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A re t o Zona de laCultura y delas ideas w w w. h oy.co m .d
oEditor: BavegadoDiseo: Aime PiccirilloS BA D O 21.0 3.2
015MARIELLE VALDEZ
La literatura como ilusinde un oficio Pgina 7
Publicadas bajo el ttulode Cartas a Consuelo,editorial Folium,
estascartas de Julia a suhermana, posibilitan, noo b s t a n t e,
seguirle elrastro al mapa de unvida marcada por unapulsin de
lejanacontinua. P g i n a 3
RACES CON DOScomienzos y un finalMientras ms leo y releo
aRodrguez Soriano, ms mesorprende, gratamente, laclaridad
conceptual y lafi d e l i d a d a su estilone orromntico, basado
enun discurso, meta-conceptode territorialidad ya p ro p i a ci n
de suidentidad cultural. P g i n a 5
R. M. Rilke y laselegas de DuinoEn un reciente viaje aItalia, en
compaa deuna amiga dominicana,en la ciudad de Trieste,pude conocer
el Castillode Duino, donde el poetacheco Rainer Mara Rilke,escribi
su clebre libro,Las elegas de Duino...P g i n a 6
De Julia de Burgos aConsuelo Burgos: De losfragmentos a las
cartas
Nicholas Kripal. Jeffrey Mongrain.
Nicholas Kripal yJeffrey MongrainDESDE EL ESPRITU & LA
MATERIA! Pgina 8
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2 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO
Zona
Are
itoZo
na A
reto
Simone de Beauvoir (Intelectual francesa, escritora)Mediante el
trabajo ha sido como la mujer ha podidofranquear la distancia que
la separa del hombre. Eltrabajo es lo nico que puede garantizarle
una libertadco m pleta .
LI B RO S
EL PLD Y LAS FUERZASS O CI A LE S
Recientemente, el doctorFranklin Almeyda Rancier,exrector de la
UASD, puso encirculacin la quinta edicinde este libro, una
obraimprescindible para conocerlos orgenes y el itinerario
delPartido de la LiberacinDominicana en sus aos deformacin y
desarrollo. Setrata de una edicinenriquecida por el autor ypor los
comentarios de cincomiembros destacados delpartido, de un
intelectualcubano y del editor del libro.El doctor Almeyda es
untestigo excepcional de lahistoria del PLD, porqueforma parte del
pequeogrupo que acompa alprofesor Juan Bosch en lacreacin del que
hoy es elpartido ms grande del pas,con casi 16 aos en el poder._ _
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EN BUSCA DE UNA OPCINPOLTICA ALTERNATIVA ALN EO LI B E R A LIS M
O
El doctor Carlos Manuel FlixCuello es, fundamentalmente,
unhombre de izquierdas. Este libro,el primero que publica, expresa
suvisin de la crisis poltica y socialdel pas, visin que desgrana en
17captulos. El primero contiene latnica del texto, una crtica
alneoliberalismo y una esperanzaen la nueva izquierda que se
abrecamino en la regin._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
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DERECHO ADMINISTRATIVOI NTE N S I VO
Este es el quinto libro que sobretemas jurdicos publica el
magistradoFrancisco Ortega Polanco, juez de laSuprema Corte de
Justicia. Una obrade 355 pginas, concebida en unestilo didctico y
con el propsito deque sea til a quienes la lean. Estprologada por
el Decano de Derechode la Universidad de Salamanca,Espaa, doctor
Ricardo Rivero.
GREGORIO LUPERN.BIOGRAFA POLTICA
Esta es la quinta edicin de estelibro, considerado un clsico de
lahistoria dominicana. Escrito por eldoctor Hugo Tolentino
Dipp,historiador y exrector de la UASD.La primera edicin fue
publicadahace 38 aos. Es considerada lamejor biografia del
restaurador._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
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ELECCIONES PRIMARIAS
Esta es una obra nica en la escasaliteratura electoral de la
RepblicaDominicana. Tiene como subttuloLa Lucha por la
NominacinPresidencial en la RD. Su autor, eldoctor Jos Angel
Aquino, es miembrotitular de la Junta Central Electoral yprofesor
universitario. El libro estprologado por el socilogo WilfredoLo za
n o.
EL ETHOSque se compadece
Leonardo Boff
E l ethos, para ser plenamentehumano, necesita incorpo-rar la
compasin. Hay mu-cho sufrimiento en la histo-ria, demasiada sangre
en nuestroscaminos e interminable soledad demillones y millones de
personas,cargando solas, en su corazn, lacruz de la injusticia, de
la incom-prensin y de la amargura. Tal es lacondicin humana de
seres queson la convergencia de las contra-dicciones. El ethos que
se compa-dece quiere incluir a todos esos enel \"ethos\" humano, es
decir, en lacasa humana, donde hay acogida ydonde las lgrimas
pueden ser llo-radas sin vergenza o ser enjuga-das
cariosamente.
Pero primero necesitamos haceruna terapia del lenguaje,
puescompasin tiene en la compren-sin comn connotaciones
peyo-rativas. Tener compasin significaapiadarse del otro por
considerarlodesamparado, sin fuerza interiorpara erguirse. Supone
la actitud dealguien que mira de arriba a abajo,h u m i l l n d o l
o.
En el cristianismo de los prime-ros tiempos, sin embargo,
compa-sin era sinnimo de misericordia,esa actitud generosa que
quierecompartir la pasin con el otro y nodejarlo solo con su dolor.
Eso no eshacer \"caridad\", criticada por elpoeta y cantor
argentino AtahualpaYupanqui: \"desprecio la caridadpor la vergenza
que encierra. Soycomo el len de la sierra: vivo ymuero en
soledad.
En el budismo la compasin esconsiderada la virtud personal
deBuda. Por eso es central y est li-gada a la pregunta que dio
origen al
budismo como camino espiritual:\"cul es el mejor medio para
li-berarnos del sufrimiento? La res-puesta de Buda fue: \"por la
com-pasin, por la infinita compa-sin\". El Dalai Lama, como ya
he-mos escrito en esta columna, ac-tualiza esa respuesta ancestral
as:\"ayuda a los otros siempre quepuedas y si no puedes, jams
losperjudiques\".
Dos virtudes realizan la compa-sin: el desapego y el cuidado.
Porel desapego renunciamos a poseerlas cosas y las respetamos en su
al-teridad. Por el cuidado velamos porsu bienestar y las socorremos
en susufr imiento.
La compasin tal vez sea la ma-yor contribucin tica y
espiritualque Oriente ha dado a la culturamundial. Lo que hace
penoso el su-frimiento no es tanto el sufrimientomismo, sino estar
solo en el sufri-miento. El budismo y tambin elcristianismo
convocan a estableceruna comunin en el sufrimientopara que nadie
quede solo y de-samparado en su dolor.
Como el amor y el cuidado, lacompasin tiene un campo de
rea-lizacin ilimitado. No se restringesolamente a los seres
humanos, si-no a todos los seres vivos y al cos-mos. El ideal
budista de la compa-sin nos ensea cmo relacionar-nos adecuadamente
con la comu-nidad de vida: primero respetar sualteridad, despus
convivir conella, cuidar de ella y en especial re-generar a los
seres que sufren o es-tn bajo amenaza de extincin. Ysolo entonces
beneficiarnos de susdones, en la justa medida y con
res-ponsabilidad, en funcin de aque-llo que necesitamos para vivir
deforma suficiente y decente.
