Amor irracional
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Amor irracional
Durante toda la noche no haba cesado aquella fina lluvia.
Llevaba muchas horas echada en la cama oyendo esa msica de fondo
que originaba el agua al caer. Se senta terriblemente cansada.
Haban sido dos meses en los que apenas haba podido dormir ms de
tres o cuatro horas seguidas y siempre en un camastro incmodo y
bajo un par de mantas que apenas le daban abrigo
Ahora todo haba acabado. Se haba mentalizado para ir al entierro
que tendra lugar a las doce del medioda y despus cogera sus maletas
y se volvera a su tierra natal. Por la ventana solo se adivinaba
oscuridad total. Encendi la lamparilla de la mesita de noche para
mirar el reloj y con bastante desilusin comprob que an eran las
cinco y cuarto de la maana
Dio un par de vueltas ms en la cama. Intentaba coger el sueo y
evitar que los recuerdos se apoderaran de su voluntad, pero le
estaba resultando imposible. Una y otra vez vea su cara y escuchaba
su voz
Vete, corre, corre,.... Aquellos ojos le haban gritado con
fuerza que se fuera. Al principio haba opuesto resistencia, casi le
pareca un bonito final morir a su lado. Pero ella no se lo haba
permitido. A empujones la haba sacado de ese zulo y a gritos la
haba obligado a correr tanto como sus piernas haban podido. Eran
unas imgenes difciles de olvidar, unos recuerdos que seguro la
acompaaran hasta el ltimo de sus das
Si al menos tuviera algn tipo de barbitrico en su botiqun. Era
enfermera pero siempre haba estado en contra de la medicacin para
dormir, aunque hoy dara lo que fuera por poder descansar, por
cerrar los ojos y coger un sueo plcido
Despus de unos minutos y ante la imposibilidad de dormir un
poco, decidi levantarse y darse un bao. Puede que sumergir su
cuerpo en agua relajara algo la tensin a la que tena sometida toda
su musculatura. Entr en el cuarto de bao y abri el grifo del agua
caliente. Con los dedos bajo el chorro de agua esper a que la
temperatura de esta fuera agradable y tap el desage. Mientras la
baera se llenaba aprovech para mirarse unos segundos en el espejo.
Dios, qu va a decir mi madre cuando me vea. Fcilmente haba perdido
ocho o diez kilos en estos das de encierro. El peso adelgazado, los
ojos hinchados de tantas lgrimas vertidas la noche antes, el pelo
mal cortado... su aspecto era realmente lastimoso
Al entrar en la baera por un momento le vino a la memoria la
noche que empez todo. Era un cuatro de septiembre y apenas llevaba
quince das viviendo en ese pueblo. Haba venido por motivos de
trabajo. En su ciudad solo consegua hacer suplencias, con horarios
psimos y con largos periodos de descanso entre una y otra
suplencia. Aqu le haban ofrecido una plaza fija, un buen sueldo y
el mismo hospital dispona de unos apartamentos cercanos para la
gente que procediera de otras zonas de Espaa o del extranjero
Aquel da haba sido especialmente trgico. Un enfrentamiento entre
un comando terrorista y la ertzaina se haba saldado con dos policas
heridos, uno de los cuales haba muerto en el quirfano minutos
despus. Esther saba que en ese pueblo, igual que en muchos otros,
era mejor no exteriorizar ningn tipo de color poltico pero aquel
da, al salir a aquel pasillo en el que se encontraba la mujer del
polica fallecido y ver como sta lloraba desconsoladamente mientras
se sujetaba con fuerza una barriga en avanzado estado de gestacin
no pudo evitar un comentario, Que hijos de puta, que ganarn con una
viuda y un hurfano ms
Aquel cuatro de septiembre haba sido la ltima vez que haba
hablado con su madre. An recordaba perfectamente la conversacin. Su
mvil haba sonado al salir de la clase de euskera a la que se haba
apuntado ese mismo lunes
E: Todo muy bien mam
En: Tu padre y yo nos vamos de viaje este jueves y si todo va
bien nos quedaremos unas semanitas. Katrina pronto saldr de cuentas
y tu hermano ya nos tiene una habitacin preparada en su casa
Esther se dio cuenta de lo desconectada que estaba del mundo
real. Su sobrinita haba nacido durante el tiempo en que ella haba
estado secuestrada y an no haba podido ver ni siquiera una
fotografa suya. Aquella ltima conversacin mantenida con su madre
pareca pertenecer a otra poca de su vida, pero tan solo haban
transcurrido dos meses desde aquel da
Pobre, mam... qu debi pensar al saber que su hija haba
desaparecido?
Aquella noche su compaera de piso, una joven doctora procedente
de Madrid, haba decidido irse para casa a la salida del hospital.
Tena unas dcimas de fiebre y se encontraba muy cansada
E: As qu... Laura. Hoy haces campana?
L: Chica... si es que no me aguanto de pie. Disclpame con Gorka
y dile que el viernes no faltar a clase
Esther de forma involuntaria puso la palma de su mano en la
frente de su amiga y la not ligeramente caliente
E: Venga, intentar no hacer ruido cuando llegue. Tu mtete
prontito en la cama y ya vers como maana te levantas como nueva
L: No te preocupes por lo del ruido... Me he tomado un
antiinflamatorio hace unos minutos y noto que ya me est viniendo el
sueo. Creo que hoy no me despertara ni un terremoto
Y no haba sido un terremoto pero casi, casi. Alguien haba
aporreado con fuerza la puerta. Ella se encontraba desnuda y a
punto de entrar en la baera cuando haba odo esos fuertes golpes en
la puerta de la entrada. Se tap rpidamente con un albornoz e intent
darse prisa en abrir para que quien fuera no acabara por despertar
a Laura
An ahora temblaba al recordar la imagen de aquellos dos
encapuchados y aquella pequea pistola con la que la apuntaba el
primero de ellos. Sin darle ningn tipo de explicacin aquel tipo la
haba encaonado a nivel del pecho y la haba hecho retroceder hasta
conseguir que se cayera sobre el sof y se le abriera en parte la
prenda de ropa con que se haba vestido
Terrorista 1: Joder... que buena est la doctora... si parece que
me estuviera esperando... porqu no me dejas diez minutos a solas
con ella?... seguro que el capo no se va a enterar si t no le dices
nada
A Esther le pareca increble como poda recordar tan
detalladamente lo que haba ocurrido aquella noche. Esa misma tarde
en comisara lo haba tenido que relatar en ms de una ocasin y
posiblemente por ello ahora lo estaba reviviendo con tanta
precisin
Por suerte el segundo encapuchado se haba acercado al primero y
le haba dicho algo a la oreja. Algo que le haba hecho cambiar de
opinin
Terrorista 1: Joder... Tienes razn... Vamos vstete deprisa
(bajando de momento la pistola y tirando de ella para ayudarla a
levantarse) Vives con alguien, Laura?
Esther apenas haba podido mover la cabeza en seal negativa. Todo
su cuerpo temblaba por la mezcla de miedo y nervios que senta en su
interior, pero su cerebro intentaba mantenerse alerta. Una cosa
tena clara, la haban confundido con Laura, y apenas dos semanas
antes sta viva sola en ese apartamento. Algo le deca en su interior
que era mejor no quitar a esos hombres de su equvoco
Terrorista 1: Acompala t a su habitacin... al menos t no te vas
a poner caliente si la ves desnuda
An encima de la cama se encontraban los tejanos que se haba
quitado minutos antes y un jersey muy fino con el que haba pasado
un poquito de fro al volver a casa. Intentando ir lo ms aprisa
posible para que Laura no se despertara y no se le ocurriera
levantarse de la cama se quit su albornoz y se empez a vestir
Curiosamente aquel to que la haba llevado hasta su habitacin no
pareca tener ningn inters en verla desnuda. Mientras ella se vesta
haba abierto un armario y sacndose una bolsa plegada de uno de sus
bolsillos la haba ido llenando de ropa limpia, un par de pantalones
y varios jerseys. Despus haba abierto el cajn del que Esther haba
sacado unas braguitas limpias y haba hecho lo propio con la ropa
interior. Haba cogido varias mudas y tambin las haba metido en esa
bolsa de basura
Esther que segua hecha un flan se daba cuenta por el proceder de
aquel encapuchado que estaba a punto de ser secuestrada y por la
ropa que haba guardado en aquella bolsa poda ser que la cosa fuera
realmente grave. Ya a punto de salir de la habitacin haba cogido un
retrato en el que se la vea a ella junto a su hermano pocos das
antes de que este se fuera a vivir a Suiza. Como pidindole un favor
haba tendido el portarretratos a aquel hombre y este despus de unos
segundos de duda, tambin lo haba metido en la bolsa de la ropa
E: Gracias... y gracias tambin por no dejar antes que tu
compaero...
Terrorista 2: Tranquila... (mientras le pona una mano en el
hombro y la miraba fijamente a los ojos) Vamos, tenemos que irnos
ya
Hasta ese momento Esther no haba sido consciente de que se
encontraba delante de una mujer. Iba vestida con un chaquetn de
cuero que ocultaba perfectamente su silueta y en ningn momento haba
abierto la boca. Las pocas palabras que haba pronunciado las haba
susurrado al odo de aquel otro encapuchado. Ahora, casi de forma
inconsciente, aquella palabra y sobretodo el tono de voz empleado
ha haba ayudado a que el temblor empezara a desaparecer
E: Me vais a matar?... Yo... yo no he hecho nada
Esther de pronto record que en realidad estaban secuestrando a
Laura y ella apenas la conoca. Tan solo haban convivido en aquel
apartamento durante un par de semanas y si bien pareca una chica
muy maja, aun no haban intimado lo suficiente como para poner la
mano en el fuego por ella
Terrorista 2: Tranquila... de verdad... Vamos...Esther empezaba
a notar que el agua de la baera se haba ido enfriando. Segua
sintiendo la misma tensin en todo su cuerpo pero quedarse unos
minutos ms en remojo solo la ayudaran a pillar una pulmona. Estaba
secndose con una toalla cuando oy unos ligeros golpes en la puerta
del bao
L: Esther... mi nia... ests bien?
E: S, Laura, s... no te preocupes
L: Quieres que hablemos?... Quieres que te haga compaa?...Te
preparo un vaso de leche?
Al abrir la puerta solo atin a abrazarse a su compaera de
apartamento. Esta con sumo cuidado le acariciaba la espalda y le
intentaba transmitir todo su cario
L: Me siento tan mal, Esther. Tendra que haber sido yo la que
pasara por todo lo que t pasaste... me siento tan culpable... Si
aquella noche no me hubiera ido a dormir tan pronto... si hubiera
odo a aquellos criminales... si...
Esther abrazada con fuerza a su amiga no dejaba de llorar de
forma silenciosa, pero sus lgrimas poco tenan que ver con lo que
haba pasado de malo durante los das en que haba estado privada de
libertad. Difcilmente Laura entendera el porqu de sus lgrimas
aunque intentara explicrselo y en realidad prefera guardar todo lo
que haba vivido y todo lo que haba sentido en su interior
E: Vete a dormir... es muy temprano, todava. An puedes dormir un
par de horas antes de tener que ir al hospital
L: Por eso no te preocupes, ayer hice un cambio de turnos y
hasta maana por la noche no tengo que volver al curro. Te voy a
acompaar al cementerio si sigues con la idea de ir, y despus te
llevar hasta la estacin
Esther segua abrazada a Laura y esta le acariciaba el cabello
suavemente. Una psicloga de la polica la haba estado asesorando de
cmo ayudar a su amiga. Era importante que esta se sintiera en todo
momento acompaada porque en cualquier momento poda sobrevenirle un
bajn
Pat: Se puede vivir en un zulo durante un tiempo inhumano, pero
no se puede vivir sin amar (le haba explicado la psicloga)
L: No te entiendo... a que te refieres... Esther parece
encontrarse bien...
