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Pea Collazos, Wilmar
LA VIOLENCIA SIMBLICA COMO REPRODUCCIN BIOPOLTICA DEL PODER
Revista Latinoamericana de Biotica, vol. 9, nm. 2, julio-diciembre, 2009, pp. 62-75Universidad Militar Nueva Granada
Bogot, Colombia
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C cc
Btc
La violenciasimblica
Wilmar Pea Collazos*
The symBoliC violenCe as a BiopoliTiCsreproduCTion of The power
a violnCia simBliCa Comoreproduo BiopolTiCa do poder
Fecha Recepcin: Marzo 5 de 2009 Fecha Aceptacin: Septiembre 8 de 2009Concepto Evaluacin: Julio 5 de 2009
Licenciado en Filosoa de la Universidad Javeriana. Maestra en Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Estudios de Doctorado en Filosoa dela Universidad Javeriana. Actualmente docente de la Universidad Militar Nueva Granada. E-mail: [email protected]
*
O62Biotica
Revista Latinoamericana de
Julio-Diciembre 2009
issn 1657-4702 / Volumen 9 /n 2/Edicin 17 /pg 62-75 /2009
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La violencia simblica es una apuesta conceptual muy uerte en la teora sociolgica de Pierre Bourdieu. Ella est en
todas partes, pero de manera especial se reproduce, invisible e inexorablemente, en los sistemas de enseanza. Este
problema no es exclusivamente acadmico, es ante todo poltico, tico y esttico; la violencia simblica se ejerce en el
Estado, se encarna a la vez en la objetividad bajo ormas de estructuras y de mecanismos especcos. Hay una gama muy
amplia de aspectos o de ormas como se puede ejercer tal violencia simblica y cada campo es un lugar de su ejercicio.
Los sistemas culturales uncionan como una matriz simblica de las prcticas sociales y se constituyen en el undamento
de una teora del poder, de la reproduccin de la dominacin. En Bourdieu se entrev la relacin de la transmisin del capi-
tal cultural mediante el habitusy la transmisin del capital gentico. As mismo, la inculcacin pedaggica es anloga a la
generacin gentica en tanto que transmite una inormacin generadora de inormacin semejante. El trabajo pedaggico
tiende a reproducir las condiciones sociales de produccin del arbitrario cultural.
The symbolic violence is a conceptual bet very strong in the sociological theory o Pierre Bourdieu. It is everywhere, but o
special way it reproduces, invisible and inexorably, in the education systems. This problem is not exclusively academic, is rst o
all political, ethical and aesthetic; the symbolic violence is exerted in the State, it is incarnated simultaneously in the objectivity
under orms o structures and specic mechanisms. There is a very ample range as such symbolic violence can be exerted and
each eld is a place o its exercise. The cultural systems work as a symbolic matrix o the social practices and is constituted in
the oundation o a theory o power, o the reproduction o the domination. In Bourdieu we can see the relation o the transmis-
sion o the cultural capital by means o habitus and the transmission o the genetic capital. Also, the pedagogical implantationis analogous to the genetic generation whereas it transmits a generating inormation o similar inormation. The peda-
gogical work tends to reproduce the social conditions o production o the arbitrary cultural one.
A violncia simblica uma aposta conceitual muito orte na teoria sociolgica de Pierre Bourdieu. Ela est em todas
as partes, mas de maneira especial se reproduz, invisvel e inexoravelmente, nos sistemas de ensino. Este problema no exclusivamente acadmico, ante todo poltico, tico e esttico; a violncia simblica se exerce no Estado, encarna-se
vez na objetividade sob ormas de estruturas e de mecanismos especcos. H uma gama muito ampla como se pudesse
exercer tal violncia simblica e cada campo um lugar do seu exerccio. Os sistemas culturais uncionam como uma matriz
simblica das prticas sociais e se constituem no undamento de uma teoria do poder, da reproduo da dominao.
Em Bourdieu suspeitou a relao da transmisso do capital cultural mediante o habitus e a transmisso do capital genti-
co. Assim mesmo, a inculcao pedaggica anloga gerao gentica entanto que transmite uma inormao geradora de
inormao semelhante. O trabalho pedaggico tende a reproduzir as condies sociais de produo do arbitrrio cultural.
RESuMEn
AbStRACt
RESuMo
Violencia simblica, capital simblico, poder simblico, orden simblico, arbitrario cultural, habitus, campo, accin pedag-
gica, trabajo pedaggico, autoridad pedaggica, sistema de enseanza, ormas simblicas de combate, esera intelectual.
Symbolic violence, symbolic capital, symbolic power, symbolic order, habitus, eld, pedagogical action, pe-
dagogical work, pedagogical authority, system o education, symbolic orms o battle, intellectual sphere.
Violcia simblica, capital simblico, poder simblico, ordem simblica, arbitrrio cultural, habitus, campo, ao pedag-
gica, trabalho pedaggico, autoridade pedaggica, sistema de ensino, ormas simblicas de combate, esera intelectual.
Palabras Clave
Key Words
Palavras Chave
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LA VIOLENCIA SIMBLICA COMO REPRODUCCIN BIOPOLTICA DEL PODER / Wilmar Pea Collazos
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en las democracias occidentales (). Es en la esera
intelectual donde los intelectuales deben sostener
el combate, no slo porque es all donde sus armasgozan de mayor ecacia, sino tambin porque las
nuevas tecnocracias consiguen imponerse recuen-
temente en nombre de la autoridad intelectual. La
nueva demagogia se apoya principalmente en las en-
cuestas para legitimar las medidas represivas contra
los extranjeros, o las polticas culturales hostiles a la
vanguardia. He aqu por qu los intelectuales deben
disponer de medios de expresin autnomos que
no dependan de subvenciones pblicas o privadas
y organizarse colectivamente, para poner sus pro-
pias armas al servicio de los combates progresistas(Bourdieu, 2006: 49-50).
