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FRANZ BOAS. * “LAS LIMITACIONES DEL MÉTODO COMPARATIVO EN ANTROPOLOGÍA”. ** En: Juan Mauricio Renold (comp.): Antropología cultural. F. Boas, A. L. Kroeber, R. Lowie, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1993, pp. 27-39. La antropología moderna ha descubierto que la sociedad humana ha crecido y se ha desarrollado en todas partes en una manera tal que sus formas, sus ideas y sus acciones tienen muchos rasgos fundamentales en común. Este descubrimiento trascendental implica que existen leyes que gobiernan el desarrollo de la sociedad, que son aplicables a nuestra sociedad como también a aquellas de tiempos remotos y países distantes; que su conocimiento será un medio para entender las causas que adelantan o que retardan la civilización; y que, guiados por este conocimiento, podemos esperar gobernar nuestras acciones de manera que el mayor beneficio para la humanidad provenga de las mismas. Desde que este descubrimiento ha sido claramente formulado, la antropología ha comenzado a recibir esa participación liberal del interés público que le fue rehusada mientras se creyó que no era capaz de hacer más que registrar las curiosas costumbres y creencias de pueblos extraños; o, cuando mucho, rastrear sus parentescos y así elucidar las primitivas migraciones de las razas humanas y las afinidades de los pueblos. Mientras que los primeros investigadores concentraron su atención sobre este problema puramente histórico, ha cambiado ahora totalmente el curso, de manera que hasta hay antropólogos que declaran que tales investigaciones corresponden al historiador y que los estudios antropológicos deberán estar restringidos a la investigación de las leyes que gobiernan el crecimiento de la sociedad. Un cambio radical del método ha acompañado este cambio de punto de vista. Mientras que antes las identidades o las similitudes de la cultura fueron consideradas una prueba incontrovertible de la conexión histórica o hasta del * Boas, Franz (1858-1942). Nacido en Westfalia y doctor en medicina y ciencias naturales por la Universidad de Kiel, Alemania, en 1881; Boas es el “padre de la antropología americana”. Sus estudios en Norteamérica empezaron en 1883 en Baffin Land, y en 1896 entró a formar parte del personal de Museo Americano de Historia Natural y del cuerpo enseñante de la Universidad de Columbia, en la que permaneció, una vez jubilado (profesor emérito, 1933), hasta su muerte. Alcanzó fama mundial y fue galardonado con numerosos premios y distinciones honoríficas. El nombre de Boas, su trabajo, su filosofía, y su personalidad dominaron la escena de la antropología americana durante las dos primeras décadas del siglo XX; en el curso de las tres siguientes fue sucedido por una pléyade de discípulos que adquirieron gran notoriedad en el mismo campo, para con los cuales Boas continuó siendo mentor, amigo, paterfamilias y compañero. La constante preocupación de Boas era que el desarrollo de los métodos de investigación se sometiese a rigurosos criterios científicos, grave laguna en la ciencia del comportamiento de la época. Su descontento frente a las sinuosas generalizaciones teóricas sobre el comportamiento, incapaces de explicar las observaciones más agudas de la variabilidad cultural, le hizo declarar una moratoria sobre tales especulaciones en espera de que, con el tiempo, los mismos temas se planteasen de forma más clara. Como moralista y humanista le dolía profunda y éticamente la aplicación de los conocimientos y hallazgos antropológicos en lugares varios del mundo con fines políticos. Los escritos de Boas abarcan el campo de la antropología en su totalidad, siendo los más significativos: The Central Eskimo (1888); The Growth of Children (1898); The Kwakiutl of Vancouver Island (1909); Changes in Form of Body of Descendants of Inmigrants (1911); The Mind of Primitive Man (1911); Dakota Grammar (con E. Ella Deloria) (1911); Primitive Art (1927); Race, Language and Culture (1940). [Biografía extraída de Hunter, David E. y Phillip Whitten, Enciclopedia de Antropología, Ed. Bellaterra, Barcelona, 1981]. ** Science, N.S., Vol. 4 (1896), pp. 901-908. Traducción de Graciela Mandolini y Marcela Valdata.
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Boas

Nov 22, 2015

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Oscar Prieto
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  • FRANZ BOAS.* LAS LIMITACIONES DEL MTODO COMPARATIVO EN ANTROPOLOGA.** En: Juan Mauricio Renold (comp.): Antropologa cultural. F. Boas, A. L. Kroeber, R. Lowie, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1993, pp. 27-39.

    La antropologa moderna ha descubierto que la sociedad humana ha crecido y se ha desarrollado en todas partes en una manera tal que sus formas, sus ideas y sus acciones tienen muchos rasgos fundamentales en comn. Este descubrimiento trascendental implica que existen leyes que gobiernan el desarrollo de la sociedad, que son aplicables a nuestra sociedad como tambin a aquellas de tiempos remotos y pases distantes; que su conocimiento ser un medio para entender las causas que adelantan o que retardan la civilizacin; y que, guiados por este conocimiento, podemos esperar gobernar nuestras acciones de manera que el mayor beneficio para la humanidad provenga de las mismas. Desde que este descubrimiento ha sido claramente formulado, la antropologa ha comenzado a recibir esa participacin liberal del inters pblico que le fue rehusada mientras se crey que no era capaz de hacer ms que registrar las curiosas costumbres y creencias de pueblos extraos; o, cuando mucho, rastrear sus parentescos y as elucidar las primitivas migraciones de las razas humanas y las afinidades de los pueblos.

    Mientras que los primeros investigadores concentraron su atencin sobre este problema puramente histrico, ha cambiado ahora totalmente el curso, de manera que hasta hay antroplogos que declaran que tales investigaciones corresponden al historiador y que los estudios antropolgicos debern estar restringidos a la investigacin de las leyes que gobiernan el crecimiento de la sociedad.

    Un cambio radical del mtodo ha acompaado este cambio de punto de vista. Mientras que antes las identidades o las similitudes de la cultura fueron consideradas una prueba incontrovertible de la conexin histrica o hasta del

    * Boas, Franz (1858-1942). Nacido en Westfalia y doctor en medicina y ciencias naturales por la Universidad de Kiel, Alemania, en 1881; Boas es el padre de la antropologa americana. Sus estudios en Norteamrica empezaron en 1883 en Baffin Land, y en 1896 entr a formar parte del personal de Museo Americano de Historia Natural y del cuerpo enseante de la Universidad de Columbia, en la que permaneci, una vez jubilado (profesor emrito, 1933), hasta su muerte.

    Alcanz fama mundial y fue galardonado con numerosos premios y distinciones honorficas. El nombre de Boas, su trabajo, su filosofa, y su personalidad dominaron la escena de la

    antropologa americana durante las dos primeras dcadas del siglo XX; en el curso de las tres siguientes fue sucedido por una plyade de discpulos que adquirieron gran notoriedad en el mismo campo, para con los cuales Boas continu siendo mentor, amigo, paterfamilias y compaero.

    La constante preocupacin de Boas era que el desarrollo de los mtodos de investigacin se sometiese a rigurosos criterios cientficos, grave laguna en la ciencia del comportamiento de la poca. Su descontento frente a las sinuosas generalizaciones tericas sobre el comportamiento, incapaces de explicar las observaciones ms agudas de la variabilidad cultural, le hizo declarar una moratoria sobre tales especulaciones en espera de que, con el tiempo, los mismos temas se planteasen de forma ms clara. Como moralista y humanista le dola profunda y ticamente la aplicacin de los conocimientos y hallazgos antropolgicos en lugares varios del mundo con fines polticos.

    Los escritos de Boas abarcan el campo de la antropologa en su totalidad, siendo los ms significativos: The Central Eskimo (1888); The Growth of Children (1898); The Kwakiutl of Vancouver Island (1909); Changes in Form of Body of Descendants of Inmigrants (1911); The Mind of Primitive Man (1911); Dakota Grammar (con E. Ella Deloria) (1911); Primitive Art (1927); Race, Language and Culture (1940). [Biografa extrada de Hunter, David E. y Phillip Whitten, Enciclopedia de Antropologa, Ed. Bellaterra, Barcelona, 1981]. ** Science, N.S., Vol. 4 (1896), pp. 901-908. Traduccin de Graciela Mandolini y Marcela Valdata.

  • FRANZ BOAS

    origen comn, la nueva escuela se niega a considerarlas como tales, sino que las interpreta como el resultado del trabajo uniforme de la mente humana. El Dr. D. G. Brinton es el ms enftico partidario de este punto de vista en nuestro pas; en Alemania la mayora de los seguidores de Bastian, quienes a este respecto ven ms lejos que Bastian mismo. Otros, mientras no niegan la incidencia de las conexiones histricas, las consideran insignificantes en sus resultados e importancia terica comparadas con la obra de las leyes uniformes que gobiernan la mente humana. Este es el punto de vista de la mayora de los antroplogos vivientes.

    Este moderno punto de vista est basado en la observacin de que los mismos fenmenos tnicos se producen entre los ms diversos pueblos o, como dice Bastian, en la aterradora monotona de las ideas fundamentales de la humanidad a travs de todo el globo. Las nociones metafsicas del hombre pueden ser reducidas a unos pocos tipos que son de distribucin universal; igual es el caso referente a las formas de la sociedad, de las leyes y de las invenciones. Adems, las ideas ms intrincadas y aparentemente ilgicas y las costumbres ms curiosas y complejas aparecen aqu y all entre algunas tribus de tal forma que queda excluida la presuncin de un origen histrico comn. Cuando se estudia la cultura de cualquier tribu es posible hallar analogas ms o menos estrechas de simples rasgos de una cultura entre una gran diversidad de pueblos. Tylor, Spencer, Bastian, Andree, Post y muchos otros han recogido ejemplos numerosos, de modo que es innecesario suministrar aqu una prueba detallada del hecho. La idea de una vida futura; el mismo shamanismo subyacente; invenciones tales como el fuego y el arco; ciertos aspectos elementales de estructura gramatical estos indicarn las clases de fenmenos a los que me refiero. Se deduce de estas observaciones que cuando hallamos rasgos simples anlogos de cultura entre pueblos distantes, la presuncin no es de que haya existido una fuente histrica comn, sino que han surgido independientemente.

    Pero el descubrimiento de estas ideas universales es slo el comienzo de la tarea de un antroplogo. La investigacin cientfica deber contestar dos preguntas al respecto: Primero, cul es su origen? y segundo, cmo se afirman en las diversas culturas?

