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Los trashumantesMiguel ngel Padilla Gmez lleva a su prctica
artstica la reflexin sobre los Trashumantes, se
sumerge en una problemtica social latente que surge desde la
propia geografa vivenciada.
Miguel ngel nos comparte el hacer de la segunda piel del cuerpo
cultural, haciendo evidente la tierra deshidratada que funge como
depsito del mbito trascurrido, son las partculas del barro
im-pregnadas de camino, en esta ocasin no hace falta solidificar lo
presentado; lo que nos provee es la mmesis del recorrido evocando
la narrativa por medio de la cutcula formativa que se erosiona y
trans-curre en crculos de movimiento.
Aqu en Los trashumantes nos presenta la crudeza de la condicin
de los condenados al andar, que migran para cambiar de vida, de los
que abandonan todo por la especulacin de una tierra prometida; a
nivel formal juega Miguel ngel con los pliegues conformando la
marcha sucesiva del movimiento por la ropa, o bien la compresin de
la tela, simbolizando al individuo confinado al encierro. Se vuelca
nos-tlgica la visin de enfrentarse al color de la tierra desde que
se fragmenta la estabilidad del cotidiano, la dimensin emerge
desprendindose del plano para ocupar el cuerpo de quin conserva la
memoria de un antes como necesidad en acto de fe.
En ofrenda a los trashumantes Miguel ngel Padilla tienen la
necesidad de manifestar el traslado geofsico, mostrndonos la
emergencia de vaco llenndose constante, al tiempo que el espectador
va habitando de contenido.
Es el desierto, material conceptual que utiliza Miguel ngel
Padilla Gmez en su propuesta para envolver a la segunda piel y
convertirlo en receptculo de reminiscencia, nos hace ver el lugar
in-hspito y descomunal, alucinante, nos invita atravesarlo como
tentativa. Y es en la intranquilidad de lo desconocido, en cada
paso se vuelve ms lejano el origen, el sentido de pertenencia se
escapa y queda el soliloquio en desolacin del xodo.
Hace evidente lo azaroso del andar a la deriva, al confrontarnos
con su propuesta nos deja la con-stante sensacin de extravo de
perder el sitio de origen a la llegada, en los crculos se hace
evidente y fcilmente se es presa de una circunstancia que atrapa,
minimiza que encierra al caminante.
Es tan largo el camino.
Escrito por: A. V. Ma. Del Carmen Rossette Ramrez. Profesora
Definitiva de Teora e Historia del Arte, ENAP, UNAM.
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Bidimensin.Ropa y barro montado sobre bastidor de madera2012
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TRNSITO Y TESTIMONIO. LA OQUEDAD POR LOS TRASHUMANTES.
Era inevitable que las consecuencias del presente hicieran
futuro. En el desplazamiento de los tiempos que cercan la vida de
las sociedades, lo previsible se sospecha real a partir de un juego
de juicios lgicos. Las premisas prefiguran la conclusin y la
contundencia de las circunstancias encuentran nuevas formas de ser
y de sorprendernos.
Cuntas personas han dejado este mundo en los ltimos aos? Tan
importante como el fenmeno mexicano de migraciones que asola
pueblos y moviliza economas descomunales, ha sido la migracin por
muerte. Miles de almas perdidas en el trnsito hacia otras
dimensiones -quin sabe a cul, depende del credo profesado- fuera de
todo pas y cualquier localizacin. Era previsible que tantos
alientos extin-tos, por la fuerza de la violencia o las fuerzas
naturales, dejaran en su lugar grandes cantidades de vaco y
despojos. La oquedad en la sociedad se siente como un soplo en el
corazn, un estmago vaco, la insatisfaccin que produce ansiedad,
lapso de tiempo suelto que se llama muerto cuando no hay nada con
qu ocuparlo.
Miguel ngel Padilla Gmez construye un tzompantli sin ttulo y sin
descarnar, seco y esttico. Es-tos rostros son parte del polvo, de
tierra estn hechos; y de la ropa contenida obtienen consistencia.
La persona no est, slo su imagen, la memoria de annima faz y las
ropas que sola vestir. Y por otra parte, el recuerdo sin acabar del
trashumante extraviado exhibe su encierro como pjaro en cautiverio
en una instalacin de ropas terrosas.
Los bastidores se cubren de tensiones textiles y la torsin que
produce volumen. En el muro se con-densa un torbellino cclico de
vestidos centrifugados en alguna instancia de la memoria. Todo habr
de volver si no se elabora el pasado. Esta vuelta de ausencias
pendientes se parece tanto a la rueda de los tiempos y a la cadena
de desgracias que puede ser la historia eslabonada de ausencias
olvidadas.
Trashumantes es un conjunto de obra que codifica el trnsito del
cuerpo humano pero desde el testi-monio de la permanencia. Propone
la conciencia de los restos, el rastreo de huellas de quienes se
fueron sin despedirse. Y nutre la historia artstica de obras
tocantes de lo humano por el abordaje de la superficie que le cubre
y le sobrevive.
Juan Carlos Jimnez AbarcaHistoriador de Arte y CrticoEnero
2013
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Tridimensin.Barro y ropa12 piezas de 55 cm de dimetro2012
Los Mundos
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Tridimensin.18 piezas de barro30 x 25 x 10 aprox.2012
Los Rostros.
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Tridimensin.6 Jaulas de pjaro, ropa y barro
Medidas varias
2012.
Las Jaulas.
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Lista de obra.Bidimensin.
1 sin titulo
Barro y ropa montado sobre bastidor de madera
125 x 125 cm
2012
2 Sin ttulo
Trptico
Barro y ropa montado sobre bastidor
80 x 250 cm c/u.
2012.
3 sin ttulo
Barro y ropa
250 x 250 cm.
2012
4 sin titulo
Barro y ropa sobre bastidor
9 piezas de 55 x 55 cm.
2012
5 sin ttulo
Ropa y barro sobre recorte de llantas
Medidas variables
2012
6 sin ttulo
25 piezas de 60 cm de dimetro
2012
7 sin ttulo
Tela y ropa con barro sobre bastidor
100 x 80 cm.
2012
8 sin ttulo
Barro y ropa montado en bastidor
80 x 60
2012
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Tridimensin9 Los Mundos
Barro y ropa
10 piezas de 55 cm de dimetro
2012
10 Los Rostros
18 piezas de barro
30 x 25 x 10 aprox.
2012
11 Las Jaulas
6 Jaulas de pjaro, ropa y barro
Medidas varias
2012.
Todas las fotografas por Daniel Ulacia excepto las de la serie
Los Rostros, por Miguel ngel Padilla G.