Algunas ideas sobre el desarrollo del esfuerzo científico ... · Una vez que nos convencimos que la investigación científica y el desarrollo tec-nológico no son un lujo sino una

Revista Mexicana de Fisica 35 Suplemento (1989) 5117-5120

Algunas ideas sobre el desarrollo del esfuerzocientífico en México*

Introducción

1.1éxicocuent.a actualmente con 1000 a 1500 científicos dedicados a la investigación(no se puede citar una cifra exacta, por falta de estadísticas adecuadamente elabo-radas); de estar a nivel de los países desarrollados, contaría con aproximadamente40.000.

En la actualidad, el financiamiento de actividades científicas en México asciendea 0.1 ó 0.2 por ciento del producto nacional bruto (también aquí no se puede más quehacer estimaciones más ° menos burdas, ya que faltan datos); los países altamenteindustrializados gastan alrededor del 3 por ciento de su producto nacional bruto-lo que significa que se gasta alrededor de diez a quince veces más para sostenera cada uno de los científicos, de por sí en mucho mayor mÍmero, de lo que hacenuc'Stro país.

Hay todavía muchas personas que piensan que estas cifras sólo significan quela ciencia es un lujo para un país subdesarrollado: que nuestros presupuestos másraquíticos no nos permiten gastar en actividades sin duda muy prestigiosas, peropoco relacionadas con nuestros problemas. La realidad, desde luego, es exactamentela opuesta: somos y seguiremos siendo un país subdesarrollado mientras no deci-damos salir del subdesarrollo por nuestro propio esfuerzo científico, tecnológico,industrial y social. Lo que es más, la de"proporción entre los esfuerzos científicos ytecnólogicos de los países avanzados y el nuestro hace que en vez de estar, según eleufemismo de la Naciones Unidas, "en vías de desarrollo", más bien nos encontremosen vías de subdesarrollo: la distancia que nos separa de estos países en realidad crecedía con día.

Lejos de ser un lujo para un país como México, la investigación científica es unanecesidad vital: es la actividad que nos permite salir del subdesarrollo. Nos permite,en primer lugar, identificar nuestro problema, en segundo lugar, encontrar las po.sibies soluciones, y en tercer lugar, desarrollar las técnicas necesarias -incluyendotécnicas de planeación- para llevar a la práctica estas soluciones.

Claro está que no solamente necesitamos investigación científica; también noshacen falta muchas cosas más; pero en cierto sentido la investigación científica ytecnológica es la actividad que da la pauta a las demás. Podríamos, por ejemplo,tirar inútilmente enormes sumas de dinero si, antes de construir un nuevo complejoindustrial, no estudiáramos con todo el detalle necesario, los métodos de fabricación,de empaque, de distribución, de conservación, etc. de los productos; no es raro, en

.Undated and unfinished manuscript, probably written around 1975.

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particular si queremos aprovechar un recurso natural nuestro cuyas condiciones deempleo serán en general muy diferentes aquí, que esto necesite un esfuerzo largoy considerable, primero de investigación en el laboratorio, luego investigación tec-nológica y en plantas piloto, y en paralelo con esto una actividad de planeación quetambién es una investigación científica, aunque llevada a cabo con métodos distintos.Similarmente, cuando pensamos en estructurar un sistema educativo, no sólo senecesita una base en investigaciones pedagógicas, sino también una investigaciónsostenida en todos los demás campos: sin ella ¿qué enseñaríamos a nuestros futurosingenieros, agrónomos Y médicos -o simplemente a los ciudadanos destinados avivir en un mundo en el cual ciencia y tecnología dominan cada día más desde lapolítica nacional hasta la vida privada?

