INTRODUCCIÓN Barrio Alberdi, alberga una población amplia conformada por: estudiantes, médicos, comunidades peruanas y bolivianas, comunidades aborígenes e inmigrantes europeos. Esta mixtura de culturas hace que, este barrio tenga una riqueza inigualable por el cual merece un cuidado especial. Entre sus edificios se encuentran: el Hospital Clínicas, el Museo de la Reforma Universitaria, La Piojera, la Ex- Cervecería, la Plaza Colón, entre otros. En las calles de Alberdi se llevó a cabo la lucha de miles de trabajadores, en lo que fue el “Cordobazo” y también surgió la Reforma Universitaria, que fue pionera en la lucha de los estudiantes en Argentina y en América Latina. Este pueblo-barrio aportó de una manera significativa a la historia de Córdoba, por eso es debido preservar los sitios históricos que le dan la identidad a el lugar. Es uno de los pocos barrios que conserva el ambiente familiar, en donde aún se puede apreciar a niños jugando en las calles, posee espacios tranquilos y verdes donde todavía se escuchan el canto de los pájaros y el silencio de la noche. Este caso puede ser el de muchos barrios, por eso es importante inculcar el sentido de pertenencia, para la sobrevivencia de lugares que forman parte de nuestras raíces porque un pueblo no es verdaderamente libre mientras que la libertad no esté arraigada en sus costumbres e identificada con ellas.
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INTRODUCCIÓN
Barrio Alberdi, alberga una población amplia conformada por: estudiantes,
médicos, comunidades peruanas y bolivianas, comunidades aborígenes e
inmigrantes europeos.
Esta mixtura de culturas hace que, este barrio tenga una riqueza inigualable
por el cual merece un cuidado especial. Entre sus edificios se encuentran: el
Hospital Clínicas, el Museo de la Reforma Universitaria, La Piojera, la Ex-
Cervecería, la Plaza Colón, entre otros.
En las calles de Alberdi se llevó a cabo la lucha de miles de trabajadores, en
lo que fue el “Cordobazo” y también surgió la Reforma Universitaria, que fue
pionera en la lucha de los estudiantes en Argentina y en América Latina. Este
pueblo-barrio aportó de una manera significativa a la historia de Córdoba, por
eso es debido preservar los sitios históricos que le dan la identidad a el lugar.
Es uno de los pocos barrios que conserva el ambiente familiar, en donde aún
se puede apreciar a niños jugando en las calles, posee espacios tranquilos y
verdes donde todavía se escuchan el canto de los pájaros y el silencio de la
noche.
Este caso puede ser el de muchos barrios, por eso es importante inculcar el
sentido de pertenencia, para la sobrevivencia de lugares que forman parte de
nuestras raíces porque un pueblo no es verdaderamente libre mientras que la
libertad no esté arraigada en sus costumbres e identificada con ellas.
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ÍNDICE
“TODA HISTORIA DE LA SOCIEDAD HUMANA, HASTA LA ACTUALIDAD, ES UNA
HISTORIA DE LUCHA DE CLASES”
“EL ARTE ES LA FIRMA DE LA CIVILIZACIÓN”
“LA PRIMERA RIQUEZA ES LA SALUD”
“LA EDUCACIÓN NO ES LLENAR EL CUBO, SINO ENCENDER EL FUEGO”
“EL DEPORTE NO FORJA EL CARÁCTER, LO PONE DE MANIFIESTO”
“EL ESPACIO PÚBLICO ES UN LUGAR DE EXPRESIÓN COMUNITARIA”
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I
“TODA HISTORIA DE LA
SOCIEDAD HUMANA, HASTA
LA ACTUALIDAD, ES UNA
HISTORIA DE LUCHA DE
CLASES”
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NACIMIENTO DEL BARRIO
Hasta 1910 ese territorio era denominado como "Pueblo la Toma" pero al
conmemorase el centenario de Juan Bautista Alberdi el Concejo Deliberante de
la ciudad decidió el 6 de septiembre de ese año cambiar el nombre por el de
"Pueblo Alberdi" quien es conocido como el padre de la constitución pero que,
paradójicamente, despreciaba a los pueblos originarios y era partidario de la
inmigración europea.
