Mi Amor: Para que entiendas todo lo que siento por ti necesito ir un poco atrás en el tiempo, no al día que nos conocimos, más atrás, a hace 1.8 millones de años cuando el hombre se enfrentó a su primer dinosaurio. De los dinosaurios, sin duda, el velociraptor era el más temido; según pude ver en la película, era bien rápido. ¿Sabías que en latín Velociraptor significa ¨Ladrón Veloz¨? ¿No te parece increíble? Pienso en ti y pienso en cómo habrán sido esos primeros pasos que el hombre dio, así, como el primer chango se levantó en dos patas por una mujer, yo me pongo de pie por tu belleza. Imagínate esos días donde un cavernícola y una cavernícola descubrieron el fuego, no golpeando rocas, sino en los ojos de su amante. Entonces, juntos, lentamente comenzaron a emigrar a las estepas de lo desconocido. Cada vez que un hombre como yo salía a cazar, una mujer como tú temía por su vida. En fin, los dinosaurios se extinguieron pero lo que no se extinguió es el amor, el deseo, la pasión de esos primeros seres que poblaron este hermoso planeta (y no sabemos si también
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Mi Amor:
Para que entiendas todo lo que siento por ti necesito ir un poco
atrás en el tiempo, no al día que nos conocimos, más atrás, a
hace 1.8 millones de años cuando el hombre se enfrentó a su
primer dinosaurio. De los dinosaurios, sin duda, el velociraptor
era el más temido; según pude ver en la película, era bien
rápido. ¿Sabías que en latín Velociraptor significa ¨Ladrón
Veloz¨? ¿No te parece increíble? Pienso en ti y pienso en cómo
habrán sido esos primeros pasos que el hombre dio, así, como
el primer chango se levantó en dos patas por una mujer, yo me
pongo de pie por tu belleza. Imagínate esos días donde un
cavernícola y una cavernícola descubrieron el fuego, no
golpeando rocas, sino en los ojos de su amante. Entonces,
juntos, lentamente comenzaron a emigrar a las estepas de lo
desconocido. Cada vez que un hombre como yo salía a cazar,
una mujer como tú temía por su vida.
En fin, los dinosaurios se extinguieron pero lo que no se
extinguió es el amor, el deseo, la pasión de esos primeros seres
que poblaron este hermoso planeta (y no sabemos si también
otras galaxias o incluso hasta meteoritos; ya ves que dicen que
a los mayas se los llevaron los marcianos). Hablando de
meteoritos, ¿sabes dónde cayó el que hace 65 millones de años
destruyó a los dinosaurios y cambió el destino del planeta? ¡En
la Riviera Maya! ¿No te parece una tremenda coincidencia que
ese golpe mortal a la era cretácica sea en el mismo lugar donde
tantas veces soñamos con ir? Cuántas veces fantaseamos con
pasar un fin de semana en aquel hotel que vimos en esa revista
que estaba en la casa de tus padres. Si no recuerdo mal, el
hotel tenía buenas promociones, la que más recuerdo era la de
cuatro noches al precio de tres, all inclusive exceptuando las
bebidas que estaban un poco caras pero no importa, tu vales
eso y más. Ya me acordaré en el transcurso de esta carta pero
recuerdo que empezaba con Jota creo. O con L, no me acuerdo
bien. Se llame como se llame el hotel, el meteorito cayó muy
cerca creando el cráter que hoy es conocido como Chicxulub.
Un cráter tan grande como el vacío que siento en este momento
que no estoy a tu lado.
Sabes que me cuesta expresarme con las palabras, igualmente
creo que más le habrá costado al hombre del paleolítico decir
sus primeras palabras. ¿Cuál habrá sido la primera frase dicha
por el hombre? ¿Tengo frio? ¿Qué comemos? ¿Otra vez
pescado? ¿O habrá dicho “Amor”?. Tu bello e inmortal nombre.
Aunque no sé si tu nombre ya existía, a lo mejor se
pronunciaba con algún ruido gutural como “GHHH-GNNNN” o
“UNGG-BUAH”, es difícil saberlo porque tampoco había
todavía grabadoras, pero sin duda debe haberse escuchado tan
hermoso como la música que sale cuando uno pronuncia: Amor.
Bueno, el hombre, lento pero seguro, comenzó a evolucionar y
a poblar cada rincón de los confines de la tierra. Sé bien que
arrancaron su aventura en África, el continente donde está uno
de mis países favoritos: Egipto. Como escuchaste, mi amor,
llegamos a uno de mis países favoritos, llegamos al antiguo
Egipto.
Me acuerdo la vez que dije que tu tía abuela era una momia y
te enojaste, pero tienes que aceptar que tampoco es una
Cleopatra. Ahora, que si hablamos de Cleopatra, valdría la pena
especificar a cuál nos referimos, porque regularmente decimos
ese nombre y nos viene inmediatamente a la cabeza la
Cleopatra representada en el Hollywood de la época de oro, o
sea, Cleopatra VII (¿Te acuerdas? La de la señora esa que dicen
que tiene los ojos violeta en la época en la que ni siquiera se
habían inventado los pupilentes). Hablando de Cleopatra,
¿sabes que ella es protagonista de la cena más cara de la
historia? Cleopatra, reina de Egipto, intentó impresionar a
Marco Antonio, enviado de Julio César, y le apostó que era
capaz de cenarse diez millones de sestercios (con una sola de
estas monedas se cenaba y dormía en una mansión). Marco
Antonio aceptó. Era imposible gastarse ese dinero en una sola
comida. En la cena se sirvieron manjares de todo tipo, carnes,
pescados, frutas exóticas, pero nada como para alcanzar esa
cifra. Cleopatra lucía un impresionante collar con sólo dos
perlas. De pronto ella se dirigió al juez que ellos habían elegido
para controlar la apuesta y le preguntó cuánto podría valer
cada una de sus perlas. El juez miro la perla con cuidado y
calculando le dijo: «Unos cinco millones de sestercios»,
contestó. Ella asintió con una sonrisa y echó una de las perlas
en una copa con vinagre. Al estar formada por carbonato de
calcio, reaccionó al aliño y se disolvió completamente. Y ahí
nomás Cleopatra se bebió la perla. No le hizo falta tomarse la
segunda; Marco Antonio sacó su servilleta blanca y se dio por
vencido. ¡Ganó Cleopatra por goleada! Una reina tan
inteligente como tú, mi amor. Pero vale la pena tener en cuenta
que Cleopatras hay muchas, por ejemplo, Cleopatra I de Egipto,
que reinara ese país entre el año 215 a.C. y 176 a.C. y
perteneciera a la dinastía ptolemaica, es decir, la que fundara
Ptolomeo I Sóter, un general de Alejandro Magno (en esa
dinastía, por cierto, se cubren los años en los que se redactó la
Piedra de Rosetta, con la que más adelante se pudieron
descifrar los jeroglíficos egipcios… ja ja, me río porque pienso
que me encantaría que existiera una piedra de Rosetta que me
ayudara a descifrarte a ti cuando estás enojada y no me lo
quieres decir, pero aún ardiendo de coraje sabes que te ves más
hermosa que Cleopatra, la séptima, por supuesto). En fin, que
Cleopatras hay muchas, y después de la primera, viene
naturalmente la segunda, es decir, Cleopatra II, hija de la
primera y que se casara con su hermano (a mí, perdónenme,
pero eso sí me parece una cochinada, aunque haya sido hace
tanto tiempo, cuando las reglas no estaban tan claras como
ahora), solo que ahí no se acaba la intriga, es todavía peor,
porque cuando se le muere el marido a esa Cleopatra, se casa
con su otro hermano, y ese hermano le mata al hijo, o sea a su
sobrino, entonces el tipo se divorcia y se casa con su sobrina,
o sea, Cleopatra III. Qué pelea de tronos ni qué la canción, esas
son intrigas complejísimas de amor. Y aunque no puedo estar
de acuerdo con las prácticas que tenían en esa época, sí te
puedo decir que una cosa sí entiendo: el amor es complicado.
