ASPECTOS ECOLÓGICOS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE Gallinula melanops EN LA LAGUNA DE FÚQUENE, CUNDINAMARCA HENRY DAVID BENÍTEZ-CASTAÑEDA MAURICIO PATIÑO HERNÁNDEZ JOSÉ EUGENIO CELY FAJARDO NICOLÁS ITZA GALLEGO GALLEGO LUIS FRANCISCO BECERRA GALINDO GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN BIOLOGÍA MOLECULAR CENTRO DE INVESTIGACIONES Y DESARROLLO CIENTÍFICO UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DE RECURSOS BIOLÓGICOS ALEXANDER VON HUMBOLDT BECAS PARA LA CONSERVACIÓN DE ESPECIES AMENAZADAS PROGRAMA BIOLOGÍA DE LA CONSERVACIÓN LÍNEA ESPECIES FOCALES & PROGRAMA BIRDERS' EXCHANGE-AMERICAN BIRDING ASSOCIA TION
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ASPECTOS ECOLÓGICOS YESTADO DE CONSERVACIÓN DE … · El objetivo de este trabajo, fue estudiar los aspectos relacionados con la ecología y el estado de conservación de la Tingua
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ASPECTOS ECOLÓGICOS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DEGallinula melanops EN LA LAGUNA DE FÚQUENE,
CUNDINAMARCA
HENRY DAVID BENÍTEZ-CASTAÑEDAMAURICIO PATIÑO HERNÁNDEZJOSÉ EUGENIO CELY FAJARDO
NICOLÁS ITZA GALLEGO GALLEGOLUIS FRANCISCO BECERRA GALINDO
GRUPO DE INVESTIGACIÓN EN BIOLOGÍA MOLECULARCENTRO DE INVESTIGACIONES Y DESARROLLO CIENTÍFICO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DE RECURSOS BIOLÓGICOSALEXANDER VON HUMBOLDT
BECAS PARA LA CONSERVACIÓN DE ESPECIES AMENAZADASPROGRAMA BIOLOGÍA DE LA CONSERVACIÓN
LÍNEA ESPECIES FOCALES
&
PROGRAMA BIRDERS' EXCHANGE-AMERICAN BIRDINGASSOCIA TION
ASPECTOS ECOLÓGICOS Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE Gallinulamelanops EN LA LAGUNA DE FÚQUENE, CUNDINAMARCA
ECOLOGICAL ASSESSMENT OF POPULA TIONS OF THE OF SPOT-FLANKEDGALLINULE Gallinula melanops ON THE FÚQUENE LAGOON,
CUNDINAMARCA
Henry David Benítez-Castañeda, Mauricio Patiño Hernández, José Eugenio CelyFajardo, Nicolás Itza Gallego Gallego, Luis Francisco Becerra Galindo.
Grupo de Investigación en Biología Molecular (COLCIENCIAS: CATEGORÍA B)Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico, Universidad Distrital FranciscoJosé de CaldasCarrera 4 No. 26 B 54, Macarena B, Laboratorios de Biología y Química, Oficina deOrnitología, piso 2; Bogotá D. c., Colombia, SudaméricaTeléfono: (57 - 1) 3375130E-mails:[email protected]. [email protected]
RESUMEN
El objetivo de este trabajo, fue estudiar los aspectos relacionados con la ecología y el estado
de conservación de la Tingua Moteada (Gallinula melanops), ave acuática endémica, en
peligro crítico de extinción en el ámbito nacional. El estudio se realizó durante noviembre
de 2004 a septiembre de 2005, en la laguna de Fúquene (Cundinamarca, Colombia) área
importante para la conservación de las aves de Colombia y el mundo.
Se realizaron observaciones en siete estaciones de monitoreo y mediante recorridos a pie y
en botes de motor y de aire por la laguna, en sitios en donde se hallaron individuos, parejas,
o grupos; además, se realizaron cuatro conteos visuales-auditivos y un censo de cuatro
itinerarios.
