Fruticultura BLOQUE I: BASES FISIOLÓGICAS DE LA PRODUCCIÓN VEGETAL. TEMA 1. ARBORICULTURA FRUTAL. Introducción. Fruticultura: cultivo de las plantas que producen fruta. Fruta : fruto comestible de plantas cultivadas, que para su consumo no necesitan ser transformados. Arboricultura frutal: cultivo de árboles que producen frutos. Fruticultura: es la ciencia que se ocupa del estudio de los frutales y de los cuidados necesarios, considerando a los frutales como especies perennes. La perennidad va casi siempre unida a portes arbóreos. El árbol frutal. Está constituido por dos individuos asociados mediante la técnica conocida como injerto y son PATRÓN o PORTAINJERTO y VARIEDAD o INJERTO. El patrón constituye el sistema radical y una pequeña porción de la parte aérea. Estos dos individuos se unen generalmente por una zona por encima del suelo llamada cuello. El injerto forma la parte aérea. En ocasiones se produce franqueamiento debido a que el injerto se planta demasiado bajo, haciendo que el injerto emita sus propias raíces. La unión de patrón e injerto no significa fusión de genotipos, no es un híbrido. Son dos individuos que unen sus tejidos, pero jamás ponen en unión su genotipo. Página 1
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Fruticultura
BLOQUE I: BASES FISIOLÓGICAS DE LA PRODUCCIÓN VEGETAL.
TEMA 1. ARBORICULTURA FRUTAL.
Introducción.
Fruticultura: cultivo de las plantas que producen fruta.
Fruta: fruto comestible de plantas cultivadas, que para su consumo no necesitan ser
transformados.
Arboricultura frutal: cultivo de árboles que producen frutos.
Fruticultura: es la ciencia que se ocupa del estudio de los frutales y de los cuidados necesarios,
considerando a los frutales como especies perennes. La perennidad va casi siempre unida a
portes arbóreos.
El árbol frutal.
Está constituido por dos individuos asociados mediante la técnica conocida como injerto y son
PATRÓN o PORTAINJERTO y VARIEDAD o INJERTO.
El patrón constituye el sistema radical y una pequeña porción de la parte aérea.
Estos dos individuos se unen generalmente por una zona por encima del suelo llamada cuello.
El injerto forma la parte aérea. En ocasiones se produce franqueamiento debido a que el injerto
se planta demasiado bajo, haciendo que el injerto emita sus propias raíces.
La unión de patrón e injerto no significa fusión de genotipos, no es un híbrido. Son dos
individuos que unen sus tejidos, pero jamás ponen en unión su genotipo.
A veces se constituye un frutal con tres maderas, haciendo un puente entre el patrón y variedad,
llamado intermediario. Su función es la de unir al patrón y a la variedad debido a que entre
ambos existe un rechazo. Su uso es cada vez menor, ya que cada vez es mayor la viabilidad
entre patrón y variedad.
En otros frutales no es necesario el uso de patrón.
Particularidades del árbol frutal.
Perennidad: es la característica o peculiaridad más identificativa del frutal. Condiciona y a la
vez dificulta su cultivo. La perennidad implica que el árbol se mantiene durante muchos años
sobre el terreno, lo que a su vez también implica el cuidado que se ha de tener para no cometer
errores, ya que provocaría fallos costosos y difíciles de solventar. Esta característica conlleva a
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un gran porte arbóreo, gran tamaño. A la hora de establecer la plantación es muy importante
tener en cuenta esta característica, ya que en los primeros años dará la impresión de un
desaprovechamiento del terreno, puesto que habrá una baja densidad de plantación, una
utilización del espacio y de la luz muy baja, que se compensará cuando los árboles alcancen su
tamaño definitivo; de esta forma también nos evitaremos competencias. El mayor tamaño de los
frutales dificulta las técnicas de cultivo, lo que resta rentabilidad. La tendencia es a cultivar
frutales más pequeños, buscando patrones enanizantes y variedades poco vigorosas,
compaginándolo con técnicas de cultivo enanizantes.
Proporción de tejidos fotosintéticos: es menor que en las especies herbáceas anuales. La
madera del tallo, ramas, etc., parasita la fotosíntesis. La energía almacenada no es enteramente
utilizada para la fructificación, sino que parte de esa energía se utiliza para la conservación de
la estructura.
Juvenilidad: se extiende durante largos años. Es el período por el que atraviesan las especies
frutales procedentes de semilla y durante el cual no produce flores, y por tanto no producen
frutos, es decir, es la época infértil del frutal. El período juvenil se elimina utilizando tejido
adulto y propagándolo vegetativamente (acodo, injerto, estaquillado).
Los ejemplares de semilla no conservan las características de la variedad. Los que se producen
vegetativamente, es decir, clonalmente, mantienen las características de la variedad, ya que se
trata de material uniforme de un único individuo, y por tanto, será igual.
Alternancia: alternan sus producciones, es decir, una año producen poco y otro mucho, por lo
tanto esto no compensa porque hace que la rentabilidad sea mayor unos años y menor otros. Las
causas suelen ser hormonales y nutricionales.
