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CENTRO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE HISTORIA TESINA: AGUASCALIENTES PREHISPÁNICO. LAS PINTURAS RUPESTRES DE EL OCOTE QUE PRESENTA: MARIO ARTURO PALACIOS DÍAZ PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIADO EN HISTORIA TUTORES: DR. BENJAMÍN FLORES HERNÁNDEZ DRA. YOLANDA PADILLA RANGEL LECTORES: ANA MARÍA PELZ MARÍN FRANCISCO MANUEL RODRÍGUEZ MOTA JORGE LUIS JIMÉNEZ MEZA DICIEMBRE, 2010
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Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

Feb 08, 2023

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Benjamin Arditi
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Page 1: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

CENTRO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE HISTORIA

TESINA:

AGUASCALIENTES PREHISPÁNICO. LAS PINTURAS RUPESTRES DE EL

OCOTE

QUE PRESENTA:

MARIO ARTURO PALACIOS DÍAZ

PARA OPTAR AL GRADO DE LICENCIADO EN HISTORIA

TUTORES:

DR. BENJAMÍN FLORES HERNÁNDEZ

DRA. YOLANDA PADILLA RANGEL

LECTORES:

ANA MARÍA PELZ MARÍN

FRANCISCO MANUEL RODRÍGUEZ MOTA

JORGE LUIS JIMÉNEZ MEZA

DICIEMBRE, 2010

Page 2: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

2

Índice.

Agradecimientos. 4

Presentación. 5

Introducción. 6

Planteamiento del problema. 9

Hipótesis. 10

Objetivos. 11

Metodología. 12

Capítulo I. Contexto Geográfico. 14

1.1. Mesoamérica. 14

1.1.2 Características de Mesoamérica. 15

1.2. Frontera Septentrional de Mesoamérica. 17

1.3. Aguascalientes. La importancia de la geografía para el estudio de las

Manifestaciones gráficas rupestres. 19

1.3.1. Orografía. 20

1.3.2. Hidrología. 22

1.3.3. Clima. 23

1.3.4. Flora. 24

1.3.5. Fauna. 25

1.4. El Ocote. 26

1.5. El Paisaje y las pinturas rupestres. 28

Capítulo II. Contexto Histórico-Arqueológico. 31

2.1. La historiografía arqueológica. De lo regional a lo local. 31

2.1.1. La Frontera Septentrional de Mesoamérica. Un análisis selectivo. 32

2.1.2. Las investigaciones arqueológicas en Aguascalientes. 42

2.2. La información del siglo XVI. Las fuentes etnohistóricas.

El caso de Aguascalientes. 49

Page 3: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

3

Capítulo III. El estudio de las manifestaciones gráficas rupestres en

Aguascalientes. 54

3.1. Introducción a las MGR. 54

3.2. Aguascalientes. 62

3.3. Tipos de manifestaciones gráficas rupestres en Aguascalientes. 64

Capítulo IV. Descripción. 68

4.1. Descripción del sitio. 68

4.2. Las investigaciones arqueológicas. 69

4.3. Las pinturas rupestres de El Ocote. 71

4.4. El Panel principal. 74

4.5. Elemento antropomorfo aislado en la cima del cerro. 78

4.6. Serie de motivos antropomorfos en el bloque disgregado. 78

4.7. Agrupación “La Troja”. 79

4.8. Tipología. 80

4.8.1. Naturalistas. 80

4.8.1. A. Antropomorfos. 81

4.8.1. B. Zoomorfos. 83

4.8.1. C. Antropomorfos-Zoomorfos. 85

4.8.2. Abstractos-Geométricos. 86

Capítulo V. Análisis e Interpretación. 88

5.1. Análisis de los motivos. 88

5.2. Interpretaciones: historia, cosmovisión y chamanismo. Una aproximación. 95

Conclusiones. 99

Bibliografía. 101

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4

Agradecimientos

Esta investigación no se habría sido posible sin la colaboración, el apoyo, las revisiones y de la

comprensión de parte de las personas que estuvieron presentes en esta etapa de mi vida, en este

trabajo de tesina que he llamado “viaje histórico”.

Tengo una enorme gratitud por el apoyo y comprensión de mi familia. La Palacios Díaz;

mis padres, Consuelo y Carlos; a mis hermanos y sus respectivas parejas, Carlos (Carlitos) y

Alejandra, Ernesto (Toto), Guillermo (Memo) y Blanca (junto al bebé que viene en camino),

Jorge (Coque) y Alex (Nene). También a mi tía Esthela; su apoyo a lo largo de mi carrera fue

muy importante.

A mi novia Aniela Habibeh López, a quien conocí en las instalaciones del Centro

INAH-Aguascalientes, acompañada de su madre, Amparo. Gracias por todo tu apoyo,

comprensión, observaciones y, sobre todo, los grandes momentos que hemos vivido y

viviremos juntos. Muchas Gracias.

Un agradecimiento enorme a mis más amigos, principalmente a los arqueólogos Ana

María Pelz y Jorge Jiménez; su empuje a lo largo de mi carrera universitaria fue inmenso,

gracias por tanto, amigos. También a Cristopher, Humberto, con quienes he vivido y seguiré

viviendo interesantes aventuras. Elena Padilla y con los grupos (Bicicleteros y Guardias

Ambientales) que viví una serie de experiencias maravillosas. A Francisco Rodríguez Mota, su

apoyo y su amistad, contacto que se dio producto de la maravilla llamada internet.

A la Universidad Autónoma de Aguascalientes. A los profesores del Departamento de

historia: Dra. Yolanda Padilla, Dr. Benjamín Flores, Mtra. Edna Meza Pavía, entre otros, que

aportaron, en mí, una serie de conocimientos e inquietudes.

Page 5: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

5

Presentación

La historia prehispánica en Aguascalientes es el tema que más me apasiona, debido a su

intrigantes vestigios arqueológicos, siendo la pintura rupestre el elemento cultural más

interesante, tal gusto me llenó de preguntas acerca de estos antiguos habitantes indígenas. Por

ese motivo, decidí buscar la forma de saber qué ocurrió con estas personas. La aventura

comenzó en el año de 1996, cuando acudí por primera vez a un sitio con pintura rupestre,

localizado en La Montesa, Zacatecas, en compañía del un guía con gran experiencia en los

cerros, el Sr. “Chepito”. Ya para el nuevo siglo, entre 2002 y 2003 fui asomándome a la

literatura histórica, topándome con los indómitos guerreros chichimecas. Ahora comencé la

búsqueda que me ayudara a desentrañar el pasado prehispánico de la región. En primer lugar

indague a través de la arqueología local, encontrándome con sorpresas realmente interesantes.

En el año 2004, fortuitamente localice el Instituto Nacional de Antropología e Historia, ahí tuve

la gran oportunidad de conocer a los arqueólogos Ana Pelz y Jorge Jiménez. Años después,

producto de mi búsqueda incesante de aquel episodio de la historia, entre a la Licenciatura en

Historia, ofertada por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Entre para mediados del

2006, y ahí comenzó otra etapa de mi averiguación. Para mi fortuna, en 2008, Ana Pelz me

invitó a formar parte del Proyecto Arqueológico de El Ocote, oportunidad que terminó por

encaminar la elección del presente tema.

Así que la presente investigación requirió de una profunda lectura de las investigaciones

tocantes a la arqueología e historia local y regional; después a la revisión de las fuentes

referentes al estudio de las manifestaciones gráficas rupestres; una vez lo anterior, la visita

constante a El Ocote (fotografía, observación, dibujo, etc.) y también al Centro INAH-

Aguascalientes, reforzaron enormemente esta investigación.

Lo que se presenta a continuación, son los primeros resultados que he obtenido de mi

búsqueda, motivada por el enorme gusto por la historia, específicamente de la prehispánica…

La historia prehispánica del estado de Aguascalientes contada a través de las pinturas rupestres

de El Ocote.

Mario Arturo Palacios Díaz.

Desde la “Cueva” en Semeria, El Encino, Noviembre de 2010.

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6

Introducción

La historia prehispánica del estado de Aguascalientes está siendo develada poco a poco; sí bien

esta historia tenía como principales protagonistas a las naciones1 denominadas como

chichimecas; aquellos naturales, de la frontera septentrional de Mesoamérica2. Situación que

serviría a Kirchhoff de argumento para elaborar las divisiones culturales del mundo

prehispánico en las macro-regiones conocidas como Aridamérica, Mesoamérica y

Oasisamérica. Dentro de tales divisiones, Aguascalientes se sitúa en la zona septentrional a la

Mesoamérica nuclear, sin embargo su cercanía con el occidente y el bajío le confieren una

ubicación interesante.

Sin embargo, adentrándose más allá de los chichimecas, en la actualidad se puede

inferir que el estado3 cuenta con una serie de elementos prehispánicos que aseveran la presencia

de sociedades indígenas con un desarrollo cultural y un conocimiento considerable antes de la

existencia de aquellos grupos del siglo XVI. Además para la región que involucra a

Aguascalientes, existen investigaciones que hablan acerca de una dinámica cultural bien

fundada, pero de estos y otros aspectos relacionados ya hablaré en su momento.

Ahora bien, si tomamos en cuenta el tiempo que se tiene investigando en el estado en

términos arqueológicos en comparación con otras partes del país, nos damos cuenta de que aún

falta mucho por hacer. Formalmente, se iniciaron trabajos arqueológicos para los años

ochentas4, aunque hay reportes desde los treinta, pero estos últimos no han podido ser

corroborados actualmente. Este problema radica en la poca importancia que se le ha dado a la

región, aunando a esto la rápida urbanización y el saqueo descontrolado; sin embargo, se ha ido

tomando mayor interés conforme ha pasado el tiempo.

1 Sobre el término “naciones”, la mayoría de los autores que han trabajado a estos grupos indígenas del siglo XVI,

los llaman así: Powell (1982) Jiménez Moreno (1944), etc. 2 Término empleado por Charles Kelley en los años setentas para unificar a Mesoamérica como una gran cultura.

A lo largo del desarrollo de esta investigación, así mencionaré el territorio donde se ubica Aguascalientes para los tiempos prehispánicos. Por ejemplo, otro término al que se recurre es “La Gran Chichimeca”. 3 Aguascalientes viene siendo parte de la región Centro-Norte y una mínima porción del Occidente. Al respecto,

existen una buena cantidad de investigaciones arqueológicas en esta porción del país. 4 Este antecedente de investigación comienza con un recorrido realizado por Lorena Mirambell y José Luis

Lorenzo, del departamento de Prehistoria del INAH, en 1986.

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7

Empero, los que hemos decidido penetrar por los campos de esta época y

particularmente en esta zona, nos encontramos ante un panorama intrigante y lleno de

posibilidades; en primer lugar, se comienza con una serie de preguntas para los que estamos

inmersos en este episodio histórico, por ejemplo: ¿quiénes fueron los habitantes prehispánicos

de esta región?, ¿qué nivel cultural desarrollaron?, ¿en qué momento ocuparon este territorio y

por cuánto tiempo?, ¿cómo concebían el mundo que los rodeaba, o en palabras más profundas,

qué cosmovisión poseían?, entre otras. Preguntas que estarán siempre presentes cuando se

aborde la historia prehispánica de este territorio mexicano.

Ante este panorama nos encontramos con una secuencia histórica que implica mucho

tiempo y una serie de transformaciones producto de interacciones e influencias con otros

grupos de diferentes regiones, aspectos que encauzarían cambios tanto sociales como en la

geografía humana.

Por lo tanto, partiendo de la problemática descrita, mí interés para comprender más la

historia prehispánica de la región y acercarse un tanto a la concepción que manejaron sobre su

mundo, he decidido analizar una de las expresiones que lograron perdurar al implacable paso

del tiempo, tanto en su conservación como en la permanencia de su tradición para elaborarlas y

otorgarles fuerte importancia.5 Esta expresión, son las llamadas manifestaciones gráficas

rupestres, específicamente las pinturas rupestres. Así pues, éste estudio sobre este elemento

cultural de los pobladores de El Ocote, servirá como base para comprender la secuencia

histórica del estado y su región y adentrarse en las formas que tuvieron de percibir su entorno,

para con ello aproximarse a la reconstrucción de la historia prehispánica del territorio en

cuestión.

La pintura rupestre en Aguascalientes cuenta con una serie de elementos que contar con

una explicación. Esta expresión, realizada por ejecutores dotados de un conocimiento

considerable, puede ser considerada como una de sus formas de comunicación y de la

percepción que tuvieron del entorno que los rodeaba, producto de una herencia ancestral. Es

pertinente mencionar que esta investigación se realizará particularmente en el sitio

arqueológico El Ocote, municipio de Aguascalientes; de ahí se podrá recurrir a otros sitios que

5 En este sentido, me refiero a que la pintura rupestre también ha permanecido vigente entre los grupos humanos

prehispánicos, incluso hasta el momento del contacto con los españoles, esto en el siglo XVI.

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8

ya están registrados para la entidad y tener una comparación y un análisis más benéfico para el

objeto de estudio.

Acerca de la investigación sobre las pinturas rupestres, ahondaré en aspectos teóricos-

metodológicos acerca del estudio y avances en cuanto a la interpretación de las manifestaciones

gráficas rupestres; a continuación, entender todo el escenario espacial-temporal de la región en

cuestión; de acuerdo a las investigaciones que he consultado, la cronología podría comenzar

desde el 200 d.C.6; posteriormente, recurrir a las investigaciones dentro del campo de la

arqueología para entender los aspectos culturales y características que sean pertinentes; por

último, manejar una secuencia histórica y conocer la permanencia de mi objeto de estudio a

través del tiempo, recurriendo también a las fuentes etnohistóricas.

Por lo tanto, el desarrollo de la investigación queda conformado de la siguiente manera:

- Capítulo I. Contexto geográfico

Situar mi objeto de estudio –El Ocote y sus manifestaciones gráficas rupestres- dentro del

escenario geográfico nacional, partiendo de macro-región de Mesoamérica, adentrándome al

ámbito local de Aguascalientes y El Ocote, mismo que lo sitúo en la región de la llamada

Frontera Septentrional de Mesoamérica, de acuerdo con las investigaciones que he consultado

al respecto. Así pues, se presentará un panorama general acerca de las características

geográficas del estado y del El Ocote. Todo esto, con el fin de encontrar una relación del

paisaje y la pintura rupestre.

- Capítulo II. Contexto histórico-arqueológico

En este apartado, el contexto quedará explicado por la consulta de las fuentes locales dentro del

ámbito arqueológico y etnohistórico. Se recurre también a fuentes del ámbito regional, con el

fin de sustentar mejor las hipótesis.

- Capítulo III. Estudio de las manifestaciones gráficas rupestres en Aguascalientes

Mencionaré algunos aspectos teóricos-metodológicos existentes en torno al estudio de las

manifestaciones gráficas rupestres. Los términos propios de este tipo de estudio. Mostraré un

6 Daniel Valencia (1994), Gerardo Fernández (2007), Beatriz Braniff (1974), han manejado estas fechas para la

ocupación de la región.

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panorama acerca del estudio de las manifestaciones gráficas rupestres en Aguascalientes y los

registros de diferentes sitios.

- Capítulo IV. Descripción

La descripción de El Ocote7 en términos arqueológicos. El registro de las manifestaciones

gráficas rupestres en el sitio; compendio fotográfico de los motivos, descripción de los motivos

(antropomorfos, zoomorfos, etc.) y de los contextos rocosos (abrigos, frentes, etc.). Tipología.

- Capítulo V. Análisis e interpretación

El análisis de los diferentes registros pictográficos del sitio. Análisis por motivo, contexto

rocoso, grupo, etc.; apoyándome de los datos arqueológicos, históricos, etnohistóricos para

sustentar las hipótesis y planteamiento del problema. Todo ello para llegar a las conclusiones.

- Conclusiones.

De acuerdo a lo indagado durante esta investigación llegar a conclusiones acerca de mi

objeto de estudio. Las metas alcanzadas de la investigación. Se señalarán los argumentos que

hablan acerca de las pinturas rupestres como elemento de la cosmovisión, tradición histórica y

otros asuntos convenientes.

Planteamiento del problema

Partiendo del punto principal de la investigación, las pinturas rupestres de El Ocote,

entonces, planteo las siguientes preguntas:

A) ¿La pintura rupestre –elemento principal de la investigación- en la región de estudio

(Aguascalientes), es el principal elemento cultural para comprender la cosmovisión de

los pobladores de El Ocote?

B) Hay tradiciones humanas que logran arraigarse en la memoria, entonces, ¿la pintura

rupestre logró perdurar como una tradición -la cual va desde los primeros siglos de

nuestra era hasta el momento del contacto español- cultural que se mantuvo vigente no

sólo en grupos cazadores-recolectores, sino también en los sedentarios?

7 Sitio arqueológico investigado recientemente por los arqueólogos adscritos al Centro INAH en Aguascalientes

Ana María Pelz Marín y Jorge Luis Jiménez Meza (2009, 2010).

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10

C) ¿Qué papel jugó la pintura rupestre en el sitio arqueológico de El Ocote, qué

importancia tuvo en relación con los otros elementos arqueológicos localizados en el

sitio?

D) ¿Por qué la predilección de plasmar las pinturas en ciertos lugares específicos de El

Ocote? ¿Esos lugares fueron especiales a tal grado de ser sagrados o de otro tipo de

importancia?

Así pues, partiendo de estos problemas, la historia prehispánica de Aguascalientes puede

ser contada a partir de una investigación de carácter histórico, apoyada con las ciencias como la

arqueología, geografía, etnohistoria, entre otras.

Hipótesis

Partiendo de las preguntas elaboradas las hipótesis de la investigación son las

siguientes:

1.- Los motivos plasmados en los diferentes registros8 localizados en El Ocote, son el indicador

más importante acerca de la cosmovisión de estos pobladores. La razón de esto se encuentra en

la predilección por situar al elemento antropomorfo como el motivo más recurrente, siendo los

demás elementos –zoomorfos, fitomorfos, geométricos, etc.- aspectos que acompañan al

anterior.

2.- Las pinturas rupestres muestran escenas de carácter histórico, cotidiano, ceremonial y

simbólico, todo ello para entender la forma de concebir su entorno.

3.- Las pinturas rupestres demuestran la predilección de ciertos puntos para elaborarlas, es

decir, que al momento de encontrar un sitio con los recursos necesarios, se dio la inclinación

para plasmarlas en cierto punto.

4.- Los hombres que elaboraron las pinturas rupestres en El Ocote –y también en los sitios que

servirán como comparativo- estaban dotados de un conocimiento más amplio que el resto de los

8 Estos registros son: 1. Panel Principal; 2. Bloque disgregado; 3. Elemento antropomorfo aislado; 4. Un Conjunto

registrado en las cercanías de El Ocote, denominado “La Troja”. Estos motivos se verán más adelante.

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pobladores; entonces, posiblemente en el sitio, el chamán tuvo un papel importante para la

toma de decisiones.

5.- A través de la pintura rupestre no sólo de El Ocote, sino de los sitios registrados hasta el

momento en Aguascalientes, ésta se mantuvo vigente tanto en los grupos sedentarios como en

los cazadores-recolectores y que ambos la utilizaron como elemento importante de su

cosmovisión.

6.- La pintura rupestre, asociándola con los elementos arqueológicos existentes en la región de

estudio, es componente suficiente para aproximarse a la reconstrucción histórica del pasado

prehispánico en Aguascalientes. La historia prehispánica del estado contada a través de dicha

manifestación cultural.

Objetivos

Los objetivos para la elaboración de esta investigación están formados de los siguientes puntos

medulares:

A) Para entender la predilección en plasmar las pinturas rupestres9, hablar de los aspectos

geográficos más pertinentes. Situaré mi objeto de estudio dentro del escenario

geográfico llamado Mesoamérica, en este caso, la Frontera septentrional

mesoamericana. Estos aspectos, irán encaminados desde la comprensión de la geografía

general del estado de Aguascalientes, terminando, por los puntos geográficos más

importantes de la región de estudio.

B) El estudio teórico-metodológico de las manifestaciones gráficas rupestres o Arte

rupestre en México, particularizando en El Ocote y el resto de sitios de Aguascalientes.

Ahondar en este apartado para aproximarse a su posible interpretación. Hablar de los

diferentes términos que existen en torno a este estudio arqueológico-histórico-estético.

9 En la mayoría de los sitios registrados en Aguascalientes, la predilección fue en abrigos rocosos y frentes

rocosos; el dominio del valle circundante era también un aspecto recurrente en estas sociedades humanas antiguas.

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C) Hacer una revisión selectiva de la literatura arqueológica local y una porción de la

regional que he considerado pertinente para entender la dinámica cultural de la región

de estudio.

D) La descripción detallada de los diferentes motivos pictóricos de El Ocote. También una

descripción para el sitio arqueológico.

E) Un registro fotográfico amplio del sitio y las pinturas para poder elaborar un análisis

oportuno. Para tener mayor soporte, me apoyaré en los demás sitios registrados en

Aguascalientes; además, vislumbrar una secuencia histórica y demostrar la importancia

de este elemento cultural como una tradición que logró perdurar mucho tiempo y, por

otro lado, argumentar porqué éstas son el indicador principal de la cosmovisión de los

grupos prehispánicos de la región.

F) Recurrir a las fuentes etnohistóricas para encontrar algún indicio que revele que la

pintura rupestre continuó siendo una tradición de vital importancia para los grupos

indígenas asentados en la región de estudio.

Metodología

En cuanto a la metodología para esta investigación quedará conformada de la siguiente forma:

- Ha sido necesario obtener toda la información relacionada con el sitio arqueológico El

Ocote –punto central de la investigación-, teniendo una base de datos que tiene un

carácter meramente arqueológico. Complementándose con datos geográficos e

históricos.

- La información bibliográfica arqueológica regional, en este caso será una selección que

aporte datos para mi objeto de estudio, las pinturas rupestres de El Ocote.

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- Se realizará una descripción de los diferentes motivos pictóricos del sitio. La fotografía,

el dibujo10

y un análisis comparativo con otros sitios con pintura rupestre, así como

también la aplicación de programas especializados que puedan ayudar a la

identificación de los diferentes motivos.

- También los datos geográficos obtenidos serán de gran ayuda para entender algunas

hipótesis y objetivos planteados.

- El trabajo de campo se enfocó en el sitio y en la consulta de información en el Centro

INAH-Aguascalientes. Este trabajo fue:

o Recorrido por el sitio en busca de más registros pictográficos.

o La Fotografía tuvo varias directrices: registro de las manifestaciones rupestres;

los alrededores de El Ocote (flora, fauna, orografía, hidrología, etc.); sitios con

pintura en la región; y la geografía de Aguascalientes enfocada en algunos

asuntos que aparecerán en la presente investigación.

o Dibujo de cada uno de los motivos pictográficos de El Ocote.

o Análisis y digitalización de los informes técnicos localizados en la sección de

Arqueología del Centro INAH-Aguascalientes.

