Arqueologa del blues
Por:Fernando Navarro|04dejuniode2014
La Ruta Norteamericana tiene el privilegio de contar con un
extenso reportaje sobre blues que firma uno de los mayores expertos
en este pas del gnero.Manuel Recio,autor del blogLa msica es mi
amante, vuelve a esta ruta sonora para calzarse las botas y el
sombrero de explorador musical e invitarnos a un viaje fascinante.
Sacad tiempo y disfrutad.
Texto: Manuel Recio
"Estbamos muy ocupados en cuestiones arqueolgicas, no tenamos
demasiado tiempo para el folclore, que ya de por s es difcil de
excavar", Charles Peabody.
Corra el mes de mayo del ao 1901.Charles Peabody, un arquelogo
de la Universidad de Harvard, lleg al condado de Coahoma, al norte
del estado de Mississippi, para realizar unas excavaciones que le
haba encargado el Peabody Museum. All se hizo con un grupo de
jornaleros negros que iba oscilando entre los nueve y los quince,
dependiendo de la tarea. Las primeras semanas se dedicaron a
realizar cortes en dos tmulos abandonados por loschoctaw, el pueblo
indio que habitaba esas tierras mucho antes de que los
terratenientes blancos se apoderaran de ellas. Uno de esos tmulos
se ubicaba en la plantacin Dorr, en el municipio de Clarksdale; el
otro, a unos 25 kilmetros direccin sur, en la plantacin Edwards,
trmino de Oliver, sobre el ro Sunflower.
El calor apretaba. Las jornadas eran duras y se prolongaban
desde primera hora del da hasta el ocaso. El terreno denso y
pantanoso de Mississippi dificultaba la tarea. El peso de la tierra
hmeda aplastaba los huesos. Segn el propio Peabody, extraer un
esqueleto, aun con la ayuda de una paleta, era algo bastante
complicado. Estaban enterrados en un lodo que los lugareos
llamabangumboobuckshot. Sin embargo, solo en la plantacin Edwards
consiguieron desenterrar 158 esqueletos y 68 vasijas. Asimismo,
tambin recuperaron abalorios de turquesa, herramientas talladas en
piedras, conchas marinas, huesos de animales, campanas de latn,
pipas de arcilla y puntas de flecha y lanza. Sin duda, la tierra
esconda un gran tesoro que formara parte ahora del Peabody Museum.
Pero, a medida que los trabajos avanzaban, Peabody perdi inters por
los hallazgos arqueolgicos para centrarse en otro tipo de
tesoros...
Tanto durante la jornada como cuando se retiraban por la noche a
sus tiendas para descansar, los jornaleros negros emitan unos
extraos cantos y lamentos que cautivaron a Peabody. Los odos del
curioso arquelogo tuvieron acceso a un abundante material etnolgico
en forma de primitivas canciones. Pero no era ningn experto. Tal
vez un musiclogo pudiera haberlas clasificado y analizado con ms
precisin. No obstante, al regresar a Harvard, el obstinado Peabody
elabor incluso antes de redactar los resultados de sus
descubrimientos arqueolgicos un breve documento con anotaciones que
envi a la publicacinJournal of American Folk-Lore.
'Notes on Negro Music', publicado en el nmero de septiembre de
1903 de la revista, constituye, con seguridad, el primer documento
escrito que habla del blues, aunque en ningn momento se cita la
palabra como tal. Se trata de un artculo de cuatro pginas donde, a
pesar de sus limitaciones,Charles Peabodydescribe con asombro y
cierta fascinacin todo aquello que escuch. Quiz sea aventurado
hablar del nacimiento del blues, pero lo que est claro es que las
narraciones de Peabody coinciden sorprendentemente con los
elementos clave del blues primitivo.
Convertir las penas en cancin
El arquelogo seala que se hacan acompaar de la guitarra cuando
estaban "en sus tiendas o marchando". Tambin se refiere a la
predileccin por las melodas sencillas de "los himnos y los
ragtimes". Cita literalmente el uso de "tres acordes en tono mayor
o menor". Tambin deja constancia de las improvisaciones y
variaciones de esos acordes que podan alargarse durante horas.
Indica cmo al final de los fraseos, a menudo, dejaban la ltima nota
desafinada, en referencia a las caractersticasblue notes.
En relacin al contenido de los cantos, Peabody menciona
costumbres, maneras y sucesos de la vida de los negros. Los temas
principales son historias de amor y mala suerte, aunque tambin hay
lamentos referidos a las ocupaciones diarias o a los momentos de
ocio. Uno de los objetos de estudio es un aparcero al que
llamaHaman's Man, en referencia a la mula que empujaba de sol a
sol. El hombre llena esas quince horas de tarea con cantos y
letras, mezclados con algn improperio que dirige al animal, en
ritmos de sabor "genuinamente africano". Otra de las
manifestaciones sonoras procede de una cabaa cercana al
asentamiento, donde una mujer intenta dormir a su beb susurrndole
una cancin de cuna. Peabody lo detalla como "un misterioso
intervalo, imposible de reproducir, de ritmo raro y peculiar
belleza".