Almacenamiento y movilización de reservas: generalmente en la primavera los frutales tienen
una gran actividad fotosintética, por lo tanto, los asimilados que no se consumen se acumulan
en reservas para cuando las condiciones ambientales no sean tan buenas, como pasa en
invierno. Esto nos sirve para programar técnicas de cultivo.
Periodicidad cíclica: el ciclo anual se repite un año tras otro, presentando una clara estabilidad.
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Investigación: las técnicas son menos sofisticadas que en otros cultivos. La investigación es
mucho más lenta ya que se trata de especies que su vida no es anual y se necesita de muchos
años para poder completar el estudio de cualquier árbol frutal. También existe otro
inconveniente, que es el espacio; se necesita de mucho espacio para poder investigar, ya que
son plantas de gran tamaño.
Fases de la vida del árbol frutal.
Las fases de un árbol frutal propagado vegetativamente son cinco:
1. Improductiva
2. Entrada en producción
3. Plena producción
4. Envejecimiento
5. Muerte
1. Improductiva: tiempo que transcurre desde que se planta hasta que transcurre la primera
cosecha. Dura entre 2-7 años. Crece intensamente, pero no florece. Es un término distinto a
la juvenilidad ya que se trata de plantas reproducidas vegetativamente.
2. Entrada en producción: crece de modo intenso, produciendo floración y fructificación de
forma progresiva y en aumento. Tiene una duración aproximada de 10-12 años.
3. Plena producción: es la edad adulta del árbol y se obtiene el equilibrio entre el crecimiento
y la producción, que se hace estable y continuado. Es el período más largo, y también
interesa alargarlo lo máximo posible.
4. Envejecimiento: la planta tiene una renovación vegetativa limitada y la floración es masiva
pero con cosechas de poca calidad.
5. Muerte: se produce la muerte del árbol. En la mayoría de las plantaciones esta fase no se
produce, ya que se arrancan los árboles antes de que se produzca su muerte.
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La curva se corta en dos puntos, A y B.
A beneficios > gastos
B beneficios < gastos: arranque de la plantación.
Las tendencias actuales son las de obtener plena producción cuanto antes a fin de amortizar lo
más pronto posible la plantación.
CONCLUSIONES:
1. El período improductivo debe ser lo más breve posible, para ello se utilizan patrones y
variedades de rápida evolución.
2. Alcanzar lo antes posible la plena producción y asegurarnos de que ésta sea estable y de
larga duración.
3. El concepto de que la vida productiva sea muy larga hay que sustituirla por la que hay que
amortizarlo lo antes posible.
Evolución y perspectivas de la arboricultura frutal en la UE.
Las necesidades de mercado son muy exigentes, puesto que la competitividad es cada vez
mayor. Por eso la tendencia es a producir una fruta de mas calidad
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TEMA 2. EL SISTEMA RADICAL Y AÉREO.
El sistema radical y sus funciones.
Está constituido por el conjunto de todas las raíces del árbol, no realiza fotosíntesis y carece de
yemas, hojas, nudos y entrenudos. Es la adaptación del cormo a la vida subterránea. Su
morfología es diferente a la parte aérea.
La raíz primaria se origina a partir de la radícula del embrión y presenta geotropismo positivo.
La raíz o sistema radical se compone de tres partes:
Apical: zona meristemática de continua división protegida por la cofia o caliptra. No tiene
pelos radicales. No tiene función de absorción de agua y nutrientes. Crece longitudinalmente y
tiene función exploradora.
Pilífera: presencia de pelos radicales, continuamente desplazándose, cuya función es la de
absorción de agua y nutrientes.
Basal: no tiene pelos radicales. Por aquí se ramifica la raíz. Su función es la de conducir agua y
nutrientes.
Funciones del sistema radical:
1. Proporcionar anclaje al árbol.
2. Absorción de nutrientes.
3. Conducción de nutrientes.
4. Lugar de síntesis de hormonas.
5. Lugar de almacén de reservas.
1. Absorción y conducción de agua y sustancias minerales.
El agua y los minerales se absorben por los pelos radicales y se transportan vía xilema a la parte
aérea del árbol. La fuerza de transpiración crea un gradiente de energía y la capilaridad del
xilema crean la absorción de agua y sustancias minerales. El árbol segrega sustancias para
formar complejos que puedan ser absorbidos con mayor facilidad.
2. Síntesis de sustancias orgánicas.
En la raíz se sintetizan muchas sustancias importantes para la fisiología del árbol como
giberelinas, citoquininas y auxinas.
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3. Reserva y almacén de nutrientes.
En frutales de hoja caduca y perennifolios hay fases del ciclo anual que el árbol sintetiza más
sustancias de las que gasta y por tanto las acumula en el tronco, ramas y raíces.
El primer crecimiento lo realiza tomando las sustancias almacenadas de la raíz.
4. Anclaje del árbol.
Es muy importante, ya que las raíces fijan el árbol al suelo. Los patrones francos procedentes de
semilla presentan mejor anclaje que los clonales (propagación vegetativa). Es de especial
importancia cuando se trate de zonas con mucho viento.
5. Otras funciones.
Se utiliza para la propagación vegetativa del frutal mediante sierpes (brotes de la raíz).
Tipos de raíces.
A- Según su origen.
