Vocacin y Misin de los Laicos en la Iglesia y en el MundoSntesis
de la Exhortacin Apostlica de S.S. Juan Pablo II: CHRISTI FIDELES
LAICI.
INTRODUCCION LOS LAICOS son llamados por JESS para trabajar en
su VIA construyendo el REINO DE DIOS en este MUNDO, tomando parte
activa, consciente y responsable en la misin de la IGLESIA en esta
hora dramtica de la historia, ante la llegada inminente del TERCER
MILENIO. (ver No.2, prrafo 4 de la Exhortacin Apostlica:
Christifideles Laici). A nadie le es lcito permanecer ocioso dentro
de la Iglesia; no hay lugar para el ocio (No. 3, prrafo 2). Por eso
se nos invita a mirar cara a cara este mundo con sus valores y
problemas, inquietudes y esperanzas, conquistas y derrotas y
preguntarnos cul es el rostro actual de la "tierra" y del "mundo"
en el que los cristianos han de ser "sal" y "luz"? Se nos insiste
en que es muy grande la diversidad de situaciones y problemas que
hoy existen en el mundo y que adems estn caracterizados por la
creciente aceleracin del cambio. Por eso es absolutamente necesario
guardarse de generalizaciones y simplificaciones indebidas.
Presenta algunas tendencias que sobresalen en la sociedad actual
aunque en forma de contraste: secularismo (No. 4, prrafos 1 y 2) y
necesidad de lo religioso No.4, prrafo 3); exaltacin y desprecio de
la dignidad de la persona humana (No. 5). Reconoce como uno de los
grandes signos de nuestro tiempo la creciente necesidad de
PARTICIPACION. Finalmente insta a la Iglesia a realizar esfuerzos
para que la humanidad llegue a una verdadera sociedad de COMUNION Y
PARTICIPACION (No. 7, prrafos del 1 al 4). Jesucristo, esperanza de
la humanidad (No. 7, prrafo 5). Reflexin personal
Recordando la frase de San Gregorio Magno: "Fjese cada uno en su
modo de vivir y comprueben si ya son obreros del Seor. Examine cada
uno lo que hace y considere si trabaja en la via del Seor". Qu es
lo que nos dice la INTRODUCCION de Christifideles Laici?
CAPTULO I Yo soy la Vid, vosotros los sarmientos La dignidad de
los fieles laicos en la Iglesia-Misterio. 1. Los laicos no son
simplemente los obreros que trabajan en la via, sino que forman
parte de la via misma: "Yo soy la Vid y ustedes los sarmientos"
(No.8, prrafo 1). 2. La Iglesia misma es la via evanglica. En ella
se revela el misterio de vida y amor del Padre, del Hijo y del
Espritu Santo, como don absolutamente gratuito que se ofrece a
cuantos han nacido del agua y del Espritu (No.8, prrafo 5). 3. Slo
dentro de la Iglesia como misterio de comunin se revela la
identidad de los laicos y su original dignidad. Y slo dentro de esa
dignidad se pueden definir su vocacin y misin en la Iglesia y en el
mundo (No.8, prrafo 6). 4. Laicos, parte integrante de la Iglesia.
Carcter peculiar de su vocacin (No.9, prrafo 2). 5. Los laicos no
slo pertenecemos a la Iglesia, sino que somos Iglesia (No.9, prrafo
3). 6. Por el Bautismo hemos sido incorporados a la vida
trinitaria, para ser Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo (No.12),
Templo del Espritu Santo (No.13), asumiendo la triple funcin de ser
sacerdotes, reyes y profetas (No.14, prrafo 2). 6. Llamados a la
santidad (No. 16, prrafo 1), para contribuir desde dentro a modo de
fermento, en la santificacin del mundo, siendo sal, luz y
levadura.
7. Santificarse en el mundo (N.17, prrafo 1). Reflexin personal
Todos los bautizados estn invitados a escuchar de nuevo estas
palabras de San Agustn: "ALEGRMONOS Y DEMOS GRACIAS, PORQUE POR EL
BAUTISMO HEMOS SIDO HECHOS NO SOLAMENTE CRISTIANOS, SINO
CRISTO...PASMAOS Y ALEGRAOS: HEMOS SIDO HECHOS CRISTO".
