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Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y
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Walburga WiesheuEL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE:
INTERPRETACIONES NACIONALISTAS DEL SURGIMIENTO
DE LA CIVILIZACIN CHINAEstudios de Asia y frica, vol. XLI, nm.
3, septiembre-diciembre, 2006, pp. 365-383,
El Colegio de MxicoMxico
Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de
la revista
Estudios de Asia y frica,ISSN (Versin impresa):
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[365]
China-civilizacin milenaria, patrimonio arqueolgico,
Estado-nacin
EL PASADO AL SERVICIODEL PRESENTE: INTERPRETACIONESNACIONALISTAS
DEL SURGIMIENTO
DE LA CIVILIZACIN CHINA
WALBURGA WIESHEUEscuela Nacional de Antropologa e Historia
Una usual lectura nacionalista del pasado reside en identifi-car
las culturas definidas por los arquelogos [] en trmi-nos de un
grupo tnico ancestral a la nacionalidad [] Ta-les identificaciones
le procuran una genealoga formidableque se extiende al pasado
remoto, firmemente arraigadaen el territorio: tierra y poblacin son
unidas.
Philip L. Kohl1
Existe una inversin emocional tremenda en la veraci-dad de una
tradicin histrica china, segn la cual Chinaes la ms grande, la ms
antigua y la ms gloriosa de lasnaciones.
Chen Xingcan y Li Liu, discusin en lnea provocadapor el proyecto
de la Cronologa de Xia-Shang-Zhou2
El estudio de la prehistoria y de la historia antigua en China
seha caracterizado por la interpretacin nacionalista de la
heren-cia cultural, que ha implicado determinados usos en la
recons-truccin del pasado para fines de la agenda estatal y el
discurso
Este artculo fue recibido por la direccin de la revista el 4 de
octubre de 2005 yaceptado para su publicacin el 4 de noviembre de
2005.
1 P. L. Kohl, 2000, p. 35.2 Chen Xingcan y Li Liu, Xia, Shang,
Zhou duandai gongcheng qinqi de duan
shang shehui jisuan, en Gudai Wenming Yanjiu Tongkan (Centro de
Estudios de Ci-vilizaciones Antiguas, Universidad de Beijing), vol.
9, nm. 6, 2001, p. 17.
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366 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
poltico actuales.3 Los restos materiales plasmados en objetos
va-liosos considerados tesoros nacionales (llamados
curiosamentereliquias culturales en el contexto chino) al igual que
en grancantidad de monumentos, son vistos como smbolos de la
crea-tividad de los antepasados de la poblacin del pas y son
moti-vo de gran orgullo, hechos que contribuyen a enaltecer el
pasa-do. El carcter milenario y los logros materiales e
intelectualesde la ancestral tradicin china son resaltados con el
fin de cul-tivar sentimientos de superioridad cultural y de
fomentar almismo tiempo la dignidad y conciencia nacionales, de
formaque dentro del discurso ideolgico oficial el nfasis en la
anti-gedad y la grandeza de la civilizacin china ha constituido
unelemento importante para promover el espritu patritico yreforzar
la identidad nacional, como parte fundamental de unaconstruccin
social que integra a la entidad poltica a partir deuna proyeccin
normativa del presente al pasado.4
3 En varios pases la reconstruccin de las culturas pasadas se
enmarca dentro detradiciones regionales, algunas de las cuales se
pueden caracterizar como eminentemen-te nacionalistas. En este
contexto se entiende como una prctica arqueolgica nacio-nalista
aquella en la que la interpretacin de los datos se sujeta a una
agenda poltica ydonde los estudios realizados por los
investigadores son utilizados para construir unaidentidad nacional
o para promover los intereses nacionales (P. L. Kohl y C.
Fawcett(ed.), Archaeology in the service of the state: theoretical
considerations, en Nation-alism, politics, and the practice of
archaeology, Cambridge, Cambridge University Press,1995, pp. 3-18;
P. L. Kohl, Archaeology and Nationalism, en Encyclopedia of
Nation-alism. Fundamental Themes, vol. I, Academic Press, 2000, pp.
25-38). Tal adhesin afines nacionalistas conlleva a que de forma
consciente o inconsciente se distorsione elpasado, se limiten las
interrogantes planteadas en las investigaciones y se determinende
manera artificial las unidades por estudiar (B. G. Trigger,
Romanticism, nationalism,and archaeology, en P. L. Kohl y C.
Fawcett (ed.), Nationalism, op. cit., pp. 263-279). Aunque a escala
mundial se acusa una amplia variacin en contenido, importanciay su
relacin con el proyecto estatal, como ejemplos ms patentes de una
arqueologa na-cionalista adems de la practicada en la China
comunista o en pases latinoamericanoscomo Mxico, figuran la
ejercida bajo la Alemania nazi, en la Unin Sovitica entrelos aos
treinta y cincuenta, en Japn en los aos treinta y a principios de
los cuaren-ta, y la Arqueologa Bblica en Israel (vase ibid.), pero
cabe agregar que tambinpueden observarse tendencias nacionalistas
en la arqueologa poscolonial desarrolladaen algunos Estados-nacin
jvenes de frica. Vase para anlisis especficos de algunoscasos
concretos, los estudios contenidos en el volumen editado por Kohl y
Fawcett(op. cit.).
4 Siguiendo a Kohl y Fawcett, todas las formas de nacionalismo
con construccio-nes sociales de la realidad hacen referencia a
comunidades imaginadas fabricadas demodo subconsciente o inventadas
de modo consciente y manipuladas por grupos so-ciales, que a su vez
emergen por razones asociadas con desarrollos econmicos y
tecno-lgicos de la era moderna (op. cit., p. 14).