1763 NACI EL 21 DE MARZO. Jean Paul,seudnimo de Johann Paul
FriedrichRichter, poeta y novelista alemn romnticoalemn, conocido
por sus novelas y cuentosh u m o r s t i co s ._
1900 NACI EL23 DEM A R ZO. Erich Fromm,destacado psiclogosocial,
psicoanalista,filsofo y humanistaalemn. Su obra msconocida es
Anatoma
LA HISTORIA/Fuente: Portal de El Biblifilo Enmascarado
de la destructividad humana._
1842 MURI EL 23 DE MARZO. M a ri eHenri Beyle, ms conocido
comoStendhal, fue un escritor francs que figura entrelos grandes
maestros de la novela analtica, muyvalorado por su agudo anlisis de
caracteres y laconcisin de su estilo. Es conocido sobre todopor sus
novelas Rojo y negro y La cartuja dePa rm a ._
1579 NACI EL 24 DE MARZO. Tirso deMolina, seudnimo de fray
Gabriel
Tllez, religioso, dramaturgo. poeta y narradorespaol que destac
por el anlisis profundo de
la psicologa de susprotagonistas, en especialen los tipos
femeninos,cuya variedad ymatizacin es poco usualen el teatro espaol
de lapoca. Algunas de susobras ms conocidas sonEl Burlador de
Sevilla,Don Gil de las calzasverde s y El condenadopor
desconfiado.
FUENTE EXTERNA
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A RE TO 3Sbado 21 de m a r zode 2 015 H OY
donde se desplaza en Cu-ba junto a Juan Isidro: La Habana,
Trinidad,Caibarin, Santa Clara, Santiago de Cuba, ElCano y Holgun.
En todos estos envos in-forma de su relacin con Juan Isidro
--consus altas y bajas--, sobre su obra, planes deestudio y sobre
la domesticidad que vivejunto a su compaero. Hay muchos mo-mentos
celebratorios y de angustias. Haytambin nostalgia y desazn por el
curso desu familia en PR, de cuyo futuro se senta enparte
responsable. Predomina una concien-cia de lo que es y quiere
proyectar como poe-ta. Se puede decir que por las cartas de
estaetapa discurre una Julia heterognea.
Es categrico que estas cartas son unaaportacin que llenan muchas
grietas vacashasta ahora, pero por sus registros tambinabren otras
para los estudiosos. Ello no soloporque se trata de epistolario
unilateral sinotambin porque en sus misivas a Consuelo lapoeta hace
referencias a otras personas conlas que tambin se carteaba. Ojaly
tras estapublicacin se saquen a la luz pblica esasotras cartas.
Sera interesante saber, porejemplo, qu comparta con otras y
otrosmientras le escriba a su hermana. Hay re-ferencias de cartas
enviadas a figuras pro-minentes de las letras como Vicente
GigelPolanco, Francisco Manrique Cabrera y Car-men Alicia Cadilla,
entre otras personas a lasque menciona.
No creo que para entrar a la obra de unescritor o escritora sea
imperativo conocertodos sus elementos biogrficos. Eso es
im-posible, pero si se toman en cuenta --comoha sido con
Julia--,entonces sera ms con-veniente tener acceso a la mayor
cantidadposible de sus documentos personales. Enfin, que estas
cartas de Julia ofrecen un es-cenario privado mucho ms abierto que
elque se conoca. No obstante, sospecho quetodava hace falta mucha
correspondenciade la que la poeta le envi a otros destinariospara
tener una mirada ms extensa de lo quefue su vida durante los 13 aos
que vivi fue-ra de Puerto Rico.
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ra t u
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J ulia de Burgos muriel6 dejulio de 1953, a los39 aos. Se
desplomen la esquina de la Calle106 con la 5ta Avenida de laciudad
de New York. Al noportar ninguna tarjeta deidentidad que indicara
queella era ella no se pudo con-tactar a nadie que reclamarasu
cadver. Luego de perma-necer varias semanas en unamorgue fue
enterrada en unafosa para desamparados dedonde fue reclamada por
al-gunos amigos. En septiembrede este mismo ao fue trada aPuerto
Rico y velada en el Ate-neo Puertorriqueo. Nilita-Vients, su rival
por el amor deJuan Isidro Jimenes Grulln ypresidenta del ateneo en
aquelmomento-- tuvo que encargarsede organizar el velorio.
Julia sali de Puerto Rico re-bosada de la llama de amor vivo
yregres 13 aos despus muerta.En sus cartas testimonia variasveces a
su hermana Consuelo queno quera volver a vivir en su isla.Tras su
deceso se teje una gama deversiones sobre su vida que han si-do
ampliamente difundidas. No eshasta 1966 que la crtica
mexicanaIvette Jimnez de Bez publica el li-bro Julia de Burgos:
vida y poesaque se dan a conocer segmentos delas cartas que la
poeta le enviara a suconfidente y hermana Consuelo.
Por ser Jimnez de Bez la primerapersona que para fines estudio
tuvoacceso a estas cartas, le correspondia ella construir el primer
perfil bio-grfico pblico amplio de Julia. Desdeentonces su trabajo
se convirti en lafuente principal para quienes optabanpor ocuparse
de los aspectos biogr-ficos de la poeta. Perol a biografa
frag-mentada que divulg Jimnez de Bez,documentada sobre la base de
esas car-tas fue demasiado limitado; derivada de uncierto feminismo
aficionado encaminado aconstruir la imagen casi exclusiva de una
Ju-lia fundamentalmente sufrida y vctima. Alver ahora las cartas
queda evidenciado queJimenez de Bez excluy y omiti a otrasmuchas
Julias, que sin negar lo anterior,tambin fue mucho ms paradjica y
com-pleja de lo que habamos imaginado.
Publicadas bajo el ttulo de Cartas a Con-s u e l o, editorial
Folium, Eugenio Ballou edi-tor, estas cartas de Julia a su hermana,
po-sibilitan, no obstante, seguirle el rastro almapa de un vida
marcada por una pulsinde lejana continua. Facilitan, adems,
aso-marnos al interior de una existencia dondevibran, se dicen y
desdicen mltiples inquie-tudes existenciales, intelectuales,
familiares,histricas, polticas, amorosas y poticas,entre otros
impulsos. Nos ubican tambinen el centro de un ente femenino, --no
ne-cesariamente feminista--, que si bien por unlado objeta el orden
de sociedad en la quenace y vive, tambin necesita ser acogida
porlas representaciones y roles que ese mismoorden patriarcal
asigna a mujer. Ese deseo,por ejemplo, de casarse legalmente con
elexiliado Juan Isidro y ser reconocida comosu esposa puede poner
en dificultades al-gunos anticonvencionalismos que histri-camente
se le han atribuido.
Pero cul es la cartografa de estas mi-sivas y qu dicen? El
volumen se componede 136 cartas de Julia y 3 de Juan Isidro
des-tinadas todas a Consuelo. Se trata de un epis-tolario
unidireccional. Las cartas marcan laruta que sigui la poeta a
partir de 1940 hastalos das previo a su muerte en 1953.
Excep-tuando una carta de agosto de 1939 que en-va desde el pueblo
de San Germn, --y don-de celebra su compaa con Juan Isidro--,todas
las dems estn escritas desde el ex-tranjero: New York, Washington,
Cuba y unadesde el estado de Baltimore.
