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BA DUAN JIN: LAS OCHO PIEZAS DE BROCADO
Teresa Rodríguez
Las Ba Duan Jin posiblemente sean una de las formas de Qigong más conocidas que existen.
Consta de dos series que suelen practicarse por separado, ocho ejercicios que se realizan en la
posición de sentados y ocho que se ejecutan de pie. Como se ha escrito ya mucho sobre ellos, en
este artículo sólo trataremos de situar el trabajo de estiramiento en las posturas y acercarnos a
cómo obtener sensaciones en cada una de ellas, así como señalar los errores más comunes a la
hora de practicarlas.
Orígenes históricos
Los ejercicios de los Ocho Brocados en posición sedente fueron descritos por primera vez en un
texto taoísta del S.VIII, el Xiu Zhen Shi Shu, (Diez tratados sobre la restauración de la vitalidad
original) incluido en el Canon Taoísta 1-. Su creación se atribuye a uno de los Ocho Inmortales de la
tradición china, Zhong Li Quan. Existen diferentes versiones sobre la época en que vivió
este personaje. Por un lado se dice que fue un general de la dinastía Han2- que tras ser derrotado
en una batalla contra los tibetanos abandonó su carrera militar y se retiró a las montañas para
estudiar taoísmo. Por otro, se dice que vivió durante la dinastía Tang (618-905) y que fue el
maestro del Ancestro Lü (Lü Dongbin), precursor de la escuela taoísta de la Realidad Completa3-.
Las Ba Duan Jin en pie se atribuyen al general Yue Fei, supuesto creador del Xingyiquan y la Garra
del Águila. Yue Fei nació en el año 1103 d.C. durante la invasión que sufrió la dinastía Song por
parte de las tribus nómadas Jin, que vinieron desde Asia Central y obligaron a los Song a retirarse
hacia el Sur y establecerse allí. Fue un hombre extraordinario que logró grandes victorias contra
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los Jin al frente de su ejército, hasta que una traición acabó con su brillante carrera y también con
su vida. Fue un experto en artes marciales con gran destreza tanto en el combate a mano vacía
como en el manejo de armas, la equitación y el tiro con arco. Creó las Ba Duan Jin como parte del
plan de entrenamiento en artes marciales que diseñó para sus soldados. En un principio, parece
ser que la serie se componía de doce ejercicios, que se redujeron en épocas posteriores a los ocho
que han llegado hasta nuestros días y de los que existen diferentes versiones, tanto de su
ejecución sentados como en pie. Con independencia de la forma que practiquemos, lo que de
verdad importa es conservar la raíz de cada uno de los ejercicios, es decir, su teoría y sus principios
básicos.
Los estiramientos en las Ba Duan Jin
Existen diferentes maneras de enfocar la serie. Por ejemplo, unos trabajan de forma muy suave,
otros se centran en el estiramiento de tendones, en el desarrollo de las posturas bajas o bien
ponen el énfasis en la respiración, la visualización, etc. Al principio creo que es mejor empezar a
practicar los ejercicios suave y sencillamente, e ir aumentando el grado de dificultad poco a poco
con cuidado de no perder la alineación corporal correcta ni el tono muscular justo.
Durante los ejercicios es importante permanecer a la escucha de las sensaciones que el cuerpo nos
transmite mientras regulamos la postura, respiración e intención. Si queremos llevar un poco más
lejos cada estiramiento, es esencial mantener esta consciencia y evitar forzar las posturas. La idea
de este trabajo es alejar dos puntos en sentido opuesto de forma suave, gradual y continua hasta
llegar cerca de nuestro límite, procurando no rebasarlo, y luego soltar la tensión elástica y dejar
que los tejidos se relajen y se recuperen. Si nos extralimitamos el cuerpo suele protestar
manifestando molestias o dolores, ya que en vez de aliviar los lugares donde teníamos tensiones
estaremos aumentando la crispación en ellos. Podemos utilizar estas señales para tratar de situar
con más cuidado el máximo de amplitud en el estiramiento.
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Con los estiramientos se produce un bombeo que drena las zonas donde la energía se ha
estancado y se promueve el suministro de sangre y Qi renovados. En el caso de la columna
vertebral, que se trabaja en todas las posturas, ayudamos a propulsar el aliento vital y aumentar la
circulación de sangre, oxígeno y líquido cefalorraquídeo que alimenta el cerebro y el sistema
nervioso, y favorecemos el intercambio de información entre la cabeza y el resto del cuerpo.
