Biopolítica, Agamben, Negri

8/4/2019 Biopoltica, Agamben, Negri

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o E PENSAMIENTO CON T E M P 0 RAN E 0Primavera 2010/ PVl' 10

32EDITORlAL / 9DEMOCRACIA Y REtORICAJose Luis Ramirez. Pongamos la Retorica al dia. / 9Francisco Arenas-Dolz, Democracia comunicativa, educacion intercultural yhumanismo civico. /19 .Lola Banon. Retorica y palabra en la construccion mediatica de la realidadsocial v'poli tica. / 29Victor Alonso-Rocafort. La ciudadania retorica del Mediterraneo: democracia frente. a barbaric. / 39.Bjorli Hammar. Thomas Hobbes yJas metonimias del Estado moderno. / 47Javier Roiz, La esencia de 1 0 politico. !5TEMASEmerit Bono. La especulaci6n, la crisis econ6mica y los limites medioambientales. / 63Manuel Illueca, Crisis financiera e informacion. / 79Ander Gurrutxaga. Escenas y escenarios de la politica en el Pais Vasco. /91Jorge Alvarez. Biopoder: dos perspectivas (Agamben y Negri). /107Ignacio Carrion. Ellugar del padre en la obra de tres premios Nobel (Y . S. Naipaul,J . M. G.Le Clezio, Orhan Pamukj.v r z ;LIBROSJulian Morales. Viaje a las tinieblas contemporaneas. (Jesus Moreno Sanz, Ellogososeuro: tragedia, mistica y filosofia en Maria Zamhranol.v rji[osep Maria Jordan Galduf, El siglo xx y las grandes aventuras empresariales (RamiroReig, Las grandes corporaciones del siglo XX)./135Eduardo MaUJ:a Zorita. Reflexion sobre la historia (Jacobo Munoz, Filosofia de lahistoria. Origen y desarrollo de la conciencia hist6rica)./139Francisco Fuster, La historia de la li teratura como historia cultural (Jose-Carlos Mainer,Modernidad y nacionalismo, 190-1939). /142

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~os Y pollticas decscce, &rceJono, 2009.

~ .ra crtoca en laque-e-os autores.Vease

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~"do (1946)

TEMAS 105

Biopoder: dos perspecti-vas (Agamben y Negri)Jo rg e A l v ar e z Y a g ue z

LA CONCEPCION DE AGAMBEN: eroroirncx Y SOBERANiAEl filosofo italiano Giorgio Agamben toma apoyo en la nocion de biopolitica de Fou-

caul t, aunque su analisis es conducido, en realidad, por un derrotero distinto que en masde un aspecto entra en conflicto con el planteamiento del maestro frances. Agambenreprocha a Foucault particularmente dos puntos: el que no haya sornetido a analisis laconexion entre el biopoder y la forma de poder de la soberania; yen segundo lugar el queno se haya ocupado detenidamente de los dos focos principales de ejercicio del biopodermoderno: el campo de concentracion y el fenorneno del totalitarismo.' Respecto del pri-mero aunque Foucault dej6 mas de una observacion, ciertamente no se detuvo especial-mente en ello, y 10 mismo puede decirse en cuanto al fen6meno totalitar io. Son estos jus-tamente los puntos en que else centrara. Pero su camino no sera el de la genealogia delas practices imbricadas con los discursos, sino que se desenvolvera en un plano mas abs-tracto y deshistorizado, muy apegado al derecho, no en vano Agamben es de forrnacionjuridica.' Esta diferencia metodologica, sera muy apreciable en su distinto resultado.

Si Foucault cifraba en el ingreso de la vida en el ambito de las estrategias politic asuna marca de la mcdernidad y su nueva tecnologia de poder, en el fi losofo-jurista Italianoesto, en realidad, solo representaria una diferencia de grado can etapas anteriores, unaintensidad y extension mayor de 10 biopolrtico de manera que llega recubrir todo 10 social;y tam bien una diferencia epistemologica en la medida en que 10 que estaba oculto, la cone-xion vida-poder, aflora ala luz. Todo esto supone por parte de Agamben una perspec-.tiva historica mas continuista y una difusa ampliacion del concepto de biopolitica en laque se pierde la especif icidad que tenia en e1genealogista frances.

En efecto, segun este nuevo enfoque, el poder soberano desde su nacimiento habriacapturado en sus redes Jo que denomina nuda vida, esto es, 10 biolugicc cornun acualquier forma de vida. La biopolitica es, en este senti do, tan antigua al menos como laexcepcion soberana. EI poder moderno al respecto no haria sino desvelar el mas inme-morial de los a rc an a i mp er ii (H S , 16), el lazo nuda vida y poder polit ico. Consecuente-mente con esto Agamben se ve obligado a revisar la cesura aristotelica entre el ambitodel oikos (casa) yel de la polis (ciudad), que funda 1 0 politico mismo, toda vez que el ordende la polis es esencialmente distinto al tipo de relaciones [erarquicas, subordinadas alpadre-amo (desp6tes) imperantes en la casa. El orden politico exige la igualdad quedebe reinar entre hombres lihres. Esa ccsura, desde el punto de vista de Agamben, sesuperpondria a la que separa la nuda vida de una forma de vida en toda su amplitud, sinreducci6n a 10 biologico, 10 que, en terminos griegos equivaldria sin mayor precision aladivision entre zoe y bios, entre el mero vivir y el vivir de una forma determinada. Sinembargo, esa cesura no dejaria a 10 politico fuera del oikos, de la vida natural de la casa,pues, en realidad, alii se vendria a realizar la operacion caracteristica del poder juridico


