1 CARTOGRAFÍA, PODER Y POLÍTICA: ANÁLISIS DEL MAPA DE FRONTERAS TERRESTRES Y MARÍTIMAS DE COLOMBIA ELABORADO POR EL INSTITUTO GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI EN EL AÑO 2011. AUTOR: JUAN CARLOS NEIRA CUELLAR DIRECTOR: DOCTOR CARLOS JILMAR DÍAZ SOLER UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN MAESTRÍA EN EDUCACIÓN BOGOTÁ - 2019
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CARTOGRAFÍA, PODER Y POLÍTICA: ANÁLISIS DEL MAPA DE FRONTERAS
TERRESTRES Y MARÍTIMAS DE COLOMBIA ELABORADO POR EL INSTITUTO
GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI EN EL AÑO 2011.
AUTOR: JUAN CARLOS NEIRA CUELLAR
DIRECTOR: DOCTOR CARLOS JILMAR DÍAZ SOLER
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
BOGOTÁ - 2019
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CARTOGRAFÍA, PODER Y POLÍTICA: ANÁLISIS DEL MAPA DE FRONTERAS
TERRESTRES Y MARÍTIMAS DE COLOMBIA ELABORADO POR EL INSTITUTO
GEOGRÁFICO AGUSTÍN CODAZZI EN EL AÑO 2011.
Trabajo de grado para obtener el título de Magister en Educación
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
BOGOTÁ – 2019.
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NOTA DE ACEPTACIÓN
Trabajo de grado sustentado el 18 de junio de 2019 y
recibió postulación a mención Laureada.
Dr. CARLOS JILMAR DÍAZ SOLER
DIRECTOR
Dr. PABLO AZÓCAR FERNÁNDEZ
Universidad Tecnológica Metropolitana de Chile
JURADO 1
Dr. ABSALÓN JIMÉNEZ BECERRA
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
JURADO 2
BOGOTÁ - 2019
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Dedicatoria
Este trabajo lo dedico en primera instancia, al Señor Jesucristo, la fuente de agua viva, dueño
de la sabiduría, la ciencia e inteligencia. Quien en momentos de soledad, junto a mi escritorio,
inspiró y fundamentó las bases para configurar un conocimiento crítico de la realidad.
A mi madre María Edelia Cuellar Saavedra QEPD, campesina boyacense, virtuosa y reina,
quien dio hasta su último aliento de vida, creyendo, como fiel cómplice, en esta aventura
académica. Con su amor, perseverancia, fortaleza y ternura, dejo un legado verdaderamente vivo,
que trasciende más allá del mundo vulnerable y perecedero. Reconociendo, que ningún logro que
pueda ofrecer el mundo, podrá superar su incomparable e irremplazable compañía y afecto.
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Agradecimientos
Mis más sinceros agradecimientos a los profesores de la Maestría en Educación de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Doctor Carlos Jilmar Díaz Soler, Absalón
Jiménez y Marieta Quintero, al Doctor Pablo Azócar Fernández de la Universidad Tecnológica
Metropolitana de Chile, quienes con su paciencia, talento y perspectiva, lograron inspirar un
anhelo ferviente por la investigación.
A mis amigos y compañeros Mary Midoya Poveda, Paula Moreno, Diego Bejarano, Jimmy
Osorio, María José Orozco, Paola López y María Fernanda Rodríguez, quienes a su manera,
aportaron e influyeron en mi para tener excelencia, sobriedad y dedicación en el trabajo de
investigación.
Y finalmente, a la profesora Nubia Moreno y Sebastián Guerrero con quienes comparto un
gusto por una de las ciencias más completas, es decir, por la Geografía.
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Así, nada hay oculto que no haya de ser descubierto,
ni escondido que no haya de ser conocido y de salir a la luz.
Planteamiento del problema ........................................................................................................................ 18
Objetivo general .......................................................................................................................................... 22
Nivel Teórico General (NTG) ............................................................................................................. 48
Nivel Analítico Particular (NAP) ........................................................................................................ 48
Consideraciones metodológicas de la perspectiva de Bourdieu en la justificación del mapa como
lenguaje, objeto de investigación y modelo de análisis. ......................................................................... 50
La construcción del objeto de investigación en ciencias sociales ....................................................... 50
El objeto no está hecho, se debe construir. ......................................................................................... 51
Distanciamiento de metodologías de la sociología espontánea. ......................................................... 54
La adopción de modelos estructurales. ............................................................................................... 55
Razonamiento por analogía. ................................................................................................................ 56
Las propiedades de los modelos. ......................................................................................................... 57
1. Lenguaje, imagen y pensamiento ........................................................................................................ 59
1.1. La naturaleza lingüística de la imagen ....................................................................................... 59
1.1.1. La arbitrariedad como criterio de atribución de sentido ..................................................... 61
8
1.1.2. La imagen como un tipo de texto. ....................................................................................... 63
1.2. El lenguaje como interpretante de los fenómenos sociales ......................................................... 68
1.2.1. Nivel histórico ..................................................................................................................... 69
1.2.2. Nivel fundamental ............................................................................................................... 69
1.3. El lenguaje como productor de sentido ....................................................................................... 70
1.3.1. El lenguaje como posibilidad para el pensamiento ................................................................. 71
1.4. Contenidos del pensamiento: un itinerario para interpretar los mapas. ...................................... 74
1.4.1. Lenguajes y pensamiento: contenidos abstractos y concretos. .......................................... 75
1.4.2. Ideología y sus acepciones epistemológica y política. ........................................................ 78
2. El mapa como contenido de pensamiento: significaciones histórico-cartográficas del funcionamiento
político del poder. ....................................................................................................................................... 82
2.1. El mapa: elementos básicos para su análisis .................................................................................... 83
2.1.1. Mapas como textos y sus contextos .......................................................................................... 84
2.2. Vestigios del poder político en el mapa ........................................................................................... 88
2.2.1. Ubicuidad política en los mapas ............................................................................................... 90
2.2.2. Estructuración del contenido: las dos caras cartográficas del ejercicio del poder .................... 93
2.2. Mapas como persuasiones del poder ......................................................................................... 102
2.4. Dimensiones cartográficas del poder ............................................................................................. 105
2.4.1. Poder externo .......................................................................................................................... 105
2.4.2. Poder interno ........................................................................................................................... 106
3. Geografía política, geopolítica y el IGAC: fundamentos científicos e institucionales para la discusión
sobre los mapas. ........................................................................................................................................ 107
Representación de un lugar Mapa como metáfora visual o
como discurso metafórico
Signos cobran significado de
acuerdo al contenido o de acuerdo a
un contexto.
Identidad del lugar real
representado.
Carga de valores, creencias e
ideologías de y sobre el lugar
representado.
Ejemplo: símbolos de árboles,
montañas, ciudades, asentamientos.
Ejemplo: región agrícola
representada con una mazorca o
región ganadera representada con
vacas.
Ejemplo: relaciones de poder,
tipos de grupo social, patriotismo,
sistemas religiosos, etc.
Enunciados indicativos
Representación sustantiva Significados retóricos e
indeterminados
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De acuerdo con esta tabla, Harley elabora un paralelismo con el análisis del arte y permite una
serie de estrategias de interpretación, sin embargo, el punto al cual nos quiere llevar esta reflexión,
es poner la mira más que en los enunciados indicativos y representaciones nominativas (ya que
son más parte de un análisis de una cartografía temática) en aquellos significados retóricos, ya que
son estos los que pueden dar cuenta de las verdaderas intenciones y vínculos de la cartografía con
esferas políticas. Ya que según su colega J.H. Andrews el énfasis de Harley fue en la retórica de
los mapas y con ello plantear que “todos los mapas de todos los lugares y periodos llevan algún
mensaje comparable fuera del ámbito de la geografía tradicional” (Harley, 2005, pág. 31).
Poner la discusión en una perspectiva que abarque más allá del ámbito de la geografía
tradicional, permite darle apertura a temas concernientes de la relación de los mapas con el poder,
lo cual es una antesala para el siguiente punto a abordar.
2.2. Vestigios del poder político en el mapa
Una vez definido el mapa como texto, es preciso decir que al tener este calificativo, está en la
capacidad comunicativa al igual que otro tipo de texto de plasmar relaciones que dan cuenta de un
orden social, además de estructurarlo, reproducirlo y mantenerlo.
De hecho, con el punto trabajado con anterioridad, es de asegurar que el mapa considerado
como un lenguaje grafico desde el punto de vista analítico semiótico e iconográfico, a la retórica
que maneja se le puede atribuir en su elaboración, significados deliberadamente políticos y
relacionarlos en términos de un alcance simbólico del poder político.
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Para profundizar sobre los vestigios del poder político en el mapa, nuevamente Harley presenta
una perspectiva de análisis que va más allá de la semiótica y la iconográfica. Para ello hace una
propuesta que trabaja desde la sociología del conocimiento específicamente trayendo a colación al
análisis de Michel Foucault con la categoría “actos de vigilancia” y Anthony Giddens con sus
“recursos de autoridad”.
Según Harley (2005), el análisis atizonado desde esta perspectiva, permite reconocer los mapas
como formas de conocimiento y de poder, y en el proceso de elaboración de estos, el cartógrafo,
el topógrafo o el geógrafo con intención o no, no solo reproduce elementos concernientes a los
espacios representados, sino que a su vez, reproduce “imperativos territoriales de un sistema
político particular” y es aquí donde toma relevancia la relación conocimiento-poder, ya que con
los actos de vigilancia, los mapas como producto científico, cobran un significado especial en
términos de guerra, propaganda política o soberanía, por lo que se evidencia una ciencia presta a
ocultar, vigilar y ratificar un orden social establecido desde la esfera política. A su vez se
establecen como parte de un conjunto de recursos de autoridad con los cuales se ejerce el poder
por medio de la retención, administración y control del conocimiento del espacio.
Una de las formas con las cuales se desarrolla esta perspectiva en donde se considera al mapa como
forma de conocimiento que implica poder se da en tres coordenadas:
• Influencia y universalidad del contexto político presente en la historia de los mapas.
• Ejercicio del poder como estructurador del contenido de los mapas.
• Reforzamiento del ejercicio del poder a través de la comunicación simbólica de los mapas.
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2.2.1. Ubicuidad política en los mapas
En la elaboración de cualquier estudio desde una perspectiva cualitativa de los mapas, vamos a
encontrar necesariamente un atisbo político. Y no es raro, ya que junto con el poder religioso y lo
social, el poder político plasma intereses de su orden en productos cartográficos.
Preguntarnos por lo político en los mapas nos lleva a encontrarnos con que “el trazado de los
mapas fue una de las armas intelectuales especializadas mediante la cual se podía obtener,
administrar, legitimar y codificar el poder” (Harley, 2005). La historia de la humanidad nos ha
expuesto que en su momento, cada civilización veía en los mapas una herramienta intelectual muy
poderosa, relacionada con las élites religiosas y políticas como en el caso del antiguo Egipto, la
Grecia y Roma clásica y en la Edad Media Europea, pero cobra mayor importancia política en la
Modernidad.
El mapa siempre se ha relacionado con esferas del poder, a tal punto de ser considerada a la
cartografía como una ciencia de príncipes. Tener un mapa, era sinónimo de capacidad bélica,
administración territorial y propaganda política. De ahí que Harley coloque las condiciones de uso
de los mapas en términos del ejercicio del poder, justificando la omnipresencia de este último en
tres contextos políticos: estructura del imperio global, la conservación del Estado nación y
confirmación local de derechos de propiedad.
En cuanto a la estructuración de un poder imperial, los mapas en una primera instancia han
servido como armas. Sin embargo, son considerados armas no en un sentido convencional de
aparatos de combate físico, sino más bien como elementos de talla simbólica cuyo poder radicaba
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en la potencia arbitraria de establecer imperios en el papel, en donde a pesar de ese carácter
arbitrario que ocultaba ciertas realidades locales, paralelamente los mapas actuaban como un
discurso legitimador de los territorios conquistados cuya fuente de sustentabilidad o autoridad era
su elaboración mancomunada con la milicia: “Los topógrafos marchaban al lado de los soldados
para trazar mapas con fines de reconocimiento, después como información general y, con el paso
del tiempo, como una herramienta de pacificación, civilización y explotación en las colonias ya
definidas” (pág. 85).
Es decir, contenían una autoridad científico-militar presta al servicio de la comunicación,
propaganda y legitimación del accionar imperial de conquista, estableciendo una retórica que
actuaba como ley sobre el paisaje natural y cuya principal habilidad como arma era el
moldeamiento del mundo según intereses del imperio y de las elites políticas.
Por otro lado, el papel de los mapas en cuanto la conservación de los Estado-nación se da
más porque estos elementos cartográficos han sido de gran trascendencia y han estado desde el
principio como organizadores determinantes en el proceso político que dio resultado esta forma de
administración de gobierno en la modernidad, ya fuese colonias, imperios o repúblicas. Esto a
causa de que muchos conocedores de cartografía estaban asociados a la esfera política y eran
hombres de Estado.
Aquí, el conocimiento geográfico que aportaban los mapas era tan importante para la
configuración y mantención del Estado-nación, que incluso se trataban con gran recelo y secreto
ya que eran “conocimientos delicados” tácticos y estratégicos por su carácter militar y económico,
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estableciéndose de ese modo una monopolización del conocimiento cartográfico por parte del
gobierno.
De este modo, al haber censura de unos contenidos y a su vez legitimación de otros, los mapas
se constituyeron como herramientas que a través de la generalización que aporta la ciencia, se
fueron deshumanizando de cierta manera conductas en cuanto a la facilidad de control a distancia
y el desentendimiento de los posibles efectos sociales secundarios de la acción bélica, haciéndola
de alguna manera más sutil, convenientemente silenciosa y contundente en pro de logros
nacionales de Estado.
Por último, la omnipresencia política de los mapas, se evidencia en las relaciones derivadas por
el control de territorio a través de los derechos de propiedad ya fuese por el estado o por
particulares. Los mapas catastrales de cierta manera son una forma de configurar un orden social
tanto en el sistema feudal como en los inicios del sistema capitalista por medio de la administración
de la tierra. Bien se dice que este tipo de mapas:
Pueden interpretarse no solo como manuales técnicos de división en un sentido teórico, sino
también como una estructura social para regular legalmente las tierras expropiadas y para calcular
gravámenes [los mapas] “estaban diseñados para hacer más permanente un orden social en el que
había hombres libres y esclavos, y para el cual la división territorial era la base del estatus2”
(Harley, 2005, pág. 90).
De acuerdo con la anterior afirmación, se fortalece la idea que los mapas efectivamente
adquieren una autoridad política, incuestionable frente a quienes no manejaban su lógica de
2 Negrilla es mía
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elaboración, cuya mayor virtud era la verosimilitud y precisión científica en su representación,
que iba desarrollando cada vez niveles de mayor complejidad a medida que la administración del
espacio en relación al poder proporcionalmente se hacía también compleja, instaurando un
imaginario de prestigio científico.
2.2.2. Estructuración del contenido: las dos caras cartográficas del ejercicio del poder
Otro punto de suma importancia en la búsqueda de vestigios del poder en los mapas se da de
acuerdo en lo que se presenta como posibilidad de contenido en ellos. Pese a que la función
principal de un mapa es de carácter informativo, en términos meramente técnicos, es justificable
que un formato tan limitado como lo es una carta del espacio, no se pueda plasmar todos los
elementos de la realidad que se pretende representar.
Sin embargo, los conocedores del valor político de este objeto van más allá de esta excusa
atribuida al formato y a las limitaciones de la representación que implica, y tienen claro el arma
de doble filo que representa una divulgación desmedida de contenido, ya que desde un punto de
vista temático y militar, nos es prudente mostrar elementos que sean contraproducentes en
términos de estrategia. Sin embargo si debe haber una divulgación astuta y diplomática que implica
reconocimiento legítimo de soberanía y poder de un Estado sobre sus territorios por parte de otros
Estados.
Ahora bien, cuando se proyectan a los mapas como manifestación de formas de contenido de
pensamiento relacionadas o de cierta manera intervenidas por el poder, se ha de encontrar que
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existe una serie de procesos de “manipulación” en la configuración de sus contenidos temáticos a
pesar de su pretensión y fama de neutralidad científica informativa.
Esta manipulación según Harley se subdivide, por un lado en una distorsión deliberada de los
contenidos de los mapas, y por otro, en una distorsión inconsciente o subliminal, aportando de esta
manera una perspectiva donde se identifican dos caras del ejercicio del poder por medio de los
mapas.
De acuerdo con esto, la distorsión deliberada es legítima y en los mapas puede haber cierto
ocultamiento en el contenido que representa. Esto es lo que llama Harley como “censura
cartográfica” cuya mayor justificación se remonta en lo militar y en algunas oportunidades en lo
comercial. Así, nos encontramos ante una forma de manipulación de contenido deliberada, o en
términos de (Harley, 2005) una falsificación deliberada del contenido de los mapas.
Tal censura obedece a un conjunto de relaciones de poder que tienen implicaciones a razón de
las dinámicas geopolíticas o internacionales, ya sea en temas de delimitación o reclamos históricos
de territorios y/o de fronteras o asuntos directamente belicosos que conlleva elementos de
seguridad nacional y control estatal del territorio con implicaciones referentes a monopolios
comerciales sobre el conocimiento de rutas terrestres o de ultramar.
En ese sentido, la falsificación o deformación del contenido del mapa, se da de una manera
consiente en términos estratégicos, ya que parte del principio de justificación de confundir a
usuarios potencialmente peligrosos que atenten con los intereses político- económicos o
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entorpezcan el ejercicio del poder instituido por medio de secretos intencionales que obedecían a
aspectos particulares.
En efecto, el mapa es comprendido como elemento de alcances poderosos pero peligrosos, en
el sentido en que dichos alcances, conlleva a ser usado de forma tal para disimular los efectos
adversos de la guerra y silenciar a la oposición, pero a su vez, el uso masificado de los mapas se
presentan como herramientas dispuestas a ayudar a las luchas contrahegemónicas.
Lo que evidencia plenamente una dinámica foucaultiana de relación conocimiento y poder, en
donde el Estado por medio de elementos más complejos busca cuidadosamente imponer y regular
los criterios con que se administra y se accede al conocimiento sobre el espacio, asociados a la
exclusión y prohibición, por lo cual, pensar los mapas en un contexto político de Estado moderno,
se da en términos más de prudencia, de un poder negativo de restricción, y de divulgación astuta.
De ahí que entonces, sea una forma precisamente de ejercer poder, y en ese orden de ideas, la
misma representación aportada por el mapa, vendría siendo una abstracción inducida y a su vez
condicionada fundamentalmente política, justamente por los riesgos que en esa esfera implica.
Una de las formas evidentes en que se puede ver la regulación por parte del poder, fue con
instituciones creadas por parte de las grandes potencias de ultramar europeas, para el caso de los
españoles en el siglo XVI con la Casa de Contratación basada en modelos portugueses, y en su
versión inglesa, con la Compañía Unida de India Oriental en el siglo XVII.
Para el imperio español la estrategia era imponer la navegación de acuerdo al Padrón Real, para
ello se erige una institución denominada como Casa de Contracción cuya función era “hacer un
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seguimiento de las exploraciones y albergar, en secreto, los documentos del descubrimiento”
(Harley, pág. 124) por medio de registros, reportes, actualización cartográfica, basados en un
estricto control juramentado, mientras que el Padrón Real, más adelante llamado Padrón General,
era el “mapa maestro del mundo” con el cual cada incursión a ultramar debía regirse única y
exclusivamente por lo plasmado en este modelo cartográfico.
Para el caso inglés, no era del todo diferente, ya que se operaba una serie de procedimientos de
registro y trasporte de los descubrimientos nuevos, personal dibujante autorizado, manejados en
secreto y de igual manera por medio de juramentos. Lo cual se fue consolidando durante los años
venideros en una especie de “prácticas restrictivas cartográficas” que no eran más que
procedimientos de control de un conocimiento científico basados en términos de operaciones
políticas y comerciales.
Aparte de esta manipulación de contenido premeditada, los mapas son objeto de una distorsión
inconsciente o subliminal y se puede apreciar de tres maneras, ya sea por medio de una geometría
subliminal, por el silencio de los mapas o por la jerarquización en la representación.
La geometría subliminal es la forma en que denomina Harley a la relaciones de los elementos
técnicos del diseño gráfico del mapa como lo son la ubicación y la proyección con imaginaros
sociales propios de la época en la que se elaboró y se refiere este. De acuerdo a estos dos factores,
se puede intensificar inconscientemente impacto político de la imagen, lo cual, se constituye en
punto importante que examinar en la medida que recuerda a Braunstein sobre el papel que juega
la ideología en la representación deformada de la realidad y más cuando lo que está en disputa es
el mantener una idea de mundo así sea errada.