10 En este caso, los dibujos a los que recurriré son los que hizo Daniel Valencia en la década de los noventas para

el Panel principal; para el resto de los motivos los dibujos son de mi autoría.

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Capítulo I. Contexto Geográfico

1.1. Mesoamérica

México cuenta con una configuración geográfica muy variable y compleja; diversas regiones

naturales -dotadas de una riqueza exclusiva-, que han alojado, a lo largo de su historia, una

amplia gama de culturas –y por ende tradiciones- hechas por el hombre, donde en este caso, el

indio o indígena, supo cómo comprender dicha diversidad y, así, adaptarse al medio ambiente,

a tal grado que los primeros pobladores prehistóricos del continente americano, desarrollaron

todo un conocimiento, el cual evolucionaría con el tiempo; elaborando complejos sistemas de

agricultura, de caza y recolección; eficaces construcciones de diferentes funciones (cívicos,

ceremoniales, habitaciones, etc.), entre otras características, dando lugar a toda una

cosmovisión emanada por miles de años de desarrollo, y por ende, el florecimiento de una

tradición cultural auténtica: Mesoamérica.

El término de Mesoamérica fue instaurado por el antropólogo alemán Paul Kirchhoff a

mediados del siglo XX. En su teoría, esta gran región cultural abarcaba México y parte de

Centroamérica; sus habitantes, poseían una gran cantidad de lenguas y costumbres diversas las

cuales quedaban ligadas entre sí por tener el carácter de una historia común diversificada a

través del tiempo, argumentado gracias a un minucioso estudio etnográfico y arqueológico.

Dentro de esta enorme área se localizaron: olmecas, mayas, teotihuacanos, mixtecos-zapotecas,

etc.

Así pues, para esta enorme área se presenta un escenario geográfico que implica una

serie de aspectos culturales que son particulares de acuerdo a una región con otra, pero que,

como sucede en una cultura originaria, a fin de cuentas se unifican como un todo. Al conocer

este panorama geográfico se entienden varias situaciones, por ejemplo, la adaptación a cierto

ecosistema, resultando una predilección de un lugar para asentarse y así crear toda una historia;

en cuyo caso específico lo es las manifestaciones gráficas rupestres.

Antes de entrar en las características geográficas de Mesoamérica, es pertinente

establecer la relación geografía-historia. Ésta se enfoca a varios aspectos: la importancia de la

región para comprender aspectos más específicos de los grupos sociales que la habitaron y que

la habitan; cambios en las divisiones políticas-administrativas a través del tiempo; las

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15

modificaciones que han sufrido la orografía, flora, fauna e hidrografía, producto de las

manipulaciones que el hombre ha efectuado. Un ejemplo que se puede tomar sobre este asunto,

es cuando los primeros europeos pisaron el suelo en el que más tarde se conformaría México.

Nada sabían de las complejas culturas que allí hallaron a inicios del siglo XVI. Sus ojos se

toparon con una realidad asombrosa. Entraron en contacto con sociedades altamente

desarrolladas, donde la intensa vida urbana, el floreciente comercio, las complejas relaciones

que definían las esferas sociales y políticas y el particular carácter espiritual de sus gentes

caracterizaban la cotidianidad de sus vidas.11

1.1.1. Características de Mesoamérica.

La fisiografía del territorio mesoamericano, en palabras de Michael D. Coe, posee una

combinación compleja de sistemas ecológicos. Estos lugares se agrupan en dos categorías:

tierras bajas (áreas en medio nivel del mar y 1000 metros) y altiplanos o montañas (situadas

entre 1000 y más de 2000 metros sobre el nivel del mar)12

. En el caso de este trabajo (Las

pinturas rupestres de El Ocote, Aguascalientes), las montañas son el escenario, donde la

diversidad del clima es una constante, apareciendo desde el tropical, seco, hasta el frío. Sin

embargo el predominante en las regiones montañosas es el templado. Para la zona de

Aguascalientes (Centro-Norte de México o en términos arqueológicos parte de la región

septentrional de Mesoamérica), una de las cadenas montañosas más extensas del continente, la

Sierra Madre Occidental, atraviesa la parte occidental. El clima en general es seco, donde el

desarrollo de la agricultura sólo se pudo dar por el aprovechamiento de los ríos (El sistema

Lerma-Santiago) y el almacenaje de lluvia. Pese a este problema climático, una serie de

tradiciones culturales florecieron, tal es el caso de las culturas Chalchihuites, la región de Los

Altos de Jalisco, entre otras.

A continuación se presenta un mapa que ejemplifica la distribución cultural y geográfica

de Mesoamérica. Cabe señalar que esta distribución tuvo muchos cambios a lo largo de la

historia prehispánica. Este es un ejemplo general de la unidad mesoamericana.

11 Rovira, Morgado, Rossend, “Mesoamérica: concepto y realidad de un espacio cultural” tomado en:

http://www.ucm.es/info/arqueoweb/word/8 (2)/roviramorgado.doc, p. 1. 12

http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Geography_of_Mesoamerica#Geographic_location. Agosto, 2010.

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16

Ilustración 1. Mesoamérica. Según la página de internet: www.famsi.org

De acuerdo al análisis que obtuvo Kirchhoff, realizó una clasificación de tipo

geográfica-étnica, agrupando a las diferentes culturas indígenas en cinco grandes zonas,

quedando de esta forma:

1.- Los recolectores, cazadores y pescadores de Norteamérica.

2.- Los cultivadores inferiores de Norteamérica.

3.- Los cultivadores superiores (“altas culturas”).

4.- Los cultivadores inferiores de Sudamérica.

5.- Los recolectores y cazadores de Sudamérica.13

En el caso que me compete14

, las zonas denominadas “Los recolectores, cazadores y pescadores

de Norteamérica” y “Los cultivadores inferiores de Norteamérica”, son las más pertinentes en

esta investigación. Sin embargo, la discusión que cabe señalarse, es sobre el término acuñado

por Kirchhoff: Aridoamérica, región que abarca prácticamente todo el norte de México y parte

del sur de los Estados Unidos de Norteamérica. En esta enorme zona cultural, las sociedades

13 Kirchhoff, Paul, “Mesoamérica”, en Velasco Míreles, Margarita (Coordinadora), La Sierra Gorda: documentos

para su historia, Vol. II, Colección Científica 340, INAH, México, 1997, p. 305. 14La región donde se localiza el objeto de estudio –El Ocote, y las pinturas rupestres como el elemento cultural-

está dentro del área cultural mesoamericana, donde este caso se ubica en la parte de la llamado frontera

septentrional.

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que aquí se asentaron, tuvieron una forma de vida nómada, teniendo la caza-recolección como

su mayor sustento, empero, estas sociedades desarrollaron una compleja cultura, prueba de ello

lo encontramos en las inhóspitas Sierras de Baja California Sur con las pinturas rupestres de

San Francisco.15

Aguascalientes ha sido ubicado en ocasiones dentro de esta árida región, pero

cabe aclararse, que desde el punto de vista geográfico y también arqueológico, la ubicación del

estado, más bien se puede situar en los límites septentrionales de Mesoamérica, en la región

concretamente denominada por la arqueología, como la Frontera Septentrional de

Mesoamérica, término utilizado por autores como Charles Kelley (1987), Beatriz Braniff

(1974), entre otros.

1.2. Frontera Septentrional de Mesoamérica

Como ya lo vimos, Aguascalientes cuenta con una ubicación ciertamente especial. En la

geografía nacional, el estado se encuentra en la región Centro-Norte, un punto intermedio entre

la altiplanicie mexicana y el norte. Por ello, es conveniente ubicarlo, para tiempos

prehispánicos, dentro de la región denominada por la arqueología como la “Frontera

Septentrional de Mesoamérica”.16

Beatriz Braniff (1974), indica que estas

zonas marginales de Mesoamérica [Frontera Septentrional de Mesoamérica]

pueden agruparse en tres secciones: 1) la nororiental que incluye la Sierra de

Tamaulipas, la región de Ocampo, la cuenca del Río Verde y las zonas de

Guadalcazar y Ciudad Maíz en San Luis Potosí; 2) la zona central que es parte del

Altiplano Mexicano y que incluye Querétaro, Guanajuato, el Altiplano Potosino, Los

Altos de Jalisco, Aguascalientes y el extremo oriental de Zacatecas; y finalmente, 3)

la sección noroccidental que incluye el norte de Jalisco, Zacatecas y Durango…17

Braniff denomina a la región septentrional como “marginal”, término que ya no es

acertado manejar, por lo que, de acuerdo a las investigaciones arqueológicas, el correcto debe

ser la frontera septentrional de Mesoamérica. Sin embargo, la región en cuestión ha recibido

varios sinónimos, por ejemplo, la Gran Chichimeca, aunque este nombre más bien se podría

15 Para saber más acerca de esta región, véase la revista de Arqueología Mexicana “La península de Baja

California”, Volumen XI, No. 62, 2003. 16

Término empleado por Beatriz Braniff, en Betty Bell, The Archaeology of West México, Sociedad de Estudios

Avanzados del Occidente de México, A.C., Ajijic, Jalisco, México, 1974 p. 40. 17

Ibíd., p. 40.

Page 18: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

18

considerar para la región abarcada por los grupos al norte de los dominios aztecas en tiempos

de la conquista de México-Tenochtitlán, es decir, para el siglo XVI específicamente.

Al respecto de esta interesante región, se han hecho una buena cantidad de

investigaciones dentro del campo de la arqueología, donde algunas de éstas serán mencionadas

más adelante. Para el caso de este capítulo, sólo me centraré en la ubicación de mi objeto de

estudio (Las pinturas rupestres de El Ocote) en el área geográfica ya mencionada. Pedro

Armillas, realizó un mapa de la frontera septentrional de Mesoamérica, el cual quedó

conformado de la siguiente manera:

Ilustración 2. Mesoamérica según Pedro Armillas. En, Teresa Rojas Rabiela (Ed.) Pedro Armillas: Vida y obra,

INAH, 1991, pp. 210.

Page 19: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

19

1.3. Aguascalientes. La importancia de la geografía en el estudio de las manifestaciones

gráficas rupestres

Una vez que hemos ubicado al estado de Aguascalientes dentro del escenario geográfico de

Mesoamérica y especificando su ubicación en la Frontera Septentrional, ahora es importante

mencionar sus aspectos geográficos. Esto con la finalidad primordial de considerar la

importancia del paisaje, el medio ambiente con las representaciones rupestres.

Aguascalientes se encuentra situado en la región centro-norte, pero también en parte en

el occidente de la Altiplanicie Mexicana. Al norte, este, oeste y noroeste limita con el estado de

Zacatecas; al sur y sureste, colinda con el estado de Jalisco. Las coordenadas geográficas

extremas del estado son: Al norte 22° 28’, al sur, 21° 37’ de latitud norte; al este 101° 50’, al

oeste 102° 52’ de longitud oeste.18

Aguascalientes, según datos del INEGI representa el 0.3 %

de la superficie del país. A partir de 1992, el estado ha quedado dividido en 11 municipios, los

cuales quedan conformados en la siguiente tabla y mapa adjuntos.

División municipal

Clave Cabecera municipal

001 Aguascalientes Aguascalientes

002 Asientos Asientos

003 Calvillo Calvillo

004 Cosío Cosío

010 El Llano Palo Alto

005 Jesús María Jesús María

006 Pabellón de Arteaga Pabellón de Arteaga

007 Rincón de Romos Rincón de Romos

011 San Francisco de los Romo

San Francisco de los

Romo

008 San José de Gracia San José de Gracia

009 Tepezalá Tepezalá

Fuente: INEGI. Aguascalientes. II Conteo de Población y Vivienda, 2005.

INEGI. Dirección General de Geografía. Catálogo de Claves de Entidades

Federativas, Municipios y Localidades.

18

INEGI. Marco Geoestadístico Municipal, 2005, versión 3.1.

Page 20: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

20

En el caso de esta investigación, el sitio arqueológico de El Ocote, se encuentra situado en el

municipio de Aguascalientes, no muy lejos de la frontera con Calvillo y el estado de Jalisco.

1.3.1. Orografía

Aguascalientes queda conformado dentro de tres grandes provincias geológicas de la República

Mexicana. Dos cadenas montañosas, que son: La Sierra Madre Occidental (al oeste), la Mesa

del Centro (al este), éstas descienden del estado de Zacatecas. También en la parte sur es

Page 21: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

21

atravesado por el Eje Neovolcánico. Entonces al centro de ambas cadenas, se forma un amplio

valle denominado “Aguascalientes”, el cual tiene un declive Norte a Sur.

La importancia de conocer la orografía del estado permite conocer más acerca de los

posibles ambientes que fueron escogidos por los antiguos pobladores para elaborar las

manifestaciones rupestres.

Ilustración 3. Aguascalientes con sus provincias geológicas, modificado de Valencia (1994).

Elevaciones principales

Nombre

Latitud norte

Longitud oeste

Altitud

Grados Minutos Grados Minutos Metros

Sierra Fría 22 16

102 34

3 050

Sierra El Laurel 21 46

102 39

2 760

Cerro El Mirador 22 07

102 39

2 700

Cerro La Calavera 21 58

102 32

2 660

Sierra de Asientos 22 15

102 07

2 650

Cerro San Juan 22 13

102 08

2 530

Cerro Juan El Grande 21 56

101 55

2 500

Cerro La Peña Blanca 21 52

102 26

2 440

Cerro El Muerto 21 53

102 26

2 400

Fuente: INEGI. Información Topográfica Digital Escala 1:250 000 serie III.

INEGI. Continúo Nacional del Conjunto de Datos Geográficos de la Carta Topográfica, 1:50

000, serie II.

Page 22: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

22

1.3.2. Hidrología

La situación hidrológica del estado está conformada por dos regiones. La primera y más

importante es la del Lerma-Santiago; en segundo, ocupando una porción mínima y ubicada en

el noreste es El Salado. Las corrientes de todo el estado escurren hacia el sur, hasta

concentrarse en los ríos Verde Grande y el Juchipila, que son afluentes por la margen derecha

del río Santiago, el cual converge en el Océano Pacífico.

La división entre estas cuencas está constituida por la Sierra Fría, del Pabellón, de

Guajolotes y del Laurel. La mayor parte del estado drena hacia el río Verde Grande a través del

llamado Aguascalientes, el cual nace en las sierras de Zacatecas, corriendo por el valle del

mismo nombre. También aparecen los ríos de Pabellón y Morcinique, el arroyo Milpillas y el

río Chicalote o Viudas de Oriente.19

El río Calvillo, afluente a su vez del río Juchipila, riega la parte occidental, se forma por

la confluencia de varios arroyos entre los que sobresalen los de La Labor y el de Texas. El

Calvillo y sus formadores corren encajonados al fondo de estrechos valles que descienden hacia

el suroeste, entre las estribaciones de las Sierras de Guajolotes, Calvillo y Rincón de Romos

existen manantiales20

de aguas termales.21

Ilustración 4. Sierra del Laurel. Foto: Mario Palacios, 2009.

19

Valencia, op .cit., p. 7 20

Con motivo de la existencia de manantiales, Aguascalientes recibe tal nombre en su fundación en 1575. 21

Ibíd.

Page 23: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

23

Ilustración 5. Hidrología del estado de Aguascalientes. Modificado de Valencia (1994).

1.3.3. Clima

El clima en Aguascalientes se presenta templado sólo en altitudes menores a los 2000 m,

semifrío por arriba de los 2000. La oscilación térmica media anual es de 10° C. El mes más frío

del estado es enero, mientras que junio es el más caliente. La temporada de lluvias es en el

verano, fluctuando la precipitación pluvial entre 400 y 800 mm.

De acuerdo a los estudios geográficos, el estado se presenta en tres grupos de diferentes

climas, los cuales son: a) En la zona sur de la Sierra del Laurel, el clima es templado y sub-

húmedo, con una temperatura media anual de 14 a 16° C, con una precipitación media anual de

600 a 700 mm.; b) En el valle de Aguascalientes, de Calvillo y en la zona sur del estado, el

clima es semicálido y semiseco, con una temperatura media anual de 16 a 20° C., su

precipitación media anual va de 500 a 600 mm.; c) por último, en la Sierra Fría, de Tepezalá,

todo el norte y oriente es semiseco templado, con una temperatura de 16 a 18° C, con una

precipitación entre los 400 y 600 mm.22

22

Fuente: INEGI, página web. Consultada en agosto de 2010.

Page 24: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

24

1.3.4. Flora

La vegetación del estado se presenta de la siguiente manera:

- Bosque desértico espinoso. Éste se presenta en las tres provincias antes mencionadas

que forman el estado, sus comunidades dominantes se caracterizan por ser espinosas.

Entre las especies más importantes de este tipo son: huizache, nopal, nopal cardón,

mezquite, etc. Esta comunidad arbustiva no rebaza los 5 m de altura.

- Bosque templado Aciculofolio. Es una vegetación que va de los 8 a 25 m de altura. La

distribución geográfica de este tipo se localiza en las cadenas montañosas, ocupando la

mayor parte de la provincia de la Sierra Madre Occidental. También es conocida como

el bosque de pino-encino.

Ilustración 6. Mapa de distribución de la vegetación del estado. En:

http://mapserver.inegi.gob.mx/geografia/espanol/estados/ags/agri.cfm?c=444&e=03, consultado en Septiembre de

2010.

Page 25: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

25

Ilustración 7. Ejemplo del Bosque de pino-encino. Sierra del Laurel. Foto: Mario Palacios, 2009.

1.3.5. Fauna

La fauna existente en el estado es muy diversa, como ocurre en cualquier medio ambiente del

país.

La fauna se distribuye de acuerdo a la región natural que se maneje. En la montaña se

encuentran: puma, venado de cola blanca, jabalí de collar, gato montés y ardilla. En los valles:

el coyote, la zorra gris, mapache, liebre, codorniz, lechuza, paloma y el águila. Cabe mencionar

que también existió el lobo, sin embargo ya está extinto en el estado. De acuerdo con los datos

del INEGI, en Aguascalientes existen más de 250 especies de animales entre mamíferos,

anfibios, reptiles y aves, de estas últimas, más del 30 % son migratorias. Además, del total de

especies registradas, 19 están catalogadas como amenazadas, 12 en protección especial, 6 raras,

3 protegidas y el Águila Real en peligro de extinción.23

Resultaría de gran interés e importancia identificar algún elemento zoomorfo en el sitio

que esté registrado en la fauna local de la región de estudio. Asunto que se desarrolla en el

capítulo V.

23

Esta información fue obtenida en la siguiente dirección web:

http://www.aguascalientes.gob.mx/estado/Fauna.aspx. Consultado en agosto de 2010.

Page 26: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

26

1.4. El Ocote

El Ocote representa la región de estudio de la presente investigación. Es pertinente señalar

algunos aspectos geográficos generales para tener un panorama más específico antes de abordar

el resto de los puntos a desarrollar (estos son: históricos, arqueológicos y las manifestaciones

rupestres).

El Ocote se encuentra a 34 km aproximadamente al suroeste del municipio de

Aguascalientes. Las coordenadas UTM son E: 750475 y N: 2410005, de acuerdo a la carta del

INEGI, Jesús María F-13-D-18.24

Al sitio se llega tomando la carretera número 71, la cual va en dirección a Villa Hidalgo,

Jalisco. Se toma una desviación que lleva hacia la comunidad de El Ocote. Una vez ahí, el

camino continúa por terracería pasando la presa de nombre “Tolimique” hasta llegar a una

especie de península rocosa, la cual es el cerro de Los Tecuanes. En este cerro se encuentra el

asentamiento prehispánico.

Ilustración 8. Localización de El Ocote. Mapa elaborado por Ana María Pelz Marín y Jorge Luis Jiménez. En Pelz

y Jiménez, 2007.

24

En: Sandra Cruz Flores, Diagnostico y propuesta para la conservación de las pinturas rupestres de la zona

arqueológica de El Ocote, municipio de Aguascalientes, Aguascalientes, INAH-Coordinación Nacional de

Conservación del patrimonio Cultural, México, 2003, p. 2

Page 27: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

27

La región donde se localiza El Ocote, corresponde a una porción del valle de

Aguascalientes. El sitio se encuentra a 1,975 msnm. Las rocas predominantes en la región son

las riolitas y tobas; aunque también existen rocas sedimentarias como areniscas y

conglomerados.

La hidrología se caracteriza por corrientes que confluyen al sur, destacándose el río

Juchipila y sus afluentes, en específico el arroyo Tolimique, a partir del cual se construyó la

presa del mismo nombre. El clima es semicálido y semiseco, con una temperatura media anual

de 20° C y una oscilación térmica media anual de 10°C, siendo enero el mes más frío y junio el

de mayor temperatura. La temperatura de lluvias es en verano y la precipitación pluvial media

anual alcanza los 700 mm. Los vientos predominantes son del suroeste y en invierno del

norte.25

La vegetación del sitio corresponde al mencionado bosque desértico espinoso. Algunas

de las especies son: el huizache (Acacia sp.), nopal (Opuntia sp.) y mezquite (Prosopis sp.).26

En cuanto a la fauna, se aprecian aves como codorniz, ganso, paloma, zopilote, águila

real, lechuza, correcaminos. En cuanto a los mamíferos, destacan el puma, venado de cola

blanca, zorra gris, coyote, jabalí de collar, liebre, ardilla, conejo, mapache, tlacuache,

armadillo, entre otras. Para el caso de los reptiles y anfibios sobresalen tortugas terrestres,

escorpión, falso coralillo, víbora de cascabel, culebra corredora, rana, camaleón y lagartija.

Ilustración 9. Vista general del Cerro de Los Tecuanes. Foto: Mario Palacios, 2009.

25

Cruz Flores, op .cit., p. 3 26

Ibíd., p. 4

Page 28: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

28

1.5. Paisaje y las pinturas rupestres

Considero de gran trascendencia el entendimiento acerca de la importancia de los aspectos

geográficos para el estudio de las manifestaciones gráficas rupestres –particularmente de la

pintura- para con ello aproximarse al conocimiento de la historia prehispánica de

Aguascalientes. Así como la relación hombre-naturaleza a través de este elemento cultural.

De acuerdo con los registros en el estado de diferentes sitios con pintura rupestre, no se

puede decir que estos fueron escogidos de manera aleatoria, sino que existe una selección

específica para haber creado este vestigio rupestre. Por ello, la relación medio ambiente o

paisaje circundante y las pinturas rupestres es de suma importancia para iniciar la búsqueda

para la comprensión de los grupos sociales, en este caso de los pobladores de El Ocote.