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3 . G.Agamben, E st od o d e excep-croo. H o m Q SQeEr I I , I , Va lenc ia,P re -I ex to s, 2 00 4 . p ag s. 5 7 55. (d-t ad o des de ahora por EE )

de la soberania, por la que al mismo tiempo que la vida se pone fuera, se exceptua de Ipolitico, queda a el sometido, bajo su dominio. La excepci6n responde aqui a su etimo-logia es una e x -c e p ti o ( e x- c ap e re ) , 10que es excluido queda capturado i ca p ti o, c a pe reincluido de una especial manera, es situado en un afuera sometido al poder, una excep-cion sujeta veladamente a fa regia. Elconcepto de soberania del jurista aleman Carl Schmitzmostraria bien Ese sutil mecanismo, pues para el soberano es quien decide en el estadode excepci6n, ese momento de institucion del derecho desde un afuera, pero en el queala vez se suprime todo afuera. Esta es su naturaleza parad6jica, un derecho que no reco-noce la validez de nada que escape a su dominio, pero que el mismo es resultado de unacto externo a todo derecho. Y de ella no podra librarse. Esa macula originaria hara quelas condiciones del estado de excepcion no dejen de estar presentes en todo momento, sibien de forma lateri te.ESTADO DE EXCEPCJON, TOTALlTARISMO Y CAMPO

Agamben profundiza en ese concepto de estado de excepcion, en las paradojasque 1 0 recorren, haciendo de el un concepto capital en todo su planteamiento critico. Setrata de un singular est ado en el que si bien se suspende la ley, 1 0 que queda suprimido,en realidad, es su aplicaci6n pero no su vigencia, 0 al meuos no la legitimidad que con-cede ala fuerza que ampara la ley, de forma que el empleo de esa fuera no 1 0 devuelvasimplemente a un estado de naturaleza; alii reside toda su contrariedad pues ella Ie situaen un terrene oscuro de contomos difusos en que hay y no hay derecho, se esta y no estaen un estado de naturaleza. Es un estado en que la divisoria entre violencia y derecho des-aparece, y con ella tarnbien otras divisiones binarias como las existentes entre hecho yderecho,o incluso naturaleza y cultura.' La figura del derecho romano arcaico del homosacer (hombre sagrado) que designaba a una persona excluida de la comunidad, que, sibien no podia ser objeto en los ri tuales de sacrificio se lepodia dar muerte impunernente,sirve a Agamben para ilustrar la situaci6n de esa situaci6n del individuo en el estado deexcepci6n. Del mismo modo que para Carl Schmitt la excepcion tiene la virtud cognitivade revelar la naturaleza de la regia, de 1 0 normal, el estado de excepci6n tiene para Agam-ben la cualidad de desvelar la esencia de la soberania, del poder politico: esa inclusion ensu dominic de 1 0 que pareee excluir. La figura juridica que fundamenta el poder moderno,el corurato, vela todo esto, pues traza una cesura entre la emergencia del poder resultadodel pacto, y el estado de naturoleza anterior. En Hobbes, sin embargo, puede apreciarseque el estado de naturaleza sigue de algun modo presente en la naturaleza de un poder,el Leviatan estatal, que toma a su cargo la vida de sus subditos, detenta un dereeho a hacercualquier cosa para mantener el orden constituido, precisamente la vida de todos. En Hob-bes la guerra sigue internamente presente en el poder erigido para excluirla, en ella poh-tiea es prolongaci6n de la guerra en una nueva forma.EI poder politico, segun todo este enfoque, desde su misma constitucion se ocupade la nuda vida, pues el oikos, donde 5e desarrollan los procesos vitales naturales, estasometido a su dominio. En el poder de la soberania moderna esto no haria sino incremen-tarse y hacerse mas claro. Diriamos que hegelianamente su diferenciaci6n ontologica esacompanada por su desvelamiento gnoseo16gico. Las mismas declaraciones de derechosestatuidas por las revoluciones modernas, especial mente la de la Revoluciori francesa,


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ri, 2002, pag. 80 (A).

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recogerian ese lazo entre vida y poder, toda vez que en elias se fundamenta el derechodel hombre en un elemento natural, en su nacimiento, de donde la idea de que la naci6n(el conjunto de los nacidos (nascere) en un mismo suelo) sea el depositario de la sobera-nia ( H S , 1 6 2 ). La igualdad ciudadana, la isonomia se basa pues en una isoqonia, en unaigualdad de origen. El nazismo con su emblema de Blut urul Boden (sangre y suelo) novendria sino a culrninar la modernidad cuando establecia como principio de la ciudada-nia un elemento natural. En este sentido, el fen6meno totalitario lejos de ser una especiede singularidad fuera de toda comprensi6n, permanece en continuidad con los elemen-tos mas especificamente modernos, condensandolos en una Figura extrema, que Agam-ben convierte en herramienta de analisis de los regimenes considerados aceptables. EInazismo, entonces, sirve de elemento revelador de los males de las democracias. De nuevola excepci6n pone al descubierto la regia, 1 0 patologico muestra la realidad de 1 0 nor-mal. Al fin, el nazismo incluso desde un punto de vista formal, [uridico, no dej6 de sernunca un est ado de excepci6n toda vez que el decreto por el que se suspendian las liber-tades fundamentales que garantizaba la Constituci6n de Weimar nunca seria revocado,como subraya Agamben interesado en mostrar el elemento totalitario inserto en la lega-lidad admitida ( E E , 1 1 ) .