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Por ello “un mapa estructura la geografía que describe de acuerdo con una serie de creencias
en cuanto a cómo debería ser el mundo y presenta esta construcción como verdadera” (Harley,
pág. 96).
Dicha geometría subliminal se evidencia con toda claridad en los mapas que están fuertemente
marcados por un radical etnocentrismo, ejemplificado en los primeros mapas griegos y romanos
mostrándose un mundo centrado por el territorio próximo al mediterráneo (ver figura), los mapas
T en O, que solo presentan el mundo dividido en tres grandes espacios; Europa, África y Asia (
figura.), por no mencionar los mapas de la Edad Media marcados por una concepción cristiana,
donde muestra a la ciudad de Jerusalén como el centro del mundo (figura), o como ejemplo
cercano, las comúnmente usadas proyecciones de Mercator, distorsionadas respecto al tamaño y
extensión entre las latitudes norte y sur en el mapamundi (ver figura), confirmando de esta manera,
que una geometría subliminal del mapa es la estructuración y proyección de representaciones
ideológicas del mundo según el momento histórico de una sociedad particular.
Ilustración 1(reconstrucción) Orbis Terrarum siglo I a.C. (izquierda), Cosmografía de Agrippa (centro) y el Nuevo
Centro del Mundo (derecha). Autor: Marcus Vipsanius Agrippa3
Fuente: (Montaña, 2018)
3 Cartografía antigua, encargo del Emperador Octavio Augusto en el año 27 a.C. a Marco Agrippa, caracterizada por el notable simbolismo de Roma como centro del mundo conocido, representando de esta forma la acepción política de la ideología descrita por (Braustein, 1976).
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Ilustración 2 : Mapa de Anaximandro 520 a.C. según la descripción de Herodoto (izquierda) y Mapa de Eratóstenes 220 a.C.
(derecha) 4
Fuente: (Global Mediterránea & Geomática, 2017)
Ilustración 3: fragmento de Mapa de Heinrich Bunting (izquierda) y Mapa “Cloverleaf” de Heinrich Bunting
(derecha). 5
Fuente: (Barreda, 2007)
4 Mapas considerados como las primeras obras del mundo helénico, caracterizados por establecer criterios científicos tempranos en cuanto a la proporción, meridianos y paralelos, sin embargo es reflejo de la acepción epistemológica de la ideología cuya fuente era la información limitada aportada por viajeros. 5 Mapas del siglo XVI elaborados por Heinrich Bunting, los cuales se caracterizan por un evidente corte distorsionado de la realidad en la distribución del mundo en tres principales continentes (a pesar de una pequeña referencia a América) e influenciado por elementos religiosos como la concepción de Jerusalén en el centro.
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Ilustración 4: (izquierda) Mapa de T en O (Orbis Terrarum) de Isidoro de Sevilla (1472). (Derecha) “mapamundi
con la cosmografía de Macrobio” (1483). 6
Fuente: (Alfaro, 2018)
Ilustración 5: izquierda) Proyección de Mercator, Abraham Rees (1820). (Universal Dictionary of Arts, Sciences, and
Literature, 2018). (Derecha) Mapa moderno con la proyección de Mercator
Fuente: (Prieto, La historia de la cartografía a través de los mapas, 2016)
Los silencios de los mapas se constituyen como un mecanismo fundamental en la interpretación
en relación al poder, ya que seguirle la pista a estos, es seguir el rastro de elementos políticos
profundos. Aquí la lógica de los silencios va de acuerdo a los elementos omitidos dentro de los
6 Mapas de la Edad Media, en donde el mundo habitable y la distribución los pueblos se da según el relato del libro del Génesis sobre los hijos de Noé y descripciones equivocadas de zonas climáticas terrestres.
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mapas y que deberían estar, pero que por razones de la naturalización del ocultamiento del otro,
entre ellas el etnocentrismo, el imperialismo, colonialismo o a causa de desconocimiento, estas
omisiones se insertan incluso en el sentido común científico del cartógrafo proyectándolo en el
resultado de su trabajo.
Los silencios como dice Harley, son parte de los estereotipos culturales y por lo general les son
funcionales a los integrantes de las esferas del poder, ya que las omisiones sugieren
paradójicamente a enfatizar en los únicos elementos presentes de forma explícita en la
representación cartográfica. De esta manera los silencios vienen siendo formas inversas o vacíos
de denotación para el anclaje hacia un mensaje que ofrece el mapa.
Las jerarquías de representación trabajan en la imagen geográfica echando mano de los
elementos comunes presentes en toda representación cartográfica, como los signos, símbolos,
íconos y recursos abstractos. Si se traslada al ámbito del ejercicio del poder político, estos
elementos hacen parte de la elaboración del ordenamiento del espacio y su respectiva recepción
por vía gráfica.
Las jerarquías de representación se ejemplifican con escudos de armas, símbolos de autoridad,
extensión y nuevamente, en la distorsión del tamaño de estos símbolos. De acuerdo con esto, la
jerarquía en la representación se establece por la proporción del tamaño del objeto grafico
utilizado, en ese orden de ideas, se atribuye la importancia jerárquica en términos de escala y
poder simbólico que ostentan y se percibe en los objetos representados cartográficamente
desde la realidad política y social.
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Ilustración 6: Simbolismo por medio de escudos de armas7,8
Fuente: (Hernando A. , 2007)
Finalmente, la distorsión inconsciente constituida por estos tres elementos, se sustenta en una
fuerza de orden epistemológico, ya que aprovecha la reputación social que tiene cualquier forma
de conocimiento de la realidad, establecido en términos de desarrollo de pensamiento en una
cultura determinada, y en este caso, una ciencia cartográfica, que establece los criterios y marcos
de referencia de verdad de acuerdo a lo que dice que representa, generándose un efecto automático
de silenciamiento, deformación o menosprecio arbitrario de otros elementos que no se le reconoce
como parte de ese marco de referencia, por medio de la generalización y estandarización.
7 (izquierda) Relaciones universales del mundo de Juan Botero Benes 1603, (derecha) Frontispicio de obra geográfica
de jesuitas 8 En el frontispicio de la derecha se puede apreciar el poder simbólico de la práctica cartográfica en diferentes
círculos cultos de grandes urbes españolas mediante escudos.
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2.2.Mapas como persuasiones del poder
La ubicuidad de lo político en los mapas, junto con los procesos de estructuración del poder
evidenciado en el contenido de estos, vienen a ser un entramado de elementos que sustentan la
tesis de las dinámicas contextuales e internas las cuales se han estado develando y que le son
propias al considerarlos como contenido de pensamiento no neutrales.
Ahora bien, cada una de las características encontradas que ponen al mapa como lenguaje
geográfico vinculado al poder, son preámbulo de una sencilla pero trascendental razón de ser de
este, la cual tiene que ver con que el mapa como constructo intelectual, científico y político, busca
persuadir.
En esos términos, la persuasión es la estrategia principal del poder, así el monopolio de la
verdad y de la razón es menester en el ejercicio, reproducción y mantención del mismo. Los mapas,
como se ha visto, son cómplices de esa empresa y eso es debido a su capacidad retórica y de
convencimiento sustentada en el plano simbólico.
Los mapas son formas sutiles y subestimadas, ya que no utilizan la fuerza física para imponer
una verdad y durante la transformación política de las sociedades, los mapas han tenido un papel
de importancia, por lo que han sido portadores de una potestad o autoridad simbólica que conlleva
efectos en el plano de lo real, siendo así, a los mapamundis se le han asociado con formas
simbólicas que denotan y connotan soberanía sobre un espacio geográfico, ejemplo los globos
terráqueos, (ver figura):
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“para el siglo XVI, los globos que, al igual que los mapas, se habían vuelto un
lugar común en la cultura impresa, ahora se mostraban como una parte de las
insignias reales de autoridad en los retratos de reyes, embajadores, hombres de
Estado y nobles. Sin embargo, ahora su principal intención era trasmitir la magnitud
el poder, la ambición y las empresas territoriales de quienes los llevaban. Estos
cuadros proclamaban el derecho divino al control político; el emblema del globo
indicaba la escala mundial en que se podía ejercer y para que se le deseaba. (Harley,
2005, pág. 102).
Ilustración 7: Charles le quint, empereur (1584) 9
Fuente: (Rodríguez E. , 2012)
Nótese que con esta referencia sobre los globos, los mapas no solo se prestan como objetos
simbólicos que buscan ejercicio ideal y futuro del poder, sino que lo dan por hecho abiertamente,
siendo así, el mapa como el cetro, la preeminencia y testimonio de la ejecución del poder en todo
su esplendor.
Ahora bien, el poder dado por lo simbólico en los mapas no solo respondía a una garantía de
carácter de dominación ligado a lo político representado en personajes reales o de autoridad, sino
9 Obtestación del poder imperial por parte de Carlos V. Con una mano protege a América y con la otra mantiene su espada como símbolo de poder.
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que incluso, los mapas fueron desarrollando y fortaleciendo el mensaje del poder gracias a los
avances científicos, veamos:
“en los atlas y mapas de pared, la decoración sirve para simbolizar la adquisición de territorios
de ultramar. Los navegadores europeos, representados con el símbolo cartográfico de su oficio:
brújulas o compases de puntas, reflexionaban seriamente sobre las terrae incognitae como si
tomaran posesión de ellas antes de haber comenzado sus actos de descubrimiento, conquista,
exploración y explotación” (pág. 104)
Colocando en esta perspectiva la consideración de elementos simbólicos que atribuían
autoridad por medio de los mapas, pero esta vez adoptando objetos como la brújula y los compases,
los cuales vendrían siendo no solo la representación alegórica del cartógrafo, sino la garantía de
autoridad proveniente de ciencia cartográfica en crecimiento. De ahí que Harley (2005, pág. 107)
afirme que “lejos de ser incompatibles con el poder simbólico, las mediciones más exactas lo
refuerzan. La precisión se convirtió en el nuevo talismán de la autoridad”. (Figura)
Lo que permite ver en una amalgama simbólica reforzada de forma paradójica ahora con la
ciencia por medio de la autoridad en las mediciones y de la precisión, y dando razón a Braustein
en cuanto que la ciencia a pesar de cuestionar las deformaciones ideológicas de la realidad, se
puede también prestar y actuar como lo hace la ideología cuando de mantener un orden social y
político se trata.
105
Ilustración 8: Frontispicio Atlas Minor de Mercator10
Fuente: (Hernando A. , 2007)
2.4. Dimensiones cartográficas del poder
Para finalizar este punto que pretendió ahondar en la relación entre mapas y poder, es preciso
resaltar en esta discusión las dimensiones trasversales en las que se efectúa el poder mediante
mapas. Y eso se logra definiendo el poder externo y el poder interno que tanto en la práctica
histórica de la cartografía como en este escenario de análisis, están presentes de manera implícita
y trasversal.
2.4.1. Poder externo
El poder externo como se ha apreciado, se da mediante las dinámicas políticas que conlleva
intereses de tipo administrativo y militar, por lo tanto este poder que se efectúa sobre la cartografía
se caracteriza por ser deliberado. Este tipo de poder es centralizado y la fuente de su ejercicio se
personaliza en los estados, las iglesias, la corona, etc.
10 En los frontispicios se acude a elementos alegóricos tanto de la ciencia encarnada en el cartógrafo junto con sus objetos de medición, como de la ideología mediante representaciones racistas de carácter eurocéntrico.
106
Sobre este tipo de poder y esta propiedad trasversal de los mapas han sido clarificados.
2.4.2. Poder interno
Este tipo de poder se relaciona con la ya tratada distorsión inconsciente, Harley lo posiciona como
una propiedad trasversal de los mapas. Dicho poder es local, descentralizado e influye en toda
práctica de creación y estandarización cartográfica, cuyo funcionamiento dentro de la sociedad se
manifiesta como cualquier otro tipo de conocimiento científico.
“La clave de este poder interno es, entonces, el proceso cartográfico. Con esto me
refiero a cómo están compilados los mapas y cómo se eligen las categorías de
información; la manera en que se generalizan, el conjunto de normas para la
abstracción del paisaje; cómo los elementos del paisaje forman jerarquías, y cómo
los diferentes estilos retóricos, que a su vez reproducen poder, son empleados para
representar el paisaje. Clasificar el mundo es apropiarse de él…” (Harley, 2005,
pág. 204).
Pero aunque se pretende como un poder de tipo inconsciente frente a toda práctica política “Al
ejercer el poder interno los cartógrafos respondían a los dictados del poder externo, incluso cuando
este parecía ser débil, y el proceso de legitimación, en particular, implica una conjunción de
poderes” (pág. 147)
Los mapas tienen la propiedad de un poder interno, es una potencia consustancial que está
siempre presente, sin embargo, tiene un mayor nivel de efectividad cuando se activa en razón del
poder externo. Por lo cual, aunque es una capacidad independiente y legitimadora dentro del seno
de configuración de un campo de saber, sus mayores alcances se dan en términos externos.
107
3. Geografía política, geopolítica y el IGAC: fundamentos científicos e institucionales para
la discusión sobre los mapas.
la discusión del carácter relacional entre mapas y el poder concluye que la capacidad de los mapas
en relación al poder político, no se da mediante el ejercicio independiente de lo externo y lo interno,
sino que cobra estatus de legitimación tanto política como científica en la medida en que se
efectúen mancomunadamente, por lo tanto, tampoco su interpretación puede darse sin comprender
y poner atención al proceso de legitimación de lo político desestimando la normalización de lo
científico.
Esto se logra cuando no solamente se atiende a los modelos estructural-discursivos provenientes
del lenguaje, ni al proceso histórico cartográfico que da cuenta de lo político, sino que es necesario
profundizar con criterios abstractos que abordan lo político desde lo científico. Dichos criterios
provienen de la esfera científica y pueden dar cuenta tanto de sus elementos internos presentes en
los mapas, como aquellos elementos externos que los ponen a operar en el ámbito político.
Harley a través de su análisis coloca los mapas en contexto de operación política,
específicamente sobre aquello que atañe a asuntos de control territorial, intereses político –
militares y dinámicas comerciales, por lo cual, se deduce que la mirada del poder desde los mapas,
se dan en términos geográfico- políticos. De ahí que los criterios con que se deben analizar, son
aquellos provenientes del campo de producción científica de la geografía, en específico la
Geopolítica y la Geografía Política.
108
3.1. Geografía: ¿Un conocimiento Beligerante?
En este punto es menester rescatar los aportes del distinguido geógrafo Yves Lacoste, quien desde
una perspectiva crítica de la geografía, insta a una discusión de carácter epistemológico donde se
toca aspectos que incumbe a lo geográfico, lo cartográfico y lo geopolítico. Ya que concibe a la
geografía como aquel conocimiento que “tiene por objeto las prácticas sociales (políticas,
militares, económicas, ideológicas…) en relación al espacio terrestre” (Lacoste, 1977, pág. 58).
De dicha discusión se pueden evidenciar tres puntos importantes:
• El enmascaramiento epistemológico de la geografía como práctica relacionada al
poder.
• Las connotaciones estratégicas de la representación del espacio.
• La potencialidad de los mapas como instrumentos abstractos de acción y reflexión de
lo geopolítico.
3.1.1. El enmascaramiento epistemológico de la geografía como práctica relacionada al
poder.
Este geógrafo, asegura que dentro del imaginario académico universitario y escolar, existe una
seria crisis de concepción que se tiene sobre la geografía, ya que por lo general se entiende como
un saber subsidiario de elementos de otras ciencias como la geología, la historia, la meteorología,
etc. Por lo cual se le equipara bajo criterios memorísticos asociados a la toponimia, de ahí que no
se le reconoce en términos de cualidades interpretativas sino más bien de descripción.
109
Ante esto, él afirma que en la geografía “es obligatorio plantearse una cuestión epistemológica
previa; el proceso científico va unido a una historia y debe ser visto por una parte en sus relaciones
con las ideologías y por otra como practica o como poder” (pág. 6)
Esto coloca a la geografía para ser interpretada en relación con el poder, no solo como una
práctica de guerra, sino que además, en relación con el ejercicio del poder del Estado, en cuanto a
la organización de los territorios y en su función de “controlar a los hombres sobre los cuales
ejerce su autoridad. En ese sentido, la geografía debe pensarse en términos estratégicos, de
acuerdo a propiedades internas y externas.
Bien lo dice Lacoste (1977)
En realidad, la función ideológica esencial del discurso de la geografía escolar y
universitaria ha sido sobre todo la de enmascarar, mediante unos procedimientos
que no son evidentes, la utilidad práctica del análisis del espacio, tanto
fundamentalmente para la dirección de la guerra como para la organización del
Estado y la práctica del poder” (pág. 8)
Estableciendo de este modo, un argumento que justifica la necesidad de incorporar dentro de
los procesos investigativos concernientes a la geografía y por lo tanto, de los medios de
representación de los cuales se apoya, como es el caso de los mapas, un análisis sustentado en lo
discursivo, lo histórico y lo científico, ya que estos ámbitos precisamente han sido afectado por
dinámicas dilatorias que quitan de la mira las implicaciones de un campo de saber específico en
relación con la esfera del poder político.
Entre esas dinámicas dilatorias se pueden encontrar por un lado, la ya mencionada
subestimación del pensamiento geográfico en aspectos de interpretación del poder, por medio de
asociaciones prácticas ajustadas a lo descriptivo y memorístico, por otro lado, mediante la
“ocultación de todo problema político” (pág. 33) debido a una aptitud de enciclopedismo de “saber
110
por el saber” que se contrapone a un saber que permita pensar el espacio, en términos de no
“despolitizarlo”.
Estas dinámicas dilatorias y de enmascaramiento según Lacoste, se dan mediante cómo la
“geografía de los profesores” establecida aproximadamente hace un siglo, se ha constituido en un
discurso de tipo ideológico que inconscientemente se ha desligado de la verdadera importancia
que tiene el saber geográfico en asuntos políticos de Estado, ya que si bien, desde un abordaje
temático podemos ver algunos componentes de ese orden, esta geografía institucionalizada escolar
y académicamente, se aleja del sentido de una ciencia que permita resaltar el verdadero papel de
un análisis articulado del espacio en términos de poder.
3.1.2. Las connotaciones estratégicas de la representación del espacio.
Siguiendo en la misma línea, si la geografía desde el ámbito escolar y académico ha sido de cierta
manera afectada por dinámicas de enmascaramiento ideológico que la apartan de lo político, no es
raro que los medios de representación e imagen geográfica por excelencia, es decir, el mapa, sea
también afectado.
Lacoste resalta la importancia epistemológica del mapa, ya que al ser la forma de representación
geográfica más recurrente, es el elemento condensador de informaciones geográficas, por lo cual
en efecto, “la formalización del espacio significada por el mapa no es gratuita ni desinteresada”
(Lacoste, 1977, pág. 6)
Ya que “el trazado de un mapa implica cierto dominio político y científico del espacio
representado, y es un instrumento de poder sobre dicho espacio y sobre las personas que viven en
él” (pág. 7).
En ese orden de ideas, la mencionada importancia epistemológica del mapa radica en cuanto su
papel de “representación formalizada del espacio” de características innatas que guarda cierta
111
exclusividad en sus propiedades de lectura e instrumento del poder, ya que exige tener un bagaje
tanto científico como político para saberlo interpretar.
Pero se ve afectado según Lacoste, en primera instancia por un “condicionamiento cultural”
que mengua su capacidad representativa optando mejor por elementos paisajísticos, que responden
a una dinámica de adquisición de conocimiento geográfico por vía del saber inmediato, de la
experiencia sensible primera, algo que denomina Lacoste como “geografía espectáculo”.
En segunda medida se ve afectado, por la proliferación de representaciones cartográficas
numerosas pero analíticamente imprecisas. Lo cual significa un manejo de dispersión en el
análisis que radica en la escala de representación, ya que el conocimiento puede darse de forma
muy parcial.
3.1.3. La potencialidad de los mapas como instrumentos abstractos de acción y reflexión
de lo geográfico y lo político.
Lo que se ha estado abordando hasta el momento, son en alguna medida una serie de obstáculos
de orden epistemológico a los que se ha venido sometiendo a la geografía y a los mapas, en la
dinámica de adquisición y divulgación del saber sobre el espacio en relación con lo político, la
cual se ha permeado por estrategias discursivas de disuasión, dilatación y ocultamiento.