    La segunda pregunta es la ms fcil de contestar. Las ideas no existen en forma idntica en todas partes, sino que varan. Se ha acumulado material suficiente como para demostrar que las causas de estas variaciones pueden ser externas, es decir, basadas en el entorno tomando el trmino entorno en su ms amplio sentido o internas, es decir, basadas en las condiciones psicolgicas. La influencia de los factores externos e internos sobre las ideas elementales encarna un grupo de leyes que gobiernan el crecimiento de la cultura. Por lo tanto, nuestros esfuerzos debern estar dirigidos a demostrar cmo estos factores modifican las ideas elementales.

    El primer mtodo sugerido y que ha sido generalmente adoptado por los antroplogos modernos es aislar y clasificar las causas agrupando las variantes de ciertos fenmenos etnolgicos acorde a las condiciones externas bajo las cuales viven los pueblos, entre los que han sido halladas, o a causas internas que influyen en sus mentes; o a la inversa, agrupando estas variantes de acuerdo con sus similitudes. Entonces podrn hallarse las condiciones de vida correlacionadas.

    A travs de este mtodo comenzamos a reconocer, an con un conocimiento imperfecto de los hechos, cules fueron las causas que actuaron en la formacin de la cultura de la humanidad. Friedrich Ratzel y W. J. McGee han investigado la

  • LAS LIMITACIONES DEL MTODO COMPARATIVO EN ANTROPOLOGA

    influencia del entorno geogrfico sobre una ms amplia base de los hechos de lo que pudieron hacer en su tiempo Ritter y Guyot. Los socilogos han realizado estudios en el sentido de la densidad de la poblacin y de otras simples causas sociales. De esta manera se aclara la influencia de los factores externos sobre el crecimiento de la sociedad.

    Las consecuencias de los factores psquicos han sido tambin estudiados de la misma manera. Stoll ha tratado de aislar los fenmenos de la sugestin y de la hipnosis y estudiar los efectos de su presencia en las culturas de diversos pueblos. Las investigaciones sobre las relaciones mutuas de tribus y pueblos comienzan a demostrar que ciertos elementos culturales son fcilmente asimilados mientras que otros son rechazados, y las frases gastadas por el tiempo sobre la imposicin de la cultura por un pueblo ms altamente civilizado sobre el de menor cultura que ha sido conquistado ceden frente a consideraciones ms cuidadosas sobre el lema del intercambio de los logros culturales. En todas estas investigaciones estamos utilizando mtodos inductivos slidos con el fin de aislar las causas de los fenmenos observados.

    El otro interrogante con respecto a las ideas universales, a saber el de su origen, es mucho ms difcil de tratar. Se han llevado a cabo muchos intentos para descubrir las causas que han conducido a la formacin de las ideas que se desarrollan con frrea necesidad dondequiera que el hombre viva. Este es el problema ms difcil de la antropologa y es de esperar que frustrar nuestros intentos durante mucho tiempo. Bastian niega que es posible descubrir las fuentes finales de las invenciones, las ideas, las costumbres y las creencias que son de incidencia universal. Pueden ser nativas, pueden ser importadas, pueden haber surgido de una variedad de fuentes, pero all estn. La mente humana est conformada de modo tal que las inventa espontneamente o las acepta siempre que le son ofrecidas. Esta es la idea elemental de Bastian que ha sido peor interpretada.

    Hasta un cierto punto la clara enunciacin de la idea elemental nos proporciona la razn psicolgica de su existencia. Ejemplo: el hecho de que el pas de las sombras es frecuentemente ubicado en el oeste sugiere el esfuerzo de colocarlo en el lugar donde desaparecen el sol y las estrellas. La mera manifestacin de que el hombre primitivo consideraba a los animales como dotados con todas las cualidades del hombre demuestra que la analoga entre muchas de las cualidades de los animales y de los seres humanos ha conducido a la generalizacin de que todas las cualidades animales son humanas. En otros casos las causas no son tan evidentes por s mismas. Por este motivo, la pregunta por qu todas las lenguas distinguen entre uno mismo, la persona a la cual uno se dirige y la persona de quien se habla, y por qu la mayora de las lenguas no llevan a cabo esta diferenciacin lgica y aguda en el plural es difcil de contestar. Cuando el principio se lleva a cabo consistentemente, requiere que en el plural exista una distincin entre el nosotros expresando a uno mismo y la persona a quien se dirige la palabra y el nosotros que expresa a uno mismo y la persona de quien se habla, diferencia que es comparativamente hallada slo en pocas lenguas. El menor riesgo de malos entendidos en el plural explica parcialmente este fenmeno, pero difcilmente en forma adecuada. Sin embargo, ms oscura es la base psicolgica en otros casos, por ejemplo: en el de las costumbres matrimoniales extensamente diseminadas. La prueba de la dificultad de este problema est en la multitud de hiptesis que han sido inventadas para explicarlo en todas sus variadas fases.

    En el tratamiento de esto, el problema ms difcil de la antropologa, se adopta el punto de vista de que si un fenmeno etnolgico se ha desarrollado

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    independientemente en una cantidad de lugares, su desarrollo ha sido el mismo en todas partes; o, expresado de otra manera, que el mismo fenmeno etnolgico es debido siempre a las mismas causas. Esto conduce a la generalizacin de que la igualdad de los fenmenos etnolgicos encontrados en diversas regiones es prueba de que la mente humana obedece en todas partes a las mismas leyes. Es obvio que si diferentes desarrollos histricos pudiesen conducir a los mismos resultados, no sera entonces defendible esta generalizacin. Su existencia nos presentara un problema totalmente diferente, a saber, cmo es que los desarrollos de la cultura conducen con tanta frecuencia a los mismos resultados. Por lo tanto, deber entenderse claramente que la investigacin antropolgica que compara fenmenos culturales similares de las diversas partes del mundo, a fin de descubrir la historia uniforme de su desarrollo, presume que el mismo fenmeno etnolgico se ha desarrollado en todos lados de la misma manera. Aqu se encuentra la falla en el argumento del nuevo mtodo, puesto que no es posible suministrar tal prueba. Hasta el anlisis ms sumario demuestra que los mismos fenmenos pueden desarrollarse en una gran cantidad de formas.

    Quiero dar unos pocos ejemplos: las tribus primitivas estn casi siempre divididas universalmente en clanes que poseen ttems. No puede caber duda que esta forma de organizacin social ha surgido independientemente una y otra vez. La conclusin justifica con seguridad que las condiciones psquicas del hombre favorecen la existencia de una organizacin totmica de la sociedad, pero no sucede que la sociedad totmica se haya desarrollado en todas partes de la misma manera. El Dr. Washington Matthews cree que los ttems de los Navajos han surgido por la asociacin de clanes independientes. El Capitn Bourke supone que hechos similares dieron origen a los clanes Apaches, y el Dr. Fewkes ha llegado a la misma conclusin con respecto a algunas de las tribus Pueblo. Por el otro lado, tenemos pruebas de que los clanes pueden crearse por divisin. He demostrado que tales hechos tuvieron lugar ente los indios de la costa del Pacfico Norte. La asociacin de pequeas tribus por un lado, y la desintegracin de tribus en crecimiento por el otro lado, han conducido a resultados que aparecen como idnticos para todos los intentos y propsitos.

    Para dar otro ejemplo: recientes investigaciones han demostrado que los diseos geomtricos en el arte primitivo han sido originados a veces a travs de formas naturales que fueron gradualmente estilizadas, algunas veces de motivos tcnicos, que an en otros casos fueron geomtricos en origen o que fueron derivados de smbolos. De todas estas fuentes han sido desarrolladas las mismas formas. De los diseos que representaban diversos objetos surgieron con el transcurso del tiempo calados, serpentinas, cruces y dems. Por consiguiente, la frecuente aparicin de estas formas no prueba ni el origen comn ni que siempre se han desarrollado de acuerdo con las mismas leyes psquicas. Por el contrario, el idntico resultado puede haber sido alcanzado sobre cuatro lneas diferentes de desarrollo y de un nmero infinito de puntos de partida.

    No estara de ms otro ejemplo: el uso de las mscaras se encuentra en un gran nmero de pueblos. El origen de la costumbre de usar mscaras no es muy claro en todos los casos, pero pueden distinguirse fcilmente unas pocas formas tpicas de su uso. Se las utiliza para ahuyentar los espritus as como para indicar la identidad del que la usa. El espritu de una enfermedad que intenta atacar a una persona no la reconoce cuando ella lleva una mscara y la mscara en este caso sirve como proteccin. En otros casos la mscara representa a un espritu que est personificado por el usuario, quien de esta forma ahuyenta otros espritus hostiles.

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    Tambin otras mscaras son conmemorativas. El portador personifica a una persona fallecida cuya memoria deber ser rememorada. Las mscaras son tambin utilizadas en representaciones teatrales ilustrando hechos mitolgicos.*

    Estos pocos datos son suficientes para demostrar que el mismo fenmeno tnico puede desarrollarse desde diversas fuentes. Cuanto ms simple es el hecho observado, tanto ms factible es que pueda haber sido desarrollado de una fuente aqu y de otra all.

    De este modo reconocemos que la presuncin fundamental que tan frecuentemente hacen los antroplogos modernos no puede ser aceptada en todos los casos como cierta. No podemos decir que la incidencia de un mismo fenmeno se debe siempre a las mismas causas, y que as se prueba que la mente humana obedece a las mismas reglas en todas partes. Debemos pedir que las causas de las cuales se desarroll sean investigadas y que las comparaciones queden restringidas a aquellos fenmenos que han probado ser los efectos de las mismas causas. Debemos insistir que esta investigacin se convierta en una introduccin para todos los estudios comparativos extensos. En las investigaciones de las sociedades tribales, debern ser tratadas por separado aqullas que se han desarrollado a travs de asociacin de las que se han desarrollado a travs de la desintegracin. Los diseos geomtricos que han surgido de representaciones estilizadas de objetos naturales debern ser tratados separadamente de aquellos que han surgido de motivos tcnicos. Resumiendo, antes de hacer comparaciones extensas, deber probarse la comparabilidad del material.

