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BOLETIN INFORMATIVO Grupo de Historia de Tauste Sumario Editorial Los bienes de propios en Tauste en el siglo XVIII José Ignacio Gómez Zorraquino Relaciones socioeconó- micas entre Tauste y el valle de Roncal. José Fabre Celebración del IX Centenario La seguridad de los bie- nes del patrimonio artístico Domingo Buesa Noticias de la biblioteca LOS BIENES DE PROPIOS EN TAUSTE EN EL SIGLO XVIII “Estos bienes de propios suponían en torno al 98 por 100 de los ingresos del Ayuntamiento de Tauste; de este por- centaje, el 70 por 100 correspondía a las hierbas, el 15 por 100 a la primicia, y el restante 15 por 100 se lo repartían los hornos de cocer pan, la tienda, la taberna, el mesón, el al- motacenazgo y el resto de bienes.” RELACIONES SOCIOECONÓMICAS ENTRE TAUSTE Y EL VALLE DE RONCAL “La proliferación de Actas Judiciales que atestiguan presencia roncalesa en la villa de Tauste durante todo el siglo XVIII despertaron en mí la necesidad de ahondar en el origen de esa relación económica, social; humana al fin y al cabo, que hasta nuestros días queda reflejada entre el Valle del Roncal y Tauste.” N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 N ú m ero d el 2 0 0 I.S.S.N.:1695-6824 1105 – 2005 NOVENO CENTENARIO DE LA INCORPORACIÓN DE LA VILLA DE TAUSTE AL REINO DE ARAGÓN 7-8 Diciembre 3 s LA SEGURIDAD DE LOS BIENES DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO El pasado mes de junio de 2003 se celebraron en Uncastillo las II Jornadas sobre la Seguridad en el Patrimonio. D. Domingo Buesa inauguró el viernes 6 las jornadas hablan- do sobre la seguridad en el patrimonio eclesiástico. Transcribimos en el interior el conteni- do de su charla.
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Boletín Informativo 007 - 008

Feb 20, 2023

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Page 1: Boletín Informativo 007 - 008

Pag. 1

BOLETIN INFORMATIVO

Grupo de Historia de Tauste

Sumario

Editorial

Los bienes de propios en Tauste en el siglo XVIII José Ignacio Gómez

Zorraquino

Relaciones socioeconó-micas entre Tauste y el valle de Roncal.

José Fabre

Celebración del IX Centenario

La seguridad de los bie-nes del patrimonio

artístico Domingo Buesa

Noticias de la biblioteca

LOS BIENES DE PROPIOS EN TAUSTE EN EL SIGLO XVIII

“Estos bienes de propios suponían en torno al 98 por

100 de los ingresos del Ayuntamiento de Tauste; de este por-

centaje, el 70 por 100 correspondía a las hierbas, el 15 por

100 a la primicia, y el restante 15 por 100 se lo repartían los

hornos de cocer pan, la tienda, la taberna, el mesón, el al-

motacenazgo y el resto de bienes.”

RELACIONES SOCIOECONÓMICAS ENTRE TAUSTE Y EL VALLE DE RONCAL

“La proliferación de Actas Judiciales que atestiguan

presencia roncalesa en la villa de Tauste durante todo el

siglo XVIII despertaron en mí la necesidad de ahondar en el

origen de esa relación económica, social; humana al fin y al

cabo, que hasta nuestros días queda reflejada entre el Valle

del Roncal y Tauste.”

N ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r eN ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r e5 FebreroN ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r eN ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r e5 Febrero5 Febrero 3N ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r eN ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r e5 FebreroN ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r eN ú m e r o 3 A g o s t o d e l 2 0 0 24 N o v i e m b r e5 Febrero5 Febrero 3

I.S.S.N.:1695-6824

1105 – 2005 NOVENO CENTENARIO DE LA INCORPORACIÓN DE LA VILLA DE TAUSTE AL REINO DE ARAGÓN

7-8 Diciembre 3 s

LA SEGURIDAD DE LOS BIENES DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO

El pasado mes de junio de 2003 se celebraron en Uncastillo las II Jornadas sobre la Seguridad en el Patrimonio. D. Domingo Buesa inauguró el viernes 6 las jornadas hablan-do sobre la seguridad en el patrimonio eclesiástico. Transcribimos en el interior el conteni-

do de su charla.

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Algunos son los que opinan que el Grupo de Historia no debería de inmiscuirse en asuntos actuales y menos organizar como hizo en el mes de octubre pasado el Foro Informativo sobre la Variante de Taus-te: dos alternativas Secano-Regadío. Son los temas del pasado los que nos preocupan pero también los del presente. Todos los días hacemos Historia y es algo que no debemos olvidar: es preciso conocer el pasado para comprender nuestro presente y de este modo mejorar el futuro. Sirvan estas líneas para esclarecer y despejar posibles dudas sobre nuestras acciones que están debi-damente justificadas en nuestros Estatutos que regulan nuestra forma de actuar y sobre todo aclarar los fines para los que nos constituimos como Grupo de trabajo. Estos fines se hallan recogidos en el artículo 3º del Reglamento de Organización y Funcionamiento del Grupo de Trabajo sobre la Historia de Tauste, que textualmente dice:

“Art. 3 Fines.

Tiene como finalidad la defensa, estudio, investigación y divulgación de los valores cul-turales de Tauste, en los aspectos que se definen:

a) Defensa del patrimonio cultural local y tutela de sus tradiciones.

b) Estudio e investigación de la cultura local a través de reuniones, jornadas, seminarios,

conferencias, premios, becas, ayudas y subvenciones.

c) Divulgación de la cultura local través de publicaciones y actividades de todo tipo.

d) Coordinación e intercambio con otras entidades de carácter análogo.

Constituye un principio básico de este grupo el respeto a todas las ideologías, teorías, mé-

todos y corrientes culturales o de investigación que no atenten contra las normas consti-

tucionales, de modo que, salvo por este motivo, en ningún caso podrá existir discrimina-

ción alguna, salvada la calidad imprescindible.”

En los Estatutos de la Asociación “El Patiaz”, en este momento en vías de constitución, forma jurídica resultante de la transformación del Grupo de Historia, se vuelve a abordar el tema y además se inclu-yó el apartado e) que dice: “ Potenciar la realidad cultural de la Co-marca en el pasado y en el presente y su promulgación a través de

conferencias, publicaciones o cualquier otro medio”; y un apartado f) “Cualesquiera otros que tiendan a promover el bien común.”.

Por todo ello, hemos entendido importante el abordar un tema como este, tan importante para el futuro de nuestro pueblo, sumándo-nos sin más, a todos aquellos que quieren lo mejor para Tauste, lejos de partidismos y en la defensa de nuestro patrimonio cultural, históri-co, social y paisajístico.

GRUPO DE HISTORIA DE TAUSTE

EDITORIAL

EDITA:EDITA:EDITA:EDITA:

GRUPO DE HISTORIA GRUPO DE HISTORIA GRUPO DE HISTORIA GRUPO DE HISTORIA

DE TAUSTEDE TAUSTEDE TAUSTEDE TAUSTE

Presidente: Presidente: Presidente: Presidente:

Esther Arrieta Mo-

linos

COORDINACIÓN:

Enrique Galé

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Pag. 3

Nuestro interés por el pasado histórico de Tauste se remonta a la amistad que mantenemos con el taustano Dr. Miguel Ángel Pallarés Jimé-nez, quien nos propuso estudiar algunos aspectos que habíamos trabajado con anterioridad. Sin em-bargo, en el Archivo Histórico Provincial de Za-ragoza localizamos una documentación que nos permitía trabajar sobre Tauste en el siglo XVIII, algo que era importante porque conocíamos de antemano el déficit documental que hay para estu-diar el Antiguo Régimen en dicha población.

Nos planteamos el estudio de los bienes de

propios por la significación que tenían como fuente primordial –no única- de ingresos para el concejo taustano. Cuando iniciamos el trabajo nos topamos con la dificultad de delimitar dichos bie-nes, ya que hasta el siglo XIX la distinción de los propios y los comunales era complicado, como consecuencia de que en sus orígenes los patrimo-nios locales eran propiedades colectivas de los vecinos. A pesar de ello, se pueden concretar los siguientes bienes de propios: las hierbas (de Trasmontes, Tras la Arba, Huerta Baja, “Hierbas sueltas”, la dehesa “El Soto” y “El Tablar”), la taberna, la tienda, el mesón, cuatro hornos de co-cer pan (San Miguel, Santa Ana, Barrio de Fuera y Barrio Nuevo), la nieve, la hierba salobre (para las cenizas de las fábri-cas de ja-bón), un tejar, la car-nicería y el derecho de h i e r b a s , unas parti-das territo-riales que se arrendaban

o administraban (Sargal, Roza de Pallarés y Ro-zas), una mejana contigua al Ebro, la acequia de Ebro (con su batán y molino), la merced de la sal, la primicia, el almotacenazgo y diferentes treudos y censos.

