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AO DE LA FE
"Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada,
vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto con el que se
cree, es un compromiso que todo creyente debe de hacer
propio, sobre todo en este Ao".
Carta Apostlica Porta Fidei, Benedicto XVI.
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INDICE 1 Carta de Cardenal Jorge Mario Bergoglio al inicio del
ao
de la fe Pag. 3
2 Introduccin. Pag. 9 3 Creo que Dios es Padre y es
todopoderoso, creador del
cielo y de la tierra. Pag. 16
4 Creo en Jess, su nico Hijo, Nuestro Seor Pag. 19 5 Creo que
Jess fue concebido por obra y gracia del
Espritu Santo y que naci de Santa Mara Virgen Pag. 27
6 Creo que Jesucristo padeci bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado
Pag. 34
6 Creo que descendi a los infiernos y al tercer da resucit de
entre los muertos
Pag. 39
8 9
Creo que subi a los cielos y que est sentado a la derecha de
Dios Padre todopoderoso. Creo que desde ah ha de venir a juzgar a
vivos y a muertos.
Pag. 44 Pag. 47
1o Creo en el Espritu Santo Pag. 51 11 Creo en la Santa Iglesia
Catlica y la comunin de los
santos Pag. 57
12 Creo en el perdn de los pecados Pag. 64 13 Creo en la
Resurreccin de la carne Pag. 69 14 Creo en la vida eterna. Pag.74
15 Material complementario Pag.78 Este trabajo ha sido realizado
por el Equipo de Accin Catlica de la Arquidicesis de Buenos Aires
presidido por la Sra. Rodriguez Mancini
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Carta del Sr. Arzobispo Card. Jorge M. Bergoglio sj sobre el Ao
de la Fe 1 de octubre de 2012
Queridos hermanos:
Entre las experiencias ms fuertes de las ltimas dcadas est la de
encontrar puertas cerradas. La creciente inseguridad fue llevando,
poco a poco, a trabar puertas, poner medios de vigilancia, cmaras
de seguridad, desconfiar del extrao que llama a nuestra puerta. Sin
embargo, todava en algunos pueblos hay puertas que estn abiertas.
La puerta cerrada es todo un smbolo de este hoy. Es algo ms que un
simple dato sociolgico; es una realidad existencial que va marcando
un estilo de vida, un modo de pararse frente a la realidad, frente
a los otros, frente al futuro. La puerta cerrada de mi casa, que es
el lugar de mi intimidad, de mis sueos, mis esperanzas y
sufrimientos as como de mis alegras, est cerrada para los otros. Y
no se trata slo de mi casa material, es tambin el recinto de mi
vida, mi corazn. Son cada vez menos los que pueden atravesar ese
umbral. La seguridad de unas puertas blindadas custodia la
inseguridad de una vida que se hace ms frgil y menos permeable a
las riquezas de la vida y del amor de los dems.
La imagen de una puerta abierta ha sido siempre el smbolo de
luz, amistad, alegra, libertad, confianza. Cunto necesitamos
recuperarlas! La puerta cerrada nos daa, nos anquilosa, nos
separa.
Iniciamos el Ao de la fe y paradjicamente la imagen que propone
el Papa es la de la puerta, una puerta que hay que cruzar para
poder encontrar lo que tanto nos falta. La Iglesia, a travs de la
voz y el corazn de Pastor de Benedicto XVI, nos invita a cruzar el
umbral, a dar un paso de decisin interna y libre: animarnos a
entrar a una nueva vida.
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La puerta de la fe nos remite a los Hechos de los Apstoles: Al
llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios haba hecho
por medio de ellos y cmo haba abierto a los gentiles la puerta de
la fe (Hechos 14,27). Dios siempre toma la iniciativa y no quiere
que nadie quede excluido. Dios llama a la puerta de nuestros
corazones: Mira, estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha mi
voz y abre la puerta entrar en su casa y cenar con l, y l conmigo
(Ap. 3, 20). La fe es una gracia, un regalo de Dios. La fe slo
crece y se fortalece creyendo; en un abandono continuo en las manos
de un amor que se experimenta siempre como ms grande porque tiene
su origen en Dios
Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la
vida mientras avanzamos delante de tantas puertas que hoy en da se
nos abren, muchas de ellas puertas falsas, puertas que invitan de
manera muy atractiva pero mentirosa a tomar camino, que prometen
una felicidad vaca, narcisista y con fecha de vencimiento; puertas
que nos llevan a encrucijadas en las que, cualquiera sea la opcin
que sigamos, provocarn a corto o largo plazo angustia y
desconcierto, puertas autorreferenciales que se agotan en s mismas
y sin garanta de futuro. Mientras las puertas de las casas estn
cerradas, las puertas de los shoppings estn siempre abiertas. Se
atraviesa la puerta de la fe, se cruza ese umbral, cuando la
Palabra de Dios es anunciada y el corazn se deja plasmar por la
gracia que transforma. Una gracia que lleva un nombre concreto, y
ese nombre es Jess. Jess es la puerta. (Juan 10:9) l, y l solo, es,
y siempre ser, la puerta. Nadie va al Padre sino por l. (Jn. 14.6)
Si no hay Cristo, no hay camino a Dios. Como puerta nos abre el
camino a Dios y como Buen Pastor es el nico que cuida de nosotros
al costo de su propia vida.
Jess es la puerta y llama a nuestra puerta para que lo dejemos
atravesar el umbral de nuestra vida. No tengan miedo abran de par
en par las puertas a Cristo nos deca el Beato Juan Pablo II al
inicio de su pontificado. Abrir las puertas del corazn como lo
hicieron los discpulos de Emas, pidindole que se quede con
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nosotros para que podamos traspasar las puertas de la fe y el
mismo Seor nos lleve a comprender las razones por las que se cree,
para despus salir a anunciarlo. La fe supone decidirse a estar con
el Seor para vivir con l y compartirlo con los hermanos.
Damos gracias a Dios por esta oportunidad de valorar nuestra
vida de hijos de Dios, por este camino de fe que empez en nuestra
vida con las aguas del bautismo, el inagotable y fecundo roco que
nos hace hijos de Dios y miembros hermanos en la Iglesia. La meta,
el destino o fin es el encuentro con Dios con quien ya hemos
entrado en comunin y que quiere restaurarnos, purificarnos,
elevarnos, santificarnos, y darnos la felicidad que anhela nuestro
corazn.
Queremos dar gracias a Dios porque sembr en el corazn de nuestra
Iglesia Arquidiocesana el deseo de contagiar y dar a manos abiertas
este don del Bautismo. Este es el fruto de un largo camino iniciado
con la pregunta Cmo ser Iglesia en Buenos Aires? transitado por el
camino del Estado de Asamblea para enraizarse en el Estado de Misin
como opcin pastoral permanente.
Iniciar este ao de la fe es una nueva llamada a ahondar en
nuestra vida esa fe recibida. Profesar la fe con la boca implica
vivirla en el corazn y mostrarla con las obras: un testimonio y un
compromiso pblico. El discpulo de Cristo, hijo de la Iglesia, no
puede pensar nunca que creer es un hecho privado. Desafo importante
y fuerte para cada da, persuadidos de que el que comenz en ustedes
la buena obra la perfeccionar hasta el da, de Jesucristo. (Fil.1:6)
Mirando nuestra realidad, como discpulos misioneros, nos
preguntamos: a qu nos desafa cruzar el umbral de la fe?
Cruzar el umbral de la fe nos desafa a descubrir que si bien hoy
parece que reina la muerte en sus variadas formas y que la historia
se rige por la ley del ms fuerte o astuto y si el odio y la ambicin
funcionan como motores de tantas luchas humanas, tambin
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estamos absolutamente convencidos de que esa triste realidad
puede cambiar y debe cambiar, decididamente porque si Dios est con
nosotros quin podr contra nosotros? (Rom. 8:31,37)
Cruzar el umbral de la fe supone no sentir vergenza de tener un
corazn de nio que, porque todava cree en los imposibles, puede
vivir en la esperanza: lo nico capaz de dar sentido y transformar
la historia. Es pedir sin cesar, orar sin desfallecer y adorar para
que se nos transfigure la mirada.
Cruzar el umbral de la fe nos lleva a implorar para cada uno los
mismos sentimientos de Cristo Jess(Flp. 2, 5) experimentando as una
manera nueva de pensar, de comunicarnos, de mirarnos, de
respetarnos, de estar en familia, de plantearnos el futuro, de
vivir el amor, y la vocacin.
Cruzar el umbral de la fe es actuar, confiar en la fuerza del
Espritu Santo presente en la Iglesia y que tambin se manifiesta en
los signos de los tiempos, es acompaar el constante movimiento de
la vida y de la historia sin caer en el derrotismo paralizante de
que todo tiempo pasado fue mejor; es urgencia por pensar de nuevo,
aportar de nuevo, crear de nuevo, amasando la vida con la nueva
levadura de la justicia y la santidad. (1 Cor 5:8)
Cruzar el umbral de la fe implica tener ojos de asombro y un
corazn no perezosamente acostumbrado, capaz de reconocer que cada
vez que una mujer da a luz se sigue apostando a la vida y al
futuro, que cuando cuidamos la inocencia de los chicos garantizamos
la verdad de un maana y cuando mimamos la vida entregada de un
anciano hacemos un acto de justicia y acariciamos nuestras
races.
Cruzar el umbral de la fe es el trabajo vivido con dignidad y
vocacin de servicio, con la abnegacin del que vuelve una y otra vez
a empezar sin aflojarle a la vida, como si todo lo ya hecho fuera
slo un paso en el camino hacia el reino, plenitud de vida. Es
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la silenciosa espera despus de la siembra cotidiana, contemplar
el fruto recogido dando gracias al Seor porque es bueno y pidiendo
que no abandone la obra de sus manos. (Sal 137)
Cruzar el umbral de la fe exige luchar por la libertad y la
convivencia aunque el entorno claudique, en la certeza de que el
Seor nos pide practicar el derecho, amar la bondad, y caminar
humildemente con nuestro Dios. (Miqueas 6:8)
Cruzar el umbral de la fe entraa la permanente conversin de
nuestras actitudes, los modos y los tonos con los que vivimos;
reformular y no emparchar o barnizar, dar la nueva forma que
imprime Jesucristo a aquello que es tocado por su mano y su
evangelio de vida, animarnos a hacer algo indito por la sociedad y
por la Iglesia; porque El que est en Cristo es una nueva criatura.
(2 Cor 5,17-21)
Cruzar el umbral de la fe nos lleva a perdonar y saber arrancar
una sonrisa, es acercarse a todo aquel que vive en la periferia
existencial y llamarlo por su nombre, es cuidar las fragilidades de
los ms dbiles y sostener sus rodillas vacilantes con la certeza de
que lo que hacemos por el ms pequeo de nuestros hermanos al mismo
Jess lo estamos haciendo. (Mt. 25, 40)
Cruzar el umbral de la fe supone celebrar la vida, dejarnos
transformar porque nos hemos hecho uno con Jess en la mesa de la
eucarista celebrada en comunidad, y de all estar con las manos y el
corazn ocupados trabajando en el gran proyecto del Reino: todo lo
dems nos ser dado por aadidura. (Mt. 6.33)
Cruzar el umbral de la fe es vivir en el espritu del Concilio y
de Aparecida, Iglesia de puertas abiertas no slo para recibir sino
fundamentalmente para salir y llenar de evangelio la calle y la
vida de los hombres de nuestros tiempo.
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Cruzar el umbral de la fe para nuestra Iglesia Arquidiocesana,
supone sentirnos confirmados en la Misin de ser una Iglesia que
vive, reza y trabaja en clave misionera.