    Los estudios comparativos a los que me refiero aqu intentan explicar costumbres e ideas de considerable similitud, que se encuentran aqu y all. Pero tambin persiguen el esquema ms ambicioso de descubrir las leyes y la historia de la evolucin de la sociedad humana. El hecho de que muchos aspectos fundamentales de la cultura son universales, o por lo menos se producen en muchos lugares aislados, interpretados por la presuncin de que los mismos aspectos se han desarrollado siempre de las mismas causas, conduce a la conclusin de que existe un gran sistema de acuerdo con el cual la humanidad se ha desarrollado en cualquier parte; que todas las variaciones producidas no son ms que detalles menores en esta gran evolucin uniforme. Est claro que esta teora posee como base lgica la presuncin de que los mismos fenmenos se deben siempre a las mismas causas. Para dar un ejemplo: nosotros hallamos muchos tipos de estructura de la familia. Puede comprobarse que familias paternales a menudo se han desarrollado de familias maternales. Por ello se dice que todas las familias paternales se han desarrollado de familias maternales. Si no presumimos que los mismos fenmenos se han desarrollado en todas partes de las mismas causas, entonces podemos tambin deducir que las familias paternales en algunos casos han surgido de instituciones maternales; en otros casos es de otra forma. Para dar otro ejemplo: muchas concepciones de la vida futura se han desarrollado evidentemente de sueos y alucinaciones. Consecuentemente, se dice que todas las nociones de este carcter han tenido el mismo origen. Esto tambin es cierto cuando ninguna otra causa puede conducir a las mismas ideas.

    Hemos visto que los hechos para nada favorecen la presuncin de la que hablamos; que ms bien apuntan hacia la direccin contraria. Por lo tanto, debemos tambin considerar todos los intentos ingeniosos en la construccin de un * Vase Richard Andree. Ethnographisque Parallelen und Vergliche. Neue Folge (Leipzig, 1889), pp. 107 ff.

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    gran sistema de la evolucin de la sociedad como de un valor muy dudoso, a menos que al mismo tiempo se suministre la prueba de que los mismos fenmenos deben haber tenido siempre el mismo origen. Hasta que esto se haya llevado a cabo, la presuncin est siempre a favor de una variedad de cursos que puede haber tomado el crecimiento histrico.

    Sera bueno exponer aqu uno de los fines principales de la investigacin antropolgica. Estamos de acuerdo en que existen ciertas leyes que gobiernan el crecimiento de la cultura humana y es nuestro empeo descubrir estas leyes. El objeto de nuestra investigacin es encontrar los procesos por los cuales se han desarrollado ciertas etapas de la cultura. Las costumbres y creencias en s no son los objetivos esenciales de la investigacin. Deseamos conocer las razones por las cuales existen estas costumbres y creencias en otras palabras, deseamos descubrir la historia de su desarrollo. El mtodo que ms frecuentemente se aplica para las investigaciones de este carcter compara las variaciones bajo las cuales se producen estas costumbres o creencias y trata de hallar la causa psicolgica comn que es la razn fundamental de todas. He aseverado que este mtodo est expuesto a una objecin muy fundamental.

    Tenemos otro mtodo, que es ms seguro en muchos aspectos. Un estudio detallado de las costumbres en su relacin con la cultura total de la tribu que las practica, en conexin con una investigacin de su distribucin geogrfica entre las tribus vecinas, nos suministra casi siempre un medio para determinar con considerable exactitud las causas histricas que condujeron a la formacin de las costumbres en cuestin y a los procesos psicolgicos que actuaron en su desarrollo. Los resultados de las investigaciones conducidas a travs de este mtodo pueden ser triples. Pueden revelar las condiciones del medio ambiente que han creado o modificado los elementos culturales; pueden aclarar factores psicolgicos que actan en la formacin de la cultura; o pueden mostrarnos los efectos que las conexiones histricas han tenido sobre el desarrollo de la cultura.

    Tenemos en este mtodo un medio para reconstruir la historia del crecimiento de las ideas con una mayor exactitud que la que permitira la generalizacin del mtodo comparativo. El ltimo debe proceder siempre de un modo hipottico de desarrollo, cuya probabilidad puede ser sopesada ms o menos exactamente por medio de los datos observados. Pero hasta el momento no he visto an ningn intento extenso para probar la exactitud de una teora verificndola sobre la base de desarrollos con cuyas historias estamos familiarizados. Forzar los fenmenos dentro de la camisa de fuerza de una teora est opuesto al proceso inductivo mediante el cual pueden derivarse las relaciones reales de fenmenos definidos. Lo ltimo no es ms que el muy ridiculizado mtodo histrico. Desde luego, su forma de proceder no es ms la de tiempos pasados, cuando las pequeas similitudes de la cultura eran consideradas como pruebas de parentesco, pero reconoce puntualmente los resultados obtenidos por los estudios comparativos. Su aplicacin est basada, ante todo, en un territorio geogrfico pequeo, bien definido y sus comparaciones no se extienden ms all de los lmites del rea cultural que forma la base del estudio. Solamente cuando se han obtenido resultados precisos con respecto a esta rea est permitido extender el horizonte ms all de sus lmites, pero deber adoptarse la mayor precaucin a fin de no proceder con demasiada premura, puesto que de lo contrario podra ser pasada por alto la proposicin fundamental que he formulado antes, a saber: que cuando hallamos una analoga de rasgos simples de cultura entre pueblos distantes la presuncin no es que haya habido una fuente histrica comn, sino que han surgido independientemente. Por lo tanto, la investigacin

  • LAS LIMITACIONES DEL MTODO COMPARATIVO EN ANTROPOLOGA

    deber demandar siempre la continuidad de distribucin como una de las condiciones esenciales para probar la conexin histrica y deber aplicarse ms limitadamente la superposicin de eslabones conectados perdidos. Esta clara distincin entre los mtodos nuevos y los histricos antiguos todava es pasada por alto por los apasionados defensores del mtodo comparativo. No aprecian la diferencia entre el uso indiscriminado de similitudes de cultura para probar la conexin histrica y el estudio detallado minucioso y paulatino de los fenmenos locales. Ya no creemos que las ligeras similitudes entre las culturas de la Amrica Central y del Asia Oriental son una prueba suficiente y satisfactoria de una conexin histrica. Por el otro lado, ningn observador imparcial negar que existen razones muy fuertes para creer que un nmero limitado de los elementos culturales hallados en Alaska y en Siberia tienen un origen comn. Las similitudes en las invenciones, las costumbres y las creencias, junto con la continuidad de su distribucin a travs de un rea limitada, son una prueba satisfactoria de la correccin de esta opinin. Pero no es posible extender esta rea con seguridad ms all de los lmites del Ro Columbia en Amrica y del norte del Japn en Asia. Este mtodo de investigacin antropolgica est representado en nuestro pas por F. W. Putnam y Otis T. Mason; en Inglaterra por E. B. Tylor; en Alemania por Friedrich Ratzel y sus seguidores.

    Parece necesario decir aqu alguna palabra con respecto a una objecin a mis argumentos que ser elevada por los investigadores que pretenden que la similitud del entorno geogrfico es un motivo suficiente para la similitud de la cultura, es decir, por ejemplo, que las condiciones geogrficas de las planicies de la cuenca del Mississippi necesitan el desarrollo de una determinada cultura. Horatio Hale hasta llegara a creer que la similitud de la forma del lenguaje podra deberse a motivos ambientales. El entorno posee un cierto efecto limitado sobre la cultura del hombre, pero no veo cmo puede ser justificado por cualquier suceso el punto de vista de que es el moldeador primario dela cultura. Una rpida revisin de las tribus y los pueblos de nuestro globo demuestra que pueblos muy diferentes en cultura y lenguaje viven bajo las mismas condiciones geogrficas; como prueba de esto podramos mencionar la etnografa del frica Oriental o de Nueva Guinea. En ambas regiones hallamos una gran variedad de costumbres en reas pequeas. Pero ms importante es lo siguiente: ningn hecho observado puede aportarse en apoyo de esta hiptesis que no puede ser mejor explicada por los bien conocidos hechos de la difusin de la cultura; porque la arqueologa as como la etnografa nos ensean que siempre ha existido el intercambio entre tribus vecinas y se ha extendido a travs de enormes reas. En el viejo Mundo los productos del Bltico hallaron su camino hacia el Mediterrneo y las obras de arte del Mediterrneo oriental llegaron a Suecia. En Amrica las conchas del ocano hallaron su camino hacia las partes ms interiores del continente y las obsidianas del oeste fueron llevadas a Ohio. Los matrimonios entre razas distintas, la guerra, la esclavitud y el comercio han sido algunas de las fuentes de constante introduccin de elementos culturales forneos, de manera que tiene que haberse producido una asimilacin de la cultura a travs de reas continuadas. Por lo tanto, me parece que donde no pueda demostrarse la existencia de una influencia inmediata del entorno entre tribus vecinas, la presuncin deber ser siempre a favor de la conexin histrica. Ha existido un perodo de aislamiento durante el cual los principales rasgos de las diversas culturas se desarrollaron de acuerdo con la cultura previa y el entorno de las tribus. Pero las etapas de la cultura que representa este perodo han sido ocultadas bajo lo que es nuevo y que es debido al contacto con tribus extraas; por

  • FRANZ BOAS

    lo tanto, no pueden ser descubiertas sin la ms cuidadosa aislacin de los elementos extraos.

    Los resultados inmediatos de los mtodos histricos son, por lo tanto, las historias de las culturas de las distintas tribus que han sido el objeto del estudio. Estoy totalmente de acuerdo con aquellos antroplogos que afirman que este no es el objetivo final de nuestra ciencia, porque las leyes generales, a pesar de estar implcitas en una descripcin tal, no pueden ser claramente formuladas ni apreciado su valor relativo sin una perfecta comparacin de la forma en la cual se manifestaron en las diferentes culturas. Pero insisto en que la aplicacin de este mtodo es la condicin indispensable para un buen progreso. El problema psicolgico est contenido en los resultados de la investigacin histrica. Cuando hayamos aclarado la historia de una simple cultura y comprendido los efectos del medio ambiente y las condiciones psicolgicas reflejadas en el mismo, habremos dado un paso hacia adelante, puesto que podremos investigar entonces hasta dnde las mismas causas u otras operaron en el desarrollo de otras culturas. De esta manera mediante la comparacin de las historias del crecimiento es posible hallar reglas generales. Este mtodo es ms seguro que el mtodo comparativo, tal como es usualmente practicado, porque en lugar de una hiptesis sobre el modo de desarrollo, la historia real forma la base de nuestras deducciones.