Se quejaba Agamben de que Foucault no se hubiera ocupado de Ileno en este punto,pero tampoco su admirada Hannah Arendt, que si habia entrado con acuidad en el ana-lisis del totalitarismo, y en cuyo pensamiento se apoyan muchos de los planteamientosdel fil6sofo italiano, atinaria del todo a pesar de sus muchos aciertos. La soluci6n con-sistiria en cruzar las perspectivas de ambos, la foucaultiana y la arendtiana, por otra parte,no tan alejadas en tantos puntos, aun cuando el frances desconociese la obra de la pen-sadora alemana. Lo que fait aria, a ojos de Agamben, en el plantcamiento de Arendt seriael situar el Estado totalitario en el marco de la biopolitica. Ser i a la conversion de lanuda vida en dato inmediatarnente politico, el que la vida en su minima expresi6n ade-mas de objeto deviniera tarnbien sujeto politico, como naci6n, raza 0 deseos del viviente,el que 1 0 biopoli tico situado originariamente en los margenes del orden [uridico se exten-diera hasta coincidir con el espacio politico misrno, 10 que estaria en la base de la acele-rada emergencia del totalitarismo. Solo porque en nuestro tiempo la politica ha pasadoa ser integralmente biopolitica, se ha podido constituir, en una medida desconocida, comopolitica totalitaria. (HS , 1 52 ) . Para Agamben si el nazismo muestra en toda su cruel dimen-sion estas caracteristicas, con sus leyes racistas, con sus proyectos eugeriesicos y depurificaci6n de la raza, la democracia no haria sino esconder bajo la cap a de los derechosla progresiva extension por la que el bios, toda forma de vida, se ve reducida progresiva-mente a z oe . Los cuidados del cuerpo, y la satisfacci6n de deseos del consume, la ubica-ci6n de la felicidad en la misma zo e absorbe enteramente 1 0 politico.' Agamben, cons-ciente de 1 0 polernico de esta contiguidad entre democracia y totalitarismo, trata de esquivarlas criticas que por este flanco pudieran hacersele ubicando su tesis en un plano histo-rico-filosofico y no historiografico. Un recurso ala abstracci6n que mucho nos terne-mos no Ie deje bien protegido. En cualquier caso, desde su perspectiva uno y otro regi-men no serian sino dos concreciones distintas de una misma forma 0modelo en que 10politico se ha plegado a 1 0 biol6gico.


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s . Este punto es desar-rolladoaropliamerrte en et primer capf-tulo d e EE .

6 .G . Agamben , Mec tl $ withovtEnd, Un iv . M l nn es m a P r es s , 2 0c x) ,p.40. (ctado desde ahcra parM E )

7. G. A g am be n, R emn an ts o (A u s-c h w i r z . Th e W i c n E S S and m E Archi-ve, Nueva York Zone Books ,1999. pags. 4186.

Es laabstraccion del planteamiento 10que le permite precisamente convertir la expo:-riencia del Lager, del campo de concentracion, en un modelo que revela la rnatriz ocultael nomos del espacio politico en que vivimos todavia: (HS, 212), la violencia insita al dere-cho. Siguiendo con su estrategia de la continuidad latente Agamben quiere rnostramosque aquellos espacios infernales no han sido sino un paso mas en una deterrninadaprogresi6n juridica pues la Figura del estado de excepci6n seria la que habia prcparadodesde un plano formal su advenimiento.' En una logica de reduccion y adensamiento pro-gresivos por la que pasamos de la democracia formal al estado de excepcion, clave deltotalitarismo, de este al campo, su verdadera esencia, que escondia ya la primera capa.Como en un juego de munecas rusas, esta es la pieza ultima que todas las dernas acogen..EIcampo es la estructura en que el estado de excepcion es permanentemente realizado-,por tanto, esa zona en que, como apuntamos, desaparecen las fronteras que separan hechoy derecho, violencia y ley. Y en tanto que en el el ser hombre es tornado como nudavida sin mediacion alguna, es tarnbien el espacio biopohtico mas absoluto. (ME , 41 ) ,en el se desvanece tarnbien la separacion bros/zoe, y la de vida y muerte, como bien reflejala Figura del rnusulman (Muselmann) de los campos de exterminio nazis, aquellos seresque deambulaban con un halito de vida en medio de la indiferencia e indiferentes a todo,que solo tenian la muerte como proximo y seguro final, denominados significativamenternuertos vivientes.' En el espacio campo todo es posible, en el cada prisionero es homos acer que puede, en consecuencia, ser impunemente asesinado. En el campo la excepcionse ha hecho regIa. Y es precisamente esta caracteristica la que Agamben ve cada vez maspresente en la evoluciori del derecho en nuestras sociedades. La forma campo se darla allidonde se borran las divisiones categoriales que caracterizan al derecho, y donde, por ello,toda violencia es posible: es campo el area de un aeropuerto en que se retiene al refu-giado, un estadio en el que coyunturalmente se encierra a inmigrantes (ME , 4 2 ) .

