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Alarcon Pedro Antonio - Poesias Serias Y Humoristicas

Oct 19, 2015

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  • POESAS SERIASY HUMORSTICAS

  • NDICE

    Prlogo de la primera edicin .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 3 3

    A mi mujer .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 4 3

    POESAS SERIAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 4 9

    POESAS HUMORSTICAS.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 3 1

  • PRLOGO

    DE LA PRIMERA EDICIN

    Tal vez no se hubiera dado a la estampa, en mucho tiempo,esta coleccin de poesas, si yo, a fuerza de ruegos, no hubie-ra logrado vencer la desidia del autor. Alego aqu este servicioliterario, para justificar lo que de otra suerte pasara por au-dacia: este prlogo mo.

    Aunque el poeta, tan conocido ya y tan estimado del p-blico, no ha menester que yo ni nadie le patrocine, no estarde ms decir algo sobre la ndole y el mrito de sus composi-ciones.

    Claro est que no voy a buscar argumentos para persuadiral pblico a que guste de ellas, sino a exponer algunas de lasrazones en que el gusto y el ya alcanzado aplauso se fundan.

    En muchos escritos mos he dicho repetidas veces, y he pro-curado demostrar, que la edad presente es ms favorable a lapoesa lrica y ms fecunda en buenos poetas lricos que nin-guna de las pasadas. Slo quizs en los mejores tiempos de Gre-cia, cuando el sol de la libertad iluminaba todas sus gloriosasrepblicas, verdes y frescos an los laureles de Maratn, Pla-tea y Salamina, hubo poetas lricos como los que en nuestraedad han cantado las maravillas de la civilizacin, las tempes-tades sublimes de las revoluciones, y la virtud progresiva y bien-hechora de la libertad moderna. Slo Simnides, Arquloco,Pndaro y Corina, celebrando a los hroes y a los vencedoresen la arena olmpica en presencia de la Grecia toda congre-gada, pueden ser comparables a los poetas lricos de nuestrosiglo.

    La libertad misma, el favor del pueblo, el aplauso inteligentede una ilustrada democracia, fueron, y son, los Augustos y los

  • Mecenas de aquellos y de estos griegos cantores. No nacieronni se criaron, como plantas exticas y parsitas, en los inver-nculos y cercados jardines de los reyes y de los grandes, sinoal aire libre,

    Donde no se apocael numen en el pechoy el aliento fatdico en la boca.

    No vinieron a cantar slo los dulces y fciles amores, las de-licias de los festines, la pompa cortesana y los sentimientos ydogmas religiosos sujetos a una pauta oficial e invariable, sinoa cantar libre y espontneamente de Dios y de la naturaleza, ya vaticinar los altos destinos de la humanidad, con acento va-liente, enrgico y digno de ella.

    Esta nueva poca de gran poesa lrica no es fcil marcar enqu momento empez. En unos pases hubo de adelantarse, yhubo de retardarse en otros. Pero no es lo interesante el co-mienzo, sino el fin de esta poca. Acabar la poesa, como pre-tenden algunos, o tendr una vida y una fecundidad inmorta-les, como otros aseguran? Yo soy de los ms firmes creyentesen la constante y activa duracin de la poesa, y ya he dado, enotros escritos tambin, las razones que tengo para creerlo as.La ciencia y la experiencia, por grandes que sean sus progre-sos, no invaden todo el campo de la fantasa. Este campo esinfinito, y cuanto el saber humano explora, averigua o expli-ca, es nada en comparacin de la inmensidad adonde no pe-netra, del universo invisible que se sustrae a todo su estudio,de la regin misteriosa donde slo entran, se explayan y lograncrear mil prodigios la fantasa, el sentimiento y la fe.

    De tales argumentos, que no es esta la ocasin de ampliar,me valgo yo para convencerme a m mismo y para convencera los otros de la perpetuidad de la poesa; y hasta me inclinoa veces a creer, no ya en su perpetuidad y florecimiento in-marcesible, sino en un constante crecimiento y mayor auge;porque, lejos de suponer, como suponen otros, que la ciencia,al descubrir, aminora lo descubierto y lo no descubierto, pre-sumo lo contrario, que lo magnifica y lo ensalza todo. Lo que

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  • descubre lo hace mayor y ms bello que lo que haba fingidola fantasa; y calculando luego la mente lo no explorado porla grandeza de lo explorado, tambin lo no explorado se agran-da y se sublima.

    Siendo esto as, como lo es, no cabe duda para m en quela poesa lrica ensancha sus dominios y aumenta su energacon el andar de los tiempos. No hablo de la poesa dramti-ca ni de la pica, porque exigen otras condiciones que hoyno se dan, por donde son hoy inferiores, y no dejarn de ser-lo mientras no se transfiguren, lo cual no es de mi incum-bencia decir aqu si podr ser, y cundo y cmo podr ser, da-do que sea.

    Lo que importa explicar, a fin de que no se entienda queme contradigo, es que dentro de esta poca, altamente favo-rable a la poesa lrica, poca que podemos calcular que em-pez a fines del siglo prximo pasado, hay un perodo de te-rrible prosasmo, en el cual vive hoy o vegeta toda Europa, ysingularmente Espaa.

    Causa principal de este prosasmo momentneo ha sido(considerando en conjunto toda la civilizacin europea) elcansancio natural, el desmayo y el desaliento que suceden alas hondas especulaciones metafsicas, en que nuestra edad hasido tan rica.

    Por reaccin de aquel grande movimiento filosfico, y en es-ta postracin actual, han brotado y medran, como los espinosy abrojos donde ya se agostaron las flores, los ms descarna-dos sistemas materialistas; la negacin de Dios, del espritu yde todo lo que no es materia; el aborrecimiento de toda me-tafsica y de toda teologa.

    Espaa, que no despleg la mayor actividad en el movi-miento metafsico anterior, tampoco se halla hoy tan infestadadel materialismo y del llamado positivismo que han surgidopor reaccin posteriormente; pero tales doctrinas, por estarms al alcance del vulgo, han penetrado ms, y se han difun-dido lo bastante para destruir y secar en las almas las inspira-ciones y los pensamientos poticos.

    Hay en Espaa asimismo otro motivo antipotico poderoso.El conocimiento de nuestro malestar material, apenas sentido

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  • antes, se ha divulgado, naciendo de l un vehemente deseo devivir mejor materialmente. De aqu lo prosaico y ruin de esteperodo de la vida social de nuestro pueblo; de aqu la pocaaficin que muestran a la poesa las clases ms adelantadas. Lapoesa, el trmino de la aspiracin, la meta en la carrera deldeseo en pos de lo ideal, suele ponerse ahora en comer bien,en vestir con elegancia, en vivir en una casa confortable. El queno ha logrado esto, corre desalado para lograrlo; el que ya loconsigui, se llena de orgullo, y se considera como el poeta ver-dadero.

    En este perodo prosaico ha venido al mundo, como poeta,el seor Alarcn.

    Cruel destino ha sido el suyo; pero, hasta donde es posible,ha logrado vencerle, dando con tan difcil triunfo una pruebairrefragable de su valor.

    De la situacin momentnea del mundo, y en particular dela de nuestro pas, indicada aqu en breves palabras, han di-manado varios vicios en casi toda la poesa novsima, vicios deque la poesa del seor Alarcn se halla exenta.

    El principal de estos vicios se puede llamar (valindonos deun vocablo muy usado hoy por los naturalistas) atavismo exa-gerado. No parece sino que las musas, aunque vengan tradasde la mano por un poeta progresista, o racionalista, o filso-fo, partidario en prosa de las ltimas revoluciones, admiradoren prosa de todo lo que constituye el carcter de nuestro si-glo, e impregnado de su espritu hasta los tutanos, retroce-den espantadas hacia los siglos brbaros y se llevan al poeta quelas traa, obligndole a decir en verso lo contrario de lo queen prosa siente, piensa, afirma y sostiene; trastocndole en de-tractor de la poca presente y encomiador de las pasadas; obli-gndole a imitar, aunque en sentido inverso, al falso profetaBalaam, que por encargo de los moabitas fue a maldecir al pue-blo de Israel, y contra su voluntad, y sin caer en lo que haca,le colm de bendiciones.

    Es otro vicio el incesante sermonear, acudiendo a todos loslugares comunes del Lrraga; y otro, la afectacin de un espi-ritualismo severo, que condena todo lo que no es mortificacinde los sentidos, conversacin interior y retraimiento del mun-

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  • do y de sus pompas; de todo lo cual dista el poeta muchsimoen la prctica de la vida.

    El seor Alarcn no peca por ninguno de estos lados. Es unpoeta natural. En prosa y en verso es siempre el mismo. El es-critor y el hombre son lo que deben ser, enteramente idnticos.

    Nace de esta naturalidad y candidez, y de las varias y aunopuestas tendencias del da, lo inseguro y vacilante que sueleencontrarse el corazn aun en los instantes de ms fervorosoentusiasmo y de ms arrebato potico. Solicitada el alma pordiversas esferas de atraccin, viendo a las claras el pro y el con-tra de lo que sostiene, acostumbra refugiarse en la irona, y caeen un estado que, con palabra tomada de la lengua inglesa, lla-mamos humorstico. Las mejores poesas del seor Alarcn sonlas que expresan dicho estado del alma.

    Nada hay nuevo en el mundo, y dicho estado, y la poesa quede l nace, no son nuevos tampoco. Apenas hay poeta lrico,ni aun en los tiempos ms remotos, que no deje en ocasionestraslucir la irona; que no tenga su punta de humorstico, a ve-ces en las composiciones ms graves. No pocos crticos hancredo descubrir sobre los labios del divino Homero una de-licada y burlona sonrisa, hasta al pintar al hijo de Saturno,cuando, enarcadas las negras cejas y movidos sobre su cabezainmortal los rizos perfumados de ambrosa, estremece la cum-bre del Olimpo. Dechado ms evidente del gnero humors-tico e irnico es la famosa y tan repetida oda de Horacio enalabanza de la soledad, de la vida del campo, de las costum-bres puras, sencillas y santas en los tiempos patriarcales.Quin, al leer aquella oda, no aborrece por un instante lossuntuosos banquetes, el lujo y las luchas de la ambicin?Quin no promete evitar los palacios de los prncipes, el fo-ro ruidoso y la inquieta e inconstante plebe? Quin no deseairse a vivir a un cortijo con su inocente esposa, que har all elpapel de una sabina, ordeando las vacas, aprestando los nocomprados manjares, y todas las otras suavsimas rustiquezasque el poeta nos describe y que estn oliendo a madreselva, atomillo y a la flor del nemoroso brezo? El mismo Horacio sen-ta este deseo, este amor, este entusiasmo de la esquividad cam-pesina, y este desengao de las vanidades y las glorias de la tie-

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  • rra, al escribir su oda. La oda, sin embargo, es el discurso quehace el usurero Alfio cuando recoge el dinero que tena dadoa premio; pero, aunque ya casi se cree retirado en el campo,

    Iam, iam futurus rusticus,

    no bien acaba de recoger el dinero, busca a quien ha de pres-tarle con mayor ganancia en el mes siguiente.

    Omnem relegit idibus pecuniam;Quaerit kalendis ponere.

    No se entienda que esto es una travesura de Horacio: es unacto de modestia y de pudor, una prueba ms de su gusto ex-quisito. Aquel poeta cortesano, alegre, amigo de la sociedadelegante y de los ms refinados placeres, aunque en un mo-mento sintiese con sinceridad lo contrario, no poda aconse-jarlo sin el correctivo de la irona, sin la esfumacin de lohumorstico, so pena de hacer que lo que es sincero y sentidoapareciese como una declamacin vana, falsa y amanerada.No en otra cosa reside el hechizo arcano de la poesa humors-tica. Sin duda que, siendo hroe, ngel, santo o semidios el poe-ta, no ha menester del humor ; pero, no sindolo, vale ms que,al mostrarnos sus pensamientos anglicos o divinos, descubrala flaqueza y miseria de su condicin humana, que no que true-ne, fulmine y hasta excomulgue, cuando se ve posedo del nu-men y agitado interiormente por el estro, sin acordarse de queera un mortal pecador como nosotros momentos antes de to-mar el tirso o la lira en la mano, y de subir a la trpode inspi-radora.

