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Universidad Pablo de Olavide
RESUMEN: En este artculo se analizan las causas y circunstancias
que acompaaron a la eleccin
por parte de la Corona Espaola de la ciudad Sevilla como puerto
exclusivo de comercio
con las Indias por encima de otras ciudades portuarias martimas
como Cdiz o La
Corua. Para ello en primer lugar haremos un breve repaso por las
caractersticas de la
ciudad antes del Descubrimiento y reparsemos brevemente los
cuatro viajes de Cristbal
Coln. Se explicar el proceso mediante el cual fue instalada en
Sevilla la sede de la Real
Casa de Contratacin de Indias en 1503 y la competencia que este
hecho provoc en la
vecina ciudad portuaria de Cdiz. En el cuarto captulo se
analizarn los factores
geogrfico-estratgicos, los elementos que favorecan el
intercambio mercantil y financiero,
as como los factores industriales, socioeconmicos y demogrficos
que favorecieron la
exclusividad de la urbe hispalense en la Carrera de Indias.
Sevilla, Puerto, Indias, Monopolio, Guadalquivir,
Comercio, Amrica, Cdiz, Siglo XVI, Corona.
AGI = Archivo General de Indias.
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ABSTRACT: This articles analyses the causes and circumstances
surrounding the Spanish Monarchys
decision to elect the town of Seville (over other Spanish port
towns including Cdiz and
Huelva) as the chief commercial port of trade with the Indies.
In order to do so, this
article will firstly provide a brief yet succinct summary of the
towns features prior to its
discovery as well as Christopher Columbuss four voyages.
Furthermore, the process
through which the Royal House of Trade was established in
Seville in 1503 will be
explained including the competition this triggered in the
neighboring port town of Cdiz.
In the fourth and final chapter, the following will be analyzed:
the impact of strategic and
geographic factors; the primary aspects which encouraged
commercial and financial trade
and finally, the socio-economic, demographic and industrial
factors which favored the
exclusive nature of the Spanish metropolis that was Seville
along the trade route to the
Indies.
Seville, Port, Indies, Monopoly, Guadalquivir,
Trade, America, Cadiz, XVI century, Crown.
Sevilla haba protagonizado durante siglos un papel preponderante
en el comercio, tanto
de mercancas como de ideas, personas, lenguas, etc. Y es que,
tal y como nos describe
Morales Padrn con los tintes poticos que caracterizan su obra,
el ro grande estaba
cansado de sostener sobre sus aguas diversas culturas cuando los
barcos de Amrica
comienzan a herir su curso.1
Con una cuenca que sobrepasa los 57.000 km2 el Guadalquivir
domina toda la cuenca
de la baja Andaluca para morir en la barra de Sanlcar de
Barrameda, en pleno Golfo de
Cdiz, el cual se abre como un abanico hacia el Ocano Atlntico.
Ya desde poca romana
el ro haba sido elemento de entrada y salida de mercancas hacia
el Mediterrneo, sobre
todo en el principalmente de los productos tpicos del Valle del
Guadalquivir (trigo, vid y
olivo). La fertilidad de sus campos y la navegabilidad del ro
propiciaron de esta forma que
Sevilla se convirtiera en un centro de productividad agrcola y
un ncleo importante de
exportacin e importacin de mercancas a lo largo de la
historia.
