamente.TratándosedePandemónium,teníaunaspectodelomásnormal,
sedijoClary.Lucíacabellosteñidosdeazuleléctrico,quesobresalíanenpuntaalrededordelacabezaigualqueloszarcillosdeunpulposobresaltado,perosincomplicadostatuajesfacialesnigrandesbarrasdemetalatravesándolelasorejasoloslabios.
—Soy un cazador de vampiros.—Hizo presión sobre el objeto demadera, que se dobló con lafacilidaddeunabriznadehierbatorciéndosehaciaunlado—.Esdebroma.Gomaespuma.¿Ves?
Losdilatadosojosdelmuchachoerandeunverdeexcesivamentebrillante,advirtióClary:delcolordelanticongelante,delahierbaenprimavera.Lentesdecontactocoloreadas,probablemente.Elhombredelapuertaseencogiódehombros,repentinamenteaburrido.
—Ya.Entra.Elchicosedeslizóporsulado,velozcomounaanguila.AClarylegustóelmovimientoairosode
sushombros,elmodoenqueagitabaloscabellosalmoverse.Habíaunapalabraenfrancésquesumadrehabríausadoparadescribiralmuchacho:insouciant,despreocupado.
—Loencontrabasguapo—dijoSimonentonoresignado—,¿verdad?Claryleclavóelcodoenlascostillas,peronorespondió.
Dentro, el club estaba lleno de humo de hielo seco. Luces de colores recorrían la pista de baile,convirtiéndola en un multicolor país de las hadas repleto de azules, verdes ácidos, cálidos rosas ydorados.
El chico de la chaqueta roja acarició la larga hoja afilada que tenía en lasmanosmientras unasonrisaindolenteasomabaasuslabios.Habíaresultadotanfácil...unleveglamour(unencantamiento)enlahoja,paraqueparecierainofensiva,otropocoensusojos,yencuantoelencargadodelapuertalehubomiradodirectamente,entraryanofueunproblema.Porsupuesto,probablementehabríaconseguidopasar sin tomarse tantas molestias, pero formaba parte de la diversión..., engañar a los mundis,haciéndolotodoaldescubiertojustofrenteaellos,disfrutandodelasexpresionesdedesconciertodesusrostrosbobalicones.
Esonoqueríadecirqueloshumanosnofueranútiles.Losojosverdesdelmuchachoescudriñaronlapista de baile, donde delgadas extremidades cubiertas con retazos de seda y cuero negro aparecían ydesaparecían en el interior de rotantes columnas de humo mientras los mundis bailaban. Las chicasagitaban las largas melenas, los chicos balanceaban las caderas vestidas de cuero y la piel desnudacentelleaba sudorosa. La vitalidad simplemente manaba de ellos, oleadas de energía que leproporcionabanunamareanteembriaguez.Suslabiossecurvaron.Nosabíanloafortunadosqueeran.Nosabíanloqueerasobreviviraduraspenasenunmundomuerto,dondeelsolcolgabainerteenelcieloigualqueuntrozodecarbónconsumido.Susvidasbrillabanconlamismafuerzaquelasllamasdeunavela...ypodíanapagarseconlamismafacilidad.
Lamanosecerróconmás fuerza sobreel armaque llevaba,yhabíaempezadoaapretarelpasohacialapistadebailecuandounachicaseseparódelamasadebailarinesyempezóaavanzarhaciaél.Selaquedómirando.Erahermosa,paraserhumana:cabellolargocasidelcolorexactodelatintanegra,ojospintadosdenegro.Unvestidoblancoquellegabahastaelsuelo,delestiloquelasmujeresllevabancuandoaquelmundoeramásjoven,conmangasdeencajequeseacampanabanalrededordelosdelgadosbrazos.Rodeandoelcuellollevabaunagruesacadenadeplata,delaquependíauncolganterojooscurodel tamaño del puño de un bebé. Sólo tuvo que entrecerrar los ojos para saber que era auténtico...,auténticoyvalioso.Labocaseleempezóahaceraguaamedidaqueellaseleacercaba.Laenergíavitalpalpitaba en ella igual que la sangre brotando de una herida abierta. Le sonrió al pasar junto a él,llamándoleconlamirada.Sevolvióparaseguirla,saboreandoelimaginariochisporroteodesumuerteenloslabios.
Siempreerafácil.Podíasentircómolaenergíavitalseevaporabadelamuchachaparacircularporsus venas igual que fuego. ¡Los humanos eran tan estúpidos! Poseían algomuy precioso, y apenas loprotegían.Tirabanporlabordasusvidasacambiodedinero,debolsitasqueconteníanunospolvos,delasonrisaencantadoradeundesconocido.Lamuchachaeraunespectropálidoqueseretirabaatravésdel humo de colores. Llegó a la pared y se volvió, remangándose la falda con lasmanos, alzándolamientraslesonreíadeorejaaoreja.Bajolafalda,llevabaunasbotasquelellegabanhastaelmuslo.
Fuehaciaellaconairedespreocupado,conlapielhormigueandoporlacercaníadelamuchacha.Vistadecerca,noeratanperfecta.Viorimelcorridobajolosojos,elsudorquelepegabaelcabelloalcuello.Oliósumortalidad,elolordulzóndelaputrefacción.«Eresmía»,pensó.
Unasonrisa fríacurvósus labios.Ellasehizoaun lado,yvioqueestabaapoyadaenunapuertacerrada. «PROHIBIDALA ENTRADA», estaba garabateado sobre ella en pintura roja. Lamuchachaalargólamanoasuespaldaenbuscadelpomo,logiróysedeslizóalinterior.Eljovenvislumbrócajasamontonadas,cableseléctricosenmarañados.Untrastero.Echóunvistazoasuespalda...,nadiemiraba.Muchomejorsielladeseabaintimidad.
Seintrodujoenlahabitacióntrasella,sindarsecuentadequeleseguían.
—Bien—dijoSimon—,unamúsicabastantebuena,¿eh?Clarynorespondió.Bailaban,oloquepodríapasarporello(unagrancantidaddebalanceosaun
ladoyaotrocondescensosviolentoshaciaelsuelo,comosiunodeelloshubieseperdidounalentedecontacto)enunespaciosituadoentreungrupodechicosadolescentesataviadosconcorsésmetálicosyuna joven pareja asiática que se pegaba el lote apasionadamente, con las extensiones de colores deambosentrelazadasentresíigualqueenredaderas.Unmuchachoconunpiercinglabialyunamochilaenforma de osito de peluche repartía gratuitamente pastillas de éxtasis de hierbas, con los pantalonesparacaidista ondeando bajo la brisa procedente de la máquina de viento. Clary no prestaba muchaatencióna loque les rodeaba; tenía losojospuestosenelmuchachode loscabellosazulesquehabíaconseguidopersuadiralporteroparaquelodejaraentrar.Eljovenmerodeabaporentrelamultitudcomosibuscaraalgo.Habíaalgunacosaenelmodoenquesemovíaquelerecordabanosabíaqué...
—Yo,pormiparte—siguiódiciendoSimon—,meestoydivirtiendounabarbaridad.Eso parecía improbable. Simon, como siempre, resultaba totalmente fuera de lugar en el club,
vestidoconvaquerosyunacamisetaviejaencuyapartedelanteraseleía«MADEINBROOKLYN».Suscabellosreciénlavadoserandecolorcastañooscuroenlugardeverdesorosas,ysusgafasdescansabantorcidassobrelapuntadelanariz.Dabamáslaimpresióndeirdecaminoalclubdeajedrezquenodeestarreflexionandosobrelospoderesdelaoscuridad.
—Mmmm...mmm.ClarysabíaperfectamentequelaacompañabaaPandemóniumsóloporqueaellalegustabaellugar,
yqueélloconsiderabaaburrido.Ellanisiquieraestabaseguradeporquélegustabaesesitio:lasropas,la música lo convertían en algo parecido a un sueño, en la vida de otra persona, en algo totalmentedistintoasuaburridavidareal.PerosiempreerademasiadotímidaparahablarconnadiequenofueraSimon.
Elchicodeloscabellosazulesempezabaaabandonarlapistadebaile.Parecíaunpocoperdido,comosinohubieseencontradoalapersonaquebuscaba.Clarysepreguntóquésucederíasiseacercabaysepresentaba,siseofrecíaamostrarleel lugar.Alomejorselimitaríaamirarlafijamente.Oquizátambién fuera tímido. Tal vez se sentiría agradecido y complacido, e intentaría no demostrarlo, comohacíanloschicos...,peroellalosabría.Alomejor...
El chico de los cabellos azules se irguió de repente, cuadrándose, igual que un perro de cazamarcandolapresa.Clarysiguióladireccióndesumirada,yvioalamuchachadelvestidoblanco.
«Ah,vaya—pensó,intentandonosentirsecomounglobodecoloresdesinflado—,supongoqueesoestodo».Lachicaeraguapísima,laclasedechicaqueaClarylehabríagustadodibujar:altaydelgadacomounpalo,conunalargamelenanegra.Inclusoaaquelladistancia,Clarypudoverelcolganterojoque le rodeaba la garganta. Palpitaba bajo las luces de la pista igual que un corazón incorpóreoarrancadodelpecho.
—Creo —prosiguió Simon— que esta tarde DJ Bat está realizando un trabajo particularmenteexcepcional.¿Noestásdeacuerdo?
Clary puso los ojos en blanco y no respondió: Simon odiaba la música trance. Clary tenía laatenciónfijaenlamuchachadelvestidoblanco.Porentrelaoscuridad,elhumoylanieblaartificial,elpálidovestidobrillabacomounfaro.Noeradeextrañarqueelchicodeloscabellosazuleslasiguieracomo si se hallara bajo unhechizo, demasiado abstraídopara reparar ennadamás a su alrededor; nisiquieraenlasdosfigurasoscurasquelepisabanlostalones,serpenteandotrasélporentrelamultitud.
Clarybailómásdespacioymiró conatención.Aduraspenasdistinguióque lasdos figuras eranmuchachos,altosyvestidosdenegro.Nopodríahaberdichocómosabíaqueseguíanalotromuchacho,pero losabía.Loveíaenelmodoenquesemantenían trasél,ensuatentavigilancia,en laeleganciafurtivadesusmovimientos.Untímidocapullodeaprensiónempezóaabrirseensupecho.
—Porlopronto—añadióSimon—,queríadecirtequeúltimamenteheestadohaciendotravestismo.Tambiénmeestoyacostandocontumadre.Creoquedeberíassaberlo.
La muchacha había llegado a la pared y abría una puerta con el letrero de «PROHIBIDA LAENTRADA».Hizounaseñaaljovendeloscabellosazulesparaquelasiguiera,yambossedeslizaronalotrolado.NoeranadaqueClarynohubiesevistoantes,unaparejaescapándosealosrinconesoscurosdelclubparapegarseellote;perohacíaqueresultaraaúnmásraroquelosestuvieransiguiendo.
Sealzódepuntillas, intentandoverporencimade lamultitud.Losdoschicossehabíandetenidoante lapuertayparecíanhablarentresí.Unodeellosera rubio,elotromoreno.El rubio introdujo lamano en la chaqueta y sacó algo largo y afilado que centelleó bajo las luces estroboscópicas. Uncuchillo.
—¡Simon!—chillóClary,yleagarródelbrazo.—¿Qué?—Simonparecióalarmado—.Nomeestoyacostandorealmentecon tumadre,yasabes.
Sólo intentaba atraer tu atención.Aunqueno es que tumadreno seaunamujermuy atractiva, para suedad.
—¿Vesaesoschicos?Señalóbruscamente,golpeandocasiaunacurvilíneamuchachanegraquebailabaapocadistancia.
Lachicalelanzóunamiradamalévola.—Losiento...,losiento.—ClarysevolvióotravezhaciaSimon—.¿Vesaesosdoschicosdeahí?
¿Juntoaesapuerta?Simonentrecerrólosojos,luegoseencogiódehombros.—Noveonada.—Sondos.Estabansiguiendoalchicodelcabelloazul...—¿Elquepensabasqueeraguapo?—Sí,peroésanoeslacuestión.Elrubiohasacadouncuchillo.—¿Estássegura?—Simonmiróconmásintensidad,meneandolacabeza—.Sigosinveranadie.—Estoysegura.Repentinamentetodoeficiencia,Simonsacópecho.—Iréenbuscadeunodelosguardasdeseguridad.Túquédateaquí.Marchóagrandeszancadas,abriéndosepasoporentreelgentío.Clary se volvió justo a tiempo de ver al chico rubio franquear la puerta en la que ponía
«PROHIBIDALAENTRADA»,consuamigopegadoaél.Miróasualrededor;Simonseguíaintentandoavanzaraempujonesporlapistadebaile,peronohacíamuchosprogresos.Inclusoaunqueellagritaraahora, nadie la oiría, y para cuando Simon regresara, algo terrible podría haber sucedido ya.Mordiéndoseconfuerzaellabioinferior,Claryempezóaculebrearporentrelagente.
—¿Cómotellamas?
Ellasevolvióysonrió.Latenueluzquehabíaenelalmacénsederramabasobreelsueloatravésde altas ventanas con barrotes cubiertos demugre.Montones de cables eléctricos, junto con pedazosrotosdebolasdediscotecaylatasdesechadasdepintura,cubríanelsuelo.
—Isabelle.—Esunnombrebonito.Avanzóhacia ella, pisando con cuidadopor entre los cables por si acaso alguno tenía corriente.
Bajoladébilluz,lamuchachaparecíamediotransparente,desprovistadecolor,envueltaenblancocomounángel;seríaunplacerhacerlacaer...
—Notehevistoporaquíantes.—¿Meestáspreguntandosivengoporaquíamenudo?Lanzóunarisitatonta,tapándoselabocaconlamano.Llevabaunaespeciedebrazaletealrededor
delamuñeca,justobajoelpuñodelvestido;entonces,alacercarsemásaella,elmuchachovioquenoeraunbrazaletesinoundibujohechoenlapiel,unamatrizdelíneasenespiral.
Sequedóparalizado.—Tú...Noterminódedecirlo.Lamuchachasemovióconlavelocidaddelrayo,arremetiendocontraélcon
lamanoabierta,asestandoungolpeensupechoquelohabríaderribadosinresuellodehabersidounserhumano.Retrocedió tambaleante, y entonces ella tenía ya algo en lamano, un látigo serpenteante quecentelleódoradocuandolohizodescenderhaciaelsuelo,enroscándoseloenlostobillosparaderribarloviolentamente. El chico se golpeó contra el suelo, retorciéndosemientras el odiadometal se clavabaprofundamenteensucarne.Ellarió,vigilándole,ydeunmodoconfuso,élsedijoquetendríaquehaberlosabido.Ningunachicahumanasehabríapuestounvestidocomoelque llevaba Isabelle,que leservíaparacubrirsupiel...,todalapiel.
La muchacha dio un fuerte tirón al látigo, asegurándolo. Su sonrisa centelleó igual que aguaponzoñosa.
—Estodovuestro,chicos.Unarisaquedasonódetrásdeél,yacontinuaciónunasmanoscayeronsobresupersona,tirandode
élpara levantarlo,arrojándolocontraunode lospilaresdehormigón.Sintió lahúmedapiedrabajo laespalda;lesujetaronlasmanosalaespaldayleataronlasmuñecasconalambre.Mientrasforcejeaba,alguiensaliódedetrásdelacolumnayaparecióantesuvista:unmuchacho,tanjovencomoIsabelleeigualdeatractivo.Losojosleonadoslebrillabancomopedacitosdeámbar.
—Bien—dijoelmuchacho—.¿Haymáscontigo?El chicode los cabellos azules sintió cómo la sangremanababajo elmetal demasiadoapretado,
volviéndoleresbaladizaslasmuñecas.—¿Másqué?—Vamos,habla.Elmuchacho de los ojos leonados alzó lasmanos, y lasmangas oscuras resbalaron hacia abajo,
mostrandolasrunasdibujadascontintaquelecubríanlasmuñecas,eldorsoylaspalmasdelasmanos.—Sabesloquesoy.Muyatrásenelinteriordesucráneo,elsegundojuegodedientesdelmuchachoesposadoempezóa
rechinar.—Cazadordesombras—siseó.Elotromuchachosonriódeorejaaoreja.—Tepillamos—dijo.
Clary empujó la puerta del almacén y entró. Por un momento pensó que estaba desierto. Las únicasventanasestabanmuyarribayteníanbarrotes;débilesruidosprocedentesdelacallellegabanatravésdeellas; el sonidodebocinasde cochesy frenosque chirriaban.Lahabitaciónolía apinturavieja, y lagruesacapadepolvoquecubríaelsueloestabamarcadaconhuellasdezapatosdesdibujadas.«Aquínohaynadie»,comprendió,mirandoasualrededorconperplejidad.Hacíafríoenlahabitación,apesardelcalordeagostodelexterior.Teníalaespaldacubiertadesudorhelado.Diounpasoalfrente,yelpieseleenredóenunoscableseléctricos.Seinclinóparaliberarlazapatilladedeportedeloscables...yoyóvoces.Larisadeunachica,unchicoquerespondíacondureza.Cuandoseirguió,losvio.Fuecomosihubieran cobradovida entre unparpadeoy el siguiente.Estaba la chicadel vestidoblanco largoy lamelenanegraquelecaíaporlaespaldaigualquealgashúmedas,ylosdoschicoslaacompañaban:elaltodecabellonegrocomoeldeellayelotromásbajoyrubio,cuyopelobrillabaigualqueel latónbajolatenueluzqueentrabaporlasventanasdearriba.Elmuchachorubioestabadepieconlasmanosenlosbolsillos,decaraalchicopunk,queestabaatadoaunacolumnaconloqueparecíaunacuerdadepiano,lasmanosestiradasdetrásdeélylaspiernasatadasporlostobillos.Teníaelrostrotiranteporeldoloryelmiedo.
Con el corazón martilleándole en el pecho, Clary se agachó detrás del pilar de hormigón máscercanoymiródesde allí.Vio cómoelmuchacho rubio sepaseabadeun lado aotro, con losbrazoscruzadossobreelpecho.
—Bueno—dijo—,todavíanomehasdichosihayalgúnotrodetuespeciecontigo.«¿"Tu especie"?» Clary se preguntó de qué estaría hablando. Quizá hubiese tropezado con una
guerraentrebandas.—Nosédequéestáshablando.Eltonodelchicodecabellosazuleseraangustiado,perotambiénarisco.—Serefiereaotrosdemonios—intervinoelchicomoreno,hablandoporprimeravez—.Sabesqué
esundemonio,¿verdad?
Elmuchachoatadoalacolumnamoviólacabeza,mascullandoporlobajo.—Demonios—dijoelchicorubio,arrastrandolavozalavezquetrazabalapalabraenelairecon
el dedo—.Definidos en términos religiosos comomoradores del infierno, los siervos de Satán, peroentendidos aquí, para los propósitos de la Clave, como cualquier espíritu maligno cuyo origen seencuentrafueradenuestrapropiadimensiónderesidencia...
—Esoessuficiente,Jace—indicólachica.—Isabelle tiene razón—coincidió el muchachomás alto—. Nadie aquí necesita una lección de
semántica...nidedemonología.«Estánlocos—pensóClary—.Locosdeverdad.»Jacealzólacabezaysonrió.Huboalgoferozensugesto,algoquerecordóaClarydocumentales
sobreleonesquehabíacontempladoenelDiscoveryChannel,elmodoenquelosgrandesfelinosalzabanlacabezayolfateabanelaireenbuscadepresa.
—IsabelleyAleccreenquehablodemasiado—comentóJaceentonoconfidencial—.¿Creestúquehablodemasiado?
Elmuchachodeloscabellosazulesnorespondió.Subocaseguíamoviéndose.—Podríadarosinformación—dijo—.SédóndeestáValentine.JaceechóunamiradaatrásaAlec,queseencogiódehombros.—Valentineestábajotierra—indicóJace—.Esacosasóloestájugandoconnosotros.Isabellesacudiólamelena.—Mátalo,Jace—dijo—,novaacontarnosnada.Jace alzó la mano, y Clary vio centellear una luz tenue en el cuchillo que empuñaba. Era
curiosamente traslúcido, la hoja transparente como el cristal, afilada como un fragmento de vidrio, laempuñaduraengastadaconpiedrasrojas.
Elmuchachoatadolanzóungritoahogado.—¡Valentinehavuelto!—protestó,tirandodelasatadurasquelesujetabanlasmanosalaespalda
—.TodoslosMundosInfernaleslosaben...,yolosé...,puedodecirosdóndeestá...LacólerallameórepentinamenteenlosgélidosojosdeJace.—Por elÁngel, siempre que capturamos a uno de vosotros, cabrones, afirmáis saber dónde está
Valentine.Bueno,nosotrostambiénsabemosdóndeestá.Estáenelinfierno.Ytú...—Giróelcuchilloquesujetaba,cuyofilocentelleócomounalíneadefuego—,túpuedesreunirteconélallí.
Clarynopudoaguantarmásysaliódedetrásdelacolumna.—¡Deteneos!—gritó—.Nopodéishaceresto.Jace se volvió en redondo, tan sobresaltado que el cuchillo le salió despedido de la mano y
repiqueteócontrael suelodehormigón. IsabelleyAlecsedieron lavueltaconél,mostrando idénticaexpresión de estupefacción. El muchacho de cabellos azules se quedó suspendido de sus ataduras,aturdidoyjadeante.Alecfueelprimeroenhablar.
—¿Quéesesto?—exigió,pasando lamiradadeClarya suscompañeros,comosiellosdebieransaberquéhacíaellaallí.
—Es una chica—dijo Jace, recuperando la serenidad—. Seguramente habrás visto chicas antes,Alec. Tu hermana Isabelle es una.—Dio un paso para acercarsemás aClary, entrecerrando los ojoscomosinopudieracreerdeltodoloqueveía—.Unamundi—declaró,medioparasí—.Ypuedevernos.
—Claroquepuedoveros—replicóClary—.Noestoyciega,sabes.—Ah, pero sí lo estás—dijo Jace, inclinándose para recoger su cuchillo—. Simplemente no lo
sabes.—Seirguió—.Serámejorquesalgasdeaquí,sisabesloqueesbuenoparati.—Novoyairaningunaparte—repusoClary—.Silohago,lemataréis.Señalóalmuchachodecabellosazules.—Escierto—admitióJace,haciendogirarelcuchilloentrelosdedos—.¿Quéteimportaatísile
matoono?—Pu...pues...—farfullóella—.Unonopuedeirporahímatandogente.—Tienesrazón—dijoJace—.Unonopuedeirporahímatandogente.Señalóalmuchachodecabellosazules,cuyosojoseranunassimplesrendijas.Clarysepreguntósi
sehabríadesmayado.—Esonoesunapersona,niñita.Puedeparecerunapersonayhablarcomounapersona,y talvez
inclusosangrarcomounapersona.Peroesunmonstruo.—Jace—dijoIsabelleentonoamonestador—,essuficiente.—Estásloco—replicóClary,alejándosedeél—.Hellamadoalapolicía,¿sabes?Estaránaquíen
cualquiermomento.—Miente—dijoAlec,perohabíadudaensurostro—.Jace,crees...Nollegóaterminarlafrase.Enesemomentoelmuchachodecabellosazules,conungritoagudoy
penetrante,seliberódelassujecionesqueloatabanalacolumnaysearrojósobreJace.Cayeronalsueloyrodaronjuntos,elmuchachodecabellosazulesarañandoaJaceconmanosque
centelleabancomosisusextremosfuerandemetal.Claryretrocedió,deseandohuir,perolospiesseleenredaronenunalazadadecableeléctricoycayóalsuelo;elgolpeladejósinrespiración.OyóchillaraIsabelle y, rodando sobre símisma, vio al chico de cabellos azules sentado sobre el pecho de Jace.Brillabasangreenlaspuntasdesusgarras,afiladascomocuchillas.
Isabelle yAlec corrían hacia ellos, con Isabelle blandiendo un látigo. Elmuchacho de cabellosazules intentó acuchillar el rostro de Jace con las garras extendidas. El caído alzó un brazo paraprotegerse, y las garras se lo rasgaron, salpicando sangre. El muchacho de cabellos azules volvió aatacar...yellátigodeIsabelledescendiósobresuespalda.Elmuchacholanzóunchillidoycayóhaciaunlado.
Veloz como el chasquido del látigo de Isabelle, Jace rodó sobre símismo.Brilló un arma en sumanoyhundióelcuchilloenelpechodelchicodecabellosazules.Unlíquidonegruzcoestallóalrededorde laempuñadura.Elmuchachosearqueóporencimadel suelo,gorgoteandoy retorciéndose. Jace sepuso en pie, con una mueca en la cara. Su camisa negra era ahora más negra en algunos lugaresempapadosdesangre.Bajólamiradahacialafiguraquesecontorsionabaasuspies,alargóelbrazoyarrancóelcuchillo.Laempuñaduraestabarecubiertadelíquidonegro.
Los ojos del muchacho de cabellos azules se abrieron con un parpadeo; fijos en Jace, parecíanarder.
—Queasísea—siseóentredientes—:Losrepudiadosseosllevaránatodos.Jace pareció gruñir. Al muchacho se le pusieron los ojos en blanco y su cuerpo empezó a dar
sacudidas y a moverse espasmódicamente mientras se encogía, doblándose sobre sí mismo,empequeñeciéndosemásymáshastaquedesaparecióporcompleto.
Clary se puso enpie apresuradamente, liberándosedeunpuntapié del cable eléctrico.Empezó aretroceder.Ningunodeellosleprestabaatención.AlechabíallegadojuntoaJaceylesosteníaelbrazotirandode lamanga,probablemente intentandoecharunbuenvistazoa laherida.Clarysevolvióparaechar a correr... y se encontró con Isabelle, que le cerraba el paso conel látigo cuyadorada longitudestabamanchadadefluidonegroen lamano.LohizochasquearendirecciónaClary;elextremose leenroscóalrededordelamuñecaylediounfuertetirón.Clarylanzóunaexclamaciónahogadadedolorysorpresa.
—Pequeñamundiestúpida—mascullóIsabelle—.PodríashaberhechoquemataranaJace.—Estáloco—dijoClary,intentandoecharlamuñecahaciaatrás.Ellátigoselehundiómásprofundamenteenlacarne.—Estáistodoslocos.¿Quéoscreéisquesois,ungrupodevigilantesasesinos?Lapolicía...—Lapolicíanoacostumbraainteresarseamenosquelepresentesuncadáver—indicóJace.
Sosteniendo el brazo contra el pecho, elmuchacho se abrió paso a través del suelo cubierto decablesendirecciónaClary.Alecibatrasél,conunaexpresiónceñudaenelrostro.
Claryechóunaojeadaalpuntoenelqueelmuchachohabíadecrecido,ynodijonada.Nisiquieraquedabaallíunamanchitadesangre;nadaquemostraraqueelmuchachohabíaexistidoalgunavez.
—Regresanasusdimensionesderesidenciaalmorir—explicóJace—.Porsiteníascuriosidad.—Jace—siseóAlec—,tencuidado.Jaceleapartóelbrazo.Unatruculentaristrademotasdesangrelemarcabaelrostro.AClaryseguía
recordándoleaunleón,conlosojosclarosyseparados,yloscabellosdeundoradotostado.—Puedevernos,Alec—replicó—.Sabeyademasiado.—Asípues,¿quéquieresquehagaconella?—inquirióIsabelle.—Dejarlair—respondióJaceenvozbaja.Isabelle le lanzó unamirada sorprendida, casi enojada, pero no discutió. El látigo resbaló de la
muñeca,liberándoleelbrazoaClary,quesefrotóladoloridaextremidadysepreguntócómodiablosibaaconseguirsalirdeallí.
—Quizádeberíamosllevarladevueltaconnosotros—sugirióAlec—.ApuestoaqueHodgequerríahablarconella.
—NihablardellevarlaalInstituto—dijoIsabelle—.Esunamundi.—¿Loes?—inquirióJaceconsuavidad.SutonososegadoerapeorquelabrusquedaddeIsabelleolacóleradeAlec.—¿Hastenidotratoscondemonios,niñita?¿Haspaseadoconbrujos,conversadoconlosHijosde
laNoche?¿Has...?—Nomellamo«niñita»—leinterrumpióClary—.Ynotengoniideadequéestáshablando.«¿Nolatienes?—dijounavozenelinteriordesucabeza—.Visteevaporarseaesechico.Jaceno
estáloco...,simplementedesearíasqueloestuviera.»—Nocreoen...demonios,oenloqueseaquetú...—¿Clary?EralavozdeSimon.Éstasevolvióenredondoyloviodepie juntoa lapuertadelalmacén.Le
acompañabaunodelosfornidosporterosquehabíanestadosellandomanosenlapuertadeentrada.—¿Estásbien?—Lamiróescrutadoratravésdelapenumbra—.¿Porquéestásaquísola?¿Quéha
sucedidoconlostipos...,yasabes,losdeloscuchillos?Clarylemiróconasombro,luegomiródetrásdeella,dondeJace,IsabelleyAlecpermanecíanen
pie,Jacetodavíaconlacamisaensangrentadayelcuchilloenlamano.Elmuchacholesonriódeorejaaorejaylededicóunencogimientodehombrosenpartededisculpa,enparteburlón.EraevidentequenolesorprendíaqueniSimonnielporteropudieranverlos.
Dealgúnmodo,tampocolesorprendíaaClary.VolvióotravezlacabezalentamentehaciaSimon,sabiendoelaspectoquedebíadeofrecerle,allídepiesolaenunahúmedahabitacióndealmacenaje,conlospiesenredadosencableseléctricosdeplásticobrillante.
—Mehaparecidoqueentrabanaquí—contestósinconvicción—.Perosupongoquenohasidoasí.Losiento.—PasórápidamentelamiradadeSimon,cuyaexpresiónempezabaacambiardepreocupadaaincómoda,alportero,quesimplementeparecíaenojado—.Hasidounaequivocación.
Detrásdeella,Isabellelanzóunarisitadivertida.—No lo creo —dijo tozudamente Simon mientras Clary, de pie en el bordillo, intentaba
desesperadamente parar un taxi. Los barrenderos habían pasado por Orchard mientras ellos estabandentrodelclub,ylacallemostrabaunnegrobarnizdeaguaoleosa.
—Losé—convinoella—.Lonormalseríaquehubieraalgún taxi.¿Adóndeva todoelmundoundomingoamedianoche?—Sevolvióélencogiéndosedehombros—.¿CreesquetendremosmássuerteenHouston?
—Nohablodelostaxis—repusoSimon—.Tú...,notecreo.Nocreoqueesostiposdeloscuchillossimplementedesaparecieran.
Clarysuspiró.—Alomejornohabíatiposconcuchillos,Simon.Quizásimplementeloimaginétodo.—Ni hablar.—Simon alzó lamano por encimade la cabeza, pero los taxis que se aproximaban
pasaron zumbandopor su lado, lanzandouna rociadade agua sucia—.Vi tu cara cuando entré en esealmacén.Parecíasrealmentealucinada,comosihubierasvistounfantasma.
ClarypensóenJaceconsusojosdeleón.Seechóunvistazoalamuñeca,circundadaporunafinalínearojaamododebrazaleteenelpuntoenelqueel látigodeIsabellesehabíaenroscado.«No,unfantasmano—pensó—.Algoaúnmásfantásticoqueeso.»
—Fuesólounaequivocación—insistióentonocansino.Sepreguntópor quéno le estaba contando la verdad.Excepto, claro, que él pensaría que estaba
loca.Yhabíaalgoenloquehabíasucedido;algoenlasangrenegraborboteandoalrededordelcuchillodeJace,algoensuvozcuandolehabíadicho«¿HasconversadoconlosHijosdelaNoche?»,quequeríaguardarparasí.
—Bueno, pues fue una equivocación de lomás embarazosa—repuso Simon, y echó una ojeadaatrás,haciaelclub,desdedondeunafinacolatodavíasalíasigilosamenteporlapuertayllegabahastamitaddelamanzana—.DudoquevuelvanadejarnosentrarjamásenPandemónium.
—¿Quéteimportaesoati?OdiasPandemónium.Claryvolvióaalzarlamanocuandounaformaamarillafuehaciaellosatodavelocidadporentrela
niebla. En esta ocasión, no obstante, el taxi frenó con un chirrido en la esquina, con el conductorpresionandolabocinacomosinecesitaraatraersuatención.
—Porfintenemossuerte.Simonabriólaportezueladeuntirónysedeslizóalinteriordelasientotrasero,forradodeplástico.
Clarylesiguió,inhalandoelfamiliarolorahumoranciodecigarrillo,cueroyfijadordepelodelostaxisdeNuevaYork.
—VamosaBrooklyn—indicóSimonaltaxista,yluegovolviólacabezahaciaClary—.Oye,sabesquepuedescontarmecualquiercosa,¿deacuerdo?
Ellavacilóuninstante,luegoasintió.—Seguro,Simon—respondió—,séquepuedohacerlo.Cerrólaportezueladeungolpetrasella,yeltaxisepusoenmarcha,perdiéndoseenlanoche.
2Secretosymentiras
Eloscuropríncipeestabasentadoahorcajadassobresunegrocorcel,consucapademartacibelinaondeandoalaespalda.Unarodeorolesujetabalosrizosrubios,elapuestorostroaparecíaheladoconlafuriadelabatallay...
—Ysubrazoparecíaunaberenjena—mascullóClaryparasí,exasperada.Eldibujonosalía.Conunsuspiroarrancóotrahojamásdesublocdedibujo,laarrugóylaarrojó
contralaparednaranjadesudormitorio.Elsueloestabayarepletodebolasdepapeldesechadas,unaseñalinequívocadequesusjugoscreativosnofluíandelmodoquehabíaesperado.Deseópormilésimavezpoderserunpocomáscomosumadre.TodoloqueJocelynFraydibujaba,pintabaoesbozabaerahermoso,yaparentementerealizadosinesfuerzo.
Se quitó los auriculares, interrumpiendo Stepping Razor en mitad de la canción, y se frotó lasdoloridassienes.Sóloentoncessediocuentadequeelpotenteyagudosonidodeunteléfonoretumbabaporelapartamento.Arrojóelblocdedibujosobrelacama,sepusoenpiedeunsaltoycorrióalasalita,dondeelrojoteléfonoretrodescansabasobreunamesacercadelapuertaprincipal.
—¿ClarissaFray?Lavozalotroladodelteléfonosonabafamiliar,aunquenoinmediatamenteidentificable.Claryretorciónerviosamenteelcordóndelteléfonoalrededordeldedo.—¿Sííí?—Hola,soyunodelosgamberrosconcuchilloqueconocisteanocheenelPandemónium.Metemo
quetecauséunamalaimpresiónyesperabaquemedieraslaoportunidadderesarcirte...—¡SIMÓN!—Clarymantuvoelteléfonoalejadodeloídomientrasélsoltabaunacarcajada—.¡No
tienegracia!—Yalocreoquelatiene.Simplementenoleveselladocómico.—Estúpido.—Clarysuspiró,recostándoseenlapared—.Noteestaríasriendodehaberestadoaquí
cuandolleguéacasaanoche.—¿Porquéno?—Mimadre.Nolegustóquellegáramostarde.Lediounataque.Fuedesagradable.—¿Qué? ¡No es culpa tuya que hubiera tráfico!—protestó Simon, que era elmás joven de tres
hermanosyteníaunsentidomuyagudizadodelainjusticiafamiliar.—Ya,bueno,ellanolovedeesemodo.Ladecepcioné,lefallé,hicequesepreocupara,bla,bla,
bla.Soylacruzdesuexistencia—continuóella,imitandolaprecisafraseologíadesumadreyconsólounalevepunzadadeculpabilidad.
—Asíque,¿estáscastigada?—preguntóSimon,enuntonounpocodemasiadoalto.Clarypudooírelruidosordodevocesdetrásdeél;personasquediscutíanentresí.—Noloséaún—respondió—.MimadresalióestamañanaconLuke,ytodavíanohanregresado.
¿Dóndeestástú,detodosmodos?¿EncasadeEric?—Sí.Acabamosdeterminarelensayo.SeoyóelbatirdeunplatillodetrásdeSimon.Claryseestremeció.—Eric va a dar un recital de poesía en Java Jones esta noche—siguió Simonmencionando una
cafeteríasituadaenlaesquinadondevivíaClary,queenocasionesofrecíamúsicaenvivoporlanoche—.Todalabandaacudiráparamostrarlesurespaldo.¿Quieresvenir?
—Si, de acuerdo. —Clary hizo una pausa, dando ansiosos tironcitos al cordón del teléfono—.Espera,no.
—Queréiscallaros,chicos?—chillóSimon;eldébiltonodesuvozhizoqueClarysospecharaquesosteníael teléfonoapartadode laboca;alcabodeunsegundo reanudó laconversación,convozquesonópreocupada—.¿Esohasidounsíounno?
—Nolosé.—Clarysemordióellabio—.Mimadresigueenfurecidaconmigoporlodeanoche.Noestoyseguradequerercabrearlapidiéndoleunfavor.Sivoyatenerproblemas,noquieroqueseaporlaasquerosapoesíadeEric.
—Vamos,noestanmala—dijoSimon.EricvivíaalladodeSimon,ylosdosmuchachosseconocíandecasitodalavida.Noeraníntimos
delmodoenqueSimonyClaryloeran,perohabíanformadoungrupoderockaliniciodelsegundoañodesecundaria,juntoconlosamigosdeEric:MattyKirk.EnsayabanreligiosamentetodaslassemanasenelgarajedelospadresdeEric.
—Además,noesunfavor—añadióSimon—,esuncertamendepoesíaenlaesquinadelbloquequehayfrenteatucasa.NoescomositeestuvierainvitandoaunaorgíaenHoboken.Tumadrepuedevenircontigosiquiere.
—¡ORGÍAENHOBOKEN!OyóClaryquealguienchillaba,probablementeEric.Seoyóelestrépitodeotroplatillo.Imaginóa
sumadreescuchandoaEricleersuposeíayseestremecióinteriormente.—Nosé.Siaparecéistodosporaquí,creoqueledaráalgo.—Entoncesirésolo.Terecogeréyasívamosjuntosynosencontramosconelrestoallí.Atumadre
noleimportará.Meadora.Clarytuvoqueecharseareír.—Unaseñaldesudiscutiblebuengusto,simelopreguntas.—Nadietelohapreguntado.Simoncolgóenmediodegritosprocedentesdesuscompañerosdelabanda.Clary colgó el teléfono y echó un vistazo a la salita. Por todas partes había pruebas de las
tendenciasartísticasdeJocelyn,sumadre,desdeloscojinesdeterciopelohechosamanoapiladossobreelsofárojooscuro,alasparedesllenasdecuadroscuidadosamenteenmarcados,paisajesensumayoría:lascallessinuosasdelcentrodeManhattaniluminadasconunaluzdorada;escenasdeProspectParkeninvierno,conlosgrisesestanquesbordeadosdeunafinapuntilladehieloblanco.
EnlarepisasobrelachimeneahabíaunafotoenmarcadadelpadredeClary.Unhombrerubiodeaspectomeditabundoenuniformemilitar,ycondelatorestrazosdearrugasdeexpresiónenelrabillodelosojos.Habíasidounsoldadocondecoradoporsuservicioenelextranjero.Jocelynteníaalgunasdesusmedallasenunacajita juntoa lacama,aunque lasmedallasnosirvierondenadacuandoJonathanClarkestrellósucochecontraunárbolalasafuerasdeAlbanyymurióinclusoantesdequenacierasuhija.
Trassumuerte,Jocelynhabíavueltoausarsunombredesoltera.NuncahablabadelpadredeClary,peroguardabalacajagrabadaconsusiniciales,J.C,juntoalacama.Conlasmedallashabíaunaodosfotografías,unaalianzayunsolitariomechóndecabellorubio.Enocasiones,Jocelynsacabalacaja,laabríaysosteníaelmechóndepelocongrandelicadezaantesdedevolverloasusitioycerrardenuevocuidadosamentelacajaconllave.
ElsonidodelallavealgirarenlapuertaprincipalsacóaClarydesuensueño.Atodaprisa,sedejócaersobreelsofáeintentódarlaimpresióndeestarinmersaenunodeloslibrosenrústicaquesumadrehabía dejado apilados en lamesita auxiliar. Jocelyn concedía a la lectura la categoría de pasatiemposagrado,yporlogeneral,nointerrumpiríaaClaryenplenalecturadeunlibro,nisiquieraparaecharleunabronca.
La puerta se abrió con un golpazo. Era Luke, con los brazos llenos de lo que parecían enormespedazoscuadradosdecartón.Cuandolosdepositóenelsuelo,Claryvioqueerancajas,plegadasplanas.
Lukeseenderezóysevolvióhaciaellaconunasonrisa.—Hola,ti...,hola,Luke—dijoella.Él lehabíapedidoquedejarade llamarle tíoLukehacíacosadeunaño,afirmandoque lehacía
sentirseviejoypensarenLacabañadeltíoTom.Además,lehabíarecordadocondelicadezaqueélnoeraenrealidadsutío,sólounamigoíntimodesumadrequelaconocíadetodalavida.
—¿Dóndeestámamá?—Aparcandolafurgoneta—respondióél,estirandoellarguiruchocuerpoconungemido.Iba vestido con su uniforme habitual: vaqueros viejos, una camisa de franela y unas gafas con
monturadoradaquedescansabanladeadassobreelcaballetedelanariz.—¿Podríasrecordarmedenuevoporquéesteedificiocarecedemontacargas?—Porqueesviejoyposeepersonalidad—repusoalmomentoClary,yLukesonrióburlón—.¿Para
quésonesascajas?—preguntóella.Lasonrisadesapareció.—Tumadrequiereempaquetaralgunascosas—contestóél,evitandosumirada.—¿Quécosas?Élagitólamanoconairedisplicente.—Cosasquehaypor lacasaymolestan.Yasabesqueellanuncatiranada.¿Quéestáshaciendo?
¿Estudiar?Le arrancó el libro de la mano y leyó en voz alta: «El mundo sigue estando repleto de esas
variopintas criaturas a las que una filosofía más sobria ha desechado. Hadas y trasgos, fantasmas ydemonios,todavíarondanporahí...»
Bajóellibroylamiróporencimadelasgafas.—¿Esestoparalaescuela?—¿La ramadorada?No.La escuela no empieza hasta dentro de unas pocas semanas.—Clary le
arrebatóellibro—.Esdemamá.—Yameloparecía.Ellalodepositóotravezsobrelamesa.—¿Luke?—¿Ajá?—Olvidadoyaellibro,élestabarebuscandoenlacajadeherramientasquehabíajuntoa
lachimenea—.Ah,aquíestá.Sacóunapistolacolornaranjadecintadeembalarylacontemplóconprofundasatisfacción.—¿Quéharíassivierasalgoquenadiemáspuedever?LapistoladecintadeembalarcayódelamanodeLukeygolpeólasbaldosasdelachimenea.Élse
arrodillópararecogerla,sinmiraralamuchacha.—¿Quieresdecirsiyofueraelúnicotestigodeuncrimen,esaclasedecosa?—No;me refieroa sihubieraotraspersonascerca,pero tú fueraselúnicoquepudieraveralgo.
Comosiesofuerainvisibleparatodoelmundoexceptotú.Élvaciló,aúnarrodillado,conlaabolladapistoladecintadeembalaraferradaenlamano.—Séquepareceunalocura—comenzóClarynerviosamente—,pero...Él sevolvió.Susojos,muyazules tras lasgafas, sedetuvieronenellaconunamiradade sólido
afecto.—Clary, eres una artista, como tu madre. Eso significa que ves el mundo de modo que otras
personasnopueden.Estudon,verlabellezayelhorrorencosascorrientes.Peronosignificaqueestésloca...sóloqueeresdiferente.Nohaynadamaloenserdiferente.
Clarysubió laspiernasyapoyó labarbillaen las rodillas.Mentalmentevioelalmacén,el látigodoradodeIsabelle,elmuchachodecabellosazulesconvulsionándoseenlosestertoresdelamuerteylosojosleonadosdeJace.Bellezayhorror.
—¿Dehabervividomipadre—dijo—,¿creesquetambiénhabríasidounartista?Lukepareció desconcertado.Antes de quepudiera responderle, la puerta se abrió de golpe, y la
madre deClary entrómuy tiesa en la habitación, con los tacones de las botas repiqueteando sobre elbrillantesuelodemadera.EntregóaLukeunjuegodetintineantesllavesysevolvióparamirarasuhija.
JocelynFrayeraunamujeresbeltayatlética;loscabellos,unoscuantostonosmásoscurosquelosdeClaryyeldobledelargos.Enesosmomentosestabanretorcidoshaciaarribaenunnudorojooscuro,atravesadoconunlápizdedibujoparamantenerlossujetos.Llevabaunmonosalpicadodepinturasobreunacamisetacolorazullavandaybotasdeexcursiónmarrones,cuyassuelasestabancubiertasdepinturaalóleo.
LagentesiempredecíaaClaryqueseparecíaasumadre,peroellanoloveía.Loúnicoqueeraparecidoenellaseralafigura.Ambaserandelgadas,coneltóraxpequeñoylascaderasestrechas.Ellasabía que no era hermosa como lo era sumadre. Para ser hermosa, se tenía que ser esbelta y alta, ycuandoseeratanbajacomoClary,apenasalgomásdemetrocincuenta,unasóloeramona.Noguapaohermosa,sinomona.Siaesoseañadenuncabellocolorzanahoriayunacarallenadepecas,ClaryeramásbiencomoaquellamuñecadetrapollamadaRaggedyAnncomparadaconlamuñecaBarbiequeerasumadre.
Jocelyninclusoteníaunmododeandartangraciosoquehacíaquelagentevolvieralacabezaparacontemplarla pasar.Clary, por su parte, siempre andaba dando traspiés. La gente sólo se volvía paracontemplarlacuandopasabacomounaexhalaciónporsuladoalcaerporlasescaleras.
—Graciasporsubirlascajas—dijolamadredeClaryaLuke,ylesonrió.Élnodevolviólasonrisa.AClaryselehizounnudoenelestómago.Eraevidentequepasabaalgo.—Lamentohabertardadotantoenencontrarsitio.Debedehaberunmillóndepersonasenelparque
hoy...—¿Mamá?—interrumpióClary—.¿Paraquésonlascajas?Jocelynsemordióellabio.LukemovióvelozlosojoshaciaClary,instandoensilencioaJocelyn
paraqueseacercara.Conunnerviosogestodemuñeca,éstasepusounmechóndepelotraslaorejayfueareunirseconsuhijaenelsofá.
Atanpocadistancia,Clarypudoverelaspectotancansadoquemostrabasumadre.Habíaoscurasmediaslunasbajosusojos,ylospárpadosaparecíannacarinosporfaltadesueño.
—¿Tienequeverestoconlodeanoche?—preguntóClary.—No—dijo rápidamente sumadre, y luego vaciló—.Quizás un poco.No debiste hacer lo que
hicisteanoche.Losabesperfectamente.—Yyahepedidoperdón.¿Dequévatodoesto?Simeestáscastigando,acabadeunavez.—Noteestoycastigando—respondiósumadre.Suvozsonótensacomoelalambre.DirigióunarápidamiradaaLuke,quenegóconlacabeza.—Simplementedíselo,Jocelyn—dijoéste.—¿Podríaisnohablarcomosiyonoestuvieraaquí?—inquirióClary,enojada—.¿Yquéquieres
decirconquemediga?¿Quemedigaqué?Jocelynsoltóunsuspiro.—Nosvamosdevacaciones.TodaexpresióndesapareciódelrostrodeLuke,igualqueunlienzoalquelehaneliminadotodala
pintura.Clarysacudiólacabeza.—¿Dequévatodoesto?¿Osvaisdevacaciones?—Volvióadejarsecaersobreloscojines—.No
loentiendo.¿Aquévienetodoestenumerito?—Meparecequenoloentiendes.Merefieroaquenosvamostodosdevacaciones.Lostres:tú,yo
yLuke.Nosvamosalagranja.
—Ah.ClaryechóunaojeadaaLuke,peroésteteníalosbrazoscruzadosenelpechoymirabafijamente
por laventana, con lamandíbulaapretada.Sepreguntóqué lopreocupaba.Éladoraba laviejagranjasituadaenelnortedelestadodeNuevaYork;lahabíacompradoyrestauradoélmismohacíadiezaños,eibaallísiemprequepodía.
—¿Durantecuántotiempo?—El resto del verano—dijo Jocelyn—. Traje las cajas por si quieres embalar algunos libros,
materialdepintura...—¿Elrestodelverano?—Clarysesentómuy tiesa, llenade indignación—.Nopuedohacereso,
mamá.Tengoplanes;Simonyyoíbamosacelebrarunafiestadevueltaalaescuela,ytengounmontóndereunionesconmigrupodearte,ydiezclasesmásenTisch...
—LamentolodeTisch.Perolasotrascosassepuedencancelar.Simonlocomprenderá,ytambiénloharátugrupodearte.
Claryoyólaimplacabilidaddeltonodesumadreysediocuentadequehablabaenserio.—¡Pero ya he pagado esas clases de arte! ¡Estuve ahorrando todo el año! Lo prometiste.—Se
volvióenredondohaciaLuke—.¡Díselo!¡Dilequenoesjusto!Lukenoapartólamiradadelaventana,aunqueunmúsculosemovióviolentamenteensumejilla.—Estumadre.Ellaesquiendebedecidir.—Nolocomprendo.—Clarysevolvióhaciasumadre—.¿Porqué?—Tengoquemarcharme,Clary—respondió Jocelyn, y las comisuras de sus labios temblaron—.
Necesitopazytranquilidadparapintar.Yenestosmomentosandamosescasasdedinero...—Pues vende unas cuantasmás de las cosas de papá—replicó ella con enojo—.Eso es lo que
acostumbrasahacer,¿noescierto?Jocelynseechóhaciaatrás.—Esonoesjusto.—Mira,vesiquieresir.Nomeimporta.Mequedaréaquísinti.Puedotrabajar;puedoconseguirun
empleoenStarbucksoalgoasí.Simondijoquesiempreestáncontratandoagente.Soylobastantemayorcomoparacuidardemímisma...
—¡No!—LabrusquedadenlavozdeJocelynhizodarunbrincoaClary—.Tedevolveréeldinerodelasclasesdearte,Clary.Perovasavenirconnosotros.Nohayopción.Eresdemasiadojovenparaquedarteaquítúsola.Podríapasaralgo.
—¿Comoqué?¿Quépodríapasar?—exigióella.Seoyóunestrépito.VolviólacabezasorprendidayvioqueLukehabíatiradounodeloscuadros
enmarcados que estaban apoyados en la pared. Con una expresión claramente alterada, éste volvió acolocarloensulugar.Cuandoseirguió,subocaestabacerradaenunasombríalínea.
—Mevoy.Jocelynsemordióellabio.—Espera.Corrió tras él hasta la entrada, alcanzándolo justo cuando cerraba lamano sobre el pomo de la
puerta. Torciendo el cuerpo en el sofá, Clary consiguió apenas escuchar el apremiante susurro de sumadre:
—...Bane—decíaJocelyn—.Leheestadollamandoyllamandodurantelasúltimastressemanas.SubuzóndevozdicequeestáenTanzania.¿Quésesuponequedebohacer?
—Jocelyn—Lukesacudiólacabezanegativamente—,nopuedesseguiracudiendoaéleternamente.—PeroClary...—NoesJonathan—siseóLuke—.Nuncahassido lamismadesdequesucedió,peroClarynoes
Jonathan.
«¿Quétienequevermipadrecontodoesto?»,sepreguntóClary,desconcertada.—Nopuedolimitarmeamantenerlaencasa,anodejarlasalir.Nolosoportará.—¡Claroquenolohará!—Lukesonórealmenteenojado—.Noesunamascota,esunaadolescente.
Casiunaadulta.—Siestuviéramosfueradelaciudad...—Hablaconella,Jocelyn.—LavozdeLukeerafirme—.Lodigoenserio.—Alargólamanohacia
elpomo.Lapuertaseabriódegolpe.Jocelynsoltóunpequeñogrito.—¡Jesús!—exclamóLuke.—Enrealidad,soysóloyo—dijoSimon—.Aunquemehandichoqueelparecidoessorprendente.
—AgitólamanoendirecciónaClarydesdelaentrada—.¿Estáslista?Jocelynseapartólamanodelaboca.—Simon,¿estabasescuchando?Simonpestañeó.—No,acabodellegar.—PasólamiradadelrostropálidodeJocelynalrostrosombríodeLuke—.
¿Sucedealgo?¿Deberíairme?—Notemolestes—dijoLuke—.Creoquehemosacabadoaquí.SeabriópasojuntoaSimon,bajandoruidosamentelasescalerasconritmorápido.Abajo,lapuerta
delacallesecerródeunportazo.Simonpermanecióenlaentrada,conaspectoindeciso.—Puedoregresarmástarde—dijo—.Deverdad.Noseríaningúnproblema.—Esopodría...—empezóJocelyn,peroClaryestabayadepie.—Olvídalo,Simon.Nosvamos—declaró,agarrandosubolsamensajerodeunganchosituadocerca
delapuerta.Selacolgóalhombrodirigiendounamiradadesafianteasumadre.—Nosvemosluego,mamá.Jocelynsemordióellabio.—Clary,¿nocreesquedeberíamoshablarsobreesto?—Tendremosmuchísimo tiempo para hablarmientras estemos de «vacaciones»—repuso ella en
tonosarcástico,ytuvolasatisfaccióndevercómosumadreseestremecía—.Nomeespereslevantada—añadió,yagarrandoelbrazodeSimon,medioarrastróaljovenfueradelapuertaprincipal.
Esteclavólostalones,mirandocontritoporencimadelhombroalamadredeClary,quepermanecíainmóvil,pequeñaydesamparadaenlaentrada,conlasmanosfuertementeenlazadas.
—¡Adiós,señoraFray!—sedespidió—.¡Quepaseunabuenanoche!—Ah, cállate, Simon—le espetóClary, y cerró la puerta de golpe tras ellos, interrumpiendo la
respuestadesumadre.
—Jesús,tía,nomearranqueselbrazo—protestóSimonmientrasClarytirabadeélescalerasabajo,susSkechersverdesgolpeandolospeldañosdemaderaconcadafuriosopaso.
Lamuchachaechóunaojeadaaloalto,medioesperandoverasumadrecontemplándolesenfurecidadesdeeldescansillo,perolapuertadelapartamentopermaneciócerrada.
—Losiento—mascullóClary,soltándolelamuñeca.Sedetuvoalpiedelasescaleras,conlabolsagolpeándolelacadera.La casa de piedra rojiza de Clary, como la mayoría en Park Slope, había sido en el pasado la
residenciaindividualdeunafamiliaacaudaladayrestosdesuantiguoesplendorresultabanaúnevidentesenlaescalinatacurva,elsuelodemármoldesportilladodelaentradaylaampliaclaraboyadeunsolocristaldeloalto.Enlaactualidad,lacasaestabadivididaenapartamentosseparados,yClaryysumadre
compartían el edificio de tres plantas con otra inquilina en la planta baja, una anciana que tenía unaconsulta de vidente en su apartamento. Apenas salía de él, aunque las visitas de clientes eran pocofrecuentes.Unaplacadoradasujetaalapuertalaanunciabacomo«MADAMEDOROTHEA,VIDENTEYPROFETISA».
Elespesohumodulzóndelinciensosederramabadesdelapuertaentreabiertaalvestíbulo.—Es agradable ver que su negocio va viento en popa—comentó Simon—.Estos días es difícil
encontrartrabajoestablecomoprofeta.—¿Tienesquesersarcásticorespectoatodo?—ledijoClaryentonobrusco.Simonpestañeó,claramentesorprendido.—Pensabaquetegustabacuandomemostrabaagudoeirónico.ClaryestabaapuntoderespondercuandolapuertademadameDorotheaseabriódeparenparyun
hombresalióporella.Eraalto,latezdelcolordeljarabedearce,ojosdeundoradoverdosocomolosdeungatoycabellosenmarañados.Lededicóunasonrisadeslumbrante,mostrandounosafiladosdientesblancos.
Unvahídoseapoderódeella,proporcionándolelaclarasensacióndequeibaadesmayarse.Simonlamiróconinquietud.—¿Teencuentrasbien?Parecíacomosifuerasaperderelconocimiento.Ellalemiróparpadeando.—¿Qué?No,estoyperfectamente.Élnoparecióquererabandonareltema.—Parececomosiacabarasdeverunfantasma.Clary negó con la cabeza. El recuerdo de haber visto algo la incordiaba, pero cuando intentó
concentrarse,seleescapóigualqueaguaentrelosdedos.—Nada,meparecióverelgatodeDorothea,perosupongoquesólofuelaluzquemeengañó.—
Simonlamirófijamente—.Nohecomidonadadesdeayer—añadióella,poniéndosealadefensiva—.Imaginoqueestoyunpocofueradecombate.
Élledeslizóunreconfortantebrazosobreloshombros.—Vamos,teinvitaréacomeralgo.
—Simplementenopuedocreerqueestéactuandoasí—dijoClaryporcuartavez,persiguiendoporelplatounpocodeguacamoleerranteconlapuntadeunnacho.
Estabanenunlocalmexicanodelbarrio,uncuchitrilllamadoMamaNacho.—Comosicastigarmeunasemanasíotrano,nofuerabastantemalo.Ahoraestaréexiliadadurante
elrestodelverano.—Bueno, ya lo sabes, túmadre se pone así de vez en cuando—repuso Simon—.Como cuando
aspiraoespira.—Lesonriódeorejaaorejadesdedetrásdesuburritovegetariano.—Vale,túpuedesactuarcomosifueradivertido—dijoella—.Noesatiaquienvanaarrastraren
mediodeningunaparteduranteDiossabecuántotiempo...—Clary—Simoninterrumpiósudiatriba—,yonosoylapersonaconlaqueestásfuriosa.Además,
novaaserpermanente.—¿Cómolosabes?—Bueno,porqueconozcoatumadre—respondióél,trasunapausa—.Quierodecir,túyyohemos
sidoamigosdurantecuánto,¿diezañosya?Séqueseponeasíaveces.Selopensarámejor.Clarytomóunchiledesuplatoymordisqueóelborde,meditabunda.—¿Esesocierto?—preguntó—.¿Lodeconocerla,quierodecir?Avecesmepreguntosialguienlo
hace.—Ahímeheperdido—repusoél,mirándolaconunpestañeo.
Claryaspiróairepararefrescarselaardienteboca.—Quiero decir que nunca habla sobre sí misma. No sé nada sobre su infancia o su familia, ni
demasiadodecómoconocióamipadre.Nisiquieratienefotosdelaboda.Escomosisuvidaempezaracuandometuvoamí.Esoesloquesiempredicecuandolepregunto.
—Ah—Simonlehizounamueca—,esoesbonito.—No,noloes.Esraro.Esraroqueyonosepanadasobremisabuelos.Quierodecir,séquelos
padresdemipadrenofueronmuyamablesconella,pero¿tanmalosson?¿Quéclasedegentenoquiereconocerasunieta?
—Quizásellalosodia.Talvezfuerongroserosoalgoasí—sugirióSimon—.Tieneesascicatrices.Clarylemirósorprendida.—¿Tienequé?Éltragóunbocadodeburrito.—Esas cicatrices pequeñas y finas. Por toda la espalda y los brazos. He visto a tu madre en
bañador,yalosabes.—Jamásmehefijadoenquetuvieracicatrices—repusoellaconseguridad—.Creoqueimaginas
cosas.Éllamirófijamente,yparecíaapuntodedeciralgocuandoelteléfonomóvildeClary,enterradoen
subolsa,empezóasonarestridentemente.Clarylosacó,contemplólosnúmerosqueparpadeabanenlapantallaehizounamueca.
—Esmimadre.—Mehedadocuentaporlaexpresióndetucara.¿Vasahablarconella?—Noen estosmomentos—contestó ella, sintiendoel familiarmordiscode la culpabilidad en el
estómago, mientras el teléfono dejaba de sonar y se ponía en marcha el buzón de voz—. No quieropelearmeconella.
—Siemprepuedesquedarteenmicasa—ofrecióSimon—.Todoeltiempoquequieras.—Bueno,veremossisetranquilizaprimero.Clarypulsóelbotóndelbuzóndevozdesumóvil.Lavozdesumadresonótensa,peroestabaclaro
queintentabamostrarsedesenfadada:«Cariño,lamentohabertesoltadotandesopetónlosplanesparairde vacaciones. Ven a casa y charlaremos». Clary cortó la comunicación antes de que finalizara elmensaje,sintiéndoseaúnmásculpableyalmismotiempotodavíaenojada.
—Quierehablar.—¿Quiereshablarconella?—No lo sé.—Clary se pasó el dorso de la mano por los ojos—. ¿Todavía vas a ir al recital
poético?—Prometíqueloharía.Clarysepusoenpie,empujandolasillahaciaatrás.—Entoncesirécontigo.Lallamarécuandoacabe.La correa de la bolsa de mensajero le resbaló por el brazo, y Simon se la volvió a subir
distraídamente,dejandoquelosdedosseentretuvieransobrelapieldesnudadesuhombro.Enelexterior,elaireresultabaesponjosodebidoalahumedad,humedadquerizabaloscabellosde
ClaryylepegabaaSimonlacamisetaazulalaespalda.—Ybien,¿cómolevaalgrupo?—preguntóella—.¿Algonuevo?Seoíanmuchosgritosdefondo
cuandohablécontigoantes.Elrostrodesuamigoseiluminó.—Las cosas van la mar de bien —respondió—. Matt dice que conoce a alguien que podría
conseguirnosunaactuaciónenelScrapBar.Estamosbuscandonombresotravez.—¿Sí?—Claryocultóunasonrisa.
Enrealidad,elgrupodeSimonnuncatocabanada.Lamayorpartedeltiempolopasabanenlasalitade Simon, discutiendo sobre nombres y logotipos potenciales para el grupo. En ocasiones, Clary sepreguntabasialgunodeellosrealmentesabíatocaruninstrumento.
—¿Quéhaysobrelamesa?—EstamoseligiendoentreConspiraciónVegetalMarinayPandaInmutable.Clarymeneólacabeza.—Losdossonterribles.—EricsugirióTumbonasenCrisis.—TalvezEricdeberíaseguirconlosvideojuegos.—Peroentoncestendríamosqueencontrarunnuevobatería.—Ah, ¿es eso lo que hace Eric? Pensaba que se limitaba a gorrearos dinero y a tratar de
impresionaralaschicasdelaescueladiciendoqueperteneceaungrupo.—Nadadeeso—respondióSimoncontodatranquilidad—.Ericsehareformado.Tieneunanovia.
Llevantresmesessaliendo.—Prácticamentecasados—dijoClary,rodeandoaunaparejaqueempujabaaunacriaturaenuna
sillita:unaniñapequeñaconpasadoresdeplásticoamarilloenelcabello,queteníaagarradafirmementeunhadadejugueteconalascolorzafiroconlistasdoradas.
Porelrabillodelojo,aClaryleparecióvermoverselasalas.Volviólacabezaatodavelocidad.—Loquesignifica—continuóSimon—,quesoyelunicomiembrodelgrupoquenotieneunanovia.
Loque,comoyasabes,esprecisamenteloquesepretendealestarenungrupo.Conquistaralaschicas.—Pensabaquesetratabadelamúsica.Un hombre con un bastón se cruzó en su paso, encaminándose a la calleBerkeley.Clary desvió
rápidamente la vista, temiendo que si miraba a alguien durante demasiado tiempo, le crecerían alas,brazosextrasolargaslenguasbífidascomolasdelasserpientes.
—Detodosmodos¿aquiénleimportasitienesunanovia?—Amímeimporta—respondióSimonconmelancolía—.Muypronto,lasúnicaspersonasqueno
tendránnoviaseremosyoyWendell,elconserjedelaescuela.Yélhuelealimpiacristales.—SiempreestaráSheila«Tanga»Barbarino—sugirióClary.Clarysehabíasentadodetrásdeellaenclasedematemáticasdenoveno,ycadavezqueaSheilase
lehabíacaídoellápiz,loquesucedíaamenudo,ClaryhabíadisfrutadodeunavistadelaropainteriordeSheilasubiendoporencimadelacinturilladesusvaquerossuperbajos.
—EsconellaconquienEricllevasaliendolosúltimostresmeses—repusoSimon—.Suconsejofuequesimplementedebíadecidirquéchicadelaescuelateníaelcuerpomásrocanroleroypedirleparasalirelprimerdíadeclase.
—Ericesuncerdosexista—afirmóClary,nodeseando,derepente,saberquéchicadelaescuelapensaba Simon que tenía el cuerpo más rocanrolero—. Quizá deberíais llamar al grupo Los cerdossexistas.
—Nosuenamal.Simon no parecía haberse inmutado. Clary le hizo unamuecamientras su bolsa vibraba bajo la
estridentemelodíadesuteléfono.Losacódelbolsilloconcremallera.—¿Estumadreotravez?—preguntóél.Clary asintió.Veía a sumadrementalmente, pequeña y sola en la entrada de su apartamento. La
sensacióndeculpabilidadlellenóelpecho.AlzólamiradahaciaSimon,quelacontemplabaconlosojossombríosdepreocupación.Surostro
le era tan familiar que podría haberlo bosquejado dormida. Pensó en las solitarias semanas que seextendíananteellasinél,yvolvióameterelmóvilenelbolso.
—Vamos—dijo—.Llegaremostardealespectáculo.
3Cazadordesombras
ParacuandollegaronaJavaJones,Ericyaestabaenelescenario,balanceándosedeunladoaotrofrentealmicrófono,conlosojosbizqueando.Sehabíateñidolaspuntasdeloscabellosderosaparalaocasión.Detrásdeél,Matt,conaspectodeestarcomounacuba,golpeabairregularmenteundjembé.
—Estovaaserunaauténticaporquería—pronosticóClary,yagarróaSimondelamanga,tirandodeélhacialapuerta—.Sisalimoshuyendo,todavíapodemosescapar.
Élmoviónegativamentelacabezacondeterminación.—Soy un hombre de palabra. —Cuadró los hombros—. Traeré el café si tú nos consigues un
asiento.¿Quéquieres?—Cafésolo.Negro...comomialma.Simonsedirigióalmostrador,mascullandoporlobajoalgorespectoaqueeramuchísimomejorlo
quehacíaélahoraqueloquehabíahechonuncaantes.Claryfueenbuscadeasientosparaambos.Lacafeteríaestabaatestadaparaserunlunes;lamayoríadelosdesgastadossofásysillonesestaban
ocupadosporadolescentesquedisfrutabandeunanochelibreentresemana.Eloloracaféyacigarrillosdeclavoeraabrumador.Porfin,Claryencontróunsofádesocupadoenunrincónoscurodelfondo.Laúnica otra persona en las proximidades era unamuchacha rubia con una camiseta naranja sinmangas,jugandoabsortaconsuiPod.
«Estupendo—pensóClary—.Ericnopodrá localizarnosaquíatrásdespuésde laactuaciónparapreguntarquétalnospareciósupoesía.»
La chica rubia se inclinó por encima del lateral de su silla y le dio un golpecito a Clary en elhombro.
—Perdona—Claryalzólamiradasorprendida—,¿esésetunovio?—preguntólamuchacha.Clarysiguióladireccióndelamiradadelachica,preparadayaparadecir:«No,noleconozco»,
cuandoreparóenquelachicasereferíaaSimon,quesedirigíahaciaellas,conelrostrocontraídoenunaexpresiónconcentrada,mientrasintentabanodejarcaerningunodelosvasosdepoliestireno.
—Uh,no—respondióClary—,esunamigo.Lachicasonrióampliamente.—Esmono.¿Tienenovia?Claryvacilóligeramenteantesderesponder.—No.Lamuchachaadoptóunaexpresiónsuspicaz.—¿Esgay?El regreso de Simon ahorró a Clary tener que responder. La chica rubia se volvió a sentar
apresuradamentemientraséldepositabalosvasosenlamesaysedejabacaerjuntoaClary.—Nolosoportocuandosequedansintazas.Esascosasestánardiendo.Se sopló los dedos y puso cara de pocos amigos. Clary intentó ocultar una sonrisa mientras le
observaba. Por lo general, no pensaba en si Simon era guapo o no. Tenía unos bonitos ojos oscuros,supuso,yelcuerposelehabíarellenadobieneneltranscursodelañoanteriorypartedelotro.Conelcortedepeloadecuado...
—Meestásmirandofijamente—dijoSimon—.¿Porquémeestásmirandofijamente?¿Tengoalgoenlacara?
«Debería decírselo—pensó Clary, aunque una parte de ella se mostraba extrañamente reacia ahacerlo—.Seríaunamalaamigasinolohiciera»
—Nomiresahora,peroesachicarubiadeahícreequeeresmono—susurró.Los ojos de Simon se movieron lateralmente para contemplar con atención a la muchacha, que
estudiabaconaplicaciónunejemplardeShonenJump.—¿Lachicadeltopnaranja?Claryasintió.—¿Quétehacepensareso?—preguntóSimon,desconfiado.«Díselo.Va,díselo.»Claryabriólabocapararesponder,yfueinterrumpidaporunfuertepitidodelosbailes.Hizouna
muecadedolorysetapólosoídos,mientrasEric,enelescenario,forcejeabaconelmicrófono.—¡Losiento,chicos!—chillóéste—.Muybien.SoyEric,yésteesmicolegaMattalabatería.Mi
primerpoemase llama«Sin título».—Crispó lacaracomosi sintieradolor,ygimióalmicrófono—:¡Venmifalsogigante,minefandobajovientre!¡Untatodaprotuberanciaconáridocelo!
Simonsedeslizóhaciaabajoensuasiento.—Porfavornodigasanadiequeleconozco.Clarylanzóunarisita.—¿Quiénusalapalabra«bajovientre»?—Eric—respondióSimon,sombrío—.Todossuspoemastienenbajosvientresenellos.—¡Turgenteesmitormento!—gimióEric—.¡Lazozobracreceenelinterior!—Puedesapostaraquesí—repusoClary,ysedeslizóhaciaabajoenelasientojuntoaSimon—.
Detodosmodos,sobrelachicaquepiensaqueeresmono...—Notepreocupesporesoniunsegundo—lecortóél,yClarylemiróconunpestañeosorprendido
—.Hayalgodeloquequeríahablarte.—TopoFuriosonoesunbuennombreparaungrupo—dijoinmediatamenteella.—No es eso—repuso Simon—.Es sobre lo que estábamos hablando antes. Sobre lo de que no
tengonovia.—Ah.—Claryalzóunhombroenungestodeindiferencia—.Vaya,nosé.PideaJaidaJonesque
salgacontigo—sugirió,nombrandoaunadelaspocaschicasdeSanJavierquedeverdadlecaíanbien—.Esagradable,ylegustas.
—NoquieropedirleaJaidaJonesquesalgaconmigo.—¿Porquéno?—Claryseencontróatenazadaporunrepentinoeindeterminadorencor—.¿Note
gustanlaschicaslistas?¿Todavíabuscasuncuerporocanroleante?—Ningunade las dos cosas—respondió él, queparecía agitado—.Noquieropedirle para salir
porqueenrealidadnoseríajustoparaellaquelohiciera...Suspalabrasseapagaron.Claryseinclinóalfrente.Porelrabillodelojopudovercómolachica
rubiaseinclinabatambiénalfrente,escuchando,sinlugaradudas.—¿Porquéno?—Porquemegustaotrapersona—contestóSimon.—Deacuerdo.Simonestaba ligeramenteverdoso, igualque lohabíaestadoenunaocasióncuandose rompióel
tobillojugandoafútbolenelparqueytuvoqueregresaracasacojeandosobreél.Clarysepreguntóquédemonios había en el hecho de que le gustara alguien para colocarle en tal insoportable estado deansiedad.
—Noeresgay,¿verdad?ElcolorverdosodeSimonseintensificó.—Silofuera,vestiríamejor.—Enesecaso,¿quiénes?—preguntóClary.EstabaapuntodeañadirquesiestabaenamoradodeSheilaBar,Eric lepatearíaelculo,cuando
oyóque alguien tosía sonoramente a su espalda.Erauna clasede tosburlona, la clasede sonidoquealguienemitiríasiintentabanoreírenvozalta.
Volviólacabeza.Sentadoenundescoloridosofáverde,aunospocoscentímetrosdeellaestabaJace.Llevabapuestas
lasmismasropasoscurasquelucíalanocheanteriorenelclub.Losbrazosestabandesnudosycubiertosdetenues líneasblancas,comosifueranviejascicatrices.Enlasmuñecas llevabaampliaspulserasdemetal;Clary distinguió elmango de hueso de un cuchillo sobresaliendo de la izquierda.Él lamirabadirectamenteconunladodelaestrechabocacurvadoenunaexpresióndivertida.Peorquelasensacióndequeserierandeella,eralaabsolutaconviccióndeClarydequeélnohabíaestadosentadoallícincominutosatrás.
—¿Quésucede?Simonhabíaseguidoladireccióndesumirada,peroeraevidente,porsurostroinexpresivo,queno
podíaveraJace.«Peroyoteveo.»ClaryclavólamiradaenJacemientraslopensaba,yéstealzólamanoizquierdaparasaludarla.Un
anillocentelleóenundelgadodedo.Eljovensepusoenpieyempezóacaminar,pausadamente,hacialapuerta.LoslabiosdeClarysesepararonconexpresiónsorprendida.Semarchaba,tantranquilo.
NotólamanodeSimonenelbrazo.Pronunciabasunombre,lepreguntabasisucedíaalgo.Lavozdelchicosonabaajena.
—Volveréenseguida—seoyódecir,mientrasselevantabadelsofádeunsalto,casiolvidandodejarlatazadecaféenlamesa.
Saliócorriendohacialapuerta,mientrasSimonlaseguíaatónitoconlamirada.
Clary atravesó precipitadamente las puertas, aterrada por la idea de que Jace pudiera habersedesvanecidoentrelassombrasdelcallejón,comounfantasma.Peroestabaallí, repantingadocontralapared.Habíasacadoalgodelbolsilloypulsababotonesenello.Alzólamiradasorprendidocuandolapuertadelacafeteríasecerróviolentamentetrasella.
Alaluzcadavezmáscrepuscular,sucabelloparecíadeundoradocobrizo.—Lapoesíadetuamigoesterrible—dijo.Clarypestañeó,momentáneamentecogidaporsorpresa.—¿Cómo?—Hedichoquesupoesíaesterrible.Suenacomosisehubieracomidoundiccionarioyempezadoa
vomitarpalabrasalazar.—No me importa la poesía de Eric. —Clary estaba furiosa—. Quiero saber por qué me estás
siguiendo.—¿Quiénhadichoqueteestésiguiendo?—Buenintento.Yestabasescuchandodisimuladamente,además.¿Quierescontarmedequévatodo
esto,odeberíasimplementellamaralapolicía?—¿Y decirles qué?—replicó Jace en tono mordaz—. ¿Que gente invisible te está molestando?
Confíaenmí,pequeña,lapolicíanoarrestaráaalguienquenopuedever.—Yatedijeantesqueminombrenoespequeña—mascullóellaentredientes—.EsClary.—Losé—repusoél—.Unnombrebonito.Comolahierba,lasalviasclareaoclary.Enlosviejos
tiempos,lagentepensabaquecomerselassemillaspermitíaveralosseresmágicos.¿Sabíaseso?—Notengoniideadequéestáshablando.—Nosabesgrancosa,¿verdad?—preguntóél,yhabíaunperezosodesdénensusojosdorados—.
Parecesserunmundanocomocualquierotromundano,sinembargopuedesverme.Pareceunacertijo.—¿Quéesunmundano?
—Alguiendelmundohumano.Alguiencomotú.—Perotúereshumano—afirmóClary.—Losoy—repusoél—.Peronosoycomotú.Nohabíaningúndejedefensivoensuvoz.Sonócomosinoleimportarasilecreíaono.—Tecreesqueeresmejor.Esporesoqueteestabasriendodenosotros—Mereíadevosotrosporquelasdeclaracionesdeamormedivierten,enespecialcuandonoson
correspondidas—explicóél—.YporquetuSimonesunodelosmundanosmásmundanosconlosquemehetropezadojamás.YporqueHodgepensóquepodríasserpeligrosa,perosiloeres,desdeluegonolosabes.
—¿Yo,peligrosa?—repitióClary,estupefacta—.Tevimataraalguienanoche.Tevihundirleuncuchillobajolascostillas,y...
«Yvicómoélteheríacondedosqueerancomocuchillas.Tevisangrando,yahoraparececomosinadatehubieratocado.»
—Quizáseaunasesino—dijoJace—,peroséloquesoy.¿Puedestúdecirlomismo?—Soyunserhumanocorriente,talycomodijiste.¿QuiénesHodge?—Mitutor.Yyonometildaríatanrápidamentedecorriente,sifueratú.—Seinclinóalfrente—.
Dejaquetevealamanoderecha.—¿Mimanoderecha?—repitióella,yélasintió—.¿Siteenseñolamano,medejarástranquila?—Desdeluego.Suvozdejótraslucirundejedivertido.Ella extendió la mano derecha de mala gana. Tenía un aspecto pálido bajo la tenue luz que se
derramabadesdelasventanas,conlosnudillossalpicadosporunalevecapadepecas.Dealgúnmodo,sesintiótandesprotegidacomosiseestuvieralevantandolacamisaylemostraraelpechodesnudo.
—Nada.—Lavozdelmuchachosonódecepcionada—.Noereszurda,¿verdad?—No.¿Porqué?Éllesoltólamanoconunencogimientodehombros.—Alamayoríadeniñoscazadoresdesombraslosmarcanenlamanoderecha...oenlaizquierda,si
sonzurdoscomoyo...,cuandoaúnsonpequeños.Esunarunapermanentequeprestaunahabilidadextraconarmas.
Lemostróeldorsodesumanoizquierda;aellalepareciótotalmentenormal.—Noveonada—dijo.—Dejaquetumenteserelaje—sugirióél—.Aguardaaquevengaati.Comosiaguardasesaque
algoseelevaraalasuperficiedelagua.—Estásloco.Peroserelajó,fijandolamiradaenlamano,contemplandolasdiminutaslíneassobrelosnudillos,
laslargasarticulacionesdelosdedos...Lesaltóa lavistade improviso,centelleandocomounaseñaldeNOCRUZAR.Undibujonegro
parecidoaunojo.Parpadeó,yeldibujosedesvaneció.—¿Untatuaje?Élsonrióconairedesuficienciaybajólamano.—Estabasegurodequepodríashacerlo.Ynoesuntatuaje...esunaMarca.Sonrunas,marcadasa
fuegoennuestracarne.—¿Hacenquemanejesmejorlasarmas?AClaryleresultódifícildecreer,aunquequizánomásdifícilquecreerenlaexistenciadezombies.—Marcasdistintashacencosasdistintas.Algunassonpermanentes,pero lamayoríasedesvanece
cuandohansidousadas.—¿Es por eso que hoy no tienes los brazos pintados? —preguntó ella—. ¿Incluso cuando me
concentro?—Eseesexactamenteelmotivo.—Sonósatisfechoconsigomismo—.SabíaqueposeíaslaVisión,
almenos.—Echóunaojeadaalcielo—.Casihaoscurecidoporcompleto.Deberíamosirnos.—¿Deberíamos?Creíaqueibasadejarmetranquila.—Tehementido—respondióJacesinunapizcadevergüenza—.Hodgedijoquedebollevarteal
Instituto.Quierehablarcontigo.—¿Porquéibaaquererhablarconmigo?—Porqueahorasabeslaverdad—respondióJace—.Nohaexistidomundanoqueconocieranuestra
existenciadurantealmenoscienaños.—¿Nuestra existencia?—repitió ella—. Te refieres a la de gente como tú. A gente que cree en
demonios.—Agentequelosmata—corrigióJace—.Somosloscazadoresdesombras.Almenos,esoeslo
quenosllamamosanosotrosmismos.Lossubterráneostienennombresmenoshalagüeñosparanosotros.—¿Subterráneos?—LosHijosdelaNoche.Losbrujos.Losduendes.Losseresmágicosdeestadimensión.Clarysacudiólacabeza.—Notedetengasahí.Supongoquetambiénhay,digamos:¿vampiros,hombresloboyzombies?—Desdeluegoqueloshay—leinformóJace—.Aunqueloszombieslosencuentrasensumayoría
másalsur,dondeestánlossacerdotesdelvoudun.—¿Quéhaydelasmomias?¿SóloandanporEgipto?—Noseasridícula.Nadiecreeenmomias.—¿Nadiecree?—Porsupuestoqueno—afirmóJace—.Mira,Hodgeteexplicarátodoestocuandoleveas.Clarycruzólosbrazossobreelpecho.—¿Quésucedesinoquieroverle?—Eseestuproblema.Puedesvenirvoluntariamenteoalafuerza.Clarynopodíacreerloqueoía.—¿Estásamenazandoconsecuestrarme?—Siquieresverlodeesemodo—dijoJace—,sí.Clary abrió la bocaparaprotestar, pero la interrumpióun estridente zumbido.Sumóvil volvía a
sonar.—Adelante,respondesiquieres—indicóJaceconmagnanimidad.Elteléfonodejódesonar,luegovolvióaempezar,fuerteeinsistente.Claryfruncióelcejo;sumadre
debíadeestarrealmentefuriosa.LediolaespaldaamediasaJaceyempezóarebuscarenelbolso.Paracuandoconsiguiódesenterrarlo,elmóvilibayaporlaterceratandadetimbrazos.Seloacercóalaoreja.
—¿Mamá?—Ah, Clary. Vaya, gracias a Dios. —Una penetrante sensación de alarma recorrió la columna
vertebraldelamuchacha;sumadreparecíapresadelpánico—.Escúchame...—Todovabien,mamá.Estoyperfectamente.Voydecaminoacasa...—¡No!—ElterrorhizochirriarlavozdeJocelyn—.¡Novengasacasa!¿Meentiendes,Clary?Ni
seteocurraveniracasa.VeacasadeSimon.VedirectamenteacasadeSimonyquédateahíhastaquepueda...
Un ruido de fondo la interrumpió: el sonido de algo que caía, que se hacía añicos, algo pesadogolpeandoelsuelo...
—¡Mamá!—gritóClaryenelteléfono—.¿Mamá,estásbien?Delteléfonosurgióunfuertezumbido,ylavozdelamadredeClaryseabriópasoatravésdela
estática.
—Sólo prométeme que no vendrás a casa.Ve a casa deSimon y llama aLuke... dile queme haencontrado...
Suspalabrasquedaronahogadasporunfuerteestrépitoparecidoaldelamaderaalastillarse.—¿Quiéntehaencontrado?Mamá,¿hasllamadoalapolicía?¿Lohashecho...?Su desesperada pregunta quedó interrumpida por un sonido que Clary jamás olvidaría: un
discordantesonidodeslizante,seguidoporungolpesordo.Oyócómosumadreaspirabaconfuerza.—Tequiero,Clary—leoyódecir,convozinquietantementetranquila.Elteléfonosedesconectó.
—¡Mamá!—aullóClaryalteléfono—.¿Mamá,estásahí?«Fin de la llamada», apareció en la pantalla. Pero ¿por qué habría colgado su madre de aquel
modo?—Clary—dijoJace,yfuelaprimeravezqueleoyódecirsunombre—.¿Quésucede?Claryhizocasoomisodeél.Oprimiófebrilmenteelbotónquemarcabaelnúmerodesucasa.No
huborespuesta,apartedeldobletonoqueindicabaqueestabacomunicando.LasmanosdeClaryhabíanempezadoatemblardeunmodoincontrolable.Cuandointentóvolvera
marcar,elteléfonoseleresbalódelatemblorosamanoygolpeóviolentamentecontralaacera.Sedejócaerderodillaspararecuperarlo,peroyanofuncionaba,habíaunalargarajabienvisiblesobrelapartefrontal.
—¡Malditasea!Casillorando,arrojóelteléfonoalsuelo.—Para de una vez. —Jace tiró de ella para incorporarla, agarrándola por la muñeca—. ¿Ha
sucedidoalgo?—Dame tu teléfono—dijoClary,extrayendounobjetooblongodemetalnegrodelbolsillode la
camisadeJace—.Tengoque...—Noesunteléfono—repusoJace,sinhacerelmenorintentoderecuperarlo—.Esunsensor.No
podrásutilizarlo.—¡Peronecesitollamaralapolicía!—Primerodimeloquehasucedido.—Ellaintentóliberarviolentamentelamuñeca,peroéllaasía
conunafuerzaincreíble—.Puedoayudarte.LacólerainundóaClary,comounamareaardienterecorriéndolelasvenas.Sinsiquierapensaren
loquehacía,legolpeóenlacara,arañándolelamejilla,yélseechóhaciaatrássorprendido.ClarysesoltóycorrióhacialaslucesdelaSéptimaAvenida.
Cuandoalcanzólacalle,sevolvióenredondo,medioesperandoveraJacepisándolelostalones.Peroelcallejónestabavacío.Porunmomento,clavólamirada,indecisa,enlassombras.Nadasemovíaensuinterior.Sevolviódenuevoycorrióhaciasucasa.
4Rapiñador
La noche se había vuelto aúnmás calurosa y correr a casa fue comonadar a toda velocidad en sopahirviendo. En la esquina de su bloque, Clary se vio atrapada por un semáforo en rojo. Se removiónerviosamentearribayabajosobre laspuntasde lospies,mientrasel tráficopasabazumbandoenunamasaborrosadefaros.Intentóvolverallamarasucasa,peroJacenolehabíamentido:suteléfononoeraunteléfono.AlmenosnoseparecíaaningúnteléfonoqueClaryhubiesevistoantes.Losbotonesdelsensornoteníannúmeros,sólomásdeaquellossímbolosextravagantes,ynohabíapantalla.
Mientrastrotabacallearribaendirecciónasucasa,vioquelasventanasdelsegundopisoestabaniluminadas,laacostumbradaseñaldequesumadreestabaencasa.
«Estupendo—sedijo—.Todoestábien.»Perosintióunnudoenelestómagoencuantopisólaentrada.Laluzdeltechosehabíafundido,yel
vestíbulo estaba a oscuras. Las sombras parecían llenas de movimientos clandestinos. Con unestremecimiento,empezóasubirlaescalera.
—¿Yadóndecreesquevas?—dijounavoz.Clarysevolvió.—¿Qué...?Seinterrumpió.Susojosseestabanajustandoalapenumbra,ypodíadistinguirlaformadeunsillón
enorme, colocado frente a la puerta cerrada de madame Dorothea. La anciana estaba encajada en elinteriorcomouncojíndemasiadorelleno.En lapenumbra,Clarysolodistinguió la formaredondadelrostroempolvado,elabanicodeencajeblancoenlamanoylaaberturadelabocacuandohabló.
—Tumadre—dijoDorothea—,haestadohaciendounbuenbarulloahíarriba.¿Quéestáhaciendo?¿Moviendomuebles?
—Nocreo...—Y la luz de la escalera se ha fundido, ¿te has dado cuenta?—Dorothea golpeteó el brazo del
asientoconelabanico—.¿Nopuedehacertumadrequesunoviolacambie?—Lukenoes...—Laclaraboyatambiénnecesitaquelalaven.Estáasquerosa.Nomesorprendequeestoestécasi
tanoscurocomolabocadellobo.«LukeNO es el casero», quiso decirleClary, pero no lo hizo.Aquello era típico de su anciana
vecina.UnavezqueconsiguieraqueLukepasaraporallíycambiaralabombilla,lepediríaquehicierauncentenardeotrascosas: ir a recogerle la compra, limpiar laducha.Enunaocasión lehabíahechohacerpedazosunviejosofáconunahachaparapoderlosacardelapartamentosintenerquedesmontarlapuertadesusgoznes.
—Lopreguntaré—dijoClary,suspirando.—Serámejorquelohagas.—Dorotheacerróelabanicodegolpeconunmovimientodemuñeca.LasensacióndeClarydequealgonoibabiennohizomásqueacrecentarsecuandollegóalapuerta
del apartamento.Estaba sincerrar con llave, algoentreabierta,derramandounhazde luzen formadecuñasobreelrellano.Conunasensacióndecrecientepánico,empujólapuertaparaabrirladeltodo.
Dentro del apartamento, las luces estaban prendidas: todas las lámparas refulgían encendidas entodasuluminosidad.Elresplandorlehiriólosojos.
Lasllavesyelbolsorosadesumadreestabansobreelpequeñoestantedehierroforjadosituadojuntoalapuerta,dondesiemprelosdejaba.
—¿Mamá?—llamó—.Mamá,estoyencasa.
No hubo respuesta. Entró en la sala. Las dos ventanas estaban abiertas, conmetros de diáfanascortinas blancas ondulando en la brisa, igual que fantasmas inquietos. Únicamente cuando el vientoamainóylascortinassequedaronquietas,advirtióClaryquehabíanarrancadolosalmohadonesdelsofáy los habían desperdigado por la habitación. Algunos estaban desgarrados longitudinalmente, con lasentrañas de algodón derramándose sobre el suelo. Habían volcado las estanterías y esparcido sucontenido.La banqueta del piano estaba caída de costado, abierta como una herida, con los queridoslibrosdemúsicadeJocelyndesparramadosporelsuelo.
Lomás aterrador eran los cuadros.Cadaunode ellos había sido cortadodelmarcoy rasgado atiras, que estaban esparcidas por el suelo. Sin duda lo habían hecho con un cuchillo; resultaba casiimposibleromperunatelaconlasmanos.Losmarcosvacíosparecíanhuesospelados.Clarysintióqueungritosealzabaenelinteriordesupecho.
—¡Mamá!—chilló—.¿Dóndeestás?¡Mami!Nohabíallamado«mami»aJocelyndesdequecumpliólosocho.Conelcorazóndesbocado,corrióalinteriordelacocina.Estabavacía;laspuertasdelosarmarios,
abiertas; una botella de salsa de Tabasco rota vertía picante líquido rojo sobre el linóleo. Sintió lasrodillascomosifueranbolsasdeagua.Sabíaquedebíasalircorriendodelapartamento,llegarhastaunteléfono,llamaralapolicía.Perotodasaquellascosasparecíandistantes;primeronecesitabaencontrarasumadre,necesitabaverqueestababien.¿Ysihabíanentradoladronesysumadresehabíadefendido...?
«¿Quéclasedeladronesnosellevaríanelbilletero,olatele,oelreproductordeDVD,oloscarosportátiles?»,pensó.
Estaba ya ante la puerta del dormitorio de su madre. Por un momento pareció como si esahabitación,almenos,hubierapermanecidointacta.LacolchadefloreshechaamanodeJocelynestabacuidosamentedobladasobreeledredón.ElpropiorostrodeClarysonreíadesdeloaltodelamesitadenoche,concincoañosyunasonrisadesdentadaenmarcadaporunoscabellosrojizos.UnsollozosealzóenelpechodeClary.
«Mamá—lloróinteriormente—,¿quetehasucedido?»Elsilenciolerespondió.No,nosilencio;unruidoatravesóelapartamento,poniéndoledepuntalos
cabellosdelcogote.Eracomosiderribaranalgo,unobjetopesadochocandocontraelsueloconungolpesordo.Elgolpe sordo fue seguidoporun sonidodeslizante, de algoal ser arrastrado... e ibahacia eldormitorio. Con el estómago contraído por el terror, Clary se irguió apresuradamente y se volviódespacio.
Porunmomento leparecióqueelumbralestabavacío,ysintióunaoleadadealivio.Luegomiróabajo.
Estaba agazapada en el suelo; era una criatura larga y cubierta de escamas, con un ramillete deplanosojosnegroscolocadosjustoenelcentrodelapartedelanteradesucráneoabovedado.Parecíauncruceentreuncaimányunciempiés;teníaunhocicogruesoyplano,yunacoladepúasquerestallabaamenazadora de lado a lado. Múltiples patas se contrajeron debajo de la criatura mientras ésta sepreparabaparasaltar.
UnalaridobrotódelagargantadeClary,quesetambaleóhaciaatrás,tropezóycayó,justocuandola criatura se abalanzaba sobre ella. Rodó a un lado, y el animal no la alcanzó por cuestión decentímetros, y resbaló sobre el suelo demadera, en el que sus zarpas abrieron profundos surcos.Ungruñidosordoborboteódelagargantadelanimal.
Claryse incorporóa todaprisaycorrióhaciaelpasillo,perolacosaerademasiadorápidaparaella.Volvióasaltar,aterrizandojustoencimadelapuerta,dondesequedócolgadaigualqueunamalignaarañagigante,mirándolafijamenteconsuramilletedeojos.
Lasmandíbulasseabrieronlentamenteparamostrarunahileradecolmillosquederramabanbabaverdosa. Una lengua larga y negra se agitó hacia el exterior por entre las fauces, mientras la cosa
gorjeabaysiseaba.Horrorizada,Clarycomprendióquelosruidosqueaquelloemitíaeranpalabras.—Chica—siseó—.Carne.Sangre.Paracomer,ah,paracomer.Elmonstruoempezóadeslizarselentamenteparedabajo.AlgunapartedeClaryhabíapasadomás
alládelterroraunaespeciedeinmovilidadglacial.Lacosaestabasobresuspatasahora,arrastrándosehacia ella.Retrocediendo, lamuchacha agarró un pesadomarco con una fotografía de la cómoda queteníaallado—ellamisma,juntoconsumadreyLukeenConeyIsland,apuntodemontarenlosautosdechoque—yselaarrojóalmonstruo.
Lafotografíaloalcanzóenlaregiónabdominalyrebotó,golpeandoelsueloconelsonidodecristalhaciéndoseañicos.Lacriaturanopareciónotarlo.Siguióhaciaella,conelcristalrotoastillándosebajosuspatas.
—Huesos,paratriturar,parasuccionareltuétano,parabeberlasvenas...La espalda de Clary golpeó la pared. No podía retroceder más. Notó un movimiento contra su
caderaycasisaltó fueradesí.Elbolsillo.Hundió lamanodentroysacóelobjetodeplásticoque lehabíacogidoaJace.Elsensorseestremecía,igualqueunteléfonomóvilpuestoenmodovibración.Elduromaterial resultaba casi dolorosamente caliente en su palma.Cerró lamano alrededor del sensorjustocuandolacriaturasaltaba.
Labestiaseprecipitócontraella,derribándolaalsuelo;lacabezayloshombrosdeClarychocaroncontraéste.Seretorciólateralmente,peroesacosaerademasiadopesada.Estabaencimadeella,unpesoopresivoyviscosoquehacíaquesintieranáuseas.
—Paracomer,paracomer—gimiólacosa—.Peronoestápermitido,tragar,saborear.El abrasador aliento que le caía sobre el rostro apestaba a sangre.Clary no podía respirar. Las
costillasparecíanapuntodehacérselepedazos.Teníaelbrazoinmovilizadoentreelcuerpoyelmonstruo,conelsensorclavándoseleenlapalma.
Seretorció,intentandoliberarlamano.—Valentinenuncalosabrá.Nodijonadasobreunachica.Valentinenoseenojará.La boca sin labios se contorsiono cuando las fauces se abrieron, lentamente, y una oleada de
ardientealientoapestosocayósobreelrostrodeClary.Lamanode lamuchachaquedo libre,yconunalarido,golpeoa labestia,deseandomachacarla,
cegarla.Casi habíaolvidado el sensorpero cuando la criatura se le abalanzóhacia el rostro, con lasfaucesdepar enpar, lo incrustó entre susdientes.Sintió cómo la baba, calientey acida, le cubría lamuñecaylecaíaengotasabrasadorassobrelapielaldescubiertodelrostroylagarganta.Comodesdemuylejos,seoyóasímismachillar.
Casi sorprendida, la criatura se echó violentamente hacia atrás con el sensor alojado entre dosdientes.Gruñóconunpastosozumbidoenojado,yechólacabezahaciaatrás.Clarylaviotragar,vioelmovimientodelagarganta.
«Soylasiguiente—pensó,aterrorizada—.Soy...»De repente, la bestia empezó a contorsionarse. Presa de espasmos incontrolables, rodó fuera de
Claryysobre laespalda,con lasmúltiplespatasagitándoseenelaire.Un fluidonegro lebrotóde laboca.
Dandoboqueadas,Clary rodó sobre símismay empezó a gatear, alejándose de la criatura.Casihabíaalcanzadolapuertacuandooyóquealgosilbabaenelairecercadesucabeza.Intentóagacharse,perofuedemasiadotarde.Unobjetochocóviolentamentecontrasunuca,yellasedesplomó,sumiéndoseenlaoscuridad.
A través de sus párpados se abría paso una luz azul, blanca y roja, se oía un agudo gemido, que setornabacadavezmásagudo,comoelgritodeunniñoaterrado.Clarytomóaireyabriólosojos.
Estaba tumbada sobre una hierba fría y húmeda. El cielo nocturno ondulaba en lo alto, el brillo
peltrede lasestrellasdesteñidopor las lucesde laciudad. Jaceestabaarrodilladoa su lado,con losbrazaletesdeplatadelasmuñecaslanzandodestellosluminosos,mientrasrompíaatiraseltrozodetelaquesostenía.
—Notemuevas.El lamento amenazaba con partirle los oídos, así que Clary volvió la cabeza lateralmente,
desobediente, y fue recompensada con una cortante punzada de dolor que le descendió veloz por laespalda.Estabatendidasobreuntrozodecésped,detrásdeloscuidadosrosalesdeJocelyn.Elfollajeleocultaba en parte la visión de la calle, donde un coche de policía, con la barra de luz azul y blancacentelleando, se hallaba detenido sobre el bordillo, haciendo sonar la sirena. Un pequeño grupo devecinos se había reunido ya, mirando con atención mientras la portezuela del coche se abría y dosoficialesenuniformeazuldescendíandeél.
Lapolicía.Intentóincorporarseyvolvióasentirarcadas,losdedosselecontrajeronsobrelatierrahúmeda.
—Te dije que no te movieras —siseó Jace—. Ese demonio rapiñador te alcanzó en la parteposterior del cuello. Estaba medio muerto, de modo que no fue un gran picotazo, pero tenemos quellevartealInstituto.Quédatequieta.
—Esacosa...,elmonstruo...,hablaba.—Clarytemblabasinpodersecontener.—Yahasoídohablaraundemonioantes.LasmanosdeJacesemovíancondelicadezamientrasledeslizabalatiradetelabajoelcuelloyla
anudaba.Estabaembadurnadaconalgoceroso,comoelungüentodejardineroquesumadreusabaparamantenersuaveslasmanos,maltratadasporlapinturaylatrementina.
—EldemoniodelPandemónium...parecíaunapersona.—Era un demonio eidolon.Un cambiante. Los rapiñadores parecen lo que parecen.No sonmuy
atractivos,perosondemasiadoestúpidosparaquelesimporte.—Dijoqueibaacomerme.—Peronolohizo.Lomataste.—Jacefinalizóelnudoyserecostó.Con gran alivio para Clary, el dolor en la parte posterior del cuello se había desvanecido. Se
incorporóparasentarse.—Lapolicíaestáaquí.—Suvozeracomoelcroardeunarana—.Deberíamos...—Nohaynadaquepuedanhacer.Probablementealguienteoyógritarylosllamó.Diezaunoaque
ésosnosonauténticosagentesdepolicía.Losdemoniossabencubrirsushuellas.—Mimadre—dijoClary,obligandoalaspalabrasasaliratravésdelagargantainflamada.—Hayvenenoderapiñadorcirculandoportusvenasjustoenestosmomentos.Estarásmuertaenuna
horasinovienesconmigo.Sepusoenpieyletendióunamano.Ellalatomó,yéllalevantódeuntirón.—Vamos.Elmundoseladeó.Jacelepasóunamanoporlaespalda,sosteniéndola.Elmuchachoolíaapolvo,
sangreymetal.—¿Puedesandar?—Esocreo.Claryechóunaojeadaatravésdelosrosalesllenosdeflores.Viocómolapolicíaascendíaporel
camino.Unodeellos,unamujerdelgada,sosteníaunalinternaenunamano.Cuandolaalzó,Claryvioquelamanoestabadescarnada;eraunamanoesqueléticaterminadaenafiladoshuesosenlaspuntasdelosdedos.
—Sumano...—Tedijequepodíanserdemonios.—Jaceechóunvistazoalapartetraseradelacasa—.Tenemos
quesalirdeaquí.¿Podemospasarporelcallejón?
Clarynegóconlacabeza.—Estátapiado.Nohaysalida...Suspalabrassedisolvieronenunataquedetos.Alzóunamanoparataparselaboca,ycuandola
apartóestabaroja.Lanzóungemido.Jaceleagarrólamuñecayselagiródemodoquelaparteblancayvulnerabledelacaraanterior
delbrazoquedaraaldescubiertobajolaluzdelaluna.Traceríasdevenasazulesrecorríanelinteriordela piel, transportando sangre envenenada al corazón y al cerebro. Clary sintió que las rodillas se ledoblaban.Jaceteníaalgoenlamano,algoafiladoyplateado.Intentóretirarlamano,peroéllasujetabacondemasiadafuerza.Sintióunpunzantebesosobrelapiel.Cuandoelmuchacholasoltó,viopintadounsímbolo negro como los que le cubrían a él la piel, justo bajo el pliegue de la muñeca. Parecía unconjuntodecírculosquesesolapaban.
—¿Quésesuponequehaceeso?—Teocultará—respondióél—.Temporalmente.DeslizólacosaqueClaryhabíacreídoqueerauncuchillodentrodelcinturón.Eraunlargocilindro
luminoso,gruesocomoundedoíndiceyqueseestrechabahastaterminarenpunta.—Miestela—dijoél.Clarynopreguntóquéeraeso.Estabaocupada intentandonocaerse.Elsuelosebalanceababajo
suspies.—Jace—dijo,ysedesplomócontraél.Éllasujetócomosiestuvieraacostumbradoasujetarajovencitasquesedesmayaban,comosilo
hicieratodoslosdías.Alomejorasíera.Lacogióenbrazos,diciéndolealgoaloídoquesonóparecidoa«Alianza».Claryechólacabezahaciaatrásparamirarle,perosóloviolasestrellasdandovolteretaslateralesenelcielooscurosobresucabeza.Entoncesdesaparecióelfondodetodaspartes,ynisiquieralosbrazosdeJaceasualrededorfueronsuficientesparaimpedirlecaer.
5Claveyalianza
—¿Creesquedespertaráalgunavez?Yahantranscurridotresdías.—Tienesquedarletiempo.Elvenenodedemonioesalgopotente,yellaesunamundana.Notiene
runasquelamantenganfuertecomoanosotros.—Losmundismuerenmuyfácilmente,¿noescierto?—Isabelle,yasabesquetraemalasuertehablardemuerteenlahabitacióndeunenfermo.
«Tresdías—pensóClarylentamente.Todossuspensamientosdiscurríantandensaylentamentecomolasangreolamiel—.Tengoquedespertar.»Peronopodía.Lossueñoslaretenían,unotrasotro,unríodeimágenesquelaarrastrabancomounahojazarandeadaenunacorrientedeagua.Vioasumadreyaciendoen una cama de hospital, los ojos comomoretones en un rostro blanco. Vio a Luke, de pie sobre unmontón de huesos. A Jace con alas de blancas plumas brotándole de la espalda, a Isabelle sentadadesnuda con su látigo enroscado en el cuerpo como una red de anillos dorados, a Simon con crucesgrabadasafuegoenlapalmadelasmanos.Aángeles,quecaíanyardían.Quecaíandelcielo.
—Tedijequeeralamismachica.
—Losé.Espoquitacosa,¿verdad?Jacedicequematóaunrapiñador.—Sí.Laprimeravezquelavimos,meparecióqueeraunahadita.Aunquenoeslobastantebonita
paraserunahadita.—Bueno,nadielucesumejoraspectoconvenenodedemonioenlasvenas.¿Hodgevaallamara
losHermanos?—Esperoqueno.Meponenlospelosdepunta.Cualquieraquesemutiledeesemodo...—Nosotrosnosmutilamos.—Losé,Alec,perocuandolohacemos,noespermanente.Ynosiempreduele...—Sieres lobastantemayor.Hablandodel tema,¿dóndeestáJace?Lasalvó,¿verdad?Yohabría
pensadoquesetomaríaalgodeinterésporsurecuperación.—Hodgedijoquenohavenidoaverladesdequelatrajoaquí.Supongoquenoleimporta.—Avecesmepreguntosiél...¡Mira!¡Sehamovido!—Imaginoqueestávivadespuésdetodo—Unsuspiro—.SelodiréaHodge.
Clarysentíalospárpadoscomosiseloshubiesencosido.Imaginóquenotabaquelapielsedesgarrabamientraslosdespegabalentamenteparaabrirlosyparpadeabaporprimeravezentresdías.
Vio un claro cielo azul sobre su cabeza, con nubes blancas rechonchas y ángeles regordetes concintasdoradascolgandodelasmuñecas.
«¿Estoymuerta?—sepreguntó—.¿Esposiblequeelcielotengaesteaspecto?»Cerrólosojosconfuerzayvolvióaabrirlos:enestaocasiónadvirtióqueloquecontemplabaera
untechoabovedadodemadera,pintadoconunmotivorococódenubesyquerubines.Sesentópenosamente.Ledolían todasycadaunade laspartesdesucuerpoenespecial lanuca.
Miró alrededor. Estaba acostada en una cama de sábanas de hilo, una de una larga hilera de camasparecidasconcabezalesdemetal.Sucamateníaunamesilladenochealladoconunajarrablancayunatazaencima.Habíacortinasdeencajecorridassobrelasventanas, impidiendoelpasoalaluz,aunquepudooírelquedoyomnipresentesonidodeltráficoneoyorquinollegandodelexterior.
—Vaya, finalmente estás despierta —dijo una voz seca—. Hodge estará contento. Todos
pensábamosqueprobablementemoriríasmientrasdormías.Claryvolviólacabeza.Isabelleestabaencaramadaenlacamacontigua,conlalargamelenanegro
azabachesujetaendosgruesas trenzas,que lecaíanpordebajode lacintura.Elvestidoblancohabíasidoreemplazadoporvaquerosyunaajustadacamisetasinmangas,aunqueelcolganterojo todavía leparpadeaba en la garganta. Los oscuros tatuajes en espiral habían desaparecido; su piel aparecía taninmaculadacomolasuperficiedeuncuencodenata.
—Lamento haberos decepcionado.—La voz de Clary chirrió como papel de lija—. ¿Es esto elInstituto?
Isabellepusolosojosenblanco.—¿HayalgunacosaqueJacenotehayacontado?Clarytosió.—EstoeselInstituto,¿correcto?—Sí;estásenlaenfermería,aunqueyatelohabrásimaginado.Un repentino dolor punzante obligó a Clary a llevarse las manos al estómago. Lanzó un grito
ahogado.Isabellelamiróalarmada.—¿Estásbien?El dolor se desvanecía, pero Clary era consciente de una sensación acida en las paredes de la
gargantaydeunextrañoaturdimiento.—Miestómago.—Ah,bueno.Casiloolvidé.Hodgedijoquetediéramosestocuandodespertaras.Isabellealargólamanoparaagarrarlajarradecerámicayvertiópartedelcontenidoenlatazaa
juego,queentregóaClary.Estaballenadeunlíquidoturbioquehumeabaligeramente.Olíaahierbasyaalgomás,algosustanciosoyoscuro.
—Nohascomidonadaen tresdías—indicó Isabelle—.Probablementeesporesoque te sientesmareada.
Clarytomóunsorboconcautela.Eradelicioso,suculentoysaciante,conunregustoamantequilla.—¿Quéesesto?Isabelleseencogiódehombros.—UnadelastisanasdeHodge.Siemprefuncionan.—Sedeslizófueradelacamayaterrizóenel
sueloarqueandolaespaldacomounfelino—.Apropósito,soyIsabelleLightwood.Vivoaquí.—Sétunombre.YosoyClary.ClaryFray.¿MetrajoJaceaquí?Isabelleasintió.—Hodgeestabafurioso.Dejasteicorysangreportodalaalfombradelaentrada.SiJacetehubiera
traídoestandomispadresaquí,elloslohabríancastigadoseguro.—MiróaClarymásdecerca—.Jacedijoquematasteaaqueldemoniorapiñadortúsola.
Unaimagenvelozdeaquellacosaparecidaaunescorpión,consurostrohurañoymalvado,pasócomounaexhalaciónporlamentedelamuchacha;seestremecióyaferrólatazaconmásfuerza.
—Supongoquesí.—Peroeresunamundi.—Sorprendente,¿verdad?—dijoClary,saboreandolaexpresióndeapenasdisimuladoasombrodel
rostrodeIsabelle—.¿DóndeestáJace?¿Estáporaquí?Laotramuchachaseencogiódehombros.—Poralgunaparte—respondió—.Deberíairadeciratodoelmundoquetehasdespertado.Hodge
querráhablarcontigo.—HodgeeseltutordeJace,¿no?—Hodgeeseltutordetodosnosotros.—Señalóconlamano—.Elbañoestáporahí,yhecolgado
algunasdemisviejasropaseneltoalleroporsiquierescambiarte.Claryfueatomarotrosorbodelatazaydescubrióqueestabavacía.Yanosesentíahambrientani
tampocomareada,loqueeraunalivio.Depositólatazaenlamesillayarrebujólasábanaasualrededor.—¿Quéhapasadoconmiropa?—Estabacubiertadesangreyveneno.Jacelaquemó.—¿Ah,sí?—inquirióClary—.Dime,¿essiempretangrosero,oguardaesoparalosmundanos?—Bueno, es grosero con todo el mundo—respondió Isabelle con displicencia—. Es lo que le
convierteentancondenadamentesexy.Eso,yqueasuedadesquienmásdemonioshamatado.Clarylamiró,perpleja.—¿Noestuhermano?EsoatrajolaatencióndeIsabelle,quelanzóunacarcajada.—¿Jace?¿Mihermano?No.¿Dedóndesacasteesaidea?—Bueno,viveaquícontigo—indicóClary—.¿Noescierto?Isabelleasintió.—Bueno,sí,pero...—¿Porquénoviveconsuspropiospadres?Porunfugazinstante,Isabellepareciósentirseincómoda.—Porqueestánmuertos.LabocadeClaryseabrió,sorprendida.—¿Murieronenunaccidente?—No —Isabelle se removió inquieta, echándose un oscuro mechón de cabello tras la oreja
izquierda—.Sumadremuriócuandoélnació.Asupadreloasesinaroncuandoélteníadiezaños.Jaceloviotodo.
—Vaya—dijoClary,convozqueda—.¿Fueron...demonios?Isabelleseirguió.—Mira,serámejorqueaviseatodoelmundodequehasdespertado.Hanestadoesperandodurante
tresdíasqueabrieraslosojos.Ah,hayjabónenelcuartodebaño—añadió—.Talvezquieraslavarteunpoco.Hueles.
Clarylelanzóunamiradafuriosa.—Muchísimasgracias.—Esunplacer.
LasropasdeIsabelleresultabanridículas.Clarytuvoqueenrollar laspernerasdelosvaquerosvariasvecesparaconseguirdejardepisárselas,yelpronunciadoescotedelacamisetarojasinmangasnohacíamásqueresaltarsufaltadeloqueErichabríadenominadouna«repisa».
Seaseóenelpequeñocuartodebaño,usandounapastilladedurojabóndelavanda.Secarseconuna toalla blanca de mano le dejó húmedos cabellos dispersos alrededor del rostro en aromáticasmarañas.Entrecerró losojos ante su reflejo en el espejo.Teníaunmoretónen laparte superiorde lamejillaizquierda,yloslabiosestabanresecosehinchados.
«TengoquellamaraLuke»,pensó.Seguramentehabríaunteléfonoporallí,enalgunaparte.QuizáledejaríanusarlodespuésdequehablaraconHodge.
Encontró sus deportivas pulcramente colocadas a los pies de la cama de la enfermería, con susllavesatadasaloscordones.Secalzó,aspiróprofundamenteymarchóenbuscadeIsabelle.
El pasillo en el exterior de la enfermería estaba vacío. Clary le dirigió un vistazo, perpleja. Separecía a la clase de pasillo por el que a veces se encontraba corriendo en sus pesadillas, oscuro einfinito.Lámparasdecristalenformaderosascolgabanaintervalosdelasparedes,yelaireolíacomoapolvoyceradevela.
A lo lejos oyóun sonido tenuey delicado, comoun carillónde viento agitadopor una tormenta.Avanzódespacio por el pasillo, arrastrandounamanopor la pared.El papel de la pared, de aspectovictoriano,estabadescoloridoporeltiempo,conrestosdecolorBurdeosygrispálido.Ambosladosdelcorredorestabanbordeadosdepuertascerradas.
Elsonidoqueseguíasefuetornandomásfuerte.Podíaidentificarloyacomoelsonidodeunpianotocadocondesgana,aunqueconinnegabletalento,peronopodíaidentificarlamelodía.
Al doblar la esquina, llegó a una entrada cuya puerta estaba abierta de par en par.Atisbando alinterior,violoqueeraatodaslucesunasalademúsica.Unpianodecolaocupabaunrincón,ehilerasdesillasestabandispuestasantelaparedopuesta.Unarpatapadaocupabaelcentrodelahabitación.