    Sirva esto de justificacin al gnero humorstico. Las poe-sas del seor Alarcn en este gnero son, a mi ver, las ms lin-das del tomo. Estn llenas de gracia, de espontaneidad y de ter-nura.

    El seor Alarcn ha atinado adems con el estilo propio dedicho gnero de poesas, poco cultivado antes por los espa-oles. Tenamos el estilo jocoso, el satrico, el grave, el senti-mental, pero no el humorstico, que es como una mezcla ar-

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  • mnica y suave de todos ellos, donde no deben parecer durasy violentas las transiciones.

    Viene en auxilio del buen ingenio del seor Alarcn, y desus cualidades adecuadas a semejante modo de poetizar, lamaestra dichosa con que maneja el lenguaje, empleando a ve-ces con primor y acierto algunas frases vulgares, algunos idio-tismos que prestan un candor chistoso y una ligereza delicadaa lo que escribe.

    Como el lector no ha de pararse en el prlogo, sino que hade leer y releer las poesas que vienen en pos, no quiero abul-tarle citando trozos de lo que ms adelante ver entero. Sloenumerar los ttulos de las ms bellas e importantes de estascomposiciones humorsticas. Son Sueos de sueos, Una flor me-nos, A la luna, Historia inverosmil, El da de ao viejo y Ayer y hoy.

    En algunas otras composiciones, de las ms sentidas, seriasy graves, aparecen de vez en cuando rasgos felices del mismohumor, los cuales estn tan bien trados y tan hbilmente ajus-tados al cuerpo y al espritu de toda la composicin, que no ladesentonan ni empaan su limpieza y hermosura, antes im-primen en ella un sello indeleble de sencilla verdad y de es-pontneo afecto. Esto se nota principalmente en la Dedicatoriadel tomo a la mujer del poeta, en el Adis al campo, en la ale-gora El cigarro y en otras obrillas del mismo orden.

    Lo ms selecto del tomo es de lo que ahora se llama subjeti-vo: es poesa autobiogrfica, si bien no tanto de los accidentesexternos de la vida, cuanto de lo ntimo y profundo del cora-zn y de la mente, y de sus pasiones e ideas. Ms que a la cas-ta o linaje de poetas doctrinales y que se dirigen al pueblo, co-mo Pndaro, Soln, Tirteo, Schiller, Manzoni y Quintana,pertenece el seor Alarcn a aquella otra casta, cuyos versosno se asemejan a una homila, sino a un monlogo, donde elpoeta se da razn de sus impresiones, y hace, por decirlo as,examen de conciencia, detenindose un rato a considerarse,interrogarse y juzgarse a s propio, en medio de una vida azaro-sa, agitada y aventurera. Bajo este aspecto, el seor Alarcn escomo los antiguos trovadores y minnesinger, o ms bien comonuestros poetas mahometanos de la Edad Media, que corranlas aventuras; que eran soldados y peregrinos; y ya cantaban

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  • de una cita de amor, ya describan una orga y otros deportesy devaneos, ya una batalla en que se haban hallado, comoIbn-Handis, y ya palacios y jardines; y ora hablaban de sus amo-res y de sus celos por culpas de alguna principal seora, comoIbn-Zeidun por la princesa Walada, o como el clebre Tann-haser por la misma Venus, transformada en diabla merced alcristianismo; ya se convertan a mejores costumbres, se arre-pentan y hasta hacan penitencia, componiendo versos msti-cos y aun ascticos. Algo semejante, salvo la diferencia de lostiempos, hay en las composiciones del seor Alarcn. Comoviajero, describe el Ocano, el Monte Blanco, la ciudad de Vene-cia, Roma, el Vesubio ; como soldado, ensalza la Bandera de Ciu-dad-Rodrigo; y como amante, produce gran abundancia de poe-sas, y ya celebra los favores, ya lamenta los desdenes, o yazahiere la coquetera y pcara condicin de alguna dama, co-mo la de aquella, ms que tierna vanidosa, a quien alude enlas quintillas tituladas Por va de epitalamio. Por bajo de todosestos versos palpita la vida misma del poeta y se esconden to-dos sus lances de amor y fortuna.

    Recogido ahora a buen vivir y hecho un excelente padre defamilia, muestra su ternura hacia los nios en versos tan dul-ces como los del soneto A mi hija, en sus das, El secreto y Cami-no del cielo.

    No es esto decir que el seor Alarcn sea siempre subjetivoy humorstico. Toca todas las teclas y registros, y ensaya, casisiempre con felicidad, todos los tonos. Tal vez es sentencioso,doctrinal o gnmico, pero sin pecar en cansado o prolijo. Avuelta de sus bromas, se advierte que suea en un amor in-mortal, y frisa a menudo en el misticismo.

    A pesar de que la legtima trompa pica est abollada hacesiglos y suena poco, el seor Alarcn solt una vez el plectropara empuarla y hacerla sonar, y lo consigui, en cuanto ca-be en este gnero de poesa, ahora artificial y anacrnico.

    Su canto El suspiro del moro da testimonio de esta verdad,que el Liceo de Granada reconoci al premiarle con la Medallade oro.

    Aunque el seor Alarcn no se jacta de purista, y detesta lorebuscado, y hasta parece que huye de todo atildamiento en

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  • la frase y de todo artificio en las palabras, su versificacin esrobusta y correcta, y su lenguaje castizo, elegante y propio.

    Posee, por ltimo, el seor Alarcn el don misterioso de lagracia y de la simpata. Sus versos atraen al lector, y, despusde atrado, le retienen y le embelesan. Este atractivo, esta vir-tud magntica, se siente mejor que se comprende; pero debede consistir en la sinceridad. Es tan hermosa, tan rica, tan no-ble, considerada en s, no ya slo el alma del seor Alarcn,sino casi toda alma humana, que si acierta a mostrarse sin-ceramente, sin alios y sin mentidos afeites, en su desnudezlimpia y pura, tienen por fuerza que interesarse en su favor yhasta que adorarla las dems almas. El toque magistral de lapoesa lrica subjetiva est, pues, a no dudarlo, en arrancar alalma el velo con que se encubre y en mostrarla desnuda. Bie-naventurado quien acierta a hacer esto con el decoro y la des-treza que se requieren.

    Desnudar un alma no es negocio tan hacedero. Algunas an-dan tan embozadas, vestidas y arropadas en la materia, que,segn expresin del vulgo, tienen ms conchas que un gal-pago y no se despojan ni a tirones.

    Rarsimas, y estas son las de los poetas, visten un cendal levey vaporoso, que al menor soplo de una pasin ondea, vuela ydeja patente la belleza recndita. No proviene de otra cosa lapoesa, y tal es la que encierra este tomo.

    JUAN VALERA1870

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  • A MI MUJER

    Entre cantares y alborozo y fiesta,cun pronto pasa el suspirado daque bulliciosa turba en la florestadedicara al amor y la alegra!

    Cun pronto...! Ved: la tarde moribunda 5los prpados entorna en Occidente,e inadvertida oscuridad profundava envolviendo al tropel indiferente...Melanclico al fin lejos resuenael toque de oracin, eco de un mundo 10que a Dios acude en su constante pena,y, ttrica y medrosa,la antes alegre turba bulliciosaregresa a sus hogaresy al cotidiano afn de sus pesares. 15

    Pas, y no volver! Pas aquel dade vano aturdimiento y de locuraque les dispuso en la enramada umbrael genio del placer y la hermosura!Helos tornar entre la sombra oscura... 20Feliz aquel que vuelve aprisionadoen las redes de amor, y enamoradave a la prenda querida que a su ladosuspira por la luz de una mirada!

    Pero, de tantas descuidadas risas, 25de la danza frentica y del canto,de los besos fiados a las brisas,qu ms le resta que mortal quebrantoal que en su pobre corazn vacotan slo siente el gotear del llanto 30que lento infiltra el implacable hasto?

  • As tornaba yo de los pensilesde mis aos floridos, contemplandocmo aquellos quimricos abrilesvinieron y se fueron tan callando. 35Soando entr en mis aos juveniles;soando los pas; sal soando...;y, al despertar entonces, me veasolo, en la noche de un soado da.

    Detrs de m, cerrada y misteriosa 40quedaba, ya distante, una arboleda,cuyas ramas mil veces cariosameci para arrullarme el aura leda...Era mi juventud! Sola y oscura,como negra alameda 45plantada entre una y otra sepultura,ya al lejos la enramada apareca...All quedaba la corriente puraque bullir entre cspedes vea;all la senda abierta entre las flores; 50all la sombra que gustar sola!,y el trino de los tiernos ruiseores,que nunca ms, ay triste!, escuchara...

    La edad crel en tanto me empujabapor ridos senderos: 55Adnde caminaba?Slo el recuerdo intil me quedabade mis aos primeros!

    El recuerdo no ms...! Oh vil memoria,cmplice fiera del ajeno olvido! 60Qu me vala la pasada historia,si era ya el corazn desierto nido?Quin habla de las aves pasajeras,que huyeron hacia nuevas primaverasal rbol en que ayer su amor cantaron? 65Qu valen a las ridas praderaslas flores que sin fruto se secaron?

    Fueron, ay!, mis estriles venturas

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  • leves nubes del cielo,cuyas mudables tintas y figuras 70arrastra el aire en su callado vuelo!Y mis dolos fueron sueos mos,que yo, insensato, apellid querubes;y, a merced de mis propios desvaros,mudaron nombre, y forma, y atavos, 75como a merced del sol cambian las nubes!

    Muerto en mi cielo el luminar del da,borrados de mis sueos los antojos,hurfano el corazn, solo y sin gua,breas y abismos viendo ante mis ojos, 80cmo arrostrar la pedregosa va,cubierta de malezas y de abrojos?A qu existir? A qu tan cruda guerra,si era un desierto para m la tierra?

    En la dorada copa de la vida, 85de grato nctar por el cielo henchida,no quedaba ya ms que la hez amargay el veneno fatal de la experiencia...Qu hacer de mi existencia?Vivir... para morir? Intil carga! 90Padecer sin amor? Atroz violencia!Cncer cuyos dolores nunca embargael blsamo eficaz de la paciencia!

    Imagnate ahora, esposa ma,t, a quien mi alma reverente canto 95en estos versos tmidos enva,que, en tanta soledad y duelo tanto,cuando ms tenebroso mi caminoera y ms triste mi ignorado llanto,hubiese visto en el confn del cielo 100alzarse blanca, pura, misteriosa,la bienhechora luna tras un monte,esclareciendo con su faz radiosala densa lobreguez de mi horizonte.

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  • Imagnate el gozo con que viera 105inundarse de luz la ingente esfera,reaparecer el mundo ante mis ojos,y, en medio de los speros abrojos,serpentear la senda ya perdida...,as como del alma agradecida 110la emocin y contentoal verse acompaada y asistidade la casta deidad del firmamento...

    Idlatra o amante,fijo mis ojos en aquel semblante 115que una paz inmortal me prometa,hubirale sin duda abierto el alma,dicindole: Pon fin a aquesta guerra,y aprtame por siempre de la tierra,t que del cielo vives en la calma! 120Llvame de este mundo y de esta vidaa otro mundo mejor, donde las floresno desaparezcan en veloz huidaal soplo de los vientos bramadores!Hblame de delicias inmortales; 125cuntame las grandezas de esa altura;que vivos en mi alma los raudalesan estn de la fe y de la ternura!.

    Tal hubirale dicho yo a la Diosa,al verla aparecer... Mas no era ella: 130no fue la luna la deidad radiosaque all me apareci... Cunto ms bella,y cndida, y piadosa,a mis ojos luci gentil doncella...!Pero mis labios sella 135ese rubor que en tu mejilla castame ruega que no siga...No temas...! Yo tambin oh dulce amiga!tiemblo, y bendigo, y enmudezco... Basta.

