Bautizo Dig

8/17/2019 Bautizo Dig

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punto de par t ida que no una fórmu la h e c h a y a c a b a d a .

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jo s : la cara d e l m un d o co n te m p o rá n eo (Dom enach) ; l as re l ig iones como rea l i -dades sociales (Houtart) ; la Te olo gía

ante la evolución de la l i teratura del

s i g l o x x ( M o e ll er ). E n c u a n t o a l a s c ienc ias in c luye t raba jos sobre : l a m a-teria (D ubarlc) ; la biolog ía (Tll ics) , psi-co logía (Godin) , soc io logía (R cm y) , re l i -g iones (Desroche) y pedagogía (Bokel m a n n ) .En las corrientes f i losóficas se estu dia :T ían t , f i losof ía de la v ida , fenomenología , exis tenc ia l i smo, persona l i smo, idea l i smo, neoescolás t ica , m arx ismo , es t ruc tura l i s mo. Y en las grandes re l ig iones , a r t í cu-los sobre : budismo, Ind ia , I s lam y

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¿QUIENES NOS PIDEN

EL BAUTISMO?p o r D a n i e l C e r v e r a

1 — Los hostiles2 — Los marginales3 — Los funcionales4 — Los tradicional-culturales5 — Los indiferentes6 — Los responsablesSugerencias pastorales

¿Cómo interpretar las «peticiones» de bautismo? ¿Quéhay en el fondo vital de toda expresión verbal? Los queacuden al sacerdote para concretar día y hora del rito bautismal poseen unas vivencias religiosas que convieneanalizar pues provocan una conducta externa muy coherente.

Este fondo religioso vivencial puede concretarse enunas actitudes o «mentalidad» típicas. Conociéndolas podremos enfocar con más eficacia nuestra pastoral bautismal.

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Después de varios estudios sociológicos sobre actitudesreligiosas de diversas zonas urbanas en España, podría describir esta mentalidad clasificándola enseis tipos. Con todo,el sociólogo aborda siempre un hecho fluido y complejocomo todo lo humano, y que por lo mismo escapa a todaclasificación neta y clara. Hay quien participa de variostipos a la vez. Pero hay suficientes rasgos específicos paradiagnosticar a modo de orientación socio-pastoral.

I. LOS HOSTILES

Rehúsan positivamente toda pertenencia, actividad y presencia en la Iglesia. No ven en los sacerdotes más que astutos parásitos. En los cristianos fieles ven a unos hipócritas o peores queellos.

Experimentan una doble reacción de alejamiento: de la comunidad de fieles y de la Iglesia como Institución. De la comunidad de fieles, cuando ésta coincide demasiado con un gruposocial determ inado: (posición económica, cultura, lengua...);cuando los «más de misa» juegan a lucirse socialmente en procesiones, actos religiosos externos y son los más «ricos» e incoherentes en su vida profesional o cívica. De la Iglesia, cuando ellosla ven como infeudada en un poder temporal constituido anteel cual ellos no hayan realizado una opción de acuerdo o aceptación. La Iglesia aparece ante ellos como un poder político —«sonlos que mandan»— y su acción sacramental como una tácticainteresada: de control.

— Estos , si piden el bautismo, es con conducta forzada y por sólo obtener un papel válido en otros asuntos civiles. Ellos no

pertenecen a la Ig lesia psicológicamente.

II. LOS MA RGINA LES

No son personas hostiles, ni tampoco conformistas. Son individuos divididos entre dos sistemas de valores diferentes y a veces opuestos: los valores de la Iglesia y los valores de la

civilización técnico-consumista en la que se hallan inmersos.86


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Esto denota que conocen y viven algo la valoración cristianacomo para darse cuenta de que queda interrogada por la sociedad de hoy. Pero no han logrado integrar su Fe en la problemática de la vida real.

Todo ello provoca en estas personas una tensión. Están divididos interiormente. Son inestables. Tienen serías dudas sobrela fe. Este estado de vivencia los margina y aleja de la Iglesia.Sobre todo si recibieron una formación religiosa de «tabús» queva perdiendo su consistencia a m edida que la mentalidadsocietal avanza por los caminos de la racionalidad, o si110 encuentran que la Iglesia, los sacerdotes o los cristianos den res puestas adecuadas a los problemas reales que la vida les planteacada día. Un caso típico es en la cuestión de la regulación dela fecundidad.

= Estas personas, cuando pid en el bautism o para sus hijos ,no siempre van con un sentimiento total de pertenencia y de adhesión interna a la Iglesia.