Jaceestabasentadoanteelpianodecola,lasmanosdelgadassemovíanvelocessobrelasteclas.Ibadescalzo,vestidoconunosvaquerosyunacamisetagris,loscabellosleonadosalborotadosalrededorde lacabeza,comosiacabarade levantarse.Alcontemplar los rápidosysegurosmovimientosdesusmanos sobre el teclado,Clary recordóqué se sentía al ser alzadapor aquellasmanos, con losbrazossujetándola y las estrellas precipitándose alrededor de su cabeza, como una lluvia de espumillónplateado.
Sindudadebiódehaceralgúnruido,porqueélsevolviósobreeltaburete,pestañeandoendirecciónalassombras.
—¿Alec?—preguntó—.¿Erestú?—NoesAlec.Soyyo.—Penetrómásenlahabitación—.Clary.LasteclasdelpianoemitieronunsonidometálicocuandoJacesepusoenpie.—NuestrapropiaBellaDurmiente.¿Quiéntehadespertadoporfinconunbeso?—Nadie;mehedespertadoyosola.—¿Habíaalguiencontigo?—Isabelle,perosemarchóenbuscadealguien...Hodge,creo.Medijoqueesperara,pero...—Deberíahaberleadvertidosobretucostumbredenohacernuncaloquetedicen.—Jacelamiró
conojosentrecerrados—.¿EsaropaesdeIsabelle?Resultaridículaenti.—Permitequeterecuerdequequemastelamía.—Fue puramente por precaución. —Cerró con suavidad la reluciente tapa negra del piano—.
Vamos,tellevaréaveraHodge.
ElInstitutoeraenorme,unamplioespaciograndeytenebroso,quemásqueparecerdiseñadosegúnunplano,dabalaimpresióndehabersidoexcavadonaturalmenteenlarocaporelpasodelaguaylosaños.A travésdepuertasentreabiertas,Claryvislumbró innumerablespequeñashabitaciones idénticas,cadaunaconunacamasinsábanas,unamesilladenocheyungranarmariodemaderaabierto.Pálidosarcosde piedra sostenían los techos elevados, muchos de ellos intrincadamente esculpidos con figuraspequeñas.Reparóenciertosmotivosqueserepetían:ángelesyespadas,solesyrosas.
—¿Porquétienetantosdormitoriosestesitio?—preguntóClary—.Pensabaqueerauninstitutodeinvestigación.
—Éstaeselalaresidencial.Tenemoselcompromisodeofrecerseguridadyalojamientoacualquiercazadordesombrasquelosolicite.Podemosalojarhastadoscientaspersonas.
—Perolamayoríadeestashabitacionesestánvacías.—Lagentevayviene.Nadiesequedamuchotiempo.Porlogeneralestamossólonosotros:Alec,
IsabelleyMax,suspadres...,yyoyHodge.—¿Max?—¿Conociste a la bella Isabelle? Alec es su hermanomayor.Max es el menor, pero está en el
extranjeroconsuspadres.—¿Devacaciones?
—Noexactamente.—Jacevaciló—.Puedesconsiderarloscomo...comodiplomáticosextranjeros,yesto como una especie de embajada. En estos momentos se encuentran en el país de origen de loscazadoresdesombras,llevandoacabounasnegociacionesdepazmuydelicadas.SellevaronaMaxconellosporqueesmuyjoven.
—¿Paísdeorigendeloscazadoresdesombras?—AClaryledabavueltaslacabeza—.¿Cómosellama?
—Idris.—Nuncaheoídohablardeél.—Notendríasporqué.—Aquellairritantesuperioridadestabadevueltaensuvoz—.Losmundanos
no conocen su existencia.Hay defensas, hechizos de protección, colocados en todas sus fronteras. Siintentarascruzaral interiorde Idris, sencillamente teverías transportadadeunextremoal siguientealinstante.Jamássabríasquéhabíasucedido.
—¿Demodoquenoestáenningúnmapa?—Noen los de losmundis.Para nuestros propósitos, puedes considerarlo unpequeñopaís entre
AlemaniayFrancia.—PeronohaynadaentreAlemaniayFrancia.ExceptoSuiza.—Exactamente—dijoJace.—Imaginoquehasestadoallí.EnIdris,quierodecir.—Crecíallí.LavozdeJaceeraneutral,peroalgoensutonoledejósaberquemáspreguntasenesadirecciónno
seríanbienrecibidas.—Lamayoríadenosotroslohemoshecho.Existen,desdeluego,cazadoresdesombrasportodoel
mundo.Tenemosque estar en todaspartes, porque la actividaddemoníaca estápor todaspartes.Peroparauncazadordesombras,Idrissiemprees«elhogar».
—ComoLaMecaoJerusalén—repusoClary,pensativa—.Asíquelamayoríadevosotrososcriáisallí,yluego,cuandocrecéis...
—Nosenvíanadóndesenosnecesita—dijoJaceentonobrusco—.Hayunospocos,comoIsabelleyAlec, que crecieron lejos del país de origen, porque ahí es donde están sus padres. Con todos losrecursosqueelInstitutotiene,conlainstruccióndeHodge...—Seinterrumpió—.Estoeslabiblioteca.
Habían llegado a unapareja depuertas demadera en formade arco.Ungatopersa azul deojosamarillosestabaenroscadofrenteaellas.Alzólacabezacuandoseacercaronymaulló.
—Hola,Iglesia—dijoJace,acariciandoellomodelgatoconunpiedescalzo.Elgatoentrecerrólosojosdeplacer.—Espera—dijoClary—.¿Alec,IsabelleyMax...sonlosúnicoscazadoresdesombrasdetuedad
queconoces,conlosquepasastiempo?Jacedejódeacariciaralgato.—Sí.—Debederesultarunpocosolitario.—Tengotodoloquenecesito.Jaceabriólaspuertasdeunempujón.Trasuninstantedevacilación,ellalesiguióalinterior.
Labibliotecaeracircular,conuntechoqueterminabaenpunta,comosilahubieranconstruidodentrodeuna torre. Las paredes estaban cubiertas de libros, y los estantes eran tan altos que largas escalascolocadas sobre ruedecitas estabandispuestas a lo largodeellos a intervalos.Tampoco se tratabadelibros corrientes; aquéllos eran libros encuadernados en piel y terciopelo, con cerraduras de aspectosólido y bisagras hechas de latón y plata. Sus lomos estaban tachonados de gemas, que brillabandébilmente, e iluminados con letras doradas. Parecían desgastados de unmodo que dejaba claro que
aquelloslibrosnosóloeranantiguos,sinoqueseusabanconfrecuencia,yquehabíansidoamados.Elsueloerademaderareluciente,conincrustacionesdepedacitosdecristalymármolytrozosde
piedras semipreciosas. La incrustación formaba un diseño que Clary no consiguió descifrarcompletamente: podrían haber sido las constelaciones, o incluso un mapa del mundo; sospechó quetendría que trepar a lo más alto del interior de la torre y mirar hacia abajo para poder verloadecuadamente.
Enelcentrodelahabitaciónhabíaunmagníficoescritorio.Estabatalladoapartirdeunaúnicatablademadera, un gran y pesado trozo de roble que relucía con el apagado brillo de los años. La tabladescansaba sobre las espaldas de dos ángeles, tallados en la misma madera, las alas doradas y losrostroscinceladosconunaexpresióndesufrimiento,comosielpesodelatablalespartieralaespalda.Traselescritoriosesentabaunhombredelgadodecabellosentrecanosylarganarizganchuda.
—Unaamantedeloslibros,veo—dijo,sonriendoaClary—.Nomedijisteeso,Jace.Jacerióentredientes.Clarytuvolacertezadequeselehabíaacercadopordetrásyestabadepie
allí,conlasmanosenlosbolsillos,sonriendoconaquellaexasperantesonrisasuya.—No hemos hablado mucho durante nuestra corta relación —dijo él—. Me temo que nuestros
hábitosdelecturanosalieronarelucir.Clarysevolvióylelanzóunamiradairacunda.—¿Cómopuedesaberlo?—preguntóalhombrequehabía traselescritorio—.Quemegustan los
libros,quierodecir.—Laexpresióndeturostrocuandoentraste—respondióél,poniéndoseenpieysaliendodedetrás
delescritorio—.Noséporqué,perodudéquetesintierastanimpresionadapormipersona.Clary sofocóuna exclamación ahogada cuando él se levantó.Porunmomento le parecióque era
curiosamentedeforme,conelhombroizquierdoencorvadoymásaltoqueelotro.Amedidaquesefueacercando, vio que la joroba era en realidad un pájaro, cuidadosamente posado sobre su hombro; uncriaturadeplumaslustrosasconbrillantesojosnegros.
—EsteesHugo—presentóelhombre,tocandoalaveposadaenehombro—.Hugoesuncuervo,ycomotal,sabemuchascosas.Yo,pormiparte,soyHodgeStarkweather,profesordehistoria,ycomotal,noséniconmucholosuficiente.
Claryrióunpocomuyapesarsuyo,yestrechólamanoqueletendía.—ClaryFray.—Encantadodeconocerte—respondióél—.Mesentiríaencantadodeconoceracualquieracapaz
demataraunrapiñadorconsuspropiasmanos.—No fueronmispropiasmanos.—Seguía resultando raro ser felicitadapormatar—.Fue loque
Jace...,bueno,norecuerdocómosellamaba,pero...—Se refiere a mi sensor—explicó Jace—. Se lo metió a esa cosa por la garganta. Las runas
debieron asfixiarlo.Supongoquenecesitaré otro—añadió, casi comouna idea de últimomomento—.Deberíahaberlomencionado.
—Hayvariosdesobraenlahabitacióndelasarmas—repusoHodge;alsonreíraClary,unmillardepequeñaslíneassurgieroncomohacesalrededordesusojos,igualquegrietasenunapinturaantigua—.Esofuepensardeprisa.¿Quétediolaideadeusarelsensorcomoarma?
Antes de que ella pudiera responder, una risa aguda sonó a través de la habitación.Clary habíaestadotancautivadaporloslibrosydistraídaporHodgequenohabíavistoaAlectumbadoenunsillónrojojuntoalachimeneaapagada.
—Nopuedocreerquetetraguesesahistoria,Hodge—dijo.Enunprincipio,Clarynoregistrósiquierasuspalabras.Estabademasiadoocupadacontemplándole
fijamente.Comoamuchoshijosúnicos,lefascinabaelparecidoentrehermanos,yenaquellosmomentos,aplenaluzdeldía,podíaverexactamentelomuchoqueAlecseparecíaasuhermana.Teníanelmismo
cabello negro azabache, lasmismas cejas finas que se alzaban en las esquinas, lamisma tez pálida yruborosa.Perodonde Isabelle era toda arrogancia,Alecpermanecía desplomado en el sillón como siesperaraquenadieadvirtierasupresencia.Suspestañaseranlargasyoscurascomolasdesuhermana,peroallídondelosojosdeellaerannegros,losdeélerandeltonoazuloscurodelvidriodeunabotella.ContemplabanaClaryconunahostilidadtanpurayconcentradacomoácida.
—Noestoymuysegurodeaquéterefieres,Alec.Hodge enarcó una ceja. Clary se preguntó cuántos años tendría; tenía una especie de apariencia
sempiterna, no obstante las canas de su cabello. Vestía un pulcro traje de tweed gris, perfectamenteplanchado.Habríaparecidounamablecatedráticodeuniversidaddenoserporlagruesacicatrizquelerecorríaelladoderechodelrostro.Clarysepreguntócómoselahabíahecho.
—¿Estássugiriendoquenomatóaesedemoniodespuésdetodo?—Claroquenolohizo.Mírala...,esunamundi,Hodge,yunaniñapequeña,además.Nohaymodo
dequepudieraacabarconunrapiñador.—Nosoyunaniñapequeña—leinterrumpióClary—.Tengodieciséisaños...,bueno,lostendréel
domingo.—LamismaedadqueIsabelle—dijoHodge—.¿Lallamaríasaellaunaniña?—Isabelleprocededeunadelasdinastíasmásimportantesdecazadoresdesombrasdelahistoria
—replicóAlecconsequedad—.Estachica,porotraparte,procededeNuevaJersey.—¡SoydeBrooklyn!—Claryestabaindignada—.¿Yesoqué?¿Acabodemataraundemonioenmi
propiacasa,ytútevasaportarcomounimbécilporquenosoyunarepugnantementeniñaricamalcriadacomotúytuhermana?
Alecparecióestupefacto.—¿Quéesloquemehasllamado?Jacerió.—Tiene razón,Alec—dijo Jace—.Sonesosdemoniosqueutilizanelmetrodiariamentecon los
quetienesquetenercuidadorealmente...—Notienegracia,Jace—interrumpióelotro,empezandoaponerseenpie—.¿Vasadejarquese
quedeahíparadaymeinsulte?—Si—respondió Jace amablemente—. Te irá bien; intenta verlo como un adiestramiento de tu
capacidadderesistencia.—Puedequeseamosparabatai—dijoAlecmuytenso—,pero tufaltadeseriedadestáacabando
conmipaciencia.—Ytutestarudezacabandoconlamía.Cuandolaencontré,estabatendidaenelsueloenuncharco
desangreconundemoniomoribundoprácticamentesobreella.Contemplécómosedesvanecía.Siellanolomató,¿quiénlohizo?
—Losrapiñadoressonestúpidos.Quizásepicóasímismoenelcuelloconsuaguijón.Hasucedidootrasveces...
—¿Ahoraestássugiriendoquesesuicidó?LabocadeAlecsetensó.—Noestábienqueellaestéaquí.A losmundisnose lespermiteentrarenel Instituto,yexisten
buenosmotivosparaeso.Sialguiensupieraesto,podríamosserdenunciadosalaClave.—Esonoestotalmentecierto—dijoHodge—.LaLeysínospermiteofrecerrefugioamundanosen
ciertascircunstancias.UnrapiñadoryahaatacadoalamadredeClary...,ellapodríamuybienhabersidolasiguiente.
«Atacado.»Clarysepreguntósiaquelloseríauneufemismode«asesinado».ElcuervodelhombrodeHodgegraznóentonoquedo.
—Los rapiñadores son máquinas de rastreo y destrucción—continuó Alec—. Actúan siguiendo
órdenesdebrujosopoderososseñoresdemonios.Ahorabien,¿quéinterés tendríaunbrujoounseñordemonioenunacasamundanacorriente?—Susojos,cuandomiróaClary,brillaronllenosdeaversión—.¿Algunaidea?
—Debiódetratarsedeunerror—sugirióClary.—Losdemoniosnocometenesaclasedeerrores.Sifueronaportumadre,debedehaberexistido
unarazón.Siellafuerainocente...—¿Quéquieresdecircon«inocente»?—LavozdeClarysonósosegada.Alecpareciódesconcertado.—Yo...—Loquequieredecir—intervinoHodge—,esqueessumamenteraroqueundemoniopoderoso,de
la clase que podría mandar a una hueste de demonios inferiores, se interese en los asuntos de loshumanos.Ningúnmundano puede hacer que acuda un demonio, carecen de ese poder, pero ha habidoalgunos,desesperadosyestúpidos,quehanencontradoaunabrujaounbrujoquelohagaporellos.
—Mimadrenoconoceaningúnbrujo.Nocreeenmagia.—UnaideapasóporlamentedeClary—.MadameDorothea...,viveabajo...,esunabruja.¿Alomejorlosdemoniosibantrasellaycogieronamimadreporerror?
LascejasdeHodgeseenarcaronveloceshastalaraízdesuscabellos.—¿Viveunabrujaenelpisodedebajodelacasadondetúvives?—Esunabrujafalsa...,unaimpostora—explicóJace—.Yalohecomprobado.Nohaymotivopara
que ningún brujo estuviera interesado en ella, a menos que esté buscando bolas de cristal que nofuncionan.
—Yvolvemosaestardondeempezamos.—Hodgealargó lamanoparaacariciaralpájarode suhombro—.ParecequehallegadoelmomentodeinformaralaClave.
—¡No!—exclamóJace—.Nopodemos...—TeníasentidomantenerensecretolapresenciadeClaryaquímientrasnoestábamossegurosde
que se recuperara—dijo Hodge—. Pero ahora lo ha hecho, y es la primera mundana que cruza laspuertas del Instituto en más de cien años. Conoces las normas sobre que los mundanos conozcan laexistenciadeloscazadoresdesombras,Jace.LaClavedebeserinformada.
—Porsupuesto—estuvodeacuerdoAlec—.Podríaenviarleunmensajeamipadre...—Noesunamundana—dijoJaceenvozbaja.LascejasdeHodgevolvieronaelevarseveloceshastaelnacientedelpeloysequedaronallí.Alec,
pilladoenmitaddelafrase,seatragantósorprendido.Enelrepentinosilencio,ClaryoyóelsonidodelasalasdeHugoagitándose.
—Perosílosoy—replicó.—No—dijoJace—,noloeres.SevolvióhaciaHodge,yClaryvioel levemovimientode sugargantaal tragar saliva.Encontró
aquelatisbodesunerviosismocuriosamentetranquilizador.—Esanoche...habíademoniosdu'sien,vestidoscomoagentesdepolicía.Teníamosquepasarsin
que nos vieran. Clary estaba demasiado débil para correr, y no había tiempo para ocultarse: habríamuerto.Asíqueusémiestela...ypuseunarunamendelinenlaparteanteriordesubrazo.Penséque...
—¿Te has vuelto loco?—Hodge descargó la mano sobre el escritorio con tal fuerza que Clarypensóquelamaderaseresquebrajaría—.¡SabesloquelaLeydicesobrecolocarMarcasenmundanos!¡Tú...túprecisamentedeberíassaberlo!
—Perofuncionó—dijoJace—.Clary,muéstraleselbrazo.Dirigiendo una mirada de perplejidad a Jace, la joven extendió el brazo desnudo. Recordaba
haberlomiradoaquellanocheenelcallejón,pensandoenlovulnerablequeparecía.Ahora,justodebajodel pliegue de lamuñeca, distinguió tres tenues círculos superpuestos, las líneas tan débiles como el
recuerdodeunacicatrizdesaparecidaconelpasodelosaños.—Veis,casisehaido—indicóJace—.Nolalastimóenabsoluto.—Ésanoeslacuestión.—Hodgeapenaspodíacontrolarsuenojo—.Podríashaberlaconvertidoen
unarepudiada.DosbrillantespuntosdecoloraparecieronenlapartesuperiordelospómulosdeAlec.—No me lo puedo creer, Jace. Sólo los cazadores de sombras pueden recibir Marcas de la
Alianza...,éstasmatanalosmundanos...—Noesunamundana.¿Esquenomehasescuchado?Esoexplicaquenospuedaver.Sindudatiene
sangredelaClave.Clarybajóelbrazo,sintiéndoserepentinamentehelada.—Peronolatengo.Nopodría.—Debesdetenerla—dijoJace,sinmirarla—.Sinolatuvieras,esaMarcaquetehiceenelbrazo...—Es suficiente, Jace —interrumpió Hodge, con la contrariedad patente en la voz— No hay
necesidaddeasustarlamás.—Pero yo tenía razón, ¿verdad? También explica lo que le sucedió a sumadre. Si ella era una
cazadoradesombrasexiliada,podríamuybientenerenemigosenelSubmundo.—¡Mimadrenoeraunacazadoradesombras!—Tupadre,entonces—sugirióJace—.¿Quéhaydeél?Claryledevolviólamiradaconunaclaraexpresiónfuriosa.—Murió.Antesdequeyonaciera.Jaceseestremeciódeunmodocasiimperceptible.FueAlecquienhablóentonces.—Es posible—aceptó, vacilante—. Si su padre fuera un cazador de sombras, y su madre una
mundana..., bueno, todos sabéis que está en contra de la Ley casarse con un mundi. A lo mejor seocultaban.
—Mimadremelohabríadicho—replicóClary,aunquepensóenlafaltadefotosdesupadre,encómosumadrenuncahablabadeél,ysupoquenodecíalaverdad.
—Nonecesariamente—repusoJace—.Todostenemossecretos.—Luke —dijo Clary—. Nuestro amigo. Él lo sabría. —Al pensar en Luke tuvo un repentino
ramalazodeculpabilidadyhorror—.Hanpasadotresdías...,debedeestarfrenético.¿Puedollamarle?¿Hayunteléfono?—SevolvióhaciaJace—.Porfavor.
Jacevaciló,mirandoaHodge,queasintióyseapartódelescritorio.Detrásdeélhabíaungloboterráqueo,hechodelatónbatido,quenoseparecíaaningúnotrogloboterráqueoquehubieravisto;habíaalgo sutilmente extraño en la formade los países y los continentes. Junto al globohabía un anticuadoteléfononegroconundiscorotatorioplateado.Clarysellevóelauricularaloído,yelfamiliartonodemarcaciónlainundócomounarelajantecorrientedeagua.
Lukedescolgóaltercertimbrazo.—¿Diga?—¡Luke!—Sedejócaercontraelescritorio—.Soyyo.Clary.—Clary.—Pudonotarelalivioensuvoz,juntoconalgomásquenopudoidentificardeltodo—.
¿Estásbien?—Estoyperfectamente.Lamentonohabertellamadoantes.Luke,mimadre...—Losé.Lapolicíaestuvoaquí.—Entoncesnohassabidodeella.Cualquier rastrodeesperanzadequesumadrehubierahuidode lacasaysehubieseocultadoen
algunaparte,desapareció.EraimposiblequenohubieracontactadoconLukedehaberlohecho.—¿Quédijolapolicía?—Sóloquehabíadesaparecido.—Clarypensóenlamujerpolicíaconlamanodeesqueleto,ytiritó
—.¿Dóndeestás?—Estoyenlaciudad—respondióella—.Nosédóndeexactamente.Conunosamigos.Heperdido
elmonedero.Sitienesalgodeefectivo,podríacogeruntaxihastatucasa...—No—replicóél,tajante.Elteléfonoleresbalóenlasudorosamano,peroloatrapó.—¿Qué?—No—repitióél—.Esdemasiadopeligroso.Nopuedesveniraquí.—Podríamosllamar...—Mira.—Suvozeradura—.Loqueseaenloquetumadresehayamezclado,notienenadaque
verconmigo.Estásmuchomejordondeestás.—Pero no quiero quedarme aquí.—Oyó el gemido en su propia voz, como el de un niño—.No
conozcoaestagente.Tú...—Yonosoytupadre,Clary.Yatelohedichootrasveces.Laslágrimasleardíantraslosojos.—Losiento.Essóloque...—Novuelvasa llamarmeparapedir favores—dijoél—.Tengomispropiosproblemas,sólome
faltatenerquepreocuparmeporlostuyos—añadió,ycolgóelteléfono.Ellasequedóallídepieycontemplófijamenteelauricular,coneltonodemarcaciónzumbandoen
suoídocomounaavispaenormey fea.VolvióamarcarelnúmerodeLukeyaguardó.Enesaocasiónpasódirectamentealbuzóndevoz.Colgóviolentamenteelteléfono,conmanostemblorosas.
JaceestabarecostadoenelbrazodelsillóndeAlec,observándola.—¿Deboentenderquenosehaalegradodesaberdeti?Clarysintiócomosisucorazónsehubieraencogidoaltamañodeunanuez:unapiedradiminutay
duraensupecho.«Nolloraré—pensó—.Nofrenteaestagente.»—CreoquemegustaríatenerunacharlaconClary—dijoHodge—.Asolas—añadióconfirmeza
alverlaexpresióndeJace.Alecsepusoenpie.—Excelente.Tedejaremosparaquelohagas.—Esonoesnadajusto—protestóJace—.Yofuiquienlaencontró.¡Soyelquelesalvólavida!Tú
quieresqueestéahí,¿verdad?—pidió,volviéndosehaciaClary.Elladesviólamirada,sabiendoquesiabríalabocaempezaríaallorar.Comodesdeladistancia,
oyóreíraAlec.—Notodoelmundotequieretodoeltiempo,Jace—dijo.—Noseasridículo—oyódeciraJace,perosonabadecepcionado—.Bien,pues.Estaremosenla
saladearmas.Lapuertasecerrótrasellosconunchasquidodefinitivo.AClaryleescocíanlosojosdelmodoen
quelohacíancuandointentabacontenerlaslágrimasdurantedemasiadotiempo.Hodgesealzóanteella,unborróngrisquesemovíanerviosamente.
—Siéntate—dijo—.Aquí,enelsofá.Sedejocaer,agradecida,sobrelosblandoscojines.Teníalasmejillashúmedas.Alzólamanopara
secarselaslágrimas,pestañeando.—No lloro demasiado por lo general —se encontró diciendo—. No significa nada. Estaré
perfectamenteenseguida.—Lamayoríadelaspersonasnollorancuandoestándisgustadasoasustadas,sinomásbiencuando
sesientenfrustradas.Tufrustraciónescomprensible.Haspasadoporalgomuyduro.—¿Duro?—ClarysesecólosojoseneldobladillodelacamisetadeIsabelle—.Yapuededecirlo.
Hodgesacólasilladedetrásdelescritorio,ylaarrastróhastaelsofáparasentarsedecaraaella.Lamuchachavioquesusojoserangrises,comoloscabellosylachaquetadetweed.
—¿Puedotraertealgo?—preguntóél—.¿Algoparabeber?¿Unpocodeté?—Noquieroté—dijoClary,conapagadaenergía—.Quieroencontraramimadre.Yluegoquiero
encontraraquiénselallevó,yquieromatarlo.—Desgraciadamente —repuso Hodge—, nos hemos quedado sin venganza implacable por el
momento,demodoqueesotéonada.Clarydejócaerelbordedelacamiseta,salpicadotodoéldemanchashúmedas.—¿Quésesuponequedebohacer,entonces?—preguntó.—Podríasempezarporcontarmealgodelosucedido—contestóHodge,rebuscandoenelbolsillo.Sacóunpañuelo,dobladoconesmero,yseloentregó.Clarylotomóconsilenciosoasombro.Nunca
habíaconocidoanadiequellevaraencimaunpañuelodetela.—Eldemonioquevisteen tuapartamento..., ¿fueésa laprimeracriaturaquehabíasvistonunca?
¿Antesdeeso,noteníasniideadequetalescriaturasexistieran?Clarynegóconlacabeza,luegohizounapausa.—Unavezantes,peronocomprendíloqueera.LaprimeravezqueviaJace...—Claro,desdeluego,quéestúpidopormiparteolvidarlo.—Hodgeasintió—.EnelPandemónium.
¿Ésafuelaprimeravez?—Sí.—¿Ytumadrenuncatelosmencionó...,nadasobreotromundo,quizá,quelamayoríadelagenteno
puede ver? ¿Parecía especialmente interesada en mitos, cuentos de hadas, leyendas sobre cosas defábula...?
—No.Odiaba todasesascosas. Inclusoodiaba laspelículasdeDisney.No legustabaque leyeramanga.Decíaqueerainfantil.
Hodgeserascólacabeza.Elcabellonoselemovió.—Delomáspeculiar.—En realidad no—replicó Clary—.Mimadre no era peculiar. Era la personamás normal del
mundo.—Lagentenormalnoacostumbraaencontrarsushogaressaqueadospordemonios—repusoél,sin
malaintención.—¿Nopuedehabersidounaequivocación?—Dehabersidounaequivocación—indicóHodge—,ysitúfuerasunachicacorriente,nohabrías
visto al demonioque te atacó, odehaberlovisto, tumente lohabríaprocesadocomoalgo totalmentedistinto:unperrofiero,inclusootroserhumano.Quepudiesesverlo,quetehablara...
—¿Cómosabequemehabló?—Jacemelocontó.—Siseó.—Claryseestremeció, recordándolo—.Hablósobrequerercomerme,perocreoqueno
teníaquehacerlo.—Los rapiñadores están generalmente bajo el control de un demonio más fuerte. No son muy
inteligentesnicompetentesporsímismos—explicóHodge—.¿Dijoquebuscabaasuamo?Claryrecapacitó.—DijoalgosobreunValentine,pero...Hodge se irguió violentamente, con tal brusquedad que Hugo, que había estado descansando
cómodamenteensuhombro,alzóelvueloconungraznidoirritado.—¿Valentine?—Sí—dijoClary—.OíelmismonombreenPandemóniumdelchico...quierodecir,eldemonio...—Esunnombrequetodosconocemos—replicóHodgeentonocortante.
Suvozera firme,peroelladetectóun leve temblorensusmanos.Hugo,devueltaensuhombro,erizólasplumasinquieto.
—¿Undemonio?—No.Valentinees...era...uncazadordesombras.—¿Uncazadordesombras?¿Porquédicequeera?—Porqueestámuerto—dijoHodge,categórico—.Llevamuertoquinceaños.Claryvolvióarecostarsecontraloscojinesdelsofá.Lacabezaparecíaapuntodeestallarle.Alo
mejordeberíahaberaceptadoaqueltédespuésdetodo.—¿Podríaseralguienmás?¿Alguienconelmismonombre?LarisadeHodgefueunladridosinalegría.—No,peropodríahabersidoalguienusandosunombreparaenviarunmensaje.—Sepusoenpiey
fuehaciasuescritorio,conlasmanosentrelazadasalaespalda—.Yésteseríaelmomentodehacerlo.—¿Porquéahora?—DebidoalosAcuerdos.—¿Lasnegociacionesdepaz?Jacelasmencionó.¿Pazconquién?—Lossubterráneos—murmuróHodge,ybajólavistahaciaClaryconlabocaapretadaenunafina
línea—.Perdóname—dijo—.Estodebederesultarteconfuso.—¿Leparece?Elhombreseapoyóenelescritorio,acariciandolasplumasdeHugodistraídamente.—LossubterráneossonlosquecompartenelMundodelasSombrasconnosotros.Siemprehemos
vividoenunapazprecariaconellos.—Comovampiros,hombreslobosy...—Los seres fantásticos —siguió Hodge—. Hadas. Y las criaturas de Lilith, que siendo medio
demonios,sonbrujos.—Entonces,¿quésonustedes,loscazadoresdesombras?—Avecesnosllamanlosnefilim—respondióHodge—.EnlaBibliaeranlosvástagosdehumanos
yángeles.LaleyendadelorigendelosCazadoresdesombrasdicequefueroncreadoshacemásdemilaños cuando los humanos estaban siendo aplastadospor invasionesdedemoniosdeotrosmundos.Unbrujo convocó a su presencia al ángelRaziel, quemezcló parte de su propia sangre con la sangre dehombresenunacopa,yseladioaesoshombresparaquelabebieran.LosquebebieronlasangredelÁngelseconvirtieronencazadoresdesombras,comolohicieronsushijosy loshijosdesushijos.Apartirdeentonces,lacopafueconocidacomolaCopaMortal.Aunquelaleyendapuedenoserunhechoreal, lo que es cierto es que a lo largode los años, cuando se reducían las filas de los cazadores desombras,siempreeraposiblecrearmásusandolaCopa.
—¿Erasiempreposible?—LaCopayanoexiste—explicóHodge—.LadestruyóValentine justoantesdemorir.Encendió
unagranhogueraysequemóasímismojuntoconsufamilia,suesposaysuhijo.Todosperecieron.Dejólatierranegra.Nadiequiereconstruirallíaún.Dicenquelatierraestámaldita.
—¿Loestá?—Posiblemente.LaClavepronunciamaldicionesdevezencuandocomocastigoporcontravenirla
Ley.ValentineviolólaLeymásimportantedetodas:sealzóenarmascontrasuscamaradascazadoresdesombrasylosmató.Élysugrupo,elCírculo,mataronadocenasdesushermanosjuntoconcientosdesubterráneosdurantelosúltimosAcuerdos.Aduraspenasseconsiguióderrotarlos.
—¿Porquéquerríaélemprenderlacontraotroscazadoresdesombras?—No aprobaba los Acuerdos. Despreciaba a los subterráneos y consideraba que había que
masacrarlos,enmasa,paramantenerestemundopuroparalossereshumanos.Aunquelossubterráneosnosondemoniosniinvasores,considerabaqueerandenaturalezademoníaca,yqueesoerasuficiente.La
Clavenoestabadeacuerdo;considerabaquelacolaboracióndelossubterráneoseranecesariasialgunavezqueríamosexpulsara la razade losdemoniosparasiempre.¿Yquiénpodríadiscutir,enrealidad,quelosseresmágicosnopertenecenaestemundo,cuandohanestadoaquídesdehacemástiempoquenosotros?
—¿LlegaronafirmarselosAcuerdos?—Si,sefirmaron.CuandolossubterráneosvieronquelaClavesevolvíaencontradeValentineysu
Círculo para defenderlos, comprendieron que los cazadores de sombras no eran sus enemigos.Irónicamente,consuinsurrecciónValentinehizoposibleslosAcuerdos.—Hodgevolvióasentarseenlasilla—.Tepidodisculpas,éstadebedeserunaaburridaleccióndehistoriaparati.ÉseeraValentine.Unactivista,unvisionario,unhombredegranencantopersonalyconvicción.Yunasesino.Ahoraalguienestáinvocandosunombre...
—Pero¿quién?—preguntóClary—.¿Yquétienequevermimadreconeso?Hodgevolvióaponerseenpie.—Nolosé.Peroharéloquepuedaparaaveriguarlo.EnviarémensajesalaClaveytambiénalos
HermanosSilenciosos.Talvezdeseenhablarcontigo.ClarynopreguntóquiéneseranlosHermanosSilenciosos.Estabacansadadehacerpreguntascuyas
respuestassólohacíanconfundirlamás.Selevantó.—¿Existealgunaposibilidaddequepuedairacasa?Hodgepareciópreocupado.—No,no...noconsideroqueesoseasensato.—Allíhaycosasquenecesito,inclusoaunquevayaaquedarmeaquí.Ropa...—Tepodemosdardineroparacomprarropanueva.—Porfavor—insistióClary—.Tengoquever...Tengoqueverloquequeda.Hodgevaciló,luegolededicóuncortoasentimiento.—SiJaceacepta,podéisirlosdos.—Sevolvióhacialamesa,rebuscandoentrelospapeles,luego
echóunaojeadapor encimadelhombrocomo reparandoenqueella seguía allí—.Está en la saladearmas.
—Nosédóndeestaeso.Hodgesonriótorciendolaboca.—Iglesiatellevará.Clary dirigió una ojeada a la puerta, donde el gordo gato persa azul estaba enroscado comouna
pequeña otomana. El felino se alzó cuando ella fue hacia él, con el pelaje ondulando como si fueralíquido.Conunmaullidoimperioso, lacondujoalpasillo.Cuandomiróporencimadelhombro,ClaryvioaHodgegarabateandosobreunahojadepapel.EnviandounmensajealamisteriosaClave,supuso.Nopensabaquefueragentemuyagradable.Sepreguntócuálseríasurespuesta.
Latintarojaparecíasangresobreelpapelblanco.Frunciendoelentrecejo,HodgeStarkweatherenrollólacarta,concuidadoymeticulosidad,enformade tubo,ysilbóaHugoparaqueacudiera.Elpájaro,graznandoquedamente,seleposóenlamuñeca.Hodgehizounamuecadedolor.Añosatrás,duranteelLevantamiento,habíasufridounaheridaenaquelhombro,einclusounpesotanligerocomoeldeHugo,ouncambiodeestación,uncambiodetemperatura,dehumedad,ounmovimientodemasiadorepentinodelbrazo,despertabaviejaspunzadasyelrecuerdodepadecimientosqueeramejorolvidar.
Existíanalgunosrecuerdos,noobstante,quenuncadesaparecían.Cuandocerrólosojosestallaronimágenes, igual que flashes, tras sus parpados. Sangre y cuerpos, tierra pisoteada, un estrado blancomanchado de sangre.Los gritos de los que agonizaban.Los campos verdes y ondulados de Idris y suinfinitocieloazul,atravesadoporlastorresdelaCiudaddeCristal.Eldolordelapérdidaleinvadiócomo una ola; cerró con más fuerza el puño, yHugo, aleteando, le picoteó los dedos furiosamente.
Abriendolamano,Hodgesoltóalpájaro,quedescribióuncírculoalrededordesucabeza,volóaloaltohastaeltragaluzyluegodesapareció.
Quitándosedeencimasuaprensiónconunestremecimiento,Hodgealargólamanoparatomarotrahojadepapel,sinrepararenlasgotasescarlataqueembadurnabanelpapelmientrasescribía.
6Repudiado
Lasaladearmasteníaexactamenteelaspectoquealgollamado«lasaladearmas»sesuponíaquedebíatener.Lasparedesdemetalpulidoestabanadornadascontodaclasedeespadas,dagas,estiletes,picas,horcas de guerra, bayonetas, látigos,mazas, garfios y arcos. Bolsas de suave cuero llenas de flechasoscilaban colgadas de ganchos, y habíamontones de botas, protectores de piernas y guanteletes paramuñecasybrazos.El lugarolíaametal,acueroyapulimentoparaacero.AlecyJace,queyano ibadescalzo, estaban sentados ante una larga mesa situada en el centro de la habitación, con la cabezainclinadasobreunobjetocolocadoentreellos.JacealzólamiradacuandolapuertasecerródetrásdeClary.
—¿DóndeestáHodge?—preguntó.—EscribiendoalosHermanosSilenciosos.Aleccontuvounestremecimiento.—¡Puaj!Lajovenseacercóalamesalentamente,conscientedelamiradadeAlec.—¿Quéhacéis?—Dándolelosúltimostoquesaestascosas.Jace se hizo a un lado para que ella pudiese ver lo que había sobre lamesa: tres largas varitas
delgadasdeunaplataquebrillabadébilmente.Noparecíanafiladasniespecialmentepeligrosas.—Sanvi,SansanviySemangelaf.Soncuchillosserafín.—Noparecencuchillos.¿Cómoloshabéishecho?¿Conmagia?Alec se mostró horrorizado, como si le hubiese pedido que se pusiera un tutú y efectuara una
perfectapiruetadeballet.—Lo gracioso respecto a los mundis —dijo Jace, sin dirigirse a nadie en concreto— es lo
obsesionadosqueestánconlamagiaparaserungrupodegentequenisiquierasabeloquesignificalapalabra.
—Yoséloquesignifica—ledijoClaryconbrusquedad.—No,nolosabes,simplementecreesquelosabes.Lamagiaesunafuerzaoscurayelemental,no
tansólounmontóndevaritascentelleantes,bolsasdecristalypecesdecoloresquehablan.—Yonuncadijequefueraunmontóndepecesdecoloresparlantes,tú...Jaceagitóunamano,interrumpiéndola.—Sialguienllamaaunaanguilaeléctrica«patitodegoma»,esonoconviertealaanguilaenpatito,
¿noescierto?Portanto,queDiosseapiadedelpobredesgraciadoquedecidequequieredarseunbañoconel«patito».
—Estásdiciendotonterías—observóClary.—Noesverdad—replicóJace,congrandignidad.—Sí,loes—dijoAlec,deunmodobastanteinesperado—.Mira,nosotrosnohacemosmagia,¿de
acuerdo?—añadió,sinmiraraClary—.Esoestodoloquenecesitassaberalrespecto.Clary quiso replicarle, pero se contuvo.AAlec ella no parecía gustarle, así que de nada servía
empeorarsuhostilidad.VolviólacabezahaciaJace.—Hodgedijoquepuedoiracasa.Jaceestuvoapuntodesoltarelcuchilloserafínquesostenía.—¿Quedijoqué?—Parabuscarenlascosasdemimadre—corrigióella—.Sitúmeacompañas.
—Jace—exhalóAlec,peroJacenolehizocaso.—Si realmentequieresdemostrarqueunodemispadreserauncazadorde sombras,deberíamos
mirarentrelascosasdemimadre.Loquequedadeellas.—Meternosenlamadrigueradelconejo.—Jacesonriómaliciosante—.Buenaidea.Sivamosahora
mismo,deberíamostenerotrastresocuatrohorasdeluzsolar.—¿Queréis que vaya con vosotros?—preguntóAlec,mientrasClary y Jace se encaminaban a la
puerta.Claryvolviólacabezaparamirarle.Habíamedioabandonadolasilla,conojosexpectantes.—No.—Jacenovolviólacabeza—.Noesnecesario.Claryyyopodemosocuparnosdeestosolos.LamiradaqueAleclanzóaClaryfuetanagriacomoelveneno.Lajovensealegrócuandolapuerta
secerrótrasella.Jaceencabezólamarchaporelpasillo,conClarymediotrotandoparamantenersealaalturadesu
largazancada.—¿Tieneslasllavesdetucasa?Claryechóunaojeadaasusbambas.—Sí.—Estupendo.Noesquenopudiéramosentrarporlafuerza,perotendríamosmayoresposibilidades
deperturbarlassalvaguardasquepudierahaberinstaladassilohiciéramos.—Sitúlodices.El pasillo se ensanchó en un vestíbulo con suelo de mármol, con una cancela de metal negro
colocadaenunapared.HastaqueJacenooprimióunbotónquehabíajuntoalapuertayésteseiluminó,ella no comprendió que se trataba de un ascensor. Éste crujió y gimió mientras subía para ir a suencuentro.
—¿Jace?—¿Sí?—¿Cómosupistequeteníasangredecazadordesombras?¿Habíaalgúnmododequepudierasdarte
cuenta?Elascensorllegóconunúltimocrujido.Jacedescorrióelpestillodelarejayladeslizóaunlado,
abriéndola.ElinteriorrecordóaClaryunajaulaparapájaros,todometalnegroydecorativospedacitosdorados.
—Lo imaginé—dijoél,pasandoelpestillode lapuerta trasellos—.Parecía laexplicaciónmásprobable.
—¿Lo imaginaste? Debiste de haber estadomuy seguro, teniendo en cuenta que podías habermematado.
Elmuchachopresionóunbotónenlapared,yelascensordiounasacudida,poniéndoseenmarchaconunvibrantegemidoqueellanotóentodosloshuesosdelospies.
—Estabaunnoventaporcientoseguro.—Comprendo—dijoClary.Algoensuvozhizoqueélsevolvieraparamirarla.LamanodeClaryrestallócontrasucaraenun
bofetónquelobalanceóhaciaatrássobrelostalones.Sellevólamanoalamejilla,mássorprendidoquedolorido.
—¿Aquédiablosvieneeso?—El otro diez por ciento—contestó ella, y descendieron el resto del trayecto hasta la calle en
silencio.
JacepasóelviajeenmetrohastaBrooklynenvueltoenunsilencioenojado.Clarypermaneciópegadaaéldetodosmodos,sintiéndoseuntantoculpable,enespecialcuandomirabalamarcarojaquesubofetón
lehabíadejadoenlamejilla.Enrealidadnoleimportabaelsilencio,ledabaunaoportunidadparapensar.Nodejabaderevivir
laconversaciónconLuke,unayotravez.Ledolíapensarenella,eracomomorderconundienteroto,peronopodíadejardehacerlo.
Algomásalláenelvagón,dosadolescentessentadasenunbanconaranjareíantontamente.Laclasede chicas que aClary nunca le habían gustado en San Javier, luciendo chinelas rosa intenso y falsosbronceados. Por un instante, se preguntó si se reirían de ella, antes de advertir, con sobresaltadasorpresa,quemirabanaJace.
RecordóalachicadelacafeteríaquehabíaestadomirandofijamenteaSimon.Laschicassiempreteníanaquellaexpresiónenlacaracuandopensabanquealguieneraguapo.DebidoatodoloquehabíasucedidocasihabíaolvidadoqueJaceerarealmenteguapo.ElmuchachocarecíadeladelicadabellezadecamafeodeAlec,peroelrostrodeJaceeramásinteresante.Alaluzdeldía,susojoserandelcolordelalmíbardoradoyestaban...mirándoladirectamente.Elmuchachoenarcóunaceja.
—¿Puedoayudarteenalgo?Claryseconvirtió,alinstante,entraidoraparaconlasdesusexo.—Esaschicasdelotroextremodelvagónteestánmirando.Jaceadoptóunairedesosegadacomplacencia.—Porsupuestoquelohacen—dijo—.Soyincreíblementeatractivo.—¿Nohasoídonuncaquelamodestiaesunacaracterísticaatrayente?—Sólo de personas feas—le confió él—. Puede que losmansos hereden la tierra, pero por el
momento,pertenecealospresuntuosos.Comoyo.Guiñóunojoalasmuchachas,querieronnerviosamenteyseocultarontrassuscabellos.—¿Cómoesquepuedenverte?—inquirióClaryconunsuspiro.—Usarglamours,esdecir,encantamientosesunincordio.Avecesnonosmolestamosenhacerlo.El incidente con las chicas en el tren pareció ponerle, al menos, de mejor humor. Cuando
abandonaronlaestaciónyascendieronlacolinaendirecciónalapartamentodeClary,Jacesacóunodeloscuchillosserafíndesubolsilloyempezóámoverloaunladoyaotroporentrelosdedosysobrelosnudillos,canturreandoparasí.
—¿Tienesquehaceresto?—preguntóella—.Esirritante.Jacecanturreóenvozmásalta.Eraunaespeciedesonorotarareomelódico,algoentreCumpleaños
FelizyelElhimnodebatalladelarepública.—Lamentohabertepegado—dijoClary.Éldejódetararear.—AlégratedehabermepegadoamíynoaAlec.Éltelohabríadevuelto.—Parecemorirse de ganas por tener esa oportunidad—comentó Clary, pateando una lata vacía
fueradesucamino—.¿QuéfueloqueAlectellamo?Para...algo.—Parabatai—respondió Jace—. Significa una pareja de guerreros que combaten juntos..., que
estánmásunidosqueloshermanos.Alecesmásquesimplementemimejoramigo.Mipadreysupadreeran parabatai de jóvenes. Su padre fuemi padrino; es por eso que vivo con ellos. Sonmi familiaadoptiva.
—PerotuapellidonoesLightwood.—No—respondióél.Ellahabríaqueridopreguntarlecuálera,perohabíanllegadoasucasa,yel
corazónhabíaempezadoapalpitarletanruidosamentequeestabaseguradequesepodíaoírakilómetrosdedistancia.Oíaunzumbidoenlosoídos,yteníalapalmadelasmanoshúmedasdesudor.Sedetuvofrente a la valla de setos y alzó los ojos lentamente, esperando ver la cinta amarilla adhesiva de lapolicíaacordonandolapuertadelantera,cristalesrotosesparcidosporelcéspedytodoellugarreducidoaescombros.
Peronohabíaseñalesdedestrucción.Bañadaenunaagradableluzdeprimerashorasdelatarde,lacasadepiedrarojizaparecíaresplandecer.LasabejaszumbabanperezosamentealrededordelosrosalesbajolasventanasdemadameDorothea.
—Tieneelaspectodesiempre—dijoClary.—Exteriormente.—Jacemetiólamanoenelbolsillodelosvaquerosysacóotrodelosartefactos
demetalyplásticoqueellahabíatomadoporunteléfonomóvil.—Asíqueesoesunsensor.¿Quéhace?—preguntó.—Captafrecuencias,comohaceunaradio,peroestasfrecuenciassondeorigendemoníaco.—¿Demoniosenondacorta?—Algoparecido.—Jacealargóelsensoranteélmientrasseacercabaalacasa.Elobjetochasqueó
levementemientrasascendíanlaescalera,luegoparó.Jacefruncióelentrecejo.—Estácaptandoindiciosdeactividad,peroesopodríansersimplementevestigiosdeesanoche.No
recibonadalobastantefuertecomoparaindicarquehayademoniospresentesahora.Clarysoltóunabocanadadeaire,quenohabíaadvertidoqueestabaconteniendo.—Estupendo.Seinclinópararecuperarlasllaves.Cuandoseirguió,violosarañazosenlapuertaprincipal.La
últimavezdebíadeestardemasiadooscuroparaverlos.Parecíanmarcasdezarpas,largasyparalelas,hundidasprofundamenteenlamadera.
Jaceletocóelbrazo.—Entraréyoprimero—dijo.Clary quiso decirle que no necesitaba ocultarse detrás de él, pero las palabras no querían salir.
Notabaelsabordel terrorquehabíasentidoalverporprimeravezalrapiñador.Elsaboreraácidoycúpricoensulengua,igualqueviejospeniques.
Jaceempujólapuertaconunamanoparaabrirla,haciéndoleunaseñaparaquelosiguieseconlamanoquesosteníaelsensor.Unavezenelvestíbulo,Claryparpadeó,ajustandolosojosalapenumbra.Labombilladeltechoseguíafundida,laclaraboyademasiadosuciaparadejarentrarluzyhabíaespesassombrassobreelsuelodesportillado.LapuertademadameDorotheaestabafirmementecerrada.Noseveíaningunaluzatravésdelarendijadeabajo.Clarysepreguntóinquietasilehabríasucedidoalgo.
Jacealzólamanoylapasóporlabarandilla.Estabahúmedacuandolaapartó,manchadadealgoqueparecíarojonegruzcobajolapobreluz.
—Sangre.—Alomejoresmía.—LavozdeClarysonómuydébil—.Delaotranoche.—Estaríasecayasilofuera—dijoJace—.Vamos.Subiópor lasescaleras,conClarypegadaasuespalda.El rellanoestabaoscuro,yella tuvoque
hacertresintentosconlasllavesantesdeconseguirintroducirlacorrectaenlacerradura.Jaceseinclinósobreella,observandoimpaciente.
—Norespiressobremicuello—siseólamuchacha;lamanoletemblabaviolentamente.Finalmente,lasganchetasencajaronylacerraduraseabrióconunchasquido.JacetiródeClaryhaciaatrás.—Yoentraréprimero.Lamuchacha vaciló, luego se hizo a un lado para dejarle pasar. Tenía las palmas de lasmanos
pegajosas,ynoporelcalor.Dehecho,hacíafrescoenel interiordelapartamento,casifrío....Unairegélido se escurrió por la entrada, aguijoneándole la piel. Sintió que se le ponía la carne de gallina,mientrasseguíaaJaceporelpequeñopasilloyalinteriordelasalita.
Estaba vacía. Sorprendente y totalmente vacía, tal y como había estado cuando semudaron allí:paredesy suelodesnudos, sinmobiliario, incluso las cortinashabían sidoarrancadasde lasventanas.Únicamentetenuesrecuadrosmásclarosenlapinturadelaparedmostrabanellugardondehabíanestado
colgados los cuadros de su madre. Como en un sueño, Clary fue en dirección a la cocina, con Jaceandandotrasellaconlosojosclarosentrecerrados.
Lacocinaestabaigualdevacía,inclusolaneverahabíadesaparecido,juntoconlassillasylamesa;losarmariosdelacocinaestabanabiertosylosestantesvacíoslerecordaronunacancióninfantil.
Carraspeó.—¿Paraquéquerríanlosdemoniosnuestromicroondas?—preguntó.Jacenegóconlacabeza,labocacurvándosehaciaabajoenlascomisuras.—Nolosé,peronoperciboningunapresenciademoníacajustohora.Yodiríaquehacetiempoque
semarcharon.Claryvolvióaecharotraojeada.Alguienhabíalimpiadolasalsadetabascoderramada.—¿Estássatisfecha?—preguntóJace—.Aquínohaynada.—Quierovermihabitación—insistióella,negandoconlacabeza.Élparecióapuntodedeciralgo,peroselopensómejor.—Siesnecesario—seresignódeslizandoelcuchilloserafínalinteriordelbolsillo.Laluzdelpasilloestabafundida,peroClarynonecesitabamuchaluzparaorientarseporsupropia
casa.ConJacejustodetrás,encontrólapuertadesudormitorioyalargólamanoparacogerelpomo.Sutactoerafrío;tanfríoquecasilehacíadañoenlamano,comotocaruncarámbanoconlapieldesnuda.VioqueJaceledirigíaunarápidamirada,peroyaestabagirandoelpomo,ointentándolo.Éstesemoviólentamente, casi pegajosamente, como si el otro extremo estuviera incrustado en algo glutinoso yalmibarado...
Lapuertaseabrióviolentamentehaciafuera,derribándola.Clarypatinóporelsuelodelpasilloyseestrelló contra la pared, rodando sobre el estómago. Sonó un rugido sordo en sus oídos,mientras seincorporabaderodillas.
Jace,pegadocontralapared,rebuscabaenelbolsillo,conelrostroconvertidoenunamáscaradesorpresa.Alzándosesobreélcomoungiganteenuncuentodehadas,habíaunhombreenorme,gruesocomo un roble y con un hacha de hoja ancha aferrada en una mano lívida y gigantesca. Andrajosmugrientos y hechos jirones le colgaban de la carne sucia, y los cabellos eran una única marañaapelmazada,cubiertademugre.Apestabaasudorponzoñosoyacarneputrefacta.Clarysealegródenoverleelrostro;verlelaespaldaerayabastantehorrible.
Jaceteníaelcuchilloserafínenlamano.—¡Sansavi!—gritóalzándolo.Unacuchillasaliódisparadadel tubo.Clarypensóenviejaspelículasenlasquehabíabayonetas
ocultasenbastonesdepaseo,queeranliberadaspulsandounresorte.Peronuncahabíavistouncuchillocomoaquél: transparentecomoelcristal,conunaempuñadurarefulgente,sumamenteafiladoycasi tanlargo como el antebrazo de Jace. Éste atacó, acuchillando al hombre gigantesco, que retrocediótambaleanteprofiriendounbramido.
Jacesevolvióenredondo,corriendoatodavelocidadhaciaella.Laagarródelbrazo,poniéndolaenpieylaempujódelantedeélporelpasillo.Claryoíaalacriaturadetrásdeellos,siguiéndoles;suspisadassonabanigualquepesasdeplomoarrojadascontraelsuelo,peroavanzabadeprisa.
Atravesaronveloceselvestíbuloysalieronalrellano,conJaceechándoseaunladoparacerrarlapuerta de un portazo.Clary oyó el chasquido de la cerradura automática y contuvo la respiración.Lapuerta tembló en sus goznes al recibir un tremendo golpe desde el interior del apartamento. Claryretrocedióhacialaescalera.Jaceledirigióunamiradaapremiante.Losojoslebrillabanconfrenéticaexcitación.
—¡Veabajo!¡Salde...!Hubo otro golpe, y esta vez los goznes cedieron y la puerta salió despedida hacia fuera.Habría
derribadoaJacesiéstenosehubiesemovidoatalvelocidadqueClaryapenaslovio;deimprovisoel
muchachoestabaenelescalónsuperior,conelcuchilloardiendoenlamanocomounaestrellacaída.Vioque Jace la miraba y chillaba algo, pero no consiguió oírle por encima del rugido de la gigantescacriatura, que salió comounaexhalaciónpor lapuertahechapedazos,yendodirectahacia él.Clary seaplastó contra la pared cuando aquello pasó en medio de una oleada de calor y hediondez..., y acontinuaciónelhachadelservolabaporelaire,azotándolo,cortándoloendirecciónalacabezadeJace.Ésteseagachó,yelarmagolpeóconfuerzalabarandilla,clavándoseprofundamente.
Jace rió. La risa pareció enfurecer a la criatura; abandonando el hacha, ésta se arrojó dandobandazossobreJaceconlosenormespuñosalzados.Elmuchachogiróelcuchilloserafínenunamplioarco, aferrándolo hasta la empuñadura en el hombro del gigante. Por un instante el ser permanecióinmóvil, tambaleándose.Luego se abalanzó al frente, con lasmanos extendidas e intentando agarrar aJace,quesehizoaunladoatodaprisa,peronolobastanterápido.Losenormespuñoslosujetaronalmismotiempoqueelgigantedabauntraspiéycaía,arrastrandoaJaceconél.Eljovenlanzóunúnicogrito;seescucharonunaseriedegolpetazosviolentosycrujidos,yluegotodofuesilencio.
Clary se incorporó apresuradamente y corrió escaleras abajo. Jace estaba tendido al pie de laescalera,conelbrazodobladobajoelcuerpoenunánguloforzado.Atravesadosobresuspiernas,yacíaelgigante,conlaempuñaduradelarmadeJacesobresaliéndoledelhombro.Noestabadeltodomuerto,peroseagitabadébilmenteyunaespumasanguinolenta le rezumabapor laboca.EntoncesClarypudoverleelrostro:eralívidoyapergaminado,recorridoporunnegroentramadodecicatriceshorriblesquecasi le borraban las facciones. Las cuencas de los ojos eran pozos rojos supurantes. Conteniendo elimpulso de vomitar, Clary descendió tambaleante los últimos pocos escalones, pasó por encima delgiganteysearrodillójuntoaJace.
Estabataninmóvil...Lepusounamanosobreelhombro,palpólacamisapringosadesangre..., lasuyaoladelgigante,nolosabía.
—¿Jace?Susojosseabrieron.—¿Estámuerto?—Casi—dijoellasombría.—Diablos.—Hizounamueca—.Mispiernas...—Quédatequieto.Gateandoparacolocarsedetrásdesucabeza,Clarydeslizólasmanosbajolosbrazosdeélytiró.
Jacelanzóungruñidodedolorcuandosuspiernassalierondedebajodelacarcasaconvulsionadadelacriatura.Clary le soltó,y él se incorporóconunesfuerzo, conelbrazo izquierdoatravesado sobreelpecho.Lamuchachaselevantó
—¿Estábientubrazo?—No.Roto—respondióél—.¿Puedesmeterlamanoenmibolsillo?Ellavaciló,luegoasintió.—¿Cuál?—Elinteriordelachaqueta,ladoderecho.Sacaunodeloscuchillosserafínydámelo.Permanecióquietomientrasellametíanerviosamentelosdedosdentrodelbolsillo.Estabatancerca
deélquepodíaolersuaroma,sudor,jabónysangre.LarespiracióndeJacelecosquilleabaenlanuca.LosdedosdeClarysecerraronsobreuntuboylosacó,sinmirarasucompañero.
—Gracias—dijoél.LosdedosdeJacelorecorrieronbrevementeantesdedarlenombre:«Sanvi».Comosupredecesor,
eltubocrecióhastaconvertirseenunadagaafilada,cuyoresplandorleiluminóelrostro.—Nomires—dijoél,yendoacolocarsejuntoalcuerpodelacriaturadesfigurada.Alzóelcuchilloporencimade lacabezay lobajócon fuerza.Unsurtidorde sangrebrotóde la
gargantadelgigante,salpicandolasbotasdeJace.
Ellamedioesperóqueelgigantesedesvaneciera,doblándosesobresímismodelmodoenquelohabía hecho el chico en el Pandemónium.Pero no lo hizo.El aire estaba inundadodel olor a sangre:intensoymetálico.Jaceprofirióunruiditodesdeelfondode lagarganta.Estabapálido,sidedolororepugnancia,ellanolosabía.
—Tedijequenomiraras—lareprendió.—Pensabaquedesaparecería—dijoella—.Devueltaasupropiadimensión...dijiste.—Dijequeesoesloquelessucedealosdemonioscuandomueren—conunamuecadedolor,se
quitólachaquetadelhombro,dejandoaldescubiertolapartesuperiordelbrazoizquierdo—.Esonoeraundemonio.
Con lamanoderecha extrajo algo del cinturón.Era el objeto liso con formade varita que habíausadoparagrabaraquelloscírculossupuestosenlapieldeClary.Alcontemplarlo, lamuchachasintióqueelantebrazoleempezabaaarder.
Jaceviocómomirabaconatenciónylededicóunasonrisaapenasperceptible.—Esto—dijo—esunaestela.Laacercóaunamarcaque teníadibujada justodebajodelhombro,unafiguracuriosa,casicomo
unaestrella.Dosbrazosdelaestrellasobresalíandelrestodelamarca,inconexos.—Yesto—siguióél—,esloquesucedecuandoloscazadoresdesombrasresultanheridos.Conlapuntadelaestela,trazóunalíneaconectandolosdosbrazosdelaestrella.Cuandobajóla
mano,lamarcabrillabacomosilahubiesendibujadocontintafosforescente.MientrasClaryobservaba,sehundióenlapiel,comounobjetolastradohundiéndoseenelagua.Dejótrasellaunaseñalespectral:unacicatrizfinaypálida,casiinvisible.LaimagenqueaparecióenlamentedeClaryfuelaespaldadesumadre,nototalmentecubiertaporlapartesuperiordelbañador,conlosomóplatosylascurvasdelacolumnavertebralmoteadosdeestrechasmarcasblancas.Eracomoalgoquehubiesevistoenunsueño;laespaldadesumadrenoteníarealmenteeseaspecto,losabía.Perolaimagenlaincordió.
Jacesoltóunsuspiro,latensaexpresióndedolorabandonandosurostro.Movióelbrazo,despacioalprincipio,luegoconmásfacilidad,subiéndoloybajándolo,apretandoelpuño.Eraevidentequeyanoestabaroto.
—Esasombroso—exclamóClary—.¿Cómolo...?—Esoeraunairatze:unarunacurativa—explicóél—.Finalizarlarunaconlaestelalaactiva.Introdujo la fina varita en el cinturón y volvió a colocarse la chaqueta con un movimiento del
hombro.Conlapuntadelabotadioungolpecitoalcadáverdelgigante.—VamosatenerqueinformardeestoaHodge—dijo—.Levaadarunataque—añadió,comosi
pensarenlaalarmadeHodgeleproporcionaraalgunasatisfacción.Jace, se dijoClary, era la clase de persona que disfrutaba cuando sucedían cosas, incluso cosas
malas.—¿Porquéledaráunataque?—inquiriólajoven—.Yentiendoqueesacosanoesundemonio;es
poresoqueelsensornoloregistró,¿cierto?Jaceasintió.—¿Veslascicatricesquetieneportodalacara?—Sí.—Ésas se hicieron con una estela. Como ésta.—Dio un golpecito a la varita de su cinturón—.
PreguntastequésucedecuandosegrabanMarcasenalguienquenotienesangredecazadordesombras.Una sola Marca únicamente te quema, pero gran cantidad de Marcas, ¿unas que sean poderosas?¿Grabadas en la carne de un ser humano totalmente corriente sin el menor vestigio de ascendenciacazadora de sombras? Obtienes eso. —Agitó la barbilla en dirección al cadáver—. Las runas sonterriblementedolorosas.LosMarcadospierdenel juicio...,eldolor losvuelvelocos.Seconviertenenasesinosferoceseinsensatos.Noduermennicomenamenosquelesobliguen,ymueren,porlogeneral
enseguida.Lasrunastienenungranpoderypuedenusarseparahacerungranbien...,perosepuedenusarparaelmal.Losrepudiadossonmalvados.
Claryseloquedómirandohorrorizada.—Pero¿porquéquerríanadiehacerseeso?—Nadieloharía.Esalgoqueseleshace.Puedehacerlounbrujo,talvezalgúnsubterráneoquese
havueltomalvado.Losrepudiadossonlealesaquienlosmarcó,ysonasesinosferoces.Tambiénpuedenobedecer órdenes sencillas. Es como tener un... un ejército de esclavos. —Pasó por encima delrepudiadomuerto,yechóunamiradarápidaporencimadelhombroaClary—.Voyavolverasubir.
—Peroallínohaynada.—Podríahabermásde ellos—dijo él, casi como si desearaque así fuera—.Deberías aguardar
aquí.—Empezóasubirlospeldaños.—Yonoharíaesosifueratú—dijounavozagudayfamiliar—.Haymásenellugardelquesalióel
primero.Jace, que estaba casi en lo alto de la escalera, se volvió en redondo y abrió mucho los ojos.
TambiénlohizoClary,aunqueellasupoinmediatamentequiénhabíahablado.Aquelacentoásperoerainconfundible.
—¿MadameDorothea?Laancianainclinólacabezacongestoregio.Estabadepieenlaentradadesuapartamento,vestida
con lo que parecía una tienda de campaña confeccionada en seda cruda morada. Cadenas de oro lecentelleabanenlasmuñecasylerodeabanlagarganta.Suslargoscabellos,listadoscomolosdeuntejón,seescapabandelmoñosujetoenloaltodelacabeza.
Jaceseguíamirandodehitoenhito.—Pero...—¿Másqué?—preguntóClary.—Más repudiados —replicó Dorothea con una jovialidad que, Clary consideró, no encajaba
realmente con las circunstancias; lamujer paseó lamirada por el vestíbulo—.Lohabéis dejado todohechounaporquería,¿noescierto?Yestoyseguradequenoteníaisintencióndelimpiarlo.Típico.
—Peroustedesunamundana—dijoJace,finalizandoporfinsufrase.—Eres tan observador—repusoDorothea con ojos relucientes—.LaClave realmente rompió el
moldecontigo.EldesconciertodelrostrodeJaceempezabaadesvanecerse,porunenojocadavezmáspatente.—¿Conoce la existencia de la Clave? —inquirió—. ¿Conocía su existencia, y sabía que había
repudiadosenesta casa,yno les informó?La simple existenciade repudiadosesuncrimencontra laAlianza.
—Ni la Clave ni la Alianza han hecho nunca nada pormí—dijomadameDorothea, y sus ojoscentellearonfuriosos—.Nolesdebonada.
Porunmomento,suásperoacentoneoyorquinodesapareció,reemplazadoporotracosa,unacentomásmarcadoygrave,queClarynoreconoció.
—Déjalo, Jace —dijo Clary, y se volvió hacia madame Dorothea—. Si está enterada de laexistenciade laClaveyde los repudiados—siguió—,entoncesquizá sepaustedqué le sucedióamimadre.
Dorotheanegócon lacabeza,haciendoquesuspendientessebalancearan.Habíaalgoparecidoacompasiónensurostro.
—Miconsejoparati—repuso—,esqueteolvidesdetumadre.Sehaido.ElsuelobajoClaryparecióinclinarse.—¿Quieredecirqueestámuerta?—No—Dorotheapronunció lapalabracasidemalagana—,estoyseguradequesigueviva.Por
ahora.—Entoncestengoqueencontrarla—declaróClary.Elmundohabíadejadodeinclinarse;Jaceestabadetrásdeella,conlamanosobresucodocomo
parasostenerla,peroellaapenasloadvirtió.—¿Comprende?Tengoqueencontrarlaantesdeque...MadameDorotheaalzóunamano.—Noquieroinvolucrarmeencuestionesdecazadoresdesombras.—Peroconocíaamimadre.Erasuvecina...—Estoesuna investigaciónoficialde laClave—la interrumpióJace—.Siemprepuedo regresar
conlosHermanosSilenciosos.—Ah,porel...—Dorotheaechóunaojeadaasupuerta,luegoaJaceyaClary—.Supongoquelo
mejorseráqueentréis—dijofinalmente—.Oscontaréloquepueda.—Empezóaandarhacialapuerta,luego se detuvo en el umbral,mirándoles iracunda—.Pero si le cuentas a alguienque te he ayudado,cazadordesombras,despertarasmañanaconserpientesporcabellosyunpardebrazosextra.
—Esopodríaseragradable,tenerunpardebrazosextra—bromeóJace—.Útilenunapelea.—Nosicrecendetu...—Dorotheacallóylesonrió,nosinmalicia—.Cuello.—Rayos—dijoJaceconsuavidad.—Rayos,esoes,JaceWayland.Dorotheapenetróconpasofirmeenelapartamento,conlatiendadecampañamoradaondeandoasu
alrededorcomounabanderachillona.ClarymiróaJace.—¿Wayland?—Esminombre.—Jaceparecíaafectado—.Nopuedodecirquemegustequeellalosepa.ClaryechóunaojeadatrasDorothea.Laslucesestabanencendidasdentrodelapartamento;elfuerte
olorainciensoinundabayaelvestíbulo,mezclándosedesagradablementeconelhedordelasangre.—Contodo,creoquepodríamosintentarhablarconella.¿Quépodemosperder?—Unavezquehayaspasadounpocomásdetiempoennuestromundo—afirmóJace—,nomelo
volverásapreguntar.
7Lapuertadecincodimensiones
ElapartamentodemadameDorotheaparecíatenermásomenoslamismadistribuciónqueeldeClary,aunque lamujerhabíahechounusodistintodelespacio.Elvestíbulo,queapestabaa incienso,estabaadornadoconcortinasdecuentasypóstersastrológicos.Unomostraba lasconstelacionesdelzodíaco;otro,unaguíade lossímbolosmágicoschinos,yotromás,unamanocon losdedosdesplegados,cadalínea de la palma cuidadosamente etiquetada. Por encima de lamano aparecían, escritas en latín, laspalabras «InManibus Fortuna». Estantes estrechos, que contenían libros apilados, cubrían la paredsituadajuntoalapuerta.
Unadelascortinasdecuentasrepiqueteó,ymadameDorotheaasomólacabezaatravésdeella.—¿Interesada en la quiromancia? —dijo, reparando en la mirada de Clary—. ¿O simplemente
fisgona?—Nadadeeso—respondiólamuchacha—.¿Realmentepuededecirlabuenaventura?—Mimadreposeíaungrantalento.Podíaverelfuturodeunhombreensumanooenlashojasdel
fondodesutazadeté.Meenseñóalgunosdesustrucos.—TransfiriólamiradaaJace—.Hablandodeté,jovencito,¿quieresunpoco?
—¿Qué?—preguntóél,conaspectoturbado.—Encuentroquesirvea lavezparaasentarelestómagoyquelamenteseconcentre.Unabebida
maravillosa,elté.—Yotomarété—dijoClary,reparandoenlomuchoquehacíaquenohabíacomidoobebidoalgo.Sentíacomosihubieraestadofuncionandoabasedepuraadrenalinadesdequedespertó.Jacesucumbió.—De acuerdo. Siempre y cuando no seaEarlGrey—añadió, arrugando la fina nariz—.Odio la
bergamota.MadameDorothea rió socarronamente envoz altayvolvió adesaparecerdetrásde la cortinade
cuentas,dejándolabalanceándosesuavementetrasella.ClarymiróaJaceenarcandolascejas.—¿Odiaslabergamota?—preguntó.Jacesehabíaacercadoalaestrechaestanteríayexaminabasucontenido.—¿Hayalgúnproblema?—Puedequeseaselúnicochicodemiedadqueheconocidoquesabequéeslabergamota,yaún
másqueseencuentraeneltéEarlGrey.—Sí,bueno—dijoél,conunaexpresiónaltanera—.Nosoycomootroschicos.Además—añadió,
extrayendounlibrodelestante—,enelInstitutotenemosquetomarclasesenusosmedicinalesbásicosdelasplantas.Esunrequisito.
—ImaginabaquevuestrasclaseserancosascomoCarnicería101yDecapitaciónparaprincipiantes.Jacepasóunapágina.—Muydivertido,Fray.Clary,quehabíaestadoestudiandoelpósterdequiromancia,sevolvióenredondohaciaél.—Nomellamesasí.Élalzólamirada,sorprendido.—¿Porquéno?Estuapellido,¿verdad?LaimagendeSimonsealzóantelosojosdelamuchacha.Simonlaúltimavezquelohabíavisto,
siguiéndolaatónitoconlamiradamientrasellasalíacorriendodeJavaJones.Volvióamirarelpóster
pestañeando.—Nohayningúnmotivo.—Entiendo—dijo Jace, y ella supo por su voz que sí entendía, más de lo que ella quería que
entendiese;leoyódejarellibrodevueltaenelestante—.Estodebedeserlabasuraquemantienecomofachadaparaimpresionaramundanoscrédulos—dijo,ysuvozsonóasqueada—.Nohayunsolotextoserioaquí.
—Sóloporquenosealaclasedemagiaquetúhaces...—empezóClaryenojada.Éllamiróconcaradepocosamigos,silenciándola.—Yonohagomagia—dijo—.Méteteloenlacabeza:lossereshumanosnousanlamagia.Esparte
de lo que los hace humanos.Las brujas y los brujos sólo pueden usarmagia porque tienen sangre dedemonios.
Clarysetomóunosinstantesparaprocesaraquello.—Peroyotehevistousarmagia.Usasarmashechizadas...—Uso instrumentosquesonmágicos.Y justoparapoderhacereso, tengoque recibirun riguroso
adiestramiento. Los tatuajes de runas en la piel tambiénme protegen. Si tú intentaras usar uno de loscuchillosserafín,porejemplo,probablementeteabrasaríalacarne,quizátemataría.
—¿Ysituvieralostatuajes?—preguntóClary—.¿Podríausarlos?—No—respondió Jace enojado—, lasMarcas son sólopartede ello.Existenpruebas, ordalías,
nivelesdeadiestramiento...Oye,simplementeolvídalo,¿deacuerdo?Mantentealejadademiscuchillos.Dehecho,notoquesningunademisarmassinmipermiso.
—Vaya,adiósamiplanparavenderloseneBay—rezongóClary.—¿Venderlosdónde?Clarylededicóunasonrisainsulsa.—Unlugarmíticodegranpodermágico.Jaceparecióconfuso,luegoencogióloshombros.—Lamayoríadelosmitossonciertos,almenosenparte.—Empiezoacaptarlo.Lacortinadecuentasvolvióarepiquetear,yapareciólacabezademadameDorothea.—Eltéestáenlamesa—anunció—.Nohaynecesidaddequevosotrosdososquedéisaquídepie
comoasnos.Pasadalsaloncito.—¿Hayunsaloncito?—preguntóClary.—Por supuesto que hay un saloncito—repuso ella—. ¿En qué otra parte iba yo a recibir a las
visitas?—Dejaréelsombreroconellacayo—indicóJace.MadameDorothealelanzóunamiradasombría.—Sifueraslamitaddegraciosodeloquecreesqueeres,muchacho,seríaseldobledegraciosode
loqueeres.Volvióadesapareceratravésdelacortina,ysusonoro«¡ja!»quedócasisofocadoporeltintineo
delascuentas.Jacefruncióelcejo.—Noestoymuysegurodequéqueríadecirconeso.—¿Deverdad?—repusoClary—.Yoloentendíperfectamente.Atravesódecididalacortinaantesdequeélpudierareplicar.ElsaloncitoestabatanpobrementeiluminadoqueClarynecesitóvariospestañeosantesdequesus
ojos se adaptaran. Luz tenue esbozaba las cortinas de terciopelo negro corridas sobre toda la paredizquierda. Pájaros y murciélagos disecados pendían del techo mediante finas cuerdas, con brillantescuentasnegrasocupandoel lugarde losojos.Elsueloestabacubiertodealfombraspersas raídasque
escupíanbocanadasdepolvoalserpisadas.Ungrupodesillonesdecolorrosasehallabancolocadosalrededordeunamesabaja.Unmazodecartasdeltarotatadasconunacintadesedaocupabaunextremodelamesa;unaboladecristalsobreunsoportedorado,elotro.Enelcentrodelamesahabíaunserviciode té dispuesto para las visitas: un plato de emparedados cuidadosamente apilados, una tetera azul(humeante)ydostazasdetéconplatillosajuego,colocadasconesmerofrenteadosdelossillones.
—¡Vaya!—exclamóClaryconvozdébil—.Estotieneunaspectomagnífico.Seacomodóenunodelossillones.Sentarseeraunasensaciónagradable.Dorotheasonrió;losojoslecentelleabanconunhumormalicioso.—Tomadunpocodeté—dijo,levantandolatetera—.¿Leche?¿Azúcar?ClarymiródesoslayoaJace,queestabasentadoasu ladoyhabía tomadoposesióndelplatode
emparedados.Examinabaunoconatención.—Azúcar—contestóClary.Jace se encogió de hombros, tomó un bocadillo y dejó el plato sobre lamesa.Clary le observó
cautelosamientrasledabaunmordisco.Eljovenvolvióaencogersedehombros.—Pepino—dijo,enrespuestaalamiradafijadelamuchacha.—Enmiopinión,losemparedadosdepepinosonjustoloapropiadoparaelté,¿verdadquesí?—
inquiriómadameDorothea,sindirigirseanadieenparticular.—Odioelpepino—declaróJace,ylepasóelrestodesuemparedadoaClary.Ésta le dio un mordisco: estaba condimentado con justo la cantidad apropiada de mayonesa y
pimienta.Las tripas le retumbaronenagradecido reconocimientopor laprimeracomidaqueprobabandesdelosnachosquehabíacomidoconSimon.
—Pepinoybergamota—comentóClary—.¿Hayalgunaotracosaqueodiesqueyodebasaber?JacemiróaDorotheaporencimadelbordedesutazadeté.—Losmentirosos—respondió.Lamujerdepositóconcalmalateteraenlamesa.—Puedesllamarmementirosatodoloquequieras.Escierto,nosoyunabruja.Peromimadreloera.—Esoesimposible—exclamóJace,atragantándoseconsuté.—¿Porquéimposible?—preguntóClary,llenadecuriosidad.Tomóunsorbodeté.Eraamargo,fuertementearomatizadoconundejeahumodeturba.Jacesoltóunabocanadadeaire.—Porquesonmediohumanas,mediodemonios.Todaslasbrujasytodoslosbrujossoncrucesde
razas.Ypuestoquesoncruces,nopuedentenerhijos.Sonestériles.—Comolasmulas—dijoClarypensativamente,recordandoalgodichoensuclasedebiología—.
Lasmulassoncrucesestériles.—Tuconocimiento de los animales de cría es pasmoso—indicó Jace—.Todos los subterráneos
son,enciertamedida,demonios,peroúnicamentelosbrujossonloshijosdeprogenitoresdemonios.Esporesoquesuspoderessonlosmásfuertes.
—Losvampirosyloshombreslobo...¿sontambiéndemoniosenparte?¿Ylashadas?—Los vampiros y los hombres lobo son el resultado de enfermedades traídas por los demonios
desdesusdimensionesderesidencia.Lamayoríadelasenfermedadesdelosdemoniossonmortalesparaloshumanos,peroenesoscasoscausaroncambiosextrañosenlosinfectados,sinmatarlosenrealidad.Ylashadas...
—Lashadassonángelescaídos—dijoDorothea—,expulsadasdeloscielosporsuorgullo.—Esaeslaleyenda—repusoJace—.Tambiénsedicequesonlaprogeniedelosdemoniosylos
ángeles,loquesiempremehaparecidomásprobable.Elbienyelmal,mezclándose.Lashadassontanhermosascomosesuponequesonlosángeles,perotienenunagrancantidaddemaliciaycrueldadensuinterior.Yhabrásreparadoenquelamayoríaevitaelsoldelmediodía...
—Pueseldemoniocarecedepoder—dijoDorotheaenvozbaja,comosirecitaraunaviejarima—,exceptoenlaoscuridad.
Jacelededicóunamuecadedesagrado.—¿Cómoque«sesuponequeson»?—preguntóClaryaJace—¿Quieresdecirquelosángelesno...—Seacabaronlosángeles—indicóDorothea,mostrándoserepentinamenterealista—.Esciertoque
losbrujosnopueden tenerhijos.Mimadremeadoptóporquequeríaasegurarsedequehabríaalguienqueseocuparíadeestelugarunavezqueellayanoestuviera.Yonotengoquedominarlamagia.Sólotengoqueobservarycustodiar.
—¿Custodiarqué?—quisosaberClary.—Sí,¿qué?Con un guiño, lamujer alargó lamano para coger un emparedado del plato, pero éste ya estaba
vacío.Claryseloshabíacomidotodos.Dorothealanzóunarisitadivertida.—Es bueno ver a una joven comiendo hasta hartarse. Enmis tiempos, las chicas eran criaturas
robustasyllenasdeenergía,nolospalillosquesonhoyendía.—Gracias—dijoClary.PensóenlacinturadiminutadeIsabelleysesintiórepentinamenteenorme.Dejólatazavacíaenla
mesaconunrepiqueteo.Al instante, madame Dorothea se abalanzó sobre la taza y contempló su interior con atención,
mientrasunalíneaaparecíaentresuscejastrazadasalápiz.—¿Qué?—preguntóClary,nerviosa—.¿Heagrietadolatazaoalgo?—Estáleyendotushojasdelté—explicóJaceentonoaburrido,peroseinclinóhaciaadelantejunto
conClarymientrasDorotheahacíagirarlatazaunayotravezensusgruesosdedos,conelceñofruncido.—¿Esmalo?—inquirióClary.—Noesnimalonibueno.Resultaconfuso.—DorotheamiróaJace—.Dametutaza—ordenó.Jacesemostróofendido.—Peronomeheterminadomi...Laancianalearrebatólatazadelamanoyarrojóelexcesodetéalinteriordelatetera.Torciendo
elgesto,contemplolosrestos.—Veo violencia en tu futuro, una gran cantidad de sangre derramada por ti y por otros. Te
enamorarásdelapersonaequivocada.También,tienesunenemigo.—¿Sólouno?Ésaesunabuenanoticia.JaceserecostóensuasientomientrasDorotheadejabasutazayvolvíaatomarladeClary.Negó
conlacabeza.—Nohaynadaqueyopuedaleeraquí.Lasimágenesestánmezcladas,carecendesentido.—Echó
unaojeadaaClary—.¿Hayunbloqueoentumente?Clarysesintióperpleja.—¿Unqué?—Comounhechizoquepodríaocultarunrecuerdo,oquepodríahaberobstaculizadotuVisión.Clarynegóconlacabeza.—No,claroqueno.Jaceseincorporó,alerta.—Noteprecipites—dijo—.AfirmanorecordarhabertenidojamáslaVisiónantesdeestasemana.
Quizá...—Alomejorsimplementesoydedesarrollolento—leespetóClary—.Ynomemiresburlándote
sóloporquehedichoeso.Jaceadoptóunaireherido.—Noibaahacerlo.
—Ibasaburlarte,lohevisto.—Quizá—admitióJace—,peroesonosignificaquenoestéenlocierto.Algoimpideelpasoatus
recuerdos,estoycasisegurodeello.—Muybien,probemosotracosa.Dorotheadejó la tazayalargó lamanohacia las cartasdel tarot envueltas en seda.Lasabrióen
abanicoyselastendióaClary.—Deslizalamanosobreestascartashastaquetoquesunaquenotescalienteofría,oqueparezca
adherirseatusdedos.EntoncessácalaymuéstramelaObedientemente,Clarypasólosdedossobrelascartas.Resultabanfrescasaltacto,yresbaladizas,
peroningunaparecíaespecialmentecálidaofría.Finalmente,seleccionóunaalazarylasostuvoenalto.—Elasdecopas—dijoDorothea,pareciendodesconcertada—.Lacartadelamor.Clarylediolavueltaylamiró.Lacartaresultabapesadaensumano,eldibujoestabahechocon
auténticapintura.Mostrabaunamano sosteniendouna copa frente aun sol llenode rayospintado conpinturadorada.Lacopaestabahechadeoro,esculpidaconundibujodesolesmáspequeñosytachonadaderubíes.Elestilodelaobraleeratanfamiliarcomosupropioaliento.
—Esunabuenacarta,¿verdad?—Nonecesariamente.Lascosasmásterriblesquehacenloshombres,lashacenennombredelamor
—contestómadameDorotheaconojosrelucientes—.Peroesunacartapoderosa.¿Quésignificaparati?—Quemimadrelapintó—dijoClary,ydejócaerlacartasobrelamesa—.Lohizo,¿verdad?Dorotheaasintió,conunaexpresióndesatisfechacomplacenciaenelrostro.—Pintótodalabaraja.Unregaloparamí.—Eso dice usted.—Jace se puso en pie, con la mirada fría—. ¿Cuánto conocía a la madre de
Clary?Claryalzólacabezaparamirarle.—Jace,notienesque...Dorotheaserecostóenelsillón,conlascartasabiertasenabanicosobreelregazo.—Jocelynsabíaloqueyoera,yyosabíaloqueellaera.Nohablábamosmuchosobreello.Aveces
mehacíafavores...,comopintarestabarajadecartasparamí...,yacambioyolecontabaalgúnqueotrochismorreodelSubmundo.Habíaunnombrealquemepidióqueestuvieraatentaporsilooía,ylohice.
LaexpresióndeJaceerainescrutable.—¿Quénombreeraése?—Valentine.Clarysesentómuytiesaensuasiento.—Peroesoes...—YcuandodicequesabíaloqueJocelynera,¿aquéserefiere?—¿Quéeraella?—inquirióJace.—Jocelyn era lo que era—respondió la mujer—. Pero en su pasado había sido como tú. Una
cazadoradesombras.UnmiembrodelaClave.—No—musitóClary.Dorothealamiróconojoscasibondadosos.—Escierto.Eligióvivirenestacasaprecisamenteporque...—PorqueestoesunSantuario—cortóJaceaDorothea—.¿Noescierto?SumadreeraunControl.
Ellacreóesteespacio,oculto,protegido;esunlugarperfectoparaqueseocultenlossubterráneosquehuyen.Esoesloquehace,¿verdad?Ocultacriminalesaquí.
—Túlosllamaríasasí—dijoDorothea—.¿EstásfamiliarizadoconellemadelaAlianza?—Sedlexduralex—contestóJaceautomáticamente—.LaLeyesduraperoeslaLey.—En ocasiones la Ley es demasiado dura. Sé que la Claveme habría apartado del lado demi
madre,dehaberpodido.¿Quieresquelespermitahaceresoaotros?—Demodoqueesunafilántropa.—Jacehizounamueca—.Supongoqueesperaquecreaquelos
subterráneosnolepaganmagníficamenteporsuSantuario.Dorotheasonrióampliamente,losuficienteparamostrarundestellodemolaresdeoro.—Notodospodemossaliradelantesóloconnuestrabellezacomotú.Jacenoparecióafectadoporlaadulación.—DeberíahablarlealaClavesobreusted...—¡Nopuedes!—Clarysehabíapuestoenpie—.Loprometiste.—Jamásprometínada.—Jacemostróunaexpresiónderebeldía.Avanzóagrandeszancadashacialaparedyapartóaunladounadelascolgadurasdeterciopelo.—¿Quieredecirmequéesesto?—exigió.—Esunapuerta,Jace—dijoClary.Síeraunapuerta,extrañamentecolocadaenlaparedentredosventanassaledizas.Eraevidenteque
nopodíaserunapuertaquecondujeraaningunaparte,ohabríasidovisibledesdeelexteriordelacasa.Parecíacomosiestuvierahechadealgúnmetalquebrillabaquedamente,deuntonomásparecidoalamantequillaqueallatón,perogruesocomoelhierro.Elpomoteníaformadeojo.
—Cállate—replicóJace—.EsunPortal.¿Verdad?—Esunapuertadecincodimensiones—afirmóDorothea,volviendoadepositarlascartasdeltarot
sobre lamesa—.Lasdimensionesno son todas líneas rectas, ya lo sabes—añadió, en respuesta a lamiradaperplejadeClary—.Hayhondonadasyplieguesyrecovecosyranurastodosbienescondidos.Esunpocodifícil de explicar cuandono seha estudiadonunca teoríadimensional, pero, en esencia, esapuertapuedellevarteacualquierpartealaquequierasirenestadimensión.Es...
—Unasalidadeescape—repusoJace—.Esporesoquetumadrequeríaviviraquí.Parapoderhuirenuninstante.
—Entoncesporquenolo...—empezóClary,yseinterrumpió,repentinamentehorrorizada—.Pormí—exclamó—.Noqueríamarcharsesinmí.Asíquesequedó.
Jacenegabaconlacabeza.—Nopuedesculparte.Clarysintióquelaslágrimasseacumulabanbajosuspárpados,yapartóaJaceparadirigirseala
puerta.—Quieroveradóndehabría ido—dijo, alargando lamanohacia lapuerta—.Quieroveradónde
queríaescapar...—¡Clary,no!Jacealargóelbrazoparacogerla,perolosdedosdelajovenestabancerradossobreelpomo.Éste
girórápidamentebajosumano,ylapuertaseabriódegolpecomosiellalahubieseempujado.Dorotheasepusopesadamenteenpieconungrito,peroerademasiadotarde.Antesdequepudieraacabarsiquieralafrase,Claryseviolanzadahaciaadelanteycayóalvacío.
8Elarmapreferida
Estabademasiadosorprendidaparagritar.Lasensacióndecaereralopeor;elcorazónselesubióalagargantayelestómagoselerevolvió.Lanzólasmanosalfrente,intentandoatraparalgo,cualquiercosaquepudieradisminuirlavelocidaddesudescenso.
Susmanos se cerraron sobre ramas y fueron arrancandohojas. Se golpeó ruidosamente contra elsuelo, con fuerza, la cadera y el hombro chocando contra tierra apisonada. Rodó sobre sí misma,inspirandoairedenuevo.Empezabaasentarseenelsuelocuandoalguienleaterrizóencima.
Sevioderribadahaciaatrás.Unafrentegolpeólasuya,lasrodillaslechocaroncontralasdeotrapersona. Enredada en brazos y piernas, Clary expulsó cabellos (no los suyos) por la boca e intentózafarsededebajodeunpesoqueparecíaestaraplastándola.
—¡Ay!—dijoJaceensuoído,entonoindignado—.Mehasdadouncodazo.—Bueno,túhascaídosobremí.Élsealzósobrelosbrazosylamiróplácidamente.Claryvioelcieloazulporencimadesucabeza,
untrozoderamadeárbolylaesquinadeunacasadetablasgrisesdemadera.—Bueno, nome has dejado demasiadas opciones, ¿verdad?—inquirió él—No después de que
decidierassaltaralegrementeatravésdeeseportalcomosisaltarasdeltrenF.DesdeluegotienessuertedequenonosarrojaraalinteriordelEastRiver.
—Noteníasquevenirtrasdemí.—Síquetenía—repusoél—.Eresdemasiadoinexpertaparaprotegerteenunasituaciónhostilsin
mí.—Quédetalle.Quizáteperdonaré.—¿Perdonarme?¿Porqué?—Pordecirmequemecallaracuandovilapuertaenlapared.Losojosdeljovenseentrecerraron.—Yono...Bueno,sílohice,peroestabas...—Noimporta.El brazo, inmovilizado bajo la espalda, empezaba a hormiguearle. Al rodar lateralmente para
liberarlo,violahierbamarróndeuncéspedseco,unavalladetelametálicaymássuperficiedelacasadetablasgrises,queahoraleresultabaangustiosamentefamiliar.
Sequedóparalizada.—Sédóndeestamos.Jacedejódefarfullar.—¿Qué?—ÉstaeslacasadeLuke.Claryseincorporóhastasentarse,arrojandoaJaceaunlado.Ésterodóconagilidadhastaponerse
enpieyletendióunamanoparaayudarlaalevantarse.Ellahizocomosinoexistieraysepusoenpieapresuradamente,agitandoelbrazoentumecido.
Estabanfrenteaunapequeñacasagrisadosada,colocadaentreotrascasasadosadasquebordeabanlosmuellesdeWilliamsburg.SoplabaunabrisaprocedentedelEastRiverquebalanceabaunpequeñoletreroquehabíasobrelospeldañosdeladrillodelaentrada.ClarycontemplóaJacemientrasésteleíaen voz alta las palabras en letra de imprenta: «Libros Garroway, en buen estado, nuevos, usados ydescatalogados. Sábados cerrado», Elmuchacho echó una ojeada a la oscura puerta principal, con elpomoaseguradoporungruesocandado.Elcorreodeunoscuantosdíasdescansabasobreelfelpudo,sin
tocar.DirigióunarápidamiradaaClary.—¿Viveenunalibrería?—Vivedetrásdelatienda.Lamuchachamiró a un lado y a otro de la calle vacía, que limitaba con el arco del puente de
Williamsburgporunextremoyconunafábricadeazúcarabandonadaporelotro.Alotroladodelríodeaguasmansas,elsolseponíatraslosrascacielosdelapartebajadeManhattan,bosquejándolosenoro.
—Jace,¿cómohemosllegadoaquí?—AtravésdelPortal—respondióél,examinandoelcandado—.Te llevaacualquier lugarenel
queestéspensando.—Peroyonoestabapensandoenestelugar—objetóClary—.Nopensabaenningúnsitio.—Debes de haberlo hecho.—Abandonó el tema con aparente indiferencia—. Bien, puesto que
estamosaquí...—¿Sí?—¿Quéquiereshacer?—Marcharme,supongo—contestóellaconamargura—.Lukemedijoquenovinieraaquí.Jacemeneólacabeza.—¿Ytúsimplementeaceptaseso?Claryseabrazóasímisma.Apesardelcalordiurnoqueempezabaadisiparse,sentíafrío.—¿Tengoelección?—Siempre tenemos elecciones —repuso Jace—. Si estuviera en tu lugar, ahora mismo sentiría
muchísimacuriosidadporLuke.¿Tieneslasllavesdelacasa?Clarynegóconlacabeza.—No,peroavecesdejalapuertatraseraabierta.SeñalóelestrechocallejónentrelacasadeLukeylasiguiente.Habíacubosdebasuradeplástico
colocados en una pulcra hilera junto a montones de periódicos doblados y una cuba de plástico debotellasdesodavacías.Almenos,Lukeseguíasiendounrecicladorresponsable.
—¿Estásseguradequenoestáencasa?—preguntóJace.Ellaechóunvistazoalbordillovacío.—Bueno,sucamionetanoestá,latiendaestácerradaytodaslaslucesestánapagadas.Yodiríaque
probablementeno.—Entonces,túprimero.Elestrechopasilloentre lascasasfinalizabaenunaaltavallade telametálica,quecircundabael
pequeñojardíntraserodeLuke,enelquelasúnicasplantasquecrecíanbienparecíanserloshierbajosquehabíanbrotadoentrelaslosas,resquebrajándolasenfragmentospolvorientos.
—Arribayalotrolado—dijoJace,incrustandolapuntadelabotaenunaaberturaenlavalla.Empezóatrepar.LavallatraqueteótanfuertequeClaryechónerviosasojeadasasualrededor,pero
nohabíalucesencendidasenlacasadelosvecinos.Jacepasóporencimadelavallaysaltóalotrolado,aterrizandoenlosmatorralesconelacompañamientodeunalaridoensordecedor.
Porunmomento,Clarypensóquedebíadehaberaterrizadosobreungatovagabundo.OyócómoJace gritaba sorprendido almismo tiempo que caía de espaldas.Una sombra oscura y excesivamentegrande para ser felina salió como una exhalación de las matas y corrió atravesando el patio,manteniéndoseagachada.Incorporándoseatodaprisa,Jacecorrióveloztrasella,conexpresiónasesina.
Claryempezóasubir.Alpasarlapiernaporencimadelaalambrada,losvaquerosdeIsabelleseengancharonenuntrozoretorcidodealambreysedesgarraronporunlado.ClarysedejócaeralsuelojustoenelmomentoenqueJacegritabatriunfal.
—¡Lecogí!ClarysevolvióyvioaJacesentadoencimadel intruso;ésteestababocaabajoycon losbrazos
alzadossobrelacabeza.Jaceleagarrólamuñeca.—Va,veamostucara...—Saldeencima,imbécilpresuntuoso—gruñóelintruso,empujandoaJace.Forcejeóhastaquedarsentadoamedias,conlasmaltrechasgafastorcidas.Clarysedetuvoenseco.—¿Simon?—¡Ah, cielos! —exclamó Jace con un deje resignado—. Y yo que realmente esperaba haber
atrapadoalgointeresante.
—Pero ¿qué hacías ocultándote en los arbustos de Luke?—quiso saber Clary, quitando hojas de loscabellosdeSimon.
Éstesoportósusatencionesconpatentemalhumor.LociertoeraquesiemprequesehabíaimaginadosureencuentroconSimon,unavezquehubieseterminadotodoaquello,élestabademejorhumor.
—Ésaeslapartequenoentiendo.—Deacuerdo,yaessuficiente.Puedoarreglarmeelpeloyosolo,Fray—dijoSimon,apartándose
bruscamentedesusmanos.Estaban sentados en los escalones del porche trasero de Luke. Jace se había recostado en la
barandillay fingíadiligentementehacercasoomisodeellos,mientrasusaba laestelapara limarse lasuñas.ClarysepreguntósilaClaveloaprobaría.
—Quierodecir,¿sabíaLukequeestabasahí?—preguntólajoven.—Claroqueno—respondióSimondemaltalante—.Nuncalehepreguntado,peroestoysegurode
quetieneunapolíticadelomásrigurosarespectoacualquieradolescentequeacecheentresusarbustos.—Túnoerescualquiera;teconoce.Claryqueríaalargarlamanoytocarlelamejilla,queseguíasangrandoligeramenteallídondeuna
ramalahabíaarañado.—Loprincipalesqueestásbien.—¿Que yo estoy bien? —Simon lanzó una carcajada, un sonido agudo y desdichado—. Clary,
¿tieneslamásremotaideadeporloquepasadoestosdosúltimosdías?Laúltimavezquetevi,salíascorriendode Java Jonescomounmurciélagohuyendodel infierno,y simplemente...desapareciste.Nocontestabasatumóvil; luegoel teléfonodetucasafuedesconectado;acontinuaciónLukemedijoqueestabas con unos parientes al norte del estado cuando yo sé perfectamente que no tienes ningún otropariente.Penséquehabíahechoalgoquetehabíacabreado.
—¿Quépodríashaberhechotú?Claryintentócogerlelamano,peroéllaapartósinmirarlaalacara.—Nolosé—respondió—.Algo.Jace,todavíaocupadoconlaestela,rióentredientes.—Eresmimejoramigo—dijoClary—.Noestabafuriosacontigo.—Sí,bueno,supongoquetambiénerademasiadopedirquetemolestarasenllamarmeydecirmeque
tehabíasliadoconunrubialesteñidomediogóticoqueprobablementeconocisteenelPandemónium.—Simonremarcóagriamente—.Mehepasadolostresúltimosdíaspreguntándomesiestaríasmuerta.
—Nomeheliadoconnadie—dijoella,dandograciasdequeestuvieraoscuromientrasenrojecíaviolentamente.
—Ysoyrubionatural—indicóJace—.Sóloparaqueconste.—Entonces,¿quéhasestadohaciendoestosúltimostresdías?—preguntóSimon,conlosojosllenos
de sombrío recelo—. ¿Realmente tienes una tía abuela llamadaMatilda que contrajo la gripe aviar ynecesitabaquelacuidaranmientrasserecuperaba?
—¿TedijoesoLuke?
—No,selimitóadecirquehabíasidoavisitaraunparienteenfermo,yquetumóvilprobablementenofuncionabaenelcampo.Noesqueyolecreyera.Despuésdequemeecharadesuporchedelantero,dilavueltaa lacasaymirépor laventanadeatrás.Leviprepararunabolsade lonaverdecomosi semarchaseapasar fuerael findesemana.Fueentoncescuandodecidíquedarmeporaquíyvigilarquesucedía.
—¿Porqué?¿Soloporqueestabametiendocosasenunabolsa?—Porquelaestaballenandodearmas—respondióél,restregándoselasangredelamejillaconla
mangadelacamiseta—.Cuchillos,unpardedagas,inclusounaespada.Locuriosoesquealgunasdelasarmasparecíancomosibrillaran.
PaseólamiradadeClaryaJace,yluegoalainversa.EltonodesuvozfuetancortantecomounodeloscuchillosdeLuke.
—Ahora,¿vaisadecirquemeloestabaimaginando?—No—dijoClary—,novoyadecireso.EchóunaojeadaaJace.Lasúltimaslucesdelapuestadesollearrancabandestellosdesusojos.—Voyadecirlelaverdad—advirtiólajoven.—Losé.—¿Vasaintentarimpedírmelo?Élbajólamiradaalaestelaqueteníaenlamano.—EstoyligadopormijuramentoalaAlianza—explicó—.Atinoteataningúnjuramento.ClaryvolviódenuevolacabezahaciaSimon,tomandoaireconenergía.—Deacuerdo—comenzó—.Estoesloquetienesquesaber.
Elsolhabíadescendidototalmenteporelhorizonte,yelporcheestabasumidoyaenlaoscuridadcuandoClarydejódehablar.Simonhabíaescuchadosuextensaexplicaciónconunaexpresióncasi impasible,estremeciéndosesólolevementecuandoellallegóalapartedeldemoniorapiñador.CuandoClaryacabódehablar,seaclarólaresecagarganta,yderepentequisopodertomarunvasodeagua.
—Asíque—dijo—,¿algunapregunta?Simonalzólamano.—Oh,sí.Variaspreguntas.Clarysoltóaireconcautela.—Deacuerdo.Dispara.SimonseñalóaJace.—Buenoélesun...¿cómodicesquellamanalagentequeescomoél?—Uncazadordesombras—respondióClary.—Uncazadordedemonios—aclaróJace—.Matodemonios.Noestancomplicado,enrealidad.Simonvolvióamirarasuamiga.—¿Enserio?Tenía losojos entrecerrados, como simedio esperaraque ella le dijeraquenadade aquello era
verdad,yqueJaceeraenrealidadunlunáticopeligrosodelqueellahabíadecididohacerseamigaporcuestioneshumanitarias.
—Enserio.Simonmostrabaunaexpresiónconcentrada.—¿Ytambiénhayvampiros?¿Hombreslobos,brujos,todoeso?Clarysemordisqueóellabioinferior.—Esoheoído.—¿Ytúlosmatastambién?—preguntóSimon,dirigiendolapreguntaaJace,quehabíaguardadola
estelaenelbolsilloyseexaminabalasimpecablesuñasenbuscadedefectos.
—Únicamentecuandohansidomalos.Duranteunmomento,Simonselimitóaquedarseallísentadoconlamiradafijaenelsuelo.Claryse
preguntósicargarloconaquellaclasedeinformaciónnohabríasidounerror.Elmuchachoposeíaunavenaprácticamuchomás fuertequeningunaotrapersonaqueella conociera;quizáno legustaranadasaberalgocomoaquello,algopara loquenoexistíaunaexplicación lógica.Se inclinóhaciaadelanteconansiedad,justocuandoSimonalzabalacabeza.
—Estodotanalucinante—dijoél.JacepareciótansobresaltadocomosesintióClary.—¿Alucinante?Simonasintióconelentusiasmosuficienteparahacerquesusnegrosrizoslerebotaranenlafrente.—Completamente.EscomoDragonesymazmorras,peroreal.JacecontemplabaaSimoncomosifueraalgunaespeciesingulardeinsecto.—¿Escomoqué?—Esun juego—explicóClary,que se sentíavagamente incómoda—.Lagente finge serbrujosy
elfos,ymataamonstruosycosasdeésas.Jacesemostróestupefacto.Simonsonrió.—¿NuncahasoídohablardeDragonesymazmorras?—He oído hablar de mazmorras —respondió Jace—. También de dragones. Aunque están casi
extintos.Simonpareciódecepcionado.—¿Nuncahasmatadoaundragón?—Probablemente tampocoseha topadoconunaelfacachondademetroochentaconunbikinide
piel—repusoClaryconirritación—.Déjaloya,Simon.—Loselfosauténticosmidenunosveintecentímetros—señalóJace—.Además,muerden.—Perolosvampirossonguays,¿no?—dijoSimon—.Quierodecirquealgunosvampirossonunas
nenasdespampanantes,¿verdad?A Clary le preocupó por un instante que Jace pudiera lanzarse desde el otro lado del porche y
agarraraSimonporelcuellohastadejarlesinsentido.Enlugardeello,ésteconsiderólapregunta.—Algunos,talvez.—Alucinante—repitióSimon.Clarydecidióquelegustabamáscuandosepeleaban.Jacebajódelabarandilladelporche.—¿Bueno,vamosaregistrarlacasaono?Simonsepusoenpieatodaprisa.—Yomeapunto.¿Quéestamosbuscando?—¿Estamos?—inquirióJaceconsiniestradelicadeza—.Norecuerdohaberteinvitadoavenir.—Jace—soltóClaryentonoenojado.Eljovensonrió.—Simplementebromeaba.—Sehizoaunladoparadejarelpasolibrehastalapuerta—.¿Vamos?Clary buscó a tientas el pomo de la puerta en la oscuridad. Esta se abrió encendiendo
automáticamente la luzdelporche,que iluminóelvestíbulo.Lapuertaqueconducíaa la tiendaestabacerrada;Clarymovióelpomo.
—Estácerradaconllave.—Permitidme,mundanos—dijoJace,apartándolaaunladoconsuavidad.El jovensacó laesteladelbolsilloy lapresionósobre lapuerta.Simon lecontemplóconcierto
resentimiento.Niaunquelepresentaraunmontóndedespampanantesvampirosdelsexofemenino,Jace
conseguiríacaerlebienasuamigo,sospechóClary.—Esunacosaseria,¿verdad?—mascullóSimon—.¿Cómolosoportas?—Mesalvólavida.Simonledirigióunarápidamirada.—¿Cómo...?Lapuertaseabrióconunchasquido.—Ahívamos—anuncióJace,volviendoaguardarlaestelaenelinteriordelbolsillo.ClaryviocómolaMarcaenlapuerta,justoporencimadelacabezadelmuchacho,sedesvanecía
mientrasentraban.Lapuertatraseradabaaunpequeñoalmacén,cuyasparedesdesnudasteníanlapinturadesconchada. Había cajas de cartón amontonadas por todas partes, los contenidos identificados congarabatoshechosconrotulador:«Narrativa»,«Poesía»,«Cocina»,«Interéslocal»,«Novelarosa».
—Elapartamentoestápasandoporahí.Claryseencaminóhacialapuertaquehabíaseñalado,enelextremoopuestodelahabitación.Jacelesujetóelbrazo.—Espera.Ellalemirónerviosamente.—¿Sucedealgo?—Nolosé.—Seabriópasoporentredosestrechosmontonesdecajas,ysilbó—.Clary,quizáte
intereseacercarteaquíyveresto.Ellamiró a su alrededor.Habíamuypoca luz en el almacén, la única iluminación era la luz del
porchequepenetrabaporlaventana.—Estátanoscuro...Llameó una luz, bañando la habitación con un brillante resplandor. Simon volvió la cabeza a un
lado,pestañeando.—¡Uf!Jacelanzóunarisita.Estabasobreunacajaprecintada,conlamanoalzada.Algolerefulgíaenla
palma,laluzescapabaentresusdedosahuecados.—Luzmágica—explicó.Simonfarfullóalgoporlobajo.Claryseencaramabayaporentrelascajas,abriéndosepasohacia
Jace, que estaba de pie detrás de un tambaleante montón de libros de misterio, con la luz mágicaproyectándoleunresplandorespectralsobreelrostro.
—Miraeso—dijoél,indicandounlugarsituadomásarribaenlapared.Alprincipio,ellapensóque le indicaba loqueparecíanunpardeapliquesornamentales,peroa
medida que los ojos se le ajustaban, comprendió que en realidad eran aros demetal sujetos a cortascadenas,cuyosextremosestabanhundidosenlapared.
—¿Sonesas...?—Esposas—dijoSimon,abriéndosepasoporentrelascajas—.Esoes,ah...—No digas «pervertido».—Clary le lanzó una mirada de advertencia—. Es de Luke de quien
estamoshablando.Jacealzóelbrazoypasólamanoporelinteriordeunodelosarosdemetal.Cuandolabajó,los
dedosestabanmanchadosdeunpolvillomarrónrojizo.—Sangre.Ymirad.Señaló la pared justo alrededor del lugar donde estaban hundidas las cadenas; el yeso parecía
sobresalir.—Alguienintentóarrancarestascosasdelapared.Lointentóconmuchafuerza,porloqueparece.ElcorazóndeClarylehabíaempezadoalatirconfuerzadentrodelpecho.—¿CreesqueLukeestábien?
Jacebajólaluzmágica.—Creoqueserámejorqueloaverigüemos.LapuertaquedabaalapartamentonoestabacerradaconllaveyconducíaalasalitadeLuke.Aparte
de los cientos de libros de la tiendamisma, había cientosmás en el apartamento. Las estanterías sealzabanhastaeltecho,lostomosenellascolocadosen«doblefila»,unahilerabloqueandoalaotra.Lamayoría eran de poesía y narrativa, conmucha fantasía ymisterio incluidos.Clary recordaba haberseabierto camino a través de Las crónicas de Pridain allí, enroscada en el asiento empotrado bajo laventanadeLukemientraselsolseponíasobreelEastRiver.
—Creoquetodavíaandaporaquí—gritóSimon,depieenlaentradadelapequeñacocinadeLuke—.Lacafeteraeléctricaestáencendidayhaycaféaquí.Todavíacaliente.
Clarymiróalotroladodelapuertadelacocina.Habíaplatosamontonadosenelfregadero,ylaschaquetasdeLukeestabanpulcramentecolgadasenganchosenelinteriordelarmariodelaropa.Avanzóporelpasilloyabriólapuertadelpequeñodormitorio.Teníaelmismoaspectodesiempre,lacamasinhacer con su cobertor gris y unos almohadones planos, la parte superior de la cómoda cubierta demonedassueltas.Sediolavuelta.Unapartedeellahabíaestadoabsolutamenteseguradeque,cuandoentraran,encontraríanellugardestrozado,yaLukeatado,heridoopeor.Enaquellosmomentosnosabíaquépensar.
Comoatontada, cruzóelvestíbulohasta elpequeñodormitoriode invitados,donde tanamenudohabía dormido cuando su madre estaba fuera de la ciudad por negocios. Acostumbraban a quedarsedespiertoshasta tardeviendoviejaspelículasde terrorenelparpadeante televisorenblancoynegro.Ellainclusoguardabaunamochilallenadematerialextraaquíparanotenerqueacarrearsuscosasdeunacasaaotra.
Arrodillándose, la sacó de debajo de la cama arrastrándola por la correa verde oliva. Estabacubierta de distintivos que, en su mayoría, le había dado Simon. «LOS JUGADORES LO HACENMEJOR.CHICAOTAKU.SIGOSINSERREY.»Dentrohabíaalgunasprendasdobladas,unascuantasmudas de ropa interior, un cepillo e incluso champú. «Gracias aDios», pensó, y cerró la puerta deldormitoriodeunapatada.Secambióatodaprisa;sesacólaropadeIsabelle,excesivamentegrande,yyamanchadadehierbaysudada,ysepusounospantalonesdepanapulidosalaarena,suavescomopapeldesgastado,yunacamisetaazulsinmangasyconundibujodecaractereschinosenlapartefrontal.MetiólaropadeIsabelleenlamochila,tiródelcordónparacerrarlayabandonóeldormitorio,conlamochilarebotándoletranquilamenteentrelosomóplatos.Eraagradableteneralgopropiootravez.
EncontróaJaceen laoficina repletade librosdeLuke,examinandounabolsade lonaverdequedescansabasobreelescritorioconlacremalleraabierta.Estaba,talycomoSimonhabíadicho,repletade armas: cuchillos envainados, un látigo enrollado y algo que parecía un disco demetal de bordessumamenteafilados.
—Esunchakram—explicóJace,alzandolavistacuandoClaryentróenlahabitación—.Unarmasikh.Lahacesgiraralrededordelíndiceantesdesoltarla.Sonrarasydifícilesdeusar.EsextrañoqueLuketuvierauna.EraelarmapreferidadeHodge,enaquellostiempos.Oesodiceél.
—Lukecoleccionacosas.Objetosdearte.Yasabes—comentóClary,indicandoelestantededetrásdelescritorio,queestabacubiertodefigurasdebroncehindúesyrusas.
Su favorita era una estatuilla de la diosa india de la destrucción, empuñando una espada y unacabeza cortada, mientras danzaba con la cabeza echada hacia atrás y los ojos entrecerrados, comorendijas.Alladodelescritoriohabíaunantiguobiombochino,talladoenrelucientepalisandro.
—Cosasbonitas.Jaceapartóelchakramcondelicadeza.Unpuñadodeprendassederramóporelextremosinatarde
labolsadelonadeLuke,comosihubierasidounaideadeúltimomomento.—Apropósito,creoqueestoestuyo.
Extrajounobjetorectangularocultoentrelasropas:unafotografíaenunmarcodemaderaconunagrietaverticalalolargodelcristal.LagrietaarrojabaunareddefinaslíneassobrelosrostrossonrientesdeClary,Lukeysumadre.
—Síqueesmío—dijoClary,tomándolodesumano.—Estároto—comentóJace.—Losé.Yolohice...,lahicepedazos.Cuandoselaarrojéaldemoniorapiñador.—Lemiró,viendo
cómo la comprensión aparecía en su rostro—. Eso significa que Luke ha estado en el apartamentodespuésdelataque.Quizáinclusohoy...
—DebedehabersidolaúltimapersonaenpasarporelPortal—dijoJace—.Poresonostrajoaquí.Túnopensabasenningúnlugar,demodoquenosenvióalúltimolugarenelquehabíaestado.
—QuéamabilidadladeDorotheaaldecirnosqueestuvoallí—comentóClary.—Probablemente él le pagópara que callara.O esoo ella confía en élmásde lo que confía en
nosotros.Loquesignificaquepodríanoestar...—¡Chicos!—EraSimon,entrandocomounaexhalaciónenlaoficinapresadelpánico—.Alguien
viene.Clarysoltólafoto.—¿EsLuke?Simonvolvióamirarpasilloabajo,luegoasintió.—Loes.Peronovienesolo;hayotrosdoshombresconél.—¿Hombres?Jacecruzólaestanciaenunaspocaszancadas,miróatravésdelmarcodelapuertayescupióuna
maldiciónenvozbaja.—Brujos.Clarylemiróatónita.—¿Brujos?Pero...Negandoconlacabeza,Jaceseapartódelapuerta.—¿Hayalgúnotromododesalirdeaquí?¿Unapuertatrasera?Clarymoviónegativamentelacabeza.Elsonidodepisadasenelpasilloerayaaudible,causándole
punzadasdetemorenelpecho.Jacemiróasualrededorcondesesperación.Susojosseposaronenelbiombodepalisandro.
—Colocaosahídetrás—dijo,señalándolo—.Ahora.Clarydejólafotografíaagrietadasobreelescritorioysedeslizódetrásdelbiombo,arrastrandoa
Simon tras ella. Jace iba justo detrás de ellos, con la estela en la mano. Apenas había conseguidoocultarse Jace, cuandoClaryoyó cómo la puerta se abría de par enpar, y el sonidode personas queentrabanenlaoficinadeLuke...,luegovoces.Treshombresquehablaban.MirónerviosamenteaSimon,queestabamuypálido,yluegoaJace,quehabíaalzadolaestelaymovíalapuntaligeramente,dibujandounaespeciedefiguracuadrada,sobrelaparteposteriordelbiombo.MientrasClaryobservabafijamente,elcuadradosetornótransparente,comounahojadecristal.OyótomaraireaSimon,unsonidodiminuto,apenasaudible,yJacesacudiólacabezamirándolos,mientrasarticulabaensilencio:«Ellosnopuedenvernos,peronosotrospodemosverles».
