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Transcript
•TRAYECTO
Lineal
•LONGITUD
3,6 km
•TIEMPOESTIMADO
1 hora
•DIFICULTAD
Media
•TIPOCAMINO
Carril
•PAISAJE/VEGETACIÓN
Relieve de media montaña con pendientes moderadas. Amplias extensiones y panorámicas de castañares, dehesas, pinares y monte mediterráneo. Ganadería extensiva porcina (montanera), ovina o bovina. Ruedos agrícolas. Caminos característicos entre muros de piedra. Saltos de agua. Blancas poblaciones serranas.
•SOMBRA
Escasa
•AUTORIZACIÓNESPECIAL
No es necesaria
•RECOMENDACIONES
Llevar agua potable y vestimenta y calzado adecuados.
Hasta Castaño del Robledo por la carretera HU-8114, entre la N-433 (Sevilla-Lisboa) y la N-435 (Badajoz-Huelva). Ya en Castaño del Robledo hay que dirigirse a su extremo sur, al final de la calle del Rosario, donde encontraremos el inicio del sendero.
APARCAMIENTOS
Hay un aparcamiento con unas 12 plazas al inicio del sendero.
TRANSPORTEPÚBLICO
Las principales empresas concesionarias de autobuses que operan en la zona son Casal (tel. 954 99 92 90; www.autocarescasal.es) y Damas (tel. 959 25 69 00; www.damas-sa.es).
OTROSSENDEROS
El parque natural tiene una amplia oferta de senderos señalizados. Entre los más próximos están otros dos que se inician o terminan en Castaño del Robledo: Ribera de Jabugo y Rodeo al Cerro del Castaño.
PERFILDELRECORRIDO
• DESNIVELMáxIMO
218 m
• COTAMáxIMA
768 m
• COTAMíNIMA
550 m
altitud (m)
longitud (m)
500
3.00
0
1
1.00
0
2.00
0 0
600
700
800
900
500
1.50
0
2.50
0
3.50
0
3.60
4
2345
AVESEn la subida, nos han acompañado multitud de paja-rillos como carboneros, currucas, pinzones, colirro-jos e incluso el pito real y el pico picapinos. Ahora, desde aquí, es posible ver las grandes rapaces que pueblan estas sierras, como el buitre leonado o el amenazado buitre negro, que tiene en este suroeste peninsular su último reducto de Europa Occidental.
Es fácil también ver milanos reales (en invierno) y negros (en verano), así como distintas especies de águilas. Al anochecer, además de un lugar privile-giado para ver estrellas, tendremos la oportunidad de escuchar al cárabo y otras rapaces nocturnas que viven en los huecos de castaños y encinas.
CastañodelRobledo
Comienza el sen-dero en un camino empedrado que lleva hacia el cemente-rio, que parte de la calle del Rosario, en el extremo sur de Castaño del Robledo (ver [1] en el mapa). Justo antes de llegar al camposanto, del que sobresalen los altos cipreses de sus tapias, veremos el humilladero de la Virgen del Rosario, un lugar de oración común en los caminos.
Vistaspanorámicas
Cuando dejamos de ascender, y tras un breve llaneo entre pinos y alcornoques, entramos en una zona de matorral [3] desde la que se nos abre una amplia panorámica de redondeadas sierras hacia el sur, que es la dirección en la que avanzamos.
Bajada
Alcanzamos el borde de una pronunciada caída [4] que el camino salva en un zigzag. Hay que ser aquí precavidos ante posibles resbalones. La ve-getación es llamativa, hay encinas y grandes madroños, e incluso algún almez.
De Castaño del Robledo parten varios senderos que invitan a conocer su privi-legiado entorno, por el que se extienden dehesas y castañares en originales combi-naciones paisajísticas, siempre embelle-cidas por los estirados trazos de color que aportan riberas y setos.
De éste que lleva al puente de Los Casares pueden apuntarse algunos atributos espe-ciales, como el de recorrer dos riberas o pasar próximo a una espectacular cascada; aunque seguro que cada quien que lo tran-site encontrará muchos más que añadir.
Tras disfrutar de las vistas, y al tiempo repo-nerse de la subida, seguiremos avanzando, ahora en descenso, hacia el valle que ve-mos a nuestros pies. Podremos apreciar una gradual evolución en la vegetación que nos rodea, que se explica por el también gradual cambio de orientación, cada vez más asolea-da. Así, van ganando terreno plantas como el cantueso o las jaras.
Las vistas siguen reclamando nuestra aten-ción, aunque probablemente también los bre-zos que jalonan el camino, sobre todo cuando florecen en invierno. Muy pronto, podremos ver una línea de color que marca el recorri-do del arroyo en el fondo del valle. Son los altos chopos, que exhiben su desnudez en el invierno, su vivo verde al brotar en primavera o un intenso amarillo al final del otoño.
El camino bordea el cementerio y va subiendo entre pinos, encinas, alcornoques y, también, algún castaño. Nos hallamos en una zona húme-da de umbría en las faldas del cerro La Picoteja (804 m), que resulta propicia para el tropel de plantas que vemos prosperar aprovechando el abandono de antiguas zonas cultivadas alrede-dor del pueblo. Entre tantas especies podremos distinguir algunas particularmente interesantes, como brezos, madroños o durillos.
Llegamos a una bifurcación de caminos [2], en la
que optaremos por el de la derecha, acercándonos a unos castañares en los que probablemente vere-mos piaras de cerdos
hozando.
Castaño del RobledoPuente de los Casares
Bajamos junto a un arroyo haciendo curvas, y tras una de ellas hay una desviación que conduce a los Chorros de Joyarancón, un es-pectacular salto de agua de cincuenta metros de altura, aunque no siempre activo, depen-diendo, claro está, de las lluvias habidas. A los pies de la cascada veremos un hermoso ejemplar de quejigo.
Llegamos finalmente al barranco o arro-yo de los Casares, cuyo curso seguiremos, atravesándolo en ocasiones. En él tomamos contacto con los chopos que veíamos duran-te el camino, que ahora nos alivian con su sombra. En menos de quinientos me-tros alcanzaremos la carretera entre Alájar y Santa Ana la Real [5], a algo más de un kilómetro de ésta última, donde finaliza el sendero.