[235] APUNTES PARA UNA CARACTERIZACIÓN SEMÁNTICA DE LOS CENTROS DE INTERÉS EN LOS ESTUDIOS DE DISPONIBILIDAD LÉXICA Marta Sánchez-SauS LaSerna Universidad de Cádiz 1. Introducción Los estudios de disponibilidad léxica cuentan ya con una cierta trayectoria tras de sí desde su nacimiento en Francia a mediados del siglo pasado, cuando los autores del Français Fondamental idearon una nueva metodología que perfeccionaba la selección del léxico básico de una lengua mediante la unión del vocabulario frecuente con su complementario: el léxico disponible, aquel que primero se viene a la mente de un hablante ante un tema de conversación determinado. El éxito de esta metodología de investigación del léxico lo demuestran las numerosas publicaciones sobre disponibilidad léxica que, a nivel internacio- nal y sobre diferentes lenguas, han ido apareciendo desde entonces. No obs- tante, es el español la lengua que mejor ha sabido aprovechar las ventajas de estos estudios, gracias, fundamentalmente, a la existencia de un proyecto co- mún a España e Hispanoamérica para la confección de un diccionario del léxi- co disponible de la gran mayoría de hablantes de nuestra lengua, el «Proyecto Panhispánico de Disponibilidad Léxica», al cual se han adherido numerosos investigadores. Sin embargo, para entender esta difusión es necesario tener en cuenta el amplio abanico de posibilidades de aplicación de los resultados obtenidos en estos estudios a un gran número de disciplinas lingüísticas. Estas abarcan el objetivo primordial que se plantearon los trabajos pioneros, que es también OD ¿QDOLGDG ~OWLPD GHO WUDEDMR TXH DTXt SUHVHQWDPRV HO SHUIHFFLRQDPLHQWR GH
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Apuntes para una caracterización semántica de los centros de interés en los estudios de disponibilidad léxica
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APUNTES PARA UNA CARACTERIZACIÓN SEMÁNTICA DE LOS CENTROS DE INTERÉS EN LOS ESTUDIOS DE
DISPONIBILIDAD LÉXICA
Marta Sánchez-SauS LaSerna
Universidad de Cádiz
1. IntroducciónLos estudios de disponibilidad léxica cuentan ya con una cierta trayectoria
tras de sí desde su nacimiento en Francia a mediados del siglo pasado, cuando los autores del Français Fondamental idearon una nueva metodología que perfeccionaba la selección del léxico básico de una lengua mediante la unión del vocabulario frecuente con su complementario: el léxico disponible, aquel que primero se viene a la mente de un hablante ante un tema de conversación determinado.
El éxito de esta metodología de investigación del léxico lo demuestran las numerosas publicaciones sobre disponibilidad léxica que, a nivel internacio-nal y sobre diferentes lenguas, han ido apareciendo desde entonces. No obs-tante, es el español la lengua que mejor ha sabido aprovechar las ventajas de estos estudios, gracias, fundamentalmente, a la existencia de un proyecto co-mún a España e Hispanoamérica para la confección de un diccionario del léxi-co disponible de la gran mayoría de hablantes de nuestra lengua, el «Proyecto Panhispánico de Disponibilidad Léxica», al cual se han adherido numerosos investigadores.
Sin embargo, para entender esta difusión es necesario tener en cuenta el amplio abanico de posibilidades de aplicación de los resultados obtenidos en estos estudios a un gran número de disciplinas lingüísticas. Estas abarcan el objetivo primordial que se plantearon los trabajos pioneros, que es también OD�¿QDOLGDG�~OWLPD�GHO�WUDEDMR�TXH�DTXt�SUHVHQWDPRV��HO�SHUIHFFLRQDPLHQWR�GH�
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la selección del léxico que han de aprender los estudiantes no nativos de una lengua, a partir de la determinación de las unidades que pertenecen al léxico básico y que, por tanto, deben ser enseñadas en los niveles inferiores.
Junto a la enseñanza de lenguas, disciplinas como la sociolingüística va-riacionista, la dialectología, la psicolingüística y la etnolingüística también pueden aprovecharse de los estudios de disponibilidad, lo que ha favorecido aún más su difusión.