Mordiéndose el labio, Clary se acercó al borde del cuadrado y miró por él, consciente de lapresencia de Simon respirando sobre su cogote. Veía la habitación del otro lado perfectamente: lasestanterías, el escritorio con la bolsa de lona tirada encima... y a Luke, con aspecto desaliñado yligeramente encorvado, con las gafas colocadas en lo alto de la cabeza, de pie cerca de la puerta.Resultabaaterradorinclusoaunquesabíaqueélnopodíaverla,quelaventanaqueJacehabíacreadoeracomoelcristaldeunasaladeinterrogatoriosdelapolicía:estrictamentedeunasoladirección.
Lukevolviólacabeza,mirandoatrásatravésdelaentrada.
—Sí, claro que podéis echar un vistazo —dijo, el tono de la voz profundamente cargado desarcasmo—.Soismuyamablesalmostrartalinterés.
Unarisitasordasurgiódelaesquinadelaoficina.Conunimpacientemovimientodemuñeca,Jacedioungolpecitoalmarcodesu«ventana»ylaamplió,mostrandomáspartedelahabitación.HabíadoshombresconLuke,ambosconlargastúnicasrojizas,lascapuchasechadashaciaatrás.Unoeradelgado,con un elegante bigote gris y barba puntiaguda. Cuando sonrió, mostró unos dientes cegadoramenteblancos.Elotroeracorpulento,fornidocomounluchador,concabellosrojosmuycortos.Supieleradeunmoradooscuroyparecíabrillarsobrelospómulos,comosilahubiesentensadodemasiado.
—¿Ésossonbrujos?—musitóClaryenvozbaja.Jace no respondió. Se había quedado totalmente rígido, tieso como una barra de hierro. «Tiene
miedodequehuya,dequeintentellegarhastaLuke»,pensóClary.Deseópoderasegurarlequenoibaahacerlo.Habíaalgoenaquellosdoshombres,ensusgruesascapasdelcolordelasangrearterial,queresultabaaterrador.
—Consideraestounseguimientoamistoso,Graymark—dijoelhombredelbigotegris.Susonrisamostródientestanafiladosqueparecíacomosiloshubiesenlimadohastaconvertirlosen
puntasdeantropófagos.—Nohaynadaamistosoenti,Pangborn.Lukesesentóenelbordedelescritorio,inclinandoelcuerpodemodoqueimpedíaaloshombres
ver su bolsa de lona y su contenido.Ahora que estabamás cerca,Clary vio que tenía el rostro y lasmanos llenos de magulladuras, los dedos arañados y ensangrentaos. Un largo corte en la gargantadesaparecíabajoelcuellodelacamisa.«¿Quédiabloslehabrásucedido?»,pensó.
—Blackwell,notoqueseso...,esvalioso—dijoLukeconseveridad.Elhombretónpelirrojo,quehabíalevantadolaestatuadeKalideloaltodelaestantería,pasólos
rechonchosdedossobreellaenactitudevaluativa.—Bonita—dijo.—Ah—repusoPangborn,quitándolelaestatuaasucompañero—.Laquefuecreadaparacombatir
aundemonioquenopodíasereliminadoporningúndiosuhombre.«¡Oh,Kali,mimadrellenadegozo!TúquehechizastealtodopoderosoShiva,entudelirantealegríadanzas,dandopalmadas.EreselMotordetodoloquesemueve,ynosotrosnosomosmásquejuguetesindefensos».
—Muybonito—dijoLuke—.Nosabíaquefuesesunestudiosodelosmitoshindúes.—Todoslosmitossonciertos—declaróPangborn,yClarysintióqueunleveescalofríoleascendía
porlaespalda—.¿Ohasolvidadoinclusoeso?—Noolvidonada—replicóLuke.Aunqueparecíarelajado,Claryviotensiónenlaslíneasdesushombrosyboca.—¿SupongoqueosenvióValentine?—Lohizo—dijoPangborn—.Pensóquepodríashabercambiadodeidea.—Nohaynada sobre loque tengaquecambiarde idea.Yaosdijequeno sénada.Apropósito,
bonitascapas.—Gracias—repusoBlackwellconunasonrisamaliciosa—.Selasarrancamosaunpardebrujos
muertos.—ÉsassontúnicasoficialesdelAcuerdo,¿verdad?—preguntóLuke—.¿SondelLevantamiento?Pangbornrióporlobajo.—Trofeosdeguerra.—¿Noteméisquealguienospuedaconfundirconlosverdaderosbrujos?—No—respondióBlackwell—,unavezqueestuvierancerca.Pangbornacaricióelbordedesutúnica.—¿Recuerdas elLevantamiento,Lucian?—inquirió envozbaja—.Aquél fue undíamagníficoy
terrible.¿Recuerdascómonosentrenamosjuntosparalabatalla?ElrostrodeLukesecontrajo.—Elpasadoeselpasado.Noséquédeciros,caballeros.Nopuedoayudarosahora.Nosénada.—Nadaesunapalabratangeneral, tanpocoespecífica—comentóPangborn,entonomelancólico
—.Sindudaalguienqueposeetantoslibrosdebesaberalgo.—Si quieres saber dónde encontrar a una golondrina en primavera, podría indicarte el libro de
consultacorrecto.PerosiquieressaberadóndefueapararlaCopaMortalcuandoseesfumó...—Esfumarse podría no ser la palabra correcta —ronroneó Pangborn—. Escondida, es más
probable.EscondidaporJocelyn.—Puedequeseaasí—dijoLuke—.¿Demodoquetodavíanooshadichodóndeestá?—Aúnnoharecuperadoelconocimiento—respondióPangborn,cortandoelaireconunamanode
largosdedos—.Valentineestádecepcionado.Esperabaconansiasureencuentro.—Estoysegurodequeellanocompartiríaesesentimiento—rezongóLuke.Pangbornriósocarrón.—¿Celoso,Graymark?Talvezyanosientesporellalomismoquesentíasenelpasado.LosdedosdeClaryhabíanempezadoatemblar,deunmodotanacusadoqueentrelazóconfuerzalas
manosparaintentardetenerles.«¿Jocelyn?¿Esposiblequeesténhablandodemimadre?»—Jamássentíporellanadaespecial—repusoLuke—.Doscazadoresdesombras,exiliadosdelos
suyos; puedes figurarte que hiciéramos causa común. Pero no intentaré interferir en los planes queValentinetieneparaella,siesoesloquelepreocupa.
—Yonodiríaqueestabapreocupado—indicóPangborn—.Másbiensentíacuriosidad.Todosnospreguntábamossiseguiríasconvida.Todavíavisiblementehumano.
—¿Y?—preguntóél,enarcandolascejas.—Parecesestarmuybien—respondióPangborndemalaganadepositandolaestatuilladeKalien
elestante—.¿Habíaunacriatura,verdad?Unachica.Lukepareciódesconcertado.—¿Qué?—Notehagaseltonto—dijoBlackwellconaquellavozqueparecíaungruñido—.Sabemosquela
zorrateníaunahija.Encontraronfotosdeellaenelapartamento,undormitorio...—Pensabaquepreguntabaisporhijosmíos—leinterrumpióLukeconsoltura—.Sí,Jocelyntenía
unahija,Clarissa.Supongoquehahuido.¿OsenvióValentineensubusca?—Noanosotros—respondióPangborn—.Perolaestánbuscando.—Podríamosregistrarestelugar—añadióBlackwell.—Yonoosloaconsejaría—dijoLuke,ydescendiódelescritorio.Habíaunaamenazafríaensumiradamientrasclavabalavistaenlosdoshombresobligándolesa
apartarlasuya,apesardequesuexpresiónnohabíacambiado.—¿Quéoshacepensarquesigueviva?CreíaqueValentineenvióarapiñadoresaregistrarafondo
el lugar. Una cantidad suficiente de veneno de rapiñador, y la mayoría de la gente se desintegraríaconvertidaencenizas,sindejarelmenorrastro.
—Habíaunrapiñadormuerto—explicóPangborn—.HizoqueValentinedesconfiara.—Todo le hace desconfiar—observóLuke—.Quizá Jocelyn lomató.Desde luego era capaz de
ello.—Talvez—gruñóBlackwell.—Mirad—Lukeseencogiódehombros—,notengoni ideadedóndeestálachica,peroporsia
alguien le interesa, imagino que estámuerta.De lo contrario, ya habría aparecido a estas alturas.Detodosmodosnorepresentaningúnpeligro.Tienequinceaños,jamáshaoídohablardeValentineynocree
enlosdemonios.—Unachicaafortunada—dijoPangbornconunarisitaburlona.—Yano—replicóLuke.Blackwellenarcólascejas.—Parecesenfadado,Lucian.—No estoy enfadado, estoy exasperado. No planeo interferir en los planes de Valentine,
¿comprendéiseso?Nosoyunestúpido.—¿Deveras?—inquirióBlackwell—.Esagradableverquehasdesarrolladounsaludablerespeto
portupropiopellejoconelpasodelosaños,Lucian.Nofuistesiempretanpragmático.—Supongo que sabes—dijo Pangborn, en tono amigable—, que la intercambiaríamos a ella, a
Jocelyn, por la Copa. Entregada sana y salva, en tu misma puerta. Es una promesa del mismísimoValentine.
—Losé—respondióLuke—.Noestoy interesado.NosédóndeestávuestrapreciosaCopa,ynoquierotenernadaqueverconvuestrasintrigas.OdioaValentine—añadió—,perolerespeto.Séquesellevarápordelanteacualquieraqueseinterpongaensucamino.Piensoestarfueradesucaminocuandosuceda.Esunmonstruo...,unamáquinadematar.
—Miraquienhabla—gruñóBlackwell.—¿ImaginoqueéstossontuspreparativosparaapartartedelcaminodeValentine?—dijoPangborn,
señalandoconunlargodedolabolsadelonamediocamufladaquehabíasobreelescritorio—.¿Vasaabandonarlaciudad,Luke?
Elaludidoasintiódespacio.—Mevoyalcampo.Planeomantenermefueradecirculaciónduranteuntiempo.—Podríamosimpedírtelo—amenazóBlackwell—.Hacerquetequedaras.Luke sonrió. La sonrisa transformó su rostro.De improviso, ya no era el amable intelectual que
había empujado a Clary en el columpio del parque y le había enseñado a montar en un triciclo. Deimproviso;habíaalgosalvajetrassusojos,algodespiadadoyfrío
—Podríaisintentarlo.PangbornmiróaBlackwell,quenegóconlacabezaunavez,despacio.Pangbornvolviólavistaa
Luke.—¿Nosinformarássiexperimentasunrepentinoresurgimientodetumemoria?Lukeseguíasonriendo.—Seréislosprimerosdemilistaalosquellamaré.Pangbornasintióconbrusquedad.—Creoquenosdespediremosahora.QueelÁngelteproteja,Lucian.—ElÁngelnoprotegealosquesoncomoyo—respondióél.Tomólabolsadelonadelescritorioylacerróconunnudo.—¿Osmarcháisya,caballeros?Alzandolascapuchasparavolveracubrirseelrostro,losdoshombresabandonaronlahabitación,
seguidosalcabodeun instanteporLuke.Éstesedetuvounmomentoen lapuerta,echandounvistazohaciaatráscomopreguntándosesihabíaolvidadoalgo.Luegolacerróconcuidadotrasél.
Clarypermaneciódondeestaba,paralizada,oyendocómolapuertadelanterasecerraba,yellejanotintineodecadenayllavescuandoLukevolvióacerrarelcandado.NodejabadeverlaexpresióndelrostrodeLuke,unayotravez,mientrasdecíaquenoestabainteresadoenloquelesucedieraasumadre.
Sintióunamanosobreelhombro.—¿Clary?—EraSimon,convozvacilante,casitierna—.¿Estásbien?Ellanegóconlacabeza,sinhablar.Sesentíamuylejosdeestarbien.Dehecho,sesentíacomosi
nuncafueraavolveraestarbien.
—Desdeluegoquenoloestá.EraJace,lavozagudayfríacomofragmentosdehielo.Agarróelbiomboylomovióaunladocon
brusquedad.—Almenosahorasabemosquiénenviaríaaundemoniotrastumadre.Esoshombrescreenquetiene
laCopaMortal.Clarynotócómosuslabiosseafinabanenunalínearecta.—Esoestotalmenteridículoeimposible.—Quizá—dijoJace,apoyándosecontraelescritoriodeLukealavezqueclavabaenellaunosojos
tanopacoscomocristalahumado—.¿Hasvistoalgunavezaesoshombresantes?—No.—Lamuchachanegóconlacabeza—.Jamás.—Lucianparecíaconocerlos.Parecíanserbastanteamigos.—Yonodiríaamigos—indicóSimon—.Yodiríaqueerahostilidadcontenida.—Peronolomataron—replicóJace—.Creenquesabemásdeloquedice.—Esposible—dijoClary—,oalomejorsimplementesesientenreaciosamataraotrocazadorde
sombras.Jacelanzóunacarcajada,unsonidoestridenteycasiferozqueerizóelvellodelosbrazosdeClary.—Lodudo.Ellalemirócondureza.—¿Quétehaceestartanseguro?¿Losconoces?Larisahabíadesaparecidoporcompletodesuvozcuandocontestó.—¿Quesilesconozco?—repitió—.Podríasdecirloasí.Ésossonloshombresqueasesinaronami
padre.
9Elcírculoylahermandad
ClaryseadelantóparatocarelbrazodeJace,paradeciralgo,cualquiercosa;¿quéselediceaalguienqueacabadeveralosasesinosdesupadre?Sutitubeoresultónoimportar;Jacesequitódeencimasumanocomosileescociera.
—Deberíamosmarcharnos—dijo, abandonandoagrandeszancadas laoficinaypenetrandoen lasalita,seguidoapresuradamenteporClaryySimon—.NosabemoscuándopuederegresarLuke.
Salieronporlapuertatrasera,conJaceusandosuestelaparacerrarlaconllavedetrásdeellos,yseencaminaronhacia la calle silenciosa.La luna flotabacomoun relicario sobre la ciudad,proyectandoreflejosnacaradosenelaguadelEastRiver.ElzumbidolejanodeloscochesalpasarsobreelpuenteWilliamsburginundabaelairehúmedoconunsonidoparecidoaldeunaleteo.
—¿Quieredecirmealguienadóndevamos?—dijoSimon.—AtomarlalíneaL—respondióJacecontranquilidad.—Tienesqueestartomándomeelpelo—replicóSimon,pestañeando—.¿Losmatademoniostoman
elmetro?—Esmásrápidoqueirencoche.—Pensabaqueseríaalgomásmolón,comounafurgonetacon«Muertealosdemonios»pintadoen
elexterior,o...Jacenosemolestóeninterrumpirle.Clarylanzóalmuchachomiradadesoslayo.Aveces,cuando
Jocelynestaba realmenteenfadadaporalgoosesentíadisgustada,adoptaba loqueClary llamabauna«calmaalarmante».EraunacalmaquerecordabaaClaryelfuertebrilloengañosodelhielojustoantesderesquebrajarsebajoelpeso.Jacemostrabaesacalmaalarmante.Surostroerainexpresivo,peroalgoardíaenelfondodesusojosleonados.
—Simon—dijoClary—.Essuficiente.Simon le lanzó unamirada como diciendo: «¿De qué lado estás?», peroClary hizo caso omiso.
SeguíaobservandoaJacecuandogiraronparatomarlaavenidaKent.Laslucesdelpuenteasuespaldaleiluminabanelcabelloenunimprobablehalo.Lajovensepreguntósiestabamalque,enciertomodo,sealegraradequeloshombresquesehabíanllevadoasumadrefueranlosmismosquehabíanmatadoalpadre de Jace años atrás.Almenos, demomento, tendría que ayudarla a encontrar a Jocelyn, tanto siqueríacomosino.Almenos,demomento,nopodíadejarlasola.
—¿Vives aquí?—Simon se detuvo alzando una sorprendida mirada hacia la vieja catedral, con losventanalesforzadosylaspuertasselladasconcintapolicialamarilla—.Perosiesunaiglesia.
Jaceintrodujolamanoenelcuellodelacamisaysacóunallavedelatóncolgadadeunacadena.Parecía una de esas llaves que se usan para abrir un viejo arcón en un desván.Clary le observó concuriosidad; el muchacho no había cerrado con llave la puerta tras él cuando habían abandonado elInstitutoantes,simplementehabíadejadoquesecerraradeunportazo.
—Nosresultaútilhabitarenterrenosagrado.—Eso ya lo entiendo, pero, sin ánimo de ofender, este lugar es un basurero.—comentó Simon,
contemplandocon recelo la rejadehierro torcidaque rodeabael antiguoedificioy labasura apiladajuntoalosescalones.
Clarydejóquesumenteserelajara.Seimaginóasímismatomandounodelostraposmojadosdetrementinadesumadreyfrotandoconéllavistaqueteníaanteella,borrandolaimagencomosifuerapinturaseca.
Ahíestaba:lavisiónauténtica,brillandoatravésdelafalsacomounaluzatravésdecristaloscuro.Violaselevadasagujasdelacatedral,elbrilloapagadodelasventanasemplomadas,laplacadelatónfijadaalapareddepiedrajuntoalapuertaconelnombredelInstitutograbado.Retuvolavisiónporunmomentoantesdedejarlamarcharcasiconunsuspiro.
—Esunaimagen,Simon—dijo—.Enrealidadnotieneesteaspecto.—Siéstaestuideadeloqueesunaimagen,empiezoapensármelomejorsobredejarquecambies
lamía.Jaceencajólallaveenlapuerta,echandounamiradaporencimadelhombroaSimon.—Noestoysegurodequeseasdeltodoconscientedelhonorqueteestoyhaciendo—dijo—.Serás
elprimermundanoquehayaestadojamásdentrodelInstituto.—Probablementeelolormantienealejadosalresto.—Nolehagascaso—dijoClaryaJace,ydiouncodazoaSimonenelcostado—.Siempredice
exactamenteloquelevienealacabeza.Carecedefiltros.—Losfiltrossonparaloscigarrillosyelcafé—mascullóSimonporlobajomientraspasabanal
interior—.Doscosasquenomeiríanmalahora,porcierto.Clarypensóconnostalgiaenelcafémientrasascendíanporuncurvotramodepeldañosdepiedra,
cadaunotalladoconunglifo.Empezabaareconoceralgunosdeellos;éstosatraíansuvistadelmodoquepalabras medio escuchadas en un idioma extranjero atraían a veces su oído, como si simplementeconcentrándosemáspudieraextraerlesalgúnsignificado.
Claryylosdosmuchachosllegaronalascensorysubieronensilencio.Ellatodavíapensabaencafé,enormestazasdecaféenlasquelamitaderaleche,talycomosumadrelopreparabaporlasmañanas.
Luke les traía bolsas de bollos de la panaderíaElCarruajeDorado enChinatown.Al pensar enLuke,Clarysintióqueselehacíaunnudoenelestómagoysuapetitosedesvanecía.
Elascensorsedetuvoconunsiseo,yvolvieronaestarenelvestíbuloqueClaryrecordaba.Jacesesacólachaqueta, laarrojósobreelrespaldodeunasillacercanaysilbóentredientes.Encuestióndesegundos,Iglesiahizosuaparición,avanzandomuypegadoalsuelo,conlosojosamarillosbrillandoenelpolvorientoaire.
—Iglesia—dijoJace,arrodillándoseparaacariciarlacabezagrisdelgato—.¿DóndeestáAlec?¿DóndeestáHodge?
Iglesiaarqueóellomoymaulló.Jacearrugólanariz,algoqueClarypodríahaberencontradomonoenotrascircunstancias.
—¿Estánenlabiblioteca?Se puso en pie, e Iglesia se sacudió, trotó un corto tramo por el pasillo y volvió la cabeza por
encimade la espalda. Jace siguióal felinocomosi fuera lomásnaturaldelmundo, indicandoconungestodelamanoqueClaryySimondebíanacompañarle.
—Nomegustanlosgatos—sequejóSimon,conelhombrochocandocontraeldeClarymientrasmaniobrabanporelestrechopasillo.
—Noesnadaprobable—indicóJace—,conociendoaIglesia,queaéllegustestú.Pasabanporunodelospasillosbordeadosdedormitorios.Simonenarcólascejas.—¿Cuántagenteviveaquí,exactamente?—Es un instituto—explicó Clary—. Un lugar donde los cazadores de sombras pueden alojarse
cuando están en la ciudad. Como una especie de combinación entre un refugio seguro y un centro deinvestigación.
—Pensabaqueeraunaiglesia.—Estádentrodeunaiglesia.—Ya,comoqueahoramelohasdejadomásclaro.Lamuchachapercibióelnerviosismobajosutonodisplicentey,enlugardehacerlecallar,alargóel
brazoy le tomó lamano, enlazando losdedoscon losdedosheladosde suamigo.Éste tenía lamanosudorosa,perodevolviólapresiónconunapretónagradecido.
—Séqueresultararo—dijoellaenvozbaja—,perosimplementetienesqueaceptarlo.Confíaenmí.
LosojososcurosdeSimonestabanserios.—Confíoenti—afirmó—.Noconfíoenél.Lanzó lamirada hacia Jace, que andaba unos cuantos pasos por delante de ellos, aparentemente
conversandoconelgato.Clarysepreguntódequéhablarían.¿Política?¿Ópera?¿Elelevadopreciodelatún?
—Bueno, prueba —repuso ella—. Justo ahora él es la mejor posibilidad que voy a tener deencontraramimadre.
UnestremecimientorecorrióaSimon.—Estelugarnomedabuenaespina—musitó.Clary recordó cómo se había sentido al despertar allí estamañana; como si todo fuera a la vez
desconocidoyfamiliar.Eraevidenteque,paraSimon,noexistíanadadeesafamiliaridad,únicamentelasensacióndeloextraño,lodesconocidoyhostil.
—Notienesquequedarteconmigo—dijoella,aunquesehabíapeleadoconJaceenelmetroporelderechodemantener aSimon con ella, indicandoque tras los tres días que había pasadovigilando aLuke, podría muy bien saber algo que pudiera serles útil una vez que tuvieran la oportunidad dedesglosarloendetalle.
—Sí—respondióél—,debohacerlo.Y le soltó lamano cuando giraron hacia una entrada y se encontraron dentro de una cocina. Era
enormey,adiferenciadel restodel Instituto, totalmentemoderna,conencimerasdemetalyanaquelesacristalados, que conteníanhileras depiezas de loza. Junto a una cocina roja dehierro colado estabaIsabelle,conunacuchararedondaenlamanoyloscabellososcurossujetosenloaltodelacabeza.Delpuchero surgía vapor, y había ingredientes desperdigados por todas partes: tomates, ajos y cebollaspicados,ristrasdehierbasoscuras,montonesdequesorallado,algunoscacahuetespelados,unpuñadodeaceitunasyunpescadoentero,cuyoojomirabavidriosohacialoalto.
—Estoyhaciendosopa—anuncióIsabelle,agitandolacucharaanteJace—.¿Tieneshambre?Entoncesechóunaojeadadetrásdeél,ysumiradaoscuracaptólapresenciadeSimonyClary.—Ay,Diosmío—dijoentonoconcluyente—.¿Hastraídoaotromundiaquí?Hodgetematará.Simoncarraspeó.—MellamoSimon—dijo.Isabellehizocomosinoexistiera.—JACEWAYLAND—exclamó—.Explícate.Jacemirabairacundoalgato.—¡TedijequemellevarashastaAlec!Traidor.Iglesiarodósobreellomo,ronroneandoconsatisfacción.—No culpes a Iglesia—repuso Isabelle—.No es culpa suya.Hodge te va amatar.—Volvió a
hundirlacucharaenlaolla.Clary se preguntó qué sabor tendría exactamente una sopa de cacahuetes, pescado, aceitunas y
tomate.—Tuvequetraerle—replicóJace—.Isabelle...,hoyhevistoadosdeloshombresquemataronami
padre.Loshombrosde lamuchachase tensaron,perocuandosedio lavuelta,parecíamásalteradaque
sorprendida.—¿Supongoqueélnoesunodeellos?—inquirió,apuntandoaSimonconlacuchara.
Ante la sorpresa de Clary, Simon no dijo nada. Estaba demasiado ocupadomirando fijamente aIsabelle, embelesado y boquiabierto. Por supuesto, comprendió Clary con una aguda punzada deirritación.Isabelleeraexactamenteel tipodeSimon:alta,sofisticadayhermosa.Bienpensado,quizásera el tipo de todo elmundo.Clary dejó de hacerse preguntas sobre la sopa de cacahuetes, pescado,aceitunasytomate,yempezóapensarenquésucederíasivertíaelcontenidodelaollasobrelacabezadeIsabelle.
—Desdeluegoqueno—replicóJace—¿Creesqueestaríavivosilofuera?IsabellelanzóunamiradaindiferenteaSimon.—Supongoqueno—contestó,dejandocaerdistraídamenteuntrozodepescadoalsuelo,sobreel
queIglesiasearrojóconvoracidad.—Nome sorprende que nos trajera aquí—espetó Jace con indignación—. No puedo creer que
hayasestadoatiborrándolodepescadootravez.Seleveclaramenterechoncho.—Noestá rechoncho.Además,ningunodevosotroscomenuncanada.Conseguíesta recetadeun
duendecilloacuáticoenelmercadodeChelsea.Dijoqueeradeliciosa...—Sisupierascocinar,alomejoryocomería—mascullóJace.Isabellesequedótotalmentequieta,
conlacucharaalzadaenelairedeunmodoamenazador.—¿Quéhadicho?Jaceseacercólentamentealanevera.—Hedichoquevoyabuscaruntentempié.—Esoesloquehepensadoquedecías.Isabelle devolvió su atención a la sopa. Simon siguió con la mirada fija en Isabelle. Clary,
inexplicablementefuriosa,dejócaerlamochilaalsueloysiguióaJacealanevera.—Nopuedocreerqueestéscomiendo—siseó.—¿Quédeberíahacerentonces?—inquirióélconexasperantecalma.Elinteriordelaneveraestabarepletodeenvasesdelechecuyasfechasdecaducidadseremontaban
avariassemanasatrás,yderecipientesdeplásticocontapaetiquetadosconcintaadhesivaprotectoraenlaqueestabaescritoentintaroja:HODGE.NOCOMER.
—¡Vaya!Escomouncompañerodepisochiflado—comentóClary,momentáneamentedivertida.—¿Quién,Hodge?Simplementelegustatenerlascosasenorden.—Jacesacóunodelosrecipientes
delaneverayloabrió—.¡Um!Espaguetis.—Noechesaperdertuapetito—leindicóIsabelle.—Eso—respondióJace,cerrandolaneveradeunapatadaycogiendountenedordeuncajón—es
exactamenteloquepiensohacer.—MiróaClary—.¿Quieresunpoco?Ellanegóconlacabeza.—Claroqueno—dijoélmientrastomabaunbocado—,tehascomidotodosaquellosemparedados.—Nohabíatantos.Clary miró hacia donde estaba Simon, que parecía haber conseguido trabar conversación con
Isabelle.—¿PodemosirabuscaraHodgeahora?—Parecesterriblementeansiosaporsalirdeaquí.—¿Noquierescontarleloquehemosvisto?—Nolohedecididoaún.—Jacedepositóelrecipientesobrelaencimeraylamiócuidadosamente
unpocodesalsadeespaguetiqueteníaenelnudillo—.Perositantasganastienesdeir...—Lastengo.—Estupendo.Parecíaterriblementetranquilo,sedijoella,noalarmantementetranquilocomohabíaestadoantes,
peromáscontenidodeloquedeberíaestar.Sepreguntóconquéfrecuenciapermitíaqueatisbosdesuauténticoyoasomaranatravésdeunafachadaqueeratanresistenteybrillantecomolacapadelacade
lascajasjaponesasdesumadre.—¿Adóndevais?Simonalzólosojoscuandoellosalcanzabanlapuerta.Mechonesirregularesdecabellooscurosele
metieron en los ojos; parecía tontamente aturdido, como si alguien le hubiese dado una colleja en elcogote,sedijoClaryconcrueldad.
—AbuscaraHodge—contestóella—.NecesitocontarlelosucedidoencasadeLuke.Isabellealzólosojos.—¿Vasacontarlequevisteaesosdoshombres,Jace?Alosque...—Nolosé—lainterrumpióél—.Asíqueguárdateloparatiporahora.—Deacuerdo—repusoella,encogiéndosedehombros—.¿Vaisaregresar?¿Queréisalgodesopa?—Nadiequieresopa.—Yoquierounpocodesopa—dijoSimon.—No,nolaquieres—repusoJace—.SóloquieresacostarteconIsabelle.Simonestabaconsternado.—Esonoescierto.—Quéhalagador—murmuróIsabellemirandolasopa,perosonreíaconsuficiencia.—Ah,síqueloes—replicóJace—.Anda,pídeselo;entoncesellapodrárechazarteyelrestode
nosotrospodráseguirconsusvidasmientrastúsupurasmiserablehumillación.—Chasqueólosdedos—.Dateprisa,chicomundi,tenemostrabajoquehacer.
Simon desvió la mirada, colorado y violento. Clary, que un momento antes se habría sentidomezquinamentecomplacida,sintióunaoleadadecólerahaciaJace.
—Déjaletranquilo—masculló—.Nohaynecesidaddemostrarsecomounsádicosóloporqueélnoesunodevosotros.
—Unodenosotros—lecorrigióJace,peroladuraexpresiónhabíadesaparecidodesusojos—.VoyenbuscadeHodge.Venidono,vosotroselegís.
Lapuertadelacocinasecerrótrasél,dejandoaClarysolaconSimoneIsabelle.Isabelleechóunpocodesopaenuncuencoy loempujóa travésde laencimerahaciaSimonsin
mirarle. Seguía sonriendo con suficiencia, no obstante; Clary podía percibirlo. La sopa era de colorverdeoscuro,tachonadadecosasmarronesqueflotaban.
—MevoyconJace—dijoClary—.¿Simon...?—Vodarmequí—farfullóél,mirándoselospies.—¿Qué?—Voyaquedarmeaquí.—Simonseinstalóenuntaburete—.Tengohambre.—Muybien.Clary sentía una sensación tirante en la garganta, como si se hubiera tragado algo o bien muy
calienteomuyfrío.Abandonómajestuosamente lacocina,con Iglesia escabullándose junto a suspiescomounanebulosasombragris.
Enelpasillo,Jacesededicabaahacergirarunodeloscuchillosserafínentrelosdedos.Loguardóenelbolsillocuandolavio.
—Muyamableportupartedejaralostortolitosalosuyo.Clarylemiróconcaradepocosamigos.—¿Porquéeressiempretanimbécil?—¿Imbécil?—Jaceparecíaapuntodeecharseareír.—LoquedijisteaSimon...—Intentabaahorrarleunpocodedolor.Isabelleharátrocitossucorazónylopisotearáconsusbotas
detacónalto.Esoesloquehaceachicoscomoél.—¿Es eso lo que te hizo a ti?—inquirió ella, pero Jace se limitó amenear la cabeza antes de
volversehaciaIglesia.—Hodge—dijo—. Y que sea realmente Hodge esta vez. Llévanos a cualquier otra parte, y te
convertiréenunaraquetadetenis.Elgatopersalanzóunbufidoyseescabullóporelpasillodelantedeellos.Clary,yendounpoco
por detrás de Jace, pudo ver la tensión y el cansancio en la línea de los hombros delmuchacho. Sepreguntósilatensiónloabandonabarealmentealgunavez.
—Jace.Eljovenlamiró.—¿Qué?—Losiento.Sientohabertehabladoconbrusquedad.—¿Quévez?—inquirióélconunarisitadivertida.—Tútambiénmehablasconbrusquedad,yalosabes.—Losé—respondióél,sorprendiéndola—.Hayalgoentiqueresultatan...—¿Irritante?—Perturbador.Quisopreguntarlesilodecíacomoalgobuenoocomoalgomaloperonolohizo.Teníademasiado
miedodequehicieraunchisteconlarespuesta.Intentóbuscarotracosaquedecir.—¿SiempreoshacelacenaIsabelle?—preguntó.—No,graciasaDios.Lamayoríade lasveces losLightwoodestánaquí,yMaryse, lamadrede
Isabelle,cocinaparanosotros.Esunacocineraincreíble.Adoptó una expresión soñadora, igual que lo había hecho Simon al contemplar a Isabelle
preparandolasopa.—Entonces¿porquénoenseñóaIsabelle?Enaquelmomento,cruzabanlasalademúsicadondehabíaencontradoaJacetocandoelpianoesa
mañana.Lassombrassehabíanacumuladorápidamenteenlasesquinas.—Porque—contestó Jace despacio—, hace poco tiempo que las mujeres se han convertido en
cazadoresdesombrasjuntoconloshombres.MerefieroaquesiemprehahabidomujeresenlaClave,dominando el conocimiento de las runas, creando armamento, enseñando las Artes de Matar, peroúnicamenteunaspocaseranguerreras, lasqueposeíanhabilidadesexcepcionales.Tuvieronque lucharpara que las adiestraran. Maryse formó parte de la primera generación de mujeres de la Claveadiestradascontotalnaturalidad...ycreoquenuncaenseñóaIsabelleacocinarporquetemíaquesilohacía,Isabellequedaríapermanentementerelegadaalacocina.
—¿La habrían relegado? —inquirió ella con curiosidad. Clary se acordó de Isabelle en elPandemónium,en laconfianzaen símismaquehabíamostradoy la seguridadconquehabíausadosusanguinariolátigo.Jacerióconsuavidad.
—No,Isabelleesunodelosmejorescazadoresdesombrasqueheconocido.—¿MejorqueAlec?Iglesia, que corría raudoy silenciosodelantede ellos en laoscuridad sedetuvode improvisoy
maulló.Estabaagazapadoalospiesdeunaescaleradecaracol,queseizabaenespiralhaciaelinteriordeunaneblinosapenumbrasobresucabeza.
—Asíqueestáenelinvernadero—dijoJace.Clarytardóuninstanteencomprenderquelehablabaalgato—.Noesningunasorpresa.
—¿Elinvernadero?—inquirióClary.Jaceascendiódeunsaltoalprimerpeldaño.—A Hodge le gusta estar ahí arriba. Cultiva plantas medicinales, cosas que podemos usar. La
mayoríadeellassólocrecenenIdris.Creoquelerecuerdaelhogar.Clarylesiguió.Suszapatostaconeabanenlospeldañosdemetal;losdeJaceno.
—¿EsmejorqueIsabelle?—continuópreguntando—.Alec,quierodecir.Jacesedetuvoybajólamiradahaciaella, inclinándosedesdelospeldañoscomosisepreparara
paradejarsecaer.Claryrecordósusueño:ángelesquecaíanyardían.—¿Mejor?—repitió—.¿Matandodemonios?No,norealmente.Élnuncahamatadoaundemonio.—¿Deveras?—Noséporquéno.AlomejorporquesiemprenosestáprotegiendoaIzzyyamí.Habíanllegadoaloaltodelaescalera.Unjuegodepuertasdoblesaparecióanteellos,esculpidas
condibujosdehojasyenredaderas.Jacelasabrióempujandoconloshombros.ElolorazotóaClaryencuantocruzólaspuertas:unfuerteoloraPlantas,elolordecosasvivasy
en crecimiento, de tierra y de raíces que crecían en tierra. Había esperado algo de mucha menorenvergadura,algodeltamañodelpequeñoinvernaderoquehabíadetrásdeSanJavier,dondelosalumnosdebiologíadenivelavanzadoclonabanguisantes,ohacíanloquefueraquehiciesen.Loqueteníaantesíeraunenormerecintoconparedesdecristal,bordeadodeárbolescuyasramasprofusamentepobladasdehojasperfumabanelaireconunfrescoaromavegetal.Habíaarbustoscubiertosdelustrosasbayasrojas,moradasynegras,yárbolespequeñosdelosquecolgabanfrutosdeformascuriosasquenohabíavistonuncaantes.
Exhaló.—Huelea...«Primavera—pensó—,antesdequellegueelcaloryaplastelashojasconvirtiéndolasenpulpay
marchitelospétalosdelasflores.»—Acasa—concluyóJace—,paramí.Apartóunafrondaquecolgabayseagachóparapasarporellado.Clarylesiguió.Elinvernaderoestabadiseñadosinseguirunordenconcreto,segúnleparecióalojoinexpertodela
joven,perodondequieraquemirarahabíaunderrochedecolor:floresazulmoradoderramándoseporelcostado de un brillante seto verde, una enredadera tachonada de capullos naranja que brillaban comojoyas.
Salieronaunespaciodespejadodondeunbancobajodegranitodescansabacontraeltroncodeunárbolllorónconhojasdeunverdeplateado.Enunestanquederocaconunrebordedepiedrabrillabatenuementeelagua.Hodgeestabasentadoenelbanco,consupájaronegroposadoenelhombro.Habíaestadocontemplandopensativoelagua,peromiróalcielocuandoseacercaron.Clarysiguióladireccióndesumiradayvioeltechodecristaldelinvernadero,brillandosobreelloscomolasuperficiedeunlagoinvertido.
—Parece como si estuvieras esperando algo—comentó Jace, rompiendo una hoja de una ramapróximayenroscándolaenlosdedos.Clarypensóque,paraseralguienqueparecíatancontenido,Jacetenía gran cantidad de hábitos nerviosos. A lo mejor simplemente le gustaba estar siempre enmovimiento.
—Estabaabsortoenmispensamientos.Hodgesealzódelbanco,alargandoelbrazoparaHugo.Lasonrisaledesapareciódelrostrocuando
losmiró.—¿Quéhapasado?Parecéiscomosi...—Noshanatacado—contestóJacesucintamente—.Repudiados.—¿Guerrerosrepudiados?¿Aquí?—Unguerrero—explicóJace—.Sólovimosuno.—PeroDorotheadijoquehabíamás—añadióClary.—¿Dorothea?—Hodgealzóunamano—.Seríamásfácilsimeexplicaseislosacontecimientospor
orden.—Deacuerdo.
JacededicóaClaryunamiradadeadvertencia,acallándolaantesdequepudieraempezarahablar.Luegoseembarcóenunaenumeracióndelosacontecimientosdeldía,omitiendosóloundetalle:queloshombresdelapartamentodeLukehabíansidolosmismoshombresquehabíanmatadoasupadrehacíasieteaños.
—ElamigodelamadredeClary,oloqueseaqueesenrealidad,sehacellamarLukeGarroway—finalizóporfinJace—.Peromientrasestábamosensucasa,loshombresqueafirmabanseremisariosdeValentineserefirieronaélcomoLucianGraymark.
—Ysusnombreseran...—Pangborn—dijoJace—.YBlackwell.Hodge se había puesto muy pálido. En contraste con su piel grisácea, la cicatriz de su mejilla
destacabacomountorzaldealambrerojo.—Esloquemetemía—masculló,medioparasí—.ElCírculovuelveaalzarse.ClarymiróaJaceenbuscadeunaaclaración,peroélparecíatanperplejocomoella.—¿ElCírculo?—preguntó.Hodgesacudíalacabezacomosiintentaraexpulsartelarañasdesucerebro.—Venidconmigo—dijo—.Eshoradequeosmuestrealgo.
Las lámparas de gas estaban encendidas en la biblioteca, y las lustrosas superficies de roble delmobiliariorefulgíancomosombríasjoyas.Surcadosdesombras,losrostrosausterosdelosángelesquesosteníanelenormeescritorioparecíanaúnmásllenosdedolor.Clarysesentóenelsofárojo,conlaspiernasdobladasbajolabarbilla;Jacepermanecióapoyadonerviosamenteenelbrazodelsofá,juntoaella.
—Hodge,sinecesitasayudaparabuscar...—Enabsoluto.—Hodgeemergiódedetrásdelescritorio,sacudiéndoseelpolvodelasrodillasde
lospantalones—.Loheencontrado.Sosteníaunenormelibroencuadernadoenpielmarrón.Fuepasandopáginasconunansiosodedo,
pestañeandocomounbuhodesdedetrásdesusgafasymascullando.—Dónde... dónde... ¡ah, aquí está!—Se aclaró la garganta antes de leer en voz alta—: «Por la
presenterindoobedienciaincondicionalalCírculoyasusprincipios...EstarépreparadoparaarriesgarmividaencualquiermomentoporelCírculo,conelfindepreservarlapurezadeloslinajesdeIdris,yporelmundomortalcuyaseguridadsenoshaencomendado».
Jacehizounamueca.—¿Dedóndeeraeso?—EraeljuramentodelealtaddelCírculodeRaziel,haceveinteaños—explicóHodge,conunavoz
quesonóextrañamentecansada.—Suenaescalofriante—repusoClary—.Comounaorganizaciónfascistaoalgoasí.Hodgedejóellibroenlamesa.Suexpresióneratanafligidaygravecomoladelasestatuasdelos
ángelesbajoelescritorio.—Eranungrupodecazadoresdesombras—dijodespacio—,dirigidosporValentine,dedicadosa
eliminaratodoslossubterráneosydevolverelmundoaunestado«máspuro».Suplaneraaguardaraque los subterráneos llegaran a Idris para firmar los Acuerdos. Los Acuerdos deben renovarse cadaquinceaños,paramantenerpotentesumagia—añadió,enconsideraciónaClary—.Valentineysugentedeseabanasesinaratodoslossubterráneosenesemomento,desarmadoseindefensos.Pensabanqueesteacto terrible encendería la chispa de una guerra entre humanos y subterráneos..., una que tenían laintencióndeganar.
—EsofueelLevantamiento—concluyóJace,reconociendoporfinenelrelatodeHodgeunoqueyaleerafamiliar—.NosabíaqueValentineysusseguidoresteníanunnombre.
—Esenombre no se pronuncia amenudo en la actualidad—indicóHodge—Su existencia siguesiendounmotivodevergüenzaparalaClave.Lamayoríadelosdocumentosrelativosasusmiembroshansidodestruidos.
—Entonces,¿porquétienesunacopiadeesejuramento?—inquirióJace.Hodgevaciló...sólounmomento,peroClarylovio,ysintióunleveeinexplicableestremecimiento
deaprensiónquelesubíaporlaespalda.—Porque—respondióélporfin—yoayudéaescribirlo.Jacealzólosojos.—¡TúestabasenelCírculo!—Loestuve.Muchosdenosotrosestuvimos.—Hodgemirabadirectamentealfrente—.Lamadrede
Clarytambién.Claryseechóhaciaatráscomosilahubieseabofeteado.—¿Qué?—Hedicho...—¡Yaséloquehadicho!Mimadrejamáshabríapertenecidoaalgocomoeso.Unaespeciede...
unaespeciedegrupoextremista.—Noera...—empezóJace,peroHodgeleatajó.—Dudo que ella tuvieramucha elección—dijo lentamente, como si pronunciar esas palabras le
apenaran.Clarylemirófijamente.—¿Dequéestáhablando?¿Porquénohabríatenidoelección?—Porque—contestóHodge—eralaesposadeValentine.
SEGUNDAPARTE
Fácileseldescenso
FacilisdescensusAverno;NoctesatquediespatetatriianuaDitis;
Sedrevocaregradumsuperasqueevadereadauras,Hocopus,hiclaborest.
VIRGILIO,LaEneida
10Ciudaddehueso
HubounmomentodeatónitosilencioantesdequetantoClarycomoJaceempezaranahablaralavez.—¿Valentineteníaunaesposa?¿Estabacasado?Pensabaque...—¡Esoesimposible!¡Mimadrejamás...!,¡sólosecasóconmipadre!¡Noteníaunexesposo!Hodgealzólasmanoscansinamente.—Niños...—Nosoyunaniña.—Clarysevolvióalejándosedelescritorio—.Ynoquierooírnadamás.—Clary—lallamóHodge.Laamabilidadensuvozhacíadaño;lajovensevolviódespacioylemiródesdeelotroextremode
lahabitación.Pensóenlocuriosoqueeraque,consucabellocanosoysurostrodesfigurado,parecieramuchomayor que sumadre.Y sin embargo habían sido «jóvenes» juntos, se habían unido alCírculojuntos,habíanconocidoaValentinejuntos.
—Mi madre no haría... —empezó, y su voz se apagó. Ya no estaba segura de hasta qué puntoconocíaaJocelyn.Sumadresehabíaconvertidoenunadesconocidaparaella,unamentirosa,alguienqueocultabasecretos.¿Quénohabríahecho?
—TumadreabandonóelCírculo—dijoHodge.Nofuehaciaellasinoque laobservódesdeelotroextremode lahabitacióncon losojos fijosy
brillantesdeunpájaro.—UnavezquecomprendimosloextremistaquesehabíavueltoValentine...,unavezquesupimoslo
queestabadispuestoahacer,muchosdenosotrosloabandonamos.Lucianfueelprimeroenmarcharse.EsofueungolpeparaValentine.Habíanestadomuyunidos.—Hodgemeneólacabeza—.LuegoMichaelWayland.Tupadre,Jace.
Jaceenarcólascejas,peronodijonada.—Huboquienespermanecieronleales.Pangborn.Blackwell.LosLightwood...—¿LosLightwood?¿TerefieresaRobertyaMaryse?—Jacesemostróestupefacto—.¿Quéhayde
ti?¿Cuándotefuiste?—Nolohice—repusoélenvozbaja—.Tampocolohicieronellos...Teníamosmiedo,demasiado
miedodeloquepudierahacerValentine.TraselLevantamiento,losqueleeranlealescomoBlackwellyPangborn huyeron. Nosotros nos quedamos y cooperamos con la Clave. Les dimos nombres. Lesayudamosadarconlosquehabíanhuido.Porhaceresoobtuvimosclemencia.
—¿Clemencia?LamiradadeJacefueveloz,peroHodgelavio.—Piensas en la maldición que me ata a este lugar, ¿verdad? —preguntó—. Siempre diste por
supuesto que era un hechizo de venganza lanzado por algún demonio o brujo enfadado. Dejé que lopensaras.Peronoescierto.LamaldiciónquemeatalalanzólaClave.
—¿PorperteneceralCírculo?—preguntóJace,surostrounamáscaradeasombro.—PornoabandonarloantesdelLevantamiento.—PeroalosLightwoodnoloscastigaron—repusoClary—.¿Porquéno?Habíanhecholomismo
queusted.—Existíancircunstanciasatenuantesensucaso:estabancasados,teníanunhijo.Aunquenoesque
residan en este puesto avando, lejos del hogar, por propia elección.Nos desterraron aquí, aquí a lostres...,aloscuatro,deberíadecir;AleceraunbebéberreantecuandoabandonamoslaCiudaddeCristal.EllospuedenregresaraIdrisúnicamenteporcuestionesoficiales,yaunasísóloduranteperiodoscortos.
Yonopuedoregresarjamás.NuncavolveréaverlaCiudaddeCristal.Jacelemirófijamente.Fuecomosimiraraasututorconnuevosoíos,sedijoClary,aunquenoera
Jacequienhabíacambiado.—LaLeyesdura,peroeslaLey—repitióelmuchacho.—Yoteenseñéeso—indicóHodge,conuntonocáusticoenlavoz—yahoratúmeloarrojasala
cara.Contodalarazón,además.Parecía como si deseara desplomarse sobre una silla próxima, pero se mantuvo erguido. En su
rígidaposturahabíaalgodelsoldadoquehabíasido,pensóClary.—¿Por qué no me lo contó antes? —preguntó la joven—. Que mi madre estuvo casada con
Valentine.Ustedsabíasunombre...—LaconocíacomoJocelynFairchild,noJocelynFray—explicóHodge—.Ytúinsistíastantoensu
ignorancia del mundo de las sombras, que me convenciste de que no podía ser la Jocelyn que yoconocía...yquizátampocoqueríacreerlo.NadiedesearíaelregresodeValentine.—Volvióanegarconla cabeza—.Cuando envié a buscar a losHermanos de laCiudaddeHuesos no tenía ni idea de quénoticias tendríamos para ellos —indicó—. Cuando la Clave averigüe que Valentine puede haberregresado, que está buscando la Copa, habrá un alboroto. Sólo puedo esperar que no desbarate losAcuerdos.
—Apuesto a que aValentine le gustaría eso—repuso Jace—. Pero ¿por qué quiere laCopa tandesesperadamente?
ElrostrodeHodgeestabagris.—¿Noesesoobvio?—repuso—.Parapodercrearseunejército.Jacepareciósobresaltado.—Peroesojamáspodría...—¡Horadecenar!Era Isabelle, enmarcada en la puerta de la biblioteca. Todavía sostenía la cuchara en la mano,
aunqueloscabellosselehabíanescapadodelmoñoylecaíandesordenadamentealolargodelcuello.—Losientosiestoyinterrumpiendo—añadiócomosiseleacabaradeocurrir.—Diosdelcielo—exclamóJace—,latemidahoraestápróxima.Hodgesemostróalarmado.—To... to... tomé un desayuno muy sustancioso —tartamudeó—. Quiero decir almuerzo. Un
almuerzoquemellenómucho.Nopodríacomer...—Hetiradolasopa—informóIsabelle—.Yhepedidocomidachinaaaquellugardelcentro.Jacesedesenganchódelescritorioysedesperezó.—Fantástico.Estoymuertodehambre.—Talvezpodríatomarunbocado—admitióHodgedócilmente.—Sois dosmentirosos terribles—bromeó Isabelle sombría—.Mirad, sé que no os gusta lo que
cocino...—Puesdejadecocinar—leaconsejóJacecontodalarazón—.¿Pedistecerdomushu?Yasabes
queadoroelcerdomushu.Isabellealzólosojosalcielo.—Sí;estáenlacocina.—Formidable.Jace se escabulló por su lado alborotándole cariñosamente los cabellos. Hodge fue tras él,
deteniéndosesolamenteparadarunapalmadaafectuosaaIsabelleenelhombro;luegosalió,agachandola cabeza con un divertido gesto de disculpa. ¿Realmente había podido ver Clary en él, apenas unosminutosantes,elespíritudesuantiguoserguerrero?
IsabelleseguíaconlamiradaaJaceyaHodge,haciendorodarlacucharaensusdedospálidosy
llenosdecicatrices.—¿Élloesrealmente?—inquirióClary.Isabellenolamiró.—¿Quiénesqué?—Jace.¿Esrealmenteunterriblementiroso?Ahora Isabelle sí volvió los ojos hacia Clary, y eran enormes, oscuros e inesperadamente
pensativos.—En absoluto. No cuando se trata de cosas importantes. Te contará cosas horribles, pero no
mentirá.—Hizounapausaantesdeañadirenvozbaja—.Esporesoqueesmejornopreguntarlenada,amenosquesepasquepuedessoportaroírlarespuesta.
Laatmósferadelacocinaeracálidayestaballenadeluzydelolorsaladoydulcedelacomidachina.Elolor le recordó a Clary su casa; se sentó y contempló su refulgente plato de fideos, jugueteó con eltenedoreintentónomiraraSimon,queteníalavistafijaenIsabelleconunaexpresiónmásvidriosaqueelPatoLacadodelGeneralTso.
—Bueno, creo que es algo así como romántico—dijo Isabelle, succionando perlas de tapioca atravésdeunaenormepajitarosa.
—¿Elqué?—preguntóSimon,poniéndosealertaalinstante.—TodoeseasuntosobrequelamadredeClaryestabacasadaconValentine—contestóIsabelle.JaceyHodgelahabíanpuestoalcorriente,aunqueClaryreparóenqueamboshabíandejadofuera
laparte sobreque losLightwoodhabíanpertenecidoalCírculo,y lasmaldicionesque laClavehabíapronunciado.
—Asíqueahoraharegresadodeentrelosmuertosyhavenidoabuscarla.Quizáquierequevuelvanaestarjuntos.
—Dudoqueenviaraaundemoniorapiñadorasucasaporquequieraque«vuelvanaestarjuntos»—comentóAlec,quehabíaaparecidocuandoseservíalacomida.
Nadie le había preguntado dónde había estado, y él no había ofrecido tal información. EstabasentadojuntoaJace,frenteaClary,yevitabamirarla.
—Noseríaloqueyoharía—coincidióJace—.Primerolosdulcesylasflores,luegolascartasdedisculpayacontinuaciónlashordasdedemoniosrapiñadores.Eneseorden.
—Talvezleenviódulcesyflores—dijoIsabelle—.Nolosabemos.—Isabelle—repusoHodgeen tonopaciente—, se tratadelhombrequehizocaer taldestrucción
sobreIdriscomonosehabíavistonunca,quepusoaloscazadoresdesombrascontralossubterráneosehizoqueporlascallesdeIdriscorrieralasangre.
—Resultamásbienexcitante—argüyóIsabelle—,todaesamaldad.Simonintentópareceramenazador,perosedioporvencidoalverqueClarylemirabafijamente.—Detodosmodos,¿porquédeseatantoValentineestaCopa,yporquécreequelamadredeClary
latiene?—preguntó.—Usted dijo que era para poder crear un ejército—contestó Clary, volviendo la cabeza hacia
Hodge—.¿QuieredecirqueesporquepuedeusarlaCopaparacrearmáscazadoresdesombras?—Sí.—¿DemodoqueValentinesimplementepodríaacercarseacualquiertipoenlacalleyconvertirlo
en un cazador de sombras? ¿Simplemente con laCopa?—Simon se inclinó al frente—. ¿Funcionaríaconmigo?
Hodgelededicóunamiradalargaymesurada.—Posiblemente —respondió—. Pero lo más probable es que seas demasiado mayor. La Copa
funcionaenniños.Unadultoobiennoseveríaafectadoenabsolutoporelprocesoomoriríaenelacto.
—Unejércitoinfantil—dijoIsabelleenvozbaja.—Sólo durante unos pocos años—indicó Jace—. Los críos crecen deprisa. No pasaría mucho
tiempoantesdequefueranunafuerzaalaqueenfrentarse.—Nosé—repusoSimon—.Convertiraungrupodecríosenguerreros;heoídoquesucedencosas
peores.NoveoqueseaalgodetantaimportanciamantenerlaCopalejosdeél.—DejandoapartequeinevitablementeusaríaesteejércitoparalanzarunataquecontralaClave—
repuso Hodge con sequedad—, el motivo de que sólo se seleccione a unos pocos humanos para serconvertidos en nefilim es que la mayoría jamás sobreviviría a la transición se necesita una fuerza yresistenciaespeciales.Antesdepoderconvertidos,esnecesariosometerlesapruebasexhaustivas;peroValentinejamássemolestaríaenhacerlo.UsaríalaCopaencualquierniñoqueconsiguieracapturar,ysequedaríaalveinteporcientoquesobrevivieraparaconvertirloensuejército.
AlecmirabaaHodgeconelmismohorrorqueClarysentía.—¿Cómosabesqueharíaeso?—Porque—respondió él— cuando estaba en el Círculo, ése era su plan.Dijo que era el único
mododecrearlaclasedefuerzaquesenecesitabaparadefendernuestromundo.—Peroesoesasesinato—exclamóIsabelle,quesehabíapuestoligeramenteverde—.Hablabade
mataraniños.—Dijoquehabíamoshechoqueelmundofueraseguroparaloshumanosdurantemilaños—repuso
Hodge—,yqueahorahabíallegadoelmomentodequenoscompensaranporello.—¿Consushijos?—inquirióJaceconlasmejillasruborizadas—.Esovaencontradetodoaquello
paraloquesesuponequeexistimos.Protegeralindefenso,salvaguardarlahumanidad...Hodgeapartósuplato.—Valentineestabaloco—afirmó—.Erabrillante,perodemente.Noleimportabanadaquenofuera
matardemoniosysubterráneos.Nadaquenofuerahacerqueelmundofuesepuro.Habríasacrificadoasupropiohijoporlacausaynoeracapazdecomprenderquealguiennolohiciera.
—¿Teníaunhijo?—preguntóAlec.—Hablabadeunmodofigurado—respondióHodge,alargandolamanoparacogersupañuelo.Lousóparasecarselafrenteantesdedevolverloalbolsillo.LamanoadvirtióClary,letemblaba
ligeramente.—Cuandosu tierraardió,cuandosuhogar fuedestruido,sedioporsupuestoquehabíapreferido
destruir no sólo a sí mismo sino también a la Copa antes que ceder ambas cosas a la Clave. Seencontraronsushuesosenlascenizas,juntoconloshuesosdesuesposa.
—Peromimadrevivió—dijoClary—.Ellanomurióenelfuego.—Y tampoco, por lo que parece ahora, murió Valentine —indicó Hodge—. A la Clave no le
satisfaráquelahayanengañado.Peroloqueesmásimportante,querránconseguirlaCopa.Ymásaún,querránasegurarsedequeValentinenolohace.
—MeparecequeloprimeroquedebemoshacereshallaralamadredeClary—propusoJace—.EncontrarlaaellayencontrarlaCopa;encontrarlaantesdequelohagaValentine.
Aquello le pareció estupendo aClary, peroHodgemiró a Jace como si, como solución, hubiesepropuestohacermalabarismosconnitroglicerina.
—Absolutamenteno.—Entonces,¿quéhacemos?—Nada—respondióHodge—.Todoestoesmejordejarloacazadoresdesombrasexpertosycon
experiencia.—Yosoyexperto—protestóJace—.Tengoexperiencia.EltonodeHodgeerafirme,casipaternal.—Séqueesasí,perocontodo,eresunniño,ocasiuno.
JacemiróaHodgeconojosentrecerrados.Suspestañaseranlargasyproyectabansombrassobrelos angulosos pómulos. En cualquier otra persona hubiera sido una mirada tímida, incluso una dedisculpa,peroenJaceresultóintoleranteyamenazadora.
—Yonosoyunniño.—Hodgetienerazón—dijoAlec.MirabaaJace,yClarypensóquedebíadeserunadelaspocaspersonasdelmundoquemirabana
Jacenocomosisintieranmiedodeél,sinocomositemieranporél.—Valentineespeligroso.Séqueeresunbuencazadordesombras.Probablementeereselmejorde
losdetuedad.PeroValentineeslosmejoresquehaexistidonunca.Hizofaltaunagigantescabatallaparaderrotarle.
—Ynosequedótumbadoexactamente—concluyóIsabelle,examinandolosdientesdesutenedor—.Alparecer.
—Peronosotrosestamosaquí—insistióJace—.Nosotrosestamosaquí,ydebidoalosAcuerdos,nohaynadiemás.Sinohacemosalgo...
—Vamosahaceralgo—repusoHodge—.EnviaréalaClaveunmensajeestanoche.Podríanteneraun cuerpo de nefilim aquí mañana si quisieran. Ellos se ocuparán de esto. Tú has hecho más quesuficiente.
Jaceseaquietó,perosusojossiguieronreluciendo.—Nomegusta.—No tiene que gustarte —replicó Alec—. Simplemente tienes que callarte y no hacer ninguna
estupidez.—Pero¿quépasaconmimadre?—exigióClary—.Nopuedeesperaraquealgúnrepresentantede
laClaveaparezca.Valentine la tieneenestosmomentos,PangbornyBlackwell lodijeron,yélpodríaestar...
Nofuecapazdepronunciar lapalabra tortura,peroClarysabíaquenoera laúnicaenpensarenella.Derepente,nadieenlamesafuecapazdemirarlaalosojos.
ExceptoSimon.—Haciéndole daño—dijo éste, finalizando su frase—. Pero, Clary, también dijeron que estaba
inconscienteyqueValentinenoestabacontentoconeso.Parecequeestáesperandoaquedespierte.—Yopermaneceríainconscientesifueraella—rezongóIsabelle.—Peroesopodríasucederencualquiermomento—replicóClary,haciendocasoomisodeIsabelle
—.PensabaquelaClaveteníaelcompromisodeprotegera lagente.¿Nodeberíahabercazadoresdesombrasaquíenestemomento?¿Nodeberíanestaryabuscándola?
—Esoseríamásfácil—espetóAlec—,situviéramosalgunaligeraideadedóndebuscar.—Perolatenemos—afirmóJace.—¿Latienes?—Clarylemiró,sobresaltadayansiosa—.¿Dónde?—Aquí.Jaceseinclinóyleacercólosdedosalasien,contantasuavidadqueunruborinvadióelrostrode
lamuchacha.—Todoloquenecesitamossaberestáencerradoentucabeza,bajoesosbonitosrizos.Claryalzólamanoparatocarsuscabellosenactitudprotectora.—Nocreoque...—Entonces, ¿qué vas a hacer?—inquirió Simon con brusquedad—. ¿Abrirle la cabeza con un
cuchilloparallegarhastaello?LosojosdeJacecentellearon,perorespondióconcalma.—Enabsoluto.LosHermanosSilenciosospuedenayudarlaarecuperarsusrecuerdos.—TúodiasalosHermanosSilenciosos—protestóIsabelle.
—Nolesodio—respondióélconsencillez—.Lestemo.Noeslamismacosa.—Creíquedijistequeeranbibliotecarios—dijoClary.—Sonbibliotecarios.Simonlanzóunsilbido.—Ésosdebenmatartesiteatrasasenelpagodelascuotas.—LosHermanosSilenciosossonarchiveros,peroesonoestodoloqueson—interrumpióHodge,
enuntonoqueparecíaindicarqueseleacababalapaciencia—.Parapoderfortalecersusmentes,hanelegidoasumiralgunasdelasrunasmáspoderosasjamáscreadas.Elpoderdeesasrunasestangrandequesuuso...—CallóyClaryoyólavozdeAlecensumente,diciendo:«Semutilan»—.Bueno,deformayretuercesuformafísica.Nosonguerrerosenelmismosentidoenqueotroscazadoresdesombrassonguerreros.Suspoderessonpoderesdelamente,nodelcuerpo.
—¿Leenlamente?—preguntóClaryconunhilillodevoz.—Entreotrascosas.Sonlosmástemidosdetodosloscazadoresdedemonios.—Nosé—indicóSimon—,nomesuenatanterrible.Preferiríaalguiensededicaraaentretenerse
conmimenteenlugardecortarmelacabeza.—Entonceseresunidiotamuchomásgrandedeloquepareces—espetóJace,contemplándolecon
desprecio.—Jacetienerazón—intervinoIsabelle—.LosHermanosSilenciososdanrealmentemiedo.LamanodeHodgeestabafuertementecerradasobrelamesa.—Sonmuypoderosos—declaró—.Semuevenen laoscuridadynohablan,peropuedenabrir la
mentedeunhombredelmismomodoenquecascaríasunanuez...,ydejaraesapersonachillandosolaenlaoscuridadsiesesoloquedesean.
ClarymiróaJace,horrorizada.—¿Quieresentregarmeaellos?—Quieroqueellosteayuden.Jaceseinclinósobrelamesa,tancercaqueellapudoverlasmotasambarinasmásoscurasdesus
ojosclaros.—TalveznopodamosbuscarlaCopa—siguióenvozbaja—.TalvezlaClaveharáeso.Perolo
quehayentumenteteperteneceati.Alguienhaocultadosecretosahí,secretosquenopuedesver.¿Noquieresconocerlaverdadsobretupropiavida?
—Noquieroaotrapersonametidaenmicabeza—contestóellaconvozdébil.Sabíaqueélteníarazón,perolaideadeentregarseaseresqueinclusoloscazadoresdesombras
considerabanescalofrianteslehelabalasangre.—Irécontigo—seofrecióJace—.Mequedarécontigomientraslohacen.—Yaessuficiente.—Simonsehabíalevantadodelamesa,rojoderabia—.Déjalaenpaz.Alec echó una rápida mirada a Simon como si acabara de advertir su presencia, mientras se
apartabalosdespeinadoscabellosnegrosdelosojosconlosdedosypestañeaba.—¿Quéhacestútodavíaaquí,mundano?Simonhizocomosinoexistiera.—Hedichoqueladejesenpaz.Jaceleechóunamirada,unalentamiradadulcementeponzoñosa.—Alectienerazón—dijo—.ElInstitutotieneeldeberdedarrefugioacazadoresdesombras,noa
susamigosmundanos.Enespecialcuandoéstoshandejadodeserbienvenidos.IsabellesepusoenpieyagarróaSimonporelbrazo.—Yoleacompañaréfuera.PorunmomentopareciócomosiSimonfueraaresistirse,perocaptólamiradadeClarydesdeel
otroladodelamesa,negandolevementeconlacabeza,ysecalmó.Conlacabezaalta,dejóqueIsabelle
lecondujerafueradelahabitación.Clarysepusoenpie.—Estoycansada—anunció—.Quieroirmeadormir.—Apenashascomidonada...—protestóJace.Ellaapartólamanoqueélalargaba.—Notengohambre.Enelpasillohacíamásfrescoqueenlacocina.Claryseapoyóenlapared,tirandodelacamiseta,
que se le pegaba al sudor frío del pecho. Pasillo adelante pudo ver cómo las sombras engullían lasfigurasdeIsabelleySimon,quesealejaban.¿CuándosehabíaconvertidoSimonenresponsabilidaddeIsabelleen lugarde suya?Sihabíaunacosaqueestabaaprendiendode todoaquello, era lo fácilqueresultabaperderloqueunohabíacreídoqueteníaparasiempre.
La habitación era toda dorada y blanca, con paredes altas que brillaban como esmalte, y untecho, muy arriba, transparente y reluciente como diamantes. Clary llevaba puesto un vestido deterciopeloverdey sosteníaunabanicodoradoen lamano.Loscabellos, retorcidosenunnudoquederramaba rizos, hacían que sintiera la cabeza extrañamente pesada cada vez que la giraba paramirarasuespalda.
—¿Vesaalguienmásinteresantequeyo?—preguntóSimon.En el sueño, Simon, era,misteriosamente, un bailarín experto, que la conducía a través de la
multitudcomosi fueraunahojaatrapadaen la corrientedeun río. Ibavestidodenegro, comouncazador de sombras, y eso le favorecía mucho: cabello oscuro, piel ligeramente tostada, dientesblancos.
«Esatractivo»,pensóClary,conrepentinasorpresa.—Nohaynadiemásinteresantequetú—respondióella—.Essimplementeestelugar.Nuncahe
vistonadaigual.Volviólacabezaotravezcuandopasaronanteunafuentedechampán:unaenormebandejade
plataencuyocentrohabíaunasirenaconunajarra,vertiendoellíquidoespumosoporencimadesuespaldadesnuda.Lagentellenabasuscopasenlafuente,riendoyconversando.LasirenamoviólacabezacuandoClarypasó,ysonrió.Lasonrisamostróunosdientesblancos,tanafiladoscomolosdeunvampiro.
—BienvenidaalaCiudaddeCristal—dijounavozquenoeraladeSimon.ClarydescubrióqueSimonhabíadesaparecidoyqueahorabailabaconJace,queibavestidode
blanco,conunacamisadealgodón;podíaverlasMarcasnegrasatravésdeél.Llevabaunacadenadebroncealrededordelagarganta,ysucabelloyojosparecíanmásdoradosquenunca;pensóenlomuchoquelegustaríapintarsuretratoconlaopacapinturadoradaqueavecesseveíaenlosiconosrusos.
—¿DóndeestáSimon?—preguntómientrasvolvíanagiraralrededordela fuentedechampán.Claryvioa Isabelleallí, conAlec,ambosvestidosdeazul cobalto. Ibancogidosde lamano, comoHanselyGretelenelbosqueoscuro.
—Estelugaresparalosvivos—dijoJace.Susmanoseranfríassobrelasdeella,yfueconscientedeellasdeunmodoenquenolohabía
sidodelasdeSimon.Lemiróentrecerrandolosojos.—¿Quéquieresdecir?Élseinclinómuycerca.Sintiósuslabiossobrelaoreja.Noestabannadafríos.—Despierta,Clary—murmuró—.Despierta.Despierta.Sesentóen la camadegolpe, jadeante, con loscabellospegadosal cuelloporun sudor frío.Le
sujetabanlasmuñecasconfuerza;intentódesasirse,entoncescomprendióquiénlasujetaba.—¿Jace?—Sí.Estaba sentado en el borde de la cama—¿cómohabía llegado ella a una cama?—despeinadoy
mediodespierto,conloscabellosdereciénlevantadoyojossoñolientos.—Suéltame.—Lo siento.—Los dedos de él resbalaron de las muñecas de Clary—. Has intentado pegarme
cuandohepronunciadotunombre.—Estoyunpoconerviosa,supongo.Miróasualrededor.Estabaenunpequeñodormitorioamuebladoconmaderaoscura.Porlatenue
luz que penetraba por la ventana entreabierta, imaginó que amanecía, o que acababa de hacerlo. Sumochilaestabaapoyadaenunapared.
—¿Cómohellegadoaquí?Norecuerdo...—Teencontrédormidaenelpasillo.—Jaceparecíadivertido—.Hodgemeayudóameterteenla
cama.Pensóqueestaríasmáscómodaenuncuartodeinvitadosqueenlaenfermería.—Vaya.Norecuerdonada.—Sepasólosdedosporloscabellos,apartándosedesaliñadosrizosde
losojos—.¿Quéhoraes,detodosmodos?—Sobrelascinco.—¿Delamañana?—Lemiróiracunda—.Serámejorquetengasunabuenarazónparadespertarme.—¿Porqué,teníasunsueñoagradable?Ellatodavíapodíaoírmúsicaensusoídos,sentirlaspesadasjoyasacariciandosusmejillas.—Nolorecuerdo.Élsepusoenpie.—Unode losHermanosSilenciososestáaquíparaverte.Hodgemehaenviadoadespertarte.En
realidad, ofreció despertarte él mismo pero puesto que son las cinco de la mañana, imaginé que tesentiríasmenosirritablesiteníasalgoagradablequecontemplar.
—¿Esoserefiereati?—¿Aquéotracosa?—Noheaccedidoaverlos—leespetóella—.AlosHermanosSilenciosos.—¿Quieresencontraratumadreono?—inquirióél.Lemirófijamente.—SolotienesquereunirteconelhermanoJeremiah.Esoestodo.Inclusopuedequeteguste.Tiene
ungransentidodelhumorparaseruntipoquenuncadicenada.Clarysellevólasmanosalacabeza.—Sal.Salparaquepuedacambiarme.Sacó las piernas fuera de la cama en cuanto la puerta se cerró tras él. Aunque apenas había
amanecido,uncalorhúmedoempezabaaacumularseyaenlahabitación.Cerrólaventanayentróenelcuartodebañoparalavarselacarayenjuagarselaboca,quelesabíaapapelviejo.
Alcabodecincominutos,yaestabanmetiendolospiesensuszapatillasdeportivasverdes.Sehabíapuesto unos shorts vaqueros y una camiseta lisa negra. Si al menos sus delgadas piernas pecosas separecieranmás a las extremidades suaves y estilizadas de Isabelle. Pero no se podía hacer nada. SerecogióelcabelloenunacoladecaballoyfueareunirseconJaceenelpasillo.
Iglesiaestabaallíconél,farfullandoydescribiendocírculosnerviosamente.—¿Quélepasaalgato?—preguntóClary.—LosHermanosSilenciososleponennervioso.—Suenacomosipusierannerviosoatodoelmundo.Jacelededicóunalevesonrisa.Iglesiamaullócuandoiniciaronlamarchaporelpasillo,perono
lessiguió.Almenos,lasgruesaspiedrasdelosmurosdelacatedraltodavíareteníanalgodelfrescordelanoche,lospasillosestabanoscurosyfríos.
Cuandollegaronalabiblioteca,aClarylesorprendióverquelas lámparasestabanapagadas.Lahabitaciónestabailuminadaúnicamenteporlaluzlechosaquesefiltrabaatravésdelasaltasventanas
situadaseneltechoabovedado.Hodgesehallabasentadotraselenormeescritorio,vestidoconuntraje,los cabellos canosos le brillaban plateados por la luz del amanecer. Por un instante,Clary creyó queestabasoloenlahabitación:queJacelehabíagastadounabroma.Entoncesvioqueunafigurasalíadelapenumbra,ycomprendióqueloquehabíacreídoqueerauntrozodesombramásoscuraera,enrealidad,unhombre.Unhombrealtoconunagruesa túnicaque lecubríadesdeelcuelloa lospies.Lacapuchaestabaalzada,ocultandosurostro.Latúnicamismaeradelcolordelpergamino,ylosintrincadosdiseñosrúnicosalolargodelrepulgoylasmangasparecíanhabersidopintadasallíconsangrequeempezabaasecarse.AClaryseleerizóelvellodelosbrazosyelcogote,pinchándoladeunmodocasidoloroso.
—Éste—presentóHodge—eselhermanoJeremiahdelaCiudadSilenciosa.El hombre avanzó hacia ellos, el grueso manto arremolinándose mientras se movía, y Clary
comprendióquéeraloquehabíaenélqueresultabaextraño:nohacíaelmenorruidoalandar,noseoíanilamáslevepisada.Inclusolacapa,quedeberíahabersusurrado,semovíasilenciosa.Sepreguntósinoeraunfantasma...,perono,sedijocuandoélsedetuvofrenteaella,porque leenvolvíaunextrañoolordulzón,comodeinciensoysangre,elolordealgovivo.
—Yésta,Jeremiah—dijoHodge,alzándosedelescritorio—,es lachicasobre laqueosescribí.ClarissaFray.
El rostroencapuchadosevolviódespaciohaciaella.Claryse sintióheladahasta lapuntade losdedos.
—Hola—dijo.Nohuborespuesta.—Decidíqueteníasrazón,Jace—dijoHodge.—Claroqueteníarazón—repusoél—.Porlogenerallatengo.Hodgehizocomosinooyeraelcomentario.—Anoche envié una carta a la Clave sobre todo esto, pero los recuerdos de Clary son de ella.
Únicamenteellapuededecidircómoquiereocuparsedelcontenidodesucabeza.SiquierelaayudadelosHermanosSilenciosos,deberíateneresaposibilidad.
Clarynodijonada.Dorotheahabíadichoqueexistíaunbloqueosumente,queocultabaalgo.Porsupuesto que quería saber qué era. Pero la figura sombría del Hermano Silencioso era tan..., bueno,silenciosa.Elmismosilencioemanabadeéligualqueunaoscuramarea,negrayespesacomotinta.Lehelabaloshuesos.
ElrostrodelhermanoJeremiahseguíavueltohaciaella,connadaexceptooscuridadvisiblebajosucapucha.
«¿ÉstaeslahijadeJocelyn?»Claryprofirióunaleveexclamaciónahogada.Laspalabraslehabíanresonadodentrodelacabeza,
comosilashubiesepensadoellamisma;peronolohabíahecho.—Sí—dijoHodge,yañadiórápidamente—,perosupadreeraunmundano.«Esonoimporta—dijoJeremiah—.LasangredelaClaveespreponderante.»—¿PorquéhallamadoJocelynamimadre?—inquirióClary,buscandoenvanoalgunaseñaldeun
rostrodebajodelacapucha—.¿Laconoció?—Los Hermanos mantienen registros de todos los miembros de la Clave —explicó Hodge—.
Registrosexhaustivos.—Notanexhaustivos—indicóJace—,sinosabíansiquieraqueellaseguíaviva.«Es probable que contara con la ayuda de un brujo para su desaparición. La mayoría de los
cazadoresdesombrasnopuedenescapartanfácilmentedelaClave.»NohabíaemociónenlavozdeJeremiah;noparecíaaprobarnidesaprobarlasaccionesdeJocelyn.—Hayalgoquenocomprendo—dijoClary—.¿PorquéibaapensarValentinequemimadretiene
laCopaMortal?Siellase tomótantasmolestiasparadesaparecer,entonces,¿porquéibaa llevársela
conella?—Paraimpedirqueéllepusieralasmanosencima—contestóHodge—.Ellamásquenadiedebía
desaberloquesucederíasiValentineteníalaCopa.EimaginoquenoconfiabaenquelaClavepudieraconservarla.NodespuésdequeValentineselahubieraarrebatadounavez.
—Supongo.—Clarynopudomantenerladudaalejadadesuvoz.Todoelloparecíatanimprobable.Intentóimaginarseasumadrehuyendoalamparodelaoscuridad,
conunagrancopadeoroescondidaenelbolsillodesumono,yfracasó.—Jocelyn se volvió contra su esposo cuando descubrió lo que pretendía hacer con la Copa—
continuóHodge—.EsrazonableasumirquehubierahechotodoloqueestabaasualcanceparaimpedirquelaCopacayeradenuevoenmanosdeValentine.LaClavemismahabríadirigidosusojosprimerohaciaelladehaberpensadoqueseguíaviva.
—Meparece—dijoClaryconun tono incisivo—quenadieque laClaveconsideramuerto, estámuertoenrealidad.Quizádeberíaninvertirenhistorialesdentales.
—Mi padre está muerto —replicó Jace, con el mismo deje cortante en su voz—. No necesitohistorialesdentalesparaquemelodigan.
Claryserevolviócontraélconciertaexasperación.—Oye,noqueríadecir...«Essuficiente—interrumpióelhermanoJeremiah—.Sepuedeobtenerverdaddeesto, si sois lo
bastantepacientescomoparaescucharla.»Alzólasmanosconungestovelozyseechólacapuchaatrás.OlvidandoaJace,Clarycontuvoel
impulsodegritar.Lacabezadelarchiveroeracalva,lisayblancacomounhuevo,conoscurasmuescasdonde habían estado los ojos en el pasado.Ya no los tenía. Los labios estaban entrecruzados con undibujodelíneasoscurasquerecordabanpuntosdesutura.ComprendióentoncesaquésehabíareferidoIsabellealhablardemutilación.
«LosHermanosdelaCiudadSilenciosanomienten—dijoJeremiah—queréislaverdaddemí,latendréis,peroospidolomismoacambio.»
Claryalzólabarbilla.—Yotampocosoyunamentirosa.«Lamentenopuedementir.—Jeremiahfuehaciaella—.Sontusrecuerdosloquequiero.»Elolorasangreyatintaerasofocante.Lamuchachasintióunaoleadadepánico.—Espere...—Clary.—EraHodge,el tonodevozdulce—.Es totalmenteposiblequehayarecuerdosquehas
enterrado o reprimido, recuerdos formados cuando eras demasiado joven para poseer una memoriaconscientedeellos,yelhermanoJeremiahlospuedealcanzar.Nosayudaríamucho.
Ellanodijonada,mordiéndoseelinteriordellabio.Odiabalaideadequealguienseintrodujeraensumente,quetocararecuerdostanpersonalesyocultosquenisiquieraellapodíallegarhastaellos.
—Ellanotienequehacernadaquenoquierahacer—dijoJacedeimproviso—.¿Verdad?ClaryrespondióantesdequeHodgepudieradecirnada.—Estábien.Loharé.El hermano Jeremiah asintió con un sucinto gesto, y avanzó hacia ella con aquella ausencia de
sonidoquehacíaqueClarysintieraescalofríosenlaespalda.—¿Dolerá?—musitóella.Élnorespondió,perosusestrechasmanosblancassealzaronpara tocarle lacara.Lapieldesus
dedoserafinacomopergamino,pintadatodaellaconrunas.Clarysintióelpoderquecontenían,saltandocomoectricidadestáticaparaaguijonearlelapiel.Cerrólosojos,peronoverlaexpresiónansiosaquecruzóporelrostrodeHodge.
Searremolinaroncolores sobre laoscuridadquehabía tras suspárpadosy sintióunapresión,un
fuertetirónenlacabeza,lasmanosylospies.Cerróconfuerzalasmanos,luchandocontraelpeso,lanegrura.Sintiócomosilaestrujarancontraalgoduroyrígido,comosilaaplastaranlentamente.Seoyójadearydeimprovisosintiófríoportodoelcuerpo,unfríoinvernal.Comoenunfogonazo,viounacallehelada, edificios grises que se alzaban sobre su cabeza, una explosióndeblancuraque les azotaba elrostrocongélidaspartículas...
—Essuficiente.LavozdeJaceseabriópasoatravésdelfríoinvernal,ylanievequecaíadesapareció,convertida
enunalluviadechispasblancas.LosojosdeClaryseabrierondegolpe.Pocoapocolabibliotecafueapareciendoconclaridad:lasparedesrepletasdelibros,losrostros
inquietosdeHodgeyJace.ElhermanoJeremiahestabadepie,inmóvil,unídolotalladodemarfilytintaroja.Clarypercibióunosagudosdoloresenlasmanos,yalmirarabajoviolíneasrojassurcandolapielenloslugaresenlosquesehabíaclavadolasuñas.
—Jace—dijoHodgeentonoreprobatorio.—Míralelasmanos.JaceseñalóendirecciónaClary,quecerrólosdedosparataparsuspalmaslastimadas.Hodgeposóunaampliamanosobreelhombrodelamuchacha.—¿Teencuentrasbien?Ellamovió lentamente la cabeza para asentir.El aplastante peso había desaparecido, pero podía
notar el sudor que le empapaba los cabellos, que le pegaba la camiseta a la espalda igual que cintaadhesiva.
«Hayunbloqueoentumente—dijoelhermanoJeremiah—Nosepuedellegarhastatusrecuerdos.»—¿Unbloqueo?—preguntóJace—.¿Quieredecirquehareprimidosusrecuerdos?«No,merefieroaqueloshanbloqueadodesumenteconscienteatravésdeunhechizo.Nopuedo
romperloaquí.TendráqueveniraCiudaddeHuesoypresentarseantelaHermandad.»—¿Unhechizo?—dijoClary,incrédula—.¿Quiénpuedehabermepuestounhechizo?Nadielerespondió.Jacemiróasututor.Ésteestabasorprendentementepálido,teniendoencuenta
queaquellohabíasidoideasuya.—Hodge,ellanodeberíatenerqueirsino...—Nopasanada.Claryinspiróprofundamente.Ledolíanlaspalmasallídondesehabíaheridoconlasuñas,yquería
desesperadamentetumbarseenalgúnlugaroscuroydescansar.—Iré.Quierosaberlaverdad.Quierosaberquéhayenmicabeza.Jaceasintióunasolavez.—Estupendo.Entoncesirécontigo.
Abandonar el Instituto fue como introducirse en una bolsa de lona húmeda y caliente.El aire húmedopresionabaconfuerzasobrelaciudad,convirtiendoelaireenuncaldomugriento.
—NoentiendoporquétenemosquemarcharnosseparadosdelhermanoJeremiah—refunfuñóClary.Estaban de pie en la esquina frente al Instituto. Las calles estaban desiertas a excepción de un
camióndelabasuraquecirculabapesadamentemásadelante.—¿Esqueleavergüenzaqueleveanconcazadoresdesombrasoalgoasí?—LaHermandadsoncazadoresdesombras—indicóJace.De algún modo, el joven conseguía parecer fresco a pesar del calor. Clary sintió ganas de
abofetearleporello.—Supongoquefueabuscarsucoche—dijoellaconsarcasmo.Jacesonrióburlón.—Algoparecido.
Lamuchachasacudiónegativamentelacabeza.—MesentiríamuchomejorsiHodgehubiesevenidoconnosotros—Vaya.¿Nosoyprotecciónsuficienteparati?—Noesprotecciónloquenecesitojustoahora...,esalguienquemeayudeapensar.—Recordando
repentinamente,sellevóunamanoalaboca—.Ah...¡Simon!—No, soy Jace—repusoéstepacientemente—.Simones esapequeñacomadreja conel horrible
cortedepeloyunpésimosentidodelamoda.—Vamos,cállate—replicóella,perofuemásalgoautomáticoquesentido—.Teníalaintenciónde
telefonearleantesdeirmeaacostar.Sabersihabíallegadobienacasa.Meneandolacabeza,Jacecontemplóloscieloscomosiestuvieranapuntodeabrirseyrevelarlos
secretosdeluniverso.—¿Contodoloqueestásucediendo,tepreocupasporCaradeComadreja?—Nolellamesasí.Nosepareceaunacomadreja.—Puedeque tengas razón—repusoél—.Heconocidoaunaodos comadrejas atractivas enmis
tiempos.Separecemásaunarata.—Élnose...—Probablementeestéencasatumbadoenuncharcodesupropiababa.TúesperaaqueIsabellese
cansedeélytendrásquerecogerlospedazos.—¿EsprobablequeIsabellesecansedeél?—preguntóClary.Jacelomeditó.—Sí—contestó.ClarysepreguntósitalvezIsabellenoseríamáslistadeloqueJacepensaba.Quizácomprendería
eltipotanalucinantequeeraSimon:lodivertido,lolisto,loestupendoqueera.Alomejorempezaríanasalir.Laidealallenódeindescriptiblehorror.
Absortaensuspensamientos, tardóvarios instantesenadvertirqueJace lehabíaestadodiciendoalgo.Cuandolemirópestañeando,vioqueunasonrisamaliciosaseextendíaporsurostro.
—¿Qué?—preguntódemalagana.—Ojaládejarasde intentardesesperadamenteatraermiatencióndeestemodo—dijoél—.Seha
vueltoembarazoso.—Elsarcasmoeselúltimorefugiodelosquetienenlaimaginaciónenbancarrota—lerespondió
ella.—Nopuedoevitarlo.Usomiafiladoingenioparaocultarmidolorinterior.—Tudolornotardaráenserexteriorsinosalesdeltráfico.¿Esquequieresqueteatropelleuntaxi?—No seas ridícula—respondió él—. Jamás conseguiríamos un taxi con tanta facilidad en este
vecindario.Comosilehubieraoído,unalargadocochenegroconventanastintadasseacercóalaaceraconun
retumbosordoysedetuvofrenteaJace,conelmotorronroneando.Eralargo,delíneaselegantesymuypegadoalsuelocomounalimusina,conlasventanillascurvándosehaciaelexterior.
JacemiróaClarydesoslayo;habíaregocijoensumirada,perotambiénciertaurgencia.Ellavolvióaecharunaojeadaalcoche,dejandoquesumiradaserelajara,dejandoquelafuerzadeloqueerarealperforaraelvelodeglamourparapoderverlarealidadmásalládelencantamiento.
Entonces el coche adoptó el aspecto de la carroza de Cenicienta, aunque en lugar de ser rosa,doradayazulcomounhuevodePascua,eranegracomoelterciopelo,conlasventanillastintadas.Lasruedas eran negras, las guarniciones de cuero todas negras. El asiento demetal negro del cochero loocupaba el hermano Jeremiah, sosteniendo un juego de riendas negras en sus manos enguantadas. Surostroestabaocultobajolacapuchadelatúnicacolorpergamino.Enelotroextremodelasriendashabíadoscaballos,negroscomoelhumo,querezongabanypiafabanendirecciónalcielo.
—Entra—dijoJace.Alverqueellaseguíaallíparadayboquiabierta,éllatomódelbrazoymediolaempujóatravésde
laportezuelaabiertadelcarruaje,montando trasella.Elcarruajesepusoenmovimientoantesdequehubieracerradolaportezuelatrasellos.Eljovencayóhaciaatrássobresuasiento,delustrosotapizadoafelpado,ydirigióunamiradaasucompañera.
—UnaescoltapersonalalaCiudaddeHuesonoesalgoaloquehacerleascos.—Noleestabahaciendoascos.Simplementeestabasorprendida.Noesperaba...Quierodecir,pensé
queerauncoche.—Simplementerelájate—repusoJace—.Disfrutadeeseoloracarruajenuevo.Clarypusolosojosenblancoygirólacabezaparamirarporlasventanillas.Habríapensadoqueun
cochedecaballoslotendríamuydifícileneltráficodeManhattan,perosemovíanhaciaelcentroconfacilidad,avanzandosigilosamenteentreelrugirde taxis,autobusesyutilitariosquecongestionabanlaavenida. Frente a ellos, un taxi amarillo cambió de carril, cortándoles el paso. Clary se puso tensa,preocupada por los caballos, pero entonces el carruaje dio un bandazo hacia arriba y los corcelessaltaron ágilmente al techo del taxi. Ella sofocó una exclamación ahogada. El carruaje, en lugar dearrastrarsetrasellosporelsuelo,sealzóenelairedetrásdeloscaballos,subiendoconsuavidadyensilencioaltaxiparapasarporencimadeélyvolveradescenderenelotrolado.Clarymiróunmomentoparaatráscuandoelvehículotocóelsuelootravezconunasacudida.
—Siemprepenséquelosconductoresdetaxinoprestabanatenciónaltráfico,peroestoesridículo—dijoconvozdébil.
—Sóloporqueahorapuedasveratravésdelglamour...Jacedejóqueelfinaldelafraseflotaradelicadamenteenelaireentreellos.—Sólopuedohacerlocuandomeconcentro—dijoella—.Meproduceciertodolordecabeza.—Apuestoaquesedebealbloqueoquehayentumente.LosHermanosseocuparándeeso.—¿Yentoncesqué?—Entoncesveráselmundocomoes:infinito—repusoélconunasecasonrisa.—NomelancescitasdeBlake.Lasonrisasetornómenosseca.—Nocreíaquefuerasareconocerlo.Nomeparecesalguienqueleamuchapoesía.—TodoelmundoconoceesacitadebidoalosTheDoors.Jacelamirósincomprender.—TheDoors.Eranungrupodemúsica.—Sitúlodices—repusoél.—Supongoquenotienesmuchotiempoparadisfrutardelamúsica—comentóClary,pensandoen
Simon,paraquienlamúsicaeratodalavida—,dedicándotealoquetededicas.Élseencogiódehombros.—Quizáalgúnqueotrocorogimientedecondenados.Clarylemirórápidamenteparacomprobarsibromeaba,peroestabainexpresivo.—Peroayerestabastocandoelpiano—empezó—,enelInstituto.Demodoquedebes...El carruajevolvióaascenderconunbandazo.Clary se sujetóalbordede suasientoy sequedó
boquiabierta:pasabanporel techodeunautobúsdela líneaMIqueibaalcentrodelaciudad.Desdeaquellaposiciónestratégicapodíaver lospisossuperioresde losedificiosquebordeaban laavenida,minuciosamenteesculpidoscongárgolasycornisasdecorativas.
—No hacía más que pasar el rato —respondió Jace, sin mirarla—. Mi padre insistió en queaprendieraatocaruninstrumento.
—Suenaestricto,tupadre.—Enabsoluto—Eltonodelmuchachoeracortante—.Memimaba.Meloenseñótodo:elmanejo
delasarmas,demonología,tradicionesarcanas,lenguasantiguas.Medabacualquiercosaquedeseara.Caballos,armas,inclusounhalcóndecaza.
«PeroarmasylibrosnosonprecisamenteloquemuchosniñosquierenporNavidad»,pensóClarymientraselcarruajevolvíaacaeralasfaltoconunruidosordo.
—¿PorquénomencionasteaHodgequeconocíasaloshombresconlosquehablabaLuke?¿Yqueeranlosquemataronatupadre?
Jacebajólosojos.Clarylesiguiólamiradahastalasmanos.Erandelgadasycuidadas,lasmanosdeunartista,nodeunguerrero.Elanilloqueellahabíaadvertidoantescentelleóensudedo.Clarypensóquedeberíahaberalgode femeninoenunmuchachoque llevaraunanillo,perono lohabía.Elanillomismoerasólidoyconfeccionadoenplataoscura,conundibujodeestrellasalrededor.TeníagrabadalaletraW.
—Porquesilohiciera—respondióél—,sabríaquequieromataraValentineyomismo.Yjamásmedejaríaintentarlo.
—¿Terefieresaquequieresmatarloparavengarte?—Parahacerjusticia—repusoJace—.Jamássupequiénmatóamipadre.Ahoralosé.Éstaesmi
oportunidaddecorregirlo.Clarynoveíacómomataraunapersonapodíacorregirlamuertedeotra,perotuvolasensaciónde
quenoibaaservirdenadadecirlo.—Perotúsabíasquiénlomató—dijo—.Fueronesosdoshombres.Dijiste...Jace no lamiraba, así queClary dejó que su voz se apagara.En aquelmomento cruzabanAstor
Place,esquivandoporpocountranvíamoradodelauniversidaddeNuevaYorkqueseabríapasoentreel tráfico. Los peatones que pasaban parecían aplastados por el aire pesado, igual que insectosinmovilizadosbajocristal.Algunosgruposdechicossintechoestabanapelotonadosalrededordelabasedeunaenormeestatuadelatón,concartelesdecartóndondepedíandineroapoyadosfrenteaellos.Claryvioaunamuchachadeaproximadamentesuedad,conlacabezaperfectamenteafeitada,recostadacontraunmuchachodepielmorenaconrastasyelrostroadornadoconunadocenadepiercings.Elmuchachogirólacabezaalpasarelcarruajecomosipudieraverlo,yelladistinguióeldestellodesusojos.Unoestabanublado,comosicarecieradepupila.
—Teníadiezaños—dijoJace.Clary volvió la cabeza para mirarle. No mostraba ninguna emoción, siempre parecía palidecer
cuandohablabadesupadre.—Vivíamosenunamansión,enelcampo.Mipadresiempredijoqueeramásseguroestarlejosde
lagente.Lesoívenirporelcaminoquellevabaalacasayfuiadecírselo.Medijoquemeescondiera,así que me escondí bajo las escaleras. Vi a esos hombres entrar. Llevaban a otros con ellos. No ahombres.Repudiados.Dominaronamipadreylecortaronelcuello.Lasangrecorrióporelsuelo.Meempapóloszapatos.Nomemoví.
Clarytardóunmomentoendarsecuentadequeélhabíaacabadodehablar,yotroenrecuperarlavoz.
—Losientomucho,Jace.Losojosdelmuchachobrillaronenlaoscuridad.—Noentiendoporquélosmundanossiempresedisculpanporcosasquenosonculpasuya.—Nome estoy disculpando. Es unmodo de... establecer empatía. De decir que siento que seas
desgraciado.—Nosoydesgraciado—contestóél—.Sólolagentesinunpropósitoesdesgraciada.Yotengoun
propósito.—¿Quieresdecirmatardemonios,ovengarteporlamuertedetupadre?—Ambascosas.
—¿Querríarealmentetupadrequematarasaesoshombres?¿Sóloporvenganza?—Uncazadordesombrasquemataaunodesuscamaradasespeorqueundemonioydeberíaser
suprimidoigualqueunodeellos—replicóJace,sonandocomosi recitara laspalabrasdeunlibrodetexto.
—¿Perosontodoslosdemoniosmalvados?—preguntóella—,quierodecir,sitodoslosvampirosnosonmalvados,ytodosloshombreslobosnosonmalvados,quizá...
Jaceserevolviócontraella,exasperado.—No es la misma cosa en absoluto. Los vampiros, los hombres lobo, incluso los brujos, son
humanosenparte.Partedeestemundo,nacidosenél.Pertenecenaestesitio.Perolosdemoniosvienendeotrosmundos.Son interdimensionales.Llegan aunmundoy lo consumen.No saben construir, sólodestruir...Nosabencrear,sólousar.Agotanunlugarhastaconvertirloencenizasycuandoestámuertosetrasladanalsiguiente.Esvidaloquequieren...,nosólotuvidaolamía,sinotodalavidadeestemundo,susríosyciudades,susocéanos, todoello.Yloúnicoqueseinterponeentreellosyladestruccióndetodoesto—señalófueradelaventanilladelcarruaje,agitandolamanocomosiquisieraindicartodoenla ciudad, desde los rascacielos de la parte alta al atasco de tráfico de la calle Houston— son losnefilim.
—Ah—dijoClary, puesnoparecía quehubieramuchomásquedecir—. ¿Cuántos otrosmundosexisten?
—Nadielosabe.¿Cientos?Millones,talvez.—¿Ysontodos...mundosmuertos?¿Agotados?—Sintióqueelestómagoledabaunvuelco,aunque
podríahabersidolasacudidadecuandopasaronporencimadeunMinicolormorado,dandounavueltadecampana—.Esoparecetantriste.
—Nohedichoeso.Laoscuraluzanaranjadadelaneblinadelaciudadsederramóalinteriorporlaventanilla,trazando
suangulosoperfil.—Probablemente existen otros mundos vivos como el nuestro. Pero únicamente los demonios
pueden viajar entre ellos. En parte, debido a que son principalmente incorpóreos, aunque nadie sabeexactamenteporqué.Grannúmerodebrujoslohanintentado,yjamáshafuncionado.NadadelaTierrapuedeatravesarlassalvaguardascolocadasentrelosmundos.Sipudiéramos—prosiguió—podríamoscerrarleselpasoparaimpedirquevinieranaquí,peronadiehaconseguidonuncaaveriguarcómohacereso.Dehecho,cadavezlleganmásdeellos.Enelpasadosetratabadepequeñasinvasionesdemoníacas,quepodíancontenersefácilmente.Perodesdequetengousoderazón,cadavezsonmáslosquesefiltranatravésdelassalvaguardas.LaClavesepasaeltiempoenviandocazadoresdesombras,yenmuchasocasionesnoregresan.
—PerosituvieraislaCopaMortal,podríaiscrearmás,¿verdad?¿Máscazadoresdedemonios?—preguntóClarytímidamente.
—Claro —contestó Jace—. Pero hace ya años que no tenemos la Copa y muchos de nosotrosmorimosjóvenes.Demodoquenuestronúmeromengua.
—Noosestáis,ah...—Clarybuscólapalabracorrecta—.¿Reproduciendo?Jaceprofirióunacarcajada justocuandoel carruajeefectuóun repentinoypronunciadogiroa la
izquierda.Elmuchachosesujetóbien,peroClarysevioarrojadacontraél.Éstelaagarró,ylaapartóconsuavidadperoconfirmeza.Lajovensintiólapresiónfríadelanillodeplatacomounaesquirladehielocontrasupielsudorosa.
—Por supuesto—repusoélburlón—.Nosencanta reproducirnos.Esunadenuestrasdiversionesfavoritas.
Clary se apartóde él, conel rostro ardiendoen laoscuridad,ygiró la cabezaparamirarpor laventanilla.Corríanendirecciónaunagruesarejadehierroforjado,emparradadeoscurasenredaderas.
—Hemosllegado—anuncióJacemientraselsuaverodarderuedassobreasfaltoseconvertíaeneltraqueteodelosadoquines.
Claryvislumbrópalabrassobreunarcocuandopasaronbajoél:CEMENTERIOMARBLEDELACIUDADDENUEVAYORK.
—PerodejarondeenterraragenteenManhattanhaceunsiglo...¿noescierto?—preguntó.Avanzabanporunestrechocallejónconelevadasparedesdepiedraaamboslados.—LaCiudaddeHuesohaestadoaquímás tiempoqueeso.Elcarruaje sedetuvoensecoconun
bandazo.ClarydiounbrincocuandoJacealargóelbrazo,peroésteselimitabaaextenderlopordelantedeellaparaabrir laportezuelaensulado.Elbrazoestabalevementemusculadoyrecubiertodevellodorado,finocomopolen.
—¿Unonotieneelección,verdad?—inquirióella—.Enlodesercazadordesombras.Nopuedesdesentendertedeello.
—No—respondióél.Laportezuela seabriódeparenparydejóentraruna ráfagadeairebochornoso.Elvehículo se
había detenido sobre una amplia plaza de césped verde rodeada de paredes demármol cubiertas demusgo.
—Perosituvieraelección,estoseguiríasiendoloqueelegiría.—¿Porqué?Él enarcó una ceja, lo que hizo que Clary se sintiera instantáneamente celosa. Siempre había
deseadopoderhaceraquello.—Porque—contestóél—,esparaloquesirvo.Saltó fuera del carruaje. Clary se deslizó hasta el borde de su asiento, balanceando las piernas.
Había una buena distancia hasta los adoquines. Saltó. El impacto le dejó los pies doloridos, pero nocayó.Sevolvióenredondo,triunfal,yseencontróconJacequelaobservaba.
—Tehabríaayudadoabajar—dijoéste.—Nopasanada—respondióella,pestañeando—.Noteníasporqué.Eljovenechóunvistazodetrásdeél.ElhermanoJeremiahdescendíadesupuestotrasloscaballos
conunasilenciosacaídadetúnica.Noproyectabaningunasombrasobrelahierbatostadaporelsol.«Venid»,dijo.Se alejó majestuosamente del carruaje y las reconfortantes luces de la Segunda Avenida, yendo
haciaelcentrooscurodeljardín.Estabaclaroqueesperabaquelosiguieran.La hierba estaba seca y crujía bajo los pies; las paredes demármol a ambos lados eran lisas y
nacaradas. Había nombres grabados en la piedra de las paredes, nombres y fechas. Clary tardó unmomentoencomprenderquesetratabadeindicadoresdesepulturas.Unescalofríolerecorriólaespalda.¿Dóndeestaban los cuerpos? ¿En lasparedes, enterradosdepie como si loshubiesen emparedadoenvida?
Habíaolvidadomirarpordóndeiba,ycuandochocócontraalgoinconfundiblementevivo,soltóunsonorogrito.
EraJace.—Nochillesdeesemodo.Despertarásalosmuertos.Ellalemiróconelentrecejofruncido.—¿Porquétedetienes?ÉlseñalóalhermanoJeremiah,quesehabíadetenidofrentealaestatuasóloligeramentemásalta
queél,cuyabaseestabacubiertademusgo.Eralaestatuadeunángel.Elmármolestabatanpulidoqueparecía transparente. El rostro del ángel era fiero, hermoso y triste, y en unas largas manos blancassosteníaunacopa,encuyobordehabíajoyasdemármolincrustadas.AlgoenlaestatuacosquilleóenlamemoriadeClaryconuna inquietante familiaridad.Habíauna fechagrabadaen labase,1234,yunas
palabrasalrededordeella:NEPHILIM:FACILISDESCENSOSAVERNI.—¿SesuponequeesoeslaCopaMortal?—preguntó.Jaceasintió.—Yéseesellemadelosnefilim,deloscazadoresdesombras,ahíenlabase.—¿Quésignifica?LaampliasonrisadeJacefueundestelloblancoenlaoscuridad.—Significa:Cazadoresdesombras.Lessientamejorelnegroquealasviudasdenuestrosenemigos
desde1234.—Jace...«Significa—dijoJeremiah—:Eldescensoalinfiernoesfácil.»—Bonitoyoptimista—indicóClary,perounescalofríolerecorriólapielapesardelcalor.—TeneresoahíesunamuestradelsentidodelhumordelosHermanos—dijoJace—.Yaloverás.LamuchachamiróalhermanoJeremiah;éstehabíasacadounaestela,quebrillabatenuemente,de
algún bolsillo interior de su túnica, y con la punta trazaba el dibujo de una runa sobre la base de laestatua.Derepente,labocadelángeldepiedraseabriódeparenparenunsilenciosogrito,yunenormeagujeronegroaparecióenlazonacubiertadecéspedalospiesdeJeremiah.Parecíaunatumbaabierta.
Clary se aproximódespacio al bordey atisbo al interior.Unospeldaños de granito conducían alinteriordelagujero,conlosbordesdesgastadosporañosdeuso.Aintervalos,habíaantorchascolocadasalolargodelospeldañosllameandoconluzverdeyazulhielo.Elfinaldelaescaleraseperdíaenlaoscuridad.
Jace inició el descenso con la naturalidad de quien encuentra familiar una situación, aunque noprecisamentecómoda.Amitaddecaminodelaprimeraantorcha,sedetuvoyalzólavistahaciaella
—Vamos—dijoconimpaciencia.Claryapenashabíapuestoelpieenelprimerpeldañocuandosintióqueunamanoheladalesujetaba
elbrazo.Levantólosojosconsorpresa.ElhermanoJeremiahleagarrabalamuñeca;losgélidosdedosblancosseleclavabanenlacarne.Distinguióelbrilloóseodesurostrodesfiguradobajoelbordedelacapucha.
«Notemas—dijosuvozenelinteriordelamentedeClary—.Haríafaltamásqueunsimplegritohumanoparadespertaraestosmuertos.»
Cuandolesoltóelbrazo,lamuchachadescendióconrápidossaltitoslospeldaños,siguiendoaJace,conel corazónmartilleándole lascostillas. Jacehabía sacadode su soporteunade lasantorchas,queardíaconunaluzverde,ylasosteníaalaalturadelacabeza.Elresplandordabauntinteverdeasutez.
—¿Estásbien?Ellaasintió, incapazdehablar.Laescalera finalizóenun rellanoplano;anteellosseextendíaun
túnel,largoynegro,estriadoporlasraícesenroscadasdelosárboles.Unatenueluzazuladaseveíaalfinaldeltúnel.
—Estátan...oscuro—susurróella.—¿Quieresquetecojadelamano?Clarycolocóambasmanosalaespaldacomounaniñapequeña.—Nomehablesenesetonocondescendiente,comosifueraunaniñita.—Bueno, no eres precisamente ungigante.Eres demasiadobajita.—Jace echóunavelozmirada
detrás de ella, y la antorcha lanzó lluvia de chispas debido al movimiento—. No hace falta tantaceremonia, hermano Jeremiah—indicó, arrastrando las palabras—. Adelante. Iremos justo detrás deusted.
Clarydiounbrinco.Todavíanoestabaacostumbradaalassilenciosasidasyvenidasdelarchivero.El hombre semovió sin hacer ruido del lugar donde había estado de pie tras ella y se encaminó alinteriordeltúnel.Alcabodeunmomento,ellalesiguió,apartandoaunladolamanotendidadeJaceal
pasar.
La primera visión de Clary de la Ciudad Silenciosa fue la de una hilera tras otra de altos arcos demármolquesealzabanporencimadesuscabezas,desapareciendoalolejoscomolasordenadashilerasde árboles de un huerto. Elmármolmismo era de un inmaculado tonomarfil ceniciento, compacto ypulido,conestrechastirasdeónice,jaspeyjadeinsertadasenalgunoslugares.Amedidaquesealejabandel túnely avanzabanhacia el bosquede arcos,Claryvioque en el suelohabíagrabadas lasmismasrunasqueavecesdecorabanlapieldeJacecondibujosdelíneas,volutasyespirales.
Cuandolostrespasaronatravésdelprimerarco,algograndeyblancosurgióalaizquierdadelajoven,comounicebergfrentealaproadelTitanic.Eraunbloquedepiedrablanca,lisoycuadrado,conunaespeciedepuerta insertadaen laparte frontal.Le recordóunacasitade juguetedel tamañodeunniño,casilobastantegrande,peronodeltodo,paraqueellapudiesepermanecerdepieenelinterior.
—Esunmausoleo—explicóJace,dirigiendoundestellode la luzde laantorchahaciaél, loquepermitió aClaryverquehabíauna runagrabadaen lapuerta selladaconpasadoresdehierro—.Unatumba.Enterramosanuestrosmuertosaquí.
—¿A todos vuestros muertos? —inquirió ella, medio deseando preguntarle si su padre estabaenterradoallí,peroélyahabíaseguidoadelanteynolahabríaoído.
Apresuró el paso tras él, no queriendo quedarse sola con el hermano Jeremiah en aquel lugarfantasmal.
—Penséquedijistequeestoeraunabiblioteca.«Existenmuchosnivelesen laCiudadSilenciosa—interpusoelhermanoJeremiah—.Yno todos
losmuertosestánenterradosaquí.Existeotroosarioen Idris,desde luego,muchomayor.Peroenestenivelestánlosmausoleosyellugardecremación.»
—¿Ellugardecremación?«Losquemuerenencombateseincineran;suscenizasseutilizanparaconstruirlosarcosdemármol
que ves aquí. La sangre y los huesos de los cazadores de demonios son en sí mismos una poderosaproteccióncontraelmal.Inclusoenlamuerte,laClavesirvealacausa.»
«Qué agotador—pensó Clary—, combatir toda tu vida y que luego esperen que sigas luchandoinclusocuandotuvidahaterminado.»
Enlaperiferiadesuvisiónpodíaverloscuadradospanteonesblancosalzándoseaambosladosdeellaenordenadasfilasdetumbas,cadapuertacerradaporfuera.ComprendióentoncesporquéaaquelloselellamabalaCiudadSilenciosa:susúnicoshabitanteseranlosHermanosmudosylosmuertosalosquetancelosamentecustodiaban.
Habíanllegadoaotraescalera,quedescendíaalinteriordemáspenumbra;Jacealargólaantorchafrenteaél,surcandolasparedesdesombras.
—Vamosal segundonivel,dondeestán losarchivosy las salasdel consejo—indicó, comoparatranquilizarla.
—¿Dóndeestánlosalojamientos?—preguntóella,enparteparamostrarseeducadayenparteporauténticacuriosidad—.¿DóndeduermenlosHermanos?
«¿Dormir?»La palabra flotó en la oscuridad que había entre ellos. Jace rio, y la llama de la antorcha que
sosteníatitiló.—Teníasquepreguntarlo.Al finalde la escalerahabíaotro túnel, que se ensanchabaal final enunpabellóncuadrado, con
cadaesquinamarcadaporunchapiteldehuesotallado.Ardíanantorchasengrandessoportesdeóniceaambosladosdelcuadrado,yelaireolíaacenizasyahumo.Enelcentrodelpabellónhabíaunagranmesa de basalto negro con vetas blancas.Detrás de lamesa, en la pared oscura, colgaba una enorme
espadadeplataconlapuntahaciaabajoylaempuñaduratalladaenformadealasextendidas.SentadaalamesahabíaunahileradeHermanosSilenciosos,cadaunocubiertoyencapuchadoconunatúnicadelmismocolorpergaminoqueJeremiah.
Jeremiahnoperdiótiempo.«Hemosllegado.Clarissa,preséntateanteelConsejo.»Clary echó una mirada rápida a Jace, pero éste pestañeaba, claramente confuso. El hermano
Jeremiahdebíadehaberhabladosólodentrodesucabeza.Contemplólamesa, la largafiladefigurassilenciosasenfundadasensusgruesastúnicas.Cuadradosalternoscomponíanelsuelodelpabellón:deuncolorbroncedoradoydeunrojomásoscuro.Justofrentealamesahabíauncuadradomásgrande,demármolnegroyadornadoconundibujoparabólicodeestrellasplateadas.
Clary fue a colocarse en el centro del cuadrado negro como si se pusiera ante un pelotón defusilamiento.Alzólacabeza.
—Deacuerdo—dijo—.¿Ahoraqué?LosHermanosemitieronunsonido,unsonidoqueaClaryleerizólospelosdelcogoteylosbrazos.
Fue un sonido parecido a un suspiro o un quejido. Al unísono, alzaron las manos y se echaron lascapuchashaciaatrás,dejandoaldescubiertolosrostrosmarcadosconcicatricesycuencasvacías.
AunquehabíavistoyaelrostrodescubiertodelhermanoJeremiah,aClaryselehizounnudoenelestómago.Eracomomirarunahileradeesqueletoscomounodeaquellosgrabadosmedievalesenquelos muertos andaban, hablaban y danzaban sobre los cuerpos amontonados de los vivos. Sus bocascosidasparecíansonreírleburlonas.
«ElConsejotedalabienvenida,ClarissaFray»,oyó,ynofuesólounavozsilenciosaensucabezasino una docena, algunas bajas y ásperas, algunas suaves y monótonas, pero todas eran exigentes,insistentes,ejerciendopresiónsobrelasfrágilesbarrerasquerodeabansumente.
—Parad—dijo,yantesuasombrosuvozsurgiófirmeyfuerte.Elbarullodentrodesucabezacesóconlamismarapidezqueundiscoquehadejadodegirar.
—Podéisentrarenmicabeza—dijo—,perosólocuandoestélista.«Sinoquieresnuestraayuda,nohaynecesidaddeesto.Erestúquienpidiónuestracolaboración,al
finyalcabo.»—Vosotrosqueréissaberloquehayenmimente,igualqueyo—repusoella—.Esonosignificaque
nodebáishacerloconcuidado.ElHermanoquesesentabaenelcentrojuntólosdelgadosdedosblancosbajolabarbilla.«Esunrompecabezasinteresante,hayquereconocerlo—dijo.Ylavozenelinteriordelacabeza
deClaryerasecayneutral—.Peronohaynecesidaddeemplearlafuerza,sinoteresistes.»Ella apretó los dientes. Quería resistirse a ellos, quería arrancar aquellas vocesmolestas de su
cabeza.Hacerseaunladoynopermitirtalviolacióndesusermásíntimoypersonal...Perolomásseguroeraqueesoyahubieseocurrido,serecordó.Esonoeramásquelarestituciónde
uncrimendelpasado,elrobodesumemoria.Sifuncionaba,loquelehabíanquitadoleseríadevuelto.Cerrólosojos.
—Adelante—dijo.Elprimercontactollegócomounsusurrodentrodesucabeza,delicadocomolacariciadeunahoja
alcaer.«DeclaratunombreparaelConsejo.»«ClarissaFray.»Alaprimeravozseunieronotras.«¿Quiéneres?»«SoyClary.MimadreesJocelynFray.Vivoenel807deBerkeleyPlaceenBrooklyn.Tengoquince
años.Elnombredemipadreera...»
Sumentepareció retrocederbruscamente sobre símisma, igualunagomaelástica,y lamuchachaempezóatambalearseensilencioenelcentrodeuntorbellinodeimágenesproyectadassobreelinteriorde sus párpados cerrados. Sumadre la hacía avanzar rápidamente por una calle negra como la nocheentremontonesdenieveapiladaysucia.Luegoaparecióuncieloencapotado,grisyplomizo,ehilerasdeárbolesnegrossinhojas.Uncuadradovacíoabiertoenlatierra,unataúdsinadornosintroducidoenél.Cenizaalascenizas.Jocelynenvueltaensucolchaderetazos,conlágrimascorriéndoleporlasmejillas,cerrandoapresuradamenteunacajayempujándolabajounalmohadónalentrarClaryen lahabitación.Volvióaverlasinicialesenlacaja:J.C.
