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Manifiesto Capitalista Revolucionario
Hacer obrar a un pueblo en contra de las condiciones
particulares de ser como pueblo libre, es malgastar su actividad,
es desviarlo del progreso y es encaminarlo al retroceso...
Esteban Echeverra
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Ttulo: MANIFIESTO CApITAlISTA REvOluCIONARIOEdicin de Autor:
Pablo RuedaArte de tapa: Pablo Rueda
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puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en forma alguna, ni
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por parte del autor.
Su infraccin est penada por las leyes 11.723 y 25.446
Impreso en Argentina. Printed in Argentina.
Rueda, Pablo Manifiesto capitalista revolucionario. - 1a ed. -
Buenos Aires : el autor, 2010. 68 p. ; 20x14 cm.
ISBN 978-987-05-9569-4
1. Ensayo Poltico. I. Ttulo CDD 320.5
Fecha de catalogacin: 08/10/2010
Disponible esta publicacin como ebook en:
www.publicatulibro.com.ar/manifiestos
2010 Primera Edicin2011 Segunda Edicin
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Manifiesto Capitalista Revolucionario
pablo Rueda
2010
Buenos Aires
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para mi viejo
para mis hijos Antonia, Segundo y vicente
para Andrea, mi hermosa mujer
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pARTE I
1. A modo de introduccin
Este no es un trabajo profundo, ni detallista ni ilustrado. No
por virtud sino por defecto.
Ser corto, concreto y brutal como usualmente me califican otros
con razn. No se expresarme de otra forma. Desde nio busqu las
grandes respuestas y le escapo a los detalles. Siempre tuve ms
inters en delinear trazos gruesos que pinceladas finas.
Como abogado, sin perjuicio de aprender una o varias
especialidades, soy lo que se dice un generalista por eleccin. Mi
vocacin siempre fue ser un buen abogado y no un experto en un rea
especfica. Me interesa entender de impuestos, de servidumbres, de
biogentica, del negocio del abogado, del funcionamiento del aparato
judicial, de la psicologa del juez, etc.
Como cocinero no me exijan usar relojes ni balanzas, ni seguir
al pie de la letra la receta. Obviamente le escapo a las tortas,
pero me animo tanto al Thai como al risotto, y me gustan tanto las
ostras como la morcilla con pur.
Si prenden las ideas que pretendo transmitir en este libro,
invito a otros mejores a que les den contenido, a que le den mayor
precisin, incluso que las corrijan y mejoren, y aporten
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el detalle que se requiere para que estas divagantes intuiciones
se transformen en comprobables herramientas de cambio.
Este esbozo trata de un ideal revolucionario que, por su
naturaleza pacfi ca, no puede funcionar como pueden hacerlo las
revoluciones violentas con sus tpicas contradicciones y superfi
cialidades. No se trata simplemente de matar a unos malos o mandar
a todos los burgueses a trabajar al campo.
La revolucin que aqu se propone solo se consigue con un libre y
serio consenso de la gran mayora de los argentinos. Para lograr
esto se necesita que antes los especialistas, tcnicos y expertos
diseen su trazo fi no.
Este libro o folleto es una sntesis de un posible remedio para
la Argentina. Ese remedio es una revolucin educativa en el marco de
un modelo capitalista.
2. las revoluciones no muerden.
Casi siempre asociamos el trmino revolucin con el de violencia.
La historia que nos venden valida esta apreciacin. Sin embargo, lo
cierto es que existen importantes revoluciones pacfi cas muchas
veces omitidas en nuestros libros de historia, y mucho ms en
Hollywood. Algunas ejemplos de ello son la apertura democrtica en
Corea del Sur despus de la guerra, la apertura de Vietnam a la
inversin privada a fi nales del siglo pasado, la democratizacin de
Chile al fi nalizar la dictadura de Pinochet, y tambin la Ley 1420
de Educacin Pblica de
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Argentina as como las reformas educativas de Jos Pedro Varela en
Uruguay.
Las revoluciones no son inevitablemente violentas. Es ms, las
revoluciones autoritarias o elitistas se desvanecen como los
nubarrones, luchando por aniquilar el enemigo como si ese fuese su
nico objetivo. Las grandes promesas de cambio nunca llegan, y las
injusticias del pasado, que tanto se invocaron para justificar la
revolucin, terminan siendo extraadas si se comparan con las
atrocidades y privaciones de la post-revolucin.
Muchas revoluciones son violentas porque es el mtodo ms fcil
para imponerse sobre el otro. Ruedan cabezas pero nada cambia.
Las revoluciones pacficas e inclusivas han logrado imponer, de
manera mucho ms efectiva y permanente, los cambios que se haban
propuesto. Pueden y han existido revoluciones construidas en base
al consenso de la gente, a polticas de estado que se compartieron y
respetaron desde la izquierda hasta la derecha, desde arriba y
desde abajo.
Sin embargo, hay que reconocer que an siendo pacfica, toda
revolucin necesita hacer cambios que duelen y afectan derechos
adquiridos. No se trata de causar grandes daos pero si es necesario
cierto dolor que acompaa todo cambio.
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3. Bases de la Revolucin.
Las sociedades funcionan como los individuos. As como nos cuesta
enormemente superar nuestras neurosis o histerias, las sociedades
psicolgicamente enfermas como la nuestra difcilmente cambian en la
misma generacin que resuelve el cambio. Apostar a que nuestras
instituciones comenzarn a funcionar porque nosotros empezamos a
votar polticos probos e idneos que logran imponer un buen
comportamiento social en nosotros mismos, es una simple utopa.
Cuando por casualidad asuma un Presidente probo e idneo nuestros
parsitos sociales que son ms fuertes que nosotros mismos se lo
comern al poco tiempo.
Estamos demasiado enfermos socialmente para tal auto-correccin.
Pero no estamos tan enfermos como para no darles una oportunidad a
nuestros hijos.
Podemos darles a nuestros hijos la oportunidad de cambiar el
pas. Ms all de todas las explicaciones cientfi cas acerca de la
importancia de la educacin en el desarrollo de las naciones, por el
slo hecho que una sociedad decida reconocer sus defi ciencias,
apostar a sus hijos y darles la oportunidad del cambio, tiene
garantizado el xito. As de fcil.
Algunos fenmenos histricos sirven de antecedentes a la revolucin
educativa que proponemos. Por ejemplo, nadie discute la infl uencia
de la escuela pblica y gratuita de Sarmiento en la existencia de
nuestra clase media. Tampoco puede discutirse la relacin entre la
dignidad y nivel de los
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uruguayos humildes y la poltica educativa del Jos Pedro Varela y
sus continuadores hasta hoy da.
Proponemos ser muy paternalistas cuando hay que serlo: cuando
criamos a nuestros hijos. Y a la misma proponemos abandonar el
paternalismo respecto de nosotros mismos, transformndonos en
adultos responsables de lo que nos pasa y de lo que hemos logrado o
dejado de lograr.
Hoy los pases asiticos son los que ms dan importancia educacin
para asegurarse su liderazgo en la actual economa global. Hay mucho
que aprender de ellos.
Si la Argentina algo tiene para ofrecer al mundo es potencial
humano. Ms all del confeso desprecio por nuestro actual
comportamiento social que transpira a lo largo de este esbozo,
habiendo recorrido los cinco continentes, resulta manifiesto
nuestro enorme potencial como individuos, muy superior al de muchos
pases desarrollados.
Por supuesto que hay muchas otras polticas adems de la revolucin
educativa que hay que ejecutar. Pero estas son elecciones de rumbo,
implementaciones de la nueva poltica capitalista que veremos ms
adelante. Pero no son ni revolucionarias ni condicionantes de la
revolucin. Los argentinos podran elegir polticas distintas e
incluso polticas socialistas, e igual ejecutar la revolucin
haciendo que todos nuestros hijos alcancen sus dieciocho aos bien
alimentados, con salud, y con un nivel educativo comparable al de
cualquier otro argentino.
Garantizar la salud, alimentacin y educacin de todos los
ciudadanos hasta sus dieciocho aos no es compasin, no
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es caridad ni regalo. Es una obligacin. Es ser padre cuando se
tiene el deber de serlo. Despus de los dieciocho, habiendo recibido
buena salud, alimentacin y educacin, cada uno tiene el derecho y el
deber de ser digno y ser responsable de dar algo a la sociedad que
la sociedad est dispuesta a retribuir.
No existen planes sociales que igualen para arriba ms que la
educacin. Si el Estado provee todas las necesidades alimenticias,
de salud y de educacin, incluyendo transporte escolar, tiles,
desayuno, almuerzo y merienda, de todos y cada uno de los nios
menores a dieciocho aos, no se necesitan ms planes sociales,
excepto por algunos puntuales para situaciones justifi cadas
(discapacitados, tercera edad, etc.). Aquel que recibi adecuada
alimentacin, salud y una buena educacin hasta sus dieciocho aos
difcilmente necesite ms ayuda en el futuro.
Para realizar estos cambios la Argentina necesita generar un
cambio con espritu y conducta revolucionaria. No por mesinicos sino
por lo consolidado de nuestra enfermedad social. Somos demasiados
los que vivimos y dependemos del presente modelo enfermo.
Hipcritamente nos quejamos de lo mal que estamos pero al mismo
tiempo participamos del mismo haciendo negocios con el Estado,
evadiendo los impuestos, cortando calles, copindonos en el colegio
o siendo oquis. Lo cierto es que la gran mayora de nosotros evade
impuestos, la gran mayora de nosotros coimea y la gran mayora de
nosotros no est dispuesta a arriesgar nuestra propia riqueza en
hacer un negocio de largo plazo en nuestro pas. La gran mayora de
nosotros culpamos al otro de todos nuestros males y nos negamos a
reconocer cualquier responsabilidad en nosotros mismos.
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Todos somos entre algo y muy tramposos, y siempre tenemos una
excusa que lo justifique.
Los pases pueden perder rumbo y muchas veces lo han perdido.
Argentina es un perfecto ejemplo de ello. Tambin es cierto que
Argentina no es el nico ni el peor caso. En la historia del mundo
ha habido muchsimos otros casos de pases que perdieron el rumbo.