Si con respecto al concepto de biopoder Agamben procedia a una ampliacion exce-siva que le hacia perder relevancia, el tomar como modelo biopoli tico la nocion de campoincurre en un error que tiene una consecuencia semejante, que 10hace poco fcrtil para elanalisis de las tecnologias biopoli ticas, pues el campo es media biopolit ico m . 3 . S en 10querespecta a sus efectos extemos que en 10que se refiere a la 16gica que reina en su interior.EI exterminio formaba parte de un biopoder que pretendia purificar una raza de todoaquello que Juzgaba elementos debilitadores. Por esto, su efecto estrictamente biopoliticose encuentra en el exterior, en los arios, que se van aver vigorizados, pero en el inte-rior del campo 10 que impera es un derecho de dar muerte sin mas, ejecutado de la maneramas eficaz posible. EI biopoder siempre tiene la muerte como limite, no como fin, 1 0 quehace es gestionar vidas; toma pie en el elemento biologico para inducir una forma de vidaque se subordina a aquel como fin. La Figura del Muselmann, como la del homo sacer,no es la propia de un biopoder, pues el abandonar a la muerte no es su operacion carae-terfstica sino la opuesta la positiva de dar vida, reanimar, reconducir, hacer util, etc. Porello, Agamben, a pesar de la finura y audacia de su analisis, poco puede aportar al anal i-sis de las tecnologias biopoliticas al tomar como herramienta la forma campo. Su plante-amiento es, sin embargo, mucho mas revelador en 1 0 que se refiere a las transformacio-nes del derecho, a los incrernentos de esas zonas grises (P . Levi) en que se difuminan


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~ '1. Foucault, Noissonce de la: :JO'; IOl i t ique, Pon~s,Galirnard-Seui l ,3Q4.pag 24 .

= . M. Foucault S e c u r r t e . territoire,Xlpu/ot i on, Pan 's , Ca l l imard -Seui l ,:004. pjg. 98

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las barreras [uridicas. Su metodo nos pareee mas fertil en 10 que atane a la soberania queen 1 0 que respeeta estr ictamente al biopoder.Bien es cierto que los carnbios en el terrene juridieo y el desarrollo de la biopoli-

tica constituyen dos caras de un mismo fenomeno, y que mas ana del papel de la formacampo, Agamben acierta al poner de manifiesto el nexo entre los mecanismos de aisla-miento de la nuda vida y la genesis de una dominacion mas total, 0 al interrogarse parotro modo de confrontarnos politicamente con el cuerpo, con las necesrdades, 1 0 quesin duda tiene consecuencias de envergadura, pero si Foucault ciertamente dejo a un Jadoel plano del derecho y se centro en el de las tecnicas y mecanismos biopoliticos, creemosque Agamben cubre 1 0 primero, pero prosigue muy escasamente Jalabor foucaultiana en10 segundo.UNA GENEALOGiA TEOLOGICA DEL GOBIERNO Y DE LA ECONOMiALanaturaleza divina y su reino

Foucault dio a su curso de 1978-1979 en el College de France el t itulo de Nacimientode la biopolitica, su contenido, sin embargo, consiste fundamentalmente en un estudiodel l iberalismo, en particular el ordo-liberalismo aleman y el neoltberalismo norteame-ricano, Esto en un principio resulta sorprendente, pew 1 0 es menos si tenernos en cuentasu tesis de que la biopolitica es una concrecion de una forma de qobierno, de un regimende gubernamentalidad (gouvemamentalite), concepto, como sabemos, fundamental ensus trabajos des de el ultimo tercio de los setenta aproximadamente. El liberalisrno noes tomado como teo ria economica ni como ideologia, sino como una especial tecnica degobierno, un nuevo tipo de racionalidad en el arte de gobernap. En el curso anterior,Seguridad, territorio y poblacion, un curso que Foucault juzgaba debiera tener como titulomas adecuado el de Historia de la qubernamentalidad, ya se habia ocupado, con ese mismoenfoque, de ese primer liberalismo que representaron los fisi6cratas, con Quesnay comofigura descollante. Era necesario para Foucault entrar en la historia de esa forma degobierno para entender realmente en que consistia esa conversion de la vida en objetode estrategias politic as. Asi 1 0 declaraba: 5 6 1 0 cuando se haya entendido que era Ese regi-men gubernamentaillamado liberalismo, se podra, me parece, captar que es la biopoli-rica." La emergencia de la economia politica juga un papel capital en la conforrnacionde la biopolttica. La vinculacion de ambas esta en su misrno origen, pues una y otra seconstituyeron en torno al tratamiento de un mismo objeto la poblacion en cuanto feno-meno natural sometido a un conjunto de regularidades.

EI liberalismo se caracteriza por tomar como modele de gobierno la economia, ensu condicion de proceso espontaneo. natural, reluctante a las intervenciones, 0 al menosa aquel tipo de intervenci6n que no sea del mismo orden, esto es que se limite a acompa-fiar,o en su caso a reparar su mismo curso Quesnay ya en su momenta habia declaradocomo mejor gobierno el "gobierno econornico, 1 0 que en realidad venia a ser una tau-telogia pues el arte de gobernar es precisamente el arte de ejercer el poder en la formay segun el modele de la economia.?

Si tenemos en cuenta el planteamiento aristotelico de la cesura oikos/polis, no sepodia llegar a una contradicci6n mayor, una especie de contradictio in adiectio, enque la politica consistiria en conducirse conforme allagos (raz6n) que rige en el oikos,


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10. En particular el curse de1977-7 8 en e l C ol le ge de F ra n-ce, 5ec ur i [e, 1 .err iw ire, popu lat ion,op.cit11. G.Agamben, Ii Regno e fa Glo ,rio. Pe r Dn(J ge ne oiog ia te o iog icode l/ 'economia e del governo,Vi-c e nz a , N e ri P 0 7. Za , 2007 (citadopor R'S)

1 0 que en realidad significaria que la politica dejase de ser tal, algo que ya habia apun-tado Hannah Arendt.