Carlos Viramontes, enfatiza en la importancia del paisaje en la gráfica rupestre, por lo

que el hecho de encontrar pinturas rupestres en diferentes contextos naturales como cuevas,

nichos, abrigos, frentes, afloramientos rocosos27

, indica la importancia ritual o sagrada de cierto

lugar. A esto, dicho autor, comenta que

…podríamos sugerir que quizá algunos de estos lugares [cuevas,

frentes, abrigos rocosos, etc.] eran elegidos en virtud de haber ocurrido

sucesos importantes en sus inmediaciones en su pasado mítico; otros

habrían estado habitados por entidades sobrenaturales a las que se

esperaba acceder por medio de rituales que involucraban la práctica de la

gráfica rupestre [pintura rupestre], entre otras posibilidades

significativas.28

Por lo tanto, la importancia de relacionar paisaje-pintura se manifiesta en la relevancia

que los grupos prehispánicos le dieron a la observación de la naturaleza, un fenómeno al que

temían, veneraban y respetaban, de tal manera que su cosmovisión gira en torno a las fuerzas de

la naturaleza.

Por eso a lo largo de esta investigación, no hablaré de ideología, ni religión, en mi caso,

la forma de entender su entorno y dotarlo de un sentido sagrado, es en el término cosmovisión,

27

Términos que se verán en el capítulo III. El estudio de las manifestaciones gráficas rupestres. Un enfoque

regional. 28 Viramontes, Carlos, Gráfica rupestre y paisaje ritual. La cosmovisión de los recolectores-cazadores de

Querétaro, Obra diversa, INAH, México, p. 71.

Page 29: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

29

ya que en éste se ve reflejada la relación naturaleza-creencias, desembocando en la elaboración

de las pinturas rupestres.

Ilustración 10. Panel principal de pinturas rupestres, El Ocote. Foto: Mario Palacios, 2009.

Ilustración 11. Otro ejemplo de diferentes formaciones rocosas para plasmar la pintura rupestre. Conjunto La

Troje, El Ocote. Foto: Jorge Jiménez Meza, 2009.

Retomando a Viramontes, éste considera que el hecho de plasmar la pintura rupestre en un

lugar determinado del medio ambiente se refiere a cómo las sociedades antiguas concebían el

paisaje que los rodeaba, por lo que en su análisis, existen algunos puntos que son necesarios

para este tipo de estudio:

Page 30: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

30

1) El paisaje sagrado y los espacios rituales [en estos casos las cuevas, abrigos donde se

plasmaron los diferentes motivos pictóricos] adquieren su importancia en virtud de

considerarse que en ellos es posible establecer una comunicación entre el mundo que

vive en una realidad ordinaria y aquel que de acuerdo con ciertas creencias, se

encuentra más allá de la percepción natural.

2) Estos lugares funcionan como núcleos aglutinantes de individuos que muestran

experiencias religiosas ordinarias y extraordinarias.

3) Generalmente, estos lugares se hallan asociados a ciertos mitos relevantes.29

En los capítulos IV y V, se verán los puntos con mayor profundidad acerca de lo comentado

en este apartado. En este capítulo sólo se menciona la importancia de la geografía en un estudio

de manifestaciones gráficas rupestres, específicamente la pintura rupestre.

Ilustración 12. El Ocote, un lugar sagrado. Un paisaje ritual. Foto: Mario Palacios, 2009.

29

Viramontes, op .cit., p. 73.

Page 31: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

31

Capítulo II. Contexto histórico-arqueológico

Aguascalientes como antecedente de su territorio conformado tiene sus orígenes en el siglo

XVI, cuando el 22 de octubre de 1575 se fundó la “Villa de nuestra Señora de la Ascensión de

las Aguascalientes”, sin embargo la popularidad de la virgen de la Asunción y, más tarde, por

decreto del obispo Alonso de la Mota y Escobar, se convirtió en patrona del lugar, esto ya para

1608. Esta villa formó parte de del reino de la Nueva Galicia. Para 1786, se transformó en

subdelegación de la intendencia de Zacatecas, teniendo el rango de Alcaldía Mayor. Es hasta

1857 que logró proclamarse como estado libre y soberano.30

Lo que se presenta en el capítulo es un panorama histórico-arqueológico, que tiene

como fin establecer la cronología de la historia prehispánica de Aguascalientes basándose en un

trabajo historiográfico de la arqueología regional, local y etnohistórica. Para este caso he

recurrido a las investigaciones de las regiones circunvecinas al estado como los Altos de

Jalisco, el sur y sureste de Zacatecas y otras regiones afines. Encontrar, de esta forma,

relaciones con las culturas circundantes, en torno al elemento cultural de la pintura rupestre.

Por lo anterior, el capítulo se divide en dos vertientes: primero, la información de la

arqueología, de lo regional a lo local; segundo, las fuentes documentales del siglo XVI.31

2.1. La historiografía arqueológica. De lo regional a lo local

Como quedó manifestado en el segundo capítulo, Aguascalientes, en la época prehispánica,

está ubicado dentro de la llamada “Frontera Septentrional de Mesoamérica”, región que acogió

a una serie de manifestaciones culturales que han sido objeto de estudio durante la segunda

mitad del siglo XX y lo que va del XXI.

Así pues, con el fin de obtener una síntesis del panorama arqueológico colindante con el

estado, he decidido dividir este estudio en dos puntos pertinentes: 2.1.1. Las investigaciones en

la Frontera Septentrional mesoamericana (Selección) y; 2.1.2. Las investigaciones

arqueológicas en Aguascalientes.

30 Para mayor información acerca de lo mencionado, véase: Gómez Serrano (2001); Acuña (1989); González

(1881). 31

Exclusivamente aquéllas que hablen de Aguascalientes.

Page 32: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

32

2.1.1. La Frontera Septentrional de Mesoamérica. Un análisis selectivo

Este apartado representa el panorama acerca de las culturas prehispánicas circundantes con

Aguascalientes y específicamente El Ocote. La situación geográfica implicaría dos regiones en

las que se desarrollaron diferentes tradiciones prehispánicas. La primera, Los Altos de Jalisco;

la segunda el estado de Zacatecas32

Así pues, de acuerdo con los datos, existe una larga

duración en la historia prehispánica, la cual podría ir desde el 200/100 a.C., hasta el momento

del contacto español, esto para el siglo XVI.

La ubicación de la frontera septentrional tiene como límites geográficos, según Armillas

(1991), desde la desembocadura del río Sinaloa en el océano Pacífico, retomando el curso

desde esa corriente y atravesando las cumbres de la Sierra Madre Occidental hasta sus

estribaciones orientales; siguiendo el somontano hacia el sureste hasta encontrar el río Lerma

cerca de su desagüe en el lago de Chapala; por el valle de dicho río hasta el extremo noroeste

del actual estado de México y continuando hasta llegar a las fuentes del río Moctezuma en el

extremo occidente del estado de Hidalgo; siguiendo la corriente aguas abajo hasta el borde de

la meseta y desde allí con rumbo norte por lo alto del escarpe de la Sierra Madre Oriental hasta

un lugar al poniente de la población de Ocampo, estado de Tamaulipas; bajando la escarpadura

para seguir con rumbo al nordeste atravesando la cuenca del río Guayalejo, continuando por las

estribaciones septentrionales de la Sierra Madre de Tamaulipas –el macizo montañoso que se

levanta al oriente del escarpe de la meseta- y siguiendo el curso inferior del río Soto la Marina

hasta su desembocadura en el Golfo de México.33

(Ver mapas del capítulo I, alusivos a

Mesoamérica)

Retomando el mapa, las especificaciones geográficas que maneja Pedro Armillas son,

en términos arqueológicos, las más aceptadas para la delimitación de la frontera norte de

Mesoamérica. En mi caso, considero que esta definición es la más acertada, ya que el autor se

guía en los datos obtenidos de la geografía y la arqueología.

32

Esta división geográfica-cultural, fue realizada en un principio por Daniel Valencia. En este caso, se

actualizaron los datos, ya que han ido apareciendo más investigaciones arqueológicas. 33 Rojas Rabiela, Teresa, Pedro Armillas: Vida y obra, Volumen II, INAH, Primera edición, México, 1991, p.

207.

Page 33: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

33

No obstante, la región en cuestión ha recibido una serie de nombres. Por ejemplo

Beatriz Braniff la denominó en su tiempo (fines de los sesentas y principios de los setentas)

como “Mesoamérica Marginal”34

, pero también se le ha llamado la “Gran Chichimeca”. Por

último, siendo la que se maneja en la presente investigación, la “Frontera Septentrional de

Mesoamérica”.35

La presencia mesoamericana en el área se singulariza antes que nada por su corta

duración, comenta Hers. No es el fruto de una maduración local a lo largo de varios milenios,

sino de movimientos migratorios relativamente tardíos que dieron lugar a una expansión del

territorio mesoamericano y, siglos antes de la llegada de los españoles, a una contracción

territorial de grandes proporciones.36

Las investigaciones arqueológicas han arrojado evidencias que en la región circundante

de Aguascalientes hay manifestaciones del periodo formativo o preclásico, esto parte de los

estudios que se han realizado en la zona, principalmente en áreas como Los Altos de Jalisco, el

Sur de Zacatecas, la zona del Bajío, entre otras.

Material cerámico correspondiente al Preclásico localizado en la parte central de nuestra

Frontera, Roy Brown (1991), argumenta que se ha fechado para la fase Terminal de dicho

periodo, 300 a.C.- 300 d.C. Estos fechamientos no son seguros, comenta, pues dependen de

correlaciones cerámicas limitadas con material de la Cuenca de México.37

Entonces, para el

periodo Preclásico, he encontrado la existencia de dos tradiciones culturales, por un lado la

llamada tradición de Loma San Gabriel; la segunda, la tradición Chupícuaro.

Acerca de la cultura Chupícuaro, que se desarrolló en el Bajío mexicano para dicho

periodo mesoamericano, Braniff, comenta lo siguiente:

…la cultura de Chupícuaro”, en el sentido de toda una serie de aldeas esparcidas

no solamente en el norte de Michoacán y sur de Guanajuato sino también de Hidalgo,

34

Término empleado por Beatriz Braniff, en Betty Bell, The Archaeology of West México, Sociedad de Estudios

Avanzados del Occidente de México, A.C., Ajijic, Jalisco, México, 1974. 35

Término que lo manejan Braniff (1974) y Charles Kelley (1987), aunque Armillas fue el primero en utilizarlo. 36 Hers, Marie-Areti, “La zona noroccidental en el Clásico”, en Manzanilla, Linda y Leonardo López Luján

(Coordinadores), Historia Antigua de México, Vol. II: El Horizonte Clásico, INAH-UNAM, Porrúa, México,

1995, p. 229. 37 Brown, Roy, Paleoecología y arqueología en la frontera norte de Mesoamérica: un análisis, Dirección de

Arqueología, Cuadernos de Trabajo # 13, INAH, México, 1991, p. 29.

Page 34: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

34

Querétaro, todo Guanajuato y probablemente Jalisco y Zacatecas [incluyendo

Aguascalientes]. Estos grupos podrían integrarse dentro de una “cultura” la cual se

identificaría por lo pronto por cerámicas afines o relacionadas a las del sitio de

Chupícuaro, pero que debieron tener desarrollos locales y temporales diferentes a los de Chupícuaro mismo. Estas diferencias locales y temporales se reflejan en forma que

no es clara todavía en los hallazgos que hemos hecho en Guanajuato, los cuales a su

vez sugieren un origen dentro de un Preclásico Medio, de posible relación con

Tlatilco. Un sitio de este tipo es por ejemplo El Opeño, en el norte de Michoacán.38

Estos argumentos han sido sustentados por trabajos arqueológicas en la zonas y que han

sido comparados con otros, por ejemplo, para la década de los sesentas, Los Altos de Jalisco

comenzaron a ser estudiados, el sitio El Cuarenta, ubicado en Lagos de Moreno tiene posibles

relaciones con el sitio El Cóporo, en Guanajuato.

Ilustración 13. Figura Antropomorfa estilo "Chupícuaro".

Siguiendo los argumentos de Braniff sobre la presencia “Chupícuaro” en la Frontera

Septentrional, existen posibilidades que en El Ocote existan elementos de tal tradición, sin

embargo, esta asociación aún se encuentra en análisis por parte de Pelz y Jiménez Meza.

Otro argumento que se trata, es que aparte de la Cultura Chalchihuites, se habría

desarrollado en este territorio otra cultura, autóctona y de larga trayectoria local desde lejanos

orígenes en el más remoto Arcaico y hasta los tiempos coloniales y modernos. Se trataría de la

llamada cultura Loma San Gabriel que habría recibido influencias mesoamericanas al entrar en

contacto con los inmigrantes originarios del sur y cuyos descendientes actuales serían los

38

Braniff, Beatriz, “Oscilación de la Frontera Septentrional Mesoamericana”, en Betty Bell, The Archaeology of

West México, Sociedad de Estudios Avanzados del Occidente de México, A.C., Ajijic, Jalisco, México, 1974, p.

40.

Page 35: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

35

tepehuanes. Sin embargo, la existencia misma de esa cultura ha sido cuestionada, y por lo

menos hasta ahora no se ha podido demostrar su desarrollo anterior a la colonización

mesoamericana.39

Por otro lado, Braniff (1974) nos indica sobre la existencia o también una influencia de

la cultura mesoamericana en esta región, la cual se manifiesta claramente, pero en esta frontera

florecieron tradiciones particulares, diferentes unas de otras. Sin embargo, al decir

Mesoamérica Marginal, la autora entiende que el septentrión de Mesoamérica carece de

mejores condiciones tanto sociales como naturales para el desarrollo de una cultura más

sustentable. Pese a la presencia mesoamericana, también en la Frontera existe otra influencia de

las regiones culturales del Occidente de México (región que abarca: Jalisco, Colima, Nayarit,

Michoacán, también parte sur de Sinaloa, parte de Zacatecas, Guanajuato y la porción

occidental de Aguascalientes.). Ejemplos de esta tradición cultural se pueden observar en

características constructivas tanto ceremoniales-administrativas como funerarias, ejemplos son

los Guachimontones40

(que se han encontrado en la región de los Altos) y, por otro lado, la

tradición funeraria de las Tumbas de Tiro (con evidencias en Los Altos y en Zacatecas).

En el sitio arqueológico del Municipio de Teúl González Ortega, Zacatecas, por

ejemplo, actualmente se realizan excavaciones arqueológicas, donde la información que ha

arrojado dicho sitio es realmente trascendental. Su ocupación, según el arqueólogo Peter

Jiménez41

, se remonta hacia el Preclásico, es decir, desde el 200/100 a.C. a 200 d.C., esto

debido a que existen en el lugar elementos que comprueban tal antigüedad, este ejemplo se

refleja gracias a una Tumba de Tiro42

. Jiménez Betts, también argumenta que ejemplos como

este sitio demuestran una impresionante continuidad histórica, la cual va desde el formativo

hasta el momento del contacto, ya para el siglo XVI. Sitios como El Teúl, pueden seguir

39

Hers, Marie-Areti, “La zona noroccidental en el Clásico”, en Manzanilla, Linda y Leonardo López Luján

(Coordinadores), Historia Antigua de México, Vol. II: El Horizonte Clásico, INAH-UNAM, Porrúa, México,

1995, p. 240. 40

Véase, Cabrero, María Teresa, Civilización en el norte de México. Serie Antropológica, No. 103, IIA-UNAM,

México, 360 páginas. También los trabajos de Phil Weigand acerca de los Guachimontones. 41

Comunicación personal, noviembre de 2008. 42

La Tradición Tumbas de Tiro consiste en un tiro subterráneo que varía de 3 a 8 metros de profundidad, donde el

final del tiro, hay una serie de cámaras mortuorias, donde se depositaban los cuerpos y ofrendas que no se

localizan localmente en el sitio.

Page 36: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

36

apareciendo conforme las investigaciones arqueológicas sigan apareciendo con mayor

frecuencia.

Ilustración 14. Estructura ceremonial tipo "Guachimontón", zona arqueológica de Guachimontones, Jalisco. Foto:

Mario Palacios, 2010.

Ilustración 15. Reconstrucción del interior de una Tumba de Tiro, Museo Nacional de Antropología, Sala del Occidente de México. Foto: Aniela Habibeh López, 2010.

Areti Hers (1992), refuerza la idea de la “colonización del norte por parte de grupos

mesoamericanos, incursiones al universo de los cazadores-recolectores. Donde el patrón de

asentamiento se extiende al noroeste de Jalisco y poniente de Zacatecas, teniendo un radio de

Page 37: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

37

20 km, asumiéndose como mayor influencia para dicha región la cultura “Chalchihuites”.43

Esta tradición evidencia claramente la llegada colonizadora de los mesoamericanos a territorios

septentrionales, la cual tuvo un importante auge e influencia ya para el periodo Clásico y

Epiclásico de la época prehispánica (600-900 d.C.). Esta cultura se caracterizó por la

explotación de minerales, logrando con este material el comercio desde el norte hasta las

capitales mismas de los imperios purépecha y mesoamericanos respectivamente.

Sobre la cultura Chalchihuites, existen dos versiones; cada una de ellas con aportes

importantes. La primera se desprende de lo analizado por Hers, quien nos comenta sobre el

patrón de asentamiento que

El relieve escarpado y la amenaza latente marcaron profundamente el modo de vida

de los colonos mesoamericanos. De modo similar, cada uno de los factores creó una tensión

permanente entre la dispersión en aldeas familiares y la necesidad de alianzas regionales.

¿Cómo actuaron para dispersar a la población? La mediocridad de los suelos es general en la

región y las tierras de cultivo suelen tener poca extensión, por lo que los agricultores tenían

que dispersarse al azar de esa distribución. Sin embargo, esa situación se veía agudizada por

el problema que representaba la defensa. El ejemplo más claro nos es dado por los dos sitios

relativamente cercanos uno de otro en las inmediaciones de Huejuquilla (altos de Jalisco), el

cerro de Tecamachalco y el del Huistle, cuya ocupación fue por lo menos parcialmente

contemporánea. La relativa abundancia y calidad de las tierras de cultivo a lo largo del río habrían permitido a los antiguos moradores reunirse en una sola población mayor. Sin

embargo, prefirieron escindirse, probablemente para poder disponer de la protección ideal

que les proporcionaban esas mesetas aisladas con buena visión sobre los alrededores…44

Estos rasgos se manifiestan en los sitios arqueológicos registrados para el

estado de Aguascalientes, principalmente en El Ocote. Donde la distribución del sitio

giraba en torno al área de ocupación domestica, por ende, de los cultivos. Ya

propiamente, sobre el patrón de asentamiento, Hers concluye que

Los modestos asentamientos que hemos encontrado parecen corresponder efectivamente a

unidades habitacionales familiares bastante autónomas unas de otras. Cada una estaba

constituida por una quincena de casas pequeñas y una construcción algo mayor provista de

un espacio abierto cuidadosamente acomodado para las reuniones. Cuando un asentamiento

carecía, lo hacía por la incorporación de otra unidad similar que conservaba su propio

espacio ceremonial.45

43 Hers, Marie-Areti, “Colonización mesoamericana y patrón de asentamiento en la Sierra Madre Occidental”, en

Origen y Desarrollo en el Occidente de México. Homenaje a Pedro Armillas y Ángel Palerm, Brigitte-Bohem de

Lameiras y Phil C. Weigand (Coord.), COLMICH, México, 1992, p. 103 44 Ibíd, p. 120. 45

Ibíd., p. 121.

Page 38: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

38

Por lo que respecta a la información proporcionada por Areti Hers, es realmente

importante para la comprensión de la composición de los espacios dentro de las sociedades

prehispánicas de la región en cuestión.46

Entonces, de acuerdo a las investigaciones regionales

del campo arqueológico, se puede argumentar que existe una cadena de diferentes t ipos de

ocupaciones prehispánicas que recorren toda la Sierra Madre Occidental. Siguiendo con la

cultura “Chalchihuites”, Hers la divide en 4 regiones: Chalchihuites (centro), Malpaso, Loma

San Gabriel y Bolaños-Juchipila, porción dentro de la Frontera Septentrional de Mesoamérica

que ocupa el suroeste de Zacatecas, los Altos de Jalisco. En el mapa siguiente aparece la

extensión que abarcó la cultura Chalchihuites.

Ilustración 16. Cultura Chalchihuites, según Hers. Tomado de: http:

//bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/estados/libros/zacateca/html/sec_12.html, agosto, 2010.

En el mapa que elabora Hers, se aprecia que dicha tradición no figuró en

Aguascalientes, aspecto que posiblemente no consideró la autora a falta de evidencias

arqueológicas en dicho estado. Sin embargo, de acuerdo a los materiales arqueológicos

localizados dentro de la tradición Chalchihuites y en El Ocote, se puede decir lo contrario, ya

que en el sitio, Pelz y Jiménez han localizado cerámica de tipo negativo y del tipo llamado

pseudo cloisonné.47

46 En el caso de El Ocote, ver el capítulo V y las conclusiones. 47 Para saber más sobre la cerámica prehispánica, recomiendo los trabajos de Braniff, Schöndube, Weigand, entre

otros.

Page 39: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

39

Finalmente, Hers encuentra una serie de paradojas que caracterizan a la cultura

Chalchihuites. Por una parte, es notable la dispersión de su población, asentada en su mayoría

en pequeños asentamientos aldeanos. Los pocos poblados mayores, de unas treinta hectáreas o

más, son escasos y presentan más la apariencia de un conglomerado de aldeanos que de centros

políticos desarrollados.48

Este argumento podría tener, en gran medida, gran relación con el

patrón de asentamiento que se manifiesta en Aguascalientes. En El Ocote, como en otros sitios

que han sido investigados, proponen un patrón ciertamente similar que podría integrarse a la

cultura Chalchihuites, aunque todavía hacen falta más elementos para poder esclarecer la idea

de la filiación cultural de los pueblos prehispánicos de dicha identidad. Así, Hers comenta

En efecto, no se organizan con base a ejes integradores sino que son conformados en

gran medida por una congregación de unidades residenciales cerradas sobre sí mismas

alrededor de patios. Además, existía un obstáculo decisivo al poderío de estos poblados mayores que prevalecía, ningún poder político podía mantenerse más allá del corto territorio

que era factible proteger eficazmente contra el peligro de los ataques repentinos y mortíferos

que asolaban la región.49

Sin duda hay muchas relaciones entre las diferentes regiones culturales que se

desarrollaron en la Frontera Septentrional de Mesoamérica. Sin desviarse mucho de nuestro

objeto de estudio, es evidente que El Ocote, junto a sus pinturas rupestres, jugó un papel

importante de interacción entre diferentes regiones arqueológicas.