Qué afortunados somos en que nuestro amor sea un poco más
sencillo, porque dentro de esa sencillez está lo maravilloso de
habernos encontrado; como dos piedras en el desierto del
Sahara, un día separadas por kilómetros y kilómetros de dunas
y arena hasta donde la vista alcance, y al otro día juntos sin un
milímetro de separación en una pirámide levantada como
homenaje a un ser supremo al que a mí me gusta llamarle
simplemente: AMOR.
Ok, bueno, continuando con las Cleopatras, sigue la tercera,
hija de la segunda y nieta de la primera. No te quiero soltar
spoilers de la historia pero me imagino que ya la ves venir: sí,
Cleopatra III era mamá de Cleopatra IV. Deja te cuento esa
historia, es muy interesante. Cleopatra III decide traerse a
Egipto a su hijo Alejandro para gobernar con él cuando se
muere Ptolomeo (qué número de Ptlomeo era ya ni te digo,
porque esos son otros que también hay como mil y todos son
parientes, entonces la verdad, ya ni me acuerdo). Bueno, el
chiste es que Alejandro un día se cansa de su mamá y la mata.
Una menos. Ahora te platico de Cleopatra IV, que no tiene
mucha historia, salvo que quiso casarse con su hermano
Alejandro, del que te platicaba antes, pero él no estuvo de
acuerdo y no le entró al trato (al menos uno del que podríamos
sospechar que tenía mejor juicio, si no fuera porque se quebró
a su mamá, que ya no sé si está peor que casarse con su
hermana. Esos egipcios de veras se las gastaban rarísimo…).
OK, me voy rapidito: Cleopatra V, se casa con (lo adivinaste)
su hermano (adivinaste otra vez), Ptolomeo y madre de (andas
en llamas, adivinaste una vez más), Cleopatra VI y VII. Yo creo
que en esas épocas no había muchos nombres qué escoger,
porque por lo que veo si eran niñas se llamaban Cleopatra, y si
eran niños, Ptolomeo. Debe haber sido como ahora que traen
esa modita de que si tienes un niño le pones Matías o Mateo y
si tienes una niña Regina o Renata, no sabes cuántos niños
recién nacidos he escuchado con esos nombres, hasta parece
que los papás no se dan cuenta que no están siendo nada
originales. Ya me quiero imaginar a esos pobres chavitos en la
escuela cuando la maestra pase lista: “Mateo” y ahí van 7
güeyes levantando la mano al mismo tiempo. Y todo porque sus
papás cuando pensaron en ponerle nombre a su hijo, dijeron
“tengo uno bieeen original, vamos a ponerle Mateo”. Lo bueno
es que tú y yo ya lo tenemos platicado para cuando nazcan
nuestros hijos, ¿te acuerdas? Quedamos en que si es niña lo
escoges tú, y si es niño lo escojo yo. No puedo esperar para
cargar en mis brazos a una nenita que tenga tu cara, los
hermosos ojos de su mamá y esa sonrisa angelical que haces
cuando te molesta el pelo en la cara si te está pegando el aire.
¡Qué hermosa! Tampoco puedo esperar para cargar al pequeño
Terminaitor en mis brazos, el orgullo de papá, el que nos va a
sacar de pobres jugando futbol como un verdadero caballero.
Ya sé que en este momento debes estar diciendo “claro que
jamás voy a permitir que le pongas a nuestro hijo
Terminaitor”, o “estás loco si crees que lo vas a obligar a jugar
futbol. Déjalo que él decida”, pero estoy seguro que con el
tiempo te vas a convencer de que no es una mala propuesta de
nombre y de que combina perfecto con nuestros apellidos. Ya lo
veo saliendo a la cancha con la playera de la selección en
Uruguay 2030, yo con la cara hinchada de orgullo y tú con
lágrimas en los ojos, ambos diciéndonos: “ahí está nuestro
pequeño Terminaitor, nuestro dulce y hermoso
Terminaitorcito, nuestro niño convertido en caballero”, ¿te
imaginas? Bueno, no quiero dejar inconclusa la pequeña
reflexión que hago sobre las Cleopatras, así que me salto la
sexta, que fuera de que reinara con otro carnalito Ptolomeo y
que la matara (se sospecha) su hermana Berenice, no hay gran
cosa que contar de ella, y me paso a Cleopatra VII. Su nombre
completo era Cleopatra Filopator Nea Thea. A mí me suena
como a nombre de robot gigante, de esos que pelean con
dinosaurios gigantescos que echan fuego por la boca. O
también como nombre sofisticado de rapero neoyorquino,
cualquiera de los dos. Ésta Cleopatra es famosa no solo por la
película que te contaba más arriba, sino también porque dicen
que enamoró locamente a Julio César y luego a Marco Antonio.
A mí me gusta pensar en nosotros como si fuéramos Cleopatra
y Julio César: dos figuras imponentes, uniendo al mundo a
través del amor. Si yo fuera él, también desafiaría todas las
reglas y te presentaría en sociedad oficialmente como mi
mujer, aunque los ojos romanos me juzgaran y desacreditaran,
pero qué importa, no hay fuerza más grande que la de un
corazón latiendo al unísono con otro, ¿no crees? Con semejante
poder romántico no es coincidencia que esa mujer haya sido
inspiración de tantas y tantas obras: es más, se dice que entre
1540 y 1905 se escribieron 200 obras de teatro, cinco óperas,
cinco ballets y quién sabe cuántas pinturas, esculturas y
películas inspiradas en ella. Son poquitas contra las que tú me
inspiras. El único problema es que yo no soy artista, si no, te
aseguro que Cleopatra ya estaría mordiendo el polvo con la
cantidad de obras de arte que te homenajearían en todos los
museos, bibliotecas y cinetecas del mundo. Hablando de su
arte, qué lindo país Egipto. ¡Qué manera de pintar en las
paredes!. Seguramente mientras leías estas líneas se te
iluminaron los ojos al leer la palabra pirámide (¿sí la dije?) .