B- Según su distribución.
C- Según su longitud.
A- Según su origen:
- Raíces principales: son las raíces primarias, ramificaciones naturales con origen en la
radícula del embrión (semilla).
- Raíces adventicias: son las raíces que tienen su origen en cualquier tejido adulto, hojas,
tallo,... luego no proceden de la radícula del embrión. Esto da lugar al estaquillado,
acodo, etc.
B- Según su distribución:
- Raíces horizontales: son raíces poco profundas, se distribuyen radialmente, paralelas a
la superficie del terreno, colonizando los horizontes más fértiles. Tienen función de
absorción y conducción.
- Raíces verticales: exploran suelos más profundos (2-10 m). Acceden a zonas más áridas.
Extraen agua de horizontes más profundos. Permiten mejor anclaje al árbol.
C- Según su longitud y grosor:
- Raíces de esqueleto: son largas y gruesas. Son de 1,2,3 orden y de vida muy larga.
Conducen agua y nutrientes.
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- Raíces fibrosas: delgadas, cortas. Son a partir del 4º orden. Tienen pelos radicales. Se
pueden dividir en:
- Raíces axiales de crecimiento activo.
- Raíces absorbentes.
- Raíces conductoras.
Crecimiento y distribución de las raíces en el suelo.
A – Crecimiento.
Depende de las características del suelo (NUTRIENTES, TEXTURA, AIREACIÓN,
ESTRUCTURA, TEMPERATURA, HUMEDAD), donde se desarrollan las raíces. Además
depende de:
- Características botánicas y genéricas de la especie.
- Interrelaciones con los órganos aéreos.
- Presencia de plantas adyacentes, proximidad.
- Técnicas de cultivo: riego, fertilización.
Aireación: las raíces respiran y por lo tanto no se desarrollan en medios que no tengan la
suficiente aireación, de modo que su crecimiento se ve afectado por la asfixia radicular. En
condiciones desfavorables, en frutal de hueso(almendro) es sensible a la asfixia radicular,
mientras que el melocotonero es más tolerante.
Temperatura del suelo: existe una temperatura máxima y mínima por encima o por debajo de
la cual no ocurre crecimiento de la raíz. Estas temperaturas dependen de la especie, edad del
árbol. Por debajo de 5-6 ºC y por encima de 30-40 ºC el crecimiento de detiene.
Humedad: un exceso de humedad provoca asfixia radicular.
Contenido en nutrientes: con un mayor contenido en nutrientes, el crecimiento será mayor. El
N estimula el crecimiento en longitud, y el P y K el crecimiento en ramificaciones:
Textura y estructura: en suelos arcillosos y pesados el crecimiento es más limitado que en
suelos ligeros.
B- Distribución de la raíz.
Superficie: considerando en árbol adulto, la distribución en superficie ocupa en área superior a
la dimensión de la copa de 2 a 50 veces. Si no existe circunstancia que condicione este
desarrollo la distribución suele ser circular.
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Profundidad: el 85% del sistema radicular activo está entre los 10 primeros cm hasta los 90
cm. En los primeros 10 cm no aparecen raíces porque las temperaturas son más altas, humedad,
son más duras. En superficies rústicas pueden pasar los 3 m de profundidad.
Sistema aéreo.
- sistema radical
Árbol frutal - tronco
- esqueleto - cuello
- ramas
- parte aérea
- ramos
- copa - brotes
- yemas, hojas, flores y frutos
Esqueleto: conjunto de elementos lignificados. Es más permanente.
Copa: conjunto de elementos más activos. Pueden o no estar presente.
Partes del esqueleto:
Cuello: zona de unión entre el tronco y raíz.
Tronco: zona comprendida entre el cuello y la primera ramificación.
Ramas: primarias o madres, secundarias, terciarias, etc. Las primarias parten del tronco que a
su vez se ramifican en secundarias, terciarias, etc.
Eje central: continuación del tronco en el sistema de conducción en vaso.
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Partes de la copa:
Ramo: formaciones vegetativas o fructíferas de un año de edad. Pueden portar yemas, hojas,
flores, frutos y brotes.
Brote: crecimiento vegetativo del año. Se produce a partir de una yema vegetativa. Es el
vástago. Cuando se lignifica se convierte en ramo. Crece en longitud y a medida que crece
aparecen nudos y entrenudos.
Funciones de la parte aérea:
El esqueleto y las partes lignificadas de la copa tienen funciones mecánicas y fisiológicas.
Soporte de las hojas, flores, frutos.
- Funciones mecánicas
Resistencia a adversidades meteorológicas.
Transporte de agua y sustancia vía xilema y floema.
- Funciones fisiológicas
Almacén de reserva.
Función de las hojas fotosíntesis.
Función de las flores y frutos reproducción y supervivencia de la especie.
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Yema.
El árbol se desarrolla a partir de la yema. Es el órgano reproductivo. Está formado por un cono
meristemático y capas protectoras.
Tipos:
1. Según su posición en el ramo/brote:
- Y. Terminales o apicales: la que ocupa el extremo.
- Y. Laterales: ocupan los laterales del ramo.