    La investigacin histrica deber ser considerada la verificacin crtica que la ciencia deber exigir antes de admitir los hechos como una evidencia. A travs suyo deber verificarse la comparabilidad del material recolectado y deber exigirse la uniformidad de los procesos como prueba de la comparabilidad. Adems, cuando puede probarse la conexin histrica entre dos fenmenos, no debern ser admitidos como una evidencia independiente.

    En algunos casos los resultados inmediatos de este mtodo tienen un alcance tan amplio que figuran entre los mejores resultados que pueden ser obtenidos a travs de estudios comparativos. Algunos fenmenos tienen una distribucin tan inmensa que el descubrimiento de su incidencia sobre reas continuas muy extensas prueba de inmediato que ciertas fases de la cultura en estas reas han emergido de una fuente. Tales son las vastas porciones esclarecidas de la remota historia de la humanidad. Cuando Edward S. Morse demostr que ciertos mtodos para el disparo de la flecha son peculiares en continentes enteros qued inmediatamente aclarado que la prctica en comn hallada sobre un rea vasta tiene que haber tenido un origen en comn. Cuando los Polinesios emplean un mtodo para hacer fuego consistente en frotar un palo a lo largo de una ranura, mientras casi todos los dems pueblos usan el sistema de hacer fuego horadando, esto demuestra que su arte en producir fuego tiene un origen aislado. Cuando notamos que la ordala se encuentra en toda el frica en ciertas formas peculiares, mientras que en aquellas regiones del mundo habitado que se encuentran lejos del frica no se encuentra para nada o slo de manera rudimentaria, esto demuestra que la idea tal cual es practicada en el frica tiene solamente un origen aislado.

    La funcin mayor e importante del mtodo histrico de la antropologa parece encontrarse en su habilidad para descubrir los procesos que en casos definidos conducen al desarrollo de ciertas costumbres. Si la antropologa desea establecer las leyes que gobiernan el crecimiento de la cultura no deber limitarse a comparar solamente los resultados del crecimiento, sino que siempre que sea factible deber comparar los procesos del crecimiento y stos pueden ser descubiertos a travs de los estudios de las culturas en reas geogrficas pequeas.

  • LAS LIMITACIONES DEL MTODO COMPARATIVO EN ANTROPOLOGA

    De modo que hemos visto que el mtodo comparativo puede tener la esperanza de alcanzar los resultados por los cuales se esfuerza, slo cuando base sus investigaciones en los resultados histricos de las investigaciones dedicadas a poner en claro las complejas relaciones de cada cultura individual. El mtodo comparativo y el mtodo histrico, si puedo utilizar estos trminos, han estado luchando por su supremaca durante mucho tiempo, pero podemos esperar que cada uno hallar pronto su lugar y su funcin apropiados. El mtodo histrico ha alcanzado una base ms sana abandonando el principio desorientador de asumir conexiones dondequiera que pudieran hallarse similitudes de cultura. El mtodo comparativo, no obstante todo lo que se ha dicho y escrito en su alabanza, ha sido notablemente improductivo en resultados definidos, y creo que no ser fructfero hasta que renunciemos al vano empeo de construir una historia sistemtica uniforme de la evolucin de la cultura y hasta que comencemos a hacer nuestras comparaciones sobre la base ms amplia y ms segura que he aventurado a trazar. Hasta el momento hemos pasado demasiado tiempo en extravagancias ms o menos ingenuas. Nos queda an por hacer la tarea efectiva.

  • FRANZ BOAS. EL SIGNIFICADO ETNOLGICO DE LAS DOCTRINAS ESOTRICAS.* En: Juan Mauricio Renold (comp.): Antropologa cultural. F. Boas, A. L. Kroeber, R. Lowie, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1993, pp. 41-45.

    En los ltimos aos el estudio de las enseanzas esotricas halladas en la sociedad tribal americana se ha convertido en uno de los objetivos favoritos de los etnlogos. El significado simblico de ritos complejos y los puntos de vista filosficos sobre la naturaleza que los mismos revelan, fueron para nosotros una sorpresa, que sugera un mayor desarrollo de la cultura indgena que lo que generalmente se supone. El estudio de estas doctrinas transmite la impresin que el razonamiento de los indgenas es profundo, sus emociones intensas y sus ideales ticos de una alta calidad.

    Vale la pena considerar brevemente las condiciones bajo las cuales las doctrinas esotricas pueden haberse desarrollado. Referente a su origen se sugieren dos teoras: la doctrina esotrica puede haberse originado dentro de un grupo social selecto y la doctrina exotrica podra representar la parte que trascendi y fue conocida o se dio a conocer al resto de la comunidad; pero tambin podra ser que la doctrina esotrica se desarrollara entre un grupo social selecto a partir de las creencias corrientes de la tribu.

    Segn mi parecer, la segunda teora es la ms plausible, principalmente por la razn de que frecuentemente son parecidos los contenidos de las enseanzas entre diferentes tribus, sin importar cunto pueda diferir el sistema. Casi todos los rituales que son la expresin visible de las doctrinas esotricas parecieran ser antiguos y muchos probablemente han existido en su forma actual durante perodos considerables. Sin embargo, existe una amplia evidencia de frecuentes prstamos y cambios de los ritos sagrados. Son ejemplos la Danza del Sol, diversas formas de la Danza de los Espritus y las ceremonias de Mezcal. Miss Fletcher ha recalcado el hecho de que los rituales Pawnee han influenciado el desarrollo de los ritos de muchas tribus de las Planicies. Puedo agregar ejemplos similares para la costa del Pacfico, tales como la transmisin de rituales Kwakiutl a las tribus vecinas.

    Existe tambin abundante prueba demostrando que las mitologas de todas las tribus, a pesar de la sacralidad de algunos de los mitos, contienen muchos elementos cuyo origen forneo puede probarse. Pareciera que similares condiciones prevalecieron en el pasado, porque la extensa distribucin de muchos aspectos culturales solamente puede ser entendida como el efecto de un proceso largamente continuado de prstamo y difusin.

    Puesto que la enseanza se refiere a los rituales y frecuentemente est grandemente basada en conceptos mitolgicos, pareciera plausible que se hubiese desarrollado como un intento ms o menos consciente a sistematizar la cantidad heterognea de creencias y prcticas comunes en la tribu. Siempre que cierto ceremonial fue puesto a cargo de un pequeo grupo social, ya fueran jefes, sacerdotes o simples hombres con influencias, las condiciones deben haber sido favorables para el desarrollo de una doctrina esotrica. Los pensamientos de los hombres encargados del mantenimiento de ritos sagrados deben haber estado * Science, N.S., Vol. 16 (1902), pp. 872-874. Traduccin de Graciela Mandolini y Marcela Valdata.

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    radicados en problemas filosficos y religiosos y parecera natural que en el transcurso de las generaciones aumentara la sacralidad del rito y su significado filosfico creciera en profundidad.

    Si este punto de vista fuera correcto, la doctrina esotrica debe haberse desenvuelto sobre la base de la cultura general de la tribu y debe ser considerado como un fenmeno secundario el carcter del cual depende, respecto de la doctrina exotrica.

    El punto de vista opuesto, de que la doctrina exotrica es una forma degenerada de la enseanza esotrica, no me parece igualmente plausible, porque presupone un sistema de acciones altamente complejo y de opiniones originadas espontneamente en un grupo selecto de individuos. Es difcil concebir cmo, en sociedades tribales, puedan haber prevalecido las condiciones que han hecho posible tal desarrollo. Esta teora pareciera presuponer el acontecimiento de una decadencia general de la cultura. No hay motivo que nos lleve a asumir que tal decadencia se haya producido, a pesar de que pueda haberse producido en casos excepcionales. Si, por el otro lado, suponemos que la doctrina esotrica se desarroll de creencias populares, no tenemos necesidad de suponer condiciones culturales materialmente diferentes a aquellas halladas en la actualidad. Es bastante evidente que la doctrina esotrica, una vez establecida, influenci, a su vez, la creencia popular y que, por lo tanto, existe una interrelacin mutua y probablemente intrincada entre ambas doctrinas.

    Si estas consideraciones son correctas, entonces la doctrina esotrica en gran parte deber ser considerada como el producto del pensamiento individual. Expresa la reaccin de las mejores inteligencias en la comunidad frente al entorno cultural general, en su intento de sistematizar el conocimiento que subyace en la cultura de la comunidad. En otras palabras, esta doctrina deber ser tratada como cualquier otro sistema filosfico y su estudio persigue los mismos fines que el estudio de la historia y la filosofa.

    Dos caractersticas de la doctrina esotrica son bastante asombrosas. La primera es que en el fondo de cada doctrina parece haber cierto patrn de pensamiento que es aplicado a todo el dominio del conocimiento y que proporciona a toda la doctrina su carcter esencial. Esta lnea de pensamientos depende del carcter general de la cultura de la tribu, pero, sin embargo, tiene un alto grado de individualidad en cada tribu. La teora del universo parece estar basada en su aplicacin esquemtica. La segunda caracterstica es que, a pesar de esta sistematizacin del conocimiento, quedan muchas ideas que no estn coordenadas con el sistema general y que pueden estar en desacuerdo con el mismo. En estos casos la contradiccin entre el esquema general y las ideas especiales frecuentemente escapa totalmente a la atencin de los filsofos nativos. Este fenmeno es bastante anlogo a las bien conocidas caractersticas de los sistemas filosficos que llevan el sello del pensamiento de su tiempo. El filsofo no analiza todas y cada una de las conclusiones, pero inconscientemente adopta en gran parte, ya hecho, el pensamiento corriente de su entorno.

    Las teoras referentes al origen de la doctrina esotrica pueden ser aprobadas o desaprobadas mediante un cuidadoso estudio de sus relaciones con creencias populares y con doctrinas esotricas halladas entre las tribus vecinas. Es evidente que el material necesario para la solucin del problema incluye ambas, la enseanza esotrica y las formas de creencia populares.