G. melanops se encontró en hábitats con vegetación acuática tipo flotante, emergente y
sumergida, en sectores de aguas poco profundas cerca de riberas. A partir de los conteos se
registraron individuos en cifras menores a las documentadas en estudios anteriores.
Por su parte, Pedraza (2001) registró 17 nidos en la laguna de La Herrera entre marzo de
1998 a julio de 1999; sin embargo, el autor comprobó que solo tres nidos con huevos
fueron viables entre el total de nidos registrados.
Entre la vegetación utilizada por G. melanops para la elaboración de cinco nidos hallados
en 2003 en la laguna de Fúquene, Cely et al (2005), determinaron plantas como el Junco
(Schoenoplectus californicus), la Hierba Acuática (Polygonum hydropiperoides), la Enea
(Thypha angustifolia) y el Buchón (Limnobium laevigatum). Según los autores, los juncos y
las eneas son trozados por la pareja para hacer el tapiz del nido y luego son utilizados en
tiras largas para formar el trenzado con el que se logra dar un aspecto de canasta a la
Benítez-Castañeda et al. 12
estructura. El buchón sirve como soporte para la copa en donde la hembra coloca los
huevos y la hierba acuática es utilizada para dar firmeza al nido, a la vez que la pareja la
dispone como en un enredado a manera de parasol o techo que cubre el nido.
Para la laguna de La Herrera, Pedraza (2001) determinó plantas como el Botoncillo (Bidens
laevis), Junco (Schoenoplectus californicus), Lengua de Vaca (Rumex obtisifolius) y la
Hierba Acuática (Poligonum punctatum) que fueron utilizadas como materia prima en la
elaboración de 17 nidos registrados. Varty et al (1986) hallaron Thypha angustifolia en
nidos registrados en el Lago de Tota (1986); Becerra et al. (2005) encontraron plantas como
Polygonum segetum que servía de base y techo, además, Polygonum hidropiperoides,
Hydrocotile ranunculoides, Schoenoplectus californicus y una foránea terrestre, el Kikuyo
(Penisetum clandestinum), que hacían parte de la estructura de un nido hallado en un canal
de drenaje pluvial hídricamente conectado al humedal Jaboque en Bogotá.
Conteos y densidad de Gallinula melanops en la laguna de Fúquene. Con los resultados
de los cuatro conteos realizados durante el estudio, se obtuvo una media de 19.25 [16-22, ±7.58, n = 4] individuos por conteo (tabla 1), cifra que puede considerarse baja con relación
a la extensión de la laguna (2963 ha) y teniendo en cuenta que hasta hace dos décadas se
registraban abundantes individuos en la localidad y la región (Fjeldsa, 1993; Naranjo,
1986).
Por otra parte, en 5500 m, a partir de un censo de cuatro itinerarios cuyas longitudes fueron:
dos inerarios de 1000 m, uno de 1500 m y uno de 2000 m (tabla 2), se halló la densidad en
4,26 G. melanops/10 ha. Al fijarse en el resultado, se considera que la densidad se restringe
únicamente al área vital de G. melanops en la laguna de Fúquene, equivalente a su hábitat;
más no puede considerarse para el total de hectáreas de la laguna, por lo que este total
incluye aquellas zonas en las que no se ha registrado G. melanops y las que corresponden
exclusivamente a espejo de agua.
Benítez-Castañeda et al. 13
Interacción entre individuos y otras especies. Por lo general, se observaron individuos de
G. melanops, solitarios o en parejas aisladas, que habitualmente realizaban actividades
como el buscar alimento, desplazarse sobre espejo de agua, sumergirse, percharse o
refugiarse entre la vegetación acuática y no se apreció un comportamiento ya fuese
territorial, de agresión o defensivo entre ellos. Una pareja realizaba actividades similares
mientras permanecían macho y hembra cerca uno de otro. Individuos en parejas, emitían
vocalizaciones al hallarse refugiados entre la vegetación; así, un individuo vocalizaba y
enseguida otro también lo hacía, como respondiendo a la vocalización emitida previamente.
