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Amrica Latina y Edimburgo 1910/2010:de la exclusin al
protagonismo en la misin
Alberto F. Roldn
El primer intento por realizar un sistemtico y cuidadoso estudio
de los problemas misioneros del mundo.-John Mott
Con la posible excepcin del Vaticano II, ningn evento fue ms
definitivo para la formacin del cristianismo emergente en el siglo
XX que Edimburgo 1910.- Kenneth R. Ross
Introduccin
Pocos eventos han marcado la historia de la misiologa
protestante como la
Conferencia de Edimburgo de 1910. Fue un cnclave donde se
analiz, como nunca antes,
la realidad de las iglesias protestantes histricas y el
crecimiento de la misin en el mundo.
Lo inslito fue la ausencia de Amrica Latina en la consideracin
de sus organizadores por
razones que intentaremos indicar oportunamente. Lo real es que,
Amrica Latina,
subcontinente excluido de Edimburgo 1910, hoy es una de las reas
geogrficas de mayor
crecimiento de la Iglesia en el mundo. En primer lugar, hacemos
una resea histrica de la
conferencia de Edimburgo 1910. En segundo lugar, indagamos sobre
las razones por las
cuales Amrica Latina fue excluida de esa conferencia. En tercer
lugar, exponemos algunos
temas eclesiolgicos y misiolgicos que surgen de los documentos
histricos de
Edimburgo 1910. En cuarto trmino ofrecemos algunas razones por
las cuales Amrica
Latina pasa de la exclusin al protagonismo en la misin. En
quinto lugar, nos referimos a
dos desafos que confronta Edimburgo 2010: el desafo ecumnico y
el desafo del
pluralismo religioso. Finalizamos con una evaluacin de lo que
nos dej Edimburgo 2010
ya que esta ponencia fue elaborada en el tiempo en que se
concretaba esa conferencia y es
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presentada hoy a manera de post-evento.
1. La conferencia de Edimburgo 1910: resea histrica
Hablar de Edimburgo 1910 es referirnos a un momento clave en la
historia del cristianismo
protestante mundial. En efecto, esa conferencia se realiz con el
fin de evaluar el
crecimiento del cristianismo en el mundo y marcar los pasos a
seguir para completar la obra
de evangelizacin del planeta. De alguna manera, Edimburgo 1910
tambin fue el comienzo
del movimiento ecumnico protestante que ms adelante, en 1948, se
oficializara con la
creacin del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en la Asamblea
realizada en Amsterdam.
Los participantes de la conferencia de Edimburgo eran
representantes de agencias
misioneras ubicadas en varias partes del mundo. El objetivo era
unir esfuerzos con el fin de
hacer planes y desarrollar estrategias conducentes a investigar
y coordinar la experiencia
misionera en el mundo. Las ocho comisiones que se reunieron dos
aos antes del evento
trabajaron los siguientes temas:
Llevando el Evangelio al mundo no cristiano
La Iglesia en el campo misionero
La educacin en relacin a la cristianizacin de la vida
nacional
El mensaje misionero en relacin a las religiones no
cristianas
La preparacin de los misioneros
El hogar como base para la misin
Misiones y gobiernos
Cooperacin y promocin de la unidad
Uno de los artfices de Edimburgo 1910 fue el metodista
estadounidense John Mott quien
defini a la conferencia como la ms notable reunin en el inters
por la expansin
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mundial del cristianismo que alguna vez se haya producido, no
slo en los anales
misioneros sino tambin en todos los anales cristianos. El aporte
de Mott ha sido
sintetizado por David Bosch en su obra Misin en transformacin.
Bosch sostiene que el
ambiente de la conferencia fue definido previamente por el
propio Mott en su obra: The
Evangelization of the World in this Generation. En el captulo 5
de esa obra publicada en
1900 y revisada dos aos despus Mott se refera a la posibilidad
de la evangelizacin del
mundo en esa generacin a partir de los logros obtenidos en la
poca. El captulo 6 se
refera a las posibilidades de la evangelizacin del mundo a
partir de las oportunidades,
facilidades y recursos de la Iglesia. A manera de sntesis, dice
Bosch:[] Mott en realidad logr, de manera magistral, combinar su fe
en la revelacin de Dios en Cristo con su fe en los logros
providenciales de la ciencia moderna. El mundo entero estaba
abierto a la Iglesia gracias a maravillosos ordenamientos de la
Providencia durante el siglo diecinueve.
La perspectiva de Mott era de una clara apertura a la
modernidad, los inventos y los avances
cientficos que deban ser usados para la causa del Evangelio. En
un famoso folleto, deca
Mott:
La mano de Dios, al abrir puerta tras puerta entre las naciones
humanas, al descubrir los secretos de la naturaleza y al traer a la
luz invento tras invento, invita a la Iglesia de nuestro tiempo a
logros cada vez ms grandes. Si la Iglesia, en vez de teorizar y
especular, mejor sus oportunidades, recursos y comodidades, parece
enteramente posible llenar la tierra con el conocimiento de Cristo
antes de que pase esta generacin. Literalmente, se puede afirmar
que la nuestra es una poca de oportunidades sin paralelos. La
providencia y la revelacin se combinan para llamar a la Iglesia a
ir de nuevo y tomar posesin del mundo para Cristo La electricidad y
el vapor han acercado al mundo. La Iglesia de Dios est en ascenso.
Tiene bajo su control el poder, la riqueza y el conocimiento del
mundo. Es como un ejrcito fuerte y bien equipado frente al enemigo
Puede que la victoria no sea fcil, pero es segura.
El lenguaje de Mott es un claro reflejo del espritu de optimismo
que caracterizaba la poca,
de crecimiento y desarrollo de las ciencias y avances
significativos en la calidad de vida.