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 367
Hasta hace poco, el origen de la civilizacin china habasido
ubicado dentro del rea nuclear conformada por la cuen-ca del ro
Amarillo; ms especficamente dentro de la llamadaRegin Cultural de
la Llanura Central del Norte (en chino:Zhongyuan), que abarca el
curso medio de dicho ro. Se trazabaaqu un desarrollo lineal y
directo a partir del horizonte cultu-ral de la tradicin agrcola del
periodo neoltico de Yangshaodel quinto milenio a.n.e., pasando por
la de Longshan del segun-do milenio a.n.e. y de all al periodo
conocido como de lasTres Dinastas, que de acuerdo con la
historiografa tradicio-nal habra empezado con el reino de Xia
registrado en las fuen-tes histricas tempranas como donde se
conforma la primera di-nasta de China. El hallazgo del complejo
arqueolgico de lallamada Cultura de Erlitou en los aos sesenta llen
la lagunaque exista relativa a la transicin de las culturas
neolticas deYangshao y Longshan a las de las monarquas ms
tempranasde los periodos o culturas de Xia, Shang y Zhou de la Edad
delBronce, y desde las cuales la civilizacin china se habra
irradia-do a otras partes del pas.5
Este enfoque mononuclear del origen de la civilizacinchina,
basado en que dentro de la secuencia estrictamente uni-lineal de la
evolucin de sociedades complejas se ubicaba sudesarrollo en la
regin del curso medio del ro Amarillo delnorte del pas, deriv no
solamente de la arraigada tradicinde la historiografa dinstica
oficial que insisti en su unidad,sino tambin segn sostienen autores
como L. von Falken-hausen6 del centralismo burocrtico de la era
maosta. A estose agrega que en los aos cincuenta y sesenta del
siglo pasado,la mayora de las exploraciones arqueolgicas se
concentrabanen esta rea, considerada la cuna de la civilizacin
china; asi-mismo, los sondeos y las excavaciones en gran medida se
lleva-
5 De hecho, es en la cultura de Erlitou en la que hasta el
momento se han identi-ficado las estructuras palaciegas ms antiguas
de China, mismas que constituyen un in-dicador crtico para la
existencia de una organizacin estatal. Si bien esta cultura
deErlitou, fechada entre los siglos XIX y XVI a.n.e., en un inicio
se haba consideradocomo una manifestacin temprana del complejo
dinstico de Shang, cada vez ms ar-quelogos estn convencidos de que
coincide con la dinasta Xia anotada en las fuenteshistricas
posteriores, al menos en algunas de sus fases arqueolgicas.
6 Vase The regional paradigm in Chinese archaeology, en P. L.
Kohl y C.Fawcett (ed.), Nationalism, op. cit.
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368 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
ban a cabo bajo el auspicio del Instituto de Arqueologa de
laAcademia de Ciencias Sociales de China, con sede en
Beijing.Obviamente tambin fue desde la capital de la nacin china
dedonde se mandaron las primeras grandes exposiciones al
extran-jero, que causaron gran admiracin y atrajeron la atencin de
laarqueologa mundial; stas no slo contribuyeron a destacarla
grandeza de la civilizacin china sino a la vez redundaronen
subrayar sus orgenes autctonos dentro del territorio chi-no,
procurando incluso competir en trminos de antigedadcon otras
civilizaciones prstinas del viejo mundo y haciendofrente a aquellas
ideas difusionistas sostenidas ante todo porestudiosos occidentales
que tenan an en la dcada de lossetenta a aducir estmulos externos
como causa del surgimien-to de la civilizacin china; planteamiento
que en el contextode una arraigada visin sinocntrica en crculos
intelectualeschinos en realidad nunca encontr defensores.7
Mas este tipo de exposiciones internacionales, que eran mues-tra
de la grandeza y de la trayectoria milenaria de la
civilizacinchina, apenas se empezaron a organizar el ao de 1972;
yaanunciaban la futura apertura al mundo exterior del
trabajoarqueolgico en China, ya que dentro de la poltica general
depuerta cerrada, el intercambio acadmico y el trabajo arqueo-lgico
en esa nacin estaban vedados para los extranjeros (des-
7 Vase W. Wiesheu, El neoltico en el Plano Central del Norte.
Orgenes au-tctonos de la civilizacin china, en Estudios de Asia y
frica nm. 81, 1990, pp. 105-115. Como diran los autores chinos, el
nfasis en el carcter autctono de su civiliza-cin constitua un
recurso importante para: atacar la teora reaccionaria de los
orgenesoccidentales de la civilizacin china (Tong, Enzheng,
Northern China and Sou-thern China: Two Different Trajectories of
Social Development Towards Civilization,en Social Sciences in China
nm. 3, 1995, p. 182). Esta teora difusionista, dentro decuyo marco
se trazaba el origen de aspectos como la agricultura, la escritura
o la me-talurgia hasta culturas de Asia Central u Occidental, fue
rechazada categricamentecon base en un estudio comparativo
publicado en 1972, en el que el arquelogo Ping-ti Ho resalt las
grandes diferencias que muestra la civilizacin china respecto a las
cul-turas ms al oeste y donde afirma que la primera tiene su propia
cuna, que es laCuna del Este de la Cuenca del Ro Amarillo (de
hecho, ste era el ttulo de su libro:The Cradle of the East). Por
otro lado, se podra sealar que hasta cierto punto existe
elplanteamiento difusionista de estudiosos chinos con direccin
inversa, segn el cuallos chinos habran llevado la civilizacin al
continente americano en la poca prehis-pnica (vase W. Wiesheu,
China y Mesoamrica. Confluencias culturales, Mxico, ElCaimn Alado,
2003). En forma sugerente, el ttulo de la exposicin sobre los
mayasque se realiz en el ao de 2002 en China, era una alusin a que
esta civilizacin delperiodo clsico mesoamericano habra finalmente
retornado a su lugar de origen.
