7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
1/37
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7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
2/37
At'rocEno
DGstor: Enrique de
Vicente.
Dlrector adiuto:
Salvador
Hemez.
Redactor
,efer Jos
Len Cano. Redaccl: Yolanda
Bejarano. Dlrectq de trrte Tito
Carazo.
P Ucldad: Montse
Cmia.
Sffitrla
de
Redaccl:
Ins Cerezo.
Fotgrafos;
Euique
Balili, Carlos Bullejos, Oscd
Burriel,
Daniel
Font,
Paco
Higuera, Kim Pedrs, Dlbuiutes:
Francisco L, Frotn,
Aqel
Navas,
J.
M. Ponce.
CoaSoradoreE:
.lejandJo
Agostinelli, Migxel
B1co,
Manuel
Cilbailal. Cariel
Cilrin, Rafae:
Csiles,
Sebasti:
D'fub,
Hiri
EYns
Migroei C. Arec:. A:ge:es
G
Estaiayo
jess
Oilca
Francisco
GaYii:.
\la:yso;
GoElez
Steug
Josep
Gujilro,
Abelardo
He=:dez.
Isabeia
Herranz,
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Luis
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Jos
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Luis Racionero, Antonio
Ribera,
fuiel
Rosales,
Jaer
Ruiz,
A.lejandro Sacristn, Migmel
Seguf,
JaYier
Sierra.
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Ronualdo, 26. 28037
Madid. f ot@rlca;
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ii
12
iu;
(91)
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Edit
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Ibrica.
Pcddcaa
Gemn Strchez
i.-:;e:e:
Praideale Eie@drc:
3-L.:i: 3:-ez
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Ccj@
Ilelegade
Javier
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?:eda.
Dlestor
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Edloial
Sandra de]
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I)'irestor de
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AiJonso Estalrrich.
Dieqs
de
Muletlng:
Alfonso
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Dbesla
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CiPt, Rosa Mefa
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D&ector
de
rcipc re
RaJael
Caa:e:c. )'iiDEiE
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I:r:e-
YEte,
26.
Mad-c le.
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3O4 1345.
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3ef,ta
y
Melilial
23:
p:s
:c,:tra
scbre tasa
ae:ea
eMo fir. N;
19
Soltcitado cantol
de
OJ,D,
Reseryados todos los derechos.
De conJormdad con
lo
dispuesto
en
el
art.
534bis del
Cdigo
Penal
viqente,
podrn
ser
castigados con
penas
de multa
y
privacin
de libertad
quienes
reprodujeran o
plagiaen,
en
todo
o
eB
parte,
una
obra
literilia,
ailfstica
o
cientlfica
fijada
etr
cualquier tipo
de
sopoe
sin Ia
preceptiva
autorizacin.
4
Cylizaciones desaparecidas
Ultimas
rvelaciones
sobre
la Atlnda
t6
Arqueologa
Los fascinanies
descubrimietos de Thor
Heyerdahl
22
Claves del Ao Cero
El
planela que
amenaza
h Tiena
Fuente
mitairosa
en los Pirineos
34
Creencs
Asi son las verdaderas meigas
42
EntreYisla
,
aymond
Mood}
en
el
Teatio
dela
Menle
iQrcsualidadl
"'
,.
A
qu
se
deben
las
similitudes
entre
los nombres
del
Karnak
egipcio, cuyas
ciclpeas
columnas
recuerdan
las
alineaciones megalticas francesas de Carnac,
la
Carna
ir-
landesa, las
Carnock
escocesas,
la Kanak
turca,
la Kany-
ka
sovitica
v
la Kanarak
hind?
Es
una
de
las
numero-
sas
races tinisticas
que
se
repiten a lo
largo
del
plane-
ta
y
nos
ponen
tras
la
pista
de una
lengua-madre,
here-
dada
de
una terra
tragada
por
las aguas,
de
la
que
-se-
gn
los
mitos centroamericanos
y
mediterrneos-
pro-
cedan
los
dioses civilizadores.
Una tradicin
mexicana
asegura
que
la
pirmide
de
Cholula
era
un
refugio
para
un nuevo diluvio
v
se abandon
su construccin
debido
a una
confusin
he
lenguas:
lo
mismo
dec.an
antiguos
historiadores
sobre
la
pirmide
de
Keops
y
la
Tone de
Ba-
bel.
Y el Popol Vuh asegura
que
los civllizadores
atlnti-
cos
que
llejaron
a
la Tu'ia
melicana tenan una
sola
len-
gua,
luegoblvidada,
al igual
que
la
sabiduria
atlante,
de
-5
h
que
Gurdiieff se consderaba
heredero, como segura-
:
mete lo so los huicholes
y
otros sistemas chamnicos
dispersos
por
el
planeta.
Pro, al
margen de evidencias
como
las
que
apuntamos
en este
nmero, el del
fin de la
Atlntida
-como
cualqurer
mito- es la expresin
incons-
ciente de una
realidad
que
sobrepasa
al
mero
discurso ra-
cional. Y resulta
significativo
que
resurja con
fuerza
cuan-'
do
nuestra
civilizacin
se encuentra
gravemente
amena-
zada.
Escucharemos
esa
advertencia
que
surge
de las
profunddades
de
nuestra memoria colectiva?
34
AS
SON
I"AS
VERDADERAS
MEIGAS
Ms
ail de
Ia magia
y
}a
supersticin
persiste
a travs
del tiempo
el
enigma
ms
conocido,yalavez
incomprendido, del folklore
gallego.
As son las
modernas
HUICHOIES:
EI,
vtIETO MAGICO
DET
CITAMN
Una
tradicin
misteriosa
y
mgica
se mantiene
inclume
en
las
abruptas montaas
mexicanas
de Sierra
Mae.
Son los huicholes.
50
88
Templo
de Karnak
(Egipto).
ENRIOUEIDE
VICENTE
melgas.
cMo
DETENER ET
FIN
DET
UNTVERSO
A
pesar
de
que
el
final del
Universo se espera
para
dentro
de
cientos de
miles
de millones
de
aos, Ios
cientficos
ya
especulan
sobre crno
escapar
del
mismo.
$io
czno/s
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5/37
LOCALIZACIONES
DE
TA
ATLANTIDA A
LO
LARGO
DE
tA
HISTORTA
de la
Mone
le
o
Mon
ool ia
Hi.
r,,"r"
T""Tif
c
mazonas
P.H.
Fawceil
Extensn
de
la
supuesta
Aflntda
antes de la explosin
volcnica
"-spjt@9l.
a
s
g,illv
v
Siglo
Xvlll
Beaumont
1
Do
n nelly
Lewis
#d,*^
.,",",,"
K.
Kirchmaier
1
685
tantes
apoyadas
en vestigios
comparti-
dos de
carcter
arqueolgico,
artstico,
ntual
e incluso
inicitico.
Tesis
que
llevan
a sus
defensores
a
rastrear
exhaustiva-
mente
todas
las
supervivencias
de la
pri-
mitiva
cultura
atlante.
Las
semejanzas
entre
las
civilizacio-
nes
de
ambos lados del Atlntico
son,
para
ellos, innegables.
Los
egipcios
por
una
parte
y
los
mayas
e
incas
por
otra,
son los
ltimos herederos
de un
pueblo
que
vivi
antiguamente
en
un
inmenso
continente
situado
en mitad
del
Atlnti-
co. A
miles
de
kilmetros
de
las
riberas
del
Nilo,
las leyendas
incas
y
mayas
re-
latan,
con imgenes
casi idnticas,
el
gran
naufragio",
la
.cada
de
la
estre-
lla",
la
desaparicin
en
el
fondo
de
las
aguas
de
"una
gran
nacin
otrora
pujan-
te
y
soberana"
Gigantescos
archivos
de
piedra
Las
semelanzas
continan
con
los
re-
cuerdos
congnitos
de una
madre
patria
comn en medio
del ocano
que
origina
fascinantes
analogas
entre
las
creencias
religiosas
egipcias
y
las
de civilizaciones
americanas
precolombinas
(ver
cuadro).
Pero
el argumento
ms
slido
de
quie-
nes ven
en
estas culturas
los
receptores
de la
civilizacin
atlante, se basa en
la
presencia
de
pirmides
en
ambos
lados
de
la
vertiente
atlntica.
En efecto,
no slo
los antiguos egip-
cros levantaron
pirmides.
