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BIOGRAFIA DE JACOBO ARMINO. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
LA CARTA A HIPOLITO A COLLIBO. . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
LA APOLOGIA O DEFENSA DE ARMINIO. . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . 24
UNA DECLARACION DE LOS PENSAMIENTOS DE ARMINIO. . . . . . . . .
. . . . . . 60
VARIOS DEBATES PUBLICOS Y PRIVADOS. . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . 82
CIERTOS ARTICULOS PARA SER EXAMINADOS
Y PONDERADOS DILIGENTEMENTE. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . 93
NOTAS DE REFERENCIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
BIBLIOGRAFIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
102
BIOGRAFIA DE JACOBO ARMINIO
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(Esta biografa est basada en la de Carl Bangs, Arminius: A Study
in the Dutch Reformation
(Arminio: Un Estudio en la Reforma Holandesa). Sin embargo, las
citas directas de ese libro se indican
de la manera acostumbrada.)
EL ESTUDIANTE
Jacobo Arminio naci el 10 de octubre de 1560 en Oudewater, un
pueblo cerca de la ciudad de
Rotterdam, en Holanda. Su nombre era Jacob Harmensz., la forma
corta del patronmico
Harmenszoon, o hijo de Herman. Su padre se llamaba Harmen
Jacobsz., y su madre se llamaba
Engeltje Jacobsdr. (Jacobsdochter, o hija de Jacob). Arminius
fue el nombre latinizado de Harmensz.,
como era la costumbre en aquel tiempo.
El padre de Arminio era un cuchillero, pero ese trmino debe
entenderse en el sentido amplio de
herrero quien haca espadas y armaduras, un oficio de bastante
importancia en aquel entonces. Se
describe como de la clase media. Su padre muri bien sea cuando
Jacobo era nio o aun antes de su
nacimiento. "Parece muy posible que Arminio no provino de una
familia desconocida, y esa puede ser
una razn por la cual lleg a captar la atencin de una serie de
benefactores, quienes se aseguraron de
que l tuviera acceso a la mejor educacin disponible.1
Un sacerdote local, Teodoro Aemilius, de tendencias
protestantes, lo cuid hasta que fue un
adolescente y sali de Oudewater para realizar sus estudios
universitarios. Fue durante este perodo que
Arminio conoci a Johannes Uitenbogaert, quien se hizo amigo
ntimo y de toda la vida.
Despus de la muerte de Aemilius, probablemente en 1575, un
conciudadano de Oudewater,
quien era profesor en la Universidad de Marburgo, Rudolfo
Snellius, se constituy en su protector y lo
llev a esa universidad para estudiar. En agosto Arminio se
inform acerca de la masacre de Oudewater
por los espaoles despus de un sitio, y viaj de Marburgo a
Oudewater para informarse de la suerte de
sus familiares. Encontr que la madre y los hermanos haban muerto
en la masacre. Despus, regres
caminando los cuatrocientos kilmetros a Marburgo, donde estudi
por casi un ao.
Una de las primeras cosas que hizo Guillermo de Orange despus de
libertar la ciudad de Leyden
en 1574, era proponer el establecimiento de la primera
universidad de Holanda en sa, lo cual se efectu
en febrero del prximo ao, con las facultades de Teologa,
Derecho, Medicina, y Filosofa y Letras. Se
puede observar la lentitud con la cual el establecimiento de la
universidad progres, por el hecho que
cuando Arminio se matricul el 23 de octubre de 1576, como alumno
de Artes Liberales, fue el duod-
cimo alumno matriculado en dicha universidad. Fue all que, por
primera vez, us la forma latinizada
de su nombre. Se destac en varias reas de sus estudios, pero
especialmente en la teologa.
Termin sus estudios en la universidad de Leyden en 1581, pero
por tener apenas veintids aos,
se le consideraba demasiado joven para el pastorado. Entonces,
los burgomaestros y pastores de
Amsterdam le animaban a continuar sus estudios. El gremio de San
Martn de esa ciudad ofreci man-
tenerle en sus estudios por tres o cuatro aos ms con la condicin
que firmara un contrato, prometiendo
servir como pastor en Amsterdam por el resto de su vida. En 1582
se matricul en la Academia que Juan
Calvino haba fundado en Ginebra. El director de ella era Teodoro
Beza, el sucesor de Calvino. Debe
recordarse que fue Beza quien formul la forma ms extrema del
calvinismo, la que ahora se conoce
como supralapsarianismo, y eso es lo que Arminio aprendi durante
sus aos de estudio. Aunque
aparentemente estaba de acuerdo con ese punto de vista en aquel
tiempo, tuvo que salir de esa institucin
en 1583, debido a que se adhiri a la lgica de Pedro Ramus en vez
de la aristoteliana que estaba en boga
all. Fue a Basilea donde estudi por un ao. Le ofrecieron un
doctorado, pero Arminio lo rehus,
diciendo que su juventud (slo tena unos veinticinco aos) no
traera honor al ttulo. El 10 de octubre
de 1584 se matricul por segunda vez en la academia de Ginebra,
evitando esa vez el problema anterior
-
al evadir las disputas sobre la lgica. Al terminar sus estudios
en 1586, y antes de comenzar su pasto-
rado en Amsterdam, Arminio, acompaado de otro estudiante, viaj a
Italia. Los rumores de ese viaje
le causaron problemas cuando lleg a Amsterdam, porque algunos
afirmaron que mientras estaba en
Roma haba besado el pie del Papa y asociado con un cardenal,
hechos rotundamente negados por
Arminio.
EL PASTOR
"Cuando Arminio se dirigi a Amsterdam en el otoo de 1587, para
asumir los deberes
pastorales, se estaba cambiando de la corriente principal de la
vida teolgica reformada, al centro
floreciente de la vida comercial holandesa."2 Amsterdam se haba
hecho una ciudad "protestante" en
1566, debido a los esfuerzos de un grupo de comerciantes, entre
ellos Laurens Jacobsz Reael, el que
llegara a ser el suegro de Arminio unos veinticuatro aos despus.
Despus de un ao la ciudad regres
al redil catolicorromano; Reael y los otros comerciantes
tuvieron que huir. No fue hasta 1578 que la
ciudad se hizo protestante otra vez y los comerciantes pudieron
regresar. Estos mismos comerciantes
llegaron a ser los lderes en la nueva Iglesia Reformada y en el
gobierno de la ciudad.
Aunque Arminio se present ante varios comits examinadores desde
octubre de 1587, no fue
sino hasta el 7 de febrero de 1588 en que predic su primer sermn
en Amsterdam como un proponent o
predicador a prueba. Desde el inicio caus una impresin favorable
ante sus oyentes. En la oracin
fnebre por Bertius, se describe su estilo como sigue:
Esta recepcin favorable no debe provocar maravilla; porque--y
hablo ante los que lo concocan
bien--haba en l una cierta solemnidad increble templada por una
amenidad alegre; su voz era
un poco dbil, sin embargo dulce, armoniosa, y penetrante. . . .
No se dignaba usar ningn floreo
retrico, y no usaba las frases melosas coleccionadas para ese
propsito de los griegos.3
Despus de su perodo de prueba, se le extendi a Arminio la
invitacin a unirse con los otros ministros
de la ciudad, para cumplir con los deberes pastorales el 11 de
agosto. Fue ordenado el 27 de agosto de
1588. Los otros ministros de Amsterdam, cuando Arminio fue
ordenado, eran Johannes Cuchlinus,
Johannes Ambrosius, Johannes Hallius, Everhardus Hermanni, y
Petrus Plancius, de los cuales el
nico que merece ms mencin es Plancius, por el hecho que fue el
primer calvinista rgido que haba
ministrado en la iglesia de Amsterdam, y que lleg a ser un
enemigo acrrimo de Arminio. Pronto
Arminio empez a tomar su lugar predicando en todos los cultos de
los domingos. (Debe entenderse que
en el sistema empleado en ese tiempo, un pastor lo era de la
ciudad, y no de una iglesia en particular.
Entonces la congregacin no saba cul ministro predicara un
determinado domingo.) El era un pre-
dicador popular, especialmente entre el elemento regente de la
ciudad, los burgomaestros y miembros del
Concilio.
En noviembre de 1588 Arminio empez a predicar del libro de
Romanos.
Es decir que Arminio desde el principio de su ministerio en
Amsterdam estaba haciendo frente
a los problemas de la gracia y la predestinacin. Esta serie de
sermones sobre Romanos dur
hasta el 30 de setiembre de 1601. Y no fue sino hasta 1591,
cuando haba llegado al captulo
siete, que su predicacin despert la controversia.4
El 16 de setiembre de 1590, Arminio se cas con Lijsbet
(Elizabet) Reael, hija del ya men-
cionado Laurens Jacobsz Reael y Geerte Pieterdsdr. Su suegro era
un comerciante en cereales y un lder
tanto en el gobierno de la ciudad como en la iglesia de
Amsterdam. Resulta significativo que en un tiem-
po en que muy pocas mujeres saban leer y escribir, Elizabet poda
firmar el registro civil. Con el
nacimiento del primer hijo, la familia se estableci en una casa
pastoral en el antiguo claustro de Sta.
Ursula. Puesto que Arminio nunca escribi acerca de su vida
familiar, slo se pueden imaginar los
detalles de lo que era caracterstico en aquel tiempo. Los hijos
de Arminio y Elizabet, con el ao de
-
nacimiento de cada uno, eran: Harmen (I) (1591); Harmen (II)
(1592); Engheltien/Engeltje (1593);
Harmen (III) (1594); Pieter (1596); Jan (1598); Laurens (I)
(1600); Laurens (II) (1601); Jacob (1603);
Willem (1605); Daniel (1606); y Geertruyd (1608); de los cuales
slo nueve sobrevivieron la infancia.
Puesto que en lo que sigue, el nfasis no ser en la familia de
Arminio, se dar la informacin relevante
acerca de su esposa e hijos. Elizabet viva una vida larga, pero
triste; cuando ella muri a la edad de se-
tenta y nueve aos en 1648, slo dos de sus hijos todava vivan.