Justo al acabar su breve relato, alude a un negro muy anciano
que conoce en la plantacin deJohn Stovall(la misma donde cuarenta
aos ms tardeAlan Lomaxdescubrira a un esbelto campesino que
responda al nombre deMcKinley Morganflied, esto es,Muddy Waters).
Una noche le pidieron que cantara para ellos mientras estaban
sentados en el porche.Charles Peabodyhabla de unos sonidos sin
antecedentes culturales, montonos y extraos, y los describe como
"un gaita tocadapianissimo, un arpa juda tocadalegatoo algo
parecido a la msica japonesa". Concluye el artculo reconociendo que
nunca ha vuelto a escuchar nada igual, ni a or hablar de ello. Al
mismo tiempo, admite que esa msica que tanto le sedujo cumple una
funcin: satisfacer la profunda necesidad de los negros de la zona
de librarse de las penas convirtindolas en cancin
Dominar el Ro Grande
Mientras Peabody intentaba extraer el legado de la tierra, otros
se afanaron, con menos xito, en dominar el gran ro cuyas aguas
sepultaron vestigios del pasado y cientos de historias por
descubrir. El legendario Mississippi no solo da nombre al estado:
tambin supone toda una institucin que va mucho ms all del mero
accidente geogrfico. Si las civilizaciones antiguas florecieron
cerca de ros como el Tigris y el ufrates, otro tipo de pobladores
menos trascendentes, quiz escribieron su intrahistoria junto a las
riberas de este descomunal ro que atraviesa el estado de norte a
sur. Granjas, bosques, cabaas, poblados o extensas plantaciones de
algodn... El ro las cruza, las serpentea, las acaricia y las dota
de vida en su imparable camino hacia la desembocadura en el Golfo
de Mxico, cerca de Nueva Orleans. Pero con frecuencia, el
Mississippi tambin se enfureca y arrasaba con todo a su paso. Las
inundaciones han quedado marcadas en el recuerdo de sus habitantes.
Algunas como las de 1927 fueron histricas; otras eran tan
devastadoras que solo las copas ms altas de los rboles quedaban a
salvo de las crecidas del ro.
En 1541 el explorador espaolHernando de Sotodescubri unas aguas
que bautiz como Ro Grande. Fue el primer europeo en adentrarse en
ellas, aunque los mencionadoschoctawsya se haban asentado,
temerosos, desde tiempos inmemoriales, en unos montculos que
bordeaban el ro. Ellos fueron en realidad los pioneros en intentar
domar las aguas del Mississippi, aunque su apuesta result
infructuosa. No ser hasta principios del siglo XIX, en plena
esclavitud, cuando se empez a disear un primitivo sistema de diques
para contener las crecidas. Pero la fuerza del Ro Grande superaba
cualquier estrategia humana por contrarrestarla. En los aos
posteriores a la Guerra de Secesin, se construy un dique ms fuerte
y resistente; las frtiles tierras de la llanura aluvial del
Mississippi pudieron descansar por fin sin miedo a ser regadas de
improviso.
El dique del Mississippi representa uno de los sistemas de
contencin ms grandes del mundo y una de las obras de ingeniera ms
asombrosas de Estados Unidos. Desde Cairo, en el estado de
Illinois, hasta Louisana, el dique flanquea el ro a lo largo de
5600 kilmetros, donde aparte del muro hay embarcaderos, muelles y
pequeos puertos para losriverboats. Es uno de los rasgos culturales
ms caractersticos del estado, principalmente porque su construccin
forma parte de la historia de la regin. Cuesta creer que una obra
de tal magnitud fuera hecha por la mano humana. En concreto por la
fuerza de hombres, cruelmente explotados, muchos de ellos esclavos,
otros presidiarios, empujando simplemente carretillas con sacos de
arena, a golpe de ltigo o en el mejor de los casos, tirando de
mulas para arrastrar la carga.
El hombre del sombrero negro
Los primeros hombres que trabajaron en el dique eran irlandeses.
Llegados desde el viejo continente, los colonos se vieron obligados
a emplearse como jornaleros en cualquier tipo de trabajo, como la
construccin del ferrocarril, diques y otros canales. Uno de los
ltimos jornaleros irlandeses fueF.M McCoy, un tipo de ropa
desgastada y vieja pero que siempre portaba un flamante sombrero
negro de marca Stetson. McCoy haba pasado media vida tras una
carretilla, apilando cargas en la ribera del ro por apenas unos
dlares al da o por un trago de whisky. Durante la guerra luch junto
a sus primos irlandeses por mantener el sistema de esclavitud. Al
acabar esta, con los esclavos libres, los negros consiguieron
quitar el trabajo a los viejos colonos irlandeses. Podan manejar
una mula y adems eran ms baratos.