Durante el llamado Siglo de Oro, Espaa era el pas europeo con mayor
nmero de alumnos universitarios y gozaba de un verdadero esplendor
literario y artstico. En todos los campos de la cultura produjo
grandes creadores. Luego casi todo se perdi en una larga
decadencia, hasta la vuelta de la democracia despus de Franco.
Hoy existe una idea generalizada en el mundo acerca de Argentina
como pas fracasado. La Argentina como un pas en decadencia. An
cuando nuestra Presidenta quiera mostrar al bicentenario como una
Argentina mejor que la del centenario, solo un ignorante podra
creerle. Rosendo Fraga nos ensea que la Argentina del centenario
tena el primer PBI de Amrica Latina, era el pas con menor
analfabetismo, superando a varios pases de Europa. En 1810,
Argentina representaba aproximadamente el 2% de la economa de
Amrica Latina; un siglo despus, en 1910 alcanz el 50% y ahora en el
2010 ha retrocedido al 8%. En 1910, el PBI de Brasil era la mitad
del argentino y hoy es cuatro veces superior.
La Argentina est a la deriva rematando su ya escasa riqueza sin
hacer nada para crear nueva riqueza en el futuro. As como la
Argentina se presenta como un pas en decadencia, tambin es hoy una
gran oportunidad para consensuar un cambio de rumbo. Es ese cambio
de rumbo el que proponemos en este Manifiesto Capitalista
Revolucionario. Se propone como una
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revolucin para el largo plazo, y como tal, incompatible con casi
todas las ideas e intereses que hoy determinan nuestro presente.
Para abrazar esta revolucin hay que estar dispuesto a pensar el
mundo y la Argentina en cincuenta aos y estar dispuesto a construir
un proyecto cuyos mayores benefi cios podrn apreciarse (en nuestros
hijos) recin en diez o veinte aos.
El carcter revolucionario del manifi esto capitalista
revolucionario consiste en una revolucin educativa que alcance el
ms efectivo y alto grado posible de derecho de igualdad de
oportunidades para todos y entre todos los argentinos. En otras
palabras, hacer que todos los argentinos tengan las mismas
herramientas que los dems para construir ellos mismos su
futuro.
Y qu mayor derecho de igualdad de oportunidades que garantizar
que cada uno de nuestros hijos alcance sus dieciocho aos con
alimentacin, salud y educacin bilinge garantizada. Por ello, este
Manifi esto Capitalista Revolucionario propone una revolucin social
a travs de un proyecto educativo revolucionario.
Se trata de construir una mejor sociedad, donde an existiendo
ricos y pobres, todos los ciudadanos desde el nacimiento hasta el
fi n del nivel secundario tengan absolutamente garantizados
estndares de alimentacin, salud y educacin adecuados para
permitirles construir su futuro con dignidad y en igualdad de
condiciones como cualquier otro argentino.
Se trata de seleccionar polticas educativas y sociales para los
menores, histricamente ms parecidas a las de los
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pases socialistas que los capitalistas. Ms parecidas a las de
los pases asiticos que a los occidentales. Se trata de elegir por
una presencia activa y total del Estado en los nios de hasta 18
aos, asegurndoles todas y cada una de las necesidades alimenticias,
educativas y de salud, con los mejores estndares a nivel nacional y
de ser posible a nivel internacional.
En otras palabras, el Estado, por s o a travs de empresas
privadas, ser responsable por el transporte escolar, tiles
escolares, vestimenta escolar, control de salud, vacunacin, y
alimentacin de cualquier nio de Londres, Catamarca, o la Matanza,
Provincia de Buenos Aires. Tales servicios sern otorgados en forma
absolutamente gratuita.
Obviamente el que quiera acceder a una escuela privada podr
hacerlo estando a cargo de sus padres o tutores todos los costos
asociados.
Pero en todas las escuelas pblicas del pas, ya sea de Londres,
Catamarca, o la Matanza, Provincia de Buenos Aires, los nios
recibirn formacin acadmica de doble escolaridad, de primer nivel,
bilinge, actualizada y ajustada a sus races culturales. Tambin
podrn desarrollarse fsicamente a travs de deportes. Todo
absolutamente gratuito y garantizado por el Estado.
Y esto es la revolucin? Absolutamente. No solo es una revolucin
por el cambio y el esfuerzo que significa, sino que el resultado de
su implementacin ser una revolucin social que cambiar el rumbo de
la historia argentina. Imagnense el efecto social resultante de que
el Estado asuma la responsabilidad absoluta de garantizar que el
ciento por ciento de los argentinos alcance sus dieciocho aos (i)
sano y
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alimentado; (ii) con estudios secundarios completos de nivel
igual o superior a los colegios privados; y (iii) sabiendo hablar
fl uidamente ingls o portugus, y en su caso, la lengua del pueblo
originario al que pertenece.
Garantizar acceso a todos los argentinos a una primaria y
secundaria de doble escolaridad con todas sus necesidades de
alimentacin y salud cubiertas por el Estado es revolucionario
porque es sufi ciente para otorgar a cada argentino el derecho de
contar con las mismas oportunidades que sus pares. No signifi ca
que seremos todos iguales. Tampoco signifi car una absoluta
igualdad de oportunidades. Pero si ser un cambio revolucionario que
signifi car la mejor expresin posible de la justicia social.
Afectar radicalmente las causas de la desercin escolar, de la
desnutricin infantil, de la droga, de la delincuencia juvenil, de
la marginacin social, de la desigualdad social, etc., etc., etc.,
etc.
Este cambio casi por si solo modifi car el funcionamiento
perverso de la sociedad argentina.
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4. la Revolucin Educativa
La revolucin educativa producira mayores beneficios sociales que
todos los planes sociales de la argentina hoy vigentes. Sumados. Es
ms, superara cualquier otra poltica de igualdad social en la
historia del mundo. Se trata de brindarles a las generaciones
futuras las mejores herramientas que les permitan construir por si
mismos sus vidas en un mundo caracterizado por la globalizacin y el
avance exponencial en tecnologa de la informacin.
En el mbito extra-acadmico, se trata que todos los nios del pas
amanezcan para ser recogidos por un transporte escolar gratuito
provisto por el Estado. Podr ser combi, caballo, helicptero, jetski
o 4x4, segn resulte necesario. El transporte escolar ser un nuevo
servicio pblico como hoy lo son otros servicios como el de
transporte ferroviario o de transporte y distribucin de gas natural
o agua corriente. Ser gratuito y de alcance nacional para todas las
escuelas pblicas. Obviamente requerir de una descentralizacin
administrativa a los efectos de que por el principio de proximidad,
el servicio se ajuste a las necesidades particulares de cada regin.
Adems no deber ser prestado por el Estado. Debe ser prestado por
distintas empresas privadas a quienes se les adjudique el servicio
en distintas reas por licitacin pblica. De esa forma, se podr
comparar calidades de servicio y bajar progresivamente sus costos.
La existencia de este servicio limitar al mximo la desercin escolar
y adems la pondr en clara evidencia cuando esta se manifieste.
Adems permitir que los docentes visiten los hogares de sus alumnos
y que el servicio se utilice
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para los programas de deportes y extensin acadmica de los
alumnos. Con la contratacin de los seguros requeridos para la
prestacin del servicio se garantizar la no exposicin del Estado a
los riesgos inherentes a la prestacin del mismo.
Todos los nios al llegar a su escuela pblica recibirn el
desayuno, luego el almuerzo, al fi nal del da escolar la merienda.
Este ser un nuevo servicio pblico gratuito de alcance nacional.
Obviamente requerir de una descentralizacin administrativa a los
efectos de que por el principio de proximidad, el servicio se
ajuste a las necesidades particulares de cada regin. Debe ser
prestado por distintas empresas privadas a quienes se les adjudique
el servicio en distintas reas por licitacin pblica. De esa forma,
se podr comparar calidades de servicio y bajar progresivamente sus
costos. La existencia de este servicio tambin contribuir a limitar
al mximo la desercin escolar. Como la escuela ser de doble
escolaridad, tanto el desayuno, el almuerzo y la merienda sern
brindados en la escuela. Con la contratacin de los seguros
requeridos para la prestacin del servicio se garantizar la no
exposicin del Estado a los riesgos inherentes a la prestacin del
mismo. Obviamente la dieta ser programada con altsimos estndares de
calidad nutritiva.
Todos los nios del pas tendrn actividades deportivas provistas
por el Estado. Ser un nuevo servicio pblico gratuito de alcance
nacional. Requerir de una descentralizacin administrativa a los
efectos de que por el principio de proximidad, el servicio se
ajuste a las necesidades particulares de cada regin. Podr ser
prestado por el Estado o por distintas empresas privadas a quienes
se les adjudique el servicio por licitacin pblica. La existencia de
este servicio brindar uniformidad en la calidad del servicio en
todo el pas, y le
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dar la oportunidad a los mejores de acceder a una educacin
deportiva especializada de primer nivel. Con la contratacin de los
seguros requeridos para la prestacin del servicio se garantizar la
no exposicin del Estado a los riesgos inherentes a la prestacin del
mismo.
Todos los nios del pas tendrn garantizada su salud a travs de la
escuela. Requerir de una descentralizacin administrativa a los
efectos de que por el principio de proximidad, el servicio se
ajuste a las necesidades particulares de cada regin. Podr o no ser
prestado por el Estado. Cada nio tendr un mdico de cabecera
responsable de su historial mdico y control peridico. Los nios sern
vacunados en la escuela.
Todos los nios del pas tendrn la vestimenta escolar y todos los
libros y tiles escolares provistos por el Estado en forma gratuita.
Tales bienes sern provistos al Estado por distintas empresas
privadas. De esa forma, se podr comparar calidades de servicio y
bajar progresivamente sus costos. Los libros y tiles se ajustarn a
las especificaciones de la nueva currcula escolar que se implemente
en el marco de la revolucin educativa.
Lo ms importante. La igualdad de oportunidades no ser una
igualacin hacia la ignorancia sino por el contrario, el Estado
garantizar una educacin primaria y secundaria gratuita, de doble
escolaridad, bilinge, con dos docentes por aula. La calidad
acadmica ser la misma desde La Quiaca a Ushuaia. Los estndares
acadmicos debern ser iguales o superiores a los de las mejores
escuelas privadas nacionales y en el futuro, del mundo.