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 369
de 1949 hasta principios de los aos setenta)8 y es apenas a
par-tir de principios de los noventa que se permite la realizacinde
proyectos conjuntos con investigadores de otros pases.9Quizs quepa
aqu mencionar que en este tipo de proyectos dereciente creacin
referidos a la colaboracin con arquelogos einstituciones chinas,
muchos de los mtodos y tcnicas con queexperiment la arqueologa
occidental fueron introducidos enChina, como es el caso particular
de los estudios de recorridode superficie y del anlisis del modelo
de asentamientos, talcomo fueron diseados y aplicados en el
contexto mesoameri-cano en algunas regiones de Mxico.10
En s, durante la era maosta la perspectiva terica seguidaen los
estudios de la prehistoria e historia antigua de Chinaconsisti en
la aplicacin dogmtica del pensamiento de Marx,Engels, y Mao Zedong,
con las citas obligadas de las cuasi sa-gradas escrituras de estos
personajes. En este marco los arque-logos e historiadores se tenan
que apegar a aquel famoso lemamaosta que prescriba: Dejemos que el
pasado sirva al presen-te. A decir del propio Mao, se deba revertir
la historia ypromover los intereses del proletariado dentro del
antagonis-mo de las clases sociales; en otras palabras: la
interpretacindel pasado deba servir antes que nada a la lucha del
proletaria-do. En tales recuentos, los miembros de la clase
dominada yexplotada de los trabajadores figuraban como los dueos de
lahistoria, quienes gracias a su energa y sus habilidades
artesanaleshabran generado la riqueza material de las
civilizaciones tem-pranas manifiesta en los artefactos, tumbas,
palacios y otrosmonumentos del pasado.11
8 Aunque con la excepcin del intercambio que se dio con la Unin
Sovitica enla dcada de 1950.
9 Ello a partir de los artculos adoptados dentro de la Ley de
Reliquias Culturalespromulgada el 22 de febrero de 1991.
10 Destacan aqu entre los proyectos regionales aquel efectuado
en el rea de los rosYi y Luo, zona nuclear del desarrollo estatal
en el curso medio del ro Amarillo as comoel de la provincia de
Shandong, ltimo en el que tambin participa el arquelogo
estadu-nidense Gary Feinman, quien haba sido integrante del
ejemplar recorrido de superfi-cie que se realizara en los aos
setenta en la regin del valle de Oaxaca en Mxico.
11 Con base en el esquema evolucionista unilineal de corte
marxista se busc tra-zar un desarrollo monoltico desde la comunidad
primitiva con orden matrilineal omatriarcal a la sociedad
patriarcal, que llegara a predominar con la aparicin del Esta-do
esclavista y de la propiedad privada en las civilizaciones
dinsticas de la Edad de
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370 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
La periodizacin marxista de la historia con su
estrechodeterminismo tecnoeconmico caracterstico de las ideas
evolu-cionistas decimonnicas, haba sido introducida en China des-de
los aos treinta del siglo pasado y se adopt como
esquemainterpretativo oficial durante la era comunista,12 en la que
tam-bin se estableci el Bur Estatal de Reliquias Culturales, bajola
direccin del Ministerio de Cultura, que se encargara de
laadministracin de todos los museos de la nacin. Y en generales en
este periodo cuando se estableci la infraestructura parael trabajo
arqueolgico en el pas; trabajo que qued sujeto a lasupervisin y el
financiamiento del Estado. El destacado ar-quelogo chino Xia Nai,
quien fungi como director del Insti-tuto de Arqueologa durante gran
parte de la era comunista,lleg a proclamar en un artculo publicado
en 1984 que lostreinta aos que van de 1949 a 1979 constituan la
Edad deOro de la Arqueologa China. En una evaluacin ms realis-ta de
este periodo se argumenta que aunque se cre la infraes-tructura
para la investigacin arqueolgica y los museos delpas, y se hicieron
adems gran cantidad de descubrimientosimportantes que redundaron en
llenar muchas de las lagunasque existan en la secuencia de
desarrollo de las culturas prehis-tricas y protohistricas, muchos
hallazgos ms bien fueron
Bronce, para pasar al Estado feudal, que segn los historiadores
chinos habra perdu-rado hasta el siglo XIX. Evidencias materiales
como las de los entierros mltiples de lacultura neoltica de
Yangshao 5000 aos a.n.e. haban sido vistas como las huellas deuna
sociedad de clanes comunales matriarcales, de la misma manera que
restos de es-queletos mutilados indicaban la presencia de un orden
de explotacin esclavista, mien-tras que los crneos o quijadas de
cerdos en los entierros de determinadas culturastempranas del norte
de China parecan sealar el surgimiento de la propiedad privadaan en
un contexto predinstico y de la presencia poco clara de un aparato
estatalo de otros rasgos de un complejo civilizatorio, como la
metalurgia o la escritura. Ypor cierto que los preceptos marxistas
del materialismo dialctico y de la lucha de cla-ses siguen
prevaleciendo en general en las ciencias sociales en China, como en
el cam-po de los estudios econmicos, polticos y de relaciones
internacionales.
12 En este esquema de periodizacin de la historia obviamente el
desarrollo de lasfuerzas productivas es concebido como el motor del
proceso civilizatorio. Su introduc-cin se debe a Guo Moruo, a travs
de la obra que se public en 1930 bajo el ttulo deUn estudio de la
sociedad antigua de China; este prestigiado erudito fungi (de
1950hasta su muerte en 1978) como presidente de la Academia de
Ciencias y fue quien tam-bin estableci el Bur de Reliquias
Estatales, mediante el cual y con apoyo en las me-didas formuladas
por el Consejo Estatal en el marco de la Ley de Antigedades
seimpuso el control sobre el saqueo y sobre cualquier actividad
arqueolgica no autori-zada, as como sobre la exportacin ilegal de
objetos de valor.