CAPTULO II Sarmientos todos de la nica Vid. La participacin de
los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunin. 1. Si en el
primer captulo se nos deca que por el BAUTISMO nos insertamos en la
Iglesia-Misterio que participa de la VIDA TRINITARIA,
convirtindonos en un pueblo congregado en la unidad del Padre, del
Hijo y del Espritu Santo (como deca San Cipriano), esta
participacin en el misterio trinitario es la que genera en nosotros
una vida-de-comunin (No.18). 2. La Iglesia debe ser COMUNIN por
exigencia de su propio misterio. Es el KERYGMA (Trinitario) el que
produce la KOINONA (comunin) y la DIAKONIA (misin). Solamente una
IGLESIA-COMUNIN puede ser en el mundo autntico sacramento de la
Trinidad. La eclesiologa de comunin es la idea central y
fundamental de los documentos del Concilio (No. 19). 4. Los
ministerios y los carismas, dones del Espritu a la Iglesia y al
mundo (No.21, prrafo 1). 5. Los Ministerios ordenados son servicios
a la iglesia "in persona Christi capitis" (personificando a Cristo
Cabeza) (No.22). 6. Ministerios, oficios y funciones de los laicos
(No.23, prrafo 3), diferentes a las de los ministros ordenados
(No.23, prrafo 9).
7. Los Carismas son dones e impulsos particulares con los que el
Espritu enriquece a su Iglesia (N. 24). 8. La participacin de los
laicos en la vida de la Iglesia se da a travs de su compromiso en
las Iglesias particulares, de las dicesis (No.25, prrafos 1al 4) y
de manera especial en las parroquias (No.27, prrafos del 1 al 4).
9. La participacin de los Laicos en la vida de la Iglesia puede ser
de cada persona singular (No. 28, prrafos 4 y 5) y a travs de
asociaciones de fieles (No. 29,prrafo 2), que es un derecho (No.29,
prrafo 7 y 8). El juicio de estas formas de asociacin de los fieles
laicos debe tener en cuenta los criterios de discernimiento (No.
30). Reflexin personal Medita esta frase de San Gregorio Magno: "El
bien de todos se convierte en el bien de cada uno; y el bien de
cada uno se convierte en el bien de todos. En la Iglesia, cada uno
sostiene a los dems y los dems le sostienen a l".
CAPTULO III Os he destinado para que vayis y deis fruto. La
corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misin. 1. La
comunin y la misin estn profundamente unidas entre s, se
compenetran y se implican mutuamente hasta tal punto que la comunin
representa a la vez la fuente y el fruto de la misin: la comunin es
misionera y la misin es para la comunin (No. 32, prrafo 4). 2. Los
fieles laicos estn plenamente implicados en la misin evangelizadora
de la Iglesia (No.34, prrafo 4). 3. Ha llegado la hora de emprender
una nueva evangelizacin, que debe llegar a formar Comunidades
eclesiales maduras, y en esta tarea los laicos juegan un papel
importante (No.34, prrafos 9 y 10).
4. La Iglesia tiene como fin supremo el Reino de Dios que es
fuente de plena liberacin y salvacin para todos los hombres (No.
36, prrafo 1). 4. Los fieles laicos, por su "ndole secular" ocupan
un puesto concreto en la tarea de la Iglesia de hacer de la ms
humana la familia de los hombres (No. 36, prrafos 4 y 5). 5. El
matrimonio y la familia constituyen el primer campo para el
compromiso social de los fieles laicos (No.40, prrafo 4). 6. Los
laicos de ningn modo pueden abdicar de su participacin en la accin
econmica, social, legislativa, administrativa y cultural (No. 42,
prrafo 2). 7. Evangelizar la cultura (No.44, prrafo 1). Resumiendo:
Amplio y complejo es el CAMPO DE LOS LAICOS para su actividad
evangelizadora: la poltica, la realidad social, la economa, la
cultura, las ciencias y las artes, la vida intelectual, los medios
de comunicacin social; y tambin otras realidades particularmente
abiertas a la evangelizacin, como la pareja, la vida conyugal, la
familia, la educaci6n de los hijos, el trabajo con adolescentes y
jvenes; el trabajo profesional, el sufrimiento. Reflexin personal
Los laicos, por el dilatado campo de nuestra accin evangelizadora,
tenemos una gran responsabilidad en la transformaci6n de la
sociedad, por medio de la gestacin de una "cultura de la
solidaridad" en estructuras de "comunin" y "participacin".