    4 4 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Ni, a qu ms? Por ventura, al dedicarte 140estas desaliadas poesas,faltas de inspiracin, mofa del arte,cosecha ingrata de los tristes dasque viv sin amarte,fuera noble que grrulas excusas 145te diese, como suelen los conversos,sobre la varia multitud de Musasque vers invocadas en mis versos?

    No! Ni fuera corts (y lo pasadomerece cuando menos cortesa) 150renegar a la postre de ese coro,ayer tan celebrado,que vaga entre una y otra poesa,ni tu propio decorosemejante hecatombe aceptara! 155

    Baste decir que para ti he reunidostas que llamar marchitas floresdispersas por el viento del olvido,y que en todas cantara tus amores...,si primero te hubiera conocido! 160

    Madrid, 1870.

    A M I M U J E R 4 4 7

  • POESAS SERIAS

  • EL SUSPIRO DEL MORO 1

    Y el Santo de Israel abri su mano,y los dej, y cay en despeaderoel carro y el caballo y caballero.

    (HERRERA)

    No la grandeza del empeo santo,no la hazaa inmortal, no la memoriade la egregia Isabel: el duelo cantodel rey sin trono, sin hogar ni gloria,que, en vez de sangre, vergonzoso llanto 5verti a la postre de su infanda historia:llanto sin fin que los anales cierrade siete siglos de implacable guerra!

    Madre afligida del Amor cristiano:s T la Musa que piedad me inspire 10para que, enfrente del procaz pagano,ni los de Dios ni tus agravios mire.Est vencido, llora, y es mi hermano...Haz que a su vez mi ctara suspirecuando l dirija la postrer mirada 15de eterno adis a la gentil Granada!

    1 Este Canto obtuvo la Medalla de oro, primer premio del Certamen celebradopor el Liceo de Granada en 1867; y, como entonces acabara de nacer mi primo-gnita, Paulina, no solamente le dediqu el Canto, sino que le ced el premio, ytambin una hermosa corona de plata que me regal el auditorio el da de la lec-tura pblica. [Las notas a pie de pgina son del autor].

  • Y t que, errante, la infinita arenade los desiertos cruzas, los tesorossin olvidar de esta regin amena,triste progenie de los reyes moros!, 20deja que tu apenada cantilenasalve del mar los mbitos sonorosy preste al canto que mi voz te envasu dulce son y vaga meloda...

    Principiaba una flgida maana, 25de esas que alegran el adusto invierno,cual bellas hijas que en edad tempranala hiel endulzan del dolor paterno:del monte excelso la cabeza canareflejaba del sol el rayo eterno, 30y en la atmsfera azul, difana y puradestacaba la nieve su blancura.

    Por los barrancos de la ingente sierramil arroyuelos ntidos corran,buscando el llano, en cuya arada tierra 35su caudal fecundante repartan:tranquilos ya, tras la finada guerra,los labradores a su afn volvan,y en medio de los densos olivareshumeaban los rsticos hogares. 40

    Tambin las aves a sus dulces nidosy a la paz que perdieron retornaban;los rebaos, ayer despavoridos,otra vez por las cumbres asomaban;y cantos, y rumores, y balidos 45el aire placidsimo poblaban,cual si el pasado sanguinoso empeohubiera sido imaginario sueo.

    4 5 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Esa maana refulgente y grata,mientras el sol del aterido enero 50rizados hilos de escarchada platatrocaba en perlas con su ardor primero,de moros numerosa cabalgata,que el blanco lino y el bruido aceroigualaban a un bando de palomas, 55suba del Padul las mansas lomas.

    Aquel cortejo, triste y misterioso,de noche a Santa Fe dejado haba,y cruzado la vega silenciosoantes que el alba despertase al da; 60pero, al salvar el punto montuosoa que llegaban cuando el sol sala,los moros sus corceles refrenaron,y atrs la vista con afn tornaron.

    Iba al frente de aquella comitiva 65un joven de extremada gentileza,cuyo boato y majestad esquivaseales daban de imperial grandeza.Su noble palidez y frente altiva,los negros ojos de oriental belleza, 70su cndido albornoz y barba oscuracompletaban tan clsica figura.

    Siempre a su lado, como fiel esposa,fijos en l los hechiceros ojos,cabalgaba una joven tan hermosa, 75que al lucero del alba diera enojos.Mas de su rostro angelical la rosay de sus labios los claveles rojostrocado haba pertinaz la penaen lirio mustio y plida azucena. 80

    P O E S A S S E R I A S 4 5 3

  • Tras ella, blanco cual nevado armio;enhiesto, aunque raqutico y doliente;nico bien del paternal cario;temible ya, como len naciente,sobre negro corcel marchaba un nio, 85no llegado a la edad adolescente,pero que ya maldijo su hado insano,cautivo y solo en el real cristiano.

    Torvo el aspecto de la faz sombra,parda la tez y la cabeza cana, 90junto al nio impertrrita venauna lujosa, gigantesca anciana:su viril ademn y la energade su mirada fiera y soberanadescubran en ella a la matrona 95digna del cetro y la imperial corona.

    Y, en fin, no lejos, en tropel brillante,slo por miramiento rezagados,iban, con muerte y rabia en el semblante,palaciegos, visires y criados. 100Del sin ventura que subi delantelamentaban empero los cuidados,cual si humilde callara ante la ajena,por temor o lealtad, la propia pena.

    Desde el lugar en que parado haban, 105a la vez abarcaba la miradalos rudos montes en que entrar debany la extendida vega matizada.Un paso ms..., y nunca ya veranel mgico horizonte de Granada! 110Un paso ms..., y de su vista ansiosadespareca la ciudad hermosa!

    4 5 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • El moro aquel altivo y prepotentese apart de familia y servidumbre,y silencioso, ttrico, doliente, 115qued como clavado en la alta cumbre.La contraccin horrible de su frenteretrataba su negra pesadumbre;pero, en crcel de orgullo preso el llanto,negaba alivio a su mortal quebranto. 120

    Fijos los ojos, cual queriendo en ellosdejar grabados y por siempre vivosde aquel paisaje los matices bellos;mudo, inmvil, alzado en los estribos,el infeliz, del sol a los destellos, 125vio pasar los instantes fugitivos,sin poder separar la vista un puntode aquel sublime, sin igual conjunto.

    Quin era? Iba a morir? Por qu tal duelo?Por qu a su alrededor no resonaba 130ni una voz de esperanza o de consuelo?Por qu su esposa con rubor echabasobre la casta faz el blanco velo?Quin era el triste que tan solo estaba?Qu maldicin cay sobre aquel hombre? 135Cul era su infortunio? Cul su nombre?

    Era Boabdil...! Boabdil, el fruto airadode Muley desdeoso y de Aixa fiera;el hijo por la madre aleccionadocontra su padre y rey a alzar bandera; 140el ambicioso audaz y desalmado,ladrn del solio a cuyo pie naciera,que, al eco santo del paterno grito,fue por su raza y por su Dios maldito!

    P O E S A S S E R I A S 4 5 5

  • Era Boabdil, cuya ominosa estrella 145cost a sus padres sempiterno lloro,rompi el encanto de la Alhambra bellay el fin atrajo del imperio moro...!Msero rey, tras cuya infausta huellase hundi la tierra siempre, y llanto y oro 150y sangre y honras devor el abismo,hasta que al cabo sumergiose l mismo!

    Era Boabdil, que con indigna manodado las llaves de la Alhambra habay su trono y su pueblo al Rey cristiano...! 155Era Boabdil, que desde all veaplantar sobre la vela al castellanola odiada cruz del Hijo de Mara!Era Boabdil, que la postrer miradadiriga por siempre a su Granada! 160

    Granada, la ciudad cuyas rinas,festoneadas de perpetuas rosas,an alegran las aguas cristalinasque en sus crmenes entran bulliciosas!La ciudad que las fieles golondrinas, 165como en tiempo mejor, buscan ansiosas,pidiendo a los palacios derruidossombra y quietud para sus caros nidos!

    Era, s, esta ciudad, que despobladahoy parece tal vez al que la mira 170de hierba y rotos mrmoles sembrada,como Paesthum, Itlica o Palmira:la ciudad que, entre flores sepultada,pasmo y asombro al universo inspira,mientras sus muros de labrada piedra 175disputa el tiempo a la viciosa hiedra.

    4 5 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Era Granada..., rica y esplendente,tal como fue... cuando Granada era!Llambanla Damasco de Occidente,de la grey de Ismael Roma altanera, 180de sus sabios Atenas floreciente,de las artes lujosa primavera,hija del Cielo, patria de las flores,jardn de la hermosura y los amores.

    Boabdil la contemplaba adormecida 185en los crdenos montes del Oriente,de un alquicel blanqusimo vestida,y de bermejas torres la alta frente,cual de corona seorial, ceida...All quedaba lnguida, indolente, 190adltera sultana, infiel esposa,mostrando al vencedor su risa hermosa...!

    Y all quedaban los amantes rosque plata y oro le tributan fieles;el Dauro con sus crmenes umbros, 195y el Genil con sus clidos vergeles;del Albaicn los blancos caseros,la Antequeruela oculta entre laureles,de la Alcazaba el recio baluarte,y la Alhambra gentil, sueo del arte! 200

    La Alhambra! Regio edn, huerto florido,mgico alczar, que su planta mojadel hondo Dauro en el raudal temido,y cuyas torres de argamasa roja,de las copas del bosque entretejido 205salir se ven entre la verde hojay luego alzarse a la regin del viento,como ideal, areo monumento...!

    P O E S A S S E R I A S 4 5 7

  • Con vergenza y amor y envidia y penaBoabdil de aquel edn se despeda, 210donde su infancia transcurri serenay entr aclamado, victorioso un da!Entonces, ay! desde su fuerte almenareinaba en la mitad de Andaluca...Ya... slo le ofreca el hado cierto 215un caballo... y la arena del desierto!

    Luego mir la anchsima llanura...;tapiz que bordan con vistosas tintas,ora las huertas de eternal verdura,ora las blancas y graciosas quintas, 220ya de extenso olivar la mancha oscura,ya de las aguas las fulgentes cintas,aqu las torres de apiada aldea,all el camino que tenaz serpea...

    Cuadro grandioso, que mostraba unidos 225de tierra y cielo todos los favores...;nieves perpetuas, rboles floridos,verdes campias, nubes de olores,un aire que arrobaba los sentidos,un firmamento azul y un sol de amores...! 230Cuadro cuya magnfica hermosurade Boabdil puso el colmo a la amargura!

    Campo y ciudad, cuanto a sus pies vea,fue suyo, fue su vida, fue su encanto...Y nunca ms a verlo tornara...! 235Nunca ms! Al pensarlo, creci tantosu dolor, y fue tanta su agona,que de sus ojos desbordose el llanto,y, con acento fnebre y rugiente,lanz un suspiro que aterr a su gente... 240

    4 5 8 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Suspiro amargo, lgubre, espantoso,que an en Granada sin cesar resuena,turbando de los siglos el reposoy de la muerte la regin serena!Y reptelo el viento caluroso 245que raudo agita la africana arena...!Y sonar implacable, tremebundo,mientras se acuerde de la Alhambra el mundo!

    Aixa, entretanto la sublime alturade Mulhacn miraba con recelo... 250All..., al amparo de la nieve pura,en la sagrada vecindad del cielo,yaca en misteriosa sepulturaMuley, su esposo, presenciando el duelode la airada consorte y del mal hijo 255a quienes fiero al espirar maldijo...!

    Pero, al ver la sultana el triste llantodel rey, que entre suspiros repeta:Allah-Akbar...!, tan ntimo quebranto,lejos de conmover su faz sombra, 260inflamola de un fuego que dio espanto,y, mujer insensible, madre impa,cuanto patricia indmita y severa,dijo al dbil Boabdil de esta manera:

    Llora como mujer, desventurado, 265la prdida del reino que has debidocual hombre defender...! Llora, menguado!.Y, con desdn ms fiero que el olvido(tal vez con hondo amor desesperado!),apartose del prncipe afligido, 270y, mirando colrica a Granada,huy vencida, pero no domada.