Individuos de G. melanops, que se hallaron cerca de otras aves acuáticas como la Tingua
Piquiroja (G. chloropus), la Focha Común (Fúlica americana), la Tingua Bogotana (Rallus
semiplumbeus), o el Zambullidor Piquigrueso (Podilymbus podiceps), llevaban a cabo sus
actividades sin que ocurriese interacción con dichas especies; no obstante, ocasionalmente
se observó que individuos de G. chloropus o F. americana, intimidaron a individuos de G.
melanops, posiblemente por hallarse cerca de nidos o en territorios ya establecidos por los
primeros. Con base en las observaciones y de acuerdo con Taylor (1996) G. chloropus y
Fulica americana son especies territoriales que acostumbran a asediar, desplazar o
intimidar a especies de su familia, y más aún si se están reproduciendo; de hecho, este
comportamiento fue a menudo observado en F. americana, incluso entre individuos de la
misma especie o frente a varias aves acuáticas, entre ellas G. melanops; siendo F
americana una especie que para distintos sectores de la laguna de Fúquene, se observa en
grandes números y que se reprodujo durante todos los meses de estudio, ya que durante los
monitoreos, se observaron varias parejas anidando; por tanto, F. americana parece
mantener territorios definidos durante largos periodos de tiempo, lo que posiblemente
genera el desplazamiento de otras aves acuáticas a sectores no ocupados por F americana,
o en donde residen grupos menores a cinco individuos de esta especie.
Lozano (1993), en el humedal La Florida (Bogotá), observó que F. americana atacó un
macho de R. semiplumbeus, posiblemente por la proximidad de esta a un nido de la
primera; además describió que G. melanops era perseguida por R semiplumbeus y detectó
Benítez-Castañeda et al. 14
que G. chloropus atacó a R. semiplumbeus; el autor concluye que al parecer, estas
interacciones ocurrieron por defensa territorial, hallando un traslapamiento entre los
territorios de las tres especies.
Por su parte, Becerra et al. (2005), observaron que una pareja de G. melanops desplazó a
especies como la Mirla (Turdusfuscater), la Golondrina (Notiochelidon murina) y la Garza
Rayada (Butorides striatus), cuando estas se acercaban a una pequeña área de 8 metros
cerca de un nido ubicado en un canal de drenaje pluvial hídricamente conectado al humedal
Jaboque en Bogotá; no obstante, frente a aves como el Gallinazo (Coragyps atratusy; o el
Copetón (Zonotrichia capensis), no presentaron comportamientos relacionados con defensaterritorial.
Posibles factores de amenaza de la especie y aspectos generales de su estado de
conservación en la localidad y la región. De acuerdo con el estudio y basándose en la
documentación existente, en la localidad se citan las siguientes amenazas para G. melanops.
Primero. Fúquene y en general, todos los humedales de la altiplanicie cundiboyacense
presentan altos niveles de contaminación y sedimentación, que han dado lugar a un proceso
de eutrofización con consecuencias adversas en la dinámica natural de dichos ambientes
acuáticos; tal situación, ha favorecido el crecimiento acelerado de vegetación foránea y el
reemplazo por esta en lugar de la vegetación nativa, generando la destrucción de hábitats
para un variado número de aves endémicas y/o amenazadas (Andrade, 1994, 1998; Collar
et al., 1992; Fjeldsa, 1993; Fjeldsa y Krabbe, 1990; Renjifo, 1992; Vartyet al., 1986); por
ende, en Fúquene es evidente este proceso, que ha sido documentado (Santos, 2000) y en
consecuencia, el hábitat para G. melanops puede considerarse fragmentado, teniendo en
cuenta el uso que la especie hace de la vegetación acuática flotante, emergente y sumergida
nativa, tanto para la alimentación, como perchas de refugio, de residencia y de soporte para
nidos.