III . LOS FUNCIONALES

Estos cristianos se dirigen a la Iglesia para satisfacer ciertasnecesidades religiosas indiv iduale s: impulsiones psicológicas. Venen todo rito y práctica religiosa un modo de recobrar la paz delalma, la tranquilidad y la seguridad interior de un deber cum

plido. La religión se reduce, en estos casos, a una función psicológica.

Son cristianos individualistas que «usan» de un servicio religioso, como usuarios de un servicio público. No hay pues queestablecer más que las relaciones funcionales imprescindibles

para lograr la finalidad deseada. No conciben a la Ig lesia comocomunidad de salvación, sino como una agencia de poderes sagrados que cada uno procura utilizar para satisfacer su necesidad personal.

Tienen un tipo «instrumental» de motivación en la conductareligiosa: de las operaciones se espera un resultado exterior alindividuo y al acto. Una vez puesto el acto, el resultado se ha deseguir automáticamente: sea la curación de una enfermedad, eléxito de unos exámenes o la obtención de novio. Conciben a Diosy a lo sagrado como más o menos presente en el rito, pero ésteno tiene por función transformar y convertir la existencia moral


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del que lo practica. El mal se concibe como algo externo queamenaza desde el exterior.

Pertenecen a la Iglesia en la medida indispensable para salvarsu alma donde tramitan su pasaporte para el cielo.

Tienen una vivencia religiosa formalista, emocional y desconectada de la vida real fuera del rito.

= Estas personas pueden pedir el bautism o o por temor de que algo pase al recién nacido si no se le bautiza, o para impetrar salud y bienestar material para la criatura.

IV. LOS TRAD ICION AL-CU LTURA LES

La práctica religiosa de estas personas viene motivada grandemente por la cultura de la sociedad en que viven. La nacióno sus grupos han incorporado a sus costumbres y mentalidad uncierto numero de modelos de conducta religiosa que se identificano corresponden a las necesidades del grupo social. Del hecho dela presencia histórica del catolicismo en nuestro país, estos modelos socio-culturales han sido extraídos de la Iglesia católica.Luego, seleccionados y definidos por la cultura. Esta «selección»

cultural ha ido produciendo unas adherencias m arginales: unropaje superestructural con el cual las instituciones han idorevistiendo el núcleo de la Fe.

Todo ello ha pasado a formar parte de la sociedad y susvalores. Apartarse de esto se hace difícil y peligroso socialmente.Por ello estas personas son enormemente vulnerables a la presiónsocial, al «qué dirán», al «todos los hacen». Están ancladas todavía en una situación de Cristiandad.

El carácter de obligación y «precepto» es notable, y da aestas personas una religión estática, sin sentido de misión yapostolado. Evasiva de la vida comunitaria.

Predominan en ellos el cariño por las formas externas delcu lto : riquezas del templo, de los ornamentos, de las estatuas desantos; oír órgano o música polifónica... etc. El sentimientoreligioso se polariza hacia manifestaciones en las que lo grandioso, solemne y majestuoso les ayuda grandamente para unavinculación afectiva con el Creador, el Grande, el Todopoderoso.Quizá menos vinculaciónefectiva con Él que llama, invita yespera una conversión. Con Cristo.

Son conformistas: en sus prácticas se someten y se confor


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man con la Iglesia, en cuanto lo que ella habla o hace se identifica con la cultura aceptada o el medio ambiente tradicional.Todo intento de la Iglesia para actualizar las exigencias religiosasque suponga un replantamiento de los modelos recibidos, ataca

al sentimiento religioso tal como lo viven estas personas. Las«exigencias» renovadoras de los sacerdotes son vistas comoabusivas y revolucionarias. El Concilio les «está quitando su Fe»y su práctica tradicional.

Se consideran católicos porque así fueron sus padres, porquecomo tales fueron un día bautizados, o porque en España todoslos somos.

= Estas personas pueden pedir el bautismo por rutina, porque hay que hacer como todos. Por cierto sentido de obligación no desligado de un sentimiento de temor.

V. LOS INDIFERENTES

Estos cristianos recurren al ministerio de los sacerdotes o por sus efectos civiles o por sacralizar un hecho social , aunque habitualmente negligen importantes preceptos positivos de la Iglesia,sin que —al parecer— sientan ningún remordimiento de conciencia por ello. Y este recurso es esporádico: bautismo, primeracomunión, matrimonio, funerales y a los oficios en ocasión de lasfiestas más importantes del calendario.

Ven a la Iglesia como fuerza social institucional y al sacerdotecomo un funcionario o burócrata de un aparato administrativoimportante.