Empero, las contribuciones de Charles Kelley (1987), pueden considerarse como base

para las investigaciones de la Frontera Septentrional. Por ejemplo, dicho autor propone una

serie de características acerca del modo de vida y las diferentes interacciones que ocurrieron en

dicha región, al menos desde el 200 hasta el 1300 d.C. Kelley, propone que la Frontera fue

habitada por una gran diversidad de grupos sociales que en fechas cercana al 200 d.C.

recibieron algún tipo de influencia o transmisión pasiva de elementos culturales entre las

sociedades mesoamericanas, submesoamericanas y chichimecas. Posteriormente, a finales del

Clásico, estos grupos fueron presionados de algún modo por otros provenientes del Altiplano

Central que poseían conocimientos ceremoniales, quienes buscaban apropiarse de un

48 Hers, Marie-Areti, “Los chichimecas: ¿nómadas o sedentarios?, en Fábregas, Andrés, Nájera, Mario Alberto y

Esteva, Claudio (Coordinadores), Continuidad y Fragmentación de la Gran Chichimeca. Seminario Permanente

de Estudios de la Gran Chichimeca, Universidad de Guadalajara, México, 2008, p. 46. 49

Hers, op .cit., p. 46-47.

Page 40: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

40

importante excedente de minerales (una gama de piedras azul-verde y pigmentos); argumento

que, actualmente, sustenta la idea de una relación comercial entre esta región y Teotihuacán.50

Ilustración 17. Imagen del centro ceremonial de Chalchihuites, Zacatecas.

Continuando con las investigaciones arqueológicas circundantes a nuestro objeto de

estudio, hacia Los Altos de Jalisco excavó en 1970 el sitio El Cerro Encantado, muy cercano a

Teocaltiche. Los hallazgos en este asentamiento prehispánico son muy interesantes, se hallaron

entierros, cerámica, concha, entre otros. Sin embargo, el elemento cultural más notable e

interesante de este sitio son las figurillas de barro conocidas como “cornudos”, asociadas a

entierros humanos primarios. Cabe destacar que este tipo de figurillas están íntimamente

asociadas a la tradición Tumbas de Tiro, pese a eso, el sitio no presentó tal tradición en sus

formas de enterramiento. Finalmente Betty Bell, responsable del proyecto, aplicó fechamientos

por radiocarbono, datando al sitio para el 100-150 d.C.51

Sobre esta interesante región, la cual

queda comprendida en la parte oriental del estado de Jalisco a partir del Río Grande de

Santiago, pero como región geográfica sobrepasa los límites estatales, abarcando parte de

Guanajuato y pequeñas porciones de Aguascalientes y Zacatecas. En esta región, López Mestas

en conjunto con otros investigadores del Centro INAH-Jalisco, identificaron dos tipos de patrón

de asentamiento: el primero se relaciona con los sitios que se ubican en la parte alta de los

cerros, los cuales pueden formar parte de algún macizo montañoso o bien ser del tipo de cerros

50 Datos obtenidos de Charles Kelley, en Guillermo Córdova Tello, Proyecto Arqueológico Valle del río Suchil,

Zacatecas y Durango. Temporada, 2005, obtenido en

http://research.famsi.org/spanish/maps/maps.php?map=northwest. Consultado en septiembre de 2010. 51 Bell, Betty, “Excavation at Cerro Encantado, Jalisco”, en The Archaeology of West México, Soc., de estudios

avanzados de Occidente de México, Ajijic, Jalisco, 1974, p. 147-168.

Page 41: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

41

aislados. Este patrón se caracteriza por un área cívico-ceremonial representada regularmente

por arquitectura monumental: grandes plataformas asociadas a otros espacios y estructuras

como plazas, patios interiores, sectores de residencia y habitación, juegos de pelota y

adoratorios; en muchos de los casos estas grandes plataformas se encuentran delimitadas por

muros que definen y diferencian los distintos sectores que conforman los asentamientos. El

segundo patrón, son los sitios que se ubican a la orilla del Río Verde, los cuales son de difícil

acceso, presentando arquitectura mayor como plataformas y estructuras piramidales.52

Otra importante región de relación con el objeto de estudio es el Cañón de Juchipila. Se

ha podido establecer, comenta Jiménez Betts53

, una ocupación entre el 300-550/600 d.C.

(Clásico temprano y medio). De acuerdo a los materiales cerámicos, como el rojo sobre bayo,

negro inciso y esgrafiado, relleno de rojo y blanco y el cloisonné, así como caras moldeadas

provenientes de vasijas efigies. Este tipo de materiales arqueológicos tiene una fuerte relación

con los objetos localizados por Pelz y Jiménez en El Ocote.

Una región clave en el desarrollo de tradiciones culturales particulares y un punto

estratégico para el comercio a gran escala entre las diferentes sociedades mesoamericanas.

Todo con el fin de establecer una integridad cultural con sus particularidades lógicas de una

cultura madre como lo fue Mesoamérica. Para concluir con este apartado, Cabrero

(investigadora de la región Bolaños) comenta:

La historia de Mesoamérica está vinculada intrínsecamente a los sistemas de

intercambio comercial que funcionaron en diferente nivel: regional y

panmesoamericano. La economía de esta gran área de cultura se basó en gran medida

en la redistribución de bienes. La creación de este mecanismo económico requería de

grupos que hubieran alcanzado un nivel de integración caracterizado por la

diferenciación social y la especialización artesanal. La diferenciación social permitió

controlar el acceso a los recursos económicos y la especialización, la producción de

bienes para su intercambio. Estos dos elementos aparecieron desde que se integraron

las aldeas durante el preclásico y su complejidad aumentó conforme fueron evolucionando las sociedades. Los sistemas de intercambio que establecieron los

grupos mesoamericanos cubrieron el vasto territorio que abarcó el área cultural hasta

trascender sus fronteras; favorecieron su desarrollo aun cuando estuvieran a gran

52 López Mestas, Lorenza, Jorge Ramos de la Vega y Carlos Santos Rodríguez, “Sitios y materiales: avances del

Proyecto Arqueológico Altos de Jalisco”, en Eduardo Williams (editor), Contribuciones a la Arqueología y

etnohistoria del Occidente de México, El Colegio de Michoacán, México, 1994, p. 283-284. 53

Jiménez Betts, Peter, citado por Valencia, Daniel, en “Perspectivas de la arqueología en Aguascalientes”, en IV

Congreso internacional de historia regional comparada, 1993, Volumen I, Universidad Autónoma de Ciudad

Juárez, México, 1995, p. 18-19.

Page 42: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

42

distancia unos de otros y proporcionaron la cohesión cultural y la competitividad del

control de bienes y productos.54

2.1.2. Las investigaciones arqueológicas en Aguascalientes

El primer dato relacionado con la historia prehispánica corresponde al historiador Agustín R.

González, quien para fines del siglo XIX, habla sobre la carencia de investigaciones

arqueológicas en el estado, al respecto dice que

…ninguna tradición existe, ninguna crónica, ningún dato para poder afirmar que el

territorio del estado, haya tenido pobladores bien fueran aztecas, tarascos, chichimecas o

zacatecas, antes de la conquista de Cortés. A falta de documentos históricos, la arqueología

podía dar alguna luz en medio de las tinieblas en que está sumergida la historia del tiempo

anterior a la conquista, pero esa ciencia aún no nace de Aguascalientes.55

Ya para la primera mitad del siglo XX, aparecen tres referencias que tocan el tema

arqueológico en Aguascalientes. La primera es de un texto elaborado por Moisés Herrera en

1928, titulado “Cuadro Sinóptico de las ruinas de la República Mexicana hasta la fecha

conocidas”, a cargo de la Dirección de Arqueología de México. Al hablar de Aguascalientes,

Herrera informa sobre la existencia de tres sitios arqueológicos: Monte Huma, Jalpa y

Mecatabasco. Sin embargo, Monte Huma, hasta el momento no ha sido localizado, lo cual no

significa que no exista; para los otros dos sitios que informa, éstos se ubican dentro del estado

de Zacatecas, no de Aguascalientes.56

Cabe señalar que de las tres “ruinas” mencionadas en el

texto una corresponde a una “estructura arquitectónica”; la segunda, grutas; la tercera,

fortificaciones.

Para la década de los treintas, específicamente en el año de 1939 (año de la fundación

del Instituto Nacional de Antropología e Historia), el llamado “Atlas Arqueológico de la

República Mexicana, realizado por la SEP, vuelve a tomar los datos anteriores los cuales se

presentan en el siguiente mapa57

:

54

Cabrero, Teresa, “La cultura Bolaños como respuesta a una tendencia expansiva”, en Origen y Desarrollo en el

Occidente de México. Homenaje a Pedro Armillas y Ángel Palerm, Brigitte-Bohem de Lameiras y Phil C.

Weigand (Coord.), COLMICH, México, 1992, p. 339. 55

González, Agustín, Historia del Estado de Aguascalientes, México, 1881, p. 9. 56

Información localizada en: Valencia, Daniel, Identificación, Catalogación y Conservación de sitios con pintura

rupestre en el estado de Aguascalientes. Informe técnico final, Centro Regional del INAH en Aguascalientes,

México, 1994, p. 15. 57

Valencia, op .cit., p. 15

Page 43: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

43

Ilustración 18. Mapa de la supuesta ubicación de ruinas arqueológicas en Aguascalientes. (Tomado de Castellanos,

1991).

La última referencia de la primera mitad del siglo XX, data de los cuarentas. Carlos

Margain titula su obra “Zonas Arqueológicas de Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y

Zacatecas”. Por desgracia en este trabajo nunca aparece un sitio relacionado con

Aguascalientes, lo menciona, más no aparece en el contenido.58

Ya para la segunda mitad del siglo XX, la arqueología en el país tomó mucho mayor

peso, aunque en Aguascalientes la ciencia seguía siendo un tema relegado, ya para fines de

dicho siglo, las investigaciones arqueológicas comenzaron a desarrollarse.

Para la década de los años ochentas, José Luis Lorenzo y Lorena Mirambell, llegan al

estado en 1986, con un proyecto de gran escala denominado “Recorrido para la localización de

sitios de la etapa lítica por los estados de Aguascalientes, Zacatecas y Durango”. En su paso

por el estado, los investigadores advierten sobre la enorme posibilidad de encontrar en las

sierras cuevas que pudieran tener una ocupación de la etapa mencionada. Sin embargo, en sus

registros no aparecieron sitios de tal época, debido a la existencia de material cerámico en los

tres sitios que reportan en su informe. Dichos sitios los llamaron: El Tepozán I y II y Las

58

Ibíd.

Page 44: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

44

Raíces59

; este último sitio, es El Ocote, sitio donde se encuentran las pinturas rupestres que son

el punto medular de esta investigación. Por lo que este informe representa el primer

antecedente “formal” de las pinturas rupestres de El Ocote.

Para el mismo año, la Dirección de Salvamento Arqueológico, a través de los

arqueólogos, Sergio Sánchez Correa y Rosalba Delgadillo Torres, realiza una inspección del

“Derecho de Vía del Gasoducto de PEMEX, tramo Aguascalientes-Zacatecas”. Al final de su

labor, concluyen que

Queremos señalar que la presente inspección nos encontramos ante una total

ausencia de elementos o indicadores arqueológicos (fragmentos de vasijas, utillaje

lítico, arquitectura, etc.) que indicaran la presencia de culturas prehispánicas. Esto

no resulta raro si tomamos en cuenta las condiciones del medio físico (actualmente

muy degradado) en la zona donde pasa el derecho de vía de la obra ejecutada por PEMEX.

Cabe hacer la aclaración de que el hecho de no haber encontrado evidencias de

población prehispánica en este angosto corredor, motivo de nuestra inspección, no

implica que los territorios que atraviesa no hay presentando asentamientos

correspondientes a esta época.60

Ya para fines de la década, Baudelina García en compañía del arqueólogo Peter

Jiménez Betts, atienden la denuncia que hizo el director del Centro Regional del INAH en

Aguascalientes, el Arq. Javier Soria, sobre la existencia de sitios con pintura rupestre en el

estado de Aguascalientes. Los sitios registrados por éstos, fueron El Ocote I y II61

, -siendo de

esta manera la segunda referencia que se tiene sobre el sitio- aunque el último, actualmente es

conocido como El Huipil. En su trabajo, realizan el primer diagnóstico de conservación de las

pinturas, así como una descripción de los motivos plasmados en ambos sitios. Además,

mencionan la existencia de estructuras arqueológicas, por lo que su trabajo fue una base para

las siguientes investigaciones en dicho sitio.

Para la década de los noventas, la arqueología en Aguascalientes toma una mayor

relevancia. Eloy Castellanos, en 1991, emprende un proyecto denominado “Identificación y

Catalogación de sitios Arqueológicos en el Estado de Aguascalientes”. Su trabajo se dividió en

59

Lorenzo, José Luis y Mirambell, Lorena, Recorrido para la localización de sitios de la etapa lítica por los

estados de Aguascalientes, Zacatecas y Durango, Departamento de Prehistoria, INAH, México, 1986, pp. 1-32. 60

Sánchez Correa, Sergio, Delgadillo Torres, Rosalba, Derecho de vía Gasoducto de PEMEX, tramo

Aguascalientes-Zacatecas, Dirección de Salvamento Arqueológico-INAH, México, 1986, p. 9-10. 61 García, Baudelina y Jiménez Betts, Peter, Informe de denuncia de sitios con pintura rupestre en el estado de

Aguascalientes, Centro INAH-Aguascalientes, México, 1989.

Page 45: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

45

cuatro etapas: la primera se enfocó a la recuperación de la mayor información posible acerca de

los sitios arqueológicos del estado. Al final de la primera etapa, logro registrar nueve sitios:

Cerrito de En medio, Cerrito del Meco, Arroyo Zamora, El Camuezo, Los Arquitos, Plan de

Potrerillos, Arroyo Tepezalá, Santiago y San Mateo; la segunda etapa, consistió, en la

continuidad de registro de sitios, obteniendo un resultado de ocho sitios más (Cerro de los

Apaches, Cerro El Chichimeco, Cerro de la Iglesia (Estado de Jalisco) y Arroyo La Toma); la

tercera etapa, registró más sitios: Majada de Juan Grande, La Codorniz I y II, El Cotón,

Malpaso, Tepehue (Estado de Zacatecas) y Milpillas; la cuarta y última etapa del proyecto, se

enfocó en la realización de un Atlas Arqueológico de Aguascalientes.62

De acuerdo a las

conclusiones que emanaron del proyecto de Eloy Castellanos estuvo integrado, básicamente,

por pequeños campamentos estacionales, propios de los indígenas cazadores-recolectores;

también concluye que la reconstrucción histórica de estos grupos es prácticamente imposible de

hacer, “ya que los vestigios arqueológicos se reducen a sencillos alineamientos de piedra

careada de los cuales hoy es difícil encontrar uno completo”63

. Sin embargo, de los resultados

más importantes de este investigador fue el de un entierro en el sitio de Plan de Potrerillos y el

registro del sitio Cerro de En medio, el cual fue el más grande y que mejor estado de

conservación mostró.

Valencia inició sus trabajos reuniendo toda la información pertinente para poder

determinar un plan de investigación. Así, para 1991, Valencia emprendió un proyecto de

identificación y catalogación de sitios con pintura rupestre en Aguascalientes. Las

conclusiones elaboradas en las diferentes temporadas (1991, 1992, 1993 y 1994) son que logró

catalogar un total de 38 sitios con petrograbados y pintura rupestre, de los cuales, 9 se

encuentran en Aguascalientes, 16 en Zacatecas y 13 en Jalisco. El color rojo fue el

predominante en los sitios que registró, ya que 34 de los 38 lo presentaron. También

aparecieron negros, blancos, amarillos y otra variante del rojo, aunque Valencia considera este

último tono se pudo dar posiblemente por la mala elaboración del pigmento.

Los motivos en general no presentan patrones o regularidades, tal parece que cada

pintura tiene una expresión y diseño particular. Las únicas excepciones que podemos hacer

62 Castellanos, Eloy, Identificación y Catalogación de Sitios Arqueológicos en el estado de Aguascalientes,

Informe final, Centro INAH-Aguascalientes, s/f. 63

Ibíd.

Page 46: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

46

hasta el momento son en las de color negro, donde se presentan motivos abstractos y donde

siempre están presentes los círculos circunscritos y los círculos con punto interior. Otra

excepción se observa en las pinturas de color rojo, específicamente en las figuras

antropomorfas con cabeza de cono truncado y cuerpo tubular, que son las más abundantes.64

Asimismo, identificó una serie de tipos cerámicos, los cuales le sirvieron para definir

una cronología para la región que investigó. Los tipos más constantes que registró son:

rojo/bayo, negro esgrafiado, negativo, negro/naranja, rojo pulido, entre otros. Por lo tanto

comenta que:

La presencia de estos tipos cerámicos en sitios que presentan pinturas rupestres de

color rojo (con sus motivos respectivos) nos permiten inferir, por lo pronto, que

dichas pinturas pudieron haber sido hechas desde el año 100 d.C., y que dicha

tradición pictórica se pudiera extender hasta el 1200 d.C.

En el caso de las pinturas en color negro, que no tienen asociación con sitios que

presentan cerámica, además de presentarse sobrepuestas por las rojas, se podrían

ubicar mucho tiempo más atrás del 100 d.C., sin saber hasta dónde.65

Las conclusiones de Valencia son de gran trascendencia para la historia prehispánica de

Aguascalientes, elementos que serán retomados en los siguientes capítulos.

Paralelamente a los trabajos de Eloy Castellanos y Daniel Valencia, para 1994, John

Foster66

, arqueólogo estadounidense, pasó por Aguascalientes con el objetivo de explorar la

zona de la Sierra Fría, para de esa forma, plantear el plan de proponer dicha zona como área

natural protegida. Registró la presencia de tres sitios con evidencia arqueológica, los cuales

consisten en pequeños campamentos y áreas de actividad.

Para 1997, Adrian Baker67

, registró una cueva llamada “La Morita”, en el municipio de

Calvillo, Aguascalientes. En su informe, describe la cueva y la presencia de pinturas rupestres

cercanas a la cueva. Además, gracias a la entrevista realizada al Sr. Manuel Loera, se pudieron

precisar más elementos arqueológicos en la zona tales como la existencia de dos entierros con

64 Valencia, Daniel, op .cit., 78. 65

Ibíd., p. 80. 66

Foster, John, “Notas sobre la arqueología de la Sierra Fría”, Espacios, No. 13, enero-febrero, ICA, 1994, p. 3-

14. 67 Baker, Adrian, Cueva La Morita, Terreros de La Labor, Calvillo, Aguascalientes. Informe, Centro INAH-

Aguascalientes, 1997.

Page 47: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

47

vasijas y líticas asociadas y un registro fotográfico de la colección particular del señor, la cual

es considerable.

Ya para la década del 2000, las investigaciones arqueológicas continuaron. Para los

inicios de la década, la delegación regional del INAH tiene como titulares de las

investigaciones de la materia a los arqueólogos Ana María Pelz Marín y Jorge Luis Jiménez

Meza. Los resultados de estos investigadores, hasta el momento han sido de los más

satisfactorios. La investigación arqueológica del sitio El Ocote ha estado a cargo de ellos desde

el año 2000 a la fecha. También han participado en las investigaciones del cerro de Santiago,

Pabellón de Arteaga y en la continuidad de registro de sitios con elementos arqueológicos en el

estado. De las conclusiones –a la fecha- que tienen dichos investigadores son que en

Aguascalientes se tiene un registro de alrededor de 85 sitios con la presencia de materiales

arqueológicos en superficie (cerámica y lítica), con estructuras y en presencia de pintura

rupestre. Para el caso de El Ocote, Pelz, dice que

Los rasgos en común entre ellos son: la ubicación de los asentamientos en las partes

altas de los cerros, con presencia de manantiales y “ojos de agua” y/o arroyos próximos;

la identificación de de patios hundidos; el sistema de construcción a base de muros

dobles; las cerámicas rojo sobre bayo, las bases anulares en ollas y cajetes, los bordes

revertidos en ollas, así como las decoraciones al negativo, esgrafiadas y

pseudocloisonné; algunos tipos de figurillas y las “tablillas”( son objetos de forma

rectangular, elaboradas con arcilla en una de sus caras tiene diseños geométricos o

lineales con técnica de incisión o acanalado, para el sur de Zacatecas se tiene

conocimiento de algunos con diseños pintados); la lítica tallada y pulida también es muy

semejante; el trabajo de diferentes piedras para manufacturar objetos ornamentales; la abundancia de objetos de molienda; la pintura rupestre.68

Por lo tanto, las investigaciones arqueológicas en Aguascalientes poco a poco han ido

arrojando elementos cada vez más interesantes acerca de la presencia indígena en época

prehispánica. Pelz, refiere que

Los trabajos de investigación en El Ocote lo caracterizan como un asentamiento

participante de los patrones mesoamericanos de su tiempo; sustentado en la agricultura,

la cual debió proporcionarle recursos suficientes para vivir y tal vez para intercambiar

por productos u objetos utilitarios y/o suntuarios ajenos a la región (obsidiana, concha y

turquesa); con una población participante de un pensamiento mágico religioso y una

cosmovisión, evidentes en las representaciones gráfico rupestres, cerámicas, lapidarias y

en la orientación y distribución del asentamiento; con una sociedad estratificada (las

ofrendas mortuorias así lo indican).69

68 Pelz Marín, Ana María, Proyecto Investigación Arqueológica El Ocote, Aguascalientes, Centro INAH en

Aguascalientes, México, 2010, p. 18. 69

Ibíd, p. 19.

Page 48: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

48

Macías (2006), elaboró un proyecto de prospección arqueológica en la región sur-

occidente de Aguascalientes, destacando el área que corresponde a las estribaciones de la

Sierra del Laurel. De sus conclusiones, comenta que existieron sofisticadas formas de

organización social sedentaria y agrícola que aparentemente mantuvieron vínculos de diversa

naturaleza con las culturas norteñas, vínculos que se ven reflejados en la complejidad y

heterogeneidad de sus manifestaciones culturales sobrevivientes al paso del tiempo. En su tesis

de licenciatura registró 20 asentamientos, donde 16 contenían estructuras arquitectónicas,

sobresalen sitios como El Jaral y El Zapote, sitios que se distinguen por tener mayor extensión.