Cruzar el umbral de la fe es, en definitiva, aceptar la novedad
de la vida del Resucitado en nuestra pobre carne para hacerla signo
de la vida nueva.
Meditando todas estas cosas miremos a Mara, Que Ella, la Virgen
Madre, nos acompae en este cruzar el umbral de la fe y traiga sobre
nuestra Iglesia en Buenos Aires el Espritu Santo, como en Nazaret,
para que igual que ella adoremos al Seor y salgamos a anunciar las
maravillas que ha hecho en nosotros.
1 de Octubre de 2012
Fiesta de Santa Teresita del Nio Jess
Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.
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Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la
vida.
Porta Fidei 1.
Introduccin
El CREDO es una oracin.
El CREDO es una accin.
El CREDO
aquello en lo que creo.
n lo que creo, que no es slo lo que tiene que ver con Dios uno
construye sistemas de creencias.
Sistemas que comienzan en lo humano siempre, y que pueden
llevarnos a dimensionar que el creer va ms all de lo humano, tiene
dimensin trascendente porque lleva en si el hombre, algo de Dios, y
no slo nos reconocemos a partir de los dems, en la lnea horizontal
de lo
E La imagen de una puerta abierta ha sido siempre el smbolo de
luz, amistad, alegra, libertad, confianza. Cunto necesitamos
recuperarlas! La puerta cerrada nos daa, nos anquilosa, nos separa.
(Card. Jorge Bergoglio)
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humano. De hecho para muchos de nosotros, habiendo aprendido a
creer en el hombre, en los que habitamos el mundo aqu y ahora, en
estos otros, nuestros hermanos y compaeros de camino, vamos
creciendo en la certeza que hay un Otro en quien creer, que hay
Alguien en quien poner nuestra confianza y nuestra esperanza.
(Salmo 62) En el ao 2012 el Papa Benedicto XVI ha designado que
celebremos el ao de la Fe, con motivo del 50 aniversario de la
apertura del Concilio Vaticano II, y terminar el 24 de noviembre de
2013, cuando los catlicos celebramos a Cristo Rey del Universo.
Para acompaar ese proceso el 11 de octubre de 2011 ha escrito una
Carta Apostlica que se llama: Porta Fidei, que se traduce por: La
puerta de la fe. En el N 4 de dicha carta, dice el Papa: No es la
primera vez que la Iglesia est llamada a celebrar un Ao de la fe.
Mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI, proclam uno
parecido en 1967, para conmemorar el martirio de los apstoles Pedro
y Pablo en el dcimo noveno centenario de su supremo testimonio. Lo
concibi como un momento solemne para que en toda la Iglesia se
diese una autntica y sincera profesin de la misma fe; adems, quiso
sta que fuera confirmada de manera individual y colectiva, libre y
consciente, interior y exterior, humilde y franca. Vamos
preparndonos para iniciar este ao de la fe, nos preguntamos por
nuestras creencias, las ms simples y bsicas; las que hacen que
vayamos siendo como somos y celebrando comunitariamente nuestra
vida creyente. Para los que creemos en el Dios de Jess, el credo
ser, en todo caso, aquello que se vuelve oracin en las acciones y
van demostrando que lo que decimos en los rezos y repetimos como
letanas, se sostiene en otras cosas, otras bases, en ese Otro que
es el Dios en el que creemos ms all de todo. El credo se vive, en
ir descubriendo en lo cotidiano al Dios que es Padre y Madre de
todos, y actuar en consecuencia de semejante descubrimiento.
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CREDO DE LA RESURRECCIN
CREO, SEOR, EN LA VIDA, CREO QUE VALE APOSTAR, CREO EN LAS MANOS
ABIERTAS, LA CRCEL DESIERTA, EL TRABAJO Y EL PAN. (BIS)
YO CREO EN TODA PALABRA, QUE NO ESCONDA LA VERDAD, TODA SEAL,
TODO ABRAZO, QUE APRIETE LOS LAZOS DE FRATERNIDAD. (BIS)
CREO EN EL TIEMPO DEL HOMBRE, CUANDO PELEA AL DOLOR, EN EL QUE
ROMPE MORDAZAS, CONSTRUYE SU CASA, COMPARTE EL CALOR. (BIS)
CREO QUE VALE LA PENA, FUNDIR ESPADAS Y HACER MILES DE REJAS Y
ARADOS Y EN SURCOS CALLADOS HUNDIR OTRA VEZ. (BIS)
CREO EN UNA TIERRA NUEVA BAJO ESTA MISMA CIUDAD, CRECE EN
SILENCIO Y MADURA POR LA CERRADURA SE PUEDE ESPIAR. (BIS)
CREO QUE BAJO LOS PUENTES, CORRE AGUA DE MANANTIAL, RIEGA EL
ESFUERZO DEL HOMBRE Y ENHEBRA SUS DAS CON LA ETERNIDAD. (BIS)
CREO QUE EL TIEMPO NOS LLEVA, A SU RETORNO FINAL, CUANDO SE ALCE
TU VOZ FUERTE QUE MANDE A LA MUERTE SU PRESA SOLTAR. (BIS)
CRISTO SEOR DE LA HISTORIA, CREO EN LA RESURRECCIN, CLAVE DE
TODO DESTINO, DERRAMA TU VINO SOBRE ESTA NACIN. (BIS)
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PARA COMPARTIR: El credo se percibe en los creyentes cuando la
vida va cambiando, cuando no es esttica, cuando es capaz de ir
dando algunas posibles respuestas a las preguntas humanas que
desean, exigen, esperan poder creer.
Nuestros pueblos creen y estn deseosos de creer en el Dios de
Jess. Por qu no hacerlo presente an ms? Por qu no presentarlo de
mil modos, siendo que al estar enamorados se torna complejo ocultar
al amado, no mostrarlo en cada palabra, en cada gesto? Ser ms fcil
suponer que los otros no pueden ver?
Intentemos pensar en el credo, en cada uno de sus artculosesos
que rezamos a veces mecnicamente. Tratemos de mirarlos en
perspectiva y desde otros puntos de vista, tratemos de re
interpretarlos, para volver a creer. Vamos a proponerte una lectura
del mismo desde cada uno de los artculos que lo componen. EL CREDO
Te proponemos aqu, para que los veas los credos que habitualmente
compartimos en la liturgia; el credo breve y el conocido como
niceno-constantinopolitano. Veamos. Credo de los Apstoles y Credo
Nicea-Constantinopla1 El Catecismo de la Iglesia nos explica por qu
tenemos un Credo (Rf. 185-197). Desde su origen, la Iglesia
apostlica expres su fe en formulas breves y normativas para todos,
quiso recoger lo esencial de su fe en resmenes orgnicos y
articulados, destinados sobre todo a los candidatos al bautismo.
Esta sntesis de fe no ha sido hecha segn opiniones humanas, sino
que se ha tomado de toda la Escritura lo ms importante, para dar en
su integridad la nica enseanza de la fe. A esta se le llama
"profesin de fe", y tambin se le llama Credo, ya que la primera
palabra en ella es "Creo". Se les denomina igualmente "smbolos de
la fe".
1 Fuente:
http://es.catholic.net/imprimir/index.phtml?ts=5&ca=48&te=9&id=271
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A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de
diferentes pocas, se han elaborado numerosos smbolos de nuestra fe,
por ejemplo:
Los smbolos de las dife rent e s Igle sias apost licas y ant
iguas. Por ejemplo?
El llamado smbolo de San At anasio2 La profe sin de fe de cie rt
os Concilios como los de Toledo,
Letrn, Lyon, Trento, o de ciertos Papas como la "Fides Damasi" o
"El credo del pueblo de Dios, del Papa Pablo VI" Ninguno de estos
smbolos compuestos en diferentes etapas de la vida de la Iglesia
puede ser considerado intil, ya nos ayudan a captar nuestra fe a
travs de los diversos resmenes que se han hecho. Por qu los dos y
su diferencia?
Entre los smbolos de la fe dos ocupan un lugar muy particular en
la vida de la Iglesia, estos son: El smbolo de los Apstoles y El
Smbolo de Nicea-Constantinopla. El Credo de los Apstoles o Smbolo
de los Apstoles, es el corto, es llamado de los apstoles porque es
considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los
apstoles. Es el antiguo smbolo bautismal de la Iglesia Romana. Su
gran autoridad proviene del hecho de que es el smbolo que guarda la
Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los
apstoles, y a la cual l llev a la doctrina comn. El Credo de
Nicea-Constantinopla, es ms largo por ser ms explcito. Debe su gran
autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios
ecumnicos, como su nombre lo indica respectivamente Concilio de
Nicea ao 325 y el Concilio de Constantinopla ao 381. Sigue siendo
hoy el smbolo comn de todas las Iglesias de Oriente y
Occidente.
2 El Smbolo (Credo) Quicumque, llamado de san Atanasio,
redactado entre 430 y 500 en el sur de Francia, es una formulacin
desarrollada del misterio de Trinidad.
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Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en
comunin con Dios Padre, Hijo y Espritu Santo, es tambin entrar en
comunin con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de
la cual creemos.
Smbolo de los Apstoles
Credo de Nicea-Constantinopla Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su nico Hijo, Nuestro Seor,
que fue concebido por obra y gracia del Espritu Santo, naci de
Santa Mara Virgen,
padeci bajo el poder de Poncio Pilato fue crucificado,
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de
la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Seor, Jesucristo, Hijo nico de Dios, nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvacin baj del cielo,
y por obra del Espritu Santo se encarn de Mara, la Virgen, y se
hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeci
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muerto y sepultado,
descendi a los infiernos, al tercer da resucit de entre los
muertos, subi a los cielos y est sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso. Desde all ha de venir a juzgar a vivos y
muertos. Creo en el Espritu Santo
La santa Iglesia catlica, la comunin de los santos,
el perdn de los pecados, la resurreccin de la carne y la vida
eterna. Amn.
y fue sepultado,
y resucit al tercer da, segn las Escrituras, y subi al cielo, y
est sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendr con gloria
para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendr fin. Creo en el
Espritu Santo, Seor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoracin y
gloria, y que habl por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, catlica y apostlica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdn de los pecados.
Espero la resurreccin de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amn.
Lectura complementaria: Lectura del punto IV del Subsidio sobre
el Ao de la Fe, de la Arquidicesis de Buenos Aires.
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1 Reflexin Creo que Dios es Padre y es
todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
Irse al cielo. Estar en la tierra.
Trabajar la tierra para ganarse el cielo.
Esperar aqu, nuestro destino all.
Abandonar lo humano para adquirir lo celestial
a idea de un paso tan extenso e improbable hace de esta divisin
algo poco creble. Sabemos ya que
es difcil conocer qu hay detrs de todas las cosas. Y ante la
falta de respuestas, y movidos por una profunda curiosidad y
necesidad de explicaciones, vivimos confiados en un ms all. Qu
significa para m creer en Dios? Se cree en aquello que no
nos ofrece total evidencia. Tenemos algunos signos en los que
apoyarnos: relatos esperanzados, experiencias de tneles,
sensaciones de otras presencias, tenemos tambin la posibilidad de
mirar a nuestro alrededor para comprender quin habr hecho lo que
nos ha sido dado,
L
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regalado, pero a veces no basta el acto de creer supone un salto
a lo desconocido, implica sabernos limitados, finitos y contenidos
en algo en alguien que nos excede. Qu vivencias me hablan de Dios?
Qu vivencias me impulsan al misterio de la fe?