Pat: S, es cierto... lo parece... pero no la dejes en ningn
momento a solas...
L: No te preocupes pero... a qu te referas con la necesidad de
amar?
Pat: Esther presenta un cuadro claro de Sndrome de Estocolmo y a
medida que pasen las horas su estado anmico puede empeorar
L: Sndrome de Estocolmo?... Si no recuerdo mal...
Pat: Es un sistema de supervivencia. El secuestrado llega a
idealizar a la persona que lo tiene atemorizado y en los libros se
llega a definir como un modo de enamoramiento
L: Pero segn tengo entendido la persona que se encarg de su
vigilancia era una mujer...
Pat: Y...?
Laura se haba arrepentido enseguida de su ltimo comentario.
Realmente poco importaba el sexo del secuestrador. Es ms, ni
siquiera conoca lo suficiente a Esther para saber su orientacin
sexual y en cualquier caso de existir algn tipo de sentimiento
amoroso este tena que ser considerado totalmente patolgico. Cmo
alguien poda sentir algo por la persona que la haba tenido
encerrada durante sesenta y tres das en una habitacin de dos por
dos?
Mientras Laura recordaba la conversacin mantenida con la
psicloga, Esther no poda evitar seguir reviviendo aquella noche del
cuatro de septiembre
Terrorista 1: Joder ta... se ve que uno de los polis ha
muerto
El encapuchado que se haba quedado en el comedor estaba de pie
delante del televisor y haba estado escuchando como las noticias
relataban lo ocurrido aquella misma maana a escasos diez kilmetros
del hospital en que trabajaba Esther
Terrorista 2: Vmonos ya
Terrorista 1: Espera, joder... Quiero ver si dicen algo del
capo... Saben que uno de los nuestros ha resultado herido pero creo
que no saben a quien han dado...
Terrorista 2: Quieres callarte! (la voz de aquella mujer se haba
vuelto de pronto autoritaria) No s si te das cuenta pero no estamos
solos...
Terrorista 1: Va... si lo dices por la doctora... dudo de que el
capo la acabe soltando
Esther ya haba presentido en aquel mismo momento que para tener
alguna posibilidad de salir con vida de todo aquello deba intentar
ganarse a aquella mujer. Por la forma de hablarle a su compaero se
adivina que era una persona de carcter muy fuerte pero la manera en
que la haba intentado tranquilizar cuando estaban a solas en su
habitacin le haca albergar la esperanza de que fuera una buena
persona, aunque esto no dejara de ser un contrasentido en alguien
que formaba parte de una banda terrorista
Terrorista 1: Conduce t. Yo ir detrs con la doctora y al menos
podr darle una alegra al cuerpo (mientras abra la puerta de un
renault 19 blanco)
Terrorista 2: Dientes tiene razn tu novia, el da que te
arrancaron las palas deban llevarse tambin un trozo de cerebro
E: Dientes? (no haba podido reprimir pensar en voz alta en aquel
mote)
Terrorista 1: S mira lo que me hicieron los jodidos (en aquel
momento el encapuchado se haba levantado parcialmente la malla que
llevaba en la cara y haba enseado una boca en la que solo quedaban
unas pocas muelas)
Esther no haba podido reprimir una arcada de asco al ver como
aquel tipo le sacaba adems la lengua de forma obscena
Terrorista 2: Quieres dejar de hacer el idiota. Ten (sacndose
unas llaves del bolsillo y tirndoselas). Ven, Laura... (la haba
cogido por el codo y la haba obligado a sentarse en el asiento
trasero del coche, para despus hacer ella lo mismo). No te
preocupes... no es mal to (refirindose al que conduca), pero lo han
detenido ya en varias ocasiones y cada vez que le dan una paliza lo
dejan un poco ms tonto de lo que es
El pensar que en cualquier momento poda llegar a quedarse a
solas con aquel tipo la haca estar muerta de miedo. A pesar de la
poca luz que haba, pudo observar como la mujer que llevaba al lado
se sacaba uno de los guantes que llevaba puestos y dejaba al
descubierto un vendaje empapado en sangre. Con sumo cuidado fue
quitndose aquella fina malla hasta destapar por completo una herida
de gran tamao
Rebusc con la mano sana en el bolsillo de su chaqueta y sac una
venda nueva. Con grandes dificultades retir el celofn que la
protega y empez a colocarse un nuevo vendaje. Era complicado entre
el movimiento del coche, la oscuridad y el disponer de una sola
mano hacerlo de forma fcil y eso hizo que soltara algn que otro
bufido
E: Me dejas ayudarte? (cogindole la venda nueva y empezndola a
aplicar de forma correcta) Deberas desinfectarte la herida antes de
taparla. Tiene mal aspecto...
Terrorista 2: Ya...
E: Cmo te la has hecho?
Terrorista 2: Ha sido con una lmina de acero
E: Pues deberas protegerte tambin del ttanos (mientras acababa
con un pequeo nudo aquel vendaje)
Terrorista 2: Gracias, ya lo har
Coincidiendo con aquella ltima palabra los ojos de ambas mujeres
se haban encontrado y Esther no haba podido evitar preguntarse como
sera la cara de aquella mujer de la que tan solo conoca la voz
L: Ven, chate en el sof. Ir a buscar una manta para taparte,
sino vas a coger fro
Esther agradeca los cuidados que le estaba prodigando Laura pero
en el fondo lo que ms deseaba era poder seguir inmersa en sus
recuerdos. De forma obediente se ech en el sof y sigui con la
mirada como su compaera de apartamento iba a por algo de abrigo
Inconscientemente se sumergi de nuevo en los recuerdos. Al salir
del pueblo aquella secuestradora de dulce voz le haba tapado la
cara con una especie de bolsa de ropa. Durante un periodo de tiempo
que le habra sido difcil de precisar el coche haba circulado por
caminos mal asfaltados. En ms de una ocasin incluso las curvas
tomadas de forma violenta haban hecho que el cuerpo de la enfermera
se viera zarandeado de un lado a otro. Al detenerse el vehculo la
haban obligado a bajar del coche y el dientes la haba hecho entrar
en una especie de cobertizo. All le haban permitido que se quitara
aquello que le cubra la cara. Al pensarlo no pudo evitar llevarse
ambas manos a las mejillas
L: Tienes fro todava? (Laura estaba all sentada a su lado e
intentaba taparla con una gran manta). Te preparo un vaso de leche
caliente? O mejor una infusin...
Esther escuchaba la voz de su amiga pero no poda evitar temblar.
All, en aquel cobertizo solo se vea una cama y en ella alguien que
se haba medio incorporado al or como se abra la puerta
-: La habis localizado?...
-: S, capo... Guapa la doctora... Guapa de veras...
-: Espero que vuestra tardanza no se deba a que te la hayas
estado tirando. Tengo una bala en la espalda y si me entero...
-: No, capo, no... Joder, capo, que uno es serio...
Aquel tipo de la cama no haba podido reprimir una carcajada
delante de este comentario
-: Acptalo, dientes. Tu seriedad es pequeita y te cuelga entre
las piernas...
En aquel momento se abri de nuevo la puerta y entr la mujer que
haba participado en el secuestro. En la mano llevaba un maletn de
mdico
-: No le habis explicado a la chica para que la hemos trado
hasta aqu? (dejando el maletn en una mesa prxima a la cama)
-: Estbamos esperando a que trajeras el material. Confo en que
sea una buena cirujana. Unai coment que en ese hospital es de lo
mejorcito en quirfano y mejor que sea as porque no me gusta nada
tener una bala en mi cuerpo
Esther haba empezado a entender lo que ocurra. En aquel
enfrentamiento en el que haba muerto el polica aquel terrorista que
tena delante suyo, echado en aquella cama, haba recibido un balazo.
Tericamente haban secuestrado a Laura, una joven doctora con gran
habilidad con el bistur para que le extrajera aquella bala alojada
cerca de su mdula. Solo exista un problema, en realidad ella era
Esther
Mientras aquellos terroristas necesitaran de un mdico su vida
estara a salvo pero si les revelaba el gran error que haban
cometido poda ser que decidieran deshacerse de ella
Cuando estaba pensando en todo ello not que alguien la empujaba
por la espalda y la obligaba a acercarse a la cama de aquel hombre
herido
-: Vamos, capo, chate y que la doctorcilla te pueda ver la
herida (El dientes se haba encorvado sobre su compaero y le estaba
levantando un poco el pijama que llevaba puesto)
Esther tena una gran experiencia en el servicio de urgencias y
difcilmente se impresionaba al ver una herida. A pesar de ello al
ver el orificio de la bala en medio de la espalda no pudo reprimir
un suspiro
-: Est muy mal la cosa? (al herido aquel suspiro de la persona
que tena que curarlo lo haba asustado)
-: S... es imposible sacar la bala en estas circunstancias
(Esther necesitaba que la creyeran) Y si no se hace bien podramos
daar la columna
-: Me quedara invlido?
-: S, existe ese riesgo (cuanto ms asustado estuviera ms
fcilmente accedera a ser llevado a un hospital)
Durante unos segundos aquel hombre haba permanecido en silencio.
Se dira que su cerebro estaba procesando lo que Esther le acababa
de decir
-: Bueno confiar en tus manos y en tu habilidad en ciruga. Por
tu bien y por el mo esperemos que sepas sacar la bala...
-: Pero es que no disponemos de luz..., aqu no hay ningn tipo de
asepsia..., la anestesia...
-: Dale un papel y un boli a Laura (dirigiendo su mirada a la
mujer que tena cerca) Que haga una lista y t, dientes, encrgate de
conseguir todo lo necesario para que me pueda intervenir. Si voy a
un hospital me van a detener y voy a pasar los cuarenta prximos aos
en chirona. Prefiero jugrmela
Poco despus de hacer una larga lista, en la que figuraban
medicamentos difciles de localizar, Esther vio como el capo
asignaba su custodia a la mujer que haba colaborado en su
secuestro
-: Llvatela a la granja. Cuando est todo preparado te avisar
para que la vuelvas a traer. Acompalas t, dientes, y despus te
pones manos a la obra con esa larga lista
-: No es necesario... yo sola me puedo encargar de este
traslado... (sacndose una pistola de debajo la chaqueta y apuntando
con ella a Esther) Dudo que me oponga resistencia
-: De acuerdo... pero si da problemas no dudes en... ya
sabes...
-: Y tu espalda?... Qu pasar con esa bala si yo no dudo
en...?
-: Nada de tonteras... te estoy haciendo una advertencia seria,
Maca. Si esta maana hubieras disparado cuando te lo he dicho
posiblemente yo no estara ahora en esta cama
El dientes despus de esto haba hecho un comentario en euskera,
comentario que haba parecido molestar a la mujer porque esta
enseguida haba forzado a Esther a salir de aquel cobertizo
E: Tengo que volver a taparme la cara?
M: No... esta vez no es necesario. Sube al coche y hazme un
favor, no me obligues a ser una jodida asesina
Desde aquel momento Esther haba empezado a sentir lstima por
aquella mujer. Algo le deca que no dejaba de ser una vctima ms. Una
chica que de haber nacido en otro pas y en otra poca podra haber
sido feliz y que sin embargo viva permanentemente en lucha consigo
misma
E: Qu ha dicho?