Benítez-Castañeda et al. 15
Segundo, con urgencia se requieren de estudios específicos de limnología y especialmente
de los niveles de contaminación de los humedales y sus consecuencias sobre la biota
residente, en particular sobre la avifauna; puesto que, de lógico la contaminación genera
cambios en las poblaciones de animales en su fisiología; de hecho, pueden provocar para el
caso de las aves, la no eclosión de los huevos, según estudios en los que se describe como
los contaminantes han afectado el desarrollo embrionario de huevos de aves acuáticas o las
crías, en ecosistemas lacustres (Gilbertson, 1991; Ludwig et al. 1995, Ludwig, 1996;
Yamashita et al., 1993). Lo anterior no se descarta en Fúquene, en donde se han
documentado hallazgos de nidadas malogradas para G. melanops, sin conocer con exactitud
las causas que hallan generado esta situación (Cely et al., 2005), e incluso, ya se ha descrito
una situación similar para la misma especie en otras localidades de la altiplanicie (Becerra
et al., 2005; Pedraza, 2001).
Tercero, las fluctuaciones y la disminución general del nivel de agua, ocasionados por el
drenaje y por el incremento de la demanda de agua, que entre otros aspectos, tienen efecto
contraproducente en la comunidad de plantas de aguas poco profundas y permiten la
intromisión agrícola entre la vegetación acuática (juncales y eneas, entre otras), genera la
desecación de la laguna (Val derrama y Mosquera, 1979) y con ella la habilitación de
terrenos para la explotación agrícola y ganadera; lo anterior provoca cambios en la
dinámica natural del ecosistema y por ende la alteración del hábitat para la especie. Esta
situación fue descrita para otros ambientes acuáticos (EAAB y CIC, 2003; Varty et al.,
1986).
Cuarto, varios factores producto de la actividad antrópica como (1) la explotación agrícola
y ganadera, (2) la quema y el uso o manejo de la vegetación acuática, (3) la caza, (4) el uso
de agroquímicos, (5) el pastoreo, (6) la pesca sin control (7), el uso de botes de motor y (7)
en menor grado el turismo, entre otros, pueden citarse como amenazas directas e indirectas
para G. melanops y otras especies de aves; no obstante, algunos autores clasifican algunas
de estas amenazas como menores (Collar et al., 1996, Vartyet al., 1986); por lo cual, sería
Benítez-Castañeda et al. 16
útil hacer una valoración para entender de que manera cada uno de los factores
mencionados, afecta el desarrollo de una población, en este caso para la especie en estudio.
Durante el monitoreo, el 21 de agosto de 2005, se observó que una zona amplia de la
vegetación acuática emergente (Schoenoplectus californicus, Thypha angustifolia) presente
cerca de la estación Molino de Viento en Fúquene (05°28' N 73°46' O), fue quemada
(figura 10); en este sector, previamente se registraron dos parejas hacia el inicio del estudio
(noviembre de 2004) y en investigaciones recientes se hallaron nidos, huevos y polluelos de
la especie (Cely et al., 2005) y de otras aves amenazadas (Cistotorus apolinari, Rallus
semiplumbeus). Por otra parte, en el mismo sector, se documentó habilitación de terrenos
para explotación ganadera durante un periodo de anidación de G. melanops en el 2003
(Cely et al., 2005), lo que permite suponer la necesidad de ejecutar acciones que controlen
y/o regulen este tipo de actividades.