De Julia de Burgosa Consuelo Burgos:DE LOS FRAGMENTOS A LAS
CARTAS
El primer bloque de cartas escritas enNew York cubre desde enero
de 1940 hastajulio de 1940, cuando se va a Cuba. Deslum-bramiento
de la poeta que a veces parecencrnicas del viajero al que se le
revela unmundo nuevo es una de las marcas ms pa-tentes en este
primer momento neoyorqui-no. Penurias materiales, dudas,
inestabili-dad laboral, contacto con la comunidadpuertorriquea,
temores, solidaridad de pa-reja, entre otros registros, son los
tpicospredominantes en estos seis primeros mesesen NY. Su mirada,
sin embargo, en torno a lacomunidad negra, como seala Lena Burgosen
el prlogo, puede resultar algo incmodae inquietante para los
lectores de hoy da.Julia llega a caracterizar a los negros de
Har-lem como salvajes y brujos.
Una segunda unidad, quizs la ms linealy continua, cubre desde el
27 de junio de1940, ya en Cuba, hasta el 8 de junio de juniode
1942, previo a su separacin de Juan Isi-dro y regreso a New York.
Una tercera sec-cin va desde el 22 de junio de 1942 hasta el28 de
agosto de 1944, cuando luego de ca-sarse con Armando Marn se va a
Washin-gton. El ltimo grupo, con muchas discon-tinuidades, se
redondea desde el 12 de juniode 1945 hasta el 28 de junio de 1953,
previo asu muerte . Este ltimo bloque es el de msdiscontinuidades y
saltos. Es uno de los pe-riodos de donde menos informacin se
tienesobre su vida.
En el segundo interregno Julia enva car-tas a Consuelo desde los
diversos lugares por
Hay muchos momentoscelebratorios y de angustias.Hay tambin
nostalgia y desazn porel cursode su familia en PR, de cuyofuturo se
senta en parte responsable.Predomina una conciencia de lo quees y
quiere proyectar como poeta.
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4 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO
Ensears a volar (Teresa de Calcuta)Ensears a volarpero no volarn
tu vuelo.Ensears a soarpero no soarn tus sueos.Ensears a vivirpero
no vivirn tu vida.Ensears a cantarpero no cantarn tu cancin.Ensears
a pensarpero no pensarn como t.Pero sabrsque cada vez que ellos
vuelen, sueen,vivan, canten y piensenEstar en ellos la semilladel
camino enseado y aprendido
Uno de los grandes aportes deEdgar Morn es sin duda al-guna a la
educacin, no solo anivel conceptual, sino tam-bin metodolgico. El
pensa-dor no tiene temor en decir
que el proceso educativo tiene un claro ob-jetivo: aprender y
asumir como norte la con-dicin humana, pues la educacin debe
en-sear a vivir con los dems.
Educar no debe ser ya un acto positivistaen el cual se enseaban
certezas y conoci-mientos preconcebidos. Existe la certeza?Las
verdades absolutas? No! Es una granfalacia porque gracias a nuestra
condicinhumana misma la incertidumbre es nuestrosigno.
Incertidumbre que abarca lo cogni-tivo y lo histrico tambin. Morn
establecetres tipos de incertidumbres: la cerebral, lasquica y la
epistemolgica.
La incertidumbre cerebral, sostiene elpensador, que el
conoci-miento no es un reflejo de loreal, sino una reconstruc-cin y
traduccin de los es-tmulos recibidos. En tal sen-tido, asegura,
siempre habrriesgo de error.
La incertidumbre squicaes muy lgica: el conoci-miento de los
hechos siem-pre atraviesa por el prismadel que interpreta.
Y la tercera es la episte-molgica que es el resultadode la
crisis de las certezas fi-losficas, que nacieron con Nietzsche en
lafilosofa y Popper en las llamadas cienciasp u ra s.
Y hay incertidumbre porque nadie puedellegar a una verdad
totalmente cierta. La ver-dad no existe, es circunstancial. Lo
nicoverdadero es la incertidumbre:
Conocer y pensar no es llegar a una ver-dad totalmente cierta,
es dialogar con la in-cer tidumbre.
La incertidumbre histrica est vinculadacon el carcter
intrnsecamente catico de lahistoria humana. La aventura histrica
co-menz hace unos 10,000 aos. Estuvo mar-cada por creaciones
fabulosas y destruccio-nes irremediables. No queda nada de los
im-perios egipcio, asirio, babilonio, persa, ni delimperio romano
que haba parecido eter-no La historia est sometida a los
acciden-tes, perturbaciones y, a veces, terribles des-trucciones
masivas de poblaciones y civili-zaciones
No hay leyes histricas. Por el contrario,todos los esfuerzos por
congelar la historiahumana, eliminar sus acontecimientos y
ac-cidentes, hacer que soporte el yugo de undeterminismo
econmico-social y/o hacerque obedezca a un ascenso teledirigido
hanf ra c a s a d o . (Con la Cabeza bien puesta, p.64)
Pero la incertidumbre no significa resig-nacin, apaciguamiento o
indiferencia, todolo contrario. Lo que nos obliga el
maravillosocamino de lo incierto y lo desconocido es apensar bien,
a convertirnos en seres ms ca-paces de elaborar estrategias. Y para
poderpensar bien, debemos practicar un pensa-miento que nos devele
sin cesar la contex-tualizacin y totalizacin de las informacio-nes
y conocimientos; es recibir el bombar-deo con la cabeza bien puesta
para poderdetectar y luchar con vigor contra el error y lam e n t i
ra .
Entonces viene la crtica de Morn hacia laeducacin tradicional
que reduce el cono-cimiento a programas. Nuestra enseanzatiende al
programa, mientras la vida nos de-manda la estrategia. Qu es la
estrategia?Qu significa? Morn se responde diciendo:
La estrategia se opone al programa, aun-que pueda tener
elementos programados. Elprograma es la determinacin a priori deuna
secuencia de acciones tendientes a lo-
grar un objetivo. El progra-ma es eficaz en condicionesexternas
estables, que sepueden determinar con cer-teza. Pero la menor
pertur-bacin de estas condicionesdesajustan la ejecucin delprograma
y hacen que estcondenado a determinarse.La estrategia busca sin
cesarjuntar informaciones y veri-ficarlas, y modifica sus ac-ciones
en funcin de las in-formaciones recogidas delas casualidades con
las que
se encuentra en el camino (Con la cabezabien puesta, p. 66)
La estrategia, sigue diciendo el pensador,lleva intrnsecamente
la conciencia de la in-certidumbre que se va a enfrentar y, por
esomismo, implica una apuesta hacia lo des-conocido. Qu significa
hacer una apuesta?Sencillamente integrar la incertidumbre enla fe y
la esperanza, porque la apuesta no esel azar, es la implicacin en
los compromisosfundamentales de nuestras vidas.
La educacin debe ayudar a que cada in-dividuo descubra y est
consciente de que suvida es una aventura, pues todo destino hu-mano
implica, necesariamente, incertidum-bre. An la certeza misma de la
muerte esincierta porque no sabemos cundo se pro-ducir ni en qu
circunstancias.