Estos monu-
6/AnO
CERO
.;
--
-
En
el
principio
fue
Platn.
As
era
Ia
capital
de
Ia
Atlntida
segn eI
Critias
N el
cento de la isla
se
extenda Ia
mis
hermo
sa
y frtil
de
las llanu-
ras,
gue
meda
cinco estadios
(900m),
y
en
su mitad
se
alzaba
una
colina
poco
elevada...
for-
mada
por
dos
anillos
de
tierra
y
de
agua,
concnicos...
El
ms
amplio
de los
anillos de
agua, que
sala
al
mar,
meda
Ees estadios
(535m)
de ancho
y
el de
tiena, de igual amplitud.
En
el
segundo
crculo,
el recin-
to
de
agua
mea
dos estadios
(335
m)
de
ancho
y
l
de
tierra
El
primer
documento
escrito sobre
un
continente
mtico
en
el
ocano
Atlntico
se
debe
al
filsofo
griego
Platn.
tos
y
los
puentes
que
los
unan
estaban
rodeados
de un
muo
"ciculu
de piedra
roja,
blalca
y
negr4
con
toEes
y puertas
en
todas
las en[adas de]
cana]...
Las muallas
fueron
evestidas
de metales: el
ecinto exterior
de
cobre,
el
recinto medio de
estao
y
la isla
cental
de
ori-
calco,
gue
destellaba con
firlgo
res de fuego.
Distribucin
arquitectnica
En
el
cento de
la isla
interior
se
encontaba
el
templo
consa-
,
grado
a Poseidn, rodeado
por
un
muo
de
oro, cuya
enEada
estaba
prohibida...
Alededo
del templo
se alzaban
estatuas
doradas
de los ez
reyes
primi-
genios
de la
Atlntida, con sus
mujeres
y
su
numerosa
proge
nie...
Junto
a
las dos
fuentes,
de
agua ta
y
caliente,
estaban
edilicados
los
baos, unos
al
aie libre
y
otos
cubiertos, usa-
dos como
baios
calientes
en
in-
vierno. En
el anillo
medio
se
Ie
vantaron
templos
para
los
dio
ses,
jardines
y
gimrasios para
los
hombres
y
un
hipdromo
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6/37
-
para
cirreras
de
caba]los
en
el
anillo
mayor
que
inclua
cuarte
Ies
y
banacones
para
la
guar-
dia
real... Los
asenales
estaban
repletos
de trirremes
con
apa-
rejos completos,
colocado
todo
en
perfecto orden... El canal
Y
el
puerto
mayor se
colmaban
de navios
y
mercaderes
de m'
tiples
procedencias
que
eleva-
ban,
da
y
noche,
una incesante
algaraba...
Versin
clsica
de
la capital
atlante,
dedicada
a
Poseidn,
segn
la
precisa
descripcin
que
de
ella
hizo
Platn.
Recreacin
pictrica
de la
Atlntida, segn
el britnico
Gerald
Hargreaves,
cuna de
una
sofisticada
civilizacin.
t
llas
pirmides
a
ambos
lados del
[tlntico
son el
atgumento
ms
sdo
de
$denes
defienden
un
continente
hundi.
do
en el
ocano.
ffi
mentos
forman
una
cadena
ininterrumpi-
da
que
parte
de
Armenia
y
a travs
de
los
zigurats
de
Mesopotamia,
llega
has-
ta
Egipto
para
salvar
la cortadura
del
At-
lntico
a travs
de
las
pirmides
cana-
rias de
Gmar
y
proseguir,
a
lo largo de
Yucatn,
hasta
las altas
mesetas
de
Mxico,
Guatemala y el
Salvador,
e inclu-
so
Per como
sugieren
las recientes
in-
vestigaciones
de
Thor
Heyerdahl
(ver
en-
trevista
en
pgina
16).
Pero,
cpor
qu
los antiguos
america-
nos
y
los egipcios
edificaron
estas
fabu-
losas construcciones?
Edificaciones
por-
tentosas
que,
segn
Serge
Hutin, se
ca-
racterizan
por
su
gran
simplicidad
geo-
mtrica
que
trata
de
productr
al
tiempo
una
impresin
de
incomparable
belleza
y
de
asegurar
al
mximo
su duracin".
El
cronista
de
los toltecas,
lxtlilxochitl,
relata
cmo
stos
construyeron
un
zacualimuy
alto para
poder hallar refugio
en l
en
caso
de
QUe
"el
segundo
mundo
fuera
a
su
vez
destruido,.
El historiador
udo
Fla-
vio Josefo
atribuye
el
mismo
cometido
a
la
tone
de
Babel.
La construccin
de
las
pirmides bien
puede
fundarse
en
una
tradicin
heredada
de
la
Atlntida,
cuyo
obleto
era
contar
con
una
proteccin
se-
gura
ante
un Segundo
Diluvio.
Claro
que
an
hay
ms.
Una
vieja
le-
yenda,
recogida
en el siglo
X
por
el
his-
toriador
rabe
Al-Massoudi,
cuenta
que
las
pirmides
fueron
concebidas
.para
guardar
tesoros
y
objetos
milagrosos
he-
redados
de
un tiempo
tan
sumamente
remoto
que
no
cabe
en
memoria
huma->
lo
ctno/z
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
7/37
na
alguna...
y
a
la
entrada
de los teso-
ros,
colocaron autmatas
para guardar-
los
y
destruir
a
los intrusos, excepto a
los
que
fueran dignos de ser admitidos".
La
leyenda,
tal
y
como
hoy
la
conoce-
mos, fue retomada
y
reelaborada
nueve
siglos despus
por
el esotrico
poeta
Grard de
Nerval,
que
la
desarroll
en
su
celebrado
Voyage
en OrienL
Para
1,
los
faraones
simplemente
prestaron
sus
nombres
a
las
pirmides
cuyo origen
se
remonta a
la
Atlntida.
Esos
gigantescos
archivos de
piedra, que
almacenan co-
nocimientos e ingenios cienticos
para
el
futuro
de la
raza humana,
permitieron
a
la
clase espiritual
egipcia
preservar,
du-
rante muchos
siglos,
la
lejana
herencia
de sus ancestros atlantes. Una
herencia
que
tambin conllevaba
misterios inici-
ticos,
lo
que
explica
la
presencia
de
ob-
jetos
de
"origen
no
humano"
sugerida
por
Al-Massoudi.
Las
estatuas
mgicas
que
vigilan las
pirmides
no
tendran
sino
la misin de
preservar
los
"secretos
in-
declbles" de la
Atlntida.
Es
probable
que tanto
los
egipcios
como
los
toltecas
y
los mayas hayan
le-
vantado
pirmides
semejantes
a
las
construidas
por
sus
predecesores
como
un
proceso
imitativo,
sin
percibir
la
alta
significacin
de estos
monumentos,
cu-
yos
modelos encontraron
ya
abandona-
dos.
Entre
los indios
del
Orinoco
circu-
lan
oscuras
leyendas
en
las
que gigan-
tes de
origen
incierto
construyen
gran-
des
pirmides
antes de
perecer
en me-
dio de
una
gran
catstrofe.
En
su
lengua-
je
pintoresco,
se refieren
a
esa
poca
m-
tica como
.los
tiempos
en
que
las
selvas
estaban inundadas".
Ciudades
perddas
en
la
jungla
El
satlite de
investigacin Landsat
ll,
transmiti
en las Navidades de
-1975
una
serie de
fotografas
tomadas en
las
sel-
vas del
sudeste de
Per.
Captaban
una
serie de
puntos
inexplicables
en el
lmite
de
la
altiplanicie
de
los
Andes
que
el
lns-
tituto
de
Arqueologa
de
Lima interpret
como
promontorios
de altura
slo
un
poco
inferior
a
la de la
Gran
Pirmide de
Grzeh,
en
Egipto.
Se
efectuaron varios
in-
tentos
de
llegar hasta ellas,
todos
nega-
tivos,
y
al
fin se
recuni a
inspeccionar
el
lugar
mediante aviones capaces
de
efectuar vuelos a baja altura.
Los
pilotos
informaron
sobre estructuras
cubiertas
de
vegetacin,
simtricamente ordena-
das, de base truncada
y
rodeadas
de
otras edificaciones semicirculares
de
menos tamao.
Amrica
del
Sur
es,
probablemente,
uno
de
los
ltimos
rincones
del
mundo
que
esconde sus
secretos.