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 371
accidentales,13 por lo que algunos arquelogos ms crticos
con-sideraran esta etapa nicamente como la Edad de Oro
delDescubrimiento;14 coincido con esta apreciacin ms matiza-da;15
adems cabe apuntar que en este periodo al lado de nota-bles logros
hubo tambin muchos errores, como los excesoscometidos durante la
Revolucin Cultural, que con el afn deerradicar los pensamientos
viejos llevaron a la destruccinde muchos momentos histricos y
vestigios arqueolgicos16 oaquel desacierto consistente precisamente
en una interpreta-cin ortodoxa y nacionalista del pasado.17
La correlacin de los hallazgos arqueolgicos con la infor-macin
contenida en la historiografa oficial era la principalestrategia
interpretativa del enfoque mononuclear y centralis-ta que predomin
a lo largo de la era maosta, para de este mo-do plasmar la imagen
de una tradicin nacional con sus racesancestrales en el pasado
prehistrico y donde la etapa impe-rial quedara unificada en la
cultura panchina encabezada porel pueblo de los han; o sea, la
poblacin tnicamente china. Es
13 Es decir, no eran el resultado de exploraciones cientficas
planeadas en formasistemtica; destacan entre estos descubrimientos
fortuitos la tumba de Mawangduidel periodo Han en el sur de China,
y obviamente el de los famosos soldados de te-rracota del complejo
funerario del primer emperador de China, considerados ahoracomo la
octava maravilla del mundo.
14 Vase E. Tong, Thirty years of Chinese archaeology
(1949-1979), en P. L. Kohly C. Fawcett (ed.), Nationalism, op.
cit.
15 Junto con Xiaoneng Yang (A History of Modern Chinese
Archaeology, enThe Golden Age of Chinese Archaeology. Celebrated
Discoveries From the Peoples Republicof China, New Haven y Londres,
Yale University Press, 1999, pp. 1-53) se puede plan-tear que es en
los ltimos aos cuando en efecto la arqueologa china ha entrado
enuna edad de oro; ello como resultado de un proceso de desarrollo,
que este autortraza a travs de cuatro etapas distintivas: iniciacin
(1890 a la dcada de 1910), forma-cin (1920 a 1940);
institucionalizacin (1949 a 1976), y de maduracin (a partir
de1977).
16 Vase J. W. Olson, The practice of archaeology in China today,
en Antiquity,vol. 61, nm. 232, 1987, pp. 282-290. A decir de Tong
(Thirty years, op. cit., p. 183),eran ms bien una gran revuelta en
contra de la cultura. Y varias de otras consecuen-cias negativas de
la Revolucin Cultural an se estn padeciendo en el campo de
laarqueologa china, como son el rezago terico, metodolgico y tcnico
o el hecho deque en los centros de investigacin y enseanza superior
falta toda una generacin de aca-dmicos, ya que como pude observar
personalmente, stos estn integrados por do-centes e investigadores
de la vieja guardia, que siguen tendiendo hacia una interpreta-cin
materialista dogmtica del pasado, o por personas de reciente
formacin ya muchoms abiertas a ideas que llegan del exterior.
17 L. von Falkenhausen, The regional paradigm, op. cit.
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372 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
ms, se ha tratado de vincular a los hroes culturales y
sabiosgobernantes, que la historiografa confuciana de las cortes
im-periales ubica dentro de la ms remota antigedad, con
gruposneolticos concretos del norte de China, haciendo
desplieguedel uso eclctico de las fuentes histricas para
identificar cul-turas y sitios arqueolgicos especficos con
personajes legen-darios y supuestas ciudades-capitales de los
primeros Estadoschinos. En China la arqueologa forma parte de la
disciplinade la historia, por lo que el objetivo principal del
trabajo arqueo-lgico ha consistido en relacionar restos y sitios
con poblacio-nes y lugares mencionados en las fuentes.18 As, se
sostiene porejemplo que tal o cual cultura neoltica es la del
legendarioEmperador Amarillo o que un determinado sitio
arqueolgi-co corresponde con una supuesta ciudad-capital registrada
enlos documentos histricos, por lo general ms tardos, comopodra ser
el caso del sitio arqueolgico de Erlitou que se tien-de a
identificar con la ltima capital de la primera dinasta deChina, tal
como qued anotada en los registros escritos.
Este enfoque monocntrico y unilineal del surgimiento dela
civilizacin y de los Estados ms tempranos ha dado pasoen la ltima
dcada una exgesis de la cristalizacin de la tradi-cin cultural
sobre una base geogrfica mucho ms amplia, se-gn la cual la
milenaria civilizacin china se conform a partirde los variados
desarrollos neolticos evidenciados en la Chinapropiamente dicha; es
decir, el territorio en que se encuentranasentados mayoritariamente
los han. Esta nueva visin de undesarrollo multifocal y multilineal
a partir de diferentes tra-yectorias neolticas est encontrando
amplia aceptacin entrelos estudiosos de la prehistoria e historia
temprana de China,
18 Desde los aos ochenta slo en algunas universidades del sur de
China la ense-anza de la arqueologa se desarrolla dentro de
departamentos de antropologa. En launiversidad de ms prestigio de
China, la Universidad de Pekn (Beijing Daxue), la ca-rrera de
arqueologa se introdujo en 1952, bajo la direccin del epgrafo Ma
Heng,motivo por el cual en el ao de 2002 se celebr con varios
encuentros acadmicosimportantes el cincuenta aniversario de su
establecimiento (vase Departamento deArqueologa de la Universidad
de Pekn, Beijing Daxue Kaoguxi Wushinian (1952-2002), Beijing,
China, 2002). Las metas de una arqueologa como parte de la
historia,contrastan con las de tal disciplina concebida en el marco
general de la antropolo-ga, consistente en la reconstruccin de
modos de vida pasados junto con la explicacinde semejanzas o
diferencias culturales, as como del cambio cultural.
