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CAPITULO N Injerto. Operación que tiene por objeto injerir en un sujeto enraizado y vivo una yema sola, o varias en un trozo de ramilla, para que, desarrollándose a expensas del primeró, for- men un nuevo, o modificado, vegetal. El sujeto sobre el que se injerta se llama pa- trón, y la porción que se injiere, injerto. FINALIDADES Y 51STEMAS Los principales objetos de la injertación son : ' i.° Multiplicar las variedades que no admiten otro sistema de reproducción. a.° Mejorar las variedades por sobre- injerta^ción. 3.° Obtener troncos derechos y vigoro- sos para las variedades débiles. 4.° Corregir la fructificación en varie- dades rebeldes a ella.
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Jun 29, 2022

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CAPITULO N

Injerto.

Operación que tiene por objeto injerir enun sujeto enraizado y vivo una yema sola,o varias en un trozo de ramilla, para que,desarrollándose a expensas del primeró, for-men un nuevo, o modificado, vegetal. Elsujeto sobre el que se injerta se llama pa-trón, y la porción que se injiere, injerto.

FINALIDADES Y 51STEMAS

Los principales objetos de la injertaciónson : '

i.° Multiplicar las variedades que noadmiten otro sistema de reproducción.

a.° Mejorar las variedades por sobre-injerta^ción.

3.° Obtener troncos derechos y vigoro-sos para las variedades débiles.

4.° Corregir la fructificación en varie-dades rebeldes a ella.

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Son muchos los sistemas c^' mét °^ia^'x^de^ . .^w. .injertar, pero a nosotros nas mter^S^.ri^^osprmcipales grupos, que son ^^,pr yc►^a^;

, pua o estaqualla y de aproximaes,ox,La principal condictón para C^u^'^e efec^

túe una estrecha unión entre el patrán y elsñjerto consiste en que ambos dispongan, enaquel momento, de savia. Sin savia no pue-de haber soldtzdura, y sin ella no brota elinjerto; no hay injertación posible.

Se hace preciso también que haya identi-dad específica entre las plantas a injertar.Los antiguos creían que podían injertarseespecies diferentes, y aun iban más allá;pero la. experiencia ha demostrado que nose puede salir de la injertaci^ón de los indi-viduos de la misma familia, y aun así se en-cuentran casos de antipatia a esa unión yfalta de reciprocidad.

Alguien ha dicho que el injerto ennoble-cía al árbol sobre el que se verificaba el mis-mo. Desde luego, por la injertación, a ár-boles semisalvajes, que darían frutos raquí-ticos y mediocres, se les convierte en unfrutal de categoría, con producciones fru-teras de primera calidad. También se con-sigue por este médio hacer más corpulentosy fuertes; pero también, a nuestra conve-

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niencia, podemos hacer lo contrario : con-vertir un fruto de regular tamaño de árbolfranco, corpulento, en otro fruto mayor,más sabroso y precoz, por medio de t^na in-jertación que reduzca el árbol a menor ta-maño o enano. Es el caso del injerto sobreel manzano ^araíso, de que antes hemos ha-blado.

Lo que, en ^onclusión, parece decir quela mano del hombre ha conquistado lo queha querido, tomando como maestra la Na-turaleza creada por Dios.

INJERTOS DE YEMA

Este es el injerto más usado por los vive-ristas y Casas de horticultura l^ara ubtenerlas diversas variedades de frutales, y es elque puede^z emplear también los cultivado-res profesionales y aficionados para formarsus .manzanares y árboles aislados, con .las

' variedades que más convenga a sus necesi-. dades o gustos, injertándolas en las planta-ciones de patrones f ranco, ^loucí^t y p^-aí-so, que hemos visto en el capítulo anteriorcómo se obtenían.

Este injerto es más conocido con el nom-bre de escud'̂ ete, par la forma que se le da

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y que recuerda al escudo, arma defensivacíe los guerreros antiguos.

Veamos cómo se practica este interesan-te injerto. Se empieza por preparar los ar-bolitos que podamos tener en el vivero parainjertar, para lo cual se les poda al ras to-das las ramillas bajas que han brotado yque pueden ser un estarbo, pues a unos cin-co a diez centímetros del suelo vamos a po-ner los escu^letes.

De las ramillas o esquejes que tengamos•disponibles para sacar de ellas las yemaspara injertar, y que luego diremos cuáles.se escogen y cómo se conservan, se cogeuna con la mano izquierda, se le quitan conla tijera la parte superior y la inferior, puesen la parte central es donde están las yemasmás desarrolladas, y con la navaja, bienafilada y limpia, se da un corte plano desdeun centímetro más arriba de la yema hastá.otro más abajo de la misma, cuidando de^hacer el corte sólo en la corteza y una capadelgada,del liber, sin parte de madera (figu-ra q). Si se corta también algo de madera.no importa ;' pero •si es mucha, quitarla ĉonla punta. de la navaja, operación algó difí-cil y peligrosa para el germen de la yema„que está detrás y que pudiera levantarse al

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quitar ese trozo de madera ; con algo depráctica es fácil destacar los escudetes lim-pios, sin madera, o muy poca.