  • EL SIGNIFICADO ETNOLGICO DE LAS DOCTRINAS ESOTRICAS

    Lo anteriormente dicho demuestra que para el etnlogo el problema de la gnesis de la exoteria no es menos importante que el de la esoteria. Aunque consideremos el origen de la ltima, deber admitirse que es la expresin del pensamiento de la mente excepcional. No es la expresin del pensamiento de las masas. La etnologa, sin embargo, no se ocupa del hombre excepcional; se ocupa de las masas y de las formas caractersticas de sus pensamientos. Los extremos de las formas de pensamiento de las mentes ms desarrolladas y de las menos avanzadas en la comunidad interesan slo como variedades especiales y en cuanto tengan influencia sobre el posterior desarrollo del pensamiento de los pueblos. Por lo tanto, puede decirse que la doctrina exotrica es el fenmeno tnico ms generalizado, siendo su investigacin un fundamento necesario para el estudio de los problemas de la enseanza esotrica.

    Por lo tanto, es evidente que en nuestro estudio de la vida de los indgenas no debemos buscar solamente la forma ms elevada del pensamiento que pertenece a los sacerdotes, a los jefes y a los lderes. Cun interesante y atractivo como este campo de investigacin puede ser, es complementario slo para el estudio de los pensamientos, la vida emocional y los standars ticos de la gente comn, cuyo inters se centra en otros campos del pensamiento y de la cual la clase selecta forma solamente un tipo especial.

    Ha tomado muchos aos para que el estudio de la cultura de los pueblos civilizados se propagara de forma tal que abarcara no slo las actividades de los notables sino tambin la vida domstica de las masas. La apreciacin del hecho de que las acciones de cada individuo tienen sus races en la sociedad en la cual vive ha sido desarrollada slo recientemente y ha conducido al estudio intensivo del folklore y de las costumbres folklricas que es una caracterstica de nuestros tiempos. Parece extrao que con el creciente conocimiento de las formas ms complejas de la escultura de los indgenas estuvisemos aparentemente perdiendo inters en la creencia popular; que buscamos el significado interior verdadero de las costumbres entre los pocos elegidos y nos inclinemos a considerar como superficial el estudio de las ideas ms simples y ms toscas de la gente comn. Si es cierto que para el conocimiento pleno de la sociedad civilizada es una necesidad el conocimiento del pensamiento popular, esto es indudablemente cierto en las formas ms primitivas de la sociedad, donde es muy tenue el aislamiento de grupos sociales y donde todos y cada uno de los individuos est conectado por miles de lazos con la mayora de los miembros de la tribu a la cual pertenece.

    No es mi intencin despreciar la importancia de los estudios de las filosofas desarrolladas por el pensamiento indgena. Solamente no perdamos de vista su ntima relacin con las creencias populares, la necesidad de estudiar ambos conectando unos con otros y el error que cometeramos si considerramos la doctrina esotrica y todo el sistema del pensamiento y de los ideales ticos que representa como la nica forma verdadera de la vida interior de los indgenas.

  • FRANZ BOAS. LOS MTODOS DE LA ETNOLOGA.* En: Juan Mauricio Renold (comp.): Antropologa cultural. F. Boas, A. L. Kroeber, R. Lowie, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1993, pp. 47-57.

    Durante los diez ltimos aos, los mtodos de investigacin sobre el desarrollo histrico de la civilizacin han sufrido destacables cambios. Durante la segunda mitad del siglo pasado el pensamiento evolucionista mantuvo un casi completo predominio, e investigadores como Spencer, Morgan, Tylor, Lubbock, para mencionar slo unos pocos, estaban bajo el encanto de la idea de una evolucin general, uniforme de la cultura, en la cual todas las partes de la humanidad participaron. El desarrollo ms reciente vino en parte de la influencia de Ratzel, cuya formacin en geografa le inculc la importancia de la difusin y de la migracin. El problema de la difusin fue tomado en detalle particularmente en Amrica, pero fue aplicado en un sentido mucho ms amplio por Foy y Graebner, y finalmente adoptado en una aplicacin an ms amplia por Elliot Smith y Rivers, de modo que, actualmente, al menos entre cierto grupo de investigadores en Inglaterra y tambin en Alemania, la investigacin etnolgica est basada en el concepto de migracin y diseminacin, ms que en el de evolucin.

    Un estudio crtico de estas dos direcciones de investigacin muestra que cada una de ellas se funda en la aplicacin de una hiptesis fundamental. El punto de vista evolucionista presupone que el curso de los cambios histricos en la vida cultural de la humanidad sigue leyes definidas, las cuales son aplicables en todo lugar y causan ese desarrollo cultural que es, en lneas generales, el mismo entre todas las razas y pueblos. Tylor expres claramente esta idea en las pginas introductorias de su clsico libro: Primitive Culture. Tan pronto como admitamos que la hiptesis de una evolucin uniforme debe ser probada antes de poder ser aceptada, toda la estructura pierde sus fundamentos. Es cierto que existen indicadores de paralelismo de desarrollo en diferentes partes del mundo y que costumbres similares se encuentran en las ms diversas y distantes regiones del globo. La ocurrencia de estas similitudes, las cuales se distribuyen tan irregularmente que no pueden ser explicadas rpidamente sobre las bases de la difusin, es uno de los fundamentos de la hiptesis evolucionista; como fue la base del tratamiento psicologista de Bastian acerca de los fenmenos culturales.

    Por otro lado, puede reconocerse que la hiptesis implica el pensamiento, la conviccin de que nuestra moderna civilizacin europea occidental representa la cima del desarrollo cultural hacia la cual tienden los ms primitivos tipos culturales y que, en consecuencia, retrospectivamente podemos construir el desarrollo ontogentico hacia nuestra propia civilizacin moderna. Es claro que si admitimos que podra haber diferentes tipos de civilizacin coexistentes y remotos, la hiptesis de una sola lnea general de desarrollo no podra mantenerse.

    En oposicin a esta postura est la tendencia moderna a negar la existencia de un esquema evolucionista general, que representara el desarrollo cultural en todo el mundo. La hiptesis de que existen causas interiores que traen tipos similares de desarrollo en partes remotas del globo es refutada y, en su lugar, se asume que esa identidad de desarrollo en dos partes distintas del globo, se debe siempre a la

    * American Anthropologist, Vol. 22, 1920, N 4. Traduccin de Ana Aguilar.

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    migracin y la difusin. Sobre estas bases el contacto histrico es demandado para grandes reas. La teora exige un alto grado de estabilidad de rasgos culturales, tales como son observados en apariencia en tribus primitivas, y esto se basa especialmente en la supuesta correlacin entre el nmero de diversos y mutuamente independientes rasgos culturales, los cuales reaparecen en las mismas combinaciones en partes distantes del mundo. En este sentido, la investigacin moderna toma la nueva teora de Gerland sobre la persistencia de un nmero de rasgos culturales, los cuales fueron desarrollados en un centro y trasladados por hombres en migraciones, de continente en continente.

    Me parece que si los fundamentos hipotticos de esas dos formas extremas de investigacin etnolgica son expuestos en general como trato de hacer aqu, es inmediatamente claro que la exactitud de las suposiciones no ha sido demostrada, pero que arbitrariamente la una o la otra han sido seleccionadas con el propsito de obtener una figura consistente del desarrollo cultural. Estos mtodos son esencialmente formas de clasificacin del fenmeno esttico de la cultura de acuerdo con dos principios distintos, y las interpretaciones de esas clasificaciones como poseyendo un significado histrico, sin que exista ninguna prueba para demostrar que esa interpretacin es justificable. Para dar un ejemplo: se observa que en la mayor parte del mundo hay semejanzas entre formas decorativas que son representativas y otras que son ms o menos geomtricas. De acuerdo al punto de vista evolucionista su desarrollo se explica de la siguiente manera: las formas decorativas estn ordenadas en forma tal que la mayora de las formas representativas estn ubicadas al comienzo. Las otras formas estn colocadas de modo que representan una transicin gradual desde formas representativas hacia formas geomtricas puramente convencionales, y este orden entonces se interpreta como significado de diseos geomtricos originados desde diseos representativos, los cuales gradualmente se degeneran. Este mtodo ha sido propuesto en principio por Putnam, Stolpe, Balfour y Haddon, y por Verwon, y en sus tempranos escritos por Von den Steinen. Mientras yo no tenga la intencin de negar que este desarrollo pudo haber ocurrido, sera apresurado generalizar y reclamar que en cualquier caso la clasificacin ha sido realizada de acuerdo con un principio definitivo que represente un desarrollo histrico. Con igual razn el orden podra ser revertido y nosotros podramos empezar con un elemento geomtrico simple el cual, con el agregado de nuevos rasgos, podra ser desarrollado dentro de un diseo representativo, y nosotros podramos reclamar que ese orden represente una secuencia histrica. Ambas posibilidades fueron consideradas por Holmes tempranamente en 1885. Ni una ni otra teora puede ser establecida sin la evidencia histrica actual.

    La actitud opuesta, es decir, el origen a travs de la difusin, se exhibe en el intento de Schurtz de conectar el arte decorativo de Norteamrica occidental con el de Melanesia. El simple hecho que ocurre en estos elementos de reas, el que puede interpretarse a simple vista, lo induce a dar por sentado que ambos tienen un origen comn sin tener en cuenta la posibilidad de que el modelo en las dos reas cada una de las cuales muestra caractersticas altamente distintivas puedan haberse desarrollado a partir de fuentes independientes. En este intento Schurtz sigui a Ratzel, quien ya haba intentado establecer conexiones entre Melanesia y el norte americano, sobre las bases de otros rasgos culturales.

    Mientras las investigaciones etnolgicas basadas en estas dos hiptesis fundamentales parecen caracterizar la tendencia general del pensamiento europeo, un mtodo distinto es actualmente afanosamente buscado por la mayora de los

  • ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

    antroplogos americanos. La diferencia entre las dos direcciones de investigacin puede resumirse mejor tal vez por la aseveracin de que los investigadores americanos estn primordialmente interesados en el fenmeno dinmico del cambio cultural, y tratan de elucidar la historia cultural por medio de la aplicacin de los resultados de sus investigaciones; as ellos relegan la solucin de la ltima cuestin, del interrogante fundamental (de la relativa importancia del paralelismo del desarrollo cultural en reas remotas comparado con la difusin global y la estabilidad de los rasgos culturales a travs de largos perodos) para un tiempo futuro, cuando las condiciones actuales del cambio cultural sean mejor conocidas. Los mtodos etnolgicos americanos son anlogos a los europeos, particularmente a la arqueologa escandinava, y en las investigaciones dentro del perodo prehistrico en la zona este del Mediterrneo.