Dentro de este vasto campo de posibilidades de enfoque y con una his-toria de la disciplina, aunque relativamente reciente, poblada de numerosos estudios, creemos que aún es posible presentar trabajos novedosos, que abran puertas a aspectos todavía no tratados con profundidad. En este sentido, la investigación que aquí presentamos estuvo planteada, desde el primer mo-PHQWR��KDFLD�OD�¿QDOLGDG�SULPLWLYD�GH�OD�GLVSRQLELOLGDG�Op[LFD��OD�TXH�WXYLHURQ�en mente los primeros investigadores franceses: el perfeccionamiento de la enseñanza del vocabulario a aquellos estudiantes que quieren aprender una lengua extranjera.(VWRV�FHQWURV�GH�LQWHUpV�WLHQHQ�XQD�RUJDQL]DFLyQ�LQWHUQD�TXH�SXHGH�GH¿QLU-
2. Nacimiento de la disciplinaA mediados del siglo xx, cuando desde hacía algunas décadas existía inte-
rés, a nivel internacional e incluso impulsado desde las instituciones educa-tivas, por determinar los vocabularios básicos de las lenguas, se da comien-zo en Francia al proyecto que debía dar lugar al )UDQoDLV�)RQGDPHQWDO2, que reuniría los conocimientos básicos de gramática y vocabulario para un
1 E. Coseriu, 3ULQFLSLRV�GH�VHPiQWLFD�HVWUXFWXUDO, Madrid, Gredos, 1977, pág. 169.2 G. Gougenheim, R. Michéa, P. Rivenc, y A. Sauvageot, /¶pODERUDWLRQ� GX� )UDQoDLV�
eOpPHQWDLUH��I�'HJUp�.�eWXGH�VXU�O¶pWDEOLVVHPHQW�G¶XQ�YRFDEXODLUH�HW�G¶XQH�JUDPPDLUH�GH�EDVH, París, Didier, 1956. Posteriormente fue reeditado con un nombre diferente: G. Gougenheim, R. Michéa, P. Rivenc, y A. Sauvageot, /¶pODERUDWLRQ�GX�)UDQoDLV�)RQGDPHQWDO� �,�'HJUp�.�eWXGH�VXU�O¶pWDEOLVVHPHQW�G¶XQ�YRFDEXODLUH�HW�G¶XQH�JUDPPDLUH�GH�EDVH, París, Didier, 1964.
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estudiante no nativo de francés en sus primeras etapas. Aquellos vocabularios estaban basados únicamente en la frecuencia con que las palabras aparecían en corpus realizados, normalmente, a partir de textos escritos sobre diversos temas. Los autores del )UDQoDLV )RQGDPHQWDO, a quienes se les había encar-gado la elaboración de un material básico de aprendizaje del vocabulario y la gramática del francés para estudiantes no nativos, percibieron los dos grandes problemas de este método, esto es, la frecuente inadecuación de la selección de los textos para el corpus, del que se excluía la lengua hablada, lo cual po-día conllevar la exclusión de palabras fundamentales para la comunicación cotidiana, y, desde el punto de vista de las categorías lingüísticas, la exigua presencia de sustantivos concretos, aquellos que, precisamente, designan los objetos que nos rodean. Por esta razón, Michéa, Gougenheim y sus compa-ñeros decidieron completar este método, basado en la frecuencia y empleado tradicionalmente para la confección de diccionarios básicos, incluyendo, por un lado, encuestas orales dentro del corpus y, por otro, completando las listas de vocabulario frecuente con el que denominaron Op[LFR�GLVSRQLEOH, extraído mediante encuestas de tipo asociativo a partir de unos estímulos o FHQWURV�GH�LQWHUpV. El vocabulario extraído de este modo se componía fundamentalmente de sustantivos, los cuales se jerarquizaban no solo teniendo en cuenta su fre-cuencia, sino también el UDQJR, es decir, el lugar de aparición del término en cuestión dentro de cada encuesta.
Esta nueva metodología no estuvo exenta de críticas, las cuales se centra-ron, por un lado, en la subjetividad de la selección de los centros de interés —FULWLFD�TXH�D~Q�VH�PDQWLHQH�\�TXH�VLJXH�VLHQGR�XQR�GH�ORV�SXQWRV�PiV�FRQÀLF-tivos de los estudios de léxico disponible, aunque en nuestro caso procuramos acercarnos lo más posible a una selección de centros objetivamente adecuada a la muestra con la que trabajamos— y, por otro, en la falta de contexto de las palabras recogidas y, por tanto, en la ausencia de descripción de su sintagmá-tica, tan importante a la hora de enseñar una lengua extranjera.
A pesar de ello, las ventajas de contar con un método de extracción de —fundamentalmente— los sustantivos más básicos de una lengua y las nu-merosas posibilidades de aplicación que supone el disponer una base de datos de este tipo, tanto para la simple descripción de un estado de lengua concreto, como para su comparación con otros —sincrónicamente y desde la variación, sobre todo diatópica—, para el estudio de los procesos de producción léxica y, retomando el objetivo originario, el perfeccionamiento de los métodos de en-señanza del vocabulario tanto de la lengua materna como una lengua extran-jera, hicieron que los estudios de disponibilidad léxica tuvieran un gran segui-PLHQWR��(Q�HVWH�DVSHFWR��OD�¿JXUD�GH�+XPEHUWR�/ySH]�0RUDOHV�HV�IXQGDPHQ-tal, pues fue él quien promovió, con la creación del «Proyecto Panhispánico GH�'LVSRQLELOLGDG�/p[LFDª��OD�HODERUDFLyQ�GH�XQD�JUDQ�EDVH�GH�GDWRV�GH�Op[LFR�GLVSRQLEOH�GHO�HVSDxRO�GH�(VSDxD�\�GH�+LVSDQRDPpULFD��SUR\HFWR�DO�TXH�VH�acoge la gran mayoría de estudios que han aparecido hasta el momento y cu-yos criterios, además, se han adaptado incluso en trabajos que no pertenecen
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a él, como los que se han publicado hasta el momento relacionados con el español como lengua extranjera.