El Pueblo la Toma era habitado originalmente por comechingones y luego por
sus descendientes ya mestizados con españoles, que actualmente residen en el
barrio y es una comunidad reconocida desde el 2009 por el INAI (Instituto
Nacional de Asuntos Indígenas). También recibió parte de la inmigración
europea, principalmente italiana, y en las últimas décadas se han establecido
muchos inmigrantes bolivianos y peruanos, constituyendo todos un gran
aporte económico y cultural para la ciudad.
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REFORMA UNIVERSITARIA
Fue un movimiento estudiantil que se inició en la Universidad Nacional de
Córdoba de Argentina en 1918, liderado por Deodoro Roca y otros dirigentes
estudiantiles, y que se extendió luego a las demás universidades del país y de
América Latina. La Reforma Universitaria dio origen a una amplia tendencia del
activismo estudiantil, integrada por agrupaciones de diversas vertientes
ideológicas, que se definen como reformistas. Entre sus principios se
encuentran la autonomía universitaria, el cogobierno, la gratuidad de la
enseñanza, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras y los
concursos de oposición.
En 1918 hacía ya dos años que había asumido en Argentina el primer gobierno
democrático (sufragio universal masculino) liderado por el presidente Hipólito
Yrigoyen de la Unión Cívica Radical. Córdoba tenía una antigua universidad,
fundada por los jesuitas en tiempos de la colonia española, en la que se
mantenían aún groseras características elitistas y clericales que chocaban con
los nuevos tiempos. Los estudiantes universitarios de Buenos Aires, La
Plata y Córdoba, pertenecientes a familias de una reciente clase media
formada a partir de la gran ola de inmigrantes europeos o sus descendientes,
venían organizándose en centros de estudiantes por facultad desde principios
del siglo XX y comenzaban a exigir reformas que modernizaran y
democratizaran la universidad. Los centros de estudiantes se habían
organizado a su vez en federaciones (Tucumán, Córdoba, La Plata y Buenos
Aires) y en abril de 1918 fundaron la Federación Universitaria Argentina (FUA),
como organización gremial representativa del estudiantado argentino.
A fines de 1917, una ordenanza de la Universidad de Córdoba suprimiendo el
internado en el Hospital de Clínicas dependiente de la Universidad, desató el
descontento de los estudiantes cordobeses que solicitaron a las autoridades
universitarias la revisión de las medidas. El 20 de marzo el Consejo Superior
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resolvió no considerar ninguna solicitud y el 31 de marzo los estudiantes
declararon una huelga general y pidieron la intervención de la Universidad por
el gobierno nacional. Los estudiantes lograron su propósito y el presidente
Hipólito Yrigoyen nombró como interventor en la Universidad de Córdoba al
Procurador General de la Nación, José Nicolás Matienzo. Luego de comprobar
diversas irregularidades, Matienzo propuso democratizar el estatuto
universitario. Declaró vacantes los cargos de rector de la Universidad y
decanos de las facultades y dispuso un nuevo sistema para la elección de las
autoridades por parte de la totalidad de los docentes, reemplazando la elección
por docentes vitalicios. No obstante los avances que implicó la nueva
normativa, los estudiantes quedaban excluidos del proceso de elección de las
autoridades.
El 15 de junio fue el día del estallido. Elegidos ya los decanos, correspondía a
la Asamblea Universitaria integrada por la totalidad de los docentes, designar
al rector. El candidato estudiantil era Enrique Martínez Paz y el de los sectores
tradicionales de la Universidad de Córdoba, Antonio Nores, miembro una
asociación ultraconservadora conocida como Corda Frates. Hubo dos
votaciones y ninguno obtuvo mayoría absoluta. Se hizo una tercera en la que
resultó ganador Nores, lo que desató la rebelión de los estudiantes que
ingresaron a la sala de reuniones obligando a interrumpir la Asamblea,
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sosteniendo que había sido manipulada por los jesuitas, que constituían el
poder de hecho en la Universidad.