Cuando Pieter tena veintids aos,
muri ahogado. Cuando Willem tena catorce aos, muri de
tuberculosis. Engeltje se cas, pero muri
en 1625 sin hijos. Harmen (III), Jan y Jacob salieron para las
Indias Orientales y nunca regresaron,
pues murieron all sin casarse. Laurens (II) se cas y tuvieron
cinco hijos; muri en 1646. Daniel se
hizo mdico; se cas, pero no tuvieron hijos; muri en 1649. La
hija menor, Geertruyd,
no poda recordar a su padre pero . . . se hizo la matriarca del
vasto clan de descendientes de
Arminio. En 1626 se cas con Jacob Rombouts, quien despus fue un
comerciante en
Amsterdam, y tuvieron cinco hijos. De esta lnea Arminio y
Elizabet tuvieron veintiocho bis-
nietos.5
El Dr. Bangs afirma en el eplogo de su obra,
Hoy hay muchos descendientes de esta y otras lneas,
probablemente de varios centenares cuya
ascendencia puede ser seguida, ms otros incontables. Algunos
descendientes de Arminio son
holandeses, algunos ingleses, algunos franceses, algunos
espaoles, algunos indonesios, y algunos
norteamericanos.6
El ao 1591 marca el comienzo de las controversias teolgicas que
decidiran la suerte de
Arminio por el resto de su vida. Probablemente en ese ao el
Consistorio de Amsterdam le solicit que
escribiera una refutacin a un folleto intitulado "Una Respuesta
a Algunos de los Argumentos
Presentados por Beza y Calvino; de un Tratado Acerca de la
Predestinacin, Sobre el Captulo Nueve de
la Epstola a los Romanos." Como ya se ha mencionado, por esa
fecha haba llegado al captulo siete de
Romanos en su exposicin de esa epstola. Arminio lleg a la
conclusin que el hombre en Romanos 7
no es regenerado, opinin contraria a la del Alto Calvinismo, y
comenz la controversia. El Dr. Bangs
concluye:
Toda esta evidencia indica una conclusin: a saber, que Arminio
no estaba de acuerdo con la
doctrina de la predestinacin de Beza cuando comenz su ministerio
en Amsterdam; real y
probablemente nunca estuvo de acuerdo con ella. La cuestin no se
haba levantado agudamente
para l, sin embargo, hasta los eventos que acaban de
mencionarse, en cual caso se opuso a las
dos posiciones afirmadas entonces por el Alto Calvinismo--el
supralapsarianismo y el sublap-
sarianismo. De repente se encontr enfrentado con un nuevo juego
de problemas: la libertad de
conciencia, la interpretacin correcta de la Confesin [Belga] y
el Catecismo de Heidelberg y la
autoridad del consistorio y del "presbiterio" sobre un
ministro.7
No se sabe si era hostilidad de parte de Plancius o qu era la
causa, pero de repente muchos le acusaban a
Arminio de ser pelagiano o sociniano.
En enero de 1592 ocurri una reunin del "presbiterio" en cuanto a
la predicacin de Arminio
sobre Romanos 7. En la reunin Plancius levant las objeciones
que, "Arminio estaba enseando
pelagianismo, dependa demasiado de los primeros padres, se
desviaba de la Confesin Belga y del Cate-
cismo de Heidelberg, y sostena opiniones incorrectas acerca de
la predestinacin y la perfeccin del
hombre en esta vida."8 Arminio se defendi de todas las
acusaciones, excepto de las ltimas dos, diciendo
que esas no tenan relevancia en cuanto a Romanos 7. En febrero
la controversia haba llegado a tal
punto, que los burgomaestros, la mayora de los cuales
simpatizaban con Arminio, intervinieron.
Insistieron en que los ministros debieran resolver sus
conflictos entre s y no llevarlos al plpito y as
hacerlos pblicos, para mantener la paz tanto de la Iglesia, como
de la Repblica. No condenaron a
Arminio, pero dijeron que deba tener cuidado en la predicacin de
"nuevas doctrinas." A la vez,
-
reafirmaron su apoyo a la tolerancia religiosa y al papel de
ellos como guardianes de la paz de la iglesia.
En 1593, cuando Arminio lleg a Romanos 9 en su predicacin, surgi
la controversia otra vez, y
ahora se hizo obvio que existan dos partidos en la ciudad, uno
encabezado por Plancius y algunos de los
burgomaestros, y el otro por Arminio y otros burgomaestros. En
una reunin del consistorio en marzo,
Arminio defendi su posicin, admitiendo que su interpretacin de
Romanos 9:18 fue diferente de la de
la Confesin, pero a la vez afirmando que slo estaba ejerciendo
la misma libertad de interpretacin que
todos sus hermanos ministros hacan todo el tiempo. En la reunin
del consistorio el 20 de mayo, sus
adversarios insistieron en que debera declarar claramente sus
opiniones respecto a los artculos de fe.
Ponindose a la altura de las circunstancias, Arminio les desafi
que censuraran sus sermones. Nadie
poda responderle directamente, aunque uno de ellos dijo que
seguramente poda inferirse que estaba
enseando algo contrario a la fe reformada, por el hecho que los
luteranos, los anabaptistas, y los
libertinos estaban glorindose de los discursos de l sobre
Romanos 9.
En la reunin del consistorio de la prxima semana, Arminio de
nuevo los desafi a decir si
habra algo digno de censura en sus sermones. Por fin Plancius
tuvo que traer sus acusaciones. Eran
tres.
Primero, en su predicacin sobre Romanos 9, Arminio haba enseado
que "nadie est
condenado excepto por el pecado," lo cual equivala a excluir a
los nios de la condenacin. En
otras palabras, la doctrina de la predestinacin como Beza la
enseaba estaba puesta en peligro.
Segundo, Arminio haba enseado que "no poda atribuirse demasiado
a las buenas obras,
tampoco podan ser alabadas suficientemente, con tal que ningn
mrito les fuera atribuido."
Tercero, Arminio haba enseado que los ngeles no son
inmortales.9
Arminio se defendi bien en los tres puntos y mencion en cuanto
al tercero que nunca haba hablado
acerca de ese asunto en un sermn, sino solamente en una
conversacin privada en el hogar de Plancius.
A continuacin reiter su acuerdo con la Confesin y el Catecismo,
con slo una excepcin, y ms que
todo de interpretacin, antes que de las palabras mismas,
referentes al artculo diecisis de la Confesin
Belga.
Es el artculo sobre "la eleccin eterna," lo cual afirma que Dios
libra y preserva "a todos
quienes El, en su consejo eterno e inmutable, por mera bondad ha
elegido en Jesucristo nuestro
Seor." Su excepcin era esta: La palabra "todos" ?se refiere a
creyentes, o es un decreto arbitrario a otorgar fe? El aceptaba la
primera interpretacin y rechazaba la segunda. Sin
embargo, aceptaba los trminos del artculo.10
El Consistorio acept la declaracin de Arminio y anim a los
adversarios a tener compaerismo
fraternal hasta que un snodo (concilio) general pudiera
pronunciar sobre la interpretacin correcta del
artculo. Aunque en el futuro se dieron otras acusaciones contra
Arminio, fue la ltima vez que su
predicacin se discuti en el Consistorio.
En 1594 los burgomaestros le asignaron a Arminio la tarea de
reformar las leyes para las
escuelas de Amsterdam, e hizo tan buen trabajo que las reformas
que l cre, quedaron vigentes hasta el
siglo diecisiete.
Mientras tanto, cumpla las responsabilidades ordinarias de un
pastor de aquel entonces, entre
ellas la de visitar a miembros de la iglesia para reprenderles
por sus faltas. Es interesante que les toc a
Plancius y a l una vez, visitar a una miembro para convencerla
de que el bailar no era "un pecado muy
pequeo".11 En diferentes ocasiones serva como secretario o
tesorero del "presbiterio." Y desde 1590 era
delegado al snodo de Holanda del Norte, fungiendo como
presidente del mismo en 1600.
Es interesante que durante ese perodo algunos ingleses
reformados, escapndose de la
-
intolerancia religiosa en Inglaterra, llegaron a Amsterdam.
Pronto empezaron a criticar a sus
anfitriones, no sobre doctrina, sino sobre la poltica de la
iglesia en Amsterdam. Arminio se uni con
Plancius y otros calvinistas ms moderados para defender la
posicin holandesa.
En 1599 los snodos de Holanda del Norte y Holanda del Sur le
asignaron a Arminio la tarea de
escribir una refutacin de la posicin anabaptista. Por el ao
1608, todava no haba terminado el
proyecto, y era bastante obvio que estaba buscando evasivas y
que nunca la terminara. El Dr. Bangs
pregunta ?por qu Arminio no quera escribir la refutacin?
? Era porque no quera perseguir a "herejes?" No, porque en
numerosas otras ocasiones lo haba hecho. ? Era porque haba adoptado
opiniones anabaptistas en cuanto a la iglesia y los sacramentos?
No, porque sus escritos teolgicos durante este perodo. . . indican
un punto de
vista completamente reformada en cuanto al bautismo. Hay otra
razn.
La controversia con los anabaptistas era acerca de dos
cuestiones. Una, la vieja cuestin
sobre el bautismo y la naturaleza de la iglesia. La otra, los
asuntos de la gracia, la
predestinacin, y el libre albedro. Hay escritos anabaptistas de
ese tiempo sobre esos temas que
muestran que Arminio se habra mostrado poco dispuesto a escribir
una condenacin
comprensiva de todo lo que estaban enseando.12
Ms adelante el Dr. Bangs concluye:
Era sobre estos asuntos de la gracia y el libre albedro que
Arminio tena su dificultad.
Estaba convencido del punto de vista anabaptista, y a menudo
ellos asistieron a su predicacin.
A la vez, trataba de evitar los conflictos directos con sus
colegas reformados al no dar
declaraciones acerca de la predestinacin. No es que pensaba que
los anabaptistas no estaban
involucrados en algunos errores, sino que no pensaba que estaban
totalmente equivocados.13
En 1601 la peste bubnica mat a 20,000 habitantes de Amsterdam.
Arminio serva con mucha
valenta a las vctimas, ministrndoles tanto fsica como
espiritualmente. Puso en peligro su vida y
estaba preocupado por su familia en caso que muriera. Escribi a
Uitenbogaert que casi haba quemado
sus escritos por temor que cayeran en manos equivocadas despus
de su muerte. Pero decidi no hacerlo
y les pidi a Uitenbogaert y a Jacobo Bruno, su cuado, que despus
de su muerte revisaran y corrigieran
sus escritos a beneficio de sus herederos.
La ltima dcada del siglo XVI vio el surgimiento de una aventura
comercial de muchsima
importancia para Holanda y especialmente para la ciudad de
Amsterdam: la formacin de la Compaa
General de las Indias Orientales, segn algunos historiadores, la
primera sociedad annima moderna.
Aunque es verdad que Arminio invirti un poco de dinero en la
Compaa cuando se form, esa no era la
manera en que ms le afectaba personalmente.
En la nueva Amsterdam del siglo XVII, empujada a su Edad Dorada
por el impulso del
comercio mundial, Arminio ya no poda contar con la proteccin de
los Viejos Pordioseros [los
exiliados de 1566]. Una nueva casta estaba tomando posesin,
audaz, loca por ganancias, in-
tolerante en la religin, inclinada al calvinismo que se haba
importado del Sur.14
Y esa nueva casta, representada por algunos de los directores de
la Compaa, les causara a los
seguidores de Arminio mucha afliccin en el futuro.
Probablemente fue durante los aos del pastorado que Arminio
escribi muchos de sus tratados
doctrinales, incluso sus famosos estudios sobre Romanos 7 y 9.
Puesto que en otro lugar existe una
traduccin de casi todo el captulo del Dr. Bangs sobre Romanos 7,
no se tratar aqu en la biografa.