Agamben tambien entra en la historia de este asunto, 1 0 que podemos denominar elmomento en que la politica se desvanece en oikonomia, pero sigue una linea que apuntoFoucault en diversas observaciones y anal isis" pero que no profundiz6: una linea teolo-gica. Es to es 1 0 que hace Agamben en un libro excelente II Re gn o e La G lo ria ."

Ahi se sostiene de manera convincente que el origen del paradigm a del gobierno enel que se desenvuelve la biopoli tica se encuentra en la teologia cristiana que gira en tornoal concepto de ecoriomia, desarrollada especialmente entre los siglos [[ y v. E] ter-mino economia tuvo desde un principio la acepci6n de gesti6n, ordenaci6n, disposicionordenada de las partes de un conjunto, tal y como en Aristoteles era la organizaci6n dela casa y sus recursos. En latin se vertia por dispensatio 0 dispositio. Pablo en sus cartashabra usado el termino, por ejemplo en la expresi6n econornia del misterio, para refe-rirse al conjunto de las actividades desarrolladas para la transmisi6n de la Palabra, delmensaje divino, esto es. a una labor de gestion y a la especie de encargo fiduciario quehabia recibido. Tambicn es muy significativo que Pablo emplee terrninos propios de laadministracion dornestica para referirse a los miembros de la comunidad mesianica: dou -los (esclavo), diakonos (servidor}, oikonotnos (administrador); a Cristo no se refiere con elterrnino politico de arkhon 0 anax, sino con el de patron de la casa: kyrios (lat. domi-nus). El lexico de la ekklesia paulina es economico , y no politico, y los cristianos son,en este sentido, los primeros hombres integralmente "econornicos'otnc, 38), esto es, eentienden a si, su comunidad y su actividad en terrninos cconomicos, domesticos. LaIglesia toma el modelo de la casa, no el de la ciudad.

Sera mas tarde cuando elterrnino adquiera un significado mas propiamente teologico.En la patristica, en Hipolito ( 5. I I) YTertuliano (ss. u-ui) eronornia se emplea para desig-nar el modo de relaci6n del ser trinitario divino, para distinguir en el sus actividades y suconexi6n, su diversidad y profunda unidad. EI modelo de la casa, con sus dist intas funcio-nes y actividades, pero al mismo tiempo profundarnente unitario al servicio del arno (des-pates), permits conciliar la pluralidad trinitaria con el monoteismo. En Tertuliano, y de -pues en otros, como Origenes (S5. I l -l l l) YClemente ( 55. I I -U l ) ,economia servira para designartambien la administraci6n de Dios,a traves de la pluralidad de angeles y de la encarnaciondel Hijo, que conducira a los hombres ala salvaci6n; elpoder divino actua a traves de la plu-ralidad de sus ministros. La paulina economia del misterio, se convierte entonces en rnis-terio de la economia (Hipolito), por cuanto el significado del terrnino ha sido trasladado ala naturaleza misma de la divinidad y Sll relacion con el mundo.

Dos caras, pues, se distinguirian en esta economia divina: a) la relativa a la articu-lacion interna de la Trinidad, la administraci6n interna de Dies, b) la relativa a la relacionde Dios can el mundo, especialmente concretada en el Ienorneno de la salvacion, que sedesenvuelve en la historia. Despues de Nicea (s. IV), el terrnino se referira principalmenteal segundo aspecto. pero a pesar de todo no se perder a la unidad entre ambas caras.Esto es 10 que observamos con el concepto de orden (taxis), que, con base en la Metafi-sica aristotelica, de San Agustin a Tomas de Aquino servira para comprender tanto lanaturaleza divina como su ordenamiento 0 gobierno del mundo. En esta actividad Tomas

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T :EMAS III

distingue el plano de la creacion y el de la conservacion 0 gobierno de todas las cosas acargo de la divinidad, pues de ella dependen todos los seres en su existir. En esa distin-cion se venian a poner en juego, siempre segun la interpretacion de Agamben, las distin-eiones politicas entre reino y qobierno, auctoritas y potestas, dignitas y administratio.Tomas pretende conciliar los pianos de la accion divina, el orden trascendente (ordo adDeum), yel plano de las relaciones entre las cosas mismas (ordo ad invicem), el ordeninmanente, evitando tanto la idea de una intervencion constante, un milagro continuo,como la autonomia total del mundo una vez desprendido del momento inicial del actode la creacion. EImodele de la casa seguira presente, reforzado por una multiplicidadconceptual sutil compuesta por distinciones como la existente entre causa primera y cau-sas segundas, voluntad 0 providencia general y voluntad 0 providencia especial, gobiernoinmediato de las cosas y gobierno mediato de unas a traves de otras, etc. EIgobierno deDios sobre el mundo se realizaria a traves de la naturaleza de las casas mismas, no comouna intervencion externa 0 violenta, sino espontaneamente, sin violencia, conduciendolas cosas a su propio fin, inscrito en su natura. Ese modele de gobierno tendra su presen-cia mucho tiempo despues, como verernos, en el fisiocratismo (RG, 148).