Ambos sitios presentaron plataformas, basamentos piramidales, terrazas, cimientos de planta

rectangular o circular, así como espacios de grandes concentraciones de tiestos de cerámica y

fragmentos de lítica.70

De las conclusiones que destacan de su trabajo son: restos

arquitectónicos cuyas dimensiones y complejidad apreciable desde superficie indicaran

claramente que los grupos que se encargaron de su construcción edificaron a tal escala y

magnitud porque tenían la finalidad de establecerse y perdurar en el área. Asimismo que los

rasgos de estas edificaciones permitieran identificar aspectos en su conformación y disposición

en el espacio que facilitaría su comparación con elementos similares ya descritos en áreas

circundantes; los asentamientos estuvieron asociados espacialmente con áreas provistas de

suelos ricos y suficientemente irrigados por corrientes de agua, tanto intermitentes como

perennes y por lo tanto, aptos para el desarrollo de explotación agrícola; detectó también, áreas

de actividad domestica, empleando materiales cerámicos y líticos.71

Por último, Miguel Ángel Nicolás Caretta desde el 2005 a la fecha, y en colaboración

con la arqueóloga Ana Pelz y el biólogo Mario Pérez, elaboran un proyecto arqueológico en el

sitio de Santiago, Pabellón de Arteaga. Los resultados por el momento no los tengo, pero el

sitio ha revelado una serie de evidencias arqueológicas realmente trascendentales, a tal grado,

que el sitio podría ser considerado –hasta este momento- como el más extenso y monumental

del estado.72

70 Macías Quintero, Juan Ignacio, Prospección arqueológica en el sur occidente de Aguascalientes, Tesis de

licenciatura, Universidad Autónoma de Zacatecas, diciembre de 2006, p. 127 71

Ibíd., p. 155-156. 72

Ana Pelz, Comunicación personal, 2010.

Page 49: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

49

De acuerdo a los datos obtenidos en esta vertiente, se puede inferir que la presencia

indígena en la región de Aguascalientes pudo haberse dado desde los primeros siglos de

nuestra era hasta el 1200 aproximadamente, continuando hasta el momento del contacto, ya

para el siglo XVI. Teniendo el momento de mayor apogeo en cuanto a cantidad de

asentamientos y demografía de los grupos prehispánicos el periodo Epiclásico, es decir, del

600 al 900 d.C.

2.2. La información del siglo XVI. Las fuentes etnohistóricas. El caso de

Aguascalientes

A continuación presentaré una serie de documentos etnohistóricos que hablan acerca de los

pueblos indígenas que fueron llamados generalmente como Chichimecas.

Tras la caída del imperio azteca a manos de Hernando de Cortés, en 1521, la expansión

hacia el norte fue lenta en comparación con otras regiones del continente. Pocos

conquistadores estaban interesados en el territorio septentrional, pero para fines de la misma

década, Nuño de Guzmán emprendió una expedición por los territorios del occidente y después

del norte de la cuenca de México.

Entonces, el primer dato histórico que se tiene de la región son las “Relaciones

Anónimas de las Jornadas que hizo Nuño de Guzmán en la Nueva Galicia”73

El principal

motivo de las incursiones de Nuño de Guzmán en la región septentrional de la Nueva España

fue para emprender una búsqueda de riquezas supuestamente existentes en tal región,

alimentadas por leyendas y mitos sobre la existencia de fantásticas ciudades llenas de oro. La

expedición de Guzmán comenzó a fines de 1529, pasó por Michoacán, destruyendo todo lo que

se puso a su paso, continuó por el Occidente de México, sin embargo, su expedición llegó

hasta las tierras cercanas a Aguascalientes, específicamente en Nochistlán, donde el lugar se

convirtió en una especie de base para su comitiva. La tercera “Relación Anónima”, la

encargada al veedor Pedro Almildez Chirino, posiblemente haya sido la crónica que se acerca

más a la región de Aguascalientes. Al parecer su travesía continuó por el sur y poniente de

Aguascalientes, hasta llegar a unos pueblos de zacatecos, de los cuales no se da nombre y cuyo

73

Información obtenida de Valencia Daniel (1994).

Page 50: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

50

cacique se llamaba Xiconaque, quien los recibió y al que indicaron que iban al norte, a lo que

les indicó

…no paséis adelante porque os habéis de perder, porque pasando los zacatecas, que son

nuestra generación, todo lo que adelante es una gente traidora, llamada Guachichila, y

no hay que comer, sólo nosotros la gente zacateca sembramos maíz y tenemos

ranchos.74

A raíz de los resultados de las sangrientas campañas de Nuño de Guzmán, se creó un

ambiente profundamente hostil y bélico en la región. Por lo tanto, desembocó en una guerra

verdaderamente costosa y larga para la Corona española.75

Sin embargo, existen algunas

referencias sobre los grupos indígenas asentados en la llamada “Gran Chichimeca”, así como

sus características. Beatriz Rojas, comenta que

Cuando en el año de 1531 el capitán Pedro Alméndez de Chirinos [o también

Pedro Almildez Chirino] se adentró en la región centro-norte de la aún llamada Nueva

España, pero que no tardaría en convertirse en el reino de la Nueva Galicia, no imaginó

que el control de esta región costaría más vidas a los conquistadores que las que les había

costado doblegar al imperio mexica. Se creía que por estar casi deshabitadas, éstas eran

tierras de nadie.76

Posiblemente el ambiente hostil que reinó en el siglo XVI en la región de

Aguascalientes imposibilitó la aparición de información étnica acerca de los diferentes grupos

indígenas de la Gran Chichimeca, sin embargo, de acuerdo a las fuentes etnohistóricas

consultadas, algunos de estos grupos posiblemente pasaron por el actual estado. La primera

son los Cazcanes o Caxcanes; el otro grupo o nación77

, fueron los Guachichiles; por último,

hubo la posibilidad de incursiones de otras naciones, como Tecuexes, Cocas, Zacatecas,

Guamares, entre otros. Cabe señalar que la palabra “Chichimeca”, fue una connotación

despectiva, poco más o menos como “perro sucio e incivil”78

. Término que fue utilizado

durante toda la guerra, la cual duró más de medio siglo.

74 Tello, Antonio, Libro Segundo de la Crónica Miscelánea y Conquista Espiritual y Temporal de la Santa

Provincia de Jalisco en el Nuevo Reino de la Galicia y Nueva Vizcaya y Descubrimiento del Nuevo México, U de

G, México, 1891, p. 147-148. 75

Para saber más acerca de las rebeliones y la Guerra Chichimeca, véase a Gómez Serrano (2001), Philip W.

Powell (1984), Alberto Carrillo (1999). En esta investigación centraré las fuentes etnohistóricas a los aspectos

culturales de los chichimecas, con el fin de encontrar algún elemento que se pueda relacionar con las pinturas

rupestres. Por lo tanto, aquí me limitaré a algunos datos tocantes a esa característica. 76 Rojas, Beatriz, “De la conquista a la independencia”, en Beatriz Rojas, et al. Breve historia de Aguascalientes,

El Colegio de México/Fideicomiso Historia de las Américas/FCE, México, 1994, p. 14-15. 77

Término que fue empleado primeramente por Wigberto Jiménez Moreno (1944). 78

Powell, Philip, La Guerra Chichimeca, FCE, México, 1984, p. 48.

Page 51: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

51

Ilustración 19. Mapa de Wigberto Jiménez Moreno, modificado por Daniel Valencia (1994).

Los Caxcanes, según las fuentes etnohistóricas a través de diversos autores79

, son los

principales protagonistas de la rebelión del Mixtón (1541-1542), comandada por Francisco de

Tenamaxtle, la que terminó por bifurcarse en la Guerra Chichimeca (1550-1600). Fueron una

de las naciones chichimecas que entablaron diálogos con los españoles, pese a los conflictos.

Los principales centros religiosos que tuvieron estaban en Teúl, Tlaltenango, Juchipila y

Teocaltiche80

(ciudades muy cercanas a la parte occidental de Aguascalientes). De acuerdo a

estas referencias, los Caxcanes ocuparon la ocuparon la parte oeste del estado de

Aguascalientes, así como el norte de Jalisco y suroeste de Zacatecas. En la relación geográfica

del siglo XVI de Teocaltiche, el significado de Caxcan quiere decir

“no hay”. Y este nombre les quedó de que, cuando los españoles que aportaron a esta

provincia les pedían de comer, u otras cosas, les respondían en su lengua: caxcane, que

quiere decir, “no hay, ¿dónde lo he de tomar?81

79 Acuña (1981); Powell (1984). 80 Powell, op .cit, p. 53. 81 Acuña, René, “Relación del pueblo de Teucaltiche”, en Relaciones Geográficas del siglo XVI: Nueva Galicia,

UNAM-IIA, México, 1988, p. 300.

Page 52: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

52

Siguiendo con la relación de Teocaltiche, aparece uno de los primeros indicios de

Aguascalientes, dice:

Al octavo capítulo, dijeron que, el camino que hay desde pueblo a la ciudad de

Guadalajara, es llano más que montuoso, excepto que, dos leguas cerca de dicha ciudad,

está una barranca grande, que tendrá una legua de bajada y otra de subida, y, por desde

pueblo a las dichas minas de los Zacatecas, es toda tierra muy llana, que se camina de

ordinario en carretas y harrias; aunque, toda ella, peligrosa, de guerra de chichimecas; y,

cuando se camina, es con escolta de soldados españoles que están en presidios por

mandado de su Majestad. Y en dicho camino, a ocho leguas desde pueblo, está poblada

una villa que llama Nuestra Señora de la Asunción, donde está un fuerte que llaman

Aguascalientes. Y es de muy poca o ninguna poblazón, porque no tiene más de los

soldados que están en el dicho presidio, que son dieciséis, y un caudillo y dos vecinos,

porque no se puede tener en la dicha villa ninguna contratación ni valerse de

sementeras, porque no dan lugar los indios chichimecas de guerra, que los matan y les

hurtan los caballos y bueyes que tienen en cualquier parte del año.82

Infortunadamente, en el valioso texto no indican qué tipo de indígenas son los que

merodean en la villa de Aguascalientes, pero por cuestiones geográficas, podría tratarse o de

Caxcanes o Guachichiles.

Los Caxcanes fueron sociedades agrícolas de filiación lingüística y patrón cultural con

influencia mesoamericana. Posiblemente, algunos de los asentamientos localizados en las

sierras del occidente del estado, puedan haber correspondido a una última ocupación Caxcana,

aunque este argumento sólo podrá ser válido hasta que se realicen excavaciones en la zona y se

puedan definir las estratrigrafias para determinar los momentos de ocupación de cada uno de

los sitios de las sierras occidentales del estado. De hecho, muy probablemente, en El Ocote,

haya habido una ocupación “chichimeca” (que podría ser Caxcana), la cual aprovechó la

ubicación del sitio, alterándolo para aquel tiempo.

De las únicas evidencias acerca de la vida cotidiana o tradiciones de los Caxcanes, cabe

destacarse lo señalado en la Relación Geográfica de Nuchiztlan, en la cual dice que tenían

Estos dichos indios [Caxcanes] por costumbre de encerrarse en una casa, y tomar

un poco de PICETE y sahumarse con él (que es una yerba que embriaga) dende prima

noche, y estaban en la dicha casa suspensos hasta la media noche, que no bullía nadie.

Y, luego, se salían de aquella casa y se iban, poco a poco, a bañarse a un charco o río

que fuese muy hondo y, en el camino, hablaban con el Demonio y éste les decía lo que

había de ser, y si había de ser valiente o no. Y, si le decía que había de ser valiente,

llegaba a el agua y tomaba con las manos un golpe de agua y se lavaba la cara, y se

82

Acuña, René, op .cit., p. 302.

Page 53: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

53

volvía luego a su casa contento […] Y tenían, ansimismo, un ídolo de piedra en quien

adoraban, y, recia también el Demonio en figura de Mujer Médica, que les curaba sus

enfermedades y les decía cuando habían de morir o sanar.83

Pocos elementos quedan acerca de las costumbre de los chichimecas, pero es

interesante notar en estas relaciones (que ya son para fines del siglo XVI) que los indígenas

mantenían arraigadas sus tradiciones, las cuales parecen manifestar fuertes raíces

mesoamericanas.

Para el caso de los Guachichiles, una de las naciones que ocupaban gran parte del

territorio chichimeca, merodeaban desde San Felipe, Guanajuato, pasando por Zacatecas, para

terminar hasta Saltillo.84

Se maneja que “núcleo” de los Guachichiles se encontraba en las

sierras de San Luis Potosí, en la región conocida como “Tunal Grande”. Beatriz Braniff ha

realizado trabajos arqueológicos en dicha región. El significado de “guachichil” que les dieron

los mexicanos significaba “cabezas pintadas de rojo85

”, por ser uno de los elementos que

distinguieron a esta nación. Sobre aspectos etnohistóricos de esta nación chichimeca, se

comenta que eran considerados de los más valientes y guerreros. Gonzalo de las Casas,

comentó algo sobre ellos: “Ocupaban mucha tierra y así es el más gente de todos los

chichimecas y que más daño han hecho. Hay muchas parcialidades y no se conocen bien

todas”.

En las fuentes históricas consultadas, no se encontraron referencias sobre pintura

rupestre, lo cual dificulta la comprensión de la continuidad en la historia de la época

prehispánica de la región y del estado.

83

Acuña, René, “Relación del corregimiento de Nuchiztlan”, 1989, p. 169. 84

Powell, op .cit. p. 48. 85

Ibíd. p.48.

Page 54: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

54

Capítulo III. Estudio de las Manifestaciones gráficas rupestres en Aguascalientes

Hablar de arte rupestre es hablar de un

mundo de ideas, mitos, aciertos y contradicciones

entorno a la descripción, interpretación y propuestas de análisis que se conjugan alrededor

de las distintas formas de expresión e ideas que

desde tiempos remotos el hombre ha plasmado en

este tipo de arte.

(Francisco Rodríguez Mota, 2003: 5)

3.1. Introducción a las MGR

La pintura rupestre es una de las manifestaciones culturales, hecha por el hombre, más

antigua y que ha logrado perdurar al implacable paso del tiempo86

. En el andar del hombre por

el mundo, esta expresión pictórica se fue plasmando en diferentes contextos naturales (cuevas,

abrigos rocosos, paredes, bloques, frentes, etc.), lo que por lo general se alude como la relación

hombre-naturaleza; a esa veneración de un ambiente al que temían y del que dependían. Por lo

tanto, está íntimamente asociada al pensamiento ideológico-religioso de sus creadores y de la

sociedad involucrada, constituyendo uno de los primeros lenguajes de comunicación. Esta

manifestación tiene tantas posibilidades para su estudio; a través de éstas, el hombre no sólo

registró lo que no comprendía, sino también vivencias, creencias, formas de pensar, etc. Un

mundo lleno de sucesos y cambios. Esta forma de comunicación, es un claro ejemplo de la

capacidad humana para representar lo irreal y lo real, expresión que se ha convertido en una

tradición, al mantenerse vigente en diferentes partes del mundo, ejemplos de esa permanencia

la podemos observar con los nativos de Australia, así como también en algunas etnias indígenas

actuales de México.

La pintura rupestre se engloba dentro de las denominadas manifestaciones gráficas

rupestres, término que ha sido utilizado en la literatura arqueológica contemporánea mexicana;

sin embargo, también este tipo de expresión ha sido conocida como arte parietal, rupestre y

mobiliar (el cual es un material que no está limitado en un solo lugar, está en movimiento). Por

otro lado, también ha sido abordada por la historia del arte, donde la iconografía, la

86 El término pintura rupestre se refiere a la pintura impresa sobre un soporte o superficie rocosa (del latín rupe:

roca).

Page 55: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

55

contextualización histórica, sus formas, entre otros asuntos, son elementos que se abordan

desde esta perspectiva.

El sufijo “grafía” deriva del verbo griego grafein que es igual a escribir, e implica

puramente una descripción e incluso una estadística; en consecuencia la iconografía constituye

una descripción y clasificación de las imágenes, siendo una investigación limitada. De este

modo, la iconografía proporciona una base indispensable para toda interpretación ulterior,

aunque no elabora una interpretación por sí misma. Recopila y clasifica los datos sin

considerarse obligada o capacitada para investigar sobre la génesis y el sentido de tales datos.87

En este caso, para llegar a una interpretación también se podría recurrir a la iconología, como

método de interpretación que procede más bien de una síntesis que de un análisis.

Su interpretación, nos explica Mendiola (1999), ha seguido diversos caminos sobre la

base de la analogía etnográfica, la etnohistoria, la semántica, la simbología, la lingüística, la

comunicación (como fenómeno del lenguaje), la ideología, la arqueoastronomía, la biología, la

geografía, la estética, y el de la misma historia del arte. Compleja realidad gráfica que no

puede dejar de comprenderse sólo como una expresión ideológica o artística del pasado, ni

tampoco separada y únicamente como antigua forma de comunicación.88

Este campo de la

historia del hombre –en este caso de la historia prehispánica de Aguascalientes- se encuentra

lleno de futuro. Castañeda (2007) dice “En este terreno encontramos el espacio perfecto para

aplicar la teoría arqueológica [también de la historia del arte] en su sentido más moderno y

ofrecer un especio compartido entre esta disciplina del lenguaje y la teoría del

conocimiento”89

. Asimismo, Casado López (2005), nos dice que la expresión rupestre en

cualquier lugar es un fenómeno ligado al pensamiento y al proceso mental humano, al hombre,

a sus creencias, a su evolución intelectiva, emocional, social y económica del ser; a la impronta

de sus ancestros; a una simbiosis con el paisaje y el medio ambiente, no sólo como poblador de

una región, aunque esto determine y sea factor contingente para algunos aspectos de su

expresión y definitivo en el estudio particular de un sitio o área determinados, sino como

87

Valencia, Daniel, Arte rupestre en México, Tesis profesional. ENAH-INAH, México, 1992, p. 10-11. 88 Mendiola Galván, Francisco, “El arte rupestre: una realidad gráfica del pasado en el presente”, en Viramontes

Anzures, Carlos y Crespo Oviedo Ana María Expresión y memoria. Pintura rupestre y petrograbado en las

sociedades del norte de México, INAH- Colección Científica, No. 385, México, 1999, p. 19. 89 Castañeda Valle, Rodrigo, “El lenguaje rupestre”, en William Breen Murray, Arte rupestre del Noreste.

Arqueología, Fondo Editorial de Nuevo León, México, 2007, p. 241.

Page 56: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

56

productor genérico del fenómeno, por lo que tener información y una visión general del tema

nos ilustra sobre posibles motivaciones, repeticiones y constantes en distintos espacios

económicos, culturales y temporales, así como sobre los factores diferenciales, aunque, pese a

la utilidad de éstos, no se establecerán elementos comparativos o menciones del

comportamiento del arte rupestre de otras regiones continentales, a no ser que sea evidente el

fenómeno y así se requiera.90

Es en Europa donde se comienza por vez primera el estudio de las manifestaciones

rupestres, esto para finales del siglo XIX y principios del XX; para el caso americano, es de

mediados del siglo XX91

. Estas primeras investigaciones arrojaron los primeros indicios acerca

de la importancia histórica de este elemento cultural. Muchas de las muestras presentes en

Europa datan del Paleolítico, periodo de la edad de piedra, que comprende una fecha un tanto

imprecisa hace unos cuatro millones de años hasta el 10000 a.C. Así también, explica

Messmacher (1974), existen dos corrientes de interpretación sobre la génesis de tales

manifestaciones culturales. Una, se inclina al establecimiento de relaciones entre el Viejo

Mundo y América, arguyendo lo que para ellos son semejanzas formales que evidencian de

manera clara tal proposición, que creen reforzar aún más por las cronologías tardías durante las

cuales se desarrolló la más antigua Prehistoria Americana. La otra corriente acepta tales

semejanzas y situación cronológica de la Prehistoria de América se encuentra que los grupos

humanos presentan formas de expresión pictórica directamente ligadas a sus niveles de

desarrollo económico-social.92

Ahora indagando en las investigaciones en Europa, encontramos que el hombre

primitivo realizó las primeras pinturas, grabados y relieves cuando los hielos aún cubrían

grandes extensiones del norte de Europa. Gracias al carbono 14, han podido fecharse entre

25000 y el 10000 a.C. Ejemplos que son de gran fama mundial, lo son las cuevas de Altamira,

90

Casado López, María del Pilar, “Una década en la investigación del arte rupestre en México”, en Arte rupestre

en México. Ensayos 1990-2004, Obra diversa, INAH, México, 2005, p. 26. 91 Para ver este asunto, ver a Messmacher (1974), Viramontes (2005), Mendiola (1999), por mencionar algunos. 92 Messmacher, Miguel, “La pintura rupestre en América”, en Cultura y Sociedad, Año 1, Tomo 1, No. 1, julio-

septiembre de 1974, México, p. 38.

Page 57: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

57

datándose aproximadamente para el 13500 a.C.93

De esta forma, tenemos un panorama

histórico inmenso.

Ilustración 20. Ejemplos rupestres en las Cuevas de Altamira. Tomado en:

http://www.absolutcantabria.com/abriran-las-cuevas-de-altamira-de-manera-limitada/. Consultada en septiembre

de 2010.

En el caso de México, las manifestaciones rupestres aparecen prácticamente en todo el

país, sin embargo, sería ampliarme demasiado en ejemplificar algunos sitios, lo cual no es la

intención de esta investigación. Como ejemplo de un lugar en el país de gran peso por la

cantidad de motivos y contextos para este estudio se muestran en los sitios de la península

bajacaliforniana, especialmente en la Sierra de San Francisco, donde existen una cantidad

impresionante de motivos rupestres que considero los más esplendidos estéticamente

hablando.94

Con base en datos proporcionados por la Dirección de Registro Público de Monumentos

y Zonas Arqueológicas, hasta agosto de 2006 se registraron en todo el país 37,771 sitios

arqueológicos, de los cuales 2,865 están identificados con presencia de manifestaciones

gráficas rupestres95

. En una publicación del 200496

, Casado López, nos muestra un texto que

muestra cómo ha ido evolucionando el estudio de las manifestaciones rupestres en sólo una

93

Terzi, Marinella, El patrimonio de la Humanidad. El arte rupestre prehistórico, UNESCO-Incafo, España,

1990, pp. 10-18. 94

Para saber más sobre la Sierra de San Francisco y el llamado estilo “Gran Mural”, véase a Hambleton (2003 y

2009). 95

López Wario, Luis Alberto, Lenguaje en piedra. Manifestaciones gráfico rupestres registradas por la Dirección

de Salvamento Arqueológico, Colección Científica No. 528, INAH, México, 2008, p. 19. 96 Casado López, María del Pilar (Compiladora) y Lorena Mirambell (Coordinadora), Arte rupestre en México,

Ensayos 1990-2004, Obra diversa, INAH, México, 2004, pp. 25-72.

Page 58: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

58

década. En él, nos encontramos ante un panorama alentador, donde los investigadores del

pasado han ido tomando mayor interés en torno a este tipo de elemento cultural.

