Andrés Mignucci Arquitectos · Los espacios públicos de una ciudad construyen su identidad. San Juan de Puerto Rico es una ciudad localizada al borde del Océano Atlántico que

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Andrés Mignucci Arquitectos

por Inés Moisset

cuaderno latinoamericano de arquitectura - urbano

ubicación:Avenida Ashford, El Condado, San Juan, Puerto Ricosuperficie:18.000 m2

año: 2004

equipo de trabajo:Andrés Mignucci FAIA, conMaribel Ortiz, William Collazo,Irvine Torres, Luis Bonet,Rafael Robles, Marcelo López,Gabriel Piovannetti, Rosa Pelleranoconsultores:Miguel Zapata, Enrique Blanes,Andrés Sánchez Carrión, Wet Designarte público:Niña con Tucán (1983),Recostada (1983),Ángel Botello, escultor

la ventana al mar

constructor:Caribe Tecno SEinspección:URS Caribedueño:Compañía deTurismo de PuertoRicofotografías:Pedro HiriartAndrés Mignucci

www.andresmignucci.com

latitud:18º 27´Nlongitud:66º 6´O

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Los espacios públicos de una ciudad construyen su identidad. San Juan de Puerto Ricoes una ciudad localizada al borde del Océano Atlántico que había perdido la oportuni-dad de encuentro con su frente marítimo. El proyecto de la Ventana al Mar y otrasintervenciones recientes recuperan y potencian las cualidades de esta ciudad, quefuera una de las más antiguas de la colonización española fundada en 1521. El ViejoSan Juan se encuentra en una isleta unido por un puente al Condado, sector donde selocaliza la Ventana al Mar. Este barrio nace a principios de siglo XX como una expansiónpromovida por la existencia del tranvía que la conectaba al casco fundacional.

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La Avenida Ashford fue el eje de la nuevaurbanización. En el área se fueron ubi-cando las nuevas residencias, losemprendimientos turísticos y los grandeshoteles de lujo como el legendarioCondado Vanderbilt (1919). Con posterio-ridad, en 1958 se construye el hotel LaConcha, proyecto de los arquitectosOsvaldo Toro y Miguel Ferrer, una obradestacada del modernismo tropical, consus ventilaciones cruzadas, vestíbulosabiertos e iluminación natural. La obraestá acompañada por la sensual cúpuladel restaurant La Perla, diseñada por elreconocido ingeniero estructuralistaMario Salvadori.

La zona se fue consolidando y transfor-mándose en un centro de ocio, tiendas,boutiques, joyerías, cafés y restaurantes.

Pero en este derrotero, se fue edificandola totalidad de la cara norte de la AvenidaAshford, ganando terrenos y construyendouna barrera entre el mar y la ciudad. Elacceso a la playa poco a poco se fue res-tringiendo y quedó relegado a servidum-bres de paso.

Hacia 1998, la Corporación de DesarrolloHotelero presenta un proyecto parademoler el Hotel La Concha, el Centro deConvenciones que estaba a su lado y unanexo del Hotel Vanderbilt para construirun mega-complejo. Esto desencadenóuna disputa judicial donde el Municipio deSan Juan y la Junta de Calidad Ambientalobjetaron la propuesta y se paralizaronlas acciones. Asociaciones civiles y elColegio de Arquitectos de Puerto Rico seopusieron al proyecto y a la demolición deLa Concha por considerar que el hotel deToro y Ferrer debería ser preservadocomo parte del patrimonio históricoarquitectónico puertorriqueño. La catalo-gación como edificio patrimonial no eraposible porque el edificio tenía menos de50 años de antigüedad, condición queestablece el Registro de Sitios y ZonasHistóricos local.

Finalmente en 2001, el Gobierno entranteaprueba un proyecto alterno aportando untercio de los fondos para la recuperacióndel Vanderbilt y La Concha que incluye lademolición del Centro de Convencionespara construir un espacio público comoconexión entre la ciudad y el mar.

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Detenernos en la explicación de estecontexto sirve para entender el impactode la obra de Mignucci en el proceso deconstrucción de la ciudad. La Ventana alMar revela la comprensión precisa de laestructura y el funcionamiento de la ciu-dad, del respeto de su memoria y de lavoluntad de sus habitantes. También untrabajo responsable y comprometido porparte del Municipio, el Gobierno y entida-des como el Colegio de Arquitectos.

La Ventana al Mar es una oportuna inter-vención que conecta la Avenida Ashfordal océano convirtiéndose en una cesuraentre los dos hoteles existentes. La ciu-dad y el mar son energías poderosas queel arquitecto resuelve en un esquema deplanta de ying y yang, donde dos piezasprácticamente pentagonales interactúany hacen de interfaces: la plaza y la playa.Esto vemos en los croquis iniciales, unelemento en zig-zag conecta la acera conla escollera y donde se va pasando de loartificial hacia lo natural, de la escalaurbana a la oceánica. Más allá de la opo-sición histórica entre natural y artificial,hoy la ecología de sistemas nos brindaherramientas para comprender vínculoscomplejos donde un entramado de rela-ciones de seres vivos y elementos inertesforma un conjunto superior a la suma delas partes.

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La plaza que pertenece a la ciudad esprado rodeado de palmeras, una superfi-cie horizontal verde que permite la reali-zación de espectáculos públicos masi-vos. La geometría sincopada de la ubica-ción de los vegetales exalta el carácterartificial de esta pieza. Sin embargo, yadesde el ingreso percibimos el horizontemarino. Sobre los laterales, encontra-mos equipamientos comerciales y deapoyo a la actividad hotelera ligeramentesobreelevados que permiten balconearsobre lo que acontece en el parque. Lagran fuente es un espacio que acerca elagua hacia la ciudad y que sirve de espa-cio de juego de los niños. Como en otrosespacios públicos de San Juan, el arteestá presente. Dos bellísimas esculturasen bronce de Ángel Botello se colocanen puntos opuestos remarcando estatensión espacial.

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La playa, en una cota inferior, utilizarecursos del paisaje pintoresco. La vege-tación se distribuye aparentando natura-lidad. El suelo está formado por piedrasy la propia arena de la playa que va des-cendiendo desde la plaza. Todo ello con-tenido por un rompeolas pre-existenteque Mignucci rehabilita e incorpora alconjunto. El paseo permite meterse pro-piamente en el océano como culmina-ción del recorrido que inicia arriba en laavenida. Aquí la ventana al mar se trans-forma en una ventana desde el mar,desde donde podemos ver el frenteurbano de San Juan.

El lugar es extremadamente concurrido yapropiado, un paseo disfrutado por ciu-dadanos y turistas que caminan y sesientan a descansar en los múltiplesbancos que hay dispuestos. Numerosasactividades se desarrollan en él como elfestival Ventana al Jazz, mercados, cla-ses de baile, etc. La Ventana se presentacomo un espacio público necesario en laciudad, integrado a su crecimiento ynecesidades.

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Esta intención no es única de este parque sino que la ciudad ha replicado la estrategiaen otros espacios públicos: la Plaza del Ancla, la Placita del Condado y el Parque dellndio también de Andrés Mignucci. Hay una voluntad explícita de trabajar el encuentrode la ciudad y el mar, de definir el límite ya no como una línea sino como una bandaancha y porosa constituida por lo público y lo privado. La ciudad se completa con suterritorio y no puede ser entendida de manera aislada. El borde es un conjunto de pun-tos que pertenecen al mismo tiempo al espacio urbano como al oceánico para mejorarsu calidad ambiental. San Juan reinventa así su relación con el territorio, cambiandodel muro ciego a la ventana pública.

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