CAPITULO IV Los obreros de la Via del Seor. Buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios. 1. El Dios de la
Vida nos llama a trabajar por el advenimiento del Reino de Dios,
segn la diversidad de vocaciones y situaciones, carismas y
funciones. Es una variedad ligada no s1o a la edad, sino tambin
a las diferencias de sexo y a la diversidad de dotes, a las
vocaciones y condiciones de vida; es una variedad que hace ms viva
y concreta la riqueza de la Iglesia (No. 45). 2. Una especial
atencin se pone en los jvenes. Ellos representan la mitad de la
entera poblacin y a menudo la mitad numrica del mismo pueblo de
Dios (No. 46, prrafo 1). Ellos deben ser sujetos activos de la
evangelizacin y de la renovacin social (No. 46, prrafo3). 3. Tambin
reconoce que los nios y los adolescentes son una parte de la
Iglesia que no se puede descuidar (No.47). 4. De los ancianos dir
hermosamente: "La entrada en la tercera edad ha de considerarse
como un privilegio; y no slo porque no todos tienen la suerte de
alcanzar esta meta, sino tambin porque este es el perodo de las
posibilidades concretas de volver a considerar mejor el pasado, de
conocer y vivir ms profundamente el misterio pascual, de
convertirse en ejemplo en la Iglesia para todo el Pueblo de Dios"
(No. 48). 5. Dedica un largo espacio a reflexionar sobre la
dignidad, identidad, derechos y misin de la MUJER en la sociedad y
en la Iglesia (No. 49, 50 y 51). 6. Tambin dedica un largo numero a
los ENFERMOS, ya que tambin ellos son enviados como obreros a su
via. Seala que hay que considerar al enfermo, al minusvlido, al que
sufre, no simplemente como trmino del amor y del servicio de la
Iglesia, sino mas bien como sujeto activo y responsable de la obra
de evangelizacin y salvacin (No.53 y 54). 7. El ltimo nmero lo
dedica a los diversos ESTADOS DE VIDA que existen en la Iglesia.
Obreros de la via son todos los miembros del Pueblo de Dios: los
sacerdotes, los diconos, los religiosos y religiosas, los laicos;
todos trabajando en la nica y comn via del Seor con carismas y
ministerios diversos y complementarios (No.55). Reflexin personal
Reflexiona en esta frase que nos dice San Pedro: "Que cada cual
ponga al servicio de los dems la gracia que ha recibido, como
buenos administradores de las diversas gracias y dones de Dios" (I
Pedro 1,10).
CAPTULO V Para que deis ms fruto. La formacin de los fieles
laicos. 1. La formacin de los fieles laicos se ha de colocar entre
las prioridades de la dicesis (No. 57, prrafo 5). 2. La formacin de
los laicos tiene como objetivo fundamental el descubrimiento cada
vez ms claro de la propia VOCACION y la disponibilidad siempre
mayor para vivirla en el cumplimiento de la propia MISIN (No.58,
prrafos 1). 3. Dios me llama y me enva como obrero a su via; me
llama y me enva a trabajar para el advenimiento de su Reino en la
historia (No.58, prrafo 2) y en esa tarea me va revelando su plan
amoroso para mi vida (No. 58, prrafo 3). 4. Lo que hace falta para
descubrir la voluntad concreta del Seor sobre nuestra vida (No. 58,
prrafo 4). 5. No se trata slo de saber lo que Dios quiere de
nosotros, sino de hacer lo que Dios quiere (No.58, prrafo 6). 6. La
formacin debe llevar a vivir su vida en la unidad, no vidas
separadas en lo espiritual y lo secular (No. 59). 7. Enfatiza los
diversos aspectos a subrayar en la formacin laical: la formacin
espiritual, bblica, litrgica, catequstica, teolgica, social,
pastoral, moral, sexual (No.60). 8. Seala que la formacin no es el
privilegio de algunos, sino un derecho y un deber de todos, para
poder realizar su plena vocacin humana y cristiana (No. 63, prrafo
1). 9. No se da formacin verdadera y eficaz si cada uno no asume y
no desarrolla por s mismo la responsabilidad de la formacin... En
esencia, la formacin se configura como auto-formacin (No. 63,
prrafo 2 y 4).
10. Usando los medios y mtodos de las ciencias humanas, la
formacin sin embargo, es tanto ms eficaz cuanto ms se deja llevar
por la accin de dios (N. 63, prrafo 6). Reflexin personal "Solo el
sarmiento que no teme dejarse podar por el viador, da ms fruto para
s y para los dems".Juan Pablo II EXHORTACIN APOSTLICA
POST-SINODAL
CHRISTIFIDELES LAICI"Sobre Vocacin y Misin de los laicos en la
Iglesia y en el mundo." Resumen: Roger Leiva Alfaro La Encclica
sobre Los fieles laicos (Christi Fideles Laici), cuya Vocacin y
misin en la Iglesia y en el mundo a los veinte aos del Concilio
Vaticano II trata el Tema del Snodo de los Obispos de 1987. Tomando
como punto de referencia la Parbola de la Via de Mateo. El Snodo ha
tenido lugar en Roma entre el 10 y el 30 de octubre de 1987.
ESQUEMAINTRODUCCIN I. YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS La
dignidad de los fieles laicos en la Iglesia - Misterio. - El
Misterio de la Via. - Quienes son los fieles laicos. - El Bautismo
y la novedad cristiana. - Partcipes del oficio sacerdotal proftico
y real de Jesucristo. - Los fieles laicos y la ndole secular. -
Llamados a la Santidad. II. SARMIENTOS TODOS DE LA NICA VID. La
participacin de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunin.