Las Ba Duan Jin pertenecen a la categoría Wai Dan (elixir externo) es decir, que su práctica genera
Qi en las extremidades y facilita su circulación hasta los órganos internos para nutrirlos. Esta forma
contiene recursos suficientes para regular la energía en los doce meridianos principales, así como
en los ocho vasos maravillosos. Son ejercicios de fortalecimiento de todo el cuerpo que nos
ayudarán a mantener una salud fuerte y duradera.
Enfoques durante la práctica
Existen varias ideas que podemos tener en cuenta a la hora de abordar el trabajo con los
estiramientos. A continuación se exponen algunas de ellas.
1) Antes de iniciar la forma y también al concluirla, se instala una postura base de Qigong que
permita tomar consciencia del cuerpo y observar su paisaje interior. Llevamos la respiración al
dantian inferior y dejamos que la mente se aquiete. Al finalizar cada ejercicio, resulta interesante
realizar una pequeña toma de consciencia, dejando que se revelen los efectos que se han
producido.
2) Según el estudio de Alain Baudet sobre los estiramientos de meridianos, vemos que podemos
estirar los tejidos a tres niveles. El primero es la fascia superficial, es decir, la piel y las envolturas
musculares más próximas a ella. El estiramiento se aborda de un modo muy suave y algo lineal. El
nivel intermedio lo conforma la fascia muscular, es decir, envolturas musculares más profundas y
también los tendones, en contacto con los huesos. Para llegar hasta la capa intermedia trabajamos
en dos tiempos. Estiramos durante la inspiración y relajamos durante la espiración. En el nivel
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profundo nos dirigimos hacia la fascia perióstica, es decir, a la envoltura de los huesos, y a las
articulaciones. Aquí, el objetivo es bombear los huesos realizando fuerzas y contrafuerzas. Para
ello se añaden torsiones a la dinámica de tensión-relajación del nivel anterior, es decir, estiramos
en tres tiempos. El acceso a la profundidad pasa por despertar una consciencia más honda y
utilizar la lentitud en los movimientos.
3) Es mejor situar primero en el cuerpo los puntos que vayamos a estirar, tomando consciencia de
ellos. Esta percepción debería mantenerse mientras realizamos los ejercicios y también al finalizar
cada uno. De este modo es posible observar los cambios y los efectos que se van produciendo en
las zonas que estamos trabajando y también detectar cuándo estamos llevando el ejercicio
demasiado lejos.
4) El estiramiento de la columna vertebral se realiza en todos los ejercicios. Cuando tomamos aire,
el mentón se retrae, la coronilla apunta al cielo y la musculatura del cuello debe relajarse
totalmente. La pelvis realiza una ligera retroversión que reduce la curvatura lumbar y hace que el
coxis avance. El resultado es que desde el cráneo hasta el coxis realizamos el estiramiento suave
de toda la columna vertebral, separando sus vértebras y dejando que los discos vertebrales se
esponjen. Al espirar relajamos la columna y, de forma natural, el cráneo y la pelvis hacen el
recorrido inverso. Este bombeo va a ser el responsable de la sensación de elevación y también de
enraizamiento en algunos ejercicios. Podremos apoyarnos en esta percepción para subir o bajar en
la postura con el mínimo esfuerzo.
5) El trabajo con los cinco arcos. Estos arcos son los dos brazos, las dos piernas y la columna
vertebral. En las Ba Duan Jin resulta muy interesante tomar consciencia de ellos, juntos y por
separado.
6) Crear con la intención suaves resistencias a los diferentes movimientos. Esta práctica hace que
seamos conscientes de las superficies que trabajamos, desde la piel hasta las capas profundas y
nos ayuda a generar una fuerte sensación de energía. Además permite situar de forma correcta la
postura y realizar los estiramientos sin utilizar apenas la fuerza muscular. Por ejemplo, en el
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primer y octavo ejercicio tenemos que estirar la columna vertebral, subir a las medias puntas y
guardar el equilibrio. Para ello se crea una suave resistencia a elevar los talones que
mantendremos hasta que hayan subido totalmente, como si estuviesen pegados al suelo. Al bajar
también creamos una fuerza opuesta en los talones, como si hubiera una pequeña pelota de goma
debajo de ellos. En el primer brocado, al subir los brazos, pensamos en ligeras resistencias situadas
en las caras posteriores y en los dorsos de las manos. Al empujar el cielo podemos imaginar que
empujamos con las palmas un balón. Al bajar los brazos la resistencia se traslada a la cara interna y
a las palmas. Así podemos proceder con todos los ejercicios.
LAS OCHO PIEZAS DE BROCADO
Sostener el cielo con las manos regula el Triple Calentador
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-planta de los pies, coronilla-coxis, plantas de los pies-
perineo, hombros-palmas de las manos, codo derecho-izquierdo, palmas-dorsales altas.