"Creo en Dios": Esta primera afirmacin de la profesin de fe es
tambin la ms fundamental.3
Creer es ir viviendo en el Dios que es Padre y Madre, y por
tanto ir descubriendo esa vida que es algo ms que vivir agarrado de
las cosas que nos pasan, sino ms bien ir sabiendo que lo que
vivimos en Dios nos permite soltar las cosas, sobrevolar las cosas
y sencillamente encontrar en ellas algo escondido, algo que es como
un plus que habla, libera, propone, dispone en nuestro interior
esto de saber que somos hijos y adems que tenemos lo dado, y lo
creado para bien nuestro y de los dems.
Al revelar su nombre, Dios revela, al mismo tiempo, su fidelidad
que es de siempre y para siempre, valedera para el pasado ("Yo soy
el Dios de tus padres", Ex 3,6) como para el porvenir ("Yo estar
contigo", Ex 3,12). Dios que revela su nombre como "Yo soy" se
revela como el Dios que est siempre all, presente junto a su pueblo
para salvarlo.4
Hay quienes creen en un Dios que es todopoderoso y creador y hay
quienes han recibido la Buena Noticia de la paternidad de Dios.
Creador del cielo y de la tierra La tierra nos ha sido dada para
que la gobernemos, para que la sometamos, pero no en trminos de
exterminio sino para que en ella seamos hermanos, hermanos entre
nosotros y con ella, de ella 3 CATIC. 199 4 CATIC 207
Damos gracias a Dios por esta oportunidad de valorar nuestra
vida de hijos de Dios, por este camino de fe que empez en nuestra
vida con las aguas del bautismo, el inagotable y fecundo roco que
nos hace hijos de Dios y miembros hermanos en la Iglesia. (Card.
Jorge Bergoglio)
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venimos hemos sido creados del barro. Por eso estamos invitados
a creer en Dios que es Padre todopoderoso, creador del cielo y de
la tierra.
Para vivir lo divino no es necesario esperar para ir al
cielo.
Estar en la tierra puede ser una experiencia celestial, l tambin
la eligi.
No se vive intensamente el ahora si se espera ansiosamente el
siguiente paso.
Lo espiritual late en nuestra humanidad. Creer implica abrazar
otras perspectivas.
Creer en Dios, el nico, y amarlo con todo el ser tiene
consecuencias inmensas para toda nuestra vida: Es reconocer la
grandeza y la majestad de Dios: "S, Dios es tan grande que supera
nuestra ciencia" (Jb 36,26). Por esto Dios debe ser "el primer
servido" (Santa Juana de Arco). Es vivir en accin de gracias: Si
Dios es el nico, todo lo que somos y todo lo que poseemos vienen de
l: "Qu tienes que no hayas recibido?" (1 Co 4,7). "Cmo pagar al
Seor todo el bien que me ha hecho?" (Sal 116,12). Es reconocer la
unidad y la verdadera dignidad de todos los hombres: Todos han sido
hechos "a imagen y semejanza de Dios" (Gn 1,26). Es usar bien de
las cosas creadas: La fe en Dios, el nico, nos lleva a usar de todo
lo que no es l en la medida en que nos acerca a l, y a separarnos
de ello en la medida en que nos aparta de l (Cf. Mt 5,29-30; 16,
24; 19,23-24): Seor mo y Dios mo, qutame todo lo que me aleja de
ti. Seor mo y Dios mo, dame todo lo que me acerca a ti. Seor mo y
Dios mo, despjame de mi mismo para darme todo a ti (S. Nicols de
Fle, oracin).227 Es confiar en Dios en todas las circunstancias,
incluso en la adversidad. Una oracin de Santa Teresa de Jess lo
expresa admirablemente:
Nada te turbe / Nada te espante Todo se pasa / Dios no se
muda
La paciencia todo lo alcanza / quien a Dios tiene
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Nada le falta / Slo Dios basta5
Creemos que el Dios de Jess es todopoderoso, l ha creado todo
misteriosa y amorosamente (Gn 1,1; Jn 1,3) Ha puesto en nuestras
manos toda su obra, para que sepamos dignificarla y hacerla
producir equilibrada y equitativamente.
El hombre es la cumbre de la obra de la creacin. El relato
inspirado lo expresa distinguiendo netamente la creacin del hombre
y la de las otras criaturas (Cf. Gn 1, 26). Existe una solidaridad
entre todas las criaturas por el hecho de que todas tienen el mismo
Creador, y que todas estn ordenadas a su gloria:
Loado seas por toda criatura, mi Seor, y en especial loado por
el hermano Sol, que alumbra, y abre el da, y es bello en su
esplendor y lleva por los cielos noticia de su autor. Y por la
hermana agua, preciosa en su candor, que es til, casta, humilde:
loado mi Seor! Y por la hermana tierra que es toda bendicin, la
hermana madre tierra, que da en toda ocasin las hierbas y los
frutos y flores de color, y nos sustenta y rige: loado mi Seor!
Servidle con ternura y humilde corazn, agradeced sus dones, cantad
su creacin. Las criaturas todas, load a mi Seor. Amn. (S. Francisco
de Ass, Cntico de las criaturas.) 6
PARA COMPARTIR: Para ayudarnos a profundizar, consultamos el
CATIC
5 CATIC 222-227 66 Ibdem 343
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229 La fe en Dios nos mueve a volvernos solo a l como a nuestro
primer origen y nuestro fin ltimo; y a no preferirle a nada ni
sustituirle con nada. 261 El misterio de la Santsima Trinidad es el
misterio central de la fe y de la vida cristiana. Slo Dios puede
drnoslo a conocer revelndose como Padre, Hijo y Espritu Santo. 262
La Encarnacin del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno,
y que el Hijo es consubstancial al Padre, es decir, que es en l y
con l el mismo y nico Dios. 263 La misin del Espritu Santo, enviado
por el Padre en nombre del Hijo (Cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de
junto al Padre" (Jn 15,26), revela que l es con ellos el mismo Dios
nico. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoracin y gloria".
315 En la creacin del mundo y del hombre, Dios ofreci el primero y
universal testimonio de su amor todopoderoso y de su sabidura, el
primer anuncio de su "designio benevolente" que encuentra su fin en
la nueva creacin en Cristo. 316 Aunque la obra de la creacin se
atribuya particularmente al Padre, es igualmente verdad de fe que
el Padre, el Hijo y el Espritu Santo son el principio nico e
indivisible de la creacin. 317 Slo Dios ha creado el universo,
libremente, sin ninguna ayuda. 380 "A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero, para que, sirvindote slo a
ti, su Creador, dominara todo lo creado" (MR, Plegaria eucarstica
IV, 118). 381 El hombre es predestinado a reproducir la imagen del
Hijo de Dios hecho hombre -"imagen del Dios invisible" (Col 1,15)-,
para que Cristo sea el primognito de una multitud de hermanos y de
hermanas (Cf. Ef 1,3-6; Rm 8,29)
-
21
REZAMOS: Qudate con nosotros, porque atardece y el da ya ha
declinado (Lc 24, 29). Qudate con nosotros, Seor, cuando en torno a
nuestra fe catlica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o
de la dificultad: t, que eres la Verdad misma como revelador del
Padre, ilumina nuestras mentes con tu Palabra; aydanos a sentir la
belleza de creer en ti (Aparecida, 554)
Padre Nuestro que ests en los cielos, santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu reino. hgase tu voluntad, as en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada da; perdona nuestras
ofensas, as como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentacin y lbranos del mal. Amn
COMPROMISO: Elaboremos un credo de grupo, un credo que podamos
rezar como comunidad. En l debern aparecer aquellas cosas en las
que nosotros creemos, como las que aparecen en el credo las
reconocemos como Iglesia toda, dediqumonos a mirar cules son las
verdades que esta comunidad cree y por medio de las cuales somos
signo de fe para nuestros hermanos.
-
22
2 Reflexin Creo en Jess, su nico Hijo,
Nuestro Seor
Cmo se sostiene la veracidad de esta
afirmacin? no es fcil decirla si se es consciente de la fuerza
de su implicancia.
Creer en l conlleva innegociables modos de ser,
vivir, decir, estar.
Creer en l tiene consecuencias.
Nosotros creemos y confesamos que Jess de Nazaret, nacido judo
de una hija de Israel, en Beln en el tiempo del rey Herodes el
Grande y del
emperador Csar Augusto; de oficio carpintero, muerto crucificado
en Jerusaln, bajo el procurador Poncio Pilato, durante el reinado
del emperador Tiberio, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que
ha "salido de Dios" (Jn 13, 3), "baj del cielo" (Jn 3, 13; 6, 33),
"ha venido en carne" (1 Jn 4, 2), porque "la Palabra se hizo carne,
y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria
que recibe del Padre como Hijo nico, lleno de gracia y de verdad...
Pues de su plenitud hemos recibido todos, y
Jess es la puerta. (Juan 10:9) "l, y l solo, es, y siempre ser,
la puerta. Nadie va al Padre sino por l. (Jn. 14.6)" Si no hay
Cristo, no hay camino a Dios. Como puerta nos abre el camino a Dios
y como Buen Pastor es el nico que cuida de nos-otros al costo de su
propia vida. (Card. Jorge Bergoglio).
-
23
gracia por gracia" (Jn 1, 14. 16).7 Jess de Nazareth ha nacido y
vivido humildemente y es bueno pensar qu significa hoy creer en l
Tal vez podramos decir que es volver al mensaje de su evangelio y a
la sencillez de su vida, de su conducta; a la linealidad de sus
procedimientos en relacin a los desvalidos y los ms empobrecidos
por el sistema del Imperio.
Ese es nuestro Seor. El que est. El que camina al lado.
El que viene a preguntarnos cmo andamos y qu necesitamos que
haga por nosotros.
El que nos ensea a ser maestros siendo a la vez siempre sus
discpulos.
l es la tierra y el cielo en un abrazo de eternidad
Oh Tierracielo! (Eduardo Meana)
Oh Dios que te has atado con las cuerdas del tiempo a nuestras
coordenadas, a nuestros ritmos lentos;
al devenir incierto de nuestro aprendizaje, al ro irregular de
nuestro crecimiento.
Vos revelaste el fondo de sta nuestra existencia: lo nuestro
estaba en vos, lo nuestro era lo tuyo. Lo humano era ms capaz de
Dios y sagrado;
dramtico y sagrado, nuestro estar en el mundo
Beso santo de dos palabras: Oh Jesucristo! Oh, Tierracielo!
7 CATIC 423
-
24
Fuerte tierno, Seor humano, Divino nuestro, Divino nuestro
Divino y despojado, Dios asombroso y nuestro. Hermano y
vulnerable, expuesto a desamores. Concreta superficie de humana
piel dispuesta
a luna y sol, a abrazos, y ltigos y golpes.
Tu encarnacin es el mapa de nuestra esperanza, lo humano, en tu
humanidad, se yergue en silencio.
Destino y maravilla que tu cuerpo nos narra: Lo nuestro cabe en
Dios y este Dios cabe en lo nuestro.
Qu Dios impronunciado viaj en el embarazo
sereno y misterioso de la Madre Doncella, sino el Dios cuya
espalda viene por el trabajo
de siembras y semillas, de redes y pesca?
COMPARTIMOS: A partir del texto de esta cancin Cul es el Jess
con el que nos identificamos, con qu aspectos de Jess nos sentimos
ms cmodos? Y cada uno sabe qu recodos propios son los ms speros,
los que menos lo reflejan. Es bueno saber que, de todas maneras, l
se queda con nosotros. Pero creemos, tambin, que no da lo mismo ser
la oveja perdida, aunque sepamos que l dejara todo por ir a
buscarnos.
