Los hombres que dispersó LITERATURA Yo vengo de lenguas indígenas, de las que dos hablé hasta ya ma- yorcito, con algo de un precario español. Sin caer en alardes ni modestias, me puedo presentar y me presento, como un indio que logró por virtud de los libros integrarse mexicano: esto es, una mitad blanco y otra mitad cobrizo. Cinco años después de iniciar el aprendizaje formal de la len- gua española, escribí este pequeño libro, que ha corrido la suerte de muchas ediciones, Los hombres que dispersó la danza: una aproximada conjunción y armonización de las dos almas, las dos sangres y las lenguas de que venimos. De leer libros me vinieron impulsos de escribirlos. Porque siempre la palabra engendró palabras y los libros dieron a luz libros. Yo leo libros desde que me acuerdo. Siempre que pienso en mí me veo con un libro en la mano. Y si bien no siempre los en- tendí, algo quedó que después fue útil para entender. Por eso se ha dicho que la ignorancia es el principio de la sabiduría. Lo he dicho otras veces y lo repito ahora porque es una convicción: yo soy los libros que he leído. El libro fue para mí lo que el molde al barro: me dio forma. Quien lee un libro, lee dos. Quien un día lleva un libro a su casa, acaba por crear una biblioteca, no importa su número, que no lo tiene. Intenta, joven lector, como yo lo intenté: seguir el camino de aquellos que, viniendo de lenguas indias, aprendieron otros idio- mas, sin detrimento de la lengua que aprendieron en el regazo materno y en la leche de sus niñeces. ANDRÉS HENESTROSA Andrés Henestrosa Andrés Henestrosa danza hombres dispersó la Los que Los hombres que dispersó la danza CONOCER PARA DECIDIR EN APOYO A LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA CONOCER PARA DECIDIR EN APOYO A LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA CONOCER PARA DECIDIR EN APOYO A LA INVESTIGACIÓN ACADÉMICA