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| 703 Capítulo 44. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DEL SECTOR SERVICIOS Enrique Pérez Campuzano 1 Alejandro Sánchez Zárate 2 Introducción E n la mayoría de los países occidentales se ha registrado un incremento del peso económico de los servicios durante la segunda mitad del siglo anterior y lo que llevamos del presente. Más de dos terceras partes del pib mundial se genera en estas actividades (Castaño et al., 2013). En Estados Unidos (bastión del crecimiento en el sector terciario), en 2005, 77% del total del valor agregado era generado en este ámbito (Barreiro de Souza et al. , 2012); mientras que el empleo pasó de representar 59% en la década de 1960, a poco más de 70 en 1990 (Aarnio, 1999). En Europa, este grupo de actividades es el que presenta las tasas de crecimiento más altas (Capello y Fratesi, 2013). En México, dicho sector siempre ha tenido una presencia considerable tanto en la ocupación como en la generación de valor. Ortiz (2006) señala que a partir de 1979 el sector terciario fue el que captó la mayor parte de la ocupación en el país, 43.1%. Aunque su estudio solo abarca hasta 2000, año en que el mencionado sector empleaba a 56.3% de la población, cifras actualizadas mues- tran que dicho porcentaje se ha incrementado hasta 69%, en 2009. La década de 1970 es el punto de inflexión en el nivel de generación de producto, ya que a partir de entonces más de la mitad del pib nacional es obtenido por las actividades terciarias. La geografía económica ha planteado modelos de distribución espacial de las actividades eco- nómicas. Sin embargo, todavía le queda camino por recorrer, en términos del esclarecimiento de los patrones espaciales de los servicios. Esto puede deberse, como lo plantea Cuadrado-Raura (2013), a que estas ocupaciones son tan heterogéneas que difícilmente pueden englobarse en una teoría única de localización (Ibid. ). No obstante, Christaller (1933) propuso una diferenciación en función de la “complejidad” de los servicios y la capacidad de crear mercados más o menos distantes; los estu- dios han seguido centrados en factores como acceso a mercados y la fricción de la distancia como elementos centrales en la explicación de la forma en que se organiza espacialmente la economía. Siguiendo la tradición heredada de Löch, Weber e Isard, gran parte de los análisis se han con- centrado en la localización de la industria y poco se ha hecho sobre cómo se erigen estructuras es- paciales específicas para los servicios. Además, los trabajos sobre éstos han privilegiado a algunas actividades y han olvidado su comprensión como una totalidad. Los servicios tienen lógicas comple- tamente diferentes de organización espacial, las cuales van a depender claramente del tipo y fun- cionalidad, además de los niveles de desarrollo de las economías nacionales, así como de las políti- cas y normatividad en la materia. En años recientes, la mayoría de las investigaciones en este terreno se ha enfocado en la ex- plicación del cómo los servicios avanzados se localizan en ciertos espacios, principalmente en las 1 Departamento de Geografía Económica, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, Cir- cuito de la Investigación Científica, Ciudad Universitaria, 04510, Coyoacán, México, D. F. Correo electrónico: [email protected] 2 Facultad de Economía, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Calle 4 Sur 104, 72000, Puebla de Zara- goza. Correo electrónico: [email protected]
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Capítulo 44. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DEL

Nov 21, 2021

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Capítulo 44. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DEL

SECTOR SERVICIOS

Enrique Pérez Campuzano1

Alejandro Sánchez Zárate2

Introducción

En la mayoría de los países occidentales se ha registrado un incremento del peso económico de los servicios durante la segunda mitad del siglo anterior y lo que llevamos del presente. Más de dos terceras partes del pib mundial se genera en estas actividades (Castaño et al., 2013). En Estados Unidos (bastión del crecimiento en el sector terciario), en 2005, 77%

del total del valor agregado era generado en este ámbito (Barreiro de Souza et al., 2012); mientras que el empleo pasó de representar 59% en la década de 1960, a poco más de 70 en 1990 (Aarnio, 1999). En Europa, este grupo de actividades es el que presenta las tasas de crecimiento más altas (Capello y Fratesi, 2013).

En México, dicho sector siempre ha tenido una presencia considerable tanto en la ocupación como en la generación de valor. Ortiz (2006) señala que a partir de 1979 el sector terciario fue el que captó la mayor parte de la ocupación en el país, 43.1%. Aunque su estudio solo abarca hasta 2000, año en que el mencionado sector empleaba a 56.3% de la población, cifras actualizadas mues- tran que dicho porcentaje se ha incrementado hasta 69%, en 2009. La década de 1970 es el punto de inflexión en el nivel de generación de producto, ya que a partir de entonces más de la mitad del pib nacional es obtenido por las actividades terciarias.

La geografía económica ha planteado modelos de distribución espacial de las actividades eco-nómicas. Sin embargo, todavía le queda camino por recorrer, en términos del esclarecimiento de los patrones espaciales de los servicios. Esto puede deberse, como lo plantea Cuadrado-Raura (2013), a que estas ocupaciones son tan heterogéneas que difícilmente pueden englobarse en una teoría única de localización (Ibid.). No obstante, Christaller (1933) propuso una diferenciación en función de la “complejidad” de los servicios y la capacidad de crear mercados más o menos distantes; los estu-dios han seguido centrados en factores como acceso a mercados y la fricción de la distancia como elementos centrales en la explicación de la forma en que se organiza espacialmente la economía.

Siguiendo la tradición heredada de Löch, Weber e Isard, gran parte de los análisis se han con- centrado en la localización de la industria y poco se ha hecho sobre cómo se erigen estructuras es- paciales específicas para los servicios. Además, los trabajos sobre éstos han privilegiado a algunas actividades y han olvidado su comprensión como una totalidad. Los servicios tienen lógicas comple-tamente diferentes de organización espacial, las cuales van a depender claramente del tipo y fun- cionalidad, además de los niveles de desarrollo de las economías nacionales, así como de las políti-cas y normatividad en la materia.

En años recientes, la mayoría de las investigaciones en este terreno se ha enfocado en la ex-plicación del cómo los servicios avanzados se localizan en ciertos espacios, principalmente en las

1 Departamento de Geografía Económica, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, Cir- cuito de la Investigación Científica, Ciudad Universitaria, 04510, Coyoacán, México, D. F. Correo electrónico: [email protected]

2 Facultad de Economía, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Calle 4 Sur 104, 72000, Puebla de Zara-goza. Correo electrónico: [email protected]

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grandes ciudades. Si bien en su momento los servicios, es-pecialmente los financieros y los ligados a las tecnologías de la información, fueron vistos como un camino hacia la deslocalización de las actividades económicas, lo cierto es que difícilmente éstas han podido ir en contra de la concen-tración económica. En otras palabras, los servicios de mayor nivel van de la mano de la concentración.