Ahora bien, el aporte que ofrece Lacoste ante esta situación, lo dan también en términos
epistemológicos y plantea la solución en propósitos de “un saber pensar el espacio” por medio
de “un repertorio conceptual que permite articular en función de diversas prácticas las múltiples
representaciones espaciales que conviene diferenciar, sea cuales fueren su configuración y su
escala, a fin de disponer de un instrumento de acción y de reflexión” (Lacoste, pág. 26)
112
Lo que quiere decir, es que saber pensar el espacio se da en la medida de acceder a elementos
que contengan un “repertorio conceptual” y articularlos con elementos de representación
espacial.
¿A qué viene esto? Viene a que se debe superar unas actitudes que identifica Lacoste en los
geógrafos en cuanto a “demostrar un total desprecio por las consideraciones abstractas” (pág. 45),
lo cual hace que la lectura del geógrafo sobre el espacio sea letárgica, sin una pretendida y
necesaria problematización del mismo, que responde a una prevención por parte de estos de esas
consideraciones abstractas nutridas por lo general desde la sociología y otras ramas de las ciencias
sociales, es más, los geógrafos, dice Lacoste, alardean abiertamente por su predilección por lo
“concreto”.
¿A qué viene esto con los mapas? Pues viene a resaltar y rescatar la potencialidad
epistemológica de los mapas en la medida de aprehender cartográficamente la realidad y pensar
cartográficamente lo político en asociación de un repertorio conceptual o unas consideraciones
abstractas. Ya que “no se piensa que el mapa pueda aparecer como un instrumento, como
instrumento abstracto cuyo código hay que conocer para entender personalmente el espacio y
dirigirse a él o concebirlo en función de una práctica” (pág. 28).
En ese sentido, es considerar al mapa en términos abstractos; como instrumento de
representación abstracta u objeto de significación conceptual, lo cual conlleva un proceso de
aprehensión y trasformación intelectual de elementos concernientes a la realidad espacial por
medio de un conjunto de conceptualizaciones que permitirían interpretar las Dimensiones
Cartográficas de lo Político, es decir: “transcribir las características espaciales de una práctica
113
concreta sobre una representación abstracta formalizada del espacio, [proceso en el cual] el mapa
comienza a entregar todas sus significaciones.” (pág. 101)
.
3.2. Conocimiento geográfico con sentido político
En los anteriores planteamientos se identificó una estrecha relación del carácter histórico de los
mapas y los asuntos del poder, lo cual nos llevó a asociarlo a elementos políticos, ante esto,
precisamente el repertorio conceptual el cual se unirá a la representación espacial para este análisis,
se construirá desde la perspectiva geográfica que atiende a lo político, ya que son en esos los
términos que se han presentado en la búsqueda de la comprensión del poder mediante los mapas.
3.2.1. Geografía Política y Geopolítica: entre el tabú y la confusión.
En los escenarios de producción y divulgación científica, los temas concernientes a la relación
entre conocimiento geográfico y política, se ha marcado por una serie de confusiones y tabúes en
lo que atañe al campo disciplinar que aborda dicha relación. No es raro encontrar consideraciones
que separen, opongan o asimilen, a la Geografía Política con la Geopolítica, generando así, una
inconsistencia a la hora de pensar el espacio en términos políticos desde una perspectiva científica.
Existen sucintamente una serie de opiniones acerca de esto, las cuales se exponen a continuación:
3.2.1.1. Diferenciación confusa
Ceniceros & Escobar (1999.) En el texto Geografía General hace una exposición sobre el concepto
y campo de estudio de la Geografía Política, la cual la coloca junto con la Geografía Económica,
como ramificación de la Geografía Humana, que a su vez es un enfoque de la Geografía General.
La Geografía Política nace del aporte desde el cual obtiene la geografía por parte de otras ciencias
en la problematización y estudio de fenómenos políticos sobre el espacio geográfico, y la asocian
como aquella que “estudia la situación, límites, sistemas de gobierno, relaciones entre los distintos
114
Estados, conflictos y grupos nacionales. Su objeto de estudio es la estructuración político-
administrativa del mundo. Tiene como ciencia afín a la geopolítica” (pág. 369).
En ese orden de ideas la Geopolítica es: “el estudio de las relaciones entre los factores de la
geografía de los países y su política; se especializa en el análisis espacial de los Estados del
mundo.” (pág. 369). Sin embargo y pese a las mínimas diferencias que se puedan encontrar, la
concepción del Estado es la misma ya que es “una institución jurídico-social y política de una
población que habita un territorio bajo autoridad de un mismo gobierno. Sus elementos son:
territorio, población y gobierno.” (pág. 369)
Dando a entender que Geografía Política parte de un estudio desde la Geografía, en cuanto a la
relación del espacio geográfico y fenómenos políticos, entre ellos la administración del poder por
parte del Estado, apoyándose en conceptualizaciones provenientes de ciencias “auxiliares” como
la Ciencia Política. Por otro lado, la Geopolítica es parte de la Ciencia Política y ejecuta análisis
espaciales de los Estados. Sintetizando así, que las dos usan elementos del campo de saber político
en el análisis del espacio geográfico, de ahí que se les considere afines.
Por otro lado Lara (2009) establece el verdadero sentido de la Geopolítica:
“La Geopolítica es una ciencia política y no una rama de la Geografía. El lugar o
los lugares donde se concentra el poder y con él, las decisiones que afectan el
mundo, se constituyen en los verdaderos protagonistas mundiales; por lo tanto, su
objetivo no es geográfico sino más bien “político”, es decir, dónde se concentra el
poder en el mundo en el momento o período de estudio y cuáles son los lugares
potenciales donde ese centro puede emerger en un futuro próximo.” (pág. 58)
Sacando de este modo del seno científico su ascendencia epistemológica geográfica, asumiéndola
entonces, desde la Ciencia Política y precisando su razón de ser académica a este campo, otorgando
115
a su vez, una cualidad analítica basada en la proyección del accionar del poder sobre el lugar. Sin
embargo, eso no quita su riqueza contributiva al análisis del espacio geográfico.
3.2.1.2. El Tabú: secuelas Nazis y Determinismo Geográfico.
Dentro del enrarecimiento de la dimensión espacial de lo político, el término “Geopolítica” ha
tenido una carga histórica y epistemológica que se traduce en un distanciamiento de muchos
trabajos geográficos desprovistos de esta dimensión coyuntural. Se puede decir que lo geopolítico
es un tema tabú en la medida que se desconoce el proceso de la consolidación de la Geografía
Política, ya que se incriminó a este conocimiento como Nazi y obsoletamente determinista.
Ballesteros & Sendra (1985) consideran que la crisis de esta rama de la geografía, se debe a los
malos manejos que sobre esta se dieron desde el nazismo, ya que utilizaron las concepciones
científicas del geógrafo alemán Friedrich Ratzel, para justificar todo un proyecto político que ha
sido catalogado como genocida. De este modo, el concepto de espacio vital “lebesraum” aplicado
al funcionamiento de los Estados, se convirtió en una categoría de desprecio por todo atisbo
político desde el análisis del espacio geográfico, ya que se asociaba a la Geopolítica como
sinónimo de ciencia nazi alemana.
A esto súmesele los señalamientos que se le imputaban desde el posibilismo de Vidal de la Blache
a los trabajos de Ratzel, en la medida de considerarlos como representantes o herederos de un
determinismo geográfico en sus análisis desde la perspectiva organicista del Estado. Argumento
el cual, fue cobrando fuerza en los círculos científicos geográficos y de este modo, se marginó el
carácter político, lo cual implicó un estancamiento metodológico y conceptual en el desarrollo de
la Geografía Política, ya que se optaba más por los análisis geográficos de corte posibilista e
historicista.
116
3.2.2. Avances y bifurcaciones: clarificando la constitución de la Geografía Política.
La configuración de la Geografía Política ha tenido una serie de etapas, en las cuales se explica
sus orígenes epistemológicos, se evidencian tiempos de crisis y se manifiestan algunos autores
más representativos.
3.2.2.1. Geografía política clásica
Aunque durante todo el trasegar de la historia se han evidenciado nexos entre el conocimiento del
espacio y las implicaciones políticas, los atisbos del pensamiento geo – político según Ballesteros
& Sendra (1985) y Talledos (2014) se puede ver gestando en el siglo XVI con las obras del filósofo
francés Montesquieu, específicamente con El Espíritu de la Leyes.
No obstante, dicha perspectiva se mantuvo en un estado letárgico, y fue realmente resurgiendo
dentro del seno científico de la geografía con su institucionalización universitaria en las grandes
potencias europeas durante el siglo XVIII; Inglaterra, Francia y Alemania, respectivamente. Ya
que los trabajos de Carl Ritter, Alexander Von Humboldt e incluso más adelante con el geógrafo
anarquista Elisse Reclus, fueron insumo para pensar la importancia de los factores políticos en el
análisis de la categoría de espacio.
Heredero en cuanto darle el valor correspondiente a la dimensión política dentro del espacio,
fue el geógrafo alemán Friedrich Ratzel, que con sus trabajos a los cuales se le atribuyen la
creación de la Geografía Humana o Antropogeografía, y por medio del concepto de “Lebesraum”
(Espacio Vital) y el “Grossraum” (Grandes zonas) dieron el inicio de una fundamentación
científica de la Geografía Política, específicamente a finales del siglo XIX y comienzos del siglo
XX.
117
De este modo, a partir de los trabajos de Ratzel, empezó una oleada de geógrafos interesados
por desarrollar sus análisis fundamentados en la idea como refiere Talledos (2014, pág. 17) en
que “no hay forma de conocimiento geográfico que pueda existir si carece de una función política”
Con ello, se empezó a desarrollar un corpus teórico que hasta el día de hoy se puede evidenciar
“Los análisis de geografía política se desarrollaron de manera amplia, originando un dilatado
debate sobre un conjunto común de conceptos: espacio, frontera, territorio, Estado, nación, zona
de influencia, migración y condiciones territoriales de los nacientes Estado-nación.” (pág. 20)
La acogida de los planteamientos de Ratzel se dio gracias al clima científico y político del
momento. Por un lado, en el frente científico se dio mediante la percepción del Estado como un
organismo vivo de orden territorial, que en su análisis convergen características de sus
componentes de orden político como coordenadas, administración y fronteras, las cuales se ven
afectadas por una lógica dinámica “natural u orgánica” en cuanto su expansión y lucha con otros
Estados.
Por lo cual se enmarca:
“en el seno del determinismo geográfico, vinculado al positivismo e influido por el
evolucionismo darwinista y la naciente Ecología, por lo que es lógico que Ratzel le
preocupen las relaciones entre las sociedades y el territorio que ocupan, y que utilice
algunos conceptos procedentes del campo de las ciencias naturales para interpretar
Ahora bien, el ambiente político estaba dado para que los postulados de Ratzel fuesen utilizados
por aquellos Estados que desde la ciencia, fundamentaran con el análisis político, toda la
maquinaria de guerra cuyo objetivo era la expansión territorial. De ahí que fuera el germen del
tabú por lo geopolítico, ya que las justificaciones racistas y la propaganda política (ver figura) se
118
daban mediante a la nueva ciencia “geopolitik”, la cual fue una distorsión de la Geografía Política
por parte del partido nazi alemán.
“Los trabajos de Ratzel coinciden con una coyuntura económica y política favorable
a su rápida difusión. Era el momento de la expansión de los Estados imperialistas
europeos, los conflictos entre ellos, etc. De este modo varios geógrafos continuaron
desarrollando esta temática con un enfoque más vinculado a problemas militares y
estratégicos” (pág. 117).
Ilustración 9: Mapa humorístico de Europa en 191411
Fuente: (Rodríguez H. , 2016).
3.2.2.2. Geografía Política en el siglo XX.
Como se ha estado viendo, Ratzel se establece como el puente entre lo clásico y lo moderno de la
Geografía Política, por lo tanto, en el siglo XX aparecen nombres como Rudolf Kjellen, Karl
11 Mapa clasificado como cartografía satírica y evidencia tanto el humor político como también la posibilidad del uso del saber geográfico en cuanto a la propaganda política, en este caso desde la perspectiva alemana.
119
Haushofer, Halford Mackinder, entre otros, quienes dieron extensión al campo del saber, dando
continuidad a los postulados de Ratzel.
La primera mitad del siglo XX, marcada por ser un periodo entre guerras, permitió un caldo de
cultivo para el desarrollo de teorías políticas que lograran interpretar y manejar el Estado, de ahí
que los postulados sobre el Lebesraum y el Grossraum trascendieran más allá del campo de la
geografía y empezara a injertase en el campo de las Ciencias Políticas.
Con el geógrafo inglés Halford Mackinder, quien estableció la teoría de la “Heart – Land” con
intereses imperialistas y tildado de ser un acérrimo racista y conservador por su apología a la
historia eurocéntrica- mediterránea, señala la importancia en términos militares y estratégicos de
los recursos naturales propios de la zona central que se encuentra entre Europa y Asia,
considerando tal zona como el “corazón” o punto nuclear que permite un verdadero control
mundial. Idea guiada bajo la lógica de una racionalidad basada en los aspectos geográficos físicos,
por tanto, evidencia de un determinismo geográfico.
Dichos razonamientos tuvieron una amplia repercusión en las ciencias sociales y
fueron ampliamente utilizados por diplomáticos, militares y diversos autores en el
marco de lo que se empezó a denominar geopolítica entre la Primera y la Segunda
Guerra Mundial.” (Tallledos, 2014, pág. 23)
120
Ilustración 10: Teoría del Heartland
Fuente: (Abilleira, 2014)
Más adelante, los postulados tanto de Mackinder como de Ratzel, fueron recogidos por el
politólogo, geógrafo y político sueco Rudolf Kjellen, quien se adjudicó la empresa de crear una
ciencia empírica del Estado fundamentada en la concepción organicista, “Así, consideraba la
Geopolítica como la ciencia del Estado como organismo geográfico y, sobre todo, como soberanía,
incidiendo en la interpretación y comprensión de los momentos bélicos de la Historia.”
(Ballesteros & Sendra, 1985, pág. 17). “Geopolítica es la ciencia que concibe el Estado como un
organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio”. (Lara Hernandez, 2009, pág. 44)
Así Kjellen, con sus trabajos, entre ellos “Staten som Lifsform” el “Estado como forma de
vida” en cual data de 1916, trabaja ampliamente el termino Geopolítica, por lo cual se le atribuye
a este autor la creación de tal concepto.
“Esta propuesta representó una intersección entre la ciencia política, la geografía
política, la estrategia militar y la teoría jurídica del Estado, la cual fue determinante
121
en la geografía política del siglo XX, puesto que una variedad de autores la
homologaron con la geopolítica.” (Tallledos, 2014, pág. 25).
De este modo, se logra deducir que el término Geopolítica nace en el seno de la Geografía
Política desarrollada entre guerras, el cual tuvo un importante desarrollo no solo en esta ciencia
sino que se expandió a otros sectores teóricos y de acción bélica, y que con Kjellen, se popularizo
la idea de asociar a la Geografía Política como Geopolítica.
Sin embargo y a pesar de los fuertes vínculos del término asociados al determinismo geográfico
y al racismo epistemológico, la connotación negativa la cual sumió a este concepto, se acrecentó
mediante la fundación de la Revista de Geopolítica en 1924 a cargo del general Karl Haushofer,
quien se caracterizó por la profundización del concepto de Lebesraum en el análisis de la coyuntura
política alemana.
la Geopolítica es la base científica del arte de la actuación política en la lucha de
los organismos estatales por el espacio vital” […] la geopolítica aspira a
proporcionar las armas para la acción política, y los principios que sirven de guía
en la vida política, la geografía debe convertirse en la ciencia geográfica del Estado
(Lara Hernandez, 2009, pág. 44)
Esto dio vía para que el trabajo intelectual de Haushofer indirectamente fuere vinculado al
proyecto de expansión de la Alemania nazi, ya que Rudolf Hess importante militar y político
alemán, generó nexos entre la academia y el nacismo, dando rienda a la justificación científica
aportada por el concepto de Lebesraum con el Tercer Reich (Cuellar, 2012). Evidenciando de este
modo, el proceder ideológico y la instrumentalización de una ciencia en términos de mantener un
orden político.
122
Lo anterior llevo a que la asimilación de la Geografía Política como Geopolítica, instituyera
un imaginario académico de desprestigio sobrellevando implicaciones en el desarrollo de este
saber.
3.2.2.3. Geografía Política de segunda mitad del siglo XX.
Luego de este “capítulo oscuro” desarrollado durante la primera mitad del siglo XX, en el cual se
sumió a la Geografía Política por medio de su asimilación social y académica como ciencia
geopolítica nazi. Ya en la segunda mitad del siglo XX empezó un resurgimiento de la misma,
gracias a los trabajos de la comunidad académica anglosajona y francesa.
Saúl Cohen, es quien marca el inicio con la siguiente definición:
“la Geografía Política es: el estudio de la variación de los fenómenos políticos de
lugar a lugar, interconectados con los cambios de otros hechos de la superficie
terrestre, considerada la vivienda del hombre. Se encuadra así en una visión
geométrica y corológica de la Geografía” (Ballesteros & Sendra, 1985, pág. 120)
En relación a lo expuesto, Ballesteros & Sendra (1985) aseguran que Cohen aporta 6 líneas u
enfoques para la Geografía Política
Tabla 5: Enfoques de Cohen en Geografía Política
ENFOQUE ESTUDIO
El análisis del poder Estudia el espacio físico como fuente del poder político de un
país.
El enfoque histórico Trata de conocer la evolución histórica del territorio ocupado
por un Estado
El enfoque morfológico Se estudian las áreas políticas en función de su forma
El enfoque funcional Trata sobre el funcionamiento de una zona del espacio como
unidad política
El enfoque behaviorista
o del comportamiento En el que el espacio es una variable independiente
El enfoque sistémico Se deriva de la Teoría general de Sistemas Fuente: elaboración propia.
123
Sin embargo, estos autores aclaran que los trabajos de Cohen, responden a una especie de
continuidad de la perspectiva de Mckinder, pero toman significación en la medida de que son
trabajos que abren brecha en el resurgimiento de la Geografía Política. Según ellos, a partir de ahí
en el mundo académico se empezaron a ver frutos y después de los años sesenta, la geografía en
general entro en una dinámica de renovación e incorporación de nuevas conceptualizaciones y
metodologías, así que no es raro que la Geografía radical, la Geografía de la percepción, la
Geografía Humanística e incluso la Geografía cuantitativa, influyeran en la Geografía Política.
3.2.2.4. Geografía Política anglosajona
Siguiendo con los aportes de Ballesteros & Sendra (1985), se puede identificar que la geografía
anglosajona se renovó por tres variantes o corrientes:
La primera, que le dio continuidad a los postulados clásicos de primera mitad del siglo XX como
lo vemos con Cohen, caracterizada por los enfoques descriptivos de aquellos temas
geoestratégicos, geopolíticos, fronterizos, de administración del Estado, problemáticas culturales
y doctrinas de administración del poder gubernamental como el centralismo y el federalismo.
La segunda, la cual fue una forma de Geografía Política positivista, de donde nace la Geografía
electoral, cuyo interés eran las problemáticas relacionadas a la influencia de las regiones en los
comicios y resultados electorales. En esta misma se toman postulados de la Geografía de la
percepción en cuanto la explicación de los comportamientos políticos según dichos resultados. Y
finalmente, los estudios de inversión del Estado a partir de los elementos políticos. El objetivo de
esta corriente, era precisamente establecer dentro de la Geografía Política leyes de generalización
teórica.
124
La tercera, se asocia a una Geografía Política con bases metodológicas estructurales, por lo
cual fue una versión marxista, ya que utilizaba elementos de análisis basados en la teoría social
del estado, los aparatos ideológicos e industriales, planificación urbana, movimientos sociales,
conflicto de clases, imperialismo, colonialismo, economías- mundo, etc.
Esto llevo a que la Geografía Política anglosajona se caracterizara por emplear un conjunto
variadas de metodologías y perspectivas teóricas, lo cual resulto una mezcla que según estos
autores desorientaban a la hora de hacer análisis.
3.2.2.5. Geografía Política francesa
Es preciso resaltar que previamente de la renovación que tuvo la Geografía Política en Francia, se
vio desestimada en relación a otras ramificaciones o enfoques en geografía. En ese orden de ideas,
se dio privilegio de los trabajos elaborados por Vidal de la Blache, quien según Lacoste (1977) a
través de su Geografía Regional propio del paradigma posibilista, se “despolitizó” y se ocultó
todo problema político (pág. 33) mediante una serie de “descripciones regionales profundas” (pág.