Algunas necesidades nacionales

Tratemos, a título de ejemplo, de examinar algunas necesidades que existen cla-ramente en nuestro país, para ver en qué puntos podría útilmente aplicarse unesfuerzo científico y tecnológico mayor. Desde luego no es posible dar una listaexhaustiva, ni mucho menos indicar un orden de prioridad; carecemos al respectode la información relevante. Sin embargo, crear esta lista, si no exhaustiva por lomenos razonablemente completa, y establecer estas prioridades, es evidentementeuna necesidad nacional, y de las más apremiantes; para satisfacerla, se necesitaun esfuerzo grande de recopilación de datos (los cuales en general no se puedenobtener mediante la 'distribución de algunos miles de cuestionarios: tenernos queemplear métodos activos de investigación), de interpretación de los datos recopila-dos, y finalmente, conociendo ya nuestra situación, pddemos -esto es claramenteuna actividad política, en el mejor sentido de la palabra- establecer un orden deprioridad para los principales renglones de nuestro desarrollo futuro.

Pero nos estamos adelantando, Antes que sea posible un tal esfuerzo de pla~neación nacional, tenemos que llegar a conocer los problemas y las posibilidades denuestra patria, Exami~emos algunos casos concretos:

México cuenta con muy extensas costas sobre dos mares importantes, pero nosaca mucho provecho de los recursos marinos que tiene en sus puertas. Sin embargo,hay varias direcciones en que una investigación relativamente barata nos abriríaimportantes perspectivas: hay que investigar la riqueza de los subsuelos marinos enlas plataformas continentales; hay que estudiar qué recursos nos ofrece el propio mar,en forma de sales disueltas, en forma de energía de oleaje y mareas, en forma de vidamarina (actualmente lo mejor estudiado); al mismo tiempo un mejor conocimientodel mar rt,ducirÍa mucho los peligros que corren nuestros marineros y pescadores,_ y también los turistas ... j hay que ver, finalmente, cómo se puede aprovecharpara México el recurso más fundamental que ofrece el mar: agua para las enormesregiones que sufren anualmente daños enormes y problemas de toda clase por sequíasy carencias de agua.

Para ~tacar este complejo de probl~mas, hace falta un mayor número de ocean&.grafos, de geólogos, de biólogos, de físicos, de ingenieros marinos y otras especialida-

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des, así como una serie de grupos en que todos estos especialistas podrían colaboraren forma flexible. Pero, aunque contamos con algunos expertos, y muy buenos, enestas ramas, son insuficientes para permitirnos un ataque concentrado del problemade cómo aprovechar el mar. Y sin embargo, unos cuantos millones de pesos invertidosen esto bien podrían rendirnos centenares de millones, sin pensar en los beneficios deuna mejor alimentación y del desarrollo de nuestras regiones costeras, actualmenteentre los paisajes más bellos de nuestro país, pero más tristes también, por la pobrezaque en ellas reina.

Otro círculo de problemas se encuentra alrededor del hecho de que Mé~ico dis.pone de una flora y fauna muy sui gencris. Nuestros antepasados supieron desarrollartoda una serie de técnicas peculiares e interesantes para aprovechar esta riquezanatural: para nosotros estas técnicas forman parte de nuestro patrimonio cultural,pero no hacemos nada ante la gradual desaparición del uso del maguey, de la tortilla,de las múltiples plantas medicinales. Un esfuerzo relativamente pequeño revelaría,sin embargo, que la técnica y la ciencia moderna podrían aplicarse a muchos denuestros recursos en plantas tropicales y sacarles no solamente lo que ya supieronhacer los mayas sino mucho más. Otra vez habría que formar aquí grupos flexibles degeólogos, botánicos, químicos y bioquímicos, pero sería vital incluir en estos gruposa etnólogos y antropólogos: sólo ellos nos pueden poner en contacto con los enormesaunque no organizados conocimientos del México precolombino y sus sobrevivientesactuales.