Cmo ensear la incertidumbre a los ni-os? Cmo incentivar sus
propias curiosi-dades naturales? Es necesario que le ense-emos a
esas vidas que se inician a aprendera conocer, a separar, unir y
sintetizar las co-sas que ven. Hay que ensearles que las co-sas no
son solo cosas, sino sistemas en smismos que constituyen una unidad
quevincula partes diversas y que solo pueden serconocidas si se
insertan en su contexto. Hayque superar la visin causal-lineal, en
la cualexiste una vinculacin directa de cau-sa-efecto. Debemos
incentivar y ensear lasincertidumbres de la causalidad, pues
lasmismas causas no siempre producen losmismos efectos.
Pero ensear para la vida es ensear a losnios y jvenes a tomar
conciencia de queson ciudadanos responsables y solidarios,de seres
que forman parte de un todo, quetrasciende las fronteras de su
comunidad yde su nacin para convertirse en ciudadanosuniversales y
del cosmos.
Nos vemos en la prxima. Seguiremoscon el tema educativo
Lai n ce r t i d u m b rehistrica est vinculadacon el
carcterintrnsecamente caticode la historia humana.La aventura
histricacomenz hace unos10,000 aos.
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Ginebra: eslabonese n co nt ra do sPor Edwin Espinal
Hernndez
(1 de 3)
F rancisco Pou Gallart (Blanes, Ge-rona, 24 dic. 1780 f.c.1860)
fueun comerciante cataln que pasa residir en Santo Domingo en1805
despus de haber vivido en Bayamo,Cuba. En el registro de
matriculacin deespaoles abierto en 1854 por la AgenciaComercial de
Espaa en el pas, figura ca-sado con Catalina de Lima (Curazao, 7
deagosto de 1801), y registrado junto a cua-tro hijos nacidos en
Santo Domingo: JosMara (17 de septiembre de 1833), Ricardo(8 de
mayo de 1834), Miguel (3 de julio de1838) y Salvador (10 de agosto
de 1839).Era dueo de esclavos, capitn de corbe-ta, transportista de
mercancas en goletasy masn de la logia Constante Unin en1828.
Larrazbal Blanco dice que sus padresfueron Francisco Pou y
Francisca Gallars.En su acta de matrimonio, realizado en laCatedral
de Santo Domingo el 16 de juniode 1821, su apellido figura
efectivamentecomo Gallars, pero en el acta bautismal desu sobrino
Agustn Francisco Ramn Gi-nebra Pou, del 15 de octubre de 1824, en
laparroquia de Arenys del Mar, Catalua,aparece como Gallart, que es
el inequ-vocamente correcto, bastante extendidoen su natal Blanes.
De otro lado, el ape-llido de su esposa, de acuerdo a su
actamatrimonial, era Tormen. En cuanto a suprole, Larrazbal agrega
como hijos a Ma-ra Francisca, Mara de la Merced (1821),Francisco
(1827), Juan (1828), Miguel Ma-ra (1831-1834), Teresa (1832-1835),
MaraJosefa (1834) y Joaqun Mara (n. ym.1840). De Jos Mara dice que
naci en1832, Ricardo en 1836 y Miguel en 1837.En esta lista falta
otra hija, Matilde(1822).
En poca no determinada, a Pou Ga-llart siguieron cuatro sobrinos
maternos:Jos (n. 1813), Francisco (n. 1820), Joaqun(n. 1821) y
Agustn Ginebra Pou (n.1824),nacidos en Calella, Catalua, e hijos de
suhermana Mara Pou Gallart y Jos GinebraToya, natural de Calella.
En 1843, Jos,Francisco y Joaqun aparecen junto a suto y Juan Pablo
Duarte como miembrosde la logia Constante Unin.
Jos Mara Mariano Ginebra Pou fuebautizado el 19 de enero de
1813, en laparroquia de Santa Mara de Blanes, don-de tambin casaron
sus padres el 18 deenero de 1812.
En 1850 se comprometi en Santo Do-mingo a Oliviette Dubreil,
hija legtima deJean Francois DuBreil y Paulina EnriquetaCrast,
curazoleos. No consta que hubie-sen casado, aunque Larrazbal indica
queOliviette Dubreil muri viuda en 1892.
Francisco Ramn Ginebra Pou, segnel ya citado registro de
matriculacin, vi-va en Santo Domingo desde 1833 y eracomerciante.
En 1837, a los 17 aos, dejencinta a su prima hermana Mara de
laMerced Merced, a secas, y nacida el 14de marzo de 1821, segn el
registro in-migratorio - con quien cas el 12 de enerode 1838 en la
Catedral de Santo Domingo;un primer hijo, Jos Francisco GinebraPou,
vino al mundo el 26 de abril de 1838.Tres hijas aumentaran la
prole: Adelaida(Santo Domingo, 16 de diciembre de1840), Matilde
(Matildita) (Santo Domin-go, 3 de julio 1844) y Otilia.
Joaqun Ginebra Pou resida en SantoDomingo desde 1837 y era
comerciante,tambin de acuerdo al mencionadoasiento registral. Cas
el 27 de julio de1851 con su prima hermana Matilde PouTormen (o de
Lima), con quien procredos hijos: Federico Leopoldo (Santo
Do-mingo, 23 de abril de 1854 Puerto Plata,20 de febrero de 1856) y
Eduardo Federico(Santo Domingo, 6 de octubre de 1856).
De su lado, Agustn Francisco RamnGinebra Pou naci el 14 de
octubre de1824 y fue bautizado al da siguiente, co-mo dijimos. Viva
desde 1849 en PuertoPlata, donde cas en 1861 con Mara No-gette
Fesson.
Instituto Dominicano de Genealoga
De vuelta conEDGAR MORNLa educacin como enseanza de la
incertidumbreDedicado a mi hermana-amiga mexicana, Patricia Gascn
Muro
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A RE TO 5Sbado 21 de m a r zode 2 015 H OY
RACES CON DOScomienzos y un final,DE REN RODRGUEZ SORIANO:
CRNICA POTICA DE UNA TRAYECTORIA DE XITO
L uego de conocer y estudiar muchas delas obras producidas por
Ren Rodr-guez Soriano en los ltimos quinceaos, llega a mis manos la
tercera edi-cin de Races con dos comienzos y un fi-n a l
(mediaIsla, 2014), obra con la que inicisu andadura el fecundo y
admirado escritordominicano all por el ao de 1970.
Me enorgullece verificar que su vuelo fuealto desde ese primer
despegue de ese pri-mer viaje literario, a todas luces, paradigmade
trascendencia en toda su obra posterior.
Nace la obra de ese sentimiento de im -p o t e n c i a, de
quejumbre colectiva, de catar-sis creadora que propicia en el poeta
unaexploracin de s mismo (existencialismo) yde los espacios vecinos
para reencontrarse.
Mientras ms leo y releo a Rodrguez So-riano, ms me sorprende,
gratamente, la cla-ridad conceptual y la fidelidad a su
estiloneorromntico, basado en un discurso, me-ta-concepto de
territorialidad y apropia-c i n de su identidad cultural.
En este primer libro incursiona desde yaen esos juegos de
palabras, en el tema ldico,en ese estilo algo neobarroco, que
muchosde su generacin abordaron; donde los sig-nos gramaticales se
eluden y lo que importaes la semntica: las bsquedas de
nuevossignificados y significantes.
Para Ren importa la palabra y el senti-miento, y se instala en
perfeccionar, digo yo,ese estilo que le da la singularidad a su
im-p ro n t a que lo catapulta como el escritordepurado que es,
dueo de un discurso quese opone a la banalidad que supone vivir
ata-do a fronteras in-visibles y/o mentales, queexcluyen. Su obra
es universal y coherente.Plstica y rtmica. Es ntima y de todos
Es un escritor de bsquedas humanas ha-cia el interior del ser,
del arte de lo bello. Del
tiempo y el espacioque conoce o ha co-nocido. Es un magoforjador
de la pala-bra encantada.