34).
Esto sumado a que la perspectiva de Vidal de la Blache fue difundida por el campo
historiográfico por medio de Lucien Febvre, sesgando el campo interpretativo de la geografía a
temas descriptivos, regionales e históricos, más que políticos.
Sin embargo, la geografía política francesa tuvo influencias de la Geografía radical anglosajona,
aquí se realizaron trabajos que daban cuenta de la relación del espacio con el poder y cuestionó
125
bastante la Geografía Política basada en los postulados de Ratzel en la medida de emprender el
análisis del Estado en equivalencia al poder.
La particularidad de esta versión francesa de Geografía Política, fue la ruptura de la concepción
discriminatoria del termino Geopolítica, quitando el estigma nazi alemán, por medio de los trabajos
de corte e influencia anarquista y marxista, encarnados en grupos académicos como la Revista
Hérodote y en geógrafos como Yves Lacoste. Estos estudios se caracterizaron por vincular temas
de perfil geopolítico como los conflictos internacionales, sin desconocer o abandonar aquellos que
hacían hincapié en la ordenación del territorio y dinámicas estatales internas.
Por otro lado, se redefinió el termino Geopolítica, bajo a la apreciación de que las dinámicas
mundiales se dan mediante factores políticos diversos, por lo cual se debe pensar más en
“geopolíticas”. En ese orden de ideas, bajo esa nueva concepción, caben temas clásicos de
Geografía Política, como aquellos que afectan la realidad mundial contemporánea, teniendo como
derrotero a la concepción de que el saber geográfico es un saber estratégico.
3.2.2.6. Geografía Política alemana
Aunque no tan reconocidas como la anglosajona y la francesa, la Geografía Política alemana de
la segunda mitad del siglo XX, se caracterizó por tratar de limpiar el espectro del imaginario nazi.
Así que optó por formular trabajos que relacionan lo político con elementos culturales y sociales.
Se le asocia a la Geografía Política tradicional, pero difiere en la medida que no tienen los mismos
objetivos y usos planteados en la Geopolitk, ni busca constituir una teoría sobre el Estado, más
126
bien entabla sus estudios en la relación de los procesos históricos del Estado con el tratamiento
que este le ha dado al entorno geográfico.
De esta manera: “Es, pues, un enfoque inductivo, aunque intentando llegar a abstracciones
teóricas a partir de las observaciones empíricas.” (Ballesteros & Sendra, 1985, pág. 127).
Por otro lado, trata de realizar sus análisis apropiando elementos de la Geografía humana en
cuanto a concepción u orientación socio-demográfica del medio, buscando unos resultados más de
carácter relacional al contexto social e incluso, se coloca a la actividad Estatal como remodeladora
del espacio, lo cual esto último es cuestionado por volver de cierta forma al germen de lo
supranacional.
Tabla 6: Transformación de la Geografía Política
TRANSFORMACIÓN DE LA GEOGRAFÍA POLÍTICA
Periodo Influencias Representantes Puntos Principales Conceptos
Etapa
clásica
Influencias de la
geografía física y
la geografía
regional
Carl Ritter
Alexander Von
Humboldt
Germen de la consideración
de asuntos políticos en el
análisis del espacio.
Espacio
Finales
del siglo
XIX y
primera
mitad del
siglo XX
Influencias del
determinismo
geográfico,
paradigma
ambientalista en
geografía y
vínculos con el
nacismo alemán.
Friedrich Ratzel
John Mckinder
Rudolf Kjellen
Karl Haushofer
Concepción organicista del
Estado basado en elementos
del darwinismo
Intereses políticos y
militares sustentados en el
positivismo.
Importancia estratégica
militar de los recursos
naturales.
Instrumentalización de la
ciencia geografía en
proyectos políticos.
Lebesraum
Heartland (pivote
geográfico)
Geopolik -
Geopolítica
Staten som
Lifsform” (el Estado
como forma de vida)
Preminencia de la
Geografía
Regional de Vidal
de la Blache.
127
Segunda
mitad del
siglo XX
y época
actual
Johan Cohen
Yves Lacoste
Elementos metodológicos
variados para el análisis
político del espacio.
Análisis estructurales de
corte marxista.
Comportamientos políticos
basados en regiones.
La geografía como un saber
político estratégico.
Factores geopolíticos
diversos.
Modelos
geopolíticos
Geografía electoral
Geopolíticas.
Geografía un saber
estratégico.
Influencia de la
geografía
cuantitativa,
geografía de la
percepción y la
geografía
radical.
Enfoques
eclécticos.
Fuente: elaboración propia.
3.2.2.7. Geografía Política Norteamericana
Como se ha logrado ver, el protagonismo en cuanto al desarrollo de la Geografía Política se ha
centrado en el campo académico europeo. Sin embargo es preciso resaltar algunos aportes a la
materia provenientes de autores norteamericanos, ya que sin duda han marcado en el manejo de la
geopolítica internacional contemporánea dirigida hacia Latinoamérica. Podemos rescatar a dos
personajes, el primero Alfred Mahan y por otro lado a Nicolás Spykmann.
Alfred Mahan, es considerado como el referente en temas de decisiones geopolíticas por parte
de Estados Unidos, atribuyéndole el “éxito” de este país en materia de política internacional. Los
postulados de Mahan se basan en la teoría que el poder marítimo es la base vital del poderío de un
Estado, el cual debe ser aún mayor que el terrestre, es ese orden de ideas:
“se necesita que un país adquiera sus colonias a través de una poderosa fuerza naval.
Esas colonias serán a la vez la fuente de la riqueza económica de donde puedan
extraer materias primas, combustibles energéticos, y demás recursos naturales; para
ello se requiere una poderosa flota mercante, que implica disponer de un adecuado
fundamento geográfico como es la posesión y acceso a canales interoceánicos,
El Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se presenta dentro de la publicación del texto
Geografía de Colombia elaborado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi IGAC en la primera
edición que data del año 2011. Siendo Iván Darío Gómez Guzmán el Director General del IGAC,
Felipe Fonseca Fino como el director del Comité Editorial y Subdirector de Geografía y
Cartografía, la Dirección y Revisión Técnica a cargo de Guillermo Beltrán Quecán y la
145
Coordinación de Investigación y Producción a cargo de Marcela Silva Barrera y Blanca Inés
Robayo Vásquez.
Ilustración 11 Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas IGAC 2011
Fuente: (IGAC, 2011)
El mapa objeto de estudio de esta investigación se encuentra en el capítulo 4 titulado “Estado
Nación Colombiano y Geopolítica Regional y Global” ubicado específicamente en la página 150
en el marco del acápite de Soberanía y Territorio. Es de importancia, ya que dicho mapa está
plasmado nuevamente de forma individual al final de la obra después de los referentes
bibliográficos, lo que vendría siendo como la página 367, dando el primer indicio de significación
de este mapa, ya que es el único que se encuentra repetido dos veces dentro de la obra.
Para el análisis del mapa referenciado se tendrá en cuenta tanto los elementos de las etapas 1, 2 y
3 presentes en el NTG, como la información expuesta en la tabla de sistematización.
146
4.1. Componentes estructurales de la imagen: razonamiento por analogía del mapa
4.1.1. La naturaleza lingüística de la imagen / la naturaleza lingüística del mapa.
El mapa se compone por unos elementos básicos que tienen que ver con la representación
gráfica, constituida por unas líneas que hacen referencia a las convenciones caracterizadas por ser
entrecortadas, algunas de barras con franjas azules y otras sombreadas con rojo. Hay un
predominio del uso de colores azul claro, gris, verde claro, amarillo y rosa para el relleno de las
formas.
Existen una serie de símbolos institucionales, científicos y estatales como el escudo de
Colombia, logo del IGAC y SIGAC ® respectivamente y dentro de su topografía se incorporan
elementos de convenciones, representación de la superficie terrestre y marítima de Colombia,
elementos parciales terrestres de Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Ecuador,
Perú, Brasil, Curazao, Aruba, Bonaire, Puerto Rico, República Dominicana, Haití y Jamaica, Mar
Caribe, Océano Atlántico y Océano Pacifico.
Por otro lado expresa una Dimensión simbólica, la cual devela un lenguaje matemático que hace
referencia a las coordenadas geográficas, a los meridianos, paralelos y la escala de representación,
un lenguaje geopolítico que refiere al componente temático ligado a fronteras terrestres, fronteras
marítimas, tratados limítrofes. Y finalmente un lenguaje institucional viéndose reflejado mediante
los derechos de autor, logos y título del mapa principalmente.
147
Este análisis retoma lo que afirma Barthes (1986) en que “toda imagen es polisémica; implica
subyacente a sus significantes, una cadena flotante de significados, entre los cuales el lector puede
elegir unos e ignorar otros. La polisemia da lugar a una interrogación sobre el sentido” (pág. 131).
Estas características composicionales del mapa lo llevan a la consideración de que cumplen con
la condición de ser una imagen cuyas propiedades estructurales lo facultan para ser un tipo de
lenguaje o texto, debido a que es identificable de acuerdo con su polisemia constitutiva, que refiere
a la ya descrita Representación gráfica y a la Dimensión simbólica que lo relaciona con lenguajes
de significados de orden matemático, geopolítico e institucional. De lo cual se puede identificar
que el mapa objeto de estudio se caracteriza por evidenciar una Polisemia Cartográfica.
Dicha polisemia se organiza mediante mensajes Icónicos Denotados, Mensajes Icónicos
Connotados y Mensajes Lingüísticos, los cuales son una estructuración que permite ver el mapa
como un lenguaje en términos de análisis.
Ahora bien, se complementa para el análisis lo que nos comparte Benveniste en cuanto que el
lenguaje se estructura de la siguiente manera:
Está organizado como arreglo de signos distintos y distintivos, susceptibles ellos
mismos a descomponerse en unidades inferiores o de agruparse en unidades
complejas. Esta gran estructura, que encierra estructuras más pequeñas y de varios
niveles, da su forma al contenido de pensamiento. (1971, pág. 64)
A continuación, se identifica cada una de esas unidades, signos distintivos y mensajes que
componen nuestro objeto de estudio.
148
Ilustración 12 Naturaleza Lingüística- icónica del Mapa de Fronteras terrestres y marítimas del IGAC.
Fuente: mapa de fondo (IGAC, 2011), modificado.
Con la ilustración 13, se asume que el objeto de estudio como una totalidad estructural debe ser
concebido como un tipo particular de signo de naturaleza icónica, este está organizado mediante
una estructura similar a la Unidad Estructural del Signo Lingüístico, y se puede pensar en términos
de considerarlo como reflejo de una “Unidad Estructural del Signo Icónico”, compuesto de un
significante el cual es la imagen, el mapa o la representación en sí, un significado que remite a
pensar en la representación de la realidad espacial de las fronteras terrestres y marítimas del
territorio colombiano y finalmente, una cualidad polisémica, ya que sus sentidos no solo son
cartográficos.
La polisemia se puede abordar a partir de la apreciación de Barthes (1986) sobre la Naturaleza
Lingüística de la Imagen. Rastreando al Mensaje Lingüístico como aquel que se compone
habitualmente por la incorporación de un texto acompañante de la imagen, ejemplos son los títulos,
149
leyendas, diálogos y por lo cual, cobra relevancia en cuanto su asociación con una imagen tal como
se ve en la ilustración 14.
Ilustración 13 Detalle de Mensaje Lingüístico en el Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas
Fuente: (IGAC, 2011)
Ilustración 14 Mensajes Lingüísticos
Fuente: (IGAC, 2011)
150
En las ilustraciones 14 y 15 se puede apreciar la dinámica del Mensaje Lingüístico, ya que por
medio de las leyendas que acompañan tanto al mapa como a la simbología de las convenciones,
están consolidando el mensaje en términos de significación temática del mismo, siendo el más
importante dentro del mapa, el título “Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas”.
Sin embargo, el valor de los mensajes lingüísticos que acompañan al mapa no tiene que ver con
la proliferación de estos textos dentro de la representación, que a simple vista pueden verse como
aquellos que otorgan una duplicación o repetición de lo que expresa el mapa, e inclusive como los
que confieren una información extra, profunda o inédita a la imagen. No, la verdadera importancia
y función de dichos elementos lingüísticos radica en una dinámica la cual es el “Anclaje”.
El anclaje viene a ser una técnica de fijación de los sentidos que están presentes en el mapa, ya
que como se puede apreciar en toda imagen, la polisemia consustancial de la misma podría generar
una proliferación descontrolada de sentidos, que mediante el anclaje se controlan. En ese orden de
ideas, con cada uno de los mensajes lingüísticos evidenciados se logra identificar que la fijación
la aterriza al elemento geopolítico ya que dichos mensajes son de ese orden.
De acuerdo con lo anterior dentro del mapa se puede evidenciar a través del mensaje lingüístico:
• Un mensaje indicativo que sugiere que es y que significa el mapa.
• Una guía impositiva de interpretación de los componentes del mapa
• Una disuasión de otro tipo de significados
En síntesis este tipo de mensaje lingüístico en la lectura del mapa ejerce un Poder de Control y
fijación de Significados.
151
Por otro lado, se puede analizar al mapa de acuerdo a un mensaje icónico, que a su vez se
subdivide en un Mensaje Icónico Denotado y un Mensaje Icónico Connotado.
El Mensaje Icónico Denotado hace referencia a lo que superficial y literalmente quiere dar a
entender el mapa. Hay que recordar que la construcción del objeto se planteó en términos de
romper con la aptitud de carácter epistemológico, en cuanto a subestimar a la imagen como
portadora de sentido, debido a la creencia que solo la imagen imita lo que representa por lo tanto
no atribuye significaciones latentes, sin embargo, no es así, ya que es imperativo resaltar las
implicaciones que conllevan la naturaleza polisémica de la imagen por lo tanto del mapa.
Lo que se quiere decir, es que el Mensaje Icónico Denotado presente en este mapa, es apenas
un cascarón de significados, ya que el mapa está influenciado por un imaginario de
correspondencia transparente entre el mapa y la realidad geográfica que representa y en ese orden
de ideas, el mensaje denotado es aquel que se asocia a la forma habitual y característica de
interpretación en la que asumimos que es la representación real del territorio colombiano.
De esta forma la denotación es precedida por un proceso cultural, social y científico de
naturalización de la representación otorgada por el mapa, apoyado tanto de los elementos icónicos
convencionales como de los componentes lingüísticos ya abordados.
Ilustración 15 Naturalización denotativa del mapa de Colombia
152
Fuente: (IGAC, 2011)
Entonces, cuando se observa el Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se está evocando
una representación general o universal y por lo tanto una significación atribuida mediante un
proceso de naturalización de imágenes, que conlleva implicaciones presentes en la manera de
interpretar un mapa que se tiene instaurado en la memoria fotográfica.
Esto tiene que ver con lo desarrolla Barthes como parte del Mensaje Icónico Denotado como
“Transposición regulada” y “codificación que prepara para la connotación”, las cuales se basan
respetivamente en un marco de producción de códigos específicos e históricos y formas de
presentación de significados, en ese orden de ideas, el mapa de Colombia es un código especifico
de naturaleza histórica y científica que influye en su propia lectura e interpretación.
Lo que quiere decir que existe en la lectura general previa del mapa o una Naturalización
Denotativa de la Representación.
Finalmente, dentro de la Naturaleza Lingüística de la imagen, hay un puente entre lo denotado
y lo connotado, y se da mediante la selección entre lo significante e insignificante, es decir de lo
que se va a resaltar.
153
Ilustración 16 Componentes significantes e insignificantes
Fuente: (IGAC, 2011)
De acuerdo con la ilustración 17, se logra identificar que lo significante se da mediante el uso
resaltado de los colores, símbolos y la incorporación de logos, siendo significante la administración
interna del territorio colombiano incorporando colores, la capital resaltándola topográficamente
por medio de una convención y las instituciones políticas, científicas y académicas por medio de
los logos y escudos de Colombia y el IGAC. Cobra importancia los territorios pendientes por
delimitación como es el caso con Venezuela en Castilletes.
Por otro lado, lo insignificante se identifica mediante la connotación que aportan los colores
grisáceos y blancos, generalmente asociados a territorios donde no se ejerce soberanía o está fuera
de los límites internacionales.
El Mensaje Icónico Connotado viene a ser los elementos de significación latentes, que
aprovechan de forma “parasitaria” al mensaje denotado, los cuales no pueden ser analizados sin
un marco de referencia ya sea político, científico o histórico. Esto lo podemos apreciar tanto en las
convenciones de las líneas de las fronteras, los mensajes lingüísticos que dan cuenta de lo histórico
154
político, e inclusive los lenguajes de naturaleza matemática como lo son las coordenadas,
meridianos y paralelos.
Ahora bien, si contemplamos tanto la Naturalización connotativa de la representación y el
ejercicio de un Poder de Control y fijación de Significados, podemos identificar una segunda
característica del mapa que se refiera a un Anclaje Cartográfico.
4.1.2. Retórica del mapa: intérprete de fenómenos sociales
Se considera en este punto al mapa como un lenguaje el cual es una estructura que tiene la
capacidad interpretativa de los fenómenos sociales, esta capacidad proviene de su constitución y
característica polisémica y por lo tanto su capacidad de albergar un gran diversidad de mensajes
connotados que hacen referencia a lo geográfico, lo político, lo histórico e incluso lo matemático.
Esa capacidad de incorporar múltiples significaciones latentes se le denomina como retórica.
El mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas no es la excepción, ya que dentro de su Dimensión
Simbólica incuba más de un tipo de lenguaje. Por ejemplo un Lenguaje matemático que hace
referencia a las coordenadas geográficas, meridianos, paralelos y escala, un Lenguaje geopolítico,
el cual se compone de los elementos simbólicos como son las convenciones y elementos abstractos
que dan cuenta de los conceptos de fronteras terrestres, fronteras marítimas, tratados limítrofes,
país, departamento y un Lenguaje institucional evidenciado por la referencia a los derechos de
autor, título del mapa, escudos y logotipos.
155
Ilustración 17 Dimensión simbólica del mapa
Fuente: (IGAC, 2011)
4.1.2.1. Nivel histórico y Nivel fundamental: Lo cambiante de la sociedad, lo permanente
del lenguaje.
Con los componentes constitutivos del mapa identificados, da vía para entender que este objeto
como un tipo de lenguaje tiene la capacidad de dar cuenta de los fenómenos sociales, debido a que
su característica fundamental de permanencia permite interpretar lo históricamente cambiante de
la sociedad.
Es necesario recordar lo que menciona Benveniste (1971) en cuanto que el lenguaje “incluye
a la sociedad, mas no es incluida por ella (…) puede acoger y denominar todas las novedades que
la vida social y las condiciones técnicas produzcan, pero ninguno de esos cambios reacciona
directamente sobre su propia estructura” (págs. 99 - 100).
156
Ilustración 18 Comparación Mapa de Eratóstenes 220 a.C. y Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas IGAC 2011
Ilustración 19 Comparación Tabula Rogeriana12 y Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas IGAC 2011
12 Elaborada por el geógrafo musulmán Abu Abdullah Muhammad al-Idirisi en 1325, caracterizada por abandonar las formas geométricas de Ptolomeo y la introducción de accidentes geográficos como ríos, montañas, relieves por medio de líneas onduladas. (Prieto, 2016).
157
Fuente: (Prieto, 2016) e (IGAC, 2011)
Ilustración 20 Comparación de mapa de Estados Unidos de Colombia13 y Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas IGAC 2011
Fuente: (IGAC, 2011)
Las ilustraciones 19, 20 y 21, dan evidencia de dos propiedades de interpretación con que
cuentan los mapas como lenguaje cartográfico; una guarda relación con la Permanencia histórica
cartográfica, que hace referencia a la inmutabilidad que la representación cartográfica ha tenido a
lo largo de la historia pese a los cambios que se efectúan en la sociedad, en cuanto al recurso
grafico de accidentes geográficos, las coordenadas y significación de verosimilitud con la realidad
espacial.
13 El mapa muestra la división política administrativa de los Estados Unidos de Colombia, un Estado Federal y liberal que rigió desde 1861 hasta 1886. El territorio estaba dividido en nueves Estados federados con denominación de Estados soberanos. Se trata del Estado de Magdalena, Bolívar, Santander, Boyacá, Cundinamarca, Cauca, Tolima, Panamá y Antioquia (Prieto, 2017).