El EnFoquE RElACionAl bouRdiEuSiAno.
Ahora bien, es necesario hacer algunas precisiones
con respecto al enoque relacional de Pierre Bourdieu. En
eecto, dene su enoque como constructivismo estruc-
turalistao incluso como estructuralismo constructivista.
Por estructuralismo quiere decir:
que existen en el mundo social mismo, y no solamen-
te en los sistemas simblicos, lenguaje, mito, etc., es-tructuras objetivas, independientes de la conciencia y de
la voluntad de los agentes, que son capaces de orientar
o de coaccionar sus prcticas o sus representaciones
(Bourdieu, 1988: 127). Y por constructivismo, entiende y
arma que hay una gnesis social de una parte de los
esquemas de percepcin, de pensamiento y de accin
que son constitutivos de lo que llamo habitus, y por otra
parte estructuras, y en particular de lo que llamo campos
y grupos, especialmente de los que se llama general-
mente las clases sociales (Bourdieu, 1988: 127)1.
Bourdieu se acerca a la tradicin estructuralista, res-pecto del planteamiento relacional, que presenta lo real
como relaciones de uerza, por oposicin a una concep-
cin sustancialista que concibe al mundo social como
una realidad que se orece a la intuicin directa del sujeto
rente al mundo objetual.
Bourdieu plantea una realidad relacional y, as mismo,
se centra en el anlisis multivariable de las estructuras de
las relaciones lo cual implica una concepcin espacial
de los campos2 que determina las ormas que pueden
tomar las representaciones simblicas que los agentes
tienen de sus estructuras, de sus posiciones, de sus po-
sibilidades y de sus prcticas:
El modo de pensamiento sustancialista, que es el del
sentido comn y del racismo y que lleva a tratar las ac-
tividades o las preerencias propias de ciertos individuos ociertos grupos de una cierta sociedad en un cierto momen-
to, como propiedades sustanciales, inscritas de una vez para
siempre en una suerte de esencia biolgica o -lo que no es
mejor- cultural, conduce a los mismos errores en la compara-
cin no slo entre sociedades dierentes, sino tambin entre
perodos sucesivos de la misma sociedad (...). En resumen,
es necesario cuidarse de transormar en propiedades nece-
sarias e intrnsecas de un grupo cualquiera (la nobleza, los
samurais, tanto como los obreros o los empleados) las pro-
piedades que les incumben en un momento dado del tiempo
del hecho de su posicin en un espacio social determinado,y en un estado determinado de la oerta de los bienes y de
las prcticas posibles(Bourdieu, 1997: 18-19).
El PodER dE lA violEnCiA SiMbliCA.
Para Bourdieu, el poder es una presencia que aparece
como relacin de uerzas simblicas, en un enrentamien-
to eectivo. Advierte as Bourdieu: Todo poder de violencia
simblica, o sea, todo poder que logra imponer signicados
e imponerlas como legtimas disimulando las relaciones de
uerza en que se unda su propia uerza, aade su uerzapropia, es decir, propiamente simblica, a esas relaciones
de uerza (Bourdieu y Passeron, 1996: p. 44). Bourdieu
advierte la presencia de una certeza en el ocultamiento de
la intencionalidad del poder, sobre la rmula de su ejerci-
cio, de su operacin social. Relaciones de uerza que estn
ocultas por otras relaciones de uerza donde lo que
entra en combate son los pertrechos, otras armas
de la intencionalidad El campo de batalla no
requiere escenas crueles y sangrientas, donde
se genere un genocidio sin tregua, pero s el
campo de una guerra simblica.Tanto la sociologa como la losoa son
armas de guerra para el campo social de batalla, donde
se conjugan los capitales.
El sentido de la ciencia social tal y como lo entiende
Bourdieu es descubrir el orden social oculto tras el orden
simblico, traer a la conciencia social esta inhibida vio-
lencia simblica que impone al modo del conucionismo,
que el soberano se comporte como soberano, el sujeto
como sujeto, el padre como padre y el hijo como hijo y,
an ms, que cada uno no conciba otra razn de ser
que la que le ha sido otorgada por la dinmica social
(Muoz Dard, 1987: 41).
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En el campo social existen muchas tcnicas que camufan
o disimulan el signicado social de la Accin Pedaggica, bajo
la simultaneidad de las transormaciones de las relaciones au-toritarias que corresponden, a una transormacin de las re-
laciones autoritarias correspondientes, a una transormacin
de las relaciones de uerza que eleva el nivel de tolerancia
respecto de la maniestacin explcita de la arbitrariedad
y que en universos tan dierentes como la iglesia, la es-
cuela, la amilia, el hospital psiquitrico, o incluso la em-
presa o el ejrcito, tienden siempre a sustituir las ormas
duras por las maneras suaves (mtodos no directivos,
dilogo, participacin, human relations, etc.) muestra,
en eecto, la relacin de interdependencia que constituye
como sistema a las tcnicas de imposicin de la violenciasimblica caractersticas tanto del modo de imposicin
tradicional, as como las del que tiende a sustituirle en la
misma uncin (Bourdieu y Passeron, 1996: 58).
