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Rosendo Fraga, Director del Centro de Estudios Unin para la
Nueva Mayora y Miembro del Comit Ejecutivo del CARI
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Bicentenario de la Diplomacia Argentina
MAYO 2010
Quin era Matas de Irigoyen
El 29 de mayo se ha cumplido el Bicentenario de la diplomacia
argentina. Es que ese da de 1810, la Primera Junta design a Matas
de Irigoyen como enviado diplomtico ante la Corte de Inglaterra y
el gobierno de Espaa. No haban pasado cuatro das de la instalacin
del pri-mer gobierno patrio, cuando ste pone en marcha su primera
accin diplomtica con objetivos precisos.
Irigoyen, nacido en Buenos Aires el 25 de febrero 1781, hijo de
espaol y portea (Ignacio Iri-goyen y Francisca de la Quintana y
Riglos), se haba formado como marino en Espaa. En 1798 es designado
alfrez y en 1802 asciende alfrez de fragata. Algunos autores
sostienen que estuvo en la batalla de Trafalgar en la que fue
tomado prisionero, logrando la libertad al da siguiente; otros
sostienen que no particip en esta accin militar.
Volviendo a su ciudad natal en 1808, ao de la invasin francesa a
la Pennsula Ibrica, es designado en el Apostadero Naval del Ro de
la Plata.
En el Cabildo Abierto del 22 de mayo se suma al voto de Juan Jos
Castelli a favor de la depo-sicin del Virrey. Participa activamente
en las reuniones patriotas que tienen lugar en las casas de
Rodrguez Pea y Martn Rodrguez y en el cuartel de los Patricios.
Antes de ello, en el momento crtico de la semana de Mayo,
concurre con su hermano Miguel al Cuartel de Patricios el 18 de
mayo y ofrecen aportar la suma de 4.000 pesos plata para dar una
buena cuenta a la tropa de los batallones 1 y 2. Historiadores
dicen que ganar la voluntad de los soldados no era el objeto de
Irigoyen, ni el de Saavedra y Viamonte -Jefe y Segundo Jefe de
Patricios que aceptaron la donacin-, sino solamente seguir la
antigua costumbre mili-tar espaola de abonar el sueldo al soldado
antes de entrar en batalla. La entrega del dinero se hizo efectiva
al da siguiente.
Su hermano Miguel, en el Cabildo de 22 de mayo, se sumar al voto
de Saavedra, de que deba suspenderse el mando del Virrey, mientras
se designaba la Junta que iba a sustituirlo. Tres me-ses despus, el
19 de agosto, es arrestado junto con Antonio de Escalada por orden
del Presi-dente de la Junta, siendo conducidos a una de las
guardias de frontera por sus ideas exaltadas y pretender la
inmediata declaracin de la independencia.
El 25 de mayo de 1810 se instala el primer gobierno patrio. Que
el Presidente de la Primera Junta, Cornelio Saavedra, sus dos
secretarios, Manuel Belgrano y Mariano Moreno, y cuatro de los seis
vocales que la integraban fueran nacidos en el pas, en mi opinin no
deja duda sobre el significado y alcance del movimiento que se pona
en marcha.
Actos fundacionales del estado argentino
El 28, la Junta firma una circular dirigida a Lord Strangford,
representante diplomtico ingles en Ro de Janeiro; al representante
espaol en la misma capital, marques de Casa Irujo; al Vi-rrey del
Per; al Capitn General de Chile y al Presidente de Cusco.
En ella se explican los motivos por los cuales se ha instalado
el nuevo gobierno de Buenos Ai-res, se pide la cooperacin de cada
una de ellos y se les remite copia de las resoluciones adop-tadas
por las autoridades que han reemplazado al Virrey en los das
precedentes.
Al da siguiente tiene lugar lo que, en mi opinin, es la fundacin
del Estado argentino. Es que
1
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2 el 29 de mayo se realizan dos actos fundacionales: el inicio
de la diplomacia y de las fuerzas armadas.
Matas de Irigoyen es designado ese mismo da, mediante un Decreto
de la Junta, como enviado ante la Corte de Inglaterra y el Gobierno
de Espaa.