    Puede parecer al observador lejano que los investigadores americanos estn comprometidos con una masa de investigaciones detalladas sin referirse mucho a la solucin de los problemas ltimos de la historia filosfica de la civilizacin humana. Pienso que esta interpretacin de la actitud americana sera injusta, porque las cuestiones fundamentales estn tan cerca de nuestros corazones como lo estn de los otros investigadores, slo que nosotros no esperamos ser capaces de resolver un problema histrico intrincado por medio de una frmula.

    Ante todo, el problema ntegro de la historia cultural se nos aparece como un problema histrico. En orden de comprender la historia es necesario conocer no slo cmo las cosas son, sino cmo llegaron a serlo. En el dominio de la etnologa, donde para muchas partes del globo los hechos histricos no estn disponibles excepto aquellos que pueden ser revelados por la investigacin arqueolgica, toda la evidencia del cambio puede ser inferida solamente por mtodos indirectos. Su carcter est representado en las investigaciones de estudiosos de filologa comparada. El mtodo se basa en la comparacin de fenmenos estticos combinados con el estudio de su distribucin. Lo que puede ser hecho por medio de este mtodo est bien ilustrado en las investigaciones del Dr. Lowis acerca de las sociedades militares de los Plains Indians, o por la investigacin moderna de la mitologa americana. Es por supuesto verdad que nunca podemos esperar obtener datos incontrovertibles relativos a la secuencia cronolgica de los eventos, pero generalidades amplias y seguras pueden indagarse con un alto grado de probabilidad y, an, de certeza.

    Tan pronto como se aplican estos mtodos, la sociedad primitiva pierde la apariencia de absoluta estabilidad, la cual se le comunica al investigador, quien ve a cierto pueblo slo en un cierto tiempo. Es as que, casi todas las formas culturales aparecen en un constante estado de flujo, y sujetas a modificaciones fundamentales.

    Es inteligible porque en nuestros investigadores el problema de la diseminacin debera tomar una posicin prominente. Es mucho ms fcil probar la diseminacin que perseguir con ahnco desarrollos producidos directamente por fuerzas internas, y los datos para tal estudio se obtienen con mucha mayor dificultad. Ellos pueden, sin embargo, observarse en cada fenmeno de aculturacin, en el cual los elementos extraos son remodelados de acuerdo con los patrones prevalecientes en su nuevo entorno, y pueden encontrarse en los desarrollos locales peculiares de ideas y actividades de envergadura producidas a gran distancia. La razn por la cual la investigacin del desarrollo interno no ha sido perseguida enrgicamente, no corresponde al hecho de que desde un punto de vista terico no es importante; es preferentemente debido a inherentes dificultades metodolgicas. Quizs puede reconocerse que en los aos recientes la atencin comienza a dirigirse hacia este

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    problema, como se manifiesta por las investigaciones sobre los procesos de aculturacin y de la interdependencia de las actividades culturales, las cuales estn atrayendo la atencin de numerosos investigadores.

    La ulterior prosecucin de estas investigaciones destaca la importancia de un rasgo, el cual es comn a todos los fenmenos histricos. Mientras en las ciencias naturales estamos acostumbrados a considerar un cierto nmero de causas y estudiar sus correspondientes efectos, en los acontecimientos histricos estamos compelidos a considerar cada fenmeno no slo como efecto sino tambin como causa. Esto es cierto an en la aplicacin particular de las leyes de la fsica natural, como por ejemplo, en el estudio de la astronoma, en la cual la posicin de ciertos cuerpos celestes en un cierto momento, puede considerarse como el efecto de la gravitacin, mientras al mismo tiempo, su particular orden en el espacio determina futuros cambios. Esta relacin aparece mucho ms claramente en la historia de la civilizacin humana. Para dar un ejemplo: un excedente en el abastecimiento de comida es propenso a dar lugar a un incremento de la poblacin y a un incremento del ocio el cual otorga oportunidad para ocupaciones que no son absolutamente necesarias para las necesidades de la vida de todos los das. A su vez, el incremento de poblacin y del ocio el cual es aplicado a nuevas invenciones, dar lugar a un mayor abastecimiento de comida y a un ulterior incremento en la cantidad de ocio; estos efectos resultan, entonces, ser efectos acumulativos.

    Similares consideraciones pueden hacerse en relacin con el importante problema de la relacin entre el individuo y la sociedad, un problema que debe considerarse cada vez que estudiemos las condiciones dinmicas del cambio. Las actividades del individuo estn determinadas en un alto grado por su entorno social, pero al mismo tiempo sus propias actividades influyen en la sociedad en la cual vive y pueden dar lugar a modificaciones en su forma. Obviamente este problema es uno de los ms importantes a ser perseguido en una investigacin de los cambios culturales. Es tambin el comienzo de atraer la atencin de los estudiantes, los cuales no estn muy satisfechos con la enumeracin sistemtica de creencias y costumbres estandarizadas de una tribu, pero quienes comienzan a interesarse en la cuestin de la manera en la cual el individuo reacciona a su entorno social ntegro y a las diferencias de opinin y de modos de accin que ocurren en la sociedad primitiva, las cuales son las causas de tales cambios extensos.

    Resumiendo entonces, el mtodo que tratamos de desarrollar est basado en una investigacin de los cambios dinmicos en una sociedad, cambios que pueden ser observados en el presente. Nos abstenemos del intento de resolver el problema fundamental del desarrollo general de la civilizacin hasta que hayamos sido capaces de desenmaraar los procesos que estn ocurriendo bajo nuestros ojos.

    Ciertas conclusiones generales de esta investigacin pueden formularse en este momento. Ante todo, la historia de la civilizacin humana no se nos aparece como enteramente determinada por una necesidad psicolgica que resulte en una evolucin uniforme a lo largo del mundo. Ms bien vemos que cada grupo cultural tiene su historia propia y nica, dependiente en parte, del peculiar desarrollo interno del grupo social, y en parte, de las influencias extranjeras a las cuales ha estado sojuzgado. Ha habido procesos de diferenciacin gradual, as como tambin procesos de igualacin a un nivel ms bajo, de diferencias entre centros culturales vecinos, pero sera casi imposible de entender qu ocurri con un determinado pueblo sobre la base de un simple esquema evolucionista.

  • ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

    Un ejemplo del contraste entre los dos puntos de vista es claramente indicado por la comparacin del tratamiento de la civilizacin Zui por F. H. Cushing por un lado, y por el otro por modernos investigadores, particularmente por E. C. Parsons, A. L. Kroeber y Leslie Spier. Cushing crey que era posible explicar la cultura Zui enteramente sobre la base de la reaccin de la mente Zui a su entorno geogrfico, y que la totalidad de la cultura Zui poda explicarse como el desarrollo que sigui necesariamente desde la posicin en la cual los pueblos eran colocados. El agudo discernimiento de Cushing dentro de la mente india y su acabado conocimiento de la vida ms ntima del pueblo, otorga mayor plausibilidad a sus interpretaciones. Por otro lado, las investigaciones del Dr. Parsons demuestran concluyentemente la profunda influencia que las ideas espaolas han tenido en la cultura Zui, y junto con las investigaciones del profesor Kroeber nos dan uno de los mejores ejemplos de aculturacin de los que hemos tenido noticias. La explicacin psicolgica es enteramente engaosa, incomprensible su plausibilidad, y la investigacin histrica nos muestra una imagen enteramente diferente, en la cual la original combinacin de rasgos antiguos (los cuales en s mismos son indudablemente complejos) y de influencias europeas ha originado la presente condicin.

    Investigaciones de la dinmica de la vida primitiva tambin muestran que la hiptesis de una larga y continuada estabilidad, tal como es demandada por Elliot Smith, est de hecho fuera de cualquier fundamento. Dondequiera que las condiciones primitivas han sido estudiadas en detalle, ellas pueden probar estar en un estado de flujo y parecera que hay un ntimo paralelismo entre la historia del lenguaje y la historia del desarrollo cultural general. Perodos de estabilidad son seguidos por perodos de cambio rpido. Es sumamente improbable que cualquier costumbre de los pueblos primitivos pueda ser preservada sin cambios por miles de aos. Adems, los fenmenos de aculturacin prueban que una transferencia de costumbres desde una regin a otra, sin los cambios concomitantes debidos a la aculturacin, son muy raros. Es entonces muy incierto que las costumbres mediterrneas antiguas puedan ser encontradas en la actualidad prcticamente sin cambios, en diferentes partes del globo, tal como la teora de E. Smith demanda.

    Mientras que, en general, el carcter histrico original del crecimiento cultural en cada rea resalta como un prominente elemento en la historia del desarrollo cultural, nosotros podemos admitir al mismo tiempo que ciertos paralelismos tpicos efectivamente ocurren. Sin embargo, no estamos muy inclinados a buscar estas semejanzas en las costumbres detalladas, sino ms bien en ciertas condiciones dinmicas, las cuales son propias de causas sociales o psicolgicas que las obligan a resultar en conclusiones similares. El ejemplo de la relacin entre el excedente de alimentos y la poblacin, al que me he referido antes, puede servir como ejemplo. Otro ejemplo se presenta en aquellos casos en los cuales un cierto problema al que se enfrenta el hombre solamente puede ser resuelto por un nmero limitado de mtodos. Cuando nosotros consideramos, por ejemplo, el matrimonio como una institucin universal, se puede reconocer que el matrimonio slo es posible entre: un nmero de hombres y un nmero de mujeres; un nmero de hombres y una mujer; un nmero de mujeres y un hombre; un hombre y una mujer. En realidad todas estas formas se encuentran en todo el mundo, y por ende no es sorprendente que formas anlogas deberan haber sido adoptadas independientemente en diferentes partes del globo; y, considerando ambos: las condiciones econmicas de la humanidad, y el carcter del instinto sexual en los animales superiores, igualmente no parece sorprender que los matrimonios grupales y los polindricos deberan ser comparativamente raros y elocuentes.

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    Similares consideraciones tambin pueden ser hechas en relacin con los puntos de vista filosficos sostenidos por la humanidad. En resumen, si nosotros buscamos leyes, las leyes se relacionan con los efectos de las condiciones fisiolgicas, psicolgicas y sociales, no con sucesiones de hitos culturales.