- El Misterio de la Iglesia - Comunin. - Los ministerios y los
carismas, dones del Espritu a la Iglesia. - La participacin de los
fieles laicos en la vida de la Iglesia. - Formas de participacin en
la vida de la Iglesia. III. OS HE DESTINADO PARA QUE VAYIS Y DEIS
FRUTO. La correspondencia de los fieles laicos en la Iglesia -
Misin. - Comunin Misionera. - Anunciar el Evangelio.
- Vivir el evangelio sirviendo a la Persona y a la sociedad. IV.
LOS OBREROS DE LA VIA DEL SEOR Buenos administradores de la
multiforme gracia de Dios. - La Variedad de los Vocaciones. -
Jvenes, nios, ancianos. - Mujeres y hombres. - Los enfermos y los
que sufren. - Estados de vida y vocaciones. V. PARA QUE DEIS MAS
FRUTO. La formacin de los fieles laicos. - Madurar continuamente. -
Descubrir y vivir la propia vocacin y misin. - Una formacin
integral para vivir en la unidad. - Colaboradores de Dios educador.
- La formacin recibida y dada recprocamente por todos. -
Llamamiento y la oracin.
RESUMENCAPITULO I: YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS. La
dignidad de los fieles laicos en la Iglesia - Misterio. Los fieles
laicos no son tan solo operarios de la via; sino la misma via,
porque slo dentro de la Iglesia como misterio de comunin se revela
la Identidad de los fieles laicos. El Concilio Vaticano II, y ya Po
XII exhortaba a que los fieles tomaran conciencia, cada vez ms
clara, no slo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser Iglesia. Por
el Bautismo el fiel laico, podr llegar a conocer la radical novedad
cristiana, ya que el Bautismo nos regenera a la vida de los hijos
de Dios; nos une a Jesucristo y a su Cuerpo que es la Iglesia; nos
unge en el Espritu Santo constituyndonos en templos espirituales.
Hijos en el Hijo: Por el Santo Bautismo somos hechos hijos de Dios
en su Unignito Hijo, Cristo Jess. El Espritu Santo es quien
constituye a los bautizados en hijos de Dios y, al mismo tiempo, en
miembros del cuerpo de Cristo. La unin con Cristo nos une ms
estrechamente con los hermanos. Por la Uncin Crismal, el bautizado
participa en la misma misin de Jess el Cristo, Mesas Salvador.
Los fieles laicos participan, segn el modo que le es propio, en
el triple oficio sacerdotal, proftico y real de Jesucristo. La
participacin de los fieles laicos en el triple oficio de Cristo
Sacerdote, Profeta y Rey tiene su raz primera en la uncin del
Bautismo, su desarrollo en la confirmacin, y su cumplimiento y
dinmica sustentacin en la Eucarista. "El carcter secular es propio
y peculiar de los laicos" Ya deca Pablo VI. La Iglesia tiene una
autntica dimensin secular, inherente a su ntima naturaleza y a su
misin, que hunde su raz en el misterio del Verbo Encarnado, y se
realiza de formas diversas en todos sus miembros. La ndole secular
del fiel laico no debe se definida solamente en sentido sociolgico,
sino sobre todo en sentido teolgico . El Concilio Vaticano II llama
a todos los hombres a la Vocacin Universal a la Santidad. No es
simplemente una exhortacin moral, sino una insuprimible exigencia
del misterio de la Iglesia. Puesto que la Iglesia es en Cristo un
misterio, debe ser considerada como signo e instrumento de
Santidad. . . La Vocacin a la Santidad est ligada ntimamente a la
misin y a las responsabilidades confiadas a los fieles laicos en la
Iglesia y el mundo. Vivir la Comunin de los Santos. Todo esto
siempre unido a la Vid (Cristo) de donde viene la Vida. (Juan Pablo
II, Exh. Ap. Post-Sinodal Christifideles laici; Nos. 8 al 17.
1989> CAPTULO II SARMIENTOS TODOS DE LA NICA VID. La
participacin de los fieles laicos en la Vida de la Iglesia -
Comunin. Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viador (...).
Permaneced en mi, y yo en vosotros (Jn 15,1-4>. Con estas
palabras se muestra la misteriosa comunin, que vincula en unidad a
los discpulos y al Seor, igualmente con los bautizados que ya no se
pertenecen. Los cristianos se unen al Padre al unirse al Hijo en el
vnculo amoroso del Espritu. Comunin: Comunin con Dios por medio de
Jesucristo, en el Espritu Santo. La Comunin de los Santos; la
comunin con Cristo siempre nos llevar a la Comunin con los
hermanos. LG.: La Iglesia es en Cristo como un sacramento, es
decir, signo e instrumento de la ntima unin del hombre con Dios y
de la unidad de todo el gnero humano. La Comunin eclesial es un
don; un gran don del Espritu Santo, que los fieles laicos estn
llamados a acoger con gratitud y al mismo tiempo, a vivir con gran
sentido de responsabilidad.