Algunos tienen la costumbre de limitar eltamaño del escudete haciendo dos cortes,arrib^ y abajo de la yema, según se ve en

I'is. g.--+Obtención del "escudete".

la figura g, y entonces queda el escudete enla forma b.

Destacado el escudete en menos tiempodel e!^ze hemos empleado en describir la ope-ración, se le retiene entre los labiQs por elrabiilo, y, siti pér^lida de tiempo, se marcaen el patrón una T(a, fig. io) con la nava-ja, inf^roduciendo el filo en la corteza con lafuerza suficiente nada más qu^ para cortarel espesor de la misma. Hecho esto, si con

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la espátula c(fig. g) de la ,hoja de la nava-ja se separan con facilidad, a derecha e iz-quierda, los labios de la corteza en la partevertical de la T(b, fig. Io), es que debajohay bastante ^umedad, indicio de que el pa-trón está en savia y en excelentes condi^eio-nes, por tanto, de ser injertado. Si ct1e^«i

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Fig. io.-Injerto de escudete.

trabajo separar la corteza, o se quiebra lamisma con el esfuerzo, es que no ^iay sufi-ciente savia y el p^trón. no está en condicio-nes de ser injertado.

Basta coger el escudete por el rabillo, conla mano izquierda, e introducir en el pa-trón, deslizándolo hacia abajo todo lo quese pueda, y' ayudando con la espátula de lanavaja. Si no se puede meter de todo el es-

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cudete, se da un corte en la parte sobranteal ras del corte horizontal de la T. Se ter-mina cerrando los labios con los dedos y li-gando según se ve en c de la figura io. Elextremo de la ligadura queda aseguradocon la primera vuelta, y se va apretandosuavemente, algo más fuerte en las vueltascerca. de la yema, y se termina pasando laligadura por debajo de la última vuelta, ti-rando algo y cortando el sobrante. No hacefalta embetunado en este injerto, pues noquedan heridas de importancia a la intem-perie. Como ligaduras se emplean la ,rafia,la lana y el alg^odón grueso de Lasarte, quelo h^emos empleado cc>n p^eferencia por sufácil preparación y coloca ĉión. .^ A los diez o quince días se examinaránlos injertos hechos, para lo que basta tocarel rabillo que acompaña a la yema, e] ctialse cae enseguida si es que se ha verificadula soldadurá; en cambio, si no se despren-de es que no se ha verfiicado la unión entreel patrón y el injerto. Si el patrón está to-davía en savia, puede intentarse la puestade otro escudete en la misma planta ; peroen lugar liso y más arriba o más abajo queel anterior.

La mejor época para ejecutar este injer-

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to, y en la que generalmente se lleva a cabo,es en el mes de agosto, cuando la savia hatenido un pequeño resurgimiento; pero notanto como para hacer brotar la yema inje-rida, que queda latente hasta la primavera,en la que la fuerza de la nueva savia le hacebrotar. Por esta razc^n, el injerto de escu-dete en esta época se llama a o jo dor^iido.Se ha verifica.do en el injerto la primerafase, o sea, la sodd^adura; pero la brotaciónha quedado diferida para la primavera,cuando hay mayor empuje de savia. Enaquella época, o sea ^acia agosto, tenenmoshrotes m^aiduros d^ed a^t.o, que son los esgrae-jes que deben ernplearse para destacar losescudetes, y, al contrario, si hiciéramos elinjerto en la primavera, llamado a ojo vivn,no dispondríamos de brotes nuevos, sinoempe^ados a brotar o con yemas hinchadaspor la nueva savia, y en condiciones impro-pias para el buen éxito de la injertación:

Los esquejes o ramillas para destacar lasyemas a emplear en la primavera, o sea aojo vivo, hay que cogerlos de los árboleshacia el mes de enero y conservarlos, en laforma que luego diremos al tratar de la in-jertación por púra o estŭquilla; pero lo pri-mero que hay que hacer al destacar los es-

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quejes de los árboles, sea para la época queiuere, es quitar la hoja, dejando sólo el ra-billo, pues de lo contrario las hojas evapo-rarían pronto la poca savia quA pudierantener dichos esquejes.

Ya tenemos los patrones o plantitas delvivero perfectamente in^ertados, y algun^svueltos a injertar, por no haberse efectua-do la soldadura en la primera tentativa ; loshemos revisado, para aflojar, en su caso,.la.s ligaduras, y también tuvimos la precau-ción de rotular las filas de injertos, ponién-doles los nombres de las variedades de man-zanas que fueron elegidas para su repro-ducción y plantación en nuestro predio.