    En algunos casos una sucesin regular de stos puede acompaar el desarrollo de lo psicolgico o del status social. Esto es ilustrado por la serie de invenciones industriales en el Viejo Mundo y en Amrica, a las que considero independientes. Un perodo de recoleccin de alimentos y de uso de la piedra fue seguido por la invencin de la agricultura, de la cermica, y finalmente por el uso de los metales. Obviamente este orden est basado en el aumento de la cantidad de tiempo dado por la humanidad para el uso de los productos naturales, de herramientas y utensilios, y de las variaciones que se desarrollan con l. Aunque en este caso parece existir un paralelismo en los dos continentes, podra ser ftil probar que siguen el orden en detalle. En realidad, el paralelismo no es aplicable a otras invenciones. La domesticacin de animales, la cual en el Viejo Mundo debi haber sido un logro temprano, fue muy lenta en el Nuevo Mundo donde los animales domesticados, excepto el perro, difcilmente existieron hasta el tiempo del descubrimiento. Un pequeo comienzo haba sido hecho en Per con la domesticacin de la llama; y los pjaros fueron conservados en varias partes del continente.

    Una consideracin similar puede ser hecha con relacin al desarrollo del racionalismo. Parece ser una de las fundamentales caractersticas del desarrollo de la humanidad que actividades que se han desarrollado inconscientemente son gradualmente hechas objeto de razonamiento. Nosotros podemos observar este proceso en todo lugar. ste aparece quizs ms claramente en la historia de la ciencia, la cual gradualmente ha extendido el alcance de sus investigaciones sobre un campo siempre ms amplio y la cual ha ascendido dentro de las actividades humanas conscientes, que son automticamente perfeccionadas en la vida del individuo y la sociedad.

    Hasta ahora no me he referido a otro aspecto de la moderna etnologa, el cual se conecta con el desarrollo del psicoanlisis. Sigmund Freud ha intentado mostrar que el pensamiento primitivo es en algunos aspectos anlogo a aquellas formas de la actividad psquica individual que l ha explorado con sus mtodos psicoanalticos. En algunos aspectos sus intentos son similares a la interpretacin de la mitologa por simbolistas como Stucken. Rivers se ha basado en las sugerencias de Freud, as como tambin en las interpretaciones de Graebner y Elliot Smith, y nosotros hallamos, por lo tanto, en sus nuevos escritos, una peculiar aplicacin desconectada de una actitud psicologizante y la aplicacin de la teora de la difusin antigua.

    Mientras creo que algunas de las ideas implcitas en las investigaciones psicoanalticas de Freud pueden ser productivamente aplicadas a los problemas etnolgicos, no me parece que la explotacin unilateral de este mtodo acelere nuestra comprensin del desarrollo de la sociedad humana. Ciertamente es verdadero que la influencia de impresiones recibidas durante los primeros aos de vida han sido enteramente subestimadas, y que la conducta social del hombre depende en gran parte de los hbitos tempranos, los que son establecidos antes del tiempo en que comienza la conexin de la memoria, y que muchos de los entonces llamados rasgos raciales o hereditarios son considerados ms bien como un resultado de una exposicin temprana a una cierta forma de condiciones sociales. La mayor parte de estos hbitos emergen dentro de la conciencia y son hasta ahora

  • ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

    solamente quebrados con dificultad. Muchas de las diferencias en la conducta del hombre y la mujer adultos pueden remontarse a esta causa. Si, de cualquier modo, nosotros tratamos de aplicar la totalidad de la teora de la influencia de los deseos reprimidos a las actividades del hombre viviendo bajo diferentes formas sociales, pienso que extendemos ms all de sus lmites legtimos las inferencias que pueden ser trazadas desde la observacin de la psicologa individual normal y anormal. Muchos otros factores son de gran importancia. Para dar un ejemplo: el fenmeno del lenguaje muestra claramente que, condiciones completamente diferentes de aquellas a las cuales los psicoanalistas dirigen su atencin, determinan la conducta mental del hombre. Los conceptos generales que subyacen al lenguaje son enteramente desconocidos por mucha gente. Ellos no emergen dentro de la conciencia hasta que comienza el estudio cientfico de la gramtica. No obstante, las categoras del lenguaje nos compelen a ver el mundo arreglado en ciertos y definidos grupos conceptuales, los cuales a causa de nuestra falta de conocimiento de los procesos lingsticos, son tomados como categoras objetivas, las que, debido a eso, imponen desde ellas mismas la forma de nuestros pensamientos. No se sabe cul puede ser el origen de estas categoras, pero parece completamente cierto que ellas no tengan nada que hacer con el fenmeno que es la materia de la investigacin psicoanaltica.

    La aplicabilidad de la teora psicoanaltica del simbolismo est abierta igualmente a la mayor duda. Nosotros deberamos recordar que la interpretacin simblica ha ocupado una prominente posicin en la filosofa de todos los tiempos. Ella est presente no solamente en la vida primitiva, sino que la historia de la filosofa y de la teologa abundan en ejemplos de un simbolismo altamente desarrollado, el tipo del cual depende de la actitud mental general del filsofo que lo desarrolla. Los telogos, quienes interpretaron la biblia sobre las bases del simbolismo religioso estuvieron no menos acertados en la correccin de sus puntos de vista que lo que estn los psicoanalistas de sus interpretaciones del pensamiento y la conducta, basadas en el simbolismo sexual. El resultado de una interpretacin simblica depende primariamente de la actitud subjetiva del investigador, quien ordena los fenmenos de acuerdo a su concepto directriz. En orden de probar la aplicabilidad del simbolismo del psicoanlisis, sera necesario mostrar que una interpretacin simblica a partir de otros puntos de vista enteramente diferentes, no sera igualmente verosmil, y que las explicaciones que excluyen el significado simblico o lo reducen a un mnimo no seran adecuadas.

    Mientras, por consiguiente, podemos dar la bienvenida a la aplicacin de todo avance en el mtodo de la investigacin psicolgica, no podemos aceptar como un avance en el mtodo etnolgico la vulgar trasposicin de una novela, mtodo unilateral de la investigacin psicolgica del fenmeno individual al social, el origen del cual puede mostrarse histricamente determinado y estar sujeto a influencias que no son del todo comparables con aquellas que controla la psicologa del individuo.

  • FRANZ BOAS. ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGA EN LAS CIENCIAS SOCIALES.* En: Juan Mauricio Renold (comp.): Antropologa cultural. F. Boas, A. L. Kroeber, R. Lowie, Buenos Aires, Centro Editor de Amrica Latina, 1993, pp. 59-65.

    Me propongo hablar sobre algunos problemas de la metodologa en las ciencias sociales. Ustedes me permitirn que me limite a aquellos aspectos de los cuales debo ocuparme como antroplogo.

    Como muy bien lo destaca Simmel, el desarrollo de las ciencias sociales se debe en gran parte a la tendencia general de nuestros tiempos de dar importancia a las interrelaciones entre el fenmeno de la naturaleza y tambin a las fuerzas sociales que se han desarrollado en nuestra civilizacin. Hemos advertido que el individuo slo puede ser entendido como parte de la sociedad a la cual pertenece, y que esa sociedad slo puede ser comprendida sobre la base de las interrelaciones de los individuos que la constituyen. En tiempos pasados la psicologa experimental se basaba en la suposicin de que el individuo existe in vacuo, que las actividades mentales estn basadas esencialmente en el funcionamiento orgnicamente determinado de la estructura del individuo. Esta posicin presenta el ms asombroso contraste frente al punto de vista ms moderno, el que requiere una comprensin del individuo, an el ms joven, tal cual reacciona a su entorno general, especialmente el social. De esta manera quedan fcilmente definidos los problemas de las ciencias sociales. Se refieren a las formas de las reacciones de los individuos, aislados o en grupos, a estmulos externos, a sus interacciones entre s mismos y a las formas sociales producidas por estos procesos.

    Es posible aislar un nmero de tendencias sociales generalmente vlidas en apariencia y estudiar tambin las formas en que se expresan como su base psicolgica. De esta manera podrn estudiarse la coordinacin y la subordinacin de los seres humanos, la solidaridad de los grupos sociales y el antagonismo contra el forastero, la imitacin de las formas forneas y la resistencia frente a las influencias externas. Los resultados dan origen a una representacin que puede tomar la forma de un sistema de formas desarrollada bajo estas fuerzas o de una psicologa social en la cual las formas son analizadas sobre la base de su motivacin psicolgica.

    Estos intentos estn basados en la presuncin de tendencias sociales generalmente vlidas. Sin embargo, existe una pregunta que deber ser contestada antes de intentar la sntesis, a saber: cuales son las tendencias sociales que tienen caractersticas humanas generales? Es fcil estar desorientados en este aspecto. Gran parte de nuestro comportamiento social es automtico. Algo puede ser instintivo, es decir, determinado orgnicamente. Mucho ms est basado en respuestas condicionadas, o sea, determinado por situaciones tan persistentes y precozmente inculcadas en nosotros que ya no somos ms conscientes del carcter del comportamiento y tambin normalmente no nos percatamos de la existencia o posibilidad de un comportamiento diferente. Tal examen crtico de lo que es generalmente vlido para toda la humanidad y de lo que es especficamente vlido

    * The New Social Science, editado por Leonard D. White (Universidad de Chicago, 1930), pp. 84-98. [Fragmentos del artculo seleccionados por el compilador]. Traduccin de Graciela Mandolini y Marcela Valdata.

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    para los diferentes tipos culturales se convierte en un asunto de gran importancia para los estudiosos de la sociedad. Este es uno de los problemas que nos induce a poner un nfasis especial en el estudio de las culturas que histricamente se relacionan lo menos posible con la nuestra. Su estudio nos posibilita determinar aquellas tendencias que son comunes a toda la humanidad y aquellas que pertenecen solamente a sociedades humanas especficas.

    [...]

    La diferencia entre la cultura humana y el comportamiento animal se basa en gran parte en la cantidad enormemente aumentada de adaptaciones aprendidas; stas dependen de lo que hemos llamado relaciones condicionadas subjetivamente. Es conveniente que nos pongamos en claro que la apariencia objetiva de las industrias del hombre durante el perodo Paleoltico produce la impresin de estabilidad a travs de incontables generaciones. Podemos deducir de esto que las actitudes subjetivamente determinadas fueron dbiles, que las relaciones con el mundo exterior y la forma establecida de contacto social gobern la vida casi totalmente. La siempre creciente rapidez en la proporcin de cambio que nos ensean la investigacin prehistrica y el conocimiento de la historia humana es una expresin de la creciente importancia de las reacciones subjetivamente condicionadas. Debido a la gran variedad de formas que se han desarrollado con el transcurso del tiempo bajo estas fuerzas, el problema de lo que es generalmente humano y de lo que es caracterstico de sociedades especficas se destaca como de gran importancia y requiere un estudio atento.