Tambin revela una perspectiva positiva al mundo de los
descubrimientos cientficos, muy
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distinta del fundamentalismo que precisamente en la misma poca
se gestaba en otros
sectores de la Iglesia protestante estadounidense. En efecto,
The Fundamentals, los textos
publicados en Los ngeles, California, fueron editados en 1910
revelando un perfil
diferente hacia las ciencias que, con el correr de los aos se
tornar ms virulento en cuanto
a realidades sociales, polticas y cientficas. Los ejes del
debate giraron en torno a
cuestiones como el evolucionismo y el socialismo, perspectiva
que se acentu con la
revolucin bolchevique de 1917.
En su anlisis histrico de Edimburgo 1910, Samuel Escobar
sostiene que de esa
conferencia surgieron tres organizaciones: a. El comit de
continuidad de Edimburgo que
dio lugar despus al Consejo Misionero Mundial organizado en
1921; b. la Conferencia Fe
y Orden, que tuvo como objetivo estudiar los temas referidos a
la doctrina y el ministerio de
las iglesias protestantes; c. la comisin Vida y Obra, dedicada a
explorar la cooperacin
ente las iglesias en asuntos como relaciones internacionales,
servicio a migrantes y
refugiados y la bsqueda de paz entre las naciones.
En su evaluacin final de lo que signific Edimburgo 1910, Kenneth
Ross afirma
sin hesitaciones: Con la posible excepcin del Vaticano II, ningn
evento fue ms
definitivo para la formacin emergente del cristianismo del siglo
XX que Edimburgo
1910. Para Ross, Edimburgo 1910 fue una visin creadora de la
Iglesia como una
comunidad verdaderamente misionera y global, dimensin que ha
continuado inspirando a
generaciones subsiguientes, marcando un punto de referencia para
todos los que oyen el
llamado de Cristo a una misin que se extiende hasta los confines
de la tierra. La exclusin de Amrica Latina
La nota inslita de Edimburgo consisti en la exclusin deliberada
de Amrica Latina como
campo de misin y, en consecuencia, la ausencia de delegados a la
conferencia. El hecho es
sealado por los historiadores y misilogos del mundo,
especialmente los latinoamericanos,
naturalmente. Jean-Pierre Bastian afirma que para los
protestantismos de Europa,
organizadores del evento, Amrica Latina no era un campo
misionero ya que se lo
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consideraba cristiano por la presencia de la Iglesia catlica en
sus pases. Y agrega: Los norteamericanos all presentes, bajo la
direccin de John Mott, haban buscado legitimar el continente como
zona de trabajo para el protestantismo norteamericano, pero no
lograron convencer a los europeos de la necesidad de evangelizar
Amrica Latina.
En la misma perspectiva se expresa Carlos Mondragn al sealar que
la exclusin de
Amrica Latina de Edimburgo se debe a que era considerado un
continente ya cristianizado
por la Iglesia catlica. Pero es Samuel Escobar quien indica
algunos pormenores que
explican la exclusin de Latinoamrica. Escobar dice que el sector
de la Iglesia anglicana
que era ms afn al catolicismo ejerci presin para que se
excluyeran de la conferencia a
los protestantes que misionaban en pases catlicos u ortodoxos.
Agrega: Esto fue
apoyado tambin por algunos luteranos alemanes o escandinavos que
queran evitar la
presencia de misioneros metodistas en pases europeos de mayora
luterana.
Desde otra perspectiva, Gottfried Brakemeier opina que el
continente
latinoamericano no era comparable con Asia, frica y Oceana y
que, por ello, Edimburgo
excluy de la preocupacin misionera a la Amrica Latina que era
catlica y, por esa
condicin, no poda ser asociada al paganismo.
En su obra Evangelizacin protestante en Amrica Latina Arturo
Piedra realiza un
profundo estudio de las razones por las cuales Latinoamrica fue
excluida de la Conferencia
de Edimburgo celebrada en 1910. Como dice Gonzalo Bez-Camargo,
las fuerzas cristianas
evanglicas representativas de Amrica Latina fueron cuidadosa
pero firmemente
excluidas. Piedra sostiene que para la poca de la Conferencia de
Edimburgo, Mott no
estaba convencido de que las naciones latinoamericanas deban ser
parte de la estrategia
misionera protestante. En 1896 Mott haba realizado un viaje por
los pases de la regin y
haba advertido las dificultades que enfrentara la misin
protestante en estas tierras
dominadas por la Iglesia Catlica Romana. Sin embargo, a partir
de la Guerra Hispano-
americana del ao 1898, su inters por Amrica Latina comenz a
germinar.
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En un escrito de 1905, Mott se refiere a los estragos que el
alcohol hacia en las
ciudades portuarias de Asia, frica y Amrica Latina. Comenta
Piedra: Estas palabras
expresadas en 1905, sugieren que Mott, an antes de la
Conferencia de Edimburgo, crea
firmemente que no haba razn para excluir a esta regin de la
influencia misionera
mundial.
Por qu razn, entonces, Amrica Latina fue excluida de la
Conferencia?
Fundamentalmente, porque hubo dos perspectivas bien opuestas en
cuanto a lo que
significaba hacer misin en esta regin al Sur del Ro Bravo. La
Iglesia Anglicana
rechazaba la posibilidad de hacer misin en Amrica Latina porque
poda ofender a la
Iglesia Catlica romana y, consecuentemente, poner en peligro sus
tradicionales lazos con
esa iglesia. Los protestantes estadounidenses, por el contrario,
no tenan ninguna objecin
de que se realizara una evangelizacin protestante en el
continente latinoamericano.
Las tensiones se hicieron notorias a travs de cartas entre J. H.
Oldham y algunos
obispos anglicanos que eran miembros de las comisiones que
trabajaban para Edimburgo
1910 y que estaban dispuestos a renunciar a sus cargos. Oldham
estaba muy preocupado
porque las posiciones de estos jerarcas anglicanos podan afectar
la celebracin de la
Conferencia.
Finalmente, despus de muchos cabildeos, cartas y discusiones,
triunf la tesitura
anglicana de no incluir Amrica Latina en la Conferencia. Pese a
ello, como muestra Piedra
hubo referencias tangenciales y veladas como las de Robert
Speer, en cuyo discurso
titulado Cristo, el lder del trabajo misionero de la Iglesia
dijo que: El liderazgo de
Cristo implica la sujecin de TODO el mundo. Nadie puede seguirle
a l sin seguirle
hasta las partes ms lejanas de la tierra.