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Los objetivos sern formar personas: (i) ntegras (respetuosas de
si mismas y respetuosas de los dems), que conozcan, sean orgullosos
y disfruten de sus races, mientras que abracen y sepan navegar
libremente en el mundo en que viven; (ii) con idiomas y
herramientas de pensamientos aptas para enfrentar un mundo (y no un
pas) en permanente evolucin.
La revolucin educativa debe proveer a los estudiantes una
educacin que les ensee a pensar crticamente, a escuchar, y a
comunicarse en forma honesta y efectiva. No se trata de una
transmisin de contenidos sino de la construccin de herramientas
internas. Los contenidos educativos cada vez son menos
relevantes.
El principal objetivo de este manifi esto capitalista
revolucionario no es mostrar un camino de felicidad ni de
bienestar. Su principal objetivo es inducir a tomar un camino de
dignidad. En la actualidad oscilamos entre la pedantera y la
miseria. Somos casi todos seres hipcritas muy irrespetuosos del
otro. Demasiados ricos coimean y evaden, demasiados pobres buscan
vivir esperando que alguien se haga cargo de ellos. Demasiados
polticos y policas curran, hasta tenemos demasiados jueces
coimeros, demasiados sindicalistas administrando empresas
propias.
La revolucin educativa tiene que darle a nuestros hijos un
importante espacio de educacin de valores. Valores de autosufi
ciencia y responsabilidad. Una educacin de convivencia cvica,
respeto por los derechos del otro, de su raza, religin y orientacin
sexual. De respeto del patrimonio pblico y del patrimonio
ajeno.
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Expertos podrn explicar tcnicamente por qu es muy improbable que
un chico de dieciocho aos con secundaria bilinge completa, bien
alimentado y saludable, no alcance un proyecto de vida que le
permita vivir dignamente. Lo cierto es que es as. La pobreza no es
el problema. Los ricos de hace siglos tenan mucho menos que los
pobres de hoy. El problema es la falta de dignidad y el exceso de
explotadores y miserables.
El ingls ser la puerta al mundo laboral y del conocimiento. El
portugus la puerta a nuestro socio principal, y potencial mayor
demandante de cerebros argentinos.
El ingls es hoy una barrera de entrada a la competencia en los
mejores puestos de la empresa privada. Adems, el proceso de
globalizacin en el que estamos inmersos a nivel mundial impone a un
nmero enorme de trabajadores la necesidad de hablar ingls para
poder crecer. El ingls es hoy una de las principales herramientas
para dinamizar la movilidad social y garantizar la igualdad de
oportunidades. Tan solo en nuestro ineficiente sistema poltico
argentino, el no saber ingls no es una barrera de entrada que
impide a cualquiera participar en esa actividad.
El idioma ingls es indiscutiblemente el idioma del mundo global.
Si uno viaja a China se entiende mayormente en ingls. Lo mismo en
Europa, Africa y dems continentes. Tener una poblacin bilinge abre
enormes posibilidades al pas y particularmente a sus ciudadanos.
Los japoneses orgullosos de su idioma tienen menor nivel de ingls
que los chinos y los vietnamitas. Eso hace que las empresas
multinacionales, incluyendo las japonesas, contraten ms chinos y
vietnamitas que japoneses para sus filiales del exterior.
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Las premisas uniformes de doble escolaridad y educacin bilinge
no obstarn a la existencia de diversas currcula optativas, ya sea
de orientacin tcnica, mercantil, etc.
La revolucin educativa necesita realizar un cambio substancial
en la educacin sin romper ni tirar su pasado.
Para eso la revolucin deber comenzar formando nuevas maestras y
maestros bilinges (castellano-ingles) o (castellano-portugus)
preparados para llevar a cabo la nueva currcula. Este proceso
llevar como mnimo unos cinco aos entre que se defi ne la currcula y
se llevan a cabo los trabajos de infraestructura necesarios para
formar a los nuevos maestros. Los descendientes de pueblos
originarios tambin podrn optar por aprender su lengua.
Mientras se forman los nuevos maestros, habr que hacer muchas
cosas. Por ejemplo, disear los pliegos para la contratacin de los
servicios de transporte, alimentacin y deportes asociados a las
escuelas. Se necesitar tambin un mnimo de cinco aos,
particularmente por los estudios preliminares que debern realizarse
en materia de especifi caciones de los servicios, estndares de
calidad y precios.
Una vez recibidos los nuevos maestros, realizada la
infraestructura y celebrados los contratos para la prestacin de los
servicios asociados, podr darse comienzo a la revolucin educativa.
Las aulas contarn con dos maestras, una recibida conforme la nueva
currcula y otra con la experiencia del pasado. Esos maestros
trabajarn en pareja de forma tal que unos aporten su experiencia y
otros aporten las nuevas herramientas y el idioma. De esta forma,
los maestros actuales
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aprendern la nueva currcula de los nuevos maestros sin tener que
renovar sus estudios, mientras que los nuevos maestros aportarn el
idioma extranjero y se nutrirn de la experiencia de los viejos. Eso
es revolucin en serio y no lo tpico argentino de destratar el
pasado con grandes discursos presentes que finalmente no dejan nada
en el futuro.
Las universidades pblicas estarn abiertas para el veinticinco
por ciento de mejores alumnos del secundario a nivel nacional,
computando el promedio de los ltimos tres aos en los exmenes
comunes anuales que se implementen a nivel nacional. Adems, el
Estado financiar los estudios terciarios y necesidades de vivienda,
salud y alimentacin de aquellos estudiantes con mayores
potencialidades.
En el caso de la Argentina se estima que el ao 1989 un 85,4 por
ciento de la matrcula de la Universidad de Buenos Aires, gratuita y
de ingreso irrestricto, perteneca a jvenes provenientes de familias
con categoras ocupacionales asociadas a las clases media, media
alta y alta; en tanto que un 12,3 por ciento pertenece a familias
con categoras ocupacionales asociadas a la clase de menores
recursos (Piffano, 1992: 162). As, el ingreso irrestricto no solo
constituye una herramienta de mediocridad educativa sino que tambin
un sistema de aprovechamiento de los que ms tienen sobre los que
menos tienen. Estos porcentajes variarn radicalmente al
implementarse la revolucin educativa.
A diferencia de la escuela primaria y secundaria, los costos del
subsidio universitario ser considerado como un pago a mejor fortuna
que deber ser reintegrado en cuotas por los graduados una vez que
cuenten los fondos suficientes
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como para hacerlo. El Estado publicar quienes han devuelto y
quienes an no han podido hacerlo.
As, hasta el ms pobre de nuestros hijos podr sentir que el
Estado le ha dado la oportunidad de valerse por s mismo. Se trata
de construir una tica en que cada adulto deba sentirse responsable
de si mismo y no estar pretendiendo que otros vengan a solucionarle
sus problemas y dirigir sus vidas. Para lograr esto, debemos
construir un sistema que garantice la igualdad de oportunidades,
donde el ms pobre sienta que habiendo recibido del Estado
gratuitamente salud, alimentacin y educacin de primer nivel, puede
y debe ser autosufi ciente econmicamente y competir con cualquier
otro para ofrecer a la sociedad lo mejor de l.
5. El Financiamiento de la
Revolucin Educativa
El costo anual por alumno ser una de las variables ms
importantes de la planifi cacin econmica. Estado informar
pblicamente este costo el costo total por alumno de la revolucin
educativa.
La revolucin educativa signifi car un esfuerzo presupuestario
descomunal y habr que reasignar enormes recursos para su
realizacin.
Cunto sale mantener un caballo para el gobierno? En el sector
privado cuenta aproximadamente pesos mil quinientos
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por mes. Cuntos caballos mantiene el Estado? Para la construccin
de la revolucin educativa habr que hacerse esta pregunta y otras
mucho ms difciles.
En Estados Unidos en el 2005 el costo del Estado por educacin
primaria y secundaria fue de unos ocho mil setecientos dlares
anuales por alumno. El costo de la educacin pblica en los Estados
Unidos representa el cuatro coma dos por ciento del producto bruto
interno. El costo promedio del transporte pblico escolar en los
Estados Unidos es de unos setecientos dlares.
En Mxico, el gasto en educacin en 2003 estaba un 6,8% por encima
de la media de la OCDE, que era del 5,9%. El gasto por estudiante
de primaria es de 1.656 dlares, lo que es aproximadamente un tercio
de la media de la OCDE (5.450 dlares). En el segundo nivel de
secundaria, el gasto por estudiante es de 2.790 dlares, lo que es
significativamente mayor, pero representa slo un tercio del nivel
medio de la OCDE (7.582 dlares).En la enseanza superior, el gasto
es de 5.774 dlares, frente a los 11.254 dlares de la OCDE. En el
primer nivel de educacin secundaria, es de 1.495 dlares, lo que
equivale a un cuarto de la media de la OCDE (6.560 dlares).
En Argentina el artculo 9 de la Ley de Educacin Nacional
establece que el presupuesto consolidado del Estado Nacional, las
provincias y la Ciudad Autnoma de Buenos Aires destinado
exclusivamente a educacin, no ser inferior al seis por ciento (6%)
del Producto Interno Bruto (PIB).
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Conforme el Relevamiento Anual 2008 existen en Argentina 23.139
escuelas primarias (19.437 del sector de gestin estatal y 3.702 de
gestin privada) con un total de 4.664.025 alumnos matriculados.
La revolucin educativa signifi ca en trminos grosos transportar,
dar salud, alimentar, vestir, entregar tiles y formar a unas diez
millones de personas cada da. Con solo considerar ese aspecto del
proyecto nos encontramos ante una verdadera revolucin.
6. la Jerarquizacin legal de
la revolucin educativa
Ser necesario darle jerarqua constitucional a la revolucin
educativa. La construccin de un sistema educativo moderno, para
todos y de alta calidad debe poder prevalecer sobre los intereses
sectoriales afectados. La revolucin necesita de mejores maestros
con nuevos derechos y nuevas obligaciones. Muchos de los derechos y
obligaciones del actual sistema educativo son incompatibles con la
revolucin. Solo el consenso de vastos sectores de la sociedad,
incluyendo la izquierda y la derecha, podrn aportar la jerarqua
institucional y moral que el cambio requiere para poder imponerse
pacfi camente.