Hacia el mes de febrero podemos proce--der a podar el patrón en el punto ^a (fig. I I),con lo que obligaremos a la yema injertadaa brotar vigorosamente, pues si le hubiéra-mos dejado al arbolito esa parte superior,a ella hubiera acudido la savia primaveral,.por la tendencia que sabemos, y no debemos.olvidar, tienen las partes altas y verticales.de atraer la savia.

El nuevo brote tomará la forma b, que. aparece en la figura i2, con su tocón, que^se ha formado con la poda en a, y en el cualhabrán brotado algunas yemas, f ormándo-

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se brotes chupanes, que ayudan a atraerla savia, pero que deben despuntarse paraque no perjudiquen al brote principal b, y,

Fis. rr.-Poda del patrón y desarcollo de la yema in-jertada.

por último, cuando éste se halle bien des-arrollado y vigorosa, podrán quitarse des-de su nacimiento, ^n d, d. Vemos que sehalla atado el brote nuevo al tocón, con una

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;: ,íigadura, para cíue crezca erect^:^, hasta quelos podemos cortar definitivamente por e,en agosto o septiembre, operacícín que sepractica con un corzrillo de mango largo yapoyando el pie en el lado contrario aí quese da el corte, que debe ser lo más rasanteposible, para que no duede apenas tocón y

Fig. i2.-Injerto de botón de flor.

desaparezca pronto el rodete que se sueleformar. Quedando, por tanto, el joven ár-bol en la disposición que se ve en la figu-'ra ^ 3.

Injertos de botones de flor.

Por la gran analogía que tiene este in-jerto con el anterior, ló vamos a estudiar a'continuación, aunque sea brevemente, comoaseveración al cuarto objeto, que antes he-mos mencionado. '

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Se pueden injertar botones de fdor ^^'millas, relativamente jóvenes, ^el rna^ax^o, ^que se sacarán de uno que :^as tenga ^^nabundancia, para ponerlas en otro en el c^eapenas existan estas produccio^s trutet^as.Con ello conseguiremos que uñ ^ianzanoproduzca frutos de otra variedad, y hastapueden p^nerse a un árbol varios botonesde flor de distintas variedades.

Esto no significa solamente, como a pri-mera vista parece, una fantásía de un ca=prichoso cultivador, sino que tiene su apli-cación para corregir el defecto de infertili-dad que pueda ^ener un árbol f rutal, puesal colocar y fructificar en él vários botonesd^e f dor de otra variedad, se le obliga, encierto modo, a seguir fructificando en losaños sucesivos. Esto es debido a que, conmotivo de la fructificación, el árbol se de-bilita y la savia circula con más lentitud yprovoca el aumento de volumen de las ye-n^as y su cónversión, por fin, en botones deflor. Generalmente, esta rebeldía contra lafructificación se observa en los árboles de-masiado vigorosos, aparte de los que natu-ralmente son poco fértiles.

Con las ñguras que presentamos creemosque holgarán 'explicaciones muy detallada;.

a

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En la figura i2 vemos un botón dle flar, a,sacado directamente de una rama, y queafecta la forma de escudete, el cual lo he-nios introducido en la ramilla a injertar b,niarcandn con la navaja una cruz, en lttgar

Fig. i3.-Injerto de botón de flor en extremo de ramilla.

de una T. Se cierran los labios o punta,sde la cruz, una vez dentro el botón, y seliga como lo hicimos en e1 injerto de yema.Da muy buen resultado este injerto en bro-tes vig^rosos, llamados chupones.

En el otro ejemplo (fig. 13) vemos untrozo de ramilla terminal con un botón en

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1<^ punta, a lo qŭe es muy dado el manzano,y el cual, cortado en bisel alargado, paraque su superficie seccionada se ponga encontacto .con el liber, se introduce en la par-te vertical de una T practicada en la ramaque lo recibe. Después, ligar bien, algo másfuerte que en el injerto de escudete deyema•

^ Conviene escoger botones de f lor jóve-nes, sin arrugas, y el injerto se hace desdemediados dé julio hasta primeros de sep-tiembre, según el estado deI tiempo y savia.Se les tiene con las' ligaduras ^hasta mayo 0junio del año siguiente.

INJERTOS DE PUA O ESTAQUILLA

El sistema de multiplica.ción del manza-no por medio del injerto c^e estaquiXla o pú^aes importante pór su mucho uso y buen re-sultado, tanto para el horticultor como parael productor y el particular o a,ficionado, enel que encuentra, éste último, la manera deampliar su colección de variedades o su mo-dificación, con un procedimiento de granatracçión por su belleza, facilidad y utili-dad, a poco que se practique. .