Pero para entender algunos eventos en este perodo de la vida de
Arminio, es necesario por lo menos
-
resumir su estudio sobre Romanos 9, lo cual es especialmente
importante por el hecho que fue all donde
no pudo evitar el luchar a brazo partido con el tema de la
predestinacin.
Arminio muestra que parte del problema es que sus adversarios
yerran, porque buscan la
respuesta a una pregunta que el captulo no est haciendo, a
saber:
? Fracasar la palabra de Dios si bien la mayora de los judos son
rechazados?" Para esta pregunta obtienen la respuesta: "Realmente
Dios, en la palabra de la promesa, invit a todos los
judos y los llam a participar en el pacto, sin embargo, por su
decreto eterno y su propsito, de
hecho haba determinado hacer a slo algunos de ellos partcipes,
pasando por alto a los otros y
dejndolos en su estado anterior.15
Segn l, la pregunta debe ser, "'? No viene a resultar inefectiva
la palabra de Dios si aquellos judos que buscan la justicia, no por
la fe, sino por la ley, son rechazados por Dios?'"16 Y su respuesta
es: "'Dios, en
su palabra y en la declaracin de su promesa, mostr que
consideraba que slo los judos quienes
buscaban la justicia y la salvacin por la fe estaban en la
relacin de hijos, pero los que las buscaban por
medio de la ley, estaban en la relacin de extranjeros.17
En el prximo punto l considera el uso de tipos y antitipos por
Pablo. Dice que Isaac y Jacob
deben considerarse tipos de hijos de la promesa e Ismael y Esa
de hijos de la carne, y no como ejemplos
en s mismos del propsito de Dios. Si se acepta ste, entonces
Beza tena razn en ensear el decreto de
predestinacin absoluta. A diferencia de eso, Arminio los
considera como tipos de clases:
Es decir, hay una predestinacin de clases que tiene prioridad
sobre (o toma el lugar de) la
predestinacin de individuos. Las clases estn marcadas por
ciertotipo de cualidad, es decir, los
que buscan la justicia por obras y los que la buscan por la fe.
Ismael y Esa son tipos de la clase
de aquellos que buscan la justicia por obras; Isaac y Jacob, de
aquellos que la buscan por la fe.
Segn Arminio, no es parte del argumento de Pablo que en este
contexto tambin son miembros
del antitipo.18
A continuacin, muestra que el pecado es "una transgresin
voluntaria de la ley."19 Si por
decreto Dios da a algunos la habilidad de obedecer y a otros no
se la da, entonces para estos no es pecado.
Arminio subraya su punto de vista al decir: Un hecho que es
inevitable a causa de la determinacin de algn decreto no merece
llamarse pecado."20 Los adversarios de Arminio interpretaron el
pasaje de
manera que hay dos voluntades en Dios, una revelada y una
secreta. El muestra que en Dios hay una
sola voluntad. Pero ?qu, entonces, de aquellos quienes, segn el
pasaje, Dios los endurece? Arminio contesta, "No hay nada ms claro
en la Escritura que el hecho de que los pecadores que perseveran en
sus
pecados contra la paciencia de Dios, quien los invita a
arrepentirse, sean aquellos quienes Dios quiere
endurecer."21 Finalmente, segn Arminio, Beza haba interpretado
incorrectamente la palabra 'masa'
en 9:21. El, la haba interpretado como la humanidad no creada,
mucho menos corrupta, que est de
acuerdo con el supralapsarianismo. Siguiendo a Agustn, Arminio
interpreta la palabra en el sentido de
la humanidad ya cada. Segn su interpretacin, Dios determina
crear a la humanidad (la masa) y es el
hombre quien decide si va a ser un vaso para honra o para
deshonra.
En 1596, en un evento social, Arminio conoci a un profesor de
Teologa de la Universidad de
Leyden, Francisco Junius. En su conversacin, Arminio se enter de
que Junius estaba revisando la
teora de la predestinacin de Beza. "Acordaron continuar la
discusin por cartas y mantener la
correspondencia confidencial para que no causara dificultad en
la iglesia."22 Arminio la inici, y Junius
escribi una respuesta a cada una de las proposiciones. Y despus
Arminio respondi a cada una de las
respuestas de Junius. La correspondencia entre ellos, como ahora
la tenemos, llega a casi 250 pginas.
Arminio se molest por el hecho que la condicin de
confidencialidad no se mantuvo; un alumno que
viva en la casa de Junius vio la correspondencia, la copi, y la
distribuy entre otros alumnos. Ella
muestra que Junius sostena una posicin intermedia entre la
posicin extrema de Beza
-
(supralapsarianismo) y la de Arminio; poda llamarse un
calvinismo moderado. Sostena que la
predestinacin refera al hombre in puris naturalibus o de
naturaleza neutral, mientras Arminio se
opona aun a esa posicin, al decir que aun ella hace a Dios el
autor del pecado; l afirmaba que el objeto
de la predestinacin es el hombre pecador.
Fue durante el pastorado que Arminio escribi lo que es "el
documento bsico del
arminianismo,"23 su Investigacin del Folleto de Perkins sobre el
Orden y el Modo de la Predestinacin.
William Perkins (1558-1602), un telogo ingls, escribi en 1599 el
libro El Orden y el Modo de la
Predestinacin. Arminio empez a escribirle una crtica de su libro
que lleg a ms de 200 pginas, pero
Perkins muri en 1602 antes que l pudiera mandrsela. En su
investigacin Arminio expresa sus
opiniones sobre asuntos que llegaran a constituirse en las
grandes diferencias entre el calvinismo y el
arminianismo, tales como la gracia, el libre albedro, la
posibilidad de caer de la gracia, y la presciencia
de Dios de futura fe de parte de un individuo. El Dr. Bangs
resume el contenido de la Investigacin en
los siguientes puntos:
1. La gracia evanglica es el afecto de Dios al hombre como
pecador.
2. La predestinacin est subordinada al nombramiento de Cristo
como mediador; los creyentes
son predestinados en Cristo.
3. El dejar de restringir la gracia evanglica a la humanidad
pecadora es hacer a Dios
el autor del pecado.
4. El pecado es permitido por Dios, por cuanto suspende los
impedimentos que prohiben el
pecado, pero no por cuanto no provee nada suficiente para evitar
el pecado.
5. La gracia salvadora no es universal; se da solamente a los
que creen.
6. Se niega la distincin entre gracia comn y gracia peculiar
(especial, eficiente).
7. Se afirma la necesidad de una distincin entre la salvacin
suficiente y la salvacin aplicada.
8. La fe es lo que interviene entre la salvacin suficiente y la
salvacin aplicada.
9. La promesa de la salvacin y el mandato de creer son
igualmente extensos.
10. El acto de creer es una eleccin del libre albedro que por la
gracia ha sido trado de su
adiccin al mal, a un punto de flexibilidad.
11. La salvacin del libre albedro por la gracia involucra la
eleccin del libre albedro, si no,
no podra decirse que el libre albedro es salvo.
12. Esta doctrina no es pelagianismo, porque atribuye toda buena
cosa a la gracia y nada al
hombre aparte de la gracia.
13. Perkins no haba refutado la posibilidad de que un creyente
cayera de la verdadera fe.
14. Por una predestinacin absoluta Dios quiere salvar a los que
creen y condenar a los que
perseveran en la desobediencia; por una predestinacin
condicional, Dios quiere salvar a
aquellos individuos quienes El prev como creyendo y perseverando
y condenar a aquellos
quienes prev como no creyendo.24
EL PROFESOR
La misma peste que fue mencionada anteriormente caus efectos aun
ms devastadores en la
ciudad de Leyden. En agosto de 1602, Lucas Trelcatius, un
profesor de Teologa en la universidad
muri, y en octubre del mismo ao Junius, otro profesor de
Teologa, muri de la peste. Cuando los
directores de la universidad se reunieron a fin de buscar un
nuevo sustituto para reemplazarlos, el
nombre de Arminio surgi. El actual profesor de Teologa,
Francisco Gomarus, se opuso a su nombra-
miento, diciendo que haba causado suficientes problemas en la
iglesia en Amsterdam y que podra pro-
vocar problemas mucho ms serios en la universidad. Pero por el
hecho de que Gomarus no lo conoca
personalmente, se cree que fue Plancius quien estuvo detrs en la
oposicin contra Arminio.
A pesar de esa contrariedad, decidieron acercarse a los
burgomaestros de Amsterdam para
hablar del nombramiento de Arminio. (Recurdese que l haba
firmado un contrato para servir a la
iglesia de Amsterdam por el resto de su vida.) Cuando le
propusieron a Arminio este asunto, en enero de
-
1603, l contest que slo poda considerarlo si fuera liberado de
sus obligaciones en Amsterdam. Final-
mente, despus de un perodo de negrseles, tanto de parte de los
burgomaestros como del consistorio
(aunque por diferentes razones), el 15 de abril, a Arminio se le
eximi de sus obligaciones. El 8 de
mayo fue nombrado oficialmente profesor de Teologa de la
Universidad de Leyden, pero no sin tener
que defender algunas de sus opiniones teolgicas y su
interpretacin de Romanos 7, en una conferencia
requerida especialmente para satisfacer las inquietudes de
Gomarus.
Aunque Arminio no describi detalladamente su vida como profesor,
se puede reconstruir la
rutina diaria tpica de l, como lo hace el Dr. Bangs:
Habla de leer hasta las 9:30 de la maana (se supone que era
madrugador) y de ensear una
clase de 10:00 a 1:30. A la casa otra vez (y si se puede
comparar su vida con la de un profesor
moderno en Leyden, un almuerzo ligero con un vaso de vino, y tal
vez una siesta) y despus de
nuevo a sus conferencias. . .de 4:00 a 7:30. A la casa de
regreso una cena, y cartas a escribir. La
ruta de su casa a la universidad requera de cinco a diez
minutos. A veces haba un evento
universitario en Pieterskerk, la iglesia grande que la
universidad usaba para sus funciones. Los
domingos asista al culto.25
Para Arminio los aos en Leyden fueron de mucha enfermedad, y a
veces fue necesario
que saliera de la ciudad para su recuperacin. Los primeros
bigrafos atribuyeron sus frecuentes enfer-
medades a la tensin y a demasiado trabajo, pero las sucesivas
referencias al catarro en su correspon-
dencia, indicaban que realmente sufra de tuberculosis.
El 19 de junio de 1603 Arminio se present para los exmenes
doctorales ante un comit en el
cual particip Gomarus. Estaban satisfechos con sus respuestas,
aunque aos despus Gomarus dijo que
lamentaba haberle aprobado en esa ocasin. El 10 de julio tuvo
que defenderse en un ejercicio
acadmico en defensa oral de una tesis usando la lgica formal. El
tema era La Naturaleza de Dios, y en
el debate expres algunas ideas contrarias a las de Beza; por
ejemplo, dijo que la presciencia de Dios no
predetermina los eventos. El prximo da, cuando recibi el ttulo
de doctor en Teologa, Arminio
pronunci una oracin sobre el sacerdocio de Cristo que no era
controversial. Mientras tanto, tuvo que
regresar a Amsterdam, y no pudo trasladarse completamente a
Leyden hasta setiembre, porque no
haban podido encontrar a un ministro que le sustituyera, y una
de las condiciones para anular su
contrato era que l se quedara hasta que apareciera un
suplente.