M: Quin?
E: l (indicando con el dedo al terrorista que en aquel momento
se acercaba al coche) ha dicho algo que te ha molestado
M: Nada... no te preocupes... no tiene nada que ver contigo
Dientes: Maca, pide el jefe que entres. Oye (sujetndola por el
brazo en el momento que pasaba por su lado) me he pasado antes. No
debera...
La mujer se haba soltado de forma brusca de aquel tipo y se haba
dirigido de nuevo hacia el cobertizo mientras Esther que haba
escuchado aquel comentario aprovechaba para obtener informacin
E: Me vais a matar verdad?. Aunque consiga ayudar a vuestro jefe
no pensis liberarme... (el hecho de que no le exigieran cubrirse la
cara le haba hecho temerse lo peor)
Dientes: No crea que entendieras nuestra lengua, por eso... No
debera haber dicho nada. En realidad todos sentimos lo de Xavi
E: Xavi?
Dientes: S, solo tena veintin aos y dej escapar a un rehn. Los
jefes ordenaron su ejecucin para dar ejemplo. Maca, despus de
aquello, nunca ha vuelto a ser la misma (Aquel hombre haba callado
al ver que su compaera volva con el maletn en la mano y suba de
nuevo al coche)
Ahora echada en ese sof se daba cuenta que desde la primera
noche aquella mujer haba hecho todo lo posible por cuidar de
ella
L: Esther, ven, levntate un poco y tomate esto
Laura le estaba ofreciendo un vaso de leche con cacao
L: Tmatelo, Esther (viendo que su amiga se limitaba a coger el
vaso con ambas manos como si tan solo quisiera calentarse las
manos) Necesitas alimentarte y olvidar cuanto antes todo lo
sucedido
E: No... no... no quiero olvidar... No puedo olvidar...
Eran unas palabras dichas en voz muy baja, era un lamento
exteriorizado. Si algo le daba verdadero miedo era llegar a olvidar
su voz, sus manos y sobretodo su cara
Despus de arrancar el coche, Esther haba sido llevada por
caminos de tierra hasta una pequea casa prxima a la costa. Haba
sido un trayecto relativamente corto y realizado en el mayor de los
silencios. Solo al detener el vehculo aquella mujer a quien su
compaero haba llamado Maca le haba dirigido la palabra
M: Ya hemos llegado. Mierda... no para de sangrar (mirndose el
vendaje de la mano y comprobando que la sangre haba empapado el
grosor de la venda)
E: Deja que le eche un vistazo a la herida... Seguramente sera
bueno poner unos puntos
M: Me lo puedes dar tu?
E: Yo?
M: S, t... eres una buena cirujana no?
E: Y... si te dijera que yo no soy cirujana?
M: Qu? (girndose de forma brusca hacia la enfermera y no
disimulando su sorpresa) No eres Laura Beltrn?
Aquella primera noche de encierro haba sido la ms dura. Ya no
solo por el fro que haba pasado en aquel agujero bajo el suelo,
sino por el miedo que haba sentido al imaginar lo que poda ocurrir
el da despus
Despus de haberle confesado a aquella chica el error que haban
cometido, Esther no tena nada claro como iban a desarrollarse los
acontecimientos a partir de aquel momento
M: Me lo ests diciendo en serio?. De verdad no eres mdico?
E: Solo soy una enfermera
Al escuchar aquello Maca haba golpeado con fuerza el volante con
su mano derecha, soltando al momento un grito de dolor. El mismo
desconcierto le haba hecho olvidar el profundo corte que tena en la
mano
E: Djame verte la herida... Si en algo soy competente es en
hacer curas
M: No va a ser necesario curarme la herida, cuando el jefe se
entere de nuestro error lo que menos me va a doler va a ser la mano
(el tono de voz de aquella chica era de verdadero abatimiento)
E: Va (girando medio cuerpo y abriendo el maletn que haba en el
asiento trasero del coche) Djame quitarte esta venda... est
empapada de sangre
Maca se haba negado de malas maneras a recibir los cuidados de
Esther. Le haba ordenado bajar del coche y a punta de pistola la
haba obligado a levantar una trampilla que haba en el suelo, prxima
a una pequea cabaa de madera
M: Espera... (abriendo de nuevo la puerta del coche para recoger
una pequea linterna de la guantera). Ten. Ahorra todo lo que puedas
en pilas. Ah abajo no hay nada de luz y para tus ojos ser bueno que
de vez en cuando la enciendas durante unos segundos
Y as lo haba hecho durante aquella primera noche. Al poco de
haber bajado por la escalerilla que haba hecha de forma artesanal
oy como la trampilla que daba acceso a ese agujero se abra de nuevo
y por el asomaba la mujer para proporcionarle un par de mantas con
las que taparse
M: Ten... Intenta dormir
E: Puedes darme algo de agua? (los mismos nervios y el miedo que
estaba pasando le haban provocado un molesto escozor en la
garganta)
M: Espera...
Haba desaparecido durante unos segundos y haba vuelto con una
botella de agua y un par de manzanas. Esther recordaba haber
agradecido sobretodo el poder llevarse un poco de agua a la
boca
En aquel momento son el telfono. Laura consciente de que Esther
estaba haciendo serios esfuerzos para dormirse un rato intent
contestar de forma rpida
L: S?... S, ha insistido... A las doce, creo... No, la voy a
acompaar yo... Sus padres regresan hoy mismo procedentes de
Ginebra... Pero porqu?
Despus de escuchar lo que su interlocutor le haba explicado
Laura haba colgado de nuevo el auricular y se haba vuelto a sentar
muy prxima a Esther
L: Cario... me oyes?... (La enfermera permaneca con los ojos
cerrados pero con un ligero movimiento de cabeza asinti) Esther,
era la polica... No quieren que vayas a ese entierro. Temen que
algn amigo de esa chica pueda tomarla contigo
E: Voy a ir... voy a despedirme de ella... se lo debo...
L: Esther no le debes nada... Era tan solo una asesina...
E: Y t que sabes! (de pronto un grito haba escapado de la boca
de Esther) No la conociste... nadie la conoci... Nadie!
Laura asista atnita a aquella defensa tcita de la secuestradora.
Empezaba a recordar las palabras que le haba dicho la psicloga de
la polica y siguiendo los consejos de sta saba que se tena que
limitar a escuchar y dejar que Esther exteriorizara toda su
pena
L: Te trat bien?... Cuid de ti?...
E: S..., el primer da me liber... me dej escapar...
L: Pero no escapaste...
No, no haba escapado, aunque Maca se lo haba puesto
terriblemente fcil. Despus de pasarse toda la noche sentada en un
camastro y envuelta en esas dos mantas que le haba proporcionado,
Esther haba conseguido dormir un poco. La luz del da la haba
despertado
Al abrir los ojos haba visto con sorpresa que la trampilla
estaba abierta y no se adivinaba ninguna presencia humana en el
exterior. Al subir por la escalerilla se haba encontrado una bolsa
de lona y en ella las llaves del coche y un pequeo mapa, adems de
una nota en la que solo se lea:
Perdname. Has sido mi ltimo error
Con toda la rapidez que le haban permitido sus piernas Esther
haba subido al coche y le haba dado a la llave de contacto. Cuando
apenas llevaba un kilmetro recorrido fren el coche para alcanzar el
mapa que haba en la bolsa y volvi a encontrarse con aquella nota
escrita por la secuestradora
Cuando el jefe se entere de nuestro error lo que menos me va a
doler va a ser la mano, haba sentenciado la noche antes. dej
escapar a un rehn. Los jefes ordenaron su ejecucin para dar ejemplo
le haba comentado el dientes. Aquellas frases parecan un eco en el
interior de su cerebro, se repetan una y otra vezAn ahora se
sorprenda de su reaccin. Haba dado media vuelta y haba desandado
aquel escaso kilmetro recorrido. Al detener de nuevo el coche cerca
de la cabaa haba inspirado con fuerza en un par de ocasiones y se
haba encaminado hacia la puerta
L: Esther porqu no escapaste?... Si pudiste... por qu no
escapaste?
E: Estaba herida... Maca estaba herida... (realmente ese no haba
sido el motivo por el que haba dado marcha atrs en su intento de
huda, pero no se vea capaz de encontrar ninguna explicacin
creble)
L: Maca?... era ese el nombre de la secuestradora?...
Esther asinti con la cabeza y cerr los ojos. De nuevo se
encontraba delante de aquella puerta cerrada. Reviva cada uno de
los segundos en los que dud entre abrirla o dar media vuelta y
volver al coche. Saba que regresando a la cabaa estaba poniendo en
peligro su vida, pero all estaba
Al abrir la puerta lo hizo de forma cuidadosa. En el interior no
se oa ningn ruido y apenas se vea. Solo entraba algo de luz por una
pequea ventana. En uno de los laterales de la cabaa haba dos
literas, y en la de abajo se adivinaba una figura humana. Al dejar
la puerta totalmente abierta y descorrer una pequea cortina que
tapaba parte de la ventana, Esther comprob que en aquella cama se
encontraba la mujer que la noche antes haba participado en su
secuestro. An vestida con la chaqueta de cuero y toda encogida
pareca estar profundamente dormida
E: Hola... me oyes? (acercndose hasta quedar a apenas un metro
de donde se encontraba la mujer)
Estaba de cara a la pared y lo nico que poda apreciar Esther era
una larga melena que el da antes haba estado escondida debajo de la
media con que se haba cubierto la cara
Al comprobar que la mujer no haca el ms mnimo movimiento, Esther
se haba acercado hasta llegar a tocarla
E: Oye... (mientras la sacuda ligeramente por el hombro)
Ninguna respuesta. La mujer pareca inconsciente. De forma
instintiva le haba buscado el pulso en la yugular. Dios, que
susto
E: Ey... despierta... despierta... (mientras la intentaba medio
incorporar)
Aquella chica segua sin responder. Al girarla por completo
Esther comprob que en el interior de una de sus manos guardaba un
pequeo frasco de pastillas. Lo cogi y se acerc a la puerta para
poder leer lo que figuraba en la etiqueta. Despus de saber que se
trataba de barbitricos arranc a correr hacia el coche. Si haba
suerte en aquel maletn encontrara algo con que realizar un rpido
lavado de estmago
E: Vamos Esther... Piensa... Piensa... (mientras abra los
diferentes compartimentos de aquel maletn) Joder... si hubiera
carbn activo... Si tuviera una sonda gstrica... si... Piensa
Esther... Ha de haber una solucin... no puedes dejar que esta chica
se muera delante de tiEchada en aquel sof y en compaa de una Laura
que permaneca en absoluto silencio, Esther not como la respiracin
se aceleraba al revivir aquellos momentos
De pronto los ojos de la enfermera se haban fijado en una
botella de agua oxigenada. Tendrs que servir. Eres lo nico con lo
que cuento en estos momentos. Llen un par de jeringuillas grandes
con agua oxigenada y volvi a entrar en la casa
E: Va, despierta (levantndole bastante la cabeza y forzndola a
beber un poco de agua oxigenada) Va, no me hagas esto, va... (haba
la posibilidad de una falsa deglucin y eso le haca ir con sumo
cuidado) traga... por favor... traga...
Con mucha paciencia consigui vaciar toda una jeringuilla y parte
de la segunda en la boca de aquella chica, que de pronto sufri un
fuerte espasmo y vaci todo el contenido gstrico encima de
Esther
E: Buena chica... Vamos... sigue... esfurzate en sacarlo todo
(viendo que haba abierto ligeramente los ojos)
M: Quiero dormir... djame dormir...