La diversidad y complementariedad de las Vocaciones y
Condiciones de Vida, de los misterios, de los carismas y de las
responsabilidades. Dentro de la Iglesia hay distintos ministerios y
oficios y funciones para la edificacin de la misma Iglesia. 1Co. A
algunos Dios los ha puesto en la Iglesia, primer lugar como
apstoles, en segundo lugar como profetas (...) (l Co 12,18). Los
ministros ordenados, participan del sacramento del orden, que Jess
mismo instituy al llamar a los apstoles, por medio de la sucesin
ininterrumpida, sirven a la Iglesia personificando a Cristo cabeza
y ejerciendo la diacona, ministerio. Congregan al pueblo de Dios
por medio del evangelio y los sacramentos. La renovacin litrgica
promovida por el Concilio, los mismos fieles laicos han tomado una
ms viva conciencia de las tareas que les corresponden en la
asamblea litrgica y en su preparacin, y se han manifestado
ampliamente dispuestos a desempearla. Se habl tambin en el Snodo de
la confusin del trmino "ministerio"; el trmino "suplencia" y
"clericalizacin" de los fieles laicos. Conceptos ms precisos,
distinguiendo bien entre las funciones propias del fiel laico y el
que tiene el orden en cuanto a su participacin activa en la
liturgia Anuncio de la Palabra de Dios. Lectorado y Acolitado
"Evangelii Nuntiandi" Evangelizacin en el mundo y familia. Los
carismas son siempre gracias del Espritu Santo que tienen directa o
indirectamente, una utilidad eclesial, ya que estn ordenados a la
edificacin de la Iglesia, al bien de los hombres y a las
necesidades del mundo. Pueden ser expresiones del Espritu que los
dona, o respuestas a las mltiples exigencias de la historia de la
Iglesia. Los carismas han de ser acogidos con gratitud, tanto por
parte de quien los recibe, como por parte de todos en la Iglesia.
Es necesario el discernimiento de los carismas. Para poder
participar adecuadamente en la vida eclesial es del todo urgente
que los fieles laicos posean una visin clara y precisa de la
Iglesia particular en su relacin originaria con la Iglesia
Universal. El Snodo ha solicitado que se creen Consejos Pastorales
Diocesanos. Tambin lo que est previsto en el Derecho Cannico; la
participacin de los fieles laicos en los Snodos Diocesanos y en los
Concilios Particulares, Provinciales o Plenarios.
La parroquia es en cierto sentido, la misma Iglesia que vive
entre las casas de sus hijos y de sus hijas. Est fundada sobre una
realidad teolgica, porque ella es una realidad eucarstica; es por
tanto una Comunidad de fe y una Comunidad orgnica. Los Padres
Sinodales han visto la necesidad de renovacin de las parroquias;
debido a la falta de clero y por la posicin geogrfica de algunas; o
por parroquias formada por inmigrantes, etc. a) Participacin ms
activa de los laicos. b) Fomentar las pequeas comunidades
eclesiales de base. En el Decreto sobre el apostolado de los laicos
se dice: Dentro de las Comunidades de la Iglesia, su accin es tan
necesaria, que sin ella, el mismo apostolado de los pastores no
podra alcanzar la mayor parte de las veces, su plena eficacia.
Entendido esto a la luz de la "Eclesiologa de Comunin". La
participacin del laico en el apostolado personal, irradiacin del
Evangelio, llevarlo a tantos lugares donde no los conocen. Y es
constante, pues es inseparable de la continua coherencia de la vida
personal con la fe y tambin incisiva ya que el laico comparte los
distintos mbitos de la sociedad (vecinos, amigos, etc.). Tambin el
actuar asociadamente. Dentro de las mltiples formas agregativas:
asociaciones, grupos, comunidades, movimientos, se presentan a
menudo muy diferenciadas en diversos aspectos, como su configuracin
externa, en los caminos y mtodos operativos. Sin embargo, todas
confluyen en un mismo objetivo: participar responsablemente en la
misin que tiene la Iglesia de llevar a todos el Evangelio de
Cristo. En orden teolgico de estas asociaciones es la razn
eclesiolgica: "Ser signo de comunin y de la unidad de la Iglesia en
Cristo". Criterios eclesiales: claros y precisos de discernimiento
y reconocimiento. a) El primado que se da a la vocacin de cada
cristiano a la SANTIDAD. b) La responsabilidad de confesar la fe
catlica. c) El testimonio de una comunin firme y convencida. d) La
conformidad y la participacin en el "fin apostlico de la Iglesia".
e) El comprometerse en una presencia en la sociedad humana. La
Autoridad debe discernir si son de Dios o no.