    P O E S A S S E R I A S 4 5 9

  • Como reo de muerte que a la viday al sol y al cielo con afn profundodirige la suprema despedida..., 275as Boabdil, lanzado de aquel mundoen que dejaba su ilusin querida,Adis...!, dijo con aye moribundo,e, inclinando la frente sobre el pecho,huy tambin, en lgrimas deshecho... 280

    Y, tras l, en confuso torbellino,partieron todos; y del sol la lumbrevio, de polvo entre denso remolino,desbocada correr de cumbre en cumbre,huyendo de su lbrego destino, 285a aquella fastuosa muchedumbre,a quien la desventura daba en arrasun rincn en las agrias Alpujarras.

    Pronto, como blanqusima paloma,mirbase, a lo lejos, de la sierra 290a un jinete salvar la ltima loma...Era el fantasma horrible de la guerra...Era el poder inicuo de Mahomaque abandonaba la espaola tierra...Era Boabdil, herido por el rayo 295que all en Asturias fulmin Pelayo!

    Otro da..., del mar sobre la espuma,sola cruz desde Adra hasta Melillarpida nave cual ligera pluma.Ganada, al cabo, la africana orilla, 300viose a msero moro entre la bruma,doblar, al pisar tierra, la rodilla...Era Boabdil, a quien su negro sinoneg una tumba en suelo granadino!

    4 6 0 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Un da, en fin, que el dspota africano 305luchaba por salvar su poderocontra los dos jarifes, un ancianolidi por l con temerario bro,hasta que, herido y sin aliento humano,se hundi en las olas de opulento ro... 310Era Boabdil, a quien su suerte durale negaba en la tierra sepultura!

    AL OCANO ATLNTICO

    ODA

    T eres el mar sin trmino ni calmaque en sus delirios concibi la mente!T eres el viejo Atleta poderoso,a cuya voz rugientetiemblan los hemisferios! 5T eres el mar incgnito y profundoque dilata sus lquidos imperiosde Norte a Sur, de un mundo al otro mundo!

    T eres el mar de inmensa lontananza,patria sin fin del pensamiento solo; 10guardador de la Amrica fragantey de los blancos tmpanos del polo.T, encadenado, intrpido gigante,sacudes en tu crcel con fierezade la tierra los ejes de diamante, 15y ardiendo escupes tu rabiosa babaen las rocas inmviles y solasque la que ayer gimi tu humilde esclavaopone al tumbo de tus recias olas...O, rendido del spero combate, 20en la arenosa playa te reclinas,y con desdn y majestad te duermesdel mundo que asolaste en las rinas.

    P O E S A S S E R I A S 4 6 1

  • Yo contempl aquel lago de esmeraldas,aquel mar perezoso y cristalino 25que del Veleta las azules faldasplcido copia en xtasis contino:el mar de la Alpujarra y de Almera,cuya extensin enamorados cruzansuspiros de Granada y Berbera: 30el mar, que al pie del rstico Apeninosus mansas olas tiende lisonjeras,donde se miran, de placer ufanas,blancas ciudades, frtiles riberas,ninfas de Etruria, nyades romanas: 35el mar, donde Parthnope reposa,y se baan las islas de la Grecia,cual bandada de cisnes adormidos;donde surge fantstica Veneciade en medio sus canales y lagunas, 40y lzase, en fin, la Reina del Oriente,coronada la sien de medias-lunas...

    Mas, ay! aquel espejo transparentede recuerdos de amor y de poesa;estanque aprisionado, que el tridente 45de Sidn y Cartago prepotentepuerto de sus galeras hizo un da;del imperio latino en la porfacharco de sangre, que bastaba apenasa soportar las naves 50de oro y cautivos y soldados llenas;aquel golfo, palenque de la historia,estrecho circo de la humana gloria,cerrado panten, fosa colmada,no mitig del alma arrebatada 55la devorante sed... No era el grandiosomar inconmensurableque prometa, con lejanos gritos,al afn del espritu insaciable,pramos infinitos...! 60

    4 6 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Opreso el corazn, yo lo vea;y ver ms anhelaba;y agotarlo tema...Del frica feroz la costa bravaimaginaba all mi fantasa, 65y, ay! en la costa aquellasi no la vista, la ilusin se estrella!

    Aqu no! Melanclico y desierto,al horizonte llega tu oleaje,que sin recuerdos y sin nombre lanza 70su ronco aliento o su clamor salvaje.Del Austro al Breas tu poder alcanzay desde Ocaso a Oriente:en ti se mira el Sol desde que ardientede tu puro zafir trmulo nace, 75hasta que mustio, tras el lento da,vuelve a tus brazos y en tu seno yace!

    Oh, s!: t eres el mar... t solamente!T eres aquel Titn, pavor del Griego,que el globo trastornara en una hora 80cuando, selvas y cspides talando,cruz los valles con arrojo ciegode Calpe la corriente mugidora.T eres la inundacin y t el diluvio;t el corazn del Orbe... 85Torrentes van a ti de cielo y tierra,y cielo y tierra tu ambicin absorbe.Son tus arterias los cansados ros,tu vida el huracn, tu voz el trueno,y la Luna tu amor... Tus fieros bros 90calmas con verla, y al dormir serenode la alta noche en la quietud tranquila,palpitante por ella el ancho seno,an, como tigre que durmiendo acecha,revuelves en la sombra la pupila... 95Mas si ausente la lloras, o, de nubes

    P O E S A S S E R I A S 4 6 3

  • su faz velando, te la roba el cielo...al cielo en busca de tu amada subes,gritos lanzando de furor y duelo!Tiembla espantado el suelo; 100rebrama el viento y resplandece el rayoen la noche sin fin; de tu hondo seno,hinchado de sollozos, se levantaebria y sauda la pujante ola,asordando el estrpito del trueno, 105hasta que al fin... en los espacios, sola,reaparece la Luna,y vuelves a dormir dulce y serenocomo apacible, difana laguna.Ay de la nave en tanto! 110Ay del orgullo y de la altiva cienciadel msero mortal...! Como eco vano,se perder en tu atroz omnipotenciatodo el arrojo del poder humano!

    Infinito Ocano! Aniquilada 115cae mi lira en tu arena, y temblorosatu inmensidad magnfica saluda!Cunto so mi alma la hora hermosade contemplarte as, con pompa muda,adormido len, cansado atleta, 120grande cual nunca en tu imperial reposo,estrechar con tus brazos de colosola redondez ingente del planeta!

    Hora es la tarde... Sooliento y tristerecuesta el Sol en tu apacible seno 125la enrojecida frente fatigada...Cun amante y serenobebes, oh mar! su lumbre regalada,y en tus plcidas olas reverberasdel Poniente las luces postrimeras! 130

    4 6 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Ay! Tu augusto desierto sin medidainfunde al alma inslita dulzura,y vuelve al corazn la fe perdida...De Dios..., del sumo Dios eres hechura...!,y el espritu audaz que me da vida, 135inmenso como t, cual t sin calma,ve a ese Dios en tu lquida llanura...;que eres t, melanclico elemento,vvida imagen material del alma!

    Cdiz, 1853.

    A FRAY LUIS DE LEN

    AL INAUGURARSE SU ESTATUA EN SALAMANCA

    Gloria! las arpas, los salterios gloria!resuenen por doquier... Ved al poetasurgir triunfante, coronado atleta,del seno de la noche mortuoria!l es! Cual sueo fnebre han corrido 5trescientos aos de pasada historia...La tumba en pedestal se ha convertido,y el pedestal en ctedra... Silencio!Len, libre otra vez, como algn da,desde el alzado puesto 10mira al concurso con afable calma...;la multitud lo aclama como entonces...,y, con acento que percibe el alma,Decamos ayer... prorrumpe el bronce!

    l es, que torna a la vital arena, 15no ya del fondo de prisin impa,mas de los reinos de la muerte oscura,rota mostrando al mundo su cadena,ntegra y salva su doctrina pura!

    P O E S A S S E R I A S 4 6 5

  • l es...! el docto, el inspirado, el tierno, 20serfico agustino...el poeta divinoque, en coloquios de amor con el Eterno,cant la ansiada libertad del almay de caducos bienes el olvido, 25cual ruiseor que en la solemne calmade la NOCHE SERENA,de amor enloquecido,entona apasionada cantilena,nica voz del mundo adormecido. 30

    Jubilosa Naturaya reconoce a su cantor amado...;a aquel que, blandamente recostadocabe la linfa de fontana pura,las horas descuidado 35pasaba, ni envidioso ni envidiado.Y ufano el Sol, exttica la Luna,las flores de placer ruborizadas,trmulo el bosque, y locas de alegralas aves en sus copas anidadas, 40saludan a porfala noble efigie del ilustre vate,cuando en el alto pedestal descuella,del tiempo a resistir el fiero embate,como la roca en que la mar se estrella. 45

    Gozoso en tanto el pueblo salmantinocon aplausos y vtores aclamael triunfo nuevo y la perpetua famadel cristiano David, segundo Aquino.Y el raudal cristalino 50del viejo Tormes, que los patrios laresbes de tanto ingenio peregrino,Loor al Maestro que cant a mi orilla!,murmura al alejarse hacia los mares:Loor a Fray Luis!, resuena por Castilla...; 55

    4 6 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Vtor!, responden de la mar las olas,al recibir el Tormes con el Duero,y Vtor!, claman en el mundo enterocuantas naciones fueron espaolas.

    Noble ciudad, Atenas castellana, 60Salamanca inmortal, aula del mundo!Oye tambin mis plcemes, y acogeen tan dichoso, memorable da(sin ver la ruda mano que las coge),las flores que a LEN Granada enva. 65

    Hijas son de sus crmenes frondosos,y de mi amor y mi entusiasmo prenda;y entre ellas van como mejor ofrenda,o bien como rocoen sus trmulos clices guardado, 70al par que el llanto mo,las lgrimas de amor y de contentodel pueblo que debiole tanta gloria 2,y donde tiene su inmortal memoriaen cada corazn un monumento. 75

    Granada, 1868.

    EN EL MULADAR

    Mendigo: tu blasfemia me estremece...Deja que olvide a Dios el venturoso;pero tu labio hambriento y asquerosocon renovada fe bendiga y rece!

    P O E S A S S E R I A S 4 6 7

    2 Hasta hace pocos aos se ha estado en la creencia de que Fray Luis de Lenera hijo de Granada.

  • Todo, menos su Dios, le pertenece 5al opulento, sano y poderoso;y el pobre, miserable y haraposo,de todo, excepto de su Dios, carece.

    Dios es al cabo el nico enemigodel vano, del audaz, del sibarita, 10y la sola esperanza, el solo amigo

    de quien llora, padece y necesita...Sin Dios, el universo se anonada!Sin Dios, el rico es Dios, y el pobre nada!

    1855.

    LA CAZA DEL SAURIO

    A MARA BUSCHENTHAL 3

    Del agrio risco solitaria duea,la diestra armada del arpn luciente,ved a la hermosa indiana adolescentetendida al borde de tajada brea.

    La verdosa cerviz no bien ensea 5cauteloso lagarto, diligentele asesta el golpe, y trmula, lo sienteforcejear, clavado ya en la pea.

    Del monstruo herido, que tenaz porfa,tiembla entonces la prfida agresora, 10y brbara acelera su agona...

    4 6 8 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

    3 Esta ilustre seora, y querdisima amiga ma, fue, all en su tierra natal delBrasil, la cazadora de que se habla en el presente soneto, que improvis a su pre-sencia, en 1858, la noche que le o contar el caso en su siempre famosa tertuliade Madrid.

  • Remtalo por fin; pero en mal hora;que, al ver el cuadro de su hazaa impa,tiembla de nuevo, se arrepiente... y llora.