Enrique Otte nos describe bastante bien los prolegmenos que viva
el puerto sevillano
antes del descubrimiento de Amrica. Otte sugiere que el trasiego
mercantil era
fundamentalmente Atlntico Lisboa, La Corua, Villaviciosa de
Asturias, Laredo o Castro
Urdiales eran destinos frecuentes- ya que la Corona de Aragn se
encontraba en plena
decadencia2. Tambin Comellas corrobora la teora que el contacto
con el mediterrneo
durante la Edad Media por parte de las naves andaluzas fue
bastante escaso.3
1 MORALES PADRN, Sevilla en Amrica, Amrica en Sevilla, 2009, p.
11
2 OTTE, Sevilla y sus mercaderes a fines de la edad media, 1996,
p. 114
3 COMELLAS, Sevilla, Cdiz y Amrica, 1992, p. 24.
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Sin embargo, ya Alfonso X nos describe en su Crnica General de
Espaa que Vienen
a Sevilla cada da navos desde la mar, por el ro. En las galeras
e naos apuertan hasta
dentro en los muros con todas mercancas cuantaas son en todas
partes del mundo, de
Tnger, de Ceuta, de Tnez, de Alejandra, de Gnova, de Portugal,
de Inglaterra, de Pisa,
de Lombarda, de Burdeos, de Bayona, de Sicilia, de Basconia, de
Aragn y an de
Francia4. Todo tipo de mercancas (grano, aceite, vino, lanas,
cueros, etc.) ya salan y
llegaban por el Guadalquivir hacia la gran mayora de los puertos
conocidos hasta la poca.
Sin embargo, un papel preponderante es el que juegan las Islas
Canarias en la tradicin
naval de la Sevilla durante los aos que precedieron al
Descubrimiento. Las expediciones
sevillanas a Canarias desde el siglo XIV fueron numerosas, de la
que traan los navegantes
productos tpicos de las islas, como cuero, sebos, orchilla o
azcar, adems de esclavos.5
Podemos concluir en este breve prefacio, que Sevilla ya era una
ciudad relativamente
cosmopolita y abierta antes de la llegada de Coln, segn
Comellas, quizs la que ms lo
fuera de toda Castilla,6 en la que una amplia colonia de
comerciantes venidos de diversos
puntos del orbe ya deambulaban por sus calles (genoveses,
plasentinos, francos, germanos,
napolitanos, flamencos, etc.) y en la que la comunidad genovesa,
instalada en el mismo
centro neurlgico de la ciudad junto a la Catedral,7 jugaba un
papel determinante como
agentes de comercio y finanzas en los intercambios comerciales
de la ciudad. Sabemos por
Jacques Heers y Henri Lapeyre que ya en la primera mitad del
siglo XV Sevilla y Valencia
formaban, con Florencia, Venecia, Pisa, Avin, Roma, Barcelona,
Brujas y Londres, la red
de las letras de cambio de Gnova escribir el hispanista Enrique
Otte8.
Era, en definitiva, uno de los puertos ms importantes del
continente, factor ste que
contribuira a su posterior designacin como Puerto y Puerta de
las Indias y llave del
Nuevo Mundo.
Cuentan las crnicas que en la primavera de 1485 llega a Sevilla
un marino genovs al
que su propio hijo describe como hombre de bien formada y ms que
mediana estatura; la
cara larga, las mejillas un poco altas; sin declinar a gordo o
macilento; la nariz aguilea, los
ojos garzos; la color blanca, de rojo encendido; en su mocedad
tuvo el cabello rubio, pero
de treinta aos ya le tena blanco9
Un contemporneo suyo que lo hospedara en su casa, sacerdote del
pueblo sevillano de
Los Palacios, lo describira como un hombre de muy alto ingenio,
sin saber muchas letras,
4 Primera crnica general de Espaa que mand componer Alfonso el
Sabio y se continuaba bajo Sancho
IV en 1289, Ed. Menndez Pidal, Madrid, Gredos, 1955. MORALES
PADRON, Sevilla y el ro, 1980, p. 24. 5 MORALES PADRN, Andaluca y
Amrica, p. 25.
6 COMELLAS, Sevilla, Cdiz y Amrica, 1992, p. 20
7 Los genoveses se encontraban instalados en la calle Gnova,
actual Avenida de la Constitucin.
8 DOMNGUEZ ORTIZ, Estudios Americanistas, 1998, p. 261
9 COLN, Hernando, Historia del Almirante (Crnicas de Amrica),
cap. III: De la disposicin de cuerpo del
Almirante y de las ciencias que aprendi.