3. Cuestiones metodológicas. Muestra, variables y centros de interés em- pleados en la investigación sobre el léxico disponible de estudian- tes de español como lengua extranjera
La población estudiada es la de los estudiantes de español como lengua extranjera de las universidades andaluzas, de la cual se ha extraído una mues-tra de 322�LQGLYLGXRV��HVWUDWL¿FDGRV�HQ�IXQFLyQ�GH�FLQFR�YDULDEOHV��HO�VH[R��HO�nivel de español (a, b y c, a partir de los niveles del Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas o mcer3, aunque reduciendo los seis que el Marco propone — a1, a2, b1, b2, c1 y c2— a tres), las lenguas maternas (hemos WUDEDMDGR�FRQ� VHLV�� DOHPiQ��¿QpV�� IUDQFpV�� LQJOpV�� LWDOLDQR�\�SRODFR��� OD� IUH-cuencia con que hacen uso del español (alta, media y baja) y el conocimiento que tienen de otras lenguas extranjeras románicas, variable esta que solo es aplicable a los informantes que no tengan ya una lengua románica como len-gua materna (contemplamos tres posibilidades: que no conozcan ninguna otra lengua extranjera; que conozcan otra u otras, pero ninguna sea románica, y que conozcan otras lenguas románicas).
3 Ministerio de Educación, Cultura y Deporte / Subdirección General de Cooperación Internacional / Consejo de Europa / Instituto Cervantes, 0DUFR�FRP~Q�HXURSHR�GH�HQVHxDQ]D�SDUD�ODV�OHQJXDV��DSUHQGL]DMH��HQVHxDQ]D��HYDOXDFLyQ, Madrid, Anaya, 2002.
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palabras que tengan relación con el centro de interés que corresponda, aunque sea indirecta, pues el objetivo de nuestra investigación es observar cuál es el vocabulario que conocen estos estudiantes y no la determinación de las unida-des que pueden formar parte de los centros en un sentido estricto.
4. Fundamentos semánticos de los centros de interésUna parte fundamental de la investigación que llevamos a cabo, y en la que
nos centramos en este artículo, es el estudio de los fundamentos semánticos de los centros de interés de la disponibilidad léxica. Para ello, nos centramos en el estudio de las conexiones más frecuentes que se dan entre palabras en el in-terior de los centros de interés, a partir de la propuesta de Casas4 sobre la dife-renciación entre UHODFLRQHV Op[LFDV y UHODFLRQHV «VLJQL¿FDWLYDVª��(QWHQGHPRV�las UHODFLRQHV�VHPiQWLFDV de una manera más restringida a como se ha venido haciendo tradicionalmente, como «aquellas conexiones genuinamente signi-¿FDWLYDV�GHVGH�XQD�YLVLyQ�HVWULFWDPHQWH� OLQJ�tVWLFD��TXH�VH�HVWDEOHFHQ�HQWUH�VLJQL¿FDGRV�GH�VLJQRVª5��(VWDV�SXHGHQ�GDUVH�HQ�FXDOTXLHU�QLYHO�VLJQL¿FDWLYR�de análisis lingüístico, ya sea en el oracional, el suboracional, el léxico o el morfológico. Las UHODFLRQHV� Op[LFDV, en este sentido, hacen referencia a las FRQH[LRQHV�TXH�VH�HVWDEOHFHQ�HQ�HVWH�QLYHO�GH�DQiOLVLV�GHVGH�HO�VLJQL¿FDGR�\�TXH�VH�EDVDQ�HQ�OD�RSRVLFLyQ�HQWUH�VLJQL¿FDGRV�Op[LFRV�$Vt�SXHV��ODV�UHODFLRQHV�Op[LFDV�QR�ODV�FRQ¿JXUDQ�FXDOTXLHU�FRQH[LyQ�HQWUH�
palabras, sino que han de cumplir una serie de requisitos muy determinados:
Si por relación léxica concebimos sólo las conexiones que en el sis-WHPD�GH� OD� OHQJXD�FRQWUDHQ� ORV� VLJQL¿FDGRV�GH� ORV� VLJQRV��KHPRV�GH�concluir que ni la polisemia ni la homonimia constituyen relaciones se-PiQWLFDV��GDGR�TXH�OR�VHUtDQ�~QLFDPHQWH�GHVGH�OD�ySWLFD�GHO�VLJQL¿FDQ-te, pudiendo ser estudiadas con independencia del plano del contenido. Con tales presupuestos teóricos, las mencionadas relaciones léxicas quedan reducidas, por tanto, a aquellos fenómenos paradigmáticos que SXHGHQ�GHVFULELUVH�VRODPHQWH�GHVGH�HO�SXQWR�GH�YLVWD�GHO�VLJQL¿FDGR��como son la sinonimia, la hiperonimia-hiponimia y los diferentes sub-tipos de relaciones antonímicas6.
A diferencia de las relaciones semánticas, las UHODFLRQHV «VLJQL¿FDWLYDVª��así denominadas desde una perspectiva estrictamente semiótica, contemplan todo tipo de vínculos basados en el contenido en cualquier nivel de análi-sis lingüístico, desde el morfema hasta el texto, y pueden entablarse bien
4 M. Casas Gómez, «Relaciones “significativas”, relaciones semánticas y relaciones Op[LFDVª�� /LQJ�tVWLFD� (VSDxROD� $FWXDO, xxvii, 2005, págs. 5-31, y «Problemas y criterios OLQJ�tVWLFRV� VXE\DFHQWHV� D� XQD� WLSRORJtD� GH� UHODFLRQHV� HQ� VHPiQWLFDª��/RUHQ]R�+HUYiV, 20 [número extraordinario], 2011, págs. 63-108.