Las repercusiones sobre la decisin de Edimburgo fueron negativas
para lderes
evanglicos como Juan Mackay. El telogo presbiteriano que haba
sido influido por Speer
sufri una verdadera conmocin que es reflejada en esta
descripcin: Estuvo
profundamente en descuerdo cuando la primera gran reunin
ecumnica rechaz
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considerar los pases bajo el dominio de la Iglesia Catlica
Romana como esferas
legtimas de la actividad misionera protestante.
En su conclusin, Piedra manifiesta que ms all del problema
suscitado entre
anglicanos y protestantes estadounidenses en cuanto a considerar
a Amrica Latina como
tierra de misin:[] el resultado de la Conferencia de Edimburgo,
cualquiera que fuese, no afect en nada las pretensiones misioneras
en Amrica latina. Ms bien se puede afirmar que algunas de sus
conclusiones vendran a ser claves en el trabajo protestante en
Amrica Latina.
Uno de los resultados concretos de Edimburgo fue la creacin del
Comit de Cooperacin
para Amrica Latina que dio lugar a la realizacin del Congreso de
Panam realizado en
1916 que fue un hito en la historia del protestantismo
latinoamericano. Fue all, creemos, el
paso de la exclusin al naciente protagonismo misionero
latinoamericano.
Temas misiolgicos y eclesiolgicos en Edimburgo 1910
Acaso el documento ms importante de Edimburgo 1910 en torno a la
cuestin de la
misin, es el informe de la comisin Nro. 1: Llevando el Evangelio
a todo el mundo no
cristiano (Carring the Gospel to all the non-Christian World).
Cul es ese mundo no
cristiano? El documento ubica geogrficamente ese mundo,
incluyendo en el mismo a
pases e imperios tales como Japn, Formosa, Corea, China, India,
Asia central, frica y,
en el hemisferio occidental a indgenas orientales de Sudamrica y
de las Indias
occidentales. El documento destaca el tiempo de oportunidad
inigualable para llevar el
Evangelio a ese mundo no cristiano, cuyos pueblos, seala, estn
ms abiertos y favorables
a la presencia de misioneros respecto a tiempos pasados. Sobre
las tendencias que se
observan en las religiones no cristianas, el informe indica que
esas religiones estn
perdiendo sostn en algunas clases sociales, en algunas regiones
del mundo esos
movimientos religiosos se estn adaptando a las condiciones
modernas y manifestando una
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creciente actividad y agresividad. La urgencia de llevar el
Evangelio a estas naciones,
tambin se debe a la oportunidad que ellas presentan en cuanto a
la plasticidad de las
mismas. Por plasticidad entiende su carcter maleable, cambiante,
adaptable a nuevas
condiciones. Presenta el caso de Corea, considerada clsicamente
como la tierra de la
calma matutina (Land of the Morning Calm) que ahora est vibrando
con el espritu del
mundo moderno. A modo de conclusin de esta descripcin somera del
mundo no
cristiano, la comisin dice: Nunca antes tales factores y
movimientos estuvieron tan bien sincronizados. El mundo no
cristiano es ahora accesible, abierto y dispuesto a responder; las
religiones no cristianas pierden su legendario poder en ciertas
clases sociales por un lado, aunque por otro desarrollan una nueva
actividad, empresa y antagonismo [] Seguramente todos estos hechos
y factores, junto con los peligros y posibilidades de la Iglesia
como determinados por su actitud en tal tiempo y encarando tal
oportunidad, constituye una conjuncin que viene de la mano del Dios
viviente, y podra ser considerada por la Iglesia cristiana como un
mandato irresistible.
De particular inters para nosotros como sudamericanos, es
observar lo que la comisin
dice sobre los indgenas de esta regin. Se refiere a los indios y
orientales de Sudamrica
y sostiene que la mayora vive en la regin superior del Amazonas
y sus brazos tributarios
que llegan a los ros que conforman el Ro de la Plata. La mayora
de indgenas es agrcola
y muchos son seminmadas. Hay indios en Brasil y tambin en
Colombia, Bolivia,
Ecuador, Per y Venezuela. Los araucanos en Chile y el oeste de
Argentina estn ubicados
en chacras y estancias y viven vidas modestas. Los indgenas
sudamericanos son animistas
y adoran a los ancestros y al alma. En cuanto a lo que todava
debe hacerse en este mbito,
el documento dice que comparado con otros campos de misiones
cristianas, Sudamrica
todava puede ser llamado el continente olvidado. La principal
razn de los espordicos
esfuerzos de las misiones cristianas se puede encontrar en los
obstculos para tal obra
misionera debido a la cercana de los pases con la Iglesia
catlica romana del Estado.
Cmo se conceba a la Iglesia en Edimburgo 1910? Tomando como base
el
informe de la Comisin II: La Iglesia en la misin de Dios podemos
extraer algunos
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conceptos clave de lo que Edimburgo deca sobre la Iglesia.
En primer lugar, es necesario aclarar que la expresin campo de
misin es inexacta.
Porque: Todo el mundo es el campo de misin y no hay Iglesia si
no est en el campo de
misin. Con respecto a la constitucin y organizacin de la
Iglesia, el documento reconoce
la diversidad de comprensiones en torno a expresiones como
propio gobierno y propio
sostn que no es igual para el caso de anglicanos o de bautistas.
Por ello, es necesario
ejercer un gran cuidado a fin de evitar confusiones o
interpretaciones errneas. Pone una
atencin especial sobre aspectos muy prcticos de la eclesiologa
tales como: a. La autoridad
eclesistica de las iglesias madre; b. el cuerpo administrativo
de la sociedad misionera que
fund la iglesia; c. el cuerpo local de gobierno de la misin, es
decir, si es conferencia,
concilio o comit local de administracin; d. la autoridad
eclesistica incipiente o plenamente
establecida de la iglesia local.