Por fin, a finales de setiembre pudo comenzar su carrera de
profesor. Comenz dando tres
conferencias, muy pulidas y en ningn sentido controversiales:
"El Objeto de la Teologa," "El Autor y
Fin de la Teologa," y "La Certeza de la Teologa Sagrada."
En 1604 los profesores elaboraron entre s un horario de debates
pblicos. El 7 de febrero le toc
a Arminio, y su tema era la predestinacin. "Ahora por primera
vez en la universidad hablara
directamente sobre el tema que se haba convertido en el punto
crucial de las disputas entre los
telogos."26
La manera propia de discutir la predestinacin fue pacificadora,
no controversial; no mencion
ni a Calvino ni a Beza. Pero su pensamiento fue una rplica de lo
que ya haba dicho en su obra sobre
Romanos 9 y su Investigacin del folleto de Perkins; entonces se
puede decir que fue intransigente. Dice
el Dr. Bangs:
No fue hasta el 31 de octubre de 1604 que la batalla teolgica
empez seriamente. Gomarus la
hizo estallar cuando tuvo un debate pblico sobre la
predestina-cin, fuera de orden y no como
parte del horario establecido. Empez con un "prefacio mordaz" .
. . disculpndose por hablar
fuera de orden con una base en que se haba divulgado el
error--no mencion directamente a
Arminio, pero su mensaje fue claro. Despus propuso sus tesis,
que cubrieron esencialmente la
misma posicin tomada por Beza . . . Dios sabe cosas futuras de
antemano definitivamente
-
porque El las ha predestinado por decreto.27
Aunque Arminio haba empezado a sufrir fsicamente, y este ataque
le caus angustia mental, sin
embargo prepar una respuesta a las tesis de Gomarus, la cual en
sus Obras se intitula Investigacin de
las Tesis de Gomarus sobre la Predestinacin.
En febrero de 1605 Arminio fue elegido Rector Magnificus,
oficial principal, de la universidad.
Aunque esta eleccin demuestra el aprecio de la mayora de sus
colegas, sus adversarios continuaron sus
ataques contra l. Observaron todos sus hechos y palabras para
ver si de alguna manera podan
atraparle. Probablemente incitada por Plancius, hubo ms de una
investigacin de parte de diputados
de los snodos y otros lderes eclesisticos durante el ao. Arminio
siempre respondi que tuvo que
solicitar el permiso de los directores de la universidad para
poder responderles, y en un esfuerzo por
mantener su independencia, la universidad le neg ese
permiso.
El perodo de Arminio como Rector Magnificus termin el 8 de
febrero de 1606, y como era la
costumbre, dio la oracin rectoral. El tema fue "La Reconciliacin
de Disensiones Religiosas entre
Cristianos." Propuso la convocatoria de un snodo nacional para
resolver el problema de intolerancia, la
cual estaba causando conflictos dentro de la iglesia, con
algunas recomendaciones de cmo debera con-
ducirse tal snodo. Muestra sus tendencias erastianas (de Toms
Erasto), las cuales abogan por la
supremaca del Estado en asuntos eclesisticos.
El 15 de marzo de 1606 los Estados Generales aprobaron la
convocatoria de un snodo nacional,
pero los trminos de la invitacin no agradaron a las iglesias
porque se dijo que era para revisar la
Confesin Belga y el Catecismo de Heidelberg, mientras lo que se
quera era una interpretacin o
clarificacin de ellos y no una revisin o modificacin. En el
proceso se les pidi a los profesores de Teo-
loga su opinin sobre la Confesin y el Catecismo, pero dos de los
profesores dijeron que deba decidir
esto toda la Facultad de Teologa; mientras Arminio se opuso y
dijo que lo que se quera era la opinin
de cada individuo, entonces result que los profesores se
abstuvieron de responder.
En 1607 se intensificaron los ataques contra Arminio y su amigo
Uitenbogaert, principalmente
relacionados con su posicin en cuanto a algunos aspectos del
propuesto snodo nacional. En mayo se
reuni una Convencin Preparatoria compuesta de representantes de
las varias provincias; Arminio,
Uitenbogaert, Gomarus, y otros tres representaron a Holanda. Los
Estados haban mandado varios
puntos que la Convencin debera considerar. Hubo consenso en casi
todos los puntos, pero Arminio y
otros tres delegados eran una minora, en cuanto a si los
delegados debieran tener libertad de expresin,
comprometidos slo con la Biblia. La minora dijo que s, mientras
los otros trece dijeron que adems,
debieran estar comprometidos de antemano con la Confesin Belga y
el Catecismo de Heidelberg. La
minora tambin dijo que el propsito del snodo era la revisin de
la Confesin y del Catecismo,
mientras la mayora dijo que los Estados Generales debieran
quitar ese aspecto de la invitacin para
convocar el snodo y dejarle a ste mismo decidir si quera
revisarlos o no.
Despus Arminio y Uitenbogaert fueron calumniados, no slo en los
snodos de Holanda del
Norte y del Sur, sino tambin en el extranjero, como en
Inglaterra y Francia, por su opinin minori-
taria. Incluso, Arminio tuvo que defenderse contra las
acusaciones de ser el autor del Catecismo de
Gouda, un esfuerzo por simplificar el Catecismo de Heidelberg
para el uso de los nios; (aunque los
autores le consultaron y l lo aprob, Arminio no tuvo nada que
ver con el hecho de escribirlo).
Cuando lo acusaron de recomendar a sus alumnos que leyeran los
escritos jesuitas y de Coornhert
(un humanista holands, quien se opuso al calvinismo) Arminio
respondi a uno de los burgomaestros
de Amsterdam:
Afirmo que en la interpretacin de las Escrituras Calvino es
incomparable, y que sus
Comentarios son ms valiosos que todo lo que nos ha llegado de
los escritos de los Padres--hasta
tal punto que le concedo cierto espritu de profeca en el cual se
distingue sobre otros, sobre casi
-
todos, y realmente sobre todos.28
Sin embargo, en cuanto a las Instituciones de Calvino, dice que
deben leerse "con discriminacin".29
-
Se puede ver que por ese perodo Arminio empez a sentirse
amenazado por todos lados, y que los
ideales de tolerancia religiosa que haba abogado en su oracin
rectoral lenta, pero seguramente estaban
siendo traicionados.
En 1608 Arminio tuvo que defenderse continuamente ante los
ataques de sus enemigos--ahora la
palabra 'adversario' no es suficientemente fuerte. A comienzos
del ao, Sibrando Lubbertus, profesor en
la Universidad de Franeker en Frisia, inform mal contra Arminio
en una carta escrita a Heidelberg.
Hiplito a Collibus, el embajador del Palatinado ante La Haya,
decidi investigar el asunto y le invit a
Arminio a La Haya para defenderse. Le gustaron tanto las
respuestas que Arminio dio, que le pidi
escribirlas, lo que Arminio hizo en una carta fechada el 5 de
abril. Representa las opiniones de
Arminio sobre los siguientes asuntos en 1608: la deidad del Hijo
de Dios, la providencia de Dios y el
problema relacionado sobre la necesidad del pecado, la
predestinacin, la gracia y el libre albedro, y el
problema de la imputacin respecto a la justificacin.
El 30 de mayo la Corte Alta convoc a una reunin entre Gomarus y
Arminio y cuatro de los
delegados, incluso Uitenbogaert, quienes haban estado en la
Convencin Preparatoria, para tratar de
resolver sus diferencias por medio del dilogo. Gomarus neg que
existieran diferencias mayores entre
ellos, pero Arminio ofreci escribir sus opiniones respecto a la
justificacin para que pudieran
examinarlas y decidir si fueran errneas. Finalmente la Corte
decidi que sus diferencias fueron
sutilezas y recomend la tolerancia entre ellos; mand un informe
diciendo lo mismo a los Estados. Los
Estados llamaron a Gomarus y Arminio para felicitarles por el
informe que haban recibido, pero en esa
reunin Gomarus dijo que a l no le gustara comparecer ante Dios
el juez con las opiniones teolgicas
de Arminio y que a menos que fueran suprimidas, causaran
disensin por todas las provincias. (Se dice
que un laico presente en la reunin dijo que preferira comparecer
ante Dios el juez con la teologa de
Arminio que con el amor mostrado por Gomarus.)
El hostigamiento por los enemigos lleg a tal punto que
aparecieron escritos bajo el nombre de
Arminio, los cuales presentaron conceptos herticos como si
fueran los de Arminio. Fue as que en 1608
salieron treinta y una proposiciones teolgicas, atribuyendo
ideas herticas a Arminio y a Adrin
Borrius, un seguidor de Arminio y uno de los pastores en Leyden.
Por supuesto, Arminio sinti la
necesidad de refutar cada una de esas proposiciones con una
respuesta extensa, pero sus amigos lo
convencieron de no publicarlas en esa ocasin, para no provocar
medidas ms drsticas por sus enemigos.
Eventualmente fueron publicadas en 1629 en sus Obras bajo el
ttulo "Apologa contra Treinta y Un
Artculos Difamatorios."
En un perodo de sentimientos anticatlicos particularmente
fuertes, debido a eventos ocurridos
a nivel nacional, por esfuerzos para lograr una tregua con
Espaa, surgieron otra vez los rumores acerca
de su visita a Roma cuando era joven, y los enemigos le acusaron
de todava simpatizar con el Papa y la
Iglesia Catlica. Por esa razn l public algunos escritos
vehementemente anticatlicos durante este
perodo. Pero aun as, sus enemigos le acusaron de no ser
suficientemente anticatlico.
En fin, lleg a tal extremo que le culparon a Arminio por
cualquier cosa mala que ocurriera,
fuera en la universidad, la ciudad, o el pas. En una carta a un
amigo, l dijo, seguramente sintindose
un poco paranoico, "Si alguien asesinara al Prncipe Mauricio
maana (estaba recordando el asesinato
de Guillermo de Orange), ?estoy seguro que me echaran la culpa
por eso tambin!"30
El 30 de octubre de 1608 ley su Declaracin de Pensamientos ante
la plena asamblea de los
Estados de Holanda y Frisias Occidentales en La Haya. Esto fue
en respuesta a la peticin de la Corte
Alta en mayo que Gomarus y l presentaran sus opiniones teolgicas
por escrito, pero Arminio quiso
presentarlas no slo por escrito, sino pblicamente. La Declaracin
de Pensamientos representa sus opi-
niones maduras sobre los temas de Dios y el hombre, la gracia y
el libre albedro, la deidad del Hijo de
Dios, y la perfeccin evanglica. Casi se percibe que se daba
cuenta que tal vez no vivira mucho tiempo
ms (ya hubo menciones frecuentes de su enfermedad en su
correspondencia) y que quiso testificar
-
pblicamente acerca de sus creencias antes de morir. De todos
modos se considera uno de sus escritos
ms importantes; junto con sus otras obras apologticas (la "Carta
a Hiplito a Collibus" y la "Apologa
contra Treinta y Un Artculos Difamatorios"), constituyen lo que
casi podra considerarse como los
artculos de fe del arminianismo.