En la sociedad se ejerce el poder de las relaciones de
uerza y la imposicin de unos sobre otros, genera una
arbitrariedad cultural que liga a los individuos y los sujeta irre-
mediablemente a la violencia simblica. As pues, la socie-
dad est constituida por relaciones de uerza. El poder sim-
blico es ejercido imponiendo un arbitrario cultural, que crea
dominantes y dominados. Mediante la Accin Pedaggica,
que pertenece a un sistema de los eectos de la uerza do-minante, se tiende a reproducir el sistema de arbitrariedades
culturales caracterstico de una ormacin social inculcada.
As pues, la dominacin de la arbitrariedad cultural dominan-
te, contribuye de esta manera a reproducir las relaciones de
uerza que ubican tal arbitrariedad cultural en tanto inculca-
cin, como posicin preponderante, dominante.
De acuerdo con Bourdieu:
lasrelacionesdeuerzadeterminanelmododeimpo-
sicin caractersticode una Accin Pedaggica,como
sistema de los medios necesarios para la imposicindeunaarbitrariedad culturalyparaelencubrimientode
ladoblearbitrariedaddeestaimposicin,osea,como
combinacin histrica de los instrumentosde encu-
brimiento (o sea de legitimacin) deesta Violencia
(Bourdieu y Passeron, 1996:56).
Es en la Accin Pedaggica donde se genera, de modo
contundente, la reproduccin social del poder. La Accin
Pedaggica es objetivamente una violencia simblica, en la
medida en que se imponen e inculcan signicados que im-
primen la seleccin o la exclusin, como arbitrariedad cultu-
ral, dado que un grupo inculca sobre otro la aceptacin y, as
mismo, el rechazo pero no la aniquilacin de la arbitrariedad.
Losbeneciosobtenidosenuncampoactancomorecursos
para subsecuentes luchas. La Accin Pedaggica requierede la Autoridad Pedaggica como condicin social necesaria
para el ejercicio del poder de la violencia simblica la cual se
ejerce en una relacin de comunicacin en los lugares educa-
tivos que produce su eecto simblico. En la medida en que
el poder arbitrario que hace posible la imposicin no aparece
en su verdad sino como inculcacin de un arbitrario cultural lo
cual hace posible la ocultacin del poder simblico.
El sistema de las Acciones Pedaggicas se somete al
eecto de la dominacin de la Accin Pedaggica dominante
y tiende a reproducir tanto en las clases dominantes como
en las dominadas el desconocimiento de la verdad de la cul-tura legtima, cuya reproduccin contribuye a la reproduccin
de las relaciones de uerza. De esta manera, el principal me-
canismo de la imposicin del reconocimiento de la cultura
dominante como cultura legtima y del reconocimiento de la
ilegitimidad de la arbitrariedad cultural del o de los grupos do-
minantes reside en la exclusin, que adquiere mayor uerza
simblica cuando toma la orma de autoexclusin.
As pues, de acuerdo con Bourdieu, la Accin Pedaggica
reproduce un arbitrario cultural que se expresa as:
1) el estado de las relaciones de uerza permite en menor
grado a las clases dominantes el invocar el hecho bruto ybrutal de la dominacin como principio de legitimacin
de su dominacin, y 2) ms completamente unifcado se
halla el mercado en que se constituye el valor simblico
y econmico de los productos de las dierentes Acciones
Pedaggicas (por ejemplo, las dierencias que existen, en
estos dos aspectos, entre la dominacin de una sociedad
sobre otra y la dominacin de una clase sobre otra en el
seno de la misma ormacin social, o tambin, en este
ltimo caso, entre el eudalismo y la democracia burgue-
sa con el crecimiento continuo del peso de la Escuela en
el sistema de mecanismos que aseguran la reproduccinsocial).(Bourdieu y Passeron, 1996: 54-55).
SibienBourdieuempleaparadescribirestapropiedad
de la Accin Pedaggica lanocindecapital, eso no signi-
ca que tenga una orientacineconmica.Porelcontrario,
invita a descubrir queelmbitoeconmicoesslounode
losmltiplesmbitosde la luchadeclases. Hay que pensar
que existen otros capitales an ms importantes que el mar-
xismo no destac. As pues,Bourdieuseapartadelateora
marxistaal sostenerquecualquier capital puedeserobjeto
de luchas violentas odisputas y, adems,existeunacanti-
dad indeterminadadecamposquepuedencobrarexistencia
conlaprogresivadierenciacindelas relacionessociales.
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EntRE lA violEnCiA SiMbliCA yloS iMAginARioS SoCiAlES ModERnoS.
La novedad del trabajo de Taylor radica en la clase de
lectura que hace de la Modernidad, de la crisis desde una
ubicuidad compleja de la cultura y de los imaginarios so-
ciales modernos, que incluye dierentes niveles de signi-
cado de la realidad, diversidad de bienes, pluralidad de
tradiciones loscas, alternativas de razones prcticas
del pensamiento mestizo, as como la acertividad de no
juzgar en bloque las tradiciones, bienes y signicantes
culturales en la raz de cada identidad que muestra autn-
ticamente sus ormas y expresiones propias.