5 M. Casas Gómez, «Relaciones “significativas”, relaciones semánticas y relaciones Op[LFDVª� pág. 20.
6 M. Casas Gómez, /DV�UHODFLRQHV�Op[LFDV, Tubinga, Max Niemeyer, 1999, pág. 200.
Esta perspectiva es el fundamento de los denominados FDPSRV�VHPDVLROy-JLFRV y FDPSRV�RQRPDVLROyJLFRV7. En el primero, en el campo semasiológico GH�OD�SROLVHPLD��VH�KDQ�PH]FODGR�WUDGLFLRQDOPHQWH�WRGD�FODVH�GH�VLJQL¿FDFLR-QHV��GHVGH�DXWpQWLFRV�VLJQL¿FDGRV� OLQJ�tVWLFRV�KDVWD� WRGR� WLSR�GH�XVRV�HQFL-clopédicos, conceptuales y referenciales, es decir, todo aquello que ha cabido EDMR�HO�FRQFHSWR�OH[LFRJUi¿FR�GH�DFHSFLyQ, tal y como muestra el ejemplo que propone Baldinger8�FRQ�ORV�GLVWLQWRV�VLJQL¿FDGRV�DVRFLDGRV�DO�VLJQL¿FDQWH�co-URQD, es decir, ‘corona’ propiamente y también ‘aureola’, ‘tonsura’, ‘moneda’, etc. El campo onomasiológico, por su parte, integraba, junto a unidades fun-cionales, múltiples designaciones de todo tipo: metafórico, metonímico, si-necdóquico, antifrástico, parafrástico, terminológico, etc., de carácter, en mu-chas ocasiones, afectivo y de creación popular, como ocurre con los nombre de ‘diablo’ en español o las numerosas designaciones que recoge Baldinger9 para el concepto ‘cabeza’.
7 Sobre estos FDPSRV y su relación con el uso de los términos VLJQLILFDFLyQ y GHVLJQDFLyQ como procesos inversos que nos llevan de una forma léxica a un concepto, y viceversa, y, por tanto, la concepción de VHPDVLRORJtD y RQRPDVLRORJtD como campos de VLJQLILFDFLRQHV y campos de GHVLJQDFLRQHV, respectivamente, cf. K. Baldinger, 7HRUtD� VHPiQWLFD�� +DFLD�XQD�VHPiQWLFD�PRGHUQD, Madrid, Ediciones Alcalá, 1970, págs. 35-36 y 115-119; S. Gutiérrez Ordóñez, /LQJ�tVWLFD�\�VHPiQWLFD��DSUR[LPDFLyQ�IXQFLRQDO, Universidad de Oviedo, Oviedo, págs. 195-198, y M. Casas Gómez, «Relaciones “significativas”, relaciones semánticas y rela-FLRQHV�Op[LFDVª��art. cit., págs. 11-16.
8 K. Baldinger, RS��FLW��págs. 35-36.9 K. Baldinger, «'HVLJQDFLRQHV� GH� OD� µFDEH]D¶� HQ� OD� $PpULFD� HVSDxRODª�� $QXDULR� GH�
gen, en primer lugar, toda la diversidad de conexiones que se producen en la realidad designada, a través de innumerables usos estilísticos, fundamental-mente de carácter metafórico (por similitud referencial, no semántica), meto-nímico (por contigüidad referencial), antifrástico (por contraste referencial) o sinecdóquico o meronímico (por inclusión real). Se trata de vínculos como los que se establecen entre FDEH]D�y PHOyQ, que es una metáfora basada en se-mejanzas que se dan en los objetos, o entre iUERO y ÀRU, SOD\D y KRWHO, SXHUWD y ELVDJUD, VXHOR y SDUHG, que se deben a contigüidad referencial y, por tanto, se relacionan por metonimia, la cual está muy vinculada con la meronimia o sinécdoque, fundamentada en la inclusión real, la cual se observa en FDVD y KDELWDFLyQ, FRFKH y YRODQWH, FRFLQD y KRUQR, JXLWDUUD y FXHUGD, FDUD y RMR, ELFLFOHWD y PDQLOODU. Por su parte, ejemplos como las conexiones entre SURIH-VRU y HVFXHOD o DOFDOGH y D\XQWDPLHQWR pueden interpretarse como metonimia o como meronimia, es decir, como contigüidad o exclusión, lo cual demuestra la cercanía entre ambos conceptos11. Estos fenómenos, que son de una impor-tancia primordial para entender cómo funcionan los centros de interés que emplean los estudios de disponibilidad léxica, así como para comprobar el nivel de coherencia semántica, deben ser diferenciados cuidadosamente de las auténticas relaciones semánticas, fundamentadas en el contenido lingüístico.