Te preguntarás, ¿las hicieron los marcianos? Por lo que pude
averiguar fue bastante complicado hacerlas, aparentemente
aplanaban el terreno rocoso y excavaban canales para
inundarlos de agua y así poder marcar líneas de nivel con las
que se preparaba una superficie horizontal. Después se
rellenaban los surcos. A continuación se excavaba la cámara
subterránea y se comenzaba la edificación. La mayoría de los
bloques de piedra eran cortados en canteras próximas al lugar
de construcción. Se transportaban otros de las canteras del sur
del país con ayuda de gigantescas barcazas. Los bloques se
colocaban a continuación sobre trineos y se arrastraban hasta
su emplazamiento definitivo. Suena un poco complicado, ¿no?
Pero bueno, alguien tuvo la idea, se la planteó a la banda, la
dibujó en la arena, todos se miraron y dijeron, “va, sí, ¿qué
tenemos que hacer?” Y bueno, 20 o 30 años después dejaron
unas pirámides preciosas. En esa época más o menos
empezaron a usar metales como el bronce y el hierro, que
reemplazaron al sílex y otros materiales pétreos que hasta ese
momento eran la materia básica para la elaboración de
herramientas agrícolas, armas y materiales de construcción;
esto hizo posible el poder disponer de objetos más duraderos y
eficientes. Después del cobre, se descubrieron nuevas
aleaciones del cobre como el estaño o el plomo, que juntos
dieron lugar a un nuevo producto, el bronce; este nuevo
material es menos maleable, pero más duro.
Un gran salto tecnológico se dio con el uso de la forja, estos
hornos de alta temperatura hicieron posible la manipulación
del hierro para producir herramientas aún más resistentes.
Esta secuencia tecnológica ha configurado la denominación de
las diferentes etapas de la edad de los metales: la edad del
cobre, la edad de bronce, la edad del hierro. Edades que no se
comparan con la edad de oro que transcurre desde el día en que
naciste hasta este instante donde estás leyendo esta carta en
su página 11. ¿Te arranqué una sonrisa? ¿Te estabas
aburriendo con los metales?
Ya que estás con una sonrisa te cuento un chiste:
Ahí tienes que un niño va con su papá a ver a los gatitos recién
nacidos de una gatita, ya sabes, con su carita tierna y sus
ojitos de “no rompo un plato”, entonces, cuando regresan a la
casa, su mamá le pregunta “¿Cómo te fue, Carlitos?” y el niño
le contesta: “Bien mamá, fíjate que tuvo 2 gatitos y 2 gatitas”,
y la mamá le dice: “¿Ah, sí? ¿Y eso cómo lo supiste?” y él muy
seguro le dice: “Pues mi papá los levantaba y los miraba por
debajo. Yo creo que ahí tienen la etiqueta”. ¿Te gustó? Sí, es un
poco ñoño, pero quería contarte algo tierno, porque cuando
cuento un chiste picante en las fiestas siempre noto que te
pones un poco seria y te da un poco de pena, entonces mejor
quería que siguieras con una sonrisa.
El tema es que lo de los egipcios fue furor. Al mismo tiempo
comenzaron a surgir grandes civilizaciones e imperios. ¡Como
los chinos! Tremendo país. ¿Te acuerdas aquella noche que
vimos el documental de la muralla china? Me tomé el trabajo
de conseguir el documental y transcribir para ti algunos datos
muy interesantes de ese colosal monumento. La muralla es una
antigua fortificación china construida y reconstruida entre el
siglo V a.C. y el siglo XVI (Edad Moderna) para proteger la
frontera norte del imperio durante las sucesivas dinastías
imperiales de los ataques de los xiongnu de Mongolia y
Manchuria. Contando sus ramificaciones y construcciones
secundarias, calcúlale que tiene 8 851 kilómetros de largo,
desde la frontera con los coreanos al borde del río Yalu hasta el
desierto de Gobi a lo largo de un arco que delinea
aproximadamente el borde sur de Mongolia, aunque hoy sólo se
conserva un 30% de ella. En promedio, mide de 6 a 7 metros de
alto y de 4 a 5 metros de ancho. En su apogeo durante la
dinastía Ming (hacían unos jarrones pocamadre), fue
custodiada por más de un millón de guerreros. Gran parte de la
Gran Muralla tiene fama de ser el mayor cementerio del
mundo. Aproximadamente 10 millones de trabajadores
murieron durante su construcción. Hoy por hoy es una de las 8
maravillas del mundo. ¿Que cuál es la octava? Vamos Amor, no
seas humilde. Mírate en el espejo y contémplala.
En esa época los mexicanos miramos a los egipcios y a los
chinos y ¿sabes lo que dijimos? ¡Sí se puede! ¡Sí se puede! ¡Sí
se puede! (no me gusta mucho esta frase, porque suena
bastante mediocre, pero para contarte esto creo que está bueno
usarla). Y ahí nomás inventamos el calendario. ¡Tomen! ¡In
your face Persas! Y eso que todavía no aparecían sus sucesores,
los mayas. Ahí sí que en construcciones pasamos a jugar en
primera división, a jugar la Champions de los monumentos.
Construimos la gloriosa Teotihuacán, un nombre que bien
podría ser tu nombre ya que significa: "Lugar donde los
hombres se convierten en dioses".
Igual en monumentos los que también se pasaron fueron los
peruanos con Machu Picchu. Podríamos ir algún día, ¿ no? A ti
te encanta caminar. Mira, para llegar a Machu Picchu por el
principal camino incaico se debe hacer una caminata de unos 3
días. Para ello es necesario tomar un tren hasta el km 82 de la
vía férrea Cuzco - Aguas Calientes, desde donde parte el
recorrido a pie. No vayas a creer que es Aguascalientes, la de
México; se escribe con espacio (yo creo que se lo pusieron para
que no nos confundiéramos los peruanos y los mexicanos, pero
igual qué curioso que tengamos dos lugares que se llaman casi
igual. Y perdóname que siga con el paréntesis, pero qué
chistoso me parece el gentilicio de Aguascalientes, mira que
llamarles hidrocálidos me saca una risita cada que alguien lo
dice, pero te prometo que ya me voy a controlar, no vaya a ser
que me escuche un hidrocálido y se ofenda, aunque no tendría
por qué, porque yo lo pienso en buena onda) En fin, algunos
visitantes toman un autobús local desde Cuzco hasta
Ollantaytambo (vía Uribamba) y de ahí toman un transporte
hasta el mencionado km 82. Una vez allí recorren las vías del
tren hasta cubrir los 32 km que hay hasta Aguas Calientes.
Suena agotador, ¿no? Pero con buena música se hace todo más
fácil. ¿Qué música te gustaría? A mí ya sabes que las canciones
de los 80 me gustan mucho, ¿recuerdas cuando te grabé el CD
con música para el Gym,? qué buenas rolas, te las voy a pasar
en un USB, así las subes a tu aparatito. Creo que con buena
música la caminata de 3 días a Machu Pichu se va a hacer más
llevadera, a menos que llevaras puro psycho de sonidero, de
ese techno horrible que ponen en los antros y suena a puro
ruido, ¿ya sabes de cuál?. En fin, 10 puntos para los Incas.