Entre
los
in-
dgenas americanos est
muy extendida
la
creencia
de
que
diversos
pueblos
de
hombres blancos
construyeron grandes
s/o
cEno
Toda la
concepcin
moderna del
mito atlante se
debe
a
lgnatius
Donnelly. El
arquelogo
griego
Spirion
Marinatos,
a
la
derecha,
fue
el
impulsor
de
la
tesis
de
que
la
Atlntida estuvo
situada
en
Santorini.
O
o
F
o
o
U
o
Los submarinos
nucleares
soviticos
totografiaron
ruinas
sumergidas
cerca
de
las
islas
Azores,
otra
de
las
localizaciones
clsicas
de
la
Atlntida.
I
AS
frecuentes
analo-
I r
gras
entre tracirciones,
ll
eenclas,
recruciui
ar-
tsticas
y
costumbres
ente civi-
laciones
de uno
y
ofto
lado
de
la
cortadura
atlntica,
son
me
ras
coincidencias, edencias
de contactos
directos en Ia
pro
tohistoria
o una
prueba
ms de
cmo
una
desaparecida
y
des-
conocida cultura
inlluyo
en
nu-
merosas eas
dei
mundo
anti-
guo?
-
Un
mismo
lugar
de
proce
dencia:
Los egipcios
situaban
el
Pas
de Los
Muertos
al oes-
te. Lo
llamabanAmenta,
de don-
de
lleg
lhot para
i:nplantar
la
civilizacin
y
la
ciencia
en
el
valle
del
N0. Los sacerdotes
aztecas
conservaban
devota-
mente
el recuerdo
de Alan,
una isla
al
este,
patia
de
Quet-
zalcoa,
portador
de Ia
civila-
cin.
Ente
los
incas,
ese
mismo
papel
lo cumpla
Viracocha,
que
vino a ellos
desde
el
pas
de
la
awora>.
-
El
ullo
al
ol
Se
adora-
ba
simultneamente
aI
Sol
en
Egipto
y
Peni, imperios regidos
por
dinastas
solares. H Inca
y
el
Faran
son venerados como
Hijos del
SoL
Tambin
se dice
que
los
guanches
adoraban
al
Sol naciente,
sin
conocer
oto
culto.
Qu
deci
de
los
aecas
y
de
su
mito
catastofista
de
los
cinco
soles,
que
vertebr
toda
su
concepcin
social.
-
Costsubre de
la
nomi-
cacin:
Numerosas
religiones
antiguas contienen
el
germen
de
la inmortalidad,
pero
slo
los
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
8/37
i..
:1
L
.
.
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J t
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t i ,
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-
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:'-
.
;-:i::
:-@,r..ff-'Tt*=*:-?
*
-'i
maya duraba
trece
horas;
el
ms
corto,
once.
En el
antigtuo
Egipto,
el da
ms
largo duraba
doce
horas
y
cincuenta
y
cinco
minutos,
el
ms
cofo,
once'ho
ras
y
cincuenta
y
cinco
minutos.
-
El
emblema
de
la
srz:
smbolo
predilecto
de los ame
ricanos.precolombinos
y
de nu'
merosos
dioses
egipcios.
Los
monarcas
babilnicos
portaban
cruces,
suspendidas
del
cuello,
como
talismanes saEados.
Nu'
merosos
atlantlogos
oPinan
que
la cruz
-y
ms
especial'
mente
Ia svstica,
gue
prolifera
a
uno
y
oto
exfemo
del
Atl+
tico-
proviene
de
la
Atltida,
puesto
que
es
venerada
por
to
das
las civilizaciones
que
mues-
tan
sus
influencias
de una
ma-
nera
constante.
ciudades
que
todava
existen en
las
pro-
fundidades
de
la selva,
que
durante
la
noche
se
ilumina con
resplandores
de
naturaleza
desconocida.
Son
las
mismas
historias
que,
hace
medio
siglo,
el
coronel
P. H. Fawcett
oy
de boca
de
los
nativos
del Matto Grosso
y que,
sin
tardar,
identific con
sus
resi-
duos
de
la
fenecida
civilizacin
atlante,
de
la
que guardan
un
antiguo
conoci-
miento.
Espoleado
por
la
posesin
de
una misteriosa estatuilla de piedra negra
-regalo
de su
amigo
H
Rider
Haggard,
creador
def
arzn-,
que
un
mdium
va-
ticin
proceda
de
un
gran
continente
de
forma
irregular en
medio del
Atlntico,
or-
ganiz
una expedicin,
con
la
nica
compaa
de
su
hijo
y
un
amigo
de ste
en
busca
de
la
que
llamaba
la
Ciudad
X.
Su ltimo
mensaje,
dirigido
a su
esposa
desde
el
Bao
mencionaba
que
los
indios
les conducan
a
una
vieja ciu-
dad
en
un
lago.
Despus,
nada.
La ex-
pedicin
desapareci
en
la
jungla
para
siempre.
Diez
aos
despus
en 1936, una
m-
dium
irlandesa,
Geraldine
Cummtngs,
re-
cibi
en
estado
de trance
un
mensaje
de
Fawcett.
Estaba vivo,
pero postrado
por
las
drogas
de
los
habitantes
de
la
perdi-
da ciudad,
que
haba
encontrado,
Una
ciudad
de edificios
circulares
alrededor
de
pirmides
de aspecto
egipcio, habi-
tada
an
por
los descendientes
del
pue-
blo
que
las
haba
erigido.
Las
comunica-
ciones
se
espaciaron
durante
doce
aos,
hasta
1948, en
que
el
ProPio
ex-
plorador
extendi
telepticamente
su
acta de
defuncin
Cuando
el
Sahara
era
verde
Tambin
el continente
africano
con-
serva
indelebles
huellas
de
la Atlntida
Los
investigadores,
fieles
a
la
consigna
de
Paul
Le
Cour
de
"buscar
el
perfume
para
encontrar
el
frasco",
han
rastreado
tambin
all
las
pistas
de su
superviven-
cia.
Todo
se
remonta
a Herodoto
l
a
su
clebre
mencin
de
una
tribu
de
atlantes
en
el
Sahara.
Esta
regin
fue, antes
que
desierto,
parte
de
un
ocano.
Luego
un
extenso
lago
en
constante
desecacin
y,
ms
tarde,
una
gran
zona
verde
en
la
que
el
hombre
poda
vivir
Las
enigmti-
cas
y
milenarias
pinturas
de
los
montes
argelinos
del
Tassili,
catalogadas
por
Henri
Lhote,
representan
misteriosos
hombres
con
animales
domsticos
ro-
deados
de
rboles
ros
y
lagos.
El
con-
de
Byron
Kuhn
de
Prorok vro
en estas
fi-
guras
a
los legendarios
faramantes,
cus-
todios
de
los
tesoros
atlantes
y
ances-
tros
de
los
tuaregs,
en
cuyo
remoto
lenguaje
escrito,
diferente
del
hablado,
intuy
el
enigmtico
conde
la
filiacin
at-
ffi
Recreacin
artsfica
de
la
residencia real
atlante
que
coronaba
la
capital
del
continente
perdido.
f
1c
z
z
o
o
o
t)
rl
?
DEt
ATLNTICO
incas
y
los egipcios
sostenan
gue
el
alma
permaeca
suspen-
dida
en contacto
con
el
cuerPo
difunto,
por
Io
que
considera'
ban
necesario
conservar
los
cuerpos
embalsamados,
al igual
que hicieron
los
guanches.
-
Las
pirimidesl
monumen-
tos
o
montaas
artificiales
ali-
neadas,
mezcla
de
temPlos
reli-
giosos
y
observatorios
aston6
micos,
e,rigidas
en
A:menia
Y
Egipto, en
Cararias
y
Yucatn.
Guardianes
de secretos
hereda-
dos
de Ia
Atlantida,
tenan
Por
objeto
presewarlos
de
un
se
gundo
Diluvio?
-
El
cdendaio:
egiPcio
Y
el
incaico constaban
de dieciocho
meses
de
veinte
das,
con
una
fiesta
de
cico das
a
fin de
ao.
EI da mis
lugo
del
caiendario
ffi
ANO
CERO/9
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
9/37
---
Otro
buscador
del
perfume
perdido,
el
arquelogo
alemn
Leo
Frobenius,
est
persuadido
de haber
hallado
una
colonia
atlante
viva
en
la
costa
occidental
africa-
na,
exactamente
en Benin.