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muy diestro en el arte de la cosmografa y de repartir el
mundo10. Comellas afirma que
los sevillanos llegaran a conocer bien a Coln antes de
embarcarse por primera vez a las
Indias, y que muchos de ellos llegaran incluso a idolatrarlo y a
admirarlo por lo arriesgado
de sus proyectos, mientras que otros lo tomaran por loco y se
burlaran de sus
excentricidades, ms bien propias de un loco que de una persona
con sentido comn.11
Ser el Puerto de Palos el escenario elegido para la partida del
primer viaje -finca de
grandes navegantes como Los Pinzn, los Quintero o los Nios- pero
no faltan los
argumentos para afirmar que fue en Sevilla donde se gestara el
viaje y los preparativos,
tambin al regreso el 31 de marzo de 1493 ser Sevilla la ciudad
encargada en acoger a la
singular comitiva que el Almirante traa consigo para el asombro
de la poblacin, entre los
que se incluan siete indios los cuales yo vide en Sevilla y
posaban junto al arco que se dice
de las imgenes, situado junto a la iglesia de San Nicols. Llev
papagayos verdes, muy
hermosos y coloreados y guaizas, que eran unas cartulas hechas
de pedrera de huesos de
pescado12, describira Las Casas como testigo del
acontecimiento.
Tras los vtores del triunfo, organizar Coln su segundo viaje,
para el que no faltaron
los marineros que osarn repetir la aventura de ultramar, entre
los que destacaban el grupo
de los Nio. Finalmente, abandonarn la baha gaditana el 25 de
septiembre para volver
dos aos ms tarde, el 11 de junio de 1496 con la Nia y la India
primer barco construido
en Amrica-13, y vestido con el hbito de franciscano. El 30 de
mayo de 1498 volveran a
zarpar en nombre de la Santa Trinidad14en el que descubriran
nuevas tierras a las que la
pluma del Almirante describi como el Paraso Terrenal, adonde no
puede llegar nadie,
salvo por voluntad divina15 en el que descubrira las bocas del
Orinoco y del que
regresara, a finales de octubre de 1500, al puerto de Cdiz
esposado con las manos entre
grilletes por un contencioso sucedido en la isla de la Espaola A
partir de este momento,
la historia de Coln ir en declive, lo que no impidi que se le
organizase un cuarto viaje
que saldra de Sevilla el 3 de abril de 1502, y que tras
dirigirse a Sanlcar y Cdiz, se
adentrara en el Atlntico el 11 de mayo, en la que sera su ltima
y ms penosa aventura
ultramarina.16
10
COMELLAS, Sevilla, Cdiz y Amrica, 1992, p. 36. 11
COMELLAS, Sevilla, Cdiz y Amrica, 1992, p. 36 12
DE LAS CASAS, Historia de las Indias, vol. I, Biblioteca
Ayacucho, Caracas, p. 346. 13
MORALES PADRN, Andaluca y Amrica, p. 41 14
COLN, Cristbal, Viajes y Testamento, Tercer Viaje, 1986 p. 164.
15
Ibidem, p. 178 16
Fueron muchas las penalidades que afligieron al Almirante en su
ltimo viaje. La desposesin de las tierras descubiertas, el
descontento de las gentes que le acompaaban -muchos de los cuales
se sentan estafados-, la hostilidad de los indios y sobre todo la
desesperacin por no lograr encontrar las verdaderas Indias fueron
factores que acabaron mermando su moral y su salud. Regres de su
ltimo viaje el 7 de noviembre de 1504 desembarcando en Sanlcar de
Barrameda. Morira en Valladolid el 21 de mayo de 1506, tras lo cual
su cuerpo fue trasladado a Sevilla, donde tras idas y venidas a lo
largo de los siglos (Santo Domingo, La Habana, Cdiz y finalmente de
vuelta a Sevilla) reposar finalmente en el mausoleo de la Catedral
de Sevilla (no sin polmica) que representa a los cuatro reinos
tradicionales de Espaa portndolo en andas.