Los estudiantes tomaron la Universidad y con apoyo de los partidos políticos
populares y del movimiento sindical, rechazaron la elección de Nores, quien
intentó mantenerse en el rectorado, con apoyo de los grupos conservadores y
la Iglesia Católica. El 17 de junio el movimiento estudiantil cordobés hizo
conocer su reclamo (publicado el 21 de junio en "La Gaceta Universitaria")
mediante el famoso Manifiesto Liminar, redactado por Deodoro Roca, que
comenzaba con la frase:
“La juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sud
América:”
Finalmente Nores renunció e Yrigoyen volvió a intervenir la Universidad de
Córdoba. El nuevo interventor fue José S. Salinas, ministro de Justicia e
Instrucción Pública del gabinete de Yrigoyen, mostrando así la importancia
nacional que había adquirido el conflicto. Se suscribió un decreto de reformas
el 12 de octubre de 1918, que contempló ampliamente los reclamos
estudiantiles. Muchos de los líderes estudiantiles, como Deodoro Roca,
ingresaron a la Universidad. La Reforma se extendió rápidamente en las
universidades de Buenos Aires, La Plata y Tucumán, únicas argentinas con la
de Córdoba en ese momento (al año siguiente se fundó la Universidad del
Litoral), y luego por toda América Latina.
Las principales conquistas fueron:
• Autonomía universitaria: se refiere a la capacidad de cada institución
universitaria para dictar sus propios estatutos y reglamentos, diseñar,
aprobar y organizar carreras, disponer y administrar sus bienes y rentas
y, organizar sus servicios, nombrar y remover a su personal docente y
administrativo con sujeción a normas legales y reglamentarias
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pertinentes. Todo ello asegura cierto grado de independencia ante las
presiones ejercidas por la sociedad civil y los grupos de poder.
• Ingreso irrestricto: Se garantiza el derecho a la educación y permite,
a todo ciudadano que así lo desea, acceder a la formación superior,
restringiendo el examen de ingreso eliminatorio.
• Acceso de los docentes a sus cargos por concurso público de
antecedentes y oposición, por un período establecido.
• Reconocimiento de los centros de estudiantes elegidos
democráticamente. Esta representación de los estudiantes permite la
participación directa de los mismos en la vida académica.
• Cogobierno de la institución, constituido por todos los claustros
(estudiantes, docentes y graduados). Tiende primordialmente a asegurar
la participación activa de los estudiantes en la enseñanza y su específica
representación -con voz y voto en los órganos de gobierno. La
participación de los tres claustros o estamentos es una conquista de la
reforma que promueve el diálogo entre los distintos actores, el debate
de ideas, el consenso reemplazando el autoritarismo por la
democratización de la vida académica.
LA CASA DE LA REFORMA
El 17 de noviembre de 1999, la UNC inauguró la Casa de la Reforma en
homenaje al movimiento estudiantil que marcó la historia de Córdoba y su
proyección a todo el continente americano. El edificio, ubicado en un sector del
Hospital Nacional de Clínicas, alberga documentos, fotografías y libros sobre la
gesta de 1918, a la vez que brinda un espacio para el debate y la reflexión de
temas que hacen a la historia y la cultura de los cordobeses.
Si bien el lugar donde funciona el centro cultural no tiene una vinculación
directa con el movimiento reformista, su ubicación en el barrio Alberdi
representa un reconocimiento a la historia de las luchas estudiantiles. Cuando
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se abrió la casa, la Municipalidad de Córdoba recuperó también el antiguo
pasaje Aguaducho y lo refundó con el nombre de Reforma Universitaria.
El Museo Casa de La Reforma conserva, preserva y difunde el patrimonio
referido a la reforma universitaria de 1918, al movimiento reformista y al
movimiento estudiantil, desde sus orígenes hasta la actualidad. Asimismo,
convoca permanentemente a los reformistas de todas las épocas, a los fines de
promover el encuentro entre diferentes generaciones de estudiantes, tratando
así de rescatar la historia oral de los protagonistas.
Es un activo centro de divulgación de actividades artístico-culturales, como lo
son presentaciones de libros, homenajes, proyección de películas, charlas,
charlas debates, clases a escuelas secundarias, cátedra libre, conferencias. El
Museo ofrece una biblioteca y un archivo temático abierto a la consulta del
público en general.
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EL PASEO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA
El Paseo de la Reforma Universitaria -un pasaje angosto que va desde calle 9
de julio hasta el Río Suquía en barrio Alberdi- es un símbolo de la Reforma
Universitaria del 18 pero también de los proyectos municipales que quedan a
mitad de camino. Asimismo es una muestra del desprecio de algunos
ciudadanos por la higiene y el patrimonio.