Allhabita
una
pequea
etnia negra,
los
yourba,
porla-
dora
de una
civilizacin
que
nada
tiene
en
comn
con otras
culturas
negras.
Su
dios,
Olokoum,
proceda
de una
gran
isla
situada
al oeste. Portaba,
segn
las
tra-
diciones,
unas extraas
placas
de
metal
que
los
yoruba mostraron
a
Frobenius
en
la
ciudad
de
lf,
que
se revelaron
como
unas
sorprendentes
cartillas
adivinato-
rias.
lntrigantes
discos
que
a la vez
son
espejos
mgicos
y
tablillas
que
reflejan
una
astronoma
desconocida.
Los
yoru-
ba
han
olvidado
su utilidad,
pero
sus
le-
yendas
refieren
que,
en un lejano
pasa-
do,
eran infalibles
medios
de
mirar
el
fu-
turo.
Esto,
unido
a
que
este
pueblo
presen-
ta
costumbres
y
mitos
paralelos
a
las
cul-
turas
del antiguo
Mediterrneo,
como
el
huevo
primitivo,
el
simbolismo
de
los
cuatro colores
o
la
adivinacin
a
travs
de
las
entraas
de
las
vctimas
sacrificia-
les,
es
prueba
suficlente
para
el arque-
logo
alemn
de
que
todas
estas
civiliza-
ciones
provienen
de un
tronco
comn,
la
Atlntida,
y que
el
pueblo
yoruba
de
Be-
nin
puede
ser
el
vestigio
mejor
conser-
vado
del
enigmtico
continente
perdido
0u
se descubri
en
Bimini?
Tal vez
las
descripciones
ms
plenas
de
colorido
entre las
miles
de ellas
que
se han hecho sobre
la
Atlntida, sean
las
efectuadas
por personas
adscritas
a mo-
vimientos
ocultistas
o
psquicos.
En
to-
das ellas
subyace
una
visin
que
parece
ajustarse,
como
anillo
al
dedo,
a
la
frase
.
de
un clebre
parlamentario
espaol
del
"
siglo
pasado:
"Seores,
estn
completa-
mente
equivocados,
el mundo
no
avan-
za, retrocede".
Lo
demuestra
la
similar
fascinacin
que
Edgar
Cayce
y
los
tesofos,
con Ma-
dame
Blavats,
Rudolf
Steiner
y
W.
Scott-Eliot
a
la
cabeza,
muestran
por
el
dominio teleptico
de los
atlantes
y
otros
poderes
supranormales,
por
su
avanza-
da tecnologa
y,
en
fin,
por
su desinte-
gracin
moral
y
la indebida
utilizacin
de
todo
este
potencial
que
ser
la
causa de
su
destruccin.
Entre
las
numerosas
lecturas
de
vida
de Edgar
Cayce,
el
profeta
dormido,
que
hacen
referencia
a la
Atlntida,
ninguna
tan
acertada
como la
del 20
de
diciem-
bre
de
1933:
.en
la
parte
hundida
de la
Atlntida
o
Poseidia...
puede
an
descu-
brirse
parte
de
los templos
bajo el fango
acumulado
por
tantos
siglos
en
el mar,
cerca
de lo
que
llaman
Bimini,
a
lo largo
de
la
costa de Florida".
A finales
del
ve-
10/iro
GERO
TAS
OTRAS
TTTLNTIDAS
il
parti
de
la revelacin
lI
de
Platn.
Ia
Atliturda
I na recorroo
rooa la
geografa
terreste.
En
los tiem-
pos
gue
corren,
arquelogos
que
hasta
ayer mismo
abomina-
ba
de
la
idea,
manifiestan
hoy
sus
simpatas por
dos
modelos
de Atlntidas
no atlinticas,
si-
tuadas
en
el
Mediterrneo
oriental
y
en
el
Mu
del
Norte.
-
El archipilago
mediten-
neo
de
Satorini
o Thera
fue
sa-
cudido
hace
tes
meses
qui-
nientos
aos
por
un
kiakatoa
de lujo
gue
sepult
bajo
cua-
renta
metos
de
cenizas
volc-
nicas
a una
cultwa
avanzada,
de sorprendentes
formas
arts-
ticas
y
edificios
de estuchuas
complejas.
El
arquelogo
Spiri-
don
Mainatos
y
el
sismlogo
Angelos
Galonopoos
figuran
como
impulsores
de una teora
gue
asocia
el
archipilago
de
Santorini
con Ia
Antida
y
ha-
cen
de Thera
Ia
metpolis
des-
crita
por
Platn.
Aunque
los
at
laatlogos
han
calificado
a
Ihe
ra
como una
Atlintida
chiqui-
ta
e
impber
bajo el
plancton
del
Egeo,
la
hiptesis
cretense
es, como
mnimo,
digna
de
atencin,
ya
que
el recuerdo
de
aguas
del
Mar del Norte.
Su
At-
ltuttida
de Ia
Edad
del
Bronce,
hundida
frente a Ia
ciyilizacin
vikinga,
conocida
con
el
non
bre de
Atland, as como
de los
misteriosos pueblos
det
mar,
invasores
de Egipto duante
di-
versos
perodos
histricos.
H
atlantlogo
Robert Scutton
re
toma
argumentos
de
Spanuth
en
sus
obras, La
ota Atlati
day
Los
seuetos
de la
A*
tida
peida,
donde
justica
una
Atlntida
protovikinga
-
Bajo
los hielos
del
Atico
se esconden
los restos
de una
civilacin
avazada descen-
diente
de
la
Atlitida.
Los
cien-
tficos rusos
que
han
dado
a co
noce
el
asunto,
los
paleontlo
gos
I.
Suskin
y
K.
Flerov,
Ia lla-
marr
Beringia,
Ama
Atlantida.
Ultima por
su
resiente
descu-
brimiento,
Beringia
porgue
esta vasta extensin
de
tieras
sumergidas
se situaba
ente los
mares
de Ciukoi
y
Bering,
al
sur
y
norte
del estrecho
del mismo
nombre que
separa Euasia
de
Amrica
del
Norte. En esta
na
vedosa
hiptesis
se
enmarcan
las
teoas
del
arguelogo
ame
ricano
John
Giddins,
para
quien
hace
al menos
diez
mil
aos lla
El
ar.clliqilago
d
Santorini
tiene,
evidentemen,
un
origen
volcnico.
Su
erupcin,
unos
1.500
aos
antes
de Criso.
inspir
la leyenda
de la
Atlntida,
segn
las
teoras
arqueolgicas
en
boga.
esta
erupcin
histrica
pudo
inspirar
a Platn
el
relato de
la
destruccin
del
mtico
conti-
nente.
El
grupo
espaol
de
in-
vestigacin
Hesperia,
liderado
por
J.
A.
lamich,
suscribe
esta
tesis.
-
Un
pastor
alemin,
Jiirgen
Spanuth,
acusa
a
los
defensores
de
Ia
anterior
hiptesis
de in-
curu
en
(run
enorme
error
l
gico,
puesto
que
ni Thera,
ni
Creta, ni
la
civilizacin
minoica
tienen
nada
lue
ver
con el
At-
ltico.
El
mismo
presenta
en
su
obra,
La
Atlntida
del
Nor-
fen,
al continente
sumergido
como
la
cuna
de
una
civiliza-
cin
nrdica, hoy bajo
las
reci
en
el rtico
una
culfura
gue
coloca
a
los
esquimales
en-
te Ios
pueblos
innovadores
de
la
humanidad.
Esle
investiga
dor ha
eumado,
al norte
del
estecho
de Bering, los restos
de
700
viviendas
junto
a
nume
osos
enteramientos, con
es-
queletos
de hace seis
m
aos
adornados
con bolitas
de
rna-
fil
grabadas
con
el
pjaro
de
fuego,
una representacin
de
los
grandes pjaros
metli-
cos))
en
los
que,
seEin
las le
yendas
esquimales,
sus
lejanos
ancestos fueron
[ansportados
a
la
tiera
que
ahora
ocupan
desde
una
Ean
isla frtil
don-
de
billaba el
Sol.
a
hiptesis
de un
cientli.
c0
nrso
asegru"
ra
que
la At
lntida
se
hundi
exac.
tamente
el
5
de
junio
del
ao
8498
an.
tes de
Cristo,
Iutio
vero.
tituo ta
Rtt,inr.
tida
junto
a
las Azores,
donde
cien
anos
ms
tar.
de
los
rusos
descublieron
algrnas con+
nrcciones
su-
merEida.
ffi
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
10/37
ATLANTES
ENTRE
AS ms
diversas
corrientes
ocultistas
del ltimo
siglo
preten-
den
que
los
atlantes
reencarna-
dos
pewiven
ene nosotos.