En segundo lugar, entran en esta categoría todas aquellas relaciones de tipo asociativo debidas a experiencias psicológicas personales o sociales de los hablantes, como las que recogen los distintos modelos de FDPSRV desarrolla-dos en la semántica asociativa, esto es, los FDPSRV�DVRFLDWLYRV de Bally12,�los
10 M. Casas Gómez, «Relaciones “significativas”, relaciones semánticas y relaciones Op[LFDVª��art. cit., pág. 16.
11 Esos fenómenos asociativos, clasificados tradicionalmente a partir de términos de la estilística, han sido identificados en numerosas ocasiones a lo largo de la historia de la se-mántica como motivaciones del cambio semántico. Recordemos, por ejemplo, la clasifica-ción de Ullmann (7KH�3ULQFLSOHV�RI�6HPDQWLFV, Jackson, Son & Company, Glasgow, 19572, págs. 199-249) de los cambios debidos a motivaciones lingüísticas, en los que contempla la PHWiIRUD (cambio basado en la similitud de los sentidos), la PHWRQLPLD (cambio basado en la contigüidad de los sentidos), la HWLPRORJtD SRSXODU (cambio basado en la similitud de los nombres) y la HOLSVLV (cambio basado en la contigüidad de los nombres).
sario incluir todas aquellas relaciones de carácter terminológico. En el dominio GH�ODV�WHUPLQRORJtDV�OR�GHVLJQDGR�HV�DQWHULRU�D�OD�VLJQL¿FDFLyQ�FRQFHSWXDO��\D�que la cosa designada existe antes que el término, que se crea precisamente SDUD�GHVLJQDU�HVD�UHDOLGDG��GH�PDQHUD�TXH�ODV�WHUPLQRORJtDV�VH�GH¿QHQ�D�SDUWLU�de los objetos delimitados objetivamente, por lo que, como señalaba ya Coseriu al establecer los límites de la lexemática, las terminologías quedan fuera del HVWXGLR�IXQFLRQDO�GHO�VLJQL¿FDGR�\�VH�LQWHJUDQ�HQ�XQD�OLQJ�tVWLFD�GH�ODV�FRVDV�
Así pues, en la propuesta que hace Casas18 para la tipología de relaciones en semántica, y que nosotros seguimos para la descripción de las relaciones entre los elementos pertenecientes al léxico disponible,
se distingue básicamente entre una dimensión semiótica constituida por las genéricas UHODFLRQHV�«VLJQL¿FDWLYDVª��TXH��DO�LQFRUSRUDU�WRGR�WLSR�GH�valores sustanciales del contenido, pueden subdividirse en OLQJ�tVWLFDV �UHODFLRQHV�HQWUH�VLJQL¿FDQWHV��UHODFLRQHV�ELGLUHFFLRQDOHV�HQWUH�VLJQL¿-FDQWHV�\�VLJQL¿FDGRV��UHODFLRQHV�HQWUH�VLJQRV�R�UHODFLRQHV�HQWUH�XQ�VLJQR�\�XQ�VLJQL¿FDGR�GH�RWUR�VLJQR��\�GHVLJQDWLYDV (relaciones asociativas, relaciones estilísticas de similitud, contigüidad, contraste o carácter
13 G. Matoré, /H�YRFDEXODLUH�HW� OD� VRFLpWp� VRXV�/RXLV�3KLOLSSH, Ginebra-Lille, Slatkine Reprints, 1951, y G. Matoré, /D�PpWKRGH�HQ�OH[LFRORJLH��'RPDLQH�IUDQoDLV, París, Didier, 1953.
14 P. Guiraud, /D�VpPDQWLTXH, París, Presses Universitaires de France, 1955, y P. Guiraud, «/HV� FKDPSV� PRUSKRVpPDQWLTXHV� �&ULWqUHV� H[WHUQHV� HW� FULWqUHV� LQWHUQHV� HQ� pW\PRORJLH�ª��%XOOHWLQ�GH�OD�6RFLpWp�GH�/LQJXLVWLTXH�GH�3DULV, 52, 1956, págs. 265-288.
15 J. A. de Molina Redondo, ,QWURGXFFLyQ�DO� HVWXGLR�GHO� Op[LFR�DQGDOX].� �/D�FDVD.�/DV�IDHQDV�GRPpVWLFDV�, Universidad de Granada, 1971.
16 Cf. C. Varo Varo, /D�DQWRQLPLD�Op[LFD.�&ULWHULRV�SDUD�XQD�FDUDFWHUL]DFLyQ�WLSROyJLFD�GH�ORV�DQWyQLPRV (tesis doctoral), Universidad de Cádiz, 2002, págs. 69-70 y esp. 394.
17 C. Varo Varo, /D�DQWRQLPLD�Op[LFD, Madrid, Arco / Libros, 2007, pág. 140.18 M. Casas Gómez, arts. cits.
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meronímico, relaciones de contraposición de carácter cultural y expe-riencial o relaciones lógico-referenciales de naturaleza terminológica), \� DTXHOODV� RWUDV�� JHQXLQDPHQWH� VLJQL¿FDWLYDV�� TXH� SDUWHQ� ~QLFDPHQWH�del contenido, no de la expresión o de la expresión y el contenido a la YH]��\�HVWDEOHFHQ�FRQH[LRQHV�VyOR�HQWUH�VLJQL¿FDGRV�GH�VLJQRV��ODV�FXD-les conforman las auténticas UHODFLRQHV�VHPiQWLFDV, y que, de acuerdo con la clase de unidades lingüísticas que entren en funcionamiento y el nivel lingüístico en el que operen, pueden denominarse, respectivamen-te, UHODFLRQHV�PRUIROyJLFDV,� UHODFLRQHV� Op[LFDV,� UHODFLRQHV�VXERUDFLR-QDOHV,�UHODFLRQHV�RUDFLRQDOHV�\�UHODFLRQHV�WH[WXDOHV19.