Acuden y usan de la Iglesia pues la ven influyente socialmente: del matrimonio canónico dependen sus derechos civiles; para el trabajo, vivienda, ingreso en magisterio ... etc., se necesitacon frecuencia el certificado de «Buena conducta» que extiendeel Párroco; el lograr la entrada en escuelas religiosas, guarderías,internados, inscripción civil de personas adultas... etc., va unidoa la obtención del certificado del Bautismo; la Funeraria y susservicios ligado al entierro eclesiástico.

Todo hecho social, desde el nacimiento hasta la adquisicióndel coche, tiene su «plus» de prestigio si pasa por la mano ben-diciente de la Iglesia. Es decir, sacralizan acontecimientos de lavida social. En esto creen útil la presencia y acción de la Iglesiaen la sociedad.

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Pero son indiferentes a lo que la Iglesia pueda hacer o deciren el plan de renovación personal. Ni la renovación litúrgica, niel acceso más profundo a la Palabra de Dios, ni el compromisodel laico provoca en ellos reacción alguna.

= Probablemente resume esta actitud religiosa la frase mil veces oída: “Padre, vengo a que m e diga qué papeles necesito

para bautiza r a mi niño”. Falta el mínim o necesario para hacer válido un acto de contenido religioso.

V I. LOS RESPONSABLES

Son cristianos que manifiestan una práctica religiosa modelada por valores esenciales en el núcleo de la Fe. Y estos valoresson reflexionados hasta generar unas decisiones personales yconscientes.

Su vivencia religiosa va ligada a la vida y a la problemáticareal de cada día. Su Fe inspira las situaciones.

Buscan inquietos el formar parte de una comunidad viva. Sesienten ligados a los demás, sean participantes de la asambleaeucarística, sea en esferas y problemas más amplios.

Buscan las Parroquias, el culto, los sacerdotes, las institucionesque más enriquezcan su vida de Fe y respondan a sus necesidades de maduración.

Inten tan integra r en sí mismos los dos mundos : el de la Fey el de la civilización actual.

En su motivación religiosa no construyen un Dios imagen delhombre, sino que ellos se configuran según la imagen evangélicade Dios.

No actúan por rutina, ni por presión social ni por temor. Antesal contrario replantean continuamente las situaciones «tradicio

nales» buscando significado y coherencia.El peso sociológico de la Iglesia en una sociedad «católica»más bien crea nerviosismo, recelos y hostilidad sobre estos cristianos.

Desean tomar más grandes responsabilidades en la Iglesia.Por reacción a estructuras demasiado masificantes en la pasto

ral tradicional de la Iglesia, buscan el formar pequeñas comunidades de base donde la respuesta religiosa a la problemáticavital sé haga a niveles humanos reducidos. En los que la reflexiónen común a la luz de la Fe orienta la maduración de su espíritu.

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Actualmente muchas de estas personas están bajo el signo dela contestación, de la crítica dinámica de toda situación «reci bida», y a veces quedan colocados en la difícil situación del«solitario» en su búsqueda de Dios.

= Estos pueden:a) Pedir no bautizar a sus hijos hasta que ellos mismos

adquieran, con la edad, la suficiente madurez para pedirlocon la libertad de una decisión personal, replanteando con ellotoda la teología y ritual del bautismo de niños.

b) Pedir un marco comunitario (durante la acción litúrgica de toda la Asamblea)que dé significado y profundidad alrito bautismal.

c) Un nuevo ritual (ni el nuevo) casi preparado por ellosy el sacerdote, lleno de las vivencias personales y comunitarias propias de los oferentes.

d) Pedir un marco comunitario y ritual tan específico y singular, que estos cristianos se separen del común de todoel pueblo fiel, formando una «élite» y minoría puritana. Quela novedad de su bautismo proporcione un aplus» de prestigio ante los demás.

SUGERENCIAS PASTORALES

Muy teóricas, quizá, pues la «imaginación» pastoral que plantean estos tipos de menta lidad religiosa no se puede im provisar. No hay recetas hechas para la acción concreta delante deeste público. Toca a cada pastor y equipo pastoral el trazar laslíneas de acción adecuada.

Hay que rechazar una pastoral que ayude simplemente alhombre a colmar las fisuras residuales de su existencia, pormedio de un ritualismo más o menos mágico (=sacramentaliza-ción sin evangelización). Su existencia no se reduce a lo finito,ni incluso con la ayuda de un Dios providencialista que siemprelo soluciona todo. La existencia se redime por medio del acto defe, que es encuentro personal con Dios Padre, con Jesucristo ycon la Iglesia. Es un acto por el cual el hombre se comprometelibremente a transformar su vida según los planes de Dios y nolos suyos. Este acto es muerte (cruz) y si la respuesta existe, esen los términos en que Dios la da.