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Don Fernando Doa Isabel, por la gracia de Dios, Rey Reina de
Castilla, de Len, de Aragn, de Secilia, de Granada, de Toledo,
de
Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdea, de
Crdoba,
de Crcega, de Murcia, de Jan de los Algarbes, de Algecira,
de
Gibraltar de las Islas de Canaria (...)
Primeramente, ordenamos mandamos que en la Ciudad de Sevilla
se
haga una Casa de Contratacin para que en ella se recojan y estn
el
tiempo que fuere necesario todas las mercader-as e
mantenimientos
todos los otros aparejos que fueron menester para proveer todas
las
cosas necesarias para la Contratacin de las Indias, para las
otras islas
partes que Nos mandaremos, para enviar all todo lo que dello
convenga de enviar, et para en que se resciban todas las
mercader-as
otras cosas que de all se enviaren estos nuestros Reinos, et
para que
all- se venda dello todo lo que se hobiere de vender, se
enviare
vender contratar otras partes donde fuere necesario ; la cual
dicha
Casa mandamos que sea fecha de manera que haya en ella
disposicin
para todo lo susodicho..."17
Esta Real Cdula, concedida por los Reyes Catlicos en Alcal de
Henares el 20 de
enero de 1503, estableca la Casa de la Contratacin a Indias en
Sevilla y promulgaba las
obligaciones de los oficiales reales y sus competencias, as como
las ordenanzas sobre la
navegacin a las Indias, sobre las cuales esta institucin sera la
nica encargada de regular
todo el comercio y el trfico naval entre Castilla, las Indias y
los territorios africanos de la
Corona. Ibarra18 argumenta que este organismo sera creado
siguiendo el modelo portugus
de la Casa da India con motivo de centralizar todo el comercio
con Amrica.19 Adems,
tambin en Sevilla estaban localizados la sede del Almirantazgo
de Castilla y su supremo
Tribunal.20
La eleccin de Sevilla como acaparadora de las relaciones con el
Nuevo Mundo y la
concesin de los Reyes del monopolio para el comercio con el
Nuevo Mundo provoc una
serie de cambios en la ciudad que la transformarn en todos los
niveles (arquitectnico,
social, demogrfico, industrial, cultural, artstico, etc.). El
profesor Domnguez Ortiz
escribir al respecto Este cmulo de novedades provoc una
fermentacin prodigiosa, una
revolucin sin precedentes en todos los rdenes de la vida, cuyas
consecuencias se dejaron
sentir, por supuesto, en Sevilla antes que en ninguna otra parte
del mundo21. No podemos
dejar pasar la ocasin de citar a Toms de Mercado, que nos
describe la el comercio en la
17
AGI, "Establecimiento Casa de la Contratacin", PATRONATO, 251,
R.1. 18
IBARRA RODRGUEZ, Los precedentes de la Casa de la Contratacin en
Sevilla. Revista de Indias, 3, 4 y 5. Madrid, 1941, pp. 85-97, 5-54
y 5-38. ALVAREZ NOGAL, Casa de la Contratacin y la Carrera de
Indias, 2004, p. 26. 19
ALVAREZ NOGAL, Casa de la Contratacin y la Carrera de Indias,
2004, p. 26. 20
BALLESTEROS, Manuel, Sevilla y el comercio de Indias, CUADERNOS
historia 16, n152, p. 16 21
DOMNGUEZ ORTIZ, Orto y ocaso de Sevilla, 1991, p. 22.
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ciudad como centro de todos los mercaderes del mundo, porque, a
la verdad, soliendo
antes Andaluca y Lusitania ser el extremo y fin de toda la
tierra, descubiertas las Indias, es
ya como medio. Por lo cual, todo lo mejor y ms estimado que hay
en las otras partes
antiguas, aun de Turqua, viene a ella, para que por aqu se lleve
a las nuevas, donde todo
tiene tan excesivo precio. De aqu es que arde toda la ciudad en
todo gnero de negocios.