Sera un conocido cartesiano de la segunda mitad del siglo XV][, N.Malebranche, quiensirva de eslabon intermedio que facilite el entronque con la eiencia de la economia. Elproblema de la conciliaci6n de los dos planes que tantos quebraderos de cabeza habiacausado ala escolastica medieval, retorna bajo la forma de compatibilidad entre lavolun-tad divina y lalibertad humana en el orden del mundo, el problema de la gracia. Su solu-cion dara p ie a un nuevo paradigma gubernamental de Ia providencia, segun el cual Diosrealizaria una denominada Voluntad general que se expresaria de la manera que Iecorres-ponde, la mas simple y racional, en leyes generales y uniformes que gobiernan el uni-verso, y no en milagros hechos a cada momento. La insistencia en esta racionalidad lega-liforme ni que decir cabe que estaba en consonancia con la ciencia modern a, reluct ante.a las irrupciones milagrosas. Por otra parte, estarian las denominadas causas ocasionales,esto es, mediaciones a traves de las cuales laVoluntad actuaba, yaqui se inscribia el papeldel mismo Cristo, que como un jefe de gobierno distribuye la gracia a los hombres. Deeste modo se establecfa un modelo de gobierno que seguiria un orden general, libre decontinuas y arbitrarias intervenciones, que tanto influiria en la Hamada secta de los eco-nomistas, es decir, en los fisiocratas. Ellos tendra muy presente la economta dela natu-raleza; econornia del creador . Quesnay, sobre el que consta la influencia de Male-branche, antes de escribir su celebre Tableau economique (1758) como medico que era,publicara un Essay physique sur l'economie animate (1736), en el que interpreta esa eco-nomia animal como un orden de funciones y movimientos que configura un estado desalud, pero cuya mas pequena perturbacion conduce ala enfermedad ( R G , 308). Eseordennatural es el que debiera ser trasladado a la sociedad. El ejemplo del orden divino comogobierno sera una constante. La economia politico pod ria haber sido dcnominada como1 0 hacia otro fisiocrata LeTrosne ciencia del orden. A lamisma herencia teol6gica per-tenecera la idea posterior de Adam Smith de un orden en eI que los sujetos particularesmovidos por el propio interes no hacen sino integrarse en un plan general cual si todofuera armonizado por una mana invisible.


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:...G_Agarr-ben, La comunidad= _ - t " ' iene , t rad . l .Lvil l aca f i as . c.re La Rocca.Valencia Pre-tex-OA 1 9 9 6, ( C V) p a g. 4 3 .

T EMAS 113

que hoy se dana no en el grito unanime de las gentes reunidas, como cuando las legiones aclamaban al nuevo ernperador, convertido en tal por ese mismo gesto ritual, sino enla forma de opinion publica, de doxologia, de imperio de los media, 0, mas liturgicamente,como sociedad del espectaculo (Debord). Ese vacio, ociosidad de la gloria seria el centrode toda la maquina gubernamental, esa cuya genealogia Agamben encuentra en la teo-logiu economica.La comunidad po r venir

Esa inactividad del ticrnpo ultimo no deja de animar tambien el esbozo alternativode Agamben, como tambien en su afin j. L. Nancy cuando habla de la comunidad innom-brable. Hayen Agamben una prevcncion frente a un actuar que se transforme en ins-trumentalidad, en cosijicacion, reluctancia profunda frente a todo pensamiento identi ta-rio. Como en el Benjamin temprano de "Para una cntica de la violencia, ese es, ante todo,su mal a evitar. De ahi toda su propuesta filosofica. no se espere de Agamben entrar enmayores concreciones. Una propuesta que coloca heideggerianamente en la base la apertura que el hombre es (A, 7255) , como ellenguaje, aquello que mas propiamente le carac-teriza; la ontologia de una potencialidad no aristotelica, esto es, que no tiene que conver-tirse en acto, que ha de mantenerse en 1 0 abierto, en un transite hacia el acto, sin lIegara actualizarse, Tal es 1 0 que habra de caracterizar tanto al individuo -un termino a evitar-y a la comunidad.

EI individuo en cuanto tal, ha sido va resultado de un proceso de individuation, estaatrapado en su identidad, reifieado en ella, sometido en tanto que sujeto. EIconcepto quehabra de sustituirlo, en con la ontologia trazada, es el de singularidad cualsea. La elabo-racion de este concepto ha exigido de Agamben toda una revision de las relaciones entreindividuo y universal de la tradicion rnetafisica. EI ser ahi, y ser de una manera, el singu-lar cualsea, participa de unos predicados que son comunes, pero que no constituyen suesencia pues 10 que en realidad a el le deterrnina es la porticipabilidad que esta siempre.abierta a una totalidad de posibilidades," EI apropiarse de un predicado, que en reali-dad es comun (ser catalan, espanol, rojo, etc.) es l imitar esa participabilidad del ser, expropiar 1 0 com un, actualizarse, cosificarse. Como en ellenguaje, 1 0 comun par excellence, launica actitud coherente es mantenerse en su comunicabilidad. Nadie debe expropiar unasentencia, un nornbre, definiendose, poniendose limites (fines), idcntiflcandose, y menos,como ocurre en esta sociedad del espectaculo, !legar a expropiar la comunicabilidad misma.IIer, y por tanto, el ser de eada uno no es sustancia 0 eseneia, es su ser asi, su modali-dad. Frente al Estado, frente a Ia politica al uso que busca la identificacion, la territoria-Iizaci6n 0 definicion, esto es cerrar 10 abierto, la repcticion el predicado convertido enmito, frente a todo ello la singularidad cualsea ha de mantenerse en su inesencialidad, ensu simple exterioriiuul, en Ull continuo exponerse lev, 66-67).