158
Por otro lado da cuenta de una propiedad que se refiera a la Conjunción cartográfica de
fenómenos sociales, es decir, que sumado a la inmutabilidad histórica como lenguaje, es un medio
de trasmisión y cobertura de elementos sociales plasmados dentro de la representación, como por
ejemplo aquellos relacionados con el componente histórico, político y científico. Estas dos
propiedades se pueden expresar mediante una característica general como lo es la Propiedad
interpretativa cartográfica.
4.1.3. El mapa como lenguaje y categoría de pensamiento.
Relacionado con lo anterior, el mapa objeto de estudio devela una estructura particular
compuesta de diferentes tipos de mensajes explícitos, implícitos y complementarios, es una
estructura cargada de significados que una vez analizados, conllevan cualidades de interpretación
de fenómenos sociales de naturaleza científica, histórica, política o cultural.
Ahora bien, debido a esa estructura particular y esa cualidad interpretativa, se establece como
una posibilidad de transmisión y realización de contenido de pensamientos configurados social y
culturalmente. Benveniste (1971), plantea que el lenguaje es un “recurso” del espíritu para la
expresión del pensamiento, el lenguaje, es el medio de trasmisión de lo que “tenemos en mente”,
en este orden de ideas, el lenguaje comunica un “contenido de pensamiento” y en esa transmisión
gracias a este, el pensamiento puede recibir diferentes formas.
Esas formas se identificaron de antemano en el NTG cuando se abordó la procedencia
constitutiva del pensamiento cartográfico, resaltando las fuentes concretas y abstractas de
159
conocimiento de la realidad, las cuales confluían en contenidos de pensamientos ideológicos y
científicos respectivamente. También se caracterizaron las acepciones que se desplegaron desde
lo ideológico y científico respecto los sentidos epistemológicos y políticos puestos en un marco de
referencia histórico particular.
De ahí entonces que se planteara que tanto el pensamiento ideológico como el científico, más
allá de sus connotaciones epistemológicas de construcción de la realidad, mediante formas y
fuentes de percepción concreta o abstracta, acertadas o erradas según las condiciones y desarrollo
cultural, pueden efectivamente ser funcionales a la mantención de un orden político, por lo tanto,
los diversos lenguajes, entre ellos el lenguaje cartográfico, independientemente de su procedencia
ideológica o científica, debe pensarse en términos de configuración e interpretación del poder.
Mediante una característica que se puede denominar como Aprehensión y trasmisión de la
realidad socio –espacial, podemos llegar a la conjetura en la cual ve al mapa de Fronteras
Terrestres y Marítimas del IGAC 2011 como un elemento que no es ajeno a esta dinámica del
poder a través del lenguaje, ya que al analizar su marco histórico y contextual, podemos
efectivamente desarrollar la hipótesis planteada que reza:
“El Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, presente en el texto Geografía de Colombia
edición 2011, elaborado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, es una forma particular
de trasmisión de contenidos de pensamiento, por lo cual, permite la construcción comprensiva
de contenidos de pensamiento, entre ellos el poder y la política”.
160
4.2. Análisis contextual e histórico: la ubicuidad del poder en el Mapa de Fronteras
Terrestres y Marítimas IGAC.
El mapa como lenguaje y contenido de pensamiento, históricamente ha estado permeado por
diversos factores, entre los cuales los más sobresalientes son aquellos relacionados con el carácter
epistemológico y el carácter político. De ahí que lo epistemológico sea testimonio de las fuentes y
formas particulares en que se torna la aprehensión de la realidad espacial donde lo ideológico y
lo científico entran en tensión, y que lo político sea el que permita evidenciar las condiciones de
uso por parte del poder que se le da mapa aprovechando su cimentación epistemológica.
De los aportes de Harley (2005), se obtienen coordenadas de análisis precisas a aplicar al mapa
en cuestión, así que el contexto del cartógrafo, el contexto de otros mapas y el contexto de la
sociedad, vienen siendo los referentes para el análisis en esta parte ya que se relacionan
directamente con lo que afirma Nieto (2010).
Al igual que en todos los grandes proyectos que exigen medición, levantamiento,
recopilación y ordenamiento de un sin número de datos, la elaboración de mapas
no es el producto de mentes individuales ni de observaciones solitarias. En su
mayoría, los productos cartográficos son el resultado de una suma de tareas y de
datos recopilados por muchas personas en lugares y tiempos distintos. (pág. 18)
4.2.1. Contexto del cartógrafo: descripción contenido del texto y cartografía
acompañante.
Este contexto tiene que ver con la “Intención cartográfica y circunstancias de quienes trazaron el
mapa”, que para el caso del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, aplica este análisis en
161
cuanto a que se identifica que el IGAC en tanto institución científica, es el arquetipo de cartógrafo,
esto sugiere que la intención de elaboración del mapa se da en un marco de divulgación de un
contenido geográfico y las circunstancias se dan tanto en un contexto histórico general que hace
referencia a la historia de la institución, como también, en un contexto histórico que acompaña al
mapa dentro del capítulo donde está plasmado.
Para este caso, se toma como referencia el contexto histórico que acompaña al mapa dentro del
capítulo número 4 del texto Geografía de Colombia, unido paralelamente al contexto de otros
mapas, en cuanto a que permiten una profundización de las lógicas históricas que le preceden y
por lo tanto no desconocer la intención cartográfica y circunstancias que lo constituyen.
Dicho capítulo se compone de un tema general que es el proceso histórico de la Configuración
del Estado nación, este a su vez se organiza con subtemas como la Configuración territorial
precolombina, el Territorio a partir de la ocupación española, las Provincias coloniales de la Nueva
Granada, El Estado entre 1810 y 1830, el Estado Nación entre 1830 y 1885, el Estado Nación entre
1886 y 1991 y el Estado Nación siglo XXI14.
Este capítulo desarrolla su perspectiva centrada en el concepto de territorio, ya que el Estado
“comprende los límites de soberanía, propiedad, apropiación, disciplina, vigilancia y jurisdicción
[por tanto el territorio] insinúa vínculos de dominio, poder, pertenencia y apropiación entre el
espacio geográfico y un sujeto individual o colectivo” (IGAC, 2011, pág. 135). Lo cual coloca la
14 Los periodos de 1886-1991 y Estado Nación siglo XXI, según los criterios de análisis, se contemplan para la parte de análisis conceptual desde la Geografía Política.
162
interpretación en terrenos de la concepción del espacio geográfico particularmente en relación con
la dimensión política como una de sus partes constituyentes.
Bajo el argumento de una doble dimensión del territorio (delimitación y apropiación cultural del
espacio, y manejo de conflictos y ordenamiento del espacio) que atañe a la población y al Estado,
el texto se propone en efectuar un estudio histórico-político apoyado con cartografía de la época y
da cuenta de la organización territorial, puntualizando en tres periodos: prehispánico, colonial y
republicano.
A la organización del territorio del periodo prehispánico se le caracteriza como aquel que si bien
fue reemplazado, aportó bases para la administración futura del espacio presente en la conquista y
la colonia y por lo tanto en la configuración como tal del Estado Colombiano contemporáneo. (pág.
135). Aquí se rescata tanto la importancia milenaria de las culturas prehispánicas como los
asentamientos poblacionales de las aldeas basadas en un sistema tribal y su transformación social
de jerarquización en los cacicazgos, que, finalmente, se constituyeron en las confederaciones de
aldeas como formas genéricas de organización estatal.
A continuación, caracteriza el territorio a partir de la ocupación española, la cual tuvo múltiples
transformaciones designadas por la Corona, por medio de gobernaciones a cargo de exploradores
y conquistadores, como en 1508 con Nueva Andalucía y Castilla de Oro (ver ilustraciones 16 y
17) con gobernadores como Alonzo Ojeda y Diego Nicuesa respectivamente. En 1524 se establece
la gobernación de Santa Marta y en 1532 la gobernación de Cartagena dictaminadas por el Consejo
de Indias. Finalmente, estas gobernaciones junto con el Nuevo Reino de Granada, siendo Santa Fe
y Popayán las principales ciudades, el resultado una supuesta estabilidad administrativa del
territorio a finales del siglo XVI.
163
Ilustración 21 Castilla de Oro. Finales siglo XVI.
Fuente: (IGAC, 2011)
Ilustración 22 Carta de Colombia que representa las primeras divisiones coloniales
Fuente: (IGAC, 2011)
Finalmente, se resalta la importancia de instituciones de organización político-administrativa que
aparte del consejo de Indias, se constituye la Real Audiencia con sede en Santa Fe desde 1550
como institución administrativa, hasta que en 1564 se erigiera la Presidencia del Nuevo Reino de
Granada, la cual tuvo que asumir un fenómeno de regionalización debido a factores demográficos,
164
económicos y sociales, que implicaba una cierta diversidad en la que se consagraron unas
particularidades administrativas. De ahí que se reconocieran como grandes regiones y núcleos
urbanos a la costa Caribe, la región de Santander, la región del Cauca y la región Central como el
principal centro burocrático en Santa Fe.
Estas formas de administración tuvieron dos componentes esenciales, el primero ya mencionado
que refiere al proceso geográfico y cultural de regionalización que se extendió al siglo XIX, y otro
de carácter político - económico, que heredaba la lógica de control y racionalización de la gestión
por parte del Estado proveniente de las reformas borbónicas del siglo XVIII, de corte mercantilista
mediante el comercio intercolonial, basado en el extractivismo y en un sistema tributario (IGAC,
2011, pág. 136).
Ilustración 23 Carta que representa las presidencias de Santafé y quito
Fuente: (IGAC, 2011)
165
Ilustración 24 Carta de las presidencias de Santafé y Quito
Fuente: (IGAC, 2011)
En cuanto a las provincias coloniales en la Nueva Granada, el punto a resaltar es la
coincidencia de las formas y límites administrativos de las gobernaciones que existían con la
jurisdicción de los territorios prehispánicos, al menos en la Nueva Granada. En ese orden de ideas,
el territorio del Zipazgo era plataforma de ordenación territorial de la Provincia de Santa Fe, y en
otros casos no tan exactos en Santa Marta con la villa de Tenerife y las ciudades de Tamalameque
y la región geográfica que abarcaba los Andes. Cerrando hasta este punto la descripción que hace
la unidad sobre del periodo colonial.
El Estado entre 1810 y 1830, marca el inicio de un periodo republicano, y se caracterizan las
dinámicas fundacionales de un Estado- Nación Colombiano e independiente de la Corona
española. Pasado por diversos contratiempos e inestabilidad política, evidencia la división en
cuanto a perspectivas de administración del Estado con los modelos federalista y centralista, por
otro lado, el proceso de reconquista española entre 1815 y 1819 entorpeció la consolidación interna
del Estado, dejando el germen de fidelidad por parte de algunas provincias hacia la Corona y focos
166
de autonomía soberana por parte de otras, que se agudizó por la regionalización e ineficacia de
presencia del poder central estatal a ciertos sectores del territorio.
En 1821 mediante el congreso de Cúcuta, se constituyó la Gran Colombia integrada por
Cundinamarca, Ecuador y Venezuela, después se añadió Panamá, hasta que finalmente en 1831 se
fraccionó por las diversas contradicciones territoriales, diferencias geográficas, culturales y
sociales que estaban presentes desde el inicio del proceso de configuración del Estado.
El inicio del Estado Nación colombiano entre 1830 y 1885, se caracterizó por la promulgación
de diversas constituciones, tales como la constitución de la Nueva Granada de 1832, que
desconocía nuevamente las condiciones regionales, luego de la Guerra de los supremos entre 1839
y 1841, se instauró una administración de tipo centralista mediante la constitución de 1843, la cual
nuevamente debido a condiciones y presiones de dinámicas económicas mundiales fue entorpecida
por la guerra, de ahí que una nueva constitución en 1853 marcara una tendencia federalista cuyo
mayor auge fue en 1863 con la constitución de Rionegro, ya que con esta se fundaría los Estados
Unidos de Colombia, vigente hasta 1886 con el inicio del periodo conocido como la Regeneración.
El periodo del Estado Nación entre 1886 y 1991 dentro del texto se establece como un
puente entre el análisis histórico y el análisis conceptual, ya que permite evidenciar el proceso
por el cual el mapa objeto de este estudio tenga su actual apariencia.
Los elementos más característicos de esta parte se centran en resaltar el éxito momentáneo que
tuvo la Regeneración como proyecto político centralista, cuyos detractores liberales y
conservadores de origen elitista, mostraban inconformismo frente dicha forma de administración
167
política auspiciada por Rafael Núñez. Aquí hay al menos cuatro procesos geográficos y políticos
de importancia.
El primero tiene que ver con la Guerra de los Mil Días gestada precisamente por las divisiones
partidistas y regionales, el segundo es la separación de Panamá como consecuencia que se venía
generando desde mitad del siglo XIX, el tercero referencia a la reforma de la división territorial
en unidades administrativas más conocidas como departamentos y finalmente la creación del
Ejército Nacional quien se supone que frenaría oleadas de insurgencia local.
Luego de un proceso que aspiraba a la unificación nacional mediante un espíritu patriótico, el texto
resalta la guerra con el Perú en 1930 evidenciando las carencias de soberanía de Colombia en sus
fronteras, lo cual se replicó en pérdidas de territorio ya fuese por guerras o mediante tratados con
otros países vecinos como Venezuela y Brasil.
Otros elementos de importancia geográfica – política, se logran al reconocer los efectos en orden
nacional que tuvo el Bogotazo en cuanto uno nuevo reordenamiento político y demográfico dentro
de las regiones, donde se asentaron nuevas organizaciones de grupos armados de afinidad
socialista, con los cuales el Estado colombiano definiría una guerra interna principalmente gestada
por la propiedad de la tierra en donde también tomaron protagonismo los grupos paramilitares.
“Bajo el contexto de estas dos fuerzas se señala la línea que divide el país en dos grandes zonas:
el norte más paramilitar, ganadero y caballista; y el oriente, mas andino, campesino y con más
influencia guerrillera”. (IGAC, 2011, pág. 146).
Estos elementos de orden geográfico y político interno, cobran relevancia incluso hasta ya entrado
el siglo XXI y evidencian las carencias administrativas del territorio por parte del Estado
168
colombiano que se debate tanto en el control interno de la propiedad de la tierra como en su
soberanía frente a las fronteras terrestres y marítimas en el plano internacional.
Ilustración 25 Territorios cedidos por Colombia. Tratados vigentes
Fuente: (IGAC, 2011)
Finalmente, con el apartado que hace referencia al Estado Nación en el siglo XXI da cierre al
componente histórico de configuración del Estado nación colombiano y concluye que, debido a
los diferentes conflictos de carácter político que se han relacionado en los anteriores apartados,
existe una contradicción no solo territorial o regional sino cultural, de ahí que la constitución de
1991 se estableciera para tratar de mitigar los efectos particulares de orden geopolítico y cultural
en la administración y soberanía del territorio, por lo cual dicha constitución respeta las diferencias
que el país alberga y trata de conciliar las ideas de administración del territorio, es decir, las
perspectivas centralista y federalista en las que se ha sumido el mismo.
169
4.2.2. Contexto de la Sociedad: Análisis de la Estructuración del Poder Imperial y la
Conservación del Estado Nación.
Hasta aquí, el contexto histórico del cartógrafo asistido por el contexto de la cartografía
histórica que brinda el capítulo, da apertura a dos variables de análisis, que la relacionan con la
coordenada Contexto de la Sociedad. Una que tiene que ver con la Estructuración del Poder
Imperial y la otra con la Conservación del Estado Nación. Esto se sustenta debido a las
características en que se tornaron las prácticas económicas y las relaciones sociopolíticas en un
marco de referencia internacional, tanto del periodo colonial como del naciente periodo
republicano. Así que:
“en relación con la integración y el desarrollo económico, para la época colonial
esto no significó un problema para la Corona, pues sus intereses estaban enfocados
exclusivamente a la extracción de metales preciosos hacia la metrópoli y con ese
fin se ejerció la política territorial sobre el Nuevo Reino” (IGAC, 2011, pág. 143)
Marcando de este modo las características que asumió en el periodo colonial por parte de la
Corona española en cuanto a la Estructuración del Poder Imperial.
Por otro lado:
Esta situación cambió cuando, tras el ascenso del nuevo Estado, [“La Gran
Colombia”] se buscó la inserción del país en un orden económico internacional (…)
las circunstancias fueron críticas, pues por la monoexportación de metales
preciosos, básicamente el oro, la inserción de la economía en una dinámica mundial
dependió de los ciclos comerciales dados en Europa y particularmente en Inglaterra.
(págs. 143 - 144)
Lo cual da cuenta de las dinámicas que tuvo que afrontar la naciente república en cuanto a la
Conservación del Estado Nación.
170
4.2.2.1. Estructuración del poder imperial
Según el contexto histórico que ofrece el capítulo IV, el periodo de la colonia se caracterizó por
la puesta en marcha y trasformación de mecanismos de administración política, como las casas de
contratación en el siglo XVI y las reformas borbónicas del siglo XVIII, las cuales eran una
estrategia de racionalización del control político y económico de las colonias por parte del imperio
español.
En base a esto, para Harley (2005) el poder imperial de las grandes potencias europeas se
sustentó en gran medida por la capacidad de cartografiar sus dominios coloniales, explotando la
relación entre milicia y ciencia, y apoyada por una estructuración de contenido de mapas basada
en una dinámica de distorsión deliberada y prácticas restrictivas cartográficas. Con ello se
constituyó la aplicación de una potencia arbitraria de establecer imperios en el papel como
parte fundamental del ejercicio de dicho poder.
Esto no es ajeno al objeto de estudio, ya que son propiedades históricas ocultas del contexto en
el cual está dispuesto el mapa, cuyo gran antecedente histórico -cartográfico se centra en la casa
de Contratación de Sevilla como institución político – administrativa y el Padrón Real, como el
mapa genérico que permitiría precisamente el “establecimiento de imperios sobre el papel”.
Respecto a la casa de contratación de Sevilla, Nieto (2010) expone que fue creada “Con el fin de
organizar el comercio y la inagotable y novedosa información proveniente de los navegantes y
exploradores en América” (pág. 12), de ahí que Américo Vespucio fuera el primer piloto mayor
171
de la Casa de Contratación, encarnando la relación milicia- ciencia explotada por la Corona
española, ya que:
Para el acopio de información geográfica y cartográfica de lugares lejanos y para la
construcción de cartas de mar fue necesario definir reglas de juego comunes para
recopilar observaciones y experiencias, manufacturar instrumentos de observación
astronómica calibrados y contratar pilotos entrenados en las técnicas de la
navegación y la cartografía astronómica15.
Desde el siglo XVI, la corona española se preocupó por tener un conocimiento
geográfico y un cubrimiento cartográfico de sus tierras americanas. Uno de los fines
de la Casa de Contratación era regular la navegación y supervisar el
levantamiento de mapas de las posesiones españolas […] adicionalmente, se
estableció que todo piloto que desembarcara en España estaba obligado a entregar
sus cartas de viaje. Para este propósito era necesario entrenar a los navegantes en
el uso de instrumentos y técnicas para hacer mediciones astronómicas y poder
elaborar cartas precisas. Nieto (2006, pág. 23).
Es ese orden de ideas, la Corona dispuso en 1508 que:
se haga un padrón general, y porque se haga más cierto, mandamos a nuestros
oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla16 que hagan juntar todos nuestros
pilotos, los más hábiles que se hallaren en tierra a la sazón, y en presencia de vos el
dicho Amerigo Vespuchi, nuestro piloto mayor, se ordene y haga un padrón de
todas las tierras e islas de las indias que hasta hoy se han descubierto Nieto (2010,
pág. 12)
Ahora bien, El Padrón Real, como parte del control político y usado como herramienta por la
casa de Contratación, se definió en una dinámica científica-política como afirma Harley (2005) de
prácticas cartográficas restrictivas, ya que “desde Sevilla y la Casa de Contratación se buscaba
que los pilotos usaran mediciones astronómicas que serían útiles a la hora de construir una única
15 La negrilla es mía, y resalta el componente científico como elemento constitutivo de la estructuración del poder imperial. . 16 La negrilla es mía, y resalta el componente militar como elemento constitutivo de la estructuración del poder imperial.
172
y confiable gran carta del mundo conocido” Nieto (2006, pág. 23), el cual “debía estar bajo llave
y no podía ser difundido” Nieto (2010, pág. 12).
En ese sentido, su reproducción y circulación estaba limitada debido a un fuerte carácter de
recelo y secreto militar frente a los peligros que conlleva imperios rivales como el inglés, el
portugués, el francés, el holandés o italiano e inclusive más adelante, los peligros que significaba
este conocimiento en manos de los focos de insurrección criolla.