Como un ejemplo de su contenido, se consideran sus pensamientos
en cuanto a la predestinacin.
Demuestra con veinte razones lgicas e histricas por qu considera
intolerable la posicin supralapsa-
riana. Amontona sus crticas, al decir que es contraria a la
naturaleza de Dios, del hombre, del pecado,
al acto de la creacin, la gracia, la gloria de Dios, Jesucristo
nuestro Salvador, y la salvacin del hombre.
Entonces presenta su propia doctrina de la predestinacin, como
el Dr. Bangs la resume:
Dios ha decretado designar a su Hijo como el Salvador, a recibir
en su favor a aquellos
pecadores que se arrepienten y creen en Cristo, y a administrar
los medios que son suficientes y
eficaces para tal fe; entonces El decreta la salvacin y
condenacin de personas particulares con
base en la presciencia divina de la creencia y perseverancia, o
la falta de lo mismo, de los indivi-
duos.31
Despus de opinar sobre las otras doctrinas ya mencionadas
arriba, vuelve al asunto de la
revisin de la Confesin y del Catecismo. Dice que no hay nada
malo en poner en duda lo que no es
incuestionable, y lo nico para l que es incuestionable son las
Escrituras. Aunque profesa estar de
acuerdo tanto con la Confesin como con el Catecismo, en cuanto a
aqulla, dice que la reducira a
"aquellas verdades que son necesarias para la salvacin,"
quitando las "explicaciones, pruebas,
digresiones, redundancias, y amplificaciones", porque es en esas
que se pueden cometer errores.32
Evidentemente pens que al quitar esos aspectos de la Confesin,
sus enemigos no tendran bases para
imponer sus creencias, pero en ese punto se mostr un poco
ingenuo.
Fue durante los aos como profesor, que Arminio conoci a Simn
Bisschop, un estudiante en la
Universidad de Leyden. Bisschop es mejor conocido por su nombre
latinizado, Episcopius. El manto
de Arminio cay sobre l al morir, y Simn Episcopius lleg a ser el
primer profesor censurante de
Teologa.
Gomarus pidi a los Estados de Holanda el mismo privilegio de
presentar sus creencias
pblicamente que le haban concedido a Arminio. El 12 de diciembre
de 1608, le toc a l explicarlas.
En su totalidad, fue un ataque contra Arminio. Segn Gomarus,
Arminio se haba desviado hacia los errores de los pelagianos y
los jesuitas sobre la gracia y el
libre albedro, sobre la justificacin y la santificacin, y sobre
la ley de Dios. Le acusa a
Arminio de ensear que la fe no viene de la gracia sino de la
habilidad natural del hombre, que
no somos justificados por la justicia imputada de Cristo sino
por nuestro acto de fe como una
obra de nuestra propia justicia, y que los creyentes pueden
cumplir perfectamente la ley
de Dios.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gomarus contina. Arminio estaba equivocado sobre la
predestinacin, la doctrina de
fe prevista (Gomarus no niega la presciencia, pero pone el
motivo de la presciencia en la eleccin
de Dios), sobre el pecado original, la posibilidad de que un
creyente cayera de la gracia, la
autoridad de la Escritura, la Trinidad, la providencia de Dios,
la Encarnacin, la santificacin
de Cristo, la regeneracin, la iglesia, y buenas obras. Entonces
viene el colmo: Arminio no
ensea todas estas herejas abiertamente en la universidad;
?algunas de ellas l ensea slo privadamente a sus alumnos en su
casa!33
Por lo menos se puede decir que los Estados estaban ofendidos
por la oracin de Gomarus. Su espritu
fue demasiado amargado, y no podan creer que estaba hablando
acerca de la misma persona cuya piedad
les haba impresionado tanto, solo unas pocas semanas antes.
-
Al empezar febrero, a intervalos, Arminio sufri de su
enfermedad. A finales de julio fue a
Oudewater para recuperar algo de las fuerzas que haba perdido
por defenderse constantemente contra
los ataques de sus enemigos, y casi muere mientras estuvo en su
ciudad natal.
Los Estados llamaron a Arminio y a Gomarus y cuatro ministros
para aconsejarle a cada uno
con el propsito de resolver las diferencias entre los profesores
de Leyden en una "conferencia
acogedora." La reunin comenz el 13 de agosto en La Haya. El lder
para los Estados dijo que el nico
propsito de la conferencia era averiguar cules eran las
diferencias doctrinales entre ellos y poder
remitir un informe a un snodo. Gomarus respondi que no era slo
un asunto de diferencias doctrinales
entre ellos, sino entre Arminio y la doctrina de la iglesia; a
esa acusacin Arminio respondi que
siempre haba afirmado su creencia en la Confesin y el Catecismo.
El 18 de ese mes, Arminio tuvo que
salir por enfermedad, y los Estados despidieron la conferencia
el 21, pidiendo a cada uno de ellos que
presentara por escrito sus opiniones, los argumentos a su favor,
y la refutacin de la opinin contraria,
dentro de catorce das. Gomarus entreg el trabajo a tiempo;
Arminio tuvo que escribir a los Estados el
12 de setiembre, que segn se sabe fue la ltima carta,
explicndoles que por la gravedad de su condicin,
no poda terminarlo. El 19 de octubre de 1609, rodeado de su
familia y algunos amigos, Arminio muri
tranquilamente, y el 22 de octubre fue sepultado dentro de la
iglesia Pieterskerk en Leyden. Ese mismo
da Pedro Bertius pronunci la oracin fnebre en el Gran Saln de
Actas de la universidad.
UNA CARTA
-
POR
EL REVERENDO JACOBO ARMINIO, D.D.
A SU EXCELENCIA, EL NOBLE SEOR, HIPOLITO A COLLIBO, EMBAJADOR
DEL
PRINCIPE ILUSTRISIMO, EL ELECTOR PALATINO, A LAS SIETE
PROVINCIAS UNIDAS
HOLANDESAS, JACOBO ARMINIO LE DESEA SALUD Y EXITO.
Muy Honorable Seor,
Cuando recientemente me fue permitido conversar con usted, tuvo
la bondad de indicarme los
informes que Ud. entenda haban sido circulados en Heidelberg
acerca de mi heterodoxia en ciertos
Artculos de nuestra fe; y me dio esta informacin, no slo para
que pudiera usted mismo escuchar de m
personalmente toda la verdad acerca del asunto, sino, aun mucho
ms, para que, por la intervencin de
sus buenos oficios, las sospechas en cuanto a m, que han sido
concebidas y propagadas tan
indecorosamente, pudieran ser eliminadas de las mentes de otras
personas, puesto que esto es un proceder
que la Verdad requiere. En esa entrevista me esforc para
obedecer su atento pedido con diligencia y
seriedad, y al dar una respuesta franca y abierta a cada una de
aquellas preguntas que su Excelencia
propuso, al instante revel mis pensamientos acerca de esos
respectivos Artculos. Porque, adems de
tener que hacer esto por mi deber como cristiano, y
especialmente como un telogo, un tal procedimiento
me fue exigido por la franqueza, el aire protector, y la
benevolencia que usted me mostr.1
Pero mi explicacin le fue tan agradable a su Excelencia, (lo
cual atribuyo a un acto de
Benignidad Divina hacia m) como para inducirle, en esa ocasin, a
creer necesario que esas pro-
posiciones mas debieran ser escritas y transmitidas a usted; no
slo con el propsito de poder ms cierta
y firmemente formar su propio juicio sobre el asunto cuando haba
madurado en su reflexin, sino
tambin con el propsito de comunicar mis respuestas escritas a
otros, para que pudieran confutar las
calumnias y vindicar mi inocencia. Habiendo seguido el consejo
de su prudencia, y confiando fir-
memente en esa misma esperanza, ahora accedo a sus deseos
adicionales, en esta carta; y le suplico a su
Excelencia que tenga la bondad de examinar con detenimiento su
contenido con la misma franqueza y
ecuanimidad que fueron mostradas cuando Ud. escuch su
pronunciacin. A menos que me engae mu-
cho mi mente, su Excelencia encontrar en esta carta lo que no
slo puede eliminar, sino erradicar
completamente, cada sospecha injusta en cuanto a m, de las
mentes de aquellas buenas personas que
saben, que cada individuo es el mejor intrprete de sus propios
pensamientos, y que el crdito mximo
debe drsele al que sagradamente, y en la presencia de Dios,
atesta su propio significado.2
Los Artculos de Doctrina sobre los cuales su Excelencia pidi
informes, eran, si me sirve bien
la memoria, los siguientes: la Deidad del Hijo de Dios, la
Providencia, la Predestinacin Divina, la
Gracia y el Libre Albedro, y la Justificacin.
En cuanto a todos estos Artculos Doctrinales afirmo con toda
confianza, que nunca he enseado
ninguna cosa, ni en la Iglesia ni en la Universidad, que se
opone a los Escritos Sagrados, los cuales deben
ser para nosotros la nica regla de creencia y enseanza, o que se
opone a la Confesin de Fe Holandesa
o al Catecismo de Heidelberg, los cuales son nuestros
formularios ms estrictos de consentimiento. En
prueba de esta declaracin podra producir, como los ms claros e
incuestionables testimonios, las Tesis
que he compuesto sobre estos Artculos respectivos, y que se han
discutido como Debates Pblicos en la
Universidad. Pero, puesto que aquellas Tesis no estn facilitadas
para todos, ahora discutir cada una de
ellas particularmente, hasta el punto que lo crea
necesario.3
I. LA DEIDAD DEL HIJO DE DIOS.
Respecto a la Deidad del Hijo de Dios, he enseado, y todava
enseo, que el Padre nunca ha
-
sido sin su Verbo y su Espritu; pero que el Verbo y el Espritu
no deben considerarse en el Padre bajo la
nocin de propiedades, como son la Sabidura, la Bondad, la
Justicia, o el Poder, pero bajo la de
personas existiendo realmente, a quienes pertenecen el ser,
vivir, comprender, querer, ser capaces, y hacer
o actuar, todos los cuales, cuando se unen, son indicaciones y
pruebas de una persona; pero que son as en
el Padre como para ser tambin del Padre; y que son del Padre, en
un cierto orden de origen, no por
colateralidad, para ser referidos al Padre; y que son del Padre,
ni por creacin ni por decisin, sino por
una emanacin interna muy maravillosa e inexplicable, la cual,
con respecto al Hijo, la Iglesia Antigua
llamaba generacin, pero que respecto al Espritu Santo, era
denominado espiracin o respiracin un
trmino requerido por la misma . . . palabra espritu. Pero acerca
de esta respiracin no interpongo mi
juicio, si es del Padre y del Hijo, como los Padres Latinos lo
expresan. O del Padre por medio del Hijo,
como los Padres Griegos prefieren definirlo; porque este asunto,
confieso, es muy superior a mi
capacidad. Si hay un tema sobre el cual debemos hablar y pensar
con sobriedad, en mi opinin, debe ser
ste.4
Los que saben que el Padre en el Hijo ha reconciliado al mundo
consigo mismo, y administra la
palabra de reconciliacin por el Espritu, asimismo saben que, en
la dispensacin de la salvacin, tiene
que considerarse un orden entre las Personas de la Trinidad, y
que sus atributos no tienen que ser
confundidos, a menos que deseen caer en la hereja de los
Patripasionistas.5
Porque donde se establece el orden, es necesario hacer un
principio de alguna primera persona o
cosa, de otra manera habr confusin que seguir ad infinitum.