El nombre de Irigoyen, que entonces tena 29 aos, haba sido
sugerido por Belgrano. La Junta, en un oficio, expli-ca al gobierno
britnico con bastante detalle lo que haba sucedido. Desconoce la
autoridad de la Junta de Regencia de Espaa, que sustitua al Rey, y
solicita al gobierno britnico que proteja la conducta de Buenos
Aires y la auxilie con los medios que necesita para hacerse
respetar y sostener su alianza con Inglaterra.
Pide tambin la proteccin contra cualquier invasin extranjera,
aludiendo a la francesa y que se impidan los proyectos de la Corte
de Portugal, instalada entonces en Brasil, para ocupar la Banda
Oriental del Ro de la Plata. Adems, expresa que desea adquirir
pertrechos y armas para mantener la integridad de sus dominios,
combatir a Napolen y defender los derechos de Fernando VII, en cuyo
nombre ejerca la autoridad.
El mismo 29 de mayo que se firma el Decreto designando a
Irigoyen como enviado diplomtico a Londres, y se firma el que da
origen al Ejrcito.
La Junta dispone elevar los batallones de infantera exis-tentes
a 1.116 hombres, dejando para ms adelante resol-ver sobre la
Artillera y Caballera.
Ordena una rigurosa leva -incorporacin obligatoria- que
comprenda a todos los vagos y hombres sin ocupacin y desde los 18 a
los 40 aos, y que volvieran al servicio de las armas quienes haban
estado incorporados con motivo de las invasiones inglesas y no
estuvieran ejer-ciendo algn arte mecnico o servicio pblico.
Dispona que el nico vocal de la Junta que era militar, Miguel de
Azcunaga, se hiciera cargo de la ejecucin de este Decreto, ante
quien deban dar cumplimiento los alcaldes de barrio.
Semanas despus, sobre esta organizacin militar en ges-tacin se
envan los contingentes hacia el Alto Per y Paraguay, destinados a
imponer en el interior la autori-dad de la Junta, que era
resistida.
Que a cuatro das de la instalacin del nuevo gobierno se haya
puesto en marcha la actividad diplomtica y militar, confirma que no
se haba tratado solamente de un cam-bio de gobierno, sino de rgimen
poltico.
Pero adems, en mi opinin, esa fecha pone la piedra fundacional
del Estado argentino. Lo que caracteriza a un Jefe de Estado es que
ejerce ambas funciones, la conduc-cin de las relaciones exteriores
y el mando de la fuerza militar, pudiendo delegar de acuerdo al
sistema poltico otras funciones de gobierno.
Y es la creacin del Estado el 29 de mayo de 1810 el hecho que
confirma la intencionalidad de gestar una nueva Nacin, por parte de
quienes protagonizaron el 25 de mayo hace doscientos aos.
Los objetivos de la misin Irigoyen
Volviendo a la misin diplomtica encomendada a Irigo-yen, el
poltico, historiador, escritor y diplomtico argen-tino y ex
canciller del Presidente Arturo Frondizi, Miguel ngel Crcano, en su
obra La poltica internacional en la historia argentina dice que
hasta la invasin napolenica a Espaa, Gran Bretaa haba impulsado la
independen-cia de las colonias espaolas en Amrica, pero que desde
1808 pasa a aliarse con la Junta de Regencia que asume el gobierno
en la pennsula y en consecuencia cambia su poltica, buscando
apoyarla para que dichas colonias no pasen al control del Imperio
Francs.
La diplomacia britnica en el Ro de la Plata, conducida por el
representante en Ro de Janeiro, Lord Strangford, donde se
encontraba el Rey de Portugal, es el principal ejecutor de esta
poltica que de acuerdo a las circunstan-cias, apoyar a los
revolucionarios de Buenos Aires para obtener ventajas comerciales,
otras veces defender los intereses espaoles buscando reestablecer
los vnculos entre la metrpoli y las colonias sublevadas, y en
general -no siempre- evitar que Portugal ample sus posiciones
americanas a costa de las espaolas.