Hay grandes y reales cambios para todas ferias, as dentro del
reino como fuera, ventas y
compras fiado y de contado de gran suma, muy grandes cargazones,
baratas de muchos
millares y cuentos, que ni Tiro ni Alejandra en sus tiempos se
le igualaron.22
Comellas hace referencia a que es difcil establecer cul fue la
causa y cual la
consecuencia de esta designacin real como sede de la Casa de la
Contratacin Por medio
estn la habilidad organizadora de Juan Rodrguez de Fonseca, y la
asuncin de funciones
mercantiles por uno de los hombres ms dinmicos de la alta
burguesa de negocios
sevillana, Francisco de Pinelo. La decisin fue de los Reyes
Catlicos, no cabe duda, pero
esta decisin fue tambin hasta cierto punto el asentimiento a un
hecho consumado.23
Morales Padrn no habla de la concesin del monopolio en cuanto a
la ciudad de Sevilla
en exclusiva, sino al eje que conformaba la Baja Andaluca, con
lo que la ciudad de Cdiz
no se quedara sin su trozo de pastel, si bien es cierto que
Sevilla acapar ms y durante
ms tiempo el protagonismo, Padrn afirma que unas veces, Sevilla
fue la basa y Cdiz el
capitel, y otras veces ocurri lo contrario. Al intentar
averiguar cules fueron las razones
que determinaron este monopolio nos encontramos con que hay
motivos que estuvieron
en el mismo Estado, y causas que se basan en las condiciones de
Andaluca. Ninguna otra
regin de Espaa posea como ella unas condiciones de todo tipo
para una proyeccin
ultramarina, y tampoco ninguna poda exhibir unas relaciones con
el Estado como ella en
las proyecciones nutico-exploradoras que se venan realizando por
el Atlntico desde
finales del siglo XIV24. Cdiz no cesara nunca en su empeo de
acaparar el monopolio, y
de hecho durante toda la Carrera de Indias jugar un papel de
segunda de a bordo, aunque no
ser hasta 1717 y tras largos conflictos cuando se instale en la
ciudad gaditana la Casa de la
Contratacin precisamente cuando ya una buena parte de la
burguesa comercial y de las
casas extranjeras se haba establecido en su puerto: y no es este
hecho una casualidad.25
Todos los autores parecen incidir en que las causas de la
eleccin de Sevilla habra que
buscarlas antes del propio Descubrimiento, en este sentido,
Antonio Miguel Bernal
escribira que La preeminencia de Sevilla en el trfico
internacional estaba ya configurada
mucho antes del Descubrimiento. El giro de la economa peninsular
desde el siglo XIV del
Mediterrneo al Atlntico fue decisivo para el afianzamiento de la
capital del Guadalquivir,
y se insertaba en lo que fuera la expansin econmica de Castilla
bajo los Trastmaras, cuyo
22
DE MERCADO, Suma de tratos y contratos, edicin de Nicols Snchez
Albornoz, Libro 2, Cap. 1. 23
COMELLAS, Sevilla, Cdiz y Amrica, 1992, p. 51 24
MORALES PADRN, Andaluca y Amrica, p. 122. 25
COMELLAS, Sevilla, Cdiz y Amrica, 1992, p. 52
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programa recogieron y continuaron los Reyes Catlicos26, de esta
forma, y siguiendo en la
misma lnea argumental, podemos afirmar que la instauracin del
monopolio mercantil en
la ciudad hispalense era en realidad, una confirmacin de una
situacin creada
anteriormente, que se haba ido conformando a lo largo de la
segunda mitad del siglo XV.27
Pero es tarea de este artculo el enumerar esas causas de forma
ms o menos
pormenorizada, por lo que se har referencia a las diferentes
ventajas que ofreca Sevilla y
que facilitaron el cumplimiento de este papel, que, no sin
dificultades, intent desempear
durante los siglos XVI, XVII y parte del XVIII.