Si
es as,
podemos
reconocer-
los?
A
tan peliaguda cuestin
fa'
ta de responder ClaudeGrard
Sarrazin,
el
autor
canadiense
de
Ete*vous
Atlantes?,
tn
av
tntico manual
de
psicologa
at-
lante
que
marca
las
pautas
de
conducta de
estos
seres exceP
cionales
que
cualguiera
puede
tener
como vecinos.
Desde
Ia
ifancia,
tienen
afi
cin
al
sueo
y
al
misterio.
No
g"ustan
de
juegos
colectivos,
juegan
solos
y
en silencio,
en-
cenados
en
sus
propios
e imp+
netables
universos
fatsticos.
Los sueos
de
estos
nios
son
extraos,
ricos en
imgenes
y
pueden
recordarlos
con todo
detalle, as
como
prolongarlos
t
noche
tras
noche.
Los
sueos
forman
parte
de
sus
vidas
y
en
ellos descuben,
por
s
mismos,
poderes
de los
que
nadie les
ha
hablado
jams.
Las historias
y
pelculas
de
magia
les
subyu'
gan,
pero
se
frustan
si Ia
histo
ria
es eir exceso
infantil
o
paro
dica.
Para ellos,
la
magia debe
ser
tomada en
serio.
...Durante
Ia adolescencia,
Ios atlantes
que
ignoran
su
con-
dicin son arrastados
por
la
vida
de su
mundo
mgico
y
todo
queda
olvidado,
perdido.
Los ms
fuertes
persisten
y
continuan
su
bsqueda... cuan-
do, al fin, descubren
repentina-
mente sus
poderes
-una
pe
lcula,
un reencuento,
una
obra
digna de
fe,
un
aconteci-
miento
catalizador-,
es
la
ebu-
Ilicin.
Los ms afortunados
es-
tn
ya
suficientemente
prepa-
rados
para gue
el
destino
les
conduzca inmediatamente
a
sus
races;
los dems,
recofien
un
camino
tortuoso:
pasan
de
los
platillos
volantes
a
los
grm-
pos
esotricos,
del Tbet
a
la In-
dia mistrica,
de
la
meditacin
al
estoicismo. Nunca se
insta-
Ian
definitivamente.
Cualquier
cosa
les llevar
ms lejos,
de
jando
ats nuevas
experien-
cias,
nunca saciados. Pero
ellos
siempre encuentran
el
sendero
evolutivo. Es
el desa-
hogo
del
explorador perdo
entre
la
espesura
de la
jungla.
las
pirnides
canarias
de
Gmar
bien
pudieron
fomar
parte
de
un
estilo
de
construccin,
diseminado
por
todo el
mundo,
que
tuvo su
origen
en la
Atlntida.
El fotgrao
Edgar Cayce,
en este
autorretrato,
abandon
su
profesin para
dedicarse
a
Ias lecturas
psquicas,
una
de
las
cuales
aseguraba
que
la
Atlntida
se
encontraba
cerca de las
islas
Bimini.
rano de
1968,
el
doctor
Mason
Valenti-
ne, arquelogo
submarino
del Museo de
Miami,
veterano viajero
por
el
Yucatn
y
el Pacfico sur,
qued
sorprendido
al
ob-
servar
durante
una
inmersin
al
noroes-
te de
North Bimini una
formacin regular
de
piedras
que parecan parte
de
la
sec-
cin
de un
muro de
mampostera.
Una
larga avenida
de 580
metros de largo
y
10
de
ancho,
formada
por
enormes
pie-
dras
planas,
que
en uno
de
sus
extre-
mos
se
torca,
dibujando
una
J,
antes de
desaparecer
en
la arena del
fondo.
Hasta
aqu todo
bien.
Pero Valentine
atiz,
sin
proponrselo,
la
polmica
cuando
manifest
que
los restos forma-
ban
parte
de la Sacb,
la ruta ceremo-
nial de
los mayas'que l
haba visto
in-
ternarse
en
las
aguas
delYucatn. Como
esa
ruta era una carretera
elevada, si
los
restos
de
Bimini
formaban
parte
de
ella,
debao
estaran
an
las
piedras que
la
sostenan
y,
ms
an,
los
centros cere-
moniales
a
los
que
conduca.
La
controversia enfrent
a
los
gelo-
gos,
que
se
apresuraron
a
calificar
los
muros
como una
formacin
natural
un
tanto
caprichosa,
y
a
los
atlantlogos,
partidarios
de
que
aquello
haba
salido
de
manos
humanas.
Numerosas
exped-
ciones
han inspeccionado
el
lugar,
inclu-
so
una
dirigida
por
el astronauta
Edgar
Mitchell,
pero
ninguna tan
fructfera
como
las Poseida'7
y
Poseida'76, or-
ganizadas
por
el arquelogo John Stee-
le
y
el submarinista
y
escritor
David Zink,
autor
de
Las Piedras
de la Atlntida.
En ese
lrbro cuenta
Zink cmo
locali-
z
unas viejas
fqtos
que mostraban
una
curiosa
estructura
de
piedra,
sumergida
cerca de
la
plataforma
continental.
Loca->
eo
ctno u
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
11/37
liz a
su
autor, William Bell,
que
las
ha-
ba tomado en
1957 Mientras
nadaba
con
unos amigos observ
un cilrndro se-
mienterrado
en
la arena.
Arranc los de-
psitos
de sedimentos
marinos
y
descu-
bri una masa compacta
y griscea.
Es-
carb en el lodo de
la
base
y
desenten
una
prominencia.
con
forma
dentada
A
su lado, encontr otra estructura
seme-
jante
a
un engranaje
y
veinte dientes
de
granito
entre
elfango
de
los
alrededores.
Bell fotografi
este
extrao
grupo
de
pie-
dras,
con
la certeza de
hallarse ante
res-
tos de columnas
y,
para
su asombro,
las
fotografas reveladas
mostraban
brillos
luminosos
que
sobrenadaban
entre
los
misteriosos
restos. William contaba
a
Zink
que pocos
das despus
del descu-
brimiento sufra
fluos de sangre
por
la
nariz
acompaados
de
inexplicables
alu-
cinaciones.
Las
expediciones
Poseida no
lograron
encontrar
la
columna,
pero
s
otros
para-
jes
de
muros
o
rutas
de
lneas
rectas
que
se
entrecruzan
en el
fondo del
mar. Tam-
bin una
piedra
labrada con
los
bordes
machihembrados, evidentemente
parte
de una construccin,
un
trozo de
mrmol
y
erosionado
que
semeja
la
cabeza
es-
culpida
de
un
felino
y pautas
geomtri-
cas
que
contienen, segn
Zink referen-
cias astronmicas a
las siete estrellas
de
la
constelacin
de
las
Plyades,
a
unos
cuatrocientos
aos
luz
de
la Tiena.
Pirmides
en elTringulo
de
las
Bermudas
Tal
vez no sea descabellado tmaginar
que
restos
de
la Atlntida se encuentren
diseminados
entre
los
abismos
y
las
la-
deras submarinas
continentales
del
At-
lntico occidental, entre
las Bermudas,
la
Florida
del
Sur
y
las Antillas,
dentro
de
esa
zona caracterizada
por
su
inslito cli-
ma
y
sus
incongruentes desapariciones,
conocida
popularmente
como
Tringulo
de
las Bermudas. Allse
encuentran
va-
rios
grandes
orificios circulares
que
se
hunden
repentinamente hasta
profundi-
dades an
no
determinadas
con
exacti-
tud. Debido a su forma, se
han compa-
rado con los cenotes,
los
grandes pozos
sagrados de Chichn
ltz,
en
los
que
los
mayas
arrojaban
oro,
piedras preciosas
y
doncellas
como ofrendas sacrificiales
a
sus dioses.