Revelando de este modo, una característica de distorsión deliberada de este objeto cartográfico
cuya importancia de análisis radica en la imposición condicionada de una idea de control
político y geográfico del mundo por medio de un modelo cartográfico y las restricciones
estratégicas que ello implicaba.
Por otro lado, en el marco de las Reformas Borbónicas, la dinámica no fue tan diferente y la
cartografía también se constituyó como elemento esencial en la estructuración del poder imperial.
Para 1772 a Francisco Antonio Moreno y Escandón se le hizo responsable por parte del Virrey
Pedro Messia de la Cerda, de elaborar el Plan geográfico del virreinato de Santafé de Bogotá,
cuyo propósito giraba en torno a “realizar informes detallados sobre recursos, población y territorio
de cada región” Nieto (2010, pág. 17).
Nieto (2006) dice que esto se debe a que las Reformas Borbónicas expresan el momento histórico
y filosófico de la modernidad, la cual fue fortalecida por doctrinas político- económicas basadas
en el modelo francés de los fisiócratas, que expresa la idea que la riqueza de una nación reside en
sus productos naturales y la propiedad se extiende como una consecuencia del trabajo, de ahí que
la legitimidad de dominio y explotación del imperio sobre las colonias sea para aquellos que saben
trabajar la tierra.
173
Así que “durante la Ilustración, y para los administradores del gobierno español en América, la
geografía reunía un conjunto amplio temas que tenía en común su carácter utilitario para la
prosperidad del imperio” (pág. 17), con ello, las políticas imperiales del siglo XVIII se basaban en
principios tales como el reforzamiento de la dependencia de las colonias, limitándolas solo a la
actividad minera y a estimulación de la agricultura e industria en España como parte de un juego
económico en donde las colonias serian su propio mercado receptor. (Nieto, 2006, pág. 36)
No es raro entonces, ver que en las grandes expediciones de tipo científico como la Expedición
Geodésica de la Academia de Ciencias de Francia a partir de 1752 donde participaron Jorge Juan
y Antonio de Ulloa, y la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada 1783 encabezada por
José Celestino Mutis, fuesen elementos de legitimación científica de lo político, en la medida que
eran parte de un proyecto de fundamentación del poder imperial de las potencias coloniales.
Con la Expedición Geodésica, surgida como una iniciativa francesa, los grandes poderes
imperiales adquirieron a través de la cartografía, una especie de autoridad simbólica gracias a las
mediciones y a la precisión, ya que al estar relacionada con los elementos de la Revolución
Científica gestada en Newton, el “modelo de una ciencia en la cual la experiencia y el lenguaje
matemático son garantía de neutralidad y racionalidad”. Nieto (2010, pág. 14).
Esto fue aprovechado por el imperio español en cuanto que eran
conscientes de que un conocimiento preciso de la forma de la tierra y del desarrollo
de la cartografía utilizando medidas de longitud proveerían conocimiento claves
para la navegación, soluciones a problemas limítrofes y ampliación de las
174
posibilidades de explotación de recursos naturales, los españoles esperaban
beneficiarse de la expedición de los franceses. (Nieto, 2006, pág. 41)
Por otro lado, con la Expedición Botánica de la Nueva Granada y como parte de una serie de
expediciones como la del Perú, Nueva España y Ecuador, se evidencia el accionar absolutista
ilustrado en la búsqueda del conocimiento, clasificación y control del mundo natural de los
territorios de ultramar y los recursos que se encontraban en estos, amparando científicamente un
proyecto político, en la medida que dicha expedición heredaba los ideales de la ciencia botánica
moderna desarrollados por Linneo, Humboldt y Bonpland, a lo cual la cartografía no fue ajena a
esta misma dinámica, ya que fue parte de sustento informativo de los territorios a explorar.
Durante el siglo XVIII no sólo había un creciente interés en viajes de exploración,
sino que también se podía observar el surgimiento de un nuevo tipo de exploración
centrado en la historia natural y la medicina. Esta vez los exploradores participarían
en un proyecto a gran escala de apropiación de la tierra que incluía no solamente
las líneas costeras, ríos, oro y plata, sino también la sistematización de cada objeto
de la naturaleza. (Nieto, 2006, pág. 39)
De acuerdo con esto, de la estructuración del poder imperial que se organizó mediante el trabajo
mancomunado entre milicia y ciencia cartográfica dirigidos por la Casa de Contratación de Sevilla
en el siglo XVI, la dinamización de prácticas de restricción cartográfica por medio del Padrón Real
y la puesta en marcha de las reformas borbónicas en el siglo XVIII, en lo que se logra evidenciar
en palabras de Nieto (2006, pág. 16), que la Representación cartográfica viene a ser un instrumento
de apropiación, los viajeros se constituyeron como agentes del Imperio, sus descubrimientos
vendrían siendo actos de apropiación y finalmente las instituciones se convirtieron en símbolos de
poder.
175
Lo cual en términos analíticos que dan cuenta de los elementos de comprensión del poder mediante
el mapa lo podríamos identificar y expresar como una categoría emergente denominada
Apropiación cartográfica y control imperial del espacio.
4.2.2.2. Conservación del estado nación
Como se logra apreciar, el periodo republicano se gesta tentativamente desde 1810, aquí la
conservación del Estado nación debe ser entendido cartográficamente bajo las mismas
características de la estructuración del poder imperial, sin embargo, para el caso de la Nueva
Granada durante el proceso de la emancipación del gobierno español, fue diferente, ya que como
el mismo contexto del capítulo expone, se caracterizó por una crisis geopolítica que entorpeció un
control político exitoso por parte de la élite criolla. Aquí las prácticas restrictivas cartográficas y
la legitimación del poder político mediante el conocimiento científico, jugó muchas veces en
contra de los próceres republicanos.
4.2.2.2.1. Legitimidad insurgente de la ciencia criolla
En primera instancia, las prácticas restrictivas cartográficas jugaron en contra de la
configuración de la república debido a que la “relación entre cartografía y política y a la circulación
restringida de mapas impresos, para Caldas y sus contemporáneos criollos no resultaba fácil tener
acceso a la cartografía ya existente del Nuevo Reino de Granada de los siglos XVI y XVII” Nieto
(2006, pág. 24), lo cual era fundamental para organizar políticamente un proyecto de nación
independiente del imperio, ya que ningún mapa nace de forma independiente e indiferente a los
trabajos y avances cartográficos históricamente constituidos .
176
Es necesario tener claro que las élites criollas no fueron ajenas a las ideas de la ilustración en
cuanto al desarrollo científico y político, ya que podemos ver que en la puesta en marcha de las
exploraciones cartográficas y las expediciones botánicas, muchos de sus colaboradores fueron
criollos ilustrados quienes ya fuese con un enfoque de mantención del imperio o insurrección a
este, o por simple pasión por el conocimiento científico, se constituyeron como parte activa de
dichos proyectos. De ahí que el mismo espíritu de la ilustración fuese el germen que dio inicio
para pensar que las colonias americanas debían instituirse como naciones independientes.
Esto significó varias cosas en términos de poder, la primera, la importancia del conocimiento
geográfico como parte esencial de la constitución y conservación del Estado nación:
La geografía y la cartografía se convirtieron en una necesidad para los proyectos
políticos de los criollos y ocuparon un lugar central dentro de las preocupaciones
de las élites americanas. En el período de la Ilustración, y para Caldas en particular,
la geografía reunía ciertas preocupaciones que tienen en común su carácter utilitario
e incluso indispensable para “obrar sobre la naturaleza”, para el “buen gobierno” y
la “prosperidad” de los pueblos. Nieto (2010, pág. 29)
La segunda tiene que ver con el peligro que este conocimiento implicaba al imperio español si
se encontrase en manos de insurrectos americanos, de ahí que el mecanismo de poder para afrontar
este escenario por parte del imperio, fuesen las practicas cartográficas restrictivas mediadas
por el recelo, el secreto y la censura:
El hecho de que la mayoría de los mapas de Caldas reposen en los archivos militares
no es trivial ni accidental. Con la crisis política del Imperio español inició una
última etapa de Caldas como geógrafo, esta vez al servicio del ejército del nuevo
gobierno. Elaboró cartas con un claro propósito militar, y estos materiales, una vez
fueron decomisados por el ejército “pacificador”, fueron motivo de preocupación
para los militares españoles, quienes se sorprendieron de las habilidades y
conocimientos cartográficos de los criollos, y seguramente fueron una razón más
177
para el fusilamiento de Caldas por su participación en la lucha contra el gobierno
peninsular. Nieto (2010, pág. 34)
Y la tercera que tiene que ver con la herencia de prácticas simbólicas subliminales en los
mapas de las nuevas republicas, apelando al reconocimiento que hace Harley (2005) de aquellos
elementos simbólicos de las jerarquías de la representación mediante insignias y legitimidad del
conocimiento científico (ver ilustración 16).
Aquí Caldas recurre a algunos emblemas clásicos del poder imperial. El águila lleva
en su pico una cinta con el nombre de Cundinamarca, una evidente manifestación
política de diferenciación con el Estado español. El águila tiene en sus garras hojas
de laurel y de palma, símbolos de victoria, gloria y dolor, y una granada, fruto
europeo que hace referencia a la Nueva Granada. En la parte inferior vemos
querubines, emblemas de la evangelización y de sabiduría. Instrumentos
astronómicos y libros que sugieren el rigor de una obra científica, un globo
terráqueo y un mapa en el que se puede ver Asia son señas de que el territorio
americano hace parte de la geografía del mundo. Nieto (2010, pág. 31).
Ilustración 26 Frontispicio de Atlas elaborado por Francisco José de Caldas17
Fuente: Nieto (2010, pág. 76)
17 Francisco José de Caldas, Atlas de una parte de la Ameryca Merydyonal Que comprende desde el istmo de
Panamá desde las bocas de Amazonas y desde las costas del Maracaybo y Venezuela hasta la orilla austral del Marañon Formado de orden del excelentísimo S. Presidente del Estado Don Jorge Tadeo Lozano. Por Don Francisco Joseph de Caldas capitán de ingenieros cosmógrafos de Estado y director del observatorio astronómico de Santafé de Bogotá. Año de 1811.
178
4.2.2.2.2. Reconocimiento de soberanía vía cartografía
La constitución de Colombia como república independiente se mantuvo en el centro de varios
procesos; uno como ya se vio, de tensión interna, frente a las diversidades regionales que se
constituían finalmente en focos de resistencia política, en una coyuntura en la que los criollos
dotados con su ciencia debían tomar las riendas políticas y otro de presión externa, frente a las
retomas del imperio español y la lucha diplomática por el reconocimiento de su soberanía en un
plano internacional.
Es preciso recordar que el naciente Estado colombiano al emanciparse del imperio español,
dependía del respaldo en sus relaciones económicas y políticas con Europa, principalmente con
Inglaterra, a lo cual tampoco los mapas eran ajenos a este proceso y eran elementos fundamentales
de legitimación y reconocimiento político. Tanto Nieto (2010, pág. 40) como Del Castillo (2014,
pág. 99) aseguran lo siguiente:
La cartografía de la República de Colombia durante las primeras décadas del
gobierno independiente tuvo dos objetivos fundamentales: definir su organización
territorial y ser reconocida en el ámbito internacional como república
independiente. El problema de este reconocimiento se inscribía en un complejo
contexto diplomático europeo. Rusia, Prusia, Austria eran adversas al
reconocimiento de la independencia de las repúblicas americanas y habían formado
la Santa Alianza, con el fin de proteger a las monarquías absolutas e impedir la
difusión de las ideas republicanas, inspiradas en las revoluciones norteamericana y
francesa; de manera que sólo reconocerían las independencias americanas si
Fernando VII, el entonces rey de España, abdicaba de sus derechos sobre estos
territorios. El rey de España rechazaba la autonomía de las antiguas colonias y
continuaba con su proyecto de someter militarmente a los rebeldes de América con
el apoyo de la Santa Alianza y de la monarquía francesa.
179
Por otro lado:
tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña había intereses orientados al
reconocimiento de las nuevas naciones y de las relaciones comerciales y políticas
que se habían establecido. En este complejo contexto diplomático se tenían que
desenvolver los agentes de las nuevas repúblicas para negociar el reconocimiento
internacional como Estados independientes. Por ende, imprimir el mapa oficial de
la nueva república en Filadelfia, Londres o en París era fundamental, y los mapas
producidos por iniciativa directa o indirecta de miembros del Gobierno colombiano
se sitúan, precisamente, en el contexto de este esfuerzo diplomático y comercial.
De ahí que no sea extraño que los mapas que hacen parte de la cartografía histórica del capítulo
analizado, tengan sus orígenes de elaboración e impresión tanto en Norteamérica, Francia e
Inglaterra y partan de la iniciativa de miembros del gobierno colombiano. Como ejemplo de un
primer impulso emancipador y como parte de una práctica cartográfica subversiva, está el caso
de Francisco Miranda que con sus vínculos con el cartógrafo inglés y editor de mapas William
Faden, en 1807 publicaría el mapa “Colombia prima or South América” el cual manifiesta los
orígenes cartográficos de la concepción del Estado colombiano independiente.
En el texto existe otro mapa que expresa la necesidad del reconocimiento de Colombia como
república independiente, el cual es la Carta de la Republica de Colombia que data de 1827 y
publicada en París, la cual muestra la representación de la Gran Colombia años antes de su
definitiva disolución. Su principal característica está determinada respecto a que fue elaborada
por diversas fuentes cartográficas y buscaba de cierta manera resaltar la inclusión de los escenarios
donde se llevaron a cabo las grandes batallas independentistas, usando de esta manera, al mapa
como elemento simbólico y de propaganda política a favor del nuevo orden administrativo.
180
Ilustración 27 Carta de la Republica de Colombia 1827
Fuente: (IGAC, 2011)
Otros mapas que podemos referenciar dentro del texto, son en primera instancia el mapa
denominado Carta de la republica de la Nueva Granada de 1852, elaborado bajo el ideal geopolítico
de Tomas Cipriano de Mosquera, quien muestra su postura “agresiva” en cuanto a redefinir los
verdaderos límites y fronteras frente a Venezuela y no dejarse usurpar territorios por parte de
Brasil Nieto (2010, pág. 48). Este mapa es interesante ya que da cuenta de la mirada geopolítica
según el gobernante de turno durante el periodo comprendido entre 1830 y 1885, además de que
sirve como base de la Carta Geográfica de los Estados Unidos de Colombia de 1864 elaborada
por Manuel Ponce de León y Manuel María Paz, la cual estuvo relacionada con los trabajos de
Agustín Codazzi en la Comisión Corográfica.
181
Ilustración 28 Carta de la republica de la Nueva Granada. 1852
Fuente: (IGAC, 2011)
Ilustración 29 Carta Geográfica de los Estados Unidos de Colombia. 1864
Fuente: (IGAC, 2011)
El mantenimiento del joven Estado nación colombiano, se vio evidenciado mediante los mapas
a través de prácticas subversivas de impresión y publicación de cartografía, la necesidad del
reconocimiento internacional de la soberanía fundamentado en la representación cartográfica y el
182
propósito político de ordenar el territorio nacional igualmente por esta vía. Lo cual permite pensar
que esto se dio por una intención de legitimación cartográfica de la república.
4.3. Análisis conceptual: Criterios epistemológicos y conceptuales presentes en el texto
“Geografía de Colombia del IGAC 2011.
En el análisis histórico se logró evidenciar en los elementos dispuestos en el capítulo, los nexos
entre el conocimiento científico cartográfico encarnado en los mapas con el ejercicio del poder
político históricamente presente en la configuración de Colombia, ya fuese como colonia española
o como república independiente. De dicho análisis podemos obviar que tal relación entre mapas y
poder se dan en gran medida en términos geográfico- políticos, los cuales se posicionan en esta
parte como los criterios de análisis del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas.
Establecer un análisis comprensivo del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas desde
elementos propios de la Geografía Política y la Geopolítica, exige de antemano la identificación
de los elementos y criterios de elaboración epistemológica que le son cercanos, es decir, de los
marcos contextuales en los que está inmerso como un producto de confección científica y
divulgación académica geográfica.
En ese orden de ideas, teniendo claro que el texto Geografía de Colombia elaborado por el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi, edición 2011, es el marco de referencia en el cual se inscribe
el objeto de estudio, se puede organizar la identificación de los elementos y criterios científicos
del texto de acuerdo a dos dimensiones:
183
a. Dimensión epistemológica de la geografía: Entre la memorización y la interpretación
b. Dimensión conceptual: Soberanía y territorio como categorías clave.
4.3.1. Dimensión Epistemológica: Entre la memorización y la interpretación
En el capítulo I del texto Geografía de Colombia referencia el desarrollo de la geografía de
nuestro país dando elementos introductorios para entender qué es la geografía, áreas de interés de
la misma, la evolución histórica de la ciencia geográfica en Colombia y su estado actual. Además
describe en dos breves acápites la visión tradicional y la visión actual de la geografía dando
insumos de diferenciación y claridad de la postura epistemológica que asume el texto lo cual
repercute en el capítulo IV donde se encuentra el mapa objeto de investigación:
La visión tradicional de la geografía, la relaciona aquí como aquella ciencia en la cual se
establece:
una relación inmediata con la información de carácter memorístico sobre
características físicas de la superficie terrestre (nombre y extensión de los ríos,
altura de las montañas, nombre de accidentes fisiográficos como golfos, ensenadas,
bahías) y características sociales (capitales de países, ubicación de asentamientos
humanos, áreas de producción y extracción de recursos). (IGAC, 2011, pág. 3).
No obstante, se asegura que desde esta perspectiva se desconoce el “carácter científico de la
geografía como disciplina” y simplemente se direcciona a producir conocimientos básicos de
localización de lugares y objetos en la superficie terrestre, es decir, se basa en el aporte de datos y
con ello, lleva necesariamente a pensar al mapa como una simple pero apropiada herramienta
condensadora de expresión de estos conocimientos.
Por otro lado, al relacionar a la geografía como un conjunto de conocimientos dispuestos a
memorizar, no es extraño que la identifiquen desde esta perspectiva como una ciencia síntesis más
184
familiarizada con las ciencias naturales y con los enfoques que se relacionan con las dinámicas
sociales y ambientales.
A pesar de que esta perspectiva tradicional de la geografía se identifique con la memorización,
descripción , atiborramiento de conocimientos básicos, la postura de texto expresa en que hay que
admitir los desarrollos de esta perspectiva pero de forma parcial, ya que no se puede desechar los
avances de la disciplina, así sea considerada como un área netamente descriptiva. De ahí entonces,
que el desarrollo de los capitulo posteriores de esta obra, se direccionen y den un gran desarrollo
a una geografía de Colombia de datos, temática y descriptiva.
Ahora bien, sin desconocer el papel de la geografía tradicional en cuanto a la concentración del
abordaje de las características físicas del entorno, en la visión de la geografía actual, se desarrolla
y apunta a ser una ciencia que tenga en cuenta los elementos no estáticos y no solo los físicos.
Dicho desarrollo, ha llevado a la geografía a problematizar sobre elementos que en la actualidad
tienen un papel coyuntural, que a manera de fenómenos (urbanización, cambio climático,
economía global, etc.) exigen un abordaje más complejo, al incorporar al componente físico,
dimensiones como lo cultural, lo económico, lo político, lo histórico y la relación de los procesos
sociales con los ambientales con el fin de superar una visión determinista del espacio. Bien lo
dice:
bajo esta idea, la geografía privilegia el análisis espacial de los fenómenos, eventos,
procesos y realidades, tanto sociales como ambientales. Es necesario aclarar que
en este marco, el análisis espacial no se comprende únicamente como la búsqueda
de leyes y regularidades espaciales, sino que implica el reconocimiento de
elementos, relaciones, procesos, y efectos de diferente orden y naturaleza que no
pueden ni deben ser abordados con un marco operativo único. (IGAC, 2011, pág.
4)
Esto exige que la geografía ante un conglomerado de variables por abordar, se dote de
elementos de orden investigativo y metodológico que sirvan como apoyo provenientes tanto de las
185
ciencias sociales como de las ciencias naturales, esclareciéndose de esta manera, como una
disciplina que se construye en la interrelación con elementos provenientes de otras disciplinas,
lo cual no le quita estatus como ciencia, sino al contrario, le da especificidad en la construcción de
sus propios objetos de estudio.
En ese sentido, la perspectiva que asume el texto Geografía de Colombia del IGAC, edición 2011,
se concreta bajo el siguiente criterio científico y académico:
concibe a la disciplina geográfica como aquella que engloba el estudio del espacio
como un producto y un medio en la relación sociedad-naturaleza y que busca
interpretar y explicar realidades y plantear soluciones a diversas problemáticas
sobre el ambiente, el desarrollo territorial, el paisaje, las relaciones económicas,
políticas y culturales entre diferentes sociedades y espacios.” (pág. 4).