E: Despus vas a dormir... pero ahora acbate de tomar lo que hay
en esta jeringuilla
Despus de beber un poco ms de agua oxigenada Maca no tard en
vomitar lo poco que pudiera quedar en su estmago. Esther saba que
el peligro ya haba pasado. Ahora era cuestin de horas que el
organismo de aquella mujer fuera eliminando el medicamento que ya
hubiera absorbido
Como pudo recogi el vmito que haba en el suelo y se dirigi al
coche para poderse cambiar de ropa. Una vez limpia se sent a los
pies de la cama de aquella chica y dej que esta durmiera
tranquilamente. Lo que pudiera pasar cuando se despertara era algo
que no le preocupaba demasiado en este momento, se senta feliz de
haberle podido salvar la vida. Era una chica demasiado joven y
demasiado guapa para morir sola en el interior de esa cabaa.
Dientes haba hecho un comentario que la haba impactado, despus de
la ejecucin de Xavi por parte de la banda Maca no haba vuelto a ser
la misma. Estaba pensando en todo ello cuando sinti unos ojos fijos
en ella
L: Esther... Esther... (intentndola despertarla)
Laura estaba mirando su reloj, las ocho y cuarto. Tena tiempo de
sobras
E: Te vas?... Qu hora es?... He dormido mucho?... (incorporndose
un poco)
L: No, tranquila. An puedes dormir unos minutos ms
Esther que segua inquieta por la hora, busc con la mirada el
reloj que figuraba en el aparato de video. Al comprobar que an era
temprano, se volvi a girar hacia su compaera de piso
E: Crea que no ibas a trabajar hoy... (viendo que se haba
vestido y estaba preparada para salir de casa)
L: No, no voy al hospital. Volver muy pronto, pero si me
retraso, no se te ocurra irte sin m al cementerio
E: Dnde vas?
L: La polica quiere hacerme unas preguntas...
E: A ti?... Pero si t no sabes nada...
L: Ya... no te preocupes por nada vale?. Volver tan pronto como
pueda
Laura no haba sido del todo sincera en esa conversacin y eso le
haca tener prisas a la hora de irse. Cuanto ms hablara con Esther
sobre la conversacin que haba tenido con la polica mayor riesgo
corra de decir cosas que deba callar
E: Oye no creern que yo...?. No te habrn pedido que me
vigiles...
L: Escchame, Esther... y escchame bien. T has sido una vctima en
todo esto, de acuerdo?
E: Ya... pero a ellos tambin les cont que pude escapar y que no
lo hice...
L: No pienses ms en eso. Todos hemos hecho cosas en nuestra vida
difciles de entender... no le des ms vueltas a lo ocurrido durante
estos dos ltimos meses. Me voy, pero sobretodo no se te ocurra
salir de casa antes de que yo vuelva
Esther asinti con la cabeza y observ como Laura se iba
Era imposible no revivir lo ocurrido desde el da de su
secuestro. An recordaba como Maca le haba echado en cara que no se
escapara. Al sentir sus ojos fijos en ella le haba dedicado una
tmida sonrisa, que no haba sido correspondida
M: Joder, Laura... Qu haces aqu?
E: Salvarte la vida?
M: Mierda... porqu lo has hecho? (llevndose la mano izquierda a
la frente y volviendo a cerrar los ojos no dejaba de hablar para si
misma) En estos momentos t deberas estar en tu casa, deberas ser
libre y estar en un sitio seguro
E: Y t?... Qu habra pasado contigo sino llego a dar la
vuelta?...
M: Yo por fin descansara en paz... dejara de sentir toda esta
angustia dentro...
En esos momentos Esther no saba de que angustia hablaba, durante
los das posteriores y en las mltiples conversaciones que
sostuvieron, haba llegado a entender ese intento de suicidio
fallido
M: No consigo entender porque no has escapado Laura. Esto no es
un juego...
E: Te puedo pedir un favor?
M: S lo que me vas a pedir...
E: Ah s?
M: S. Vete. Pero vete ya, Laura. Te prometo no volver a jugar
con mi vida (medio incorporndose y empezndose a quitar la venda de
la mano herida)
E: Llmame Esther
M: Qu?
E: Ese es el favor. Llmame por mi nombre... Esther
Maca no haba podido reprimir una sonrisa. A pesar de sentirse an
mareada, a pesar de dolerle un montn el corte que tena en su mano
derecha, no pudo evitar una sonrisa al pensar en el favor que le
estaba pidiendo aquella chica
M: Esther?
E: S
M: Pues permteme que te diga que ests loca, Esther. Te doy la
oportunidad de escaparte y no la aprovechas. Se ha de estar muy
loca para no salir por piernas en una situacin como sta
E: Qu te va a pasar a ti?
M: Cmo?
E: Si tus jefes saben que me has dejado escapar...
M: Que importa!. Esther, no me conoces de nada..., no debera
preocuparte lo que me puedan hacer
E: Ya... pero... dientes me cont lo de tu novio
M: Mi novio?
Maca haba dejado de quitarse el vendaje para girar su cara hacia
Esther. Por su mirada sta enseguida se dio cuenta de que haba
cometido un error, haba dicho algo que no deba. La tmida sonrisa
que le haba dedicado al pronunciar por primera vez el nombre de
Esther se haba transformado en una cara de desconfianza
E: S, Xavi... Creo recordar que ese fue el nombre que dijo
Maca se haba levantado en aquel momento y se haba dirigido hacia
la puerta. Si algo le dola de verdad era recordar aquella ejecucin.
Xavi haba cumplido veintin aos el da antes de su muerte y haba
entrado en la banda siguiendo sus pasos. Ella se encontraba en
Francia y no haba podido hacer nada para evitar aquel absurdo
asesinato. Sentndose en el escaln que haba en la entrada de la
cabaa, haba hundido la cara entre sus rodillas para ocultar toda la
pena que senta en su interior
E: Dientes dijo que haba sido castigado por dejar escapar a un
rehn
M: S... eso me dijeron a m tambin (haba tal pena en su voz que
Esther se arrepinti de haber mencionado aquel episodio)
E: Siento haberte recordado la muerte de tu novio (agachndose a
su lado y apoyando una mano en su hombro)
M: No era mi novio, era mi hermano
En aquel momento Maca se haba derrumbado y haba permitido que
sus lgrimas afloraran. Esther recordaba como si hubiera ocurrido el
da antes, el abrazo que se haban dado en aquel momento y el dolor
que senta Maca al pensar en todo aquello
Durante mucho tiempo ambas mujeres permanecieron sentadas en
aquel escaln. Para Maca el abrazo de Esther era el primero que
reciba en mucho tiempo y aunque siempre haba odiado sentirse dbil
ante personas extraas, esta vez la sensacin haba sido muy
diferente. La dulzura con que Esther le haba permitido apoyarse en
su hombro y desahogarse en l la haba desarmado por completo
E: Dame la mano, deja que te mire la herida
Con mucho cuidado haba acabado de retirar la venda
M: Me la vas a coser?
E: Parece infectada (haciendo presin en los labios de la herida
y comprobando que Maca haca una mueca de dolor) Voy a ver si
encuentro penicilina en el maletn... Si conseguimos que mejore su
aspecto, si quieres maana lo intento
Al ir a levantarse not que Maca la sujetaba con su mano sana
M: Gracias, Esther. Gracias por no dejarme morir... y gracias
por...
Maca no haba acabado aquella frase pero Esther haba entendido
perfectamente a que se refera. Aquella chica seguramente llevaba
aos viviendo lejos de su familia y de sus amigos, entre compaeros
de los que posiblemente se fiaba muy poco y haba encontrado unos
minutos de consuelo en sus brazos
Estaba recordando aquel momento cuando el sonido del telfono la
hizo volver al mundo real
Durante unos segundos dej que sonara. No le apeteca nada moverse
de aquel sof. Despus pensando que poda tratarse de sus padres hizo
el ademn de ir a descolgarlo, pero no lleg a tiempo de poder
contestar. Antes de hacerlo se haba cortado la llamada. Se qued
unos segundos mirando el telfono por si volva a sonar y as fue. No
haban pasado ni diez segundos y la lucecita volva a avisar de que
estaba entrando una nueva llamada
E: S?... (silencio al otro lado de la lnea) Hola?... (ms
silencio)
Se esper un poco ya que poda ser una llamada desde el aeropuerto
y por experiencia saba que las coberturas para los mviles eran
desastrosas
E: Mam, pap,... sois vosotros?
Al momento quien fuera que estaba al otro lado de la lnea estaba
colgando su auricular
E: Que mierda...
A esa misma hora en una comisara cercana Laura no daba crdito a
lo que un polica le estaba explicando
L: No lo entiendo... supongo que todo esto ya se saba ayer... y
no nos dijeron nada?... No lo entiendo...
No levantaba la mirada de la mesa de despacho que tena delante
suyo. En ella se vean varias fotografas de los terroristas muertos
el da antes, tres hombres y una mujer
L: Es ella? (cogiendo una de las fotografas para mirarla de
cerca)
El comisario asinti con la cabeza
L: Y dicen que est viva?
Comisario: S
L: Pero... y la foto?...
Comisario: Es un montaje. Necesitamos que nadie sepa la verdad.
(Volviendo a coger la foto que hasta ese momento haba estado
mirando Laura) Esta es la imagen que ha salido en portada de todos
los peridicos de mayor tirada
Laura se levant de la silla en la que haba estado sentada hasta
ese momento y se acerc a la ventana. No poda olvidar los ojos
hinchados de Esther y todas las lagrimas vertidas en recuerdo a esa
chica
L: Y a quin entierran hoy si se puede saber?
Comisario: La caja va a estar vaca
L: Y su familia?... La familia de esta chica sabe todo esto?
El comisario que estaba apoyado en su mesa de despacho se levant
y se acerc a Laura
Comisario: Nadie sabe nada de todo esto. Es algo que debe
entender. Si trascendiera que esta mujer sigue viva, correra un
grave peligro
L: Y porqu me lo cuentan a m?
Comisario: Maca nos ha pedido un favor. Quiere despedirse de
Esther, y para ello necesitamos que usted nos ayude
L: Si creen que voy a colaborar en que esa asesina se acerque de
nuevo a mi amiga...
Comisario: Maca no es ninguna asesina (la actitud de aquella
joven lo estaba empezando a poner nervioso)
L: Conmigo no cuenten (dirigindose a la puerta y saliendo de
aquella oficina mucho ms confundida de lo que haba entrado minutos
antes)
A unos cientos de metros de aquella comisara y en uno de los
pisos que la polica ocupaba de forma clandestina Maca sujetaba el
auricular de telfono entre sus manos. Saba que a ltima hora de la
tarde subira a un avin y abandonara definitivamente aquella tierra
que era la suya. Mirar hacia atrs ya no tena ningn sentido y solo
ofreca dolor, un dolor que la oprima. Mirar hacia delante no le
haca ningn tipo de ilusin. An con el telfono en las manos y con la
voz de Esther en su interior record el primer abrazo que se haban
dado. Luchaba por esquivar los momentos vividos al lado de aquella
chica pero notaba como perda la batalla y cerraba los ojos para
revivir las horas que haban pasado a solas en aquella cabaa
Estn locos, si creen que voy a permitir que Esther sepa que esta
mujer sigue con vida es que estn locos. Maca no es ninguna asesina
le haba dicho aquel intil comisario. Cmo poda hablar as la misma
polica?. Decidida a evitar que su amiga asistiera a ese entierro
que en el fondo solo iba a ser una pantomima Laura empez a subir la
escalera de su casa
L: Hola... Veo que ya has decidido levantarte... (al comprobar
que en el sof solo haba una manta bien doblada) Esther?... (dando
pequeos golpecitos en la puerta del bao)
Al ver que no obtena ninguna respuesta decidi abrir la puerta.