Es oportuno que algunas nuevas asociaciones y movimientos, por
su difusin nacional e incluso internacional tengan a bien recibir
un reconocimiento oficial, una aprobacin explcita de la autoridad
eclesistica competente. (Juan Pablo II, Exh. Ap. Post-Sinodal
Christifideles laici; Nos. 18 al 31. 1989)
CAPTULO III OS HE DESTINADO PARA QUE VAYIS Y DEIS FRUTO. La
corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia -Misin. La
Comunin con Jess, de la cual deriva la comunin de los cristianos
entre s, es condicin absolutamente indispensable para dar fruto. La
comunin genera comunin, y esencialmente se configura como comunin
misionera. Los fieles laicos, precisamente por ser miembros de la
Iglesia, tienen la vocacin y misin de ser anunciadores del
evangelio. Pablo VI deca: Evangelizar - Es la gracia y la vocacin
propia de la Iglesia, su identidad ms profunda. Solo una nueva
evangelizacin puede asegurar el crecimiento de una fe lmpida y
profunda, capaz de hacer de estas tradiciones una fuerza de
autntica libertad. Esta nueva evangelizacin, destinada a la
formacin de comunidades eclesiales maduras. No solo formando parte
de las comunidades sino tambin en su empuje misionero llegando a
aquellos que todava no conocen a Jesucristo o no tienen fe. Es
importante la labor catequtica que ejercen los laicos, los padres
cristianos por el sacramento del matrimonio son los primeros e
insustituibles catequistas de sus hijos. Todo bautizado tiene el
derecho de ser instruido, educado y acompaado en la fe y en la vida
cristiana. La Iglesia particular, debiendo representar en el modo
ms perfecto la Iglesia universal, ha de tener la plena conciencia
de haber sido tambin enviada a los que no creen en Cristo. Laicos y
Matrimonios.- presencia activa en tierras de Misin. La mies es
mucha y los obreros pocos. Pues, rogad al dueo de la mies que enve
obreros a su mies! (Mt 9,37-38).
Fomentar las vocaciones. La Iglesia como comunidad evangelizada
y evangelizadora, se hace sierva de los hombres. La Iglesia revela
el hombre al hombre, le hace conocer el sentido de su existencia,
le abre a la entera verdad sobre l y sobre su destino. Redescubrir
y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona humana
constituye una tarea esencial, es ms, en cierto sentido es la tarea
central y unificante del servicio que la Iglesia, y en ella los
fieles laicos, estn llamados a prestar a la familia humana. El
efectivo reconocimiento de la dignidad personal de todo ser humano
exige el respeto, la defensa y la promocin de los derechos de la
persona humana. El derecho a la vida, la Iglesia no se ha dado
nunca por vencida frente a todas las violaciones que el derecho a
la vida, propio de todo ser humano, ha recibido y contina
recibiendo por parte tanto de los individuos como de las mismas
autoridades. El titular de tal derecho es el ser humano, en cada
fase de su desarrollo, desde el momento de su concepcin hasta la
muerte natural; y cualquiera que sea su condicin, ya sea de salud
que de enfermedad, de integridad fsica o de minusvalidez, de
riqueza o de miseria . *Si bien la misin y la responsabilidad de
reconocer la dignidad personal de todo ser humano y de defender el
derecho a la vida es tarea de todos, algunos fieles laicos son
llamados a ello por un motivo particular. Se trata de los padres,
los educadores, los que trabajan en el campo de la medicina y de la
salud, y los que detentan el poder econmico y poltico. Predomina
una Cultura de Muerte Corresponde a los fieles laicos que mas
directamente o por vocacin o profesin estn implicados en acoger la
vida, el hacer concreto y eficaz el "si" de la Iglesia a la vida
humana. Los fieles laicos, comprometidos por motivos varios y a
diverso nivel en el campo de la ciencia y de la tcnica, como tambin
en el mbito mdico, social, legislativo y econmico deben aceptar
valientemente los desafos planteados por los nuevos problemas de la
biotica. Esto tiene una repercusin mundial, ya que abarca no solo a
individuos, sino a grupos y pases enteros: hay desigualdades -han
sido denunciadas por la Encclica. Sollicitudo rei socialis. Desde
el principio "los hizo hombre y mujer" (Gn 1,27), y esta sociedad
de hombre y mujer es la expresin primera de la comunin entre
personas humanas. El matrimonio y la familia constituyen el primer
campo para el compromiso social de los fieles laicos.
El futuro de la humanidad pasa por la familia. (Exhortacin.