Consiste en injerir en un ¢atrón enrai,za-

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do, más o menos grueso, como veremos, untrozo de ramilla con sus indispensables ye-mas, de la variedad que queramos reprodu-cir, y que dará frutos iguales, sin variaciónapreciable, a los del árbol del que se desta-có ]a ramilla injerida.

En dos grandes grupos pcxlernc^s dividiresta clase de injertos : el llamado de lzevtde-dur^ y el de corona o coronilla. Ambos sepractican de diferentes modos y épocaç,como vamos a examinar.

En términos generales, el injerto dé hen-dedura se emplea en patrones de poco grue-so, desde el que puedé alcanzar el corres-pondiente al de un lápiz, hasta el de unostres a cz^atro centímetros, y en ramas grue-sas hasta en troncos de x 5 y Zo centímetros,o más, que se ha^len en condiciones de me-recer la reinjertación por su buen estado decortexa y sanidad.

Si el patrón es muy delgado, como un lá-piz, se abre vertica.lmente con una serpeta ona.vaja de injertar, no muy afilada, en ellargo aproximado del esqueje o estaquillaque se va a introducir, y la que llevará doscortes laterales hechos con simetría y demodo que queden exteriormente dos tirasde corteza iguales, que han de coincidir con

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las que ofrezcan en los cortes las cortezasdel patrón al ser hendido. Creemos que la.simple inspección de las figuras i4 y i 5bastará para comprender esta forma.-de in-jertar. El de la figura i 5 es el llamadó^°^ia la

Fig• iq.-Injerto de hendedara.

inglesa, y que se emplea más en las estaqui-llas o sarmientos de la vid, que se unen parahacerlos enraizar, Aquí debe suponerse quela parte inferior, A, A, en una y otra figu-r.as, están enraizadas, constituyendo el pa-trón, y las B, B, son los esquejes, que lleva-rán sus correspondientes yemas, que brota-rán para formar el nuevo árbol.

Cuando el patrón tiene ún grueso de dos

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a tres centimetros, se le secciona en formainclinada y se hace en su parte más alta uncorte glano para el buen asíento de Ia esta-quilla (fi^. ih). Se debe procurar que la hen-

Fia, t5.-Injerto de púa, a]a inglesa.

dedura no abarque todo e1 diámetro del pa-trón, pues así se le lastima menos y es sufi-ciente la ranura practica,da para dar cabidaa la parte seccionada de la púa. Este trozode esqueje, D, se corta en forma de hoja decuchillo de modo que en una parte quede un

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poco de curteza, a, que deberá coincidir conlás cortezas incididas del patrón, C, indis-pensablemente, pues de no ef ectuarse estaunión intima, no hay posibilidad de que sehaga la soldadura del patrón con el injerto.

Si la hendedura se ha efectuado con al-

Fig. Y6•-Injerto de hendedura en patrones gruesos.

guna pericia, debe entrar la estaquilla ajus-tada, golpeándola suavemente y cuidando,sobre todo, lo volveremos a repetir, de quelas cortezas coíncidan perfectamente. En es-te caso no hace falta ligar, pero sí embetu-nar las heridas y cortes producidos en el pa-

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trón, principalmente, y en el injerto, exten-diendo algún buen ungiiento de injertar entodas las superficies cortadas, de modo quequeden absolutamente cubiertas y aisladasdel aire exterior, con lo que conseguiremosuna rápida curación y cicatrización de di-chas heridas.

Injerto doble de hendedura.

Cuando el patrón a injertar alcanza eIgrueso de unos cu^atro centímetros, se hacela hendedura completa, según un diámetro,con la serpeta, cruchillo o f ormón especial,verticalmente, y en una altura proporciona-da a la que tengan las estaquillas prepara-das, que ya pueden ser clos, una para cadaextremo del diámetro rajado.

De los esquejes qtte se tengan a disposi-ción, según la época en que se verifique laoperación, como luego veremos, se escogela parte central, despreciando la superior,que suele tener yemas demasiado germina-das, y también la inferior, por lo contrario,por acusar sus yemas poco desarrollo. Deesa parte central se corta la longitud sufi-ciente como para que quede una estaquillacon dos o tres yemas, que es suficiente, y

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en ella se dan dos cortes, según se ve en Ede la figura i$, de modo que*por los ladosquede la corteza b, que ha ^ie comcidir conlas dos que aparecen en cada lado de la hen-

T• P^

Fig, ry.-Cuchili'o de injertar.

dedura practicada en el patrón F. Tambiénpuede hacerse el corte en la forma D, queaparece en la figura i9, con entalladuras omuescas para un asiento más perfecto so- ^bre el patrón.