Creer en l tambin es querer retribuirle un poco de su amor,
parecindonos en algo, reflejando en nosotros algunas de sus
enseanzas, contribuyendo a ser camino de salvacin para los
dems.
Jess en hebreo quiere decir Dios Salva
l es La Palabra que viene a salvar
A veces nos encontramos con realidades o situaciones donde las
bocas se llenan de Sus Palabras y las hacen sonar tan burdas y
ordinarias, manipulando su significado con fines personales. Y son
tan correctos y
-
25
memoriosos al recitar sus credos que es una maravilla verlos tan
relucientes y remilgados, suelen escucharse en esos ambientes
afirmaciones del estilo: Yo creo, yo creo, y esto se afirma desde
una seriedad y seguridad arrolladora e inversamente proporcional a
las acciones que acompaan las palabras. Educadores, se
autoproclaman. Y se exponen como ejemplos de vida. Rotulan desde el
saber y se otorgan el poder de clasificar, calificar, dirigir y de
firmar como propio el producto final. Se saben poseedores de
autoridad y desde el temor que inspiran a la humillacin, se pasean
confiados en su innegable xito porque, sin dudas, su curriculum es
extenso y los rostros de sus receptores evidencian silencio. Educan
desde lugares altos, all donde todos los vean, imponen sus voces
con firmeza y se sienten poderosos. Pasean su mirada por toda la
audiencia sin ver a nadie. Exigen ser escuchados. Si no, la ofensa
es grande y el castigo, eterno. Pero hay quien ensea sin saber que
es maestro. Porque es su vida la que es ejemplo en silencio y es
presencia en la memoria de la gente. Caminan a nuestro lado y se
ensucian en el mismo barro. No dan lecciones ni ctedra y es fcil
creer en su palabra. Porque en cada una dicen lo que son y en quin
creen. Aquel que los tiene como ejemplo y quiere seguirlos tal vez
se convierta en maestro pero no es su ttulo acadmico el que lo
define como tal. Ser tal vez su compromiso y deseo de transparentar
a sus propios maestros de alguna manera. Ser tal vez la conviccin
de que aquel que ensea lo hace con el respeto de saber que quien
est al lado es milagro, con su propia luz y con su propio
vuelo.
Creemos en Jesucristo, su Hijo, Nuestro Seor.
REZAMOS: Con el Catecismo de la Iglesia Catlica (CATIC), rezamos
juntos diciendo: creo en Ti, Jess. 452 El nombre de Jess significa
"Dios salva". El nio nacido de la Virgen Mara se llama
-
26
"Jess" "porque l salvar a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21);
"No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que
nosotros debamos salvarnos" ((...) Hch 4, 12). - creo en Ti, Jess.
453 El nombre de Cristo significa "Ungido", "Mesas". Jess es el
Cristo porque "Dios le ungi con el Espritu Santo y con poder" (Hch
10, 38). Era "el que ha de venir" (Lc 7, 19), el objeto de "la
esperanza de Israel" (Hch 28, 20). -creo en Ti, Jess. 454 El nombre
de Hijo de Dios significa la relacin nica y eterna de Jesucristo
con Dios su Padre: l es el Hijo nico del Padre (Cf. Jn 1, 14. 18;
3, 16. 18) y l mismo es Dios (Cf. Jn 1, 1). Para ser cristiano es
necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (Cf. Hch 8, 37; 1
Jn 2, 23). creo en Ti, Jess. 455 El nombre de Seor significa la
soberana divina. Confesar o invocar a Jess como Seor es creer en su
divinidad "Nadie puede decir: "Jess es Seor!", sino por influjo del
Espritu Santo" (1 Co 12, 3). creo en Ti, Jess.
COMPROMISO:
Podremos comprometernos en una accin concreta en la que podamos
ser testigos de nuestra fe en Jess?
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27
3 Reflexin. Creo que Jess fue concebido por obra y gracia del
Espritu Santo y que naci de Santa
Mara Virgen
"Porque tanto
am Dios al mundo
que dio a su Hijo nico,
para que todo
el que crea en l
no muera,
sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).
n momento para el Espritu Comencemos haciendo una oracin
escuchando la cancin: Sopla Seor. Al finalizar podemos hacer eco de
lo que ms nos haya
gustado y agregar intenciones libremente.
U
-
28
Sopla [Metanoia]
SOPLA SEOR TE LO PIDO, QUDATE ESTA NOCHE EN MI ALMA PUES SOLO TU
AMOR Y ABRIGO, ME DAR CONSUELO Y CALMA.
SOPLA SEOR SOPLA FUERTE, ENVOLVEME CON TU BRISA Y EN TU ESPRITU
RENOVAME, HAZME LIBRE EN TU SONRISA.
A PESAR DE MIS CADAS, HAZME FIEL A TUS PROMESAS. SOPLA SEOR EN
MI VIDA, Y ARRANCAME ESTA TRISTEZA.
SOPLA, SOPLA SEOR TU GRANDEZA, SOPLA HAZME FIEL EN MI POBREZA,
SOPLA.
SOPLA SEOR EN MI ODO, SOPLA FUERTE ARRANCA EL MIEDO
PUES SIN TI ME HALLO PERDIDA, SIN TU LUZ ME ENCUENTRO CIEGA.
SOPLA SEOR Y HAZTE VIENTO, Y BAUTZAME EN TU NOMBRE
LLMAME A SERVIR MAESTRO, HAZME FIEL ENTRE LOS HOMBRES. TOMA MI
VIDA EN TUS MANOS, MIS SUEOS MI AMOR, MI TODO
MI CANSANCIO, MIS PECADO Y MOLDAME A TU MODO. SOPLA, Y BAUTZAME
EN TU BRISA, SOPLA
RENOVAME EN TU SONRISA, SOPLA.
SOPLA SEOR TU CARICIA, Y SOBRE MIS SENTIMIENTOS QUE SEA EL NGEL
DE TU MISA, QUIEN OBRE EN TODO MOMENTO. SOPLA SEOR Y HAZTE CANTO,
PON TU PALABRA EN MIS MANOS
EN ELLAS TU PROVIDENCIA Y BENDICE A MIS HERMANOS. QUIERO SER DE
TU RBOL RAMA, FRUTO NUEVO DE TU CIELO
QUE MADURA EN TU PALABRA, COMO UN AVE EN PLENO VUELO.
SOPLA, SOPLA, SOPLA SEOR, SOPLA SOPLA, SOPLA, SOPLA SEOR,
SOPLA
La Paz que es fruto de un estado de justicia, es una bsqueda
real, vivida con hechos concretos, sentida con pasin explcita y
manifestada con firmeza incansable. No se trata slo de la ausencia
de guerra. Es la conviccin de creer que se debe estar en otro
lugar, viviendo y compartiendo una realidad distinta por el slo
hecho de existir, de ser humano y de tener dignidad. Jess eligi ese
otro lugar, la humanidad. No se puede estar en paz si la dignidad
del empobrecido, victimizado, asesinado, vejado, es ignorada,
silenciada, amordazada. No se puede estar en paz si se presiente el
dolor, si se intuye la humillacin. Jess
-
29
eligi venir en un espacio humano (un vientre) de mujer nazarena
(ignorada) el Espritu lo acerca a ella, por eso:
Creemos que es el Espritu el que alimenta la confianza en el
desvaro del dolor y sostiene nuestra mirada en el horizonte cuando
las lgrimas borronean nuestras certezas.
Creemos que es el Espritu el que entrelaza las manos de los
excluidos y humillados y los mantiene unidos.
Creemos en el Espritu que infunde vida, cuando la sentimos
perdida.
Creemos en el Espritu que se pasea por los lugares sagrados
construyendo la memoria de los que all son recordados.
Creemos en el Espritu que abraza nuestro descreimiento
sosteniendo con ms fuerza nuestra desesperacin en los momentos ms
difciles. Y que hace justicia en las manos, los abrazos, la
sonrisa, la presencia de quienes estn acompaando nuestra vida. Un
momento para ella, para Mara:
El Hijo de Dios... trabaj con manos de hombre, pens con
inteligencia de hombre, obr con voluntad de hombre, am con corazn
de hombre. Nacido de la Virgen Mara, se hizo verdaderamente uno de
nosotros, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado8 (GS
22, 2)
Una muchacha humilde ha actuado segn su sencillez y comprensin,
desde su pureza y fidelidad a sus creencias dijo s a algo que
ocurrira en su cuerpo, que se encarnaba en ella superando sus
posibilidades de abarcarlo y aun as, sumisa, prudente, dispuesta
All cuando no manda la razn sino el corazn, acta el Espritu, y
entonces decimos que es por obra del Espritu Santo. En la
experiencia, suceden los anuncios. La muchacha estaba dispuesta a
escucharlos.
8 GS 22, 2
-
30
El anuncio del Arcngel Gabriel, los dilogos que seguramente
tuviera con su prima Isabel, conversaciones en medio de confusin,
huidas y sombras, fro desazn y orfandad con Jos. Por qu no pensar,
ms tarde, en preguntas surgidas de entre los doce a ella, quien
seguramente los esperaba ms de una vez en una casa que nunca pudo
tener las puertas cerradas
Llamada en los Evangelios la Madre de Jess(Jn 2, 1; 19, 25; Cf.
Mt 13, 55, etc.), Mara es aclamada bajo el impulso del Espritu como
"la madre de mi Seor" desde antes del nacimiento de su hijo (Cf. Lc
1, 43). En efecto, aqul que ella concibi como hombre, por obra del
Espritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo segn la
carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona
de la Santsima Trinidad. La Iglesia confiesa que Mara es
verdaderamente Madre de Dios ["Theotokos"] (Cf. DS 2519).
Una de las maravillas que sucedieron luego de la resurreccin
tiene que ver con la grandeza que Mara adquiri para los pueblos,
quienes encontraron en ella la encarnacin de sus anhelos, la
fidelidad virgen, intacta, inalterable. Y Mara sigui creciendo ms
all de su propia frontera. Impensable, tal vez para ella, pero
posible en la lgica de la fuerza que mana de la gente. Sin
demasiados datos bblicos de su vida y su obra, en la disponibilidad
concreta de su vida, se hizo presente permanentemente. Mujer
palestina, real, sencillamente humana, es enaltecida por las
devociones de quienes necesitaron sentirse hijos de una madre fiel
e incondicional, acunados por sus brazos, abrigados por su manto
Sedientos de cobijo, en ella se perpeta la unidad de los pueblos.
La fertilidad de su cuerpo engendra la humanidad posible y, sin
saberlo, propone un lenguaje nico y comn para poder entendernos,
para poder desplegarnos.
9 CATIC 495
-
31
Ella es la tierra donde lo posible crece y se realiza. Siendo
camino recorrido por tantos pies peregrinantes, ella se mantiene
inalterable, virgen, para poder seguir dando frutos de vida para su
gente. Mara es un latido, simple, acompasado, sencillo, constante
Creer en Santa Mara Virgen, es sabernos unidos en una misma Madre
que en el Hijo, en el Emanuel, sostiene y acompaa silenciosamente,
como en Getseman, todos los gritos de sus hijos y sus hijas como en
la cruz, todos los dolores como en la cena todas las traiciones
como en el camino al Calvario todas las marchas de pedido de
justicia Y como al alba, todas las alegras sabindonos ya redimidos
en El..
COMPARTIMOS: Para ayudarnos a profundizar, consultamos el CATIC
479 En el momento establecido por Dios, el Hijo nico del Padre, la
Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen substancial del Padre,
se hizo carne: sin perder la naturaleza divina asumi la naturaleza
humana. 480 Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la
unidad de su Persona divina; por esta razn l es el nico Mediador
entre Dios y los hombres. 481 Jesucristo posee dos naturalezas, la
divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la nica Persona
del Hijo de Dios. 482 Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero
hombre, tiene una inteligencia y una voluntad humanas,
perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y a su
voluntad divinas que tiene en comn con el Padre y el Espritu
Santo.