En América Latina los trabajos sobre el sector servicios son más escasos. A pesar de su dinamismo en un contexto de transformación económica global, los estudios sobre es-tas actividades se han relegado respecto a aquéllos relacio-nados con la industria o la agricultura. Es muy importante llamar la atención sobre cómo estas actividades se insertan en el proceso de globalización económica, pero en un con-texto de alta desigualdad social. Al parecer, la combinación de ocupaciones ligadas al mercado mundial y la disparidad en las ofertas de empleo ha dado como resultado patrones más complejos, tanto en términos laborales como de locali-zación de los servicios. Otro de los asuntos en los que habrá que poner atención es la relación entre terciarización y es-pacios rurales; en este sentido, la noción de terciarización ya no puede asociarse únicamente a espacios urbanos. Por resultados tanto en México como en otros países, parece que asistimos a una refuncionalización de las actividades eco-nómicas en ámbitos rurales, particularmente llama la aten-ción la denominada diversificación productiva, misma que apunta hacia la combinación de trabajos agrícolas con los de servicios. En el caso de los países en desarrollo, esta com-binación ha estado mediada por dos elementos centrales: la pérdida de competitividad y la pobreza. En América Latina, la transición a los servicios en el campo es consecuencia de la pobreza estructural de las familias, mismas que buscan aliviarla mediante la diversificación productiva hacia activi-dades de servicios.

Al respecto, este capítulo tiene como objetivo mostrar una visión general sobre la distribución a nivel estatal de los servicios en México. Para ello se toman dos indicadores considerados como los más importantes para representar las tendencias de concentración y desconcentración de este sector: el pib y el empleo. Estos dos plantean aspectos sobre cómo actividades con mayor nivel se concentran en algunas entidades, mientras que las menos productivas tienen una distribución más amplia.

El capítulo continúa con una breve descripción teórica de la relación entre servicios y territorio; posteriormente se plantea la metodología de construcción de categorías dentro del sector servicios. A este apartado le siguen los resultados y el capítulo termina con algunas consideraciones finales.

El sector servicios: una visión geográfica

Los estudios sobre servicios han tenido un boom desde la dé-cada de los setenta. Se pueden identificar dos corrientes ge-nerales que han predominado en ellos; la primera, claramen-te económica, se enfoca al análisis de acuerdo con la función de sus características económicas, así como su interacción o subordinación a la industria. En este sentido, se abordan los encadenamientos productivos y los patrones de localización económica y sus causas, por ejemplo, dinámicas de outsour-sing, innovación o maximización del beneficio económico. La segunda se identifica por tener una veta más sociológica y se interesa por los mercados de trabajo y las modificaciones de las prácticas de consumo, principalmente de las familias. Este capítulo se centra en la primera de estas dos visiones.

Si se hace un recuento de los trabajos sobre servicios desde la década de los setenta del siglo anterior, pueden di-vidirse en tres grandes etapas. La primera se ocupó de la sociedad del ocio (para países desarrollados) y la hiperter-ciarización (países en vías de desarrollo). En los Estados de-sarrollados se ponía de manifiesto la transición hacia una sociedad basada en actividades recreativas, así como en el surgimiento de nuevas clases sociales ligadas a los servicios; tal es el caso de los aportes de Daniel Bell sobre la sociedad postindustrial. Por su parte, en los países en vías de desarro-llo se formuló la hipótesis de la hiperterciarización y la falta de madurez de las economías; se planteaba, de manera ge-neral, el trayecto hacia una sociedad terciarizada sin haber consolidado una base industrial que pudiera hacer frente al proceso de crecimiento económico. En otras palabras, las sociedades de estos países pasaron de la producción prima-ria a la terciaria sin haber consolidado un sustento industrial suficientemente fuerte. Por ejemplo, el abordaje más cono-cido es el de Manuel Castells (1977) sobre la hiperurbaniza-ción-hiperterciarización propuesta en su libro La Cuestión Urbana. Generalmente se ponía atención a los empleos mal pagados como resultado de las políticas de ajuste y la emer-gencia de una economía basada en servicios, por lo regular de baja productividad.

La segunda etapa (1980-2000) estuvo marcada por la emergencia de las actividades de “punta” y la refuncionali-zación de los servicios, principalmente los financieros y los relacionados con las tecnologías de la información y comu-nicación. Fue la “época dorada” de los estudios sobre ciu-dades globales (Sassen, 1992) y el papel de las empresas de servicios avanzados. Internet y las compañías ‘punto com’ son una buena muestra de este periodo (Zook, 2009).

La tercera (1995 a la fecha) ha cambiado el foco de atención para plantear el papel “activo” de los servicios,

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principalmente los de punta, en los procesos de reestruc-turación/crecimiento económico de las regiones. Los Servi-cios Intensivos en Conocimiento a Negocios (kibs, por sus siglas en inglés) aparecen como el centro de atención. Lo importante a destacar en este momento, como se ha señala-do, son dos cambios importantes: el primero es el papel que desempeña un grupo selecto de actividades de servicios, a los cuales, gracias a su carácter innovador, se les atribuye ser el motor de crecimiento; aunque a diferencia del periodo an-terior, sí se les vincula con el resto del aparato productivo re-gional. El segundo es el cambio de escala/nivel de análisis. Aunado a lo anterior, en esta etapa se tiene una visión más regional. Espacialmente hablando, si bien no desaparecen factores como la (fricción de la) distancia y las economías de aglomeración, los más cualitativos ostentan un papel más importante. La calidad del empleo y de vida comienzan a ser valorados como centrales para el incremento de la produc-tividad y la competencia entre ciudades y regiones. A con-tinuación se presentan dos grupos de servicios que han re-cibido mucha atención en años recientes. Dicho lo anterior, en este trabajo se distingue entre los servicios intensivos en conocimiento y otros que requieren de menos calificación de parte de sus trabajadores.

Innovación y kibsLos kibs, concebidos como parte de los servicios con alta calificación o servicios superiores, han sido particularmente estudiados. Se definen como aquellas empresas, compañías u organizaciones, ya sean públicas o privadas, que dependen fuertemente del conocimiento complejo o experiencia espe-cífica de sus trabajadores; además, se caracterizan por acumu-lar, crear y difundir el conocimiento y la innovación por me-dio de la atención totalmente personalizada y única hacia las que demandan sus servicios (Shearmur y Doloreux, 2009).

El tránsito de la innovación, visto como una materia-lidad hacia una perspectiva donde se manifiesta como pro-cesos, productos o servicios, ha generado especial interés en su estudio. Los servicios, principalmente los dedicados a las empresas, pueden jugar un papel muy importante en la construcción de productos o procesos innovadores. El des-empeño de los kibs ha sido central, pues éstos han sido el puente entre muchas actividades que parecían desligadas. En palabras de Taylor et al. (2012), los kibs pueden verse como una serie de funciones que posibilitan la innovación y con ello el desarrollo económico. Su relevancia no radica única-mente en su papel de generadores y transmisores del cono- cimiento en términos abstractos, sino en su impacto a dis-tintos niveles geográficos (Johansson y Karlsson, 2009; Koch y Stahlecker, 2006; Merino y Rubalcaba, 2013; Wood, 2006).