En seis de las siete estaciones de monitoreo (excepto en Tagua-El Peñon), fue evidente que
los habitantes realizan labores como el juntar las masas de vegetación (principalmente
Eichornia crassipes y Egeria densa) hacia las orillas de la laguna y de esta manera ampliar
la extensión del terreno en determinado sector, con el fin de poder desarrollar actividades
de pastoreo para el ganado; posteriormente, los habitantes corren las cercas dejándolas
junto a las riberas a menos de un metro de distancia al agua, lo anterior se observa
notoriamente entre las estaciones El Desembarcadero hacia Punta de Cruz; en
consecuencia, mediante este tipo de actividades los habitantes acogen terreno para ser
explotado y de esta forma la extensión de los terrenos inundables se secan y el hábitat para
las aves se reduce por destrucción o erradicación de la vegetación acuática y perdida de
espejo de agua. Ejemplo de ello es lo que ocurre en sectores como El Chalet, El
Desembarcadero y El Chiguy en donde los juncales están próximos a la ribera, estos son
pisoteados por las vacas, contribuyendo con esto a que el terreno se seque y se compacte.
El 8 de mayo de 2005, se observó que una pareja de habitantes de la región, se desplazaba
en bote de remos, frente al sector Punta de Cruz y junto con ellos, un perro de su propiedad
Benítez-Castañeda et al. 17
nadaba cerca del bote, el animal era arrojado al agua para obligar el desplazamiento o la
intimidación de las aves acuáticas, provocar su huida y de esta manera los habitantes
procedían a tratar de atrapar con redes de pesca a las aves que salían de sus refugios entre
la vegetación acuática emergente; en consecuencia, pese a no registrar que atraparan un ave
durante la observación, entre su carga ya llevaban algunos especimenes de aves muertas,
entre ellos de G. melanops, que por su apariencia habían sido recién capturadas; en el mes
anterior (17 de abril de 2005) había sido registrada una pareja de G. melanops en dicho
sector. Desde este punto de vista, según información obtenida de varios habitantes de la
región, ellos aseguran que cazan animales para alimentarse y hay otro grupo de personas
que también lo hace como actividad de tradición, sin tener en cuenta cual es el ave que
cazan, de hecho, información de la caza sobre G. melanops ha sido documentada (Borrero,
1984); por lo cual, de acuerdo con lo expuesto, las autoridades deberán ejercer un estricto
control de actividades como la caza e incluso la pesca cuando estas se hacen
extralimitadamente y están relacionadas con la explotación de la fauna nativa silvestre y
más aún cuando las especies se encuentran en alguna categoría de amenaza.
Pautas de conservación de G. melanops y de sus hábitats. Durante el estudio fue
evidente que G. melanops se encontró asociada a hábitats específicos en todos las
estaciones de monitoreo en la localidad de estudio; dichos hábitats, estuvieron
caracterizados por estar provistos de vegetación acuática que sirve como alimento ya sea
directamente o que facilite su consecución; además, la vegetación también es utilizada por
los individuos o parejas como sitios de refugio, de percha e incluso como soporte para
nidos (Cely et al., 2005).
Los resultados obtenidos y la información existente tanto para la localidad, como en otros
ecosistemas acuáticos de la altiplanicie (Cely et al., 2005; Pedraza, 2001; Varty et al.,
1986), permiten considerar que la vegetación asociada tanto a la reproducción, la
alimentación y el comportamiento de G. melanops, es del tipo flotante, emergente y
sumergida. En consecuencia, se hace necesario evaluar el manejo que se ejerce sobre la
vegetación acuática nativa de la laguna de Fúquene, así como de otros ambientes acuáticos
Benítez-Castañeda et al. 18
en la altíplanicie; además de estudiar el impacto de actividades como el pastoreo, la
agricultura y la ganadería hacia este tipo de vegetación y por ende a las aves que como G.
melanops, dependen de esta.
Desde este punto de vista, los patrones de vegetación en todos los ecosistemas de humedal,
merecen especial atención, ya que lo que determina en gran parte la riqueza potencial de
aves acuáticas en un ecosistema de humedal, es la diversidad de estructuras de vegetación,
útiles para la alimentación, o como refugio o sustrato para el nido, pues se ha documentado
que las aves responden visualmente a la estructura de la vegetación, que a su vez depende
de la disposición espacial de las diferentes comunidades florísticas (Blanco, 1999; Weller,
1967;Weller y Fredrickson, 1974).