Estos bienes de propios suponían en torno al

98 por 100 de los ingresos del Ayuntamiento de Tauste; de este porcentaje, el 70 por 100 corres-pondía a las hierbas, el 15 por 100 a la primicia, y el restante 15 por 100 se lo repartían los hornos de cocer pan, la tienda, la taberna, el mesón, el almotacenazgo y el resto de bienes.

A partir de estos datos queda claro el peso

que tenían las hierbas para la economía del muni-cipio, lo que justifica que tengamos un especial interés por dichos pastos y podamos establecer la siguiente clasificación:

- Las hierbas de Trasmontes, estaban repartidas en 32 corralizas (conocidas como “corralizas de privilegios”). Desde 1583 los prin-cipales beneficiados de dichos pastos eran los miembros de la Casa de Ganaderos de Tauste (con una contribución fija anual de 500 libras ja-quesas).

- Las hierbas de la partida de Tras la Arba o Traslarba, se dividían en cuatro cuartos

(Santa Engracia, Guarales, Val de las Muelas y la Socarrada) y estaban com-puestas por 32 corralizas. Estos pastos se mantu-vieron hasta 1564 para libre uso de los gana-dos estantes y, a

LOS BIENES DE PROPIOS EN TAUSTE EN EL SIGLO XVIII

“En el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza localizamos una documen-tación que nos permitía trabajar sobre Tauste en el siglo XVIII, algo que era impor-tante porque conocíamos de antemano el déficit documental que hay para estudiar el Antiguo Régimen en dicha población.”

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partir de la citada fecha, se empezaron a subastar para los ganados forasteros, prolongándose dicha costumbre hasta bien entrado el siglo XVIII.

- Las hierbas de los ganados de las car-nicerías de la “Huerta Baja”, eran pastos de tierras de labor de regadío. Se cedían al arrendatario de las carnicerías por una cantidad fija que ascendía a 310 libras jaquesas anuales. Dicho arrendatario solamente podía pastar con 2.500 cabezas y con la condición de sacar del término el ganado en épo-ca de lluvias; también debía permitir que pastasen gratuitamente las caballerías de labor, el ganado de “las adulas” y el rebaño de los moruecos (sic) que tenía la Casa de Ganaderos cuando separaba a los machos de las hembras.

- Las “hierbas sueltas” de La Estanca, Reque-jas y Vegatilla, Bardenas o Adulas, Figaruelas o Figueruelas, y Cascajos, eran terrenos que se arrendaban anualmente. Los arrendatarios debían permitir que las caballerías de labor y el ganado cabrío de “las adulas” (2 cabezas por “vecino”) pastasen gratuitamente durante todo el año. Di-chos arrendatarios solamente podían pastar con sus ganados menudos desde San Andrés hasta Santa Cruz y, por costumbre, 8 días más.

Las partidas de La Estanca y Figaruelas eran

tierras de cultivo y los propietarios podían quemar los rastrojos de sus campos desde Nuestra Señora de septiembre en adelante. La partida de los Cas-cajos también era tierra de labor y estaba reserva-

da –desde San Juan hasta San Miguel- para que pastasen los corderos de la primicia , sin estar obligados a satisfacer suma monetaria alguna. Los agricultores lograron en 1769 que las hierbas sueltas fuesen de disfrute exclusivo de sus gana-dos de labor.

- Las Hierbas de la dehesa llamada “El So-

to” (tamarigal, mejana del jabonero y suertes sin cultivo y de labor), eran tierras que no se arrenda-ban, ya que las disfrutaban gratuitamente la ye-guada de los vecinos, con la prohibición expresa de que no podían entrar a pastar otras caballerías. Esta exclusividad que tenía la yeguada era una compensación por no pastar en la huerta y en otras hierbas, ya que solamente tenía derecho de pasto en los montes comunes.Las hierbas de “El Tablar”, las pasturaban las caballerías de labor, “las adulas” y la primicia de corderos (estos últi-mos desde Santa Cruz hasta San Juan).

La mayoría de las hierbas analizadas las utili-

zaban los taustanos para el pastoreo del ganado mayor y menor con cría, con excepción de las ca-ballerías de labor. El ganado menor “vacío” (sin cría) pastaba en los montes comunes, y solamente cuando tenía descendencia –lo que ocurría mayo-ritariamente a final de otoño y en invierno- se be-neficiaba de los pastos de las tierras de propios a las que tenía acceso.

Esta pormenorizada regulación de los pastos sufrió algunas trasformaciones como consecuen-cia de dos reales provisiones (de 1767 y 1768) que regulaban el repartimiento de las hierbas y dehesas. A partir de ese momento, debemos espe-rar a la privatización de los propios –a partir de 1855- para encontrar cambios en la organización de los pastos.

JOSE IGNACIO GÓMEZ ZORRAQUINO

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El principal afán del historiador ha de ser poner de manifiesto nuevos datos; aspectos con-cretos de la vida en el pasado de las sociedades y hacerlos llegar a través de su trabajo interpretati-vo y crítico hasta la sociedad actual. Pues bien, el Grupo de Historia hizo suya esta máxima y pro-movió en 2002 la creación de dos becas que im-pulsaran la investigación histórica con el objetivo de dilucidar nuevos aspectos de la vida de nuestro pueblo.

Como privilegiado ganador de la Beca ‘Januario Uberte’ me dirijo a ustedes.

Es bien conocida por todos la pérdida du-

rante el año de 1934 del Archivo Municipal de la

Villa. Las consecuencias de su destrucción violen-ta son cuantiosas, pero centrándonos en el aspecto histórico son calificables de desastrosas. Allí se perdieron multitud de documentos y expedientes que remontarían la línea del tiempo varios siglos. Con ellos quedó reducida a cenizas una parte sig-nificativa de nuestro pasado.

Me es ineludible recordar que la herra-

mienta del historiador es el documento, sin él no existe prueba o constatación científica de la hipó-tesis formulada. Por todo esto, la búsqueda de una fuente alternativa de documentación, para este caso, era de imperiosa necesidad. Afortunada-mente contamos con el Archivo Parroquial en la propia villa; sin embargo, tras un análisis prelimi-nar de los catálogos de la Sección de Pleitos Civi-les de la Real Audiencia de Aragón contenidos en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza llegué a una determinación. La proliferación de Actas Judiciales que atestiguan presencia roncale-sa en la villa de Tauste durante todo el siglo

XVIII despertaron en mí la necesidad de ahon-dar en el origen de esa relación económica, so-cial; humana al fin y al cabo, que hasta nuestros días queda reflejada entre el Valle del Roncal y Tauste. Una relación tan cotidiana a los ojos del taustano de hoy que obvia que ayer, en algún momento y por causas muy determinadas, la so-ciedad taustana iba a recibir la llegada eventual, después temporal y más tarde permanente de gentes dedicadas a la ganadería procedentes de otro reino como es el navarro y de otra cultura como es la montañesa.

Pues bien, el resultado de esta investiga-

ción será el tema que tendré el placer de presen-tar el próximo día 2 de diciembre en las Jorna-das Anuales de Historia. Aprovecho por lo tanto la ocasión para invitarles a compartir ese día conmigo un fugaz acercamiento a la vida tausta-na durante el siglo XVIII.

JOSÉ FABRE MURILLO

RELACIONES SOCIOECONÓMICAS ENTRE TAUSTE Y EL VALLE DE RONCAL

“El gran interés y ahínco que el Grupo de Historia de Tauste ha dedicado en los últi-mos años a poner de manifiesto el pasado de nuestra villa ha recogido frutos muy alentado-res, más si cabe ahora con la iniciativa de fomentar la investigación histórica mediante be-cas.”

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Tal y como indicaba Miguel Ángel Palla-rés en su conferencia sobre la carta de población de Tauste, no se conocen noticias de Tauste pre-vias a su conquista por Alfonso I provenientes de los documentos árabes. Sin embargo, podemos encontrar sendas referencias a Tauste en dos do-cumentos procedentes de la cancillería de Sancho Ramírez. De ellos, hemos escogido por la especial relevancia que tiene en él la presencia de nuestra localidad, el que data del año 1094. En el comen-tario mencionamos el otro documento, que plan-tea problemas más complejos de datación y de interpretación.

EL DOCUMENTO José Salarrullana: Documentos correspon-dientes al reinado de Sancho Ramírez: I, Zarago-za, [Universidad, 1907], doc. LI (1094).

Donan al Monast. Pin. el rey Sancho Ra-mírez una viña en San Adrián, una tierra en Arro-tella y otros bienes en Tauste, Biel y Ovano y la reina Felicia algunos diezmos suyos en Biel, en el mes de Enero del año 1094 (Era 1132).

Fuentes: • B - Arch. Hist. Nac.—Doc. Pin., T.

II, Perg. Núm. 176. Sig. Ant. al dor-so: Cax. 24, Lig. 2, núm. 36. Copia letra siglo XII o principios del XIII. 38 x 16.