Los otros servicios: la baja calificaciónEn la otra orilla se encuentran los servicios poco calificados y que generalmente sirven de soporte para que los ‘avanza-dos’ funcionen. Por ejemplo, esa dualización tan destacada en la literatura sobre ciudades globales no hace más que plantear la necesidad del mercado de trabajo por contar con empleos poco remunerados y poco calificados que sean los que sostengan a las ciudades en términos de funcionamien-to, ya sea por la vía de servicios a las personas (alimentos, servicios personales) o a las empresas (limpieza, plomería, por mencionar algunos).

En otra escala se encuentran los servicios poco califi-cados en municipios/ciudades pobres. En el caso de los paí-ses en desarrollo, el crecimiento de los servicios en dichos municipios se relaciona con la “desruralización” del campo y la creación de empleos.

Por cuanto hace a las ciudades, los empleos de poca ca-lificación/productividad del sector servicios no es un tema nuevo, pero sí lo son las expresiones que esto ha tomado en los últimos años. Las ciudades pasan por un proceso de reestructuración económica que ha incidido en una mayor desigualdad, la cual se ha expresado en crecimiento de cate-gorías de empleo o actividades con poco valor agregado y/o productividad.

Los servicios y el territorioLos servicios han estado de manera permanente en la geo-grafía desde mediados del siglo anterior. Si bien es cierto que un periodo estuvo fuertemente marcado por aquellas labo-res consideradas como productivas (léase industriales), uno de los modelos de desarrollo regional más discutido ha sido el del Lugar Central, de Walter Christaller.

La Teoría del Lugar Central subraya la disyuntiva entre las ventajas del crecimiento de las empresas, es decir, que al aumentar su volumen de producción, cada unidad pro-ducida le cueste en promedio menos (en economía a este concepto se le conoce como economías de escala, las cuales disminuyen egresos y aumentan las ganancias de las em-presas) y los costos de transporte. Dado que pocas empre-sas de servicios muy específicos estarán dispuestas a asumir gastos de transporte, esto provocará que se localicen donde puedan producir más, en concreto, en las grandes ciudades. En este punto hay que pensar en los kibs, mencionados an-teriormente, ya que dichas actividades pueden producir más donde existen personas capacitadas para llevar a cabo tareas de alta preparación y sus costos de transporte en ocasiones llegan a ser cero, debido a las ventajas de las tecnologías de la información y la comunicación. Por otro lado, las activi-dades que no pueden asumir costos de transporte tan altos prefieren ubicarse cerca de su consumidor final, además de

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que producirán un volumen considerablemente menor. Un ejemplo de este caso son los servicios de salud, incluidos en la asistencia social, ya que sería preocupante pensar en la posibilidad de que un solo lugar concentrara todos los hospi-tales, el monto de transporte para trasladarse y atender una emergencia no solo se cuantificaría en términos monetarios, sino de vidas humanas. Por ello, la solución lógica es que los servicios de salud se distribuyan a lo largo de todo el espacio. Lo anterior genera pocos asentamientos, es decir, ciudades, que concentren servicios del primer y segundo caso, mien-tras existirá una gran mayoría que solo tengan servicios del segundo tipo. Por esta razón se generan pocas ciudades muy grandes, un poco más de tamaño medio y muchas más de volumen muy pequeño o asentamientos rurales. Entonces, la localización de los servicios está en relación con el tama-ño del mercado (de la población), disponibilidad de medios de intercambio de mercancías, logística e infraestructura. Los servicios avanzados tienden también a la aglomeración, pues buscan la existencia de tecnologías y vías de comuni-cación e información, así como un pool de población que propicie la innovación e incremento de la productividad. Por otro lado, los servicios con mayor nivel de estandariza-ción suelen desconcentrarse fácilmente; sin embargo, con el cambio en la estructura espacial de la economía, el in-cremento del comercio e intercambio de servicios a nivel internacional y la desindustrialización y terciarización de cada país, la distribución espacial de los servicios también se ha modificado (Cuadrado-Raura, 2013). Algunos que se ofertaban únicamente en grandes centros metropolitanos, ahora también pueden encontrarse en algunas ciudades de menor tamaño; aunque, como ya se plateó, no es necesaria-mente la regla.

Datos y métodos

En este capítulo se privilegian dos aspectos centrales en el estudio de los servicios: el pib y la totalidad del empleo. El primero muestra de manera general la generación de rique-za, mientras que el segundo expone la distribución de la mano de obra.

Como el objetivo de este capítulo es ofrecer una idea general de la distribución de los servicios que vaya más allá de la descripción de las ramas de actividad, y adentrarse en una explicación de su funcionalidad, se decidió dividir al sector en cinco grandes categorías.3

3 La clasificación de subsectores que se presenta corresponde a la codificación del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (scian), utilizado por el Inegi.

1. Servicios a la Producción Tradicionales. Son todos aque-llos que se han considerado como servicios a las em-presas, aunque generalmente tienen un rol menos im-portante en la generación y utilización de información. Comprenden los siguientes subsectores: Servicios rela-cionados con las actividades agropecuarias y forestales (subsector 115), Servicios relacionados con la minería (subsector 213), Transporte por ferrocarril (subsector 482), Transporte por agua (subsector 483), Autotrans-porte de carga (subsector 484), Transporte terrestre de pasajeros (subsector 485), Servicios relacionados con el transporte (subsector 488), Servicios de almacenamien-to (subsector 493), Manejo de desechos y servicios de remediación (subsector 562).

2. Servicios Intensivos en Conocimiento a negocios (kibs). Como su nombre lo indica, son todas aquellas activida-des con una intensidad importante en la generación/utilización de información. Comprenden: Banca central (subsector 521), Actividades bursátiles, cambiarias y de inversión financiera (subsector 523), Compañías de fi-nanzas, seguros y pensiones (subsector 524), Servicios de alquiler de bienes muebles (subsector 532), Servi- cios de alquiler de marcas registradas, patentes y fran-quicias (subsector 533), Servicios profesionales, cientí-ficos y técnicos (subsector 541), Corporativos (subsec-tor 551), Servicios de apoyo a negocios (subsector 561), Asociaciones y organizaciones (subsector 813).

3. Servicios de Distribución. Son todos aquellos que tienen como finalidad operar como infraestructura o medios para la movilidad de productos y/o personas. Transporte aéreo (subsector 481), Transporte turístico (subsector 487), Edición de periódicos, revistas, libros, softwares y otros materiales (subsector 511), Industria fílmica y del video (subsector 512), Radio y televisión (subsector 515), Otras telecomunicaciones (subsector 517), Otros servicios de información (subsector 519), Comercio al por menor (subsectores 461-469), Comercio al por ma-yor (subsectores 431-437), Servicios postales (subsector 491), Servicios de mensajería y paquetería (subsector 492) y Servicios de almacenamiento (subsector 493).

4. Servicios Sociales. Son los que tienen como finalidad la reproducción social vía la mejora de las condiciones de vida de la población. Esta categoría está marcada por los servicios educativos y de salud, sean provistos por el go-bierno o por empresas privadas. Comprenden: Servicios educativos (subsector 611), Servicios de salud y asisten-cia social (subsectores 621-624).