Ah, una cosa que se me olvidó cuando hablamos de la península
de la Riviera maya. Y no, ¡no es el nombre del hotel! De ese en
cualquier momento me acuerdo, es cuestión de tiempo, te juro
que lo tengo en la punta de la lengua. ¿Sabías qué significa el
nombre Yucatán? Es muy curioso. El nombre Yucatán,
asignado a la península, se originó durante las primeras
exploraciones de los conquistadores provenientes de Europa.
Son fidedignas las versiones que coinciden en que este nombre
habría resultado de una confusión entre los habitantes mayas y
los primeros exploradores españoles hacia 1517. Según una de
ellas todo fue consecuencia de que un explorador hispano
interpelando a un indígena maya quiso saber el nombre de la
región. El indígena probablemente le respondió “Ma'anaatik ka
t'ann” que en idioma maya yucateco significa” no entiendo tu
hablar” o “no te comprendo”. También se dice que los
españoles dieron el nombre de Yucatán a la región porque los
mayas contestaban a sus preguntas con la frase “uh yu ka
t'ann”, que en maya significa oye como hablan, y los españoles
entendieron Yucatán Otras versiones indican que Yucatán
proviene del maya Ci u t'ann, que significa ¨no entiendo¨.
Curiosa la historia, ¿no, Amor? Yo creo que si estabas tu ellos
seguro entendían todo. O quizás llamaban a Yucatán como la
Diosa de Caribe. Ahora, que si hubiera sido al revés y los
mayas hubieran llegado a conquistar España, a lo mejor
tendrían una ciudad que se llaAmor Notentiendo, ja ja ja. Pero
me quedo con la opción de que te hubieran conocido a ti
primero, entonces la ciudad se llaAmor Aimamacita. Entonces
llegamos a los romanos. Sí, como nosotros, que tuvimos una
caída en el imperio del amor, pero que con esfuerzo y cariño
refundamos Roma. Roma… ¡Ja!, no es coincidencia que al revés
se lea Amor. ¿Podríamos pensar entonces que en nuestra
historia todos los caminos conducen al amor? No lo sé, pero yo
siempre he buscado llegar a tu corazón, peleando como
gladiador, batiendo depredadores que me quieren arrancar de
ti, buscando tu pulgar arriba. Y hablando del Imperio romano,
déjame decirte que fue tan sólo una de las etapas de la
civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la
República romana y que se caracterizaba por una forma de
gobierno autocrática, o sea, no es toda la historia que tiene
Roma. ¿Pensaste que te iba a explicar eso de autocrática, no?
Eso ya lo has de saber muy bien tú que siempre fuiste muy
aplicada en la escuela, pero yo la verdad echaba mucho
desmadre en el salón y no ponía mucha atención en las clases
de historia, en realidad empecé a interesarme más por todos
nuestros antepasados cuando me puse a investigar quién era la
mujer más hermosa de la historia, porque quería demostrarte
que ninguna es capaz de ganarte a ti, Amor. ¿Que Cleopatra era
bonita? Ni a tus talones llegaba. ¿Que la Monalisa era
hermosa? No te conocieron los grandes maestros. ¿Que Mata
Hari era irresistible? Dudo que fuera tan irresistible como tú,
mi amor, mi diva, mi diosa. Pero bueno, como te decía, el
nacimiento del Imperio romano viene precedido por la
expansión de su capital, Roma, que extendió su control en
torno al mar Mediterráneo. Ese mar que hemos visto tantas
veces en fotos en internet y al que te he prometido llevarte
tantas veces, aunque sea remando en chalupa, porque ya sabes
que en este momento no tengo tanto dinero, y no, no te tengo
que volver a explicar que esa guitarra eléctrica carísima me la
regaló un tío que me quiere mucho. Yo hubiera sido incapaz de
comprarme eso antes de comprarte tu regalo de cumpleaños,
además no te puedes quejar de una rosa, el regalo más
romántico de todos los tiempos, así no hace ni falta comprarte
algo más, ¿no? En fin, bajo la etapa imperial los dominios de
Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima
extensión durante el reinado de Trajano, momento en que
abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las orillas del
mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el
desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas
de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte.
O sea, una superficie aproximada de unos 6,5 millones de km².
¿Sabes qué pensé cuando supe de este dato? Que si mi amor por
ti, todo lo que tengo acumulado en este gran corazón fuera
extendido de la misma forma, el imperio romano se quedaría
chiquito. ¿Te imaginas? Fácil cubro todo Rusia y China con este
amor sin límites, llenando de hermosos sentimientos el
Oriente, el océano, los cielos y las montañas al unísono de un
latido constante que parece susurrar "Amor, Amor, Amor".
Pero bien dicen que el que mucho abarca poco aprieta y los
dominios de Roma se hicieron tan extensos que se hizo muy
difícil gobernar todo por un Senado que no se podía mover a la
capital ni de tomar decisiones con rapidez, como cuando te dije
que quería ver contigo una película de amor y te tardaste años
en decidir si querías ver la del cuate que se enamora por el
radio, la de la reportera gordita o la de la flaca que parece
caballo y que compra muchos zapatos, todo para que al final
nos quedáramos dormidos acurrucados y no viéramos nada.
Además, empezaron a salir tipos por todos lados que querían
su pedazo del pastel y buscaban poseer la autoridad sobre las
tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron
personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder,
como fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los
dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la
autoridad del Senado romano. Esta parte déjame decirte que no
me la sé por los libros de historia sino por un cómic francés
que me gustaba mucho cuando era niño. Ahorita no me acuerdo
del nombre, pero se trataba de un chaparrito de bigotes y
trenzas que era amigo de un gordote gigante que también tenía
bigotes y trenzas, muy fuerte y muy simpático. ¿Ves? tampoco
estoy tan burro. Dicen las malas lenguas que Julio César era un
gran seductor y que se la vivía enamorando señoras de la alta
sociedad romana, casi todas casadas y que además se desvivían
locamente por él. Incluso dicen que la más enamorada de todas
era Servilia Cepionis, la mamá de Bruto, a quien se dice que él
le tenía especial cariño, no me extraña que por eso Bruto luego
se lo echara. A veces creo que mi historia es un poco como la de
Julio César, ya sabes, enamorando señoras de la alta sociedad
por aquí y por allá, hasta que encontró a Cleopatra. Ahí sí que
nos parecemos, porque cuando te encontré para mi ya nunca
más hubo otra mujer. Sí, cuando Julio César conoció a
Cleopatra dicen que se quedó como de piedra y se la llevó a
Roma para colmarla de regalos, aunque yo no sé qué tanto lo
tenía ella en la friendzone, porque a mí se me hace que nunca le
aflojó y hasta seguro tuvo que ver en su asesinato. Pero ese soy
yo, es una suposición que me saco de una corazonada, ya ves
que yo tengo como ese sexto sentido para detectar cosas, pero
no como el del niño de la película que veía fantasmas, qué
miedo, no quiero encontrarme a mi abuelita cotorreando en la
cocina con una cadera rota. ¿Te acuerdas cuando vimos esa
película que te dejé en tu casa y me llamaste por teléfono para
que me regresara porque tenías mucho miedo? Ni modo de
dejarte toda la noche sola, qué bueno que me llamaste.