-
32
483 La encarnacin es, pues, el misterio de la admirable unin de
la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la nica Persona
del Verbo. 509 Mara es verdaderamente "Madre de Dios" porque es la
madre del Hijo eterno de Dios hecho hombre, que es Dios mismo. 510
Mara "fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen
durante el embarazo, Virgen despus del parto, Virgen siempre" (S.
Agustn, serm. 186, 1): Ella, con todo su ser, es "la esclava del
Seor" (Lc 1, 38). 565 Desde el comienzo de su vida pblica, en su
bautismo, Jess es el "Siervo"enteramente consagrado a la obra
redentora que llevar a cabo en el "bautismo" de su pasin. Desde de
la mirada de Mara nos preguntamos:
Cules son los rostros de mujer que nos han ayudado a crecer en
la fe?
Teniendo en cuenta que ser madre no es slo haber dado a luz un
hijo, cules son los nombres de mujeres que nos han habilitado la
maternidad que hoy vivimos?
Podemos recordar aquellas mujeres que nos ayudaron y acompaaron
en el crecimiento de nuestra fe?
REZAMOS:
MAGNIFICAT - (Hna. Glenda)
QUIERO CANTAR CONTIGO HIJA DE SION
EL CANTICO QUE TU CANTASTE EN NOMBRE NUESTRO
-
33
QUIERO CANTAR CONTIGO MARIA, NUEVA JERUSALEM LAS GRANDES OBRAS
LOS GRANDES CAMBIOS QUE HACE DIOS EN EL CORAZON DEL HOMBRE EN EL
CORAZON DE LA SOCIEDAD PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEOR SE
ALEGRA MI ESPIRITU EN DIOS MI SALVADOR PORQUE HA MIRADO LA
HUMILLACION DE SU SIERVA PORQUE HA MIRADO MI PEQUEEZ LAS
GENERACIONES ME FELICITARAN PORQUE EL PODEROSO HA HECHO OBRAS
GRANDES POR MI SU NOMBRE SANTO
Y SU MISERICORDIA LLEGA A SUS FIELES DE GENERACION EN GENERACION
PROCLAMA MI ALMA PROCLAMA MI ALMA EL HACE PROEZAS CON SU BRAZO
DESTROZA A LOS SOBERBIOS DE CORAZON DERRIBA DEL TRONO A LOS
PODEROSOS Y ENALTECE A LOS HUMILDES A LOS HAMBRIENTOS LOS COLMA DE
BIENES Y A LOS RICOS LOS DESPIDE VACIOS LOS DESPIDE VACIOS PROCLAMA
MI ALMA PROCLAMA MI ALMA AUXILIA A ISRAEL, SU SIERVO ACORDANDOSE DE
LA MISERICORDIA
COMPROMISO: Mara ha sido y ser siempre la Madre que nos acompaa
y nos gua hacia el Padre. Muchas veces presente en nuestras
plegarias de pedido, hoy queremos mirar en Mara un figura a imitar.
En qu me gustara parecerme ms a ella? Puedo comprometerme con una
tarea sencilla que me ayuda a ejercitar esa virtud?
-
34
4 Reflexin. Creo que Jesucristo padeci
bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado
El Misterio pascual
de la Cruz y de la
Resurreccin de Cristo
est en el centro
de la Buena Nueva
de los Apstoles,
est en el centro
del mensaje cristiano, constituye el nodo
del anuncio kerigmtico10
reer en Jess, el Cristo, nos acerca a los mismos sufrimientos
del Hijo, que han sido sufrimientos de lo humano, sufrimientos
vividos, padecidos y atravesados por aquellos que subestimaron la
ley de
10 La palabra kerigma es griega, y se refiere al primer y
fundamental anuncio de Cristo Salvador.
C
-
35
Dios hacindola propia y dicindole al Hijo de Dios que era l
quien violaba la ley, cuando curaba enfermos o cuando cenaba con
pecadores. Por qu muere y por qu lo matan a Jess? Hay consecuencias
histricas que provocan su muerte, cuestiones de tono horizontal
relacional, entre hermanos-humanos, que no coinciden con los
sentidos pretendidos y en tensin de lo vertical que nos fraccionan,
tensionan hacia arriba, hacia lo ms noble de lo humano. Seguramente
la misma historia de Jess fue una bsqueda con muchas incertidumbres
en las que pudo ir comprendiendo con el tiempo quin era, su bsqueda
incluso ha ido siendo sorprendente para l. l se iba descubriendo a
medida que comparta con otros, descubra sus propios, sueos, sus
pasiones y sus ideales. Seguramente iba descubriendo tambin el
alcance de sus fuerzas frente a cada injusticia y la inmensa
capacidad de ser feliz en las mesas compartidas. Cada coincidencia
en l, que haba sido escrita, tal vez fueron pequeos
discernimientos, fruto de profundas reflexiones y no verdades
espontneas caas del cielo mgicamente. No hablaba de s mismo, ese
conocimiento estaba en proceso, pero s hablaba convencido de un
Reino que no poda pertenecer seguramente al mundo que propiciaba
tantas muertes. La muerte de Jess tuvo un personaje en medio que ha
sido muy controversial: Poncio Pilato. Personaje que podramos
recordar especialmente a la hora de ver nuestra propia realidad
pastoral en la parroquia o en nuestro espacio Ciertamente la muerte
de Jess, ha sido provocada por causas humanas bajo el poder de
Poncio Pilato de la ley que no saba y no poda leer la presencia de
Dios entre nosotros para siempre; de todos modos la decisin de Jess
de cumplir con aquello que era sin ms, la restauracin
Alabamos a Dios porque siendo nosotros pecadores, nos mostr su
amor reconcilindonos consigo por la muerte de su Hijo en la cruz.
Lo alabamos porque ahora contina derramando su amor en nosotros por
el Espritu Santo y alimentndonos con la Eucarista, pan de vida (cf.
Jn 6, 35). Aparecida 106
-
36
del mundo, fue el sentido vertical de la muerte de Jess. Sentido
vertical, porque es la posibilidad de que lo humano se reconozca en
lo divino, y es en definitiva, la posibilidad de participar de la
vida trinitaria. Creer en Jesucristo no nace de un hecho fortuito,
no se comienza a ser cristiano por una decisin tica o una gran
idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona,
que da un nuevo horizonte a la vida, y con ello, una orientacin
decisiva (DCE, 1) . Documento de Aparecida.
COMPARTIMOS:
Cmo diramos que ha sido nuestro encuentro con la persona de
Jess, seguramente ha sido especial.
La experiencia de encuentro personal con Jess excede a nosotros
cmo se traduce en nuestro entorno, en nuestra comunidad?
Compartimos un texto del documento de Aparecida (11):
La Iglesia est llamada a repensar profundamente y relanzar con
fidelidad y audacia su misin en las nuevas circunstancias
latinoamericanas y comunidades. No puede replegarse frente a
quienes slo ven confusin, peligros y amenazas, o de quienes
pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una
capa de ideologismo gastados o de agresiones irresponsables. Se
trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio
arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y
comunitario con Jesucristo, que suscite discpulos y misioneros.
Ello no depende tanto de grande programas y estructuras, sino de
hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradicin y novedad,
como discpulos de Jesucristo y misioneros de su Reino,
protagonistas de vida nueva para una Amrica Latina que quiere
reconocerse con la luz y la fuerza del Espritu.
-
37
REFLEXIONAMOS: CATIC 592 Jess no aboli la Ley del Sina, sino que
la perfeccion (Cf. Mt 5, 17-19) de tal modo (Cf. Jn 8, 46) que
revel su hondo sentido (Cf. Mt 5, 33) y satisfizo por las
transgresiones contra ella (Cf. Hb 9, 15). 593 Jess vener el Templo
subiendo a l en peregrinacin en las fiestas judas y am con gran
celo esa morada de Dios entre los hombres. El Templo prefigura su
Misterio. Anunciando la destruccin del templo anuncia su propia
muerte y la entrada en una nueva edad de la historia de la
salvacin, donde su cuerpo ser el Templo definitivo. 594 Jess realiz
obras como el perdn de los pecados que lo revelaron como Dios
Salvador (Cf. Jn 5, 16-18). Algunos judos que no le reconocan como
Dios hecho hombre (Cf. Jn 1, 14) vean en l a "un hombre que se hace
Dios" (Jn 10, 33), y lo juzgaron como un blasfemo. 620 Nuestra
salvacin procede de la iniciativa del amor de Dios hacia nosotros
porque "l nos am y nos envi a su Hijo como propiciacin por nuestros
pecados" (1 Jn 4, 10). "En Cristo estaba Dios reconciliando al
mundo consigo" (2 Co 5, 19). 621 Jess se ofreci libremente por
nuestra salvacin. Este don lo significa y lo realiza por anticipado
durante la ltima cena: "Este es mi cuerpo que va a ser entregado
por vosotros" (Lc 22, 19).
REZAMOS: (Aparecida, 554)
Qudate con nosotros, porque atardece y el da ya ha declinado(Lc,
24, 29) Qudate con nosotros, Seor, acompanos aunque no siempre
hallamos sabido reconocerte.
-
38
Qudate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo
densas las sombras, y t eres la Luz; en nuestros corazones se
insina la desesperanza, y T nos haces arder con la certeza de la
Pascua. Estamos cansados del camino, pero t nos confortas en la
fraccin del Pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad T
has resucitado y que nos has dado la misin de ser testigos de tu
Resurreccin. Qudate con nosotros, porque atardece y el da ya ha
declinado
COMPROMISO: Pensamos, con espritu de renovacin, cmo podemos
transparentar an ms el encuentro con Jess en nuestro ambiente.
-
39
5 Reflexin. Creo que descendi a los
infiernos y al tercer da resucit de entre los muertos
"Jess baj a las regiones
inferiores de la tierra. Este
que baj es el mismo que
subi (Ef 4, 9-10). El
Smbolo de los Apstoles
confiesa en un mismo
artculo de fe el descenso
de Cristo a los infiernos y
su Resurreccin de los
muertos al tercer da,
porque es en su Pascua
donde, desde el fondo de la
muerte, l hace brotar la vida...11
11 CATIC 631
Estamos cansados del camino, pero t nos confortas en la fraccin
del pan para anunciar a nuestros hermanos que en verdad t has
resucitado y que nos has dado la misin de ser testigos de tu
resurreccin. (Doc. Aparecida, 550
-
40
ra necesario que el Hijo de Dios naciera, y muriera para
redencin de todos tambin era necesario que bajara hasta lo ms
profundo de la muerte, de lo oscuro, de lo indeseado para rescatar
lo
perdido.
Desde ah, desde el abismo de la ms oscura noche, aparece
resplandeciente el que nos salva, el que nos devuelve la vida.
Elije para presentarse resucitado a una mujer, a Magdalena, una
pobre entre las pobres, tal como haba sido en su pesebre pobres
entre pobres encuentran primero a Buena Noticia. Desde su condicin
de resucitado, alude en casi todos los encuentros con sus amigos,
la posibilidad de que se acerquen y lo vean; le pide incluso a Toms
que toque sus llagas y que meta la mano en su costado.
Incluso, el acercamiento personal a Lzaro de Betania, no es ms
que la anticipacin de la resurreccin, y es la experiencia en la que
sabemos que la muerte es el bajar hasta lo ms profundo de lo
humano, es el saber el anonadamiento de s mismos para saltar a la
vida luminosa que Jess nos invita a compartir junto al Padre y al
Espritu Santo.