Las imágenes acudíanmásveloces ahora, como laspáginasdeunode esos libros en lasque losdibujosparecenmoversecuandosepasandeprisa.Claryestabadepieenloaltodeuntramodeescalera,contemplando un pasillo estrecho, y ahí volvía a estar Luke, con su bolsa de lona verde a los pies.Jocelynestabafrenteaél,meneandolacabezaydiciendo:«¿Porquéahora,Lucian?Tecreíamuerto...».Clary parpadeó; Luke parecía diferente, casi un desconocido, con barba, los cabellos largos yenmarañados..., y unas ramas descendieron para impedirle ver; volvía a estar en el parque, y hadasverdes,diminutascomomondadientes,zumbabanentre lasfloresrojas.Alargó lamanoparacogerunacon deleite, y sumadre la alzó en brazos con un grito terror. Luego volvía a ser invierno en la calleoscura, y avanzaban presurosas, acurrucadas bajo un paraguas, Jocelyn medio empujando y medioarrastrandoaClaryentrelosimponentesterraplenesdenieve.Unaentradadegranitoseirguiósurgiendodelmantoblancoquecaía;habíapalabrasesculpidassobrelapuerta:«ELMAGNÍFICO».Entoncesseencontróenelinteriordeunaentradaqueolíaahierroyanievederritiéndose.Teníalosdedosateridosde frío. Una mano bajo su barbilla la guió para que alzara los ojos, y vio una hilera de palabrasgarabateadasenlapared.Dospalabrasatrajeronsuatencióngrabándoseafuegoensusojos:«MAGNUSBANE».
Undolorrepentinoleasaeteóelbrazoderecho.Chillómientraslasimágenessedesvanecíanygiróenredondohaciaarriba,aflorandoalasuperficiedelaconcienciacomounsubmarinistaabriéndosepasoa travésdeunaola.Algo frío lepresionaba lamejilla.Abrió losojosconunesfuerzoyvioestrellasplateadas.Pestañeódosveces antesde comprenderqueyacía en el suelodemármol, con las rodillasdobladasalaalturadelpecho.Cuandosemovió,undolorardientelerecorrióelbrazo.
Se incorporóconcautela.Lapielquecubríaelcodo izquierdoestabadesgarradaysangraba.Sindudahabíaaterrizadosobreélalcaer.Habíasangreensucamisa.Miróasualrededor,desorientada,yvioaJacemirándola,sinmoverse,peroconunaexpresióntensaenlaboca.
«MagnusBane.»Laspalabrassignificabanalgo,pero¿qué?Antesdequepudierahacerlapreguntaenvozalta,elhermanoJeremiahlainterrumpió.
«Elbloqueoenel interiordetucabezaesmásfuertedeloquehabíamosprevisto—dijo—.Sólopuedeanularlosinpeligroaquelquelopusoahí.Siteloquitáramosnosotros,temataríamos.»
Clarysepusoenpieapresuradamente,acunandoelbrazolastimado.—Peroyonoséquiénlopusoahí.Silosupiera,nohabríavenidoaquí.«Larespuestaaesoestátejidaenelentramadodetuspensamientos—dijoelhermanoJeremiah—.
Lovisteescritoentusueño.»—¿MagnusBane?Pero...¡esonisiquieraesunnombre!«Essuficiente.»ElhermanoJeremiahsepusoenpie.Comosiaquellofueseunaseñal,elrestodelosHermanosse
alzóconél.InclinaronlacabezaendirecciónaJace,enungestodesilenciososaludo,antesdedesfilarpor entre las columnas y desaparecer. Sólo el hermano Jeremiah permaneció contemplando impasiblecómoJaceseaproximabapresurosoaClary.
—¿Estábientubrazo?Déjamever—pidió,agarrandolamuñecadelajoven.—¡Uy!Estáperfectamente.Nohagaseso,loempeoras—dijoella,intentandodesasirse.
—HassangradosobrelasEstrellasParlantes—repusoél.Clarymiróyvioqueteníarazón.Habíaunamanchadesangresobreelmármolblancoyplata.—Apuestoaqueexisteunaleyenalgunapartesobreeso—siguióél.Elmuchacholemovióelbrazo,conmásdelicadezadelaqueellalehabríacreídocapaz.Sujetóel
labio inferiorentre losdientesysilbó,ellaechóunaojeadayvioqueunacapadesangre lecubríaelantebrazodesdeelcodoalamuñeca.Sentíapunzadasenelbrazo,queestabaagarrotadoydolorido.
—¿Esahora cuandoempiezas a romper tirasde telade tu camisetaparavendarme laherida?—bromeó;odiabalavisióndelasangre,enespeciallasuya.
—Siloquequieresesquemearranquelaropa,deberíashabérmelopedido.—Introdujolamanoenelbolsilloysacósuestela—.Habríasidomuchomenosdoloroso.
Recordando el escozor que había sentido cuando la estela le había tocado la muñeca, Clary sepreparó, pero todo lo que sintiómientras el refulgente instrumento se deslizaba ligeramente sobre laheridafueunlevecalorcillo.
—Yaestá—anuncióél,irguiéndose.Clary flexionó el brazomaravillada; aunque la sangre seguía allí, la herida había desaparecido,
igualqueeldoloryelagarrotamiento.—Ylapróximavezqueplaneeshacertedañoparaatraermiatenciónsólorecuerdaqueunacharla
dulcehacemaravillas.Clarynotóquelabocaselecrispabaenunasonrisa.—Lotendréencuenta—respondió,ymientrasélsealejabaañadió—.Ygracias.Élsemetió laestelaenelbolsilloposteriorsinvolverseparamirarla,peroaella leparecióver
ciertasatisfacciónenlaposicióndesushombros.—HermanoJeremiah—dijoél, frotándose lasmanos—,haestadomuycallado todoeste tiempo.
¿Sindudatendráalgunasideasquelegustaríacompartir?«Se me ha encomendado conduciros fuera de la Ciudad Silenciosa, y eso es todo», contestó el
archivero.Clarysepreguntósiseloimaginabaella,osinohabíaunligerotonoagraviadoensu«voz».—Podríamos ir hasta la salida nosotros mismos—sugirió Jace esperanzado—. Estoy seguro de
recordarelcamino...«Las maravillas de la Ciudad Silenciosa no son para los ojos de los no iniciados—respondió
Jeremiah,ylesdiolaespaldaconunmudorevuelodelatúnica—.Poraquí.»Cuandosalieronalairelibre,Claryaspiróprofundamentevariasveceselaireespesodelamañana,
saboreandoelhedoranieblatóxica,suciedadyhumanidad.Jacemiróasualrededorpensativo.—Vaallover—dijo.Teníarazón,sedijoClary,alzandolosojoshaciaelcielogrisoscuro.—¿CogeremosuncarruajedevueltaalInstituto?JacemiróalhermanoJeremiah,inmóvilcomounaestatua,yluegoalcarruaje,quesealzabacomo
unasombranegraenlaarcadaqueconducíaalacalle.Luegosonriódeorejaaoreja.—Nihablar—declaró—.Odioesascosas.Vayamosatomaruntaxi.
11MagnusBane
Jaceseinclinóhaciaadelanteygolpeóconlamanolaparticiónquelosseparabadelconductordeltaxi.—¡Girealaizquierda!¡Alaizquierda!¡DijequetomaraporBroadway,taradoimbécil!ElconductordeltaxirespondiógirandoelvolantetanviolentamentealaizquierdaqueClarysevio
arrojadacontraJace.Soltóunaullidodeenojo.—¿PorquétomamosBroadway,detodosmodos?—Memuerodehambre—dijoJace—.Ynohaynadaencasaexceptorestosdecomidachina.—
Sacóelmóvildesubolsilloyempezóamarcar—.¡Alec!¡Despierta!—gritó,yClaryoyóclaramenteunmurmulloirritadoalotrolado—.ReúneteconnosotrosenTaki's.Desayuno.Sí,yameoíste.Desayuno.¿Qué?Sóloestáaunaspocasmanzanasdedistancia.Muévete.
Cortólacomunicaciónymetióelteléfonoenunodesusinnumerablesbolsillosmientrassedeteníanjuntoaunbordillo.Mientrasentregabaalconductorunfajodebilletes,JaceempujóconelcodoaClaryparaquesalieradelcoche.Cuandoaterrizóenlaacerajuntoaellasedesperezócomoungatoyextendiólosbrazosaamboslados
—BienvenidaalmejorrestaurantedeNuevaYork.Noparecíagrancosa:unedificiobajodeladrilloquesecombabaenlapartecentralcomounsuflé
hundido.Undestartaladoletrerodeneón,queproclamabaelnombredelrestaurante,colgabalateralmenteychisporroteaba.Doshombresconabrigoslargosysombrerosdefieltroechadossobreelrostroestabanrepantigadosfrentealaestrechaentrada.Nohabíaventanas.
—Pareceunaprisión—dijoClary.—Pero—indicó él, apuntándole con un dedo—, ¿en prisión podrías pedir unos espaguetis fra
diavoloquehacenquetequieraschuparlosdedos?Nolocreo.—Noquieroespaguetis.QuierosaberquéesunMagnusbane.—Noesunqué.Esunquién—respondióJace—.Esunnombre.—¿Sabesquiénes?—Esunbrujo—contestóél en suvozmás razonable—.Sólounbrujopodríahabercolocadoun
bloqueoentumentecomoése.OquizáunodelosHermanosSilenciosos,peroestáclaroquenofueronellos.
—¿Esunbrujodelquehasoídohablar?—inquirióClary,queempezabaacansarserápidamentedelavozrazonabledeJace.
—Elnombresímesuenafamiliar...—¡Eh!EraAlec,conaspectodehabersaltadodelacamayhabersecolocadolosvaquerossobreelpijama.
Loscabellos,sinpeinar,leformabanunhalodesordenadoalrededordelacabeza.Corríaapasoslargoshaciaellos,conlosojospuestosenJace,haciendocasoomisodeClary,comodecostumbre.
—Izzyvienedecamino—anunció—.Traealmundano.—¿Simon?¿Dedóndehasalido?—preguntóJace.—Se presentó a primera hora de esta mañana. No podía permanecer alejado de Izzy, supongo.
Patético.—Alecsonódivertido,yClarydeseódarleunapatada—.Detodosmodos,¿entramosoque?Estoyhambriento.
—Yotambién—repusoJace—.Realmentepodríapedirmeunascolasderatónfritas.—Unas¿qué?—preguntóClary,seguradequehabíaoídomal.Jacelesonrióburlón.
—Tranquilízate—dijo—.Essólounrestaurantebarato.Lesdetuvoenlapuertadeaccesounodeloshombresrepantigados.Cuandoseirguió,Clarytuvo
unafugazvisióndesurostrobajoelsombrero.Teníalapieldecolorrojooscuro,ylasmanoscuadradas,acabadas en uñas de color azul negro. Clary sintió que se tensaba, pero Jace y Alec no parecieronpreocupados.Dijeronalgoalhombre,queasintióysehizoaunlado,dejándolospasar.
—Jace—siseóClarycuandolapuertasecerrabadetrásdeellos—,¿quiéneraése?—¿Te refieres a Clancy? —preguntó él, pasando la mirada por el restaurante, brillantemente
iluminado.El interior resultaba agradable, a pesar de la ausencia de ventanas. Acogedores reservados de
madera se acurrucaban unos junto a otros, cada uno cubierto con cojines de colores brillantes. Lozaencantadoramente desparejada se alineaba en el mostrador, tras el que había una joven rubia con undelantaldecamarera,rosayblanco,contandoágilmenteelcambioqueentregabaaunhombrefornidoenunacamisadefranela.VioaJace,lesaludóconlamanoeindicóquesesentarandondequisieran.
—Clancy mantiene fuera a los indeseables —indicó Jace, conduciendo a Clary a uno de losreservados.
—Esundemonio—siseóella.Varios clientes volvieron la cabeza para mirarla; un chico con puntiagudas rastas azules estaba
sentadojuntoaunahermosamuchachaindiadelargoscabellosnegrosydoradasalas,finascomogasa,brotándole de la espalda. Elmuchacho lamiró con cara de pocos amigos.Clary se alegró de que elrestauranteestuviesecasivacío.
—No,noloes—dijoJace,deslizándosealinteriordeunreservado.Claryfueasentarseasulado,peroAlecyaestabaallí,asíqueseinstalóconcuidadoenelasiento
situadofrenteaellos,conelbrazoentumecidoaúnapesardeloscuidadosdeJace.Sesentíahuecapordentro, como si los Hermanos Silenciosos hubieran introducido la mano en su interior y le hubieranextraídolasentrañas,dejándolaligeraymareada.
—Esunefrit—explicóJace—.Sonbrujossinmagia.Mediodemoniosquenopuedenusarhechizosporelmotivoquesea.
—Pobresbastardos—comentóAlec,tomandosumenú.Clarycogiótambiénelsuyo,yseloquedómirandoatónita.Saltamontesconmielfigurabacomoun
platoespecial,juntoaplatosdecarnecruda,pecescrudosenterosyalgollamadosandwichcalientedemurciélago.Unapáginade la seccióndebebidasestabadedicadaa lasdiferentesclasesde sangredebarrildequedisponían;congranalivioporpartedeClary,erandiferentesclasesdesangreanimal,enlugardetipoA,tipoO,otipoBnegativo.
—¿Quiénsecomeunpescadoenterocrudo?—preguntóenvozalta.—Loskelpies—dijoAlec—.Lasselkies.Talvezalgunaondinadetantoentanto.—No pidas nada de la comida de las hadas—indicó Jace, mirándola por encima del menú—.
Tiendeaenloquecerunpocoaloshumanos.TecomesunacirueladehadayalpocoratoestáscorriendodesnudaporlaavenidaMadisonconunacornamentaenlacabeza.Noesqueeso—seapresuróaañadir—mehayasucedidonuncaamí.
Aleclanzóunacarcajada.—Recuerdas...Empezóadecir,yseembarcóenunrelatoquecontenía tantosnombresmisteriososynombresde
pilaqueClarynisemolestóenintentarseguirlo.Envezdeeso,sededicóamiraraAlec,observándolomientrascharlabaconJace.Existíaunaenergíacinética,casifebril,enélquenohabíaestadoallíantes.AlgoenJace leavivaba,haciéndoledestacar.Si tuvieraquedibujarlos juntos, sedijo,haríaqueJaceaparecieraunpocoborroso,mientrasAlecsobresalía,biendefinido,conplanosyángulosnítidos.
JacemirabahaciaabajomientrasAlechablaba,sonriendoaúnydandogolpecitosasuvasodeagua
conunauña.Claryintuyóquepensabaenotrascosas,ysintióunrepentinoramalazodelastimaporAlec.Jacenodebíadeserunapersonafácildecuidar.«Mereíadevosotrosporquelasdeclaracionesdeamormedivierten,enespecialcuandonosoncorrespondidas.»
Jacealzólosojoscuandolacamarerapasó.—¿Nosvas a traer café algúndía?—protestó envoz alta, interrumpiendo aAlec enmitadde la
frase.Alecseapagó;suenergíasedesvaneció.—Yo...Claryalzólavozapresuradamente.—¿Paraquiénestodalacarnecruda?—preguntó,indicandolatercerapáginadelmenú.—Paraloshombreslobo—respondióJace—.Aunquenomeimportatomarunbistecsanguinolento
de vez en cuando.—Alargó el brazo por encima de lamesa y dio la vuelta almenú deClary—.Lacomidaparahumanosestáenlapartedeatrás.
Ella leyó detenidamente los platos totalmente corrientes del menú con una sensación deestupefacción.Todoaquelloerademasiado.
—¿Tienenbatidosaquí?—Hay un batido de albaricoque y ciruela con miel de milflores que es simplemente divino—
comentóIsabelle,quehabíaaparecidoconSimonasulado—.Córreteunpoco—indicóaClary,quesequedotanpegadaalaparedquesentíalosladrillosfríospresionándoleelbrazo.
Simon,deslizándoseenelasiento juntoaIsabelle, leofrecióunasonrisamedioavergonzada,queellanoledevolvió.
—Deberíastomaruno—finalizóIsabelle.Clarynoestabaseguradesi Isabelle lehablabaaellaoaSimondemodoquenodijonada.Los
cabellosdelamuchachalecosquillearonenelrostro,oliendoaalgúntipodeperfumedevainilla.Clarycontuvo el impulso de estornudar. Odiaba el perfume de vainilla, jamás había comprendido por quéalgunaschicassentíanlanecesidaddeolercomounpostre.
—¿Y qué tal fue en la Ciudad deHueso?—preguntó Isabelle abriendo rápidamente sumenú—.¿AveriguasteisloquehayenlacabezadeClary?
—Conseguimosunnombre—contestóJace—,Magnus...—Calla—siseóAlec,dandoungolpesecoaJaceconsumenúcerrado.Jaceparecióofendido.—¡Vaya!—Sefrotóelbrazo—.¿Quéesloquetepasa?—Estelugarestárepletodesubterráneos.Losabes.Creoquedeberíasintentarmantenerensecreto
losdetallesdenuestrainvestigación.—¿Investigación? —Isabelle rió—. ¿Ahora somos detectives? Tal vez deberíamos tener todos
nombresenclave.—Buenaidea—replicóJace—.YoseréelbarónHotschaftVonHugenstein.Alecescupióelaguadenuevoalinteriordelvaso.Enesemomentollególacamareraparatomarles
nota. Más de cerca, seguía siendo una guapa muchacha rubia, pero sus ojos eran desconcertantes...,totalmenteazules,sinblanconipupila.Sonriómostrandounosafiladosdientecitos.
—¿Sabéisloquevaisatomar?Jacesonriódeorejaaoreja.—Lodecostumbre—dijo,yrecibióunasonrisadelacamareraenrespuesta.—Yotambién—tercióAlec,aunqueélnorecibiólasonrisa.Isabellepidióunbatidodefruta,SimonpidiócaféyClary,trasunmomentodevacilación,eligióun
cafélargoytortasdecoco.Lacamareraleguiñóunojoazulysealejóconuncontoneo.—¿Esellaunefrittambién?—preguntóClary,observandocómosealejaba.—¿Kaelie?No.Esparteduende,creo—respondióJace.
—Tieneojosdeondina—indicóIsabelle,pensativa.—¿Realmentesabéisloquees?—preguntóSimon.Jacenegóconlacabeza.—Respetosuintimidad.—DiouncodazoaAlec—.Eh,déjamesalirunsegundo.Frunciendoelentrecejo,Alecseapartó.ClaryobservóaJacemientrasésteseacercabaagrandes
zancadasaKaelie,queestabaapoyadaenlabarra,hablandoconelcocineroatravésdelaventanillaquedabaalacocina.TodoloqueClarypodíaverdelcocineroeraunacabezainclinadaconungorroblancodechef.Altasorejaspeludassobresalíandelosagujerosabiertosaambosladosdelgorro.
KaelievolviólacabezaparasonreíraJace,quelarodeóconunbrazo.Lajovenseacurrucócontraél.ClarysepreguntósiaquelloeraloqueJacequeríadecirconrespetarsuintimidad.
Isabellealzólosojosaltecho.—Nodeberíaprovocaralascamarerasdeesemodo.Aleclamiró.—¿Nopensarásquelohaceenserio?Quelegusta,quierodecir.Suhermanaseencogiódehombros.—Esunasubterránea—replicó,comosiesoloexplicaratodo.—Nolocapto—dijoClary.Isabellelamirósinelmenorinterés.—Captas¿qué?—Todoestodelossubterráneos.Noloscazáis,porquenosonexactamentedemonios,peronoson
exactamentepersonas,tampoco.Losvampirosmatan,bebensangre...—Sólolosvampirosdelincuentesbebensangrehumanadegenteviva—interpusoAlec—.Yaésos,
senospermitematarlos.—Yloshombresloboson¿qué?¿Simplescachorrosdemasiadocreciditos?—Matandemonios—explicóIsabelle—.Demodoquesinonomolestananosotros,nosotrosnolos
molestamosaellos.«Comodejarviviralasarañasporquecomenmosquitos»,pensóClary.—Asíqueellossonlobastantebuenosparadejarlosvivir,lobastantebuenosparaqueospreparen
la comida, lo bastantebuenospara flirtear con ellos... ¿perono realmente lobastantebuenos?Quierodecir,notanbuenoscomolaspersonas.
IsabelleyAleclamiraroncomosiestuvierahablandoenurdu.—Diferentesdelaspersonas—dijoporfinAlec.—¿Mejoresquelosmundanos?—inquirióSimon.—No —declaró Isabelle con decisión—. Se puede convertir a un mundano en un cazador de
sombras. Quiero decir que nosotros provenimos de mundanos. Pero jamás se puede convertir a unsubterráneoenunmiembrodelaClave.Nosoportanlasrunas.
—Entonces,¿sondébiles?—preguntóClary.—Yonodiría eso—respondió Jace, deslizándosedenuevo en su asiento junto aAlec; tenía los
cabellos despeinados y había unamarca de pintalabios en sumejilla—.Almenos no con un peri, ungenio,unefrityDiossabequémásescuchando.
Sonrió ampliamente cuando Kaelie apareció y sirvió la comida. Clary contempló sus tortas conatención.Teníanunaspectofantástico:deuntostadodorado,yestabanempapadasdemiel.LesdiounmordiscomientrasKaeliesealejabatambaleándosesobresusaltostacones.
Erandeliciosas.—YatedijequeeraelmejorrestaurantedeManhattan—dijoJace,comiendopatatasfritasconlos
dedos.ElladirigióunaojeadaaSimon,queremovíasucafé,conlacabezagacha.
—Mmmm—indicóAlec,queteníalabocallena.—Bien—dijoJace,ymiróaClary—.Noesalgounilateral—Quizánosiemprenosgustenlossubterráneos,peroaellostampocolesgustamossiempre.Unos
cuantoscientosdeañosdelosAcuerdosnopuedenborrarmilañosdehostilidad.—EstoyseguradequeellanosabeloquesonlosAcuerdos,Jace—intervinoIsabellemetiéndosela
cucharaenlaboca.—Lociertoesquelosé—respondióClary.—Yono—dijoSimon.—Si,peroanadie le importa loquesepas.—Jaceexaminóunapatata fritaantesdemorderla—.
Disfrutoconlacompañíadealgunossubterráneosenciertosmomentosylugares.Perolociertoesquenosenosinvitaalasmismasfiestas.
—Espera.—Isabellesesentódeimprovisomuytiesa—.¿Cómohasdichoqueeraesenombre?—inquirió,volviéndosehaciaJace—.ElnombreenlacabezadeClary.
—No lo dije—respondió él—.Almenos, no acabé de decirlo. EsMagnus bane.—Dedicó unasonrisaburlonaaAlec—.Rimacon«coñazoexcesivamenteprudente».
Alec farfullóuna réplicamientras tomaba su café.Rimaba con algoque separecíamuchomás a«esquivotopodecristal».Clarysonrióinteriormente.
—Nopuedeser...,peroestoycasitotalmentesegura...Isabellerebuscóensumonederoysacóuntrozodepapelazuldoblado,queagitóentrelosdedos.—Miradesto.Alecalargólamanoparatomarelpapel,leechóunvistazoconunencogimientodehombros,yselo
pasóaJace.—Esunainvitaciónaunafiesta.EnalgúnlugardeBrooklyn—dijo—.OdioBrooklyn.—Noseastanesnob—lereprendióJace.Entonces,talycomohabíahechoIsabelle,sesentómuyerguidoylomirófijamente.—¿Dóndeconseguisteesto,Izzy.Ellaagitólamanocondisplicencia.—DeaquelkelpieenPandemónium.Dijoqueseríaimponente.Teníaunmontóndeellas.—¿Quées?—exigióClaryconimpaciencia—.¿Noslovaisamostraralresto,ono?Jacelediolavueltaparaquetodospudieranleerlo.Estabaimpresoenpapelfino,casipergamino,
con una letra delgada, elegante y de trazo alargado. Anunciaba una reunión en el humilde hogar deMagnuselMagníficoBrujo,yprometíaalosasistentes«unaextáticaveladadeplaceresmásalládeloqueunoeracapazdeimaginar».
—Magnus—dijoSimon—.¿MagnuscomoMagnusbane?—DudoqueexistanmuchosbrujosquesellamenMagnusenlazonametropolitanadeNuevaYork
—indicóJace.Alecmiróelpapelconunpestañeo.—¿Significaesoquetenemosqueiralafiesta?—inquiriósindirigirseanadieenconcreto.—Notenemosquehacernada—contestóJace,queestabaleyendolaletramenudadelainvitación
—.Perosegúnesto,MagnusbaneeselGranBrujodeBrooklyn.—MiróaClary—.Yo,pormiparte,sientounaciertacuriosidadsobrequéhaceelnombredelGranBrujodeBrooklyndentrodetucabeza.
Lafiestanoempezabahastamedianoche,asíquecontodoundíapordelante,JaceyAlecdesaparecieronenlahabitacióndelasarmas,eIsabelleySimonanunciaronsuintencióndeiradarunpaseoporCentralPark para que ella pudiera mostrarle los círculos de hadas. Simon preguntó a Clary si deseabaacompañarles,yella,sofocandounacóleraasesina,senegóalegandoagotamiento.
Noeraexactamenteunamentira;realmenteestabaagotada,sentíaelcuerpotodavíadebilitadopor
losefectossecundariosaúndevenenodeaquellacriaturaquelaatacóyelmadrugónquesehabíapegadoparahablarconlosHermanosSilenciosos.SetumbóensucamadelInstituto,dejandocaerloszapatosydeseandodormirse,peroelsueñonoacudía.Lacafeínaleburbujeabaenlasvenasigualgaseosa,ysumente estaba llena de imágenes que pasaban como una exhalación.No dejaba de ver el rostro de sumadremirándoladesdearriba,conexpresióndepánico.NodejabadeverlasEstrellasParlantes,deoírlasvocesdelosHermanosSilenciososensucabeza.¿Porquéteníaquehaberunbloqueoensumente?¿Porquélohabríapuestoallíunbrujopoderoso,yconquépropósito?Sepreguntóquérecuerdospodríahaberperdido,quéexperienciashabíatenidoqueahoranopodíarecordar.¿Oquizátodoloquepensabaquesírecordabaeraunamentira...?
Sesentóenlacama,incapazdesoportarladirecciónquetomabansuspensamientos.Descalza,salióalpasillosinhacerruidoyfuehacialabiblioteca.AlomejorHodgepodríaayudarla.
Pero la biblioteca estaba vacía. La luz de la tarde entraba oblicuamente a través de las cortinasdescorridas, proyectando barras doradas sobre el suelo. Sobre el escritorio descansaba el libro queHodgehabíaleídoenvozalta,conladesgastadatapadecueroreluciendo.Asulado,Hugodormíasobresupercha,conelpicometidobajoelala.
«Mimadreconocíaeselibro—pensóClary—.Lotocó,leyódeél.»Elansiadesosteneralgoqueeraunapartedelavidadesumadrefueunretortijónenlabocadel
estómago.Cruzórápidamentelahabitaciónyposólasmanossobreellibro.Teníauntactocálido,porelcueroexpuestoalaluzsolar.Alzólatapa.
Algodoblado resbaló de entre las páginas y revoloteóhasta el suelo a sus pies. Se inclinópararecogerlo,alisándoloaltiempoqueloabríasinpensar.
Eraunafotografíadeungrupodepersonasjóvenes,ningunamuchomayorquelamismaClary.Supoquesehabíatomadoalmenoshaciaveinteaños,nodebidoalaropaquevestían,que,comocasitodoelvestuario de un cazador de sombras, eran anodinas y negras, sino porque reconoció a su madre alinstante:Jocelyn,connomásdediecisieteodieciochoaños.Loscabelloslecaíanhastalamitaddelaespaldayteníaelrostrounpocomásredondeado,labarbillaylabocamenosdefinidas.
«Separeceamí»,pensóella,aturdida.Jocelyn rodeabaconelbrazoaunmuchachoqueClaryno reconoció.Sesobresaltó. Jamáshabía
pensadoenquesumadretuvieranadaqueverconnadiequenofuerasupadre,yaquejamáshabíatenidocitasniparecíainteresadaenloshombres.Noeracomolamayoríademadressolteras,quecirculabanporlasreunionesdelaasociaciónfemeninadepadresymaestrosenbuscadeposiblesdivorciados,olamadredeSimon,quesiemprerevisabasuperfilenlaWebdecontactosMeetic.Elchicoeraapuesto,concabellostanclarosqueparecíancasiblancos,yojosnegros.
—ÉseesValentine—dijounavozmuycercadeella—.Cuandoteníadiecisieteaños.Clarydiounsaltoatrásycasidejócaerlafoto.Hugolanzóungraznidosobresaltadoydescontento
antesdevolveraacomodarseenlapercha,conlasplumaserizadas.EraHodge,quelamirabaconojoscuriosos.—Lo siento mucho —se disculpó Clary, depositando la fotografía sobre el escritorio, y
retrocediendoapresuradamente—,noeramiintenciónhusmearensuscosas.—Nopasanada.Elhombretocólafotografíaconunamanocurtidayllenadecicatrices;unextrañocontrasteconel
aspectoinmaculadodelospuñosdesutrajedetweed.—Esunapartedetupasado,alfinyalcabo.Clary volvió a aproximarse lentamente al escritorio como si la foto ejerciera una atracción
magnética.ElmuchachodecabellosblancossonreíaaJocelyn,ysusojosformabanesasarruguitasqueseformanenlosojosdeloschicoscuandorealmentelesgustas.Nadie,sedijoClary,lahabíamiradonuncadeaquelmodo.Valentine,consurostrofríodefaccionesdelicadas,noseparecíaabsolutamenteen
nadaasupadre,consusonrisafrancaylosbrillantescabellosqueellahabíaheredado.—Valentinetieneunaspecto...comodebuenapersona.—Buenapersonanoloera—repusoHodgeconunasonrisacrispada—peroencantador,listoymuy
persuasivo.¿Reconocesaalguienmás?Ellavolvióamirar.DepiedetrásdeValentine,unpocoalaizquierda,habíaunmuchachodelgado
conunamatadepelocastañoclaro.Mostrabalasespaldasanchasymuñecasdesgarbadasdequiennohaalcanzadoaúnsualturadefinitiva.
—¿Esusted?Hodgeasintió.—¿Y...?Ellatuvoquemirardosvecesantesdeidentificaraalguienmás:estabatanjovenqueresultabacasi
irreconocible.Alfinal, lasgafasledelataron,ademásdelosojosquehabíadetrásdeellas,azulclarocomoelaguadelmar.
—Luke—dijo.—Lucian.Yaquí.Inclinándosesobrelafoto,Hodgeseñalóunaparejadeelegantesadolescentes,losdosdecabellos
oscuros,lamuchachamediacabezamásaltaqueelchico.Lasfaccionesdeellaeranafiladasyrapaces,casicrueles.
—LosLightwood—indicóél—.Yaquí—señalóaunmuchachomuyapuestoderizadoscabellososcuros,conelrostrodemandíbulacuadradaruborizado—estáMichaelWayland.
—NoseparecenadaaJace.—Jacesepareceasumadre.—¿Esesto,comosidijéramos,unafotoescolar?—preguntóClary.—Noexactamente.EstoesunafotografíadelCírculo,tomadaeldíaenqueseformó.Esporesoque
Valentine,ellíder,aparecedelante,yLukeestáasuderecha;éleraelsegundodeValentine.Clarydesviólamirada.—Todavíanocomprendoporquémimadreseuniríaaalgocomoeso.—Debescomprenderque...—Nohacemásquedecirmeeso—replicóellaenfadada—.Noveoporquédebocomprendernada.
Cuéntemelaverdad,yyoobienlocomprenderéonoloharé.LascomisurasdelabocadeHodgesecrisparon.—Loquetúdigas.Hizo una pausa para alargar unamano y acariciar aHugo, que paseaba ufano por el borde del
escritorio,dándoseimportancia.—LosAcuerdosnuncahantenidoelapoyodetodalaClave.Sobretodolasfamiliasmásvenerables
seaferranalosviejostiempos,enlosquealossubterráneoshabíaquematarlos.Nosóloporodiosinoporqueloshacíasentirsemásasalvo.Esmásfácilenfrentarseaunaamenazavistacomounamasa,ungrupo,nocomoindividuosquehayqueevaluarunoauno...,ylamayoríadenosotrosconocíaaalguienque había sido herido o asesinado por un subterráneo.No existe nada—añadió— que se parezca alabsolutismomoral de los jóvenes. Es fácil, siendo un niño, creer en el bien y elmal, en la luz y laoscuridad.Valentinejamásperdióeso;nitampocosuidealismodestructivonisuapasionadaaversiónacualquiercosaqueconsiderara«nohumana».
—Peroamabaamimadre—dijoClary.—Sí—respondióHodge—,amabaatumadre.YamabaIdris...—¿QuéhabíadetanfantásticoenIdris?—preguntóella,notandolaasperezadesupropiavoz.—Era—empezóél,ysecorrigió—,es,elhogar...,paralosnefilim,dondepuedenserellosmismos,
unlugardondenohaynecesidaddeocultarsenidedisfrazarlascosasconunencantamientooglamour.
UnlugarbendecidoporelÁngel.NohasvistonuncaunaciudadhastaquehayasvistoAlacante,ladelastorresdecristal.Esmáshermosadeloquepuedesimaginar.—Habíaundolordescarnadoensuvoz.
Derepente,Clarypensóensusueño.—¿Huboalgunavez...bailesenlaCiudaddeCristal?Hodgelamirópestañeandocomosidespertaradeunsueño.—Todaslassemanas.Yonuncaasistí,perotumadresílohizo.YValentine—Rióentredientesen
vozbaja—.Yoeramásbienunestudioso.PasabalosdíasenlabibliotecadeAlacante.Loslibrosquehayaquísonsólounamínimapartedelostesorosqueéstacontiene.PensabaquequizápudieraunirmealaHermandadalgúndía,perotrasloquehice,porsupuesto,nomequisieron.
—Losiento—atinósóloadecirClary.Sumenteseguíaocupadaconelrecuerdodesusueño.«Habíaunafuenteconunasirenadondebailaban?¿IbaValentinevestidodeblanco,demodoquemi
madrepudieraverlasMarcasensupielinclusoatravésdelacamisa?»—¿Puedoquedarmeesto?—preguntó,indicandolafotografía.UnamomentáneavacilaciónaparecióenelrostrodeHodge.—Preferiría queno se lamostrases a Jace—dijo—.Ya tienebastante con loque lidiar, sinque
aparezcanfotosdesudifuntopadre.—Desdeluego.—Clarylaapretócontrasupecho—.Gracias.—De nada. —Él la miró con curiosidad—. ¿Viniste a la biblioteca a verme, o por algún otro
motivo?—MepreguntabasihabríarecibidonoticiasdelaClave.SobrelaCopa.Y...mimadre.—Recibíunacortarespuestaestamañana.Claryfueconscientedelaansiedaddesupropiavoz.—¿Hanenviadoagente?¿Cazadoresdesombras?Hodgeapartólamiradadeella.—Sí.—¿Porquénoestánaquí?—preguntóella.—Existe cierta inquietud de queValentine pueda estar vigilando el Instituto.Cuantomenos sepa,
mejor.—Hodgevio laexpresióndesdichadadeClary,y suspiró—.Losiento,peronopuedocontartemás,Clarissa. LaClave no confía demasiado enmí, ni siquiera ahora.Me contaronmuy poco.Ojalápudieraayudarte.
HabíaalgoenlatristezadesuvozquehizoqueClarysesintierareaciaapresionarleenbuscademásinformación.
—Puedehacerlo—dijo—.Noconsigodormir.Piensodemasiado.Podría...—Ah,lamenteintranquila.—LavozdeHodgeestaballenadeconmiseración—.Puedodartealgo
paraeso.Aguardaaquí.
LapociónqueHodgeledioolíaagradablementeaenebroyotrashierbas.Clarynoparabadeabrirelvial y olerlo en su caminode regresopor el pasillo.Por desgracia seguía abierto cuando entró en sudormitorioyencontróaJacetumbadosobrelacama,mirandosucuadernodebocetos.Conungrititodeestupefacción,dejócaerelvial;ésterebotóporelsuelo,derramandounlíquidoverdepálidosobrelamadera.
—¡Vaya!—exclamóJace, incorporándoseydejandoelcuaderno—,esperoqueesonofueranadaimportante.
—Era una poción para dormir—respondió ella enfurecida, dando un golpecito al frasco con lapuntadeunazapatilladedeporte—.Ahorayano.
—SialmenosSimonestuvieraaquí...Probablementetedormiríaconsuaburridacharla.
Clary no estaba de humor para defender aSimon.Envez de eso se sentó en la camay cogió sucuadernodebocetos.
—Noacostumbroadejarquelagentemireesto.—¿Porquéno?—Jaceestabadespeinado, comosihubieseestadodurmiendo—.Eresunaartista
muybuena.Avecesinclusoexcelente.—Bueno,porque...escomoundiario.Exceptoquenopiensoenpalabras,piensoenimágenes,de
modoquesontododibujos.Perosiguesiendoalgoprivado.—Sepreguntósisonabatanchifladacomosospechaba.
Jacepareciósentirseherido.—¿Undiariosindibujosmíosenél?¿Dóndeestánlastórridasfantasías?¿Lascubiertasdenovelas
románticas?El...—¿Realmentetodaslaschicasqueconocesseenamorandeti?—preguntóellaenvozbaja.Esapreguntaparecióbajarleloshumos,comounalfilerpinchandounglobo.—Noesamor—contestóél,trasunapausa—.Almenos...—Podríasintentarnosertanencantadortodoeltiempo—indicóClary—Seríaunalivioparatodos.Jacebajó losojoshacia lasmanos.Separecíanyaa lasmanosdeHodge,cubiertasdediminutas
cicatricesblancas,aunquelapielerajovenysinarrugas.—Si estás realmente cansada, podría hacerte dormir —propuso él—. Contarte un cuento para
dormir.—¿Hablasenserio?—inquirióella,mirándole.—Siemprehabloenserio.Clarysepreguntósiestarcansadosnoleshabíaenloquecidounpocoaambos.PeroJacenoparecía
cansado.Parecía casi triste.Clarydejó el cuadernodedibujo sobre lamesilla de noche, y se tumbó,enroscándosedeladosobrelaalmohada.
—Deacuerdo.—Cierralosojos.Ellaloscerró.Podíaverlaimagenresidualdelaluzdelalámparareflejadaenelinteriordelos
párpados,igualquediminutasestrellasestallando.—Habíaunavezunniño—comenzóJace.Claryleinterrumpióinmediatamente.—¿Unniñocazadordesombras?—Porsupuesto.—Porunmomento,unsombríotonodivertidocoloreósuvoz;luegodesapareció—.
Cuando el niño tenía seis años, su padre le dio un halcón para que lo adiestrara. Los halcones sonrapaces...quematanpájaros,ledijosupadre,sonloscazadoresdesombrasdelcielo.
»Alhalcónnolegustabaelniño,yalniñotampocolegustabaél.Supicoafiladoloponíanervioso,ysusojosbrillantessiempreparecíanestarlevigilando.Elaveleatacabaconelpicoylasgarrascadavezqueseacercabaaél.Durantesemanas,nodejarondesangrarle lasmuñecasy lasmanos.Élnolosabía,perosupadrehabíaseleccionadounhalcónquehabíavividosalvajedurantemásdeunañoyporlo tantoeracasi imposiblededomesticar.Peroelniño lo intentó,porquesupadre lehabíadichoquehicieraqueelhalcónleobedeciera,yélqueríacomplacerasupadre.
»Permanecía junto al ave constantemente, hablándole para mantenerla despierta e inclusoponiéndolemúsica,porquesesuponíaqueunaavecansadaesmásfácildedomar.Aprendióamanejarelequipo:laspihuelas,elcapuchón,lacaperuza,lalonja,lacorreaquesujetabaelhalcónasumuñeca.Sesuponía que debíamantener ciego al halcón, pero no tenía valor para hacerlo; en vez de eso intentósentarsedondeelpájaropudieraverlomientrasletocabayleacariciabalasalas,deseandocontodassusfuerzasqueaprendieraaconfiarenél.Ledabadecomerconlamano,yalprincipioelhalcónsenegóacomer.Mástardecomiócontantaferocidadqueelpicohirióalniñoenlapalmadelamano.Peroelniño
estabacontento,porqueeraunprogreso,yporquequeríaqueelpájaroleconociese, inclusoaunqueelaveledejarasinsangreparaconseguirlo.
»Empezóaverqueelhalcónerahermoso,quesusalasdelgadasestabanpensadasparalavelocidadenelvuelo,queerafuerteyrápido,ferozydelicado.Cuandodescendíahaciaelsuelo,semovíacomolaluz.Cuandoaprendióadescribiruncírculoyposárseleenlamuñeca,élcasigritódejúbilo.Aveceselavesaltabaasuhombroyponíaelpicoensuscabellos.Sabíaquesuhalcónlequería,ycuandoestuvosegurodequenosóloestabadomesticadosinoperfectamentedomesticado,fueasupadreylemostróloquehabíahecho,esperandoquesesentiríaorgulloso.
»Peroenvezdeeso,supadretomóalave,ahoradomesticadayconfiada,ensusmanosylerompióelcuello.Tedijequehicierasquefueraobediente—ledijosupadre,ydejócaerelcuerposinvidadelhalcón al suelo— Pero tú le has enseñado a quererte. Los halcones no existen para ser mascotascariñosas:sonferocesysalvajes,despiadadosycrueles.Estepájaronoestabadomado;habíaperdidosuidentidad.
»Mástarde,cuandosupadreledejó,elniñollorósobresumascotahastaquefinalmenteelpadreenvióauncriadoparaquesellevaraelcuerpodelaveyloenterrara.Elniñonovolvióallorar,ynuncaolvidóloquehabíaaprendido:queamaresdestruir,yqueseramadoesserdestruido.
Clary, quehabíapermanecido tumbada sinmoverse, sin apenas respirar, rodó sobre la espaldayabriólosojos.
—Esunahistoriahorrible—exclamó,indignada.Jaceteníalaspiernasdobladashaciaarriba,conlabarbillasobrelasrodillas.—¿Loes?—inquiriómeditabundo.—El padre del niño es un ser horrible.Es una historia sobremaltrato infantil.Debería de haber
previstoqueseríaalgoasí loque loscazadoresdesombrasconsideranqueesuncuentoparadormir.Cualquiercosaqueteproporcionepesadillasaterradoras...
—AveceslasMarcaspuedenproporcionartepesadillasaterradoras—dijoJace—.Sitelashacencuandoeresdemasiadojoven.
Lamirópensativo.Laluzdemediatardepenetrabaatravésdelascortinasyconvertíaelrostrodeljovenenunestudiodecontrastes.
«Claroscuro»,pensóella.Elartedelassombrasylaluz.—Esunabuenahistoriasilopiensasbien—repusoél—.Elpadredelniñosólointentahacerlemás
fuerte.Inflexible.—Perosedebeaprenderacederunpoco—indicóClaryconunbostezo;apesardelcontenidodel
relato,lacadenciadelavozdeJacelahabíaadormilado—.Oseterompeelcorazón.—Nosiereslobastantefuerte—replicóJaceconfirmeza.Alargó la mano, y ella sintió que le acariciaba la mejilla con el dorso; comprendió que se le
cerrabanlosojos.Elagotamientoleconvirtióenlíquidosloshuesos;sintiócomosifueraaserarrastradalejosydesaparecer.Mientrassesumíaenelsueño,oyóelecodeunaspalabrasensumente.«Medabacualquiercosaquedeseara.Caballos,armas,libros,inclusounhalcóndecaza.»
—Jace—intentódecir.Peroelsueñolateníaensusgarras;laarrastróhaciaabajo,yellasequedóensilencio.
Ladespertóunavozapremiante.—¡Levántate!Clary abrió los ojos despacio. Parecían pegajosos, enganchados. Algo le hacía cosquillas en el
rostro.Eraelcabellodealguien.Seincorporórápidamente,ysucabezachocóconalgoduro.—¡Ay!¡Mehasgolpeadoenlacabeza!Eraunavozdechica.Isabelle.ÉstaencendiólaluzsituadajuntoalacamaycontemplóaClarycon
resentimientomientras se frotaba el cuero cabelludo. Parecía refulgir a la luz de la lámpara; llevabapuestosunafaldalargaplateadayuntopdelentejuelas,ylasuñasestabanpintadasigualquemonedasrelucientes.Ristrasdecuentasplateadasestabansujetasasuscabellososcuros.Parecíaunadiosadelaluna.Clarylaodió.
—Bueno,nadietedijoqueteinclinarassobremídeesemodo.Prácticamentemedisteunsustodemuerte.—Clarysefrotósupropiacabeza;habíaunpuntodoloridojustoporencimadelaceja—¿Quéquieres,detodosmodos?
Isabelleindicóelcielooscurodelexterior.—Escasimedianoche.Tenemosqueiralafiesta,ytúnisiquieraestásvestidaaún.—Meibaaponeresto—respondióClary,señalandosuconjuntodevaquerosycamiseta—.¿Algún
problema?—¿Algúnproblema?—Isabelleparecióestarapuntodedemayarse—¡Claroqueesunproblema!
Ningún subterráneo llevaría esas ropas. Y es una fiesta. No pegarías ni con cola si te vistesinformalmente—terminó,dandolaimpresióndequelapalabraquehabíaqueridousareramuchopeorque«informalmente».
—Nosabíaqueteníamosqueponernoselegantes—repusoClaryentonoagrio—.Notengoropadefiestaaquí.
—Puestendrásqueusarlamía.—No—Clary pensó en los vaqueros y la camiseta excesivamente grandes—. Quiero decir, no
podría.Deveras.LasonrisadeIsabellefuetanrutilantecomosusuñas.—Insisto.
—Realmente preferiría llevar mi propia ropa—protestó Clary, contorsionándose incómoda mientrasIsabellelasituabafrentealespejodecuerpoenterodesudormitorio.
—Bueno,nopuedes—replicóIsabelle—.Parecequetengasochoaños,yloqueespeor,parecesunamundana.
Claryapretólabocaconrebeldía.—Ningunadetusprendasmevaairbien.—Yaloveremos.ClaryobservóaIsabelleporelespejomientraséstarevolvíaensuarmario.Parecíacomosiuna
bola de discoteca hubiese estallado en el interior de aquella habitación. Las paredes eran negras yrelucían con volutas de pintura dorada. Había ropa esparcida por todas partes: en la arrugada camanegra,colgadadelosrespaldosdelassillasdemadera,derramándosefueradelarmarioempotradoydelaltoroperoapoyadocontraunapared.Eltocador,conelespejobordeadoporunapielrosaadornadaconlentejuelas,estabacubiertodepurpurina,lentejuelasytarrosdecoloreteypolvos.
—Bonita habitación—dijoClary, pensando con nostalgia en las paredes naranja que tenía en suhogar.
—Gracias.Lapintéyomisma.Isabelleemergiódelarmarioempotrado,sosteniendoalgonegroyceñidoquearrojóaClary.Clarysostuvolapiezaenalto,dejandoquesedesdoblara—Pareceterriblementepequeño.—Eselástico—dijoIsabelle—.Ahorapóntelo.Claryseretiróapresuradamentealpequeñocuartodebaño,queestabapintadodeunazulintenso.
Seembutióelvestidopasándoloporlacabeza:eraajustado,conunostirantesfinísimos.Intentandonoinhalar muy profundamente, regresó al dormitorio, donde Isabelle estaba sentada sobre la cama,colocándoseunosanillosenjoyadosenlosdedosdesuspiescalzadosconsandalias.
—Tienestantasuertedetenerelpechoplano—comentóIsabelle—.Yojamáshepodidoponermeesosinunsujetador.
Claryhizounamueca.—Esdemasiadocorto.—Noescorto.Esmagnífico—afirmóIsabelle,hurgandoconlapuntadelpiebajolacamahastaque
consiguió sacarunpardebotasyunasmediasdemallanegras—.Toma,puedes llevar éstas coneso.Haránqueparezcasmásalta.
—Vale,porquetengoelpechoplanoysoyunaenana.Clary tiró hacia abajo del dobladillo del vestido, que le llegaba justo a la parte superior de los
muslos. Ella casi nunca llevaba faldas ymuchomenosminifaldas, demodo que verse tanta pierna leresultabaalarmante.
—Si esto me queda corto a mí, ¿cómo de corto te debe quedar a ti?—reflexionó en voz altadirigiéndoseaIsabelle.
Lajovensonrióburlona.—Yolollevocomocamiseta.Clarysedejócaersobrelacama,ysepusolasmediasylasbotas.Elcalzadolequedabaunpoco
holgadoenlaspantorrillas,peronoleresbalabahastalospies.Lasacordonóhastaarribaysepusoenpiemirándoseenelespejo.Tuvoqueadmitirquelacombinacióndelvestidonegrocorto,lamediasdemallaylasbotasaltasresultabamuyllamativa.Loúnicoqueloestropeabaera...
—Tucabello—dijoIsabelle—.Necesitaunarreglo.Desesperadamente.Siéntate.Señalóimperiosamenteeltocador.Clarysesentó,ybizqueóconfuerzamientrasIsabelleledeshacía
las trenzas, sin demasiadosmiramientos, le cepillaba el pelo e introducía lo que parecían horquillas.Claryabriólosojosjustocuandounaborladeempolvarledabaenelrostro,soltandounaespesanubedepurpurina.ClarytosióydirigióunaferozmiradaacusadoraaIsabelle.
Laotrajovenseechóareír.—Nomemiresamí.Mírateati.Clary echó una ojeada al espejo y vio que Isabelle le había recogido el cabello en un elegante
remolino en lo alto de la cabeza, sujetándolos con horquillas centelleantes. Aquello recordórepentinamenteaClarysusueño,lospesadoscabellosqueleinclinabanlacabeza,elbaileconSimon...Seremovióincómoda.
—Notelevantestodavía—indicóIsabelle—.Nohemosacabadoaún.—Agarróundelineadordeojos—.Abrelosojos.
Claryabriólosojosdeparenpar,loquelesirvióparanoecharseallorar.—Isabelle,¿puedopreguntartealgo?—Claro—respondióella,empuñandoeldelineadorconmanoexperta.—¿Alecesgay?Lamuñeca de Isabelle dio una sacudida. El delineador resbaló, dibujando una larga línea negra
desdeelrabillodelojodeClaryhastaelnacimientodelpelo.—Demonios—dijoésta,bajandoellápiz.—Nopasanada—empezóadecirClary,alzandolamanohaciaelojo.—Sí,sípasa.Isabelleparecíaalbordedelaslágrimasmientrasbuscabaentrelosmontonesdecachivachesdela
partesuperiordeltocador.Finalmentelocalizóunaboladealgodón,queentregóaClary.—Toma.Usaesto.Sesentóenelbordedelacama,conlaspulserasdetobillotintineando,ymiróaClaryporentresus
cabellos.—¿Cómolohasadivinado?—preguntóporfin.
—¿Yo...?—Nopuedescontárseloanadie—dijoIsabelle.—¿NisiquieraaJace?—¡EspecialmenteaJaceno!—Deacuerdo.—Clarypercibiólarigidezdesupropiavoz—.Supongoquenomedicuentadeque
eraalgotangordo.—Loseríaparamispadres—repusoIsabelleenvozbaja—.Lerepudiaríanyloarrojaríanfuerade
laClave...—¿Qué,nopuedesserhomosexualyseruncazadordesombras?—Noexisteunanormaoficialalrespecto.Peroalagentenolegusta.Quierodecir,sucedemenos
conlagentedenuestraedad...,creo—añadió,nomuysegura,yClaryrecordólaspocasotraspersonasdesuedadqueIsabellehabíaconocidorealmente—.Peronoconlasgeneracionesmayores.Sisucede,nohablassobreello.
—Vaya—dijoClary,deseandonohaberlomencionadonunca.—Amoamihermano—siguióIsabelle—.Haríacualquiercosaporél.Peronohaynadaquepueda
hacer.—Almenostetieneati—repusoClaryconciertaincomodidad,mientraspensabaporunmomento
enJace,queconsiderabaelamorcomoalgoquetehacíapedazos—.¿RealmentecreesqueaJacele...importaría?
—Nolosé—respondióIsabelle,enuntonoqueindicabaqueyahabía tenidosuficientedeaqueltema—.Peronosoyyoquiendebedecidirlo.
—Imaginoqueno—repusoClary.SeinclinóhaciaelespejoyusóelalgodónqueIsabellelehabíadadoparaeliminarelexcesode
maquillaje de ojos. Cuando se recostó hacia atrás estuvo a punto de soltar el algodón debido a lasorpresa.¿QuélehabíahechoIsabelle?Suspómulosaparecíanmarcadosyangulosos,losojoshundidos,misteriososydeunverdeluminoso.
—Meparezcoamimadre—exclamó,sorprendida.Isabelleenarcólascejas.—¿Qué?¿Demasiadomayor?Talvezunpocomásdepurpurina...—Máspurpurinano—seapresuróaresponderClary—.No,estábien.Megusta.—Estupendo.—Isabellesaltódelacama,conlaspulserasdetobillotintineando—.Enmarcha.—Tengo que pasar por mi habitación y coger algo —indicó Clary, levantándose—. Además...
¿necesitoalgúnarma?¿Lanecesitastú?—Llevounmontón.—Isabellesonrió,alzandolospiesdemodoquelaspulserastintinearoncomo
campanillas navideñas—. Éstas, por ejemplo. La izquierda es de oro, que es venenoso para losdemonios,yladerechaesdehierrobendecido,porsimetropiezoconalgúnvampiropocoamistosooinclusohadas...,lashadasodianelhierro.Ambastienenrunasdepodergrabadas,asíquepuedoasestarunapatadatremenda.
—Cazadedemoniosymoda—comentóClary—.Jamáshubierapensadoquesepudierancombinarambascosas.
Isabellelanzóunasonoracarcajada.—Haymuchascosasquetesorprenderían.
Loschicoslasaguardabanenlaentrada.Ibanvestidosdenegro,inclusoSimon,conunpardepantalonesligeramente grandes y su propia camiseta puesta del revés para ocultar el logotipo de labanda.PermanecíaincómodamenteaunladomientrasJaceyAlecestabanrepantigadosjuntoscontralapared, con expresión aburrida. Simon alzó a vista justo cuando Isabelle atravesómajestuosamente la
entradaconellátigodeoroenroscadoenlamuñecaylaspulserasdelostobillosrepiqueteandocomocampanillas.Claryesperóqueelchicosequedarapasmado,porqueIsabellerealmenteestabaasombrosperosusojossedeslizaronmásalládeellahastaClary,dondesedetuvieronconexpresiónestupefacta.
—¿Quéeseso?—inquirió,irguiéndose—.Esoquellevas,quierodecir.Clarybajólosojosparamirarse.Sehabíaechadounachaquetafinaporencimaparanosentirsetan
desnudayhabíacogidolamochiladelahabitación.Lallevabacolgadasobreloshombros,parasentirsusfamiliaresgolpecitosentre losomóplatos.PeroSimonnomiraba lamochila; lemiraba laspiernascomosinoselashubieravistonuncaantes.
—Esunvestido,Simon—respondióellaentonoseco—.Yaséquenolosllevoamenudo,perolaverdad...
—Estancorto—repusoél,confuso.Inclusomediovestidodecazadordedemonios,sedijoClary,Simonparecíalaclasedechicoque
iríaarecogerteacasaparasaliryseríaeducadocontuspadresysimpáticocontusmascotas.Jace, por otra parte, parecía la clase de chico que pasaría por tu casa y la quemaría hasta los
cimientospordiversión.—Megustaelvestido—dijoéste,desenganchándosedelapared.Susojoslarecorrierondearriba
abajoperezosamente,comolasgarrasacariciadorasdeungato—.Peronecesitaalgoextra.—¿Asíqueahoraeresunexpertoenmoda?—replicóClary.Suvozbrotó irregular; él estabadepiemuycercadeella, lobastante cercacomopara sentir su
calidezyolereltenuearomaaquemadodeMarcasreciénaplicadas.Jacesesacóalgodelachaquetayseloentregó.Eraunadagalargayfinaenunafundadecuero.En
laempuñaduradeladagahabíaincrustadaunaúnicapiedrarojatalladaconlaformadeunarosa.Ellanegóconlacabeza.—Nisiquierasabríacómousareso...Élselapusoenlamanoylehizocurvarlosdedosasualrededor.—Aprenderás.—Bajólavoz—.Lollevasenlasangre.Ellaapartólamanolentamente.—Deacuerdo.—Podríadarteunafundademusloparaguardarla—ofrecióIsabelle—Tengotoneladas.—Nihablar—soltóSimon.Clarylelanzóunamiradairritada.—Gracias,peronosoyrealmentelaclasedechicaquellevauncuchilloenelmuslo—declaróy
metióladagaenelbolsilloexteriordelamochila.AlzólamiradadespuésdecerrarloyseencontróconJacequelaobservabaconojosentrecerrados.—Yunaúltimacosa—dijoél.Alargólamanoyleretirólascentelleanteshorquillasdeloscabellos,demodoqueestoslecayeron
encálidosygruesosrizosporelcuello.Lasensaciónde loscabelloshaciéndolecosquillasen lapieldesnudaleresultódesconocidaycuriosamenteagradable.
—Mucho mejor —dijo Jace, y esa vez a ella le pareció que tal vez su voz sonaba tambiénligeramenteirregular.
12Lafiestadelhombremuerto
Las indicaciones de la invitación los condujeron a un vecindario industrial deBrooklyn, cuyas callesestaban bordeadas de fábricas y almacenes.Algunos,Clary pudo advertir, habían sido convertidos enlofts y galerías de arte, pero aún había algo intimidatorio en sus imponentes formas cuadradas, quemostrabansólounaspocasventanascubiertasderejasdehierro.
Se encaminaronhacia allí desde la estacióndemetro, con Isabellenavegandoconel sensor, queparecíadisponerdeunaespeciedesistemacartográficoincorporado.Simon,queadorabaloschismes,estabafascinado...,oalmenosfingíaqueeraelsensorloquelefascinaba.Conlaesperanzadeevitarlos,Clary se rezagó cuando cruzaron un parque cubierto de maleza, cuyo césped mal cuidado estabarequemado por el calor del verano. A su derecha, las agujas de una iglesia relucían grises y negrasrecortadasenuncielonocturnosinestrellas.
—Notequedesatrás—dijounavozirritadaensuoreja;eraJace,quesehabíarezagadoparaandarjunto a ella—, no quiero tener que estarmirando todo el rato atrás para asegurarme de que no te hasucedidonada.
—Puesentoncesnolohagas.—Laúltimavezquetedejésola,undemonioteatacó—indicóél.—Bueno, desde luego odiaría interrumpir vuestro agradable paseo nocturno con mi muerte
repentina.Élpestañeó.—Existeunafinalíneaentreelsarcasmoylafrancahostilidad,yparecequelahascruzado.¿Qué
sucede?—Estamañana—replicóella,mordiéndoseellabio—,unostiposextrañosyrepulsivoshanestado
hurgandoenmicerebro.Ahoravoyaconoceraltipoextrañoyrepulsivoqueoriginalmentehurgóenmicerebro.¿Quésucedesinomegustaloqueélencuentre?
—¿Quétehacecreerquenotegustará?Claryseapartóloscabellosdesupielpegajosa.—Odiocuandorespondesaunapreguntaconotrapregunta.—Mentira,tepareceencantador.Detodosmodos,¿nopreferiríasconocerlaverdad?—No,quierodecir,talvez.Nolosé.—Suspiró—.¿Querríastú?—¡Éstaeslacallecorrecta!—gritóIsabelle,uncuartodemanzanapordelantedeellos.Estaban en una avenida estrecha bordeada de viejos almacenes, aunque la mayoría mostraban
señales de estar habitados: jardineras llenas de flores, cortinas de encaje ondeando en la bochornosabrisanocturna,cubosdebasuradeplásticonumeradosyapiladosenlaacera.Claryentrecerróconfuerzalosojos,peronohabíamododesabersisetratabadelacallequehabíavistoenlaCiudaddeHueso...,ensuvisiónhabíaestadocasidesdibujadaporlanieve.
NotóquelosdedosdeJacelerozabanelhombro.—Rotundamente.Siempre—murmuróél.Clarylemiródesoslayo,sincomprender.—¿Qué?—Laverdad—contestóJace—.Querría...—¡Jace!EraAlec.Estabadepieenlaacera,nomuylejos;Clarysepreguntóporquésuvozhabíasonadotan
fuerte.
Jacevolviólacabeza,retirándolelamanodelhombro.—¿Sí?—¿Creesqueestamosenellugarcorrecto?AlecseñalabaalgoqueClarynopodíaver;estabaocultotraslamoledeunenormecochenegro.—¿Quéeseso?Jace se reunió conAlec;Clary le oyó reír. Rodeando el coche, lamuchacha vio qué era lo que
miraban: varias motocicletas, elegantes y plateadas, con un bastidor bajo negro. Tubos de aspectooleaginoso culebreaban ascendiendo y rodeando los vehículos, hinchados como venas. Las motosofrecíanunanauseabundasensacióndeseralgoorgánico,comolasbiocriaturasenuncuadrodeGiger.
—Vampiros—dijoJace.—Amímeparecenmotocicletas—indicóSimon,uniéndoseaellosconIsabelleasulado.Lamuchachamirólasmotosconelentrecejofruncido.—Lo son, pero las han alterado para que funcionen con energía demoníaca —explicó—. Los
vampiroslasutilizan...,lespermitenmoverseconrapidezdenoche.NoesestrictamenteAlianza,pero...—Heoídodecirquealgunasde lasmotospuedenvolar—comentóAlecconentusiasmo; sonaba
como Simon con un nuevo videojuego—. O volverse invisibles con sólo pulsar un interruptor. Ofuncionarbajoelagua.
Jacehabíabajadodelbordilloysededicabaadarvueltasalrededordelasmotos,examinándolas.Alargó una mano y acarició una de las motos a lo largo del elegante armazón. Tenía unas palabraspintadasalolargodelcostado:NOXINVICTUS.
—Nochevictoriosa—tradujo.Aleclemirabadeunmodoextraño.—¿Quéhaces?AClaryleparecióverqueJacevolvíaameterlamanoenelinteriordesuchaqueta.—Nada.—Bien, démonos prisa —indicó Isabelle—. No me he arreglado para contemplar cómo os
entretenéisenlacunetaconunmontóndemotocicletas.—Sonbonitas—repusoJace,volviendoasubiralaacera—.Tienesqueadmitirlo.—Tambiényo—replicóIsabelle,quenoparecíainclinadaaadmitirnada—.Ahoradémonosprisa.JacemirabaaClary.—Esteedificio—dijo,señalandoelalmacéndeladrillorojo—.¿Esésteelqueviste?Claryexhalóprofundamente.—Esocreo—respondióconairevacilante—.Todosseparecen.—Hayunmododeaveriguarlo—anuncióIsabelle,ascendiendolospeldañosconpasodecidido.El resto la siguió,amontonándoseunossobreotrosen laapestosaentrada.Unabombilladesnuda
colgabadeuncordónsobresuscabezas,iluminandounaenormepuertarevestidademetalyunahileradetimbresdeapartamentosenlaparedizquierda.Sólounoteníaunnombreescritoencima:BANE.
Isabellepresionóel timbre.Nosucediónada.Volvióapresionarlo.EstabaapuntodepresionarloporterceravezcuandoAleclesujetólamuñeca.
—Noseasmaleducada—dijo.Ellalelanzóunamiradairacunda.—Alec...Lapuertaseabriódegolpe.Un hombre delgado en el umbral les contempló con curiosidad, Isabelle fue la primera en
recuperarse,ofreciéndoleunasonrisaradiante.—¿Magnus?¿Magnusbane?—Esesoyyo.Elhombrequebloqueabalaentradaeratanaltoydelgadocomounraíl,yloscabellos,unacorona
deespesaspúasnegras.Clarysupuso,por lacurvadesusojos somnolientosyel tonodoradodepieluniformementebronceada,queeraenparteasiático.Llevabavaquerosyunacamisetanegracubiertacondocenasdehebillasdemetal.Susojosestabancubiertosdeunacapadepurpurinanegraqueledabaelaspectodeunmapache,yteníaloslabiospintadosdeazuloscuro.Pasóunamanocargadadeanillosporloserizadoscabellosylescontemplópensativo.
—Hijosdelosnefilim—dijo—.Vaya,vaya.Norecuerdohaberosinvitado.Isabellesacólainvitaciónylaagitócomounabanderablanca.—Tengounainvitación.Éstos—indicóalrestodelgrupoconungrandilocuentemovimientodesu
brazo—...sonmisamigos.Magnuslearrancólainvitacióndelamanoymiróelpapelcondesagrado.—Sin duda estaba borracho—declaró, y abrió la puerta de par en par—. Entrad. E intentad no
asesinaraningunodemisinvitados.Jacesemetióenelumbral,evaluandoaMagnusconlamirada.—¿Inclusosiunodeellosderramaunabebidaenmiszapatosnuevos?—Inclusoasí.LamanodeMagnussaliódisparada,tanvelozqueresultóapenasunavisiónborrosa,ylearrancóla
estelade lamanoaJace—Claryni siquierahabíaadvertidoqueél la sostuviera—y laalzó. Jacesemostróligeramenteavergonzado.
—Yencuantoaesto—siguióMagnus,metiéndoladentrodelbolsillodelosvaquerosdeJace—,mantenloentuspantalones,cazadordesombras.
Magnus sonrió burlón e inició la ascensión por la escalera, dejando a un Jace de expresiónsorprendidasujetandolapuerta.
—Vamos—dijoéste,haciendounaseñaalrestoparaqueentraran—.Antesdequealguienpiensequeesmifiesta.
SeabrieronpasojuntoaJace,riendonerviosamente.ÚnicamenteIsabellesedetuvoparamenearlacabeza.
—Intentanocabrearle,porfavor.Delocontrariononosayudará.Jaceadoptóunaexpresiónaburrida.—Séloquemehago.—Esoespero.Isabellepasójuntoaél,muydigna,enmediodeunremolinodefaldas.ElapartamentodeMagnusestabaen loaltodeun largo tramodedestartaladosescalones.Simon
apresuró el paso para alcanzar a Clary que lamentaba haber puesto la mano en la barandilla paramantenerelequilibrio.Estabapegajosaconalgoqueteníauntenueyenfermizobrilloverdoso.
—Ecs—exclamóSimon,yleofrecióunaesquinadesucamisetaparaqueselimpiaralamano,loqueellahizo—.¿Vatodobien?Pareces...angustiada.
—Esquemeresultatanfamiliar.Magnus,quierodecir.—¿CreesquevaaSanJavier?—Muydivertido.—Lemiróconexpresiónagria.—Tienesrazón.Esdemasiadomayorparaserun
alumno.Creoquelotuveenquímicaelañopasado.Clarylanzóunafuertecarcajada.Isabellefueacolocarseinmediatamentejuntoaella,respirándole
enelcogote.—¿Meestoyperdiendoalgo?¿Simon?Simon tuvo la gentileza de mostrarse turbado, pero no dijo nada. Clary masculló: «No te estás
perdiendonada»,ysequedóunpocoatrás.LasbotasdesuelagruesadeIsabelleempezabanahacerledañoen lospies,yparacuando llegóa loaltode la escaleracojeaba, aunque seolvidódeldolor encuantocruzólapuertadelpisodeMagnus.
Ellofteraenormeycasitotalmentedesprovistodemobiliario.Ventanasqueibandelsueloaltecho
estabanembadurnadasdeunagruesapelículadesuciedadypintura,quecerrabaelpasoalamayordelaluzambientalprovenientedelacalle.Grandescolumnasdemetalrodeadasdelucesdecoloressosteníanuntechoabovedadoycubiertodehollín.Puertasarrancadasdesusgoznesycolocadassobreabolladoscubosdebasurademetalhacíandeimprovisadobarenunextremodelahabitación.Unamujerdepieldecolorlilavestidaconunbustiermetálicosededicabaaalinearbebidasalolargodelabarraenvasosaltos de fuertes colores que teñían los líquidos de su interior: rojo sangre, azul cianosis, verdeponzoñoso.InclusocomparadaconunbarmandeNuevaYork,lamujertrabajabaconunasorprendenteyrápida eficiencia..., probablemente ayudadapor el hechode tenerun segundoparde largosygrácilesbrazosparacomplementaralprimero.AClarylerecordólaestatuadeladiosahindúdeLuke.
El resto de la gente era igual de extraña. Un chico apuesto, de cabellos mojados de un verdenegruzco,lesonrióampliamenteporencimadeunplatodeloqueparecíaserpescadocrudo.Teníalosdientesafilados,comolosdeuntiburón.Juntoaélhabíaunachicadelargoscabellosdeunrubiosucio,trenzadosconflores.Bajolafaldadesucortovestidoverde,lospieseranpalmeadoscomolosdeunarana.Ungrupodemujeresjóvenes,tanpálidasqueClarysepreguntósinollevaríanmaquillajeteatralblanco,sorbíanunlíquidoescarlatademasiadoespesoparaservinoenunascopasaflautadasdecristal.El centrode lahabitaciónestabaatestadodecuerposquebailaban siguiendoel ritmomachacantequerebotabaenlasparedes,aunqueClarynoconsiguióveraunabandaporningunaparte.
—¿Tegustalafiesta?SevolvióyvioaMagnusapoyadocontraunodelospilares.Losojoslebrillabanenlaoscuridad.
Echando una ojeada a su alrededor, vio que Jace y los demás habían desaparecido, engullidos por lamultitud.
Intentósonreír.—¿Esenhonordealguien?—Elcumpleañosdemigato.—Ah.—Paseólamiradaporlaestancia—.¿Dóndeestátugato.Elbrujosedespegódelpilar,conexpresiónsolemne.—Nolosé.Seescapó.LaaparicióndeJaceyAlecahorróaClarytenerqueresponderaaquello.Alecsemostrabahuraño,
comodecostumbre.Jacelucíaunasartadediminutasfloresrelucientesalrededordelcuelloyparecíasatisfechoconsigomismo.
—¿DóndeestánSimoneIsabelle?—preguntóClary.—Enlapistadebaile.—Señalóconeldedo.Ella les vislumbró apenas en el borde del atestado cuadrado de cuerpos. Simon hacía lo que
acostumbrabaahacerenlugardebailar,queerabrincarsobrelaspuntasdelospies,yparecíasentirseincómodo. Isabelle se cimbreaba describiendo un círculo a su alrededor, sinuosa comouna serpiente,arrastrando los dedos sobre el pecho de su pareja. Le contemplaba como si estuviera planeandoarrastrarlo fuera a un rincón y hacer el amor con él. Clary se abrazó, haciendo que sus pulserastintinearanentresí.
«Siempiezanabailarmáspegados,nonecesitaránirseaunrincónparahacerelamor.»—Oye—dijoJace,volviéndosehaciaMagnus—,lociertoesquetenemosquehablarde...—¡MAGNUSBANE!La profunda voz retumbante pertenecía a un hombre sorprendentemente bajo que parecía haber
superado apenas los treinta. Poseía una musculatura compacta, con una cabeza calva afeitada porcompletoyunaperillapuntiaguda.ApuntóconundedotemblorosoaMagnus.
—Alguien ha vertido agua bendita dentro del depósito de gasolina demimoto. Está estropeada.Destrozada.Todoslosconductossehanderretido.
—¿Derretido?—murmuróMagnus—.¡Quéhorror!Quierosaberquiénlohizo.
El hombre mostró los dientes, exhibiendo largos caninos afilados. Clary le miró fijamente,fascinada.Noseparecíanennadaacomohabíaimaginadoloscolmillosdelosvampiros:éstoseratanfinosyafiladoscomoagujas.
—Pensabaquehabíasjuradoquenohabríahombresloboaquíestanoche,Bane.—NoinvitéaningunodelosHijosdelaLuna—repusoMagnusexaminandosusrelucientesuñas—.
Precisamentedebidoavuestraestúpidaenemistad.Sialgunodeellosdecidiósaboteartumoto,noeramiinvitado,yporlotantonoes...—Lededicóunasonrisaencantadora—miresponsabilidad.
Elvampirorugióderabia,señalandoaMagnusconeldedo.—Intentasdecirmeque...El dedo índice cubierto de una capa de purpurina deMagnus semovió apenas unmilímetro, tan
levementequeClarycasipensóquenosehabíamovidoenabsoluto.Enmitaddesurugido,elvampiroboqueóysellevólasmanosalagarganta.Subocasemovió,peronosurgióningúnsonido.
—Hasabusadodemihospitalidad—dijoMagnusconindolencia,abriendomucholosojos.Claryvio,conunsobresaltodesorpresa,quesuspupilaseranrendijasverticales,comolasdeun
gato.—Ahoravete—añadió.Magnus separó losdedosde lamano,yelvampiro sedio lavuelta con lamisma rapidezque si
alguienlohubieseagarradoporloshombrosylehubiesehechogirar.Volvióamarcharalinteriordelamultitud,dirigiéndosealapuerta.
Jacesilbóenvozbaja.—Esofueimpresionante.—¿Te refieres a esta pequeña rabieta? —Magnus alzó los ojos hacia el techo—. Lo sé. ¿Qué
problematieneella?Alec profirió un sonido estrangulado y, al cabo de un instante, Clary lo reconoció como una
carcajada.«Deberíahaceresomásamenudo.»—Nosotrospusimoselaguabenditaensudepósitodegasolina,yasabes—dijo.—ALEC—intervinoJace—.Cállate.—Losupuse—repusoMagnusconexpresióndivertida—.Soisbastardosvengativos,¿noescierto?
Sabéisquesusmotosfuncionanconenergíasdemoníacas.Dudoquevayaapoderrepararla.—Unasanguijuelamenosdandounpaseítoporahí—seburlóJace—.Micorazónsangra.—Oíquealgunosdeellospuedenhacerque susmotosvuelen—intervinoAlec,queporunavez
parecíaanimadoycasisonreía.—Noesmásqueunviejocuentodebrujas—respondióMagnus,ysusojosdegatocentellearon—.
Asíque¿poresoosqueríaiscolarenmifiesta?¿Sóloparadestrozarlasmotosdeunoscuantoschupa-sangres?
—No.—Jace volvía a estar por la labor—. Necesitamos hablar contigo. Preferiblemente en unlugarprivado.
Magnusenarcóunaceja.«Malditasea—pensóClary—,otroquesabehacerlo.»—¿TengoproblemasconlaClave?—No—respondióJace.—Probablementeno—corrigióAlec—.¡Uy!DedicóunamiradafuriosaaJace,quelehabíaasestadounafuertepatadaeneltobillo.—No —repitió Jace—. Podemos hablar contigo bajo el sello de la Alianza. Si nos ayudas,
cualquiercosaquedigasseráconfidencial.—¿Ysinoosayudo?
Jace extendió totalmente lasmanos.Los tatuajes de las runas de sus palmas resaltaron severos ynegros.
—Talveznada.TalvezunavisitaprocedentedelaCiudadSilenciosa.LavozdeMagnusfuemielvertidasobrefragmentosdehielo.—Estodaunaelecciónlaquemeofreces,pequeñocazadordesombras.—Noesningunaelección—dijoJace.—Si—repusoelbrujo—.Esoesexactamentealoquemerefería.EldormitoriodeMagnuseraundesmadredecolor:sábanasycolchasamarillocanarioextendidas
sobreuncolchóncolocadoenelsuelo,untocadorazuleléctricoconmástarrosdepinturaymaquillajerevueltos por su superficie que el de Isabelle. Cortinas de terciopelo con los colores del arco irisocultabanlasventanas,queibandelsueloaltecho,yunaalfombradelanaenmarañadacubríaelsuelo.
—Bonitolugar—comentóJace,apartandoaunladoungruesotrozodecortina—.ImaginoquedadineroserelGranBrujodeBrooklyn.
—Dadinero—repusoMagnus—.Aunqueno conllevaungranpaquete de prestaciones, de todosmodos.Nohaypólizadental.
Cerrólapuertatrasélyserecostóenella.Alcruzarlosbrazos,selesubiólacamiseta,mostrandounpedazodeplanoestómagodoradoquecarecíadeombligo.
—Asípues—comenzó—,¿quéhayenvuestraspequeñasmentestortuosas?—Nosonellosenrealidad—intervinoClary,encontrandosupropiavozantesdequeJacepudiera
responder—.Yosoyquienqueríahablarcontigo.Magnusvolviósusinhumanosojoshaciaella.—Túnoeresunodeellos—afirmó—.NoeresdelaClave.PeropuedesverelMundoInvisible.—MimadrepertenecíaalaClave—contestóClary.Eralaprimeravezquelodecíaenvozaltay
sabiendoqueeraverdad—.Peroellanuncamelodijo.Lomantuvoensecreto.Noséporqué.—Puespregúntale.—Nopuedo.Ellaha...—Claryvaciló—.Noestá.—¿Ytupadre?—Murióantesdequeyonaciera.Magnussoltóaire,irritado.—ComodijoOscarWildeenunaocasión:«Perderunprogenitorpuedeconsiderarseunadesgracia.
Perderaambospareceunanegligencia».ClaryoyócómoJaceemitíaunpequeñosiseo,comoaspirandoporentrelosdientes.—Noperdíamimadre—siguió—.Melaquitaron.LohizoValentine.—YonoconozcoaningúnValentine—repusoMagnus,perosusojospestañearonigualquelallama
oscilantedeunavela,yClarysupoquementía—.Lamentotustrágicascircunstancias,peronoconsigoverquétienequeverconmigo.Sipudierasdecirme...
—No puede decirte, porque no recuerda —le cortó Jace con severidad—. Alguien borró susrecuerdos.AsíquefuimosalaCiudadSilenciosaparaverquépodíansacarlosHermanosdesucabeza.Obtuvierondospalabras.Creoquepuedesimaginarcuálesfueron.
Hubouncortosilencio.Finalmente,Magnusdejóquesubocasealzaraenlascomisuras.Susonrisaeraamarga.
—Mifirma—dijo—.Sabíaqueeraunalocuracuandolohice.Unactodearrogancia...—¿Firmastemimente?—inquirióClaryconincredulidad.Magnusalzólamano,trazandolosllameantescontornosdeletrasenelaire.Cuandobajólamano,
permanecieronallí,ardientesydoradas,haciendoqueloscontornospintadosdesusojosybocaardieranconlaluzreflejada.MAGNUSBANE.
—Estabaorgullosodeltrabajorealizadocontigo—dijodespacio,mirandoaClary—.Tanlimpio.
Tanperfecto.Loquevieras loolvidarías, inclusomientras loveías.Ninguna imagendeduendecillootrasgooanimalillodepataslargaspermaneceríaparainquietartuintachablesueñomortal.Eratalycomoloqueríaella.
LavozdeClarysonóapenasaudibleporlatensión.—¿Talycomoloqueríaquién?Magnus suspiró, y al contacto de su aliento, las letras de fuego se deshicieron convertidas en
relucientes cenizas.Finalmentehabló... y aunqueClaryno se sorprendió, porque sabía exactamente loqueibaadecir,detodosmodossintiólaspalabrascomounmazazoensucorazón.
—Tumadre—contestóél.
13Elrecuerdodealgoblanco
—¿Mimadremehizoesto?—inquirióClary,perosusorprendida indignaciónnosonóconvincente,nisiquieraasuspropiosoídos.
Mirando a su alrededor, vio compasión en los ojos de Jace, y en los deAlec..., inclusoAlec lohabíaadivinadoysentíalástimaporella.
—¿Porqué?—Nolosé.—Magnusextendiólaslargasmanosblancas—.Noesmitrabajohacerpreguntas.Hago
aquelloporloquemepagan.—DentrodeloslímitesdelaAlianza—lerecordóJace,lavozsuavecomoelronroneodeungato.Magnusasintióconlacabeza.—DentrodeloslímitesdelaAlianza,porsupuesto.—¿DemodoquealaAlianzaleparecebienesto...,estaviolacióndelamente?—preguntóClary
conamargura.Alverquenadierespondía,sedejócaersobreelbordedelacamadeMagnus.—¿Fuesólounavez?¿Huboalgoespecíficoqueellaquisoqueyoolvidara?¿Sabesloquefue?Magnuspaseónerviosamentehastalaventana.—No creo que lo comprendas. La primera vez que te vi, debías de tener unos dos años. Yo
observabaporestaventana—dioungolpecitoalcristal, liberandounalluviadepolvoypedacitosdepintura—,ylaviaellaviniendoatodaprisaporlacalle,sosteniendoalgoenvueltoenunamanta.Mesorprendícuandosedetuvoantemipuerta.Parecíatancorriente,tanjoven.
Laluzdelalunapintódeplatasuperfilaguileno.—Desenvolvió lamanta cuandoatravesómipuerta.Túestabasdentro.Tedepositó en el sueloy
empezasteadeambularportodaspartes,cogiendocosas,tirándoledelacolaamigato;chillastecomounabansheecuandoelgatotearañó,asíquelepreguntéatumadresiteníasunapartedebanshee.Noserió.
Hizounapausa.Enaquellosinstantestodoslecontemplabanconatención,inclusoAlec.—Mecontóqueeraunacazadoradesombras.Novalíalapenaquemintierasobreeso;lasMarcas
de laAlianza salen a la luz, incluso cuando se han desvanecido con el paso del tiempo, en formadetenues cicatrices plateadas sobre la piel. Titilaban cuando se movía. —Se frotó el maquillaje depurpurina que le rodeaba los ojos—.Me dijo que había esperado que nacieras con un Ojo Interiorciego..., a algunos cazadores de sombras hay que enseñarles a ver elMundo de las Sombras. Pero tehabíapescadoaquellatardemartirizandoaunahaditaatrapadaenunseto.Sabíaquepodíasver.AsíquemepreguntósieraposiblecegartelaVisión.
Claryemitióunruidito,unadoloridaexhalacióndeaire,peroMagnussiguióadelantesinpiedad.—Ledijequeinutilizaresapartedetumentepodríadañarte, inclusovolverteloca.Ellanolloró.
Noeralaclasedemujerquelloraconfacilidad,tumadre.Mepreguntósihabíaotromodo,yledijequesetepodíahacerolvidaraquellaspartesdelMundodelasSombrasquepodíasver,inclusomientraslasveías. La única salvedad era que ella tendría que venir a verme cada dos años, que es cuando losresultadosdelhechizoempiezanadesvanecerse.
—¿Ylohizo?—inquirióella.Magnusasintió.—Tehevistocadadosañosdesdeesaprimeravez...teheobservadocrecer.Ereslaúnicacriatura
quehevistocrecer,ya sabes.Enminegociounonoesgeneralmente tanbien recibidocercadeniños
humanos.—AsíquereconocisteaClarycuandoentró—dijoJace—.Debesdehaberlohecho.—Claroque lohice.—Magnussonóexasperado—.Yfue todounsobresalto, también.Pero¿qué
habríais hecho vosotros? Ella no me conocía. Se suponía que no me conocía. Sólo el hecho de queestuviera aquí significaba que el hechizo había empezado a desvanecerse... y de hecho, debíamoshabernosvistoharáaproximadamenteunmes.InclusopaséportucasacuandoregresédeTanzania,peroJocelyndijoqueoshabíaispeleadoy tehabías idodecasa.Dijoque iríaavermecuandoregresaras,pero—seencogiódehombroselegantemente—jamáslohizo.
UnfríoflujoderecuerdoslepusolacarnedegallinaaClary.Recordabaestardepieenelvestíbulojunto a Simon, esforzándose por recordar algo que danzaba justo en el límite de su visión... «Me haparecidoverelgatodeDorothea,perosólohasidolaluz.»
PeroDorotheanoteníaungato.—Túestabasallí,esedía—afirmóClary—.TevisalirdelapartamentodeDorothea.Recuerdotus
ojos.Magnuslamirócomosifueraaponersearonronear.—Soymemorable,escierto—presumió;luegomeneólacabeza—.Nodeberíasrecordarme—dijo
—.Alcéunglamourtanfuertecomounmuroencuantotevi.Deberíashabertedadodebrucescontraél...psíquicamentehablando.
«¿Sitedasdebrucescontraunaparedpsíquica,acabasconmoratonespsíquicos?»,pensóella.—Simequitaselhechizo—dijoClary—,¿podrérecordartodaslascosasqueheolvidado?¿Todos
losrecuerdosquemerobaste?—Notelopuedoquitar.—Magnusparecíasentirseviolento.—¿Qué?—Jacesonófurioso—.¿Porquéno?LaClaveteexige...Elbrujolemiróconfrialdad.—Nomegustaquemediganloquedebohacer,pequeñocazadordesombras.Clarysediocuentade lomuchoque ledisgustabaaJacequeserefirieranaélcomo«pequeño»,
peroantesdequeéstepudieraespetarunarespuesta,Alechabló.Suvozerasuaveymeditabunda.—¿Nosabescómoinvertirlo?—preguntó—.Elhechizo,quierodecir.Magnussuspiró.—Deshacerunhechizoesmuchomásdifícilquecrearloenprimerlugar.Lacomplejidaddeésteen
particular, el cuidado que puse al entretejerlo..., si cometiera aunque fuera el más mínimo error aldesentrañarlo, su mente podría quedar dañada para siempre. Además—añadió—, ya ha empezado adesvanecerse.Losefectosdesapareceránporsísolosconeltiempo.
Clarylemiróconseveridad.—¿Recuperarétodosmisrecuerdosentonces?¿Loquefueraquesacódemicabeza?—Nolosé.Podríanregresartodosdegolpe,oporetapas.Opodríasnorecordarnuncaloquehas
olvidado a lo largo de los años. Lo que tu madre me pidió que hiciera fue algo excepcional, enmiexperiencia.Notengoniideadequésucederá.
—Peronoquieroesperar.—Claryentrelazólasmanosconfuerzasobreelregazo,losdedossujetoscontantaenergíaquelasyemassetornaronblancas—.Todamividahesentidocomosihubieraalgoqueestabamalenmí.Quealgofaltabaonofuncionababien.Ahorasé...
—Yonotehicedaño.—LainterrumpióMagnus,conloslabioshaciaatrásconenojoparamostrarunosdientesafiladosyblancos—.Cualquieradolescente se sienteasí, se siente rotoo fuerade lugar,diferente de algún modo, un miembro de la realeza nacido por equivocación en una familia decampesinos. La diferencia en tu caso es que es cierto. Tú sí eres diferente. Quizá no mejor..., perodiferente.Ynoesningunabromaserdiferente.¿Quieressaberquésesientecuandotuspadressonunasbuenaspersonasdevotasyresultaquetúnacesconlamarcadeldiablo?—Señalósusojos,conlosdedos
—¿Cuándotupadreseestremecealverteytumadresecuelgaenelgranero,enloquecidaporloquehahecho?Cuandoteníadiezaños,mipadreintentóahogarmeenelarroyo.Arremetícontraélcontodoloquetenía...,leincineréallímismo.Acudíalospadresdelaiglesiafinalmente,enbuscaderefugio.Ellosmeescondieron.Dicenquelacompasiónesalgoamargo,peroesmejorqueelodio.Cuandodescubríloqueeraenrealidad,unsersólohumanoamedias,meodiéamímismo.Cualquiercosaesmejorqueeso.
Hubo un silencio cuandoMagnus dejó de hablar. Ante la sorpresa de Clary, fue Alec quien lorompió.
—Nofueculpatuya—dijo—.Nopuedesevitarcómonaciste.Laexpresióndelbrujoeradura.—Lohesuperado—replicó—.Creoquecomprendesloquequierodecir.Serdiferentenoesmejor,
Clary.Tumadreintentabaprotegerte.Noseloechesencara.LasmanosdeClaryrelajaronlapresiónentreellas.—Nomeimportasisoydiferente—indicó—.Sóloquierosaberquiénsoyenrealidad.Magnus lanzó una imprecación, en una lengua que ella desconocía, pero que sonó a llamas
chisporroteando.—Deacuerdo.Escucha.Nopuedodeshacerloquehehecho,perotepuedodarotracosa.Unpedazo
de lo que habría sido tuyo de haber sido criada como una auténtica hija de los nefilim. —Cruzómajestuosolahabitaciónhastalalibreríayextrajoconciertadificultadunpesadotomoencuadernadoendeteriorado terciopelo verde, pasó rápidamente las hojas, derramando polvo y pedacitos de telaenegrecida.Laspáginaseranfinas,deunpergaminosemimateycasi traslúcido,cadaunamarcadaconunaausterarunanegra.
—¿Esesounacopiadel«LibroGris»?—inquirióJace,enarcandolascejas.Magnus,quepasabafebrilmentelashojas,nodijonada.—Hodgetieneuna—comentóAlec—.Melamostróunavez.—Noesgris.—Clarysesintióobligadaaseñalar—.Esverde.—Quépocosentidodelhumor...—replicóJace,limpiandoelpolvodelalféizarycontemplándolo
conatención,comoconsiderandosiestabalobastantelimpioparasentarseencima—.Eninglésantiguosu nombre es «Gramarye», que significa «magia, conocimientos ocultos», pero, para acortar, seacostumbrabaadenominarle«Gray».Loquesucedeesque,eninglés,«gray»significa«gris»yalfinalentodaspartesselehaacabadollamandoasí.EnélestáncopiadastodasycadaunadelasrunasqueelángelRazielescribióenelLibrodelaAlianza.Noexistenmuchascopias,porquecadaunadebehacerseespecialmente.Algunasdelasrunassontanpoderosasquequemaríanpáginasnormales.
Alecsemostróimpresionado.—Nosabíatodoeso.Jacesesentódeunsaltoenelalféizarybalanceólaspiernas.—Notodosnosotrosnosdormimosdurantelasclasesdehistoria.—Yonome...—No,quéva,yademásbabeassobreelpupitre.—Callad—dijoMagnus,perolodijoconsuavidad.ElhombrecurvóundedoentredospáginasdellibroyfuehaciaClary,depositándoloconcuidado
sobresuregazo.—Ahora, cuando abra el libro, quiero que estudies la página.Mírala hasta que sientas que algo
cambiadentrodetumente.—¿Dolerá?—preguntóellanerviosamente.—Todoconocimientoduele—replicóél,yseirguió,dejandoqueellibrocayeraabiertosobreel
regazodeClary.Clarybajólamirada,clavándolaenlapáginablancaconlarunanegradelaMarcadibujadasobre
ella.Parecíaalgosimilaraunaespiralconalas,hastaqueella ladeólacabeza,yentoncesparecióunbastón rodeado de enredaderas. Las esquinas cambiantes del dibujo cosquillearon en sumente comoplumaspasadassobreunapielsensible.Percibióelestremecidoparpadeodeunareacción,quehacíaquequisieracerrarlosojos,perolosmantuvoabiertoshastaqueleescocieronyselenublaron.Estabapuntodeparpadearcuandolosintió:unchasquidoenlacabeza,comounallavegirandoenunacerradura.
La runade la páginapareciódestacar nítidamentede improviso, y ella pensó, involuntariamente:«Recuerda».Dehabersidolarunaunapalabra,habríasidoésa,perohabíamássignificadoenellaqueencualquierpalabraquepudieseimaginar.Eraelprimerrecuerdodeunacriaturadeluzcayendoatravésdelosbarrotesdelacuna,elaromarememoradodelalluviaylascallesdeunaciudad,eldolordeunapérdidanoolvidada,elaguijonazodeunahumillaciónrecordadayelcruelolvidodelavejez,cuandolosrecuerdos más antiguos destacan con una precisión angustiosamente nítida y los incidentes másinmediatossepierdensinposibilidadderecuperación.
Con un leve suspiro pasó a la página siguiente, y a la siguiente, dejando que las imágenes y lassensacionesfluyeranporella.«Pesar.Pensamiento.Fuerza.Protección.Gracia...»yacontinuaciónlanzóunsorprendidogritodereprochecuandoMagnuslearrebatóellibrodelregazo.
—Essuficiente—dijoélymetióellibrodevueltaensuestante;sesacudióelpolvodelasmanossobreloscoloridospantalones,dejandorastrosgrises—.Sileestodaslasrunasdeunavez,acabaráscondolordecabeza.
—Pero...—Lamayoríadelosniñoscazadoresdesombrascrecenaprendiendolasrunasdeunaenunaalo
largodeunperíododeaños—explicóJace—.ElLibroGriscontienerunasquenisiquierayoconozco.—Figúrate—comentóMagnus.Jacehizocomosinoexistiera.—Magnus temostró la runade la comprensiónyel recuerdo.Éstaabre tumenteparaque leasy
reconozcaselrestodelasMarcas.—También puede servir como detonante para activar recuerdos dormidos —indicó Magnus—.
Podríanregresaratimásdeprisadeloqueloharíandeotromodo.Eslomejorquepuedohacer.Clarybajólamiradahaciasuregazo.—TodavíasigosinrecordarnadasobrelaCopaMortal.—¿Esdeesodeloquesetrata?—Magnusparecíarealmenteestupefacto—.¿BuscáislaCopadel
Ángel?Mira,yoherecorridotusrecuerdos.NohabíanadaenellossobrelosInstrumentosMortales.—¿InstrumentosMortales?—repitióClary,desconcertada—.Pensabaque...—ElÁngelentregótresobjetosa losprimeroscazadoresdesombras.Unacopa,unaespadayun
espejo.LosHermanosSilenciosostienenlaespada;lacopayelespejoestabanenIdris,almenoshastaquellegóValentine.
—Nadiesabedóndeestáelespejo—dijoAlec—.Nadielohasabidodesdehaceunaeternidad.—EslaCopaloquenosinteresa—indicóJace—.Valentinelaestábuscando.—¿Yvosotrosqueréisconseguirlaantesdequelohagaél?—inquirióMagnus,alzandomucholas
cejas.—¿PensabaquehabíasdichoquenosabíasquiéneraValentine?—señalóClary.—Mentí—admitióélconcandidez—.Yonopertenezcoalarazadelashadas,yasabes.Amínose
meexigesersincero.YsólounlocoseinterpondríaentreValentineysuvenganza.—¿Esesoloquecreesqueélbusca?¿Venganza?—preguntóJace.—Yo diría que sí. Sufrió una grave derrota, y no parecía precisamente..., no parece la clase de
hombrequeaceptaladerrotaconelegancia.AlecmiróaMagnusconmásintensidad.—¿EstuvisteenelLevantamiento?
MagnusmantuvolamiradadeAlec.—Estuve.Matéavariosdelosvuestros.—MiembrosdelCírculo—corrigióJacerápidamente—.Nodenuestro...—Siinsistísenrepudiaraquelloqueesdesagradableenloquehacéis—dijoMagnus,mirandoaún
aAlec—,jamásaprenderéisdevuestroserrores.Alec,dandotironesalacolchaconunamano,sesonrojóviolentamente.—No parece sorprenderte el averiguar que Valentine sigue vivo—dijo, evitando la mirada del
brujo.Magnusextendiólasmanosaamboslados.—¿Loestáisvosotros?Jaceabriólaboca,luegovolvióacerrarla.Parecíarealmentedesconcertado.—¿AsíquenonosayudarásaencontrarlaCopaMortal?—dijofinalmente.—Noloharíaaunquepudiera—respondióél—.Perolaverdadesquenopuedo.Notengoniidea
dedóndeestá,ynomeinteresasaberlo.Únicamenteaunloco,comoyadije.Alecsesentómáserguido.—PerosinlaCopa,nopodemos...—Crearmásdevosotros.Losé—repusoMagnus—.Talveznotodoelmundoconsideraesoalgo
tandesastrosocomolohacéisvosotros.Aunqueclaro—añadió—,situvieraqueescogerentrelaClaveyValentine,elegiríalaClave.Almenosellosnohanjuradoeliminaralosdemiespecie.PeronadadeloquelaClavehahechosehaganadomilealtadinquebrantabletampoco.Asíqueno,mequedarésentadotranquilamente.Ahora,sihemosterminadoaquí,megustaríaregresaramifiestaantesdequealgunosdemisinvitadossecomanentresí.
Jace, quehabía estado abriendoy cerrando lasmanos, dio la impresióndedecir algo furibundo,pero Alec, poniéndose en pie, le posó unamano sobre el hombro. Clary no pudo estar segura en lapenumbra,peropareciócomosiAlecapretaraconbastantefuerza.
—¿Quesecoman?—preguntóelmuchacho.Magnuslecontemplabaconciertaexpresióndivertida.—Noseríalaprimeravez.JacemascullóalgoaAlec,quelesoltó.Separándose,seacercóaClary.—¿Estásbien?—preguntóenvozbaja.—Esocreo.Nomesientonadadiferente...Magnus,depiejuntoalapuerta,chasqueólosdedosconimpaciencia.—Id desfilando, adolescentes. La única persona que puede darse el lote enmi dormitorio esmi
magníficapersona.—¿Darseellote?—repitióClary,quejamáshabíaoídolaexpresiónantes.—¿Magnífica?—repitióJace,queselimitabaamostrarsedesagradable.Magnusgruñó,yelgruñidosonóaalgoparecidoa«fueradeaquí».Salieron.Magnus cerró lamarcha y se detuvo para cerrar con llave la puerta del dormitorio.El
carácter de la fiesta le pareció sutilmente distinto aClary.Tal vez fuera tan sólo su visión levementealterada:todoparecíamásclaro,conbordescristalinosclaramentedefinidos.Contemplócómoungrupodemúsicosocupabaelpequeñoescenariosituadoenelcentrodelahabitación.Llevabanprendaslargasysueltasdeintensoscoloresdorados,moradoyverde,ysusvocesagudaseranpenetrantesyetéreas.
—Odiolasbandasdehadas—mascullóMagnusmientraslosmúsicosefectuabanlatransiciónaotraperturbadoracanción,lamelodíatandelicadaytraslúcidacomoelcristalderoca—.Todoloquesabeninterpretarsonbaladasdeprimentes.
Jace,paseandolamiradaporlahabitación,lanzóunacarcajada.—¿DóndeestáIsabelle?
Un torrente de inquietud culpable golpeó a Clary. Se había olvidado de Simon. Se volvió enredondo,buscandolosfamiliareshombrosflacuchosylamatadepelooscuro.
—Noleveo.Lesveo,quierodecir.—Ahíestáella.—Alecdistinguióasuhermanaylallamóconlamanomostrandounaexpresiónde
alivio—.Estamosaquí.Ytencuidadoconelpooka.—¿Cuidadoconelpooka?—repitióJace,echandounaojeadaendirecciónaunhombredelgadode
pielmorenayconunchalecoverdeconestampadodecachemira,quemiróaIsabellepensativocuandoéstapasóporsulado.
—Me pellizcó cuando pasé antes por su lado —explicó Alec muy estirado—. En una zonasumamentepersonal.
—Odiodartelanoticia,perosiestáinteresadoentuszonassumamentepersonales,probablementenoestéinteresadoenlasdetuhermana.
—Nonecesariamente—indicóMagnus—.Losseresmágicosnotienenpreferencias.Jacefruncióellabiocondesdénendirecciónalbrujo.—¿Siguesaquí?AntesdequeMagnuspudieraresponder,Isabellecayósobreellos,conelrostroarreboladoycon
manchasrojas,yoliendofuertementeaalcohol.—¡Jace!¡Alec!¿Dóndehabéisestado?Osestuvebuscandoportodas...—¿DóndeestáSimon?—interrumpióClary.Isabellesetambaleó.—Esunarata—respondióentonomisterioso.—¿Te ha hecho algo? —Alec estaba lleno de fraternal preocupación—. ¿Te ha tocado? Si ha
intentadoalgo...—No,Alec—respondióellaconirritación—.Noeseso.Esunarata.—Estaborracha—espetóJace,empezandoaalejarseconrepugnancia.—Noloestoy—replicóellaindignada—.Bueno,alomejorunpoco,peroésanoeslacuestión.La
cuestión es que Simon bebió una de esas bebidas azules..., le dije que no lo hiciera, pero no meescuchó...,ysehaconvertidoenunarata.
—¿Unarata?—repitióClaryconincredulidad—.Noterefieresa...—Merefieroaunarata—insistióIsabelle—.Pequeña.Marrón.Colaescamosa.—A laClave no le va a gustar—indicóAlec en tono receloso—.Estoymás que seguro de que
convertiramundanosenratasvaencontradelaLey.—Técnicamenteellanoleconvirtióenunarata—indicóJace—.Delopeorquepodríanacusarla
esdenegligencia.—¿A quién le importa la estúpida Ley?—chilló Clary, agarrando lamuñeca de Isabelle—. ¡Mi
mejoramigoesunarata!—¡Ay!—Isabelleintentódesasirsumuñeca—.¡Suéltame!—No hasta que me digas dónde está. —Jamás había deseado tanto abofetear a alguien como
deseaba abofetear a Isabelle justo en aquel momento—. No puedo creer que le hayas abandonado;probablementeestéaterrado...
—Siesquenolehanpisado—indicóJace,noayudandoprecisamenteconelcomentario.—Noleabandoné.Corrióametersebajoelbar—protestó Isabelle, señalando—.¡Suéltame!Me
estásabollandolapulsera.—Zorra—leespetóClary,rabiosa,ysoltólamanodeunasorprendidaIsabellelanzándoselahacia
ella,confuria.No aguardó una reacción; salió corriendo hacia el bar y, dejándose caer de rodillas,miró en el
oscuroespacioquehabíadebajo.Enlapenumbra,queolíaamoho,lepareciódetectarunpardeojillosrelucientes.
—¿Simon?—llamóconvozestrangulada—.¿Erestú?La rata Simon se arrastró ligeramente hacia adelante, con los bigotes estremecidos. Clary pudo
distinguir la forma de sus pequeñas orejas redondeadas, pegadas a la cabeza, y la afilada punta delhocico. Reprimió un sentimiento de repugnancia: jamás le habían gustado las ratas, con sus dientescuadradosyamarillentossiemprelistosmorder.Deseóquelohubieranconvertidoenunhámster.
—Soyyo,Clary—dijolentamente—.¿Estásbien?Jaceyelrestollegaronysecolocarondetrásdeella,Isabelleestabaahoramásenojadaquellorosa.—¿Estáahídebajo?—preguntóJaceconcuriosidad.Clary,todavíaacuatrogatas,asintió.—Chisst.Leharáshuir.—Introdujolosdedoscondelicadezabajoelbordedelabarraylosmeneó
—.Porfavorsal,Simon.HaremosqueMagnusinviertaelhechizo.Todoirábien.Escuchóunchillidoagudo,yelhocico rosadode la rataasomópordebajode labarra.Conuna
exclamacióndealivio,Clarycogióalanimalensusmanos.—¡Simon!¡Mehasentendido!Larata,acurrucadaenelhuecodesuspalmas,chillóentristecida.Clarylaapretócontrasupecho.—Ah,pobrecitomío—arrulló, casi como si se trataradeunamascota—.PobreSimon, todo irá
bien,teprometo...—Yonosentiríalástimaporél—seburlóJace—.Esoesprobablementelomáscercaquellegaráa
estardelasegundabase.—¡Cállate!Clarydedicóunamiradafuribundaalmuchacho,peronoaflojólasmanosquesujetabanalarata.
Losbigotesdelanimaltemblaban,sieradecólera,agitaciónosimpleterror,ellanolosabía.—TraeaMagnus—ordenótajante—.TenemosquehacerqueSimonregrese.—Nonosprecipitemos.—Jacesonreíadeorejaaorejaenaquelmomento,elmuyburro,mientras
alargabaunamanohaciaSimoncomosiquisierahacerlemimos—.Estámonoasí.Mirasunaricillarosa.Simon le mostró unos largos dientes amarillentos e hizo un amago de morderle. Jace retiró
apresuradamentelamano.—Izzy,veenbuscadenuestromagníficoanfitrión.—¿Porquéyo?—Isabelleadoptóunaexpresiónpetulante.—Porqueesculpatuyaqueelmundanoseaunarata,idiota—replicóél,yClarysesorprendióal
darsecuentadequeraramenteningunodeellos,apartedeIsabelle,pronunciabaelnombredeSimon—Ynopodemosdejarleaquí.
—Estaríasencantadodedejarleaquísinofueraporella—replicóIsabelle,consiguiendoinyectarlapalabraconelvenenosuficienteparamataraunelefante.
Lamuchachasealejómuyofendida,conlafaldabamboleándosealrededordelascaderas.—No puedo creer que te dejara beber esa bebida azul—dijoClary a la rata que era Simon—.
Ahoramiraloquehasconseguidoporsertantonto.Simonlanzóunoschillidosirritados.Claryoyóquealguienreíaporlobajoyalalzarlamiradase
encontróconMagnus,queseinclinabasobreella.Isabelleestabadetrásdeél,conexpresiónfuriosa.—Rattusnorvegicus—dijoMagnus,mirandoconatenciónaSimon—.Unaratacomúnmarrón,nada
exótico.—Nomeimportaquéclasederatasea—replicóClaryenfadada—.Loquierodevueltaasuforma.Magnusserascólacabezapensativo,esparciendopurpurina.—Notienesentidohacerlo—repuso.—Esoesloqueyodije.—Jacepareciócomplacido.—¿NOTIENESENTIDO?—chillóClary,tanfuertequeSimonocultólacabezabajosupulgar—.
¿CÓMOPUEDESDECIRQUENOTIENESENTIDOHACERLO?
—Porquevolveráaserélporsímismoenunaspocashoras—respondióMagnus—.Elefectodelos cócteles es temporal. No tiene sentido elaborar un hechizo de transformación; simplemente lotraumatizaría.Demasiadamagiaresultaduraparalosmundanos,sussistemasnoestánacostumbradosaella.
—Dudo también de que su sistema esté acostumbrado a ser una rata—indicó Clary—. Eres unbrujo,¿nopuedessimplementeinvertírelhechizo?
Magnuslomeditó.—No—dijo.—¿Quieresdecirquenoquiereshacerlo?—Nogratis,cariño,ytúnopuedespagarmishonorarios.—Nopuedollevarmeaunarataacasaenelmetro,tampoco—repusoella,quejumbrosa—.Seme
caerá,ounode losde seguridaddelmetromearrestarápor llevar animalesdañinosenel sistemadetransporte.—Simonchirriósufastidio—.Noesquetúseasunanimaldañino,desdeluego.
Aunachicaquehabíaestadogritandojuntoalapuertaseleunieronentoncesotrasseisosiete.Elsonido de las voces enojadas se alzó por encima del zumbido de la fiesta y los sones de lamúsica.Magnuspusolosojosenblanco.
—Perdonadme—dijo,retrocediendoalinteriordelamultitud,quesecerrótrasélalinstante.Isabelle,balanceándosesobresussandalias,profirióunexplosivosuspiro.—Puessíquenoshaayudado.—Sabes—dijoAlec—,siemprepodríasmeteralarataentumochila.Clary lemiró condureza, perono encontrónadademalo en la idea, yaque ellano teníaningún
bolsillodondepodermeterla.LaropadeIsabellenopermitíabolsillos;erademasiadoajustada.AClarylesorprendíaqueIsabellepudieracaberenella.
Quitándoselamochiladelaespalda,encontróunesconditeparalapequeñaratamarrónqueanteshabíasidoSimon,entreelsuéterenrolladoyelcuadernodebocetos.Elroedorseenroscóencimadelbilletero,conunaexpresiónllenadereproche.
—Losiento—dijoella,afligida.—Notepreocupes—indicóJace—.Esunmisterioparamíporquélosmundanosinsistensiempre
enhacerseresponsablesdecosasnosonsuculpa.Túnoobligasteaeseidiotaabeberseelcóctel.—Denoserpormí,élnisiquierahabríaestadoaquí—repusoClaryconvozdébil.—Notehagasilusiones.HavenidoporIsabelle.Enojada,Clarycerródeuntirónlapartesuperiordelabolsaysepusoenpie.—Salgamosdeaquí.Estoyhartadeestelugar.El apretado corrillo de gente que gritaba junto a la puerta resultó sermás vampiros, fácilmente
reconociblesporlapalidezdesutezylaintensanegruradesuscabellos.«Selodebendeteñir»,pensóClary,noeraposiblequetodosfueranmorenosnaturales,yademás,
algunosteníanlascejasrubias.Sequejabanavozengritoporsusmotocicletasestropeadasyelhechodequealgunosdesusamigos
estuvieranausentesynoselesencontrara.—Probablemente estén borrachos y desvanecidos en alguna parte —dijo Magnus, agitando los
largos dedos blancos en actitud aburrida—.Ya sabéis elmodo en que todos vosotros acostumbráis aconvertirosenmurciélagosyenmontonesdepolvocuandooshabéistomadodemasiadosbloodymarys.
—Mezclansuvodkaconsangreauténtica—explicóJacealoídodeClary.Lapresióndesualientoleprodujounescalofrío.—Sí,yaloheentendido,gracias.—Nopodemosirporahírecogiendocadamontóndepolvodellugarporsiacasoresultaqueporla
mañanaesGregor—dijounachicaconunmohínenlabocayunascejaspintadas.
—Gregor estará perfectamente.Yo raras veces barro—la tranquilizóMagnus—.Nome importaenviaracualquierrezagadodevueltaalhotelmañana...enuncocheconloscristalespintadosdenegro,desdeluego.
—Pero ¿qué pasa con nuestras motos? —preguntó un muchacho delgado cuyas raíces rubiasaparecíanpordebajodesuteñidodepocacalidad;unpendientedeoroenformadeestacacolgabadesulóbuloizquierdo—.Nosllevaráhorasarreglarlas.
—Tenéishastaelamanecer—respondióMagnus,queempezabaaperderlosnervios—.Sugieroqueospongáisaello.—Alzó lavoz—. ¡Muybien,SEACABÓ! ¡La fiestaha terminado! ¡Todoelmundofuera!
Agitólasmanosderramandounalluviadepurpurina.Conunúnicoysonorotañido,labandadejódetocar.Unzumbidodesonorasquejassealzóentre
losasistentesalafiesta,perosemovieronobedientementehacialapuerta.NingunodeellossedetuvoparadarlasgraciasaMagnusporlafiesta.
—Vamos.—JaceempujóaClaryendirecciónalasalida.Lamultituderacompacta,yellasostuvolamochilaalfrente,rodeándolaprotectoraconlasmanos.
Alguienchocóconfuerzacontrasuhombro,yella lanzóunchillidoysehizoaunlado,alejándosedeJace.Unamano rozó lamochila.Alzó los ojos y vio al vampiro del pendiente con la estaca, que lesonreíadeorejaaoreja.
—Hola,bonita—dijo—.¿Quéhayenlabolsa?—Aguabendita—respondióJace, reapareciendo juntoaellacomosi lohubiesen invocado igual
queaungenio.Ungeniorubioysarcásticoconmalababa.—Aaah,uncazadordesombras—exclamóelvampiro—.¡Quémiedo!Guiñandounojo,sefundiódenuevoentrelamultitud.—Losvampirossontanprimadonna—suspiróMagnusdesdeelumbral—.Francamente,nosépor
quédoyestasfiestas.—Portugato—lerecordóClary.Magnusseanimó.—Escierto.PresidenteMiau semerece todosmisesfuerzos.—Ledirigióunamiradaaellayal
apretadogrupodecazadoresdesombrasqueibajustodetrásdeClary—.¿Osvaisya?Jaceasintió.—Noqueremosabusardetuhospitalidad.—¿Qué hospitalidad?—inquirió el brujo—. Diría que ha sido un placer conoceros, pero no es
cierto. Aunque no es que no seáis todos absolutamente encantadores, y en cuanto a ti...—Dedicó unrelucíenteguiñoaAlec,quesemostróestupefacto—.¿Mellamarás?
Alecseruborizó,tartamudeóyprobablementesehabríaquedadoallíparadotodalanochesiJacenolehubieseagarradoporelcodoyarrastradohacialapuerta,conIsabellepegadaasustalones.Claryestabaapuntodeirdetráscuandosintióunlevegolpecitoenelbrazo;eraMagnus.
—Tengounmensajeparati—dijo—.Detumadre.Clarysesorprendiótantoquecasidejócaerlamochila.—¿Demimadre?¿Quieresdecirquetepidióquemedijerasalgo?—Noexactamente—respondióél.Suojosfelinos,hendidosporlaspupilasverticalescomofisurasenunapareddeunverdedorado,
estabanseriosporunavez.—Perolaconocíenunmodoenelquetúnolaconociste.Hizoloquehizoparamantenertefuerade
unmundoqueodiaba.Todasuexistencia,lahuida,elocultarse..., lasmentiras,comotulasllamaste...,teníanlaintencióndemantenerteasalvo.Nodesperdiciessussacrificiosarriesgandotuvida.Ellanolo
querría.—¿Noquerríaquelasalvase?—Nosisignificabaponerteatienpeligro.—Perosoylaúnicapersonaalaqueleimportaloquelesuceda...—No—dijoMagnus—.Noloeres.Clarypestañeó.—Nocomprendo.Hay...,Magnus,sisabesalgo...Éllainterrumpióconbrutalprecisión.—Yunaúltimacosa.—Susojossedesviaronveloceshacia lapuerta,a travésde lacualhabían
desaparecido Jace, Alec e Isabelle—. Ten en cuenta que cuando tu madre huyó del Mundo de lasSombras, no era de losmonstruos de quienes se ocultaba.Ni de los brujos, hombres lobo, los seresfantásticos,nisiquieradelosmismosdemonios.Eradeellos.Eradeloscazadoresdesombras.