De acuerdo con la crtica a la epistemologa modernasegn Taylor, sta se dirige hacia el carcter representa-
cionista del conocimiento moderno. Taylor reconoce, en
primer lugar, el gran aporte crtico de F. Nietzsche a la
losoa moderna desde una violencia armada en la vo-
luntad de poder, en el deseo y no en la razn. Nietzs-
che muestra cmo el lenguaje impone un nuevo orden
al mundo, que desde su concepcin ms instrumental
representa la violencia simblica y constituye el medio
por el cual la voluntad de poder puede determinar qu es
bueno y qu es malo, qu es lo verdadero y qu lo also
(Nietzsche, 1998).Nietzsche critica una teora de la representacin que
se conecta desde el logos apontico de los griegos hasta
el concepto de experiencia enomnica positivista, que
ubica una realidad en-s, sustancial, dierente e indepen-
diente de las relaciones con el sujeto. As pues, Nietzsche
concibe la voluntad de poder por encima de la interven-
cin de la razn con respecto a las decisiones morales.
En Nietzsche se genera la supremaca de la voluntad de
poder, de la intencionalidad y el deseo por encima de la
razn, lo cual va a contribuir con el desbarajuste de los ci-
mientos de la racionalidad moderna. As pues, de acuerdocon Taylor, Nietzsche se enrenta a la tradicin apodctica
de la razn. En otras palabras: no somos sujetos contra-
puestos a un mundo objetual externo a nosotros. Somos
agentes que construimos o agenciamos nuestro conoci-
miento implcito en la realidad que somos como grupo ra-
dicalmente autntico. Cuando deseamos conocer o inda-
gar algo acerca del mundo, lo reconstruimos en imgenes
que nos reconstituyen, como imaginario y representacin
de lo que somos y sentimos. As pues, nos organizamos
para agenciar nuestro conocimiento y nuestro modo de
conocer. De otra manera, quiz ms explcita, cuando co-
nozco entonces acto, es decir, conozco para la accin,
pues soy en tanto ser autntico un agente vinculado a la
accin que hago y represento en imgenes las cosas que
conguran mi experiencia situada, espacializada.Desde la perspectiva bourdieusiana, la accin humana
deviene en estructuras simblicas que se reorientan al
azar del destino y escapan a las reglas. De acuerdo con
Ch. Taylor el asunto es distinto. Para Taylor seguir una
regla es en s mismo una prctica humana y social. De
acuerdo con Wittgenstein la comprensin se da con res-
pecto a un trasondo que se da por hecho y que el cono-
cimiento no puede abarcar en su totalidad. Para Taylor tal
trasondo incorpora en s mismo una comprensin para
explicitar las razones y comprensiones de la composicin
que represento (Taylor, 1993: 47-48). As pues, para Taylores desde el trasondo donde se incorporan los imagina-
rios para la comprensin de la realidad.
As pues, la comprensin no puede escapar a la espa-
cializacin ni de la territorializacin del acto social, ni de
la desterritorializacin de la violencia simblica, ni de la
reterritorializacin de la representacin. La com-
prensin toda es corporeizada, en la herme-
nutica del espacio; requiere el cuerpo y la
carne, porque es una historia hecha carne.
La tesis de Taylor es que los argumen-
tos enomenolgicos, en virtud de loscuales se establece la concepcin de un
Es a travs de la reinven-cin simblica como sepuede contrarrestar la violen-cia simblica. No se puede
pensar en la escuela comouna burbuja que desconectea los estudiantes de su rea-lidad, sino ms bien comoun mbito de interconexio-nes complejas que permitaampliar la visin y sembrarminas que exploten los do-minios de las inequidades.
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sujeto como accin encarnada, desde la perspecti-
va de Heidegger y Merleau-Ponty, son argumentos
derivados de la orma paradigmtica propuesta por
Kant en la Crtica de la razn pura. La concepcin
del sujeto como accin encarnada, vinculada con el
mundo(Forero, 2008: 69).
Desde tal perspectiva, la realidad tal como la percibo
y la siento, est estructurada por mi capacidad de actuar,
pero as mismo no es una representacin a la manera
de la epistemologa tradicional, pues lo que se vincu-
la es este trasondo del campo perceptual de tal o cual
agente encarnado, no de uno desvinculado que adviene
al mundo para aprehenderlo desde uera.
La comprensin involucra toda la territorializacin, tantodel espacio donde nos movemos como la propia concepcin
del territorio que soy yo, que es mi cuerpo donde habito, y
que deviene nosotros, se relaciona en mltiples ormas, sin
entrar en la contradiccin sujeto/objeto. As pues, nuestras
representaciones dan cuenta de nuestra comprensin de la
realidad inscripta en los esquemas de la accin apropiada,
esto es, de la accin que se ajusta a un sentido de lo que
cuadra y es correcto(Taylor, 1993: 51). Es aqu donde Bour-
dieu ubica el concepto de habitus, en cuanto
sistemas de disposiciones durables, estructuras es-
tructuradas dispuestas a uncionar como estructurasestructurantes, es decir, como principio de genera-
cin y de estructuracin de prcticas y de represen-
taciones que pueden ser objetivamente regladas
y regulares sin ser el producto de la obediencia a
reglas, objetivamente adoptadas a su meta sin supo-
ner la prosecucin consciente de fnes ni el dominio
expreso de las operaciones necesarias para alcanzar-
los y, siendo todo esto, colectivamente orquestados
sin ser el producto de la accin organizadora de un
director de orquesta(Bourdieu, 1972: 175).