COMPARTIMOS: Los invitamos a escuchar esta cancin y rezar con
ella, teniendo en cuenta que bajamos a la profundidad de nosotros
mismos y vivimos la experiencia de Lzaro, del silencio y la
oscuridad Despus de escucharla podemos conversar qu significa para
nosotros, desde esta experiencia: descender a los infiernos
Lzaro de Betania
LOS QUE ME AMAN, ME LLORAN;
SABEN FUERTE A LA MUERTE. TODOS TE AGUARDAN,
E
-
41
TE CONMUEVE ESTA HISTORIA, SLO T PUEDES NUESTRA PIEDRA QUITAR.
ES ESPERANZA LO QUE GESTO EN SILENCIO, OSCURAMENTE, LO QUE ESPERO
ES TU VOZ.
LOS QUE ME AMAN, ME LLORAN; SABEN FUERTE A LA MUERTE.
T VENDRS POR M,
LLORARS POR M Y LES DIRS QUE YO SOLAMENTE,
SOLAMENTE DORMA. T VENDRS POR M,
LLORARS POR M ME LLAMARS PODEROSAMENTE,
NUEVAMENTE A LA VIDA.
NO ESTOY MUERTO DEL TODO PORQUE TENGO TU NOMBRE.
MUERTO Y YO CREO, MI SEOR DE LA VIDA, MUERTO Y ESPERO, MUERTO Y
AMNDOTE. MUY DENTRO MO, A TRAVS DE LA NOCHE
EN LO IMPOSIBLE NO DEJO DE ESPERAR. NO ESTOY MUERTO DEL TODO
PORQUE TENGO TU NOMBRE.
NO HUELES PODREDUMBRE,
T ERES LA PRIMAVERA. HACIA TU AMIGO SIEMPRE ESTS EN CAMINO,
NO SE MARCHITA EN TRES DAS TU AMOR. GLORIA DEL PADRE ES LA VIDA
DEL HOMBRE,
SAL DE LA TUMBA, ANDA LEVNTATE! NO HUELES PODREDUMBRE,
T ERES LA PRIMAVERA. Ser tal vez una forma de que pudiramos
comprender que la muerte no es ms que un paso? Ser que l nos
anticipa cmo seremos? Seguramente es muy complejo imaginarlo. En
este paso por lo ms oscuro, y ms profundo de lo humano, Jess redime
la historia entera, la historia completa de la humanidad. Rescata,
cura, sana y salva la humanidad concreta de todos los tiempos y de
todas las culturas. Para siempre.
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"Hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Nueva..." (1 P
4, 6). El descenso a los infiernos es el pleno cumplimiento del
anuncio evanglico de la salvacin. Es la ltima fase de la misin
mesinica de Jess, fase condensada en el tiempo pero inmensamente
amplia en su significado real de extensin de la obra redentora a
todos los hombres de todos los tiempos y de todos los lugares
porque todos los que se salvan se hacen partcipes de la
Redencin.12
Creer es lo que nos ayuda y nos tensiona hacia la virtud de la
esperanza, esa que llegar en la medida que el amor sea el motor de
nuestra vida.
Dejemos de buscar entre los muertos al que vive. El mismo Jess
afirmar que no es el Dios de los muertos sino de los vivos (Mc. 12,
17). De esto se desprende nuestra defensa por la vida y por su
dignidad. Asistimos hoy a retos nuevos que nos piden ser voz de los
que no tienen voz. El nio que est creciendo en el seno materno y
las personas que se encuentran en el ocaso de sus vidas, son un
reclamo de vida digna que grita al cielo y que no puede dejar de
estremecernos... (Aparecida, 467)
REZAMOS: Con el Catecismo de la Iglesia Catlica (CATIC),
diciendo juntos creo en la Resurreccin. 636 En la expresin "Jess
descendi a los infiernos", el smbolo confiesa que Jess muri
realmente, y que, por su muerte en favor nuestro, ha vencido a la
muerte y al Diablo "Seor de la muerte" (Hb 2, 14). creo en la
Resurreccin 637 Cristo muerto, en su alma unida a su persona
divina, descendi a la morada de los muertos. Abri las puertas del
cielo a los justos que le haban precedido. creo en la
Resurreccin
12 CATIC 634
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656 La fe en la Resurreccin tiene por objeto un acontecimiento a
la vez histricamente atestiguado por los discpulos que se
encontraron realmente con el Resucitado, y misteriosamente
trascendente en cuanto entrada de la humanidad de Cristo en la
gloria de Dios. creo en la Resurreccin 657 El sepulcro vaco y las
vendas en el suelo significan por s mismas que el cuerpo de Cristo
ha escapado por el poder de Dios de las ataduras de la muerte y de
la corrupcin. Preparan a los discpulos para su encuentro con el
Resucitado. creo en la Resurreccin 658 Cristo, "el primognito de
entre los muertos" (Col 1, 18), es el principio de nuestra propia
resurreccin, ya desde ahora por la justificacin de nuestra alma
(Cf. Rm 6, 4), ms tarde por la vivificacin de nuestro cuerpo (Cf.
Rm 8, 11) creo en la Resurreccin
COMPROMISO: Qu accin podramos realizar en ayuda hacia quienes
necesitan testimonios de vida, de resurreccin? Poder acercarles una
experiencia donde pueda resucitar la esperanza. )
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6 Reflexin. Creo que subi a los cielos y
que est sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.
"Cuando yo sea
levantado de la tierra,
atraer a todos hacia
m"(Jn 12, 32).
Este texto de Juan, nos
ayuda a comprender el
sentido de la cruz en
relacin a la
resurreccin y tal como
reflexionbamos ms
arriba, con el sentido
vertical de la
existencia.
a vida de Jess, propuso a la humanidad una forma de vida que
tensionara hacia dentro y hacia arriba una vida de entrega a los
hermanos y justicia (horizontalidad) y de profunda contemplacin de
L
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lo dado y de lo hecho para gloria de su creador
(Verticalidad)
"Cuando yo sea levantado de la tierra, atraer a todos hacia
m"(Jn 12, 32). La elevacin en la Cruz significa y anuncia la
elevacin en la Ascensin al cielo. Es su comienzo. Jesucristo, el
nico Sacerdote de la Alianza nueva y eterna, no "penetr en un
Santuario hecho por mano de hombre,... sino en el mismo cielo, para
presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb
9, 24)13
Se inaugura as el Reino del Mesas, a partir de ese es el
momento, somos testigos del "Reino que no tendr fin" (Smbolo de
Nicea-Constantinopla). Es Jesucristo quien invita a la vida
trinitaria a toda la creacin desde la encarnacin, habiendo
transitado la humanidad de la muerte, y estando resucitado para
siempre quien nos convoca a esa vida. Quien se sienta a la derecha
del Padre es el Verbo, es el Hijo del Hombre. Con l y en l toda la
dignidad descansa a la derecha de Dios.
COMPARTIMOS: Del CATIC 665 La ascensin de Jesucristo marca la
entrada definitiva de la humanidad de Jess en el dominio celeste de
Dios de donde ha de volver (Cf. Hch 1, 11), aunque mientras tanto
lo esconde a los ojos de los hombres (Cf. Col 3, 3). 666
Jesucristo, cabeza de la Iglesia, nos precede en el Reino glorioso
del Padre para que nosotros, miembros de su cuerpo, vivamos en la
esperanza de estar un da con l eternamente.
13 CATIC 66
El apstol Pablo nos ayuda a entrar dentro de esta realidad
cuando escribe: con el corazn se cree y con los labios se profesa
(cf. Rm 10, 10). El corazn indica que el primer acto con el que se
llega a la fe es don de Dios y accin de la gracia que acta y
transforma a la persona hasta en lo ms ntimo. (Porta Fidei 10)
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667 Jesucristo, habiendo entrado una vez por todas en el
santuario del cielo, intercede sin cesar por nosotros como el
mediador que nos asegura permanentemente la efusin del Espritu
Santo. 682 Cristo glorioso, al venir al final de los tiempos a
juzgar a vivos y muertos, revelar la disposicin secreta de los
corazones y retribuir a cada hombre segn sus obras y segn su
aceptacin o su rechazo de la gracia.
REZAMOS: Nadie ha subido al cielo sino aquel que ha bajado del
cielo
"Hoy nuestro Seor Jesucristo ha subido al cielo; suba tambin con
l nuestro corazn. Oigamos lo que nos dice el Apstol: Si habis sido
resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo
est sentado a la diestra de Dios.
Poned vuestro corazn en las cosas del cielo, no en las de la
tierra. Pues, del mismo modo que l subi sin alejarse por ello de
nosotros, as tambin nosotros estamos ya con l all, aunque todava no
se haya realizado en nuestro cuerpo lo que se nos promete.
(San Agustn, Obispo)
COMPROMISO: Acordamos en grupo una accin semanal que nos ayude a
volver nuestra mirada hacia lo trascendente. Pondremos en comn en
el prximo encuentro cmo nos ha ido.
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7 Reflexin Creo que desde ah ha de venir a
juzgar a vivos y a muertos. Muchas veces pensamos en lo que ha
sido nuestra vida y cmo
ser nuestra eternidad segn lo hecho o lo no
hecho El Buen Dios juzga.
Pensamos que l nos juzgar con la misma medida que nosotros
juzgamos? Desde dnde lo har?
Desde dnde sino desde la fe y de lo que vivimos
en relacin a ella? Decimos en la liturgia de
la misa No tengas en cuenta nuestros pecado sino la fe de tu
Iglesia
l haber vivido en Cristo Jess, implica de nosotros, una vida
diferente. Los evangelios dan cuenta de esto, de lo importante de
vivir segn nuestras creencias esto es lo que cuenta. Veamos qu
dice el evangelista Mateo.
"Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino
que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve
hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de
beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron;
enfermo, y me
E
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visitaron; preso, y me vinieron a ver" Los justos le respondern:
"Seor, cundo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y
te dimos de beber? Cundo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo,
y te vestimos? Cundo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
Y el Rey les responder: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron
con el ms pequeo de mis hermanos, lo hicieron conmigo"14.
Luego dir a los de su izquierda: "Aljense de m, malditos; vayan
al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ngeles,
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no
me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no
me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron".
Estos, a su vez, le preguntarn: "Seor, cundo te vimos hambriento
o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos
socorrido?". Y l les responder: "Les aseguro que cada vez que no lo
hicieron con el ms pequeo de mis hermanos, tampoco lo hicieron
conmigo". Estos irn al castigo eterno, y los justos a la Vida
eterna.
Es evidente que el mal y la posibilidad de elegir el mal por la
eternidad es una realidad; y que Dios nos crea en absoluta libertad
de elegir caminos. Es cierto tambin que en este punto del Evangelio
de Mateo, evangelio que tiene una particular intencin de reforzar
la importancia de la ley para la salvacin, no elije en este caso la
referencia a la ley sino ms bien a lo que hemos dado en llamar en
la tradicin de la Iglesia; las obras de misericordia. Creer que ha
venido a juzgar a vivos y muertos, por tanto y haciendo referencia
al relato del Buen samaritano, nos permite pensar en lo importante
que se vuelve siempre, el atender los gritos y necesidades de los
hombres y mujeres en primer lugar. Eso es comenzar a cumplir la
ley.
14 Mt. 25, 34b-46.
...transformar mediante la fuerza del Evangelio los criterios de
juicio, los valores determinantes, los puntos de inters, las lneas
de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de
la humanidad que esta n en contraste con la Palabra de Dios y el
designio de salvacin. (EN, 19)
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Esas acciones dejan claro cules son nuestras opciones vitales en
las que puede leerse la ley del buen Dios, la ley que Jess vino a
releer y a cumplir. Desde dnde lo har?
