26 | | abril 2017 Arquitectos para la nueva Sevilla del 92 L A arquitectura realizó una aportación inmen- sa a la necesaria reno- vación de Sevilla con mo- tivo de la Exposición Universal, pero no sólo por los numerosos edifi- cios que se construyeron en el propio recinto de la Expo o fuera del mismo para la celebración de 1992. También, y de forma decisiva, los arquitectos participaron de lleno en el gran salto adelante que transformó por completo la ciudad, en su nuevo ur- banismo y en la renovada trama urbana que se le proporcionó. Empezando por el con- junto urbano, es evidente que el logro más importan- te fue el derivado del le- vantamiento del corsé fe- rroviario que, por el oeste, separaba a la ciudad del cauce histórico del Gua- dalquivir, taponado por la corta de Chapina y aislado por la valla de la Estación de Plaza de Armas y sus vías, mientras por el centro del mismo casco urbano trascurría el otro sistema de vías, al norte y sur de la Estación de Cádiz, que partía en dos el mapa, se- parando el casco antiguo del nuevo centro que había crecido en Nervión y de los barrios residenciales más al este. Gracias a esta opera- ción, Sevilla recuperó la coherencia de su trama ur- bana y adquirió la integri- dad estructural necesaria para afrontar el nuevo si- glo, con una reordenación sólo comparable en los tiempos recientes a proce- sos como la reunificación de Berlín tras la caída del Muro en 1989, y poniendo en práctica por primera vez a nivel mundial crite- rios de adaptación climá- tica, gracias al trabajo de Jaime López de Asiaín y otros, con sus equipos de investigación, aprove- chando los recursos loca- les en la adecuación de los espacios abiertos y edifica- dos a los requerimientos del evento, minimizando los consumos energéticos. Al mismo tiempo, el Guadalquivir volvió a ser el gran río de Sevilla. Gra- cias a ello, hoy disfrutamos de la nueva Avenida de Torneo, diseñada por los arquitectos Gonzalo Díaz Recasens y Manuel Fer- nández de Castro. Precisa- mente, este gran balcón al río lo culmina otra infra- estructura notable como fue el Puente del Alamillo, obra de Santiago Calatra- va, arquitecto e ingeniero. Los equipamientos para el transporte recibieron también aportaciones de- cisivas como la Estación del AVE de Santa Justa, obra de Antonio Cruz y Antonio Ortiz, y la nueva terminal del aeropuerto, del premio Pritzker Rafael Moneo. Fueron muchos los profesionales como Cala- trava y Moneo que vinieron a aportar lo mejor de la ar- quitectura mundial, pero la relación de arquitectos que engrandecieron nues- tro patrimonio, dentro y fuera de la Cartuja, es muy abultada, y en conjunto constituye un fiel reflejo de la gran capacidad de nues- tra profesión en Sevilla. En el mismo casco histó- rico, Aurelio del Pozo y Luis Marín lograron el éxito de levantar un au- téntico teatro de la ópera, el Teatro de la Maestranza, cuando las autoridades lo- cales y la propia Expo 92 unieron sus fuerzas para construir un espacio escé- nico que desde entonces es el primero de la ciudad, con una gran capacidad y versatilidad, que ha per- mitido albergar todo tipo de espectáculos e incluso actos civiles y políticos de relevancia. Los espacios culturales constituyen desde luego un capítulo fundamental en la aportación a la arqui- tectura en 1992 que se con- serva hoy. Tras la Maes- tranza, otro teatro de éxito ha sido el Central, éste ya en la propia Cartuja, obra de Gerardo Ayala, y que en E n portada / Sevilla, 25 años después / Opinión Ángel Díaz del Río Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla Auditorio al aire libre, proyectado por Eleuterio Población.