En primer lugar es imperativo resaltar la cuestin geogrfica y la
situacin de proteccin
que ofreca su puerto interior hacia las incursiones pirticas por
encima de puertos ms
expuestos como Cdiz, adems la ciudad y su entorno contaban con
una red viaria
adecuada para el transporte de las mercancas. En este sentido,
aludiendo al factor
econmico, Morales Padrn aade que Una proyeccin y un trfico
montado desde los
puertos gallegos o cntabros hubiera significado un aumento de
los das de navegacin y de
los gastos28. No se debe olvidar que Sevilla no era el puerto
nico, y que el trfico por el
Guadalquivir discurra de cara a Sanlcar, el mismo autor afirma
que es Intil citar la
totalidad de las famosas expediciones que, formadas en Sevilla,
terminaron de hacer sus
aprestos en Sanlcar antes de adentrarse en el Atlntico29. De
esta forma, la localidad
sanluquea se eriga como enclave puerta estratgica de entrada
hacia el Guadalquivir y de
salida hacia el Atlntico en la mayora de las ocasiones, factor
que estaba relacionado con la
intencin de la Corona de que se cumplieran las ordenanzas de
navegacin y el control del
trfico con el fin de evitar el frecuente contrabando.
Muy grfica es la descripcin que realiza Morales Padrn del
trasiego que discurra por
el puerto de Sevilla en la poca Carpinteros de ribera
desbrozando troncos, cordoneros en
su tarea, barcos varados que se calafatean, barberos que
afeitan, jugadores, seoras y dueas
que pasean a pie o en carrozas, frailes, recuas cargadas,
soldados con sus arcabuces al
hombro, artesanos, mercaderes, marinos, la machina o gra de dos
ruedas alzada junto a
la Torre del Oro desde tiempos inmemoriales, los barqueros que
llevan y traen gentes a
Triana, los carretones cargados de aceite vino, las balsas con
madera y camizo, etc.30
Aparte de la tradicin portuaria de la ciudad, la urbe ya contaba
con amplia tradicin
mercantil, y ya acuaba moneda desde poca primitiva31. Mena
explica que la Casa de la
Moneda tiene su origen en 1248, poca de la conquista de la
ciudad por parte de Fernando
III y que fue colocada originariamente junto al Alczar, y que
luego los Reyes Catlicos la
trasladaran a un terreno al sur de la Catedral, donde estara
hasta 1583, que sera derribado
26
BERNAL RODRGUEZ, La financiacin de la carrera de Indias
(1492-1824): dinero y crdito en el comercio colonial espaol con
Amrica, 1993. 27
MORALES PADRN, Andaluca y Amrica, p. 122. 28
Ibdem, p. 122. 29
MORALES PADRON, Sevilla y el ro, 1980, P. 42. 30
MORALES PADRON, Historia de Sevilla. La ciudad del quinientos,
1977, p. 30. 31
DE MENA, Historias notables de Sevilla, Castillejo, p. 31
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el complejo para la construccin de la Casa Lonja de los
mercaderes, actual Archivo de
Indias.32
Adems de la acuacin de moneda, el profesor Domnguez Ortiz
explica que una de
las circunstancias histrico-geogrficas33 que produjeron la
fortuna de Sevilla en el XVI se
remontaba al aparato mercantil que ya posea Sevilla antes del
Descubrimiento al extenso
comercio internacional que Sevilla sostena desde la Edad Media y
que progres
notablemente a favor de las nuevas circunstancias34. Toms de
Mercado describir esta
mercadera incesante que ya desempeaba la ciudad desde la Edad
Media escribiendo que
tiene contratacin en todas partes de la Cristiandad y aun en
Berbera. A Flandes cargan
lanas, aceites y bastardos; de all traen todo gnero de mercera,
tapicera y librera. A
Florencia envan cochinilla, cueros; traen oro hilado, brocados,
perlas, y de todas aquellas
partes gran multitud de lienzos. En Cabo Verde tienen el negocio
de los negros, negocio de
gran caudal y mucho inters. A todas las Indias envan grandes
cargazones de toda suerte
de ropas; traen de ellas oro, plata, perlas y cueros en