Ok, entonces te decía, al final el imperio se cayó, tronó, kaput.
Hay varias razones, pero fue como esa vez que nos tuvimos que
dar un break porque yo no me sentía tan seguro exactamente
hace cuatro años, ¿te acuerdas? Yo necesitaba un tiempo, el
suficiente para pensar bien las cosas, un mes, más o menos. Lo
bueno es que al final todo resultó muy bien porque pasó ese
mes y nuestro amor renació más fuerte, como el ave fénix
levantándose de las cenizas, flamante, ardiente, con pasión. Y
así terminó una etapa importante tanto en la historia como en
la nuestra. Llegamos a la edad media, una de las etapas más
oscuras de la humanidad, como la etapa que vivimos cuando
volví del Spring break del 2011. Te vuelvo a repetir que no fue
mi culpa mi amor, yo había dejado el teléfono en la casa de
Raúl y me fui al cine, y tú sabes como es Raúl y sus bromas. En
fin, no quiero que esos malos y erróneos pensamientos vuelvan
a tu mente. ¿Sabes que es lo que más me da curiosidad de la
etapa medieval? El famoso cinturón de castidad. ¿Te imaginas?
Un caballero súper celoso que cada vez que salía dejaba a su
mujer bajo 4 llaves. La pregunta que me hago es ¿qué hacían si
se perdía la llave? Por que yo nunca vi armaduras con bolsillos
para guardar las llaves, ¿o tú si? es por eso que deduzco que
las llaves de los cinturones de castidad se debían perder
seguido. La pregunta del millón es ¿cómo abre un marido
celoso un cinturón de castidad? Sí, seguro que la respuesta es
un cerrajero medieval, pero piensa que el hombre ¡puso el
cinturón por celos!, para que ningún otro mortal accediera a su
tesoro. ¿Entiendes el dilema? El caballero tiene que acceder a
que otro hombre ponga la ganzúa en el cinturón. Yo me moriría
de celos contigo. Aunque según leí eso no es lo que más le
molestaba al caballero. Aparentemente lo que más le molestaba
era lo que cobraba el cerrajero medieval. Tú sabes que los
cerrajeros siempre te cobran un extra cuando van a tu casa,
imagínate en esa época donde los cerrajeros tenían que ir a
caballo con todas las herramientas encima. Debían cobrarte
como 20 monedas de oro. ¡Un robo!. Es por ello que Robin
Hood siempre robaba a los cerrajeros en los bosques de
Sherwood. Por el dinero y seguramente por las ganzúas para
abrir cinturones de castidad de doncellas abandonadas a su
suerte. Creo que para le misma época el rey Arturo tenía a sus
caballeros de la mesa redonda. Yo me imagino que para que
entren todos los caballeros en esa mesa debía tener más o
menos como unos 5 metros de diámetro, la verdad que
necesitaríamos una mesa así para el patio, cada vez que
hacemos un cumpleaños y somos más de 10 siempre complica
¿Te parece hacer un esfuerzo para comprar una? La otra es
decirle a tus primos que avisen si van a venir o no. Quizás no
es el momento para comprarla pero creo que debemos evaluar
la inversión. En la época del Rey Arturo seguramente no tenían
tantos problemas si caían a comer un par de primos caballeros
más, ellos tenían al mago Merlín que con un par de hechizos le
agregaba 2 metros a la mesa. Merlín era una persona de
poderes mágicos, pero no tantos como los tuyos Amor. Tu
quizás no puedas agregar con tu magia 2 metros a una mesa
pero sin dudas lo puedes hacer con mi corazón. Mis carótidas y
ventrículos se dilatan de amor cada vez que te veo. Mi pecho se
infla y me lleva al éxtasis, a un estado de felicidad puro y
pleno. Alcanzo un nirvana que me lleva a tomar una pluma y
unas hojas y volcar en ellas todo lo que siento por ti. Te juro
que estoy escribiendo en un estado de trance, mis ojos están
blancos y es mi corazón el que le dice a mis dedos índices qué
es lo que hay que escribir. Si me vieran en este estado los de la
inquisición española seguramente pensarían que estoy poseído.
Me torturarían hasta que confiese que te idolatro solo a ti. Que
eres mi alpha y mi omega. Seguramente me hubieran dicho que
era un hereje y que tu eras una Bruja. Como las famosas Brujas
de Salem. O mejor dicho los juicios por brujería de Salem, una
serie de audiencias locales, posteriormente seguidas por
procesos judiciales formales, llevados a cabo por las
autoridades con el objetivo de procesar y después, en caso de
culpabilidad, castigar delitos de brujería en los condados de
Essex, Suffolk y Middlesex (Massachusetts), entre febrero de
1692 y mayo de 1693. ¿Sabías Amor que más de 150 personas
fueron detenidas y encarceladas, solo con acusaciones, sin
embargo no llegaron a ser formalmente procesadas por el
tribunal del condado? Al menos cinco de los acusados
fallecieron en prisión, y las veintiséis personas que fueron a
juicio fueron condenadas ante este tribunal. El número de
acusados por brujería en estos juicios pudo fluctuar entre 150
y 200, e incluso un número mucho mayor si se tienen en cuenta
los apresamientos que no fueron seguidos de acusaciones
formales. ¿Te conté de Juana de Arco? Tengo varias razones
para contarte de ella. Por un lado, es una mujer que logró
mover a miles de personas con su carisma, su belleza y su
ángel; por otro lado, se dice que era una mujer divina, tocada
por los ángeles, una verdadera santa. Parece que hablara de ti,
¿no? Bueno, pues ella aseguró que a los trece años escuchó por
primera vez la voz de Dios. Se supone que estaba en el jardín
de su papá a mediodía y escuchó que le hablaba una voz que
venía de la iglesia y que venía acompañada de una luz
clarísima. Al parecer nadie se cuestionó si lo que decía era
verdad, si se había comido unos hongos o si todavía andaba
dormida, lo cierto es que la iglesia católica y millones de
feligreses reconocieron esas apariciones como ciertas. Una vez
le preguntaron que cómo era la voz y ella dijo que le parecía
muy noble, muy buena onda, “a mí se me hace que me la
mandó Dios”. No pues órale, está bien, si tú dices que es Dios
no te vamos a cuestionar, pero yo creo que si eso pasara en
nuestros días, la encierran a la pobre jajaja. Yo me imagino
contando que escuché la voz de un ángel diciéndome que haga
cosas, me avientan a un cuarto con paredes de colchón, a
menos que te llevara como prueba: “Vamos, Amor, déjalos
escuchar tu voz” y vas a ver cómo sí, seguro, creen que eres un
ángel enviado del cielo. Bueno, el chiste es que la voz le empezó
a recomendar cosas como ir más seguido a la iglesia y luego ya
le dijo que tenía que ir a Francia. Primero Juana no quería,
pero la voz se empezó a poner muy necia y le dijo que tenía que
levantar el asedio de Orleans. Al parecer a las voces divinas les
interesa mucho la política de la Tierra. Entonces, el 27 de
febrero, Juanita identificó las voces y se dio cuenta que las que
le hablaban eran Santa Catalina de Alejandría y Santa
Margarita de Antioquía, las santas que estaban de moda en ese
momento. Dicen que Catalina fue una chavita que murió más o
menos a la misma edad que Juana, y que convenció al
emperador Maximiliano de que ya no persiguiera cristianos, de
que era algo muy mala onda. Lo feo fue que después a la pobre
Catalina la condenaron a morir en la rueda, un método de
tortura bien manchado en el que te rompían todos los huesos.