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 373
y debe su adopcin, en parte, a la gran cantidad de
descubri-mientos arqueolgicos de complejos neolticos y
civilizatoriostempranos en diferentes partes del pas, que se han
hecho so-bre todo desde los aos setenta.
En efecto, ante la existencia de sofisticados desarrollos
neo-lticos en diversas regiones tanto del norte como del sur
deChina,19 la anterior perspectiva mononuclear resulta cada vezms
difcil de sostener, con el corolario de que el nuevo mode-lo
regional de la evolucin cultural segn el cual todas las cul-turas
locales desempearon un papel importante en la gnesisde la
civilizacin china obviamente encaja mucho mejor conla evidencia
arqueolgica actual que el anterior modelo centra-lista. Su
formulacin debe mucho a Su Bingqi (1909-1997), quienlleg a
identificar por lo menos seis tradiciones regionales
queevolucionaron en la etapa prehistrica de modo simultneo
eindependiente, al final de la cual, segn el mismo autor,20 ha-bran
surgido las ciudades y Estados arcaicos, y es desde enton-ces que
la nocin de secuencias multiculturales coexistentes yen interaccin
se ha impuesto como aproximacin terica pre-dominante.21
Segn los trminos de dicho modelo regional y multilinealdel
surgimiento de la civilizacin china, desde los aos ochen-
19 En el norte evolucionaron las culturas agrcolas basadas en el
cultivo del sorgoy mijo, mientras que en el sur predomin el cultivo
del arroz, a lo que algunosarquelogos agregan la existencia de una
tercera tradicin agrcola conformada den-tro del posiblemente ms
temprano foco neoltico de China, ubicado en el rea coste-ra e
insular en el sureste de China basada en el cultivo de plantas
tropicales; dondequiz tambin, y segn datos muy recientes, se puede
anotar la aparicin de la cermi-ca ms antigua del mundo.
20 Vase X. Yang, A History of Modern, op. cit.21 Segn especifica
Shao Wangping (The Longshan Period and Incipient Chinese
Civilization, en Journal of East Asian Archaeology, vol. 2, nm.
1-2, 2000, pp. 195-226), la idea de diversas culturas arqueolgicas
regionales que se desarrollan en formasimultnea e independiente
(nocin conocida en idioma chino como la teora del quxileixing), fue
sugerida por Su Bingqi tan temprano como 1975, pero elaborada en
estudiossucesivos realizados en los aos ochenta. Diferimos con Shao
respecto de su plantea-miento de que estas culturas prehistricas se
constituyeron en diferentes ciudades-Estado a lo largo del tercer
milenio a.n.e.; es decir, durante el horizonte de Longshang;en mi
opinin, estas culturas deben ser mejor calificadas como entidades
regionalespreestatales, del tipo de las jefaturas con cabeceras que
en muchos casos conformabanasentamientos amurallados (cf. W.
Wiesheu, Inner and Outer Walls in Urban Deve-lopment in China,
ponencia presentada en el Congreso internacional de la Societyfor
East Asian Studies, Daejeon, Corea del Sur, 16-19 de junio,
2004).
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374 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
ta el recientemente fallecido K. C. Chang22 propugn por laidea
de que a partir del cuarto milenio a.n.e. se habra confor-mado una
esfera de interaccin china, dentro de la cual lasculturas
regionales del norte y del sur de China evolucionaronal mismo
tiempo y al entrar en interaccin recibieron impor-tantes
influencias mutuas que estaran en la raz de la ancestraltradicin
cultural china;23 Chang incluso haba sostenido quelas formaciones
estatales de las tres primeras dinastas existande modo simultneo en
la Edad del Bronce, aunque habran ad-quirido predominio en periodos
sucesivos. Al mismo tiempose ha llamado la atencin sobre la
existencia de culturas com-plejas, diferentes a las representadas
por el primer Estado mo-nrquico conformado por el de Xia o por la
civilizacin de losShang, a partir por ejemplo de los hallazgos
espectaculares deestatuas de bronce en pozos de sacrificios como
los de San-xingdui en la provincia de Sichuan, en el suroeste de
China,que nos hablan de una esfera metalrgica de la Edad del
Broncecompletamente diferente a la de los shang de la cuenca del
roAmarillo, y con un estilo que debe haberse desarrollado
local-mente fuera de la influencia de las dinastas centrales del
nortede China. Por cierto, esta visin coincide incluso con los
enfo-ques ms historicistas que se han impuesto en la
arqueologamundial, segn los cuales en lugar de destacar las grandes
l-neas generales de la evolucin de las sociedades, se trata ahorade
descubrir las vas y trayectorias singulares en el
desarrolloparticular de cada complejo cultural.
Autores como Von Falkenhausen opinan que este cambiode percepcin
en el sentido de que la civilizacin china tieneorgenes mltiples, en
varias partes del territorio nacional; es
22 The Archaeology of Ancient China, Cambridge, Harvard
University Press, 1986.23 K. C. Chang adems sugiri que este modelo
chino pudiera ser relevante para
dar cuenta del surgimiento de la civilizacin en otras partes del
mundo. De modo ati-nado, Shao Wangping (op. cit.) rebautiza a dicha
esfera de interaccin china con la de-nominacin de Esfera Cultural
de Longshan, ya que sostiene que es en este periodocuando se genera
una amplia interaccin entre los sistemas regionales, misma que
pro-duce cierta homogeneizacin en la cultura material y que de
acuerdo con el mismoautor es producto de una serie de procesos que
se intensificaron al final de Longshan,referidos a movimientos de
la poblacin, expansin territorial y conflictos militares
in-terregionales, as como en general a un intercambio mutuo de
elementos culturalesque se fusionaron para llegar a configurar una
sola entidad poltica y cultural integra-da eventualmente mediante
un mismo sistema ritual.