grandsima cantidadTodos los
factores (comerciales) penden unos de otros, y todo casi tira y
tiene respecto al da de hoy a
las Indias, Santo Domingo, Tierra Firme y Mxico, como partes do
va todo lo ms grueso
de ropa y do viene toda la riqueza del mundo."35
Otro factor relacionado con la mercadera era la gran colonia de
comerciantes
extranjeros que habitaba en la ciudad desde la Edad media. En
este sentido, Vila Vilar en su
trabajo Sevilla, Capital de Europa revisa la importancia de la
presencia extranjera en Sevilla,
especialmente en los mbitos de las finanzas, el comercio y el
arte, afirmando que seran
estos comerciantes extranjeros los que dominaron los hilos
mercantiles con tal sutileza que
lograron romper el rgido monopolio que desde los primeros aos
los reyes castellanos
pretendan imponer a la empresa americana.36. Tambin Domnguez
Ortiz dedica un
captulo entero de su obra Orto y Ocaso en Sevilla a la poblacin
extranjera, de la que sostiene
que la ciudad lleg a triplicar su poblacin, pasando de los
50.000 habitantes antes del
Descubrimiento, a la cifra de 150.000 en 1588, poca de pleno
apogeo con las Indias,
convirtindose en la tercera ciudad en tamao de Europa, solo
superada por Francia y
Npoles.37
En lo que respecta a la actividad fabril, Otte describe como ya
en la ciudad bajomedieval
destacaba la industria del jabn, monopolio real que tena la
industria en las Reales
Almonas, situadas en Triana, cuyos arrendatarios gestionaban la
fabricacin y exportacin
de los jabones.38 Pero tanto Otte39 como Ortiz40 coinciden en
que hasta entrado el siglo
XVI la ciudad no superar el estadio artesanal. Adems del jabn,
destacaban las
32
Ibdem, p. 33 33
DOMNGUEZ ORTIZ, Orto y ocaso de Sevilla, 1991, p. 56 34
Ibdem, p. 56 35
DE MERCADO, Suma de tratos y contratos, edicin de Nicols Snchez
Albornoz, Libro IV, Cap. 3. 36
VILA VILAR, Enriqueta, Sevilla capital de Europa, Boletn de la
Real academia Sevillana de Buenas Letras: Minervae baeticae, ISSN
0214-4395, N 37, 2009, p. 57-74. 37
DOMNGUEZ ORTIZ, Orto y ocaso de Sevilla, 1991, p. 73 38
OTTE, Sevilla y sus mercaderes a fines de la edad media, 1996,
p. 67 39
Ibdem, p. 72 40
DOMNGUEZ ORTIZ, Orto y ocaso de Sevilla, 1991, p. 31
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curtiduras, la seda, el tejido y la lana, la produccin de loza y
cermica en Triana -donde
adems se produca plvora-, y los astilleros, instalados en la
orilla de los Remedios, y que
eran los ms importantes del sur de Espaa, solo superados por los
astilleros vascos.41
Respecto a la agricultura, es de sobra conocida la capacidad del
entorno hispalense y la
campia del Aljarafe para suministrar riqueza agrcola, remite
Padrn que Todos los
testimonios se hacen eco de la riqueza agrcola propia de una
frtil regin. Los granos (trigo
y cebada), la vid, los olivos y las aceitunas (gordas, moradas,
manzanilla y rey), hortalizas y
frutos eran los puntales decisivos de la economa agrcola. Aparte
del trigo se seala la
existencia o cultivo de alpiste, mijo, lentejas, habas,
garbanzos, altramuces, etc. Lo ubrrimo
de la zona y sus condiciones climticas toleraban frutos de todo
tipo, en especial los ctricos
(naranjas, limas, limones), los melones, las peras, los
membrillos, ciruelas, nsperos,
manzanas, guindas, cerezas, albaricoques, damascos, duraznos,
melocotones, albrchigos,
granadas, zamboas42 Adems, se criaba ganadera en sus campos,
ganado mayor y
menor, ya que lo frtil del pasto generaba buenas reses y carnes,
adems de la calidad de sus
caballos, que ya Rodrigo Caro calificara como veloces, hermosos,
animados y fuertes.43
Mencin aparte merece el vino, que es desde finales del siglo
XVI, en palabras de
Padrn, el segundo producto en importancia despus del trigo44 y
una de las bases de la
exportacin comercial sevillana.