Pero dicen las historias que cuando la amarraron a la rueda,
¡zas! que se rompe y entonces se la llevaron a decapitarla.
Ahora, que si te cuento la historia de Margarita, tampoco es
tan agradable. Ella era una doncella a la que despreciaban por
ser cristiana, o sea, una niña fresa a la que nadie quería por su
fe. Se dice que le propusieron casarse con otro chavo si
renunciaba a sus creencias y como obviamente no aceptó, la
condenaron a la tortura, porque parece que en esa época lo
lógico era que si tenías fe en algo, te tenían que castigar o
romperte la cabeza. Pero bueno, ¿cómo se supone que las
reconoció Juana? Fácil, ellas se presentaron, algo así como
“Hola Juanita, somos unas santas y ahora seremos tus
comadres, y como en esta época todavía no existen los
celulares, pues nos vamos a estar comunicando contigo en tu
cabeza” Pero entonces, cosa que le preguntaron los jueces, ¿de
quién era esa voz que le había asustado tanto hace algunos
años antes? Resulta que fue San Miguel el que le comunicó que
tenía que liberar a Francia, porque así lo quería Dios. Mira, tú
sabes que yo no soy un hombre tan religioso, pero cuando te
conocí estoy seguro que sentí órdenes divinas de hacerte una
mujer feliz, de darte todo mi amor y liberarte de las cadenas de
la tristeza en las que te tenía el asqueroso de tu ex novio. Pero
deja te cuento cómo acaba esta historia. Estaba claro que no
todo mundo le iba a creer a Juana que le hablaban los santos en
su cabeza, por lo que al final la sentenciaron a morir en la
hoguera después de que un jurado decidiera que era una
mentirosa y alborotadora. Primero se la llevaron a una
fortaleza en Claroix, muy cerca de Compiègne, en donde la
tuvieron unos días que me imagino que no fueron ningunas
vacaciones (ojalá podamos ir nosotros un día, pero sí de
vacaciones, no como la pobre, que estaba capturada) y de ahí
se la llevaron a Beaurevoir, no sin antes pasarle mil cosas en el
camino. ¿Que qué le pasó? pues primero llegaron a la villa de
Noyon, concretamente al lujoso palacio episcopal que había
que quedaba cerca de la catedral. Allí también se encontró con
el Conde de Luxemburgo, Jean y su esposa Jehanne de Bethune.
No se sabe muy bien qué fue lo que pasó, pero por ahí dicen
que Juanita le cayó increíble a la duquesa Isabel, quien le hizo
el paro y la ayudó pasarse a una cárcel menos fea que en la que
la tenían. Pero Juana, como era de abusada, dijo “pues esta
cárcel no tiene bronca, mejor me escapo” e intentó escaparse
por primera vez de la torre donde estaba como prisionera en
Beauvais, pero fue detenida antes de lograrlo, pobrecita. Pero
al mismo tiempo el obispo de Ruan ya estaba pidiendo la
deportación de Juanita, Además, advirtieron que los
armagnacs, que en aquel momento podrían estar negociando el
retorno de la joven doncella, estaban haciendo todo lo posible
para rescatarla. Al final se la llevaron al castillo de Beaurevoir,
donde no se la pasó tan mal porque tenía unas amigas que se
llamaban Jehanne de Luxemburgo que era la tía de Jean de
Luxemburgo, Jehanne de Bethune, la señora de este cuate, y
Jehanne de Bar la hijastra del matrimonio. Y bueno, ¿ya ves
que Juana se vestía de hombre porque así se lo dictaban las
voces?, pues estas mujeres la intentaron convencer de volverse
a vestir femenina. Con esto me acuerdo de tu abuela que tenía
ideas muy anticuadas y que se sacaba de onda cuando te
ponías unos jeans, porque decía que “una dama siempre usa
vestido”, ¿te acuerdas? Jajaja. En esa época, la de Juana, se
dice que se la pasó bastante bien, porque aunque era
prisionera, tenía a sus amigas preocupadas por ella. El
problema fue cuando el marido de la señora que te contaba, al
ver que daban una recompensa jugosísima por Juanita de Arco,
decidió aprovechar para pararse bien en el mundo político de
su sociedad. Obviamente, como la señora la quería mucho,
intento convencer al marido de que no hiciera jaladas y no
abusara, pero cuando la señora se muere, se le cae el chistecito
a Juana y el duque se las vende a los ingleses. Se intentó volver
a escapar de una torre como de Rapunzel, ¡de la que se cayó
desde muy alto sin que le pasara nada! Como esa vez que me
escapé por la ventana de tu cuarto cuando llegó tu papá, ya me
imagino que si me encuentra me corta la cabeza, pero por
suerte caí en blandito sobre los arbustos y no me pasó nada.
Aún así, qué susto, pero por ti siempre haría lo que fuera.
Bueno, las cosas se empezaron a poner feas a partir en mayo,
cuando le pidieron que aceptara el veredicto de la Universidad
de París y de los jueces, disque por su bien, pero obviamente no
quiso y les dijo que aunque la quemaran, ella no les iba a dar el
gusto de renunciar a la misión que le puso Dios. Si me hubiera
cachado tu papá aquella vez que me salí por la ventana, igual
yo hubiera hecho lo mismo; no me hubiera rendido ante nada
por tu amor, Amor. El chiste es que hicieron mensa a Juana y la
hicieron firmar una carta en la que negaba todo por lo que ella
creía sin darse cuenta. Cuando se enteró de eso, estaba muy
enojada, obviamente, pero no tuvo mucho qué hacer al
respecto. La sentenciaron a muerte por hereje. Le hicieron la
confesión y los sacramentos de la comunión para después
llevársela a la hoguera y dicen que la pobre se jalaba las greñas
en la desesperación, y cómo no, ese castigo está demasiado
manchado. Al final se quedó más tranquila porque los ángeles
le habían dicho que esa noche ella entraba en el paraíso, con
sus apenas 19 añitos. ¡Diecinueve! Como los años que tenías
cuando te conocí, cuando me di cuenta que en mi vida yo
también entraría previamente a un paraíso, pero terrenal,
estando a tu lado amándote por siempre. Por favor, Amor, no
me digas cursi, sé que lo estás pensando, pero estas historias
me ponen muy sentimental y ya sabes que yo soy todo corazón.