En segundo lugar, luego de estudiar la poltica de gobierno de
cada denominacin, el
documento presenta cinco tipos de problemas, entre los que se
destacan los dos siguientes:
El problema del debido desarrollo del cristiano individual y la
congregacin individual.
La presente poca de la vida de la Iglesia en el campo de misin
est marcada ms
profundamente debido al desarrollo de todas las comunidades de
las Iglesias en el sentido
ms amplio. Seala algunos lugares donde se ha hecho un avance
sustancial en cuanto a
una visible corporizacin de los ideales de la Iglesia y su
unidad corporativa en gran escala.
Como resultado de esta parte de la investigacin, el informe
destaca que la Iglesia
organizada en el campo de misin no debe ser ms un ideal lejano
sino una realidad de
la Iglesia y que sta necesita reconocimiento continuo en cuanto
a su existencia
organizada, su vida y accin corporativa, sus necesidades y
problemas para lograr una
influencia estable y efectiva en los pueblos no cristianos.
4. Protagonismo misiolgico de Amrica Latina
Por qu la Amrica latina excluida pasa a ser protagonista de la
misin? Hay varios
factores a tener en cuenta.
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4.1. El surgimiento del pentecostalismo casi al mismo tiempo que
Edimburgo. Casi
simultneamente con la realizacin de Edimburgo 1910 se produce el
movimiento
Pentecostal en el mundo. Histricamente, el pentecostalismo es
una prolongacin de los
llamados movimientos de santidad que hunden sus races en la
teologa de Wesley.
Sus comienzos ms remotos estn vinculados a una escuela bblica
llamada Bethel
College, en Topeka, Kansas pero el comienzo diramos oficial del
movimiento se
relaciona con William Seymount, un predicador negro que llev la
enseanza
Pentecostal en 1906 a la calle Azusa y fund la Apostolic Faith
Gospel Mission.
Movimientos similares se dieron tambin en Noruega, Dinamarca,
Suecia y Chile. La
obra Pentecostal en el vecino pas est ligada al ministerio de
Willis Hoover, en
Valparaso, que era pastor de una iglesia metodista. l mismo fund
la Iglesia
Metodista Pentecostal que en poco tiempo alcanz un sostenido
crecimiento en el pas.
Jean-Pierre Bastian, que es un crtico del pentecostalismo hasta
el punto de
pronosticar una declinacin que lejos est de producirse, admite
sin embargo la
importancia que tuvo la expansin pentecostal en Amrica Latina.
Las sociedades pentecostales, sin los medios econmicos de los
cuales disponan los evanglicos, se difundieron rpidamente a partir
de los aos cincuenta. Si el movimiento evanglico se caracterizaba
por su norteamericanizacin, los pentecostales, en cambio, se
difundan, con pocas excepciones, mediante la labor de predicadores
latinoamericanos, de origen social humilde, semianalfabetos y
autodidactos. Con su exhuberancia, la espontaneidad de sus
oraciones, la glosolalia, los cantos rtmicos, los gritos de
exaltacin religiosa y la ausencia de ornato en sus templos, el
culto Pentecostal pareca ser la expresin de una autntica
religiosidad.
Hasta los aos 1960, el pentecostalismo fue visto como de reojo
por parte del liderazgo de
iglesias protestantes y evanglicas. En la primera campaa de
evangelizacin realizada por
Billy Graham en el antiguo gasmetro de la Av. La Plata en 1964,
el pentecostalismo casi
no particip. En la campaa juvenil de Luis Palau en 1974 hubo
cierta participacin de las
iglesias pentecostales, lo que produjo una especie de cisma en
los cuerpos eclesiales,
particularmente de Hermanos Libres que caus, a su vez, el
surgimiento de iglesias
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independientes como La Iglesia de la Puerta Abierta. Hoy ya
esimpensable hacer una
campaa masiva sin la presencia de las iglesias pentecostales.
Segn las estadsticas, el 70%
de los evanglicos en Amrica Latina pertenece a las filas del
pentecostalismo y los
movimientos carismticos. En Argentina, una estadstica fruto del
trabajo de un equipo
liderado por el socilogo Fortunato Mallimaci, da cuenta que el
total de evanglicos en el
pas apenas supera el 9% y el 7% de ese total es Pentecostal y
carismtico.
4.2. El crecimiento exponencial del cristianismo evanglico en el
continente
El crecimiento del protestantismo latinoamericano en el siglo XX
ha sido fantstico. Las
cifras hablan por s mismas. En una estadstica que hemos citado
en Evangelio y
antievangelio el crecimiento de los evanglicos en la regin fue
el siguiente:
Ao 1900: 50.000
Ao 1925: 756.000
Ao 1936: 7.200.000
Ao 1970: 16.000.000
Ao 1990: 40.000.000
Ao 2000: 100.000.000
4.3. Las teologas latinoamericanas y su repercusin mundial.
En este particular, hay que mencionar por lo menos cuatro
movimientos teolgicos
latinoamericanos.
El primero, lo que denomino pioneros de la teologa evanglica
latinoamericana,
segmento en el cual hay que mencionar a Juan A. Mackay, Alberto
Rembao, Gonzalo
Bez-Camargo y Sante Uberto Barbieri, entre otros. Sus escritos
representan la reflexin
teolgica y misiolgica de los latinoamericanos y coloca las bases
para futuras teologas
latinoamericanas. En segundo lugar, debemos mencionar el
movimiento ISAL (Iglesia y
sociedad en Amrica Latina), que surgi en Buenos Aires y
Montevideo en 1961 y en cuyo
seno militaron telogos como Emilio Castro, Jos Mguez Bonino,
Julio de Santa Ana y
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Rubm Alves. Varios de ellos ingresaran despus en la teologa de
la liberacin.
Justamente sta ltima es el tercer movimiento a tomar en cuenta.