La revolucin educativa requiere lograr consensos entre las
fuerzas polticas y sociales a los efectos de redireccionar partidas
presupuestarias actuales para el fi nanciamiento de
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la revolucin educativa. Se trata de una tarea muy difcil y
dolorosa.
Estos consensos requieren que queden plasmados en la constitucin
nacional a travs de una reforma constitucional que incorpore un
Captulo al nuestra actual Constitucin Nacional en que se
nacionalice la educacin primaria y secundaria, se permita la
afectacin de determinados derechos adquiridos para implementar la
revolucin educativa y se establezca como norma programtica y
poltica de estado la implementacin de la revolucin educativa.
Asimismo se requiere de un consenso poltico para reformar las
leyes actualmente vigentes que resulten incompatibles con la
revolucin educativa y para aprobar las nuevas leyes que establezcan
el marco normativo de la revolucin.
Habr que re-nacionalizar la educacin primaria y secundaria. La
esencial uniformidad de los estndares educativos requiere
necesariamente de una centralizacin. De otra forma la igualdad de
oportunidades no estar garantizada. Esta nacionalizacin no obsta
establecer mecanismos de descentralizacin administrativa con
participacin de las provincias a nivel regional.
Habr que reformar el estatuto docente y la Ley de Educacin y
dems leyes que se requieran para ajustarlas a las necesidades de la
revolucin educativa.
Habr que reformar las leyes de presupuesto para asegurar en el
largo plazo el financiamiento de la revolucin educativa y su
infraestructura.
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Habr que crear los nuevos servicios pblicos de carcter
nacional.
Tambin habr que disear los pliegos para la prestacin de los
servicios asociados a la revolucin educativa. Permitir que las
empresas estudien y se preparen para califi car y ofertar en los
diversos procesos licitatorios en las diversas regiones del
pas.
Una vez en marcha la revolucin educativa, tal vez entre cinco o
diez aos despus de haber comenzado, todas las funciones y servicios
pblicos que la conforman debern ser continuamente coordinados y
evaluados por una va matriz organizacional que permita la medicin y
mejoramiento de los diversos procesos.
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pARTE II
7. El capitalismo no muerde
La revolucin educativa necesita de un modelo de pas que la
contenga y principalmente que la financie. Este folletn invita a
elegir un modelo capitalista. Un capitalismo real, democrtico,
dirigido principalmente a la mayora que menos tiene, pero tambin a
la clase media y a los ricos, en ese orden. Un capitalismo
anticlasista, justo y meritocrtico. El que piense que el socialismo
es mejor, que lo elija. Pero no nos pintemos ms de lo que no
somos.
El capitalismo no fue creado como una herramienta de los
poderosos para explotar a los pobres. Sin embargo y al igual que el
socialismo, puede, ha sido y es utilizado por muchas sociedades
injustas con mayoras explotadas.
El capitalismo es un sistema de funcionamiento social para
generar riqueza. A diferencia del socialismo, puede y ha sido
muchas veces una herramienta de crecimiento de los pases. La
historia nos muestra muy pocos casos de pases que se han crecido en
riqueza a travs del socialismo, mientras existen muchas
experiencias capitalistas exitosas como las de Estados Unidos,
Corea del Sur, Chile y tantas otras. Es cierto que muchas de esas
experiencias en mayor o menor grado carecieron de esfuerzos en
materia de igualdad de oportunidades, privando a muchas personas de
la participacin,
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gozo y responsabilidad de ese crecimiento. Tambin es cierto que
el capitalismo incipiente funciona muchas veces como la democracia
ateniense, todo muy lindo para aquellos que tienen derecho a
participar.
El hecho que muchas experiencias capitalistas resulten en
modelos clasistas donde unos pocos explotan a otros, deriva de que
se trata de apariencias de capitalismo, ya que aquellos explotados
no cuentan con el derecho de competir libremente por carecer de un
mnimo de igualdad de oportunidades que les permita competir. Adems,
los pocos afortunados tampoco compiten, ya que sin competencia, se
convierten en simples explotadores.
El capitalismo es una excelente herramienta de generacin de
riqueza. Sus principales presupuestos son: (i) el derecho de las
personas de generar su propia riqueza compitiendo libremente por
ofrecer ms y mejores bienes y servicios a los dems; y (ii) el
derecho sobre los benefi cios obtenidos en dicha competencia. Estos
derechos crean una virtuosa fuerza en las personas que los lleva a
hacerse responsables de si mismas, a crecer y trabajar para
sostener a los suyos. No existe modelo econmico que ms estimule la
generacin de riqueza y la autosufi ciencia de las personas.
Es con la riqueza que alimentamos y educamos a nuestros hijos.
Es con la riqueza que construimos hospitales y que hacemos
carreteras. Es con la acumulacin de riqueza que podemos ayudar en
pocas difciles.
Tambin es cierto que con la riqueza muchos se vuelven
consumistas y materialistas crnicos, que la riqueza muchas veces es
utilizada por narcisistas perversos, etc. etc. Pero
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culpar a la riqueza de esas conductas estpidas y mediocres es
como culpar a los nios por la existencia explotacin sexual
infantil.
La Biblia del capitalismo de Ayn Rand, muestra como ya desde
principio del siglo pasado exista la necesidad de defenderse de los
ataques contra la tica de la riqueza. De forma muy americana, Rand
hace su defensa descuidando un importante presupuesto capitalista:
la igualdad de oportunidades necesaria para la inclusin de todos en
la libre competencia por ofrecer ms y mejores bienes y servicios a
los dems. Perdonando tal omisin, su libro la Rebelin de Atlas, y en
particular el pasaje que sigue, son una explicacin mucho mejor que
este boceto acerca de las virtudes del capitalismo.
Sin embargo -continu-, usted asegura que el dinero lo consiguen
los fuertes a expensas de los dbiles. Pero a qu fuerza se refiere?
No es la fuerza de las armas ni de los msculos, ya que la riqueza
es el producto de la capacidad del hombre para pensar. Entonces, el
dinero lo obtiene quien inventa un motor a expensas de quienes no
lo inventaron? Lo obtiene el inteligente a expensas del idiota? El
capaz a expensas del incompetente? El ambicioso a expensas del
holgazn? El dinero debe hacerse, antes de que pueda ser saqueado, y
es hecho a travs del esfuerzo de las personas honradas, en la
medida de la capacidad de cada una; y el honrado es aquel que
comprende que no puede consumir ms de lo que ha producido.
Comerciar utilizando dinero es el cdigo de los hombres de buenas
intenciones, porque el dinero se basa en el axioma de que cada uno
es dueo de su mente y de su esfuerzo. El dinero no otorga ningn
poder para prescribir el valor de un esfuerzo, ms all de la eleccin
voluntaria de quien desea
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ofrecer el suyo a cambio. El dinero le permite obtener por sus
bienes y su trabajo lo que vale para los que lo compran, pero no ms
que eso. El dinero slo permite tratos que se hacen en benefi cio
mutuo, segn el libre juicio de ambas partes. El dinero exige el
reconocimiento de que se debe trabajar en benefi cio, y no en
perjuicio, propio; para ganar, y no para perder. El dinero reconoce
que el hombre no es una bestia de carga nacida para transportar el
fardo de su propia miseria, que debe ofrecer valores y no agravios,
que el lazo comn entre los seres no es un intercambio de
sufrimientos, sino de bienes. El dinero exige vender, pero no
debilidad a cambio de estupidez, sino talento a cambio de razn;
exige comprar, no lo peor, sino lo mejor que pueda conseguir. Y
cuando las personas viven basadas en el intercambio, poniendo como
rbitro decisivo a la razn en lugar de la fuerza, lo que triunfa es
el mejor producto, el trabajo ms perfecto, el hombre de mejor
juicio y mayor idoneidad. El grado de productividad de cada uno es
tambin el de su recompensa. ste es el cdigo de existencia, cuya
herramienta y smbolo es el dinero. Es esto lo que considera
malvado? Permita que le d un consejo clave sobre el carcter de los
seres humanos: quien maldice el dinero, lo ha obtenido de manera
deshonrosa, pero quien lo respeta, se lo ha ganado honestamente.
Huya de quien le diga que el dinero es malvado, pues esa frase es
la seal que anuncia la presencia de un saqueador. En tanto los
hombres vivamos en sociedad y necesitemos medios para tratar unos
con otros, el nico sustituto, en caso de abandonar el dinero, seran
las armas.1
1 La Rebelin de Atlas de Ayn Rand.
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8. Qu es capitalismo?
Para empezar siendo controversiales podemos destacar que los
orgenes del capitalismo y el libre mercado nos retrotraen a la era
de oro del Islamismo y la revolucin agrcola musulmana entre los
siglos octavo y doceavo D.C. En esa poca el Islam contaba con un
vigoroso e integral sistema monetario a travs de su moneda fuerte
denominada Dinar. Adems exista un uso generalizado de contratos que
permitan el desarrollo del financiamiento y del comercio y hasta la
creacin de sociedades comerciales. En otras palabras, el
capitalismo no es exclusivo ni propio de Occidente tanto como el
fundamentalismo no es una caracterstica exclusiva ni esencial del
Islam.
Marx describe al capitalismo como un sistema social y econmico
en donde los medios de produccin se encuentran distribuidos en
personas y empresas privadas. El mercado determina los precios de
los bienes y servicios que se intercambian, impulsando el
crecimiento y la generacin de riqueza. Este sistema requiere de un
marco jurdico que proteja la propiedad privada y los compromisos
contractuales y de un Estado que se ocupe de la infraestructura
fsica comn.
Para no aburrirnos con la historia del capitalismo, sigamos con
Marx. En el Manifiesto Comunista de 1848 refirindose a la
organizacin privada de propiedad del capital, Marx describe a la
etapa capitalista como la ms avanzada forma de organizacin social
(de su poca), pero pronostica que en el futuro las clases obreras
tomarn el poder en el marco de una transformacin global de la
humanidad.
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Adems de la propiedad privada de los medios de produccin, Marx
destacaba como otra importante caracterstica del capitalismo a la
utilizacin de la mano de obra como un commodity. La tan famosa
plusvala representa la diferencia entre los salarios y el precio al
cual el empresario vende sus productos. Para Marx el capitalismo
requiere necesariamente que la mayora de la gente no posea medios
de auto-subsistencia y deben convertirse en mano de obra de
otros.