Pero, en cuanto a origen, El quien es el
Primero en este orden no tiene su origen de nadie: El quien es
el Segundo, tiene su origen del Primero:
El quien es el Tercero tiene su origen del Primero y del
Segundo, o del Primero por medio del Segundo.
Si no fuera ste el verdadero estado del asunto, habra una
colateralidad, la cual hara a tantos Dioses
como hubiera personas colaterales propuestas; dado que la Unidad
de la deidad en la Trinidad se de-
fiende contra los Antitrinitarios slo por la relacin de origen y
del orden segn el origen.6
Es claro de estos pasajes, segn los pensamientos de la Iglesia
Antigua, que el Hijo, as como El
es Dios, es del Padre, porque El ha recibido su deidad, segn la
cual El se llama "Dios," por ser nacido
del Padre; aunque el nombre de Dios no indica este modo de ser o
existencia. De estas citas tambin es
evidente, que por el hecho que el Padre es la fuente del Hijo y
del Espritu Santo, El es llamado la fuen-
te de toda la Deidad; de veras, no porque Dios tiene principio u
origen alguno, pero . . . porque la Deidad
se comunica por el Padre al Hijo y al Espritu Santo. Esta
expresin est muy lejos, entonces, de ser
correcta, "El Hijo de Dios porque El es Dios, no es de nadie"; y
"respecto a su esencia, El es de s mismo
y no es de nadie." Porque El que ha recibido su esencia por ser
nacido del Padre, es del Padre en cuanto
a su esencia.7
II. LA PROVIDENCIA DE DIOS.
Mis pensamientos con respecto a la providencia de Dios son los
siguientes: La providencia es
presente con, y preside sobre, todas las cosas. Y todas las
cosas, segn sus esencias, cantidades,
cualidades, relaciones, acciones, pasiones, lugares, tiempos,
estaciones, y hbitos, son sujetos a su
gobierno, conservacin, y direccin. No excluyo cosas ni
particulares, ni sublunares, ni viles, ni contin-
gentes, ni aun las voluntades libres de personas ni de ngeles,
ni el bien ni el mal: Y, aun ms, no quito
del gobierno de la Providencia Divina aun los pecados mismos,
cuando tengamos en cuenta su comienzo,
su progreso, o su terminacin.8
1. Con respecto al comienzo del pecado, atribuyo los actos
siguientes a la providencia de Dios:
Primero. Permiso, y sa no vana, pero que tiene unida en s cuatro
actos positivos. (1) La
preservacin de la criatura segn su esencia, vida, y capacidad.
(2) El cuidado para que un poder mayor
o igual no sea puesto en oposicin. (3) El ofrecimiento de un
objeto contra el cual el pecado se cometer.
(4) La concesin destinada o su concurrencia, que, por la
dependencia de una Segunda o Primera Causa,
es una concurrencia necesaria.
-
En segundo lugar. La administracin de argumentos y ocasiones,
necesarios para la comisin
del pecado.
En tercer lugar. La determinacin del lugar, el tiempo, la
manera, y de circunstancias
semejantes.
En cuarto lugar. La concurrencia inmediata de Dios con el acto
del pecado.
2. Con respecto al progreso del pecado, tambin atribuyo los
siguientes cuatro actos al gobierno
divino:
El primero es la direccin del pecado, que ya se ha comenzado,
hacia cierto objeto, hacia el cual
la criatura culpable o no ha apuntado, o no ha apuntado
absolutamente.
El segundo acto es la direccin del pecado hacia el fin que Dios
mismo quiere, sea que la
criatura deseara ese fin o no, mejor dicho, aunque desea un fin
distinto y opuesto.
El tercer acto es el de prescribir y determinar el tiempo
durante el cual El quiere o permite que
dure el pecado.
El cuarto acto es el de definir su magnitud, por el cual se pone
lmites sobre el pecado, para que
no pueda aumentarse y asumir mayor fuerza.
La totalidad de estos actos, ambos en cuanto al comienzo y al
progreso del pecado, los considero
distintamente en relacin con el acto mismo, y con la anoma o
transgresin de la ley, un curso que,
segn mi juicio, es necesario y til.
3. En ltimo lugar, con respecto al fin y la terminacin del
pecado, atribuyo a la providencia
divina o el castigo por medio de la severidad, o la remisin por
gracia; los cuales conciernen el pecado,
referente a ser pecado y a ser una transgresin de la ley.9
Pero con mucha solicitud evito dos causas de ofensa, que Dios no
sea propuesto como el autor del
pecado, y que su libertad no sea quitada de la voluntad humana.
Estos son dos puntos los cuales si
alguien sabe evitarlos, l no pensar de ningn acto que en ese
caso con mucho gusto no permitir que sea
atribuido a la providencia de Dios, con tal que tenga una justa
consideracin para la preeminencia
divina.10
Por esto, entonces, declaro que estoy muy sorprendido, y no sin
buena razn, al ser difamado con
esta calumnia; que sostengo opiniones corruptas en cuanto a la
providencia de Dios. Si es permisible
conjeturar, creo que esta calumnia tuvo su origen en el hecho
que negu que, con respecto al decreto de
Dios, Adn pec necesariamente; una afirmacin que todava niego
constantemente, y creo que es una
que no debe ser tolerada, a menos que la palabra
"necesariamente" sea recibida en la acepcin de "infa-
liblemente," como ahora hacen algunas personas; aunque este
cambio no est de acuerdo con la
etimologa de las dos palabras: Porque, necesidad es una
disposicin del ser, pero infalibilidad es una
disposicin de la mente. Sin embargo fcilmente soporto el uso de
la primera de estas palabras, con tal
que se eviten fielmente esos dos inconvenientes a los cuales
recientemente alud.11
III. LA PREDESTINACION DIVINA.
Con respecto al artculo sobre la Predestinacin, mis pensamientos
son los siguientes:
Es un decreto eterno y gratuito de Dios en Cristo, por el cual
El determina justificar y adoptar a
creyentes, y a darles la vida eterna, pero a condenar a los
incrdulos e impenitentes; como he explicado
-
en las Tesis sobre el mismo tema, que fueron pblicamente
debatidas, y en las cuales nadie encontr
nada para reprender como falso o errneo. Excepto que era la
opinin de algunas personas, que aquellas
Tesis no contenan todas las cosas que pertenecen a este decreto;
ms an, que la predestinacin sobre la
cual hay la mayor controversia en este tiempo, no es el tema de
la investigacin de aquellas Tesis.
Confieso que es la verdad. Porque lo consider el mejor proceder
discutir aquel decreto de predestinacin
que es el cimiento del cristianismo, de nuestra salvacin, y de
la seguridad de la salvacin; y sobre la cual
el apstol trata en los captulos ocho y nueve de la Epstola a los
Romanos, y en el primer captulo de la
Epstola a los Efesios.12
Pero el decreto tal que all he descrito no es aquel por el cual
Dios se resuelve a salvar a algunas
personas particulares, y, para que El pueda hacer esto, se
resuelve a darles la fe, pero a condenar a otros
y no darles la fe. Sin embargo, mucha gente declara, que ste es
el tipo de predestinacin sobre la cual el
apstol trata en los pasajes que acabamos de citar: Pero yo niego
lo que ellos afirman.13
Asiento que hay un cierto decreto eterno de Dios, segn el cual
El administra los medios
necesarios para la fe y la salvacin, y El hace esto de tal
manera como sabe ser conveniente a la justicia,
es decir, a su misericordia y severidad. Pero acerca de este
decreto no creo que es necesario saber ms
que, la fe es el mero don de la misericordia graciosa de Dios; y
que la incredulidad en parte puede atri-
buirse a la culpa de la maldad de las personas, y en parte a la
venganza justa de Dios, que abandona,
ciega, y endurece a los pecadores.
Pero en cuanto a aquella predestinacin por la cual Dios ha
decretado salvar y dar fe a algunas
personas particulares, pero a condenar a otros y no darles fe,
tan variados son los pensamientos tenidos
aun por los telogos de nuestra profesin, que esta misma
diversidad de opinin fcilmente declara la
dificultad con la cual es posible determinar cualquiera cosa con
respecto a ella. Porque mientras
algunos proponen, como el objeto de la predestinacin
generalmente considerada, es decir, de eleccin y
reprobacin, a la humanidad como pecadora y cada en Adn; otros
proponen a la humanidad como fue
creada y puesta "in puris naturalibus." Algunos consideran que
este objeto es la humanidad todava no
creada; o, como algunos lo expresan, la humanidad salvable y
condenable, como capaz de ser creada y de
caer. Otros proponen como el objeto de la eleccin y reprobacin,
que ellos denominan no-eleccin y
pretericin, a la humanidad considerada en comn y absolutamente;
pero proponen como el objeto de la
reprobacin, que llaman precondenacin y reprobacin afirmativa, a
la humanidad como pecadora y
culpable en Adn. Finalmente, algunos suponen que el objeto debe
considerarse enteramente en comn,
la humanidad todava no creada, como creada, y como cada.14
-
S que, cuando esta diversidad de opinin se ofrece como una
objecin, lo usual es contestar, que
en la sustancia del asunto hay acuerdo completo, aunque existe
alguna diferencia en las circunstancias.