Como escuela teolgica
fue la de mayor repercusin mundial. Tuvo su gnesis oficial en el
Celam II de Medelln
1968 y por primera vez la teologa latinoamericana impactaba en
el mundo nordatlntico ya
que las obras de Rubm Alves, Gustavo Gutirrez, Leonardo Boff,
Juan Luis Segundo,
Hugo Assmann y Jos Mguez Bonino, entre otros, eran traducidas al
ingls, alemn,
francs, italiano, etc.
Finalmente, en cuarto lugar, hay que mencionar a la Fraternidad
Teolgica
Latinoamericana que comenz a gestarse en el CLADE I celebrado en
Bogot en 1969 y
que hizo su primera consulta en Cochabamba, Bolivia, en
noviembre de 1970. La
importancia del tema debatido all y que se recoge en: El debate
contemporneo sobre la
Biblia, pone en evidencia la toma distancia por parte de este
movimiento, tanto del
liberalismo teolgico como del fundamentalismo estadounidense. Su
importancia radica en
que varios de sus lderes, especialmente C. Ren Padilla y Samuel
Escobar, tendrn una
participacin destacada en la Conferencia de Lausana en 1974,
influyendo en el famoso
Pacto de Lausana donde, por la decisiva participacin de los
mencionados, la agenda
misionera incluir la accin social y poltica. Como dice C. Ren
Padilla:El origen del concepto y la prctica de la misin integral
que hoy ocupan el centro del escenario en crculos de la Red Miqueas
y de un creciente nmero de iglesias y entidades evanglicas
alrededor del mundo se remonta a un movimiento global de reflexin
teolgica evanglica en cuyo seno sucedi, bajo la direccin de Dios,
el redescubrimiento del Reino de Dios. Por lo menos en el caso de
Amrica Latina, es fcil demostrar que este concepto se constituy en
la clave para la comprensin de las bases bblicas de la misin
cristiana: habindose inaugurado en diciembre de 1970, la
Fraternidad Teolgica Latinoamericana (FTL) dedic su segunda
consulta, realizada en Lima en diciembre de 1972, al tema El Reino
de Dios y Amrica Latina. A partir de esa consulta, mucha de la rica
produccin teolgica de la FTL ejercera una influencia marcada en la
articulacin de la misin del Reino en trminos de la misin integral
no slo en Amrica Latina sino alrededor del mundo, especialmente en
el Mundo de los Dos Tercios.
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4.4. Una mayor consciencia de misin integral que supera la
dicotoma evangelizacin
vs. accin social
Uno de los aportes ms significativos de movimientos como la FTL
radic en el desarrollo
de una teologa de la misin que, centrada en el Reino de Dios,
ampliara el horizonte de la
accin de la Iglesia en el mundo. Justamente, la teologa del
Reino, quizs presente de un
modo muy espordico y tenue en la Conferencia de Edimburgo, se
tornar en un tema
teolgico central en el desarrollo del pensamiento cristiano. Se
supera el concepto
agustiniano catlico romano clsico para el cual la Iglesia es el
Reino de Dios, para pasar a
una nocin ms clara: la Iglesia es la comunidad del Reino de Dios
pero este ltimo
representa la accin total de Dios en el mundo y supera las
fronteras de la Iglesia. De ah se
pasa a entender la misin de Dios (missio Dei) como el propsito
de Dios con toda su
creacin en todas sus dimensiones. De ah que ya no es posible
hablar de que la misin
consista nicamente en la evangelizacin sino que abarca la accin
social, la solidaridad, la
accin poltica, la economa y toda otra dimensin humana en el
mundo. La idea de misin
integral ya estaba expresada en artculos de la revista metodista
El Estandarte Evanglico
en los aos 1940 que hablaba, literalmente, de un evangelio
integral, pero ahora el
concepto est mucho ms desarrollado teolgica y sistemticamente.
5. Desafos de Edimburgo 20105.1. El desafo ecumnico
Hablar del desafo ecumnico implica referirnos a la unidad de la
Iglesia. Desde los
primeros concilios universales, la Iglesia se ha definido a
partir de las cuatro notas
esenciales: la Iglesia es una, santa, catlica y apostlica. Estas
cuatro notas tienen su
fundamentacin bblica y teolgica pero no es aqu el lugar donde
analizarlas. Permtanme,
simplemente, citar un texto paulino que muchas veces leemos sin
tomar consciencia de sus
alcances. Se trata del saludo de Pablo a la iglesia en Corinto:
a la iglesia de Dios que est
en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jess y
llamados a ser su santo
pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el
nombre de nuestro Seor
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Jesucristo, Seor de ellos y de nosotros. (1 Co. 1.2 NVI). Pablo
saluda no solamente a la
iglesia o comunidad en Corinto sino a todos los que en cualquier
lugar invocan el nombre
de Jesucristo. l es Seor tanto de los corintios como de aquellos
que se encuentran en
otros lugares geogrficos. En trminos de hoy, podramos decir que
Pablo refleja una
visin ecumnica de la Iglesia de Cristo. l conoce algunas
comunidades como la de
Corinto, la cual fund, pero entiende que en otras regiones
geogrficas hay otros miembros
de la Iglesia a quienes tambin hay que reconocer en la
hermandad.
Podemos hablar mucho de la unidad de la Iglesia pero aqu solo
queremos enunciar
algunos principios: Uno, que la unidad de la Iglesia es el deseo
del corazn de Dios
expresado en la oracin sacerdotal de Jess: que todos sean uno.