Lo cierto es que esta explotacin de la plusvala est presente
tanto en el capitalismo como en el socialismo. Es ms, en el
socialismo a la plusvala que debe soportar el trabajador, se agrega
la falta de libertad, opresin, manipulacin, y en defi nitiva la
imposicin para el crecimiento personal de ser parte de un ejrcito
de chupamedias y delatores. En el capitalismo el Estado interviene
en la relacin de mercado entre empresarios y trabajadores a travs
de las leyes laborales. Estas leyes establecen limitaciones al
poder de negociacin de los empresarios, protegiendo la capacidad
negociadora de los trabajadores. As, las leyes laborales sirven
para perfeccionar el capitalismo ya que de otra manera no existira
competencia sino explotacin.
Adems, la plusvala tiende a desvanecerse en el caso de muchas
economas capitalistas desarrolladas donde una gran clase
trabajadora y profesional presta su mano de obra (ms bien su
cerebro) y adems son los accionistas dueos de las empresas. Hoy en
da, hasta se hace una crtica al capitalismo afi rmando que los
ejecutivos de las grandes empresas multinacionales son empleados
con mucho ms poder que los mismos dueos de esas empresas.
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El capitalismo muchas veces se asocia a su periodo ms injusto en
el siglo dieciocho. En esos tiempos las compaas British East India
Company y Dutch East India Company hacan desastres en las colonias
para obtener ganancias en favor de sus inversores europeos. Tambin
en el siglo diecinueve, el control y renta de importantes sectores
econmicos estaba en manos de empresas privadas monoplicas que
obtenan ganancias exorbitantes para unos pocos. Adems dentro de
estas empresas existan profundas divisiones entre sus accionistas,
ejecutivos y obreros, que razonablemente llevaban a Marx a
referirse a la plusvala y la explotacin.
Fue solo al final del siglo diecinueve que comienza en los
Estados Unidos la legislacin antimonoloplica y regulacin sobre
estndares industriales. Cuando hablamos de legislacin antimonoplica
muchos capitalistas tienden a pensar en un corset regulador que
impide el desarrollo. Otra verdad parcialmente cierta. Es cierto
que en el corto plazo se generan ventajas econmicas en la
concentracin empresaria. Sin embargo, si dicha concentracin elimina
la competencia al absorber al competidor o imponer barreras de
entrada al respectivo mercado, estamos matando uno de los
principales presupuestos del capitalismo, la competencia.
9. la importancia de la
Competencia en el Capitalismo
El precio P de un producto resulta de la interaccin entre la
oferta de ese producto y su demanda. Cuando la oferta y
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demanda se unen existe equilibrio de mercado respecto de ese
producto. Un aumento de la demanda produce un incremento de precio
y por el contrario un aumento de la oferta lleva los precios a la
baja, hasta alcanzar un nuevo equilibrio de precio.
Un incremento de precios induce a nuevos oferentes a invertir
para vender el producto o servicio que tiene un precio atractivo.
La entrada de esos nuevos oferentes produce un aumento en la oferta
que hace bajar los precios y/o mejorar la calidad del producto.
La competencia existe cuando existen muchos productores
intentando vender los mismos productos o sus sustitutos.
La presencia de competencia es fundamental en el capitalismo
porque genera la fuerza que lleva a la innovacin y mejora de
calidad y baja de precios para competir por la demanda. Sin
competencia el capitalismo pierde todos sus benefi cios y se
transforma en una forma de explotacin de unos sobre otros.
Advirtase que el objetivo de bienestar general que se alcanza a
travs del libre mercado, el respeto de los contratos y la propiedad
privada, solo sucede si existe si en ese mercado existe
competencia. Es la competencia la fuerza que lleva a los agentes
econmicos a ser ms efi cientes y por lo tanto a brindar
progresivamente mejores bienes y servicios a la comunidad a precios
cada vez ms bajos.
Para que exista competencia debe necesariamente existir igualdad
de condiciones.
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Es cierto que conforme el dilema del prisionero de Merrill Flood
y Melvin Dresher o la teora del juego de Nash podra resultar en que
lo ideal para los productores es la cooperacin entre ellos en vez
que la competencia. Otra una verdad a medias como todas. La
cooperacin entre productores es siempre conveniente para ellos pero
no para la sociedad. Es por ello que la mayora de las legislaciones
sobre defensa de la competencia prohbe los acuerdos de cartelizacin
entre productores, excepto en casos especficos de cooperativas de
por ejemplo productores agrcolas, donde la ley reconoce como parte
dbil expuesta a la explotacin los pequeos productores frente a las
escasas y poderosas empresas distribuidoras de alimentos.
En el socialismo las empresas estatales carecen de competencia.
Es decir, carecen de esa fuerza interna que lleva a las personas y
empresas (que no son otra cosa que personas organizadas) a ser
mejores y ms baratas, ya que nadie puede competir con ellas. Es
cierto que en algunas culturas es posible tener empresas estatales
eficientes an careciendo de esa fuerza virtuosa de la competencia.
Son casos excepcionales inaplicables a la Argentina. Tambin es
cierto que el mundo y la Argentina est plagada de empresas privadas
explotadoras que carecen de una competencia suficiente que las
lleve a mejorar sus productos y bajar sus precios. Crear
condiciones de competencia en todos los mercados en sumamente
difcil.
En los socialismos Light donde existen empresas privadas pero
tambin control de precios, la competencia tambin desaparece. Los
nicos vendedores de productos cuyos precios son controlados son los
amigos del gobierno o aquellos cuyos productos son tan malos que
pueden venderse a los precios
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controlados. Los controles de precios como las retenciones a las
exportaciones son una perversa barrera de entrada a la competencia.
Como no existen precios de mercado nadie entra a competir, o solo
lo hacen computando tasas internas de retorno excesivas por el
hecho de valuar el riesgo poltico de entrar en un mercado
controlado por el gobierno de turno.
Lo cierto es que en general las empresas estatales o privadas
que carecen de competencia se vuelven chanchos explotadores que
ofrecen productos y servicios malos a precios exorbitantes. Esos
precios exorbitantes pueden surgir de los precios de venta del
producto y/o servicio o de la sumatoria de tales precios ms los
subsidios que les de el Estado por tratarse de empresas defi
citarias. En defi nitiva es lo mismo, a travs de precios y/o
impuestos destinados a esas empresas, se explota a la gente en
benefi cio de una empresa inefi ciente.
Dentro de un mercado capitalista competitivo las empresas buscan
imponer sus productos a travs de mejoras de calidad y baja de
precios. Pero tambin es cierto que con ausencia de lmites, los
empresarios buscarn competir creando barreras de entrada a la
competencia de otros oferentes de forma tal de poder seguir
imponiendo sus productos an sin ser de calidad o a precios
excesivos. Igual que en el football los jugadores juegan limpio si
hay un buen referee, y se aprovechan si no lo hay. As somos la
mayora de nosotros.
Por eso una funcin esencial del sistema capitalista es regular
el mercado de forma tal de eliminar al mximo posible esas barreras
de entrada a la competencia que permiten a las personas y empresas
aprovecharse de los dems.
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Adems, una funcin esencial del sistema capitalista es regular el
mercado de forma tal corregir las desigualdades sistmicas entre
partes desiguales (por ejemplo el derecho laboral o el
cooperativismo) todo ello con el principal propsito de lograr el
equilibrio que permita la competencia e impedir el aprovechamiento
de unos sobre otros.
Es que el verdadero capitalismo solo puede funcionar en un marco
de igualdad de oportunidades y competencia.
Igualdad de oportunidades significa educacin, y tambin significa
derecho de propiedad (aunque sea una choza), acceso a la justicia
(la que uno necesita y no la que se ve en la tele), y seguridad (en
la villa y en los barrios antes que nada). La competencia entre el
que tiene oportunidades y el que nunca las tuvo no es competencia.
Es explotacin. Cuando no existe igualdad de oportunidades, no
existe libertad ni tampoco existe competencia en el mercado. Cuando
no existe igualdad de condiciones, el verso de la libertad y el
libre mercado es una herramienta para justificar la explotacin de
unos sobre otros.
Afirmar que todos tenemos derecho a una secundaria bilinge de
primer nivel, cuando menos del cinco por ciento de nosotros puede
pagarle a sus hijos el costo de esa educacin solo disponible en
colegios privados es un disparate. Afirmar que el ingreso
irrestricto a la universidad es una medida tendiente a la igualdad
de oportunidades es un disparate, pues es solo una herramienta para
asegurarle la universidad a vagos de clase media cerrndole las
puertas a los ms humildes.
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Competencia signifi ca que las fuentes de riqueza no se
encuentran bloqueadas en poder de unos pocos sin ninguna
posibilidad de acceso a los dems.
El capitalismo para todos necesita de polticas fuertes y
efectivas que aseguren lo ms posible igualdad de oportunidades y
libre competencia entre los oferentes de bienes y servicios.
Como en los dems sectores del Estado, la poltica de defensa de
la competencia en la Argentina est patas para arriba. Es ms,
podemos afi rmar que en vez de promover la competencia promueve su
exterminio. Por un lado, nada hace para imponer lmites a los
oferentes de bienes y servicios en cuanto a las conductas de
cartelizacin y monopolio. En segundo lugar solo se ocupa de las
aprobaciones de transacciones de concentracin entre empresas, al
solo efecto de forzar a los vendedores de empresas a que vendan sus
empresas a los amigos del gobierno.
La competencia que lleva a los oferentes a dar mejor calidad a
menor precio es un presupuesto del verdadero capitalismo. Si no
existe competencia solo existe el derecho de unos de aprovecharse
de otros.
Por ello, es fundamental para el capitalismo que el Estado
cuente con un organismo fuerte y efectivo que imponga la
competencia en todos los mercados, regulando situaciones de
desigualdad protegiendo al dbil sin matar al fuerte, e imponiendo
lmites a las conductas anticompetitivas en las personas y en las
empresas.
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10. Qu es el socialismo?