Con relación a lo expuesto, mediante el estudio se corroboró que G. melanops reside en
sitios con vegetación acuática, junto a pequeñas zonas de aguas abiertas poco profundas
como mencionan brevemente varios autores (Andrade, 1994; Cadena, 2002; Fjeldsa, 1993;
Fjeldsa y Krabbe, 1990; Varty et al., 1986). Por otra parte, G. melanops utiliza la
vegetación acuática, para satisfacer algunos requerimientos entre los que principalmente se
citan: (1) alimentación, ya que, basándose en los resultados obtenidos y de acuerdo con las
referencias, G. melanops es omnívora, aunque parece preferir el alimentarse con vegetación
en alto porcentaje, tal como fue observado y ha sido descrito (Cely et al., 2005; Pedraza,
2001). (2) Para percharse, refugiarse o nidificar, G. melanops utiliza la vegetación acuática
presente en los humedales, excepto cuando al parecer, en el lugar de residencia este tipo de
vegetación es escasa o casi inexistente, en cuyo caso utiliza otro tipo de vegetación para
anidar (Becerra et al., 2005; Cely et al., 2005), o simplemente recurre a estructuras hechas
por el hombre (Cadena, 2002) (figura 11). Según lo anterior, las acciones encaminadas a la
conservación de esta especie, deberán brindar importancia al manejo, la protección y la
conservación de sus hábitats, incluyendo el de la vegetación asociada a sus actividades
vitales, así como la vigilancia de las actividades antrópicas por las cuales se hace
explotación del medio y que se desarrollan en cada localidad en donde la especie reside.
Benítez-Castañeda et al. 19
En la laguna de Fúquene y en general, en los sistemas acuáticos que reciben algún
tratamiento para la vegetación acuática por parte de las autoridades ambientales, se hace
necesario contemplar que para ejecutar cualquier proceso de manejo y extracción de la
vegetación acuática o de dragado, como los que se realizan en Fúquene (obs. per.), La
Herrera (Cely et al., 2005) y La Florida (Benítez-Castañeda et al., 2004); previamente debe
llevarse a cabo una evaluación compleja de las zonas en donde habitan G. melanops y otras
aves amenazadas de especial interés (Rallus semiplumbeus, Cistothorus apolinari, entre
otras), para comprobar si hayo no, nidadas o territorios exclusivos de alimentación, perchas
de residencia y de refugio de las aves, antes de dar inicio a cualquier actividad; de tal
manera que este tipo de procesos no causen perturbación a la mismas (sin descartar otro
grupo vertebrado que también pueda verse afectado).
De otro lado, el reemplazo de la vegetación acuática nativa tipo pleustofitica y helofitica,
por otra acuática foránea (por ejemplo: Egeria densa, Eichomia crassipes), una de las
posibles causas que condujo a la extinción de Podiceps andinus (Collar et al., 2001; Renjifo
et al., 2002); puede haber afectado a G. melanops, ya que este tipo de vegetación impide el
crecimiento de vegetación nativa útil para la anidación y la alimentación de aves acuáticas
(Fjeldsa, 1993). Desde este punto de vista, pese a observar a los individuos picotear e
ingerir algunos trozos de elodea (Egeria densa) en las estaciones El Chalet y Molino de
Viento, al parecer esta planta no constituye un alimento exclusivo de esta especie y ha
ocupado áreas extensas en donde anteriormente se hallaba vegetación nativa (Santos,
2000); además, según Cely et. al. (2005), las parejas no utilizan elodea para nidificar pese
a la proliferación de esta especie foránea en la laguna, a diferencia de otras aves acuáticas
que al parecer, utilizan este tipo de vegetación acuática foránea cuando la vegetación nativa
es escasa en distintos ambientes acuáticos (Benítez et al., 2004); por el contrario, se
observó que los individuos se desplazaron o se sumergían con dificultad sobre amplios
tapetes formados por Egeria densa y Eichornia crassipes.