Por ltimo, haremos mencin al elemento demogrfico, ya que podemos
deducir que a
finales del XVI, Sevilla era una urbe notablemente poblada con
cerca de 50.000
habitantes,45 afirmando Prez-Mallana que era la ciudad ms
poblada de Espaa en la
poca46, por lo que podemos concluir, citando a Ballesteros que
No era pues una
casualidad, sino un imperativo geopoltico de la funcin del
Guadalquivir, lo que hara que,
descubiertas las Indias, se instalara en su ms importante ciudad
riberea -Sevilla- el peso
de todo: la administracin, ordenacin, inspeccin, regulacin y
estudio de las navegaciones
indianas, y las misiones relativas al comercio con ellas, adems,
y a modo de conclusin de
todo lo expuesto anteriormente, escribe el profesor Prez-Mallana
que la eleccin se bas,
fundamentalmente, en la seguridad que daba su puerto fluvial,
situado a ms de ochenta
kilmetros de la desembocadura del Guadalquivir. Una eleccin que,
desde el punto de
vista militar fue irreprochable, porque ningn enemigo consigui
amenazar esta plaza,
mientras que Cdiz muchos puertos americanos tuvieron que
soportar asedios y pillajes
frecuentes47. Esto, unido a los ricos campos que la circundaban
y abastecan, a las
posibilidades comerciales y financieras y la tradicin artesanal
y mercantil establecida en la
ciudad ya desde la Edad Media, colocaron la balanza en posicin
favorable a la ciudad de
Sevilla, por encima de otras como Cdiz, que aunque contando con
un magnfico puerto
41
Ibidem, p. 34 42
MORALES PADRON, Historia de Sevilla. La ciudad del quinientos,
1977, p. 140. 43
CARO, Rodrigo, Antiguedades y Principado de la ilustrsima ciudad
de Sevilla y Chorographia de su convento juridico o antigua
chancilleria, Cap. VIII: Terminos de Sevilla y su fertilidad,
Madrid, 1633. 44
MORALES PADRON, Sevilla y el ro, 1980, P. 35. 45
BALLESTEROS, MANUEL. Revista, p.6 46
PREZ-MALLANA, Andaluca y el dominio de los espacios ocenicos. La
organizacin de la Carrera de Indias en el siglo XVI, p.122 47
Ibdem, p.121
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no tiene las condiciones de Sevilla, capital del Guadalquivir,
capital de la tierra, nudo de
rutas, en la confluencia del agua, de la llanura y de la montaa,
para la concentracin de los
medios materiales, de los vveres, de los hombres48.
48
He querido dejar como eplogo la cita del que considero uno de
los historiadores que mejor y ms detalladamente ha estudiado las
relaciones comerciales de Sevilla con Amrica durante los siglos
XVI. CHAUNU, Huguette et Pierre, Sville et l'Atlantique
(1504-1650), Paris, S. E. V. P. E. N., 1955-1960.