Pero estara dentro de mi poder comprobar, que las opiniones
anteriores difieren mucho en muchas de
las cosas que conducen a la materia y sustancia mismas de este
tipo de predestinacin; pero que no hay
consentimiento o acuerdo excepto en las mentes de los que tienen
tales pensamientos, y quienes estn pre-
parados a tener paciencia con aquellos que difieren de ellos
tanto como se extienden estos puntos.15
IV. LA GRACIA Y EL LIBRE ALBEDRIO.
En cuanto a la gracia y el libre albedro, esto es lo que enseo
segn las Escrituras y el
consentimiento ortodoxo. El libre albedro no puede comenzar o
perfeccionar cualquier bien verdadero y
espiritual sin la gracia. Para que no pueda decirse que yo, como
Pelagio, practico el engao con respecto
a la palabra "gracia," quiero decir por ella aquella que es la
gracia de Cristo y que pertenece a la rege-
neracin: Afirmo, entonces, que esta gracia es simple y
absolutamente necesaria para la iluminacin de
la mente, el ordenamiento debido de los afectos, y la inclinacin
de la voluntad hacia lo bueno: Es esta
gracia la que opera en la mente, los afectos, y la voluntad; que
infunde buenos pensamientos en la mente,
inspira buenos deseos en los afectos, e inclina la voluntad para
llevar a cabo buenos pensamientos y de-
seos. Esta gracia precede [praevenit], acompaa, y sigue;
estimula, ayuda, y opera para que queramos, y
coopera para que no queramos en vano. Ella previene las
tentaciones, ayuda y da socorro en medio de las
tentaciones, sostiene a la persona contra la carne, el mundo, y
Satans, y en esta gran contienda da a la
persona el gozo de la victoria. Levanta de nuevo a los que han
sido conquistados y a los que han cado,
los establece y les suple nuevas fuerzas, y los hace ms
cautelosos. Esta gracia comienza la salvacin, la
promueve, y la perfecciona y la consuma.
Confieso que la mente de una persona natural . . . y carnal es
oscura y tenebrosa, que sus
inclinaciones son corruptas y desmesuradas, que su voluntad es
terca y desobediente, y que la persona
misma est muerta en pecados. Y aado esto, Aquel maestro obtiene
mi aprobacin ms alta, quien
adscribe lo mximo posible a la gracia divina; con tal que tambin
defienda la causa de la gracia, para
no infligir perjuicio a la Justicia de Dios, y no quitar al
hombre el libre albedro para hacer aquello que
es malo.16
V. LA JUSTIFICACION.
El ltimo artculo es sobre la Justificacin, acerca de la cual
estos son mis pensamientos: La fe,
y slo la fe, (aunque no hay fe sola sin obras,) se imputa por
justicia. Slo por sta somos justificados
ante Dios, absueltos de nuestros pecados, y contados,
pronunciados, y declarados justos por Dios, quien
da su juicio desde el trono de la gracia.
No entro en la cuestin de la justicia activa y pasiva de Cristo,
ni la de su muerte y su vida.
Sobre este tema ando en libertad: Digo, "Cristo ha sido hecho
justicia por m por Dios;" "El ha sido
hecho pecado por m, para que por medio de la fe yo pueda ser la
justicia de Dios en El."
Pero algunos me acusan de este crimen, que digo, El acto de la
fe, es decir, el creer mismo, se
imputa por justicia, y eso en un sentido propio, y no por una
metonimia. Me confieso culpable de esta
acusacin; puesto que tengo al apstol Pablo, en Romanos 4, y en
otros pasajes, como mi precursor en el
uso de esta frase. Pero la conclusin a la que llegan de esta
afirmacin, a saber, "que Cristo y su justicia
son excluidos de nuestra justificacin, y que nuestra
justificacin as se atribuye al mrito de nuestra fe,"
de ninguna manera concedo que sea posible que la deduzcan de mis
pensamientos.17
Porque la palabra, "imputar" significa, que la fe no es la
justicia misma, sino que es gratui-
tamente contada por justicia; por esta circunstancia, todo mrito
se quita de la fe, excepto el que es por
-
medio del juicio gratuito y condescendiente de Dios. Pero esta
condescendencia gratuita y este juicio no
son sin Cristo, sino respecto de Cristo, en Cristo, y a causa de
Cristo; a quien Dios ha nombrado como la
propiciacin por la fe en su sangre.
Afirmo, entonces, que la fe es imputada a nosotros por justicia,
a causa de Cristo y su justicia.
En esta enunciacin, la fe es el objeto de la imputacin; pero
Cristo y su obediencia son la causa impetra-
dora que consigue o meritoria de la justificacin. Cristo y su
obediencia son el objeto de nuestra fe;
pero no son el objeto de la justificacin o la imputacin divina,
como si Dios nos contara por justicia a
nosotros a Cristo y su justicia. Esto no puede ser, puesto que
la obediencia de Cristo es la justicia misma,
tomada segn el rigor ms severo de la ley. Pero no niego, que la
obediencia de Cristo nos es imputada;
es decir, que es imputada a nosotros y para nuestro beneficio,
porque esta misma cosa, que Dios considera
que la justicia de Cristo fue hecha a favor de nosotros y para
nuestro beneficio, es la causa por qu Dios
nos imputa nuestra fe por justicia, que tiene a Cristo y su
justicia como su objeto y cimiento, y por qu El
nos justifica por fe, de fe, o por medio de la fe.18
CONTRA CIERTOS ARTICULOS TEOLOGICOS DISTRIBUIDOS EXTENSIVAMENTE,
Y
CIRCULADOS ACTUALMENTE POR LO MENOS POR LAS MANOS DE ALGUNAS
PERSONAS
-
EN LOS PAISES BAJOS Y MAS ALLA DE SUS CONFINES; EN LOS CUALES
AMBOS
ARMINIO, Y ADRIAN BORRIO, UN MINISTRO DE LEYDEN, SE SOSPECHAN DE
NOVEDAD
Y HETERODOXIA, O ERROR Y HEREJIA, SOBRE EL TEMA DE LA
RELIGION.1
Ciertos artculos relacionados con la religin cristiana estn
ahora en circulacin. En un papel
que no hace mucho fue entregado en mis manos, el nmero de ellos
se distingue en dos series, uno que
consiste de veinte y el otro de once artculos. Algunos de ellos
se atribuyen a m, otros a Adrian Borrio, y
varios de ellos a los dos. Aquellas personas por las cuales al
principio fueron diseminados, trataron por
medio de ellos de hacernos sospechosos de haber introducido, en
la Iglesia y la Universidad de Leyden,
novedades e instrucciones herticas, y de acusarnos de error y
hereja, para que ambos, los alumnos de di-
vinidad y la gente comn puedan estar alerta contra nosotros,
quiene tenemos esta marca negra impresa
en nosotros, para que no sean infectados con la misma enfermedad
venenosa, y para que aquellas
personas quienes poseen la supremaca ambos en la Iglesia y en el
Estado, puedan interponer
oportunamente su autoridad, para evitar que se extienda ms el
mal, o mejor para extinguirlo en su mero
comienzo; lo cual, si se olvidan de hacer, "sern instrumento
eficaz para producir el detrimento mayor a
la verdad divina, y la discordia poltica y eclesistica de estas
Provincias.2"
La dispersin de algunos de estos artculos es una circunstancia
no muy reciente: Porque, hace
ms de dos aos que diecisiete de los treinta y uno llegaron a mis
manos, expresados exactamente en las
mismas palabras de los que ocurren en el escrito que es el tema
de mis observaciones presentes. Pero
guard el silencio y escond mi pesar; porque pens que aquellos
artculos en su infancia sufriran una
muerte natural, puesto que una parte de ellos estaba desprovista
de narracin histrica, por no ser atri-
buidos a los que haban sido sus autores; y parte de ellos estaba
desprovista de todo verdadero sentido
teolgico, por una mezcla extraa de la verdad y la falsedad. Pero
el asunto no respondi segn mi
expectacin. Porque no slo se quedaron sin disminucin, sino que
ganaron un aumento, por la adicin
de otros catorce a los deicisiete Artculos anteriores, y con una
dispersin mucho ms amplia de lo que al
principio se haba hecho. Este resultado inesperado tena el
efecto de inducirme a pensar, que deba opo-
ner su progreso por medio de una respuesta moderada, para que mi
silencio continuado no se
interpretara como equivalente a una confesin.3
En esta respuesta usar franqueza y conciencia. Confesar y
defender lo que s que es la verdad:
Sobre cualesquiera temas en el cual sienta irresolucin alguna,
no esconder mi ignorancia: Y cualquier
cosa que mi mente dicte ser falsa, la negar y refutar. ?Que el
Dios de verdad y paz dirija mi mente y mano por su Santo Espritu!
Amn.4
ARTICULOS I & II
I. La fe, es decir, la fe justificadora, no es peculiar a los
electos.
II. Es posible que los creyentes finalmente se aparten y caigan
de la fe y la salvacin.
RESPUESTA
La conexin entre estos dos artculos es tan ntima, que cuando se
supone el primero se infiere
necesariamente el segundo; y, de igual manera, cuando ste se
supone aquel se infiere, segn la intencin
de aquellas personas que idearon estos artculos. Porque si "la
fe no es peculiar a los electos," y si la
perseverancia en la fe y la salvacin
pertenece slo a los electos, sigue que los creyentes no slo
pueden, sino que algunos de hecho realmente
"caen de la fe y la salvacin:" Y, al contrario, si sea "posible
que creyentes finalmente caen de la fe y la
salvacin," sigue que "la fe no es peculiar a los electos,"
siendo ellos los individuos acerca de quienes los
que idearon estos artculos afirman, que es imposible que no sean
salvos. La razn para la consecuencia
es, porque las palabras fe y creyentes, segn esta hiptesis,
tienen un significado ms amplio que las
palabras eleccin y los electos. Aquellas incluyen a algunas
personas que no son electos, es decir, algunos
-
quienes finalmente caen de la fe y la salvacin.5"
I. Pero, para tratar cada artculo por separado, declaro, en
cuanto al primero, que nunca he
dicho en pblico o en privado, "La fe no es peculiar a los
electos." Este artculo entonces no se atribuye a
su autor correcto; y as se comete un error histrico.
Aado, aunque hubiera hecho una declaracin tal, habra sido
preparada una defensa de ella.
Porque omito las Escrituras, de las cuales una discusin ms
prolija de este tema podra ser formada; y
puesto que los Padres Cristianos con una gran apariencia de la
verdad, han defendido sus pensamientos
de aquella fuente divina, podra emplear el Consentimiento de
Aquellos Padres como un escudo para
defenderme contra la acusacin de novedad; y la Armona de
Confesiones, que son individualmente la
composicin de aquellas Iglesias que se han separado del Papismo
y que estn comprendidas en la
denominacin de "Protestantes" y "las Reformadas," podra yo
adoptar como un pectoral pulido, para
desviar el dardo de hereja que se lanza contra m. Ni debo temer
mucho si este tema sea puesto para
adjudicacin en las balanzas de la Confesin Belga y el Catecismo
de Heidelberg.6
2. La Armona de Confesiones podra contribuir a mi defensa en la
siguiente manera: Este
dogma afirma, que "la fe es la propiedad peculiar de los
electos," y que "es imposible que creyentes
finalmente se aparten de la fe y la salvacin." . . . Pero la
Confesin Augustana [o Luterana] dice, que
"condena a los Anabautistas, quienes niegan que aquellas
personas que una vez han sido justificadas
puedan volver a perder el Espritu Santo." Adems, Felipe
Melanchton con sus seguidores, y la mayor
porcin de las Iglesias Luteranas, son de la opinin, que "la fe
se otorga aun a los no electos." Sin
embargo, no tememos reconocer a estos Luteranos como
hermanos.7
II. Con respecto al Segundo Artculo, digo, que debe hacerse una
distincin entre poder y accin.