En
los
alrededores
de
estos aguleros
azules,
pilotos
y
pescadores
han vislum-
brado
formas
piramidales
alzndose
desde el
fondo
marino. La noticia, difun-
dida
en 1977, sobre una
gran
pirmide
sumergida detectada
por
el
sonar de una
embarcacin de
pesca
submarina,
al su-
doeste de Cayo Sal,
hizo recordar
la
abracadabrante
historia referida,
siete
aos antes, por
el
buceador Ray
Brown,
un
antiguo buscador de
tesoros
que
se
12
/
AriO
CERO
Los
arquelogos,
en
su
mayor
Parte,
consideran
la
civilizacin
minoica
que
floreci
en
Creta
como
el
origen
del
mito
platnico
de
la
Atlntida.
Estos
bloques
de
piedra
sumergidos
en
Bimini,
supuestos
rcstos
atlantes,
son
considerados
por
gelogos
y
oceangratos
como
simples
formaciones
naturales.
La
expedicin
Poseda 75 a
Bimini
y
Bahamas
descubri
una
formacin
regular
de
piedras,
tal
y
como
Cayce
haba
anunciado
en su
prcfeaa, que
se
han
interpretado
como restos de
la
Atlntida.
?
top
con las ruinas
de
una ciudad
su-
mergida construida alrededor
de
na
in-
mensa
pirmide.
En
su cspide
encon-
tr
una
abertura
y penetr
en su
interior:
"Vque
algo
brillaba. Era
un
cristal sos-
tenido
por
dos
manos
metlicas...
Con-
segu sacarlo de
su soporte.
Y
tan
pron-
to lo tuve en mis manos,
me
di
cuenta
de
que
haba llegado
el
momento
de
lar-
garme
de all,
para
no volvep,.
Se
dice
que
Brown
conserva todava
el
cristal
y
que,
a veces,
lo
muestra
en
pblico
du-
rante sus conferencias.
El
cristal
refleja
en su seno siluetas
piramidales
y parece
latir entre las manos
de
quienes
se atre-
ven
a cogerlo.
Pero Brown nunca
revel
la
situacin exacta de
la
pirmide
en el
oceano, aunque
rnsrnua
que
se encuen-'
tra cerca
de
las islas
Berry.
Durante la
pasada
dcada varios
equipos de investigacin
intentaron
en-
contrar estas supuestas
pirmides
hun-
didas. Tras varios intentos infructuosos,
Ari
Marshall,
un
industrial
griego
forofo
de
la Atlntida,
consigui
por
fin,
en
1978,
captar a
travs
del circuito
cena-
do
de televisin
de
su barco oceanogr-
fico
el
perfil piramidal
de un
promontorio
cerca de Cayo Sal.
La
pelcula,
que
deja
mucho
que
desear,
muestra una
pared
supuestamente
rocosa
y
ligeramente
in-
clinada, en cuya superficie
se aprecian
profundos orificios que expelen
relucien-
tes
partculas
de electricidad.
La
gran
ffi
lir::i:
.@
&e
ffi.
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
12/37
Et
HOMBRE
QUE
ENCONTR
Ltr ATLNTIDA
II E
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
13/37
Bory de
Saint-Vicent
public
este
mapa
en
1803
para
ilustrar su teora
de
que
Canarias
y
las
Azores
formaban
parte
del continente
hundido.
Curiosamente
este
mapa es
ituy
semejante
at
ptantado por
Slosman
en sus investigaciones
sobre
la
escritura
egipcia.
Nunca
se
revel
el
lugar exacto en
que
fueron
tomadas
las fotografas
que,
asi-
mismo,
pasaron
a engrosar el apartado
de
secretos
militares.
Sin
embargo, el
profesor
Vyacheslav
Yastrebov, del lnsti-
tuto de Oceanografa,
comunic
que
un
buceador
recogi, en el curso de
la
in-
vestigacin, una
muestra de las intrigan-
tes
construcciones. Una
roca
de
oscuro
basalto
arrojada
desde
las
entraas
de
la
tierra, pero que debido a
su
estructura
porosa,
haba sido expulsada
alaire libre
y
no bajo el agua del ocano.
De tan
in-
trigante
piedra
que,
segn el
informe
"est
siendo sometida a cuidadosas
y
completas
investigaciones,,
nunca
ms
se supo,
como tampoco de una
futura
expedicin
que
el
propio
Yastrehov
anunciaba.
Mucho
nos
tememos
que
en
la
actual situacin de
la
extinta URSS
"no
est el
horno
para
atlntidas,.
An as,
lo innegable es
que
los
ha-
llazgos secretos de
los soviticos
impul-
saron
la
ltima
teora sobre
la Atlntida.
Un cientifico
ruso, Vladimir Scherbakov,
elabor,
a
finales
de los aos
ochenta,
una
hiptesis
sre
la
desaparicin
del
legendario
continente.
Su
originalidad
ra-
dica
en
que
propone que
la
gran
isla
no
se
hundi en el
mar, sino
que qued
anegada
por
el ocano, debido
a una
fu-
sin
acelerada de
los hielos
glaciares
que
elev
el
nivel
de
las
aguas
desde
>
I"H,
GRAN
HIPTESIS DE
ATBERT
STOSIVI.AN
l
t
inters
por
la
Anti-
F da recibi un
notable
fl
imputso hacia
finales
de
los
aos
setenta
grracias
a
Ias
revelaciones
de
este cuio
so
erudito
francs,
tal
vez
el
hombe
que
ms
cluamente
ha
percibido
la desEuccin
de la
tiena atlante,
el xodo
de
sus
supewientes
y
la recupera-
cin
de su legado.
Porque
Slosman
encont
las
fuentes
histicas del
mito,
los
textos
que
inspiraron
a Platn.
Estn en Egipto
y
son
legin,
pues
los muos de
numerosos
edificios religiosos
estn recu-
biertos
con
inscripciones de
ca-
rcter
saEado...,
que
contienen
seales de
advertencia. Sus
autores
son
los
estos de
una ci-
vilizacin
superior
gue
quisie
ron
grabar
imperecederamente
en
la
piedra
la crnica de su de
safortunado
pasado
como
ense
alza
para
sus heedeos.
All
se
encuenta
el
nombre
jeroglIico
de
la
Atlntida: r{i-
Men-Ptah
o himognito
Dormi-
do de
Dios.Y aJl se
nana
Ia his-
toria
de
la ascensin
y
cada de
esta
tierra
legendaria. Lo
cuen-
ta
Slosman
con
resonancias
bi
bcas.
De
la
pareja que
reina
en este
paraso
original,
Nout
y
Geb,
nacen
Ousir
u
Osiris
y
Ou-
sit,
Sit
o
Set.
El
odio
se
desen-
cadena
ente los
atlantes
por
vez
primera, que
forman
dos
clanes rivales
en
apoyo
de
los
hermanos reales.
Set mata a
Osiris
y
la
clera de Dios
se
desencadena
sobre
sus criatu-
ras. Es
el
Grar
Cataclismo,
el
fin
de
todo. Grupos
de atlantes
embarcados en sus mandji[
barcos con
reputacin
de insu-
mergibles, contemplan
cmo
su
pas
se
hunde
bajo
las
agruas.'
tos
superuivientes
se diri-
gen
a la
ms cercaa de
las
tierras firmes,
Ta
Mana, el
lugu
del
Ocaso.
En 1973,
Slosman
descubri ese lugar, Mame
cos,
cuyo nombre
fuabe,
Mogh-
reb e.l-Ags4 sigrnilicael Pas
del
Ocaso.
Identific
el
punto
de
arribada atlante en la regin
de
Agadir,
exactamente
en una
pe
quea
poblacin
al norte
cuio
samente..llamada
Tamanar.
Es-
cudiado en las tadiciones
beebees del Atlas Medio
esta-
bleci la ruta del
xodo
de los
supewivientes
de
Ia
Atliturtida.
Un
camino sembrado
de
pintu-
ras rupestes
y
altos
lugares
que
core, desde Taouz
y
Mid-
Una
de
las
fantsticas
d
recreaciones
fi
del
artista
que
=
izo
popular
\
una
Atlantida.
rica, culta
y
$
sofisticada,
3
Gerald
Hargreaves.