Sensaciones: Tomar tierra para poder despegar. Al realizar un salto necesitamos el apoyo del
suelo para poder elevarnos. Tomamos impulso doblando un poco las rodillas y tensamos todo lo
que necesitamos para poder despegar. Del mismo modo, al abordar la primera postura tenemos
que pensar primero en bajar el centro de gravedad y enraizarnos. Buscaremos la sensación de
hundimiento, de pesadez, relajando el cuerpo desde la cima de la cabeza hasta la planta de los
pies y dejando que éstos se aplasten contra el suelo. Una vez que la energía llega desde la
coronilla hasta los pies cambia de polaridad e inicia el ascenso. Es entonces cuando comenzamos
la primera parte del movimiento, estirando desde los pies hasta la cabeza y después hasta las
palmas de las manos. Remontar esa corriente que asciende nos ayuda a subir sin apenas esfuerzo
y a mantener el
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equilibrio de la postura sobre las puntas de los pies. Después volvemos a la idea de enraizamiento,
bajamos los talones y dejamos que todo el cuerpo descienda hasta tomar tierra de nuevo. Este
ejercicio despierta mucha energía sobre todo en los brazos y la columna vertebral. Se puede llegar
a advertir diferentes densidades del aire y de nuestra aura.
Errores más comunes: Las muñecas, dobladas. Las piernas están estiradas sin que los brazos
lleguen al final del movimiento. La zona lumbar está hundida.
Tender un arco a derecha e izquierda para disparar una flecha
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-pies, coronilla-coxis, hombro-canto de la mano del
brazo estirado, hombro-codo del brazo plegado, canto de la mano del brazo que estira-punta de
los dedos del brazo plegado, planta de los pies-perineo.
Sensaciones: Hundimiento y elevación ligados al descenso del centro de gravedad, al apoyo en los
pies y al bombeo de la columna vertebral. Para no perder la buena alineación de las piernas,
podemos situar un balón entre ellas y sentir su acción durante el ejercicio. Cuando las rodillas se
doblan, este balón se comprime en el eje vertical y a la vez se expande en el eje horizontal.
Cuando las piernas se estiran hasta cierto punto, el balón actúa al contrario. En los brazos
podemos buscar una sensación de calambre o bien sentir los tendones extendidos. En el brazo
doblado podemos situar la sensación en la cara interna, desde la axila, pasando por el codo, donde
suele ser más fuerte, hasta llegar al dedo meñique. En el brazo extendido la sensación puede
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localizarse más por la cara externa, desde el hombro hasta el dedo índice y pulgar. Para sentir este
trabajo en los brazos es necesario bajar los hombros,
pero sin llegar a colapsarlos. A la hora de buscar sensaciones es muy importante no forzar nada.
También podemos imaginar que extendemos un elástico desde los dedos de un brazo hasta los del
otro, pasando por los omóplatos.
Errores más comunes: Rodillas no alineadas con la punta de los pies; tronco inclinado a un lado o
hacia delante; la muñeca que tensa la cuerda se dobla demasiado; zona lumbar, hundida.
Elevar una mano regula
el bazo y el estómago
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-pies, coxis-coronilla, hombros-palmas de las manos,
palma derecha-izquierda, plantas de los pies-perineo.
Sensaciones: De elevación y de hundimiento, de algo que asciende y desciende al mismo tiempo.
Para activar la sensibilidad en las manos, primero se las suele encarar a la altura del dantian,
poniendo en relación los laogong. Se adopta una respiración abdominal y se
relaciona con la esfera que se ha creado entre las manos. Cuando el balón interno del abdomen se
expande en la inspiración, también lo hace el balón externo. Al espirar, ambos se retraen. Una vez
que la percepción de la energía es fuerte, entonces se comienza el ejercicio estirando esa bola. La
sensación se traslada hacia la punta de los dedos al separar las manos. En el empuje cielo-tierra
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pensamos en comprimir un balón con cada una de las palmas. Al descender, volvemos a relacionar
los laogong y a situar entre las manos una esfera que comprimiremos de nuevo.
Errores más comunes: Hundir la zona lumbar. Las dos manos no llegan arriba y abajo al mismo
tiempo. Las piernas no se coordinan con los brazos.
Balancear la cabeza y mover la cola libera el fuego del corazón
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-planta del pie derecho o izquierdo, coxis-coronilla,
cadera-planta del pie.
Sensaciones: En la posición de partida, la posición del jinete, se tiene la sensación de hundimiento.
Después, la columna vertebral realiza un movimiento ondulatorio desde el coxis hasta la cabeza.