El pasaje está ubicado al 1550 de la avenida Colón y es un lugar símbolo por
naturaleza: a metros de allí, con la supresión del internado en el Hospital
Nacional de Clínicas, se encendió la mecha reformista estudiantil. El ex pasaje
Aguaducho, es un antiguo desagüe natural por donde se escurrían los torrentes
pluviales hacia el Suquía. Y a pesar de los anuncios y los proyectos, su
mantenimiento no está a la altura de su valor, que no es solamente
arquitectónico, sino también turístico y cultural.
El tramo más descuidado es sin dudas el que enlaza la calle 9 de julio con la
avenida Colón. No hay fachadas recuperadas (predominan las paredes con
revoque y las verjas oxidadas de las ventanas), hay basura por doquier y el
adoquinado es irregular hasta volverse peligroso.
CORDOBAZO
Este importante movimiento de protesta ocurrió el 29 de mayo de 1969, en
la ciudad de Córdoba, una de las ciudades industriales más importantes del
país. Su consecuencia más inmediata fue la caída del gobierno de Juan Carlos
Onganía, y cuatro años después, el retorno de la democracia.
En esa época gobernaba el país una dictadura militar autodenominada
Revolución Argentina presidida por el general Juan Carlos Onganía (1914-
1995), que había derrocado por la fuerza al gobierno progresista de Arturo
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Illia, con la complacencia de la dirigencia sindical peronista (Augusto Vandor,
José Alonso, etc.) a partir de cuya política económica se implementaron una
serie de medidas a fin de abrir los mercados internos a los monopolios
internacionales.
Durante los primeros años de gestión de dicho régimen, se desactivó la
Comisión del Salario mínimo, vital y móvil y se congelaron la gran mayoría de
las remuneraciones. Se buscó suspender el sábado inglés, único día en que la
jornada laboral se reducía a la mitad. Se impuso el arbitraje obligatorio en los
conflictos laborales y una ley de represión automática para huelgas y conflictos
sindicales. Asimismo se intervinieron gran cantidad de sindicatos
suspendiéndose sus personerías gremiales.
El gobierno también modificó la Ley de Indemnizaciones por Despidos y
aumentó la edad para jubilarse. Dictó la llamada Ley de Represión del
Comunismo", y bajo la acción de la DIPA (Dirección de Investigación de
Políticas Antidemocráticas) persiguió y encarceló a los militantes políticos y
sindicales sospechosos. Disolvió los partidos políticos e intervino las
universidades, que fueron consideradas “centros de subversión y comunismo”
por la propaganda oficial. En este contexto, estudiantes y profesores fueron
desalojados violentamente de las universidades por la policía, en lo que se
conoció como la Noche de los Bastones Largos.
En tanto, a fines de los años sesenta, en Córdoba crecían las tensiones
sociales: los estudiantes universitarios controlaban las casas de altos estudios.
Los sindicatos de izquierda SITRAC-SITRAM (Sindicato de Trabajadores de
Concord, Sindicato de trabajadores de Materfer) de la empresa automotriz
FIAT, verdaderos sindicatos clasistas, exigían la ruptura con el FMI (Fondo
Monetario Internacional), la expropiación de los monopolios, la suspensión del
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pago de la deuda externa, el fin de la hegemonía de la burocracia sindical y
que el control de las fábricas estuvieran en manos de los obreros.
En junio de 1970 debutaron los montoneros, grupo armado clandestino
peronista que secuestró al ex dictador Pedro Eugenio Aramburu (1903-1970).
Proclamaron que esa acción era una represalia por los fusilamientos de junio
de 1956, y exigieron la devolución del cadáver de Eva Perón (secuestrado por
la dictadura militar). Aramburu fue juzgado y ejecutado por sus secuestradores
a los pocos días; el hallazgo del cadáver conmovió a la opinión pública y a los
militares.