All no haba nadie
L: Esther?... (mientras miraba en la cocina y en los dos
dormitorios. Ni rastro de ella en toda la casa)
Sin pensrselo dos veces, volvi a coger las llaves del
apartamento y baj de nuevo a la calle. Puede que su amiga hubiera
salido a comprar algo y si era as no le costara demasiado
encontrarla
Unos diez minutos antes Esther haba bajado esas mismas escaleras
en busca de una farmacia abierta. Le haba empezado a doler
terriblemente la cabeza y necesitaba tomar algo que le aliviara esa
migraa. Iba por unas calles que le tenan que resultar familiares,
sin embargo no era as. Todo le pareca nuevo. Arropada por una
gruesa cazadora que haba encontrado entre la ropa de Laura y
sintiendo como el fro le daba pequeos latigazos en la cara se
encontr andando sin rumbo fijo
Esther... dnde te has metido?... Por qu no me has esperado si
queras bajar a comprar algo?. Laura notaba como el corazn le lata
con inusitada fuerza. Desde el momento en que aquel comisario la
haba llamado a casa saba que su amiga segua estando en peligro pero
ahora, al intentar encontrarla y no dar con ella el miedo iba
creciendo en su interior
Fue al cruzar una calle en una breve carrera cuando la joven
doctora tuvo la sensacin de que la seguan. Unos pocos metros detrs
suyo una pareja que fcilmente habran podido ser un par de
estudiantes estaban siguiendo sus pasos. Cuando estaba a punto de
girarse y encararse con ellos una ligera duda la asalt. Estaba
convencida de que se deban tratar de dos jvenes policas pero... y
si no era as. Un escalofro le recorri todo el cuerpo y solo pens en
acelerar el paso e intentar despistarlos. Desde haca dos meses
estaba viviendo una especie de pelcula surrealista pero lo de esta
maana ya iba un poco ms all
Aun recordaba la llamada de Esther aquel cinco de septiembre por
la noche
E: Laura?...
L: Esther?. Dnde te has metido?... Llevo todo el da buscndote.
He estado a punto de ir a la polica
E: Laura... escchame... estoy bien. No te preocupes. Estoy
bien
L: An no he cenado. Te espero vale?
E: No. Escchame. No voy a venir esta noche y puede que tampoco
maana
Un largo silencio y despus de nuevo la voz de su amiga
E: Laura si no doy seales de vida en cuatro o cinco das... (un
nuevo silencio) ve a la polica
L: Esther!... Esther!... (la llamada se haba cortado)
Por supuesto no haba esperado a que pasaran esos das. Esa misma
noche Laura entraba en una comisara cercana para denunciar la
desaparicin de su amiga. De eso ya haca dos meses
No muy lejos de all, Esther estaba parada delante de un pequeo
quiosco. Sus ojos no podan apartarse de unas fotografas que
aparecan en la primera plana de los peridicos ms importantes. Sin
ser consciente de sus movimientos se haba agachado para coger uno.
Aquellas imgenes que vea impresas eran con las que haba soado la
noche antes. Sus pesadillas eran ahora ms reales que nunca
-: Perdona... Impresiona verdad?...
-: S (apenas le sala la voz)
-: Te lo cobro? (la voz de la quiosquera pareca querer traerla
al mundo real)
-: S...
-: Estas bien?
-: S... s...
Necesitaba estar sola, una extraa sensacin de ahogo empezaba a
crecer en su interior. Apenas poda respirar... apenas las piernas
la aguantaban... solo una imagen en sus retinas... solo esa
imagen... la de Maca echada en medio de un gran charco de
sangre
Voz: Maca?... Maca me oyes?...
Una ligera presin en un brazo hizo que se despertara. Se haba
quedado dormida sin apenas darse cuenta. La tentacin de revivir los
das vividos en aquella cabaa al lado de Esther, aunque solo fuera
en sueos, haba ayudado a que se olvidara de todo por unos
momentos
Polica: Te habas dormido? (la joven polica que la acompaaba haba
recibido la orden de comunicarle a Maca que lo que haba pedido
difcilmente se podra llevar a cabo)
M: S... (frotndose la cara con la palma de la manos como
intentando centrarse en el hoy) Habis podido hablar con ella?...
Sabe que estoy viva?...
Polica: Me temo que no, que de momento no le van a decir nada.
Mis superiores estn intentado convencer a su amiga, la doctora,
para que le de la noticia una vez celebrado el funeral
M: Vais a permitir que asista a mi entierro?... Os habis vuelto
locos? (levantndose del sof en que estaba recostada para acercarse
a una de las ventanas. El sonido de una ambulancia que se detena
delante de un quiosco prximo le haba llamado la atencin)
Polica: Maca... necesitamos que tu entierro resulte creble.
Necesitamos que alguien... Piensa que si se precipit todo, fue
porque nos avisaron de que tus jefes ya no confiaban demasiado en
ti
Ese comentario inacabado de la joven polica dibuj una triste
sonrisa en el rostro de Maca. La muchacha no haba acabado la frase,
pero necesitaban que alguien llorara su muerte y posiblemente
Esther sera la nica que vertera alguna lgrima de forma sincera
M: Mis tos no van a asistir?...
La polica neg tal posibilidad con la cabeza
M: Habis hablado con ellos?... Saben que estoy...?
Polica: Nadie de tu familia sabe que sigues con vida... pero me
temo que no te perdonan lo que le sucedi a tu hermano... Sabes que
nunca voy a entender a tu gente? (senta simpata por Maca a pesar de
conocerla desde hacia poco ms de doce hora y intentaba medir cada
una de sus palabras)
M: Mi gente?
Polica: S, nunca voy a entender a la gente como t, como
Xavi,...
M: No nos metas a todos en el mismo saco (por primera vez desde
que la conoca Maca busc la mirada de aquella polica). Xavi era solo
un cro, un nio que idealiz a su hermana mayor y quiso ser como
ella. Nada ms
Polica: Y tu?
M: Yo... Oye todos los policas hacis tantas preguntas?...
(volvindose de nuevo hacia la ventana para seguir lo que pasaba
delante de aquel quiosco) O simplemente he tenido mala suerte
contigo?
Polica: Perdona...
Mientras varias personas se haban concentrado alrededor de una
Esther que haba perdido el conocimiento durante unos segundos.
Estaba echada en el suelo y con unos cuantos ojos fijos en ella
cuando not que unas manos amigas le daban pequeos cachetes en la
cara
L: Esther!... Esther!... nia... despierta... Que susto me has
dado!... Cuanto te he visto caer he pensado por un momento
que...
La joven enfermera escuchaba las palabras de su amiga pero le
estaba costando reaccionar. Se quera incorporar. Quera irse de all,
escaparse de tantos ojos desconocidos
L: Tranquilzate, no te muevas. La ambulancia ya ha llegado y te
vamos a llevar al hospital...
E: No!... No puedo...
L: Venid! Acercad la camilla! (dirigindose a los sanitarios) Vas
a hacerme caso y nos vamos a hacerte un buen chequeo. No s como te
dejamos que ayer te negaras a ello
E: Laura... me encuentro bien (era una splica) Ha sido solo la
impresin de ver... (con los ojos busc de nuevo el peridico en el
que apareca la fotografa de Maca)
L: Venga... que nos vamos
E: Laura... por favor... necesito...
L: No dejar que formes parte de todo este teatro (ayudando a
subir la camilla a la ambulancia) Nos vamos directamente al
Provincial, trabajamos en ese hospital
Mientras la gente se empezaba a disgregar y la ambulancia tomaba
el rumbo indicado por Laura, Esther volva a notar que la vista se
le nublaba y que las fuerzas la abandonaban
Acababa de apagar el telfono y la voz de Laura an resonaba en su
cerebro. An no he cenado. Te espero vale?, le haba dicho. Pobre...
si viera donde estoy... Los pensamientos de Esther se vieron
interrumpidos por la voz de Maca
M: Ests segura de que no quieres irte?. Ahora an puedes... en
cualquier momento pueden cambiar las rdenes y no podr...
E: No podrs protegerme?... Es eso lo que ibas a decir?...
Maca se haba quedado callada de repente. S. En realidad era eso
lo que pensaba. Ella, que haba sido siempre respetada por sus
compaeros por cumplir las misiones de forma fra y mecnica, estaba
viendo como todos los remordimientos se le venan encima. De forma
inconsciente el haber vuelto a pisar esa cabaa, los comentarios de
dientes la noche antes, la sonrisa de Esther al ver que empezaba a
reaccionar despus de su intento de suicidio,... todas esas pequeas
tonteras haban despertado algo en su interior. Algo que llevaba aos
dormido y ahora pareca desperezarse
M: S (fijando la mirada en el suelo e intentando quitarle
importancia a esa afirmacin)
Estaban las dos sentadas en la entrada de la cabaa. Sus espaldas
apoyadas en la pared y a escasos centmetros la una de la otra
E: Por qu lo has hecho?
M: T me has pedido poder hablar con tu amiga... No lo
recuerdas?
E: No te estoy preguntando por qu me has dejado llamar... sino
por qu... (Esther no se poda quitar de la cabeza el frasco de
barbitricos que Maca haba ingerido hacia escasas horas) Lo de esta
maana...
M: Estoy cansada... estoy muy cansada... y pens que era lo
mejor
E: Ya, pero... si no llego a volver, a estas horas estaras
tumbada ah dentro y ya nadie podra hacer nada por ti
M: Crees que le iba a importar a alguien?
E: A tu familia... a tus padres... (la curiosidad por aquella
chica estaba dejando de lado la prudencia)
M: Me cri con una hermana de mi madre. Ella muri al poco de
nacer Xavi
E: Y tu padre?
M: A l nunca lo llegu a conocer... Mam un da me ense una foto
suya... pero nunca supe su nombre (las palabras salan con
dificultad de su boca)
E: A tus amigos?... (Necesitaba darle un motivo para querer
seguir con vida)
M: Esther nosotros no tenemos amigos (levantndose ligeramente la
camiseta se sac una pequea pistola que esconda en su espalda) Esta
es mi nica amiga...
Haba tal pena en aquel ltimo comentario de Maca que Esther no
pudo evitar alargar su mano hasta encontrar la de su secuestradora.
No conoca de nada a aquella mujer. No haban pasado ni veinticuatro
horas desde la primera vez que haba odo su voz, sin embargo, algo
en ella le inspiraba una inmensa ternura
Maca al notar el contacto de la mano de aquella chica hizo el
amago de apartar la suya. Haca mucho que su cuerpo no reciba una
ligera muestra de cario y pareca que ya no saba como actuar delante
de un gesto tan sencillo
E: Disclpame, no quera... (retirando enseguida la mano)
M: No importa (levantndose del suelo y entrando de nuevo en la
cabaa en busca de un poco de agua)
El abrazo que se haban dado aquella maana solo haba sido fruto
de un momento de debilidad. Ahora Maca estaba recuperando su
compostura. No poda dejar que aquella chica hurgara en su
corazn
De pronto el sonido del mvil hizo que girara la cabeza
Polica: Cmo?... No entiendo nada... Dices que la acaban de
ingresar en el provincial?... pero... Y si insiste en verla?...
Aquella polica mantena una conversacin entrecortada por largos
silencios. Maca saba que fuera lo que fuera tena relacin con
Esther, y no le gustaba nada lo que estaba escuchando. Se acerc a
ella esperando una explicacin
M: Qu ocurre?... Se trata de Esther?... Qu le han hecho?...