La distinción llevada a cabo entre relaciones léxicas y relaciones «signi-¿FDWLYDVª�UHVXOWD�GH�JUDQ�LPSRUWDQFLD�SDUD�HO�HVWXGLR�GH�ODV�FRQH[LRQHV�TXH�se establecen más frecuentemente entre las palabras que conforman el léxico disponible. Los centros de interés no son HVWUXFWXUDV léxicas basadas en opo-VLFLRQHV�SDUDGLJPiWLFDV�HQWUH�ORV�VLJQL¿FDGRV�GH�VXV�PLHPEURV��VLQR�TXH�VH�fundamentan en relaciones de tipo DVRFLDWLYR y, como tales, vinculadas muy estrechamente a la realidad y a la experiencia de los informantes.
19 M. Casas Gómez, «Problemas y criterios lingüísticos subyacentes a una tipología de UHODFLRQHV�HQ�VHPiQWLFDª��DUW��FLW���pág. 97.
20 Adaptado de M. Casas Gómez, «Problemas y criterios lingüísticos subyacentes a una WLSRORJtD�GH�UHODFLRQHV�HQ�VHPiQWLFDª��DUW��FLW���SiJ��102.
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Esto es cierto para los centros de interés tomados en su totalidad, teniendo en cuenta todas y cada una de las unidades léxicas que se han actualizado a partir de sus enunciados. Ahora bien, este hecho no impide que en su interior puedan reconocerse organizaciones de menor entidad que puedan llegar a es-tar estructuradas o, al menos, que funcionen a partir de vínculos designativos más restringidos que el amplio sentido de la DVRFLDFLyQ. Con la ayuda de 'LVSR*UDIR21, programa que detecta la frecuencia con que dos palabras de un centro de interés aparecen unidas, nos proponemos estudiar qué tipo de relaciones son estas y, por tanto, sobre qué vínculos entre palabras están orga-nizados los centros.
El programa que hemos utilizado para analizar la frecuencia de las rela-ciones en el léxico disponible, 'LVSR*UDIR, fue desarrollado por el equipo de Max Echeverría, en la Universidad de Concepción (Chile)22. El diseño de 'LVSR*UDIR tenía el objetivo de representar las relaciones que se establecen entre las palabras disponibles de cada centro de interés mediante JUDIRV, esto es, esquemas de representación de estas relaciones. El programa calcula cuán-tas veces aparecen dos palabras unidas dentro de la base de datos que se le proporciona y, a partir de ellos, determina QRGRV, formados por las palabras, que se unen a las que suelen precederlas o seguirlas mediante DULVWDV, cuya longitud depende de la frecuencia de estas relaciones.
El algoritmo empleado parte de las palabras que escriben los informantes HQ�FDGD�FHQWUR�GH�LQWHUpV��8QD�YH]�¿OWUDGRV�ORV�GDWRV�GH�HQWUDGD�²HQ�IXQFLyQ�del centro de interés del que se trate y de las variables que se quieran tener HQ�FXHQWD��GH�HQWUH�ODV�TXH�VH�KDQ�HPSOHDGR�SDUD�HVWUDWL¿FDU�OD�PXHVWUD�²��HO�programa lee las palabras del primer informante. A continuación crea un nodo con la primera palabra y, sucesivamente, tantos nodos como palabras distintas encuentre, así como aristas que unen cada nuevo nodo con el anterior. Estas aristas tendrán un SHVR 1, pues en este primer informante las palabras no pue-den aparecer repetidas. A continuación, con el resto de entradas proporciona-das por los otros informantes, se añaden nodos nuevos con aquellas palabras que no han aparecido antes y aristas nuevas con las nuevas relaciones entre palabras, además de añadirse peso a aquellas aristas que establezcan relacio-nes que ya se habían dado, de manera que acaba dibujándose un «mapa” de las relaciones entre las palabras, con mayor cercanía entre los nodos que más frecuentemente entran en contacto directo. El hecho de que no se tengan en cuenta más que las relaciones directas, de estricta sucesión, es tal vez la mayor
21 Cf. M. S. Echeverría, R. Vargas, P. Urzúa y R. Ferreira, «'LVSR*UDIR: una nueva her-UDPLHQWD�FRPSXWDFLRQDO�SDUD�HO� DQiOLVLV�GH� UHODFLRQHV� VHPiQWLFDV�HQ�HO� Op[LFR�GLVSRQLEOHª��5HYLVWD�GH�/LQJ�tVWLFD�7HyULFD�\�$SOLFDGD, 46, 1, 2008, págs. 81-91.