Frente a la nota de la Junta del 28 de mayo, dando cuen-ta de la
instalacin del nuevo gobierno, quien reacciona de inmediato es el
representante diplomtico espaol en Ro de Janeiro, el Marqus de Casa
Irujo, quien frente a la instalacin de la Junta de Buenos Aires,
amenaza con un llamamiento a los chilenos, peruanos y los dems
pueblos de Amrica para combatir las maquinaciones domesticas o
extranjeras, para preparar los nimos, con proyectos detestables y
parricidas. Casa Irujo expresa a Strangford que era evidente que la
Junta de Buenos Aires haba usurpado la autoridad con un acto de
violencia y le peda su colaboracin para establecer el bloqueo
comple-to de su puerto, invocando la alianza anglo-espaola.
El Virrey del Per, Fernando de Abascal y Souza, al reci-bir la
noticia, condena el escandaloso atentado de esos
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3 abominables monstruos, que intentan la desorganizacin, la
anarqua y el desorden. Amenaza reprimir la revolu-cin portea como
ha hecho con las de Quito y la Paz y ordena que las provincias del
Virreinato del Ro de la Plata se agreguen al del Per para aislar a
los rebeldes perversos al corto recinto de la ciudad que
oprimen.
Para ese momento, solo la Junta de Caracas ha desafiado con xito
el poder de las autoridades espaolas. Irigoyen lleva una nota
dirigida al gobierno ingls, fir-mada el 1 de junio, en la cual se
explican los hechos de manera que estos no generen un problema para
su reco-nocimiento, al enfatizar su apoyo al rey espaol cautivo.
Concretamente, solicita el apoyo britnico contra las amenazas
extranjeras, ya se trate de las aspiraciones francesas o las
portuguesas, ratificando la alianza con Gran Bretaa, aliada de
Espaa.
Tambin lleva notas de la Junta para Fernando VII y las
autoridades espaolas que acababa de desconocer. Algu-nos
historiadores sostienen que stas formaban parte de una simulacin
para facilitar a Gran Bretaa el reconoci-miento del nuevo gobierno,
dado que no era posible en-tregar documento alguno al Rey cautivo y
tampoco a las autoridades espaolas que haba desconocido. El hecho
que finalmente Irigoyen limitara su misin solo a Gran Bretaa sin
trasladarse a Espaa, dara la razn a dicha hiptesis.
Embarca en un Bergantn de la flota inglesa el 21 de ju-nio.
Las fuentes para el conocimiento del desarrollo de la misin
Los documentos que tenemos para reconstruir la gestin diplomtica
de Irigoyen son:
-La mencionada nota dirigida al Rey de Espaa por la cual se
comunica la instalacin de la Junta y la designa-cin de Irigoyen (29
de mayo).
-La nota firmada el mismo da por los miembros de la Junta,
dirigida al Comandante del Apostadero de Monte-video, informando
que Irigoyen se traslada a Cdiz va Londres y ordena se le facilite
el viaje.
-La que firma la Junta el 21 de junio, en la cual ratifica la
adhesin al gobierno de Espaa e informa sobre la confinacin del ex
Virrey Cisneros y miembros de la Au-diencia a las islas Canarias y
acusa a los oficiales navales de Montevideo, que han desconocido a
la Junta y pedido la intervencin portuguesa, de crear un clima de
anar-qua que favorece a los franceses.
-Irigoyen enva entre agosto y octubre cuatro notas a la Junta,
informando sobre el desarrollo de su gestin. En la primera, fechada
en Londres el 27 de agosto, da cuenta de haber llegado el 6 de
agosto a Gran Bretaa. Informa que ha decidido cancelar el viaje a
Espaa por no tener en ese momento un gobierno claramente
constituido. Menciona una nota que envi el 13 de agosto que no ha
tenido respuesta. Informa que en su entrevista con el Marques de
Wellesley, titular de relaciones exteriores, ha podido percibir que
las miras de este gabinete correspon-den a nuestros deseos e
intereses del momento, habindo-se acordado que los portugueses no
avanzarn sobre el Ro de la Plata. Richard Wellesley es un
experimentado diplomtico que ejerce el cargo entre 1809 y 1812. Su
funcin anterior haba sido como representante diplom-tico en Espaa,
razn por la cual conoca muy bien el problema que tena entre manos.