Jess vino a ponernos en sintona con la voluntad de Dios. En sus
enseanzas logra acercarnos a la idea de cmo Dios Padre habr de
juzgarnos porque con su pedagoga logra ubicarnos a nosotros en un
supuesto lugar de jueces, porque a travs de parbolas nos muestra de
modo sencillo cmo es su Padre y porque nos habl de cmo transitar el
camino:
el que est libre de pecado que arroje la primera piedra (Jn. 8,
1) no mires la paja en el ojo ajeno, sino la viga en el propio
(Lucas 6, 41-42), para que podamos pararnos en un lugar de
humildad, empata, comprensin.
En la parbola del viador (Mt, 20, 1-16), cuando el dueo del
campo da igual paga a los ltimos que a los primeros. Mostrndonos
que la misericordia no invalida la justicia.
La parbola de las vrgenes prudentes (Mt. 25, 1-13) para
saber
que el ardor de la fe y del Espritu no deben apagarse nunca.
Con las bienaventuranzas, cuando nos da las pistas para llegar
al Padre.
Con la parbola del trigo y la cizaa (Mt 13, 24-30) para no
apresurarnos en nuestras acciones y saber esperar los tiempos de
Dios.
COMPARTIMOS: Del CATIC
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680 Cristo, el Seor, reina ya por la Iglesia, pero todava no le
estn sometidas todas las cosas de este mundo. El triunfo del Reino
de Cristo no tendr lugar sin un ltimo asalto de las fuerzas del
mal. 681 El da del Juicio, al fin del mundo, Cristo vendr en la
gloria para llevar a cabo el triunfo definitivo del bien sobre el
mal que, como el trigo y la cizaa, habrn crecido juntos en el curso
de la historia. 682 Cristo glorioso, al venir al final de los
tiempos a juzgar a vivos y muertos, revelar la disposicin secreta
de los corazones y retribuir a cada hombre segn sus obras y segn su
aceptacin o su rechazo de la gracia.
REZAMOS: Padre: Perdona nuestras ofensas as como nosotros
perdonamos a los que nos ofenden
COMPROMISO: Pensamos en silencio cmo podemos acercarnos un poco
ms a la mirada con que Dios nos mira y nos juzga.
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8 Reflexin Creo en el Espritu Santo
Y la esperanza no
quedar defraudada,
porque el amor de Dios
ha sido derramado
en nuestros corazones
por el Espritu Santo,
que nos ha sido dado.
Rom. 5, 5
l Catecismo de la Iglesia nos comparte que: el Espritu ha sido
quien inspir las escrituras, y es el mismo del que los
Padres son testigos y por ello se constituye la Tradicin el
Espritu es quien asiste al Magisterio. Tambin es clara y franca su
presencia en las palabras y los smbolos de la liturgia sacramental.
En la oracin nos habita Tal como reflexionbamos ms arriba
nuestras
E Invocamos al Espritu Santo para poder dar un testimonio de
proximidad que entraa cercana afectuosa, escucha, humildad,
solidaridad, compasin, da logo, reconciliado n, compromiso con la
justicia social y capacidad de compartir, como Jess lo hizo. (Doc.
Aparecida, 363)
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obras son las que dan cuenta pblica de nuestra fe, y la
presencia del Espritu tambin puede verse a travs de las obras. Es
bueno que podamos abrir paso al Espritu Santo, que hagamos
conciencia de su presencia en nuestras vidas Les proponemos esta
cancin de Metanoia y realizar ecos con los versos que ms nos llamen
la atencin y nos inviten a orar:
SOPLA SEOR TE LO PIDO, QUDATE ESTA NOCHE EN MI ALMA PUES SOLO TU
AMOR Y ABRIGO, ME DAR CONSUELO Y CALMA.
SOPLA SEOR SOPLA FUERTE, ENVOLVEME CON TU BRISA Y EN TU ESPRITU
RENOVAME, HAZME LIBRE EN TU SONRISA.
A PESAR DE MIS CADAS, HAZME FIEL A TUS PROMESAS. SOPLA SEOR EN
MI VIDA, Y ARRANCAME ESTA TRISTEZA.
SOPLA, SOPLA SEOR TU GRANDEZA, SOPLA HAZME FIEL EN MI POBREZA,
SOPLA.
SOPLA SEOR EN MI ODO, SOPLA FUERTE ARRANCA EL MIEDO
PUES SIN TI ME HALLO PERDIDA, SIN TU LUZ ME ENCUENTRO CIEGA.
SOPLA SEOR Y HAZTE VIENTO, Y BAUTZAME EN TU NOMBRE
LLMAME A SERVIR MAESTRO, HAZME FIEL ENTRE LOS HOMBRES. TOMA MI
VIDA EN TUS MANOS, MIS SUEOS MI AMOR, MI TODO
MI CANSANCIO, MIS PECADO Y MOLDAME A TU MODO. SOPLA, Y BAUTZAME
EN TU BRISA, SOPLA
RENOVAME EN TU SONRISA, SOPLA.
SOPLA SEOR TU CARICIA, Y SOBRE MIS SENTIMIENTOS QUE SEA EL NGEL
DE T MISA, QUIEN OBRE EN TODO MOMENTO. SOPLA SEOR Y HAZTE CANTO,
PON TU PALABRA EN MIS MANOS
EN ELLAS TU PROVIDENCIA Y BENDICE A MIS HERMANOS. QUIERO SER DE
TU RBOL RAMA, FRUTO NUEVO DE TU CIELO
QUE MADURA EN TU PALABRA, COMO UN AVE EN PLENO VUELO.
SOPLA, SOPLA, SOPLA SEOR, SOPLA SOPLA, SOPLA, SOPLA SEOR,
SOPLA
Solemos escuchar o decir, inclusive, que Dios teje la historia
con hilos de oro Es Espritu es el dueo del carretel, l es el gran
motor de la Historia. El Espritu es quien anima lo que parece
inanimado, lo creado por Dios, lo que est puesto en el mundo para
ejercitar el amor trinitario.
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Jess es El Ungido, y nos unge en su Espritu para que seamos
libres en la fe, para que vayamos siendo fuertes en la esperanza y
en la caridad. No hay distancias entre Jess y el Espritu:
La nocin de la uncin sugiere... que no hay ninguna distancia
entre el Hijo y el Espritu. En efecto, de la misma manera que entre
la superficie del cuerpo y la uncin del aceite ni la razn ni los
sentidos conocen ningn intermediario, as es inmediato el contacto
del Hijo con el Espritu... de tal modo que quien va a tener
contacto con el Hijo por la fe tiene que tener antes contacto
necesariamente con el leo. En efecto, no hay parte alguna que est
desnuda del Espritu Santo. Por eso es por lo que la confesin del
Seoro del Hijo se hace en el Espritu Santo por aquellos que la
aceptan, viniendo el Espritu desde todas partes delante de los que
se acercan por la fe (San Gregorio Niceno, Spir. 3, 1).
Es el Espritu el que vive y se manifiesta en distintas formas,
en el agua, el fuego, el aceite no descansa para estar con
nosotros.
COMPARTIMOS:
PROPINAS. Dolores Aleixandre (jun 05. 2006)
De nia me aprend de memoria los frutos del Espritu Santo que,
segn el catecismo del P. Ripalda, eran doce: caridad, gozo
espiritual, paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad,
mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad. Ojo a los que
van en negrita porque, cuando de mayor se me ocurri estudiar griego
y me fui a buscar los doce frutos en Glatas 5, no me salan las
cuentas. Pablo slo habla de nueve y adems no dice frutos sino fruto
en singular invitando a leer as: El fruto del Espritu es el amor,
es decir, alegra, paz, magnanimidad, esplendidez, bondad,
fidelidad, mansedumbre y dominio de s. Observen las aadiduras:
alarmado quiz por la ausencia de alusiones al 6 mandamiento en la
lista, el P. Ripalda (Dios le tenga en su gloria) aadi de propina y
por su cuenta la modestia, la continencia y la castidad y precis
que el gozo deba ser espiritual, que empiezas a ponerte
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contento y vete a saber dnde acabas
Otra cosa que no me cuadraba era la traduccin: porque por
ejemplo, ser benigno o longnime difcilmente puede apetecerle hoy a
nadie, pero lo que hay detrs es la palabra macrozuma, que sera algo
as como tener un corazn generoso y magnnimo, todo lo contrario de
quisquilloso, rgido o estrecho. Y he traducido por esplendidez el
trmino jresttes porque en Atenas se calificaba as a los ciudadanos
que colaboraban gratuitamente y sin contrapartida a los gastos de
la armada. El ltimo de todos, dominio de s, resulta de lo ms actual
en la vida cotidiana a la hora de aguantar estoicamente los
contratiempos diarios, sin ponerse como una hiena en los atascos de
circulacin, con la cuada borde o con la incompetencia del jefe.
Una vez hechas estas puntualizaciones un poco pedantes y,
estimulada por el ejemplo del P. Ripalda, me atrevo a aadir un par
de frutos ms de tipo coyuntural a la lista de Glatas: la sencillez
de vida y el buen humor. El primero sera resultado del hbito
prolongado (los frutos requieren una maduracin lenta) de comprobar
qu pocas cosas son realmente necesarias, de aprender a disfrutar
con las ms simples, de ejercitarnos en gestos de gratuidad
domesticando los de apropiacin, de rernos reiteradas veces de los
camelos de la propaganda (prueben a hacerlo por ejemplo con los
anuncios de cosmtica que ofrecen liposomas reafirmantes con
protenas de seda o esencias perlferas de reticulgeno estructurante.
La pasarela Cibeles o la descripcin de los platos de las nuevas
corrientes gastronmicas son otra ocasin de gozoso divertimento).
Pero de lo que se sobre todo es de tener siempre grabados en la
frente y en corazn, como los judos las filacterias, el recuerdo de
cmo viven ms de dos tercios de la humanidad.
No voy a ponerme a ponderar las infinitas ventajas del buen
humor, ese perro de San Bernardo que acude a nuestro encuentro con
su botellita de coac al cuello cuando andamos medio congelados de
los fros invernales y de tantos otros fros que todos tenemos en la
cabeza y que no se quitan con un gorro polar. Es otro fruto que
tambin necesita largos tiempos de maduracin: apoyarnos en la fe que
nos asegura el sentido ltimo de la aventura humana, estar contentos
de Jess y de la frescura increble de su Evangelio, comprobar una y
otra vez que hay ms gente maja que de
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la otra, recordar que cuando decimos Iglesia estamos evocando a
una multitud de hombres y mujeres dinamizados por la presencia del
Espritu y no slo a algunos de sus miembros (versin fruto seco
aromatizado a la esencia de vinagre), vocacionados al disgusto
consternado ocurra lo que ocurra.
Menos mal que el Espritu, Jardinero fiel y experto Horticultor
donde los haya, no se desanima a la hora de cuidar de esos frutos
que son nuestros y suyos.
REZAMOS: Con el Catecismo de la Iglesia Catlica (CATIC),
diciendo juntos creo en el Espritu Santo. 742 "La prueba de que
sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espritu
de su Hijo que clama: Abb, Padre" (Ga 4, 6). creo en el Espritu
Santo. 743 Desde el comienzo y hasta de la consumacin de los
tiempos, cuando Dios enva a su Hijo, enva siempre a su Espritu: la
misin de ambos es conjunta e inseparable. creo en el Espritu Santo.