Lo mismo ocurrc con el polo de la comunidad, que en ningun momento puedesustancializarse en conformidad (conformismo) can algun predicado (nacion, raza, len-gua, cultura, etc), comunidad, pues, inesencial. La comunidad es reunion de singularida-des. No es tampoco algo definido que podamos proponernos producir. Las singularida-des cualsea no pueden formar una sociedad porque no disponen de identidad alguna quehacer valer, ni de unlaw de pertenencia que hacer reconocer (cv, 54) Laverdadera poli-


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lLvease en particular: t-tj-lardt.I m p er io , t r ad . A . Bi x io ,P a id 6 s. 2 0 0 2 _ c ap 2 .

p a g - s . 37-53 (citado par I);A.Ne-gri, E mp ire a nd B ey on d, tradE.Emery, Polity. 2006 , parte IV.pags.161-239 {citado par EB).t - tj - ia r dt , ANeg ri . Mult i tud . Gue-rra y dernocr(Jcio en Id e ra d el im -

Barcelona,2001 (M)

I -t. K . M a r x: , E I C a p i w / _ U b rQ / . (0-

con-c ep tc s d e r el ic hi sm o 0 mistipcCJ-don. y de o/ienocion resultandaves e n e ste rase de 1


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tesa ce rc a d e u n a " a na ht ic a d e l p o-d e r" h ec ha s p a r F ou ca u lt e n Lav a l o r r r - e de S(vor , P a n - s , G a l l im a r d ,1 9 76 p eg s. 1 0 7- 1 35 .

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lnmanenciaFoucault subrayo el caracter inrnanente del poder. Este en ningun caso operaba desde

un afuer, desde el exterior, sino que se ejercia de manera apenas diferenciada de laactividad en que se desenvolvia. '7 De ese modo, la misrna practica que maxirnizaba la pro-ductividad del trabajo volvia mas obedierite al trabajador. Utilidad y docilidad iban deconsuno, componian dos caras de un mismo proceso. Foucault , como bien enfatiza Negri.nunc a consider6 el poder un elemento sup ere structural, 1 0 que se aviene bien con unasociedad unidimensional, plana en la que se habrian suprimido las mediaciones, un aspectoque tambien habria subrayado Agamben, especialmente con su concepto de estado d eexcepci6n, que tarnbien es utilizado por Negri para calificar el presente en que nos move-mos. Desaparecerian, pues, las disociaciones entre base y superestructura, entre trabajoy comunicaci6n, entre economia y derecho. EIpoder no se situa en una instancia trascen-dente respecto de 1 0 social, desde la cual protege ria, conservaria 0 reproduciria este, sino,que produce 1 0 social mismo y a traves de el, recorre todos sus fluj.os. En Negri la nocionde biopoder adopta un caracter muy amplio: el investimiento por el poder de la tot ali-dad de las relaciones sociales (EE, 185). La producci6n misma es biopohtica, no pro-duce solo mercancias, produce al productor, su subjetividad, sus afectos, sus formas cornu-nicativas. Segun esto ya no cabria aquella separaci6n que Marx aun podia hacer entreproduccion y reproduccion, toda vez que ya no es la Iuerz a de trabajo 1 0 que hacefuncionar el capital, sino toda la vida del trabajador, y de la sociedad misma en que 10inmaterial e intelectual t ienen un papel cada vez mas relevante; todas las relaciones vita-les de la sociedad son agentes de produccion: la vida ya no se produce en los ciclos dereproducci6n subordinados ala jornada laboral; par el contrario lavida afecta a y dominatoda la produccion, Esto conduce precisamente a Negri a un replanteamiento de la dis-cutida ley del valor, pues ya no es el tiempo de trabajo la medida. Y con ella transfer-mar el concepto de explotacion, de trabajo, de sujeto revolucionario, etc. En esa linea esta-ria la gama conceptual propuesta, que en ningun momenta deja de tomar pie en Marx:obrero social, 1 0 cornun, inmaterialidad, intelecto general, multitud, etc.

No necesita el capital, par tanto, un Leviatan externo para el mantenimiento delsistema. Todo el complejo de la soberania, como bien habria captado Foucault, dejaba deser funcional. EIcontractualismo habria sustentado ese caracter trascendente del poder.Negri traza una linea de trascendentalismo idealista que configura un poder totalitarioque iria de Hobbes, pasando por Rousseau a Hegel. Pero a ella se Ie confrontaria otra,en la que el mismo pretende inscribirse, que arrancaria de Maquiavelo, seguiria en Spi-noza, de los pocos que se atrevieron a reconocer el valor del florentine, y se proseguiriaen Marx, una linea verdaderamente inmanentista, materialista en la que el elementodemocratico del momenta constituyente no desaparece en el coristituido, sino que per-maneee revitalizando sin fin las formas dernocraticas."Resistencia

Negri, como Agamben, plantea insistentemente la necesidad de repensar todas lascategorias poltticas, entre ellas, esa que jug6 un papel central en toda la teoria politicamoderns: la soberania. Necesitariamos un nuevo diccionario polit ico para comprenderelnuevo tipo de poder en curso (EE , 1 91 -195). Y tambien, claro es, las resistencias al rnisrno,


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:LT. Negn, F in d e s rg lo , o p ot.,~J8

: : M " P . . . . . s ingleses

.srreccres?\-CU l m, C i nc o eccones enroroo- : Imper io , Barcelona, Paidos.: : c r l 4 . ver en particular la teccionJ;M.Hardt Negn,Nluhi luc i