La radicalización del peronismo desde comienzos de los años sesenta había
aportado un componente nuevo y amenazante al sistema político. Al discurso
tradicionalmente "herético" de Juan Domingo Perón se sumaba la
reinterpretación antiimperialista y social, a la luz de los procesos de las
revoluciones cubana y china. Se consideraba que la acción del líder entraba
dentro de los movimientos que luchaban por alcanzar el socialismo y daban su
batalla a la agresión imperialista. Esta relectura permitió que se acercaran al
peronismo nuevos sectores de la juventud, entre ellos los montoneros. Estos
tomarían en 1962 elementos del Programa de Huerta Grande de la CGT (el
programa dio a conocer una visión izquierdista radical dentro del peronismo), y
de John William Cooke (1919-1968), delegado personal de Perón en el país
después del golpe de 1955, quien difundió la visión del peronismo como
equivalente al socialismo nacional y propagandizó la lucha armada. Como
herederos de John William Cooke, los montoneros se comprometieron a luchar
en dos frentes: contra los militares y contra la burocracia sindical conciliadora.
A fines de 1970 aparecieron otros grupos armados: las FAP (Fuerzas Armadas
Peronistas) y las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), que se fusionarían
con Montoneros. A estos grupos armados se agregó el Ejército Revolucionario
del Pueblo (ERP), de orientación marxista-guevarista. Los grupos guerrilleros
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estaban compuestos en su mayoría por estudiantes y profesionales jóvenes de
ambos sexos, decepcionados de las prácticas de los sindicatos y de los partidos
políticos tradicionales tanto de derecha como de izquierda. Proclamaban la
revolución popular como el camino para construir una sociedad nueva.
El clima político y social generado por las determinaciones del gobierno fue
agravándose paulatinamente, surgiendo en forma creciente actos de protesta y
huelgas en todo el país. Los hechos previos que derivaron en el Cordobazo
comenzaron los primeros días del mes de mayo de 1969, y fueron una
sucesión de huelgas y asambleas sindicales organizadas por diversas corrientes
gremiales y agrupaciones políticas cordobesas (no siempre coincidentes en sus
objetivos y metodologías), los cuales fueron duramente reprimidos por orden
de las autoridades militares provinciales y nacionales del gobierno dictatorial.
Sin embargo y lo especial del Cordobazo, es que no actuaron las
organizaciones político-militares que tiempo después iniciarían su actividad en
todo el país (Montoneros, ERP, FAR, etc).
Dichos movimientos obreros estuvieron más o menos organizados y
consensuados, y a ellos se unieron luego espontáneamente la casi totalidad de
las agrupaciones estudiantiles ―MOR (Movimiento de Orientación Reformista),
MURA (Movimiento Universitario de Reformismo Auténtico, antecedente de la
Franja Morada) y corrientes políticas de izquierda y de la UCR (Unión Cívica
Radical) de la ciudad y sus suburbios, conjuntamente con un sinnúmero de
marchas vecinales y protestas callejeras ciudadanas de todo tipo que
confluyeron desde los barrios periféricos e industriales hacia el centro de la
ciudad y chocaron en violentos enfrentamientos con las fuerzas policiales que
se vieron desbordadas y ampliamente superadas por la creciente irritación
popular contra el régimen dictatorial imperante.
A las 12:30 del 29 de mayo se produjo la primera víctima fatal entre los
integrantes de las columnas populares (Máximo Mena) de filiación radical,
hecho que provocó una reacción en cadena. Con incontenible furia, los
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manifestantes se adueñaron de la ciudad, levantando muros de contención
(barricadas) contra la policía, que debió replegarse a sus cuarteles dejando la
ciudad en manos de los trabajadores, estudiantes y vecinos enardecidos.
A partir de allí fueron tomados el Círculo de Suboficiales del Ejército, se
incendiaron las oficinas de firma estadounidense Xerox, de la francesa Citröen,
y diversas dependencias administrativas y la Aduana.
Ante el incontenible clima insurreccional, al caer la noche el dictador Onganía
decidió enviar al ejército para reprimir las manifestaciones. Se produjo el
allanamiento de la Confederación General del Trabajo de los Argentinos, con la
detención y posterior juzgamiento y condena por los Consejos de Guerra de los
dirigentes obreros, uno de cuyos principales referentes era Agustín
Tosco (1930-1975).