El perg. Núme 175 [A] contine el original

o copia coetánea. Los pergaminos 177 a 181 [C a G] son copias del siglo XIII. Seleccionamos B por

ser la copia más antigua de las que mencionan las iglesias de Tauste.

Liv. Priv., fol. 537.

TEXTO LATINO

In nomine Sancte et Indiuidue Trinitatis regnantis in secula, Amen. Hec est carta dotis ec-clesie Sancti Martini de Bel quam dono ego San-cius, gracia Dei, Aragonensium Rex, pro remedio anime mee uel parentum meorum. Hoc est dona-tiuum: unam uineam de Sancto Atriano et una terra in Arrotollares et decimam de paria de To-bustum et de homicidios et de pleitos et de meos ortos et de illo pomero et primiciam de tota mea laborança, que est in toto termino de Bel. Adhuc, autem, dono eidem ecclesie medietatem de deci-ma et tota illa primicia de meas equas et backas et oves et porcos et de kesos et de lana et de quinta et de omni pertinencia mea de toto termino de Bel, et tota illa decima de illa molino rotero in terra de Bel, et de illo molino de Ouano. Hec, au-tem, omnia suprascribta dono et concedo ad Deum et Sancto Martino de Bel per secula cuncta. Signum [signum] Sancii.

Et ego Felicia, regina, similiter dono deci-mam de una mea uinea, que comparaui de mulier de Exepe, et deciman de meas ansaras de Bel et ubi est suprascribta mulier, es firma et sana per istas literas, quae sunt testes.

[Firma árabe del rey Pedro I] Signum Re-gis Ranimiri [signum] Facta carta era M.C.XXXII, in mense Iannuario.

Ego, autem, Adefonsus, laudo et confirmo

1094: TAUSTE APARECE POR PRIMERA VEZ EN LOS DOCUMENTOS DEL REINO DE ARAGÓN

1105 – 2005 NOVENO CENTENARIO DE LA INCORPORACIÓN DE LA VILLA DE TAUSTE AL REINO DE ARAGÓN

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hoc suprascritum donatiuum, et insuper dono Deo et Sancto Martino illas ecclesias de Tobuste et ecclesiam de Remolino, et decima de Canduero. Signum [signum]

Ego Raimundus, Dei gratia, Comes Bar-chinonensis et Princeps Regni Aragonensis, laudo et confirmo hoc suprascriptum donatiuum et hoc signum [signum] facio.

Nos, autem, uicini, pro animabus nostris, donamus eidem ecclesie Sancti Martini de Bel una terra in Lupe Balle, alia terra in Fundus de Aruixolo et uno linare in Petra Alua, alio linare in Fundus de Losiue, alio linare in Molinello, alio linare in Fonte Frigida. Ego Uita Ondiscole dono duas faxas de uinea in Sancto Uincencio et una terra in Ualle de illa Noce, alia terra in Bailo. Garcia Ennecones una uinea in Murilo, Abbate Enneco de Sancto Martino unam uineam in Lope Ualle.

TRADUCCIÓN En el nombre de la Santa e Indivisa Tri-

nidad, que reina por los siglos, Amen. Esta es una carta de donación a la iglesia de San Martín de Biel, que dono yo, Sancho, rey de los aragoneses por la gracia de Dios, como remedio para mi alma y la de mi familia. Este es el donativo: una viña de San Adrián y un campo en Arrotollares y el diezmo de la paria de Tauste y de los homicidios

y de los pleitos y de mis huertos y del vergel y la primicia de todo el labrantío que tengo en todo el término de Biel. Más aún, dono a la misma iglesia la mitad del diezmo y toda la primicia de mis ye-guas y vacas y ovejas y cerdos y de los quesos y de la lana y de la quinta y de toda posesión mía de todo el término de Biel y todo el diezmo del moli-no de rueda del campo de Biel y del molino de Ovano. Además, todo lo antescrito lo dono y lo concedo a Dios y a San Martín de Biel por los siglos de los siglos. Firma de Sancho.

Y yo Felicia, reina, dono igualmente el diezmo de una viña mía que le compré a la mujer de Exepe y el diezmo de mis gansos de Biel y donde figura la suprascrita mujer, figura sana y firme para estas letras, de lo que son testigos.

[Firma árabe del rey Pedro I]. Firma del rey Ramiro. Hecha la carta en la era de 1132 en el mes de enero.

También yo, Alfonso, laudo y confirmo este donativo suprascrito y además dono a Dios y

a San Martín las iglesias de Tauste y la iglesia de Remolino, y el diezmo de Canduero. Firma.

Yo Ramón, por la gracia de Dios conde de Barcelona y príncipe del reino de Aragón, lau-do y confirmo este donativo suprascrito y esta firma hago.

También nosotros, vecinos, por nuestras almas donamos a la misma iglesia de San Martín de Biel un campo en Lopevalle, otro campo en el término de Arvixolo y un linar en Piedra Alba,

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otro linar en el término de Luesia, otro linar en Molinillo, otro linar en Fuente Frígida. Yo Vita Ondiscola dono dos fajas de viña en San Vincen-cio y un campo en el Valle de la Noce, otro cam-po en Bailo. García Ennecones una viña en Muri-llo, el abad Íñigo de San Martín una viña en Lo-pevalle.

COMENTARIO “Carta de donación a la iglesia de San Martín

de Biel”. En realidad todo el documento se configura como una serie de donaciones particulares a la iglesia de San Martín de Biel. Lo encabezan las donaciones de la familia real -Sancho Ramirez, la reina Felicia y Alfonso I- y lo cierran unos cuan-tos vecinos. En ese sentido puede parecer extraño que el documento figure en la colección diplomá-tica pinatense. Esto tal vez tenga que ver con el hecho de que, como vimos en el documento co-mentado en el boletín anterior, la iglesia de Santa María de Tauste a partir de 1137 pasó a depender del monasterio de San Juan de la Peña. En todo caso, desconocemos que hubiera problemas de jurisdicción entre ambas entidades eclesiales y, por otra parte, no costa en ningún otro documento la vinculación de la parroquia de Tauste ni de nin-guna otra de sus iglesias con la iglesia de Biel aquí mencionada.

“El diezmo de la paria de Tauste”. Se hace aquí mención a dos impuestos me-dievales muy diferentes entre sí. Por un lado, la “paria” es el impuesto que pagaban los musulma-nes a los cristianos -o a la inversa en épocas ante-riores- a cambio de que éstos no prosiguieran su actividad bélica contra las taifas. Debemos tener en cuenta que, en general, a los estados musulma-nes como el de Zaragoza les resultaba más barato pagar este “impuesto” que contratar mercenarios para defender las fronteras. Por otra parte, para los gobernantes cristianos también podía llegar a ser más rentable cobrar este dinero que proseguir con una “reconquista” costosa y problemático puesto que con frecuencia no contaban con el ex-

cedente humano suficiente para llevar a cabo una repoblación suficiente del territorio conquistado. El diezmo es el impuesto que tradicional-mente ha sustentado a las iglesias cristianas. Tie-ne su origen en el Antiguo Testamento y se man-tuvo con variantes hasta el siglo XIX. En este ca-so, como su nombre indica consiste en el pago de la décima parte del dinero conseguido con las pa-rias. Se trata, por lo tanto, de un impuesto mone-tario pero el documento alude más adelante tam-bién al diezmo de las cosechas y de los animales. A esto se añade otra contribución religiosa de ori-gen judío, la primicia, es decir, la ofrenda de los primogénitos, aquí de los animales domésticos. Hay, por último, una mención a la quinta, impues-to que habitualmente gravaba los derechos suce-sorios.

“Y yo, Felicia, reina”. Felicia de Roucy fue, tras Isabel de Urgel, la segunda mujer de Sancho Ramírez. El matri-monio debió efectuarse hacia 1070 y de él nacie-ron tres hijos varones: Fernando, que murió antes que su padre, Alfonso, que reinaría tras la muerte sin hijos varones de su hermanastro Pedro I, y Ramiro, que, pese a haber sido consagrado sacer-

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dote, reinaría también en Aragón tras la muerte de su hermano Alfonso. Según este documento, Felicia habría sobre-vivido a su esposo, muerto precisamente en 1094. Sin embargo, la documentación del monasterio de San Juan de la Peña conserva otro documento, éste de 1086 en el que el rey lleva a cabo, en be-neficio de su primogénito, el reparto de los bienes de su mujer, difunta. ¿Qué pensar al respecto? ¿Estamos en uno de los dos casos ante una falsifi-cación? Y si es así, ¿cuál? Además, este último documento también es importante para la historia de Tauste puesto que allí, por primera vez, aparece el nombre de To-

bustum. Entre los bienes de la reina Felicia apare-cen: “Pennam Foratatam”, “Loperam”. “Siuiranam”, “Paternue”, y “Tobustum cum suis terminis et directaticis quos hodie inde habemus et quos interea adquirere potuerimus”, es decir, “Tobustum con sus términos y los derechos que hoy tenemos allí y los que podamos adquirir en un futuro”.