"ven y empuje-mos la tarde | hastael abismo de la no-che |
busquemosmuy juntos los re-cuerdos |que una
madrugada sembr | en las carnes de estastierras" [desde la vida]
pp.38
Como notamos en la cita anterior, el poe-ta re-crea un canto
intimista-nostlgico,desde lo telrico; otras veces, ldico,
dondeocurren todos los smbolos antropolgicosque lo construyen: el
ser humano que es, elnio que fue, el autor y creativo que
disfru-tamos. Y que, congruentemente, se nos re-vela en cada obra
de su finsima pluma
Este poemario es un documento que de-fine una poca donde se
anhelaba, ante todo,justicia social y libertad ciudadana y,
lgica-mente, se expresan como escenas secunda-rias, como fondo de
lienzos, siendo el sen-timiento de angustia existencial, la
pesadum-bre del ser humano en s mismo es el pro-tagonista del
discurso potico. Dicho de otromodo, el leitmotiv de sus
construcciones.
Canta, Ren, desde el desencanto y la im -p o t e n c i a vivida
en aquellos tiempos cuandose suponan nuevas esperanzas de un
pue-blo aguerrido y abusado por fuerzas mili-tares y polticas que
se enquistaron en el po-der para seguir haciendo lo mismo.
Crisisanlogas se viva en toda Latinoamrica y elmundo:
"cada hoja [en gerundio] | cambi sus ves-tidos | cada guardia
[en calzoncillos sobre lashojas] | ha ido fornicando nias en los
rin-cones de la tarde | cada nia [en presentehistrico] una mujer |
con un recuerdo delguardia que se fue [otra raz] pp.39
Se puede apreciar esa sensibilidad y almismo tiempo el humor con
el que describela realidad de esa poca. Un humor inteli-gente y
crudo:
"mildoscientostantos | metros sobre el ni-vel del mar |
ochocientos reclutas | noventaputas | cuarenta prostitutas | tres
adulones | yun sndico" [Un pueblo] pp.40
En su condicin nmada, muy posterior aeste libro, ha sabido
portar con dignidad yorgullo nuestra bandera dominicana; hacontado
en diversas obras sobre sus costum-
bres y la de los suyos, su msica, sus ros ymontaas... justamente
ha sido un agentecultural, transmisor de ese sentimiento pa-trio
que nos define como dominicanos, quelo hace sentirse orgulloso de
sus ra c e s, re-pito, y que pone en perspectiva de estudio
elterritorio que lo vio nacer, las luchas por unaexpresin de
libertad y por los derechos hu-manos, para pasar a los grandes
procesos deglobalizacin. Ahora entiendo, ms quesiempre, a lo que se
refiere Luis Cernuda,cuando dijo: "Cambio y distancia, si no mu-dan
al hombre, le hacen conocerse mejor[] a s mismo, a su ser
individual, a su gentey su tierra, su lengua y su historia".
Aunque,confieso, en honor a la verdad que Ren na-ci gigante y con
un lpiz en la mano.
Me atrevo a afirmar, sin temor a equivo-carme, que es uno de los
escritores domi-nicanos contemporneos ms ledos en to-da
Hispanoamrica y el mundo, mejor di-cho, en todo rincn donde se
valore la li-teratura en espaol. Y es gracias a su periciaen el uso
de las figuras retricas; pero msque nada, por la transparencia de
su discur-
so. Por esa seductora mana que tienen losbuenos escritores, como
l, de decir las cosascomplejas de forma sencilla y creble.
Porvestir al mito de realidad y a la fantasa decierta clase Por ser
un constructor de po-sibilidades en lo potico; un constructor
deutopas: lo posible lo vuelve real y lo reali d e a l
(Hlderlin):
"T que al fornicar el surco | engendrasvida y verdor | tienes
todos los atributos | y eldon de ser el dueo | de ms de siete pies
| ytus huellas" [jornalero] pp.32
Ren Rodrguez Soriano, con estas Ra -c e s demuestra que la
identidad se recons-truye en permanencia, a partir de una
pers-pectiva multifocal y que es un escritor sinfronteras.
Manifiesta, desde su gnesis comoescritor, como poeta, y como ser
humano,una calidad incuestionable y un estilo pen-sado y sentido
desde ese primer aliento te-lrico, romntico y metropolitano.
Algunosttulos (Apunte a lpiz, Rumor de pez, Solode flauta, Su
nombre, Julia, El mal del tiem-po, Queda la msica) de su vasta obra
lo con-fir man.
ELI Q
UEZ
ADA
L i t e
ra t u
ra
La culturaes lo que,en la muerte,contina siendovi d a. A n d rM
a l ra ux
Re n Ro drguezS oriano,con estasRace sdemue straque
laidentidadsere co n s t ruyeenp ermanencia,a partir deunap ersp
ectivamultifocal yque es unescritor sinfro n t e ra s .
Ren Rodrguez Soriano
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6 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO
R i l keY LAS ELEGAS DE DUINOE n un reciente viaje a Italia, en
com-paa de una amiga dominicana, enla ciudad de Trieste, pude
conocer elCastillo de Duino, donde el poetacheco, de expresin
alemana, Rainer MaraRilke, escribi su clebre libro, Las elegasde
Duino, publicado en 1923. Fue all dondeRilke concibi los versos ms
desgarrantes,en torno al destino del hombre.
La protectora y anfitriona de Rilke, enaquel majestuoso y
hermoso castillo, fue laseora Mara Bonaparte, princesa Von
Thur-nund Taxis, tambin protectora de Freud yprimera sicoanalista
de Francia.
En el castillo pude leer los viejos manus-critos y observar las
distintas portadas de lasediciones de este importante libro.
Adems,pude contactar el confort de las habitacio-nes y sus bellos
jardines, con vistas a las cos-tas del mar Adritico, en los cuales
el poetasola caminar, durante su larga estancia, enaquel mgico
lugar, hoy convertido en mu-seo privado de la ciudad de
Trieste.
Pese a que Rilke no termin de escribir allsus elegas, gran parte
de las mismas gene-ran un sentimiento de pantesmo
universal,lindante con la naturaleza y el clima delaquel viejo
lugar.
A partir de esta experiencia, y a travs deun modo discursivo
sagrado o sacramental,para Rilke, las cosas elementales con las
quecompartimos nuestro periplo en la tierralacasa, el puente,
nuestro contacto con la na-t u ra l ez a --dejan de ser
distinguibles de susnombres, entran en el corazn, transforma-das
(traducidas) en nosotros mismos, y ad-quieren una salvacin efmera
(la condicinefmera de esa salvacin prometida es lo queconvierte en
una elega el poema escrito enestado de xtasis).
La naturaleza y las cosas son, pues, des-garrantes, desde y para
la muerte, como un-misterio revelador. En Rilke, el ser es lo ine
-f a b l e. Estamos tal vez aqu para decir: casa,puente, surtidor,
puerta, cntaro, rbol frutal,ve n t a n a pero para decir,
comprndelo, ohpara decir as, como ni las mismas cosas nun-ca, en su
intimidad pensaron ser. (Elega IX).Sin embargo, la salvacin es
nombrar, o lo quees lo mismo, salvaguardar a las cosas y al serde
su destruccin y entropa. Al final, nom-brar es ensalzar, pero
aquello que es ensal-zado no es algo que permanezca en un
estadoinvariable, ni es esa inmutabilidad la razn dela celebracin.