5. Servicios Personales. Son aquellas actividades que tienen como objetivo proveer un servicio o bien a las familias, de manera tal que no se incluyen en los considerados

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como básicos (educación y salud). Comprende: Institu-ciones de intermediación crediticia y financiera no bur-sátil (subsector 522), Servicios inmobiliarios (subsector 531), Servicios de esparcimiento, culturales y deportivos (subsectores 711-713), Servicios de alojamiento tempo-ral y de preparación de alimentos y bebidas (subsectores 721 y 722), Servicios de reparación y mantenimiento (subsector 811), Servicios personales (subsector 812), Hogares con empleados domésticos (subsector 814).

Aunado a lo anterior, se utilizó el índice de localización para establecer cuáles estados se encuentran ‘especializa-dos’ en ciertas categorías de servicios. Este índice ha sido ampliamente usado en los estudios de geografía económi-ca para determinar qué unidades geográficas se encuentran por encima/debajo del promedio de un territorio determi-nado (Billings y Johnson, 2009). Este indicador es impor-tante debido a que permite establecer qué tan importante es una actividad económica en una unidad territorial, teniendo en cuenta no únicamente su distribución al interior, sino sobre todo comparada con el promedio general.

Distribución del sector serviciosProducto Interno Bruto

Para contextualizar a los servicios dentro del desarrollo eco-nómico reciente del país, es necesario plantear su desem-peño respecto de los otros dos grandes sectores, el primario

(agricultura, ganadería y pesca) y el secundario (industria y transformación). Por ende, en esta primera parte se presen-ta la dinámica por los tres grandes sectores y su aportación al pib nacional, para después analizar el desempeño por gru-po de actividad dentro de los servicios.

Al igual que como sucede con todos los sectores, los servicios han mostrado una tendencia cíclica en los últimos 15 años. Salvo el caso de las actividades agrícolas y pesque-ras (sector primario), los otros dos grandes sectores (indus-trial y transformación y servicios) tienen un mismo ritmo de crecimiento/decrecimiento que la economía en su con-junto. Sin embargo, es importante notar que las actividades industriales recurrentemente presentan crecimientos pro-medio menores al total nacional (Figura 1), lo que implica un proceso de largo plazo de desindustrialización del país. Los servicios, por su parte, tienen crecimientos promedio por encima del nacional, lo que refuerza su papel dinámico. En términos espaciales, la diferencia del aumento de las ac-tividades industriales y de servicios se hace patente. Mien-tras que una parte importante de estados presenta compor-tamientos erráticos en la industria, no sucede lo mismo con las actividades de servicios, las que salvo el año 2008-2009, en la mayor parte de las entidades muestran crecimientos constantes mayores a dos por ciento anual.

Por su parte, la Figura 2 muestra que los servicios con-tribuyen con aproximadamente dos terceras partes del pib y que su participación se ha elevado de manera constante

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014d).

Figura 1. Tasa de crecimiento del pib por grandes sectores económicos, 2003-2013.

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desde 2003. La industria ha perdido importancia relativa (aproximadamente cuatro por ciento en diez años), mien-tras que el sector primario se ha estancado en tres por ciento aproximadamente. Esto refuerza el argumento de la desin-dustrialización del país hacia una economía eminentemen-te terciarizada. Lo anterior, no solo por la preminencia del sector servicios en el pib nacional, también por su aporta-ción creciente en éste.

Otro elemento a destacar es la participación activa de dicho sector durante las crisis económicas. Como se mues-tra en las Figuras 1 y 2, de manera conjunta se puede obser-var que a pesar de las depresiones por las que ha transitado México, el peso de los servicios se mantiene constante, tan-to en ritmo de crecimiento –superior al nacional–, como de participación en el pib. En concreto, durante la más reciente crisis de índole mundial, 2008-2009, el sector servicios fue el que menos decreció; asimismo, mantuvo su participación en el pib nacional.

Ahora bien, si se analiza la contribución de los servi-cios por entidad federativa, salvo los casos de Coahuila o Campeche, todas tienen una preponderancia de estas acti-vidades sobre la industria y las actividades primarias. En el Distrito Federal, San Luis Potosí o Durango, los servicios contribuyen con más de 80% al pib estatal. En Aguascalien-tes, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Hidalgo, Es-tado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León,

Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sonora, Veracruz y Zacatecas, la participación supera 60% del total (Cuadro 1).

A su vez, el análisis por los grandes grupos del sector servicios planteados con anterioridad arroja que los orienta-dos a la producción y los de distribución son los grupos que mayor peso tienen dentro y son los que más aportan al pib. También es importante hacer notar que ambas categorías han mostrado crecimiento sostenido en su contribución al pib desde 2003. Por otro lado, destaca la pérdida de parti-cipación de los servicios sociales, los cuales disminuyeron en aproximadamente tres por ciento entre 2003 y 2013. Esta es una situación preocupante porque en esta categoría se encuentra gran parte de los servicios relacionados con la educación y la salud.

En lo que respecta a los kibs, son los que menos par-ticipan en la generación de valor en el país, lo que llama la atención puesto que demuestra que México no tiene como base de la generación de producto el conocimiento y la inno-vación, a diferencia de países europeos donde, precisamente estos servicios son los que cargan con la mayor parte del crecimiento de la economía. Además, el hecho de la contri-bución constante de este sector indica la nula preocupación por la inversión en el sector de innovación en el país.

Por su parte, en la contribución de las entidades fe-derativas a cada una de las categorías planteadas con ante-rioridad sobresale el papel de ciertas entidades en determi-

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014d).

Figura 2. Participación al pib por grandes sectores económicos, 2003-2013.

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SECCIÓN V. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA MEXICANA EN EL CONTEXTO GLOBAL | 709

Cuadro 1. Participación sectorial (%) en el PIB estatal 2013

Entidad Primarias Secundarias Terciarias Entidad Primarias Secundarias Terciarias

Aguascalientes 3.8 43.6 52.6 Morelos 3.0 30.5 66.4

Baja California 2.8 35.2 62.0 Nayarit 7.5 20.8 71.6

Baja California Sur 3.2 25.5 71.3 Nuevo León 0.6 37.5 61.9

Campeche 0.6 88.0 11.4 Oaxaca 6.1 31.9 62.0

Coahuila 2.2 50.8 47.0 Puebla 4.2 33.3 62.5

Colima 4.9 28.3 66.8 Querétaro 2.2 41.8 56.0

Chiapas 7.7 28.8 63.4 Quintana Roo 0.7 13.2 86.1

Chihuahua 6.9 34.3 58.8 San Luis Potosí 3.6 43.6 52.8

Distrito Federal 0.1 10.5 89.5 Sinaloa 10.3 21.2 68.5

Durango 9.8 35.1 55.0 Sonora 6.5 43.9 49.6

Guanajuato 3.6 39.1 57.4 Tabasco 1.2 68.9 29.9

Guerrero 4.3 22.1 73.6 Tamaulipas 2.9 38.1 59.1

Hidalgo 3.7 42.8 53.5 Tlaxcala 4.0 34.6 61.4

Jalisco 5.3 30.3 64.3 Veracruz 4.4 40.9 54.7

México 1.4 33.3 65.2 Yucatán 3.1 30.9 66.0

Michoacán 10.5 23.7 65.8 Zacatecas 9.5 38.9 51.6

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014d).

nados grupos de servicios (Cuadro 3). Un caso particular es el Distrito Federal, que posee una posición preeminente en los kibs, puesto que concentra más de 50% del total del pib generado por estos servicios. Esto lleva a pensar en la

centralización, prácticamente absoluta, del conocimiento y la innovación en la capital del país. Aunado a lo anterior, en las otras cuatro categorías el Distrito Federal aglutina apro-ximadamente una quinta parte del total.