22 Cf. R. A. Ferreira Campos, 'LVSRQLELOLGDG�Op[LFD�HQ�LQJOpV�FRPR�OHQJXD�PDWHUQD�H�LQ-JOpV�FRPR�OHQJXD�H[WUDQMHUD.�(VWXGLR�GHO�Op[LFR�GLVSRQLEOH�GHVGH�XQ�HQIRTXH�SVLFROLQJ�tVWLFR (tesis de magíster inédita), Universidad de Concepción, Concepción, 2008; M. S. Echeverría, R. Vargas, P. Urzúa y R. A. Ferreira, art. cit., y R. A. Ferreira y M. S. Echeverría, «Redes semán-ticas en el léxico disponible de inglés l1 e inglés leª��2QRPi]HLQ, 21, 2010-2011, págs. 133-153.
en nuestra muestra, hemos seleccionado una parte de ella, concretamente las cincuenta encuestas en las que los informantes han sido más productivos, de manera que los índices de frecuencia de las relaciones fueran lo más elevados posible. En ellas se han incluido informantes de todas las lenguas que reco-gemos en el estudio y de los dos sexos, aunque únicamente de los niveles B y C, los más productivos. Con la ayuda de 'LVSR*UDIR se han extraído, centro por centro, las relaciones más asiduas, poniendo como límite aquellas que se produjeran al menos en tres ocasiones en el total de las cincuenta encues-tas. Consideramos que este límite es bajo y quizá demasiado permisivo, pero ciertos centros de interés están tan poco cohesionados que son muy pocas las parejas de palabras que cuentan con un peso mayor.
5. Análisis de las relaciones léxicas y «VLJQL¿FDWLYDVª�HQ�ORV�FHQWURV�GH�LQWHUpV5.1. Centro de interés «la ropa»
La mayor parte de los nodos los forman elementos léxicos pertenecientes al campo de las prendas de vestir, por lo que se trataría de cohipónimos de ese hiperónimo (FDPLVHWD��FDPLVD��YDTXHUR��SDQWDOyQ��MHUVH\��]DSDWR��FDOFHWtQ��]DSDWLOOD��IDOGD��FKDTXHWD� etc.). Este centro se organiza fundamentalmente a SDUWLU� GH� HVWUXFWXUDV� SDUDGLJPiWLFDV� SDUFLDOHV� \� GH� UHODFLRQHV� VLJQL¿FDWLYDV�OLQJ�tVWLFDV�TXH�YLQFXODQ�VLJQL¿FDGR�\�VLJQL¿FDQWH��FRPR�PXHVWUD�OD�UHODFLyQ�más frecuente, FDPLVD-FDPLVHWD, donde el segundo sustantivo es un derivado GHO�SULPHUR�SRU�VX¿MDFLyQ�DSUHFLDWLYD�PHGLDQWH�HO�VX¿MR�GLPLQXWLYR��HWD, al igual que en ]DSDWR-]DSDWLOOD23, donde el diminutivo es -LOOD. Este mismo tipo GH�UHODFLyQ�VLJQL¿FDWLYD�VH�GD�HQ�IDOGD-PLQLIDOGD, donde la derivación es por SUH¿MDFLyQ�PHGLDQWH�HO�SUH¿MR�DGMHWLYDO�PLQL-, y en SDQWDOyQ-SDQWDOyQ�FRUWR y JDIDV-JDIDV�GH�VRO, donde el primer elemento es el núcleo del compuesto sin-WDJPiWLFR�VHJXQGR��HQ�HO�SULPHU�FDVR�VH�OH�KD�DxDGLGR�XQ�DGMHWLYR�FDOL¿FDWLYR��formando un compuesto sintagmático binominal nombre + adjetivo, y en el segundo, un sintagma preposicional introducido por GH, con función igual-PHQWH�FDOL¿FDWLYD��GDQGR�OXJDU�D�XQ�FRPSXHVWR�VLQWDJPiWLFR�SUHSRVLFLRQDO�
Tanto JRUUR-EXIDQGD como IDOGD�PLQLIDOGD y IDOGD�YHVWLGR forman estructu-ras léxicas parciales: por un lado, prendas típicamente invernales, por otro, pren-das femeninas, por lo que la relación entre esos elementos es de cohiponimia.
23 En la clasificación que realiza Coseriu, RS��FLW�, pág. 137, de las estructuras paradig-de las estructuras paradig-máticas secundarias, tanto FDPLVHWD como ]DSDWLOOD�serían casos de PRGLILFDFLyQ�o GHULYDFLyQ�KRPRJpQHD, una «GHWHUPLQDFLyQ�FRPSOHPHQWDULD�GH�XQ�OH[HPD�HQWHURª��HQ�OD�TXH�HO�HOHPHQWR�resultante se ha lexicalizado en la lengua y ha adquirido un significado distinto del diminu-tivo original.
Por último, ciertas conexiones pueden deberse a relaciones entre los sig-QL¿FDQWHV�GH�WLSR�SDURQtPLFR�� IDOGD y EXIDQGD� WLHQHQ�OD�VX¿FLHQWH�VLPLOLWXG�fonética como para poder aventurar tal vínculo.
24 El caso de DVHR es el de una elipsis originada en combinatoria léxica a partir de FXDUWR�GH�DVHR, del mismo modo que ocurre con EDxR y FXDUWR�GH�EDxR. Sin embargo, creemos que el empleo de DVHR está generalizado y su origen elíptico (a partir de FXDUWR�GH�DVHR) no es tan claro como en el caso de EDxR. Por ello, hemos mantenido la forma sin hacer referencia a su significante íntegro original. Esta misma lexicalización de la forma elidida es la que nos impide analizar la relación entre DVHR y FXDUWR�GH�EDxR como una relación «VLJQLILFDWLYDª�lingüística por semejanza de significantes, puesto que el elemento elidido en DVHR no está ya tan presente en la mente de los hablantes.