"Familiaris Consortio" Snodo de Obispos de 1980 "Carta de los
derechos de la familia"). Para animar cristianamente el orden
temporal -para servir a la persona humana y a la sociedad- los
fieles laicos de ningn modo pueden abdicar de la participacin en la
poltica; es decir, de la multiforme y variada accin econmica,
social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a
promover orgnica e institucionalmente el bien comn . La Iglesia es
plenamente consciente de la urgencia pastoral de reservar a la
cultura una espacialsima atencin. Que los fieles laicos estn
presentes con la insignia de la valenta y de la creatividad
intelectual, en los puestos privilegiados de la cultura, como son
el mundo de la escuela y de la universidad; los ambientes de
investigacin cientfica y tcnica, los lugares de creacin artstica y
de reflexin humanstica. (Juan Pablo II, Exh. Ap. Post-Sinodal
Christifideles laici; Nos. 32 al 44. 1989) CAPTULO IV LOS OBREROS
DE LA VIA DEL SEOR Buenos administradores de la multiforme gracia
de Dios. Edades: nios, jvenes, ancianos. Las distintas horas del
da. San Gregorio Magno. Jvenes.- son un desafo para el futuro de la
Iglesia. "La esperanza de la Iglesia". Incitados a ser sujetos
activos de la pastoral, protagonistas de la evangelizacin y
artfices de la renovacin social . La juventud es el ' tiempo de un
descubrimiento particularmente intenso del propio yo y del propio
proyecto de vida; es el tiempo de un crecimiento que ha de
realizarse en sabidura, en edad y en gracia ante Dios y ante los
hombres. (Lc 2,52). Reino de los cielos, volver a ser como nios.
Niez. Recuerda la fecundidad misionera de la Iglesia.-don
absolutamente gratuito de Dios. Los hijos en la familia Iglesia
domstica: Los hijos como miembros vivos de la familia, contribuyen
a su manera, a la santificacin de los padres.
Los ancianos son consideradas a veces como: - intiles - carga
insoportable El don del anciano podra calificarse como el de ser,
en la Iglesia y en la sociedad, el testigo de la tradicin y de fe,
el maestro de vida, el que obra con caridad. Frente a la
discriminacin y marginacin de la mujer en variadas formas, los
padres sinodales han afirmado, la urgencia de defender y promover
la dignidad personal de la mujer, y, por tanto, su igualdad con el
varn. Misin dentro de la Iglesia. Muchas veces escondida.
Recomendacin.- para su vida y misin es necesario que la Iglesia
reconozca todos los dones de las mujeres y de los hombres, y los
traduzca en vida concreta. Los fundamentos antropolgicos y
teolgicos tienen necesidad de profundos estudios para resolver los
problemas relativos al verdadero significado y a la dignidad de los
dos sexos. No existe ninguna discriminacin en el plano de la
relacin con Cristo, en quien no existe ms varn y mujer, porque
todos vosotros sois uno en Cristo. (Ga 3,28). Tareas principales de
la mujer. Sobresalen: - Responsabilidad de dar plena dignidad a la
vida, matrimonial y a la maternidad. - Asegurar la dimensin moral
de la cultura, esto es, de una cultura digna del hombre, de su vida
personal y social. Se ha de urgir pastoralmente la presencia
coordinada de los hijos y de la Madre para hacer ms completa,
armoniosa y rica la participacin de los fieles laicos en la misin
salvfica de la Iglesia.
SALVIFICI DOLORIS Vosotros, los abandonados y marginados por
nuestra sociedad consumista; vosotros enfermos, minusvlidos,
pobres, hambrientos, etc. La Iglesia participa de vuestro
sufrimiento que conduce al Seor, el cual os asocia a su pasin
redentora y os hace vivir a la luz de su resurreccin. Contamos con
vosotros para ensear al mundo entero qu es el amor. "Civilizacin
del Amor.Obreros de la via son todos los miembros del pueblo de
Dios: los sacerdotes, los religiosos y religiosas, los fieles
laicos, todos a la vez objeto y sujeto de la comunin de la Iglesia
y de la participacin en su misin de salvacin. Todos y cada uno
trabajamos en la nica y comn via del Seor con carismas y
ministerios diversos y complementarios.