“Firma árabe del rey Pedro I” El documento incluye una serie de suscrip-ciones reales, de época posterior, a donativo ini-cial, que confirman lo allí concedido. De entre ellas, resulta, sin duda, curiosa la de Pedro I, de quien consta la firma en árabe. Que el rey de Ara-gón firme con letras arábigas debe entenderse de-ntro del contexto de una sociedad, la cristiana, muy retrasada culturalmente en relación con la musulmana y para la cual el prestigio de la cultura árabe era enorme. Téngase en cuenta que en el siglo XI, las taifas musulmanas de Al-Ándalus eran las herederas de la riquísima tradición médi-ca, científica, filosófica y literaria del periodo de mayor esplendor cultura de la península ibérica durante toda la Edad Media.

“y el diezmo de Canduero”

El término de Canduero -cuya posible

etimología puede estar en la expresión “Ca en

d´Ebro” “casa junto al Ebro”- durante mucho

tiempo fue jurídicamente independiente y se cons-

tituyó como una posesión señorial perteneciente a

los “señores de Canduero”, que normalmente

residían en Tauste. Es muy probable que Remoli-

nos fuese también un enclave diferenciado aun-

que, como Canduero, vinculado habitualmente a

la villa de Tauste.

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Domingo Buesa Conde nació en Sabiñánigo

(Huesca), el 25 de diciembre de 1952. Doctor en

Historia por la Universidad de Zaragoza. Fue

director General de Cultura y Patrimonio entre

los años 1995 y 1999. Es vicepresidente de la

Real Academia de Bellas Artes de San Luis y

miembro de la Real Academia de San Fernando,

así como director de la Alta Inspección del Minis-

terio de Educación, Cultura y Deporte en Aragón.

Ha sido responsable de la Comisión de Patrimo-

nio de la Diócesis de Zaragoza hasta hace unos

meses en que su actividad política en las filas del

Partido Popular, le llevaron a presentarse a las

elecciones para el Ayuntamiento de Zaragoza.

Según sus palabras, ahora tienen todos los archi-

vos abiertos: se puede consultar la Biblioteca de

San Carlos y las bibliotecas de la diócesis están

todas en red.

El pasado mes de junio de 2003 se cele-

braron en Uncastillo las II Jornadas sobre la Se-

guridad en el Patrimonio. D. Domingo Buesa

inauguró el viernes 6 las jornadas hablando so-

bre la seguridad en el patrimonio eclesiástico, un

tema que conoce bien desde que intentó sin éxito

hacer su tesis de licenciatura sobre el archivo de

la Catedral de Jaca allá por el año 82. Fue cons-

ciente entonces del desencuentro que había entre

la Iglesia y los estudiosos del mundo del patrimo-

nio: su situación y sus contradicciones, lo que le

llevaron a un enorme cabreo.

Lo que aquí les exponemos es la trans-

cripción de su conferencia que amablemente nos

dio permiso para publicarla en nuestro boletín.

1) El desencuentro entre la sociedad del cono-cimiento y la estructura de la Iglesia

La demanda cada vez más creciente de la sociedad por el patrimonio eclesiástico chocó en-seguida con el enorme miedo de la Iglesia bien por desconfianza, bien porque tenían un sentido de la propiedad exacerbado. El acceso a los fon-dos no solo escritos de la Iglesia era entonces complicada. Esta situación cambió cuando a par-tir de 1984 D. Elías Yanes decidió encomendar la gestión y el control de las Comisiones de Patri-monio a laicos: gentes de la universidad, de la enseñanza, gentes del tejido social. Los recelos por el patrimonio emigrado que, a finales del sigo XIX y principios del siglo XX, salió de España amparado por la propia adminis-tración y sin una ley que lo prohibiese. Fue esta misma administración quien se llevó obras con proyectos como el del Museo Nacional. También casos concretos como el del obispo de Lérida que cada vez que arreglaba una torre en la zona limí-trofe de Aragón se cobraba en especie con un san-to o un retablo. Exceptuando estos casos el patrimonio en Aragón se ha conservado bien, no ha habido una destrucción masiva por parte de la Iglesia y esta conservación se la debemos a los mosenes cuya labor no será nunca lo bastante agradecida. 2) Reflexiones sobre la protección del patrimo-nio eclesiástico Vamos a intentar responder a algunas pre-guntas como: ¿Qué medidas de protección exis-

LA SEGURIDAD DE LOS BIENES DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO

“Domingo Buesa Conde nació en Sabiñánigo (Huesca), el 25 de diciembre de 1952. Doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza. Fue director General de Cultura y Patrimonio entre los años 1995 y 1999. Es vicepresidente de la Real Acade-mia de Bellas Artes de San Luis y miembro de la Real Academia de San Fernando, así como director de la Alta Inspección del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en Aragón. Ha sido responsable de la Comisión de Patrimonio de la Diócesis de Zara-goza hasta hace unos meses .”

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ten? o ¿Cuál es el sitio adecuado para guardar el patrimonio? El elemento más importante que afecta al patrimonio eclesiástico es su seguridad. Gran par-te del patrimonio está sin restaurar, aunque los grandes elementos mobiliarios están ya restaura-dos. En 1990 D. Buesa publicó en Francia un libro que se llamaba El Patrimonio Cultural de la

Iglesia. Niveles de pro-

tección, dentro de una colección que había hecho el Instituto de Es-tudios Superiores de Arte de París que se refería a como se planteaban estos niveles de protección en tres países: en Francia, en Alemania y en España. Un resumen de dicho li-bro aparece en la revista “Aragonia Sacra” de 1991. Allí lo que plantea-ba era qué hay que hacer para proteger el patrimo-nio de la Iglesia y, sobre todo, cuáles eran los pro-blemas que nos encontra-ríamos. El planteamiento básico eran los niveles de protección y, si hablamos de estos, existen cuatro aspectos fundamentales: - Definición de patrimonio cultural Patrimonio histórico o patrimonio artístico son hoy día dos términos obsoletos, por lo que habla-remos de patrimonio cultural. Tenemos dos nive-les de titularidad distintos sobre una mismo ele-mento del patrimonio cultural, es decir, por un lado está la propiedad material del objeto y por otro lo que denominaremos “propiedad social”. Lo que es mío es la materialidad del objeto, pue-do poseerlo, pero no la parte de bien social que encierra y que lo convierte en algo de la sociedad que se debe proteger y conservar. El aspecto de

la propiedad privada y de la función social es im-portante para centrar el tema en el caso de los bienes religiosos, porque muchas veces pasan por ser el único material de desarrollo y progreso de unas comarcas, de unas zonas o de unos territo-rios. - Los bienes culturales y el problema de la li-

bertad religiosa Sabemos que la seguridad de los bienes culturales

es tarea del Estado. Pero también debemos enten-der el derecho de la Iglesia a preservar el valor de culto de ese patrimonio histórico. Los estados occidenta-les intentan evitar cual-quier colisión entre los intereses de la Iglesia protegidos por el con-cepto de libertad reli-giosa y los intereses del Estado protegidos por el dictamen y el ordena-miento jurídico. El término de “libertad religiosa” fue usado por la jurista Isa-bel Aldanondo en una ponencia que leyó en Segovia en 1986, dentro del marco de una reu-nión donde se estudió

toda la legislación existente sobre patrimonio y que fue resumida en la revista “Patrimonio Cultu-ral” de junio de 1987. Según Aldanondo la Igle-sia se siente legitimada por los principios consti-tucionales en esta tarea de preservar el valor de culto del patrimonio histórico. Menciona cuatro principios: 1. El derecho a la libertad religiosa 2. El principio de la protección a los bienes cul-

turales 3. El principio de respeto a la propiedad 4. El principio a la libertad del arte (responde a

por qué el artista ha creado una determinada obra: porque el artista ha planteado una actua-ción de carácter religioso, con maquinaria re-

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ligiosa y respondiendo a un concepto religio-so)

Las cosas religiosas tienen un valor cultural y otro valor “cultual” (de culto). Esos valores están so-metidos al principio de que la seguridad es tarea del Estado. Aquí entramos en los nuevos concep-tos de la visión liberal democrática de colaborar y justificar la inversión en una cosa por su valor. - La responsabilidad de la Iglesia Si el Estado tiene como tarea proteger los bienes culturales, la Iglesia también tiene una responsa-bilidad sobre estos objetos y sobre esta actuación. Pero esto no es nuevo: ya en el siglo XVI el papa-do de Roma mostró interés por rescatar objetos del pasado y tuvieron para ello la colaboración de los grandes artistas que compraron gran cantidad de obras clásicas. Es también el papado el que introduce en el siglo XVI el concepto de coleccio-nismo como primer concepto de seguridad del bien: “Yo lo guardo, yo le doy una seguridad”. A lo largo de la historia esa responsabilidad de la Iglesia se ha manifestado en la creación de las Comisiones de Patrimonio en el año 1953 y en la Ordenación de los Inventarios de la Iglesia el año 1965. - Las dificultades de conservación Hay un informe del Consejo de Europa de 1983 en el que se plantearon los problemas de conser-vación. Dos cuestiones fundamentales extraemos de este informe: a) La Iglesia no cuenta con los recursos econó-

micos necesarios para restaurar sus bienes. Después del Concilio Vaticano II, donde pier-den la cabeza muchos, la Iglesia pasó a vender el patrimonio artístico o, como se planteó en los años 70, a “fundirlo” para atender a las mi-siones. Pero no es solución vender unas piezas para atender la conservación, restauración y protección de las otras. Además la Iglesia no tiene dinero para potenciar un plan de seguri-dad de todas sus obras que pasaría por actua-ciones muy costosas puntualmente: con dota-ción de pantallas de seguridad a determinadas obras, con protección de proyecciones de acce-so electrónico a determinados espacios, etc.