\
let,
a lo
largo de
la lnea
imagi
naria,
que
seala el
Trpico
de
Cncer
la
Va Sagada
de
las
Pintwas
Rupestes. Las
rocas
Eabadas
del
macizo
de
Hog-
gar
y
del
Tassili argelino
son
Ios recuerdos de las luchas
ta-
ticidas
de
los
dos
clanes
opues-
tos,
Ios Herreros de Horus
y
los
Rebeldes
de
Set.
Quince
siglos
de marcha
interminable
guiada
por
un
aparato mgico,
el
g
me&
un
pequeo
cilino
talla-
do
en
la
madea de
sicomoro,
el
bol sagrado
de Ia Atlnti
da,
sumergido
en una
cubeta
llena
de
agua
que
marcaba
inexorablemente
una ruta
cal-
*,1:ffi,,,
culada con
anterioridad
sn
riesgo de desviacin,
hasta
vis-
lumbra
el don de
Dios,
el Nilo,
augurio
de
la tiena
prometida.
Todos estos detalles
y
ms,
los encuena Slosman
sobre
Ios
muos
de Karnak, de
Ab-
Simbel
y
especialmente
en
los
del
infinitamente
misteroso,
saEado
y
secreto
templo
de
Dendera. Particularmente
en
el
mapa
del cielo
esculpido
en
el
techo, el
ma]
llamado
Zoda-
co como fue
bautizado
por
los
egiptlogos franceses
que
acompaaban
el
ejrcito
napo
lenico
del
Sur,
durante la
cam-
paa
de Egipto.
"l. 9,;
A tr'$:I
;l
o cno/ s
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
14/37
'130
a 150
metros.
Si
la
Atlntida no
se
hundi,
sino
que
se
ahog,
surge
la
po-
sibilidad de
que pequeas
islas
conside-
radas
restos
del cataclismo
-Azores,
Canarias, Madeira,
Cabo
Verde
y
Bermu-
das- alberguen
entre
las
altiplanicies
y
valles marinos
que
las
circundan
huellas
de
la
antiqusima
civilizacin atlante.
Huellas
que,
indudablemente, hay
que
buscar
all
donde
sealaba Platn, en el
ocano Atlntico, ms
all
de
Gibraltar.
Sabes
a
qu
hora
ocurr
el Gran
Cataclismo?
Pero,
Zpor
qu
se ahogla
Atlntida?
Scherbakov
considera,
retomando
las hi-
ptesis
catastrofistas de Otto
Muck,
que
el
cataclismo tuvo
su
origen
en
el
impac-
to
de
un
meteorito
gigantesco
de
varios
kilmetros
de dimetro sobre
elAtlntico
occidental,
una
de
"las
regiones de
la
Tiena ms finas
y
sensibles".
El
choque
produjo
oleajes intensos,
cambios del suelo
marino, te{remotos y
explosiones volcnicas que originaron
en
toda
la
humanidad
#to
d'el
Diluvio
Universal.
Lo
ms
inslito
de esta
hip-
tesis radica
en el
hecho
de
que
el
inves-
tigador sovitico ha determinado
con
toda
precisin
el aniversario
del
colosal
evento. Una de
las
primeras
fechas
del
calendario maya conmemora la destruc-
cin de la Atlntida,
que
tras abstrusos
clculos,
trasladada a
nuestro
calenda-
rio
gregoriano
vino a suceder
exacta-
mente
el 5 de
junio
del
ao 8498 antes
de
J. C.,
fecha
funesta vaticinaba
en el"
cielo por
la
conjuncin del
Sol,
Venus,
la
Luna
y
nuestro
planeta.
Despus
de
la catstrofe,
el
xodo de
los
supervivientes
a travs
de
las tierras
limlrofes
y
el recuerdo
de una
lejana
pa-
tria
mantenido vivo
a lo largo de milenios
generar
un
abultado cuerpo de
teoras
que,
un conocido crtico de Platn ha de-
finido irnicamente
como
.un
buen crite-
rio
para
estudiar la locura humana".
Una
bendita
locura
que
.an
guiaba
las
res-
puestas
recogidas
en un
test
que,
no
hace
muchos
aos, una asociacin
de
periodistas
americanos
hizo
circular
en-
tre
numerosos colegas.
A
la
pregunta,
isobre
qu
gran
acontecimiento
te
gus-
tara escribir?, un buen nmero contest
que
sobre
la
segunda
venida
de Jesu-
cristo,
seguido
muy
de
cerca
por
un
nu-
meroso
grupo que
prefera
hacerlo sobre
el descubrimiento
de
la Atlntida. Se
lo
imaginan,
cualquier da
de
estos,
en
pri-.
mera
pgina
de todos
los
peridi-
cos?
Q
Segn algunas
intqprg,bciones,
esta
figurilla,
encontrada
en
Mxico,
reprcsenta
un
soldado atlante.
*"
....
]tlAS DATOS
EN:
o
Charles
Berlitz.
La Atlntida. Editorial
Planeta.
o
Juan G. Atienza. Los supervivientes de
la At-
lntida.
Editorial Martnez Roca.
.
Robert Scrutton.
La olra
Atlntida.
Editorial
.
EDAF. i
r
rc/arlo
cERo
A&
El
arquelogo,
etnlogo
y
aventurero
ms
famoso
de
todos
los
tiempos
ha
dedicado
sus ltimas investiga.
ciones
a una fascinante
tarea:
encontrar las
verdade,
ras huellas
de
la
Atlntida.
Thor
Heyerdahl,
que
asom,
br al mundo
con
su
mltico
viaje
bordo d'e
la
Kon.
Tiki,
ofrece
en
esta entrevsta,
exclusiva
para
A0
Cero,
los
n0 menos
asombrosos descubrimientos
que
ha logrado
hasta
ahora
en
una
y
otra orilla
delocano,
JOS
LEX
CAilO
Thor
Heyerdahl
informa
al redactor
jefe
de
Ao
Cero
sobre
sus
ltimos
descubrimientos
arqueolgicos
relacionados
con la
Atlntida.
I viaje a la Atlntida
se
ha iniciado
a bor-
do de un
pasillo
me-
cnico en
el aero-
E
V I
puerto
de
Barajas.
Y
he
tenido
la
fortuna
de
ser
guiado
por
el
mismo
gur que
traz
las rutas
de
mis
l-
timos
sueos infantiles, los
que
recorr,
cromo a
cromo,
viajando
en
la
Kon-Tiki
que
navegaba
sobre
el
papel
de
plata
de
unas chocolatinas.
Ha
sido un viaje extrao
y
maravilloso,
como
todos
los
que
ha hecho
en su vida
de
fbula
Thor Heyerdahl,
el hombre
cu-
yos
ojos
tienen
el color ms
parecido
al
mar
de
todos
los
que
he visto
en
mivida.
Pero Thor Heyerdahl
no
es
Simbad el
marino,
de modo
que
no me
ha
contado
cuentos;
tampoco
es un iluminado
ni
un
fantico, sino
un
cientfico
de
prestigio
in-
ternacional,
por
lo
que
no
he
tenido oca-
sin de escuchar
burdas elucubracio-
nes. Durante
nuestra
agitada
travesa
por
los
pasillos
del aeropuerto
me
ha conta-
do
sencill,amente
lo
que
ha
visto
en
Am-
rica,
en Africa
y
en el
Mediterrneo:
las
mismas
huellas
de
una civilizacin
perdi-
da. Y,
sin embargo,
puedo
asegurarles
que
nunca,
en
una sola
hcra
de conver-
sacin,
se me
haban
presentado
hori-
zontes
ms
amplios
ni
paisajes
ms evo-
cadores.
Ya no
cabe
preguntarse,
tras lo
que
Thor
Heyerdahl me ha revelado
y
su'
piqueta ha sacado
a
la
luz,
si
la
Atlnti-
da
existi,
sino cmo es
posible
que
no
existiera.
Algo
muy
particular
ocuni en todo el
mundo,
al
parecer,
hace cinco mil
aos.
Algo
que
slo unas
pocas
mentes
abier-
tas
-como
la
de
mi
excepcional
interlo-
cutor-
son capaces
de
intuir. Hay
tres
clases de hombres, los
que
imaginan
y
se cruzan
de
brazos,
los
que
actan sin
imaginacrn
y
aquellos
que
primero
ima-
ginan y
luego
llevan a
cabo
lo
que
han
imaginado.