TEMAS117

Negri interpreta que el antagonismo, la dimension dela lucha de clases esuna dimensionmedular a la teoria marxiana, recorre todas sus categorias. Sin 1 0 cual el marxismo se con-vierte en objetivismo acadernicista." De ahi ellugar singular concedido a la subietividoden los trabajos del italiano, Negri no puede sino rechazar los diagnosticos de clausura queencuentra en autores posmodernos. Asume la idea foucaultiana de que justamcnte 10quedefine la relacion de poder es la tension con su opuesto; no es una relacion entre sujetoy objeto, sino una relacion entre sujetos en la que, en consecuencia, hay siempre un mar-gen de libertad. El dictum foucaultiano alii donde hay poder, hay resistencia" es parael un principio basico: El poder no se define por sf mismo, sino porque tiene siempredelante de S 1 un adversar io, un antagonista ." Por cso, si ante una idea tan totalizantecomo es la de biopoder se esperara el anuncio del cierre de toda posibilidad de emanci-pacion nada podna ser mas equivocado. La propia extension y ubicuidad del biopoderdespierta tambien la pluralidad de sus resistentes. Seguramente, los post-modernos rnis-tifican. En realidad, la operacion de la suhsuncion real no elimina 1"1ntagonismo, sinoque 10 desplaza al nivel social. La lucha de clases no desaparece: se transforma en todoslos momentos de la vida cotidiana. La vida cotidiana de un proletario 51 " coloca comoun todo contra la dominacion del capital. La subsuncion real, lejos de eliminar el antago-nismo, 10 enriquece enormemente." Una idea que reitera como conviccion obsesiva masde un decenio despues: "En rcalidad. la subsuncion real de la sociedad (es decir, del tra-bajo social) en el capital generaliza las contradicciones de explotacion sobre cada uno delos niveles de la sociedad; cuando el capital inviste lavida en su totalidad, la vida mismaaparece como resistencia (En , 230 ) .

Con 10 que Negri no esta de acuerdo es con que esa resistencia parta de margenescomo el planteado por Agamben de la propia nuda vida objeto del biopoder. Para Negriel problema de Agamben es el de no situar su concepto de bios en una perspectiva dematerialismo historico, sino de reduccion naturalista (bios convertido en zoe ) 0 antro-pologica, 1 0 que neutraliz a el poder critico del concepto (I, 380-381). Por otra parte enAgamben pesa excesivamente su lado de ternatizacion existencial de la muerte, 1 0 quetiende a clausurar la posihilidad de alternativas.' Laverdadera resisteneia ocupa un lugarcentral en toda la nueva constelaci6n del Imperio debido justamente a que la transfer-macion del trabajo social unida a la globalidad del biopoder perfila un nuevo sujeto revo-Iucionar io, que Negri denomina con terrnino tomado de Maquiavelo y Spinoza, la mul-tiuul:" Esta ya no puede reducirse ala clase obrera, un concepto ya hace largo tiempoen cuestion en la teona rnarxista, y que resulta excesivamente excluyente en cuanto a darcuenta de 1 0 que se opone hondamente al orden global; tampoco se trata de una masaque disuelva las diferencias en su uniforrnidad; y carece tambicn dela unidad que se atri-buye a la nocion de pueblo, pues Iamultitud es plural. La multitud secompone de innu-merables diferencias internas que nunca pod ran reducirse a una unidad, ni a una identi-dad unica. (M , 1 6). Negri combate firrnernente los conceptos que pudieran reducir estenuevo sujeto a la unidad; y acierta al apuntar criticamente haria uno de los ejes esencia-les de todas las categorias politicas rnodernas, un punto que la izquierda no supo cuestio-nar y; a menudo, 1 0 pago caro. muy caro. Cuestionar todo intento de ese pliegue a 1 0 Uno,tan caracteristico, dirlarnos, no solo de la politica sino de toda la rnetafisica occidental, es


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la mejor prevenci6n frente ala violencia real que la reducci6n categorial anticipa. Esto es1 0 que hace que la soberania, categoria unificadora por excelencia, entre en contradiccioc,con el concepto mismo de democracia, casi siempre plegado a la vieja concepcion unita-ria del poder, como nos recuerda la clasica clasificacion de los regimenes (monarqaristocracia y democracia) en la que, en definitiva, es uno el que gobierna, ya sea entea-dido como T e y , elite 0 pueblo. Por ello, no cabria afirrnar algo como la soberania de "multitud. lncluso habria que evitar la percepci6n de la multitud como cuerpo Se pee-cisaria elaborar un nuevo De Corpore para esquivar la idea hobbesiana al respecto. Lamultitud no es un cuerpo social. (M , 375), es multiplicidad, es una red de singularida-des ( EB ,4 1 -5 l) , 0 tarnbien, si se nos permite una traduccion a terminos de Garcia Caleso de comun que hay en cada uno. Estos dos concept os, red y 1 0 comun, son claves eheste enfoque; los ejemplos de la produccion cornun del conocimiento, del perfecciona-miento progresivo de programas informaticos de c6digo abierto, de la naturaleza del len-guaje 0 de la organizaci6n reticular del cerebro Ie sirven a Negri yHardt para tratar nhacer plausible la idea de la operatividad de este nuevo sujeto red, incluida la posibilidadde una torna racional de decisiones. En todo ello puede observarse igualmente una afim-dad con el prop6sito de Agamben de evitar toda reificacion Una cierta ontologia de ;0potencia y la mediaci6n de las reflexiones de Badiou estan en el trasfondo de esa com-e-gencia. Un sujeto asi -si no se trata de wishful! thinking, como su continuo esbozo en nega-t ivo pudiera hacer estimar- una rnult iplicidad ilimitada e inconrnensurable, ya no senarepresentable, abordable desde una 6ptica contractualista 0 de filosofia trascendenta1.como fuere, solo en la multitud residiria, dicho en terminos del rnaldito judio, un aum::presente en todos los trabajos del profeta desarmado italiano, la potencia que se opor:!Oal poder y abre el paso a la democracia absoluta.

III

Biopolítica, Agamben, Negri

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