Laestabanesperandofueradelalmacén.Jace,conlasmanosenlosbolsillos,estabaapoyadocontralabarandilla de la escalera y observaba cómo los vampiros daban cautelosas vueltas alrededor deestropeadas motos, maldiciendo y lanzando palabrotas. Su rostro mostraba una tenue sonrisa. Alec eIsabelleestabanalgomásallá.Isabellesesecabalosojos,yClarysintióunaoleadaderabiairracional.IsabelleapenasconocíaaSimon.Aquellonoerasudesastre.Claryeraquienteníaderechoamontarunnúmero,nolacazadoradesombras.
Jace se separó de la barandilla cuando Clary emergió, y empezó a andar a su lado, sin hablar.Parecíaabsortoensuspensamientos.IsabelleyAlec,queavanzabanabuenpasopordelante,dabanlaimpresióndeestardiscutiendoentreellos.Claryaceleróunpocoelpaso,estirandoelcuelloparaoírlesmejor.
—Noestuculpa—decíaAlec.Elmuchachosonabacansado,comosiyahubierapasadoporaquellaclasedecosaconsuhermana
antes.Clarysepreguntócuántosnovioshabíaconvertidoellaenratasaccidentalmente.—PeroesodeberíaenseñarteanoiratantasfiestasdelSubmundo—añadió—.Novalenlapena.Isabellesorbiósonoramente.—Silehubiesesucedidoalgo,no...noséquéhabríahecho.—Probablementeloquefueraquehacíasantes—repusoAlecentonoaburrido—.Tampocoesque
leconocierastanbien.—Esonosignificaqueno...—¿Qué? ¿Que le amas?—Alec se mofó, alzando la voz—. Tienes que conocer a alguien para
amarle.—Peroesonoestodo.—Isabellesonabacasitriste—.¿Notedivertisteenlafiesta,Alec?—No.—PenséquepodríagustarteMagnus.Essimpático,¿verdad?—¿Simpático?—Alec lamiró como si estuviera loca—. Los gatitos son simpáticos. Los brujos
son...—Vaciló—.No—finalizósinconvicción.—Penséquepodríaiscongeniar.—ElmaquillajedeojosdeIsabellecentelleótanbrillantecomolas
lágrimascuandoechóunarápidamiradaasuhermano—.Queosharíaisamigos.—Tengoamigos—afirmóAlec,ymiróporencimadelhombrocasicomosinopudieraevitarlo,a
Jace.PeroJace,conladoradacabezagacha,inmersoensuspensamientos,nosediocuenta.Siguiendounimpulso,Claryalargólamanoparaabrirlamochilayecharunaojeadaasuinterior...
y frunció el entrecejo. La bolsa estaba abierta. Rememoró rápidamente la fiesta: había levantado lamochila,cerradolacremallera.Estabaseguradeello.Abriódeuntirónlabolsa,conelcorazónlatiendo
violentamente.Recordólavezquelehabíanrobadoelbilleteroenelmetro.Recordóhaberabiertoelbolsoyno
haberlo visto en su interior, haber sentido la boca seca por la sorpresa: «¿Se me ha caído? ¿Lo heperdido?».Yhabercomprendido:«Hadesaparecido».Aquelloeraparecido,sóloquemilvecespeor.Conlabocasecacomounhueso,Clarytoqueteóelinteriordelamochila,apartandoropaycuadernodebocetos,llenándoselasuñasdemugre.Nada.
Habíadejadodeandar. Jacepermanecía inmóvil justodelantedeella, conexpresión impaciente.AleceIsabelleestabanyaunamanzanamásallá.
—¿Qué sucede? —preguntó Jace, y ella se dio cuenta de que estaba a punto de añadir algosarcástico;perosindudaadvirtiólaexpresióndesurostro,porquenolohizo—.¿Clary?
—Sehaido—musitóella—.Simon.Estabaenmimochila...—¿Hatrepadofuera?Noeraunapreguntatonta,peroClary,agotadayaterrorizada,reaccionódeunmodopocorazonable.—¡Desdeluegoqueno!—lechilló—.¿Esquecreesquequiereacabaraplastadobajoelcochede
alguien,asesinadoporungato...?—Clary...—¡Cállate! —le gritó, blandiendo la mochila contra él—. Tú fuiste quien dijo que no nos
molestáramosendevolverlesuaspecto...Jaceatrapólamochilahábilmentecuandoellalabalanceó.Quitándoseladelamano,laexaminó.—Lacremalleraestárota—dijo—.Porfuera.Alguienhadesgarradolabolsa.Sacudiendolacabezacomoatontada,Clarysólopudomusitar.—Yono...—Losé.Lavozdelmuchachoeradulce.—¡Alec!¡Isabelle!¡Adelantaos!Osalcanzaremos.—Gritóhaciendobocinaconlasmanos.Lasdosfiguras,yamuypordelante,sedetuvieron;Alecvaciló,perosuhermanaloagarródelbrazo
y loarrastrócon firmezahacia laentradadelmetro.Algopresionócontra laespaldadeClary:era lamanodeJace,quelahizogirarconsuavidad.Ellaledejóquelacondujerahaciaadelante,dandotraspiésenlasgrietasdelaacera,hastaquevolvieronaestarenlaentradadeledificiodeMagnus.Elhedoraalcohol rancio y el olor dulzón y extraño que Clary había acabado por asociar con los subterráneosinundabaeldiminutoespacio.Retirandolamanodelamochiladelajoven,JaceoprimióeltimbrequehabíasobreelnombredeMagnus.
—Jace—dijoella.Élbajólosojosparamirarla.—¿Qué?Clarybuscólaspalabras.—¿Creesqueestábien?—¿Simon?El jovenvaciló,yellapensóenlaspalabrasdeIsabelle:«Nolehagasunapreguntaamenosque
sepasquepuedessoportarlarepuesta».Enlugardedecirnada,élvolvióapresionareltimbre,conmásfuerzaestavez.
Enestaocasión,Magnusrespondió,suvozretumbandoatravésdeladiminutaentrada.—¿Quiénosamolestarmidescanso?Jacepareciócasinervioso.—JaceWayland.¿Recuerdas?SoydelaClave.—Ah,sí.—Magnusparecióhaberseanimado—.¿Ereseldelosojosazules?—SerefiereaAlec—dijoClaryamablemente.
—No.Misojosseacostumbranadescribircomodorados—indicóJacealintercomunicador—.Yluminosos.
—Ah,eresése.—Magnuspareciódecepcionado;denohaberestadotantrastornada,Claryhabríalanzadounacarcajada—.Supongoqueserámejorquesubas.
Elbrujoabriólapuertavestidoconunkimonodesedaestampadocondragones,unturbantedoradoyunaexpresióndeirritaciónapenascontenida.
—Estabadurmiendo—dijoconaltivez.Jace pareció a punto de ir a decir algo desagradable, posiblemente respecto al turbante, así que
Claryleinterrumpió.—Lamentamosmolestarte,pero...Algopequeñoyblancosacóelmorrodesdedetrásdelostobillosdelbrujo.Teníaunasrayasgrises
enzigzagyorejasrosadasterminadasenunosmechonesdepeloqueledabanmáselaspectodeunratóngrandequeeldeungatopequeño.
—¿PresidenteMiau?—adivinóClary.Magnusasintió.—Haregresado.Jacecontemplóalpequeñogatoatigradoconciertodesdén.—Esonoesungato—observó—.Tieneeltamañodeunhámster.—Voyaolvidarmuyamablementeloquehasdicho—indicóMagnususandoelpieparaempujara
PresidenteMiaudetrásdeél—.Ahoraexactamente¿aquéhabéisvenidoaquí?Claryalargólamochilarota.—EsSimon.Hadesaparecido.—Ah—exclamóMagnus,condelicadeza—,¿lehadesaparecidoqué,exactamente?—Desaparecido—repitióJace—,sehaido,ausente,noestápresente,desvanecido.—Quizá ha ido a esconderse en alguna parte —sugirió Magnus—. No puede resultar fácil
acostumbrarseaserunarata,enespecialparaalguientanestúpidoparaempezar.—Simonnoesestúpido—protestóClaryairadamente.—Es cierto—coincidió Jace—.Simplemente parece estúpido.En realidad tiene una inteligencia
másbiennormal.—Sutonoeraligero,perosushombrosestabantensoscuandosevolvióhaciaMagnus—.Cuandonos íbamos,unode tus invitadospasórozandoaClary.Creoque ledesgarró lamochilaycogióalarata.ASimon,quierodecir.
—¿Y?—inquirióMagnus,mirándole.—Ynecesitoaveriguarquiénera—concluyóJacesinapartarlavista—.Imaginoquelosabes.Eres
elGranBrujodeBrooklyn.Yodiríaquenosucedendemasiadascosasentuapartamentodelasquenoestésenterado.
Magnusseinspeccionóunarelucienteuña.—Noteequivocas.—Porfavor,dínoslo—rogólachica.La mano de Jace se cerró con fuerza sobre la muñeca de Clary. Sabía que él quería que
permanecieracallada,peroesoeraimposible.—Porfavor.Magnusdejócaerlamanoconunsuspiro.—Estábien.Viaunode losvampirosde laguaridade la zona residencialmarcharconuna rata
marrónenlasmanos.Francamente,imaginéqueeraunodelossuyos.AveceslosHijosdelaNocheseviertenenratasomurciélagoscuandoseemborrachan.
LasmanosdeClarytemblaban.—¿PeroahoracreesqueeraSimon?
—Essólounasuposición,peropareceprobable.—Hay una cosamás.—Jace hablaba con bastante calma, pero estaba alerta ahora, igual que lo
habíaestadoenelapartamentoantedequeencontraranalrepudiado—.¿Dóndeestásuguarida?—¿Suqué?—Laguaridadelosvampiros.Ahíesadóndefueron,¿verdad?—Esodiríayo.—Magnusdabalaimpresióndedesearestarencualquierpartemenosallí.—Necesitoquemedigasdóndeestá.Magnussacudiónegativamentelacabezacubiertaconelturbante.—NovoyaponermeamalasconlosHijosdelaNocheporunmundanoquenisiquieraconozco.—Espera—interrumpióClary—.¿ParaquéquerríanaSimon?Pensabaquenoselespermitíahacer
dañoalagente...—¿Sabesloquecreo?—repusoMagnus,sinquerersercruel—.Dieronporsupuestoqueerauna
rata domesticada y pensaron que sería divertidomatar lamascota de un cazador de sombras.No lesgustáismucho,diganloquediganlosAcuerdos...ynohaynadaenlaAlianzasobrenomataranimales.
—¿Vanamatarle?—inquirióClary,mirándolefijamente.—Nonecesariamente—seapresuróadecirél—.Podríanhaberpensadoqueeraunodelossuyos.—Encuyocaso,¿quélesucederá?—quisosaberella.—Bueno,cuandorecuperelaformahumana,lemataránigualmente.Peropodríaistenerunascuantas
horasmás.—Entoncestienesqueayudarnos—dijoClaryalbrujo—.DelocontrarioSimonmorirá.Magnuslamiródearribaabajoconunaespeciedesimpatíaaséptica.—Todosmueren,querida—repuso—.Serámejorqueteacostumbresaello.Empezóacerrarlapuerta.Jaceintrodujounpie,paraimpedírselo.Magnussuspiró.—¿Ahoraqué?—Todavíanonoshasdichodóndeestalaguarida—insistióeljoven.—Novoyahacerlo.Osdijeque...FueClaryquienleinterrumpió,abriéndosepasofrenteaJace.—Merevolvisteelcerebro—dijo—.Mearrebatastemisrecuerdos.¿Nopuedeshacerestaúnica
cosapormí?Magnusentrecerrósusbrillantesojosfelinos.Enalgúnlugara lo lejos,PresidenteMiauchillaba.
Lentamente,elbrujobajólacabezayselagolpeóunavez,nocondemasiadasuavidad,contralapared.—ElviejohotelDumort—dijo—.Enlazonaresidencial.—Sédóndeestá.—Jaceparecíacomplacido.—Necesitamos llegar allí inmediatamente. ¿Tienes un Portal? —inquirió Clary, dirigiéndose a
Magnus.—No.—Pareciómolesto—.LosPortalessonbastantedifícilesdeconstruiryrepresentanungran
riesgo para su propietario. Cosas desagradables pueden pasar por ellos si no están protegidoscorrectamente. Los únicos que conozco en Nueva York son el que está en casa de Dorothea y el deRenwick,peroambosestándemasiadolejosparaquemerezcalapenamolestarseenirhastaallí,inclusoaunqueestuvieraissegurosdequesuspropietariososdejaríanusarlos,loqueprobablementenoharían.¿Entendido?Ahoramarchad.
MagnusmirósignificativamenteelpiedeJace,queseguíabloqueandolapuerta.Jacenosemovió.—Unacosamás—dijoJace—.¿Hayalgúnsitiosagradoporaquí?—Buenaidea.Sivasaentrarenunaguaridadevampirostúsólito,serámejorquerecesantes.—Necesitamosarmas—repusoJace,lacónico—.Másdelasquellevamosconnosotros.Magnusseñalóconeldedo.—HayunaiglesiacatólicabajandoenlacalleDiamond.¿Serviráeso?
Jaceasintió,retrocediendo.—Eso...La puerta se les cerró en la cara.Clary, jadeando, la siguiómirando fijamente hasta que Jace la
cogiódelbrazoylacondujoescalerasabajo,devueltaalanoche.
14ElhotelDumort
Porlanoche,laiglesiadelacalleDiamondresultabaespectral,consusventanalesgóticosreflejandolaluzdelalunacomoespejosplateados.Unarejadehierroforjadorodeabaeledificioyestabapintadadeunnegromate.Clarysacudiólaverjadelantera,perounsólidocandadolamanteníabloqueada.
—Estácerradaconllave—dijo,echandounaojeadaaJaceporencimadelhombro.Ésteblandiósuestela.—Déjameamí.Clary le observómientras trabajaba con el candado, observó la delgada curva de su espalda, el
ondulardelosmúsculosbajolasmangascortasdesucamiseta.Laluzdelalunaleeliminabaelcolordeloscabellos,volviéndolosmásplateadosquedorados.
El candadogolpeócontra el suelo conun sonidometálico, convertido enun retorcidopedazodemetal.Jacepareciócomplacidoconsigomismo.
—Comodecostumbre—declaró—.Soysorprendentementebuenoeneso.Clarysesintiórepentinamenteenojada.—Cuandolapartedeautofelicitacióndelanochehayaconcluido,¿podríamosregresaralatareade
salvaramiamigodeserdesangradohastalamuerte?—Desangrado—repitióJace,impresionado—.Ésaesunagranpalabra.—Ytúeresungran...—Chist,chist—lainterrumpióél—.Nosedebendecirpalabrotasenlaiglesia.—Aúnnoestamosen la iglesia—mascullóClary, siguiéndoleporel senderodepiedrahasta las
doblespuertasdelanteras.Elarcodepiedrasobrelaentradaestababellamenteesculpido,conunángelmirandoalsuelodesde
su punto más alto. Agujas sumamente afiladas se recortaban negras en el cielo nocturno, y Clarycomprendió que era la iglesia que ya había vislumbrado aquella noche desde elMcCarren Park. Semordióellabio.
—Enciertomodo,noparececorrectoforzarlacerraduradelapuertadeunaiglesia.ElperfildeJaceparecíaserenobajolaluzdelaluna.—Novamosahacerlo—contestó,deslizandosuestelaalinteriordelbolsillo.Posóunadelgadamanomorena,marcadatodaellacondelicadascicatricesblancascomounvelode
encaje,sobrelamaderadelapuerta,justoporencimadelpestillo.—EnelnombredelaClave—recitó—,solicitoentradaaestelugarsagrado.Enelnombredela
BatallaQueNuncaTermina, solicitoelusode tusarmas.YenelnombredelángelRaziel, solicito tubendiciónenmimisióncontralastinieblas.
Clarylemiróconasombro.Élnosemovió,aunqueelvientonocturnolearrojóloscabellosalosojos;parpadeó,y justocuandoellaestabaapuntodehablar, lapuertaseabrióconunchasquidoyuncrujido de goznes. Giró hacia dentro con suavidad ante ellos, dando paso a un lugar vacío y fresco,iluminadoporpuntosllameantes.
Jacediounpasoatrás.—Despuésdeti.CuandoClarypasóalinterior,unaoleadadeairefrescolaenvolvió,juntoconelolorapiedraya
cera. Hileras de bancos de iglesia, tenuemente iluminados, se extendían en dirección al altar, y unmontículo de velas brillaba como un lecho de chispas sobre la pared opuesta. Se dio cuenta de que,apartedel Instituto,queen realidadnocontaba,nuncaanteshabíaestadodentrodeuna iglesia.Había
visto cuadros, y visto el interior de iglesias en películas y en programas anime, donde aparecíanregularmente. Una escena en una de sus series anime favoritas tenía lugar en una iglesia con unmonstruososacerdotevampiro.Sesuponíaqueunodebíasentirseasalvodentrodeunaiglesia,peroellanosesentíaasí.Formasextrañasparecíanerguirseanteellasurgiendodelaoscuridad.Seestremeció.
—Lasparedesdepiedramantienenfueraelcalor—explicóJacealadvertirlo.—Noeseso—replicóella—.¿Sabesquenuncaheestadoenunaiglesiaantes?—HasestadoenelInstituto.—Quierodecirenunaiglesiaauténtica.Paraasistiramisa.Esaclasedecosa.—¿Deveras?Bueno,estoeslanave,dondeestánlosbancos.Esdondesesientalagentedurantela
misa.—Avanzaron,susvocesresonandoenlasparedesdepiedra—Aquíarribaestáelábside.Aquíesdondeestábamosnosotros.Yestoeselaltar,dondeelsacerdotecelebralaEucaristía,siempreenelladoestedelaiglesia.
Searrodillófrentealaltar,yellapensóporunmomentoquerezaba.Elaltareraalto,construidoengranito oscuro y adornado con una tela roja. Detrás de él, se alzaba una ornamentada talla dorada,grabada con figuras de santos y mártires, cada uno con un disco plano dorado tras la cabezarepresentandounhalo.
—Jace—murmuró—,¿quéestáshaciendo?Élhabíaposadolasmanossobreelsuelodepiedraylasmovíaunladoaotroconrapidez,comosi
buscaraalgo,removiendoelpolvoconlasyemasdelosdedos.—Buscararmas.—¿Aquí?—Sesuponequeestánocultas,por logeneralalrededordelaltar.Guardadasparanuestrousoen
casodeemergencias.—¿YestoesalgunaclasedetratoquetenéisconlaIglesiacatólica?—Noespecíficamente.LosdemoniosllevanenlaTierratantotiempocomonosotros.Estánportodo
elmundo,ensusdistintasformas:demoniosgriegos,daevaspersas,asurashindúes,oni japoneses.Lamayoríadecreenciastienenalgúnmétodoparaincorporartantosuexistenciacomolaluchacontraellos.Loscazadoresdesombrasnoseadhierenaningunareligiónúnica,yporsupartetodaslasreligionesnosayudanennuestrabatalla.Podríahaber ido igualmenteenbuscadeayudaauna sinagoga judíaoauntemplosintoístao...
—Ah.Aquíestá.Quitóelpolvoconlamanomientrasellasearrodillabaasulado.Esculpidaenunadelaspiedras
octogonalessituadasanteelaltar,habíaunaruna.Clarylareconoció,casiconlamismafacilidadquesiestuvieraleyendolapalabraensuidioma.Eralarunaquesignificaba«nefilim».
Jacesacósuestelaytocólapiedraconella.Conunchirrido,éstasemovióhaciaatrás,mostrandouncompartimientooscurodebajo.Dentrodelcompartimientohabíaunacajaalargadademadera; Jacealzólatapaycontemplóconsatisfacciónlosobjetospulcramentedispuestosenelinterior.
—¿Quéestodoesto?—preguntóClary.—Vialesdeaguabendita,cuchillosbendecidos,hojasdeaceroyplata—explicóél,amontonando
lasarmassobreelsueloasulado—.Cabledeoroargentífero...,aunquenonossirvedegrancosaenestemomento,perosiempreesbuenotenerunareserva...,balasdeplata,amuletosdeprotección,crucifijos,estrellasdeDavid.
—Jesús—exclamóClary.—Dudoqueélcupieraaquí.—Jace.—Claryestabaconsternada.—¿Qué?—Nosé,noparecequeestébienhacerchistescomoéseenunaiglesia.
—Enrealidadnosoycreyente—explicóél,encogiéndosedehombros.Clarylemirósorprendida.—¿No?Él negó con la cabeza. Le cayeron cabellos sobre el rostro, pero estaba examinando un vial de
líquido transparenteynoalzó lamanoparaecharlosatrás.LosdedosdeClarysemoríandeganasdehacerloporél.
—¿Pensabasqueyoerareligioso?—preguntóél.—Bueno...—Vaciló—.Sihaydemonios,entoncesdebedehaber...—Debedehaber¿qué?—Jacesemetióelvialenelbolsillo—.Ah—siguió—.Terefieresaquesi
hayesto—señalóabajo,alsuelo—,debehaberesto.—Señalóarriba,endirecciónaltecho.—Eslológico.¿Noescierto?Jacebajólamanoylevantóuncuchillo,examinandolaempuñadura.—Tediréalgo—comenzó—.Heestadomatandodemoniosduranteunterciodemivida.Debode
haberenviadoaquinientosdeellosdevueltaacualquieraquefuera ladimensióndemoníacadesde laquereptaron.Yentodoese tiempo...,entodoesetiempo...,nohevistonuncaunángel.Jamásheoídohablarsiquieradenadiequelohayavisto.
—Perofueunángelquiencreóaloscazadoresdesombrasparaempezar—replicóClary—.EsoesloqueHodgedijo.
—Esunahistoriabonita.—Jacelamiróatravésdeunosojosentrecerrados,comolosdeungato—.MipadrecreíaenDios—dijo—.Yono.
—¿Enabsoluto?Noestabaseguradeporquélepinchaba;ellajamáshabíapensadoensiellamismacreíaenDiosy
enángelesyentodoeso,ydehabérselepreguntado,habríadichoqueno.Noobstante,habíaalgoenJacequelaimpulsabaaquererpresionarle,aquebraraquelcaparazóndecinismoyhacerleconfesarquecreíaenalgo,quesentíaalgo,queleimportabaalgunacosa.
—Dejaqueloexpongadeestemodo—continuóél,deslizandounpardecuchillosensucinturón.Lapocaluzquesefiltrabaatravésdelosvitralesproyectabacuadradosdecoloressobresurostro.—MipadrecreíaenunDiosjusto.Deusvolt,éseerasulema:«PorqueDiosloquiere».Eraellema
de los cruzados, y partieron a la batalla y losmasacraron, igual que ami padre.Y cuando le vi allí,muerto en un charco de su propia sangre, supe entonces que yo no había dejado de creer en Dios.SimplementehabíadejadodecreerqueaDiosleimportáramos.PuedequehayaunDios,Clary,ypuedequenolohaya,peronocreoquetengaimportancia.Encualquiercaso,estamossolos.
Eran los únicos pasajeros en el vagón del metro que se dirigía al distrito residencial. Clarypermaneciósentadasinhablar,pensandoenSimon.Devezencuando,Jaceledirigíaunamirada,comosiestuvieraapuntodedeciralgo,antesdevolverasumirseenundesacostumbradosilencio.
Cuandosalierondelmetro,lascallesestabandesiertas;elaireerapesadoyconregustoametal;lastiendasdevinosy licores, las lavanderíasautomáticasy loscentrosdecobrodechequespermanecíansilenciosos tras sus persianas nocturnas de chapa de acero. Tras una hora de búsqueda finalmentelocalizaronelhotel,enunacallelateralquesalíadela116.Pasarondosvecespordelante,pensandoquenoeramasqueotroedificiodeapartamentosabandonado,antesdequeClaryvieraelletrero.Sehabíadesprendidodeunclavoycolgabaocultotrasunárbolachaparrado.HOTELDUMONTdeberíahaberpuesto,peroalguienhabíapintadoencimadelaNylahabíareemplazadoporunaR.
—HotelDumort—leyóJacecuandoellaseloseñaló—.Encantador.Clarysólohabíahechodosañosdefrancés,perofueronsuficienteparaentenderelchiste.—Dumort—dijo—.Delamuerte.Jaceasintió.Todoélsehabíapuestoenalerta,comoungatoqueveunratónescurriéndosetrasun
sofá.
—Pero no puede ser el hotel—observó Clary—. Las ventanas están tapadas con tablones, y lapuertatapiada...Ah—finalizó,captandosumirada—.Deacuerdo.Vampiros.Pero¿cómoentran?
—Vuelan—respondióJace,eindicólospisossuperioresdeledificio.Estabaclaroque,enotraépoca,habíasidounhoteleleganteylujoso.Lafachadadepiedraestaba
bellamente decorada con esculturas de arabescos y flores de lis, oscuras y erosionadas por años deexposiciónalairecontaminadoylalluviaácida.
—Nosotrosnovolamos—sesintióimpelidaaindicarella.—No—estuvodeacuerdoél—.Nosotrosnovolamos.Forzaremosunaentrada.Empezóacruzarlacalleendirecciónalhotel.—Lodevolarsuenamásdivertido—bromeóClary,apresurandoelpasoparaponerseasualtura.—Justoahoratodosuenamásdivertido.Lamuchachasepreguntósi lodecíaenserio.Habíaunaexcitaciónenél,unaexpectaciónante la
caza,quelehizopensarquenosesentíatandesdichadocomoafirmaba.«Hamatadomásdemoniosquenadiedesuedad».Unonomatatantosdemonioshaciéndoseelremolónenunapelea.
Sealzóunvientotorrido,queagitólasramasdelárbolachaparradosituadofrentealhotelehizorodarlabasuradelasalcantarillasylaaceraporelpavimento.Lazonaestabacuriosamentedesierta;porlogeneral,enManhattan,siemprehabíaalguienenlacalleinclusoalascuatrodelamañana.Variasdelasfarolasquebordeabanlaaceraestabanapagadas,aunquelamáspróximaalhotelproyectabauntenueresplandor amarillo sobre el agrietado caminoque conducía hasta lo que, en el pasado, había sido laentradaprincipal.
—Mantente fuerade la luz—advirtió Jace, tirándolede lamangaparaacercarlaaél—.Podríanestarvigilandodesdelasventanas.Ynomiresarriba—añadió,aunqueyaerademasiadotarde.
Claryyahabíaechadounvistazoalasventanasrotasdelospisossuperiores.Porunmomentopensóque le había parecido ver un levemovimiento en una de las ventanas, un destello blanco, que podríahabersidounrostroounamanoapartandounagruesacolgadura...
—Vamos.Jacelaarrastróconélparaquesefundieraconlassombrasmáspróximasalhotel.Clarysintiósu
desbocadonerviosismoenlacolumnavertebral,enelpulsodelasmuñecas,enelfuertemartilleodelasangre en los oídos.El tenue zumbido de coches distantes parecíamuy lejano; el único sonido era elcrujirdesusbotassobre laacera repletadebasuradesperdigada.Deseópoderandarsinhacer ruido,comouncazadordesombras.QuizáalgúndíalepediríaaJacequeleenseñara.
Doblaronsigilosamentelaesquinadelhotelyentraronenuncallejón,queprobablementehabíasidounaentradadeservicioparalasentregas.Eraestrechoyestaballenodebasura:cajasmohosasdecartón;botellasdecristalvacías;plásticohecho trizas;cosasesparcidasqueClarypensóenunprincipioqueeranmondadientes,peroquedemásdecercaparecían...
—Huesos—afirmóJacecategórico—.Huesosdeperro,huesosdegato.Nomirescondemasiadaatención;revisarlabasuradelosvampirosrarasvecesresultaagradable.
Clarysetragólasnáuseas.—Bueno—repuso—,almenossabemosqueestamosenellugarcorrecto—Yseviorecompensada
porlachispaderespetoqueapacióbrevemente,enlosojosdeJace.—Desde luego que estamos en el lugar correcto—dijo él—.Ahora sólo tenemos que averiguar
cómoentrar.Eraevidentequehabíanexistidoventanasallíenelpasado,peroestabantapiadas.Nohabíaninguna
puertaniningúnletrerodeunasalidadeemergencia.—Cuando esto era un hotel—comenzó Jace despacio—, tenían que haber recibido las entregas
aquí.Quierodecirquenoleshabríanentradolascosasporlapuertaprincipal,ynohayningúnotrolugarparaqueloscamionessedetengan.Asíquedebeexistirunaentrada.
ClarypensóenlastiendecitasycolmadosquehabíacercadesucasaenBrooklyn.Leshabíavistorecibir los suministros, temprano por la mañana mientras ella iba a la escuela; había visto a lospropietarios de la charcutería coreana abrir las puertas de metal que estaban frente a las puertas deacceso,paraasípodertransportarlascajasdeservilletasdepapelylacomidadegatoalinteriordelossótanosquelesservíandealmacén.
—Apuestoaquelaspuertasestánenelsuelo.Probablementeenterradasbajotodaestaporquería.Jace,justodetrásdeella,asintió.—Esoesloqueestabayopensando—Suspiró—.Supongoqueserámejorquemovamoslabasura.
Podemos empezar con el contenedor. —Lo señaló con el dedo, con una expresión claramente pocoentusiasta.
—Preferiríasenfrentarteaunahordadedemoniosfamélicos,¿verdad?—dijoClary.—Al menos, ellos no estarían infestados de gusanos. Bueno —añadió pensativamente—, no la
mayoría de ellos, de todos modos. Hubo aquel demonio, una vez, que perseguí y atrapé en lasalcantarillasdedebajodeGrandCentral...
—Nosigas—Claryalzóunamanoamododeadvertencia—,noestoyrealmentedehumorenestosinstantes.
—Éstadebedeserlaprimeravezqueunachicamediceeso—reflexionóJace.—Noteseparesdemíynoserálaúltima.LascomisurasdelabocadeJacesecrisparon.—Éstenoesprecisamenteelmomentoparabromas.Tenemosbasuraqueacarrear.—Seaproximó
concuidadoalcontenedoryagarróunodeloslados—.Túsujetaelotro.Lovolcaremos.—Volcarlo hará demasiado ruido —argumentó ella, colocándose en el otro lado del enorme
contenedor.Erauncontenedordebasuracorrientedelaciudad,pintadodeverdeoscuroysalpicadodemanchas
extrañas.Apestaba,aúnmásquelamayoríadecontenedores,abasurayaalgomás,algoespesoydulzónqueleinundólagargantayleprovocóganasdevomitar.
—Deberíamosempujarlo—indicóella.—Oye,mira...—empezóadecirél,cuandounavozhabló,deimproviso,surgiendodelassombras
detrásdeellos.—¿Realmentecreéisquedeberíaisestarhaciendoesto?—preguntó.Clary se quedó paralizada, con la vista fija en las sombras de la entrada del callejón. Por un
aterrado instante se preguntó si había imaginado la voz, pero Jace también estaba paralizado, con elasombropintadoenelrostro.Erararoquenadalesorprendiera,másraroaúnquenadieseleaproximarasinquesedieracuenta.Elmuchachoseapartódelcontenedor,deslizandolamanohaciaelcinturón,lavozapagada.
—¿Hayalguienahí?—Diosmío.—Lavozeramasculina,divertida,yhablabaconacentochicano—.Nosoisdeeste
vecindario,¿verdad?Se adelantó, saliendo de las sombras más espesas. Su forma fue revelándose poco a poco: un
muchacho,nomuchomayorqueJaceyprobablementeunosquincecentímetrosmásbajo.Eradelgado,con enormes ojos oscuros y la tez color miel de una pintura de Diego Rivera. Llevaba pantalonesdeportivosnegrosyunacadenadeorodelcuello,quecentellódébilmentecuandoseacercómásalaluz.
—Podríasdecirloasí—contestóJaceconcautelaysinapartarlamanodelcinturón.—Nodeberíaisestaraquí.—Elmuchachosepasóunamanoporlosgruesosrizosnegrosquesele
derramabansobrelafrente—.Estelugarespeligroso.«Se refiere a que es unmal vecindario.»AClary casi le entró la risa a pesar de que no era en
absolutodivertido.
—Losabemos—repusoella—.Sólonoshemosperdidounpoco,esoestodo.Elmuchachoindicóelcontenedorconungesto.—¿Quéestáishaciendoconeso?«Nosirvoparaimprovisarmentiras»,pensóClary,ymiróaJace,quien,esperó,seríaexcelenteen
eso.Élladecepcionóinmediatamente.—Intentábamosentrarenelhotel.Pensábamosquepodríahaberunapuertadeunsótanodetrásdel
cubodelabasura.Losojosdelmuchachoseabrierondeparenpar,incrédulos.—Putamadre...¿porquéqueréishaceralgoasí?—Parahaceruna travesura,yasabes—respondióJace,encogiéndosedehombros—.Unpocode
diversión.—Noloentendéis.Estelugarestáencantado,maldito.Malasuerte.MeneólacabezaenérgicamenteydijovariascosasencastellanoqueClarysospechóteníanquever
conlaestupidezdelosmalcriadoschicosblancosengeneralylaestupidezdeellosdosenparticular.—Venidconmigo,osllevaréalmetro.—Sabemosdóndeestáelmetro—replicóJace.Elmuchachorióconunasuaverisavibrante.—Claro. Por supuesto que lo sabéis, pero si vais conmigo, nadie os molestará. No queréis
problemas,¿verdad?—Eso depende —contestó Jace, y se movió de modo que su chaqueta se abriera ligeramente,
mostrandoeldestellodelasarmasmetidasensucinturón—.¿Cuántoteestánpagandoparamanteneralagentealejadadelhotel?
Elmuchachoechóunaojeadaasuespalda,ylosnerviosdeClaryvibraronmientrasimaginabalaentradadelestrechocallejónllenándoseconotrasfigurassombrías,derostrosblancos,bocasrojasyconeldestellodecolmillostanrepentinocomometalarrancandochispasdelaacera.CuandovolvióamiraraJace,labocadeésteeraunafinalínea.
—¿Cuántomeestápagandoquién,chico?—Los vampiros. ¿Cuánto te están pagando? O es algo diferente... ¿te dijeron acaso que te
convertiríanenunodeellos,teofrecieronvidaeterna,sindolor,sinenfermedades,vivirparasiempre?Porquenovalelapena.Lavidasehacemuylargacuandounonovenuncalaluzdelsol,chico—dijoJace.
Elmuchachoniseinmutó.—MinombreesRaphael.Nochico.—Perosabesdequéteestamoshablando.¿Sabesquehayvampiros?—preguntóClary.Raphaelvolviólacabezaaunladoyescupió.Cuandolesvolvióamirar,susojosestabanrepletos
derelucienteodio.—Losvampiros,sí,esosanimalesbebedoresdesangre.Yaantesdeque tapiaranelhotelcorrían
historias,lascarcajadasaaltashorasdelanoche,losanimalespequeñosquedesaparecían,lossonidos...—Sedetuvo, sacudiendo la cabeza—.Todo elmundo en el vecindario sabe que esmejormantenerseapartado, pero ¿qué se puede hacer?No se puede llamar a la policía y decirle que tu problema sonvampiros.
—¿Loshasvistoalgunavez?—preguntóJace—.¿Oconocesaalguienquelohayahecho?Elotrorespondiólentamente.—Hubounoschicosunavez,ungrupodeamigos.Pensaronqueteníanunabuenaidea:entrarenel
hotelymatara losdelmonstruos interior.Llevaronpistolas, tambiéncuchillos, todobendecidoporunsacerdote.Jamássalieron.Mitía,ellaencontrósusropasmástarde,frentealacasa.
—¿Lacasadetutía?—inquirióJace.—Si.Unodelosmuchachoseramihermano—explicóRaphaelentonocansino—.Asíqueahoraya
sabesporqué,aveces,pasoporaquíenplenanoche,decaminoacasadesdelacasademitía,yporquéosadvertíqueosmarchaseis.Sientráisahí,novolveréisasalir.
—Miamigoestáahídentro—declaróClary—.Hemosvenidoabuscarle.—Ah—exclamóRaphael—,entoncestalveznopuedahacerqueosmarchéis.—No —repuso Jace—, pero no te preocupes. Lo que les pasó a tus amigos no nos pasará a
nosotros.Sacóunodeloscuchillosdeángeldesucinturónylosostuvoenalto,latenueluzqueemanabadeél
iluminóloshuecosbajosuspómulosyleensombreciólosojos.—Hematadoagrancantidaddevampirosantes.Suscorazonesnolaten,peropuedenmorirdetodos
modos.RaphaelaspiróconfuerzaydijoalgoencastellanoenvozdemasiadobajayvelozparaqueClarylo
entendiera.Fuehaciaellos,casidandountraspiéenunmontóndeenvoltoriosarrugadosdeplásticoensuprecipitación.
—Séloquesois...,heoídohistoriassobrelosdevuestraclase,delancianopadredeSantaCecilia.Pensabaquenoeramásqueuncuento.
—Todosloscuentossonciertos—dijoClary,peroenuntonotanbajoqueélnoparecióoírla.ElmuchachomirabaaJace,conlospuñosapretados.—Quieroirconvosotros—dijo.Jacenegóconlacabeza.—No,terminantementeno.—Puedoenseñaroscómoentrar—indicóRaphael.Jacetitubeó,latentaciónbienclaraensurostro.—Nopodemosllevarte.—Muybien.Raphael pasómajestuosamente por su lado y apartó de una patada unmontón de basura apilada
contraunapared.Allíhabíaunarejillademetalcondelgadosbarrotesrecubiertosdeunafinacapadeóxidomarrónrojizo.Searrodilló,sujetólosbarrotesyalzólarejillaapartándola.
—Asíescomomihermanoysusamigosentraron.Desciendehastaelsótano,creo.Alzó losojoscuandoJaceyClaryse reunieronconél.Clarycontuvoamedias la respiración;el
olor de la basura era abrumador, e incluso en la oscuridad podía ver las formas veloces de lascucarachasreptandoporlosmontones.
UnafinasonrisasehabíaformadojustoenlascomisurasdeloslabiosdeJace.Sosteníaaúnensumano el cuchillo del ángel, y la luz mágica que surgía de él prestaba a su rostro un tinte espectral,recordando a Clary el modo en que Simon había sostenido una linterna bajo su barbilla mientras lecontabahistoriasdeterrorcuandolosdosteníanonceaños.
—Gracias—dijoJaceaRaphael—.Estoserviráestupendamente.Elrostrodelotromuchachoestabapálido.—Entradahídentroyhacedporvuestroamigoloqueyonopudehacerpormihermano.JacesevolvióameterelcuchilloserafínenelcinturónyechóunarápidamiradaaClary.—Sigúeme—dijo,yseescurrióatravésdelarejillaenunúnicomovimientouniforme,conlospies
pordelante.Ellacontuvolarespiración,aguardandooírungritodedolorodesorpresa,perosólohuboelsuavegolpesordodepiesaterrizandosobresuelofirme.
—Estábien—leindicóéldesdeabajoconvozamortiguada—.Saltaaquíabajoyyotecogeré.LamuchachamiróaRaphael.—Graciasportuayuda.
Élnodijonada,selimitóaextenderlamano,queellausóparasujetarsemientrasmaniobrabaenposición.Elmuchachoteníalosdedosfríos.Lasoltócuandoellasedejócaeratravésdelarejilla.Lacaída duró un segundo, y Jace la atrapó. El vestido se le subió por losmuslos y lasmanos de él lerozaronlaspiernasmientrasellaaterrizabaentresusbrazos.Eljovenlasoltócasiinmediatamente.
—¿Estásbien?Ellatiróhaciaabajodelvestido,contentadequeélnopudieraverlaenlaoscuridad.—Estoyperfectamente.Jaceextrajoelcuchillodelángel,levementeincandescente,delcinturónyloalzó,dejandoquesu
crecienteluzcayerasobreloquelosrodeaba.Estabandepieenunespaciollano,detechobajo,conunsueloagrietadodehormigón.Seveíanrecuadrosdemugreenloslugaresdondeelsueloestabaroto,yClarysefijóenenredaderasnegrasquehabíanempezadoaenroscarseporlasparedes.Unaentrada,alaquefaltabalapuerta,dabaaotrahabitación.
Un fuerte golpe sordo le hizo dar un brinco, y al volverse vio aRaphael que aterrizaba, con lasrodillasdobladas,justoapocoscentímetrosdeella.Leshabíaseguidoatravésdelarejilla.Seirguióysonriócomounmaníaco.
Jacesepusofurioso.—Tedije...—Yteoí.—Raphaelagitóunamanoenactituddesdeñosa—.¿Quévasahacer?Nopuedoregresar
pordondeentramos,ynopuedessimplementedejarmeaquíparaquelosmuertosmeencuentren...¿noescierto?
—Loestoypensando—replicóJace.Parecía cansado, advirtió Clary con cierta sorpresa; las sombras bajo sus ojos eran más
pronunciadas.Raphaelseñaló.—Debemosirenesadirección,hacialasescaleras.Ellosestánarribaenlospisossuperioresdel
hotel.Yaveréis.Se abrió pasó por delante de Jace y atravesó la estrecha entrada. Jace le siguió con lamirada,
negandoconlacabeza.—Realmenteempiezoaodiaralosmundanos—exclamó.
Laplantamásbajadelhoteleraunconjuntodepasilloslaberínticosquedabanacuartosdealmacenajevacíos,unalavanderíaabandonadaconmontonesmohososdetoallasdehilocolocadasengrandespilasenelinteriordecestosdemimbrepodrido,einclusounacocinafantasmal,conhilerasdemostradoresdeacero,queseperdíanalolejosenlassombras.Lamayoríadelasescalerasqueconducíanarribahabíandesaparecido; no se habían podrido sino que las habían hecho pedazos deliberadamente, reducidas amontones de leña apilados contra las paredes, con pedazos de la que había sido una lujosa alfombrapersapegadosalamaderacomofloresdemohopeludo.
La desaparición de las escaleras desconcertó a Clary. ¿Qué tenían los vampiros contra lasescaleras? Finalmente localizaron unas que estaban intactas, situadas detrás de la lavandería. Lasdoncellasdebíandehaberlasutilizadoparatransportarlaropablancaarribayabajoantesdequehubieraascensores.Enlospeldañoshabíaahoraunagruesacapadepolvo,comounacapadepolvorientanievegris,quehizotoseraClary.
—Chisst—siseóRaphael—.Teoirán.Estamoscercadedondeduermen.—¿Cómolosabes?—lesusurróellaasuvez.Sesuponíaqueélnodebíaestarallí.¿Quéledabaaélderechoasermonearlasobreruido?—Puedosentirlo.—Elrabillodelojoselecrispó,yClaryreparoenqueestabatanasustadocomo
ella—.¿Túnopuedes?Ellanegóconlacabeza.Nonotabanada,apartedesentirseextrañamentehelada;traselsofocante
calordelanocheenelexterior,elfríodentrodelhoteleraintenso.Enloaltodelaescalerahabíaunapuertaenlaquelapalabrapintada«vestíbulo»resultabaapenas
legiblebajoañosdemugreacumulada.LapuertalanzóunarociadadeherrumbrecuandoJacelaempujóparaabrirla.Clarysepreparópara...
Pero la habitación del otro lado estaba vacía. Se hallaron en un gran vestíbulo, con lamoquetapodridaarrancadahaciaatrásparamostrarlastablasastilladasdelsuelo.Enelpasado,elpuntocentraldeaquellahabitaciónhabía sidounaescalinatamagnífica,quedescribíaunaelegantecurva,bordeadaporunabarandilladoradaylujosamenteenmoquetadaenoroyescarlata.Enaquellosmomentos,todoloquequedabaeranlospeldañossuperiores,queascendíanalinteriordelaoscuridad.Loquequedabadelaescalinatafinalizabajustoporencimadesucabeza,enelaire.Lavisiónresultabatansurrealistacomouna de aquellas pinturas abstractas de Magritte que Jocelyn adoraba. Aquélla, se dijo Clary, podríallamarseLaescaleraaningunaparte.
Suvozsonótansecacomoelpolvoquelorecubríatodo.—¿Quétienenlosvampiroscontralasescaleras?—Nada—contestóJace—.Simplementenonecesitanusarlas.—Esunmododemostrarqueestelugaresunodelossuyos.LosojosdeRaphaelbrillaban.Parecíacasientusiasmado.Jaceledirigióunaojeadadesoslayo.—¿Hasvistorealmenteunvampiroalgunavez,Raphael?—preguntó.Éllemirócasicomosiestuvieraausente.—Séqueaspectotienen.Sonmáspálidosymásdelgadosquelossereshumanos,peromuyfuertes.
Andancomogatosysaltanconlavelocidaddelasserpientes.Sonhermososyterribles.Comoestehotel.—¿Teparecehermoso?—preguntóClary,sorprendida.—Puedesvercómoera,haceaños.Comounamujerancianaqueuntiempofuehermosa,peroala
quelavidalehaarrebatadolabelleza.Debesimaginarestaescalinatacomofue,conlaslámparasgasardiendo a lo largode todos los peldaños, como luciérnagas en la oscuridad, y las galerías llenas degente.Nocomoesahoratan...—Seinterrumpió,buscandounapalabra.
—¿Truncada?—sugirióJaceentonoseco.Raphael pareció casi sobresaltado, como si Jace lo hubiese arrancado de su ensoñación. Rió
trémulamenteysediolavuelta.ClarysevolvióhaciaJace.—¿Dóndeestán,detodosmodos?Losvampiros,quierodecir.—Arriba, probablemente. Les gusta estar altos cuando duermen comomurciélagos. Y es casi el
amanecer.Igualquemarionetassujetasahilos,ClaryyRaphaelalzaronlosdoslacabezaalmismotiempo.No
habíanadaporencimadeellosapartedeltechocubiertodefrescos,agrietadoyennegrecidoatrechos,comosi sehubieraquemadoenun incendio.Unaarcadaa su izquierdaconducíamásal interiorde laoscuridad; las columnas a ambos lados estaban esculpidas con un motivo de hojas y flores. CuandoRaphaelvolvióamirarabajo,unacicatrizenlabasedesugarganta,muyblancasobrelapielmorena,centelleócomoelguiñodeunojo.Clarysepreguntócómoselahabríahecho.
—Creo que deberíamos regresar a la escalera de servicio—murmuró—.Me siento demasiadodesprotegidaaquí.
Jaceasintió.—¿Tedascuentadeque,unavezestemosallí,tendrásquellamaraSimonyesperarquetepueda
oír?Lamuchachasepreguntósielmiedoquesentíaselereflejabaenelrostro.—Yo...Suspalabrasquedaronbruscamenteinterrumpidasporunalaridoespeluznante.Clarysevolvióen
redondo.Raphael.Habíadesaparecido,nohabíamarcasenelpolvoquemostraranadóndepodíahaberido...
osidoarrastrado.ClaryalargolamanohaciaJace,deunmodoreflejo,peroélyaestabaenmovimiento,corriendohaciaelarcoabiertoenlaparedopuestaylassombrassituadasmásallá.Ellanoleveía,perosiguiólavelozluzmagicaqueéltransportaba,comounviajerosiendoconducidoaunaciénagaporuntraicionerofuegofatuo.
Alotroladodelaarcadahabíaloqueenelpasadohabíasidoungransalóndebaile.Elsuelodemármol blanco estaba tan resquebrajado que parecía unmar de flotante hielo ártico. Galerías curvasdiscurríanalolargodelasparedes;lasbarandillasestabancubiertasconunvelodeóxido.Espejosconmarcosdoradoscolgabanaintervalosentreellas,cadaunocoronadoporlacabezadoradadeuncupido.Telarañasflotabanenelairebochornosoigualqueantiguosvelosnupciales.
Raphael estaba de pie en el centro de la habitación, con los brazos a los costados.Clary corrióhaciaél,seguidamásdespacioporJace.
—¿Estásbien?—preguntóellasinaliento.Elmuchachoasintiódespacio.—Creíverunmovimientoenlassombras.Noeranada.—Hemosdecididoencaminarnosotravezalaescaleradeservicio—indicóJace—.Nohaynadaen
estepiso.—Buenaidea—dijoél,asintiendo.Marchóhacialapuerta,sinmirarparacomprobarsileseguían.Sólohabíadadounospocospasos
cuandoJacelellamó.—¿Raphael?Elmuchachosevolvió,losojosabriéndoseinquisitivos,yJacelanzóelcuchillo.LosreflejosdeRaphaelfueronrápidos,peronolobastante.Lahojadioenelblanco,ylafuerzadel
impacto loderribó.Lospiesperdieronelcontactoconel sueloycayópesadamentesobreel suelodemármolagrietado.Bajolatenueluzmágicasusangrepareciónegra.
—Jace—siseóClary,incrédula,conmocionada.Él había dicho que odiaba a los mundanos, pero jamás habría... Cuando volvía para ir hacia
Raphael,Jacelaapartódeunviolentoempujónyseabalanzósobreelotromuchacho,intentandoagarrarelcuchilloquesobresalíadelpechodelcaído.
PeroRaphaelfuemásveloz.Agarróelcuchillo,yluegochillócuandosumanoentróencontactoconlaempuñaduraenformadecruz.Elarmacayóalsueloconuntintineo,lahojamanchadadenegro.JaceteníaunamanocerradasobreeltejidodelacamisadeRaphaelyaSanvienlaotra.ElarmarefulgíaconunaluztanbrillantequeClaryvolvióaverloscolores:eldespegadoempapeladoazulcobalto,lasmotasdoradasenelsuelodemármol,lamancharojaqueseextendíaporelpechodeRaphael.
PeroRaphaelreía.—Fallaste —dijo, y sonrió por primera vez, mostrando afilados incisivos blancos— No me
alcanzasteelcorazón.Jacelesujetóconmásfuerza.—Tehasmovidoenelúltimominuto—dijo—.Esohasidomuydesconsiderado.Raphael frunció el entrecejo y escupió sangre. Clary retrocedió, contemplándole de hito en hito
mientrascomprendíahorrorizada.—¿Cuándo lo averiguaste?—contestó él; su acento había desaparecido, sus palabras eran más
precisasycortantes.—Loadivinéenel callejón—dijo Jace—.Pero imaginéquenos llevaríasal interiordelhotely
luegotevolveríascontranosotros.Unavezquehubiésemosentradosinautorización,habríamosestadofueradelaproteccióndelaAlianza.Blancoslegítimos.Cuandonolohiciste,penséquepodríahaberme
equivocado.Entoncesviesacicatrizdetugarganta.—Sesentóhaciaatrásunpoco,sindejardemantenerelcuchillosobrelagargantadelcaído—.Alveresacadenaporprimeravez,penséqueseparecíaalaclasedecadenasde lasqueunocuelgaunacruz.¿Yla llevabascolgada,noescierto,cuandosalíasavisitaratufamilia?¿Quéimportalacicatrizdeunalevequemaduracuandolosdetuespeciecurantandeprisa?
Elotrolanzóunacarcajada.—¿Fueesotodo?¿Micicatriz?—Cuandoabandonasteelvestíbulo,tuspiesnodejaronmarcasenelpolvo.Entonceslosupe.—Nofuetuhermanoquienentróaquíenbuscademonstruosynuncasalió,¿verdad?—dijoClary,
comprendiendo—.Fuistetú.—Losdossoismuylistos—dijoRaphael—.Aunquenolobastantelistos.Miradarriba—indicó,y
alzóunamanoparaseñalareltecho.JaceapartólamanodeunmanotazosindesviarlamiradadeRaphael.—Clary,¿quéves?Ellaalzólacabezadespacio,coneltemorcuajandoenlabocadelestómago.«Debesimaginaresta
escalinatadelmodoenquefue,conlaslámparasdegasardiendoalolargodetodoslospeldaños,comoluciérnagasenlaoscuridad,ylasgaleríasllenasdegente.»Estabanllenasdegenteahora,unahileratrasotra de vampiros con los rostros de un blanco lívido y las bocas rojas tensas, mirando hacia abajoperplejos.
JaceseguíamirandoaRaphael.—Túloshasllamado.¿Verdad?Raphaelseguíasonriendoburlón.Lasangrehabíadejadodeextendersedesdelaheridadesupecho.—¿Importa?Haydemasiados,inclusoparati,Wayland.Jacenodijonada.Aunquenosehabíamovido,respirabaabasedecortosjadeosrápidos,yClary
casipodíasentirlafuerzadesudeseodemataralmuchachovampiro,deatravesarleelcorazónconelcuchilloyborrarleaquellasonrisadelacaraparasiempre.
—Jace—dijoellaentonodeadvertencia—.Nolomates.—¿Porquéno?Alomejorpodemosusarlocomorehén.LosojodeJaceseabrierondeparenpar.—¿Unrehén?Ella podía verlos, eran cada vez más y llenaban la entrada en forma de arco, avanzando tan
silenciosamente como losHermanosde laCiudaddeHueso.Pero losHermanosno teníanuna tez tanblancaeincolora,nimanosquesecurvabanenzarpas...
Claryselamióloslabiossecos.—Séloquehago.Ponleenpie,Jace.Jacelamiró,luegoseencogiódehombros.—Deacuerdo.—Noesdivertido—leespetóRaphael.—Esporesoquenadieseríe.—Jacesepusoenpie,tirandodelotroparaincorporarlo,alavez
quelecolocabalapuntadelcuchilloentrelosomóplatos.—Puedoagujerearteelcorazónconigualfacilidadporlaespalda—dijo—.Yonomemoveríasi
fueratú.Clarylesdiolaespaldaparacolocarsedecaraalasfigurasoscurasqueseaproximaban.Extendió
unamano.—Deteneosaquímismo—dijo—.OclavaráelcuchilloenelcorazóndeRaphael.Unaespeciedemurmullo,quepodríahabersidodesusurrosorisas,recorriólamultitud.—Deteneos—volvióadecirClary,yesavezJacehizoalgo,ellanovioqué,quehizoqueRaphael
lanzaraungritodesorprendidodolor.Unodelosvampirosextendióunbrazoparafrenarelavancedesuscompañeros.Claryloreconoció
comoeldelgadomuchachorubiodelpendientequehabíavistoenlafiestadeMagnus.—Lodiceenserio—dijoeljoven—.Soncazadoresdesombras.Otrovampiroseabriópasoporentrelamultitud:unalindamuchachaasiáticadecabellosazules,
vestidaconunafaldadepapeldealuminio.Clarysepreguntósiexistiríanvampirosfeos,otalvezalgunoqueestuvieragordo.Talveznoconvertíanenvampirosagentefea.Oquizálagentefeasimplementenodeseabavivireternamente.
—Cazadoresdesombrasentrandoenunapropiedadprivada—observólachica—EstánfueradelaproteccióndelaAlianza,yodigoquelosmatemos...,hanmatadoamuchosdenosotros.
—¿Quiéndevosotroseselseñordellugar?—preguntóJaceentonocategórico—.Queseadelante.Lamuchachamostrólosafiladosdientes.—No uses el lenguaje de la Clave con nosotros, cazador de sombras. Habéis violado vuestra
preciosaAlianzaalveniraquí.LaLeynoosprotegerá.—Yaessuficiente,Lily—replicóelchicorubioentonotajante—.Nuestraseñoranoestáaquí.Está
enIdris.—Alguiendebedemandarensulugar—comentóJace.Se produjo un silencio. Los vampiros de las galerías sacaban el cuerpo por encima de las
barandillas,inclinándosehaciaabajoparaoírloquesedecía.—Raphaelnosmanda—dijo,finalmente,elvampirorubio.Lamuchachadecabellosazules,Lily,soltóunsiseodedesaprobación.—Jacob...—Propongouncanje—cortóClaryrápidamente,interrumpiendoladiatribadeLilyylaréplicade
Jacob—.Aestasalturasyadebéisdesaberqueosllevasteisdemasiadagenteacasadesdelafiestadeestanoche.UnadeellasesmiamigoSimon.
Jacobenarcólascejas.—¿Eresamigadeunvampiro?—No es un vampiro.Y no es un cazador de sombras, tampoco—añadió, viendo cómo los ojos
pálidosdeLilyseentrecerraban—.Essólounchicohumanocorriente.—NonosllevamosaningúnchicohumanoconnosotrosdelafiestadeMagiar.Esohabríasidouna
violacióndelaAlianza.—Habíasidotransformadoenunarata.Unapequeñaratamarrón—indicóClary—.Alguienpodría
haberpensadoqueeraunamascota,o...Suvozseapagó.Lamirabancomosiestuvierachalada.Unadesesperaciónfríalecalóloshuesos.—Dejaquemeaclare—dijoLily—.¿NosestásofreciendocanjearaRaphaelporunarata?Clarymiró a Jace con impotencia.Él le devolvió unamirada que indicaba: «Esto fue idea tuya.
Arréglatelas».—Sí—respondióella,volviendodenuevolacabezahacialosvampiros—.Éseeseltruequeque
ofrezco.Lacontemplaronfijamente,conlosrostrosblancoscasiinexpresivos.Enotrocontexto,Claryhabría
dichoqueparecíanperplejos.PercibíaaJacedetrásdeella,oíaelsonidoásperodesurespiraciónysepreguntósiélseestaría
devanandolossesosparaintentaraveriguarporquéhabíapermitidoqueellalearrastrarahastaallíenprimerlugar.Sepreguntósinoestaríaempezandoaodiarla.
—¿Terefieresaestarata?Clarypestañeó.Otrovampiro,undelgadomuchachonegroconrastas,sehabíaabiertopasoalfrente
delamultitud.Sosteníaalgoenlasmanos,algomarrónqueseretorcíadébilmente.
—¿Simon?—murmuróella.Laratachillóyempezóadebatirseviolentamenteenlasmanosdelmuchacho.Éstebajólamirada
haciaelroedorcautivoconexpresióndedisgusto.—Tío, creí que era Zeke. Me preguntaba por qué actuaba de ese modo. —Sacudió la cabeza
haciendobrincarlasrastas—.Yodigoqueseloquede,tío.Yamehamordidocincoveces.Clary alargó los brazos para tomar aSimon, lasmanos ansiando sostenerlo.PeroLily se colocó
frenteaellaantesdequepudieradarmásdeunpasoendirecciónalmuchacho.—Aguarda—dijoLily—.¿CómosabemosquenocogeréislarataymataréisigualmenteaRaphael?—Osdaremosnuestrapalabra—respondióClaryalinstante,luegosequedótensa,esperandoque
rieran.Nadierió.Raphaelsoltóunapalabrotaporlobajo.LilymiróaJaceconcuriosidad.—Clary —comenzó él, y había un trasfondo de exasperación desesperada en su voz—. ¿Es
realmente...?—Sin juramentonohaycanje—declaróLily inmediatamente,aprovechandosu tonodubitativo—.
Elliot,nosueltesesarata.ElchicodelasrastasasióconmásfuerzaaSimon,quelehundióconferocidadlosdientesenla
mano.—Tío—protestóapesadumbrado—,esomehadolido.ClaryaprovechólaoportunidadparasusurraraJace.—¡Sólojura!¿Quédañopuedehacer?—Jurarparanosotrosnoes lomismoqueparavosotros losmundanos—leespetóélenojado—.
Estaréligadoparasiempreacualquierjuramentoquehaga.—¿Ah,sí?¿Quésucederíasilorompieses?—Yonolorompería,éseeselmotivo...—Lilytienerazón—dijoJacob—.Esnecesariounjuramento.JuraquenoharásdañoaRaphaelsi
osdevolvemoslarata.—NoharédañoaRaphael—dijoClaryinmediatamente—.Deningúnmodo.Lilylesonriótolerante.—Noerestúquiennospreocupa.Dirigióunamirada significativa a Jace, que sujetaba aRaphael con tanta fuerzaque susnudillos
estabanblancos.Unamanchadesudorleoscurecíalateladelacamiseta,justoentrelosomóplatos.—Deacuerdo—dijo—.Lojuro.—Pronunciaeljuramento—replicóLilyconrapidez—.JuraporelÁngel.Dilotodo.Jacenegóconlacabeza.—Juratúprimero.Sus palabras cayeron como piedras en el silencio, haciendo que un murmullo ondulara por la
multitud.Jacobparecíapreocupado,Lilyfuriosa.—Nienbroma,cazadordesombras.—Tenemosavuestrojefe.—LapuntadelcuchillodeJaceseclavóenlagargantadelvampiro—.
¿Yquétenéisvosotrosahí?Unarata.SimoninmovilizadoenlasmanosdeElliot,chirriófurioso.Claryibaaagarrarlo,perosecontuvo.—Jace...LilymiróhaciaRaphael.—¿Señor?Raphaelteníalacabezabaja,conlosrizososcuroscayéndoleparaocultarleelrostro.Lasangrele
manchabaelcuellodelacamisaycaíaenunhililloporlamorenapieldesnudadedebajo.—Unaratamuyimportante—repuso—,paraquehayáisvenidohastaaquíaporella.Creoqueeres
tú,cazadordesombras,quiénjuraráprimero.LamanoconqueJacelesujetabaleapretóconmásfuerza.Clarycontemplócómosehinchabanlos
músculosdeJacebajolapiel,elmodoenquelosdedosseletornabanmásblancos,yaligualquelascomisurasdeloslabios,mientrasreprimíasucólera.
—Larataesunmundano—afirmócortante—.Silomatáis,estaréissujetosalaLey...—Estáennuestroterritorio.LosintrusosnoestánprotegidosporlaAlianza,yasabesque...—Vosotroslotrajisteisaquí—tercióClary—.Élnosemetióaquísinpermiso.—Tecnicismos —repuso Raphael, sonriéndole burlón a pesar del cuchillo colocado contra su
garganta—.Además,¿creesquenooímoslosrumores,lanoticiaquecorreporelSubmundocomosangreporlasvenas?Valentinehavuelto.DentrodemuypoconoexistiránAcuerdosytampocoAlianza.
LacabezadeJaceseirguióviolentamente.—¿Dóndehasoídoeso?Raphaelfruncióelentrecejocondesdén.—TodoelSubmundolosabe.Pagóaunbrujoparaqueinvocaraaunajauríaderapiñadoreshace
sólounasemana.HatraídoasusrepudiadosparaquebusquenlaCopaMortal.Cuandolaencuentre,yanohabrápazentrenosotros,sóloguerra.NingunaLeymeimpediráarrancarteelcorazónenplenacalle,cazadordesombras...
AquellofuesuficienteparaClary.Seabalanzóhaciaadelante,apartandoaLilydeunempujón,ylearrebatólarataaElliotdelasmanos.Simontrepórápidamenteporsubrazo,aferrándosealamangaconzarpasdesesperadas.
—Todovabien—susurróella—,todovabien.Aunquesabíaquenoeraasí.Sevolvióparahuir,ynotóqueunasmanosleagarrabanlachaqueta,
reteniéndola. Forcejeó, pero sus esfuerzos por liberarse de las manos que la sujetaban, las manosestrechasyhuesudasdeLily,consusuñasnegras,seveíanobstaculizadosporelmiedoaqueSimon,queseaferrabaalachaquetaconzarpasydientes,cayera.
—¡Suéltame!—chilló,pateandoalamuchachavampiro.Lapuntadesubota laalcanzó,conviolencia,yLilygritódedolory rabia.Lanzóunmanotazoy
golpeóaClaryenlamejillaconfuerzasuficienteparahacerleecharlacabezaatrás.Clarydiountraspiéycasicayó.OyóaJacegritarsunombre,yalvolverlamiradavioquehabía
soltadoaRaphaelycorríahaciaellaatodavelocidad.Claryintentóirhaciaél,peroJacoblaagarróporloshombros,clavándolelosdedosenlacarne.
Clarychilló,peroelgritoseperdióenunalaridomáspotentecuandoJace,extrayendounodelosfrascosdesuchaqueta,arrojóelcontenidohaciaella.ClarynotócómounlíquidofrescolesalpicabaelrostroyoyóelalaridodeJacobcuandoelagualetocólacarne.Surgióhumodesusdedos,yelvampirosoltóaClary,chillandoconunagudoaullidoanimal.Lilycorrióhaciaél,gritandosunombre,yenmediodelcaos,Clarynotóquealguienlaagarrabadelamuñeca.Forcejeóparadesasirse.
—Para...,idiota...,soyyo—jadeóJaceensuoído.—¡Ah!Serelajómomentáneamente,luegovolvióaponerseentensión,viendounafigurafamiliaralzándose
detrásdeJace.Leadvirtióconungrito,yJaceseagachóysevolviójustocuandoRaphaelsaltabasobreél, mostrando los dientes, veloz como un gato. Los colmillos raparon la camiseta de Jace cerca delhombroydesgarraronlatelalongitudinalmentemientrasJacesetambaleaba.Eljefedelosvampirosseaferróaélcomounaaraña,chasqueandolosdientesendirecciónalagargantadelcazadordesombras.ClarybuscóensumochilaladagaqueJacelehabíadado...
Unapequeña figuramarróncruzóvelozel suelo,pasócomounaexhalaciónporentre lospiesdeClaryyseabalanzósobreRaphael.
Raphael chilló, pero Simon se aferró con fuerza a su antebrazo con los afilados dientes de rata
hundidos profundamente en la carne. El vampiro soltó a Jace, tambaleándose hacia atrás,mientras lasangresalíaachorrosyuntorrentedeobscenidadesbrotabaporsuboca.
Jacelemiróboquiabierto.—Hijode...Recuperando el equilibrio,Raphael se arrancó la rata del brazo y la arrojó al suelo demármol.
Simon profirió un chillido de dolor, luego corrió hacia Clary. Ésta se agachó y lo alzó del suelo,apretándolocontraelpechotanfuertecomopodíasinhacerledaño.Notabaelmartilleodesudiminutocorazóncontralosdedos.
—Simon—murmuró—.Simon.—Nohaytiempoparaeso.Sujétalobien.Jace la había agarrado por el brazo derecho, apretando con dolorosa fuerza. En la otra mano
empuñabaunrefulgentecuchilloserafín.—Muévete.Empezóamedioempujarla,mediotirardeella,haciaelextremodelamultitud.Conunamuecalos
vampirosseibanapartandodelaluzdelarmaamedidaquepasabaanteellos,todossiseandoigualquegatosescaldados.
—¡Seacabóquedarseahíparados!EraRaphael.Elbrazolechorreabasangre;loslabiosestabanechadoshaciaatrásparamostrarlos
puntiagudos incisivos. Fulminó con la mirada a la ingente masa de vampiros que se arremolinadesconcertada.
—Agarradalosintrusos—gritó—.Matadlosalosdos...¡alaratatambién!LosvampirosempezaronaavanzarhaciaJaceyClary.Algunosdeellosandando,otrosflotandoy
otrosmás lanzándose enpicadodesde lo alto de las galerías igual quenegrosmurciélagos aleteando.Jace aceleró el paso amedida que iban saliendo de entre lamultitud, encaminándose hacia la paredopuesta.Clarysemediovolvióparamirarle.
—¿Nodeberíamoscolocarnosespaldaconespaldaoalgo?—¿Qué?¿Porqué?—Nolosé.Enlaspelículasesoesloquehacenenestaclasedesituación.Sintiócómoéltemblaba.¿Estabaasustado?No,reía.—Eres—musitóél—.Ereslamás...—Lamás¿qué?—inquirióellaconindignación.Seguíanretrocediendo,andandoconcuidadoparaevitar lospedazosdemobiliariorotoymármol
destrozado, que cubrían el suelo. Jace sostenía el cuchillo del ángelmuy por encima de sus cabezas.Clary pudo ver cómo los vampiros rodeaban los bordes del reluciente círculo que proyectaba. Sepreguntócuántotiempoloscontendría.
—Nada—contestóél—.Estonoesunasituación,¿vale?Guardoesapalabraparacuandolascosasseponenrealmentefeas.
—¿Realmentefeas?¿Estonoesrealmentefeo?¿Quéquieres,unaexplosiónnuclear...?SeinterrumpióconunchillidocuandoLily,desafiandoalaluz,searrojósobreJace,mostrandolos
dientesconunagudogruñido.Jacesacóelsegundocuchillodesucinturóny lo lanzóporelaire.Lilyretrocedió chillando como un animal, con una larga brecha chisporroteando en el brazo.Mientras setambaleaba,losdemásvampirosseabalanzaronhaciaadelante,rodeándola.Habíatantos,sedijoClary,tantísimos...
Buscóatientasensucinturón,ylosdedosselecerraronalrededordelaempuñaduradeladaga.Lasintiófríayajenaensumano.
Nosabíacómousaruncuchillo.Jamáshabíapegadoanadie,ymuchomenosacuchillado.Inclusosehabía saltado la clase de gimnasia el día que habían enseñado cómo protegerse de atracadores y
violadores conobjetos corrientes como las llavesdel cochey lápices.Sacó el cuchilloy lo alzó conmanotemblorosa...
Lasventanasestallaronhaciaelinteriorenunalluviadecristalesrotos.Seoyóasímismachillarasustada, vio a los vampiros, apenas a unos centímetros de ella y Jace, volverse estupefactos, con lasorpresayelterrormezcladosensusrostros.Atravésdelasventanashechasañicospenetrarondocenasde estilizantes siluetas de cuatro patas; sus pelajes dispersaban la luz de la luna y los fragmentos decristal.Susojoseranfuegoazul,ydesusgargantassurgióacoroungruñidosordo,quesonócomoelturbulentoestrépitodeunacascada.
Lobos.—Bueno,estosíqueesunasituación—dijoJace.
15Enlaestacada
Loslobosseagacharon,pegadosalsueloygruñendo,ylosvampiros,atónitos,retrocedieron.ÚnicamenteRaphaelsemantuvofirme.Seguíasujetándoseelbrazoherido,ysucamisaestabatotalmentemanchadadesangreymugre.
—LoshijosdelaLuna—siseó.Incluso Clary, que no estaba muy familiarizada con la jerga del Submundo, supo que se había
referidoaloshombreslobo.—Pensabaqueseodiabanunosaotros—susurróaJace—.Losvampirosyloshombreslobo.—Asíes.Jamássevisitanensusrespectivasguaridas.Jamás.LaAlianzaloprohibe—Sonócasi
indignado—.Algodebedehabersucedido.Estoesmalo.Muymalo.—¿Cómopuedeserpeordeloqueeraantes?—Porque—repusoél—estamosapuntodeencontrarnosenmediodeunaguerra.—¿CÓMOOSATREVÉISAENTRARENNUESTROTERRENO?—chillóRaphael,queteníala
caraescarlata,conlasangrefluyéndolealasmejillas.El lobodemayortamaño,unmonstruomoteadodecolorgriscondientescomolosdeuntiburón,
lanzóunajadeanterisitaperruna.Mientrasseadelantaba,entreunpasoyelsiguienteparecióondularycambiar,comounaolaquesealzarayenroscara.Seconvirtióentoncesenunhombrealto,depoderosamusculatura, con largos cabellos que le colgaban en grises marañas gruesas como cuerdas. Llevabavaquerosyunagruesacazadoradecuero,yseguíaexistiendoalgolobunoensurostroenjutoycurtido.
—Nohemosvenidoaderramarsangre—dijo—.Hemosvenidoaporlachica.Raphaelselasarreglóparamostrarseenfurecidoyatónitoalmismotiempo.—¿Quién?—Lachicahumana.ElhombreloboalargóunbrazoparaseñalaraClary.Éstaestabademasiadoatónitaparamoverse.Simon,quesehabíaestadoretorciendoensusmanos,
sequedóquieto.Detrásdeella,Jacemascullóalgoquesonóclaramenteblasfemo.—Nomehasdichoqueconocierasaningúnhombrelobo.Ellapercibióellevetemblorbajoeltonoinexpresivo...,estabatansorprendidocomoella.—Noconozcoaninguno—contestóella.—Estoesmalo—indicóJace.—Esolohasdichoantes.—Parecíaquevalíalapenarepetirlo.—Bueno,puesnoesasí.—Claryseencogiócontraél—.Jace.Todosmemiran.Todosycadaunode losrostrosestabanvueltoshaciaella; lamayoríaparecíanatónitos.Raphael
teníalosojosentrecerrados.Sevolvióotravezhaciaelhombrelobo,lentamente.—Nopodéistenerla—dijo—.Entrósinpermisoennuestroterreno;porlotantoesnuestra.Elhombrelobolanzóunacarcajada.—Cómomealegrodequehayasdichoesto—exclamó,ysaltohaciaadelante.Enplenovuelo, su cuerpoonduló, y volvió a ser un lobo, con el pelaje erizado, las fauces bien
abiertas,listasparadesgarrar.AlcanzóaRaphaelenplenopecho,yamboscayeronalsueloenunamasaconfusaqueseretorcíay
gruñía. Respondiendo con alaridos coléricos, los vampiros atacaron a los hombres lobo, que losrecibierondefrenteenelcentrodelsalóndebaile.
ElruidonoseparecíaanadaqueClaryhubieseoídonunca.SiloscuadrosdelinfiernodelBoscohubiesenidoacompañadosdeunabandasonora,habríansonadocomoaquello.
—Realmente Raphael está teniendo una noche excepcionalmente mala —comentó Jace con unsilbido.
—¿Yqué?—Clarynosentíalamenorlástimaporelvampiro—.¿Quévamosahacer?Élechóunaojeadaasualrededor.Estabaninmovilizadosenunrincónporlamasaarremolinadade
cuerpos;aunqueporelmomentonadielesprestabaatención,esonoduraría.AntesdequeClarypudieradecirnada,Simonsesoltódesusmanosconunaviolentasacudidaysaltóalsuelo.
—¡Simon!—chillóellamientrasélcorríavelozhacialaesquina,dondehabíaunmontónmohosodecolgadurasdeterciopelopodridas—.¡Simon,detente!
LascejasdeJaceseenarcaronenburlonesángulosagudos.—¿Qué es lo que...?—La sujetó del brazo, tirando de ella—.Clary, no persigas a la rata. Está
huyendo.Esoesloquehacenlasratas.—Élnoesuna rata.—Clary le lanzóunamirada furiosa—.EsSimon.YmordióaRaphaelpara
ayudarte,cretinodesagradecido.Se soltó violentamente el brazo y se lanzó tras Simon, que estaba sobre los pliegues de las
colgaduras,chirriandonerviosamentealavezquelastoqueteaba.ClarytardóunmomentoencomprenderloqueSimonintentabadecirle,apartólascolgadurasdeuntirón.Estabanviscosasdebidoalmoho,perodetrásdeellashabía...
—Unapuerta—musitó—.Ratagenial.Simonchillómodestamentecuandoellalelevantódelsuelo.Jaceestabajustodetrásdeella.—Unapuerta,¿eh?Bueno,¿seabre?Lamuchachaagarróelpomoysevolvióhaciaél,alicaída.—Estácerradaconllave.Oatascada.Jaceselanzócontralapuerta.Éstanosemovió,yéllanzóunaimprecación.—Mihombronovolveráasernuncaelmismo.Esperoquemecuideshastaquemereponga.—Limítatearomperlapuerta,¿quieres?Élmirómásalládeellaconlosojosmuyabiertos.—Clary...Volviólacabeza.Unloboenormesehabíaseparadodelarefriegaycorríavelozhaciaellos,con
lasorejaspegadasalaestrechacabeza.Eraimponente,grisnegroyleonado,conunalargalenguarojacolgando. Clary chilló con todas sus fuerzas. Jace volvió a arrojarse contra la puerta, sin dejar demaldecir.Ellasellevólamanoalcinturón,sacóladagaylalanzó.
Nuncaanteshabíaarrojadounaarma,nuncaselehabíaocurridosiquieralanzaruna.Lomáscercaquehabíaestadodelasarmasantesdeesasemanahabíasidodibujándolas,asíqueClarysesorprendiómásquenadiecuandoladagavoló,bamboleanteperocertera,ysehundióenelcostadodelhombrelobo.
Éstelanzóungañido,aminorandoelpaso,perotresdesuscamaradascorríanyahaciaellos.Unosedetuvo junto al lobo herido, pero los otros cargaron hacia la puerta.Clary volvió a chillar almismotiempoqueJacelanzabatodoelpesodesucuerpocontralapuertaporterceravez.Éstacedióconunaexplosivacombinacióndechirridodeóxidoymaderahaciéndosepedazos.
—Funcionaalatercera—jadeóél,sujetándoseelhombro.Seagachóparapenetrarenlaoscuraaberturadelotroladodelapuertarota,ysevolvióparatender
aClaryunamanoimpaciente.—Clary,vamos.Conungritoahogado,ella fue rauda trasélycerró lapuertadegolpe, justocuandodoscuerpos
pesados chocaban contra ella.Buscó a tientas el pestillo, pero había desaparecido, arrancado cuandoJacehabíahechosaltarlapuerta.
—Agáchate—ordenóél,ymientrasellalohacía,laestelaseagitóvelozsobresucabeza,tallandooscuraslíneasenlaenmohecidamaderadelapuerta.
Claryalargóelcuelloparaverquéhabíagrabado:unacurvaenformadehoz,treslíneasparalelas,unaestrellaconrayos:«Paraimpedirpersecución».
—Heperdidotudaga—confesóella—.Losiento.—Esosucedeaveces.Jaceguardólaestelaenelbolsillo.Ellaoyógolpesdébilesmientrasloslobossearrojabancontra
lapuertaunayotravez,peroéstaaguantó.—Larunaloscontendrá,peronopormuchotiempo.Serámejorquenosdemosprisa.Claryalzólosojos.Estabanenuncorredorfríoyhúmedo;unestrechotramodeescalerasascendía
perdiéndoseenlaoscuridad.Lospeldañoserandemadera;lasbarandillasestabanrecubiertasdepolvo.SimonsacóelhocicofueradelbolsillodelachaquetadeClary,losredondosojillosnegroscentelleandoenlaescasaluz.
—Deacuerdo.—HizounaseñaaJaceconlacabeza—.Vetúprimero.Jacediolaimpresióndequerersonreír,peroestabademasiadocansado.—Yasabescómomegustaserelprimero.Perodespacio—añadió—.Noestoysegurodequelos
escalonespuedansoportarnuestropeso.Clary tampoco lo estaba. Los escalones crujieron y gimieron mientras ascendían, igual que una
ancianaquejándosede susachaquesydolores.Se sujetócon fuerzaa labarandillaparanocaer,yunpedazoselepartióenlamano,provocandoquelanzaraunchillidoagudoyarrancandounarisitaagotadaaJace.Éllacogiódelamano.
—Yaestá.Tranquila.Simonemitióunsonidoque,paraserunarata,sonómuyparecidoaunresoplido.Jacenopareció
oírlo.Empezaronasubira trompiconespor lospeldañostanrápidocomoseatrevieronahacerlo.Losescalonesformabanunaaltaescaleradecaracolqueatravesabaeledificio.Dejaronatrásunrellanotrasotro,peronovieronningunapuerta.Habíanalcanzadolacuartacurva, idénticaalasanteriorescuandounaexplosiónahogadaestremeciólaescalera,yunanubedepolvoascendióhastaellos.
—Han conseguido franquear la puerta —exclamó Jace, sombrío—. Maldita sea..., pensé queresistiríamástiempo.
—¿Corremosahora?—inquirióClary.—Ahoracorremos—contestóél,ysubieronruidosamentelasescaleras,quechirriaronygimieron
bajosupeso,conlosclavossaltandocomodisparos.Yaestabanenelquintorellano...,Clarypodíaoírelgolpeteosordodelaspatasdeloslobosenlos
escalones,muchomásabajo,otalvezfuerasólosuimaginación.Sabíaque,enrealidad,nohabíaningúnalientocalienteensucogote,perolosgruñidosyaullidos,queerancadavezmásfuertesamedidaqueseacercaban,eranrealesyaterradores.
El sexto rellano se alzó frente a ellos y medio se arrojaron a él. Clary jadeaba, la respiraciónchirriándoledolorosamenteenlospulmones,peroconsiguiósoltarundébilgrititodealegríacuandoviolapuerta.Eradegruesoacero,remachadaconclavos,yunladrilloimpedíaquesecerrara.ApenastuvotiempodepreguntarseelmotivoantesdequeJacelaabrieradeunapatada,lahicierapasarporellay,siguiéndola, lacerraradegolpe.Lamuchachaoyóunclarocliccuandosecerrótrasellos.«GraciasaDios»,pensó.
Entoncessevolvióenredondo.Elcielonocturnodescribíauncírculosobresucabeza,sembradodeestrellasdesparramadas,como
si fueran un puñado de diamantes sueltos. No era negro sino de un nítido azul oscuro, el color delamanecerqueseacercaba.Estabandepieenuntejadodepizarraguarnecidocontorresdechimeneasdeladrillos. Un antiguo depósito de agua, ennegrecido por el abandono, se alzaba sobre una plataforma
elevadaenunextremo;unalonagruesaocultabaunadesigualpiladetrastosenelotro.—Poraquídebendeentrarysalir—supusoJace,volviendolacabezaparamirarlapuerta.Clarypudoverlebienbajolapálidaluz,conlasarrugasdetensiónbajolosojosigualquecortes.
Lasangredesuropa,lamayoríadeRaphael,parecíanegra.—Vuelanhastaaquíarriba.Noesqueesonossirvademuchoanosotros.—Podríahaberunaescaleradeincendios—sugirióClary.Juntosseabrieronpasoconcautelahastaelbordedeltejado.AClaryjamáslehabíangustadolas
alturas,yladistanciadediezpisoshastalacallelerevolvióelestómago.Lomismohizolavisióndelaescaleradeincendios,untrozodemetalretorcidoeinutilizablepegadoaúnallateraldelafachadadelhotel.
—Ono—concluyólajoven.Echó una ojeada hacia la puerta por la que habían salido. Estaba colocada en una estructura en
formadecabinaenelcentrodeltejado.Vibraba,elpomomoviéndoseviolentamente.Sóloresistiríaunospocosminutosmás,quizámenos.
Jacesepresionóeldorsodelasmanoscontralosojos.ElairepesadoeraagobianteyhacíaqueaClary lepicaraelcogote.Viocómoelsudorcaíaporelcuellode lacamisetadeJaceydeseó,deunmodorelevante,quelloviera.Lalluviareventaríaaquellaburbujadecalorcomounaampollapinchada.
Jacemascullabaparasí.—Piensa,Wayland,piensa...AlgoempezóatomarformaenelfondodelamentedeClary.Unarunadanzósobrelaparteinteriordesuspárpados:dostriángulospuestoshaciaabajo,unidos
porunaúnicabarra;unarunaqueparecíaunpardealas...—Esoes—musitóJace,dejandocaerlasmanos,yporunsobresaltadoinstante,Clarysepreguntó
silehabríaleídolamente.Elmuchachoteníaunaspectofebril,susdoradosojosestabanmuybrillantes.—Nopuedocreerquenosemeocurrieraantes—exclamó.Corrió al otro extremodel tejado, luego sedetuvoyvolvió la cabezaparamirarla.Clary seguía
parada,totalmenteaturdida,conlospensamientosllenosdeformasrelucientes.—Vamos,Clary.Estalesiguió,apartandolospensamientosderunasdesumente.Élhabíallegadojuntoalalonay
tirabadesuextremo.Éstasedesprendió,mostrandonotrastossinocromocentelleante,cuerolabradoypinturareluciente.
—¿Motocicletas?Jacealargólamanohacialamáscercana,unaenormeHarleyrojaconllamasdoradaseneldepósito
ylosguardabarros.PasóunapiernasobreellaymiróporencimadelhombrohaciaClary.—Sube.—¿Estásdebroma?—Clarylemiróatónita—.¿Sabessiquieracómomanejaresacosa?¿Tieneslas
llaves?—No necesito las llaves —explicó Jace con infinita paciencia—. Funciona con energías
demoníacas.Ahora,vasasubir,¿oquieresmontarenlatuyapropia?Comoaturdida,Clarymontóenlamotodetrásdeél.Enalgúnsitio,enalgunapartedesucerebro,
unavocecitalechillabaqueaquelloeramuymalaidea.—Bueno—dijoJace—.Ahoracógeteamí.Ellalohizo,notandocómolosdurosmúsculosdelabdomenselecontraíancuandoélseinclinóal
frenteymetióconenergíalapuntadelaestelaenelcontacto.Congranasombro,Clarysintiócómolamotoseponíaenmarchaconunretumbo.Ensubolsillo,Simonlanzóunsonorochillido.
—Todovabien—leaseguróella,eneltonomásconsoladorquepudo.—¡Jace!—gritó,porencima
delsonidodelmotordelamoto—.¿Quéestáshaciendo?Élleaullócomorespuestaalgoquesonóparecidoa:«Darlealestárter».Clarypestañeó.—¡Bien,puesdateprisa!Lapuerta...Comosilahubieseoído,lapuertadeltejadoseabrióviolentamenteconungranestrépito,arrancada
de losgoznes.Por laaberturasalieron lobosen tropel,quecorrieronporel tejadodirectamentehaciaellos, con los vampiros sobrevolándolos entre siseos y chirridos, llenando la noche con sus gritos dedepredador.
Clary sintióqueelbrazode Jace semovíahaciaatrásy lamotocicletadiounbandazoal frente,lanzándole el estómago contra la columna vertebral. Se aferró con fuerza al cinturón del muchachomientras salíandisparadoshacia adelante, con losneumáticospatinando sobre laspiezasdepizarrayseparando a los lobos, que lanzarongañidosmientras saltaban aun lado.Oyóque Jace chillaba algo,perolaspalabrasseperdieronentreelruidodelasruedas,elvientoyelmotor.Elbordedeltejadoseacercabaagranvelocidad,aunavelocidadenorme.Claryquisocerrarlosojos,peroalgoselosmantuvoabiertosdeparenparmientraslamotocicletaseprecipitabaatodogasporencimadelparapetoycaíaenpicadocomounarocaendirecciónalsuelo,diezpisosmásabajo.
Clary no recordaba más tarde si llegó a chillar. Fue como el primer descenso en una montaña rusa,cuandolosraílesdesaparecenyparecequesecaenalvacío,agitandoinútilmentelasmanosenelaireyconelestómagoenlagarganta.Cuandolamotoseenderezóconunpetardeoyunasacudida,casinosesorprendió. En lugar de precipitarse hacia abajo, corrían veloces hacia arriba, en dirección al cielocubiertodediamantes.
Lamuchacha echóunvistazo atrás y vio a unmontónde vampiros de pie en el tejadodel hotel,rodeadosdelobos.Desviólamirada;sinuncavolvíaaveresehotel,nololamentaría.
Jace chillaba; eran estruendosos alaridos de júbilo y alivio. Clary se inclinó hacia adelante,apretandolosbrazosasualrededor.
—Mimadresiempremedijoquesimemontabaenunamotoconunchico,memataría—gritóporencimadelruidodelvientoqueleazotabalosoídosyelensordecedorretumbodelmotor.
Nopudooírlereír,peronotócómosucuerposeagitaba.—Nodiríaesosimeconociera—lecontestóagritosmuysegurodesímismo.Conciertoretraso,
Claryrecordóalgo.—¿Penséquehabíaisdichoquesóloalgunasdelasmotosdelosvampirospuedenvolar?Condestreza,Jacehizopasarlamotoanteunsemáforoqueestabapasandoderojoaverde.Abajo,
Clarypudooírcochesquetocabanlabocina,sirenasdeambulanciasonandoyautobusesdeteniéndoseensusparadasconunresoplido,peronoseatrevióamiraralsuelo.
—¡Sóloalgunaspueden!—¿Cómosabíasqueéstaeraunadeellas?—¡Nolosabía!—gritóalegremente,ehizoalgoqueprovocóquelamotosealzaracasiverticalen
elaire.Claryprofirióunagudochillidoyvolvióaagarrarleelcinturón.—¡Deberíasmirarabajo!—gritóJace—.¡Esimpresionante!Auténtica curiosidad se abrió pasomás allá del terror y el vértigo. Tragando saliva con fuerza,
Claryabriólosojos.Estaban más altos de lo que había pensado, y por un momento, la tierra se balanceó
vertiginosamentebajoella,enformadeunpaisajeborrosodesombrayluz.Volabanhaciaeleste,lejosdelparque,endirecciónalacarreteraqueserpenteabaalolargodelaorilladerechadelaciudad.
Clarysentíalasmanosentumecidasyunafuertepresiónenelpecho.Eraprecioso,esopodíaverlo:
laciudadsealzabaasualrededorcomounimponentebosquedeplataycristal,conelapagadobrillogrisdelEastRiverabriéndosepasoentreManhattanylosdistritoscomounacicatriz.Elvientosoplabafrescoensuscabellos,ensupiel,delicioso tras tantosdíasdecalorybochorno.Contodo,ellanuncahabíavolado,nisiquieraenunaeroplano,yelinmensoespaciovacíoentreellosyelsuelolaaterraba.Nopudoevitarcasicerrarlosojoscuandopasaroncomounaexhalaciónsobreelrío.JustodebajodelpuenteQueensboro,Jacegirólamotohaciaelsuryseencaminóalapartebajadelaisla.Elcielohabíaempezadoaclarear,ya lo lejos,Claryvioel relucientearcodelpuentedeBrooklyn,ymásallá,unamanchaenelhorizonte,laEstatuadelaLibertad.
—¿Estásbien?—gritóJace.Clarynocontestó,sóloseaferróaélconmásfuerza.Élladeólamoto,yseencontraronvolandoen
dirección al puente. Clary pudo ver las estrellas a través de los cables de suspensión. Unmetro deprimerashorasdelamañanatraqueteabasobreél;elQ,quetransportabauncargamentodeadormiladosresidentes de los barrios periféricos. Una oleada de vértigo la inundó, y cerró los ojos con fuerza,jadeandoconunasensacióndenáuseas.
—¿Clary?—chillóJace—.Clary,¿estásbien?Ella sacudió la cabeza con los ojos todavía cerrados, atrapada entre la oscuridad y el viento
desgarrador,acompañadatansóloporellatidodesucorazón.Algoafiladolearañóelpecho.Nolehizocaso hasta que volvió a repetirse, más insistente. Abriendo apenas un ojo, vio que era Simon, queasomabalacabezaporelbolsillo,ytirabadelachaquetaconunazarpaapremiante.
—Todo va bien, Simon—aseguró ella con un esfuerzo, sinmirar al suelo—.No esmás que elpuente...
Élvolvióaarañarla, luego indicóconuna insistentezarpahacia losmuellesdeBrooklyn,quesealzabanalaizquierda.Aturdidaymareada,Clarymiró,yvio,másalládelocontornosdelosalmacenesy las fábricas, una esquirla de dorado amanecer apenas visible como el borde de una pálidamonedadorada.
—Sí,muybonito—repusoClary,cerrandolosojosotravez—.Unbonitoamanecer.Jacesequedótotalmenterígido,comosilehubiesendisparado.—¿Amanecer?—chilló,luegohizogirarviolentamentelamotocicletaaladerecha.LosojosdeClaryseabrierondegolpemientrasseprecipitabanhaciaelagua,quehabíaempezado
abrillarconelazuldelamanecerqueseaproximaba.SeapoyócontraJacetantocomopudosinaplastaraSimonentreambos.—¿Quéestanmalodelamanecer?—¡Telodije!¡Lamotofuncionaconenergíasdemoníacas!Tiródelamotohaciaatrásdemodoqueestuvieranarasdelrío,justorozandolasuperficieconlas
ruedas,salpicandoagua.ElaguadelríomojóelrostrodeClary.—Encuantosalgaelsol...Lamotoempezóapetardear.Jacelanzótodaunagamadepalabrotas,dandomásgas.Lamotodioun
salto al frente, luego empezó a calarse, sacudiéndose bajo ellos como un caballo que corcovea. Jaceseguíamaldiciendocuandoel solasomóporencimade losdesmoronadosembarcaderosdeBrooklyn,iluminandoelmundocondevastadoraluminosidad.Clarypudovercadaroca,cadaguijarrobajoellos,mientrasabandonabanelríoypasabanatodavelocidadporencimadelaestrechaorilla.Debajodeellosestaba lacarretera, repletaconel tráficodeprimerahoradeldía.Ladejaronatráspormuypoco, lasruedasarañandoeltechodeuncamiónquepasaba.Másalláelaparcamiento,repletodebasura,deunenormesupermercado.
—¡Sujétate a mí! —gritaba Jace, mientras la moto daba sacudidas y petardeaba bajo ellos—.Sujétateamí,Clary,ynodejes...
Lamotoseladeóygolpeóelasfaltodelaparcamientoconlaruedadelantera.Saliódisparadahacia
adelante, bamboleándose violentamente mientras patinaba, rebotando y golpeando contra el suelodesigual.LacabezadeClary ibadelanteyatrásconunaviolenciacapazdepartirleelcuello.Elaireapestabaaneumáticoquemado.Perolamotoibaperdiendovelocidad,frenandoamedidaquepatinaba...yentoncesgolpeóunabarreradehormigóndelaparcamientocon tal fuerzaque la jovensaliópor losaireshaciaunlado,incapazdeseguiragarradaalcinturóndeJace.Apenastuvotiempodeenroscarseenunabolaprotectora,conlosbrazostanrígidoscomolefueposibleyrezandoparaqueSimonnoresultaraaplastadocuandosegolpearancontraelsuelo.
Chocó con fuerza, y un dolor terrible le ascendió por el brazo. Algo le salpicó el rostro, y seencontrótosiendomientrassedabalavueltayrodabasobrelaespalda.Alargólamanohaciaelbolsillo.Estabavacío.IntentópronunciarelnombredeSimon,perosehabíaquedadosinresuello.Surespiraciónsilbabamientrastragabaaire.Teníaelrostromojadoylahumedadlebajabaporelinteriordelcuellodelachaqueta.
«¿Esesosangre?»Abriólosojosmareada.Senotabaelrostrocomosifueraunenormemoretón;tenía los brazos doloridos y le escocían, igual que si se los hubiera despellejado. Había rodado decostadoyyacíamediodentroymedio fuera deun charcode agua sucia.Realmentehabía amanecido;pudovercómolosrestosdelamotosetransformabanenunmontóndecenizasirreconociblescuandolosrayosdelsollosalcanzaron.
YallíestabaJace, incorporándoseconun terribleesfuerzo.Empezóaavanzardeprisahaciaella,luegoaminorólamarchaamedidaqueseacercaba.Lamangadesucamisaestabadesgarradayteníaunlargo rasguño ensangrentado que le atravesaba el brazo izquierdo. El rostro, bajo el manto de rizosdoradooscuroapelmazadosdesudor,polvoysangre,estabablancocomoelpapel.Clarysepreguntóporqué tendría aquella expresión. ¿Tenía ella acaso una pierna arrancada, que yacía en alguna parte delaparcamientoenuncharcodesangre?
Empezóaincorporarsecondificultadysintióunamanosobreelhombro.—¿Clary?—¡Simon!Élestabaarrodilladojuntoaella,parpadeandocomositampocopudieracreerlodeltodo.Teníala
ropaarrugadaymugrienta,yhabíaperdidolasgafasenalgunaparte,peroapartedeeso,habíaresultadoileso.Sinlasgafasseveíamásjoven,indefensoyunpocoaturdido.AlargólamanoparatocarelrostrodeClary,peroellaseechóhaciaatrásconunestremecimiento.
—¡Ay!—¿Estásbien?Tienesunaspectoestupendo—dijo,conun tembloren lavoz—.Lomejorquehe
vistonunca...—Esoesporqueno llevas lasgafaspuestas—replicóellaconvozdébil,perosihabíaesperado
unarespuestadesabelotodo,nolaobtuvo.Ensulugar,éllaabrazóconfuerza.Laropaleolíaasangre,sudorysuciedad;elcorazónlelatíaa
milporhoraysuabrazo leapretaba lasmagulladuras,perode todosmodoseraunalivioestarensusbrazosysaber,saberrealmente,queélestababien.
—Clary—soltóSimonconbrusquedad—,pensé...,penséquetú...—¿Noregresaríaabuscarte?Puesclaroquelohice—contestóella—.Desdeluegoquesí.Lo rodeó con losbrazos.Todoen él resultaba tan familiar, desde la telamil veces lavadade su
camisetaalagudoángulodelaclavícula,quedescansabaahorajustobajosubarbilla.Élpronunciósunombre,yellaleacariciólaespaldaparatranquilizarlo.Cuandoechóunrápidovistazoatrás,ClaryvioqueJacesedabalavuelta,comosielbrillodelsolnacientelehirieralosojos.
16Ángelescaídos
Hodgeestabaenfurecido.Losesperabaenelvestíbulo,conIsabelleyAlecdetrásdeél,cuandoClaryyloschicosentraroncojeando,suciosycubiertosdesangre,e inmediatamenteseembarcóenunsermóndelquelamismamadredeClarysehabríasentidoorgullosa.Noolvidóincluir lapartesobrehaberlementido respectoal lugaralque iban—loqueJace,alparecer,habíahecho—o lapartesobrenuncavolveraconfiarenJace,e inclusoañadióadornosextra,comoalgunaspartessobreviolar laLey, serexpulsadodelaClaveytraereldeshonoralantiguoyorgullosonombredeWayland.Relajándose,clavóenJaceunamiradairacunda.
—Has puesto en peligro a otras personas con tu terquedad. ¡Éste es un incidente ante el que nopermitiréquetelimitesaencogertedehombros!
—No planeaba hacerlo—replicó Jace—.No puedo encogerme de hombros ante nada. Tengo elhombrodislocado.
—OjalápudieracreerqueeldolorfísicorealmenteteibaacambiarsiguióHodgeconsombríafuria—. Pero pasarás los próximos días en la enfermería con Alec e Isabelle desviviéndose por ti.Probablementeinclusotegustará.
Hodgehabíaestadoenlociertoendosterceraspartes:JaceySimonfueronapararalaenfermería,pero sólo Isabelle estaba desviviéndose por ellos cuando Clary, que había ido a lavarse, entró unascuantashorasmástarde.Hodgesehabíaocupadodelamagulladura,cadavezmáshinchada,desubrazo,y veinteminutos en la ducha habían eliminado lamayor parte del asfalto incrustado en su piel, perotodavíasesentíaencarnevivaydolorida.
Alec,sentadoenelalféizaryconmiradatormentosa,pusomalacaracuandolapuertasecerrótrasella.
—Ah,erestú.Ellanolehizoelmenorcaso.—Hodgedicequevienehaciaaquíyqueesperaqueambospodáisaferrarosavuestras trémulas
chispasdevidahastaquellegue—dijoaSimonyaJace—.Oalgoporelestilo.—Ojalásedéprisa—replicóJaceenojado.Estabasentadoenlacama,recostadoenunpardemullidasalmohadasblancas,vestidoaúnconsu
ropamugrienta.—¿Porqué?¿Teduele?—preguntóClary.—No;miumbraldedoloresmuyalto.Dehecho,noestantounumbralcomounvestíbuloenormey
decorado con sumo gusto. Pero sí me aburro con facilidad. —La miró con ojos entrecerrados—.¿Recuerdasalláenelhotelcuandoprometistequesivivíamos,tevestiríasdeenfermeraymedaríasunbañoconesponja?
—En realidad, creo que lo oístemal—repuso ella—.FueSimonquien te prometió el baño conesponja.
JacedirigióinvoluntariamentelamiradaaSimon,quelesonrioampliamente.—Encuantovuelvaaestarenpie,guapetón.—Yasabíayoquedeberíamoshabertedejadoconvertidoenrata—bromeóJace.ClaryrióyfuehaciaSimon,queparecíaterriblementeincómodorodeadopordocenasdealmohadas
yconmantasapiladassobrelaspiernas.—¿Cómoteencuentras?—preguntóClary,sentándoseenelbordedelacama.—Comoalguienalquehandadounmasajeconunralladordequeso—respondióSimon,haciendo
unamuecadedoloralsubirlaspiernas—.Merompíunhuesodelpie.Estabatanhinchado,queIsabelletuvoquecortarelzapatoparaquitármelo.
—Mealegrodeque seocupe tanbiende ti.—Clarydejóqueunapequeñacantidaddeácido sedeslizaraalinteriordesuvoz.
Simonseinclinóhaciaadelante,sinapartarlosojosdeClary.—Quierohablarcontigo.Claryasintióunpocoreacia.—Voyamihabitación.VenavermedespuésdequeHodgetearregle,¿deacuerdo?—Claro.Ante su sorpresa, él se inclinóy labesóen lamejilla.Fueunbesoqueapenas la rozó,unveloz
contactodelabiossobrelapiel,peromientrasseapartaba,supoqueestabaruborizada.Probablemente,sedijoponiéndoseenpie,porelmodoenquetodoslosdemáslesmirabanfijamente.
Enelpasillo,setocólamejilla,perpleja.Unbesoenlamejillanosignificabagrancosa,peroeratan poco típico de Simon. ¿Tal vez intentaba dejarle algo claro a Isabelle? Hombres, se dijo Clary,resultabantandesconcertantes.YJace,montandosunumeritodelpríncipeherido.Ellasehabíamarchadoantesdequeélpudieraempezaraquejarsedelnúmerodehilosdelassábanas.
—¡Clary!Sedio lavuelta sorprendida.Aleccorría apasos largospor elpasillohacia ella, apresurándose
paraalcanzarla.Sedetuvocuandoellalohizo.—Necesitohablarcontigo.Lemirósorprendida.—¿Sobrequé?Élvaciló.Conlatezpálidaylosojosazuloscuroresultabatanatractivocomosuhermana,peroa
diferencia de Isabelle, hacía todo lo posible por quitar importancia a su aspecto. Los suéteresdeshilachadosyloscabellos,queparecíacomosiseloshubieracortadoélmismoaoscuras,eransólopartedeello.Parecíaincómodoensupropiapiel.
—Creoquedeberíasirte.Irteacasa—soltó.Habíasabidoqueellanolegustaba,perocontodo,lesentócomounbofetón.—Alec, laúltimavezqueestuveenmicasa, estaba infestadade repudiados.Y rapiñadores.Con
colmillos.Nadiequiereirseacasamásqueyo,pero...—¿Debestenerparientesconlosquepuedasquedarte?—Habíaundejededesesperaciónensuvoz.—No,ademásHodgequierequemequede—contestóellaentonocortante.—Noesposiblequeloquiera.Quierodecir,nodespuésdeloquehashecho...—¿Quéhehecho?Alectragósalivaconfuerza.—CasihacesquematenaJace.—¡Queyocasi...!¿Dequéestáshablando?—Salircorriendodetrásdetuamigodeesemodo...¿Sabesencuántopeligrolepusiste?¿Sabes...?—¿Aél?¿TerefieresaJace?—Clary le interrumpióenmitadde la frase—.Para tu información
todoesofueideasuya.FueélquienpreguntóaMagnusdóndeestabalaguarida.Élfuea la iglesiaenbuscadearmas.Siyonohubieseidoconél,élhabríaidoigualmente.
—No lo comprendes—insistió Alec—. Tú no le conoces. Yo si. Cree que tiene que salvar elmundo;estaríaencantadodemorir intentándolo.Avecespiensoque inclusoquieremorir,peroesonosignificaquedebasanimarleahacerlo.
—Noloentiendo—replicóella—.Jaceesunnefilim.Estoesloquevosotroshacéis,rescatáisalagente,matáisdemonios,osponéisenpeligro.¿Enquéfuediferenteanoche?
ElcontroldeAlecsehizoañicos.
—¡Porque me dejó atrás!—gritó—. Normalmente yo estaría con él vigilándole, cubriéndole laespalda,manteniéndoloasalvo.Perotú...,túeresunpesomuerto,unamundana.
Escupiólapalabracomosifueraunaobscenidad.—No—corrigióClary—.Nolosoy.Soynefilim...igualquetú.Ellabiodelmuchachosecrispóenlascomisuras.—Quizá—repuso—.Perosinpreparación,sinnada,siguessinservirdedemasiado,¿noescierto?
Tumadretecrióenelmundodelosmundanos,yahíesdondeperteneces.Noaquí,haciendoqueJaceactúecomo...,comosinofueraunodenosotros.HaciendoqueviolesujuramentoalaClave,haciendoqueinfrinjalaLey...
—Noticiadeúltimahora—leespetóClary—.Yonoobligoa Jaceahacernada.Élhace loquequiere.Deberíassaberlo.
Lamirócomosiellafueseunaclasededemonioespecialmenterepulsivoquenohabíavistonuncaantes.
—Vosotroslosmundanossoistotalmenteegoístas,¿verdad?¿Esquénotienesniideadeloquehahechoporti,quéclasederiesgospersonaleshacorrido?Nohablosimplementedesuseguridad.Podríaperderlotodo.Yaperdióasupadreyasumadre;¿quieresasegurartedequetambiénpierdalafamiliaquelequeda?
Claryretrocedióylarabiasealzóensuinteriorigualqueunanegraola;rabiacontraAlec,porqueen parte tenía razón, y rabia contra todo y todos los demás: contra la carretera helada que le habíaarrebatadoasupadreantesdequeellanaciera,contraSimonporconseguirquecasilomataran,contraJaceporserunmártirynoimportarleviviromorir.ContraLukeporfingirqueellaleimportabacuandotodoeraunamentira.Ycontrasumadrepornoseramadreaburrida,normaleincoherentequesiemprefingióser,sinootrapersonatotalmentedistinta:alguienheroico,espectacularyvalerosoaquienClarynoconocía en absoluto. Alguien que no estaba allí en aquel momento, cuando Clary la necesitabadesesperadamente.
—Túnoeresquiénparahablardeegoísmo—siseó,contantaferocidadqueéldiounpasoatrás—.Atinoteimportanadieenestemundoexceptotú,AlecLightwood.Nomeextrañaquenohayasmatadoaunsolodemonio,tienesdemasiadomiedo.
Alecsemostróatónito.—¿Quiéntehadichoeso?—Jace.Pareciócomosilehubieseabofeteado.—Nopuedeser.Élnodiríaeso.—Puescréetelo.Claryviocómoleheríaaldecirlo,yesoleprodujosatisfacción.Alguienmásdeberíasentirdolor,
paravariar.—Puedesdespotricartodoloquequierassobrehonoryhonestidad,ysobrecómolosmundanosno
tienenningunade lasdoscosas,perosi realmente fuerashonesto,admitiríasqueestapataleta sedebesimplementeaqueestásenamoradodeél.Notienenadaquevercon...
Alecsemovió,aunavelocidadcegadora,yunagudochasquidoresonóenlacabezadeClary.Lahabíaempujadocontalfuerzaquelaparteposteriordelcráneohabíagolpeadocontralapared.ElrostrodeAlecestabaacentímetrosdeldeella,losojosenormesynegros.
—Quenoseteocurrajamás—susurró,conlabocaconvertidaenunlíneapálida—jamás,decirlenadaotemataré.LojuroporelÁngel,temataré.
El dolor en sus brazos, donde él los sujetaba, era intenso, y en contra de su voluntad, lanzó unaexclamaciónahogada.Alecpestañeócomosidespertaradeunsueñoylasoltó,apartandolasmanostanviolentamentecomosi supiel lehubiesequemado.Sinunapalabra, sevolvióysealejócorriendode
regresoalaenfermería.Dababandazosalandar,comoalguienborrachoomareado.Clarysefrotólosbrazosdoloridos,siguiéndoleconlamirada,consternadaanteloquehabíahecho.«Buentrabajo,Clary.Ahorasíquehasconseguidohacerqueteodie.»
Sehabríaidoinmediatamentealacama,peroapesardesuagotamiento,elsueñoseguíaestandofueradesualcance.Finalmentesacósublocdedibujodelamochilayempezóadibujar,apoyandoelcuadernocontralasrodillas.Garabatosalprincipio...,undetalledelafachadamediodesmoronadadelhoteldelosvampiros:unagárgolaconcolmillosyojossaltones.Unacallevacía,conunaúnicafarolaproyectandouncharcode luzamarillayuna figuraborrosacolocadaenel filode la luz.DibujóaRaphaelcon sucamisablancaensangrentadayconlacicatrizdelacruzenlagarganta.YluegodibujóaJacedepieeneltejado,contemplandoladistanciadediezpisosqueloseparabadelsuelo.Noasustado,sinomásbiencomosieldescensosignificaraundesafío;comosinoexistieraunespaciovacíoquenopudierallenarconsuconfianzaensupropiainvencibilidad.Comoensusueño,lodibujóconalasquesecurvabanhaciaafueratrasloshombrosenunarco,comolasalasdelaestatuadelángeldelaCiudaddeHueso.
Intentódibujarasumadre,porúltimo.HabíadichoaJacequenosesentíaenabsolutodiferentetrasleer elLibroGris, y era cierto en sumayor parte.En aquelmomento, no obstante,mientras intentabavisualizarelrostrodesumadre,comprendióquehabíaunacosaqueeradiferenteensusrecuerdosdeJocelyn:veía lascicatricesdesumadre, lasdiminutasmarcasblancasque lecubrían laespalday loshombroscomosihubieseestadodepiebajounanevada.
Dolía,dolíasaberqueelmodoenquesiemprehabíavistoasumadre,todasuvida,habíasidounamentira.Deslizóelblocdedibujobajolaalmohada,conlosojosardiendo.
Sonóungolpeenlapuerta...suave,vacilante.Serestrególosojosatodaprisa.—Adelante.EraSimon.Clarynosehabíadadocuentarealmentedelestadoenqueestabasuamigo.Éstenose
habíaduchado,ysuropaestabadesgarradaymanchada,yteníaloscabellosenmarañados.Elmuchachovacilóenlaentrada,curiosamenteformal.
Ellasehizoaunlado,dejándoleespacioenlacama.NohabíanadaextrañoensentarseenlacamaconSimon;habíandormidoelunoencasadelotroduranteaños,habíanconstruidotiendasdecampañayfuertes conmantas cuandoeranpequeños,habíanpermanecidodespiertos leyendocómics cuandoeranmásmayores.
—Hasencontradotusgafas—exclamóella.Unalenteestabaresquebrajada.—Estabanenmibolsillo.Salieronmejorparadasde loquehabríaesperado.Tendréqueescribir
unanotadeagradecimientoalaóptica.—Seacomodójuntoaellaconcautela.—¿TehacuradoHodge?—Sí—contestóél,asintiendo—.Todavíamesientocomosimehubiesendadounapalizaconuna
llavederuedas,peronohaynadaroto...,yano.Sevolvióparamirarla.Susojostraslasgafasdestrozadaseranlosojosquerecordaba:oscurosy
serios,bordeadosporlaclasedepestañasquealosmuchachoslestraíansincuidadoyquelaschicasmataríanportener.
—Clary,quevinierasapormí...quearriesgarastan...—No.—Alzóunamanotorpemente—.Túlohabríashechopormí.—Desde luego—afirmóél, sinarrogancianipretensiones,pero siemprepenséqueasí eracomo
eranlascosasentrenosotros.Yasabes.Clarytorcióelcuerpoparamirarlealacara,perpleja.—¿Quéquieresdecir?—Quierodecir—dijoSimon,comosilesorprendieraverseexplicandoalgoquedeberíahabersido
obvio—,queyohesidosiempreelquetenecesitabamásdeloquetúmenecesitabasamí.—Esonoescierto.—Claryestabaanonadada.—Loes—repusoSimonconlamismatranquilidaddesconcertante.Túnuncahasparecidonecesitar
realmente a nadie, Clary. Siempre has sido tan... contenida. Todo lo que has necesitado han sido tuslápicesytusmundosimaginarios.Tantísimasveceshetenidoquedecircosasseis,sietevecesantesdequeme respondieras, de tan lejos como estabas. Y entonces te volvías haciamí yme dedicabas esacuriosasonrisatuya,yyosabíaquetehabíasolvidadocompletamentedemíyacababasdeacordarte...,peronuncameenfadécontigo.Lamitaddetuatenciónesmejorquetodaladecualquierotrapersona.
Ellaintentócogerlelamano,perolecogiólamuñeca.Pudopercibirelpulsobajolapiel.—Únicamentehequeridoatrespersonasenmivida—explicóClary—.Mimadre,Lukeytú.Ylas
he perdido a todas excepto a ti. No imagines nunca que no eres importante paramí..., no lo piensessiquiera.
—Mimadredicequesólosenecesitantrespersonasenlasquepuedasconfiarparapodersentirterealizado—indicóSimon; el tono era ligero, pero su voz se quebró antes de terminar «realizado»—.Dicequetúparecesmuyrealizada.
Clarylesonrióconpesar.—¿Hatenidotumadrealgunasotrassabiaspalabrasrespectoamí?—Sí.—Ledevolviólasonrisaconunaigualdetorcida—.Peronovoyadecirtecuálesfueron.—¡Noesjustoguardarsecretos!—¿Quiénhadichoqueelmundoseajusto?Alfinal,setumbaronelunojuntoalotrocomohacíancuandoeranniños:hombroconhombro,las
piernas de Clary sobre las de Simon. Los dedos de los pies de ella llegaban justo por debajo de larodilladeél.Tumbadossobrelaespalda,contemplaroneltechomientrashablaban,unacostumbrequeleshabíaquedadodelaépocaenqueeltechodeClaryhabíaestadocubiertoconestrellasencoladasquebrillaban en la oscuridad.Si Jacehabíaolido a jabóny limoncillos,Simonolía comoalguienquehaestadorodandoporelestacionamientodeunsupermercado,peroaClarynoleimportó.
—Lo extraño es...—Simon enrolló un rizo de los cabellos de la joven en su dedo— que habíaestadobromeandoconIsabellesobrevampirosjustoantesdequetodosucediera.Sólointentandohacerlareír,¿sabes?,contonteríasdeltipo:«¿Quérepeleaunvampirojudío?UnaestrelladeDaviddeplata».