Segn Taylor, es imposible concebir la ciencia social sinla nocin de regla. Ms an, las reglas estn en las repre-
sentaciones de larga marcha en el mundo social. Pero la
regla no opera causalmente en la representacin que la
arma. Al estudiar un grupo social, denimos reglas me-
diante representaciones que dan cuenta de l. La accin,
en tanto que representacin, se dierencia de la regla que
le da sentido. La regla es para Taylor una prctica que trans-
orma la accin. Es ms que una rmula; se circunscribe
en el horizonte de interacciones entre acciones y normas.
Bordieu toma distancia de la idea marxista: la produc-
cin de la ideologa dominante y aborda mejor el concepto
de la reproduccin, en varias acepciones como reproduccin
simblica, reproduccin de la dominacin y reproduccin de
la violencia simblica. Esta violencia simblica, al igual que
la dominacin simblica, es algo as como el aire, como unaatmsera que envuelve todo, que est en todas partes y
nos absorbe, al punto que la aceptemos, incluso de manera
inconsciente, como el aire que respiramos para vivir.
El sentido prctico bourdieusiano es un concepto que di-
suelve varias oposiciones: individuo-sociedad, objetivismo-
subjetivismo y todas las dicotomas sociales de la moderni-
dad. La razn prctica y el sentido prctico para la accin se
sita ms all de la cosa, de la cosa en s y de la conciencia
de la cosa como materialidad exterior, del materialismo me-
canicista y del individualismo constructivista; se desentien-
de de la representacin que concibe la relacin prctica delmundo como una percepcin y asimila la nocin de habi-
tus como una estructura que restituye al agente un poder
unicador como constructor de la realidad social y le es cor-
poreizada, socialmente, territorializada, no en tanto sujeto
trascendental, sino en tanto cuerpo socializado.
As pues, los agentes sociales, en tanto individuos, o
como amilias, grupos, empresas o instituciones deberan
dejar de determinarse como islas iterconexas, que actuaran
mecnicamente como respuesta a estmulos de causas ex-
ternas. Desde la visin de Bourdieu, hay en los agentes una
real capacidad creadora y dinmica que transorma continua-mente la realidad desde la espacializacin de los campos.
As pues, el agente es un creador, un sistema signicante
en el doble vnculo habitus y campo, el habitus como estruc-
tura, resultado de la incorporacin de la estructura social.
El habitus, como una estructura pre-refexiva, que incide en
que el agente est dispuesto a la accin que asegure un do-
minio prctico de situaciones de incertidumbre y unde una
relacin de la anticipacin prctica, al descubrir en la objeti-
vidad del mundo la captacin del porvenir, como un uturo
contingente e indeterminado (Barenger, 2004: 38-42).
FundAMEntoS dE lA violEnCiA SiMbliCA: unAConCEPCin bioPoltiCA.
Bourdieu y Passeron denen la violencia simbli-
ca como una accin que se ejerce sobre los individuos
con su propia complicidad, incluso de modo inconscien-
te. Hay una gama muy amplia de ormas como se puede
ejercer tal violencia simblica y cada campo es un lugar
de ejercicio de la violencia social. As, los sistemas cultu-
rales uncionan como una matriz simblica de las prcti-
cas sociales y se constituyen en el undamento de una
teora del poder, de la reproduccin de la dominacin.
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Fuerza ormadora de hbitos, la escuela proporciona
a quienes han estado sometidos a su infuencia directa o
indirecta, no tanto esquemas de pensamiento especcosy particularizados, sino esta disposicin general, generado-
ra de esquemas especcos, susceptibles de aplicarse en
campos dierentes de pensamiento y de la accin, que se
puede denominar habitus cultivado. (Bourdieu, 1971: 181).
El undamento de la violencia simblica reside en el
poder que se otorga a los dominantes, lo cual conlleva a los
dominados a ejercer sobre s mismos relaciones de domina-
cin y a aceptar su propio sometimiento. La tarea del soci-
logo sera, pues, establecer la lgica especca de las luchas
de posicin y de verdad, as como establecer a travs de
un anlisis el estado de las relaciones de uerza y de losmecanismos de transormacin en los dierentes campos.
Es, en otras palabras, el trabajo de hacer una espacializacin
inscripta de los campos, una construccin de sentido de la
razn en la historia de las luchas simblicas, esas que tienen
como resultado, realizadas en su objeto, nuestro presente.
Se comprende que el trmino de violencia simblica
que indica expresamente la ruptura con todas las repre-
sentaciones espontneas y las concepciones esponta-
nestas de la accin pedaggica como accin no violenta,
se haya impuesto para signicar la unidad terica de todaslas acciones caracterizadas por la doble arbitrariedad de
la imposicin simblica, al mismo tiempo que esta teora
general de las acciones de la violencia simblica (tanto si
estas acciones son ejercidas por el curandero, hechicero,
el cura, el proeta, el propagandista, el proesor, el psiquia-
tra o el psicoanalista) orma parte de una teora general
de la violencia y de la violencia legtima, como atestiguan
directamente la sustituibilidad de las dierentes ormas
de violencia social e, indirectamente, la homologa entre
el monopolio escolar de la violencia simblica legtima y
el monopolio estatal del ejercicio legtimo de la violenciasica (Bourdieu y Passeron, 1996: 37-38).