- Y. Estipulares o de reemplazo: son una especie de seguridad ya que si muere la yema
lateral éstas las reemplaza. Se encuentran a la derecha e izquierda de cada uno de los
laterales.
2. Por su evolución en el tiempo:
- Y. Anticipadas: son las que por algún accidente brotan durante el mismo año en que se
crean, ya que han perdido su yema terminal.
- Y. Normales o invernantes: son las que crecen al año siguiente de crearse.
- Y. Latentes: son las que no crecen al año siguiente e incluso en ocasiones puede quedar
por debajo de la corteza.
- Y. Adventicias: aparecen súbitamente y eventualmente. Pueden brotar aunque no crean
buenos brotes debido a su mala circulación.
3. Por la naturaleza de su brotación:
- Y. De flor: la yema da lugar sólo a flores, o a una inflorescencia.
- Y. De madera: la yema da lugar a vegetación.
- Y. Mixta: la yema es de flor y también vegetativa.
Las yemas de flor suelen ser globosos y redondeados y las de madera más puntiagudas y
estrechas. Normalmente se encuentran dos de flor y una de madera en medio, aunque puede
haber otras asociaciones.
En los frutales de pepita la yema terminal suele ser mixta.
En los frutales de hueso la yema terminal suele ser vegetativa y los frutos se encuentran a lo
largo de la rama.
YEMA BROTE RAMO
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Tipos de ramos.
- ramo mixto
Frutales de hueso - chifona
- ramillete de mayo
- chupón
- Ramos vegetativos - brindilla
- dardo
- dardo rugoso
Frutales de pepita
- brindilla coronada
- Ramos fructíferos - lamburda
- bolsas
- bolsa de bolsas o patas de gallo
Frutales de hueso:
En los frutales de hueso, los tres órganos son fructíferos, prácticamente iguales, varían en la
longitud.
- Ramo mixto: es un ramo de longitud variable, pudiendo llegar a los 70 cm, se considera
como tal a partir de los 15 cm. Las yemas terminales son vegetativas y todas las de flor
son siempre laterales. El porcentaje de flor y vegetativo es prácticamente iguales.
- Chifona: son órganos de longitud escasa (máximo de 12 cm), es igual al ramo mixto
pero de menor vigor. Hay menor proporción de yemas laterales de flor.
- Ramillete de mayo: la yema terminal es vegetativa, aunque se encuentra rodeada y casi
cubierta de yemas de flor. Son muy fructíferas, aunque en ocasiones no son los más
adecuados según la especie. Al ser tan pequeños pueden no dar fruto de calidad y
además si son frutos grandes el ramillete no aguanta el peso. Donde ha habido un
ramillete de mayo con total seguridad se sucederá otro, durante unos años, hasta 7.
Cuanto más vigoroso es el ramo, mayor porcentaje de yemas de flor.
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Frutales de pepita:
Los ramos vegetativos son el chupón muy típico de manzano y peral. Todos tiene capacidad
para brotar. Surgen a partir de una yema latente que tiene un golpe de savia, con crecimiento
vigoroso y con yemas vegetativas y no de flor.
Las yemas anticipadas dan lugar a ramos adelantados de poco vigor e interés.
Si la yema se desarrolla normalmente:
La brindilla (15-40 cm) es un órgano vegetativo muy flexible, de poco vigor. Si el crecimiento
es menor se obtienen dardos (3-10 cm) distinguibles porque crecen perpendicularmente a la
madera que los forma y tienen una madera terminal. Son órganos de un año.
En el segundo año el dardo puede evolucionar a dardo rugoso (si sigue vegetativo y crece un
poco) o bien a lamburda (si en la yema terminal se crea una flor).
La brindilla en el segundo año si crece una yema de flor en el extremo se llama brindilla
coronada.
Dardo lamburda
Yema de madera Brindilla brindilla coronada
Dardo dardo rugoso lamburda
En algunas ocasiones se originan bolsas, se crean donde hubo una gran cantidad de savia, hay
dos yemas que darán lugar a dos ramos fructíferos. También pueden originarse agrupaciones de
bolsas llamadas patas de gallo o bolsa de bolsas y son zonas importantes de fructificación.
Bolsa bolsa lamburda dardo
Brindilla coronada bolsa dardo lamburda
dardo dardo
Y. vegetativa dardo dardo rugoso lamburda bolsa d. Rugoso lamburda
Brindilla b. Coronada
Bolsa brindilla b. Coronada bolsa brindilla b coronada bolsa dardo
lamburda.
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TEMA 3. FENOLOGÍA.
Introducción.
En todas las especies, como consecuencia del ritmo estacional termométrico, se presentan en
forma más o menos marcada e intensa, dos períodos anuales claramente definidos: el reposo
invernal y el período de actividad vegetativa. La yema con su desarrollo lleva a la formación
del fruto, pero paralelamente se da un crecimiento vegetativo.
Ciclo anual del árbol frutal.
En climas templados el ritmo estacional está condicionado por la temperatura ambiental. Las
especies frutales se adaptan presentando dos períodos:
A – Período de reposo invernal.
B – Período de actividad: vegetación y fructificación.
A – reposo invernal.