    LAS PALMERAS

    Gentil palmera lnguida crecaentre los muros de cercado huerto,y, amortajada en su ramaje yerto,cual alma sin amor desfalleca.

    Luch empero tenaz..., hasta que un da 5consigui descubrir el campo abierto,y vio marchita, en medio del desierto,otra palmera, que de sed mora.

    Convalecer les hizo una mirada,y el aura fue galante mensajera 10del dulce amor que para siempre uniolas.

    Aprende el caso, nia desamada;guarda el tesoro de tu fe, y espera;que almas como la tuya no estn solas.

    LA MOA

    (A LA MARQUESA DEL SALAR)

    Cun airosa y ufana en la corridair la noble fiera, engalanadacon tan bella divisa, regaladapor tan ilustre dama y tan garrida!

    P O E S A S S E R I A S 4 6 9

  • Crdena sangre de la oculta herida 5matizar la seda recamada,y an el toro, al mirarla disputada,ms sentir el perderla que la vida.

    Ay, si al coger la codiciada prendatu corazn ganara y tu albedro 10el esforzado justador...! Oh gloria!

    Todos fueran al par a la contienda...!Y yo, ante todos, redoblando el bro,diera la vida all por la victoria!

    Granada, 1964.

    PROMESA DE UNA SANTA

    Estoy, Seor, de m tan desprendida,y de toda aficin tan apartada,que, por el don que os intereso, nadasacrificar pudiera agradecida.

    Voto os hiciera de dejar la vida, 5si ya no fuese vuestra, y tan cuitada,que, al perderla, creyrame premiadacon no vivir y verme a Vos unida.

    Mas, pues no hay meritorio sacrificioen quien vive sin dichas, yo os ofrezco, 10si volvis la salud al moribundo,

    ceirme la existencia cual cilicio,codiciar una vida que aborrezco,abrazarme a la cruz de aqueste mundo.

    4 7 0 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • EL AMANECER

    (CRESCENDO)

    Blando cfiro mueve sus alasempapadas de fresco roco...De la noche el alczar sombrodulce alondra se atreve a turbar...Las estrellas, cual sueos, se borran... 5Slo brilla magnfica una...Es el astro del alba! La Lunaya desciende, durmindose, al mar.

    Amanece: en la raya del cieloluce trmula cinta de plata, 10que, trocada en fulgente escarlata,esclarece la bveda azul:y montaas, y selvas, y ros,y del campo la mgica alfombra,roto el negro capuz de la sombra, 15muestran nieblas de cndido tul.

    Es de da! Los pjaros todoslo saludan con arpa sonora,y arboledas y cspides dorael intenso, lejano arrebol. 20El Oriente se incendia en colores...;los colores en vvida lumbre...,y por cima del spera cumbresale el disco inflamado del Sol!

    P O E S A S S E R I A S 4 7 1

  • EN EL HUERTO

    (TRADUCCIN DE VCTOR HUGO)

    Por cerezas garrafalesbamos juntos al huerto.

    Con sus brazos de alabastroescalaba los cerezos,y montbase en las ramas, 5que se doblaban al peso.

    Yo suba detrs de ella,y mis ojos indiscretossu blanca pierna seguan,y ella, cantando y riendo, 10les deca con sus ojosa los mos: Estaos quietos!

    Luego hacia m se inclinaba,de los dientes ya trayendosuspendida una cereza; 15y entre sus labios bermejostrmula me la ofreca;y yo mi boca de fuegosobre su boca posaba;y ella, siempre sonriendo, 20me dejaba la cerezay se llevaba mi beso.

    4 7 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • ARCAS Y PALEMN

    IDILIO

    (TRADUCCIN DE ANDRS CHENIER)

    PALEMN

    Detrs de Damalis andas,sin mirar que su cabezaal blando yugo de Venus,amigo, an no est dispuesta.

    Damalis es una nia...; 5de tus abrazos reniega,y sus inocentes ojosnada en los tuyos penetran.

    Tu becerra la ms jovenno busca por las praderas, 10ni a la orilla de las aguas,sino la sombra ms fresca...

    Y con sus tiernos hermanosjuega durante la siesta,de los mugientes esposos 15sin escuchar las querellas.

    La vid cida y tempranala fruta verde y acerba,de tu paladar gastadopican la avidez extrema... 20

    Anda...! el otoo harto prontoseguir a la primavera,y te ofrecer madurosu ms regalado nctar.

    Ah! T la vers entonces 25lasciva, plcida, tierna,tender a los dulces besosla enamorada cabeza...

    Aguarda! An la espiga jovensu orla dorada no ostenta...; 30del dulce moral la sangrean no mana... Amigo, espera...

    P O E S A S S E R I A S 4 7 3

  • La flor todava no ha rotosu salvaje vestimenta:el pajarillo no tiene 35an su plumaje de seda...

    Quien anticipa el momento,tal vez llegar no le deja!

    ARCAS

    El que lo deja escapar,quizs ya nunca lo encuentra!

    No hay flores en todas partes...ni ya habr ms flores nuevas;que del abril, el otoo 5ha cumplido las promesas.

    El fruto est ya maduro,y en su spera piel encierradel jugo un poco tempranola dulce y grata crudeza. 10

    Las alas del pajarillode pluma a cubrirse empiezan,y el verde follaje brotade las impacientes yemas.

    Las rosas y mi Damalis, 15en sus broches prisioneras,rompieron un mismo dael misterio de sus celdas;

    y, encontrndola confusapor el miedo y la vergenza, 20su madre se ha sonredoy ha calmado su inocencia.

    Himeneo ha reparadoque el seno de la doncellapodr pronto de un amante 25llenar la mano indiscreta...

    4 7 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Sobre el membrillo aromosodibuja la primaveraun vello save, intacto...y la granada, entreabierta, 30en el fondo de sus crcelespreciosos rubes muestra.

    Isla de Croissy, 1860.

    UNA NIA MENOS

    A la vuelta de las vias,de las vias de mi pueblo,Dolores se qued atrs,sola con sus pensamientos.

    Delante mis cinco hermanas 5iban cantando y riendo,y yo me acerqu a Doloresy la contempl en silencio.

    No era ya la alegre niaque, rendida de sus juegos, 10durmindose entre mis brazos,me despidi con un beso...

    Triste y muda la encontraba,bajaba sus ojos negros,y respeto me infunda 15su voluptuoso cuerpo.

    Juntos por los olivaresfuimos as mucho tiempo:la soledad nos cercaba,y la tarde iba cayendo, 20

    Dolores (le dije entonces);cuntos aos tienes?Tengo(me respondi avergonzada)diez y seis aos y medio.

    P O E S A S S E R I A S 4 7 5

  • Y volvimos a callar, 25y sali el primer lucero,y el canto de mis hermanassonaba lejos, muy lejos.

    Me desped de Doloresal acercarse el invierno...: 30esta vez... oh, pobre nia!con lgrimas, no con besos.

    Pasados algunos aos,despert de otros ensueos...Volv, y la encontr casada... 35Hoy me aseguran que ha muerto.

    Recuerdo cuando me dijo:T ME MIRASTE el primero,y desde aquella MIRADAexisti una nia menos. 40

    1864.

    DOCUMENTACIN DE UN AMOR

    I

    SINFONA

    Tiene los ojos negros,ojos de luto...

    Mi corazn lo llevadesde que es suyo!

    II

    A UN ECO

    Eco de estas montaas, que sonoro 5mis suspiros repites a los cielos:si entre las quejas de mi amargo llorodecir me oyeres: Flrida, te adoro...,calla, por Dios, o morir de celos!

    4 7 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • III

    SUPER NIVEM

    Celoso de su blancura, 10e imaginando eclipsarla,cay ese copo de nieveen el hueco de tu palma...

    Pero conoci ya tardeque tu mano era ms blanca, 15y, de vergenza o de envidia,expir deshecho en lgrimas.

    IV

    BALADA

    De rodillas en la tumba,en la tumba de mi padre,amor eterno 20hoy me juraste...

    Si al juramento un dafaltas, cobardete lo ruego, amor mo,no pases por la tumba de mi padre! 25

    V

    LA VSPERA

    Hasta maana.Jralo.Lo juro.Tal fue tu juramento!Hasta maana,repet yo temblando, hermosa ma.

    Y, con la vista en el Oriente oscuro,la noche lenta paso en mi ventana, 30esperando la luz del nuevo da.

    P O E S A S S E R I A S 4 7 7

  • VI

    AYER TARDE

    Los lamos de aquel parqueperdern todas sus hojas,y huirn a lejanas tierraslas aves que en ellos moran... 35

    La escarcha secar el pradoque te vio conmigo a solas,y un adis dar el otooa sus flores melanclicas...

    La llama del sol amigo 40que ilumin aquellas horas,maana ver el inviernotrocada en fnebre antorcha...

    Se borrarn en la arenatus breves huellas oh diosa! 45que yo segu hasta encontrartedel bosque en la oscura fronda...

    Y la blanca nieve intactacubrir la dura rocaen que amantes nos sentamos 50a esperar la luna hermosa.

    Todo mudar...!, y el tiemposeguir su marcha sorda...Pasarn das tras das,cual pasan olas tras olas... 55

    De la vida el crudo inviernovendr con la edad traidora,y morirn en el almabienes, cuitas y zozobras...

    4 7 8 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Y, an entonces, como estrellas 60de un cielo de ardor y gloria,relucirn en mi mentelas horas de ayer dichosas...

    An fijos tendr y clavadosen el alma y la memoria 65tus ojos negros y ardientescomo una cita en la sombra!

    VII

    PRESENTIMIENTOS

    Adis! Hasta el otoo, prenda ma!Adis... hasta que yertaquede y sin hojas la alameda umbra... 70

    Adis...! Cuando, en las noches del esto,blanca la Luna como virgen muertacruce del cielo el mbito vaco,cuntale tus recuerdos de ventura,y encontrar tu pensamiento al mo 75en la extensin de la celeste altura.

    Adis..., que acaba ya la primaveray me llama la voz del ocano!Tu mirada de amor... es la postrera!No jures... Fuera en vano! 80Cuando regrese a esta feraz pradera,no hallar ni una flor!... ni una siquiera!Todas cruel las secar el verano!

    P O E S A S S E R I A S 4 7 9

  • VIII

    DESPEDIDA

    Todo pas! Ya los camposse tornan amarillentos: 85el cielo entoldan las nubes...Cun triste ser el invierno!

    El bosque perdi sus hojas,como el alma sus ensueos...Es la tarde: el Sol se oculta... 90Su adis nos anuncia el nuestro!

    Flrida! El ltimo dade amor y ventura ha muerto...As muri la esperanza...As morir el recuerdo. 95

    IX

    ADIS AL CAMPO

    Los pjaros del bosquetocan diana,y, al eco de sus cantos,despierta el alba...

    Pobre alma ma!: 100deja tambin tus locossueos de dicha.

    Con su luz implacablela nueva auroraborra tu ltima noche 105de amor y gloria...

    Alza! Despierta!Lleg de la partidala hora funesta.

    4 8 0 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Dadme mi viejo bculo 110de peregrino,que los das de graciaya han transcurrido...

    Cun breves fueron!Qu despertar tan triste! 115Qu hermoso sueo!

    Adis, verde montaa,claro horizonte,solitaria campia,fragante bosque... 120

    Rocas agrestes,pjaros y arroyuelos,adis por siempre!

    Cuando la nueva lunavenga a este valle, 125no me hallar escondidobajo los rboles,

    ni all en silenciomitigar mi cuitacon dulces besos. 130

    Viajeros solitariossomos, oh Luna!,yo en la escabrosa Tierra,t en esa altura.

    Lejos y a solas, 135an podremos amarnoscon la memoria.

    Y cante eternamentenuestros amoresel ro sonoroso 140rey de estos montes,

    dios de estos rboles,sultn de las praderas,alma del valle.