Un elemento tan básico como dotar de alarmas a todos los edificios religiosos sería

imposible, la Iglesia no tiene en absoluto re-cursos. Además de qué sirven cuando un 70 u 80 por ciento del patrimonio español está en el medio rural y pasa los inviernos solo o rodeado de ancianos destinados a oír la alarma. Unos ancianos que al oírla lo primero que hacen es cerrar la puerta para que no les ataquen, como es de sentido común, porque por encima de la seguridad de un retablo del siglo XV está el valor de una vida humana. Las alarmas no sir-ven absolutamente para nada. Ya el colmo es lo que ocurrió en zonas de Aragón como Bel-chite donde les dio por poner alarmas en todas las ermitas. Las alarmas suenan en campo abierto y evidentemente el Espíritu Santo, de estar por ahí, lo oirá pero nadie más.

El problema es ¿por qué tenemos que poner alarmas cuando no hay gente en esos espacios, cuando tenemos obras de arte muy importantes que no sirven para lo que están hechas y ade-más no tienen ninguna utilidad? Pues las tene-mos que poner (me van a perdonar y que nadie se sienta ofendido) porque ha aparecido desde principios de los 80 el “veraneante erudito”, es decir, es el erudito de la ciudad que vuelve, que tiene conocimientos y que sabe que estos altares son de baja época, del gótico-románico

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y que esto es muy importante. Pues bien, esa persona llega a los pueblos y se convierte en el adalid y en el defensor del patrimonio del pue-blo. Y como están en el verano allí, tienen que hacer todo tipo de actividades, y hacer todo tipo de circos, porque muchas veces son verda-deros circos los que se montan y creen que así están defendiendo el patrimonio. Esto a la larga plantea un problema inmediato. El Concilio Vaticano II dice (y luego nosotros por ejemplo el Canon 1190 del Código de De-recho Canónico lo dice y nosotros a nivel del Estado tenemos legislación en los Acuerdos Iglesia-Estado) que: “aquellas obras de carác-ter religioso que no sean objeto de culto retí-rense, llévense a museos, concéntrense - no dice dónde -, pónganse todas juntas, se les dote de una lectura y un lenguaje apropiado”. Pero bueno, ¿cómo se va a llevar ese santo de ese pueblo, cómo vamos a desmontar este retablo de este pueblo o cómo vamos a desmontar este cáliz de este pueblo que además no lo ve nadie y, si ustedes se descuidan, lo tiene la casa tal que lo guardan todo el año hasta el día de la fiesta en que lo sacan? Esto ha sido terrible porque no pueden calcular el daño que ha generado. Había estadística de hecho de que en esos pueblos en que se proce-día a hacer esa especie de reivindicación del santo, muchos decían que no, que fuera la gen-te a verlo allí y tenían a lo mejor una imagen del siglo XVI que era absolutamente horrible, una imagen r o m á n i c a bizca como es habitual y e n t o n c e s sobre esa imagen ro-mánica biz-ca o sobre esa imagen que no tenía ningún valor d e c i d í a n montar el progreso del

pueblo, el futuro del pueblo, el desarrollo del pueblo.

Todo esto a la larga llevaba a que las cosas no funcionaran bien, que nos encontrába-mos con que los objetos estaban a merced de todo el mundo y que en esos casos concretos era donde se producían una mayor cantidad de robos. Esta figura del veraneante que lidera la oposición vecinal es muy curiosa porque ya saben que en septiembre se vuelve a la capital, las cosas se quedan en el pueblo, si se queda algún anciano pues mejor y si no se queda nin-gún anciano, pues que van a hacer ya esperarán al año que viene.

Con lo cual no se cumplía nada, no se

aplicaba la normativa que la Iglesia había puesto en marcha para poder preservar eso, ni se llevaba a una concentración, porque hay lu-gares donde hay mayor nivel de población y lo normal es que se vayan concentrando allí imá-genes y elementos artísticos del entorno. Por ejemplo en Daroca planteamos en un momento determinado que se hiciera una revisión de to-do y se nos pusieron hechos unos bestias. Yo recuerdo en Aniento que fue espeluznante, casi una película de ciencia-ficción, y bueno, en Aniento en este momento hay 16 piezas desaparecidas, robadas y no encontradas. El veraneante supongo que seguirá yendo, ha hecho unas fotos muy bonitas, que si van a Aniento las podrán ver porque no a “reblao” y

ahora hay que ir a ver las fotos a Aniento porque este señor no se ha enterado que existe Internet y hay catálogos desde finales del siglo XIX. a) La Iglesia no tiene una autori-dad ejecutiva: no puede ordenar el conservar o aten-der un determi-nado bien.

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¿Quién ordena que una pieza de una iglesia cercana a Daroca se lleve a Daroca? Evidente-mente el obispo. Que no aparezca por ahí por-que desde luego el gorro se lo encuentra dos pueblos más allá del golpe que le dan. En con-secuencia no hay una normativa. Las autorida-des, digamos en la Administración Pública, nos encontramos también con las manos atadas porque cómo se va a dar orden de que se tras-laden piezas. Habría que notificar por parte a la Iglesia que se trasladen, imagínese usted todo el pueblo allí, el veraneante incluido a la cabe-za, impidiendo la salida del pueblo… con lo cual al final no se puede hacer nada y esto nos ha llevado a un gran problema y a una gran catástrofe en el aspecto de la salvaguarda de las obras.

En realidad hay una gran diversidad de situa-ciones, pero en líneas generales no es lo mismo el legislar para grandes edificios que para pe-queñas ermitas. Estamos hablando de la seguri-dad del patrimonio, bueno, de la seguridad de según que patrimonio y cómo está. Tampoco es la misma seguridad, como saben ustedes, el que las obras estén en una sala de un museo expuestas o que estén en los almacenes del museo. No olviden ustedes que en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, cada década es-tá estudiado – Gudiol hizo una estadística muy divertida – que suelen desaparecer de tres a cuatro piezas de los almacenes del museo. También hay que tener en cuenta que las igle-sias urbanas están abiertas permanentemente y que las iglesias rurales están permanentemente cerradas, así que son mundos contrapuestos totalmente. Y además debemos añadir otro ele-mento, que viene a complementarse con este veraneante de elite, que es el turista. El turismo es importante y ha entrado de saco. El turista es una figura que llega a un pueblo donde la iglesia está cerrada y la llave la tiene fulanita de tal que vive al lado de la iglesia. Y llega un alumno nuestro con los papeles reglamenta-rios, las presentaciones reglamentarias, con todos los medios posibles, habidos y por haber, y no se la enseñan. Llega un turista de pantalón corto y la máquina de vídeo y le enseñan todo: la casa, la cocina, la bodega, la imagen, le dan

la llave, entregan la llave luego, etc, etc. Esto está ocurriendo y es constatable. Se ha planteado el patrimonio no como un ele-mento de estudio, a nivel popular no les inter-esa como elemento de estudio, les interesa co-mo elemento puramente de explotación. Yo entiendo que debe ser un elemento de promo-ción económica: cuando pusimos en marcha la Ley de Parques Culturales, cuando pusimos en marcha la ley de Patrimonio que presente yo a las Cortes de Aragón, evidentemente entendía-mos que el patrimonio es un elemento de pro-moción del territorio, de fijación de la pobla-ción y de vertebración de la sociedad. Pero es-to pasa porque no sea discretamente, y perdó-nenme la expresión, el que la panadera del pueblo decida quien se vertebra o quien no se vertebra con el patrimonio cultural. Si decimos que vamos a abrir las iglesias para todos los turistas, qué ponemos, un guardia, dos, tres… Entonces el siguiente paso es quién paga el guardia. Para pagar al guardia, les co-bro yo la entrada. La gente dice: ¡Pero como va a cobrar usted en la iglesia, hasta ahí podía-mos llegar, nos cobran entrada en una iglesia! Y ahí entramos en una dinámica terrible en donde acabamos en “Cartas al Director” del Heraldo de Aragón diciendo, he ido a tal igle-sia y me han cobrado tal y me han hecho no se que. Volvemos a un gran problema y es que no es solamente un espacio de lo que ustedes quie-ran, sino que además es un espacio de culto. Volvemos al tercer elemento que nos condicio-na todo el acercamiento al patrimonio. Por otra parte, este elemento turístico se ha po-tenciado mucho desde las propias administra-ciones. Las administraciones hemos entrado en un proceso de modernización que, lógicamen-te, ha respondido a una demanda creciente por parte de la sociedad, gracias a Dios, de lo que es el patrimonio cultural. No olviden ustedes nunca que el primer elemento de protección y de seguridad del patrimonio es la gente, son los individuos, los hombres y mujeres. Y les diré una cosa, que esto es una larga experiencia