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 375
resultado de la apertura que se dio en China a partir de la
etapade las reformas polticas y econmicas introducidas en la
eraposmaosta, mismas que redundaban en menor control centraly
conferan mayor poder a las provincias.24 Tal como destacael mismo
autor, la nueva visin plural del modelo regionalistaa su vez
contiene el importante ingrediente ideolgico de queuna parte mucho
ms grande que la que abarcaban las fuenteshistricas tempranas puede
ahora ser reclamada como ancestrala la corriente principal de la
tradicin china; adems, en lugar deejercer presin coercitiva en la
unidad del pas impuesta des-de el centro, la concepcin multifocal
del origen de la civiliza-cin china promueve la idea de una
integracin voluntaria delos agregados locales dentro de la cultura
nacional.
Los cambios generados a partir de 1979 en el orden
polti-co-administrativo y econmico, junto con la adopcin de
unaorientacin multifocal del surgimiento del Estado dinstico yde la
civilizacin en China, a su vez han dado lugar a una or-ganizacin ms
descentralizada de la investigacin arqueolgi-ca, la cual implic el
establecimiento de institutos de investiga-cin independientes de
los museos, en instancias o universidadesen las provincias, as como
la creacin de diversas asociacio-nes profesionales y publicaciones
locales.25 Sin embargo y se-gn constata Von Falkenhausen, en la
formulacin de secuen-cias de desarrollos particulares locales se
han introducido nuevasdistorsiones en la interpretacin de la
evidencia material.26As, la distribucin de culturas antiguas y la
conformacin delos Estados tempranos se encuentra acotada por los
lmitesde las divisiones administrativas actuales de las provincias,
yse descuida la existencia de otro tipo de manifestaciones
cultu-rales dentro de una misma regin, de manera que en ocasionesla
misma configuracin cultural recibe denominaciones dife-
24 L. von Falkenhausen, The regional paradigm, op. cit.25 En
cuanto a las publicaciones peridicas, stas antes se encontraban
mono-
polizadas por las llamadas tres grandes revistas especializadas
en arqueologa y bie-nes culturales (Kaogu, Kaogu Xuebao, Wenwu),
todas editadas en la capital y por cier-to malamente distribuidas
en el pas. En cambio, ahora se han creado gran cantidadde revistas
a lo largo y ancho del pas, en las que se incluyen informes
preliminares delos trabajos arqueolgicos realizados por los centros
y equipos de investigacin lo-cales.
26 The regional paradigm, op. cit.
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376 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
rentes conforme se traspasan las fronteras de la provincia
encuestin.27
Adems, los intentos de formular secuencias regionales nose
salvan de una formulacin dentro de un esquema de evolu-cin
unilineal, ahora delineado localmente, ni tampoco estnlibres de los
usos y abusos polticos de una interpretacin delpasado dirigida a
promover aspiraciones nacionalistas, lo queha creado confusas
argumentaciones basadas en menciones con-tenidas en las fuentes
escritas, de las cuales se retoman denomi-naciones tnicas antiguas
que se imponen a los restos arqueo-lgicos. De esta manera, Estados
antiguos y configuracionestnicas apuntadas en los documentos
histricos conservadosa partir del siglo VI a.n.e., se usan como
etiquetas cmodas pa-ra rastrear nacionalidades conocidas de pocas
posteriores ypara remontar su presencia a los periodos ms
tempranos, enocasiones incluso hasta el periodo paleoltico.28
Por tanto, en esta nueva estrategia interpretativa generadaen
gran medida como consecuencia de realidades polticas y eco-nmicas
actuales, se da importancia a manifestaciones localesconsideradas
antes perifricas respecto a la corriente principalde la tradicin
cultural china plasmada en la historiografa ofi-cial centrista. Con
frecuencia, los hroes legendarios de la msremota antigedad o los
ancestros de las dinastas de las prime-ras formaciones estatales de
China son reclamados para zonasubicadas fuera del ncleo tradicional
de la civilizacin china dela Llanura Central en la cuenca del ro
Amarillo,29 y los hallaz-gos arqueolgicos son reinterpretados como
focos de la histo-
27 Respecto a las variantes regionales de los complejos
neolticos del periodo deLongshan, se habla por ejemplo de la
cultura Longshan de la provincia de Henan, de lade Shandong, o de
Shaanxi, como si la distribucin de las culturas antiguas se
hubieraapegado a las fronteras administrativas actuales.
28 Tal como observa Von Falkenhausen. Ello es el caso por
ejemplo de la culturao de los Estados de los yi en la provincia de
Shandong, de Jin en la provincia de Shanxi(con antecedentes en
algunos vestigios del paleoltico de hasta dos millones de aos!),de
Chu en Hubei, Wu en Jiangsu, Yue en Zhejiang, de Ba o Shu en
Sichuan, o inclu-so del complejo de bronce descubierto en
Sanxingdui en Sichuan, que es asociado conWucheng o Shu; el ltimo
que es un Estado que no se puede documentar histricamentepara un
periodo anterior al Zhou Oriental.
29 Como es el caso de la dinasta Shang del segundo milenio
a.n.e., con el intentode trazar su origen en la cultura neoltica de
Hongshan del noreste de China que se de-sarroll en el tercer
milenio a.n.e. y que destaca por sus sofisticados complejos
cere-moniales y elaborados objetos de jade.