Ahora, en cuanto a publicaciones entorno al estudio de la gráfica rupestre, nos comenta

Rodríguez Mota (2006) que de acuerdo con las referencias bibliográficas que consultó, a

propósito, comienzan desde los años 60’s, manifestándose una evolución en todos los sentidos.

Anteriormente los estudios de las MGR97

eran abordadas casi de manera exclusiva por

arqueólogos e historiadores del arte, desde un enfoque descriptivo. Al día de hoy, han sido

estudiadas desde distintas ópticas: antropólogos sociales, antropólogos físicos, historiadores,

filósofos, etnólogos, etcétera, lo cual ha ido enriqueciendo el conocimiento que de estos

estudios se han ido desprendiendo, con un objetivo común desde mi perspectiva: el mejor

entendimiento de la ideología de las sociedades humanas del pasado plasmado a través de

dibujos y elementos en técnicas muy diversas.98

Ilustración 21. Mapa de los principales tipos de pictografías y petrograbados de México. Mapa de María del Pilar

Casado López (2004).

97 Manifestaciones gráficas rupestres. 98 Rodríguez Mota, Francisco Manuel, “50 años de investigaciones de manifestaciones gráficas rupestres en

México: un balance parcial, México, 2009, p. 3-4.

Page 59: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

59

Siguiendo en México, hay otro asunto que es importante mencionar, el cual ha sido observado

por Mendiola y que dice que en México

Es común que la actividad arqueológica se lleve a cabo a partir de presupuestos

mesoamericanos, esto es, que desde de una visión etnocéntricamente determinada por el mismo color del cristal con que se mira, se expliquen en lo general los fenómenos

arqueológicos, paradigma que históricamente se ha construido, a querer o no, a partir

del estudio arqueológico de las "grandes" culturas de Mesoamérica que ha permeado

hasta nuestros días el quehacer de esta disciplina antropológica en México. Esta

situación no encaja con esa otra arqueología que no es mesoamericana y que se halla en

el norte árido de México. Es precisamente en éste espacio donde abunda el material

gráfico- rupestre, así que por consecuencia debería tratársele bajo las particularidades y

dinámicas culturales propias de esta gran región, sin que esto signifique que se dejen de

considerar las interrelaciones entre ambas áreas culturales. El resultado de este

desbalance entre la arqueología monumental del centro y sur de México y la de su norte

es que la gráfica rupestre ha sido ignorada en lo general por diversas razones que

fluctúan entre no saber cómo estudiarla y no entenderla, llegándose incluso a descontextualizarla de lo arqueológico. Por otra parte, la realidad es que lo gráfico-

rupestre ha sido constreñido en su estudio por investigadores mexicanos y extranjeros a

elementales menciones y descripciones, y cuando las interpretaciones llegan a

proponerse, éstas se hallan carentes de sólidas bases analíticas y teórico-

epistemológicas.99

El estudio de las manifestaciones del norte de México es un tema que debe considerarse

de manera independiente. Según los datos arqueológicos, geográficos e históricos, la región se

localiza en la que hemos llamado –estando de acuerdo con la literatura arqueológica- como la

frontera septentrional de Mesoamérica, sin embargo, la representación rupestre tiene ciertas

similitudes, en torno a los sitios propiamente del norte de México. Situación que debe tratarse

delicadamente. Pero una vez que tenemos mayor cantidad de investigaciones publicadas y el

mapa incluido en este capítulo y elaborado por Casado López (2005), tenemos una serie de

tipos, incluso tradiciones en torno a las manifestaciones rupestres regionalmente hablando.

Por lo tanto, sabemos bien que la tradición –elemento cultural más importante de una

sociedad- es una manifestación que logra arraigarse en la memoria del ser humano, por lo

tanto, la pintura rupestre pudo colocarse como una tradición pictórica para los antiguos

pobladores de la región de Aguascalientes, así como también en El Ocote (a pesar de tener

otros elementos arqueológicos -como una cerámica bien elaborada, estructuras, estilos de

enterramiento, etc.- que podrían decir otra conjetura) la pintura rupestre podría tratarse de un

99

Mendiola G, Francisco, Arte rupestre: Epistemología, estética y geometría. Sus interrelaciones con la simetría

de la cultura. Ensayo de explicación sobre algunas ideas centrales de Adolfo Best y Beatriz Braniff. En

Rupestre/web, http://rupestreweb.tripod.com/mendiola2.html. Consultado en octubre de 2010.

Page 60: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

60

elemento cultural que logra situarse en un lugar privilegiado dentro de la memoria tanto de sus

ejecutores, como de la sociedad que participó en su desarrollo. Esto se puede observar al tener

los registros de los sitios arqueológicos en Aguascalientes: hay sitios como El Ocote, que tiene

características sedentarias, donde la pintura rupestre debió jugar un papel de suma importancia

en sus pobladores; mientras que en sitios, como El Varal100

, las características demuestran,

hasta el momento, que el sitio no es de características sedentarias, posiblemente de grupos

cazadores-recolectores. Por lo tanto, en la región de Aguascalientes, tenemos que la pintura

rupestre se emplaza como una manifestación tanto de grupos sedentarios como de cazadores-

recolectores. Sin embargo, esta aseveración podrá sufrir cambios o reforzarla a medida que las

investigaciones en la región se desarrollen y se mantengan.

Así pues, si considero los argumentos de Mendiola, en Aguascalientes podemos

presumir que el elemento gráfico-rupestre tiene un potencial en su investigación realmente

importante. Un elemento cultural de enorme arraigo entre las sociedades prehispánicas y que

lograría mantenerse vivo una vez que las interacciones entre Mesoamérica y el norte árido

estuvieron presentes.

Ilustración 22. La Sierra de San Francisco. La pintura rupestre del "Gran Mural", su antigüedad y su permanencia

entre los grupos de la región demuestran ese importante arraigo de esta manifestación cultural.

100

Registrado por Ana Pelz y Jorge Jiménez, con la colaboración eficaz de Felipe González.

Page 61: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

61

Ilustración 23. En el sitio El Tepozán (Aguascalientes) existe una fuerte continuidad de la pintura rupestre. Por un

lado están las prehispánicas y por el otro, las coloniales, producto de la importancia regional de este elemento.

Foto: Ana Pelz, 2005.

Ilustración 24. En nuestro objeto de estudio, las pinturas juegan un papel de gran importancia, al manifestarse en

diferentes puntos del asentamiento sedentario. En este ejemplo, el motivo se encuentra en la cima del cerro. Foto:

Mario Palacios, 2010

Continuando con Mendiola, nos indica que el material cultural llamado arte rupestre se

ha interpretado por múltiples y diversos caminos. Estas interpretaciones, la mayoría, dejan

mucho que desear por diversas razones que tienen que ver con la ausencia de modelos teóricos

y metodologías apropiadas que conduzcan a explicaciones lógicas y fundamentadas. La

construcción y fundamentación de métodos para la observación, análisis y explicación de la

gráfica rupestre poco o nada le han interesado a la arqueología -así como a la historia del arte-

Page 62: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

62

en comparación con los desarrollados para los demás elementos o materiales del contexto

arqueológico.101

Partiendo de los problemas que como Mendiola (1999, 2002) y otros se plantean, el

estudio de la gráfica rupestre irá enriqueciéndose a medida que ciencias especializadas vayan

asomándose al “mundo rupestre” y otorguen aportaciones; por ejemplo, la antropología física,

la química, la biología, la historia, sólo por citar algunas ciencias, este estudio podrá tener

mayores soportes teóricos y metodológicos para su interpretación.

Así pues, el panorama general del arte rupestre en el territorio nacional, hoy se distingue

un mayor número de sitios en la parte norte del país, que, salvando todas las diferencias en

cuanto a definiciones o posturas académicas, correspondería a la región de Aridoamérica –el

norte árido o la Gran Chichimeca, y las zonas de confluencia con el área mesoamericana-,

relacionada con grupos cazadores-recolectores y agricultores que a veces sobreviven hasta

fechas recientes. Mesoamérica, localizada en el centro y sur del país, se vincula con pueblos

desarrollados, grandes centros ceremoniales y urbanos, y una notoria riqueza material, factor

decisivo para que la mayoría de los arqueólogos orientara sus trabajos a ellas.102

3.2. Aguascalientes

En Aguascalientes, el estudio de las Manifestaciones gráficas rupestres es escaso; hay muy

pocos trabajos en torno a este elemento arqueológico. Por desgracia para este tipo de estudio,

como lo comento líneas arriba (de amplio potencial para la investigación) está siendo cada vez

más amenazado a su extinción por el acelerado crecimiento de la mancha urbana, además de la

extensión de los campos de cultivo, entre otras actividades que no sólo entorpecen este estudio,

sino que están borrándolo poco a poco.

En este estado, las investigaciones en torno a este elemento cultural han comenzado a

partir de la década de los ochentas103

. Ya para los noventas, Daniel Valencia se especializa en

torno a este estudio. La información que generó es de gran importancia para la presente

101

Mendiola Galván, Francisco, “El arte rupestre: una realidad gráfica del pasado en el presente”, en Viramontes

Anzures, Carlos y Crespo Oviedo Ana María Expresión y memoria. Pintura rupestre y petrograbado en las

sociedades del norte de México, INAH- Colección Científica, No. 385, p. 21. 102

Casado López, María del Pilar, op .cit., p. 35. 103

Ver capítulo II, parte 2.1.2. Las investigaciones arqueológicas en Aguascalientes.

Page 63: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

63

investigación. Aquí resumo los resultados obtenidos en 4 temporadas de investigación

arqueológica:

- Para Aguascalientes registró nueve sitios con Manifestaciones gráficas rupestres,

predominando la pintura rupestre.

- Los resultados del trabajo de registro de sitios se dieron en los municipios de

Aguascalientes, Palo Alto [hoy El Llano], Asientos, Calvillo, San José de Gracia y

Jesús María.104

Con la muestra de Valencia, nos damos cuenta que la distribución de la

pintura rupestre en el estado aparece en tres regiones orográficas (Sierras del Occidente,

La Mesa del Centro y el valle de Aguascalientes).

- La mayoría de los sitios se presentaron en frentes rocosos de diversas dimensiones, su

ubicación se da en relación a los recursos de agua, principalmente arroyos. Es

importante observar que todos tienen un control visual sobre los alrededores.105

- El color predominante es el rojo, pero también registró sitios con color negro, blanco y

amarillo.

- Identificó seis prototipos regionales, siendo en este caso la figura antropomorfa.

- Por último, catalogó una serie de tipos cerámicos asociados a los sitios con pintura

rupestre, elemento que le ayudó para determinar la cronología de su investigación,

siendo esta desde el 100 al 1200 d.C.

Después de la aportación de Valencia, hasta la actualidad, para el estado de Aguascalientes

(según datos del Centro INAH-Aguascalientes), ya se tienen alrededor de 19 sitios con

manifestaciones gráficas rupestres. Fiel indicador de la importancia que tuvo en tiempos

pretéritos el uso de esta manifestación en torno a muchos aspectos, como ideología,

cosmovisión, un lugar ceremonial, chamanismo, etc.

Otra aportación favorable para el estudio de las Manifestaciones gráficas rupestres en

Aguascalientes, es la hecha por González Leos y Macías Quintero (2006) para los años 2005-

2006. Su contribución se expresa en las siguientes líneas:

104

Valencia, op .cit, 1994, p. 76. 105

Ibíd.

Page 64: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

64

- Cueva de los Indios, cédulas: 13, motivos registrados: 19

- Las Iglesias, cédulas: 18, motivos registrados: 59

- En los dos sitios con pintura rupestre, Cueva de los Indios y Las Iglesias, se registraron

un total de 78 motivos realizados en color negro, a excepción de un motivo en color

rojo encontrado en la parte exterior del abrigo rocoso de Las Iglesias. Las técnicas de

elaboración más comunes fueron la tinta plana y el delineado.

- Los sitios con presencia de petrograbados fueron tres: El Jaral, El Zapote y Las Cruces,

en éstos se registraron un total de 252 elementos, predominando los pozos incipientes y

los pozos profundos aislados. La técnica de elaboración más recurrente fue el

desgaste.106

Por último, los arqueólogos del Centro INAH y responsables de la investigación

arqueológica en El Ocote, Ana María Pelz Marín y Jorge Luis Jiménez Meza, realizan desde el

año 2000 hasta la fecha registro de sitios con pintura rupestre, en el marco del proyecto

“Protección Técnica y Legal del Patrimonio Arqueológico en Aguascalientes”. El sitio más

interesante registrado por ellos hasta el momento es el sitio denominado “El Varal”, en Jesús

María. El contexto y los motivos siguen manteniendo un estilo pictórico propio de la región de

Aguascalientes. En este caso, las pinturas se encuentran en un abrigo rocoso; el dominio visual

es óptimo; los motivos están en color rojo, predominando el elemento antropomorfo, diseño

que tiene mayor frecuencia en el estado y las regiones circunvecinas.

3.3. Tipos de manifestaciones gráficas rupestres en Aguascalientes

- Pintura (expresión gráfica realizada por la aplicación de pigmentos de diferentes

colores sobre la superficie rocosa). Es la mayor representación gráfica rupestre en el

estado, hasta el momento hay más de 15 sitios que la presentan. La mayor cantidad de

sitios han sido registrados por Valencia (1991, 1992, 1993).

- Petrograbado (resultado de la extracción de algunas partes de la superficie de las rocas

con la que se conformaron grafismos). Para el estado, si aparecen este tipo de

106 González Leos, Brenda Elizabeth y Macías Quintero, Juan Ignacio, Proyecto de Prospección arqueológica en

la región sur occidente del estado de Aguascalientes. Informe técnico preliminar correspondiente a la Primera

Etapa de Investigación, Diciembre 2005-Enero 2006, Catálogo de pinturas rupestres y petrograbados, COLMICH,

México, 2007, p. 102.

Page 65: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

65

manifestación, pero hasta el momento hay pocos registros. La mayoría han sido

registrados por González Leos y Macías Quintero (2006).

- Geoglifo (manifestación gráfica realizada por el acomodamiento de rocas en grandes

extensiones de terreno). En la entidad, hasta el momento, no existen registros de este

tipo de manifestación.

A continuación presento algunos ejemplos en Aguascalientes de los diferentes tipos de

manifestación gráfica rupestre:

Ilustración 25. Ejemplo de pintura rupestre en Aguascalientes. Sitio: El Ocote. Foto: Mario Palacios, 2009.

Ilustración 26. Ejemplo de un petrograbado en la Sierra del Laurel. Foto de Brenda Elizabeth González Leos y Juan Ignacio Macías Quintero (2006).

Page 66: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

66

Ilustración 27. Petrograbado en El Ocote. Foto: Mario Palacios Díaz, 2010.

Ahora las diferentes superficies rocosas donde se plasman la pintura rupestre son:

- Cueva (cavidad profunda, que se observa una extensión considerable en su interior. Se

constituye por distintas secciones: entrada, galería, recámaras, etc., la luz natural es

escasas o nula en ellas). En Aguascalientes no se han localizado contextos pictóricos en

cuevas.

- Abrigo (oquedad sobre afloramiento rocosos o escarpas pronunciadas en donde la luz

del día penetra con facilidad, dado su reducido tamaño). En el caso de este contexto

natural, existen más ejemplos, pero no es el más recurrente.

- Frente rocoso (Pared lisa casi vertical generalmente plana). En el estado, este tipo de

superficie rocosa es el que aparece con mayor énfasis. El Ocote, presenta este tipo de

superficie, aunque también la pintura, dentro del sitio, se presenta en abrigos y bloques

rocosos.

- Bloques. Desprendimientos o piedras aisladas, en algunos casos, en los cerros u otras

superficies donde se plasmaron motivos. En El Ocote, existe un contexto de estas

características.

Ejemplos de los tipos de superficies rocosas que aparecen en Aguascalientes se muestran a

continuación:

Page 67: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

67

Ilustración 28. Ejemplo de abrigo rocoso. Sitio El Varal, foto: Jorge Jiménez Meza, 2009.

Ilustración 29. Frente rocoso. El Ocote, foto: Mario Palacios, 2010.

Ilustración 30. Ejemplo de un bloque aislado. El Ocote, Aguascalientes. Foto: Mario Palacios, 2010.

Page 68: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

68

Capítulo IV. Descripción

4.1. Descripción del sitio.

El sitio arqueológico de El Ocote representa -hasta este momento- el de mayor relevancia

histórica debido a las investigaciones en materia arqueológica que se han efectuado y los

descubrimientos que se han dado. Por un lado, es de los pocos sitios registrados en el estado

que cuenta con manifestaciones gráficas rupestres con un estado de conservación

condicionadamente regular en comparación con otros; por otro, la asociación de tales

manifestaciones con un asentamiento prehispánico (construcciones, montículos, terrazas, etc.)

le confieren una importancia en cuanto a la reconstrucción histórico de los primeros grupos

humanos que se establecieron en la región de Aguascalientes y que, por medio de la pintura

rupestre, elaboraron un complejo lenguaje que puede hablarnos acerca de su cosmovisión.

El Ocote se encuentra a 45 km al sur poniente de la capital del estado de

Aguascalientes. Se toma la carretera Federal número 71, la cual enlaza con el municipio de

Villa Hidalgo, Jalisco. Después tomar la desviación que va hacia el ejido de El Ocote. Seguir

por el camino -el cual es en parte empedrado y luego de terracería- por 2 km más siguiendo los

señalamientos, pasar la presa Tolimique para encontrarse con el Cerro Los Tecuanes.

El asentamiento prehispánico se encuentra distribuido en los terrenos de los ejidos El

Ocote y El Centro, en torno a una pequeña península conocida localmente como Cerro Los

Tecuanes, en el extremo nororiental de la Sierra El Laurel, la cual se ubica al suroeste del

estado de Aguascalientes, colindando a su vez con los estados de Zacatecas y Jalisco.107

Es un espectáculo atrayente, cuando al caminar por el camino de terracería (al margen

de la presa Tolimique), poco a poco va emergiendo la especie de península la cual viene siendo

el Cerro Los Tecuanes. Conforme uno se acerca al cerro los alrededores cambiando de acuerdo

a la altura que uno está. Para llegar a las pinturas del Panel Principal, se debe tomar la

desviación indicada por una señal con una de las pinturas representadas, pocos metros después

hay una puerta metálica; ingresando a través de ésta, existen unas escaleras construidas en el

año 2001 por el Gobierno del Estado de Aguascalientes.

107 Pelz Marín, Ana María, Proyecto Investigación Arqueológica El Ocote, Aguascalientes, Centro INAH

Aguascalientes, México, 2010, p. 2.

Page 69: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

69

Ilustración 31. Foto aérea tomada del programa Google Earth. En ella se aprecia: El sitio arqueológico, la presa y

el ejido.

Ilustración 32. El Cerro Los Tecuanes. Foto: Mario Palacios, 2009

Page 70: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

70

4.2. Las investigaciones arqueológicas

Como ya se explicó en el capítulo II de este trabajo, las investigaciones en torno al sitio se

remontan a los años ochentas, cuando fueron registradas por José Luis Lorenzo y Lorena

Mirambell (1986); años más tarde, Baudelina García y Peter Jiménez vuelven a retomar el sitio.

De esta década se comenta acerca del estado de conservación de las pinturas rupestres, donde

hasta ese momento sólo se tenía el registro del Panel principal. Para la década de los años

noventas, Daniel Valencia (1994), es el primer investigador (adscrito al INAH-Aguascalientes)

que realiza un proyecto de registro y análisis general de sitios con pintura rupestre en el estado,

destacando en sus informes tres sitios principalmente: El Ocote, El Huipil (a unos 4 o 5 km de

distancia respecto a El Ocote) en el municipio de Aguascalientes y El Tepozán en Calvillo,

cabe señalar que los tres sitios se encuentran en la parte occidental del estado, región donde se

concentra mayor actividad por parte de los grupos prehispánicos. Dicho proyecto también

registró sitios ubicados en los estados colindantes con Aguascalientes como Jalisco y

Zacatecas.108

El trabajo de Valencia, representa hasta este momento el más importante en

cuanto al estudio de las manifestaciones gráficas rupestres en la región de Aguascalientes.

Para el año 2000, los arqueólogos Ana María Pelz y Jorge Jiménez Meza (2007, 2009,

2010) realizan un rescate arqueológico al pie del paramento donde se ubican los registros

pictóricos, dado que los directivos de la entonces Coordinadora Estatal de Turismo propusieron

a la dirección del Centro INAH Aguascalientes la instalación de un andador que permitiera el

acceso del público a las pinturas rupestres de El Ocote, las cuales se localizan en la ladera

poniente del Cerro Los Tecuanes. Simultáneamente se llevaron a cabo recorridos de

localización de sitios arqueológicos en los alrededores, con el fin de establecer la posible

asociación del conjunto pictórico con algún asentamiento humano. Se ubicaron terrazas y

alineamientos distribuidos sobre la ladera poniente y sur del mencionado cerro Los Tecuanes y

en la cima restos de un basamento muy saqueado.109

El resultado de la prospección permitió determinar la presencia de materiales

arqueológicos para el sitio, sobre aproximadamente 60 hectáreas de superficie; se elaboró una

108 Para mayor información acerca de los trabajos de Valencia, véase el capítulo III y IV de esta investigación. 109 Pelz Marín, Ana María, Proyecto Investigación Arqueológica El Ocote, Aguascalientes, INAH-Ags, México,

2010, p. 3.

Page 71: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

71

propuesta de delimitación para un área mínima de protección de aproximadamente 25

hectáreas. También se ubicaron otros sitios en las cercanías, mismos que se han incorporado al

inventario del Atlas Arqueológico Nacional.110

Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo por Pelz y Jiménez desde dicho año

hasta la fecha han arrojado hasta el momento los siguientes datos

Desde el año 2000, se supervisó la construcción de un andador para protección de las

pinturas. Es a partir del año 2001 que se presentaron las primeras exploraciones arqueológicas

en el sitio. Se registró una estructura en la cima del cerro Los Tecuanes. El resultado de esta

intervención permitió recuperar datos referentes al sistema constructivo, orientación, así como

materiales líticos y cerámicos asociados que relacionaron el sitio con otros registrados en la

región Centro-Norte del país. Para las siguientes temporadas, 2002 y 2003, se recuperó una

escalera que da acceso a la cima del cerro donde se encuentran las estructuras. Una vez que se

detectó la zona habitacional localizada a pies del cerro Los Tecuanes, comenta Pelz que se

propuso excavar dicha área, espacio que presentaba un gran pozo de saqueo ubicado en el lado

sur del cerro. Así pues se delimitaron algunas cimentaciones, pisos de tierra, fogones, un

probable taller, huellas de poste, huellas de columnas y muros; también se exploraron 11

entierros humanos. Los materiales arqueológicos recuperados son realmente interesantes; la

cerámica y su análisis es fundamental pues permite establecer cronologías y secuencias de los

objetos manufacturados con arcilla cocida, que ubican espacial y cronológicamente a las

sociedades que los produjeron. La cantidad de fragmentos recuperados, la cercanía a lechos de

arroyos y áreas de extracción de arenas y mantos arcillosos y la variedad de atributos internos y

externos permite proponer la existencia de una alfarería de manufactura local.111

4.3. Las pinturas rupestres de El Ocote

Las pinturas rupestres de El Ocote tuvieron en sus habitantes un papel determinante. La

relación existente entre las manifestaciones gráficas rupestres (pintura rupestre) de este

asentamiento y sus pobladores podrían ser un reflejo integral de su cosmovisión. De igual

manera, el entorno físico en el que cual se encuentran inmersas -incluyendo a su flora y fauna-

110

Ibíd., p. 4. 111

Ibíd. 1-29.