Para mantener una fisiología normal a lo largo de su vida, las especies de zona templada o
templado-cálida parecen precisar un período anual de reposo. Este período coincide
normalmente con el final del otoño y con la época invernal, alargándose, en ocasiones, parte de
la primavera; por lo que su denominación más corriente es la de reposo invernal. En este
período el árbol frutal no muestra actividad vegetativa aparente y no hay crecimiento ni
floración, sean las que sean las condiciones ambientales momentáneas. Algunos procesos
fisiológicos, tales como la absorción radicular, la translocación vascular, la respiración, la
fotosíntesis y la transpiración, pueden tener lugar en forma lenta y poco intensa, al principio y
al final del período de reposo, o aún durante todo él, en zonas templado-cálidas. Pero esta
actividad es prácticamente inapreciable y el árbol, si es caducifolio, se desprende de sus hojas
durante este período, y si es de hoja perenne, se muestra vestido, pero sin ningún tipo de
crecimiento.
B – Actividad.
Es el período comprendido entre los primeros síntomas apreciables de actividad, a fines de
invierno o principios de primavera, y el final de esa actividad, que tiene lugar en el otoño
avanzado. Durante este período el árbol realiza intensamente todos sus procesos fisiológicos, y
ello se traduce exteriormente en el desarrollo vegetativo de brotes y ramas, así como en el
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engrosamiento de ramas y tronco, por una parte, y por otra, en la aparición de flores y frutos y
en el desarrollo de éstos últimos.
A lo largo de este período los elementos presentes en cada momento en la parte aérea del
árbol(yemas, brotes, flores, frutos, etc.), muestran un aspecto exterior diferente. Este aspecto se
denomina estado fenológico y el estudio del ritmo de sucesión en el tiempo de estos estados se
llama fenología de la especie considerada.
El primer síntoma externo y apreciable de que la actividad vegetativa ha comenzado es la
hinchazón de las yemas. En la inmensa mayoría de las especies las yemas florales o, en su caso,
las mixtas empiezan a hinchar antes que las yemas puramente vegetativas. Las escamas y
brácteas protectoras de la yema se separan paulatinamente, y entre ellos aparece la borra y
zonas más claramente coloradas. Este cambio en la morfología externa de las yemas se llama
desborre.
A partir del desborre, la evolución de las yemas de madera y de las florales es diferente. La de
las primeras origina la vegetación del árbol; la de las segundas, el proceso de floración y
fructificación.
Yema de flor ciclo reproductivo.
Yema vegetativa ciclo de crecimiento vegetativo.
B1 – Ciclo vegetativo.
A medida que avanza la primavera, el desborre se acelera; en ocho o diez días las escamas y
brácteas se separan completamente y se produce la aparición de las primeras hojas en
crecimiento y del tallo inicial, consecuencia de la elongación del meristemo gemular. Este
estado fenológico se denomina brotación.
Durante el período subsiguiente el crecimiento se intensifica. Las temperaturas en ascenso, la
mayor insolación y, en general, las condiciones ambientales son idóneas, y, en consecuencia, el
crecimiento en longitud de los brotes, la aparición y desarrollo de hojas y la formación de
yemas axilares se acelera, en un proceso que dura toda la primavera y aún parte del verano, y en
el que los brotes alcanzan del 60 al 70% de su longitud característica. Este proceso se llama
crecimiento de primavera, y normalmente termina cuando las temperaturas alcanzan, en pleno
verano, valores muy altos (35-40º), superiores al umbral máximo de crecimiento; en este
momento la elongación se detiene y el meristemo terminal aparece defendido por escamas y
brácteas, en forma de yema terminal. Se dice entonces que el brote se ha parado o que el árbol
está en la parada vegetativa de verano o parada estival.
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En zonas de pluviometría escasa y en cultivos de secano esta parada de verano puede
producirse no sólo por el régimen de altas temperaturas, sino también por la falta de agua
durante el período de sequía y, en su caso, por ambos efectos combinados.
La parada de verano puede, en determinadas zonas y para algunas especies, ser prácticamente
inapreciable; en otros casos puede durar varias semanas, cuando las temperaturas son muy altas,
o las condiciones de sequía extremas. En cualquier caso, al finalizar el verano las condiciones
ambientales suelen volver a ser adecuadas para el crecimiento y produce la brotación de otoño o
rebrote. Esta nueva brotación se alarga hasta los primeros fríos otoñales y da origen al
crecimiento de otoño o segundo crecimiento; la intensidad de éste suele ser menor que la del de
primavera y terminan con la parada otoñal.
A partir de ese momento, la intensidad de los procesos fotosintéticos desciende, la traslocación
de reservas y la lignificación de la madera se incrementa y progresivamente el árbol inicia su
reposo invernal de nuevo. Este reposo, en las especies caducifolias, se considera comienza en el
estado fenológico de caída de hoja. En las de hoja perenne el comienzo es más difícil de
precisar, pero se puede considerar la misma fecha que para las especies caducifolias próximas.
Con ello el período de actividad vegetativa termina y el ciclo anual se reinicia.
B2 – Ciclo reproductivo.
En forma simultánea con la evolución descrita de las yemas vegetativas se produce durante este
período la evolución de las yemas de flor. Esta evolución empieza igualmente con él desborre;
que puede ser, según las especies, anterior, simultáneo o posterior al desborre de las yemas de
madera.