25 El drae recoge, en su 22� edición, las siguientes acepciones lexicográficas de QHYHUD: 1) ‘sitio en que se guarda o conserva nieve’, 2) ‘frigorífico (aparato electrodoméstico para conservar alimentos)’, 3) ‘frigorífico portátil’, 4) ‘pieza o habitación demasiado fría’ y 5), con la marca de desusado, ‘vendedora de nieve’.
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Por último, como integrantes del campo de los cubiertos, la relación más frecuente se establece entre FXFKLOOR y WHQHGRU, cuyo vínculo semántico es de tipo semántico léxico, en tanto que hipónimos del hiperónimo FXELHUWR.�
(O�FDPSR�GH�ORV�PHGLRV�GH�WUDQVSRUWH�VH�FRQ¿JXUD��HQ�HVWH�FDVR��HQ�WRUQR�a DYLyQ, la palabra más disponible de este centro, y forma, a la vez, una suce-sión entre aquellos que, en el centro que dedicamos a este campo, se revelaron como más disponibles: DXWRE~V�WUHQ�FRFKH. De DYLyQ parte, asimismo, EDUFR y el verbo que se le asocia, mediante relación designativa de contigüidad, YRODU. Los antónimos complementarios LGD�YXHOWD están relacionados también con los medios de transporte, aunque en las respuestas de los informantes no VH�KD�YLVWR�UHÀHMDGR��TXHGDQGR�DLVODGRV�HQ�HO�JUDIR�
Así pues, aunque al contemplar la totalidad de elementos que componen los centros el único vínculo que explica la presencia de todos los elementos presentes en ellos sea la de la asociación mental en sentido laxo —pues, en de-¿QLWLYD��FXDOTXLHU�WLSR�GH�UHODFLyQ�HQWUH�SDODEUDV�HV�XQD�UHODFLyQ�DVRFLDWLYD�HQ�la mente del hablante—, es posible establecer sistemas e incluso estructuras parciales entre algunos de los elementos más disponibles, los cuales, además, ayudan al esclarecimiento de la naturaleza interna de los centros.
En resumen, los centros de interés se comportan de manera muy diferente los unos de los otros. Ciertamente, al contemplar la totalidad de elementos que componen los centros, los vínculos que los conectan a todos solo pueden ser de tipo asociativo, a partir del conocimiento y la experiencia del mundo de los informantes. Sin embargo, es posible establecer sistemas e incluso estructuras menores entre algunos de los elementos más disponibles. De este modo, la relación «VLJQL¿FDWLYDª�PiV�VREUHVDOLHQWH�\�TXH�HQ�PXFKRV�FDVRV�YLQFXOD�D�las unidades léxicas es la designativa por contigüidad, pero existen también numerosos casos de relaciones léxicas, fundamentalmente de hiperonimia-hiponimia, aunque también de antonimia y parasinonimia.
De este modo, no es posible solucionar la cuestión de la descripción semán-tica de los centros de interés recurriendo simplemente a las relaciones asocia-tivas, pues esto es cierto únicamente si se pretende conectar todas las palabras disponibles entre sí. Si restringimos el análisis a las unidades más disponibles, la variedad de relaciones, léxicas y «designativasª, revela una complejidad mucho mayor y aporta un elemento más capaz de establecer diferencias entre los distintos centros.
4. ConclusionesEl objetivo de estas páginas ha sido, como señalamos en un principio, in-
sistir en que los centros de interés que emplea la metodología de la disponi-bilidad léxica no son simplemente campos asociativos, a la manera en que se
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GH¿QHQ�ODV�FRQ¿JXUDFLRQHV�DVRFLDWLYDV, formadas por vínculos entre las cosas designadas o en función de la experiencia que el hablante tiene del mundo, o que, al menos, no son solo tales, ya que en su interior también se establecen YtQFXORV�GH�WLSR�VHPiQWLFR��EDVDGRV�HQ�HO�VLJQL¿FDGR�GH�ODV�SDODEUDV��(O�KHFKR�de que en unos centros la presencia de relaciones de tipo lingüístico y fun-damentalmente léxico sea mayoritaria frente a otros, organizados más bien a partir de vínculos extralingüísticos designativos, en los que las relaciones léxi-cas son puramente testimoniales, debe tenerse en cuenta en una posible cla-VL¿FDFLyQ�GH�ORV�FHQWURV�GH�LQWHUpV��<�PiV�D~Q��FUHHPRV�TXH�WDO�GLVWLQFLyQ�QR�debería ser únicamente teórica, sino que debería aplicarse en dos direcciones: la primera, hacia el esclarecimiento de la organización de las redes semánticas en el lexicón mental y, en segundo lugar, hacia el perfeccionamiento de los métodos de enseñanza del vocabulario, objetivo este, por cierto, al que se ha hecho referencia en numerosísimas ocasiones como una de las aplicaciones más importantes de los estudios de léxico disponible.