Bourdieu se interesa por comprender cmo surge,
cmo se agencia y cmo se reproduce el poder de la vio-
lencia simblica en campos tan dierentes como el educa-
tivo, el lingstico, el religioso, el cientco, el cultural, el
amiliar o el poltico. Y en la Reproduccin est interesado
en mostrar cmo se estructura la violencia simblica en el
sistema educativo. Arma Bourdieu:
la violencia simblica es, para expresarme de la
manera ms sencilla posible, aquella orma de vio-
lencia que se ejerce sobre un agente social con la
anuencia de ste. Dicho esto, semejante ormulacin
resulta peligrosa porque puede dar pie a discusiones
escolsticas con respecto a si el poder viene desde
abajo y si el dominado desea la condicin que le es
impuesta, etc. En trminos ms estrictos, los agen-
tes sociales son agentes conscientes que, aunque
estn sometidos a determinismos, contribuyen a
producir la efcacia de aquello que los determina, en
la medida en que ellos estructuran lo que los deter-
mina. El eecto de dominacin casi siempre surge
durante los ajustes entre los determinantes y las
categoras de percepcin que los constituyen como
tales. (Esto demuestra, por cierto, que si in-
tentamos concebir la dominacin segnla alternativa escolar de libertad o deter-
minismo, libre eleccin o coercin, nunca
habr de terminar la discusin) (Bour-
dieu y Wacquant, 2001: 120).
lA PoltiCA dE EStAdo, tERRitoRio dE lAviolEnCiA SiMbliCA.
Las luchas simblicas estn presentes en toda la rea-
lidad social y son inherentes a los dierentes campos,
incluidos el cientco o el artstico (Bourdieu, 2002). Entodos los campos se da una lucha violenta por el mono-
polio de la legitimidad y por su aceptacin generalizada.
As pues, el principio de ecacia en los actos de consa-
gracin en tanto que el cientco, el poeta, el pintor o el
msico residen en el campo propio, y no en un carisma
ineable uera del juego que se instituye progresivamen-
te; es decir, reside en el sistema de relaciones objetivas
que lo constituyen y tambin en las luchas que en l se
reproducen y, adems, en las creencias que en l surgen.
(Bourdieu, 2002: 252-255)
Pareciera que para Bourdieu result insuciente elEstado segn Max Weber, quien lo asuma como una
comunidad humana que reivindica con xito el monopo-
lio de la violencia legtima. Pero, segn Bourdieu, en el
Estado se conjuga el uso no slo de la violencia sica,
sangrienta y corprea, sino y sobre todo el monopolio
de la violencia simblica que se conguraen un territorio
social, mediante la apropiacin de uerzas y resistencias.
Y este es el punto de infexin de la conormacin cultural
del Estado. Para Bourdieu esta violencia es ms signica-
tiva y prounda, porque genera estructuras internas y du-
raderas. La violencia simblica es ms uerte, entraable,
compleja y rizomtica que la violencia sica. Mientras la
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la generacin de esas regularidades sociales y la reduccin
del comportamiento de los individuos a la realizacin pasiva
de las estructuras. Quiero dice Bourdieu reintroducir dealguna manera a los agentes que Lvi-Strauss y los estruc-
turalistas, notablemente Althusser, tendan a abolir, haciendo
de ellos simples epienmenos de la estructura [...] La accin
no es la simple ejecucin de una regla, la obediencia a una
regla(Bourdieu, 1987: 19).
Adems, Bourdieu se distancia del marxismo tradicio-
nal que subestima la dimensin simblica, al considerar el
rol de las ormas simblicas en la produccin y reproduc-
cin del capital cultural, de las relaciones de poder y de las
desigualdades sociales. Tanto en las sociedades precapi-
talistas como en las sociedades postindustriales el modoprincipal de dominacin ha cambiado de la coercin abierta
y la amenaza de la violencia sica a ormas de manipu-
lacin simblica mucho ms complejas, pero no menos
violentas. Al igual que existe un capital y un poder econ-
mico existe un poder y un campo simblico. Es as como
Bourdieu se aleja del marxismo tradicional al explicar las in-
equidades no desde la dominacin econmica sino desde
la reproduccin cultural simblica de las desigualdades
en las sociedades contemporneas. Bourdieu no asume
la visin marxista al considerar una problemtica de lucha
por el capital econmico, desde una postura netamenteeconomicista sobre la sociedad preindustrial, sino que se
enoca a la sociedad contempornea desde los procesos
de reproduccin del capital simblico (Bourdieu, 1989 La
noblesse d`tat, Minuit, Pars, p. 555).
violEnCiA SiMbliCA y CAPitAl CultuRAl.
La violencia simblica se comprende en la idea del capi-
tal cultural. Y esta idea de capital culturalha estado vincu-
lada a las investigaciones de Bourdieu sobre la escuela. Ar-
gumenta Bourdieu: Los undamentos de una herramientacomo la nocin de capital cultural, por ejemplo, que propuse
en los aos sesenta para dar cuenta del hecho de que, des-
pus de haber controlado las caractersticas econmicas, los
estudiantes salidos de amilias ms cultivadas tienen no slo
tasas de xito escolar ms elevadas sino maniestan modos
de consumo y de expresin cultural dierentes [...](Bour-
dieu y Wacquant, 1992: 135).
En los sistemas de enseanza se reproduce el ca-
pital cultural y la hegemona de la dominacin. Es en la
educacin donde se encuentra de manera sobresalien-
te el enmeno de la reproduccin del capital cultural y
del capital simblico. El capital cultural tiene el mismo
violencia sica aparece a simple vista, la violencia simb-
lica se camufa en las races del ser. Entonces Bourdieu
anca una propuesta aplicando su metodologa integra-dora de las dimensiones estructural y enomenolgica del
universo social, y adems su teora de la prctica:
Si el Estado est en condiciones de ejercer la violencia
simblica es porque se encarna a la vez en la objetividad
bajo orma de estructuras y de mecanismos especcos
y en la subjetividad o, si se preere, en los cerebros,
bajo la orma de estructuras mentales, de percepcin y
de pensamiento (Bourdieu, 1999: 97-98).