A partir de este momento las yemas de flor, en su evolución van pasando por una serie de
sucesivos estados fenológicos. Estos estados son tan importantes a efectos prácticos, que han
sido profusamente estudiados como monográfico, para las distintas especies.
Estos estados son fases del proceso de floración; durante éste se produce la polinización,
germinación del polen, crecimiento del tubo polínico, fecundación y cuajado del fruto. El
proceso completo dura entre los diez y veinticinco días y al final del mismo la flor se ha
transformado en fruto.
A partir, pues, del cuajado, el proceso de floración termina, y comienzan otros nuevos procesos:
el de desarrollo del fruto y el de maduración posterior. Los frutos crecen, aumentando de
tamaño, hasta alcanzar el típico de la especie, y en ellos se producen las transformaciones
físico-químicas que definen su sabor, color, olor y restantes características. Esto es lo que se
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llama maduración, y su final es el estado fenológico de madurez, estado en el que el fruto o se
recoge y consume, o se desprende del árbol, o se pudre.
Los procesos de desarrollo y maduración de los frutos pueden tener una duración absolutamente
variable en función de la especie, de la variedad y de las condiciones ambientales.
El ciclo reproductivo no comienza con el desborre de la yema de flor sino que se inicia con:
1- Inducción floral.
2- Iniciación floral.
3- Desarrollo floral.
Que tiene lugar dentro de la yema, por eso dura dos años.
Inducción floral.
El cambio fisiológico que se produce en un determinado momento en una yema, y que
condiciona su evolución a yema de flor, se denomina inducción floral.
Se produce al final del período de crecimiento primaveral, en el período junio, julio y agosto en
nuestros climas.
Las bases fisiológicas que condicionan la evolución a yema de flor de unas determinadas yemas
son varias. Las primeras teorías planteaban la hipótesis de que la formación de flores dependía
de la presencia en la planta de determinadas sustancias elaboradas en las hojas. Posteriormente
otros relacionan la inducción floral no con la presencia de sustancias, sino con un cierto
equilibrio hidratos de carbono-sales nutritivas, o compuestos orgánicos-elementos minerales,
anulando la teoría anterior del antagonismo vegetación-fructificación, y preconizando la
búsqueda de ese equilibrio, pero sin definir qué sustancias elaboradas ni qué minerales
resultaban más influyentes.
Otra teoría es que la inducción floral está claramente condicionada por el valor de la relación
C/N en el árbol; según esta teoría, si esta relación es moderadamente alta se promueve la
inducción floral, mientras que si es baja, se favorece el crecimiento vegetativo.
Trabajos posteriores demuestran paulatinamente las contradicciones de la teoría anterior, y van
dando paso a las teorías basadas en la influencia de hormonas endógenas sobre la inducción
floral. La presencia de estas hormonas parece totalmente vinculada a la de reservas de
carbohidratos, la inducción floral se ve claramente favorecida por una gran superficie foliar y
una gran actividad fotosintética.
La hipótesis más generalmente aceptada vincula la formación de yemas de flor, a un
complicado equilibrio hormonal interno al nivel de la propia yema. Sobre este equilibrio
hormonal interno al nivel de la propia yema. Sobre este equilibrio, tanto individualmente como
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en conjunto, influyen factores de todo tipo: ambientales, nutricionales, fisiológicos y genéticos,
lo que hace todavía imposible definir claramente el proceso. Ciertos hechos se presentan como
incontrovertibles:
- la inducción floral se favorece por la presencia de una gran superficie foliar. El hecho de
que ramas anilladas y defoliadas después de la inducción formen flores, parece
confirmar el hecho de que las hojas tienen una influencia más hormonal que nutricional.
- La presencia de frutos y un intenso crecimiento vegetativo, son circunstancias
fuertemente competitivas con la inducción floral. La inhibición de esta inducción, en
estos casos, parece estar claramente relacionada con los procesos de síntesis y
traslocación de giberelinas en las semillas de los frutos y en los ápices en crecimiento.
- La inducción floral parece requerir una cierta madurez en la planta. Esta madurez no
debe relacionarse con la edad del árbol, ni con lo que antiguamente se denominaba “fase
juvenil”; sino con el hecho de que el equilibrio endógeno sólo se produce cuando el
árbol alcanza un estado en el que parte de los productos de la fotosíntesis son
acumulados como sustancias de reserva. En definitiva la formación de flores sólo puede
producirse cuando la planta o algunos de sus órganos alcanzan un cierto nivel de
formación de reservas.
Iniciación floral.
Es el primer cambio morfológico que es el ensanchamiento en el ápice de la yema debido al
crecimiento de los primordios florales que son los sépalos, pétalos,...
Diferenciación floral.
Tras el cambio fisiológico que se produce en la inducción floral, se produce una diferenciación
morfológica que conduce a la aparición de primordios seminales.
Reposo de la yema.
En la mayoría de las especies empieza en verano y se detiene con la llegada del invierno, donde
pasan en reposo profundo, causado por un factor endógeno. Finaliza cuando las yemas han
tomado un número de horas a temperaturas frías. Para salir del reposo hace falta un número de
horas frías, es variable con la especie y con la variedad. La duración media del invierno en el
ciclo da origen de la especie frutal = horas frío.