Adems, su hermano menor, Henry, haba pasado a reemplazarlo en su
cargo anterior, con lo cual su informacin con lo que suceda en la
Pennsula. Ambos, a su vez, eran hermanos del Art-hur Wellesley, el
despus Duque de Wellington, quien en ese momento es jefe del
ejrcito anglo-hispano-lusitano, que para mediados de 1810 se
encuentra replegado en Portugal. El mayor de los cuatro hermanos
Wellesley haba sido Secretario del Almirantazgo hasta el ao an-tes.
Sobre la adquisicin de armas, dice que las buscar de particulares o
de los EEUU si no las logra del gobierno britnico, como cree que
suceder. Informa haberse en-contrado con dos delegados del reino de
Caracas que tie-nen una misin anloga, agregando que las autoridades
espaolas han dispuesto el bloqueo de Venezuela. Se muestra
pesimista sobre la accin anglo-espaola contra los franceses en la
pennsula. Da cuenta que Wellesley le ha dicho el 22, que en cuanto
tenga la respuestas a las peticiones de la Junta de Buenos Aires,
un buque estar listo para enviarla a dicha capital. Irigoyen
reconoce que las circunstancias lo obligaron a ampliar sus
facultades. -La nota que presenta formalmente al Ministro de
Rela-ciones Exteriores de Gran Bretaa el 12 de agosto a su
requerimiento, dice que procura conciliar intereses de su pas,
Espaa y el Virreinato. Combina pedir piedad gene-rosa y amistad,
con las fatales consecuencias a que que-dan expuestos aquellos
pueblos, al ver burlados sus de-seos y esperanzas de encontrar un
reconocimiento justo en su proceder y una amistad nada equivoca en
la Nacin Britnica. Fija en tres puntos la peticin: 1) Que se
impi-da el avance portugus. 2) Que se les permita a las pro-vincias
del Ro de la Plata proveerse de armas, porque de lo contrario sera
una amistad incompleta. 3) Que ayudar a Espaa en la emergencia, no
es incompatible con sus
BICENTENARIO DE LA DIPLOMACIA ARGENTINA SERIE DE ARTICULOS Y
TESTIMONIOS - N 64
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4 propsitos.
-La carta confidencial que enva a Manuel Belgrano -quien promovi
su designacin- el 10 de septiembre des-de Londres, da cuenta que al
llegar el gobierno britnico, acababa de reconocer al Consejo (a
veces denominado Junta) de Regencia de Espaa, pese a lo cual
prosigui con su misin. Informa de las reuniones mantenidas con
Wellesley el 8 y 10 de agosto. Reconoce que realmente me he
excedido de mis instrucciones, porque solo estaba autorizado a
pedir frenar la accin portuguesa y no de cualquier otra amenaza
extranjera. Dice que Gran Breta-a an conserva esperanza de liberar
a Espaa y que por eso su llegada ha sido ms celebrada por el pueblo
ingls que por el gobierno, que hubiera preferido que la deposi-cin
de las autoridades espaolas hubiera ocurrido ms tarde, para no
tener que contemporizar con espaoles y americanos al mismo tiempo.
Dice que esa nota la pre-sent a Wellesley el 12 de agosto sin
recibir contestacin hasta la fecha. Dice que en Londres se ha
publicado que el gobierno de Buenos Aires ha reconocido al Consejo
de Regencia, lo que no es cierto. Informa de una cuarta reu-nin con
el Jefe de la diplomacia britnica del 8 de se-tiembre, pero dice
que sigue demorndose la respuesta. Informa sobre la situacin
europea, siendo muy escptico sobre la posibilidad de vencer a
Napolen en la pennsula ibrica. Manda diarios con material favorable
a las ideas liberales. Dice que el gobierno ingls no proveer armas,
pero que las procurar por otros medios.
-La segunda nota es un memorando que enva Irigoyen a la Junta
dando cuenta de su gestin. Reitera conceptos e informaciones de su
primera nota y de la carta confiden-cial a Belgrano. Insiste en que
se ha excedido al solicitar no solo la proteccin contra la amenaza
portuguesa, sino contra cualquier otra, pero se justifica. Informa
de las reuniones con Wellesley del 8 y 10 de agosto. Informa que le
pide una nota con las pretensiones de la colonia sublevada, como ha
solicitado a los representantes de Caracas. Dice que Wellesley
plantea que quiere ms bien promover una reconciliacin entre Espaa y
las colonias, pero que si esto es difcil, igualmente Gran Bretaa le
dar proteccin contra Francia. Informa de la nota al Ministro de
Relaciones Exteriores de Gran Bretaa del 12 de agosto. Dice que
procura conciliar intereses de su pas, Espaa y el Virreinato.