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014d).

Figura 3. Aportación al IB de servicios por grupo de actividad, 2003-2013.

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Cuadro 2. Participación estatal en el PIB de servicios según Tipo de Servicio, 2003 y 2013

Estado2003 2013

Producción KIBS Distribución Sociales Personales Producción KIBS Distribución Sociales Personales

Aguascalientes 0.9 0.6 1.1 1.2 0.9 0.9 0.6 1.0 1.2 0.9

Baja California 2.8 2.6 3.3 3.1 3.6 2.9 2.7 3.0 3.2 3.1

Baja California Sur 0.6 0.3 0.8 0.7 1.5 0.6 0.4 0.7 0.8 3.0

Campeche 0.8 1.7 0.5 0.8 1.7 0.7 2.0 0.6 0.8 1.9

Coahuila 2.8 1.1 2.4 2.5 1.6 2.8 1.3 2.3 2.3 1.6

Colima 0.5 0.2 0.5 0.8 0.8 0.5 0.3 0.6 0.7 0.7

Chiapas 1.7 0.5 1.6 2.9 1.6 1.7 0.5 1.8 2.8 1.4

Chihuahua 3.1 1.3 3.0 2.7 2.4 2.9 1.4 2.9 2.9 2.2

Distrito Federal 24.4 56.8 21.2 21.5 22.7 25.5 55.0 21.9 21.6 21.1

Durango 1.1 0.6 1.1 1.5 0.7 1.0 0.6 1.0 1.4 0.7

Guanajuato 3.3 1.2 4.2 3.3 3.9 3.5 1.5 4.0 3.6 4.0

Guerrero 1.6 0.3 1.7 2.6 2.3 1.5 0.2 1.5 2.3 2.1

Hidalgo 1.3 0.2 1.3 1.9 1.2 1.3 0.2 1.3 1.8 1.1

Jalisco 6.3 4.2 8.0 5.6 6.9 6.3 3.8 7.8 5.5 6.7

México 11.5 3.8 9.9 9.1 7.4 11.0 4.0 9.8 9.5 8.0

Michoacán 2.3 0.6 2.7 3.2 2.2 2.2 0.6 2.7 3.0 2.0

Morelos 1.3 0.5 1.3 1.5 1.6 1.3 0.5 1.2 1.5 1.4

Nayarit 0.7 0.2 0.6 1.0 1.5 0.6 0.2 0.7 1.0 1.6

Nuevo León 6.5 10.5 7.4 4.5 5.1 7.5 10.6 7.7 4.8 4.8

Oaxaca 1.9 0.2 1.5 2.6 1.6 1.7 0.3 1.4 2.1 1.6

Puebla 3.5 1.4 3.3 3.4 3.1 3.3 1.3 3.3 3.5 3.2

Querétaro 1.3 1.2 1.7 1.5 1.4 1.5 1.4 2.3 1.5 1.5

Quintana Roo 1.4 0.7 1.4 1.0 7.5 1.7 1.1 1.6 1.2 9.9

San Luis Potosí 1.7 0.6 1.6 2.1 1.6 1.6 0.5 1.7 2.1 1.5

Sinaloa 2.0 1.0 2.8 2.5 2.3 2.0 1.1 2.7 2.4 2.2

Sonora 2.2 1.4 2.8 2.5 2.3 2.2 1.3 2.9 2.6 2.2

Tabasco 1.5 1.6 1.4 2.0 1.4 1.4 1.5 1.6 2.0 1.3

Tamaulipas 3.2 2.0 3.1 2.9 2.7 2.9 1.9 2.8 2.7 2.6

Tlaxcala 0.6 0.1 0.4 0.9 0.4 0.6 0.1 0.4 0.8 0.4

Veracruz 5.0 1.5 4.8 5.3 4.3 4.6 1.6 4.2 5.4 3.5

Yucatán 1.3 1.0 1.7 1.6 1.4 1.3 1.1 2.0 1.6 1.5

Zacatecas 0.9 0.2 0.8 1.2 0.5 0.8 0.3 0.8 1.2 0.5

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014d).

Le siguen en importancia aquellas entidades con un grado de desarrollo económico importante y donde se en-cuentran las zonas metropolitanas más grandes del país, a decir, Estado de México (una parte importante de la Zona Metropolitana del Valle de México y la Zona Metropolitana de Toluca), Nuevo León (Monterrey) y Jalisco (Guadalaja-ra). Por ejemplo, Nuevo León se ha convertido en una enti-dad en la que se han establecido los servicios intensivos en conocimiento y contribuye con poco más de diez por ciento del total del pib en esta categoría. Mientras que en Jalisco se encuentra el llamado Silicon Valley mexicano, un clúster industrial donde se localizan empresas como ibm, hp, Flex-tronics o Benchmarck, que si bien no son directamente de

servicios, requieren de alta capacitación del sector terciario para llevar a cabo sus procesos productivos.

Un caso especial es el grupo de servicios personales, en los que Quintana Roo contribuyó con poco menos de diez por ciento en 2013 y en los que además ese estado incrementó su participación en más de dos por ciento en diez años. Esto se relaciona con la importancia que adquirió en este periodo en términos de servicios turísticos.