Te cuento el final: se la llevaron a una plaza pública, haz de
cuenta como el zócalo, igual llena de gente. La amarraron a
una estaca y le pusieron ramitas en los pies para que prendiera
rápido el fuego. Como último deseo, la pobre Juanita les pidió a
los sacerdotes que le pusieran una cruz enfrente, a la altura de
sus ojos para que pudiera morirse acompañada de Dios. Dicen
que al secretario del rey de Inglaterra, lo escucharon decir algo
como «ya valimos madre todos, porque quemamos a una buena
y santa persona», bueno, no creo que lo haya dicho
exactamente así, pero es como me lo imagino. Y a lo mejor y sí
tenía razón, porque de las cenizas de la fogatota nada más
quedó el corazón de Juana lleno de sangre y sin un rasguño.
Hasta dicen que el güey que la mató, o sea el verdugo, se puso
muy nervioso porque se dio cuenta que se había equivocado,
que habían quemado a una santa. Ay, mi Amor, no creas que
todas las historias que te voy a contar acaban igual de
trágicas, algunas tienen finales felices, pero finalmente todas
son un pretexto excelente para poner en alto nuestro amor. El
más profundo amor que ha existido. Siento que nuestro amor
es una maldición bendita. Es lo mejor que me pudo haber
pasado. Hablando de maldiciones. ¡recuerdo la de Tutankamón!
Esa historia es tenebrosa. Cuando Howard Carter y lord
Carnarvon abrieron la tumba de Tutankamón se provocaron
una serie de sucesos misteriosos. Varias personas relacionadas
con el descubrimiento murieron de forma violenta o poco
habitual, victimas, según la leyenda, de la maldición del
faraón. Los siniestros presagios tuvieron su origen en relatos
no confirmadas acerca de una cadena escalofriante de
acontecimientos que comenzaron el día mismo en que los dos
arqueólogos y su equipo cruzaron por vez primera el umbral de
la tumba, en noviembre de 1922. Se dice que cuando el último
hombre volvió a la superficie se levantó una tormenta de arena,
particularmente intensa a la entrada de la cueva. Seguidamente
un halcón, emblema real del antiguo Egipto, sobrevoló la
tumba y se dirigió hacia el oeste, hacia el misterioso «otro
mundo» de las creencias egipcias. El espíritu del faraón
muerto, decían las gentes supersticiosas, había dejado caer su
maldición sobre quienes violaron su tumba. Cinco meses más
tarde, lord Carnarvon, que entonces tenía 57 años de edad,
recibió una picadura de mosquito en la mejilla izquierda. La
picadura se le infectó y, debilitado por una septicemia, enfermó
de neumonía. A la 1,55 de la madrugada falleció en un hotel de
El Cairo, y en aquel instante se apagaron todas las luces de la
ciudad. Poderoso el mosquito, ¿no? Simultáneamente, en
Inglaterra, en su mansión de Hampshire, su perro aulló... y
murió. Quizá lo más extraño de todo fue que, al examinar la
momia de Tutankamón, los médicos hallaron una depresión en
forma de cicatriz sobre la mejilla izquierda, en correspondencia
con la picadura de Carnarvon. Durante los meses siguientes de
1923 se atribuyó a la misma maldición las muertes de otras
personas que visitaron la tumba. Aubrey Herbert, hermanastro
de Carnarvon, murió de peritonitis. Alí Farmy Bey, príncipe
egipcio cuya familia decía descender de los faraones, fue
asesinado en un hotel de Londres, y su hermano se suicidó.
George Jay Gould, magnate de los ferrocarriles en los Estados
Unidos, murió de neumonía después de haberse resfriado en su
visita a la tumba, y el millonario sudafricano Wooll Joel murió
de una caída. Richard Bethell, que ayudó a Carter a clasificar el
tesoro, murió a los 49 años de edad, al parecer suicidado.
Meses después, en febrero de 1930, su padre, lord Westbury, se
quitó la vida en Londres, al arrojarse por la ventana de su
habitación. En su dormitorio tenía un jarrón de alabastro
procedente del sepulcro de Tutankamón. Durante los años que
siguieron al descubrimiento de la tumba en 1922, más de una
docena de personas, que de algún modo estuvieron
relacionadas con ella, murieron de forma natural. Pero hubo un
hombre que jamás dio crédito a la legendaria maldición de los
faraones, precisamente quien hubiera tenido más motivos para
temerla. Fue Howard Carter, que murió en marzo de 1939 por
causas naturales. Sin embargo, cuando el gobierno egipcio
acordó enviar los tesoros de Tutankamón a una exposición,
organizada en Paris en 1966, Mohammed Ibraham, director de
Antigüedades, soñó que se vería amenazado por males terribles
si permitía que salieran del país. Luchó tenazmente contra la
decisión, pero tuvo que acceder en el último encuentro en El
Cairo ante las autoridades correspondientes. Cuando salía de la
reunión fue arrollado por un automóvil y murió dos días
después. Esa es una maldición con todas las letras. Qué
increíble. Creo que con el tema de las Brujas y las maldiciones
avancé un poco en el tiempo, ¿dónde estábamos? Ah, ya
recuerdo. El hombre siempre sintió la necesidad de recorrer el
mundo. Seguramente la búsqueda de un amor como el nuestro
fue el motor del nomadismo. En el siglo XVI, por iniciativa de
Europa, cuyos navegantes se habían hecho expertos en el uso
de la brújula y la carabela, se construyó una red de
comunicaciones oceánicas que por primera vez envolvió a todo
el planeta. El pionero fue Enrique el Navegante, quien desde
Portugal impulsó (a partir de 1415) las expediciones marítimas
hacia África. Después, el único e inigualable Cristóbal Colón
que conectó Europa con América (1492), Vasco de Gama (no
estoy hablando del equipo de fútbol brasileño) conectó Europa
con la India (1498), y Hernando de Magallanes lideró la
expedición que llevaría a Juan Sebastián Elcano a
circunnavegar por primera vez el globo (1519-1522). A inicios
del siglo XVII fue alcanzada la legendaria Terra Australis, que
pasó a ser Australia. Sólo quedo afuera la Polinesia, y aun así,
las civilizaciones del Océano Pacífico fueron sumadas en el
siglo XVIII (isla de pascua) en 1722, Hawái por el capitán
Cook). Al mismo tiempo, fueron confirmadas por primera vez
las hipótesis sobre el mítico continente austral, al recibirse
reportes de la existencia de la Antártica. Hablé de Cristóbal
Colón y no quiero dejarlo pasar así como así. Quería hablar
muy seriamente contigo de los huevos de Colón. Jajaja , ¡no te
rías! En serio. El huevo de Colón es definido por la Real
Academia española como una "cosa que aparenta tener mucha
dificultad pero resulta ser fácil al conocer su artificio".
Girolamo Benzoni en su Historia del Nuevo Mundo (Venecia,
1565) cuenta la siguiente historia: Estando Cristóbal Colón a la
mesa con muchos nobles españoles, uno de ellos le dijo: Sr.