    P O E S A S S E R I A S 4 8 1

  • Mas, ay! que todo pasa, 145y es nuestra vidafugaz y transitoriacomo la brisa,

    como las nubes,como esas transparentes 150ondas azules.

    Y atravesando el tiempovan nuestros das,como cruzan los mareslas golondrinas, 155

    que un nido dejan,y otro nido demandana extraa tierra.

    Ay del hogar paternoque abandonara! 160Ay del hogar que sueanmis esperanzas!

    Vanos delirios!Cuna y tumba se llamanesos dos nidos! 165

    Pero no te acongojes,mi pobre vida,y al borde de la muerteduerme tranquila:

    durmete y suea; 170que el amor es el sueode la existencia.

    ...............................................Ya brilla el sol... Ay, msero!Lleg el momento... 175A dar el adis ltimovoy a los ecos.

    4 8 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Ecos del monte,guardad en vuestras grutassu dulce nombre! 180

    De mi boca aprendisteisa pronunciarlo,y, cual yo, lo cantabaisenamorados...

    Ecos dormidos, 185adis...! Poblad el airecon mis suspiros!

    POR VA DE EPITALAMIO

    (UN AO DESPUS)

    Por un puado de oro...,como a vil esclavo un moro,cual Judas al Redentor...,oh, t, la sola que adoro,me has vendido y a mi amor! 5

    Mi amor y yo no lo nieguesramos tuyos... Mas lhar que en oro te aneguescon tal de que nos entregues...,y nos entregas, infiel! 10

    Por tan mezquino tesoronos das a mi amor y a m...!,a m, que tanto te adoro,que todo un mundo de orohubiera dado por ti! 15

    Quiera Dios que rica seascual no fue ningn mortal...;que oro por doquiera veas...,y todo lo que poseasse trueque en ureo metal! 20

    P O E S A S S E R I A S 4 8 3

  • Y que yo arrastre una vidamiserable y escondida;que de hambre y dolor suspire...y que, en todo lo que mire,tu imagen halle esculpida! 25

    Que el pan que de puerta en puertalogre tras ruegos prolijos,en tu sombra se convierta...,y, en cambio, tengan tus hijosde oro el alma... dura y yerta! 30

    Que si algn da los vesreverentes a tus pies,comprendas en el momento,que los llev el fingimientoen alas del inters... 35

    Y que, por verlos amantes,de perlas y de brillantesles den tus manos un ro...,y no resulten bastantespara vencer su desvo! 40

    Que entonces logres llorar,y no acudan a tu lloro...,y suspires al mirarque son para tu pesarinsensibles como el oro! 45

    Que, cuanto ms t los quieras,menos hagan por pagarte,y, en tus horas postrimeras,pidan a Dios que te mueras,impacientes de heredarte. 50

    4 8 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Y que, al mirarlos as,pienses entonces en m,que de balde te quera...,y oigas decir: Todava,todava piensa en ti!. 55

    EN LA ORGA

    (IMPROVISACIN)

    Dadme vino! Dadme sueo!Dadme muerte! Dadme olvido!Cese ya este loco empeoen que el hombre nunca es dueodel presente apetecido! 5

    O dadme vida mejor,en que, clavada la ruedadel tiempo devastador,gozar sin recelo puedaeternidades de amor! 10

    Dadme esa vida que veoal travs de aquesta vida...!Dadme esa vida en que creo...;esa vida que deseocomo una gloria perdida! 15

    Dadme la vida inmortal...!y, si esto es mucho pedir,prosiga la bacanal...y en este frgil cristalescanciadme el porvenir. 20

    P O E S A S S E R I A S 4 8 5

  • ADIS AL VINO

    No ms, no ms en pilagos de vinosepultar, insensato, mis dolores,velando con quimricos vaporesde la razn el resplandor divino!

    No ms, hurtando el rostro a mi destino, 5pedir a la locura sus favores,ni, ceido de pmpanos y flores,dormir de la muerte en el camino!

    Arrepentido estoy de haber hollado,vate indigno, con planta entorpecida, 10el laurel inmortal y el urea ropa...

    Nctar fatal, licor envenenado,acepta, al recibir mi despedida,el brindis postrimer...! Llenad mi copa!

    EL VIERNES SANTO

    Solo, negado, escarnecido, muerto,enclavado en la cruz, oh Jess mo!,la frente inclinas sobre el mundo impo,en la cubre de Glgotha desierto.

    Ebrio, entretanto, y de baldn cubierto, 5el mortal, en su infame desvaro,adora una beldad de aliento fro,plida y mustia cual cadver yerto.

    Perdnalo, Seor! Que si en tal horala majestad de tu dolor ultraja 10e ingrato y loco tu pasin olvida,

    4 8 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • su espritu inmortal se agita y llorapor sacudir del cuerpo la mortaja...,y vive en l como enterrado en vida!

    DIOS

    Dios de los mundos! Cmo no cantarte,si llena est mi alma de tu nombre?Dios de la eternidad! Cmo nombrarte,cmo cantar tu gloria podr el hombre?

    Oh sumo Dios! El alma que me diste, 5ni callar, ni cantar tu nombre osa...Slo sabe ofrecerte el llanto tristeque de este pobre corazn rebosa!

    Llanto de amor, que en su amargura encierraa la vez la desdicha y el consuelo! 10Inmenso amor, sin trmino en la tierra,que, ansioso de su bien, aspira al cielo!

    A PETRA,DE NUEVE AOS

    Nia: mi fiera amargurano mate tus ilusionesen el bien y en la ventura;pues siempre habr corazonesricos de amor y ternura. 5

    Que es inmortal la inocencia,y tiene su abril cada ao,y no se compra la ciencia,ni se ensea la experiencia,ni se hereda el desengao. 10

    P O E S A S S E R I A S 4 8 7

  • El Sol, que hoy en Occidentesu sien fatigada hunde,maana vuelve al Oriente;y desde all alegrementevida y juventud difunde. 15

    Y, por ms que un triste mueradesengaado de amores,tendr cada primaveratantos pjaros y florescomo tuvo la primera. 20

    DEVOLVINDOLE SU LBUM,SIN HABER ESCRITO EN L

    Me pones en las manos la doradactara del amor, mujer impa!Por qu, por qu de un alma desgarradabuscas la postrimera meloda?

    Por qu anhelas or lo que no ignoras, 5si yo no te pregunto lo que s ?Por qu la herida hurgar que a todas horasmana sangre... y que siempre te ocult?

    S! Prfida..., te adoro todava,y t misma..., t misma sofocar 10no has podido el incendio que algn dano supiste en tus lgrimas ahogar.

    S! Nos amamos...; que tu accin infamematar pudo la dicha, no el amor;y, aunque necio rival suya te llame, 15t no eres ms que ma y del dolor.

    4 8 8 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Deja, pues, deja al corazn heridoque a solas viva con su bien soado...As jams lo llorar perdido,si bien jams lo gozar logrado! 20

    A LA BANDERADEL BATALLN DE CIUDAD RODRIGO 4

    Sombra y honor bajo tus pliegues dame,noble ensea de Cristo y de Castilla!Tu ley, que juro, hincada la rodilla,en generoso ardor mi pecho inflame.

    No ms estrilmente se derrame 5mi vida en torpe amor y vil mancilla...Roja est de la patria la mejilla...!Despierte el corazn de su ocio infame!

    De un naufragio entre lgrimas y erroressalva mi fe, que combatida muere 10por enemigo viento y mar contrario...

    S t el manto que envuelva mis dolores;mi tienda en el desierto; y si cayereen la revuelta lid..., s mi sudario!

    Mlaga, 1859.

    P O E S A S S E R I A S 4 8 9

    4 El autor escribi este soneto cuando sent plaza de soldado voluntario de laGuerra de frica.

  • A CHORBY,POETA MARROQU

    I

    Me preguntas quin soy, oh mahometano...!;y t me cuentas que heredero eresde aquellos moros que en el suelo hispanoalzaron a su dios y a sus mujeresde la Alhambra el alczar sobrehumano. 5

    Me preguntas quin soy... y, en tanto, lloras,dicindote extranjero y peregrinoen esta casa, do naciste y moras,y me anuncias que al cielo granadinovolvern otra vez las lunas moras... 10

    II

    Yo no s ya quin soy, oh mahometano...!Yo vi la luz donde morir t quieres;yo so con tu raza en suelo hispano,y hoy, que piso a mi vez suelo africano,pienso que soy... el mismo que t eres! 15

    Extranjero en el frica t lloras...Yo he llorado en Espaa peregrino;y hoy, husped de la casa donde moras,pienso mirar el cielo granadinocoronado otra vez de lunas moras. 20

    Tetun, 1860.

    4 9 0 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • CUENTO MORO

    (ESCRITO, DE REGRESO EN ESPAA, EN EL LBUM

    DE LA EXCELENTSIMA SEORA CONDESA DE...)

    Hur de cabellos de oro:dcenme que quieres tque te cuente un cuento moro...Uno s que es un tesoro,y me lo cont Benz. 5

    En frica se lo o,de Abbas en el campamento:yelo, preciada hur;que es un peregrino cuentoel cuento que dice as: 10

    Muy diestro en taer la liraser pudo el esclavo Hassn;pero no al poner la miraen la princesa Zelmira,hija del viejo sultn. 15

    Del atrevido cantorni aun sospechaba el amorla altiva infanta moruna,como no sabe la lunaque la adora el ruiseor. 20

    Ni el triste en su loco afnso nunca mejor suerte;pues, de revelarlo Hassn,la hija del viejo sultnpagrale con la muerte. 25

    P O E S A S S E R I A S 4 9 1

  • Y morir, para el cantor,era asesinar su amor...era no ver a Zelmiracon el xtasis que miraa la luna el ruiseor! 30

    Y as la miraba l,rebozado en su alquicel,cuando, las noches de luna,paseaba en su vergella altiva infanta moruna. 35

    Pero al cabo sucedilo que suceder deba(estuviera escrito o no):Zelmira se enamory se cas el mejor da. 40

    Se cas con Aliatar,tan prncipe como ella,poderoso en tierra y mar...,y fue cosa singularla boda de la doncella. 45

    Sabedora all Zelmiradel ingenio del cantor,djole: Tae la lira,y canta el ardiente amorque el fiero Aliatar me inspira. 50

    Hassn maldijo su estrella;sinti mortal agonaa la voz de la doncella;y, encarndose con ella,armado de una guma, 55

    4 9 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Antes (dijo): que cantarla ventura de Aliatar,cmplase mi negra suerte...!.Y arroj la lira al mar,y l mismo se dio la muerte. 60

    Tal fue el caso que Benzme cont en Guad-el-Jel,y que yo te cuento a ti,ya que quieres saber tlo que pasa por all. 65

    COPLAS

    El da que t te cases,y no te cases conmigo,qu lstima le tendrel Amor a tu marido!

    (DEL AUTOR)

    Sale el sol, y no te veo...Ocltase, y no te he visto...Si a esto remedio le llamas,yo prefiero el dao mismo.

    Me dices que no te vea, 5para que olvide tu amor...Ay! Los que pierden la vista,slo piensan en el sol.

    Sirvirame de consuelosaber, cuando estoy ausente, 10que el no verme te dolatanto como a m no verte.

    P O E S A S S E R I A S 4 9 3

  • Antes que me lo dijeras,conoc que me queras;y siempre que te dejaba, 15Me quiere!, diciendo iba.

    Nunca olvidar el instanteen que, con los labios secos,plida como una muerta,me dijiste: S: te quiero. 20

    No me engaaste al decirmeque a mi amor correspondas...Nadie miente por llevaruna corona de espinas!

    Ojal no me quisieras...! 25Que lo peor del infiernono es abrasarse en sus llamas,sino saber que hay un cielo.

    De tanto fiero tormento,el que no puedo sufrir 30es saber que por las nochesllorars pensando en m.

    Ojal hubiera ignoradoque es mo tu corazn!Los ciegos de nacimiento 35no echan de menos el sol!