Después de haber "cumplido con su deber" en el Cordobazo, las fuerzas
armadas rechazaron lanzarse a la política represiva general que les ordenaba
Onganía. El dictador fue depuesto en junio de 1970 por la Junta de
Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas (órgano supremo de la
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autodenominada Revolución Argentina), que designó al general Roberto
Marcelo Levingston para ocupar el cargo de presidente.
El Cordobazo fue un punto de inflexión en la historia política argentina de las
últimas décadas. La CGT de los Argentinos renovó los apoyos que tenía desde
tiempo atrás al ver confirmado su llamado a enfrentar la dictadura. Sin
embargo, aquél nuevo brío sólo duraría un mes. Tras el asesinato de Vandor el
30 de junio (un mes después del Cordobazo) los sindicatos de la CGTA fueron
intervenidos, la CGT Azopardo también fue intervenida y tuvo que aceptar la
llegada de un delegado normalizador del gobierno militar, que tuvo que
imponer el estado de sitio para poder reimponer el orden social (Dawyd,
2011).
Por otro lado, desde la base, el Cordobazo tuvo un efecto multiplicador de
manifestaciones violentas contra el gobierno militar y contra la burocracia
sindical peronista en otras ciudades del país, y fue el punto de partida del
resurgimiento de la corriente clasista en las fábricas, que pasaría a controlar
Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados de importancia, llegando a dirigir
el SMATA Córdoba y los sindicatos autónomos de Fiat Concord y Fiat
Materfer (SITRAC-SITRAM). Dirigentes obreros de Córdoba adquirieron un alto
protagonismo en la escena política nacional, principalmente Agustín
Tosco (1930-1975), René Salamanca (1940-1976), José Francisco Páez, Elpidio
Torres (1930-2002) y Atilio López .
Asimismo, el Cordobazo incentivó el crecimiento y accionar de agrupaciones de
izquierda y células activistas, algunas de las cuales derivaron en
organizaciones políticas armadas ―entre las más importantes, el ERP (Ejército
Revolucionario del Pueblo), Montoneros, las FAR (Fuerzas Armadas
Revolucionarias)―; también en el surgimiento de nuevos movimientos internos
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partidarios como la Junta Coordinadora Nacional de la UCR y la Franja Morada
en la Universidad.
De tal manera ese movimiento constituyó un factor determinante para el
debilitamiento y la posterior destitución de la dictadura de Onganía, abriéndose
a partir de allí un período de transición, incertidumbres y decadencia del
régimen militar. También se produjo la separación de Krieger Vasena como
ministro de Economía y el fin de su plan.
CERVECERÍA CÓRDOBA
La Cervecería Córdoba fue una empresa significativa en el desarrollo industrial
de provincia. La mayor parte de sus primeros trabajadores -que se instalaron a
vivir con sus familias en las inmediaciones de la planta fabril- fueron de origen
centroeuropeo. Esto le dio una impronta particular a un barrio poblado de
criollos. Entre las décadas del 50 y 70, en pleno auge de la Argentina
industrial, la planta fabril llegó a tener más de setecientos asalariados, entre
operarios y distribuidores.
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Desde su nacimiento en 1905 y por varias décadas, la fábrica perteneció al
multimillonario grupo Bemberg, que siempre operó a través de apoderados. En
el caso de la Cervecería, figuraban oficialmente como propietarios Miguel Agst
y Enrique Meyer. Nacido en Colonia y nacionalizado argentino, Otto Peter y su
hijo, Otto Sebastián Bemberg, fueron los precursores de uno de los grupos
empresarios más fuertes de la historia nacional. También se dedicaron a la
explotación intensiva de yacimientos minerales. En 1923 se aprobó el estatuto,
la firma se constituyó como sociedad anónima y se sumó al grupo Fermín
Robles. Además de la “Córdoba”, tuvieron la concesión exclusiva del puerto de
Rosario y fueron dueños de la Cervecería Quilmes (fundada por Bemberg padre
en 1886), Palermo, los Tramways de Buenos Aires y de Estancias Santa Rosa.
En el 53, el peronismo expropió la empresa a la acaudalada familia y la puso
en manos de sus trabajadores a través de la Federación Obrera Cervecera
(FOCASA). En el 55, la llamada Revolución Libertadora devolvió la planta al
grupo empresario que, dos décadas más tarde, la vendió al grupo de Bodegas
Esmeralda, en sociedad con Sasetru y Cerveza Río II. En 1983, con la vuelta
de la democracia, la compró el holding Cafiero (familiares de Antonio), quienes
la mantuvieron hasta 1991.