Wellesley le pregunta de si tiene instrucciones para pasar a
Francia de no lograr sus pro-psitos. Irigoyen dice que no con una
risa sardnica. Le pregunta cmo tomaran en Buenos Aires la negativa,
respondiendo el enviado que l no puede dar una res-puesta, al que
le pide su opinin personal. Wellesley le
pregunta sobre qu auxilios el Virreinato ha dado a Espa-a.
Explica sobre el sistema impositivo entre la metrpoli y las
colonias y el dinero que le deja a Espaa. Informa que el 12 de
agosto present la nota pedida. Wellesley dice que adelanta
verbalmente lo que ser la respuesta: que la alianza con Espaa es
muy firme; que propondra la reconciliacin; que mantendra la amistad
hacia Bue-nos Aires y que la protegera de la amenaza francesa y
pregunta qu tipo de ayuda se solicita. Irigoyen dice que fusiles y
Wellesley responde que no puede, por haberse ya consumido 300.000
en Espaa. Todo ello ocurre en presencia del representante
secretario de la representa-cin diplomtica espaola en Londres.
Irigoyen, como final, dice que en su opinin el objetivo real ingls
es la independencia de Hispanoamrica y ello lo demuestra la
participacin de Miranda en Venezuela.
-La tercera nota que enva Irigoyen a la Junta es del 10 de
septiembre. Informa que el da anterior ha visitado a Wellesley para
pedirle la respuesta que se demora. Este le adelanta la respuesta
de palabra: que ofreca una protec-cin declarada contra Francia;
interposicin amistosa contra cualquier otro poder que intentase
molestar, ofre-cindose tambin para mediar; colaboracin para enviar
auxilios a Espaa. Irigoyen argumenta que tena la inten-cin de pasar
a Espaa, pero que no lo hizo por la ilegiti-midad del Consejo de
Regencia.
-La cuarta nota de Irigoyen a la Junta est escrita desde Londres
el 13 de octubre, en la cual informa que sigue sin recibir la
respuesta formal britnica. Dice que las no-ticias que van llegando
de Buenos Aires y entre ellas la oposicin de Liniers en Crdoba, han
originado la demo-ra en la respuesta britnica. Resume lo dicho en
las tres notas anteriores y se explaya sobre la negativa a
sumi-nistrar armas y diciendo que la respuesta es que no las hay
para Espaa, para Caracas, que tambin las ha pedi-do, ni para
Portugal, que ha presentado la misma peti-cin. Informa que se ha
puesto en contacto con un fabri-cante particular, del cual podra
adquirir una pequea cantidad de fusiles. Pide se abra crdito en una
casa de comercio de Londres y menciona que podra adquirir 2.000
fusiles. Remite copia de la respuesta formal entre-gada a Caracas y
menciona la nota enviada a Belgrano, dando cuenta de la situacin
europea, en la cual se sigue mostrando pesimista sobre la liberacin
de Espaa.
-Por nota del 9 de enero de 1811, la Junta informa a Iri-goyen
que ha cesado su misin, habiendo designado co-mo representante ante
Gran Bretaa a Mariano Moreno.
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5 Le ordena regresar y agradece los distinguidos servicios y
fatigas.
Logros y fracasos del primer diplomtico.
En resumen, surge que el diplomtico argentino mantiene varias
entrevistas con el Marqus de Wellesley, Ministro de Relaciones
Exteriores britnico, quien se compromete a intentar una mediacin
con las autoridades espaolas y a detener las pretensiones de
Portugal y de cualquier otra potencia que propusiera atacar a
Buenos Aires. Respecto a la compra de armas, el gobierno ingls
permiti final-mente que una partida de 8.000 fusiles y 6.000 sables
que haban sido comprados por el embajador espaol en Londres por
encargo del Virrey Cisneros, llegaran a Bue-nos Aires.
La misin inclua trasladarse despus a Espaa, para in-formar a las
autoridades de la pennsula sobre lo sucedi-do y neutralizar
acciones militares hostiles, pero Irigoyen regresa sin cumplir esta
gestin, dada la crisis poltica en la cual se encontraban las
autoridades espaolas.