    Dime: qu piensas hacerde la vida que nos resta?Hemos de estar siempre as?No me lo digas: no mientas. 40

    4 9 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Si imaginas olvidarme,no lo pienses, que te engaas.Se olvida lo que se tuvo;pero nunca una esperanza!

    Para no amarnos es tarde: 45para olvidarnos temprano.Tuyo ser y sers ma...!Yo no s cmo ni cundo.

    NUNCA SOLOS!

    l y Ella (nicos nombresque pueden darse ella y lcuando piensan uno en otro,lo que a todas horas es)...,

    aos ha que, desde el alba 5hasta el lento oscurecer(hora mstica y solemneen que saben que se ven),

    las tardas horas del dacuentan con ansia cruel, 10Vendr, meditando ella,y l repitindose: Ir.

    Y aos ha que cada nochejuntos al cabo se ven(sentados entre otras gentes, 15que, alrededor de un quinqu,

    no se aburren..., porque nuncavieron su vida cual es,y estorbando ajenas dichascumplen su sino tal vez), 20

    sin lograr los dos amantescontemplarse a su placer,ni cruzar otra palabraque algn hipcrita usted.

    P O E S A S S E R I A S 4 9 5

  • Nadie su secreto sabe... 25Nadie lo debe saber...Ellos mismos no han podidopruebas darse de su fe!

    Nunca estn solos! Sus almasjams templaron la sed 30que sienten de confundirseen un beso de embriaguez.

    Siempre se ven rodeadospor aquel mundo crel,que los separa, y envuelve 35de la rutina en la red,

    frustrando todas sus dichas,y malogrando su bien,cual triste viento de otooseca el florido vergel. 40

    Siempre se vieron as,y siempre as se han de ver,sin probar de sus amoresotra cosa que la hiel;

    sin exhalar un suspiro, 45ni una lgrima verter;tristes, mudos, aterrados,como reos ante un juez.

    Y llega la media noche;y termina la soire; 50y Adis! le dice l a ella.Adis! le dice ella a l...

    Y ya no vuelven a versehasta que, el da despus,reemplaza a la luz del sol 55la triste luz del quinqu.

    4 9 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • LAS NUBES

    Qu bellas sois, oh nubesdel apacible otoo!Qu leves vuestras alasde prpura y de oro!Oh dulces compaeras 5del triste, que va solopor los desiertos camposllorando sus enojos!Por qu cruzis vosotrasespacios luminosos, 10en tanto que la tierracansado yo recorro?

    Qu gratos son al almalos tintes melanclicoscon que velis del da 15los ltimos sollozos!Qu bien supo mis penasaquese sol remoto,cuyos fulgores miroborrarse poco a poco! 20As vi yo eclipsarsela luz de aquellos ojos,que hel ya para siemprela muerte con su soplo!

    Morir!, dulce esperanza!, 25deleite misterioso...!Morir!, nico puertodel mar en que zozobro!Predestinado instantede recobrar el trono 30que el alma echa de menosentre el humano lodo!

    P O E S A S S E R I A S 4 9 7

  • De libertad y dichahora que espero ansiosopara volar al lado 35de la que muerta adoro!

    Oh plcido consuelo!Tal es, tal es el soloque rstale a mi esprituen este valle lbrego, 40donde mi ausente amigadejome en abandono,sin ms que sus recuerdos,sin ms que mis enojos!Llevadme, oh s!, llevadme, 45nubes de fuego y palo;llevadme en vuestras alasal mundo por que lloro!

    De la terrestre atmsferadesparezcamos pronto, 50cual disipada esenciaque huy del frgil pomo:crucemos por el ter,cual raudo meteoro;dejemos a los astros 55girar del mundo en torno;lleguemos al Empreo,y ante el Divino Soliopostrmonos, deshechosen lgrimas de gozo! 60

    Mas, ay!... La negra nocheborr vuestros contornos...Tambin me abandonisa solas con mi lloro!Ya habis desaparecido 65cual sueo vagaroso...,cual aves pasajeras...,

    4 9 8 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • cual desaparece todo!Oh nubes disipadasdel apacible otoo, 70llevad mis pensamientosa la que muerta adoro!

    A LA POETISA VASCONGADADOA MATILDE ORBEGOZO

    En tanto que el esplndido Ocanoterso mires cual difana laguna,rendido en las veladas del veranoa las caricias de la insomne luna;

    en tanto que, depuestos sus enojos, 5se explaye en dulce y religiosa calma,insondable y azul como tus ojos,infinito y en paz como tu alma,

    el lgubre naufragio de mi vidano cruce, no, Matilde, por tu mente, 10ni turben tu existencia bendecidalas tempestades de mi pecho ardiente.

    Mas si, en los das del saoso invierno,por estas playas ridas y solastriste cruzares, el clamor eterno 15del Noto oyendo en las revueltas olas;

    al ver el cielo crdeno y sombro,el ocano lbrego y desierto,y, entre sus ondas, el cadver frodel nufrago que tarde llega al puerto, 20

    acurdate de m, que, errante y solomuy lejos, ay!, los mares de la vidasurcar, sin hallar rumbo ni poloa mi esperanza siempre combatida.

    Portugalete.

    P O E S A S S E R I A S 4 9 9

  • EL MONT-BLANC

    Heme al fin en la cumbre soberana...!Nieve perpetua..., soledad doquiera...!Quin sino el hombre, en su soberbia insana,a hollar estos desiertos se atreviera?

    Aqu enmudece hasta la voz del viento...; 5profundo mar parece el horizonte...,nica playa el alto firmamento...,anclada nave el solitario monte.

    Nada en torno de m...! Todo a mis plantas!Oscuros bosques, relucientes ros, 10lagos, campias, pramos, gargantas...Europa entera yace a los pies mos!

    Y cun pequea la terrestre vida;cun relegado el humanal imperiose ve desde estos hielos donde anida 15el Monte Blanco, el rey del hemisferio!

    De aqu tiende su cetro sobre el mundo!El Danubio opulento, el Po anchuroso,el luengo Rhin y el Rdano profundo,hijos son de los hijos del coloso. 20

    Debajo de l..., los Alpes se eslabonancomo escabeles de su trono inmenso:debajo de l... las nubes se amontonancual humo leve de quemado incienso.

    Sobre l... los cielos nada ms! La tarde 25le envidia al verlo de fulgor ceido...Llega la noche, y an su frente ardecon reflejos de un sol por siempre hundido.

    5 0 0 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • All turnan con raudo movimientouna y otra estacin... l permanece 30mudo, inmvil, estril. Monumentode la implacable eternidad parece!

    Ni el oso atroz ni el traicionero lobohuellan jams su excelsitud nevada...Hurfano vive del calor del globo... 35En l principia el reino de la nada!

    Por eso, ufano de su horror profundo,dichoso aqu mi corazn palpita...Aqu, solo con Dios..., fuera del mundo!Solo, bajo la bveda infinita! 40

    Y qu save, deleitosa calmabrinda a mi pecho esta regin inerte...!As concibe fatigada el almael tardo bien de la benigna muerte.

    Morir aqu! De los poblados valles 45no retornar a la angustiosa vida:no escuchar ms los lastimeros ayesde la cuitada humanidad cada:

    desparecer, huyendo de la tierra,desde esta cima que se acerca al cielo: 50por siempre desertar de aquella guerra,de eterna libertad tendiendo el vuelo...

    Tal ansia acude al corazn llagado,al mirarte, oh Mont-Blanc !, erguir la frentesobre un msero mundo atribulado 55por el cierzo y el rayo y el torrente.

    P O E S A S S E R I A S 5 0 1

  • T nada temes! De tu imperio yertoslo Dios es seor, fuerza y medida:como el ancho ocano y el desierto,t vives slo de tu propia vida! 60

    La tierra acaba en tu glacial palacio;tuya es la azul inmensidad area:t ves ms luz, ms astros, ms espacio...;parte eres ya de la mansin etrea!

    Adis! Retorno al mundo... Acaso un da 65ya de la Tierra el corazn no lata,y sobre su haz inanimada y fratiendas tu manto de luciente plata...

    Ser entonces tu reino silenciosocuanto hoy circunda y cubre el ocano... 70Adis...! Impera en tanto desdeososobre la insania del orgullo humano.

    Chamounix, 1860.

    VENECIA

    Lloras..., msera reina destronada!Lloras, y, al rayo de la triste luna,se desliza tu gndola enlutada,como negro atad, por la laguna!

    A do vas, infeliz? Por qu recorres 5silenciosa los lgubres canales,y al pie te paras de las altas torreso de las viejas casas seoriales?

    5 0 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Por qu sollozas al pasar al ladode la antigua Piazzetta, y mayor duelo 10sientes al distinguir el Len aladoque audaz parece remontarse al cielo?

    Del Palacio Ducal, por qu la vistaapartas con recndita tristeza,si es cada piedra gloria de un artista 15o te dice de un hroe la grandeza?

    Por qu, al mirar la cpula eminentede la insigne baslica, suspiras,si tus empresas por el rico Orienteen sus contornos reflejadas miras? 20

    Por qu ocultas la faz entre las manosal ver de I Frari el templo luctuoso,donde tantos ilustres venecianoshonor te dan en funeral reposo?

    Llora, s, llora! Tu dolor es justo... 25Seora fuiste de quien eres sierva;libre imperaste, y tu blasn augustote arrebat la usurpacin proterva.

    Llora tu agravio y tu dolor extremos,pues vencida te ves y anciana y sola, 30como al comps te dice de los remosel gondolero en triste barcarola!

    Ya no alegran vistosas mascaradasel Gran Canal, bogando en raudos giros,ni resuenan lascivas carcajadas 35bajo el puente fatal de los Suspiros!

    P O E S A S S E R I A S 5 0 3

  • Ya no es tu puerto el renombrado emporioque el mundo entero a enriquecer vena;ni en l celebra regio desposoriotu Dux potente con la mar brava! 40

    Ya no despides desde el yermo Lidola cruzada que parte en tus galeras,ni en el atrio del templo bendecidosu regreso triunfal gozosa esperas!

    Llora, s, llora, msera vida...! 45El mar perdi tu anillo soberano,y solitaria te quedaste y muda,a merced de las iras del tirano.

    Llora por tus calados monumentos,que en las aguas reflejan sus rinas, 50como sombras que bajan de los vientosa sumirse en las ondas cristalinas!

    Llora, evocando la memoria gratade tanto amor y plcidos festejoscomo estas olas de movible plata 55miraron de esa luna a los reflejos.

    Gloria, riqueza, libertad y tronoperdiste, y extranjeros te desdoran...Haces bien en llorar tanto abandono...!Pero tus hijos..., reina!, por qu lloran? 60

    Por qu, cruzadas las inermes manos,gimen tambin en tu materno seno?Si hombres son, y nacieron venecianos,qu lauro aguardan del valor ajeno?

    5 0 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Qu libertad es esa que mendigan? 65Cmo invocarla entre gemidos osan?Menguados! Morid antes que os maldiganlos que en las urnas de San Juan reposan!

    De pueblos cien feroces y aguerridosfueron vuestros abuelos opresores..., 70y viviris vosotros oprimidos!,y pavor os pondrn vuestros seores!

    Despertad, vive Dios! La dura lanzaempuen esas manos suplicantes!Id, si no a la victoria, a la matanza...! 75Qu os importa morir, si matis antes?

    Sois pocos? Por el cielo! Cuntas vidastiene cada mortal? Cuntos alientos?Sois pocos...! Los Trescientos de Leonidasno eran ms, y murieron los trescientos! 80

    No hay libertad sin honra! Algn dala ley del auxiliar trucase en yugo,y su altiva, forzosa compaamancha ms que la mano del verdugo.

    Venecia esclava, en el humano seno, 85si no entusiasmo, compasin despierta...Venecia libre por auxilio ajenoser la tumba de una raza muerta!

    Venecia, 1860.

    P O E S A S S E R I A S 5 0 5

  • ROMA

    Slo t por dos veces el imperio,oh Roma!, has ejercido en las edades!Slo t de dos nclitas ciudadesenvuelves en la prpura el misterio!