Ser ensalzado significa sertransformado en un ser ms fuerte.
Ahora bien, para que se lleve a cabo esatransformacin no es
suficiente con decirleal ngel lo decible; la transformacin solo
sesoporta en el volver a contar una y otra vez.El ser humano
emprende esta salvacin por-que en ella, accede a otra realidad,
muchoms rica y plena que la realidad inmediata yfenomnica.
En esta bsqueda encontramos la afirma-cin suntuosa de la muerte.
De nuestra pro-pia muerte, aunque encontremos en las co-sas de la
vida nuestro propio horror. As, lamuerte est en relacin con el
movimientotan difcil de aclarar nuestra propia vida. Es-to no
quiere decir que debamos ser artistasde nosotros mismos, como se
desprende delas bellas individuales del Renacimiento;que debamos
hacer de nuestra vida y denuestra muerte un arte, y del arte una
afir-macin de nuestra propia persona. Rilke notiene ni la tranquila
inocencia de este orgu-llo, ni tampoco, como dice Maurice
Blan-chot, la ingenuidad: No est seguro de s nide la obra, siendo,
como es, contemporneode un tiempo crtico que obliga al arte a
sen-tirse injustificado. El arte es tal vez un ca-mino hacia s
mismo, Rilke es el primero enpensarlo, y tal vez tambin hacia una
muerteque sera nuestra, pero, dnde est el arte?El camino que nos
conduce al arte es des-conocido. La obra exige, en efecto,
trabajo,prctica, saber, pero todas estas formas deaptitud se hunden
en una inmensa ignoran-cia. La obra significa ignorar que hay un
arte,ignorar que hay un mundo.
Es cierto que en el plano existencial la al-
ternativa parece posible: creemos poderabandonarnos simplemente
a la vida, que sibien es informe, compensa con su intensi-dad. No
es ms que una ilusin; la vida en-cierra el germen de su propia
destruccin:no solo a causa del tiempo sino tambin dela conciencia
de vivir, que ya no es simple-mente vivir. En el plano potico la
opcin yano existe: escribir es crear formas, establecerun orden o
una inteligibilidad en lo vivido.Pero ni ese orden ni esa
trascendencia son lavida misma; por el contrario, todo lo que
esconfigurado por la conciencia pierde su in-tensidad, se congela,
muere--no tienen,justamente, estos poemas algo de hielo jus-t o?
Estas elegas, pues, intentan dar vida y,ms bien, matan lo que
nombran. O lo quees lo mismo, todo en ellas se extingue o apa-ga,
dejando solo el canto de las cosas vacas.
Por ello las imgenes en estas elegas nun-ca se extravan en la
extravagancia; su mis-terio no excluye la exactitud de la
formula-cin verbal. El que tiendan a la abstraccinms que a la
sensorialidad les confiere uncarcter no menos intenso: hacer del
mundoun signo mental que nos devuelva su ritmo.Son imgenes que
buscan no tanto describiro realzar la p h y s i s del objeto como
mo-dularla en un espacio a la vez real y virtual.
En una obra tan desesperada como la deRilke, la utopa de la
inocencia y de la re-conciliacin no es nada raro, y hasta puedeser
previsible: funciona como el pasaje de larealidad del deseo, como
la proporcin entreel medio y el fin, como ese punto (alqu-mico?) en
que todos los contrarios se fusio-nan y resuelven en una unidad
mayor. Pero
funciona tambin como una apora. Ni fas-cinacin ni ruptura, sino
experiencia de lapur ificacin.
La dualidad, para Rilke, conduce a la re-dencin y tambin al
xtasis. El xtasis no loaleja del mundo, sino que lo sita ms
pro-fundamente en l: es cuando se percibe quesu poesa, en verdad,
est ms cerca de lainocencia de las cosasy de las pala-b ra s por el
hecho de fijarlas en un tiempop u ro.
Por supuesto, esta intuicin no relega suvoluntad de afirmar al
hombre histrico, pa-ra de veras h a b i t a rel mundo. Pero lo
ciertoes que esa voluntadmuy presente en la l-tima elegaintenta
tambin afirmar alhombre utpico, que, de algn modo, es elreencuentro
con el hombre original.
Vivir y morir de eternidad sera, para Ril-ke, la forma ms
profunda de vivir y moriren, y, por el mundo. La eternidad se
con-funde con la intensidad de una vida plena,con alguna
trascendencia.
En oposicin a la experiencia desrtica,estos poemas son un
intento de religamien -to al mundo: recuperacin de lo original
(elhogar, la infancia, lo sagrado); de nuevo,pues, la inocencia.
Esas ideas no pueden ha-cer obviar otras: la propia naturaleza de
lasElegas de Duino y aun su sentimiento me-tafsico ante el mundo.
Pero sobre todo estla transfiguracin del universo mismo: la
re-novacin de la vida y de la historia. Estatransfiguracin es, por
supuesto, la revela-c i n ltima, el reconocimiento de que eldestino
del hombre est ligado a la posibi-lidad de la transformacin
existencial.
PLIN
IO C
HAH
NL i
t e ra
t u ra
Plinio Chahn
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A RE TO 7Sbado 21 de m a r zode 2 015 H OY
Marielle ValdezLA LITERATURA COMO ILUSIN DE UN OFICIO, QUE EL
MEJOR VIENTO LA GUIE.
1/ LA LITERATURA COMO POSIBILIDAD DEOFICIO SINCERO ENTRE
NOSTALGIA Y AU-T E N T I C I DA D.
E rase una vez, una mosquita muertade dulce suspirar, que deca
tenerlemiedo a la literatura. No asisti a se-minarios, a talleres
de literatura rgi-da, esa vaina que inventaron en la UASD,hace aos,
y que termin frustrando a msde uno.
Un escritor no se construye por decretoinstitucional, ojo.
Porque la vocacin literaria es un soploque viene con el mejor de
los instintos del serhumano, la mejor literatura, as naci.
Hoy aparecen jvenes de otros vuelos,que no tienen el nefasto
cascarn del pan-fletarismo, la obediencia a un patrn litera-rio,
comisario al viejo estilo sovitico cultu-ral, que indicaba, siendo
un gran analfabetoy mal poeta, cmo se deba escribir.
Esos tiempo, algunos an intentan revi-virlos, pero ya pasaron al
basurero de la his-toria de la cultura, felizmente.
Esta joven, sin esas malignas influencias,solo quera escribir
una vivencia que habamarcado su vida, hizo el intento, no visit
nin-gn movimiento cultural, alguno que laorientara en sus nobles
propsitos creativos.
Cuando me encuentro hoy con esta nue-va generacin, aguerrida en
la literatura, lavida y sus compromisos con el futuro, mepongo a
sus pies, porque yo conoc lo peoren mis aos de escritor bisoo y
conscientede que aquella mediocridad pupulante, aga-chada en seudos
crculos literarios, no era lomejor para m, por eso hice tienda
apartedesde muy temprano y aprend a conocer lademagogia poltico
cultural de entonces,que al final no ha podido parir nombres
no-torios, porque no era posible desde el ms vilpanfletarismo
ignorante, parir nada quet ra s c e n d i e ra .