Para meter con facilidad las dos estaqui-llas basta separar la hendedura con la ho}a

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del cuchillo o serpeta. También puede intro-ducirse una c^ñita de madera dura o hueso,en el centro de la referida hendedura, de mo-do que no estorbe a la colocación de las púas,

Fig. i&-Injerto doble de hendedura.

que quedarán aprisionadas al ser retiradala cuña que metimos provisionalmenté.

Injerto de corona.

Puede practicarse ía injertaci^ón, por elsistema de estaquilla, en patrones de mayor

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es^pesor, en troncos y ramas gr,^iesas de ar_-mazón, con gran utilidad pa^^ la ft^titi^cqtura en la reorganización dQ vergel^s, l^rmedio de la reinjertación, comcfi;.ve^retridPS altratar este asunto en capítulo aparte.

Claro es que, tratándose de injertar tron-cos o ramas de mucho diámetro, no es fá-cil hendirlos.

De aquí ha nacido el sistema de injerta-ción por corr^yuz, que consiste en injerir lapúa, entre la corteza y la madera, de variasmaneras, según vamos a verlo y exami-narlo.

Se corta el tronco o la rama. gruesa per-pendicularmente a su eje, con sierra o se-rrucho, operación qúe puede hacerse ĉonalguna antelación, pues así la savia acude alborde de la, corteza seccionada, benefician-do el prendimiento. En el momenta que seva a operar se alisa la superficie cortada,quitando las rebabas y refrescando la he-rida.

Las estaquillas se preparan eligiendo tro-zos de los esquejes con yemas de buen des-arrollo, pero sin empezar todavía, ,a. brotar.En cada trozo de esqueje se dejan dos o tresyemas, lo que supondrá una lpngitud de es-taquilla de ocho a diez centímetras, y en

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uno de los extremos se hace un corte, deunos cuatro centímetros, en forn^a de picode flauta, G, figura ig, con entalladura, a,para su buen asiento, o sin ella, según se

Fig. ig.-Injerto de torona.

ve en H, más sencillo y expeditivo, cuandosea,n much'os los árboles a injertar.

. Para introducir la punta de la estaquillasé hace sitio, entre la rnadera y la corteza,con una espátula dura, boj o hueso, y enese hueco se mete la púa preparada de modoque ^ la parte seccionada se adapte a la ma-^íera del patrón y quede la corteza contra la

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misma de éste. Sucede frecuentemente que,al meter la cuña o espátula, se resquebraja,de un modo desigual, la corteza, por lo quesuele ser preferible el cortar previamentela corteza del patrón, verticalmente, en unaaltura de unos cinco ceutímetros en los pun-tos en los que se van a colocar las estaqui-llas preparadas. De esta manera puede ba-jar más, en la ranura abierta, la yema in-ferior de la púa preparada, teniendo cuida-do de hacer el corte desde un poco más arri-ba de la referida yema.

Se comprenderá que, hallándose la yemarnás baja que el borde de la sección dada alárbol, al brotar la misma formará una ra-milla más resistente y meno ŝ expuesta, portanto, a su rotura por el viento y otrosagentes exteriores que si hubiera nacido enla parte media o alta de la estaquilla colo-cada.

Terminada la introducción de las esta-quillas en todo el Perímetro del corte, con-viene apretar o ajustar laŝ cortezas contralas estaquillas puestas, para lo cual se ata-rá c^n rafia u otra ligadura, comenzandopor la parte superior.

Una variación de este sistema de injer-tar por corona se viene empleando hace ál-

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gunos años en ltalia, y lo vamos a des-cribir someramente, ya que da buen resul-tado, s^gún lo hemos experimentado.

Se empieza por colocar la ligadura entodo el contorno o circunferencia del corte,e igualado, como hemos dicho, y desde elmismo borde, con una atadura bien adapta-ble, como es la ra f ia-, en una altura de cua-tro a cinco centímetros (fig. ao).

A continuación se marcan con un láhizlos puntos en los que se han de introducirlas estaquillas, Ias que no deben espaciarsemás de cinco centímetros, por lo que luegoaclararemos, y en seguida se preparan laspúas, H, en la forma ya explicada; perose quitará toda la corteza, opuesta al biselpracticado (fig. 20), en toda la altura desde4a base del ajo, a. Sin pérdida de tiempo semeterá en los púntos prefijados en el pa-trón una puntiaguda espátula, que se ten-drá preparada, de materíal duro, entre 1acorteza y la madera, en ^tina altura propor-cionada al largo de la parte descortezada,y en cada una de estas cavidades se intrá-ducirá una estaquilla, forzando un poco,para lo cual se le ayudará a meterse, pe-gándose suavemente, con el mango de laserpeta o cuchillo, hasta que coincidan per-

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fectamente la corteza de la púa y la del mu-ñón del patrón descabezado.