Es recibido en Londres por el Secretario de Estado, Mar-qus de
Wellesley, logrando una gestin satisfactoria, ya que incluso puede
comprar fusiles para las fuerzas patrio-tas, embarcndolos y
conducindolos hasta Buenos Aires.
Crcano, en su obra citada, dice que Irigoyen era un apa-sionado
partidario de la Revolucin. Audacia y confianza en s mismo revelaba
el joven diplomtico (). Tuvo la impresin de que el ministro
Wellesley era muy circuns-pecto para no romper con Espaa, pero que
ntimamente deseaba que toda Amrica se haga independiente (). Haba
logrado uno de los objetivos de su misin: la ga-ranta de la
integridad del territorio dada por Gran Breta-a () para impedir la
invasin portuguesa ().
Para Crcano, la mediacin que propone el jefe de la di-plomacia
britnica era un instrumento flexible en manos expertas. Significaba
para Gran Bretaa mantener cordia-les relaciones con su aliada Espaa
y con los nuevos go-biernos de Amrica. Le permita, con sus mltiples
va-riantes y matices, sin recelos ni sospechas, apoyar, cuan-do le
convena y siempre en provecho propio, los inter-eses de una y otra
parte. Para satisfacer a Espaa, su aliada, procurara detener los
apresurados deseos de inde-pendencia de los patriotas, y para
proteger a stos pro-pondra al Consejo de Regencia que les
concediera un rgimen liberal y el gobierno propio dentro del
imperio, defendindolos as de la poltica absorbente del Consejo de
Regencia. No apoyara la independencia de las colo-nias. Les bastaba
el gobierno propio. Los americanos le
quedaran agradecidos por haber logrado esta ventaja y
compensaran al pas amigo con franquicias comerciales; era esta una
forma prctica de combatir las pretensiones de los monopolios de
Cdiz.
Para el diplomtico, poltico e historiador, la mediacin
autorizaba a Gran Bretaa a continuar interviniendo en los negocios
del Plata, con una situacin preeminente, para defenderse de las
intrigas de Francia, de los EEUU y tambin de Portugal, procurando
al mismo tiempo que el gobierno de Buenos Aires no cayera en
excesos jacobinis-tas.
En carta a su hermano y embajador en Espaa, Henry Wellesley, el
jefe de la diplomacia britnica, le deca que si la mediacin era
rechazada por los rebeldes, no renun-ciara al intercambio comercial
con ellos y tampoco pro-porcionara a los espaoles auxilios
militares para some-terlos.
Por momentos, Irigoyen -quien no hablaba ingls- se siente
decepcionado. Tan es as que su amigo britnico, David Curtis De
Forest, quien lo acompa en las gestio-nes y hbil hombre de negocios
vinculado a su padre y socio de Juan Larrea, le escribe dicindole
que el gobier-no de Buenos Aires se iba a tener que bastar a s
mismo para concretar el propsito que haba emprendido. De Forest
tendr un rol clave para organizar el envo extra-oficial de las
armas mencionadas.
Wellesley, aunque no responde formalmente a la Junta, al recibir
a su enviado le reconoce carcter de interlocu-tor. Extiende a
Irigoyen una carta de recomendacin ante Lord Strangford, firmada el
19 de enero de 1811, que le ser muy til.
Haba logrado el objetivo de la proteccin frente a Portu-gal y
ello se pone en evidencia poco despus, cuando Strangford impide la
ocupacin por parte de los portu-gueses del actual Uruguay, que se
concreta ms tarde.
Dada la importancia que tena para la Junta la relacin con
Londres, despus de designado Irigoyen son nombra-dos Juan Agustn
Aguirre y Thomas Crompton como co-rresponsales permanentes en
Londres, encargndose de abrir crditos para el nuevo gobierno y
enviar noticias peridicas, siendo autorizados para adquirir
cualquier tipo de pertrechos de guerra.