Las horas frío se miden como el número de horas invernales, entendiendo como horas
invernales las que tengan temperaturas menores de 7ºC.
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Fruticultura
Las yemas no crecen inmediatamente sino que requieren temperaturas favorables para brotar.
En este momento las yemas están quiescentes pues son factores exógenos los que condicionan
la brotación.
La yema se hincha y se abre y pasa por los numerosos estados fenológicos hasta que llega la
floración, este es el más sensible del ciclo reproductivo frutal. La época de floración determina
la elección de una especie y variedad en plantaciones de zonas templadas pues es una fase
crítica en cuanto a plagas, enfermedades, heladas,... Además es imprescindible para la
elección de una correcta polinización. La floración finaliza con la antesis de la flor igual
apertura de los pétalos (corola).
Alternancia o vecería.
Es la tendencia de los árboles frutales a la producción de una cosecha adecuada en un año
seguida por una cosecha nula al año siguiente. Esto tiene lugar a nivel del árbol, sin embargo
debido al clima y a los patógenos se alinean en cuanto a producción.
El año de cosecha año de carga
El año sin cosecha año de descarga.
La alternancia tiene implicaciones negativas para el agricultor:
1. Dimensionamiento de la estructura productiva: se realiza para años de carga, para los años
de descarga se infrautiliza.
2. Aumentan los precios en los años de cosecha escasa que no compensan con los bajos
precios en años de cosecha buena.
3. Manejo de la plantación, pues se producen desequilibrios.
Causas de la alternancia: existen dos hipótesis.
- hipótesis hormonal
- hipótesis nutricional.
Hipótesis hormonal.
La ausencia o no de flor es la que causa la alternancia.
En variedades de manzano con semilla son veceras y en variedades sin semillas no son veceras,
luego la presencia de semilla es la que hace que exista fruto. El crecimiento de fruta y la
inducción floral tiene lugar en el mismo momento luego no existe una competencia entre ambos
procesos.
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Fruticultura
En la semilla del fruto hay una fuente generadora que son las giberelinas que provocan que las
yemas que se desarrollan en el mismo momento no se induzcan a flor.
Hay mecanismos de control:
- limitar el número de frutos los años de carga: poda y aclareo de frutos.
Hipótesis nutricional.
El árbol después de una cosecha excesiva agota sus reservas y no puede tener otro año seguido
de gran producción.
El año de carga hay poco crecimiento vegetativo y la energía va unida al crecimiento del fruto,
por eso hay mayor producción.
Se ha demostrado que la nutrición de un árbol que florece poco es mejor que el de una año de
carga.
La alternancia en la producción de frutos es debido a la presencia o no de flor.
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Fruticultura
Tema 4. Fructificación.
Polinización y fecundación.
A partir de la diferenciación, las yemas florales sufren durante el resto del período vegetativo
un proceso de evolución y maduración, que influido por las características genéticas y
fisiológicas del árbol, así como por las condiciones ambientales, las lleva normalmente en la
primavera siguiente a su desarrollo completo y a la aparición de flores. Este desarrollo floral,
que comienza con el desborre, pasa por los sucesivos estados fenológicos y termina con el
cuajado del fruto, momento en el que se inicia el proceso de desarrollo del fruto.
El proceso dominante es la formación de frutos por fecundación. Esta a su vez exige los pasos
previos típicos:
- formación del polen
- polinización propiamente dicha
- germinación del polen
- crecimiento del tubo polínico
- fecundación.
La polinización.
Desde el punto de vista estrictamente botánico, la polinización es el traslado del grano de polen,
desde las anteras de los estambres, hasta el estigma del pistilo. Si los estambres y el pistilo
pertenecen a la misma flor, la polinización es autógama; si pertenecen a flores distintas de un
árbol o de distintos árboles, es alógama.
En las distintas especies frutales lo más frecuente es la dicogamia; y aunque se den casos de
polinización anemófila (por el viento), lo normal es que la polinización sea entomófila (por los
insectos)
Las especies con polinización anemófila se caracterizan por una producción de flores y una
capacidad productora de polen muy elevadas.
En especies de polinización entomófila el polen es más pesado y viscoso que el de especies
anemófilas; esta polinización se puede controlar a través de la instalación de colmenas.
Las fases de la polinización son:
- transferencia del polen de las anteras al pistilo
- adhesión polen-estigma
- germinación del polen
- emisión del tubo polínico.
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Fruticultura
La fecundación.
Aunque fisiológicamente la fecundación es la fusión de las células reproductoras, los dos pasos
anteriores, germinación del polen y crecimiento del tubo polínico, son fases tan próximas a la
propia fecundación, que en muchos casos se pueden englobar en ella.
La germinación de polen se produce una vez que éste se ha fijado sobre el estigma. La
germinación de los granos de polen es inviable por bajo de 5ºC o por encima de 35ºC.
El crecimiento del tubo polínico, se produce a través del estilo, después de la germinación.
Los granos de polen transportados por el viento o los insectos a los estigmas germinan
emitiendo un tubo polínico; éste se desarrolla en el interior de los tejidos del estilo hasta llegar a
un óvulo y después al saco embrionario, en el interior del cual se produce la fecundación.