Pese a la remoción de vegetación acuática que constantemente las autoridades ambientales
hacen en Fúquene (principalmente de Egeria densa y de Eichornia crassipes), ocurre
Benítez-Castañeda et al. 20
perdida de espejo de agua por el crecimiento acelerado de dicha vegetación, 10 que a su vez
no favorece el crecimiento de vegetación acuática nativa. En la laguna de La Herrera fue
descrita una situación similar (Andrade, 1994; Cely et al., 2005). Esta situación se relaciona
con el hecho que ambos ecosistemas acuáticos se encuentran desde hace varios años, en
avanzado proceso de eutroficación y colmatación, por lo que la contaminación en ambos
ecosistemas es alta, principalmente para la laguna de La Herrera; situación que es
contradictoria ante las prioridades de conservación de aves amenazadas como G. melanops
y por ende para la protección de sus hábitats (Andrade 1991, 1994, 1998; Naranjo, 1983,
1987, 1998; Santos, 2000).
Es alarmante que, producto de la reducción y fragmentación de la mayoría de los
humedales de la altiplanicie cundiboyacense (Andrade 1991, 1994, 1998; Cadena, 2002;
Collar et al., 1992; Renjifo 1992), posiblemente las poblaciones de G. melanops no tengan
las condiciones adecuadas para reproducirse de forma exitosa, en primera instancia por
fragmentación o por perdida de hábitats y en consecuencia, probablemente se vean forzadas
ya sea a (1) construir nidos en sitios que por su condición serían poco adecuados para
anidar o de tipo artificial como ha sido documentado (Becerra et al., 2005; Cadena, 2002),
(2) residir en pequeñas áreas que pertenecieron a los humedales del Distrito y que por la
urbanización quedaron fragmentados y aislados (Benítez-Castañeda, 2002) o (3) residir en
inmediaciones de canales artificiales o en el río Bogotá pese a su contaminación, ya que en
este sitio se han registrado individuos en diferentes sectores (Becerra et al., 2005; Benítez-
Castañeda, 2004; Calvachi, 2002).
Por su estado actual y ser una de las cuatro subespecies endémicas del altiplanicie
cundiboyacense en la Cordillera Oriental en Colombia, G. melanops merece especial
atención; razones por las que las acciones y los planes de conservación de la misma deben
encaminarse a la protección, conservación, manejo y en la mayoría de los casos,
restauración de sus hábitats; de esta manera, se sugiere el llevar a cabo un control eficaz de
las actividades antrópicas que se ejercen en ellos y el realizar un monitoreo continuo de la
población residente así como de otras especies y la biota en general, de especial interés.
34
Figura l. Ubicación de la laguna de Fúquene (Fuente: Instituto de Investigación de
Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Mapas de Ecosistemas Andinos 2000 y
de Ecosistemas Generales de Colombia 1998).
C1
',.2•.•,
Figura 2. Laguna de Fúquene, Cundinamarca, Colombia
35
36
C6 52908
C1
451
Figura 3. Ubicación de las zonas de monitoreo de G. melanops en la laguna de Fúquene
(mapa adaptado de Instituto Humboldt). 1. Punta de Cruz, 2. Molino de Viento, 3. El
Chalet, 4. El Desembarcadero, 5. El Chiguy, 6. Tagua-El Peñon, 7. Monroy.
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Figura 4. Monitoreo de G. melanops en la laguna de Fúquene, mediantedesplazamientos en bote de motor
38
Figura 5. G. melanops desplazándose sobre espejo de agua junto a buchón (Etchomia
crassipes) y enea (Typha sp.) en el sector Molino de Viento.