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asumida a lo largo de mucho años de gestión pública: En aquellos sitios donde yo he tenido gente viviendo en el patrimonio, el patrimonio se ha salvado, en aquellos donde la gente no ha vivido, el patrimonio se ha acabado hundiendo. Con lo cual está muy vinculado al hecho de convertirlo en espacio de sociedad. Luego tienen que tener ustedes en cuenta una cuestión: en esta diversidad que nos encontra-mos, yo creo que había que hacer una reflexión de tipo filosófico que nos llevaría a plantearnos el por qué debemos de valorar el espacio en cuanto a la función que desarrollan. Me expli-caré con más detalle, es decir, los espacios tie-nen una función simbólica y según sea esa fun-ción tiene un mayor nivel de rechazo o un mayor ni-vel de aceptación. El espa-cio de las iglesias, el espa-cio donde está el arte reli-gioso, es un espacio orga-nizado como espacio sa-grado. Además es un espa-cio que se reserva a la divi-nidad y que en consecuen-cia es un espacio que se convierte en un santuario cerrado. Esto nos llevaría a que la valoración filosófica del espacio eclesiástico es un espacio cerrado. Es un espacio, me van a permitir que lo diga, con integridad. Es decir, es un espacio que funciona frente al exterior: una cosa es la calle y otra cosa es la iglesia. Que no tiene el mismo sentido que un parque, por mucho que sea propiedad privada o municipal. La iglesia funciona como un espa-cio cerrado, un espacio con una integridad pro-pia y que tiene una cierta exigencia, una cierta exigencia de santidad. Pero claro, esto que yo les digo, cada vez se va perdiendo, cada vez va teniendo menos notoriedad, y en consecuencia, al perder ese rasgo de identidad del espacio cerrado, del espacio con una integridad propia que funciona independiente y ante el cual man-

tenemos como un cierto respeto, al perderse ese concepto, esa visión filosófica del espacio, nosotros podemos entrar en una iglesia mien-tras celebran misa, podemos llamar a los chi-cos que se nos han ido por una esquina dicien-do que te voy a dar una bofetada como no ven-gas por aquí y entonces las señoras que está oyendo misa se vuelven…es decir, que se pro-duce esto, y ustedes lo verán, que no se plan-tean una actitud de respeto. Y esto que puede parecer una cosa muy superficial, pues tiene su trascendencia. Hace sesenta, setenta años, el llegar a una iglesia e ir al altar y coger la figu-ra, o moverla, o darle la vuelta, era muy com-plicado. Hoy día, nosotros mismos, muchas veces, llegas a un edificio y te das luego cuenta

que te están mirando todos, porque has cogido un santo, le has dado la vuelta, como tiene no se qué, como tiene por la espalda…es decir, que ha perdido esa protección que tenía. Y ya no les digo nada si ha perdido la protec-ción esa, lo fácil que es me-térsela al bolsillo si tiene este tamaño y llevársela o robársela (sic). Hay otra reflexión filosófica que tenemos que hacer en cuanto a que hemos perdido en estos espacios la integri-dad que los convertía en al-go singular. Pero además hay un paso más, es decir, estos espacios, por razones que no vamos a entrar al ca-so y que ustedes conocen muy bien, se han ido desvin-culando del culto. Antes las

misas eran todos los días, que si había una mi-sa por la mañana y otra por la tarde; ahora veis que ya no hay cura, que el rosario lo reza fula-nita y que el cura viene una vez a la semana. Ese grave problema de privilegiar el domingo como día de culto, que es uno de los elementos que más inseguridad ha dado a todas las igle-sias y a todo el arte religioso y que ya saben ustedes que es uno de los temas que hoy día a

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las Conferencias Episcopales les preocupa más. En consecuencia, qué es lo que ocurre: que conforme disminuye el horario de culto de los bienes religiosos, aumenta lo que llamamos en muy mala terminología la “puesta en valor cultural” de esos objetos. Conforme van per-diendo la dimensión de culto, van ganando en dimensión cultural, con lo cual la cuestión es muy diferente. Y esto no crean ustedes que los curas son ajenos a esto: los primeros que no tienen ningún empacho en colocar la iglesia y convertirla en una sala del Museo del Prado lleno de cartelitos, donde dice “imagen del si-glo XVI, fulanito de tal, no sé que” son los cu-ras, no somos los de fuera, son los propios de casa. Bien, con lo cual nos encontramos que el gran problema a la hora de asegurar estas piezas religiosas es, lo que se ha llamado, la historia de la práctica religiosa. ¿A dónde va la práctica religiosa? Es decir ¿quién hará las misas el día de mañana? Sucede un elemento muy impor-tante que habrá que tenerlo en cuenta. ¿Tendrán utilidad o no tendrán utilidad? ¿Cuánto tiempo tendrán utilidad? Es decir, to-do eso es lo que la evolución de la práctica re-ligiosa, que tiene una historia emocionante a lo largo de los siglos, es algo que ustedes deben de tener en cuenta. Pero además, esta ha perdido la función y han perdido la función los espacios, pero para cuando se produce esta pérdida de función de

los espacios, se ha producido antes otro ele-mento mucho más importante, y es la pérdida de la función de los objetos. ¿Cuándo ocurrió esto? Una de las cosas más perjudiciales para el arte europeo ha sido el Concilio Vaticano II. Y di-cho así, podrán pensar ustedes que yo soy un salvaje, y eso es verdad, lo afirmo y lo digo con proyección absoluta. El Concilio Vaticano II ha sido uno de los elementos más peligrosos que ha tenido el patrimonio. Y ustedes dicen ¿por qué? Porque nos entro una especie de fu-ria uterina por limpiar las iglesias, entonces quitamos todas las imágenes. Fue la época en que nos dio por coger la piqueta y empezar a picar todas las iglesias, y claro, pues las igle-sias románicas construidas en épocas buenas de dinero tienen piedra, las otras son unos can-tos rodados, nos hemos encontrado alguna cosa infumable, que no sabían cómo hacer… Y uno entra por algunas iglesias que dice: bueno, los habrán llevado a la cárcel, no, porque por me-nos habría que llevar a gente a la cárcel. Bien, entonces limpiaron todo. Ustedes recuer-den, las iglesias, los que tenemos ya edad, re-cordamos las iglesias de jóvenes estaban todas llenas de santos, allí tenían todo el muestrario completo, y de pronto pasamos a no tener ni un santo. Entonces fueron a los desvanes, cuando no fueron a los desvanes fueron rotos, destro-zados, tirados; cuando había algún vivo al lado se los acababa llevando a casa…Y luego, pues cuando la Junta Parroquial que, triunfante y gloriosa por la gran aportación a la cultura oc-cidental que acababa de hacer, decidió que co-mo estaba muy de moda, y eso ocurrió en mu-chos sitios, el hacer unas lámparas de cuarto de estar con hojas de pergamino, sobre todo con buenos dibujos y buenas iluminaciones, deci-dieron reinvertir esos viejos cantorales en apa-ratos de luz que los verán plagando la cantidad de los pueblos de este país. Esto fue tremendo. Yo dije, bueno, ¿cómo pue-de dictaminar un Concilio en el año 63 (no es-tamos hablando de la prehistoria) esta cues-tión? Ustedes van a las Actas Conciliares y no encontrarán ni una sola línea, NI UNA SOLA

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LÍNEA, en que diga que hay que quitar los santos de las iglesias. NI UNA SOLA LÍNEA, en que diga que hay que quitar los altares. ¿Qué es lo que dicen las Actas Conciliares? “Que en aquellas iglesias en que haya unas imágenes de la misma advocación, déjese una”. Porque esto era muy habitual, que si lle-gabas a una iglesia, sobre todo en las de los pueblos, tenías siete vírgenes del Pilar, cuatro Dolorosas y tres Cristos. Y con uno ya vale. Pero es que este lo había regalado fulanito, este es de casa nosecuantos, es mejor la nuestra que la suya… Y se convertía esto en una pugna absurda porque además estaba contra liturgia. Eso es lo que dijo el Concilio e imagínense las Juntas Parroquiales convertidas en gestores de lo que habían dicho los padres conci-liares. Se salvaron los retablos mayores por-que eran muy grandes y porque ade-más quedaban bien en las bodas, no crean que fue por otra cosa. Lo cual viene muy bien porque si hay un robo, acabas mandando a la policía la foto de fulanito y menganita, que detrás se ve la imagen que han robado. Fue la época en que se puso muy de moda el hacerse las fotos en los altares. Es la época también en que los curas, con una lectura absolutamente corta del Concilio, pues no sentaban a la gente encima del altar porque era pequeño y se hundía. Que tenían la necesidad de ponerlos ahí todos juntos pegados en el presbiterio. Voy a publicar en un artículo sobre “La nueva revisión del espacio litúrgico del altar”, unas fotos de una boda a la que asistí el año pasado en Ávila, en que unas tías de los novios se ca-yeron encima del altar porque las habían sub-ido a unas sillas para salir en la foto. Nos en-contramos con que las cosas han cambiado mucho y la propia iglesia ha sido un elemento muy, muy negativo en la aplicación de la nor-mativa conciliar.