La polica an pendiente de lo que le deca su interlocutor
intentaba calmar a Maca con un gesto de su mano
M: Est en el Provincial?... La han llevado all?... (elevando la
voz para que la polica le hiciera caso)
Un ligero movimiento de cabeza afirmativo mientras con un dedo
le peda un poco de silencio fue suficiente para que Maca cogiera su
chaqueta y saliera por la puerta de ese piso a toda prisa
L: Esther... ey... Me oyes?...
An estaban en el interior de la ambulancia y Laura le estaba
sujetando una de las manos entre las suyas
E: S... no s que me ha pasado... creo que me he mareado
L: Ests a 9 - 6. Cmo no te ibas a marear?...
Quera incorporarse pero Laura no la estaba dejando
E: Ya est... de verdad... ya me encuentro mejor
L: Mira, esta vez me vas a hacer caso. Aun no se como ayer te
dejamos ir para casa sin ms. Nos vamos al hospital y no vamos a
salir de ah hasta que sepa que ests bien
E: Qu hora es? (todo lo sucedido la haba desorientado)
L: Olvdate de la hora. Ahora hay una cosa mucho ms importante
que...
A pesar de no acabar la frase las dos chicas saban en que
pensaba Laura
E: Para m, no. Para m, decirle adis es...
Era imposible seguir hablando. La voz no sala. Las imgenes de
aquel peridico an permanecan en su retina y si cerraba los ojos las
vea con una claridad que resultaba terriblemente dolorosa
Al salir de la comisara aquella misma maana Laura tena las ideas
muy claras. La intencin era acompaar a su amiga en aquel sepelio, y
desear que durante esas cuatro horas que quedaban para que Esther
emprendiera el regreso hacia su casa no sucediera nada que la
pudiera debilitar aun ms. Estaba segura que el poder reencontrarse
con sus padres, la vuelta a su ciudad, la ayudaran a olvidar en
parte lo sucedido. Ahora, empezaban a asaltarla unas pequeas dudas.
Puede que si algn da Esther llegaba a saber la verdad no le
perdonara el hecho de haberlo pasado tan mal en su presencia y no
recibir la noticia de que Maca segua con vida
Conductor: Ya estamos llegando... (el conductor de la ambulancia
se haba girado para poder decrselo a su compaero) Cmo se
encuentra?...
Compaero: Bien... Seguramente solo ha sido una hipotensin
Esther segua la conversacin que mantenan los sanitarios pero sus
ojos buscaban la mueca de Laura
E: No me has dicho la hora...
L: Las diez y cuarto (despus de consultar su reloj) Oye...
Esther...
Laura deseaba decirle a Esther que todo haba sido un montaje,
que realmente las fotos no reflejaban como haba acabado su rescate.
Estaba a punto de hacerlo cuando son una sirena de la polica a
pocos metros de la ambulancia
Compaero: No deberan ir delante para facilitarnos la
circulacin...
Conductor: No les pidas demasiado... Piensa que son policas...
(el conductor ri la broma de su compaero)
E: Djame ir al cementerio... y cuando salga me vengo para ac
contigo y me haces todas las pruebas que desees. Estoy bien y no va
a pasar nada porque aplacemos un par de horas esas analticas que
quieres hacerme (Laura segua pensando en las palabras del
comisario) Me ests escuchando? (elevando un poco la voz) Laura!
L: S, perdona (volviendo a la conversacin que haba iniciado su
amiga)
E: En que pensabas?... Antes pareca que queras decirme algo y
cuando has odo la sirena se te ha ido el santo al cielo
L: Vers, Esther... (acaricindole la frente con la mano) Hay algo
que deberas saber...
E: El qu...?
L: Antes la polica ha llamado a casa... (no saba si realmente
era bueno decirle toda la verdad)
E: Ya lo s... te han aconsejado que no me dejaras ir al
funeral... Me lo has dicho, pero ya sabes lo que pienso sobre
eso
L: Vers no he sido del todo sincera. El comisario me ha pedido
que lo fuera a ver. Quera hablarme de una cosa...
E: De qu Laura?...
L: No s si es buena idea contrtelo ahora. Estas muy dbil...
E: Quieres hablar ya de una vez... (se estaba empezando a
inquietar)
L: Hoy ese entierro no va a ser de verdad. La caja va a estar
vaca
E: Cmo?... No entiendo...
En ese momento la ambulancia se detena y la puerta posterior de
la ambulancia se abra de forma brusca
La ambulancia acababa de parar en el muelle de aquel hospital
pero la manera en que se haba abierto la puerta del vehculo asust a
todos los del interior
Hombre: La doctora Llanos? (un hombre impecablemente vestido y
con un pinganillo en la oreja fijaba atentamente su mirada en una
Laura que no poda disimular su cara de sorpresa)
L: Soy yo... (mientras se levantaba y intentaba bajar del
vehculo)
Camillero: Hola, Laura... Nos han dicho que traes a Esther...
(un camillero que haba llegado a la parte trasera del vehculo tenda
una mano a su compaera para ayudarla)
L: S, llevadla enseguida a un box. Y pdele a Ainoa que se
encargu ella de todo... creo que este seor quiere hablar conmigo,
pero tan pronto como pueda, entro
El sanitario que aun estaba en el interior de la ambulancia no
se perda detalle de nada. Pareca casi la secuencia de una pelcula.
Aquel tipo corpulento que haba conseguido asustarlos a todos con su
brusca irrupcin ahora era un estorbo al que nadie se atreva a
apartar del medio
Hombre: Por favor, venga conmigo, seorita Llanos...
L: Djeme hablar un momento con mi amiga, sern solo unos segundos
(mientras de reojo intentaba calmar con la mirada a una Esther
realmente preocupada)
Hoy ese entierro no va a ser de verdad. La caja va a estar vaca
eran las ltimas palabras pronunciadas por Laura antes de que ese
tipo abriera la puerta... y ahora el coche de polica parado a
escasos metros de donde se encontraban... eran dos cosas que no
poda entender
E: Qu ocurre Laura?... Quin es ese hombre?... Qu quiere?
L: No te preocupes por nada cario, enseguida entro... vale? (con
la mano le acariciaba la mejilla y le intenta transmitir calma, un
sentimiento del que no iba nada sobrada en aquellos momentos)
E: Pero lo que has dicho sobre...
L: Shhh... No pienses ahora en nada de todo eso... (mientras con
un dedo hacia el gesto de pedirle silencio) Llevosla enseguida para
adentro y que le hagan analticas completas (dirigindose al
camillero)
Laura vio como Esther entraba por la puerta de urgencias y como
los sanitarios que las haban acompaado a este hospital seguan con
la mirada puesta en aquel hombre que pareca pertenecer a algn
cuerpo seguridad del estado
Hombre: Acompeme... (cogindola del brazo y obligndola a
obedecerle)
Laura quera saber quien era aquel individuo, que quera de ella,
dnde pensaba llevarla... pero no se atreva a preguntar nada. Con
una gran sumisin obedeci y entr en la parte posterior de un coche
con las lunas tintadas
Dios... Dios... Dios... en el interior de aquel coche Laura se
haba dado cuenta enseguida que nada sera tan sencillo como ella se
haba imaginado aquella misma maana. Nada haba acabado la tarde
antes, mas bien todo lo contrario
Hombre: Necesitamos que grabe todas las conversaciones de su
amiga (mientras le enseaban como funcionaba un pequeo micrfono que
iba a ser colocado debajo de su jersey)
L: Pero... porqu?... No entiendo nada...
Hombre: No es necesario que entienda nada, doctora Llanos. Usted
siga nuestras ordenes y nada ms
L: Pero ayer dijeron que todo se haba acabado...
Hombre: Recuerde... hgale preguntas... que hable de sus das de
encierro... Necesitamos hurgar en su memoria y usted es la nica que
le va a inspirar la confianza necesaria
L: Pero es mi amiga... y lo ha pasado muy mal... Cmo pueden
esperar que yo...?
Hombre: Piense que la vida de su amiga depende de ello
Esa haba sido la ltima frase que Laura haba escuchado antes de
abandonar ese coche. Las instrucciones de aquel inspector haban
sido claras. Difciles de llevar a cabo, pero muy claras
Polica: Dnde pensabas que ibas?... Si te llega a pasar algo el
jefe... (la joven polica no quera ni imaginarse tal posibilidad.
Haba recibido rdenes muy concretas y la seguridad de aquella mujer
importaba mucho a sus superiores)
Maca estaba flanqueada por dos corpulentos policas que le haban
impedido que pudiera salir de aquella portera
M: Qu le ha ocurrido a Esther?... He odo lo que hablabas por
telfono (intentaba decir las cosas de forma pausada pero notaba que
los nervios empezaban a traicionarla)
Polica: Ha sido por eso que has salido corriendo?...
M: Siempre has de contestar con una pregunta?. Dime que le ha
pasado a Esther (acercndose a su interlocutora con una mirada que
reflejaba toda la preocupacin que senta)
Polica: Dejadnos a solas... Estoy segura de que no intentar
repetir la misma tontera (Sus palabras iban dirigidas a sus
compaeros)
Polica 2: Estas segura, Pat?... Recuerda que esta tarde...
Pat: S, no olvido lo de esta tarde, no te preocupes. S que
cuando hablemos unos minutos se tranquilizara y no volver a
intentar escapar
Maca segua la conversacin en silencio. El comentario de aquel
hombre uniformado le haba despertado la curiosidad y una vez a
solas no pudo evitar la pregunta
M: Qu ha de ocurrir esta tarde?
Pat: Ya te lo contar despus, ahora djame que te ensee una
filmacin que han hecho mis compaeros. Es de esta misma maana y
necesitamos que la mires con toda atencin
M: Si quieres que mire peliculitas lo voy a hacer, pero antes
tengo una condicin. No os voy a ayudar en nada si no me permits ver
a Esther durante unos minutos y saber lo que le ha pasado
La voz de Maca haba reflejado seguridad en todo momento pero
ahora empezaba a denotar tintes de chantaje. Saba que si se negaba
a facilitar la ayuda que le pedan pronto accederan a sus deseos
Pat: Te hago un trato. Te miras estas dos pelculas (pasndole
unos DVDs que hasta ese momento haban estado encima de la mesa) y
cuando acabes yo misma te acompao al hospital donde ha sido
ingresada Esther
M: Ingresada?... Qu le han hecho?... Quin...?
Pat: No ha sido nada. Por la informacin que tengo se ha tratado
de un simple desmayo... pero no perdamos tiempo si realmente
quieres verla cuanto antes acabemos con esto antes te llevar hasta
el provincial
Mientras todo esto suceda a escasos tres kilmetros de aquella
habitacin se encontraba Esther echada en una camilla especialmente
incmoda
Ainoa: Te dejo unos minutos sola... voy a ver si veo a Laura
E: S, por favor. Aquel tipo le ha enseado una especie de carnet
pero no estoy nada tranquila
Ainoa: Sabes que te echamos mucho de menos todo este tiempo
(mientras le coga una mano para infundirle un poco de calma).
Cuando nos dijeron que te haban secuestrado no entendimos nada
E: Ha sido todo tan extrao...