Uno de los estudios centrales de la teora de la vio-
lencia simblica bourdieusiana es el combate o la lucha
simblica por el poder, la pugna por la distincin entre lasclases sociales y su contribucin a la reproduccin de las
distancias y espacios sociales. En este combate simb-
lico entran en juego intereses que hacen reerencia a la
autoridad, al honor, al poder y al prestigio, que otorga la
nobleza de Estado. Lo que congura el poder simblico
como un poder reconocido, concierne especialmente a
los poseedores de la autoridad, a los ciudadanos distin-
guidos por su poder y su palabra ocialmente impugnada
y deendida, aceptada con sumisin por todos.
Existe toda una lucha estructural simblica por la de-
nicin de la cultura legtima del Estado que enrenta a losintelectuales y a los artistas con los productores del mer-
cado. Esto no son ms que un aspecto de las mltiples
luchas en las que se enrentan las dierentes racciones
de la clase dominante para imponer su principio de domi-
nacin legtima, bajo la gida del capital: capital econ-
mico, capital escolar o capital social. Los discursos sobre
el mundo social, aunque se presenten como cientcos,
constituyen casi siempre estrategias de imposicin sim-
blica que develan el sometimiento por la uerza interna
de la razn (Bourdieu, 1988: 251-311).
La propuesta de Bourdieu y Passeron, con relacin a laviolencia simblica, se orienta a superar los lmites de
una orientacin puramente mecanicista y estructura-
lista, en donde las estructuras pueden ser captadas
desde el exterior por un observador atento y sus arti-
culaciones pueden ser medidas en su materialidad po-
sitivamente. Para Bourdieu este punto de vista rompe con
las representaciones que subyacen a la realidad social y al
sentido comn de la realidad social. La realidad no slo est
ah rente al observador, como si slo l pudiera reconstruir
las regularidades a las que obedece la accin social. Esta
lectura objetivista de la vida social tiene como lmite la im-
posibilidad de determinar algn principio que pueda explicar
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movimiento reproductor del capital econmico. Tal como
el capital econmico se reproduce y circula en el merca-
do, el capital cultural tiene su lugar de reproduccin enel campo de produccin simblica; esto es, el con-
junto de los agentes productores (por ejemplo, artistas
y escritores para el campo de bienes artsticos) en tanto
que ellos estn colocados en un sistema relativamente
autnomo de lugares, de relaciones y de competencia, y
en tanto que ellos estn comprometidos en una misma
competencia por la conquista del prestigio y de la auto-
ridad (Bourdieu y Wacquant, 1992: 170). As pues, los
bienes simblicos conservan su valor comercial y atri-
butos sicos como mercanca, pero tienen ante todo un
valor simblico, en tanto bienes que intervienen sobre laconguracin de la cultura.
El capital simblico constituye la base del poder sim-
blico. Toda orma de dominacin, incluso la que se basa
en la uerza psquica o sica, tiene una dimensin simbli-
ca. Todo acto de poder y dominacin son actos de conoci-
miento y de reconocimiento, pues la uerza de la sumisin
siempre pone en juego estructuras cognitivas que, aplica-
das a las estructuras sociales, establecen relaciones de in-
ters y de sentido. Es as como todas las relaciones de
dominacin se legitiman, son reconocidas como legtimas,
de manera que los dominados se adhieren con sumisin alorden dominante y aceptan sus condiciones.
La reproduccin, vista desde una teora del sistema
de enseanza, da cuenta de las relaciones de poder en
una combinacin muy compleja de estrategias en el es-
pacio social donde los agentes y las colectividades se en-
rentan en un combate, en una lucha violenta y simblica,
incluso sica y econmica para asegurar lo arbitrario de
la dominacin como dominacin legtima. As pues, para
Bourdieu y Passeron, los confictos sociales obedecen a
diversas estrategias donde se ponen en juego los die-
rentes tipos de capitales. Esta es una lucha eminente-mente poltica, pues su n ltimo es el Estado, ya que
la institucin que detenta el monopolio de la violencia
simblica legtimaen ltimo trmino es el Estado. Por
eso la violencia simblica del campo educativo se explica
desde el poder poltico y se circunscribe exclusivamente
al dominio pedaggico (Bourdieu, 1997b: 222).
El ARbitRARio CultuRAl.
Tanto la sociologa como la historia y la losoa, son
disciplinas que ponen en evidencia el arbitrario cultural
que se entreteje en el ejercicio del poder de la Accin
Pedaggica, pero tambin en las distintas maniestacio-
nes de las culturas. Slo el descubrimiento, comprensin
y develacin del arbitrario cultural acerca a los grupos y alas culturas a la aceptacin mutua.