En segttida debe procederse a embetu-

Fig. zo.-Una variante del injerto de corona.

nar, todo el circulo seccionado, de una ma-nera completa, tapando perfectamente lasheridas que queden al descubierto en las ba-ses de las estaquillas y hasta los cortes su-périores de las mismas.

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INJERTOS POR APROXIMACION

Aunque de menos importancia que losanteriores, rinde también este injerto algu-na utilidad en el manzano.

5e diferencia virtualmente esta clase deinjerto de los otros estudiados en que el pa-trón y el injerto son dos sujetos e^irai^wad^os.

En el manzano se emplea bastante estesistema de injerto, en las formas bajas ypodaa^as, llamadas de cordón, ^tanto en elcaso de que vayan los cordones en el mis-mo sentido o que vengan a unirse sus pun-tas o ramas de prolongación.

En este último caso, cuando se han pro-longado tanto los cordones que lleguen aalcanzarse, en lugar de dejar que se crucen,se unen con un injerto de aproximación, yya quedan formando como un solo árbol yla savia pasa del uno al otro.

Supongamos que los trozos A y B de ^lafigura 2I pertenecen a dos ramas de pro-longación de dos cordones, que se hallanplantados a cierta distancia, pero que susbrotes se han alcanzado y cruzado. En estecaso se hacen dos entalladuras, una en cadarama, y se únen, procurando que las cor-tezas coincidan, como siempre, para que se

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, _,.. g r _

su^elde^t. 1^ fin de asegurar esta íntimaunión bastará ligar con suficiente fortalPzaambas partes, pero sin hérir las cortezas ytenierdo cuidado dc vigilar después v afln-jar, en su caso, las atadtiras.

Cuando los cordones van en el misrnosentido y la rama de prolongación alcaneaa la curva del tronco del cordón siguiente,

^ a '^^^`^ -4^.t^.s

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^°,R^..^s^

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Fig. zt•-I^^jerto por aproximación en brotes cruzados•

se hacen también mue ŝcas en ambos y seunen con una ligadura apropiada.

S'i se quiere asegurar más aun la uniónen este injerto de aproximación, se puedeemplear el sistema llamado inglés, que con-siste en hacer en las entalladuras o mues-cas practicadas en las partes a unir, un cor-te hacia su tercio, de modo que se formeuna especie de esquirla, y en la otra ratnaótro corte semejante, pero en sentido con-trario, para que puedan enganĉharse lasdos partes al unirlos. Greemos que será su-

^,

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ficiente la inspección de la figura 23 paracomprender cómo se practica esta varian-te. Se liga como en el caso anterior, y noestá demás el tapar las grietas de las unio-nes con un buen betún de injertar, que im-

` i. z2.-Injerto por aproximación en "cordones" de igual

dirección.

pedirá la entrada del aire exterior en las he-ridas.

Este injerto se ^ace en la época de la sa-via en movimiento-por ejemplo, en mayoy junio-pero hasta la primavera siguienteno conviene ejecutar el destete, que se veri-fica cortando en a, a, a (figs. 2I y 22) lo so-brante de las ramas unidas, de una vez obien paulatinamente, ernpezando por la pun-

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^ y llegando, con dos o tres cortes, a'qui^,^tar del todo, para así no paralista^ r^perl- "tinamente el movimiento mutuo ^de la s^.via.No estará demás el embetunar ei punt^o,cot',-t^do, así como vigilar el nacimiéx^to d^. br^a=tes en las partes superiores de lás t-^Q,as in- °jertadas, los que, en general, son ^hupones

Fi6. Z3.-Injerto inglés.

que toman demasiado desarrollo y perjucan a las ramillas de fructificación, por loque se les cortará desde su nacimiento.

REINJERTO

Esta importante operación frutícola esde gran utilidad, sobre todo para la reorga-nización ĉle los vergeles, que no son otracoŝa que la reunión de frutales de una solaespecie o de especies diferentes, o sea elconjunto de árboles que, vulgarmente, enEspaña se conoĉen con los nombres dema^tizanares o pom,aradas, cuando la espe-

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cie que los componen es el manzano, objetode nuestro estudio.

Que existe la necesidad de esta reorga^li-zación, nadie lo dudará, si se ha tómado eltrabajo de examinar atentamente el estadode nuestros manzanos. Los unos, porqueproducen frutos de mala o mediana cali-dad; otros, porque su aspecto nada díce,como atracción, para una fácil venta en elmercado ; buena parte . de" ellos, los árboles,aunque jóvenes, están desastrosamente for-mados ; la vejez de otros muchos hace queden frutos mal formados, pequeños y rui-nes, y, por último, contemplamos una par-tida importante de esta especie frutal queno dan frutos por hallarse aniquilados porenfermedades, liquenes, muérdago y demáspzrásitos.