    Podemos observar que ciertas actitudes son universalmente humanas, pero que toman formas especficas en cada sociedad o que, an ms, en algunas sociedades la presin social puede ser tan fuerte que pareciera que fuera suprimida la actitud general. Un serio peligro se encuentra en el error metodolgico de concebir la forma como indisolublemente unida a la actitud. Un ejemplo es presentado por el pudor. En todas partes se producen ciertas formas de pudor, pero difieren enormemente en carcter. Las formas ms frecuentes de pudor se refieren al comportamiento frente a las funciones corporales, comer, excretar y los actos sexuales. Es difcil poder determinar en el presente cul es la base humana general del pudor y hasta dnde es una caracterstica aprendida. No hay duda de que formas especficas son adquiridas culturalmente, empero queda un residuo humano en general que no ha sido an adecuadamente definido. Mientras que en esta rea se han hecho intentos para separar la forma cultural especfica de la generalmente humana, existen muchas otras reas en las que no se reconoce con suficiente claridad el carcter cultural especfico del fenmeno. El mtodo de investigacin deber estar basado en comparaciones y analogas de los fenmenos en cuestin tal cual aparecen en culturas separadas.

    [...]

    Frecuentemente se ha llamado la atencin sobre el peligro inherente en la identificacin de los fenmenos sociales que acostumbramos a clasificar bajo un simple trmino. La investigacin de Goldenweiser sobre el totemismo es un ejemplo. La diversidad de formas de descendencia materna demuestra tambin la posibilidad del origen de costumbres anlogas de fuentes diversas.

    De modo que el problema frecuentemente se desplaza desde destinado a descubrir las causas psicolgicas fundamentales de la forma ms generalizada de comportamiento hacia otro, a saber, hacia aqul de comprender por qu diversas tendencias psicolgicas se ocupan de desarrollar formas que son objetivamente

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    similares o por qu formas similares son propensas a ser explicadas por una variedad de motivaciones psquicas.

    Los problemas que aqu he tratado pareciera que fueran aquellos de la psicologa social o la sociologa antes que de la antropologa, pero slo pueden ser resueltos mediante el uso del material antropolgico.

    Quiero trasladarme hacia otra cuestin que concierne particularmente a la antropologa, a pesar de que no es extraa a otras ciencias sociales. La sociologa, si comprendo acertadamente su historia, se ha desarrollado a travs del creciente reconocimiento de la integracin de la cultura. Hemos tenido la economa, la poltica, la pedagoga, y la lingstica como ramas individuales del conocimiento, pero no poseemos ningn punto de vista cientfico que abarque lo que es comn a todas, ni manera para determinar la interaccin de estos variados aspectos de la cultura. La antropologa est an confrontada con una dificultad similar. La mayora de la literatura antropolgica nos proporciona informacin sobre la vida econmica, las invenciones, la estructura social, las creencias religiosas y el arte de ciertos grupos tribales, como si estos fueran tantas unidades independientes que no influyen entre s. All donde existe una informacin ms completa podemos saber del crecimiento histrico de todas estas fases de la vida social, o de su desarrollo interno y de las influencias externas que han contribuido al crecimiento de una cultura particular.

    El entendimiento de una cultura fornea slo puede ser alcanzado a travs del anlisis, y estamos obligados a aceptar sucesivamente sus variados aspectos. Adems, cada elemento contiene claros rasgos de los cambios a los que ha sido sometido a travs del tiempo. Estos pueden ser atribuidos a fuerzas internas o a la influencia de las culturas extranjeras. El anlisis completo deber incluir necesariamente las fases que condujeron a su forma presente. No intento discutir aqu los mtodos mediante los cuales puede hacerse una reconstruccin parcial de la historia de las culturas primitivas pertenecientes a pueblos sin documentacin escrita y sin una tradicin oral confiable. Simplemente mencionar que nuestro principal acercamiento fue a travs del estudio de la distribucin geogrfica y a travs de mtodos anlogos a aquellos exitosamente aplicados en el estudio de la prehistoria e historia de las lenguas europeas. Como lo indica el ejemplo citado en ltimo trmino, el estudio analtico de las secuencias histricas en la cultura nos proporciona en primer lugar una historia de cada aspecto por separado: del lenguaje, de la invencin, de la vida econmica, del sistema social y de la religin.

    Esto nos deja poca informacin referente a la accin recproca de todos estos aspectos de la cultura primitiva, a pesar de que es obvio que deben haber existido relaciones entre los mismos. Las exigencias inevitables impuestas al cazador esquimal ocupan totalmente su tiempo, de manera que no existe la posibilidad de prolongados perodos dedicados a las ocasiones festivas; y la necesidad de trasladarse sin ms que los medios humanos de transporte restringe la cantidad y la dimensin de la propiedad de enseres domsticos del bosquimano y australiano. Deber intentarse una sntesis de los elementos de cultura que nos proporcione una visin ms profunda de su naturaleza.

    [...]

    Segn nuestra experiencia general los intentos para desarrollar leyes generales de integracin de la cultura no conducen a resultados significativos. Podramos pensar que la religin y el arte estn estrechamente asociados, pero los estudios comparativos demuestran meramente que las formas del arte pueden ser utilizadas

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    para expresar ideas religiosas; un resultado que no tiene valor especial. En algunos casos el significado religioso del producto del arte actuar como un estimulante hacia el desarrollo de un estilo mejor; en otros casos inducir a la ejecucin desprolija, posiblemente debido a la breve utilidad del objeto. An en otros casos puede estar prohibida la representacin artstica de las ideas religiosas. No obstante, en todo caso especfico el tipo particular de integracin del arte y de la religin puede ser reconocido como un aspecto social importante. Observaciones similares pueden hacerse con respecto a la organizacin social y las actividades industriales. No existe una ley significativa que cubra todas las fases de sus relaciones. Tenemos industrias simples y una organizacin compleja o diversas industrias y una organizacin simple; tenemos divisiones ocupacionales en tribus con diversas industrias. Todo lo que puede pretenderse es que, con un cierto monto de diversificacin y la necesidad de producir en grandes cantidades, se hace necesaria la divisin de las ocupaciones. Resumiendo, siempre est presente el riesgo de que las ms amplias generalizaciones, posibles de obtener mediante el estudio de la integracin cultural, son lugares comunes.

    Esto se debe al carcter de las ciencias sociales, especialmente de la antropologa, como ciencias histricas. Frecuentemente se pretende, como una caracterstica de las Geisteswissenschaften (ciencias del espritu), que el centro de la investigacin debe ser el caso individual y que el anlisis de las muchas puntas que entran en el mismo son los fines principales de la investigacin. La existencia de leyes vlidas en general slo puede ser descubierta cuando todas las series independientes de sucesos indican una caracterstica comn, y la validez de la ley est siempre confinada al grupo que presenta estas caractersticas comunes. En realidad, esto es cierto no slo de las Geisteswissenschaften sino de toda ciencia que trate con formas especficas. El inters del astrnomo est en la distribucin real, los movimientos y la constitucin de los astros, no en las leyes fsicas y qumicas generalizadas. El gelogo se ocupa de los estratos y los movimientos de la corteza de la tierra y puede reconocer ciertas leyes que estn conectadas con la repeticin de formas similares. No importa cuanto pueda generalizar, sus generalizaciones irn unidas a ciertas formas especficas. Ocurre lo mismo con las ciencias sociales. El anlisis de los fenmenos es nuestro objetivo principal. Las generalizaciones sern tanto ms significativas cuanto ms estrechamente nos atengamos a formas definidas. Los intentos de reducir todos los fenmenos sociales a un sistema cerrado de leyes aplicables a toda sociedad y explicando su estructura y su historia no parece ser una empresa promisoria.

    Estas consideraciones nos llevan a otro problema metodolgico. Los intentos de correlacionar diversos aspectos de la cultura implica la necesidad de un estudio de las dinmicas de su interrelacin. El material a nuestra disposicin es la descripcin analtica de las formas culturales. Esto y las dificultades prcticas de la investigacin etnolgica provocan que la mayora del material disponible est sobre-estandarizado. Nos es suministrado como una lista de invenciones, instituciones e ideas, pero poco o nada aprendemos sobre la forma en que vive el individuo bajo estas instituciones y con estas invenciones e ideas, y tampoco sabemos cmo estas actividades afectan los grupos culturales de los que l es un miembro. Es enormemente necesaria la informacin sobre estos puntos, puesto que las dinmicas de la vida social slo pueden ser comprendidas sobre la basa de la reaccin del individuo frente a la cultura en la cual vive y de su influencia en la sociedad. Muchos aspectos del problema del cambio cultural slo pueden ser interpretados sobre esta base.

  • ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGA EN LAS CIENCIAS SOCIALES

    Deber quedar claramente entendido que el anlisis histrico no nos ayuda en la solucin de estos problemas. Podemos conocer la historia de la lengua muy detalladamente este conocimiento no explica cmo el hablante que usa la lengua en su forma presente, la nica que l conoce, reaccionar a su uso. El conocimiento de la historia del mahometismo en el frica y su influencia en el Sudn no agrega cuota alguna al entendimiento del comportamiento del Negro que vive en la cultura presente. Las condiciones existentes pueden ser conocidas objetivamente por nosotros en todo su recorrido histrico. Ellas afectan al individuo que vive bajo las mismas. Podemos obtener objetivamente un mejor entendimiento a travs del conocimiento de su historia, pero esto no concierne al individuo que ha absorbido todos los elementos de su cultura. Si conociramos completamente todo el marco biolgico, geogrfico y cultural de una sociedad, y si entendiramos en detalle las formas de reaccin de los miembros de la sociedad y de la sociedad como un todo a estas condiciones, no necesitaramos el conocimiento histrico del origen de la sociedad para comprender su comportamiento. El error de los antiguos antroplogos consisti en utilizar material de esta clase, acopiado sin examen crtico, para las reconstrucciones histricas. Para stas no tiene valor. Un error de la moderna antropologa, a mi parecer, est en la sobre-enfatizacin de la reconstruccin histrica, cuya importancia no debera ser minimizada, frente al estudio intenso del individuo bajo la fuerza de la cultura en que vive.