El socialismo propone un sistema de organizacin en donde el
Estado tiene el control de los medios de produccin a favor de los
trabajadores, y en donde el Estado garantiza una compensacin por el
trabajo basado en el esfuerzo y no en el mercado. Para los
socialistas el capitalismo lleva a la concentracin del poder y la
riqueza en unos pocos, lo cual es muy cierto en la medida que el
capitalismo no cuente con mecanismos para asegurar igualdad de
oportunidades y una justa competencia entre todos.
En el socialismo los precios los fija el Estado. No existe razn
alguna para que las empresas fabriquen ms, mejor y a un menor
precio. No existe competencia por ser mejores y ms eficientes. En
el socialismo las personas carecen de una motivacin propia que los
impulse la generacin de riqueza. Esta falta de estmulo no puede
reemplazarse efectivamente con razones fundadas en la solidaridad,
en el bien comn ni en la caridad.
El socialismo propone una economa planificada en contraposicin
con el concepto pseudo-anrquico del capitalismo en el que libre
juego de la oferta y la demanda distribuye la riqueza. Algunos
socialistas consideran que la planificacin econmica por el estado
requiere de la estatizacin de los medios de produccin. Otros se
limitan a un control en el marco de una economa de mercado donde
exista propiedad privada.
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Sus opciones varan deade el modelo Stalinista-Sovitico de
economa centralizada y planifi cada en donde el estado determina la
propiedad de todos los medios de produccin, pasando por los modelos
cooperativistas del de la desaparecida Yugoslavia, los socialismos
de precios controlados de Argentina o Venezuela y hasta el
socialismo pour la galerie de Espaa de Zapatero, Uruguay de Pepe
Mujica o Brasil de Lula.
En Europa, el socialismo (incluyendo la socialdemocracia)
construy su modelo socialista a partir de la redistribucin de
riqueza a travs de impuestos. El laborismo post-guerra del Reino
Unido construy su socialismo nacionalizando las empresas de
servicios pblicos, el sistema de salud, los recursos naturales y el
banco de Inglaterra. La mayora de ellos han terminado siendo
socialistas por el solo hecho de imponer altos y progresivos
impuestos sobre la riqueza de los individuos, herramienta que es
absolutamente consistente con un capitalismo verdadero que tiene
como presupuesto la igualdad de oportunidades.
En la economa socialista de mercado de China, el sector privado
representa hoy casi el cincuenta por ciento del producto bruto
interno. Este modelo socialista de mercado tambin fue tomado ms
adelante por Vietnam a partir de Doi Moi.
En la actualidad la mayora de los gobiernos socialistas de
Europa y algunos de Latinoamrica son verdaderos capitalistas
interesados en fomentar la igualdad de oportunidades y competencia,
que son presupuestos esenciales de un capitalismo. Lejos estn de
estatizar los medios de produccin o intervenir en la libertad
contractual y la propiedad privada generadora de riqueza.
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Adems, esta actitud falsamente socialista es facilitada por
hecho que aquellos que se dicen capitalistas estn demasiado
preocupados en mantener la riqueza en pocas manos, en vez de
incrementarla y dinamizarla a travs de mayor competencia e igualdad
de oportunidades. Obviamente ninguno de estos capitalistas only for
my pocket estara dispuesto a reconocer lo anterior. Justamente este
hecho es la prueba de la asociacin del capitalismo con lo
conservador, con el neoliberalismo, con la derecha.
Tambin este fenmeno es lo que lleva a que sea comn que elementos
del capitalismo sean subversivamente tomados por muchos socialistas
progres o de centro-izquierda, que realmente intentan mejorar las
condiciones de la gente y no limitarse a construir la igualdad a
travs del emprobecimiento generalizado.
11. por qu capitalismo
y no socialismo?
Por ms suave que sea el socialismo, este requiere de demasiadas
personas honestas y eficientes administrando recursos pblicos que
son de todos y de ninguno. En la Argentina ese talento no existe.
Hoy mismo la Argentina tiene un presupuesto pblico obeso que en un
mayor porcentaje es prenda de los clientes privados de los
operadores del poder, los burcratas coimeros, y los oquis con
sobresueldo. En esos sujetos perversos se van la mayora de nuestros
impuestos. De efectivo servicio, casi nada. Y eso que ni se
pretende que el servicio sirva a uno. Si al menos sirviese al
resto. Los
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subsidios pblicos y las empresas pblicas son vacas lecheras
donde ciertos grupos privilegiados maman. Que me perdone Don Pino
Solanas. As eran las empresas estatales antes de ser privatizadas y
as sern an ms si se nacionalizan en este escenario de Argentina
decadente. Aerolneas Argentinas es un pattico ejemplo de ello. Y
esta afi rmacin carece de prejuicios liberales. En China se puede
ver funcionar trenes bala, aeropuertos y subtes por empresas
pblicas que a simple vista parecen mucho ms modernas y efi cientes
que el subte de Nueva York. Pensar en ese tipo de empresas en
Argentina es absolutamente descabellado. Ni Uruguay con su tica
pblica puede mostrar empresas pblicas competitivas y efi
cientes.
La Argentina necesita ms capitalismo. Idea difcil de vender en
estos das.
Tal necesidad no surge principalmente del hecho que el
capitalismo sea mejor que el socialismo. La eleccin entre uno y
otro depende de cada lugar y cada circunstancia. Sino pregntenle al
Presidente Pepe Mujica.
Lo que esencialmente necesita la Argentina es que los argentinos
nos defi namos en uno u otro sentido, y que dejemos de aparentar lo
que no somos. La Argentina est literalmente patas para arriba.
Somos muy buenos individuos que funcionan psimo colectivamente.
Somos un hbrido donde todos aparentamos y declamamos lo que no
somos. Ninguna institucin estatal o privada funciona como debe ni
como se muestra. Nuestros debates permanentemente esconden los
problemas de fondo. La Ley de Medios es una deuda de la democracia?
Y nuestra ley de sociedades comerciales y dems leyes que hoy usamos
originadas en nuestras dictaduras? Por
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qu la Ley de Medios es una deuda de la democracia y las otras
no? Simplemente para vender gato por liebre.
Desde el 2002 hasta el presente 2010 estamos legalmente en un
estado de emergencia econmica a pesar de haber crecido en niveles
record por ms de siete aos consecutivos.
En nombre de los pobres afanamos, nos enriquecemos, regalamos
empresas a nuestros socios amigos. Nuestros lderes sindicales
tienen campos y veranean en el caribe. Nuestros empresarios
nicamente arriesgan la plata de Estado. Nuestros polticos no tienen
otra habilidad que no sea criticar a sus opositores y cuestionar el
pasado.
Privatizamos las jubilaciones para obligar a las AFJPs que
inviertan en nuestra deuda pblica; y despus nacionalizamos las
AFJPs para designar directores y apretar a las empresas
privadas.
Mientras por fuera existen millones de evasores impunes, las
agencias de recaudacin impositiva cuentan con miles de inspectores
con armas de alta tecnologa que raramente funcionan, para cazar en
un zoolgico de escasos animales.
Nos mostramos tan conservadores como para ser de los ltimos
pases en legislar sobre divorcio vincular; y a los pocos aos despus
somos tan modernos como para ser de los primeros en legislar sobre
matrimonio gay.
Lo que pasa es que los argentinos tenemos una fuerza individual
inmensa para crecer. Pero el sistema en que vivimos no nos premia
por mejorar, ni en ser ms productivos y
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efi cientes sino que nos castiga por ello, y nos premia cuando
evadimos, coimeamos, nos corrompemos o afanamos.
Ejemplo de ello es que hoy las empresas privadas en Argentina se
venden porque los compradores son ms amigos del gobierno que los
vendedores, y no porque administrarn mejor la empresas para
aumentar su capacidad de generacin de riqueza a travs del
ofrecimiento a la sociedad de mejores productos o servicios a
menores precios.
Todo est al revs. La justicia no es justa, la polica roba y las
escuelas no educan. Por eso necesitamos brutalmente reconocernos y
dejar de pensar que somos lo que nunca seremos ni hemos sido.
Argentina est viviendo ya casi un siglo de una pendular
decadencia de la cual no puede salir con simplemente votar uno u
otro partido poltico. Los polticos argentinos son parte del rgimen
parasitario o son parte de su alimento. Mucho menos puede pensarse
en otros experimentos antidemocrticos que resultaran mucho ms
nefastos que cualquier democracia enferma.
Mientras la Argentina se encamina paulatinamente hacia la
pobreza, marginacin y profunda desigualdad social, el gobierno de
turno siempre culpa al gobierno anterior, mostrando logros efmeros
y de corto plazo. Sin embargo, la historia reciente demuestra que
ninguna de las recetas polticas implementadas hasta la fecha ha
logrado cambios de rumbo que reorienten a la Argentina en al senda
del crecimiento. Ni las de derecha ni las de izquierda (o como
quieran llamarlas, ni las fachas ni las progres, ni las liberales
ni las populistas). Todas las polticas de los pasados ochenta aos
presentan
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un mismo rasgo comn, bienestar artificial de corto plazo a
expensas del largo plazo.
El capitalismo calza mucho mejor que el socialismo con nuestra
condicin de tanos chantas. Tambin se ajusta a que nos queda de la
sangre espaola rapiera de los buscadores de oro de la
conquista.
Por eso resulta fundamental modificar las reglas de juego para
que cada uno se sienta responsable de subsistir dndole a la
sociedad algo que la sociedad necesite. Crear una responsabilidad y
unas ganas de dar a la sociedad en vez de la situacin actual donde
las oportunidades de subsistencia pasan por encontrar alguno de los
numerosos pezones que ofrece el Estado a aquellos que acepten
corromperse y parasitarse.
Somos tanos chantas y gallegos rapieros porque aquellos que
intentan negocios propios honestos de largo plazo son devorados por
las recurrentes emergencias nacionales para salvar a los parsitos,
y porque las principales fuentes de riqueza que ofrece hoy la
Argentina pasan hoy por negocios corruptos con el Estado.
El traje del socialismo no nos queda. Tampoco les queda a los
Yankees. Ellos tienen demasiado espritu individualista. Nosotros
tambin. Los alemanes y japoneses podran ser mucho mejores
socialistas que los rusos o chinos. Tienen espritu colectivo.