La prosa es el espacio vivido que las letrasconvierten en
historia.
El demiurgo, todava anda por ah, con loscordones sueltos y los
malos poemas inco-rregibles, porque no hay peor cosa que ma-los
polticos y malos literatos, como un cc-tel peor que el de Molotov,
ejemplo de untiempo fallido y vulgar.
Cuando presentaba su libro, pensaba enotro chico interesante:
Pablo Mustonen, susredes arrastran a Marielle Valdez (Santo
Do-mingo, 1975 ) porque hay una doble purezaen la bsqueda sincera
de intentar una li-teratura de vida y vivencias, de intensidad
ydrama, de nostalgia y tiempo que se fue, quea veces solo la
literatura tomada en serioconquista.
Marielle Valdez elige como espacio lo ru-ral y pinta nuestra
campia con simpleza yfuer za.
Pablo Mustonen ( Santiago, 1963 ) habaelegido lo urbano, con
todo lo que ello implicade ciudad y sus claves sonoras
especficas.
Marielle Valdez retrata la inocencia cam-pesina, la entrega, el
amor a toda costa, esautopa de la relacin humana en el campo,donde
la idiosincrasia dominicana, de siglos,queda retratada en su bondad
y candor.
Erase una vez, aquella muchacha que te-na miedo a decir, rase
una vez, aquella mu-chacha vestida de organd, luz de
auyamanaciente, que entre ojos aguados logr con-tar una historia,
tomando el desafo de la vi-da y la literatura, pero de verdad.
Estimular, ilusionar, demostrar que esposible un acercamiento
sin miedo a la li-teratura misma, esa es la misin de estet e x t
o.
Que los riesgos son propios, porque nadiees propietario de
ninguna literatura, estigma
propio de un pas cercenador de lo bisoo ode lo naif
literario.
2 /TAGA, APROXIMACIN A UNA NUEVANA R R A D O R A .
Taga, que no es ms que el apodo cari-oso de Altagracia Cipriano
Turbdez, danombre a la novela, donde Marielle Valdez,se asume como
narradora y protagonista deun drama, cuyo entorno buclico
indiscu-tible es el marco de la historia.
En el ejercicio narrativo abundan las des-cripciones y retratos
psicolgicos de perso-najes que con la protagonista comparten
eluniverso creado en Taga.
Un entramado parental sale a relucir en elproceso creado, para
que como en el ajedrez,haya una definicin posible postrera y
cadaquien muestre al lector la profundidad y ra-zn de ser en su
rol.
Los primeros prrafos guan hacia la ne-cesidad de la evocacin y
presagian en unapincelada escrita, el resto de los hechos, cito:An
recuerdo aquella noche del 13 de oc-tubre. Lea en mi habitacin, mi
refugio, conla luz tenue de una lmpara, que lejos dealumbrar mis
pginas, me miraba con tris-t ez a (pgina 11)
Un objeto de luz se hace animista, escrutauna tristeza y en el
prtico del relato, tene-mos claro hacia dnde nos dirige la
autora.
La catarsis de la historia entonces, desdela pgina 11 antes
citada, ser un largo e in-teresante sendero hasta la pgina 121,
don-de un palpitar de celular cierra todo lo na-rrado, exactamente
como en el inicio, peroen final abierto donde su personaje ve la
luzal final del tnel, como en la clsica tragediagriega, la
anagnrisis, nos ha descubierto to-dos los elementos ocultos que nos
permiten
respirar al final con la protagonista.No sin antes usar un
recurso epistolar en el
entretejido de la narracin con buen efectodramtico en la
conduccin del desenlace.
Lo epistolar en Taga es un juego de enig-mas y ritmos en la
novela, para una escritorabisoa y decidida, la intencionalidad
sevuelve esperanzadora en futuros manejos dela forma.
El valor de su esfuerzo narrativo no es solosu persistencia, eso
sera montono y ram-pln, en todo caso, el valor narrativo es
atre-verse a escribir y publicar con la profundaconviccin de lo
producido, asumiendo losretos de un oficio que como la literatura,
noacepta vocaciones sin altos compromisos deforma y fondo.
Tampoco sin constancia productiva, sin pa-sin absoluta, as
confirman los resultados deesta primera novela de Marielle Valdez,
pro-metedora de nuevos textos hacia el futuro.
Por eso con bastante acierto, muy porencima de su timidez
analtica, Scarlett N-ez Santos en el prlogo de la novela, ter-mina
con uno de los prrafos aleccciona-dores que ahora hago mos, por el
nivel dealta justicia hacia el texto, cito: Taga nosabre la puerta
a la conciencia humana y nohumana; nos arroja la verdad en la
mismacara, nos grita en lo que nos hemos con-vertido, pero
difcilmente decimos cara acara. Solo el observatorio moral
desenmas-cara y no juzga
Con esta primera entrega, su novela pri-ma, as como existe la
opera prima en el cine,Marielle Valdez insiste en la necesidad de
laescritura, sin la pretensin ex profeso, perocon la profunda
ilusin del fruto acabado, yuna gran ilusin que hoy de modo
pblico,ella inicia. (CFE)
No existen ms que dosreglas para escribir: tener algoque decir y
decirlo. Oscar Wilde.
CARL
OS
FRAN
CISC
O E
LAS
Pape
les
del T
rpi
co
Marielle Valdez da las gracias al publico.Carlos Francisco Elas,
mientras presentaba la novelade Marielle Valdez en la Galeria
Nader.
Portada del libro TAGA, de la escritora Marielle Valdez.
De izquierda a derecha Armando Almnzar,Marielle Valdez la
escritora y Carlos Francisco Elas.
FUENTE EXTERNA
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8 Sbado 21 de m a r zode 2 015H OY A RE TO
En el Museo de Arte ModernoNicholas Kripal y Jeffrey
MongrainDESDE EL ESPRITU & LA MATERIA!
N icholas Kripal (1953) y Jeffrey Mon-grain (1956) son dos
consagradoscreadores y docentes norteameri-canos cuyas bsquedas y
experi-mentaciones estticas a travs de la cermi-ca y otros
materiales nos confirman que elreconocimiento artstico siempre
viene re-lacionado con la profundidad de las convic-ciones
estticos-filosficas, la vitalidad crea-tiva, la sensibilidad
social, la eticidad, la am-plitud formativa y la persistencia
reflexiva.
Un dilogo traslcido e inevitablementerevelador, o lo que es lo
mismo, una msticaCONEXIN con la naturaleza, lo elemental,lo
metafsico, el mundo fctico, los espaciosy signos arquitectnicos
impregnados de re-sonancias histricas y espirituales, se esta-blece
como prima materia en las poticasoperativas de Jeffrey Mongrain y
NicholasKripal. Desde su especfica y rizomatica es-pacialidad, sus
esculturas e instalacionespolivalentes, resuenan con un lenguaje
den-samente articulado, una presencia enigm-ticamente sugestiva y
una efectividad est-tica todava ms admirable.