[] para que el mundo
crea que t me has enviado. (Jn. 17.21). La fe del mundo en
Jesucristo depende de la
unidad de los que ya somos creyentes en l. La misin depende de
la unidad entre los hijos
e hijas de Dios. Para que el mundo crea en que Jess es el
enviado (el misionero por
excelencia) debemos vivir la unidad. Pero, en segundo lugar, la
unidad de la Iglesia es,
siempre, unidad en diversidad. Toda tendencia a la uniformidad
no slo es impracticable
sino que esconde motivaciones ocultas. Cuando un nuevo
movimiento eclesial o misionero
se erige en el modelo a seguir, sin admitir diferencias de
prcticas y an creencias que no
tienen que ver con Cristo y la salvacin, requieren de nosotros
un ejercicio de
discernimiento porque tal vez esconden motivaciones y objetivos
que no son la unidad sino
la uniformidad. Esas tendencias estn presentes hoy en las
iglesias, en las denominaciones
ministerios y de movimientos que, en general, reflejan dos
rupturas: la histrica y la
teolgica. En breve: rompen con la historia como si nunca antes
Dios hubiera obrado en ella
y, segundo, rompen con la teologa, como si estos nuevos
movimientos fueran los que
capacitados para la doctrina cristiana a manera de creatio ex
nihilo. En tercer lugar, la
unidad debe materializarse en medio de la historia. En este
sentido, como dice Emilio
Castro: La bsqueda de la unidad de la Iglesia no puede ser
localizada fuera de la historia. No
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es meramente un ejercicio intelectual de comparacin de doctrinas
en la esperanza de superar diferencias, sino que es un esfuerzo por
descubrir la forma de obediencia cristiana que es apropiada para
nuestro tiempo.
Por qu no podemos negar la historia a la hora de hablar de
unidad? Para Castro, es
imposible ignorar la historia porque las divisiones en torno a
aspectos doctrinales o
divergencias cannicas tienen sus races histricas, sociales,
polticas y culturales. Pero la
razn central para localizar el tema de la unidad entre los
conflictos humanos es que all es
donde la ubica la visin bblica. La bsqueda de unidad de la
Iglesia en la visin del Reino
de Dios, es un esfuerzo constante que se concreta en medio de
los conflictos mundiales que
dividen a la humanidad. La Iglesia est llamada a ser un agente
de transformacin, testigo
del propsito reconciliador de Dios con todo el mundo pues en la
cruz, Dios estaba
reconciliando al mundo consigo mismo (2 Co. 5.19). La unidad de
la Iglesia, entonces, no
es una opcin cristiana sino que es un mandato de Dios para
quienes confesamos el nombre
de Cristo. Es una unidad que debe materializarse en acciones
concretas y que se da en
medio de las luces y las sombras de la historia. Lo que debe
unirnos, en suma, es
precisamente la misin porque es reconocer y vivir la unidad con
un objetivo que va ms
all de la Iglesia: para que el mundo crea.
5.2. El desafo interreligioso
Se hace necesaria una teologa cristiana que tome en cuenta el
pluralismo religioso en un
mundo global. Qu es la teologa del pluralismo religioso? He aqu
un intento de
definicin:La teologa del pluralismo religioso no es solamente,
como su nombre pudiera indicar, una teologa de genitivo o
sectorial, una teologa que teologiza concretamente sobre la
pluralidad de religiones. Es tambin una teologa de ablativo, o
teologa fundamental, en cuanto que el pluralismo es la nueva
formalidad o perspectiva desde la que se vuelve a leer todo el
patrimonio simblico del cristianismo. La teologa del pluralismo
religioso no habla slo de la pluralidad religiosa, sino del Padre,
del Hijo y del Espritu Santo, de la Gracia y del bautismo, de la
eleccin y de la misin, de todo lo que se puede hacer teologa, como
cualquier otra teologa general, slo que hacindolo desde la
perspectiva del
-
pluralismo.
Quines deben producir el dilogo con otras religiones? Jos
Comblin reflexiona sobre el
tema y compara dos posibilidades: una, que las personas ms
indicadas para ese dilogo
seran los telogos, telogas y especialistas de la religin, o los
representantes de las
mismas. Sin embargo, esta posibilidad no es la ms atendible. La
mejor, dice Comblin,
radica en las posibilidades de los pueblos. Hoy, esos encuentros
se multiplican por el
hecho de que la evolucin de la economa provoca no solamente
viajes de dirigentes, sino
emigracin de los pueblos pobres. Los emigrantes llevan su
religin. Para Comblin, lo que
permanece abierto es el problema de la relacin entre
cristianismo e historia y el encuentro
con otras religiones puede ser considerado como una nueva etapa
de la historia.
Por su parte, Roberlei Panasiewicz sugiere que necesitamos un
cristianismo con dos
caractersticas: policntrico y polifnico para que, de ese modo,
contine estimulando el
dilogo y la vida en el mundo de hoy. Policntrico, debido a las
variadas realidades
culturales y, al mismo tiempo, polifnico, para que esas mismas
realidades expresen su
forma de comprender y vivir la fe cristiana.
Lo que dej Edimburgo 2010
Edimburgo 2010 ya es historia. Corresponde, entonces, hacer una
somera evaluacin del
evento. Vctor Rey, presidente de la FTL fue entrevistado durante
la conferencia y ante la
pregunta: Qu impresin le merece el desarrollo de la Conferencia
Edimburgo 2010?,
respondi:En primer lugar, nos sentimos muy honrados de que nos
hayan invitado a tres miembros de la Fraternidad Teolgica
Latinoamericana. El contenido de las sesiones y talleres es
tremendamente ecumnico. Tenemos aqu una la diversidad de
denominaciones y corrientes. Hay carismticos y pentecostales.
Tambin catlicos, que no estuvieron en 1910.
Sobre la representacin de Amrica Latina en la conferencia, dijo
Rey: Por lo que respecta
a la representacin de Latinoamrica, si no tan amplia en nmero, s
es buena en calidad:
-
est representado el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI),
la FTL, el movimiento
estudiantil
Finalmente, con referencia a los talleres realizados en la
conferencia, el lder chileno dijo:
Las discusiones en los talleres son muy buenas. Los problemas
que se tratan a nivel global, son los mismos que los que se dan en
Latinoamrica. Y es que hoy en da la misin de la iglesia es una
misin global. En Latinoamrica tenemos la misma situacin, los mismos
desafos: la justicia, la emigracin, la unidad, la transformacin, la
comunin, el lenguaje, la comunicacin.