Los estados restantes presentan comportamientos si-milares. Su contribución al pib en cada una de las categorías se encuentra entre 0.2 y cinco por ciento. Este aspecto es muy importante porque implica las grandes disparidades en términos no únicamente de contribución a la producción

Page 9: Capítulo 44. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DEL

SECCIÓN V. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA MEXICANA EN EL CONTEXTO GLOBAL | 711

Cuadro 3. Especialización del empleo por grandes grupos de servicios y entidades federativas, 1999, 2004 y 2009

Estado

1999 2004 2009

Prod

ucci

ón

KIBS

Dist

ribuc

ión

Soci

ales

Pers

onal

es

Prod

ucci

ón

KIBS

Dist

ribuc

ión

Soci

ales

Pers

onal

es

Prod

ucci

ón

KIBS

Dist

ribuc

ión

Soci

ales

Pers

onal

es

Aguascalientes 0.73 0.92 0.88 0.90 0.94 0.82 0.74 0.91 1.05 0.90 0.80 0.79 0.93 1.07 0.91

Baja California 0.60 0.55 0.74 0.84 0.83 0.71 0.57 0.74 0.77 0.85 0.69 0.67 0.79 0.94 0.81

Baja California Sur 0.80 1.35 1.05 0.52 1.43 0.84 0.82 1.13 0.68 1.54 0.87 0.87 0.96 0.70 1.61

Campeche 1.13 0.97 0.97 0.68 1.19 1.48 1.14 0.85 0.65 1.03 1.78 1.16 0.86 0.69 1.02

Coahuila 0.82 1.10 0.78 0.77 0.67 0.95 0.96 0.80 0.86 0.65 0.96 1.00 0.82 0.98 0.68

Colima 1.64 0.91 1.17 1.02 1.45 1.89 1.01 1.11 0.94 1.31 2.28 0.70 1.06 1.03 1.34

Chiapas 1.17 0.60 1.37 1.06 1.27 0.78 0.68 1.30 1.16 1.16 0.81 0.60 1.35 1.00 1.15

Chihuahua 0.75 0.53 0.71 0.70 0.67 0.83 0.53 0.71 0.59 0.63 1.05 0.61 0.73 0.75 0.63

Distrito Federal 1.38 1.86 0.93 1.13 1.22 1.18 1.96 0.95 1.15 1.19 1.26 2.20 0.85 1.01 1.17

Durango 1.06 1.23 0.90 0.66 0.80 1.09 1.10 0.91 0.70 0.71 1.05 0.91 1.05 0.91 0.84

Guanajuato 0.99 0.66 1.05 1.04 0.82 0.96 0.65 1.05 1.10 0.86 0.98 0.70 1.03 1.08 0.86

Guerrero 0.81 0.68 1.29 0.78 1.57 0.57 0.56 1.23 0.87 1.48 0.67 0.54 1.28 0.84 1.33

Hidalgo 0.71 0.66 1.01 1.04 0.88 1.12 0.58 1.03 1.02 0.91 0.70 0.56 1.10 1.04 0.98

Jalisco 0.73 1.04 1.04 0.95 1.01 0.87 0.97 1.03 1.01 1.01 0.79 0.86 1.04 0.98 0.98

México 0.60 0.71 1.12 1.05 0.87 0.79 0.76 1.13 1.08 0.93 0.71 0.59 1.17 1.06 0.91

Michoacán 0.72 0.74 1.34 1.36 1.12 0.96 0.62 1.29 1.27 1.10 0.78 0.52 1.28 1.19 1.07

Morelos 0.93 0.70 1.26 1.52 1.26 0.89 0.70 1.16 1.48 1.36 1.24 0.59 1.19 1.44 1.22

Nayarit 1.00 0.78 1.20 0.95 1.35 0.67 0.86 1.09 0.79 1.44 0.73 0.66 1.09 0.89 1.62

Nuevo León 0.99 1.32 0.85 0.98 0.75 1.13 1.27 0.85 0.90 0.81 1.44 1.33 0.78 1.03 0.80

Oaxaca 1.00 0.65 1.31 0.84 1.24 0.79 0.59 1.35 0.80 1.23 0.58 0.61 1.29 0.87 1.20

Puebla 0.67 0.76 1.00 1.23 0.84 0.58 0.64 1.07 1.23 0.88 0.74 0.60 1.13 1.08 0.91

Querétaro 0.93 0.74 0.83 1.06 0.82 1.27 0.83 0.89 1.08 0.82 0.90 1.03 0.84 1.15 0.81

Quintana Roo 1.01 1.49 1.19 0.73 1.99 1.08 1.88 0.97 0.61 2.06 0.93 1.29 0.90 0.75 2.15

San Luis Potosí 0.88 0.82 1.06 1.10 0.95 0.89 0.72 1.00 1.02 0.92 0.82 0.70 1.00 1.10 0.91

Sinaloa 1.54 0.85 1.23 0.91 1.15 1.56 0.71 1.10 0.94 1.11 1.47 0.67 1.16 0.96 1.09

Sonora 0.84 0.77 0.92 0.80 0.81 1.03 0.77 0.92 0.92 0.85 0.90 0.84 0.89 0.92 0.83

Tabasco 1.51 0.72 1.09 0.89 1.03 1.00 0.82 1.08 0.90 0.98 1.00 0.77 1.10 1.01 1.06

Tamaulipas 1.38 0.57 0.87 0.83 0.88 1.21 0.68 0.85 0.78 0.82 1.30 0.65 0.83 0.83 0.79

Tlaxcala 0.61 0.40 0.93 0.83 0.75 0.53 0.42 1.04 0.88 0.83 0.32 0.51 1.12 0.88 0.81

Veracruz 1.68 0.65 1.14 1.17 1.16 1.51 0.73 1.14 1.10 1.12 1.33 0.80 1.16 1.09 1.12

Yucatán 0.93 0.77 0.97 1.08 0.89 0.84 0.78 1.00 1.06 0.86 0.83 0.81 1.05 1.05 0.94

Zacatecas 0.70 0.61 1.34 0.93 1.22 0.76 0.58 1.30 0.91 1.11 0.53 0.50 1.27 1.04 1.10

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014a, b y c).

total de servicios, sino en la productividad del trabajo en los estados.

En términos generales, los servicios son el motor de crecimiento del país, aportan más de la mitad en la genera-ción del pib y su participación ha ganado importancia a lo largo de la última década. Si se desentraña al sector, se lle-ga a la conclusión de una concentración del pib de servicios en el Distrito Federal y en los estados con las ciudades más grandes: Nuevo León y Jalisco.

Por último, llama la atención que la mayor parte de la generación de producto recae en los servicios tradicionales a

la producción y los de distribución. Ambos tienen la carac-terística de requerir poca capacitación de su personal para llevar a cabo la actividad que ofertan. Aspecto que refleja parte del devenir del sector en México, ya que la actividad terciaria que más ha crecido es el comercio, la cual aporta lo mismo que la industria, tanto en el corto como en el largo plazo (Flores et al., 2013), esto enfatiza la hipótesis de que el sector servicios ha sido la válvula de escape ante la situa-ción adversa de generación de empleos en el país. En este sentido, a continuación se presenta el comportamiento del empleo en el sector analizado, en el periodo de referencia.

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SECCIÓN V. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA MEXICANA EN EL CONTEXTO GLOBAL| 712

EmpleoAl igual que sucede con el pib, el sector servicios es el que genera la mayor parte del empleo en México. Según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe), desde 2005 es el sector que más ha incrementado su partici-pación en la ocupación total. Tanto las actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras (sector primario), como la industria y transformación (sector secundario) han perdido aproxi-madamente dos por ciento cada uno en el empleo total, lo que se refleja en sus respectivas tasas de crecimiento. Mien-tras que los sectores primario y secundario presentan cifras erráticas (con alzas y bajas), los servicios crecen en un pro-medio anual de más de dos por ciento.