Nosotros los argentinos no tenemos espritu colectivo. Es la
incuestionable verdad. No significa ser malos, tacaos o egostas.
Significa que valemos ms individualmente que colectivamente y por
eso tenemos que buscar un traje que apueste ms al potencial de cada
individuo que al funcionamiento colectivo.
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Sin embargo, es cierto lo que dice Gustavo Calleja en su artculo
Energa y Poltica2; hoy, el 80 % de los argentinos quiere volver a
las prestaciones estatales, tanto en las actividades estructurales
bsicas como en la gestin de los servicios pblicos derivados de las
mismas.. Invitamos a leer enteramente el artculo de Calleja ya que
se trata de un gran trabajo intelectual que evidencia la efi cacia
del discurso socialista y de promocin del control estatal de los
medios de produccin. En otras palabras, es un buen Manifi esto
Socialista versin para la Argentina. No haremos lo que hace 6, 7, 8
de descontextualizar, ofender, y mostrar lo supuestamente malo del
otro para justifi car el criterio de uno. Es un muy buen exponente
de la propuesta socialista y facilitar la comparacin entre uno y
otro modelo.
El capitalismo valora ms a la persona que el socialismo. Esto no
es un disparate, es simplemente una verdad a medias como todas las
verdades. A medias porque un capitalismo sin igualdad de
oportunidades para todos y sin competencia, termina marginando a
muchsimas personas en provecho de unos pocos. Si ciertas personas
tienen privilegios para competir, o lo que es an peor, si ciertas
personas carecen de las mismas oportunidades que los dems para
poder competir, entonces no existir la principal virtud del
capitalismo, que es la oportunidad de competir y ser mejor y la
necesidad de que exista otro que compita con uno para forzarlo a
ser mejor. Sin la presencia de una amplia y justa competencia, no
existe unidad social y no existe la energa que nos hace ser mejores
y aportar cada vez ms a la sociedad.
2
http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2005/2005terc/cartas1/energia-y-politica-300805.asp
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Es indiscutible que el capitalismo confa mucho en el individuo,
mientras que el socialismo desconfa del individuo privilegiando lo
colectivo. Miremos a la condicin humana cuando se la expone a las
empresas pblicas o a los comunismos al estilo sovitico. En general,
se amplifican las conductas ms serviles y miserables. Los
chupamedias, vagos y chantas dominan la escena mientras los dems
honestos escapan con sus buenos valores buscando algn otro lugar
donde poder ejercitarlos. Esto no quiere decir que en las empresas
privadas no existan estos personajes y sus miserias. Lo diferente
es que en las empresas privadas peridicamente entra el aire fresco
de la competencia y obliga a limpiar esos parsitos.
El modelo capitalista confa en que la riqueza de la comunidad se
genera a partir de la riqueza generada por los individuos que la
componen. No hay generacin comn de riqueza sino sumatoria de
esfuerzos y emprendimientos individuales. As, confa en que cada
persona es capaz de decidir cmo subsistir en la vida. Es ms, cree
que esa confianza es la mejor forma de generar riqueza para toda la
comunidad.
Por otro lado, el modelo socialista confa en que la riqueza de
la comunidad se genera a partir de la generacin de riqueza por el
Estado como organizacin de los individuos que la componen. Existe
una generacin comn a contrario de emprendimientos individuales. No
confa en que cada persona es capaz de decidir cmo subsistir en la
vida, y tampoco puede permitrsele esa libertad ya que cada
individuo debe ser planificado por el Estado como parte de ese gran
engranaje para alcanzar el bienestar colectivo. Por ello, debe
prohibir cualquier alternativa distinta a la planificada por el
Estado.
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El modelo capitalista debe reconocer que no siempre en el libre
mercado ganan los que ms se esfuerzan sino que hay sectores que son
premiados en exceso y otros en desmedro. Es cierto que es pecado
para muchos capitalistas hablar de distribucin de la renta. No
debera serlo. El problema no es la redistribucin de la renta sino
su utilizacin en forma nefasta y, lo que es peor, su utilizacin a
costa de la destruccin de las mismas fuentes generadoras de la
riqueza que se pretende redistribuir, todo ello para solventar
polticas sociales proselitistas que hacen a sus benefi ciarios cada
vez ms dependientes.
Puede ser bueno redistribuir renta cuando se cuida que la fuente
de riqueza en la que se sostiene, y mientras su redistribucin haga
a sus benefi ciarios cada menos dependientes de la ayuda. Europa
escandinava es un claro ejemplo de fuerte distribucin de la renta,
respetando las fuentes de riqueza.
12. El Capitalismo y la juventud
Pero entonces cmo puede ser que la mayora de nuestros pibes se
inclinen ms por el socialismo que por el capitalismo? Por qu parece
ms humano ser socialista si el capitalismo confa ms en el hombre
que el socialismo?
La respuesta es de tipo histrico y no terico. La historia ligera
nos ensea que muchos gobiernos que se dicen capitalistas estuvieron
lejos de crear una mayor riqueza para todos. Tambin muestra la
historia que en nombre de la libertad, el libre mercado y las
garantas individuales,
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muchos grupos sociales han explotado y se han aprovechado de
otros. Es absolutamente cierto que bajo el rotulo del capitalismo,
liberalismo, neoliberalismo, o sus versiones similares, gobiernos
alrededor del mundo y particularmente en Argentina han logrado que
unos pocos estn mejor a costa de otros muchos.
En muchos modelos capitalistas de nuestra historia no han
existido mnimos estndares de igualdad de oportunidades y de
competencia. Por ello, el virtuosismo del sistema capitalista
result ausente y fue reemplazado por la explotacin y la generacin
de mayor pobreza (salvo en el caso de unos pocos poderosos).
Por otro lado el socialismo siempre levant las banderas de
igualdad, mientras que muchas veces el mensaje capitalista se olvid
de ellas, posicionndose en el mercado poltico como un producto de
lujo para unos pocos.
Pero eso es pura propaganda. El socialismo tampoco ha dado en su
historia grandes muestras de avances en materia de igualdad de
oportunidades, excepto en aquellos casos que logr empujar a la
miseria a la gran mayora.
Durante la crisis mundial del treinta, muchos marxistas
pronosticaban la cada del capitalismo. Nada de eso ocurri. Lo
cierto es que el capitalismo es el gran responsable de la riqueza
de las naciones, mientras el socialismo est plagado de frustrados
intentos que terminaron en un empobrecimiento general. Esto an
cuando muchas experiencias capitalistas hayan resultado tan
exclusivas como la limitada democracia ateniense.
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Herbert Marcuse hablaba en los setentas del socialismo como la
gran esperanza, citando como ejemplo de ello a Vietnam. Tan solo
dos dcadas despus, el mismo Vietnam abandon las polticas
socialistas que lo llevaron al mayor empobrecimiento de su
historia, para abrirse al progreso econmico a travs de la
iniciativa privada.
Tambin el socialismo parece estar ms cercano a problemas
actuales como la contaminacin ambiental. Tanto es as que muchas
veces el capitalismo es asociado como el responsable de nuestros
problemas ambientales.
Es cierto que el desarrollo econmico provocado por el
capitalismo sea responsable de enormes daos ambientales causados a
nuestro planeta. Pero ese dao ambiental proviene del desarrollo
econmico negligente no del carcter capitalista o socialista del
mismo.
El capitalismo debe proponer polticas que obliguen a
internalizar el dao ambiental dentro de los costos de las empresas
y a pagarlo en forma efi ciente. Cuando no se trata de la versin
agrcola-socialista de Pol Pot, sino cuando el socialismo se orient
hacia la industrializacin como en la desaparecida Unin Sovitica, su
comportamiento en materia ambiental fue igual o ms daino que las
industrias capitalistas. Uno de los tantos ejemplos de ello es
Chernobyl. En Argentina podemos afi rmar en forma incuestionable
que YPF estatal fue ms irresponsable en materia ambiental que sus
sucesores privados.
El Estado que permite que las empresas contaminen no lo hace ni
capitalista ni socialista, simplemente es un Estado que deja a unos
aprovecharse de otros. Eso no es capitalismo
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ni socialismo. Es dejar robar. El que es responsable de un dao
debe repararlo. Esto es lo que dice nuestro Cdigo Civil desde que
fuera redactado por Vlez Sarlfield. Si tenemos sistemas represivos
para que los individuos no roben y no pasen la luz roja, cmo no
pretender tener un sistema represivo para que las empresas no
contaminen? Las empresas son ni ms buenas ni ms malas que nosotros.
Cuando no hay castigo se aprovechan.
El capitalismo muchas veces es tambin asociado a nuestro actual
vaci moral. Al hipcrita del yo vengo a estudiar. Al consumismo
hedonista. La versin ms pattica de este fenmeno es cuando vemos a
un pas socialista convertirse en capitalista. All es cuando vemos
al McDonalds y la prostitucin lujosa como conos del nuevo
capitalismo. Algo as como los primeros tiempos de nuestra
democracia cuando pareca asociarse la democracia a la novedosa
presencia de revistas porno en los kioscos.
Pura cscara. El capitalismo es un modelo de generacin de riqueza
en base a la propiedad privada, el respeto por los contratos, la
igualdad de oportunidades y la libre competencia. Todo lo dems son
fenmenos asociados a nuestro estado evolutivo actual como sociedad
tecnolgica que si no estn presentes en otras sociedades es porque
han evolucionado de otra forma o simplemente no han
evolucionado.
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13. puede existir un
capitalismo de izquierda?
Por mucho que le pese a mi gran amigo Jorge y a los pseudos
periodistas de 6, 7, 8, un capitalismo de izquierda resulta mucho
menos contradictorio que los neoliberalismos fascistas y los
progresismos totalitarios.
El capitalismo es absolutamente compatible con muchas de las
banderas que levantan los que dicen ser socialistas de izquierda.
Es ms, muchas de esas banderas son presupuestos de un verdadero
capitalismo, ya que como vimos el capitalismo necesita
necesariamente de polticas que aseguren la igualdad de
oportunidades y la competencia.
La relacin entre los socialistas y las polticas de desarme
mundial, igualdad de gnero, no discriminacin y proteccin del
ambiente, tiene que ver con una tramposa tendencia de los
capitalistas de refugiarse en la proteccin de la riqueza de unos
pocos, mientras que los socialistas, como legtima e incuestionable
estrategia de construccin de poder, levantan las banderas que
reclama la mayora de la sociedad.