La siguiente tabla expone las dos visiones que coloca en contraste el texto, con el fin de esclarecer
mejor la postura científica y/o epistemológica que desde la geografía asume el mismo.
Tabla 10: visiones en la disciplina geográfica
VISIONES EN LA DISCIPLINA GEOGRÁFICA
Visión tradicional de la geografía Visión actual de la geografía
Información de carácter memorístico
sobre características físicas de la
superficie terrestre.
Orientación a la producción de
conocimientos básicos sobre localización
de lugares y objetos sobre la superficie
terrestre.
Mapas como objetos de expresión de la
información.
Descripciones monotemáticas con un
marco operativo único.
Espacio como contenedor y soporte físico
de los fenómenos naturales y sociales.
Disciplina descriptiva
El espacio geográfico como una
dimensión, configurador y producto de
las relaciones sociedad- naturaleza.
Análisis espacial de fenómenos, procesos
y realidades sociales y ambientales.
Abordaje desde varios marcos operativos,
investigativos y metodológicos en
interrelación con otras disciplinas.
Se apoya en otras disciplinas para
construir su especificidad.
Busca interpretar y explicar realidades,
plantear soluciones a diversas
problemáticas que atañen lo social y lo
ambiental.
Disciplina interpretativa y trasformadora.
186
Fuente: elaboración propia.
4.3.2. Dimensión Conceptual: soberanía y territorio
La dimensión conceptual que permite clarificar los criterios científicos y académicos en los
cuales se enmarca el Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se puede identificar en esencia
más no en profundidad en el capítulo 4, ya que aborda el tema de “Estado Nación Colombiano y
Geopolítica Regional y Global.
Al ser el capítulo en el cual cobra relevancia el mapa de interés investigativo, es preciso
asegurar que desarrolla el manejo social y político del espacio, siendo fiel tanto a la perspectiva
epistemológica geográfica que planteaba en la introducción del texto en general, como aquella
que se evidencia en la discusión particular que contextualiza el mapa.
En ese orden de ideas, la fidelidad de la postura epistemológica que evidencia el capítulo se da por
estas razones:
a. El análisis espacial de fenómenos, procesos y realidades sociales.
b. Estudio del espacio en un marco interpretativo del desarrollo territorial y las relaciones
políticas.
c. Construcción de su especificidad apoyándose en otras disciplinas.
Estas razones no se pueden explicar por separado, sino que en el capítulo se establecen como
la condensación de un sistema discursivo y argumentativo que se logra evidenciar de manera
conceptual a partir de lo siguiente:
187
- La configuración del Estado Nación (identidad, propiedad, jurisdicción, soberanía,
territorio).
- El recuento histórico de la organización del territorio (época precolombina, conquista y
colonia española, actualidad).
- La cartografía histórica del proceso (cartas de divisiones coloniales, político-
administrativas, territorio republicano, tratados vigentes).
- El ejercicio de la soberanía del poder (espacio como hegemonía del poder, fronteras
marítimas y terrestres, conflictos limítrofes)
Como se logra apreciar, esta geografía de Colombia particularmente en el capítulo IV, hace un
análisis espacial sobre un proceso histórico y social de configuración del territorio, trasversalizado
por la dimensión política del mismo, corroborando entonces que para construir su especificidad y
objeto de estudio, toma conceptos y herramientas provenientes de la historia, la cartografía y la
ciencia política, entre otras.
Lo anterior se constituye como el andamiaje científico en el cual el Mapa de Fronteras
Terrestres y Marítimas se sustenta y permite esclarecer los criterios científicos, en los cuales dicho
mapa aparece en escena y se configura como pertinente en un análisis comprensivo del poder, por
medio de la cartografía con el fin de darle apertura a su horizonte problematizador en lo que atañe
a lo geopolítico y geoestratégico dentro del saber geográfico.
De acuerdo con esto, es preciso recordar a Lacoste (1977) en su llamado a que “un saber pensar
el espacio” se da mediante “un repertorio conceptual que permite articular en función de diversas
188
prácticas las múltiples representaciones espaciales que conviene diferenciar, sea cuales fueren su
configuración y su escala, a fin de disponer de un instrumento de acción y de reflexión” (pág. 26)
Frente esto, al mapa se pone en operación analítica basado en términos abstractos; como objeto
de representación y significación conceptual, lo cual conlleva un proceso de aprehensión y
trasformación intelectual de elementos concernientes a la realidad espacial por medio de un
conjunto de conceptualizaciones que permitirían interpretar las Dimensiones Cartográficas de lo
Político, es decir: “transcribir las características espaciales de una práctica concreta sobre una
representación abstracta formalizada del espacio, [proceso en el cual] el mapa comienza a entregar
todas sus significaciones.” (pág. 101)
De acuerdo con esto, las significaciones conceptuales que brinda el Mapa de Fronteras
Terrestres y Marítimas, se logran esclarecer comprendiendo a dicha representación cartográfica,
como una unidad polisémica y discursiva, que a su vez se complementa con el contexto que brinda
el capítulo donde está plasmada.
4.3.2.1 Soberanía y Territorio
Este acápite es indispensable para comprender el objeto de estudio, ya que expresa la concepción
de territorio que desarrolla, las características reglamentarias e implicaciones relacionales de la
definición de las fronteras y los conflictos limítrofes. Todo esto en su conjunto, permite establecer
a su vez, la concepción epistemológica desde la cual se asume el ejercicio de la soberanía y por
otro lado permite resaltar la capacidad que tiene el mapa como objeto de divulgación científica y
académica en cuanto la representación de elementos de orden abstractos.
189
4.3.2.2. Concepción de territorio
En este apartado, el texto plantea que existen dos perspectivas de territorio; una tiene que ver con
la concepción de este como “hegemonía de poder” y la otra lo concibe como “espacio socialmente
construido”. De acuerdo con esto, el estudio que emplea para desarrollar la discusión en este
apartado, se basa en “el territorio considerado como un espacio geográfico, sobre el cual el Estado
ejerce la soberanía de poder, y esta demarcado por unos límites que lo separan de otros espacios
en donde actúan otras soberanías” (IGAC, 2011, pág. 148)
Debido a esta concepción, el espacio geográfico visto desde el componente físico no tiene grandes
variaciones, sin embargo, por sus dimensiones físicas y sociales (espacio y territorio) si se pueden
efectuar dinámicas en cuanto las relaciones internas del territorio debido a la misma naturaleza del
poder y del dominio que se ejerce sobre este, mantenido por elementos político- militares y
determinado por la vía de la fijación de las fronteras, ya que estas tienden a ser variables por el
componente social.
4.3.2.3. Concepción de soberanía
La concepción que se asume de soberanía está totalmente ligada a la del territorio, de ahí que sea
necesario la clarificación jurídica de este componente fronterizo mediante acuerdos de orden
internacional y conjunto, ya que estos determinan el tratamiento político, social y económico de
territorios colindantes que conciernen a la soberanía de los Estados.
190
En ese sentido se entiende a la frontera como aquella que “comprende la franja de territorio que
constituye el lugar de encuentro entre dos naciones, donde concurren factores de orden económico,
político, social, cultural y ambiental que le otorgan un dinamismo propio”, por otro lado se
entiende al límite como un concepto que desde el punto de vista geopolítico “es una línea
imaginaria que encierra el territorio de un Estado y hasta donde se extiende su soberanía” (IGAC,
2011, pág. 148).
Uno de los marcos internos legales que se ha dispuesto desde el caso colombiano, ha sido mediante
la Ley Sobre Zonas de Fronteras (Ley 191 de junio 23 de 1995) en donde se reconocen aquellas
entidades territoriales caracterizadas por estar en zonas de frontera, de ahí que se les dé un trato
diferenciado por medio de planes de contingencia que atiendan a los efectos sociales, económicos
y administrativos que genera el “fenómeno fronterizo”.
Sin embargo, el texto es realista de acuerdo a las condiciones sociales e históricas de estas zonas
de frontera, ya que a pesar de que exista una ley que las considera bajo un tratamiento especial
Han sido tradicionalmente olvidadas por el gobierno central, pues en comparación
con el resto del país, allí persisten niveles altos de pobreza y desequilibrio
socioeconómico. El abandono de la responsabilidad estatal ha incrementado su
vulnerabilidad, y muchas de estas regiones se han convertido en plataformas para
la realización de actividades ilícitas, como el tráfico de armas, narcotráfico y
contrabando. (IGAC, 2011, pág. 149)
Debido a esto, la proyección del planteamiento del texto coloca a Colombia como un escenario de
conflicto interno que potencia sus implicaciones negativas externamente al orden internacional y
de ahí que sea menester el tratamiento de esto ya en un plano de atención por parte de una “agenda
mundial de seguridad”.
191
4.3.2.4. Fronteras terrestres y marítimas y el principio de Uti possidetis juris
En esta parte se enuncia que las fronteras tanto terrestres como marítimas de Colombia se
definieron y se consagran en el artículo 101 de la Constitución Política de 1991 y a su vez en la
puesta en aplicación del principio de Uti possidetis juris el cual viene siendo considerado para este
objeto desde el siglo XIX y se basa en lo siguiente:
Principio de derecho internacional en virtud del cual los beligerantes conservan el
territorio poseído al final de un conflicto, salvo que se disponga otra cosa por un
tratado. Derivó de la expresión latina “uti possidetis, ita possidetis”, es decir, “como
tu poseías, continuarás poseyendo”. Fue aplicado en la América hispana del siglo
XIX respecto a los territorios emancipados del imperio español. Así, una vez
independizado, cada Estado naciente poseería el mismo territorio que le
correspondería al final de la época colonial. Se tomó como base los territorios
poseídos en 1810. (IGAC, 2011, pág. 149).
Ahora bien, debido a la particularidad de Colombia al tener cinco fronteras terrestres y diez
fronteras marítimas, ha estado desde el inicio en disputas y desentendidos constantes, sin
embargo, gracias a dicho principio de ahora en adelante, con implicaciones positivas como
negativas en términos de jurisdicción y soberanía, permitiría darle proceso a cada conflicto
limítrofe vía tratados en búsqueda de acuerdos especialmente arbitrados por el Derecho
Internacional.
Esto se ve reflejado en el texto, ya que junto al mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas está
plasmada una tabla que describe cada uno de los tratados con sus respectivas fechas, caracterizando
a Colombia como un país respetuoso de dicho acuerdos, pero a pesar de ello, sigue teniendo ciertos
conflictos con países vecinos como Venezuela y Nicaragua, además que tiene que afrontar una
dinámica fronteriza de ciudades binacionales como lo son el caso de Cúcuta – San Antonio – Ureña
– San Cristóbal, Leticia- Tabatinga- Santa Rosa, e Ipiales – Tulcán.
192
4.4. Profundización del análisis conceptual
De acuerdo a los elementos más sobresalientes que aporta el mapa y texto en cuanto a la pesquisa
sobre atisbos de carácter geopolítico y de geografía política se puede identificar:
4.4.1. Perspectiva epistemológica de territorio asumida
Esta perspectiva de territorio como ya se había plasmado se relaciona con la “hegemonía del
poder”, de esta manera “el territorio considerado como un espacio geográfico, sobre el cual el
Estado ejerce la soberanía de poder, y esta demarcado por unos límites que lo separan de otros
espacios en donde actúan otras soberanías” (IGAC, 2011, pág. 148). En ese orden de ideas, la
perspectiva de territorio que asume radica en la concepción de “frontera como espacio absoluto”.
4.4.2. Frontera como parte de un espacio absoluto
Según Arriaga (2012) esta concepción de frontera ha estado presente en el seno de la geografía
humana desde mediados del siglo XIX y ya pasada la segunda mitad del siglo XX. Sus orígenes
epistemológicos están asociados a la visión filosófica organicista- mecanicista que la sociología
importó desde del Naturalismo (pág. 74). Esta perspectiva de frontera que asume el capítulo 4 del
texto geografía de Colombia se relaciona con los estudios que se hacen desde la geografía política
y la geopolítica clásica.
193
4.4.3. Elementos de geografía política clásica identificados
Desde esta rama de la geografía, se recurre a la categoría “territorio” como categoría principal,
se identifica en el texto cuando comienza su análisis sustentado en la idea de territorio como un
espacio geográfico, sobre el cual el Estado ejerce la soberanía de poder, y esta demarcado por unos
límites que lo separan de otros espacios en donde actúan otras soberanías” (IGAC, 2011, pág. 148).
Sumado a esto, desde esta disciplina se acude a otras categorías como lo son la “zona” o
“región y el eje central de esta perspectiva está determinado por los procesos jurídico- políticos y
estratégico-militar, lo cual define la naturaleza con que se plasma la representación cartográfica.
Esto se logra ver en el planteamiento en el cual se acude a la Ley Sobre Zonas de Fronteras (Ley
191 de junio 23 de 1995), en donde se reconocen aquellas entidades territoriales caracterizadas por
estar en zonas de frontera y el tratamiento de los conflictos limítrofes, haciendo referencia a la
Convención de Ginebra sobre el Derecho al Mar, el Derecho Internacional y el Utis Possedetis.
Uno de los postulados más significativos que proviene de la geografía política clásica, es que a
la frontera se le clasifica mediante categorizaciones de las cuales nacen la región de frontera, zona
de frontera, espacio de frontera, frontera terrestre, frontera marítima. Esto se logra ver totalmente
plasmado en el mapa de fronteras terrestres y marítimas, ya que esto es el sentido de tal mapa.
Ahora bien, dentro de esta misma perspectiva podemos encontrar dos variables; una que es la
que aporta el manual escolar y la otra es el enfoque descriptivo-sintético. En cuanto a la primera,
es de resaltar que su carácter es descriptivo, por lo que se limita a dar cuenta de la frontera respecto
194
a la separación de territorios nacionales y a referenciarla con exactitud dentro de la representación
que aporta los mapas.
Cuando el texto habla que “Colombia a través de su historia ha sido respetuosa de las normas
generales del Derecho Internacional y las doctrinas surgidas dentro del marco del Derecho
Internacional Americano, y que las ha aplicado rigurosamente” (IGAC, 2011, pág. 152), está
correspondiendo su análisis según a la geografía política, de acuerdo a las clasificaciones y
determinantes de la frontera, que se dan desde los postulados de los tratados internacionales y la
razón de ser de la misma ligada al Estado.
Por otro lado, el enfoque descriptivo –sintético viene a ser relevante ya que se utiliza su
definición tanto de frontera como de límite, según el enfoque, a la frontera se le define como una
barrera que separa culturas y razas, y junto con el límite, establece la exactitud de intervención
territorial de los Estados. Además que existe una complementariedad entre la franja de frontera
que es básicamente el espacio en transición entre dos regiones y el límite territorial viene siendo
la línea de separación de esas dos regiones.
Esto último se logra identificar cuando el texto define a la frontera como aquella que
“comprende la franja de territorio que constituye el lugar de encuentro entre dos naciones, donde
concurren factores de orden económico, político, social, cultural y ambiental que le otorgan un
dinamismo propio” (IGAC, 2011, pág. 148) y establece que la ley de zonas de fronteras define
municipios especiales de los departamentos fronterizos.
195
4.4.4. Elementos de geopolítica clásica identificados
De la geopolítica clásica podemos rescatar la concepción de la frontera como parte de una “región
estratégica” de esta se desprenden tres tesis identificables en el texto, las cuales son la tesis
organicista, de interpenetración y de fronteras dinámicas.
La tesis organicista expone en uno de sus postulados que el Estado debe agregar a su territorio
solamente áreas políticamente valiosas, como áreas costeras, cuencas de ríos, llanuras y regiones
ricas en recursos naturales, esto, efectivamente se logra identificar cuando el tratamiento por parte
del texto acerca de los conflictos limítrofes de Colombia asegura que se deben entender de acuerdo
a que adquieren otra dimensión, en la que entra a jugar papel importante y la posibilidad de explotar
los recursos naturales y el subsuelo y del fondo de la plataforma continental por debajo de altamar”
(IGAC, 2011, pág. 154)
Por otro lado, cuando el texto asegura que “las relaciones fronterizas de Colombia con sus
países vecinos han sido fundamentalmente desde los tiempos coloniales en unas fronteras vivas,
con intensos intercambios comerciales y de población” (IGAC, 2011, pág. 149), está recurriendo
al planteamiento de la frontera asumida como zona de interpenetración, la cual se entiende a su
vez como zona de separación, en ese orden de ideas, la frontera es una línea de demarcación o
barrera ideal que no detiene ningún tipo de interpenetración, la cual debe ser entendida como un
concepto que hace referencia a movimientos de personas, ideas, mercancías.
Tabla 11 frontera como espacio absoluto
FRONTERA COMO ESPACIO ABSOLUTO
Elementos De Geografía Política Clásica
(características)
Elementos Encontrados En El Texto
elemento identificado)
“territorio” como categoría principal.
El territorio considerado como un espacio
geográfico, sobre el cual el Estado ejerce la
soberanía de poder y esta demarcado por unos
límites.
196
se acude a otras categorías como lo son la
“zona” o “región y a los procesos jurídico-
políticos y estratégico-militar.
Mención de la Ley Sobre Zonas de Fronteras
Categorizaciones de frontera: frontera
terrestre, frontera marítima.
Se ve plasmado directamente sobre el mapa
Perspectiva de manual escolar :
Frontera referenciada con exactitud dentro
de los mapas en base a la separación de
territorios nacionales.
Se ve de nuevo plasmado directamente en el mapa.
Las clasificaciones y determinantes de la
frontera, de acuerdo a los tratados
internacionales y la razón de ser de la
misma ligada al Estado.
Se rescata la vigencia del principio de Utis
Possedetis Juris, el Principio del Derecho
Internacional y el derecho internacional americano
Enfoque descriptivo sintético:
la frontera como una barrera, espacio de
transición y limite como línea de separación
de regiones
la frontera como aquella que comprende la franja
de territorio que constituye el lugar de encuentro
entre dos naciones,
Elementos de geopolítica clásica
(características)
Elementos Encontrados En El Texto
(elemento identificado)
Frontera como zona estratégica
Tesis organicista:
El Estado debe agregar a su territorio
solamente áreas políticamente valiosas,
como áreas costeras, cuencas de ríos,
llanuras y regiones ricas en recursos
naturales.
El conflicto limítrofe adquiere otra dimensión, en
cuanto a la posibilidad de explotar los recursos
naturales y el subsuelo y del fondo de la plataforma
continental por debajo de altamar.
Zona de interpenetración:
Frontera como zona de interpenetración de
movimientos de personas, ideas,
mercancías y a su vez de separación o
barrera ideal.
Concepción de las fronteras de Colombia como
fronteras vivas, con intensos intercambios
comerciales y de población.
Fronteras dinámicas:
las fronteras dinámicas se conciben
históricamente como una mirada nacional
asociada a la “seguridad del Estado”
El conflicto interno colombiano, ha trascendido las
fronteras, se inscribe en una agenda mundial de
seguridad.
Fuente: elaboración propia.
197
De acuerdo con lo anterior, se logra identificar que el uso de categorías como zona de frontera,
frontera marítima, frontera terrestre, la concepción del espacio como “espacio absoluto” y las
definiciones tanto de límite como de frontera, prácticamente son las mismas de las que son
evidenciadas dentro el contexto y elaboración del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas y con
ello se caracteriza la perspectiva epistemológica la cual está asociada a la Geografía Política y
Geopolítica clásica, contribuyendo al establecimiento de una posible Proyección cartográfica
estratégica.
Dicho carácter geoestratégico de Colombia, se logra identificar y profundizar mediante los
aportes que brinda la representación cartográfica ya que complementan la postura epistemológica
empleada. En esta versión de frontera se concibe a la identificación de un lugar o área concreta de
un espacio determinado y conlleva elementos de alto grado simbólico, en ese orden de ideas la
frontera viene siendo “la línea de separación de territorios nacionales que puede ser ubicada con
exactitud en la geografía del planeta, por lo tanto, también es representable en mapas” (Arriaga,
2012, pág. 76).
Finamente, a continuación mediante una tabla se organizará e ilustrará, las categorías emergentes
junto con sus componentes o subcategorías, las cuales surgieron del presente Nivel Analítico
Particular (NAP).
198
Tabla 12 categorías emergentes NAP
Categorías que emergieron del Nivel Analítico Particular (NAP)
Variable Categoría emergente Componentes o subcategorías
Razonamiento
por analogía
Anclaje cartográfico.