Como se observa en la Figura 4, la mayoría de entida-des federativas están dominadas por el empleo en el referido sector; sin embargo, existen diferencias importantes. Con base en los datos sectoriales se pueden construir tres gran-des agrupaciones. La primera comprende aquellas entidades claramente terciarizadas, como el Distrito Federal y Quin-tana Roo. La segunda se compone de entidades en las que los servicios tienen un menor peso y hay una gran presencia de actividades agrícolas; Chiapas, Guerrero y Oaxaca son las únicas con una participación menor a 50% del empleo en servicios. En estos estados, el sector primario (generalmen-te de poco valor agregado) todavía capta de manera relevan-

te las fuentes laborales, y dicho porcentaje puede llegar a 40%. La tercera son los estados restantes, que muestran una presencia baja en agricultura, una moderada de la industria y una grande de servicios. Aquí se incluyen entidades con una ‘tradición’ industrial, como Nuevo León, Baja Califor-nia, Querétaro o Guanajuato.

Como se ha mencionado, el sector servicios en Méxi-co se ha convertido en el que contribuye en mayor medida tanto al pib como al empleo. Aunque si se analiza dentro del sector, se encuentran peculiaridades en torno a la par-ticipación de cada grupo de actividad al total del empleo. En primera instancia, la composición de la ocupación en servicios es diferente a la del pib (sección anterior). Como se advierte en la Figura 5, los servicios de distribución son los que más peso relativo en el empleo tienen respecto del total (poco menos de 50%). Esto se debe a que en esta ca-tegoría se encuentra el comercio (tanto al mayoreo como al menudeo), que es la rama con mayor cantidad de población contratada en el país.

La siguiente categoría es la de servicios personales. Ésta contribuye con aproximadamente una cuarta parte del total del empleo. Los servicios intensivos en conocimien-to acaparan a aproximadamente 15% del total del personal ocupado, lo cual indica la relevancia que han cobrado en los últimos años. Como se ha notado en otros lugares, este seg-

Fuente: elaboración propia con base en la enoe (2014).

Figura 4. Participación del empleo por entidad federativa y sectores, 2014.

Page 11: Capítulo 44. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DEL

SECCIÓN V. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA MEXICANA EN EL CONTEXTO GLOBAL | 713

mento es altamente productivo, lo que hace que lo integre una población relativamente pequeña pero con gran contri-bución al pib (véase apartado anterior).

En términos generales, si se comparan las Figuras 3 y 5, se presentan algunas discrepancias que se explican por las productividades de los diferentes grupos de actividad. De manera sencilla, si el porcentaje de pib por un grupo de ser-vicios en específico fuese semejante al porcentaje de empleo captado por el mismo grupo, se podría decir que la relación entre producto generado y empleo es de uno a uno; en otras palabras, la productividad del empleo en el grupo de servi-cios es unitaria. Casos que no cumplan con esta condición pueden estar en situaciones de baja o alta productividad, de-pendiendo la circunstancia.

Con esto en mente, se tiene el ejemplo del sector servi-cios de distribución. Este conjunto en particular genera al-rededor de 30% del pib del sector, mientras genera 45% del empleo del personal ocupado, lo que implica que con 45% del empleo solo se produce 35% del pib. La diferencia entre estos porcentajes quiere decir que el empleo de los servicios de distribución es poco productivo. La baja productividad se debe a que en este grupo se aglutinan actividades como el comercio al detalle y al por mayor, que necesitan de mucha mano de obra pero que generan poco valor.

Caso semejante son los kibs, que emplea a 15% del personal ocupado y solo genera cinco por ciento del pib de

servicios. De igual manera, los servicios personales, que ge-neran 22% del empleo y solo aportan diez por ciento del pib. Ambos grupos son poco productivos y cada uno merecería un análisis más profundo.

En contraparte, se tienen los servicios que son alta-mente productivos. Los tradicionales a la producción captan menos de diez por ciento del empleo y generan más de 35% del pib; En la misma situación se encuentran los sociales. El primer grupo justifica su alta productividad debido a que sirven de apoyo a industrias y otros servicios. Los sociales explican su productividad por su naturaleza de intervención en el estado de las personas y la alta capacitación que re-quiere su personal para llevarlos a cabo.

Al igual que con el pib, la distribución del empleo en los servicios es altamente desigual entre entidades federativas. El Distrito Federal concentra en todas las categorías de ser-vicios a más de 15% del total, llegando a poco más de 35% en el caso de los intensivos en conocimiento, en 2009. Si se analiza diacrónicamente, se puede notar una disminución importante de la participación de esta entidad en el total de los servicios, salvo en los intensivos en conocimiento. Por ejemplo, perdió cinco puntos porcentuales en los servicios a la producción y cuatro en los sociales.

Las otras entidades han visto crecer su participación en determinados servicios. Por ejemplo, Nuevo León in-crementó su contribución en dos puntos porcentuales en

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014a, b y c).

Figura 5. Composición del empleo según grupo de servicios, 1999, 2004 y 2009.

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SECCIÓN V. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA MEXICANA EN EL CONTEXTO GLOBAL| 714

servicios a la producción, mientras que el Estado de México lo hizo en un punto.

También es importante hacer notar que las entidades con mayor dinamismo demográfico son los que han acapa-rado en gran medida los incrementos más altos en servicios. Tal es el caso de Quintana Roo, que presenta un aumento poblacional muy por encima de la media nacional y que su estructura económica se basa en este sector. Es importante lo anterior porque no se trata únicamente de un incremen-to poblacional acompañado de un crecimiento económico, sino que ambos aspectos traen consigo una diversificación.

Un último punto a tratar es la especialización en de-terminadas categorías de servicios. Como se planteó antes, la especialización ha sido utilizada para establecer ventajas competitivas de las unidades geográficas. Si bien es cierto que en este momento no se puede explicar con mayor deta-lle tal argumento, solamente pondremos atención en cómo algunas entidades han logrado crear ciertas estructuras que le dan una especificidad.

En el Cuadro 3 se presenta un resumen de los resul-tados de la especialización por entidad federativa.4 Ahí es

4 Una entidad federativa se considera especializada si el cociente de localización es superior a uno.

posible observar que una parte importante de los estados se encuentran especializados en las categorías de servicios ligadas a la satisfacción de necesidades de las personas y fa-milias (servicios sociales y personales), y la especialización en aquellas actividades a las empresas o con alta demanda de población calificada es menos común. Ejemplo de esto es la especialización estatal en 2009,5 la mayoría de esta-dos se encuentran especializados en servicios de distribu-ción, sociales y personales (20, 17 y 15 de ellos), eminen-temente ligados al consumidor final. Por su parte, en los servicios a la producción y los kibs solo once y seis esta- dos, respectivamente.

También es importante destacar que las entidades del país están especializadas en alguna actividad, ya que es prácticamente nula la presencia de alguna no especializada y cuando se presenta esta situación es en los sectores más intensivos en conocimiento y en los servicios a las empresas (Cuadro 4).