Moreno, como Secretario de la Junta, le escriba a Lord
Strangford dicindole que no poda negarle el socorro que le
solicitaba un pueblo que concilia su prosperidad, estrechando sus
recprocas conveniencias con el comercio
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TESTIMONIOS - N 64
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6 britnico. Insista en obtener el apoyo britnico y ante la falta
de resultado de la gestin Irigoyen, promueve la designacin de
Hiplito Vieytes con cuarto enviado. No puede realizar el viaje y es
designado el mismo Moreno, al quedar fuera de la Junta al
incorporarse los diputados del interior.
Irigoyen se embarca en el Bergantn ingls Pitt con cartas de
recomendacin para Lord Strangford. Irigoyen regresa con las armas y
al pasar por Ro de Janeiro el represen-tante diplomtico espaol,
pide al gobierno portugus que se lo detenga por transportar armas.
Pero Lord Strangford lo impide, gracias a la mencionada carta de
recomendacin.
Al pasar su buque por Montevideo, est a punto de ser detenido
nuevamente por orden del Virrey Elio, requi-riendo al almirante
jefe de la estacin naval britnica en el Ro de la Plata su detencin.
Pero el jefe naval siguien-do rdenes de Strangford lo deja
continuar el viaje junto con las armas que trae.
Irigoyen como hombre pblico
De ah en ms, Irigoyen mantendr lo que en mi opinin es la
caracterstica del cuerpo diplomtico: la dedicacin exclusiva al
servicio pblico.
Al regreso a Buenos Aires es nombrado teniendo coronel del
cuerpo de Artillera Volante. Con esta unidad se in-corpora a las
fuerzas sitiadoras de Montevideo el 13 de noviembre de 1812. Cuando
dos meses despus se produ-ce el conflicto con Artigas, quien
desconoce el mando militar de Sarratea, Irigoyen se manifiesta a
favor de bus-car un acuerdo.
Al mando de toda la Artillera del sitio se encuentra en la
batalla de Cerrito y dems acciones militares, siendo as-cendido a
Coronel de Artillera el 6 de septiembre de 1813. Dos aos despus
asciende a Coronel Mayor y es designado Comandante General de
Marina, de Matricula y Capitn de Puerto. En 1816 se lo designa jefe
de la es-cuadrilla que debe operar con las fuerzas directoriales
que, al mando del General Daz Vlez, marchan a sofocar la
insurreccin de Santa Fe, bajo la influencia de Artigas.
Es tomado prisionero el 9 de agosto de ese ao en la ac-cin de
Arroyo Negro, quedando en libertad poco tiempo despus.
Juan Martn de Pueyrredn, ya a cargo del Directorio, lo designa
representante diplomtico ante la Corte portu-guesa de Ro de
Janeiro, para reclamar por la permanen-cia de las tropas que haban
entrado en la provincia de la
Banda Oriental.
Al regreso de esta misin, a comienzos de 1817, Pueyrre-dn lo
designa Ministro de Guerra y Marina, con reten-cin del mando de
esta ltima fuerza. Desde este cargo colabora con los esfuerzos de
San Martn, que ya se en-cuentra en Chile para terminar con el
dominio espaol en dicho pas y con la organizacin de la expedicin al
Pe-r. El 20 de abril de ese ao firma el ascenso de San Martn a
Brigadier de los Ejrcitos de la Patria.
Durante tres aos realiz una accin eficaz. Uno de sus primeros
decretos fue la creacin del Estado Mayor del Ejrcito. Durante su
gestin se otorgaron numerosas pa-tentes de corso para actuar contra
los buques espaoles. Redact un reglamento para el corso, cuyo
cumplimiento verific personalmente, interviniendo en los procesos
que se abren contra Bouchard y Brown. Organiz el personal civil del
Ministerio, las condiciones para los cadetes -los aspirantes a
oficiales- de los cuerpos militares, determin los premios para
quienes se distinguieran en combate, la sanidad, la vacunacin, etc.
En 1819 organiz un cuerpo de veteranos costeado por los estancieros
para defender la frontera interna.
Terminado su Ministerio, fue miembro de la Comisin Militar de
cuyos sueldos hizo donacin al estado y luego fue Comandante General
de Marina. Acta en el agitado ao 1820, quedando a cargo de la
defensa de la ciudad de Buenos Aires despus de la batalla de
Cepeda.
Durante la guerra con el Brasil, ya con el grado de Gene-ral,
reemplaza interinamente a Matas Zapiola, Coman-dante General de
Marina.