Lo primero que se les ocurre a nuestrosfruticultores, para remediar este desastre,es arrancar los árboles defectuosos y p1an-tar otros jóvenes, cuando no los ^ dejan enesa inutilidad permanente. En el primercaso consiguen tener nuevos frutos al cabode sus buenos ócho o diez años de su plan-tación. En ea.mbio, empleando el procedi-miento de la reinjertación, pueden empezar

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a producir los manzanos a los dos o tresaños, y con menos gastos y trabajos.

Esta cuesti.ón ha preocupado mucho a al-gunas naciones, sobre todo en Francia, quese vio invadida, hace algunos años, por fru-tos americanos cuyo aspecto atrayente, sa-nidad y buena presentación hizo que lascompras en el mercado se fueran hacia esosfrutos, abandonando los del país, de no tanbuen aspecto, bastante agusanados y no tanbien presentados.

Para remediar este estado de cosas em-pezaron gor adoptar, en el Congreso Po-mológico, celebrado en Angers en 1934^ unnúmero limitado de variedades de manza-nas, pues comprendieron que eran demasia-das las que existian, alguna de ellas de me-diana calidad.

Y esta elección la hicieron por re f erén-dum entre los fruticultor^s de ^los distintosdepartamentos de la nación.

A estas variedades elegidas las declara-ron nacionales, sin perjuicio de que se cul-tivaran otras, seleccionadas, con denomina-^ción de region^ales.

De estas variedades naciona^es, así ele-gidas, se fueron sacando esquejeŝ en losdistintos departamentos y reuniéndolos en

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depósitos especíales, para luego, de allí, dis-trihuirlos por toda Francia.

Para la reinjertación de un árbol es pre-ciso que su tronco y ramas gruesas, en suparte baja por lo rnenos, se hallen sanos, sinresquebrajaduras importantes, chancro uotros defectos y enfermedades.

El sistema más generalmente admitidoconsiste en seccionar las ramas a 40 ó gocentímetros, a lo sumo, desde su nacimien-to, con cortes de sierra normales a su direc-ción, y demás precauciones que hemos dadaantes para la. injertación por corona, (figu-ra 24).

Una variante en el sistema de reinjerta-ción, para cambiar la. variedad en un manza-no, es la practicada en Nueva Zelanda, segúnlo describe una revista inglesa, pero que yavemos se viene practicando también en Eu-ropa, y la cual consiste en conservar todaslas ramas de armazón, o sea sin cortarlascerca de su nacimiento, como en el ca.so an-terior. Para ello se seccionan durante el in-vierno las ramas secundarias y todas lasramifica.ciones laterales, dejando el árbolrapado. Después, a la venida de la savia, yen el eŝplendor de ésta, se van injertandoramillas o trozos de esquejes conservados,

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Fig. 24. Manzano reinjertado, al que se le injertaronlas púas sobre las ramas y no en el tronco.

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en todo el contorno de las ramas, desde subase hasta la punta, aiternando, y a unos25 centímetros unas de otras. La parte altade la rama se corta normalmente, y en lasección que queda se hacen injertos de lzc^i-dedura, o en coyo^^a, según el diámetro queresulte, y por el procedímiento que hemosexplicado antes.

Veamos cómo. Se hace en la rama de ar-maz.ón A(fig. z5) un corte vertical de unostres centímetros, o ligeramente inclinado,con la punta de la navaja, de modo que in-terese sólo hasta la madera, en forma de 7.Se levanta la parte triangular del siete conla espátula del cuchilla, dejando pegada laotra parte derecha del trozo vertical. Antesha debido prepararse la estaquilla B, comovimos para la injertación por carona; peroen b se hace un corte, levantando una ligeraparte de la corteza de la estaquilla para quese adapte a la corteza vertical derecha delsiete, que ha quedado adherida. Se mete concuidado la punta de la púa y se desliza has-ta que quede metida la parte cortada de•aaestaquílla, conforme a lo que se` ve en A.La parte de corteza, triangular que se haseparado antes se rebate sobre la estaquillametida, y para más seguridad se clava una

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pequeña punta de París, a, que aparece en1a referida figtxra 25. Convíene iambié^embetunar toda la zona herida pára qúé tto ► ,penetre el aire.

Fig. z5.-Reinjerto en la rama de armaaón.

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Las estaquillas pueden hacerse de unalongitud como para que contengan una solayema, o también cuatro u ocho, y hasta te-ner una yema terminal, a lo que es muydado el manzano. Los ojos de arriba deben`partir a madera, y los inferiores convertir-se en botoy^es de f lor.

Los partidarios de este sistema dicen queeste modo de injertación tiene la ventaja deque en dos años un árbol queda reconstituí-do, y que puede empezar a fructificar al se-,gundó año.