Como ya se ha expuesto, el Distrito Federal es el úni-co territorio con una muy alta especialización en servicios

5 Si se analizan los años de 1999 y 2004, tienen el mismo compor-tamiento que 2009, por ello solo se expone el año más reciente sin perder generalidad en el análisis.

Cuadro 4. Especialización estatal según grupo de servicios, 1999, 2004 y 2009

1999

Producción KIBS Distribución Sociales Personales Servicios

Nula especializacióna 0 1 0 0 0 0

Mediana especializaciónb 22 24 13 19 16 16

Alta especializaciónc 10 7 19 13 16 16

Muy alta especializaciónd 0 0 0 0 0 0

Total 32 32 32 32 32 32

2004

Producción KIBS Distribución Sociales Personales Servicios

Nula especializacióna 0 1 0 0 0 0

Mediana especializaciónb 20 24 14 18 17 16

Alta especializaciónc 12 7 18 14 14 16

Muy alta especializaciónd 0 0 0 0 1 0

Total 32 32 32 32 32 32

2009

Producción KIBS Distribución Sociales Personales Servicios

Nula especializacióna 1 1 0 0 0 0

Mediana especializaciónb 20 25 12 15 17 18

Alta especializaciónc 10 5 20 17 14 14

Muy alta especializaciónd 1 1 0 0 1 0

Total 32 32 32 32 32 32

a) QL<0.50; b) 0.50≤QL<1; c)1≤QL<2; d)2≤QL.

Fuente: elaboración propia con base en Inegi (2014a, b y c).

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SECCIÓN V. LA ACTIVIDAD ECONÓMICA MEXICANA EN EL CONTEXTO GLOBAL | 715

intensivos en conocimiento. Tamaulipas, Coahuila, Cam-peche y Quintana Roo también presentan una alta espe-cialización, pero no comparada con la de la capital del país (Figura 6a).

En 2009, los estados con especialización en servi-cios tradicionales a la producción eran principalmente los del centro del país (Distrito Federal y Morelos) y el Golfo (Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas), así como el Noroeste (Sinaloa y Chihuahua). Cabe mencionar que el es-tado con mayor especialización en estas actividades es Co-lima (Figura 6b).

Los servicios de distribución se encuentran más ho-mogéneamente distribuidos en el territorio, lo que resulta evidente con la especialización de las entidades federativas, las cuales están especializadas o medianamente especializa-das. Las primeras se encuentran preponderantemente en el centro-sur del país, mientras que las segundas en el norte. Este hecho puede ser resultado de la implantación industrial en los estados norteños, lo cual hace más complicada la es-pecialización en actividades de servicios (Figura 6c).

Por su parte, los servicios sociales se encuentran pre-ferentemente localizados en el centro del país. Yucatán y Chiapas escapan a esta generalidad seguramente debido a la fuerte inversión estatal en materia de reducción de la pobre-za, la cual atraviesa el aspecto médico y educativo. Ambas entidades han sido particularmente beneficiadas por trans-ferencias vía programas sociales (Figura 6d).

Por último, Quintana Roo es el único estado muy es-pecializado en servicios personales. Como se dijo líneas arriba, esto es resultado de la importancia cobrada por las actividades turísticas.

Conclusiones

A manera de consideraciones finales, se puede decir que los servicios en la economía mundial han adquirido mayor re-levancia respecto de las actividades agrícolas e industriales, y México no es la excepción. Académicamente los servicios han sido un tema muy importante en términos de crecimien- to económico, patrones de desarrollo urbano o regional o in-novación. Sin embargo, los retos son todavía muy grandes. Los estudios recientes ponen especial atención en las acti-vidades con mayor valor agregado o con demanda de fuerza de trabajo altamente calificada y han dejado de lado los es-tudios sobre los servicios ‘tradicionales’, en los que el valor agregado es muy bajo. Por tanto, es importante retomar una visión globalizante de los servicios que pueda dar pistas so-bre la complejidad de la estructura económica actual.

En este sentido México ha experimentado la tercia-rización de su economía debido a que gran parte del pib y del empleo nacional se genera en este sector. Sin embargo, existen diferencias entre los estados. Por una parte, los vin-culados a la producción, tanto tradicionales como los inten-sivos en conocimiento, se concentran en pocos estados; en específico, en aquéllos con tradición industrial o que tengan alguna zona metropolitana importante. Esta localización de este tipo de servicios se debe a que sirven de apoyo a todo el proceso productivo o bien a que aprovechan las ventajas que ofrecen las grandes ciudades, tales como infraestructura en telecomunicaciones o personas capacitadas. Por la otra, se encuentran los servicios que se vinculan más a las personas y sus necesidades, en este caso están los servicios sociales, de distribución y personales. En este caso todos los estados muestran cierto nivel de importancia relativa en ellos. Lo anterior se explica porque dichos servicios enfrentan una demanda de los consumidores finales más que de consumi-dores intermedios. En términos sectoriales, se tiene que los servicios han aportado gran parte del valor agregado en la última década y del empleo, en virtud de que ante la pérdi-da de empleo en los otros sectores, las personas encuentran trabajo en el de servicios.

Sin embargo, existen algunos que son poco producti-vos, como los de distribución o personales; mientras que los tradicionales a la producción y kibs tienen alta productivi-dad. Las diferentes productividades y la distribución des-igual del sector servicios hacen que determinados estados refuercen su posición de primacía tanto en términos demo-gráficos como poblacionales. Tal es el caso de las entidades del centro, noreste y occidente del país.

Dado que el crecimiento económico ahora depende en mayor medida de los servicios intensivos en conocimiento, se hace necesario reflexionar la política económica en esta materia. Particularmente es importante pensar en crear las condiciones para la creación/atracción de estas actividades en las entidades más rezagadas. No obstante, no se puede estimar que este tipo de actividades vayan a disminuir la pobreza; al contrario, se trata de enfocar los esfuerzos en el impulso de capacidades sociales e institucionales para que al mismo tiempo se creen las condiciones para la aparición de las actividades altamente intensivas en conocimiento.

Agradecimiento

Investigación realizada gracias al Programa unam-dgapa- papiit. Proyecto ia300115: Concentración y Diversificación Económica en México, el caso del Sector Servicios.

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OC

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N

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PA

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Glosario

Servicios a la producción. Aquéllos que van dirigidos a em-presas. En este caso el servicio se considera un produc-to intermedio.

Servicios de distribución. Son los encargados de distri-buir bienes, servicios y personas vía terrestre, aérea o acuática.

Servicios personales. Tienen como finalidad satisfacer ne-cesidades no esenciales para la vida de la población.

Sector servicios. Aquel que aglomera actividades no indus-triales y no agrícolas. Además, genera otras no tangi-bles que intervienen en la transformación y mejora-miento de procesos productivos (por ejemplo, servicios de limpieza), personas (servicios educativos), símbolos o información (servicios de telecomunicaciones) o ac-tividades públicas (servicio de limpia y drenaje).

Servicios sociales. Aquéllos cuyo fin es proporcionar bien-estar o mejorar la calidad de vida de la población.