Claryrió.Simonpareciócomplacido.—Isabellenoserió.Clarypensóenciertonúmerodecosasquequeríadecir,ynolasdijo.—NoestoyseguradequesealaclasedehumorquelegustaaIsabelle.Simonlelanzóunamiradadesoslayopordebajodelaspestañas.—¿SeacuestaconJace?ElchillidodesorpresadeClaryseconvirtióentos.Ledirigióunamiradafulminante.—Oh,no.Prácticamentesoncomoparientes.No,quéva.—Hizounapausa—.Nolocreo,almenos.Simonseencogiódehombros.—Tampocoesquemeimporte—afirmóconfirmeza.—Seguroqueno.—¡Claroqueno!—Rodósobreelcostado—.Yasabes,inicialmentepenséqueIsabelleparecía,no
sé...guay.Excitante.Diferente.Entonces,enlafiesta,comprendíqueenrealidadestabaloca.Clarylemiróentrecerrandolosojos.—¿Tedijoquebebieraselcóctelazul?Élnegóconlacabeza.—Fue cosa mía. Te vi marchar con Jace y Alec, y no sé... Estabas tan diferente de como eres
siempre.Muydistinta.Nopudeevitarpensarqueyahabíascambiado,yqueestenuevomundotuyomedejaríafuera.Quisehaceralgoquemehicieraformarmáspartedeél.Asíquecuandoel tipejoverdepasóconlabandejadebebidas...
—Eresunidiota—gimióClary.—Jamásheafirmadolocontrario.—Losiento.¿Fuehorrible?—¿Serunarata?No.Alprincipiofueuntantodesorientador.Derepente,meencontrabaalaaltura
deltobillodetodoelmundo.Penséquehabíabebidounapociónreductora,peronopodíaentenderporquéteníaaquellasenormesganasdemasticarenvoltoriosusadosdechicle.
Clarylanzóunarisitadivertida.—No,merefieroalhoteldelosvampiros...¿fueesohorrible?AlgotitilódetrásdelosojosdeSimon.Desviólamirada.—No.Realmente no recuerdo gran cosa del período entre la fiesta y el aterrizaje en la zona de
aparcamiento.—Probablementeseamejorasí.Él empezó a decir algo, pero se detuvo en mitad de un bostezo. La luz se había desvanecido
lentamenteenlahabitación.DesenredándosedeSimonydelassábanas,Claryselevantóyapartóaunladolascortinasdelaventana.Fuera,laciudadestababañadaporelresplandorrojizodelapuestadesol.EltejadoplateadodeledificioChrysler,acincuentamanzanasdeallí,enelcentro,refulgíacomounatizadordejadodemasiadotiemposobreelfuego.
—Elsolsepone.Quizádeberíamosirenbuscadealgodecena.No hubo respuesta. Se volvió y vio que Simon estaba dormido, con los brazos cruzados bajo la
cabeza,laspiernasextendidas.Suspiró,seacercóalacama,lequitólasgafasylasdejósobrelamesilladenoche.Nopodíacontarlasvecesqueélsehabíaquedadodormidoconellasylohabíadespertadoelsonidodelentesalromperse.
«¿Ahoradóndevoyadormir?»NoeraqueleimportaracompartirunacamaconSimon,peroélnole había dejado mucho espacio. Consideró despertarlo con un golpecito, pero parecía tan tranquilo.Además,ellanoteníasueño.Alargabalamanoparasacarelblocdedibujodedebajodelaalmohadacuandollamaronalapuerta.
Cruzólahabitacióndescalzasinhacerruidoygiróelpomosilenciosamente.EraJace.Limpio,convaqueros y una camiseta gris, los cabellos lavados convertidos en un halo de oro húmedo. Lasmagulladurasdelrostrosedesvanecíanya,pasandodelmoradoaungristenue,yllevabalasmanosalaespalda.
—¿Dormías?—preguntó.Nohabíacontriciónenlavoz,sólocuriosidad.—No.—Clarysalióalpasillo,cerrandolapuertatrasella—.¿Porquélohaspensado?Élechóunamiradaasuconjuntodecamisetaazulsinmangasypantalóncortodepijama.—Pornada.—Hepasadoenlacamalamayorpartedeldía—explicóella,loqueeratécnicamentecierto.Alverle,losnerviosselehabíandisparadoamilporhora,peronoveíamotivoparacompartiresa
información.—¿Quétaltú?¿Noestásagotado?Élnegóconlacabeza.—Comoelserviciopostal,loscazadoresdedemoniosnuncaduermen.«Nilanieve,nilalluvia,ni
elcalor,nilaoscuridaddelanochepuedendeteneraestos...»—Tendríasungranproblemasilaoscuridaddelanochetedetuviera—indicóella.Jacesonrióabiertamente.Alcontrarioquesuscabellos,susdientesnoeranperfectos.Unincisivo
superiorestabaligerayatractivamenteroto.Claryseabrazóloscodos.Hacíafríoenelpasilloynotabacomoempezabaaponérselelacarnede
gallinaenlosbrazos.—¿Quéhacesaquí,detodosmodos?—¿«Aquí» indicando tu dormitorio o «aquí» indicando la gran cuestión espiritual de nuestro
propósitoenesteplaneta?Siestáspreguntandosiestodosimplementeunacoincidenciacósmicaoexistemayorpropósitometaéticoenlavida,entonces,bien,éseeseleternorompecabezas.Merefieroaqueelsimplereduccionismoontológicoesatodaslucesunargumentofalaz,pero...
—Mevuelvoalacama.—Claryalargólamanohaciaelpomodelapuerta.Élsedeslizóágilmenteentreellaylapuerta.—Estoyaquí—dijo—porqueHodgemerecordóqueeratucumpleaños.Clarysoltóaire,exasperada.—Nohastamañana.—Nohaymotivoparanoempezaracelebrarloahora.Lemiróconatención.—EstásevitandoaAlecyaIsabelle.—Losdosestántratandodepelearseconmigo—respondióél,asintiendo.—¿Porelmismomotivo?—Nosabríadecir.—Dirigiófurtivasmiradasarribayabajodelpasillo—.Hodge,también.Todoel
mundoquierehablarconmigo.Exceptotú.Apuestoaquetúnoquiereshablarconmigo.—No—repusoella—.Quierocomer.Estoyhambrienta.Jacesacólamanodedetrásdelaespalda.
Enellasujetabaunabolsadepapelligeramentearrugada.—PilléunpocodecomidaenlacocinacuandoIsabellenomiraba.Clarysonrióampliamente.—¿Unpicnic?EsunpocotardeparairaCentralPark,¿nocrees?Estállenode...Élagitóunamano.—Hadas.Yalosé.—Ibaadeciratracadores—replicóClary—.Aunquecompadezcoalatracadorquevayaaporti.—Ésaesunaactitudsensata,y tealaboporella—replicóél,mostrándosesatisfecho—.Perono
pensabaenCentralPark.¿Quétalelinvernadero?—¿Ahora?¿Denoche?¿Noestará...oscuro?Élsonriócomosituvieraunsecreto.—Vamos.Telomostraré.
17Laflordemedianoche
En lapenumbra, las enormeshabitacionesvacías que atravesaron en su camino al tejadoparecían tandesiertascomoescenariosteatrales;elmobiliario,cubiertocontelasblancas,sealzababajolatenueluzcomoicebergssaliendodelaniebla.
CuandoJaceabriólapuertadelinvernadero,elaromagolpeóaClaryconlasuavidaddelzarpazoenguantadodeungato:elintensooloroscurodelatierrayelaromamáspotenteyjabonosodelasfloresqueseabrenporlanoche—lacampanillatropicalamericana,lareinadelanoche,lasmaravillas—yalgunas que no reconoció, como una planta que lucía una flor amarilla en forma de estrella y cuyospétalosestabancubiertosdemedallonesdepolendorado.AtravésdelasparedesdevidriodelrecintopudoverlaslucesdeManhattan,brillandocomofríasjoyas.
—¡Vaya!—Sefuevolviendodespacio,absorbiéndolo—.Estoesmuybonitoporlanoche.Jacesonrióburlón.—Yessóloparanosotros.AleceIsabelleodianestaraquíarriba.Sufrenalergia.Claryseestremeció,aunquenoteníanadadefrío.—¿Quéclasedefloressonéstas?Jaceseencogiódehombrosysesentó,concuidado, juntoaun lustrosoarbustoverde,salpicado
todoéldecapullosfirmementecerrados.—Ni idea. ¿Crees que presto atención en la clase de botánica? No voy a ser un archivero. No
necesitosaberesascosas.—¿Sólonecesitassabercómomatar?Élalzólosojoshaciaellaysonrió.ParecíaunángelrubiodeuncuadrodeRembrandt,exceptopor
aquellabocaperversa.—Esoes.—Delabolsa,sacóunpaqueteenvueltoenunaservilletayseloofreció—.También—
añadió—,preparounsandwichdequesogenial.Pruebauno.Clarysonrióaregañadientesysesentófrenteaél.Elsuelodepiedradelinvernaderoresultabafrío
encontactoconsuspiernasdesnudas,peroeraagradabledespuésdetantosdíasdecalorincesante.Delabolsadepapel,Jacesacóunasmanzanas,unatabletadechocolatedefrutaynuecesyunabotelladeagua.
—Noesunmalbotín—bromeóellaconadmiración.Elsandwichdequesoestabacalienteyunpocoflácido,peroelsaboreraexcelente.Deunodelos
innumerables bolsillos del interior de su chaqueta, Jace sacó un cuchillo con mango de hueso, queparecía capaz de destripar a un oso pardo, y se puso a trabajar en las manzanas, cortándolas enmeticulosasporciones.
—Bueno,noesunpasteldecumpleaños—dijo,pasándoleunpedazo—,peroesperoqueseamejorquenada.
—«Nada»eraloqueesperaba,asíquegracias.Lediounmordisco.Lamanzanasabíaaverdeyestabafresca.—Nadie debería quedarse sin recibir algo el día de su cumpleaños.—Jace estabamondando la
segunda manzana, cuya piel se desprendía en largas tiras curvas—. Los cumpleaños deberían serespeciales.Micumpleañoserasiempreeldíaenelquemipadredecíaquepodíahacerotenercualquiercosaquequisiera.
—¿Cualquiera?—Clarylanzóunacarcajada—.¿Yquepedías?—Bueno,cuandoteníacincoaños,quisetomarunbañodeespaguetis.—Peronotedejó,¿verdad?
—No,éseeselquid.Medejó.Dijoquenoeracaro,y¿porquénosieraloqueyoquería?Hizoqueloscriadosllenaranunabañeradeaguahirviendoypasta,ycuandoseenfrió...—Seencogiódehombros—.Mebañéenella.
«¿Criados?»pensóClary.—¿Quétalfue?—dijoenvozalta.—Resbaladizo.—Apuestoaquesí.Intentóimaginarledeniño,riendotontamente,hundidohastalasorejasenpasta.Laimagennoquiso
formarse.SindudaJacenoreíatontamentenunca,nisiquieraaloscincoaños.—¿Quéotrascosaspediste?—Armas,principalmente—respondióél—, loqueestoyseguroqueno te sorprende.Libros, leía
unabarbaridadpormicuenta.—¿Nofuistealaescuela?—No—respondió,yahorahablabadespacio,casicomosiseaproximaranauntemaquenoquería
discutir.—Perotusamigos...—Noteníaamigos—repuso—.Exceptomipadre.Éleratodoloquenecesitaba.Ellalemirófijamente.—¿Ningúnamigo?Élsostuvosumiradaconfirmeza.—Laprimeravezquevi aAlec—explicó—,cuando teníadiez años, fue laprimeravezqueme
encontrabaconotroniñodemimismaedad.Laprimeravezqueteníaunamigo.Clarybajólamirada.Unaimagenseformabaenaquelmomento,inoportuna,ensucabeza.Pensóen
Alec,elmodoenquelahabíamirado.«Élnodiríaeso.»—Nometengaslástima—siguióJace,comoadivinandosuspensamientos,aunquenohabíasidopor
élporquienhabíasentidolástima—.Élmediolamejoreducación,elmejoradiestramiento.Mellevócon él por todo elmundo. Londres. San Petersburgo. Egipto.Adorábamos viajar.—Sus ojos estabansombríos—.Noheestadoenningunapartedesdequemurió.EnningúnlugarapartedeNuevaYork.
—Tienes suerte—repusoClary—.Yonohe salidode este estado en todamivida.MimadrenisiquieraqueríadejarmeiraWashingtonD.C.enviajesdelcolegio.Supongoqueahoraséelmotivo—añadiópesarosa.
—¿Teníamiedodequeenloquecieras?¿DequeempezarasaverdemoniosenlaCasaBlanca?Clarymordisqueóuntrozodechocolate.—¿HaydemoniosenlaCasaBlanca?—Bromeaba—contestóJace—,creo.—Seencogiódehombrosfilosóficamente—.Siloshubiera,
seguroquealguienlohabríamencionado.—Creo—insistió Clary—, que sencillamente no quería que estuviera lejos de ella. Mi madre,
quierodecir.Despuésdelamuertedemipadre,cambióunabarbaridad.LavozdeLukeresonóensumente.«Nuncahassidolamismadesdequesucedió,peroClarynoes
Jonathan.»Jacelamiróirguiendounaceja.—¿Recuerdasatupadre?Ellanegóconlacabeza.—No.Murióantesdequeyonaciera.—Tienessuerte.Deesemodonoleechasdemenos.Viniendodecualquierotrapersonahabríasidounacosaatroz,peronohabíaamarguraensuvoz,
paravariar,únicamenteunasensacióndesoledadporlafaltadesupropiopadre.
—¿Desaparece?—preguntóella—.Elecharleenfalta,quierodecir.Éllamiródesoslayo,peroenlugarderesponderpreguntó:—¿Piensasentumadre?No.Clarynoqueríapensarensumadrecomosiestuvieramuerta.—EnestosmomentospensabaenLuke,enrealidad.—Ahora ya sabes que ése no es su nombre de verdad.—Jace dio un pensativo mordisco a la
manzanayañadió—:Heestadopensandoenél.Algoensucomportamientonocuadra...—Esuncobarde.—LavozdeClarysonóresentida—.Yaleoíste.NoiráencontradeValentine.Ni
siquierapormimadre.—Peroesoesexactamente...Unalargareverberaciónrepiqueteanteleinterrumpió.Enalgunaparte,tañíaunacampana.—Medianoche—exclamóJace,dejandoelcuchilloenelsuelo.Sepusoenpie,extendiendolamanoparaacercaraClaryjuntoaél.Losdedosestabanligeramente
pegajososconjugodemanzana.—Ahora,observa.Tenía lamirada fija enel arbustoverde juntoalquehabíanestado sentados, con susdocenasde
brillantescapulloscerrados.Ellafueapreguntarquésesuponíaquedebíamirar,peroélalzóunamanoparacallarla.Lebrillabanlosojos.
—Aguarda—ledijo.Lashojasdelarbustocolgaban totalmente inmóviles.De improviso,unode loscapulloscerrados
empezóaagitarseya temblar.Sehinchóhastaalcanzardosvecessu tamañoyseabriódegolpe.Eracomocontemplarunapelículaacámararápidadeunaflorqueflorece:losdelicadossépalosverdesseabrieron hacia fuera para liberar los pétalos apelotonados del interior. Estaban espolvoreados de unpolendoradopálido,tanligerocomoeltalco.
—¡Ah!—exclamóClary,yalalzar losojosvioqueJace laobservabaconatención—¿Florecentodaslasnoches?
—Sóloamedianoche—respondió—.Felizcumpleaños,ClarissaFray.Clarysesintióextrañamenteconmovida.—Gracias.—Tengounacosaparati—dijoél.Metiólamanoenelbolsilloysacóalgo,quelepusoenlamano.Eraunapiedragris,ligeramente
irregular,desgastadahastaquedarlisaenalgunospuntos.—¡Ja!—exclamóella,haciéndolagirarenlosdedos—.Sabes,cuandolamayoríadechicasdicen
quequierenunpedrusco,noserefierenyasabes,literalmenteaunpedrusco.—Muydivertido,mi sarcástica amiga.Noesunpedrusco,precisamente.Todos los cazadoresde
sombrastienenunapiedra-runadeluzmágica.—Ah.Lamiróconrenovado interés,cerrando losdedossobreellacomohabíavistoaJacehacerenel
sótano.Noestabasegura,perolepareciópoderverundestellodeluzasomandoporentrelosdedos.—Teproporcionaráluz—explicóJace—,inclusoentrelastinieblasmásoscurasdeestemundoy
deotros.Claryselametióenelbolsillo.—Bueno, gracias. Has sido muy amable al hacerme un regalo.—La tensión entre ellos parecía
oprimirlaigualqueelairehúmedo—.Mejorqueunbañoenespaguetis.—Sicompartesesepedazodeinformaciónpersonalconalguien—leamenazóélentonosombrío
—,puedequetengaquematarte.—Bueno,cuandoyoteníacincoaños,quisequemimadremedejaradarvueltasyvueltasdentrode
lasecadorajuntoconlaropa—contestóClary—.Ladiferenciaesquenomedejó.—Probablementeporquedarvueltasdentrodeunasecadorapuederesultarfatal—indicóJace—,
mientrasquelapastararamenteesfatal.AmenosqueIsabellelaprepare.La flor de medianoche derramaba ya sus pétalos, que descendían suavemente hasta el suelo,
brillandocomofragmentosdeluzdeestrellas.—Cuandoteníadoceaños,quiseuntatuaje—continuóClary—.Mimadretampocomedejóhacerlo.Jacenorió.—Lamayoría de los cazadores de sombras reciben sus primerasMarcas a los doce.Debías de
llevarloenlasangre.—Quizá.Aunque dudo quemuchos cazadores de sombras reciban un tatuaje deDonatello de las
TortugasNinjaMutantesAdolescentesenelhombroizquierdo.Jaceparecíaperplejo.—¿Queríasunatortugaenelhombro?—Queríacubrirmicicatrizdelavaricela.Apartó ligeramente a un lado el tirante de la camiseta, mostrando la marca blanca en forma de
estrellaqueteníaenlapartesuperiordelhombro.—¿Ves?Élapartólamirada.—Sehacetarde—soltó—.Deberíamosvolverabajar.Claryvolvióasubirseeltirante,algoincómoda.¡Cómosiélquisieraversusestúpidascicatrices!Lassiguientespalabrasbrotarondesubocasinquefuerasuvoluntad.—¿Isabelleytúhabéis...salidoalgunavez?Entonces sí que él lamiró. La luz de la luna disolvió el color de sus ojos, que parecieronmás
plateadosquedorados.—¿Isabelle?—preguntó,sincomprender.—Pensé...—Enaquelmomentosesintióaúnmásviolenta—.Simonqueríasaberlo.—Alomejordeberíapreguntárseloaella.—Nocreoquequierahacerlo—repusoClary—.Detodosmodos,noimporta.Noesasuntomío.Jacesonriódeunmododesconcertante.—Larespuestaesno.Quierodecir,puedequehubieseunmomentoenqueunouotroloconsiderara,
peroescasicomounahermanaparamí.Seríaextraño—QuieresdecirqueIsabelleytúnunca...—Nunca—afirmóJace.—Ellameodia—observóClary.—No, no te odia—respondió él, ante la sorpresa de Clary—. Simplemente la pones nerviosa,
porquesiemprehasidolaúnicachicaenunamultituddechicosquelaadoran,yahorayanoloes.—Peroestanhermosa.—Tambiénloerestú—repusoél—,ymuydiferentedecómoesella,yellanopuedeevitardarse
cuentadeeso.Siemprehaqueridosermenudaydelicada,yasabes.Odiasermásaltaquelamayoríadeloschicos.
Clarynodijonada,porquenoteníanadaquedecir.Hermosa.Lahabíallamadohermosa.Nadielahabíallamadoesoantes,exceptosumadre,loquenocontaba.Lasmadresestabanobligadasapensarquesushijaseranhermosas.Lemirófijamente.
—Probablementedeberíamosbajar—volvióadecirél.Claryestabaseguradequelehacíasentirseincómodomirándolofijamente,peronoparecíapoder
dejardehacerlo.—Deacuerdo—contestóporfin.
Se sintió aliviada cuandooyóque suvoz sonabanormal.También fueun aliviopoder apartar lamiradadeéldándoselavuelta.Laluna,directamentesobresuscabezas,loiluminabatodocasicomosifueradedía.Entreunpasoyel siguientevioeldestelloblancodealgoquehabía enel suelo: era elcuchilloqueJacehabíaestadousandoparacortarmanzanas,caídodecostado.Seechórepentinamenteatrásparanopisarlo,ysuhombrochocócontraeldelmuchacho...,éstealargóunamanoparasujetarla,justocuandoella sedaba lavueltaparadisculparse,yentonces,ella seencontródealgúnmodoenelcírculodesusbrazosyéllabesaba.
Al principio fue casi como si él no hubiera querido besarla: su boca era dura contra la de ella,inflexible;luegolarodeóconambosbrazosylaapretócontrasí.Suslabiosseablandaron.Ellapercibióerápidolatidodesucorazón,paladeóeldulcesaboramanzanasqueélaúnteníaenlaboca.Enredólasmanosensuscabellos,talycomohabíaqueridohacerdesdelaprimeravezquelehabíavisto,yéstosseenroscaronenlosdedos,sedososyfinos.AClary,elcorazónlelatíaconfuerza,yhabíauntronarenlosoídos,comodealasbatiendo...
Jaceseapartódeellaconunaexclamaciónahogada,aunquesusbrazossiguieronrodeándola.—Noteasustes,perotenemospúblico.Clary volvió la cabeza. Posado en la rama de un árbol cercano estabaHugo, contemplándoles
fijamenteconsusojillosbrillantesynegros.Asíqueelruidoquehabíaoídosíhabíansidoalasynoelsonidodeunapasiónenloquecida.Aquelloeradecepcionante.
—Siélestáaquí,Hodgenoestarálejos—mascullóJaceentredientes—.Deberíamosmarcharnos.—¿Teestáespiando?—siseóClary—.Hodge,quierodecir.—No. Simplemente le gusta venir aquí a pensar. Es una pena..., estábamos teniendo una
conversacióntanentretenida.—Rióensilencio.Bajaronpordondehabíansubido,peroparecióunviajetotalmentedistintoparaClary.Jacemantuvo
lamanodeClaryenladeél,enviándolediminutasdescargaseléctricasquelesubíanybajabanporlasvenasdesdetodoslospuntosdondelatocaba:losdedos,lamuñeca,lapalmadelamano.LamentedeClaryeraunherviderodepreguntas,peroteníademasiadomiedoderomperlaatmósferareinanteparahacerleninguna.Élhabíadicho«esunapena»,asíqueadivinabaquelaveladahabíafinalizado,almenoslaparteenlaquesebesaban.
Llegaronasupuerta,yClaryseapoyóenlaparedjuntoaella,alzandolosojoshaciaJace.—Graciasporelpicnicdecumpleaños—dijo,intentandomantenerlavozneutra.Élparecíareacioasoltarlelamano.—¿Tevasadormir?«Simplemente está siendo cortés», se dijo. Pero por otra parte, era Jace. Él nunca era cortés.
Decidióresponderasupreguntaconotra.—¿Noestáscansado?—Nuncaheestadomásdespierto—contestóél,ysuvozeraqueda.Seinclinóparabesarla,sujetándoleelrostroconlamanolibre.Suslabiossetocaron,levementeal
principio, y luego con una presión mayor. Fue precisamente en ese momento cuando Simon abriócompletamentelapuertadeldormitorioysalióalpasillo.
Parpadeaba,estabadespeinadoeibasingafas,peropodíaverbastantebien.—¿Quédemonios?—inquirió,envoztansonoraqueClaryseapartódeunbrincodeJacecomosi
sucontactolaquemara.—¡Simon!¿Quéestás...?Quierodecir,pensabaqueestabas...—¿Dormido?Loestaba—repusoél.Laparte superiorde lospómulos se lehabíaenrojecidoviolentamentea travésde subronceado,
comosiemprelepasabacuandosesentíaviolentooalterado.—Entoncesmehedespertadoynoestabasahí,asíquepensé...
AClarynoseleocurrióquédecir.¿Porquénohabíapensadoqueestopodríasuceder?¿Porquénohabía dicho que fueran a la habitación de Jace? La respuesta era tan simple como horrible: se habíaolvidadocompletamentedeSimon.
—Losiento—dijo,nomuyseguradeaquiénhablaba.Porelrabillodelojo,leparecióverqueJacelelanzabaunamiradacolérica;perocuandoledirigió
unaojeada,parecíaestarcomosiempre:tranquilo,segurodesímismo,ligeramenteaburrido.—Enelfuturo,Clarissa—dijo—,podríaserprudentemencionarqueya tienesaunhombreentu
cama,paraevitarsituacionesfastidiosascomoésta.—¿Lehasinvitadoatucama?—inquirióSimon,anonadado.—Ridículo,¿verdad?—repusoJace—.Nohabríamoscabidotodos.—Noleheinvitadoamicama—replicóellaconbrusquedad—.Solamentenosestábamosbesando.—¿Solamente besando? —El tono de Jace se burlaba de ella fingiendo dolor—. Qué deprisa
desechasnuestroamor.—Jace...Claryvioelbrillomaliciosodesusojosynoacabólafrase.Noteníasentido.Sintióunrepentino
pesoenelestómago.—Simon,estarde—concluyóconvozcansada—.Sientoquetehayamosdespertado.—Tambiényo.Volvióaentrarmuydignoeneldormitorio,dandounportazotrassí.LasonrisadeJaceerasuavecomounatostadaconmantequilla.—Anda,ve trasél.Dalepalmaditasen lacabezaydilequetodavíaes tuamiguitosuperespecial.
¿Noesesoloquequiereshacer?—Para—exclamóella—.Paradecomportarteasí.Lasonrisadelmuchachosehizomásamplia.—Así¿cómo?—Siestásenfadado,simplementedilo.Noactúescomosinada teafectara jamás.Comosi jamás
sintierasnadaenabsoluto.—Quizádeberíashaberpensadoenelloantesdebesarme—replicóél.Lemiróconincredulidad.—¿Yotehebesado?Éllamiróconmalicia.—Notepreocupes—repuso—,tampocohasidotanmemorableparamí.Lecontemplóalejarse,ysintióunamezcladeganasdeecharseallorarydecorrerdetrásdeélpara
darleunapatadaeneltobillo.SabiendoquecualquieradeesasaccionesllenaríaaJacedesatisfacción,nollevóacaboninguna,sinoquevolvióaentrarcautelosamenteeneldormitorio.
Simonestabadepieenmitaddelahabitación,conexpresiónperdida.Sehabíavueltoaponerlasgafas.ClaryoyólavozdeJaceensucabeza,diciendoentonoofensivo:«Dalepalmaditasenlacabezayquetodavíaestuamiguitosuperespecial».DiounpasohaciaSimon,luegosedetuvoaldarsecuentadeloqueélsosteníaenlamano.Sublocdedibujo,abiertoporeldibujoquehabíaestadohaciendo,eldeJaceconalasdeángel.
—Bonito—exclamóél—.TodasesasclasesdeTischdebendeestarvaliendolapena.Normalmente,Clarylehabríaregañadopormirarsucuadernoperoésenoeraelmomento.—Simon,oye...—Reconozcoqueentrartodoindignadoalinteriordetudormitoriopuedenohabersidoelpasomás
acertado—lainterrumpióconfrialdad,arrojandoelblocdedibujodevueltasobrelacama—.Peroteníaquecogermiscosas.
—¿Adóndevas?—preguntóella.
—Acasa.Heestadoaquídemasiadotiempo,creo.Losmundanoscomoyonopertenecenaunlugarcomoéste.
Ellalanzóunsuspiro.—Oye, lo siento, ¿de acuerdo?No erami intención besarle; simplemente sucedió. Sé que no te
gusta.—No—respondióSimonconmayorfrialdadaún—,nomegustalasodasingas.Nomegustanlos
grupospopcutres.Nomegustavermeatrapadoeneltráfico.Nomegustanlosdeberesdematemáticas.OdioaJace.¿Vesladiferencia?
—Tesalvólavida—indicóClary,sintiéndosecomounafarsante;alfinyalcabo,JacehabíaidoalDumortsóloporquelehabíapreocupadopodertenerproblemassiellaacababamuerta.
—Detalles—replicóSimon,desdeñoso—.Esunimbécil.Pensabaqueerasmejorqueeso.Claryseencolerizó.—Ah,¿yahoravienestúadarteairesconmigo?—lesoltóconbrusquedad—.Erestúelqueibaa
pediralachicaconelcuerpomas«rocanrolero»queteacompañaraalBailedeOtoño.—Imitóeltonoperezoso de Eric y la boca de Simon se convirtió en una fina línea enojada—. ¿Y qué si Jace es unestúpidodevezencuando?Túnoeresmihermano,noeresmipadre,notienequegustarte.Amínuncamegustadoningunadetusnovias,peroalmenoshetenidoladecenciadeguardármeloparamí.
—Esto—replicóSimon,hablandoentredientes—,esdiferente.—¿Cómo?¿Cómoesdiferente?—¡Porque veo elmodo en que lemiras!—gritó él—. ¡Y yo nunca hemirado a ninguna de esas
chicasasí!Erasimplementealgoquehacer,unmododepracticar,hasta...—Hasta¿qué?Clarysabíadeunmodovagoqueseestabaportandohorriblemente,todoaquelloerahorrible;nunca
anteshabíantenidosiquieraunapeleaquefueraalgomásserioqueunadiscusiónsobrequiénsehabíacomidoelúltimopastelitodelacajaenlacasadelárbol,peronoparecíacapazdeparar.
—¿HastaqueaparecióIsabelle?¡NopuedocreerquemeestéssermoneandosobreJacecuandotútecomportasdelmodomásridículoconella!—Suvozseelevóhastaconvertirseenungritoagudo.
—¡Intentabaponertecelosa!—lechillóSimon,a suvez,con lasmanosapretadasenpuñosa loscostados—.Erestanestúpida,Clary.Erestanestúpida,¿esquenoentiendesnada?
Ellalemiróconperplejidad.¿Aquédiablosserefería?—¿Intentandoponermecelosa?¿Porquéibasaquererhacereso?Comprendióalinstantequeaquelloeralopeorquepodríahaberlepreguntado.—Porque—contestóél,contantaamarguraquelasobresaltó—,heestadoenamoradodetidurante
diezaños,asíquepenséqueparecíahaberllegadolahoradeaveriguarsitúsentíaslomismopormí.Loque,adivino,noesasí.
Fuecomosiéllehubierapateadoelestómago.Clarynopudohablar;lehabíanarrebatadoelairedelospulmones.Lemirófijamente,intentandoformularunarespuesta,cualquierrespuesta.
Éllaatajócondureza.—No.Nohaynadaquepuedasdecir.Clary le contempló dirigirse a la puerta como paralizada; no podíamoverse para retenerle, por
muchoquedesearahacerlo.¿Quépodíadecir?¿«Yotambiéntequiero»?Peronolequería...¿verdad?Élsedetuvoenlapuerta,lamanosobreelpomo,ysevolvióparamirarla.Susojos,traslasgafas,
parecíanmáscansadosqueenojadosenaquelmomento.—¿Realmentequieressaberquémásfueloquemimadredijosobreti?—preguntó.Ellanegóconlacabeza.Élpareciónoadvertirlo.—Dijoquemeromperíaselcorazón—dijo,ysemarchó.
Lapuertasecerrótrasélconundecididochasquido,yClarysequedósola.UnavezqueSimonhubomarchado,Clarysedejócaersobrelacamaytomósublocdedibujo.Lo
acunó contra el pecho, sin querer dibujar en él, ansiando simplemente el contacto y el olor de cosasfamiliares:tinta,papel,tiza.
PensóencorrertrasSimon,intentaralcanzarle.Pero¿quélediría?¿Quépodíadecirle?«Erestanestúpida,Clary—lehabíadichoél—.¿Esquenoentiendesnada?»
Pensó en un centenar de cosas que él había dicho o hecho, bromas queEric y los demás habíanhecho sobre ellos, conversaciones acalladas cuandoellahabía entradoen lahabitación. Jace lohabíasabido desde el principio. «Me reía de vosotros porque las declaraciones de amor me divierten, enespecialcuandonosoncorrespondidas.»Ellanosehabíaparadoapreguntarsedequéestabahablando,peroahoralosabía.
HabíadichoaSimonunpocoantesqueellasólohabíaqueridoatrespersonas:sumadre,Lukeyél.Sepreguntósi realmenteeraposible,enelespaciodeunasemana,perdera todas laspersonasqueseamaba.Sepreguntósieralaclasedecosaalaquesesobrevivíaono.Ysinembargo...duranteaquellosbrevesinstantes,arribaeneltejadoconJace,sehabíaolvidadodesumadre.SehabíaolvidadodeLuke.SehabíaolvidadodeSimon.Yhabíasidofeliz.Aquéllaeralapeorparte,quehabíasidofeliz.
«Quizáesto—pensó—,perderaSimon,quizáestoesmicastigoporelegoísmodeserfeliz,aunquefuera sólo un instante, cuandomimadre sigue desaparecida.»Nada de ello había sido real, de todosmodos.Jacepodríabesardemaravilla,peroellanoleimportabaenabsoluto.Habíadichotantocomoeso.
Bajóelblocdedibujolentamentehastasuregazo.Simonhabíatenidorazón;eraunbuenretratodeJace.Habíacapturadoladuralíneadelaboca,losojosincongruentementevulnerables.Lasalasparecíantanrealesqueimaginóquesipasabalosdedosporencima,seríansuaves.Dejóquelamanodiscurrieraporlapágina,lamentevagandosinrumbo...
Yapartóviolentamentelamano,mirandoconfijeza.Susdedoshabíantocadonopapelsecosinoelblandoplumóndeunasplumas.Losojosrelampaguearonhaciaarribaendirecciónalasrunasquehabíagarabateadoenlaesquinadelapágina.Brillaban,delmodoquehabíavistobrillaralasrunasqueJacedibujabaconsuestela.
El corazón le empezó a latir con una rápida y firme intensidad. Si una runa podía hacer que undibujocobraravida,entoncesalomejor...
Sinapartarlosojosdeldibujo,buscóatientassuslápices.Jadeante,pasóaunahojanuevaylimpia,yempezóadibujara todaprisaloprimeroquelevinoalamente.Erala tazadecaféquehabíaenlamesilladenochejuntoasucama.Haciendousodesusrecuerdosdelaclasedebodegones,ladibujócontododetalle:elbordemanchado,larajaduraenelasa.Cuandoterminó,eratanexactacomoeracapazdehacerla.Impulsadaporalgúninstintoquenocomprendíadeltodo,alargólamanoparacogerlatazaylacolocósobreelpapel.Luego,consumocuidado,empezóabosquejarlasrunasjuntoaella.
18Lacopamortal
Jace estaba tumbadoen su cama fingiendoestardormido—por supropiobien, no el denadiemás—cuando los golpes en la puerta finalmente fueron demasiado para él. Se arrastró fuera de la cama,haciendounamuecadedolor.Noobstantelomuchoquehabíafingidoencontrarseperfectamentearribaenelinvernadero,todoelcuerpoleseguíadoliendodebidoalosgolpesrecibidoslanocheanterior.
Sabía quién iba a ser antes de abrir la puerta.A lomejor Simon se las había apañado para quevolvieran a convertirle en rata. En esta ocasión, Simon podría seguir siendo una maldita rata parasiempre,siellodependíadeloqueél,JaceWayland,pensabahaceralrespecto.
Ellaaferrabasublocdebocetos,conloscabellosbrillantesescapándoledelastrenzas.Seapoyóenel marco de la puerta, haciendo caso omiso del subidón de adrenalina que la visión de la joven leprodujo.Sepreguntóporqué,ynoporprimeravez.Isabelleusabasubellezacomousabasulátigo,peroClarynosabíaqueerahermosa.Alomejoréseeraelmotivo.
Noseleocurriómásqueunarazónparaqueellaestuvieraallí,aunquenoteníasentidodespuésdeloquelehabíadicho.Laspalabraseranarmas,supadreselohabíaenseñado,yélhabíaqueridoheriraClary más de lo que nunca había querido herir a ninguna chica. De hecho, no estaba seguro de quehubieraqueridohacerdañoaunachicaantes.Porlogeneralselimitabaadesearlas,yluegoadesearqueledejarantranquilo.
—Nomedigas—empezó,arrastrandolaspalabrasdeaquelmodoqueellaodiaba—.Simonsehaconvertidoenunocelote,ytúquieresqueyohagaalgoantesdequeIsabelleloconviertaenunaestola.Bueno,puestendrásqueesperaramañana.Estoyfueradeservicio.—Seseñalóasímismo;llevabaunpijamaazulconunagujeroenlamanga—.Mira.Pijama.
Clary apenas pareció haberle oído. Reparó en que sujetaba con fuerza algo en las manos: sucuadernodedibujo.
—Jace—dijoella—,estoesimportante.—Nomedigas—replicó—.Tienesunaemergenciarelacionadacondibujos.Necesitasunmodelo
queposedesnudo.Bien,noestoydehumor.PodríaspreguntarleaHodge—añadió,comosiseleacabaradeocurrir—.Heoídoqueharíacualquiercosapor...
—¡JACE!—le interrumpióella, lavozelevándosehasta convertirse enungrito—.LIMÍTATEACALLARPORUNSEGUNDOYAESCUCHAR,¿QUIERES?
Élpestañeó.Claryaspiróprofundamenteyalzólosojoshaciaél,ojosqueestabanllenosdeincertidumbre.Un
impulsodesconocidosealzódentrodeél:elimpulsoderodearlaconlosbrazosydecirlequetodoibabien.Nolohizo.Porloqueélsabía,lascosasrarasvecesibanbien.
—Jace—insistióella,envoztanquedaqueéltuvoqueinclinarseparacaptarlaspalabras—.CreoquesédóndeescondiómimadrelaCopaMortal.Estádentrodeuncuadro.
—¿Qué?
JaceseguíamirándolaatónitocomosilehubiesedichoquehabíaencontradoaunodelosHermanosSilenciososhaciendovolatinesdesnudoenelpasillo.
—¿Quieres decir que la ocultó detrás de un cuadro? Todas las pinturas de tu apartamento lasarrancarondelosmarcos.
—Losé.Claryechóunamiradamásalládeélalinteriordeldormitorio.Noparecíaquehubieranadiemás
allídentro,observócongranalivioporsuparte.—Oye,¿puedoentrar?Quieromostrartealgo.Élsedespegódelapuerta.—Siesnecesario.Clarysesentóen lacama, sosteniendoenequilibrioelcuadernodedibujosobre las rodillas.La
ropa que él había llevado antes estaba tirada sobre el cobertor, pero el resto de la habitación estabaordenadoypulcrocomolaceldadeunmonje.Nohabíacuadrosenlasparedes,nipósters,nifotosdeamigos o familia. Lasmantas eran blancas y colocadasmuy tirantes y planas sobre la cama. No eraexactamenteeltípicodormitoriodeunadolescente.
—Aquí—dijo,pasandolashojashastaqueencontróeldibujodelatazadecafé—.Miraesto.Jacesesentóasulado,arrojandolacamisetasuciafueradelacama.—Esunatazadecafé.Clarynotólairritacióndesupropiavoz.—Yaséqueesunatazadecafé.—Memuerodeganasporquedibujesalgorealmentecomplicado,comoelpuentedeBrooklyno
unalangosta.Probablementemeenviarásuntelegramacantado.Ellahizocomosinoleoyera.—Mira.Estoesloquequeríaquevieras.Pasó la mano sobre el dibujo; luego, con un rápido movimiento, la introdujo dentro del papel.
Cuandosacólamanoalcabodeunmomento,allíestabalatazadecafé,balanceándoseensusdedos.Había imaginadoa Jace saltandode la camaasombradoy jadeandoalgoparecidoa«¡Pardiez!».
Peroesonosucedió,enbuenaparte,sospechó,porqueJacehabíavistocosasmuchomásextrañasensuida,ytambiénporquenadieusabayalapalabra«¡Pardiez!».Contodo,losojosdeljovenseabrierondeparenpar.
—¿Túhashechoeso?Claryasintió.—¿Cuándo?—Justoahora,enmidormitorio,después...despuésdequeSimonsemarchara.LamiradadeJaceseagudizó,peronosiguióconeltema.—¿Hasusadorunas?¿Cuáles?Ellasacudiólacabezanegativamente,toqueteandolapáginaahoraenblanco.—Nolosé.Mevinieronalacabezaylasdibujéexactamentecomolasvi.—¿UnasquevisteantesenelLibroGris?—Nolosé.—Seguíanegandoconlacabeza—.Nopodríadecirte.—¿Ynadieteenseñónuncacómohaceresto?¿Tumadre,porejemplo?—No.Yatelodijeantes,mimadresiempremedijoquenoexistíaalgocomolamagia...—Apuestoaquesíteenseñó—interrumpióél—.Ehizoqueloolvidarasluego.Magnussídijoque
tusrecuerdosregresaríanpocoapoco.—Talvez.—Porsupuesto—Jacesepusoenpieyempezóapasear—,probablementeseaencontradelaLey
usarrunasasíamenosqueestésautorizado.Peroesonoimportaahora.¿PiensasquetumadrecolocólaCopaenuncuadro?¿Igualquetúhashechoconesataza?
Claryasintió.—Peronoenunodeloscuadrosdelapartamento.—¿Enquéotrolugar?¿Unagaleríadearte?Podríaestarencualquierparte...—Noenuncuadro—insistióClary—.Enunnaipe.Jacesedetuvo,volviéndosehaciaella.
—¿Unnaipe?—¿RecuerdasaquellabarajadeltarotencasademadameDorothea?¿Laquemimadrepintópara
ella?Élasintió.—¿Yrecuerdascuandoyosaquéelasdecopas?Mástardecuandovilaestatuadelángel,lacopa
meresultófamiliar.Fueporquelahabíavistoantes,enelas.MimadrepintólaCopaMortaldentrodelabarajadeltarotdemadameDorothea.
Jaceibaunpasopordetrásdeella.—PorquesabíaqueestaríaasalvoconunControl,yeraunmododequepudieradárselaaDorothea
sindecirleenrealidadloqueeraoporquéteníaquemantenerlaoculta.—Oinclusoqueteníaquemantenerlaoculta.Dorotheajamássale,ellajamáslaregalaría...—Ytumadreestabaenunlugaridealparanoperderdevistaaambas:alaCopayaella.—Jace
sonócasiimpresionado—.Noesunamalamedida.—Eso supongo.—Clary luchó por controlar el temblor de su voz—. Ojalá no hubiese sido tan
buenaescondiéndola.—¿Quéquieresdecir?—Quierodecirquesilahubiesenencontrado,alomejorlahabríandejadotranquila.Sitodoloque
queríaneralaCopa...—Lahabríanmatado,Clary—dijoJace,yellasupoquedecíalaverdad—.Éstossonlosmismos
hombresquemataronamipadre.LaúnicarazóndequepuedaseguirvivaahoraesquenoencuentranlaCopa.Alégratedequelaocultaratanbien.
—Realmentenoveoquétienequevernadadeestoconnosotros—dijoAlec,mirandoadormiladoporentresuscabellos.
Jace había despertado al resto de los residentes del Instituto a despuntar el día y los habíaarrastradoa labibliotecapara, comodijo, «planear estrategiasde combate».Alec iba aúnenpijama,Isabelleconunsaltodecamarosa.Hodgeensuacostumbradoseverotrajedetweed,bebíacaféenunadesportilladatazadecerámicaazul.ÚnicamenteJace,conlosojosbrillantesapesardelosmoratones,queempezabanaborrarse,parecíarealmentedespierto.
—PensabaquelabúsquedadelaCopaestabaahoraenmanosdelaClave—siguióAlec.—Simplementeesmejorsihacemosestonosotros—repusoJaceentonoimpaciente—.Hodgeyyo
yalohemosdiscutidoyestádecidido.—Bien—Isabellesepusounatrenzasujetaconunacintarosatraslaoreja—,estoydispuesta.—Yono.—dijoAlec—.EnestosmomentoshayagentesdelaClaveenlaciudadbuscandolaCopa.
Pasadleslainformaciónaellosydejadquesehaganconella.—Noestansencillo—replicóJace.—Es sencillo.—Alec se inclinóhacia adelante en suasiento, frunciendoel entrecejo—.Estono
tienenadaqueverconnosotrosycontu...tuadicciónalpeligro.Jacesacudiólacabeza,claramenteexasperado.—Nocomprendoporquéteenfrentasamíenesto.«Porque no quiere que resultes herido», pensó Clary, y se asombró de la total incapacidad del
muchachoparaverloquerealmentesucedíaconAlec.Peroclaro,ellatampocolohabíavistoenelcasodeSimon.¿Quiéneraellaparahablar?
—Mirad,Dorothea,lapropietariadelSantuario,noconfíaenlaClave.Lesodia,dehecho.Perosíqueconfíaennosotros.
—Confíaenmí—puntualizóClary—.Noséenloreferenteati.Noestoyseguradequelegustesnada.
Jacenolehizoelmenorcaso.—Vamos,Alec.Serádivertido.¡YpiensaenlagloriasillevadoslaCopaMortaldevueltaaIdris!
Jamásseolvidaránnuestrosnombres.—Nomeimportalagloria—repusoél,sinapartarlosojosniunmomentodeJace—.Mepreocupa
nocometerningunaestupidez.—Enestecaso,noobstante,Jacetienerazón—intervinoHodge—.SilaClavesepresentaraenel
Santuario,seríaundesastre.DorotheahuiríaconlaCopayprobablementenuncalaencontrarían.No,estáclaroqueJocelynsóloqueríaqueunapersonafuesecapazdeencontrarlaCopa,yésaesClary,ysóloClary.
—Entoncesquevayaellasola—dijoAlec.Incluso Isabelle lanzó una leve exclamación de sorpresa ante aquello. Jace, que había estado
inclinadoconlasmanosplanassobreelescritorio,seincorporómuytiesoymiróaAlecconfrialdad.Únicamente Jace, se dijo Clary, podía mostrarse glacial vestido con el pantalón de un pijama y unacamisetavieja.
—Sitienesmiedodeunoscuantosrepudiados,quédateencasa,porsupuesto—dijoconsuavidad.Alecpalideció.—Notengomiedo—afirmó.—Bien—repusoJace—.Entoncesnohayproblema,¿verdad?—Paseólamiradaporlahabitación
—.Estamostodosjuntosenesto.Alecfarfullóunaafirmación,mientrasqueIsabellemovíalacabezaconunenérgicoasentimiento.—Desdeluego—dijo—;suenadivertido.—Nosésiserádivertido—dijoClary—.Peroyomeapunto,desdeluego.—PeroClary—seapresuróadecirHodge—.Siestáspreocupadaporelpeligro,nonecesitas ir.
PodemosnotificaralaClave...—No—respondió ella, sorprendiéndose a sí misma—, mi madre quería que la encontrara. No
Valentine,niellos,tampoco—«Noeradelosmonstruosdequienesseescondía»,habíadichoMagnus—.SirealmentesepasótodalavidaintentandomanteneraValentinelejosdelaCopa,estoeslomínimoquepuedohacer.
Hodgelesonrió.—Creoqueellasabíaquediríaseso—dijo.—No te preocupes—interpuso Isabelle—. Estarás perfectamente. Podemosmanejar a un par de
repudiados.Estánlocos,peronosonmuylistos.—Y es mucho más fácil ocuparse de ellos que de los demonios —dijo Jace—. No son tan
tramposos.Ah,ynecesitaremosuncoche—añadió—.Preferiblementeunogrande.—¿Porqué?—inquirióIsabelle—.Nuncaanteshemosnecesitadouncoche.—Nuncaanteshemostenidoquepreocuparnosporllevarunobjetoinconmensurablementeprecioso
connosotros.NoquierotransportarloenlalíneaL—explicóJace.—Haytaxis—indicóella—.Yfurgonetasdealquiler.Jacenegóconlacabeza.—Quierounentornoquecontrolemos.Noquierotenerquetratarcontaxistasocompañíasmundanas
dealquilerdevehículoscuandoestamoshaciendoalgotanimportante.—¿No tienes permiso de conducir o un coche?—preguntó Alec a Clary, mirándola con velada
aversión—.Creíaquetodoslosmundanostenían.—Nocuandotienesquinceaños—repusoellaenojada—.Sesuponíaqueconseguiríaunoesteaño,
peroaúnno.—Puessíquesirvesdemucho.—Almenosmisamigosconducen—lereplicó—.Simontienepermisodeconducir.
Lamentóalinstantehaberlodicho.—¿Lotiene?—inquirióJace,enuntonoincordiantementepensativo.—Peronotienecoche—añadióellaconrapidez.—¿Asíqueconduceelcochedesuspadres?—preguntóJace.Clarysuspiró,recostándosehaciaatráscontraelescritorio.—No, por lo general conduce la furgoneta de Eric. Para las actuaciones y esas cosas. Y en
ocasiones,Ericselapresta.Comocuandotieneunacita.Jacelanzóunbufido.—¿Recogeasuscitasenunafurgoneta?Nomesorprendequetengatantoéxitoconlasdamas.—Esuncoche—replicóClary—.SimplementeteenfurecequeSimontengaalgoquetúnotienes.—Él tiene muchas cosas que yo no tengo—replicó Jace—. Como miopía, mala postura y una
sorprendentefaltadecoordinación.—Sabes—indicóClary—, lamayoríadepsicólogosestándeacuerdoenque lahostilidadesen
realidadsimpleatracciónsexualsublimada.—Vaya—exclamó Jace con despreocupación—, eso podría explicar por qué me tropiezo tan a
menudocongentealaqueparecequeledesagrado.—Amínomedesagradas—soltóAlecconrapidez.—Esosedebeaquecompartimosunafecto fraternal—indicóél,acercándosedeunazancadaal
escritorio.TomóelteléfononegroyselotendióaClary.—Llámale.—¿Llamar a quién?—preguntó ella, buscando ganar tiempo—. ¿A Eric? Jamás me prestará su
coche.—ASimon—contestóJace—.LlamaaSimonypregúntalesinosllevaríaencocheatucasa.Claryhizounúltimoesfuerzo.—¿Noconocéisaningúncazadordesombrasquetengacoche?—¿EnNuevaYork?—LamuecaburlonadeJaceseesfumó—Oye,todoelmundoestáenIdrispara
losAcuerdos,ydetodosmodos,insistiríanenvenirconnosotros.Esestoonada.Trabólamiradaconélporuninstante.Habíaunretoensusojos,yalgomás,comosiélladesafiara
aexplicarsurenuencia.Conunamuecadeenojo,seacercóalescritorioylearrancóel teléfonodelamano.
Notuvoquepensarantesdemarcar.ElnúmerodeSimonleeratanfamiliarcomoelsuyopropio.Sepreparó para tener que verselas con sumadre o su hermana, pero descolgó él el aparato al segundotimbre.
—¿Sí?—¿Simon?Silencio.Jacelamiraba.Clarycerrólosojosconfuerza,intentandofingirqueélnoestabaallí.—Soyyo—dijo—,Clary.—Séperfectamentequiéneres.—Sonabairritado—.Dormía,¿sabes?—Lo sé. Es temprano. Lo siento. —Se enroscó el cordón del teléfono en el dedo—. Necesito
pedirteunfavor.Seprodujootrosilencioantesdequeélrierasombrío.—Estásdebroma.—Noestoydebroma—dijoella—.SabemosdóndeestálaCopaMortal,yestamosdispuestosair
abuscarla.Laúnicacosaesquenecesitamosuncoche.Élvolvióareír.
—Losiento,¿meestásdiciendoquetuscolegasmatademoniosnecesitanquemimadreleslleveencocheasusiguientemisióncontralasfuerzasdelaoscuridad?
—Enrealidad,pensabaquepodríaspediraEricqueteprestaralafurgoneta.—Clary,sipiensasque...—SiconseguimoslaCopaMortal,tendréunmododerecuperaramimadre.Eslaúnicarazónporla
queValentinenolahamatadoniliberado.Simonlanzóunprolongadoysibilantesoplido.—¿Creesquevaasertansencillohaceruncambio?Clary,nolosé.—Yotampocolosé.Sóloséqueesunaoportunidad.—Estacosaespoderosa,¿verdad?EnDragonesymazmorrasporlogeneralesmejornotontearcon
objetospoderososhastaqueunosabequéhacen.—Novoyatontearconella.Simplementevoyausarlapararecuperaramimadre.—Esonotieneningúnsentido,Clary.—¡EstonoesDragonesymazmorras,Simon!—mediolechilló—.Noesundivertidojuegodonde
lo peor que sucede es que te sale una mala tirada en los dados. Es de mi madre de quien estamoshablando, yValentine podría estar torturándola.Podríamatarla.Debohacer cualquier cosa quepuedapararecuperarla...,igualquehicecontigo.
Hubounapausa.—Puedequetengasrazón.Nolosé,éstenoesrealmentemimundo.Mira,¿adóndevamosairconel
coche,exactamente?ParaquepuedadecírseloaEric.—Noletraigas—seapresuróadecirella.—Yalosé—replicóélconexageradapaciencia—.Nosoytonto.—Vamosairamicasa.Estáenmicasa.Seprodujouncortosilencio...,suvozmostródesconciertocuandovolvióahablar.—¿Entucasa?Pensabaquetucasaestaballenadezombies.—Guerrerosrepudiados.Nosonzombies.Detodosmodos,Jaceylosdemáspuedenocuparsede
ellosmientrasyomehagoconlaCopa.—¿PorquétienesquehacertetúconlaCopa?—Sonóalarmado.—Porque soy la única que puede—respondió ella—.Recógenos en la esquina tan pronto como
puedas.Élmascullóalgocasiinaudible.—Deacuerdo—dijoluego.Claryabriólosojos.Elmundogiróasualrededordifuminadoporlaslágrimas.—Gracias,Simon.Eresun...Peroélhabíacolgado.
—Semeocurre—dijoHodge—,quelosdilemasdelpodersonsiemprelosmismos.Claryledirigióunamiradadesoslayo.—¿Aquéterefieres?Estabasentadaenel asientode laventanaen labiblioteca,yHodgeestabaensu sillaconHugo
posado en el brazo del asiento. Los restos del desayuno, mermelada pegajosa, migas de tostada ymanchasdemantequilla,estabanadheridosaunmontóndeplatossobrelamesitabajaquenadiehabíaparecidotenerganasdellevarsedeallí.Traseldesayunosehabíanseparadoparaprepararse,yClaryhabíasidolaprimeraenregresar.Esonopodíaconsiderarsesorprendente,teniendoencuentaquetodoloque tuvoquehacer fueponerse losvaquerosyunacamiseta,ypasarseuncepillopor loscabellos,mientrastodoslosdemásteníanquearmarseprofusamente.HabiendoperdidoladagadeJaceenelhotel,elúnicoobjetoremotamentesobrenaturalquellevabaencimaeralapiedradeluzmágicadesubolsillo.
—PensabaentuSimon—explicóHodge—,yenAlecyJace,entreotros.Lajovenechóunaojeadaporlaventana.Llovía,congruesasgotasespesassalpicandoloscristales.
Elcieloeradeungrisimpenetrable.—¿Quétienenqueverunosconotros?—Donde existe un sentimiento que no es correspondido —respondió Hodge—, existe un
desequilibriodepoder.Esundesequilibrioquees fácildeaprovechar,peronoesunmododeactuarsensato.Dondehayamor,tambiénhayamenudoodio.Puedenexistirelunoalladodelotro.
—Simonnomeodia.—Puedellegarahacerlo,coneltiempo,sisientequeloestásutilizando.—Hodgealzóunamano—.
Ya sé que tú no tienes intención de hacerlo, y en algunos casos la necesidad pasa por encima de ladelicadezadesentimientos.Perolasituaciónmehatraídootraalamente.¿Todavíatienesesafotografíaquetedi?
Clarynegóconlacabeza.—Noencima.Estáenmihabitación.Podríairabuscarla...—No.—HodgeacariciólasplumasnegrascomoelébanodeHugo—.Cuandotumadreerajoven,
teníaunmejoramigo, igualacomotútienesaSimon.Estabantanunidoscomohermanos.Dehecho,amenudo les confundían por hermanos. A medida que crecieron resultó claro para todos los que losrodeabanqueélestabaenamoradodeella,peroellanuncasediocuenta.Siemprelellamóun«amigo».
ClarymirófijamenteaHodge.—¿TerefieresaLuke?—Sí—contestóél—,LuciansiemprepensóqueélyJocelynestaríanjuntos.Cuandoellaconocióa
Valentine y se enamoró, no pudo soportarlo. Después de que se casaran, abandonó el Círculo,desapareció...ynosdejópensarqueestabamuerto.
—Él nunca dijo..., jamás insinuó siquiera nada parecido —repuso Clary—. Todos estos años,podríahaberlepedido...
—Sabía cuál sería su respuesta —repuso Hodge, mirando más allá de ella en dirección a laclaraboya salpicadade lluvia—.Lucianno fuenunca la clasedehombreque sehabría engañadoa símismo.No,secontentóconestarcercadeella...suponiendo,quizá,queconeltiemposussentimientospodríancambiar.
—Perosilaamaba,¿porquédijoaaquelloshombresquenoleimportabaloquelesucediera?¿Porquésenegóapermitirlesqueledijerandóndeestaba?
—Como dije antes, donde hay amor, también hay odio —respondió Hodge—. Ella le hirióterriblementehacetodosesosaños.Lediolaespalda.Ysinembargoélhaactuadocomosufielperrillofalderodesdeentonces,sinquejarsenunca,sinhaceracusaciones,sinplantearlenuncasussentimientos.Alomejorviounaoportunidaddevolverlelastornas.Delastimarlacomohabíasidolastimadoél.
—Lukenoharíaeso.PeroClaryrecordabasutonogélidocuandoledijoquenolepidierafavores.Violaduramiradade
susojosal enfrentarsea loshombresdeValentine.AquélnoeraelLukequehabíaconocido, elLukejunto al que había crecido.Ese otroLuke jamás habría querido castigar a sumadre por no amarle losuficienteodelmodocorrecto.
—Peroellaleamaba—dijoClary,hablandoenvozaltasindarsecuenta—.Sóloquenodelmismomodoenqueéllaamaba,¿noesesosuficiente?
—Alomejorélnolopensóasí.—¿Qué sucederá una vez que tengamos la Copa?—preguntó ella—. ¿Cómo nos pondremos en
contactoconValentineparahacerlesaberquelatenemos?—Hugolelocalizará.Lalluviagolpeócontralasventanas.Clarytiritó.
—Voyabuscarunachaqueta—avisó,deslizándosefueradelasientodelaventana.Encontrósusudaderaconcapuchaverdeyrosametidaenelfondodesumochila.Cuandolasacó,
oyó crujir algo. Era la fotografía del Círculo, su madre y Valentine. La contempló durante un largomomentoantesdevolverlaameterenlabolsa.
Devueltaalabiblioteca,todoslosdemásyaestabanreunidosallí:HodgesentadovigilanteenelescritorioconHugosobreelhombro,Jacetododenegro,Isabelleconsusbotasdepisoteardemoniosyel látigo de oro yAlec con una aljaba de flechas al hombro y un brazal de cuero cubriendo el brazoderecho desde la muñeca al codo. Todo el mundo excepto Hodge iba cubierto de Marcas reciénaplicadas, cada centímetro de piel desnuda pintado con arremolinados dibujos. Jace tenía la mangaizquierdaarremangada,labarbillaapoyadaenelhombro,yfruncíaelentrecejomientrasgarabateabaunaMarcaoctogonalenlapieldelbrazo.
Alecleechóunamirada.—Loestáshaciendomal—advirtió—.Dejaquelohaga.—Soyzurdo—indicóJace,perolodijoconsuavidadyalargósuestela.Alecparecióaliviadocuando la tomó,comosinohubieraestadosegurohastaaquelmomentode
queselehabíaperdonadosuanteriorcomportamiento.—Esuniratzebásico—explicóJacemientrasAlecinclinabalaoscuracabezasobreelbrazodesu
amigo,trazandoconcuidadolaslíneasdelarunasanadora.Jace hizo una mueca de dolor mientras la estela se deslizaba sobre su piel, los ojos medio
cerrándose y el puño apretándose hasta que losmúsculos del brazo izquierdo sobresalieron igual quecordones.
—PorelÁngel,Alec...—Intentotenercuidado—dijoél.SoltóelbrazodeJaceyretrocedióparaadmirarsuobra.—Yaestá.Jaceabrióelpuño,bajandoelbrazo.—Gracias.EntoncespareciópercibirlapresenciadeClary,echandounamiradaensudirecciónalavezque
entrecerrabalosdoradosojos.—Clary.—Parecéispreparados—dijoellamientrasAlec,repentinamenteruborizado,seapartabadeJacey
seocupabadesusflechas.—Loestamos—respondióJace—.¿Todavíatienesladagaquetedi?—No,laperdíenelDumort,¿recuerdas?—Escierto.—Jacelamiró,complacido—.Casimatóaunhombreloboconella.Lorecuerdo.Isabelle,quehabíaestadodepiejuntoalaventana,pusolosojosenblanco.—Olvidéqueesoesloquetantoteaturulla,Jace.Chicasquematencosas.—Megustacualquieraquematecosas—repusoélconecuanimidad—.Especialmenteyo.Clarydirigióunamiradaansiosaalrelojdelescritorio.—Deberíamosbajar.Simonestaráaquíencualquiermomento.Hodgeselevantódesuasiento.Parecíamuycansado,sedijoClary,comosinohubieradormidoen
días.—Qué el Ángel os guarde a todos—dijo, yHugo se alzó de su hombro y revoloteó graznando
sonoramente,justocuandoempezabanasonarlascampanadasdelasdoce.
SeguíalloviznandocuandoSimondetuvolafurgonetaenlaesquinaehizosonarlabocinadosveces.AClarylediounvuelcoelcorazón;algunapartedeellahabíatemidoquenofueraaaparecer.
Jacebizqueóatravésdelaempapadoralluvia.Loscuatrosehabíanrefugiadobajounacornisadepiedraesculpida.
—¿Esacosaeslafurgoneta?Pareceunplátanopodrido.Esoera innegable:Erichabíapintado la furgonetadeun tonoamarillo fluorescente,yéstaestaba
cubiertadeabolladurasyóxidocomosifueranmarcasdepodredumbre.Simonvolvióahacersonarelclaxon.Clarypodíadistinguirsufiguraborrosaatravésdelasventanillasmojadas.Suspiróysesubiólacapuchaparataparseelpelo.
—Vamos.Chapotearonporlossucioscharcosquesehabíanacumuladoenlaacera,conlasenormesbotasde
Isabelleemitiendoungratificantesonidocadavezquesuspiestocabanelsuelo.Simon,dejandoelmotoralralentí,fueallateralparacorrerlapuertaaunlado,mostrandoasientoscuyatapiceríaestabamediopodrida.Muellesdeaspectopeligrosoasomabanporlasaberturas.Isabellearrugólanariz.
—¿Essegurosentarse?—Másseguroqueiratadoaltecho—respondióSimonconafabilidad—,queestuotraopción.—
SaludóconunmovimientodecabezaaJaceyAlec,eignorócompletamenteaClary—.¡Eh!—¡Eh! a ti—repuso Jace, y alzó la tintineante bolsa de lona que contenía sus armas—. ¿Dónde
puedoponerestascosas?Simon le indicó laparte trasera,donde losmuchachoscolocabanpor logeneralsus instrumentos,
mientrasAleceIsabelletrepabanalinteriordelafurgonetayseinstalabanenlosasientos.—¡Copiloto!—anuncióClarycuandoJaceregresódedetrásdelafurgoneta.Alec,sobresaltado,hizointencióndecogersuarco,quellevabasujetoalaespalda.—¿Quésucede?—Quieredecirquequiereelasientodelantero—explicóJace,apartándoseelpelomojadodelos
ojos.—Ese es un arcomuy bonito—comentó Simon, haciendo un gesto con la cabeza en dirección a
Alec.Alecpestañeó,congotasdelluviacayendodesuspestañas.—¿Sabesmuchosobretiroconarco?—preguntó,enuntonoquesugeríaquelodudaba.—Practiquéeltiroconarcoenelcampamento—contestóSimon—.Seisañosseguidos.LarespuestaaesofuerontresmiradasinexpresivasyunasonrisadeapoyoporpartedeClary,que
Simonhizocomosinoviera.Echóunaojeadaalcieloencapotado.—Deberíamosmarcharnosantesdequeempieceadiluviarotravez.ElasientodelanterodelvehículoestabacubiertodeenvoltoriosdeDoritosymigasdebarritasde
cereales.Clary retiró con lamano lo quepudo.Simonpuso enmarcha el coche antes dequehubieraterminado,arrojándoladeespaldascontraelasiento.
—¡Ay!—exclamóellaentonorecriminatorio.—Losiento.—Nilamiró.Clary oyó cómo los demás hablaban en voz baja entre ellos en la parte de atrás; probablemente
discutiendoestrategiasdecombateyelmejormododedecapitarundemoniosinquecaiga icoren lasbotasnuevasdepiel.Aunquenohabíanadaquesepararaelasientodelanterodelrestodelafurgoneta,ClarypercibióelincómodosilencioentreSimonyellacomosiestuvieransolos.
—¿Yquéesesacosadel«¡eh!»?—preguntómientrasSimonmaniobrabaelcocheparaentrarenelpaseoFranklinDelanoRoosevelt,laautovíaquediscurríaalolargodelEastRiver.
—¿Qué«¡eh!»cosa?—replicóél,cortandoelpasoaundeportivonegrocuyoocupante,unhombretrajeadoconunmóvilenlamano,lesdedicóungestoobscenoatravésdeloscristalestintados.
—Ése«¡eh!»que loschicos siempredicen.Comocuandovistea JaceyaAlec,dijiste«¡eh!»,yelloscontestaron«¡eh!».¿Quéhaydemalocon«¡hola!»?
Leparecióverqueselecrispabaunmúsculodelamejilla.—«¡Hola!»esdechicas—leinformóél—.Loshombresdeverdadsonsucintos.Lacónicos.—Asíque¿cuantomásvaronileres,menosdices?—Exacto—asintióSimon.Másalládeél,ClarypodíavercómolanieblahúmedadescendíasobreelEastRiver,envolviendo
lazonadelosmuellesenunaligerabrumagris.Elaguamismaeracolorplomo,revueltahastaadquirirunaconsistenciacremosaporelconstanteviento.
—Es por eso que cuando tipos conmalas pulgas se saludan en las películas no dicen nada, selimitanamover lacabeza.Elgesto significa:«Tengomalaspulgas,y reconozcoque también tú tienesmalas pulgas», pero no dicen nada porque sonLobezno yMagneto, y explicarlo echaría a perder susvibraciones.
—Notengoniideadequéestáshablando—dijoJace,desdeelasientotrasero.—Estupendo—exclamóClary,yseviorecompensadaporlamásimperceptibledelassonrisasde
SimonmientrasésteintroducíalafurgonetaenelpuentedeManhattan,dirigiéndoseaBrooklynyacasa.ParacuandollegaronacasadeClary,finalmentehabíadejadodellover.Finoshacesdeluzsolar
consumían los restos de bruma, y los charcos de la acera empezaban a secarse. Jace,Alec e IsabellehicieronqueSimonyClaryaguardaranjuntoalafurgonetamientrasellosibanacomprobar,comodijoJace,los«nivelesdeactividaddemoníaca».
Simon lesobservómientras los trescazadoresdesombrasavanzabanporelcaminobordeadoderosashastalacasa.
—¿«Nivelesdeactividaddemoníaca»?¿Tienenunaparatoquemidesilosdemoniosdelinteriordelacasaestánrealizandopoweryoga?
—No—respondióClary,echandohaciaatráslacapuchahúmedaparapoderdisfrutardelcontactodelsolensuscabellosempapados—.Elsensorlesdicelopoderososquesonlosdemonios...,siesquehaydemonios.
—Esoesútil.—Simonsemostróimpresionado.Clarysevolvióhaciaél.—Simon,respectoalodeanoche...Élalzóunamano.—Notenemosquehablarsobreello.Dehecho,preferiríanohacerlo.—Sólodejaquedigaunacosa.—Hablóatodaprisa—.Séquecuandodijistequemeamabas,lo
queyorespondínoeraloquetúqueríasoír.—Cierto. Siempre había esperado que cuando finalmente dijera «te amo» a una chica, ella
respondería«losé»,comodijoLeiaaHanSoloenElretornodelJedi.—Esoestanganso—dijoella,incapazdecontenerse.Éllamiróairado.—Losiento—añadióella—.Mira,Simon...—No—replicóél—,miratú,Clary.Quieroquememiresymeveasrealmente.¿Puedeshacereso?Lemiró.Mirólosojososcuros,moteadosdeuncolormásclarohacialosbordesexterioresdeliris,
las familiares e irregulares cejas, las largas pestañas, el cabello oscuro, la sonrisa vacilante y laselegantesmanosmusicalesqueerantodopartedeSimon,queasuvezerapartedeella.Siteníaquedecirlaverdad,¿diría realmentequenuncahabíasabidoqueél laamaba?¿Osimplementequenuncahabíasabidoquéharíaellaalrespectosiéllohacía?
Suspiró.—Veratravésdeunglamouroencantoesfácil.Eslagentelaqueresultadifícil.—Todosvemosloquequeremosver—replicóélenvozbaja.—NoJace—repusoella,incapazdecontenerse,pensandoenaquellosojosclaroseimpasibles.
—Élmásquenadie.Claryfruncióelentrecejo.—¿Quéquieres...?—Todobien—lesllególavozdeJace,interrumpiéndoles.Clarysevolvióprecipitadamente.—Hemoscomprobadolascuatroesquinasde lacasa...,nada.Bajaactividad.Probablementesólo
los repudiados, y podría ser que ellos ni siquiera nosmolesten amenos que intentemos entrar en elapartamentodelpisodearriba.
—Y si lo hacen—añadió Isabelle, con una sonrisa tan reluciente como su látigo—, estaremospreparados.
Alecarrastrólapesadabolsadelonafueradelaparteposteriordelafurgonetayladejócaersobrelaacera.
—Listos—anunció—.¡Vayamosapatearalgunostraserosdiabólicos!Jacelemiróconciertaextrañeza.—¿Estásbien?—Estupendamente.Sinmirarle,Alecdesechóelarcoylasflechasafavordeunalustrosahorcadeguerrademadera,
condosrelucientescuchillasqueaparecíanconunaligerapresióndelosdedos.Estoestámejor.Isabellemiróasuhermanoconinquietud.—Peroelarco...Aleclecortó.—Séloqueestoyhaciendo,Isabelle.Elarcoyacíaatravesadoenelasientotrasero,centelleandoalaluzdelsol.Simonalargólamano
haciaél,luegoapartólamanocuandoungrupodemujeresquereíanyempujabancochecitospasócallearriba en dirección al parque. No prestaron la menor atención a los tres adolescentes armados,acurrucadosjuntoalafurgonetaamarilla.
—¿Cómoes que yo puedoveros, tíos?—preguntóSimon—. ¿Qué le sucedió a esa invisibilidadmágicavuestra?
—Nospuedesver—explicóJace—,porqueahoraconoceslaverdaddeloquemiras.—Ya—repusoél—,imaginoquesí.Protestóunpoco cuando le pidieronque sequedara junto a la furgoneta, pero Jace le recalcó la
importanciadetenerunvehículodehuidaenmarchajuntoalbordillo.—Laluzdelsolesfatalparalosdemonios,peronolastimaalosrepudiados.¿Ysisalenennuestra
persecución?¿Ysilagrúasellevaelcoche?LoúltimoqueClaryviodeSimoncuandosevolvióparaagitarlamanodesdeelporchefueronsus
largas piernas recostadas en el salpicadero mientras revisaba la colección de CD de Eric. Soltó unsuspirodealivio.AlmenosSimonestabaasalvo.
El olor la golpeó en cuanto cruzaron la puerta principal. Era casi indescriptible, como huevospasados,carneagusanadayalgaspudriéndoseenunaplayacalurosa.Isabellearrugólanariz,yAlecsepusoverdoso,peroJacediolaimpresióndeestarinhalandounraroperfume.
—Hanhabidodemoniosaquí—anunció,conimpasiblesatisfacción—.Recientemente,además.Clarylemiróconpreocupación.—Peronoestánya...—No.—Negóconlacabeza—.Lohabríamoscaptado.—Moviólabarbillaendirecciónalapuerta
de Dorothea, firmemente cerrada, sin una brizna de luz asomando por debajo—. Podría tener queresponderaalgunaspreguntassilaClaveseenteradequehaestadoagasajandoademonios.
—DudoquelaClavevayaaestardemasiadosatisfechasobrenadadeesto—replicóIsabelle—.En
comparación,probablementesaldríamejorparadaquenosotros.—NolesimportarásiempreycuandoconsigamoslaCopaalfinal.—Alecmirabaasualrededor,
con los ojos azules evaluando el vestíbulo, de proporciones considerables, la escalera curva queconducía arriba, lasmanchas en las paredes—.En especial si eliminamos a unos cuantos repudiadosmientraslohacemos.
Jacenegóconlacabeza.—Están en el apartamentodelpisode arriba.Miopinión esquenonosmolestarán amenosque
intentemosentrar.IsabelleseapartóunmechónpegajosodelrostrodeunsoplidoymiróaClarytorciendoelgesto.—¿Aquéestásesperando?Clary dirigió una involuntaria mirada a Jace, que le dedicó una sonrisa de soslayo. Adelante,
dijeronsusojos.LamuchachacruzóelvestíbulohacialapuertadeDorothea,pisandoconcuidado.Conlaclaraboya
ennegrecidaporlasuciedadylabombilladelaentradaaúnfundida,laúnicailuminaciónproveníadelaluzmágicadeJace.Laatmósferaeracalurosaypesada,y lassombrasparecíanalzarseanteella igualque plantas que crecieranmágicamente a toda velocidad en un bosque de pesadilla. Alzó el brazo ygolpeóconlosnudilloslapuertadeDorothea,unavezligeramenteyluegootravezconmásfuerza.
Seabriódegolpe,derramandoungranchorrodeluzdoradasobreelvestíbulo.Dorotheaestabaallídepie,colosaleimponente,envueltaenbandasdetelaverdeynaranja.Esedía,elturbanteeraamarillofluorescente, adornado con un canario disecado y un reborde de cinta en zigzag. Unos pendientes decolgantesebalanceabancontrasuscabellosyllevabalosenormespiesdescalzos.Clarysesorprendió:nuncaanteshabíavistodescalzaaDorothea,ocalzandootracosaquesusdesgastadaszapatillas.
Lasuñasdelosdedosdelospieserandeuntonorosapálido,demuybuengusto.—¡Clary!—exclamó,yenvolvióalamuchachaenunabrumadorabrazo.Porunmomento,Clarysedebatió,enredadaenunmardecarneperfumada,tirasdeterciopeloylos
extremosadornadosconborlasdelchaldeDorothea.—¡Diosbendito,muchacha!—exclamó la bruja,meneando la cabezahasta que lospendientes se
balancearon igual que unmóvil de campanillas enmedio de una tormenta—.La última vez que te vi,desaparecíaspormiPortal.¿Adóndefuisteaparar?
—AWilliamsburg—dijoClary,recuperandoelaliento.LascejasdeDorotheasealzaronhaciaelcielo.—YdicenquenohayunbuentransportepúblicoenBrooklyn—abriódeparenparlapuertayles
hizounaseñaparaqueentraran.EllugarnoparecíahabercambiadodesdelaúltimavezqueClarylohabíavisto:habíalasmismas
cartasdeltarotylaboladecristalesparcidasporlamesa.Susdedosansiabantocarlascartas,ansiabanhacerseconellasyverquépodríaestarocultoenelinteriordesusimpecablessuperficiespintadas.
Dorotheasedejócaerenunsillónycontemplóaloscazadoresdesombrasconunamiradafija,tanbrillante como losojosdel canariodisecadode su sombrero.Velasperfumadas ardían sobreplatos aambos ladosde lamesa, loquenoayudabaprecisamenteadisipareldensohedorquedominabacadacentímetrodelacasa.
—¿Supongoquenohasencontradoatumadre?—preguntoaClary.Clarynegóconlacabeza.—No,peroséquiénselallevó.LosojosdeDorotheasemovieronvelocesmásalládeClaryhaciaAleceIsabelle,queexaminaban
la Mano del Destino de la pared. Jace, con un aspecto sumamente indiferente en su papel deguardaespaldas,estabaapoyadoenelbrazodeunsillón.Unavezquesehuboaseguradodequeningunadesuspertenenciasestabasiendodestruida,DorotheadevolviólamiradaaClary.
—¿Fue...?—Valentine—confirmóClary—.Sí.Dorotheasuspiró.—Yamelotemía.—Volvióaacomodarseenlosalmohadones—.¿Sabesloquequieredeella?—Séqueestuvocasadaconél...Labrujalanzóungruñido.—Amorqueseestropeó.Elpeor.Jaceemitióunsonidoapagado,casiinaudible,anteaquello...,unarisita.LasorejasdeDorothease
erizaroncomolasdeungato.—¿Quéestandivertido,muchacho?—¿Quépodríasaberustedsobreello?—preguntó—.Elamor,quierodecir.Dorotheaenlazólassuavesmanosblancassobreelregazo.—Másdeloquepuedesimaginar—contestó—.¿Noleítushojasdelté,cazadordesombras?¿Te
hasenamoradoyadelapersonaequivocada?—Pordesgracia,SeñoradelRefugio,miúnicoamorverdaderosigosiendoyomismo.Dorothearióestrepitosamenteanteaquello.—Almenos—dijo—,notienesquepreocuparteporelrechazo,JaceWayland.—Nonecesariamente.Merechazoamímismodevezencuando,sóloparamantenerelinterés.Dorotheavolvióareír.Clarylainterrumpió.—Debedeestarsepreguntandoporquéestamosaquí,madameDorothea.Dorotheasecalmó,secándoselosojos.—Porfavor—dijo—,notengasreparosenllamarmepormitítulocorrecto,comohizoelmuchacho.
PuedesllamarmeSeñora.Yyoquesuponía—añadió—quehabíaisvenidoporelplacerdemicompañía.¿Meequivoqué?
—Notengotiempoparadisfrutardelplacerdelacompañíadenadie.Tengoqueayudaramimadre,yparahacerlo,hayalgoquenecesito.
—¿Yquéeseso?—EsalgollamadolaCopaMortal—contestóClary—,yValentinepensóquemimadrelatenía.Es
poresoqueselallevó.Dorotheasemostrótotalyrealmenteatónita.—¿LaCopadelÁngel?—preguntó,ylaincredulidadtiñósuvoz—.¿LaCopadeRaziel,enlaque
mezcló lasangredeángelesydehombres,ydiodebeberdeestamezclaaunhombre,creandoasíalprimercazadordesombras?
—Ésaprecisamente—respondióJace,conciertasequedadensutono.—¿Por qué diablos iba él a pensar que ella la tenía? —inquirió Dorothea—. ¿Jocelyn,
precisamente?—LacomprensiónaparecióensurostroantesdequeClarypudierahablar—.PorqueellanoeraJocelynFrayenabsoluto,claro.EllaeraJocelynFairchild,suesposa.Laquetodoelmundopensóquehabíamuerto.CogiólaCopayhuyó,¿verdad?
Algotitilóenelfondodelosojosdelabruja,perobajólospárpadostandeprisaqueClarypensóquepodríahabérseloimaginado.
—Así que—continuó Dorothea—, ¿sabes lo que vas a hacer ahora? Dondequiera que la hayaescondido,nopuedeserfácildeencontrar...,siesquedeseasqueseaencontrada.ValentinepodríahacercosasterriblessiponelasmanosenesaCopa.
—Quieroqueseaencontrada—declaróClary—.Queremosque...Jacelainterrumpióconsuavidad.—Sabemosdóndeestá—afirmó—.Essólocuestiónderecuperarla.Losojosdelamujerseabrierondeparenpar.
—Bien,¿dóndeestá?—Aquí —respondió Jace, en un tono tan petulante que Isabelle y Alec fueron hacia allí
abandonandosuexamendetenidodelalibreríaparaverquésucedía.—¿Aquí?¿Queréisdecirquelalleváisconvosotros?—Noexactamente,queridaseñora—indicóJace,que,intuyóClary,estabadisfrutandodeunmodo
realmentevergonzoso—.Merefieroaqueustedlatiene.LabocadeDorotheasecerróviolentamente.—Déjatedebromas—protestó,conuntonotanseveroqueClaryempezóatemerqueaquelloestaba
saliendoterriblementemal.¿PorquéteníaJacequeprovocarsiempreelantagonismodetodoelmundo?—Latieneusted—interrumpióClaryapresuradamente—,perono...Dorotheasealzódelsillónentodasuespléndidaestaturaylesfulminóconlamirada.—Teequivocas—lecortófríamente—.Tantoal imaginarque tengolaCopa,comoalatrevertea
veniraquíyllamarmementirosa.LamanodeAlecfuehaciasuhorcadeguerra.—Ah,cielos—exclamóporlobajo.Desconcertada,Clarynegóconlacabeza.—No—insistióatodaprisa—,nolaestoyllamandomentirosa,loprometo.Loquedigoesquela
Copaestáaquí,peroustednuncalohasabido.MadameDorothea lamirófijamente.Losojos,casiocultosen losplieguesdel rostro,eranduros
comocanicas.—Explícate—ordenó.—Loquedigoesquemimadrelaocultóaquí—dijoClary—.Haceaños.Jamásselodijoporque
noqueríainvolucrarla.—Asíqueseladiocamuflada—explicóJace—,bajolaformadeunregalo.Dorothealemirósincomprender.«¿Nolorecuerda?»,pensóClary,perpleja.—Labarajadeltarot—dijo—.Lascartasquepintóparausted.Lamiradadelabrujasedirigióalascartas,colocadasensuenvolturadesedasobrelamesa.—¿Lascartas?Mientras los ojos de lamujer se abríanmás, Clary fue hacia lamesa y levantó la baraja. Eran
cálidasaltacto,casiresbaladizas.Enaquelmomento,comonohabíapodidohacerloantes,percibióelpoderdelasrunaspintadaseneldorsopulsandoatravésdelaspuntasdesusdedos.LocalizóelAsdeCopasporeltactoylosacó,depositandoelrestodelascartasdenuevosobrelamesa.
—Aquíestá—afirmó.Todos lamiraban,expectantes, totalmente inmóviles.Giró lacarta lentamenteyvolvióamirar la
obradesumadre:ladelgadamanopintada,losdedosrodeandoeldoradopiedelaCopaMortal.—Jace—dijo—,dametuestela.Élselapuso,cálidaydandolaimpresióndeestarviva,ensupalma.Clarydiolavueltaalacartay
repasó las runas dibujadas en el dorso: un giro aquí y una línea allí, y significaban algo totalmentedistinto.Cuandovolvióagirarlacarta,eldibujohabíacambiadosutilmente.Losdedoshabíandejadodesujetar el pie de laCopa, y lamano parecía casi estarle ofreciendo laCopa como diciendo: «Toma,cógela».
Semetiólaestelaenelbolsillo.Luego,aunqueelrectángulopintadonoeramayorquesumano,lametióensuinteriorcomosilaintrodujeraenunaenormeabertura.SumanorodeólabasedelaCopaysusdedossecerraronsobreella,ycuandolaretiró,conlaCopafirmementesujetaenella,leparecióoírelmásquedodelossuspirosantesdequelacarta,ahoraenblancoyvacía,seconvirtieraencenizasque
seescurrieronporentresusdedoshastaelsueloalfombrado.
19Abbadon
Clarynoestabaseguradequéhabíaesperado;exclamacionesdeplacer,talvezalgunosaplausos.Ensulugarhubosilencio,rotosóloporJace:
—Enciertomodo,pensabaqueseríamásgrande—comentóéste.ClarycontemplólaCopaqueteníaenlamano.Eradeltamañodeunacopadevinocorriente,sólo
quemuchomáspesada.Elpoderlatíaenella,comosangrecorriendoporlasvenas.—Esuntamañoperfecto—replicóClaryconindignación.—Ah,esgrandedesdeluego—repusoélentonocondescendiente—,perodealgúnmodoesperaba
algo...yasabes.Gesticulóconlasmanos,indicandoalgoaproximadamentedeltamañodeungatodoméstico.—EslaCopaMortal,Jace,nolaTazadelInodoroMortal—seburlóIsabelle—.¿Hemosacabado
ya?¿Podemosmarcharnos?Dorotheateníalacabezaladeada,losojillosbrillanteseinteresados.—¡Peroestádañada!—exclamó—.¿Cómohapasado?—¿Dañada?ClarymirólaCopaconperplejidad.Aellaleparecíaqueestabaperfectamente.—Aquí—insistiólabruja—,dejaquetelomuestre.YlamujerdiounpasohaciaClary,alargandolasmanosdeuñasrojasparacogerlaCopa.Clary,sin
saberelmotivo,seechóhaciaatrás.Deimproviso,Jaceestabaentreellas,conlamanoflotandocercadelaespadaquellevabasujetaalacadera.
—Sin ánimo de ofender —dijo con tranquilidad—, pero nadie toca la Copa Mortal exceptonosotros.
Dorothealemiróporunmomento,yaquellamismaextrañavacuidadregresóasusojos.—Veamos—comenzó—,nonosprecipitemos.Valentinesedisgustaríasialgofueraasucederleala
Copa.Conun suave sonidometálico, la espadaque Jace llevaba a la cintura quedó libre y la punta se
detuvoenelairejustodebajodelabarbilladelamujer.LamiradadeJaceerafirme.—Nosédequévatodoesto—indicó—.Peronosvamos.Losojosdelaancianabrillaron.—Porsupuesto,cazadordesombras—dijo,retrocediendohastalaparedcubiertaporlacortina—.
¿TegustaríausarelPortal?La punta de la espada de Jace vacilómientras él se quedabamirando enmomentánea confusión.
EntoncesClaryvioqueseletensabalamandíbula.—Notoqueesa...Dorothealanzóunarisita,ycomounrayotiróhaciaabajodelascortinasquecolgabanalolargode
lapared.Éstascayeronconunsonidoblando.ElPortalsituadodetrásestabaabierto.ClaryoyóqueAlec,detrásdeella,aspirabaviolentamente.—¿Quéeseso?Claryhabíallegadoaatisbarloqueresultabavisibleatravésdelapuerta—turbulentasnubesrojas
atravesadas por negros relámpagos, y una terrible y veloz forma oscura que se dirigía como unaexhalación hacia ellos— cuando Jace les gritó que se agacharan. Elmuchacho se dejó caer al suelo,derribando aClary con él. Tumbada sobre el estomago en la alfombra, lamuchacha alzó la cabeza atiempodevercomolavelozformaoscuragolpeabaamadameDorothea,quechilló,alzandolosbrazos.
Enlugardetirarlaalsuelo,lacosaoscuralaenvolviócomounamortajaysuoscuridadpareciófiltrarsedentrodeellaigualquetintapenetrandoenunpapel.Laespaldadelamujerseencorvómonstruosamentey toda su figura se alargó a medida que se alzaba más y más en el aire, su forma estirándose yreformándose.UnagudotintineodeobjetosgolpeandoelsuelohizoqueClarymirarahaciaallí:eranlosbrazaletes de Dorothea, retorcidos y rotos. Desparramadas por entre las joyas había lo que parecíanpequeñaspiedrasblancas,yClarytardóunmomentoendarsecuentadequeerandientes.
Juntoaella Jacemurmuróalgo.Sonócomounaexclamaciónde incredulidad.Cercadeél,oyóaAlechablarconvozestrangulada.
—Perotúdijistequenohabíademasiadaactividaddemoníaca...¡dijistequelosniveleseranbajos!—Eranbajos—gruñóJace.—¡Tuversióndebajodebedeserdistintadelamía!—gritóAlec,mientraslacosaquehabíasido
Dorotheaaullabayseretorcía.Elserparecíaextenderse,jorobado,nudosoygrotescamentedeforme...ClaryapartóconunesfuerzolosojosmientrasJaceseponíaenpie,tirandodeella.IsabelleyAlec
se incorporaron penosamente, sujetando con fuerza sus armas. La mano que empuñaba el látigo deIsabelletemblabaligeramente.
—¡Moveos!Jace empujó a Clary hacia la puerta del apartamento. Cuando ella intentómirar por encima del
hombro,viosólounaespesamasagrisarremolinada,comonubesdetormenta,conunafiguraoscuraensucentro...
Loscuatrosalierondisparadosalvestíbulodeledificio,conIsabelleencabeza.Lamuchachacorrióhacialapuertaprincipal,intentóabrirla,ysevolvióconelrostroaterrado.
—Seresiste.Debedeserunhechizo...Jacelanzóunjuramentoyrebuscóensuchaqueta.—¿Dóndedemoniosestámiestela?—Yolatengo—contestóClary,recordándolo.Mientras metía la mano en el bolsillo, un sonido parecido a un trueno estalló a través de la
habitación. El suelo se alzó bajo sus pies y ella dio un traspié y casi cayó, antes de agarrarse a labarandilladelaescaleraparasostenerse.Cuandoalzólavista,viounenormeagujeronuevoenlaparedque separaba el vestíbulodel apartamentodeDorothea, conbordes irregularesdemaderay restosdeyeso,atravésdelcualalgotrepaba...,rezumabacasi...
—¡Alec!EraJacequiengritaba;Alecestabadepiefrentealagujero,conel rostroblancoyunaexpresión
horrorizada.Conunaimprecación,Jacecorrióhastaélyloagarró,arrastrándolohaciaatrásjustoenelmomentoenquelacosarezumanteseliberabadelaparedypenetrabaenelvestíbulo.
Clarysintióqueselecortabalarespiración.Lacarnedelacriaturaeralívidaycomomagullada.Atravésdelarezumantepiel,sobresalíanhuesos...,nohuesosnuevosyblancos,sinohuesosqueparecíanhaber estado bajo tierra un millar de años, negros, agrietados y mugrientos. Los dedos estabandescarnadosyesqueléticos;losbrazos,apenascubiertosdecarne,llenosdellagasnegrasrezumantes,atravésde las cuales seveíanmáshuesos amarillentos.El rostro erauna calavera; lanarizy losojos,agujeros hundidos. Los dedos, terminados en zarpas, rozaron el suelo. Enredadas alrededor de lasmuñecasyloshombroshabíatirasbrillantesdetela:todoloquequedabadelospañuelosdesedayelturbantedemadameDorothea.Lacriaturamedíacasitresmetros.
Contemplóaloscuatroadolescentesconlasvacíascuencasdesusojos.—Dadme laCopaMortal—dijo, en una voz que era como el viento arrastrando basura por una
aceravacía—.Dádmela,yosdejarévivir.Presadelpánico,Claryclavó lavistaen losdemás.AIsabelle lavisióndeaquellacosaparecía
haberle hecho elmismo efecto que un puñetazo en el estómago.Alec estaba inmóvil. Fue Jace, comosiempre,quienhabló.
—¿Quéeres?—preguntóconvozfirme,aunqueparecíamásnerviosodeloqueClarylohabíavistojamás.
Lacosainclinólacabeza.—SoyAbbadon.SoyelDemoniodelAbismo.Míossonloslugaresvacíosentrelosmundos.Míoes
elvientoylaoscuridadaullante.Soytandistintodeesascosaslloriqueantesquellamáisdemonioscomounáguilaloesdeunamosca.Notenéislamenorposibilidaddevencerme.DadmelaCopaomorid.
EllátigodeIsabelletembló.—EsunDemonioMayor—exclamó—.Jace,sinosotros...—¿Qué hay de Dorothea? —La voz de Clary surgió aguda de su boca antes de que pudiera
impedirlo—.¿Quélehasucedido?Losojosvacíosdeldemoniogiraronparacontemplarla.—Eraunrecipientetansólo—respondió—.AbrióelPortalytoméposesióndeella.Sumuertefue
rápida.—SumiradasetrasladóalaCopaqueellasostenía—.Latuyanoloserá.Empezóaavanzarhacia lamuchacha. Jace lecerróelpaso, laespada relucienteenunamanoen
tantoqueuncuchilloserafínhacíasuapariciónenlaotra.Alecleobservabaaterrado.—Por el Ángel —dijo Jace, mirando al demonio de arriba abajo—. Sabía que los Demonios
Mayoresteníanqueserfeos,peronadiemeadvirtiójamássobreelolor.Abbadon abrió la boca y siseó. En el interior de ésta había dos hileras de dientes irregulares
afiladoscomocristales.—Noestoymuysegurosobreestodelvientoylaoscuridadaullante—prosiguióJace—,mehuele
másavertedero.¿EstássegurodenoprocederdeStatenIsland?Eldemoniosaltósobreél.Jacemoviórápidamentelasarmasarribayafueraaunavelocidadcasi
terrorífica; ambas se hundieron en la parte más carnosa del demonio, su abdomen. El ser aulló y legolpeó,arrojándoloaunladoigualqueungatopodríaapartarconlapataaunacría.Jacerodóporelsueloyse incorporó,peroClaryadvirtióporelmodoenquesesujetabaelbrazoquehabíaresultadoherido.
AquellofuesuficienteparaIsabelle.Lanzándosealfrente,asestóunlatigazoaldemonio.Ellátigogolpeóelpellejogrisdelacriaturayaparecióunverdugónrojodelquemanósangre.AbbadonnoprestólamenoratenciónalamuchachayavanzóhaciaJace.
Con lamano ilesa, Jace sacó un segundo cuchillo serafín.Le susurró y éste se abrió, brillante yluminoso. Lo levantó mientras el demonio se alzaba imponente ante el arma; resultaba terriblementepequeñofrenteaaquelser,unacriaturaempequeñecidaporunmonstruo.Yelmuchachosonreíaburlón,inclusomientras el demonio alargaba lamano para cogerle. Isabelle, chillando, volvió a asestarle unlatigazo,arrojandounaespesarociadadesangreportodoelsuelo...
Eldemoniogolpeó,lazarpaafiladadescendiendosobreJace.Elmuchachoretrocediótambaleante,pero seguía indemne. Algo se había arrojado entre él y el demonio, una delgada sombra negra queempuñabaunacentelleantearma.Alec.Eldemoniolanzóunchillidoagudo;lahorcadeguerradeljovenlehabíaperforado lacarne.Conungruñido,volvióaatacar, laszarpasdehuesoasestandoaAlecunferozgolpe,quelolevantóporlosairesyloarrojócontralaparedopuesta.Elmuchachochocócontraellaconunchasquidoescalofrianteyresbalóhastaelsuelo.
Isabellechillóelnombredesuhermano,peroéstenosemovió.Bajandoel látigo,echóacorrerhacia él. El demonio, girando, le asestó un golpe de revés que la envió rodando al suelo. Tosiendosangre, Isabelle empezó a incorporarse;Abbadon la golpeódenuevo, y en esta ocasión ella yano semovió.
EldemoniosevolvióendirecciónaClary.
Jace estaba paralizado, con la vista fija en el cuerpo desmadejado de Alec, como quien estáatrapadoenunsueño.ClarychillócuandoAbbadonseaproximóaella.Empezóaretrocederescalerasarriba,dandountraspiéenlospeldañosrotos.Laestelaardíacontrasucarne.Sialmenostuvieraunaarma,cualquiercosa...
Isabelle había conseguido incorporarse hasta sentarse y, echando hacia atrás los cabellosensangrentados,chillóaJaceparaadvertirle.ClaryoyósupropionombreenlosgritosdelajovenyvioaJace,pestañeandocomosilehubiesendespertadoabofetones,quesevolvíahaciaellayempezabaacorrer.EldemonioestabalobastantecercayaparaqueClarypudieradistinguirlasnegrasúlcerasdesucarne, pudiera distinguir que había cosas que reptaban por su interior. El ser alargó lasmanos haciaella...
PeroJaceyaestabaallí,apartandolamanodeAbbadondeungolpe.Arrojóelcuchilloserafínaldemonio;ésteseclavóenelpechodelacriatura,cercadelasdoscuchillasqueyahabíaallí.Eldemoniogruñócomosiloscuchillosfueransimplementeunincordio.
—Cazadordesombras—rugió—,seráunplacerparamímatarte,oírcómoseaplastantushuesosigualquehicieronlosdetuamigo...
Saltandosobrelabarandilla,JacesearrojócontraAbbadon.Lafuerzadelsaltolanzóaldemoniohaciaatrás;elsersetambaleó,conelcazadordesombrasaferradoasuespalda.Jaceextrajoelcuchilloserafínquelehabíaclavadoenelpecho,lanzandohacialoaltounchorrodeicor,yvolvióaclavarlahoja,unayotravez,enlaespaldadeldemonio,cuyoshombrosempezaronacubrirsedeunfluidonegro.
Rugiendo,Abbadonretrocedióhacialapared.Jaceteníaquesaltaroloaplastaría.Cayóalsuelo,aterrizóconsuavidadyvolvióalevantarelcuchillo.Peroeldemoniofuedemasiadovelozparaél;sumanosaliódisparada,derribandoasuoponentecontralaescalera.Jacecayóalsueloconuncírculodezarpassobrelagarganta.
—DilesquemedenlaCopa—gruñóAbbadon,laszarpasflotandojustoporencimadelapieldelmuchacho—.Dilesquemeladen.Ylesdejarévivir.
Jacetragósaliva.—Clary...PeroClaryjamásllegaríaasaberquéhabríadicho,porqueenesemomento,lapuertadeentradase
abriódegolpe.Poruninstante,todoloqueviofueluminosidad.Luego,pestañeandoparadesprendersedelallameanteimagenresidual,vioaSimondepieenlaentradaabierta.Simon.Habíaolvidadoqueélestabaenlacalle,casihabíaolvidadosuexistencia.
Éllavio,acurrucadaenlaescalera,ysumiradapasóvelozporellaysedirigióaAbbadonyJace.Alargóelbrazoatrásporencimadelacabeza,yellaadvirtióquesuamigososteníaelarcodeAlecyquellevabaelcarcajsujetoalaespalda.Simonsacóunaflechadeél,laencajóenlacuerdayalzóelarcoexpertamente,comosihubierahecholamismacosacientosdevecesantes.
Elproyectilsalióvolando,emitiendounzumbidoparecidoaldeunabejorro,mientraspasabaraudoporencimadelacabezadeAbbadon,seprecipitabaendirecciónaltecho...
Yhacíaañicoseltragaluz.Elsuciocristalennegrecidocayóconvertidoenunalluviadefragmentos,yatravésdelcristalrotopenetróaraudaleslaluzdelsol,unagrancantidaddeluzsolar,enormeshacesdoradosdeella,quedescendieronhaciaelsueloeinundaronelvestíbulodeluz.
Abadán aulló y retrocedió tambaleante, protegiéndose la deforme cabeza con lasmanos. Jace sellevóunamanoalaindemnegarganta,contemplandoconincredulidadcómoeldemonioseencogía,entrealaridos, sobre el suelo. Clarymedio esperó verlo estallar en llamas, pero en vez de eso, empezó adoblarsesobresimismo.Laspiernasseplegaronhaciael torso,elcráneoseencogió igualquepapelardiendo,yenunminuto todoélyahabíadesaparecidoporcompleto,dejandoúnicamentemanchasdequemaduras.
Simonbajóelarco.Pestañeabadetrásdelasgafasyteníalabocaentreabierta.ParecíatanatónitocomoloestabaClary.
Jaceyacíaenlaescalera,dondeeldemoniolohabíaarrojado.IntentabaincorporarsecuandoClarybajóporlospeldañosycayóderodillasjuntoaél.
—Jace...—Estoybien.Sesentó,limpiándoselasangredelaboca.Tosióyescupiórojo.—Alec...—Tuestela—leinterrumpióella,llevándoselamanoalbolsillo—.¿Lanecesitasparacurarte?Jacelamiró.Laluzdelsol,queentrabaaraudalesporeltragaluzroto,leiluminóelrostro.Pareció
comosisecontuvieradehaceralgoconunterribleesfuerzo.—Estoybien—volvióadecir,ylaapartóaunlado,sindemasiadosmiramientos.Sepusoenpie,setambaleóyestuvoapuntodecaer;laprimeracosafaltadeeleganciaqueleveía
hacer.—¿Alec?Claryleobservócojearporelvestíbuloendirecciónasuinconscienteamigo.LuegometiólaCopa
Mortalenelbolsilloconcremalleradesusudaderayselevantó.Isabellesehabíaarrastradojuntoasuhermanoyleacunabalacabezaenelregazo,acariciándoleloscabellos.Elpechodelmuchachoascendíaydescendía...respirabalentamente.Simon,apoyadocontralaparedcontemplándoles,parecíatotalmenteexhausto.Claryleoprimiólamanoalpasarporsulado.
—Gracias—musitó—.Esofuealucinante.—Nomedeslasgraciasamí—respondióél—,dalelasgraciasalprogramadetiroconarcodel
campamentodeveranoB'naiB'rith.—Simon,no...—¡Clary!—EraJace,llamándola—.Traemiestela.Simonladejóirdemalagana.Lamuchachasearrodillójuntoaloscazadoresdesombras,conla
CopaMortalgolpeándolepesadamenteelcostado.ElrostrodeAlecestabalívido,salpicadodegotasdesangre,losojosdeunazulquenoeranormal.Sumano,apretadasobrelamuñecadeJace,dejómanchasdesangre.
—Le...—empezóadecir,luegoparecióveraClary,comoporprimeravez.Enlaexpresióndelheridohabíaalgoqueellanohabíaesperado.Triunfo.—¿Lematé?ElrostrodeJacesecontrajodolorosamente.—Tú...—Sí—afirmóClary—.Estámuerto.Alec lamiróyrió.Asubocaasomaronburbujasdesangre.Jacesesoltó lamuñecayacercólos
dedosaambosladosdelrostrodeAlec.—No—dijo—.Quédatequieto,simplementequédatequieto.Aleccerrólosojos.—Hazloquetengasquehacer—murmuró.IsabelletendiósuestelaaJace.—Tómala.Élasintió,ypasólapuntadelaestelaalolargodelapartedelanteradelacamisetadeAlec.Latela
seabriócomosilahubieracortadoconuncuchillo.Isabelleleobservóconojosfrenéticosmientrasélseparabadeuntirónlosdostrozosdecamisetaparadejaraldescubiertoelpechodelherido.Ésteteníalapielmuyblanca,marcadaaquíyalláporviejascicatricestraslúcidas.Tambiénhabíaotrasheridas:unentramadodemarcasdezarpasqueseoscurecíapormomentos,cadaagujerorojoysupurante.Con la
bocamuyapretada, Jace colocó la estela sobre la piel deAlec,moviéndoladeun lado aotro con lafacilidad propia de una larga práctica. Pero algo no funcionaba. A medida que dibujaba las marcascurativas,éstasparecíandesvanecersecomosiestuvieraescribiendosobreagua.
—Malditasea—exclamóJace,apartandolaestela.LavozdeIsabellesonómuyaguda.—¿Quéesloquepasa?—Lehirióconlaszarpas—indicóJace—.Hayvenenodedemonioensuinterior.LasMarcasno
funcionan.—VolvióatocarelrostrodeAlecconsuavidad—.Alec.¿Meoyes?Alecnosemovió.Lassombrasbajosusojosteníanuntonoazulyerantanoscurascomomoretones.
Denoserporsurespiración,Claryhabríapensadoqueyaestabamuerto.IsabelleinclinólacabezayloscabelloscubrieronelrostrodeAlec.Lerodeabaconsusbrazos.—Quizá—susurró—podríamos...—Llevarlealhospital.—EraSimon,inclinadosobreellos,conelarcobalanceándoseensumano
—.Osayudaréatransportarloalafurgoneta.HayunometodistaenlaSextaAvenida...—Hospitalesno—dijoIsabelle—.TenemosquellevarlealInstituto.—Pero...—No sabrían cómo tratarlo en un hospital—explicó Jace—. Le ha herido un DemonioMayor.
Ningúnmédicomundanosabríacómocuraresasheridas.—Deacuerdo—repusoSimon,asintiendo—.Llevémoslealcoche.Porungolpedesuerte,ningunagrúasehabíallevadolafurgoneta.Isabelleextendióunamantasucia
sobreelasiento traseroy tendieronaAlecencima,con lacabezaenel regazodesuhermana.Jaceseacuclilló en el suelo junto a su amigo. Tenía lasmangas y la parte delantera de la camiseta llena demanchasoscurasdesangre,dedemonioydehumano.CuandomiróaSimon,Claryvioquetodoelcolordoradoparecíahabersidoborradodesusojosporalgoquenuncaanteshabíavistoenellos.Pánico.
—Conducedeprisa,mundano—pidió—.Conducecomosielinfiernotepersiguiera.Simoncondujo.DescendieronatodavelocidadporFlatbushyentraroncomounabalaenelpuente,manteniéndosea
laalturadelmetrodelalíneaQ,quecruzabaestruendosamenteporencimadelasazulesaguas.ElsolresultabadolorosamentebrillanteenlosojosdeClary,arrancandodestellosdoradosalrío.SeaferróasuasientocuandoSimontomólarampaencurvaquesalíadelpuenteaochentakilómetrosporhora.
PensóenlascosashorriblesquehabíadichoaAlec,enelmodoenqueéstesehabíalanzadosobreAbbadon,conunaexpresión triunfalensu rostro.Sevolvióyvioa Jacearrodillado juntoa suamigomientraslasangreempapabalamanta.Pensóenelniñoconelhalcónmuerto.«Amaresdestruir.»
Claryvolvióotravezlacabezaalfrente,conunfuertenudoenlagarganta.Isabelleresultabavisibleenelretrovisormalorientado,colocandolamantaalrededordelagargantadeAlec.AlzólosojosylostrabóconlosdeClary.
—¿Cuántofalta?—Talvezdiezminutos.Simonconducetandeprisacomopuede.—Losé—respondióIsabelle—.Simon...,loquehiciste,fueincreíble.Actuastetandeprisa.Jamás
habríapensadoqueaunmundanoselepudieraocurriralgoasí.Simonnoparecióinmutarseporunelogioprovenientedeunlugartaninesperado;susojosestaban
puestosenlacarretera.—¿Terefieresadispararaltragaluz?Semeocurriódespuésdequevosotrosentrarais.Pensabaen
eltragaluzyenloquehabíaisdichosobrequelosdemoniosnosoportabanlaluzdirectadelsol.Asique,enrealidad, tardéunpocoenatarcabos.Notesientasmal—añadió—,esaclaraboyanoseve, tienesquesaberqueestáallí.
«Yosabíaqueestabaallí—pensóClary—.Yotendríaquehaberactuado.Inclusosintenerunarcoy
una flecha como Simon, podría haberle arrojado algo o mencionado su existencia a Jace.» Se sintióestúpida, inútil y torpe, como si tuviera la cabeza repleta de algodón. Lo cierto era que había estadoasustada.Demasiadoasustadaparapensarcorrectamente.Sintióunaoleadadevergüenzaqueestallótrassuspárpadoscomounpequeñosol.
Jacehablóentonces.—Fuealgomuybienhecho—leelogió.LosojosdeSimonseentrecerraron.—Bien,sinotenéisinconvenienteendecírmelo...esacosa,eldemonio...¿dedóndesalió?—EramadameDorothea—respondióClary—.Quierodecir,eramásomenosella.—Jamásfueunamujeratractiva,peronolarecuerdocontanmalaspecto.—Creoque laposeyeron—repusoClary lentamente, intentandocomponerel rompecabezasensu
mente—.QueríaqueledieralaCopa.LuegoabrióelPortal...—Fuealgointeligente—explicóJace—.Eldemoniolaposeyó,luegoocultólamayorpartedesu
forma etérea justo fuera del Portal, donde el sensor no pudiera registrarla. De modo que entramosesperandoenfrentarnosaunospocosrepudiadosyensulugarnosencontramosanteunDemonioMayor,Abbadon...,unodelosAntiguos.ElSeñordelosCaídos.
—Bueno,puesparecequelosCaídostendránqueaprenderaapañárselassinélapartirdeahora—replicóSimon,girandoparaentrarenlacalle.
—No estámuerto—respondió Isabelle—.No hay apenas nadie que haya conseguidomatar a unDemonioMayor.Tienesquematarlosensusformasfísicasyetéreasparaquemueran.Simplemente leahuyentamos.
—Vaya. —Simon pareció decepcionado—. ¿Qué hay de madame Dorothea? ¿Estará bien ahoraque...?
Se interrumpió, porqueAlec había empezado a boquear, la respiración convertida en estertores.Jacelanzóunapalabrotaporlobajoconferozprecisión.
—¿Porquénohemosllegadoaún?—Síhemosllegado.Simplementenoquieroestrellarmecontraunmuro.Mientras Simon frenaba con cuidado en la esquina, Clary vio que la puerta del Instituto estaba
abierta,conHodgedepiebajoelarco.Lafurgonetaparóconunasacudida,yJacesaltófuera,alargandoluegolosbrazosalinteriorparaalzaraAleccomosiéstenopesaramásqueunniño.Isabellelesiguióporel sendero,sosteniendo lahorcadeguerraensangrentadadesuhermano.Lapuertadel Institutosecerródegolpetrasellos.
Conelcansancioapoderándosedeella,ClarymiróaSimon.—Losiento.NosécómolevasaexplicartodalasangreaEric.—AldiabloconEric—respondióélconconvicción—.¿Túestásbien?—Niunarañazo.Todoslosdemásresultaronheridos,peroyono.—Essutrabajo,Clary—repusoélconsuavidad—.Pelearcondemonios...,esloquehacen.Nolo
quehacestú.—¿Quéhagoyo,Simon?—preguntóella,escudriñandosurostroenbuscadeunarespuesta—.¿Qué
esloquehagoyo?—Bueno...,conseguistelaCopa—respondióél—.¿Noescierto?Ellaasintió,ydiounosgolpecitossobreelbolsillo.—Sí.Elmuchachoparecióaliviado.—Casinomeatrevíaapreguntar—dijo—.Esoestábien,¿verdad?—Sí—respondióella.Pensóensumadre,ysumanosecerróconmásfuerzasobrelaCopa—.Muy
bien.
Iglesiafueasuencuentroenloaltodelaescalera,maullandocomounasirenadeniebla,ylacondujoalaenfermería.Laspuertasdoblesestabanabiertas,yatravésdeellaspudoverlafigurainmóvildeAlec,tendida en una de las camas blancas. Hodge estaba inclinado sobre él; Isabelle, situada junto a éste,sosteníaunabandejadeplataenlasmanos.
Jacenolesacompañaba.Noestabaconellosporqueseencontrabadepiefueradelaenfermería,apoyadocontralapared,conlasmanosdesnudasyensangrentadascerradasaloscostados.CuandoClaryse detuvo frente a él, sus párpados se abrieron de golpe, y vio que las pupilas de los ojos estabandilatadas,todoeldoradoengullidoporelnegro.
—¿Cómoestá?—preguntócontodaladelicadezadequefuecapaz.—Ha perdido una barbaridad de sangre. Los envenenamientos provocados por demonios son
corrientes, pero puesto que era un Demonio Mayor, Hodge no está seguro de si el antídoto queacostumbraausarseráviable.
Lamuchachaalargólamanoparatocarsubrazo.—Jace...Élseechóhaciaatrás.—No.Ellaaspiróconfuerza.—JamáshabríaqueridoquelesucedieranadaaAlec.Losientotanto.Éllamirócomosilavieraallíporprimeravez.—Noestuculpa—afirmó—.Eslamía.—¿Tuya?Jace,noes...—Oh, claro que sí—respondió, con una voz tan quebradiza como una astilla de hielo—.Mea
culpa,meamaximaculpa.—¿Quésignificaeso?—Miculpa—tradujo—,mipropiaculpa,migrandísimaculpa.Eslatín.—Seapartóunmechónde
cabellosdelafrenteconaireausente,comosinosedieracuentadequelohacía—.Espartedelamisa.—Pensabaquenocreíasenlareligión.—Talveznocreaenelpecado—repusoél—,perosísientoculpabilidad.Nosotros,loscazadores
desombras,vivimossegúnuncódigo,yesecódigonoesflexible.Honor,culpa,penitencia,esascosassonrealesparanosotros,ynotienennadaqueverconlareligiónytodoqueverconloquesomos.Estoesquienyosoy,Clary—insistiócondesesperación—.SoyunmiembrodelaClave.Estáenmisangreymishuesos.Asíquedime,siestástanseguradequenofuemiculpa,¿cómoesqueelprimerpensamientoquecruzómimentecuandoviaAbbadonnofueparamiscompañerosguerrerossinoparati?—Alzólasmanos; ahora sostenía el rostrode la jovenentre lasdospalmas—.Sé..., sabía..., queAlecnoestabaactuandocomoeranormalenél.Sabíaquealgonoibabien.Peroenloúnicoquepodíapensareraenti...
Inclinólacabezahaciaadelante,demodoquesusfrentessetocaron.Clarysintiócómosualientoleagitaba las pestañas. Cerró los ojos, dejando que la cercanía del muchacho la envolviera como unamarea.
—Simuere,serácomosilehubieramatado—dijoél—.Dejémoriramipadre,yahorahematadoalúnicohermanoquehetenidonunca.