Ainoa: Va... ahora a olvidarlo todo. Ya ests libre y dentro de
unas horitas estars en casa con tu familia y todo esto habr sido
solo un mal sueo del que pronto no recordars nada
Esther asinti con la cabeza pero saba que no iba a ser as. Ella
hara todo lo posible para no olvidar algunos de los momentos
vividos en cautividad. Mientras Ainoa se diriga al laboratorio para
poder tramitar los anlisis de la forma ms rpida, ella cerraba los
ojos y recordaba la segunda noche de su secuestro, aquella en la
que Maca y ella haban compartido inicialmente litera y haban
acabado por compartir almohada
E: Duermes?... (Lo haba dicho casi en un susurro. Si realmente
la chica que estaba en la litera inferior haba conseguido conciliar
el sueo, no quera despertarla, pero la oscuridad en aquella cabaa
era tal que era imposible poder verle la cara)
M: No...
E: En qu piensas?
M: Ojal no hubieras regresado Esther... ojal todo hubiera
acabado ya
A Esther escuchar aquellas palabras le resultaba doloroso. En su
trabajo siempre tena que luchar contra la muerte y el hecho de que
una chica joven y guapa como era Maca quisiera acabar con todo le
resultaba incomprensible
E: Cmo puedes decir eso?... Siempre hay una salida, incluso en
los peores momentos hay algo por lo que luchar
Las palabras que Esther deca eran las mismas que haba odo de la
boca de su terapeuta cuando seis aos atrs haba perdido a su mejor
amiga en un accidente de moto. Nunca nadie supo que aquella amiga
haba sido mucho ms que una amiga para ella, nadie excepto el
psiclogo que le asegur que con el tiempo volvera a tener ganas de
vivir. Ahora echada en aquella fra camilla del hospital recordaba
de nuevo aquellas palabras y rezaba para que aquel hombre tuviera
de nuevo razn
Sentada en una silla delante del televisor Maca haba puesto en
marcha la reproduccin de aquella pelcula que Pat deseaba que viera.
No poda quitarse de la cabeza a Esther. Deseaba verla, besarla de
nuevo,... pero sobretodo decirle que segua con vida y que la amara
siempre
Pat: Maca... Esto se ha filmado esta misma maana. Un compaero ha
seguido a Esther desde que ha salido de su casa hasta que ha
sufrido este tonto desmayo
M: Qu se supone que he de ver en esta pelcula?
Pat: Fjate en todas las caras que aparecen. Nos ha llegado la
informacin de que estn siguiendo a Esther para poder dar
contigo
M: Pero se supone que estoy muerta, se supone que... (mirando la
esfera de su reloj) que dentro de una hora me van a enterrar
Pat: No te estoy hablando de tus compaeros... Ellos creo que s
te dan por muerta
Maca no entenda nada de lo que Pat intentaba explicarle. Saba
que deba prestar mucha atencin a todos los rostros que aparecan en
aquellas imgenes pero le estaba resultando casi imposible desviar
la mirada de la figura de Esther. Dios... como me he enamorado de
esta mujer... Mientras vea como su amiga andaba por las calles de
aquel pueblo con un aire infinitamente triste no poda dejar de
echar la memoria atrs y pensar en el primer beso que le haba
dado
Como siempre haba tenido verdaderas dificultades para conciliar
el sueo. Se haba repetido en varias ocasiones la palabras con que
Esther la haba intentado animar, siempre hay una salida, incluso en
los peores momentos hay algo por lo que luchar
Aquella cabaa haba sido el escenario de una pesadilla que haba
vivido en infinidad de ocasiones. Durante los ltimos meses muchas
veces se haba despertado sobresaltada por la imagen de un Xavi
tendido en el suelo. Ella arrodillada a su lado intentaba
despertarlo, lo coga por los hombros y lo mova con el nimo de que
abriera los ojos y le diera un abrazo. Siempre, en todos aquellos
sueos, a Xavi se le iba la cabeza de lado y dejaba a la vista un
pequeo orificio en su sien derecha, el orificio por el cual le
haban arrebatado la vida. y tambin como siempre, aquella imagen
provocaba un grito en ella, el grito por el cual se despertaba
E: Tranquila... tranquila... es solo una pesadilla...
Al abrir los ojos haba comprobado como la linterna que le haba
dejado la noche antes a Esther estaba encendida y daba un poco de
claridad a la estancia. Y all sentada en su cama, se encontraba
ella
M: Te puedo pedir un favor?...
E: Si te echas un poco ms hacia la pared... s
Esther haba entendido perfectamente lo que quera pedirle Maca,
antes de ese grito de angustia haba visto como aquella chica se
mova de forma agitada a pesar de estar dormida
Maca no se lo hizo repetir dos veces y haba dejado que su
supuesta vctima se echara a su lado y le pasara uno de los brazos
por debajo del cuerpo. As, sin decirse gran cosa, en medio de una
montaa y lejos del mundo real ahuyentaron sus miedos ambas
chicas
A la maana siguiente la linterna ya se haba quedado sin pilas
pero la luz del sol empezaba a entrar por la ventana cuando Maca
abri los ojos. Esther permaneca all, a su lado, y pareca estar
durmiendo plcidamente. Maca se sorprendi mirndola durante un largo
rato. Sin conocerla de nada, aquella chica le haba salvado la vida
el da antes y le haba proporcionado una noche libre de malos sueos.
Como si de un callado agradecimiento se tratara, acerc sus labios a
los de Esther para darle un suave beso, beso que no paso
desapercibido a su destinataria. Esta empezaba a despertarse y le
respondi con una sonrisa. Delante de este gesto Maca se volvi a
acercar a su compaera de cama y entreabriendo ligeramente los
labios la bes con un deseo del que no era consciente. Haca aos que
no senta la necesidad de amar a nadie, pero esta maana algo haba
cambiado en su interior
Aun con los ojos cerrados y con una ligera molestia en el brazo
del que se le haba extrado la muestra de sangre, Esther tuvo la
sensacin de ser observada. Se encontraba muy a gusto recordando los
momentos vividos en esa pequea cabaa pero a la vez saba que todo
eso era parte del pasado y que tena que empezar a ponerse las
pilas. No poda dejar que la debilidad de su cuerpo y la pena la
echaran del mundo real como ya haba sucedido en una ocasin. Otra
vez, no
L: Esther... mi nia... cmo te encuentras?
La voz de Laura era casi un susurro
L: Esther... Dios... en qu mierda de mundo vivimos? (mientras
pensaba en voz alta Laura les estaba acariciando la frente) Qu
deben querer de ti esos hombres?... Qu se supone que he de
hacer?... Estoy hecha un lo... Solo quiero lo mejor para ti... pero
que mierda... no s que es lo mejor!
Aun con los ojos cerrados aquellas palabras llegaban ntidas a
sus odos, lo suficientemente ntidas como para convencerla de que no
era mala idea hacerse la dormida un rato ms
L: Esta maana cuando he visto como llorabas por aquella chica me
has dejado tan descolocada... Tena claro que lo mejor era que
regresaras para casa y que si queras asistir a su entierro te
acompaara... pero despus... despus de hablar con aquel estpido
comisario...
De pronto unas palabras dichas haca apenas unos minutos se
repetan de nuevo en su cerebro, Hoy ese entierro no va a ser de
verdad. La caja va a estar vaca. Dnde iban a enterrar a Maca en
realidad?... Porqu no la dejaban en paz al menos una vez muerta?...
Haba sido un juguete en manos de todos, de sus compaeros, de la
polica, incluso de aquel amigo del que una vez le haba hablado y
que haba sido el motivo por el cual se haba infiltrado en esa banda
terrorista. Siempre un simple juguete en manos de otros
Ainoa: Hola, Laura... No te haba visto entrar...
L: Hace nada que estoy aqu... le habis pinchado algn
sedante...?
Ainoa: No, solo le he pedido un bsico (mientras se acercaba a
Esther para tomarle el pulso). Antes he estado hablando con ella y
pareca encontrarse muy serena. Solo me ha preguntado por ti... me
ha pedido que te buscara... me ha dicho no s que de unos
tipos...
L: Ya... (una de sus manos se dirigi haca donde llevaba el micro
colocado. Por unos momentos se haba olvidado de l. Ahora se daba
cuenta de que cualquier cosa que hablara sera escuchada y
grabada)
Ainoa: Esther... Esther... (elevando un poco la voz y dndole un
ligero masaje en el antebrazo) Mira quien tienes aqu
Como si de un largo sueo se despertara y frotndose ligeramente
los ojos la joven enfermera intentaba disimular que hubiera estado
escuchando las divagaciones de Laura y su encuentro con Ainoa
E: fffffff... qu hora es?... Parece que lleve un siglo en esta
camilla...
Ainoa: Tranquila... solo has dormido unos minutos... y Laura ya
est aqu
E: Laura? (girndose hacia el lado contrario para buscar con la
mirada a la cirujana) Quin eran esos hombres?... Qu queran de
ti?
L: Nada... Olvdalos... ya se han largado
E: Seguro?
L: S, no te preocupes. Eran policas. Han sabido de tu desmayo y
estaban interesados por tu salud. Me han dicho que tienen un
gabinete psicolgico para casos como el tuyo y que es importante que
intentes hablar de todo lo que te ocurri durante los das de
encierro. Saben que somos amigas y me han pedido que te ayude en
eso... que no deje que los recuerdos se vuelvan peligrosos para
ti
Mientras en otro lugar no muy lejano la pantalla de un televisor
se volva totalmente negra
M: Bueno, va podemos irnos...
Pat: Espera un momento... Te has fijado en todo?... Has estado
atenta a las caras?
M: S, claro. He sido una nia buena y no me he perdido detalle de
nada... Nos vamos? (mientras se levantaba y se abrigaba para poder
salir a la calle)
Pat: Maca, voy a cumplir mi parte del trato pero me da la
sensacin de que no has sido legal conmigo. Apenas has preguntado
nada...
M: Mira... llevo toda la noche pidindoos que me dejis despedirme
de Esther y todo son excusas y ahora me haces ver una pelcula en la
que acabo viendo como pierde el conocimiento... De verdad esperas
que me fije en muchas cosas?. Dejadme verla y despus...
Pat: Tienes razn... Vmonos. (Cogiendo su chaqueta y las llaves
del coche que hasta ese momento haban estado encima de la mesa)
Maca de pronto not que se le aceleraba el corazn. En pocos
minutos estara delante de la nica persona en este mundo que le
importaba de verdad, la nica por la que haba sido lo
suficientemente valiente para escaparse de todo
M: Le habis contado ya la verdad?
Pat: No... creo que an no sabe que sigues con vida...
M: Dios... cuando me vea...
Ainoa: Sabes qu, Esther... Te vamos a dejar un rato solita...
Quiero comentarle un caso de anoche a Laura y de paso nos acercamos
al laboratorio a ver si ya tienen tus resultados
Laura para nada quera salir de aquella habitacin. Aquel micro
que llevaba escondido en su ropa la incomodaba y a la vez no le
dejaba olvidar que su amiga segua estando vigilada. En realidad no
entenda nada de lo que estaba sucediendo pero si de algo era
consciente es que para Esther an no haba acabado su calvario y que
se encontraba demasiado dbil para afrontar lo que pudiera sucederle
en las siguientes horas
L: Estaba pensando... (apoyndose en la camilla y cogiendo la
mano de su amiga) que es posible que no llegues a coger el tren.
Son ms de las once y an estamos esperando saber como ests... qu te
parece si llamamos a tus padres y les pedimos que se vengan ellos
para ac?
E: Crees que va a ser necesario...?. Me encuentro bien y no
quiero asustarlos... Bastante han pasado ya...