McCoy se convirti en capataz. Todo el mundo le conoca como
'Black Hat' (sombrero negro). Ganaba 175 dlares a la semana. No
tena ningn problema en dar latigazos a los negros que osaran hablar
con l. As deba ser un buen capataz. Junto con los jefes, eran la
nica autoridad en los campos de trabajo. All imperaba su ley. Todo
el mundo llevaba armas. El mundo del Delta era como la ltima
frontera americana, ms salvaje que el lejano Oeste en sus das de
apogeo. Los negros estaban menos considerados incluso que los
animales de carga. "Mata a un negro, alquila a otro. Pero si matas
a tu mula tienes que comprar una nueva". Esa pareca ser una de las
filosofas de la zona. Los contratistas blancos pagaban a negreros
para que se aseguraran de que los negros trabajaban bien. Si no lo
hacan, si se dignaban a mirar al dueo blanco, los negreros
disparaban. La vida sobre todo la de un negro no era un valor en
alza en esa sociedad. La de Black Hat acab en un cruce de caminos,
en el apeadero de Lula, camino de Clarksdale. All se le vio por
ltima. Quin sabe si recibi su merecido...
"Mister Cholly, Mister Cholly,
Just gimme my time
He say, "Go on nigger
You time behin
Oh oh oh oh, you time behin"
[Seor Cholly, seor Cholly
Deme un respiro
l dijo: "sigue negro, tu tiempo ya se acab"
Oh oh oh, ya se acab]
Los jornaleros irlandeses tenan sus propios cantos trados de
Europa. Por su parte, los exhaustos muleros dedicaban estas
palabras a sus jefes. El tal 'Mister Cholly' no pareca ser nadie en
concreto, aunque siempre apareca en las canciones de los sufridos
braceros. Charles o Charley era un nombre muy comn en la poca,
sobre todo entre las familias sureas de cierto abolengo. Tena un
toque de distincin. Los negros que no saban el nombre de su jefe le
llamaban 'Mister Boss' o 'Mister Cholly'. Cuando el jefe no estaba
lo podan usar como palabra de autoridad "el seor Cholly me
dijo...". Por tanto Mister Cholly es en realidad la figura del jefe
que contrata, despide, que paga (o no paga).
Aunque algunos piensan que el seor Cholly era el dueo de un
campo de trabajo llamadoCharley Silas. Una vez vino un hombre,
conocido comoMercy Man, de la Sociedad Protectora de Animales de
Memphis para comprobar las condiciones de trabajo de las mulas.
Silas le peg dos tiros antes de que alguien pudiera dejarle sin su
principal fuente de trabajo.
Gritos de campoLos trabajadores negros se agrupaban en
cuadrillas y dorman en campamentos. Haba tantas tiendas de campaa
que llegaban a formar autnticas calles. Aunque seguan a sus jefes a
lo largo del ro para la construccin del dique, gozaban de cierta
libertad. Llevaban una vida errante, de un lado para otro, de mujer
en mujer, otros de prisin en prisin. Las cabaas estaban lo
suficiente alejadas de las de los capataces para que los das de
lluvia y los domingos se dedicaran a lo que quisieran. Muchos lo
empleaban en el juego o en las apuestas. En un mes podan ganar ms
que toda una temporada en una granja o en la plantacin. Trabajar en
el dique aseguraba asimismo una paga semanal. Eso s, las jornadas
de trabajo se tornaban interminables. Generalmente al comienzo del
da o por la tarde, cuando el cansancio haca mella, comenzaban a
cantar. En cierto modo no eran canciones propiamente dichas, sino
una especie de manifestaciones espontneas, individuales, en forma
de grito, a veces habladas, otras cantadas. Son los conocidos
como'gritos de campo'ohollers.
Este repertorio de gritos y bramidos (en su tradicin literal) el
de Mister Cholly era uno de los ms comunes presentaba una serie de
caractersticas distintivas: tiempo lento, ritmo libre, largos
deslizamientos, frases ornamentadas y melismticas, intervalos
menores y, en general, un ambiente melanclico. Sonaban como llantos
y sollozos penetrantes que resonaban en todo el campo de trabajo.
Cada aparcero bramaba su cancin respondiendo a su compaero. Cumplan
con una funcin liberadora, la de mostrar el estado de nimo, en una
situacin de alienacin y desarraigo que hunda sus races ltimas en
frica.
En la tradicin de loshollersse podan apreciar esos tonos
bemolizados, en apariencia desafinados, que desplegaban lasblue
notes. Pero lo ms importante de estos gritos que se emitan en las
labores de trabajo era que reflejaban un sentimientoblue, la
tristeza de los antiguos reinos, que desembocara directamente en lo
que ms tarde se dio a conocer como blues. Los hombres que
trabajaron construyendo el dique del Mississippi durante aos y aos,
generacin tras generacin, no solo fueron los artfices de una de las
obras ms magnnimas del pas: para muchos en realidad son los
primerosbluesmen, aunque ellos nunca lo supieron...
"A nigger wasn't worth as much as a mule", refrn popular.
Texto:Manuel Recio, periodista de Europa Press, Jot Down,
Yorokobu y autor del blogLa msica es mi amante.
Fuentes:
Blues: la msica del Delta del Mississippi, Ted Gioia.Turner.
2008.
The land where the blues began, Alan Lomax, Ed. The New Press.
1993.
Fotos extradas de:
-Mississippi Department of Archives and History.-Retroanaut