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La pastoral del Bautismo, con toda la paciencia y pedagogía,que se quieran,no es un simple sí a la petición de los padres,sino que se esfuerza en situar a las personas frente a un posibleencuentro de Fe con todas sus exigencias.

Por otra parte el pastor debe estar siempre dispuesto a ayudar a los que se encuentran en un momento de apertura para proporcionarles una respuesta tranquilizante y fácil.

Ello implica una situación de diálogo continuo entre el pastor/ los fieles pa ra conocer mejor sus actitudes y mentalidad, sulenguaje y problemática. Para no administrar un rito con lenguajeesotérico o perito, sino que «agarre» la totalidad de concienciadel cristiano. No habrá jamás un ritual educador, mientras norefleje la visión del mundo que tienen nuestros hombres.

Revisar en nosotros toda situación mental de «cristiandad»con la que suponemos que todos «están ya adentro».

Hay que proponer nuevas formas de visibilidad para laIglesia porque según la imagen que el pueblo vea de ella (instituciónoficial, control administrativo, influencia social... comunidad pobre y de invitación, anuncio libre en el gozo y el amor...) serásu contenido de relación con ella.

Convendrá ir creando un clima de «libertad religiosa» para loscristianos, para los mismos fieles. No se fuerce tanto, no se insistaen el precepto y se estimulen todas las decisiones personales yconscientes.

Habrá que revisar la actitud pastoral fundada en el sentimiento religioso universa l: en la creencia de que toda forma devinculación con el más Allá personalizado en Dios y que existeen el fondo de toda conciencia, es ya una secreta búsqueda deDios, Padre, de Cristo y de la Iglesia. Ser religioso no equivale aser cristiano.

Buscar que los cristianos responsables logren una vivenciade pertenencia y adhesión a la Iglesia, y al mismo tiempo que sumaduración a la Fe les lleve a crear vínculos solidarios con lamasa, con el pueblo, con los hombres tal como están. Que sutestimonio redima a este pueblo pero no lo suprima.

,r D a n i e l C e r v e r a F i t a

Instituto Católico de Estudios Sociales

de Barcelona

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¿UN RITO IMPUESTO O LENTAMENTE ELABORADO Y DESEADO?

Cuando escribimos estas líneas está a punto de aparecer la versiónen castellano del nuevo ritual para el bautismo de párvulos, con lasdebidas adaptaciones, según deseo del Concilio, a los usos y costum bres de las diversas regiones, hechas por las respectivas Conferencias

episcopales.La mayoría de pastores están esperando su aparición y ella darálugar a una abundante literatura e incluso, probablemente, a exhortaciones episcopales encareciendo su recto uso.

Pero para la mayoría de fieles y pastores este ritual y los que iránsiendo promulgados en fechas más o menos próximas, aparecerácomo un don concedido graciosamente desde arriba, en el mejor delos casos, o como un acto autoritario, más o menos oportuno, en otros.

Algunos pastores se habían lanzado hace tiempo a elaborar su propio ritual, otros habían suspirado por él, sin osar infringir las rú bricas en vigor. Pero ni unos ni otros, al tomar en sus manos el nuevotexto, podrán sentirse identificados con él por haber contribuido asu maduración y elaboración, ni lo considerarán como una respuestaa unos problemas que nunca pudieron expresar, en forma colegiada,a los órganos que han elaborado dicho ritual.

No obstante, en otros países se ha dado esta maduración colectiva, a través de una reflexión e intercambio de experiencias a distintosniveles, parroquial, arciprestal, regional y nacional. Es el caso deFrancia, en donde desde 1959, en que apareció un «Directorio parala pastoral de los sacramentos», hasta la reciente promulgación delnuevo ritual de bautismo de párvulos, los pastores, con el episcopadoal frente, no han cesado de estudiar la problemática de los «sacramentos de la fe» pedidos a menudo por personas que no tienen, se-

Presentamos a continuación una muestra de esta lenta madura-gún expresión del episcopado, «una fe suficiente»,ción del nuevo ritual en las diócesis francesas.

La Asamblea plenaria del episcopado francés adoptó y publicó afinales de 1965 una «Nota de reflexión» sobre la pastoral del bautis

mo de párvulos. Esta Nota comprendía tres partes: la primera y lasegunda fueron aprobadas por la Asamblea; la tercera, que debíacontener las orientaciones prácticas, no se publicaba inmediatamente:los obispos de cada Región apostólica quedaban encargados de su

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