Poder de Control y fijación de Significados
cartográficos.
Naturalización Denotativa de la Representación.
Polisemia cartográfica.
Lenguaje matemático.
Lenguaje geopolítico.
Lenguaje institucional.
Propiedad interpretativa
cartográfica.
Permanencia histórica cartográfica.
Contención cartográfica de fenómenos sociales.
Aprehensión y trasmisión
cartográfica de la realidad
social.
Representación ideológica del mundo.
Representación científica del mundo.
Análisis
contextual
histórico
Apropiación cartográfica y
control imperial del espacio.
Restricciones cartográficas.
Imposición de modelos cartográficos.
Fundamentación cartográfica del poder imperial.
Legitimación cartográfica de la
república.
Practicas cartográficas subversivas.
Reconocimiento cartográfico de la soberanía.
Organización cartográfica del territorio.
Deformación del contenido
cartográfico. Censura y exclusión cartográfica.
Persuasión y prácticas
cartográficas subliminales.
Jerarquías simbólicas en la representación.
Representación cartográfica de imaginario social.
Análisis
conceptual
Naturaleza jurídico -política del
mapa. Representación de procesos jurídico-políticos.
199
Proyección cartográfica
geoestratégica.
Representación de contigüidad entre regiones.
Significación cartográfica de la seguridad del Estado.
Representación de procesos e intereses geopolíticos.
Fuente: elaboración propia
Conclusión: la significación política del conocimiento cartográfico; hacia una racionalidad
cartográfica geo-política.
En esta investigación se identificaron mediante el análisis del Mapa de Fronteras Terrestres y
Marítimas del IGAC, 2011, elementos considerados como significativos, a fin de que lo
dispusieran como un objeto de comprensión de diferentes dimensiones de funcionamiento del
poder político.
En ese orden de ideas, bajo los criterios investigativos de la metodología empleada, se logró
construir analíticamente el objeto mediante componentes estructurales asociados a la naturaleza
lingüística del mapa, develando de esa manera sus cualidades como un tipo de lenguaje que
connota poder, por otro lado, se comprobó que efectivamente con la contextualización histórica
de dicho objeto, existen testimonios textuales y gráficos que dan cuenta de la relación inherente
entre cartografía con el ejercicio del poder político y por último, se conquistó conceptualmente
el objeto de investigación, caracterizando la perspectiva epistemológica desde la cual la geografía
asume el tratamiento de la realidad política, esto siendo a su vez, insumo directriz para la
representación cartográfica analizada.
200
De acuerdo con lo anterior, se organizan las conclusiones a las cuales se llegaron a partir del
desarrollo de esta investigación de acuerdo a las tres variables determinadas por la
operacionalización del concepto de “Vigilancia Epistemológica” tratado desde la sociología del
conocimiento por Pierre Bourdieu. De esta manera se puede reconocer tres clases de elementos
considerados como significativos, que junto con sus características, ratifican al Mapa de Fronteras
Terrestres y Marítimas como un medio de comprensión del poder político.
La primera clase de elementos significativos se relaciona con el plano de la naturaleza semiótica
y estructural del mapa, entendido como un lenguaje. Al aplicar la variable metodológica
“razonamiento por analogía”, no solo se rescataron las propiedades composicionales y simbólicas
que toda imagen posee, sino que también, se logró re-construir analíticamente al mapa, como una
estructura polisémica con facultad para interpretar fenómenos de naturaleza social y abstracta, lo
cual llevó a encontrar que subyacentemente en el mapa como lenguaje, existen implicaciones
características relacionadas al poder.
Anclaje cartográfico
Con los postulados de Barthes, se reconoció que cada tipo de imagen, entre ellas el mapa, se
constituye de unas características estructurales conformadas por la interrelación entre mensajes
lingüísticos e icónicos; los mensajes lingüísticos cumplen no solo la función denotativa y
denominativa textual que acompaña a la imagen, sino que es un mecanismo de protección e
instauración del sentido que quiere dar esta, es decir, frente el gran número de significados que
puede aportar una imagen, el mensaje lingüístico junto con su referente gráfico, aterrizan o anclan
la interpretación del receptor o lector, con el fin de encausar su percepción inicial del objeto.
201
En ese orden de ideas, una de las primeras características relacionadas al poder las cuales se
lograron evidenciar en el mapa, como imagen y lenguaje, fue la de Anclaje Cartográfico. Esta
toma su particularidad en cuanto a que en el proceso de lectura e interpretación de un mapa, existe
por medio de los constituyentes de la imagen un poder de organización, control y fijación de
significados, estableciéndolo como un objeto que entraña una estructura retórica que ejerce un
poder de argumentación y de convicción según el elemento temático que se quiera significar.
Ahora bien, el Anclaje cartográfico no solo se apoya por la interrelación con fines de persuasión
entre lo lingüístico y lo icónico, sino que este último, complementa esta característica, al ejercer
una Naturalización Denotativa de la Representación. Esto quiere decir que el mapa como imagen,
acude a elementos cognitivos como lo es la evocación de recurrencias y regularidades de la forma
de la representación, que para el caso del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se efectúa
mediante la predeterminación que otorga el croquis del mapa de Colombia. El resultado de esto,
es el asentamiento de un imaginario de correspondencia habitual de transparencia entre el mapa y
la realidad geográfica que representa, viéndose implicado el poder por la autoridad de la
representación construida por la recurrencia de la forma.
Polisemia cartográfica
Esta es una característica que fundamenta las posibilidades de interpretación del objeto de estudio
hacia el poder. Esto se da debido a la capacidad de albergar múltiples significados en una sola
representación. De ahí que no es raro encontrar en el mapa, lenguajes que van desde lo matemático
con las coordenadas, meridianos y paralelos, lo geopolítico, que encarna el tratamiento geográfico
202
de un componente de la realidad política con la representación de las fronteras terrestres y
marítimas, y el lenguaje institucional, contramarcado mediante símbolos y escudos que se prestan
como garantía de respaldo científico- gubernamental.
De los elementos identificados que se relacionan con polisemia cartográfica, se lograron identificar
dos pistas del poder, una tiene que ver con el poder que implica un respaldo científico con el
lenguaje matemático y geográfico, y la otra con el poder político, a través del tratamiento de temas
geopolíticos y la simbolización proveniente de instituciones de autoridad política como lo es
mismo escudo de la república de Colombia. En ese orden de ideas, la polisemia evidenciada en el
mapa se relaciona con el poder, al reconocer que en cada dimensión representada, connota algún
tipo de autoridad.
Propiedad interpretativa cartográfica
Además de aquellos componentes estructurales que se identificaron a través del análisis análogo
con el lenguaje, el Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas incuba una propiedad que lo dispone
no solo como elemento que connota poder, sino que también, como un elemento presto a
interpretarlo. Esta propiedad también procedente de sus facultades como lenguaje, atribuyen al
mapa unos criterios históricos y fundamentales.
Los primeros tienen que ver con la permanencia histórica del lenguaje cartográfico en
relación a dar cuenta de los cambios políticos, sociales y culturales que pueden darse dentro de
una sociedad. Esto se logró reconocer cuando mediante ejercicios comparativos entre mapas
antiguos con el Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se evidenció de cierta manera una
permanencia de algunas cualidades en la representación, como coordenadas y elementos gráficos,
203
dando prueba de una inmutabilidad relativa que tiene el lenguaje cartográfico frente a los cambios
sociales dados en el seno de la sociedad.
Por otro lado, debido a esa permanencia e inmutabilidad histórica, se acentúa una cualidad
fundamental de los mapas, la cual tiene que ver con la capacidad de ser un lenguaje contenedor y
a su vez trasmisor de los fenómenos sociales. Eso se logró notar nuevamente con el ejercicio
comparativo entre mapas, que en el caso del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se
identificaron fenómenos prestos a ser interpretados como lo eran los de carácter histórico, político
y geográfico.
De acuerdo con estos elementos significativos del mapa en relación con el poder procedentes
del análisis que desde el lenguaje se efectuó, tomaron fuerza otros componentes constitutivos
relacionados a la aprehensión de la realidad espacial, en ese orden de ideas, se identificó una
dinámica trasversal que está presente en el desarrollo de la cartografía, que tiene que ver con la
tensión e interrelación entre la representación ideológica del mundo con la representación
científica. Si bien, el Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas hace parte de una visión científica,
el trasladar la discusión al campo histórico, se constituyó como una variable transcendental ya
que podía dar cuenta de significados más profundos y más allá de aquellos aportados desde el seno
lingüístico y con ello evidenciar dicha tensión.
La segunda clase de elementos significativos, se lograron clarificar a través de la variable
metodológica que sugirió la comprobación del “principio de la No-conciencia”. De esta se
concluyó que ninguna producción social, política o científica es transparente, sino que conlleva
204
unas lógicas ocultas que se insertan en los sujetos y en la sociedad en general donde se dinamizan.
A través de la contextualización histórica del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, se
comprobó esta tesis, ya que los antecedes histórico- políticos y cartográficos que dieron forma a
lo que hoy es este mapa, incubaban una relación interesada de la ciencia cartográfica al servicio
del poder político.
A partir de esto, el poder político se hizo más evidente como parte de la constitución histórica del
Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, ya que los antecedentes cartográficos aportados por la
cartografía histórica usada en el capítulo donde se encontraba este mapa, dieron cuenta de la
omnipresencia del poder en el desarrollo y propósito científico del conocimiento cartográfico en
la configuración política del Estado colombiano.
Apropiación cartográfica y control imperial del espacio
El poder político evidenciado a través del análisis histórico del mapa que fue objeto de estudio,
se vio demostrado en el desarrollo de la Apropiación cartográfica y control imperial del espacio.
El antecedente histórico que nutre al mapa, da cuenta de un proceso político sobre el espacio, el
cual fue vehiculizado gracias a las propiedades cartográficas de representación del mundo en un
simple formato de papel, esto, según los referentes teóricos referenciados, hizo parte de una
dinámica de Estructuración del poder imperial español, sobre las colonias ubicadas en territorios
americanos.
205
La estructuración del poder, se dio por medio de dinámicas de apropiación y control del mundo
con los mapas, sustentado en Restricciones cartográficas que negaban la legitimidad tanto
política como científica de cualquier otro tipo de construcción cartográfica fuera del Padrón Real,
y en ese orden de ideas, el poder evidenciado se efectúa mediante la monopolización del
conocimiento con la Imposición de modelos cartográficos por parte de la corona en el siglo XVI
con la conquista y colonización y en el siglo XVIII en desarrollo de las reformas borbónicas.
De esta manera, la compresión del poder político se lleva a cabo, al entender que la elaboración
de los mapas hace parte de una lógica de fundamentación y legitimación científica del poder
político, donde los viajeros y conquistadores deben ser considerados no solo como agentes de
conocimiento científico sino también como agentes del poder político de turno, al igual que los
conocimientos científicos que surgen de dicho trabajo, son actos de apropiación y clasificación
política de la realidad geográfica, que al conglomerase, se organiza mediante instituciones a tal
punto de constituirse como símbolos de poder.
Esto se concluyó en relación al Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, ya que permite
reconocer que la cartografía histórica empleada para contextualizar dicho mapa, era resultado de
esas dinámicas del ejercicio del poder, y como ejemplo, era el caso del mapa de Castilla de Oro o
el mapa de Colombia que representaba las primeras divisiones coloniales las cuales fueron objeto
para el análisis.
206
Legitimación cartográfica de la republica
Otro componente de análisis histórico que nos permitió tener sustentos para la comprensión del
poder por medio del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas, fue aquel evidenciado en lo
referente a la configuración y conservación del Estado nación de la joven república de Colombia.
La particularidad de este se centró en que existen dinámicas político -cartográficas que se
constituyen como formas de un “contrapoder”.
Los mapas que se usaron como referencia histórica, hacen parte de una coyuntura política en la
que se enfrentó la cartografía oficial del imperio con aquellas cartografías procedentes de prácticas
subversivas y emancipadoras criollas. Dichos mapas como los de la Republica de la Nueva
Granada, los Estados Unidos de Colombia, entre otros, son producto de unas prácticas
cartográficas subversivas que además de reflejar el deseo de emanciparse del imperio español,
buscaban un Reconocimiento cartográfico de la soberanía a nivel internacional y una
Organización cartográfica del territorio, ilustrando los términos en que se ostentaba el poder
territorial y político cuya plataforma de legitimación era los centros de divulgación e impresión de
mapas.
Aquí los mapas facilitan la comprensión del poder político, en la medida que se pueden concebir
como objetos que ejercen resistencia al poder instituido y que prestan las condiciones para que un
nuevo orden político surja. Sin embargo, el análisis histórico llevó a reconocer también, que el
poder político hereda formas de ejercerse complejas y contradictorias, ya que se manifiesta como
un arma de doble filo.
207
Deformación del contenido cartográfico y prácticas cartográficas subliminales
Las características complejas y contradictorias que asume el poder político, las cuales se pueden
reconocer en la contextualización histórica de los mapas, están dadas por las intenciones que se
manifiestan tanto de forma explícita como de manera subliminal en la cartografía. Se asegura que
son complejas y contradictorias en la medida que pueden fungir como elementos para mantener o
confrontar diferentes órdenes políticos puestos en juego.
Como resultado que ilustra lo anterior, se identificaron dos dinámicas que de manera trasversal
estuvieron implicadas tanto en la apropiación y control cartográfico por parte del imperio, como
en la legitimación cartográfica de la república.
Una de ellas fue la deformación del contenido de los mapas, y se logra evidenciar fácilmente,
en el momento en que el imperio ejerce una censura y exclusión de otros contenidos cartográficos
que no sean acordes a la visión científica y política que les era de interés y conveniencia, esto es
complejo ya que al censurar y excluir, se sesgan y silencian las voces políticas que mediante la
cartografía se podrían dar a reconocer socialmente. Esto jugó en contra de los criollos
independentistas, ya que la censura y silenciamiento científico cartográfico significaba
directamente un silenciamiento político.
Por otro lado, las prácticas cartográficas subliminales, concentraban un manejo simbólico del
poder por medio de los mapas; con la jerarquización y uso de insignias, escudos, símbolos tanto
artísticos como científicos, la cartografía ejercía un poder de persuasión y manifestación de la
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ostentación del poder político. De ahí que tanto la cartografía imperial como en la cartografía
criolla, como era el caso de la obra de Francisco José De Caldas, cuyo trabajo sirvió de insumo
para el desarrollo posterior de la cartografía nacional, se utilizasen una conglomeración y
sincretismo simbólico entre elementos considerados ideológicos como alegorías, animales
fantásticos y objetos sublimes, con aquellos que significaban avance y garantía científica como
los globos terráqueos, brújulas y compases, de ahí el manejo discordante en el que se tornó el
poder.
El resultado más relevante de esta contextualización histórica fue sin duda alguna, la
comprensión de la puesta en marcha de las acepciones epistemológicas y políticas tanto de la
ideología como de la ciencia, en la medida que estas dos son funcionales para la mantención de un
orden político y social particular, y con ello directamente, establecer los criterios que dan su razón
de ser y le son subyacentes a un producto científico como lo es un mapa en relación con una
realidad política.
Por lo cual, al no desconocer esta lógica histórica –política, conllevó poder develar la
naturaleza de la discusión y dotarse de unos criterios conceptuales de orden geopolítico que
concretaron la visión actual del Mapa de Fronteras Terrestres y Marítimas en términos de
comprensión del poder político.
De ahí que permitiera tener claridad para una tercera clase de elementos significativos, los
cuales respondieron metodológicamente a “establecer criterios abstractos” para profundizar la
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problematización que desde el seno científico de la geografía asumía los asuntos de la realidad
política teniendo como objeto de realización de la postura a un mapa.
Basados en esto, cobró relevancia el llamado de Lacoste en cuanto a poner el mapa en términos
de operación analítica de orden conceptual, ya que precisamente fue una directriz metodológica y
con ello, lograr establecer al mapa como un objeto de representación y significación conceptual en
el análisis, el cual se caracterizó por desarrollar un proceso de aprehensión y trasformación
intelectual de elementos concernientes a la realidad espacial, por medio de un conjunto de
conceptualizaciones que permitirían interpretar de cierta forma las Dimensiones Cartográficas de
lo Político.
Al “transcribir las características espaciales de una práctica concreta sobre una representación
abstracta formalizada del espacio” (pág. 101), efectivamente el Mapa de Fronteras Terrestres y
Marítimas comenzó a entregar todas sus significaciones epistemológicas. De estas, se logró
identificar que la perspectiva epistemológica que enmarca la problematización y elaboración del
objeto de investigación, es decir, la perspectiva que desde la geografía asume el tratamiento de la
realidad política, se basó en una línea de interpretación clásica de la geografía política y la
geopolítica, donde el concepto más sobresaliente de la representación fue el de frontera.
La frontera asumida conceptualmente como zona o región estratégica y representada
cartográficamente, revela una comprensión del poder político basada en la concepción de “espacio
absoluto”, lo cual caracterizó la discusión conceptual en términos de que el mapa sigue
estableciéndose como un objeto de legitimación del poder, ya que la idea científica que lo
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constituye da a entender que el poder es hegemónico, por lo tanto es absoluto, dominante e
incuestionable. Es decir, que la representación que aporta el Mapa de Fronteras Terrestres y
Marítimas, es la reproducción de un imaginario político, autoritario y de control territorial
unilateral, fortalecido por unos postulados científicos que no tienen en cuenta las construcciones
sociales de la población.
Bajo esta concepción científica del poder político, en el abordaje del mapa analizado cobra
relevancia la Naturaleza jurídico -política del mapa, ya que esta define el propósito de la
representación y a su vez se logra develar que es un objeto cuya garantía es científica, pero su
promoción está dada para significar y fundamentar las dimensiones de los procesos jurídicos y
militares en un escenario regional e internacional.
Asimismo, otro elemento significativo para la comprensión del poder político que radica en la
identificación de la perspectiva epistemológica que incuba el Mapa de Fronteras Terrestres y
Marítimas, se relaciona con la Proyección cartográfica geoestratégica. Eso quiere decir que
para el propósito inicial de comprensión del poder político, al mapa de Colombia se le debe
proyectar por medio de la incorporación de diferentes escalas, en donde se entienda que Colombia
geoestratégica y cartográficamente hablando, hace parte de una Representación de contigüidad
entre regiones.
Ahora bien, esta dimensión geoestratégica que incuba el mapa, no solo se debe entender en
términos de vecindad, de proximidad espacial o de características regionales medioambientales,
sino que también responde como se veía con los referentes teóricos, a que la situación geográfica
de Colombia, demanda una Significación cartográfica de la seguridad del Estado. Ya que no
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solo está en juego unos problemas de orden público internos, o conflictos fronterizos con los
vecinos, sino que si estos no se comprenden y ni se atienden, se pueden potenciar como un
problema de mayor envergadura de orden y seguridad internacional, mayormente por el
narcotráfico.
Sin embargo, como se ha caracterizado esta investigación, se debe tener presente que los mapas
hacen parte de una lógica de Representación de procesos e intereses geopolíticos, por lo que el
problema de seguridad de los Estados no es el meollo más profundo del asunto, sino que las
razones están más ocultas y son subliminales.
Así que, pensar políticamente la realidad, exige pensar cartográficamente lo político ya que
como se logró justificar con esta investigación, dentro de los escenarios educativos donde la
geografía es fundamental, los lenguajes cartográficos que una vez han sido instrumentalizados por
el poder político, pueden ser potenciados para comprenderlo y con ello no permitir la
naturalización de concepciones que pueden ser discursos de legitimación de una realidad política
que solo representa la visión, la ostentación e intereses del poder de unos pocos.
La geografía, y por ende los mapas como elementos de formalización de la representación
espacial, deben romper con la despolitización en la que se les ha sumido desde el ámbito educativo
paradójicamente como parte de un proyecto político, deben efectuar una “Ruptura epistemológica”
con las percepciones del saber inmediato, del saber memorístico cargado de letanías descriptivas,
y debe pensarse en términos de significación política y quizás la mejor vía sea pensar los mapas
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como objetos educativos dispuestos a la comprensión del poder político, sea el desarrollar una
coordenada didáctica que se sustente en una Racionalidad Cartográfica Geo-política.
Bibliografía
Abilleira, D. (19 de junio de 2014). Quien domina la Europa oriental domina el Heartland o corazón
terrestre; quien domina el Heartland domina el mundo-isla; quien domina el mundo-isla controla
el mundo. Obtenido de Difundiendo y aprendiendo estrategia en Uruguay :