39
Figura 6. G. melanops en búsqueda de alimento en la zona de monitoreo El Chalet,
laguna de Fúquene.
Figura 7. Desplazamientos de G. melanops en zig-zag en búsqueda de alimento
40
41
Figura 8. G. melanops picoteando plantas acuáticas sumergidas para alimentarse,
estación Agua-El Peñón, laguna de Fúquene.
42
Figura 9. Pareja de G. melanops en el sector El Chalet, laguna de Fúquene.
43
Figura 10. Vegetación acuática emergente que fue quemada por los habitantes para
habilitación de zonas para pastoreo, estación Molino de Viento, laguna de Fúquene.
44
A
B
Figura 11. a. Área ocupada por dos parejas de G. melanops en donde se aprecia la
vegetación acuática y el espejo de agua en la estación El Chalet, laguna de Fúquene.
b. Área desprovista de vegetación acuática de ribera (juncales, eneas y cortaderas), en
donde se registró a una pareja de G. melanops en el sector El Desembarcadero, laguna
de Fúquene.
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Figura 12. G. melanops refugiada entre vegetación acuática, estación Molino de Viento,
laguna de Fúquene.
Benítez-Castañeda et al. 21
Por otra parte, teniendo en cuenta que los humedales de la altiplanicie son ecosistemas que
representan hábitats para G. melanops, del estado de estos ecosistemas depende el futuro de
las poblaciones residentes. Los humedales de la altiplanicie cundiboyacense deberían ser
declarados Reservas Naturales y bajo esta condición ser estudiados, restaurados y
conservados, de acuerdo con varios autores (Andrade 1991, 1994, 1998~ Becerra et al.,
Ludwig JP. 1996. Contaminants effected widespread changes of great lakes populations
and communities. Ecological applications, 6(3):962-965.
Benítez-Castañeda et al. 27
Ludwig JP, Auman DJ, Weseloh DV, Fox GA, Giesy JP, Ludwig ME. 1995. Evaluation
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Pedraza E. 2001. Contribución al estudio del comportamiento reproductivo y alimenticio
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la Herrera, Cundinamarca. Tesis de pregrado, Proyecto Curricular Licenciatura en Biología,
Facultad de Ciencias y Educación, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá,
Colombia.
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Tabla l. Resultados del censo de G. melanops Fúquene, Cundinamarca.
A B e D1000 m 1500 m 2000 m 1000 m
n ti 61 n fl 61 n ri 61 n ti 611 55 21 6 40 27 12 39 42 20 27 512 27 13 7 46 61 13 75 19 21 72 493 35 44 8 35 16 14 47 284 50 38 9 48 32 15 53 415 43 25 10 70 40 16 27 52
11 66 50 17 65 3718 62 1519 55 46
32
Tabla 2. Conteos de Gallinula melanops realizados en la laguna de Fúquene(Cundinamarca), durante 2005.
F~ha22 enero 200522 febrero 20058 roa 020053 julio 2005
No. de individuos or conteo20221816
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Tabla 3. Sitios visitados, diferentes a las áreas de estudio en donde se registró e hizo unconteo de G. melanops.
Localidad Coordenadas Fecha de Reeistro No. IndividuosLaguna Parque Sopó 4°53'N 73°55' 02 enero 2005 8(Sopó, Cundinamarca)Gravilleras abandonadas 4°50' N 73°54' 24 enero 2005 18(Guasca, Cundinamarca)Laguna El Meridor 4°44'N 75°06' O 15 febrero 2005 14(Tenjo, Cundinamarca)Laguna El Salitre 4°54'N 73°56' O 3 mayo 2005 7(Calera, Cundinamarca)Laguna La Herrera 4°42'N 74°18' O 15julio 2005 12(Mosquera,Cundinamarca)Humedal La Conejera 4°41'N 76°06' O 06 agosto 2005 4(Bogotá)Humedal 4°43'N 74°09' O 02 septiembre 2005 2La Florida (Bogotá)