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Fue una época de prosperidad: entre el 86 y el 87 llegó a producir 420 mil
hectolitros de cerveza. En esa época comenzaron los problemas de
desinversión, la compañía no se tecnificó al ritmo de sus pares. La firma, que
hasta pocos años antes se había destacado por su producción, comenzaba a
tener problemas. En 1991 Francisco Ríos Seoane, ex director del Club
Deportivo Español, adquirió la planta industrial. Ríos Seoane era dueño de la
Bieckert y la San Carlos. Esta etapa, signada por la desinversión y un mal
manejo financiero, dejó como saldo una empresa que fue a concurso de
acreedores. En 1997 el juez Carlos Tale declaró su quiebra, con una cláusula
sobre su continuidad productiva, y la licitó. Entre agosto de ese año y marzo
de 1998 fue alquilada por el empresario de la construcción cordobés Jorge
Stabio. Los operarios ofrecieron a Stabio una sociedad, pero la idea no
prosperó. En los primeros cinco meses de la nueva gestión, la producción
creció un 15%. Las proyecciones eran muy optimistas. Eran años de fuerte
crecimiento del sector cervecero en el país.
En el año 2010, después de 83 años, la chimenea de la ex Cervecería Córdoba
fue demolida, a pesar de la resistencia por parte de vecinos y ex trabajadores.
En ese momento el intendente de la ciudad, Daniel Giacomino, sostuvo que la
chimenea de la ex cervecería Córdoba corría “peligro de caerse” por lo que él
tenía que actuar “con la razón”. Ya en el 2012 se presentó un proyecto para
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reconvertir el predio de la ex Cervecería en un sitio con espectáculos y se finalizó la
construcción de la "chimenea evocativa" que reemplazará a la demolida.
Actualmente en el lugar se realiza un complejo llamado “Antigua Cervecería”,
por parte de la empresa inmobiliaria Euromayor. Los vecinos del barrio,
organizaron una movilización en conmemoración a los 15 años del cierre de la
cervecería Córdoba.
CEMENTERIO SAN JERONIMO
En el año 1843 se inaugura el cementerio “San Jerónimo”, pero todo comenzó
cuando el gobierno provincial de Manuel López solicitó establecer un
cementerio público. El 19 de abril de aquel año el pedido fue hecho al
Subintendente de Policía Eusebio Cazaravilla, a quien se le entregó un plano
sobre un terreno al oeste de la ciudad y en un lugar de dos cuadras cuadradas,
cercadas con tapias en las inmediaciones del Pueblito (hoy Alto Alberdi).
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Cazaravilla cumple y lo aprueba el 1 de diciembre del mismo año. Mientras
dispone, entretanto, que siendo el primer deber del Gobierno remover todos
los obstáculos que pongan en peligro la salud y conservación de la población,
debía destinarse para cementerio público el que con este objeto se ha
construido al oeste de esta Capital. Indica no poderse enterrar cadáver
ninguno en otra parte, que en dicho cementerio público. Se exceptuaban las
monjas que fallecieren de las Teresas y Catalinas y del Colegio de Educandas,
que serán sepultadas en sus respectivos conventos. Añadiese que la capilla
que hay construida, se consagra al glorioso patrón de la Ciudad, Máximo
doctor de la Iglesia San Gerónimo, cuya denominación llevará. Dicha capilla
sería tiempo después demolida, y construida la iglesia actual. El 15 de
septiembre de 1843 se procedió a la solemne bendición, asistiendo el
gobernador López, el Provisor, miembros del Cabildo Eclesiástico, otras
autoridades, congregaciones religiosas y públicas.
Actualmente el Museo de Ciencias de la Salud de la UNC realiza visitas guiadas
en el Cementerio San Jerónimo. Dicha propuesta permite recorrer gran parte
de la historia de Córdoba de los últimos siglos. Un viaje a través de sus
acontecimientos, personalidades, el arte y las leyendas vinculadas con los que
allí descansan, haciendo especial énfasis en las personalidades médicas en
relación al Hospital Nacional de Clínicas. Los estilos arquitectónicos se