Tal como sostiene Ezequiel Taveras, reco-nocido artista,
educador y curador de esta re-presentativa exposicin de las obras
recientesde Mongrain y Kripal que enriquece el pro-grama expositivo
del Museo de Arte Modernoen el marco de la celebracin de la quinta
edi-cin de la Trienal Internacional del Tile Ce-rmico / Elite Tile,
con los auspicios del Mi-nisterio de Cultura y en colaboracin con
laEmbajada de los Estados Unidos en la Rep-blica Dominicana, la
Fundacin Falcondo y laFundacin Centro Cultural Altos de
Chavn:CONEXIN es una manifestacin ms deque los pueblos pueden
hermanarse a travsdel arte. Eliminando las limitantes
territoria-les que crean fronteras, las diferencias lings-ticas, o
los conflictos culturales, creando asun nuevo vnculo que solo
existe a travs de laemocin del planteamiento esttico del artem i s
m o...
Definitivamente asombrosa resulta la di-versidad de materiales
utilizados por JeffreyMongrain y Nicholas Kripal en el
excelentecuerpo de obras que integran la muestra: ar-cilla, acero,
agua, cera, metales, arena, cris-tal, sal, lente ptica, pan de oro,
grafito, ple-xigls, piedra volcnica, fotografa, caja deluz y
resinas sintticasLas lneas puras dereminiscencias acadmicas, el
rigor formal,la sobriedad de factura y el minimalismo desu diccin
plstica se equiparan con el ca-rcter abierto y sorprendente de sus
visio-nes, ideas y travesas emocionales.
Tanto en las obras de Nicholas Kripal co-mo las de Jeffrey
Mongrain, advertimos unrepertorio de formas abrindose
constante-mente hacia una radical liquidacin de todaexpresividad
enftica o innecesaria. En losresultados de sus investigaciones,
resplan-dece un dilogo profundamente ldico, ti-co y reflexivo con
el misticismo y el arte re-ligioso de Occidente. Y lo que nos
resulta to-dava ms elocuente y conmovedor ante susesculturas e
instalaciones es la intensidad desus convicciones estticas, as como
el altogrado de espiritualidad, artisticidad y efec-
tividad expresiva que estos dos creadores ex-cepcionales logran
imprimirles a la materiaprimordial con que trabajan.
NICHOLAS KRIPALDesde principios de la sexta dcada del
siglo XX, los artistas plsticos y visuales re-toman de manera
enftica el abordaje delmisticismo y la religin. En casos
paradig-mticos del expresionismo abstracto y el mi-nimalismo como
Mark Rothko (1903-1970),Barnett Newman (1905-1970) y Sean
Scully(1945), los efectos ms depurados llegan aresistir a travs de
unos niveles sublimes deelaboracin formal y una lucidez
filosficadefinitivamente inquietante. En la obra deartistas como
Len Ferrari (1920-2013), Mar-tin Kippenberger (1953-1997), Andrs
Serra-no (1950) y Maurizio Cattelan (1960), elabordaje del tema
religioso se torna radical-mente crtico, irnico y hasta
subversivo,mientras que en una parte considerable delarte
posmoderno, la religin es redescu -bier ta como componente
fundamental dela cultura y la sociedad.
Nicholas Kripal es un reconocido escultor,instalador, educador y
curador que privile-gia el medio de la cermica en la creacin
deesculturas, ambientes e instalaciones que setornan en verdaderas
realidades msticas, talcomo Marcel Duchamp (1887-1968) llegaraa
definir las autnticas obras de arte. Pre-cisamente, una parte
considerable de suproduccin est compuesta por sus insta-laciones en
sitios especficos. En esta direc-cin, destacan sus instalaciones
escultricase intervenciones arquitectnicas dentro deespacios
sagrados como la Catedral de SanJuan el Divino en la ciudad de
Nueva York; laIglesia de San Patricio, en Indianpolis y laIglesia
Corpus Christi de Baltimore.
En el caso de Nicholas Kripal, se imponedestacar el carcter
implicante del mismoproceso creativo. Adems del arduo procesode
investigacin, negociacin e integracinconceptual de la propuesta en
el sitio espe-
cifico, en su prctica creadora, la historia, laritualidad y la
iconografa arquitectnica delespacio sagrado se constituyen en
aspectosesenciales. De esta manera, a diferencia delas ya
tradicionales exposiciones de instala-ciones en la galera de caja
blanca, las ins-talaciones escultricas de Nick Kripal ope-ran como
una suerte de e l e c t r n, comouna interfaz o zona de contacto,
comuni-cacin y accin que, de forma inesperada, setransforma en una
nueva y excitante reali-dad mstica y esttica. Realidad
eminente-mente dialgica, ldica y especular, capaz deprovocar nuevas
experiencias perceptivas,cognitivas y espirituales en la
congregacin yla consciencia de los espectadores.
La confirmacin de este sealamiento es-tara cifrada en la
instalacin escultrica ti-tulada Ep i f a n a (2012), la cual el
propio ar-tista propone como ejemplo. Epifana sedefine como: 1.
realizacin repentina. 2.aparicin de Dios. Es un trmino utilizado
amenudo por artistas para describir un mo-mento crtico en el
proceso creativo. Las le-tras de acero galvanizado que conforman
lapalabra estn llenas de sal. La sal tiene mu-chos usos importantes
en la religin y la cul-tura y a menudo se encuentra en una
va-riedad de rituales de purificacin. Tanto enel contexto del
antiguo como del nuevo tes-tamento, los pactos se sellan con sal y
de ahel origen de la palabra salvacin"
JEFFREY MOINGRAINEn sus obras, Jeffrey Mongrain se nos re-
vela como un artista de gran talento y sin-gular personalidad,
capaz de asimilar, trans-mutar y expresar la diversidad y unicidad
dela vida y la existencia a travs de un reper-torio de formas,
espacios, signos y recursosexpresivos con los que logra definir una
delas propuestas estticas ms brillantes y re-novadoras del arte
contemporneo esta-d o u n i d e n s e.
En sus esculturas e instalaciones recientes,Mongrain utiliza el
espacio fsico como recur-so provocador del pensamiento, la
curiosidady la excitacin de los sentidos del espectador.Sin
embargo, la clave ltima para la intelec-cin y el pleno disfrute de
sus obras no de-pende nicamente de su lectura iconogrfica,sino
tambin de la disposicin de cada es-pectador en particular para
arriesgarse a unaexperiencia esttica que reclama la atencinsobre la
complejidad de sus ms intimaspreocupaciones sobre las mutaciones
socia-les y sobre las problemticas religiosas, po-lticas,
ecolgicas, biotecnolgicas y cultura-les que signan la realidad
contempornea.
En este sentido, sus instalaciones operancomo presencias
concretas de polivalente yvertiginoso potencial significativo que
almismo tiempo rectifican, reedifican y des-bordan lo sagrado, lo
profano, la historici-dad, la memoria y lo real, situndonos antelos
territorios especulares del sueo, la ilu-sin, lo inmaterial y lo
sublime. Territoriosmetafricos, materializndose esplendoro-samente
como imgenes, percepciones,sensaciones y sentimientos esenciales
car-gados de poder y de deseos
AMAB
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Nicholas Kripal.
Jeffrey Mongrain durante el taller sobre ceramicacreativa para
nios en el MAM.
Nicholas Kripal. Ephiphany. Acero galvanizado y sal, 2012.
FUENTE EXTERNAN i ch o l a sKripal. W.S.Va ri a t i o
n#2.Terraco tta,2 0 0 6.
Mongrain Pierced BellwithThreads. Instalacinescultrica. Cermica,
2000. Nicholas Kripal. Instalacin de pared. Terracotta. Dimesiones
variables.
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de oro.Capilla SantoToms deA q u i n o,Ch ri s t u sCh u rch ,B a l
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