Colón, incluso si vuestra merced no hubiera encontrado las
Indias, no nos habría faltado una persona que hubiese
emprendido una aventura similar a la suya, aquí, en España
que es tierra pródiga en grandes hombres muy entendidos en
cosmografía y literatura'. Colón no se ofendió (yo te confieso
que me hubiera agarrado ahí mismo, ya sabes cómo soy yo
cuando me enojo, como aquella vez que nos rayaron el coche en
Polanco) no respondió a estas palabras pero, habiendo
solicitado que le trajeran un huevo, lo colocó sobre la mesa y
dijo: 'Señores, apuesto con cualquiera de ustedes a que no
serán capaces de poner este huevo de pie como yo lo haré,
desnudo y sin ayuda ninguna'. Todos lo intentaron sin éxito y
cuando el huevo volvió a Colón éste al golpearlo contra la
mesa, colocándolo sutilmente lo dejó de pie. Todos los
presentes quedaron confundidos y entendieron lo que quería
decirles: que después de hecha y vista la hazaña, cualquiera
sabe cómo hacerla. Jaja, ¡muy bien Cristóbal! Con el periódico
del lunes es fácil hablar. De esta historia viene el dicho popular
de que "Colón fue el primer hombre que... puso un huevo de
pie" y que se use la expresión "como el huevo de Colón" para
describir algo que parecía complejo o difícil y que resulta
simple o sencillo una vez entendido. Nosotros a través de los
años hemos vivido algunas tormentas, pero siempre hemos
renacido al calor del sol de la reconciliación y el amor.
Hablando de renacer, no nos podemos olvidar del
Renacimiento. Una etapa hermosa de la humanidad. Uno de sus
referentes y máximas figuras es, sin dudas, Miguel Ángel
Buonarroti. Miguelito se daba mañas con la pintura, la
escultura, la arquitectura, con todo. Te podría hablar horas y
horas de su famosa escultura de La Piedad, del David (que
injusta fue la naturaleza con el pobre David, ¿no?) de sus
famosos retratos, de todo, pero me gustaría detenerme unas
páginas en la Capilla Sixtina. Cómo duele el cuello al mirarla,
¿no? Para cuidar tus músculos escalenos, esternocleidohioideos
o trapecios voy a contarte qué es lo que se ve en tan bello
techo. El techo de la Capilla Sixtina está dividido en varias
secciones, que los elementos arquitectónicos simulados
consiguen multiplicar los marcos de la bóveda y separan las
nueve escenas del Génesis que son las que reciben mayor
atención gracias a su complejidad, sobre los lunetos de las
ventanas y las enjutas laterales es donde están los antepasados
de Cristo, los triángulos donde se encuentran los tronos de los
Profetas y las Sibilas y finalmente las enjutas de las esquinas o
pechinas donde están las cuatro historias clave de la Salvación
del pueblo de Dios (Israel). Se le da una semblanza gótica a la
estructura de la bóveda, pero Miguel Ángel no hizo ninguna
crucería diagonal, solamente los triángulos podrían recordar
en algo al estilo gótico, de hecho, se parece más a una nave
central de un salón romano o también de un templo románico,
organizado en tramos transversales. Las nueve historias del
Génesis son muy interesantes, Amor. Estas escenas ocupan el
área central de la bóveda y atraen la mayor atención del
público. En esta sección rectangular se encuentran narradas
nueve escenas, pudiendo agruparse en trípticos: las tres
primeras historias desde el altar hablan de la Creación del
Mundo; las tres siguientes, de la Creación del Hombre y de su
expulsión del Paraíso; y las tres últimas, ilustran la historia de
Noé. Algo raro en el orden de los frescos es que al entrar a la
capilla por la puerta principal, la primera escena que vemos
pintada es la de La embriaguez de Noé, en otras palabras, las
escenas están pintadas en el orden inverso. Las escenas son las
siguientes: 1. La Embriaguez de Noé (Génesis IX, 23). Se
observa a Noé embriagado y dormido, Cam le avisa a sus
hermanos Sem y Jafet, que con su manto tapa la desnudez de
su padre. Eran muy poderosos parece. El aspecto escultural de
las figuras y su aptitud clásica revelan la influencia de los
relieves antiguos. 2. Agarra el paraguas que llueve Amor,
vamos a hablar de El Diluvio Universal (Génesis VII, 18). El
pintor representó la escena con un gran dramatismo, se aprecia
en los rostros la angustia y el horror delante de la furia de los
elementos, según Ascanio Condivi, primer biógrafo de Miguel
Ángel, esta fue la primera escena que pintó en la bóveda, las
dificultades que pasó con la pintura le hicieron decidir trabajar
solo, sin ayudantes. Las figuras en posiciones diversas
muestran violentos escorzos. 3. El Sacrificio de Noé (Génesis
VIII, 20). Esta escena es la más académica, con un gran ritmo
de composición y con una perspectiva rigurosa que se resalta
con la posición en esquina del altar del sacrificio, las figuras
están ordenadas dentro de una geometría ovalada. 4. Caída del
hombre, pecado original y expulsión del paraíso. (Génesis II,
4). Desde esta zona se encuentra la segunda fase de la pintura,
así se cree que una vez retirados los andamios Miguel Ángel
pudo contemplar desde la distancia el efecto de sus pinturas, y
en consecuencia, se ve un aumento en la medida de las figuras,
así como la disminución del número, naturalmente también es
la necesidad ilustrativa en las siguientes escenas para las
historias que cuenta. Esta escena corresponde a dos
narraciones el pecado original y la expulsión del Paraíso, con
un equilibrio perfecto y una torsión de las figuras en
contrapposto, aquí se ve una clara alusión a Masaccio en
comparación con su pintura Los primeros Padres. 5. Creación
de Amor, perdón, de Eva, la verdad que no puedo pronunciar un
nombre de mujer que no sea el tuyo. Volvamos, Creación de
Eva (Génesis II, 21: Entonces Yahvé Dios hizo caer un sueño
profundo sobre Adán y, mientras éste dormía, tomó una de sus
costillas y cerró la carne en su lugar). Del costado de Adán
surge Eva con las manos en posición de rezar a Dios, su
creador. La desnudez de Eva carece de seducción, el cuerpo
presenta una gran pesadez y el rostro está realizado con trazos
gruesos pareciéndose a una matrona romana, mientras Adán se
muestra con un rostro tranquilo y con una sensación de
dulzura en su sueño. Como modelo para esta representación el
artista se inspiró en las esculturas que había visto en el año
1494, realizadas por Jacopo della Quercia, para la puerta
Magna de la Basílica de San Petronio de Bolonia. Se puede
observar en este fresco la simbología de los cuatro elementos,
en el suelo rocoso, la tierra, en el fondo una superficie de agua
azul, el aire en toda la pintura y finalmente el fuego en el color
rojo de la túnica de Dios. 6. La creación de Adán (Génesis I, 26:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza). Nadie como Miguel Ángel
había sabido plasmar la creación de la vida humana con tanta
sencillez y fuerza este misterio, la feliz idea de transmisión por
contacto de los dedos, como si fuera un punto de electricidad,
según Ernst Gombrich es: "uno de los más grandes milagros
del arte". La verdad que hizo un gran trabajo Miguel Ángel.
Pero la verdad que si hablo de Miguel se va a poner celoso
Leonardo. Sí, Leonardo Da Vinci. Si Miguel Ángel era un
jugador de toda la cancha ni hablemos de Leonardo. Él fue