—Esonoescierto—susurróella.—Sí,loes.Estaban lobastantecercacomoparabesarse.Ycon todoél la sujetabacon fuerza,comosinada
pudieradarlelaseguridaddequeellaerareal.—Clary—exclamó—.¿Quémeestásucediendo?Ellarebuscóensumenteparaencontrarunarespuesta...yoyóquealguiencarraspeaba.Abriólos
ojos.Hodgeestabajuntoalapuertadelaenfermería,conelpulcrotrajemanchadoconmarcasdeóxido.—Hehecholoqueestáenmimano.Estásedado,notienedolor,pero...—Meneólacabeza—.Debo
contactarconlosHermanosSilenciosos.Estovamásalládemiscapacidades.JaceseapartódespaciodeClary.—¿Cuántotardaránenllegaraquí?—No lo sé. —Hodge empezó a recorrer el pasillo, sacudiendo la cabeza—. Enviaré a Hugo
inmediatamente,perolosHermanosacudensiguiendosupropiocriterio.—Peroporesto...InclusoJaceteníaquecorretearparapoderseguir las largaszancadasdelhombre;Clarysehabía
quedadoirremediablementepordetrásdeambosyteníaqueaguzareloídoparacaptarloqueéldecía.—Podríamorirdelocontrario.—Podría—fuetodoloqueHodgedijocomorespuesta.Labibliotecaestabaoscurayolíaa lluvia.Habíandejadoabiertaunade lasventanasy sehabía
formadouncharcodeaguabajolascortinas.HugogorjeóysaltósobresuperchacuandoHodgeavanzóagrandeszancadashaciaél,deteniéndosesóloparaencenderlalámparaquehabíasobresuescritorio.
—Esunalástima—selamentóHodge,alargandolamanoenbuscadepapelyunapluma—quenorecuperaraislaCopa.Habríaproporcionado,creo,ciertoconsueloaAlecydesdeluegoasus...
—Síquelahemosrecuperado—dijoClary,sorprendida—.¿Noselohasdicho,Jace?Jaceparpadeaba,aunquesieradebidoalasorpresaoalarepentinaluz,Clarynoestuvosegura.—Notuvetiempo...estaballevandoaAlecarriba...Hodgesehabíaquedadomuyquieto,conlaplumainmóvilentresusdedos.—¿TenéislaCopa?—Sí.ClarysacólaCopadelbolsillo:seguíaestandofría,comosielcontactoconsucuerponopudiera
calentarelmetal.Losrubíesparpadearonigualqueojosrojos.—Latengoaquí.La pluma resbaló de la mano de Hodge y golpeó el suelo a sus pies. La luz de la lámpara,
proyectadahaciaarriba,nofuebenévolaconsurostro:mostrócadaunadelaslíneasdibujadasporelrigor,lapreocupaciónyladesesperanza.
—¿ÉsaeslaCopadelÁngel?—Ésaes—afirmóJace—.Estaba...—Esoyanoimporta—leinterrumpióHodge.Depositóelpapelsobreelescritorio,fuehaciaJaceylecogióporloshombros.—JaceWayland,¿sabesloquehashecho?JacealzólosojoshaciaHodge,sorprendido.Claryreparóenelcontraste:elrostrocontorsionado
del hombre demás edad y el rostro sin arrugas delmuchacho, con los pálidosmechones de cabellocayéndolesobrelosojosyhaciendoqueparecieraaúnmásjoven.
—Noestoysegurodeloquequieresdecir—dijoJace.ElalientodeHodgesiseóporentresusdientes.—Teparecestantoaél.—¿Aquién?—preguntóJaceconasombro;estabaclaroquenuncaanteshabíaoídoaHodgehablar
deaquelmodo.—Atupadre—respondióelhombre,yalzólosojoshaciadondeHugo,conlasnegrasalasagitando
elairehúmedo,revoloteabasobresucabeza.Hodgeentrecerrólosojos.—Hugin—dijo,yconungraznidosobrenaturalelaveselanzódirectamentealrostrodeClary,con
lasgarrasextendidas.
Clary oyó chillar a Jace, y luego el mundo fue un remolino de plumas, y un pico y unas garras queatacaban.Sintióunfuertedolora lo largode lamejillay lanzóunalarido,alzando instintivamente lasmanosparacubrirselacara.
SintiócómolearrancabanlaCopaMortaldelamano.—No—chilló,intentandosujetarla.Undoloratrozlerecorrióelbrazo.Laspiernasparecierondoblársele.Resbalóycayó,golpeándose
violentamentelasrodillascontraeldurosuelo.Unasgarraslearañaronlafrente.—Essuficiente,Hugo—dijoHodgeconsuvozsosegada.Obediente,elavesealejódeClary.Boqueando, la jovenpestañeóparaeliminar lasangrede los
ojos.Sentíaelrostrodesgarrado.Hodge no se había movido; estaba en el mismo sitio, sosteniendo la Copa Mortal.Hugo daba
vueltas a su alrededor, describiendo agitados círculosmientras graznaba en voz baja. Y Jace..., JaceyacíaenelsueloalospiesdeHodge,muyquieto,comosisehubieraquedadodormidoderepente.
CualquierotropensamientodesapareciódelamentedeClary.—¡Jace!Hablarlecausabadaño;eldolordelamejillaerasobrecogedorynotabaelsabordelasangreenla
boca.Jacenosemovió.—Noestáherido—dijoHodge.Clary empezó a ponerse en pie, con la intención de abalanzarse sobre él..., luego retrocedió
tambaleantealchocarcontraalgoinvisibleperotanduroyresistentecomoelcristal.Enfurecida,golpeóelaireconelpuño.
—¡Hodge!—chilló.Diounapatada,magullándosecasielpieen lamismapared invisible—.Noseaestúpido.CuandolaClaveaverigüeloquehahecho...
—Harámuchoquemehabréido—concluyóél,arrodillándosesobreJace.—Pero... —Sintió como si una descarga la recorriera, una especie de sacudida eléctrica de
comprensión—. Nunca envió un mensaje a la Clave, ¿verdad? Por eso se puso tan raro cuando lepreguntésobreello.QueríalaCopaparausted.
—No—respondióHodge—,noparamí.LagargantadeClaryestabasecacomoelpolvo.—TrabajaparaValentine—musitó.—NotrabajoparaValentine—contradijoél.Alzó la mano de Jace y sacó algo de ella. Era el anillo grabado que Jace siempre llevaba. Lo
deslizóensupropiodedo.—PeropertenezcoaValentine,escierto.Conunvelozmovimientohizogirarelanillotresvecesalrededordeldedo.Porunmomentonada
sucedió;luegoClaryoyóelsonidodeunapuertaalabrirseyvolviólacabezainstintivamenteparaverquiénentrabaenlabiblioteca.Cuandovolvióotravezlacabeza,vioqueelairejuntoaHodgebrillaba,comolasuperficiedeunlagovistadesdelejos.Larelucientepareddeaireseabrióigualqueunacortinadeplata,yentoncesunhombrealtoapareciójuntoaHodge,comosihubieracobradoformaapartirdelairehúmedo.
—Starkweather—dijoelreciénllegado—,¿tieneslaCopa?HodgealzólaCopaqueteníaenlasmanos,peronodijonada.Parecíaparalizado,aunquesierade
miedo o de estupefacción, era imposible decirlo. A Clary siempre le había parecido alto, pero enaquellosmomentosparecíaencorvadoypequeño.
—MiseñorValentine—dijoHodge,finalmente—,noesperabaqueacudieseiscontantarapidez.Valentine.Separecíamuypocoalapuesto jovende la fotografía,aunquesusojos seguíansiendo
negros.Elrostronoeraloqueellahabíaesperado:unacarasobria,reservada,interiorizada,lacaradeunsacerdote,conlosojosapesadumbrados.Asomandodedebajodelosnegrospuñosdesutrajehechoamedida,aparecíanlasirregularescicatricesblancasquehablabandeañosdeusodelaestela.
—TedijequevendríaatiatravésdeunPortal—dijo;suvozeraresonanteyextrañamentefamiliar—.¿Nomecreíste?
—Sí;essóloque...penséqueenviaríaisaPangbornoaBlackwell,noquevendríaisvosmismo.—¿CreesquelesenviaríaarecogerlaCopa?Nosoyunestúpido.Conozcosuatractivo.—Valentine
tendiólamano,yClaryvio,reluciendoensudedo,unanilloqueeraelgemelodeldeJace—.Dámela.PeroHodgeagarróconfuerzalaCopa.—Primeroquieroloquemeprometisteis.—¿Primero?¿Noconfíasenmí,Starkweather?—Valentinesonrió,yfueunasonrisanocarentede
humor—.Haréloquepediste.Untratoesuntrato.Aunquedebodecirquemesentíatónitoalrecibirtumensaje.Nosemehabríaocurridoquetemolestaseunavidadeocultacontemplación,porasídecirlo.Nuncafuistemuydadoalcampodebatalla.
—Nosabéisloquees—repusoHodge,soltandoaireconunjadeosibilante—.Estarasustadotodoeltiempo...
—Esoescierto.Nolosé.LavozdeValentine sonó tan afligida como lo estaban susojos, como si compadeciera aHodge.
Perotambiénhabíadesagradoensusojos,unvestigiodedesdén.—SinoteníasintencióndeentregarmelaCopa—dijo—,nodeberíashabermehechoveniraquí.ElrostrodeHodgesecrispó.—Noesfáciltraicionaraquelloenloquecrees...,yaaquellosqueconfíanenti.—¿TerefieresalosLightwood,oasushijos?—Ambos—respondióHodge.—Ah,losLightwood.Valentinealargóunbrazo,yconunamanoacaricióelglobodelatónquehabíasobreelescritorio,
resiguiendoconloslargosdedosloscontornosdecontinentesymares.—Pero¿quélesdebes,realmente?Eltuyoeselcastigoquedeberíahabersidoelsuyo.Denohaber
tenidoconexionesatanaltonivelenlaClave,losdoshabríanrecibidolamaldiciónjuntocontigo.Talycomo están las cosas, ellos son libres de ir y venir, de andar a la luz del sol igual que personascorrientes.Sonlibresdeiracasa.
Suvozcuandodijo«casa»estabacargadadelaemociónqueconllevabatodoelsignificadodelapalabra.Eldedohabíadejadodemoversesobreelglobo;ClarytuvolaseguridaddequetocabaellugarenelqueseencontrabaIdris.
LosojosdeHodgeseapartaronveloces.—Hicieronloquecualquieraharía.—Túnolohabríashecho.Yonolohabríahecho.¿Dejarqueunamigosufraenmilugar?Ysinduda
debe engendrar cierta amargura en ti, Starkweather, saber que ellos te dejaron con tanta facilidad esedestinoati...
LoshombrosdeHodgeseestremecieron.—Peronoesculpadelosniños.Ellosnohanhechonada...—Nuncaimaginéquetegustarantantolosniños,Starkweather—repusoValentine,comosilaidea
ledivirtiera.ElalientotraqueteóenelpechodeHodge.—Jace...—NoquieroquehablesdeJace.PorprimeravezValentineparecióenojado.Dirigióunaojeadaalafigurainmóvilenelsuelo.
—Sangra—observó—.¿Porqué?HodgeapretólaCopacontrasucorazón.Losnudillosestabanblancos.—Noessusangre.Estáinconsciente,peronoherido.Valentinealzólacabezaconunasonrisaafable.—Mepregunto—dijo—quépensaráde ticuandodespierte.La traiciónnoesnuncaalgobonito,
perotraicionaraunniño...,esoesunadobletraición,¿noteparece?—Noleharéisdaño—murmuróHodge—.Jurasteisquenoleharíaisdaño.—Nojurénada—respondióValentine—.Vamos,dámela.Se apartó del escritorio, avanzando hacia Hodge, que se echó hacia atrás como un animalillo
atrapado.Claryadvirtiósusuplicio.—¿Yquéharíassiyotedijesequeplaneabahacerledaño?¿Pelearíascontramí?¿Meimpedirías
tener laCopa? Incluso aunque pudierasmatarme, laClave jamás levantará tumaldición.Te ocultarásaquíhastaquemueras,sintiendoterrorinclusodeabrirdemasiadounaventana.¿Quénodaríasacambiodenosentirmiedonuncamás?¿Aquénorenunciaríasporregresaracasa?
Claryapartóviolentamentelamirada.YanopodíasoportarlaexpresióndelrostrodeHodge.—Decidmequenoleharéisdaño,yosladaré—dijoéste,conunavozentrecortada.—No—respondióValentine,envozaúnmásbaja—.Meladarásdetodosmodos.Yalargólamano.Hodgecerrólosojos.Porunmomento,surostrofueelrostrodeunodelosángelesdemármolque
sujetabanelescritorio,dolorido,serioyaplastadobajounpesoterrible.Luegolanzóunaimprecación,patéticamente entre dientes, y alargó la CopaMortal para que Valentine la cogiera, aunque su manotemblabacomounahojabajounvendaval.
—Gracias —dijo Valentine; tomó la Copa y la observó pensativamente—. Realmente creo quehabéisabolladoelborde.
Hodge no dijo nada. Tenía el rostro ceniciento. Valentine se inclinó y recogió a Jace del suelo;mientras lo alzaba con facilidad,Claryvioque la americanade impecable corte se tensaba sobre losbrazosylaespalda,ycomprendióqueeraunhombremásenormedeloqueparecía,conuntorsocomoeltroncodeunroble.Encomparación,Jace,flácidoensusbrazos,parecíaunacriatura.
—Estará con su padre pronto—comentóValentine, bajando lamirada hacia el rostro blancodelmuchacho—.Dondepertenece.
Hodge retrocedió alarmado. Valentine le dio la espalda y se encaminó de regreso a la titilantecortinadeairede laquehabía salido.SindudahabíadejadoelPortal abierto tras él, advirtióClary.Mirarloeracomocontemplarlaluzdelsolrebotandoenlasuperficiedeunespejo.
Hodgealargóunbrazoenactitudimplorante.—¡Aguardad!—gritó—.¿Quéhaydevuestrapromesa?JurasteisPonerfinamimaldición.—Escierto—aceptóValentine.El hombre hizo una pausa, y miró intensamente a Hodge, que jadeó y retrocedió, llevándose
rápidamentelamanoalpechocomosialgolehubiesegolpeadoenelcorazón.Unfluidonegrosefiltróalexteriorentre losdedosabiertosyseparados,ygoteóalsuelo.HodgealzóelrostrodesfiguradohaciaValentine.
—¿Yaestá?—preguntómuyexcitado—.Lamaldición...¿seharoto?—Sí—respondióValentine—.Yesperoquelalibertadquehascompradoteproporcionefelicidad.Ydichoesoatravesólacortinaderefulgenteaire.Poruninstante,élmismopareciótitilar,comosi
estuvierabajoelagua.Luegodesapareció,llevándoseaJaceconél.
20Enelcallejóndelasratas
Hodge,jadeando,lesiguióconlamirada,abriendoycerrandolospuñosaloscostados.Teníalamanoizquierdarecubiertadellíquidohúmedoyoscuroquehabíarezumadodesupecho,ylaexpresióndesurostroeraunamezcladejúbiloyaversiónasímismo.
—¡Hodge!Clarygolpeóconlamanolaparedinvisiblequelosseparaba.Unfuertedolorlerecorrióelbrazo,
peronoeranadacomparadoconeldolorpunzantedesupecho.Leparecíacomosielcorazónfueraaabrírselepasoviolentamentefueradelacajatorácica.Jace,Jace,Jace..., laspalabrasresonabanensumente,deseandoquelasgritaranconfuerza.Lasreprimió.
—¡Hodge,déjemesalir!Hodgesevolvió,negandoconlacabeza.—Nopuedo—contestó,usandosuinmaculadopañuelodobladoparafrotarselamanomanchada,y
parecíalamentarlodeverdad—.Noharíasmásqueintentarmatarme.—Noloharé—aseguróella—.Loprometo.—Pero a ti no te han criado como una cazadora de sombras—replicó él—, y tus promesas no
significannada.Elextremodelpañuelohumeabaenaquellosmomentos,comosilohubiesesumergidoenácido,yla
manoseguíaigualdeennegrecida.Frunciendoelentrecejo,abandonóelintento.—PeroHodge—insistióellacondesesperación—,¿esquenolehasoído?¡VaamataraJace!—Nohadichoeso.Hodgeestabajuntoalescritorio,abriendouncajónparasacarunahojadepapel.Extrajounapluma
del bolsillo y la golpeó con fuerza contra el borde del escritorio para hacer fluir la tinta. Clary lecontemplóatónita.¿Estabaescribiendounacarta?
—Hodge—comenzócon cuidado—,Valentinehadichoque Jace estaríapronto con supadre.ElpadredeJaceestámuerto.¿Quéotracosapuedehaberqueridodecir?
Hodgenoalzólamiradadelpapelsobreelquegarabateaba.—Escomplicado.Nolocomprenderías.—Comprendosuficientescosas.—Lepareciócomosisuamargurafueraaabrasarle la lengua—.
ComprendoqueJaceconfiabaenusted,yustedlohaentregadoaunhombrequeodiabaasupadreyqueprobablemente odia también a Jace, sólo porque es usted demasiado cobarde para vivir con unamaldiciónquesemereció.
LacabezadeHodgesealzóviolentamente.—¿Esesoloquepiensas?—Esloquesé.Éldejólapluma,sacudiendolacabeza.Parecíacansado,ytanviejo,muchísimomásviejodeloque
Valentinehabíaparecido,aunqueteníanlamismaedad.—Túsóloconocespartesyfragmentos,Clary.Yesmuchomejorparati.Doblóelpapelenelquehabíaestadoescribiendoenunpulcrocuadradoyloarrojóalfuego,que
llameódeunbrillanteverdeácidoantesdeperderintensidad.—¿Quéestáhaciendo?—exigiósaberClary.—Enviarunmensaje.Hodge dio la espalda al fuego. Se encontraba cerca de ella, separado únicamente por la pared
invisible.Lamuchachapresionó losdedoscontraella,deseandopoderhundírselosen losojosaél...,
aunqueéstosaparecíantantristescomoenojadoshabíanestadolosdeValentine.—Eresjoven—continuóHodge—.Elpasadonoesnadaparati,nisiquieraotropaíscomoloes
paralosviejos,ounapesadillacomoloesparalosculpables.LaClavemepusoestamaldiciónporqueayudéaValentine.PeroyonoeraelúnicomiembrodelCírculoqueleservía...¿NoeranlosLightwoodtanculpablescomoyo?¿NoloeranlosWayland?Sinembargo,yofuielúnicocondenadoapasartodamividasinpodersacarniunpiefueradeaquí,nisiquieralamanoporlaventana.
—Esonoesculpamía—replicóClary—.YtampocoesculpadeJace.¿PorquécastigarleporloquelaClave lehizoausted?Puedoentenderqueentregase laCopaaValentine,¿peroJace?MataráaJace,talycomomatóalpadredeJace...
—Valentine—repusoHodge—nomatóalpadredeJace.UnsollozosurgiódelpechodeClary.—¡Nolecreo!¡Todoloquehaceesdecirmentiras!¡Todoloquehadichosiempreeranmentiras!—Vaya—repusoél—,elabsolutismomoraldelajuventud,quenopermiteconcesiones.¿Notedas
cuenta,Clary,dequeamimaneraintentoserunbuenhombre?Ellanegóconlacabeza.—Nofuncionaasí.Lascosasbuenasquehaganocompensanlasmalas.Pero...—Semordióellabio
—.SimedijeradóndeestáValentine...—No.—Hodgemusitó la palabra—.Sedice que los nefilim son los hijos de los hombres y los
ángeles.Todo loqueestaherenciaangélicanoshadadoesunadistanciamayordesde laquecaer.—Tocó la superficie invisible de la pared con las yemas de los dedos—. No te criaron como uno denosotros.Noformaspartedeestavidadecicatricesymatanzas.Todavíapuedesescapar.AbandonaelInstituto,Clary,tanprontocomopuedas.Márchate,ynoregresesjamás.
—Nopuedo—contestóella,negandoconlacabeza—.Nopuedohacerlo.—Entoncestedoyelpésame—dijoél,yabandonólahabitación.
LapuertasecerrótrasHodge,dejandoaClaryensilencio.Sólooíasupropiarespiraciónagitadayelescarbar de sus dedos contra la implacable barrera transparente situada entre ella y la puerta. Lamuchachahizoexactamente loquesehabíadichoquenoharía,ysearrojócontraella,unayotravez,hastaquedarexhaustayconseguirqueledolieranloscostados;luegosedejócaeralsueloeintentónollorar.
Enalgún lugaralotro ladode labarrera,Alecsemoría,mientrasIsabelleesperabaaqueHodgeaparecieraylesalvara.Enalgúnlugarmásalládeaquellahabitación,Valentinesededicabaazarandearviolentamente a Jace para despertarlo. En algún lugar, las posibilidades de sumadre disminuían pormomentos,segundoasegundo.Yellaestabaatrapadaallí,taninútileimpotentecomolacriaturaqueera.
Entoncessesentómuyerguida,recordandoelmomentoencasademadameDorotheacuandoJacelehabíapuestolaestelaenlamano.¿Selahabíallegadoadevolver?Conteniendolarespiración,buscóenel bolsillo izquierdo; estaba vacío. Lentamente, introdujo la mano en el bolsillo derecho; los dedossudorososencontraronpelusayluegoresbalaronsobrealgoduro,lisoyredondo:¡laestela!
Se puso en pie de un salto, con el corazón latiéndole apresuradamente, y palpó con la manoizquierdaenbuscade lapared invisible.Cuando la encontró, se apuntalóbien,haciendoavanzarmuydespaciolapuntadelaestelaconlaotramanohastaapoyarlasobreelairesuaveyplano.Unaimagenseformabayaensumente,parecidaaunpezalzándoseporentreaguasturbias,coneldibujodelasescamastornándosecadavezmásclaroamedidaqueseacercabaalasuperficie.Despacioprimero,yluegoconmás seguridad, movió la estela sobre la pared, dejando unas llameantes líneas de un blanco cenizaflotandoenelaireanteella.
Percibió cuando la runa estaba finalizada, y bajó la mano, respirando pesadamente. Durante unmomento,todopermanecióinmóvilysilencioso,ylarunaflotóigualqueunneónreluciente,abrasándole
losojos.Entoncesseoyóelsonidodealgoalquebrarsemásfuertedeloqueellahabíaoídojamás,comosiestuvierabajounacascadadepiedrasqueseestrellabancontraelsueloasualrededor.Larunaquehabíadibujadosetornónegraysedesmenuzócomosiestuvierahechadeceniza;elsuelotemblóbajosuspies;luegotodoterminó,ysupo,sinlamenorduda,queeralibre.
Sosteniendo aún la estela, corrió a la ventana y empujó la cortina a un lado. El crepúsculodescendía,ylascallesestabanbañadasporunresplandorrojovioleta.CaptóunaclaravisióndeHodgecruzandounacalle,conrapidezconlacabezagrisbalanceándoseporencimadelamultitud.
Saliódisparadadelabiblioteca,escalerasabajo,ysólosedetuvoparameterselaesteladenuevoenelbolsillodelachaqueta.Descendiólospeldañosalacarrerayalcanzólacalleconunasprimeraspunzadasdeflatoenelcostado.Lagentequepaseabaasusperrosenelhúmedocrepúsculoseapartódeun saltocuandoellapasócomounaexhalaciónpor la aceraparalelaalEastRiver.Sevislumbróa símisma en la ventana oscurecida de un edificio de apartamentosmientras doblaba una esquina a todavelocidad.Teníalossudorososcabellosaplastadoscontralafrenteyelrostrocubiertoporunacostradesangreseca.
Alcanzó el cruce donde había visto aHodge. Por unmomento pensó que lo había perdido. Pasócomounaflechaporentrelamultitudquesehallabacercadelaentradadelmetro,apartandoalagenteaempujones,usandolasrodillasyloscodoscomoarmas.Sudorosaymagullada,Clarysaliólibredeentrelamultitud justoa tiempodeatisbar el trajede tweed,quedesaparecíapor la esquinadeunestrechocallejóndeservicioentredosedificios.
Esquivó un contenedor y alcanzó la entrada del callejón. La garganta le ardía cada vez querespiraba.Aunqueenlacalleatardecía,enelcallejónlaoscuridaderatotal.ConsiguiódistinguirapenasaHodge,depieenelextremoopuestodelcallejón,dondeéstefinalizabasinsalidaenlapartetraseradeun restaurante de comida rápida. Había basura del restaurante apilada en el exterior conmotones debolsas de comida, platos sucios de papel y cubiertos de plástico, que crujieron con un sonidodesagradablebajolasbotasdeHodgecuandoéstesevolvióparamirarla.Claryrecordóunpoemaquehabía leído en clase de inglés: «Creo que estamos en el callejón de las ratas / Donde los hombresmuertosperdieronsushuesos».
—Mehasseguido—dijoél—.Nodeberíashaberlohecho.—LedejarétranquilosimedicedóndeestáValentine.—Nopuedo—respondióél—.Sabráquetelohedicho,ymilibertadserátancortacomomivida.—Lo será de todosmodos cuando laClavedescubraque entregó laCopaMortal aValentine—
indicó Clary—. Después de engañarnos para que la encontrásemos para usted. ¿Cómo puede vivirconsigomismosabiendoloqueélplaneahacerconella?
Éllainterrumpióconunacortacarcajada.—TemomásaValentinequealaClave,ytambiéndeberíashacerlotú,sifuerassensata—explicó
—.HabríahalladolaCopa,tantosiyoleayudabacomosino.—¿Ynoleimportaquevayaausarlaparamatarniños?Unespasmocruzóel rostrodel tutormientrasdabaunpasoal frente;Claryviobrillaralgoensu
mano.—¿Realmentetodoestoteimportatanto?—Yaselodijeantes—respondióella—.Nopuedodesentendermeporlasbuenas.—Esunalástima—repusoél,yellalevioalzarelbrazo...yrecordóaJacediciéndolequeelarma
deHodgehabíasidoelchakram,eldiscovolante.Seagachóinclusoantesdeverelbrillantecírculodemetalsilbandoendirecciónasucabeza;el
armalepasó,zumbando,apocoscentímetrosdelrostroyseincrustóenlaescaleradeincendiosdemetalsituadaasuizquierda.
Alzólosojos.Hodgelacontemplaba,conunsegundodiscodemetalbiensujetoenlamanoderecha.
—Todavíapuedeshuir—advirtió.Ellaalzóinstintivamentelasmanos,aunquelalógicaleindicabaqueelchakramsimplementeselas
rebanaríaenpedacitos.—Hodge...Algopasócomounaexhalaciónpordelantedeella,algoenorme,gris,negroyvivo.OyóqueHodge
lanzabaungritohorrorizado.Retrocediendoconuntraspié,ClaryviolacosaconmásclaridadcuandoéstasepusoaandardeunladoaotroentreellayHodge.Eraunlobo,decasimetronoventadelongitud,conunpelajenegrocomoelazabacherecorridoporunaúnicalistadepelogris.
Hodge,coneldiscodemetalbiensujetoenlamano,estabablancocomounhueso.—Tú—musitó,yconunavagasensacióndesorpresa,Clarycomprendióquelehablabaallobo—.
Pensabaquehabíashuido...Loslabiosdelloboseecharonhaciaatrásparamostrarlosdientes,ylamuchachaleviolalengua
colgandofuera.HabíaodioenlosojosdelanimalalmiraraHodge,unodiototalyhumano.—¿Hasvenidoapormíoaporlachica?—inquirióHodge.Elsudorlecaíaporlassienes,perolamanosemanteníafirme.Elloboavanzódespaciohaciaél,gruñendoporlobajo.—Todavíahaytiempo—dijoHodge—.Valentinevolveríaaaceptarte...Lanzandounaullido, el lobosaltó.Hodgevolvióachillar; luegohuboundestelloplateado,yun
sonidoescalofriantecuandoelchakramseincrustóenelcostadodelanimal.Ellobosealzósobrelaspatastraseras,yClaryvioelbordedeldiscosobresaliendodelpelajedelacriatura,lasangremanando,justocuandoelanimalcaíasobreHodge.
Hodge gritó una vez mientras se desplomaba, con las mandíbulas del lobo cerradas firmementesobre el hombro.Un chorro de sangre saltó al aire igual que una rociada de pintura de una lata rota,salpicando de rojo la pared de cemento. El lobo alzó la cabeza del cuerpo inerte del tutor y giró lalobunamiradagrishaciaClary,conlosdienteschorreandolíquidoescarlata.
Ella no chilló. No le quedaba aire en los pulmones para poder emitir un sonido; se incorporóapresuradamenteycorrió,corrióhacialaentradadelcallejónylasfamiliareslucesdeneóndelacalle,corrióhacialaseguridaddelmundoreal.Oyóallobogruñendotrasellasintiósuardienterespiraciónenlasdesnudaspantorrillas,ehizounúltimoesfuerzo,arrojándosehacialacalle...
Lasmandíbulasdellobosecerraronsobresupierna,tirandodeellahaciaatrás.Justoantesdequelacabezagolpearaenelduropavimento,sumiéndolaenlaoscuridad,descubrióque,despuésdetodo,síteníaairesuficienteparagritar.
Elsonidodeaguagoteandoladespertó.Lentamente,Claryfueabriendolosojos.Nohabíamuchoquever.Yacíasobreunampliocatrequehabíancolocadoenelsuelodeunapequeñahabitacióndeparedessucias.Había unamesa desvencijada apoyada contra una pared, y sobre ella una palmatoria de latónbaratodonde lucíaunagruesavela roja,queproyectaba laúnica luzde lahabitación.El techoestabaagrietado y manchado, con la humedad filtrándose por las fisuras de la piedra. Clary tuvo la vagasensacióndequelefaltabaalgoalahabitación,peroesapreocupaciónquedósuperadaporelfuerteoloraperromojado.
Se sentó en la camae inmediatamentedeseónohaberlohecho.Undolor lacerante le atravesó lacabezaigualqueunapica,seguidoporunaatrozoleadadenáusea.Dehaberhabidoalgunacosaensuestómago,habríavomitado.
Sobreelcatrecolgabaunespejo,balanceándosedeunclavohundidoentredospiedras.Leechóunvistazoysesintióanonadada.Noeraextrañoqueledolieralacara:largosarañazosparalelosdiscurríandesdeelrabillodelojoderechoalacomisuradelaboca.Teníaunacapadesangresecasobrelamejilladerecha,ymanchasdesangreenelcuelloyportodalapartedelanteradelacamisetaylachaqueta.Con
unrepentinoataquedepánicosellevólamanoalbolsillo,luegosetranquilizó.Laestelaseguíaallí.Fue entonces cuando reparó en lo que era raro de esa habitación. Un pared estaba formada por
barrotes:gruesosbarrotesdehierroqueibandelsueloaltecho.Estabaenunacelda.Conlasvenascargadasdeadrenalina,Clarysepusoenpietambaleándose.Unaoleadademareola
embargó,yseaferróalamesaparamantenerelequilibrio.«Nomedesmayaré»,sedijoentonolúgubre.Entoncesoyópisadas.Alguienveníaporelpasilloquehabíafueradelacelda.Claryretrocediócontralamesa.Era un hombre. Llevaba una lámpara; su luz era más potente que la de la vela, lo que la hizo
pestañearyloconvirtióaélenunasombrailuminadapordetrás.Vioaltura,espaldascuadradas,cabellosdesgreñados;hastaqueélnoempujólapuertadelaceldaparaabrirlayentró,nocomprendióquiénera.
Teníaelmismoaspecto:vaquerosdesgastados,camisadetelavaquera,botasdetrabajo,elmismocabelloirregular, lasmismasgafascolocadassobrelapartebajadelpuentedelanariz.Lascicatricesquehabíaobservadoalolargodelcostadodelagargantalaúltimavezquelehabíavistoeranyazonasdepielbrillanteenvíasdecicatrización.
Luke.TodoaquelloerademasiadoparaClary.Agotamiento,faltadesueñoydecomida,terrorypérdida
de sangre, todo junto pudomás que ella y la envolvió comoun torrente. Sintió que las rodillas se ledoblabanmientrasresbalabahaciaelsuelo.
Enunossegundos,Lukeyahabíacruzadolahabitación.Semovióaalvelocidadquelaagarróantesdequellegaraatocarelsuelo,alzándolaenbrazoscomolohabíahechocuandoeraunaniñapequeña.Ladepositósobreelcatreyretrocedió,mirándolaconansiedad.
—¿Clary?—preguntó,alargandolosbrazoshaciaella—.¿Estásbien?Ellaseechóhaciaatrás,alzandolasmanospararechazarle.—Nometoques.Unaexpresiónprofundamentedoloridarecorrióelrostrodelhombrey,congestocansado,sepasó
unamanoporlafrente.—Imaginoquemelomerezco—dijo.—Sí.Yalocreo.LaexpresióndelrostrodeLukeerainquieta.—Noesperoquevayasaconfiarenmí...—Mejor.Porquenoconfío.—Clary...—Empezóapasearalolargodelacelda—.Loquehice...,noesperoquelocomprendas.
Séquecreesqueteabandoné...—Desdeluegoquemeabandonaste—replicóella—.Medijistequenovolvieraallamartejamás.
Nuncateimporté.Nuncateimportómimadre.Mentisterespectoatodo.—No—repuso—,norespectoatodo.—Entonces,¿estunombrerealmenteLukeGarroway?Sushombrossehundieronapreciablemente.—No—contestó,luegobajórápidamentelosojos.Unamancharojooscuroempezabaaextendersepor laparte frontaldesucamisade telavaquera
azul.Clarysesentómuyerguida.—¿Esesosangre?—inquirió,yporunmomentoolvidómostrarsefuriosa.—Sí—respondióLuke,oprimiéndoseelcostadoconlamano—.Laheridasedebehabervueltoa
abrircuandotelevanté.—¿Quéherida?—NopudoevitarpreguntarClary.—LosdiscosdeHodgesiguensiendoafilados—respondióélcondeliberación—,aunquesubrazo
yanolanzacomoantes.Creoqueesposiblequelehayadadoaunacostilla.—¿Hodge?—inquirióella—.¿Cuándote...?Éllamiró,sindecirnada,yellarecordóderepenteallobodelcallejón,todonegroexceptoporuna
franjagrisalolargodeuncostadoyrecordóqueeldiscolohabíaalcanzado,ycomprendió.—Eresunhombrelobo.Lukeapartólamanodelacamisa;losdedosestabanmanchadosderojo.—Ajá—respondió,lacónico.Fuehacialaparedygolpeóconvivacidad:una,dos,tresveces.Luegosevolvióotravezhaciaella.—Losoy.—HasmatadoaHodge—exclamóella,recordando.—No.—Negóconlacabeza—.Leheheridodegravedad,creo,perocuandoregreséenbuscadel
cuerpo,habíadesaparecido.Debiódearrastrarselejosdeallí.—Ledesgarrasteelhombro—replicóella—.Lovi.—Sí.Aunquevalelapenahacernotarque,enaquellosmomentos,estabaintentandomatarte.¿Hizo
dañoaalguienmás?Claryhundiólosdientesenellabio.Notóelsabordelasangre,peroerasangreantiguadecuando
Hugolahabíaatacado.—Jace—contestóenunsusurro—.Hodgelodejóinconscienteyloentregóa...aValentine.—¿AValentine?—exclamóLukeconaspectoatónito—.SabíaqueHodgehabíadadoaValentinela
CopaMortal,peronomehabíadadocuentadeque...—¿Cómosabíaseso?—empezóadecirClary,antesderecordar—.MeoístehablarconHodgeen
elcallejón—siguió—.Antesdequesaltasessobreél.—Salté sobre él, como tú dices, porque estaba a punto de rebanarte la cabeza —indicó Luke,
entoncesalzólavistacuandolapuertadelaceldaseabrióotravezyentróunhombrealto,seguidoporunamujerdiminuta,tanbajaqueparecíaunaniña.Ambosvestíanropassencillaseinformales:vaquerosycamisasdealgodón,ylosdosmostrabanlosmismoscabellosdesaliñadosylacios,aunquelosdelamujereranrubiosylosdelhombregrisesynegroscomolosdeuntejón.Losdosteníanlamismaclasederostrojovenyviejoalavezsinarrugas,peroconojoscansados.
—Clary—dijoLuke—,tepresentoamissegundoytercero,GretelyAlaric.Alaricinclinólaenormecabezaanteella.—Noshemosvistoantes.Clarysesobresaltó,alarmada.—¿Lohemoshecho?—EnelhotelDumort—respondióél—.Clavastetucuchilloenmiscostillas.Lamuchachaseencogiócontralapared.—Yo,bueno...Losiento.—Nolosientas—repusoél—.Fueunlanzamientoexcelente.DeslizóunamanoalinteriordelbolsillosuperiordelacamisayextrajoelcuchillodeJace,consu
parpadeanteojorojo.Selotendió.—Creoqueestoestuyo.Clarylomirófijamente.—Pero...—Notepreocupes—leaseguróél—.Helimpiadolahoja.Incapazdehablar,ellalotomó.Lukereíaentredientesporlobajo.—Mirándolo a posteriori—comentó—, tal vez el ataque alDumort no estuvo tan bien planeado
comopodríahaberlo estado.Habíapuesto aungrupodemis lobos avigilarte, ydebíanprotegerte siparecíashallarteenalgúnpeligro.CuandoentrasteenelDumort...
—Jaceyyopodíamoshabérnoslasarreglado.—Clarymetióladagaensucinturón.Gretelledirigióunasonrisatolerante.—¿Esparaesoparaloquenoshallamado,señor?—No—respondió Luke, y se tocó el costado—. La herida se ha abierto, y Clary tiene también
algunaslesionesalasquenolesiríanmalunospocoscuidados.Sinoosimportatraerlosmateriales...Gretelinclinólacabeza.—Regresaré con el equipo de curación—indicó, y semarchó, conAlaric siguiéndola como una
sombradetallagigante.—Tehallamado«señor»—exclamóClary,encuantolapuertadelaceldasecerrótrasellos—.Y
¿quésignificaesodetusegundoytutercero?¿Segundoyterceroqué?—Enelmando—respondióLukelentamente—.Soyellíderdeestajauríadelobos.PoresoGretel
mehallamado«señor».Créeme,mecostómibuentrabajohacerleabandonarlacostumbredellamarme«amo».
—¿Losabíamimadre?—¿Sabíaqué?—Queeresunhombrelobo.—Sí,lohasabidodesdequesucedió.—Ningunodevosotros,porsupuesto,pensóenmencionármelo.—Yotelohabríadicho—repusoLuke—.Perotumadrefuecategóricarespectoaquenosupieras
nadasobrecazadoresdesombrasnisobreelMundode lasSombras.Yonopodíaexplicarqueeraunhombrelobocomoalgunaespeciedeincidenteaislado,Clary.Todoformapartedelesquemamásamplioquetumadrenoqueríaquevieras.Noséloquehasaveriguado...
—Una barbaridad —respondió ella con rotundidad—. Sé que mi madre era una cazadora desombras.SéqueestuvocasadaconValentine,quelerobólaCopaMortalyseocultó.Séquedespuésdetenerme,mellevóaveraMagnusbanecadadosañosparaquemeeliminaralaVisión.SéquecuandoValentineintentóconseguirqueledijerasdóndeestabalaCopaacambiodelavidademimadre,túledijistequeellanoteimportaba.
Lukesequedómirandolapared.—NosabíadóndeestabalaCopa—afirmó—.Ellanuncamelodijo.—Podríashaberintentadonegociar...—Valentinenonegocia.Nunca lohahecho.Sino tieneél laventaja,ni siquiera seacercaráa la
mesa.Estotalmenteobstinadoycareceporcompletodecompasión,yaunquetalvezenuntiempoamaraatumadre,novacilaríaenmatarla.No,noestabadispuestoanegociarconValentine.
—¿Asíquesimplementedecidisteabandonarla?—preguntóella,furiosa—.¿Eresel líderdetodauna jauría de seres lobos y simplemente decidiste que ella ni siquiera necesitaba realmente tu ayuda?¿Sabes?, ya era bastantemalo cuando pensaba que eras otro cazador de sombras y le habías dado laespaldaaelladebidoaalgúnestúpidojuramentodecazadordesombrasoalgoasí,peroahoraséquenoeresmásqueunasquerososubterráneoaquiennisiquieraleimportóquetodosesosañosellatetrataracomounamigo...comoaunigual...¡yasíescomoselopagas!
—Oyecomohablas—dijoLukeenvozqueda—.ParecesunLightwood.Ellaentrecerrólosojos.—NohablesdeAleceIsabellecomosilosconocieras.—Mereferíaasuspadres—replicóél—.Alosquesíconocí,muybiendehecho,cuandoéramos
todoscazadoresdesombras.Lamuchachasintiócómosuslabiosseabríansorprendidos.—SéqueestabasenelCírculo,pero¿cómoevitastequeaveriguaranqueerasunhombrelobo?¿No
losabían?
—No—respondióLuke—.Porquenonacíhombrelobo.Meconvirtieronenuno.Yyaveoqueparaconseguirpersuadirtedequeescuchescualquiercosaque tengaquedecir,vasa tenerqueescuchar lahistoriacompleta.Esunlargorelato,perocreoquedisponemosdetiempoparaello.
TERCERAPARTE
Eldescensoseduce
Eldescenoseducecomosedujoelascenso.
WILLIAMCARLOSWILLIAMS,Eldescenso
21Elrelatodelhombrelobo
Laverdadesqueconozcoatumadredesdequeéramosniños.NoscriamosenIdris.Esunlugarhermoso,ysiemprehelamentadoquenolohayasvistonunca.Teencantaríanlasrelucientesconíferaseninvierno,latierraoscuraylosríosquesoncomocristalhelado.Existeunapequeñareddepoblacionesyunaúnicaciudad,Alacante,queesdondelaClavesereúne.LallamanlaCiudaddeCristalporque,paradarformaasustorres,sehausadolamismasustanciarepeledemoniosdequeestánhechasnuestrasestelas;alaluzdelsolcentelleanigualqueelcristal.
CuandoJocelynyyo fuimos lobastantemayores, senosenvióa la escuelaenAlacante.FueallídondeconocíaValentine.
Él tenía un añomás que yo, y era conmucho el chicomás popular de la escuela. Era apuesto,inteligente, rico,dedicado,unguerrero increíble.Yonoeranada:ni riconibrillante,procedíadeunafamiliacampesinacomúnycorriente.Ytuvequeesforzarmeenmisestudios.Jocelyneraunacazadoradesombrasnata;yono.NoconseguíasoportarlamásleveMarcaniaprenderlastécnicasmássimples.Enocasionespenséenhuir,enregresaracasacubiertodeoprobio.Inclusoenconvertirmeenunmundano.Asídeabatidomesentía.
Fue Valentine quien me salvó. Vino a verme a mi habitación; jamás se me había ocurrido quesiquierasupieraminombre.Seofrecióaadiestrarme.Dijoquesabíaqueteníagrandesdificultades,peroqueveíaenmílassemillasdeungrancazadordesombras.Ybajosututelarealmentemejoré.Aprobélosexámenes,lucímisprimerasMarcas,matéamiprimerdemonio.
Leadoraba.Pensabaqueel sol salíay seponía sobreValentineMorgenstern.Yonoeraelúnicoinadaptadoquehabíarescatado,desdeluego.Habíaotros.HodgeStarkweather,quesellevabamejorconlos libros que con las personas;MaryseTrueblood, cuyo hermano se había casado con unamundana;RobertLightwood, a quien aterraban lasMarcas;Valentine los tomó a todos bajo su tutela.Entonces,penséqueerabondadporsuparte;ahoranoestoytanseguro.Ahoracreoqueseestabaforjandounculto.
Valentine estaba obsesionado con la idea de que en cada generación había cada vez menoscazadoresdesombras:queéramosuna razaenextinción.Estabasegurodequesóloconque laClavehicieraunusomás liberalde laCopadeRaziel,podríancrearsemáscazadoresdesombras.Para losprofesores,talideaeraunsacrilegio:elegirquiénpuedeonopuedeconvertirseencazadordesombrasnoes tareadecualquiera.Petulante,Valentinepreguntó:¿porquénoconvertir a todos loshombresencazadoresdesombras,entonces?¿PorquénootorgarlesatodoslahabilidadparaverelMundodelasSombras?¿Porquéguardarnosesepoderegoístamenteparanosotros?
Cuando los profesores respondieron que la mayoría de los humanos no pueden sobrevivir a latransición,Valentineafirmóquementían,queintentabanmantenerelpoderdelosnefilimlimitadoaunapequeñaélite.Esoera loqueafirmabaporentonces;ahorapiensoqueprobablementeconsiderabaquelosdañoscolateralescompensabanelresultadofinal.Encualquiercaso,convencióanuestrogrupitodequesupuntodevistaeraelcorrecto.FormamoselCírculo,declarandoquenuestroobjetivoerasalvaralarazadeloscazadoresdesombrasdelaextinción.Porsupuesto,teniendodiecisieteaños,noestábamosmuysegurosdecómoloharíamos,peroestábamosconvencidosdequeacabaríamosporconseguiralgoimportante.
EntoncesllególanocheenqueelpadredeValentinemurióenunataquerutinarioauncampamentodehombres lobo.CuandoValentine regresó a la escuela, tras el funeral, llevaba lasMarcas rojasdelluto.Habíacambiado.Suamabilidadaparecíaentremezcladaconramalazosdecóleraquerayabanenlacrueldad.Atribuísunuevocomportamientoa lapenae intentéconmásahíncoquenuncacomplacerle.
Jamásrespondíasuiraconira.Melimitéasentirlahorriblesensacióndequelehabíadecepcionado.Laúnicapersonacapazdecalmarsusataquesdecóleraeratumadre.Siempresehabíamantenido
un poco aparte de nuestro grupo, en ocasiones incluso llamándonos burlonamente el club de fans deValentine.EsocambiócuandoelpadredeValentinemurió.SudolordespertólasimpatíadeJocelyn.Seenamoraron.
Yo también le quería: era mi amigomás íntimo, y me hacía feliz ver a Jocelyn con él. Cuandoabandonamos la escuela, se casaron y fueron a vivir a la finca de la familia de Jocelyn.Yo tambiénregreséacasa,peroelCírculocontinuó.Habíaempezadocomounaespeciedeaventuraescolar,perocreció en escala y poder, yValentine creció con él. Sus ideales tambiénhabían cambiado.ElCírculotodavíareclamabalaCopaMortal,perodesdelamuertedesupadre,Valentinesehabíaconvertidoenunfranco defensor de la guerra contra todos los subterráneos, no tan sólo contra los que rompían losAcuerdos.Estemundoeraparaloshumanos,argüía,noparalosqueeranenpartedemonios.Nosepodíaconfiartotalmenteenlosdemonios.
MesentíaincómodoconlanuevadirecciónquehabíatomadoelCírculo,peromemantuveenél;enparteporqueseguíasinpodersoportardefraudaraValentine,enparteporqueJocelynmehabíapedidoquesiguiera.TeníaalgunaesperanzadequeyopodríallevarmoderaciónalCírculo,perofueimposible.Nohabía formademoderaraValentine,yRobertyMaryseLightwood,casadosya,erancasi igualderadicales.SóloMichaelWaylandsemostrabainseguroigualqueyo,peroapesardenuestrosrecelosnosmantuvimosa su lado;comogrupodábamoscazaa subterráneos incansablementebuscandoaaquellosquehabíancometidolamásmínimainfracción.ValentinejamásmatóaunacriaturaquenohubieserotolosAcuerdos,perohizootrascosas.Levisujetarmonedasdeplatasobrelospárpadosdeunaniñalobo,cegándola,paraconseguirquenosdijeradóndeestabasuhermano...Levi...,peronoesnecesarioqueloescuches.No.Losiento.
Lo que sucedió a continuación fue que Jocelyn quedó embarazada. El día que me lo contó, meconfesó tambiénquehabíaempezadoa sentirmiedode suesposo.Sucomportamiento sehabíavueltoraro,errático.Desaparecíaenelinteriordelossótanosdurantenochesseguidas.Enocasionesoíagritosatravésdelasparedes...
Fuiaverleyélserió,desechandolostemoresdesuesposacomolosnerviosdeunamujerensuprimerembarazo.Meinvitóairdecazaconélesanoche.Todavíaseguíamosintentandolimpiarelnidodeseresloboquehabíamatadoasupadreañosatrás.Éramosparabatai,unperfectoequipodecazadedos,guerreroscapacesdemorirelunoporelotro.AsíquecuandoValentinemedijoquemevigilaríalaespaldaesanoche,lecreí.Noviallobohastaquelotuveencima.Recuerdosusdientescerradossobremi hombro, y nada más de esa noche. Cuando desperté, yacía en casa de Valentine, con el hombrovendado,yJocelynestabaallí.
Notodoslosmordiscosdeunhombrelobodancomoresultadolalicantropía.Laheridacuróypasélassemanassiguientessumidoenelsupliciodelaespera.Aguardandolalunallena.LaClavemehabríaencerradoenunaceldadeobservacióndehaberlosabido.PeroValentineyJocelynnodijeronnada.Tressemanasmástarde,lalunasealzóllenaybrillante,yempecéacambiar.Elprimercambioessiempreelpeor. Recuerdo un desconcertante suplicio, una negrura, y despertar horas más tarde en un prado akilómetrosdelaciudad.Estabacubiertodesangre,conelcuerpodesgarradodeunpequeñoanimaldelbosqueamispies.
Meencaminédevueltaalacasasolariega,ysalieronarecibirmealapuerta.Jocelynmeabrazó,llorando, pero Valentine la apartó violentamente. Permanecí allí de pie, ensangrentado y temblando.Apenaspodíapensar,yelsabordelacarnecrudapermanecíaaúnenmiboca.Noséquéhabíaesperado,perosupongoquedeberíadehaberlosabido.
Valentinemearrastróescalonesabajoyhaciael interiordelbosqueconél.Medijoquedeberíamatarme él mismo, pero que al verme entonces, era incapaz de hacerlo.Me dio una daga que había
pertenecidoasupadre.Dijoquedebíahacerlocorrectoyponerfinamivida.Besóladagacuandomelaentregó,yvolvióaentrarenlafinca,yatrancólapuerta.
Corrí toda la noche, a veces como un hombre, a veces como un lobo, hasta que crucé el límite.Irrumpí en medio del campamento de los hombres lobo, blandiendo mi daga, y exigí enfrentarme encombateallicántropoquemehabíamordidoyconvertidoenunodeellos.Riendo,señalaronallíderdelclan.Conmanosydientesensangrentadosaúnporlacacería,sealzóparaenfrentarseamí.
Yojamáshabíasidograncosaenelcombatecuerpoacuerpo.Laballestaeramiarma;poseíaunavisiónypunteríaexcelentes.Peronuncahabíasidomuybuenoendistanciascortas;eraValentinequieneraexpertoenelcombatecaraacara.Peroyosólodeseabamorir,yllevarmeconmigoalacriaturaquemehabíaarruinadolavida.Supongoquepensabaquesipodíavengarmeymataraloslobosquehabíanasesinado a su padre,Valentineme lloraría.Mientras forcejeábamos, a veces comohombres, a vecescomolobos,viqueélsesorprendíaantemiferocidad.Amedidaquelanochesedesvanecíaparadarpasoaldía,empezóacansarse,peromirabianoseaplacóenningúnmomento.Ycuandoelsolempezóaponerseotravez,lehundímidagaenelcuelloymurió,empapándomeconsusangre.
Esperabaquela jauríamesaltaraencimaymehicierapedazos.Perosearrodillaronamispiesydesnudaronsusgargantasensumisión.Loslobostienenunaley:quienquieraquemataal líderdelclanocupa su lugar. Había ido al lugar donde estaban los lobos, y en lugar de hallarmuerte y venganza,encontréunanuevavida.
Dejé atrásmi antigua personalidad y casi olvidé lo que era ser un cazador de sombras. Pero noolvidé a Jocelyn. Pensar en ella era mi compañía constante. Temía por ella porque estaba junto aValentineperosabíaquesimeacercabaalacasa,elCírculomedaríacazaymemataría.
Alfinal,ellavinoamí.Dormíaenelcampamentocuandomisegundoenelmandovinoadecirmequehabíaunajovencazadoradesombrasqueaguardabaparaverme.Supeinmediatamentequiéndebíadeser,yviladesaprobaciónenlosojosdemisegundocuandocorríasuencuentro.Todossabíanquehabíasidouncazadordesombras,desdeluego,peroeraconsideradounsecretovergonzoso,quenuncasemencionaba.Valentinesehabríareído.
Ella me esperaba justo fuera del campamento. Ya no estaba embarazada, y tenía un aspectodemacrado y pálido. Había tenido a su hijo, dijo, un chico, y le había dado el nombre de JonathanChristopher.Lloróalverme.Estabafuriosaporqueno lehabíahechosaberqueseguíavivo.Valentinehabía contado alCírculo queme había quitado la vida voluntariamente, pero ella no le había creído.Sabíaqueyojamásharíatalcosa.Penséquesufeenmíerainjustificada,peromesentítanaliviadoalvolveraverlaquenolacontradije.
Preguntécómomehabíaencontrado.DijoquehabíarumoresenAlacantesobreunhombreloboquehabía sido antes un cazador de sombras. Valentine también había oído los rumores, y ella habíacabalgadohastaallíparaadvertirme.Élllegópocodespués,peromeocultédeél,comopuedenhacerloloshombreslobo,ysemarchósinderramamientodesangre.
DespuésdeesoempecéareunirmeconJocelynensecreto.EraelañodelosAcuerdos,yentodoelSubmundobullíanlosrumoresrespectoaellosylosprobablesplanesdeValentineparadesbaratarlos.OíquehabíadiscutidoardientementeconlaClaveencontradelosAcuerdos,perosinéxito.AsíqueelCírculopreparóunnuevoplan,enelmayorsecreto.Sealiaroncondemonios,lospeoresenemigosdeloscazadoresdesombras,paraprocurarsearmasquesepudieran introducirsinserdetectadasenelGranSalóndelÁngel,dondesefirmaríanlosAcuerdos.Yconlaayudadeundemonio,ValentinerobólaCopaMortal,dejandounabuenaimitaciónensulugar.TranscurrieronmesesantesdequelaClaveadvirtieraquelaCopahabíadesaparecido,yparaentoncesyaerademasiadotarde.
JocelynintentóaveriguarquépensabahacerValentineconlaCopa,peronopudo.Contodo,sabíaque el Círculo planeaba caer sobre los desarmados subterráneos y asesinarlos en el Salón. Tras talmatanzasistemática,losAcuerdosfracasarían.
No obstante el caos, de un modo extraño, aquellos fueron días felices. Jocelyn y yo enviamosmensajesencubiertamentealashadas,losbrujoseinclusoaaquellosantiquísimosenemigosdelarazadeloslobos,losvampiros,advirtiéndolesdelosplanesdeValentineeinvitándolesaprepararseparaelcombate.Trabajamosjuntos,loshombresloboylosnefilim.
EldíadelosAcuerdos,observédesdeunesconditecómoJocelynyValentineabandonabanlacasasolariega.Recuerdo elmodo en que ella se inclinó para besar la cabeza de su hijo, de un rubio casiblanco.Recuerdoelmodoenqueelsolbrillabasobresuscabellos;recuerdosusonrisa.
ViajaronaAlacanteencarruaje;lesseguícorriendoacuatropatas,ymijauríacorrióconmigo.ElGran Salón del Ángel estaba atestado con todos losmiembros de la Clave congregados y docenas ydocenasdesubterráneos.CuandosepresentaronlosAcuerdosparasufirma,Valentinesepusoenpie,yel Círculo se levantó con él, echándose hacia atrás las capas para alzar sus armas.Mientras el caosestallabaenelSalón,Jocelyncorrióalasenormespuertasdoblesdelaestanciaylasabriódeparenpar.
Mijauríaocupabaelprimerlugarantelapuerta.IrrumpimosenelSalón,desgarrandolanocheconnuestrosaullidos,ynossiguieronloscaballerosdelmundodelashadasconarmasdecristalyespinasretorcidas. Tras ellos entraron los Hijos de la Noche con los colmillos al descubierto y brujos queblandían fuegoyhierro.Mientras lasmasasaterrorizadashuíandelSalón,caímossobre losmiembrosdelCírculo.
JamássehabíavistotalderramamientodesangreenelSalóndelÁngel.Intentamosnohacerdañoaaquellos cazadores de sombras que no pertenecían al Círculo; Jocelyn los marcó, uno a uno, con elhechizodeunbrujo.Peromuchosmurieron,ymetemoquefuimosresponsablesdealgunasmuertes.Porsupuesto, después, se nos culpó de muchas más. En cuanto al Círculo, eran muchos más de lo quehabíamosimaginado,yseenfrentaronferozmentealossubterráneos.Meabrípasoporentrelamultitudhasta llegar a Valentine.Mi único pensamiento había sido él..., poder ser yo quien lo matara, poderdisfrutar de ese honor. Finalmente, lo encontré junto a la gran estatua del Ángel, acabando con uncaballerodelashadasconunampliogolpedesuensangrentadadaga.Alverme,sonrió,ferozysalvaje.
—Unhombreloboqueluchaconespadaydaga—seburló—estanantinaturalcomounperroquecomecontenedorycuchillo.
—Conoceslaespadayconocesladaga—respondí—.Ysabesquiénsoy.Siquieresdirigirteamí,usaminombre.
—No conozco los nombres de losmediohombres—replicóValentine—.En una ocasión tuve unamigo,unhombredehonorquehabríamuertoantesquepermitirquesusangresecontaminara.Ahoraunmonstruo sin nombre con su rostro se encuentra antemí.—Alzó su arma—.Debería habertematadocuandotuvelaoportunidad—exclamó,yseabalanzósobremí.
Esquivé el golpe, ypeleamosdeun lado al otrode la tarima,mientras labatalla rugía anuestroalrededoryunoaunolosmiembrosdelCírculocaían.VialosLightwoodsoltarlasarmasyhuir;Hodgeya no estaba, pues había huido al inicio del enfrentamiento. Y entonces vi a Jocelyn, que ascendíacorriendolospeldañosconelrostroconvertidoenunamáscarademiedo.
—¡Valentine,detente!—gritó—.ÉsteesLuke,tuamigo,casituhermano...ConungruñidoValentinelaagarróylaarrastrófrenteaél,colocándoleladagasobresugarganta.
Soltémiarma.Noqueríaarriesgarmeaquelehicieradaño.Élvioloquehabíaenmisojos.—Siemprelaquisiste—siseó—.Yahoravosotrosdoshabéisconspiradojuntosparatraicionarme.
Lamentaréisloquehabéishecho,duranteelrestodevuestrasvidas.Diciendoeso,arrancóelguardapeloqueJocelynllevabaalrededordelagargantaymeloarrojó.El
cordóndeplatamequemócomounlatigazo.Chilléyretrocedí,yenesemomentoéldesaparecióentreeltumulto, arrastrándola con él. Le seguí, quemado y sangrando, pero fue demasiado rápido, abriéndosepasoacuchilladasporentreelgruesodelamultitudyporencimadelosmuertos.
Salítambaleantealaluzdelaluna.ElSalónardíayelcieloestabailuminadoporelfuego.Podía
verlo todo,desde losverdescéspedesde la capitalhastaeloscuro río,y la carreteraque reseguía laorilladelríopor laquelagentehuíaparaperderseenlanoche.Porfin,encontréaJocelynjuntoa laorilla.Valentinesehabíamarchado,yellaestabaaterradaporJonathan,desesperadaporllegaracasa.Encontramosuncaballo,ysaliódisparada.Adoptandolaformadeunlobo,laseguípegadoasustalones.
Loslobossonveloces,perouncaballodescansadoloesmás.Mequedémuyatrás,yllegóalacasaantesdequeyolohiciera.
Supe, inclusomientrasme aproximaba a la casa, que algo iba terriblementemal.También allí elolor a fuego impregnaba el aire, y había algo que lo recubría, algo espeso y dulzón: el hedor de labrujería demoníaca.Volví a convertirme en hombremientras ascendía cojeando por la larga avenida,blancabajolaluzdelaluna,comounríodeplataqueconducía...aunasruinas.Pueslamansiónhabíaquedadoreducidaacenizas,unacapatrasotradeblancuratamizada,queelvientonocturnodesperdigabaporelcésped.Únicamenteloscimientos,igualquehuesosquemados,eranaúnvisibles:aquíunaventana,allí una chimenea inclinada..., pero la sustancia de la casa, los ladrillos y el mortero, los librosinapreciablesylosantiguostapicestransmitidosatravésdegeneracionesdecazadoresdesombras,eranpolvoqueflotabaanteelrostrodelaluna.
Valentinehabíadestruidolacasaconfuegodedemonios.Sindudaesofueloquehizo.Ningúnfuegoenestemundoquemaatantatemperatura,nidejatanpocotrasdesí.
Meabrípasoalinteriordelasruinasaúnhumeantes.EncontréaJocelynarrodilladaenloquetalvez habían sido los peldaños de la entrada. Estaban ennegrecidos por el fuego. Y había huesos.Carbonizadoshastaquedarnegros,perovisiblementehumanos,conjironesdetelaaquíyallí,ypartesdejoyas que el fuego no había destruido.Hilos rojos y dorados todavía se aferraban a los huesos de lamadre de Jocelyn, y el calor había derretido la daga de su padre en sumano esquelética. Entre otromontón de huesos brillaba el amuleto de plata de Valentine, con la insignia del Círculo ardiendoresplandecientesobresusuperficie...yentrelosrestos,desperdigadoscomosifuerandemasiadofrágilesparamantenerseunidos,habíaloshuesosdeunacriatura.
«Lamentaréis loquehabéishecho»,habíadichoValentine.YmientrasmearrodillabaconJocelynsobreelpavimentoquemado,supequeteníarazón.Lolamentéy lohe lamentadotodos losdíasdesdeentonces.
Esanochevolvimosacruzaracaballolaciudad,entrelosfuegosqueseguíanardiendoylagentequechillaba,yluegosalimosalaoscuridaddelcampo.PasóunasemanaantesdequeJocelynvolvieraahablar.La saquéde Idris.Huimos aParís.No teníamosdinero, pero ella se negó a ir al Institutoquehabíaallíypedirayuda.Noqueríasabernadade loscazadoresdesombras,medijo,noqueríasabernadadelMundodelasSombras.
Mesentéen ladiminutahabitacióndelhotelbaratoquehabíamosalquiladoe intenté razonarconella, pero no sirvió de nada.Era obstinada.Al finalmedijo elmotivo: volvía a estar embarazada, yhacíasemanasquelosabía.Secrearíaunanuevavidaparaellaysubebé,ynoqueríaqueningúnsusurrodelaClaveolaAlianzacontaminaranjamássufuturo.Memostróelamuletoquehabíacogidodeentreelmontóndehuesos; lovendióenelmercadode laspulgasdeClignancourt,y coneldinerocompróunbilletedeavión.Noquisodecirmeadóndesedirigía.CuantomáspudieraalejarsedeIdris,dijo,mejor.
Yosabíaquedejarsuantiguavidaatrássignificabadejarmeatrástambiénamí,ydiscutíconella,peroenvano.Sabíaquedenohabersidoporlacriaturaqueesperaba,sehabríaquitadolavida,ypuestoque perderla en beneficio delmundo de losmundanos eramejor que perderla amanos de lamuerte,finalmente accedí de mala gana a su plan. Y así fue como la despedí en el aeropuerto. Las últimaspalabrasqueJocelynmedijoenaquelladeprimentesaladeembarquemehelaronloshuesos:
«Valentinenoestámuerto».Despuésdequeellasemarchara,regreséconmijauría,peronohallélapazallí.Siemprehabíaun
vacíodolorosoenmiinterior,ysiempredespertabaconsunombresinpronunciarenloslabios.Noerael
líderquehabíasido;losabía.Erajustoyequitativo,perodistante;noconseguíaencontraramigosentrelos seres lobo, ni una compañera. Era, al fin y al cabo, demasiado humano, demasiado cazador desombras,paraestarenpazentreloslicántropos.Cazaba,perolacazanomeproporcionabasatisfacción,ycuandollegóelmomentodefirmarporfinlosAcuerdos,entréenlaciudadparafirmarlo.
EnelSalóndelÁngel,bienfregadayalasangre,loscazadoresdesombrasylascuatroramasdelosmediohumanossesentaronotravezparafirmarlosdocumentosquetraeríanlapazentrenosotros.MequedéestupefactoalveralosLightwood,alosquepareciósorprenderigualmentequeyonoestuviesemuerto. Ellos mismos, dijeron, junto con Hodge Starkweather y Michael Wayland, eran los únicosmiembros del antiguoCírculo que habían escapado de lamuerte aquella noche en el Salón.Michael,destrozadodedolorporlapérdidadesuesposa,sehabíaocultadoensufincadelcampoconsujovenhijo.LaClavehabíacastigadoa losotros tresconelexilio:se ibanhaciaNuevaYork,paradirigirelInstituto que había allí. LosLightwood, que tenían conexiones con las familiasmás importantes de laClave,escaparonconunasentenciamuchomáslevequeHodge.Aésteleimpusieronunamaldición:iríacon ellos, pero si alguna vez abandonaba el terreno consagrado del Instituto, se le daría muerteinmediatamente.Estabadedicadoasusestudios,dijeron,yseríaunmagníficotutorparasushijos.
Unavez firmados losAcuerdos,me levanté de la silla y abandoné la sala, bajando al río dondehabíaencontradoaJocelyn lanochedelLevantamiento.Mientrascontemplabacómofluían lasoscurasaguas,supequejamáspodríahallarlapazenmipaís:teníaqueestarconellaoenningunaparte.Decidíbuscarla.
Abandonéamijauría,nombrandoaotroparaqueocuparamipuesto;creoquesesintieronaliviadosalvermemarchar.Viajécomoviajaunlobosinjauría:solo,denoche,siguiendolassendasapartadasylos caminos rurales. Regresé a París, pero no encontré ninguna pista allí. Luego fui a Londres. DeLondrestoméunbarcoaBoston.
Permanecí un tiempo en las ciudades, luego en las White Mountains del helado norte. Viajémuchísimo, perome encontré pensando cada vezmás enNuevaYork, y en los cazadores de sombrasexiliadosallí. Jocelyn,enciertomodo, tambiéneraunaexiliada.Por fin lleguéaNuevaYorkconunaúnicabolsadelonaysinlamenorideadedóndebuscaratumadre.Mehabríaresultadofácillocalizaruna jauríade lobosyunirmeaella,peromeresistíaello.Talycomohabíahechoenotrasciudades,enviémensajesatravésdelSubmundo,buscandocualquierseñaldeJocelyn,peronohabíanada,niunanoticia;eracomosisencillamentehubiesedesaparecidoenelmundodelosmundanossindejarrastro.Empecéadesesperar.
Al final, la encontré por casualidad. Rondaba por las calles del SoHo, al azar, y mientraspermanecíaparadosobrelosadoquinesdelacalleBroome,unapinturacolgadaenelescaparatedeunagaleríamellamólaatención.
Era el estudio de un paisaje que reconocí de inmediato: la vista desde las ventanas de la casasolariegadesufamilia, laenormeyverdeextensióndecéspeddescendiendohasta la líneadeárbolesqueocultabanlacalzadasituadaalotrolado.Reconocíelestilo,elmanejodelpincel,todo.Golpeélapuertadelagalería,peroestabacerradayconllave.Regreséalapintura,yenestaocasiónvilafirma.Eralaprimeravezquehabíavistosunuevonombre:JocelynFray.
Llegadalatarde,yalahabíaencontrado,viviendoenelquintopisodeunedificiosinascensor,enaquelrefugiodeartistasqueeselEastVillage.Subílasmugrientasescaleraspobrementeiluminadasconel corazón en un puño, y llamé a su puerta. La abrió una niñita con trenzas color rojo oscuro y ojosinquisitivos.Yluego,detrásdeella,viaJocelynandandohaciamí,conlasmanosmanchadasdepinturayelrostroexactamenteigualacomohabíasidocuandoéramosniños...
Elrestoyaloconoces.
22LasruinasdeRenwick
DuranteunlargoratodespuésdequeLukeacabaradehablar,reinóelsilencioenlacelda.Elúnicoruidoeraeltenuegoteodelaguaporlasparedesdepiedra.
—Dialgo,Clary—pidióélfinalmente.—¿Quéesloquequieresquediga?—¿Talvezquelocomprendes?—sugirióélconunsuspiro.Clary notaba la sangre latiéndole en los oídos. Sentía como si su vida hubiese estado edificada
sobreunacapadehielotanfinacomoelpapel,yenaquellosmomentos,elhieloempezaraaagrietarse,amenazandoconhundirlaenlaheladaoscuridadquehabíadebajo.Alinteriordelasoscurasaguas,sedijo,dondetodoslossecretosdesumadreibanaladerivaenlascorrientes,losrestosolvidadosdeunavidaarruinada.
Alzó los ojos haciaLuke.Éste parecía fluctuar, pocodefinido, como si lomirara a través de uncristalempañado.
—Mipadre—inquirió—.Esafotoquemimadresiempretuvosobrelarepisadelachimenea...—Ésenoeratupadre—afirmóLuke.—¿Existiósiquiera?—LavozdeClaryaumentódeintensidad—.¿HuboalgunavezunJohnClark,o
tambiénloinventómimadre?—JohnClarkexistió.Peronoeratupadre.Eraelhijodelosvecinosdetumadrecuandovivíaisen
elEastVillage.Murióenunaccidentedeautomóvil, taly como tumadre te contó,peroellanunca leconoció.Teníasufotoporquelosvecinosleencargaronquepintaraunretratodeélensuuniformedelejército.Lesentregóelretrato,perosequedólafoto,yfingióqueelhombrequeaparecíaenellahabíasidotupadre.Creoquepensóqueeramásfácildeesemodo.Alfinyalcabo,dehaberafirmadoquehabíahuidoodesaparecido,habríasqueridobuscarle.Unhombremuerto...
—No contradecirá tus mentiras—finalizó Clary por él con amargura—. ¿No se le ocurrió queestabamal,todosesosaños,dejarmepensarquemipadreestabamuerto,cuandomipadreauténtico...?
Lukenodijonada,dejandoqueencontraraelfinaldelafraseellamisma,dejandoquepensaraporsímismaaquelloqueerainconcebible.
—EsValentine.—Suvoztembló—.Esoesloquemeestásdiciendo,¿verdad?¿QuéValentineera...es...mipadre?
Lukeasintió;losdedoscontraídoseranlaúnicaseñaldelatensiónquesentía.—Sí.—¡Ah,Dios!—Clarysepusoenpiedeunsalto, incapazdepermanecersentadasinmoverse;fue
hacialosbarrotesdelacelda—.Esonoesposible.Simplementenoesposible.—Clary,porfavor,notealteres...—¿Notealteres?MeestásdiciendoquemipadreesuntipoqueesbásicamenteungranSeñordel
mal,¿yquieresquenomealtere?—Noeramalvadoalprincipio—repusoLuke,dandoalavozuntonocasidedisculpa.—Ah,sisemepermite,quisieradiscrepar.Creoqueeraclaramentemalvado.Todoesoquesoltaba
sobremantenerlarazahumanapuraylaimportanciadelasangrenocontaminada...,separecíaaunodeesostiposrepulsivosdelpoderblanco.Yvosotrosdososlotragasteisporcompleto.
—Noera yo quien hablaba sobre «asquerosos» subterráneos apenas hace unosminutos—repusoLukeenvozbaja—.Osobrecómonosepodíaconfiarenellos.
—¡Eso no es lo mismo! —Clary pudo oír las lágrimas en su voz—. Yo tenía un hermano —
prosiguió,yselehizounnudoenlagarganta—.Tambiénabuelos.¿Estánmuertos?Lukeasintió,bajandolamiradahaciasusenormesmanos,queteníaabiertassobrelasrodillas.—Estánmuertos.—Jonathan—inquirióellacondulzura—.¿Habríasidomayorqueyo?¿Unañomayor?Lukenodijonada.—Siemprequiseunhermano—comentótristemente.—No—repusoélen tonodesconsolado—.No te tortures.Puedesverporqué tumadre teocultó
todoeso,¿noescierto?¿Québienpodríahabertehechosaberloquehabíasperdidoyaantesdehabernacido?
—Esacaja—insistióClary,conlamente trabajandodeunmodofebril—.Conlas letrasJ.C.enella.JonathanChristopher.Eraporesoporloquesiemprelloraba,éseeraelmechóndecabello...,eldemihermano,noeldemipadre.
—Sí.—Y cuando tú dijiste «Clary no es Jonathan», te referías a mi hermano.Mi madre me protegía
excesivamenteporqueyahabíaperdidoaunhijo.AntesdequeLukepudieraresponder,lapuertadelaceldaseabrióconunestrépitoyentróGretel.
El«equipodecuración»,queClaryhabíaimaginadocomounacajadeplásticorígidoconelemblemadelaCruzRojasobreella,resultóserunagranbandejademadera,repletadevendajesdoblados,cuencoshumeantes de líquidos no identificados y hierbas que despedían un olor acre a limón. Gretel dejó labandejajuntoalcatreehizounaseñaaClaryparaquesesentara,loqueéstahizodemalagana.
—Eso es, buena chica—exclamó lamujer lobo, sumergiendo una tela en uno de los cuencos yalzándolahastaelrostrodeClaryparalimpiarconsuavidadlasangreseca—.¿Quétehasucedido?—preguntóentonodesaprobador,comosisospecharaquelajovensehabíapasadounralladordequesoporlacara.
—Esomepreguntabayo—tercióLuke,observandoelprocedimientoconlosbrazoscruzados.—Hugomeatacó.—Claryintentónohacerunamuecadedolorcuandoellíquidodesinfectantele
escocióenlasheridas.—¿Hugo?—Lukeparpadeósorprendido.—ElpájarodeHodge.Creoqueerasupájaro,almenos.QuizápertenecíaaValentine.—Hugin—murmuróLuke—.HuginyMunineranlospájarosmascotasdeValentine.Susnombres
significan«Pensamiento»y«Recuerdo».—Bueno,puesdeberíansignificar«Ataca»y«Mata»—replicóClary—.Hugocasimearrancalos
ojos.—Esoesloqueseleenseñóahacer.—Lukehacíatamborilearlosdedosdeunmanosobreelotro
brazo—.Hodge debe de habérselo llevado tras el Levantamiento. Pero seguiría siendo la criatura deValentine.
—IgualqueloeraHodge—repusoClary.Hizo una mueca mientras Gretel le limpiaba el largo tajo del brazo, que estaba recubierto de
suciedadysangreseca.Cuandoterminó,lamujerlobasepusoavendarlopulcramente.—Clary...—Yanoquiero seguir hablando sobre el pasado—soltó ella con ferocidad—.Quiero saber qué
vamosahacerahora.AhoraValentinetieneamimadre,aJace...ylaCopa.Ynosotrosnotenemosnada.—Yonodiríaqueno tenemosnada—replicóLuke—.Tenemosunapoderosa jauríade lobos.El
problemaesquenosabemosdóndeestáValentine.Clarysacudió lacabeza.Laciosmechonesdecabello lecayeronsobre losojos,y losechóhacia
atráscongestoimpaciente.Cielos,estabahechaunaporquería.Loquedeseabamásquenada,casimásquenada,eraunaducha.
—¿NoteníaValentinealgunaespeciedeescondite?¿Unaguaridasecreta?—Silatenía—respondióLuke—,lamantuvomuyensecreto.Gretel soltó a Clary, que movió el brazo con cuidado. El ungüento verdoso que la mujer había
extendidosobreelcortehabíaminimizadoeldolor,peroelbrazotodavíaestabaentumecidoyrígido.—Esperaunsegundo—exclamóClary.—Nuncahecomprendidoporquélagentediceeso—repusoLuke,sindirigirseanadieenconcreto
—.Noibaairaningunaparte.—¿PodríaestarValentineenalgunapartedeNuevaYork?—Posiblemente.—CuandolevienelInstituto,vinoatravésdeunPortal.MagnusdijoquesólohaydosPortalesen
NuevaYork.UnoeseldecasadeDorotheayelotroeldeRenwick.EldeDorothea fuedestruido,yrealmentetampocomeloimaginoocultándoseallí,detodosmodos,asíque...
—¿Renwick? —Luke pareció desconcertado—. Renwick no es el nombre de un cazador desombras.
—¿Y si Renwick no es una persona?—inquirió Clary—. ¿Y si es un lugar?Renwick. Como unrestaurante,o...ounhoteloalgo.
LosojosdeLukeseabrierondeparenpardeimproviso.SevolvióhaciaGretel,queseleacercabaconelequipomédico.
—Consigúemeunlistíntelefónico—pidió.Ellasedetuvoenseco,extendiendolabandejahaciaélenactitudacusatoria.—Peroseñor,susheridas...—Olvídate de mis heridas y consígueme un listín telefónico —le espetó él—. Estamos en una
comisaría.Yodiríaquetendríaquehabergrancantidaddelistinesantiguosporahí.Conunamiradadedesdeñosaexasperación,Greteldepositólabandejasobreelsueloyabandonóla
habitación.LukemiróaClaryporencimade lasgafas,que lehabían resbaladoparcialmente sobre lanariz.
—¡Buenaidea!Ellanorespondió.Teníaunfuertenudoenelcentrodelestómagoyseencontróintentandorespirar
alrededordeél.Eliniciodeunaidealecosquilleabaalbordedelamente,queriendotransformarseenunpensamiento completo. Pero ella lo alejó con firmeza. No podía permitirse dedicar sus recursos, suenergía,anadaquenofueralacuestiónqueteníaanteella.
GretelregresóconunaspáginasamarillasdeaspectohúmedoyselasarrojóaLuke.Ésteconsultóellibromientraslamujerlobaatacabasucostadoheridoconvendajesytarrosdeungüentospegajosos.
—Hay siete Renwick en la guía —informó él por fin—. No hay restaurantes, hoteles ni otroslugares.—Sesubiólasgafas;éstasvolvieronaresbalaralinstante—.Nosoncazadoresdesombras—indicó—, y nome parece probable queValentine fuera a instalar su cuartel general en la casa de unmundanoounsubterráneo.Aunquetalvez...
—¿Tienesunteléfono?—interrumpióClary.—Noconmigo.—Luke,sosteniendoaúnellistíntelefónico,bajólavistahaciaGretel—.¿Podrías
traerelteléfono?Con un bufido indignado, la mujer arrojó al suelo el montón de telas ensangrentadas que había
estadososteniendoyabandonólahabitaciónconaireofendidoporsegundavez.Lukedepositóellistínsobrelamesa,tomóunrollodevendas,yempezóaenrollarloalrededordelcorteendiagonalqueteníasobrelascostillas.
—Losiento—sedisculpómientrasClarylemirabafijamente—.Séquenoesagradable.—SicogemosaValentine—inquirióellaconbrusquedad—,¿podemosmatarle?Lukeestuvoapuntodedejarcaerlasvendas.
—¿Qué?Lamuchachajugueteóconunhililloquesobresalíadelbolsillodesusvaqueros.—Matóamihermanomayor.Matóamisabuelos.¿Noescierto?Lukedepositólasvendassobrelamesaysebajólacamisa.—¿Quécreesqueconseguirásmatándole?¿Borraresascosas?GretelregresóantesdequeClarypudierareplicar.LucíaunaexpresióndemártiryentregóaLuke
un anticuado teléfonomóvil de aspecto tosco y pesado. Clary se preguntó quién pagaría las facturastelefónicas.
—Dejaquehagaunallamada—dijolamuchacha,extendiendolamano.Lukeparecióvacilar.—Clary...—EssobreRenwick.Sólollevaráunsegundo.Élleentregóelteléfonoconrecelo,yellapulsólosnúmerosymediolediolaespaldaparadarsela
ilusióndeprivacidad.Simoncontestóaltercertimbrazo.—¿Diga?—Soyyo.Lavozdesuamigoascendióunaoctava.—¿Estásbien?—Estoyperfectamente.¿Porqué?¿TehadichoalgoIsabelle?—No.¿QuétendríaquehabermedichoIsabelle?¿Pasaalgomalo?¿EsAlec?—No—respondióella,noqueriendomentirydecirqueAlecestabaperfectamente—.NoesAlec.
Oye,simplementenecesitoquemiresalgoenGoogleparamí.Simonlanzóunbufido.—Estásdebroma.¿Notienenunordenadorahí?Sabesqué,norespondasaeso.LamuchachaoyólossonidosdeunapuertaqueseabríayelmaullidodelgatodelamadredeSimon
alserexpulsadodesupuestosobreeltecladodelordenadordesuamigo.ImaginócontodaclaridadaSimonsentándoseymoviendolosdedosconrapidezsobreelteclado.
—¿Quéquieresquebusque?Clary se lodijo.Percibía losojospreocupadosdeLuke fijos en ellamientrashablaba.Lahabía
miradoigualcuandoellateníaonceañosyhabíatenidogripeconfiebremuyalta.Lehabíatraídocubitosdehieloparaqueloschuparaylehabíaleídosuslibrosfavoritos,haciendotodaslasvoces.
—Tienesrazón—dijoSimon,sacándolabruscamentedesuensueño—.Esunlugar.Oalmenos,eraunlugar.Estáabandonadoahora.
Lamanosudorosadelajovenresbalósobreelteléfonoytuvoqueaferrarloconmásfuerza.—Hablamedeél.—«Elmásfamosodelosmanicomios,prisionesparadeudoresyhospitalesconstruidosenla isla
Roosevelt en 1800—leyó Simon diligentemente—. El hospital para la viruela Renwick lo diseñó elarquitecto Jacob Renwick y estaba destinado a poner en cuarentena a las víctimasmás pobres de laincontrolable epidemia de viruela que asoló Manhattan. Durante el siglo siguiente, el hospital fueabandonadoysedeterioró.Elaccesopúblicoalasruinasestáprohibido.»
—De acuerdo, eso es suficiente—interrumpió Clary, sintiendo que le martilleaba la cabeza—.Tienequesereso.¿LaislaRoosevelt?¿Novivegenteallí?
—NotodoelmundoviveenelSlope,princesa—repusoSimon,conunabuenacantidaddefingidosarcasmo—.Detodosmodos,¿necesitasquetevuelvaallevarencocheoalgoasí?
—¡No!Estoyperfectamente,nonecesitonada.Sóloqueríalainformación.—Deacuerdo.
Elmuchachoparecíauntantodolido,pensóClary,perosedijoquenoimportaba.Estabaasalvoensucasa,yesoeraloprincipal.
ColgóysevolvióhaciaLuke.—HayunhospitalabandonadoenelextremosurdelaislaRooseveltllamadoRenwick.Creoque
Valentineestáallí.Lukevolvióasubirselasgafas.—LaislaBlackwell.Porsupuesto.—¿QuéquieresdecirconBlackwell?Dije...Éllainterrumpióconunademán.—¡—Así era como se acostumbraba a llamar a la islaRoosevelt.Blackwell.Era propiedad de una
antiguafamiliadecazadoresdesombras.Deberíahaberloadivinado.—SevolvióhaciaGretel—.LlamaaAlaric.Vamosanecesitaratodoelmundodevueltaaquítanprontocomoseaposible.—SuslabiossecurvaronenunamediasonrisaquerecordóaClarylafríamuecaqueJacelucíaduranteloscombates—.Dilesquesepreparenparalabatalla.
Ascendieronhastalacalleatravésdeunarutatortuosadeceldasypasillos,quefinalmentefueasaliralo que en una ocasión había sido el vestíbulo de una comisaría. En la actualidad el edificio estabaabandonado,ylaluzoblicuademediadalatardeproyectabasombrasextrañassobrelasmesasvacías,losarmaritosconcandadoscubiertosdeagujerosnegrosdetermitas,lasbaldosasagrietadasdelsuelo,quedeletreabanellemadelapolicíadeNuevaYork:FidelisadMortem.
—Fieleshastalamuerte—tradujoLuke,siguiendoladireccióndelamiradadelajoven.—Dejaqueloadivine—repusoClary—.Enelinterioresunacomisaríaabandonada;enelexterior,
losmundanossólovenunedificiodeapartamentosdeclaradoenruina,ounsolarvacío,o...—En realidad tieneel aspectodeun restaurantechino—respondióLuke—.Sólopara llevar, sin
serviciodemesas.—¿Unrestaurantechino?—repitióella,incrédula.Élseencogiódehombros.—Bueno,estamosenChinatown.Estofueeledificiodelsegundodistritopolicial,enelpasado.—Lagentedebedepensarqueesraroquenohayaunnúmerodeteléfonoalquellamarparahacer
pedidos.Lukesonrióampliamente.—Lohay.Simplementenorespondemosmuyamenudo.Aveces,siestánaburridos,algunosdelos
cachorrosleentreganaalguienunpocodecerdomushu.—Metomaselpelo.—Enabsoluto.Laspropinasvienenbien.Empujólapuertaprincipalparaabrirla,dejandoentrarunchorrodeluzsolar.Todavíanomuyseguradesiletomabaelpeloono,ClarysiguióaLukeatravésdelacalleBaxter
hastaellugardondeestabaaparcadosuvehículo.Elinteriordelafurgonetaresultabareconfortantementefamiliar.Eltenueoloraastillasdemaderayapapelviejoyjabón,eldescoloridopardedadosdoradosdefelpa,queellalehabíaregaladocuandoteníadiezañosporqueseparecíanalosdadosdoradosquecolgabandel retrovisordelHalcónMilenario.Losenvoltoriosdegomademascary las tazasdecaféquerodabanporelsuelo.Clarysesubióalasientodelcopiloto,yseacomodócontraelreposacabezasconunsuspiro.Estabamáscansadadeloquelehabríagustadoadmitir.
Lukecerrólapuertatrasella.—Quédateaquí.LeobservómientrashablabaconGretelyAlaric,queestabandepiesobrelosescalonesdelavieja
comisaría, aguardando pacientemente. Clary se divirtió dejando que sus ojos se enfocaran y
desenfocaran,contemplandocómoelglamouraparecíaydesaparecía.Primeroeraunaviejacomisaría,luego era una ruinosa fachada que lucía un toldo amarillo en el que se leía: EL LOBO DE JADE.COCINACHINA.
Lukehacíaseñasasusegundoysutercero,señalandocalleabajo.Sufurgonetaera laprimeraenunahileradecamionetas,motocicletas,jeepseinclusounviejoautobúsescolardeaspectodesvencijado.Losvehículosseextendíanenfilaalolargodelamanzanaydoblandolaesquina.Unconvoydehombreslobo.Clarysepreguntócómohabríanpedido,tomadoprestado,robadoosehabríanapropiadodetantosvehículosenunespaciotancortodetiempo.Enelladodelospros,almenosnotendríanqueirtodosenelteleférico.
LukeaceptóunabolsablancadepapeldeGretel,yconunasentimiento,regresóalacarrerajuntoalafurgoneta.Acomodandoellarguiruchocuerpotraselvolante,entregóaClarylabolsa.
—Túestásacargodeesto.Ellalaescrutóconsuspicacia.—¿Quées?¿Armas?LoshombrosdeLukeseestremecieronconunarisamuda.—Enrealidadsonbollosbaococidosalvapor—contestó,introduciendolafurgonetaenlacalle—.
Ycafé.Clary abrió la bolsamientras se dirigían a la zona residencial, con el estómago gruñéndole con
furia.Partióunbollo,paladeandoelintensoysabrososaborsaladodelcerdo,launtuosidaddelamasablanca.Loacompañódeuntragodecafé,yofrecióunbolloaLuke.
—¿Quieresuno?—Claro.Eracasicomoenlosviejostiempos,sedijo,mientrasvirabanparaentrarenlacalleCanal,cuando
ibanabuscarbolsasdepastelitoscalientesdefrutaalapanaderíaElCarruajeDoradoydevorabanlamitaddeellosduranteeltrayectoacasasobreelpuentedeManhattan.
—HáblamedeesteJace—pidióLuke.Clarycasi se atragantóconelbollo.Alargó lamanopara tomarel café, sofocando las tosescon
líquidocaliente.—¿Quépasaconél?—¿TienesalgunaideadeloqueValentinepuedequererdeél?—No.Lukefruncióelentrecejomirandoelsolqueseponía.—PensabaqueJaceeraunodeloschicosLightwood.—No—Clarymordiósutercerbollo—,suapellidoesWayland.Supadreera...—¿MichaelWayland?Ellaasintió.—YcuandoJaceteníadiezaños,Valentinelomató.AMichael,quierodecir.—Esosuenaaalgoqueélharía—repusoLuke.Eltonodesuvozeraneutral,perohabíaalgoenélquehizoqueClarylemiraradesoslayo.¿Nola
creía?—Jaceloviomorir—añadió,comoparareafirmarsudeclaración.—Esoesterrible—repusoLuke—.Pobrechiquilloconlavidadestrozada.EnaquellosmomentospasabansobreelpuentedelacalleCincuentayNueve.Claryechóunvistazo
abajo y vio que el río se había vuelto rojo y dorado debido a la puesta de sol. Desde aquel puntodistinguió el extremo sur de la islaRoosevelt, aunque no eramás que unamancha borrosa situada alnorte.
—Noestátandestrozado—aseguró—.LosLightwoodsehanocupadobiendeél.
—Puedo imaginarlo. Siempre estuvieron muy unidos a Michael —comentó Luke, desviándosebruscamentealcarrilizquierdo.
Porelretrovisorlateral,Clarypudovercómolacaravanadevehículosquelesseguíaalterabasucursoparaimitarlos.
—Querríanocuparsedesuhijo—siguiódiciendoél.—Asípues,¿quésucederácuandosalgalaluna?—preguntóella—.¿Osvaisaconvertirtodosen
lobosdeimproviso,oqué?LabocadeLukesecrispó.—No exactamente. Únicamente los jóvenes, los que acaban de cambiar, no pueden controlar su
transformación.Lamayoríade losadultoshaaprendidocómohacerlo,a lo largode losaños.La lunasólopuedeforzaruncambioenmícuandoestátotalmentellena.
—¿Asíquecuandolalunasóloestállenaenparte,telimitasasentirteunpocolobuno?—inquirióClary.
—Podríasdecireso.—Bueno,pormípuedessacarlacabezafueradelaventanillasiquieres.Lukelanzóunacarcajada.—Soyunhombrelobo,noungoldenretriever.—¿Cuántotiempohacequeeresellíderdelclan?—preguntóelladeimproviso.Lukevaciló.—Aproximadamenteunasemana.Clarysevolvióenredondoparamirarleconsorpresa.—¿Unasemana?Lukesuspiró.—SabíaqueValentinesehabíallevadoatumadre—explicósindemasiadainflexión—.Sabíaque,
yosolo,teníapocasposibilidadescontraélyquenopodíaesperarayudadelaClave.Tardéundíaenlocalizarlaposicióndelajauríadelicántroposmáscercana.
—¿Matasteallíderdelclanparapoderocuparsupuesto?—Eraelcaminomásrápidoquesemeocurrióparaadquirirunnúmeroconsiderabledealiadosen
uncortoespaciodetiempo—concluyóLukesinmostrarpesarensutono,aunquetampocoorgullo.Clary recordó cuando le habían espiado en su casa; había notado los profundos arañazos de las
manosyelrostro,ylamuecadedolorqueélhabíahechoalmoverelbrazo.—Lohabíahechoantes.Estababastante segurodepoderhacerlootravez.—Luke seencogióde
hombros—.Tumadre había desaparecido. Sabía que había hecho queme odiaras.No tenía nada queperder.
Clary apoyó sus zapatillas verdes de deporte contra el salpicadero. A través del resquebrajadoparabrisas,porencimadelaspuntasdelosdedosdelospies,lalunasealzabasobreelpuente.
—Bueno—dijo—.Ahoralotienes.
PorlanocheelhospitalsituadoenelextremosurdelaislaRooseveltestabailuminadoconluzartificial,consusespectralescontornoscuriosamentevisiblesencontrasteconlaoscuridaddelríoylailuminaciónmáspotentedeManhattan.LukeyClarysequedaroncalladosmientraslafurgonetabordeabaladiminutaisla,ylacarreteraasfaltadaporlaqueibanseconvertíaengravayfinalmenteentierraapisonada.Lacarretera seguía la curvadeuna alta alambrada, en cuyaparte superior se retorcía el alambre afiladocomosisetrataradefestivosbuclesdecinta.
Cuando la carretera sevolviódemasiado irregularpara seguir adelante encoche,Lukedetuvo lafurgonetayapagólasluces.MiróaClary.
—¿Hayalgunaposibilidaddequesitepidoquemeesperesaquí,vayasahacerlo?
Ellanegóconlacabeza.—No tiene por qué ser más seguro quedarse en el coche. ¿Quién sabe lo que Valentine tiene
patrullandoesteperímetro?Lukerióenvozbaja.—Perímetro.Quécosasdices.SaliódelinteriordelafurgonetaylarodeóparairalotroladoyayudarabajaraClary.Ellapodría
haber saltado al suelo desde la furgoneta, pero fue agradable tenerle para ayudarla, tal y como habíahechocuandoerademasiadopequeñaparabajarsola.
Sus pies golpearon la tierra apisonada, levantando volutas de polvo. Los coches que los habíanestadosiguiendoibanparando,unoauno,formandounaespeciedecírculoalrededordelafurgonetadeLuke.Losfarosbarrieronsucampovisual,iluminandolaalambradahastadarleuncolorblancoplateado.Más allá de la valla, el hospital mismo era una ruina bañada en una fuerte luz que destacaba sulamentable estado: las paredes sin tejado sobresalían del desigual terreno como dientes rotos, losparapetosalmenadosestabanrecubiertosporunaalfombraverdedehiedra.
—Estádestrozado—seoyódecirenvozbaja,conundestellodeaprensiónen lavoz—.NoveocómoValentinepodríaestarocultoaquí.
Lukemirómásalládeellaendirecciónalhospital.—Esunglamourpotente—avisó—.Intentamirarmásalládelasluces.Alaricavanzabahaciaellosporlacarretera,yunaligerabrisaleabríalachaquetavaqueraconun
revoloteo para mostrar el pecho cubierto de cicatrices que había debajo. Los hombres lobo que seacercaban tras él parecían gente totalmente corriente. Pero de haberlos visto a todos juntos en algunaparte,habríapensadoqueseconocíanentresídealgo;habíaciertoparecidonofísico,unafranquezaensusmiradas,unafuerzaensusexpresiones.Podríahaberpensadoqueerangranjeros,puestoqueparecíanmástostadosporelsol,enjutosyhuesudosqueeltípicohabitantedeciudad,otalvezloshabríatomadoporunapandillademoteros.Peronoteníanelmenoraspectodemonstruos.
SereunieronparacelebrarunrápidoconsejojuntoalafurgonetadeLuke,igualqueuncorrilloderugby. Clary, sintiéndose excluida del todo, se volvió para contemplar de nuevo el hospital. En esaocasiónintentómirarconatenciónalrededordelasluces,oatravésdeellas,delmodoenqueavecessepuede mirar más allá de una fina capa superior de pintura para ver lo que hay debajo. Comoacostumbrabaasuceder,pensarencómolodibujaríaleayudó.Laslucesparecieronperderintensidad,yentoncesseencontrómirandomásalládeuncéspedsalpicadoderoblesaunaornamentadaconstrucciónneogótica, que parecía alzarse imponente por encima de los árboles como el baluarte de un barcoenorme.Lasventanasdelospisosinferioresestabanoscurasycerradasconporticotes,peroseescapabaluzatravésdelosarcosdelasventanasdeltercerpiso,igualqueunalíneadellamasardiendoalolargode lacrestadeunacordillera lejana.Ungruesoporchedepiedradabaalexterior,ocultando lapuertaprincipal.
—¿Loves?EraLuke,quesehabíaacercadopordetrásconlosandaressilenciososde...bueno,deunlobo.Ellaseguíaconlavistafijaeneledificio.—Parecemásuncastilloqueunhospital.Sujetándolaporloshombros,Lukelahizovolversedecaraaél.—Clary, escúchame.—Sus manos la sujetaron con dolorosa fuerza—. Quiero que permanezcas
junto amí.Muévete cuandomemueva.Sujétate amimanga si es necesario.Los demásvan a estar anuestroalrededor,protegiéndonos,perosisalesfueradelcírculo,nopodráncustodiarte.Vanacubrirnoshastalapuerta.
Leapartólasmanosdeloshombros,yalmoverse,ellavioeldestellodealgodemetaljustodentrodesuchaqueta.Nosehabíadadocuentadequellevabaunaarma,peroluegorecordóloqueSimonhabía
dichosobreloquehabíaenelinteriordelaviejabolsadelonaverdedeLukeysupusoqueteníasentido.—¿Prometesqueharásloquedigo?—Loprometo.La alambrada era real, no parte del glamour. Alaric, todavía al frente, la zarandeó
experimentalmente,luegoalzóunamanoconindolencia.Largaszarpasbrotarondedebajodelasuñas,yacuchillólaalambradaconellas,haciendojironeselmetal,quecayóenuntintineantemontón,igualqueunosbloquesdeconstrucción.
—Adelante.Hizounaseñaalosdemásparaquepasaran.Avanzaronentropel,comounasolapersona,unmar
coordinadodemovimiento.AgarrandoelbrazodeClary,Lukelaempujópordelantedeél,agachándosepara seguirla. Se irguieron una vez al otro lado de la valla, alzando los ojos hacia el hospital paraenfermosdeviruela,dondeunasformasoscuras,concentradasenelporche,empezabanadescenderlosescalones.
Alaricteníalacabezaalzadayolisqueabaelviento.—Elhedoramuerteflotaconfuerzaenelaire.LarespiracióndeLukeabandonósuspulmonesenunsibilantetorrente.—Repudiados.Empujó a Clary a su espalda; ésta avanzó, trastabillando levemente sobre el suelo irregular. La
jauríaempezóamoversehaciaellayLuke;amedidaqueseacercaban,sedejabancaeracuatrogatas,gruñendoconloslabiostensadoshaciaatrásparamostrarloscolmilloscadavezmáslargos;losbrazosylas piernas se les alargaban para convertirse en ágiles extremidades peludas, las ropas se cubrían depelaje.UnatenuevozinstintivaenlomásrecónditodelcerebrodeClaryempezóachillarle:«¡Lobos!¡Huye!».Pero lacombatióypermaneciódondeestaba,aunquepercibíaelmovimiento incontroladodelosnerviosensusmanos.
Lajauríalosrodeó,mirandohaciafuera.Máslobosflanqueabanelcírculoaamboslados.Eracomosi ella y Luke fueran el centro de una estrella. De ese modo, empezaron a avanzar hacia el porchedelanterodelhospital.TodavíadetrásdeLuke,Clarynisiquieravioalosprimerosrepudiadoscuandoatacaron. Oyó aullar a un lobo como de dolor. El aullido ascendió y ascendió, convirtiéndoserápidamente en un gruñido. Se oyó un sonido sordo, luego un grito en forma de gorgoteo y un ruidoparecidoalpapelaldesgarrarse...
Claryseencontrópreguntándosesilosrepudiadosseríancomestibles.AlzólosojoshaciaLuke.Ésteteníaelrostrotenso.Clarypodíaverlosya,másalládelanillode
lobos, la escena iluminada con brillantez por reflectores y por el titilante resplandor de Manhattan:docenasderepudiados,supiellívidacomoladeuncadáveralaluzdelalunayabrasadaporrunasqueparecíanlesiones.Searrojabansobreloslobosconlamiradaausente,yéstoslosrecibierondefrente,desgarrandoconlasgarras,perforandoconlosdientesyrasgandolacarne.Vioaunodelosguerrerosrepudiados, unamujer, que caía hacia atrás con la garganta abierta y los brazos agitándose aún.Otroasestabamachetazosaunloboconunbrazomientraselotroyacíaenelsueloaunmetrodedistancia,lasangre surgiendo del muñón. Sangre negra, salobre como el agua de una ciénaga, corría a raudales,volviendoresbaladizalahierba.Claryperdiópie.Lukelasujetóantesdequecayera.
—Quédateconmigo.«Estoyaquí»,quisodecirleella,perolaspalabrassenegaronasalirdesuboca.Elgruposeguía
avanzandoporelcéspedendirecciónalhospitalconunalentitudexasperante.Lukelasujetabaconmanorígidacomoelhierro.Clarynosabíaquiénibaganando,sieraquelohacíaalguien.Loslobosteníaneltamañoy la velocidad de su parte, pero los repudiados semovían con una denodada inevitabilidad yresultabansorprendentementedifícilesdematar.VioalenormeloboleonadoqueeraAlaricabatiraunodesgarrándolelaspiernas,paraluegosaltarsobresugarganta.Elsersiguiómoviéndosemientrasél lo
hacía trizas,y losgolpesdelhachaabriendoun largocorte rojosobreel relucientepelajedelhombrelobo.
Trastornada,Clary apenas advirtió al repudiadoque se abriópasoa travésdel círculoprotector,hastaqueéstesealzófrenteaella,comosurgidodelahierbaasuspies.Conlosojosenblancoyloscabellosenmarañadosalzóuncuchillochorreante.
Clarychilló.Lukesevolvióenredondo,arrastrándolaaunlado,yagarrólamuñecadelacriatura,retorciéndola. Lamuchacha oyó el chasquido del hueso, y el cuchillo cayó a la hierba. Lamano delrepudiadocolgó inerte,peroél siguióavanzandohaciaellos, sinmostrarningunaseñaldedolor.Lukeempezó a gritar con voz ronca el nombre deAlaric.Clary intentó alcanzar la daga que llevaba en elcinturón, pero Luke le sujetaba el brazo con demasiada fuerza. Antes de que pudiera gritarle que lasoltara,unallamaradadefinofuegoplateadoseabriópasoentreellos.EraGretel.Aterrizóconlaspatasdelanterassobreelpechodelrepudiado,derribándolo.UnferozaullidoderabiasurgiódelagargantadeGretel,peroel repudiadoeramásfuerte; laarrojóaun ladocomoaunamuñecade trapoyrodóparaponerseenpie.
AlgoalzóaClaryenelaire.Éstachilló,peroeraAlaric,luciendoamediassuformadeloboyconlasmanosterminadasenafiladaszarpas,quelasujetaroncondelicadezamientraséllaalzabaenbrazos.
Lukeleshacíaseñas.—¡Sácaladeaquí!¡Llévalaalaspuertas!—gritaba.—¡Luke!—ClaryseretorcióenlasmanosdeAlaric.—Nomires—dijoésteconungruñido.Peroellasímiró.EltiemposuficienteparaveraLukeecharacorrerhaciaGretel,armaenmano,
perollegabademasiadotarde.Elrepudiadoagarrósucuchillo,quehabíacaídoenlahierbahúmedadesangre, y lo hundió en la espalda de Gretel, una y otra vez mientras ella le arañaba, forcejeaba yfinalmente se desplomaba, con la luzde sus ojos plateadososcureciéndosehasta desaparecer.Conunalarido,Lukedirigiósuarmaalagargantadelrepudiado...
—Tedijequenomiraras—gruñóAlaric,moviéndosedemodoquelalíneadevisióndelajovenquedóbloqueadaporsuimponentemole.
Corrían ya escalones arriba, con el sonido de sus pies terminados en garras arañando el granitoigualqueclavossobreunapizarra.
—Alaric—dijoClary.—¿Sí?—Lamentohabertearrojadouncuchillo.—Nololamentes.Fueuntiromuybueno.Lamuchachaintentómirarmásalládeél.—¿DóndeestáLuke?—Estoyaquí—contestóéste.Alaricvolviólacabeza.Lukeascendíalosescalones,devolviendosuespadaalavaina,quellevaba
sujetaalcostado,bajolachaqueta.Lahojaestabanegraypegajosa.AlaricdejóqueClaryresbalarahastaelporcheyéstaaterrizó,dándoselavuelta.Nopodíavera
Gretelnial repudiadoque lahabíamatado, sólounamasadecuerposhormigueantesyeldestellodelmetal. Tenía el rostro húmedo. Se llevó la mano libre a la cara para ver si estaba sangrando, perocomprendióqueloquesucedíaeraqueestaballorando.Lukelamiróconcuriosidad.
—Noeramásqueunasubterránea—soltó.AClaryleardíanlosojos.—Nodigaseso.—Ya veo.—Volvió la cabeza hacia Alaric—. Gracias por ocuparte de ella. Mientras nosotros
seguimosadelante...
—Voyaentrarconvosotros—afirmóéste.Había realizadocasi toda la transformacióna la formahumana,pero susojos seguían siendo los
ojosdeunlobo,yloslabiosestabanechadoshaciaatrásparamostrardientesqueerantanlargoscomopalillos.Flexionólasmanosdelargasuñas.
Lukelemiróconexpresióninquieta.—Alaric,no.LavozretumbantedeAlaricsonóapagada.—Eresellíderdelamanada.YosoytusegundoahoraqueGretelhamuerto.Noseríacorrectoque
tedejarairsolo.—Te...—LukemiróaClary,yluegodenuevoalterrenofrentealhospital—,tenecesitoaquífuera,
Alaric.Losiento.Esunaorden.Losojosdelotrollamearonresentidos,perosehizoaunlado.Lapuertadelhospitaleradegruesa
madera profusamente tallada, con dibujos familiares paraClary: las rosas de Idris, runas enroscadas,solesconrayos.AlpatearlaLukecedióconelchasquidodeunpestillopartido.ÉsteempujóaClaryalfrentecuandolapuertaseabriódeparenpar.
—Entra.Ellaentrópordelantedeélconuntraspiéysevolvióenelumbral.Captóunaúnicaybrevevisión
fugazdeAlaricconlacabezavueltahaciaellosylosojosdelobocentelleantes.Detrásdeél,elcéspedsituadofrentealhospitalestabacubiertodecuerpos,yelpolvoteñidodesangre,negrayroja.Cuandolapuertasecerróconunportazotrasella,impidiéndolever,sesintióagradecida.
Lukeyellapermanecieroninmóvilesenlasemipenumbra,enunaentradadepiedrailuminadaporunaúnicaantorcha.Trasel estruendode labatalla, el silencioeracomounacapaasfixiante.Clary seencontróinhalandobocanadasdeaire,unairequenoestaballenodehumedadydelolordelasangre.
Lukeleoprimióelhombroconlamano.—¿Teencuentrasbien?Ellasesecólasmejillas.—Nodeberíashaberdichoeso.SobrequeGretelnoeramásqueunasubterránea.Yonopiensoeso.—Mealegrodeoírlo.—Alargóelbrazoparatomarlaantorchadelsoportedemetal—.Odiabala
ideadequelosLightwoodtehubieranconvertidoenunacopiadeellos.—Bueno,puesnolohanhecho.LaantorchasenegóapasaralamanodeLuke;éstefruncióelentrecejo.Buscandoenelbolsillo,
Claryextrajolalisapiedra-runaqueJacelehabíadadoeldíadesucumpleaños,ylaalzóenalto.Laluzbrotóentresusdedos,comosihubiesecascadounasemilladeoscuridadydejadosalirlaluzatrapadaensuinterior.Lukesoltólaantorcha.
—¿Luzmágica?—preguntó.—Jacemeladio.Podía percibir cómo palpitaba en sumano, igual que el latido de una ave pequeña. Se preguntó
dónde estaría Jace en aquel montón de habitaciones de piedra gris, si estaba asustado o se habríapreguntadosilavolveríaaver.
—Hace años que no peleo bajo una luz mágica—comentó Luke, e inició la ascensión por lasescaleras,quecrujieronsonorasbajosusbotas—.Sigúeme.
Elfulguranteresplandordelaluzmágicaproyectabasussombras,extrañamentealargadas,sobreloslisosmurosdegranito.Sedetuvieronenunrellanodepiedraquedescribíaunacurvaenformadearco.Porencimadeellos,Clarydistinguióluz.
—¿Esésteelaspectoqueteníanloshospitaleshacecientosdeaños?—musitóClary.—Bueno, loshuesosde loqueRenwickconstruyósiguenaquí—respondióLuke—Peroyodiría
queValentine,Blackwellylosdemásrestauraronellugarparaquefueraunpocomásasugusto.Mira
aquí.Arrastróunabotasobreelsuelo;Clarybajólamiradayviounarunatalladaenelgranitobajosus
pies:uncírculo,encuyocentrohabíaunlemaenlatín:InHocSignoVinces.—¿Quésignificaeso?—preguntó.—Significa«Porestesignoconquistaremos».EraellemadelCírculo.Lajovenalzólosojos,endirecciónalaluz.—Asíqueestánaquí.—Estánaquí—aseguróLuke,yhabíaexpectacióneneldejeafiladodesutono—.Vamos.Ascendieronporlaescaleradecaracol,describiendocírculosbajolaluzhastaqueéstalesrodeó
porcompletoyseencontrarondepieenlaentradadeunpasillolargoyestrecho.Ardíanantorchasalolargo del corredor. Clary cerró la mano sobre la luz mágica, y ésta se extinguió como una estrellaapagada.
Habíapuertascolocadasaintervalosalolargodelpasillo,todasellasperfectamentecerradas.Sepreguntó si habrían sido salas cuando aquello había sidounhospital, o tal vez habitaciones privadas.Mientras avanzaban por el corredor, Clary vio las marcas de barro de pisadas de botas, que seentrecruzabanenelpasillo.Alguienhabíapasadoporallírecientemente.
Laprimerapuertaqueprobaronseabrióconfacilidad,pero lahabitaciónsituada trasellaestabavacía:nohabíamásqueunsuelode lustrosamaderayparedesdepiedra, iluminado tododeunmodofantasmalporlaluzdelaluna,quesederramabaatravésdelaventana.Eldébilestruendodelcombateenelexteriorinundabalahabitación,tanrítmicamentecomoelsonidodelocéano.Lasegundahabitaciónestaballenadearmas:espadas,mazasyhachas.Laluzdelalunadiscurríaigualqueaguaplateadasobreunahileratrasotradefríometaldesenvainado.Lukesilbóporlobajo.
—Vayacolección.—¿CreesqueValentineusatodasésas?—Noesprobable.Sospechoquesonparasuejército—respondióLuke,dándoselavuelta.Latercerahabitacióneraundormitorio.Lascolgadurasquerodeabanlacamacondoseleranazules,
laalfombrapersamostrabamotivosenazul,negroygris,yelmobiliarioestabapintadodeblanco,comoel de la habitación de una criatura. Una fina y espectral capa de polvo lo cubría todo, centelleandotenuementealaluzdelaluna.
EnlacamayacíaJocelyn,dormida.Estaba tumbada sobre la espalda, con una mano arrojada descuidadamente sobre el pecho, los
cabellosextendidossobrelaalmohada.LlevabaunaespeciedecamisónblancoqueClarynohabíavistonunca,yrespirabadeunmodoregularytranquilo.Bajolapenetranteluzdelaluna,Clarypudoverelaleteodelospárpadosdesumadremientraséstasoñaba.
Con un gritito, Clary se abalanzó hacia ella... pero el brazo extendido de Luke la detuvo,atravesándosesobresupechoigualqueunabarradehierropararetenerla.
—Aguarda—dijoconsupropiavoztensaporelesfuerzo—.Debemostenercuidado.Clarylemiróairada,peroélmirabamásalládeella,conexpresiónfuriosayapenada.Ellasiguió
la dirección de su mirada y vio lo que no había querido ver antes. Unas esposas de plata cerradasalrededordelasmuñecasypiesdeJocelyn,conlosextremosdelascadenasprofundamentehundidosenel suelodepiedra a ambos ladosde la cama.Lamesa situada juntoa la camaestabacubiertaporunextraño despliegue de tubos y botellas, tarros de cristal e instrumentos largos y de puntas afiladas decentelleanteaceroquirúrgico.UntuborecauchutadodiscurríadesdeunodelostarrosdecristalhastaunavenaenelbrazoizquierdodeJocelyn.
Clary se desasió violentamente de lamano de Luke y se lanzó hacia la cama, rodeando con losbrazosel cuerpo insensiblede sumadre.Peroeracomo intentarabrazarunamuñecamalensamblada.Jocelyn siguió inmóvil y rígida, con la lenta respiración inalterada. Una semana antes, Clary habría
lloradocomohabíahechoaquellaprimeranocheterribleenquehabíadescubiertoquesumadrehabíadesaparecido.Peroahoranosalieronlágrimas,mientrassoltabaasumadreyseerguía.Nohabíaterrorenella,niautocompasión;sólounaamargacóleraylanecesidaddeencontraralhombrequehabíahechoeso,alresponsabledetodo.
—Valentine—dijo.—Desdeluego.Lukeestabaasulado,tocandoasumadreconsuavidad,alzándolelospárpados.Losojosbajoellos
estabantanenblancocomocanicas.—Noestádrogada—afirmó—.Algunaclasedehechizo,supongo.Clarysoltóelalientoenunmediosollozo.—¿Cómolasacamosdeaquí?—Nopuedotocarlasesposas—indicóLuke—.Plata.Tienes...—Lasaladearmas—dijoClary,poniéndoseenpie—.Viunhachaallí.Varias.Podríamoscortar
lascadenas...—Esascadenassonirrompibles.La voz que habló desde la puerta era baja, resuelta y familiar. Clary giró en redondo y vio a
Blackwell. Sonreía burlón, ataviado con lamisma túnica del color de la sangre coagulada de la otraocasión,conlacapuchaechadahaciaatrásybotasenlodadasvisiblesbajoelborde.