Sin embargo, ninguna relacin ideolgica existe entre las polticas
de desarme, proteccin del ambiente e igualdad de gnero, con la
poltica socialista de estatizacin de los medios de produccin o la
extincin de la propiedad privada.
Cul era la principal bandera de grandes capitalistas como
Echeverra y la generacin del 37? El Progreso. Ellos
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eran la izquierda. Es que la Argentina no tuvo nada ms progre
que los gobiernos conservadores de finales y principios del siglo
pasado. Mucho ms progres que Pern, Evita y el Che juntos. Qu
hicieron estos ltimos por los ms humildes que pueda compararse con
la Ley 1420 de educacin pblica. O acaso piensan que Pern o el Che
se hubieran animado a cambiar leyes para permitir que gane la
oposicin como lo hizo Roque Sanz Pea? Deca el conserva retrogrado
Roque al asumir la presidencia de la Repblica: Hemos inaugurado la
segunda centuria entre los deslumbramientos y esplendores del
pueblo de Mayo; pero no habremos cumplido con los deberes del
presente, ni con las generaciones a venir, sin trabajar una
democracia fuerte por sus organismos permanentes, ampla por la
totalidad de los esfuerzos, y libre por la emancipacin de las ideas
que vienen rompiendo el molde de los personalismos
Es cierto que adems de ser los ms progres fueron los ms
capitalistas. Por ser capitalistas y saber aprovechar la
oportunidad que daba el mundo, nunca en la historia Argentina hubo
tanta generacin de riqueza y se hizo tanto por la igualdad social,
todo ello obviamente comparado con lo que suceda en los dems pases
en esa misma poca.
A nivel de polticas domsticas el capitalismo debe preocuparse
principalmente por los que menos tienen ya que ellos son los que ms
ayuda necesitan para estar en igualdad de oportunidades con los
dems. Eso si, la ayuda no debe estar dirigida a crear dependencia
sino igualdad de oportunidades, herramientas de autosuficiencia y
generacin de riqueza. Por ello la revolucin educativa.
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A nivel internacional, el capitalismo debe proponer polticas que
tilmente y sin perjudicar la generacin futura de riqueza, tiendan a
eliminar la grosera brecha entre pases ricos y pases pobres, de
forma tal que todos tenga la oportunidad de generar riqueza, en vez
de un modelo donde unos pocos ricos se aprovechan de otros muchos
pobres. Hoy tenemos un mundo global y necesitamos polticas
globales. El libre comercio internacional necesita de equilibrios
en las negociaciones para no caer en los imperialismos. No se trata
de desconocer las realidades y decretar igualdades que no existen,
sino de propender a que las desigualdades existentes se acorten sin
hacer a todos ms pobres sino a todos ms ricos. Pensemos en la
mejoras de precios internacionales que genera la entrada de como
China, India y Brasil a las grandes ligas del comercio
internacional como nuevos oferentes de bienes y servicios.
Es decir que tanto a nivel domstico e internacional el
capitalismo necesita para su propia existencia implementar un montn
de banderas de izquierda que hoy portan los socialistas.
14. El Capitalismo y los pobres
Decir que uno es capitalista porque piensa en los pobres resulta
contradictorio para a mayora de las personas. Sin embargo, el
capitalismo es la mejor forma de alcanzar la justicia social y la
dignidad de los ms humildes.
No existe mayor necesidad para los que menos tienen que ofrecer
algo a la sociedad que les permita subsistir por sus propios medios
y crecer.
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La igualdad de oportunidades es una necesidad tanto de los que
ms tienen como de los que menos tienen. No podemos pretender que
nuestros hijos se sientan responsables de si mismos si algunos
tienen acceso a una buena educacin bilinge y de excelencia
acadmica, mientras otros a penas saben escribir y padecieron
hambre. Acaso podemos pretender que aquel que padeci hambre y
recibi una mediocre educacin sienta que debe ser responsable de
competir por su subsistencia con el otro que todo lo tuvo? Acaso
podemos pretender que aquel que lo tuvo todo sienta que compite con
aquel que padeci hambre y recibi una mediocre educacin? Si creemos
en el capitalismo, si creemos en una tica en que cada adulto debe
sentirse responsable de si mismo y no estar pretendiendo que otros
vengan a solucionarle sus problemas y dirigir sus vidas; entonces
debemos construir un sistema que garantice la igualdad de
oportunidades, donde el ms pobre sienta que habiendo recibido del
Estado gratuitamente salud, alimentacin y educacin de primer nivel,
puede y debe ser autosuficiente econmicamente y competir con
cualquier otro para ofrecer a la sociedad lo mejor de el.
El deber fundamental de la persona capitalista respecto de los
pobres no es la caridad cristiana ni la paternidad socialista. El
Estado capitalista no abraza al individuo adulto como un hijo ni se
hace cargo el. El capitalismo confa en nuestra propia aptitud de
supervivencia y nos cree y necesita responsables de nosotros
mismos. Nos cree dignos y autosuficientes y por eso nos hace en
seres dignos y autosuficientes. As como al decir de los psiclogos,
los hijos son como los padres los ven, los individuos son como la
sociedad los mira.
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Obviamente siempre debe existir y ser bienvenida la caridad y
hasta el paternalismo. Pero siempre despus de haber cumplido con la
obligacin de brindar igualdad de oportunidades. Lo contrario solo
genera dependencia. El pobre digno debe mirar al rico como el
tenista junior mira al profesional. Ni como su enemigo ni como su
eterno ball boy.
El Estado capitalista no se vanagloria como los polticos
populistas de ayudar a los pobres. No distribuye las ganancias
propias del esfuerzo de uno para drselas a otros por justicia sino
por necesidad de garantizar la igualdad de oportunidades que es
presupuesto para un verdadero capitalismo. Mucho menos distribuye
los recursos pblicos como si fuesen propios, pidiendo las gracias a
travs de favores polticos. Los adultos pobres no necesitan caridad
ni paternalismo. No son nenes que necesitan mamadera. Cuando somos
nenes todos necesitamos que alguien nos proteja, nutra y eduque
igual que todos los dems. Una vez adultos, los adultos pobres
necesitan que les saquen a los chorros y a la droga de sus barrios.
Necesitan ttulos perfectos en sus propiedades y bienes, necesitan
crdito, necesitan justicia accesible sonde puedan hacer valer sus
derechos y sus contratos. Y si hay que segmentar la propiedad para
generar mayor competencia, que as sea.
A todos el Estado debe dar justicia, seguridad e
infraestructura. No necesariamente de forma gratuita pero si
efectivamente accesible a todos. Adems de las escuelas, los barrios
humildes deben ser seguros. Son los pobres los que ms sufren la
inseguridad, a la misma vez que son las vctimas menos protegidas
por el Estado. La seguridad es un derecho de todos y debe ser
garantizado empezando por los ms humildes. As como nos preguntamos
que sera de nuestro pas
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si todos nuestros nios tuviesen la mejor educacin, hay que
preguntarse que sera de nuestro pas si la seguridad estuviese
garantizada a todos. Cules son las oportunidades para una familia
pobre de un barrio pobre con plan social, amenazada permanentemente
por la droga y el afano; comparadas con las oportunidades de una
familia pobre sin plan social de un barrio pobre sin droga y sin
chorros? La respuesta depende de cmo miremos a esas personas,
dignamente o paternalistamente. Nadie dice que los planes sociales
sean por s malos. El problema pasa por las prioridades. Primero
debemos garantizar el derecho de las personas a abastecerse por si
mismos, dando educacin, justicia y seguridad.
Las plazas y espacios pblicos deben ser tan dignos como Plaza
Francia o la Plaza San Martn. Es un derecho que el Estado debe
garantizar a todos por igual. El Estado debe proteger los bienes
pblicos y los privados afectados a los servicios pblicos. Tolerar
la quema de trenes o la rapia sobre los telfonos pblicos o el robo
de lneas de alta tensin o las estatuas de nuestro patrimonio
histrico es un delito tanto para el que los comete como para el
Estado que lo tolera. La gente tiene derecho que nadie dae sus
bienes comunes y el Estado es garante de ese derecho.
El Estado debe garantizar que el sistema judicial est disponible
para todos, comenzando con los ms humildes porque son a los que les
resulta ms difcil ser dignos y autosuficientes, y que ms necesitan
que se les respete sus pocos bienes y derechos.
Los ms humildes necesitan justicia y seguridad. Necesitan
incluirse dentro del sistema capitalista para generar riqueza.
Necesitan tener derechos sobres sus bienes y sus
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viviendas y as poder acceder a crdito. Necesitan un sistema de
justicia que les de respuesta a sus necesidades. Que les sea
accesible.
Nos preocupamos por los pobres y dejamos que se los morfen los
chorros y la droga. Los ayudamos con planes de miseria pero les
negamos cualquier posibilidad de generar riqueza por ellos mismos.
Es decir, nos mostramos ayudndolos pero queremos que sigan as. Los
asociamos con el crimen y la droga para volverlos criminales y
drogadictos.
Un barrio capitalista debe tener policas caminando sus calles
internas para sacar a los chorros de ese barrio y no caminando por
sus calles externas para que no salgan a robar a los barrios ms
ricos. Un juez en el barrio que reparta justicia conforme derecho.
Sus habitantes sern en la mayora dueos de sus viviendas con ttulos
perfectos, muchos de ellos con hipotecas por saldo de precio de
compra adeudado. Sus hijos asisten a la escuela pblica del barrio
en donde reciben educacin bilinge de doble escolaridad con todas
sus necesidades de salud, alimento, deporte y transporte escolar
provistos gratuitamente por el Estado por s o a travs de empresas
privadas.
Y no nos confundamos. Un barrio capitalista puede tener enormes
carencias. En pocas de malarias econmicas o de otro tipo puede
faltar trabajo, y pueden existir masivas ejecuciones hipotecarias y
similares graves situaciones. Un buen Estado capitalista debera
estar preparado para ayudar en esos momentos, pero para sostener
las fuentes individuales de autosufi ciencia y riqueza, y no para
contribuir a su destruccin.
Capitalismo Revolucionario.in