Page 72: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

72

debieron jugar un papel preponderante para la permanencia de estos grupos seminómadas en

esta región de Aguascalientes, para después dar paso a la sedentarización, ya que la

configuración geográfica posiblemente presentó algunos desafíos provocados por el ambiente.

Lo anterior, se puede ver, posiblemente, reflejado en la presencia de, hasta el momento,

cuatro registros estratégicos en donde se plasmaron las pinturas rupestres alrededor del lugar, lo

que también puede considerarse como el lenguaje de estos pobladores antiguos. Este trabajo

pretende dar a conocer el contexto natural y cultural en el que se encuentran las pinturas

rupestres y con ello tratar de inferir hasta donde sea posible la explicación sobre el cambio de

grupos seminómadas a sedentarios y la importancia de los motivos representados considerando

el paisaje en el cual se encuentran inmersas, al punto de convertir a El Ocote en un paisaje

sagrado o ceremonial. Asimismo, establecer un análisis comparativo entre otras pinturas

cercanas al sitio en cuestión, para poder establecer símbolos que aparecen con mayor énfasis en

la región de Aguascalientes y hayan tenido un papel trascendente en las sociedades

prehispánicas del norte-centro del país; también la existencia de las fuentes etnohistóricas como

indagación histórica para aproximarse al comportamiento de los indígenas asentados en la

región de estudio. Por último, dar a conocer el patrimonio arqueológico e histórico de la época

prehispánica con el que cuenta Aguascalientes y la pertinencia para futuras investigaciones de

este objeto de estudio, con finalidades a largo plazo.

Dentro del sitio arqueológico, las pinturas se encuentran distribuidas en cuatro puntos o áreas:

1) El panel principal de la pared poniente del cerro, dado que es de mayor importancia por

la cantidad de motivos representados y, por otro lado, los elementos asociados que

fueron descubiertos a los pies de las pinturas tales como cerámica, restos óseos y

lítica112

;

2) segundo, un elemento antropomorfo aislado en la cima del cerro;

3) tercero, una serie de motivos antropomorfos en un bloque disgregado;

4) cuarto, una agrupación rocosa que presente una serie de motivos que ya no se pueden

apreciar, el conjunto es conocido como La Troja113

.

112 Ana María Pelz Marín y Jorge Luis Jiménez Meza, “Arqueología en Aguascalientes” en La Reinvención de la

memoria. Ensayos para una nueva historia de Aguascalientes, Tomo I, México, ICA, 2007, p. 64. 113

Sandra Cruz Flores, op .cit. p. 5.

Page 73: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

73

De acuerdo a lo anterior, he dividido los tipos de elementos rupestres que se localizan

en el sitio, teniendo así los siguientes datos:

Tipo de sitio: Pintura.

Número de conjuntos: cuatro; los anteriormente descritos.

Formación Natural: Frente rocoso, bloque disgregado y agrupación rocosa.

Conservación del sitio: Sandra Cruz Flores114

, realizó un plan de conservación

partiendo con los datos que obtuvo en un análisis de conservación minucioso. En

términos generales, indica lo siguiente:

El diagnóstico realizado en la zona de El Ocote ha puesto en

evidencia no sólo la complejidad de la problemática de conservación de las áreas con pintura rupestre, sino la necesidad de emprender acciones

prioritarias a corto plazo para evitar su pérdida, ya que actualmente se

encuentran en un avanzado estado de deterioro.

Si bien la incidencia de la acción de los visitantes contribuye a su

deterioro, es principalmente la acumulación de los efectos de intemperismo,

tanto químico como físico, lo que actualmente afecta de manera agresiva a

las pinturas, su sustrato y su entorno.115

Ilustración 33. Imagen obtenida del programa Google Earth. Distribución de los motivos en El Ocote. Modificado

por Mario Palacios.

114 Restauradora perito del INAH. 115

Ibíd., p. 25.

Page 74: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

74

4.4. El panel principal

Este conjunto se encuentra en la pared poniente del cerro y está plasmado en un frente

rocoso. Lo hemos dividido en tres grupos (I, II y III) para un análisis más preciso y poder

identificar algunos símbolos que puedan ser parte de alguna tradición pictórica en la región.

Cabe hacer la aclaración que todos los motivos pictóricos encontrados hasta el momento en El

Ocote tienen una orientación hacia el poniente.

Ilustración 34. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2010

El grupo I (yendo de izquierda a derecha) contiene una serie de figuras antropomorfas y

en menor escala zoomorfas (al parecer sólo un cánido), así como también figuras geométricas.

Las figuras antropomorfas, según el levantamiento realizado por Valencia116

, son diez, sin

embargo, en la actualidad sólo se pueden observar 6 de estas figuras antropomorfas; de las

figuras zoomorfas, hay registro de una, la cual aún se puede apreciar. Las figuras

antropomorfas son representaciones esquematizadas donde una aparece con los brazos

levantados y curveados hacia arriba y parece llevar una especie de “cuernos” o posiblemente

un “tocado” en la cabeza. Los ocho restantes tienen los brazos extendidos y su cabeza es

cuadrada. La figura zoomorfa parece estar casi al centro del grupo, rodeada por las figuras

antropomorfas, el motivo puede ser uno de los animales cuadrúpedos que se localizan en la

región, éste puede ser desde un coyote, un puma, gato montés, venado cola blanca o

116

Ibíd.

Page 75: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

75

probablemente alguna otra especie que ya no existe en la actualidad pero que en tiempos

pretéritos sí pudo haber habitado, tal como podría ser el lobo; por debajo de esta escena

aparecen líneas verticales y horizontales con círculos que pueden estar representando alguna

trampa para cazar al animal, o también puede representar una estructura.

Ilustración 35. Grupo I. Levantamiento y dib. Daniel Valencia, 1992. Foto actual del grupo. Mario Palacios, 2010.

El grupo II (la parte central del panel) sólo muestra dos motivos antropomorfos y

algunas líneas hacia arriba donde en su interior cuenta con líneas salientes, emulando a un

ciempiés o que también puede ser una característica regional, ya que en varios sitios se ha

localizado este tipo de motivo. Por ejemplo en el sitio El Tepozán, en el municipio de Calvillo,

no muy lejos de El Ocote, existe un panel de pinturas rupestres en color rojo, blanco, negro y

amarillo, las cuales, por su cantidad y simbolismo podrían ser las más importantes de la región

de Aguascalientes. En este sitio, existen figuras antropomorfas con tocados en su cabeza, y la

escena tal parece indicar una peregrinación. Una de las figuras antropomorfas consiste en una

figura en color blanco que parece tener un tocado y en sus manos sostiene una especie de

báculo o bastón con muchas líneas salientes, tal como aparece en El Ocote, sólo que la

diferencia es que, en El Ocote el bastón está aislado, mientras en el caso de El Tepozán, éste

aparece sostenido por una figura antropomorfa que tiene una especie de joroba. Otro sitio que

puede mostrar este símbolo está en el Cañón del Astillero, Zacatecas, sólo por mencionar

Page 76: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

76

algunos dentro de la región de estudio.117

Regresando al segmento central, las figuras

antropomorfas son dos: una de color rojo y la otra del ya mencionado rojo “anaranjado”. Estas

figuras tienen su cuerpo flexionado, al respecto Martín Domínguez Núñez señala que:

Creemos que con esta posición se pone énfasis en la flexión de brazos y piernas y que con

esto se imprime en las figuras la sensación de movimiento. Las figuras priorizan entonces la

flexión, tal vez el movimiento, por medio de brazos y piernas. Creo que con esto nos indica

que brazos y piernas son elementos del cuerpo fundamentales para estas sociedades, quizás porque el movimiento de estas extremidades permite la realización de actividades

importantes para estas sociedades como desplazarse, recolectar frutos, cazar, pelear y en el

caso de las sociedades agrícolas, sembrar118

Ilustración 36. Grupo II. Valencia, 1992. Foto: Mario Palacios, 2010.

El grupo III (al extremo derecho del panel) es el que presenta mayor número de

símbolos y representaciones. Presenta, en la actualidad, siete figuras antropomorfas, dos son en

anaranjado y cinco, son en rojo intenso. De las figuras existen tres motivos con una

representación distinta; cinco de estos con la cabeza en forma de triángulo invertido; una figura

con los brazos y piernas extendidos; la última, debido a dos factores: hombre-naturaleza

prácticamente han desaparecido y sólo se puede inferir en que es una figura antropomorfa.119

También, aparecen tres figuras zoomorfas, parecidas a las del grupo I. Finalmente existen dos

117 Daniel Valencia en su informe final de 1994 registra todos estos sitios, realiza un levantamiento y dibujos de

los mismos, ahora este legado arqueológico de Valencia nos servirá como punto de referencia en las

investigaciones, asimismo como las investigaciones del sitio arqueológico de El Ocote a cargo de Ana Pelz Marín

y Jorge Jiménez Meza. 118 Martín Cuitzeo Domínguez, “Antropomorfos flexionados. Un análisis entorno a una constante presencia en el arte rupestre mexicano, en Segundo Ciclo de Conferencias de pintura rupestre y petrograbado “Homenaje a

Messmacher”, p. 10-11. 119 Cabe señalar que ninguna de las pinturas existentes en el estado de Aguascalientes han sido sometidas a

programas computarizados especializados que puedan ayudar a distinguir o identificar elementos que actualmente

son difíciles de apreciar a simple vista.

Page 77: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

77

motivos geométricos: el primero es una espiral y el otro son líneas verticales, que representa el

agua en movimiento. También se pueden identificar un motivo que se tal parece representar

una mariposa, siendo otro elemento antropomorfo en el grupo.

Analizando los tres grupos en conjunto, el motivo antropomorfo con el estilo de cabeza

triangular aparece con mayor énfasis en los sitios tanto de la parte occidental, como también de

la parte oriental de Aguascalientes, siendo un elemento cultural, el cual también

presumiblemente difundido entre los grupos indígenas de la región. En el caso de los otros

sitios donde aparece este estilo de representación antropomorfa, está el sitio El Huipil, a unos 3

o 4 kilómetros de El Ocote, así como también las figuras en posición vertical parecen indicar

movimiento. Sin embargo, estas representaciones están en un contexto diferente a nuestro sitio

en cuestión; éstas están dentro de pequeños nichos en un abrigo rocoso de grandes

dimensiones; frente a este abrigo, existe un arroyo, lo cual no existe en el otro sitio. Mientras

que en El Ocote, el panel o conjunto principal se localiza en un frente rocoso, este tipo de

contextos son para destacar ya que el entorno natural es diferente, pero los símbolos

representados son iguales o más bien parecidos. Otro sitio con tal manifestación cultural es el

sitio de la parte oriental denominado La Montesita.120

Ilustración 37. Grupo III. Dibujo de Daniel Valencia. Foto actual del grupo. Mario Palacios Díaz, 2009.

120

Daniel Valencia, op .cit.

Page 78: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

78

4.5. Elemento antropomorfo aislado en la cima del cerro

Esta figura antropomorfa es una constante en el sitio, se representa por una cabeza

redonda con las extremidades extendidas. Desgraciadamente presenta un alto grado de

deterioro y posiblemente corresponda –de acuerdo a Valencia- a la primera etapa de

elaboración, esto por ser de color anaranjado. Otro dato importante de este motivo es su

ubicación, ya que se encuentra en la cima del cerro, punto que puede representar un punto

estratégico en la configuración de la zona. Cabe señalar que se encuentran unas estructuras

asociadas, además para entrar a la cima es a través de una escalinata, ya se hablará más

adelante sobre estos elementos arquitectónicos. Por otro lado, la ubicación del motivo presta a

imaginarse como un punto de restricción o de paso para llegar al punto todavía más alto del

sitio.

Ilustración 38. Elemento antropomorfo en la cima del cerro, en el círculo es donde se encuentra el o los motivos.

Foto: Mario Palacios, 2009.

4.6. Serie de motivos en el bloque disgregado

Estas figuras corresponden a figuras antropomorfas. A diferencia de las mencionadas

anteriormente, éstas son diferentes ya que sus cuerpos son más delgados y la posición es

también un tanto distinta. El contexto en el que se encuentran es distinto a los anteriores;

además de estar en un bloque disgregado, su ubicación en el asentamiento prehispánico es, al

parecer, estratégica, ya que dicho bloque se encuentra entre dos caminos, uno que conecta con

el conjunto o panel principal, mientras que el otro se puede tomar para dirigirse a la cima del

Page 79: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

79

cerro. Al igual que el elemento aislado, presentan un alto grado de deterioro y ya son muy

difíciles de percibir a simple vista.

Ilustración 39. Bloque disgregado. Foto: Aniela Habibeh López, 2010.

4.7. Agrupación “La Troja”

De los cuatro puntos o áreas de pinturas del sitio, este conjunto es el más dañado y es

resulta muy complicado poder identificar algún motivo; al parecer su tendencia es de tipo

geométrico con líneas verticales y horizontales. Sin embargo, algunos de los motivos, que ya

son manchas, posiblemente representen figuras antropomorfas.

Ilustración 40. Conjunto "La Troje". Foto: Ana Pelz, 2008.

Page 80: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

80

4.8. Tipología

El sitio presenta en su morfología dos tipos de representación, los naturalistas y abstractos. En

el caso de los naturalistas, se encuentran elementos antropomorfos, zoomorfos y, posiblemente,

representaciones de agua o algún cuerpo celeste, éstos últimos son los motivos geométricos-

abstractos. Mientras que en el aspecto abstracto, los elementos son líneas geométricas y otros

motivos de difícil identificación (esto por el estado de conservación). A continuación se

muestra la tipología de las representaciones gráficas rupestres.

4.8.1. Naturalistas.

De acuerdo un análisis elaborado por Daniel Valencia, el sitio presenta dos superposiciones,

esto quiere decir, que hay dos momentos distintos de elaboración, siendo la del color rojo claro

la más antigua y el rojo oscuro la más reciente121

. Los motivos en rojo claro son meramente

antropomorfos y representan figuras humanas esquematizadas, con las extremidades curveadas;

para las de color rojo oscuro, se aprecian más diferencias en cuanto a las expresiones físicas de

la figura humana, además, se aprecian dos tipos de cabeza en ellas, los cuales son cabeza

redonda y cabeza como un triangulo invertido; asimismo, las figuras zoomorfas y geométricas-

abstractas están dentro de este color. De los motivos antropomorfos y zoomorfos en general del

sitio los he clasificado de la siguiente manera:

Antropomorfos:

- Tipo triangulo invertido.

- Tipo brazos levantados cabeza redonda.

- Tipo brazos hacia abajo. (Este sólo se encuentra en la cima del cerro).

- Tipo delgado flexionado.

Zoomorfos:

- Tipo cánido.

- Tipo ciempiés.

- Tipo mariposa.

Antropomorfo-zoomorfo

121

Daniel Valencia, op .cit. p. 34-35.

Page 81: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

81

A) Antropomorfos.

De acuerdo a los registros en El Ocote, hay 30 motivos aproximadamente registrados, de los

cuales 18 están en el Panel principal; 3 en el bloque disgregado; 3 en la cima del cerro y el

resto, 6 en el conjunto “La Troja”, éstos últimos son los únicos que han podido ser

identificados, dado el pésimo estado de conservación de este registro.

Ilustración 41. Tipo Triangulo invertido. Panel principal. Foto. Mario Palacios, 2009.

Ilustración 42. Tipo brazos levantados cabeza redonda. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2009.

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82

Ilustración 43. Tipo brazos levantados cabeza redonda. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2010.

Ilustración 44. Nótese que este tipo flexionado con cabeza triangular está en color rojo claro o naranja. Panel

principal. Foto. Mario Palacios, 2010.

Ilustración 45. Antropomorfo en la cima del Cerro. Tiene los brazos hacia abajo. Foto: Mario Palacios, 2010.

Page 83: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

83

Ilustración 46. Tipo flexionado delgado. Bloque disgregado. Foto: Mario Palacios, 2009.

Las pinturas de color rojo oscuro son en su variedad más amplias. Los motivos son

parecidos a los anteriores; Valencia identificó en su tiempo, seis representaciones

antropomorfas con este color, predominando las cabezas redondas y triangulares, aunque

también se aprecia la cabeza cuadrada122

. Cabe señalar que el grado de conservación ha

cambiado notablemente en los últimos años, por lo que es más complicado identificar los

elementos que anteriormente se habían mencionado. Por último, el motivo antropomorfo es el

más recurrente en el sitio, así como en la región de Aguascalientes; sitios como El Tepozán, El

Huipil, El Varal, entre otros, muestran una predilección por este motivo, lo cual analizaré a

profundidad en el siguiente capítulo.

B) Zoomorfos.

Para el caso de este motivo naturalista, se tienen identificados tres tipos; el primero es cánido

que, tomando en cuenta su postura, podría estar representando a un coyote, sin embargo, dada

sus dimensiones que son grandes comparándolos con el antropomorfo podría tratarse hasta de

venados, empero, la cola, que es larga, puede argumentar otro animal; el segundo, es un motivo

que se parece a un ciempiés; el tercero, podría representar a mariposas, esta concepción es

argumentada por Ana Pelz. De todos los motivos mencionadas anteriormente todos aparecen en

el Panel principal, sin embargo, en el Bloque disgregado también aparece una representación

similar a la “mariposa”. La importancia del motivo zoomorfo es de segundo plano, y sus

122

Ibíd, p. 38.

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84

posiciones dentro del Panel principal apuntan a una interacción que se verá en el respectivo

análisis del capítulo V.

Ilustración 47. Zoomorfo. Cánidos. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2009.

Ilustración 48. Ciempiés. Panel principal. Nótese el estado tan malo de conservación de este motivo. Foto: Mario

Palacios, 2010.

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85

Ilustración 49. Posible mariposa. Panel principal. Cabe señalar que este mismo motivo también se localiza en el

Bloque disgregado. Foto: Mario Palacios, 2009.

C) Antropomorfo-Zoomorfo.

Este motivo, según mi observación, representa una figura dual, es decir, un antropomorfo

zoomorfo. Además de éste, en el estado hay registro de otro elemento similar el cual se

encuentra en el sitio registrado por Valencia llamado “Los Letreros”, el motivo también parece

indicar una dualidad hombre-animal, sólo que éste es diferente al de El Ocote, sin embargo,

este elemento ayuda considerablemente para corroborar las hipótesis acerca de la cosmovisión

reflejada en los parámetros pictóricos. Otro aspecto interesante de esta representación es su

ubicación dentro del Panel principal: se encuentra por encima de todas las figuras, debajo de él

está uno de los motivos abstractos (líneas onduladas) el cual podría estar representando agua en

movimiento que cae entre los motivos antropomorfos y zoomorfos del Grupo III.

Ilustración 50. Motivo antropomorfo-zoomorfo. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2010.

Page 86: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

86

Ilustración 51. Posible Antropomorfo-Zoomorfo. Sitio Los Letreros. Valencia (1994).

4.8.2. Geométricos-Abstractos.

Aunque estos motivos son pocos en comparación con los anteriores, la importancia que

guardan tanto por su ubicación como su simbolismo se les confiere una categoría particular. En

el Panel principal se pueden apreciar 3 figuras geométricas-abstractas identificables: la primera

no se puede distinguir debido al pésimo estado de conservación, éste se encuentra dentro del

Grupo I. Valencia lo dibujó por lo que se puede entender más; el segundo es un espiral de 18

cm de diámetro aproximadamente; el tercero representa líneas onduladas. Por último existen

dos manchas rojas, a las cuales ya se les aplicó el software “D-Strech”, dando como resultado

lo mismo.

Ilustración 52. Espiral. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2010.

Page 87: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

87

Ilustración 53. Líneas onduladas. Panel principal. Foto: Jorge Jiménez Meza, 2006

Ilustración 54. Motivo geométrico. Dibujo de Valencia (1994).

Page 88: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

88

Capítulo V. Análisis e interpretación

Las pinturas rupestres de El Ocote se encuentran situadas en una región que considero como

clave dentro de la geografía del estado de Aguascalientes; aspecto que se vio en los capítulos

anteriores. Así pues, existe una presencia del arte rupestre muy diverso, realizado por

sociedades nómadas y sedentarias, que expresan distintas formas de interpretar su mundo

(cosmovisión). La pintura rupestre es una forma comunicación y que también alude a un

acontecimiento histórico que marcó la vida de las personas involucradas en las mismas. A

continuación mencionaré los elementos que considero más importantes de cada uno de los

registros en El Ocote, así como un acercamiento a la cosmovisión de estos enigmáticos

pobladores de la época prehispánica.

5.1. Análisis de los motivos.

Comenzaré este capítulo con una de mis preguntas centrales de esta investigación ¿La pintura

rupestre es el principal elemento cultural para comprender la cosmovisión de los pobladores de

El Ocote?

Indudablemente las manifestaciones rupestres jugaron un papel de gran importancia para los

pobladores del lugar. Para la región en donde se encuentra inmerso El Ocote, la pintura

rupestre, a juzgar de la observación, tuvo diferentes formas de utilizarse. Estas formas las

enumero de la siguiente forma:

1- Testimonios que se plasmaron para registrar un acontecimiento histórico que logró tener

gran relevancia para las personas involucradas.

2- Pudieron funcionar como marcadores o indicadores de ciertos lugares.

3- Un medio para expresar su pensamiento cosmogónico.

De la primera forma, este se ve reflejado para el Panel principal. Como se pudo apreciar en

el capítulo anterior (En la descripción del Panel), este conjunto de pinturas están cargadas de un

simbolismo realmente interesante. En los diferentes grupos en que tengo dividido el panel, la

imagen antropomorfa es la predominante, de tal manera que el hombre es el principal elemento

cultural de la expresión rupestre de este lugar. Además, las formas de representar al hombre son

muy variadas (ver página 82).