Segn Carlos Ham, lder latinoamericano en el Consejo Mundial de
Iglesias y participante
de Edimburgo 2010, Amrica Latina ya no tiene el perfil que tena
en los aos setenta y
ochenta, con la teologa de la liberacin y las comunidades de
base en pleno apogeo.
Entonces el secretario general del CMI, Emilio Castro, y muchos
empleados eran
latinoamericanos. Ahora, Amrica Latina ya no est en las
noticias. Ya no es la prioridad.
La prioridad es frica, Europa del Este Amrica Latina ya no est
en las noticias, a no
ser que haya un terremoto en Chile o un golpe de Estado en
Honduras...
En cuanto a la clausura de la conferencia, en un informe de la
Agencia
Latinoamericana de Noticias (ALC) se comentan algunos momentos
clave del cierre. En su
sermn en el culto de clausura de la Conferencia Edimburgo 2010,
el arzobispo John
Sentamu record que Jess dijo a sus seguidores: "Ustedes son mis
testigos". Sentamu,
quien es arzobispo anglicano de York, Gran Bretaa, hizo un
llamamiento a propsito de la
"importancia crucial del testimonio cristiano". Sentamu lo afirm
en su sermn, "la
actividad humana slo genera actividad humana. La Palabra
proftica y el Espritu nos
hacen vivir. Su voz reson con una pasin evangelizadora que
record a predicadores del
pasado que hablaron en ese mismo lugar.
"Este es probablemente el encuentro ms abarcador sobre la misin
desde 1910",
coment Vinoth Ramachandra, lder de la Comunidad Internacional de
Estudiantes
Evanglicos en Sri Lanka. Al igual que otros oradores,
Ramachandra reconoci muchos
-
avances prometedores en la Conferencia Edimburgo 2010. Sin
embargo, Ramachandra
tambin expres su preocupacin por el alto porcentaje de
profesionales religiosos y
acadmicos en comparacin con el gran nmero de obreros laicos
presentes un siglo atrs.
Llam a esto un "punto ciego" en los encuentros eclesiales
contemporneos: la incapacidad
de darse cuenta de que "el trabajo principal de misin tiene
lugar en la vida cotidiana de
cristianos y cristianas comunes".
Conclusin:
Si algo hay que decir en cuanto al cambio teolgico y misiolgico
producido en
estos cien aos que separan a Edimburgo 1910 de Edimburgo 2010 es
el cambio de
paradigma. De una visin eclesiocntrica hemos pasado a una visin
del Reino de Dios. La
teologa de Reino es la que ha permitido ampliar la visin
misionera de la Iglesia. En
palabras de Emilio Castro:[] es difcil que se busque una
claridad misionera desde una perspectiva que no sea la de la
teologa del reino. Casi todas las teologas contextuales del tercer
mundo intentan interpretar la realidad histrica, cultural y poltica
apuntando hacia una visin de futuro dentro de la perspectiva del
reino.
En la articulacin de la teologa del reino vinculada a la
misiologa, el aporte
latinoamericano ha sido decisivo. Est representando por varios
movimientos teolgicos,
entre los cuales es necesario mencionar: la teologa de ISAL
(Iglesia y sociedad en Amrica
Latina) que busc insertar la misin en las realidades sociales y
polticas del continente; la
teologa de la liberacin que continu esa bsqueda articulando un
pensamiento que surge
de la praxis y comprometido de la misin en los pueblos
latinoamericanos y la teologa de la
FTL cuyos pioneros influyen decisivamente en Lausana 1974 y
articula una misin
holstica en la cual todos los aspectos de la realidad son parte
del inters de Dios. Si la vida
cristiana es una realidad entre los tiempos, del anuncio al
escatn, la misin cristiana en
Amrica Latina est marcada por una visin donde la Iglesia era el
fin ltimo a una
perspectiva en la cual el fin ltimo es el Reino y la Iglesia una
sierva que anuncia y
-
prefigura el definitivo reinado de Dios en la historia. Este es
el kairs que, en la providencia
divina, nos toca protagonizar hoy en nombre de Cristo para que
el mundo crea.
Alberto F. RoldnDoctor en teologa. Master en ciencias sociales.
Miembro de la FTL.Conferencia de la FTL, ncleo Buenos Aires, 17 de
julio de 2010. www.teologos.com.arBuenos Aires, 2 de julio de
2010.
En un manual de misiologa publicado en Grand Rapids se indica
que en el comienzo de la conferencia se leyeron saludos del rey
George V del Imperio Britnico, el oficial del imperio germano en
representacin del Kaiser Wolhelm II y el presidente estadounidense
Theodore Roosvelt. A. Cott Moreau, Gary R. Corwin y Gary B. McGee,
Introducing World Missions. A Biblical, Historical, and Practical
Survey, Grand Rapids: Baker Academic , 2004, p. 136 Cit. por C.
Howard Kopkins, John R. Mott 1865-1955: A Biography, Geneva and
Grand Rapids: WCC & Eerdmans, 1979, p. 342 David J. Bosh, Misin
en transformacin, Grand Rapids: Libros Desafo, 2000, p. 415 Ibid.
En nota al pie, Bosch aclara que Mott no sugera que el mundo entero
sera convertido en su generacin sino que la idea era alcanzar al
mundo con el Evangelio en el sentido de que cada persona tuviera
una oportunidad vlida para conocer a Cristo. Cit. en Ibid., p. 416
Samuel Escobar, Edimburgo 1910 y los evanglicos iberoamericanos,
HYPERLINK "https://www.misiopedia.com/images/stories/pdfs/Edimb
EscobarES.pdf" https://www.misiopedia.com/images/stories/pdfs/Edimb
EscobarES.pdf , pp. 2 y 3. Accedido el 5 de abril de 2010 Kenneth
R. Ross, Edinburgh 1910 Its Place in History, HYPERLINK
"http://www.towards2010.org.uk/downloads_int/1910-PlaceHistory.pdf"
http://www.towards2010.org.uk/downloads_int/1910-PlaceHistory.pdf,
p. 7. Accedido 5 de abril de 2010. Jean-Pierre Bastian, Historia
del protestantismo en Amrica Latina, Mxico: CUPSA, 1986, p. 158
Carlos Mondragn, Protestantismo y panamericanismo en Amrica Latina,
Boletn teolgico, Nro. 62, abril-junio 1996, p. 9. Samuel Escobar,
Edimburgo 1910 y los evanglicos iberoamericanos, p. 1. Ibid. Curso
de ecumenismo. CLAI. HYPERLINK "http://www.Claiweb.org"
www.Claiweb.org, p. 2 Arturo Piedra, Evangelizacin protestante en
Amrica latina, Quito: Clai, 2000 Gonzalo Bez-Camargo, The Place of
Latin America in the Ecumenical Movement, The Ecumenical Review. A
Quaterly, The World Council of Churches, vol. I, Spring 1949, p.