Y ahora ¿qué medidas de seguridad aplica-

mos? Pues los que sean cristianos recen y los que no, utilicen esa proyección de la fuerza personal para proteger las obras, porque esas son las mejo-res soluciones para salvar el patrimonio religioso en la situación en que nos encontramos ahora. Como medida de seguridad el inventario es la primera medida a tomar. El Codex, en el año 83, del Derecho Canónico dice que hay que hacer inventarios y que se hagan detalladamente. Los inventarios son básicos para los casos de robos, pero los inventarios saben que funcionan en doble viaje de ida y de vuelta en el caso de los robos: el inventario sirve para conocer una obra y también como la guía de los ladrones. Todo tiene un ries-go en esta vida. En el año 89 pusimos en marcha un Plan de Inventarios en todas las Diócesis de

Aragón, que terminaremos Dios me-diante al año que viene, dirigido por Mari Carmen Lacarra, en el cual vamos a tener todo el inventario del Patrimonio. Inventarios que hay que ir mo-dernizando, pues no es lo mismo uno hecho en el año 39, que es un canto a la desesperanza por todo lo que desapareció. También es algo que se va investigando y hay que modernizar las acotaciones pura-mente artísticas. En las jornadas sobre patrimo-nio del Escorial del año 92, se plan-teó una cosa que podía sonar enton-ces como a pitorreo y fue objeto de

alguna crítica mordaz. Dijeron que había que re-gistrar todo en vídeo y a la larga puede ser intere-sante. Tener la fotografía en color, porque en blanco y negro es muy piadoso pero nada útil y los cuadros y las cosas suelen tener color y en los procesos de restauración nos van a exigir tener ese dato. Hay que mantener esos inventarios vi-vos y cada vez que un clérigo cambia de pobla-ción, hay que obligar a hacer ese inventario: yo recibí esto y dejo esto. Hay que plantear medidas de seguridad con lógica. Hay dos formas: las medidas tomadas por la base (Dios nos libre de ellas) y las medidas

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tomadas desde arriba, con gente técnica y con una cierta coherencia. A veces son peligrosísimas las medidas tomadas por las bases. En el campo de Jaca, el caso más salvaje que yo he visto, en una iglesia románica de finales del siglo VIII, una pie-za muy importante, cuando empezaron los robos, los del pueblo dijeron que esa no se la llevaban y llamaron al herrero y meterle un hierro desde aba-jo a la cabeza, le pusieron una corona para que no se viera el hierro que le sale por la cabeza. A ese hierro le colocaron unas cadenas y uno no sabe si está en las galeras turcas del siglo XVII o está en una iglesia del campo de Jaca. La imagen está destrozada, ha sufrido un atentado, eso no es vio-lencia doméstica, eso es violencia total para con la imagen. He visto cuadros pegados a la pared con cola de carpintero y aplicados a estos talleres benéficos de las señoras de la parroquia que lim-pian con cebolla y otros elementos comprados en droguerías, pues están convirtiendo gran parte del arte en una especie de ejercicio a lo Leonardo da Vinci, con el tiempo va desapareciendo el di-bujo, el color, todo. Nos encontramos con un grave problema: la propia gente que lo detenta. Segundo: el campo del delito ha cambiado. En este momento, algunos técnicos sabemos que se roba con fotografía, esto es algo habitual, se roba por encargo y luego las piezas van a exposiciones particulares que existen algunas piezas conocidas que están por el Levante español, como sabrán ustedes muy bien. Aparte de las medidas de seguridad, también hay que in-tentar elevar el nivel cultural de los clérigos por-que de alguna manera debemos transmitir a la so-

ciedad un complejo itinerario formativo que solu-cionaría graves problemas. Hay que vincular esta idea al reconocimiento de las propias limitacio-nes: en el campo del arte y del patrimonio verán que lamentablemente todo el mundo se cree con preparación suficiente, todo el mundo puede doc-torar y opina, y si te descuidas te enmiendan la plana y te llevan la contraria. Esto es importante y lo pueden hacer los curas. Los curas tienen que ejercer ese sentimiento de participación activa y de responsabilidad. Hay que volver a recuperar un concepto muy importante que se dijo en el Simposio de Cracovia, “La preservación del Patrimonio Cultu-ral” en 1991: que para la mayor protección del patrimonio era necesario recuperar la dimensión espiritual de ese patrimonio, los valores espiritua-les, de culto. Por último es importante la circulación de los bienes culturales. Uno de los aspectos funda-mentales para la circulación, para evitar y norma-lizar la circulación de los bienes culturales es que todo el patrimonio esté no inventariado sino estu-diado y divulgado en el ámbito europeo. Lo que se llamó las grandes bases de datos europeas es una cosa que a la larga se acabará haciendo, y que permitirían acceder a todo el patrimonio. Por lo tanto, tenemos que recuperar la utili-dad de las cosas, en primer lugar, y hacer que la gente entienda para qué han servido, que las res-peten desde ese punto de vista. En segundo lugar tenemos que permitir que sean especialistas los que tengan el poder absoluto sobre todo este as-pecto, pero en todos los pueblos y lugares, a tra-vés de Asociaciones, Fundaciones, Organizacio-nes, Grupos. Y en tercer lugar que hay que hacer una gran base de datos internacional que permita luchar, porque es muy fácil salir con una obra de arte de un país, como con un niño, el problema es traerla. Les contaré el caso de una Virgen del Campo de Cariñena que fue sacada a Roma para una cele-bración en el Colegio Español de Roma, salió sin papeles. Todo el mundo entendió que era normal, que sale normal, pues luego no volvió porque en Italia no la soltaron. Saben ustedes cómo hubo que traerla, pues en una peregrinación de gentes

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NOTICIAS DE LA BIBLIOTECA

BIBLIOGRAFÍA COMENTADA DE

D. MIGUEL ÁNGEL PALLARÉS JIMÉNEZ II PREMIO DE INVESTIGACIÓN “VILLA DE TAUSTE”

Dentro del conjunto de tareas que el Grupo de Tauste se ha propuesto, corresponde a su Biblio-teca la tarea de recopilar todo el material publicado por taustanos o relativo a nuestra localidad. En este campo, plantea un interés especial el acopio del material impreso por aquellos intelectuales taustanos que han desarrollado alguna investigación en el campo de la Historia pues en ese caso son dos los motivos de interés: su procedencia y su propio contenido. De ahí que este año y, más aún, tras la concesión del II Pre-mio de Investigación “Villa de Tauste” a un joven pero ya veterano investigador como el doctor D. Miguel Ángel Pallarés Jiménez, haya sido tarea prioritaria de esta Biblioteca la recopilación de la mayor parte posi-ble de los libros y artículos publicados por este investigador a lo largo de su carrera. A partir de esta tarea vamos a llevar a cabo una brevísima recensión de su trabajo, que esperamos sirva a nuestros lectores para conocer la relevancia académica del galardonado.

I : HISTORIA DE LA IMPRENTA ARAGONESA

1

- “La imprenta en Zaragoza durante el reinado de Fernando el Católico”, Fernando II de Aragón, el Rey Católico, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1996, pp. 379-409.

Estudio (pp. 379-394), Apéndice documental (pp. 395-397) 2 docs. y Apéndice iconográfico

Durante largos años de paciente y meticuloso estudio la labor investigadora de D. Miguel Án-

gel Pallarés se ha centrado en el mundo del libro antiguo y, más concretamente, en la documentación relati-va al último cuarto del siglo XV en Zaragoza, es decir, la época del libro incunable aragonés. En ese campo se centró su tesis doctoral, valorada en su día con Sobresaliente cum laude por el tribunal correspondiente y galardonada con el Premio Extraordinario de Doctorado. A la espera de la publicación de esta tesis, actual-mente en prensa, este breve artículo sobre la imprenta durante el reinado de Fernando II no pasaba de ser una mera toma de contacto con los aspectos más relevantes del tema destinado no tanto a especialistas co-mo a personas interesadas por el tema.

En la misma línea pero dentro de un ámbito mucho más erudito y científico, Miguel Ángel Pa-

llarés ha publicado una serie de artículos puntuales presentando a los profesionales diferentes hallazgos re-lacionados con el mundo de la imprenta incunable zaragozana:

2

- “Dos noticias acerca de la iconografía de San Lamberto: las vidrieras del refectorio del monasterio de

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Santa Engracia, y las bulas y estampas fraudulentas del impresor Pedro Hardouyn”, Aragonia Sacra, IX, 1994, pp.65-88.