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 377
ria nacional ubicados en varias regiones en las que es
posibledelinear desarrollos locales diferenciados. En el marco de
estenuevo nfasis en la trayectoria mltiple del proceso
civilizato-rio, se hace hincapi en la aportacin de cada regin y
culturaparticular a la cultura nacional, tratando de alegar el
origen encierta provincia de determinada etnia o rasgo cultural que
esten la base de la grandiosa tradicin milenaria china y que
quedunificada a partir de su etapa imperial, en la nacionalidad
ma-yoritaria del pueblo de los han. As, cada provincia busca
ase-gurarse un lugar destacado en la historia nacional.30
En mi opinin, la percepcin multicultural del marco
deinterpretacin regionalista que se ha impuesto en la ltimadcada,
podra reflejar asimismo las aspiraciones de las provin-cias chinas
por obtener ms autonoma, aunque ello al parecerno se traduce en
mayor grado de separatismo tnico, puestoque como subrayan varios
autores la unidad de la nacinchina sigue siendo axiomtica, y
consideran incluso a las regio-nes autnomas de los grupos tnicos no
chinos como partesintegrales e inseparables del sagrado territorio
del Estadomultinacional unitario chino fundado conjuntamente por
lasdiversas nacionalidades de todo el pas, tal como proclama
laConstitucin de la Repblica Popular.31 No se cuestiona en-tonces
la unidad; se recalca la diversidad dentro de la unidad,donde la
conformacin de mltiples tradiciones culturales loca-les desde la ms
remota antigedad contribuye a justificar elcarcter multitnico de la
nacin china, y donde cada una delas variadas culturas locales ha
hecho una aportacin impor-tante a la gloriosa trayectoria milenaria
de la civilizacin chi-na, respecto a la que por cierto y debido a
todo el recrudeci-miento del nacionalismo en fechas recientes no
son pocoslos intentos de remontar sus orgenes al dcimo milenio
a.n.e.e incluso a su ancestro prehistrico ms famoso, el Hombrede
Pekn o a restos ms antiguos an, descubiertos en las lti-
30 Lo que, como tambin menciona Von Falkenhausen (ibid.), ha
desatado lacompetencia por conseguir fondos para proyectos locales
que se justifican en el sentidode la importancia de cierta tradicin
regional o de que tal o cual rasgo aparece primeroen una provincia
determinada. El origen del primer Estado monrquico de China, elde
Xia, es reclamado por las provincias contiguas de Henan y
Shanxi.
31 N. Gutirrez Chong, Autonoma tnica en China, Mxico, UNAM,
2001, p. 106.
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378 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
mas dcadas en todo el territorio chino, que segn trasciendeen
medios de comunicacin oficiales de China, podra haberalojado una de
las naciones ms antiguas del mundo.32 Porlo dems, frente a los
movimientos separatistas de grupostnicos minoritarios, el discurso
nacional oficial aduce la exis-tencia de relaciones amistosas que
grupos de Tbet o de los ui-gur en la provincia fronteriza del
Xinjiang habran establecidocon la etnia mayoritaria de los han
desde tiempos remotos.
Pero no obstante la existencia de las variadas manifestacio-nes
locales de culturas que surgieron a lo largo y ancho del
te-rritorio chino, se argumenta que en el proceso de la aparicinde
los complejos civilizatorios y Estados dinsticos de China,el norte,
y ms especficamente la misma rea nuclear de laLlanura Central de la
cuenca del ro Amarillo, parece haberllevado la delantera33 (vese la
figura anexa). Reconociendo eneste sentido la importancia de la
interaccin interregional quese produjo en tiempos neolticos entre
los diferentes comple-jos culturales, se sostiene que la zona de la
Llanura Central seenriqueci y se hizo ms compleja gracias a las
influencias reci-bidas de otras zonas, de modo que pudo
constituirse en el centropoltico y cultural de la civilizacin
antigua de China.34
De all que cabe apuntar que en realidad la actual insisten-cia
en la diversidad regional y la heterogeneidad cultural quesubyacen
a la cristalizacin de la civilizacin china, no ha re-dundado en
afectar mayormente el discurso oficial, donde den-tro de la nueva
vertiente del nacionalismo chino, la diversidaden ltima instancia
sirve a la unidad cultural, que gracias a laadopcin de los
elementos culturales ms avanzados desarro-
32 B. Sautman, Peking Man and the Politics of
Paleoanthropological Nationalismin China, en The Journal of Asian
Studies, vol. 60, nm. 1, 2001, p. 102.
33 Vase Instituto de Arqueologa y Centro de Investigacin sobre
la Civiliza-cin Antigua, de la Academia de Ciencias Sociales de
China, Zhongguo wenming qiyuanyanjiu, Beijing, Wenwu, 2003, passim;
y Zhao Hui, Yi Zhongyuan wei zhongxin delishi huili de xingcheng,
en Wenwu, nm. 1, 2000, pp. 41-47.
34 Zhao Hui, Yi Zhongyuan, op. cit. Las influencias recibidas en
el Zhongyuanmediante esta interaccin se evidencian, entre otros, en
cermica, ltica, arquitectura,costumbres funerarias, religin, as
como en objetos de jade y otros bienes consideradosde lujo. Por
cierto, respecto de la posicin central que poseera esta regin
cultural enel desarrollo de la civilizacin ms temprana en el este
de Asia, Zhao Hui cita un viejorefrn chino que hace referencia a
que quien ocupa el Zhongyuan puede gobernar Chi-na. (Vase
ibid.)
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 379
Modelo de mltiples orgenes y la conformacin de un solosistema
cultural en el surgimiento de la civilizacin china
(adaptado de Zhao Hui, 2000, pp. 41, 43 y 44).
Distribucin de culturas regionales en5000 a.C. con sistemas
agrcolas (I yII) del norte y sur de China.