311 Op. Cit., p. 118 La guerra hispano-estadounidense fue el
conflicto entre Espaa y Estados Unidos que deriv en la
independencia de Cuba y la prdida por parte de Espaa de Puerto Rico
y Filipinas. Se la conoce como guerra de Cuba, guerra
hispano-cubano-norteamericana y guerra hispano-americana
(Spanish-American War). Op. Cit., p. 121 Ibid., p. 125 Ibid., p.
128 Ibid., pp. 144-145 Cit. por Piedra en Ibid., p. 145. Cursivas
originales. Cita tomada de W. R. Wheeler, A man sent from God: A
Biography of Robert E. Speer, p. 190, cit. en Ibid., p. 148.
Cursivas originales Ibid., p. 157
-
Arturo Piedra considera que el congreso de Panam fue un
acontecimiento que marc una nueva etapa de la presencia y expansin
del protestantismo en Amrica Latina, representando el final de un
perodo en que la Iglesia Catlica hizo creer que el trabajo de los
misioneros protestantes era extrao e ilegtimo. Ibid., p. 163. All
mismo, Piedra consigna la opinin de Stanley Rycroft: Cuando se
escriba la historia de los ltimos veinticinco aos del trabajo
protestante en Amrica Latina, los cristianos se percatarn del papel
importante que desempe el Comit de Cooperacin en Amrica Latina.
World Missionary Conference, 1910, Report of Commision I, Carring
the Gospel to all Non-Christian World. HYPERLINK
"http://www.archive.org/stream/reportofcommi00worliala"
http://www.archive.org/stream/reportofcommi00worliala. Accedido el
13 de abril de 2010 Ibid. p. 48 Ibid., p. 249 HYPERLINK
"http://.www.archive.org/stream/rptcommissionii00worliala"
http://.www.archive.org/stream/rptcommissionii00worliala, p. 4.
Accedido 13 de abril de 2010 Ese talante lo expuso en las
Conferencias Carnahan del Instituto Universitario Isedet, donde
manifest, entre otras cosas, que el pentecostalismo carece de
lderes con formacin teolgica. Ante una pregunta que le formul en el
sentido de que distinga entre pentecostalismo y neopentecostalismo,
trminos de uso frecuente en su presentacin, su respuesta fue
ambigua y difusa. Daba la sensacin de que los prejuicios le impedan
ver con ms objetividad el fenmeno pentecostal latinoamericano. Esta
visin contrasta con la de Carlos Ham quien dice: Creo que tenemos
mucho que aprender de las iglesias pentecostales. Han madurado
muchsimo. Ya no podemos decir que no tienen teologa, porque tienen
teologa; tienen buenos telogos y telogas. Son adems iglesias
populares. Expresan su fe en categoras del pueblo. Tienen un
compromiso social. Reciben el Evangelio de forma holstica,
integral, y llevan a cabo la proclamacin del Evangelio y el
compromiso social en trminos prcticos. Creo que las iglesias
protestantes histricas (Nosotros) somos muy racionalistas.
Racionalizamos demasiado.
http://alcnoticias.net/interior.php?codigo=17068&lang=687
Jean-Pierre Bastian, Protestantismos y modernidad latinoamericana,
Mxico: FCE, 1994, pp. 210-211 Alberto F. Roldn, Evangelio y
antievangelio. Misin y realidad latinoamericana, Mxico; Kyrios,
1993, p. 82. La estadstica es citada por Guillermo Taylor en:
Reflections of maturing MK: grappling with tought latin realities,
Evangelical Missions Quarterly, julio 1991, p. 254. C. Ren Padilla,
De Edimburgo 1910 a Lima 1972. Cambios de paradigma en el
desarrollo de la misin (segunda parte). HYPERLINK
"http://www.kairos.org.ar/blog/?p=373"
http://www.kairos.org.ar/blog/?p=373. De las varias ponencias que
se incluyen en el libro citado por Padilla, se destaca la de Jos
Mguez Bonino, a la sazn invitado a participar en los encuentros de
la FTL sin ser miembro, titulada: El reino de Dios y la historia,
donde el telogo metodista analiza la presencia del reino en los
procesos histricos, cuya deteccin no se hace a partir de una
perspectiva de la nous o la ratio que se lo discierne en la
obediencia concreta, en la praxis. Dice Mguez Bonino: Es imposible
exagerar la importancia de esta ltima expresin: el reino no slo se
discierne en obediencia. Preguntarse por la presencia del reino en
la historia es pedir que el Rey nos seale nuestra tarea y pedirle
que se digne recoger nuestra obediencia en su reino. C. Ren Padilla
(editor), El reino de Dios y Amrica Latina, El Paso: CBP, 1975, P.
85. Emilio Castro, A Passion for Unity, Ginebra: WCC Publications,
1992, p. 9 Ibid. Jos Mara Vigil en: El actual debate de la teologa
del pluralismo, Libros digitales Koinona, p. 9 Ibid., p. 30 Ibid.
Ibid., p. 53
http://alcnoticias.net/interior.php?codigo=17069&lang=687 Ibid.
Ibid. Ibid. Edimburgo 2010 culmin en recinto histrico CMI/ALC
Emilio Castro, Llamados a liberard, Buenos Aires: La Aurora,
1985, p. 109
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