Page 89: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

89

Este tipo de formas, podrían estar representando ciertos papeles que cada una de esas

personas desempeñó en algún acontecimiento. No se puede inferir que en estas

representaciones existan jerarquías, sin embargo, -por ejemplo- por la posición y el tamaño tan

particular del antropomorfo con la cabeza triangular, éste podría estar representando a un

personaje dotado de mayor peso que los demás antropomorfos, incluso, hipotéticamente

hablando pueda tratarse de un chaman, pero para poder corroborar esta aseveración hace falta

tener más elementos, como tener un registro mayor de sitios que puedan ubicar esta

representación y otorgarle tal papel.

Ilustración 55. Antropomorfo "cabeza triangular". Dibujo: Mario Palacios.

Observando todo el panel principal podemos apreciar que en sí, todo el panel está

personificando un hecho histórico que, posiblemente, haya tenido una fuerte relevancia para los

pobladores de El Ocote. Con la observación más meticulosa de los motivos, se puede apreciar,

sobre todo en el grupo III, la fuerte carga simbólica que contiene, la cual se desglosa de la

siguiente manera:

En primer lugar, la figura humana aparece con mayor énfasis, además las posiciones de

cada uno de ellos es particular, y también se aprecia que están en movimiento.

Desgraciadamente en las fotografías no se puede apreciar lo que a vista directa se tiene

del grupo, incluso aplicando el programa D-Strech123

se pudo tener un mayor realce de los

123 La extensión o aplicación de Decorrelacion Stretch (DStretch) para el programa ImageJ fue desarrollada y

escrita por el Dr. Jon Harman para uso exclusivo sobre pinturas rupestres. La simplicidad del programa ImageJ

permite que se manejen imágenes de alta resolución con una fluidez de trabajo que opera cualquier archivo de

imágenes como, JPG, TIFF, PNG, RAW por medio de extensión, GIF, estas características hacen del software una

herramienta muy conveniente para el usuario, que además tiene la particularidad de correr en cualquier sistema

Page 90: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

90

motivos. Pese a esa dificultad, observando muy de cerca el grupo se puede apreciar que los

antropomorfos están rodeando a los elementos zoomorfos en forma de “media luna”, además la

posición de cada uno de ellos –en movimiento- parece tratar de impedir que los éstos sigan su

marcha. Además, uno de los zoomorfos tiene una línea que penetra en su lomo, lo cual podría

parecer como una flecha que le fue incrustada. Por lo tanto la imagen está evocando una escena

de caza, un hecho histórico que para los pobladores de El Ocote debió ser sido realmente

trascendental.

Ilustración 56. Grupo III. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2010.

Ilustración 57. Zoomorfo con una línea incrustada en su lomo. Dibujo: Mario Palacios.

operativo, Linux, Windows, Mac OS X, por otra parte al estar ImageJ y su código en lenguaje Java disponibles de

manera gratuita en Internet sin requerir de licencia para su uso, está garantizado el acceso de los investigadores a

la herramienta base del sistema, en Gutiérrez Calvache, Divaldo A., González Tendero, José B. y

Fernández Ortega, Racso. Primera aplicación de DStretch-ImajeJ. mejora automatizada de imagen digital en el

arte rupestre cubano. En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/dstretch-cuba.html, Agosto, 2009.

Page 91: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

91

Continuando con este grupo, una vez que se identifica esta posible escena de caza,

arriba de este acontecimiento se aprecian las líneas onduladas, motivo que se asocia en

ocasiones con el agua, lo cual podría estar indicando que la caza fue tan exitosa e importante

que la temporada de lluvias benefició a los pobladores. Esta idea se refuerza ya que el sitio es

de características sedentarias (ver capítulo IV) por lo que la caza-recolección continuó siendo

una actividad vital en temporadas de sequía.

Ilustración 58. Líneas onduladas. Panel principal. Dibujo: Daniel Valencia.

Ahora, arriba de las líneas onduladas –que de acuerdo a nuestra idea, representan agua-

está la imagen que ha sido considerada como un antropozoomorfo. Por lo tanto este motivo está

representando una imagen dual, de tal manera que podría estar encarnando a una deidad. Esta

idea se refleja en precisamente la forma de ésta, además es la figura que está por encima de

todo el panel.

Ilustración 59. Antropozoomorfo. Panel principal. Dibujo: Daniel Valencia.

Page 92: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

92

Ahora para el segundo apartado. Hay motivos rupestres que, hipotéticamente, están

constituyendo una serie de marcadores importantes dentro del asentamiento prehispánico. El

primer indicador que se puede apreciar en el sitio son los motivos del bloque disgregado. Éstos,

tienen una actitud de movimiento, dada las posiciones de sus extremidades, además se

encuentran en uno de los accesos para ir subiendo por el cerro. Sin embargo, hace falta

encontrar más de este tipo de motivo para poder reforzar esta idea. Hasta el momento sólo se

han encontrado estos. Sin embargo, el conjunto o la agrupación “La Troja”, contiene figuras

antropomorfas muy similares a éstas, lo cual no quiere decir que también sean marcadores. Por

otra parte, se observa que el manejo de los espacios para las pinturas es muy importante: se

aprovecharon paredes, bloques, frentes, promontorios, pero todo esto de una manera

proporcionada, dotando cada uno de los registros un espacio de la cosmovisión de los

pobladores de este lugar.

Ilustración 60. Antropomorfos que posiblemente funcionaron como marcadores. Dibujo: Mario Palacios.

Otro registro que pudo haber funcionado como marcador territorial del sitio o de otra

índole son los antropomorfos ubicados en la cima del cerro. A diferencia de los anteriores,

éstos tiene sus manos en una actitud estática, lo cual se refleja por la posición de sus manos que

están hacia abajo, sin expresar, aparentemente, movimiento. Por lo tanto, también podrían estar

marcando cierto espacio o cierto acceso; por su localización, se encuentran justo en la entrada

de los dos promontorios que al pasarlos se llega a la parte más alta del cerro.

Page 93: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

93

Ilustración 61. Antropomorfo en la cima del Cerro. Se puede ver que hubo más elementos antropomorfos, pero ya

están en pésimas condiciones. Dibujo: Mario Palacios.

Ilustración 62. Promontorios en la cima del cerro. Foto: Mario Palacios, 2010.

Por lo tanto, como el tercer aspecto y de acuerdo a los análisis descritos, la pintura

rupestre para los pobladores de El Ocote jugó un papel de suma importancia en donde

plasmaron su concepción acerca de acontecimientos que marcaron fuerte resonancia en su vida

cotidiana, sobre lo que ellos interpretaron de su alrededor, de ese espacio del que dependían

para sobrevivir. Testimonios que trascendieron, quedaron registrados y hoy en día logran

mantenerse al severo paso del tiempo.

Así, ejemplos como El Ocote, donde las poblaciones prehispánicas tuvieron una

inclinación para asentarse en lugares con una ubicación próspera, donde sus necesidades más

cotidianas fueron satisfechas. Sin embargo, gracias a los avances de la arqueología, hay

elementos (como obsidiana, cerámica, ideas, etc.) que no se encuentran en la región inmediata,

Page 94: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

94

por lo que lógicamente debió llegar producto del intercambio. Un intercambio que trascendió

no sólo en lo material, sino también en lo ideológico.

La pintura rupestre es una tradición que es tan antigua como los mismos indígenas, la

cual logró mantenerse vigente incluso hasta la fecha. Hay testimonios plasmados en la piedra

desde el pleistoceno, pasando por las diferentes épocas del tiempo mesoamericano, llegando

hasta el momento del contacto español, para terminar en nuestros días con las poblaciones

indígenas que siguen manteniendo viva esta forma de manifestar su pensamiento, su

cosmovisión. En el caso del sitio y de Aguascalientes, la tradición de la pintura rupestre, en

palabras de Valencia, bien pudo originarse desde los últimos años antes de nuestra era

perdurando hasta el momento de la llegada de los europeos por esta tierra. Este argumento lo

considero como valido, dado que los sitios que registró tiene los elementos suficientes para

manejarse de tal manera. Valencia, maneja que las pinturas en color negro son las más antiguas

de la región, ya que éstas no presentaron material cerámico en sus alrededores, mientras que las

de color rojo, la mayoría presentó materiales arqueológicos en superficie, tales como la

cerámica.

Además otro argumento aceptado es superposición de los motivos, teniendo en algunos

sitios de la región de Aguascalientes, como El Tepozán por ejemplo, está característica,

figurando el negro al fondo, luego el rojo, pasando por el blanco y terminando con el amarillo,

el cual es de corte meramente colonial. La representación del ser humano en los diferentes

registros pictóricos observados tanto en El Ocote como en Aguascalientes y a nivel regional

muestra una marcada preferencia por este elemento, lo cual le estaría manifestándose como la

relación que existió entre el hombre y la naturaleza.

Por lo tanto, el papel que jugó la pintura rupestre en El Ocote fue de relevancia

marcada, debido a su íntima relación con el asentamiento, ya que las ubicaciones de los

diferentes registros se pueden interpretar como un elemento cultural de gran importancia para

el desarrollo del lugar. La pintura no fue realizada en lugares aleatorios, sino que hubo todo un

previo estudio del lugar; los ejecutores determinaron el espacio más propicio para elaborar la

pintura y plasmar en ella un conocimiento exclusivo de ellos, una información que podremos

interpretar de muchas maneras, pero que sólo conocieron sus mismos hacedores.

Page 95: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

95

5.2. Interpretaciones: Historia, cosmovisión y chamanismo. Una aproximación

Una vez presentado lo anterior, no cabe la menor duda que la pintura rupestre en El Ocote fue

de una importancia realmente grande. En ellas registraron acontecimientos que marcaron la

vida de los lugareños. A través de la pintura nos podemos acercar a su cosmovisión, tal como

se vio en el análisis del Panel principal, el cual es el de mayor información histórica. Por lo

tanto, este elemento cultural fue elaborado en lugares de gran preeminencia para los habitantes

de El Ocote; el dominio del valle circundante, la cercanía del agua y la fertilidad de la tierra,

fueron aspectos que determinaron la preferencia para registrar en la roca su pensamiento, su

historia. Estos hombres, cuyos nombres nunca sabremos, ni cuyo rostro conoceremos,

estuvieron dotados de un conocimiento cabal de su entorno, a tal grado que ellos debieron tener

un papel de suma importancia para la toma de decisiones entre los pobladores del pequeño

sitio.

A pie de las pinturas del Panel principal se encuentra un terraplén de aproximadamente

5 metros de ancho y 25 metros de largo, el cual se excavó totalmente con el fin de buscar

evidencias de alguna actividad humana relacionada al panel; posteriormente se niveló el

terreno, se acondicionó un andador y se colocó como barrera protectora un barandal de

madera124

. Durante la excavación se localizaron abundantes fragmentos de cerámica, lítica y,

un artefacto de molienda con resto de pigmento rojo, así como parte de un entierro humano in

situ (sólo se recuperó el cráneo y algunos huesos largos)125

. Posiblemente estos elementos

culturales, así como otros localizados en el asentamiento tengan que ver con la cosmovisión de

los pobladores de este lugar; tanto el entierro como los demás elementos asociados

(estructuras, cerámica, lítica), tienden a ser, como ocurre con las culturas prehispánicas,

implicaciones relacionadas a rituales o ceremonias. Así que partiendo de un estudio sobre la

cosmovisión, se pueden explorar múltiples dimensiones de cómo se percibe culturalmente la

naturaleza. Este término alude a una parte del ámbito religioso y se liga a las creencias, a las

explicaciones del mundo y al lugar del hombre en relación con el universo.126

124 Ana María Pelz Marín y Jorge Luis Jiménez Meza, op .cit. p. 90. 125 Ibíd. 126 Broda, Johanna, “Introducción”, en Broda, Johanna y Báez-Jorge, Félix (Coord.) Cosmovisión, Ritual e

Identidad de los pueblos indígenas de México, Biblioteca Mexicana, CONACULTA-FCE, México, 2001, p. 15-

66.

Page 96: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

96

Sobre el chamanismo manifestado en las manifestaciones rupestres, existen trabajos

bien argumentados acerca de este fenómeno. Por ejemplo, González Arratia (1999), postula que

el chaman fue el ejecutor, en el pasado prehispánico, de las manifestaciones gráficas rupestres,

y el tema del trance uno de los más reiterativos. Por lo tanto, maneja una serie de premisas

específicas para sustentar lo dicho. Cabe mencionarse que este análisis lo aplicó para sitios del

norte árido de México, enfocándose, en este caso, en Coahuila. Entonces, postula lo siguiente, y

lo cual tiene estrecha relación con mi objeto de estudio:

- Toda figura humana aislada presente en las pictografías (y petroglifos) estará

representando a un chamán.

- Al presentarse reunías en un espacio contiguo figuras semejantes a las que en otros

sitios o en el mismo se encuentran aisladas, concluyo que se trata o de varios chamanes

reunidos o una repetición de la imagen en un mismo chamán.

- Es posible que en paneles donde se representen lo que se pudiera interpretar como

escenas de la vida cotidiana de la comunidad que implique la presencia de un cierto

número de individuos, alguno de éstos será un chamán identificable por los atributos en

su vestuario, adornos, o por señalamientos gráficos expresos.127

Este análisis que sustenta González Arratia, puede ser comparado de gran manera con El

Ocote. Por ejemplo, al referirse a la figura humana aislada, en nuestro sitio, hay en dos

registros128

que sólo presentan motivos antropomorfos, sin embargo, considero que sería

aventurado adjudicarles el papel de chamanes, pero el tema seguirá discutiéndose; por lo tanto,

en la segunda y tercera premisa, la autora maneja que los chamanes en un espacio específico de

pinturas puede ser claramente identificable, de tal manera que en El Ocote, se podría decir que

la figura antropomorfa con la cabeza triangular podría estar representando a un chamán, dada

las composición del motivo: tamaño (más de 30 cm de altura), posible tocado (triangulo

invertido), y posición dentro del espacio pintado. Estos son explicaciones que se ponen en la

mesa para su crítica; el fin de esto es ir esclareciendo el panorama cultural de las culturas

127

González Arratia, Leticia, “El chamanismo y sus manifestaciones en la gráfica rupestre del norte árido de

México”, en Expresión y Memoria. Pintura rupestre y petrograbado en las sociedades del norte de México,

Colección científica, Núm. 385, p. 69. 128

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97

prehispánicas que se establecieron en Aguascalientes, teniendo como punto de desarrollo El

Ocote.

Ilustración 63. El posible "chaman" de El Ocote. Panel principal. Foto: Mario Palacios, 2010.

Viramontes (2005), otro de los más reconocidos estudiosos del arte rupestre o de las MGR,

nos habla acerca de la importancia del chamán en la pintura rupestre y también en el

petrograbado. El autor, comenta que la gráfica rupestre responde a diversas motivaciones,

situación que se refleja en los paneles pintados o las rocas grabadas (en el caso de Viramontes,

la región donde concentra su trabajo es en el Semidesierto de Querétaro); podemos agrupar esta

amplia gama de expresión gráfica en tres tipos principales, a saber:

1) Aquellas que son resultado de la intervención directa de un especialista ritual como

parte de ritos de fertilidad, adivinación, terapéuticos, de cacería, de guerra, etcétera.

2) Aquellas que tienen que ver con actividades rituales que involucran a sectores

específicos de la sociedad, como los que integrarían grupos de adolescentes en ritos de

paso.

3) Paneles pintados o rocas grabadas que fueron destinados a servir como marcadores de

eventos astronómicos, históricos, territoriales, etc.; éstos también podrían poseer

connotaciones rituales, aunque de diferente índole de los anteriores.129

Tomando, ahora, el trabajo de Viramontes, encontramos una vez más similitudes marcadas

respecto al simbolismo que guardan los diferentes motivos rupestres, sobre todo para el caso de

la pintura rupestre. En El Ocote es clara la manifestación de acontecimientos históricos, tal

como se observa en el panel principal; la presencia de un posible ritual, podría ser el grupo I del

129 Viramontes Anzures, Carlos, Gráfica rupestre y paisaje ritual. La cosmovisión de los recolectores-cazadores

de Querétaro, Obra diversa, INAH, México, 2005, p. 85.

Page 98: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

98

panel principal, pero aún hace falta tener más elementos regionales de la gráfica rupestre para

poder sustentar esta idea. Ahora bien, de acuerdo a Eliade –uno de los primeros investigadores

en hablar del chamán-, maneja que el chamanismo es una práctica antiquísima, que incluye

como una de sus características principales la adopción de técnicas arcaicas del éxtasis. Eliade

propuso que el chamán era “…un especialista en el dominio del fuego, del vuelo mágico y del

trance, durante el cual, su alma sale del cuerpo para realizar ascensiones celestes o descensos al

infierno. Mantiene relaciones con los “espíritus” que domina, se comunica con los muertos, los

“demonios” y los espíritus de la naturaleza sin transformarse necesariamente en sus

instrumentos”.130

Así, el papel que desempaña el chamán es realmente trascendental para el

grupo en donde está inmerso. Si en El Ocote, las figuras humanas mencionadas representan a

un chamán, entonces tenemos que en la época prehispánica de la región de Aguascalientes,

hubo personajes conferidos de un conocimiento ancestral que se vio reflejado en la pintura

rupestre, ya que ésta, al parecer, viene siendo una tradición cultural que devino de siglos antes

y que llego a la región y se mantuvo vigente incluso hasta la llegada de los españoles.

Finalmente, en palabras de Broda (2001), el estudio de la cosmovisión plantea explorar

las múltiples dimensiones de cómo se percibe culturalmente la naturaleza. La religión, como

categoría global, se refiere a todo un fenómeno religioso, así como a la organización

ceremonial; abarca instituciones, actuaciones y creencias, no sólo ideas. Por otro lado, el ritual

establece el vínculo entre los conceptos abstractos de la cosmovisión y los actores humanos. Al

ser una parte sustancial de la religión, implica una activa participación social. La particularidad

del ritual reside en el hecho de constituirse a medias entre statement and action, entre la

afirmación verbal de nociones y creencias y la acción. El ritual incita a sus participantes a

involucrarse en las actuaciones comunitarias, lo cual implica también un complejo proceso del

trabajo que se desarrolla en beneficio de las fiestas. Desde este punto de vista, la religión es,

ante todo, un sistema de acción, es vida social, y los ritos constituyen una parte sobresaliente

por investigar. Lamentablemente, el ritual ha sido el aspecto más descuidado en los estudios

etnográficos sobre la religiosidad popular. Falta mucho por investigar en este vasto campo.131

130

Eliade, 1996, en Viramontes, 2005, op .cit., p. 94. 131

Broda, op .cit., p. 16-17.

Page 99: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

99

Conclusiones.

De acuerdo al panorama histórico-arqueológico que se presentó en esta investigación,

considero pertinente mencionar los resultados referentes al estudio de las manifestaciones

rupestres de El Ocote, siendo los siguientes:

- El color rojo es el pigmento más utilizado por los pobladores prehispánicos tanto de

características sedentarias como nómadas. Para el caso de El Ocote, se puede inferir que

son de características sedentarias. Esto se vio respondido gracias a las investigaciones

arqueológicas realizadas en el sitio, además del análisis que se mostró en el capítulo

anterior, lo cual puede reforzar más la idea de que se traten de pinturas de carácter

sedentario.

- Los motivos plasmados en los diferentes registros del sitio nos hablan acerca de la

diferente utilidad que se le dio a este tipo de expresión; el Panel principal parece indicar

un acontecimiento histórico de gran relevancia para el grupo; el resto de los registros

(antropomorfos en el bloque y antropomorfo en la cima del cerro, así como el Conjunto

“La Troja”) pudieron, más bien, servir como marcadores del paisaje que giró en torno a

su centro ceremonial y su asentamiento habitacional.

- La figura humana jugó el papel más importante en los diferentes registros de El Ocote.

Destacando, entre los diferentes tipos antropomorfos que se identificaron, el

antropomorfo con la cabeza en forma triangular el que más importancia he considerado;

sus características (no presenta pies, lo cual puede indicar una posición estática y el

tamaño en comparación con el resto de los motivos antropomorfos) así lo manifiestan.

Por lo tanto, este tipo de antropomorfo podría tratarse de un personaje de cierta

jerarquía.

- La pintura rupestre representa una tradición cultural de amplio arraigo histórico. De

acuerdo a la propuesta de Valencia (1994) en la que habla de una continuidad de la

pintura en la región que osciló entre los primeros años de nuestra era, hasta los tiempos

del contacto español, suceso que transformó enormemente la vida del indígena para

siempre. Por lo tanto, tomando como valida este argumento de Valencia, las pinturas

rupestres de El Ocote fueron elaboradas entre los años 200 hasta el 1200 d.C.

Paralelamente el sitio ha presentado fechamientos que van del 500 al 1200 d.C. de tal

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100

manera que las pinturas si están asociadas al centro ceremonial, por ende, corresponden

a manifestaciones rupestres de índole sedentaria.

- La cosmovisión tanto de grupos nómadas como sedentarios jugó un papel primordial en

la subsistencia de un grupo determinado. Considero que la pintura rupestre en El Ocote

simbolizó gran parte de su mentalidad, de su forma de entender su entorno.

- La pintura rupestre en El Ocote representa de manera simbólica un hecho histórico que

causó importante relevancia en el lugar; un hecho tomado de la realidad fue convertido

a irreal. Fue dotado de representaciones imaginarias como los símbolos abstractos y

naturalistas; razón suficiente que demuestra la idea de que esta manifestación representó

la cosmovisión.

- En cuanto al estado de conservación del sitio, presenta un alto grado de deterioro. Cabe

destacar el enorme grado de exposición que se encuentran tanto a los fenómenos

naturales como a la mano destructora del hombre, aspectos que van deteriorando

rápidamente a este patrimonio histórico-cultural de nuestra región. Este problema

presenta un grave retroceso para el estudio académico-científico y del descuido por

parte de la sociedad para defender y difundir –respetuosamente- el patrimonio del

estado. Por lo tanto, es de suma importancia elaborar un registro fotográfico,

documental y de dibujo para guardar de esta manera este legado histórico.

- La información de la gráfica rupestre que posee el estado es realmente rico y diverso. A

través de esta manifestación cultural es posible acercarse más a la mentalidad, a la

historia de los primeros pobladores que habitaron lo que hoy comprende el estado de

Aguascalientes.

- Junto al descoloramiento inevitable (si no se hace algo para su rescate) de estas pinturas

se está esfumando lentamente el testimonio de los primeros pasos que dio el hombre

sobre los suelos del estado de Aguascalientes.

- La pintura rupestre: elaboración pretérita que tuvo el fin de conservarse ahí para

siempre; un testimonio que se plasmó en la piedra para nunca ser destruida por el

tiempo.

Page 101: Aguascalientes prehispánico. Las pinturas rupestres de El Ocote

101

Bibliografía

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