Período efectivo de polinización (PEP): se define como el tiempo en días en que el óvulo
permanece viable, menos el tiempo en días en que tarda el tubo polínico en alcanzarlos.
Longevidad del óvulo (LO): es el tiempo en el que el óvulo puede ser polinizado.
Receptibilidad del estigma (RE): es la característica que se hace necesarias para que el polen
sea compatible con el estigma.
La longevidad del óvulo, el crecimiento del tubo polínico y la receptibilidad del estigma están
controlados genéticamente y pueden ser manejados mediante técnicas del cultivo.
- estigma receptivo
Factores de los que depende el PEP - velocidad de crecimiento del tubo polínico
- longevidad del óvulo
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(1) Receptibilidad del estigma
(2) Período efectivo de polinización
(3) Crecimiento del tubo polínico
(4) Longevidad del óvulo.
Factores que influyen en la duración del PEP.
1. Causas genéticas: constituyen normalmente el grupo de peores efectos sobre la
fructificación y de más difícil corrección, hasta el punto de que normalmente ocasionan el
que las variedades se consideren de “buen polen” o “mal polen”, y en consecuencia el que
en la gran mayoría de las especies frutales sea imprescindible la polinización cruzada. La
composición genética de las variedades tradicionales suele ser diploide, en casi todas las
especies de clima templado; las variedades modernas casi siempre seleccionadas son
triploides, tetraploides y, hasta polipoides complejos. Esta composición influye en el
proceso meiótico, que parece más sencillo y factible en las variedades con número de
cromosoma par, que en aquellas que lo tiene impar. Ello permite, en principio, considerar
las variedades diploides de mejor auto-fertilidad que las triploides. Sin embargo, la
composición genética y el número de cromosomas, no solamente influyen en el proceso de
la meiosis. La viabilidad de los granos de polen, su porcentaje de germinación, la
degeneración de los óvulo, el desarrollo del tubo polínico, y aún otras fases de la
fecundación, están también reguladas genéticamente; y en ocasiones esta regulación no es
correcta, originándose con ello, casos específicos de auto-esterilidad total o parcial. Los
primeros hacen que las variedades que los padecen vayan desechándose, salvo casos
excepcionales; los segundos hacen obligatorio el cultivo con variedades polinizadoras o con
técnicas especiales.
2. Causas nutricionales: la influencia no sólo del estado nutricional, sino también del
equilibrio de la nutrición, es palpable en el proceso de la fecundación. La esterilidad
morfológica y fisiológica está originada por causas genéticas, y en muchos otros casos se
debe a un desequilibrio o carencia nutricional. La resistencia a causas climáticas puede
estar vinculada en muchas ocasiones al estado nutricional. Casi cualquier carencia muestra
algún efecto sobre floración y fecundación; los más marcados pueden considerarse los
producidos por carencia, aún momentáneos, de nitrógeno, de boro y de magnesio. Por otra
parte, dado que la evolución floral se produce a expensas de las reservas hidrocarbonadas,
cualquier disminución de éstas origina problemas en el proceso de la floración.
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3. Causas climáticas: constituyen el grupo de causas cuyos efectos se ponen de manifiesto
con más frecuencia a nivel práctico en las plantaciones frutales. En efecto, siendo la
floración, y todos los procesos parciales que durante ella se producen (maduración del
polen, germinación del mismo, crecimiento del tubo polínico, evolución de los óvulos,
fecundación, etc.), procesos tremendamente complejos, son particularmente sensibles a las
condiciones ambientales. De todos los factores climáticos, la temperatura es probablemente
el de incidencia más apreciable. Valores bajos de temperaturas pueden disminuir
sensiblemente el porcentaje de germinación de polen y hacer muy lento el crecimiento de
los tubos polínicos, con lo que las posibilidades de una buena fecundación disminuyen. De
la misma manera temperaturas altas, pueden acelerar el crecimiento y provocar la ruptura de
los tubos polínicos, inhibir la germinación del polen, acelerar la degeneración de los óvulos
y en definitiva malograr igualmente la fecundación. La lluvia es otro factor climático de
gran influencia en los procesos de polinización y fecundación:
- limitan el vuelo de los insectos y abejas, que no vuelan bajo lluvia
- arrastran los granos de polen al suelo, bien desde las anteras, o bien en la polinización
anemófila
- lavan estos mismos granos de polen de los estigmas, antes de la germinación.
El grado higrométrico ambiental también puede condicionar en forma importante el
resultado de la floración. una baja humedad relativa, unida a temperaturas altas, durante el
corto período de tiempo que dura la receptividad de los estigmas, puede provocar la
desecación de estos y evitar la adherencia de los granos de polen.
El viento puede igualmente incidir sobre el proceso de la fecundación. Vientos secos unidos
a altas temperaturas deshidratan los estigmas; y vientos no muy fuertes, pero de cierta
intensidad, pueden ocasionar daños mecánicos en las flores y, a veces, hasta su caída.
Esterilidad floral.
Es la incapacidad de la flor de producir fruto, es una anomalía en el proceso de fecundación y