Porque es una cosa declarar, que "es posible que los fieles
caigan de la fe y la salvacin," y es otra cosa
decir que "de hecho caen." Esta distincin es de una observancia
tan extensa, que aun la antigedad
misma no tema afirmar, en cuanto a los electos y los que deben
ser salvos, "que era posible que no se
salvaran;" y que "la mutabilidad por la cual era posible que no
estuvieran dispuestos a obedecerle a Dios,
no les fue quitada," aunque era la opinin de los antiguos, "que
tales personas nunca seran condenadas
en la realidad." Sobre este mismo tema, tambin la mayora de
nuestros telogos propone una diferencia:
Porque, dicen, "que es posible que caigan tales personas, si su
naturaleza, que se inclina a cadas y
desercin, y si las tentaciones del mundo y de Satans, sean las
nicas circunstancias tomadas en consi-
deracin: pero que finalmente no caern, porque Dios les volver a
traer a sus electos a s mismo antes
del final de su vida." Si alguien afirma, "que no es posible que
creyentes, en consideracin de ser perso-
nas electas, cayeran finalmente de la salvacin, porque Dios ha
decretado salvarles," contesto, El decreto
en cuanto a la salvacin no quita la posibilidad de la
condenacin, pero quita la condenacin misma.
Porque "el ser realmente salvo," y "la posibilidad de no ser
salvo," son dos cosas no contrarias la una de
la otra, sino en acuerdo perfecto.8
Por eso aado, que de esta manera hasta ahora he discriminado
estos dos casos: Y en una
ocasin, ciertamente dije, con una explicacin adjunta, "que era
posible que creyentes finalmente se
apartaran y cayeran de la fe y la salvacin." Pero en ningn
perodo he afirmado, "que creyentes de
hecho se apartan y caen de la fe o la salvacin." Este artculo
entonces se atribuye a alguien que no es su
autor; y es otra ofensa contra la veracidad histrica.9
Adjunto, que hay una gran diferencia entre la enunciacin de
estas dos declaraciones: (1) "Es
posible que creyentes se aparten de la fe;" y (2) "Es posible
que creyentes se aparten de la salvacin."
Porque sta, cuando es examinada rgida y correctamente, apenas
puede admitirse; siendo imposible que
creyentes, mientras siguen siendo creyentes, se aparten de la
salvacin. Porque, si esto fuera posible,
aquel poder de Dios que El ha determinado emplear para salvar a
creyentes sera conquistado. Al otro
lado, si creyentes caen de la fe y se hacen incrdulos, es
imposible que hagan otra cosa que apartarse de la
salvacin, es decir, a condicin de que todava continen como
incrdulos. . . . Por esta razn, el segundo
artculo debe corregirse en la siguiente manera: "Es posible que
creyentes finalmente caigan o se aparten
-
de la fe;" o mejor, "Algunos creyentes finalmente caen y se
apartan de la fe." Dado que as sea, el otro
puede inferirse necesariamente, "entonces tambin realmente se
apartan de la salvacin."10
ARTICULO III
Se puede dudar, si la fe por la cual se dice que Abraham fue
justificado, era una fe en Jesucristo
quien an iba a venir. No se puede aducir ninguna prueba de que l
entendi las promesas de Dios de
otra manera de que l iba a ser heredero del mundo.11
RESPUESTA
I. A la Primera Clusula respondo:
Primero. Nunca pronunci esta expresin; pero en ms de una ocasin,
he enseado ambos en
pblico y en privado una doctrina contraria. Sin embargo,
recuerdo cuando un cierto ministro en
Leyden se haba jactado de la claridad de este artculo, y se
asombr que cualquiera persona pudiera
encontrarse con una opinin diferente acerca de ello, le dije,
que la comprobacin de ello no le sera una
ocupacin muy fcil si tuviera que encontrar un adversario
poderoso, y le desafi que lo probara; tal
desafo ahora reitero.12
En segundo lugar. "Una fe en Cristo" puede recibirse en dos
acepciones: O segn la promesa,
que estaba envuelta en los tipos, figuras y sombras de las
palabras y cosas, y propuesta de esa manera; o,
es segn el evangelio, que es claramente manifestado. La
diferencia entre estas dos es tan grande, que en
cuanto a ella se dice acerca de los judos, "antes que viniese la
fe, estaban confinados bajo la ley, ence-
rrados para aquella fe que iba a ser revelada" (Gl. 3:23). Y
dice el Apstol, "y no como Moiss, que
pona un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no
fijaran la vista en el fin de aquello que
haba de ser abolido" (2 Cor. 3:13), es decir, en el fin de la
ley, como es evidente de todo el captulo, y de
Romanos 10:5, donde se dice que Cristo es "el fin de la ley para
justicia a todo aquel que cree." Que sea
considerada atentamente toda la descripcin de la fe de Abraham,
que el apstol explica extensivamente
en Romanos 4, y parecer que ninguna mencin explcita de
Jesucristo se hace en ella, pero se implica de
tal manera que nadie puede explicarla fcilmente.13
II. A la Segunda Clusula de este artculo contesto:
Primero. Nunca hice tal afirmacin.
En segundo lugar. Aunque lo hubiera hecho, no habra exigido
ninguna reprensin merecida,
excepto de un hombre que quera por ese hecho mismo mostrar
inmediatamente la debilidad de su juicio
y su falta de experiencia. (1) Es una indicacin de un juicio que
no es el ms correcto, el culpar a
cualquier hombre por decir lo que, es posible comprobar, ha sido
escrito por el Apstol mismo
claramente. Porque si el estado de ser heredero del mundo le fue
prometido a Abraham con estas
palabras, "Tu sers el padre de muchas naciones," ?por qu hay que
asombrarse si Abraham entendi las promesas en ninguna otra manera
de como fueron pronunciadas divinamente? (2) Es una indicacin
de
gran inexperiencia en los hombres que formularon estos artculos,
el suponer que el estado de ser
heredero del mundo que le fue prometido a Abraham, perteneca a
esta vida animal y a beneficios
carnales; porque el mundo del cual se hace mencin en aquel
pasaje, es aquel mundo futuro al cual per-
tenece el llamamiento de los gentiles, el llamamiento por el
cual Abraham fue hecho el padre de muchas
naciones. Esto es aparente de la consideracin, que se dice que l
fue hecho el heredero del mundo por la
justicia de la fe, de la cual San Pablo (Rom. 4:13) comprueba
que los gentiles tambin son partcipes; y
en Efes. 3:1-11, el Apstol trata sobre la vocacin de los
gentiles, y dice, que ella pertenece a "la gracia
del evangelio, y al compaerismo del misterio que desde el
principio del mundo ha sido escondido en
Dios y ahora se ha revelado por Cristo, por l cual Dios cre
todas las cosas." Lo repito, aquella vocacin
no pertenece a la sabidura por la cual Dios form el mundo, sino
a aquella por la cual El constituy a
Cristo Su Sabidura y Poder para salvacin a aquellos que
creyeran; y por la cual El fund la Iglesia,
que permanecer para siempre.14
-
ARTICULO IV
La fe no es un efecto de la eleccin, pero es un requisito
necesario previsto por Dios en aquellos
que deben ser electos: Y el decreto en cuanto al dar la fe
precede al decreto de la eleccin.
RESPUESTA
Hay dos clusulas completas en este artculo tambin:
I. En la primera clusula, se incluyen tres afirmaciones, (1) "La
fe no es un efecto de la
eleccin." (2) "La fe es un requisito necesario en aquellos que
deben ser electos o salvos." (3) "Este
requisito se prev por Dios en las personas que deben ser
electas." Confieso, que todos estos, cuando son
entendidos y explicados correctamente, estn en completo acuerdo
con mi opinin sobre el tema. Pero el
ltimo de los miembros se propone en trminos demasiado odiosos,
puesto que no hace ninguna mencin
de Dios, de quien confieso que la fe es su beneficio y don.
Ahora, voy a explicarme sobre cada una de estas
afirmaciones:15
1. En cuanto a la primera, la palabra "eleccin" es ambigua.
Porque o significa "la eleccin por
la cual Dios determina justificar a creyentes, mientras aquellos
quienes son incrdulos o 'hacedores' de
obras se rechazan de la justicia y la salvacin:" O significa "la
eleccin por la cual El determina salvar a
ciertas personas particulares, como tales, y a darles la fe para
su salvacin, siendo rechazadas tambin
otras personas particulares meramente por ser tales individuos
particulares." La eleccin se entiende
segn esta ltima significacin, por los que me acusan con estos
artculos. Yo lo considero en aquella
acepcin, segn Romanos 9:11, "(pues no haban an nacido, ni haban
hecho an ni bien ni mal, para
que el propsito de Dios conforme a la eleccin permaneciese, no
por las obras sino por el que llama), se
le dijo: El mayor servir al menor." Ahora no entrar en un debate
prolijo, sobre si es correcto o no el
sentido en que entiendo el pasaje. Es evidente, por lo menos,
que hay algn decreto de Dios por el cual
El determina justificar a los creyentes; y que, puesto que
excluye a los incrdulos para la justicia y la
salvacin, se llama apropiadamente "el decreto segn la eleccin" o
"con eleccin," siendo aquello que no
incluye a todos los hombres dentro de su alcance. Considero este
decreto el cimiento del cristianismo, de
la salvacin de la humanidad, y de la seguridad de su salvacin; y
es sta la que el Apstol trata en los
captulos nueve, diez, y once de su Epstola a los Romanos, y en
el primer captulo a los Efesios.16
Pero hasta ahora no he declarado mis pensamientos en general
acerca de aquel decreto por el
cual se dice que Dios "determin absolutamente salvar a ciertas
personas particulares, y a darles la fe
para su salvacin, mientras se reprueban otras de la salvacin y
la fe;" aunque he confesado que hay un
cierto decreto de Dios, segn el cual El determina administrar
los medios de fe y salvacin, como El sabe
ser apropiados a su justicia, misericordia, y severidad. De
estas premisas se deduce como una consecuen-
cia manifiesta, que la fe no es un efecto de aquella eleccin por
la cual Dios determina justificar a los
que creen.17
2. En cuanto a la segunda afirmacin, del particular as explicado
se concluye que, la fe es un
requisito necesario en aquellos que sern partcipes de la
salvacin segn la eleccin de Dios;" o, "que es
una condicin prescrita y requerida por Dios, que debe ser
realizada por aquellos que obtendrn su
salvacin." "Esta es la voluntad de Dios, que quienquiera que
crea en el Hijo tiene la vida eterna; el que
no crea, ser condenado." Las proposiciones contenidas en este
pasaje no pueden resolverse en una que
sea ms breve que sta, que asimismo se encuentra en las
Escrituras, "Cree, y sers salvo," en la cual la
palabra "cree" tiene la fuerza de un mandato o requisito; y la
frase "sers salvo" tiene la fuerza de una
persuasin, por medio de un bien que se promete. Esta verdad es
tan clara y perspicua, que la negacin
de ella sera la prueba de gran pe