L: Ahora ya saben que ests bien. En casa hay sitio. Se vienen,
pueden estar contigo y tan pronto como sepamos que no hay motivos
para tenerte en observacin os volvis juntos a Zaragoza
E: No s si llevo el mvil en el bolsillo de mi cazadora (buscando
con la vista esa prenda de ropa)
L: No te preocupes... Ya me encargo yo de llamarlos
En los das durante los cuales Esther haba permanecido
secuestrada Laura haba sido la encargada de notificar todas las
novedades a su familia. Durante casi dos semanas la polica haba
silenciado la desaparicin de la enfermera porque haba algo raro en
todo el caso. Despus de este tiempo ya no se haba podido esconder
la verdad. El padre de Esther haba viajado hasta el hospital en el
que trabajaba su hija y haba sido informado de lo ocurrido
Mientras vea como sus dos compaeras salan de la habitacin,
Esther no poda olvidar las palabras que haba dicho Laura minutos
antes, ...que no deje que los recuerdos se vuelvan peligrosos para
ti... Cmo poda ser peligroso para ella recordar las horas vividas
al lado de Maca?. En su memoria siempre guardara aquel primer beso
que se haban dado. Haba tal ternura en la mirada de aquella chica
que le haba sido fcil olvidar su condicin de terrorista
M: Esther... mientras dormas he estado pensando y...
E: Y...? (viendo que a Maca le costaba acabar la frase)
M: Te voy a bajar hasta el pueblo. Seguramente tu compaera ya
habr ido a la polica y en nada se descubrir que no eres Laura.
Cuando eso ocurra tu vida va a correr peligro y no podemos
arriesgarnos...
E: No podemos arriesgarnos?. Maca te recuerdo que eres mi
secuestradora. No s... pero no saba que los terroristas fuerais tan
protectores con las personas a las que retenais (haba un ligero
tono irnico en su voz)
M: Tampoco nuestras vctimas acostumbran a abrazarnos durante la
noche para que podamos huir de nuestros fantasmas (la sonrisa en su
cara era cada vez ms manifiesta. Esther tena algo que le haca
sentirse como haca tiempo que no se senta)
E: Si me llevas al pueblo... porqu no vamos directamente a la
comisara?. Seguro que el hecho de entregarte voluntariamente va a
ser un buen atenuante y con un buen abogado puede que...
M: Deja de hacer conjeturas, Esther... Te voy a llevar al pueblo
y voy a volver a esta cabaa
E: Pero... si lo haces... puede que te ocurra lo mismo que le
sucedi a tu hermano... (saba que estaba siendo cruel al remover
viejos sentimientos pero si eso serva para que aquella chica
salvara su vida, vala la pena)
Maca que hasta ese momento haba estado medio incorporada a su
lado, haba optado por levantarse. Estaba calzndose cuando noto la
mano de Esther acaricindole el cabello
E: Lo siento... No debera haber hecho ese comentario, pero es
que me gustara que t... que t tuvieras una oportunidad
M: Si quiero tener esa oportunidad he de quedarme, Esther
(levantando la mirada hacia ella). Se lo debo a mi hermano. Si l
ahora est enterrado en algn rincn de esta montaa, yo tengo gran
parte de culpa. Sabes que ni siquiera pude despedirme de l, ni
siquiera s donde acab su cuerpo. He de poner fin a lo que hace
meses...
E: A que te refieres... ayer estuviste a punto de hacer una
tontera
M: No volver a ocurrir lo de ayer... Fue solo un mal momento (La
mirada de Maca haba intentado ser convincente). Si pudiera
explicrtelo todo, si supieras...
E: Y porqu no lo haces?... Vamos, Maca... estoy aqu... y s que
necesitas hablar. Y puede que pienses que lo de ayer fue solo eso,
un mal momento, pero no pienso dejar que me lleves al pueblo
sabiendo que vas a ser t entonces la que ests en peligro
Esther recordaba muy bien aquella conversacin. Aquel da Maca no
se sincer con ella pero acab aceptando que se negara a ser
liberada. Entre ambas idearon un plan para poder engaar al capo y
la verdad es que formaban un buen equipo ya que dio resultado
durante bastante tiempo, aunque no fuera el suficiente para que
todo acabara como ambas haban soado
Mientras, en el exterior de aquella habitacin en la que Esther
se negaba a borrar sus recuerdos...
L: Qu sucedi anoche?.De qu caso me queras hablar?
Ainoa: En realidad solo era una excusa para que salieras
conmigo... No quera preocupar a Esther... Vers hace pocos minutos
me ha llamado el director del hospital a su despacho...
L: El director? (Laura saba que aquello ocurra en contadas
ocasiones, y siempre era por algo grave)
Ainoa: Jajaja... pones la misma cara de susto que he puesto yo
cuando me han pasado la orden de subir
L: Y que tiene que ver Esther en todo esto? (En aquel momento
por la mente de Laura pas la cara del tipo que le haba colocado el
micro pegado a su sujetador) Uf... creo que me estoy mareando yo
tambin, me acompaas un momento al lavabo?
Ainoa: S, claro... Qu habis desayunado hoy?... puede que algo
estuviera en mal estado (dubitativa al ver que Laura mova
negativamente la cabeza)
L: No... seguro que todo se debe a los nervios que hemos
pasado
Ainoa: Para nervios los que tena yo en el cuerpo cuando he
entrado en el despacho de Dvila...
L: Y qu quera?
Ainoa: Me ha dicho que me invente la excusa que quiera... pero
que Esther se ha de quedar ingresada en una habitacin de planta. Ha
recibido la orden expresa de algn cargo importante de la
administracin de justicia para que la tengamos aislada en una
habitacin hasta que venga no s quien...
L: Mejor me esperas aqu fuera (mientras de pie delante de la
puerta de los lavabos coga una mano de Ainoa para hacerla entrar y
con la otra le indicaba silencio)
Una vez dentro del lavabo y ante la mirada sorprendida de la
joven doctora de urgencias Laura se levantaba la ropa y dejaba al
descubierto el pequeo micro a travs del cual sus conversaciones
estaban siendo grabadas. Despus de un par de minutos en silencio,
tiraba de la cadena y simulaba lavarse las manos antes de volver al
pasillo
Ya de nuevo en el pasillo Ainoa reprenda la conversacin
Ainoa: Mejor?. Haces mala cara...
L: Esta noche he dormido fatal, y la verdad es que no me
encuentro nada bien
Ainoa: Mira... Ve a la cafetera y te tomas una infusin, yo
mientras voy al laboratorio a buscar los resultados y cuando los
tenga te vengo a buscar para que lo veas
Si algo haba entendido Ainoa con aquel gesto de Laura es que
Esther deba estar al corriente de todo aquello. Las indicaciones de
Dvila, el micro que llevaba Laura, el control policial en la puerta
del hospital, demasiadas cosas sin sentido... y en medio de todo
ello una compaera suya necesitaba que la ayudaran
Mientras Ainoa se encaminaba de nuevo a la habitacin de Esther,
un coche de lunas tintadas aparcaba a pocos metros de la entrada
del hospital. En el interior Maca no poda controlar su estado de
nerviosismo. Muchas dudas la asaltaban pero ante todo la ilusin de
volver a ver a Esther y la necesidad de abrazarla de nuevo la hacan
estar en tensin
Estaba a punto de abrir la puerta del coche cuando son el mvil
de Pat
Pat: S...? (Un largo silencio) En la parte trasera?... Dnde
acceden los coches de la funeraria?... Algn cdigo siete?... Pero...
porqu no me habis avisado antes?...
Al escuchar las palabras de aquella polica el semblante de Maca
haba ido cambiando de color. Iba a bajar del coche cuando not que
Pat la sujetaba por el brazo
Pat: Se puede saber a dnde vas?. (Bajando un momento el mvil por
el que an mantena la conversacin). Te puedes esperar un
momento...
Maca un poco a disgusto haba vuelto a cerrar la puerta de aquel
coche y esperaba una explicacin
M: Has mencionado un cdigo siete (con cara de preocupacin). Qu
significa eso de la funeraria?... Qu...?
Pat: No significa nada. Esther est siendo vigilada y no por
nosotros precisamente. Sencillamente me han pedido que te tenga
escondida unos minutos. Van a trasladarla a una habitacin apartada
para que puedas subir a verla sin correr ms peligros de los
estrictamente necesarios
M: Seguro que no me engaas...? (la voz le temblaba al pronunciar
estas palabras)
Pat: Que no, tonta. Vaya terrorista ms rara eres t...
A Pat cada vez le caa mejor aquella chica. Nunca haba tenido la
misin de vigilar a un terrorista de cerca y cuando el da antes le
haban dado la orden de hacerlo, no le haba hecho ninguna ilusin.
Sin embargo, ahora empezaba a pensar que haba un gran secreto detrs
de todo aquello y senta una curiosidad extrema por Maca
Pat: Has visto la hora que es...? (mientras aparcaba el coche
donde le haban indicado hacia escasos segundos)
M: Las once y cuarenta... por qu me lo preguntas?
Pat: Porque es muy posible que a la misma hora en que Esther
piense que te estn dando sepultura, t llames a su puerta y...
M: Y...?
Pat: Mira... si me prometes no hacer ninguna tontera, te
propongo una cosa...
Maca permaneca atenta a las palabras de aquella mujer
M: Dime
Pat: Qudate mi mvil... Espera a que nos manden el aviso de que
puedes subir... Mientras, yo intento ver a Esther y la pongo al
corriente de que ests viva y de que pronto os vais a ver
M: De acuerdo... creo que va a ser lo mejor. (Siempre se haba
tenido por una persona arisca, pero en esos momentos le hubiera
dado un abrazo a aquella mujer)
Pat: Pero, sobretodo, ninguna tontera... Cuando suene el telfono
te dirn el nmero de la habitacin. Cuelgas y subes
Maca asinti. Saba como funcionaban los policas y intua que lo
que le estaba proponiendo era algo que de saberlo sus superiores no
les hara ninguna gracia
M: Igualmente me deben estar vigilando desde algn otro coche
no?... Siempre hay una cdula viga por si sale algn contratiempo
Pat ya haba abierto la puerta del coche en aquel momento y
prefiri no hacer la pregunta que haca rato tena en mente. Cmo era
que conoca los cdigos de la polica y cmo saba tan bien su
metodologa de trabajo?
Esther en su habitacin no poda evitar pensar en lo rpido que
transcurra el tiempo. Echada en la camilla, sus ojos buscaban una y
otra vez un reloj de pared que se encontraba encima suyo. Qu
absurda e irreal era la sensacin del tiempo!. Los muchsimos das que
haba permanecido encerrada en el zulo de esa cabaa, vigilada por
hombres de los que solo conoca la voz, se haba hecho
interminablemente largos. Sin embargo las horas vividas al lado de
Maca haban pasado como un suspiro. An poda recordar la primera vez
que haban hecho el amor...
E: Maca... si en cualquier momento vinieran tus compaeros y me
encontraran aqu, en la cabaa... (mientras le cambiaba el vendaje de
la mano y le aplicaba con suavidad una pomada cicatrizante para
ayudar a cerrar la herida)
M: No te preocupes, eso no va a suceder. Siempre tenemos la
obligacin de avisarnos. Sino lo hacemos, corremos el riesgo de ser
disparados
E: Ya... entiendo (De pronto se haba quedado callada)
Senta la enorme tentacin de preguntarle si alguna vez haba
disparado a alguien, si haba llegado a provocar alguna muerte. Sin
embargo no se haba atrevido a realizar la pregunta. Estaba
empezando a sentir un tremendo cario por esa mujer y si le
confesaba haber participado en algunas de las barbaridades que haba
podido escuchar alguna vez en televisin difcilmente podra s