INTRODUCCIÓN El encarecimiento de los combustibles fósiles y su inminente agotamiento en este siglo, aunado a la protección del medio ambiente, han puesto el tema de los biocombustibles como una prioridad a nivel internacional. El aprovechamiento de productos naturales o residuos vegetales para generar energía es cada vez más común, en especial cuando escuchamos que el planeta se contamina a causa de los gases que emiten los vehículos. Recientemente ha surgido un gran interés por los biocombustibles, principalmente debido a que gobiernos pretenden disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y así lograr mayor seguridad energética. Además, se mencionan diversas ventajas de los biocombustibles con respecto a otras energías, como la menor contaminación ambiental, la sustentabilidad de los mismos y las oportunidades para sectores rurales. Los biocombustibles pueden reemplazar parcialmente a los combustibles fósiles. En comparación con otras energías alternativas, como la proporcionada por el hidrógeno, el reemplazo de los combustibles fósiles por biocombustibles en el sector de transporte carretero puede ser realizado con menores costos, debido a que no requieren grandes cambios en la tecnología
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INTRODUCCIÓN
El encarecimiento de los combustibles fósiles y su inminente agotamiento en
este siglo, aunado a la protección del medio ambiente, han puesto el tema de
los biocombustibles como una prioridad a nivel internacional. El
aprovechamiento de productos naturales o residuos vegetales para generar
energía es cada vez más común, en especial cuando escuchamos que el
planeta se contamina a causa de los gases que emiten los vehículos.
Recientemente ha surgido un gran interés
por los biocombustibles, principalmente
debido a que gobiernos pretenden disminuir
su dependencia de los combustibles fósiles y
así lograr mayor seguridad energética.
Además, se mencionan diversas ventajas de
los biocombustibles con respecto a otras
energías, como la menor contaminación
ambiental, la sustentabilidad de los mismos
y las oportunidades para sectores rurales.
Los biocombustibles pueden reemplazar
parcialmente a los combustibles fósiles. En
comparación con otras energías
alternativas, como la proporcionada por el
hidrógeno, el reemplazo de los combustibles
fósiles por biocombustibles en el sector de transporte carretero puede ser
realizado con menores costos, debido a que no requieren grandes cambios en
la tecnología actualmente utilizada, ni tampoco en el sistema de distribución.
Utilizar otro tipo de energía, como la obtenida a través del hidrógeno, que se
basa en una tecnología totalmente distinta, requeriría grandes cambios en el
stock de capital. Esto no implica que se deban descartar nuevas fuentes de
energía, sino que los biocombustibles serán los que tendrán más crecimiento
en el corto plazo.
La producción de biocombustibles ha tenido un crecimiento casi exponencial
en los últimos años a escala mundial. Con el etanol en primer lugar, tanto en
volumen como en lanzamiento, y el biodiésel en segundo lugar, hoy en día
existe la firme consideración de que sean los sustitutos inmediatos de los
combustibles de origen fósil o mineral no renovables.
MARCO TEÓRICO
Se entiende por biocombustible a aquellos combustibles que se obtienen de
biomasa, es decir, de organismos recientemente vivos (como plantas) o sus
desechos metabólicos (como estiércol).
Tanto los combustibles fósiles como
los biocombustibles, tienen origen
biológico. Toda sustancia susceptible
de ser oxidada puede otorgar energía.
Si esta sustancia procede de plantas,
al ser quemada devuelve a la
atmósfera dióxido de carbono que la
planta tomó del aire anteriormente.
Las plantas, mediante la fotosíntesis,
fijan energía solar y dióxido de
carbono en moléculas orgánicas. El petróleo es energía proveniente de
fotosíntesis realizada hace millones de años concentrada. Al provenir de
plantas de hace millones de años, su cantidad es limitada. En realidad toda
sustancia susceptible de ser oxidada produce energía. Si esta sustancia
procede de plantas, entonces al ser quemada (oxidada) devuelve a la
atmósfera el dióxido de carbono que la planta tomó del aire tiempo atrás. Por
tanto, desde el punto de vista ecológico es un sistema que respeta el medio
ambiente, pues no hay un aumento neto de gases de efecto invernadero.
La energía que consumimos en ese acto de quemar procede en última
instancia de la luz del sol. Las plantas, gracias a la fotosíntesis fijan energía y
dióxido de carbono en moléculas orgánicas ricas en carbono e hidrógeno. Es
pues una forma de energía solar indirecta.
Lamentablemente la fotosíntesis dista mucho de ser muy eficiente y sólo un
1% de la energía que la planta recibe es aprovechada. Hay que restar que las
rutas metabólicas de la planta nos son totalmente eficientes y además durante
su vida consume parte de la energía almacenada. Por tanto al final nosotros
podemos aprovechar menos de ese 1%.
Sabemos la energía que consumimos ahora mismo y sabemos toda la energía
del sol que recibimos. Es fácil hacer el cálculo de cuántas hectáreas
necesitaríamos para cubrir el gasto energético actual de un país occidental y
veremos que la superficie de cultivo que necesitaríamos sería comparable al
área del propio país.
No obstante, es posible utilizar este tipo de combustible como complemento o
para aprovechar ciertos recursos que sería de todos modos desperdiciados.
Aunque cubra un pequeño porcentaje de la producción de energía total
aportaría su contribución de todos modos.
Los biocombustibles más usados y desarrollados son el bioetanol y el biodiésel.
El bioetanol, también llamado etanol de biomasa, se obtiene a partir de
maíz, sorgo, caña de azúcar, remolacha o de algunos cereales como
trigo o cebada.
El biodiésel, se fabrica a partir de aceites vegetales, que pueden ser ya
usados o sin usar. En este último caso se suele usar raps, canola, soja o
jatrofa, los cuales son cultivados para este propósito.