El nico undamento universal que puede drsele a
una cultura reside en el reconocimiento de la parte
de arbitrariedad que debe ella a su carcter histri-
co: se tratar entonces de poner en evidencia esta
arbitrariedad y de elaborar los instrumentos necesa-
rios (aquellos que proveen la losoa, la lologa, la
etnologa, la historia o la sociologa) para comprender
y aceptar otras ormas de cultura; de all la necesi-
dad de recordar el enraizamiento histrico de todaslas obras culturales, comprendidas entre stas las
obras cientcas. Entre las unciones posibles de la
cultura histrica (integracin nacional, comprensin
del mundo presente, reapropiacin de la gnesis de
la ciencia), una de las ms importantes, desde ese
punto de vista, es la contribucin que puede aportar
ella al aprendizaje de la tolerancia a travs del descu-
brimiento de la dierencia, pero tambin de la solidari-
dad entre las civilizaciones.3
De otro lado, los sistemas simblicos se undamen-tan sobre un arbitrario cultural 4 y realizan simultnea-
mente tres unciones, a saber: el conocimiento, la comu-
nicacin y la dierenciacin social. Los sistemas simbli-
cos son instrumentos de comunicacin y de dominacin
que hacen posible el consenso lgico y moral de todos,
al mismo tiempo que contribuyen a la reproduccin del
orden social. As pues, la Accin Pedaggica tiende a
reproducir el sistema de arbitrariedades culturales de
la ormacin social dominante, mediante la reproduc-
cin de relaciones de uerza que colocan la arbitrariedad
como inculcacin cultural.
La Accin Pedaggica es objetivamente una violen-
cia simblica, en un primer sentido, en la medida en
que las relaciones de uerza entre los grupos o las
clases que constituyen una ormacin social
son el undamento del poder arbitrario que
es la condicin de la instauracin de una
relacin de comunicacin pedaggica, o
sea, de la imposicin y de la inculcacin
de una arbitrariedad cultural segn un
modelo arbitrario de imposicin y de in-
culcacin (Bourdieu y Passeron, 1996: 46).
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Los sistemas simblicos son arbitrarios, en tanto no
refejan directamente las realidades sociales. La lgica de
la distincin simblica unciona en las eseras social, eco-nmica y poltica, como mecanismo dierenciador y legiti-
mador de acuerdos desiguales entre los individuos y los
grupos sociales. De este modo, las distinciones sociales
son internalizadas y estructuradas por la polaridad lgica
de los procesos cognitivos congurados sobre el modelo
de la polaridad social dominantes/dominados.
CAtEgoRAS iMPRESCindiblES.
La violencia simblica se explica en las categoras del
sistema de habitus ycampo. La violencia simblica es estaorma de violencia que se ejerce sobre un agente social con
su complicidad(BOURDIEU y WACQUANT, 1992: 142).
Entre tanto la violencia simblica se ejerce sin coaccin
sica a travs de las dierentes ormas simblicas que con-
guran las mentes y dan sentido a la accin, la irona paradjica
de tal violencia simblica se halla en el hecho de que los do-
minados se asumen a s mismos como tales, con las disposi-
ciones de poder de los dominantes. Puntualiza Bourdieu:
La orma por antonomasia de la violencia simblica es
el poder que, ms all de la oposicin ritual entre Ha-
bermas y Foucault, se ejerce por medio de las vas decomunicacin racional, es decir, con la adhesin (orza-
da) de aquellos que, por ser productos dominados de
un orden dominado por las uerzas que se amparan
en la razn (como las que actan mediante los ve-
redictos de la institucin escolar o las imposiciones
de los expertos econmicos), no tienen ms remedio
que otorgar su consentimiento a la arbitrariedad de la
uerza racionalizada (Bourdieu, 1999: 112).La violencia simblica se presenta ejemplarmente en
la accin pedaggica, tanto de las sociedades tradiciona-
les como en la educacin ormal de las sociedades mo-
dernas. La accin pedaggica est orientada a producir
un habitusmediante la interiorizacin de un arbitrario cul-
tural capaz de perpetuarse y perpetuar en las prcticas
sociales los principios de la arbitrariedad cultural interio-
rizada. El poder arbitrario de la Accin Pedaggica reside
en las relaciones de uerza entre los grupos o clases que
constituyen la ormacin social en la que dicha Accin Pe-
daggica se ejerce y contribuye a reproducir la arbitrarie-dad cultural que inculca y a reproducir las relaciones de
uerza que undamentan su poder de imposicin arbitra-
rio (Bourdieu y Passeron, 1996: 48-51). En la medida en
que asegura la perpetuacin de los eectos de la violencia
simblica, el Trabajo Pedaggico tiende a producir una
disposicin permanente, a suministrar en toda situacin
la respuesta adecuada a los estmulos simblicos que
emanan de las instancias investidas de la Autoridad Pe-
daggica que ha hecho posible el Trabajo Pedaggico pro-
ductor del habitus(Bourdieu y Passeron, 1996:77).
Bourdieu y Passeron van a distinguir la accin pe-daggica duradera capaz de reproducir el habitus cultu-
ral de las acciones de violencia simblica que son dis-
continuas e, incluso, extraordinarias como las del pro-
eta, el creador intelectual o el hechicero, que slo
pueden provocar la transormacin prounda y duradera
Las luchas simblicas estn presentes en toda la realidad social
y son inherentes a los dierentes campos, incluidos el cientcoo el artstico. En todos los campos se da una lucha violenta porel monopolio de la legitimidad y por su aceptacin generalizada.As pues, el principio de ecacia en los actos de consagracinen tanto que cientco, poeta, pintor o msico reside en el campopropio, y no en un carisma ineable uera del juego que se institu-ye progresivamente; es decir, reside en el sistema de relacionesobjetivas que lo constituyen y tambin en las luchas que en l sereproducen y, adems, en las creencias que en l surgen.
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