Thor
Heyerdahl
pertenece
a
esta
ltima
categora,
de
manera
que
la
imagen
de
aquel suceso
extraordinario
que
ocurri hace
cinco
mil aos ha sido
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
15/37
THORHEYERDAH
ffY*
Hffiff*ffigffi
el hilo conductor
de sus ltimos
viajes,
y
estoy seguro
de
que
slo l ser capaz
de desentraar
ese
apasionante
misterio
al
que
Platn dio
un nombre
mitificado
por
los
que
le
siguieron.
Marruecos
ha
sido su
ms
reciente
periplo,
donde ha
visitado
"zonas
intere-
santes"
cuya
localizacin
exacta
se
re-
serva. S
me
dice
que
ha recorrido toda
su costa
mediterrnea
y
el
Sahara occi-
dental,
donde
ha
encontrado
"ciertos
je-
roglficos rupestres
y
piezas de
cermi-
ca directamente
relacionados
con
las
pi-
rmides
tinerfeas
de
Gmar,
pero
tam-
bin
hemos odo rumores de
que
existen
estructuras de
piedra
muy similares
a las
pirmides
canarias".
lncrebles
pirmides
peruanas
lndiana
Jones
y
su
templo
maldito
se
quedan
en
mantillas
ante
la
pelcula
real
a
la
que
estoy
asistiendo
a travs
de
las
palabras
de
Thor Heyerdahl.
Su
principal
labor
como
arquelogo,
de
mornento,
se
desarrolla
en el
valle de
Lambayeque,
en
la costa
norte del
Per,
"donde
hemos
encontrado
un
lncreble
grupo
de
26
pi-
rmides,
algunas
con
ms de
40 metros
de
altura,
construidas
de adobe.
En
la
plataforma
ms alta
han aparecido
res-
tos
de
muros de
temPlos,
en
Piedra,
de
una
poca
muy anterior
a
la incaica.
Se
han construido
con
millones de
bloques
de adobe,
con decoraciones
y
pinturas
polcromas
que
recuerdan
a
las
de
la cul-
tura
Chim,
anterior
a
los
maYas"
Dentro
de
estas
pirmtdes,
bajo
el
piso
de
los templos,
Heyerdahly
su
equi-
po
han encontrado
tambin
un
gran
n-
mero de
restos
humanos,
algunos
de
ellos
reducidos
a simples
esqueletos,
pero
otros
perfectamente
momificados
-como
las momias
guanches,
como
las
momias
egipcras-,
en
el
interior
de
sa-
cos
confeccionados
con
algodn.
.To-
dava
no
las hemos
abierto
y
es
posible
que
nos
deparen
alguna
sorpresa,
pero
es
curioso
que
algunas
momtas
se
en-
cuentren
en
posicin
fetaly
otras en
po-
sicin
horizontal,
al
estilo
de
las
que
apa-
recen en el valle
de los
ReYes"
Me
encanta
recorrer con
HeYerdahl,
en 50
metros de
pasillo,
la
distancia
que
une
a
Egipto con
la
orilla
americana
del
Pacfico.
El mar
-sostiene
y
ha
proba-
do
el arquelogo
noruego-
siemPre
une,
jams
separa.
Mientras
remonta-
mos unas
tormentosas
escaleras,
esta
vez sin
ms
ayuda
que
la
de nuestras
piernas,
el
joven
de
setenta
y
siete
aos
al
que
acompao
me
notifica
que
es
la
primera
vez
que
se
han
encontrado en
Amrica
pirmides
con
templos.
"Se
sa-
ba
que
existan,
porque
aparecieron
di-
bujos
de
las mismas en vasos
de
cer-
mica,
pero
nunca
se
haban
encontrado.>
-&ffiB>e
zio
ctno/ n
7/24/2019 Bbltk-m.a.o. R-007 N019 - Ao Cero - Vicufo2
16/37
Es
la
primera
vez
que
se encuentran
y
la
primera
vez
que
se estn
excavando en
Amrica
pirmides
con mtodo
cientfico
y
no
simplemente
de
saqueo,
como
se
ha
venido
haciendo
hasta
ahora".
iEstamos
ante
las
evidencias
de
una
misma
cultura
que
floreci
a
un
lado
y
otro
delAtlntico?
Heyerdahl
se
muestra
cauto.
Cuando navega
se deja
llevar
por
la
corriente
de sus ensoaciones,
pero
en el
campo
estrictamente
cientfico
le
gusta
pisar terreno firme.
"Una
cosa
es
segura
-afirma
en su deliciosa
mezcla
de hispanoitaliano
con
giros
mexica-
nos-, la
arcaica
cultura
que
floreci
en
Lambayeque
era de
un
nivel
muy
alto,
como
demuestra la
gran
cantidad
de ce-
rmica
encontrada,
con
muchas
piezas
completas,
as
como las
piezas
de
ma-
dera artsticamente
labradas
que
hemos
descubierto.
Pero
lo
importante
es
que
se trata
de
una cultura
no
slo
agrcola,
sino
pesquera
y
ms
que
todo comer-
cial.
Es
seguro
que
mantena
contactos
martimos
con toda la
costa del
Pacfico
y toda
Amrica
del
Sur
porque tambin
hemos
encontrado
un tipo de
lapislzuli
que
exrste
slo
originariamente
en
la
cos-
ta
central
de
Chile a ms
de 2 000
kil-
metros
de
distancia al
sur.
Y
una
gran
cantidad
de cierta variedad
de
esponjas
que
vienen
de
Panam
y
Ecuador Y
otro
tipo
de moluscos
que
slo viene
de
Pa-
nam,
y plumas
de
aves tropicales
de
la
jungla
que
hay
en
la
otra
parte
de
los
An-
des",
Una
visin
revolucionaria
Va
elegantemente
vestido,
pero
se co-
noce
que
est incmodo
bajo
su unifor-
me
urbano, Lo
suyo
es deslizarse
sobre
la
espuma
del mar,
a
pecho
descubier-
to, o embutirse
en
una cazadora
plaga-
da
de bolsillos mientras
escudria ruinas
inverosmiles,
como las
de
esta
versin
americana
de las
pirmides
de
Egipto
que
ha
descubierto
en
Lambayeque
y
que,
en
su opinin
cambian
completa-
mente la
visin
que
se
tena
del
Per
anti-
guo,
"Ahorita,
entre
otras sorpresas, hemos
encontrado
tambin
junto
a las
pirmi-
des una
gran
cantidad
de
excrementos
y
huesos
de llamas,
lo
que
resulta
suma-
mente
extrao,
porque
las
llamas
perte-
necen
al
altiplano. Esto
significa
que
la
cultura
de
Lambayeque
ha
dispuesto
de
una
gran
cantidad
de llamas
para
el
transporte,
y que
sucesivas
expediciones
con
estos
animales
han
cruzado
los An-
des
de
parte
a
parte
para
intercambiar
pescado
por
plata
y
oro,
en una impor-
tante
red
comercial
hasta
ahora
insospe-
chada.
Si usted
me
pregunta
qu
signi-
fica todo
esto,
yo
le
dir que, en
contra
de
lo
que
se ha
sostenido
hasta
ahora,
18
/
AiO
CERO
los
incas no
constituyeron
los
primeros
lmperlOS
dlTl0l'lCflOS."
Haba,
pues
un imperio
mucho
ms
antiguo,
cuyos ltimos
vestigios
estn
empezando
a salir a la luz.
"La
teoria
que
ha
prevalecido
hasta hoy
era
que
cada
valle, independientemente,
iniciaba
la
evolucin de su
propia
cultura,
pero
aho-
ra est muy claro
que
no fue
as.
En
la
poca
ms
antigua
todos
los valles
de
Mesoamrica
pertenecan
a
la misma
cultura;
despus se
produjo
una
evolu-
cin individual
de los valles
locales
que
otra vez,
en el caso
del Per, formaron
una cultura comn en
la
poca
incaica",
Thor
Heyerdahl
y
su equipo
se han
in-
ternado, milmetro
a
milmetro,
en los
su-
cesivos estratos
de estas ruinas.
La
zona
ms
alta corresponde
a Ia
poca
de
la
llegada
de
los
europeos,
Un
poco
ms
abajo est
la
poca incaica,
que
en Lam-
bayeque
dura
poco
tiempo,
apenas
dos
o tres
generaciones,
y
a
continuacin
flo-
recen vestigios
contemporneos
de
la
poca
Chim, alrededor
del
ao
1000
despus de
Cristo.
Y
un
poco
ms
a