Introducción (pp. 65-79) y 44 docs.

3

- “El comercio del libro de horas en Zaragoza: la venta de Juan Macañán a Gaspar Creher en 1495”, Ara-gonia Sacra, XII, 1997, pp. 135-154.

4

- “La bula Sancti Spiritus in Saxia, incunable desconocido de Guillén de Brocar”, Principe de Viana, 213, Enero-Abril 1998, pp. 295-306.

Introducción (pp. 295-299), 6 docs., 5 reproducciones facsímiles.

5

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- “La Crónica de Aragón, de Gauberto Fabricio de Vagad, una cuestión de estado. Sobre el encargo de

su redacción y de los problemas para ser impresa”, Humanismo y literatura en tiempos de Juan del Encina, Universidad de Salamanca, Salamanca, pp.409-422.

Estudio (pp. 409-415) y 14 docs.

Por último, dentro del mismo campo ha publicado también:

6

- M. Á. Pallarés y E. Velasco: La imprenta en Aragón, col. CAI100, nº 94, CAI, Zaragoza, 2000.

Un libro sencillo y ameno dentro de una colección muy popular -coordinada por nuestra paisana Ma-ría de Sancho Abarca Menjón- en el que los autores resumen para no iniciados la trayectoria histórica de la imprenta en Aragón desde sus orígenes en 1475 hasta nuestros días.

II: EDICIÓN DE TEXTOS RECUPERADOS

7

- La Cárcel de amor de Diego de San Pedro, impresa en Zaragoza el 3 de junio de 1493: membra dis-

jecta de una edición desconocida, Centro de Documentación Bibliográfica Aragonesa, Zaragoza, 1994.

Introducción (ps. VII-X) y reproducción del texto.

Buena parte de la labor investigadora de Miguel Ángel Pallarés se ha centrado en la publicación de textos de la época rescatados de las guardas que protegen los legajos documentales del Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Zaragoza. En el siglo XVI, algunos notarios se sirvieron de hojas impresas procedentes de publicaciones ya en aquel momento anticuadas para proceder anualmente a la encuaderna-ción artesana de sus protocolos notariales. De este modo y sin ser conscientes de ello, esos notarios cola-boraron en la conservación de esos impresos, que en algunos casos revelan ediciones hoy por completo desaparecidas. Tal es el caso de este libro. En él, el doctor Pallarés recupera una serie significativa de folios impre-sos y de grabados pertenecientes a la primera edición ilustrada de la Cárcel de Amor de Diego de San Pe-dro, la novela sentimental más importante de su época. Hasta este momento, a la primera edición de la obra -Sevilla, 1492- le seguía la traducción catalana publicada en Barcelona en septiembre de 1493, espe-cialmente atractiva por sus bellos grabados. La edición de Pallarés por un lado descubría la existencia de una edición desconocida -Pablo Hurus, Zaragoza, junio de 1493-, anterior a la catalana y, por otro, otor-gaba a Zaragoza el origen de los grabados.

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- “Un pliego de las Letras de Hernando del Pulgar, que Pablo Hurus editó con los Claros varones de

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Castilla, conservado en el Archivo de Protocolos notariales de Zaragoza”, Aragón en la Edad Media, XII, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1995, ps. 319-336.

Introducción (ps. 319-320) y edición del texto.

9

- “Daniel Sisón, maestro mayor del estudio montisonense, y las gramáticas impresas en Zaragoza en el siglo XV: noticia de una edición desconocida”, Cuadernos Cehimo, n.º 22, Monzón, 1995, pp. 125-162.

Introducción (ps. 127-31), Documentos (pp. 132-133) 2 docs. y edición del texto.

10 - “De las Trescientas de Juan de Mena impresas en Zaragoza en 1489, más de cincuenta halladas en el

Archivo Notarial de esta ciudad”, Nassarre, XI, 1-2, 1995, pp. 387-406.

Introducción (pp. 387-390) y edición del texto.

11

- “Una pieza incompleta de López de Yanguas conservada en el Archivo Notarial de Zaragoza”, Epos, XIII (1997), pp. 417-447.

Estudio (pp.417-423) y edición del texto.

III: HISTORIA Y TRADICIONES TAUSTANAS

12 - “La carta de población de Tauste y la forntera navarro-aragonesa a la muerte de Alfonso I el Batalla-

dor”, Aragón en la Edad Media, X-XI, Homenaje a la Profesora Emérita María Luisa Ledesma Rubio, Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1993, ps. 683-703.

Comentario (ps. 683-695) y edición crítica del texto (ps. 696-703).

IV: VARIA - Aportación documental para la historia de la música en Aragón en el último tercio del siglo XV. I, Nassarre, Revista Aragonesa de Musicología, VII, 1, Insitución Fernando el Católico, Zaragoza, 1991, ps. 175-212.58 docs. II, Nassarre, VII, 2, 1991, ps. 171-209.104 docs. III, Nassarre, VIII, 1, 1992, ps. 213-271.141 docs.

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IV, Nassarre, VIII, 2, 1992, ps. 171-244,148 docs. V, Nassarre, IX, 1, 1993, ps. 227-310, 170 docs. VI, Nassarre, XV, 1-2, 1999, pp. 419-513, 137 docs. Como parte complementaria de su investigación acerca de la imprenta de los incunables en Zaragoza, entre la labor investigadora de Miguel Ángel Pallarés destaca esta impresionante colección documental centrada en el mundo de la música aragonesa en los inicios del Renacimiento. Las seis entregas de docu-mentación notarial -que acumulan un total de 758 documentos, todos ellos provenientes del Archivo Histó-rico de Protocolos Notariales de Zaragoza- revelan diversos ámbitos de la vida artística de Zaragoza duran-te buena parte del reinado de Fernando II, destacando todo lo relativo a músicos de muy distinto orden -maestros de canto, organeros, trompetistas, tamborinos…-, ediciones de libros de música, relaciones socia-les -contratos de aprendizaje y de obra, minutas profesionales, relaciones de los artistas con sus mecenas …- Además, las breves pero densas introducciones se centran en diversos aspectos de ese mismo mundi-llo cultural como la presencia de organeros alemanes en la Zaragoza de finales del siglo XV, la relación permanente de personas ciegas con la música o la presencia de instrumentos de lujo entre el mobiliario se-ñorial de la época. En resumen y como ya el propio autor anunciaba en el primer fascículo: “Con seguridad, la publica-ción de fuentes documentales inéditas interesantes para la historia de la música en Aragón en el siglo XV ha de valer como instrumento eficaz en manos de los musicólogos”. - Album de Xilografías de dos libros de horas impresos en Zaragoza, incunables n.º 871 y n.º 872 de la

Biblioteca Nacional de Madrid, Centro de Documentación Bibliográfica Aragonesa, Zaragoza, 1993. Introducción y edición de los grabados. - Ápocas de la receptoría de la Inquisición en la zona nororiental de Aragón (1487-1492), Tolous 7,

CEHIMO (Centro de Estudios de Monzón y Cinca Medio), Zaragoza, 1996. Obra premiada con la V Beca de Investigación “Joaquín y Mariano de Pano” del CEHIMO. Estudio Introductorio (ps. 17-85), Corpus documental (ps. 89-157) 180 docs. e Índices (ps. 161-174).

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Abordamos el pasado desde la figura de Alfonso I, artífice inmediato de la incorporación de Tauste al Reino de Aragón en 1105. La espiritualidad y religiosidad que tan fielmente han quedado patentes en el arte en Tauste, sobre todo desde la devoción a la Virgen María. El siglo XVIII queda cubierto con el estu-dio que ampliamente han realizado los dos premiados en las Becas “Villa de Tauste” y “Januario Uberte” en el año 2002. La magnífica colección de arte contemporáneo que posee Tauste, orgullo de unos y la gran desconocida por muchos será también analizada.

V JORNADAS SOBRE LA HISTORIA DE TAUSTE

PONENCIAS DE LAS JORNADAS

Lunes día 1/12

VICTOR POLA AZNAR Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza Diplomado en Ciencias Religiosas por la Universidad de Navarra

"Una devoción para un pueblo. María en el camino de los taustanos"

.............................................................................................................. Martes día 2/12

JOSÉ FABRE MURILLO:

Licenciado en Historia por la Universidad de Zaragoza "Relaciones socioeconómicas entre Tauste

y el Valle del Roncal" ..............................................................................................................

Miercoles día 3/12

JOSÉ IGNACIO GÓMEZ ZORRAQUINO: Profesor del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.

"Las cuentas municipales en Tauste en el Antiguo Régimen"

.............................................................................................................. Jueves día 4/12

ÁNGEL AZPEITIA BURGOS:

Catedrático de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Zaragoza Presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte.

"Un contexto del arte aragonés contemporáneo para la colección del Ayuntamiento de Tauste"

.............................................................................................................. Viernes día 5/12

CARLOS LALIENA CORBERA:

Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza "Conquista feudal de las

Bajas Cinco Villas" ..............................................................................................................