Podemos sentir la onda de Qi que asciende hasta la parte alta. También existe compresión en el
pulmón del lado hacia el que se inclina el tronco y expansión en el contrario. En los extremos de la
postura, es importante mantener el cuello relajado. Al volver hacia el centro podemos percibir
refresco o alivio y con las repeticiones del ejercicio notar que la mente se calma.
Errores más comunes: Las rodillas no están alineadas con la punta del pie. La cabeza se ha girado,
inclinándose hacia delante, cuando debería seguir la línea de la columna vertebral.
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Girar la cabeza para mirar atrás
aleja las cinco debilidades y las siete lesiones
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-plantas de los pies, coxis-coronilla. La mirada se lleva al
extremo exterior del ojo.
Sensaciones: durante la inspiración se genera un movimiento de abajo hacia arriba que
desenrosca la postura. Durante la exhalación, cuando relajamos el cuello en profundidad podemos
tener la impresión de que está envuelto en algo agradable que le da calor, y la cabeza girará
entonces con mucha suavidad, como si flotase. Podemos notar una gran relajación y liberación en
toda la musculatura de la espalda. Todo desciende para limpiarse. Por su acción sobre el sistema
nervioso y la circulación cerebral este ejercicio proporciona un estado de consciencia particular
que aúna lucidez, vigilancia y calma profunda.
Errores más comunes: El ejercicio se realiza moviendo sin distinción las tres zonas de la espalda.
Cuando se llega a la zona lumbar, se permite el giro de las caderas.
Dos manos agarrando los pies refuerzan la cintura y los riñones
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Posibles puntos de estiramiento: coronilla-plantas de los pies, coxis-coronilla, hombros-palmas de
las manos, perineo-plantas de los pies.
Sensaciones: De hundimiento antes de iniciar el ejercicio, y después de elevación. Al situar con la
intención el recorrido mingmen, huiyin, changqiang y baihui, se va generando una fuerte
sensación de energía en el abdomen, que asciende luego por la columna vertebral hasta la cabeza.
Al final del ejercicio podemos sentir las palmas de las manos, que ascienden como si estuviesen
sostenidas por la expansión de un balón situado entre éstas y la tierra. El Qi bañará todo el
esqueleto.
Errores más comunes: Al agarrarse los pies y subir la energía la espalda no está recta, y la cabeza
se alza, rompiendo su alineación con la espalda. Al subir, la espalda está recta, y la cabeza
levantada.
Cerrar los puños con ojos de fuego
para acrecentar el aliento y la fuerza
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-pies, coronilla-coxis, hombro-puño del brazo estirado,
hombro-codo del brazo plegado, puño derecho-izquierdo, planta de los pies-perineo.
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Sensaciones: Además de compartir algunas de las ya descritas en el segundo ejercicio, esta
postura genera mucho calor por todo el cuerpo, desde el interior hacia la piel. La mirada llameante
y la consciencia de la fuerza muscular tienen el efecto de hacernos sentir más vitales, elásticos y
ligeros. Si se realizan las repeticiones suficientes, es posible que al finalizar el ejercicio se obtenga
una sensación de liberación, ya que este brocado ayuda a limpiar los estancamientos de Qi.
Errores más comunes: Zona lumbar hundida y tronco inclinado hacia delante. La rodilla no se
alinea con el pie. Las muñecas están dobladas.
Elevarse sobre las puntas de los pies
regula los seis grandes meridianos
Posibles puntos de estiramiento: coronilla-pies, coronilla-coxis.
Sensaciones: De elevación, a partir del estiramiento desde el coxis hasta baihui, y descenso, al
bajar los talones creando resistencias.
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(Ver el apartado “Enfoques durante la práctica”, punto 6).
Errores más comunes: La zona lumbar se hunde, el tronco se inclina hacia delante, el mentón
avanza.
El trabajo con los estiramientos, y sobre todo, la percepción de las sensaciones son algo muy
personal. Las ideas que se han planteado en este artículo no son absolutas, sino simples
sugerencias para que cada cual pueda descubrir una práctica tan sencilla como eficaz.
Teresa Rodríguez es diplomada en Medicina Tradicional China y profesora de Qigong. Dirige
grupos en España, Francia, Italia y Chile dedicados al Camino de la Mujer. Creadora de Tao
Danza es bailarina en contextos meditativos y conciertos por la paz.
[email protected]
www.taodanza.com
Fotos: Teresa Rodriguez
Modelo: Teresa Menchén
NOTAS:
1) (DZ 263, fasc. 125, juan 19, parte 4º).
2) Kenneth S. Cohen, El camino del Qigong, pág. 224, Ed. La Liebre de Marzo.
3) Thomas Cleary, Vitalidad, Energía y Espíritu, pág. 21, Ed. La Liebre de Marzo.
Tomado de: www.taichichuan.es