Las diversas vocaciones laicales. Dentro del estado de vida
laical se dan diversas vocaciones, o sea, diversos caminos
espirituales y apostlicos que afectan a cada uno de los fieles
laicos. (Juan Pablo II, Exh. Ap. Post-Sinodal christifideles laici;
Nos. 45 al 56. 1989)
CAPTULO V PARA QUE DEIS MAS FRUTO La formacin de los fieles
laicos. Madurar continuamente. La Imagen evanglica de la vid y los
sarmientos nos revela otro aspecto fundamental de la vida y de la
misin de los fieles laicos: la llamada a crecer, a madurar
continuamente, a dar siempre ms fruto. El laico es interpelado por
Dios; es llamado y este tiene que responder. Se ha hablado de una
formacin integral y permanente de los fieles laicos. La formacin de
los fieles laicos se ha de colocar entre las prioridades de la
dicesis y se ha de incluir en los programas de accin pastoral de
modo que todos los esfuerzos de la comunidad (sacerdotes, laicos y
religiosos) concurran a este fin. Descubrir y vivir la propia
vocacin y misin. La formacin de los fieles laicos tiene como
objetivo fundamental el descubrimiento cada vez ms claro de la
propia vocacin y la disponibilidad siempre mayor para vivirla en el
cumplimiento de la propia voluntad. Dios llama y enva. En la vida
de cada fiel laico hay adems momentos significativos y decisivos
para discernir la llamada. Momentos.- adolescencia y juventud pero
a toda hora del da. No se trata slo de saber lo que Dios quiere de
nosotros. Es necesario hacer lo que Dios quiere: (Bodas de Can).
Una formacin integral para vivir en la unidad.
En el descubrir y vivir la propia vocacin y misin, los fieles
laicos han de ser formados para vivir aquella unidad con la que est
marcado su mismo ser de miembros de la Iglesia y de ciudadanos de
la sociedad humana. En su existencia no puede haber dos vidas
paralelas: por una parte, la denominada vida espiritual, con sus
valores y exigencias; y por otra, la denominada vida secularm es
decir, la vida de familia, del trabajo, de las relaciones sociales,
del compromiso poltico y de la cultura. El Concilio Vaticano II ha
invitado a todos los fieles laicos a esta unidad de vida,
denunciando con fuerza la gravedad de la fractura entre fe y vida,
entre Evangelio y cultura. .Aspectos de la formacin. Dentro de esta
sntesis de vida se sitan los mltiples y coordinados aspectos de la
formacin integral de los fieles. Formacin espiritual que ocupa un
lugar privilegiado. Tambin la urgente formacin doctrinal, para
poder dar razn de la esperanza que hay en ellos frente al mundo y
sus graves y complejos problemas. Con una sistemtica accin de
catequesis adaptada a la situacin y edad de cada persona. Una
promocin humana de la cultura. Que los fieles laicos tengan un
conocimiento ms exacto de La doctrina social de la Iglesia.
Colaborar con los educadores El primer educador de su pueblo es
Dios. La obra creadora de Dios se revela y cumple en Jess, el
Maestro, y toca desde dentro el corazn de cada hombre gracias a la
presencia dinmica del Espritu. La Iglesia madre tambin es
educadora; los fieles laicos son formados por la Iglesia y en la
Iglesia, en una recproca comunin y colaboracin de todos sus
miembros: sacerdotes, religiosos y fieles laicos. Educadora es
sobre todo, la Iglesia Universal en la que el Papa desempea el
papel del primer formador de los laicos. En las Iglesias
particulares, el obispo tiene la responsabilidad de formar a los
fieles laicos dentro de esta - Iglesia particular - acta la
parroquia. Puede servir de ayuda tambin como han dicho los padres
sinodales, una catequesis post-bautismal a modo de catecumenado,
que vuelva a proponer
algunos elementos de Ritual de la Iniciacin Cristiana de
Adultos, destinadas a hacer captar y vivir las inmensas riquezas
del Bautismo ya recibido. Otros ambientes educativos. Tambin la
familia cristiana en cuanto Iglesia domstica, constituye la escuela
primigenia y fundamental para la formacin de la fe. En las escuelas
y universidades catlicas. Tambin los grupos de asociaciones y
movimientos. La formacin recibida y dada recprocamente por todos.
La formacin no es el privilegio de algunos, sino un derecho y un
deber de todos. Sobre todo a los pobres. Formar a los formadores.
Cada uno por decirlo as, deber tambin auto-formarse; dejarse llevar
por la accin de Dios. El llamamiento y Oracin Id tambin vosotros a
mi via. Se puede decir que el significado del Snodo sobre la
vocacin y misin de los laicos est precisamente en este llamamiento
de nuestro Seor Jesucristo dirigido a todos, y en particular, a los
fieles laicos, hombres y mujeres. Exhorta a todos y cada uno,
Pastores y fieles, a no cansarse nunca y a mantener vigilante -en
la mente, el corazn y en la vida- la conciencia eclesial. La
Conciencia Eclesial, comporta, junto con el sentido de la comn
dignidad cristiana, el misterio de pertenecer a la Iglesia comunin.
Tambin la necesidad del mundo actual de una nueva evangelizacin.
Este documento se termina, pidiendo la intercesin de Mara Santsima,
Madre del Redentor. La llamada se hace oracin. (Juan Pablo II, Exh.
Ap. Post-Sinodal Christifideles laici; Nos. 57 al 64. 1989)