    Dos veces asombrado el hemisferio 5contempl tu grandeza o tus maldades,segn fueron del orbe potestadesLen o Borgia, Csar o Tiberio.

    De Perspolis, Nnive y Cartagono queda ms que fnebres rinas, 10clida arena y solitarias palmas:

    y t, inmortal en medio del estrago,al perecer las guilas latinas,conquistaste el imperio de las almas!

    Roma, 1860.

    DESDE EL VESUBIO

    Adnde voy? Ay, triste...! Ya me aterraaquesta agitacin, aqueste anhelo...Qu busco en las entraas de la tierra?Qu busqu ayer en la regin del cielo?

    Ayer mis pasos la nevada cumbre 5hollaban del esplndido Mont-Blanc...Hoy huellan de los crteres la lumbresobre la rota frente del volcn!

    5 0 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Ayer..., doquiera paz y hielo eterno,sepulcral inaccin, silencio mudo... 10Hoy... el fragor y el fuego del infiernoy los bramidos del Titn saudo!

    All... la muerte con su faz helada,con su santa quietud y su dulzura...Aqu... la vida con su voz airada, 15la pasin con su horrible calentura!

    Y aqu y all... pavor, misterio ignoto...,la misma pena, igual devastacin...!Dej la nada, y hallo el terremoto...All el no ser; aqu la destruccin! 20

    Adnde voy? Ay, triste! Ya me aterrael temerario afn de aqueste anhelo!Por qu del haz me alejo de la tierra?Qu busco en los abismos o en el cielo?

    Npoles, 1861.

    A POMPEYA

    Dies irae.

    Cuando amanezca el iracundo daque en la mente de Dios ley el Profeta,y, al agrio son de la final trompeta,abandone de Adn la raza impa,

    ora el sosiego de la huesa fra, 5ora los lares de la vida inquieta,y pase el juicio extremo, y del planetaquede la extensa faz muda y vaca,

    P O E S A S S E R I A S 5 0 7

  • no ser tan horrendo y pavorosoencontrar por doquier huellas del hombre 10y ni un hombre en campias ni en ciudades,

    como hoy verte, sin vida ni reposo,desierta y mancillada por tu nombre,expiar oh Pompeya! tus maldades.

    Pompeya, 1861.

    EL LLANTO DEL SOLTERO

    Sin ti..., qu eternidad tan negra y largafue para m la noche, amada ma!Sin ti me encuentra el implacable da;sin ti, y en honda soledad amarga!

    Ya el sueo, que mis prpados embarga, 5sin ti mis pasos hacia el lecho gua;y, pues no ests en l, en l querradejar por siempre del vivir la carga.

    Pero quin eres t? Dulce quimera,visin del bien perdido, o vaga sombra 10de un nuevo bien que al porvenir demando?

    No s, no s quin eres! Compaerate llama el corazn cuando te nombra,y las noches sin ti paso llorando!

    Madrid, 1863.

    5 0 8 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • AQU, QUE NO LO OYE...

    Arde perenne en su nima sencillael casto amor de la cristiana esposa;cual de gtico templo en la capillalmpara solitaria y misteriosa,smbolo de la fe, perpetua brilla. 5

    Derrama en torno suyo a manos llenasel bien que prodigronle los cielos;con sus lgrimas borra las ajenas;y al triste da, por trmino a sus duelos,la paz bendita de las almas buenas. 10

    Es tan humilde cual la dcil caa,que se dobla al impulso de la brisa;como arroyo que al pie del sauce baa,como violeta azul de la montaa,que da su dulce aroma a quien la pisa. 15

    Y es orgullo y sostn, luz y consuelodel que, vencido en la mundana guerra,dijo, al verla cruzar por este suelo:Si los ngeles bajan a la tierra,por qu no ha de subir el hombre al cielo?. 20

    EL FRUTO DE BENDICIN

    Cuntas veces fugaz la primaveravisti de flores mil el campo abierto,hora tornado en rido desierto,ni sombra ya de lo que en mayo fuera!

    En tanto aquella flor, la flor primera, 5logro de afanes en cerrado huerto,ve trocada el colono en fruto cierto,de rboles mil semilla duradera.

    P O E S A S S E R I A S 5 0 9

  • As la juventud! As la vida!La que en vanos placeres se consume, 10olvidada a la tarde desfallece:

    en tanto que la fiel y recogidaque a un solo amor consagra su perfume,ms all de la tumba reverdece.

    A MI HIJA PAULINA,EN SUS DAS

    Por la primera vez hoy es tu da...Ven a mi corazn, prenda adorada...,orgullo de la esposa ms amada,vida de mis entraas, hija ma!

    Qu te dir de un padre la ufana? 5Qu te dir tu madre embelesada,sino verter del alma enajenadalgrimas de cario y de alegra?

    Delicia de los dos... bendita seas!Bendita seas, avecilla pura, 10que alegras con tu canto nuestro nido!

    Y all en los aos en que no nos veas,Dios te d tanto bien, tanta ventura,como t con nacer nos has trado!

    1868.

    5 1 0 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • CAMINO DEL CIELO

    La madre est de pechosa la ventana,viendo caer la nievelenta y callada.

    Todo blanquea; 5cabaas y rediles,campos y breas.

    No teme que a la cunadel tierno niolleve cuajados copos 10el viento fro...

    Ay, pobre madre!Aquella cuna encierraslo un cadver.

    Por eso miran tanto 15sus ojos fijosde la nieve y el vientolos remolinos...

    Por eso exclamacon doloridos ayes: 20Hijo del alma!

    Por qu no muri un dade primavera,como flor que a los cielosvuelve su esencia? 25

    Ay, cuntos pjarosfueran con l gozososaleteando!

    Oh! Pero en esta tarde,solo y sin gua, 30luchando con las nubesy la ventisca,

    P O E S A S S E R I A S 5 1 1

  • mi pobre ngelir muerto de fropor esos aires!. 35

    Es ya la media noche...Sigue nevando...La madre abriga al ngelen su regazo...

    De la ventana 40vol en su busca al cielo...Ha muerto helada.

    EL SECRETO

    Yo no quiero morirme!dice la nia,

    tendiendo hacia su madredos manecitascalenturientas, 5

    cual dos blancos jazminesque el viento seca...

    Un silencio de muertela madre guarda...

    Ay! Si hablara, vertiera 10mares de lgrimas!Besa a la nia,

    y aun le fingen sus labiosuna sonrisa!

    Del cuello de la madre 15la hija se cuelga,

    y, pegada a su odo,plida y trmula,con sordo acento,

    dcele horrorizada: 20

    5 1 2 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Oye un secreto:Sabes por qu a morirme

    le temo tanto?Porque luego me llevan,

    toda de blanco, 25al cementerio...,

    y de verme all solava a darme miedo!.

    Hija de mis entraas!(grita la madre) 30

    Dios querr que me vivas...;y, aunque te mate,descuida, hermosa;

    que t en el cementeriono estars sola. 35

    GLORIA

    Dime: por qu suspiras,bendita madre,cuando de regocijotiemblan los aires?

    Di: por qu lloras? 5No oyes que las campanastocan a gloria?

    Oh! Dejadme que llore...Dejad que muera...Al hijo de mi vida 10ya se lo llevan!

    No veis mi duelo?No os que las campanastocan a muerto?

    P O E S A S S E R I A S 5 1 3

  • Tu pobre nio enfermo 15triste gemaayer entre tus brazos,madre bendita...

    Y hoy ya no llora...!Hoy por l las campanas 20tocan a gloria!

    Ah! S... Su alma de ngelall me espera...Pero su cuerpo hermosoyace en la tierra... 25

    Ya no le veo...Para l tocan a gloria !Para m a muerto !

    AL RECIBIR MI RETRATO

    (PINTADO POR MI AMIGO

    EL SEOR D. IGNACIO SUREZ LLANOS)

    Al verte, oh grave pintura!,entrar en mis lares hoycon mi edad y mi figura,no s qu vaga tristurasiento al decir: As soy. 5

    Tal vez pienso que maana,cuando de mi edad lozanarastros queden slo en ti,dir mi vejez ufanaa mis hijos: As fui!. 10

    Tal vez pienso que algn da(cuando Dios llamarme quiera)buscar tu compaaesta dulce esposa ma,para decir: As era!. 15

    5 1 4 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • Tal vez pienso que quiz,al cabo de muchos aos,nadie te conocer,y un extrao a otros extraosdir al verte: Quin ser?. 20

    Y que, al comprarte, atradopor lo antiguo de tu trajeo por tu buen colorido,les dir: Este personajeno debe haber existido!. 25

    1869.

    A ALFONSO XII,RESTAURADO EN EL TRONO

    DE SUS MAYORES

    Alfonso! Hijo de Espaa! Llega! Mira!Contempla el haz de tu nativo suelo!Doquier devastacin y sangre y duelo,frutos de la soberbia y la mentira!

    Cundieron los incendios de la ira 5de Amrica al Pirene en raudo vuelo,y, escndalo del mundo, horror del Cielo,arde la patria cual inmensa pira.

    Oh! Llega, nuevo Alfonso, y a tu nombrecesen los odios en que hierve Espaa... 10S t de amor y de justicia prenda;

    soldado y rey que al universo asombre;rayo en la lid contra invasin extraa;iris de paz en la civil contienda!

    Enero de 1875.

    P O E S A S S E R I A S 5 1 5

  • A SU MAJESTAD EL REY DON ALFONSO XII,

    EN LA MUERTE DE SU AUGUSTA ESPOSA DOA MERCEDES DE ORLENS

    Si rey de Espaa no fueras,y Alfonso no te llamaras,y en tus veinte primaverasel trono honrado no hubierascon tus virtudes preclaras; 5

    si de la patria el amorno te diese ya el dictadode Rey Pacificadora ti, su primer soldadoy en el Consejo el mejor: 10

    si de esa patria queridano fueses sostn y viday paladn ejemplar,por quien espera tornara la grandeza perdida, 15

    qu consuelos ofrecertepudiera nadie, seor,hoy que la implacable muertetrueca en sombra y polvo inertea la prenda de tu amor? 20

    A qu la vida sin ella?Dnde un alma como aqulla?Dnde su fe y su ternura?Quin tan piadosa, y tan pura,y tan amante, y tan bella? 25

    5 1 6 P O E S A S S E R I A S Y H U M O R S T I C A S

  • No hay para tu mal consuelo(dijrate, al ver tu duelo),y ya slo anhelar puedesque pronto benigno el cielote llame junto a Mercedes. 30

    Pero eres el rey, seor!Eres el primer soldado;y de la patria el amorte exige que, denodado,sacrifiques tu dolor! 35

    Eres defensa y egidade nuestra Espaa querida,su paladn ejemplar,y por ella sabrs dartu dolor como tu vida. 40

    Tal ha de ser tu consuelo!Tal tu gloria...! Y, si as puedescalmar de la patria el duelo,tu herosmo desde el cielobendecir tu Mercedes. 45

    Octubre, 1878.

    EN EL XIX ANIVERSARIODE LA MUERTE DEL EXCELENTSIMO

    SEOR DON NICOMEDES PASTOR DAZ, SOLEMNEMENTE CELEBRADO

    EN VIVERO

    Cantores de Galicia! No os asombreque, de tan lejos y baado en llanto,venga yo a unir mi canto a vuestro cantocomo obsequio filial al grande hombre.

    P O E S A S S E R I A S 5 1 7

  • Ni el alto genio que le dio renombre, 5ni su gloria y su prez muvenme a tanto...Ms humilde y ms hondo es el quebrantocon que bendigo en mi dolor su nombre!

    l me am como padre: fue mi amigo,mi maestro, mi amparo...; y yo, de hinojos, 10ay triste!, de su muerte fui testigo...

    Helronse en mis brazos sus despojos...,y, hurfano ya de l, solo conmigo,cerr por siempre sus nublados ojos!

    1882.

    A LA MARQ