—Graymark—exclamó—.Quéagradablesorpresa.Lukeselevantó.—Siestássorprendidoesqueeresunidiota—espetó—.Nohellegadoprecisamentedeunmodo
silencioso.LasmejillasdeBlackwellenrojecieronadoptandountonoaúnmáspúrpura,peronoavanzóhacia
Luke.—¿Eres líder del clan otra vez? —inquirió, y soltó una carcajada desagradable—. No puedes
quitarteesacostumbredehacerquelossubterráneos tehaganel trabajosucio,¿verdad?Las tropasdeValentineestánocupadasdesparramandopedazosdeellosportodoelcésped,ytúestásaquí,asalvocontusamiguitas.—HizounamuecadespectivaendirecciónaClary—.Ésapareceunpocojovenparati,Lucian.
Claryenrojeció furiosa,apretando lasmanoshastaconvertirlasenpuños,pero lavozdeLuke,alresponder,fueeducada.
—Yo no llamaría precisamente tropas a ésos, Blackwell —replicó—. Son repudiados. Sereshumanos martirizados. Si lo recuerdo correctamente, la Clave no ve nada bien todo eso..., torturarpersonas,llevaracabomagianegra.Nopuedoimaginarquevayanasentirsedemasiadocontentos.
—AlinfiernoconlaClave—gruñóBlackwell—.Nolesnecesitamos,niaellosniasusactitudestoleranteshacia losmestizos.Además, los repudiadosnoseránrepudiadosdurantemuchomás tiempo.UnavezqueValentineuse laCopaenellos, seráncazadoresde sombras tanbuenoscomoel restodenosotros; mucho mejores que lo que la Clave está haciendo pasar como guerreros en la actualidad.Afeminadosamantesdelossubterráneos.—Mostrólosromosdientes.
—SiéseessuplanparalaCopa—preguntóLuke—,¿porquénolohahechoaún?¿Aquéespera?LascejasdeBlackwellseenarcaron.—¿Nolosabías?¿Tieneasu...?Unarisasedosaleinterrumpió.Pangbornhabíaaparecidojustoasulado,todovestidodenegroy
conunacorreadecueroatravesadasobreelhombro.—Es suficiente, Blackwell—le cortó—. Hablas demasiado, como de costumbre.—Mostró los
afilados dientes a Luke—. Una jugada interesante, Graytnark. No pensaba que fueras a atreverte aconduciratureciénadquiridoclanaunamisiónsuicida.
UnmúsculosecrispóenlamejilladeLuke.—Jocelyn—dijo—.¿Quélehahecho?Pangbornlanzóunarisitamelodiosa.—Pensabaquenoteimportaba.—No veo para qué la quiere ahora—siguió Luke, haciendo caso omiso de la pulla—. Tiene la
Copa.Ellayanopuedeserledeutilidad.Valentinenuncafuedadoalasesinatoinútil.Elasesinatoconunmotivo,bien,esopodríaseralgodistinto.
Pangbornseencogiódehombrosconindiferencia.—Anosotrosnosdalomismoloquehagaconella—replicó—.Erasuesposa.Quizálaodia.Eso
esunmotivo.—Dejadla ir—sugirió Luke—, y nos marcharemos con ella; haremos que el clan se retire. Os
deberéuna.—¡No!El furioso arranque de Clary hizo que Pangborn y Blackwell desviaran las miradas hacia ella.
Ambosparecieronlevementeincrédulos,comosiellafueraunacucarachaparlante.LajovenvolviólacabezahaciaLuke.
—TodavíaestáJace.Estáaquí,enalgunaparte.Blackwellreíaporlobajo.—¿Jace?NuncaheoídohablardeunJace—indicó—.Bien,podríapediraPangbornquelasoltara.
Pero preferiría no hacerlo. Jocelyn siempre fue unmal bicho conmigo. Pensaba que eramejor que elrestodenosotros,consuaspectoysulinaje.Simplementeeraunaperraconpedigrí,esoestodo.Sólosecasóconélparapoderrestregárnosloatodos.
—¿Decepcionadoporquenopudistecasartetúconella,Blackwell?—EsofuetodoloqueLukedijocomorespuesta,aunqueClarypudopercibirlafríacóleradesuvoz.
Blackwell, con el rostro enrojeciendo violentamente, dio un furioso paso al interior de lahabitación.
YLuke,moviéndoseaunavelocidadtalqueClaryapenaspudoverlehacerlo,agarróunescalpelodelamesillayseloarrojó.ElarmagiródosvecessobresímismaenelaireysehundióconlapuntapordelanteenlagargantadeBlackwell,cortandoensecosumasculladaréplica.Diounaboqueada,losojosse le pusieron en blancoy cayóde rodillas, sujetándose la garganta con lasmanos.Líquido escarlatabrotórítmicamenteporentrelosdedosextendidos.Abriólabocacomoparahablar,perosólosurgióunfinohilillodesangre.Lasmanosleresbalaronfueradelagargantaysedesplomócontraelsueloigualqueunárbolquecae.
—Cielos —exclamó Pangborn, contemplando el cuerpo caído de su camarada con remilgadodesagrado—.Quédesagradable.
La sangre de la garganta perforada de Blackwell se iba extendiendo por el suelo en un viscosocharcorojo.Luke,agarrandoaClaryporelhombro,lesusurróalgoaloído.Noleoyó.Claryerasóloconsciente de un sordo zumbido en su cabeza.Recordó otro poema de su clase de inglés, algo sobrecomotraslaprimeramuertequeunoveía,ningunaotramuerteimportaba.Aquelpoetanosabíadeloquehablaba.
Lukelasoltó.—Lasllaves,Pangborn—ordenó.PangbornempujósuavementeaBlackwellconunpieyalzólamirada.Parecíairritado.—¿O qué? ¿Me lanzarás una jeringuilla? Sólo había un cuchillo sobre esa mesa. No—añadió,
llevándoseunamanohacialaespaldaysacandodedetrásdelhombrounaespadalargayafilada—.Metemoquesiquiereslasllaves,tendrásqueveniracogerlas.NoporquemeimporteJocelynMorgensternenunsentidouotro,yasabes,sinosóloporqueyo,pormiparte,heestadodeseandomatarte...durante
años.Alargó la última palabra, saboreándola con delicioso júbilo mientras avanzaba al interior de la
habitación.Suespadacentelleó,unhazrelampagueantealaluzdelaluna.ClaryvioqueLukeestirabaunamanohaciaella,unamanoextrañamentealargada,rematadaconuñasqueerancomodiminutasdagas,ycomprendiódoscosas:queLukeestabaapuntodecambiar,yqueloquelehabíasusurradoaloídoeraunasolapalabra.
«Corre».Corrió.ZigzagueóalrededordePangborn,queapenasledirigióunamirada,esquivóelcuerpode
Blackwell,salióporlapuertayllegóalpasillo,conelcorazónlatiéndoleviolentamente,antesdequelatransformacióndeLukesehubiesecompletado.Nomiróatrás,perooyóunaullido,largoypenetrante,elsonidodemetalcontrametalyalgoquecaíaconungranestruendo.Cristalqueserompía,pensó.Talvezhabíanvolcadolamesilladenoche.
Corriópor el pasillo hasta la habitaciónde las armas.Unavez en el interior, tratóde coger unadesgastada hacha con empuñadura de acero, pero ésta se mantuvo firmemente sujeta a la pared, sinimportarlofuertequeellatirara.Intentócogerunaespada,yluegounahorcadeguerra,inclusounadagapequeña,peroniunasolaarmasequedabaensumano.Porfin,conlasuñasrotasylosdedossangrandoporelesfuerzo,tuvoquedarseporvencida.Habíamagiaenaquellahabitación,ynoeramagiarúnica:eraalgosalvajeyextraño,algosiniestro.
Saliódelahabitación.Nohabíanadaenaquelpisoquepudieraayudarla.Cojeópasilloadelante,porqueempezabaasentireldolordelauténticoagotamientoenlaspiernasybrazos,yseencontróenelrellano de las escaleras. ¿Arriba o abajo?Abajo, recordó, todo había estado sin luz y vacío. Desdeluego,estabalaluzmágicaqueteníaenelbolsillo,peroalgoenellasentíapavorantelaideadeentraren aquellos espacios vacíos sola. Escaleras arriba vio el resplandor de más luces y distinguió unparpadeodealgoquepodríahabersidomovimiento.
Subió.Laspiernasledolían,lospiesledolían,todoledolía.Lehabíanvendadoloscortes,peroesonoimpedíaqueleescocieran.TambiénledolíaelrostroallídondeHugolehabíaheridolamejillaynotabaenlabocaunsabormetálicoyamargo.
Alcanzó el último rellano.Tenía una suave forma curva como la proa de unbarco, y había tantosilencioallícomolohabíahabidoabajo;ningúnsonidode lapeleaquese librabafuera llegabaasusoídos.Otro largo pasillo se extendía frente a ella, con lasmismasmúltiples puertas, pero aquí habíaalgunasabiertas,quederramabanaúnmásluzalpasillo.Avanzó,yalgúninstintolaatrajohacialaúltimapuertaalaizquierda.Miróalinteriorcautelosamente.
Al principio, la habitación le recordó una de las exhibiciones de reconstrucciones de época delMuseo Metropolitano de Arte. Era como si hubiese penetrado en el pasado; las paredes estabanrecubiertasconpanelesquerelucíancomosiacabarandesacarlesbrilloeigualquesucedíaconlamesade comedor, infinitamente larga y dispuesta con delicada porcelana. Un espejo de marco doradoadornabalaparedopuesta,entredosretratosalóleoengruesosmarcos.Todocentelleababajolaluzdelasantorchas:losplatossobrelamesa,repletosdecomida;lascopasaflautadasenformadelirios;lasmanteleríastanblancasqueresultabancegadoras.Alfondodelahabitaciónhabíadosampliasventanas,cubiertasconcortinasdegruesoterciopelo.Jaceestabadepieanteunadelasventanas,taninmóvilqueporunmomentoimaginóqueeraunaestatua,hastaquereparóenquepodíaverlaluzbrillandoensuscabellos.Lamanoizquierdadelmuchachomanteníaapartadalacortina,yenlaoscuraventana,Claryvioelreflejodelasdocenasdevelasdelinteriordelaestancia,atrapadasenelcristaligualqueluciérnagas.
—Jace—exclamó.Oyó su propia voz como si viniera de muy lejos: asombro, gratitud, un anhelo tan agudo que
resultabadoloroso.Élsevolvió,soltandolacortina,yellaviolaexpresióndeasombrodesurostro.—¡Jace!—repitió,ycorrióhaciaél.
Elmuchacholaagarrócuandoseabalanzósobreél,rodeándolaconfuerzaentresusbrazos.—Clary.—Suvozeracasiirreconocible—.Clary,¿quéhacesaquí?—Hevenidoabuscarte—contestóella,ylavozquedóahogadaenlacamisadelmuchacho.—Nodeberías haberlo hecho.—Los brazos que la rodeaban se aflojaron repentinamente; dio un
pasoatrás,sujetándolaunpocoalejadadeél—.Diosmío—exclamó,tocandosurostro—.Idiota,¡miraquehaceresto!
Su voz sonó enojada, pero la mirada que le recorrió el rostro, los dedos que le apartaron condelicadeza los cabellos hacia atrás, eran tiernos. Jamás le había visto con aquel aspecto; había unaespeciedefragilidadenél,comosipudieraestarnosimplementeconmovidosinoinclusodolido.
—¿Porquénopiensasnunca?—susurróJace.—Estabapensando—replicóella—.Pensabaenti.Élcerrólosojosduranteunmomento.—Sialgotehubiesesucedido...—Susmanosrecorrieronlalíneadelosbrazosdelamuchachacon
suavidad,hastaalcanzarlasmuñecas,comoparaasegurarsedequeellaestabarealmenteallí—.¿Cómomehasencontrado?
—Luke—respondió—.HevenidoconLuke.Arescatarte.Sujetándola aún, desvió la mirada de su rostro a la ventana, mientras una leve expresión
desaprobadorafruncíalascomisurasdesuboca—.Asíqueésosson...¿hasvenidoconelclandelobos?—preguntóconuncuriosotonoenlavoz.
—ElclandeLuke—respondióella—.Esunhombrelobo,y...—Losé—lainterrumpióJace—.Deberíahabérmeloimaginado...,lasesposas.—Echóunaojeada
alapuerta—.¿Dóndeestá?—Abajo—respondióClarydespacio—.HamatadoaBlackwell.Yohesubidoabuscarte.—Vaatenerquedecirlesquesevayan—repusoJace.Ellalemirósincomprender.—¿Qué?—Luke—explicóJace—.Vaatenerquedecirasujauríaquesevaya.Hahabidounmalentendido.—¿Cuál, te secuestraste túmismo?—Su intenciónhabía sidoque sonaraburlón,pero suvoz era
demasiadodébil—.Vamos,Jace.Letiródelamuñeca,peroélseresistió.Lamirabadehitoenhito,yellaadvirtióconunsobresalto
loquenohabíaadvertidoensuprimerarrebatodealivio.Laúltimavezquelohabíavisto,habíaestadoheridoymagullado,lasropasmanchadasdemugrey
sangre, los cabellos cubiertos de icor y polvo. Ahora iba vestido con una amplia camisa blanca ypantalones oscuros, con los cabellos limpios y peinados cayéndole alrededor del rostro, sueltos ybrillandoconaquelpálidotonodorado.Jaceseapartóunoscuantospelosdelosojosconunadelgadamano,yellavioqueelgruesoanillodeplatahabíaregresadoasudedo.
—¿Ésta es tu ropa?—lepreguntó, desconcertada—.Y... te hanvendado...—Suvoz se apagó—.Valentinepareceestarcuidandomuybiendeti.
Éllesonrióconfatigadoafecto.—Sitecontaralaverdad,diríasqueestoyloco—soltó.Clary sintióqueel corazón lepalpitabacon fuerzadentrodelpecho, comoelvelozaleteodeun
colibrí.—No,noloharía.—Mipadremedioestasropas—dijoél.Elaleteoseconvirtióenunvelozmartilleo.—Jace—repusoconcuidado—,tupadreestámuerto.—No.
El muchacho negó con la cabeza, y ella tuvo la sensación de que le ocultaba algún enormesentimiento,comodehorroroalegría...,oambascosas.
—Pensabaqueloestaba,peronoloestá.Todohasidounerror.Recordó lo que Hodge había dicho sobre Valentine y su capacidad para contar mentiras
encantadorasyconvincentes.—¿EstotelohacontadoValentine?Porqueesunembustero,Jace.RecuerdaloqueHodgedijo.Site
estádiciendoquetupadreestávivo,esunamentiraparaconseguirquehagasloqueélquiere.—He visto ami padre—respondió él—.He hablado con él.Me dio esto.—Tiró de la camisa
nuevaylimpia,comosifueraunapruebairrefutable—.Mipadrenoestámuerto.Valentinenolomató.Hodgememintió.Todosestosañoshecreídoqueestabamuerto,peronoloestaba.
Clarymirófrenéticamenteasualrededor,alahabitaciónconsurefulgenteporcelana,susantorchasqueardíanconluzparpadeanteysusespejosvacíosycegadores.
—Bien,situpadrerealmenteestáenestelugar,entonces,¿dóndeestá?¿TambiénlohasecuestradoValentine?
LosojosdeJacebrillaban.Elcuellode lacamisaestabaabierto,yClaryvio las finascicatricesblancasquelecubríanlaclavícula,comogrietasenlasuavepieldorada.
—Mipadre...Lapuertadelahabitación,queClaryhabíacerradotrasella,seabrióconuncrujido,yunhombre
entróenlahabitación.EraValentine.Suscabellosplateados,muycortos,brillabancomouncascodeacerobruñidoysu
boca era dura. Llevaba una vaina a la cintura sobre su grueso cinturón y la empuñadura de una largaespadasobresalíaporlapartesuperior.
—Bien—comenzó, posando una mano en la empuñadura mientras hablaba—, ¿has recogido tuscosas?Nuestrosrepudiadospuedenconteneraloshombreslobosdurantesólo...
Alver aClary se interrumpióenmitadde la frase.Noera la clasedepersonaaquien sepuedecogernuncarealmenteporsorpresa,peroellaviounparpadeodeasombroensusojos.
—¿Quéesesto?—preguntó,volviendolamiradahaciaJace.Pero Clary se había llevado ya las manos a la cintura en busca de la daga. La agarró por la
empuñadura,lasacódelafundayechólamanoatrás.Larabialatíaconfuerzatrassusojosigualqueuntamborileo.Podíamataraaquelhombre.Lomataría.
Jaceleagarrólamuñeca.—No.Ellafueincapazdecontenersuincredulidad.—Pero,Jace...—Clary—afirmóélconfirmeza—.Ésteesmipadre.
23Valentine
—Veoqueheinterrumpidoalgo—dijoValentine,lavozsecacomounatardeeneldesierto—.Hijo,¿teimportaríadecirmequiénesésta?¿UnodeloshijosdelosLightwood,talvez?
—No—contestóJace,cuyavozsonócansadaytriste,aunquelamanoquelesujetabalamuñecanoseaflojó—.ÉstaesClary.ClarissaFray.Esunaamigamía.Es...
LosojosnegrosdeValentinelaescudriñarondesdeloaltodeladesgreñadacabezahastalaspuntasdelasarañadaszapatillasdedeporte,yseclavaronenladagaquetodavíasujetabaenlamano.
Unaexpresiónindefiniblelepasóporelrostro:enpartedivertida,enparteirritada.—¿Dóndeconseguisteesaarma,jovendama?—Jacemeladio—respondióellaconfrialdad.—Claro—repusoValentine,ysutonoeraafable—.¿Puedoverla?—¡No!Clary dio un paso atrás, como si creyera que podría abalanzarse sobre ella, y sintió que le
arrebataban limpiamente el arma de entre los dedos. Jace, sujetando la daga, la miró con expresióncontrita.
—Jace—siseóella,poniendocadaonzadelatraiciónquesentíaenlassílabasdesunombre.Élselimitóadecir.—Siguessincomprender,Clary.Conunaespeciedecuidadodeferentequeaellaleprodujoganasdevomitar,elmuchachofuehacia
Valentineyleentrególadaga.—Aquílatienes,padre.Valentinetomóladagaensugranmanodelargoshuesosylaexaminó.—Estoesunkindjal, unadagacircasiana.Ésta enconcreto formabapartedeunapareja a juego.
Aquí, mira la estrella de los Morgenstern, tallada en la hoja. —La hizo girar entre las manos,mostrándoselaaJace—.MesorprendequelosLightwoodnuncaloadvirtieran.
—Nuncaselamostré—respondióJace—.Medejarontenermispropiascosaspersonales.Jamáshusmearon.
—Claroqueno—repusoValentine,devolviéndoleelkindjalaJace—.PensabanqueeraselhijodeMichaelWayland.
Jace,deslizandoladagadeempuñadurarojaensucinturón,alzólosojos.—También lo pensaba yo—masculló en voz baja, y en esemomento Clary advirtió que no era
ningunabroma,queJacenoestabahaciéndoleeljuegoparasuspropiospropósitos,querealmentecreíaqueValentineerasupadrequehabíavueltoaél.
Una fría desesperación empezaba ya a extenderse por la venas de la muchacha. Con un Jaceenojado,conunJacehostil,furioso,selaspodríahabervisto,peroaquelJacenuevo,frágilybrillandoalaluzdesupropiomilagropersonal,eraunextrañoparaella.
Valentinelamiróporencimadelaleonadacabezadeljoven;susojosmostrabanunadiversiónfría.—Talvez—dijo—seríaunabuenaideaquetesentarasahora,Clary.Ellacruzólosbrazostozudamentesobreelpecho.—No.—Comoquieras.—Valentineapartóunasillaysesentóenlacabeceradelamesa.Alcabodeunmomento,Jacesesentótambién,juntoaunabotellamediollenadevino.—Perovasaoíralgunascosasquepuedenhacertedesearhabertesentado—siguióValentine.
—Teloharésaber—replicóClary—,siasísucede.—Muybien.Valentineserecostóensuasiento,conlasmanostraslacabeza.Elcuellodelacamisaseleabrióun
poco,mostrandolaclavículallenadecicatrices.Concicatrices,comolasdesuhijo,comolasdetodoslosnefilim.«Unavidadecicatricesymatanzas»,habíadichoHodge.
—Clary—volvióadecirél,comosipaladearaelsonidodesunombre—.¿DiminutivodeClarissa?Noesunnombrequeyohubieraescogido.
Habíaunsombríopliegueensuslabios.«Sabequesoysuhija—pensóClary—.Dealgúnmodo, losabe.Peronolodice.¿Porquénolo
dice?»DebidoaJace,comprendió.Jacepensaría...,nose leocurríaquépensaríaél.Valentine loshabía
vistoabrazarsealcruzarlapuerta.Debíadesaberqueteníaunainformacióndevastadoraensusmanos.En algún lugar tras aquellos insondables ojos negros, su aguda mente funcionaba a toda velocidad,intentandodecidirelmejormododeusarloquesabía.
DirigióotramiradaimploranteaJace,peroélteníalavistaclavadaenlacopadevinosituadajuntoa su mano izquierda, medio llena de líquido de un rojo purpúreo. Clary vio el rápido movimientoascendenteydescendentedesupechomientrasrespiraba;eljovenestabamásalteradodeloquedejabaver.
—Realmentenomeimportaquénombrehabríaselegidotú—dijoClary.—Estoyseguro—replicóValentine,inclinándosealfrente—dequeno.—TúnoereselpadredeJace—indicóella—.Intentasengañarnos.ElpadredeJaceeraMichael
Wayland.LosLightwoodlosaben.Todoelmundolosabe.—LosLightwood estabanmal informados—repusoValentine—.Realmente creyeron... creen que
Jacees elhijode suamigoMichael. Igualque laClave.Ni siquiera losHermanosSilenciosos sabenquiénesenrealidad.Aunquemuypronto,loharán.
—PeroelanilloWayland...—Ah, sí —repuso Valentine, mirando la mano de Jace, donde el anillo centelleaba igual que
escamasdeserpiente—.Elanillo.Gracioso,¿noescierto,comounaMlucidaalrevéspareceunaW?Desdeluego,siunosehubieramolestadoenpensarsobreello,probablementehabríaencontradounpocoextrañoqueelsímbolodelafamiliaWaylandfueraunaestrellafugaz.PeroenabsolutoextrañoquefueraelsímbolodelosMorgenstern.
Clarylemirófijamente.—Notengoniideadeaquéterefieres.—Olvido lo lamentablemente relajada que es la educaciónmundana—repuso él—Morgenstern
significa«lucerodelalba».Comoen:«¡Cómohascaídodelcielo,Lucero,hijodelaaurora!¡Cómohassidoprecipitadoportierra,túquesubyugabasalasnaciones!».
UnpequeñoescalofríorecorrióaClary.—TerefieresaSatán.—Oacualquiergranpoderperdido—explicóValentine—,debidoaunanegativaaservir.Como
fue lamía.Noquería serviraungobiernocorrupto,yporesoperdíami familia,mis tierras,casimivida...
—¡El Levantamiento fue culpa tuya! —le espetó Clary—. ¡Murió gente en él! ¡Cazadores desombrascomotú!
—Clary.—Jaceseinclinóalfrente,volcandocasilacopaconelcodo—.Sóloescúchale,¿quieres?Noescomotúpensabas.Hodgenosmintió.
—Losé—respondióella—.NosvendióaValentine.EraelpeóndeValentine.—No—insistióJace—.No,Hodgeeraquiendeseaba laCopaMortaldesdeelprincipio.Fueél
quienenvióalosrapiñadorestrastumadre.Mipadre...,Valentinesóloseenteródeellodespués,yvinoadetenerle.Trajoatumadreaquíparacurarla,noparalastimarla.
—¿Y te crees esa porquería? —inquirió ella asqueada—. No es cierto. Hodge trabajaba paraValentine.Estabanmetidosenellojuntos,paraconseguirlaCopa.Nostendióunatrampa,escierto,peronoeramásqueuninstrumento.
—PeroeraélquiennecesitabalaCopaMortal—replicóJace—.ParapoderquitarselamaldiciónyhuirantesdequemipadrecontaraalaClavetodoloquehabíahecho.
—¡Sé que eso no es cierto!—replicó Clary con vehemencia—. ¡Yo estaba allí!—Se revolviócontraValentine—.YoestabaenlahabitacióncuandoentrasteacogerlaCopa.Nopodíasverme,peroyoestabaallí.Tevi.CogistelaCopaylequitastelamaldiciónaHodge.Élnopodríahaberlohechoporsímismo.Asílodijo.
—Síquelequitélamaldición—repusoValentineentonomesurado—,perolohicemovidoporlalástima.Resultabatanpatético.
—Nosentíaslástima.Nosentíasnada.—¡Essuficiente,Clary!EraJace.Lemiróatónita.Teníalasmejillasenrojecidascomosihubieseestadobebiendoelvino
queteníajuntoaél,losojosdemasiadobrillantes.—Nolehablesasíamipadre.—¡Élnoestupadre!Jacelamirócomosilehubieseabofeteado.—¿Porquéestástandecididaanocreernos?—Porqueteama—dijoValentine.Clarysesintiópalidecer.Lemiró,sinsaberquépodríaéldeciracontinuación,pero temiéndolo.
Sintió como si se estuviera acercando poco a poco a un precipicio, a una veloz caída a la nada y aningunaparte.Sintióunasensacióndevértigoenelestómago.
—¿Qué?—Jacepareciósorprendido.Valentine miraba a Clary con expresión divertida, como si se diera cuenta de que la tenía
inmovilizadacomoaunamariposasobreunatabla.—Temequemeestéaprovechandodeti—afirmó—.Quetehayalavadoelcerebro.Noesasí,por
supuesto.Simirarasentuspropiosrecuerdos,Clary,losabrías.—Clary.Jaceempezóaponerseenpie,conlosojosfijosenella,yellavioloscírculosquehabíabajoellos,
latensiónbajolaqueseencontraba.—Yo...—siguióél.—Siéntate—ordenóValentine—.Dejaquellegueaelloporsímisma,Jonathan.Jacesecalmóalinstante,dejándosecaerdenuevoenlasilla.Atravésdelmareodelvértigo,Clary
buscóatientasintentandollegaraunacomprensión.«¿Jonathan?»—PensabaquetunombreeraJace—dijo—.¿Tambiénmementisterespectoaeso?—No.Jaceesunapodo.Claryestabamuycercadelprecipicioenaquellosinstantes,tancercaquecasipodíamirarabajo.—¿Debidoaqué?Éllamirócomosinopudieracomprenderporquédabatantaimportanciaaalgotaninsignificante.—Sonmisiniciales—respondió—.J.C.Elprecipicioaparecióanteella.Pudoverlalargacaídaalaoscuridad.—Jonathan—dijoconvozdébil—.JonathanChristopher.LascejasdeJacesefruncieron.
—¿Cómosabías...?Valentineleinterrumpióconvoztranquilizadora.—Jace,habíapensadoahorrártelo.Pensabaqueunahistoriadeunamadrequemurióteharíamenos
dañoquelahistoriadeunamadrequeteabandonóantesdetuprimercumpleaños.LosdedosdelgadosdeJacesecerraronconvulsivamentesobreelpiedelacopa.Clarypensópor
unmomentoqueéstaseharíapedazos.—¿Mimadreestáviva?—Loestá—afirmóValentine—.Viva,ydormidaenunadelashabitacionesdeabajoenestemismo
instante.Sí—siguió, interrumpiendoalmuchachoantesdequepudierahablar—.Jocelynes tumadre,Jonathan.YClary...,Claryestuhermana.
Jaceretiróviolentamentelamanoylacopadevinosevolcó,derramandounespumosolíquidoescarlatasobreelmantelblanco.
—Jonathan—exclamóValentine.Jacehabíaadquiridouncolorhorrible,unaespeciedeblancoverdoso.—Esonoescierto—repuso—.Hahabidounerror.Esimposiblequeseacierto.Valentinemiróconfijezaasuhijo.—Unmotivodejúbilo—dijoenuntonodevozbajoymeditabundo—,habríapensadoyo.Ayereras
unhuérfano,Jonathan.Yahoraunpadre,unamadre,unahermana,quenuncasupistequetenías.—Noesposible—volvióadecirJace—.Clarynoesmihermana.Silofuera...—Entonces¿qué?—inquirióValentine.Jace no respondió, pero su enfermiza expresión de horror fue suficiente para Clary. Un tanto
vacilante,rodeólamesaysearrodillójuntoasusilla,haciendointencióndetomarsumano.—Jace...Élseapartóviolentamente,losdedoscerrándoseconfuerzasobreelmantelempapado.—No.El odio por Valentine ardió en la garganta de la muchacha igual que lágrimas no derramadas.
Valentinehabía retenido información,y al no contar loque sabía, que ella era suhija, lahabíahechocómplice en su silencio. Y ahora, tras haber soltado la verdad sobre ellos como una pesada rocaaplastante,serecostabaparaobservarlosresultadosconfríaconsideración.¿CómopodíaJacenodarsecuentadeloodiosoqueera?
—Dimequenoescierto—pidióJace,conlavistafijaenelmantel.Clarytragósalivaparaeliminarelardordesugarganta.—Nopuedohacerlo.LavozdeValentinesonócomosisonriera.—¿Demodoqueahoraadmitesqueheestadodiciendolaverdadtodoestetiempo?—No—lereplicóellaconviolenciasinmirarle—.Dicesmentirasconunpocodeverdadmezclada
enellas,esoestodo.—Estosevuelvetedioso—sequejóValentine—.Siquieresoírlaverdad,Clary,éstaeslaverdad.
HasoídohistoriassobreelLevantamientoyporlotantocreesquesoyunvillano.¿Esesocierto?Clary no dijo nada.Miraba a Jace, que parecía como si estuviera a punto de vomitar.Valentine
siguióhablandodespiadadamente.—Essencillo,enrealidad.Lahistoriaqueoísteeraciertaenalgunadesuspartes,peronoenotras;
mentirasmezcladasconunpocodeverdad,comohasdicho.LociertoesqueMichaelWaylandresultómuertoduranteelLevantamiento.AdoptéelnombredeMichaelysupuestocuandohuídelaCiudaddeCristalconmihijo.Fuemuyfácil;Waylandnoteníaauténticosparientes,ysusamigosmásíntimos,losLightwood, estaban en el exilio. Él mismo habría caído en desgracia por su participación en el
Levantamiento, así que viví esa vida deshonrada, tranquilamente, sólo con Jace en la finca de losWayland.Leímislibros,criéamihijo.Yaguardémimomento.
Jugueteóconelbordeafiligranadodeunacopaconexpresiónpensativa.Erazurdo,advirtióClary.IgualqueJace.
—Al cabodediez años, recibí una carta.El autor de la carta indicabaque conocíami auténticaidentidad,ysiyonoestabadispuestoatomarciertasmedidas,larevelaría.Nosabíadequiénprocedíalacarta,peronoimportaba.Noestabadispuestoadaraquienlahabíaescritoloquedeseaba.Además,sabía quemi seguridad estaba comprometida, y lo estaría amenos que él pensara que estabamuerto,fueradesualcance.Organicémipropiamuerteporsegundavez,conlaayudadeBlackwellyPangborn,yparalapropiaseguridaddeJacemeasegurédequeloenviaríanaquí,paragozardelaproteccióndelosLightwood.
—¿AsíquedejastequeJacetecreyeramuerto?¿Simplementetelimitasteadejarquepensaraqueestabasmuerto,todosestosaños?Esoesdespreciable.
—No—volvióadecirJace.Elmuchachohabíaalzadolasmanosparacubrirselacarayhablósobresuspropiosdedos,conla
vozahogadaporellos.—No,Clary.ValentinemiróasuhijoconunasonrisaqueJacenopudover.—Jonathan tenía que pensar que estabamuerto, sí. Tenía que pensar que era el hijo deMichael
Wayland,olosLightwoodnolehabríanprotegidocomolohicieron.EraconMichaelconquienteníanunadeuda,noconmigo.FueporMichaelqueleamaron,nopormí.
—Quizáleamaronporélmismo—sugirióClary.—Unainterpretaciónsentimentalencomiable—observóValentine—,peroimprobable.Noconoces
alosLightwoodcomoyolosconocí.—ValentinenoparecióverqueJaceseestremecía,osilovio,hizocomosino—.Apenasimporta,alfinyalcabo—añadió—.LosLightwoodteníancomomisiónprotegeraJace,noserunsustitutodesufamilia,sabes.Éltieneunafamilia.Tieneunpadre.
DelagargantadeJacebrotóunsonido,yésteapartólasmanosdelrostro.—Mimadre...—HuyódespuésdelLevantamiento—dijoValentine—.Yoeraunhombredeshonrado.LaClaveme
habríadadocazadehaberpensadoqueaúnvivía.Nopudosoportartenerrelaciónconmigo,yhuyó.El dolor de su voz era palpable... y fingido, se dijo Clary con amargura. El muy asqueroso
manipulador.—No sabía que estaba embarazada en aquel momento. De Clary —Sonrió un poco, haciendo
descendereldedo lentamentepor lacopadevino—.Pero lasangre llamaa lasangre,comodicen—prosiguió—.Eldestinonoshatraídoaestaconvergencia.Nuestrafamiliajuntaotravez.PodemosusarelPortal—dijo,volviendolamiradahaciaJace—.IraIdris.Devueltaalacasasolariega.
Jaceseestremecióunpoco,peroasintió,sindejardecontemplarsusmanoscomoaturdido.—Estaremosjuntosallí—indicóValentine—.Comodebemosestar.«Esosuenagenial—pensóClary—.Sólotú,tuesposacomatosa,tuhijotraumatizadoytuhijaquete
odiaamuerte.Pornomencionarque tusdoshijos talvezesténenamoradoselunodelotro.Vaya,esosuenaaunaperfectareuniónfamiliar.»
—Novoyairaningunapartecontigo,ytampocolovaahacermimadre—selimitóadecirenvozalta.
—Éltienerazón,Clary—insistióJaceconvozronca,yflexionólasmanos;teníalasyemasdelosdedosmanchadasderojo—.Eselúnicolugaralquepodemosir.Podemosaclararlascosasallí.
—Nopuedeshablarenserio...Unenormeestampidolesllegódesdeabajo,tanpotentequesonócomosiunapareddelhospitalse
hubieradesplomadosobresímisma.«Luke»,pensóClary,incorporándosedeunsalto.Jace,apesardesuexpresióndemareadohorror,respondióautomáticamente,medioalzándosedesu
sillaalavezquedirigíalamanoasucinturón.—Padre,están...—Vienenhaciaaquí.—Valentinesepusoenpie.Claryoyópisadas.Al cabodeunmomento, lapuertade lahabitación se abriódegolpe,yLuke
aparecióenelumbral.Clary contuvo un grito. Estaba cubierto de sangre, los vaqueros y la camisa oscurecidos y con
grumosdesangrecoagulada,laparteinferiordelrostrorecubiertadeella.Lasmanosestabanrojashastalasmuñecas, lasangreque lascubríaestabahúmedaycorríaporellas.Claryno teníani ideadesi lasangreerasuya.Seoyóchillarsunombre,yacontinuaciónatravesabayalahabitaciónalacarreraparareunirse con él y casi trastabillaba consigomisma en su ansia por agarrarle la parte delantera de lacamisayaferrarseaella,talycomonolohabíahechodesdequeteníaochoaños.
Porunmomento,suenormemanosealzóysujetólanucadelamuchacha,apretándolacontraélenunfuerteapretóndeunsolobrazo.Luegolaapartóconsuavidad.
—Estoycubiertodesangre—dijo—.Notepreocupes...,noesmía.—¿Dequiénesentonces?Era la voz de Valentine, y Clary se volvió, con el brazo protector de Luke sobre los hombros.
Valentine los observaba a ambos, conojos entrecerrados y calculadores. Jace se había puesto enpie,había rodeado lamesayseencontrabadetrásdesupadreconairevacilante.Clarynopodía recordarhaberlevistonuncahaceralgodeunmodovacilante.
—LadePangborn—respondióLuke.Valentinesepasóunamanoporelrostro,comosilanoticialeapenara.—Yaveo.¿Ledesgarrastelagargantaconlosdientes?—Enrealidad—explicóLuke—,lematéconesto.Conlamanolibreextendióladagalargayfinaconlaquehabíamatadoalrepudiado.Bajolaluz,
Clarypudoverlasgemasazulesdelaempuñadura.—¿Larecuerdas?Valentinelamiró,yClaryvioquelamandíbulaseletensaba.—La recuerdo —contestó, y Clary se preguntó si, también él, estaba recordando su anterior
conversación.«Estoesunkindjal,unadagacircasiana.Éstaenconcretoformabapartedeunaparejaajuego.»—Melaentregastehacediecisieteañosymedijistequepusierafinamividaconella—recordó
Luke,conelarmabiensujetaenlamano.Lahojadeéstaeramás largaque lahojadelkindjaldeempuñadura rojaqueLuke llevabaenel
cinturón;sehallabaenalgúnpuntoentreunadagayunaespada,ylahojateníaunapuntatanfinacomounaaguja.
—Ycasilohice.—¿Esperasqueloniegue?—HabíadolorenlavozdeValentine,elrecuerdodeunaviejapena—.
Intenté salvartede timismo,Lucian.Cometíun terribleerror.Si almenoshubiese tenidoel corajedematarteyomismo,podríashabermuertocomounhombre.
—¿Comotú?—inquirióLuke.Yenaquelmomento,ClaryvioenélalgodelLukequesiemprehabíaconocido,queeracapazde
saber si ella mentía o fingía, que la llamaba al orden cuando se mostraba arrogante o falsa. En laamarguradesuvozoyóelamorquehabíasentidoenunaocasiónporValentine,solidificadoenformadecansinoodio.
—¿Unhombrequeencadenaasuesposainconscientealacamaconlaintencióndetorturarlapara
conseguirinformacióncuandodespierte?¿Éseestuvalor?Jacemirabasorprendidoasupadre.Claryvioelataquedecóleraquecrispómomentáneamentelas
faccionesdeValentine,luegoéstadesapareció,ysurostroaparecióterso.—Nolahetorturado—afirmó—.Estáencadenadaparasupropiaprotección.—¿Contraqué?—exigiósaberLuke,penetrandomásenlahabitación—.Laúnicacosaquelapone
enpeligroerestú.Laúnicacosaquejamáslapusoenpeligrofuistetú.Sehapasadolavidacorriendoparahuirdeti.
—Laamaba—dijoValentine—.Jamáslehabríahechodaño.Fuistetúquienlavolvióenmicontra.Lukerió.—Ellanonecesitóquelavolvieraentucontra.Aprendióaodiartesola.—¡Esoesunamentira!—rugióValentineconrepentinaferocidad,ysacólaespadadelavainaque
llevabasujetaalcostado.Lahojaeraplanaydeunnegromateconundibujodeestrellasplateadas.Apuntóconelarmaal
corazóndeLuke.JacediounpasohaciaValentine.—Padre...—¡Jonathan!,¡estátecallado!—gritóValentine,peroerademasiadotarde;Claryviolaexpresiónde
sorpresaenelrostrodeLukecuandomiróaJace.—¿Jonathan?—musitó.LabocadeJacesecrispó.—Nomellamesasí—dijoconferocidad,losdoradosojosllameantes—.Temataréyomismosime
llamasasí.Luke,sinhacercasodelaespadaqueleapuntabaalcorazón,noapartólosojosdeJace.—Tumadresesentiríaorgullosa—murmuróenuntonotanbajoqueinclusoClary,queestabajunto
aél,tuvoqueesforzarseparaoírlo.—Notengounamadre—replicóJace,y lasmanosle temblaban—.Lamujerquemealumbróme
abandonóantesdequeaprendieraarecordarsurostro.Yonoeranadaparaella,demodoqueellanoesnadaparamí.
—Tu madre no es quien te abandonó —corrigió Luke, moviendo la mirada lentamente haciaValentine—.Habría pensado que ni siquiera tú—indicó despacio— serías capaz de usar a los de tupropiasangrecomoseñuelo.Supongoquemeequivoqué.
—Es suficiente.—El tono deValentine fue casi lánguido, pero había ferocidad en él, una ávidaamenazadeviolencia—.Sueltaamihija,otemataréaquímismo.
—Nosoytuhija—replicóClaryconfiereza,peroLukelaempujólejosdeél,contantafuerzaquecasilahizocaer.
—Saldeaquí—ordenó—.Veaunlugarseguro.—¡Novoyadejarte!—Clary,lodigoenserio.Saldeaquí.—Lukealzabayasudaga—.Éstanoestupelea.Claryseapartódeéltambaleante,marchandohacialapuertaqueconducíaalrellano.Quizápodría
correrenbuscadeayuda,enbuscadeAlaric...EntoncesJaceaparecióanteella,impidiéndolellegaralapuerta.Habíaolvidadolorápidoqueel
muchachosemovía,conlasuavidaddeungato,conlavelocidaddelagua.—¿Estás loca? —siseó él—. Han derribado la puerta principal. Este lugar estará lleno de
repudiados.Ellaleempujó.—Déjamesalir...Jacelaretuvoconmanoférrea.
—¿Paraquetehaganpedazos?Nihablar.Unsonoroentrechocardemetalseoyódetrásdeella.ClaryseapartódeJaceyvioqueValentine
habíaatacadoaLuke,quehabíarespondidoalgolpeconunensordecedorquite.Lasarmassesepararonconunchirrido,yahoraambossemovíanporelsueloenunborrosoremolinodefintasycuchilladas.
—Ah,Diosmío—murmuróella—.Vanamatarse.LosojosdeJaceestabancasinegros.—Nolocomprendes—dijo—.Asíescomosehace...SeinterrumpióeinhalóconfuerzacuandoLukesecolóatravésdelasdefensasdeValentineyle
asestóungolpeenelhombro.Lasangrecomenzóamanar,manchandolateladelacamisablanca.Valentineechóatráslacabezayrió.—Unbuengolpe—observó—.Nohabríacreídoquefuerascapazdeeso,Lucian.Lukepermaneciómuyerguido,conelcuchilloocultandosurostroalosojosdeClary.—Túmismomeenseñasteesemovimiento.—Peroesofuehaceaños—respondióValentineenunavozqueeracomolasedacruda—,ydesde
entonces, no habrás tenido demasiada necesidad de cuchillos, ¿verdad? No cuando tienes zarpas ycolmillosatudisposición.
—Muchomejorparaarrancarteelcorazón.Valentinemeneólacabeza.—Mearrancasteelcorazónhaceaños—reprochó,ynisiquieraClarysuposieldolorensuvozera
realofingido—.Cuandometraicionasteyabandonaste.Lukevolvióaatacar,peroValentineretrocedíayavelozsobreelsuelo.Paraserunhombretónse
movíaconunasorprendenteligereza.—Fuistetúquienvolvióamiesposaencontradelossuyos.Fuisteaellacuandoeramásdébil,con
tuaspectolastimoso,tudesvalidanecesidad.Yomemostrabadistante,yellapensóquelaamabas.Fueunaestúpida.
JaceestabatensocomounalambrejuntoaClary,quepodíapercibirsutensión,comolaschispasdespedidasporuncableeléctricocaído.
—EsdetumadredequienhablaValentine—dijoella.—Meabandonó—respondióJace—.Vayamadre.—Creyó que estabas muerto. ¿Quieres saber cómo lo sé? Porque guardaba una caja en su
dormitorio.Teníatusinicialesenella.J.C.—Asíqueteníaunacaja—seburlóél—.Muchagentetienecajas.Guardancosasenellas.Esuna
modacreciente,heoído.—Teníaunmechóndetucabellodentro.Yunafotografía,talvezdos.Acostumbrabaasacarlacada
añoyallorarsobreella.Unllantodesconsolado.LamanodeJacesecerróconfuerzaalcostado.—Para—mascullóentredientes.—Parar¿qué?¿Decontartelaverdad?Pensabaquehabíasmuerto...,jamástehabríaabandonadode
habersabidoqueestabasvivo.Túpensabasquetupadreestabamuerto...—¡Levimorir!Openséque lohice. ¡Nome limité... nome limité a oír quehabía sucedidoy a
elegircreerlo!—Ellaencontrótushuesosquemados—insistióClaryenvozbaja—.Enlasruinasdesucasa.Junto
conloshuesosdesumadreysupadre.PorfinJacelamiróyellaviolaincredulidadbienpatenteensusojos,yalrededordesusojos,la
tensión demantener aquella incredulidad. Veía, casi como si viera a través de un glamour, la frágilestructuradelafeensupadrequellevabapuestaencimacomounaarmaduratransparente,protegiéndoledelaverdad.Enalgúnlugar,sedijo,habíaunarendijaenaquellaarmadura;enalgúnlugar,siconseguía
encontrarlaspalabrascorrectas,sepodíaabrirunabrechaenella.—Esoesridículo—replicóél—.Nomorí...nohabíahuesos.—Loshabía.—Entoncesfueunglamour—repusoélconaspereza.—Preguntaatupadrequélessucedióasussuegros—indicóClary,yalargólamanoparatocarlela
mano—.Pregúntalesiesofueunencanto,unglamour,también...—¡Cállate!ElcontroldeJaceseresquebrajó,yélserevolviócontraella, lívido.ClaryvioqueLukeechaba
unaojeadaendirecciónaellos,sobresaltadoporelruido,yenesemomentodedistracciónValentineseabriópasobajosusdefensasy,conunaúnicaestocadaalfrente,hundiólahojadesuespadaenelpechodeLuke,justopordebajodelaclavícula.
LosojosdeLukeseabrierondeparenpardeasombromásquededolor.Valentineechólamanohaciaatrásviolentamente,ylahojasedeslizóhaciafuera,manchadaderojohastalaempuñadura.Conunasecacarcajada,Valentinevolvióaatacar,enestaocasiónarrancándoleelarmadelamanoaLuke.Éstagolpeóelsueloconunhuecosonidometálico,yValentineleasestóunafuertepatada,haciendoqueresbalarabajolamesaalmismotiempoqueLukesedesplomaba.
Valentinealzólaespadanegrasobreelcuerpocaídodesuadversario, listoparaasestarelgolpedefinitivo. Estrellas plateadas incrustadas centelleaban a lo largo de toda la hoja, y Clary pensó,paralizadaenunmomentodehorror,¿cómopodíaalgotanmortíferosertanhermoso?
Jace,intuyendoloqueClaryibaahacerantesdequelohiciera,sevolviódecaraaella.—Clary...Elmomentodeparálisis pasó.Clary se retorció soltándosede Jace, agachándosepara eludir las
manos que intentaban atraparla, y corrió por el suelo de piedra hacia Luke. Éste estaba en el suelo,sosteniéndose sobre un brazo; la muchacha se arrojó sobre él justo cuando la espada de Valentinedescendía.
ViolosojosdeValentinemientraslaespadacaíavelozhaciaella;pareciócomosi transcurrieraneones,aunquesólopudotratarsedeunafraccióndesegundo.Vioqueélpodíadetenerelgolpesiquería.Vioqueélsabíaquepodríaalcanzarlaaellasinolohacía.Vioqueibaaasestarlodetodosmodos.
Alzólasmanos,cerrandolosojosconfuerza...Seoyóunsonidometálico.Valentinelanzóungrito,yClary,alabrir losojos, levioconlamano
vacía,sangrando.Elkindjaldeempuñadurarojayacíaalgomásallásobreelsuelodepiedrajuntoalaespadanegra.SevolvióatónitayvioaJacejuntoalapuerta,conelbrazotodavíalevantado;comprendióqueéldebíadehaberlanzadoladagaconfuerzasuficienteparaarrancarleasupadrelaespadanegradelamano.
Muypálido,elmuchachobajóelbrazodespacio,conlosojospuestosenValentine...muyabiertosysuplicantes.
—Padre,yo...Valentinecontemplósumanosangrante,yporunmomento,Claryviocómounespasmodecólera
cruzabaporsurostro,comounaluzapagándoseconunparpadeo.Suvoz,cuandohabló,fuedulce.—Ésefueunlanzamientoexcelente,Jace.Jacevaciló.—Perotumano.Simplementepenséque...—Nohabríaheridoatuhermana—mintióValentine,moviéndoseconrapidezpararecuperartanto
laespadacomoelkindjaldeempuñaduraroja,quesemetióenelcinturón—.Habríadetenidoelgolpe.Perotupreocupaciónporlafamiliaesencomiable.
«Mentiroso.»PeroClarynoteníatiempoparalosengañosdeValentine.VolviólacabezaparamiraraLukeysintióunafuertepunzadadenáusea.Estabatumbadodeespaldas,conlosojosmediocerradosy
larespiraciónentrecortada.Lasangreborboteabadelagujerodeladesgarradacamisa.—Necesitounvendaje—pidióClaryconvozahogada—.Algodetela,cualquiercosa.—Notemuevas,Jonathan—ordenóValentineconvozférrea,yJacesequedóinmóvildondeestaba,
conlamanoamediometerenelbolsillo—.Clarissa—dijosupadre,enunavoz tanuntuosacomoelacerountadodemantequilla—,estehombreesunenemigodenuestrafamilia,unenemigodelaClave.Somoscazadores,yesosignificaqueenocasionesdebemosmatar.Sindudacomprendeseso.
—Cazadores de demonios—replicó Clary—. Gente que mata demonios. No asesinos. Hay unadiferencia.
—Esundemonio,Clarissa—repusoValentine,todavíaconlamismavozsuave—.Undemonioconel rostrodeunhombre.Sé loengañososquepueden resultar talesmonstruos.Recuerda, leperdoné lavidayomismoenunaocasión.
—¿Monstruo?—repitióClary.PensóenLuke,enLukeempujándolaenloscolumpioscuandoteníacincoaños,másalto,siempre
másalto;enLukeensugraduaciónenlaescuelaprimaria,conlacámaradefotosdisparandosincesarigualqueunpadreorgulloso;enLukerevisandocadacajadelibrosquellegabaasualmacén,buscandocualquiercosaqueaellapudieragustarleyapartándolo.Lukealzándolaparaquearrancaramanzanasdelos árboles que había cerca de su granja. Luke, cuyo lugar como padre aquel hombre intentabaarrebatarle.
—Lukenoesunmonstruo—afirmóenunavozqueigualabaentonoaceradoaladeValentine—.Niunasesino.Túloeres.
—¡Clary!—EraJace.Claryhizocasoomiso.Teníalosojosfijosenlosfríosojosnegrosdesupadre.—Asesinastealospadresdetuesposa,noencombatesinoasangrefría—acusó—Yapuestoaque
tambiénasesinaste aMichaelWaylandy a supequeñohijo.Arrojaste loshuesos junto con losdemisabuelos,demodoquemimadrepensaraquetúyJaceestabaismuertos.Pusistetucollaralrededordelcuello deMichaelWayland antes de quemarlo para que todos pensaran que aquellos huesos eran lostuyos. Después de toda esa cháchara tuya sobre la sangre no contaminada de la Clave..., a ti no teimportabanadasusangreosuinocenciacuandolosmataste,¿verdad?Asesinarancianosyniñosasangrefría,esoesmonstruoso.
OtroespasmodecóleracontorsionólasfaccionesdeValentine.—¡Essuficiente!—rugióValentine,volviendoaalzarlaespadadeestrellasnegras,yClaryoyóla
verdaddequiéneraensuvoz,lacóleraquelehabíaimpulsadotodasuvida,lahirvienterabiasinfin—.¡Jonathan!¡Arrastraatuhermanafuerademicamino,oporelÁngelqueladerribarédeungolpeparamataralmonstruoqueestáprotegiendo!
PorunbrevísimoinstanteJacevaciló.Luegoalzólacabeza.—Desdeluego,padre—dijo,ycruzólahabitaciónhaciaClary.Antesdequeellapudieraalzar lasmanospararechazarle,ya lahabíaagarradorudamenteporel
brazo.Tiródeellaparaincorporarla,apartándoladeLuke.—Jace—susurróella,horrorizada.—No—dijoél.Losdedosdelmuchachoseleclavarondolorosamenteenlosbrazos.Olíaavino,ametalyasudor.—Nomehables.—Pero...—Hedichoquenohables.Lazarandeó,yelladiountraspié,recuperóelequilibrio,yalzólavistaparaveraValentinedepie,
refocilándosesobreelcuerpoencogidodeLuke.AlargólapuntadeunpiepulcramenteembutidoenunabotayempujóaLuke,queemitióunsonidoestrangulado.
—¡Déjaleenpaz!—chillóClary,intentandoliberarsedelasmanosdeJace.Erainútil:élerademasiadofuerte.—Para—lesiseóélaloído—.Sóloloempeorarásparati.Esmejorsinomiras.—¿Comohacestú?—siseóellaasuvez—.Cerrarlosojosypretenderquealgonosucedenohace
quedejedeserverdad,Jace.Deberíassaberlomuybien...—Clary,para.Sutonocasiladejóhelada.Sonódesesperado.Valentinereíaentredientes.—Sialmenoshubierapensado—seburló—entraerconmigounaarmadeauténticaplata,podría
habertedespachadotalycomosehaceconlosdetuespecie,Lucian.LukegruñóalgoqueClarynoconsiguióoír.Esperóquefueraalgogrosero.Seretorcióenunintento
desoltarsedeJace.Suspiesresbalaronyéllaatrapó,tirandohaciaatrásdeellaconunafuerzaatroz.Larodeabaconlosbrazos,sedijoClary,peronodelmodoqueellahabíadeseadoenunaocasión,nocomohabíaimaginado.
—Almenosdejaquemelevante—dijoLuke—.Déjamemorirdepie.Valentinelemiródesdeelotroextremodelaespada,yseencogiódehombros.—Puedesmorirtumbadodeespaldasoderodillas—dijo—.Perosólounhombresemerecemorir
depie,ytúnoeresunhombre.—¡NO!ChillóClarymientras,sinmirarla,Lukeempezabaaizarsepenosamenteparaadoptarunaposición
arrodillada.—¿Porquétienesquehacerlopeorparati?—exigióJaceenunsusurroquedoytenso—.Tedije
quenomiraras.Claryjadeabaporelesfuerzoyeldolor.—¿Porquétienesquementirteatimismo?—¡Nomiento!—Lasmanosquelasujetabanlaagarraronconmásviolencia,apesardequeellano
habíaintentadoliberarse—.Sóloquieroloqueesbuenoenmivida...,mipadre...,mifamilia...Nopuedoperderlotodootravez.
Lukeestabaarrodilladomuyerguidoahora.Valentinehabíaalzado laespadaensangrentada.Luketeníalosojoscerrados,ymurmurabaalgo:palabras,unaoración,Clarynolosabía.Serevolvióenlosbrazosde Jace,volviéndoseviolentamenteparapodermirarlea la cara.Elmuchacho tenía los labiosapretadosenunafinalínea,lamandíbularígida,perolosojos...
Lafrágilarmaduraserompía.Necesitabasólounúltimoempujónporpartedeella.Seesforzóporencontrarlaspalabras.
—Tienesunafamilia—dijo—.Unafamiliasonsimplementelaspersonasquetequieren.ComolosLightwoodtequieren.Alec, Isabelle...—Suvozsequebró—.Lukeesmifamilia,y¿túvasahacermecontemplarcómomuerejustodelmismomodoenquepensastequehabíasvistomoriratupadrecuandoteníasdiezaños?¿Esesoloquequieres,Jace?¿Eséstalaclasedehombrequequieresser?Como...
Seinterrumpió,aterradadeimprovisoporlaideadehaberidodemasiadolejos.—Comomipadre—dijoél.Suvozeragélida, distante, inanimadacomo lahojadeuncuchillo. «Leheperdido»,pensóella,
desesperanzada.—Agáchate—dijo,ylaempujó,confuerza.Clary dio un traspié, cayó al suelo y rodó sobre una rodilla. Irguiéndose arrodillada, vio que
ValentinealzababienaltalaespadasobrelacabezadeLuke.Elresplandordelcandelabrosituadoeneltechoestallandosobrelahojadespidióbrillantespuntosdeluzqueleacuchillaronlosojos.
—¡Luke!—chillócontodassusfuerzas.
Lahojaseclavóconfuerza...enelsuelo.Lukeyanoestabaallí.Jacesehabíamovidomásrápidoincluso de lo queClary hubiera creído posible para un cazador de sombras; lo había apartado de unempujón,derribándole,cuanlargoera,aunlado.Jacesequedómirandoasupadrealacaraporencimadelatemblorosaempuñaduradelaespada,conelrostroblanco,perolamiradafirme.
—Creoquedeberíasirte—dijoJace.Valentinecontemplófijamenteasuhijo,llenodeincredulidad.—¿Quéhasdicho?Lukehabíaconseguidosentarse.Sangrefrescamanchabasucamisa.Contemplósorprendidocómo
Jace alargaba una mano y con delicadeza, casi desinteresadamente, acariciaba la empuñadura de laespadaquehabíaquedadoclavadaenelsuelo.
—Creoquemehasoído,padre.LavozdeValentinesonóigualqueunlátigo.—JonathanMorgenstern...Conlavelocidaddelrayo,Jaceagarrólaempuñaduradelaespada,arrancóelarmadelastablas
delsuelo,ylaalzó.Lasostuvoligeramente,horizontalyplana,conlapuntaflotandoapocoscentímetrospordebajodelabarbilladesupadre.
—Ésenoesminombre—dijo—.MinombreesJaceWayland.LosojosdeValentineseguíanfijosenJace;apenasparecíaadvertirlapresenciadelaespadaante
sugarganta.—¿Wayland?—rugió—.¡NollevassangreWayland!MichaelWaylanderaundesconocidoparati...—Lomismo—dijoJaceconcalma—queerestú.—Agitólaespadahaciala izquierda—.Ahora
muévete.Valentineempezóanegarconlacabeza.—Jamás.Noaceptaréórdenesdeunniño.Lapuntadelaespadalebesólagarganta.Clarylocontemplabatodoconfascinadohorror.—Soyunniñomuybienadiestrado—repusoJace—.Túmismomeinstruisteenelminuciosoartede
matar.Sólonecesitomoverdosdedospararebanartelagarganta,¿losabías?—Susojoseranduros—.Supongoquesí.
—Eresmuydiestro—admitióValentine.Sutonoeradisplicentepero,Claryadvirtió,permanecíarealmentequieto.—Peronopodríasmatarme.Siemprehastenidouncorazónblando.—Quizásélnopodría.—EraLuke,depieahora,pálidoyensangrentado,peroerguido—.Peroyo
podría.Ynoestoydeltodosegurodequeélpudieradetenerme.LosojosfebrilesdeValentinesemovieronveloceshaciaLuke,yregresaronasuhijo.Jacenose
habíavueltoalhablarLuke,sinoquepermanecíainmóvilcomounaestatua,conlaespadaquietaenlamano.
—Yaoyesalmonstruoamenazándome,Jonathan—dijoValentine—.¿Teponesdesuparte?—Tienerazón—respondióélconsuavidad—.Noestoytotalmentesegurodequepudieradetenerle
siquisierahacertedaño.Loshombresloboscurantandeprisa.EllabiodeValentinesecrispó.—Así pues —escupió—, al igual que tu madre, ¿prefieres a esta criatura, esta criatura medio
diabólicaatupropiasangre,atupropiafamilia?PorprimeravezlaespadaqueempuñabaJacepareciótemblar.—Me abandonaste cuando era un niño—replicó con voz mesurada—. Dejaste que pensara que
estabasmuertoymeenviastelejosavivircondesconocidos.Jamásmedijistequeteníaunamadre,unahermana.Medejastesolo.
Lapalabrafueungrito.
—Lohiceporti...,paramantenerteasalvo—protestóValentine.—SiteimportaraJace,siteimportaralasangre,nohabríasmatadoasusabuelos.Matasteagente
inocente—intervinoClary,enfurecida.—¿Inocente? —soltó Valentine—. ¡Nadie es inocente en una guerra! ¡Se pusieron del lado de
Jocelynyenmicontra!¡Lehabríanpermitidoquemequitaraamihijo!Lukesoltóunsuspirosibilante.—Sabías que ella iba a abandonarte —dijo—. ¿Sabías que iba a huir, incluso antes del
Levantamiento?—¡Porsupuestoquelosabía!—rugióValentine.Su gélido control se había resquebrajado, y Clary pudo ver la hirviente cólera bullendo bajo la
superficie,enroscándosealostendonesdesucuello,convirtiendosusmanosenpuños.—¡Hiceloqueteníaquehacerparaprotegerloqueeramío,yalfinallesdimásdeloquejamás
merecieron:lapirafunerariaconcedidasóloalosmásimportantesguerrerosdelaClave!—Losquemaste—declaróClaryentonocategórico.—¡Sí!—chillóValentine—.Losquemé.Jaceprofirióunsonidoahogado.—Misabuelos...—Jamáslosconociste—insistióValentine—.Nopretendassentirunapenaquenosientes.Lapuntadelaespadatemblabamásrápidamenteenaquellosmomentos.Lukeposóunamanosobre
elhombrodeJace.—Tranquilo—dijo.Jacenolemiró.Respirabacomosihubieseestadocorriendo.Clarypodíaverelsudorbrillándole
enlanítidalíneadivisoriadelaclavícula,pegándoleloscabellosalassienes.Lasvenaseranvisiblesalolargodelosdorsosdelasmanos.
«Vaamatarlo—pensó—.VaamataraValentine.»Diounpasoalfrenteatodaprisa.—Jace...,necesitamoslaCopa.Oyasabesloqueharáconella.Jacesepasólalenguaporlosresecoslabios.—LaCopa,padre.¿Dóndeestá?—EnIdris—respondióélconcalma—.Dondetúnuncalaencontrarás.LamanodeJacetemblabaviolentamente.—Dime...—Damelaespada,Jonathan.EraLuke,lavoztranquila,inclusoafable.LavozdeJacesonócomosihablaradesdeelfondodeunpozo.—¿Qué?Clarydiootropasoalfrente.—DaleaLukelaespada.Dejaquelatengaél,Jace.Élnegóconlacabeza.—Nopuedo.Lamuchachadiootropasomás;unomás,yestaríalobastantecercacomoparatocarle.—Sí,puedes—dijoconsuavidad—.Porfavor.Élnolamiró.Teníalamiradatrabadaconladesupadre.Elmomentosealargómásymás,deun
modointerminable.Porfinasintió,conungestoseco,sinbajarlamano.PerosídejóqueLukefueraacolocarseasulado,yquecolocaralamanosobrelasuya,enlaempuñaduradelarma.
—Puedessoltarlaahora,Jonathan—dijoLuke,yentonces,alverelrostrodeClary,secorrigió—.Jace.
Jacepareciónohaberleoído.Soltó laempuñadurayseapartódesupadre.Partedelcolordesurostro había regresado, y en aquellos momentos tenía un tono más parecido a la masilla, el labioensangrentadoallídondeselohabíamordido.Claryanhelótocarle,rodearleconlosbrazos,perosupoqueéljamásselopermitiría.
—Tengounasugerencia—dijoValentineaLuke,enuntonosorprendentementetranquilo.—Dejaqueadivine—replicóLuke—.Es«nomemates»,¿verdad?Valentinerió,fueunsonidocarenteporcompletodealegría.—Nomerebajaríaarogartepormivida—declaró.—Bien—repusoLuke,dandoungolpecitoalabarbilladelotroconlaespada—.Novoyamatarte
amenosquemeobliguesaello,Valentine.Nopiensoasesinartefrenteatuspropioshijos.LoquequieroeslaCopa.
Losrugidosprocedentesdelpisoinferioreranmásfuertesya.Claryoyóloqueparecíanpisadasenelpasillofueradelahabitación.
—Luke...—Looigo—dijoélconbrusquedad.—LaCopaestáenIdris,oslohedicho—contestóValentine,moviendolosojosmásalládeLuke.Lukesudaba.—SiestáenIdris,usasteelPortalparallevarlaallí.Irécontigo.Latraerédevuelta.LosojosdeLukesemovíanvelocesdeunladoaotro.Habíamásmovimientoafueraenelpasillo
ahora,sonidosdegritos,dealgoquesehacíaañicos.—Clary,quédatecon tuhermano.Despuésdequepasemos,usadelPortalparaqueos lleveaun
lugarseguro.—Nomeirédeaquí—declaróJace.—Sí,loharás.—AlgogolpeócontralapuertayLukealzólavoz—.Valentine,elPortal.Muévete.—¿Oqué?LoojosdeValentineestabanpuestosenlapuertaconunaexpresióncontemplativa.—Temataré sime obligas a ello—aseguróLuke—.Delante de ellos o no.El Portal,Valentine.
Ahora.Valentineextendiólasmanosaamboslados.—Silodeseas.Retrocediólevemente,justoenelmomentoenquelapuertaestallabahaciadentro,conlosgoznes
desparramándoseporelsuelo.Lukeseescabullóaunladoparaevitarseraplastadopor lapuertaquecaía,volviéndosealhacerlo,conlaespadaaúnenlamano.
Un lobo apareció en el umbral, una montaña enfurecida de pelo moteado, con los hombrosencorvadosalfrente, los labiosechadoshaciaatrássobreunosdientesquegruñían.Manabasangredeinnumerablescortesensupelaje.
Jacemaldecíaenvozbaja,conuncuchilloserafínyaenlamano.Clarylesujetólamuñeca.—No...,esunamigo.Jacelelanzóunabrevemiradaincrédula,perobajóelbrazo.—Alaric...Luke gritó algo entonces, en un idioma que Clary no comprendió. Alaric volvió a gruñir,
agazapándosemáscontraelsuelo,yporunconfusomomento,lamuchachapensóqueibaalanzarsesobreLuke.EntoncesvioqueValentinesellevabalamanoalcinturón,elcentelleodegemasrojas,yadvirtióquehabíaolvidadoqueélaúnteníaladagadeJace.
OyóqueunavozgritabaelnombredeLuke,pensóqueera la suya..., luegosediocuentadequeparecíacomosisugargantaestuvierapegadaconcola,yqueeraJacequienhabíagritado.
Luke se dio la vuelta, espantosamente despacio, almismo tiempo que el cuchillo abandonaba la
manodeValentineyvolabahaciaélcomounamariposaplateadaquegirabaygirabasobresímismaenelaire.Lukealzósuespada...yalgoenormeydeungrisleonadopasócomounaexhalaciónentreélyValentine.EscuchóelaullidodeAlaric,elevándoseeinterrumpiéndoserepentinamente;oyóelsonidodelahojaalclavarse.Lanzóunaexclamaciónahogadae intentócorrerhaciaadelante,peroJace laechóhaciaatrás.
EllobosedesplomóencogidoalospiesdeLuke,consangresalpicandosupelaje.Sinfuerzas,conlas patas, Alaric arañó la empuñadura del cuchillo que sobresalía de su pecho. Valentine soltó unacarcajada.
—Yésteeselmodoenelquepagaslalealtadciegaqueadquiristeatanbajoprecio,Lucian—dijo—.Dejandoquemueranporti.
Retrocedía,conlosojosfijosaúnenLuke.Luke,conelrostroblanco,lemiró,yluegobajólavistahaciaAlaric;sacudiólacabezaunavez,y
luegocayóderodillas,inclinándosesobreelhombrelobocaído.JacesujetabatodavíaaClaryporloshombros.
—Quédateaquí,¿meoyes?Quédateaquí—siseó.YfuetrasValentine,quesemarchabaatodaprisa, inexplicablemente,haciaunapared.¿Planeaba
arrojarseporlaventana?Clarypodíaverelreflejodelhombreenelenormeespejodemarcodoradoamedidaqueseacercabaaél,y laexpresióndesurostro,unaespeciedesocarrónalivio, la inundóderabiaasesina.
—Lotienesclaro—masculló,moviéndoseparaseguiraJace.Sedetuvosólopararecogerelkindjaldeempuñaduraazuldedebajodelamesa,adóndeValentine
lohabíaenviadodeunapatada.Elarmaleresultóreconfortanteenlamano,ledioconfianza,mientrasapartabaunasillacaídadesucaminoyseacercabaalespejo.
Jaceteníaelcuchilloserafínenlamano,ylaluzqueemanabadeélproyectabaunfuerteresplandorhaciaarriba,oscureciendoloscírculosbajosusojos,loshuecosdelasmejillas.Valentinesehabíadadolavueltaypermanecía inmóvil, recortadoen su luz, con laespaldacontrael espejo.En la superficie,ClarypudovertambiénaLukedetrásdeellos;habíadejadolaespadaenelsuelo,yextraíaelkindjaldeempuñadurarojadelpechodeAlaric,consuavidadycuidado.Sintiónáuseasysujetósupropiaarmaconmásfuerza.
—Jace...—empezóadecir.Élnosevolvióparamirarla,aunqueporsupuestopodíaverlareflejadaenelespejo.—Clary,tedijequeesperaras.—Escomosumadre—comentóValentine.Teníaunadelasmanosalaespaldaysededicabaapasarlaalolargodelbordedelgruesomarco
doradodelespejo.—Nolegustahacerloqueledicen.Jacenotemblabacomolehabíasucedidoantes,peroClarypudopercibirhastaquépuntosehabía
tensadosucontrol,comolapielsobreuntambor.—IréconélaIdris,Clary.TraerédevueltalaCopa.—No,nopuedes—empezóClary,yvio,enelespejo,cómoelrostrodelmuchachosecrispaba.—¿Tienesunaideamejor?—inquirióél.—PeroLuke...—Lucian—dijoValentineenunavozsuavecomolaseda—seestáocupandodeuncamaradacaído.
EncuantoalaCopa,eIdris,noestánlejos.Atravésdelespejo,sepodríadecir.LosojosdeJaceseentrecerraron.—¿ElespejoeselPortal?LoslabiosdeValentineseestrecharonydejócaerlamano,apartándosedelespejoalmismotiempo
que la imagenen éste se arremolinabay cambiaba igualqueacuarelasdiluyéndose enunapintura.Enlugardelahabitaciónconsumaderaoscurayvelas,Claryviocamposverdes,eldensocoloresmeraldade lashojasde losárbolesyunampliopradoquedescendíahastaunagrancasadepiedraa lo lejos.Pudooír el zumbidode lasabejas, el susurrardehojasenelvientoyel aromade lamadreselvaquearrastrabaelviento.
—Yatedijequenoestabalejos.Ahora,Valentine estabadepie en loqueparecíauna arcadadorada, con los cabellos agitándose
bajoelmismovientoqueagitabalashojasenloslejanosárboles.—¿Estácomotúlorecuerdas,Jonathan?¿Nohacambiadonada?Clarysintióqueelcorazónselecontraíaenelpecho.Noteníalamenordudadequesetratabadela
casadelainfanciadeJace,presentadaparatentarledelmismomodoqueunopodríatentaraunniñoconuncarameloounjuguete.MiróendirecciónaJace,peroélnoparecióverlaenabsoluto.TeníalosojosfijosenelPortal,yenlavistaquehabíaalotroladodeloscamposverdesylacasasolariega.Vioqueelrostroselesuavizaba,suboca,comosicontemplaraaalguienqueamara,securvóconnostalgia.
—Todavíapuedesveniracasa—insistiósupadre.La luz del cuchillo serafín que Jace sostenía proyectó su sombra hacia atrás de modo que ésta
pareciócruzarelPortal,oscureciendolosluminososcamposyelpradodelotrolado.LasonrisadesapareciódelabocadeJace.—Ésanoesmicasa—dijo—.Micasaahoraestáaquí.Con un ataque de rabia contorsionando sus facciones, Valentine miró a su hijo. Clary jamás
olvidaría aquella mirada: le hizo sentir un repentino anhelo de estar con su madre. Porque por muyenfadadaconellaquehubieraestadosumadre,Jocelynjamáslahabríamiradodeaquelmodo.Siemprelahabíamiradoconamor.
ClarysintiótantalástimaporJaceentonces,queeraimposiblesentirmás.—Muybien—dijoValentine,ydiounvelozpasoatrásatravésdelPortaldemodoquesuspiesse
posaronenelsuelodeIdris;suslabiossecurvaronenunasonrisa—.Ah—indicó—,elhogar.Jace avanzó a trompicones hasta el borde del Portal antes de detenerse, con unamano sobre el
marco dorado. Una extraña vacilación parecía haberse apoderado de él, al mismo tiempo que Idrisrielabaantesusojoscomounespejismoeneldesierto.Haríafaltasólounpaso...
—Jace,no—dijoClaryrápidamente—.Novayastrasél.—PerolaCopa—repusoél.La muchacha era incapaz de saber qué pensaba él, pero el arma que empuñaba temblaba
violentamentejuntoconlamano.—¡DejaquelaClavelaconsiga!Jace,porfavor.«SicruzasesePortal,podríasnoregresarjamás.Valentinetematará.Túnoquierescreerlo,perolo
hará.»—Tuhermanatienerazón.Valentine estaba de pie entre la hierba verde y las flores silvestres, con las briznas de hierba
agitándose alrededor de sus pies, y Clary se dio cuenta de que, a pesar de que se encontraban acentímetrosdedistanciaelunodelotro,sehallabanenpaísesdiferentes.
—¿Realmente crees que puedes ganarme? ¿Aunque tú tengas un cuchillo serafín y yo estédesarmado?No sólo soymás fuerte que tú, sino que dudoque seas capaz dematarme.Y tendrás quematarme,Jonathan,antesdequeteentreguelaCopa.
Jacecerróconmásfuerzalamanosobreelarmadelángel.—Puedo...—No,nopuedes.Alargólamano,atravésdelPortal,yagarrólamuñecadeJace,arrastrándolaalfrentehastaquela
puntade lahojaserafín tocósupecho.Allídonde lamanoy lamuñecadeJaceatravesaronelPortal,éstasparecieronrielarcomosiestuvieranhechasdeagua.
—Hazlo,pues—indicóValentine—.Hundelahoja.Siete...talveznuevecentímetros.Tiródelacuchillahaciaél,conlapuntadeladagacortandolateladelacamisa.Uncírculorojo
comounaamapolafloreciójustosobreelcorazón.Jace,conunaexclamaciónahogada,desasiólamanodeuntirónyretrocediótrastabillando.
—Loqueyopensaba—dijosupadre—.Uncorazóndemasiadoblando.YconunasorprendentebrusquedadlanzóelpuñoendirecciónaJace.Clarychilló,peroelgolpe
jamásalcanzóaljoven:ensulugar,golpeólasuperficiedelPortalentreellosconunsonidoparecidoaldeunmillardecosasfrágilesqueserompen.Grietasenformadetelasdearañaresquebrajaronelcristalque no era cristal; lo último que Clary oyó antes de que el Portal se desvaneciera en un diluvio defragmentosirregularesfuelarisaburlonadeValentine.
Elcristalrecorrióelsuelocomounalluviadehielo,unacascadaextrañamentehermosadefragmentosplateados.Clary retrocedió, pero Jace se quedómuyquietomientras el cristal llovía sobre él, con lamiradafijaenelmarcovacíodelespejo.
Claryhabíaesperadoquelanzaraunapalabrota,quegritaraomaldijeraasupadre,peroenlugardeelloselimitóaesperaraquelosfragmentosdejarandecaer.Cuandolohicieron,searrodillóensilencióyconcuidadoenelmaremágnumdecristalesrotosyrecogióunodelospedazosmásgrandes,dándolevueltasenlasmanos.
—No.Clary se arrodilló a su lado, dejando en el suelo el cuchillo que había estado empuñando. La
presenciadelarmayanolareconfortaba.—Nohabíanadaquepudierashaberhecho.—Sí,lohabía.—Seguíaconlavistapuestaenelcristal;conelcabellosalpicadodeesquirlasrotas
deéste—.Podíahaberlematado—Giróelfragmentohaciaella—.Mira—dijo.Miró.EneltrozodecristalpudoveraúnunpedazodeIdris...,unpocodecieloazul,lasombrade
hojasverdes.Exhalódolorosamente.—Jace...—¿Estáisbien?Claryalzólosojos.EraLuke,depiejuntoaellos.Ibadesarmado,conlosojoshundidosencírculos
azulesdeagotamiento.—Estamosbien—dijoella.Pudoveruna figuradesmadejadaenel suelodetrásdeél,mediocubierta conel largoabrigode
Valentine.Unamanosobresalíadedebajodelbordedelatela,rematadaporunaszarpas.—¿Alaric...?—Estámuerto—dijoLuke.Habíagrancantidaddedolorcontroladoensuvoz;aunqueapenashabíaconocidoaAlaric,Clary
supoqueelaplastantepesodelaculpapermaneceríaconélparasiempre.«Yésteeselmodoenelquepagaslalealtadciegaqueadquiristeatanbajoprecio,Lucian—dijo—.Dejandoquemueranporti.»
—Mipadrehaescapado—dijoJace—.ConlaCopa.—Suvozeraapagada—.Selaentregamosjustoaél.Hefracasado.
Luke dejó que una de susmanos cayera sobre la cabeza de Jace, quitándole los cristales de loscabellos.Aúnteníalaszarpasfuera,losdedosmanchadosdesangre,peroJacesoportósucontactocomosinoleimportara,ynodijonadaenabsoluto.
—Noestuculpa—repusoLuke,bajandolosojoshaciaClary.Los ojos azules mostraron una mirada firme y dijeron a la muchacha: «Tu hermano te necesita;
permanecejuntoaél».Ella asintió, y Luke les dejó y fue a la ventana. La abrió de par en par, dejando entrar en la
habitaciónunaráfagadeairequehizoparpadearlasvelas.Claryleoyóchillar,llamandoaloslobosquehabíaabajo.
LajovenvolvióaarrodillarsejuntoaJace.—Todovabien—dijoconvozentrecortada,aunqueestabaclaroquenoeraasí,ypodríanovolver
aserasíjamás;lepusolamanosobreelhombro.La telade la camisa teníaun tacto ásperobajo susdedos, estabaempapadade sudory resultaba
extrañamentereconfortante.—Hemosrecuperadoamimadre.Tetenemosati.Tienestodoloqueimporta.—Él tenía razón.Por esoyo era incapazdeobligarmea cruzar elPortal—murmuró Jace—.No
podíahacerlo.Nopodíamatarle.—Sólohabríasfracasadosilohubieseshecho.Nolecontestó,selimitóamurmuraralgoporlobajo.Ellanoconsiguióoírdeltodolaspalabras,
pero alargó lamanoy le quitó el trozode cristal. Jace sangrabapor dos finos y estrechos cortes allídondelohabíasujetado.Ellacolocóelfragmentoenelsueloylecogiólamano,cerrándolelosdedossobrelapalmaherida.
—Sinceramente,Jace—comenzó,conlamismadelicadezaconlaquelehabíatocado—,¿esquenosabesquenosedebejugarconcristalesrotos?
Élprofirióunsonidoparecidoaunarisaestranguladaantesdealargarlasmanosyenvolverlaenunabrazo.ClaryeraconscientedequeLukelesobservabadesdelaventana,perocerrólosojosconfirmezayenterróel rostroenelhombrodeJace.Elmuchachoolíaasalyasangre,ysólocuandosubocaseacercóalaorejadeellacomprendióquéeraloquedecía,loquehabíaestadomurmurandoantes,yeralaletaníamássimpledetodas:elnombredeClary,sólosunombre.
EPÍLOGO
Laascensiónseduce
Elpasillodelhospitaleracegadoramenteblanco.Trastantosdíasdeviviralaluzdelasantorchas,laslámparasdegasylasobrenaturalluzmágica,laluzfluorescentehacíaquelascosasparecieranplanasyanormales.CuandoClarydiosunombreenelmostradorderecepción,advirtióquelaenfermeraqueleentregabalahojadevisitateníaunapielqueresultabaextrañamenteamarillabajolafuerteiluminación.
«Talvezseaundemonio»,pensóClary,devolviendolahoja.—Laúltimapuertaalfinaldelpasillo—informólaenfermera,lanzándoleunasonrisaamable.«Otalvezestoyenloqueciendo.»—Losé—respondió—.Estuveaquíayer.«Yeldíaanterior,yeldíaanterioraése.»Eranlasprimerashorasdelatarde,yelpasillonoestabaatestado.Unancianoavanzabaarrastrando
unospiescalzadosconzapatillasdefelpayvestidoconunabata,llevandoarastrasunequipomóvildeoxígenotrasél.Dosmédicoscondosbatasquirúrgicasverdessosteníansendastazasdepoliestireno,conuna columnade vapor alzándose de la superficie del líquido en el aire gélido.Dentro del hospital larefrigeraciónestabaalmáximo,aunqueenelexterioreltiempohabíaempezadoaserporfinmásotoñal.
Claryencontrólapuertadelfinaldelpasillo.Estabaabierta.Miróalinterior,nodeseandodespertaraLukesiéstedormíaenlasillasituadajuntoalacama,talycomolohabíaestadohaciendolasúltimasdosvecesqueellahabíaaparecido.PeroestabaenpieyconsultandoconunhombrealtovestidoconloshábitoscolorpergaminodelosHermanosSilenciosos.Elhombrevolviólacabeza,comopercibiendolallegadadeClary,yéstavioquesetratabadelhermanoJeremiah.
Cruzólosbrazossobreelpecho.—¿Quéesloquesucede?Luke tenía aspecto agotado, con una desaliñada barba de tres días y las gafas subidas sobre la
cabeza.Lamuchachapudover el bultode losvendajesque todavía le rodeaban laparte superiordelpechobajolaholgadacamisadefranela.
—ElhermanoJeremiahseibaenestosmomentos—dijo.Alzandolacapucha,Jeremiahfuehacialapuerta,peroClarylecortóelpaso.—¿Y?—leinterrogó—.¿Vaaayudaramimadre?Jeremiah se acercómás, y ella pudo sentir el frío que emanabade su cuerpo, comovapor de un
iceberg.«Nopuedessalvaraotroshastaquetehayassalvadoatimismoprimero»,dijolavozensumente.—Esterollodelasgalletitasdelasuerteseestáquedandomuypasadodemoda—repusoClary—.
¿Quélepasaamimadre?¿Losabe?¿PuedenayudarlalosHermanosSilenciosostalycomoayudaronaAlec?
«Nosotrosnoayudamosanadie—dijoJeremiah—.NitampocoesdenuestraincumbenciaasistiraaquellosquesehanseparadovoluntariamentedelaClave.»
La muchacha se echó hacia atrás mientras Jeremiah pasaba junto a ella y salía al pasillo. Lecontemplóalejarse,mezclándoseconlamultitud,sinqueniunasolapersonalemiraradosveces.Cuandodejó que sus propios ojos se entrecerraran, vio la reluciente aura delglamour que lo envolvía, y sepreguntó qué veían ellos: ¿Otro paciente? ¿Un médico que andaba apresuradamente con una bataquirúrgica?¿Unvisitanteafligido?
—Decíalaverdad—dijoLukedesdedetrásdeella—.ÉlnocuróaAlec;lohizoMagnusbane.Ytampocosabequéesloquelepasaatumadre.
—Losé—replicóClary,volviendolacarahacialahabitación.Seacercóa lacamaconpaso fatigado.Resultabadifícil conectara lapequeña figurablancaque
yacíaallí recubiertaporencimaypordebajoporunenjambrede tubos,consuefervescentemadredecabellosllameantes.Desdeluego,suscabellosseguíansiendorojos,extendidossobrelaalmohadaigualqueunchaldehilocobrizo,perosutezestabatanpálidaqueaClarylerecordabaalaBellaDurmientedelmuseodeMadameTussaud,cuyopechoascendíaydescendíasóloporqueledabavidaunmecanismoderelojería.
Tomóladelgadamanodesumadreylasostuvo,talycomohabíahechoeldíaanterioryelanterioraése.SentíaelpulsolatiendoenlamuñecadeJocelyn,firmeeinsistente.
«Quieredespertar—pensóClary—.Séquequierehacerlo.»—Desdeluegoquequiere—dijoLuke,yClarysesobresaltóalcomprenderquehabíahabladoen
vozalta—.Lotienetodoparaquererponersebien,inclusomásdeloquepodríaimaginar.Claryvolvióadejarlamanodesumadresobrelacama,condelicadeza.—TerefieresaJace.—PorsupuestoquemerefieroaJace—replicóLuke—.Lehalloradodiecisieteaños.Sipudiera
decirlequeyanonecesitallorarle...—Seinterrumpió.—Dicenquelagenteencomaavecespuedeoírte—ofrecióella.Desde luego, los médicos habían dicho que aquello no era un coma corriente: ninguna herida,
ninguna falta de oxígeno, ningún repentino fallo cardíaco o cerebral lo había causado. Era como sisencillamenteestuvieradormida,ynoselapudieradespertar.
—Lo sé —dijo Luke—. He estado hablando con ella. Casi sin pausa. —Le lanzó una sonrisacansada—.Lehecontadolovalientequehassido.Loorgullosaqueestaríadeti.Suhijaguerrera.
Algoagudoydolorososealzóenelinteriordelagargantadelamuchacha,yellaloempujóhaciaabajo,apartando lamiradadeLukeparadirigirlaa laventana.Atravésdeellapodíaver lapareddeladrillolisodeledificiodeenfrente.Allínohabíahermosasvistasdeárbolesodeunrío.
—He hecho las compras que me pediste —indicó—. Compré mantequilla de cacahuete, leche,cerealesypan.—Hundiólamanoenelbolsillodelosvaqueros—.Tengoelcambio...
—Quédatelo—respondióLuke—.Puedesusarloparapagarteuntaxidevuelta.—Simonvaallevarmeencoche—informóClary;comprobóelrelojdemariposasquecolgabadel
llavero—.Dehecho,probablementeestéabajoahora.—Estupendo,mealegrodequevayasapasarunratoconél.—Lukeparecióaliviado—.Quédateel
dinerodetodosmodos.Cómpratecomidaparallevarestanoche.Lamuchachaabriólabocaparaprotestar, luegolacerró.Lukeera,comosumadresiemprehabía
dicho,unarocaentiemposdifíciles,sólida,conlaquesepodíacontarytotalmenteinquebrantable.—Veacasaluego,¿deacuerdo?Tambiéntúnecesitasdormir.—¿Dormir?¿Quiénnecesitadormir?—Semofóél,peroellalevioelcansancioenelrostrocuando
volvióasentarsejuntoallechodesumadrey,condelicadeza,alargólamanoparaapartarunmechóndepelodelrostrodeJocelyn.
Clarysediolavueltaconlágrimasenlosojos.LafurgonetadeEricestabaparadaalralentíjuntoalbordillocuandosalióporlapuertaprincipal
delhospital.Elcielodescribíaunarcoenloalto,conelperfectoazuldeuncuencodecerámica,yseoscurecíahastaalcanzaruntonozafirosobreelríoHudson,dondeelsolempezabaadescender.Simonseinclinóparaabrirlelapuertadesdedentro,yellaseencaramóalasientodelcopiloto.
—Gracias.—¿Adónde?¿Devueltaacasa?—preguntóél,metiendolafurgonetaeneltráficodelaPrimera.
—Nisiquieraséyadóndeestáeso—suspiróella.Simonlamiródereojo.—¿Sintiendolástimadetimisma,Fray?Sutonoeraburlónytierno.Siellamirabadetrásdeél,todavíapodíaverlasmanchasoscurasdel
asientotraseroenelquehabíayacidoAlec,sangrandosobreelregazodeIsabelle.—Sí.No.Nolosé—Volvióasuspirar,tirandodeunrizorebeldedecabellocobrizo—.Todoha
cambiado.Todoesdiferente.Avecesdeseoquetodopudieravolverasercomoeraantes.—Yono—respondióSimon,antesusorpresa—.¿Adóndevamos?Almenosdimesialazonaaltao
alcentro.—Al Instituto—respondióClary—.Lo siento—añadió, cuando él efectuó un cambio de sentido
terriblementeilegal.Lafurgoneta,girandosobredosruedas,chirrióamododeprotesta.—Deberíahabértelodichoantes.—Ajá—replicóSimon—.Nohasvueltoallíaún,¿verdad?Nodesde...—No,nodesde—repitióClary—.JacemetelefoneóymecontóqueAleceIsabelleestabanbien.
AlparecersuspadresestánregresandodeIdris,ahoraquealguienporfinleshacontadodeunavezloquerealmentesucedió.Estaránaquídentrodeunpardedías.
—¿Resultó raro, tener noticias de Jace? —preguntó Simon, con voz cuidadosamente neutral—.Quierodecir,desdequedescubristeque...
Suvozseapagó.—¿Sí? —preguntó Clary, la voz cortante—. ¿Desde que descubrí qué? ¿Que es un asesino
transvertidoqueabusasexualmentedelosgatos?—Nomesorprendequeesegatosuyoodieatodoelmundo.—Vamos,cállate,Simon—replicóella,enojada—.Séa loque te refieres,yno,no resultó raro.
Nuncasucediónadaentrenosotros,detodosmodos.—¿Nada?—repitióSimon,conlaincredulidadpatenteensutono.—Nada—repitióClaryconfirmeza,echandounvistazoporlaventanillaparaqueélnovieracómo
selesonrojabanlasmejillas.Pasaban ante una hilera de restaurantes, y vio el Taki's, brillantemente iluminado en la creciente
oscuridaddelcrepúsculo.DoblaronlaesquinajustocuandoelsoldesaparecíatraselrosetóndelInstituto,inundandolacalle
situadaabajoconuna luznacarinaquesóloellospodíanver.Simonparófrentea lapuertayapagóelmotor,agitandonerviosamentelasllavesenlamano.
—¿Quieresquesubacontigo?Ellavaciló.—No,deberíahacerloyosola.Viocómounaexpresióndesilusionadaaparecíaensurostro,perosedesvanecióenseguida.Simon,
sedijo,habíacrecidounabarbaridadduranteaquellasúltimasdossemanas,igualquelehabíasucedidoaella.Loqueestababien,puestoquenohabríaqueridodejarleatrás.Élerapartedeella,tantocomosutalentoparadibujar,elairepolvorientodeBrooklyn,larisadesumadreysupropiasangredecazadoradesombras.
—Deacuerdo—accedióSimon—.¿Necesitarásquetellevemástarde?Ellanegóconlacabeza.—Lukemediodineroparauntaxi.¿Quierespasartemañana?—añadió—.PodríamosverTrigun,
prepararunascuantaspalomitas.Nomeiríamalpasarunbuenratoenelsofá.Simonasintió.—Esosuenamuybien.
Seinclinóhaciaella,ylabesóligeramenteenelpómulo.Fueunbesotansuavecomoelrevoloteodeunahoja,peroellasintióunescalofríoenloshuesos.Lemiró.
—¿Creesquefueunacoincidencia?—preguntó.—¿Piensoquefuequéunacoincidencia?—¿QuefuéramosapararalPandemóniumlamismanochequeJaceylosotrosaparecieronporallí
persiguiendoaundemonio?¿LanocheantesdequeValentinefueraenbuscademimadre?Simonnegóconlacabeza.—Nocreoencoincidencias—dijo.—Yotampoco.—Perotengoqueadmitir—añadióél—que,coincidenciaono,resultóserunincidentefortuito.—LosIncidentesFortuitos—exclamóClary—.Aquítienesunnombreparaunabanda.—Esmejorquelamayoríadelosquesenoshanocurrido—admitióSimon.—Apuestoaquesí.Saltó fuera de la furgoneta, cerrando la puerta de un portazo tras ella, y le oyó tocar el claxon
mientrascorríaporelsenderohacialapuertasituadaentrelaslosasrecubiertasdemalezaylesaludabaconlamanosinvolverlacabeza.
El interior de la catedral estaba fresco y oscuro, y olía a lluvia y a papelmojado. Sus pisadasresonaroncon fuerzasobreel suelodepiedra,ypensóenJaceen la iglesiadeBrooklyn.«Puedequehaya unDios,Clary, y puede que no lo haya, pero no creo que tenga importancia.En cualquier caso,estamossolos.»
En el ascensor se miró a hurtadillas en el espejo mientras la puerta se cerraba con un sonidometálicoasuespalda.Lamayoríadelosmoratonesyarañazossehabíancuradohastaresultarinvisibles.Se preguntó si Jace la había visto alguna vez conun aspecto tan remilgado como el de hoy: se habíavestidoparaacudiralhospitalconunafaldanegraplisada,brillodelabiosrosayunablusaclásicaconcuellomarinero.Sedijoqueparecíaquetuvieraochoaños.
TampocoimportabaloqueJacepensarasobresuaspecto,serecordó,nienaquelmomentoninunca.Se preguntó si se comportarían alguna vez del modo en que lo hacían Simon y su hermana: con unamezcladeaburrimientoycariñosairritación.Noconseguíaimaginarlo.
Oyólossonorosmaullidosantesdequelapuertadelascensorseabrierasiquiera.—Hola,Iglesia—saludó,arrodillándosejuntoalabolagrisqueseretorcíaenelsuelo—.¿Dónde
estátodoelmundo?Iglesia, que estaba claro que quería que le rascaran la barriga, farfulló ominosamente. Clary se
rindióconunsuspiro.—Gatoloco—exclamó,rascandoconenergía—.¿Dónde...?—¡Clary!—EraIsabelle,irrumpiendoenelvestíbuloataviadaconunalargafaldaroja,loscabellos
sujetosenloaltodelacabezaconpasadoresenjoyados—.¡Esfantásticoverte!CayósobreClaryconunabrazoquecasilehizoperderelequilibrio.—Isabelle—jadeóella—.Tambiénmealegrodeverte—añadió,permitiendoqueIsabelletirarade
ellaparaponerlaenpie.—Estabatanpreocupadaporti—indicóIsabelleconviveza—.Despuésdequeosmarcharaisala
bibliotecaconHodge,yyomequedaraconAlec,oíunestallidodelomásaterrador;cuandolleguéalabiblioteca,desde luego,yanoestabais,y todoestabadesperdigadoporelsuelo.Yhabíasangreyunasustancianegrapegajosaportodaspartes—Seestremeció—.¿Quéeraesacosa?
—Unamaldición—respondióClaryenvozqueda—.LamaldicióndeHodge.—Ah,claro—exclamóIsabelle—.JacemehablódeHodge.—¿Lohizo?—Clarysesorprendió.—¿Que consiguió que le quitaran la maldición y se marchó? Sí, me lo contó. Podría haberse
quedadoparadeciradiós,digoyo—añadió lamuchacha—.Estoyun tantodecepcionadaconél.PeroimaginoquetuvomiedodelaClave.Acabaráponiéndoseencontacto,apuestoaquesí.
AsíqueJacenoleshabíacontadoqueHodgeloshabíatraicionado,sedijoClary,nomuyseguradecómosesentíarespectoaeso.Aunquedetodosmodos,siJaceintentabaahorrarleaIsabelleconfusiónydecepción,quizáellanodeberíaintervenir.
—En cualquier caso—siguió Isabelle—, fue horrible, y no sé qué habría hecho si Magnus nohubieseaparecidoyhechomagiaparadevolverlelasaludaAlec.¿Esesounaexpresión,«hacermagia»?—arrugó las cejas—. Jacenos contó todo lo sucedido en la isla después.En realidad, nos enteramosinclusoantes,porqueMagnusestuvohablandoporteléfonosobreellotodalanoche.TodoelSubmundoeraunhervidero.Eresfamosa,yasabes.
—¿Yo?—Claro.LahijadeValentine.Claryseestremeció.—EntoncessupongoqueJacetambiénesfamoso.—Losdos sois famosos—replicó Isabelle con lamismavoz llenadevivacidad—.Los famosos
hermanos.ClarymiróaIsabelleconcuriosidad.—Noesperabaqueestuvierastancontentadeverme,deboadmitirlo.Laotrajovensellevólasmanosalascaderasconexpresiónindignada.—¿Porquéno?—Nopensabaqueyotegustaratanto.LavivacidaddeIsabellesedesvanecióybajólosojoshacialosplateadosdedosdelospies.—Yotampocopensabaqueasífuera—admitió—.PerocuandofuiabuscarosatiyaJace,yhabíais
desaparecido...—Suvozseapagó—.Nomesentípreocupadasóloporél;estabapreocupada tambiénporti.Hayalgotan...tranquilizadorenti.YJacemejoratantocuandotúestásporaquí.
LosojosdeClaryseabrierondeparenpar.—¿Deveras?—Sí,deverdad.Dealgúnmodoesmenosmordaz.Noesqueseamásamable,sinoquedejaqueuno
veaquehayamabilidadenél.—Hizounapausa—.Ysupongoquesentíacelosdetialprincipio,peroahoramedoycuentadequeeraestúpido.Sóloporquenuncahayatenidounaamiganosignificaquenopuedaaprenderateneruna.
—Tambiényo,laverdad—dijoClary—.¿Isabelle?—¿Sí?—Notienesquefingirseramable.Megustasmáscuandosimplementeerestúmisma.—¿Maliciosa,quieresdecir?—inquirióella,yrió.Clary estaba a punto de protestar cuando Alec cruzó la entrada balanceándose sobre un par de
muletas.Llevabaunapiernavendada,conlosvaquerosenrolladoshastalarodilla,yhabíaotrovendajeensusien,bajolososcuroscabellos.Apartedeeso,teníaunaspectoextraordinariamentesaludableparaalguienquehabíaestadoapuntodemorircuatrodíasantes.Agitóunamuletaamododesaludo.
—Hola—dijoClary,sorprendidadeverlelevantadoyandando—.¿Estás...?—¿Bien? Estoy perfectamente—respondióAlec—.Ni siquiera necesitaré estas cosas dentro de
unospocosdías.Unasensacióndeculpabilidadobstruyó lagargantadeClary.Denohabersidoporella,Alecno
tendríaqueusarmuletas.—Realmentemealegrodequeestésbien,Alec—aseguró,poniendoensuvoz todalasinceridad
quepudoreunir.Alecpestañeó.
—Gracias.—¿AsíqueMagnustecuró?—inquiriólamuchacha—.Lukedijo...—¡Sí!—exclamó Isabelle—. Fue tan impresionante.Apareció, hizo salir a todo elmundo de la
habitaciónycerrólapuerta.Nodejabandeestallarchispasazulesyrojasenelpasilloprocedentesdedebajodelsuelo.
—Norecuerdonadadeeso—indicóAlec.—Luego permaneció sentado junto a la cama de Alec toda la noche y hasta la mañana para
asegurarsedequedespertabaperfectamente—añadióIsabelle.—Tampocorecuerdoeso—seapresuróaañadirAlec.LoslabiosrojosdeIsabellesecurvaronenunasonrisa.—¿MepreguntocómosupoMagnusquedebíavenir?Selopregunté,peronoquisodecirlo.ClarypensóenelpapeldobladoqueHodgehabíaarrojadoal fuegodespuésdequeValentine se
marchara.Eraunhombreextraño,quesehabíatomadoeltiemponecesarioparahacerloquepodíaparasalvaraAlecinclusoalavezquetraicionabaatodos,yatodo,losquelehabíanimportadojamás.
—Nolosé—dijo.Isabelleseencogiódehombros.—Imaginoquelooyóenalgunaparte.Lociertoesquepareceestarconectadoaunaenormeredde
chismorreos.Estodouncotilla.—Es el GranBrujo de Brooklyn, Isabelle—le recordóAlec, pero no sin cierto tono divertido;
luegovolviólacabezahaciaClary—.Jaceestáarribaenel invernaderosiquieresverle—dijo—.Teacompañaré.
—¿Tú?—Claro.—Alecpareciósóloligeramenteincómodo—.¿Porquéno?ClarydirigióunaojeadaaIsabelle,queseencogiódehombros.LoquefueraqueAlectramara,no
lohabíacompartidoconsuhermana.—Id—dijoésta—.Yotengocosasquehacerdetodosmodos.—Agitóunamanoensudirección—.
Largo.Se pusieron enmarcha por el pasillo juntos.El paso deAlec era rápido, incluso conmuletas, y
Clarytuvoquecorrerunpocoparamantenerseasualtura.—Mispiernassoncortas—lerecordó.—Losiento.—Aminoróelpaso—.Oye—empezó—,esascosasquemedijiste,cuando techillé
respectoaJace...—Lorecuerdo—repusoellaconvozqueda.—Cuandomedijistequetú,yasabes,queyoerasimplemente...,queeraporque...—Parecíatener
problemasparaformarunafrasecompleta,asíquevolvióaintentarlo—.Cuandodijistequeyoera...—Alec,no.—Deacuerdo.Noimporta.—Cerróloslabiosconfuerza—.Noquiereshablarsobreello.—Noeseso.Esquemesientofatalporloquedije.Fuehorrible.Nolopensabaenabsoluto...—Peroeracierto—afirmóél—.Cadapalabra.—Esonoquieredecirqueestébien—replicóella—.Notodoloqueesciertonecesitaserdicho.
Fuemezquino.YcuandodijequeJacemehabíadichoquenuncahabíasmatadoaundemonio,éldijoqueeraporquesiempreleestabasprotegiendoaélyaIsabelle.Eraalgobuenoloquedecíarespectoati.Jacepuedeserunestúpido,pero...—«Tequiere»,estuvoapuntodedecir,yseinterrumpió—.Nuncahadichounamalapalabrasobreti,jamás.Lojuro.
—Notienesquejurar—repusoél—.Yalosé.Sonabatranquilo,inclusosegurodesímismodeunmodoqueellanolehabíaoídonunca.Lemiró,
sorprendida.
—SéquetampocomatéaAbbadon.Peroagradezcoquemedijerasquelohabíahecho.Clarylanzóunarisatrémula.—¿Agradecesquetemintiera?—Lo hiciste como un gesto de amabilidad —contestó—. Significa mucho que fueras amable
conmigo,inclusodespuésdecómotetraté.—CreoqueJacesehabríaenojadomuchoconmigopormentirtedenohaberestadotantrastornado
enaquellosmomentos—comentóClary—.Notanfuriosocomoestaríasisupieraloquetehabíadichoyoantes,detodosmodos.
—Tengounaidea—repusoAlec,sonriendo—.Noselodigamos.QuierodecirquequizáJaceseacapazdedecapitaraundemoniodu'sienaunadistanciadequincemetrossóloconunsacacorchosyunagomaelástica,peroavecescreoquenosabemuchosobrelaspersonas.
—Supongoquesí.Habíanllegadoalpiedelaescaleradecaracolqueconducíaaltejado.—Nopuedosubir.—Alecgolpeólamuletacontraunpeldañodemetal,yéstelanzóunlevetañido.—Nopasanada.Puedoencontrarelcamino.Elmuchachohizocomosifueraadarselavuelta,luegovolvióadirigirleunavelozmirada.—Tendríaquehaberadivinadoqueeras lahermanadeJace—dijo—.Losdosposeéiselmismo
talentoartístico.Clarysedetuvo,conelpieenelprimerpeldaño.Sesintiódesconcertada.—¿Jacedibuja?—Quéva.Alsonreír,losojosdeAlecseiluminaronigualquelámparasazules,yClarycomprendióquéeralo
queMagnushabíahalladotancautivadorenél.—Simplementebromeaba.Esincapazdetrazarunalínearecta.Con una risita divertida, se alejó balanceándose sobre las muletas. Clary le observó marchar,
estupefacta.UnAlecquehacíachistesybromeabarespectoaJaceeraalgoaloquepodíaacostumbrarse,inclusoaunquesusentidodelhumorfuerauntantoinexplicable.
Elinvernaderoestabatalycomolorecordaba,aunqueelcieloporencimadeltechodecristaleradecolorzafiroenesosmomentos.Elolorlimpioyjabonosodelasfloresledespejólamente.Inspirandoprofundamente,seabriópasoporentrelashojasylasramasdensamenteentrelazadas.
HallóaJacesentadoenelbancodemármolenelcentrodelinvernadero.Teníalacabezainclinada,yparecíadarvueltasociosamenteaunobjetoqueteníaenlasmanos.Alzólosojoscuandoellaseagachóparapasarbajounarama,ycerróatodaprisalamanosobreelobjeto.
—Clary—sonósorprendido—.¿Quéhacesaquí?—Hevenidoaverte—respondióella—.Queríasabercómoestabas.—Estoyperfectamente.Llevabavaquerosyunacamisetablanca.Susmoretonesnohabíandesaparecidodeltodoaún,yeran
comomanchasoscurassobrelacarneblancadeunamanzana.Porsupuesto,sedijo,lasheridasauténticaseraninternas,ocultasatodoslosojosexceptoalosdelpropioJace.
—¿Quéeseso?—preguntó,señalandosumanocerrada.Élabriólosdedos.Unirregularfragmentodealgoplateadodescansabasobrelapalma,brillando
azulyverdeenlosbordes.—UnpedazodelespejoPortal.Clarysesentóenelbancojuntoaél.—¿Vesalgoenél?Jacelogiróunpoco,dejandoquelaluzdiscurrierasobreéligualqueagua.—Trozosdecielo.Árboles,unsendero...Nodejodeinclinarlo,intentandoverlacasasolariega.Mi
padre.—Valentine—corrigióella—.¿Porquéquerríasverle?—PensabaquealomejorpodríaverquéhacíaconlaCopaMortal—respondióéldemalagana—.
Dóndeestá.—Jace,esoyanoesnuestraresponsabilidad.Noesnuestroproblema.AhoraquelaClavesabepor
finloquehasucedido,losLightwoodvuelven.Queseocupenellos.Entonces sí que lamiró, y ella se preguntó cómopodía ser que fueran hermanos y parecerse tan
poco.¿Nopodríaellaalmenoshaberconseguidolasoscuraspestañasrizadasolospómulosangulosos?Noparecíamuyjusto.
—Cuandomiré a través del Portal y vi Idris—explicó él—, supe exactamente lo queValentineintentabahacer;queríaversiyomevendríaabajo.Ynoimportaba...,yoseguíaqueriendoiracasaconmásganasdeloquepodríahaberimaginado.
Ellameneónegativamentelacabeza.—NoveoquéhayqueseatanfantásticorespectoaIdris.Noesmásqueunlugar.Delmodoenque
Hodgeytúhabláisdeél...—Seinterrumpió.Jacevolvióacerrarlamanosobreelfragmento.—Fuifelizallí.Fueelúnicolugardondehesidofelizdeesemodo.Claryarrancóuntallodeunarbustocercanoyempezóaquitarlelashojas.—SentistelástimaporHodge.EsporesoquenohascontadoaAlecyaIsabelleloquerealmente
hizo.Élseencogiódehombros.—Seacabaránenterando,yalosabes.—Losé.Peronoseréyoquienselocuente.—Jace...—La superficiedel estanqueeraverdedebidoa lashojas caídas—.¿Cómopudiste ser
felizallí?Séloquepensabas,peroValentinefueunpadreterrible.Matóatusmascotas,temintió,yséquetepegó...,nisiquierapretendasquenolohizo.
UnatisbodesonrisacruzóporelrostrodeJace.—Sólounjuevessíyotrono.—Entoncescómo...—Fuelaúnicavezquemesentísegurosobrequiénera.Adóndepertenecía.Suenaestúpido,pero...
—Seencogiódehombros—.Matodemoniosporqueesparaloquesirvoyloquemeenseñaronahacer,peroesonoesquiénsoy.Yenparte soybuenoenelloporquedespuésdepensarquemipadrehabíamuerto,mequedé...liberado.Nohabíaconsecuencias.Nadiequellorara.Nadiequesintierauninterésenmividaporquehabíatomadoparteendármela.—Surostroparecíacomosihubiesesidoesculpidoenalgoduro—.Yanosientoeso.
Eltallosehabíaquedadototalmentesinhojas;Claryloarrojóaunlado.—¿Porquéno?—Debidoa ti—respondióél—.Denoserpor ti,mehabríamarchadoconmipadrea travésdel
Portal.Denoserporti,iríatrasélahoramismo.Claryclavólamiradaenelestanquellenodehojas.Lagargantaleardía.—Pensabaqueyotehacíasentirinquieto.—He pasado tanto tiempo solo—se limitó a decir él—, que creo queme angustiaba la idea de
sentirquepertenecíaaalgunaparte.Perocontigosientoquepertenezcoaquí.—Quieroquevengasaunsitioconmigo—repusoelladeimproviso.Lamiródesoslayo.Algoenelmodoenquesusclaroscabellosdoradoslecaíansobrelosojosla
hizosentirinsoportablementetriste.—¿Dónde?
—Esperabaquevinierasalhospitalconmigo.—Losabía—Susojosseentrecerraronhastaparecerbordesdemonedas—.Clary,esamujer...—Tambiénestumadre,Jace.—Losé—dijoél—.Peroesunadesconocidaparamí.Nuncahetenidomásqueunprogenitor,yél
sehaido.Espeorquesiestuvieramuerto.—Losé.Yséquedenadasirvedecirtelofantásticaqueesmimadre,lapersonatanestupenday
maravillosaqueesyqueseríasmuyafortunadosilaconocieras.Notepidoestoporti,telopidopormí.Creoquesioyeratuvoz...
—Entonces¿qué?—Podríadespertar.—Lemiróconfijeza.Éllesostuvolamirada,luegolarompióconunasonrisa..., torcidayunpocomaltrecha,perouna
auténticasonrisa.—Estupendo.Irécontigo.—Sepusoenpie—.Notienesquedecirmecosasbuenassobretumadre
—añadió—.Yalasconozco.—¿Sí?Jaceseencogióligeramentedehombros.—Tecrióati,¿noescierto?—Echóunvistazoaltejadodecristal—.Elsolcasisehapuesto.Claryselevantó.—Deberíamosirhaciaelhospital.Yopagaréeltaxi—añadióenelúltimomomento—.Lukemedio
unpocodedinero.—Eso no será necesario. —La sonrisa de Jace se hizo más amplia—. Ven. Tengo algo que
enseñarte.
—Pero¿dóndelaconseguiste?—inquirióClary,contemplandolamotocicletaposadasobreelbordedeltejadodelacatedral.
Eradeunlustrosoverdeveneno,conruedasribeteadasenplataybrillantesllamaspintadasenelasiento.
—Magnussequejabadequealguienselahabíadejadofueradesucasalaúltimavezquediounafiesta—explicóJace—.Leconvencíparaquemeladiera.
—¿Yhasvoladoconellahastaaquíarriba?Claryleseguíamirandoasombrada.—Ajá.Empiezoasermuybuenoeneso.—Pasóunapiernaporencimadelasiento,y lehizouna
señaparaquefueraasentarsedetrásdeél—.Vamos,telomostraré.—Bueno, al menos esta vez sabes que funciona —repuso ella, colocándose detrás—. Si nos
estrellamosenelaparcamientodeunsupermercado,temataré,¿teenteras?—Noseasridícula—respondióJace—.NohayestacionamientosenelUpperEastSide.¿Porqué
conducircuandopuedeshacerquetetraiganloscomestiblesacasa?Lamotosepusoenmarchaconunrugido,ahogandosuscarcajadas.Conunchillido,Claryseagarró
asucinturónalmismotiempoquelamotocicletadescendíaatodavelocidadporeltejadoinclinadodelInstitutoysalíadisparadaalespacio.
Elvientotiródesuscabellosamedidaqueseelevabanmásymásporencimadelacatedral,porencimadelostejadosdelosedificiosdemuchasplantasylosbloquesdeapartamentoscercanos.Yallíestaba, extendida ante ella como un joyero abierto con descuido, aquella ciudad más populosa ysorprendente de lo que ella había imaginado jamás. Allí estaba el rectángulo verde de Central Park,dondelascortesde lashadassereuníanen lasnochesdeverano;allíestabanlas lucesde losclubsybaresdelcentro,elPandemóniumdondelosvampirosdejabantranscurrirlanochebailando;allíestabanloscallejonesdeChinatownporlosqueloshombreslobodeambulabansigilosamentedurantelanoche,
con las lucesde la ciudad reflejándose en supelaje.Por allí deambulaban losbrujos con sus alasdemurciélagoyojosfelinos,yahíabajo,cuandosedesviaronparapasarsobreelrío,distinguióelvelozcentelleo de aletas multicolores bajo la piel plateada del agua, el brillo trémulo de largas melenassalpicadasdeperlas,yoyólasagudasyondulantesrisasdelassirenas.
Jacevolviólacabezaparamirarporencimadelhombro,conelvientoenmarañandosuscabellos.—¿Enquépiensas?—legritó.—Sóloenlodistintoqueestodolodeahíabajoahora,yasabes,ahoraquepuedover.—Todo ahí abajo es exactamente igual—negó él, inclinando lamotocicleta en dirección alEast
River,dirigiéndosedenuevohaciaelpuentedeBrooklyn—.Erestúlaqueesdiferente.LasmanosdeClarysecerraronconfuerzasobresucinturónamedidaquedescendíanmásymás
sobreelrío.—¡Jace!—No tepreocupes.—Sonabaenloquecedoramentedivertido—.Sé loquehago.Nopretendoque
nosahoguemos.Ellaentrecerrólosojosparaprotegerlosdelfuerteviento.—¿VasaponerapruebaloqueAlecdijosobrequealgunasdeestasmotospuedenfuncionarbajoel
agua?—No.—Enderezó lamotocicleta con cuidadomientras se alejaban de la superficie del agua—.
Creoquenoesmásqueuncuento.—PeroJace—replicóella—.Todosloscuentossonciertos.Noleoyóreír,perolonotó,vibrandoatravésdesucajatorácicaypenetrándoleenlasyemasde
los dedos. Se sujetó con fuerzamientras él dirigía lamoto hacia arriba, acelerándola tanto que saliódisparada hacia adelante y ascendió como una exhalación a lo largo del puente, igual que un pájaroliberadodeunajaula.Elestómagolediounvuelcocuandoelríoplateadosealejóvertiginosamenteylasagujasdelpuentesedeslizaronbajosuspies,peroenestaocasiónClarymantuvolosojosabiertos,parapodercontemplarlotodo.
Fin