Opiriamos que por este procedimientocabe modificar por entero un manzano;pero creemos que en ^la práctica brotaráninnumerables yemas adventicias de Ia va-riedad anterior.

EPOCAS DEINJERTAR

La mejor época en que generalmente serealiza el injerto de estaquilla es en la pri-mavera, hacia los meses de abril o mayo,según la climatología de la localidad y el^estado más o menos adelantado de la esta-ción. Con más precisión, los horticultoresmodernoŝ señalan como dato práctico y pre-^ciso el momento en que la variedad ^ que va-

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mos a injertar debe hallarse en flor, sir-viéndonos, por tanto, de guía el que otrosmanzanos de la misma variedad se hallenflorecidos.

Muchos horticultores se apresuran a in-jertar temprano, encontrándose con poca.savia y dificultad de poderse desprender fá-cilmente las cortezas en el injerto de coro-na. No hay que apresurarse, sino esperara que el patrón esté f ras^cdmente en savia,y el injerto o estaquilla a punto de entrarera ella, ^o sea más atrasado.

En algunos países se empieza a practicareste injerto en otra época del año, cuandola savia declina en fuerza .y cantidad, haciaseptiembre y aun octubre, con injertos, cla-ro es, cogidos de los árboles en esa época.,en la cual los brotes anuales, que son losque deben emplearse, se hallan completa-mente desarrollados y ^raaduros. En estemomento, la savia contenida en el patrón yen la estaquilla es suficiente para provocarla. soldadura de estos dos elementos, perono tanta como para hacer ^brotar inmedia-tamente a las yemas del injerto. •

Otra ventaja tiene esta injertación de finde verano u otoño, y es que si algunas es-ta.quillas no prendieran como deben hacerlo

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en la primavera, nos quedaba la opción dehacer en esa estación nuevos injertos en lospuntos donde se efectuaron los fallos.

Los esquejes para injertar en estaciónprimaveral se destacan cle los árboles en losmeses de diciembre o enero, y se meten, enmazos etiquetados, en tierra suelta o arena,contra un muro mirando al Norte, pudién-dose dejar las puntas a flor de tierra, paraver cuándo las yemas superiores se engor-dan, como indicio de su próximo desarrolloy momento de ser empleados dichos esque-jes, cortándolos en trozos o estaquillas, se-gúri lo hemos dicho. Cuando esas yemasterminales están a punto de brotar, las deen medio o centrales, que son las preferidaspara su empleo, se hallarán todavía empe-zando a engordar y en condiciones de serinjeridas en el patrón ya preparado.

En todos los casos, cuando se destacanlos esquejes del árbol, se les debe quitar enseguida las hojas, dejándolas solamente ,elrabillo o pedúnculo, pues si dejáramos lashojas, éstas absorberían la savia del esque-je, quedando inútil para la injertación.

Vamos a razonar el por qué deben colo-ea.rse las estaquillas cada cinco o seis cen-tímetros en el ^injerto de corona.

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I.as estaquíllas coloca.das atraen la saviaque sube del patrón, por lo que si se espa-cían a mucha distancia unas de otras, la sa-vía deja de ascender en esos espacios inter-medios, la corteza se reseca, se desprende yse ptzdre, y con ella la madera que está de-trás.

Si las dos estaquillas que hemos colocadoen el injerto de hendedura parten a maale-ra, desarrollándose normalmente, cuandoestén bien constituídas y vigorosas se debequitar una de ellas, ^a más débil, la que for-mará la copa del futuro árbol, tpues si sedejan las dos, la formación no es tan per-fecta, y, además, el árhol con dos ramasprincipales tiene tendencia a desgajarse porla acción del viento y demás fuerzas exte-riores.

Si en el tronco o rama que ,hemos injer-tado nacen alguno ŝ brotes o ramillas de ye-mas adventŭcias, o e^isten ya algunos pe-queños brotes, no hay inconveniente en de-jarlos, pues son llama.na-vias, que atraen laque sube por el patrón, y contribuyen a vi-gorizar y aurrientar la que llega a las esta-quillas, beneficiando el brote y desarroílode éstas; ahora bien, no se les debe dejarque se vigoricen demasiado,. pues podrían

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perjudicar a los brotes del injerto, por loque se les despuntará, dejando solamentealgunas hojitas de la parte inferior, parahacerlas desaparecer desde su nacimiento,cuando ^ayan desarrollado cumplidamentelas estaquillas del injerto.

Recomendamos también el que se prote-jan las tiernas ramillas brotadas en el in-jerto, que pueden ser tronchada ŝ por elviento, pájaros u otras causas, lo que pue-de hacerse con ramas secas, que se ataránen el tronco.