En 1829, el Gobernador Viamonte lo design miembro del Senado
Consultivo y luego fue electo diputado a la legislatura de la
provincia de Buenos Aires, siendo uno de los siete diputados que en
1835 se oponen a otorgarle a Juan Manuel de Rosas las Facultades
Extraordinarias y la Suma del Poder Pblico. Es que formaba parte
del los federales moderados o lomos negros, vencidos entonces.
Alejado sus ltimos aos de la poltica, fallece en Buenos Aires en
1839.
Significado del Bicentenario de la diplomacia argentina
El Bicentenario nos encuentra con nuevos y renovados desafos. La
globalizacin y la tecnologa generan nuevos escenarios para el
diplomtico. Se creera que la explo-sin de Internet en sus diversas
modalidades, con las te-leconferencias y la videoconferencias -como
la realizada la semana pasada entre Obama, Merkel, Brown y
Sarkozy
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respecto a la visita de Netanyahu a Washington y sus
consecuencias-, habran sustituido al representante diplomtico
per-manente, que antes de vea obligado a tomar decisiones sin
instrucciones, dado que en los dos o tres meses que stas po-dan
tardar en llegar, la situacin poda dar un vuelco, cambiando
drsticamente.
Pero el representante diplomtico en el terreno resulta
irremplazable. Sigue siendo la presencia humana permanente de un
pas ante otro. Sus aciertos favorecen la imagen del pas como sus
errores lo perjudican. Los intereses comerciales son importantes
porque ellos crean intereses, pero la historia, la cultura en sus
mltiples manifestaciones y la coincidencia de valores son los que
cimentan las amistades entre los pueblos: en ello la presencia del
diplomtico sigue siendo muy im-portante.
El politlogo estadounidense Joseph Nye ha forjado el trmino de
Diplomacia Pblica, la que define no como simple pro-paganda que
puede ser contraproducente, sino la forja de relaciones de largo
plazo que generen un contexto de respaldo a las polticas
oficiales.
Dice que el aporte de la informacin directa de los gobiernos a
la hora de forjar relaciones culturales de largo plazo, vara con
tres dimensiones de la diplomacia pblica: la primera son las
comunicaciones diarias, que explica el contexto de las decisiones
domsticas y de poltica exterior. Ello ayuda a enfrentar las crisis,
ya que de haber un vaco de informacin despus de un acontecimiento,
otros se apresurarn a llenarlo. La segunda es la comunicacin
estratgica, que desarrolla temas simples pero constantes, como lo
hace una campaa poltica o publicitaria. La tercera es el desarrollo
de relaciones duraderas con individuos claves a lo largo de muchos
aos o incluso dcadas, con becas, intercambios, capacitacin,
se-minarios, conferencias, etc.
Diferencia entre el poder duro -el militar- y el blando -la
cultura- en sus diversas manifestaciones. Es en trminos de este
ltimo donde la Argentina tiene mucho que ofrecer al mundo, y donde
la personalidad del representante diplomtico jue-ga un rol decisivo
a travs de su trato, sus conversaciones y sus visitas.
La Argentina tiene una gran tradicin diplomtica, sin que ello
implique negar las marchas y contramarchas, los conflic-tos y
desencuentros sufridos por la Argentina en las ltimas dcadas, lo
que no ha hecho fcil la tarea del diplomtico.
Pero ello no ha impedido que los miembros del cuerpo diplomtico,
an en condiciones adversas, no hayan dado siempre lo mejor de s
para los intereses de la Argentina y la misin Irigoyen marc un
rumbo en este sentido.
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ARGENTINA Y BRASIL EN LA BSQUEDA DE UN NUEVO MODELO DE
DESARROLLO
SERIE DE ARTICULOS Y TESTIMONIOS - N 52
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Para citar este artculo: Fraga, Rosendo (2010), Bicentenario de
la Diplomacia Argentina, [en lnea], Serie de Artculos y
Testimonios, N 64, Consejo Argentino para las Relaciones
Internacionales. Direccin URL:
http://www.cari.org.ar/pdf/at64.pdf
BICENTENARIO DE LA DIPLOMACIA ARGENTINA SERIE DE ARTICULOS Y
TESTIMONIOS - N 64