Una tercera necesidad evidente se vislumbra alrededor de las industrias queactualmente se están desarrollando en el país. Ciertas de ellas revisten una im-portancia tanto económica como social que es considerable; es por lo tanto unaclara necesidad que estas industrias dispongan de las técnicas más cuidadosamenteestudiadas, para que ofrezcan al país productos que sean baratos, de buena calidady de adecuada variedad. Sin embargo, es un hecho que !t1éxico no cuenta con uninstituto metalúrgico -a pesar del volumen de su producción siderúrgica- o conun instituto dedicado a la madera y el papel. En este renglón es muy interesantela experiencia inglesa; en ese país se han establecido institutos de investigaciónindustrial en una larga serie de ramas, y al lado de algunos fracasos (como esnatural) la casi totalidad de los institutos han beneficiado de manera importantesus respectivas industrias, mientras algunos institutos han hecho descubrimientos ydesarrollado técnicas que colocan sus industrias a la c~beza en la carrera mundial.Desde luego no nos conviene simplemente copiar la institución inglesa: pero sí nosconviene estudiarla y eventualmente adaptarla a nuestro país y sus condicionesparticulares.

Un último ejemplo quiero sacarlo de lo "ultramoderno" de la tecnología. Aunquepueda sorprender a quien viera nuestro país solamente como país subdesarrollado, yase han instalado más de 200 computadoras de diversos tamaños aquí. Sin embargo,la utilización de estas máquinas es bastante deficiente todavía. Parte de ello sedebe al hecho de que por falta de experiencia las instalaciones muchas veces soninadecuadasj por ejemplo, se necesita dotar la mayoría de estas máquinas de aireacondicionado, el cual frecuentemente funciona mal. Otro ejemplo, más grave, esel hecho de que las máquinas no siempre se han seleccionado de acuerdo con las

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necesidades reales para las que se adquirieron: en muchas ocasiones por falta deun experto que pudiera aconsejar a tiempo, en otras ocasiones, porque no se quisoescuchar al experto. Finalmente, debe Dotarse que estas máquinas son útiles enla medida que existen programas para ellas hechos precisamente para resolver losproblemas que se les presentan; pero en México buenos programadores todavía sonmuy escasos y se pagan a precio de oro, mientras que hay más de una instalación endonde no se reconoce aún que un programador malo no sólo puede no resolver losproblemas: es casi más frecuente que crea (y haga creer a sus jefes) que los problemashan sido resueltos, cuando en realidad sus "soluciones" adolecen de fallas cuyasconsecuencias pueden ser de una gravedad extrema: considérese una computadorainstalada en una oficina del gobierno cuyo personal no es de la máxima competenciay responsabilidad ...

Nuestra carencia aquí es de matématicos, particularmente matemáticos aplica-dos, con muchas especializaciones e interconexiones con otras ramas, desde la físicay la biología hasta la economía. No es aquí el lugar para entrar en más detalle; bastedecir que nuestras deficiencias en este campo pueden acarrear desastres muy seriossi no las remediamos a tiempo. Existe, afortunadamente, un núcleo de matemáticosde alta calidad y hasta con extraordinario renombre mundial en nuestro país; peroes sólo un núcleo, demasiado débil para poder hacer que forme la base de una nuevageneración mucho más numerosa.

Estos no son sino unos cuantos ejemplos de lo que podría hacerse si tuviéramosun cuerpo de científicos y tecnólogos, suficientemente numeroso y experimentado,para atacar en un frente amplio los profundos problemas que aquejan al país. Hacefalta --es importante repetirlo- un estudio serio para cada una de estas áreasproblemáticas, a fin de asegurar que nuestros recursos sean empleados con buensentido y dentro del marco de un plan general para la nación.

Personal científico y tecnológico

Una vez que nos convencimos que la investigación científica y el desarrollo tec-nológico no son un lujo sino una necesidad vital si a nuestros hijos les queremosofrecer un país digno de'ello.s, -una vez-que decidimos lanzarnos en serio, aparecenuna serie de preguntas clave. ¿Cómo formaremos el crecido número de especialistasque nos urge tener? ¿A cuáles ramas del saber científico hay que dar preferencia?¿Cómo podemos asegurar que esta nueva capa de hombres de ciencia pueda contri-buir según sus recién adquiridas capacidades?