Interaccin cultural entre 5000 y 3000a.C.
Desarrollo hacia la posicin central dela regin cultural del
Zhongyuan en3000 a 2500 a.C.
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380 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
llados en los grupos locales cuaj primero en la civilizacindel
pueblo Huaxia35 y en el contexto del que se considera suprimer
Estado unitario de la historia, el de Xia, que a su vezconstituira
el antecedente vital para la amalgamacin de ras-gos culturales y
componentes tnicos dentro del ms tempra-no Estado multinacional
protagonizado por los han en el im-perio del mismo nombre y en un
pas que se ha concebido a smismo como el pas central o Reino del
Centro (Zhongguo).A propsito se subraya en un documento sobre las
nacionali-dades chinas: La Repblica Popular China es un antiguo
pasmultinacional unitario que consta de una historia civilizada
dems de cuatro mil aos. Desde tiempos remotos vivan en laactual
tierra china minoras que hablaban diferentes idiomas,crean en
diversas religiones y tenan distintos modos de viday costumbres.
Estas minoras han vivido en comunidad con lanacionalidad de los
han; han desarrollado la cultura y han fun-dado mancomunadamente el
pas unificado y multinacional.36
De esta manera, para fomentar la identidad cultural con elEstado
plural y garantizar la seguridad territorial, en este tipode
discursos se resaltan los vnculos ancestrales sea de con-tacto
cultural o de intercambio entre los diferentes gruposconformados
desde la ms remota antigedad, tratando dedemostrar la histrica
unidad entre stos en aras de la integra-cin poltica actual y con la
intencin de lograr la adhesin de
35 La denominacin de Huaxia referido a la etnia o pueblo
grandioso o verda-deramente chino aparece en el Zuozhuan en el
periodo de Zhou Oriental. Como sepuede desprender de una revisin de
las reseas de publicaciones ms relevantes sobreel tema del origen
de la civilizacin china, contenidas en el volumen editado por
elInstituto de Arqueologa y el Centro de Investigacin sobre la
Civilizacin de la Aca-demia de Ciencias Sociales de China (2003),
existen diferentes opiniones respecto almomento de la formacin de
este pueblo en el rea de la zona nuclear del curso mediodel ro
Amarillo, y en particular en la regin constituida por sus
tributarios Yi y Luoen la llanura de Luoyang. As, algunos afirman
que dicho pueblo y su civilizacinantecesora a la de Qin y Han, se
conform o al menos complet su formacin enZhou Oriental con base en
los componentes tnicos distintivos de las primeras tresdinastas;
pero otros lo asocian en particular con la dinasta Xia, en tanto
que msrecientemente algunos autores sostienen que cuaj a partir de
la confederacin detribus y clanes locales durante el periodo de
Yangshao constituyendo de este modo lagran familia de naciones de
la poblacin china (Zhonghua minzu) (Zhang Xuequncitado en ibid.),
en estrecha conexin con los legendarios Cinco Emperadores
(Wudi),entre los que se tiende a destacar al Emperador Amarillo
(Huangdi).
36 Ruan Xi-hu, citado en N. Gutirrez Chong, Autonoma tnica, op.
cit., p. 80.
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WIESHEU: EL PASADO AL SERVICIO DEL PRESENTE 381
las minoras tnicas al proyecto oficial de la construccin
na-cional.37 Abundan aqu consignas como: durante esta
largahistoria, el tratamiento amistoso entre las diversas
nacionali-dades ha sido la corriente principal.38 Y a pesar de que
se desta-ca la diversidad en la unidad,39 en realidad por encima de
la di-versidad cultural est la unidad histrica de la nacin,
logradaya desde milenios atrs en las tempranas civilizaciones
chinas,mismas que no obstante la existencia de los variados
desarro-llos locales tomaron forma en la cuenca del ro Amarillo
endonde se establecieron las ciudades-capitales de sus
primerosEstados dinsticos. Si por un lado en esto las fuentes de la
his-toriografa ortodoxa siguen dando la pauta para forjar una
inter-pretacin sustancialmente centralista y unilineal en lo que
res-pecta a la corriente principal del surgimiento de la
ancestraltradicin cultural china y de su extraordinaria continuidad
his-trica sin igual en otras civilizaciones del mundo, ello por
elotro lado parece estar apuntalado mediante la
investigacinarqueolgica de inspiracin oficialista, como se puede
obser-var respecto del tan sonado proyecto estatal formulado en
elmarco de un plan de cinco aos (1995-2000) con el objetivo
deafinar la cronologa de sus primeras tres dinastas, y donde a
lavez se pueden percibir amplias connotaciones
nacionalistasinherentes en el intento de ensalzar la grandeza y
antigedadde su trayectoria civilizatoria. Direccin institucional
del autor:Divisin de PosgradoEscuela Nacional de Antropologa e
HistoriaPerifrico Sur, Zapote s. n.,col. Isidro FabelaDelegacin
Tlalpan04030, Mxico, D. F.
37 Vase W. Wiesheu, Pluralismo y asimilacin en la poltica del
gobierno de laRepblica Popular China hacia sus minoras nacionales,
ponencia presentada en el VCongreso Nacional de la Asociacin
Latinoamericana de Estudios de Asia y frica,Veracruz, Mxico,
1990.
38 Ruan Xi-hu, citado en N. Gutirrez Chong, Autonoma tnica, op.
cit., p. 103.39 Ms concretamente, Yan Wenming (Zhongguo shiqian
wenhua de tongyixing
ye duoyixing, en Wenwu nm. 3, 1987) llama a este fenmeno muchos
orgenes, unsistema (duo yuan yi ti).
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382 ESTUDIOS DE ASIA Y FRICA XLI: 3, 2006
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