744 En la plenitud de los tiempos, el Espritu Santo realiza en Mara
todas las preparaciones para la venida de Cristo al Pueblo de Dios.
Mediante la accin del Espritu Santo en ella, el Padre da al mundo
el Emmanuel, "Dios con nosotros" (Mt 1, 23).745 El Hijo de Dios es
consagrado Cristo [Mesas] mediante la Uncin del Espritu Santo en su
Encarnacin (Cf. Sal 2, 6-7). creo en el Espritu Santo. 746 Por su
Muerte y su Resurreccin, Jess es constituido Seor y Cristo en la
gloria (Hch 2, 36). De su plenitud derrama el Espritu Santo sobre
los Apstoles y la Iglesia. creo en el Espritu Santo.
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747 El Espritu Santo que Cristo, Cabeza, derrama sobre sus
miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el
sacramento de la Comunin de la Santsima Trinidad con los hombres.
creo en el Espritu Santo.
COMPROMISO: LOS SIETE DONES DEL ESPRITU SANTO: Don de Sabidura.
Don de Inteligencia. Don de Consejo. Don de Fortaleza. Don de
Ciencia. Don de Piedad. Don de Temor de Dios.
Elegimos uno de los siete dones del Espritu Santo para pedirle a
Dios que se renueve en nosotros y para que podamos en la semana dar
testimonio de l.
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9 Reflexin. Creo en la Santa Iglesia Catlica
y la comunin de los santos
COMPARTIMOS: Qu es la Iglesia? Qu
quiere decir Iglesia?
Cmo la comprendemos
y cmo la damos a
conocer? Qu ven los
que nos ven? Qu
entienden que es La
Iglesia cuando miran
nuestros caminos?
Conversamos un
momento en relacin a
estas preguntas.
o primero que les proponemos para la profundizacin de este
artculo es buscar simplemente la etimologa de la palabra
Iglesia.
Podemos decir que Eclesia viene del griego ekklesia (), que se
convirti a su vez en el latn ecclesia, y que simplemente significa
una reunin de gente. Es una palabra compuesta por la preposicin
L
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griega ek ( ), que denota un origen y que puede traducirse
independientemente como desde, y kaleo (), que significa llamar. La
definicin ms genrica es la de "una reunin de ciudadanos llamados
desde sus hogares a un lugar pblico". Aunque hoy en da el trmino se
relaciona fuertemente con la Iglesia cristiana, sus races son ms
amplias. La Septuaginta (traduccin griega de la Biblia) utiliza
ekklesia para traducir en griego la palabra hebrea qhl (), que
significa congregacin, asamblea, compaa o cualquier otro cuerpo
organizado. Estos usos en las escrituras Hebras del trmino ekklesia
no son tomados por los telogos cristianos como referidos a la
Iglesia especficamente (sino que en contexto se refieren a una
reunin especfica para circunstancias particulares), aun as estos
mismos telogos ven al pueblo Judo (vistos como el "Pueblo de Dios",
una comunidad que se entenda a s misma como definida por una
alianza nica con Dios), como un preludio, o prototipo o un tipo de
profeca viva, de lo que un da sera la Iglesia Cristiana15. EL
Catecismo de la Iglesia catlica nos ensea y agrega: La palabra
"Iglesia" ["ekklsia", del griego "ek-kalein" - "llamar fuera"]
significa "convocacin". Designa asambleas del pueblo (Cf. Hch 19,
39), en general de carcter religioso. Es el trmino frecuentemente
utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar
la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo
cuando se trata de la asamblea del Sina, en donde Israel recibi la
Ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo (Cf. Ex 19).
Dndose a s misma el nombre de "Iglesia", la primera comunidad de
los que crean en Cristo se reconoce heredera de aquella asamblea.
En ella, Dios "convoca" a su Pueblo desde todos los confines de la
tierra. El trmino "Kiriak", del que se deriva las palabras "church"
en ingls, y "Kirche" en alemn, significa "la que pertenece al
Seor".16 Como podemos ver el trmino Iglesia se ha ido construyendo
en la historia, que es historia de salvacin y que va siendo
redimida por la resurreccin de Jess. 15
http://es.wikipedia.org/wiki/Eclesiolog%C3%ADa_cristiana#Etimolog.C3.ADa
16 CATIC 751
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Creer en la Iglesia depende directamente de creer en el Espritu,
no podra ser sin l. Desde Pentecosts hasta el da de hoy en el que
todos nosotros hacemos la vida y la celebramos en cada fraccin del
pan en el nombre de Jess se relacionan inexorablemente ambos:
Espritu e Iglesia. Los que hacemos y construimos la Iglesia de Jess
somos los que partimos el pan y repartimos nuestras vidas al
servicio de los dems. El credo niceno agrega que la Iglesia: Es Una
debido a su origen: "El modelo y principio supremo de este misterio
es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espritu Santo, en
la Trinidad de personas"(UR 2), en ella recibimos el mismo y nico
bautismo que nos hace formar parte de su misterio. Es Santa: "La fe
confiesa que la Iglesia... no puede dejar de ser santa. En efecto,
Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre y con el Espritu se
proclama el solo santo, am a su Iglesia como a su esposa. l se
entreg por ella para santificarla, la uni a s mismo como su propio
cuerpo y la llen del don del Espritu Santo para gloria de Dios" (LG
39). La Iglesia es, pues, "el Pueblo santo de Dios" (LG 12), y sus
miembros son llamados "santos" (Cf. Hch 9, 13; 1 Co 6, 1; 16,
1).Porque es el mismo Jess quien nos convoca desde la primera
invitacin a sus amigos apstoles y el seguimiento de sus discpulos y
discpulas invitndonos a la santidad. Es Catlica: porque entendemos
que Jess ha venido para todos los hombres de todos los tiempos y su
Mensaje es Universal. Todos los hombres estn invitados al Pueblo de
Dios. Por eso este pueblo, uno y nico, ha de extenderse por todo el
mundo a travs de todos los siglos, para que as se cumpla el
designio de Dios, que en el principio cre una nica naturaleza
humana y decidi reunir a sus hijos dispersos... Este carcter de
universalidad, que distingue al pueblo de Dios, es un don del
(...) Por la fe, hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres
estn escritos en el libro de la vida (cf. Ap 7, 9; 13, 8), han
confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Seor
Jess all donde se les llamaba a dar testimonio de su ser
cristianos: en la familia, la profesin, la vida pblica y el
desempeo de los carismas y ministerios que se les confiaban. (Porta
Fidei, 13)
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60
mismo Seor. Gracias a este carcter, la Iglesia Catlica tiende
siempre y eficazmente a reunir a la humanidad entera con todos sus
valores bajo Cristo como Cabeza, en la unidad de su Espritu (LG
13). Es Apostlica porque la presencia de los apstoles orienta,
acompaa y conduce al Cuerpo Mstico. Fue y permanece edificada sobre
"el fundamento de los apstoles" (Ef 2, 20; Hch 21, 14), testigos
escogidos y enviados en misin por el mismo Cristo (Cf. Mt 28,
16-20; Hch 1, 8; 1 Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.). Es realmente
misteriosa la construccin de la Iglesia, est compuesta por todos
nosotros, por todos sus miembros, consagrados y seglares,
sacerdotes y laicos, sin distincin y animada, como decamos antes
por el Espritu, es l quien hace buenas todas las cosas y es l en
quien esa reunin de fieles, debe descansar y confiar. Dir la Lumen
Gentium: "una realidad compleja, en la que estn unidos el elemento
divino y el humano" (LG 8). Por tanto pensar que como Iglesia
tenemos que ser perfectos u homogneos en las formas de expresin
litrgica es un tanto difcil. Cada pueblo, cada localidad de nuestro
vasto pas, de nuestra hermosa Nacin, posee una profunda fe que
emerge de la cultura local y que habilita a que siguiendo los
criterios de la liturgia como base, exprese su fe en consonancia
con su tierra. Es la Iglesia el modo que tenemos de ser testigos de
Reino para todos, ella es Sacramento universal de salvacin:
"La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e
instrumento de la unin ntima con Dios y de la unidad de todo el
gnero humano "(LG 1): Ser el sacramento de la unin ntima de los
hombres con Dios es el primer fin de la Iglesia. Como la comunin de
los hombres radica en la unin con Dios, la Iglesia es tambin el
sacramento de la unidad del gnero humano. Esta unidad ya est
comenzada en ella porque rene hombres "de toda nacin, raza, pueblo
y lengua" (Ap 7, 9); al mismo tiempo, la Iglesia es "signo e
instrumento" de la plena realizacin de esta unidad que an est por
venir.17
17 CATIC 775
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En ella somos Pueblo de Dios, Pueblo Santo que vive y trabaja
para la liberacin de toda cautividad y de toda opresin. Somos
Cuerpo Mstico de Cristo, somos la forma que hoy tiene la Palabra
divina, la forma que se hace pan para los dems. En ocasiones nos
parece que andamos desarticulados y por eso, ms de una vez citamos
los textos de Romanos o de Corintios donde se nos acerca la metfora
del Cuerpo para comprender la asistencia del espritu en las
comunidades cristianas. S, es cierto que quisiramos andar mejor s,
es cierto que a veces no trabajamos o tendemos hacia el mismo lugar
lo cierto es que es tiempo que cada quien sepa qu hace, para qu est
y qu quiere sabindose parte de este Cuerpo por eso son tiempos
complejos como creyentes.
La Iglesia es tambin comunin de los santos Porque entre todos
los creyentes vivos y muertos se da la unin en el Espritu, y es en
los que nos han precedido en la vida eterna en quienes ponemos
nuestra esperanza, en cada eucarista celebramos la presencia del
Cuerpo de Cristo, en l habitan y habitamos todos los que creemos en
l.
REZAMOS. Con el Catecismo de la Iglesia Catlica (CATIC),
diciendo juntos creo en la santa Iglesia y en la comunin de los
santos. 777 La palabra "Iglesia" significa "convocacin". Designa la
asamblea de aquellos a quienes convoca la palabra de Dios para
formar el Pueblo de Dios y que, alimentados con el Cuerpo de
Cristo, se convierten ellos mismos en Cuerpo de Cristo. creo en la
santa Iglesia y en la comunin de los santos. 778 La Iglesia es a la
vez camino y trmino del designio de Dios: prefigurada en la
creacin, preparada en la Antigua Alianza, fundada por las palabras
y las obras de Jesucristo, realizada por su Cruz redentora y su
Resurreccin, se manifiesta como misterio de salvacin por la efusin
del Espritu Santo. Quedar consumada en la gloria del cielo como
asamblea de todos los redimidos de la tierra (Cf. Ap 14,4).
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creo en la santa Iglesia y en la comunin de los santos. 779 La
Iglesia es a la vez visible y espiritual, sociedad jerrquica y
Cuerpo Mstico de Cristo. Es una, formada por un doble elemento
humano y divino. Ah est su Misterio que slo la fe puede aceptar.
creo en la santa Iglesia y en la comunin de los santos. 780 La
Iglesia es, en este mundo, el sacramento de la salvacin, el signo y
el instrumento de la Comunin con Dios y entre los hombres. creo en
la santa Iglesia y en la comunin de los santos. 804 Se entra en el
Pueblo de Dios por la fe y el Bautismo. "Todos los hombres estn
invitados al Pueblo de Dios" (LG 13), a fin de que, en Cristo, "los
hombres constituyan una sola familia y un nico Pueblo de Dios"(AG
1). creo en la santa Iglesia y en la comunin de los santos. 805 La
Iglesia es el Cuerpo de Cristo. Por el Espritu y su accin en los
sacramentos, sobre todo en la Eucarista, Cristo muerto y resucitado
constituye la comunidad de los cr